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Musicoterapia en Psiquiatría PROGRAMA DE FORMACIÓN A DISTANCIA PARA ESPECIALISTAS MÓDULO 2 DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN: Dra. Serafina Poch Blasco Actividad acreditada por la Comisión de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud con 3,3 créditos

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Musicoterapia en Psiquiatría

PROGRAMA DE FORMACIÓN

A DISTANCIA PARA ESPECIALISTAS

M Ó D U L O 2

DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN: Dra. Serafina Poch Blasco

Actividad acreditada por la Comisiónde Formación Continuada del SistemaNacional de Salud con 3,3 créditos

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Musicoterapia en Psiquiatría

PROGRAMA DE FORMACIÓN

A DISTANCIA PARA ESPECIALISTAS

M Ó D U L O 2

DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN: Dra. Serafina Poch Blasco

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Patrocinado por:

Avda. República Argentina, 165, pral. 1a

08023 Barcelona

D.L.: B. 34.250-2009

Impresión: Vanguard Gràfic S.A.

Dirección editorial:

DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN

Dra. Serafina Poch Blasco

Musicoterapeuta registrada por la American Music Therapy Association

Co-fundadora y expresidenta de la AEMT y de la ACMT

La Dra. Poch es doctora en Filosofía y Letras (Pedagogía-Psicología). Realizó el internado de Musicoterapia en el Essex County Overbrooke Hospital (Cedar Grove, NJ, EE.UU.) y es Musicotepareuta Registrada (RMT) por la American Music Therapy Association. Iniciadora y directora de los posgrados universitarios en Musicoterapia en España, en la  Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, desde 1992. Fundó la Asociación Espa-ñola de Musicoterapia (1976), junto con el Prof. Joan Obiols Vié, Catedrático de Psiquiatría de la UB, y la Asso-ciació Catalana de Musicoteràpia (1983), de la que es Presidente de Honor. Ha sido presidente del “I Congreso Nacional de Musicoterapia” (Montserrat, Barcelona, 2006) y co-chairman del “Simposium de Musicoterapia”, dentro del “X Congreso Mundial de Psiquiatría” (1986). Ha trabajado como musicoterapeuta en diversos cen-tros de España y Estados Unidos.

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7IPapel del musicoterapeuta en Psiquiatría.Objetivos y estructuración de las sesiones de musicoterapia .............................................. 5

8IMusicoterapia en el tratamiento de adultos con problemas psiquiátricos .............................. 12

9IMusicoterapia en Gerontopsiquiatría ................... 25

10IMusicoterapia en el tratamiento del autismo y de la esquizofrenia infantil .............................. 32

11IMusicoterapia en los centros penitenciarios .......... 42

12IMusicoterapia para la prevención y tratamiento de drogadicción en adolescentes ........................ 50

13IMusicoterapia en pediatría ................................ 57

14IBeneficios que aporta la existencia del servicio de musicoterapia en un centro hospitalario ........... 66

Índice

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Introducción

La musicoterapia forma parte de las profesiones sa-nitarias y el musicoterapeuta es un miembro más en sus equipos, como se ha dicho ya.

Para tratar con enfermos mentales, el musicoterapeu-ta precisa poseer unas cualidades especiales. Funda-mentalmente, ha de ser un buen psicoterapeuta, en el más amplio sentido de la palabra, además de un buen conocedor de la música, con sensibilidad mu-sical y habilidades musicales, sin duda. Pero si pre-valece el aspecto musical sobre el psicoterapéutico, el tratamiento de musicoterapia fácilmente puede con-vertirse en un conjunto de actividades musicales y po-co más.

El psicoterapeuta utiliza básicamente la palabra para hacer psicoterapia, mientras que el musicote-rapeuta utiliza la psicoterapia a través de la expre-sión musical y la palabra también. Son dos profesio-nes que no se excluyen, sino que se complementan.

Para Freud, la psicoterapia es un tratamiento psico-lógico de los trastornos anímicos con medios que ac-túan directa o indirectamente sobre lo anímico del ser humano.

Todos los tipos de psicoterapia tienen en común cuatro características1: 1) el psicoterapeuta estable-ce una relación genuina y cuidadosa con el paciente; 2) el psicoterapeuta ayuda al paciente a emprender una autoexplicación, autocomprensión psicológica de sí mismo; 3) el psicoterapeuta y el paciente trabajan en equipo para establecer objetivos cuyo fin es resol-ver los problemas psicológicos del paciente y mejorar su desenvolvimiento personal; y 4) el psicoterapeuta enseña al paciente técnicas para hacer frente a la ten-sión y controlar su vida de forma autónoma y eficaz.

¿Se dan en la musicoterapia estas características? Se da necesariamente la primera, o sea, el estableci-miento de una relación con el paciente para que de-rive en una transferencia positiva, sin la cual es inútil todo lo demás. La segunda característica no se da,

7Papel del musicoterapeuta en Psiquiatría. Objetivos y estructuración de las

sesiones de musicoterapia

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excepto en determinados casos. La tercera sí se da y es indispensable. Sin embargo, no siempre es posi-ble la colaboración del paciente, por ejemplo, en casos de falta de expresión verbal, mutismo psicógeno o en pacientes con gran deterioro, incapaces de compren-der. Aquí reside una de las diferencias fundamentales: la psicoterapia es aplicable sólo a pacientes que pue-dan comprender y o puedan expresarse verbalmente. En cambio, la musicoterapia es aplicable a un am-plísimo espectro de pacientes a los que no es posi-ble llegar con ningún otro tipo de psicoterapia y desde la cuna hasta la decrepitud del ser humano. La cuar-ta característica se da también, puesto que la musi-coterapia enseña técnicas de las que se pueda servir el paciente, como son modos de utilizar la música y la danza en su beneficio, para sugerirle o provocarle sen-timientos, para acompañarle, para hacerle salir de sí mismo y de sus ideas obsesivas, por ejemplo. La mú-sica, si el paciente la sabe elegir, puede ser el sustitu-to del terapeuta ausente.

Dadas las diferencias entre los campos de aplica-ción de la psicoterapia y de la musicoterapia, el mu-sicoterapeuta puede atender a mucho mayor nú-mero de tipos de pacientes que el psicoterapeuta. El musicoterapeuta no pretende invadir ningún campo que no sea el suyo. Ni, por tanto, quiere hacer la fun-ción del psicólogo-psicoterapeuta, pero dado que trata de ayudar anímicamente al ser humano, puede adaptar a su función alguno de los modos de obrar del psicote-rapeuta ( TABLA7-1 ).

Competenciasdelmusicoterapeuta

No son de la competencia del musicoterapeuta: 1) la evaluación psicológica y el diagnóstico clínico; 2) la psicoterapia como único tratamiento; ni 3) la en-señanza de la música, porque compete al profesor de

música, excepto en determinados casos y de un modo no académico, como ayuda al paciente.

Entre las competencias del musicoterapeuta figuran:

1. Conocer el historial clínico y psicológico de cada pa-ciente. Sin ello no es posible trabajar científicamen-te. No es suficiente sólo el diagnóstico clínico.

2. Evaluar al paciente desde el punto de vista musico-terapéutico, mediante el diálogo con el propio pa-ciente, la entrevista con los padres y con los pro-fesionales que estén en contacto con él (maestros, asistente social…).

3. Seleccionar a los pacientes y organizar los grupos.

4. Trazar los objetivos juntamente con el psiquiatra, siempre que sea posible.

5. Ayudar al paciente a través de la relación psicote-rapéutica y mediante la utilización de la música y la

TABLA7-1 Características y campo de aplicación de la psicoterapia y la musicoterapia

Psicoterapia Musicoterapia

1. Establecimiento de una relación.

1. Establecimiento de una relación.

2. Ayuda a la autoexplicación psicológica.

2. Casi nunca ayuda a la explicación psicológica.

3. Trazado de objetivos con el paciente.

3. Trazado de objetivos con el paciente en ocasiones.

4. Enseñanza de técnicas de ayuda al paciente.

4. Enseñanza de técnicas de cómo ayudarse con la música y la danza.

Campo de aplicación

Psicoterapia Musicoterapia

Se precisa comprensión lógica y expresión verbal.

No se precisa compresión lógica ni expresión verbal.

Aplicable sólo a pacientes con comprensión lógica y expresión verbal o escrita.

Aplicable casi a todo tipo de pacientes.

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palabra. También se suele utilizar como complemen-to –no básico ni obligatorio– alguna de las formas de danza, de arte plástico, del psicodrama o de la poe-sía como terapia. Lo esencial es la utilización de la música.

6. Hacer un seguimiento de los pacientes, cuando fina-liza el tratamiento, siempre que sea posible.

7. Efectuar una labor de prevención, asesorando en cuan-to a actividades musicales y elección de tipos de músi-ca adecuados a niños y adolescentes en los centros de educación, tanto de educación primaria o secundaria como en educación especial, y también informando a los propios padres sobre qué tipo de música puede ser positiva para sus hijos y cuál negativa.

8. Cubrir las necesidades que no realiza otro terapeu-ta. En las aulas de educación especial de los centros de educación primaria y secundaria o en los centros de educación especial, es de su competencia el atender con preferencia a los niños con problema emocional por tres razones: 1) porque la musicoterapia es el trata-miento adecuado para este tipo de problemas; 2) por-que si se atienden en la infancia se evita que se cronifi-quen; y 3) porque estos niños no suelen ser atendidos por nadie, y pasan desapercibidos.

En los centros citados en este último punto se suelen atender a los niños con unos problemas importantes, vi-sibles, y también a aquellos cuyo problema incomoda a los demás notablemente, como por ejemplo niños hipe-ractivos; sin embargo, los niños con problemas emocio-nales menos importantes suelen pasar desapercibidos.

En los centros de educación especial se atiende, por lo general, con preferencia, a los niños con problemas físicos, por parte del fisioterapeuta o el psicomotricis-ta. Los niños con problemas de lenguaje son atendi-dos por el logopeda, pero los niños con problemas

emocionales, especialmente cuando no se hacen no-tar, no son atendidos por nadie.

En las aulas de educación especial, dentro de los cen-tros de educación primaria, el profesor de educación especial suele tener mas casos de los que puede aten-der, sobre todo casos de retraso en el aprendizaje, por lo que no suele tener tiempo material de atender a los casos de problema emocional.

En la denominación de problema emocional se encua-dran gran variedad de problemas de muy diversa índo-le y gravedad. Aquí nos referimos a aquellos que no re-visten gravedad pero que, si son atendidos a tiempo, se evita que se cronifiquen, como se ha dicho, y ade-más se contribuye a que estos problemas no interfie-ran en el buen desarrollo escolar de estos niños, ni en su salud física, o ayuda a la prevención de multitud de problemas, como pueden ser la enfermedad mental, la delincuencia, la drogadicción, la huida del hogar, el sui-cidio, etc. O, simplemente, la infelicidad de estos niños y adolescentes, lo cual ya es razón suficiente.

Este tipo de niños y adolescentes debieran ser atendi-dos por el musicoterapeuta porque si él no lo hace, no lo hará nadie y, por definición, el musicoterapeuta es uno de los profesionales preparados para ayudar en es-te tipo de problemas, aparte del psiquiatra.

Cualidadesdelmusicoterapeuta

En la valoración del musicoterapeuta, al igual que en la del psicoterapeuta, debe considerarse su dimen-sión personal (personalidad y experiencia de vida) y su dimensión profesional (formación como psicote-rapeuta y, en nuestro caso, formación como musico-terapeuta).

La personalidad del psicoterapeuta es fundamental en relación con su efectividad terapéutica: “cuando lo

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personal es congruente con lo profesional, esto consti-tuye uno de los aspectos más curativos”2.

No basta con conocer las técnicas y saber aplicarlas, es preciso que el paciente vea en el terapeuta una se-rie de cualidades que le inspiren confianza y respeto hacia él.

“El clima producido por la personalidad del terapeuta es un agente potente de cambio. El terapeuta es más que un experto en aplicar técnicas; el terapeuta ejer-ce una influencia personal que propone variables como la comprensión, la cordialidad y el respeto”3. Por ello, Muskatevc4 señaló como cualidades básicas las si-guientes: 1) buena salud y vitalidad; 2) estabilidad emo-cional; 3) comprensión y aceptación de uno mismo; 4) deseo de ayudar a los demás; 5) paciencia; 6) tacto; 7) saludable sentido del humor; y 8) habilidad para el trabajo en equipo.

En este contexto, puede afirmarse que los mejores profesionales de la musicoterapia son aquellos que po-seen o adquieren con el tiempo:

1. Estabilidad emocional que, junto con la compren-sión de uno mismo, es algo esencial para compren-der y aceptar a los demás. Es muy importante la vocación de ayudar a los demás y la vocación de hacerlo como musicoterapeuta. De vocación se habla poco, como si fuera un concepto pasado de mo-da, como si con una buena preparación cientificotéc-nica fuera suficiente, y no lo es. Sin vocación, el mu-sicoterapeuta podrá ser un científico, un teórico, un animador de grupo…, lo que se quiera, pero no será un buen musicoterapeuta.

2. Alto grado de autorrealización a nivel personal y profesional. El terapeuta, como profesional, ha de sentir que está realizando la profesión que desea, que no está en ella puramente con fines crematísticos.

Pero sí por otros fines como el deseo de ayudar a los demás, tan importante como para llenar toda una vida y sentirse realizado.

3. Sensibilidad emocional.

4. Sensibilidad musical y artística. El musicoterapeu-ta ha de ser alguien para quien la música sea el len-guaje emocional por excelencia. También debe ser capaz de percibir matices y lo inexpresable del mun-do de los sentimientos para saber elegir la música adecuada en cada situación .

5. Creatividad y facilidad de improvisación. La musi-coterapia no se ajusta a unos programas preestable-cidos, sino que es el paciente y sus necesidades los que marcan la pauta a seguir. Por supuesto que exis-ten unos objetivos previamente fijados, pero que no son inamovibles, por lo que es preciso ir ajustando-los día a día. Ello implica, por parte del musicotera-peuta, una gran capacidad de improvisación “sobre la marcha” y de creatividad, acerca de las pautas a seguir, las técnicas a emplear, la elección de la mú-sica a escuchar o a interpretar en cada sesión. Lo im-portante es responder lo más posible a las necesida-des del paciente en el momento presente.

En su relación con los pacientes el musicoterapeuta debe prestar particular atención a:

1. Escuchar empáticamente a los pacientes.

2. Mostrar una facilidad de comprensión afectiva del paciente, en contraposición a la fría compren-sión intelectual de sus problemas. Esta cualidad nos hace ir hacia el paciente sin esperar que sea éste quien venga a nosotros ni reaccionar con amor pro-pio ante posibles actitudes negativas u ofensivas del paciente, puesto que todo ello forma parte de su en-fermedad. Sin comprensión afectiva no es posible una acción terapéutica efectiva.

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3. Reforzar los aspectos positivos de la personali-dad del paciente, antes que centrarse en los que hay que modificar. Así, se consigue que la transfe-rencia se establezca en el menor tiempo posible.

4. Potenciar la capacidad de intuición de los proble-mas del paciente.

5. En los niños, actuar con dulzura maternal y firme-za de carácter a un tiempo.

Funcióndelmusicoterapeuta

La función del musicoterapeuta se dirige a:

1. Ayudar al paciente a recuperarse.

2. Despertar en el paciente sentimientos de respeto hacia uno mismo, hacia los demás, hacia la natura-leza, hacia lo espiritual y lo trascendente, como ser humano.

3. Despertar sentimientos de empatía hacia los demás (ponerse en el lugar del otro).

4. Educar en el amor, en el sentido más amplio y pro-fundo de la palabra: amistad, amor, sentimiento de lo trascendente.

5. Ayudar, con sus observaciones, al diagnóstico clí-nico, como se ha dicho anteriormente.

La mejoría o la regresión de un paciente se advierte a veces muy claramente en las sesiones de musicote-rapia, antes que en otras situaciones. Efectivamente, lo que el enfermo hace, dice, insinúa, piensa o siente es muy palpable en las sesiones, ya que además es-tá presente su relación con los demás pacientes, cosa que no ocurre en la entrevista con el médico. Por todo ello, se comprende la importancia de estas sesiones para el psiquiatra. Al profesor Thayer Gaston le oí de-cir, en la reunión anual de la NAMT (1966), que el mu-sicoterapeuta debía ser como “los ojos y los oídos del

psiquiatra”, de manera que la información que puede aportar puede ser muy útil.

Objetivosdelassesionesdemusicoterapia

Las sesiones de musicoterapia, que nunca deberían ini-ciarse sin conocer el diagnóstico clínico del paciente, han de cubrir los siguientes objetivos terapéuticos.

1. Considerar que cada paciente es un ser humano único, irrepetible e insustituible, lo cual comporta una aceptación del paciente tal como es y una ac-titud de profundo respeto hacia aquel ser humano irrepetible, portador de unos valores personales y de creatividad únicos, lo que hace de él una perso-na insustituible.

2. Subvenir las necesidades de orden afectivo del pa-ciente, por ejemplo, estableciendo una relación tera-peuticoafectiva del musicoterapeuta con el pacien-te. Sin ella, no puede darse el proceso terapéutico. Nos referimos aquí a la relación que describe Siegel5 cuando afirma que la música o la danza por sí solas pueden o no ser terapéuticas, pero con estos en-fermos especialmente, la presencia del terapeuta es indispensable. Esta aseveración coincide con la de Scheweitzer, para quien la medicina no es sólo una ciencia, sino el arte de dejar interactuar nuestra in-dividualidad con la individualidad del paciente. Tam-bién debe intentarse potenciar su relación afectivo-familiar, cuando ello sea terapéutico.

3. Respetar los sentimientos religiosos, patrióticos, po-líticos o sociales del paciente e incluso aceptarlos o encauzarlos, si se precisa.

4. Ponerse en el lugar del paciente. El terapeuta ha de imaginar cómo se siente el paciente en cada situa-ción e intuir cómo se sentiría el terapeuta en su lu-gar. Obrar en consecuencia.

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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5. Tratar y hablar a los pacientes como si fueran perso-nas normales, esto es, con naturalidad. Ellos lo agra-decen enormemente y se contribuye a aumentar su confianza en sí mismos.

6. Mantener a los pacientes en contacto con la realidad exterior, si están hospitalizados. Hablarles de lo que pasa fuera del ámbito hospitalario, de los aconte-cimientos de todo tipo, siempre que el tema no sea contraproducente. Ello contribuye a hacerles salir de sí mismos.

7. Fomentar el pensamiento positivo, preconizado por N. V. Peale. A este propósito, Siegel cita las investiga-ciones del psicólogo Schlomo Brenitz, de la Universi-dad Hebrea de Jerusalén, según las cuales las expec-tativas positivas o negativas tienen efectos opuestos en los niveles hormonales de cortisol y prolactina en

la sangre; estas hormonas son importantes en la ac-tivación del sistema inmunológico6.

8. Tratar a los pacientes con respeto, usando, por ejem-plo, el tratamiento de “señor” o “señora” ante sus respectivos nombres, excepto cuando el paciente pide que se le tutee.

9. Entrar en sus delirios como algo natural cuando el terapeuta comprenda que no es adecuado o sería in-útil el hacerles racionalizar. De este modo, se sien-ten acogidos y aceptados, lo cual es el mejor medio para ayudarles a volver a la realidad.

10. Hacer participar al paciente lo más posible en las sesiones.

11. Aprender del paciente. Sin ello no se puede llegar a ser un buen terapeuta; es la vida la que enseña por-que cada ser humano es distinto.

TABLA7-2 Directrices para la estructuración de una sesión de musicoterapia

1. Crear un clima afectivo que invite a entrar. Al llegar los pacientes a la sala, es adecuado que escuchen una música de fondo muy suave que les invite a entrar. También se puede usar una música rítmica, si se trata de un grupo de adolescentes a quienes sólo se les atrae con este tipo de música.

2. Como bienvenida, ir al encuentro del paciente, saludándole de un modo amigable, estableciendo una corta conversación acerca de sus intereses personales del momento. Si se trata de terapia de grupo, hacer el primer día las presentaciones entre los componentes del grupo. Con niños se suele empezar la sesión con una canción de bienvenida.

3. Proceder a las presentaciones de terapeuta y pacientes en la primera sesión. En las sesiones sucesivas, el terapeuta saluda a cada paciente individualmente y luego les invita a que lo hagan entre sí, cuando ello es posible o conveniente de un modo individual, o general.

4. Establecer un corto diálogo con los pacientes de manera individualizada acerca de su situación personal, del tiempo, de los acontecimientos hospitalarios o extra-hospitalarios, de lo que han visto en la “tele”, etc.

5. Pedir a cada paciente que exprese qué desea escuchar y anotarlo.

6. Desarrollar el contenido específico de la sesión: técnicas o métodos adecuados en cada caso. No se deben utilizar más de tres o cuatro técnicas distintas en cada sesión.

7. Como despedida, invitar a los pacientes a que escuchen una pieza musical distinta cada día o bien una elegida o preferida por los pacientes, siempre la misma. Esta pieza concreta debiera ser melódica, sugerente, esperanzadora…

8. Proyectar lo que se podría hacer en la próxima sesión, sin olvidar la importancia del elemento “sorpresa”, ya que con determinado tipo de pacientes es mejor que no sepan con antelación el contenido de la próxima sesión. Puede ser conveniente preguntar, por ejemplo, qué es lo que más les gustó de la sesión, qué encontraron a faltar, etc., aunque depende de cada caso.

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7IPapeldelmusicoterapeutaenPsiquiatría.Objetivosyestructuracióndelassesionesdemusicoterapia

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12. Enseñar al paciente, entre otras cosas, a sentirse bien consigo mismo, a aceptar la frustración, a evi-tar las situaciones que han contribuido a hacerle en-fermar, a tener una actitud positiva ante las circuns-tancias de la vida y a servirse de la música como ayuda.

Estructuracióndelassesionesdemusicoterapia

A modo orientativo, puede ser útil el esquema de estruc-turación de las sesiones de musicoterapia presentado en la TABLA7-2 , ya que las sesiones nunca deben ajustar-se con rigidez a un patrón dado; han de adecuarse a las necesidades del paciente, en cada momento.

El primer contacto entre el paciente y el musicotera-peuta habrá tenido lugar en una entrevista individual para contestar al cuestionario de musicoterapia. Es-te primer encuentro es muy importante de cara a su

interés por las sesiones, si el paciente va a ser tratado en grupo. Por lo general, es muy positivo y a la mayoría se les hace corto el tiempo que se les puede dedicar. Nunca pasa un paciente directamente a una sesión de grupo sin este requisito. Lo que menos esperan es que se les pregunte por sus aficiones musicales.

Y todos las tienen. Para el musicoterapeuta, la finalidad esencial es la de sentar las bases de una buena trans-ferencia.

Referenciasbibliográficas1. Kendall FC, Norton-Ford J. Psicología clínica. México: Noriega Editores, 1988.2. Aponte H. La persona del terapeuta: Piedra angular de la terapia. Revista

Sistemas Familiares 1965; 1.3. Kaplan HI, Sadock BJ, Greeb JA. Sinopsis de Psiquiatría. Madrid: Editorial

Médica Panamericana, 1996; 859.4. Muscatevc. The essential ingredient. J Music Therapy. Junio, 1966: 75-77.5. Siegel BS. How to live between office visits. Nueva York: Harper Collins

Publishers, 1993.6. Siegel BS. Love, medicine and miracles. 2ª ed. Nueva York: Harper Perennial,

1990; 29.

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Introducción

Este Programa intenta sólo mostrar las bases sobre las que se asienta la musicoterapia, cuya importancia queda reflejada en los datos aportados por el AMTA Member Sourcebook de 2008, según los cuales, en EE.UU. hay 1.657 musicoterapeutas registrados co-mo miembros de la American Music Therapy Asso-ciation que trabajan en el tratamiento de enfermos psiquiátricos: problemas de comportamiento (372), salud mental (357), problemas emocionales (297), diagnóstico dual (229), abusos sexuales/maltrato (223), estrés postraumático (119) y trastornos de la conducta alimentaria (60).

Musicoterapiaeneltratamientodelaesquizofrenia

Los pacientes con esquizofrenia, cuyos síntomas carac-terísticos son, según el DSM-IV, ideas delirantes, alucina-ciones, lenguaje desorganizado, comportamiento cata-

tónico y síntomas negativos, por ejemplo, aplanamiento afectivo, alogia o abulia, pueden beneficiarse de la musi-coterapia.

