preparador€físico€albacete€bpie.€b€(3ª€div.)...

16
abfutbol 15 PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO CONTEXTUALIZADO EN LA REALIDAD SISTÉMICA COMPLEJA DEL FÚTBOL (El presente artículo corresponde al extracto de uno de los capítulos del libro “La Preparación Física del Fútbol Contextualizada en el fútbol”, perteneciente al autor y a la editorial MCSports). A) ¿Cómo planifico?, Consideraciones a tener en cuenta “La planificación no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”. (Peter Drucker). Si observamos a los diferentes equipos o jugadores exitosos, nos damos cuenta de que no todos han seguido caminos similares para alcanzar su éxito. Unos, por ejemplo, con gran énfasis en la preparación física, otros obviándola, unos basados en el colectivo, otros en las individualidades, unos sostenidos por la estrategia, otros por la inspiración...; Ante este panorama, sería lógico pensar que no existe un único modelo de entrenamiento ideal con el que el éxito este garantizado, ya que vemos constantemente como las condiciones par- ticulares y únicas de cada equipo potencian en mayor o menor medida determinadas varia- bles incontrolables que decantan el resultado hacia un lado u otro. Pese a todo, y puesto que no podemos dejar todo al azar y debemos de intentar contro- lar el máximo número de contingencias posibles en la vida de nuestro equipo, el cuerpo téc- nico debe de realizar una previsión, organización y diseño de los acaecimientos del entre- namiento que serán puestos en práctica, y reajustados, durante la temporada deportiva. Nos encontramos así con el concepto de Planificación, parte fundamental del proceso de entrenamiento y que es definida por Sánchez Bañuelos (1993) como “proceso mediante el cual, el cuerpo técnico responsable de un proyecto mira hacia el futuro, busca y determina alternativas y vías de acción que con mayor probabilidad puedan conducir al éxito”. Son muchos los autores que partiendo de la lógica de los deportes individuales han de- sarrollado modelos de planificación que por su popularidad han acabado extrapolándose a los deportes colectivos: Matveiev, Fidelus, Naglak, Verjoshanski, Bompa, Issurin y Kaverin..etc. Pedro GÓMEZ PIQUERAS Preparador Físico Albacete Bpie. B (3ª div.) Readaptador de lesiones Albacete Bpie. (2ª B-I). Doctorando Ciencias del Deporte, Diplomado en Fisioterapia, Entrenador nivel II y ex-Preparador Físico AD Ceuta (2ª B-IV). Autor del libro: “La preparación Física del Fútbol Contextualizada en el fútbol” Editorial MCSports.

Upload: vannguyet

Post on 18-Sep-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

ab

futb

ol

15

PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVOCONTEXTUALIZADO EN LA REALIDAD SISTÉMICA

COMPLEJA DEL FÚTBOL

(El presente artículo corresponde al extracto de uno de los capítulos del libro“La Preparación Física del Fútbol Contextualizada en el fútbol”,

perteneciente al autor y a la editorial MCSports).

A) ¿Cómo planifico?, Consideraciones a tener en cuenta

“La planificación no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de lasdecisiones presentes”. (Peter Drucker).

Si observamos a los diferentes equipos o jugadores exitosos, nos damos cuenta de queno todos han seguido caminos similares para alcanzar su éxito. Unos, por ejemplo, con granénfasis en la preparación física, otros obviándola, unos basados en el colectivo, otros en lasindividualidades, unos sostenidos por la estrategia, otros por la inspiración...; Ante estepanorama, sería lógico pensar que no existe un único modelo de entrenamiento ideal conel que el éxito este garantizado, ya que vemos constantemente como las condiciones par­ticulares y únicas de cada equipo potencian en mayor o menor medida determinadas varia­bles incontrolables que decantan el resultado hacia un lado u otro.

Pese a todo, y puesto que no podemos dejar todo al azar y debemos de intentar contro­lar el máximo número de contingencias posibles en la vida de nuestro equipo, el cuerpo téc­nico debe de realizar una previsión, organización y diseño de los acaecimientos del entre­namiento que serán puestos en práctica, y reajustados, durante la temporada deportiva.

Nos encontramos así con el concepto de Planificación, parte fundamental del proceso deentrenamiento y que es definida por Sánchez Bañuelos (1993) como “proceso mediante elcual, el cuerpo técnico responsable de un proyecto mira hacia el futuro, busca y determinaalternativas y vías de acción que con mayor probabilidad puedan conducir al éxito”.

Son muchos los autores que partiendo de la lógica de los deportes individuales han de­sarrollado modelos de planificación que por su popularidad han acabado extrapolándose alos deportes colectivos: Matveiev, Fidelus, Naglak, Verjoshanski, Bompa, Issurin yKaverin..etc.

Pedro GÓMEZ PIQUERAS

Preparador Físico Albacete Bpie. B (3ª div.)

Readaptador de lesiones Albacete Bpie. (2ª B­I).

Doctorando Ciencias del Deporte, Diplomado en Fisioterapia, Entrenador nivel IIy ex­Preparador Físico AD Ceuta (2ª B­IV).

Autor del libro: “La preparación Física del Fútbol Contextualizada en el fútbol”Editorial MCSports.

ab

futb

ol

16

Todos estos modelos, guiados por la linealidad y afán por cuantificar, sustentados sobrelos deportes individuales y en concreto por el desarrollo de las capacidades condicionales,no acaban de satisfacer las demandas exigidas por el fútbol y su modelo competitivo, yaque no han sido construidos sobre su lógica y esencia, impidiendo de esta forma la tandeseada y perseguida transferencia positiva entre el entrenamiento y la competición.

Macrociclos, Mesociclos, Microciclos, porcentajes, volúmenes, cargas, intensidades…,todos ellos forman parte del peligroso juego de tener el control sobre todas las cosas, uto­pía inalcanzable como nos demuestra la vida constantemente, y que no hace más queautolimitarnos al restringir la amplia y variada condición del juego y de sus participantes.

Afortunadamente, poco a poco, y gracias al maestro Seiru­lo, nos hemos ido dandocuenta que los verdaderos participantes y condicionantes del juego, son los jugadores, yque como personas que son, responden a las leyes de las estructuras hipercomplejas enlas que conviven multitud de estructuras, indivisibles e incapaces de desarrollarse las unassin las otras.

