parroquia ntra. sra. del carmen (aguadulce) revista … · la muerte de jesús en la cruz es la...

4
Hemos escuchado el pasaje del Evangelio de Lucas (6, 36-38) en el cual se basa el lema de este Año Santo extraordina- rio: Misericordiosos como el Padre. La expresión completa es: «sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo» (v. 36) No se trata de un lema de impacto, sino de un compromiso de vida. Para comprender bien esta expresión, podemos compararla con la paralela del Evangelio de Mateo, en la cual Jesús dice: «vosotros pues, sed perfectos como es perfec- to vuestro Padre celestial» (5, 48). En el llamado discurso de la montaña, que inicia con las Bienaventuranzas, el Señor enseña que la perfección consiste en el amor, cumplimiento de todos los preceptos de la Ley. Desde esta misma pers- pectiva, san Lucas especifica que la perfección es el amor misericordioso: ser perfectos significa ser misericordiosos. ¿Una persona que no es misericordio- sa es perfecta? ¡No! ¿Una persona que no es misericordiosa es buena? ¡No! La bondad y la perfección radican en la misericordia. Cierto, Dios es perfecto. Sin embargo, si lo consideramos así, se hace imposible para los hombres aspirar a esa absoluta perfección. En cambio, tenerlo ante los ojos como miseri- cordioso, nos permite comprender mejor en qué consiste su perfección y nos anima a ser como Él, llenos de amor, de compasión, de misericordia. Pero me pregunto: ¿Las palabras de Jesús son realistas? ¿Es verdaderamente posible amar como ama Dios y ser misericordiosos como Él? Si observamos la historia de la salvación, vemos que toda la revelación de Dios es un incesante e incansable amor por los hombres: Dios es como un padre o como una ma- dre que ama con amor infinito y lo derrama con generosidad sobre cada criatura. La muerte de Jesús en la cruz es la culminación de la historia de amor de Dios con el hombre. Un amor tan grande que sólo Dios puede realizarlo. Es evidente que, comparado con este amor que no tiene medidas, nuestro amor siempre será insuficiente. Pero, cuando Jesús nos pide que seamos misericordiosos como el Padre, ¡no piensa en la cantidad! Él pide a sus discípulos convertirse en signo, canales, testigos de su misericordia. Y la Iglesia no puede ser si no sacramento de la misericordia de Dios en el mundo, en todos los tiempos y para toda la humanidad. Cada cristiano, por lo tanto, es llamado a ser testigo de la misericordia, y esto sucede en el camino hacia la santidad. Pensemos en cuántos santos se han vuelto misericordiosos porque se han dejado llenar el corazón por la divina misericordia. Han dado forma al amor del Señor derramando sobre las múltiples necesidades de la humanidad sufriente. En este florecer de tantas formas de caridad es posible distinguir los reflejos del rostro misericordioso de Cristo. Nos preguntamos: ¿Qué significa para los discípulos ser misericordiosos? Esto es explicado por Jesús con dos verbos: «perdonar» (v. 37) y «donar» (v. 38). La misericordia se expresa, sobre todo, con el perdón: no juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdona- dos» (v. 37). Jesús no pretende alterar el curso de la justicia humana, no obstante, recuerda a los discípulos que para tener relaciones fraternales es ne- cesario suspender los juicios y las condenas. Precisamente el perdón es el pilar que sujeta la vida de la comunidad cristiana, porque en él se muestra la gratuidad del amor con el cual Dios nos ha amado en primer lugar. ¡El cristiano debe perdonar! pero ¿Por qué? Porque ha sido perdonado. Todos nosotros que estamos aquí, hoy, en la plaza, hemos