aprender a hipnotizar

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1 Un viaje a la playa IMAGINA QUE ESTÁS sentado en una gran roca y que el mar está a unos seis metros por debajo de ti... presta atención al rugido del océano al golpear contra las rocas... olfa- tea el aire salado... escucha las gaviotas... descubre el sendero que va hacia la playa... baja por él... quítate los zapatos y camina con tus pies desnudos sobre la cálida arena en dirección al mar... deja que el tibio mar meje los dedos de tus pies... agáchate y escribe “Te quiero” y los nombres de las personas que son especiales para ti... observa cómo las olas se llevan tu mensaje hacia el mar. Ahora sabes que tu mensaje ha sido entregado. Ésta es sólo una de las diversas técnicas de visualización que aprenderéis con este libro. Al aquietar vuestra mente y aprender a sumiros en un estado hipnótico lograréis visualizar ese yo con el que siempre habéis soñado... ¡y hacerlo realidad! La hipnosis es mucho más que un conjunto de palabras empleado en una técnica de relaja- ción. Es una forma de disfrutar al máximo de la vida... un método para crear la realidad que cada uno desea forjar para el momento actual y para el futuro. Hipnosis para principiantes es un alimento para vuestra alma. No sólo os alimentará un solo día, sino que os enseñará a pescar para que seáis capaces de alimentaros durante toda la vida. Introducción LA HIPNOSIS ES SEMEJANTE a la ensoñación diurna, durante la cual vuestro estado de consciencia se altera hasta alcanzar la zona de frecuencia alfa y os entregáis a vuestras fantas- ías. Durante la hipnosis permanecéis todo el tiempo conscientes pero abstraídos de las distrac- ciones exteriores. La ensoñación diurna es un fenómeno perfectamente normal, sano y seguro al que todos nos entregamos con cierta frecuencia. En ocasiones, el sueño diurno está tan in- tensamente orientado hacia un objetivo que es posible llegar a materializarlo de una forma es- pontánea y sin una intención premeditada. La hipnosis es una técnica que permite alcanzar deliberadamente ese estado alterado de consciencia —que es la ensoñación diurna—y dirigir vuestra atención a determinadas metas con el fin de materializarlas. Como el sueño diurno, la hipnosis es un fenómeno ab- solutamente normal, seguro y saludable. En ambos fenómenos estaréis conscientes, aunque apartados de las distracciones exteriores; la mente se ajusta a la frecuencia alfa; la diferencia es que en la hipnosis la mente no está orientada a las fantasías, sino a la consecución de de- terminados objetivos como, por ejemplo, dejar de fumar, hacer una dieta, mejorar la autoima- gen, dominar miedos y fobias, mejorar la memoria—la lista es interminable. Cuando hayáis terminado de leer Hipnosis para principiantes, habréis aprendido a hipno- tizar a otras personas o a vosotros mismos, con el fin de conseguir objetivos positivos y de gran utilidad. A lo largo de este libro expondremos paso por paso todas las técnicas de la hip- nosis, así como también ejemplos de casos que ilustran los temas específicos con el fin de que no tengáis dudas sobre la forma de proceder. Incluso aprenderéis a modificar las técnicas ex- plicadas para desarrollar vuestros propios métodos.

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Aprender a Hipnotizar

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    Un viaje a la playa

    IMAGINA QUE ESTS sentado en una gran roca y que el mar est a unos seis metros por debajo de ti... presta atencin al rugido del ocano al golpear contra las rocas... olfa-tea el aire salado... escucha las gaviotas... descubre el sendero que va hacia la playa... baja por l... qutate los zapatos y camina con tus pies desnudos sobre la clida arena en direccin al mar... deja que el tibio mar meje los dedos de tus pies... agchate y escribe Te quiero y los nombres de las personas que son especiales para ti... observa cmo las olas se llevan tu mensaje hacia el mar. Ahora sabes que tu mensaje ha sido entregado.

    sta es slo una de las diversas tcnicas de visualizacin que aprenderis con este libro. Al aquietar vuestra mente y aprender a sumiros en un estado hipntico lograris visualizar ese yo con el que siempre habis soado... y hacerlo realidad!

    La hipnosis es mucho ms que un conjunto de palabras empleado en una tcnica de relaja-cin. Es una forma de disfrutar al mximo de la vida... un mtodo para crear la realidad que cada uno desea forjar para el momento actual y para el futuro.

