problemas de la liistoria fenicia en el extremo occidente

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  • 7/25/2019 Problemas de la liistoria fenicia en el extremo occidente

    1/16

    Problemas de la l i is toria fenicia en el extremo

    occidente

    Por P. BOSCH G M PERA

    Los principios de la colonizacin fenicia son difciles de fechar tanto

    e n

    Africa como en Espaa. Para Espaa

    1

    se ha credo generalm ente en el sincronismo establecido por Veleio Patrculo 1, 2, 4, que hara remontar la

    fundacin del templo de Melkarth en Cdiz a 1100 a. de J. C. Hace tiempo

    que hemos insistido en las dificultades que se oponen a esta fecha y ms

    recientemente Albright y Cintas parecen tender tambin a una fecha ms

    reciente, aunque piensan que la fundacin de Cdiz pudo ser precedida dej

    una etapa de relaciones con los pueblos de la regln, en lo eme tambin

    nosotros estaramos de acuerdo (1). Lo difcil sigue siendo hacer remontar

    incluso estas relaciones previas a una fecha tan antigua.

    Los fenicios, en el siglo XII, no se hallaban sin duda en condiciones

    de desarrollar su podero martimo, habiendo tenido que sufrir las conse

    cuencias de la invasin de los pueblos del Mar, durante la cual los zaicka-

    ras y los filisteos destruyeron algunas de sus ciudades, hallndose, el mar

    infestado de pi ra tas . Este es el estado de cosas que conocemos tam bin

    por el papiro de Wen Amn que muestra al rey de Biblos tratando can

    altanera al emisario del rey de Egipto, pero n

    0

    pudindole asegurar el

    libre retorno por mar a su pas. Tan slo despus del restablecimiento dei

    orden en Siria por Tiglathpileser I de Asirla, comenzaron nuevas positoi->

    lldades de expansin martima para los fenicios. El siglo XI fu el perodo

    de su nueva prosperidad despus que Tiro, que entonces comenz a des

    t i ) BOSCH, "iPhoen. Ko l"; BGSGH, "Col F e n ."

    ;

    BPSCH, "Etnologa"; BOSCH,

    "Phokaians"; ALBRIGHT, "New light"; CINTAS, "Cr, pun."

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    P . BOSCH C1MPERA

    arrollar su podero, fu reconstruida despus de los daos causados por los

    pueblos del Mar.

    Es muy posible que ia fecha de 1100 se refiera a la fundacin, o sea a

    la restauracin del templo de Tiro despus de dicha? devastaciones, y que

    esta fecha, utilizada como la del comienzo de una nueva era por los sacer

    dotes del templo filial de Cdiz, se haya referido ms tarde ai la fundacin

    del ltimo, lo que dara lugar a la confusin que se reflejara en el sincro

    nismo tradicional.

    Segn la lista de las thalassocracias de Eusebio-Diodoro (2), basada en

    una, fuente del siglo V antes de nuestra era, entre el fin de la guerra de

    Troya (1184) y la th alas soc racia fenicia (836-791) se desa rrolla ron otr as

    potencias martimas: en primer lugar la de los lidios y meoniosque pare

    cera sealar la penetracin de los etruscos en Occidente)y luego las de los

    pelasgos, tractos, rodios. frigios y chipriotas.

    En todo caso, hacia la mitad del siglo X, Tiro baijo Hiram I (969-935)

    -^el aliado de Salomn de Jerusalin-haba organizado con ste su socie

    dad comercial sirvindose de las llamadas "naves de Tarshish". El cometido

    de Salomn era el comercio con Arabia con sus flotas que partan de Ezion

    Geber y recorran el Mar Rojo. Las naves de Hiram iban a Occidente y el

    problema es el de su verdadero destino. Contenau crea tambin que la

    palabra Tarshish tena un significado vago, refirindose a "tierras extre

    mas" a donde llegaba el comercio fenicio, y otros (Albright, Cintas) creen

    que significaba "mina" o "fundicin", habindose aplicado posiblemente a

    distintos pases. En realidad, en las tradiciones recogidas por los historia.-

    dores rabes en la Edad Media, queda el recuerdo de que Tnez haba sido

    llamado anteriormente Tarshish (3). En todo caso parece que en tiempo de

    Hira m , los fenicios se hallab an ya establecidos all y que posean Utica,

    puesto que esta ciudad se rebel contra l.

    Esto es todo lo que sabemos en cuanto a la primera presencia de los

    fenicios en el Mediterrneo occidental, la cual no sera atestiguada antes

    de los tiempos de Hiram de Tiro, por lo tanto

    2

    la m itad del siglo X.

    Esta fecha representara el principio del "climax" de la empresa fenicia en,

    Occidente que se extendera de 950 a 750 y en ello estaramos de acuerdo

    con Albright. Que dicha emp resa llegase en seguida a Espaa y qu2 ya

    entonces los mercados del metal en Andaluca se apellidasen "Tarshish" es

    m s dudo so. Y todava lo es en mayor escala que pueda c reerse que ya en

    el siglo X exista Cdiz en Espaa y Lixus en la costa 62 Marruecos. Rela

    cionando lo poco que nos dicen las fuentes histricas con los resultados

    muy fragmentarios y a menudo inciertos de la exploracin arqueolgica,

    puede, sin embargo, ensayarse una reconstitucin del proceso de la em

    presa que se habra desarrollado y ampliado sucesivamente primero en

    Tnez, luego en Cerdea y, finalmente, en Espaa y en Marruecos.

    (2 ) J. L. MYRES, J. FOTHEiRiINOHAM. "On the list of Th ala sso cra ties in E use biu s"

    ("J-ourna of; Hellenic Studies"), 1906, p. 84 y

    sg.

    y 1907, p . 5 y sif . y 123 y sig.

    (3) ALBRIGHT, New lig h t" y CINTAS, "C r. p u n ."

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    LOS FENICIOS EN OCdlOENTE

    17

    Podra creerse que inmediatamente despus de los movimientos de los

    pueblos del Mar fueron stos los que du rante un cierto t iempo mo nop oliza

    ron el comercio en la vieja ruta establecida ya en el eneoltico y que desde

    las costas andaluzas segua por las Baleares, Cerdea y Sici l ia . Se trataba

    de un a re laci n de e tap a a etapa v un o de los elem ent os d el trfico* e ra el

    min eral de Espaa, al que se ag reg luego el hierro i ta l ian o. Pre cisa m ente

    en la poca post-micenica se asiste al desarrol lo de las culturas indgenas

    de las Baleares ( talaiots) y de Cerdea (nuraghes), en donde se hacen sen

    tir influencias del Asia Men or, espe cialm ente en la arq uit ect ura de los

    santuarios indgenas sardos de Sardara y Serri , as como en la cerrnica

    que recuerda ciertas formas asit icas o en los bronces votivos que se han

    comparado con bronces asit icos y hasta con representaciones het i tas. Una

    colonizacin, o por lo menos relaciones de los pueblos del Mar con Cer

    dea, parecera una etapa previa a las relaciones de los pueblos vi l lano-

    vianos de Ital ia y al establecimiento de los etruscos en la costa toscana (4).

