procesos político económicos y el mundo del trabajo actual en contextos urbanos y rurales

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VERSIÓN PRELIMINAR, PARA USO INTERNO

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Autor: Valeria Mutuberría. Módulo de capacitación para la Certificación de Formación Profesional Inicial en Economía Social orientada al desarrollo de las comunidades rurales. Área de Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas - Instituto Nacional de Formación Docente, Ministerio de Educación de la Nación.

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Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner

Jefatura de Gabinete Dr. Juan Manuel Abal Medina

Ministro de Educación Prof. Alberto Sileoni Secretaría de Educación Lic. Jaime Perczyk

Jefatura de Asesores de Gabinete del Sr. MinistroA.S. Pablo Urquiza Instituto Nacional de Formación Docente Directora EjecutivaLic. Verónica Piovani

Coordinación Nacional de Tecnicaturas Superiores Sociales y HumanísticasLic. Gustavo Wansidler

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Certificación de Formación Profesional inicialen Economía Social orientada al desarrollo de las comunidades rurales

Procesos político económicos y el mundo del trabajo actual en contextos urbanos y ruralesVALERIA MUTUBERRÍA LAZARINI

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Instituto Nacional de Formación DocenteDirectora EjecutivaLic. Verónica Piovani

Tecnicaturas Superiores Sociales y HumanísticasCoordinador NacionalLic. Gustavo Wansidler

Área de Fortalecimiento InstitucionalResponsableProf. Valeria Frejtman

Línea de Desarrollo ProfesionalResponsableEsp. Marcela Browne

Certificacion en Economía social oreintada al desarrollo de las comunidades ruralesLic. Ernesto CrescenteEsp. Marcela Browne

Responsables PedagógicasEsp. Marcela Browne Lic. Matilde Latrónico

Diseño de soporte MultimediaLic. Christian Silva

MóduloProcesos político económicos y el mundo del trabajo actual encontextos urbanos y rurales

Autores Mag. Valeria Mutuberría Lazarini

Edición y diagramaciónTrad. Vanesa Frejtman

Diseño GráficoDg. Natalia GloverdansIlustrador Otto Soria

Ministro de Agricultura, Ganadería y PescaIng. Agr. Carlos Casamiquela

Jefe de Gabinete Ing. Hector Espina

Secretaría de Desarrollo rural y agricultura familiarIng. Carla Campos Bilbao

Subsecretaría de Agricultura FamiliarSr. Emilio Pérsico

Jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Agricultura FamiliarSr. Osvaldo Chiaramonte

Jefa de Asesores de la Subsecretaría de Agricultura FamiliarDocente María Cassino

Director Nacional de Fortalecimiento InstitucionalIng. Alberto Chiavarino

Director Nacional de Protocolos de Producción ArtesanalIng. Juan Pablo Iurman

Director Nacional de Industrialización de la Agricultura familiarDr. Ricardo Vissani

Ministro de la provincia de MisionesIng. Luis A. Jacobo

Subsecretario de Educación Dante Délfor Genessini

Presidente Consejo General de Educación CPN. Adolfo Safrán

Dirección de Educación SuperiorProf. Paola Fabiana Toledo

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INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

CAPÍTULO 1. Nociones básicas para en-tender y reflexionar sobre los cambios en el mundo del trabajo1.1. ¿Qué es la política? ¿Qué es lo político?1.2. ¿Qué es la economía? ¿Qué es lo econó-mico? 1.2.1. ¿Qué significa actuar bajo racionalidad instrumental?1.2.2. Otra perspectiva de la economía y lo económico1.3. El mundo del trabajo y los procesos polí-tico económicos1.3.1. Algunos debates en torno a la noción del trabajo1.3.2. ¿Por qué hablamos de “mundo del trabajo”?

CAPÍTULO 2. Las transformaciones en el mundo del trabajo2.1. Tendencias mundiales del mundo del trabajo

2.1.1. Hacemos un poco de historia… 2.2. La situación en Latinoamérica

CAPÍTULO 3. Formas de trabajo autogestio-nado3.1. Principales características de las formas alternativas de organización del trabajo y la producción3.2. Las especificidades del trabajo autoges-tionado 3.3. Autogestión, organización del trabajo y economía social y solidaria

3.4. Los procesos de autogestión en Argen-tina

CAPÍTULO 4. Especificidades de los pro-cesos político económicos y el mundo del trabajo en el ámbito rural: economía comuni-taria, agricultura familiar y autogestión4.1. ¿Qué sucedió en el ámbito rural? 4.2. El trabajo rural y sus especificidades 4.3. La economía comunitaria y la agricultura familiar4.4. Desafíos actuales del ámbito rural

4.4.1. Problemática de la tierra4.4.2. Soberanía alimentaria4.4.3. Agroecología

Indice

Por razones estrictamente gramaticales y para faci-litar la lectura, en este módulo usaremos el género masculino para referirnos tanto a varones como a mujeres.

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A lo largo de las últimas décadas, el medio rural ha sufrido en gran medida los efectos de los

procesos de globalización y de ajuste estructural, intensificándose el dominio del capital financiero sobre la producción agropecuaria. La creciente afluencia de capitales inversores y especulativos sobre la tierra impactó sobre el precio de la misma, en parte a causa de la falta de rentabilidad de otros sectores productivos y de la volatilidad del valor de las monedas, ahondando la inflación mundial de las commodities alimentarias. Al mismo tiempo, el tra-bajo asalariado fue precarizándose paulatinamente y como consecuencia los agricultores familiares se vieron obligados a que recurrir a la multiocupación para mantener la sustentabilidad perdida. Además, la expulsión de pequeños y medianos productores hacia áreas urbanas generó un éxodo rural, la pro-ducción del agro se orientó crecientemente hacia el mercado internacional y los productores del sec-tor agrario se articularon a complejos agroindus-triales en los que predominan las decisiones que privilegian los intereses de las grandes empresas transnacionales o transnacionalizadas.En síntesis, las nuevas tendencias hacia la moder-nización de la actividad agropecuaria coexisten con situaciones de marginación, precariedad y pobreza, a partir de las cuales se reconoce el grave riesgo de desaparición de los tradicionales actores sociales rurales: los campesinos, los medianos y pequeños productores agropecuarios, los trabajadores rura-les, los agricultores familiares.

En este contexto, el modelo de desarrollo local se presenta como una de las alternativas más apropia-

Introducción

Yo pregunto a los presentes

Si no se han puesto a pensar

Que esta tierra es de nosotros

Y no del que tenga más

(Victor Jara)

das para las pequeñas comunidades rurales, ya que promueve la integración y desarrollo de las capa-cidades e instituciones locales, así como el apren-dizaje continuo de los actores. En este sentido, el desarrollo local articula lo productivo con la equidad social, promoviendo el arraigo y respetando la pro-pia idiosincrasia de las comunidades.Por otra parte, en los últimos años se ha registrado un importante crecimiento de formas de organiza-ción autogestivas y asociativas que constituyen perfiles de una “nueva” economía social, tales como iniciativas de pequeños emprendimientos, unidades productivas de subsistencia, empresas recuperadas por los trabajadores, ferias francas, clubes de trueque y sistemas de comercialización alternativos.De este modo, el desarrollo local y la economía social constituyen un sistema de relaciones econó-micas que pueden ser consideradas herramientas de inclusión social, de desarrollo y de ciudadanía plena, en tanto que posibilitan la solidaridad y las diversas formas de organización para la producción económica y comunitaria. Ambos conceptos están indisolublemente relacionados ya que tienen un po-tencial considerable para la creación de empleo y la mejora de las condiciones de vida de las co-munidades.

En tal sentido, este módulo aporta al fortalecimien-to de los agricultores e instituciones que interven-gan produciendo bienes públicos de calidad y a los operadores en economía social que quieran acom-pañar asesorando técnicamente el desarrollo de tales experiencias, y brindando un espacio para el encuentro con diferentes actores sociales comuni-tarios, lo cual requiere de una perspectiva especí-fica, que esperamos encuentren en este material.

OBJETIVOS GENERALES• Generar espacios de reflexión sobre los procesos político económicos y los cambios en el mundo del trabajo. • Identificar las formas de organización colectiva del trabajo y la autogestión basados en principios solidarios.

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• Brindar herramientas que permitan que los opera-dores en Economía Social puedan fortalecer a los agricultores familiares y sus formas colectivas de organización.

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Nociones básicas para entender y reflexionar sobre los cambios en el mundo del trabajo1.1. ¿Qué es la política? ¿Qué es lo político?1.2. ¿Qué es la economía? ¿Qué es lo económico?1.3. El mundo del trabajo y los procesos político económicos

En este primer capítulo nuestro objetivo es brin-darles herramientas conceptuales que sean de

utilidad para poder comprender y reflexionar sobre los cambios acontecidos en el mundo del trabajo. En este sentido, nos parece importante comenzar por el desarrollo de ciertos conceptos clave que nos permitirán situar las problemáticas que nos convo-can y que estarán atravesando todo este curso.

Capítulo 1

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El presente módulo se titula Procesos político económicos y el mundo del trabajo actual en

contextos urbanos y rurales. Entonces, como punto de partida, les proponemos indagar sobre qué en-tendemos por procesos político económicos y por qué nos interesa enmarcar el mundo del trabajo en estos procesos.Cuando hablamos de procesos político económi-cos hacemos referencia a una sucesión de momen-tos y etapas en los que el desarrollo de los aspec-tos políticos y económicos afectan directamente la vida de las personas y las sociedades, por lo que la historia tiene un rol muy importante. Entonces, desde esta perspectiva, es importan-te, en primer lugar, intentar definir qué entendemos por “lo político” y “lo económico”. Desde las cien-cias sociales y desde nuestras propias prácticas, no existe una única definición, sino que son múltiples las definiciones que se han desarrollado al respecto.Es por eso que en este módulo sostenemos que los procesos político económicos deben ser aborda-dos desde una mirada compleja; y ¿por qué hace-mos énfasis en la mirada compleja? Porque la rea-lidad que nos toca vivir lo es. Desde la cotidianeidad de nuestras vidas, pensar-nos como personas, familia u hogar, como socie-dad, hasta pensarnos como Nación, implica pensar en estrategias de reproducción y supervivencia que conllevan distintos niveles de decisión, tanto indivi-dual, familar como colectiva (en término de grupos de personas que exceden nuestros hogares).Por ello, más allá de los partidos políticos y las cuestiones electorales, proponemos aquí pensar “lo político” como las formas de organización que se da una sociedad para poder reproducirse como tal. Esta perspectiva nos remite a pensarnos como hombres y mujeres que viven en permanente diá-

1.1. ¿Qué es la política? ¿Qué es lo político?

logo y relaciones con otras personas; no vivimos solos, tampoco podemos subsistir solos, sino que dependemos de otros para nuestra existencia, y es por ello que la política es un aspecto central en nuestra vida que posibilita la convivencia. Entonces, en las sociedades, en la comunidades, en los hogares, en nuestros ámbitos de trabajo, en cada lugar que actuamos, tenemos que tomar de-cisiones que hacen al desarrollo de nuestras vidas. Esto implica poder reconocer las necesidades pro-pias y grupales, pensar y organizarnos para poder satisfacer esas necesidades, tomar decisiones y planificar soluciones y respuestas, ejecutar nuestro plan de acción, y finalmente poder evaluar los re-sultados que obtenemos de nuestras acciones y el cumplimiento de nuestros objetivos.De esta manera, la política nos asegura la vida en el sentido más amplio, porque no solo vivimos de aspectos materiales, sino que al ser sujetos enmar-cados en una sociedad que tiene su historia y sus procesos, también estamos atravesados por as-pectos culturales, simbólicos, comunicacionales e ideológicos.

Momentode Reflexión

Tomando en cuenta la noción de “lo político” desa-rrollada por Hannah Arendt les proponemos des-cribir, en no más de 10 renglones, uno o dos as-pectos cotidianos de su vida que puedan pensarse como aspectos políticos.

“La política trata del estar juntos y los unos con los otros de los diversos. Los hombres se organi-zan políticamente según determinadas comunidades esenciales en un caos absoluto, o a partir de un caos absoluto de las diferencias. En la medida en que se construyen cuerpos políticos sobre la familia y se los entiende a imagen de ésta, se

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considera que los parentescos pueden, por un lado, unir a los más diversos y, por otro, permitir que figuras similares a individuos se distingan las unas de las otras.En esta forma de organización, efectivamente, tanto se disuelve la variedad originaria, como se destruye la igualdad esencial de todos los hombres. La política nace en el Entre-los-hombres, por lo tanto completamente fuera del hombre. De ahí que no haya ninguna substancia propiamente política. La política surge en el entre y se establece como relación” (Hannah Arendt, 2007: 45).

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En este apartado, tenemos como objetivo desa-rrollar la concepción de “lo económico”. Al igual

que vimos con lo político, lo económico no tiene una sola definición, así como tampoco lo tiene la eco-nomía. Proponemos aquí entender a la economía como un sistema a través del cual las sociedades organizan el trabajo, llevan adelante la producción y distribu-yen los bienes, servicios y frutos de ese proceso productivo que, a su vez, son consumidos para sa-tisfacer las necesidades de las personas. Estas ac-tividades se desarrollan a través de las relaciones de los seres humanos entre sí y con la naturaleza, recurso fundamental para el desarrollo de nuestras vidas. La naturaleza es la que nos provee de los re-cursos necesarios tanto para nuestra reproducción, como para llevar adelante la producción. Tal como mencionamos con anterioridad, la eco-nomía tiene múltiples significados que responden a corrientes políticas e ideológicas distintas.La noción de economía que proponemos aquí se diferencia de lo que se suele entender -o lo que los manuales de economía nos quieren hacer enten-der- como “noción tradicional de economía”, que también es conocida como “economía de libre mer-cado” o “economía neoclásica o liberal”. Esta vi-sión entiende a la economía como aquellas prácti-cas que tienen por finalidad la asignación eficiente de recursos escasos para el logro de múltiples fi-nes, y asume que la economía es ahistórica y apolí-tica. No contempla la sociedad en su conjunto, sino que pone énfasis en un individuo que busca satisfa-cer sus necesidades de acuerdo a su conveniencia; un individuo egoísta y calculador, solo preocupado por la obtención de beneficio y la acumulación de

1.2. ¿Qué es la

economía? ¿Qué es lo económico?

ganancia a cualquier costa. Esta forma económi-ca de razonar se llama “racionalidad instrumental”.En cambio en este módulo entendemos que los procesos económicos -organización del trabajo, producción, distribución, intercambio, consumo y acumulación- son atravesados por aspectos políti-cos, sociales, culturales e históricos y, -al igual que definimos para la política- permiten que una socie-dad se reproduzca como tal.