sido perdonados. Ninguno de nosotros, en su propia vida, no ha tenido necesidad del perdón de Dios. Y para que nosotros seamos perdonados, debemos perdonar. Lo recitamos todos los días en el Padre Nuestro: «Perdona nuestros pecados; perdona nuestras ofen- sas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Es decir, perdonar las ofensas, perdonar tantas cosas, porque nosotros hemos sido perdo- nados por muchas, muchas ofensas, por muchos pecados. Y así es fácil perdonar: si Dios me ha perdonado ¿Por qué no debo perdonar a los demás? ¿Soy más grande que Dios? Este pilar del perdón nos muestra la gratuidad del amor de Dios, que nos ha amado en primer lugar. Juzgar y condenar al hermano que peca es equivocado. No porque no se quiera reconocer el pecado, sino porque condenar al pecador rompe el lazo de fraternidad con él y desprecia la misericordia de Dios, que por el contrario no quiere renunciar a ninguno de sus hijos. No tenemos el poder de condenar a nuestro hermano que se equivo- ca, no estamos por encima de él: tenemos más bien el deber de devolverlo a la dignidad de hijo del Padre y de acompañarlo en su camino de conversión. A su Iglesia, a nosotros, Jesús indica un segundo pilar: «donar». Perdonar es el primer pilar; donar es el segundo pilar. «Dad y se os dará: [...] Porque con la medida con que midáis se os medirá» (v. 38). Dios dona mucho más allá de nuestros méritos, pero será todavía más generoso con cuantos en la tierra hayan sido generosos. Jesús no dice qué ocurrirá a quienes no donan, pero la imagen de la «medida» constituye una advertencia: con la medida del amor que damos, somos nosotros mismos los que decidimos cómo seremos juzgados, cómo seremos amados. Si miramos bien, hay una lógica coherente: en la medida en la cual se recibe de Dios, se dona al hermano, y en la medida en la cual se dona al hermano, ¡se recibe de Dios! El amor misericordioso es por eso, el único camino que hay que recorrer. Cuánta necesidad tenemos todos de ser un poco más misericordiosos, de no hablar mal de los demás, de no juzgar, de no «desplumar» a los demás con las críticas, con las envidias, con los celos. Debemos perdonar, ser misericordiosos, vivir nuestra vida en el amor. Este amor permite a los discípulos de Jesús no perder la identidad recibida por Él, y reconocerse como hijos del mismo Padre. En el amor que ellos practican en la vida se refleja así esa Misericordia que nunca tendrá fin (cf. 1 Cor 13,1-12). Pero no os olvidéis de esto: misericordia y don; perdón y don. Así el corazón se ensancha, se ensancha el amor. En cambio el egoísmo, la rabia, empequeñecen el corazón, que se endurece como una piedra. Noticias y avisos De las audiencias (21.09.2016) Parroquia Ntra. Sra. del Carmen (Aguadulce) Revista Semanal 25 septiembre 2016, Núm. 128 + En horario de despacho se pueden pasar los padres para apuntar los niños para la catequesis de comu- nión. + El sábado día 1 de octubre comienza la Ronda Solar del grupo Scouts de nuestra parroquia + El miércoles día 5 de octubre a las 20.30h nues- tra parroquia participará en el Septenario de la Virgen del Rosario, Patrona de Roquetas de Mar. Será en la parroquia Ntra. Sra. del Rosario. Universal. Para una sociedad más humana. Para que cada uno contribuya al bien común y a la construcción de una sociedad que ponga al centro la persona humana. Por la Evangelización. La misión evangelizado- ra de los cristianos. Para que los cristianos, participando en los Sacramentos y meditando la Sagrada Escritura lleguen a ser siempre mas conscientes de su misión evangelizadora. INTENCIONES DEL PAPA

