plan director de gestión de residuos de gipuzkoa 2. introducción

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    1. INTRODUCCIN

    A continuacin se pasa a desarrollar el primer punto de introduccin alPlan Director de Gestin de Residuos de Gipuzkoa (PDGRG). El presente

    captulo cuenta con una serie de epgrafes que pretenden establecer las basesdel presente trabajo; desde las razones por las que nace el propio plan, lacrtica al anterior plan integral (plan apoyado hasta ahora por las instituciones,en adelante PIGRUG: acrnimo de Plan Integral de Residuos Urbanos deGipuzkoa), as como los objetivos y principios que persigue el presente trabajo.

    1.1.- EXPOSICIN DE MOTIVOS

    En la actualidad, uno de los problemas fundamentales dentro de lassociedades humanas es la gestin de sus propios residuos. Detrs de ellosaparece un modelo econmico y social que muchos cientficos y entendidoshan calificado como in-sostenible, derivado del gran gasto de materiales yenerga y de un crecimiento econmico acelerado que est terminando con unagran cantidad de recursos naturales y territorios. Los ritmos geolgicos demillones de aos, biolgicos de miles de aos y climticos, tambin de miles deaos, estn siendo profundamente alterados y no respetados. Esto hace queaparezcan importantes problemas en el planeta y el medio que nos acoge, y laposibilidad de que el propio ser humano pueda terminar, no con el planetapuesto que ste se ha recuperado de crisis mucho ms profundas eimportantes (choques de meteoritos, cambios de polaridad, cambios climticos,etc.), sino con nuestra propia especie (Lovelock, 1990, Wilson, 1990, Myers,

    1990, Odum, 1990, Delibes, 1990...).La generacin de residuos derivados de nuestra actividad ha cambiado

    notablemente en los ltimos aos. Mientras hasta la revolucin industrial y laextensin de las ventajas sanitarias, econmicas y sociales que caracterizanactualmente a las sociedades ms adelantadas, las basuras eran consideradascomo un bien que daba lugar a la generacin de abonos que volvan a serintegrados dentro del sistema productivo, en estos momentos, la aparicin dediferentes materiales y de una desmesurada cantidad de bienes consumidos demanera ms o menos superflua, da lugar a la dificultad en seguir considerandonuestras basuras y residuos como un bien encauzable bajo una poltica similar

    a la anterior.La masificacin del medio urbano, la gran generacin de basuras, la

    irrupcin de nuevos materiales poco adecuados, la poltica del usar y tirar, lasobreempaquetacin de los productos, la poca informacin y educacin de lapoblacin ante la recogida selectiva, etc. se configuran como los principaleselementos a abordar y mejorar.

    Sin embargo, tampoco hay que perder de vista que, una gran parte denuestras basuras son susceptibles de un aprovechamiento secundario, esdecir, pueden ser tomadas como materias primas y no como basura a eliminar.

    A da de hoy, existen pases y regiones con cifras cercanas al 80% de lasbasuras empleadas en otra cosa que no sea el vertido o su

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    desaprovechamiento. Ciudades como Miln con cifras de reciclaje en torno al75%, Mancomunidades como la de Montejurra, en Tierra Estella, Crdoba, LaPlana, etc. con cifras de aprovechamiento del 75-80% de los residuos slidosurbanos, etc. Mientras, dentro de la CAPV y de Gipuzkoa se tiende a imponerun modelo que se basa en las cifras ms bajas de recogida selectiva (un 19% a

    da de hoy) y en un sistema cmo es la incineracin que se centra en laeliminacin de una gran cantidad de residuos susceptibles de seraprovechados para usos ms sostenibles y econmicos. En este sentido, laincineracin quema materias primas y, por lo tanto, elimina un bien econmicode gran valor. Esta afirmacin aparece recogida en numerosos documentoscomo pueden ser las directivas europeas de residuos, el V y VI programaambiental, la ley nacional de residuos, etc. Todos ellos sern analizadosposteriormente. Estos documentos mencionados chocan frontalmente con losaspectos aplicados propuestos por el PIGRUG (Plan Integral de Gestin deResiduos Urbanos de Gipuzkoa). Dicho plan, partiendo de una interpretacintorticera de los contenidos normativos de las leyes y programas en vigor, pasa

    por encima de los principios de sostenibilidad para establecer unas cotascercanas al 70% de las basuras a quemar. Cmo se puede hablar de primarel reciclaje, la reutilizacin o el aprovechamiento material de las basuras(compostaje), si luego esto se traduce en partidas presupuestarias nimias paradichas cuestiones y un superdesarrollado presupuesto para la instalacin ymantenimiento de una central de quemado de materias primas perfectamenteaprovechables?.

    Estos mismos planes establecen principios difcilmente justificables siatendemos a los compromisos que en materia de salubridad, desarrollosostenible y respeto hacia la sociedad se han firmado dentro de nuestro mbitoterritorial. Esto es ms evidente si tenemos en cuenta que la incineracinatenta contra lo acordado en Rio, Washington, Kyoto, etc., puesto que agravael problema de emisin de residuos gaseosos a la atmsfera. Compuestoscomo los xidos de azufre, el dixido de carbono, xidos de nitrgeno, etc.aumentan el riesgo de calentamiento global. Adems pueden acarrear otrosproblemas locales como aparicin de lluvias cidas, brumas fotoqumicas,procesos de corrosin de instalaciones, etc. Especialmente grave es intentarengaar a la poblacin afirmando que la incineracin va a contribuir a lareduccin de las emisiones de CO2. El proceso de incineracin no suponeacelerar el ciclo natural del carbono, sino que da lugar a una emisin acelerada

    de esta materia que tanto est colaborando al calentamiento global. Alcontrario, el carbono es asimilado por la vegetacin a travs del proceso defotosntesis. A partir de sales minerales y agua, los vegetales son capaces degenerar materia orgnica y de asimilar ese carbono inorgnico. De estamanera, el suelo, una vez muertos los restos vegetales, se configura como unreservorio de esta materia que lejos de ser enviada directamente a laatmsfera, pasa a ser sustrada de sta y formar parte de los ciclos naturalesbiticos. Por ello, aportar carbono al suelo (a partir de procesos como elcompostaje) supone fijarlo, mientras que incinerar supone verter grandescantidades del mismo a la atmsfera.

    La sostenibilidad no se ve, desde luego, reforzada a travs de lainstauracin de un modelo de tratamiento de residuos que nicamente

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    contempla su destruccin, sin un aprovechamiento aparentemente justificabley, sobre todo, dando va libre a la generacin de un mayor volumen de basuraspuesto que no se pone freno sobre la raz del problema. En todo caso, laposibilidad de deshacerse de una gran cantidad de basura, sin reciclar, sinreutilizar, etc. da lugar a una mayor produccin de todo tipo de productos que,

    en una gran cantidad de casos, antes de su consumo ya pueden considerarsecomo basura puesto que simplemente van a servir como reclamo publicitario,envoltorio intil u oferta no interesante. En esta tesitura se encuentran lospases abiertamente incineradores hasta la fecha. De esta forma, nacionescomo Alemania, Suecia, Austria, Dinamarca, etc. con una experiencia en elcampo de la incineracin de ms de 20 aos, han ido pasando de cifras deincineracin siempre menores a las que admite el propio PIGRUG, por encimadel 60%, reduciendo este porcentaje hasta no llegar a quemar basuras, a dade hoy, nunca por encima del 50%. Esto responde a un esfuerzo profundo encuestiones como la generacin de leyes de responsabilidad del productor,campaas de concienciacin, sensibilizacin y educacin y profundizacin en

    aspectos alternativos como el reciclaje, la reutilizacin, el compostaje, etc.Especialmente reseable es el caso de Austria donde, hace 8 aos secomenz con la recogida selectiva de la FOB (Fraccin Orgnica de la Basura),de manera que, a da de hoy se est compostando el 80%. Si dicha materiaorgnica supone el 45% de toda la basura generada, se est dando lugar a unaprovechamiento mucho ms sostenible de esta materia que pasa a enriquecerlos suelos de dicho pas, colabora en la mejora de la produccin agropecuaria,mejora la estructuracin y texturizacin edfica y evita emisiones atmosfricas,vertidos, problemas de lixiviados y contaminacin de acuferos, etc. Tambinhay que citar el caso especial de Alemania. Ante la optimizacin de sustratamientos de la basura profundizando en estos sistemas mucho mseficientes, ha dado lugar a que sus incineradoras se hayan quedado sinmateria prima para incinerar y hayan tenido que buscar la misma en pasesvecinos como Italia, Francia, Blgica... No obstante, la Unin Europea haemanado diferentes sentencias que penan estos trficos de basura y, por lotanto, muchas de estas plantas estn sufriendo procesos acelerados dedecadencia.

    Frente a ello parece recomendable apostar por un cambio de paradigmaque tome el problema de raz y, en este mismo sentido, intente abordar laproblemtica de una manera ms racional y lgica. El problema fundamental en

    la generacin de basuras es la inexistencia de una amplia y correcta formacinde la poblacin. Slo se pueden invertir las tendencias actuales en generacinde basura con una buena educacin de la poblacin y con una informacincrtica en el mbito del consumo responsable. As mismo, deben tomarse encuenta medidas que, en el mbito de la produccin de los bienes de consumo,otorguen ms importancia al vector medioambiental a travs de una miradams largoplacista y la correccin de las pautas de produccin basadas enmodelos ultraliberalistas. La incineracin, mtodo obsoleto, puede aplazarinexplicablemente un esfuerzo que en algn momento se deber realizar. Lospasos intermedios, cuando los sistemas de quema de basuras se hanmanifestado como claramente insuficientes e ineficaces para resolver el

    problema desde su raz, hipotecarn la profundizacin en unos mtodos muchoms efectivos y sostenibles. Gipuzkoa est ante la ocasin de quedarse a la

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    incentivar a esta recogida selectiva ptima, la tasa plana potencia la existenciade unos niveles bastante pobres de reciclaje y aprovechamiento de losresiduos slidos urbanos. No se puede mantener durante mucho ms tiempoun sistema injusto que grava a aquellas personas eficientes que realizangrandes esfuerzos en el mbito de la buena recogida de cara al reciclaje, y

    premia excesivamente a aquellas que, sin ninguna conciencia, cuentan con unsolo cubo de basura general en sus casas. Al igual que la mayora de lasconductas humanas, tambin la recogida y transporte de los residuos hasta loscontenedores, es una actividad aprendida o consuetudinaria. Uno de los pilaresbsicos en esta concienciacin pasa a ser la poltica escolar. Es necesarioconsiderar el problema de los residuos dentro de una temtica transversalcomo es la medioambiental. Existen numerosos materiales pedaggicosdestinados a conseguir los objetivos antes apuntados de un mejor consumo,ecolgico, una ptima recogida selectiva, etc. En este sentido, la educacin dela poblacin infantil genera unas pautas naturales de realizacin de estasprcticas que, adems, inducen a los mismos comportamientos dentro de sus

    casas u hogares. Los propios escolares funcionan como educadores de pautascorrectas dentro de la poblacin adulta.