Aleatorios en sus actitudes y comportamientos, incontrolables, impredecibles como eljuego, los jugadores y sus peculiaridades contextuales, nos invitan a romper con nuestracodicia por el control absoluto de todas las cosas, con los trabajos reductores descontex­tualizados, con los porcentajes de carga (¿80%?, ¿y la competitividad? ,¿y el árbitro?, ¿ymi estado de ánimo?, ¿y el compañero/rival?, ¿y el entrenador?, ¿no influyen estos en lacarga?), con la previsión milimétrica a muy largo plazo (personalmente me echo las manosa la cabeza cuando se me asegura y garantiza que el equipo, estará en un nivel X, en unmomento T, y que debido a esas condiciones Z deberemos de trabajar de esta manera…¡y todo con 3 meses de antelación!) y con todas aquellas formas puestas en práctica porla totalidad de nosotros en los primeros equipos de fútbol en los que trabajamos.

Desde aquí, se opta por un modelo de planificación en el que la competición y el juga­dor sean el principio y el final de la propia metodología, que se ajuste al cambio, que inter­actúe con el momento de cada jugador, que como nos dice Seiru­lo, de mayor importan­cia a la perspectiva del presente que a la del futuro, esto es, al estado de forma cambian­te del jugador, porque hay que planificar, pero en un espacio breve de tiempo, hasta quehaya que volver a observar y volver a planificar.

De todos modos, y a pesar de lo expuesto, se unan o se alejen en mayor medida a estaidea, tengan por seguro que siempre habrá equipos que ganen entrenando de muy diver­sas maneras, incluso haciendo todo lo contrario a aquello que desde aquí se está defen­diendo, ¿entonces?, he aquí lo bonito de este deporte y de su entrenamiento. Si el fútbolo su entrenamiento respondiesen a una ciencia exacta, perdería su atracción, estaría con­denado a la desaparición. Todos los modelos de planificación gozan de fragilidad, y si esta­mos convencidos de que nuestra manera de trabajar ya es perfecta y de que entre nues­tros entrenamientos y resultados existe una relación causa efecto demostrable y exacta,nos estaremos engañando a nosotros mismos. Si mi equipo gana 0 a 1 en el minuto 89con gol de larga distancia, y quiero pensar que esto ha sido debido a que esa semana enparticular trabajé la fuerza de cuadriceps y su transferencia con el disparo a larga distan­cia, pues bien, si quiero sentirme reconfortado y cómodo, lo acepto, pero repito, nos auto­engañamos, y consecuentemente, nos autolimitamos.

Personalmente, todas mis planificaciones han sido diferentes. En primer lugar, porquetodas me han dejado insatisfecho al haber mucho que desconozco y no controlo, y ensegundo lugar pero no menos importante, porque como ya hemos señalado reiteradasveces, no existen dos contextos iguales, ni tan siquiera muy similares, pues cada uno tieneinteracciones propias fruto de sus interrelaciones únicas. Consecuentemente, todos losaños me toca reajustar/cambiar/eliminar/añadir todos y cada uno de los pasos dados a lahora de construir la planificación que más se adapte a mi contexto particular y temporal.

ab

futb

ol

17

¿Cómo lo hago por tanto?, para empezar, y siguiendo a Javier Miñano, Ramón Orellana,Arjol, Juan Torrijos.., todos ellos preparadores físicos de alto nivel en nuestro país, coincidocon estos en que previamente al desarrollo de la planificación en sí, debemos conocer, teneren cuenta y analizar, una serie de aspectos relativos a nuestro entorno deportivo que con­dicionarán el futuro de todas nuestras decisiones:

­ Historia, tradición y filosofía deportiva del club.­ Medios humanos: Saber lo que quiere el entrenador, coordinación con cuerpo téc­

nico, conocimiento de plantilla..etc..­ Disponibilidad de medios materiales en el club: Instalaciones, materiales..etc.­ Conocer los objetivos de la temporada: ¿A qué aspiramos?, ¿A dónde podemos llegar?­ Tener en cuenta el calendario competitivo: Densidad de partidos.­ Distribución del tiempo de trabajo: Tipo de microciclos, utilización de periodos más

amplios...­ Modelo/Métodos de entrenamiento a utilizar.­ Estilo de dirección y relación con los jugadores.­ Dificultades previstas o imprevistas que nos puedan surgir.

Una vez controlados, determinados y adecuados todos estos aspectos a mi particularidad,podemos comenzar con el segundo paso, que sería, el concretar el modelo de entrenamien­to a seguir, así como su estructuración y desarrollo temporal a lo largo de la temporada.

Respecto al primer apartado, y como de los anteriores capítulos se puede desprender, eltipo de trabajo a realizar estará basado en la resolución de problemas muy cercanos a lacompetición y su complejidad, adecuándonos además ya no solo a la especificidad del fút­bol, sino también a nuestra manera de ver el futbol, o como queremos que compita nues­tro equipo, nuestro modelo o idea de juego.

Partiendo de esta idea, sobre la misma iremos construyendo y desarrollando de manerasimultánea todas las estructuras conformantes del jugador (condicional, cognitiva, coordi­nativa, emotiva, socioafectiva..), de tal manera que no se perseguirán estados de forma físi­ca específicos, pues desde aquí, entendemos que los estados de forma óptimos no sonaquellos en los que el jugador muestra valores físicos más elevados, sino aquellos en losque el jugador se encuentra en mejores condiciones de competir a todos los niveles (porejemplo, un jugador puede ser el que mejores valores físicos tenga en el equipo, pero sepuede dar el caso, que al no entrar habitualmente en las convocatorias del equipo, suestructura emocional no se encuentre en los niveles más adecuados para competir al máxi­mo de sus capacidades).

Dicho esto, la planificacióndebe de partir del modelo denuestro equipo y conjugar eneste la distribución temporaldel trabajo de todas lasestructuras inherentes al juga­dor, motivo por el cual, desdeaquí no se conciben las planifi­caciones a largo plazo, puesestas, con mucha antelación, ynormalmente centradas enaspectos fís ic os , e stánpreviendo “estados” del juga­dor/equipo imposibles dedeterminar hasta que no nosacerquemos a ese momento.

ab

futb

ol

18

Optamos en consecuencia desde nuestro punto de vista por planificaciones muy a cortoplazo, más centradas en el presente, que tengan cabida para ciertos periodos de planifica­ción más largos (pretemporada, vacaciones...), pero en las que su esencia, su unidad de tra­bajo base, sea el microciclo semanal, el cual, variará, se modificará, se ajustará, en base alestado /rendimiento del equipo/jugador en la competición.