    En este cuadro habra que colocar la primera exploracin de log mercados

    occid entales po r los fenicio s, los culales, siguiendo

    1

    las costas africanas,

    habran instalado en Utica su primera base. Desd al l , su primer objet ivo

    habra sido la relacin con Cerdea y tan slo despus que con el la se des

    cubri que una parte de los metales de Occidente, especialmente la plata y

    el plomo, procedan de una fuente ms lejana, se lanzaran a su busca en

    el pas de origen.

    Un prim er indicio de las relaciones fenicias con Cerdea sera el can de

    labro de bron ce publicado por Taram eli i del san tua rio ind gen a de Santa

    Vit toria di Se rri , supuesto ch iprio ta por l y que Lehman-Haupt cre a

    ur art i o, pero que podra hab er sido ap ortado p or los fenicios (5). Esto

    resultara todava ms verosmil teniendo en cuenta las inscripciones fenicias

    del Museo de Cagliari oomocidas desde haca t iempo. Se trata, adems, db

    fragm entos proced entes de Nora y de Bosa, de un a inscripcin bas tan te

    lar ga de Nora en alfabeto* fenicio arca ico qui3 S3 corres pon de co n las ins

    cripciones de Chipre y de Semdchirli, bastante prscrnias db Los tipos de

    esc ri tu ra fenicia de la inscripcin de Ahiram y que re pre sen tara n una

    etapa ul terior a esta en la evolucin de su alfabeto. Albright la fechara

    (4 ) P a r a l os e t rusc os c o t i no c re ye ndo que , ' i nc l uso s i su e s t a b l e c i mi e n t o e n I t a l i a

    hulbiese tenid o lug ar m s ta r de de lo qu e t radic ion a lm ent e se c re a , pe r ten ecen a l c rculo

    de pueb los de l Occ idente de l Asia [Menor y qu e en la poca p osm icnic a , espe c ia lm ente

    desde el siglo XII a . de J.C., hubo relaciones (de el los con el Occidente del Mledite rra neo.

    No c reo qu e deba cam biarse m uch o 61 modo de im ag ina r e l es tablec im iento de los

    etr us co s en Oc cid ente tal co m o lo hac a R. MAC (LViER en "V illano van s an d Ee?.riy

    E tru sc an s" (Oxford, 1924) y noso tros mismitos en BOSCH, "R elaz ion i ra ed ".

    (5) P ar a e l cande lab ro de tSerr i , ve r A. TARAMELI , "La "r ice rca a rch eolo gica in

    S a rde gna ( " I l c onve gno a rc he o l og i c o i n S a rde gna 1926" ) (Re gg i o ne l l ' Emi l i a ,

    1 9 2 7 ) ,

    p . 9 y s i g . ; IDEM, "I l t em pio nu ragic o fed i mo num ent i d i Santa Vi t tor ia d i

    S er r i" (".M onum enti an tic hi ", XiXlIIlI, 191 6, p. . [314 y si g .) ; IDEM, "Nuovi scavi nel

    San tuar io n ura gic o presso la chiesa d i San ta Maria de l la /Vi ttor ia ne l a l t ip iano de lla

    Giara" ("INot iz ie degl i scavi" , 1922, p . 296 y s ig . ) Reproduc ido; por ' ' nosot ros : BOSCH,

    "E t no l og a " . La op i n i on de Le hm a nn-H a up t , s e gn una c omuni c a c i n o ra l .

    Zephyrvs III - a

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    IS P . BO SC H Gl Mif*E ft'A

    en el siglo IX .la mis ma fecha a trib uid a por Tarameli al ca nd ela br o de

    Serri: y cree que es un fra gm en to de un dec reto conce mietute a las

    relaciones comerciales y en las quie como ya se haba heoh

    a

    an t e s una

    de las pa labras se leer a como Tarshish; pero Daipont -Sommer piensa qua

    se traa de una inscripcin completai , no admita que en el la se mencione

    Tarshish y la cree debida a fenicios de Chipre y consagradla al dios Pumai-

    Pigmal in en un templo const ruido en e l cabo Negar . La fecha , para

    como para Dussaud, sera , tambin el f in del siglo IX (6).

    Despus de la etapa de Cerdea, los fenicios se lanzaran a la exploracin

    de las t ier ra s ms occid enta les y a la bus ca de los (mercados que en co ntr aro n

    en Andaluca, coincidiendo coin la fundacin de nuevas colonias en Africa,

    en tre las cua les f iguraba Cart ag o (fund ada en 814), as com o en los miares

    de Sici l ia (M eli t ta-Malta, Gaudo-G ozzo, Cossyra Panitel i ari a y M otya, es ta

    l t im a en Sic i l ia , segu ida pron to d e ot ras fu ndacio nes) . En la ru t a de

    Espaa a lo la rgo de las costas a f r icanas se establec ieron en Auzia (supuesta

    Auimale , pero acaso Argel u Oran) . Estos acontec imientos debieron coinc idi r

    con el t iempo de la thalassocracia fenicia atest iguada por la l istai de

    Eusebio-Diodoro, ent re 836-791, que recubre en parte los reinos de Metten

    (49-21) y de Pi g m al ion (82 0-7 74 ).

    En Espaa , las fundaciones fueron precedidas por explorac iones y tanteos

    que pue den sosp echars e a t ravs de lia t ra dic in rec og ida en Cd iz por

    1

    Po sid n io y conse rvada p or Estr ab n, 170. Una pr im er a explorac in llev' al

    Sexi (Almucar , en la p rovin c ia de Mlag a) ; un a segu nda a la i s la de

    Heracles (Saltes, en el estuario del r o Tinto, cerca die las minas explotadlasl

    hasta nuest ros d as) ; pero los presagios no fueron favorables y tan sle

    pud o in ten tarse una fundacin en una te rcera ten ta t iva , es ta vez en Gadi r -

    Cdiz , que puede pensarse que por entonces no fu s ino un punto de apoyo

    ,(6) ALBRIGHT, "New light" ; DUPONT-SOMMER, "C . R. 49; DiUSSAUD, "Sy

    ria, 1949".Be aqul las distintas "lecturas de la inscripcin de Nora". "La antigua":

    "In Tarshish the pious father pardon |(late Sardus pater) set sail; finally reaching the

    end of h is life he ordered (the stone) to h e writtenv in Nora, While he had perceived

    (to bej over against Lixus (in jVIIauretania) (ver ALBRliQHT, "New) light"). "La lectura

    de Albright (lugar citado"):'"...in .(from) Tarshish/ ...and/that man shall be banished/

    for a year/from Sa rdinia / . ..t ha t/m an who hath n/ot ...w ethe r/ (he be) 'com|mander

    of a host/ or (he be) a king or (her b e) / governor. And if he shall/re turn, then

    that man /shall be banished/for h is life ti m e". La lectura de DUPOiNflVSOlMlMER,

    "C .