Significa que las decisiones de los indivi-duos tienen como eje central la competiti-

vidad y eficiencia como valores supremos, para lograr la acumulación de la ganancia como fin último, incluso sin tener en cuenta la explota-ción de las personas y la naturaleza, y las con-secuencias o daños que causan sus acciones. Todo se remite a un cálculo económico de pér-didas y ganancias.En esta noción no caben, no se toman en cuenta, como podemos deducir, la centralidad del trabajo ni la relevancia de la naturaleza como principales generadores de la riqueza; sino que supone que los trabajadores y la naturaleza tienen que estar al ser-vicio del capital y su acumulación.Tampoco contempla la existencia de prácticas eco-nómicas colectivas como la autogestión, la soli-daridad, la cooperación y la reciprocidad. Porque se piensa en un individuo egoísta, individualista y concluye que todos actuamos de esa manera; por ende, no hay lugar para otro tipo de prácticas. Por ello, ponemos énfasis en que interpretar de una u otra forma qué es la economía, incide en la mirada que tenemos de las actividades económicas y los procesos que estas conllevan. Quienes se posicionan en la economía de libre mer-cado, entienden que la forma eficaz y legítima de organización económica es la que responde al in-terés individual de cada persona y que las necesi-dades se satisfacen solo a través del mercado (por

1.2.1. ¿Qué significa actuar bajo racionalidad instrumental?

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medio de la compra y la venta, del intercambio mer-cantil y monetario). Esta lógica entiende que pode-mos acceder a bienes y servicios siempre y cuando tengamos dinero para comprar las mercancías. Y sabemos que, en la realidad, no sucede así. Por poner un ejemplo, tanto en los ámbitos rurales como urbanos, está difundida la práctica del true-que: experiencias de intercambio de bienes y servi-cios en los que no media el dinero y donde la con-fianza entre las personas es un valor fundamental.

Los invitamos a conocer la historia de Alicia Alem y Daniel Bareilles quienes en el 2001 armaron una huer ta familiar y formaron par te de una de las tantas experiencias del trueque como modo de organización económica.

"En esa época en la Argentina había 27 monedas entre fiscales y cuasifiscales. Nosotros tuvimos que inventar la numero 28: el ticket trueque. Inven-tamos el club del trueque porque no agarrábamos ninguna de las 27 (risas). Y no es que no tenía-mos una historia de trabajo, teníamos toda una historia de trabajo y de apostar a construir una sociedad justa" asegura Daniel sentado cerca de un galpón en el que ahora hay centenares de conejos.

Agricultores Familiares: Una pala y un rastrillo para sobrevivir a la hecatombe económica, social y políticahttp://www.telam.com.ar/notas/201212/1894-agri-cultores-familiares-una-pala-y-un-rastrillo-para-sobrevivir-a-la-hecatombe-economica-social-y-poli-tica.php

Para teneren cuenta

Luego de todo expuesto, nos gustaría sintetizar nuestra perspectiva en relación a la economía y

lo económico, que difiere de la economía tradicional porque entendemos que:

• El mercado no regula todas las actividades econó-micas; podemos llevar adelante el intercambio de bienes y servicios sin que medie el dinero, por me-dio de relaciones de confianza y reciprocidad entre las personas. El sistema de mercado no constituye el único sistema económico viable y legítimo en las sociedades. • No todas las necesidades se satisfacen en forma in-dividual; parte importante se resuelve colectivamen-te en el hogar, en el barrio, en la comunidad, etc.; es decir que la institución primordial donde se satisfa-cen estas necesidades no es el mercado, dado que existen estrategias y relaciones de reciprocidad, so-lidaridad, cooperación y vecindad en las que no me-dia el dinero. • Hay prácticas económicas donde no prima el inte-rés individual, sino un interés compartido o colecti-vo. Hay prácticas económicas que no están moto-rizadas por la acumulación de la ganancia sino que tienen como eje central la reproducción de la vida de las personas, el trabajo y las condiciones del trabajo.

Finalmente diremos que entendemos “lo económi-co” como formas de organización donde las relacio-nes entre hombres y mujeres y de estos últimos con la naturaleza permiten el abastecimiento sostenido de medios de vida para la satisfacción de las nece-sidades de la sociedad (Caillé, 2009), a través de la organización del trabajo, la producción, la distribu-ción, el intercambio, el consumo y el ahorro. Esta forma de mirar “lo económico” descansa en una vi-sión colectiva, compleja y procesual de las prácti-cas económicas.En estos procesos, el diálogo con el Estado es per-manente, dado que como sociedad elegimos a

1.2.2. Otra perspectiva de la economía y lo económico

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nuestros representantes, así como también, somos sujetos de derechos y obligaciones. También es fun-damental que, como ciudadanos, participemos no solamente en la elección de quienes nos gobier-nan, sino que nos comprometamos e involucremos como sujetos activos en las decisiones políticas; es decir, en todo el proceso permanente de dirección de los procesos económicos, políticos, culturales y sociales, ya que todas las decisiones que se toman en estos procesos inciden directamente en el bien-estar y en la calidad de vida de las personas.

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Ahora, ¿cómo se vincula el trabajo y el mundo del trabajo con estos procesos político econó-

micos? A lo largo de la historia, el concepto de tra-bajo ha recorrido distintos significados. Incluso, al igual que con la economía y la política, de acuerdo con la teoría en que nos posicionemos, “el trabajo” tendrá distintos sentidos (profundizaremos este as-pecto cuando tratemos los procesos históricos del trabajo). Por ejemplo, muchas personas consideran el trabajo como sinónimo de penitencia y castigo, y esto tiene que ver con la concepción del trabajo en la modernidad y en el sistema capitalista. En ese marco, el trabajo se entiende como una actividad obligatoria y desagradable, que se opone a la crea-tividad, al disfrute del tiempo libre y al ejercicio de nuestra libertad. En cambio, en este módulo, vamos a proponer un abordaje más complejo y rico de esta noción. Para empezar, diremos que el trabajo es un proceso de producción, de intercambio orgánico entre natura-leza y sociedad, a través del cual se busca la re-producción material y total de la sociedad; es decir, conseguir los bienes materiales que nos permitan desarrollar nuestras vidas. Por otro lado, conside-ramos que el trabajo, junto a la naturaleza, son las principales fuentes generadoras de riqueza (que no debemos confundir con ganancia). Además, el trabajo es un aspecto central de la socialización y vinculación entre las personas, de los procesos de aprendizajes y comunicación; es imprescindible para el desarrollo de nuestras capacidades en todos los sentidos y de nuestra creatividad. Finalmente, el trabajo nos permite reflexionar sobre la necesidad que tenemos de comunicarnos, organizarnos y ac-tuar con el otro.

1.3. El mundo del trabajo

y los procesos político económicos

Así, el trabajo es un sistema que se desarrolla en distintas etapas y dimensiones. Y se requiere de la organización de las personas, del hogar, de la co-munidad y de la sociedad para poder realizarlo, para que sus frutos lleguen a la sociedad en su conjunto, y para que sea apropiado socialmente. Si bien estos son todos los sentidos que queremos compartir en torno al trabajo, el concepto mismo se define según el modo de organización de la pro-ducción y reproducción de la vida. La definición de Marcos Arruda (2004: 420, 422) sintetiza los aspec-tos del trabajo que mencionamos más arriba: “En su sentido más amplio, el trabajo humano es definido como acción de las mujeres y hombres que buscan responder a sus necesidades o toda acción o pro-ceso transformador, creativo, liberador, orientado al desarrollo de la propia persona, de otras y de la so-ciedad humana, personal y socialmente responsa-ble, en un sentido integrador consigo mismo, con cada Otro, con la sociedad y con la Naturaleza […] Más genéricamente, el trabajo humano es toda ac-ción que resulta en transformación de la naturaleza en beneficio del hombre; y desde esta perspectiva es posible organizar socialmente el trabajo no como división o fragmentación dado el ambiente de con-frontación o competencia, sino como un compartir, referido a un ambiente de colaboración y resultante de un diálogo, negociación colectiva y planificación donde los involucrados participan”. Con ello, el tra-bajo tiene la capacidad de construir y transformar la realidad que nos toca vivir y, al mismo tiempo, es a través del trabajo que “la persona se posiciona en el mundo y en la sociedad, atiende sus necesida-des y aspiraciones, se produce como personalidad e identidad, se desarrolla. Esta definición se realiza siempre en un contexto sociohistórico y, por tanto, sólo tiene sentido discutir el trabajo de modo con-textualizado”.En esta línea de pensamiento y acción podemos si-tuar a la Economía Social, cuya concepción gene-ra una importante tensión con la perspectiva capi-talista que, como vimos, entiende al trabajo como mercancía y lo asocia únicamente al “trabajo asa-lariado”. Como sostiene Arruda (Ib.: 420), “el hecho histórico que marcó con mayor impacto la evolución

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del concepto de trabajo fue su transformación en mercancía. La crítica de la cosificación capitalista de las relaciones sociales de producción, la aliena-ción del trabajo a través de las mediaciones cosifica-das del trabajo asalariado, de la propiedad privada y del intercambio (Mészáros, 1970). La mercanti-lización del trabajo, que obliga al trabajador a em-plearse para sobrevivir, lo forzó a aceptar cualquier condición de trabajo y salario, permitiendo que el capitalista tuviera la máxima libertad en la relación social de producción”.

En este marco de reflexión, queremos introducir algunas de las cuestiones fundamentales que

se debaten en torno a la noción de trabajo:

• La reducción del trabajo humano a una “mer-cancía”Este aspecto es un importante punto de debate. Si-guiendo a Arruda (2004), asimilar el trabajo a una mercancía genera la subordinación del trabajo asa-lariado al capital. Esto significa que los trabajadores no acceden a la propiedad y al control de la empre-sa; es decir que, pese a ser sujetos centrales en los procesos productivos, no participan de la propiedad de los medios de producción ni de las decisiones acerca de qué y cómo producir o cómo dividir las ganancias de la productividad. De esta manera, la subsistencia de los trabajadores y sus familias está asegurada solo si venden su capacidad y tiempo de trabajo en el mercado a cambio de un salario. Esta forma predominante de entender el trabajo es muy restrictiva y equipara el trabajo solo al empleo bajo relación de dependencia (sin tener en cuenta que existen otras formas de organizar el trabajo donde no existe patrón). Por ello, es importante entender el trabajo desde un sentido más amplio que nos per-mita englobar todas las formas de organización, y en el que el eje esté puesto no solo en conseguir los recursos para satisfacer nuestra vida cotidiana,

1.3.1. Algunos debates en torno a la noción del trabajo

sino en la actividad de recreación, creación, socia-lización, etc., que puede suponer, como lo hemos definido más arriba.

• El trabajo de reproducción, el trabajo domésticoAbordaremos aquí la cuestión del trabajo de repro-ducción o trabajo doméstico, que muchas veces es asimilado al “trabajo de las mujeres”, dado que aún vivimos en una sociedad en la que se intenta legi-timar una cierta división sexual del trabajo que en-tiende que las actividades domésticas deben estar a cargo de las mujeres, aspecto que en la vida real no sucede. Con anterioridad, desarrollamos las dis-tintas particularidades del trabajo, y no queremos dejar de mencionar la importancia que tienen las actividades de reproducción para el desarrolo de la vida de las personas, que también implican trabajo. El trabajo está presente en nuestra vida cotidiana, y el trabajo de reproducción es parte importante de ello. En este sentido, queremos compartir las re-flexiones de Agnes Heller (1987:122) quien sostiene que: “Para reproducirse a sí mismos como particu-lares los hombres -la mayoría de los hombres- de-ben efectuar un trabajo. Por lo tanto el trabajo es necesario para la reproducción del particular, en este sentido el trabajo es una actividad cotidiana. El trabajo ha sido practicamente siempre el elemen-to dominante de la vida cotidiana; precisamente en torno al trabajo estaban organizadas las otras acti-vidades de la vida cotidiana. Los hombres han ‘ga-nado el pan con el sudor de su frente’. Para un niño o niña hijos de campesinos, llegar a adultos signi-fica ante todo ser aptos para el trabajo; la mayor parte de las relaciones interpersonales surgían en el curso del trabajo; los niños eran educados para el trabajo; una parte notable de los conceptos mo-rales estaba concentrada sobre el trabajo; incluso las fiestas en general remitián, de un modo u otro, al trabajo [...] el trabajo sigue siendo parte orgánica de la vida cotidiana; sin él no es posible mantenerse con vida, mientras que las otras actividades cotidia-nas se ordenan sobre su base”. En esta línea, nos parece importante el reconocimiento del trabajo de reproducción/trabajo doméstico, dado que muchas veces no se considera porque no hay de por me-

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Para mirar

dio una remuneración; sin embargo, estas activida-des insumen tiempo y energía y son fundamentales para el desarrollo de nuestras vidas. Por ello, que-remos destacar la necesidad de valorar y respetar estas actividades, entre las que se encuentran, por ejemplo, el cuidado de los niños y los adultos ma-yores, la producción de alimentos para consumo de las familias, las tareas de limpieza, mantenimiento y organización del hogar, la autoconstrucción de vi-viendas para el mejoramiento habitacional y las ac-tividades comunitarias.

• Trabajo de niños, niñas y adolescentes En este punto queremos introducir el controvertido tema del trabajo de niños, niñas y adolescentes. No es nuestra intención aquí profundizar en los deba-tes en torno al trabajo infantil. Pero, a muy grandes rasgos, quisiéramos mencionar dos líneas de pen-samiento sobre esta cuestión: por un lado, están aquellos abordajes que buscan abolir estas prácti-cas por considerarlas abusivas y de vulneración de derechos de los niños, niñas y adolescentes; y, por el otro, están quienes buscan diferenciar el “trabajo infantil” de la “explotación laboral infantil” y reivin-dicar el trabajo como un derecho inherente al ser humano (Chiroque Solano, 2008).En relación a esta última posición, respecto al tra-bajo infantil debemos tener en cuenta que en algu-nos ámbitos, como el sector rural, los niños, niñas y adolescentes participan de la organización familiar del trabajo orientado a la supervivencia y reproduc-ción de la unidad domestica familiar y comunita-ria. En estos casos, siguiendo a Chiroque Solano, el trabajo de los niños, niñas y adolescentes es valo-rado además de su contribución a la supervivencia del hogar y la comunidad, como “un espacio de for-mación y aprendizaje, de desarrollo de habilidades, de participación en los roles y tareas de la comuni-dad (Liebel, 2003 / Losoviz, 2006 / Morsolin, 2007, Cussianovich), sea desde una concepción rural y tradicional (concepción de trabajo desde los pue-blos originarios), siempre y cuando este se desa-rrolle en condiciones que no afecte a su desarrollo integral como persona”. Podemos encontrar ejem-plos en la agricultura familiar, donde los pequeños y

jóvenes de la familia participan en las tareas vincu-ladas a la producción para el autoconsumo como parte de la organización familiar y el desarrollo co-munitario.En este marco, es importante poner atención en las condiciones en las que los niños, niñas y adoles-centes llevan adelante las actividades. Hemos sido testigos de casos de explotación del trabajo infantil donde los menores son sometidos a largas jorna-das de trabajo, en condiciones infrahumanas, ex-puestos a trabajos insalubres, privados de ejercer su derecho a la educación, la recreación y el juego. Por ello, la importancia de que los niños, niñas y adolescentes ejerzan sus derechos, puedan deci-dir y que esto se complemente con la cooperación y solidaridad familiar. En este marco, es fundamen-tal compatibilizar el trabajo diario con la educación y los tiempos de juego y recreación.

Los invitamos a ver y conocer la experiencia de mujeres campesinas organizadas en distintos puntos del mundo.

