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PARÉNTESIS EL PERIÓDICO CULTURAL GRATUITO DISPONIBLE TAMBIÉN EN INTERNET Año 2 Número 8 ¤ Abril-Mayo 2009 ¤ 10000 ejemplares Papel + Tinta = - Crisis Guy Limone: El artista marsellés nos habla de su forma de entender el arte. Contraportada 2 Poesía: Horas, de Vicente Huidobro, y Tres solteros y una pequeña dama, de Pablo García Casado 3 Prosa: El vestido blanco, de Felisberto Hernández, y La poesía, de Antonio Costa 4 Buenos Aires. Leonard Cohen 5 Valiosas ocurrencias. El cuento y la vida. El amante 6 Los lectores escriben 7 Forajidos. Concurso. Cartas de los lec- tores

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PARÉNTESISEL PERIÓDICO CULTURAL GRATUITO DISPONIBLE TAMBIÉN EN INTERNET

Año 2 Número 8 ¤ Abril-Mayo 2009 ¤ 10000 ejemplares

Papel + Tinta = - Crisis

Guy Limone:

El artista marsellés nos habla desu forma de entender el arte.

Contraportada

2 Poesía: Horas, de Vicente Huidobro, yTres solteros y una pequeña dama, dePablo García Casado3 Prosa: El vestido blanco, de FelisbertoHernández, y La poesía, de AntonioCosta4 Buenos Aires. Leonard Cohen5 Valiosas ocurrencias. El cuento y lavida. El amante6 Los lectores escriben7 Forajidos. Concurso. Cartas de los lec-tores

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Poesía de Siempre

HORAS

El villorrioUn tren detenido sobre el llano

En cada charcoduermen las estrellas sordas

Y el agua tiembla.Cortinaje al viento

la noche cuelga en la arboleda.

En el campanario florecido

Una gotera vivadesangra las estrellas.

De cuando en cuandoLas horas maduras

caen sobre la vida

Poesía de Hoy

TRES SOLTEROS Y UNA PEQUEÑA DAMA

ninguno de los tres era ted dansonninguno era arquitecto piloto o dibujantepero uno de ellos encontró una cartera con billetesmarcaron el número de mary y mary apareció a la media

hora con un corpiño rojo y unas medias a juego

terminada la fiesta la chica se quedó dormidael más joven la cubrió con una manta besándole los labiosel más viejo recordó a su hija a la que no veía desde 1984el tercero observaba en silencio barriendo torpemente

los restos de la fiesta

la chica durmió durante horasen el exterior el tiempo se detuvo

luego unos golpes en la puerta alguien gritando a vocesuna cifra

y la chica aterrada dónde estoy qué ha pasado quiénesson ustedes

salieron por la puerta trasera del edificio dejaron a maryen una parada de taxi prometieron volver a verse

algún díacuando todo hubiese acabado.

2 Paréntesis Abril-Mayo 2009

Tasio Peña

Si desea publicar su poema en la sección Poesía de Hoy, enví-elo a [email protected] junto a su nom-bre, apellidos, profesión, dirección, teléfono y DNI. La extensiónmáxima es de 40 líneas de 50 caracteres (con espacios).Paréntesis incluirá los mejores en los siguientes números delperiódico.

Periódico ParéntesisC/Sánchez Pastor, 1, 1ºDcha.

29015 MálagaTlf. 952 60 82 44

[email protected]

ISSN: 1989-1121

Depósito Legal MA-577-2008

Desarrollo y Dirección

Rafael Caumel

Asesoramiento

Antonio Almansa

Coordinación y publicidad

Lola Lorente

Gestión

Jorge Rosa

Redacción

Poesía de Siempre:

Mauricio Ciruelos

Montserrat López

Poesía de Hoy:

Mauricio Ciruelos

Montserrat López

Prosa de Siempre:

Rafael Caumel

Antonio Almansa

Prosa de Hoy:

Pablo Betancourt

Viajes y Literatura:

Rafael Caumel

Pedro Rojano

Música y Literatura:

Jorge Rosa

Escritura y Psicoanálisis:

Emilio Mármol

Taller de Escritura:

Rafael Caumel

Crítica literaria:

Antonio Almansa

Los lectores escriben:

Eugenia Carrión

Montserrat López

Espectáculos:

Plácido García

Convocatorias de concursos:

Pablo Betancourt

Cartas de los lectores:

Lola Lorente

Entrevista:

Lola Lorente

Maquetación y diseño gráfico

Diseño y Maquetación:

Rafael Caumel

Asistencia gráficos y maqueta:

Mauricio Ciruelos

Asistencia imágenes:

Montserrat López

Pedro Rojano

Pablo García Casado(El mapa de América, Ed. DVD poesía, 6’50€)

Vicente HuidobroEn mares no nacidos, obra selecta (1916-1931)

Círculo de Lectores

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Prosa de SiempreEl vestido blanco, de Felisberto Hernández (Uruguay, 1902-1963). Obras completas, Editorial Siglo XXI

