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Page 1: Planificación deporte escolar en el curriculo

La planificación del deporte escolar en el currículode Educación Física. Los factores de progresión

en las tareas, la motivación y la continuidaden la práctica extracurricular

Jesús Viciana Ramírez (España)Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad de Granada.

[email protected]

ResumenEn el presente artículo tratamos el aprendizaje deportivo como en otras ocasiones (Viciana, J. 1999 y Viciana, J. y Delgado, M.A. 1999), pero abarcando ahora una perspectiva diferente, esto es, el aprendizaje deportivo como una realidad en las clases de EF. Para ello hace falta tener en cuenta una serie de factores para que los alumnos progresen en sus capacidades de juego, aquí tratamos estos factores que deben ir unidos a la motivación en el aula, ya que sin ésta el aprendizaje difícilmente será positivo. Por último tratamos el aprendizaje deportivo desde el punto de vista de la salud y hábitos, relacionado con el tema actitudinal del currículo de EF. En definitiva, cuál es el papel que el docente de EF debe desempeñar en las clases para que manipule los factores en el sentido correcto para proporcionar este aprendizaje motor y favorecer la actitud positiva hacia la EF y Deportiva en sus horas extralectivas. Palabras clave: Aprendizaje deportivo. Factores de progresión en las capacidades de juego. La motivación en el aprendizaje. La continuidad de la práctica deportiva.

1. Introducción El bloque de contenidos de Juegos y Deportes en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria es un contenido donde los progresos del alumnado en la ejecución de habilidades específicas ya se ha comprobado, es decir, presenta una posibilidad manifiesta de aprendizaje motor (Viciana, J., 1998), con lo cual el esencial apartado de procedimientos en Educación Física se puede cubrir incluso sólo con las horas docentes estipuladas. Esto nos permite en esta ocasión abordar tres variables determinantes para facilitar en el docente su labor de enseñanza-aprendizaje en el deporte escolar, estas variables a las que nos referimos son:

a. Los factores a tener en cuenta para progresar en las capacidades de juego de los alumnos.

b. La motivación como factor fundamental para la efectividad en el aprendizaje. Claves para conseguir la motivación en el aprendizaje deportivo durante las clases de Educación Física.

c. La continuidad de las clases de Educación Física, el papel de la escuela y del docente en las actividades deportivas extralectivas o extracurriculares.

2. Factores de progresión en el aprendizaje deportivo El docente de Educación Física generalmente se plantea un criterio de progresión en las tareas que se encaminan al aprendizaje motor de una habilidad específica. Este progreso en el diseño de tareas, conforme va avanzando el aprendizaje del alumno, es el objeto de análisis en esta primera parte del artículo. De una forma resumida podemos decir que la manipulación de cada uno de los factores que vamos a exponer ahora, y en su justa medida, va a provocar que el alumno vaya desarrollando sus capacidades de juego.

Para la exposición de este apartado de progresión en el aprendizaje vamos a tomar como ejemplo una modalidad deportiva concreta como es el voleibol, puesto que para cada deporte necesitaríamos una adaptación o ejemplos concretos, que si bien pueden diferir levemente, sí podemos generalizar en cuanto a los seis factores que vamos a desarrollar. Veamos a continuación dichos factores:

1) Desde la ayuda técnica a la corrección reglamentaria.En general, este primer factor consiste en adaptar las tareas que vamos a plantear a los alumnos de forma que sin conocer el deporte con profundidad éstos puedan jugar, sin problemas técnicos, desde el primer día.

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Precisamente por esto, cada modalidad deportiva, en función de sus requerimientos en las habilidades específicas o elementos técnicos que utiliza, deberá poseer unas rutinas o lo que hemos denominado "elementos de ayuda técnica".

En nuestro ejemplo, el voleibol utiliza elementos como el bote previo a la acción técnica, el acompañamiento en el toque o incluso coger el balón, el toque control, o posiblemente modificar elementos externos como la altura de la red para dar más tiempo de situarse y así facilitar la acción técnica.

La progresión en este sentido irá encaminada a aplicar cuantas rutinas o elementos de ayuda sean necesarios para que el juego sea provechoso, continuo y que en definitiva, cumpla los objetivos marcados, de forma que vayamos suprimiendo estos elementos totalmente y que, por tanto, lleven al alumno o jugador a la ejecución correcta y reglamentaria de las habilidades técnicas.