Objetivosdelamusicoterapia

La actuación del musicoterapeuta en casos de esquizo-frenias persigue los siguientes objetivos:

1. Establecer una relación terapeuta-paciente posi-tiva. Estos pacientes suelen no admitir intrusiones en su intimidad. Ayuda –pero no siempre– a que ce-dan si el terapeuta se les acerca con una gran deli-cadeza y sin imposiciones previas, dándoles a com-prender que siente un sincero y auténtico interés por ellos. No admiten las prisas, de modo que el tiempo no cuenta cuando se trata de conseguir la respuesta personal del paciente. Suelen captar más del entor-no de lo que demuestran y suele haber una respues-ta, aunque muchas veces ésta no es inmediata, ni tal vez comprensible para el terapeuta.

8Musicoterapia en

el tratamiento de adultos con problemas psiquiátricos

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8IMusicoterapiaeneltratamientodeadultosconproblemaspsiquiátricos

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Caso clínico:

Paciente esquizofrénico crónico, de 55 años, internado desde su juventud. No habla con nadie y se negaba a asistir a las sesiones tres veces por semana. Paseaba constantemente por el ancho pasillo del “Instituto Tomás Dolsa” de Barcelona. Habitualmente era pacífico, pero en determinados momentos podía ser agresivo. No asis-tía a laborterapia ni realizaba ningún trabajo productivo, ni jugaba a petanca con los demás.

Transcurridos unos 3 meses, coincidiendo con las fies-tas de Navidad, al escuchar villancicos y ver el belén que se puso en la sala de Musicoterapia aceptó en-trar.

Cuando se le preguntaba si le gustaba la pieza musical que se escuchaba, no respondía o lo hacía con un “sí” casi imperceptible. No participaba en ninguna actividad de movimiento y permanecía rígido. Demostraba gustar-le la buena música y no la “ruidosa” o estridente.

Fue un gran avance cuando aceptó bailar un vals y ade-más se mostró feliz con ello. Sin embargo, no asistió a tres sesiones posteriores, como si se arrepintiera de haber bailado, dado que era la primera vez en años que lo hacía. Se respetó su actitud y no se le invitó a venir; se prefirió esperar a que él lo hiciera por sí mismo, lo cual sucedió de un modo espontáneo después de tres sesiones. A partir de entonces asistió a todas las se-siones.

2. Crear una atmósfera afectiva a su alrededor. Ayuda la actitud acogedora del musicoterapeuta y poner una música sugerente que invite al paciente a entrar en la sala, o pósters de paisajes. Al esta-blecer el diálogo de entrada, de bienvenida, no for-zar la respuesta de los pacientes. Que comprendan que no están obligados a nada. Si quieren contestar

o participar, perfecto. Si no, no pasa nada. Dar liber-tad y tiempo.

3. Favorecer una orientación personal, temporal y espacial. Es importante hacerles volver a la reali-dad, empezando por la más inmediata, que son ellos mismos, para ir ensanchando el círculo progresiva-mente hacia el espacio ¿dónde están?, tiempo: día, estación del año y meteorología. Las técnicas que se pueden aplicar son:

• Saludo personal. Especificar el nombre de cada paciente al llegar a la sesión; esto se complementa el primer día con el saludo dando la mano a cada pa-ciente (si es que lo acepta). En cada sesión hay que buscar oportunidades de hacerles pronunciar su nombre y también el terapeuta ha de llamarles por su nombre en uno o otro momento. Puede ser con la ayuda de una canción que contenga el nombre de pila y, a poder ser, cantada por un in-térprete famoso o bien cantada por los pacientes en la sesión, para que cada paciente pueda sentirse identificado con su canción. O que cada paciente elija una canción que le guste y que será la suya.

• Calendario. Día en que se vive, fiestas cercanas, estación del año. Para ello es interesante hacerles cantar o escuchar piezas alusivas, especialmente referidas a la estación del año en que se está, para hacerles salir de sí mismos y vivenciar el momen-to presente. Pueden utilizarse pósters alusivos a la época del año.

• “La noticia del día”. Es una actividad fundamental. Consiste en comentar la noticia más sobresaliente o mas interesante para ellos, aparecida en la prensa o en la TV. También el comentario de lo más impor-tante ocurrido dentro del entorno hospitalario o algo que les haya ocurrido a nivel personal y que deseen hacer partícipe a los demás. Es un diálogo abierto

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a todos. Es importante tener un calendario visible, y periódicos.

En el hospital o clínica en que está internado el pa-ciente pueden ocurrir sucesos luctuosos, como la muerte de algún paciente. En el “Instituto Tomás Dolsa” me di cuenta de que era muy positivo el no ocultar tales sucesos. Al revés, los pacientes pedían que se hablara del tema. Como en familia. Se ha-blaba de la muerte en sentido positivo, con natu-ralidad, desdramatizando, como algo que sabemos que ocurrirá desde que nacemos. Se recordaba a la persona, su modo de ser, sus preferencias mu-sicales. Y ellos pedían rezar una oración, lo cual se transformaba en la audición de una pieza religiosa. Se quejaban de que no se celebrase misa en el hos-pital, como años atrás.

El sentimiento religioso de cada paciente –si lo tie-ne– y respetando siempre su libertad personal y cuando se base en sentimientos positivos de amor, de acogida, evitando todo sentimiento de culpabi-lidad, sólo lo positivo, puede ayudarle a serenar su espíritu. A sentirse más felices. Eso sólo ya es fun-damental.

Durante mi internado en musicoterapia y artes crea-tivas terapia en EE.UU., cada semana se celebraba una misa para los católicos, la ceremonia de culto para los protestantes y el culto judío, los viernes. La asistencia era totalmente voluntaria. Era un servi-cio más, al igual que el baile semanal, para quienes querían asistir, en el que participaban los pacientes y algunos miembros de los equipos terapéuticos: médicos, enfermeras y, por supuesto, los musico-terapeutas profesionales y los 5 musicoterapeutas internos.

4. Estimular las respuestas afectivas. La técnica em-pleada es la audición musical. Para elegir el tipo de

música adecuada se puede partir de las preferencias musicales de cada paciente, lo cual se hace al co-mienzo de cada sesión: preguntaba a cada pacien-te qué pieza deseaba escuchar y la anotaba. En el transcurso de la sesión procuraba dar gusto a todos. Parece que prefieren músicas sugerentes y melódi-cas, ni tristes ni deprimentes. Por ejemplo, piezas románticas, cortas, de “clásicos populares” y de pe-lículas. Odian particularmente el ritmo mecánico y machacón. Prefieren músicas energetizantes, pero de contenido melódico y con una estructura armó-nica, como los valses de Strauss, música de ballet, pasodobles, marchas, canciones de la Tuna, música de películas, etc. La lectura de poesías alusivas a un tema musical puede ayudar a despertar su afec-tividad, siempre y cuando se trate de poemas fácil-mente comprensibles.

5. Propiciar la identificación de emociones en las composiciones escuchadas. La técnica usada es la expresión verbal, tanto escrita como plástica (dibujo o modelaje) de las composiciones que escuchan.

6. Corregir problemas de contenido y forma de pensamiento. En este caso, el objetivo es darles oportunidad de expresar sentimientos coheren-tes. Crear situaciones de bienestar que ayuden a la recuperación general del paciente y, por en-de, desaparecerán las anomalías en la forma y el contenido de su pensamiento. La asistencia a las sesiones ya es de por sí una ayuda, por ser actividades estructuradas que les ayudan a salir de sí mismos.

7. Mejorar la motricidad. Puede utilizarse la eurrit-mia, o sea, movimientos corporales, incluso sen-tados, siguiendo el ritmo de la música, danza-libre expresión, danza dirigida, danzas folklóricas o dan-za social.

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Caso clínico:

Varón de 38 años de edad, con diagnóstico de trastorno esquizoafectivo e internado desde hacía seis años en el “Instituto Tomás Dolsa” de Barcelona. Buena apariencia física, con carrera universitaria, responsable, educado, no discutía ni se imponía a los demás.

Se negó a venir a las sesiones alegando que no le gusta-ba la música. Un día, finalmente, me dijo que le gustaba el canto gregoriano porque le gustaba el arte románico.

Al día siguiente, a él solo le hice escuchar un fragmen-to interpretado por los monjes de Silos –recientemente habían ganado un premio internacional–. En varios días sucesivos se repitió la experiencia hasta que finalmente aceptó entrar en el grupo.

En la siguiente sesión, con él otra paciente, introduje el tema de la amistad, usando para ello la canción “Amigos para siempre” (Juegos Olímpicos de Barcelona), intervi-no en la conversación diciendo que él tenía muchos ami-gos fuera del Instituto.

En la siguiente sesión, con todos los demás, una pacien-te pidió escuchar “Fantasía-Impromptu” de Chopin y él se sintió incómodo, aunque no se marchó de la sesión por educación. Mostraba su malestar con suaves movi-mientos nerviosos de sus pies y gestos de incomodidad. Le pregunté si deseaba salir de la sesión pero me indi-có que no.

En la siguiente sesión de grupo, pedí que eligieran qué piezas deseaban escuchar y él eligió el tema principal de la película “Éxodo”. Ello dio motivo a que me pidieran que les contase el tema de la película, lo cual les intere-só mucho y el paciente lo escuchó sin perder detalle. Pe-dí la opinión de los pacientes acerca del tema, lo que se tomó como centro de conversación en que se compara-ron aspectos que podían aplicarse a sus circunstancias, aunque de un modo velado.

En las sesiones siguientes fue evolucionando de un mo-do positivo, a través sobre todo de la audición de temas de película, tales como “Candilejas”. Al escuchar el piano mostró deseos de aprender a leer las notas. Le propuse aprender a leerlas. A partir de aquel día le di clases de música durante media hora, una vez por semana, junto con otra paciente de igual diagnóstico.

Este paciente aprendió con facilidad a leer las notas y a tocarlas en el piano; se empezó por melodías conocidas que le interesasen, como “El noi de la mare”, “Noche de Paz”, “Éxodo”, “Candilejas”, “Anónimo” (tema de “Juegos prohibidos”). Él decía que la música seguía sin gustarle, pero sí le gustaba aprender música.

Es muy posible que su actitud negativista hacia la mú-sica estuviera motivada por su bloqueo afectivo, que le movía a rechazar la música en general (especialmente la de tipo romántico) debido a la carencia afectiva que ex-perimentaba. Sin embargo, sus gustos y su interés por la música evolucionaron con el tiempo: desde el canto gregoriano pasó a música temática, en particular de pe-lículas. La música rítmica actual no le gustaba y sólo ad-mitió de manera moderada la música de ballet y valses, pero rehusaba siempre bailar y hacer movimientos con música.

Estos cambios tuvieron repercusiones en otros aspectos de su vida. A partir de entonces salió una vez por sema-na de paseo, acompañado por un enfermero; además, a partir de su interés por aprender un nuevo lenguaje –el musical–, empezó a aprender inglés. En vista de su me-joría, incorporé técnicas de remotivación, en las sesio-nes, para estimularlo, con preguntas tales como ¿Qué te gustaría hacer cuando salgas?

Estas técnicas de remotivación sólo son adecuadas para pacientes que se prevé podrán salir del hospital y tener vida autónoma.

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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Técnicasautilizar

Según Unkeffer1, las técnicas de musicoterapia a utili-zar en el tratamiento de los pacientes esquizofrénicos incluyen:

• Audición musical guiada en grupo o individual para evocar sentimientos.

• Movimientos con música pidiendo que expresen la música por escrito o dibujando.

• Improvisación musical individual o en grupo.• Movimientos con música, libre expresión.• Movimientos con música pidiendo que expresen

sen timiento. • Canto en grupo.

Musicoterapiaeneltratamientodeltrastornobipolar:fasedepresiva

En el fondo de toda depresión, desde el punto de vista de la persona depresiva, el denominador común es la falta de amor y la pérdida del sentido de la vida. Así se expresa el Dr. Siegel, quien cree que estas causas pueden ser además el desencadenante de enfermedades somáticas como el cáncer. Concretamente asegura: “Uno de los precursores más comunes del cáncer es una pérdida traumática o un sentimiento de vacío o falta de sentido de la vida”2.

Los métodos psicoterapéuticos de la depresión pueden agruparse en terapias de aproximación psicodiná-mica (Freud, Abraham, Jacobson, Kohut), terapias de aproximación cognitiva (Adler, Beck, Rush) y terapias de aproximación interpersonal (Meyer, Sullivan, Kler-man, Weisman). La elección de uno u otro método está en función de los síntomas que presente el paciente.

Métodosdemusicoterapiaaplicables

Teniendo presente el apartado anterior, el musicotera-peuta elegirá el método psicoterapéutico adecuado a

cada paciente o a cada grupo de pacientes, para adap-tar a él las técnicas de musicoterapia que darán sopor-te a la psicoterapia.

La musicoterapia puede aportar a estos pacientes una ayuda importante en los siguientes aspectos:

1. Como medio proyectivo para contribuir a averi-guar las causas de la depresión. En las sesiones de musicoterapia, los pacientes proyectan –consciente o inconscientemente– su problemática profunda a través de sus preferencias musicales, expresiones verbales explícitas, comportamientos, etc.

2. Como ayuda al cambio del estado de ánimo. Un método muy eficaz es la audición musical, teniendo en cuenta el “principio de Iso” (Alshuler), según el cual los pacientes depresivos contactan mejor con música tan depresiva como su estado de ánimo pre-sente para pasar progresivamente a composiciones menos deprimentes, de acuerdo con la reacción del paciente.

Caso clínico:

Un ejemplo ilustrativo sería el de una paciente depresi-va grave, de 45 años, ingresada en el Hospital Clínico de Barcelona (1976) tratada con musicoterapia cuando es-taba en plena crisis. Aquí están algunos pasajes de mi Diario Clínico:

7 abril de 1976: C. estaba muy deprimida y una enferme-ra me ha sugerido que me la llevara a Musicoterapia. Ha subido la escalera apoyándose en mí. Decía que acababa de marearse y que había caído al suelo. Me ha dicho que se sentía tan angustiada que notaba como si no sintiera su cuerpo y que esto la angustiaba. Que le habían dado unas palomitas de maíz y que no había podido tragárse-las. Esto le angustiaba y se preguntaba por qué le pasa-ban estas cosas.

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3. Como apoyo psicoterapéutico. Una de las finalida-des de las sesiones de musicoterapia ha de ser la de conseguir que el paciente se sienta aceptado por el terapeuta y por el grupo. También debe permitirle, entre otras cosas, sentirse valorado, prestarle apoyo, clarificar ideas confusas. Más adelante enseñarle a

mirar la vida positivamente, a ser realista aceptando las cosas como son… Para conseguir todo esto, un buen medio puede ser elegir temas musicales sobre los que el paciente pueda hablar y que hagan alusión a su problemática, siempre que el paciente esté en condiciones de hablar de ello.

El tipo de música adecuado será aquel que actúe para el paciente como un lenitivo, como consue-lo a su dolor. En este caso, de música depresiva o nostálgica a música tranquilizante y, finalmente, a menos nostálgica.

Como punto de partida, puede utilizarse el canto coral: Haendel, Bach, Purcell, Fauré (Requiem), Mo-zart (“Lacrimossa” de su Requiem), Dvorak (“Stabat Mater”), etc. Conjuntos corales de canto gregoriano. Corales del renacimiento. Música religiosa ortodoxa. O piezas que sugieran tristeza, como por ejemplo “Adagio” en Sol menor de Albinoni, “Adagio para cuerda” op. 11 de Barber, “La última primavera” de Grieg, “La muerte de Ases” de la suite nº 1 “Peer Gynt” de Grieg, Sinfonía nº 6, “Patética” de Tchaiko-vsky, especialmente el último movimiento,”Pavana para una infanta difunta” de Ravel, “Nocturno para Cuerda” de Borodin, etc.

También puede recurrirse a músicas más actuales: tema principal de la película “La lista de Schindler”, “Heaven in a Wild Flower” de Bill Douglas. De Enya: “Exile”, “Evening Falls”, “On your Shore”, etc.

4. Como ayuda a la movilización interna y externa del paciente. La música contribuye a la movilización interna sugiriendo imágenes y fantasías que deben ser positivas, para ensanchar el ánimo, abrir horizon-tes, salir del “pozo oscuro” de la depresión, etc. En este caso se pueden utilizar los métodos de audición musical GIM o el procedimiento de audición musical que cada musicoterapeuta utilice.

—“¿Es que estaré toda la vida así?” —me preguntó— “Es como si estuviera en un hoyo”.

Al llegar a la sala me ha pedido música mejicana, porque con su marido la escuchaban, pero no lo he hecho por-que no he creído fuera la más conveniente dado su es-tado de depresión y además, cuando la iba a poner, ella misma me ha indicado que no sería la adecuada porque le recordaría a su marido y prefería no hacerlo, ya que se entristecería más al no poder estar con él y con su hija.

Con música deprimente primero, “La Canción de Orfeo” (de “Orfeo negro”), luego “Green Leaves” –tranquilizan-te, no depresiva– y “Moon River” –tranquilizante– (to-das ellas interpretadas por la orquesta de “Frank Pourcel tocando a los Clásicos”, su estado de angustia se alivió. Di-jo que este tipo de música le gustaba. Le ha servido de le-nitivo primero y como medio de despolarizar su atención de su problema después. La sesión individual ha durado 20 minutos.

A continuación me ha acompañado a buscar al resto del grupo y ha permanecido en él durante los siguientes cuarenta y cinco minutos. Con música de la Tuna y con «Marionetas en la cuerda» (orquesta Mantovani) se ha alegrado.

8 de abril de 1976. Hoy estaba de buen talante, sonrien-te y habladora.

21 mayo de 1976. Sube con el grupo A porque lo ha pe-dido ella y luego asiste a la sesión del grupo B, que es el suyo. Lo pasa muy bien. Está muy contenta.

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Y siguiendo la línea de psicoterapia elegida para aquel paciente o grupo, en cuanto a la movilización externa, se puede conseguir mediante la danza libre-expresión, danza dirigida, danzas folklóricas y socia-les, etc.

Otra técnica a utilizar es la de los “viajes musicales”, en la segunda fase del tratamiento o sea cuando la depresión esté remitiendo, nunca en las primeras sesiones, ya que lo que menos desea el paciente es la “evasión”.

5. Como ayuda a la socialización. El hecho de formar parte de un grupo terapéutico y tener la posibilidad de hablar o expresar ideas, deseos, puntos de vista, etc., es un medio valioso, y más si existe la posi-bilidad de actividades musicales o de danza. A no ser por estas actividades, muchos pacientes perma-necerían siempre en su habitación o en su rincón, inactivos, pasivos y angustiados. Por ejemplo, en el Hospital Clínico de Barcelona (1975), el grupo de en-fermas depresivas jóvenes (18 a 25 años) –entre las que había algunas con varios intentos de autolisis en su haber– asistían a las sesiones enfundadas en sus saltos de cama porque no tenían ánimos para ves-tirse, cosa que hacían después de la sesión. Decían que hubieran pasado todo el día en la cama de no ser porque sabían que podían asistir a musicotera-pia. Estas sesiones, que normalmente acababan con baile (sevillanas o pasodobles, por ejemplo), servían a las pacientes para conocerse entre sí, establecer un primer contacto y dejar de sentirse aisladas, co-mo extrañas entre extrañas.

6. Como ayuda a la remotivación del paciente. La técnica de remotivación fue desarrollada por Do-roty Hoskins Smith, maestra de primaria que, tras su trabajo voluntario en hospitales psiquiátricos de EE.UU., dio a conocer su técnica en 1956. “Esta

técnica consiste primordialmente en la interacción entre la enfermera psiquiátrica y un grupo de pacien-tes. La finalidad es la de estimular a los pacientes a pensar y a hablar sobre temas asociados con su mundo real. Las técnicas de discusión se usan para motivar el interés y la participación del grupo”3.

Cada sesión de remotivación consta de cinco eta-pas: 1) crear un clima de aceptación al comienzo de la sesión; 2) tender un puente hacia la realidad, bus-cando un tópico como tema; 3) compartir las ideas; 4) apreciar las ideas que se comparten; y 5) recapitu-lar y proponer nuevos temas.

Esta técnica es muy útil con enfermos agudos cuando se supone una recuperación a corto plazo. El hablar-les de sus proyectos futuros, de lo que harán –cuando salgan del hospital–, les ayuda a hacerles percibir su estado actual como algo temporal y no como algo de-finitivo, cosa que es lo normal en estos pacientes.

Musicoterapiaeneltratamientodeltrastornobipolar:fasemaníaca

En el trastorno bipolar, a un estado depresivo sucede otro opuesto de euforia (fase maníaca). Los pacientes en esta fase no pueden formar parte del grupo de pa-cientes en fase depresiva, porque el tipo de música que precisan no es en modo alguno deprimente.

La música más adecuada, como punto de partida, es la que se asemeje más a su estado de ánimo: tan alegre como su estado de ánimo.

Métodosdemusicoterapiaaplicables

Los métodos, tanto de psicoterapia como de musicote-rapia, a emplear son los descritos para pacientes depre-sivos, ya que su problema es la otra cara de una misma moneda, con la salvedad del tipo de música a emplear y la psicoterapia de base a emplear, entre otros.

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8IMusicoterapiaeneltratamientodeadultosconproblemaspsiquiátricos

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El tipo de música básico, como punto de partida, es el que despierte euforia, alegría, para pasar progre-sivamente a una música que le equilibre mental y emocionalmente.

Como ejemplos de música alegre, en “The Manto-vani Ochestra Plays”, “Music by Candlelighl”, nº 1 y 2. (PK510) (X-Tra Collection). Entresacar las piezas alegres y las que equilibran. El modo de dirigir de Mantovani, a tempo algo más lento de lo habitual, es adecuado a los pacientes a quienes guste. De modo parecido ocurre con Franck Pourcel tocando a los clásicos en “Páginas célebres” de EMI Classics, Vol de 1 al 7, y la “Orques-ta 101 Violines”, o la Colección Grandes Orquestas: “Música Maravillosa para Gente Maravillosa” (Horus, Barcelona). Música muy alegre: pasodobles, valses de Strauss, sevillanas, fragmentos de zarzuela (para los mayores, sobre todo), canciones tirolesas o folklóricas alemanas, etc.

Musicoterapiaeneltratamientodeltrastornodeansiedadgeneralizada

Freud distinguía entre la ansiedad normal –como reac-ción a peligros reales externos– y la ansiedad neuró-tica, surgida como resultado de miedos nacidos de impulsos subconscientes. Precisamente, ésta última es el origen de todas las antes llamadas “neurosis”. También es posible distinguir entre la ansiedad nacida de miedos reales y la que es producto de ideas irra-cionales, ilógicas o falsas. Si esta ansiedad persiste, puede dar lugar a problemas psicosomáticos. Por su parte, J. J. López-Ibor4 señala que no es lo mismo ansiedad que angustia.

La “neurosis de ansiedad” es, según Alexander, un es-tado en el cual el “yo” no ha aprendido aún a defender-se contra la ansiedad. Ésta es el síntoma básico y se encuentra motivada irracionalmente y “percibida a la

vez como ansiedad psíquica y como angustia física”5. En la neurosis de ansiedad existe un estado permanen-te de alerta ante un temor o miedo indefinido; se siente una especie de angustia o vago malestar físico, como constricción torácica y cardiaca, ansiedad notoria, etc. Puede llevar al pánico y al terror y centrarse en miedo a la muerte, al cáncer, al SIDA, etc.

El objetivo general de los métodos psicoterapéuticos adecuados consiste en la eliminación de la ansiedad neurótica y la adquisición de tolerancia hacia la ansie-dad normal, derivada de los problemas habituales de la vida cotidiana. Según Lamson6 estos métodos son: terapia psicoanalítica, terapia emotivo-racional, te-rapia cognitiva y terapia del comportamiento.

Técnicasdemusicoterapiaaplicables

Las técnicas de musicoterapia a aplicar en caso de tras-torno de ansiedad generalizada están en función de la gravedad. Los pacientes no deben asistir a sesiones de musicoterapia mientras estén en el estado agudo de su trastorno. Con todo tipo de pacientes no es re-comendable que asistan desde el primer día, ya que es prioritaria la evolución médica, sin enmascaramiento de ningún tipo.

El tratamiento debe basarse en el tipo de psicoterapia que elija el musicoterapeuta en cada caso, aplicando las técnicas de musicoterapia más adecuadas.

1. Si elige la terapia psicoanalítica, son adecuadas las técnicas de Priestley7,8 y el método GIM9. O el proce-dimiento utilizado por cada musicoterapeuta.

2. Si elige la terapia emotivo-racional y cognitiva para identificar las ideas o situaciones que causan ansiedad, puede ayudar la expresión verbal (en prosa o en verso), pictórica o gestual del paciente a com-posiciones musicales (por ejemplo, música de pelí-culas). En el caso de la improvisación musical con

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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instrumentos, lo que interesa es ver la interpretación que el paciente da a su propia improvisación o la de los demás del grupo, como medio proyectivo de su problemática.

