poder politico

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Ciencia Política : Teoría del Estado 1

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Page 1: Poder Politico

Ciencia Política : Teoría del Estado 1

Page 2: Poder Politico

CAPITULO IIPODER POLITICOMARCO TEORICO

2.1 NATURALEZA DEL PODER

En el ápice del Estado se halla el Poder, o sea la facultad de gobernar, de

dictar reglas a la conducta ajena. Al abordar el presente estudio,

comprobamos que el poder es inherente a la naturaleza humana y que el

Estado, en un primer aspecto, es institucionalización del poder.

2.2 DEFINICION

El Poder Político, es una consecuencia lógica del ejercicio de las funciones

por parte de las personas que ocupan un cargo representativo dentro de un

sistema de gobierno en un país, es decir, es la energía organizadora de la

vida social.

El poder político es legítimo cuando es elegido conforme a las leyes del

país (constitución). En países democráticos tiene como sustento la legitimidad

otorgada por el pueblo por medio del voto popular (elecciones).

2.2.1 DEFINICIONES DE PODER SEGÚN ALGUNOS AUTORES

HAURIOU, lo define como «una energía de la voluntad» que asume el

gobierno gracias a su superioridad, para asegurar el orden y crear el derecho.

Ello significa que la aptitud para el mando y la vocación de poder son

cualidades naturales del espíritu, que corresponden a personas dotadas de

ascendiente.

Ciencia Política : Teoría del Estado 2

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MEINECKE, define el poder como un impulso de intensificación de la

personalidad.

BURDEAU, el Poder es una fuerza al servicio de una idea. «Es una

fuerza nacida de la voluntad social preponderante, destinada a conducir el

grupo hacia un orden que estima benéfico y, llegado el caso, capaz de

imponer a los miembros los comportamientos que esta búsqueda exige». La

coacción que el poder ejerce en todo grupo social, así como el derecho de la

colectividad a imponer normas, constituyen hechos evidentes y constantes,

más allá de las justificaciones que se buscan para razonarlos. La fuerza de

que dispone el Estado es tan ostensible que domina por simple demostración,

sin que el Poder necesite recurrir a ella en la generalidad de los casos.

2.3 ELEMENTOS DEL PODER POLITICO

El poder comporta dos elementos: dominación y competencia.

a) COMPETENCIA, determina que normalmente el poder sea obedecido

sin recurrir a la coacción Tiene el poder quien sabe ofrecer al hombre motivos

eficaces del obrar; posee la fuerza quien dispone de armas ante las que

desaparece toda resistencia, dice Mayer. El poder puede existir sin la fuerza,

así como la fuerza puede carecer de poder. El poder precede al derecho

positivo, pues establece el Estado y éste se organiza y consolida mediante

normas jurídicas.

b) DOMINACION, No cabe explicarse la vida social sin analizar el impulso

de poder, ya que la historia nos prueba que la voluntad de dominio es una de

las fuerzas más constantes en la dinámica social y seguramente la de mayor

expansión. Sociológicamente, el poder es la aptitud de un individuo o de un

grupo para realizar su voluntad, para exigir colaboración de los demás

individuos o grupos.

La voluntad de poder, verdadera libido dominandi, significa la ambición de

un hombre, de un sector o de un pueblo. El temperamento político aspira a

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ocupar el escenario, a dominar o cuando menos sobresalir sobre los demás, y

constituye la motivación impura de los grandes.

2.4 MANIFESTACION DEL PODERa) COACCIÓN: Es el medio utilizado para que terceros sigan una

determinada conducta. Puede ser física o psicológica. La coacción se

fundamentaba en el temor de un daño seguro en el caso de incumplir lo

ordenado.

b) COERCIÓN: Es la situación donde el tercero realiza el mandato debido a

la amenaza del uso de la violencia, es decir, la potencialidad del uso de esa

violencia. Se excluye así el papel totalmente activo (ordenar y hacer cumplir)

reservando a la autoridad un papel parcialmente activo (sólo ordenar).

c) CRÍTICAS: Pero este Poder Político, según los Anarquistas clásicos

hace que se ponga en perspectiva la libertad del individuo, dando como fin la

dominación de este a través de reglas coactivas "derecho" las cuales en vez

de ordenar subordinan.

2.5 LEGITIMACION DEL PODERa) PODER SAGRADO: La primera forma de legitimación utilizada se basó

en la religión y la divinidad. El poderoso ya no lo era sólo porque podía ejercer

violencia o porque tenía un vínculo de temor que le asegurara esa posición.