Es decir, respecto al segundo apartado antes mencionado, (distribución temporal del entre­namiento), como mucho, planificamos con 3 semanas de antelación, porque sabemos ya deantemano, que en la segunda semana, el cuerpo técnico deberá reunirse y cambiar algúnaspecto, ¡seguro!, porque se detectarán índices de fatiga en alguna estructura que eranimposibles de detectar, porque variará alguna circunstancia del entorno, porque el sistematáctico del equipo requerirá otra cosa debido a cambios inesperados en el rival...

Por múltiples motivos, defendemos la necesidad de trabajar sobre el presente, sobre elcorto plazo, porque estamos convencidos de que esta flexibilidad de planificación es funda­mental para sacar el máximo partido a nuestras condiciones.

Teniendo en cuenta lo citado, y aunque no es recomendable encasillarse en ninguna ten­dencia, la microestructuración de Seiru­lo construida sobre el modelo de juego de la perio­dización táctica, sería la manera más próxima al ideal de planificación que desde aquí sedefiende. Personalmente, no creo en los ATR, en los bloques, en las ondas, en los picos deforma…, a largo plazo, su única utilidad la veo en el presente, porque creo en la semana detrabajo, en el estado puntual del equipo y sus fluctuaciones, a sabiendas, de que cada par­tido, cada semana, el equipo debe estar al máximo nivel, independientemente del rival, por­que lamentablemente en este deporte se vive de resultados y no me vale jugar al 80%durante unas semanas para llegar al 100% a un partido “fundamental” previamente identi­ficado. Tal vez el que no llegue a ese partido sea el cuerpo técnico.

“Dado que los resultados obtenidos son una de las formas de evaluar el rendi­miento del equipo y como tal influyen en la elección de los contenidos de entrena­miento y no solo como un factor de valor psicológico como puede parecer a primeravista. Los buenos resultados precedentes afianzan lo realizado hasta ese momentosegún se había previsto inicialmente y los malos pueden y deben modificar la pla­nificación en aquellos parámetros de ajustes de contenidos” (Seiru­lo,2000).

Para acabar con este apartado, recordar que los jugadores son personas, como todos, perocon más presiones y distracciones, por lo que también tienen sus momentos altos y susmomentos bajos, su peor día y su mejor día. Como nos señala Xesco Espar, una de las pre­ocupaciones de la planificación, del entrenamiento y del cuerpo técnico es hacer que el ren­dimiento del jugador sea lo más estable posible, que el peor día esté lo más cerca posibledel mejor día. Para combatir esta realidad, motivación y exigencia, últimas recetas funda­mentales a tener presentes en nuestra planificación y nuestro día a día, porque ningún ren­dimiento por debajo de muy bueno es hoy recompensado y la dedicación y la concentraciónen nuestro trabajo son cualidades básicas para alcanzar la excelencia.

Saber leer, identificar estas situaciones, estos estados, utilizar los catalizadores adecua­dos en la medida justa, serán algunas de las claves de una buena planificación a corto plazo.

“Predecir lo que va a ocurrir en el corto plazo no es solo una señal de inteligen­cia, sino un requisito imprescindible para sobrevivir. Acertar desentrañando lo quenos reserva el futuro es cosa de héroes, pero nos va la vida en intuir lo que va apasar enseguida”. (Punset)

ab

futb

ol

19

B) Consideraciones sobre el Microciclo de trabajo

“Lo que haces habla tan alto, que no me deja escuchar lo que dices”(O. Wendell).

Si en el apartado anterior se defendía la necesidad de trabajar a corto plazo y sobre elpresente, el Microciclo o semana de trabajo, se presenta como la base, el alma máter, elcorazón de cualquier planificación. Del griego Micro + Kiklo (pequeño + círculo), estaestructura de entrenamiento, definida en primera instancia por Matveyev, es entendidacomo un conjunto reducido de sesiones (no más allá de una semana en nuestro caso), quese presentan organizadas y relacionadas de acuerdo a una lógica temporal y momentánea,en las que los objetivos marcados y las necesidades puntuales del equipo condicionarán suscontenidos, y entre las cuales se hace imprescindible una adaptación y reajuste diario.

A día de hoy, el sistema competitivo del fútbol valora en todos los casos por igual la vic­toria de un equipo sobre otro, independientemente del rival que se trate, razón por la cual,a mi modo de ver, no existe semana de trabajo que tenga una mayor importancia que otra,ni en la que se deban hacer cosas muy distintas del resto.

Establecer una dinámica semanal de trabajo para toda la temporada, que dentro de unaflexibilidad contextual abogue por el entrenamiento condicionado e influenciado única yexclusivamente por el siguiente partido y los elementos complejamente variables que lorodean, se presenta como una necesidad prioritaria en el seno del equipo y cuerpo técnico.

Puesto que en la planificación de nuestro microciclo seremos congruentes con todas lasrecomendaciones ya expuestas en anteriores capítulos, se presenta como imperativo fun­damental para dicho propósito la conexión total entre todos los componentes del cuerpotécnico, de manera que se cubran las necesidades del equipo desde todas las parcelas deforma cohesionada y en un mismo sentido, sin parcelaciones ni reducciones, sin otorgarmás importancia a una que a otra, y ante todo, sabiendo valorar e interpretar las deman­das del estado global del equipo/jugador.

Si como nos dice Mombaerts (2000):, “El entrenamiento surge del juego para regresar aljuego”, este proceso de planificación conjunta por parte del cuerpo técnico se debe cimen­tar sobre los principios de especificidad , transferencia y unidad funcional, entendiendo aljugador como ser humano dentro de un mundo complejo de interacción y aleatoriedad, yasí, garantizando que nuestros planteamientos a la hora de entrenar acerquen al equipocada vez más a las condiciones que se encontrará en la competición, disminuyendo a suvez, de manera progresiva, la incertidumbre provocada por este contexto.

ab

futb

ol

“Entrenar no es lo importante. Lo importante es entrenar y que sea capta­do por el jugador. Pero hay algo mucho más importante, que sea capaz de lle­varlo a la competición. Y por último, lo extraordinariamente relevante es quesea eficaz en la competición”. (Manuel Conde, 2009).