Como ayuda para calmar la ansiedad del enfermo, el tipo de música adecuado se elige de acuerdo con el “principio de Iso” (véase el capítulo 6). Se busca una pieza que reproduzca lo más posible el estado de ansiedad del paciente para conectar con él.

Es importante también el tempo de la pieza elegida. La ansiedad supone un estado de aceleración mayor de lo normal, que no sería compatible con un tempo lento de la música. A un estado ansioso conviene un tempo más acelerado de lo normal: “allegro” “vivo”, “vivace”, pero sólo para contactar.

A partir de este momento, se ponen sucesivamente piezas encaminadas a provocar la proyección de su problemática y a disminuir su ansiedad (siempre que sea posible).

Se pueden escoger temas musicales que el paciente rehuya (pues proyecta en ellos sus miedos raciona-les o irracionales) en sesiones posteriores –nunca al principio– y siempre que sea oportuno; son útiles pa-ra ayudar a vencer esos miedos, aunque su uso debe hacerse de manera gradual y por musicoterapeutas expertos, con años de práctica.

3. Si elige la terapia de comportamiento, conviene recordar que en musicoterapia, actualmente, se pre-fiere tratar la causa y no el síntoma. Por ello, está en desuso, no así hace unos diez años, en EE.UU., cuando en Europa, especialmente en Francia, no se estilaba.

Las sesiones deben terminarse siempre que sea posible con ideas y música positiva, esperanzado-ra y alegre, como “Edelweiss” (interpretada por la

orquesta de Mantovani), que era la preferida por los pacientes del Hospital Clínico para finalizar la sesión), canto coral, “Amigos para siempre”, etc.

Es aconsejable, antes de despedirnos, preguntar al paciente sobre la sesión y acerca de si hay algo que hubiera deseado hacer, de qué le hubiera gustado hablar en la sesión o de qué le gustaría hablar en la siguiente. Para dar continuidad a las sesiones es importante darles alguna pequeña tarea a realizar, como por ejemplo escribir canciones que les gusten y traerlas en la siguiente sesión, traer el disco o CD que más escuchan, escribir versos, dibujar, leer al-gún libro para comentarlo en la siguiente sesión, etc. Hay que procurar que salgan de la sesión con ideas y miniproyectos positivos. Que den continuidad a las sesiones, al tratamiento.

Musicoterapiaeneltratamientodeltrastornoporestréspostraumático

A raíz de acontecimientos especialmente cruentos, como la guerra reciente en la antigua Yugoslavia, los atentados terroristas de Nueva York y de Madrid, se ha-bla más del trastorno por estrés postraumático, cuya definición y criterios para el diagnóstico se recogen en la TABLA8-1 . Pero en realidad, cada ser humano, cuando es víctima de una pérdida irreparable, puede desarro-llarlo, si se dan unas determinadas premisas.

La psicoterapia ha de intentar ayudar a superar estos traumas y fortalecer la personalidad del individuo que los ha sufrido y los está sufriendo, a través de técnicas que les permitan asumir lo vivido, aceptarlo y apren-der a vivir con ello.

Para ayudar a estas personas a vencer el trauma, He-rrera10 recomienda: 1) comprender que la persona traumatizada encuentre en el terapeuta alguien capaz

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de escucharle con empatía, capaz de profundizar en las situaciones vividas; 2) compartir que la persona trau-matizada sienta que el terapeuta es capaz de sufrir con él, de sentir lo que él siente; y 3) buscar el remedio menos agresivo.

Goleman11 apunta tres etapas en el proceso de recupe-ración: 1) rodear al paciente de un entorno de seguri-dad con el fin de “disminuir el grado de sobreexcitación emocional que es el obstáculo principal para el reapren-dizaje y permitir que el sujeto pueda tranquilizarse12; 2)

debe ser ayudado por el terapeuta a recordar los deta-lles del trauma; y 3) debe ser ayudado por el terapeuta a asimilar el trauma sufrido y ser capaz de poder vivir con él en adelante.

A esta tercera etapa, Goleman13 la denomina proceso de duelo por lo que pueda haber perdido, porque sólo entonces podrá restablecer su vida normal. No es difí-cil advertir la lógica que subyace en estos tres pasos, porque esta secuencia parece reflejar la forma en que el cerebro emocional reaprende que no hay por qué

TABLA8-1 Definición y criterios para el diagnóstico del estrés postraumático según el DSM-IV (1995)

A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido 1) y 2):1. La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno o más acontecimientos caracterizados por

muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás.2. La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.

B. La reexperimentación del suceso a través de:1. Recuerdos de acontecimientos recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes,

pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños, esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma.

2. Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar.3. El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación

de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse).

4. Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.

5. Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.

C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y aminoramiento de las respuestas del individuo a los estímulos del entorno:1. Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático.2. Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.3. Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.4. Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas.5. Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.6. Restricción de la vida afectiva, por ejemplo, incapacidad para tener sentimientos amorosos.7. Sensación de un futuro desolador, por ejemplo, no esperar obtener un empleo, casarse o formar una familia.

D. Un estado de hiperalerta, como:1. Dificultades para conciliar o mantener el sueño.2. Irritabilidad o ataques de ira.3. Dificultades para concentrarse.4. Estado de alerta constante.5. Respuestas exageradas de sobresalto.

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considerar la vida como una situación de alarma constante.

Técnicasdemusicoterapiaaplicables

Hasta el atentado terrorista de Nueva York, el tratamien-to del estrés postraumático con musicoterapia era ca-si inexistente en las publicaciones de musicoterapia. Tampoco se encontraba nada relacionado con las víc-timas de la guerra de los Balcanes14, pero sí referido a la guerra del Vietnam y sus consecuencias para los supervivientes15-20.

En la mayoría de los casos, parece que lo más adecua-do en musicoterapia es seguir la misma línea psicotera-péutica que siga el psiquiatra que trata al paciente, con lo cual la musicoterapia reforzará el tratamiento.

En los casos en que el paciente sólo recibe tratamiento farmacológico, el musicoterapeuta basará su tratamien-to en la línea de psicoterapia que crea más adecuada para aquel paciente concreto y elegirá los métodos de musicoterapia que mejor se adapten en cada caso.

En el marco del estrés postraumático, la musicoterapia puede hacer una doble contribución:

a. Como ayuda en el diagnóstico clínico. La músi-ca en sí es un símbolo, y más concretamente, un símbolo inacabado21, lo cual hace posible que cada uno de nosotros proyecte en ella anhelos, conflic-tos, carencias, recuerdos, tristezas, alegrías, etc. La música tiene un significado absolutamente personal e intransferible y, además, ligado a un tiempo deter-minado.Las producciones de los pacientes bajo el influjo de experiencias musicales o gráficas (dibujos que reali-ce, scribbles, expresión en prosa o verso) o sueños, simbolizaciones, pueden ayudar a completar el diag-nóstico clínico al tratar de interpretar los contenidos manifiestos y los contenidos latentes (evitaciones,

olvidos, reiteraciones, actos compulsivos, etc.).

Para ello, puede ser útil el hacer escuchar música, invitando al paciente a expresar de forma verbal o no verbal lo que aquella música le sugiera a través de, entre otros, los siguientes medios: expresión oral, expresión escrita: prosa o verso, expresión plástica (dibujo, pintura, modelaje, etc.), danza, improvisación musical, canto, dramatizaciones y composición.

La idea fundamental es la de lograr que los pacien-tes se expresen con total libertad, por tanto, no sería adecuado el sugerir y menos el imponer.

b. Como ayuda a superar el trauma. Basándonos en los esquemas expuestos (Herrero, Goleman), los ob-jetivos fundamentales a conseguir serían: 1. Comprender al paciente. Tanto si el tratamiento

es individual o es en grupo, la primera sesión de-be ser individual a fin de facilitar el conocimiento mutuo terapeuta-paciente. Es fundamental el dar-le una cálida bienvenida para que se sienta aco-gido desde la primera sesión. Una pieza musical emotiva, agradable, le puede ayudar, así como al musicoterapeuta para ayudarle a crear esta atmós-fera afectiva de aproximación al paciente. La im-provisación musical con instrumentos tipo Orff (metalófonos, xilófonos, claves, tambores…) o de teclado, tal vez pueda substituir el diálogo verbal, cuando el paciente no desee comunicarse verbal-mente.

2. Compartir sus sufrimientos. Las primeras sesio-nes han de tener por objeto el que se vaya creando un clima de confianza, lo cual se puede conseguir dándole oportunidad de que libremente nos cuen-te lo que el quiera sin obligarle, dejando al pacien-te la iniciativa de elegir las actividades musicales que el prefiera, en lugar de ser el terapeuta quien se las imponga. Si el paciente no elige ninguna, el

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musicoterapeuta puede sugerirlas.

Cuando el paciente esté tan deprimido que no de-see hacer nada, lo mejor es acompañarle con un silencio “cálido” para que el paciente se dé cuenta de que participamos de su dolor.

Se cuenta que Beethoven debía dar el pésame a una amiga que había perdido a su hijo. El genio de la música entró en la casa y, sin mediar palabra, se sentó al piano y expresó todo su dolor a través de su música. Luego, sin mediar palabra tampoco, abandonó la casa. Con seguridad aquella música expresó lo inexpresable con palabras.

En situaciones parecidas, el musicoterapeuta para contactar con el paciente lo mejor podría ser darle a escuchar piezas de música que traten de reflejar su dolor: improvisar al piano o reproducir una de-terminada composición que pueda contactar con el estado de ánimo del paciente (principio de Iso).

Poco a poco –el tiempo no cuenta– puede intentar-se llenar el silencio con preguntas sobre el porqué de su actitud o hacer escuchar fragmentos de mú-sica de acuerdo con el principio de Iso.

3. Disminuir el grado de sobreexcitación emocio-nal. No sería adecuado, en la mayoría de los ca-sos, el poner una música “sedante” para aminorar su sobreexcitación emocional sin antes haber da-do oportunidad al paciente de que pueda expresar todo su dolor. En tal caso, una música “sedante” sería contraproducente porque reprimiría su dolor en vez de dejarlo fluir al exterior para ser compar-tido.

De acuerdo con el “principio de Iso”, lo mejor es buscar piezas musicales que reflejen dolor, tan tristes como el paciente acepte. La gradación aquí es muy importante. Cada caso es único. Invitarle a

que se exprese mediante la improvisación musical, el dibujo o la expresión escrita, con música

4. Recordar los detalles del trauma. Normalmente, este objetivo no se aborda en musicoterapia, a me-nos que el musicoterapeuta sea un buen psicote-rapeuta. Será cuando el paciente se sienta capaz de recordarlo y expresarlo. El objeto es la “desen-sibilización” sistemática de las circunstancias del trauma. Puede ayudar la audición de música de pe-lículas o clásica que sugiera emociones parecidas a las que experimentó el paciente.

5. Asimilar el trauma. Todas las fases anteriores son una preparación para conseguir lo esencial, que es la superación del trauma vivido, lo que en psicoanálisis se llama “proceso de duelo“. No es posible volver a tener una vida equilibrada ni plena sin superar esta fase, lo cual, en general, requiere un tiempo. Las técnicas a utilizar para la consecución de este objetivo son muchas, en rea-lidad pueden ser la mayoría de las existentes en musicoterapia, dependiendo de las característi-cas personales de cada grupo y/o paciente, como pueden ser los métodos receptivos y los activos (véase capítulo 6).

6. Rehacer o replantearse la vida. En estas sesio-nes, se pretende que el paciente recupere pro-gresivamente su integridad personal, espiritual, familiar, social, laboral. Para ayudar a rehacer la personalidad del paciente deben introducirse en las sesiones de musicoterapia ideas de psicote-rapia personal, como las de Carl Rogers u otras. La logoterapia y las ideas de Viktor Frankl pueden ayudar a profundizar y a clarificar ideas básicas como soporte para vivir en plenitud. Las sesiones pueden hacerse más espaciadas en esta fase.

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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Según el AMTA Member Sourcebook de 2009, en EE.UU. Hay 1.305 profesionales musicoterapeutas re-gistrados que atienden a personas mayores con pro-blemas (enfermos de Alzheimer, enfermos de Parkin-son, mayores con problemas neurológicos, enfermos terminales…).

A causa del creciente número de pacientes mayores que presentan problemas psiquiátricos ( TABLA9-1 ), la aplicación de la musicoterapia en Geriatría y Geronto-psiquiatría es el “tema estrella” en los círculos espe-cializados. Por ello, la NAMT (National Association for Music Therapy), consciente de su necesidad, quiso lla-mar la atención sobre esta realidad social y sanitaria y, por ello, solicitó al Comité Especial del Senado sobre Personas de Edad Avanzada (EE.UU.) que la Adminis-tración Federal incluyera en sus presupuestos el tra-tamiento de musicoterapia, realizado por musicotera-peutas registrados (RMT y MT-BC).

El 1 de agosto de 1991, en el Senado de EE.UU. se cele-bró la sesión Forever Young: Music and Aging (véanse el CD que se adjuntó con en módulo 1 y el capítulo 14).

¿Quépuedeaportarlamusicoterapiaalospacientesdeedadavanzada?

Clair2 cita seis áreas principales en las que la musicote-rapia puede ayudar a los pacientes de edad avanzada: 1) como estimulación emocional y física; 2) como co-municación; 3) como expresión de emociones; 4) como

9Musicoterapia

en Gerontopsiquiatría

TABLA9-1 Trastornos psiquiátricos en personas mayores

a. Trastornos de ansiedad.

b. Trastornos afectivos. Depresiones.

c. Psicosis esquizofrénicas y otros estados relacionados.

d. Síndromes demenciales: demencias degenerativas. Enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Pick, demencia multiinfarto, demencias de origen tóxico (alcohólicas, yatrogénicas, etc.).

e. Trastornos neurológicos con repercusión psiquiátrica: tumores intracraneales, hidrocefalia, enfermedades extrapiramidales, corea de Huntington, enfermedad de Parkinson, etc.

f. Traumatismos craneocefálicos, demencias subcorticales.

Adaptada de Herrera, Sabanés y Payés1.

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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promotora de asociaciones mentales y emocionales; 5) como relajación; y 6) como entretenimiento y recre-ación.

A la luz de diversas investigaciones, los efectos de la música y las preferencias musicales de la población, pueden hacerse las siguientes consideraciones:

1. Se ha demostrado que la música aumenta la movi-lidad de las extremidades superiores e inferiores y las fortalece. También ayuda a una mayor amplitud de movimientos. Cotter3, Olson4 y Staum5 analizan las investigaciones publicadas sobre musicoterapia y rehabilitación.

2. Si bien existe gran cantidad de estudios sobre la in-fluencia emocional de la música6-8, existe poca inves-tigación sobre la influencia emocional de la música en los pacientes mayores con trastornos psiquiátri-cos. Thaut y Davis9 demostraron que la música ayu-da a aminorar la ansiedad y puede relajar. Además, se comprobó que una misma pieza musical no tiene los mismos efectos (sedante-excitante) para todos los pacientes, cosa que concuerda con la experiencia clínica. Igualmente, se estableció que la música tie-ne un efecto sedante o estimulante, según los casos, sobre estos pacientes, tanto si ha sido elegida por el musicoterapeuta como por el paciente, lo cual sugie-re la conveniencia de dar oportunidad al paciente pa-ra que elija su música preferida. Por último, se pudo determinar que la combinación de la música con otro tipo de ayudas incrementa sus efectos terapéuticos.

3. Respecto a las preferencias musicales, son ilustrati-vas estas observaciones: a) los enfermos mayores prefieren músicas de su juventud y no hay diferen-cias significativas entre preferir música sedante o ex-citante10; b) las músicas populares y las piezas que son favoritas de la adolescencia tienden a ser recor-dadas a lo largo de la vida y tenidas como favoritas11;

c) las preferencias musicales están influidas por cier-tas variables (como la educación musical previa) y por experiencias musicales del pasado12. Los esti-los preferidos por los pacientes estudiados fueron: música patriótica, jazz, música religiosa, espectácu-los musicales, música de los años 20, música folk, música sinfónica y ópera. También se pudo compro-bar que cuanto mejor era la educación musical del paciente, mayor preferencia manifestaba por la músi-ca sinfónica y operística; y d) la música “country” es la preferida, seguida por el jazz tradicional, la música religiosa, la clásica y, por último, la popular actual. Pa-ralelamente, se detectó que las personas mayores eran muy sensibles al volumen de la música13.

4. La música estimula la memoria, tanto a largo plazo como a corto plazo. También reduce la confusión y aumenta la retención de información14. Los pacientes con enfermedad de Alzheimer recuerdan muchísimo mejor las palabras cantadas que las no cantadas, e in-cluso mejor que las pronunciadas sólo marcando un ritmo. Hay indicios de que estos pacientes pueden aprender canciones nuevas, aunque sea “mumean-do”15. Todo lo dicho concuerda con mi experiencia profesional en este tipo de pacientes. A algunos de los pacientes de Alzheimer tratados, las músicas fa-miliares les provocaban recuerdos del pasado muy le-jano, en especial aquellas canciones o piezas ligadas a buenos recuerdos. En algunas ocasiones, los pa-cientes lo podían expresar verbalmente16,17.

5. La música ayuda a la comunicación18.

EstudiodeAlshulersobrelamusicoterapiaenGerontopsiquiatría

El médico psiquiatra Alshuler19 llamó la atención, ya en 1959, sobre el hecho sociológico y sanitario de una lon-gevidad creciente. Defendía la tesis de que el paciente

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9IMusicoterapiaenGerontopsiquiatría

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geriátrico necesita especialmente una “activación vigo-rosa” por varias razones; para que ello no pudiera resul-tarle contraproducente, recomienda chequeos médi-cos frecuentes y una alimentación adecuada. Además, considera que estos pacientes deben estar ocupados en actividades que puedan realizar y sean creativas. Por último, recomienda el soporte religioso.

Este autor pone un énfasis especial en el papel de la música y de ésta en combinación con movimientos suaves. En cuanto al tratamiento de grupo, los divide en dos tipos; en el primero se incluirían los grupos de pacientes apáticos, inmóviles, moderadamente depre-sivos y poco activos, mientras que en el segundo se incluirían los grupos formados por pacientes activos e hiperactivos.

Para activar a los pacientes, Alshuler recomienda músi-ca rítmica; la mayoría de ellos precisan ritmos lentos o moderados, según las circunstancias, y en general los ritmos deben ser organizados y no sincopados. El ritmo mejor para estos pacientes y para todos es aquel que más se asemeja al ritmo biológico de cada persona. Por esta razón, él buscaba el Iso-Tempic de cada paciente mediante un procedimiento muy simple: le hacía cami-nar una distancia corta (24 pies) arriba y abajo, a su pa-so normal y cronometraba el tiempo. Un tempo más rápido que su paso era estimulante para el paciente, mientras que menos rápido era sedante. En la actuali-dad, este tema sigue siendo objeto de estudio a través de diversas líneas de investigación.

Otros resultados del estudio de Alshuler fueron los siguientes:

• Los pacientes preferían sonidos de baja intensidad, porque éstos adormecen, hipnotizan y dan una sen-sación de confortabilidad. De esto se desprende la importancia de la intensidad con que se emite el sonido.

• Los pacientes sensibles e irritables no toleraban bien los instrumentos de percusión o de metal, porque son demasiado estimulantes.

• La voz humana tiene importancia desde el punto de vista terapéutico. Los hombres preferían voces feme-ninas mezzo-soprano, mientras que las mujeres se decantaban por voces masculinas de barítono o de tenor.

• Los pacientes seniles respondían favorablemente a las actividades de canto, especialmente cuando los cantos eran suaves, melodiosos, familiares y cortos.

• La melodía y la armonía son igualmente importantes y deben ir juntas, ya que ambas poseen una consi-derable fuerza psicodinámica que se refuerza mutua-mente. Las melodías conocidas, tiernas y nostálgicas tienen un fuerte y penetrante poder, y por ello son efectivas.

Programademusicoterapiaenpacientesgerontopsiquiátricos:unaexperienciaclínicapersonal

En el Instituto Psiquiátrico “Tomás Dolsa” de Barcelo-na inicié, a partir del mes de abril de 1994, un progra-ma de musicoterapia con pacientes geropsiquiátricos. A partir de agosto, se extendió a los pacientes esquizo-frénicos crónicos y agudos. Debido a la falta de espa-cio, solamente se presentan aquí las líneas esenciales de planteamiento y actuación.

Descripción abreviada de cada paciente del grupo (la fecha de ingreso en el Instituto está entre parén-tesis):

• Paciente A, 78 años (1940). Esquizofrenia y enfer-medad de Alzheimer, que le obligaban a permanecer siempre en cama. Muy deteriorada. No habla pero comprende lo que se le dice.

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• Paciente B, 91 años (1986). Esquizofrenia residual. Deambula, no habla y permanece sentada siempre, habitualmente con la mirada baja y de espaldas a los ventanales. Pasividad completa.

• Paciente C, 93 años (1986). Enfermedad de Alzhei-mer. Casi siempre está en cama, no habla coheren-temente y farfullea de un modo repetitivo. En algu-na forma es consciente, reconoce a ciertas personas, como a una de las enfermeras.

• Paciente D, 80 años (1988). Psicosis crónica residual. Problema físico que le obliga a guardar cama; habla, razona muy bien, es muy emotiva y agradecida. Muy educada, no se queja. Aunque de vez en cuando tiene pensamientos delirantes, vive conformada.

• Paciente E, 88 años (1986). Esquizofrenia. Permane-ce sentada siempre. De reacciones imprevisibles; ha-bla, pero de manera incoherente, menos en algunos momentos. Demuestra una actitud pasiva y un humor cambiante.

• Paciente F, 79 años (1948). Esquizofrenia. Tenía un ca-rácter muy difícil; no se comunicaba con nadie, siempre estaba de mal humor y nunca sonreía. Cuando la acer-caban a la mesa camilla recostaba su cabeza en ella y se evadía de su entorno. No hablaba ni se comunica-ba con nadie. En alguna ocasión gritaba cuando algo le desagradaba. Permanecía en una silla de ruedas por deformación de los pies y los tobillos. Presentaba ade-más insuficiencia cardíaca. Fue uno de los casos en que las sesiones de musicoterapia resultaron más benefi-ciosas. Le hicieron cambiar su actitud hacia las demás. Respondía amigablemente con su actitud a sus com-pañeras –ya que no hablaba–, cosa que no había hecho antes. Devolvía la pelota cuando se la tiraban, sonreía.

• Paciente G, 70 años (1981) Esquizofrenia paranoi-de crónica. Alternaba los estados profundamente

depresivos (en los que lloraba) con días en que mos-traba un semblante más o menos risueño. Sus llantos o sus gritos eran una manera de llamar la atención.

• Paciente H, 83 años (1981) Demencia senil con de-presión paranoide. Siempre estaba en cama, casi no se le entendía al hablar y se encontraba en un estado depresivo permanente.

• Paciente I, 87 años. (-). Repetidos ingresos. Enferme-dad de Alzheimer. Podía andar y presentaba una gran ansiedad verbal y motora. Manifestaba siempre ideas delirantes-depresivas: sufría constantemente por su familia y por sus padres como si todavía vivieran. Evo-caba también constantemente escenas delirantes del pasado. Era agradecida.

• Paciente J, 88 años (1986). Oligofrenia. Deambulaba sin problemas, su mutismo era total y su humor per-manecía estable, siempre igual. No manifestaba nin-gún signo de emotividad y tampoco asistió a las se-siones de manera constante.

• Paciente K, 89 años (1986). Esquizofrenia residual. Padecía graves problemas de visión, pero deambu-laba perfectamente. Pronunciaba sólo algunas pa-labras, como “canta” (cuando escuchaba una pieza musical, que le gustara o no) o “música”, con expre-sión de alegría. No asistía regularmente a las sesio-nes.

Organizacióndelassesiones

Frecuencia. Las sesiones, de dos horas de duración, tenían lugar tres días por semana.

Lugar. Sala hospitalaria donde se encontraban las en-fermas que permanecían siempre en cama; el resto de las pacientes se sentaban en semicírculo alrededor de una mesa camilla, con lo que se permitía la participa-ción de todas.

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Material utilizado. Consistía en un reproductor de cas-settes estéreo, un teclado electrónico, diferentes instru-mentos pequeños de percusión para seguir el ritmo de manera que fuesen manejables y agradables de escu-char, como por ejemplo las claves o las castañuelas, las cajas chinas, resonator bells y metaláfonos (instrumentos Orff). El planteamiento del tratamiento se hizo teniendo en cuenta el matiz depresivo de la mayoría del grupo.

