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48 REVISTA DRÄGER 10 | 2 / 2014 DESDE EL INTERIOR PRODUCCIÓN FOTO: PATRICK OHLIGSCHLÄGER Un toque de alta costura Los TRAJES DE PROTECCIÓN QUÍMICA tienen algo de alta costura. Estos trajes permiten trabajar en ambientes contaminados por gases tóxicos, productos químicos o bacterias. S i se cruza con alguien que lleve uno de estos trajes, salga corrien- do en dirección opuesta», reco- mienda Marco Lange señalando uno de los trajes de protección química infla- do para ponerlo a prueba. Lange es el coordinador de equipo de Dräger, res- ponsable de la producción de miles de estas prendas textiles de alta tecnolo- gía al año sin las que no se podría tra- bajar en ambientes hostiles. Donde apa- recen, está cerca el peligro causado por gases, sustancias químicas o bacterias. Por esta razón, recomienda salir huyen- do en dirección opuesta a todo el que no esté afectado. Pero quien vaya al encuen- tro del peligro equipado con este atuen- do estará protegido por tecnología de Capa protectora exterior Dräger desarrolla, fabrica y comercializa una gama de trajes de protección química en diversas clases de protección. Actualmente, los modelos punteros son el CPS 7800 y 7900. Son reutilizables, protegen contra sustancias químicas de uso industrial, agentes químicos de combate, agentes patógenos así como partículas radiactivas y son aptas para trabajos con gases licuados (a una temperatura de hasta -80 °C). Con los accesorios adecuados, pueden ser utiliza- dos para diversas aplicaciones y se hacen prácticamente a medida. El corte ergonómico, ajustado al cuerpo garantiza una mayor libertad de movimiento, lo que puede reducir estrés y accidentes. La vida útil de un traje es de hasta 15 años. última generación, lo que se hace paten- te observando la producción de los modelos de gama alta CPS 7800 y 7900 paso a paso. Cinco capas de protección Los trajes se diferencian en un aspecto esencial: con el CPS 7800 el respirador de aire comprimido se lleva por encima del traje, mientras que con el CPS 7900 se lleva por debajo. En este último llama la atención el gran visor, mientras que el modelo 7800 lleva una máscara respira- toria o un cerco facial que lo sella hacia el exterior. Ambos trajes están hechos del mismo tejido, en cuyo desarrollo partici- pó Dräger y que ahora se fabrica en exclu- siva para la empresa. Este material llamado D-mex consiste en un tejido textil resistente al desgarro que está cubierto por ambas caras con una capa de película resistente a las sustan- cias químicas. El material está sellado por dentro y por fuera con una capa de elastómero de efecto ignífugo y antiinfla- matorio que, a la vez, protege contra cor- tes y perforaciones. Parece sencillo, pero no lo es tanto. «Por una parte, el mate- rial tiene que ser ligero, por otra, robus- to», dice Lange, «y tiene que ser agrada- ble al tacto y acompañar al portador en todos sus movimientos». Además el traje, que en su versión más ligera pesa 3.500 gramos, resiste al frío de gases licua- dos a una temperatura de hasta -80 °C. El material, que se suministra en bobi- nas de diversos colores, se parece al de la ropa de deporte al aire libre. Los tra- jes de protección química solo se produ- cen por encargo. Hay demasiadas varian- tes posibles, y demasiadas combinaciones de equipamiento opcional para aplica- ciones específicas. «Más de un millón y medio, tan solo con el CPS 7900», expli- ca Lange. Por ello, la historia de un tra- je de protección química comienza con el pedido que a su vez consiste en un lis- tado detallado de los componentes nece- sarios para su producción, para que más >

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Page 1: Un toque de alta costura - draeger.com REVISTA DRÄGER 10 | 2 / 2014 DESDE EL INTERIOR PRODUCCIÓN FOTO: PATRICK OHLIGSCHLÄGER Un toque de alta costura Los TRAJES DE PROTECCIÓN QUÍMICA

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DESDE EL INTERIOR PRODUCCIÓN

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Un toque de alta costuraLos TRAJES DE PROTECCIÓN QUÍMICA tienen algo de alta costura. Estos trajes permiten trabajar en ambientes contaminados por gases tóxicos, productos químicos o bacterias.

