percepciones de ias elites estadounidenses frente ai...

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/ Percepciones de Ias elites estadounidenses frente ai "desafío latinoamericano": una tentativa de ensayo interpretativo Jorge Nej* Introducción Este texto constituye una síntesis de dos trabajos sobre temas conexos que preparé como contribución a dos volúmenes de ensayos. El primero de és- tos, publicado en el Journal of Developing Societies, I es una revisión y reactualización de un trabajo de investigación que empece a desarrollar en 1982.2 Éste es esencialmente una visión macroanalítica de Ias relacio- nes interamericanas, hecha desde un punto de vista histórico y sistémico, analizando el padrón de relaciones Norte-Sur en el hemisferio. El otro texto también resulta el producto de una larga investigaéión y reflexión, y se relaciona con el tema deI desarrollo y subdesarrollo deAmérica Latina y el Caribe, desde el ángulo de Ia seguridad humana,3 en el contexto gene- ral de Ias Américas.4 Aunque aparentemente a partir de problemáticas y perspectivas dife- rentes, ambos textos se interconectan metodológica y sustantivamente en 10 que podríamos llamar Ia economía política deI subdesarrollo y Ia inse- guridad hemisféricas. Este trabajo es, por una parte, un análisis interpre- tativo de discursos e ideologías justificatorias de Ia política exterior esta- * Director, Centro de Estudios sobre América Latina y el Caribe, Universidad dei Sur de Ia Florida, Tampa, EUA. J. Nef: "Towards a Political Economy ofHemispheric Relations: A Structural and Historical Sketch", in Jorge Nef and Harry Vanden (Special Editors): Journal of Developing Societies, vol. 21 (2005). Véase nuestro trabajo con Francisco Rojas: "Dependencia compleja y transnacionalización dei estado", en Relaciones Internacionales, nos. 8-9 (diciembre de 1984), pp. 10 1-122; también J. Nef: "Crise politique et transnationalisation de I'Etat en Amérique latine: une interprétation théorique", en Etudes Interna- tionales, vol. XVII, No. 2 (junio de 1986), pp. 279-306, y "The Poli tical Economy of Interamerican Relations: A Structural and Historical Overview", en Richard Stubbs y Geoffrey Underhill Ceds.): Political Economy and the Changing Global arder (Toronto, McClelland and Stewart, 1994), pp. 404-418. Para una elaboración dei concepto de seguridad humana véase nuestro libro Human Security and Mu- tual Vulnerability. The Global Political Economy ofDevelopment and Underdevelopment, Second Edition (Ottawa, IDRC Books, 1999). Otras elaboraciones sobre el tema se encuentran en "Human Security: Perspectives for Human Resources and Policy Management", en M. K. Tolba (ed.): UNESCO-EOLSS, Our Fragile World. Challenges and Opportunitiesfor Sustainable Developmetlt (ForerU/!I1er to the Ency- clopedia of Life Support Systems), vol. I, (Oxford, U.K.: EOLSS Publishing Co. 2001), pp. 813-831, y en ''The Ethics ofMutual Vulnerability: A Developmental Perspective for Foreign Policy", en Rosalind Irwin (ed.): Ethics and Security in Canadian Foreign Policy (Vancouver: UBC Press, 200 I), pp. 17-37. "Globalization and Insecurity in the Americas", en Jan Black Ced.): Latin America. lts Problems and its Promise.A Multidisciplinary lntroduction, Fourth Edition (Boulder, Westview, 2005), pp. 207-229. Para una elaboración dei concepto de Estados Unidos, véase C. Wright MiIls: The Power Elite (New York, Harper), 1957, pp. 269-297.