    R. 49": "Temple

    1

    du cap de/Nogar qui e st/ en Sardaigne, pro s/p re soit il

    Pr os p /re soit Tyr nVre/de Kition et L am aka/ Lequel (tem|ple) bt it Nogar/ 'en

    r honneur de Pujma".iEn el Congreso internacio nal de Orientalistas de Istam bul

    (septiembre 1951) a propsito de la discusin del presente trabajo, Dupont-Sommer

    insisti em su interpretacin y en |las relaciones de los fenicios de Chipre con Occi

    dente, atestiguadas ,por vestigios de influencia chipriota, tambin del [siglo IX, en

    contrados en Salamb (Cartago), en donde ise vener el d

    T

    os chipriota Puima'i. Segn

    Levi della Vida, la piedra que contiene la inscripcin (no es un fragmento conno crea

    Albright, estando de acuerdo con Du|pont-Somhver; alguna de las lecturas de st e no

    las considera como absolutamente seguras, aunque s la del nombre del dios Puima,

    que no sera una prueba inconcusa 'del origen chipriota de los autores de la inscrip

    cin, pues Puma'i pudo haber sido venerado tambin en Tiro.

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    LO FENICIOS E OCCIDENTE

    g

    fortificado n la pequea isla de San Sebas t in, con el santuar io de Astart.

    Acaso la fundacin de Gadir tuvo lugar despus de un c ier to t iempo de

    relaciones pacficas con las gentes del pa s , que en adelante se l lam tambin

    Tarshish, nombre helenizado despus

    en

    Tartessos

    y del

    cual

    los

    habi tantes

    fueron l lamados tartesios por los focenses. Despus, dichas relaciones pare

    cen haber empeorado, como lo ind ica la leyenda de Heracles luchando con

    Gerim, que recubre , sin duda , uin hecho his tr ico, t ra tndose en rea l idad

    de

    una

    p u g n a

    con un

    jefe tartesto cuyo nombre sera Germ

    a

    deducir

    di'

    otros indic ios

    arx Ceron'-is

    del Per iplo, por e j emplo) , al que se a t r i bu *

    un imperio con inmensas r iquezas . El mismo hecho his tr ico pare es ser

    a tes t iguado por Macrobio (sat. I, 20, 12), aunque de formndolo , al habla

    del com bate naval de Gern (nombre confundido por Macrobio con el d?

    Tern) rey de la E spaa "c ite rio r" (o tra confus ion con la "u l t e r io r" ),

    que luch con los ga d i t a nos . En laipoca da estas luchas puede pensarse qule

    Cdiz

    fu

    fundada hada fines

    del

    siglo

    IX o a

    principios

    del VIII.

    La l t ima par t e del siglo VIH parece represe ntar un retroceso de la

    influencia fenicia en Occidente . Era preciso luchar con los g r i e gos die

    Sicil ia, que les redujeron ail oeste de la is la, de la Cual lascolonias fenic ias

    haban acudido

    a

    Cartago que parece haber asumido

    ya el

    pape l d i l ig en te

    que an tes hab a tenido Ut iea en de m a nda de auxi l io . En Fenicia , las

    luchas con Salmanasar V y Sargn I de Asir a obl igaron sin duda a descui-

    dair los asuntos de Occidente . Es ta decadencia momentnea permit i a los

    t a r t e s ios , por o t ra pa r t e , reemprender por su cuenta el co'mercio con Cer-

    de a , en donde se spome quia un descendiente de Germ, Nrax, fundt la

    ciudad de Nora , lo que podra fecharse hacia 700. Adems , de es ta poca

    de l iber tad

    de

    Tarshish parece encontrarse

    un eco en

    Isaas

    (23, I),

    quien

    exulta en presencia de la desgracia de Tiro somet ida por S aim amasar V y se

    d i r i ge al pueblo de Tarshish en su a renga d ic iendo que ya las cadenas

    no le oprimeni".

    El podero fenicio fu rehecho por Itihobaal II (700-668). Se reempren

    d ie ron las relaciones con los sardos y se cor t a ron las de stos con los

    t a r t e s ios median te

    la

    fundacin

    de una

    base naval

    en

    Ebususrlbiza

    en 654.

    El monopol io del comercio con Espaa se asegur con la undacim de

    nuevas colonias en el litora l a nd al u z: Malacca M laga , Sexi-Alimuear

    (prov . de Granada) , Abdera-Adra (prov. de Almera) y otras factoras como

    la de Villar icos (pro v. de Almer a ) , que fu un puer to pa ra la exportacin

    del mineral

    de las

    viejas minas

    de

    plomo, pla ta

    y

    cobre

    ya

    explotadas

    en el

    eneol t ico y en la Edad del Bronce^ obtenindose all tambim el h i e r r o .

    Ms t a rde , el Periplo Massaliota conservado en el p o e m a de Aviemo, Ora

    Mar t ima" , hab la de la poblacin libtor-fenicia en la cos ta andaluza, lo que

    hace pensar en el establecimiento all de africanos mezclados con los colonos

    fenic ios . Por lo de m s , la influencia fenicia parece haber dado lugar a un

    cierto vasallaje de los t a r t e s ios , lo que pueda deducirse de los textos bbli

    cos ( Isa as , Jons , Ezequlel , Jeremas) y de una inscripcin de Assarhaddom.

    Este , una vez dueo de Fenicia , se a t r ibuye tambin como dependiente el

    pa s de " T a r s i s i " . Los textos bblicos precisan entonces lo que se ob ten a

    de Espaa: pla ta , hierro, es tao

    y

    p l o m o .

    El

    estao, aunque existe

    en el

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    6/16

    20

    P . e OS CH C I M'IPifER'iA

    occidente de la Pennsula Ibrica y que ya se hubiese obtenido al l en la

    Edad del Bronce, puede creerse que los tartesios iban a buscarlo sobre todo

    a los mercados de la Bretaa francesa las islas Oestrmnidas, l lamadas

    ms tarde Cassitridesii, y sus viajes son atestiguados por lo menos para

    el siglo siguiente por el Perip 'o maesal iota, as como la va del comercio

    at lntico haba sido ut i l izada normaltmenite desde largos siglos, ya desdi el

    eneol t ico (7).