En nuestro afán por perseguir la máxima citada, “eficacia competitiva”, entendemosque la dinámica de trabajo semanal, dentro de una flexibilidad marcada por el contex­to, ha de planificarse en base a dos criterios:

1) La orientación de las tareas hacia el juego y a nuestro modelo de juego, esto es, la especificidad de las mismas con respecto al jugar y al jugar de nuestro equipo.

2) El principio de entereza inquebrantable del juego y del ser humano. Se trata, deguiar a todas las estructuras conformantes del jugador, por un carril común, haciaun destino conjunto, en el que la optimización de la manera de jugar pretendida para la competición inminente se presente como la meta final, pero no entendida la mismacomo un punto y final, sino como un nuevo punto de partida desde donde el equipocomience de nuevo a potenciar y hacer emerger nuevas relaciones , interacciones y asociaciones grupales que mejoren cada vez más nuestro rendimiento, partido a partido.

Trabajar sobre el presente, semana a semana, exige que tengamos una mente abier­ta y flexible al cambio, preparada para el reajuste constante, y guiada por la observa­ción diaria del estado de nuestro equipo, porque habrá muchos días en los que tenga­mos que cambiar lo que ya teníamos planificado, por diversos motivos, porque el equi­po lleva dos jornadas sin ganar y reajustar aspectos tácticos específicos es prioritarioen ese momento, porque el próximo rival presenta una serie de desequilibrios/debili­dades a las que debemos dedicar más tiempo para potenciar su aparición, porque eldía anterior realizamos una sesión en la que hubo mucha competitividad en el grupo yel desgaste fue muy alto, porque hicimos una tarea de finalización y el equipo mostróun bajo rendimiento con el consiguiente deterioro emocional que ello supone…¡por unsin fin de razones!, debemos estar preparados y predispuestos para este más que posi­ble cambio y reajuste de planes, porque lo que determina que hagamos bien nuestrotrabajo es sobre todo el aspecto humano, cuantificar, coger estadísticas, hacertest..etc.., lo sabemos hacer todos, pero escuchar, comprender, saber lo que necesitael jugador/equipo en cada momento, se presenta como una tarea mucho más difícil yen la que todos debemos profundizar, porque no debemos olvidar en ningún momen­to, que trabajamos con y nos debemos a personas.

20

ab

futb

ol

Por todo lo señalado, personalmente no me gusta hablar de tipos de microciclo (ajuste,carga, impacto, activación, competición…), mi experiencia me dice que salvo alguno pun­tual en el que no se compita y los primeros de la temporada, a los que sí podríamos llamarde acumulación/adaptación/preparación, el resto, en su totalidad, son microciclos compe­titivos, con sus posibles variables contextuales, pero respondiendo todos a una mismadinámica semanal, entendida esta no como una pauta fija de trabajo (en cuanto a díasde entrenamiento y descanso, tiempos de trabajo, contenidos y demás), sino como unalínea progresiva a seguir, sobre la cual el equipo irá asentándose y creciendo, guián­dose en todo momento por el jugar que queremos para nuestro equipo y las priorida­des para cada estructura que consideremos imprescindibles de potenciar.

“Desde el segundo microciclo semanal de la temporada, y estoy hablandodel periodo al que convencionalmente llamamos periodo precompetitivo, losmicrociclos son básicamente iguales hasta el final de la temporada. Tanto anivel de los principios y objetivos de trabajo, como a nivel físico. Solo al nivelde la dominante táctico técnica es donde voy haciendo modificaciones en loscontenidos a potenciar, en función de las dificultades sufridas en el partidoanterior y de aquello que va a ser el próximo”. (J. Mourinho).

Compendiando nuestro sentir personal, el “microciclo tipo” a utilizar durante todala temporada, sería aquel que sin salirse de la dinámica de trabajo antes mencionaday ajustándose diariamente a los requisitos puntuales, se traslade de aquello más gene­ral a lo más específico, es decir, que comience la semana por aspectos más globalessiempre presentes (a nivel de todas las estructuras), y progrese hasta derivar en aque­llos más concretos como los detalles posicionales o tácticos.

Como se intuye, la dimensión táctica de nuestro juego pretendido, guiará los conte­nidos de cada microciclo, y sobre esta, potenciaremos y priorizaremos el resto deestructuras (condicional, coordinativa, emocional, socioafectiva…), de tal modo que lasmismas se desarrollen en y para nuestra especificidad de juego, creciendo de manerasimultánea, y logrando así una mayor transferencia competitiva.

Intuyo que posiblemente mi falta de concreción y detalle les deje insatisfechos, (yotambién era de los que buscaba recetas infalibles en los libros), pero he de decir quelo siento, me es imposible dar más detalles, no porque recele de un posible plagiometodológico, ni mucho menos, (no poseo más conocimientos que nadie), tampocoporque carezca de un patrón base semanal, simplemente, porque desconozco su con­texto, porque desconozco sus necesidades y sobre todo, porque también desconozcolas mías, las de mi equipo.

No puedo decirles que es mejor recuperar el día posterior al partido para al siguien­te dar descanso, tampoco que si hacen doble sesión sea el martes o el miércoles, nitan siquiera lo que hacer el día previo al partido…, etc.., porque yo mismo lo ignoro enmi contexto, porque no sé cómo estará el equipo en ese momento, porque no sé lo quedemandará la situación, porque no puedo predecir con tanta antelación lo que les ven­drá mejor. Si todo estuviera tan claro, tan cerrado, y respondiese a leyes tan exactas,cualquiera podría ser entrenador o preparador físico, bastaría con dominar 4 leyes oprincipios y aplicarlos.

A mi entender, como ya dije antes, el verdadero talento de un profesional radica ensaber leer las situaciones, y en base a esta lectura actuar. Las tareas que planteemosdurante la semana no son ni buenas ni malas ni tendrán un efecto de forma universal,sino que estarán condicionadas por lo que se ha venido haciendo en los días y sema­nas anteriores, de forma que entendamos el proceso de entrenamiento como una rea­lidad fractal. Nuestra subjetividad para la interpretación de situaciones, momentos yestados, se presenta como una planta que debemos regar, alimentar, y dejar aflorar deuna manera indisputable.

21

ab

futb

ol

22

“La subjetividad es la madre de todas las ciencias, pues de ideas subjetivaspartieron y de forma subjetiva han de ser estudiadas para su total comprensión”.