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Percepciones de Iaselites estadounidensesfrente ai "desafío latinoamericano":

una tentativa de ensayo interpretativoJorge Nej*

Introducción

Este texto constituye una síntesis de dos trabajos sobre temas conexos quepreparé como contribución a dos volúmenes de ensayos. El primero de és-tos, publicado en el Journal of Developing Societies, I es una revisión yreactualización de un trabajo de investigación que empece a desarrollaren 1982.2 Éste es esencialmente una visión macroanalítica de Ias relacio-nes interamericanas, hecha desde un punto de vista histórico y sistémico,analizando el padrón de relaciones Norte-Sur en el hemisferio. El otrotexto también resulta el producto de una larga investigaéión y reflexión, yse relaciona con el tema deI desarrollo y subdesarrollo deAmérica Latinay el Caribe, desde el ángulo de Ia seguridad humana,3 en el contexto gene-ral de Ias Américas.4

Aunque aparentemente a partir de problemáticas y perspectivas dife-rentes, ambos textos se interconectan metodológica y sustantivamente en10que podríamos llamar Ia economía política deI subdesarrollo y Ia inse-guridad hemisféricas. Este trabajo es, por una parte, un análisis interpre-tativo de discursos e ideologías justificatorias de Ia política exterior esta-

* Director, Centro de Estudios sobre América Latina y el Caribe, Universidad dei Sur de Ia Florida, Tampa,EUA.

J. Nef: "Towards a Political Economy ofHemispheric Relations: A Structural and Historical Sketch",in Jorge Nef and Harry Vanden (Special Editors): Journal of Developing Societies, vol. 21 (2005).Véase nuestro trabajo con Francisco Rojas: "Dependencia compleja y transnacionalización dei estado",en Relaciones Internacionales, nos. 8-9 (diciembre de 1984), pp. 10 1-122; también J. Nef: "Crise politiqueet transnationalisation de I'Etat en Amérique latine: une interprétation théorique", en Etudes Interna-tionales, vol. XVII, No. 2 (junio de 1986), pp. 279-306, y "The Poli tical Economy of InteramericanRelations: A Structural and Historical Overview", en Richard Stubbs y Geoffrey Underhill Ceds.): PoliticalEconomy and the Changing Global arder (Toronto, McClelland and Stewart, 1994), pp. 404-418.Para una elaboración dei concepto de seguridad humana véase nuestro libro Human Security and Mu-tual Vulnerability. The Global Political Economy ofDevelopment and Underdevelopment, Second Edition(Ottawa, IDRC Books, 1999). Otras elaboraciones sobre el tema se encuentran en "Human Security:Perspectives for Human Resources and Policy Management", en M. K. Tolba (ed.): UNESCO-EOLSS,Our Fragile World. Challenges and Opportunitiesfor Sustainable Developmetlt (ForerU/!I1erto the Ency-clopedia of Life Support Systems), vol. I, (Oxford, U.K.: EOLSS Publishing Co. 2001), pp. 813-831, yen ''The Ethics ofMutual Vulnerability: A Developmental Perspective for Foreign Policy", en RosalindIrwin (ed.): Ethics and Security in Canadian Foreign Policy (Vancouver: UBC Press, 200 I), pp. 17-37."Globalization and Insecurity in the Americas", en Jan Black Ced.): Latin America. lts Problems andits Promise.A Multidisciplinary lntroduction, Fourth Edition (Boulder, Westview, 2005), pp. 207-229.Para una elaboración dei concepto de Estados Unidos, véase C. Wright MiIls: The Power Elite (NewYork, Harper), 1957, pp. 269-297.

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dounidense. Por otra, se inserta en una tentativa de interpretación de Ianaturaleza de Ia elite dei poder5 en el país dei norte, como asimismo delos mecanismos de reproducción de esas ideas y políticas, y de Ias mis-mas elites antes mencionadas. Mi presentación enfatizará Ia percepcióne imágenes de los problemas de subdesarrollo e inseguridad que planteaAmérica Latina y el Caribe ai establishmenteconómico, militar y políti-co norteamericano.

