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PRIMERAS APROXIMACIONES AL ANÁLISIS DEL ARTE RUPESTRE DE QUEBRADA NORTE EN EL CONTEXTO DE CERRO COLORADO (SIERRAS DEL NORTE, CÓRDOBA) Colqui, Erica Paola 1 RESUMEN El objetivo de este trabajo es presentar una primera caracterización del arte rupestre de Quebrada Norte (Sierras del Norte, Córdoba), atendiendo las expresiones particulares y la presencia de rasgos comunes del repertorio que circula en toda la región de Cerro Colorado. El punto de partida es el análisis de camélidos y antropomorfos, dado que constituyen los motivos más significativos del arte rupestre de la región. La definición de resoluciones de diseño, disposiciones en el panel y su participación en superposiciones, permitirán reconocer expresiones particulares que nos admitan indagar en el proceso de construcción de la narrativa de los sitios en torno a la negociación de la memoria social. Las condiciones de emplazamiento y visibilidad de y desde los sitios habilitarán comprender la articulación del arte con las otras prácticas sociales. Todas estas variables nos posibilitarán identificar rasgos comunes que indiquen la participación de Quebrada Norte en un marco idiosincrático compartido. Palabras claves: Quebrada Norte; Arte Rupestre; Cerro Colorado; Prehispánico Tardío; Memoria Social. FIRST APPROACHES TO THE ANALYSIS OF QUEBRADA NORTE ROCK ART IN THE CERRO COLORADO CONTEXT (SIERRAS DEL NORTE, CORDOBA) ABSTRACT The objective of this work is to present an initial characterization of rock art in Quebrada Norte (Sierras del Norte, Córdoba), addressing the expressions and the presence of common features of the repertoire that circulates throughout the region Cerro Colorado. The starting point is the analysis of camelids and anthropomorphic, since the reasons are more present in the repertoire of the region. The definition of resolutions design, provisions and importance in the panel and its participation in overlays, allow recognizing in them expressions that indicate different instances in the process of building the narrative of the sites around the negotiating social memory. Site conditions and visibility will be addressed and from sites representations to the surrounding landscape, to identify common features that indicate the involvement of Quebrada Norte groups in a shared idiosyncratic framework. Key Words: Quebrada Norte; Rock art; Cerro Colorado; Late Prehispanic Period; Social Memory. 1 Laboratorio de Estudios Materiales de la Historia. Cátedra de Prehistoria y Arqueología. Universidad Nacional de Córdoba. Argentina. E-mail: [email protected] Recibido en septiembre de 2016; aceptado en octubre de 2016. Colqui, Erica. 2016. Primeras aproximaciones al análisis del arte rupestre de Quebrada Norte en el contexto de Cerro Colorado (Sierras del Norte, Córdoba). La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 14 (2): 73-92.

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PRIMERAS APROXIMACIONES AL ANÁLISIS DEL ARTE RUPESTRE DE QUEBRADA NORTE EN EL CONTEXTO DE CERRO COLORADO (SIERRAS DEL NORTE, CÓRDOBA)

Colqui, Erica Paola1

RESUMEN

El objetivo de este trabajo es presentar una primera caracterización del arte rupestre de Quebrada Norte (Sierras del Norte, Córdoba), atendiendo las expresiones particulares y la presencia de rasgos comunes del repertorio que circula en toda la región de Cerro Colorado. El punto de partida es el análisis de camélidos y antropomorfos, dado que constituyen los motivos más significativos del arte rupestre de la región. La definición de resoluciones de diseño, disposiciones en el panel y su participación en superposiciones, permitirán reconocer expresiones particulares que nos admitan indagar en el proceso de construcción de la narrativa de los sitios en torno a la negociación de la memoria social. Las condiciones de emplazamiento y visibilidad de y desde los sitios habilitarán comprender la articulación del arte con las otras prácticas sociales. Todas estas variables nos posibilitarán identificar rasgos comunes que indiquen la participación de Quebrada Norte en un marco idiosincrático compartido.

Palabras claves: Quebrada Norte; Arte Rupestre; Cerro Colorado; Prehispánico Tardío; Memoria Social.

FIRST APPROACHES TO THE ANALYSIS OF QUEBRADA NORTE ROCK ART IN THE CERRO COLORADO CONTEXT (SIERRAS

DEL NORTE, CORDOBA)

ABSTRACT

The objective of this work is to present an initial characterization of rock art in Quebrada Norte (Sierras del Norte, Córdoba), addressing the expressions and the presence of common features of the repertoire that circulates throughout the region Cerro Colorado. The starting point is the analysis of camelids and anthropomorphic, since the reasons are more present in the repertoire of the region. The definition of resolutions design, provisions and importance in the panel and its participation in overlays, allow recognizing in them expressions that indicate different instances in the process of building the narrative of the sites around the negotiating social memory. Site conditions and visibility will be addressed and from sites representations to the surrounding landscape, to identify common features that indicate the involvement of Quebrada Norte groups in a shared idiosyncratic framework.

Key Words: Quebrada Norte; Rock art; Cerro Colorado; Late Prehispanic Period; Social Memory.

1Laboratorio de Estudios Materiales de la Historia. Cátedra de Prehistoria y Arqueología. Universidad Nacional de Córdoba. Argentina. E-mail: [email protected]

Recibido en septiembre de 2016; aceptado en octubre de 2016.

Colqui, Erica. 2016. Primeras aproximaciones al análisis del arte rupestre de Quebrada Norte en el contexto de Cerro Colorado (Sierras del Norte, Córdoba). La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 14 (2): 73-92.

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ANTECEDENTES

El potencial arqueológico de la localidad de Cerro Colorado, ubicada en las Sierras del Norte (Córdoba), fue dado a conocer a principios del siglo XX con las publicaciones del poeta Leopoldo Lugones (1903). La adscripción temporal a estas pinturas fue el centro de interés en los años posteriores y predominó la asignación de una cronología tardía a épocas del contacto con el español, para lo cual la figura ecuestre constituyó el elemento clave en esta estimación cronológica (Imbelloni 1923). Paralelamente algunos de los intentos por brindar un marco explicativo adolecieron de fundamento científico. Estas propuestas procuraron establecer una correlación cultural con la escritura cretense y griega (Pagano 1923), o identificar caracteres rúnicos en los motivos denotando la influencia vikinga (Chaulot 1943) hasta incluso la incorporación de explicaciones astronómicas y religiosas (Ricci 1928).

