prosigo al blanco

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Aún no lo hemos alcanzado aún no hemos alcanzado la meta de nuestra salvación. Existe algo por el cual debemos de luchar. Se trata de la madurez cristiana. Lectura: Filipenses 3:12-14 El apóstol Pablo detalla en los versos anteriores a los que hemos leído sus luchas por el evangelio. Habla de lo que había dejado atrás - su herencia judía, de la que se había anteriormente jactado - a fin de conocer la justicia de Cristo. Aun después de todo esto, sin embargo, Pablo no sentía haber alcanzado su meta final. Pensemos en esto por un momento. El apóstol Pablo es una de las personas que más sufrió por extender el evangelio. Fue náufrago, sufrió azotes, fue rechazado por sus compatriotas y correligionarios, tuvo hambre, padeció necesidad y muchas otras cosas por la causa de Cristo. El, sin embargo, no sentía aún haber alcanzado la meta de su llamamiento cristiano. Sabía que había más que hacer, más crecimiento, más logros. Si Pablo, después de todo lo que vivió, sintió eso, con más razón podemos decir nosotros que aún no hemos logrado la meta. ¿Cuál es nuestra meta como cristianos? La meta es la madurez. En el verso 12, cuando Pablo nos dice que aún no es perfecto, no se refiere a la perfección de no tener pecado, sino más bien al estado de no faltar nada. En otras palabras, Pablo nos dice que aún le queda crecimiento en su vida cristiana y en su relación con Cristo. I. Para avanzar a la madurez, es necesario seguir luchando Fil 3:13a Sigo adelante , dice Pablo.- prosigo a la meta. Si vamos a avanzar hacia la madurez, tenemos que reconocer la importancia de seguir luchando por ella. No podemos perder de vista el propósito que tiene Cristo para nosotros. En la fábula de la tortuga y la liebre, estos dos animales emprenden una carrera. Al principio la liebre deja a la tortuga en el polvo. Con su mayor fuerza y capacidad para correr parece obvio que ganará. La liebre, sin embargo, se confía de su rapidez. De repente se cansa, y decide tomarse una siesta en la fresca sombra de un árbol. Mientras tanto, la tortuga sigue avanzando. Luego, la liebre busca unas hierbas verdes para almorzar - y la tortuga sigue avanzando. A fin de cuentas, con todas sus distracciones, la liebre permite que la tortuga gane la carrera. De la misma forma, la clave para llegar a la madurez no es poseer alguna gran capacidad, tener mucha educación o ir al seminario. La madurez se alcanza por medio de la persistencia. Muchos hombres de grandes dones han fracasado en su vida cristiana porque no prosiguen. No luchan. La primera cosa que tenemos que hacer para avanzar hacia la madurez es seguir luchando por ella. Quizás te has desanimado por algún motivo en tu crecimiento cristiano. Has dejado de esforzarte por conocer más de Cristo. Has dejado de buscar su presencia todos los días. Has dejado de progresar hacia la meta. No dejes de luchar para alcanzar la madurez. No te conformes con lo que ya