Ahora el poderoso se instituía como un ser distinto, superior y ligado a los

dioses. El poder de origen divino era incontestable, a no ser por otro poder de

igual estatus o instituido por un dios diferente. A grandes rasgos este fue el

desarrollo esquemático hasta la Revolución francesa.

b) PODER TRIBAL: Es un poder subordinado. Un ejemplo de este caso

sería el Imperio Mongol.

c) SOBERANÍA NACIONAL: Las ideas que inspiraron la Revolución

francesa y sus resultados negaron que el poder tenga origen divino y lograron

Ciencia Política : Teoría del Estado 4

Page 5: Poder Politico

darle vuelta al esquema señalando que la fuente del poder no eran las

características del poderoso sino únicamente la voluntad de los súbditos que

lo dejaban tener el poder. Esta idea llevó al convencimiento de que el

verdadero poder nacía de la masa de súbditos, el pueblo, y este debía tener

la capacidad de delegar tal poder en quien le placiera y en las condiciones

que considerase más apropiadas y durante el tiempo que creyera

conveniente.

2.6 LA POLITICA COMO FUNCION SOCIAL

La política es la lucha por el poder. Pero no es lucha ciega, al menos

modernamente, pues se halla condicionada por intereses morales, por

ideologías que conforman una cultura política, o sea un ámbito que es parte

de la cultura general. La realidad social es gobernada y orientada por la

política en cuanto a vocación de poder. La actividad política se diferencia de

las demás funciones sociales en el hecho de que sobre ella recae la respon-

sabilidad de dirigir lo social. Mucho antes de que hubiera Estado, la actividad

política existía como función social que organizaba la cooperación del grupo.

El concepto de lo político es más amplio que el de lo estatal; no sólo la

actividad política es anterior a la aparición del Estado sino que existen grupos

políticos dentro del Estado y entre los Estados. No toda actividad del Estado

es actividad política, pues la mayor parte de sus funciones constituyen

aspectos de mera administración. Ordinariamente, la actividad de los órganos

estatales subordinados, que se realiza siguiendo pautas precisas, no es

función política. Esta consiste en dirigir la marcha del Estado o en disputar la

tenencia del Poder.

La «voluntad del poder» fue exaltada por Nieztsche y primó como teoría

sicológica y racial con el nazismo. Cuando el Estado resulta un ente ávido de

poder, ello conduce, inevitablemente, a la dictadura en lo interno y a la guerra

en lo exterior. La política se explica por la aspiración al poder y a la

detentación de él, lo que pervierte con frecuencia todo sistema de valores y

lleva a constatar que los recursos jurídicos de nada sirven frente a los hechos

de poder. Si la vida internacional se mira con realismo, no puede negarse que

ella obedece, casi siempre, a una pugna de poder, pugna que puede ser sutil

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Page 6: Poder Politico

o con despliegue de fuerza, pero que subyace respecto de las doctrinas y las

declaraciones retóricas.

El poder político es el único que puede ejercerse sobre la comunidad

entera, a diferencia del poder económico del poder religioso o del poder

sindical. El poder es multiforme e incluye desde la jefatura de una

organización de cualquier tipo hasta el de la burocracia. Pero el cargo político

es el único que inviste de autoridad global, el que dota de la aptitud para

imponer un orden de conducta. El poder económico o el sindical son pro-

minentes, pero no alcanzan la amplitud y eficacia del poder gubernativo, que

es el máximo.

El empuje de una convicción determinada mueve a los hombres a una

acción unida, como sucede con los nacionalismos que ofrecen motivación

eficaz para el todo social. Los poderes distintos al poder político pueden ser

temporalmente muy fuertes o aun dominantes, pero si bien influyen en la vida

del Estado al punto que no cabe afirmar que exista una forma de poder social

con carácter de absoluta, el poder del gobierno resulta siempre distinto e

impone a la comunidad el sentido unitario que éste requiere.

Puede ser influido, a veces quebrantado, pero se reconstituye por

necesidad vital del grupo humano y emprende su propia dirección, para

realizar un orden determinado. Al final de toda crisis, es el poder de signo

político el que predomina sobre el mando militar, la influencia económica o la

presión sindical.