    Hipnosis para principiantes es un alimento para vuestra alma. No slo os alimentar un solo da, sino que os ensear a pescar para que seis capaces de alimentaros durante toda la vida.

    Introduccin LA HIPNOSIS ES SEMEJANTE a la ensoacin diurna, durante la cual vuestro estado de consciencia se altera hasta alcanzar la zona de frecuencia alfa y os entregis a vuestras fantas-as. Durante la hipnosis permanecis todo el tiempo conscientes pero abstrados de las distrac-ciones exteriores. La ensoacin diurna es un fenmeno perfectamente normal, sano y seguro al que todos nos entregamos con cierta frecuencia. En ocasiones, el sueo diurno est tan in-tensamente orientado hacia un objetivo que es posible llegar a materializarlo de una forma es-pontnea y sin una intencin premeditada.

    La hipnosis es una tcnica que permite alcanzar deliberadamente ese estado alterado de consciencia que es la ensoacin diurnay dirigir vuestra atencin a determinadas metas con el fin de materializarlas. Como el sueo diurno, la hipnosis es un fenmeno ab-solutamente normal, seguro y saludable. En ambos fenmenos estaris conscientes, aunque apartados de las distracciones exteriores; la mente se ajusta a la frecuencia alfa; la diferencia es que en la hipnosis la mente no est orientada a las fantasas, sino a la consecucin de de-terminados objetivos como, por ejemplo, dejar de fumar, hacer una dieta, mejorar la autoima-gen, dominar miedos y fobias, mejorar la memoriala lista es interminable.

    Cuando hayis terminado de leer Hipnosis para principiantes, habris aprendido a hipno-tizar a otras personas o a vosotros mismos, con el fin de conseguir objetivos positivos y de gran utilidad. A lo largo de este libro expondremos paso por paso todas las tcnicas de la hip-nosis, as como tambin ejemplos de casos que ilustran los temas especficos con el fin de que no tengis dudas sobre la forma de proceder. Incluso aprenderis a modificar las tcnicas ex-plicadas para desarrollar vuestros propios mtodos.

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    Si vuestro inters por la hipnosis est motivado por un deseo de enriqueceros rpidamen-te o por la intencin de ejercer control sobre los dems, ser mejor que lo olvidis. No fun-cionar! No encontraris dichos procedimientos en este libro. Sin embargo, si deseis ampliar vuestra consciencia. volver a moldear vuestra vida o la vida de otras personas con e1 fin de enriquecerla, e inspirados por un espritu de hermandad y de amor, entonces seguid adelante.

    La hipnosis es en la actualidad uno de los instrumentos ms valiosos para enriquecer la vida. Mediante la hipnosis se pueden eliminar hbitos perjudiciales, crear hbitos positivos y abordar de una forma constructiva cualquier tipo de problemas con el propsito de resolver-los. Es posible infundir felicidad para sustituir la desdicha.

    Si todo esto es cierto, entonces todo el mundo debera ocuparse de autohipnotizarse di-ariamente. Las razones para que esto no ocurra es la falta de educacin y de conocimiento. La mayora de la gente carece de informacin o est mal informada sobre la hipnosis. En muy pocos lugares se ofrece informacin sobre el tema; no se ensea en los colegios pblicos y slo unas pocas universidades ofrecen cursillos sobre la hipnosis (y adems la mayora-son superficiales). Algunas escuelas comerciales ofrecen cursos sobre hipnosis, aunque en general a un precio bastante elevado.

    Hipnosis para principiantes incluye mis veinticinco aos de prctica y experiencia perso-nal presentados de una forma simple, clara y detallada. Se trata de un libro didctico que co-mienza por el nivel elemental, y en l he incluido todo lo que es necesario saber para dominar las tcnicas de la hipnosis y de la autohipnosis. Aqu se encuentra toda la informacin que precisan todos aquellos que desean avanzar en su crecimiento personal, quienes deseen con-sagrar todo su tiempo a esta profesin o dedicar, solamente media jornada laboral a esta acti-vidad, aquellos cuyo objetivo sea ayudar a los dems y los que quieran desarrollar sus propias tcnicas hipnticas.

    Tambin encontraris dos suplementos. El primero es una seccin que os ensear a regre-sar a una poca anterior de vuestra vida actual as como tambin a vidas anteriores. El segun-do es que este libro os permitir acercaros a la autohipnosis como una puerta gracias a la cual es posible acceder al reino de la experiencia psquica.

