platÓn (427 a.c. 347 a.c) 1. biografÍa de platÓn … · al fundar la academia, platón pretende...

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5_Platón 1 PLATÓN (427 a.C. 347 a.C) 1. BIOGRAFÍA DE PLATÓN (427 a.C. 347 a.C) Platón nació en Atenas. En el año 404 a.C, cuando Platón contaba 23 años, se produjo la derrota de Atenas a manos de Esparta, con el fin de la guerra del Peloponeso. Esparta impone en Atenas el gobierno oligárquico de los Treinta Tiranos. Sin embargo, poco después el general Trasíbulo, tras derrotar a los espartanos y a las fuerzas de los oligarcas, restableció la democracia en Atenas. En esa democracia se produjo, sin embargo, en el año 399 a.C. la injusta condena a muerte de Sócrates, a quien Platón admiraba. Sócrates se había atraído la enemistad y la calumnia de quienes le acusaron de impío y corruptor de la juventud. Ambos tipos de régimen le decepcionaron. De ahí, que uno de los principales propósitos de Platón fuera diseñar un sistema político ideal para la sociedad griega. Platón realizó diversos viajes y se estableció provisionalmente en varias ciudades. En tres ocasiones intentó llevar a la práctica sus teorías políticas en la isla de Sicilia. En la primera, el tirano Dionisio I acabó vendiendo a Platón como esclavo. A su regreso, Platón fundó hacia 387 a.C, una escuela de estudios a la que denominó la Academia (por estar cerca de un templo dedicado héroe Academos). En la segunda, el tirano Dionisio II encarceló a Platón acusándole de traición. Sin embargo, años más tarde Dionisio II pidió al filósofo que volviera a la isla, aunque de nuevo no consiguió que Dioniso II aceptara sus concepciones. 2. LA EVOLUCIÓN DE LA OBRA PLATÓNICA La obra de Platón está escrita fundamentalmente a través del género del diálogo. Dos o más pensadores discuten sobre diversos temas. Esta forma de exposición dota a la obra platónica de un gran dinamismo. Se suele dividir su producción en cuatro periodos: 2.1. ESCRITOS SOCRÁTICOS. (399 a.C-389 a.C). Se reproducen diálogos mantenidos por Sócrates: Ión. Critón. Hipias mayor. Primer libro de La República. Con frecuencia, se plantea un problema y terminan sin dar una respuesta concluyente. Se pregunta, ¿qué es? (la justicia, la amistad, la belleza…). Entre ellos se incluye la Apología de Sócrates en la que se muestra la defensa de Sócrates tras ser condenado a muerte. Estos diálogos son los más fieles al espíritu socrático: más que solucionar un problema determinado, aspiran a revelar lo problemático de algunas nociones que habitualmente se adoptan sin reflexión. 2.2. ÉPOCA DE TRANSICIÓN (388 a.C-385 a.C). Surgen ideas propiamente platónicas: Entre ellos, Gorgias (sobre retórica y justicia), Menón (definición de la virtud, teoría de la reminiscencia), Crátilo (sobre el lenguaje). Probablemente escritos durante su primera estancia en Sicilia o a su regreso. Se percibe el influjo pitagórico en la noción de la inmortalidad del alma. Se recoge la herencia

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PLATÓN (427 a.C. – 347 a.C) 1. BIOGRAFÍA DE PLATÓN (427 a.C. – 347 a.C) Platón nació en Atenas. En el año 404 a.C, cuando Platón contaba 23 años, se produjo la derrota de Atenas a manos de Esparta, con el fin de la guerra del Peloponeso. Esparta impone en Atenas el gobierno oligárquico de los Treinta Tiranos. Sin embargo, poco después el general Trasíbulo, tras derrotar a los espartanos y a las fuerzas de los oligarcas, restableció la democracia en Atenas. En esa democracia se produjo, sin embargo, en el año 399 a.C. la injusta condena a muerte de Sócrates, a quien Platón admiraba. Sócrates se había atraído la enemistad y la calumnia de quienes le acusaron de impío y corruptor de la juventud. Ambos tipos de régimen le decepcionaron. De ahí, que uno de los principales propósitos de Platón fuera diseñar un sistema político ideal para la sociedad griega. Platón realizó diversos viajes y se estableció provisionalmente en varias ciudades. En tres ocasiones intentó llevar a la práctica sus teorías políticas en la isla de Sicilia. En la primera, el tirano Dionisio I acabó vendiendo a Platón como esclavo. A su regreso, Platón fundó hacia 387 a.C, una escuela de estudios a la que denominó la Academia (por estar cerca de un templo dedicado héroe Academos). En la segunda, el tirano Dionisio II encarceló a Platón acusándole de traición. Sin embargo, años más tarde Dionisio II pidió al filósofo que volviera a la isla, aunque de nuevo no consiguió que Dioniso II aceptara sus concepciones. 2. LA EVOLUCIÓN DE LA OBRA PLATÓNICA La obra de Platón está escrita fundamentalmente a través del género del diálogo. Dos o más pensadores discuten sobre diversos temas. Esta forma de exposición dota a la obra platónica de un gran dinamismo. Se suele dividir su producción en cuatro periodos: 2.1. ESCRITOS SOCRÁTICOS. (399 a.C-389 a.C). Se reproducen diálogos mantenidos por Sócrates: Ión. Critón. Hipias mayor. Primer libro de La República. Con frecuencia, se plantea un problema y terminan sin dar una respuesta concluyente. Se pregunta, ¿qué es? (la justicia, la amistad, la belleza…). Entre ellos se incluye la Apología de Sócrates en la que se muestra la defensa de Sócrates tras ser condenado a muerte. Estos diálogos son los más fieles al espíritu socrático: más que solucionar un problema determinado, aspiran a revelar lo problemático de algunas nociones que habitualmente se adoptan sin reflexión. 2.2. ÉPOCA DE TRANSICIÓN (388 a.C-385 a.C). Surgen ideas propiamente platónicas: Entre ellos, Gorgias (sobre retórica y justicia), Menón (definición de la virtud, teoría de la reminiscencia), Crátilo (sobre el lenguaje). Probablemente escritos durante su primera estancia en Sicilia o a su regreso. Se percibe el influjo pitagórico en la noción de la inmortalidad del alma. Se recoge la herencia