Upload: tranthuan

Post on 20-Sep-2018

218 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Hemos escuchado el pasaje del Evangelio de Lucas (6, 36-38) en el cual se basa el lema de este Año Santo extraordina-rio: Misericordiosos como el Padre. La expresión completa es: «sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo» (v. 36) No se trata de un lema de impacto, sino de un compromiso de vida. Para comprender bien esta expresión, podemos compararla con la paralela del Evangelio de Mateo, en la cual Jesús dice: «vosotros pues, sed perfectos como es perfec-to vuestro Padre celestial» (5, 48). En el llamado discurso de la montaña, que inicia con las Bienaventuranzas, el Señor enseña que la perfección consiste en el amor, cumplimiento de todos los preceptos de la Ley. Desde esta misma pers-pectiva, san Lucas especifica que la perfección es el amor misericordioso: ser perfectos significa ser misericordiosos. ¿Una persona que no es misericordio-sa es perfecta? ¡No! ¿Una persona que no es misericordiosa es buena? ¡No! La bondad y la perfección radican en la misericordia. Cierto, Dios es perfecto. Sin embargo, si lo consideramos así, se hace imposible para los hombres aspirar a esa absoluta perfección. En cambio, tenerlo ante los ojos como miseri-cordioso, nos permite comprender mejor en qué consiste su perfección y nos anima a ser como Él, llenos de amor, de compasión, de misericordia. Pero me pregunto: ¿Las palabras de Jesús son realistas? ¿Es verdaderamente posible amar como ama Dios y ser misericordiosos como Él? Si observamos la historia de la salvación, vemos que toda la revelación de Dios es un incesante e incansable amor por los hombres: Dios es como un padre o como una ma-dre que ama con amor infinito y lo derrama con generosidad sobre cada criatura. La muerte de Jesús en la cruz es la culminación de la historia de amor de Dios con el hombre. Un amor tan grande que sólo Dios puede realizarlo. Es evidente que, comparado con este amor que no tiene medidas, nuestro amor siempre será insuficiente. Pero, cuando Jesús nos pide que seamos misericordiosos como el Padre, ¡no piensa en la cantidad! Él pide a sus discípulos convertirse en signo, canales, testigos de su misericordia. Y la Iglesia no puede ser si no sacramento de la misericordia de Dios en el mundo, en todos los tiempos y para toda la humanidad. Cada cristiano, por lo tanto, es llamado a ser testigo de la misericordia, y esto sucede en el camino hacia la santidad. Pensemos en cuántos santos se han vuelto misericordiosos porque se han dejado llenar el corazón por la divina misericordia. Han dado forma al amor del Señor derramando sobre las múltiples necesidades de la humanidad sufriente. En este florecer de tantas formas de caridad es posible distinguir los reflejos del rostro misericordioso de Cristo. Nos preguntamos: ¿Qué significa para los discípulos ser misericordiosos? Esto es explicado por Jesús con dos verbos: «perdonar» (v. 37) y «donar» (v. 38). La misericordia se expresa, sobre todo, con el perdón: no juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdona-dos» (v. 37). Jesús no pretende alterar el curso de la justicia humana, no obstante, recuerda a los discípulos que para tener relaciones fraternales es ne-cesario suspender los juicios y las condenas. Precisamente el perdón es el pilar que sujeta la vida de la comunidad cristiana, porque en él se muestra la gratuidad del amor con el cual Dios nos ha amado en primer lugar. ¡El cristiano debe perdonar! pero ¿Por qué? Porque ha sido perdonado. Todos nosotros que estamos aquí, hoy, en la plaza, hemos sido perdonados. Ninguno de nosotros, en su propia vida, no ha tenido necesidad del perdón de Dios. Y para que nosotros seamos perdonados, debemos perdonar. Lo recitamos todos los días en el Padre Nuestro: «Perdona nuestros pecados; perdona nuestras ofen-sas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Es decir, perdonar las ofensas, perdonar tantas cosas, porque nosotros hemos sido perdo-nados por muchas, muchas ofensas, por muchos pecados. Y así es fácil perdonar: si Dios me ha perdonado ¿Por qué no debo perdonar a los demás? ¿Soy más grande que Dios? Este pilar del perdón nos muestra la gratuidad del amor de Dios, que nos ha amado en primer lugar. Juzgar y condenar al hermano que peca es equivocado. No porque no se quiera reconocer el pecado, sino porque condenar al pecador rompe el lazo de fraternidad con él y desprecia la misericordia de Dios, que por el contrario no quiere renunciar a ninguno de sus hijos. No tenemos el poder de condenar a nuestro hermano que se equivo-ca, no estamos por encima de él: tenemos más bien el deber de devolverlo a la dignidad de hijo del Padre y de acompañarlo en su camino de conversión. A su Iglesia, a nosotros, Jesús indica un segundo pilar: «donar». Perdonar es el primer pilar; donar es el segundo pilar. «Dad y se os dará: [...] Porque con la medida con que midáis se os medirá» (v. 38). Dios dona mucho más allá de nuestros méritos, pero será todavía más generoso con cuantos en la tierra hayan sido generosos. Jesús no dice qué ocurrirá a quienes no donan, pero la imagen de la «medida» constituye una advertencia: con la medida del amor que damos, somos nosotros mismos los que decidimos cómo seremos juzgados, cómo seremos amados. Si miramos bien, hay una lógica coherente: en la medida en la cual se recibe de Dios, se dona al hermano, y en la medida en la cual se dona al hermano, ¡se recibe de Dios! El amor misericordioso es por eso, el único camino que hay que recorrer. Cuánta necesidad tenemos todos de ser un poco más misericordiosos, de no hablar mal de los demás, de no juzgar, de no «desplumar» a los demás con las críticas, con las envidias, con los celos. Debemos perdonar, ser misericordiosos, vivir nuestra vida en el amor. Este amor permite a los discípulos de Jesús no perder la identidad recibida por Él, y reconocerse como hijos del mismo Padre. En el amor que ellos practican en la vida se refleja así esa Misericordia que nunca tendrá fin (cf. 1 Cor 13,1-12). Pero no os olvidéis de esto: misericordia y don; perdón y don. Así el corazón se ensancha, se ensancha el amor. En cambio el egoísmo, la rabia, empequeñecen el corazón, que se endurece como una piedra.