Quizás lo más importante de este factor sea cumplir la siguiente máxima: "Todos los alumnos deben empezar jugando, independientemente de la modalidad deportiva, por lo que la complejidad en la ejecución técnica debe estar reducida sólo hasta el límite que sea necesario".

2) Desde la situación táctica sencilla al juego real.Tal y como comprobamos anteriormente en la técnica de enseñanza a aplicar en el aprendizaje deportivo, el alumno comienza a jugar desde el principio. Este aprendizaje deportivo conlleva que cada juego posee una implicación táctica, y es precisamente la progresión en este aspecto otro de los factores fundamentales.

En este sentido, debemos ir inculcando progresivamente en el jugador o alumno las diferentes nociones tácticas (tanto individuales como colectivas, y en este orden) propias de la modalidad deportiva que se practique.

En el voleibol podemos utilizar como directrices para progresar en este factor, el número de jugadores, común para todos los deportes colectivos (fundamentalmente comenzaremos por el 1 con 1 y 1 contra 1, hasta el 3x3), la utilización de diferentes campos en tamaño (aunque esto implica también al factor de trabajo físico) y en forma, por ejemplo campos alargados y estrechos, campos en diagonal, campos anchos y cortos con profundidad, etc., así como por ejemplo la utilización aislada de un elemento técnico (sólo pase de dedos) o conjunta de diversos elementos (saque, antebrazos y dedos), número de toques permitidos, etc.

Lo más importante del trabajo de este factor táctico es priorizar elementos tácticos fundamentales en el deporte a aprender, tanto individuales como colectivos, e introducirlos poco a poco en las tareas planteadas. De esta forma el alumno va tomando conciencia de cada aspecto táctico al tiempo que juega, siendo el propio diseño del juego el que condiciona el ritmo de asimilación de estos aspectos.

3) Desde la facilitación física al aumento del trabajo físico.En el aprendizaje deportivo, es fundamental facilitar las condiciones en las que el alumno debe realizar las acciones técnicas, e ir adecuándolas a las condiciones de competición e incluso superarlas en dificultad (no evidentemente en el ámbito escolar). Este es precisamente el contenido de este tercer factor de progresión.

Es importante resaltar que nunca debemos incrementar el factor físico hasta el punto de disminuir la eficacia de las acciones, o lo que es lo mismo, interrumpir la continuidad del juego o tarea que se está realizando. Es evidente que debemos ir incrementando las condiciones del terreno y del juego en general hasta llegar a las condiciones de juego real, pero en los centros escolares esto quizás tiene menos importancia, siendo la concienciación del alumno ante las condiciones de competición o la aplicación del trabajo de condición física al propio juego deportivo los contenidos importantes (las unidades didácticas integradas son un buen ejemplo).

En el voleibol, podemos aumentar el trabajo físico fundamentalmente basándonos en varios

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factores. En primer lugar a la dualidad cooperación-competición, o sea, un juego cooperativo va a provocar que el contrario vea facilitado sus desplazamientos, etc. (lo contrario al juego competitivo, que va a provocar desplazamientos y acciones en general más explosivas y al límite), sin embargo provoca continuidad en el juego, lo que puede incrementar el trabajo de la resistencia aeróbica o ejecutar acciones técnicas con cierta fatiga. En segundo lugar, la modificación de las condiciones del campo (tamaños y formas), el propio número de jugadores, así como la propia altura de la red que condicionará la rapidez de una acción a otra. Y en tercer lugar, la introducción de acciones alternativas en el desarrollo del juego implica un mayor trabajo físico (encadenamiento de acciones, ya sean propias del voleibol, por ejemplo bloquear y dar un pase colocación seguidamente, o acciones no específicas, sacar y realizar dos flexiones de brazos).

4), 5) y 6) De menor a mayor complejidad perceptiva, decisional y en la ejecución.Unimos en nuestra explicación estos tres factores de progresión por cuanto dichos factores actúan conjuntamente en mayor o menor medida cuando diseñamos una tarea motriz, así como por pertenecer al desarrollo ya clásico del mismo autor (Sánchez Bañuelos, F., 1990).