Un modelo analítico

Para los efectos dei análisis comenzaré por delinear algunas característi-cas relativas ai sistema interamericano y a Ias dinámicas de desarrollo ysubdesarrollo en Ias Américas. Este modelo es una manera algo abstractade tipificar situaciones concretas. Su valor heurístico está dado por Ia po-sibilidad de ayudarnos a entender e interrelacionar procesos y situacionestanto generales como específicas que afectan Ia seguridad de Ia región ensu conjunto, y principalmente de sus habitantes.

I. En primer lugar, Ias Américas constituyen un sistema relativamenteintegrado en 10económico, militar, político y, aun en 10cultural. Este sis-tema se caracteriza por relaciones asimétricas no sólo entre un "norte"desarrollado y dominante y un "sur" subdesarrollado y subordinado, sinopor profundas asimetrías sociales, económicas y políticas dentro de losdiversos países, inc1uido Estados Unidos.

2. En su conjunto, Ias Américas configuran un ámbito multicultural,basado en tres complejas y diversas metaculturas fundadoras: Ia culturaoriginal indoamericana subordinada con todas sus múltiples variaciones; Iacultura dominante euroamericana u occidental con sus numerosas mani-festaciones, y Ia igualmente subordinada, compleja y diversa cultura afro-americana. Sobre esta matriz tripartita, con mayor o menor presencia deuna u otra de Ias metaculturas fundadoras, se han asentado, fIorecido y/oasimilado, otras corrientes migratorias más recientes; en especial, dei Me-dio Oriente y Asia. Esta característica multicultural con predominio occi-dental es típica de Ias Américas, desde Canadá hasta Argentina, 10que hacea esta región significativamente distinta de Europa, Asia o África.

3. En su conjunto, Ias Américas constituyen Ia región más rica deimundo en cuanto a sus niveles de industrialización, ingreso y radio de po-blación por recursos naturales. AI mismo tiempo es una de Ias regiones deiglobo con mayor desigualdad en términos de Ia distribución dei ingreso,de Ia tenencia de Ia tierra y dei poder político. 6

4. Los sistemas políticos de laregión, inc1uido Estados Unidos, y concontadísimas excepciones, son generalmente oligárquicos y con limitadaparticipación ciudadana. Más bien constituyen democracias restringidas,o plutocracias con apoyo popular a través de elecciones formales, en quediferentes facciones de Ia elite representan similares opciones de políti-cas públicas.

6 Nef: "Globalization and Insecurity...", ed.cit., p. 207.

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5. El proyecto político dominante, y también hegemónico, a través deIa región es un esquema de política pública basado en una ideología neo-liberal, garantizado por acuerdos internacionales y pactos de elites que fa-cilitan Ia continuidad de políticas macroeconómicas. Estas políticasfavorecen aIos sectores más acomodados en desmedro de los sectores la-borales, campesinos y populares (y aun de clase media), asegurando me-canismos de transferencia regresiva deI ingreso y de desmantelamientode políticas sociales.

6. El aparato de seguridad y, en especial, Ias fuerzas policiales y milita-res, actúan como garantes deI orden oligárquico. Este sistema de seguridadestá integrado verticalmente en el hemisferio y por 10general comparte unaideología, un sistema de entrenamiento y un adoctrinamiento comunes.

7. Las elites - o más bien, Iasoligarquías - nacionales coalescen en alian-zas con soportes transnacionales para originar "apoyos" adecuados; en parti-cular, en Ias áreas de defensa y política económica y financiera. En el contextode esta soberaníalimitada, entidades técnicas (como bancoscentrales, tratadosde libre comercio, normas de comercio internacional, y otros mecanismos depolítica e inversión), alianzas militares y adoctrinamiento, garantizan Ia per-manencia deI statu quo.7 En otras palabras, hay un proceso progresivo y apa-rentementeirreversible de transnacionalización dei Estado y que seexpresaenpolíticas públicas desde el Estado para consolidar el carácter transnacional yantidemocrático de esas políticas. .