    En la lnea argumental anterior aparece, como uno de los pilares bsicosdel desarrollo sostenible y de los compromisos en esta materia firmados por ellehendakari Ibarretxe (Compromiso Vasco de Desarrollo Sostenible yEstrategia Vasca de Desarrollo Sostenible), la idea de la participacinciudadana. Todos los procesos de ordenacin territorial (y la gestin de lasbasuras se encuentra entre uno de ellos), deben contemplar la participacinciudadana y la transparencia informativa por parte de las diferentesadministraciones. Al respecto, se deben facilitar herramientas de consulta demanera que se llegue al mayor nmero o ndice posible de participacinciudadana. Difcilmente se conseguir esto teniendo en cuenta la metodologautilizada hasta la fecha. Mientras en pases como Suiza o Suecia lascuestiones como la modalidad de tratamiento de los residuos slidos urbanosson aprobadas a travs de plebiscitos o consultas multitudinarias a losdiferentes grupos sociales, aqu se siguen empleando metodologas tan pocoefectivas como el buzoneo indiscriminado, la reduccin en el tiempo dealegaciones, la utilizacin de los meses vacacionales para su exposicinpblica, la ocultacin de informacin sensible, la inexistencia de debates confuerzas sociales, institucionales, cientficas, tcnicas, la no inclusin en los

    distintos programas electorales de planes mucho ms concretos, etc.Tampoco es de recibo la inexistencia de un verdadero programa de

    aprovechamiento de la materia orgnica putrescible de nuestros residuos.Mientras existen pases que llegan al aprovechamiento de estas materias atravs de sistemas como el compostaje o la biometanizacin, en la actualidadGipuzkoa no ha sido capaz de tratar ni el 1% de los residuos susceptibles derecibir este tratamiento. Tambin en este sentido se est perdiendo un tiempoprecioso y nos encontramos a la cola en el tratamiento de estas materias. Entodo caso, no parece excesivamente sostenible un modelo en el que sedesestiman unos recursos orgnicos de gran calidad, mientras la mayor parte

    de los acuferos y suelos de la Pennsula y la CAPV se encuentran gravementecontaminados por la sobreutilizacin de abonos, plaguicidas y herbicidas

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    qumicos. La posibilidad de generar un buen compost (el abono ms utilizadopor el ser humano desde sus comienzos como sedentario), hace que se abraun grandsimo nmero de posibilidades dentro del mundo agropecuario y quese atajen dos problemas medioambientales de gran importancia; la gestin delas basuras y la resolucin de los problemas medioambientales de

    contaminacin edfica e hdrica. El mercado del compost se configura comouna de las grandes potencialidades de aquellas regiones que consigan hacerfrente a una buena elaboracin del mismo. Si hoy en da existe un claromercado, en este sentido, que duda cabe que las posibilidades a futuro,teniendo en cuenta las normativas medioambientales europeas, son realmenteesperanzadoras. En este campo es la voluntad poltica la que puede resultarconcluyente.

    El desarrollo sostenible consiste precisamente en la idea de ser msefectivos y menos potentes, tanto en el consumo de materiales y energa comoen su manejo y gobierno posterior.

    Otro de los vectores fundamentales en la reduccin de los residuos y lacorrecta ordenacin de los mismos es la necesidad de prohibicin de aquellosmateriales que, a da de hoy, no puedan ser reciclados o cuenten con procesosmuy costosos y de importante impacto ambiental o sanitario. Al respecto, noparece demasiado sostenible la permisividad de materiales como el PVC que,adems de no contar con procesos industriales de reciclado ptimos, puededar lugar a severos impactos sobre la salud y el medio ambiente. Este mismocaso esta comenzando a ser atajado. En este sentido, cabe destacar dosiniciativas municipales que, sin duda alguna, generan un precedente que serseguido rpidamente por otras entidades y asociaciones. Uno es el caso deCarmona (Andaluca), que ha sido autonombrada como ciudad sin PVC y queha prohibido la entrada al municipio de cualquier objeto que este realizado conesta sustancia y la otra es el Ayuntamiento de Barcelona que ha prohibido estematerial para cualquier instalacin municipal. El caso de los plsticos esparadigmtico puesto que, an existiendo tipologas relativamente fciles dereciclar o con una persistencia dentro del medio ambiente relativamente corta,se siguen utilizando productos y frmulas que, al contrario, cuesta muchoreciclar o no son degradadas con facilidad a la hora de realizar vertidos.

    Tambin parece difcilmente explicable la poltica que se est llevando

    con respecto al vidrio. En este caso, aunque una gran parte de l essusceptible de ser reciclado, parece mucho ms conveniente primar sureutilizacin puesto que este proceso puede resultar mucho ms econmicoque su reciclaje. Por una parte, estos procesos de reutilizacin del vidrio no nosresultan ajenos puesto que hasta hace relativamente poco eran varios losformatos que se reutilizaban y devolvan a los comercios (botella de leche,botella de vino, botella de cerveza, etc.). Esto supondra un ahorro claro para elconsumidor que cada vez que debe realizar una compra de estos productosdebe hacer frente al pago de un envase del que debe deshacerse con lo queesta realizando un doble pago, al adquirirlo y al deshacerse de l a travs de suvertido. Incluso los ltimos reductos de esta costumbre de reutilizar, las botellas

    de sidra, tienen sus das contados. La reutilizacin podra afectar no slo alvidrio, en todos sus formatos, sino a otros materiales.

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    La lista puede ser interminable si tenemos en cuenta los diferentesmateriales que pueden ser susceptibles de ser considerados como residuo. Alrespecto tambin queremos llamar la atencin sobre el reciclaje de un materialcomo es el cemento y hormign. Mientras en la Comunidad Autnoma de

    Catalunya se va a alcanzar la cifra del 60 % de dicho material reciclado, aquno existe ningn programa que propicie este tipo de procesos. A da de hoy, enla comunidad autnoma antes referida, ms de la mitad del cemento, hormign,etc. que se desestima a modo de escombros, es recogido de forma selectiva yreciclado, de manera que puede llegar a ser empleado para todo tipo deconstrucciones. El caso del Pas Vasco es especialmente sangrante puestoque existe un gran impacto visual y ambiental derivado de las numerosas ymuy extensas explotaciones de cantera. Ms alarmante supone que un planautotildado de integral, como es el realizado para la diputacin de Gipuzkoa, norecoja el tratamiento de estas sustancias que, en peso, superanconsiderablemente las cifras del resto de residuos juntos. No se puede hablar

    de un plan integral si la fraccin que mayor aporte realiza a da de hoy anuestros vertederos no es ni siquiera analizada. Tampoco es comprensible queno se lleven a cabo anlisis profundos de otra fraccin como son los residuosganaderos.

    Por ltimo, hay que resear que para la buena consecucin del presentePlan Director es indispensable, no slo la colaboracin de la poblacin deGipuzkoa, sino que exista una voluntad poltica clara de abordar este reto, tantopor parte de la Diputacin Foral como por las Mancomunidades de recogida ytratamiento de basuras. Sin el apoyo econmico, informativo y moral de dichasadministraciones no se podrn desarrollar convenientemente las actividadespropuestas y, por lo tanto, no se dar lugar al desarrollo del sistema deobjetivos propuestos a continuacin y que resuelven a travs de un mtodoverdaderamente sostenible de recogida y tratamiento de residuos.

    Tambin es necesario un amplio consenso poltico. Ciertas medidastemidas por su supuesta impopularidad deben ser tomadas desde un acuerdoamplio y conjunto que no d lugar a ulteriores juegos polticos. La basura nopuede configurarse como el arma arrojadiza y electoralista que d al traste conlos esfuerzos de sostenibilidad de la ciudadana.

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    1.2.- CRTICA AL PLAN INTEGRAL DE GESTIN DE RESIDUOS URBANOSDE GIPUZKOA

    Dentro de este epgrafe queremos realizar un acercamiento crtico al

    documento denominado como PIGRUG (Plan Integral de Gestin de ResiduosUrbanos de Gipuzkoa). Dicha crtica no debe interpretarse como un ejercicioinamistoso de devaluacin sin justificacin aparente, sino como un saltopositivo que salva un plan realmente poco eficaz y menos ambicioso. En estamisma lnea, el presente epgrafe pretende construir a travs de una crticaracional y ofrecer al lector las pautas claras para un acercamiento mucho msefectivo y veraz a dicho documento. En numerosos epgrafes del PIGRUG serealizan una serie de observaciones difcilmente justificables y se utiliza undiscurso que no resulta muy entendible por el gran pblico.

    La primera de las cuestiones que resulta ms curiosa es la ausencia de

    una metodologa clara. En todos estos documentos de planificacin sedistinguen, tradicionalmente, una serie de etapas que, sin embargo, dentro delPIGRUG aparecen poco definidas, algunas no se desarrollanconvenientemente y otras no encuentran una justificacin aparente. Alrespecto, hay que destacar que segn una metodologa tradicional, se debepartir de una compilacin de documentos que ataan al territorio y a la materiaque se est tocando. Esta etapa primera, denominada de informacin, trata derecoger la mayor cantidad posible de fuentes que den lugar a una base slidade la que partir para un posterior anlisis. Esta sera la siguiente etapa, la etapade anlisis. sta debe partir de una revisin y sntesis, no slo de las fuentesinformativas recogidas, sino de datos que no hayan sido obtenidos por estasvas pero que se consideren de importancia. En este sentido y para que elPIGRUG contara con un mayor rigor, debiera haber centrado sus esfuerzos enla obtencin de datos mucho ms completos acerca de las diferentesmancomunidades y grupos de basuras. Hay que resear, como datosuficientemente esclarecedor, que la confeccin de la tabla media de lasbasuras generadas en Gipuzkoa se ha realizado con un anlisis basado en unnmero de observaciones muy limitado, con un estudio que, de hecho, cuentacon unos sesgos realmente considerables. Sirva como dato, que en ningn otropunto de la Pennsula Ibrica existen producciones de materia orgnica tanbajas como las que emanan de la tabla referenciada en el PIGRUG. Nuestro

    estudio concienzudo a travs de un trabajo de campo amplio y de otrostrabajos de planificacin y datos obtenidos por innumerables mancomunidadesy administraciones con competencias, hablan de que en ninguno de los casosel % de materia orgnica baja del 38%, siendo la moda (cifra ms repetida detoda la serie) el 41,3%. Posteriormente a esta fase de anlisis se da lugar a undiagnstico de cal es la situacin actual y las tendencias a futuro. Paraterminar, en cualquier plan se deben generar, analizar y evaluarconcienzudamente diferentes alternativas que den lugar a la resolucin de losproblemas diagnosticados, as como el aprovechamiento de las tendenciaspositivas o los puntos fuertes de la situacin actual. Al respecto, el PIGRUGgenera unas alternativas muy parecidas, en todas ellas se desestiman mtodos

    como la biometanizacin o el compostaje sin razonamientos claros y objetivosy, en cualquiera de los casos, la solucin final pasa por la incineracin.