    Para comprender este libro y dominar la hipnosis, slo es necesario tener una inteligencia media y saber leer. Eso es todo! No se requiere ningn ttulo universitario ni un diploma de enseanza secundaria. No es preciso tener una inteligencia superior. De hecho, este libro os ensear a desarrollar vuestra inteligencia superior.

    Hipnosis para principiantes elimina el velo de misterio y de ignorancia que ha ocultado la hipnosis durante siglos. El resultado es una simple y natural habilidad para influir en los de-ms que enriquece la vida de aquellos que la practican.

    Ningn otro libro aborda el problema de la hipnosis explicando los procedimientos espec-ficos en profundidad y con un espritu humanitario.

    MIS EXPERIENCIAS Durante veinticinco aos he practicado la hipnosis y he hipnotizado a cientos de personas

    en todas las situaciones concebibles. Cuando comenc, dedicaba media jornada por las tardes

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    y los fines de semana a esta actividad sin cobrar a mis pacientes, ya que estaba aprendiendo, y de esta forma poda mejorar mis conocimientos; durante esos aos me ganaba la vida como escritor tcnico.

    Soy una persona altruista, y la hipnosis me dio la oportunidad de ayudar a los dems.

    En 1976 tena tanta demanda en la consulta que decid dedicarme completamente a la hip-nosis. En esa poca cobraba 25 dlares la sesin, lo que significaba entre 10 y 25 dlares me-nos de lo que cobraban otros hipnotizadores. (Rechazo fanticamente la codicia, y esto explica que mis honorarios sean razonables.) En cualquier caso, a pesar de los elevados gastos que tena (renta, publicidad y cuentas de telfono), creo que hice lo correcto.

    Hubo dos acontecimientos separados por unos pocos meses que arruinaron el mercado de la hipnosis en la zona donde yo trabajaba. Dos hipnotizadores (uno de ellos mdico y el otro psiclogo) fueron denunciados, pero los dos casos no tenan relacin alguna entre s. E1 mdico fue declarado culpable de un mal uso masivo y flagrante de la hipnosis en funcin de un enriquecimiento personal y en detrimento de sus pacientes. Se le retir la licencia mdica pero no fue condenado a prisin.

    En el caso del psiclogo, me ocup personalmente de presentar los primeros cargos contra l en la oficina del abogado general del estado. La investigacin revel que yo slo haba ob-servado la punta de un inmenso iceberg. Fue sentenciado a ocho aos de prisin.

    Los medios, de comunicacin se ocuparon masivamente de estos dos casos, y todos los hipnotizadores fueron descalificados; como consecuencia result imposible ganarse la vida durante algn tiempo.

    Volv a dedicarme a escribir sobre temas tcnicos para poder vivir mientras practicaba la hipnosis como una actividad complementaria. En 1992 decid retirarme (casi totalmente) y dedicar todo mi tiempo a escribir y a dar algn taller ocasional sobre el desarrollo psquico; practicaba la hipnosis en casos muy especiales y viajaba frecuentemente por placer.

    MI OBJETIVO

    Mi objetivo al escribir este libro es presentar la hipnosis como una prctica honrada y be-neficiosa. Si se practica la autohipnosis a solas en una habitacin o con una persona amada o un amigo o amiga, los beneficios pueden ser enormes. Cuando marido y mujer practican la hipnosis con un mismo objetivo, pueden compartir un amor, una comprensin y una armona que nunca antes hubieran credo posible. Por medio de la autohipnosis os acercaris a vuestro ser superior y, a travs de l, a todos los dems; en verdad no existen aspectos negativos en la hipnosis. Si os aproximis a ella con integridad, obtendris resultados muy ventajosos.

    Este libro est dividido en tres partes. En la Parte Primera descubriris qu es la hipnosis, cmo funciona y cmo podis dominar el arte de la hipnosis. El captulo 1 se ocupa del tema de la hipnosis en general. All encontraris algunos mitos desprestigiados sobre la hipnosis, algunas indicaciones de lo que se debe y lo que no se debe hacer y ciertos consejos para la en-trevista inicial con un paciente. En los captulos 2 a 6 se exponen seis sesiones consecutivas de hipnosis exactamente como las he realizado con un paciente cuyo objetivo era controlar su

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    dieta. Se indican en detalle todos los procedimientos reales con el fin de que podis utilizar-los. (He elegido el ejemplo del control de la dieta porque en l se utilizan la mayora de los procedimientos que es necesario conocer y tambin porque se trata de un tema muy popular.)