El Poder cumple una triple función: de dirección, de especialización y de

coacción. En efecto dicta reglas, las aplica de modo continuo y sanciona a los

infractores

2.7 FUNCIONES DEL PODER POLITICO

2.7.1 FUNCION DE DIRECCION

Ciencia Política : Teoría del Estado 6

Page 7: Poder Politico

Siempre que se trate de una acción colectiva, la ausencia de dirección

implica el desorden; de ahí la necesidad de un poder que dirija y dicte normas

antes de aplicarlas. Por lo general, se piensa que el poder es necesario sólo

para el efecto de poner la fuerza al servicio del orden y por eso concebimos el

Estado como un aparato coactivo. Hay error en tal concepción, pues la nece-

sidad de coacción no es la razón esencial del Poder. La razón primordial de

éste, y por lo tanto la del Estado mismo, consiste en la necesidad de una

dirección que asegure la unidad de acción social, o sea de una mente que

formule el orden antes de imponerlo. La imposición de un orden determinado

es una fase indispensable, sin duda, pero posterior a la formulación de la

norma.

Toda sociedad, toda actividad, toda empresa, supone necesariamente una

dirección, es decir, una autoridad. Nada importa que una labor empiece a una

hora u otra, pero siempre será indispensable que se haga a una hora

uniforme; el tránsito de vehículos puede realizarse por la derecha o por la

izquierda, pero siempre será indispensable que una autoridad determine

sobre qué lado deben circular los vehículos, pues de lo contrario se

producirán colisiones a cada momento.

La necesidad de un poder directo es obvia, además, por el hecho de que

los hombres no pueden ponerse de acuerdo diariamente sobre cada asunto,

de modo que alguien debe encargarse constantemente de adoptar la decisión

sobre cada particular. Tal es la función rectora que cumple el Poder.

2.7.2 FUNCION DE ESPECIALIZACION

Como quiera que la sociedad se halla basada en la división del trabajo, se

precisa que cada cual asuma una determinada función, especializándose en

ella y realizándola mejor que la generalidad. La tarea de dirigir el grupo

supone una especialización, pues, aunque el gobierno interesa a todos los

asociados, es menester que exista un grupo de hombres consagrados ex-

clusivamente a las tareas del gobierno a fin de realizar tal función de una

manera continua y con mayor aptitud. Mientras unos hombres se dedican a la

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Page 8: Poder Politico

producción de bienes económicos, otros a la instrucción y al pensamiento y

otros a la defensa de la sociedad, un grupo se consagra a la función de dictar

normas para la convivencia social y de vigilar su aplicación con miras al bien

común.

2.7.3 FUNCION DE COACCION

La función compulsiva del Poder es, sin duda, la que más impresiona y la

más visible. De otro lado, es casi imposible concebir el derecho sin la nota de

coercitividad, en virtud de la cual la norma se impone independientemente de

la voluntad de los obligados, pues la regulación jurídica es inexorable y no

depende del acuerdo con el sujeto. Es por ello que generalmente concebimos

el Estado como un aparato coactivo, aunque sustancialmente su función es

de dirección.

El empleo de la coacción sólo es necesario cuando hay infractores del

orden jurídico, lo que es menos frecuente en los pueblos de cultura

homogénea. Pese al progreso material logrado, y en parte por efecto del

mismo, el tipo actual de nuestra civilización hace cada día más necesaria la

función coactiva del Poder, en razón de la creciente agresividad antisocial.

Insistimos en que el Estado no es sustancialmente un orden coactivo, aunque

tampoco puede ser concebido sin fuerza coactiva. En efecto, la coacción no

es una nota específica de la norma jurídica, por más que la eficacia de la

norma jurídica depende en gran parte de la coacción que la respalde. Norma

y coacción son idealmente independientes. Entre el Estado como poder y el

Derecho como norma, existe una relación pero no una dependencia, pues,

aunque el Estado garantiza el Derecho y lo respalda con su fuerza coactiva,

las normas jurídicas son siempre del Derecho y no del Poder.

2.8 NECESIDAD DEL ESTADO

La primera necesidad, es subsistir, lo que implica alimentarse y resistir a

los vecinos. Ello no se logra sin un mínimo de cohesión. La formación del

Estado obedece a una inclinación de la naturaleza humana y ha sido admitida

Ciencia Política : Teoría del Estado 8

Page 9: Poder Politico

en todo tiempo por la razón como algo conveniente y necesario. Una fuerza

organizada, ejercida por una autoridad superior a todos y que mira el bien

común, es evidentemente preferible a las fuerzas particulares, dispersas y

antagónicas, que emplearían los hombres si el Estado no existiera. El

conflicto de intereses y el contraste de apetitos y pasiones, que son la entraña

misma de la vida, hacen quimérico pensar en la conciliación espontánea. Si

se ensayara la anarquía como forma de la vida legítima, inspirada en la

creencia de la bondad universal, el resultado sería la imposición despótica de

un hombre o de un grupo. El orden social que la historia de la humanidad

patentiza, nos indica que la sociedad ha optado entre una situación de

anarquía, librada al abuso de los más fuertes, y una situación de autoridad,

con imperio de la fuerza pública que el Estado emplea para proteger a todos

los asociados. La sociedad ha escogido siempre el gobierno que asegura un

orden.