Si se cruza con alguien que lleve

uno de estos trajes, salga corrien-

do en dirección opuesta», reco-

mienda Marco Lange señalando uno de

los trajes de protección química infla-

do para ponerlo a prueba. Lange es el

coordinador de equipo de Dräger, res-

ponsable de la producción de miles de

estas prendas textiles de alta tecnolo-

gía al año sin las que no se podría tra-

bajar en ambientes hostiles. Donde apa-

recen, está cerca el peligro causado por

gases, sustancias químicas o bacterias.

Por esta razón, recomienda salir huyen-

do en dirección opuesta a todo el que no

esté afectado. Pero quien vaya al encuen-

tro del peligro equipado con este atuen-

do estará protegido por tecnología de

Capa protectora exteriorDräger desarrolla, fabrica y comercializa una gama de trajes de protección química en diversas clases de protección. Actualmente, los modelos punteros son el CPS 7800 y 7900. Son reutilizables, protegen contra sustancias químicas de uso industrial, agentes químicos de combate, agentes patógenos así como partículas radiactivas y son aptas para trabajos con gases licuados (a una temperatura de hasta -80 °C). Con los accesorios adecuados, pueden ser utiliza-dos para diversas aplicaciones y se hacen prácticamente a medida. El corte ergonómico, ajustado al cuerpo garantiza una mayor libertad de movimiento, lo que puede reducir estrés y accidentes. La vida útil de un traje es de hasta 15 años.

última generación, lo que se hace paten-

te observando la producción de los

modelos de gama alta CPS 7800 y 7900

paso a paso.

Cinco capas de protección

Los trajes se diferencian en un aspecto

esencial: con el CPS 7800 el respirador

de aire comprimido se lleva por encima

del traje, mientras que con el CPS 7900

se lleva por debajo. En este último llama

la atención el gran visor, mientras que el

modelo 7800 lleva una máscara respira-

toria o un cerco facial que lo sella hacia

el exterior. Ambos trajes están hechos del

mismo tejido, en cuyo desarrollo partici-

pó Dräger y que ahora se fabrica en exclu-

siva para la empresa.

Este material llamado D-mex consiste en

un tejido textil resistente al desgarro que

está cubierto por ambas caras con una

capa de película resistente a las sustan-

cias químicas. El material está sellado

por dentro y por fuera con una capa de

elastómero de efecto ignífugo y antiinfla-

matorio que, a la vez, protege contra cor-

tes y perforaciones. Parece sencillo, pero

no lo es tanto. «Por una parte, el mate-

rial tiene que ser ligero, por otra, robus-

to», dice Lange, «y tiene que ser agrada-

ble al tacto y acompañar al portador en

todos sus movimientos». Además el traje,

que en su versión más ligera pesa 3.500

gramos, resiste al frío de gases licua-

dos a una temperatura de hasta -80 °C.

El material, que se suministra en bobi-

nas de diversos colores, se parece al de

la ropa de deporte al aire libre. Los tra-

jes de protección química solo se produ-

cen por encargo. Hay demasiadas varian-

tes posibles, y demasiadas combinaciones

de equipamiento opcional para aplica-

ciones específicas. «Más de un millón y

medio, tan solo con el CPS 7900», expli-

ca Lange. Por ello, la historia de un tra-

je de protección química comienza con

el pedido que a su vez consiste en un lis-

tado detallado de los componentes nece-

sarios para su producción, para que más >

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Donde no sale aire, tampoco entra: se com-prueba la estanqueidad de cada traje con aire a presión

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de reparada la cámara tiene que volver a

colocarse exactamente en la llanta.

¡Que no se cierre ninguna puerta!

Antes de ser sometido a las pruebas fina-

les, el traje tiene que pasar una noche en

un espacio calentado a 50 grados centí-

grados. «Mediante este envejecimiento

artificial, el pegamento se seca y el mate-

rial se desgasifica», dice Lange, el coordi-

nador del equipo. A este proceso le sigue

la fase final decisiva: ¿Será estanco el

traje? Esto se comprueba de forma inver-

sa, de cierto modo; se infla con una pre-

sión de 17 milibares para comprobar si

mantiene esta presión. «Los instrumen-

tos de medición son tan sensibles que

incluso registran cuando se cierra una

puerta», comenta Lange. Una vez puesto

el traje, con respirador y máscara de pro-

tección respiratoria incluidos, se entra

en un mundo completamente diferente.