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socrática de que el conocimiento –episteme- consiste propiamente en “conocer lo universal”. Pero, según Platón, no se trata solamente de enunciar lo universal por medio de definiciones, sino que sostiene que el universal es algo que existe en sí mismo y a lo que llama forma o idea. 2.3. ÉPOCA DE MADUREZ (384 a.C -370 a.C). Se expone su teoría de las ideas: Fedón (sobre la inmortalidad del alma). El banquete (teoría sobre el amor y las ideas). La República (descripción ideal del Estado). Fedro (sobre el amor, la belleza y el alma). 2.4. ÉPOCA AUTOCRÍTICA Y DE VEJEZ (369 a.C -347 a.C). Se revisan las propias teorías probablemente al hilo de sus fracasos políticos en Siracusa. El estilo se hace más seco y difícil, y los problemas lógicos ocupan más espacio. Teeteto sobre el conocimiento). Parménides (autocrítica respecto a la teoría de las ideas). El sofista (plantea el método de la diáiresis –dialéctica descendente- y se plantea de qué modo las ideas pueden participar unas de otras. En El sofista y en El político Platón empieza a dudar de la identificación entre el político y el filósofo e intenta deslindar ambos conceptos. Filebo (sobre el placer y el bien). Las leyes (se ocupa de nuevo de la organización del Estado ideal asignando a las leyes, y por tanto al ordenamiento jurídico más que a los individuos concretos, la misión de regir el Estado). 3. LOS OBJETIVOS DE LA OBRA PLATÓNICA El objetivo de Platón es interrelacionar los ámbitos ontológico, epistemológico, y ético político a través de la siguiente cuestión: ¿Es posible un conocimiento verdadero (episteme) que fundamente, que de principio (arjé), a una comunidad bien gobernada? Texto significativo: “Finalmente llegué a comprender que todos los estados actuales están mal gobernados (…) Entonces me sentí irremisiblemente movido a alabar la verdadera filosofía y a proclamar que sólo con su luz se puede reconocer donde está la justicia en la vida privada y en la pública? Así pues, no acabarán los males para los hombres hasta que no llegue al poder la raza de los filósofos puros y auténticos o hasta que los que gobiernan las ciudades se pongan, por un especial favor divino, a filosofar de forma verdadera” (Carta VII). En el texto significativo del apartado anterior se expone claramente que la salvación de la ciudad sólo es posible si quienes gobiernan son filósofos que conocen propiamente qué es –la “idea”- de justicia. Al fundar la Academia, Platón pretende educar a esos futuros gobernantes-filósofos. Se sitúa así en la línea de Sócrates y en oposición a los sofistas. Pueden distinguirse las siguientes cuestiones. 3.1. ÁMBITO ONTOLÓGICO: ¿Cómo es la realidad? La respuesta la dará a través de su teoría de las Ideas.

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3.2. ÁMBITO EPISTEMOLÓGICO: ¿Cómo se puede conocer la realidad? Platón recurre como procedimiento a la herencia socrática: a través del diálogo socrático –ironía y mayeútica- en un proceso de indagación continua. La respuesta la dará a través de la teoría de la reminiscencia y la teoría de los grados del conocimiento. 3.3. ÁMBITO ÉTICO-POLÍTICO: ¿Cuál es el comportamiento adecuado en la vida privada y en la vida pública? ¿Cómo se deben administrar los asuntos del Estado? ¿Quién debe gobernar? ¿Cómo debe ser la educación? La respuesta la dará a través de la teoría de la tripartición del alma y la teoría del Estado ideal.

4. INFLUJOS RECIBIDOS POR PLATÓN 4.1. EL INFLUJO DE PARMÉNIDES. En el siglo VI a.C, Parménides de Elea defendido:

Que la vía de la verdad, nos permite comprender que el ser es únicamente uno, ajeno a cualquier cambio. Niega con ello la vía de la opinión, el testimonio de los sentidos, que nos indica que hay muchos seres que cambian continuamente.

Pues bien, Platón sostendrá dos puntos de vista afines con Parménides:

Ontología. Distingue entre: el mundo de las ideas, que constituyen la verdadera realidad. Las

“ideas” tienen como características las que Parménides atribuía al ser: eternidad, simplicidad, inmutabilidad, indivisibilidad. Por ejemplo, la idea de amistad.

El mundo de los entes sensibles, que está sujeto al cambio. Por ejemplo, las amistades concretas.

Teoría del conocimiento., Platón hereda la concepción de que hay dos vías de conocimiento: la vía de la opinión (que Platón reserva al conocimiento sensible) y la vía de la verdad (que es la que proporciona el conocimiento inteligible).

4.2. EL INFLUJO DE HERÁCLITO. Heráclito de Éfeso había constatado:

a) En una primera aproximación, todo está en constante movimiento y nada permanece. Todo fluye. (panta rei)]. Nada permanece siempre igual. Por ejemplo, no es posible bañarse dos veces en el mismo río, ya que el río cambia puesto que sus aguas son siempre diferentes. Ahora bien, si nada permanece igual a sí mismo, se plantea el siguiente problema epistemológico: ¿cómo se puede conocer algo que está en constante movimiento? Platón considerará que del mundo al que tenemos acceso a través de los sentidos sólo podemos tener un conocimiento aparente

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(doxa). Por el contrario, piensa que el conocimiento verdadero requiere un objeto permanente que pueda ser conocido.

b) Heráclito sostiene la estructura dialéctica de toda realidad según la

cual la realidad se explica como una relación de lucha de contrarios de la que surge la armonía. Platón considerará el proceso de conocimiento como resultado de una dialéctica (dia puede traducirse como “dos” o “algunos”; el sufijo “léctica” procede de logos, palabra o saber) que surge de confrontar los resultados de unas tesis con otras.

4.3. EL INFLUJO DE SÓCRATES: De Sócrates, hereda Platón el método del filosofar a través del diálogo. El diálogo es una concreción de la dialéctica (# 5.2.b). A su vez, Sócrates había insistido en que era necesario alcanzar definiciones sobre los conceptos planteados para poder hablar con fundamento. Así pues, el saber que se busca Platón es un saber que permita alcanzar definiciones universales. El verdadero conocimiento lo es de lo universal. Los rasgos de la definiciones son que lo definido –por ejemplo, la justicia, la amistad, la belleza, la utilidad, etc.- es universal (en el sentido de que podrá ser aplicable a todos los seres a los que pueda aplicarse dicha definición), estable y eterno (la definición no podrá cambiar) e inmaterial (es decir, abstracto). Como se ha dicho (# 5.1), los rasgos de las definiciones se corresponden, pues, con las características del ser según Parménides. Por otra parte, Platón consideraba que únicamente las definiciones universales garantizan:

Establecer un criterio que permita poder distinguir uno seres o cualidades de otras. Por ejemplo, sólo si sabemos que es la justicia, se podrá juzgar si algo es justo; sólo si se sabe que es la belleza se podrá juzgar si algo es bello.

Poder orientar el comportamiento de forma normativa a partir de un conocimiento verdadero. Es decir, sólo si sabemos que es la justicia, estaremos en condiciones de alcanzar realidades justas; sólo si se sabe que es la belleza se podrá lograr con fundamento realidades bellas..

Texto significativo: “Así pues, cuando el obrero mira constantemente hacia lo que es idéntico y utilizando tal clase de modelo se esfuerza en realizar la idea y las propiedades, todo lo que así lleva a cabo es necesariamente bello, pero si mirara hacia lo nacido, al utilizar un modelo mortal, no sería bello” (Timeo, 28 a). 4.4. EL INFLUJO PITAGÓRICO. Platón conocía los planteamientos de los pitagóricos –con su concepción de que existe una estructura matemática de la realidad- y de la división dual del hombre en cuerpo y alma.