Otra forma de percibir la realidad es lapoesía. Es decir, de percibir lo que la rea-lidad oculta. La realidad como entrama-do, como construcción de nuestra socie-dad que nos impide ver lo que hay. Quenos impide asomarnos al vértigo o laoscuridad porque nos dan miedo. O por-que son un peligro para el orden estable-cido.La poesía en el fondo consiste en unamística. Nunca se han señalado suficien-temente las semejanzas entre la poesíay la mística. La mística usa siempre ellenguaje de la poesía, no puede usarotro. Porque es un conocer por medio delamor el secreto de la vida. Y la poesíatambién es un acercamiento por amor alas cosas. Es un mirarlas con la intuición,con la imaginación. Un mirar a las cosastal como aparecen, no clasificándolas yseccionándolas. Es un ver el aura, el vér-tigo que reúne a todas las cosas. Elvacío que buscaban ciertos pintores chi-nos. Esa atmósfera que querían captartodos ellos. Al contrario que la pinturaoccidental que a menudo también sehizo minuciosa y pesada, al desembocar

en el realismo.La poesía descubre otros aspectos delmundo que no descubren las ciencias. Nila filosofía en el sentido occidental aca-démico de la palabra. Porque en el fondola verdadera filosofía es una poesía. Poreso Nietzsche acabó en la poesía yHeidegger se sirvió de ella. YSchopenhauer desembocó en grandio-sas metáforas. Y Platón fue uno de losmás grandes poetas, y sus símbolos nossiguen cautivando después de milenios.La poesía descubre la riqueza y la ambi-güedad del mundo. Descubre su bellezay su locura. La poesía es el delirio porexcelencia. Como decía Vigny todos losfilósofos se desmienten unos a otros,mientras que los poetas se complemen-

tan. Porque el poeta no pretende esta-blecer ningún sistema, sino dar testimo-nio de cada sorpresa del mundo.Mientras que la filosofía siempre estáestableciendo sistemas. Y el sistema eslo que es radicalmente falso. Porque esuna camisa de fuerza. Porque es unamezquindad.La primera sabiduría fue la poesía, seña-ló Vico, que quiso hacer una ciencianueva acerca de la Historia. Es decir,según él creía, del hombre. Las obrasmás antiguas de los sabios griegos sonpoemas. Y todas las culturas, como haseñalado Eliade, vierten sus saberesprofundos, su acercamiento al mundo, através de imágenes y símbolos. Que sonla clave de la poesía. Hasta un tipo tan

árido como Marx tiene que servirse amenudo de metáforas y de citas de lospoetas. Y eso no lo hace como un meroadorno, sino que le hace entrar con máspenetración en lo que quiere decir.Entonces la poesía no es decir cosasbonitas, y tampoco es un mero adornodel que podamos prescindir. Si no exis-tiera la poesía habría todo un sector delmundo al que no podríamos acercamos.Hasta el hombre más romo se ve obliga-do en ocasiones a hablar en términospoéticos. ¿Qué ocurre entonces? ¿Serála poesía algo verdaderamente necesa-rio?Como diría Rimbaud, es un medio deacercarse, de anotar lo inexpresable.Porque no hay nombres para las cosas.Y el lenguaje exacto y preciso que querí-an los positivistas lógicos es uno de losmás falsos del mundo. No sirve al menospara exponer el temblor de la intimidad,los movimientos de la subjetividad. Yéstos, ya lo hemos dicho, no están demás en el mundo. Más bien son su inqui-lino más importante.

Prosa de HoyLa poesía, de Antonio Costa (Las fuentes del delirio, Ed. Cultiva/Ensayo, 14€)

lYo estaba del lado de afuera del balcón.Del lado de adentro, estaban abiertas lasdos hojas de la ventana y coincidían muyenfrente una de otra. Marisa estabaparada con la espalda casi tocando unade las hojas. Pero quedó poco en estaposición porque la llamaron de adentro.Al poco Marisa salía, no sentí el vacío deella en la ventana. Al contrario. Sentícomo que las hojas se habían estadomirando frente a frente y que ella habíaestado de más. Ella había interrumpidoese espacio simétrico llena de una cosafija que resultaba de mirarse las doshojas.

II Al poco tiempo yo ya había descubiertolo más primordial y casi lo único en elsentido de las dos hojas: las posiciones,el placer de las posiciones determinadasy el dolor de violarlas. Las posiciones deplacer eran solamente dos: cuando lashojas estaban enfrentadas simétrica-mente y se miraban fijo, y cuando esta-ban totalmente cerradas y estaban jun-tas. Si algunas veces Marisa echaba lashojas para atrás y pasaban el límite deenfrentarse, yo no podía dejar de tener

los músculos en tensión. En ese momen-to creía contribuir con mi fuerza a que secerraran lo suficiente hasta quedar enuna de las posiciones de placer: unafrente a la otra. De lo contrario me pare-cía que con el tiempo se les sumaría unodio silencioso y fijo del cual nuestra con-ciencia no sospechaba el resultado.