Resumidamente podemos decir que, al diseñar dos tareas en progresión, de menor y mayor complejidad, estamos influyendo inconscientemente en estas tres fases e incidiendo en algún aspecto de ellas para añadir ese incremento de complejidad. Por ello es muy importante tener en cuenta cada uno de estos aspectos que componen cada fase motriz en una tarea concreta para poder ir diseñando la progresión en el sentido en que queramos.

Por la extensión que supone desarrollar todos estos aspectos para cada fase de la tarea motriz, nos remitimos al capítulo 10 del libro ya citado (Sánchez Bañuelos, F., 1990) y al breve ejemplo que observamos en la tabla 1 para el deporte del voleibol:

Tareas Incidencia en cada fase

1) 1 con 1 en campo pequeño. Sólo pase de dedos, ayudados de bote previo y sólo 1 toque permitido.

La percepción es mayor que en un ejercicio analítico, pero dentro del juego, es realmente escasa, por la característica cooperativa de la tarea y por la ayuda del bote previo en la apreciación de trayectorias.La decisión es igualmente escasa, hay pocos elementos que decidir, poca incertidumbre en lo que va a hacer el contrario, no hay compañeros, etc. Por último, la ejecución sólo exige un mínimo grado de precisión para que el balón entre en el campo contrario, por lo demás, es sencilla.

2) 2 contra 2 campo mediano. Se permiten 3 toques por equipo (dedos y antebrazos). Existe la posibilidad de un bloqueo, en cuyo caso el equipo contrario debe pasar a través de un pase de dedos en suspensión.

Aumenta la complejidad en la percepción, ya que se aumentan los estímulos a percibir (mayor número de jugadores contrarios y propios). Igualmente aumenta la complejidad en la decisión, puesto que son más numerosas (sólo un toque, dos o tres, así como decidir si dar un pase de dedos en apoyo o suspensión o de antebrazos). La ejecución se complica también cuando se aumenta el terreno de juego, por la solicitación técnica (nuevos elementos; antebrazos y bloqueo) y física, porque la precisión aumenta al haber más componentes en el otro equipo.

Ejemplo de dos tareas de voleibol en progresión y los cambios sufridos en cada fase de las mismas.

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3. La motivación en el aprendizaje deportivo La motivación es una variable que nosotros consideramos fundamental para que se produzca un clima de clase adecuado para el aprendizaje, cuestión que en algunos momentos se ha llevado al límite, sacrificando el propio aprendizaje motor frente a una simple diversión, sin mucho sentido, del alumnado en clase.

El proceso educativo es intencional por definición, debiendo ser esta intención necesariamente aportada tanto por el profesor que enseña como por parte del alumno que aprende. Si alguno de estos dos protagonistas de la educación no muestra dicha intención, el aprendizaje no podrá llevarse a cabo. Lógicamente suponemos que el factor variable en este compromiso es el alumnado, puesto que el profesor se prevé empático desde el primer momento que llega a la clase de Educación Física.

Por otro lado, encontramos la perspectiva del aprendizaje tradicional (mediante la técnica de enseñanza de instrucción directa, aprendizaje unido a planteamientos de tareas analíticas que producen una motivación prácticamente nula y que provoca la huida de la práctica deportiva por parte del alumnado) frente a la utilización de una técnica de indagación (que por el contrario, hace al alumno reflexivo en su práctica, utiliza planteamientos globales y asegura en cierta medida el éxito en la motivación de los mismos). (Viciana, J. en prensa).

De forma general, afirmamos que el aprendizaje deportivo es más eficaz y motivante desarrollando las clases de Educación Física mediante una técnica de enseñanza de indagación, pero cuáles son las características que las tareas destinadas a este fin deben poseer para asegurar la motivación, ya que ésta es el ingrediente esencial en el ambiente de clase para que se produzca un aprendizaje efectivo. Veamos ahora cuáles son estas características o claves para la motivación en el aprendizaje deportivo.

1) Existencia del éxito.La motivación va unida a ciertas características del juego, y en este caso nos referimos a la posibilidad que el jugador o alumno tiene de ver conseguido su objetivo, es decir, al punto, al gol, etc. Cuando las tareas que nos planteemos carezcan de esta característica, aunque posea otras características importantes diferentes de las que aquí señalemos, habrá disminuido enormemente su potencial de motivación.

Por ello, el profesor debe plantearse la posibilidad de incluir esta característica en sus tareas de aprendizaje en el momento del diseño de las mismas, siempre y cuando no altere el objetivo específico que la originó.