Será Gardner (1930) quien utilice variables analíticas para el estudio del arte rupestre de Cerro Colorado, dando lugar a un giro metodológico y sistemático hacia la tercera década del siglo. En sus estudios brindó una descripción detallada y minuciosa del entorno geográfico en los que están emplazados los paneles con motivos rupestres pertenecientes al Cerro Casa del Sol, Veladero y Colorado (Gardner 1930). Su análisis atendió al grado de conservación y uso de los soportes, al tipo de motivos, temas y asociaciones, a las diversas tonalidades de las figuras como así también el nivel de superposiciones. También publicó un artículo titulado The rock-paintings of La Quebrada (1931), en donde establece un primer acercamiento de los sitios con arte que se encuentran emplazados en dicho paraje. En el mismo presenta la descripción formal de dos sitios con pinturas, a los cuales denominó La Quebrada 1 y La Quebrada 2. Al igual que en su publicación del Cerro Colorado, llevó adelante un análisis detallado, separando los motivos en grupos y dividió los sitios por

paneles a fin de establecer un mejor orden de estudio. Una particularidad remarcada por el autor como algo único en la localidad, fue el nivel de superposiciones entre los motivos. No obstante, en el desarrollo del trabajo no llega a considerar esta variable como herramienta metodológica1.

Otro investigador que continuó con la obra de Gardner fue Pedersen (1954), quien aplicó la iluminación infrarroja para solucionar el problema de captación de imágenes borrosas. Llevó adelante un relevamiento que incluyó todas las áreas con arte rupestre que componen la localidad arqueológica de Cerro Colorado, determinó un número preciso de abrigos que las integran y definió un total de motivos para la región que alcanzaban los 30.0002. Lamentablemente sus investigaciones solo fueron publicadas de manera fragmentaria y actualmente se ubican en diferentes repositorios (Museo de Villa de María de Río Seco y Patrimonio de la Provincia de Córdoba) que reúnen solo 120 de las más de 200 láminas que elaboró a partir de la aplicación de su novedoso método (1959).

Los intentos de asignarle una mayor temporalidad al repertorio rupestre cobran un nuevo giro con González (1963), quien retoma la idea planteada por Gardner y establece una cronología relativa para dichas pinturas utilizando como referencia el análisis minucioso de algunos motivos como el antropomorfo con arco y flecha. Se estima que este instrumento fue introducido hacia el año 500 D.C en las sierras cordobesas al mismo tiempo que los ganchos de propulsor van desapareciendo (González 1963; Rivero y Recalde 2011). No obstante, a pesar de que la década del sesenta implicó un giro metodológico en la disciplina arqueológica, la atención en los estudios de arte rupestre estuvo puesta en explicar la presencia de algunos motivos a partir de una relación directa entre las representaciones de Cerro Colorado con prácticas culturales de otra región. Hacia finales de esta década, Pérez

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Gollán (1968) retoma las ideas planteadas por González y sostiene la importancia del contexto cultural para poder entender las pinturas de Cerro Colorado. Finalmente, debemos considerar trabajos como el de Bolle (1987), que tuvieron como objetivo evaluar el estado de conservación de las representaciones en los abrigos rocosos estableciendo una modalidad estilística para la región. Los estudios que le continuaron en la década de 1990 estuvieron orientados a relevar los sitios con pinturas, con sus respectivas ubicaciones y material asociado a los mismos, haciendo uso de una metodología precisa que registrara todo dato asociado a los sitios para futuras investigaciones (Martín de Zurita 1992, 1997).

Las investigaciones llevadas a cabo desde 2012 en la localidad arqueológica de Cerro Colorado, tienen como objetivo comprender el proceso histórico del área y su articulación a nivel regional, específicamente con el sector occidental de Sierras Grandes. En este sector occidental se definió un modelo de ocupación estacional estival articulado con la significación de ambientes chaqueños en la cual el arte rupestre tuvo un papel central en la construcción de las identidades domésticas o de menor agregación social y en la demarcación de pertenencias y acceso a recursos (ver Recalde 2009; Pastor 2012). En tanto, la evidencia recuperada hasta el momento en Cerro Colorado indica que hay un proceso de significación diferente en torno a las representaciones y las otras prácticas sociales desarrolladas en el área. Los sitios con arte están así asociados a ocupaciones de tipo residencial doméstico y las condiciones de visibilidad desde los sitios con representaciones, debido a su emplazamiento en el paisaje, permiten plantear cierto “control visual” hacia el entorno, situación que autoriza a proponer una vinculación y gravitación constante de los paneles en todas las tareas domésticas comunitarias (Recalde 2015a, 2015b). Así el estudio de las representaciones (conjuntos tonales, tipos de motivos y diseño,

superposiciones y distribución) permitió definir un repertorio común que circula por todos los sitios que integran la localidad arqueológica de Cerro Colorado, mientras que los rasgos únicos y específicos a cada sitio y formación habilitó reconocer aquellos elementos involucrados en la negociación de sentidos y expresiones particulares (Recalde 2016).

En este contexto, nuestro objetivo es comprender la articulación del paraje Quebrada Norte, emplazado a 5 km del núcleo central de la localidad arqueológica de Cerro Colorado, a fin de analizar el papel del arte rupestre en un sector que, a pesar de estar integrado, presenta expresiones particulares que vincula de manera similar contextos de prácticas comunitarias con los sitios con arte. El estudio de variables como el análisis de los motivos más representativos del repertorio (camélidos y antropomorfos), sus particularidades de diseño o cánones (sensu Aschero 1996) y el papel jugado por ambas figuras en la conformación de las asociaciones, el uso de los soportes, atendiendo específicamente a la observación de los tipos de superposiciones (i.e. Aschero 1988; Troncoso 2005) y las implicancias para el proceso de construcción de la temática del panel, las condiciones de emplazamiento y visualidad/visualización (Criado Boado 1996) de y desde los sitios con arte hacia el paisaje circundante, nos permitirá comenzar a definir las características centrales de QN y de esta forma integrar su análisis al repertorio que circula por Cerro Colorado, a fin de comparar dichos motivos. Se pretende así, como objetivo último, identificar los rasgos comunes que nos posibilitarán, en una primera instancia, establecer la participación de Quebrada Norte en un marco idiosincrático compartido con el núcleo definido en torno a Cerro Colorado.