“Reconocemos el papel Fundamental de las muje-res en la agricultura, en la pesca y en el uso y gestión de los recursos. No hay reforma agraria genuina sin equidad de género, por eso exigimos y nos comprometemos a que la nueva reforma agraria asegure a las mujeres plena igualdad de oportunidades y de derechos a la tierra y a los recursos naturales, reconozca su diversidad y re-pare la discriminación y las desventajas sociales a las que las mujeres han sido sometidas en el campo para nuestras sociedades. La nueva re-forma agraria debe dar prioridad a los derechos de la mujer y garantizar un futuro digno para la juventud rural” (Foro Nacional de la Agricultura

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Familiar, mayo de 2006 Mendoza, Argentina).

IV Asamblea Internacional de Mujeres de la Vía Campesina 2013. http://www.youtube.com/watch?feature=player_embeddedyv=N9WbQLdl9uY

“Mujeres Campesinas”. http://www.cloc-viacampesina.net/pt/reforma-agraria/1224-mujeres-campesinas

Les proponemos realizar las siguientes consignas en base a los contenidos que hemos desarrollado en este capítulo.

1. Caractericen el trabajo que realizan a diario.

2. Describan cómo se organiza el trabajo y quié-nes participan de estas actividades.

3. ¿Cómo definirían “trabajo” teniendo en cuenta las actividades que realizan cotidianamente?

Dada la complejidad que implica abordar los te-mas vinculados al trabajo y los procesos políti-

co económicos que subyacen a estas prácticas, ha-blamos del “mundo del trabajo” para dar cuenta de la complejidad de esta noción.Como hemos visto, el trabajo tiene muchas concep-ciones, sentidos y definiciones y es atravesado por distintas problemáticas. A su vez, en cada momento histórico se han definido modos de producción en los que imperan o se legitiman determinadas carac-terísticas asociadas al trabajo, por ejemplo, la he-gemonización del empleo bajo relación de depen-dencia y una sociedad que se organiza alrededor de ello; o bien la coexistencia de distintas formas de organizar el trabajo, como se da en nuestras socie-dades, donde tenemos trabajo bajo relación de de-pendencia, empleo, trabajo comunitario, trabajo au-togestionado, etc.El mundo del trabajo nos permite dar cuenta del en-tramado de relaciones y situaciones que se dan en torno al trabajo, y qué actores participan. Esta no-ción plantea la necesidad de mirar el trabajo en per-manente diálogo con otros mundos de vida, poder también observar y tener en cuenta cómo se rela-ciona el trabajo con la familia, el trabajo con la co-munidad, el trabajo con la educación, el trabajo con la salud y otros aspectos que nos atraviesan en nuestra vida cotidiana.

1.3.2. ¿Por qué hablamos de “mundo del trabajo”?

Momentode Reflexión

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• Arendt, H. (2007). ¿Qué es la política?, Buenos Ai-res: Ediciones Paidós• Arruda, M. (2004). “Trabajo Emancipado”. En Cattani, A. (Org.), La Otra Economía, Buenos Ai-res:, Ediciones UNGS, Editorial Altamira, Fundación OSDE (Colección Lecturas sobre Economía Social)• Caillé, A. (2009). “Sobre los Conceptos de Econo-mía en general y de Economía Solidaria en particu-lar”. En Coraggio, J. L. (Org.), ¿Qué es lo económi-co? Materiales para un debate necesario contra el fatalismo, Buenos Aires: Ediciones Ciccus• Chiroque Solano, H. (2008). Trabajo infanto ado-lescente como estrategia de reproducción comu-nitaria, Ponencia presentada en el Noveno Con-greso Nacional de Estudios de Trabajo, Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET), Ciudad de Buenos Aires, Argentina• Heller, A. (1987). Sociología de la vida cotidiana, Barcelona: Ediciones Península

Biblioteca

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Las transformaciones en el mundo del trabajo

2.1. Tendencias mundiales del mundo del trabajo 2.2. La situación en Latinoamérica

En el capítulo anterior revisamos algunos aspec-tos conceptuales de las nociones del trabajo,

tema central de nuestro módulo.En este apartado, vamos a centrar nuestra atención en la transformaciones del mundo del trabajo to-mando en cuenta los procesos político económicos en los que se desarrollan.

Capítulo 2

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Como ya dijimos, el trabajo es la actividad prin-cipal que desarrollamos las personas para po-

der reproducir nuestras vidas y la de la sociedad en su conjunto. En este sentido, una vez revisadas las nociones de trabajo, nos parece importante situar históricamen-te, en los procesos político económicos, el impacto que tuvo en los trabajadores el desarrollo del sis-tema capitalista cuya principal característica fue la separación de los trabajadores de sus medios de producción. Este aspecto tuvo un fuerte impacto en los trabajadores avocados a las actividades rurales, ya que no solamente se quedaron desprovistos de sus herramientas, y en muchos casos de sus tie-rras, sino que también, la necesidad de obtener un sustento diario, que ya no provenía pura y exclusi-vamente del trabajo en la tierra, implicó que se die-ran importantes procesos de migración del campo a la ciudad. Este hecho convirtió al trabajo en lo que denomina-mos “una mercancía”, porque el trabajador se vió obligado a vender su fuerza de trabajo, sus capaci-dades, en el mercado para conseguir recursos y po-der cubrir sus necesidades personales y del hogar. Un dato importante es que la naturaleza (nuestro planeta) corrió la misma suerte que el trabajo y tam-bién se convirtió en mercancía. Todo esto dio lugar a la conformación del modo de producción capitalista a partir de mediados del si-glo XVIII en Europa Occidental.

2.1. Tendencias

mundiales del mundo del trabajo

La separación del trabajador de sus medios de producción se ha dado como proceso en el sis-

tema capitalista a lo largo de varios siglos. Y han sido muchos los actores e instituciones que han participado de ese proceso. En el período de hegemonización del capitalismo en Europa Occidental durante el siglo XVIII, surgieron los Estados nación1 que a través de diversas regula-ciones y políticas públicas permitieron instituciona-lizar este sistema. Si bien este proceso estuvo cen-trado en Europa, no podemos olvidar que gran parte del financiamiento del capitalismo durante siglos consistió en el saqueo realizado a las colonias, y una de las regiones más azotadas fue Latinoamérica. La separación de los medios de producción de los trabajadores que históricamente resolvían la sub-sistencia familiar a través del trabajo en la tierra, la producción de valores de uso y la cooperación entre los trabajadores, convirtió a los productores/campesinos en obreros que pasaron a ocupar un lugar en la cadena de producción capitalista cuyo lugar de desarrollo pasó a ser la fábrica. En este lu-gar, un patrón-empresario, actuando bajo la lógica de la acumulación de la ganancia, subordinaba a los trabajadores y su fuerza de trabajo. De esta for-ma, la capacidad de trabajo de los obreros era ex-plotada con el ánimo de generar beneficios para el propietario sin importar las condiciones en las que se desarrollan esas actividades. En este proceso histórico, se produjeron importan-tes transformaciones a nivel económico, político y social en el que millones de personas se vieron obli-gadas a dejar el campo e irse a la ciudad para cu-brir las condiciones mínimas de existencia a través de la obtención de un ingreso. Esta migración forzada de los trabajadores hacia los lugares donde estaban instaladas las fábricas generó procesos de urbanización alrededor de los centros de trabajo, conformado ciudades donde las familias se asentaban de acuerdo a sus posibilida-des, sin infraestructura previa, sin acceso a una vi-

2.1.1. Hacemos un poco de historia…

1• A muy grandes rasgos, la noción de Estado nación o Estado moderno refiere a la renovación de las instituciones y autoridades de la Nación que deri-varon en un nuevo orden social titulado liberal, burgués y capitalista que reemplazó al antiguo Estado feudal. Un punto relevante de este proceso fue el apoyo de los Estados nación a las expropiaciones de los medios de producción de los campesinos, permitiendo los cercamientos de las tierras a través de leyes, desarticulando la organización comunitaria y concentrando la propiedad de la tierra en pocas manos, de quienes devendrían propietarios de los medios de producción.

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vienda digna, y en condiciones insalubres.Esto produjo una fuerte precarización de las condi-ciones de vida de los trabajadores y sus familias. En este contexto surgió la clase obrera tomando como bandera la lucha de los trabajadores en contra de las condiciones de explotación que ejercían los pa-trones. Estas luchas se daban a través de diversas acciones reivindicativas y de protesta con el obje-tivo de mejorar las condiciones de trabajo, y por ende, las condiciones de vida de las personas.En contraposición a estas luchas y reivindicacio-nes, se fueron desarrollando distintas formas de or-ganización del trabajo que intentaban desarticular toda forma de resistencia obrera.Como sostienen Kohan y Brito (2005: 133), el modo de producción capitalista “introduce la tecnología de las máquinas como herramienta para domesti-car la resistencia obrera. Allí el capital logra sujetar al obrero a tareas parciales, segmentadas y repeti-tivas, expropiándoles su saber de oficio. Se expla-ya luego sobre la industria moderna, donde el cuer-po y hasta los gestos de los trabajadores terminan subordinados como un apéndice a los ritmos de la máquina, bajo la vigilancia capitalista”.

A lo largo de la historia, los trabajadores devenidos en clase obrera pasaron por violentos procesos de disciplinamiento, uno de los cuales fue la forma de organizar el trabajo al interior de la fábrica. La obligación de permanecer dentro de la fábrica durante una importante cantidad de horas y el con-trol ejercido sobre los procesos de trabajo fueron maneras de desarticular toda posible acción de re-sistencia y organización de la protesta.

A lo largo del siglo XX, estas formas de organizar el trabajo al interior de la fábrica fueron modificándo-se (Kohan y Brito, 2005):

1. Modo de producción taylorista: se introduce el cronómetro para medir los tiempos de trabajo, y así exigirle cada vez más al obrero. 2. Modo de producción fordista: se introduce la

Para mirar

Como representación del proceso que produjo la avanzada del sistema capitalista sobre los tra-bajadores, los invitamos a mirar la película T iem-pos Modernos de Charles Chaplin.

Breve reseñaLa película Tiempos modernos, dirigida, produci-da y protagonizada por Charles Chaplin, data del año 1936. El relato gira en torno a los problemas socioeconómicos de la época, poniendo especial atención en el desarrollo del modo de producción capitalista y sus efectos en las condiciones de

trabajo y de vida de la clase obrera.La película ejerce una fuerte crítica a la sociedad capitalista de la época, y los temas que aborda se relacionan con la mecanización de la fuerza de trabajo, la degradación de las condiciones de tra-bajo, la represión ante las protestas sociales, el desempleo, la pobreza y la miseria, la explotación de los trabajadores, la propiedad privada de los medios de producción y la búsqueda del lucro por sobre todas las cosas.

Tiempos Modernos (1936)https://www.youtube.com/watch?v=b6mrvKTopY8

Luego de mirar la película les proponemos realizar la siguiente actividad

1. Mencionen los actores sociales que participan de los procesos desarrollados a lo largo del film y detallen cuáles son sus roles.

2. Caractericen el modelo de producción que llevan adelante los trabajadores.

3. Identifiquen los aspectos que más le llamaron la atención de la película.

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"El modelo neoliberal se puede entender como una etapa del sistema capitalista que comienza a instalarse a mediados de la década de los años setenta y se profundiza y consolida en los años noventa. Los principales actores que impulsaron estos procesos fueron los gobiernos de los paí-ses desarrollados, las empresas transnacionales y los organismos internacionales tales como el

cadena de montaje, el trabajo indiferenciado y la producción de mercancías en serie, destinadas a ser consumidas por los propios obreros, lo que se conoció como producción de bienes estandariza-dos. Durante este período surge el Estado de Bien-estar que reconoce -luego de importantes luchas- los derechos adquiridos por los trabajadores, y hay una importante participación de los sindicatos.3. Modo de producción toyotista: se conoce como método de producción “justo a tiempo”, don-de el trabajo se caracteriza por ser mecanizado; existe un importante control del obrero; hay rotación de los puestos de trabajo; el trabajador también de-sarrolla actividades vinculadas a la gestión y organi-zación; se fomenta el trabajo en equipo y distintos factores que inciden en el aumento de la productivi-dad para evitar pérdidas al empresario; y la produc-ción se lleva adelante de acuerdo a la demanda del cliente para no generar stocks.

Hacia la década de los años setenta, con la llegada del modelo neoliberal, los procesos de globaliza-ción vuelven a impactar en el mundo del trabajo a nivel mundial. La producción de bienes/mercancías deja de tener centralidad para dar lugar a las acti-vidades financieras de carácter especulativo. Esto hace que el mercado financiero ya no esté al servi-cio de la producción, sino todo lo contrario.

El conjunto de medidas que rigieron durante el pe-ríodo neoliberal se conoce como el “Consenso de Washington”, y consistió en un listado de “recetas” económicas, políticas y sociales que se fueron pro-pagando en la región de América Latina y del Caribe. Un punto que queremos destacar es que el neolibe-ralismo como proyecto se instaló en nuestra región en la década de los setenta de la mano de dictadu-ras militares, que fueron disciplinando a nuestras sociedades a través de actividades represivas de público conocimiento, y que diezmaron la partici-pación y organización popular y comunitaria. Hacia los años noventa, la profundización del neoliberalis-mo se llevó a cabo en manos de gobiernos demo-cráticos que fomentaban una menor participación del Estado en detrimento de las condiciones de tra-bajo y de vida de las poblaciones. Hacia fines de los noventa, el modelo neoliberal conllevó nuevamente a la lucha de clases, reavi-vando la confrontación entre el capital y el trabajo.

Para teneren cuenta

FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, entre otros. Este entramado de actores por décadas decidieron los procesos de los países de la periferia, dentro de los que se encuentran los países latinoamericanos y del Caribe, con el ánimo de favorecer la acumulación de las ganan-cias y, por ende, el aumento de sus riquezas en detrimento de nuestras poblaciones.El neoliberalismo tiene como rasgos centrales la liberalización y apertura a nivel mundial de todos los mercados (comerciales, capitales, financieros y productivos); la reducción de la intervención de los Estados nacionales, puntualmente a través de la reducción del gasto social; la centralidad en el crecimiento económico, sin tener en cuenta cómo se redistribuyen los frutos del crecimiento; la concen-tración y centralización del capital y de las empre-sas; la mercantilización a ultranza de los bienes y servicios; la privatización de las empresas esta-tales; la libre circulación de capitales entre países; la flexibilización laboral; el desmantelamiento de la industria nacional y el aumento del desempleo; y la desarticulación y debilitamiento de los sindicatos, entre otros" (Colectivo La Yunta, 2007).