    * * *

    Es posible que los viaijes de los fenicios hayan Helgado en fecha bastante

    temprana tambin a las costas at lnt icas de Marruecos. La colonia de Lixus

    (ce rca de L ara che) es calificada de fenicia y no de ca rta gi ne sa p or el Pseuido-

    Escilax, 112, y se le suele atribuir l

    a

    misma ant igedad que a Cdiz o que

    a Ut ica , lo que , como la misma ant igedad ext rema de Cdiz , parece dudoso.

    Para Lixus pensaramos ms bien en la poca d-1 desarrol lo de las colonias

    fenicias durante el siglo ' VII.

    La extrema antigedad de Lixus se basara en un texto de Plinio, XIX, 63,

    que transmite l ia t radicin de los l ixi tas que se alababan de la antigedad

    de su templo, dedicado tambin a Melkar th , pre tendiendo que era todava

    ms venerable que la de su homlogo de Cdiz. Carcopino (8), admitiendo

    esta ant igedad, agrega ot ro argumento de orde-n geogrf ico . Considera las

    dos ciuda des fenicias a igual dis tanc ia del Estrecho de Gib ral tar , resp ecti

    vamente , en las costas espaola y a f r icana como dos e lementos s imt r icos

    de un solo plan de conjunto, escalas de la navegacin de Oeste a Este a

    favor de la corrien te que seg ua la costa african a. Desde el punto de vis ta

    de la conveniencia de establecer escalas de la navegacin, sin embargo, se

    comprendera mejor la looalizacin en Tnger, inmediatamente a la sal ida,

    del Estrecho y no despus de haber avanzado hacia el Sur, con lo que era

    (7) Para el Pe rip lo , ver SH|ULTEN-BOS(CH, "Fo nte s Hispaniae an tiq ua e" . I (Ba r

    celona , 192 2). En este mismo (fascculo se ren en los princ ipale s textos bblicos

    referentes a Tarshish y la inscripcin asira mencionada en el texto. Las relaciones

    prehistricas atlnticas para ei eneoltico han sido estudiadas por (nosotros en "Rela

    tions prhistoriques entre 1' Ir lande et 11Ouest de la Pninsule ib riqu e". ("Pr his-

    to i r e" , I I , 1933, p . '1 9 5 y sig .) , y lt im am ente en BOSiCH, "Poblamtfento", cap . i n .

    Ver tam bi n C. DiAIRYLL FDiRDiE,) "E arl y cu ltu re s in A tlan tic E uro pe" ("A m eric an

    An thopo loigist", 1930 , p . 19 y si g .) , y V. G. (CiHlLDiE, "Le rle de liE to ss e dan s la

    civil isation prhistorio ne de l 'Atla ntiq ue " ( 'P rh isto ire , IV, '1935). Hace t iem po

    J. Loth insisti en a importancia de las corrientes marinas que parten del Marruecos

    occidental y que facil i tan la navegacin aun en embarcaciones relativamente primitivas

    a lo largo de las costas atlnticas hasta la Bretaa francesa e Irlanda:

    1

    ver LOTiH,

    "Relation s directes entre 1* Irlan de et la Pnin sule ib rique 1' poque no lithique"

    ("Mmoires de la Socit d' Archologie de Bretagne", VI, 1925, p. 137 y sig-.) y

    "Relations directes entre l ' Ir lande, 1'ArmOrique et la Pninsule ibrique l 'poque

    nolithique" ("Bulletin fae la Sociei d' Histoire et d' Archeologie de Bretagne",

    VII, 1926, p. 1 y sig.) .

    (8) QARCOPINO, "M aroc an t." , p .

    50-51.

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    7/16

    LOS FENICIOS EN OCCIDENTE

    2

    prec is o , par a d i r ig i r se a Espaa , re t roced er desp us de haber a la rg ad o

    innecesariamente el viaje. Si el primer objet ivo, die los fenicios, ms al i la

    de l Est recho, e ra e l minera l espaol , como parece lgico, e l in te rs por las

    costas a t lnt icas de Afr ica slo ms ta rde habr a desper tado. Ni e l a rgu

    mento geogrf ico ni e l h is tr ico parecen, pues, convincentes .

    Es posible, da todos modos, que Lixus fuese una fundacin fenicia, como

    dice e l Pseudo-Esc lax y como Carcopino enee que lo demuest ra la pa leogra

    fa de los restos de epigrafa semt ica procedentes del terri torio de Lixus

    que ci ta Gsell (9) y que deberan encontrarse en el Louvre, aunque no ha

    sido po sible identif icarlos. Tales restos pa rece n m s sema jant es a los textos

    d i o r igen s i r i o que l a s i nsc r ipc iones p rop iamente ca r t ag inesas .

    La poca de la fundacin de Lixus sera ms verosmilmente la del nuevo

    podero fenicio del siglo VII, en la que se encuadran las nuevas fundaciones

    espaolas d is t in tas de la de Cdiz , y corresponder a a un momento en que

    ya exis t an re lac iones sl idamente establec idas con los pueblos a f r icanos

    ( l ib i fenic ios) . Acaso se t ra tase de una fundacin gadi tana apoyada en las

    viejas relaciones indgenas entre las costas at lnt icas de Europai y las de

    Afr ica , favorec idas por las corr ientes mar t imas qua conducen a l Marruecos

    occide nta l y respec to de las cua les , pa ra los t iem pos prehis tr icos y aun

    para los modernos, insis t i Lot .

    * * *

    Durante e l s ig lo VII , Tarshish permaneci ba jo la dependencia fenic ia

    directa a pesar de las luchas de la metrpoli con los asir as, durante las

    cuales dicha dependencia) debilj relajarse algn tanto. Sin embargo, sola

    m ente despus de las gu err as de N ebuca dnezz ar I I de B abi lonia y da l

    bloqu eo de trece aos bafjo i tho baa l II I , se gu il o de la su misi n de Tiro

    bajo Merbaal en 573, ces

    1

    la hegem ona fenic ia en Esp aa , cuand o ya haba

    surgido la compatencia de los focenses.

    D uran te el siglo VII, todav a, la pl at a de Esp aa fu una de lias gr an de s

    fuentes de beneficios para los fenicios y puede creerse que, para el la , uno

    de los m ercad os ms impo rtante s fu e l de Sic i l ia , en dond e las colonias

    fenic ias de la i s la la vendan a los gr iegos, segn la in terpre tac in que

    Gsell (10) propone para el texto de Diodoro, V, 53, ya que ms tarde los

    griegos no tuvieron necesidad de acudir a intenmediiarios, pues el los mismos

    se ha l lab an en re lac in di r ec t a con Tar tesso s. La ac t iv idad de l com erc io

    greoo^fenicio du ran te el sigl o VII est doc um enta do por i@ reg ula rida d de

    los ha l laz go s de cer m ica corint ia or i emita izan te en las necr polis de

    Car tag o (Douims, Dermech, By rsa) , acom paa da tamb in de obje tos de

    or igen s ic i l iano, como c ier tas t ie r ras coc idas.