Es muy diferente plantear una tarea con el único objetivo de que se realicen bien las acciones a plantearlas con el aliciente del éxito. Por ejemplo : "Dar pases por parejas de forma continua", frente a : "¡A ver qué pareja es capaz de dar 15 pases seguidos sin que el balón caiga al suelo !".

2) Reto para el alumno.Las tareas bajo la técnica de enseñanza de indagación deben suponer un reto para el alumno, deben crear un clima de investigación y proponer una dificultad superable para el alumno que las realiza, sólo así se conseguirá que la motivación aumente.

Si por el contrario, la dificultad que supone la tarea es insuperable para el alumno o es mínima, fácil de superar, la motivación intrínseca de dicha tarea también será deficitaria. Por tanto es el equilibrio el punto óptimo, un ejemplo claro puede ser el competir 1x1 entre dos jugadores de un nivel muy diferente de ejecución. De esta forma tanto un jugador como otro, verán disminuida su satisfacción por la imposibilidad de "ganar" al contrario, o por la "facilidad" con la que lo vence.

3) Ejecución global de los gestos.El marco de realización de los gestos técnicos o habilidades específicas debe ser el juego, independientemente de los elementos de ayuda técnica que se empleen. Esta es una de las principales características que incluye la técnica de indagación y que debemos respetar, sobre todo rechazando tareas analíticas utilizadas por norma en la fase de aprendizaje. Esta diferencia la percibe el alumno considerando que unas tareas son para él un juego divertido, mientras que otras son un deber que les ordena el profesor, con lo que pierde cualquier motivación intrínseca que pudiese tener.

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Este hecho ya ha sido comprobado por varios autores en el ámbito de la Educación Física y en diversas modalidades deportivas (Viciana, J. 1993; Cárdenas, D. y Moreno, E. 1996).

4) Utilizar la evaluación como medio de motivación.La evaluación, que por sí sola puede tener connotaciones negativas para el alumno, puede emplearse como medio de satisfacción personal, al mismo tiempo, por supuesto, que nos facilita una revisión continua del proceso seguido, los progresos en el aprendizaje motor, en la realización de las habilidades deportivas, los resultados de la competición, la satisfacción que produce en el alumno la propia actividad, etc. Igualmente este enfoque de la evaluación supone una cesión de responsabilidades al alumno, y una concesión de autonomía en su trabajo.

Esta evaluación puede llevarse a cabo a través de planillas individuales de autorregistro, con un diseño correspondiente al de las propias actividades que se van a evaluar, o bien con grandes paneles generales que se colocan en el propio aula o gimnasio, donde se anotan resultados de partidos, objetivos conseguidos, niveles de satisfacción despertados, etc.

5) Adaptación de las reglas al alumnado.Siguiendo con el ejemplo del deporte del voleibol, podemos partir de la reflexión provocada por afirmaciones de los propios alumnos cuando comentan que "jugar a voleibol es aburrido, porque la pelota está más tiempo en el suelo que jugándose", o que "yo no puedo jugar porque no llego al campo contrario cuando saco", etc. Esto evidentemente, aun siendo ejemplos un tanto extremistas, es la esencia para comprender este quinto factor que señalamos, es decir, cuando el alumno no se tiene en cuenta en el diseño de las tareas pueden ocurrir estas cosas, mientras que si se adaptan las reglas, las características del terreno de juego, la altura de la red (para que incluso en algunas ocasiones puedan rematar, elemento muy motivante), etc., la motivación aumentará y todos los alumnos podrán desempeñar sus funciones dentro del juego sin ningún problema.

Fundamentalmente debemos tener en cuenta las limitaciones físicas de los alumnos, las limitaciones en la ejecución técnica y las limitaciones en cuanto a los conceptos tácticos que el alumno tenía asimilados anteriormente.

6) Trabajar en grupo para conseguir las metas.Nos referimos en este aspecto tanto a los deportes de equipo como a los individuales, donde cualquier aprendizaje motor es más efectivo cuando se supervisa y comparte con compañeros. El alumno es copartícipe de las responsabilidades y asimila nociones tácticas de comunicación, situación en el terreno, etc. que sin el carácter grupal serían más difíciles de trabajar. En este sentido los estilos de enseñanza socializadores, cognitivos y participativos tienen mucho que decir, fundamentalmente por la intervención mediatizadora que el alumno realiza en cada tarea.