Objetivosytécnicas

Objetivo 1. Apoyo emocional. Éste era un aspecto especialmente cuidado en el Instituto. No existía ma-sificación. Se potenciaba que los pacientes mantuvie-ran la relación familiar y por ello facilitaban el régimen de visitas y el de salidas. Pero no todos los pacientes tienen familia ni todos guardan buena relación con ella; por ello, el terapeuta ha de plantearse como priorita-rio atender al aspecto emocional de estos pacientes. Las técnicas de musicoterapia utilizadas consistían en la audición musical de piezas emotivas y de matiz nos-tálgico, por ejemplo, “Concierto de Aranjuez”, “Aria de la suitte en Re” de Bach, etc., para pasar progresiva-mente a piezas menos nostálgicas, terminado con pie-zas alegres, como música de zarzuela, pasodobles, val-ses de Strauss, etc. Esta progresión, de acuerdo con el “principio de Iso”.

Objetivo 2. Activación de facultades. Se trata de pro-porcionar a las pacientes ideas, fantasías y recuerdos positivos, permitiendo al mismo tiempo la activación de la memoria. Las técnicas de musicoterapia aplica-bles son la audición de piezas musicales que pudiesen tener un significado personal, con el apoyo de láminas o pósters de paisajes o lugares, fotografías de revistas, etc. La música de fondo puede ser folklórica, música de los años 20-40, etc. También pueden cantar cancio-nes que aprendieron en su infancia, cosa que facilita la anteriormente señalada activación de la memoria.

Objetivo 3. Activación sensorial y motora. Para con-seguir la activación sensorial, hacer improvisación mu-sical con instrumentos sencillos, y pedir que comenten lo que observan, lo que les sugiere. Por lo que respec-ta a la activación motora, hacerles realizar movimientos de todos los miembros de su cuerpo posibles, estando sentados, con música tocada al piano, para las clases de ballet, por ejemplo. Igualmente, se puede seguir el ritmo percutiendo con las claves.

Objetivo 4. Volver a la realidad. Hacerles darse cuen-ta del lugar donde están, del tiempo meteorológico y del día de la semana. Hacerles vivir las fiestas que van ocurriendo durante el año; hacerles recordar fiestas o acontecimientos de su pasado, con ayuda de pósters, “viajes musicales”, canciones…

Objetivo 5. Recreación. Los pacientes necesitan po-der alegrarse y pasar un buen rato. La técnica que apliqué en este caso fue el juego de pelota, deslizán-dola por encima de la mesa camilla, y pasándola cada una a la compañera que tenía enfrente. Precisaron de mi ayuda cuando se les caía al suelo, ya que la ma-yoría o no podían moverse o lo hacían con dificultad. Pero fue muy positivo, ya que para muchas de estas pacientes este ejercicio muscular fue el único que ha-cían voluntariamente. Una de ellas, que ya había per-dido la habilidad de impulsar la pelota, devolviéndola, no la de recibirla y apresarla, solía quedarse fascina-da por el colorido de la pelota y por su trayectoria. A los dos meses recuperó de nuevo la habilidad de im-pulsar la pelota y devolverla. Otra actividad recreati-va es el canto de canciones alegres y que les provo-quen la risa.

Objetivo 6. Fomentar las buenas relaciones intergru-pales. La técnica adecuada es la psicoterapia de grupo. Sólo es posible con las pocas pacientes del grupo que hablan, cuando surge algún problema entre ellas.

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Objetivo 7. Dar oportunidad de expresión y evoca-ción de sentimientos maternales, filiales, de amis-tad, religiosos… Aquí, la técnica a aplicar es la psicote-rapia. Se trata de transmitir ideas básicas clarificadoras de problemas existentes, de matiz esperanzador o re-vitalizador, o bien de alegría o de agradecimiento. En el campo concreto de la musicoterapia, se trata de dar-les oportunidad de elección de aquello que les gustaría escuchar o cantar. Dado que muchos de los pacientes carecen de expresión vocal, la expresión facial y ges-tual es básica para comprender si una pieza musical les gusta o no. Debe procurarse que, en cada sesión, cada paciente haya podido escuchar su pieza preferida o si-milar. También se puede realizar la audición o canto de temas alusivos.

En las TABLAS9-2a9-4 se muestra un resumen de los re-sultados conseguidos con este grupo de pacientes.

Evolucióndeltratamientodemusicoterapia

En abril de 1994, este grupo de pacientes se encontra-ba muy bien atendido en todos los aspectos; incluso una vez al día recibían un tratamiento de reactivación muscular, especialmente la movilización de las manos con ayuda de unas pelotas pequeñas que cada pacien-te tenía que apretar y soltar. Sin embargo, precisaban una mayor activación; el estado de ánimo general era de pasividad y depresión, con un silencio absoluto y una total desmotivación. Es por ello que la Directora del Instituto quiso que tuvieran musicoterapia, para, en una primera fase, conseguir sacarles de su depre-sión y apatía, y en una segunda fase, lograr una acti-vación sensorial y motora, junto a los demás objetivos expuestos anteriormente.

A los tres meses el estado general del grupo era óp-timo, mucho mejor de lo que cabía esperar. Pero la

TABLA9-2 Resultados globales (desde abril a septiembre de 1994)

PacientesObjetivos

Total1 2 3 4 5 6 7

A 3 1 1 0 0 0 0 5

B 3 2 3 2 3 2 0 15

C 1 1 0 0 0 0 0 2

D 3 3 3 3 3 3 3 21

E 3 3 3 2 3 2 0 16

F 3 2 1 2 2 3 0 13

G 3 3 3 3 2 3 3 20

H 3 3 3 3 2 0 3 17

I 3 3 3 3 3 3 3 21

J 0 0 3 0 3 0 0 6

K 3 2 3 0 3 0 3 14

11 28 (84,8%) 23 (69,6%) 26 (78,7%) 18 (54,5%) 24 (72,7%) 16 (48,4%) 15 (45,4%) 150

Criterios de evaluación: 0 =No existe reacción; 1=Alguna respuesta por mínima que sea; 2=Evidencia de respuesta positiva; 3=Respuesta muy positiva.

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continuidad del tratamiento es fundamental. Sin él, de-caen rápidamente (véanse algunas de las técnicas em-pleadas en el CD que se adjuntó con el módulo 1).

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TABLA9-3 Orden de objetivos mejor conseguidos

Orden Objetivo %

1º Apoyo emocional 84,8

2º Activación sensorial y motora 78,7

3º Recreación 72,7

4º Activación de facultades 69,6

5º Volver a la realidad 54,5

6º Fomentar buenas relaciones interpersonales 48,4

7º Expresión de sentimientos 45,4

TABLA9-4 Orden de resultados positivos obtenidos, globalmente, en cada paciente (puntuación máxima, 21)

Paciente Puntuación obtenida

% de la puntuación máxima

D 21 100

I 21 100

G 20 95,2

H 17 80,9

E 16 76,1

B 15 71,4

K 14 66,6

F 13 61,9

J 6 28,5

A 5 23,8

C 2 9,5

La evaluación de estas pacientes se hace difícil, dada la ausencia de expresión verbal en la mayoría de ellas.

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Introducción

La razón de abordar conjuntamente la musicoterapia en el tratamiento del autismo y de la esquizofrenia in-fantil obedece a que el tratamiento musicoterapeutico de ambas patologías es similar, como también lo es el de otros síndromes que comporten mutismo psicóge-no. En todos estos casos, la libre expresión del pacien-te es fundamental.

El autismo infantil, descrito por Kanner en 1943, se si-túa actualmente entres los trastornos generalizados del desarrollo (TGD): la Autism Society of America (2005) define el autismo como una compleja discapacidad en el desarrollo que aparece durante los tres primeros años de vida como resultado de un problema neuroló-gico que afecta al normal funcionamiento del cerebro, con impacto en las áreas de interacción social y capa-cidad de comunicación. Hasta 1980, el DSM-III no lo consideró como un trastorno aparte de la esquizofrenia infantil. El DSM-IV lo mantiene como trastorno genera-lizado del desarrollo que aparece antes de los 3 años.

La American Academy of Child and Adolescent Psy-chiatry (2004) define la esquizofrenia infantil como una enfermedad psiquiátrica grave que es la causa de pensamientos extraños, sentimientos extraños y com-portamiento fuera de lo normal. No es frecuente en ni-ños y es difícil de reconocerla en las primeras etapas. La causa de la esquizofrenia es desconocida. La inves-tigación actual sugiere que se debe a una combinación de cambios cerebrales, bioquímicos, genéticos y am-bientales. Un diagnóstico y tratamiento médico tem-pranos son muy importantes. La esquizofrenia es una enfermedad para toda la vida, que puede ser controla-da pero no curada.

Conductasypreferenciasmusicalesobservadasenniñosconproblemaspsiquiátricosgraves.Estudiopersonal1

En el Departamento de Psiquiatría Infantil, dirigido por la Dra. Lauretta Bender, del Creedmoor State Hospi-tal (Nueva York), me ocupé como musicoterapeuta de cuatro secciones (wards) de unos 25 niños cada una,

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tratamiento del autismo y de la esquizofrenia infantil

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con problemas psiquiátricos y emocionales graves. Las conductas observadas (no se daban en todos los niños) fueron las siguientes:

1. Andar casi de puntillas y con agilidad.

2. Andar encorvados a fuerza de mirar al suelo casi siempre,

3. Andar en círculos alrededor de algo. Andar a saltos “en diagonal”.

4. Manipular objetos de un modo peculiar, como hacer dar vueltas a un objeto, siempre el mismo.

5. Permanecer en el mismo rincón de la sala: de pie o sentados en el suelo.

6. Uno de ellos, en el jardín, hacia barro y colocó un montoncito sobre uno de sus zapatos. Plantaba en medio una hierba a modo de árbol y andaba con cui-dado para que no se le cayera.

7. Parecían insensibles a los agentes atmosféricos: co-mo si no sintieran ni frío ni calor.

8. Algunos no miraban al exterior nunca, a través de los ventanales de la sala. Otros lo hacían todo el tiempo.

9. Tenían un notable sentido de conservación: ninguno de ellos se hirió los pies, a pesar de andar en medio de juguetes rotos, en más de una ocasión y algunos con los pies descalzos. No se hirieron nunca. No así algunos niños con retraso mental profundo o proble-ma emocional grave.

10. Un niño de seis años se subió a lo más alto de una valla metálica de dos metros, en el jardín, colocan-do sus pies diminutos en los agujeros de la valla y al ver que le miraba tranquila y sonriendo, bajó des-pacito y sin dañarse.

11. No suelen ser miedosos pero algunos se resistían a subir a un tobogán.

12. Son extremadamente limpios, obsesivamente lim-pios en algunos casos.

13. Los hábitos de comida son peculiares, a veces. Como tomar un solo tipo de comida siempre el mismo: mermelada o patatas fritas o perritos ca-lientes, lo cual obligaba a darles un suplemento alimenticio.

14. La voz de estos niños suele ser apagada o estriden-te y monótona. En muchos casos recuerda a la voz opaca de los sordos, sin que lo sean en absoluto, ya que son capaces de captar sonidos muy tenues.

15. Respuesta retardada: se da con frecuencia en es-tos niños. Por ejemplo, algo que se les sugiera que hagan no lo realizan en el momento o de hacerlo no es hasta pasado un cierto lapso de tiempo...

16. Plasticidad: término introducido por la Dra. Ben-der (1958) como trastorno característico del niño esquizofrénico y del niño autista. Se manifiesta por una anormal maleabilidad a determinados in-flujos externos. Por ejemplo, un niño del Creed-moor State Hospital tocó un día, de memoria y correctísimamente en cuanto a melodía y ritmo, la canción ”twingle, twingle little star…” de Mozart en el tone educator. Después de felicitarle efusi-vamente, le sugerí un ejercicio de imitación: el ni-ño lo hizo perfectamente pero a partir de aquel día ya no volvió nunca más a tocar aquella melodía, sino que como un autómata repetía el patrón rít-mico sugerido: “III-III-III...” ya que pensó que era lo que yo quería que hiciese. Desde entonces tu-ve muy presente este dato en el tratamiento con estos niños.

Preferenciasmusicalesdeestosniñosautistas

Desconocía por completo qué tipo de música podía ser indicada para los niños autistas. En el Journal of Music

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Therapy (NAMT) apenas encontré nada sobre este te-ma y nada sobre tratamiento de estos niños en grupo, tal como me veía obligada a hacer. Por ello, lo primero fue investigar sobre qué tipo de música era adecuada para ellos2. Dado que la mayoría de estos niños no se expresaban verbalmente, la investigación tuvo que ba-sarse en conductas no verbales:

1. Conducta externa al escuchar cada una de las piezas musicales: qué estaban haciendo al entrar en la sala, qué hacían durante la audición y que ha-cían después.

2. Influencia de la música en sus dibujos: Analicé 11 factores.

3. Intensidad de pulsación al tocar un instrumento, el tone educator, improvisando. Este tipo de experien-cia fue inédita. Consistió en el estudio de las oscila-ciones que acusaba el level meter del magnetófono a cada percusión que el niño hacía en el tone educa-tor, comparándolas con las de niños normales de 6 a 7 años. A este factor le llamé “intensidad de pul-sación” (IP). Los niños autistas se caracterizaron en su modo de percutir por una falta de energía fí-sica, con notables oscilaciones, al percutir, que iban más o menos de –10 a +7, +15. Especialmen-te, los casos de autismo más severo. Este hecho podría ser el reflejo de la opinión de López-Ibor acer-ca de que en el niño autista existe un componen-te depresivo: “Según mi propia experiencia, también en los niños se presentan oscilaciones de la vitali-dad. El problema del autismo infantil tiene mucho que ver con tales oscilacones” 3.

En esta investigación se escucharon nueve piezas ( TABLA10-1 ), una diferente cada día, en días sucesivos, no el mismo día, pero siempre al comienzo de la se-sión.

Conclusiones

De este estudio llevado a cabo en niños hospitalizados, algunos desde hacía varios años, con lo cual habían es-tado poco influenciados por la radio y menos por la tele-visión (era en 1967), por lo que sus reacciones a la músi-ca pudieron ser más genuinas, merece destacarse:

1. Los niños autistas demostraron poseer un gusto innato por la música emotiva y de buena calidad. Prefirieron música sedante, de tempo mas bien len-to, armónica y que les sugiriera sentimientos afec-tivos. Al principio del tratamiento suelen preferir composiciones cortas, el leit-motiv de las compo-siciones más emotivas y delicadas, ya sean clá-sicas o folk, interpretadas con gran expresividad y modulación.

Entre los instrumentos preferidos figuran el órga-no, el arpa, la guitarra y el piano. También les gustan las orquestas y los conjuntos folk con instrumentos de cuerda en ambos casos, que toquen a un tem-po lento. El estilo Mantovani es muy adecuado;

TABLA10-1 Piezas musicales escuchadas al comienzo de cada una de las sesiones de musicoterapia

1. “Señor invoco vuestra protección”. J.S.Bach. Órgano.

2. “El cisne”, de “El carnaval de los animales”. C. Sant-Saens. Orquesta Sinfónica

3. “The little drumer boy” (El pequeño tamborilero). Conjunto ye-ye (a ritmo alocado).

4. “The little drumer boy”. Orquesta de Mantovani.

5. “Petenera”. Conjunto folklórico de Córdoba.

6. “All througth the nigth”. Canción de cuna escocesa. Orquesta “101 Strings”.

7. “Danza húngara nº 1”. J. Brahms. Orquesta Sinfónica.

8. “El cant dels ocells”. Tradicional catalana. Joan Baez. Vanguard 9230.

9. “66 trombones”. Marcha. Película “The Music Man”.

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posteriormente pueden preferir otro tipo de música con un ritmo más marcado, por ejemplo, canciones infantiles, canciones de la tuna, danzas folklóricas alemanas, canciones del Tirol, por su melodía armó-nica, su ritmo regular y su musicalidad.

2. Los niños autistas y los niños con problemas emo-cionales captan maravillosamente bien el clima vital o mórbido de una melodía. En general, la música en sí es vitalizante para estos niños. En este contexto me sorprendieron las siguientes observaciones:

a. El hecho de que decrezca su interés casi compul-sivo por la música, a medida que van mejorando4, es muy buena señal: indica que su reducido campo de interés se desplaza a otros campos, lo cual es exactamente lo que la musicoterapia pretende con estos niños, que no es otra cosa que hacerles salir de sí mismos hacia los demás.

b. Poseen un cierto sentido innato de la belleza, se-gún parece deducirse del hecho de que prefieren con gran intensidad, de un modo apasionado, se diría, las composiciones musicales de mejor cali-dad artística, las más inspiradas, las más emotivas. En el Creedmoor Hospital varios niños dormían pe-gados a un disco de 45 rpm que regalé a cada uno (discos inservibles), y que consideraban como lo más preciado para ellos.

c. Poseen una supersensibilidad a la música, espe-cialmente a la armoniosa y emotiva, a nivel infan-til; por ello “cuando la composición musical que escuchaban aquellos pacientes era inadecuada a su hipersensibilidad, reaccionaban así: los más afectados lo hacían con total inhibición, como si no escucharan nada, y los menos afectados, con muestras de agresividad hacia sí mismos o incre-mentando sus manerismos compulsivos”6.

La Dra. Grantin escribió, nueve años después, que los ruidos de los motores eran para ella particular-mente dolorosos y le era tan apremiante defender-se de los ruidos del ambiente que actuaba como si fuera sorda6. “A veces yo escuchaba y compren-día, pero otras veces los sonidos o las palabras lle-gaban a mi cerebro como un ruido insoportable o como la embestida de un tren de carga” 7.

d. Una música sedante mueve a la acción a los más pasivos, acción tanto intelectual (les estimula la creatividad) como física (ir al encuentro de los de-más). Todo ello porque la música sedante, sin que sea deprimente, disminuye su estado de ansiedad básico que es, en parte, el causante de su aislamiento.

e. No toleran la música acentuadamente rítmica por-que acrecienta su ansiedad. Lo demuestran los más graves, acentuando sus manerismos compul-sivos, y los menos graves, aislándose más.

3. Los niños con problemas emocionales, un grupo constituido por niños de seis a ocho años, con depri-vación afectiva como efecto de hogares maltrechos o niños con tendencias neuróticas, prefirieron en pri-mer lugar música religiosa (“Señor, invoco vuestra protección”). Esta pieza fue la preferida por todos los grupos durante el primer mes; les fascinaba. Cada vez que intentaba sustituirla por otra mostraban no-table disgusto. El estado depresivo y carencia afec-tiva pudo tener que ver, al sugerirles la pieza calor afectivo y serenidad.

4. Las preferencias de los niños esquizofrénicos son parecidas a los dos grupos anteriores, aunque di-fieren en cuanto a un mayor grado de imprevi-sibilidad y, sobre todo, por sus preferencias de música vitalista, como es “Petenera”. Esta pieza suscita alegría pero sin estridencias, junto con un

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cierto calor emocional debido a estar interpretada por un conjunto de instrumentos de cuerda, como son bandurrias y guitarras y por castañuelas, que en nuestra cultura sugieren alegría. Su preferencia tal vez responda a que son enfermos que necesi-tan “volver a la realidad” y esta música tan vital, toda “presente”, es el mejor reclamo. También por la necesidad de sentir alegría, lo cual es común a la mayoría de estos niños. Fue la preferida en 2º lugar.

5. Los niños epilépticos se distinguían por su necesi-dad de constante variación. No les importaba mezclar músicas de buena calidad con otras muy diversas. Las músicas notablemente rítmicas les descontrola-ban con gran facilidad. Son inadecuadas para ellos, pudiendo provocarles ataques.

6. Los niños con síndrome de Down y los niños con retraso mental preferían música alegre, rítmica y bu-llanguera, sin atender a su calidad. Les gustaba todo tipo de música, lo cual indicaba falta de sensibilidad por no discriminar.

Cualidadesdelamúsicaespecialmenteimportantesparaniñosautistasypsicóticos8

En musicoterapia podría existir un principio según el cual el ser humano busca en la música aquello de lo que carece. Estos pacientes buscan y encuentran en ella lo siguiente:

1. Afecto. Los niños autistas y psicóticos preferían es-cuchar música emotiva –no cualquier música, por su-puesto– a los caramelos o dulces. La emoción que estos niños experimentan gracias a la música tiene la ventaja de estar libre de contenidos negativos; es como experimentar un sentimiento ideal, un amor maternal ideal.

2. Sedación. Estos niños necesitan, debido a su an-siedad, un tipo de música sedante sin ser depri-mente, lo menos rítmica posible, con una línea melódica simple y llena de emoción y belleza. La música contiene un mensaje no verbal, prelógico, mucho más asequible al niño pequeño o a estos ni-ños, que el lenguaje verbal.

3. Posibilidades de expresión. Estos niños necesitan expresarse en una forma que no sea traumática y sí gratificante. La expresión musical libre en un instru-mento musical es un medio muy adecuado para ini-ciarse en la expresión verbal, en el diálogo, punto de partida. Estos niños prefieren el sonido de la lira, del arpa, de instrumentos de cuerda, especialmente al co-mienzo del tratamiento, mucho más que tambores.

4. Posibilidades de relacionarse consigo mismo. Es-tas posibilidades se consiguen mediante: 1) el co-nocimiento del propio cuerpo como medio de iden-tificación personal que puede lograrse a través de la danza; y 2) identificación personal mediante el diálo-go musical, siguiendo el método Nordoff-Robbins.

5. Posibilidad de relacionarse con los demás. La ver-balización es uno de los grandes objetivos en el au-tismo cuando falta la expresión verbal. No hay nada como una música sugerente para inducir al niño a verbalizar, primero sílabas y luego palabras y frases. Este objetivo no es prioritario, sino que surgirá es-pontáneamente en el niño, cuando se hayan conse-guido otros objetivos, como el establecimiento de una buena relación afectiva con el terapeuta, un cier-to grado de fortalecimiento de su yo personal, una aminoración del nivel de ansiedad, etc. La falta de lenguaje en el niño autista no es una causa, sino un síntoma de origen psicógeno, emocional. Si se empieza a tratar al niño con el objetivo prioritario de hacerle hablar, lo único que se logrará será contribuir

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a fortalecer su negativismo y desconfianza. El niño hablará cuando él quiera, no cuando lo queramos nosotros. El terapeuta no tiene más que preparar el terreno; nunca debe imponer, sólo sugerir. Por tan-to, es erróneo llevar a estos niños al logopeda al co-mienzo del tratamiento; la musicoterapia está re-conocida a nivel internacional como la técnica de elección para lograr este objetivo.

6. Posibilidad de relacionarse con las cosas y con los fenómenos9. La pedagogía tradicional tiene una máxima fundamental: “nada entra en la inteligencia sin que haya pasado antes por los sentidos”. Sin em-bargo, a mi juicio es una máxima incompleta, ya que olvida algo fundamental: la afectividad. Más cierto resulta decir: “nada entra en la inteligencia sin que haya pasado antes por los sentidos, pero de un mo-do emotivo y vital”. Prueba de ello la constituyen el niño autista y el esquizofrénico. Sus sentidos nor-malmente son perfectos; sin embargo, ni ven lo que perciben ni oyen lo que escuchan en muchos mo-mentos. La tragedia de estos niños está en que per-ciben la realidad, pero sin emoción, de un modo frío, debido a que su capacidad emocional está sin de-sarrollar, petrificada (autismo), en regresión o blo-queada (esquizofrenia). El niño normal percibe el mundo y aprende a través de la afectividad. Es la madre, o quien haga las veces, la que, por ser amor vivo personificado para el niño, con amor le enseña a ver a través de sus ojos maternales las cosas y los seres del mundo circundante; le enseña a andar, a moverse, a sonreír, a mirar, a escuchar... Sin amor, el niño no puede aprender nada.

¿Cómotratarlosniñosautistas?

Son numerosas las publicaciones sobre musicote-rapia en autismo que intentan responder a estas

preguntas: Edgerton10; Griggs-Drane y Wheeler11; Nordoff y Robbins12; Allgood13; Wager14…

Dada la idiosincrasia de estos niños, es preciso que el musicoterapeuta sea también un buen psicoterapeuta, capaz de intuir el modo de ser del niño, sus deseos, sus necesidades, lo que nos quiere expresar y no acierta, tanto si se expresa verbalmente como si no. Para ello ha de saber escuchar15. Esto quiere decir observar y ano-tar. Porque en musicoterapia, como en psicoterapia, no existen manuales que indiquen momento a momento lo que hay que hacer con un paciente, en cada circunstan-cia. Es el paciente quién va indicando qué hacer.

Por ello, es esencial el tratar de establecer una buena transferencia terapeuta-paciente, una relación psicote-rapéutica afectiva y efectiva, con el niño o el adolescen-te, para ayudarle a:

• Sentirse comprendido. Sentirse apoyado. Sentirse querido. No agobiarle con imposiciones. Invitarle a ha-cer las cosas que tiene que hacer (la imposición sólo en último extremo). Infundirle confianza en sí mismo.

