Por: Eduardo González

Árbol del Nogal (da el fruto de la Nuez)

Historia del Rey de Persia que visitaba aldeas y siempre llevaba un premio para darlo a alguien que mereciera dicho premio y se lo ganó un anciano que sembraba Nogales: -¿Qué hacéis, buen anciano? (rey) -Sembrando Nogales (anciano) -¿Para qué lo siembras, si tal vez no lo logres comer? (rey) -Para pagar mi deuda con los que plantaron aquello cuyos frutos degusté desde mi juventud hasta ahora. (anciano)

(Tomado del Libro Cartas a mi hijo, de Braulio Pérez Marcio, p. 11)

Hoy estamos disfrutando del esfuerzo que muchas personas como: astrónomos, físicos, químicos, científicos en general, músicos, poetas, han hecho, valdría la pena preguntarnos ¿Qué estamos haciendo nosotros para pagar alguna de esas deudas?

Tal vez, no interesa tanto lo que no hayamos hecho, sino lo que estamos dispuestos a hacer sin importar la edad que tengamos.

No importa de donde vengas, si no se tiene dinero, si no estas en la mejor ciudad para alcanzar un sueño, lo importante es la disposición para hacer las cosas, pero nunca olvidar que Dios existe, que Dios es quien ayuda y a el sea la gloria y la honra.

Salmos 14:1 “Dice el necio en su corazón: No hay Dios…”

Isaías 41:10 Reina-Valera 1960 (RVR1960) “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.

Josué 1:9 “Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas”.

Todo requiere un esfuerzo:

Para alcanzar los sueño… “Es menester crear las circunstancias que hagan posible la realización de nuestros más caros ideales” (Idem, Cartas a mi hijo, BPM, p.15

Hay gobernantes que para mantenerse en el poder ofrecen regalarle todo a los ciudadanos, pero no le dan nada, o el 1% y casi nunca llegan ni si quiera el 10% de lo que les ofrecen Pero, no dudemos en aceptar lo que nos corresponda a si suene a regalo

No debemos acostumbrarnos a que todo nos lo den. Aunque los regalos son una dádiva y muchas veces viene de Dios, también debemos hacer el esfuerzo: Estudiando, trabajando, produciendo algo con nuestras manos así sea hasta la comida que nos comemos

Dijo el un filósofo llamado Solón: “El que no trabaja debe ser juzgado por los tribunales” Por lo tanto no hay que rehuir al esfuerzo, al emprendimiento.

Receta realizada por Eduardo González

2 Tesalonicenses 3:10-12 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.

Cristo trabajó incansablemente ¿y nosotros?

Algunos de vosotros sois jefes de familia, y vuestro ejemplo e influencia moldean los caracteres de vuestros hijos. Ellos seguirán vuestro ejemplo en mayor o menor grado, y vuestra falta de entereza está dando un mal ejemplo a los demás. Pero vuestras deficiencias se sienten más sensiblemente, con mayor resultado, en la causa y la obra de Dios. Vuestras familias han sentido esta deficiencia y han sufrido por causa de ella; les han faltado muchas cosas que un trabajo diligente y la perseverancia podrían haberle provisto. Pero esta deficiencia se ha visto y sentido en la causa y la obra de Dios en tanto mayor grado cuanto su causa y obra son de mayor importancia que las cosas relativas a esta vida. 2TI, 442

El Señor manda que sus siervos sean activos. No le agrada verlos apáticos e indolentes. Profesan tener la evidencia de que Dios los ha seleccionado especialmente para enseñar a la gente el camino de la vida; sin embargo frecuentemente su conversación no es provechosa, y muestran que no sienten la responsabilidad de la obra sobre ellos. Sus propias almas no reciben energía de las poderosas verdades que presentan a otros. Algunos predican estas verdades de tan grande importancia, de un modo indolente que no puede influir en la gente. “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas”. Eclesiastés 9:10. (2TI, p. 447)

Romanos 5: 8 “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.

El mayor regalo que podemos aceptar, es a nuestro Señor Jesucristo quien trabajó en carpintería, pero también por los demás, enseñando, sanando, perdonando, salvando, entre otros.

Juan 21:25 “Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían”.

¿Cuántos, sin importar la edad, estamos dispuestos a iniciar un camino quitando todos los obstáculos, para ayudar a otros, en bien de nuestra familia, y del prójimo en general?