III Los momentos más terribles y violadoresde una de las posiciones de placer, ocu-rrían algunas noches al despedirnos. Ella amagaba a cerrar las ventanas ynunca terminaba de cerrarlas. Ignorabaesa violenta necesidad física que teníanlas ventanas de estar juntas ya, pronto,cuanto antes. En el espacio oscuro que aún quedabaentre las hojas, calzaba justo la cabezade Marisa. En la cara había una cosainconsciente e ingenua que sonreía en lademora de despedirse. Y eso no sabíanada de esa otra cosa dura y amenazan-temente imprecisa que había en lademora de cerrarse.

IV Una noche estaba contentísimo porqueentré a visitar a Marisa. Ella me invitó a ir

al balcón. Pero tuvimos que pasar por elespacio entre esos lacayos de ventanas.Y no sabía qué pensar de esa insistenteetiqueta escuálida. Parecía que pensarí-an algo antes de nosotros pasar y algodespués de pasar. Pasamos. Al rato deestar conversando y que se me habíadistraído el asunto de las ventanas, sentíque me tocaban en la espalda muy des-pacito y como si me quisieran hipnotizar.Y al darme vuelta me encontré con lasventanas en la cara. Sentí que nos habí-an sepultado entre el balcón y ellas.Pensé en saltar el bacón y sacar aMarisa de allí.

V Una mañana estaba contentísimo por-que nos habíamos casado. Pero cuandoMarisa fue a abrir un roperito de doshojas sentí el mismo problema de lasventanas, de la abertura que sobraba.Una noche Marisa estaba fuera de lacasa. Fui a sacar algo del roperito y en elmomento de abrirlo me sentí horrible-mente actor en el asunto de las hojas.Pero lo abrí. Sin querer me quedé quietoun rato. La cabeza también se me quedóquieta igual que las cosas que habían enel ropero, y que un vestido blanco de

Marisa que parecía Marisa sin cabeza, nibrazos, ni piernas.

Paréntesis 3Abril-Mayo 2009

Si desea ver su cuento o relato publicado en esta sección, envíeloa [email protected], junto a su nombre, ape-llidos, profesión, dirección, teléfono y DNI. La extensión máxima es2500 caracteres (con espacios). Paréntesis incluirá los mejores enlos siguientes números del periódico.

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Viajes y LiteraturaBuenos AiresRegresaba en taxi al aeropuerto deEzeiza después de pasar unos días enBuenos Aires. Hacía apenas un año delcorralito y en las fachadas de los bancostodavía se leían pintadas como “Bancoschorros” o “Devolved la guita”. El taxista,absorto en el tráfico, apenas me dirigióuna mirada por el alargado retrovisor. Enel salpicadero llevaba una foto de unamujer y cuatro niños. Cada vez que dete-nía el vehículo en un semáforo, el taxistacolgaba una de sus manos en el volantey miraba por la ventanilla. Aproveché unade esas paradas para preguntarle cómole pilló lo del corralito. El hombre esperóal verde del semáforo e inició la marcha.—Un día te levantás y tus ahorros en elbanco los dividieron por cuatro. No tenéstiempo para entenderlo, porque al pocotu negocio se viene al carajo y tenés queempezar de cero.En menos de un mes tuvo que despedira sus 20 empleados. Lo poco que pudosalvar alcanzó para alquilar un taxi con elque sostener a su familia. Tuvo queenfrentarse a otra realidad.Buenos Aires es una ciudad inventadapor la agónica ilusión de miles de inmi-grantes. Se ha forjado a partir de diver-

sas concepciones ajenas al contextogeográfico; es una ciudad europea den-tro de Sudamérica. Calles comoCorrientes o 25 de Mayo bien pudierandesembocar en la Gran Vía madrileña, larosácea Plaza de Mayo podría descubrir-se al pasear por el centro de Barcelona ya la enorme Avenida de 9 de Julio, conlos tejados cobrizos y el obelisco en elcentro, sólo le falta el paralelo transcurrirdel Sena. Buenos Aires no entiende delógicas ni de rutinas, es capaz de levan-tarse desde los escombros renovada yconsciente de su belleza, tal comoBorges escribió en su poema BarrioReconquistado: Nadie vio la hermosurade las calles / hasta que pavoroso en cla-mor / se derrumbó el cielo verdoso / conabatimiento de agua y de sombra. En este tiempo que se nos ha echadoencima como una tempestad, no pode-mos dejar de rebelarnos ante la pérdidageneralizada. Toca hincar las punterasmientras el viento azota, para poderresurgir de las ruinas e inventar otraforma de vivir desde el inmediato rincónde nuestro barrio. Quizás entoncesaprendamos a percibir la calidez del res-plandor de los charcos.