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En este sentido, el modelo matemático de conocimiento le servirá a Platón para señalar que:

El conocimiento verdadero es estable y eterno. En efecto, los objetos matemáticos no cambian. Cuando se demuestra una demostración esta permanece.

Universal. Las demostraciones matemáticas son aplicables a todos los fenómenos correspondientes.

Inmaterial. Los objetos matemáticos no son captables por los sentidos, aunque los podamos representar materialmente.

Los conceptos de la matemática y la geometría permanecen, a lo largo del tiempo, idénticos a sí mismos. Los objetos que responden a formas geométricas, por el contrario, son captables por lo sentidos, están sujetos al movimiento y sólo se parecen (participan) de las definiciones que dan de ellos los geómetras. 5. LA METAFÍSICA EN PLATÓN. LA TEORÍA DE LAS IDEAS. 5.1. LA TEORÍA DE LAS IDEAS. La concepción ontoepistemológica de Platón persigue superar el punto de vista de los sofistas, según las cuales es imposible alcanzar un conocimiento objetivo o episteme (escepticismo), al tiempo que defienden la verdad es únicamente relativa al criterio de cada cual (relativismo). La doctrina central de la filosofía platónica es la teoría de las Ideas. El término “idea” no debe inducir a error al lector moderno. No se trata de construcciones mentales, es decir, de las representaciones de una persona concreta. La teoría de las Ideas sostiene que existen entidades extramentales, inmateriales, absolutas, inmutables y universales independientes del mundo físico que tienen existencia objetiva. Por ejemplo, la Justicia en sí, la Bondad en sí, el Hombre en sí, las entidades y proporciones matemáticas en sí mismas. A este tipo de entidades, Platón las llamo Ideas (del griego eidos o idea). El objetivo epistemológico es conocer estas Ideas haciéndose representaciones mentales de las mismas. 5.2. LA DUALIDAD ENTRE MUNDO INTELIGIBLE Y MUNDO SENSIBLE. Esta concepción le permite a Platón realizar una distinción entre el mundo inteligible y el mundo sensible. 5.2.1. CARACTERÍSTICAS DEL MUNDO INTELIGIBLE:

Ontológicamente: Está compuesto por ideas, relacionadas entre sí. Las ideas existen

separadas de las cosas particulares. Son entidades que poseen existencia real e independiente.

Las ideas son: universales, estables, eternas, inmateriales. Son “esencias” (eidos), “aquello por lo que una cosa particular es lo que

es”.

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Las ideas, existen separadas de las cosas particulares, tienen existencia real e independiente. Son trascendentes a las cosas particulares.

Las ideas son anteriores a las cosas y causa de ellas. ”“Las ideas “dan por su presencia (parousia) nombre a las cosas en que

se encuentran, y de las ideas mismas decimos “que no pueden nacer jamás una de otra” (Fedón). Por ejemplo, la idea de belleza se hace presente en una determinada planta, en una persona…

Las ideas son independientes de que existan entes que participen (methesis) de ellos. Por ejemplo, la idea de justicia existe en sí misma, independientemente de que existan o no conductas o personas justas.

Epistemológícamente:

Las ideas sólo son cognoscibles por la inteligencia, por la razón. Comprendemos, por ejemplo, intelectualmente que es un triángulo aunque para ello hayamos recurrido a representaciones sensibles de triángulos.

Las ideas son el objeto del concepto. Las ideas se designan mediante palabras y se expresan mediante definiciones. Por ejemplo, conocemos los objetos matemáticos cuando conocemos su definición.

A modo de síntesis puede decirse, pues, Platón que consideraba ontológicamente que el verdadero ser es el de las ideas en sí. El objetivo epistemológico es por tanto conocer cómo es la realidad (justicia, bondad, belleza, lealtad, piedad, amistad...) en sí misma. Es decir, cuál es su eidos, su forma. A esto lo llama idea, coincide con lo que es la esencia de algo, es decir, aquello por lo cual algo es lo que es, es decir, las propiedades que permiten definirlo y distinguirlo de otros seres. 5.2.2. EL MUNDO DE LAS IDEAS. LAS RELACIONES ENTRE LAS IDEAS: SU JERARQUÍA PIRAMIDAL. Por otra parte, las ideas están relacionadas entre sí. A dicha relación se la denomina comunicación (koinonía) o simploké. Mediante un proceso de diairesis (división) se establece cuál es el lugar de cada realidad1. Conocer una realidad en la que se relacionan diversas ideas es conocer la comunicación (simploké) entre las mismas. En este sentido, la antropología de Platón se esfuerza en analizar las relaciones entre cuerpo y alma, los distintos tipos de alma y sus virtudes correspondientes (# 7). Del mismo modo, en su teoría política, Platón analizar las relaciones entre los distintos tipos de hombres que componen la polis, sus tareas y sus virtudes correspondientes (# 7).

1 Por ejemplo, si estamos hablando del proceso de comunicación decimos que intervienen

diferentes aspectos: código, emisor, mensaje, receptor, contexto, canal de comunicación. Iremos viendo otros casos más adelante, indicados a pie de página.

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Las ideas son múltiples, innumerables. Platón señala que el mundo de las ideas tiene una estructura jerárquica. Es decir, está organizado en diversos planos ascendentes:

1. Las “ideas” menos importantes son aquellas que corresponden a las cosas sensibles. “Ideas” tales como las “caballo”, “agua”, “pelo”, etc.

2. Por encima, están las ideas de las entidades matemáticas, tales como las de “igualdad”, “”desigualdad”, “triangularidad”, “unidad”, etc.

3. Por encima, estarían ideas tales como las de “uno”, “belleza”, “justicia”.

4. Por último, se hallaría “la idea del bien”. La idea del “bien” no se refiere al bien moral. Bien, o bueno, es lo apropiado, lo que está en su sitio, lo conveniente. Las ideas tienen un ser porque son determinadas, ordenadas (frente al caos del mundo sensible, en el que una cosa cambia constantemente). En este sentido, todas las ideas tienen en común el “bien”.

5.2.3. CARACTERÍSTICAS DEL MUNDO SENSIBLE:

Ontológicamente:

Está sujeto al movimiento y al cambio. Es imperfecto, corruptible, espacial.

Participa (methexis) del mundo de las ideas, al que se aproxima más o menos. Por ejemplo, un círculo dibujado se aproxima más o menos a la idea de círculo en sí. De modo similar, una conducta es más o menos justa en la medida en que se aproxime a la idea de la justicia en sí, etcétera. La relación entre un predicado general, universal, y un sujeto particular es denominada participación (methexis). La forma (idea) es un modelo al que los individuos se aproximan o parecen más o menos.

Los entes del mundo sensible son meras apariencias. No son verdaderamente reales. Su ser lo tienen en función de la participación del mundo verdaderamente real, el mundo de las ideas.

Epistemológícamente: El mundo sensible es cognoscible a partir de los sentidos. Debido a que vivimos en el mundo de lo sensible, de los entes, lo “real”

nos parece lo sensible, lo particular y concreto. Vivimos en el error. (Esto es lo que Platón representa con los prisioneros del mundo de la caverna).