• Sentirse valorado.• Rodearle de un clima de normalidad para que “ol-

vide” sus problemas, tratándole como a los demás hermanos –si los tiene– y haciendo una vida lo más normalizada posible, excepto en la atención indivi-dualizada que precisa en su formación y desarrollo de facultades.

• Rodearle de belleza, desde la cuna, procurando un entorno agradable y acogedor, de música, especial-mente, pero música adecuada y dosificada; de flores, de colores, de olores agradables, etc. La belleza es fundamental al ser humano como ayuda a la cons-titución de un ser humano sensible, equilibrado e inteligente.

• Ayudarle a desarrollar su potencial en todos los as-pectos: emocional, social, intelectual; para ello es

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necesario que: 1) el tratamiento empiece lo antes posi-ble; 2) el tratamiento sea individualizado (el trabajo con un grupo puede venir más adelante) y 3) que el trata-miento sea implementado. Un error que se cometió, hace unos años –y que espero no se siga cometiendo– es el de integrar a estos niños, sin más, en un centro de educación primaria, “para que se socialicen” –se decía. Sin embargo, lo primordial es tratar el problema que pa-dece el niño. La socialización vendrá a su tiempo.

¿Cómoayudareneldesarrollointelectualdelniñoautista?

Una técnica que me dio resultado es la que he denomi-nado “terapia del asombro” o de “maravillarse” ante algo. Consiste en presentar al niño los conceptos que se desea que aprendan, de un modo que les sorpren-da, que les impacte. De este modo, se les quedarán más grabados.

En mi actuación con “Greta”, una paciente esquizofré-nica de 15 años que en su infancia fue autista, tuve que idear un tipo de terapia que respondiera a sus necesi-dades fundamentales. Lo más perentorio para ella era su falta de contacto con la realidad, lo cual es también común al niño autista y a los esquizofrénicos, y en ma-yor o menor grado a todo niño discapacitado, no por incapacidad de contacto con la realidad, sino por per-cepción imperfecta de la misma o por dificultad de sos-tener la atención. A esta terapia le di el nombre de “te-rapia del asombro”.

Partí de la idea de que todos los niños tienen una ca-pacidad innata para asombrarse o maravillarse ante las cosas, lo cual es perfectamente lógico, puesto que se enfrentan ante un mundo nuevo para ellos nunca antes visto y que nunca más volverán a percibir como en su infancia. Aranguren17 habla del talante infantil, al cual define como “apertura a las cosas, curiosa, de ojos

bien abiertos”. El niño mira al mundo con “curiosidad afectiva”; toda experiencia que no lleve en sí una fuerte carga emocional no puede ser percibida realmente por el niño. Su pensamiento, basado en la trama prelógica o “mágica”, se basa en la afectividad. “Las cosas son vistas como poderes benéficos o maléficos” 18. El dra-matismo es el color del cristal a través del cual el niño puede percibir el mundo y el cristal sería la afectividad. Sin ésta no hay percepción posible.

El asombro es una característica de la niñez, la cualidad que la naturaleza da al niño a modo de “invitación a la vida”. El niño es un ser dramático en todas sus manifes-taciones: lo fantástico es su elemento. El niño esqui-zofrénico y el autista tienen atrofiada esta cualidad. Se comportan como si fuesen ancianos, cansados de vivir. En el caso de estos pacientes, nada existe porque nada para ellos tiene un contenido afectivo. Temen a la afec-tividad, porque para ellos sólo comporta sufrimiento.

Hay muchos caminos para destruir este mecanismo morboso del niño autista y por ello deben emplearse varios métodos a la vez. Uno de ellos es éste: el ense-ñar de nuevo al niño a “repercibir” la realidad, bajo el prisma de la afectividad, de la emoción, del dramatis-mo, del “asombro”. Hay que tratar de despertar esta fuerza dormida en el alma de cada niño autista como puente hacia la realidad.

Es un error el creer que el niño es capaz de captar la realidad sin ayuda del adulto o la presencia del “otro”. Podrá ver muchas cosas, pero no percibirá ninguna, o bien lo percibirá todo de un modo informal, indiferen-ciado, amorfo. Es la figura maternal, la del maestro o la del terapeuta quien debe hacerle percibir la reali-dad, haciéndole dar cuenta de las cosas, los colores, los sonidos...

A este respecto, comento a continuación algunas su-gerencias prácticas que usé en el caso de “Greta”19 y

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en los niños del Creedmoor State Hospital. Puesto que la percepción de estos pacientes está frecuentemen-te deteriorada en las diversas áreas: espacio, tiempo, sí mismos, relación con los demás, relación objetal en general, acontecimientos, etc., fue preciso idear ejer-cicios adecuados a cada uno de estos aspectos. Por ejemplo:

• Para ayudar a su identificación personal, les hacía explorar su cuerpo y el de los demás niños a través de la danza y de juegos. Les enseñaba a moverse y a adoptar todas las posturas posibles, pero siempre a través de la música, para crear un clima emotivo y placentero.

• Para ayudar a los niños a captar los fenómenos na-turales y las cosas, les ponía en contacto con el fenó-meno o con el objeto, a través de una música descrip-tiva y experiencial adecuada o a través del arte, de un modo dramático, vivo, antes de mostrárselo realmen-te o al mismo tiempo, para no correr el riesgo de que se convirtiera en una experiencia más. Procuraba usar las menos explicaciones posibles o trabajar sin palabras, ya que al niño autista –al igual que al retrasado mental– si bien por motivos diversos, le molesta la palabrería. Por ejemplo, aproveché un día de lluvia para hacerles vivir este fenómeno; hice que sintieran la lluvia deslizarse por sus rostros duran-te unos segundos. A continuación, escucharon una música descriptiva del fenómeno, que fue bailada por muchos de ellos como si cada uno fuera una gota de lluvia, aunque cada uno a su modo, pues siempre apli-qué una libertad absoluta de expresión.

Otro día fuimos a un bosquecillo cercano, dentro del recinto del mismo hospital. Muchos de ellos queda-ron asustados al contemplar un grupo de árboles altí-simos, de copas tan frondosas y unidas entre sí, que ocultaban el cielo. Gracias al canto y al hecho de ir

acompañados vencieron el temor; treparon por los pi-nos más bajos con su característica agilidad, pero an-tes les hice percibir la rugosidad de la corteza en sus rostros y manos. Quería que se fijaran en las formas caprichosas de los troncos y las ramas y en cómo el viento las movía, haciendo que lo imitaran con sus movimientos corporales a modo de juego: “el juego de los árboles”; también les hice percibir la música del viento. Sentados en el suelo del bosquecillo les expliqué una historia en la que el bosque fue un ele-mento importante. Una vez de regreso a la sala, juga-ron a ser árboles e imitaron todo aquello que habían experimentado; hice que se inventaran una melodía, dibujaran, pintaran, buscasen fotografías de árboles en revistas, etc.

• En cuanto a la percepción del tiempo, el paso si-guiente consiste en hacerles tener conciencia de la época del año en que se vive, haciendo resaltar las características de cada estación del año y de cada fiesta importante.

• Es muy conveniente empezar todos los días las sesio-nes con la dramatización del día de la semana en que se vive, especialmente por medio de la música. Cada día de la semana debe tener su música caracte-rística, que puede escenificar, tararear, bailar, o disfra-zarse, por medio de un simple distintivo: una cinta de color, un sombrero, una flor natural o artificial de un color distinto cada día.

Cualidadesmusicalesfueradelocomúnenalgunosadolescentesautistas21

Algunos niños autistas pueden poseer ciertas cualida-des que no poseen los niños normales21,22. “A un gran número de estos niños les gusta la música y los soni-dos rítmicos. Algunos pueden cantar bien a una edad muy temprana, otros pueden tocar algún instrumento

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musical, y hay una reducida porción de ellos a los que hasta les es posible componer música”23.

Cuando estas cualidades son extraordinarias, como puede ocurrir, se puede hablar del Savant syndrome del que habla Darold Treffert, que lo define como “una condición rara en la que personas con desórdenes de desarrollo (incluyendo al espectro del desorden autís-tico) son expertos, brillantes o con habilidades en una o varias áreas…”. Estas condiciones pueden ser gené-ticas o adquiridas y coexisten con otros problemas de desarrollo24.

Dentro de este grupo se incluye un caso que traté desde septiembre de 2005 hasta mayo de 2006. Tenía 17 años. Era el 3º de 4 hermanos, 3 chicos y una chica de 14 años. Parece que fue un niño no deseado, por problemas psíquicos de su madre a causa de algún tipo de desajuste emocional. Sigue con tratamiento psiquiátrico.

Nacimiento: Nace a las 30 semanas, con bajo peso por lo que tuvo que permanecer 15 días en la incubadora.

Desarrollo: Anda a los 18 meses y parece que presen-ta retraso en la aparición de las primeras palabras. Pero se desconoce si fue o no estimulado suficientemente. La adaptación y apego en esta etapa parecen norma-les. Hacia los 3 años empiezan a aparecer conductas peculiares, como: Conductas de alejamiento de la rela-ción social. Deja de mirar a los ojos. Escasea el lengua-je. El lenguaje se estanca. No existe juego simbólico. Se muestra agresivo e irritable. Presenta dificultades en auto-control. Aparecen conductas repetitivas y es-tereotipadas. Aislamiento.

Pero estas conductas aparecen coincidiendo con otitis repetidas que derivan en una hipoacusia severa y que nadie detecta hasta los 9 años. A esta edad se le so-mete a varias operaciones quirúrgicas y le devuelven

la audición normal. Por tanto, cabe preguntarse si este comportamiento autista está causado por el síndrome del autismo o es fruto de deprivación sensorial, acús-tica, en este caso.

En un informe clínico de 2002, cuando el paciente cuen-ta con 15 años, se señala:

Problemas de conducta (informe clínico del Hospital Clínico de Barcelona): Conductas impulsivas. Falta de atención. Actúa con impaciencia y compulsividad.

Conductas imprevisibles. Falta de consideración hacia los demás. Desinterés por los sentimientos de los de-más. Enfados frecuentes. Hace las cosas a su mane-ra sistemáticamente. Conductas relacionadas con la ansiedad (preocupaciones excesivas, miedos, tensio-nes). Depresión: aislamiento, evita contacto social pe-ro se apega a algunos adultos. Lenguaje desorganizado y ecolálico. Interacciones sociales inapropiadas. Res-puestas motoras extrañas. Los problemas de conducta y las conductas ansiosas, parecen relacionadas con el trastorno autista más que con alteraciones de tipo an-sioso o depresivo”.

No existen pruebas neurológicas, como EEG u otras. No se citan sus otitis.

Estuvo siempre escolarizado en una guardería infan-til y en centros de Educación Especial. Sus padres me cuentan que desde pequeño, mientras estuvo sordo –sin ellos darse cuenta–, pasaba el tiempo le-yendo diccionarios, especialmente el francés, por lo que sin que nadie se lo hubiera enseñado aprendió a leer solo y entiende muy bien francés, y lo habla con un acento perfecto. Para escribirlo necesita ayu-da. Desde el primer día quiso que le hablara en fran-cés, a ratos, y especialmente escribía él en francés, cuando yo le pedía que me contara sus impresiones sobre algo.

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Pero la habilidad fuera de lo común de este adoles-cente está en la música. Posee una memoria musi-cal fuera de lo común: el 24 de mayo tocó al piano el himno nacional del Japón, el “Kimigayo”, perfectamen-te, con acompañamiento que él se inventa. Lo había escuchado dos veces, hacía quince días, y fue capaz de reproducirlo perfectamente. En Navidad, en la escuela especial donde asiste, él acompaña al piano los villanci-cos que cantan sus compañeros en la fiesta de Navidad para los padres. Sin partitura y con un acompañamiento que se inventa, muy adecuado y creativo. No sólo toca al piano sino que les dirige y canta al mismo tiempo.

Recuerda perfectamente cualquier cosa que le intere-sa. Por ejemplo, de la película que más le ha gusta-do, “Los chicos del coro”, escribe la canción que cantan los niños: “Vois sur ton chemin / carresse sur l´océan / Nous sommes de la Fond de l´Etanc”.

A modo de conclusión, puede afirmarse que en los ni-ños y adolescentes autistas, la musicoterapia ha de-mostrado y demuestra ser una herramienta funda-mental porque puede ajustarse a las necesidades emocionales, intelectuales y sociales de estos pacien-tes, tal como demuestran innumerables publicaciones y el caso clínico expuesto. Las sesiones de musicote-rapia pueden continuar ayudándole a ir desarrollando, a ir “creciendo” en el aspecto emocional de su personali-dad y en el aspecto social, lo cual es lo más importante para este adolescente con autismo.

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Introducción

Hace poco tiempo, por televisión se ha emitido una serie de programas acerca de dar clases de música a un grupo de reclusos de una cárcel española. En rea-lidad, se trató de enseñarles a cantar y formar un co-ro, por parte de un profesor de música. La experiencia demostró ser positiva y lo pudo ser más si en lugar de un profesor de música, se hubiera contado con un mu-sicoterapeuta, quién está preparado para esta labor y el trato adecuado a estas personas que se encuentran en situación traumática. Especialmente, si el programa tuviera continuidad.

En EE.UU., de acuerdo con el AMTA Member Source-book, 2008 hay 58 profesionales musicoterapeutas re-gistrados que trabajan en cárceles.

Problemáticarelacionadaconlareclusióncarcelaria

Sólo quién haya vivido en una cárcel, como recluso, pue-de saber qué supone realmente. Entre otras muchas, las

limitaciones y vivencias que experimentan los reclusos penitenciario son:

a. Separación violenta del entorno familiar, social y la-boral, con la consiguiente deprivación afectiva que ello supone. El no poder ser útil a la propia familia. La ansiedad que crea el temor a la pérdida del amor de los seres queridos por la ausencia, etc.

b. El peso de la culpa, si existe, o el sentimiento de la injusticia parcial o total que se padece, junto con la pérdida de la consideración y el respeto social. Tam-bién la convivencia impuesta con los otros reclusos y la falta total de privacidad.

c. El ver cada día el mismo entorno físico y la falta de perspectivas de cambio.

d. La lentitud con que transcurre el tiempo, dada la uni-formidad de la rutina diaria.

e. La lucha diaria contra el entorno, cuando es hostil o violento. A veces, para sobrevivir.

f. La lucha contra la despersonalización que impone, entre otros, el sentirse vigilado y controlado a todas horas.

g. La lucha diaria para mantener la propia autoestima.

11Musicoterapia en los centros penitenciarios

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11IMusicoterapiaenloscentrospenitenciarios

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Quéefectostienelaprisiónparalosinternos

Para poder sobrevivir en una prisión se requiere adap-tarse a la nueva situación, aunque, tratando por todos los medios de mantener la propia personalidad. Val-verde-Molina1 señala los siguientes efectos de la pri-sión sobre los internos: 1) toda la vida del interno está estructurada en función de la institución; 2) el recluso se siente insignificante frente a la institución peniten-ciaria y necesita luchar constantemente para afirmarse como persona; y 3) falta de control sobre la propia vida: por parte de la institución y por parte del grupo. De ahí el peligro de la despersonalización, de vivir como un robot, o de convertirse en una persona ansiosa o pato-lógicamente ansiosa.

Problemasdesaluddelosinternos

La OMS define a la salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social”. Fácilmente puede comprenderse que las cárceles en sí mismas, indepen-dientemente de sus condiciones, no pueden ser un me-dio que promueva la salud, sino todo lo contrario.

En los 9 centros penitenciarios que existían en Cata-luña en 1995, con un total de 6.344 internos, el total de visitas por problemas psiquiátricos y neuroló-gicos fue de 9.083, un 7,35% del total de las visitas, que sumadas a las consultas por problemas de origen psicosomático, como los digestivos, cardiocirculatorios y muchas de las consultas de medicina general, supo-nen que, claramente, los problemas emocionales van en cabeza de las causas.

Marco Mouriño3 destaca como problemas más importan-tes: 1) los trastornos psiquiátricos; 2) los asociados al uso de drogas por vía parenteral, como es el SIDA; y 3) los trastornos derivados de la falta de hábitos saludables.

La primera consecuencia es la urgente necesidad de que un Servicio de Psiquiatría exista en las

prisiones españolas, ya que según la Constitución Española todo ciudadano español tiene derecho a la salud y a los medios técnicos y humanos que la salvaguarden.

Aplicacióndelamusicoterapiaenloscentrospenitenciarios

El porqué debe utilizarse la música en estos centros reside en una de las finalidades de los mismos: la rein-serción social del interno, o sea, el cambio de modos de conductas delictivas –cuando las haya–.

En la cárcel de Villabona (Asturias) existe un programa, Módulo UTE (unidad terapéutica y educativa), que de-biera existir en todas las cárceles si se quiere conse-guir una auténtica reinserción social. Madsen, Cotter y Madsen4 afirman: “la musicoterapia es un método de modificación del comportamiento y por ello, automáti-camente, puede ser enmarcada dentro de la esfera del movimiento de las terapias del comportamiento”. Utili-zaron esta técnica, entre otros, Greer5, Wright6, Tunks7 y Green et al8. Artículos publicados sobre el tema con-creto que nos ocupa no abundan, pero sí deben citarse los de Madseb et al10 y Thaunt10-12.

En Alemania se ha utilizado la música en la rehabilita-ción de presos desde hace veinte años, al menos. Por ejemplo, han podido predecir el grado de cambio en la personalidad del recluso de acuerdo con el tipo de música que prefería: de elegir exclusivamente música pop o rock, a pasar a deleitarse con la música de Bach y Haendel preferentemente, coincidiendo con su cam-bio positivo de conducta, en reclusos con conductas criminales.

Otro ejemplo de la utilización de la música y su auténti-ca eficacia, pero terriblemente negativo, por su objetivo, fueron los campos de concentración nazis. La música,

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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marchas y canciones folklóricas austríacas y alemanas, fueron utilizadas para acrecentar las energías físicas de los presos en vistas a un mejor rendimiento laboral o para elevar la moral cuando les convenía; nunca con fines humanitarios13. Y funcionaba. Sin embargo, no es extraño que los supervivientes odien aquel tipo de mú-sica, en sí alegre y energetizante. Un ejemplo más de la necesidad de personalización de las sesiones de musicoterapia, ya que cada ser humano es distinto, en cuanto a recuerdos y preferencias.

En Estados Unidos, la Fundación Rockefeller convocó dos conferencias, en 1976 y 1977, en Nueva York sobre el tema “El rol curativo de las artes” (musicoterapia, arteterapia, danzaterapia, psicodrama). En la primera conferencia, el jefe de programas de los servicios co-rreccionales de Nueva York, R.L. Mitchell, se lamenta que con demasiada frecuencia la idea antigua de que “no se puede gobernar una prisión sin el látigo” aún subsista en los oficiales de prisiones; sin embargo, cita un hecho que viene a demostrar la importancia de la utilización de la música como ayuda a la pacificación de los reclusos. Fue en la prisión de máxima seguridad de Auburn: se hizo representar en la prisión el musical Black is a Rainbow y tanto los oficiales como los re-clusos se mostraron excitados y entusiasmados. Esta experiencia ayudó mucho a aminorar la tensión que se había generado entre los que iban a abandonar la pri-sión y los que se quedaban. “Las artes no sólo ayudan a humanizar este entorno, ayudan a guardar la seguri-dad”. Y añadió la idea de que “a la salida de la prisión”, la comunidad relacionada con el arte debería “ayudar dando trabajo a estas personas”14.

Musicoterapiaenuncentropenitenciario,¿porqué?

El primer contacto que tuve con un centro penitenciario fue en 1995, al ser invitada a hablar a los internos, unos cuarenta, de la cárcel modelo de Barcelona, acerca

de cómo podían ayudarse con la música, dado que quién más quién menos cuenta con un simple transis-tor o un radiocassette. Se trató, pues, de musicote-rapia preventiva, al aconsejarles qué tipos de música podían ayudarles según sus estados de ánimo. La reac-ción de los internos fue muy positiva, por el interés y el entusiasmo demostrado por el tema. Muchos pidieron que hubiera continuidad. Desgraciadamente, la Admi-nistración no ha abierto las puertas al musicoterapeuta, todavía. Pero estos profesionales tienen su lugar en es-tos centros, entre otras, por las siguientes razones:

1. En las prisiones existen personas con graves proble-mas psíquicos, o en grave riesgo, y personas enfer-mas, las cuales se beneficiarían enormemente de las sesiones de musicoterapia, a nivel emocional y psíquico, y hasta físico.

2. En estos centros existe el equipo de tratamiento compuesto por médicos, psicólogos clínicos y edu-cadores, que atienden a los que más lo necesitan; sin embargo, el número de internos que precisan atención psicoterapéutica es siempre superior al que pueden atender. El musicoterapeuta podría ayudar a paliar esta carencia.

3. Porque la finalidad específica de la musicoterapia es la de atender a la vida emocional del interno, a través del arte de la música y de la danza, lo cual supone una labor distinta, pero complementaria, a la del psiquiatra y psicólogo, y sin embargo, insus-tituible.

4. Las observaciones clínicas que puede hacer el mu-sicoterapeuta durante las sesiones pueden ser de gran interés para el psiquiatra y el psicólogo clínico, ya que el interno se expresa con mayor libertad a través del lenguaje preverbal y emocional, que es el de la música y la danza. Además, ayuda a ello la especial estructuración de las sesiones, en las que

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11IMusicoterapiaenloscentrospenitenciarios

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es primordial el dar posibilidades de expresión li-bre, siempre que no perjudiquen a los demás.

5. Las sesiones pueden ser un medio de coadyuvar al restablecimiento de internos con problemas psi-quiátricos.

6. Las sesiones pueden ser un medio de prevención de problemas psiquiátricos graves, como los men-cionados anteriormente.

7. Pueden aportar cualidad de vida, pacificación en si-tuaciones conflictivas, aceptación de la realidad, afir-mación del yo, socialización, alegría…

¿Quépuedenaportarlassesionesdemusicoterapiaalinterno?

De acuerdo con lo expuesto al comienzo, las sesiones de musicoterapia pueden ayudar al interno a:

1. Paliar los efectos emocionales negativos de la sepa-ración de la familia y de los amigos.

2. Conseguir un mejor conocimiento de los demás, a establecer relaciones de amistad positivas, etc.

3. Paliar los efectos de situaciones agresivas o evitar-las.

4. Paliar los efectos negativos del internamiento, rom-piendo la monotonía diaria y aportando alegría.

5. No perder el sentimiento de la propia dignidad en contra del sentimiento de la masificación.

6. Aceptar la realidad.

7. Ayudar a saber encontrar y ver el lado positivo de la vida, de las personas y de las circunstancias.

8. Fortalecer el ánimo ante la adversidad.

9. Encontrar sentido a su vida.

10. Crecer espiritualmente, de un modo indirecto.

11. Prepararle para su regreso a la sociedad.

Metodologíayorganizacióndelamusicoterapia

Para la consecución de los objetivos antes enumera-dos, pueden utilizarse la mayor parte de los métodos de musicoterapia para adultos, expuestos en los capí-tulos 6 y 8 ( TABLA11-1 ).

El trabajo en un centro penitenciario obliga a ajustarse escrupulosamente a las normativas y directrices legales vigentes y las especiales de cada centro. La organiza-ción del servicio de musicoterapia, en cuanto a qué tipo de internos se atiende, dependerá de las necesidades de cada centro penitenciario o de las prioridades que la di-rección del centro tenga planteadas. Puede atenderse en primer lugar a los que con más urgencia precisen aten-ción, como son los enfermos con problemas psiquiátri-cos, los enfermos de SIDA y los tuberculosos, y atender con menor frecuencia a los demás, como prevención.

La asistencia a las sesiones de musicoterapia ha de ser totalmente voluntaria, para que pueda ser efectiva.

TABLA11-1 Métodos de musicoterapia para adultos

Sensibilización musical: Audiciones musicales comentadas.

Audición musical: Método GIM. “Viajes musicales” (Cid- Poch).

Improvisación musical en grupo, especialmente con instrumentos Orff.

Canto individual. Que puedan ser escuchados por el grupo o en actos festivos.

Canto en grupo y canto coral.

Composición de canciones.

Dramatizaciones musicales. Composición de obras musicales.

Psicodrama musical.

Aprender música: solfeo y tocar un instrumento.

Formación de conjuntos musicales.

Dibujo con música.

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Deberá trabajarse individualmente en determinados casos, pero en general será un trabajo en grupo. Los grupos debieran ser lo más homogéneos posible, lo cual permite una mayor individualización, dado que al menos, aunque cada ser humano es diferente, existe algo en común, cuando el problema o enfermedad es la misma.