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En materia de trabajo, los rasgos característi-cos de la aplicación de las políticas neolibera-

les en Latinoamérica fueron: una importante caída del empleo bajo relación de dependencia y aumen-to del desempleo, el deterioro de las condiciones de trabajo (flexibilización laboral) y de los ingresos de los trabajadores, el aumento de la pobreza, y en muchos casos de la indigencia. Esto se tradujo en un proceso de precarización de las condiciones de trabajo y el desamparo de los trabajadores en toda la región. De esta manera, los derechos con-quistados en décadas anteriores (puntualmente du-rante la época de desarrollo del Estado de Bienes-tar), como ser el desarrollo de instrumentos legales y marcos normativos que mejoraran las condicio-nes de trabajo, límites a las jornadas de trabajo, sa-lario mínimo, vital y móvil, negociaciones colecti-vas, sindicalización, etc., comenzaron un proceso de decadencia.La flexibilización del trabajo repercutió en aspectos como el salario mínimo, la seguridad social (jubila-ción, cobertura de salud, asignaciones familiares), la caída en los niveles de sindicalización y el con-secuente deterioro de los procesos de negociación colectiva. Aspectos que, de alguna u otra manera, precarizaron el trabajo y las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias. Tomando en cuenta estos procesos político econó-

micos, la disminución de puestos de trabajo bajo relación de dependencia/empleo, la precarización

de las condiciones laborales y el aumento del des-empleo propiciaron en nuestra región el desarro-llo de experiencias de organización del trabajo que centran la atención en la reproducción de la vida de las personas, cuyas prácticas discuten la propiedad privada y apuestan a la propiedad colectiva, ges-tionan colectivamente y en forma autogestionada,

2.2. La situación

en Latinoamérica

distribuyen equitativamente las tareas y responsabi-lidades entre las personas y comunidades que tra-bajan, generando la descentralización del poder, el saber y la riqueza; y en consecuencia, buscan “su-perar toda explotación y dominación de unos sobre otros” (Arruda, 2004: 427).

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Biblioteca

• Arruda, M. (2004). “Trabajo Emancipado”. En Catta-ni, A. (Org.) (2004), La Otra Economía, Buenos Ai-res:, Ediciones UNGS, Editorial Altamira, Fundación OSDE (Colección Lecturas sobre Economía Social)• Colectivo La Yunta (Equipo docente) (2007), Eco-nomía Social y Solidaria. Programa de Capacitación y Fortalecimiento para Organizaciones Sociales y Comunitarias. Buenos Aires: Secretaría de Exten-sión de la Facultad de Ciencias Sociales de la Uni-versidad de Buenos Aires • Kohan, N. y Brito, P. (2005). Marxismo para princi-piantes, Buenos Aires: Ed. Era Naciente • Weller, J. (2011). “Panorama de las condiciones de trabajo en América Latina”. Revista Nueva Socie-dad, marzo-abril 2011, nº 232. Disponible en: http://www.nuso.org/upload/articulos/3761_1.pdf

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Formas alternativas de procesos de trabajo

3.1. Principales características de las formas alternativas de organización del trabajo y la pro-ducción3.2. Las especificidades del trabajo autogestio-nado 3.3. Autogestión, organización del trabajo y eco-nomía social y solidaria

Al finalizar el capítulo 2, mencionamos que los re-sultados de las políticas neoliberales, aplicadas

desde mediados de la década del setenta y profun-dizadas en los años noventa, llevaron a un aumento del desempleo y la pobreza, y por ende, a un dete-rioro en la calidad de vida de los trabajadores y sus familias. En respuesta a estos procesos, la población ha de-sarrollado experiencias colectivas y autogestiona-das de organización del trabajo, con el objetivo de generar recursos e ingresos que les permitan resol-ver sus necesidades. Teniendo en cuenta la relevancia de estas prácticas, a lo largo de este capítulo desarrollaremos los as-pectos más importantes de las formas de organiza-ción colectiva del trabajo y la autogestión.

Capítulo 3

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Tomando en cuenta los aspectos en torno a la noción de trabajo y a los procesos político eco-

nómicos desarrollados en los capítulos 1 y 2, en-tendemos a las formas alternativas de organización del trabajo como aquellas formas que se organizan bajo principios y valores que no responden al capi-talismo: cooperación, solidaridad, reciprocidad, re-distribución de la riqueza, respeto por el otro, pro-piedad colectiva, etc. No es fácil promover, desarrollar y sostener estas prácticas en un mundo regido por el egoísmo, la acumulación y concentración de la riqueza, la indi-vidualidad; pero entendemos que es importante lle-var adelante procesos de transformación de la so-ciedad en los que el trabajo cumple un rol central.

En este sentido, tomamos algunos aportes de De Sousa Santos y Rodríguez (2002), que nos permiten pensar en formas alternativas de organización del trabajo y la producción:

• Integrar los procesos de transformación económi-ca a los procesos culturales, sociales y políticos; no pensar “lo económico” como una esfera separada de las demás (ver capítulo 1). • Generar redes de colaboración y apoyo mutuo en-tre las distintas experiencias de formas alternativas

3.1. Principales

característicasde las formas

alternativas de organización

del trabajo y la producción

de organización entre productores y consumidores para garantizar su desarrollo y sostenibilidad. Ne-cesitamos revertir el individualismo, apostando a la conformación de sujetos colectivos a través de la generación de procesos de trabajo en red.• Fomentar, desarrollar y sostener las formas de or-ganización alternativa desde fuera y dentro del Esta-do. Este punto invita a reflexionar acerca del rol del Estado en el impulso de “otra economía” cuya cen-tralidad sea la reproducción de la vida, dado que el Estado es fundamental a la hora de impulsar políti-cas públicas, legislación, marcos normativos y espa-cios democráticos de participación ligados a la des-centralización de toma de decisiones, entre otras, que promuevan el desarrollo de estas experiencias. • Desarrollar tecnologías apropiadas acordes a estas formas de organización del trabajo y la producción.• Preservar el medioambiente, dado que la natura-leza tiene un rol central en el aprovisionamiento de recursos materiales para la reproducción de nues-tras vidas.• Propiciar el desarrollo de prácticas democráticas en la toma de decisiones y en la distribución de los excedentes al interior de las experiencias.

Un tema central que impulsa la necesidad de pen-sar en otras formas de organización del trabajo y la producción tiene que ver con revertir los efectos devastadores del capitalismo sobre la vida de las personas y sobre la naturaleza. No es tarea sencilla, pero tampoco es imposible. Por ello, a continuación nos interesa profundizar en las especificidades del trabajo autogestionado, ras-go central de las experiencias alternativas de orga-nización del trabajo y la producción, que en cierta manera proponen modalidades de organización del trabajo que no responden a los principios del capital.

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Les proponemos conocer la experiencia de Justa Trama, un emprendimiento de la economía social y solidaria que integra productores de algodón ecológico y cooperativistas textiles de todo Brasil en una extensa red de economía solidaria.

“Miembros del equipo de Unidades Productivas Tipo del INTI, que asistieron a la última edición de la Feria de Economía Solidaria del Mercosur en Santa María, Brasil, (…), relevaron esta inte-resante experiencia productiva de la cadena de valor textil. Se trata de Justa Trama, una marca de la cadena solidaria y ecológica del algodón, en la cual participan trabajadores organizados en empresas de la economía solidaria. Son hombres y mujeres agricultores, hilanderos, tejedores, mo-distas y colectores de semillas. La Asociación de Desarrollo Educacional y Cultural que los nuclea (ADEC) y diferentes cooperativas (Coopertextil, UNIVENS, Fio Nobre, Coopstilus y Açai) cubren todos los vínculos de la cadena del algodón, desde la plantación del cultivo hasta el producto final, la prenda de vestir.”

Justa Trama: producción solidaria del algodón a la prenda. Saber Cómo n˚ 43 http://www.inti.gob.ar/sabercomo/sc93/inti8.php

Para teneren cuenta

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A continuación queremos adentrarnos en la ca-racterización del trabajo autogestionado. Al

igual que sucede con varios de los conceptos que hemos revisado en los primeros capítulos, la no-ción de autogestión no tiene un solo significado. Y esto se debe a la diversidad de experiencias que se traducen en distintas modalidades de autogestión, aunque hay rasgos comunes en todas ellas. La idea de autogestión tiene diversas connotacio-nes. En el aspecto económico, la autogestión está asociada a la necesidad de gerenciar, a la capaci-dad de salvar empresas en quiebra y evitar el des-empleo en masa. En el aspecto político, la idea de autogestión retoma las luchas políticas e ideológi-cas que dieron origen a este concepto, asociado al ideal utópico de transformación y cambio social (Peixoto de Albuquerque, 2004). No queremos de-jar de mencionar que el carácter multidimensional del concepto también abarca aspectos históricos, sociales y técnicos. En este sentido, las experien-cias autogestionarias estuvieron relacionadas des-de su origen con las luchas de los trabajadores por la defensa de su fuente de trabajo.

Siguiendo a Peixoto de Albuquerque, podemos ca-racterizar el trabajo autogestionado de la siguiente manera:

• Privilegio del trabajo en detrimento del capital.• Naturaleza democrática de la toma de decisiones, aspecto que favorece la autonomía del grupo.• Respeto a los diferentes actores y roles sociales de cada uno dentro de la organización.• Cooperación entre las personas y/o grupos. • Relaciones sociales horizontales.

3.2. Las especificidades

del trabajo autogestionado

• Propiedad colectiva de los medios de producción.• Uso de tecnologías que propician otras formas de organización y división del trabajo. • Control de las actividades de la organización, ges-tión y administración en manos de los trabajadores. • Superación de la apropiación privada del exce-dente. • Transferencia de conocimientos entre los trabaja-dores y grupos. • Desaparición de la confrontación tradicional pa-trón-empleado y generación de un proceso de vigi-lancia mutua entre los trabajadores.• Aumento de la participación que facilita la comu-nicación al interior de las experiencias.

La Cooperativa de Vivienda y Consumo Quilmes Ltda surgió en 1984, cuando un grupo de vecinos con necesidades habitacionales decide organizarse para acceder a una vivienda. Con el paso de los años, por medio de la autogestión, llevan adelante un proceso de autoconstrucción de 380 viviendas con recursos propios -monetarios y no moneta-rios- donde la fuerza de trabajo es el recurso central; también desarrollan emprendimientos pro-ductivos (panadería, taller de costura, taller de herrería, producción de inter trabados, etc.) y co-munitarios (guardería, biblioteca popular, cursos de formación y capacitación, etc.) Compar timos la experiencia de esta cooperativa a través del siguiente documental.

Barrio Abierto:Parte 1: http://www.youtube.com/watch?v=sKdRYzXIKA8Parte 2: http://www.youtube.com/watch?v=GdpgJnYGbns

Para mirar

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Históricamente, la categoría de “trabajo autoges-tionado” ha sido blanco de muchos debates. Por un lado, el pensamiento crítico ha tomado las prác-ticas de autogestión como una bandera de lucha y reivindicación de los trabajadores; pero por el otro, organismos internacionales como el Banco Intera-mericano de Desarrollo y el Banco Mundial han he-cho referencia a las prácticas autogestionadas en sus propuestas políticas, como una forma de aba-ratar los costos de mano de obra al capital (Mu-tuberría Lazarini, 2007). Por eso, se requiere cierto cuidado y precisión en el uso y desarrollo de este concepto.

Teniendo en cuenta esto y siguiendo a Feser, Mu-tuberría Lazarini y Ureta (2011) proponemos anali-zar la categoría de “trabajador autogestionado” en tres niveles:

• En el aspecto político-ideológico, los sentidos asociados al “trabajo autogestionado” se visibilizan en los debates en torno a los cambios en el mun-do del trabajo y los procesos de organización del mismo. En este sentido, la categoría da cuenta de una identidad colectiva de trabajadores que no de-sarrollan actividades laborales bajo relación de de-pendencia.• En el aspecto jurídico, existe un debate que debe-mos hacer en torno a cómo la categoría de “traba-jador autogestionado” puede incluirse en el marco de una ley, resolución, decreto u otras herramien-tas legales, que institucionalicen estas prácticas sin que pierdan la esencia que las conformó. Este as-pecto representa un importante desafío, dado que invita a pensar cuáles son las cualidades propias o cómo caracterizar al “trabajador autogestionado” de modo tal que no quede fuera de una ley o sea mal interpretada su figura, a tal punto que las herra-mientas jurídicas no respondan a las necesidades de estos sujetos.

• Un tercer aspecto se refiere a la noción de “tra-bajador autogestionado” como inmerso en proce-sos y actividades cotidianas que le dan sentido a su existencia. Este aspecto nos invita a pensar en la compleja red de relaciones y actividades de las que participan los trabajadores, que no solo refieren al proceso productivo material, sino a un proceso complejo de organización del trabajo, actividades de gestión y administración, toma de decisiones, compras de insumos, atención a clientes, comer-cialización, actividades comunitarias, etc.

En este marco complejo se desarrollan las expe-riencias de autogestión, que son atravesadas por contextos sociales, históricos, políticos y culturales que no le son ajenos, como ya hemos mencionado en capítulos anteriores.

Para teneren cuenta

La Cooperativa de trabajo Iriar te Verde promueve y sostiene el trabajo gestionado por sus socios, el modelo productivo de desarrollo integral, el respeto por la Soberanía Alimentaria de las Naciones y la lucha por la disponibilidad y acceso de alimentos de calidad diferenciada, libre de agrotóxicos.

“Nuestra organización sostiene que la forma pro-ductiva actual adoptada por los países en todo el mundo es extractiva, deteriora el medioambiente, incorpora especies antinaturales (híbridos, trans-génicos), desaloja gente del sector agrario, produ-ce desocupación y en la mayoría de los casos no produce alimentos. Nosotros como consumidores y productores decimos ‘NO’ a este sistema pro-ductivo.Optamos por la Agroecología que es una ciencia que vincula al sistema productivo con la ecología. Al tener esta vinculación, la producción se rige

Parte 3: http://www.youtube.com/watch?v=Xfh7TYVw2P4Parte 4: http://www.youtube.com/watch?v=MQ7qWFmmpXk

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Trabajar en forma autogestionada puede surgir de la convicción o de la obligación. En muchos casos, los trabajadores se ven obligados a trabajar de ma-nera autogestionada para obtener los medios de vida; es decir, que estas prácticas no responden en su origen a una convicción, sino a una necesidad. Pero más allá que sea por obligación o convicción, en todos los casos, “la experiencia de la construc-ción del trabajo ‘co-la-bo-ra-ti-vo’ y de la autono-mía de los trabajadores no constituye un proceso lineal, sin conflictos y contradicciones. Exige una ruptura con prácticas heterónomas o, para decirlo de otra forma, prácticas paternalistas y autoritarias, en las que el otro decide por mí, en las que las nor-mas y valores deben ser interiorizados, sin posibili-dad de reflexión y crítica” (Castro Trajano y Alves de Carvalho, 2004: 279).Si bien los desafíos son muchos, la necesidad de desarrollar prácticas alternativas al capitalismo es una idea que toma fuerza en la época que nos toca vivir. Por ello, la necesidad de entender y reflexionar sobre estos procesos que alcanzan directamente a los trabajadores.

por normas y costumbres distintas como la pre-servación de la naturaleza, producir con lo que el medio nos provee, respetar los tiempos naturales de las especies, que las semillas respondan a una variedad y NO a un material biotecnológico (híbri-dos, transgénicos), la NO utilización de agrotóxicos, fomentar el desarrollo social y el bienestar de las familias campesinas-productoras”.

Los invitamos a conocer esta experiencia de auto-gestión visitando su sitio.