Guillermo Ferrero coincide con Hobbes al explicar que la humanidad se ha

organizado en Estados porque cada hombre sabe que es más fuerte que

otros, pero también que es más débil que otros. Para liberarse del círculo de

terrores, o sea para no temer a los más fuertes, el hombre renuncia a

imponerse sobre los más débiles. El orden social radica en admitir la

autoridad porque ella organiza la defensa contra otros grupos, a la vez que

impone normas para precaver a todos contra la agresión interna. El temor al

abuso, así como el temor a la guerra, explican el acatamiento al Poder desde

las sociedades más rudimentarias hasta hoy en que se aspira a una

organización internacional o Super-Estado.

Lo cierto es que la necesidad del Poder se confunde con la necesidad del

Estado, pues su triple función de dirección, especialización y coacción es lo

que determina y mantiene el hecho Estado, que perfecciona la sociedad, la

estructura conscientemente y la domina. La unidad social previa al Estado

nace por obra del poder y de la convivencia.

2.9 PODER DE HECHO Y PODER DE DERECHO

Ciencia Política : Teoría del Estado 9

Page 10: Poder Politico

Propiamente hablando, no existe sino un Poder, pero se distingue

corrientemente entre el poder de hecho y el poder de derecho. En puridad,

son los gobiernos los que pueden ser clasificados en regímenes de jure y

regímenes de facto, según se posesionen del poder conforme al

ordenamiento jurídico o quebrantando sus reglas.

Los gobiernos de hecho se constituyen por revolución o por golpe de

Estado, como sucedió en los casos típicos de Cromwell y Bonaparte,

respectivamente. Por lo general se consolidan por medio de una Constitución

o bien por el uso acertado de las facultades legislativas que se arrogan. El

gobierno de facto conserva casi todos los caracteres del poder legítimo y su

legislación es convalidada expresamente por el régimen legal posterior o bien

subsiste por la bondad intrínseca de las normas dictadas. Fundamentalmente,

el gobierno de facto se legitima cuando cumple el fin para el que existe el

Poder. El advenimiento del General de Gaulle al gobierno, en 1958,

demuestra hasta qué punto la toma del poder es una empresa de la voluntad.

Cualquiera que sea su origen, el Poder necesita contar con la adhesión

pública, siquiera sea en su forma de asentimiento tácito, pues de lo contrario

establece un régimen de fuerza que es inestable. El grupo que ejerce el poder

tiende a convertir su gobierno de hecho en un gobierno de derecho, sea que

provenga de un golpe de Estado o de una revolución.

Un gobierno puede mantenerse por la fuerza durante largos períodos, pero

sólo en los casos en que una raza más ilustrada domine a otra. En cierto

grado de civilización, es imposible que subsista un gobierno que tenga en su

contra a la enorme mayoría de la nación. La adhesión a las monarquías, en

gran parte pasiva e inspirada en hábitos tradicionales, explica el poder de que

gozaron los reyes. El principio de la soberanía del pueblo reside en el fondo

de todos los gobiernos y se oculta aun en las instituciones menos libres,

como observa Tocqueville. El propio emperador romano, autócrata

omnipotente, decía fundar su autoridad en la delegación de poder que había

Ciencia Política : Teoría del Estado 10

Page 11: Poder Politico

recibido del pueblo.

El Poder de Derecho posee la ventaja de ser ejercido en nombre de una

institución, el Estado. Ello le permite dar respuesta a dos grandes

interrogantes:

1. ¿En virtud de qué principio tiene el Poder, la facultad de mandar?

2. ¿En un grupo dado, a quién le corresponde el derecho de mandar?

En cuanto a lo primero, o sea como competencia del Estado, el poder tiene

la facultad de mandar porque la naturaleza social del hombre hace necesaria

una autoridad. En cuanto a determinar a qué grupo de hombres corresponde

el gobierno, ello constituye un problema debatido durante milenios y que

trataremos de elucidar más adelante.

El Poder institucionalizado es el Estado. La formación de éste no trae

consigo, aparentemente, una modificación del fenómeno político primordial,

pues siempre se ve unos hombres que mandan y otros hombres que

obedecen. Pero en la esencia sí existe una transformación, pues las

personas que deciden ya no llevan en sí mismas la vocación de mando.