5.2.4. ¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE LAS IDEAS Y LAS COSAS? RELACIÓN ENTRE EL MUNDO INTELIGIBLE Y EL MUNDO SENSIBLE:

Según Platón: los entes del mundo sensible existen por participación (méthexis) de las ideas del mundo inteligible.

Ontológicamente: las ideas son anteriores a los entes. Las ideas son la condición de

posibilidad de los entes. Es decir, si no hubiera ideas, no habría entes. Las realidades inteligibles se hacen presentes (parousia) en los entes

sensibles. Las ideas son el paradigma o modelo de las cosas sensibles. Por ejemplo, la lealtad se hace presente en una determinada relación.

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Los entes sensibles participan (méthexis) o imitan (mímesis) en mayor o menor medida las realidades inteligibles. Por ejemplo, unas determinadas prendas participan más o menos del concepto de blancura.

Epistemológicamente: Las ideas son condición de posibilidad del conocimiento verdadero de

los entes. Es decir, sólo si conocemos las ideas correspondientes a los entes, conoceremos éstos en profundidad., con episteme.

Texto significativo: ¿Cómo vas tú a saber si un discurso está hecho bellamente o no, u otra cosa cualquiera, si ignoras lo bello (o aquello de lo que se trate)” (Hipias, 441).

Texto significativo: “Es necesariamente preciso que las ideas existan y que nuestras almas hayan existido antes de que naciéramos. Y si las ideas no existen todos nuestros discursos son inútiles” (Fedón).

6. LA ANTROPOLOGÍA PLATÓNICA. EL SER HUMANO I: LAS PARTES DEL ALMA Y SUS VIRTUDES. Recogiendo teorías pitagóricas (# 4.4) Platón tiene una concepción dualista del ser humano como compuesto de:

Cuerpo. Es terrenal, y por lo tanto, generable y corruptible. Es un obstáculo para alcanzar el conocimiento de las “ideas”, por lo que por sí mismo no puede aspirar sino a un conocimiento de segundo orden u opinión (doxa).

Alma. Platón defiende la concepción de un alma inmortal (idea procedente del pitagorismo -# 4.4).

Sostiene una concepción tripartita del alma, expresión quizás de los conflictos éticos y psíquicos que el ser humano experimenta en sí mismo. El alma tiene tres partes con una facultad, o función cada una2:

Alma racional (nous, logos) en la que reside la facultad del conocimiento. Inmortal, inteligente, de naturaleza divina. Según el Timeo, el alma racional ha sido creada directamente por un Demiurgo (o genio). Al estar próxima al mundo de las ideas, se hace posible conocerlas. Situada en el cerebro. Su virtud es la prudencia.

Alma irascible o volitiva (thymos). Es la facultad de la voluntad, del coraje. Situada en el tórax e inseparable del cuerpo; por tanto, mortal. Su virtud es el coraje.

Alma apetitiva (epithymia). Es la facultad por la que deseamos los placeres. Situada en el abdomen y también mortal. Su virtud es la templanza.

2 Este análisis supone una forma de comunicación o relación entre tales conceptos.

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Esta teoría del alma es también de algún modo dualista. Hay una parte inmortal del alma y el resto es mortal y ligado al cuerpo. De esta forma, para Platón el hombre es un ser que se halla entre el mundo sensible y el mundo inteligible. El alma racional es inmortal y anterior al cuerpo. Su unión con el cuerpo es accidental. Texto significativo: “El alma no puede perecer por la enfermedad del cuerpo, que le es ajena, ni tampoco perece por la enfermedad que le es propia, la injusticia (los injustos no mueren antes que los justos). El alma, por consiguiente, es inmortal”). (La república). En algunos de sus libros (Fedro, La república) Platón acepta la tesis pitagórica de la reencarnación, según la cual el alma se reencarnaría, al morir el cuerpo, en uno u otro elemento según el tipo de vida que hubiese llevado en la reencar nación anterior. El mito del auriga. Platón usa a veces mitos para exponer sus ideas. Deben ser interpretados metafóricamente. En el diálogo Fedro, Platón expone la teoría del alma mediante la imagen del auriga (la razón) que debe guiar dos caballos (dos partes del alma). De esta forma, Platón indica la complejidad del ser humano así como los distintos tipos de carácter. En cada hombre predomina un tipo de alma. La justicia como armonía entre las tres partes del alma surge cuando cada una de ellas hace lo que le es propio cumpliendo con su función bajo la dirección del alma racional. En efecto, la parte racional (siendo prudente) debe guiar a la agresiva (que deberá ser valerosa) y ambas dominar a la apetitiva (que debe ser moderada, templada). Sin embargo, la mayoría de los hombres se dejan llevar por los placeres corporales.

TIPO DE ALMA FUNCIÓN QUE DESARROLLA

VIRTUD DISTINTIVA

IMAGEN QUE LA REPRESENTA

Alma racional (nous / logos)

Pensamiento, raciocinio Mantener el orden entre las partes del alma.

Prudencia o sensatez. Objetivo: alcanzar la justicia como armonía de las tres partes del alma.

Auriga

Alma irascible (thimós).

Voluntad, ánimo, coraje.

Fortaleza, coraje, valor.

Caballo blanco.

Alma concupiscible o apetitiva (epithymía)

Apetitos, deseos Templanza o moderación

Caballo negro

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7. LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO. ¿Cómo llega el filósofo a conocer las Ideas? La posibilidad de este conocimiento se basa en tres aspectos esenciales de la teoría de las Ideas.

a. Las cosas imitan o participan de las Ideas (# 5.2.3). . b. El alma racional –que es inmaterial o espiritual- es una realidad

intermedia entre las cosas y las ideas (# 6). c. Las ideas están jerarquizadas, de tal manera que las de rango inferior

participan de las superiores, y todas ellas de la idea del Bien (# 5.2.2). La teoría del conocimiento de Platón se articula en tres partes:

a. La teoría de la reminiscencia. b. La dialéctica. c. El amor.