    Desgrac iadamente , para esta e tapa fenic ia

    1

    , l a a rqueologa , en genera l ,

    fal la . No se conoce todava nad

    a

    , de Cdiz. De Mlaga procede uin colgante

    (9) GSELL, " is t. Afrique dui Mo rd", I I, p . 172.

    (10) GSELL, "His t, ^fr iqu e du N ord", I, p . 405 y 407 .

  • 7/25/2019 Problemas de la liistoria fenicia en el extremo occidente

    8/16

    2 2

    P . B O S C H C lM l l P E iR A

    de ono fechado en el siglo VII, y en Villaricos se des cub riero n alg un as

    tum bas fenicias e impo rtaciones de cermica y dia joyas fenicias en las

    sepulturas indgenas de la. regin. Junto a Ibiza, en la pequea Isla Plana

    haba un santulario con figuritas de tierra cocida rntiy arcaicas que posible

    mente remontan al siglo VII (11). Fuera de las colonias fenicias, las impor

    taciones parecen haber llegado muy lejos: en Alcacer do Sal, en Portugal,

    en la capa ms antig ua de la necrpolis indge na que ms tarde se

    convierte en una necrpolis cltica, se (hall un escarabeo egiptio con el

    sello de Psamtico I, que puede fecharse en la ltima etapa die su reino

    (614-609), y entre los objetos del tesoro de la Aliseda (prov. de Cceres)

    ^aunque la mayor parte sean de fecha ms reciente, as como la en que l

    tesoro fu enterrado, uno de los ms antiguos es un cinturn de oro con

    decoraciones de influencia "asira que recuerdan ciertos objetos orientali-

    zantes de las grandes tumbas etruscas del siglo VII.

    * * *

    En la poca de la thalassocracia fcense (12), que estableci relaciones

    directas de los griegos con Espaa y que mantiene en segundo trmino las

    de los fenicios por espacio de una media centuria, no slo los griegos

    fundaron colonias en la Pennsula, sino que se lanzaron a la exploracin

    del Atlntico. No solamente Midcrito realiz su viaje

    a

    los mercados del

    estao en la Bretaa francesa hacia 570, conocido por Plinio (Nat. hist. 7,

    197),

    sino que Eutimenes emprendi su aventura a mediados del siglo VI,

    exploran do la costa a tln tica africana ha sta el ro de los Cocod rilos, el

    Senegal (13).

    A pes ar de la evacuacin de Crcega desp us de Alalia (535), los focenses

    continuaron durante un cierto tiempo su actividad comercial en Espaa y

    hasta fundaron nuevas colonias.

    (11 ) iBOSClH, "E tn ol og a ", cap . X I-X II; J . COLOMINAS, "Les ter re s cuite s car

    tag ine ses d' Eivis sa" (B arc elo na , 193 8), flig. 1-4; A . VIIVE3 y ESCUDERO, "Es tudio

    de Arqueologa carta gin esa . La necrpoli de Ib iz a" (Ma drid, 1917). En BOSCH,

    "Etnologa", p. 226, se sealan tipos semejantes de Siria y (Chipre. Otro paralelo

    se halla en M otya (J. YVHITAKER, "M otya ", Lo nd res, 192 1, ,p. 82 , fig. 30 6) . Estas

    figuritas parecen ser el principio de una industria que s desarroll en Cartago inde

    pen die nte m ent e de la influencia griega en tiemjpos po ster iore s sjerniplos en el

    catlogo del Museo Alaou, as como otros muy evolucionados de Ibiza (Puig des

    Molins (ver COLOMINAS, "lugar citado", lam. XIII-X'IV). Cabra preguntarse si tam

    bin (seran el punto de partida de los tipos toscos de las tierras cocidas ibricas

    con las que Garca Bellido las compara tambin. Ver G. BELLIDO, "Fenicios", lmi

    nas (V-ViHII y pajg. 216-217. Un halazgo excepcional d

    e

    Cdiz sera la figuritd dd

    bronce con miscara de oro encontrada en el interior de la ciudad de Cdiz (G. BE

    LLIDO, "Fe nicio s", la m . XllV, fig. 1-2), sin m s no tici as a cer ca de los ob jetos

    acompaantes que "restos cermicos". Cintas la creera chipriota y del siglo VI,

    ^egn nos ^omtunica amablemente y podra compararse con hallazgos de Marion.

    (12) Pa ra cua nto se refiere a los (griegos en Esp aa ver BOSCH, "P ob lam ien to"

    y

    BOSCH, "Phokaians".

    (13) Para M idcri to y Eutimenes, ver "Cary-W armin gton" , p , 4 .

  • 7/25/2019 Problemas de la liistoria fenicia en el extremo occidente

    9/16

    LOS FENICIOS EiN OCCIDENTE

    23

    Durante la thalassocracia fcense, la va mart ima que part a de Kyme,

    en el Golfo de aples, hacia Espaa, tena como punas de apoyo las posi

    cion es de Crceg a y de Cerdea a. ambos lados del Estrecho de Bon ifacio:

    Alalia-Aleria y Olbia^Terranova. Al terminar la ruta que segua el puente

    de las is las a lo largo de las Baleares, la colonia de Hemeroscopion (Ifach),

    y no lejos de ella el santuario del Artemision (Denla) sealaba el principio

    del camino l i toral hacia Tartessos. Cerca de la colonia fenicia de Malacca

    se estableci la gr ie g a de Mainake (Torre del Mar) y, ad em s, a nte s de Tal

    en trad a del Estrecho de Gibraltar se instalaron en Herak leia. (Algeciras) y,

    pasada su sailida, en el Puerto de Menesteo (Puerto de Santa Mara), en la

    bah a de C diz . Con esta ru ta direc ta se Ju ntaba la que par t a d e M arsella

    y en la que los massaliotas hablan establecido la escala de la Palepolis de

    Emporion en el Golfo de Rosas. Despus de Alalia, Marsella se convirti en

    el centro' de las actividades grie ga s en Occidente, recibiendo ella m ism a

    una gran parte de los refugiados de Crcega, entre los que se encontraba la

    poblacin evacuada de la metrpoli , de la propia Focea, destruida por los

    persas, mientras que otra masa de foeenses marchi a fundar Elea (Velia) en

    la Ital ia mer idi on al. Pero los refugiados focenses acrecier on tam bin las

    colonias de Espaa y, al lado de la Palepolis, se edific la Nepolis de

    Emporion, as como, en el Golfo de Alicante, se fundaron Leuk Akr

    a

    (La

    Albufereta, cerca de Alicante) y Alonis (Be nid brm ).