    En la Parte II aprenderis a practicar la regresin. En el captulo 7 se explica cmo utilizar la hipnosis para lograr que otras personas regresen a una etapa pasada de su vida actual o a una vida anterior. Se incluye el procedimiento que he utilizado con xito.

    En la Parte III encontraris las aplicaciones prcticas y una gran variedad de informacin complementaria. El captulo 8 trata del uso de la hipnosis con nios y con un grupo de perso-nas y tambin de la hipnosis como espectculo teatral. El captulo 9 es una recopilacin de ca-sos que se agregan a los ofrecidos en otros captulos. Los casos seleccionados ilustran temas especficos sobre la hipnosis. El captulo 10 contiene ejercicios adicionales de hipnosis para lograr determinados objetivos y con ellos se pretende complementar los ejercicios explicados en otros captulos.

    El captulo 11 trata exclusivamente de la autohipnosis y explica cmo realizarla con el fin de alcanzar prcticamente cualquier objetivo, ya sea material, espiritual, de curacin de heri-das y de enfermedades o de modificacin de hbitos. Este captulo ampla la informacin pre-viamente ofrecida.

    E1 captulo 12 contiene instrucciones detalladas para un amplio espectro de aplicaciones prcticas cotidianas.

    E1 captulo 13 contiene un resumen y se ocupa brevemente de algo que est ms all de la hipnosis: el rea de los fenmenos psquicos.

    LOS EJERCICIOS

    Cada sesin de los captulos 2 a 6 contiene ejercicios que se nombran con letras o con una combinacin de un nmero y una letra. (Dichas letras o combinaciones no se deben pronun-ciar en voz alta; slo sirven para registrar los ejercicios grabados). El sistema de numeracin no tiene un significado especial y es fcil de identificar.

    Cuando comenc a crear los ejercicios hace ya varios aos, utilic las letras del alfabeto para clasificarlos y luego tuve que incorporar los nmeros. Era mi sistema para organizar mi trabajo. Finalmente, elimin algunos ejercicios y combin otros; los que aparecen en este li-bro son nicamente los que utilizo en mi consulta. Os recomiendo que apuntis cada ejercicio en una hoja de papel o en una tarjeta de 12 x 8 centmetros para que podis ordenarlos de di-ferente forma de acuerdo con el fin propuesto. Como tendris ocasin de comprobar, al finali-zar la lectura de este libro seris capaces de crear procedimientos especiales ordenando los diferentes ejercicios en el orden deseado.

    La letra negrita indica las palabras que se deben pronunciar en voz alta. Sera bueno me-morizar estas palabras, pero es igualmente correcto leerlas. Inicialmente, deberais memorizar el ejercicio A (vase el captulo 2). Es un ejercicio breve, y cuando el paciente advierta que lo sabis de memoria, confiar ms en vosotros. Durante el ejercicio A, debis pedir al sujeto que cierre los ojos de modo que desde ese momento ya no tendr forma de saber si estis le-

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    yendo o si tenis memorizadas las palabras. De cualquier modo, leero no leer realmente no tiene demasiada importancia. Despus de haberlo practicado durante un tiempo, seris ca-paces de memorizarlo y de esta forma os sentiris ms seguros.

    DEFINICIN DE TERMINOS

    A continuacin ofrecemos las definiciones de diversos trminos utilizados a lo largo de este libro.

    Operador: El hipnotizador, es decir la persona que realiza los ejercicios de hipnosis.

    Sujeto: La persona hipnotizada; tambin nombrado como el paciente.

    Gnero: Si el texto se refiere a un caso especfico, utilizo el gnero adecuado (l o ella). Si el texto no hace referencia a un caso determinado, utilizo el gnero femenino. Ocasional-mente utilizo l o ella para indicar que cualquiera de los gneros es aplicable; pero incluso cuando empleo el gnero femenino, la situacin podra tambin aplicarse a un hombre. La razn por la cual utilizo el gnero femenino es porque el 90 por 100 de mis pacientes han sido mujeres. Atenindome a mi propia experiencia, debo decir que considero que las mujeres han sido ms abiertas de mente y ms receptivas a la hipnosis que los hombres.

