prospectiva: ciencia de los escenarios posibles

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Informe especial@ PROSPECTIVA: CIENCIA DE LOS ESCENARIOS POSIBLES Francisco Gutiérrez Jefe División Prospectiva _________________________________________ Colciencias Tal decisión, escuchamos a diario, afectará el futuro de miles de personas. Y es cierto. Sin embargo, no siempre las consecuencias resultan como se esperaban. ¿Cómo darle fundamento a esas decisiones? ¿Cómo poder orientarse en un panorama de inexorable incertidumbre? A Y DOS MANERAS DE ENTENDER EL tér- mino prospectiva: en el sentido más ge- neral y amplio, como sinónimo de "es- tudios del futuro " ; y en su sentido más estrecho , como la escuela franc e sa para la cual sondear en el futuro implica una actitud de voluntarismo , participación y vigilia estratégica (Godet , 1985) . Aunque en Colombia la logia intere- sada en el tema ha preferido tradicionalme n te la se- gunda acepción , nosotros adoptaremos la primera . En efecto, el desarrollo fuera de Francia de t radicio- nes investigativa s en el área es lo suficientemente dinámico como para que se deba tener en cuenta . Jouvenel definía la prospectiva como una pedagogía de la anti-fatalidad , estaba hablando precisamente de esto: el futuro tiene una diferencia de cualidad con respecto del pasado; requiere de otra s herra- mientas y actitudes. Esto no significaría una ru ptura radical con las disciplinas tradicionale s. En realidad , ¿los temas clásicos de la gran prospectiva (ciclo s his- tóricos y económicos , impactos mutuos entre el desa- rrollo tecnológico y el tejido social , toma de dec isione s y formulación de estrategias, población y desarrollo , modelos satisfactorios y exitosos de sociedad) lo son también para las ciencias sociales? Sin embargo, estas identidades podrían ser sólo aparentes. ¿No es la pedagogía de la anti-fatalidad una rebelión contra las determinacione s qu e a cada paso descubren las ciencias sociales? ¿Cómo estable - un lenguaje común entre disciplinas fuert e mente permeadas por el concepto de estructura social (y , por consiguiente, de relaciones necesarias) y la pro s- pectiva, que se remite a un espacio de po sibilidades a las que se llega vía procesos estocásticos? ¿E s po- La pregunta que surge de inmediato es: ¿por qué y para qué estudiar el futuro? Y esto, a su vez, nos conduce al tema de la potencia predictiva de las ciencias sociales . Hay una larga t~a, di ~i. QI J: 'M\ qu ~.c o .. mienza con Comte y adquier.e formas mu i élabora- das con Popper , quien propo g:e 1r establecerun ~~;Jn :- ,, ; 1 ¡ geniería Social ". El presupuesi~D fu @ dam e nt ar de y todo el programa consistía . en léjT;• r1 o ~Jp ilidad, 1 in - cluso necesidad, de des-his t orici.zar f7 á\ d~ ncias: so- ciales para construir una "y er~ ~: per " 7 · cia.\,. flue , sible, en síntesis, construir el futuro deseabl e abstra- pudiera elaborar explicacio rtes lle en't o s y correlaciones controlables y' 're 't i15 es . topos los aportes que se le puedan rec 'I ·· ría social" (por ejemplo, en ef terre e · ción técnica en ciencias SOQialest ft "est d que su programa y el presu ~ueSt!'-) lun 'é: Ja taL;s ue lo sustenta se han mostrad q~ i parHeula Jm .. ináae- cuados. De hecho, el sentid *' de lo hist óri ~o no sólo ha seguido permeando el q a,~er die las!1: l nÍ-S ias sociales sino que además ha¡ "l!l lla ado tod a'" nuestra visión del universo (Prigogy - ahaut 1 1Q~f?).. Si a partir de lo anteri 9r;, ~, ceRtamqs,/ AUe 0 las ciencias sociales tienen profl em as espedflcos a la hora de hacer inferencias y pi~e yi sio ne:§ (es t9 se r ela- ciona también claramente cq~ te ri den cias <:Je-pensa- miento ajenas y antagónicas ~? l é"\ inge,pi er !~. sosial), llegaremos fácilmente a la coridJ sión ae que se jus- tifica un área específica que, co g un i"~ str yjrne nt ario nuevo, se proponga hacer lo qd ~\ lé! § f iérícias soefales han encontrado difícil o imposibl~. Cuando B. de yéndose de lo que se ha sido, y tomando lo que se ·es como un simple " estado inicial"? EL DILEMA DE SHERLOCK HOLMES Sherlock Holmes, metido a asesino, decide co- meter el crimen perfecto. Lo logra, en efecto; mata, y en el lugar no queda la menor huella del victimario . Su discípulo más avezado se encarga de la investiga- ción y descubre fácilmente la verdad . El ra stro más claro de que el asesino es precisamente Sherlock Holmes, y no otro, es la absoluta e impecab le caren- cia de rastros; solo él pudo haber hecho un tra b ajo semejante. Eliminando todos los indicio s, Holme s ha construido el Indicio. Es imposible escabullirse. Pero si la historia no conoce coartadas, y en ese sentido es altamente es - tructurada, es también escenario por definición de procesos irreversibles y en tanto tales, irre p etibles . La estructura no está " congelada ": se encuentra per- ______________________________ 11 Colombia Ciencia y Tecnología - Enero-Marzo de 1992