7) Actividades culminativas del aprendizaje.Generalmente tras la aplicación de un periodo de enseñanza de cualquier unidad didáctica en un centro escolar, se suelen evaluar los aprendizajes con diversas tareas en el propio centro y en el propio aula de Educación Física, pero en este caso nos referimos a la búsqueda de una complementariedad de esta función con la de motivar al alumno a realizar estas actividades, buscando tareas novedosas que sean originales, motivantes y aplicadas a la vida deportiva.

Al igual que se suelen realizar circuitos urbanos de orientación o salidas al campo (acampadas, marchas, etc.) tras un periodo de aprendizaje en el bloque de contenidos de actividades en el medio natural, el contenido de juegos y deportes precisa de una actividad final de aplicación que motive al alumno a poner en marcha todo aquello que ha aprendido en la unidad didáctica impartida.

Este es el caso de la observación de partidos en directo en nuestra propia ciudad, en los cuales los alumnos deban registrar algún aspecto del juego. Esto conlleva la inmersión en la cultura social deportiva, la asistencia a recintos deportivos, la unión afectiva a la competición y la valoración de los esfuerzos, que se perciben mucho mejor durante una competición en directo que por televisión (aunque también podría ser válido, en caso de problemas económicos o de otra índole).

Otra de las actividades culminativas importante por la motivación que despierta entre el alumnado, es la organización de una competición interna en el propio centro, con registros, arbitrajes y participación de los propios alumnos, en la cual se haga coincidir la fase final de ésta con la semana cultural del centro. Una

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evolución lógica de este tipo de actividades podría ser la inclusión de otros centros de nuestra ciudad en dicha competición, con lo cual cumpliríamos otros muchos objetivos educativos y el trabajo interdepartamental entre profesores de diversos centros.

8) Posibilidades de promoción y continuidad deportiva.En el aprendizaje motor, es fundamental conocer y diferenciar el nivel previo de los alumnos (principio psicopedagógico de adaptabilidad, o la zona de desarrollo efectivo de nuestros alumnos), de forma que la división por grupos de nivel en nuestras clases a veces es recomendable o necesario, en caso del tratamiento de grupos heterogéneos. Por este motivo, la posibilidad de que el alumno pueda promocionar de grupo hacia niveles superiores es fundamental para los mantener una motivación alta.

Por otro lado, la función de tutor y orientador deportivo creemos también que es muy importante para la continuidad de práctica en los alumnos y por supuesto para aumentar la motivación del alumnado hacia la práctica deportiva (algo imprescindible para la consecución de objetivos como "crear hábitos..."). En este sentido podemos recomendar la continuidad de práctica de cualquier deporte a nuestros alumnos dando referencias de escuelas o clubes deportivos en la propia ciudad donde se practiquen diferentes deportes y se pueda incluso competir a niveles avanzados.

A nadie se le escapa el hecho de que el tiempo disponible por parte del profesor de Educación Física es muy escaso, sobre todo si buscamos una efectividad en el aprendizaje motor del alumnado, por ello creemos que la importancia de este punto es vital, independientemente que la continuidad de la práctica deportiva se siga realizando dentro del centro escolar (aspecto que hablaremos posteriormente con las actividades físico deportivas extracurriculares o extralectivas) o fuera del centro.

9) Competir.La competición comienza a no ser ya objeto de debate entre los profesionales de la Educación Física, parece ser que hemos consensuado que la competición no es perjudicial siempre y cuando no posea ciertas connotaciones negativas y siempre y cuando se ADAPTE al alumno.

Esta es precisamente la llamada de atención que hacemos en este punto, el competir es necesario para que la motivación del alumnado sea alta (esto lo hemos comprobado todos innumerables veces), por tanto debemos tener cuidado en su diseño, trabajar la competición en su medida justa y con las condiciones adecuadas. Estas son las claves para que consigamos los objetivos deseables y para evitar los atributos negativos de la misma.

Veamos a continuación qué características deben tener las competiciones dentro del centro escolar para no dejar de ser educativas, es decir, cuáles son los requisitos que deben reunir las "Actividades Físico-Deportivas Extracurriculares o Extralectivas" (AFDE).