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    El presente Plan Director va a presentar una metodologa como la quese ha citado pero con una visin mucho ms amplia de la tipologa de basuras,las realidades existentes tanto dentro de la provincia como fuera de ella y conla contemplacin de alternativas mucho ms diversificadas y en las que entran

    en funcin aquellos mtodos y vas realmente sostenibles.

    Otra de las importantes y generales conclusiones sacadas de la lecturadel PIGRUG es el escaso peso que se le da a la voluntad de la poblacin parainvertir las tendencias de crecimiento de la generacin de basuras o inclusopara mostrar una tendencia positiva haca la profundizacin en la recogidaselectiva. En este sentido, los redactores del plan presentan una visinderrotista y catastrofista acerca de la conciencia de la poblacin en los mbitosantes citados. Aunque dentro de sus considerandos y grandes principiosiluminadores del Plan se hacen constantes referencias a la necesidad degenerar tendencias que finalicen con el crecimiento continuado en la tasa de

    generacin de basuras y a la necesidad de concienciacin, sensibilizacin yeducacin de la poblacin, a la hora de repartir las partidas presupuestarias odar un peso a cada uno de los puntos, ste, el de la concienciacin y educacinno cuenta con un peso relevante puesto que la conclusin es, ms o menos,que la poblacin puede sentirse incluso desarraigada socialmente si se laobliga a hacer esfuerzos en el campo de la recogida selectiva. Al respecto,cabra realizar un comentario interesante; el mayor desarraigo con respecto asus instituciones y administraciones competentes en esta materia, siempre havenido de la mano de aquellos esfuerzos para ubicar las plantas incineradoras.Baste citar los ejemplos de Urnieta, Bajo Bidasoa o Donostia en la actualidad oAndoain y Astigarraga en esfuerzos anteriores. En cualquier caso, los estudiosy citas acerca de las investigaciones sociolgicas llevadas a cabo al respecto yque dan lugar a estas grandilocuentes aseveraciones no existen.

    El PIGRUG no recoge ningn tipo de anlisis sociolgico serio en el que,partiendo de una buena informacin en la que se recojan todos los pros ycontras de cada uno de los mtodos y las tendencias a partir de los cdigoslegales existentes en este sector, se estimen las opiniones tanto de diferentesagentes sociales como de un nmero suficientemente representativo depersonas que habiten el territorio de Gipuzkoa. Este punto deslegitima de caboa rabo el propio PIGRUG. Aunque la Diputacin se obstina en hacer ver que el

    proceso a sido transparente y se utilizan una serie de talleres EASW pararecabar la opinin de diferentes agentes sociales (amas de casa, empresarios,universitarios, grupos ecologistas, etc...), la realidad es que desde el primertaller todas las alternativas coincidan en la incineracin como solucin final. Lapropia deslegitimacin del proceso de participacin social, que no ciudadana,ha venido de manos de la imposicin flagrante, desde el principio, de lospostulados recogidos por el PIGRUG. En ningn momento ha habido unavoluntad mnima de cambiar ni una coma de dicho texto. De hecho, aunqueexistieron ms de 100 asociaciones o grupos sociales en el primero de lostalleres, al ltimo slo acudieron cerca de 20. Esta misma cifra da una idea delfracaso de la propia participacin social.

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    El debate pblico se est dando en estos momentos. Los movimientosplurales y bien consolidados de ciudadanos en lucha contra la incineracinestn tomando una relevancia tan notoria que para muchos partidos polticos lapostura proincineradora supone una futura merma de votos para las prximaselecciones.

    Con la lectura del PIGRUG da la impresin de que el equipo deredaccin intenta maquillar y vestir de una forma ms o menos cientfica unadecisin poltico-tcnica tomada de antemano. De hecho, se fuerzan al mximodeterminadas cuestiones para intentar colar la necesidad inevitable de laincineracin. Muchos de los datos que se proporcionan o son errneos o caenen la falsedad. De hecho, se estiman ejemplos de modelos alternativos como elde Vilassar de Mar donde las cifras han sido manipuladas burdamente. Estemunicipio cataln cuenta con unos esfuerzos de recogida puerta a puerta, decompostaje y de otras medidas alternativas que para s los quisiera cualquieradministracin. En este caso no se han tomado los datos de los ltimos aos

    con lo que la lectura queda perfectamente sesgada.

    Otra de las falsedades que intenta colar el propio PIGRUG es la deenfrentar slo dos grandes opciones; la incineracin o el vertedero. Desdeluego, los vertederos generados en la provincia de Gipuzkoa cuentan con unaproblemtica que posteriormente se detallar con ms profundidad pero queradica en que no se han hecho los esfuerzos pertinentes en la recogidaselectiva de la materia orgnica. sta ha ido colaborando en la colmatacin delos vertederos y en la aparicin de problemas como lixiviados, generacin debolsas de biogas con el consiguiente olor, pequeas o medianas explosionespor emanacin de estos mismos gases, molestias a la poblacin. Si esamateria orgnica se hubiera recogido convenientemente, a da de hoy noexistira tal colmatacin y el resto de problemas. No obstante, hablar deincineracin es hacerlo a la misma vez, de vertido. Una incineradora nonecesita un solo vertedero, sino que requiere varios tipos diferentes. Lascenizas, materiales txicos y peligrosos, suponen entre un 4 y un 6% de lasbasuras que entran en el horno. Esta cantidad debe ser depositada en unvertedero especial de residuos txicos y peligrosos. Las escorias, por su parte,suponen entre un 28 y un 35%. Aunque desde la Diputacin se intente venderla idea de su aprovechamiento, lo cierto es que en los pases centroeuropeosdonde la historia de la incineracin es dilatada en el tiempo, en un primer

    momento las utilizaban para obras de ingeniera civil; firmes de carreteras,presas, diferentes tipos de asfaltos, etc. A da de hoy el 100% estn siendoconfinadas en vertederos de seguridad puesto que se sabe, a ciencia cierta,que contienen compuestos qumicos tan contaminantes como los que sepueden encontrar en las cenizas. Intentar aprovechar estos residuos ser unalocura puesto que se estarn esparciendo toneladas de residuospolucionadores por toda la provincia, mucho ms, si como es la finalidad de laDiputacin, debido a que no hay empresas privadas que demanden estosresiduos, se quieren destinar al firme de las pistas forestales y rurales. Sonprecisamente estos territorios mejor conservados y con mayores valoresnaturales los que van a quedar irremediablemente contaminados por esta

    prctica.

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    En todo caso, el lector debe saber que en total, de lo que entra en elhorno de incineracin, entre un 32 y un 41% se convertir directamente enresiduo y necesitar nuevos vertederos, si resulta cierto que los actualmenteexistentes se van a colmatar. Adems de estos dos tipos de residuos y, porende, de vertederos, la incineradora necesitar otros dos tipos diferentes; uno

    para albergar las basuras que llegan a la planta y que debido a parones, fugas,malfuncionamiento de los hornos, etc. no se puedan quemar y otro que es lapropia atmsfera donde se vertern toneladas y toneladas de CO, C02,diferentes xidos de azufre, diferentes xidos nitrosos, metales pesados,dioxinas, furanos, micropartculas, etc, etc.

    En lo referente a los datos de cierre para los vertederos existentes en laprovincia, los datos tambin han sido manipulados convenientemente. SanMarcos, por poner un ejemplo, debera ser clausurado para el 2006, sinembargo, su propio gerente ha prolongado el plazo, como mnimo, dos aosms. Esto tambin ocurre para el vertedero de San Antn y Sasieta. Segn

    parece las cifras y fechas se han acomodado a la generacin de una mayoralarma social que evitara lo que precisamente est pasando, una amplia yextensa contestacin ciudadana. En nuestras manos est recoger la materiaorgnica con lo que nos quitaremos casi la mitad de nuestras basuras y, por lotanto, lo que era un problema, convertirlo en un a potencialidad a travs de lacomercializacin y utilizacin del compost y la obtencin del biogas a travs dela biometanizacin.

    Pero ms preocupante que estas cuestiones pasa a ser la falsedad en laadopcin de las medidas ms sostenibles para optimizar el proceso derecogida y procesado de nuestros residuos. Mientras en los primeros captulosse hace un esfuerzo mprobo por justificar la incineracin, se estima,lgicamente, que tanto la Unin Europea, como el estado espaol y otrosorganismos de prestigio, abogan por planes mucho ms sostenibles como sonla reduccin, la reutilizacin, el reciclaje, el compostaje, etc. el PIGRUG, altener que ajustarse a las diferentes directivas, desiderandos y normativa, engeneral, debe optar por aadir dentro de sus principios stos mismos pero a lahora de dar una relevancia de tratamiento a estos aspectos vemos una grandisparidad (muchos de ellos ni se capacitan econmica o tcnicamente),mientras que el grueso del esfuerzo tcnico y econmico (recogida por otrosdocumentos como el presupuesto de la Mancomunidad de San Marcos para el

    ao 2005), se centran en la incineracin. Esta claro que la Unin Europeaequipara la incineracin y el vertido como ltima etapa o la ltima de lasopciones. Antes habr que desarrollar el resto de medidas. Sin embargo, elplan, como no puede hacer odos sordos a esto, pero, a la vez, apuestavivamente por la incineracin, hace un brindis al sol diciendo que se va areciclar, reutilizar y compostar cuando el 65-70% de las basuras van a serdestinadas a la incineracin. El lector del PIGRUG y del que aqu se presenta(PDGRG: Plan Director de Residuos de Gipuzkoa) puede hacerse unapregunta: cmo va a ser ms importante el reciclaje que la incineracin si laltima se va a llevar un porcentaje tres veces superior al primero?.