Características de Quebrada Norte

La localidad arqueológica de Cerro Colorado está emplazada en las Sierras del Norte en la intersección de los departamentos Tulumba, Río

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Seco y Sobremonte de la Provincia de Córdoba. El área de Cerro Colorado se caracteriza por presentar una naturaleza intrincada al estar conformado por una serie de bloques de escasa altitud, con máximas que apenas superan los 1000 msnm, que están separados por quebradas transversales. La región está constituida por rocas metamórficas y el color rojizo que la caracteriza se lo otorgan dos afloramientos de arenisca (Michaut 1979). Entre las formaciones más importantes podemos mencionar los cerros Veladero, Casa del Sol, Colorado y Vaca Errana. La cuenca hídrica se define por el río de Los Tártagos que recibe el aporte de varios arroyos serranos, como La Quebrada, y otros de régimen más intermitente y estacional como Los Molles y El Pozancón. El área, ubicada en un ambiente de monte chaqueño, puede ser caracterizada como un oasis, debido a la buena disponibilidad hídrica que presenta. Entre las especies características se encuentran el algarrobo negro y blanco (Prosopis alba y P.

nigra), el chañar (Geoffrea decorticans), mistol (Ziziphus mistol), el ucle (Cereus forbessi) y el mato (Myrcianthes cisplatensis), dominante en las Sierras del Norte (Demaio et al. 2002).

Esta área arqueológica ocupa una superficie de aproximadamente 40 km2. No obstante, es factible identificar una zona de alta concentración de sitios con arte rupestre, emplazadas en los cerros más representativos de la localidad (Casa del Sol, Veladero, Colorado y las estribaciones suroeste del Vaca Errana), lugar donde se ubica el actual pueblo de Cerro Colorado. Dos parajes integran también el área, Pantanillo y Quebrada Norte (QN), situados en lugares más distantes de esta “zona núcleo”. En esta oportunidad nos centraremos en QN que se encuentra a 5 km2 al noreste y está emplazado entre la vertiente sur del Cerro Vaca Errana y el arroyo La Quebrada (Figura 1). Está surcado por una serie de vertientes naturales, que permiten sostener que tiene características ambientales similares

Figura 1. Localización del paraje de Quebrada Norte en la localidad de Cerro Colorado y ubicación de los sitios que la integran.

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en cuanto a la disponibilidad hídrica. Asimismo, están presentes las mismas especies arbóreas que tuvieron importancia económica para las comunidades prehispánicas (e.g. chañar, mistol).

Esta microrregión está compuesta por diez sitios, tres al aire libre y siete en abrigos rocosos. Entre los primeros, uno es una ocupación residencial tipo poblado tardío, en tanto locus de procesamiento y consumo de alimentos (Recalde 2015b; López y Recalde 2016) y los otros dos son áreas de molienda. Una de estas áreas está emplazada en ambas márgenes de un arroyo estacional y presenta 22 instrumentos fijos, en tanto la otra cuenta con 24 morteros y se ubica en la parte superior de una saliente, directamente asociada con una ocupación doméstica. En base a variables como dimensiones, distancia que media entre los instrumentos y tipologías detectadas en ambas áreas de actividad (Babot 2007; Pastor 2015), podemos estimar una interacción de tipo comunitaria, dada la cantidad de personas que pueden estar realizando la molienda al mismo tiempo.

En tanto, entre las ocupaciones en abrigos rocosos se contabilizaron seis con arte rupestre, uno de ellos en asociación a nueve instrumentos fijos y un hoyuelo que permitiría la presencia de cinco o seis personas. Por otro lado, se registra un sitio en alero sin representaciones conformada por ocho morteros con profundidades variadas que permite la interacción de siete u ocho personas al mismo tiempo, lo cual indica una escala de interacción social intermedia (sensu Pastor 2015:326).

Particularidades del arte rupestre

En QN pudimos identificar seis sitios con arte rupestre. En esta oportunidad nos centraremos sólo en cuatro de ellos (QN1,

QN5, QN9 y QN10), dado que los dos abrigos rocosos con pinturas restantes, QN4 y QN8, fueron relevados a principios del 2016 y todavía están en proceso de análisis. No obstante, consideramos que, en base a los estudios de carácter inicial realizados a estos dos paneles, los resultados nos proporcionarán evidencias que permitirán incorporar información, tanto cuantitativa como cualitativa, para reforzar las líneas de estudio planteadas en el presente artículo.

Los cuatro sitios están integrados por 16 paneles, divididos en función de su localización en diferentes sectores del soporte, las distancias que median entre los conjuntos de motivos y su emplazamiento en salientes naturales. El repertorio rupestre está conformado por 137 motivos que fueron clasificados en figurativos y no figurativos. Entre los primeros se distingue fitomorfos, zoomorfos, antropomorfos y objetos y entre los segundos, distintas variantes de figuras geométricas. Los motivos hispánicos, categoría de análisis definida dentro de los figurativos de Cerro Colorado, no fueron registrados en los sitios analizados.

Los figurativos componen el 85,40% (n: 117) del total, y entre las representaciones que integran este grupo son los zoomorfos los que dominan con el 75,21% (n: 88). Los antropomorfos constituyen el 20,51% (n: 24) conformando el segundo grupo dominante. Dentro de los figurativos están los objetos con el 3,41% (n: 4) del total y los fitomorfos componen el 1,70% (n: 2). Finalmente, los geométricos configuran el 8,75% (n: 12).

El alero QN1 se encuentra ubicado sobre la ladera sur del Cerro Vaca Errana. Se trata de un abrigo de dimensiones considerables ya que cuenta con 6,5 m de largo por 3 m de profundidad. Este sitio reúne la mayor cantidad y variabilidad de motivos entre los sitios seleccionados, dado que documentamos

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113 representaciones distribuidos en seis paneles (Tabla 1). Los zoomorfos constituye el grupo mayoritario del repertorio rupestre documentado en QN1 y dentro del mismo los camélidos reúnen el 93,58% (n: 73). La mayoría están ejecutados en color blanco, en tanto sólo tres figuras están realizadas en negro.

En QN5 hay una clara diferencia en cuanto a la distribución y a la cantidad de motivos que lo integran, dado que son cuatro figuras distribuidas en cuatro paneles (Tabla 1) las cuales constituyen sólo 2,91% del total del repertorio identificado en el área. El color empelado para la ejecución es el blanco. Se trata de un abrigo rocoso más pequeño de 1,70 m de ancho por 1,85 m de profundidad cuya particularidad son los nueve instrumentos de molienda (cinco de 21 y 22 cm de profundidad; cuatro pequeños –de menos de 3 cm de profundidad) y un hoyuelo, en el cual se estima la interacción de un número reducido de operarios. A una distancia no mayor a 20 m del sitio de ocupación doméstica (QN7) se registraron dos sitios con representaciones rupestres. QN9 es un alero de 1,70 m por 0,90 m de profundidad y QN10 se trata de un tafón de 1,10 m de ancho por 1,45 m de profundidad. La visibilidad o acceso a los paneles se dificulta debido a las pequeñas dimensiones. En ambos abrigos (QN9 y QN10) los motivos representan el mismo porcentaje con el 7,29% del total relevado (Tabla 1). En QN10 las representaciones se encuentran ejecutadas sólo en color negro, tendencia poco representativa de la región.