4. Las actividades físico-deportivas extracurriculares. La continuidad en la práctica deportiva. La insuficiente carga lectiva que el alumno de Secundaria posee en la materia específica de Educación Física, hace que el profesor se plantee en ocasiones seriamente los objetivos educativos como simplemente recreativos o de información al alumnado, donde sólo la asistencia a las clases prácticas y la vivencia de las tareas físicas son suficientes para superar la asignatura, en lugar de atender al aprendizaje motor, a la mejora en la realización de gestos deportivos o mejorar la capacidad de juego en situaciones de competición adaptada.

Por este motivo, para afrontar el gran número de contenidos de que dispone nuestra materia desde la perspectiva del aprendizaje motor, se hace necesario, por un lado, la programación de unidades didácticas integradas y, por otro, complementar el horario lectivo del alumno con actividades que, estando ligadas al centro escolar y supervisadas o dirigidas por los profesores o seminario de Educación Física, se realicen fuera del horario lectivo y complementen a los contenidos e intenciones de la etapa educativa en que se encuentran los alumnos.

A este respecto, la Secretaría de Estado de Educación conjuntamente con el Consejo Superior de Deportes ha editado a través del MEC una colección de libros destinados a informar a los profesores y/o seminarios de Educación Física de los centros a su cargo. Esta colección pertenece al "Plan de apertura de centros en horario no lectivo" e informa de las posibilidades de desarrollar cada uno de los deportes abordándolos desde la perspectiva del aprendizaje motor de los alumnos.

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En cualquiera de los casos, el hecho de organizar y llevar a cabo un programa de actividades deportivas en el centro escolar y desde una perspectiva educativa, no exime de realizar un minucioso análisis de las circunstancias educativas, proporcionando un programa de acorde con los objetivos del propio centro y ampliando las fronteras del aula de Educación Física. Esto está íntimamente ligado al cumplimiento de una serie de características que aseguren el éxito de las actividades propuestas. Las características a las que nos referimos son las siguientes:

1. Todos deben tener la posibilidad de participar.Una premisa fundamental que rompe con la perspectiva tradicional de este tipo de actividades en el centro es la de ofertar inscripciones abiertas a todo el alumnado, la posibilidad de que participen en las actividades tanto alumnos como alumnas, los que juegan mejor y los que no lo son tanto, de forma que ningún alumno se vea perjudicado por la organización de las competiciones.

Este punto está ligado con la oferta de actividades que el alumno puede adscribirse, de manera que no nos limitemos a la organización de competiciones de un deporte concreto, sino que la posibilidad que el alumno tenga para su realización personal sea la suficiente como para que se sienta cómodo con la actividad que escoge y realiza. Los problemas organizativos que puedan sobrevenir para llevar a cabo una oferta amplia de este tipo debemos solucionarlos, por ejemplo si no existieran suficientes equipos para jugar un torneo de baloncesto, no debemos desecharlo sin más, sino proponer algún sistema de rotación de forma que se puedan desarrollar todos los deportes solicitados, etc.

2. Competición recreación sobre competición rendimientoEl inculcar hábitos y valores que nos proporcionan la práctica deportiva debe ser el principal objetivo, apoyados en una motivación alta del alumnado que practica nuestro programa de actividades físico-deportivas. Sin embargo, la conexión de este tipo de actividades con clubes que proporcionen estas nociones de rendimiento y superación personal deben estar cubiertas en la medida posible, quedando por tanto los objetivos de rendimiento en nuestro programa en un segundo plano.

3. Programa de actividades autoorganizadoLa actividad del docente en Educación Física es lo suficientemente extensa como para poder dedicarnos, además, a la organización y control de un programa de actividades en horario extralectivo, máxime cuando esto no nos reporta una reducción horaria ni un incremento en la retribución percibida.

Por este motivo, debemos diseñar un programa provisto de un sistema de autoorganización por parte de los propios alumnos participantes, donde cada equipo, cada curso, cada ciclo, posea sus funciones de acuerdo con la madurez y responsabilidad que exigen dichas funciones. Recursos que nos serán válidos para ello serán el distribuir los horarios de competición en recreos, determinados días por las tardes o sábados con el correspondiente permiso del centro, distribución de funciones de arbitraje para los mayores, e incluso de entrenadores de equipos pertenecientes a cursos inferiores, utilizar paneles gráficos, tablones donde se autorregistren los resultados, responsables de material según los días o semanas, etc.