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An no lo hemos alcanzado

an no hemos alcanzado la meta de nuestra salvacin. Existe algo por el cual debemos de luchar. Se trata de la madurez cristiana.Lectura:Filipenses 3:12-14El apstol Pablo detalla en los versos anteriores a los que hemos ledo sus luchas por el evangelio. Habla de lo que haba dejado atrs - su herencia juda, de la que se haba anteriormente jactado - a fin de conocer la justicia de Cristo.Aun despus de todo esto, sin embargo, Pablo no senta haber alcanzado su meta final. Pensemos en esto por un momento. El apstol Pablo es una de las personas que ms sufri por extender el evangelio. Fue nufrago, sufri azotes, fue rechazado por sus compatriotas y correligionarios, tuvo hambre, padeci necesidad y muchas otras cosas por la causa de Cristo.El, sin embargo, no senta an haber alcanzado la meta de su llamamiento cristiano. Saba que haba ms que hacer, ms crecimiento, ms logros. Si Pablo, despus de todo lo que vivi, sinti eso, con ms razn podemos decir nosotros que an no hemos logrado la meta.Cul es nuestra meta como cristianos? La meta es la madurez. En el verso 12, cuando Pablo nos dice que an no es perfecto, no se refiere a la perfeccin de no tener pecado, sino ms bien al estado de no faltar nada. En otras palabras, Pablo nos dice que an le queda crecimiento en su vida cristiana y en su relacin con Cristo.I. Para avanzar a la madurez, es necesario seguir luchando Fil 3:13aSigo adelante, dice Pablo.-prosigo a la meta.Si vamos a avanzar hacia la madurez, tenemos que reconocer la importancia de seguir luchando por ella. No podemos perder de vista el propsito que tiene Cristo para nosotros.En la fbula de la tortuga y la liebre, estos dos animales emprenden una carrera. Al principio la liebre deja a la tortuga en el polvo. Con su mayor fuerza y capacidad para correr parece obvio que ganar.La liebre, sin embargo, se confa de su rapidez. De repente se cansa, y decide tomarse una siesta en la fresca sombra de un rbol. Mientras tanto, la tortuga sigue avanzando. Luego, la liebre busca unas hierbas verdes para almorzar - y la tortuga sigue avanzando.A fin de cuentas, con todas sus distracciones, la liebre permite que la tortuga gane la carrera. De la misma forma, la clave para llegar a la madurez no es poseer alguna gran capacidad, tener mucha educacin o ir al seminario.La madurez se alcanza por medio de la persistencia. Muchos hombres de grandes dones han fracasado en su vida cristiana porque no prosiguen. No luchan. La primera cosa que tenemos que hacer para avanzar hacia la madurez es seguir luchando por ella.Quizs te has desanimado por algn motivo en tu crecimiento cristiano. Has dejado de esforzarte por conocer ms de Cristo. Has dejado de buscar su presencia todos los das. Has dejado de progresar hacia la meta.No dejes de luchar para alcanzar la madurez. No te conformes con lo que ya has alcanzado. Sigue luchando. Y al hacerlo, recuerda queII. Para avanzar a la madurez, es necesario olvidar el pasado Fil 3:13bNada puede estorbarnos en nuestro avance a la madurez ms que el pasado. Los malos hbitos que hemos establecido en el pasado pueden servir como un ancla a nuestro progreso. Antes de que un barco pueda zarpar, tiene que subir el ancla.Los rencores que tienen su origen en el pasado nos pueden estorbar tambin. Esos deseos de ver que la persona reciba su merecido, de ver que sufra como nosotros hemos sufrido, pueden causar que nuestra atencin se quede fija en el pasado en lugar del futuro.Incluso los xitos del pasado nos pueden estorbar. Podemos sentirnos tan contentos con lo que hemos logrado - sea en el mbito personal o el espiritual - que no nos damos cuenta que hay ms que lograr.Un nio de seis aos que apenas est aprendiendo a leer con mucha razn se siente contento por su habilidad de leer historias sencillas. Si tiene la misma capacidad a la edad de diecisis, sin embargo, existe un problema. Tiene que seguir progresando.La vida para el creyente es un constante progreso. Dice Pablo: "Una cosa hago: olvidando lo que queda atrs y esforzndome por alcanzar lo que est delante, sigo avanzando hacia la meta".Lgicamente, no olvidamos el pasado en el sentido de no aprender de sus lecciones, o de olvidar nuestras experiencias. Ms bien, no vivimos en el pasado. No nos mantenemos enfocados en el pasado. Para avanzar a la madurez, es necesario olvidar el pasado; y habiendo hecho esto,III. Para avanzar a la madurez, es necesario tener en vista la metaPablo da testimonio de que l tiene en vista la meta principal. Su propsito, segn el verso 14, esganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jess.Se refera Pablo a la salvacin? Nos quiere decir que l an no estaba seguro de ser salvo? No podemos sacar esta conclusin. Pablo mismo expresa su certeza de haber sido liberado de la muerte en Romanos 8:2:"Porque la ley del Espritu de vida en Cristo Jess me ha librado de la ley del pecado y de la muerte",y varios otros pasajes.La salvacin no es un premio, sino es algo que recibimos gratuitamente por fe. El premio al que se refiere Pablo es la aprobacin de nuestro Seor y el honor que El nos dar en base a nuestra fidelidad en el servicio. Son aquellas palabras: "Bien hecho, buen siervo y fiel. Entra al gozo de tu Seor"(Mateo 25:21).Un corredor en una carrera est perdido si se detiene en medio de la carrera para decir: Qu bien estoy corriendo! Est perdido si se detiene a considerar lo que estarn pensando de l los espectadores. Slo podr ganar si mantiene la mirada fijada en la meta.Nosotros slo podremos vencer y tener ese gran privilegio de recibir la aprobacin de nuestro Seor si mantenemos la mirada fijada en El. Si empezamos a considerar a los dems, si nos comparamos con otros o creemos que ya hemos llegado, no podremos realizar lo que Dios tiene para nosotros.Estamos corriendo la carrera de la vida. En la lnea final est parado aquel Seor, aquel Jess que nos ama ms que cualquier otra persona pudiera amarnos. El ya triunf en la carrera. Ahora nos anima a nosotros a correr con fuerza y valor. Tiene su mirada de amor puesta sobre nosotros, alentndonos a triunfar.Le estamos mirando a El? Tenemos como meta suprema agradarle a El? Est puesta nuestra atencin en El? Slo as podremos avanzar hacia la madurez, slo as podremos correr la carrera con xito, slo as podremos triunfar en la vida.ConclusinEl filsofo dans Kierkegaard coment en cierta ocasin que los cristianos de su da se parecan a los estudiantes de matemticas. En lugar de resolver los problemas, preferan buscar las respuestas en la clave al final del libro. De esta forma, terminaban muy rpidamente su tarea, pero nunca se aprendan los principios de la matemtica.De igual forma, los creyentes muchas veces buscamos atajos para llegar a la madurez. Esos supuestos atajos, sin embargo, generalmente nos alejan de la madurez en lugar de acercarnos.Para avanzar a la madurez, es necesario seguir luchando, olvidar el pasado y tener en vista la meta. Hoy, al principio de un ao nuevo, Dios nos est llamando a fijar nuestra mirada en su Hijo y proseguir a la meta.Qu te est estorbando en tu progreso a la madurez? Qu cambios debes de hacer en tu vida para poder realizar el propsito que Dios tiene para ti? Confa en que El te ayudar, y camina adelante para alcanzar la meta.