Leonard Cohen nació en Montreal en1934. De una familia judía acomodada,de origen polaco, su infancia estuvo mar-cada por la muerte de su padre cuandoLeonard tenía solo nueve años. Quizásese acontecimiento y la influencia de lareligión hebrea, de una parte, y la católi-ca, mayoritaria y asentada profundamen-te en el Montreal de la época, por otra,forjaron el carácter taciturno y melancóli-co, casi depresivo, que caracterizara enel futuro su escritura y sus canciones; sufrase “No hay que ser pesimista ni teneresperanza” es muestra de ello. Ávido lec-tor, a los dieciséis años ingresa en la uni-versidad McGill de Montreal para estu-diar literatura inglesa, donde edita un pri-mer libro de poemas, Let Us CompareMythologies, dedicado a su padre. Vivióen Oslo, Londres, Nueva York, LaHabana... pero es en la isla griega deHydra donde descubre la música deMikis Theodorakis, al que admira y delque recibe una gran influencia intelec-tual, como en su adolescencia la recibióde la obra poética de Federico GarcíaLorca. En este entorno escribe el libro depoemas Flowers for Hitler y las novelasThe Favourite Game y Beautiful Losers.

A su vuelta de Grecia se instala enNueva York. En 1967 publica su primerdisco y en las siguientes décadas publi-cará varios más, junto a libros de poe-mas y dibujos, hasta que en 1994 ingre-sa en un monasterio Zen de Los Ángelesdonde llega a ordenarse monje y en elque estuvo hasta 1999. Entre 2001 y2006 publica tres nuevos discos y en2008 inicia una gira mundial de concier-tos.Desde el comienzo de su carrera, el ofi-

cio de escritor facilitó a Leonard Cohen laconfección de las letras de sus cancio-nes. Con un lenguaje abundante y poéti-co, y una voz grave como proveniente delas raíces de un árbol, Cohen habla convisión romántica, pero cruda a la vez, delas relaciones de pareja, el amor, el sexoy la religión —para él, Dios es casi huma-no y está en cada ser, no predetermina laexistencia del hombre que es capaz deactuar por sí mismo para alcanzar otronivel de consciencia más verdadera—

desde el lado más existencial del serhumano, desde la imposibilidad de dete-ner los estragos del tiempo y la depre-sión. Con la humildad no impostada delsabio que un día ocupó un ático en LaTorre de la Canción y comprobó que,para ser su inquilino, no bastaba el méri-to propio; que no era un privilegio vitali-cio, sino que lo efímero te instala allí y encualquier momento el baremo de la famapuede degradarte unos pisos más abajoo echarte incluso a la puta calle; y quedormir bajo un puente está al alcance decualquiera tan solo con que el chasquidode unos dedos poderosos lo decidan. Cohen mima sus textos de tal maneraque muchas de sus canciones y poemas,tras continuas revisiones, han tardadovarios años en publicarse, tratando lomás profundo que atañe al alma humanacon un bocado de sarcasmo y ciertocinismo, con la palabra justa, como solosaben hacerlo los grandes.

Libro recomendado: Libro del Anhelo.Leonard cohen. Edit. Lumen.Disco: I´m Your Man. Leonard Cohen(1988).

Música y LiteraturaLa torre de la canción

4 Paréntesis Abril-Mayo 2009

Pedro Rojano

Jorge Rosa

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En la vida creativa en general, y de mododestacado en la escritura, la capacidadde producir ocurrencias es de incalcula-ble valor. Un escritor no puede prescindirde esta fuente de material en su produc-ción literaria. Aunque los apuntes de lo que se noshaya ocurrido no se consideren definiti-vos, todo escritor sabe que no hay queabandonarlos en el olvido y que debe, almodo de un recolector, tomar nota deellos.Las ocurrencias –ideas, sentimientos,escenas, acontecimientos…– registra-das en un pequeño y ligero cuaderno debolsillo, son materiales asombrosos a lahora de escribir. Después, hay que ver-terlas en el recipiente adecuado. Escribires algo más que poner por escrito lo quese nos pudo ocurrir. Es dar un tratamien-to literario al material aprovechable.Si usted decide tomar en consideraciónsus ocurrencias, y anotarlas, quizá sesorprenda al comprobar que le sucedenmás cosas de las que creía, solo queahora constata que no prestaba dema-siada atención a las mismas.Seguramente también observará quedesvió sistemáticamente su atención aotros asuntos considerados más relevan-tes o prioritarios; o que estuvo inmersoen una actualidad que no dejó hueco aesa producción “cenicienta” de su apara-to psíquico. Y lo que suele ser frecuente:no consideró que aquel material fueraapto para su escritura, y pasó sobre él la“goma” del rechazo con que tratamos localificado de improcedente, por lo moral-mente “inapropiado” o “inaceptable” desu contenido. A estas alturas de la historia de nuestra

cultura, sabemos que uno de los pilarestécnicos de la cura psicoanalítica es pre-cisamente el trabajo con las ocurrenciasdel paciente, al que se le pide que noacalle ninguna de ellas, independiente-mente del afecto que traiga aparejado, yasea que le haga sentir un criminal, pre-sunto prodigio, un ser desgraciado,excepcional, indigno, repugnante, absur-do, brillante o tonto… El valor saludablede enfrentar estos productos de nuestropsiquismo es indudable y me atrevo adecir que lo es aunque no sea el psicoa-nálisis el entorno en el que se ponga enjuego. En este sentido, si a usted leseduce ser escritor, ser obrero de su ver-dad, no deberá privarse de esa posibili-dad, ineludible y de auténtico privilegio,que supone el celebrar y desarrollar lasocurrencias apuntadas en su pequeñobloc de bolsillo; de ese material, aparen-temente menor, surgirán líneas maestraspara sus cuentos, ensayos o novelas.