7.1. LA REMINISCENCIA La teoría del conocimiento de Platón es innatista. Por innatismo se entiende cualquier teoría que admita la existencia en el ser humano de conocimientos, tendencias, etc., no aprendidas. . Este innatismo se manifiesta, especialmente en los diálogos de transición (# 2), a través de la teoría de la reminiscencia. A su vez, esta teoría parte de una concepción antropológica dualista (# 6) afín a creencias órficas y pitagóricas que sostienen que los seres humanos tienen un alma inmortal prisionera en un cuerpo. En la vida cotidiana nos encontramos con realidades concretas (como actos concretos que denominamos amistosos, crueles, justos, etcétera o con

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operaciones matemáticas concretas), no con realidades abstractas (como la amistad, la crueldad, etcétera? Pero para dar esas denominaciones a la realidad debemos tener un conocimiento de cualidades abstractas (amistad, crueldad, suma, resta, etcétera que, sin embargo, no se hallan en la realidad concreta. ¿Cómo es posible, pues, que podamos elaborar juicios concretos sin que en la realidad cotidiana se nos haga presentes las realidades abstractas que los posibilitan? Para responder a esta cuestión, Platón mantiene una concepción innatista según la cual nacemos con un conocimiento latente de esas realidades abstractas. La teoría de la reminiscencia aparece por primera vez en el Menón, donde, sin embargo, todavía no se hace alusión a la teoría de las ideas. El diálogo es una búsqueda –inspirada en el método socrático- de la definición de virtud, es decir, del carácter común (eidos) a todos los actos que podemos llamar virtuosos. Pero toda búsqueda se enfrenta con esta dificultad: (a) no se puede buscar lo que ya se conoce (sería inútil), (b) ni lo que no se conoce (no sabríamos qué estamos buscando ni cómo reconocer que lo hemos encontrado). Resumiendo, los sentidos sólo conocen lo concreto, no lo abstracto. Si podemos emplear conceptos abstractos (belleza, justicia, caballo, montaña, suciedad, etc) es porque los poseemos de forman innata. Platón propone como respuesta que no buscamos lo que desconocemos; buscar es recordar lo que ya conocemos: conocer es recordar. En diálogos posteriores –Fedón y Fedro- se añaden varias precisiones importantes.

El alma tuvo que conocer las ideas en una existencia anterior, “separada” del cuerpo. El conocimiento que el alma tiene de las verdades inmutables es posible gracias a la afinidad del alma con las Ideas. Antes de que el alma se uniera al cuerpo tuvo oportunidad de vislumbrar el mundo de las ideas. Texto significativo: “El alma ha contemplado a retazos, algunas de las verdades del mundo del ser” (Fedón, 318).

El conocimiento es posible gracias a la afinidad del alma con las ideas. Texto significativo: “Nuestra alma se asemeja mucho a lo que es divino, inmortal, inteligible, simple e indisoluble, siempre igual y siempre parecido a sí mismo y nuestro cuerpo se parece a lo humano, mortal, sensible, compuesto, disoluble, siempre cambiante y jamás semejante a sí mismo”. (Fedón).

Al unirse el alma con el cuerpo olvidó lo que había vislumbrado. Texto significativo: “Decimos que existe algo igual. No me refiero a un madero igual a otro madero, ni a una piedra con otra piedra ni a ninguna cosa de esa clase, sino a algo distinto, que subsiste al margen de todos esos objetos, lo igual en sí mismo (la noción de igualdad) (…) Por tanto,

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el alma tuvo que haber logrado ver antes aquello a lo que dice que esto se asemeja (…) es necesario que nosotros previamente hayamos visto lo igual antes de aquel momento en el que, al ver por primera vez las cosas iguales, pensamos que todas ellas tienden a ser como lo igual [la noción de igualdad], pero que lo son insuficientemente”. (Fedón)

Dado que las cosas imitan (metesis) o participan de las Ideas (# 5.2.3) , el conocimiento sensible sirve como ocasión para el recuerdo (anamnesis), el cual sirve, a su vez, para reducir a la unidad de la Idea la multiplicidad de las cosas.

La reminiscencia consiste en el proceso de llegar a las nociones abstractas –a las ideas- a partir del recuerdo que nos despierta lo sensible. Los objetos sensibles sirven como ocasión para comenzar a recordar.

El recuerdo hace que se despierte el deseo de conocer. El conocimiento ha de remontarse hacia un conocimiento cada vez más alejado del testimonio de los sentidos. Texto significativo: Hay que procurar que “sirviéndose del pensamiento sin mezcla alguna se alcance la esencia pura y verdadera de las cosas [es decir, las ideas, eidos] sin el ministerio de los ojos ni del oído y separado, por decirlo así, de todo el cuerpo que no hace sino perturbar el alma e impedirla encontrar la verdad en cuanto tiene con él la menor relación” (Fedón).

7.2. EL MITO DE LA CAVERNA. El mito más célebre de Platón es el mito de la caverna Es afín a creencias órficas, como el mito de Orfeo en el que se narra cómo este personaje bajó a los infiernos en busca de su amada muerta y consiguió regresar de ellos. La idea común del mito de Orfeo y el mito de la caverna reside en que los seres humanos tienen un alma inmortal prisionera en un cuerpo. Para purificarse hay que seguir un camino iniciático, es decir, ir recorriendo una serie de fases que permiten al sujeto cambiar de estado psíquico y cognoscitivo. Según el mito de la caverna el mundo que captamos a través de los sentidos no es más que una caverna, un espacio subterráneo reducido donde vivimos prisioneros y donde vemos únicamente las sombras de seres que pasan por allí. Pero, como no hemos visto otra cosa desde nuestro nacimiento, creemos firmemente que tales sombras son la única realidad. Sin embargo, uno de estos prisioneros siente una fuerza que le hace girar la cabeza y lo empuja a salir de aquel lugar. Empieza así una ascensión muy dolorosa, que pasa por diferentes etapas, hasta que llega al exterior, donde hay un mundo totalmente diferente del subterráneo y donde se hallan las auténticas realidades, de las que, las vistas en el interior, no eran más que toscas copias (sombras). Esta ascensión acaba cuando una vez arriba, el liberado es capaz de contemplar el Sol directamente y se da cuenta de que éste es la fuente de toda luz y vida. El Sol representa la idea del Bien, siendo la causa última de la realidad. Una vez conocida la auténtica realidad, el liberado quiere comunicarla a quienes se

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hallan en la caverna para que también ellos se liberen. Pero cuando desciende a la caverna, le cuesta reconocer el mundo en el que antes se sentía confortable. Además, quienes viven en la caverna se enfadan con él y llegan hasta el punto de matarlo.

La interpretación de esta alegoría alude a la teoría de las ideas (# 5) y a la teoría dialéctica (# 7.3) del conocimiento de Platón. El mundo habitual, el de la experiencia sensible, es como una caverna en la que estamos prisioneros. El mundo exterior a la caverna representa el mundo inteligible. Quienes viven en la caverna interpretan erróneamente ese mundo como la única y auténtica realidad. Ir del mundo sensible al inteligible supone una ascensión dolorosa, un esfuerzo, con distintas etapas a través de un recorrido dialéctico (# 8.3). Para emprender el camino se requiere:

Una fuerza (eros) impulsora.

Colocar la mirada intelectiva en posición correcta. Platón usa el término “orzotés” (rectitud de la mirada).

Un proceso de recuerdo.

Al final de la ascensión se contempla el Sol –es decir, el mundo de las ideas- como causa última de la realidad.

Quien “quiera proceder sabiamente tanto en su vida privada como pública”, ha de comprender que “la idea del Bien (…) es la causa de todo lo recto y bello que hay en todas las cosas”.

El mito también tiene un aspecto ético y educativo: quien ha conocido la verdadera realidad intenta que los otros también salgan de la caverna, de la ignorancia. Pero quienes permanecen en la caverna usan como criterio su situación para demostrar que el liberado se equivoca pudiendo llegar a matarle si éste insiste en su propósito educativo. Es decir, muchos de los prisioneros prefieren no hacer el esfuerzo de pasar del mundo sensible al inteligible.