Noticias y avisos

De las audiencias (21.09.2016)

Parroquia Ntra. Sra. del Carmen (Aguadulce) Revista Semanal

25 septiembre 2016, Núm. 128

+ En horario de despacho se pueden pasar los padres para apuntar los niños para la catequesis de comu-nión. + El sábado día 1 de octubre comienza la Ronda Solar del grupo Scouts de nuestra parroquia + El miércoles día 5 de octubre a las 20.30h nues-tra parroquia participará en el Septenario de la Virgen del Rosario, Patrona de Roquetas de Mar. Será en la parroquia Ntra. Sra. del Rosario.

Universal. Para una sociedad más humana. Para que cada uno contribuya al bien común y a la construcción de una sociedad que ponga al centro la persona humana. Por la Evangelización. La misión evangelizado-ra de los cristianos. Para que los cristianos, participando en los Sacramentos y meditando la Sagrada Escritura lleguen a ser siempre mas conscientes de su misión evangelizadora.

INTENCIONES DEL PAPA

La parábola de ese domingo nos propone una pregunta de forma implícita: ¿ante quién quieres ser rico? ¿ante Dios o antes los hombres? Y el mismo evangelio nos res-ponde diciendo que la riqueza ante Dios se mide, no en el tener y acumular, sino en la calidad del corazón; como dice el papa Francisco de poco sirve la riqueza en los bolsillos, si somos pobres ante Dios. Una tentación fácil al leer esta parábola sería caer en la con-clusión rápida de que no impor-ta el sufrimiento actual, pues seremos recompensados en la "otra vida". No es la inten-ción afirmar que en el más allá sencillamente se va a producir una inversión de valores sin más. No se invita a la resigna-ción, más bien se pretende asu-mir es que ahora es el momento de actuar, no podemos pospo-nerlo. Y en esta vocación de servir no podemos absolutizar lo material. J esús les dice a aquellos fariseos que le escuchan, que no es sufi-ciente con saberse la teoría. Hay un modo de ser creyente que no es muy útil, saber mu-chas cosas de Dios y no vivir conforme a ellas. Al rico no se le "condena" porque haya ganado el dinero injusta-mente, o porque explote a sus empleados. Lo que está en juego es su despreocupación ante el su-frimiento del hermano. Y ¿de qué hermano se trata? no ciertamente de uno lejano, sino de alguien tan cercano que está a su propia puerta.