Ahora es la voluntad social la que sustenta la existencia de un Poder y no

reconocí' jefes sino simples gobernantes, habilitados en virtud de un estatuto

del poder, o sea la Constitución, y obligados a ceñirse en el ejercicio de su

autoridad a los fines del Estado. Desde que el Estado adquiere forma, la

investidura de los gobernantes, así como su actividad y su sucesión, se

hallan normados por el derecho.

El titular del Poder es el Estado, o sea un titular abstracto. En su nombre

se exige obediencia y se obliga a un comportamiento determinado. El Poder

resulta así dividido entre un titular, que es el Estado, y los agentes a su

servicio, que son los gobernantes. Como ilustran Kelsen y Georges Burdeau,

el Estado existe porque es pensado, a la vez que se da en la experiencia

como real. Es pensado por los gobernantes, que encuentran en él la fuente

Ciencia Política : Teoría del Estado 11

Page 12: Poder Politico

de su autoridad, y por los gobernados, que ven en él un fundamento de las

reglas.

2.10 POLITICIDAD ESENCIAL DEL ESTADO: DERECHO Y POLITICA

Política es la relación entre gobernantes y gobernados y una búsqueda de

lo que es bueno para los gobernados. El acto político tiene una naturaleza

propia, tal como se distingue un acto moral o un acto económico. Dado que

los hechos se vinculan con el pensamiento, el conocimiento del Estado no

puede desprenderse de la actividad política. Esta es la actividad ordenadora

que precede a la sociedad ordenada o Estado, así como al orden de la

sociedad o sea a la Constitución. Como anota Sánchez Agesta, la actividad

política no es una forma de conducta que realice su efecto (la ordenación) y

luego se inhiba. Por el contrario, supone una acción continua dentro del

Estado e influye sobre el orden constitucional para remodelarlo según las

ideas que predominen.

La «Razón del Estado» es la máxima del obrar político, la ley motor del

Estado, a fin de mantenerlo vigoroso. Pueden los políticos discrepar en

cuanto a los medios para alcanzar los objetivos del Estado, pues en cada

momento histórico hay una línea ideal de obrar, o sea una razón de Estado

ideal. Pero, junto al valor del bien del Estado, existen otros valores elevados

que también piden para sí una vigencia incondicionada, como son la moral y

la idea del Derecho. En último término, el poder mismo puede verse

amenazado por el quebrantamiento de los valores morales y jurídicos.

Meinecke, en La idea de la razón del Estado en la Edad Moderna,

señala el vasto espacio en el cual se entrecruzan en la acción gubernativa el

utilitarismo y la motivación ética, al punto que ésta se pone de manifiesto sólo

cuando coincide con el provecho del Estado. El político respeta las fronteras

del Derecho y limita su impulso de mayor poder por la presión coincidente de

razones prácticas y de móviles idealistas. El hombre «goza con deleite del

poder en sí y en lo que tiene de intensificación de la personalidad». La

voluntad de poder, al lado del hambre y del amor, dice Meinecke, es uno de

Ciencia Política : Teoría del Estado 12

Page 13: Poder Politico

los impulsos más eficaces; «sin las bárbaras concentraciones de poder,

tejidas con terror y crueldad, de déspotas y castas primitivas, no se hubiera

llegado a la fundación de Estados ni a la educación del hombre para grandes

cometidos supraindividuales». Desde luego, en la misma dirección han

obrado también los ideales, como factores para edificar y vigorizar el Estado.

Como afirma Jellinek, hay un derecho virtual, engendrado por el ansia

de justicia, que aspira a ser derecho actual mediante su consagración por ley.

Por eso, las ideas políticas adquieren juridicidad, o sea que la política se

juridiza, cuando la aspiración alcanza a triunfar en la esfera del poder. Una

visión realista del podernos lleva a considerar la relación entre derecho y

política, ya que el objeto directo de la idea de derecho no es el hombre sino el

grupo social, el cual asume un ordenamiento según sea la ideología de

quienes gobiernan.

La política tiene por fin el gobierno o dirección del Estado; para sus

realizaciones se sirve de técnicos y administradores que hacen posible la

ejecución de los planes concebidos por los políticos. El estadista posee el arte

de hacer posible lo que es necesario, sirviendo su ideal con eficiencia. Se

encuentra situado en la zona de interferencia de dos ámbitos: lo que debe ser

y lo que puede ser, como anota Ruiz del Castillo; orienta a la opinión pública y

procura crear el ambiente favorable a sus designios. Para el pensador, la

política es un conjunto de principios; para el estadista, es una realización que

marcha a través de escollos, transacciones e impurezas

Cabe distinguir, pues, entre la política como ciencia de gobierno,

especulación teórica, y la política como arte de gobierno, actividad práctica.