    Cmo es posible forzar las cifras al mximo e intentar engaar a laciudadana afirmando que las cifras de compostaje van a acrecentarse 15

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    veces ms de lo que a da de hoy se est haciendo?. Qu ocurre cuandomultiplicamos cualquier nmero por 0, aunque en nuestro caso sea 15?. A dade hoy no existe ni un solo programa de compostaje serio y con experienciasuficiente de los residuos domsticos propiciado por la Diputacin o lasMancomunidades. En todo caso, existen empresas particulares que estn

    haciendo un esfuerzo en este sentido pero siempre partiendo de iniciativasprivadas, o los primeros pasos de programas limitados, por parte de ciertasmancomunidades, que pretenden lavar la desidia que estos temas han tenidodurante los ltimos aos.

    Otro de los aspectos, a todas luces criticable, es la manipulacin de lascifras que desde el PIGRUG se hace. En este sentido, adems de lasapuntadas anteriormente es especialmente sangrante el caso de las cifrasactuales y futuras en el mbito del reciclaje. En realidad, hay que disminuirtanto unas como otras. Los bajos niveles actuales y de futuro en torno alreciclaje hacen que se maquille este trmino. En realidad se estn ofreciendo

    las cifras de recogida selectiva. Es decir, se estn computando todos losdepsitos actuales y los previstos de cara al futuro en los tres contenedores (elde envases; el de cristal y el de papel y cartn). A nada que se observen datosreales de otras mancomunidades y zonas del estado se ver que una cosa sonlas toneladas recogidas selectivamente y otra, diferente, de esas toneladascuntas realmente se destinan a reciclaje. De hecho, se estima que siempreexiste un % de rechazos. stos son materiales o que no se pueden reciclar,que se encuentran contaminados con otras sustancias o que han sidodepositados en el contenedor que no procede, etc. Con todos estos materialesde rechazo lo que se est haciendo, a da de hoy, es verterlos en vertedero y,en el futuro sera otro tanto por ciento ms que debera incinerarse. De estamanera, el 17% que a da de hoy aparece como reciclaje no es real puesto quese refiere en realidad a la recogida selectiva. Como tampoco es real el dato deque en el futuro nos acercaremos a un escenario donde el reciclaje supondr el40%. De la lectura detenida del propio PIGRUG el lector se puede dar perfectacuenta de que existen flagrantes contradicciones en torno a estas cifras pero,adems, dentro del captulo de reciclaje se introducen cosas tan dispares comoexperiencias en el campo de la reutilizacin (Remar, Traperos de Emaus...),compostaje y recogida selectiva. Todo ello mezclado en un totum revolutum seacerca a las cifras que propone la Unin Europea, pero no dejan de ser cifrasmaquilladas y aumentadas artificialmente.

    De esta forma, el PIGRUG presenta una clara diferencia entre lasdeclaraciones de principios, muy centradas en reduccin, reutilizacin,reciclaje, aprovechamiento de la fraccin orgnica, etc. (todas muy bientomadas de las fuentes europeas y muy en consonancia con lo que propugnanlas directivas de la Unin en esta materia), y los objetivos abstractos (puestoque salvo el de la incineracin) el resto no se desarrolla convenientemente, quedeben cumplirse en un horizonte temporal al que se llegar, de todas lasmaneras, con unas cifras tan pobres que la provincia se instalar dentro de lasregiones ms atrasadas en gestin de residuos, no slo de la Unin Europea,sino del propio estado espaol.

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    Otro de los puntos preocupantes con los que cuenta el PIGRUG es quees muy posible que est rayando la malversacin de caudales pblicos. Elhecho radica en la necesidad de desestimar procesos alternativos y mssostenibles como el compostaje. Si uno toma el anexo en el que se analiza laviabilidad del compostaje y lo lee detenidamente se dar cuenta que es similar,

    en un porcentaje superior al 60%, al mismo anlisis realizado unos cuantosaos antes en referencia a la redaccin del plan homnimo para Bizkaia.Efectivamente, la empresa encargada de la redaccin del Plan Integral deGipuzkoa es la misma que realiz el Plan para el vecino territorio histrico. Eneste sentido, se ha pagado una suma de dinero del erario pblico para que elredactor copie, a pies juntillas, lo que se dictaminaba en el plan previo. Se haextrapolado, sin ningn tipo de miramientos toda aquella informacin. Esto,suficientemente grave, aparece incrementado cuando analizandoprofundamente los dos documentos nos damos cuenta que lo que para el Plande Bizkaia eran unos vectores de comercializacin del compost incipientes peroesperanzadores, la necesidad de forzar la mquina para el territorio de

    Gipuzkoa hace que se obvien y no recojan dichos desiderandos. En general yrevisando todo el PIGRUG as como los diferentes anexos, uno se da cuentade que la informacin referida a estos mtodos alternativos no ha sidorenovada aunque han transcurrido ms de 4 aos. Se ha hecho un esfuerzo encompletar las medidas que justifiquen y mejoren el discurso incinerador pero sehacen odos sordos a experiencias en el compostaje de ms de 15 aos dentrodel Estado y con un nivel de xito notable, o la actual generalizacin delmtodo de biometanizacin por infinidad de territorios.

    Aunque posteriormente existir un punto monogrfico para tratar loscdigos legales y normativos en el mbito de la gestin de las basuras, vamosa realizar un pequeo adelanto que determine la comparacin de los objetivosde reciclaje con respecto a lo que marcan los dos documentos ms importantesen esta materia:

    El Plan Nacional de Residuos Urbanos La Directiva 2004/12/CE relativa a envases y residuos de envases

    - Los datos del primero marcan una meta temporal en el 2006- Los datos del segundo marcan una meta temporal en el 2008- Los datos que marcan objetivos para el PIGRUG se centran

    en el 2016Es interesante hacer un resumen de los objetivos de reciclaje para las

    diferentes materias que marcan estos dos grandes cdigos:

    Mientras el primero marca un objetivo del 75% y la segunda 60%para papel y cartn el PIGRUG no determina objetivos concretos eneste aspecto.

    Mientras el primero marca un objetivo del 75% y la segunda 60%para los envases de vidrio el PIGRUG no determina objetivosconcretos en este aspecto.

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    Mientras el primero marca un objetivo del 90% y la segunda 50%para envases metlicos el PIGRUG no determina objetivos concretosen este aspecto.

    Mientras el primero marca un objetivo del 40% y la segunda 22,5%para envases de plstico el PIGRUG no determina objetivos

    concretos en este aspecto.

    Peor que todo esto es que tanto el primero como la segunda marcanobjetivos de reciclado para la madera del 50% y el 15%, respectivamente, elPIGRUG no contempla para nada ningn objetivo en este aspecto y para estamateria.

    Por otra parte, el PIGRUG slo emite cifras globales de reciclaje para el2016, sin embargo, una lectura ms detallada abunda en lo criticadoanteriormente; confunde deliberadamente los trminos recogida selectiva yreciclaje. Al respecto, hay que decir que las cifras que se emplean en el

    PIGRUG abundan en datos de recogida selectiva que, como se sabe, sonsiempre superiores a los de reciclaje. Para hacernos una idea real delporcentaje de nuestros residuos que van a ser verdaderamente recicladoshabra que hacer una sencilla resta: aquello que se va a recogerselectivamente menos el porcentaje de rechazos que existen dentro de estarecogida selectiva. Mientras la primera cifra responde a la proposicin del 37%,la segunda debera restar un 17% de rechazos, que es el porcentaje medio quese est dando hasta la fecha; la resta no puede ser ms esclarecedora:solamente se reciclar para el 2016 en esta provincia un 20% de los residuos(dentro de este porcentaje tambin se introducen los escasos guarismos decompostaje que no deberan indicarse dentro de este grupo puesto queresponden a otra lnea de tratamiento). Esto es grave puesto que contravienelas reglamentaciones y adems nos pone a la cola, no slo de Europa, sino delresto de provincias y regiones de la Pennsula Ibrica.

    Atendiendo a la cifra global suministrada por la tabla 37, el PIGRUGcuantifica sus objetivos generales de recuperacin en el 37 38% para el2016, mientras no se hace cargo de lo que determinan tanto el PNRU (PlanNacional de Residuos Urbanos) como la directiva, en el sentido de que hay quedeslindar convenientemente los diversos materiales y porcentajes y, sobretodo, que hay que ir aplicando objetivos intermedios. Resulta curioso el celo de

    los redactores de cara a resaltar los aspectos que benefician la justificacin dela incineracin y la poca atencin a los aspectos ms sostenibles en lareduccin, reutilizacin, reciclaje y compostaje.

    Otro de los ms graves errores del plan es la reiterada falta de fuentescitadas. En efecto, se hacen muchas afirmaciones sin determinar ni indicar lasfuentes de las que proviene esa informacin. El PIGRUG no podra serpublicado en ningn ente o revista cientfica con cierto prestigio puesto que loscrculos verdaderamente cientficos exigen un rigor con el que no cuenta ni elequipo redactor ni el propio plan. Se necesita, de cualquier manera para lograrun nivel aceptable de seriedad, formalidad y rigor, hacer frente a las

    aseveraciones categricas indicando seguidamente cual es el lugar, informe,publicacin, articulo cientfico, monografa o libro del que se han obtenido. Si

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    los resultados son propios de una investigacin ad hoc, es decir, realizadaprecisamente en el transcurso del proyecto, se debe explicar, aunque sea deforma sucinta, la metodologa seguida y los objetivos que se han querido cubrircon esa investigacin. Como un ejemplo vale ms que mil palabras vamos ajustificar esta crtica: el PIGRUG seala que la incineracin cuenta con una

    buena batera de ventajas entre las que se destacan, entre otras, que es unfoco o sumidero de dioxinas. Esta aseveracin no se acompaa de la fuente dela que se ha sacado porque, como muchas otras, pertenece a la cosechapropia y a la necesidad de justificar lo injustificable. Llegados a este punto nosgustara sealar que la Comisin Europea ya en el ao 1992 afirma, dentro dela Directiva sobre incineracin de residuos slidos urbanos: que no existeningn mtodo seguro para garantizar que se respete el lmite legal establecidopara las emisiones de dioxinas. Es curioso porque este mismo documento escitado en la pgina 69 del PIGRUG para arrimar el ascua del redactor a susardina y justificar la incineracin pero se olvida de este pequeo prrafo quepuede desestimar per se el sistema como tal (sobre todo si atendemos al