En su exhor-tación Evan-gelii Gau-dium el papa habla de la inequidad como "raíz de todos los problemas sociales". Con este término sub-

Comentario bíblico

raya la desigualdad que se da entre las personas como fruto de la injusticia que reina en las relaciones socia-les. Todo esto favorece la aparición de lo que él llama

la "cultura del descarte" que termina por excluir, o echar fuera a aquellos que sobran (EG 53). El papa ve el origen de todo esto en un sistema que niega la primacía del ser humano y adora al "nuevo be-cerro de oro" que no es otro que el dinero (EG 55). Junto con esto no se deben olvidar aquellas otras pobrezas que una sociedad científico y téc-nica no puede solucionar, el dolor, la soledad, la fragilidad de la persona, la enfermedad, la perdida de seres queri-dos...etc Frente a esta realidad no fina-lidad del evangelio de este domingo proponer grandes planes, ni programas elabora-dos para hacer frente a la de-sigualdad y erradicar la pobre-za en todo el mundo. Su pro-puesta es algo más sencilla y concreta. Acercarse al sufrimiento de las

personas con quienes tropiezas y compartes cada día. Es ya típico recordar, pero me lo vais a permitir, aquellas palabras «no tenemos en nuestras manos las soluciones a los problemas del mundo. Pero frente a los problemas del mundo tenemos nuestras manos. Cuando Dios venga nos mirará las manos».

Lunes 26 09.30h ———

Martes 27 20.00h ———

Miércoles 28 09.30h Familia Carranza Huerta

Jueves 29 20.00h Rafael Arcila

Viernes 30 20.00h José Ángel Herrera

Sábado 1 10.00h / 20.00h ——— / Hdad. Virgen del Carmen

Domingo 2 11.00h / 20.00h Pro populo / ———

Intenciones de Misa

Escucha su voz

Lunes 26 Stos. Cosme y Damian Job 1,6-22 / Sal 16 / Lc 9,46-50

Martes 27 San Vicente de Paúl Job 3,1-3,11-17,20-23 / Sal 87 / Lc 9,51-56

Miércoles 28 San Wenceslao Job 9,1-12.14-16 / Sal 87 / Lc 9,57-62

Jueves 29 Stos. Arcangeles Dn 7,9-10.13-14 o Ap 12,7-12 / Sal 137 / Jn 1,47-51

Viernes 30 San Jerónimo Job 38,1.12-21;40,3-5 / Sal 138 / Lc 10,13-16

Sábado 1 Sta. Teresa del Niño Jesús Job 42,1.3.5-6.12-16 / Sal 118 / Lc 10,17-24

Lecturas de la Misa para la Semana

Esto dice el Señor omnipotente: «¡Ay de los que se sienten

seguros en Sión, y confiados en la montaña de Samaría! Se

acuestan en lechos de marfil; se arrellanan en sus divanes,

comen corderos de rebaño y terneras del establo; tartamu-

dean como insensatos e inventan como David instrumentos

musicales; beben el vino en elegantes copas, se ungen con

el mejor de los aceites pero no se conmueven para nada

por la ruina de la casa de José. Por eso irán al desierto a la

cabeza de los deportados y se acabará la orgía de los diso-

lutos».

Alaba alma mía al Señor

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,

hace justicia a los oprimidos,

da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos.