    Durante un cie rto t iemp o, aunque la subs istencia de las posicio nes grie ga s

    e,n el sur die Es pa a co nstitu a un reto parsa la p ol tic a de Ca rta go , se

    mantuvo uin cierto statu quo y los productos del comercio griego hacan la

    competencia al cartagins en las regiones interiores de Andaluca. Hacia 510

    el equilibrio tiende a roimperse despus die las luchas greco-caTtaginiesas en

    Las Sirte s. Ca rtago com enzab a >a cerra r los mare s africa nos, incluso a los

    etruscos, sus amigos; pero en el primer tratado' con Romaconsiderada toda-,

    va como una ciud ad etnisc a , en 509, au n no se mencioina Espaa 0 4 ) .

    Sin embargo, ya se haba obtenido el control completo del mar alrededor

    del p uen te de islas y , adem s de Ib iza , se tema la posiciin de Mahn

    (Portus Magonis), probablemente gracias a la pol t ica de Magn, el padre

    del Amlcar que algn t iempo despus combati contra los griegos en Hirne-

    ra, en Sicil ia. La tensin desemboc en un conflicto y en una guerra que

    se logra reconsti tuir con indicios dispersos en la tradicin histrica (15).

    (14) R . A. BEAUMONT. "Fir s t t re a t y" . Par ece que en este per odo los e t ruscos

    desp legaron una c ier ta ac t iv idad naval y comercia l . Obje tos de l comercio e t ruscos se

    hallan en Francia): ver

  • 7/25/2019 Problemas de la liistoria fenicia en el extremo occidente

    10/16

    24

    P . BOSCH OlMiP 'E 'RA

    En una: pr im era e ta pa tuvieron lugar a itaques de los in dg en as , qu ien es

    cons igu ie ron apod era rse de la c iudad de Cdiz , de jan do reduc id os a los

    fenic ios a la c iudadela de la pequea is la de San Sebas t in, l iber tndose

    la c iud ad por fin con la ayuda de los ca r ta gi ne ses . Por ento nce s par ece

    haberse real izado tambin, un a taque de los iberos a la factor a car tagi

    nesa de Vi l lar icos , en la provincia , de Alm era . En la gu er ra naval en t re

    las dos po ten cia s , los gr ieg os g an aro n h acia 493 una b ata l la decis iv a cerca

    del Artemision de Denjia con la intervencin del prncipe cario Herclides

    de Mi lasa , fug it ivo de Asia despus del fin de sas tro so de la rebe lin de los

    jonios contra Daro (498-494).

    Los gr iegos dic taron una paz, como puede deducirse de un texto de Jus-

    t ino-Trogo, y las pos ic iones gr iegas de Espaa quedaron inclumes y con

    el las , s in duda tambin, e l l ibre acceso a las t ierras ms a l l del Es t recho.

    No slo co nt in u du ran te un c ie r to t iem po el conocim iento d e aquel las

    t ie rra s , tanto de Espaa como de Afr ica , s ino q ue puede incluso creerse

    que se desarroll' el comercio con la costa occidental de Marruecos y acaso

    tambin con el mercado del oro de Cerne (cerca de Villa Cisneros en Ro

    de Oro) , que habra s ido conocido a consecuencia del via je de Eut imenes .

    El problema de las re laciones con los pases del Afr ica a t lnt ica ante

    r io res a la e t ap a ca r t ag ine sa es t amb in muy d i f c i l. Slo m edian te ind i

    c ios conservados en un

    a

    t radie i ln confusa se puede sospechar la pos ibi l i

    dad de l legar a una recons t i tucin de los hechos .

    El conocimiento de aquel las t iernas aparece ya en los documentos del

    siglo VI, de los cuales el lt imo e el texto fragmentar b de Hecateo, e i ,

    cual habla de las cos tas occidentales de Marruecos y menciona TingiTan-/

    ger, Thtrinik y

    Mei

    issai'entre el cabo Espa rtel y la des em bo cad ura de l

    Luous . Es te con ocim iento no desap arece todava dur ante una de cen a de

    ao s . Esci lax de C arianda autor de Una biograf a de Hercl ides de Milasa

    y l mismo probablemente emigrado en Occ idente despus de haber ro to

    con los p ersa s , a los que hab a servido en t iem po de Daro y de hab ei '

    em pren dido por cuenta de es t e rey una expedic in a l a Ind ia daba infor

    mes ace rca de l a s t i e r ras a t l n t i cas en su Per ip lo , desgrac iadamente pe rd i

    d o , del que es autor segn Suidas (16).

    Podra re lacionarse es te conocimiento de los gr iegos y e l inters de un

    cario por e l ext remo del Ecumene con los acontecimientos Pos ter iores a la

    paz que s igu i

    a

    la gu er ra de l Ar temis ion de Espa a . P robab lemen te se

    t ra t de desarrol lar las re laciones con aquel los pases y de encontrar una

    nueva act ividad para las energas de los car ios refugiados ent re ios focen-

    (15) BOStiH, "A rtem ision "; BOSCH, "Phoikaians". BOSQH, "Poblanwe nto" . Inde

    pendientem ente de nosotros. MAZZARINO, "In tro du z. alle guerre pun iche", p. 13

    y sig,, ha llegado a resultados parecidos a los nuestros, identificando tambin el

    lugar de la batalla jnaval de Artemision en la que intervino Herclides de Milasa con

    el Artemision de Espaa y no con el del Egeo.

    (16) MAZZARINO, ^Int rodu z. alle gu er re punich e", p . 14-19, estud ia la cuestin

    de los emigrados de Jonia y de ICaria despus de su derrota as como el de sus re

    laciones con Massalia.

  • 7/25/2019 Problemas de la liistoria fenicia en el extremo occidente

    11/16

    LOS FEiNClOS EN OCCdDEiNTE

    25

    ses de Occidente y aprovechando e l momento de pres t igio que s tos haban

    obten ido con e l fin afor tunado de la gu er ra de Art em is in. El so rpr end ente

    no m bre del Karikin teikho s (m uro cario ) en Moga dor o en S a fi, un poco

    ms a l norte , que aparece en e l Per iplo car tagins de Hannn entre las

    ciuda des d e qu/a se a t r ibuy e la fundacin , ser ia acaso e l de un a c iud ad

    fundada por dichos refugiadlos carios protegidos por los massaliotas y en

    vis ta a las re laciones con las t ierras a t lnt icas . Bochart ha expl icado e l

    nombre der ivndolo del compuesto pnico Kir-Chares (17) , muro del sol ,

    pe ro probablemente habr a que conse rvane e l s ign i f i cado t rad ic iona l y

    creer lo e l de una fundacin car ia absorbida ms tarde por I05 car tagine

    s e s . Es ta fundacin representar a una de las l t imas e tapas de las re lacio

    nes de los griegos y de sus aimigos con el Africa occidental que haban

    comenzado con e l via je de Eut imenes . En Afr ica , como en Andaluca , Car-

    t ago n o poda de mo me nto oponerse a l a p resenc ia de sus enem igos , tod a- -

    va demasiado fuer tes .