Crítica LiterariaEl amante, de Marguerite Duras (Tusquets Editores, bolsillo, 6’95€)

En el cementerio parisino de Montparnasse, cerca de las tumbas deBaudelaire y Julio Cortázar, hay otra con el nombre de MargueriteDuras (1914-1996) en cuyo pie están cinceladas sus iniciales, M.D.Sobre la sencilla lápida permanece una maceta de barro –así lo pidióla escritora– con una planta siempre bien regada. M.D. ya era una autora de culto cuando en 1984 con su novela Elamante obtuvo el Premio Goncourt, el galardón más importante delas letras francesas. Su conmovedora novela fue leída, entonces, pormás de dos millones de franceses y, traducida a cuarenta idiomas,sobrecogió a nueve millones de lectores en distintos países. Tresdécadas después esta obra continúa siendo demandada, y no faltaen los expositores de casi ninguna librería del mundo. Para algunos, el argumento de la novela era escandaloso: trata, enel antiguo Saigón, de la atormentada relación de una niña de quinceaños proveniente de una familia europea rota y dolorida, con un ricoy apuesto comerciante chino de unos cuarenta. Pero no sólo es eso.En realidad, el asunto transversal es el aprendizaje de una mujer –deuna mujer que comienza a serlo– accediendo desde el amor y susceremonias ocultas, desde la inexperiencia insumisa y el ardor inde-

cible, desde la terca expectación y la sorpresa continuas hasta lograrponer nombres a los trozos de su cuerpo, a los fragmentos de suespíritu maltratado. Y todo ello por conseguir una femineidad profun-da para renacer, entender algo de la vida y afrontar su difícil porve-nir. En el tercer párrafo del primer capítulo, la protagonista de El amantedice: «Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde». A partir de eseprincipio, con una calidad estética incomparable (muchos escritoresfracasaron en su intento de emular el estilo de M.D.); sin concesio-nes ni otros adornos; con la estremecedora lucidez que inevitable-mente conduce a la soledad; con la precisión metálica que conviertecada una de sus frases en un bisturí que secciona hasta el centro delos sentimientos más íntimos; con el rechazo a cualquier pudor quedulcificase el terror a saber de sí misma –sobre su cuerpo, sobre elamor, sobre su pasado y el sentimiento de culpa–, hacen de esta¿autobiografía? una pieza literaria universal. De entenderse como talautobiografía, M.D. advirtió durante una entrevista concedida al pres-tigioso programa televisivo francés Apostrophes: «No lo es aunque loque aparece en el texto haya sido verdad alguna vez».

Recuerdo la voz atiplada de mi madre alllamar a Pulgarcito, los ecos cuandocoreaba «Estrellita de Oro en la casaestá, Hopito de Burro en el coche va» yunos cavernosos «para comerte mejor»que me provocaban temblores. Ella nosólo interpretaba a los personajes, comonarradora conseguía que viera cadapuntada al cerrar el vientre del lobo llenode piedras. Me metía en la historia. Y lolograba porque ella la vivía para mí.Más tarde, algunos maestros y profeso-res consiguieron transmitirme su entu-siasmo porque también disfrutaban con-tando. Después de todo, una buenaclase no deja de ser un relato, con plan-teamiento, nudo y desenlace. Y cómono, en la Literatura encontré, y sigoencontrando, escritores que me arras-tran a habitar los mundos que crean.El asunto es que hay algo en común enestos casos de seducción enumerados.En todos ellos desaparece la persona

que cuenta la historia. Como espectadoro lector, estás ocupado en recrear losacontecimientos. Te sientes partícipe delrelato porque, al fin y al cabo, las esce-nas y hallazgos brotan en tu imagina-ción. Son tuyos. El narrador ha sabidoofrecértelos.En este acto de generosidad radica laclave de un buen narrador. El autor escapaz de desprenderse de sí mismo yestá dispuesto a poner con emoción todosu empeño en iluminar la historia.Llegamos de esta manera a una premisade trabajo: un buen narrador es aquelque consigue pasar desapercibido, deforma que la atención del lector recaesobre la historia y no sobre el autor.No es una invitación a reducir vocabula-rio o simplificar la sintaxis; las palabrasestán para usarlas y podemos construirfrases de 5 folios si tiene sentido hacerloy es inteligible. De lo que hablamos esde la actitud del creador ante su crea-ción. Necesario por una parte para pro-mover y alentar la actividad creativa(tenemos derecho a pensar que en lasestanterías de librerías y bibliotecasqueda espacio para un ejemplar denuestro libro), el ego es, por otro lado,capaz de arruinar la mejor de las ideaspor concitar la atención sobre el autor.La buena escritura es generosa y semanifiesta de forma desprendida. Al leer-la, nos invita a modular la voz, a repre-sentar los diálogos. Como el músico quetararea y siente las notas antes deponerlas en el pentagrama, al escribirhay que creer aquello que se está con-tando. No se puede responsabilizar allector de no sentir lo que el escritor fueincapaz de vivir.