Los grupos más homogéneos pueden estar integrados por: 1) internos con trastornos de adaptación al medio; 2) internos con trastornos depresivos; 3) internos con trastornos de conducta por causas psiquiátricas claras; 4) internos con conductas antisociales, sin eximentes por enfermedad mental; y 5) enfermos de SIDA en fa-se avanzada o enfermos de otro tipo en fase terminal (véase capítulo 5).

AplicacióndelamusicoterapiaalosdiversosgruposdeinternosINTERNOS CON TRASTORNOS DE ADAPTACIÓN AL MEDIO

Este grupo estará compuesto por los nuevos ingresos y por los internos que no han superado aún su ingreso en prisión.

La finalidad de las sesiones ha de ser la de ayudarles a aceptar su nueva situación y así prevenir el que por no aceptarla, enfermen.

Una labor prioritaria, pues, es la de atender a los recién llegados, dándoles apoyo, incorporándoles a grupos de musicoterapia adecuados a sus características perso-nales, para evitar el que se sientan absorbidos por los grupos de presión o “mafias”, o simplemente por malas compañías.

A los intérpretes de este grupo es muy importante:

1. Darles posibilidad de expresión verbal y musi-cal de sus problemas mediante técnicas, tales como, dibujar con música de fondo; “improvisación musical”, con instrumentos Orff o instrumentos

folklóricos (grabar las sesiones con la fecha, para poderlas evaluar y comparar); cantar canciones co-nocidas, componer canciones, componer musica-les; concursos de adivinar el nombre de la canción, compositor y cantante; concursos de adivinar a qué película corresponde una composición determina-da; concursos de adivinar título o intérprete de com-posiciones musicales; concursos de adivinar a qué país corresponde una música folklórica determina-da; actuaciones en directo de canto o interpretación instrumental; o actuaciones de mimo, con música de fondo.

2. Ayudarles a aceptar la realidad tal como es. Para ello, es importante el que en las sesiones se hable de sus problemas reales y de cómo enfrentarse a ellos.

Tanto en el trabajo con enfermos mentales, como con toda persona que esté sometida a situaciones que le causen dolor físico, psíquico o moral, no tie-ne sentido el organizar las sesiones con la finalidad única de que se distraigan, de que lo pasen bien, de que se diviertan: todo esto constituye la base de lo que podemos llamar recreación. Los internos recién ingresados son personas que sufren y por ello re-húyen lo superficial. Lo que buscan son soluciones a sus problemas, en primer lugar. La distracción, el pasarlo bien, viene en segundo lugar y forma parte de las sesiones en su momento adecuado.

Para ayudarles a aceptar su realidad en las sesiones pueden plantearse temas vitales en la vida de todo ser humano para que hablen de ellos y puedan pro-fundizar en los mismos.

El musicoterapeuta puede utilizar ideas de las téc-nicas de psicoterapia breve, como por ejemplo, la psicoterapia interpersonal (TIP) para enfermos de-presivos15-17 u otro tipo de psicoterapia como por

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ejemplo, la logoterapia18. Muchos internos se sien-ten más interesados en hablar de cosas profundas que de superficialidades.

3. Darles apoyo emocional. En cada sesión de musi-coterapia es prioritario el atender la parte emocional, la parte conflictiva de la vida de cada interno. Por tan-to, es preciso que, después de una introducción mu-sical: audición o canto de alguna pieza preferida por todos, se planteen los problemas más acuciantes de cada interno, en el aquí y ahora.

Para conocer el estado de ánimo básico de cada interno es útil empezar –después del saludo perso-nalizado a cada componente del grupo– por pregun-tar a cada uno:

• ¿Qué piezas musicales quiere escuchar? Según las piezas elegidas, el musicoterapeuta percibirá el sentimiento dominante de cada interno. Ello es imprescindible para poder priorizar el orden de au-dición de las piezas musicales, de modo que su gra-dación emocional sea la adecuada. Se precisa tener en cuenta el principio de Iso, si bien no de un modo estricto (véase el capítulo 6).

• Otro modo de conocer el estado de ánimo es em-pezar la sesión por improvisación musical instru-mental, en la que también se refleja claramente el estado anímico actual.

• ¿Qué película le gustaría ver?• ¿A quién le gustaría dedicar una pieza de mú-sica?

Dependiendo del grupo se puede preguntar directa-mente qué siente cada uno, al empezar la sesión. Sin embargo, a veces da mejor resultado la pregunta indirecta, especialmente para captar matices emo-cionales que tal vez pasan desapercibidos hasta para el mismo interno.

4. Dar apoyo a su ego. El musicoterapeuta tratará de hacer sentir al interno que le respeta profundamente como persona, sean cuales fueren los motivos lega-les de internamiento o de condena, en primer lugar. En segundo lugar, haciendo que se dé cuenta de que le comprendemos en profundidad, más allá de los actos aparentes. En tercer lugar, dándole oportunidades de mostrar a los demás sus cualidades y de hacerse res-petar por ellas. Puede ser a través de actuar en activida-des musicales, como formando parte del coro o de un conjunto musical, o tomando parte en representacio-nes musicales para los demás, en tareas organizativas de estos actos, ayudando al musicoterapeuta, etc…

5. Fortalecer su autoestima. Puede ayudar no sólo el hablar de ello (con psicoterapia de apoyo), sino tam-bién el hacerles participar en el aprendizaje musical (solfeo, por ejemplo), o aprender a tocar un instru-mento, a cantar, etc., lo cual se hace a nivel de simple aficionado, pero que a veces da lugar a descubrir ta-lentos ocultos, que en algunos casos pueden ser un camino profesional cuando regresen a la sociedad.

6. Fomentar la socialización. La música en grupo, can-tar en grupo o formar parte de un conjunto musical, fomentan la socialización. En las sesiones de musi-coterapia se fomenta la expresión de cada persona tal cual es. Puede ayudar a ello el encargarles tareas que deban realizar, en pequeños grupos, después de las sesiones, como componer canciones o musica-les o cualquiera de las actividades sugeridas. Darles tareas en las que puedan volcar su creatividad, su personalidad y les hagan sentir importantes.

7. Liberación y evasión. Las sesiones pueden contribuir a evadirse de su realidad, aunque sea con la imagina-ción. La música en sí, la audición, el canto, la práctica instrumental, la danza, ya son, por sí mismos, unos medios excelentes de salir de nosotros mismos y de

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cuanto nos rodea. La técnica de los “viajes musicales” (véase capítulo 6), por ejemplo, puede contribuir a ello.

GRUPO DE INTERNOS CON TRASTORNOS DEPRESIVOS

(véase el capítulo 8).

GRUPO DE INTERNOS CON TRASTORNOS ASOCIADOS A CONDUCTAS AGRESIVAS O VIOLENTAS

Unas vivencias familiares negativas en la primera in-fancia, tales como deprivación afectiva, malos tratos y falta de un modelo a seguir, podrían ser el origen de los problemas actuales. El objetivo prioritario será la rees-tructuración de su personalidad, que incluye:

1. Reestructuración de su vida emocional. Las sesio-nes de musicoterapia pueden ayudarle a rehabilitar, remodelar, su vida emocional, actuando sobre los aspectos siguientes:

• Evocación e identificación de sentimientos. Me-diante la audición musical se enseña a: 1) distin-guir los sentimientos que la música sugiere y sus matices; 2) concienciar los propios sentimientos; 3) concienciar los sentimientos de los demás de su entorno, aceptarlos y valorarlos; 4) tener autodomi-nio de los propios sentimientos; 5) tomar decisio-nes personales; y 6) manejar el estrés, el miedo, la ansiedad, la ira y la tristeza para los que aconsejan métodos de imaginación guiada (GIM) de Bonny, el de Priestley y otros semejantes.

• Comunicaciones. Desarrollar la capacidad de ha-blar de los sentimientos; aprender a escuchar y a hacer preguntas; distinguir entre lo que alguien hace o dice y sus propias reacciones o juicios al respecto… La capacidad de comunicar nuestros sentimientos es fundamental en la vida de relación. La alexitimia19, o sea, la incapacidad de expresar las propias emociones y las de los demás, puede darse en los internos.

• Apertura. Valorar la apertura y la confianza en las relaciones; reconocer cuándo puede uno arriesgar-se a hablar de los sentimientos más profundos.

• Intuición. Identificar pautas en su vida y en sus re-acciones emocionales y reconocer pautas similares en los demás.

• Autoaceptación. • Asertividad. “Afirmar sus intereses y sentimientos sin ira ni pasividad”.

2. Reestructuración de la vida social y laboral. Según Stoney y Dillehund20, esta reestructuración incluye: responsabilidad personal, compañerismo, trabajo en equipo, aprender a solucionar conflictos sociales o laborales, motivarles para que aprendan un oficio, si no lo tienen, o para que aprendan otro, y perfec-cionar el propio oficio o carrera, en vistas a su rein-serción. Todos estos aspectos pueden ser tratados en las sesiones de musicoterapia, de un modo muy efectivo, mediante psicoterapia, utilizando la música; aprendizaje de solfeo y de un instrumento; creación de conjuntos instrumentales; creación de un conjun-to coral; actuaciones en directo, de canto o de danza; y composición de canciones o de musicales.

3. Reestructuración de su vida ética y espiritual. Las sesiones de musicoterapia pueden ayudar en estas dos áreas de su personalidad, indirectamente, a tra-vés de la audición musical de música religiosa, de la participación coral en las ceremonias religiosas, y otras. Directamente, a través de explicar el significa-do de composiciones religiosas, de las biografías de músicos, por ejemplo. También como temas de los que se puede hablar en las sesiones, si son plan-teados por los asistentes al grupo, siempre dentro del marco de respeto a la libertad de conciencia individual, sin imponer ni adoctrinar.

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Factorespersonalesysocialesqueincitanaladroga

Según Alfonso Sanjuán e Ibáñez López1, si bien la ini-ciación a la droga puede darse en la infancia (casi siem-pre por imitación), es en la pubertad y la adolescencia cuando pueden aparecer ya problemas graves, a cau-sa de:

• La necesidad de probar “algo nuevo”. En este caso, la publicidad tiene mucha responsabilidad en el consu-mo de una de las drogas más difundidas, el alcohol.

• La ausencia de valores positivos.• La inseguridad, que “se manifiesta en estados depre-

sivos, acompañados de acres críticas hacia el entor-no socio-cultural-educacional y ambiental que reper-cuten en los demás y como un bumerán revierten en su personalidad”.

• En cuanto al sexo, en las primeras edades parece que es mayor el número de chicos que el de chicas, si bien ambos porcentajes se igualan posteriormente.

• Suele tratarse de adolescentes que no tienen el cora-je de enfrentarse a las dificultades, y acuden a la dro-ga, tratando de cambiar la percepción de la realidad, denotando con ello inmadurez e infantilismo.

Entre los factores sociales que favorecen la drogadic-ción en los adolescentes, figuran:

• Disgregación familiar.• Malos tratos físicos o psíquicos.• Despreocupación por los hijos.• Sobreprotección.• Carencia de fortaleza para afrontar la frustración, ya

que no se les educa para ello.• Incomunicación entre padres e hijos.• Pertenencia a bandas o grupos de adolescentes: se-

guir a un líder.

Según Cárdenas2, los adolescentes con mayor ries-go de drogadicción son:

1. Los que creen no caerán en las drogas por ser distin-tos a los demás.

12Musicoterapia para

la prevención y tratamiento de drogadicción en adolescentes

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12IMusicoterapiaparalaprevenciónytratamientodedrogadicciónenadolescentes

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2. Los hijos de padres que abusan de las drogas.

3. Los que son víctimas de abuso físico, sexual o psi-cológico.

4. Los que tienen problemas de salud mental, especial-mente los deprimidos con tendencia al suicidio. Tam-bién los incapacitados físicamente.

5. Los que tienen rasgos de personalidad heredados, como poco control de los impulsos y búsqueda de riesgos innecesarios.

6. Los que viven con poca supervisión de los padres.

7. Los marginados por la pobreza.

A éstos podrían añadirse, por ejemplo, los casos deri-vados de problemas escolares y la relación maestro-alumno-compañeros de clase, la soledad, etc.

Lamusicoterapiacomoprevencióndeladrogadicción

En los planes educativos de España todavía está ausen-te la idea básica, fundamental, del valor del arte (véase el capítulo 1) para el ser humano. Todavía se le sigue considerando como algo complementario y no esen-cial. No se trata de formar artistas, sino seres huma-nos completos, equilibrados. Porque sin el sentimiento estético, tampoco se encuentra sentido en la bondad ni en lo trascendente. Sin ellos, ¿cómo se puede pre-tender eliminar todo lo negativo de muchos adolescen-tes? Y no es nada nuevo, pues esta idea surge ya en la Grecia clásica.

El profesor de música de secundaria de cada centro debiera educar la sensibilidad artística y musical, me-diante:

• Audiciones de música comentadas.• Audición musical pidiendo a cada adolescente dibujar,

escribir en prosa o verso lo que la música le sugiere.

• Hacerles darse cuenta que existen otros tipos de mú-sica, aparte de los “40 Principales”.

• Que cada adolescente busque qué piezas musicales le gustan de verdad y por qué.

• Que improvisen con instrumentos Orff.• Que compongan música y letras de canciones.• Que formen parte de una coral.• Otros.

Es indispensable hacerles dar cuenta de los intereses económicos que hay detrás de cantantes que no mere-cerían figurar. Que no sean esclavos de las “listas” sino que compren la música que realmente les aporte bien-estar y no angustia o simple excitación.

Desde el punto de vista de la musicoterapia, lo ideal sería que existiera lo que en Cataluña se llaman “es-plais”, centros de esparcimiento, donde los adolescen-tes pueden acudir, después del horario escolar, para realizar actividades de juego, esencialmente, y bajo la dirección de un profesional formado a tal efecto (“mo-nitor d’esplai”).

En estos centros, el musicoterapeuta podría ejercer con un horario determinado, como un miembro más del equipo. Su misión sería encargarse de los adoles-centes con mayores necesidades o con mayores ries-gos de caer en la drogadicción o en conductas antiso-ciales. Un ejemplo ilustrativo en este sentido es el que se resume a continuación.

En el “Aula de Educación Especial” del Centro Escolar Público de Educación Primaria “Vicente Aleixandre” de Martorell (1988-89) tuve que hacerme cargo de 15 adolescentes de los últimos grados de Primaria, pero que habían suspendido y asistían cada día a la escuela sin libros tan siquiera. No hacían nada ni dejaban ha-cer. Todo les daba igual.

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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Musicoterapiaparatratareladolescentedrogadicto

Para el tratamiento musicoterapéutico de una droga-dicción, es esencial conocer los efectos de la droga en cuestión, los efectos causados en cada adolescente, junto con el historial clínico, familiar, escolar y social.

Tipodemúsicapreferido

Se realizó una investigación acerca del tipo de música preferida por los drogadictos4 a través de las llamadas a un teléfono hot-line (en España, el “Teléfono de la Es-peranza”), en el que se oía música de fondo durante el tiempo de espera.

Por el procedimiento Newman-Keuls, el resultado fue: relajación: 18,95; popular: 15,2 (diferencia no significa-tiva); clásica: 13,20 (diferencia no significativa); “coun-try”: 10,37; jazz: 9,24.

En el “Instituto Tomas Dolsa”, los adolescentes droga-dictos preferían en primer lugar la canción de Jennifer Rush “Si tu eres mi hombre”, después de una etapa de

Pero la música de películas fue aceptada de inmediato “porque era de película”. Poco a poco se fueron intere-sando por otros tipos de música.Las lecciones de Geografía e Historia iban acompa-ñadas de una pieza musical adecuada al tema de que se tratara. Por ejemplo: descubrimiento de América – “Largo” de la 5ª Sinfonía en Mi menor de Dvorak. Los Himnos Nacionales de cada país, al referirnos a algu-no de ellos. Los bailes folklóricos de los diversos paí-ses, etc.En Geografía: cada estación del año con la correspon-diente de Vivaldi. Cada fenómeno de la naturaleza tu-vo su música correspondiente: Beethoven, Debussy, etc 3.

Lo primero positivo fue que se negaron a hacer tareas de taller, como se les propuso. Dijeron: “no somos ton-tos; somos como los demás; queremos estudiar”. Decidimos que empezarían a estudiar desde 6º. Les compraron unos libros, los mas atractivos que pude encontrar. En matemáticas empezamos por lo básico: concepto de suma, resta… y problemas. Aprender a razonar. Geografía e Historia y temas sociales fueron los temas estrella. Incluso nociones de ética sobre la marcha. Pudieron hablar de sus problemas y escuchar los de los demás. Como resultado, se consiguió que todos menos uno, cuyo hermano era un traficante de drogas, continua-ran estudiando Formación Profesional o encontraran enseguida un trabajo.Realmente, los primeros días fueron difíciles. Suele ocurrir que, a partir de un acontecimiento, las cosas cambien en positivo. En este caso, se debió a algo fortuito: Desde los ventanales del aula escolar donde estába-mos se podía ver a lo lejos la autopista A2 y el cemen-terio de Martorell. Uno de ellos, mirándolo dijo: “ahí está enterrado el padre de mi amigo, que murió hace tres días”. Alguien dijo: “¿por qué no vamos a verlo?”. A la hora del patio fuimos. A partir de aquella circunstancia, su comportamiento cambió. Se dieron cuenta de que eran comprendidos. Que era sensible a sus necesidades.

Cómo ayudó la musicoterapia a estos adolescentesEn primer lugar, haciéndoles darse cuenta de que la música era mucho más que lo que escuchaban en la discoteca y que la música les podía ayudar.Se tuvo que empezar por ponerles “su” música. Era como recompensa.

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12IMusicoterapiaparalaprevenciónytratamientodedrogadicciónenadolescentes

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total anarquía en cuanto a preferencias. Esta canción les emocionaba.

Tratamiento¿individualoengrupo?

Parece, en general, que los drogadictos aceptan mejor el tratamiento en grupo que el individualizado. Esto es así porque, en parte, no se consideran enfermos y no aceptan el ser tratados como a tales, especialmente los alcohólicos.

El Dr. Breitanfeld (Zagreb, Croacia), que fue presiden-te del International Board for Music Therapy and Social Psychiatry y, además, es un experto en el tema del al-coholismo, opina lo siguiente: “De acuerdo con la opi-nión actual, el alcoholismo sólo puede ser tratado en el grupo, porque un tratamiento individual no lleva a la so-lución, en general. En el grupo se pueden expresar de un modo dinámico muchas situaciones de transferen-cia. La idea básica en el tratamiento es que el alcohó-lico se siente más seguro porque se puede identificar con el grupo y ve que él no es un caso aislado”5.

Objetivosgeneralesdelamusicoterapia

La musicoterapia persigue los siguientes objetivos:

1. Procurar que el drogadicto se sienta aceptado y comprendido por el terapeuta y por el grupo.

2. Dar la oportunidad de que el drogadicto exprese sus sentimientos. Un medio idóneo para ello es pe-dir que expresen verbalmente o por escrito, en prosa o en verso, sus sentimientos. También podemos pe-dirles que busquen letras de canciones que expresen sus sentimientos o bien canciones que expresen sen-timientos contrarios a los suyos. Pueden comentar-las o leerlas en grupo, siempre que esto no vulnere su intimidad, pues nunca se les puede obligar a ha-cerlo. Un buen subterfugio puede ser pedirle que “se invente” una historia o una novela; el resultado tiene

también un valor diagnóstico importante, ya que se-guramente proyectará sus sentimientos.

Por ejemplo, una adolescente de 16 años, del Hospi-tal Clínico y Provincial de Barcelona (1976), con pro-blemas de personalidad y alcoholismo, expresaba así diversos estados de ánimo:

«Yo deseo la muerte,por qué Dios mío tantas pruebasme haces arrastrar.«Levántate», dices. lo hago,pero tú me haces caer (denegación de culpabilidad).— No sé quién soy,— qué seré— ni que quieres— dame alguna prueba— estoy confusa— escucha si quieres» (27-10-76).«Me siento como un árbol roto,un árbol que sus miembros no funcionan,que se encuentra completamente podrido.Todo se va perdiendo» (6-09-76).

El 30 de octubre de 1976, con la canción “Regresare-mos”, cantada por Joan Baez, escribió:

«Iba cayendo la mañana / con la triste tempestad / Los pasos del muchacho comenzaron a temblar / y sus zancadas grandes iban quedándose solas / y a la vez se iban borrando».

La canción “Un beso y una flor”, interpretada por Ni-no Bravo, le sugirió el siguiente poema:

«Marchando pasó por las praderas / pensando que es bueno dejar el pasado. Mas, todo he probado / y nada podido alcanzar. / En la noche te hablaré, / mas no sé si me escucharás. / Juntos caminaremos, / juntos amaremos, / juntos daremos un ejemplo /

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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porque tú eres algo distinto; / tú lo entenderás. / Fa-milia jamás quise ya, / siempre jugando a buscar / o que en ti he buscado. / Marché, pero volveré / lo ju-ro por mi existencia. / Mas tú me das fuerza para no caer / nadie esto puede comprender / tan sólo mi persona / Por ti lucho, / por ti dejo el alcohol, / por ti quiero comenzar algo nuevo» (27-10-76).

Con “Anónimo veneciano”, escribió lo siguiente:

«Siento el placer de un camino / los campos verdes, las rocas caídas, / los pájaros voladores. / Y yo cogida de tu mano / comienzo a realizar un sueño, / algo que en mi mente veo / y a la realidad quiero llegar. / ¡Qué bonito es tener una amistad! / Qué bonito enseñar! / ¡Qué maravilloso sentir que el mundo te pertenece / que somos dos hombres libres».

“A continuación, pidió música “beat” y bailó de un modo muy libre, tratando de evadirse de todo y po-niendo todas sus fuerzas en ello. Al empezar la se-sión estaba deprimida. Luego se despejó” (Del diario clínico, 27-10-76).

Las sesiones de musicoterapia le ayudaron mucho, ya que era la única actividad a la que asistía. En ellas encontró un cauce a la expresión libre de sus sen-timientos más íntimos, cosa que podía hacer sin cor-tapisas. También consiguió comprensión y una cálida aceptación. Por último, pudo compartir sus vivencias con otros adolescentes, y se dio cuenta de que no estaba sola.

3. Dar oportunidad que el drogadicto exprese las motivaciones que le inducen a la droga. Se sa-be que cada tipo de droga produce un efecto distin-to, y a veces una misma droga genera un efecto di-ferente en cada persona; por tanto, es interesante que expresen sus vivencias y las comparen con los otros pacientes, hablando no tan sólo de los efectos

causados por las drogas, sino también de por qué las tomaban. Para ello, es preciso que puedan ha-blar abiertamente del tema, tomando como punto de partida la letra de una canción, por ejemplo.

4. Intentar que el drogadicto se comprenda a sí mismo y se acepte. El mejor camino hacia el cam-bio que estas personas deben dar a su vida consis-te en descubrir las motivaciones reales y aceptarse a sí mismos sin falsear la realidad y con todas sus consecuencias. Se trata de un largo camino que de-be hacerse conjuntamente con el refuerzo del “yo” y con un entrenamiento adecuado para aceptar su frustración.

Otra de las finalidades del trabajo en grupo es que éste posibilita en sus componentes el despertar de-seos de ayudarse mutuamente al escuchar sus res-pectivos problemas, cosa que es muy positiva.

La musicoterapia debe actuar como soporte a la acción psicoterapéutica para la consecución de estos objetivos.

Las técnicas aplicables en este caso pueden ser, por un lado, la audición de temas musicales con exposición verbal y diálogo y, por el otro, la formación de un co-ro, que da sentido al grupo y refuerza su cohesión. Un ejemplo de esta última práctica es el disco6 editado por el Prof. Hudolin de la Universidad de Zagreb, en el que se recogían las canciones compuestas y cantadas por un grupo de pacientes alcohólicos, tratados por el Dr. Brei-tenfeld. De este disco se insertan a continuación algu-nas composiciones:

• Dedicada a la esposa y la familia de un alcohólico cu-rado. Título: “En la madrugada se levantó angustia-da”. «Esperando y preguntándose cuándo vendrá / las lágrimas en su mejilla lucían, / sus lágrimas espe-raban su vuelta toda la noche. / Pasaban los años, llu-vias caían, / el amor enmarcaba su existencia / y cada

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12IMusicoterapiaparalaprevenciónytratamientodedrogadicciónenadolescentes

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vez un nuevo desencanto.» «Ahora siempre vuelve. El hombre es suyo de nuevo. / La noche no es tan lar-ga, pero en ella todavía existe la duda. / Ahora, por fa-vor, créeme, ahora, esta vida se llenó de esperanza. / Habrá muchos más días en que nos dolerán heridas viejas. / Por favor más, quiéreme porque se han aca-bado las lluvias. / La noche ha pasado» (traducido del croata).