Los camélidos están presentes en los cuatro sitios (Tabla 2). En la localidad arqueológica de Cerro Colorado fueron individualizados siete cánones (sensu Aschero 1996), de los cuales cuatro están identificados en el sector Occidental de las Sierras Grandes (Recalde y Pastor 2011) y tres son específicos de la localidad (Recalde 2015a). En QN hemos identificado tres cánones, A, B y H y se ha podido determinar un patrón propio dentro del canon A (A3) que integra el 76,47% del total (n: 65). El mismo se caracteriza por tener una forma elíptica del cual se desprenden cuello, cabeza, patas y cola, rasgos que están ejecutados respetando la proporcionalidad del animal (Figura 2). El patrón específico de este canon identificado en QN constituye la resolución dominante entre los camélidos (n: 10). Se destaca por el gran tamaño de su cuerpo, su panza ovalada y sus patas cortas, lo que genera una imagen desproporcionada del artiodáctilo, la cual se completa con un cuello ancho.

El canon B reúne el 12,94% (n: 11) y aunque cuantitativamente no se asemeja a la presencia del canon A, este tipo de diseño se presenta en casi todos los temas que conforman los paneles. Esta resolución en particular se caracteriza por no respetar las proporciones del cuerpo, el cual no tiene una forma definida y donde las extremidades se desprenden de manera aleatoria (Recalde 2009, 2015; Recalde y Pastor 2011). El canon H se define por representar el 7,31% (n: 6) y ha sido identificado en los

Tabla 1. Número de paneles por sitio y cantidad de motivos que los integran.

N Panel N Motivos N Panel N Motivos N Panel N Motivos N Panel N Motivos1 7 1 1 1 4 1 42 1 2 1 2 1 2 63 1 3 1 3 1 - -4 9 4 1 4 4 - -5 77 - - - - - -6 18 - - - - - -

Total de motivos

113 4 10 10

QN1 QN5 QN9 QN10

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aleros QN1 y QN10. Su diseño corresponde a un trazado simple y lineal, cuyas patas traseras y delanteras se encuentran ejecutadas en su totalidad identificando en algunos casos las pezuñas del animal, como así también las orejas y cola. No se respeta las proporciones del referente real y está ejecutado de perfil.

Gardner en su análisis de QN1 destacó el detalle del sexo masculino en los cuadrúpedos (1931: 82). No obstante, debemos señalar que no hemos documentado este rasgo en los camélidos que conforman los paneles de este sitio ni de ningún otro de los aquí analizados. También remarcó el estado regular de conservación ya que muchos de los dibujos estaban muy descoloridos y una eflorescencia calcárea oscurecía aquellos que se ubican en la parte baja de la roca. Con el paso de los años es muy probable que varias de las representaciones reconocidas a finales de la década del veinte del siglo pasado sean imperceptibles en la actualidad por el deterioro causado por los diferentes agentes naturales que actuaron sobre el soporte (líquenes, secreciones calcáreas) y sea imposible identificarlas3.

Los antropomorfos constituyen el 20,86 %, conformando el segundo grupo de motivos que

dominan los paneles, fundamentalmente en QN. Al igual que los camélidos, se han registrado diferencias en las resoluciones formales que permitieron individualizar cuatro cánones para Cerro Colorado, que abarcan un amplio abanico para la definición de la figura humana (Recalde 2015b). De estos, como en el caso de las resoluciones formales de los artiodáctilos, dos fueron definidos para la región occidental de las Sierras de Córdoba (Recalde y Pastor 2011; Pastor 2012) y dos para el área arqueológica emplazada en las Sierras del Norte (Recalde y Colqui 2015).

En QN hemos identificado los cánones C y B en QN1 y el canon A, patrón A3 en QN10 (Figura 3), con diferencias cuantitativas significativas. El canon C en QN1 constituye el 91,67% (n: 22), el canon B sólo se registra en un motivo, tendencia que sigue el canon A con el 4,61% (n: 1) del total registrado en la zona. El patrón A3 fue definido para Cerro Colorado y se caracteriza por presentar una figura de frente, en la cual no se perciben diferencias entre las distintas partes del cuerpo, con excepción de las piernas, que se desprenden como dos trazos paralelos y la cabeza, que

N % N % N % N %Camélido 73 64,6 2 50 4 40 3 30Cérvido 1 0,88 - - - - - -Cánido 3 2,65 - - - - 1 10Rhea 1 0,88 - - - - - -

Antropomorfos Antropomorfo 22 19,4 - - 1 10 1 10Fitomorfos Cactáceas - - - - 2 20 - -

Adorno dorsal/cefálico

2 1,76 1 25 - - - -

Mascariforme 1 0,88 - - - - - -

Circular 2 1,76 1 25 1 10 - -Líneas 3 2,65 - - - - 1 10Cuadrangulares - - - - - - 4 40

No figurativos

Zoomorfo

Objetos

Geométricos

Figurativos

Tabla 2. Tipos y distribución de motivos por sitio.

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está indicada por medio del adorno cefálico en forma de prolongaciones curvas dispuestas hacia los costados. En QN fue identificado una figura con estas características en QN9 (Figura 3).

En tanto el canon B se define por la incorporación de elementos distintivos como vestimenta y adornos. En QN identificamos el patrón B2, que se trata de una figura ejecutada de frente en la que se distinguen brazos, piernas y cabeza, la cual porta un adorno cefálico radiado y su vestido, semejante a las camisetas descriptas en la Relación Anónima (Bixio y Berberián 1984), culmina en la sección inferior con una gran abertura (Figura3).