Pese a toda esta variabilidad y subjetividad expuesta, y dentro de un marco personal decontrol y valoración del entrenamiento, sí que utilizo algunas herramientas o estrategiaspropias (válidas para mi contexto y objetivo), para controlar posibles índices de fatiga encada una de las dimensiones conformantes. La idea es valorar la solicitación en variasestructuras y reajustar en base a esta. ¡Sí!, les estoy hablando de lo que vendría a ser unacuantificación de la carga, porque pese a la realidad expuesta, soy partidario de llevar algúncontrol sobre el trabajo aplicado al equipo, para de esta forma, evitar posibles saturacio­nes en alguna de sus estructuras muy solicitadas durante un mismo microciclo.

Así, en primer lugar, el primer control que se presenta es la valoración del grado de espe­cificidad de las tareas propuesta durante todo el microciclo, para que de esta manera,podamos observar rápidamente si estamos o no yendo por el camino que como antes sedijo nos ha de marcar el principio de la especificidad, o lo que vendría a ser lo mismo, laorientación por y para el juego (ecología del entorno).

Defendemos y proponemos el intentar aplicar durante la semana el mayor número detareas lo más especificas posibles para nuestro querer jugar en el próximo partido, perotambién somos conscientes de que a veces el jugador necesita otro tipo de ejercicios, queaunque no presenten una transferencia tan probable, sí pueden colaborar con la optimiza­ción de alguna otra estructura (por ejemplo, si el ánimo del equipo está bajo por habervivenciado una semana dura de trabajo desde el punto de vista físico y emocional, puedeser aconsejable el plantear un ejercicio/juego de tiros y finalización, que tenga poco quever con nuestra manera de jugar, pero que pueda levantarles el ánimo y predisponerlosmejor para el siguiente día).

En consecuencia, a la hora de clasificar las tareas del microciclo, nos moveremos sobreun continuum de especificidad, en el que un extremo se encuentre la competición, y en elopuesto, aquellas tareas muy alejadas del fútbol. Clasificamos, valoramos semanalmente yextraemos conclusiones que puedan servirnos para el siguiente microciclo.

Una vez determinado el grado de especificidad de cada tarea, valoramos el índice de soli­citación preferencial que posee la misma en las dimensiones táctica, y condicional, el cual,como podrán observar a continuación, se corresponde con la fórmula archiconocida deCarga = Intensidad x Volumen. El intercambio de términos propuestos, aun entendiendo aestos más apropiados a los ideales que desde aquí se pretende transmitir, únicamente res­ponde a una cuestión terminológica a la que no debemos de otorgarle mayor importanciade la que tiene, siempre y cuando sepamos de lo que estamos hablando en todo momen­to y de este modo no caigamos en la confusión o incomprensión.

ab

futb

ol

23

Este Índice, que se valorará respecto a la estructura Táctica y a la Condicional porseparado, relaciona el grado de complejidad otorgado por el cuerpo técnico en dichadimensión con la dedicación real del grupo, en términos de tiempo, a dicha tarea.

Concretando:

En el caso de la dimensión táctica, inspirado en la propuesta de Ramallo y Cols(2010), se presenta una modificación de la misma en la que se determina la comple­jidad estructural o intensidad táctica, como señalan los autores mencionados, en basea tres criterios determinantes:

1) Número de momentos de juego que incluye la tarea (Ataque, Defensa y sus tran­siciones).

2) Tipo de táctica implicada (individual, grupal o colectiva).3) Ausencia o presencia de oposición.

Según la relación entre los criterios señalados y tal como nos muestra la siguientetabla, podemos crear un sistema propio de valoración de complejidad táctica para lacreación de nuestras tareas durante el microciclo semanal, de tal manera que podamos“jugar” con este tipo de carga en cada una de nuestras sesiones y microciclos.

Además del valor de complejidad determinado y fácilmente identificable a través dela tabla expuesta, y que aclararemos con un ejemplo, en cada tarea concretaremosmás su complejidad en función de la presencia o ausencia de condicionantes (espacio,tiempo de ejecución, tipo de oposición…).

Ejemplo: En medio campo se realiza un 6x4, en el que se potencien los principios pro­pios de un sistema 4­4­2, donde el objetivo de los atacantes, situados en línea de 4medios + 2 delanteros deban intentar hacer gol con jugada por el interior, y los defen­sas, en línea de 4, trabajen todos los conceptos propios de la defensa zonal (cobertu­ra y basculación). Ante el robo de balón por parte de los defensas, los atacantes debe­rán evitar que la línea defensiva en posesión del balón llegue a zonas exteriores demedio campo para enlazar con su hipotética línea adelantada. El tiempo de ejecuciónpara el segundo momento de juego está restringido, no pudiendo sobrepasar los 8segundos. Se realiza la tarea en 3 repeticiones de 6 minutos cada una.

ab

futb

ol

24

Cuantificación Índice de Solicitación Preferencial Táctica

Grado de complejidad estructural (táctica) = 12. (Táctica grupal con oposición y enla que se enlazan dos momentos de juego). Con condicionante (tiempo de ejecución).

Dedicación real = 3 x 6 minutos = 18 minutos.

Índice de solicitación = 12 x 18 = 216.

Como se puede observar, de esta sencilla manera podemos valorar la complejidadtáctica total de una tarea, sesión o microciclo particular, planificar en base a dicho índi­ce durante toda la semana, y evitar así una posible saturación cognitiva desaconseja­ble. La experiencia me dice que como norma general, durante los primeros días delmicrociclo en los que el jugador todavía no se ha repuesto completamente del desgas­te táctico­emocional provocado por el último partido, el grado de complejidad tácticono debe ser elevado, para que este vaya aumentando a lo largo de la semana dándo­nos margen para posibles oscilaciones a medida que nos acerquemos al próximo partido.

Para finalizar con la dimensión táctica, señalar como nos dicen Ramallo y Cols, queotra de las ventajas de este tipo de valoración, a parte del citado control y registronecesario, radica en que nos hace deliberar más a los entrenadores/preparadores a lahora de plantear nuestro entrenamiento, ya que tradicionalmente hemos estado muyacostumbrados a proponer ejercicios basados en un único momento del juego, lo cual,como vemos, y a tenor de los distintos niveles de complejidad expuestos, restringe lasposibilidades de desarrollo de esta dimensión cognitiva.