    Captulo 1

    Cmo convertirse en un hipnotizador CUALQUIER PERSONA puede aprender rpida y fcilmente las tcnicas necesarias para convertirse en un hipnotizador. De cualquier forma, para llegar a ser un buen hipnotizador se requiere ser ntegro, honrado y consagrarse a dicha actividad con fines humanitarios. En el ca-so de tener todas estas cualidades, lo nico que usted necesita es memorizar las tcnicas y luego prctica, prctica y ms prctica para seguir aprendiendo cada vez que practique la hip-nosis. Despus de haber practicado y aprendido mucho, usted podr considerarse un hipnoti-zador.

    QU ES LA HIPNOSIS?

    La hipnosis es semejante al estado de ensoacin diurna, en el cual la mente consciente se aquieta o permanece pasiva. Mediante su prctica, el hipnotizador sugestiona la poderosa mente subconsciente del sujeto.

    Vamos a examinar de forma rpida y de un modo ligeramente tcnico cmo funciona el cerebro. Su actividad se realiza en ciclos de frecuencia medibles que corresponden a ciertos tipos de actividad.

    En 1929 Hans Berger utiliz un aparato de EEG (electroencefalograma) para descubrir que cuando los ojos de una persona estaban cerrados, el cerebro generaba ondas regulares en una serie de 8 a 12 ciclos por segundo (cps). A estas ondas las denomin ondas alfa. Poste-riormente fueron descubiertos otros tipos de ondas cerebrales a las que se denomin, teta, be-ta y delta. Estas ondas cerebrales se corresponden con diversas funciones mentales,

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    incluyendo la hipnosis y la experiencia psquica. Los expertos coinciden en la clasificacin de estas ondas y de su objetivo, pero estn en desacuerdo en lo que respecta a los lmites exactos de cada tipo de onda. Un experto puede definir una onda alfa entre los 8 y los 12 cps, en tanto otro puede afirmar que se encuentra entre los 7 y los 14 cps, y as sucesivamente. Los cuatro prrafos que presentamos a continuacin nos ofrecen un consenso general en relacin con es-tas ondas cerebrales.

    Delta. La gama de frecuencia de la actividad cerebral en delta abarca desde O hasta aproximadamente 4 cps. Es totalmente inconsciente. No se tienen muchos conocimientos so-bre la gama delta.

    Teta. La gama de frecuencia en teta es desde aproximadamente 4 a 7 cps. Teta forma parte de la gama subconsciente, y en ocasiones la hipnosis tiene lugar en esta zona. Segn parece, todas nuestras experiencias emocionales se registran en esta onda. Teta es ese estado especial que abre la puerta de la consciencia ms all de la hipnosis hacia el mundo de los fenmenos psquicos. La experiencia psquica generalmente tiene lugar en teta (vase el captulo 5).

    Alfa. La gama de frecuencia en alfa es de aproximadamente 7 a 14 cps. Generalmente se considera que alfa es la zona subconsciente. En ella tienen lugar el sueo, la ensoacin diur-na y prcticamente toda la hipnosis. La meditacin y tambin la experiencia psquica ocurren principalmente en alfa (aunque en estado de meditacin ocasionalmente se llega hasta teta). Alfa es una regin muy importante en lo que se refiere a la hipnosis.

    Beta. Es la zona consciente de la mente con gamas de frecuencia a partir de los 14 cps. Be-ta es donde tiene lugar nuestro razonamiento y conduce la mayor parte de nuestras ocupacio-nes cuando estamos despiertos. Casi toda nuestra actividad se desarrolla principalmente a unos 20 cps. A aproximadamente 60 cps, una persona se encuentra en un estado de histeria agudo. Por encima de los 60 cps ignoro qu es lo que podra ocurrir, pero sospecho que no sera en absoluto placentero.

    Cuando nos vamos a dormir, nuestro cerebro desciende automticamente de la gama de beta a la de alfa y luego, durante breves perodos, pasa a teta y a delta. La mayor parte del sueo transcurre en alfa. La hipnosis se aprovecha de este fenmeno natural: logra que la acti-vidad cerebral descienda a la gama alfa sin que la persona hipnotizada est dormida. En alfa, la mente subconsciente est abierta a la sugestin.