Finalmente, el canon C constituye el diseño representativo de la región norte (Recalde 2015b). El mismo se define por la ejecución de la figura humana junto con un adorno/tocado en la cabeza y un adorno dorsal, el cual muchas veces presenta proporciones mayores que el antropomorfo. Además, muchos se destacan por portar arcos y flechas, sujetado con ambas

manos. Las piernas están de frente al igual que la cabeza, mientras que el torso está de perfil (Recalde y Berberián 2005). Frente a la gran variabilidad de los adornos dorsales, fueron la presencia/ausencia de rasgos anatómicos las variables consideradas para su caracterización. Por lo tanto, en este grupo se han identificado dos patrones constructivos diferentes (Recalde y Colqui 2015). El patrón C1 se define por la ejecución del cuerpo realizado en base a un trazo lineal, sin la indicación de brazos o piernas. En estos casos los adornos dorsales y cefálicos que lo acompaña constituyen los rasgos que indican que se trata de una figura humana. En tanto el patrón C2 muestra rasgos anatómicos que tienen una representación más fiel respecto al referente real. En QN los antropomorfos del canon C que se encuentran registrados en los sitios hasta ahora analizados corresponden a

Figura 2. Tipos de canon identificados en camélidos y patrón del Canon A identificado en QN.

Figura 3. Detalle de los cánones de antropomorfos identificados en Quebrada Norte.

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ambos patrones, en tanto el C2 se destaca por una gran variabilidad en sus adornos/tocados cefálicos y dorsales. El patrón C1 se define por la figura humana apenas enunciada y definida a partir de un trazado cuadrangular en el que destaca el arco y el adorno cefálico como una prolongación con terminación irradiada. Los motivos correspondientes del C2 fueron ejecutados en un perfil no absoluto, dado que piernas y cabeza están de frente y el torso y los brazos de perfil. La particularidad es que no presentan rasgos faciales y el torso fue ejecutado en base a una forma cuadrangular al que se le adhieren las extremidades (Figura 3). Los rasgos distintivos de estas figuras en QN es la variante en los tocados/adornos cefálicos, representado por la definición a modo de gancho o como una prolongación en punta de lo que se asemeja a un gorro. De la misma manera, un elemento de la vestimenta a destacar en los C2 es una prenda a manera de taparrabo que está realizada en la zona de la cadera con un tono más intenso de blanco.

Asociaciones temáticas y uso del soporte

El análisis de cómo se vinculan los motivos en los paneles, es decir, las asociaciones

temáticas que configuran la narrativa del sitio (Aschero 1996), permitió identificar que la mayoría de los temas están integrados por los zoomorfos (Tabla 3). En concreto es el camélido el elemento que se encuentra presente en todas las asociaciones de motivos, es decir como figura que estructura los temas, dando lugar a escenas en sí mismos o en relación con los otros identificados en los sitios (antropomorfos, geométricos y fitomorfos). Para el caso de QN1 los antropomorfos están relacionados con zoomorfos (camélidos y rhea) y sólo en QN9 la figura humana constituye un tema sin vinculación con otros motivos. En QN5 los motivos se encuentran dispersos entre los paneles y en algunos casos conformados por solo una representación. Los antropomorfos no se encuentran presentes en este tafón.

Las escenas que componen QN1 están conformadas por la vinculación de diversos cánones de camélidos. Es decir, se construyen a partir de la conjugación de diferentes formas de ejecutar esta figura, donde los cánones A, B y H de camélidos se enlazan en un mismo tema, inclusive denotando el patrón dentro del primero que le da especificidad a Quebrada Norte, como se mencionó en párrafos anteriores (Figura 4).

QN1 QN5 QN9 QN10Asociación de camélidos 8 - - 1Camélido aislado - 2 1 -Camélidos y cérvidos 1 - - -Camélidos y geométricos 2 - - -Camélidos y fitomorfos - - 1 -Antropomorfo 1 - - 1Antropomorfos y camélidos 4 - - -Antropomorfos y Rhea 1 - - -Antropomorfos y geométricos - - 1 -Antropomorfos y objeto 1 - - -

Tabla 3. Distribución de las asociaciones de camélidos y antropomorfos identificadas en los sitios.

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Los antropomorfos no siguen esta tendencia observada en la ejecución de los camélidos. Las asociaciones temáticas que componen los paneles están integradas en su mayoría por un tipo de canon, dado que dominan en las definiciones formales el canon C. En estos casos, la variabilidad se observa a nivel interno, en los patrones identificados para este canon. Las escenas y asociaciones que involucra a los antropomorfos, están construidas en relación a otras figuras humanas de características similares, camélidos u objetos.

Respecto al uso del soporte, variable que está directamente relacionada con la cantidad de representaciones identificadas en los sitios, pudimos identificar claras diferencias entre los paneles. En QN1 es evidente que las figuras están ejecutadas en todos los espacios disponibles e inclusive en las partes más altas del alero. En QN5 los motivos se realizan de manera separada, es decir, que los paneles que conforman dicho alero están integrados por un motivo, lo que le da una apariencia dispersa a la narrativa del sitio. En el resto de los sitios (QN9 y QN10) los motivos se encuentran plasmados en dos sectores, los cuales se ejecutan a poca distancia entre sí, aprovechando sólo una parte de la superficie disponible en el abrigo rocoso.

Asimismo, estas asociaciones o temas, su distribución en el espacio soporte y el análisis de las superposiciones, nos permite atender el proceso de construcción de los paneles en profundidad en QN1. Esta disposición particular de los motivos en este sitio permitiría a su vez establecer una secuencia de ejecución relativa de las representaciones en el soporte4. Gardner (1931: 81) ya había manifestado su sorpresa por la increíble cantidad de superposiciones de QN1, en el que intervienen el 11,50% (n: 13) de las representaciones. Esta situación se torna más relevante para el estudio del área dado que no las documentamos en ninguno de los otros sitios con arte rupestre analizados en este trabajo (QN5, QN9 y QN10). Por otro lado, este análisis nos permite comenzar a identificar también aquellos motivos que fueron mantenidos, excluidos o agregados a las escenas nuevas, las cuales se imponen o complementan lo previo (Aschero 1988; Troncoso 2005). No obstante, es importante considerar que las figuras implicadas en superposición no necesariamente deben corresponder a diferentes preparaciones de pintura, aunque no se pueda conocer el tiempo cronológico transcurrido entre una y otra intervención (Gheco et al. 2013).

En el caso de QN1 se observa la conjunción de tres situaciones respecto a las variantes identificadas en la superposición de los motivos. La primera se refiere a la obliteración o superposición neta (Aschero 1988), dado que la figura previa ha quedado completamente negada y oculta detrás de la última intervención (Figura 5) o una superposición parcial, dado que la nueva figura cubre solo parcialmente el motivo más antiguo (Figura 5).