• Título: “A un amigo del club”. «Oh, amigo mío. Me sig-nifica mucho tu mirada. / Tú me das nueva esperanza; cuando necesito una palabra buena /sé que tú me la darás y ya se sabe que es así. / El día es más boni-to cada vez, cuando estamos juntos, como ahora. / Quiero que vivas, quiero que vivas, quiero que seas como ahora. / Oh amigo mío, sí necesito tu mirada, sí me das energía. / Cuando tengo una buena palabra te la dedicaré a ti y ya se sabe que es así. / Y el día es más bonito cada vez.»

• Himno del Club de Médicos de Alcohólicos. «Que nos dure eso, ese tipo de vida. / No nos pregunta-ron al llegar, si éramos culpables / cuando vagabun-deamos tristes y grises. / Pero hoy el día no está gris / cuando estás vivo y feliz, / mucho más, que jamás antes. / Que nos dure eso, ese tipo de vida / y paz, mientras haya sol y la lluvia cae. / Nos hemos pregun-tado si nos querían / y sus lágrimas, aún hoy día nos duelen. / Pero hoy el día no está gris / cuando estás vivo y feliz. / Queremos vivir como hombres / como los hombres a los que las tristeza no les / despierta de su sueño. / Porque hoy el día no está gris» (tradu-cido del croata).

Otras técnicas de musicoterapia que se pueden usar en estos casos son las siguientes:

• Improvisación musical en grupo, imitando los con-juntos de moda. El estilo heavy metal puede utilizar-se si el grupo quiere y el terapeuta lo juzga oportuno,

pero siempre a un volumen aceptable7. A los instru-mentos Orff pueden añadirse guitarras, ya que mues-tran preferencia por ellas. Pueden ser muy creativos.

• Canto en grupo o en solo.• Composición de canciones.• Otras actividades según el perfil del grupo de pa-

cientes. Con este tipo de pacientes es muy impor-tante una labor educativa que supla las carencias en esta área:a. Dibujo de libre expresión.b. Dibujo proyectivo. Pedir que, en una hoja de papel

y sin levantar el bolígrafo de la hoja, en trazos circu-lares, lo deslice por toda la hoja de papel. Luego se pide que rellene de color –los colores que quie-ra– los espacios, de forma que resulte una figura con sentido. Esto puede constituir un modo de que afloren ideas, que de otro modo no surgirían. Se pi-de que cada participante explique qué significa pa-ra él lo dibujado.

Algunas estrategias eficaces para tratar a adoles-centes difíciles son8:

• El humor y la sorpresa. A los adolescentes se les puede ganar con humor y con la sorpresa.

• La utilización. Resaltar sus cualidades y sus habili-dades.

• Ponerse al lado del adolescente.• El adolescente como asesor experto. Si ha pasado

antes por otros tratamientos, preguntarle por qué fa-llaron con él, etc.

• El uso del yo del terapeuta. Suelen aceptar el uso deliberado de autoconfesión del terapeuta.

• El enfoque de “Colombo”. Del personaje televisivo, Selekman toma el modo de proceder: de “no saber”, no tener ningún problema en mostrar su estilo incom-petente, etc.

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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Referenciasbibliográficas1. Alfonso M, Ibáñez López P. Drogas y toxicomanías. Madrid: CEPE, 1979; 41-44.2. Cárdenas, S. La drogadicción en los adolescentes. En: Esperanza para la familia.

www.esperanzaparalafamilia.com/Rev/Articulos/MSWs/MSW0139.doc, 5-6. 3. Poch S. Compendio de musicoterapia. Vol. 2. Barcelona: Herder, 1999, 2006;

630-40.4. Vivioni Ramos L. The effects of on-Hold telephone music on the number of

premature disconnections to a statewide Protective Services Abuse Hot Line. J Music Therapy. 1993; 30: 119-29.

5. Breitenfeld D. Music therapy with hospitalised alcoholics. Br J Music Therapy. 1973; 4: 2-6.

6. Hudolin V, Vesliga J. Alkolizam u Rijeci i Pjesmi (Alcoholism in words and songs) Disco: Jugoton LPY-50908, Zagreb, Croacia, 1978.

7. Wooten MA. The Effects of heavy metal Music on affects shifts of adolescents in a impatient psychiatric setting. Music Therapy Perspectives. 1992; 10: 93-8.

8. Selekman M. Abrir caminos para el cambio. Barcelona: Gedisa, 2005; 97-110.

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Musicoterapiacomoprevención

El objetivo primordial es poner los medios para ayu-dar a que la vida emocional del niño se vea protegida y acrecentada desde antes de nacer, ya que, como la neurociencia demuestra, la vida emocional del bebé se fragua desde el vientre materno.

La música puede ayudar a la madre en esta etapa de su vida, y también al hijo que espera.

Lamúsicacomoayudaalamadredurantelagestaciónyelparto

Existen programas de musicoterapia específicos pa-ra madres embarazadas, para ayudarles a mantener el equilibrio emocional en tal circunstancia, a aminorar la angustia y el dolor, no sólo durante el embarazo, sino también en el momento del parto. Se basan en amino-rar el dolor a través de centrar la atención en la música, descentrándola del dolor.

La ansiedad y el estrés emocional afectan al feto, pu-diendo llevar al aborto espontáneo1. Existe una relación entre el aumento de catecolaminas y la disminución de la eficiencia uterina, lo cual conlleva dificultades en el parto2. El aumento de los niveles de ansiedad afecta fi-siológicamente, produciendo un aumento de la adrena-lina plasmática, y se asocian a la disminución de con-tractibilidad uterina y, por tanto, contribuyen a un parto más prolongado3.

Los niveles de ansiedad pueden ser importantes, por ejemplo, en madres adolescentes. Liebman y McLa-ren impartieron sesiones de musicoterapia a un gru-po de adolescentes en su tercer mes de gestación, encontrando que “fue evidente que aquellas adoles-centes que recibieron sesiones de música y relajación fueron capaces de mantener un bajo nivel de ansie-dad, al contrario de aquellas que no recibieron dicho tratamiento”4.

13Musicoterapia en Pediatría

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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La utilización de la música junto con las técnicas Lama-ze es defendida5 por las razones siguientes: 1) la mú-sica es un medio muy eficaz como foco de atención; 2) la música es un medio de distracción; 3) la músi-ca es un estímulo placentero; 4) la música constitu-ye un estímulo condicionado para la relajación; y 5) el método “imaginación guiada” (GIM) se considera adecuado.

En este contexto, es muy ilustrativa una investigación en la que se comparó un grupo de 20 madres gestan-tes y un grupo de control (madres gestantes que no recibieron sesiones de musicoterapia). Se les admi-nistraron 6 sesiones de musicoterapia individual co-mo preparación al parto. Cuando llegó el momento de parto, se avisó al musicoterapeuta y éste empezó la sesión de musicoterapia. En el momento en que se pidió a la madre hacer fuerza a cada contracción, el tempo, la intensidad y la energía de la música se aumentó para potenciar la de la madre. El ritmo de la música fue utilizado sincrónicamente con la res-piración en muchos momentos. La audición musical terminó con el nacimiento del bebé. La utilización de la música durante el parto es un medio muy eficaz de aminorar el dolor6,7. En su conclusión, los autores señalan:

a. Esta investigación fue históricamente la primera en que se realizó un proyecto de investigación y trata-miento en un grupo de madres gestantes.

b. Las mujeres que participaron en la investigación de musicoterapia experimentaron significativamen-te percepciones más positivas que el grupo que no participó.

c. El primer grupo realizó durante más tiempo los ejer-cicios Lamaze, en su casa, que el grupo que no reci-bió musicoterapia.

d. El primer grupo percibió mayor soporte por parte del equipo médico y del entorno.

e. Experimentaron una reducción del nivel de ansie-dad.

Lamúsicacomoayudaemocionalalniñoprematuro

Todo niño prematuro presenta, en potencia, riesgos de supervivencia o incidencia de subnormalidades o pro-blemas neuropsiquiátricos8.

Los beneficios que la música puede aportar a estos niños vienen apoyados por los resultados de diversas investigaciones:

• La música (audición musical) tiene efectos muy po-sitivos en prematuros, disminuyendo el nivel de an-siedad, aumentando el apetito, haciéndoles ganar el peso perdido inicialmente y acortando el tiempo de estancia en el hospital (en 5 días)9.

• La música ayuda a acortar la estancia de hospitaliza-ción del prematuro con el consiguiente ahorro econó-mico10, constituye un medio de pacificación11, estimu-la el apetito12, y mejora la adaptación del prematuro a su nuevo entorno13,14.

• La audición de música estimulante o música sedan-te actúa sobre la presión arterial del prematuro, lo cual puede tenerse en cuenta con estos niños, a fin de ayudar a prevenir la hemorragia intraventricular. El efecto calmante de la música sedante, tal vez, pueda ayudar a reducir la utilización de medicamentos en ni-ños con respiración asistida reduciendo la incidencia de traumas pulmonares15.

• Los niños prematuros responden mejor a los estímu-los auditivos que los niños nacidos en un tiempo normal16.

• La música influencia la pacificación/estimulación de los niños prematuros con déficit ponderal17.

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13IMusicoterapiaenPediatría

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Lamúsicacomoayudaalreciénnacido

A este respecto, se sabe que:

• Al 1er y 2º día, el recién nacido se orienta hacia el soni-do en 2,5 segundos y tarda 3 segundos en completar la respuesta18. Durante este mismo periodo, puede diferenciar la música del ruido y prefiere la música19.

• Al 2º día, cualquier estímulo sonoro prolongado paci-fica a los recién nacidos. El sonido del corazón no es mejor que el metrónomo o la canción de cuna20.

• El sonido del ritmo cardíaco no pacifica a los re-cién nacidos que lloran22; al contrario, parece que se convierte en un sonido mecánico sin sentido emo-cional alguno.

• La música puede ayudar al recién nacido emocional-mente a través de las canciones de cuna y audición musical, fisiológicamente a través de masajes y sua-ves movimientos corporales con música de fondo y cognitivamente mediante la estimulación sensorial con ayuda de la música.

En este contexto merece una alusión especial la can-ción de cuna. Desde siempre, y en todas las culturas, la madre ha acunado a su hijo, por diversas razones:

a. Como expresión de su amor,

b. Como medio de relajación, ya que un suave balan-ceo induce a la relajación y al sueño.

c. Para acallar su llanto. Para disminuir su ansiedad, su nerviosismo, su miedo, su soledad, etc., por la ca-pacidad que tiene el balanceo como medio de dis-tracción.

d. Como medio de estimulación física.

El ritmo de estas canciones es absolutamente seme-jante en todas las culturas, dado que responde a la mis-ma función de balanceo. Es curioso escuchar cancio-nes de cuna de culturas alejadas geográficamente o en

el tiempo, para comprobar esta similitud22,23. El ritmo de estas melodías es binario. De tempo lento y melo-día emotiva, sin cambios melódicos bruscos ni saltos tonales. No hace falta cantar con palabras, sino simple-mente “mumear”. El bebé no entiende nuestras pala-bras, pero sí capta el matiz afectivo de nuestra voz, la suavidad de nuestras caricias.

Otro medio es la música grabada: Puede ser útil el ti-po de música descrito para los niños autistas (véase el capítulo 10), sin hacerles escuchar música durante más de quince minutos seguidos.

Lamúsicacomoayudaemocionalenlaprimerainfancia

La utilización de la música en esta etapa puede contri-buir al equilibrio emocional del niño. Los primeros re-cuerdos musicales marcan al niño y, tal vez, alrededor de ellos se formen las preferencias musicales del ado-lescente y adulto. Por ello, en musicoterapia, los pri-meros recuerdos musicales del paciente es un dato a tener en cuenta.

En la actualidad, las madres ya no suelen cantar cancio-nes de cuna, salvo excepciones.

¿QUÉ TIPO DE MÚSICA GUSTA AL NIÑO PEQUEÑO?

El recién nacido prefiere los sonidos consonantes, lo ar-monioso24. La pedagoga musical francesa Mme. Pas-quier dice que debe caracterizarse por “estar llena de in-genuidad, imaginación, comicidad. Llena de impresiones, de sentimientos humanos reducidos a escala infantil”.

La utilización del ritmo sincopado en piezas musicales infantiles no es adecuado al niño pequeño, ya que es antinatural; primero es la armonía, luego el ritmo y no al revés, no le ayuda a un desarrollo normal, le mecaniza. Deben usarse ritmos regulares a un tempo que el niño pueda seguir; de lo contrario se pone nervioso.

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MusicoterapiaenPsiquiatría

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El contenido musical ha de ser emotivo y musical-mente estético. El niño pequeño, sin estar condicio-nado, prefiere la música más bella que se pueda ima-ginar. Y belleza musical no implica ni complejidad ni disonancia. Prueba de ello es que niños de meses son capaces de emocionarse con bellas melodías hasta las lágrimas.

La expresión musical debe seguir una línea melódica simple, consonante. Las disonancias le pueden gustar en un momento dado como elemento sorpresa, co-mo un elemento de comicidad. Puede gustarle la re-petición de un fragmento que le emocione. La armo-nización ha de servir para resaltar la melodía, pero no para confundirla. Han de buscarse acompañamientos simples pero llenos de musicalidad. Los instrumentos más adecuados parece son el órgano, piano, orques-tas de cuerda, arpa.

En lo que se refiere al repertorio, hay que distinguir entre música para ser tarareada o cantada por el niño y música para ser escuchada por el niño, podemos citar los ejemplos siguientes:

• En cuanto a la primera, hay que tener en cuenta que el niño no puede tararear una canción al tempo nor-mal en la que está grabada. Hay que cantársela ralen-tizada, para que el niño pueda seguirla, ya que de lo contrario el pequeño se siente frustrado. Como ejem-plos, pueden citarse: melodías de películas infantiles, canciones de corro, villancicos de Navidad (todo el año pueden cantarse), etc.

• En cuanto a música para ser escuchada por el niño:• Ejemplos de música que puede ser emotiva: can-ciones de cuna de grandes compositores, folklóri-cas y extranjeras. Largo de la 5ª sinfonía de Dvo-rak; Nocturno opus 9 de Chopin; Balada nº 2, opus 38 de Chopin; Estudio opus 10 “Tristesse” de Cho-pin; Concierto de Aranjuez, 2º movimiento, de J.

Rodrigo; algunas canciones catalanas cantadas por Victoria de los Ángeles; canciones tipo “Mary Ha-milton”, cantada por Joan Baez; algunas canciones de Enya; Bachianas Brasileñas nº 5 de H. Villalobos por Victoria de los Ángeles, etc.

• Ejemplos de música alegre, excitante: marchas de circo, pasodobles, jotas, sardanas, música del Tirol, música folklórica centroeuropea, música folklórica sudamericana, “Que canten los niños” de Perales, música de películas infantiles, etc.

• Ejemplos de música de interés armónico: Músi-ca coral: villancicos y música de Navidad canta-das por grandes corales. Música coral de Haen-del, Bach, etc. Orquestas adecuadas: orquestas en que predominen los instrumentos de cuerda, como la de Mantovani, porque además, muchas piezas de música clásica las interpreta a un tem-po algo más lento que el normal. La orquesta de Frank Pourcel (tocando a los clásicos). La orques-ta “101 violines”, etc.

UTILIZACIÓN DE LA MÚSICA EN DOS MOMENTOS CLAVES DEL DÍA

a. Música para dormir. “El escuchar música sedante antes de dormir proporciona un sueño profundo por-que ayuda a que el niño se evada de las preocupa-ciones, aleja los recuerdos penosos ya que ayuda a vestir la realidad de belleza” 25.

b. Música para despertar. Se recomienda la música sedante como inicio, para pasar progresivamente a una música más rápida26.

La finalidad de la utilización de la música en la primera infancia es la de ayudar al niño al desarrollo armónico de su personalidad, influyendo en su vida emocional y, a través de ella, en su desarrollo físico, emocional, inte-lectual y espiritual.

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Unprogramademúsicafuncionalenlaescuela

Un ejemplo de música funcional en la escuela podría ser el de poner música a la entrada y salida de los co-legios.

En el centro de Educación Especial “Princesa Sofía” (MEC) de Madrid, entre 1978 y 1981 pude realizar un programa de música funcional, con finalidad de pre-vención, para que se pudieran beneficiar todos los ni-ños del centro, y no sólo los que eran atendidos en el aula de musicoterapia. La música se escuchaba desde cinco minutos antes de salir los niños de la clase has-ta que subían a los autocares atravesando el jardín. El programa estaba compuesto por las piezas preferidas por la mayoría de los niños. La respuesta general fue muy positiva, consiguiéndose los resultados siguien-tes:

a. El período de adaptación de los más pequeños al centro se acortó espectacularmente: desaparecie-ron los lloros y las escenas de “trágica despedida” de mamá o del adulto que les acompañaba a la llega-da, de los más pequeños, los primeros días de asis-tencia al centro.

b. Desaparecieron casi por completo los problemas de comportamiento a la entrada y a la salida.

c. Aportó alegría a los niños, empezando éstos sus ta-reas escolares con buen humor y con una excelente disposición.

Musicoterapiapreventivaenlaetapapreescolar

El niño, en la etapa de preescolar, puede presentar pro-blemas emocionales que, tratados en aquel momen-to, fácilmente pueden desaparecer, pero que si no se tratan, pueden cronificarse.

Partiendo de esta idea, en el CP de Primaria “Ramón Llull” de Barcelona, en el Aula de Educación Especial

(Curso Escolar 1986-87) se puso en práctica un progra-ma de musicoterapia27. La primera tarea fue la detección de casos. Para ello, los profesores de las aulas de prees-colar indicaban los niños que les resultaban conflictivos, tristes, extremadamente tímidos y los que presentaban peculiaridades en sus dibujos o en sus juegos. A con-tinuación, se analizaron los correspondientes expedien-tes de cada niño, y, finalmente, se efectuó una entrevis-ta individual junto con pruebas diagnósticas: “Proves de Diagnòstic Preescolar” (María Victoria de la Cruz, Edit. TEA, Barcelona), “Reversal Test” (AW Edeldt), prueba de madurez para la lectura (en la que se detectan proble-mas de dislexia, de atención y percepción), examen ex-ploratorio musical y análisis de sus dibujos (dibujo libre, “dibuja un niño/a” y “tu familia”).

Algunos fueron tratados individualmente pero con la mayoría se hizo en grupos de cuatro, con una problemática semejante. Varios de estos grupos los formaron niños de padres separados.

Estructura de las sesiones. En estos casos, las se-siones de musicoterapia pueden prestar un gran servicio como medio de detección de problemas. Los niños se suelen mostrar tal cual son y piensan, excepto en caso de bloqueo emocional. En la es-tructura de las sesiones de musicoterapia deben considerarse estos puntos:

• Diálogo con el musicoterapeuta: darle la bienvenida e interesarse por sus cosas.

• Expresión gráfica: dibujo de libre expresión.• Cantar: es importante anotar la letra de las canciones

que elige, como indicación de su problemática.• Audición musical: preguntarle, después de cada pie-

za, si le parece triste o alegre. ¿Qué le sugiere?• Dramatizaciones: contarle un cuento con el tema de

la problemática del niño. Que lo comente. Que le pon-ga un final. Que lo escenifique, a modo de psicodra-ma (si se trata de una sesión de grupo).

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Resultados. Los profesores evidenciaron mejoras de-tectables, que se tradujeron, sobretodo, en rostros más alegres, mayor concentración en el trabajo, me-jor relación con los demás. La mayor parte de los pa-dres dieron cuenta del cambio positivo realizado en su hijo.

Musicoterapiacomotratamientoencasosdemaltratoinfantil

Según una Encuesta del Ministerio de Sanidad, en 1989, se denunciaron 40.000 casos de malos tratos. Pero esto es sólo la punta del iceberg.

Las formas de maltrato infantil incluyen secciones fí-sicas, omisión de cuidados y maltrato emocional. Los casos más graves equivalen al trastorno emocional postraumático (TEPT).

Las alteraciones psíquicas secundarias al maltrato in-fantil obedecen a que el niño revive y recuerda obsesi-vamente la acción violenta, lo que puede traducirse en pesadillas y terrores nocturnos o enuresis, etc. Por otra parte, se altera gravemente su percepción e interpreta-ción del mundo de las relaciones interpersonales. Los “otros” son una amenaza potencial.

Las consecuencias que pueden derivarse consisten en fantasías aterradoras, lo cual hace que los niños se vuelven ansiosos, despistados y apáticos a veces, agresivos y desinteresados, destructivos, etc.

Cada uno de los síntomas enumerados pueden ser tra-tado con musicoterapia. Como punto básico, el musi-coterapeuta ha de tratar de establecer una buena re-lación, ganándose la confianza del niño sin presionarle ni directa ni indirectamente a establecer esta relación. Para ello, debe aceptar cualquier confidencia del niño con ausencia total de crítica, dándole oportunidad de tener éxito en las actividades que se realice.

Es fundamental buscar técnicas que muevan al ni-ño a expresarse. Entre estas técnicas figuran:

1. La improvisación musical.

2. El dibujo, que es muy importante como proyec-ción de sus problemas.

3. Dramatizaciones: representar lo que el niño cuenta con ayuda de los otros componentes del grupo. Se pueden emplear alguna de las técnicas del psicodra-ma. Por ejemplo, que el problema del niño o lo que ha contado lo represente otro niño componente del grupo, para que se vea reflejado en otro.

4. Danza de libre expresión, como complemento para que puedan expresarse.

5. Cantar canciones alusivas al tema general y comen-tarlas.

Mientras el niño no logre liberarse de sus recuerdos de experiencias traumáticas no puede haber mejora posible.

Las actividades que se programen tienen que tener este objetivo: expresión y liberación. Tal vez, el niño nunca pueda expresar el núcleo del problema. Puede tardar mucho tiempo o puede ser al cabo de pocas se-siones. Nunca hay que presionarle para que lo exprese. Los demás síntomas mejorarán o desaparecerán como consecuencia de lo anterior.

Musicoterapiacomotratamientoencasosdeabusosexual

El abuso sexual se produce por violación, incesto, por-nografía, prostitución infantil, estimulación sexual, etc. Los casos más graves equivalen al trastorno emocional postraumático (TEPT). Los abusos sexuales se mani-fiestan en forma de síntomas fisicosexuales, síntomas emocionales y síntomas de comportamiento28.

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El tratamiento de los abusos sexuales pasa por 3 eta-pas29,30 que se recogen en la TABLA13-1 .

Cada una de estas etapas, que comentamos más am-pliamente a continuación, tiene un tratamiento distinto, como distintos son los métodos de musicoterapia apli-cables. Además, los niños son más imprevisibles en sus reacciones.

EstablecimientodeunarelaciónLas primeras sesiones han de ser individuales para faci-litar el conocimiento mutuo. No obligar al niño a entrar en la sesión si no quiere. Con niños autistas y en deter-minados casos en que se resisten a entrar en el aula o sala de musicoterapia, solía ser yo la que salía de la sa-la al encuentro del niño dialogando con él. Ponía músi-ca de fondo en la sala para que el niño la escuchara. Si después continuaba resistiéndose a entrar, se dejaba la sesión para el próximo día. Nunca forzando, siempre al segundo intento funcionaba.

Al entrar se le da a escoger entre diversas actividades: “¿Qué quieres hacer? ¿Escuchar música, tocar instru-mentos, dibujar o jugar?”

Preguntarle, después de cada pieza, si le parece triste o alegre. ¿Qué les sugiere?.

Cada niño debe tener “su canción”. Cada niño muestra sus preferencias y es con ellas con las que hay que ac-tuar. No vale que le obliguemos a hacer lo que el tera-peuta decide. Es el niño, en esta etapa, el que decide. Al terapeuta le toca observar y secundar lo que hace el niño. Se ha de dar cuenta de que lo que hace es bien acogido por el terapeuta. Es fundamental crear una at-mósfera de libertad y de acogida cálida.

RecordaryexperimentarrecuerdosyemocionesdeltraumaEn esta segunda etapa, tal vez es conveniente inte-grar a este niño en un grupo de niños con problemas

semejantes, si existen otros grupos. Tendría la ventaja de que el niño se daría cuenta de que hay otros niños que también pasaron por lo mismo que él. No se sen-tiría tan solo.

Recordar el trauma sólo cuando el niño sea capaz de soportarlo, y de un modo paulatino:

• Que exprese en un instrumento musical lo que sintió, que improvise.

• Improvisación al piano junto con el terapeuta: el tera-peuta sigue al niño, asintiendo musicalmente, com-padeciendo, comprendiendo musicalmente.

• Cantar canciones en que se relaten los sentimientos que se relación con el trauma.