Iriarte Verdehttp://www.iriarteverde.com.ar

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Los procesos de trabajo en la economía social y solidaria, que se enmarcan dentro de las formas

alternativas de organización del trabajo y la pro-ducción, tienen como característica central la au-togestión. Esto trae aparejado ciertos procesos de aprendizajes colectivos en referencia a las distintas tareas que se desarrollan y a los diversos aspectos de la producción en los que se participa. En este sentido, Bueno Fischer y Tiribia (2009: 325)

introducen la noción de “saberes del trabajo aso-ciado” que definen como “saberes producidos

por los trabajadores en los procesos de trabajo que se caracterizan por la apropiación colectiva de los medios de producción, por la distribución igualitaria de los frutos del trabajo y por la gestión democráti-ca de las decisiones referentes a la utilización de los excedentes y a los rumbos de la producción. El tér-mino concierne al conjunto de habilidades, informa-ciones y conocimientos originados del trabajo vivo, creados en la propia actividad de trabajo y engen-drados y acumulados a lo largo de la experiencia histórica de los trabajadores y trabajadoras que se asocian de forma autogestionaria en la producción de bienes y servicios, contraponiéndose a la lógica del sistema del capital”. La organización del trabajo en las experiencias de la autogestión es compleja, y los trabajadores asu-men un rol fundamental de participación y toma de decisiones, siendo parte de la planificación de las tareas, la distribución de las responsabilidades, el manejo de las relaciones de poder y de jerarquías, los liderazgos, las decisiones de cómo y qué pro-ducir, la administración y contabilidad, así como

3.3. Autogestión,

organización del trabajo y economía

social y solidaria

también, de los aspectos económicos y financieros de las organizaciones.La autogestión entiende la organización del traba-jo como un sistema en el que cada una de las per-sonas y cada una de las tareas es importante para cumplir los objetivos propuestos por el colectivo de trabajo. Esto hace que, por ejemplo, la elaboración o pro-ducción de los bienes y servicios y las tareas ad-ministrativas y contables no se piensen como acti-vidades separadas del mismo proceso de trabajo, sino como actividades complementarias dentro de un sistema. Este aspecto es central porque en el sistema ca-pitalista el trabajo administrativo y la producción se entienden como compartimentos estancos y se otorga una diferenciación importante en el trata-miento de cada uno de ellos.

A modo de resumen, nos parece importante resal-tar algunas dimensiones del trabajo autogestivo a tener en cuenta para orientar nuestras prácticas co-tidianas:

• Democracia“Democratizar es distribuir poder”. La democracia se expresa en la distribución horizontal del poder; las decisiones se toman colectivamente y las con-secuencias de esas decisiones también son asumi-das entre todos.

• Participación“Participar es ejercer un poder”. La relevancia de la participación activa de las personas en las deci-siones que afectan su vida cotidiana supone, ade-más, el reconocimiento de otras necesidades aso-ciadas que son a su vez condición y resultante de un proceso participativo (FONCAP, 2013): autova-loración de uno mismo y de la cultura del grupo al que se pertenece; capacidad reflexiva sobre los he-chos, sobre las causas y consecuencias de los pro-blemas de la vida cotidiana; capacidad de crear y recrear no solamente objetos materiales, sino tam-bién y fundamentalmente nuevas formas de vida, de convivencia social y de organización social que

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ayuden a superar los desequilibrios existentes. La participación significa ejercer derechos y asumir obligaciones y responsabilidades en la conducción de las organizaciones en lugar de delegarlas a otras personas.

• Igualdad“Igualdad en la diversidad”. La igualdad es uno de los valores fundamentales de la democracia. La igualdad se expresa al interior de las organizacio-nes de la economía social y solidaria con la perte-nencia y participación de todos los asociados con iguales deberes y derechos.

• CooperaciónEsta noción hace referencia al acto de cooperar, trabajar en común, colaborar, en oposición al indivi-dualismo. En tanto acción, significa la disposición, empeño y compromiso de apoyar, de hacer con, de emprender con, de producir con; lo que puede ser visto como valor, como resultante de una visión del mundo y del hombre. Como movimiento, remi-te a distintas prácticas colectivas y comunitarias. La motivación de la cooperación puede ser de na-turaleza individual y/o colectiva: uno puede decidir participar de una empresa social o de una coope-rativa por motivos personales (porque solo no pue-de armar un emprendimiento, por ejemplo) o por razones colectivas (por el deseo de trabajar junto a otros para formar una emprendimiento conjunto).

• SostenibilidadLas organizaciones autogestionadas no centran su sostenibilidad en la acumulación del capital; sino que la sostenibilidad descansa en la reproducción de la vida, en la satisfacción de las necesidades de las personas. Sumamos, en este aspecto, tres dimensiones de la sostenibilidad que propone Alves de Carval-ho (2004): En primer lugar, la dimensión jurídico-normativa, relacionada con las formas de ordena-miento legal y económico, tanto externas (leyes del país), como internas, elaboradas por los trabaja-dores. A su vez considera las formas de estructu-ración económica, el acceso al crédito, mercado,

asociaciones, así como los diversos bienes de pro-ducción material e intelectual. En segundo lugar, la dimensión político-administrativa, que abarca las diversas formas de poder y control, así como la or-ganización del trabajo y las modalidades de ges-tión. Incluye las formas de acceso a la toma de de-cisión, la información y formación de la fuerza de trabajo, la participación en el poder local o nacional y las formas de acceso a dicho poder. Y por último, la dimensión psicosocial, que abarca las relacio-nes e interacciones intersubjetivas que se estable-cen entre los trabajadores y el modo de gestión y ejecución del trabajo. Incluye las construcciones in-tersubjetivas de los significados e identificaciones colectivas; los conflictos, la producción de conoci-mientos, las metas y otros aspectos que hacen al proyecto común.

Para mirar

El Movimiento Campesino de Santiago del Este-ro (Mocase) es una organización formada con el objetivo de reinvindicar los derechos de los cam-pesinos.

Este movimiento campesino se constituyó formal-mente el 4 de agosto de 1990, en Quimilí, y al día de hoy está integrado por 9000 familias. De él forman parte la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y el movimiento campesino internacional La Vía Campesina, orga-nización que nuclea a campesinos, trabajadores rurales e indígenas de 56 países. Los cuatro ejes de trabajo del Mocase son la comunicación (cuenta con una novedosa red de radios comunitarias), la producción (carpinterías, carnicerías, quesos, miel, hiladoras) y -quizá lo que marcó la diferencia con otras organizaciones- la educación y la ar ticulación campesina a nivel nacional e internacional.

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Los campesinos saben que el futuro está en ma-nos de sus hijos y por eso están muy atentos a su educación, en un sentido amplio de la palabra, que no solo incluye a la escuela formal. Se trata de una educación que promueve una lectura crítica de la realidad circundante y, a su vez, intenta de-mostrar que es posible juntarse para enfrentar y resolver los problemas comunes, superar el individualismo y la búsqueda de ventajas perso-nales y apostar a un modo de vida comunitario, participativo y democrático.Resulta interesante la estructura organizativa del movimiento, que desde sus inicios estuvo forma-da por organizaciones locales denominadas "Co-misiones de Base" y por organizaciones de se-gundo grado constituidas por representantes de las organizaciones locales, denominadas "Comisión Central" o simplemente "Central". El Mocase también integró a varias cooperativas campesinas. En esta estructura, un productor campesino puede ser miembro de la cooperativa de la zona y al mismo tiempo participar en la Comisión de Base de su paraje que, a su vez, envía representantes a la Central.

Se realizará el Primer Congreso del Movimiento Nacional Campesino e Indígenahttp://www.youtube.com/watch?feature=player_embeddedyv=oPyeEL8s9wc#t=168

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Como vimos antes, las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores en nuestro país se

fueron transformando con la implementación de las políticas neoliberales. Esto trajo aparejado el desa-rrollo de modalidades de trabajo asociadas al au-toempleo o el cuentapropismo y, con la crisis del año 2001, se comenzaron a visibilizar con fuerza procesos de trabajo colectivo autogestionado. Estas experiencias han demostrado que es posi-ble llevar adelante prácticas alternativas que ten-gan como finalidad la reproducción de la vida de las personas. En este sentido, queremos compar-tir la experiencia de las empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT), organizaciones que surgie-ron por el deterioro de las condiciones laborales y la pérdida de fuentes de trabajo. Las ERT adopta-ron la forma jurídica de cooperativa de trabajo, de acuerdo a la modificación de la Ley de Concursos y Quiebras en el año 2002.

Inicialmente, la recuperación de fábricas como es-trategia de conservación de los puestos de traba-jo se pensó como una acción coyuntural que res-pondía a las condiciones generadas por la crisis de 2001. Sin embargo, con el paso de los años, co-menzó a visualizarse también como una estrate-gia “alternativa” frente al cierre, quiebre o incumpli-mientos de los contratos de trabajo. En este marco, es interesante comprender que las ERT se desarrollan como un polo alternativo a la economía del capital, como respuesta de los trabaja-dores frente al malestar social originado por la crisis social (Rebón y Salgado, 2008). Estas formas quie-bran con la lógica de la economía capitalista, basa-da netamente en la generación y acumulación de la ganancia por medio de la explotación y deterioro de las condiciones de trabajo, y emergen, así, formas participativas y colectivas que centran atención en el trabajo, la satisfacción de las necesidades de los integrantes y la toma de control de la producción y reproducción por parte de todos los trabajadores.

Algunas particularidades de las ERT:

• Las ERT difieren de las formas de organización del trabajo asalariado fabril, ya que ponen énfasis en el control de los procesos de producción y en la reproducción de la vida y de las acciones al interior de las fábricas o empresas. Esta idea se relaciona directamente con la desmercantilización de la fuer-za de trabajo.• Los procesos al interior de las ERT se democra-tizan: los trabajadores se organizan en asamblea para tomar decisiones sobre los aspectos organi-zativos, de la producción, de la comercialización

3.4.Los procesos

de autogestión en Argentina

Para teneren cuenta

Según información del Programa Facultad Abier-ta de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (Ruggeri, 2010), actualmente existen alrededor de 205 empresas recuperadas (ERT) en todo el país, que ocupan a casi 9400 trabajadores. El promedio de traba-jadores por empresa representa 46 puestos de

trabajo. Las ERT se concentran principalmente en el Gran Buenos Aires (37,1%) y la Ciudad de Buenos Aires (19%). El restaste 43,9% se distri-buye entre la provincia de Buenos Aires y las demás provincias del país. Respecto al sector productivo, las metalúrgicas representan el mayor número, le siguen las alimentarias y, en menores proporciones, las textiles, las gráficas y otros rubros industriales y de servicios.

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y administrativos; para resolver problemas y para planificar las actividades. Estas prácticas intentan quebrar las “jerarquías” al interior de las empre-sas, así como también distribuir responsabilidades y obligaciones.• Los trabajadores desarrollan importantes capaci-dades para preservar las unidades productivas de bienes y servicios, y mantener sus fuentes de tra-bajo. Por ello, comprenden el proceso productivo-administrativo de manera integral.• En relación a la propiedad de las maquinarias, cuando los trabajadores toman la decisión de recu-perar su fuente de trabajo, la ocupación y posterior puesta en funcionamiento de la producción vulne-ra el principio de la propiedad privada que sustenta las estructuras del capitalismo y reivindica la apro-piación colectiva de los medios de producción. • Las ERT han modificado las formas convenciona-les de expresión de los reclamos, pasando del tra-dicional reclamo realizado a través de los sindica-tos a la toma y recuperación del lugar de trabajo en manos de los propios trabajadores (Dávalos y Pe-relman, 2006). • Algunas experiencias han avanzado en el desarro-llo de actividades no productivas o no mercantiles generando centros culturales, bachilleratos popu-lares, escuelas técnicas y centros de formación de oficios, bibliotecas, comedores populares, etc.; ac-tividades todas vinculadas a la relación con la co-munidad (Lucita, 2009; Rebón y Salgado, 2008).

Luego de años de lucha y resistencia, las ERT han logrado revertir la valoración negativa que existía sobre ellas en algunos ámbitos que las describían como incompetentes, ineficaces e ineficientes. Ac-tualmente, hay una importante aceptación en rela-ción con la capacidad de los trabajadores para di-rigir en forma autogestionaria las empresas, y se considera que esta modalidad puede ser tan o más eficiente que la capitalista (Rebón y Salgado, 2008). También queremos destacar que en estos procesos se ha ido gestando lentamente la construcción de una identidad social que transforma las relaciones laborales, en el pasaje de "trabajador asalariado" a trabajador autogestionario".

Para teneren cuenta

Son muchas las experiencias de fábricas recu-peradas en nuestro país. Les acercamos dos de ellas a modo de ejemplo.

Chaco: Cooperativa de Trabajo y Consumo Puer to Vilelas Ltda . Este frigorífico, hasta la década del ochenta, fue sucursal de la Corporación Argentina de Produc-tores (CAP). Por esos años pasó a manos de una cooperativa de productores chaqueños que, finalmente, lo llevó a la quiebra en 1995. Ante esta situación de inestabilidad del país en general y de la cooperativa en particular, los em-pleados ya se habían organizado un año antes de producirse el cierre. 400 trabajadores fueron des-pedidos, de los cuales 120 aportaron subsidios de desempleo y tomaron la actividad.Durante 3 años los trabajadores debieron alquilar la planta hasta que pudieron finalmente comprar el frigorífico a la quiebra.

Río Negro: Cooperativa frigorífica J. J. GómezTras la quiebra de la empresa Fricader, la coo-perativa comenzó a reactivar el funcionamiento de la planta en el marco de un comodato otorgado por el municipio tras la declaración de utilidad pública de parte de los concejales y un decre-to firmado por el gobernador. En el año 2013, el gobierno nacional entregó la habilitación a los trabajadores de la cooperativa Frigorífico J. J. Gomez para desarrollar actividades de matadero o frigorífico con faena de bovinos, porcinos y ovinos con procesamiento para cortes especiales.Este frigorífico es la única fuente de trabajo es-table y rentable con la que cuenta el poblado. Sin el frigorífico, J. J. Gómez podría convertirse en un pueblo fantasma como tantos otros.

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Listado de Empresas Recuperadas:http://www.taringa.net/posts/info/2143349/Guia-de-empresas-recuperadas.html

La cooperativa de trabajo MT L La Brava de Jujuy es una fábrica recuperada que se dedica a la producción de carbón vegetal y a la fabricación de briquetas.

Esta experiencia surgió a fines de los años no-venta, cuando sus trabajadores se organizaron como cooperativa para sostener el trabajo de 30 familias. En el año 2004, MTL La Brava logró superar el proceso de quiebra y compró en remate los terre-nos y las instalaciones de la empresa La Brava S.A. -proceso iniciado en 1998-. Fue la primera cooperativa en inscribirse en el programa del Ministerio de Desarrollo Social como Marca Colectiva, lo que contribuyó a garantizar la calidad de sus productos. Además, lograron mejorar los ingresos del emprendimiento gracias a la participación en distintos espacios de co-mercialización.