La tercera situación alude a que la última intervención no cubre lo anteriormente ejecutado, sino que la pintura usada genera un efecto de transparencia y profundidad. El ejemplo más claro involucra siete antropomorfos y un ave (Rhea sp.), cuya particularidad radica

Figura 4. Escena de QN1 donde cánones A, B y H de camélidos se integran.

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en que esta última está ejecutada sobre un antropomorfo de tal manera que las patas y alas del animal se conjugan o realizan en base en las piernas del humano. El dato más significativo es que una de las alas del ave se construyó en base al adorno dorsal previo, situación que está reforzada por las diferencias tonales identificadas en algunos de los trazos que integran este aditamento, denotando así un repintado de alguno de ellos. Entendemos así que no existe una superposición construida sobre la negación de lo previo, en este caso el antropomorfo; sino por el contrario se define un motivo nuevo con base en lo previo, una especie de reciclado simbólico que da lugar a un rasgo particular (Figura 6). En este sentido, resulta oportuno destacar que la ejecución de los antropomorfos en Cerro Colorado se destaca por la incorporación de elementos en los adornos dorsales que aluden a las alas extendidas de pájaros, fundamentalmente de cóndores y rheas (Recalde y Colqui 2015). No obstante, se da otra situación particular en QN10, la cual involucra un antropomorfo de canon A y un geométrico en una escena que no se repite en ningún otro panel de los sitios analizados.

Visibilidad y emplazamiento de aleros y soportes en el paisaje

El análisis del emplazamiento de los abrigos rocosos y su distribución en el paisaje brinda herramientas necesarias para comprender las prácticas sociales insertas en un contexto donde la elección de hacer visible o no dichas prácticas puede ser el resultado de un acto consciente o inconsciente (Criado Boado 1996). En QN se han identificado dos tipos de soportes rocosos para ejecutar las representaciones rupestres (aleros y tafones), los cuales presentan grandes diferencias en cuanto a su emplazamiento y visibilidad (Figura 7). Los motivos que configuran los paneles de los cuatro sitios analizados se caracterizan por no ser visibles, en tanto no son accesibles para aquellos que circulan por el área. El alero QN1 se ubica a casi 20 m de altura sobre la ladera Sur del Cerro Vaca Errana, mientras que el abrigo rocoso QN5, se encuentra emplazado hacia el sudoeste en una saliente a 2 m sobre elevado del nivel del suelo, por lo que a pesar de que el soporte se destaca en el paisaje circundante, el panel no puede ser observado desde el exterior dado que, es necesario ingresar para

Figura 5. Escenas con ejemplos de tipos de superposición que involucra a camélidos: neta o completa (centro); superposición parcial (zona inferior derecha).

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poder observar las pinturas. No obstante, lo más característico de estos sitios es que desde los mismos se destaca una visualización hacia el entorno (Figura 7), en el cual, como veremos en el próximo apartado, hay una articulación constante en relación con las prácticas sociales domésticas y cotidianas desarrolladas en el sitio residencial y en el área de molienda comunitaria (Recalde 2015b). Caso contrario son los sitios QN9 (alero) y QN10 (tafón), ambos de escasas dimensiones, que se encuentran emplazados hacia el sur-este de QN1 y QN5, a poca distancia entre sí. La ubicación de los abrigos a nivel de suelo permite diferenciarlos con QN1 y QN5, debido a que sus emplazamientos no denotan una articulación con el entorno, dado que no revisten una importancia visual hacia el paisaje circundante al tiempo que el acceso a las pinturas está restringida a aquellas personas que se ubican frente a las mismas.

Arte rupestre en contexto

Las evidencias recuperadas de las tareas de excavación y sondeos realizados en aleros con pinturas y sitios al aire libre de Cerro Colorado, como así también la revisión del material depositado en el Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba, permitieron proponer una asignación cronológica relativa para la ocupación del área correspondiente

al Período Prehispánico Tardío (ca. 1500-400) (González 1963; Recalde 2015b). Esta asignación cronológica está respaldada en los fechados radiocarbónico (664 ±150 AP; Fabra y González 2012) y tres por TL efectuados a tiestos recuperados de las barrancas de Quebrada Norte (con fechas distribuidas entre los 890 y los 1200 DC; Strelin 1995).

De las tareas realizadas en los sitios con arte rupestre, fundamentalmente en Casa del Sol (3, 8 y 14) y Pantanillo (Pant1 y Pant2), se recuperó evidencia arqueofaunísitica, lítica y en menor medida cerámica y en otros casos instrumentos de molienda, de profundidades variables, ubicados en la base de los paneles, a partir de los cuales se pudo proponer que en los abrigos con arte rupestre se desarrollaron tareas acotadas vinculadas con el procesamiento y consumo de los alimentos, las cuales probablemente involucraron a pocas personas (Recalde 2015a y 2015b).

Las intervenciones arqueológicas que se realizaron específicamente en QN permitieron identificar un sitio al aire libre emplazado en terrenos sedimentarios potencialmente cultivables ubicados entre el piedemonte del cerro Vaca Errana y el Arroyo La Quebrada. Se hallaron fragmentos cerámicos, líticos (desechos e instrumentos), material arqueofaunístico y

Figura 6. Escena que involucra antropomorfos y ave en el panel 5 de QN1.

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arqueobotánico, lo cual junto a los espacios de molienda comunitaria enumerados más arriba, nos ha permitido indicar que el paraje también debe pensarse como un espacio de ocupación tipo poblado tardío. Si bien hasta el momento no se han realizado tareas de excavación y sondeos en los sitios con arte rupestre que nos permita establecer una cronología para las pinturas mediante asociación de los motivos con la evidencia recuperada, sí se cuenta con fechados del sitio al aire libre emplazado en las cercanías de los abrigos rocosos5. En el sitio QN7, se obtuvo una datación de 1250±80 años AP (LP-3212; carbón) y otra de 405 ± 21 AP (AA 107245; grano de maíz), fortaleciendo aún más la adscripción temporal al Prehispánico Tardío (Recalde 2015b; López y Recalde 2016).

En los sitios con arte rupestre analizados no se recuperaron materiales en superficie. Esta ausencia de evidencias que indiquen la realización de otras prácticas en los abrigos y la presencia de instrumentos de molienda en dos de ellos (QN1 y QN5), permiten proponer

que en QN los sitios con arte fueron lugares donde se efectuaron tareas puntuales vinculadas fundamentalmente con la observación y ejecución de los paneles con pinturas. En este punto, advertimos una continuidad respecto a lo observado en Cerro Colorado en la construcción del paisaje social que involucra los sitios con arte, donde los mismos gravitaban todas las prácticas cotidianas de la vida social, dada la articulación de los paneles a partir de sus condiciones de visualización del entorno.