8. EI régimen interamericano posee morfológicamente un número decaracterísticas semejantes a aquellas que predominasen en Europa Orien-tal durante Ia guerra fria bajo elllamado imperio soviético. El controlrelacional o metapoder sobre los componentes deI sistema se ejerce por Iafacción hegemónica en Ia potencia dominante, a través de un doble canalpolítico/militar y económico con sus respectivas clientelas en AméricaLatina y el Caribe. Esto 10 hemos denominado una modalidad de depen-dencia compleja, 8 en Ia cual hay contradicciones ideológicas y de interésen el seno de Ia alianza, pero también instancias de colaboración entrevarias facciones.

9. En particular, esas contradicciones han tendido a expresarse en tor-no a dos ejes principales en Ia elite deI poder estadounidense. Uno es Iafacción trilateralista,9 que basa su poder e influencia en el mundo deI ca-

Cf. Karl Terry-Lynn y Richard Fagen: "The Logic of Hegemony: The United States as a Superpowerin Central America", en Jan Triska (ed.): Dominant Powers and Subordinate States. The United Statesin LatinAmerica and the Soviet Union in Eastern Europe (Durham, NC., Duke University Press, 1986),pp.218-238.Para una elaboración de Ia idea de dependencia comp1eja (política, militar, cultural, además de eco-nómica) y más allá de los parámetros presentes en Ias concepciones clásicas de Ias teorias de depen-dencia, véase Nef y Rojas, loco citoPara una definición dei trilateralismo, véase Holy Sklar: "Managing Dependency and Democracy -An Overview", en Sklar (ed.): Trilateralism: The Trilateral Commission and Elite Planningfor WorldManagement (Montreal, Black Rose, 1980), pp. l-55; también Arturo Siat y Gragorio Iriarte: "De IaSeguridad Nacional al Tri1ateralismo", en Cuadernos de Cristianismo y Sociedad (BuenosAires, mayode 1979), pp. 23-24.

10 Juan Bosch: El Pentagonismo sustituto dei imperialismo, Tercera Edición (Santo Domingo, EditoraAlfa y Omega, 2000), pp. 5-14.

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pitalismo transnacional y Ia ideología de Ia globalización. El otro, el penta-gonismo, o keynesianismo militarista, 10 que basa su poderio en Ia fuerzaarmada, el complejo militar-industrial y laideologíade Ia seguridad nacio-nal. Variaciones de política exterior tienden a resultar de variaciones en Iaconfiguración de Ias alianzas; en especial, Ias relaciones entre Ia facciónhegemónica y el bloque en el poder.

10. La ideología de Ia elite dominante - en Ia intersección entre el po-der económico, militar y político - hacia el resto de Ias Américas, ha sidoy continúa siendo una visión mesiánica de "destino manifiesto". Estaorientación ideológica se entrelaza con una concepción eminentementeracista deI orden social. En ella, Ia civilización estadounidense(anglosajona, blanca y protestante) está predestinada a ocupar y subyugar a10que Kipling llamase Ias "razas inferiores sin Dios ni Ley". Concepcionesmás modernas de este mesianismo alo Theodore Rooseveltll se reprodu-cen en el discurso deI desarrollismo,12 Ia modemidad, una concepciónexclusivista de Ia democracia, Ia doctrinade seguridad nacional, Ia globa-lización, el "choque" de civilizaciones, 13 el proyecto deI Siglo America-nol4 y, más recientemente, "Ia amenaza hispánica" .15

11. En este contexto, América Latina y el Caribe, tal como Ia inmigra-ción y el multiculturalismo, más que un conjunto de hechos, constituyen un"problema" y un desafío para los estadistas deI país deI norte. En cierta me-dida, Ia amenaza latino americana y caribeíia es Ia posibilidad de contami-nación de una cultura que se autodefine como puritana, ordenada y "lim-pia": una suerte de silenciosa invasión bárbara. En el ambiente paranoicoposterior aI 11 de septiembre, utilizado por esta misma elite para forzar Iaimplementación de una agenda extrema, esta invasión se intemaliza comoun caos amenazante para los valores culturales de Ia república.