En la realidad social tal diferencia es difícil de advertir, pues la política se vale

de instrumentos jurídicos y de medios prácticos para alcanzar finalidades

señaladas por la elaboración doctrinaria. Arnold Brecht ha puesto de relieve,

con los ejemplos de Lenin y Stalin, que el pensamiento teórico no es asunto

ajeno a la vida, como sostienen algunos políticos de oficio. La importancia de

la teoría es muy grande. Baste recordar que la ideología marxista condujo al

poder a Lenin, precisamente en el país que Marx consideró no adecuado en

Ciencia Política : Teoría del Estado 13

Page 14: Poder Politico

razón de hallarse insuficientemente desarrollado. La ideología, es decir la

superestructura, cambió las formas de producción, es decir la infraestructura,

contrariando el determinismo económico por efecto de la voluntad de poder.

Por lo que se refiere a la importancia que tienen las teorías políticas,

citamos el pensamiento de Stalin, expresado en una de sus conferencias

sobre los fundamentos del leninismo: «La teoría pierde todo objeto si no

enlaza con la práctica revolucionaria, exactamente igual que la práctica queda

ciega si no ilumina su camino con la teoría». La teoría puede convertirse en

una inmensa fuerza si se desarrolla en unión con la práctica.

Más allá de toda cuestión jurídica, es indubitable que la voluntad de

poder constituye una de las grandes fuerzas de la vida individual y social.

Bertrand Russell afirma en su obra El Poder, que éste tiene en el mundo del

espíritu la misma importancia que la energía en el mundo de la física. Por

tanto, el Estado debe ser mirado, esencialmente, como agrupación política, o

sea como un ente de poder, antes que como ordenamiento jurídico. Es la

agrupación política suprema y, como quiera que orienta su actividad con

arreglo a cauces jurídicos, puede definírsele como un ser político que se

organiza jurídicamente.

Querer huir de la política es como pretender huir del Estado, dice Cari

Schmitt, dado que la comunidad nacional nos envuelve y nos afecta en una

totalidad en la que entrecruzan la administración, la economía, la moral y el

poder. El fenómeno político guarda relación con el fenómeno económico, el

demográfico y otros, que pueden ser anteriores, concomitantes o

subsiguientes, pero siempre es motor de una colectividad el poder por el

poder, la voluntad de, dominio. De ahí la importancia de integrar el mando en

un orden moral para evitar la opresión.

La política está constituida por puntos de vista sobre la justicia. Los

partidos y los grupos presionan en el sentido de aquello que consideran justo,

Ciencia Política : Teoría del Estado 14

Page 15: Poder Politico

aunque no lo sea objetivamente.

La política actual so nutre de un sustrato ideológico y todo obrar tiene tras

de sí, más o menos conscientemente, un pensamiento. La noción ideológica

según la cual se organiza jurídicamente la convivencia social, es llamada

«fórmula política», inspirada en una concepción capital sobre el modo de

relación que debe existir entre la sociedad y los individuos. Por eso, hablamos

de sistemas políticos liberales, socialistas, comunistas, etc. Claro está que,

unas veces, son las ideas las que determinan los hechos políticos, y otras

veces son éstos los que toman como tributarias a las ideas, en un proceso de

interacción.

La función política es vital; figura a] lado de aquéllas que aseguran

físicamente la supervivencia de la especie, como la nutrición o la

reproducción. Expresa la conciencia del grupo para encontrar un eje de

cohesión. Lo político está profundamente inserto en lo social. Las teorías que

diferencian la sociedad natural de la sociedad política y pretenden señalar el

paso de la primera a la segunda, como sucede con el liberalismo y con el

marxismo, se fundan en una hipótesis no comprobada por la historia.

El carácter religioso o guerrero que tuvieron las primeras autoridades ha

ocultado el hecho esencial de que la autoridad es siempre política, no importa

quien la ejerza, ya provenga de la imposición o de la elección.

El hecho político es simultáneo al hecho social; es indispensable para

evitar que la sociedad se disuelva. La distinción entre sociedad natural y

sociedad política puede hacerse conceptualmente pero no en la realidad.