El Señor abre los ojos al ciego,

el Señor endereza a los que ya se doblan,

el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos.

Sustenta al huérfano y a la viuda

y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,

tu Dios, Sión, de edad en edad.

Hombre de Dios, busca la justicia, la piedad, la fe, el amor,

la paciencia, la mansedumbre. Combate el buen combate

de la fe, conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y

que tú profesaste notablemente delante de muchos testi-

gos.

Delante de Dios, que da la vida a todas las cosas, y de Cris-

to Jesús, que proclamó tan noble profesión de fe ante Pon-

cio Pilato, te ordeno que guardes el mandamiento sin man-

cha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor

Jesucristo, que, en el tiempo apropiado, mostrará el biena-

venturado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los

señores, el único que posee la inmortalidad, que habita una

luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede

ver. A él honor e imperio eterno. Amén.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hom-

bre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba

cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su

portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que

caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían y le la-

mían las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y fue lle-

vado por los ángeles al seno de Abrahán. Murió también el

rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de

los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a

Lázaro en su seno, y gritando, dijo: "Padre Abrahán, ten

piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta

del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan es-

tas llamas". Pero Abrahán le dijo: "Hijo, recuerda que reci-

biste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por

eso ahora él aquí consolado, mientras que tú eres atormen-

tado. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abis-

mo inmenso, para que quieran cruzar desde aquí hacia vo-

sotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta

nosotros". Él dijo: "Te ruego, entonces, padre, que mandes

a Lázaro a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos:

que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también

vengan ellos a este lugar de tormento". Abrahán le dice:

"Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen". Pero

él le dijo: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a

ellos, se arrepentirán". Abrahán le dijo: "Si no escuchan a

Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resu-

cite un muerto"».

Un año más comienza la vida uni-versitaria y con ella arrancan tam-bién los Centros diocesanos de enseñanza superior para el estudio de la Teología en nuestra diócesis. Almería tiene la riqueza de contar con dos centros teológicos: el Cen-tro de Estudios Eclesiásticos afilia-do a la Facultad de Granada desti-nado a los seminaristas diocesanos y el Instituto Superior de Ciencias

Religiosas patrocinado por la Facultad de Teología de la Universidad Pontifica de Salamanca abierto para todos los seglares y religiosas que quieran profundizar en su formación religiosa y a todos los que quieran impartir la enseñanza religiosa escolar en primaria y secun-daria. El plazo de matrícula se abría el pasado 15 de septiembre y continuará hasta el 31 de octubre en la plaza Bendicho de la capital de 10:00h a 14:00h. El centro tiene rango y nivel universitario y su título tiene validez civil. Además imparte los cursos de DECA: un módulo aislado de teología católica y su pedagogía diseñado para obtener la Declaración eclesiástica de competencia académica nece-saria para la enseñanza de la religión Católica en los colegios de Infantil y primaria.

Tras la Misa dominical en la Iglesia Parroquial de la Concepción, co-menzó el acto conmemorativo del LXXX aniversario del martirio del Siervo de Dios D. Juan Ibáñez, ejemplar párroco de la Concepción y arcipreste de Albox. El periodista D. Antonio Pardo, presidente de la Comisión Parroquial Pro-Beatificación,

recordó la labor realizada hasta ahora y la inminen-cia de su beatificación. Hizo saber que, con motivo del aniversario, se encargó la reconstrucción del rostro del Siervo de Dios al artista onubense D. Clau-dio Martínez. Junto al párroco D. Antonio Jesús Sal-daña, y en medio de un gran aplauso, se presentó el busto que causó sensación por su perfecta similitud con las fotografías del Siervo de Dios.

www.diocesisalmeria.es

En nuestra Diócesis

Actividades parroquiales

Parroquia Ntra. Sra. Del Carmen (Aguadulce)