Paréntesis 5Abril-Mayo 2009

Antonio Almansa

Escritura y PsicoanálisisValiosas ocurrencias, por Emilio Mármol

Taller de EscrituraEl cuento y la vida, por Rafael Caumel

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6 Paréntesis Abril-Mayo 2009

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Los lectores escribenUn espacio dedicado al microtexto

Propuesta de escritura:

Un aprendiz de escritormuy preocupado por símismo atenderá más alefecto que busca conse-guir en el lector que auna construcción sólidade los personajes. Estadebilidad puede llevarloa maltratar a su protago-nista hasta convertirlo enun ser patético (“Por surostro ajado por el tiem-po se deslizaron sendaslágrimas de dolor e impo-tencia”).En este número le pro-ponemos escribir unbreve relato paródicosobre un personaje que,a solas en su cuarto,redacta una escenapatética y disfruta deesta forma de onanismo.

Fotografía de los lectores

TÚNEL CON LUZ AL FONDO

Aquel montañero no debería haber entrado en el túnel. Serevolvía contra la pared, agonizando, y finalmente sequedó inmóvil con la sorpresa grabada en su cara. Y ellano pudo sino parir allí mismo, en la oscuridad, aferrada alvolante, para que de aquella súbita quietud surgiera unaesperanza.

José Luis Vergara MoralesMálaga

COMUNICACIÓN

—¿Sabes?—¿Sí, cariño?—A veces pienso que no nos entendemos —suspirómirando por la ventanilla mojada.—Sí, cariño.

Sergio de los Santos VílchezMálaga

UN SUEÑO

Soñé que despertaba.

Lydia Tapiero EljarratMálaga

“Fin de la temporada 2008-2009”, por Luis Millán

NOTA DE SUICIDIO DE UN ESCRITOR

Conocí a una chica.Nunca se me dieron bien los finales.

Soraya Fernández AguilarMálaga

COMUNICACIÓN

Gritaste «se acabó» y abrí los ojos en busca de los restosde algo empezado: un plato de lentejas, un jersey de lana,un guión de cine. Pero te referías a algo menos físico y nopude entenderte.

Soraya Fernández AguilarMálaga

INTERCAMBIO

La noche que te conocí me rompiste las medias en tucama.Al día siguiente compré otras con tu dinero.

Montserrat LópezMálaga

ARMAGEDÓN CIVILIZADO

La pareja contempla la despedida precipitada del locutordel telediario. Faltan 10 minutos para el impacto del mete-orito. Es el fin del mundo y él la mira a ella por primera vezen el día:—¿Hacemos el amor?—Pásame el teléfono. Tengo que llamar a mi madre.—Aquí tienes. Bajo a tomar unas cañas.

Pablo VelascoMadrid

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Espectáculos

Convocatorias de ConcursosRelatos en el hotelEntre los artículos a encontrar en unahabitación de hotel, además de jabón,champú, secador o peine, no tendría quefaltar algún libro que nos proporcionara elplacer de un rato de lectura en la cama.Tradicionalmente, esta misión se le enco-mendaba a esa pequeña biblia que podí-amos encontrar en el cajón de la mesitade noche.

Hace muchos años que no hay biblias enlos hoteles españoles, pero lo lamentableno es que hayan prescindido de esaasombrosa compilación de historias fan-tásticas. Lo lamentable es encontrarse elcajón vacío.En las ocasiones en que me alojé en unestablecimiento de la cadena NH, agra-decí encontrar siempre un libro de relatos

para hacer más cálida mi estancia.

Concurso del mes:XIII Premio Mario Vargas Llosa NH derelatos Dotación: 10.000€ al ganador y cinco pre-mios de 1000€ para los finalistasFecha Limite: 15/9/2009Más información en el tlf. 948 19 71 19

No siempre de siempre

Soy aficionado a la lectura. En su sec-ción Prosa de Siempre he encontradoautores que ya conocía, comoHemingway o Kafka, y he disfrutado degrandes descubrimientos, como JuanJosé Arreola o, el del último número,Virgilio Piñera. Es un placer encontrarnuevos escritores a los que seguir.

Antonio BenaventValencia

Esperamos seguir facilitándole referen-cias. Muchas gracias por su carta.

Tánger

Estuve en Tánger hace unos 10 años,atraída por la oferta de fin de semana deuna agencia de viajes. Recuerdo lamedina, mi desconfianza y esa sensa-ción de monedero andante que mencio-na Rafael Caumel en su artículo.Siempre pensé que, en lugar de volver avisitar una ciudad, era mejor conocer otranueva. Ahora me estoy planteando vol-ver, si es que quiero llegar a entenderalgo.