«Se suele trabajar con estos trajes de 20 a

30 minutos», se escucha la voz de Lange

desde fuera. Al andar y correr, al levan-

tar objetos y al doblar las rodillas se notan

las ventajas del llamado corte ajustado al

cuerpo, uno de los detalles que se han ido

perfeccionando. Que el material es aún

más fino, pero a la vez más resistente, se

nota en el peso reducido del traje y en la

mayor libertad de movimiento. No obs-

tante, trabajar con un traje de protección

puesto sigue siendo un carga. Saber que

le da a su portador un máximo de protec-

ción no lo es. Nils Schiffhauer

cipales técnicas empleadas son coser,

sellar y pegar. Cada una de estas técni-

cas tiene sus pequeños y grandes secre-

tos que influyen en la fiabilidad, la dura-

bilidad y el manejo del producto. Si una

pieza va a convertirse en una manga, los

laterales se cosen con una costura doble.

Como el material es una tela muy resis-

tente a daños mecánicos, esto supone un

esfuerzo enorme para las máquinas de

coser industriales. «Si creen que nuestras

máquinas funcionan como las que se sue-

len tener en casa para coser, se llevarán

una gran sorpresa», dice Marco Lange.

El sellado estanco a gases de las cos-

turas es una compleja combinación de

tecnologías y destreza artesana. La cin-

ta de sellado se aplica en un determina-

do ángulo a la costura y se sella con un

flujo de aire de más de 300 grados centí-

grados que sale de una boquilla. Se pega

con un pegamento de dos componentes,

que se procesa en condiciones especiales:

«Después de mezclarlo, hay que aplicar-

lo en cuestión de un cuarto de hora». Por

ello, los ingredientes, que son bastante

caros, se van pesando exactamente para

las operaciones de los próximos minutos

para evitar desperdicios mayores. Una

presa de rodillos con una presión cons-

tante hace que las costuras se unan. A

partir de ese momento, el traje comien-

za a tomar forma. En la fase final, no obs-

tante, el equipo de producción se enfren-

ta a más de un reto como, por ejemplo, la

integración de los guantes, las botas o los

visores que tienen que estar todos unidos

al traje sin que se pierda la estanqueidad

a gases. Recuerda un poco el manto de

un neumático de bicicleta que después

tarde no falte ni la presilla para el manó-

metro de la botella de aire comprimi-

do ni D-Connect, un grillete concebido

para colgar detectores de gas que se pue-

de utilizar para rescates de accidentes.

Un gran reto durante la producción de

cualquier prenda es, en primer lugar, el

corte. Lange muestra uno de los patrones

en la pantalla CAD explicando que «están

dispuestos de tal modo que, desde la talla

S a la XXL, desperdiciemos la menor can-

tidad de material posible».

Coser, sellar, pegar

El corte se realiza de forma automáti-

ca con una cuchilla fija que no hay que

reemplazar hasta haber cortado unos

1.000 trajes. Las piezas cortadas se mar-

can en la cara interior, por ejemplo, para

indicar donde hay que coser hebillas. A

continuación se pasa a la impresión.

«Mediante impresión por termotransfe-

rencia no solo aplicamos nuestro logo-

tipo con una película muy fina, flexible

y resistente al desgaste, sino también

motivos solicitados por el cliente, como

nombres o números». De este modo, los

portadores de los trajes se pueden iden-

tificar mutuamente durante las opera-

ciones y, además, cada portador vuelve a

encontrar siempre su propio traje. «Des-

pués de cada operación, los trajes tienen

que pasar por una limpieza y desinfec-

ción profesional, es decir, en una lavado-

ra industrial con una sustancia especial

a una temperatura entre 30 y 60 grados

centígrados», dice Lange.

En los siguientes puestos de trabajo,

las piezas se van convirtiendo paso a paso

en un traje estanco a los gases. Las prin-

Quien solo conoce las máquinas de coser caseras se quedará asombrado

>

Serie de fotos: Así se fabrica un traje de protección químicawww.draeger.com/10/cps

050_Draeger_ES_10 50 08.10.14 14:23

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REVISTA DRÄGER 10 | 2/ 2014

PRODUCCIÓN DESDE EL INTERIOR

FO

TOS

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AT

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K O

HL

IGS

CH

GE

R

El coordinador de equipo Marco Lange; miles de trajes de pro-tección química para todo el mundo, al año

Una de las últi -mas fases del proceso de pro -ducción es el montaje del visor

También las cremalleras tienen que ser estancas a gases, y su ma -te rial no debe echar chispas

Parece fácil, pero requiere mucha ex-periencia: el sellado de las costuras

051_Draeger_ES_10 51 08.10.14 14:24