En cuanto a la dimensión condicional, la idea es similar: Determinar el grado decomplejidad de la estructura condicional de la tarea y relacionarla con la dedicación deljugador a la misma.

En este caso, aunque también disponemos de un referente de complejidad, señalarque en esta dimensión la subjetividad es todavía mucho mayor ya que es prácticamen­te imposible determinar la intensidad en base a una única capacidad física, pues encualquier tarea integrada, aparecen prácticamente la totalidad de las mismas. Una vezmás invitamos a que se entienda esta herramienta de una manera abierta y flexible,válida para un mismo observador en un mismo equipo, y nunca como un destino aseguir ciegamente, sino como apoyo para alcanzar el desarrollo de nuestro equipo.

Debido a la mencionada complejidad para caracterizar a una tarea con una únicacapacidad, los escalones entre capacidades ascienden de 2 en 2, para que podamosvalorar de una manera no tan cerrada e inflexible en base a nuestro criterio y viven­ciación del ejercicio en cuestión. “Cada jugador dependiendo sus características resol­verá las tareas de una manera u otra, requerirá más de una manifestación que de otra”(Chema Sanz).

ab

futb

ol

25

Como se podrá divisar, la manera de proceder es exactamente igual que para la anteriordimensión ejemplificada; Determinado el grado, lo multiplicaremos por su dedicación yobtendremos el Índice de solicitación de la estructura condicional, del ejercicio, de la sesióny del microciclo, para que una vez situados a este nivel de concreción, ahora sí otorgue­mos una mayor importancia a las leyes y principios de entrenamiento tradicionalmente usa­dos, a las oscilaciones de volumen e intensidad, a la búsqueda de supercompensaciones, alos efectos retardados de la carga..., etc..., pero como señalo, a este nivel temporal, nuncamás a largo plazo.

Llegados a esta fase, hay quienes abogan por interrelacionar ambos índices multiplican­do los valores de lo táctico con lo condicional y obteniendo de esta manera un valor con­junto de complejidad para la tarea. En nuestro caso, defendemos la idea de cuantificar latarea/sesión por estructuras separadas, evitando así que podamos encontrarnos tareas consimilar valoración pero con muy distintos contenidos (una tarea con muy alta complejidadfísica y poca táctica, podría equipararse a otra que poseyera valores a la inversa, cuandorealmente serían totalmente distintas).

Realizar este control, a sabiendas de que las estructuras son indivisibles, responde úni­camente a la necesidad de valorar los contenidos y su dedicación durante la semana, paraque en este periodo corto de tiempo sí podamos ajustar los tiempos de trabajo de cadafaceta, sin crear desequilibrios ni oscilaciones no recomendadas. Es una “cuantificación”subjetiva, es evidente, no todos otorgaríamos el mismo valor a cada tarea, pero tener pre­sente que al trabajar durante todo el año sobre “mi subjetividad”, se convierte en un apoyoy referencia válida para mi contexto.

Por otro lado, y siendo consecuentes con el sistema hipercomplejo del ser humano, nodebemos olvidar la necesidad de realizar una valoración de las estructuras emocionales ysocioafectivas, susceptibles como el resto a la aparición de índices de fatiga en las mismas.

Para dicho fin, sostenemos la idea de que estas únicamente se pueden valorar de unamanera muy subjetiva por parte del cuerpo técnico y que no son dadas a ningún procesoposible de cuantificación. Por ejemplo, podemos detectar un estado de acomodación o rela­jación en la plantilla debido a una buena racha, sabemos que un jugador debido a sus pro­blemas en casa no se ha implicado en la tarea al 100% con su consiguiente disminución derendimiento, intuimos disputas extradeportivas entre varios miembros del equipo que tie­nen una transferencia negativa en el campo de juego, observamos que la implicación enuna tarea ha sido muy elevada porque el entrenador estuvo muy encima de ellos corrigien­do en todo momento y excitando el estado emocional de los jugadores..., pero todas estascircunstancias no podemos cuantificarlas, ni traducirlas a números, ni tan siquiera inten­tarlo como con las dos anteriores estructuras, únicamente podemos detectarlas, abordar­las y corregirlas en base a nuestra buena interpretación de las conductas diarias del grupoy sus elementos.

Con el utópico ánimo de aspirar a controlar estas contingencias, la última herramientade la cual nos valemos para la valoración de la complejidad de la sesión consiste en la uti­lización de escalas de percepción subjetiva del requerimiento global de la sesión, en las quelos jugadores y miembros del cuerpo técnico valoren de una manera global dentro de unaescala sencilla de 1 a 10, el grado de complejidad que la sesión supuso para el equipo.

Ahora, con todas las herramientas expuestas en la mano, el saber utilizarlas e interpre­tarlas de una manera conjunta y simultanea bajo una lógica sistémica, se presenta comola labor fundamental que determinará si lo realizado merece o no la pena y puede ser trans­ferido al rendimiento del equipo.

ab

futb

ol

26

Para finalizar, en cuanto a lo que hasta ahora se presenta como mi Microciclo “tipo”hacer hincapié en que en ningún caso se pretende dogmatizar, ni tan siquiera propo­ner, simplemente se muestra lo experimentado, invitando a que las ideas, en el casode convencerles, sean adaptadas a sus particularidades, a su contexto, a su manera deentender la complejidad de cada dimensión, porque a todos no nos es útil lo mismo, yen cuanto antes nos convenzamos de esto, antes aclararemos nuestro punto de vista.

C) Consideraciones sobre la sesión de entrenamiento: objetivos y metodología

“Me lo contaron y lo olvidé. Lo vi y lo entendí. Lo hice y lo aprendí” (Confucio)

Seguimos descendiendo niveles, turno de la sesión diaria, resultado de nuestro tiem­po de planificación y valoración, elemento concluyente para nuestro ajuste semanal.

Por arrastre de conceptos e ideas, múltiples maneras de enfocar y desarrollar lamisma. Todas válidas, una vez más. Entrenar mucho no te garantiza ganar. Entrenarfatal no te garantiza perder. ¿Entrenar bien? Eterna aspiración. Respuesta: Si tu equi­po gana partidos, tu eres bueno, los jugadores creen en ti. Si pierdes partidos, dudade ti hasta el utillero.