Ideogénesis e ideologíasHay un conjunto de claves culturales y estrncturales que permiten entenderesta suerte de fobia presente en Ia política exterior estadounidense. Algunas

II Véase 'Theodore Roosevelt Corollary to the Monroe Doctrine", en el cual el presidente denuncia en1905 10 que elllama "el mal crónico" (chrollic wrollg-doillg) y el "poder deI mal" (power of evil) deIas republicas latinoamericanas como justificación para Ia intervención unilateral para corregir y pre-venir: http://ourdocuments.gov/doc.php?flash=false&doc=56

12 Suzanne Bodenheimer: "The Ideology of Developmentalism: American Political Science Paradigm-Surrogate for Latin American Studies", en Berkeley Journal ofSociology, no. 15, pp. 95-137; tambiénArturo Escobar: "Discourse and Power in Development: Michel Foucault and the Relevance of hisWork for the Third World", en Alternatives, vol. X (Invierno 1984-1985), pp. 370-400.

13 Samuel Huntington: "The Clash of Civilizations", en Foreigll Affairs (Verano 1993), vol. 72, no. 3,pp. 22-28; version electrónica: http://www.alamu1.comlsubjleconomics/misc/clash.html

,. Véase John Tierney: "The Hawks Loudly Express Their Second Thoughts", en The New York Times,Week in Review, May 16,2004: http://www.pnac.info/

15 Samuel Huntington: "The Hispanic Threat", en Foreigll Policy, version electrónica (marzo-abril deI2004); título original: "The Hispanic Challenge". Threat en inglés significa amenaza, mientras quechallellge es desafío. http://www.keepmedia.com.lpubs/ForeignPolicyI2004/03/0 1/387925

I. Jorge Nef y Ximena Núõez: Las Relaciolles Jllteramericallas Frellte ai Siglo XXI(Quito, Facultad La-tinoamericana de Ciencias Sociales, 1994).

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Política exterior

de estas proc1ividades son coyunturales; otras, estructurales y persistentes.Estas últimas condiciones van más aliá dei hecho fortuito y puntual de losataques contra Ias torres gemelas y el Pentágono. Hay toda una historia de Iarelaciones interamericanas que sustenta Ias proposiciones delineadas másarriba. 16EIunilateralismo no constituye un resultado de 10srecientes eventosrelacionados con Iraq o los ataques terroristas dei 200 I a Nueva York y Was-hington. Tampoco son el producto dei bipolarismo de Ia guerra fria. Másbien, se imbrican en una tradición casi ininterrumpida y en modalidades desocialización político-culturales tanto latente como manifiesta y sus diversaspsicopatologías y "mantras".

A) Un elemento importante aquí consiste en recordar que si bien escierto que en Ia tradición estadounidense, a diferencia dei Reino Unido,hay una separación entre Iglesia y Estado, esta separación no se da entreEstado, política y religión. De hecho, Ia política y los valores culturaleshan permanecido ligados en Estados Unidos, 10 que emergió con muchafuerza en Ias elecciones presidenciales dei 2004. Esto da aios pronuncia-mientos de política exterior estadounidenses, aun los más cínicos einstrumentales, una tonalidad mesiánica y fundamentalista: destino ma-nifiesto, lucha contra el mal, Ia corrupción o Ia inmoralidad.