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7.3. LA TEORÍA DIALÉCTICA DEL CONOCIMIENTO Y DE LOS GRADOS DEL SER. En algunos mitos del diálogo Timeo Platón afirma que el mundo físico es creado por el Demiurgo, una especie de divinidad, que toma las Ideas como modelos perfectos e inmutables (paradigmas). El Demiurgo “lo ha hecho según el modelo que es idéntico a sí mismo y uniforme”. 7.3.1. PUNTO DE VISTA ONTOLÓGICO. Pero lo que interesa comprender es que según Platón existen dos tipos de realidad (ideal y material) subdividida cada una de ellas en dos grados de seres. Las Ideas son la realidad absoluta que se hacen presentes (parousia) (# 6) en el mundo material y sensible que, a su vez, participa (methexis) de aquel en mayor o menor medida. Por ejemplo, de la idea de blancura, participan en mayor o menor grado las cosas blancas. 7.3.2. PUNTO DE VISTA EPISTEMOLÓGICO. A cada grado de realidad le corresponde un grado de conocimiento que se adquiere con un método determinado. El conocimiento se adquiere gradualmente a través de un ascenso dialéctico (# 8.2) en el que se van superando escalones de conocimiento y de realidad anteriores.

Representación sensible. (Eikasia). Es el conocimiento indirecto de las cosas sensibles. Es el conocimiento también mediante imágenes como las que presentan las artes visuales o las ficciones de la literatura.

Creencia o fe. (Pistis). Es el conocimiento directo de las cosas sensibles (a través de la percepción directa).Permite acceder a un conocimiento mediante hipótesis explicativas.

Razón o inteligencia discursiva. (Dianoia). Este tipo de conocimiento es empleado por las Matemáticas y aquellas otras artes que tienen una base matemática (tales como la Astronomía y la Música). Proporciona el conocimiento de los objetos matemáticos, lo cuales son entidades intermedias entre el mundo sensible y el inteligible, ya que, al igual que las “ideas” son eternos, y, al igual que las entidades sensibles, hay una multitud para cada especie. A la importancia de este conocimiento alude la inscripción de la Academia que reza. “nadie entre aquí que no sepa geometría”.

Razón intuitiva. (Noesis). Nos da el conocimiento de las “ideas”; éstas se conocen directamente, sin ayuda de los sentidos, en una visión intelectual. La dialéctica como método consiste en recorrer intelectualmente el orden jerarquizado de las ideas para hallar el lugar que le corresponde a cada una. Existe una dialéctica descendente (diairesis) que consiste en la división. El dialéctico establece la comunión y trabazón (simploké) (# 6.2.2) entre las ideas. Platón nos dice que el alma tiene la capacidad para conocer las ideas, siendo requisito indispensable “aprender a mirar en la dirección correcta”. Platón denomina orzotés (rectitud de la mirada) al hecho de colocar la atención intelectual correctamente, en la dirección adecuada (orzotés; de orto:

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recto). Por eso, en el mito de la caverna, los prisioneros están encadenados mirando en una dirección equivocada, mientras que el hombre liberado va aprendiendo a mirar en la dirección correcta, mientras mira y compara (dia-léctica) a distintas realidades. El dialéctico tiene “un poder natural de ver lo uno y lo múltiple” (Fedro, 266b) especialmente en aquellos asuntos que dan lugar a dudas, como las discusiones sobre lo justo y lo injusto. Hay una dialéctica ascendente. Las hipótesis son –y ése es su sentido etimológico (“hipo” significa “bajo”)- peldaños (algo su-puesto, “puesto debajo”) aquello en lo que el dialéctico se apoya para llegar a un principio no hipotético. Para ello no recurre a imágenes”. En esta dialéctica se va de la multiplicidad a la unidad, buscando afinidades e identidades entre diversas ideas. Por ejemplo, (1) una serie de animales (perros, vacas, patos, gallos…) podemos agruparlos como (2) mamíferos, aves, peces… A su vez, (3) algunos de ellos son vertebrados que pertenecen (4) a la categoría superior de animales. Y estos a su vez a (5) la de vivientes que, a su vez, pueden ser clasificados como (6) seres corporales. Por último, la clasificación más general es que (7) son una forma de ser. Y otra descendente (diairesis) que consiste en un procedimiento de discernir y separa yendo desde la unidad hasta la multiplicidad. Valdría como ejemplo, el caso anterior pero partiendo en este caso de la noción de ser. Por ejemplo, ¿qué tipo de ser es un pescador con caña? Es un entendido y no un profano que tiene una técnica (tejné) no productiva sino adquisitiva. Captura peces no mediante golpes sino mediante anzuelos usando una técnica de levantar de abajo a arriba (El sofista, 218 c y 221 b)

Este recorrido dialéctico puede resumirse en el siguiente cuadro3: GRADOS DEL CONOCIMIENTO Y GRADOS DE LA REALIDAD.

ONTOLOGÍA (REALIDAD) EPISTEMOLOGÍA (CONOCIMIENTO)

Tipos de realidad

Grados del ser

Grados de conocimiento

Métodos Tipos de saber

Ideal o inteligible (Kosmos noetós)

Ideas (paradigmas)

Nóesis (razón intuitival)

Dialéctica Episteme (ciencia o saber absoluto)

Entidades matemáticas

Diánoia (razón discursiva)

Axiomático-deductivo

Material o sensible (Kosmos oratós)

Objetos materiales

Pistis (creencia razonable)

Hipotético- Deductivo

Doxa (Opinión o creencia)

Imágenes de los objetos

Eikasía (Pura representación)

Percepción

3 Este análisis supone una forma de comunicación o relación entre tales conceptos.

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7.4. EL AMOR COMO IMPULSO PARA LOGRAR EL CONOCIMIENTO.

El amor (eros) platónico es un impulso que facilita un proceso ascendente; una especie de dialéctica emocional. En el amor se trata de una ascensión desde las cosas hasta la Idea suprema (la Belleza o el Bien). El amor platónico es ascensión hacia la Belleza. En el Fedro se desarrolla en un contexto mítico de representación del alma como un carro alado y con referencia directa a la reminiscencia. El alma que ha caído a la tierra ha olvidado todo y ha perdido sus alas, pero “viendo la hermosura de este mundo, y acordándose de la verdad, toma alas y, una vez alada, desea emprender el vuelo” (Fedro, 249 d). 8. LA SOCIEDAD HUMANA: LA POLIS IDEAL 8.1. LA NECESIDAD DE LA DIVISIÓN DEL TRABAJO. La ciudad (polis) nace porque nadie se basta a sí mismo sino que necesita:

Producción de alimentos, vestidos, utensilios.

Comercio.