    La mente consciente no acepta fcilmente la sugestin. Es til para razonar y pensar, y tambin para poner en accin todo aquello que conoce. Sin embargo, la mente subconsciente es como un esclavo obediente. No piensa ni razona, slo responde a lo que se le dice. En esto reside el valor y el poder de la hipnosis, ya que por medio de ella es posible hacer llegar la su-gestin directamente al subconsciente que las acepta y las convierte en realidad. En parte, la mente subconsciente informa a la mente consciente que existe nueva informacin y que es preciso actuar de acuerdo con ella. La mente consciente es proclive a actuar de acuerdo con sus contenidos, de manera que asume la nueva informacin y acta en consecuencia. Aunque nadie comprende realmente por qu razn la hipnosis es efectiva y la mente subconsciente responde, sabemos que la tcnica funcionay adems funciona bien.

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    Sugestiones

    En otros captulos encontraris las indicaciones que se emplean en la hipnosis. De mo-mento, solo es preciso saber que es extremadamente importante que sean positivas, construc-tivas y que proporcionen beneficios. Esto se debe a que la mente subconsciente ignora la diferencia entre una sugerencia positiva y una negativa. La mente subconsciente simplemente acepta lo que se le ofrece y luego acta en conformidad con ello.

    Es necesario ser muy cuidadoso con las palabras utilizadas durante el proceso de suges-tin. Un hombre utilizaba cientos de veces al da una palabra de uso vulgar que consta de cua-tro letras y cuyo significado es similar a defecar. Finalmente, convenci a su subconsciente de que deseaba defecar, y el resultado fue una diarrea crnica. Las palabras son muy poderosas, y la mente subconsciente las acepta literalmente. Mitos.-

    Existen demasiadas equivocaciones con respecto a la hipnosis, muchas de las cuales han sido difundidas por pelculas que tratan de personas convertidas en zombis por una persona extremadamente poderosa que exclama: Mrame a los ojos! Esto puede resultar in-teresante, pero es mera ficcin y no tiene ninguna relacin con la verdad. A continuacin ex-pondremos algunos de los mitos ms comunes y los explicaremos.

    Un hipnotizador tiene poderes mgicos. Esto es absolutamente falso. Un hipnotizador es un ser humano normal y corriente que se ha preparado para utilizar el poder de la sugestin con el fin de provocar determinados resultados deseados por la persona hipnotizada.

    Una persona a la que se hipnotiza puede hacer cosas en contra de su voluntad. Comple-tamente falso. En primer lugar, nadie puede ser hipnotizado en contra de su voluntad. Es in-dispensable que el sujeto desee cooperar. En segundo lugar, ninguna persona a quien se haya hipnotizado puede ser obligada a hacer algo que no hara en estado normal. Durante la hipno-sis, el sujeto puede aceptar o rechazar cualquier orden sugerida. Si lo que propone el hipnoti-zador perturba al sujeto, con toda probabilidad ste rpidamente abandonar el estado hipntico.

    Slo es posible hipnotizar a las personas de mente dbil. En verdad sucede lo contrario. Cuanto ms inteligente sea una persona, ms sencillo ser hipnotizarla. De hecho, en ciertos casos de debilidad mental es absolutamente imposible practicar la hipnosis. Es posible hipno-tizar prcticamente a todos aquellos que desean ser hipnotizados. Solamente el 1 por 100 de la poblacin no puede ser hipnotizado debido a deficiencias mentales o a otras razones que es-capan a nuestra comprensin.

    Una persona hipnotizada est en trance o inconsciente. Absolutamente falso. Un sujeto sometido a la hipnosis est despierto y consciente: extremadamente consciente. Lo que sucede es que simplemente ha centrado su atencin donde le ha indicado el hipnotizador y se ha abs-trado de todo lo dems.

    Cualquiera puede permanecer en estado hipntico eternamente. Esto es completamente falso. Incluso suponiendo que el hipnotizador muriera despus de hipnotizar al sujeto, ste

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    abandonara el estado hipntico con facilidad, ya sea cayendo en un sueo breve y luego des-pertndose normalmente o abriendo los ojos al no escuchar durante un rato la voz del hipnoti-zador.