Valeria PradosFuengirola

Proeza deportiva

Ayer vi a un alumno leyendo un periódi-co durante el recreo y no era el MARCA.Era el suyo. Pensé que debían saberlo.

Alejandro TelloMálaga

No sabe cuánto le agradecemos su men-saje, Alejandro. Si considera que lespuede resultar útil recibir algunos ejem-plares de nuestro periódico en su centro,no dude en solicitarlos. Con mucho gustose los enviaremos a la dirección que nosindique.

Cartas de los lectores [email protected] opiniones que se envían a este periódico deben incluir el nombre y apellidos del remi-tente, profesión, dirección, teléfono y nº del DNI. Los textos no deben superar las 10 líneasde extensión. Paréntesis podrá extractarlos y editarlos para su publicación.

Forajidos Dos matones buscan al Sueco en un barde carretera de un pueblo estadouniden-se. Uno de los clientes del bar consigueescabullirse y corre al apartamento delSueco a avisarle. “Estoy cansado deescapar”, le contesta éste.En la más pura tradición del cine negro,los personajes de esta película luchan ysucumben como héroes griegos ante lamáxima: “el pasado siempre te alcanza”.Con una fotografía en blanco y negroimpecable —prodigioso juego de luces ysombras a cargo de Elwood Bredell—,Robert Siodmak dirige en 1946 esta pelí-cula basada en un relato de ErnestHemingway.La acumulación de nombres prestigiososen los títulos de créditos no debería ahu-yentarnos. Además de los mencionados,podemos destacar a John Huston(coguionista), Burt Lancaster (el Sueco)y a Ava Gardner, rompiendo corazonescomo si estuviesen hechos de cristal fino,en el papel de una de aquellas mujeresfatales que tanto marcaron el género.

Tras desprendernos de los tópicos delcine negro, que cintas como esta ayuda-ron a cimentar, estaremos en condicio-nes de sorprendernos con muchas de lasescenas. Como, por ejemplo, la que pro-tagoniza Burt Lancaster cuando se incor-pora en la cama de su apartamento y surostro emerge desde las sombras (esce-na que debió inspirar a Coppola pararodar el encuentro del capitán Willardcon el coronel Kurtz en ApocalypseNow).La trama, magistralmente urdida comoun encadenamiento de flashbacks a tra-vés de las entrevistas que el investigadorprivado de una agencia de seguros reali-za, sostiene e impulsa una intriga cuyadilatación nos recuerda al Hitchcock mástendencioso. Dicha trama junto a la músi-ca de Miklos Rozsa, compuesta parapotenciar la acción, redondean esta his-toria de un triángulo amoroso en torno aun atraco, que estuvo nominada a 4óscars en 1947: director, montaje, bandasonora y guión adaptado.

Paréntesis 7Abril-Mayo 2009

Plácido García

Pablo Betancourt

Responde: Lola Lorente

Page 8: PARÉNTESIS - tallerparentesis.com · pacito y como si me quisieran hipnotizar. Y al darme vuelta me encontré con las ... el salpicadero llevaba una foto de una mujer y cuatro niños

EntrevistaGuy LimoneGuy Limone nació en Villefranche surSaône (Francia) en 1958. Estudió BellasArtes en Lyon, en la Escuela de Arte deAix en Provence y en la Escuela Nacionalde Bellas Artes de París. Vive y trabajaen Marsella y, desde 1992, ha expuestoregularmente en la galería parisina deEmmanuel Perrotin. Recientemente pudi-mos disfrutar de la obra de este artistainternacional en ARCO Madrid 2009, pre-sentada por la Galería Gacma, deMálaga.

Figuritas de plástico, fotografías, diaposi-tivas sobre tubos fluorescentes, ¿cómollegó a usar esos materiales para susobras?

De joven, cuando estudiaba Bellas Artes,me di cuenta de que tenía talento para eldibujo, pero los volúmenes se me dabanmal. Por otro lado, cada miércoles ydurante las vacaciones, trabajaba conniños y me gustaban sus juguetes (caba-llitos, cowboys, cochecitos), me recorda-ban mi infancia. Quería crear composi-ciones con esos objetos. Hice una obracon muchas figuras en miniatura, pero nome pareció que representaran la realidadhasta que las coloreé. Las figuritas pusie-ron el volumen, así pude superar mislimitaciones y no quedar excluido.Porque el arte excluye.De las figuritas pasé a usar fotografías y,más tarde, diapositivas sobre tubos fluo-rescentes, cuya luz y curvatura propor-cionan una dimensión, unas formas ycolores, que la fotografía no tiene. Esdecir, volumen.

A menudo las estadísticas son motivo desus creaciones. Debido al carácter inalte-rable y global de esos inventarios, ¿elindividuo pierde interés en su obra?

En realidad, el individuo soy yo, inundadocotidianamente por imágenes, cifras,datos estadísticos. Yo utilizo esos datospara construir una forma personal de ver-los, y esa es mi manera de escapar de lainvasión. El individuo que sobrevive en laobra es el artista.