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Page 1: PROSPECTIVA: CIENCIA DE LOS ESCENARIOS POSIBLES

Informe especial@

PROSPECTIVA: CIENCIA DE LOS ESCENARIOS POSIBLES

Francisco Gutiérrez Jefe División Prospectiva

_________________________________________ Colciencias

Tal decisión, escuchamos a diario, afectará el futuro de miles de personas. Y es cierto. Sin embargo, no siempre las consecuencias resultan como se esperaban. ¿Cómo darle fundamento a esas decisiones? ¿Cómo poder orientarse en un panorama de inexorable incertidumbre?

A Y DOS MANERAS DE ENTENDER EL tér­mino prospectiva: en el sentido más ge­neral y amplio, como sinónimo de "es­tudios del futuro " ; y en su sentido más estrecho, como la escuela francesa para

la cual sondear en el futuro implica una actitud de voluntarismo , participación y vigilia estratégica (Godet , 1985) . Aunque en Colombia la logia intere­sada en el tema ha preferido tradicionalmente la se­gunda acepción , nosotros adoptaremos la primera. En efecto, el desarrollo fuera de Francia de t radicio­nes investigativas en el área es lo suficientemente dinámico como para que se deba tener en cuenta .

Jouvenel definía la prospectiva como una pedagogía de la anti-fatalidad, estaba hablando precisamente de esto: el futuro tiene una diferencia de cualidad con respecto del pasado; requiere de otras herra­mientas y actitudes. Esto no significaría una ruptura radical con las disciplinas tradicionales. En realidad , ¿los temas clásicos de la gran prospectiva (ciclos his­tóricos y económicos, impactos mutuos entre el desa­rrollo tecnológico y el tejido social , toma de decisiones y formulación de estrategias, población y desarrollo , modelos satisfactorios y exitosos de sociedad) lo son también para las ciencias sociales?

Sin embargo, estas identidades podrían ser sólo aparentes. ¿No es la pedagogía de la anti-fatalidad una rebelión contra las determinaciones que a cada paso descubren las ciencias sociales? ¿Cómo estable-

un lenguaje común entre disciplinas fuertemente permeadas por el concepto de estructura social (y , por consiguiente, de relaciones necesarias) y la pros­pectiva, que se remite a un espacio de posibilidades a las que se llega vía procesos estocásticos? ¿Es po­

La pregunta que surge de inmediato es: ¿por qué y para qué estudiar el futuro? Y esto, a su vez, nos conduce al tema de la potencia predictiva de las ciencias sociales . Hay una larga t~a,di~i.QIJ:'M\qu~.c o .. mienza con Comte y adquier.e formas mui élabora­das con Popper, quien propog:e1restablecerun~~;Jn:-,,;1¡ geniería Social ". El presupuesi~D fu @damentar de y

todo el programa consistía .en léjT;• r1o ~Jp ilidad, 1 in­cluso necesidad, de des-historici.zar f7á\ d~ncias: so­ciales para construir una " yer~~:per "

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· cia.\,.flue , sible, en síntesis , construir el futuro deseable abstra-

pudiera elaborar explicaciortes lle en'to s y correlaciones controlables y''re ' t i15 es. topos los aportes que se le puedan rec ' I ·· ría social " (por ejemplo, en ef terre e · ción técnica en ciencias SOQialest f t "est d que su programa y el presu~ueSt!'-) lun'é:Ja taL;s ue lo sustenta se han mostradq~iparHeulaJm .. ináae-cuados. De hecho, el sentid *' de lo históri~o no sólo ha seguido permeando el q a,~er die las!1:l iénÍ-S ias sociales sino que además ha¡ "l!l llaado toda'" nuestra visión del universo (Prigogy - ahaut 1 1Q~f?)..

Si a partir de lo anteri9r;, ~,ceRtamqs,/ AUe0 las ciencias sociales tienen proflemas espedflcos a la hora de hacer inferencias y pi~eyisio ne:§ (est9 ser ela­ciona también claramente cq ~ t eridencias <:Je -pensa­miento ajenas y antagónicas ~? lé"\ inge,pier!~. sosial), llegaremos fácilmente a la coridJsión a e que se jus­tifica un área específica que, cog un i"~stryjrnentario nuevo, se proponga hacer lo qd~\lé!§ f iérícias soefales han encontrado difícil o imposibl~ . Cuando B. de

yéndose de lo que se ha sido, y tomando lo que se ·es como un simple " estado inicial"?