Cooperativa MTL La Brava, Tumbaya, Jujuy.http://www.desarrollosocial.tv/Videos/Default.aspx?Id=273

Para mirarBiblioteca

• Alvez de Carvalho, R. (2004), “Sustentabilidad: principios”. En Cattani, A. (Org.), La Otra Economía, Buenos Aires: Ediciones UNGS, Editorial Altamira, Fundación OSDE (Colección Lecturas sobre Econo-mía Social)• Bausset, M., Feser, E., Mutuberría Lazarini, V. y Ureta, F. (2012). Aspectos Legales del trabajo auto-gestionado, Cuaderno para la Autogestión n°5 (Pro-grama Facultad Abierta, Facultad de Filosofía y Le-tras, Universidad de Buenos Aires) Buenos Aires: Ediciones de la Cooperativa Chilavert. Disponible en: http://recuperadasdoc.com.ar/Cuadernos/CUA-DERNILLO_5.pdf• Bausset, M., Feser, E., Mutuberría Lazarini, V. y Ureta, F. (2012), Guía de Trámites básicos para el tra-bajo autogestionado, Cuaderno para la Autogestión n°6 (Programa Facultad Abierta, Facultad de Filoso-fía y Letras, Universidad de Buenos Aires) Buenos Aires: Ediciones de la Cooperativa Chilavert. Dispo-nible en: http://recuperadasdoc.com.ar/Cuadernos/CUADERNILLO_6.pdf• Bausset, M., Feser, E., Mutuberría Lazarini, V. y Ureta, F. (2012), La seguridad social y el trabajo au-togestionado, Cuaderno para la Autogestión n°7, (Programa Facultad Abierta, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) Buenos Ai-res: Ediciones de la Cooperativa Chilavert. Disponi-ble en: http://recuperadasdoc.com.ar/Cuadernos/CUADERNILLO_7.pdf• Bausset, M., Feser, E., Mutuberría Lazarini, V. y Ureta, F. (2012), Gestión Económica y trabajo auto-gestionado, Cuaderno para la Autogestión n°8, (Pro-grama Facultad Abierta, Facultad de Filosofía y Le-tras, Universidad de Buenos Aires). Buenos Aires: Ediciones de la Cooperativa Chilavert. Disponible en: http://recuperadasdoc.com.ar/Cuadernos/CUA-DERNILLO_8.pdf

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• Bueno Fischer, M.C. y Tiribia, L. (2009). “Saberes del trabajo asociado”. En Cattani, A., Coraggio, J. L. y Laville J. L. (Org.). Diccionario de la otra eco-nomía. Buenos Aires: Ediciones UNGS, Editorial Al-tamira, Clacso Co. Ediciones. (Colección Lecturas sobre Economía Social) • Castro Trajano, A. y Alves de Carvalho, R. (2004). “Identidad y trabajo autogestionario”. En Cattani, A. (Org.), La Otra Economía, Buenos Aires: Ediciones UNGS, Editorial Altamira, Fundación OSDE (Colec-ción Lecturas sobre Economía Social)• Dávalos, P. y Perelman, L. (2006). “Respuestas al neoliberalismo en Argentina: el fenómeno de la re-cuperación de empresas”. Revista Política y Cultura n° 24, Debates en torno al neoliberalismo. México: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xo-chimilco• De Sousa Santos, B. y Rodríguez, C. (2002). “intro-dução: para o cânone da produção”. En De Sousa Santos, B. (Org.). Produzir para viver. Os caminhos da produção não capitalista. Brasil: Editora Civili-zação Brasileira• Feser, E., Mutuberría Lazarini, V. y Ureta, F. (2011, junio). Desafíos actuales de la seguridad social en Empresas Recuperadas por sus Trabajadores en Ar-gentina, Ponencia presentada en el Tercer Encuen-tro internacional "La Economía de los trabajadores". Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xo-chimilco, Ciudad de México, México.• Fondo de Capital Social (FONCAP) (2013); “Im-pulsar la Transformación”. Módulo I de Formación. Buenos Aires: Foncap. Disponible en www.impul-soresdetupais.com.ar • Lucita, E.;“Empresas bajo gestión obrera: la cri-sis como desafío”. La cantora. Comunicación popu-lar para el cambio social. (sitio web). Disponible en: http://www.lacantora.org.ar/nota.php?idnota=389• Mutuberría Lazarini, V. (2007). Los servicios públi-cos urbanos como medios colectivos para la pro-ducción y reproducción de la vida de los sujetos en sociedad desde la perspectiva de la economía social. Análisis de experiencias de gestión colecti-va en el Gran Buenos Aires. Tesis de Maestría en Economía Social. Instituto del Conurbano, Univer-sidad Nacional de Gral. Sarmiento, Buenos Aires,

Argentina. Disponible en: http://www.ungs.edu.ar/cm/uploaded_files/file/posgrados/tesis/Trabajo_fi-nal_tesis_Maestria.pdf• Peixoto de Albuquerque, P. (2004). “Autogestión”. En Cattani, A. (Org.), La Otra Economía, Buenos Ai-res: Ediciones UNGS, Editorial Altamira, Fundación OSDE (Colección Lecturas sobre Economía Social)• Ruggeri, Andrés (2010). Las empresas recupera-das en la Argentina. 2010: Informe del Tercer Rele-vamiento de Empresas Recuperadas por sus traba-jadores. Buenos Aires: Programa Facultad Abierta, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Disponible en: http://www.recupera-dasdoc.com.ar/Informes%20relevamientos/infor-me_Tercer_Relevamiento_2010.pdf• Rebón, J. y Salgado, R. (2008). “Transformaciones emergentes del proceso de recuperación de empre-sas por sus trabajadores”. LabourAgain, Internacio-nal Institute of Social History. (Sitio web). Disponi-ble en: http://www.iisg.nl/labouragain/documents/rebon_salgado.pdf

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Especificidades de los procesos políticos económicos y mundo del trabajo en el ámbito rural: economía comunitaria, agricultura familiar y autogestión4.1. ¿Qué sucedió en el ámbito rural? 4.2. El trabajo rural y sus especificidades 4.3. La economía comunitaria y la agricultura familiar4.4. Desafíos actuales del ámbito rural

En el presente capítulo, nos proponemos tomar las herramientas de análisis y conceptos desa-

rrollados en capítulos anteriores para reflexionar en torno a los procesos que vivió el ámbito rural en las últimas décadas. Como ya mencionamos, nos encontramos con gran cantidad de trabajos escritos sobre las transforma-ciones del mundo del trabajo circunscriptos al tra-bajo urbano o desarrollado en las ciudades, que-dando el trabajo rural fuera de los debates. Por este motivo, a continuación nos interesa plantear algu-nos aspectos o rasgos distintivos de estos proce-sos en el ámbito rural.

Capítulo 4

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Nos proponemos hacer una breve descripción sobre algunos aspectos de los procesos po-

lítico económicos que se dieron en nuestro país, en particular los que alcanzaron a la dinámica de la fuerza de trabajo en el ámbito rural. Cabe men-cionar que Argentina es un país de extenso territo-rio con una riqueza natural muy importante. En este sentido, las políticas y estrategias de explotación de estos recursos, no estuvieron ajenas al ámbito rural, y por ende, a la situación de los trabajadores. Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX, Argentina cumplía un rol importante en lo relativo a la exportación de productos agropecuarios. Pero la crisis mundial de los años treinta no pasó desaper-cibida y dado el alcance mundial de los efectos, Ar-gentina retrajo sus exportaciones.Luego de ese período, comenzó a gestarse en nues-tro país un período de crecimiento basado nueva-mente en el desarrollo de actividades agropecuarias pero combinado con un modelo de sustitución de importaciones que se iría afianzando. En el contexto mundial, luego de la recuperación de la crisis de treinta, se avecinaba la Segunda Gue-rra Mundial. En la década de los cuarenta, cuando Perón asu-mió su primera presidencia, se dio un fuerte im-pulso a la industria nacional a través de la aplica-ción del modelo que se denominó Sustitución de Importaciones (ISI) con ánimo de no depender tan fuertemente de un contexto mundial volátil que en ocasiones restringía el acceso a bienes y servicios requeridos para la producción. Esta estrategia de desarrollo de la industria nacio-nal requirió de una importante cantidad de fuer-za de trabajo y en este proceso el trabajador rural cumplió un rol de “proveedor tradicional de fuerza de trabajo para los sectores más dinámicos de la

4.1. ¿Qué sucedió

en el ámbito rural?

economía; ya que las diferencias de productivida-des entre el sector moderno -la industria- y el tra-dicional -la agricultura- forzaban a la expulsión de mano de obra del campo y a la creciente descam-pesinización” (Chazarreta, 2010: 3). Si bien el creci-miento y desarrollo en este período fue muy marca-do, la emigración de fuerza de trabajo del campo a la ciudad se venía dando desde el siglo XIX, pero se profundizaría en el siglo XX por distintas razones. Otro aspecto que nos parece importante resaltar es que en los siglos XIX y XX, las explotaciones agro-pecuarias se caracterizaban por existencia de la-tifundios y minifundios. Estos últimos estaban en manos de campesinos que terminaban sujetos a la dinámica de la producción de la gran explotación agropecuaria. Durante el período de la ISI y el crecimiento de la in-dustria, la migración del campo a la ciudad fue un proceso relevante dado que proveía a la industriali-zación de fuerza de trabajo abundante. Asimismo, en este período se aceleró considerablemente el proceso de urbanización. Sin embargo, los medianos y pequeños agropecua-rios, el campesinado y los trabajadores rurales cum-plían el rol de proporcionar los alimentos baratos y las divisas para el proceso de industrialización. Es importante destacar que durante el primer go-bierno de Perón se dio una etapa de pleno empleo, aumento de los salarios reales, acumulación de re-servas y sobrante de divisas; asimismo, se llevó adelante un proceso de redistribución de la rique-za que mejoró la calidad de vida de los trabajado-res. En materia de economía política, se nacionali-zaron los servicios públicos y se llevaron adelante políticas crediticias para la promoción, desarrollo y sostenibilidad de la industria. Estas políticas fueron acompañadas por una transformación importante del Estado, que tomó un rol activo en el modelo de desarrollo. A fines de la década de los cincuenta, en el período de posguerra, comenzó el proceso de reconstruc-ción en Europa. La situación de los países mejoró, al tiempo que los precios de las materias primas disminuyeron a nivel mundial debido a la sobrepro-ducción en los países centrales, aspectos que im-

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pactaron en la acumulación y stock de las divisas nacionales. Esto repercutió en la estrategia de de-sarrollo argentino hacia una baja en la producción y en las exportaciones. También influyeron los facto-res climáticos, ya que en esta misma época se da un período de importantes sequías. La caída de las exportaciones produjo una disminu-ción en el nivel de actividad de la industria y en las importaciones necesarias para su desarrollo. Dado este deterioro en la industria, el gobierno apostó al campo a través de una política crediticia pro-agraria y de tecnificación de las explotaciones rurales con el ánimo de aumentar la productividad y bajar los costos de producción.Hacia mediados de los cincuenta, el gobierno de-mocrático y constitucional de Perón fue derrocado por las Fuerzas Armadas que instalaron un nuevo gobierno militar, presidido por Lonardi y luego por Aramburu. Este nuevo período en nuestro país mar-có un giro de 180 grados en el modelo de desarrollo nacional, en el que el Estado volvió a articular fuer-temente con las corporaciones trasnacionales.A partir de ese período, nuestro país fue testigo de vaivenes entre gobiernos democráticos y de facto, que no lograron mantener un modelo de desarrollo económico sostenible.Hacia la década de los setenta, la llegada del mo-delo neoliberal en Latinoamérica produjo importan-tes cambios en materia de actividades agrícolas y ganaderas. Los procesos de globalización y aper-tura irrestricta de las economías llevó a que los paí-ses latinoamericanos adoptasen nuevas normas en cuanto a políticas agrarias, entre las que se en-cuentran “el fin de subsidios, precios sostén o ga-rantía y los créditos blandos para el sector, sumado a la liberalización arancelaria y la apertura al exterior, aspectos que en conjunto impidieron que las agri-culturas en nuestros países puedan competir con productos y empresas internacionales fuertemente subsidiadas en sus países de origen” (Chazarreta, 2010: 5). En Argentina, puntualmente, entre las décadas de los setenta y los ochenta se dejaron de lado las le-yes de arrendamiento rural2 promulgadas en los años cuarenta y comenzó un período de consoli-

dación de la gran propiedad y desaparición de la mediana y pequeña propiedad. Y con la profundi-zación del modelo neoliberal en la década de los noventa, quedaron sin efecto los mecanismos de protección tanto económica como social que res-guardaban a los campesinos. Un indicador de ello fue el decreto de desregulación del año 1991, por el cual se eliminaron los principales organismos que habían regulado la actividad agropecuaria des-de 1930: la Junta Nacional de Carnes, la Junta Na-cional de Granos, la Dirección Nacional del Azúcar, etc. (Chazarreta, 2010). Al mismo tiempo, se expandió la producción de soja en detrimento de la producción tradicional agrícola-ganadera, especialmente en provincias como Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, aumentó la productivi-dad de la tierra por el uso de híbridos o semillas ma-nipuladas genéticamente, se incorporaron maqui-narias (tractores, cosechadoras, enfardadoras, etc.) y se expandió el uso de agroquímicos (Chazarreta, 2010). En el siguiente apartado, profundizaremos en el im-pacto que tuvieron estas medidas en el trabajo rural.

2• En la primera presidencia de Perón, el sector rural tuvo un lugar central en las políticas públicas. En este sentido mencionamos la Ley de arrenda-mientos rurales y aparcería -Ley 13246/48- que tuvo como finalidad regular las relaciones entre terratenientes y arrendatarios, frente a los avatares de los primeros. Las principales medidas que contemplaba esta ley eran: congelamiento de precios de los contratos de arrendamiento de la tierra rural; congelamiento y/o reducción de los cánones pagados por el arrendatario; suspensión indefinida de los desalojos rurales. Con estas medidas se buscaba proteger al arrendatario rural y sus familias.

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Los cambios tecnológicos mencionados anterior-mente tuvieron importantes consecuencias en el

trabajo rural: las tareas de cultivo se complejizaron, se tecnificó el proceso de cosechas, se reemplaza-ron las tareas manuales y se generó una demanda de mayor especialización en las tareas, los tiempos de trabajo necesarios se redujeron y todo esto re-percutió en una disminución de la demanda de tra-bajadores rurales. Las condiciones de trabajo en el sector rural se precarizaron: disminución del tiempo de trabajo generando inestabilidad en el empleo, proceso de polifuncionalidad del trabajo, salario inferior a la ca-nasta familiar, exposición y manejo de sustancias nocivas para el trabajador, falta de aportes jubila-torios, falta de cobertura de salud, bajo nivel de or-ganización gremial, etc. (Cardello, 2002, citado en Chazarreta, 2010). Hasta aquí hemos mencionado cuáles fueron los procesos político económicos que han alcanzado al sector rural y sus impactos en el trabajo. A conti-nuación, queremos hacer una breve mención de las características que tiene el trabajo rural, para poder luego evaluar y reflexionar sobre los desafíos que tenemos al respecto.