2.11 EL PODER Y LA SOCIEDAD DE MASAS

La sociedad de nuestro siglo es una sociedad de masas, caracterizada por

Ciencia Política : Teoría del Estado 15

Page 16: Poder Politico

su tamaño y su complejidad. A las pequeñas democracias griegas, a las

nacionalidades surgidas desde la edad moderna y gobernadas por pequeñas

élites, han sucedido las sociedades masivas, sean pluralistas o totalitarias, en

las que la voluntad política determinante, es aquélla que sabe apoyarse en la

masa. El comportamiento de las masas las hace vulnerables al totalitarismo,

al engreimiento arrollador del derecho, a la manipulación mediante maniobras

de conductismo, pero es innegable que traduce la aspiración de mejores

niveles de vida, a la vez que una exigencia de mayor participación en las

decisiones políticas, lograda a través del sufragio frecuente o por la cohesión

transitoria en torno a una dictadura.

El máximo problema de nuestra época radica en organizar el

consentimiento, o sea la adhesión a una forma política, bien sea por

resignación o por participación activa. El creciente número de contestatarios o

impugnadores y la violencia desatada por el «poder joven», el «poder negro»

y el terrorismo urbano constituyen fisuras en el orden social, que hoy se

mueve hacia el cambio. Nuestra sociedad respeta cada vez menos los

medios jurídicos de resistencia a la opresión, por ineficaces, y es incitada a

los métodos de violencia. La masa intuye una necesidad de transferencias de

los centros de poder, problema arduo y de manejo más difícil que el de los

explosivos, pues supone el planteo de los teóricos y la habilidad innata del

hombre político, del conductor carismático que sea capaz de equilibrar su

poder personal con la subsistencia de instituciones valiosas pero necesitados

de modificación urgente.

Vivimos una era de discontinuidad, tentado vías que conduzcan a un nuevo

pluralismo, a la reforma de todo lo viciado, a la organización de un

consentimiento sin miedo. En cada circunstancia histórica ha surgido la

reinterpretación de los ideales vigentes. Para ello, la teoría política y la ciencia

política nos brindan un rico material de reflexión, aunque ésta sea con-

temporánea a la realización de hechos violentos que vienen alterando la

subestructura social.

La sociedad no es una adición de individuos, sino un compuesto. Por virtud

Ciencia Política : Teoría del Estado 16

Page 17: Poder Politico

del Poder adquiere una voluntad y sigue un comportamiento determinado.

Este comportamiento es producto de la orientación política. El ordenamiento

jurídico y la estructura del Estado son resultantes de la actividad política. Por

la toma de conciencia de esta realidad, el poder se ha convertido hoy en el

centro de la lucha social y económica. A su vez la política es mirada como el

arte de convertir las tendencias sociales en normas jurídicas. El político hace

posible el objetivo entrevisto o anhelado.

Nuestra época es una transición del Estado liberal al Estado social, siendo

perceptible una mayor participación del pueblo en el poder. Se quiere pasar

de la democracia gobernada a la democracia gobernante. Las construcciones

formales están cambiando su contenido, para no quedar vacías de verdad.

Tanto el pensamiento del derecho natural del siglo XVIII como el derecho

racional de Kant, concibieron una organización estatal con raíces

individualistas. Pero a partir de la Primera Guerra Mundial, se hizo patente

que los partidos políticos, los sindicatos y los grupos de presión iban

operando con un dinamismo que debilitaba lo formal del derecho. Todo ello

se ha acentuado notablemente desde que los sindicatos de masas, las

Iglesias, el poder militar y la tecnocracia han gravitado claramente sobre la

vida del Estado.

Paralelamente a esta transformación del Estado en el interior, se ha venido

produciendo la declinación de su soberanía exterior y el surgimiento de

organizaciones supranacional.es que limitan la autodeterminación. El proceso

más hondo es el de una nivelación subjetiva, acompañada de un

desplazamiento del poder, que ha pasado de las esferas parlamentaria y

gubernativa al seno de los partidos políticos. El Estado ya dejó de ser neutro,

por virtud de la exigencia general de que tome posición contra determinadas

formas del orden existente.

Podemos señalar, siguiendo a Fayt, tres posiciones en pugna ideológica: la

de quienes quieren conservar el orden existente y consideran que bastaría

dulcificar la injusticia humana; la de quienes quieren establecer la burocracia

totalitaria, arrebatando al hombre la posibilidad de decidir por sí sobre su

destino; y, por último, la de quienes desean la transformación del orden

Ciencia Política : Teoría del Estado 17

Page 18: Poder Politico

dentro de la libertad para obtener un ordenamiento social que asegure la

justicia económica y el pleno desarrollo, de la personalidad humana. Esta

tercera posición es la única que permitirá crear una sociedad nueva en el

mundo occidental.