B) Otro elemento importante a considerar es el tipo de religión civilfuertemente indoctrinada en toda Ia población. Esto inc1uye Ias letaníasdiarias dei juramento a Ia bandera, que acompaiían el proceso educacionaldesde el kindergarten hasta Ia educación secundaria. EI patriotismo agre-sivo, inserto en una cultura y pedagogía de violencia, 17 y no visto desde Iacaída de los regímenes ultranacionalistas ai fin de Ia Segunda GuerraMundial, ha permanecido como un signo distintivo de Ia ideología estado-unidense. EI American Way of Life actúa como factor unificador y mitofundacional de una sociedad con profundas contradicciones sociales y ra-ciales. Este chauvinismo extremo se comparte por numerosos sectores deIa población y se encuentra presente en ambos partidos oficiales.

C) Un tercer antecedente resulta Ia naturaleza cada vez más integrada,uniforme y ultranacionalista de los medios de comunicación, con su casicompleta pérdida de objetividad en su función de manufacturar consen-sos 18 y verdades. Estos medios "crean" e inventan Ia realidad cotidiana ytienden a mezc1ar ficción con hechos reales hasta el punto que cualquierevento público tiende a convertirse en un reality show.

D) Un cuarto factor, más circunstancial, aunque no necesariamentefortuito, es Ia naturaleza de Ia administración de George W. B ush. En granmedida, una sucesión semidinástica, y en un comienzo con un bajo gradode legitimidad, desde su primera inauguración, el gobierno inc1uyó unfuerte componente religioso fundamentalista, militarista y altamenteconservador, matizados por algunos elementos trilateralistas. A diferen-

17 Una caracterización de Ia cultura e ideología de Ia violencia se encuentra en nuestro artículo "Terrorismand the Pedagogy ofViolence: A Critical Analysis", en Wayne Nelles (ed.): Comparative Edllcatioll,Terrorism alld Humall Security (New York, Palgrave-Macmillan, 2003), pp. 47-62.

.8 Véase el trabajo c1ásico de Edward S. Herman y Noam Chomsky: Mallufactllrillg COlIsellf (New York,Pantheon Books, 1988), passim.

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cia de Ias administraciones de George B ush, padre, y de William Clinton,decididamente trilateralistas, el gobierno de Bush, hijo, trató de reconfi-gurar una alianza con una alta presencia pentagonal, con personajes comoRumsfeld, Wolfowitz, Pearle y Bolton. Cuando ocurrÍó el ataque terroris-ta en el 200 I, Ia facción pentagonista más extrema terminó asumiendo elcontrol dei equipo dirigente y capturando Ia agenda. Desde el inicio de Iaguerra de Iraq, esta facción se convirtió en hegemónica, consolidándoseaún más a partir de Ia reelección de Bush en e12004.

E) Finalmente, está unhecho que el senador Fulbrightnotase yaen los afios60: lamezclaaltamentedisftmcional entre arroganciae ignorancia en Iapolíticaexterior de Washington. 19En términos cibernéticos, no hay retroalimentaciónnegativa posibleque ayude a aprender, a partir de unreconocimientode errores,o de introspección histórica. En relación con América Latina y el Caribe, unaconcepción racista y etnocéntrica basada en atavismos genéticos, ha mutadohacia unacaricaturización basadaen estereotipos que proyectan unaimagen deinferioridad no sólo material y biológica, sino cultural.

Citaré algunos ejemplos de literatura ideológica considerada "progre-sista". Un ejemplo es un trabajo editado en el200 I por Lawrence Harring-ton y Samuel Huntington, Culture Matters: How Values Shape HumanPro gress. 20Este libro, popular entre círculos oficiales, reintroduce Ia mani-da y desacreditada tesis de McClelland y Banfield sobre Ias bases inmora-les de Ias sociedades retrasadas. Según esta postulación, Ia democracia, Iaprosperidad y otros atributos dei desarrollo, derivan de padrones axioló-gicos construidos a partir de una imagen idealizada de una cultura anglosa-jona y protestante "limpia" y "ética", que contrasta con Ias formas corrup-tas de Ia cultura periférica. La tesis también pretende explicar Ias raícesculturales de Ia falta de éxito de los afroamericanos en Estados Unidos.