    principio de precaucin). Lo que tambin se sabe a ciencia cierta es que laONU en la cumbre de Estocolmo acord la prohibicin de 12 tipos diferentes decontaminantes peligrosos y potentes. Entre ellos se encuentran dos de lassustancias que a da de hoy no cuentan con una funcin definida industrial oproductivamente y que, no obstante, suponen un evidente peligro; las dioxinasy los furanos. Tambin la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), mximoente en cuestiones sanitarias y de salud, advierte en repetidos informes, elltimo de los cuales es del ao 2002, que las plantas de incineracin seencuentran entre varias de las tipologas fabriles que emiten dioxinas y furanosen altas cantidades. En otro prrafo muy cercano advierte que se puedeconsiderar a estas sustancias como carcinognicas (capaces de generardiferentes tipos de cnceres), disruptoras de diferentes hormonas, etc. A lahora de informar y analizar los diferentes pros y contras, se debera haberrecogido, atendiendo al principio de transparencia, aquellos impactos evidentesque sobre la salud muestran las plantas incineradoras. Sin extendernosdemasiado ya que existe un anexo del Plan Director donde se referenciantodos los estudios epidemiolgicos encontrados en las ms prestigiosasrevistas sobre medicina, hemos de afirmar que, a da de hoy la estrategia de laingeniera y construccin de estos y otros hornos muestra una estrategiaalarmante. Para la realizacin de un estudio sobre salud serio, se necesitanseries temporales dilatadas en el tiempo (10,15, 20... aos), los fabricantes lo

    saben y juegan con esta ventaja, de tal manera que cuando pasan estos aosel dgito que adjetiva a las plantas pasa a ser otro. En definitiva, una vez quedespus de 10 aos se comprob que las primeras incineradoras eranpeligrosas y daban lugar a notables problemas de salud, los fabricantespasaron de llamarlas de primera generacin a segunda. Slo con aumentardgitos y poner o mejorar una serie de filtros, se aseguran que los estudiosmdicos y la alarma social que ellos podran dar pasen a estar relegadas anteeste simple juego de nmeros. Otra de las cuestiones bsicas con las que secuenta es la dificultad de mostrar una correlacin directa entre la instalacin deuna planta de incineracin y la aparicin de problemas de salud. La mayorparte de las veces estas centrales de incineracin se encuentran en mbitos

    densamente poblados, urbanizados e industrializados y los focos decontaminantes se distribuyen entre diferentes empresas (siderometalurgias,

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    centrales trmicas, papeleras, transporte, utilizacin de energas fsiles paracalefaccin, etc.). Con ello, incluso judicialmente es muy difcil relacionar laaparicin de unos determinados focos epidmicos con un solo foco de emisin.

    No obstante, especialmente alarmante es el caso de Andorra la Velladonde pese a no contar con industrias contaminantes s lo hace con una

    incineradora obsoleta que ha hecho aumentar los casos de cancer y otrasenfermedades de forma exponencial en los ltimos aos.

    Se sabe, y es posible que a ello se haya acogido el equipo redactor, queen una combustin que supere los 800 C, la mayor parte de losorganoclorados, entre los que se encuentran las dioxinas, desaparecen o sondestruidos. Lgicamente, si las plantas incineradoras que se quieren ubicar enGipuzkoa pueden alcanzar dichas temperaturas, pueden, a su vez, acabar coneste problema y por ello el cmputo en el balance de las dioxinas salefavorable a las plantas de incineracin. Tambin es posible que se analice elcontenido medio de dioxinas de las basuras y cmo no se hacen anlisis de las

    cenizas y escorias, lgicamente slo puedan ser computadas aqullas quequedan en los filtros o son expulsadas a la atmsfera. No obstante y comoestbamos apuntando anteriormente, lo que no se cuenta es la segunda partede la historia. Estos gases a altas temperaturas cercanas a los 1.500 C. nopueden ser aprovechados energticamente a no ser que sean enfriados en unperiodo de tiempo algo dilatado y que, en estos procesos, se vuelven a darcombinaciones qumicas y, como no; la reaparicin y recombinacin de lasdioxinas. Con ello, si en la primera parte del proceso se destruan X en lasegunda parte se vuelven a recombinar y aparecer X. Por otra parte, hay quetener en cuenta que todos aquellos compuestos qumicos no enviados a laatmsfera, en el mejor de los casos, quedaran retenidos en los filtros. Sinembargo, en ningn lugar del PIGRUG aparece una estimacin de cantidades yninguna autoridad ha podido especificar donde van a ser depositados dichosfiltros fuertemente contaminados.

    Tambin nos gustara recoger las imprecisiones que el PIGRUG muestracon respecto a la emisin de aquellos gases que pueden dar lugar alincremento del calentamiento global abordado en diferentes cumbres entre lasque cabe destacar la de Rio y la de Kyoto. En cualquier caso, lo cierto es queuna planta de estas caractersticas va a emitir una gran cantidad de CO2 yotros gases que van a seguir aumentando el riesgo de calentamiento global.

    Seramos unos inconscientes si afirmramos que van a suponer una emisindecisiva para aumentar este proceso. Eso no es cierto pero s lo es quesuponga otra actividad ms que incremente los vertidos de estos gases a laatmsfera. No sabemos si achacar una de las perlas existentes dentro delPIGRUG sobre la emisin de CO2 al desconocimiento absoluto de sus autoressobre los ciclos naturales del carbono o a una fuerte necesidad, una vez ms,de justificar lo injustificable. Se afirma dentro del PIGRUG que incinerar no essino acelerar el ciclo natural del carbono que hubiera provocado esa oxidacinde todos modos, devolviendo a la atmsfera carbono que haba sido fijadorecientemente por las plantas. Para que el lector pueda hacerse una idea de loque supone esta afirmacin podramos hacer un paralelismo con la quema de

    combustibles fsiles acelerada que estamos haciendo ya hace tres siglos peroque en los ltimos 75 aos se ha acelerado notablemente con la quema de los

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    derivados del petrleo, gas, etc. Claro, la quema de estos combustibles es loque est haciendo que se incrementen las emisiones, entre otros de los xidosde carbono. Es posiblemente este factor el que ms est ayudando en elcalentamiento global. Los redactores del plan diran algo as como; total, si enalgn momento ese carbono debera aflorar a la atmsfera, que ms da si es

    de forma acelerada como lo estamos haciendo. La realidad obliga a afirmarque lgicamente la incineracin acelera un proceso que, por otra parte, notendra por qu darse. Muchos de los materiales que van a ser quemadospodran gozar de procesos de reutilizacin o reciclaje y seguir sin aparecercomo emisiones atmosfricas. Pero la mayora de nuestros residuos; la materiaorgnica, podra ser compostada con lo que el carbono seguira estandocautivo y pasara, tras el proceso de compostaje y su introduccin dentro de lacapa edfica, a poder ir siendo asimilado poco a poco por las plantas y, portanto, poder llegar a equilibrar la composicin atmosfrica. Recordemos que lasplantas recogen una gran cantidad de carbono inorgnico de la atmsfera yorgnico, del suelo y a travs de sus procesos de respiracin incrementan la

    cantidad de oxigeno en la atmsfera.

    Por ltimo, es importante poner en cuarentena tambin lo que respecta alas cuestiones econmicas. El plan adopta la incineracin como un mtodosostenible econmicamente, sin embargo son muchas las dudas que quedancuando se leen detenidamente las justificaciones a esta aseveracin. En primerlugar, aunque el PIGRUG se decanta preferentemente por la construccin deuna sola incineradora para todo el territorio, lo cierto es que, a da de hoyexisten dos proyectos perfectamente diferenciados. Ello va a dar lugar a que sedupliquen no slo los gastos en adecuacin del terreno, ampliacin ygeneracin de las infraestructuras de transporte, stockaje, etc. sino que elmantenimiento de la planta, anualmente, tambin va a suponer unos ampliosgastos al contribuyente. Aunque posteriormente se analizarn msdetenidamente estos aspectos econmicos, a grandes rasgos el presente PlanDirector quiere demostrar que con esas cantidades de dinero se podra darlugar a un modelo mucho ms respetuoso con el medio ambiente y la salud,basado en tres principios bsicos; el primero el de proximidad: es preferiblereducir y tratar las basuras lo ms cerca posible de su origen, el segundo; elque respecta a la educacin, sensibilizacin, concienciacin de la ciudadana:se ha demostrado fehacientemente que cualquier inversin en estos aspectosrevierte unos resultados positivos con creces, y el tercero; el de la aplicacin

    del que contamina paga. En definitiva, la implantacin de dos plantas deincineracin va a suponer la falta de necesidad de generar estas corrienteseducativas y esta obligacin de adecuarnos realmente a una mayorsostenibilidad y un modelo ms adecuado para el mantenimiento del medioambiente y de nuestra propia especie. Estas tareas se van a ir aplazando hacael futuro pero llegar un momento en que tengan que realizarse. Es decir, lonico que estamos haciendo es aplazar esta partida presupuestaria que va atenerse que emplear en algn momento. Si esto ocurre as necesitaremos dospartidas presupuestarias y duplicar esfuerzos, en una primera fase paraconstruir estas dos plantas incineradoras y, a futuro, cuando se vea que no esla panacea ni la solucin menos mala, abordar la ya mencionada campaa de

    informacin, sensibilizacin y educacin.

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    Por otra parte, y por terminar con estos aspectos econmicos y estemismo epgrafe, queremos llamar la atencin por lo ficticio de los presupuestosde estos y otros proyectos. En todos ellos se muestra un especialdesconocimiento de los procesos naturales que dan lugar a que nuestra mismaespecie exista dentro de este planeta. Nuestra huella ecolgica es ms elevada

    de lo que nos corresponde, concretamente a nivel del Pas Vasco y, a da dehoy, necesitaramos otros dos territorios como el nuestro para mantenernuestro nivel de vida (fuente: Gobierno Vasco). Al hacer los pertinentespresupuestos nadie repara en una partida clave y esencial; el impacto realsobre el Medio Ambiente. En lo que respecta a la Incineracin, no se cuantifica,ni mucho menos, los diferentes precios que se van a tener que pagar a nivelmedioambiental. En primer lugar y atendiendo a las investigaciones mdicaspublicadas; van a existir brotes de ciertas enfermedades que, adems del costeen vidas o para los afectados y familiares en esfuerzo y penalidades, se van atraducir en un mayor uso de los recursos sanitarios. Pero esto no se contempla.Como tampoco se hace la cantidad de energa que va a tener que

    malemplearse en el proceso de incineracin. Lo peor que puede hacerse con elplstico u otros materiales (papel, madera...) es quemarlos puesto que antes desu aprovechamiento energtico se debe pensar en su aprovechamientomaterial. Si son ciertas las predicciones de ciertos organismos internacionales,las reservas de petrleo pueden estar limitadas ya a menos de 100 aos. Estodebera condicionar todas las empresas e industrias derivadas de este material.En definitiva, el negocio del plstico se basa en el petrleo y, por lo tanto,puede tener sus das contados con lo que hay que ser ms cuidadosos y evitarque todos los envases sean destruidos y puedan ser evitados, reutilizados oreciclados, por este orden.