Por suerte, todos tenemos una idea, un plan, una estructura y no podemos desfalle­cer pensando que no podemos hacer nada por cambiar el curso de este incontrolablefenómeno que es el partido de fútbol. La imprevisibilidad de las situaciones que se danno nos lo pondrá fácil, pero acogiéndonos a, y ayudándonos por, los ya defendidosideales de especificidad y transferencia, podemos anticipar situaciones, prever compor­tamientos, responder más rápido, mejor, y con ello, reducir esta incertidumbre.

Exacto, nos estamos refiriendo a sesiones de entrenamiento en especificidad comomanera más factible de alcanzar “el entrenar bien”, porque si la especificidad de nues­tros entrenamientos logramos transferirla al partido, habremos conseguido generarconductas adaptativas en nuestros jugadores, respecto al fútbol, y sobre todo, a nues­tro fútbol. Aprovechar bien el tiempo de la sesión, actuar en un sentido claro y nohacer cosas por hacerlas, gestionar recursos y potenciales… son condiciones indispen­sables para nuestro objetivo.

¿Cuántas veces nos hemos sorprendido al observar en la competición como nuestrosjugadores parece que no aprendieron nada de aquello que pretendimos enseñarlesdurante la semana?. A menudo, finalizamos nuestras sesiones de entrenamiento y que­damos conformes por haber trabajado algún aspecto del juego, convencidos, por pen­sar que este se reproducirá en el terreno de juego durante el partido del sábado. Pocasveces damos la importancia que se merece a la evaluación del mismo, a comprobar queéste realmente se produce en la competición. Confiamos ciegamente en que lo dichodurante la sesión se hará, y lo entrenado saldrá bien. “las cosas no por dichas se haceny no por entrenadas salen bien”.

ab

futb

ol

27

Hagamos un inciso. Recuerde estas 9 letras. Dentro de un rato se las preguntaré.Probablemente mañana también.

O H T A E C O C L

¿Ya se las sabe?, entonces puede continuar.

Entrenar bien, desarrollar sesiones eficaces de entrenamiento, es difícil, es cierto,como se ha dicho, nada de lo que hagamos garantizará que el balón entre a la porte­ría contraria, pero por suerte sí hay ciertas pautas o recomendaciones que funciona­ron en muchos contextos variados y de las que podemos extraer lo que más se adecúea la distintividad de nuestra sesión o semana de trabajo.

En primer lugar, refirámonos a los objetivos a “acosar” durante la sesión del entre­namiento, pues serán quienes guíen nuestras actuaciones. Mediante el siguiente decá­logo, sintetizaremos y concretaremos los mismos de una manera suficientemente com­prensible y adecuada a nuestros ideales:

1) Desarrollar los principios y fundamentos de juego acordes a nuestro modelode equipo.

2) Conseguir rendimiento tanto individual como colectivo en la aplicación de losmismos.

3) Optimizar el rendimiento del jugador en todas sus dimensiones.

4) Reducir la incertidumbre provocada por el juego.

5) Aplicar tareas que cumplan con los propósitos de especificidad y transferencia.

6) Vivenciar situaciones reales de juego proclives a aparecer.

7) Crear cultura táctica (como dice Lillo, darles una razón para hacer las cosas).

8) Generar contextos comunes de significado (Cano, O.).

9) Descubrir conductas simbióticas, asociaciones, interacciones, sinergias, yfacilitar su emergencia.

10) Anteponer los objetivos futbolísticos globales a los parcelados.

Establecidos los mismos, no basta con saberlos, debemos de intentar alcanzarlos,pero no uno ni dos, ¡todos! , en cada sesión de entrenamiento, día a día. Nadie dijoque fuera sencillo. Nadie dijo que fuera rápido. Ni tan siquiera recuerdo que se dijeraque fuera eficaz.

¿De qué manera vamos a intentar alcanzarlos durante nuestra sesión?. Pese a recor­dar que el contexto momentáneo determinará el tipo de metodología a aplicar en cadamomento y tarea (incidir en la idea del eclecticismo y no extremismo), y aun habien­do comprobado que no existe manera siempre efectiva de controlar la sesión y aplicarlos ejercicios en la diversidad de jugadores, abogamos por una adscripción a métodoscognitivos de enseñanza, que superen la barrera cognitiva de la que nos hablaba MuskaMosston, que creen una disonancia cognitiva en el jugador, que les identifiquen comomentes pensantes sobre el campo preparados para afrontar y resolver los problemas,y no, como ocurre en demasiadas ocasiones, como robots que esperan a que su entrena­dor les diga lo que hay que hacer. Debemos ensanchar sus canales perceptivos.

ab

futb

ol

28

¿Por qué hago esto?, ¿Cómo debería?, ¿En qué momento?, ¿con quién será más efec­tivo?, ¿En qué lugar sacaremos mi equipo y yo más ventaja? No se trata de dar peces,sino de enseñar a pescar. Comprobaremos lo que nos dice Manuel Conde, “Cuando unjugador aprende a observar, se da cuenta de que no le faltan oportunidades”.

Aplicar durante la sesión metodologías como el descubrimiento guiado, o la resolu­ción de problemas, (de las que muchos hablan pero que pocos reflejan en sus entrena­mientos), se presenta como solución más rentable para desarrollar en el jugador la cul­tura táctica tan requerida y necesitada. Presentar un problema y dejar que el jugadorlo solucione sin que nosotros digamos la solución, únicamente guiemos, da como resul­tado aprendizajes significativos, a los que el jugador da más valor por haber sido gene­rados por él mismo y que tienen una transferencia competitiva mayor al no disiparseestos tan rápidamente. “Es mejor saber después de haber pensado y discutido queaceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar” (Savater).

Como nos señalan Gil, S. y Dorado, M. (2010), se trata de darles a los jugadores elpapel que les corresponde, de guiarles en su propio descubrimiento a través de nuevosinterrogantes, de espolear su inteligencia, de desempolvar su autonomía. Ley delaprendizaje: La meta última de todo maestro es volverse innecesario.

Yendo a lo práctico (aunque en el capítulo posterior se podrá ver la aplicación prác­tica de todas estas ideas), se trata de plantear una situación que parta de un interro­gante, y mediante tareas propuestas se llegue a un consenso sobre la mejor manera desolventarla. Se le habla al jugador, se le plantean nuevas incógnitas, le damos la razóncuando la lleva, se la quitamos mediante ejemplos cuando va en una dirección errónea.