En general, el trabajo rural presenta distintas carac-terísticas de acuerdo a la forma de organización que se da en ese marco. Por un lado, existen relacio-nes contractuales peón-patrón; por otro, hay prác-ticas asociadas a la autogestión que no dependen de un patrón, como ejemplo podemos mencionar las prácticas enmarcadas en la agricultura familiar. Sin ánimo de hacer una caracterización cerrada del trabajo rural, a continuación mencionamos algunos aspectos que nos brindan herramientas para enten-der la lógica en la que se inscribe este tipo de trabajo:

4.2.El trabajo rural y

sus especificidades

• Las actividades dependen de factores climáticos y biológicos. • Hay inestabilidad de la demanda de trabajo debi-do a las condiciones naturales. • Estacionalidad de las tareas sujeta a los ciclos agropecuarios que demandan trabajo para tareas específicas que desarrollan trabajadores eventua-les (demanda estacional). • Hay establecimientos que demandan fuerza de trabajo no especializada para atender suplencias o responder a picos de trabajo no previsibles ni re-petitivos. En estos casos, se acentúan las condi-ciones de precariedad porque se generan períodos de desocupación no remunerados y la consecuen-te inseguridad respecto a la obtención de un nuevo empleo, aspectos que en conjunto hace más vul-nerable al trabajador a las presiones salariales y a la aceptación de condiciones laborales precarias e impide la acumulación de conocimientos y destre-zas (Piñeiro, 2008, citado en Chazarreta, 2010). • Dado los calendarios agrícolas, existen procesos de movilidad geográfica y ocupacional de la fuerza de trabajo, en las que muchas veces se moviliza to-das la familia. • La duración de la jornada de trabajo se ajusta en general a la longitud del día; siendo más corta en invierno y más larga en verano; pero no se lleva un registro de la duración de la jornada laboral o de la cantidad de horas trabajadas realmente. • Los hogares rurales que viven de la agricultura y la ganadería no presentan una separación de roles entre sus miembros claramente diferenciada; los integrantes desempeñan distintas funciones, tanto productivas como reproductivas. • En algunos casos existen relaciones contractua-les denominadas mediería y aparcería en las que los empresarios se despreocupan de los costos de los aportes patronales y los trabajadores compar-ten los riesgos de producción. • En los casos de inestabilidad del trabajo rural agro-pecuario, no predominan los trabajadores califica-dos y sindicalizados, y los trabajadores no son al-canzados por marcos regulatorios que los amparen.

Cabe mencionar que en contraposición a esta si-

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tuación de deterioro que trajo aparejado el neolibe-ralismo, y tal como lo hemos desarrollado con an-terioridad, el sector rural también es un ámbito en donde se han desarrollado experiencias alternati-vas sumamente interesantes, en las que las prácti-cas de agricultura familiar y la lucha por la sobera-nía alimentaria y la agroecología son aspectos que están presentes y que resisten ante la avanzada del capitalismo, con una lógica basada en el cuidado de la naturaleza y en la reproducción de la vida de las personas y de las comunidades.

Para teneren cuenta

La Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA) es un organismo tripar tito de carácter normativo creado por el Nuevo Estatuto del Peón Rural (Ley N˚ 26727), que actúa en el ámbito del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Las actividades de la CNTA son:

1. Analizar y sistematizar las actuaciones eleva-das desde las Comisiones Asesoras Regionales (CAR) situadas en cada una de las provincias.2. Asesorar al Presidente de la Comisión en la preparación de las reuniones ordinarias y extraor-dinarias, y asistirlo durante la celebración de las mismas.3. Elaborar informes técnicos solicitados por la Presidencia y/o por los representantes sectoriales que integran el organismo.4. Mantener actualizado el calendario de activida-des regionales elaborado por la CAR y velar por su cumplimiento.5. Elaborar los proyectos de resolución que re-quiera la CNTA y registrar las normas que emita.6. Tramitar los expedientes administrativos que correspondan a CNTA y atender al público infor-

mando y asesorando sobre los temas de compe-tencia de la CNTA.7. Contestar oficios judiciales en el ámbito de su competencia.8. Participar en el diseño de contenidos de ma-teriales de difusión y capacitación respecto de la legislación laboral agraria.9. Remitir aquellos informes y datos remitidos por las CAR, autoridades provinciales, organis-mos de estado y miembros a aquellas áreas del MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL, vinculadas con la temática.

Se puede conocer más en: http://www.trabajo.gov.ar/agrario/

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En el marco de análisis del sector rural, es im-portante dar cuenta de las economías comuni-

tarias, que se arraigan en los pueblos originarios de América Latina, y a las que, con el paso del tiem-po y los procesos históricos políticos, se suman los campesinos no indígenas.Estos distintos grupos sociales desarrollaron histó-ricamente formas de organización, producción y re-producción de la vida de manera comunitaria, ba-sadas en estrategias integrales para la satisfacción de necesidades.

Siguiendo a Chiroque Solano y Mutuberría Lazarini (2011), enumeramos los rasgos distintos de la eco-nomía comunitaria:

• El territorio representa un elemento central, dado que es el ámbito donde se integran los sujetos en comunidad, a partir del trabajo y de la propiedad comunitaria. • Hay respeto hacia la naturaleza como un sujeto participante, vivo y que se manifiesta en la cosmo-visión de la vida, del todo.• La economía comunitaria es el eje articulador en-tre los procesos de producción y reproducción de la comunidad, que hacen a la vida cotidiana. • Es un sistema económico que se construye a partir de relaciones de familiaridad, descendencia y vecin-dad entre los miembros de un grupo humano (sea a partir del lazo sanguíneo y/o de vinculaciones socia-les), que viven en un territorio y espacio determinado.• Prepondera la propiedad comunitaria de la tierra (no siempre reconocida por los marcos legales). • La organización colectiva de la fuerza de trabajo es un principio rector de este modo de producción.

4.3. La economía comunitaria y

la agricultura familiar

• Se tiene una concepción integrada de vida que conjuga lo político, lo económico, lo comunitario, lo biológico y natural, lo cultural y lo simbólico.• Las decisiones se toman colectivamente. Y las obligaciones y responsabilidades son colectivas.• Hay igualdad entre los miembros de la comunidad. • Se realiza una distribución igualitaria del exceden-te producido socialmente.• El trabajo es considerado bueno, positivo e inte-grador y no un castigo, como suele ocurrir en la so-ciedad capitalista.• Existe un desarrollo continuo de aprendizaje y transmisión de conocimientos a las generaciones más jóvenes.

Los principios que motorizan las prácticas de la economía comunitaria son: la reciprocidad, el inter-cambio y la redistribución. El principio de reciproci-dad surge a partir del intercambio de bienes, servi-cios y dones en sociedades sin moneda ni mercado. La institución de reciprocidad simétrica consiste en el trabajo de reciprocidad familiar entre los integran-tes de una comunidad, por ejemplo, en las activi-dades agrícolas y la construcción de viviendas. La institución de reciprocidad asimétrica es el traba-jo comunitario organizado a favor de la comunidad para el desarrollo, por ejemplo, de caminos, canales de regadío, obras de infraestructura, etc.El principio de redistribución consiste en el acuerdo entre los miembros de la comunidad sobre la forma de redistribuir los bienes y servicios, y los frutos del trabajo, para el mantenimiento de la sociedad.Tomando en cuenta las cualidades de la economía comunitaria, queremos destacar las prácticas de la agricultura familiar, que si bien tienen distintas mo-dalidades de organización y desarrollo, buena par-te de estas prácticas se enmarcan en los principios descriptos anteriormente. De acuerdo a Bidaseca y otros autores (2013:13), la agricultura familiar puede definirse como “un con-junto heterogéneo de productores junto a sus fa-milias (incluyendo a los campesinos en su concep-ción clásica) que intervienen en forma directa en la producción, aportando el trabajo físico y la gestión productiva. La mayor parte de los mismos no con-

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tratan trabajadores asalariados permanentes ajenos a la familia y sólo un grupo reducido contratan una o dos personas; cuentan con limitaciones de tierra, capital y tecnología (Tsakoumagko et. al. 2000; Obs-chatko, Foti y Román, 2007; Obschatko, 2009)”. Por otra parte, el Foro Nacional de la Agricultura Fa-miliar (FoNAF, 2006: 4) define la Agricultura Familiar como “una ‘forma de vida’ y una cuestión cultural, que tiene como principal objetivo la ‘reproducción social de la familia en condiciones dignas’, donde la gestión de la unidad productiva y las inversiones en ella realizadas es hecha por individuos que man-tienen entre sí lazos de familia, la mayor parte del trabajo es aportada por los miembros de la familia, la propiedad de los medios de producción (aunque no siempre de la tierra) pertenece a la familia, y es en su interior que se realiza la transmisión de valo-res, prácticas y experiencias”.

Queremos sumar a esta definición algunos aspec-tos que nos parecen relevantes en relación a la agri-cultura familiar. En primer lugar, compartimos con el FoNAF (2008) que las prácticas de agricultura familiar no represen-tan una “economía de pobres para pobres”; por ello, las estrategias de promoción y desarrollo no deben limitar su crecimiento, no deben pensarse solo para aquellas prácticas de agricultura familiar de sub-sistencia, sino que deben contemplarse las distin-tas situaciones: familias o grupos que requieren de mejoras de sus condiciones de vida y aquellos em-prendimientos que están en grados más avanzados y capitalizados. Compartimos a continuación, la caracterización de productores familiares realizada por la FONAF, para que podamos ver la diversidad de las experiencias existentes:

Fuente: Cuadro resumen elaborado a partir del Documento de FONAF (2008).

A

B

C

D

E

Subsistencia

Reproducción Simple3

Reproducción ampliada4 con nivel bajo de capitalización

Reproducción ampliada con nivel medio de capitalización

Capitalizado con capacidad dereproducción y crecimiento

Autoconsumo

Autoconsumo y el excedente se destina al mercado

Mercado y autocon-sumo

Mercado y algo para el autoconsumo

Mercado y un míni-mo a autoconsumo

Trabajo, Gerenciamien-to y Administración, oComunidades de pue-blos originarios

Trabajo, Gerenciamien-to y Administración, oComunidades de pue-blos originarios

Trabajo, Gerenciamien-to y Administración, oComunidades de pue-blos originarios

Trabajo, Gerenciamien-to y Administración, oComunidades de pue-blos originarios

Trabajo, Gerenciamien-to y Administración, oComunidades de pue-blos originarios

No

Temporal

Temporal y/o hasta 1 empleado

Permanente

Temporal y/o hasta 2empleados permanentesTemporal y/o hasta 3 empleados permanentes

Categorías Tipo de Destino de la Mano de obra Empleo de Mano Productos Producción Familiar de obra Complementaria

3 • Reproducción simple refiere a la venta de productos excedentes -una vez llevado adelante el autoconsumo- en algún mercado que generen recursos que me permitan obtener otros productos y servicios para mi subsistencia (productos y servicios que yo no produzco).

4 • Reproducción ampliada refiere a la venta de productos excedentes -una vez llevado adelante el autoconsumo- en algún mercado que generen más recursos de los necesarios para obtener los productos y servicios para mi subsistencia. Estos recursos me permiten comprar maquinarias, herramientas, insumos, etc., recursos para expandir la producción.

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Para teneren cuenta

Monotributo Social para la agricultura familiar con Costo Cero

Es una de las iniciativas de la Subsecretaría de Agricultura Familiar para facilitar y promover el ingreso de los agricultores familiares a la econo-mía formal. La inscripción al Monotributo Social para la Agri-cultura Familiar permite acceder a beneficios previsionales como lo son la jubilación (siempre y cuando cumpla con los años de aporte) y a la cobertura de Obra Social para el contribuyente y su grupo familiar (inclusive los hijos de hasta dieciocho años e hijos discapacitados a cargo) que le garantizará el acceso a una cobertura básica universal de la salud. Los productores pueden emitir factura oficial (factura de tipo “C”) y ser proveedores del Estado por compra directa o acceder a otros canales de comercialización, por ejemplo, vender sus produc-tos a comercios e instituciones. Puede inscribirse a este régimen todo productor agropecuario que reúna las características de un efector social, es decir, que sus ingresos no su-peren los 32196 pesos por año (valor permitido a septiembre de 2013) y se encuentre en situación de vulnerabilidad socio-económica. También debe desarrollar una única actividad económica (ya sea productiva, comercial o de servicios), participar de una cooperativa de trabajo o de proyectos productivos que lleven adelante grupos de hasta tres integrantes. Un dato importante es que los monotributistas sociales no pierden el derecho a la Asignación Universal por Hijo (AUH) que rige mientras se mantenga la situación de vulnerabilidad y los re-quisitos de ingreso.

El organismo encargado de gestionar el Monotri-buto Social es el Registro Nacional de Efectores enmarcado en el Ministerio de Desarrollo Social. La inscripción también puede realizarse en los Centros de Referencia de todo el país.

Registro Nacional de Agricultura Familiar

El Registro Nacional de Agricultura Familiar (Re-NAF) es el instrumento básico propuesto por el FoNAF para la ejecución de las políticas especí-ficas dirigidas al sector. El objetivo es contar con información precisa y actualizada, para conocer cuántos son los agricultores familiares, cómo se distribuyen en el territorio, qué, cómo y cuánto producen, de qué forma acceden a los servicios de salud y educación, entre otros; permitiendo que aquellos que se registren puedan acceder a los programas y acciones que realiza el Estado nacional orientados al sector, especialmente por medio de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA) del Ministerio de Economía y Producción de la Nación, y sus enti-dades descentralizadas, promoviendo una mayor coordinación entre ellas. El ReNAF es universal, voluntario y permanente.El primer paso para la aplicación de este ins-trumento fue la Resolución N˚ 255/07 emitida por la SAGPyA en octubre de 2007 que habilita la creación del ReNAF, respetando los criterios propuestos por las organizaciones. La Dirección de Registro Nacional de Agricultura Familiar es la encargada de administrar, ejecutar y garantizar su funcionamiento. En cada provincia se ha con-formado un Nodo Centralizador integrado por un técnico designado por el Estado y uno o dos re-presentantes de los productores designados por el FoNAF, que tiene a su cargo la implementación del registro a nivel provincial. Además se cuenta con los registradores habilitados de las organiza-ciones del sector, que se acercarán a los agricul-tores familiares para registrarlos allí donde se encuentren.Pueden inscribirse familias u hogares de produc-tores agropecuarios, forestales, pescadores y/o

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que desarrollen actividades artesanales, agroin-dustriales o turísticas cuando éstas utilicen re-cursos de aquellos orígenes, sin importar si el destino de esas actividades es la venta, el auto-consumo o el trueque o si se trata de la activi-dad principal o secundaria del hogar, siempre y cuando:• vivan en áreas rurales a una distancia que permita contactos frecuentes con la producción agraria o conexas;• la proporción de mano de obra familiar en el total de la mano de obra empleada en la unidad productiva sea superior al 50% y no haya más de dos trabajadores asalariados permanentes;• el ingreso extrapredial familiar mensual no sea superior a tres salarios legales del peón rural.El ReNAF se implementa mediante una gestión asociada entre el Estado y el Foro Nacional de Agricultura Familiar.

Para mayor información: http://www.renaf.mina-gri.gob.ar/

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A lo largo de este módulo hemos destacado la complejidad de la situación y la realidad del

sector rural. En este apartado nos centraremos en tres aspectos específicos que constituyen verdade-ros desafíos para el sector rural en la actualidad: la problemática de la tierra, la soberanía alimentaria y la agroecología.