Algunas consideraciones sobre Quebrada Norte en el contexto de Cerro Colorado

El análisis de los elementos simbólicamente redundantes del arte rupestre de QN, nos autoriza a realizar una primera contextualización de este paraje respecto del repertorio identificado en torno a la localidad de Cerro Colorado. Esto constituye una vía para comenzar a definir trayectorias históricas comunes como así también comprender la particularidad de

Figura 7. Tipos de soportes identificados en Quebrada Norte: A: alero; B: tafón. C: Visualización de QN5 (D); D: visual desde QN5 hacia el poblado tardío (QN7)

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QN dentro de un contexto socio histórico único como fue el de Cerro Colorado a nivel macrorregional.

El repertorio rupestre de Cerro Colorado está distribuido entre 114 paneles emplazados en los 45 sitios que integran los cerros Veladero, Pantanillo, Casa del Sol, De La Conga, Colorado y Vaca Errana (Recalde 2015a). Entre los motivos figurativos, son los zoomorfos los que predominan cuantitativamente con el 39,64% (n: 1.155) y es concretamente el camélido la representación dominante con el 79,08% (n: 919) (Recalde 2015a). En base al análisis de las resoluciones formales se han individualizado siete cánones para esta figura, de los cuales tres son propios de la localidad (H, I, J), mientras que el resto (A, B, C, D) circulan también entre los paneles emplazados en el Occidente de Córdoba (Recalde y Pastor 2011). En tanto, los antropomorfos, aunque no son numéricamente los más importantes dado que reúnen un 10,57% (n: 308), se destacan por estar presentes en todas las formaciones. Lo que sobresale en la resolución de esta figura es la importante variabilidad que presenta, dado que se identificaron cuatro cánones (A, B, C, D) (Recalde 2015a).

En base al análisis de los patrones constructivos de los cánones de camélidos y antropomorfos, se puede sostener que QN no escapa de esta tendencia cuali y cuantitativa de los paneles que integran el núcleo de Cerro Colorado. Una comparación entre las resoluciones de diseño de camélidos presentes en Cerro Colorado y en QN (A, B y H), permite destacar semejanzas y divergencias. Así el A se posiciona en Cerro Colorado como dominante con el 57,01%, mientras que el canon B constituye el 6,66% del total, conformando el tercer grupo más representado tendencia que se replica en QN. El canon H, que se caracteriza por ser específico de la localidad de Cerro Colorado con el 18,6%, aunque no es muy alto su índice se distribuye en todas las formaciones rocosas con representaciones (Recalde 2015b). Esta,

tendencia no se reproduce en QN, ya que dicho canon se registra solo en QN1.

En el caso de los antropomorfos el canon C define y distingue a la localidad de Cerro Colorado y domina con el 61,08% (n: 226). En QN se presenta el mismo predominio de este canon al momento de la definición formal de la figura humana, pero como sucede entre los cerros que integran la localidad (Recalde y Colqui 2016), en QN también se incorpora una nueva variante en la ejecución de los tocados/adornos cefálicos, representado por la definición a modo de gancho. Asimismo, si incorporamos un análisis más minucioso se podría sostener que una característica que le otorga variabilidad al área sería un tipo específico de adorno cefálico y el destaque mediante los colores de detalles particulares en la vestimenta, como por ejemplo los rasgos a maneras de taparrabos ejecutados en la zona de la cadera.

En Cerro Colorado las asociaciones temáticas que configuran los paneles están estructurados por la figura del camélido, que involucra un 50,84% (n: 90) del total. Por lo general, este animal se encuentra ejecutado con relación a otros camélidos, mascariformes, antropomorfos y geométricos, dando lugar a la construcción de las diferentes narrativas de los paneles como resultado de la ejecución de representaciones aisladas como también de diferentes escenas y temas que completan lo anterior (Recalde 2015a). En QN el camélido también actúa como motivo dominante del repertorio rupestre. La variabilidad se observa en relación con la figura a la cual se encuentra asociado, ya que, si bien el cuadrúpedo se ejecuta tanto conformando temas en sí mismos como vinculado a geométricos y antropomorfos, es el fitomorfo el que se agrega como definición específica a la lista general.

En Cerro Colorado se destacó un índice muy bajo de superposiciones, ya que entre los 3005 motivos relevados solo el 2,77% está

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involucrado en este tipo de eventos. Otro rasgo que se destaca en este punto es que estas no son absolutas, es decir no reemplazan o niegan lo previo (Recalde 2015b). Esta situación se revierte en QN, fundamentalmente en QN1, dado que como mencionamos oportunamente, este sitio se distingue por las numerosas superposiciones. Paralelamente, los motivos involucrados dan lugar a dos situaciones; por un lado, en algunos podemos identificar una clara intencionalidad de borrar o negar lo anteriormente ejecutado (ver Figura 5), es decir la imposición de un motivo nuevo sobre lo previo lo que podría generar una resignificación del relato anterior, o incluso la configuración de una nueva. En tanto en otros casos los motivos superpuestos denotan todo lo contrario, es decir, fueron realizados sin negar lo previo e incluso dando lugar a representaciones y asociaciones simbólicas nuevas, incorporando así una nueva narrativa al panel (Figura 5).

En cuanto a las condiciones de visibilidad de los paneles y los sitios con arte, en Cerro Colorado se identificaron dos estrategias diferentes y complementarias. Por un lado, una visibilidad acotada a los que ocupan los sitios, dado que la mayoría de los paneles están emplazados en las laderas de los cerros. Esta condición, aunque aleja las representaciones de aquellos que circulan por el espacio y realizan sus tareas cotidianas en los poblados y áreas de molienda, genera una marcada intervisibilidad entre los sitios, sino también una visualización desde estos hacia todas las prácticas sociales que se desarrollan en el entorno (Recalde 2015a, 2016). Como se planteó en un apartado anterior, los abrigos rocosos que componen QN se dividen entre aquellos que se ubican en la parte media de las laderas (QN1 y QN5) y los que se emplazan en la parte baja de las mismas (QN9 y QN10). Los primeros son los que tienen la mayor cantidad y variabilidad de motivos en sus paneles (QN1) como también son los que se asocian a prácticas de molienda (QN5). La característica que comparten es

que se trata de abrigos rocosos desde los que se visualiza el entorno doméstico comunitario construido en QN. En tanto los otros dos tienen una vinculación más directa con el poblado, pero no son directamente visibles. Por lo tanto, las estrategias de visibilidad que se identifican en Cerro Colorado se repiten en QN en tanto habilitan la interacción cotidiana con los sitios con arte.