EL DILEMA DE SHERLOCK HOLMES

Sherlock Holmes, metido a asesino , decide co­meter el crimen perfecto. Lo logra, en efecto; mata, y en el lugar no queda la menor huella del victimario . Su discípulo más avezado se encarga de la investiga­ción y descubre fácilmente la verdad . El rastro más claro de que el asesino es precisamente Sherlock Holmes, y no otro, es la absoluta e impecab le caren­cia de rastros; solo él pudo haber hecho un trabajo semejante. Eliminando todos los indicios, Holmes ha construido el Indicio.

Es imposible escabullirse. Pero si la hi storia no conoce coartadas, y en ese sentido es altamente es­tructurada, es también escenario por definición de procesos irreversibles y en tanto tales , irrepetibles . La estructura no está " congelada" : se encuentra per-

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man ente mente en curso y, de hecho, el concepto mismo de temporalidad podría estar ligado a la tran­sición de un tipo de orden a otro. Es aquí donde historicidad, pieza maestra de las ciencias sociales, y prospectiva hallan un importante espacio de inter­sección. La historia no sólo habla de estructuras-que constituyen, pudiéramos decir, la intensión de los diversos órdenes sociales- sino también de la "narra­tiva" cotidiana que construyen diariamente múltiples actores humanos y que forman la extensión del or­den. En ese sentido, maneja una complejidad que va mucho más allá-i.e., es cualitativamente distinta­de la del análisis multivariado. Se remite a la especi­ficidad absoluta de eventos absolutamente irrepeti­bles, que de alguna manera reflejan ese permanente estar en curso de la estructura social. Estamos-deter­minados, sí, pero el saberlo no nos faculta para ha­blar del sentido e intensidad que va a adquirir esa determinación sobre algún actor social concreto en un momento determinado. Es aquí sobre lo que debe trabajar la prospectiva; aquí puede encontrar un ver­dadero lenguaje común con las ciencias sociales y la historia.

PENSAR LA FUTURIDAD

Pero, para que todo lo anterior cristalice, es menester manejar conceptos complejos, elaborados a un alto nivel de abstracción, de lo social. Es inútil construir sofisticaciones técnicas, o peor aún mane­jar un discurso "prospectivista" vacuo, sin una amplia base conceptual que permita indagar al menos cuáles son las preguntas adecuadas que debemos plantear acerca de desarrollos sociales en horizontes tempo­rales específicos. Si la prospectiva está en capacidad de cumplir esta labor (la de evitar los llamados erro­res de "tercer tipo", equivocarse de pregunta, según Mitroff), cumplirá una función relevante y logrará consolidar a su alrededor una significativa comuni­dad científica.

Al fin y al cabo, con el futuro no se juega. La prospectiva se propone como herramienta posible para el diseño de estrategias y la toma de decisiones que afectan a cientos y miles de seres humanos. Después del derrumbe de las traspolaciones fáciles (proyecciones, determinismo, etc.) quedó en entre­dicho la posibilidad de ligar la conciencia histórica con las diversas formas de previsión. Es preciso vol­ver a unir los dos cabos, no de manera mecánica (aplicando patrones de comportamiento del pasado al porvenir) sino adoptando las categorías más robus­tas y ricas del pensamiento social como punto de partida para adentrarse en el meandro de las incerti­rlumbres del futuro.

POSIBLES LÍNEAS

Quedarían pues abiertas las puertas para refle­xiones de largo aliento capaces de calificar la toma

Con el futuro no se juega. La prospectiva se propone como herramienta posible para el diseño de estrategias y la toma de decisiones que afectan a cientos y miles de seres huma­nos. ("La relatividad", Litografía de M.C. Escher, tomado de Le Miroir Magique de M.C. Escher, Bruno Ernst, TACO, Berlín, 1986, pág. 47).

de decisiones y, a la vez, de conquistar la imaginación de sectores significativos de la sociedad. Un ejemplo que salta a la vista es el de la regionalización. ¿Cómo se relaciona y articula con el proyecto nacional? ¿Qué nuevas formas de democracia -o antidemocracia- es posible suscitar? ¿Qué sucederá con áreas que se están pensando como fuente de riqueza y patrimo­nio, como objeto, en fin, y no como sujeto de su propio futuro (valga por caso, la Costa Pacífica)? ¿Qué valores alimentan a las élites y poderes locales, y cómo incidirá esto en el proceso de regionalización?

Un listado igualmente sustancioso podría enun­ciarse alrededor de, por ejemplo, la apertura o la integración latinoamericana. En general todo pro­ceso complejo, que implica la participación de múl­tiples sectores sobre cuyo comportamiento tenemos apenas una escuálida influencia (piénsese sólo en el plano internacional) requeriría del aporte cualificado de la prospectiva; de una prospectiva crítica y vigilan­te, capaz de indicar a los actores sociales cuáles son los posibles resultados a mediano y largo plazo de sus comportamientos, valores e intereses aquí y ahora. •

CITAS

GODET M.: "Prospective et Planification Strat gique, Economica", París 1985.

PRIGOGYNE, Pahaut S: "Redescubrir el tiempo" en El Paseante 4, otoño 1986.

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