Ello significa analizar, con frialdad de especialista, cuáles son los

instrumentos que permitirán implementar el cambio de' modo racional,

progresivo, con la conciencia de que el poder es bifásico, o sea que supone

percepción clara de las metas en quienes gobiernan y motivación acertada en

quienes obedecen y presionan para participar. La relación mando-obediencia

conduce, en el mundo de hoy, hacia una amplia participación popular, con lo

que la política se ennoblece en la medida en que el miedo deja de ser el

sistema normal de gobernar.

2.12 EL ORDEN, EL PODER, LA LIBERTAD

Orden social, poder y libertad son nociones llamadas a equilibrarse en la

vida normal de un Estado. Maurice Hauriou, eminente constitucionalista de la

década anterior a la Segunda Guerra Mundial, opina que la concepción de un

régimen constitucional tiene por fin establecer «un equilibrio fundamental que

sea favorable a la libertad, asegurando el desenvolvimiento regular del

Estado».

Este equilibrio se establece por el juego de dos fuerzas dinámicas o de

movimiento, que son el poder y la libertad, y de una fuerza de resistencia, que

es el orden. Tal como afirmó Freud, toda sociedad se construye sobre el

renunciamiento a las satisfacciones instintivas; por ello es represiva. Orden,

poder y libertad conforman una trilogía en torno a la cual se centra toda la

problemática política. Son factores recíprocamente imbricados, pues el poder

hace un juego equilibrador a fin de compatibilizar el orden y la libertad. Si se

pone énfasis extremo en el orden, o sea si es preterida la libertad, el poder

resulta un aparato de coacción arbitraria; contrariamente, si predomina la

tendencia libertaria, o sea la extrema libertad, se cae en anarquía, lo que

engendra dictadura.

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El equilibrio constitucional es el término medio, pues el orden hace

resistencia a los cambios, en tanto que la libertad y el poder suelen presionar

para alterar lo establecido por virtud de la dinámica política. Si la resistencia

que el orden opone a los cambios reclamados por la libertad, es excesiva,

dice Hauriou, el poder coloca su fuerza al lado del cambio. Por el contrario, si

las reformas le parecen exageradas o prematuras, el poder se inclina del lado

del orden. Otro tanto podemos decir de las reformas exigidas por el sentido

de justicia o de liberación social, que Hauriou no pudo entrever.

La primacía del poder en la formación y en la vida del Estado es evidente.

Es él quien mantiene la cohesión entre los componentes de una sociedad,

más por situación que por adhesión, como anota Prélot. Un mínimum de

fuerza material le es indispensable, pues la cooperación libré, espontánea,

unánime, no pasa de ser una utopía. Por ello afirmó Ihering que hablar de

Estado sin fuerza es «una contradicción en sí». Pero, desde luego, la

autoridad no es solamente fuerza material compulsiva; consiste sobre todo en

ofrecer motivos para ser obedecida. Si el poder residiera en la fuerza, tras de

cada súbdito habría que situar un vigilante o un policía, así como tras de éste

habría que colocar otro guardián. En límite, cabría preguntar: ¿Quién custodia

al guardián? El orden proviene del hecho de que cada súbdito del Estado

reconoce que éste tiene derecho a ser obedecido, porque existe una relación

de dependencia respecto de la norma. De ahí que, cualquiera sea su origen,

todo gobierno invoca algún título de legitimidad, sea por su procedencia de-

mocrática o afirmando que realiza el bien común. Todo poder aspira a ser

obedecido con un mínimo empleo de la fuerza y trata de ganar prestigio como

condición de su perdurabilidad.

Ciertamente, la importancia de la represión varía en razón inversa del

grado de consenso. En los grupos coherentes, la represión es innecesaria de

modo general, pero en los grupos de consenso débil, la represión es

indispensable para evitar la disolución. Por ello, en los países en los que el

consenso sobre los valores colectivos es grande, la influencia de la Fuerza

Armada es menor y su actividad se limita al rol específico de seguridad. En el

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punto de partida de toda concepción humanista esta la afirmación de la

libertad humana, que opone resistencia a los gobernantes en todo caso de

arbitrariedad. Se admite la necesidad del mando, y más ahora que se tiende a

hacer del listado el «agente creador de una sociedad nueva», como definen

muchos. El diseño de esta organización futura es impreciso, además de que

varía ciento ochenta grados de uno a otro lado del mundo. Sin embargo,

existe la convicción de que el Poder no es solamente el servidor del orden

establecido sino también el regulador de los cambios anhelados, el árbitro

que puede hacer de la democracia un movimiento más que un estado de

cosas. Movimiento que conduzca a la justicia económica sin anular la libertad.

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