CONSIDERACIONES FINALES

Estos resultados nos permiten sostener que hay elementos simbólicamente sensibles que circulan por toda la región y que son compartidos por los grupos que ocuparon cotidianamente los sitios. Debemos destacar que del análisis de los motivos antropomorfos y camélidos no se han identificado cánones que sean exclusivos del paraje aquí analizado. No obstante, la variabilidad en la ejecución de los diseños está presente en QN y se ha reconocido un patrón propio para los camélidos del canon A y variaciones, aunque mínimas, en la definición de los antropomorfos (por ejemplo, el tipo de adornos cefálicos), habilitan a señalar diferencias, como expresiones específicas que se desprenden de una manera compartida de hacer. De la misma manera, observamos una forma particular de resolver la construcción de las narrativas en torno a los eventos de superposición, los cuales otorgan particularidad y especificidad a la zona. Esto nos permite pensar no sólo en la circulación de códigos compartidos entre los habitantes de toda la localidad de Cerro Colorado, sino más aún en la resignificación de esos códigos en función de marcos, historias y realidades particulares de el/los grupos que los realizan y observan, dado que la manera de percibir el mundo social está directamente relacionada con la construcción de conocimientos anteriores compartidos, es decir con la memoria (Ingold 2000). Esta variabilidad de ejecución entre QN y Cerro Colorado nos podría indicar formas diferentes de percibir y vincularse con otros

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y con el entorno por parte de los grupos que ocuparon la zona analizada (Curtoni 2000). Las variaciones identificadas en el arte rupestre de QN comprueban la construcción de la memoria a través de mecanismos de negociación donde el arte se constituye como elemento activo en tanto media y genera las prácticas sociales. Las “formas de hacer” que integran la tradición cultural de un determinado grupo cambian con el tiempo, lo cual no significa que haya una ruptura o falla de la memoria, sino que refleja la capacidad de resignificar, olvidar y conmemorar los sentidos sociales (Ingold 2000; Meskell 2008).

A través de la interacción entre las personas y el arte rupestre en las prácticas sociales, los grupos construyen y negocian la memoria social (Connerton 1989; Mills y Walker 2008; Peterson 2013). En esta construcción es necesaria la existencia de memorización y recordación para establecer formas que sean fáciles de identificar en la cotidianeidad de las prácticas, lo cual implica la imposición de un orden y secuenciación de las imágenes. De este modo se puede fundar una relación entre una forma como huella material inscripta en un soporte y las operaciones mentales (Severi 2010). En otros términos, los grupos que ocuparon QN evidencian una continuidad con Cerro Colorado, la cual se manifiesta en los diseños de camélidos y antropomorfos y su representatividad simbólica en ambas áreas. A esto se suma una manera compartida de resolver la selección de los tipos de soportes y la asociación con los espacios domésticos comunitarios. La redundancia de ciertas imágenes entre ambas áreas, permite abordar su ejecución como elementos que transcriben una serie de imágenes edificadas en la memoria social (Severi 2010: 50). Este proceso de negociación constante se constata fundamentalmente en QN1, dado que es aquel que registra no sólo el mayor número de superposiciones sino también variaciones en los patrones de diseño de camélidos.

En suma, toda esta evidencia autoriza a proponer que los grupos que construyeron

cotidianamente QN compartían una manera de hacer común, un marco idiosincrático con aquellos que ocuparon Cerro Colorado. Este marco compartido se materializaba en el arte rupestre, por medio del cual se definen prácticas al mismo tiempo que se establecen y definen las acciones futuras. Un punto central es que el arte rupestre habría estado articulado a la cotidianeidad de todas las prácticas sociales desarrolladas en Cerro Colorado. Así, la interacción de las personas con el arte rupestre constituye la vía para comprender cómo en QN se negociaba y reforzaba la pertenencia a un grupo de interacción mayor, pero sin perder el espacio para conciliar y significar esta pertenencia con parámetros propios.

NOTAS

1. Gardner falleció en 1932, año siguiente de su publicación Rock Painting of North-West Córdoba, razón por la que su trabajo en Quebrada Norte quedó inconcluso. 2. Pedersen registró a través del método infrarrojo un total de 30.000 motivos entre los paneles identificados en la localidad de Cerro Colorado, número que no guarda relación con el registro actual, ya que sobre 120 paneles el total de motivos llega a los 4000 (Recalde 2015b; Recalde y Colqui 2015). 3.Gardner en su artículo ¨The rock- paintings of La Quebrada”, publicado en 1931, había mencionado el registro de aproximadamente 200 motivos para QN1.4. La profundización de este análisis se reserva a futuro para lograr una labor más intensiva y minuciosa de las diferencias tonales de los pigmentos con los que fueron ejecutados los motivos.5. Las actividades realizadas en los sitios analizados no se pudieron continuar por razones ajenas a nuestra voluntad, por lo que nos trasladamos a trabajar a otros sitios del área.

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo se enmarca en el proyecto “Agricultura y movilidad durante el Holoceno Tardío (ca. 2000 – 300 AP) en las Sierras del Norte de la Pcia. de Córdoba” (SECyT-UNC 32720160100773CB) y que cuenta con un

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subsidio otorgado por Secyt, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC. Quisiera agradecer a la Dra. Andrea Recalde por la lectura del manuscrito y por su guía, paciencia y consejos. A los evaluadores que con sus observaciones permitieron mejorar la versión original del mismo. A Carlos Bustos por la ayuda brindada en la localización de los sitios con arte rupestre del paraje Quebrada Norte y por su intermedio agradecer a los pobladores de Cerro Colorado por la colaboración prestada.

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Erica Colqui - Primeras aproximaciones al análisis del arte rupestre de Quebrada Norte...

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*Erica Colqui es estudiante de la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba y en este momento se encuentra realizando sus tesis de grado denominada “Memorias en la piedra. Análisis de la construcción de los sitios con arte rupestre de Quebrada Norte (Sierras del Norte, Córdoba) como espacios de negociación de la memoria social”. Este trabajo se enmarca en el proyecto “Agricultura y movilidad durante el Holoceno Tardío (ca. 2000 – 300 AP) en las Sierras del Norte de la Pcia. de Córdoba”. E-mail: [email protected]