• Danza de libre expresión con la que puedan exteriori-zar sus sentimientos.

• Expresión escrita: si saben hacerlo, pedir que escri-ban una historia inventada. A través de ella, tal vez pueda adivinarse en qué etapa están de su trauma.

• Que describan sus sueños.• Componer una canción. Que sea la enseña del grupo,

en la que se relate el estado de ánimo.

En esta etapa es imprescindible, cuando aparezca el te-ma, tratar de desculpabilizarles, ya que muchos niños se sienten culpables Se pueden sentir “sucios”. Clarifi-car ideas.

TABLA13-1 Etapas del tratamiento de los abusos sexuales

1. Establecimiento de una relación de confianza con el te-rapeuta para restablecer la fuerza y el control sobre su vida.

2. Recordar y experimentar recuerdos y emociones del trauma.

3. Curar las heridas del trauma, hacer posible que el pa-ciente incorpore el trauma en su vida, que viva en el pre-sente menos acosado por el trauma y que sea capaz de mirar hacia el futuro.

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Curarlasheridasdeltrauma

Las técnicas de musicoterapia pueden ser similares a las expuestas. En esta etapa, lo fundamental es curar las heridas, ser un lenitivo y reconstruir o construir defensas en el niño.

La audición musical de piezas cortas, o sólo del leit motiv de composiciones, es muy adecuada, utilizando música clásica porque puede reflejar sentimientos pro-fundos y crea una atmósfera que predispone a hablar de estados emocionales.

Contarles historias en las que otros niños solucionan problemas parecidos a los del paciente, para provocar el que el niño hable de su problema y pida ayuda, si lo ha-ce. No hablar de su problema antes de que él lo haga.

Ideas espirituales, en situaciones especiales, pueden ayudar al niño: una niña de 9 años entró en la sesión –en el Creedmoor State Hospital– llorando. No sabía nada de ella. Las palabras no servían para consolarla. Se me ocurrió decirle que faltaban pocos días para que vinieran a verla sus padres. Se puso a llorar desconsola-da y me dijo que no tenía a nadie. Terminada la sesión, se me ocurrió hablarle de que todos tenemos a un án-gel de la guarda, que aunque no vemos, nos acompaña siempre, etc. Su reacción fue la de dejar de llorar, me escuchó muy atenta y terminó por decirme: “Nadie me había hablado de esto”. Poco a poco cambió su expre-sión y se tranquilizó. Al día siguiente y en los sucesi-vos asistió a las sesiones tranquila y muy participativa. Quise preguntar a la Dra. Bender si había hecho bien de hablar del ángel de la guarda a aquella paciente y su respuesta fue: “No tenía otra opción. Muy bien”. Lo im-portante es evitar sufrimiento.

Además, “los niños viven en un mundo espiritual des-de muy pequeños. Esto constituye un proceso de de-sarrollo en el que el niño va haciéndose preguntas

trascendentes relacionadas con la vida, la muerte o la existencia”31. Lo que sí podría ser nefasto sería el obli-garle a creer o no. La libertad es un derecho de todo ser humano.

Pero, sobre todo, con los niños hay que utilizar técnicas musicales con las que se lo pasen bien. Crear siempre un clima de distensión, transmitir ideas positivas siem-pre, de apertura y de esperanza.

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Introducción

Los enfermos mentales han sido siempre los prime-ros que se han beneficiado de la musicoterapia. En Es-tados Unidos fue donde empezó la introducción de la musicoterapia en hospitales, al finalizar la 1ª Guerra Mundial.

Los pioneros fueron unas enfermeras que habían es-tado atendiendo a los heridos en Europa durante la 1ª Guerra Mundial, Margaret Anderton, Isa Maud Ilsen, que en 1926 funda The National Association for Music in Hospitals y da clases de musicoterapia en la Colum-bia University, y Harriet Ayer Seymour, que publica en 1920 What Music can do for you, uno de cuyos capítu-los está dedicado a musicoterapia.

William van de Wall organiza el tratamiento con musi-coterapia para los soldados heridos provenientes de la 1ª Guerra Mundial en Estados Unidos. Tomó parte en el Panel Discussion on Music Therapy, el 17 de mar-zo de 1937 en Nueva York, y publicó el libro Music in Institutions1 por la Russell Sage Foundation. Trabajó en

el Central Islip State Hospital y en el Allentown State Hospital con enfermos mentales.

En 1944, junto con el Dr. Hamilton, Presidente de la American Psychiatric Association, realizaron una en-cuesta a nivel nacional sobre la utilización de la música en los hospitales2. El resultado de esta encuesta fue que de los 209 hospitales que contestaron, 192 utiliza-ban la música en alguna de sus formas.

Porquéesefectivalamusicoterapia

La musicoterapia es efectiva, en primer lugar, porque utiliza un elemento fundamental para el hombre: la mú-sica. Sin ella, el hombre, con seguridad hubiera ya des-aparecido de la tierra. La música, en alguna de sus for-mas, y la más fundamental: el canto.

El ser humano, desde los albores de su existencia, ha atribuido a la música unos valores mágicos, al no poder explicarlos racionalmente. En todas las culturas ha ocu-rrido igual. Los griegos daban a la música una gran im-portancia, como algo excepcional y fundamental para el

14Beneficios que aporta

la existencia del servicio de musicoterapia

en un centro hospitalario

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14IBeneficiosqueaportalaexistenciadelserviciodemusicoterapiaenuncentrohospitalario

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hombre, sin que pudieran dar la razón de ser de tal con-vencimiento, si bien lo intentaron creando –por vez pri-mera– los fundamentos científicos, con el ethos, de las escalas musicales, de los ritmos, etc. Al correr de los tiempos, especialmente desde el siglo XIX y XX, la mú-sica ha dejado de formar parte de la formación básica del ser humano para ser confinada en los conservato-rios y escuelas de música. Y al adquirir una importancia crucial las ciencias y la técnica, las ciencias humanas han experimentado un retroceso. El ser humano se ha deshumanizado.

Una de las consecuencias de ello es la trivialización de la música por parte de la sociedad en general. Se la considera como un lujo, algo superfluo. Sin embargo, en la actualidad, como reacción a esta devaluación, ha resurgido también la necesidad de demostrar la impor-tancia de la música a través de experimentos más so-fisticados, como aquellos que tratan de demostrar los efectos de la música en el ser humano, y también el in-terés creciente de los físicos, especialmente de los fí-sicos cuánticos, en la estructura de la música, distinta a todo, y buscando en ella inspiración en sus investiga-ciones acerca de la estructura del universo –en el ma-cro y en el microcosmos–, cada vez más conocido y a la vez más desconcertante y misterioso, también.

El Profesor Emérito de la Southern Methodist Univer-sity (Dallas), el Dr. Charles T. Eagle, Director de la Ca-rrera de Musicoterapia y una de las mentes más cientí-ficas y creativas en este campo, invitó a bucear en las teorías de la física cuántica para aplicarlas a la musico-terapia3. Por ejemplo, refiriéndose al principio holonó-mico de David Bohm y a su aplicación a la música es-cribe: “En la… (música) existe un feeling de tensión y armonía… y estas emociones son lo primario en la aprehensión de la música… Escuchando música uno es llevado a percibir directamente un orden implícito.

Evidentemente, este orden es activo en el sentido de que continuamente va de lo emocional a lo físico y a otras respuestas...”4.

Es esta inmediatez en activar emociones y la percep-ción de un cierto orden lo que hace a la musicoterapia muy válida y eficaz, especialmente en el tratamiento de enfermos con problemas emocionales.

A la vista de los descubrimientos de la física cuántica (Niels Bohr con su principio de complementariedad y del orden implicado; Werner Heisenberg con su princi-pio de indeterminación; Albert Einstein y su teoría de la relatividad, etc.), ya en 1991 Eagle se preguntaba: ¿Es el cosmos música? Recordando la teoría de Pitágoras de hace 2.000 años acerca de la música de las esferas, que si bien no es cierta en el sentido que le dio Pitágo-ras, sí lo es el hecho de que los físicos cuánticos se in-teresan cada vez más por la música. Eagle piensa que la música debiera jugar un papel importante dentro del mundo científico de la física cuántica, ya que de ella se podrían deducir principios válidos, tal vez.

En realidad, la música en sí y sus efectos son conoci-dos cada vez mas, pero la razón última sigue siendo desconocida.

Quéaportalamusicoterapiaaloshospitalesocentrospsiquiátricos

Los psiquiatras del Departamento de Psiquiatría del Hospital Clínico de Barcelona en 1975-76, época en que se llevo a cabo la musicoterapia, encontraron que esta terapia aportaba a los pacientes una aproximación personal y afectiva que propiciaba una mejor comunica-ción del enfermo con los demás. Mostró ser una técni-ca muy eficaz en pacientes psicóticos, en casos de mu-tismo psicógeno, en la dinamización de los pacientes y en el fomento ocupacional5.

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Además, estas sesiones de musicoterapia constituyen un buen medio como proyección de los problemas y de los avances de cada paciente, fomentando la creati-vidad, el sentido de la belleza y la búsqueda de valores en su vida. Con un tono más alegre, ayudan también a establecer comunicación entre los pacientes y de és-tos con el equipo terapéutico, lo cual facilita la labor del psiquiatra.

Musicoterapiacomomedioproyectivo

Las sesiones de musicoterapia, si están bien dise-ñadas y si el musicoterapeuta es eficiente, constitu-yen un medio de primera línea para contribuir a que el paciente se exprese libremente. La música, si es adecuada al paciente, le predispone a expresar pen-samientos y sentimientos conscientes y hasta sub-conscientes que tal vez no expresaría en otras situa-ciones.

Musicoterapiacomomediodefomentarlacreatividad

La creatividad fomentada por la musicoterapia puede tener varios aspectos que han de tenerse en cuenta y que han de estar presentes en la terapia. El más eviden-te se refiere a la creatividad artística. Otro aspecto se refiere a la creatividad como curación: Froman-Reichann y otros autores hablan de la expansión creativa hacia la realización autónoma de la personalidad como me-dio de curación.

“La creatividad, en tanto que “curación”, tiene por fi-nalidad dar un sentido a la vida personal. Desde que el enfermo ha comenzado a compensar los sín-tomas de su enfermedad, la personalidad emerge en sus posibilidades positivas de organización. La for-mación de una personalidad adulta implica todo un proceso excesivamente complejo de diferenciación intelectual y de aprendizaje, de constitución de un

carácter y la armonización de dinámicas psicológi-cas interiores, así como múltiples dinámicas sociales y sus correspondientes culturas”6. Barahona-Fernán-des habla también de dos conceptos que se olvidan frecuentemente: la constitución del espíritu personal y la autorrealización del Yo. Pienso que este último aspecto en la actualidad no está olvidado. El prime-ro sí, todavía. Nuestra sociedad ha olvidado la forma-ción en los valores. Kohler llamó la atención acerca de la necesidad de valores en un mundo centrado en los hechos7.

Vaughan va más allá: “La ausencia de experiencias trascendentes auténticas contribuye a la formación de sentimientos de privación y malestar espiritual. El bienestar espiritual no puede derivar de gratificaciones substitutivas…” 8. “El bienestar espiritual se caracteriza por un sentido de paz interior, compasión hacia los de-más, respeto por la vida, gratitud, apreciación tanto de la unidad como de la diversidad. La espiritualidad sana implica también cualidades como el sentido del humor, la sabiduría, la generosidad, la capacidad de no aferrar-se (a las cosas), trascendencia de uno mismo, amor in-condicional”9.

Quéaportalamusicoterapiaalospacientesyalpersonalsanitarioquelosatiende:algunosejemplos

Todo profesional musicoterapeuta con algunos años de experiencia podría relatar efectos semejantes a los ejemplos que se aportan aquí acerca del cambio que experimentan la mayor parte de pacientes. Y los efec-tos positivos en el personal sanitario y en la atmósfera de distensión y hasta de alegría. En musicoterapia una de las consignas es crear una atmósfera de distensión y alegría. Que el paciente se aburra indicará que la se-sión no ha sido bien realizada.

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Ejemplo1.EnelCreedmoorStateHospitaldeQueens,NY(1967)10

Las sesiones de musicoterapia se realizaban en cuatro salas de 20 a 25 niños cada una, cuyas edades oscila-ban de los 4 a los 12 años. En aquel hospital no existía aún musicoterapia, pero La Dra. Lauretta Bender quiso que en lugar de recreación-terapia hubiera musicotera-pia, porque el juego tenía poco interés para muchos de aquellos niños con problemas emocionales y psiquiá-tricos graves. La Dra. Bender había utilizado danzate-rapia años atrás en el Bellevue Hospital y conocía sus beneficios.

La recreación-terapeuta a la que sustituí me dijo, al lle-gar, que lo mejor que podía hacer era sentarme y vi-gilar a los niños para que no se hicieran daño, nada más. Que ya no tenían juguetes porque al poco tiempo los destrozaban y no tenían más, de momento. Creed-moor es un hospital estatal y no contaba con los recur-sos de un hospital privado. El único material del que disponía era un tocadiscos, 6 discos que me compré y mi voz cantándoles. Y un magnetófono para registrar las sesiones.

Las sesiones de musicoterapia para aquellos niños se convirtieron en algo fundamental. Las preferían inclu-so a las golosinas –caramelos y dulces– que, cada día a media tarde, la enfermera les traía. La mayoría conti-nuaba al lado del tocadiscos o inmersos en la actividad que se realizara. Regalé un disco de 45 rpm a cada uno –de los que me habían dado varias casas de discos a las que fui a pedir este material, pero cuyo contenido no era adecuado para aquellos niños– y se lo guarda-ban como un tesoro. Incluso dormían con el disco, de-bajo de su almohada, como algo precioso.

La jefe de enfermeras del departamento, a los tres me-ses de sesiones, me contó la observación que hizo un profesor de la Universidad de Nueva York en su visita,

con alumnos, a aquel departamento, y fue: “Its ama-zing, they do not seem autistic or psychiatric patients: they sing and play!..”. La enfermera le contestó que no hubiera podido decir lo mismo de haberlos observado tres meses atrás, antes de tener musicoterapia.

Realmente se produjo un cambio notable. Un niño es-quizofrénico, “Ben” pudo salir del hospital, al igual que varios otros11. Y el cambio fue global, en las cuatro sa-las. La Dra. Bender quiso que expusiera la labor reali-zada a los psiquiatras del departamento, antes de dejar el hospital y regresar a España para escribir mi tesis de Doctorado, con la idea de regresar después al mismo hospital.

Ejemplo2.EnelHospitalClínicodeBarcelona(1975-76)

En el departamento de Psiquiatría ingresan pacientes con problemas psiquiátricos para su evaluación y tra-tamiento de corta estancia (no más de 4 meses). Cuan-do su recuperación requiere más tiempo, se les manda a un hospital o clínica psiquiátricos.

Opinión de los pacientes. Pedí a aquellos pacientes que dijeran qué significaba para ellos las sesiones de Musicoterapia. Algunas de sus respuestas fueron12:

I.G., depresión: “Las sesiones de musicoterapia es-tán muy bien porque llenan un hueco. Me distraen de los problemas que tengo. Disfruto porque pone músi-ca buena que me gusta. Todas tenemos problemas y nos ayuda”.

R.C., depresión grave: “Están muy bien porque dis-traen, enseñan. Me han gustado en los momentos de crisis. Los movimientos que hacemos con la música me ayudan. Por ejemplo: hoy me dolían las piernas y casi no las podía mover, pues con la música las he mo-vido sin dolerme”.

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T.P., neurosis de angustia: “Como estamos enclaustra-dos, nos contagiamos de los problemas de los demás y aún parece que estemos más enfermos de lo que esta-mos. La música, como es muy agradable, te desinhibe”.

M.L.B., toxicómana: “Me gusta, me distrae. Abajo es-toy todo el día en la cama. No tengo ganas de hacer na-da. Aquí me despejo”.

M.C., intento de autolisis: “La música me gusta mu-cho. Paso ratos divertidos. Me distrae. Aprendes. Es relax importante. Durante un buen rato te olvidas de los problemas y luego ya no los ves tan grandes”.

M.T.F., alcohólica: “La música me gusta mucho, sobre todo la zarzuela. Me gusta que haya estas sesiones”.

S.V., esquizofrénica: “Me gusta mucho venir. Me dis-traigo y salgo de la monotonía de abajo. Me encuentro más tranquila. Estamos en reunión familiar. Aquí me encuentro más centrada que abajo”.

M.C.A., psicótica: “Me gusta mucho venir a música. Mealegra muchísimo. Después me quedo con alegría. Me quito las penas de encima porque la música y Vd. me ayudan”.

J.G., alcohólica: “Está muy bien hecho el que existan estas sesiones. Considero que en la sala, abajo, tendría que haber música a todas horas”.

R.M.A., psicótica: “Me distrae. Si hubiera todos los días, mejor”.

M.R., psicótica: “Estas sesiones me parecen estupen-das. Nos ayudan a tener buen humor y sentido común. Cordialidad con las amigas. Me siento más relajada”.

Las opiniones de los pacientes masculinos fueron del todo parecidas.

¿Qué busca cada paciente en la música?13 Las res-puestas de los 50 pacientes estudiados a la pregunta “¿por qué te gusta la música?” reflejan los resultados

siguientes: El 32% de los pacientes contestó que en-contraba en la música placer, diversión, evasión. La mayoría de estas respuestas provenían de pacientes alcohólicos y toxicómanos, entre otros. Necesitan lle-nar su vida, vivir en perpetua euforia. Para el 22%, la música es belleza, cultura. Un paciente esquizofrénico escribió a los pocos días de su ingreso: “La música es una combinación magistral de las matemáticas con los sentimientos del espíritu. La música es todo para mi. Es la sublimación de la palabra expresada en sonidos, que lleva y conduce a su último fin: Dios. A través de la música he sentido de nuevo a Dios”. Otros pacientes contestaron que la música es sedante (14%), expre-sión de uno mismo (12%), expresión de tristeza o preo-cupación (10%), expresión de sentimientos religiosos (8%), instrumentos con efectos terapéuticos o negati-vos (6%), o expresión de una danza (4%).

Ejemplo3.EnelInstitutoTomásDolsa:pacientesesquizofrénicoscrónicosygerontopsiquiátricos(1994-2000)

En este instituto las sesiones de musicoterapia fueron muy positivas. Contaban con terapia ocupacional y sali-das periódicas en autocar. Se celebraban los cumplea-ños de los pacientes y las fiestas importantes.

La musicoterapia contribuyó a cambiar el ambiente de silencio, de apatía o de tristeza. Las enfermeras esta-ban encantadas los días que había sesión –cuatro días por semana–, porque durante las sesiones podían des-cansar. No se producía ningún incidente y los pacientes interactuaban entre sí y con los cuidadores, sin ningún problema, con rostros serenos y alegres, mucho más que antes.

Las pacientes gerontopsiquiátricas eran unas 20 como máximo. Siete de ellas en cama siempre, pero desde allí podían participar en las sesiones. El cambio que se

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14IBeneficiosqueaportalaexistenciadelserviciodemusicoterapiaenuncentrohospitalario

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produjo fue enorme, en opinión de la Gerencia y de las enfermeras. Algunas frases de estas pacientes fueron: “Cuando hay música es como si saliera el sol”. “¡Esta-ba tan angustiada! Ya no…”. “No deje de venir”. “Usted es como de la familia”. “No nos deje. Deme un beso, por favor”.

Algunoshechosquereflejanlaimportanciaactualylaproyecciónfuturadelamusicoterapia

1. Task Panel Reports Submitted to the President´s Commission on Mental Health (1978). Siendo pre-sidente del National Institute for Mental Health el Dr. Brown, puede leerse la queja: “Las artes no han si-do aún suficientemente utilizadas como ayuda para comprender mejor y tratar al paciente”.

2. 95 Salzbourg Seminar on American Studies: “La música y las artes como instrumentos para el cambio individual y social” (Salzburgo, Austria, 1980). El mismo Dr. Brown, que fue Consejero en Salud Mental de la Casa Blanca, en este seminario dijo: “En aquel puesto –como Director del mencio-nado Instituto hasta 1978– pude darme cuenta del predominio de lo biológico, de lo bioquímico, de lo farmacológico y de las ciencias neurológicas, en el área de la salud mental. Por supuesto que todo esto es importante. Pero pienso que son también importantes otros aspectos de la condición huma-na, como aquellos en que está implicada la músi-ca, la danza y la cultura”. También nos dijo que la “musicoterapia y las artes creativas serían muy practicadas e importantes, posiblemente el movi-miento social más importante, en la década de los 90”. También dijo que seguramente se tardaría una década en lograr que este movimiento se hiciera vigente.

3. Forever Young: Music and Aging14. El 1 de agos-to de 1991 tuvo lugar un hecho un tanto insólito en el Senado de los EE.UU.: los senadores componen-tes del Comité Especial para la Tercera Edad, a peti-ción de la “Asociación Nacional de Musicoterapia” (NAMT), organizaron una sesión dedicada a la mu-sicoterapia en relación con la tercera edad. Se pedía que Medicare financiara el tratamiento de musicote-rapia de los enfermos. Intervinieron los senadores: Harry Reid, David Pryor (vía satélite), W. Cohen, Ch. Grassley, C. Burns, L. Pressler, J. Javitts y los médi-cos Dr. Mathiew Lee, Dr. Oliver Saks y Dr. Frank Wil-son; los musicoterapeutas Dra. Alicia A. Clair, Bárba-ra J. Crowe, presidente de la NAMT, Dr. Michel H. Thaut y Dra. Suzanne B. Hanser.

Abrió la sesión el senador Reid diciendo: “…Nos hemos reunido aquí para ocuparnos de un tema que nunca antes ha sido tratado directamente por el Congreso: el valor terapéutico de la música. Al-gunos tal vez se preguntarán, se han preguntado y es justificable el preguntarse, ¿qué hay de impor-tante en la música? ¿Es que no se trata de un sim-ple pasatiempo o recreación? De hecho, los testi-monios que escucharemos hoy nos demostrarán que la música puede actuar como medicina. Dicho en pocas palabras, la música puede curar a las per-sonas. La música no es sólo terapéutica, sino que además su coste económico es razonable. La mu-sicoterapia es una técnica innovadora que no com-porta un empeoramiento del déficit estatal, pero en cambio, puede ayudar a millones de americanos de la tercera edad, a vivir más felices y dar mayor sentido a sus vidas”.

El 9 de abril de 1992, el Congreso aprobó el acta Music Therapy for Older Americans Act, que in-cluye:

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a. Definición de musicoterapia como “el uso de in-tervenciones musicales o rítmicas específicamen-te seleccionadas por un musicoterapeuta para lo-grar la restauración, el mantenimiento o la mejora del funcionamiento social o emocional, de los pro-cesos mentales o la salud física de las personas ancianas”.

b. Se añade la musicoterapia a la lista de servicios de soporte para ayudar a las personas de edad avanza-da a retrasar la institucionalización y a mantener ma-yor calidad de vida cuando están institucionalizados. Estos servicios serán financiados por el Estado.

c. Se añade la musicoterapia a la lista de servicios designados a satisfacer necesidades especiales y cualidad de vida de las personas en edades avan-zadas, especialmente aquellos que presentan ma-yores carencias económicas y sociales.

d. Define la musicoterapia como un servicio sanita-rio preventivo.

e. Se impulsa y se financian nuevos proyectos de in-vestigación para demostrar los beneficios que apor-ta esta terapia a las personas de edades avanzadas.

f. Introducir la musicoterapia en la gerontología.

La incorporación de la musicoterapia al área de la ter-cera edad viene a sumarse a los demás campos en los que ya está incorporada desde el principio, como son el área de las enfermedades mentales, proble-mas emocionales, enfermedades neurológicas, físi-cas y en el área de la prevención.

4. Como hecho demostrativo de que la musicoterapia no existe sólo en países económicamente fuertes,

puede citarse el caso de Polonia, en donde los 120 hospitales psiquiátricos con que contaba esta nación en 1983, todos estatales, contaban con musicotera-peutas, según testimonio del Prof. T. Natanson, crea-dor de la carrera de musicoterapia de aquel país.

5. En Yugoslavia, la utilización de la musicoterapia en los hospitales psiquiátricos, según testimonio del Dr. Darko Breitenfeld en el “I Simposium Internacional de Musicoterapia” (Zagreb, 1970), se justificaba por-que podían demostrar que la musicoterapia abrevia-ba el período de internamiento del paciente y porque disminuía la cantidad de medicación, todo lo cual, só-lo en términos económicos era ya positivo, sin men-cionar el aspecto de ayuda al ser humano en toda su profundidad.

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DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN

Dra. Serafina Poch Blasco

Musicoterapeuta registrada por la American Music Therapy Association

Co-fundadora y expresidenta de la AEMT y de la ACMT