    En este sentido, un informe del Ministerio de Fomento, dentro de unasjornadas sobre residuos celebradas en Madrid en el 2000 advierte que elreciclaje de las basuras en vez de su incineracin daran lugar a un ahorroenergtico 3,9 veces superior. Por qu no se consideran estas partidas dentrode los presupuestos proincineradores? merece la pena o no hacer mayoresesfuerzos en el campo del reciclaje cuando, a da de hoy existe tecnologasuficiente para reciclar, en el amplio sentido, hasta un 90% de nuestrosresiduos?.

    En definitiva, consideramos como se demuestra de forma razonada, que

    el PIGRUG muestra un mayor nmero de sombras que de luces y este notabledesequilibrio da lugar a desestimarlo no slo formalmente, sino en lo querespecta a los aspectos de fondo y preferentemente, todas las cuestiones debase y principios de partida, con lo cual se plantea la redaccin de este PlanDirector.

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    1.3. JUSTIFICACIN DEL PLAN DIRECTOR DE GESTIN DE RESIDUOSDE GIPUZKOA

    El presente plan director pretende configurarse como un documento

    alternativo al PIGRUG. Este ltimo se ha quedado obsoleto y ha dado lugar auna gran contestacin social. Junto a ello, tambin se observa la falta de rigoren los datos y el tratamiento de los mismos, a partir de un anlisis ms omenos sucinto y a publicaciones como la de Alfonso del Val. Por todo ello elobjetivo principal del equipo multidisciplinar de profesionales (arquitectos,ingenieros, mdicos, gegrafos, bilogos, qumicos, veterinarios, socilogos,economistas y dems tcnicos) es desarrollar una programacin enconsonancia con los requerimientos de la sociedad guipuzcoana, de lo queobligan y normativizan los diferentes cdigos legales que sobre esta materiacuentan con algn tipo de competencia, as como un programaverdaderamente sostenible que, haciendo honor al trmino, en su sentidoestricto, opte por aquellos mtodos que el ciudadano s interpreta comosostenibles (reduccin, reutilizacin, reciclaje, compostaje, biometanizacin,etc.)

    La lucha de la sociedad contra un plan, el PIGRUG, que preconiza losprincipios de la sostenibilidad pero, como solucin finalista con el tratamientode ms del 60% de los residuos, apuesta por la incineracin y quiere ubicar lasplantas sin cumplir los mnimos requisitos legales para una implantacin deeste tipo, hace que una serie de profesionales desarrollemos este plan directorde forma independiente y no remunerada. La iniciativa y su desarrollo responde

    al inters no crematstico de desarrollar un documento de trabajo y reflexinque se acerque a una recogida y tratamiento de los residuos realmentesostenible.

    Por encima de un mero declogo o programa de directrices, el presentese quiere internar en los requerimientos legales, los diferentes mtodos para eltratamiento de los residuos, as como una informacin no sesgada que permitaobtener un anlisis riguroso de cara a estudiar todas las alternativas posiblesen torno a la recogida y el tratamiento de los residuos.

    El otro gran pilar de la sostenibilidad viene de la mano de la participacin

    de la sociedad dentro de los procesos de decisin a diferentes escalas. Esto seenmarca, a travs de ciertos compromisos adquiridos en la Cumbre de la Tierrade Ro de Janeiro (1992), en el desarrollo de las Agendas locales 21. Perotambin hay que hacer referencia a la situacin poltica actual. Mientras que losmismos partidos que defienden la madurez de la sociedad vasca para decidiren plebiscito universal el modelo poltico-administrativo bajo el cual quierenvivir, no parece demasiado adecuado que tachen de aberracin de lademocracia los intentos de generacin de otro plebiscito universal, esta vezdirigido hacia el modelo de gestin de los propios residuos. No parece carentede hipocresa aspirar a un autogobierno cuando la decisin vaya a su favor yno dejar desarrollar otro tipo de intervenciones sociales cuando no responda a

    sus intereses particulares.

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    Atendiendo a esta cuestin previa y como resultado de la imposicin delPIGRUG, la sociedad guipuzcoana presenta esta alternativa. Por realizar unacomparativa deberamos dirigirnos hacia los hechos que ocurrieron en torno altrazado de la autova de Leitzaran (actual A15). Mientras el gobierno de laDiputacindaba su apoyo a un determinado proyecto con un trazado y unos

    impactos evidentes, la sociedad guipuzcoana pensaba mayoritariamente que elprecio ambiental a pagar por aquella infraestructura era demasiado elevado yque dicho trazado no estaba enteramente justificado puesto que existan otrasalternativas. Tambin en este caso, partiendo de una imposicin flagrante y atravs de unos estudios sesgados y dirigidos de antemano, se ha querido optarpor un sistema poco afortunado si tenemos en cuenta los efectos sobre la saludde la poblacin provincial y su medio ambiente. Tambin en este caso, elpresente plan se justifica en el intento de hacer reflexionar, tanto a laciudadana como a la clase poltica y tcnica mostrando otras alternativas.

    Este plan, al igual que el PIGRUG, se justifica a travs de los

    requerimientos legales que, sobre la materia, emanan de diferentes fuentes(Unin Europea, Estado, Comunidad Autnoma, Diputacin...). En este sentido,aunque posteriormente existir un punto sobre cada uno de los cdigos encuestin, s es cierto que la Unin Europea, a travs de su directiva sobreresiduos ha marcado la fecha de 2006 como el lmite mximo para seguirvertiendo residuos primarios sin tratar a vertedero. El residuo primario seconfigura como aquel que no sufre ningn otro proceso y del contenedor deacera, por transporte en camin, llega al vertedero donde es enterrado overtido. Estas prcticas se han demostrado como poco adecuadas por suimpacto y el derroche de energa y materia. Por ello, se persigue que lo nicoque acabe en el vertedero sean, en todo caso, residuos secundarios, es decir,todos aquellos que entre su deposicin en el contenedor de acera por elciudadano hasta su posible vertido pase por algn tipo de sistema o mtododonde la mayor parte sea reintroducido en los circuitos de produccin yconsumo. Es decir, procesos de reciclado, en el amplio sentido de la palabra.La necesidad de adecuarse a este marco normativo general es lo que ha hechoque se deba terminar con un plan, el del 97, sin el debido desarrollo. En todocaso, la urgencia le ha entrado a la administracin foral en las ltimas fechascuando, desde hace tiempo, se venan observando una serie de problemasnotables y no se ha hecho absolutamente nada. Nuestros niveles de reciclajeson mnimos y el compostaje no llega ni a un uno por ciento en la actualidad.

    La negligencia manifiesta de la Diputacin y de las diferentesmancomunidades de residuos ha hecho que, partiendo de la directiva sobreresiduos, se estime que la ms cmoda de las soluciones sea la incineracin.Sin embargo, pensamos seriamente que se perdera una ocasin de lujo paracomenzar a realizar un verdadero y amplio trabajo de concienciacin. Estosprocesos requieren su tiempo, un gran consenso social y no una precipitacinno casual dentro de los crculos de decisin. Como anteriormente se hacomentado, la incineracin no va a suponer sino retrasar 15 20 aos ms elabordar la verdadera raz del problema. Los esfuerzos en educacin yaplicacin del precepto de quien contamina paga que no se quieran hacer en

    la actualidad se debern hacer ms adelante con un sobreesfuerzo humano yeconmico. El poder poltico sufre ciertos temores ante medidas catalogadas

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    como antipopulares. El obligar o concienciar a la poblacin a realizar unesfuerzo necesita de una campaa de motivacin adecuada donde se razonenlas acciones y se descubran los resultados de ese primer sobreesfuerzo.

    La necesidad de verter lo mnimo viene pareja a todo un rosario de

    resoluciones a diferentes niveles poltico-administrativos que determinan laescala de valores en el entorno del tratamiento de los residuos. Ya se ha hechoreferencia a la misma pero se describe sucintamente:

    Reduccin (Prevencin de residuos)Reutilizacin (aprovechamiento de materiales con ahorro energtico)

    Reciclaje, Compostaje (Aprovechamiento de materiales con cierto gastoenergtico)

    Biometanizacin (Aprovechamiento energtico de materias sin otro usoaparente)

    Vertido (Materiales realmente inertes)

    Todas estas cuestiones per se justifican un trabajo tan serio y profundoy, a la vez, tan esperanzador y constructivo.

    Para terminar, debemos definir y desarrollar una recogida selectiva loms completa posible y que debera abarcar:

    Materia orgnica domstica. Materia orgnica verde (residuos de poda. Jardinera, etc.). Papel y cartn de todos los tipos.

    Vidrio hueco (botellas). Otros vidrios (bombillas, fluorescentes, vidrio plano, etc.). Envases ligeros (plsticos, metales, briks, etc.). Residuos peligrosos del hogar. Residuos peligrosos de las diferentes actividades industriales. Madera tratada y sin tratar. Textiles en cualquier tipo de estado. Electrodomsticos de lnea blanca (lavadoras, frigorficos,

    lavavajillas, hornos, hornos microondas, cocinas...). Electrodomsticos de lnea gris (Mdem, impresoras, escaners,

    ordenadores, etc.). Electrodomsticos de lnea marrn (Televisores, radios, cadenas

    musicales, radiocasettes, etc.). Pilas. Toners recargables de impresora, fax, plotters, etc. Residuos de construccin y demolicin. Suelos de obra (sustratos edficos a verter por desmontes,

    deslindes, etc.). Medicamentos. Metales de todo tipo que no sean envases ligeros. Voluminosos (colchones, sillones, armarios, etc.). Purines y residuos ganaderos. Plsticos no envases procedentes de actividades econmicas.

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    Dicha recogida exhaustiva no pretende slo centrase, como se observa,en los residuos domsticos, sino que debe ir ms all y poner control sobre unaserie de sectores (industriales, productivos, comerciales, institucionales,construccin) que hasta ahora no han contado con un control ms estricto y

    que deberan someterse a una mayor disciplina en beneficio de todos.

    1.4. OBJETIVOS DEL PLAN DIRECTOR DE GESTIN DE RESIDUOS DEGIPUZKOA

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    El presente Plan Director muestra una serie de objetivos jerarquizadosen tres diferentes niveles. En un primer nivel nos encontramos con la filosofadel plan, en un segundo nivel con los objetivos generales y en un tercero conlos objetivos especficos y operativos. De esta manera, la lectura de todos ellos

    nos llevar desde las cuestiones ms generales a las ms aplicadas yespecficas.

    En lo que respecta a la Filosofa: se trata de redactar un documentoriguroso donde, a partir de un equipo multidisciplinar, se d lugar a una buenaplanificacin y un mtodo sostenible en torno a las basuras y residuosgenerados en Gipuzkoa.