Otro ejemplo de etnocentrismo extremo e ignorante son dos trabajos deimismo Harrison, Pan-AmericanDream: Do LatinAmerica 's CulturalValuesDiscourage True Partnership with the United Status and Canada? (1998)21 YUnd.erdevelopment Is a State 01Mind: The LatinAmerican Case (2000).22 EIex embajador, quedicho seade pasoes unliberal demócrata y anti-Bush, lanzaun ataque contra marxistas, católicos, dependentistas y contra quien sea quecuestione Ia base fundamentalista de que el país dei norte es moral yculturalmente superior a sus vecinos dei sur.

EI resultado de estas construcciones deviene una visión de orden in-ternacional belicosa y unilateralista, que exc1uye el derecho internacionaly trata con desdén los mecanismos multilaterales de seguridad colectiva.Esta fórmula predecible conlleva una ecuación amigo-enemigo, alo Carl

\9 William J. Fulbright: The Arrogance of Power (New York, Random House, 1967), passim.20 Lawrence E. Harrison y Samuel P. Huntington (eds.): Culture Matters: How Values Shape Human

Progress (NewYork, Basic Books, 2001).2\ LawrenceE. Harrison y LawrenceE. Harrison: Pan-AmericanDream: Do LatinAmerica's Cu/turalValues

Discourage True Partnership with the United States and Canada? (Boulder, Westview Press, 1998).22 Lawrence Harrington: Underdevelopment Is a State of Mind: The Latin American Case (New York,

Rowman & Littlefield Publishers, 2000).

23 AlIan Wolfe: "A Fascist Philosopher Helps Us Understand Contemporary Politics", en The Chronicleof Higher Education, April 2, 2004: http://chronicle.comlfree/v50/i30/30bOI601.htm

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Política exterior

Schmitt, como una constante de Ia política exterior.23 En 10 fundamentalesto ha dado en llamarse una profecía autosustentada.

Actores y procesos de política exteriorVista desde un punto de vista analítico, Ia política exterior estadounidenserefleja Ias características estructurales y coyunturales de Ia elite en el po-der. También expresa los conflictos, compromisos y vacilaciones dentrode una correlación de fuerzas que incluye a varios actores institucionales,con sus respectivas clientelas. Para los efectos deI análisis, podemos refe-rimos a Ia llamada política exterior de Estados Unidos como una amalgamaen Ia cual confluyen, se entremezclan y también compiten cuatro áreas depolíticas: oficial, clandestina, militar y económica.

La política oficial

El sector oficial incluye aI Departamento de Estado, su burocracia cen-tral, consular, diplomática y de ayuda exterior (AID). Ese sector posee suspropios servicios de inteligencia y análisis, sus propias redes de vincula-ción transnacionales. Generalmente, el secretario de Estado, en conjuntocon el presidente, arbitran los conflictos intersectoriales y definen unapolítica resultante de una composición de fuerzas entre Ias facciones prin-cipales en el gobiemo. Históricamente, el Departamento de Estado ha es-tado controlado e interpenetrado, en general, por el sector trilateralista ysus think tanks. Con Ia partida de Colin Powell en el 2004 y el nombra-miento de Condolezza Rice, este sector ha virado fuertemente hacia unaposición más "dura."

La política clandestina

El otro actorinstitucional, igualmente influído poreI trilateralismo, ha sido IaAgencia Central de Inteligencia, hoy en día severamente criticada, reorgani-zada y subordinada cada vez más a Ia facción más militarista. De hecho, elconflicto principal entre el sector castrense y Ia CIA ha ocurrido en el área deIas estimaciones de inteligencia acerca de Ias capacidades de posibles adver-sarios, que detenIÚna Ias apropiaciones presupuestarias. También posee suspropias redes clientelísticas, o "activos" (assets) globales y locales.