Defensa o ampliación del territorio. Al reunirse los seres humanos se origina la característica más notoria de la ciudad: la división del trabajo. No todos los seres humanos son iguales sino que tienen capacidades naturales distintas. Por ello, Platón realizó una dura crítica al sistema democrático debido a su igualitarismo político. Según Platón, en los asuntos técnicos, se recurre a los expertos (navegación, construcción, etc.) para que den su opinión sobre los distintos temas. Sin embargo, en política los cargos políticos se adjudican de modo indiscriminado sin que importe la preparación para ello. El resultado es, a menudo, que este igualitarismo conduce al gobierno de los ignorantes. Texto significativo: “Cuando nos reunimos en la Asamblea, siempre que en la ciudad hay que hacer construcciones públicas se manda llamar a los constructores para aconsejar sobre la construcción, y cuando se trata de naves, a los constructores de barcos (…) Acerca de las cosas que creen que pertenecen a un oficio técnico, se comportan así. Pero cuando se trata de algo que atañe al gobierno de la ciudad, y es preciso tomar una decisión, toman la palabra tanto el carpintero, como el herrero, el curtidor, el comerciante, el navegante, el rico, el pobre, el noble y la gente del pueblo, y a éstos nadie les echa en cara, como a los de antes, que, sin haber estudiado nunca, intervengan en la deliberación” (Protágoras, 319). Como alternativa, Platón propone que cada uno se encargue de una tarea o función distinta en función de sus cualidades. Platón distribuye a los ciudadanos en tres estamentos distintos y jerarquizados4:

Los gobernantes. Su función es el gobierno.

4 Este análisis supone una forma de comunicación o relación entre tales conceptos.

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Los guardianes (guerreros). Su función es la defensa.

Los artesanos-labradores. . Su función es la producción. Texto significativo: “Cada uno debe ocuparse de una sola cosa de cuantas conciernen al Estado, aquello para lo cual la naturaleza lo hubiera dotado mejor (…) tanto en el niño como en la mujer, en el esclavo como en el libre y en el artesano, en el gobernante como en el gobernado, en que cada uno haga lo suyo, sin mezclarse en los asuntos de los demás (…) la dispersión de las tres clases existentes en múltiples tareas y el intercambio de una por la otra es la mayor injuria contra el Estado” (República 433 a y 434b-c). 8.2. LA CORRESPONDENCIA ENTRE LA VIRTUD INDIVIDUAL Y LA VIRTUD COLECTIVA. La ciudad ideal tiene carácter ético: ha de ser una ciudad justa. Y los ciudadanos han de ser virtuosos. Platón define la justicia como armonía. Ésta surge en el alma cuando “cada parte hace lo que le es propio” (República, 443 d). Tal como ya se mostró (# 7), la parte racional (siendo prudente), debe guiar a la parte agresiva (que deberá ser valerosa), y ambas dominar a la apetitiva (que debe ser moderada). El que lo consiga será armonioso y justo. Tenemos aquí, por primera vez, la división de la virtud en las cuatro categorías fundamentales: prudencia, fortaleza y templanza (correspondientes a las tres partes del alma) y justicia (como la armonía que resulta en el alma virtuosa). Definida así la justicia del individuo, Platón establece una clara correlación entre el alma y el Estado. “En el alma de cada uno hay las mismas clases que en la ciudad y en el mismo número”. Es decir, cada estamento de la ciudad se corresponde con una parte del alma, y a cada uno le corresponde con la misma virtud. La política como episteme. Platón está influido por el intelectualismo socrático. No se podrá gobernar justamente sino se sabe qué es la justicia. La ciudad ideal platónica es gobernada, pues, por una aristocracia, pero una aristocracia de la virtud y el saber, no de la sangre. Los gobernantes no serán conducidos por la ambición personal y el derecho del más fuerte –como pretendían algunos sofistas- sino que se inspirarán en la contemplación del orden inmutable de las ideas. El poder debe ser ejercido con justicia, no en beneficio propio, sino en el de la ciudad.

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ORGANIZACIÓN IDEAL DE LA CIUDAD MEDIANTE LA DIVISIÓN DEL TRABAJO5

CLASES SOCIALES

TAREA DISTINTIVA

VIRTUD DISTINTIVA

REQUISITOS PARA EVITAR QUE SE AMBICIONE EL

PODER

Filósofos: Domina el alma racional (nous / logos).

Gobierno de la ciudad

Prudencia o sensatez

Abolición de la propiedad privada.

Educación.

El Estado se encarga de la manutención y educación de los hijos.

Guardianes: Domina el alma irascible (thimós).

Velar por el cumplimiento de las leyes. Defensa de la ciudad.

Fortaleza, valor o coraje

Productores (artesanos, comerciantes, agricultores): Domina el alma racional (nous / logos).

Abastecimiento de la ciudad

Templanza o moderación

Armonía entre las clases sociales y entre las partes del alma.

Justicia: “cada parte hace lo que le es propio” a su naturaleza.

5 Este análisis supone una forma de comunicación o relación entre tales conceptos.

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8.3. LOS REQUISITOS DE LA CIUDAD IDEAL. Platón, en la República, describe cómo debe ser la ciudad ideal. Las condiciones de posibilidad de la misma son:

a. La educación. El Estado platónico es un estado educador, aunque Platón no prevé educación ninguna para el estado inferior.

FASES DE LA EDUCACIÓN SEGÚN PLATÓN

FASES DESTINATARIOS OBJETO

Primera etapa Todos los ciudadanos (pero no las clases inferiores, ni los esclavos).

Gimnasia: dominio del cuerpo y formación del carácter.

Música: Formación humanística. [Objetivo: ordenar el alma]

[Mímesis entre la parte más noble de nuestra alma y la estructura matemática de la composición musical.

Segunda etapa Aquellos entre los que se escogerán los gobernantes.

Matemáticas [aritmética, geometría, astronomía]

Dialéctica: a partir de los 30 años. (Filosofía y estudio de las ideas).

b. La eugenesia. Que los mejores se acoplen con los mejores.

c. Abolición de la familia y de la propiedad privada en los dos

estamentos superiores, como medios para garantizar la igualdad y la concordia entre todos.

d. Igualdad de la mujer con respecto al hombre: “No existe en la administración de la ciudad ninguna función que sea propia de la mujer como mujer, ni del varón como varón, sino que las dotes naturales están diseminadas indistintamente en unos y otros” (República 455 d).

9. EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS POLÍTICAS El devenir histórico de los estados conduce a su degradación. A la aristocracia (forma más perfecta) sucede necesariamente la timocracia (dominio del ansía de honores y ambición de los guerreros). Luego se llega a la oligarquía (gobierno de los ricos) y más tarde la democracia en la que el pueblo llano elimina a los ricos. La democracia significa la igualdad de todos y la máxima libertad en la que cada uno escoge su forma de vida. Pero como la oligarquía había descuidado la educación del pueblo, la democracia no puede durar mucho y conduce a la tiranía que

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supone la ruina definitiva del Estado: “De la extrema libertad surge la mayor esclavitud”6. 10. CONTROL DE LAS ARTES EN “LA REPÚBLICA” Y “LAS LEYES”. En Las Leyes Platón defiende un control absoluto de la polis. Un estado inamovible. Sin comercio ni viajes al exterior; encerrada en sí misma. Con un estricto sistema de vigilancia en el que la delación es obligatoria. Sobre las artes debe ejercerse un rígido control: “La imitación siendo mala de suyo y uniéndose a lo que hay de malo en nosotros, sólo puede producir efectos malos”. Pues la imitación “ejerce su poder” sobre la parte de nuestra alma ajena “a la medida y al cálculo (que es) la mejor parte de nuestra alma” (República, 285). En Las Leyes defiende la censura obligatoria de las artes pues la misión del poeta no es narrar, sino ensalzar. Texto significativo: “El poeta no puede componer otra cosa que aquello que sea tenido por legal, justo, bello y bueno en la ciudad. No podrá tampoco mostrar sus creaciones a sus conciudadanos antes de que sean enseñadas a los jueces y guardianes de la ley y aprobadas por ellos” Los cantos de los hombres deben ensalzar la grandeza y el valor. Los cantos de las mujeres deben ensalzar el orden y la moderación. Por último, Platón defiende que la verdadera imitación o mimesis es la del político: Texto significativo: “Nosotros somos también, en la medida de lo posible, poetas trágicos de la más hermosa de las tragedias. Toda nuestra constitución política consiste en una representación de la vida mejor y más noble” (Leyes, 817).

6 Este análisis supone una forma de comunicación o relación entre tales conceptos.

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11. ANEXO I. EL MITO DE LA CAVERNA. El libro VII de la República comienza con la exposición del conocido mito de la caverna, que utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento, según la teoría explicada al final del libro VI.

I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.

Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.

- Ya lo veo-dijo.

- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.

- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!

- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?

- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?

- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?

- ¿Qué otra cosa van a ver?

- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?

- Forzosamente.

- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?

- No, ¡por Zeus!- dijo.

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- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.

- Es enteramente forzoso-dijo.

- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?

- Mucho más-dijo.

II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?

- Así es -dijo.

- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?

- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.

- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.

- ¿Cómo no?

- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.

- Necesariamente -dijo.

- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.

- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.

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- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?

- Efectivamente.

- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?

- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.

- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?

- Ciertamente -dijo.

- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?.

- Claro que sí -dijo.

III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.

- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.

Según la versión de J.M. Pabón y M. Fernández Galiano, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1981 (3ª edición)

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El mito de la caverna

Representación animada del mito de la caverna de platón (de 8 minutos y 39 segundos de duración) publicada en You Tube por Bruno Gómez, alumno del IES Besaya de Torrelavega (Cantabria).

Enlace

12. ANEXO II. PRESENTACIÓN DE LA TEORÍA DE LAS IDEAS TENIENDO EN CUENTA LA CUESTIÓN DEL INNATISMO Y EL MUNDO DE LOS UNIVERSALES.

Bertrand Russell presenta en su libro Los problemas de la filosofía. “El mundo de los universales”. (pp. 83 y ss) la concepción de Platón de la siguiente manera: En el lenguaje empleamos, entre otras propiedades, sustantivos (blancura, caballo, mesa, afinidad…) y relaciones (estar incluido en, estar por debajo de, estar al sur de, ser más rectangular que…). Consideremos, por ejemplo, la noción de justicia. Si nos preguntamos qué es la justicia, es natural proceder considerando uno, dos, tres… actos justos para descubrir lo que tienen en común. En cierto modo, todos deben participar de una naturaleza común que hallaremos en todo lo justo y no en otra cosa. Esta naturaleza común, en virtud de la cual todas son justas, será la justicia misma, la pura esencia cuya mezcla con los hechos de la vida ordinaria produce la multiplicidad de los actos justos. Lo mismo ocurre para cualquier otra palabra que pueda ser aplicable a los varios hechos, como por ejemplo, la “blancura”. La palabra será aplicable a un número de objetos particulares porque participan todos en una común naturaleza o esencia. Esta pura esencia es lo que Platón denomina una “idea”, en este sentido, es inteligible por el espíritu. La “idea” de justicia no es idéntica a algo que es justo; es algo distinto de las cosas particulares, de lo cual las cosas particulares participan. No siendo particular, no puede a su vez existir en el mundo de los sentidos. Además, no es fugaz y cambiante como los objetos de los sentidos; es eternamente ella misma, inmutable e indestructible. Así Platón se ve conducido a un mundo suprasensible, más real que el mundo ordinario de los sentidos, el mundo inmutable de las ideas, el único que da al de los sentidos, el pálido reflejo de realidad que puede pertenecerle. El verdadero mundo real, para Platón, es el mundo de las ideas; pues todo lo que podemos tratar de decir sobre las cosas del mundo de los sentidos, se reduce a indicar que participan en tales y cuales ideas, las cuales, por consiguiente constituyen toda su peculiaridad. La palabra idea ha adquirido en el curso del tiempo, varias acepciones susceptibles de desorientarnos si las aplicamos a las “ideas” de Platón. Usaremos, pues, la palabra universal, en lugar de la palabra “”idea”, para indicar lo que quiere decir Platón. La esencia de esta especie de entidad de la que habla Platón consiste en ser opuesta a las cosas particulares que se dan en la sensación. Hablamos de lo que se da en la sensación o es de la misma naturaleza que lo que se da en la sensación, como de un particular; por oposición, un universal será algo que puede ser compartido por varios

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particulares y tiene los caracteres que, como hemos visto, distinguen la justicia y la blancura de los actos justos y de las cosas blancas. Cuando examinamos las palabras del lenguaje ordinario, hallamos, a grandes rasgos, que los nombres propios representan los particulares, mientras que los otros sustantivos, los adjetivos, las preposiciones y los verbos representan los universales. No es posible hacer una frase sin emplear por lo menos una palabra que designe un universal. Lo más que podría lograr sería una proposición como “Quiero esto”. Pero aún aquí, la palabra quiero designa un universal, pues yo puedo querer otras cosas, y otros pueden querer cosas. Así, todas las verdades implican universales y todo conocimiento de verdades implica el conocimiento directo de universales. Interpretación sintética como teoría de los universales:

Atribución de un predicado general (universal) a un sujeto individual (particular). Ejs, x es rectangular; x ama a y; x es honesto. ..

Los predicados se refieren a formas en sí, inmateriales e inteligibles.

El predicado es una forma a la que los individuos se aproximan.

Entre los predicados existen relaciones eternas e inalterables que hay que explorar (ej, mundo de lo matemático, de lo moral, (libertad, seguridad, participación…).

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA. Baig, A y otros. (2009) Historia de la filosofía. Barcelona: Teide (Teide pp 192-196 y 230-232). Bugarín, Alejandro. (2009) Historia de la filosofía. León: Everest. Navarro Cordón, Juan Manuel y Calvo, Tomás (1979), Historia de la filosofía. Madrid: Anaya. Ruiz Miguel, Alfonso (2009), Una filosofía del derecho en modelos históricos. Madrid: Trottta. Tejedor César (2000). Historia de la filosofía. Madrid: SM.