    * *

    Los ni assai iotas no tuvie ron qu e ren un cia r a frecuentar los m ares al

    occidente del Estrecho sino despus de las nuevas ludha's de los griegos de

    Sici l ia (Himera: 480) y de I ta l ia (K yme: 475) , resp ect iv am ente , con los

    car tagineses y los e t ruscos . Acaso, como es tadio de hecho, se impuso un

    l mi te de las respect ivas zonas de inf luencia en Espaa en I05 lugares que

    los ca r t ag ineses podan v ig i l a r ms fc i lmente . Se t ra t a de un pe r odo mal

    conocido, incluso para los car tagineses ; pero cabe pensar que no fu de

    una sola vez que los l t imos se hic ieron dueos de los mares ext remos y

    que l legaron a dominarlos s in precipi tar las cosas , obrando con prudencia

    y pa r t i endo de pos ic iones que se iban consol idando suces ivamente .

    Dueos del mar a l rededor del puente de las i s las desde Cerdea a Ibiza ,

    los Magnidais en e l t iempo de Himera haibian probablemente logrado ya

    ce rra r el Estrecho de Gibr altar a los gr ie go s y a l iqu idar tod a influen cia

    helnica ms all de las Coilulmnas, incluso en Marruecos, y ello debi traer*

    comi conse cuen cia la des t rucci n del K arikn Teikhos . P ind aro , ha cia 4S0,

    presenta las Columnas d Heracles como l mi te int ranspasalble en la Ol m

    pi ca IH 43-44, en la s N emeas 111, 21 y IV, 69 y en lai stm ica 111, 31 y

    su test imonio es el primer indicio del cierre deil Estrecho.

    Entre 480 y 450, despus de las guerras contr

    a

    los nmdais y la cesa-

    sim del t r ib uto que Cartago pa ga ba a los indge nas de Afr ica , e l M agn ida

    Hannn, hi jo del Amlcar que muri en Himera , parece haber extendido la

    dominacin cartaginesa sobre todo el norte de Africa Menor. As habra

    que interpretar el texto de Din Crisstomo ^Discurso XXV), que dice que

    Hannn corvi r t i a los car tagineses de t i r ios en l ibios . El lo ser ia e l pr in

    c ipio de una nueva e tapa de la pol t ica car taginesa , que despus de haber

    (17) CARCOPINO, "Maroc ant. ", p . 191, nota 3,

  • 7/25/2019 Problemas de la liistoria fenicia en el extremo occidente

    12/16

    26

    P . e OSC

    H

    G I M P E C I A

    obtenido la plena libertad de accin y die expulsar a sus competfidores del

    litoral, organiz la exploracin de las costas atlnticas de Marruecos y de

    Europai. Ello tampoco se debi realizar de una sola vez y de ios viajes que

    precisaron para ello y probablemente los ms clebres fueron los que para

    lelamente elm prendieron Hannn en Africa e Hlmilcn en Europa a los mer

    cados del oro y ded estao, respectivamente. Estos viajes, cuyos protago

    nistas parecen ser los hijos de Amlcar de Him-era, sin duda no fueron

    emprendidos antes de 480, como se ha venido suponiendo, y ms bien hatoria

    que fecharlos a fines del perodo, es decir, hacia 450. Parecen repetir los de

    Midicrito y Eutimenes y a ellos se debera y de aqu su celebridad] la

    organizacin del comercio regular del oro y dal es/tao en Cerne y en las

    Cassitrides de la Bretaa. En el Periplo die Hannn no se trat a ya de

    exploriar o de descubrir, sino de fundar colonias en Marruecos, colonias

    q u e ,

    adems de servir para el comercio con los indgenas, deban constituir

    escalas para la navegacin hacia Cerne (18).

    Poco despus del viaije de Hannn una nave perdida durante varios das

    en el Atlntico lleg a Madera, constituyendo esto un primer descubrimiento

    que de momento no tuvo consecuencias, a pesar de que tail descubrimiento

    debii despertar un

    a

    cierta curiosidad entre los contemporneos y de que los

    (18) No es fcil fechar con cierta seguridad el viaje de Hannn. Ver GfSELL,

    "Hist. Afrique du 'Nord" I, p. 510 y sig., y 517 y sig. "Cary-Warming ton" , p. 47,

    lo fechan antes de 480 y creen que si ei objetivo del viaje fu la fundacin de colo

    nias, debieron precederle otros viajes que deberan colocarse hacia 500.CARCOPINO,

    "Maroc an t . " ,

    p. 74, d una

    fecha

    ms

    tarda ,

    el 450.

    Como

    que

    Hannn

    e

    Himcn

    parecen

    ser los

    hijos

    del

    A w l c a r

    de

    Himera

    y los

    nietos

    de

    Magn,

    el

    padre

    de un

    linaje de sufetas, la fecha propuesta por Carcopino sera ms verosmil. Queda en pie

    el problema

    de las

    relaciones anteriores, pues

    en el

    Periplo

    de

    Hannn

    no se

    habla

    de que precedentemente existiesen ya en Africa ciudades cartaginesas o fenicias y ni

    se menciona Lixus, aunque

    se

    entablan relaciones

    de

    amistad

    .con los

    indgenas lixi-

    tas, nmadas , que ayudan a la exploracin de las t ierras al sur del oued Draa{con

    el

    que

    'Ca ry-W arm ing ton " identi fican

    el ro

    Lixus

    del

    texto

    de

    frfannn).

    En

    todo

    caso,

    Lixus parece haber existido ya, aunque, como se ha visto, sea discutible la exr

    cesiva antigedad

    que se le ha

    a tr ibuido,

    y

    .constituira

    la

    base naval

    de los

    cartagi

    neses para emprender la exploracin de 'Jas costas africanas. La arqueologa comienza

    a i lustrar

    el

    problema

    de

    Lixus

    y

    puede preverse

    que el

    problema algn

    da

    ser

    aclarado. Para

    las

    recientes excavaciones

    de

    aquel lugar ,

    ver M.

    TARRADELL, "Hipogeos

    de tipo pnico

    en

    Lixus (Marruecos) ("A mp urias"

    XH,

    ,1950,-

    p.