Las estadísticas afirman o desdicen, pro-vocan rechazo o asombran felizmente,pero no resuelven la complejidad perso-nal. ¿La propuesta de su obra va másallá de la enumeración de personas ycosas?

La estadística es, en realidad, una formade geometría, y ambas pueden entender-se como un modo de proyectar el mundo.Por ejemplo, cuando oigo que un francésentre mil está en la cárcel, yo representomil figuritas metálicas uniformes y sólouna de ellas es un nadador que se zam-

bulle (en francés, “zambullirse” es un tér-mino coloquial para referirse a quienentra en prisión). En el caso de los esta-dounidenses, el dato es uno sobre cua-trocientos. Intento representar estas rela-ciones con humor.

¿Cómo justifica que, tratándose de temá-ticas serias, las muestre con humor?

El humor permite soportar la vida. Megusta jugar con los extremos: grande ypequeño, lejos y cerca, seriedad y humor,cultura popular y arte histórico. Procurocentrar mi obra en la gente cotidiana,para quienes el humor está siempre pre-sente en sus vidas. A veces, al arte lefalta humor, y seriedad.

En nuestro Taller de Escritura, una alum-na relacionó algunas de sus obras con LaVie, mode d'emploi, el mosaico de vidasde su compatriota, Georges Perec.¿Tiene para usted sentido esta asocia-ción?

Yo no cuento historias. Mi obra es máscercana a la poesía que a la novela. Soyun amante de la novela de Perec, perono creo que haya una relación directa pormás que admire el mundo relatado a tra-

vés de la literatura.

¿Cuáles son sus lecturas habituales?¿Qué escritores le influyen?

De niño leía mucho, me interesaba JeanJacques Rousseau, pero era un fanáticode Rembrandt.Más que escritores, algunas obras mehan influido. Viaje al fin de la noche, deCéline, por ejemplo. Aunque hay escrito-res muy personales y centrados en elindividuo, las artes plásticas me intere-san más. Sobre todo, aquellas que defi-nen el arte minimalista, como las obrasde Mondrian y Kazimir Malevich. La lite-ratura me ayudó, pero con la pinturaencontré esa distancia que me ha permi-tido hacer un trabajo sobre la sociedad,no centrado en mí.Una de las cosas que lamento es no leerlo suficiente en la actualidad. La actividadque desarrollo requiere muchísimo tiem-po.

En esa actividad tan intensa, ¿qué lugarocupa la disciplina?

Siempre llevo mi cámara de fotos, recor-to continuamente imágenes de revistas yperiódicos, también cuando viajo. No

consiste en buscar una inspiración. Setrata de encontrar entre todas las posibi-lidades, decidir qué estadísticas voy a uti-lizar para representar mis ideas, quécolores voy a resaltar en cada ciudad. Mivida es un trabajo continuo. Mi obra, unproceso de selección y filtrado.Lo ideal sería visitar todos los países yrealizar una exposición en una salarepresentándolos. Es un trabajo posible.Ha habido escritores que intentaronrepresentar el universo.

Desde 2005 ha participado en varias oca-siones en ARCO. ¿Qué opinión le mere-ce esa muestra internacional?

Después de la dictadura, el arte contem-poráneo no existía en España. A la edi-ción de ARCO del año pasado asistieronunas 150.000 personas. El ansia de des-cubrir caminos nuevos, la sed del públicoespañol por el arte contemporáneo, meresultan admirables. La FIAC, una institu-ción que cuenta con 50 años de tradición,tiene alrededor de 60.000 visitantes, ysupuestamente somos la capital del arte.Hay más ventas en Londres o en Miami,pero hay muchísima menos gente. Unotiene la impresión de que en España hayuna cercanía entre el arte y el pueblo.Visité el Museo Picasso de Málaga (queno es gran cosa, por otra parte) y quedéagradablemente impresionado: habíamucha gente, muchos jóvenes.

Por último, le agradeceríamos que nosdiese sus impresiones acerca de la situa-ción del Arte Contemporáneo.

Una parte del arte contemporáneo estádemasiado dirigido a impactar mediantela provocación. La sociedad modernaestá orientada a los resultados, al dinero,es violenta, y todo eso lo recoge el arte,pero a mí no me interesa. Yo también soyalguien angustiado, pero entiendo que elarte debe tender hacia un equilibrio.No es un fenómeno nuevo. Picassoescandalizó en su momento con Lasseñoritas de Avignon. Sin embargo, másque la novedad, en sus obras buscó lacelebración de la vida. Matisse, pintorhacia el que me inclino más, tambiéntuvo una época en que escandalizó consu arte.Por desgracia, existe una concepciónmuy limitada del arte, consistente en lavisita a una galería o museo para verunas obras determinadas. Sin embargo,dos camiones, uno rojo y otro azul, y elcontraste de colores y formas con lospropios de la calle, se pueden percibircomo una expresión artística. Hay quienconsidera el arte como una actividad lúdi-ca. Para mí es una forma de entender elmundo.

8 Paréntesis Abril-Mayo 2009

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Lola LorenteTraductor: Manuel Mancebo