Uno de los temas de mayor relevancia en las prácti-cas de la economía comunitaria y puntualmente de la agricultura familiar, son los problemas relaciona-dos con el uso y tenencia de la tierra. De acuerdo a Bidaseca y otros autores (2013), los problemas de tierra son aquellos que aquejan a un colectivo de hogares de agricultores familiares que territorialmente ocurran en espacios rurales -o bien periurbanos-, cuando cumplan todas o algunas de estas condiciones:• Precariedad en la tenencia de la tierra (falta de tí-tulos, problemas en el acceso, ocupación, sucesio-nes indivisas, entre otros).• Conflictos manifiestos, como el desalojo, y no ma-nifiestos, judicializados y no judicializados.Según estos autores se pueden identificar al menos tres problemáticas, no excluyentes entre sí, que pueden complementarse y que adquieren en cada territorio provincial dinámicas sociopolíticas espe-cíficas: 1. Inseguridad en la tenencia de la tierras: desalojos de familias rurales y éxodo de población rural; 2. Vulnerabilidad: dificultad o imposibilidad de acceso a la tierra y al agua; 3. Situaciones de falta de titulación dominial (posesión).

4.4. Desafíos actuales

del ámbito rural

4.4.1. Problemática de la tierra

Para Escuchar

Dada la centralidad que tiene la naturaleza y la tierra en las prácticas de la economía comunitaria y la agricultura familiar, compar timos con uste-des una canción de Victor Jara que representa una par te de las reivindicaciones colectivas que sostenemos hoy en día. Los invitamos a escuchar-la y cantarla con sus compañeros.

http://www.youtube.com/watch?v=VQJhk6e0I9g

A desalambrar

Yo pregunto a los presentesSi no se han puesto a pensarQue esta tierra es de nosotros

Y no del que tenga más.Yo pregunto si en la tierraNunca habrá pensado usted

Que si las manos son nuestrasEs nuestro lo que nos den.

A desalambrar, a desalambrarQue la tierra es nuestra

Tuya y de aquel,De Pedro y Maria De Juan y José.

Si molesto con mi canto aAlguno que venga a oír

Le aseguro que es un gringoO un dueño de este país.

A desalambrar, a desalambrarQue la tierra es nuestra

Tuya y de aquel,De Pedro y MaríaDe Juan y José.

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Un punto a tener en cuenta en la problemática de la tierra es la condición jurídica de los agricultores familiares ya que nos encontramos con diferentes sentidos asociados al acceso, uso y dominio de las tierras.Por un lado, contamos con los marcos legales de tenencia de la tierra. Por otro, hay sentidos y as-pectos simbólicos en las comunidades en torno al concepto de tenencia de la tierra. En general, estas nociones entran en contradicción y conflicto.Según el estudio realizado por Bidaseca y otros au-tores (2013), el concepto jurídico define como po-seedores a quienes tienen la disposición material de la cosa con la intención de someterla al ejercicio de su voluntad (Art.2351 CC), son quienes deten-tan material y físicamente la cosa (viven en la tierra o la trabajan) y simultáneamente se sienten dueños de dicha cosa (elemento volitivo). Los tenedores, en cambio, son similares a los poseedores en tanto tienen materialmente la cosa pero difieren sustan-cialmente en que reconocen en otro el derecho de propiedad (carecen del elemento volitivo de la po-sesión). Tomando en cuenta estas concepciones, la condi-ción indígena requirió de un cambio en el derecho. Los arriendos, pastajes, puesteros, etc. son consi-derados a favor de las comunidades indígenas, a di-ferencia de la situación de los campesinos.

A continuación se exponen los problemas identifi-cados según la condición de propiedad de la tierra en disputa:

• Tierras de dominio privado, que incluyen tierras en propiedad de: particulares, empresas, condomi-nios, sucesiones indivisas y tierras comunitarias in-dígenas. • Tierras de dominio fiscal, que incluyen territorios nacionales, provinciales y municipales, aunque es-tos últimos tienen una representación muy exigua. • Tierras mixtas, que remiten a conflictos que abar-can territorios con múltiples titulares dominiales -tanto fiscales como privados-.

Los problemas más frecuentes son (Bidaseca et. al., 2013):• Títulos incompletos e inexistencia de títulos. • Invasión / usurpación de tierras campesinas e in-dígenas. • Despojo.• Pedido de reconocimiento de territorio indígena.• Falta de tierra; problemas relacionados con terri-torios fiscales a nivel provincial; fraude y falta de in-formación. • Procesos de colonización. • Expansión de la frontera agropecuaria.• Sucesiones indivisas. • Uso del agua.• Cierre de caminos vecinales.• Tierras del dominio nacional. • Minería. • Embargo / Remate. • Turismo. • Conflictos interprovinciales. • Pastaje, arriendos.• Arrendamientos vencidos.• Otros5 Cabe mencionar que cada una de estas situaciones implica intervenciones de distintos actores para su resolución; y complejidades distintas. Otro aspecto que se deriva de los problemas de la tierra es que el registro de amenazas o presiones de desalojo -llevadas adelante, en general, por la con-traparte en el conflicto con presencia o no de gru-pos parainstitucionales, de fuerzas de seguridad y/o funcionarios estatales- superan ampliamente los casos judicializados.

Algunas particularidades de los conflictos:

• El porcentaje de la participación de las mujeres en las problemáticas es alto. • Una gran porción de las problemáticas se desa-rrollan en tierras privadas, aspecto que da cuenta de los procesos de privatización de tierras fiscales y en el tipo de posesión individual, siguiendo la po-sesión de tierras comunitarias indígenas y comuni-taria campesina.

5 • Para poseedores contiene menciones relativas a problemas ambientales (inundaciones, explotación de gas, petróleo, fumigaciones, etc.) interven-ciones o acciones incompletas de los Estados, particularmente del nivel provincial (colonización, programas, leyes de regularización, por ejemplo); problemas de accesibilidad, infraestructura; problemas ocasionados por la especulación inmobiliaria y su respectiva presión sobre las tierras poseídas; extranjerización; para tenedores menciona problemas ambientales (deforestación, contaminación de fuentes de aguas, fumigaciones); problemas rela-cionados con arrendamientos denominados por los relevadores como “ilegales”; problemas ocasionados por la especulación inmobiliaria y su respectiva presión sobre las tierras de tenencia (Bidaseca et. al., 2013).

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producción y distribución de alimentos ha corrido la misma suerte en varios sentidos. Por un lado, la producción de alimento en el siste-ma capitalista se entiende desde una visión neta-mente comercial y de búsqueda de lucro, de la ga-nancia; esto lo vemos reflejado en una góndola de supermercado en la que podemos encontrar infini-dad de marcas, mucha oferta de productos, cuan-do comer es una necesidad básica de las personas -un derecho humano- y no se requiere tener seme-jante variedad. Y un tema que se entrelaza con esto es la mercantilización de los alimentos: acceden quienes pueden pagarlos.Otro punto que alcanza a los alimentos es la calidad y sus efectos en nuestra salud; con el ánimo de te-ner altos rendimientos -puntualmente en lo que res-pecta a la producción-, se aplican en la naturaleza procesos que generan con menos recursos mayor cantidad de ciertos productos, utilizando muchas veces sustancias que son tóxicas y dañinas para las personas. En este marco, una de las banderas de lucha y uno de los objetivos a los que apunta la economía co-munitaria, y muchas familias y comunidades que practican la agricultura familiar es la soberanía ali-mentaria. La soberanía alimentaria se entiende como una pro-puesta que no responde a la lógica mercantil de compra y venta de alimentos en el sistema capi-talista.Se trata de producir nuestros alimentos en una re-lación armónica con la naturaleza, no dependiente de los vaivenes de lo que sucede en la economía internacional, y donde la producción se desarrolla en forma familiar, colectiva y/o comunitaria, bajo re-laciones horizontales de poder.No queremos dejar de mencionar que hacer refe-rencia a la soberanía alimentaria también nos lleva a los debates en torno a la propiedad y uso de la tierra; como así también a la apropiación de otros recursos naturales como ser el agua y las semillas, entre otros.

• Los pueblos originarios concentran la mayor par-te de los problemas o conflictos territoriales. En pri-mer término, el pedido de reconocimiento de terri-torio indígena; le siguen en importancia los títulos incompletos o inexistencias de títulos, invasión y usurpación de tierras y despojo.

Hasta aquí, hemos descripto los problemas vincu-lados a la tierra que alcanzan a la economía comu-nitaria y la agricultura familiar. A continuación y para finalizar este módulo, haremos mención a dos te-mas que entendemos son aportes importantes de estas lógicas de producción y organización del tra-bajo: la soberanía alimentaria y la agroecología

Para Escuchar

Reivindicando el compromiso de las mujeres en la lucha por las tierras sin descuidar la crianza de sus hijos, los invitamos a homenajearlas con esta canción, también de Jara:

http://www.youtube.com/watch?v=LiHjDZIvkYgylist=RD02VQJhk6e0I9g

¿Cuantas veces escuchamos en los alrede-dores la palabra “escasez”? Seguramente

muchas. Esta palabra es aplicada a distintas situa-ciones, entre ellas, al acceso a los alimentos. Pero es importante desmitificar que existe escasez de alimentos: alimento hay y mucho. ¿Pero cómo y quiénes los producen? ¿Cómo y dónde se distribu-yen? ¿Cuáles son sus costos? Así como el capitalismo ha tenido efectos devasta-dores sobre la fuerza de trabajo y la naturaleza, la

4.4.2. Soberanía Alimentaria

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Para teneren cuenta

Para teneren cuenta

Compar timos una breve entrevista realizada a Diego Montón, secretario general del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), quien hace referencia al peligro de los transgénicos y a la ne-cesidad de producir para el mercado interno y así mantener la autonomía del acceso a los alimentos.

http://sur.infonews.com/notas/hablemos-de-sobe-rania-alimentaria

La Cooperativa La Choza se dedica a la produc-ción frutihor tícola, la actividad tambera y la ela-boración de sus derivados, respetando los ciclos de la naturaleza para la producción de alimentos saludables.

En un vivero de plantas autóctonas de la pro-vincia de Buenos Aires se recuperan y reprodu-cen esas especies para su reforestación. Con un fuerte componente educativo y un amplio com-promiso con la producción biológico-dinámica de alimentos saludables, en la Cooperativa La Choza se concibe el trabajo agropecuario al servicio de la vida social.

Los invitamos a visitar el sitio web y a cono-cer más sobre esta inspiradora experiencia en: http://fundacionlachoza.org.ar/historia.php

Otro tema muy importante, que va de la mano de la soberanía alimentaria, es la producción de

alimentos. En relación a este punto, debemos pre-guntarnos, además de la organización del trabajo, ¿cuáles son las técnicas que desarrollamos? ¿qué productos y recursos utilizamos? Como dijimos an-teriormente, en el sistema capitalista los alimentos se entienden como una mercancía y su producción se piensa en función delograr altos beneficios utili-zando la menor cantidad de recursos posibles (un ejemplo son las semillas manipuladas genéticamen-te para obtener mayores rendimientos).

Como alternativa, la agroecología integra la diversi-dad de formas de agricultura desarrolladas bajo la lógica de la economía comunitaria -campesinas e indígenas- bajo los principios de:

• cuidado para mantener la biodiversidad y cuidado de la naturaleza;• organización territorial comunitaria;• desarrollo de entramados productivos de alimen-

4.4.3. Agroecología

tos sanos y soberanos;• generación de sistemas de recuperación y restitu-ción de semillas;• y cuidado en la utilización del agua.

Hay una importante revalorización de los conoci-mientos ancestrales y culturales de los pueblos campesinos y originarios, que tienen como objetivo el respeto por la vida a través del estudio de calen-darios agrícolas, las formas de organización y mane-jo de los elementos naturales, la riqueza culinaria y el uso y cuidado de plantas medicinales, entre otros.

La agroecología como sistema alimentario maneja el equilibrio animal y vegetal, y conserva, mejora e intercambia las semillas nativas. También se apela a la no utilización de agrotóxicos y agroquímicos noci-vos para la naturaleza, los animales y las personas.

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Tomando en cuenta los contenidos del módulo, proponemos que expongan cuáles son los as-pectos y desafíos, a su entender, que debemos transitar para for talecer las prácticas de los agricultores familiares, teniendo en cuenta los si-guientes interrogantes:

1. ¿Qué rol tiene la familia?

2. ¿Qué rol tiene la comunidad donde están empla-zadas estas prácticas?

3. ¿Qué rol tenemos como sociedad?

Es una lógica económica basada en la comunidad, en la que se practica el intercambio local, se genera un beneficio familiar y comunitario y se producen alimentos sanos en forma responsable preservan-do la naturaleza.Tanto la soberanía alimentaria como la agroecología, que se complementan mutuamente, tienen como objetivo generar nuevas relaciones sociales, basa-das en el apoyo mutuo, la solidaridad, la coopera-ción, la independencia y autonomía respecto de las grandes empresas capitalistas y la no explotación de la fuerza de trabajo.

Momentode Reflexión

Biblioteca

• Bidaseca, K. (Dir.), Gigena A., Gómez F., Weinstock A. M., Oyharzábal E., Otal D. (2013). Relevamiento y sistematización de problemas de tierra de los agri-cultores familiares en la Argentina. (Proyecto de De-sarrollo de Pequeños Porductores Agropecuarios PROINDER) Buenos Aires: Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación• Chazarreta, A. (2010). La precariedad en el trabajo del sector agropecuario: un acercamiento a los cam-bios y continuidades a partir de la reestructuración del sector. Ponencia presentada en el Octavo Con-greso Latinoamericano de Sociología Rural, Porto de Galinhas, Brasil• Chiroque Solano, H. y Mutuberría Lazarini, V. (2009). “Economía Comunitaria”. En Cattani, A., Coraggio, J. L. y Laville J. L. (Org.), Diccionario de la otra eco-nomía, Buenos Aires: Ediciones UNGS, Editorial Al-tamira, CLACSO Coediciones. (Colección de Lectu-ras sobre Economía Social)• Chiroque Solano, H. y Mutuberría Lazarini, V. (2010). “Procesos de construcción de otras alternativas: de-sarrollo y planteamiento de la Economía Social Co-munitaria en América Latina”. CIRIEC, España. Re-vista de economía pública, social y cooperativa, nº 66, 147-163• Chiroque Solano, H. y Mutuberría Lazarini V. (2011). "Perspectivas y aportes desde la Economía Comuni-taria como alternativa para el desarrollo de ‘otra eco-nomía’ en Latinoamérica". La revista del CCC, nº 11 (en línea). • Cittadini R., Caballero L., Moritz, M. y Mainella, F. (2010). Economía Social y Agricultura Familiar. Hacia la construcción de nuevos paradigmas de interven-ción. Buenos Aires: Ediciones INTA• Foro Nacional de Agricultura Familiar (FONAF) (2008). Propuestas para un plan estratégico de desa-rrollo rural. Documento Base. Disponible en: http://

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www1.hcdn.gov.ar/dependencias/cayganaderia/In-formacion_general/Documento%20Compilado%20del%20Foro%20AF%20FEB%2008.pdf

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