    En cuanto al segundo nivel representado por los Objetivos Generalesdel plan estos se organizan en los siguientes puntos:

    4. Evitar, prevenir y reducir los residuos desde su origen.

    5. Impulsar una gestin sostenible de los residuos.

    6. Gestionar los residuos en el lugar ms cercano a su origen.

    7. Disear una infraestructura de recogida selectiva integral.

    8. Fomentar los procesos de reutilizacin que aumenten la vida de losobjetos.

    9. Fomentar la utilizacin de envases retornables en Gipuzkoa.

    10. Fomentar los procesos e industrias destinadas al reciclaje de losresiduos.

    11. Impulsar los procesos de compostaje dentro de la provincia.

    12. Impulsar el proceso de biometanizacin como proceso mucho mssostenible y eficiente, en trminos de generacin de energa que laincineracin. Dicho mtodo debe suponer la solucin a una parte

    reducida de la fraccin orgnica o a una medida puramente transicional.13. Reducir al mximo el vertido de los residuos.

    14. Ofrecer una informacin rigurosa y completa acerca del mundo de losresiduos y sus diferentes alternativas de tratamiento.

    15. Mostrar transparencia con respecto a la sociedad guipuzcoana y suscargos polticos.

    16. Realizar un anlisis objetivo de los distintos mtodos sostenibles de

    tratamiento de basuras.

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    17. Impulsar la transparencia de precios en el mbito de gestin de lasbasuras.

    18. Generar un clima positivo en relacin a la sensibilizacin, educacin ygeneracin de buenas prcticas en torno a la recogida selectiva, la

    reutilizacin, el reciclaje, el compostaje, la biometanizacin, etc.

    19. Impulsar la participacin ciudadana, no slo en la responsabilidad sobresus residuos, sino en la toma de decisiones necesaria para la buenagestin de los mismos.

    Una vez formulados los objetivos generales que pretende conseguir elPDGRG, pasamos a explicar cada uno de ellos y a formular el siguienteescaln de objetivos; el que se refiere a los especficos y operativos.

    1. Evitar, prevenir y reducir los residuos desde su origen.

    El primero de los objetivos generales se refiere a reducir y evitar lamayor cantidad posible de residuos en origen. Ello debera perseguir objetivosespecficos y operativos tan importantes como:

    Llegar a compromisos con los fabricantes para disminuir lacantidad de embalajes que rodean al producto que se trata devender.

    Fomentar acuerdos con grandes superficies para que presionensobre los fabricantes y, a su vez, tambin ellos eviten lageneracin de una mayor cantidad de residuos,fundamentalmente a base de bolsas de plstico.

    Fomentar acuerdos con el resto de comerciantes y empresas quevayan en esta lnea de reduccin.

    Sensibilizar y educar a la poblacin sobre la necesidad deconsumir aquellos productos que mejor calidad ambientalpresenten. De esta manera se deben promocionar los productosque empleen un menor nmero de envoltorios y aquellos queutilicen materiales fcilmente reutilizables o reciclables

    Fomentar los recipientes que mejor calidad muestren para sureutilizacin, compostaje, biometanizacin o reciclaje

    Este principio viene a coincidir con lo que se propugna desdeinstituciones tan prestigiosas como las Naciones Unidas y la propia UninEuropea. Se trata de invertir la tendencia actual de crecimiento de lageneracin de residuos e invertirla en base a los anteriores objetivos. Somosconscientes, de todas formas, de que en el mbito local y comarcal en el quenos movemos existen parmetros difcilmente mejorables, pero tambincreemos que es necesario hacer un primer esfuerzo dentro de otrosperfectamente abarcables y que estas experiencias vayan calando a escalassuperiores.

    Tambin existen foros de discusin y formas de presin para que losescalones administrativos, legislativos y jurdicos en los que residen las

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    competencias sobre envases tomen cartas en el asunto y se tienda a mejorar lapoltica existente a da de hoy.

    2. Impulsar una gestin sostenible de los residuos.

    Una vez que se han hecho esfuerzos en el campo de la reduccin,minimizacin, etc. es necesario continuar con un plan de recogida y tratamientoque pueda tildarse verdaderamente de sostenible. Habra que recordar que lasostenibilidad se basa en dos principios fundamentales. Por un lado que dichametodologa sea respetuosa con el medio ambiente y, por otra, que impulseactivamente la participacin ciudadana de cara a la toma de decisiones yconciencia en materia de residuos. De otra manera se corre el riesgo de tendera generar un concepto vaco o carente de sentido como ocurri con el eptetoecolgico en los aos 90. De hecho, desde la tecnocracia se intenta adjetivarcualquier decisin como de sostenible cuando, en la mayor cantidad de casos,no lo es. Esta sostenibilidad requiere de una serie de objetivos especficos y

    operativos que a continuacin se enuncian:

    Reducir el consumo de materiales y energa impulsando procesosde reutilizacin, reciclaje, compostaje y biometanizacin.

    Desligar los parmetros consumo con riqueza. Un mayorconsumo no debe suponer un mayor grado de riqueza o bienestarsino todo lo contrario.

    Eliminar aquellos materiales que sean difcilmente reciclables,reutilizables, compostables o biometanizables. Por ejemplo; elPVC.

    Eliminar o reducir al mximo aquellos procesos de produccinque sean difcilmente sostenibles por el derroche de materiales oenerga.

    Generar una menor cantidad de residuos y que stos, adems,sean aprovechables al 100%.

    Todos estos objetivos se encuentran tambin en documentos como Lasagendas locales 21 impulsadas por la Conferencia de las Naciones Unidaspara el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible (1992) y el V y VI Programade accin en materia de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la UninEuropea.

    Como se observar dentro del punto 2 de este mismo plan, todos estoscdigos, compromisos, pactos y documentos normativos priorizan una cascadao disposicin jerrquica que pasa por:

    La prevencin. La reutilizacin de los materiales. El reciclaje de los materiales. El compostaje de la materia orgnica. El aprovechamiento de la energa de los residuos a travs de los

    mtodos que mayor eficiencia energtica muestren:Biometanizacin.

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    Por ltimo, la eliminacin de los residuos (en este sentido seequipara la incineracin sin aprovechamiento energtico y elvertido). La incineracin con aprovechamiento energtico, sinembargo, aparece en un escaln algo superior pero siempre pordebajo de la biometanizacin puesto que el aprovechamiento

    energtico muestra una muy menor eficiencia y encima se dalugar a unos residuos txicos y peligrosos. En cualquier casoadems se piensa en una incineracin con aprovechamiento enforma de agua caliente y calefaccin.

    3. Gestionar los residuos en el lugar ms cercano a su origen.

    Este objetivo es prioritario. Cabe resear ejemplos como el de Austria.En menos de 8 aos ha conseguido, con un esfuerzo sincero en educacin ysensibilizacin, gestionar los residuos orgnicos en un 80% dentro de la propia

    unidad familiar que los gener. Es decir, se trata de que el ciudadano seencuentre, lo ms cercano posible al tratamiento de sus basuras. Este objetivocumple otros no menos importantes. De esta manera, la ciudadana no sedesprende de su bolsa de basura con total despreocupacin, sino que, al tenerel tratamiento cerca; observa y experimenta las dificultades de este campo. Porotra parte, que la basura pueda ser gestionada nada ms producirse, sobretodo la orgnica putrescible, a travs de modestsimos compostadores ms omenos domsticos, evita un sobreesfuerzo y gasto en energa (transporte) yadems la contaminacin y polucin directa e indirecta. El transportar lasbasuras de un lado a otro colabora con la sobreutilizacin de medios detransporte, la contaminacin por emisiones de gases derivados de estetransporte y los problemas de gases, olores, cada de lixiviados a la carreteradesde los camiones, necesidad de generar estaciones intermedias detransferencia, ahorro monetario y evitacin de trfico y ruidos. Este granobjetivo puede concretarse en unos cuantos operativos:

    Impulsar el tratamiento de la fraccin orgnica compostable loms cercana posible a los ncleos de generacin. Se calcula quepodra hacerse frente al 60% de la ROP (Residuos OrgnicosPutrescibles).

    Subvencionar la adquisicin de compostadores domsticos en

    aquellas zonas de hbitat disperso y de baja densidad. Fomentar la creacin de espacios de ocio con huertos familiares y

    ecolgicos y pactos con familias para el depsito de sus ROP decara a la generacin de compost y vermicompost.

    Habilitar a los ayuntamientos como entidades que puedanprocesar y hacerse cargo de la mayor cantidad posible debasuras.

    Adecuar espacios comunes a nivel de todos los ayuntamientosdonde puedan instalarse pequeas plantas de tratamientomecnico-biolgico.

    Subvencionar ayudas de autogestin de basuras a las empresas

    por municipios.

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    De hecho, a da de hoy las competencias en materia de recogida ytratamiento de los residuos se encuentran en manos de los diferentesayuntamientos o municipios. Lo que ha ocurrido es que stos se hanmancomunado y, muchas veces, estas mancomunidades han apartado delciudadano estos procesos pero no han arreglado los problemas de base. Al

    respecto, es lgico (y por algo se encuentran en manos de los ayuntamientosestas competencias) pensar que la vuelta hacia una mayor cercana deltratamiento no slo ayudar a concienciar sobremanera a la poblacin, sinoque se reducirn los gastos de transporte y el resto de molestias asociadas a laubicacin de una o dos grandes infraestructuras para su tratamiento. Por otraparte, bajo esta premisa se cumple otro de los grandes principios para lasostenibilidad; el de autosuficiencia. Que cada territorio sea capaz de gestionarsus basuras da lugar a una equiparacin de los gravmenes que venanocurriendo con la instalacin de grandes plantas o vertederos en un solo punto.Todos los ncleos urbanos contarn, de esta forma, con las mismas cargas y, ala vez, las mismas ventajas.

    4. Disear una infraestructura de recogida selectiva integral.

    Con este objetivo se quiere poner de manifiesto la idea de que ningntratamiento y mtodo de eliminacin de las basuras ser verdaderamentesostenible si no se hace un esfuerzo en este pilar bsico; el desarrollo de todotipo de recogidas selectivas. A da de hoy no existe una recogida selectiva deuna gran cantidad de materiales que pasan a engrosar las partidas a verter conlo que se acrecientan los problemas de llenado de los vasos de los vertederos.Es de todo punto imprescindible instalar en toda la provincia el quintocontenedor de recogida selectiva de materia orgnica o cualquier otro sistemade recogida que se estime como adecuado pero que resuelva la separacin dela fraccin orgnica putrescible. Territorios como Barcelona, Burgos, Valladolid,Salamanca, vila, Ciudad Real, Crdoba, etc. cuentan con un xito notable eneste mbito. Esta recogida selectiva evita la contaminacin de otros materiales,problemas de salubridad y, como no, se convierte en una potencialidad a modode compost y biogas.