    250-256); IDEM,

    "Museo arqueolgico de Tetun. Gua sumaria" (Madrid,

    v

    sin fecha/1950/); lDfclM,

    "Las ltima.s investigaciones sobre

    lo

    romanos

    en el

    (Norte

    de

    Marruecos" ("Zephy-

    rvs" , I, 1950, p . 49-56) . El >r, Tarradell ha quer ido informarnos amablemente de

    que

    los

    objetos

    ms

    antiguos, todava inditos,

    que :han

    sido descubiertos hasta ahora

    son un escarabeo de pasta vitrea con inscripcin c artagin esa (siglo V a. de J.C.);

    una esfinge cartaginesa

    de

    mrmol

    que

    formaba par t e

    de un

    t rono

    de

    divinidad

    (V-HI a. de J.C.) y un pequeo fragmento de cermica pintada t ica . Hay tambin

    cermica

    de la

    l lamada "campaniense", barnizada

    de

    negro, fcjue habra

    que

    hacer

    remontar acaso taimlb'n a la misma (poca y, adems, cerm ica ibr ica . Para los

    hipogeos parecidos

    a los de la

    necrpolis

    de

    t d iz pero

    que han

    dado

    tan

    slo

    objetos bastantes tardos, inclusive romanos,

    ver la

    publicacin

    (de

    Tarradel l ,

  • 7/25/2019 Problemas de la liistoria fenicia en el extremo occidente

    13/16

    LOS FENICIOS EN OCCIDENTE

    27

    et ruscos proyectaron fundar una colonia en dicha is la . Pero los car tagineses ,

    celosos d'e su monopolio de los mares extremos, no lo permitieron (19).

    * * *

    Conocemos la ordenacin de las esferas de influencia en el lejano Occi

    de nt e, a la que en definit iva S3 l leg despu s de los ac onte cim iento s qu e

    hemos intentadlo recons t i tui r , pues encontr un eoo en una fuente l i terar ia

    que permite creer que los car tagineses mantuvieron e l monopol io del Es t recho

    de Gibral tar , mientras que los gr iegos quedaban todlava l ibres de moversB

    al este de l . Esta ord ena cin parece hab er sub sist ido h as ta eli s iglo- IV, en

    que e l segundo t ra tado entre Roma y Carta igo seala Mast ia ' -Cartagena como

    l mite de las navegaciones pos ibles para los ext ranjeros hacia e l Occidente ,

    lo cual es una sensible al teracin del estado de cosas reflejado en el texto

    de dicha fuente, o sea e,n el Periplo de Euictemn;

    a

    la vez que un pr incipio

    de re t roceso cons iderable de la inf luencia gr iega en Espaa que haba de

    seguir en los t iempos s iguientes , replegndose cada vez ms hacia e l norte

    a medida que l a ca r t ag inesa avanzaba (20) .

    Euctemn escr ibi hacia 440 su Periplo en re lacin con la pol t ica ambi

    c iosa de Per ic les que miraba tambin a l Occidente . El poema de Avieno,

    "Ora Mar t ima", conserva interpolados en e l texto del vie jo Per iplo massa-

    l iota fragmentos en que s descr ibe e l Es t recho dndose informes preciosos

    que permiten conocer la s i tuacin y los l mi tes de las respect ivas zonas de

    inf luencia que los gr iegos se vieron obl igados a aceptar de buen o de mal

    g r a d o .

    Euctemn habla de dos is las cerca de la ent rada del Es t recho que pueden

    identificarse con las is las Pereji l y Paloma-, la primera en la costa africana,

    cerca de Ceuta , a l oes te de Punta Leona, y la segunda en e l l i tora l espaol ,

    al este de Tarifa, y cerca de l

    a

    baha de Punta del Carnero que seala la

    baha de Ailgeciras. En esta is la haba al tares d3dicados

    a

    Heracles, en donde

    era permitido a los griegos ofrecer sacrificios, a condicin de egar con

    las naves descargadas previamente en la i s la de la Luna que e l Per iplo

    massa l io ta desc r ibe en e l puer to de Mainake y es tando prohib ido pe rma

    necer ms t iempo, ofrecidos los sacr i f ic ios , so pena probablemente de ver

    las naves hun did as por los car tag ine ses . Este te x t

    0

    consti tuye a la vez un

    tes t imonio die la c lausura del Es t recho par

    a

    los gr iegos y de la subs is tencia

    de la colonia griega de Mainake (21). Tan slo debieron ser evacuados los

    puntos de apoy para la navegacin gr iega prximos a l Es t recho; e l Puerto

    de Menesteo (Puerto de Santa Mara) al oeste y HertkleiarAlgeciras cerca de

    su ent rada. Herkle ia se convir t i en l

    a

    ca r ta gi ne sa Carte ia , lo mismo que

    en Africa el Karikn Teikhos pasa en el Periplo de Hannn P

    o r U n a

    fundacin

    c a r t a g i n e s a .

    Ba jo e l p ro te c tora do ca r t a g i n s , los fen ic io de Cdiz tuv ie ron una l a rg a

    (19 ) Tim eo (Tim eo-D iodoro V, 2 0 ) ; CARY-WARMNGTON, P- 5 3 .

    (20) BEAUMONT, "F ir st tr e at y " ; MAZZARINO, Fr a. Or. e Occ,

    (2 1) RE VI, 106 0; FHA ET, 31 ss.

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    14/16

    28

    P .

    B O S C H G I M P D R A

    historia que no terminai siquiera con la conquista romana de Espaa. No

    es este el lugar para tratar de ella. Pero cabe sealar qua las navegaciones

    de los marinos de Cdiz continuaron y que llegaron incluso ms lejos que

    en el pasado (22). Lograron realizar de nuevo la circunnav gacin de Africa

    en sen tido inverso a la que me nciona Herodoto pa ra el tiemp o del rey

    egipcio eco y que fu intentada luego por otros sin xito. La navegacin

    alrededor de Africa parece incluso haber llegado a ser cosa normal. Despus

    del tiempo de Augusto se hablaba de los barcos misteriosos de Cdiz que

    recorran las costas africanas de Occidente a Oriente para comerciar con

    Somaiilandia y Arabia, viajes que sin duda haban sido organizados, en un

    principio, para evitar los impuestos de los Ptolomeos sobre las mercancas

    procedentes die aquellos pases. Eudoxo de Cizico, despules de 102 de nuestra

    era , encon tr en la p laya al sur del cabo jGuardlau un a pro a de barco que

    crey poder identificar con la de un navio gaditano que habra naufragado

    en aquellos parajes. El mismo ensay a su vez la circunnavegacin saliendo

    de Cdiz y pretendiendo llegar a la India pero, despus de un primer viaje

    hasta el sur de Marruecos, volvi a Cdiz, no habiendo logrado pasar ms

    ad ela nte , y al intentar de nuevo la ave ntura ya ni reg res .

    A parte de l

    a

    circunnavegacin de Aifrica pon los gaditanos y del vano

    int en to de Eudoixo de Cizic o, las ave ntura s afric ana s terminan) con la, de

    Sertorio en Madera en 80 a;, de J. C. y con el descubrimiento de las Canarias

    por Juba d e M aurita nia (25 antes a 25 despus de J. C ) . Talles aventurasi

    ya no volvern a emp renderse hasta las exploraciones portugue sas en el

    siglo XV, de las que las de los fenicios constituyen un precedente.

    2 2 ) CARY-WAR MttNGTQN,

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