La política militar

El tercer actor institucional en el sistema político estadounidense es ellla-mado sector pentagonal. Éste no sólo se refiere aI generalato presente enIa Junta de Comandantes deI Estado Mayor (Joint Chiefs ofStafl) y aI ex-tenso y poderoso aparato militar. Incluye, además, Ia burocracia gerencialcivil y tecnocrática que dirige Ia Secretaría de Defensa y sus organismosde inteligencia, el enorme "complejo militar e industrial" que provee su-ministros y se beneficia de los contratos de defensa, y un conjunto de thinktanks e intelectuales institucionales que dan contenido ideológico a unproyecto de seguridad nacional con pretensión hegemónica.

La política económica

El cuarto sector de política exterior estadounidense es el sector econó-mico: Ias grandes empresas transnacionales de carácter extractivo, in-

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dustria] y comercial, con claro predominio deI capital financiero. Esterubro comprende empresas en Ia región, cuya integración y gestión es-tán condicionadas por el capital estadounidense. Por 10 general, y con Iaexcepción parcial de aquellas companías insertas en el complejo militare industrial, Ia clase capitalista estadounidense posee un alto grado dearticulación con sus congéneres en Ias Américas, Europa, el MedioOriente, Asia y África, 10 que le da un carácter de capitalismo verdadera-mente global. Este sector se ha articulado de manera institucional en losComités de Apropiaciones en Ia Cámara y el Senado, el Departamentode Comercio, y en una constelación de organismos internacionalesseudomultilaterales, como el FMI, el Banco Mundial, el Banco Intera-mericano de Desarrollo, los tratados de libre comercio (NAFTA,ALCA), Y Ia Organización Mundial deI Comercio (OMT/WTO). Susmanifestaciones asociacionales más conocidas a nivel mundial han re-sultado Ia Comisión Trilateral y elllamado Grupo Davos: el Foro Eco-nómico Mundial. Su proyecto hegemónico es el neoliberalismo.

Estos sectores, con sus respectivos intereses ideológicos e institucio-nales, sus clientelas externas, sus mecanismos de inteligencia y con suspropias visiones deI "interés nacional", compiten, colaboran, luchan o seabstienen en determinadas situaciones y escenarios (países). Esto da lu-gar a políticas a veces divergentes en Ia superficie. Sin embargo, estas di-vergencias no deben exagerarse. Debajo de una apariencia burocrático-pluralista hay visiones bipartidistas compartidas sobre América Latina yel Caribe. El destino manifiesto es una de esas persistentes visiones, cu-yas raíces van más allá de simples cuestiones subjetivas y contingenciaspartidarias. En Ias palabras que George Kennan, el recién fallecido arqui-tecto de Ia guerra fría, un liberal demócrata deI N ew Deal, dijese hace másde 50 anos: "Poseemos alrededor dei 50 % de Ia riqueza deI mundo, perosomos sólo e16,35 % de su población... En esta situación, no podemosdejar de ser objeto de envidia y resentimiento. Nuestra tarea real en el pe-ríodo inmediato es establecer un patrón de relaciones que nos permitamantener esta posición de desigualdad. . . Para lograr esto debemos des-hacernos de todo sentimentalismo e ilusiones; y nuestra atención deberáconcentrarse donde sea en nuestros objetivos nacionales inmediatos...Debemos terminar de hablar de objetivos vagos. . . e irreales como los de-rechos humanos, el mejoramiento de Ias condiciones de vida y Ia demo-cratización. No está lejano el día en que tengamos que manejamos conconceptos de poder. Mientras menos nos amarremos a consignas idealis-tas, mejor será". (1948)24

,. George Kennan, citado en Tim Weiner and Barbara Crossette: "George F. Kennan dies at 101; leadingstrategist of cold war", en New York TImes, March 18, 2005; citado también en Robinson Rojas andEduard Prugovecki: "The Project forthe First People Century", 5-14-03. http://firstpeoplescentury.net/amemp.htm

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