    Adems de esta cuestin es necesario completar el resto de recogidasselectivas dentro del mundo rural de Gipuzkoa. No es de recibo que la

    ciudadana inserta en el mundo rural no cuente con las ventajas con las quecuentan los urbanitas. A da de hoy en los medios rurales existe, por parte de laadministracin, Diputacin, ayuntamientos y mancomunidades una dejacin ynegligencia que pasa por fomentar la recogida de toda la basura en un solocontenedor.

    Por otra parte, se deben completar las recogidas selectivas de otrosmateriales como pinturas, barnices, pilas, cartuchos de impresin, mobiliario,bombillas, fluorescentes, etc. con la instalacin de garbigunes donde sepuedan recepcionar todas estas materias y no se dependa de la asistencia,como mucho, de una furgoneta o camin una vez al mes.

    Para conseguir esto se plantean los siguientes objetivos:

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    a. Sensibilizar, concienciar y educar a la poblacin sobre laconveniencia de la recogida selectiva con campaas intensivas,prolongadas en el tiempo y por diferentes medios.

    b. Priorizar y subvencionar aquellas iniciativas que profundicen en

    las recogidas selectivas de todos los materiales posibles.c. Cargar con tasas ms elevadas a aquellos ncleos, empresas ociudadanos particulares que realizan un menor esfuerzo en elmbito de la separacin de los residuos.

    d. Aplicar el principio fundamental del que contamina paga.e. Mejorar el diseo de los contenedores urbanos para que la

    proliferacin de contenedores no sea un problema: soterramiento,eliminacin, recogidas alternativas...

    f. Mejorar el diseo de los contenedores domsticos para que no secree un problema de necesitar excesivo espacio.

    g. Instalar el contenedor de recogida de materia orgnica en todos

    los ncleos de Gipuzkoa o instaurar cualquier otro mtodo queaborde la FOP.

    h. Completar los puntos de recogida de residuos en el mbito ruralcon la colocacin de los contenedores de vidrio, papel y cartn yrecipientes de plstico, metal, tetrabricks, etc.

    i. Generar nuevos garbigunes o puntos de recogida donde secomplete la demanda de contenedores para el resto demateriales.

    j. Promover la creacin de cuadrillas a nivel municipal que seencarguen de la recogida puerta a puerta.

    k. En el caso de que no se pueda realizar el puerta a puertadesarrollar otros mtodos como los contenedores con tarjetas,bolsas numeradas, etc.

    Este objetivo viene a reforzar uno de los principios fundamentales de laEstrategia Comunitaria de 1990 y la de 1996 sobre la minimizacin de losvertidos, tendiendo siempre a la meta del objetivo de vertido 0. Cualquierpartida econmica que se dedique a una buena sensibilizacin de la poblacindebe ser considerada como una inversin puesto que va a cumplir diferentesfunciones:

    l. Reducir al mximo problemas como la colmatacin de losvertederos, los lixiviados, malos olores, explosiones fortuitas enlos lugares donde a da de hoy se est enterando la materiaorgnica, etc.

    m. Supondr un amplio beneficio en ahorro de materiales.n. Supondr un amplio ahorro en gastos energticos.

    5. Fomentar los procesos de reutilizacin que aumenten la vida de los

    objetos.

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    Este objetivo se configura como otro de los pilares de la sostenibilidad ydel futuro en cuestin de residuos. Mientras a da de hoy se est tendiendo aun exacerbado gasto porque la vida de los materiales continentes se haacortado hasta prcticamente desaparecer los procesos de reutilizacin, la ideaes volver a antiguas y saludables prcticas. En este sentido, cobra especial

    relevancia la utilizacin del vidrio, fcilmente reutilizable a travs de simplesprocesos de limpia, como se ha venido haciendo, hasta la fecha, con la sidra.Por ello, se debe primar la utilizacin del vidrio y gravar econmicamente otrosmateriales menos adecuados como los briks. Tambin la venta a granel deberecuperar la importancia que hasta hace muy pocos aos detentaba.

    Es importante impulsar otras vas. De esta manera, son interesantes lasexperiencias de Traperos de Emas, Remar y tiendas de ropa usada. En estesentido, todos estos proyectos ahondan en alargar ms la vida de losproductos. Tambin debe existir una presin hacia los fabricantes y a diferentesniveles. Desde la escala local con el cobro de los cnones municipales, hasta

    la ley de envases y el Gobierno Central, sin olvidar la escala intermedia quesuponen las diputaciones y el Gobierno Autonmico. Para la consecucin deeste gran objetivo general hace faltar proponer los siguientes especficos yoperativos:

    o. Incentivar la utilizacin de continentes y materiales que puedandisfrutar de una vida mucho ms larga.

    p. Incentivar la utilizacin de continentes y materiales que puedandisfrutar de varios ciclos de utilizacin.

    q. Fomentar la publicidad de aquellas empresas productoras queapuesten por la reutilizacin de sus materiales.

    r. Fomentar la venta a granel de diferentes materias; vino, cerveza,aceite, leche, sidra, y un largo etc.

    s. En el caso en que no se pueda utilizar el granel impulsar lareutilizacin de los continentes a travs del reembolso de sumasde dinero por su devolucin.

    t. Incentivar econmicamente a aquellos ciudadanos que opten porlos materiales reutilizables y de larga duracin.

    u. Incentivar econmicamente a aquellos ciudadanos que opten porlos consumos a granel.

    v. Gravar econmicamente tanto a los productores como los

    productos y consumidores que estn utilizando materias noreutilizables o de corta duracin (1 slo uso).w. Ayudar o impulsar proyectos de reutilizacin de materiales y

    bienes de consumo de 2 mano.x. Impulsar la celebracin de mercados de rastro (ejemplo el

    realizado en Ahetze Lapurdi- todos los terceros domingos decada mes) . Promover la creacin de tiendas de ropa de 2 mano.

    y. Promover la creacin de otras tiendas con otros bienes deconsumo de segunda mano.

    z. Informar sobre la posibilidad de reutilizar materiales que sonviables sin saberlo la poblacin (ejemplo horarios de trenes de un

    ao para otro).

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    Todos estos objetivos vienen a coincidir con varios principiosinternacionales de relevancia. As, se habla de procesos de reutilizacin dentrodel V y el VI Programas de accin en materia de Medio Ambiente y DesarrolloSostenible, as como las estrategias comunitarias para la reduccin deresiduos, la directiva 94/62/CE, la ley de envases nacional, etc.

    La ventaja de la reutilizacin con respecto al reciclaje es que existe unfundamental ahorro energtico puesto que los materiales, como mucho, sedeben lavar o desinfectar.

    6. Fomentar la utilizacin de envases retornables en Gipuzkoa.

    Muy relacionado con el anterior gran objetivo, el presente trata deahondar en la necesidad de emplear envases retornables que ahorrenmateriales y energa al proceso productivo y que, adems, ahonden en el

    ahorro en residuos. Cabe destacar la poltica llevada hasta ahora en el mbitode la sidra y que, por cuestiones puramente recaudadoras, la Diputacin va aextinguir por la fuerza. Existen elementos que pueden comercializarse a travsde materiales retornables, fundamentalmente el vidrio y que pueden contenerdesde cualquier tipo de lquido hasta cualquier tipo de conserva, etc.

    Este objetivo cumplira los principios mencionados dentro del epgrafeanterior.

    7. Fomentar los procesos e industrias destinadas al reciclaje de losresiduos.

    Una vez que se han agotado las vas anteriores de minimizacin, ptimay exhaustiva recogida selectiva y fomento de los procesos y productosreutilizables, se deben acrecentar aquellas lneas relacionadas con el reciclaje.El que Gipuzkoa se convierta en un magnfico ejemplo de buena gestin ytratamiento sostenible de los residuos puede funcionar como polo de atraccinde iniciativas privadas y pblicas que ahonden en esta dinmica a travs delestablecimiento de empresas y tecnologas que profundicen dentro de estosprocesos de reciclaje. Por ello es necesario que este gran objetivo aparezcadeslindado en los siguientes subobjetivos:

    aa. Fomentar los procesos sencillos y domsticos de reciclaje. Porejemplo la fabricacin de jabn.

    bb. Impulsar las experiencias pioneras y novedosas en el campo delreciclaje.

    cc. Generar becas de investigacin y desarrollo de programas de I+Dque persigan la generacin de nuevas tecnologas de reciclaje.

    dd. Crear un espacio (polgono o parque tecnolgico de lasostenibilidad) que sea empleado como reclamo para la ubicacinde empresas punteras en el reciclaje de materiales.

    ee. Negociar ayudas a la implantacin de empresas que estn

    contrastadas y ampliamente tecnificadas en el campo delreciclaje.

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    ff. Generar planes a medida para las diferentes empresas que lesobligue a contratar los servicios de un gestor de reciclaje demateriales y carguen con los gastos derivados de sus residuos(Responsabilidad del fabricante).

    Todas estas polticas vienen a recoger lo que se dice dentro del V y el VIProgramas de accin en materia de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible,as como las estrategias comunitarias para la reduccin de residuos, ladirectiva 94/62/CE, la ley de envases nacional, etc. Adems es importanteresear lo que afirma el Comit de las Regiones de la Unin Europea en suDictamen sobre la revisin de la estrategia comunitaria para la generacin deresiduos: viene a resumirse en la necesidad perentoria de priorizar losprocesos de aprovechamiento de los materiales por encima de suaprovechamiento energtico. La razn es clara, a travs del primero los costesson menores y el ahorro de materia y energa es notable, mientras que para elsegundo, si atendemos por tal a la incineracin, adems de realizar el peor de

    los aprovechamientos energticos por cuestiones de entropa energtica; laenerga calorfica, destruimos materia y obtenemos a cambio muy pocaenerga, sin olvidar los impactos innegables que sobre la salud y el medioambiente muestra este mtodo citado.

    8. Impulsar los procesos de compostaje dentro de la provincia.

    Una vez que se haya puesto en marcha una ptima recogida selectivade la materia orgnica putrescible, no hay excusa para no sacar beneficios deesta cuestin. Dicho beneficio debe entenderse como la evitacin de los yamencionados problemas (numerosos) y la aparicin de una potencialidad comoes el compost. De esta forma del casi 0% que sufrimos ahora se podra llegarfcilmente a un 40-60% del tratamiento de la materia orgnica (o bien porcompostaje o bien por biometanizacin) en un horizonte temporal de no ms de4 aos.

    El compostaje viene recog