    Para obtener resultados positivos es preciso un estado de hipnosis profunda. No es ver-dad. Cualquier nivel de hipnosis puede ofrecer buenos resultados. Estado hipntico.-

    Cualquier persona sometida a hipnosis est muy consciente de dnde se encuentra y de lo que est ocurriendo. El sujeto escucha todo lo que sucede mientras est inmerso en un estado parecido al sueo diurno, profundamente relajado. A menudo siente el cuerpo entumecido o no tiene consciencia de tener cuerpo. Autohipnosis.-

    Es posible autohipnotizarse. Muchas personas lo hacen diariamente para impartirse rde-nes constructivas. Es mucho ms sencillo autohipnotizarse si ya se ha pasado por la experien-cia de haber sido hipnotizado por otra persona y haber recibido las instrucciones para hacerlo. Por medio de este libro aprenderis a hipnotizar a otras personas pero con las mismas instruc-ciones aprenderis a autohipnotizaros. Si trabajis con alguien que os hipnotice, aceleraris el propaso de aprendizaje de la autohipnosis.

    LA HIPNOSIS COMO PROFESIN

    Si estis interesados en hacer de la hipnosis una profesin o una actividad complementa-ria, en la siguiente seccin encontraris algunos temas a tener en cuenta adems del contenido del resto del libro. Se debe disponer de: Un despacho silencioso con un mnimo de tres asientos. Una silla para el hipnotizador, un sof para el sujeto y otra silla (del tipo que se desee) para una tercera persona ya que los pa-cientes generalmente llegan acompaados. Si se utiliza una habitacin en el domicilio propio, se ahorrar dinero. Si se alquila una oficina, sta debe ser silenciosa, tener un amplio aparca-miento y un fcil acceso desde cualquier punto de la ciudad. Un escritorio o mesa para escribir. Una grabadora y cintas vrgenes. Papel, carpetas y ficheros. Las instrucciones impresas para la autohipnosis (vase el captulo 3). Las dietas impresas (vase el captulo 3).

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    Dos estilogrficas con linterna con pilas nuevas. Son necesarias nicamente en el caso de que se desee leer los procedimientos de induccin hipntica y la iluminacin de la habitacin no sea suficiente. Una tarjeta de 15 x 15 centmetros (tamao aproximado) con un gran punto rojo dibujado en ella (vase el captulo 3). Todos los ejercicios de hipnosis mecanografiados y guardados en un sitio de fcil acceso para el caso de que se produzca una laguna en la memoria. Aun despus de haber aprendido de me-moria todos los ejercicios, sola imprimirlos en unas tarjetas de aproximadamente 10 x 15 centmetros (una tarjeta para cada ejercicio) como medida de seguridad. Si no se desea meca-nografiar los ejercicios, es posible comprar otros dos libros y recortar las pginas correspon-dientes, pegndolas luego en las tarjetas. Sern necesarios dos libros ms, ya que muchos de los ejercicios se han impreso en ambas caras de una misma pgina. El gasto mnimo que su-pone comprar dos libros ms elimina la incomodidad de tener que copiar todos los ejercicios. Dos formularios impresos que deben ser firmados por el paciente atestiguando que conocen la naturaleza de la hipnosis, que se someten a ella por voluntad propia y que el hipnotizador est libre de cualquier responsabilidad. Debis consultar con vuestro abogado los trminos reales de dicho formulario. Tarjetas comerciales. Telfono. Un/a recepcionista con un despacho independiente o un contestador telefnico con el fin de no interrumpir las sesiones. Gastos.- Alquiler (a menos que trabajis en vuestra propia casa). Publicidad. La publicidad es cara, pero necesaria en cierto grado. Un anuncio (quiz de un tamao aproximado de 7,5 x 10 centmetros) en el peridico del domingo ser suficiente. Con un contrato a largo plazo, ser posible conseguir un precio ms bajo. Es ineludible un peque-o anuncio en las pginas amarillas de la gua de telfonos. Un 70 por 100 de mis pacientes llegaron a travs de este medio; un 20 por l00 de la transmisin boca a boca, y el 10 por 100 restante por medio del peridico.

    Aceptad cualquier invitacin para hablar sobre la hipnosis, incluso reuniones en clubes lo-cales, escuelas secundarias o universidades y tambin reuniones de amigos, ya que represen-tan una excelente publicidad. Honorarios.-

    Cuando me retir en el ao 1992, mis honorarios eran de 50 dlares por sesin (cada se-sin dura entre 30 minutos y una hora). No prolongo la sesin ms de una hora porque lo en-cuentro contraproducente para el paciente. Los honorarios incluyen la consulta previa y la consulta posterior a la hipnosis, una cinta donde he grabado una de las sesiones (normalmente la sesin nmero 5) y la informacin para la autohipnosis. Si tengo que desplazarme, cobro

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    una suma modesta en concepto del tiempo de traslado y de la gasolina si el domicilio del pa-ciente dista ms de 8 9 kilmetros de donde me encuentro.