Somos conscientes de que la autoorganización de un programa de actividades extracurricular no se consigue simplemente con una buena planificación y que la dedicación del profesorado de Educación Física debe ser máxima en un primer momento e ir delegando funciones conforme el programa se va asentando, pero realmente se puede conseguir y no debemos desistir desde el primer contratiempo.

4. Respetar la máxima de "No eliminación"Es fundamental que en este tipo de programas donde priman los objetivos educativos y donde la base del éxito se fundamenta en la participación de los alumnos, se suprima el concepto de "eliminación". Los equipos participantes en las diversas competiciones no deben "dejar de hacer deporte", dejar de participar, no jugar, etc., puesto que entonces estaríamos cayendo en el error de suprimir la esencia del propio programa de actividades, volviendo a los "antivalores del deporte", donde todo vale para ganar al rival, fomentando las disputas y el miedo al fracaso, y provocando que los eliminados no vuelvan a participar en actividades que se propongan en el futuro.

Las soluciones podrán ser muy variadas y debemos proponerlas nosotros, según el tipo de actividad, el número de participantes, etc. Posiblemente puedan incorporarse a una competición paralela, a otro tipo de modalidad deportiva, a realizar funciones diferentes dentro de la propia competición, etc., pero nunca ser eliminados completamente.

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5. Equidad en la competiciónEs de suma importancia que cualquier torneo o competición que propongamos en nuestro programa de actividades deportivas sea equitativa, es decir, debe existir una posibilidad de triunfo para todos los participantes. Para ello haremos valer las reglas necesarias, conformando equipos homogéneos en cuanto a niveles de ejecución, e incluso si tenemos suficientes participantes, realizar competiciones paralelas de niveles diferentes, algo parecido a las divisiones de fútbol (con posibilidades de promoción), o si no lo consideramos oportuno por la discriminación que pudiera existir, introduciremos reglas como la de mezclar los integrantes de los equipos cambiando cada vez después de cada partido, etc.

El ámbito de los intereses no podemos olvidarlo, tal y como comentamos anteriormente, la oferta debe ser amplia o en su defecto proponer actividades rotativas, de forma que todos los participantes vean satisfechas sus expectativas.

En este mismo apartado tendría cabida el aspecto coeducativo, referente al cual podemos aconsejar que, o bien se hagan equipos mixtos obligatoriamente (de esta forma se solventan problemas de homogeneidad de niveles al tiempo que la socialización es completa), o bien se realicen, en caso de participantes suficientes, competiciones paralelas, en cuyo caso podríamos introducir otras funciones como las de arbitraje, seleccionadores, anotadores, etc., en los torneos del sexo opuesto.

6. Evaluar el programa de actividadesEste punto, tópico culmen de cualquier proceso educativo, es de gran importancia, puesto que será el que nos aporte la información suficiente para posteriores programas, rectificaciones de las duraciones de los mismos, de la distribución horaria de partidos, de la organización en todos los aspectos (material, arbitrajes, etc.), homogeneidad o heterogeneidad en los niveles e intereses de los alumnos, satisfacción general del alumnado en su participación, nivel de implicación de los profesores del centro (tanto de Educación Física como de otras áreas), etc.

Entre los instrumentos a emplear en esta evaluación podríamos sugerir el cuestionario, que siempre nos aporta información de manera rápida y recoge la opinión de todos los participantes. En su diseño tendremos en cuenta todos los aspectos que nos interesan e incluiremos al menos, una pregunta de cada uno de ellos (motivación despertada, problemas de organización, nivel de participación, etc.). Igualmente podemos utilizar los propios paneles de registro de las actividades para realizar una evaluación de cada una de ellas de forma rápida, observando resultados de partidos, casillas rellenas por los participantes, etc., así podremos ver dónde se interrumpió la actividad (si ocurrió), la fecha, etc., para poder indagar posteriormente en los por qué y darles solución en próximos desarrollos.

Es muy importante el suministrar, en su caso, un feedback afectivo a los alumnos por su labor en el programa, reforzando su actividad y preparando el o los torneos para sucesivos cursos. A este respecto es posible que podamos realizar una pequeña ceremonia de clausura aprovechando las festividades de los centros o las semanas culturales.