San Vicente de Paúl nació en Pouy a unos cinco kilómetros de la ciudad de Dax, en el departa-mento de Las Landas, situado al suroeste de Francia. . Era el tercero de seis hermanos. La modesta condición de la familia hizo que muy pronto el niño Vicente tuviera que contribuir con su trabajo de pastor de ovejas y de cerdos a la economía familiar. Cursó estudios prima-rios y secundarios en Dax, y posteriormente filosofía y teología en Toulouse durante siete años. Hizo también algunos estudios en Zarago-za. Se ordenó muy joven, a los veinte años, con la intención de ser párroco de inmediato y así poder ayudar a su familia. Una serie de peripecias no muy bien conocidas dio con él a los treinta años en París, donde encontró inicialmente algunas pe-queñas ocupaciones sacerdotales hasta que por recomendación de un prestigioso amigo sacerdote, Pedro de Berulle, posteriormente cardenal, entró en 1613 en la importante casa de los señores de Gondi como preceptor de los niños y posteriormente director espiri-tual de la señora. Los viajes por las tierras de los Gondi llevaron a Vicente a un conocimiento de primera mano de las lastimosas condi-ciones de vida materiales y espirituales de la población campesina, y también del clero parroquial que les atendía con serias deficiencias. Esta experiencia y su propia evolución espiritual, cuyos perfiles exactos nos son poco conocidos, le llevaron a un decisión irrevoca-ble de dedicar su vida sacerdotal, no a la promoción social de su familia o a la suya propia, cual había sido el caso hasta entonces, sino a la evangelización y redención de la población campesina y a la formación de sus sacerdotes. Para ello movilizó a sacerdotes

(Congregación de la Misión, Conferencias de los Mar-tes, hombres y mujeres de la nobleza, de la burgue-sía y del pueblo llano (cofradías parroquiales de caridad y Damas de la Caridad), jóvenes campesinas (Hijas de la Caridad), a los que intentó contagiar con su propia visión del evangelio y su experiencia cristiana, basada en las palabras mismas de Jesucris-to en el evangelio de san Lucas 4,18: "El Señor me ha enviado a anunciar la Buena Noticia a los pobres, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos" Murió en la paz del Señor antes de amanecer el 27 de septiembre de l660. Fue canonizado en 1737.

Ntra. Sra. del Carmen Patrona de Aguadulce ruega por nosotros

PARROQUIA ERMITA

LUNES 09.30h -

MARTES 20.00h -

MIÉRCOLES 09.30h -

JUEVES 20.00h -

VIERNES 20.00h -

SÁBADO 20.00h 10.00h

DOMINGO 11.00h / 20.00h -

HORARIOS DE MISA

HORARIOS DESPACHO PARROQUIAL

MARTES 10.00h –12.00h / 20.30h

VIERNES 20.30h

C/ Virgen del Carmen, 1. Apartado nº 47

[email protected]

950 34 50 17

CONTACTO

www.parroquiacarmenaguadulce.es

Coro parroquial Canto Misas Ensayos (preguntar Director)

Lengua de Signos Lunes cada 15 días

Formación(especialmente catequistas)

Jueves después de la Misa

Hermandad Ntra. Sra. del

Carmen Misa Hermandad 1er sábado de mes

Pre Hermandad Ntra. Sra. del

Rocío Misa Pre Hermandad 3er sábado de mes Formación 3er jueves después de Misa

Pastoral de Enfermos Visita a las casas Llevar la comunión a los enfermos

Grupo de Liturgia [Por formar]

Catequesis Comunión Primer año (1º de Primaria) Opcional Martes Segundo año (2º de Primaria) Martes Tercer año (3º de Primaria) Jueves Poscomunión Tras la Primera Comunión 4º y 5º de Primaria [Día a determinar] Confirmación 6º de Primaria y 1º de ESO en adelante [Día a determinar]

Caritas Parroquial Especial atención los miércoles tarde

Grupo de Biblia Lunes cada 15 días

Grupo Scouts Brownsea Todos los sábados

Con su ejemplo