“¿Por qué lo haces así y no de otra manera? ¿Te has planteado alguna vez otrasopciones? Entendemos que si razonamos lo que hacemos, los motivos por los que lohacemos, probando las diferentes opciones, estaremos ampliando las posibilidades derespuesta y por tanto las posibilidades de obtener finalmente éxito. Pruebo las distin­tas opciones, comparo los beneficios e inconvenientes, decidimos (mi entrenador y yo)cual es la más adecuada y la pasamos al terreno de los hábitos, para pasar a continua­ción al siguiente problema. De esta forma parece lógico adivinar que el jugador se verácomo verdadero protagonista de su propio proceso de aprendizaje, de la andadura haciasu propia autonomía.” (Gil y Dorado, 2010).

Apostar por esta participación del jugador durante la sesión y conseguir que se con­venzan ellos mismos sin nuestra imposición facilitará que consigamos nuestro objetivodiario con respecto a su aprendizaje, e incluso al nuestro, porque aprenderemos muchomás de ellos de lo que en un principio podemos pensar. “Imponer por poder denota faltade confianza y temor a ser inferior”. (J. Font).

Construir la sesión de entrenamiento sobre las premisas de las teorías de aprendizajecognitivo supone para el jugador un desgaste táctico­emocional superior.

No estamos “mandando” al jugador a correr series de 1000 metros en las que la únicainformación que debe procesar es el control de su campo visual para no chocar con nada,no estamos facilitando que durante la ejecución de una tarea el jugador pueda estar pen­sando en lo que hará o dejará de hacer al finalizar el entrenamiento, al jugador, se le estáexigiendo entrenar en concentración, en un pensar constante, motivo por el cual, la sesiónno debe de alargarse más allá de 90 minutos, si lo hiciese, se perdería intensidad, y es justolo contrario a lo que se pretende con este tipo de sesión. Por suerte, la moda de las doblesy triples sesiones se está erradicando, aunque todavía quedan quienes encuentran en estavía la manera de justificar su trabajo ante la opinión pública.

ab

futb

ol

29

En nuestra idea, la flexibilidad de modelo propugnada puede acoger de vez en cuan­do la doble sesión, pero siempre y cuando haya algo que entrenar realmente, algo quemejorar, no como un hacer por hacer.

En dicho caso, las mismas serían de 60 minutos aproximados cada una y se frag­mentarían en dos partes porque en ambas se plantea una intensidad elevada difícil demantener si se hacen seguidas (por cierto, si el trabajo táctico exige mucha más con­centración y descanso para su mejor asimilación, ¿por qué siempre que hay doblesesión se hace el trabajo físico por la mañana y por la tarde cuando están cansados ymenos predispuestos se introduce el trabajo cognitivo? ¿No sería más lógico alrevés?..., Otro ejemplo de priorización condicional a valorar).

“Acostumbro a decir siempre que una de las cosas que hacen que el entrenamientosea más intenso y cuando se habla de intensidad se habla normalmente en desgasteenergético, es la concentración exigida. Por ejemplo, correr por correr tiene un des­gaste energético natural, pero la complejidad de ese ejercicio es nula y, por ello, eldesgaste en términos emocionales tiende a ser nulo también, al revés que en las situa­ciones complejas donde se les exige a los jugadores requisitos técnicos, tácticos, psi­cológicos y de pensar las situaciones, eso es lo que representa la complejidad del ejer­cicio y que conduce a una concentración mayor”. (J. Mourinho).

Defendiendo la postura de Cano y Morcillo (2006), y pese a la prioridad de trabajoexpuesta, no nos aferramos únicamente a este tipo de tareas durante la sesión, y pen­samos que también pueden utilizarse medios de entrenamiento no específicos para:

1) Prevenir y aligerar la exigencia superior que muscularmente supone la carga de este tipo de entrenamiento respecto al analítico.

2) Respetar el principio de variabilidad en el entrenamiento, introduciendo medios genéricos, lúdicos,..etc...

3) Cuando el jugador necesita entrenamiento complementario, (capitulo 8). Los mis­mos, se introducirán en base a la valoración del cuerpo técnico, de acuerdo a las múltiples variables de la vida de un equipo ya mencionadas y a las características pro­pias del tipo de sesión en la que nos encontremos.

El cuadro expuesto del profesor Castelo nos muestra una tipificación aproximativa ycompartida de los tipos de sesión que podemos desarrollar durante un microciclo; elnombre que le demos a cada una de ellas es irrelevante, la razón de su exposición radi­ca en que el mismo nos sirve para corroborar nuestra idea (ya apuntada en el aparta­do del microciclo semanal) de valorar de una manera u otra, siempre subjetiva, la mag­nitud de la solicitación estructural demandada por las tareas conformantes de lasesión, y en base a esta, “jugar” con las famosas ondulaciones.

ab

futb

ol

Finalmente, en cuanto a la organización de esta unidad temporal de trabajo, y de nuevoalojándonos en cuestiones terminológicas congruentes con nuestra manera de entender eljuego, sostenemos de manera afín con Fernandez, D. un cambio en la clásica partición dela sesión: Introducción, parte principal y vuelta a la calma, (esquema tal vez muy válidopara deportes eminentemente condicionales), y defendemos la utilización de disposicionestemporales más apropiadas a nuestra concepción del tiempo abierta, ininterrumpida, decumplimentación deliberada, de distribución aleatoria y con presencia de arbitrios transito­rios variados y ajustados a los imperativos cualitativos de nuestro microciclo semanal.

¡Se me olvidaba!, ¿Se acuerda de las dichosas 9 letras?, seguramente no. Intente recordarlas de esta manera:

C H O C O L A T E

¡Sí! , son exactamente las mismas, no lo compruebe.

“El ser humano tiene la disposición de aprender de verdad sólo aquello a lo que leencuentra sentido o lógica. El ser humano tiende a rechazar aquello a lo que no le encuen­tra sentido. El único auténtico aprendizaje es el aprendizaje significativo, el aprendizaje consentido. Cualquier otro aprendizaje será puramente mecánico, memorístico, coyuntural”(Juan E. León).

Enhorabuena, acaba de vivenciar lo que conlleva un aprendizaje significativo reducido asu menor grado. Seguro que ahora, pase el tiempo que pase, recordará las 9 letras.

Bibliografía:

Debido a la elevada cantidad de citas utilizadas en la elaboración de este libro y la limi­tación de espacio a nuestra disposición, remitimos al lector a su consulta integra en la refe­renciada publicación.

30