    En algunas zonas del pas (incluso en las grandes reas metropolitanas) es razonable co-brar entre 50 y 100 dlares por sesin. Para ciudades pequeas o zonas rurales es ms ade-cuado cobrar entre 20 y 40 dlares. Ser preciso que evaluis vuestra situacin para establecer vuestros propios honorarios.

    Mi filosofa es que se debe cobrar lo necesario para cubrir gastos y obtener una retribucin que se ajuste al tiempo empleado y a la experiencia del hipnotizador.

    Debis tratar de ofrecer el paciente el menor nmero de sesiones posibles para alcanzar el objetivo deseado. Yo nunca he visto a un paciente ms de seis veces, ya que deseo que sea in-dependiente y capaz de resolver sus problemas por s mismo. A partir de la segunda sesin enseo a los pacientes a practicar la autohipnosis para que dispongan de los recursos necesa-rios para resolver sus problemas con la misma efectividad que lo hara yo. Os recomiendo la misma estrategia en vuestra prctica. No seis codiciosos; debis pensar, en primer lugar, en las necesidades de los pacientes. De este modo trabajaris correctamente.

    Os recomiendo muy especialmente que solicitis el pago de la sesin por adelantado, ya que una vez concluida no habr forma de cobrar si el paciente decide no pagar u os entrega un taln en descubierto. Tambin es posible ofrecer un incentivo para esta condicin de pago por anticipado, por ejemplo que paguen cinco sesiones en la primera consulta y se beneficien de una sexta sesin gratuita.

    CMO PRACTICAR LA HIPNOSIS

    En primer lugar, debis memorizar los ejercicios o, en su defecto, tenerlos a mano para poder leerlos fcilmente. Luego es necesario tener en cuenta una serie de situaciones, inclu-yendo el tono de voz y el ritmo del discurso; la posicin del sujeto y la vuestra; el ambiente (incluyendo la iluminacin, el ruido y los sonidos de fondo); la grabacin de las sesiones; la utilizacin de un equipo exterior; la observacin del paciente y, finalmente, la comprobacin de los resultados. Tono de vez y ritmo del discurso.-

    Utilizad vuestro propio tono de voz. Esto puede parecer una afirmacin ftil pero no lo es. He observado que muchos hipnotizadores principiantes alteran deliberadamente su vez duran-te las sesiones con el propsito de conseguir ms resonancia, ms profundidad y cierta teatra-lidad. Esto es una tontera; utilizad vuestra voz normal. Obviamente es un ventaja tener una voz melodiosa y de gran resonancia, pero no es fundamental. Es mucho ms importante saber lo que se est haciendo y tener una buena relacin con el paciente.

    Sin embargo, es necesario practicar el ritmo del discurso, ya que ste debe ser lo suficien-temente lento como para ofrecer al sujeto el tiempo necesario para responder a vuestras direc-tivas y lo suficientemente rpido como para retener su atencin e inters. Si el ritmo es demasiado lento, la mente del paciente puede desviarse hacia otros pensamientos, y es preciso

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    lograr que preste atencin a vuestra voz. La experiencia os ayudar a encontrar el ritmo ade-cuado.

    Una pausa de dos a cinco segundos es un buen promedio. Por ejemplo, relaje sus rodillas (pausa de dos segundos); relaje sus pantorrillas (pausa de dos segundos); imagine una esca-lera (pausa de tres segundos); est alfombrada. Imagine usted la alfombra (pausa de tres se-gundos).

    En algunos ejercicios de visualizacin puede ser necesario hacer pausas prolongadas. Por ejemplo: imagine que est de pie en la parte superior de una escalera de caracol (pausa 3 se-gundos); imagine cmo es la escalera (pausa 3 segundos); est alfombrada (pausa 3 segun-dos); imagine cmo es la alfombra (pausa 3 segundos).

    No utilicis el reloj para establecer el tiempo para las pausas; hacedlo intuitivamente. Cuando dirijo la hipnosis, yo ejecuto las instrucciones al tiempo que las indico, y de este mo-do encuentro el ritmo adecuado.

    Hablad en un tono de voz algo apagado y montono. La idea es aburrir la mente conscien-te del sujeto hasta el punto en que deje de ser activa, permitiendo que la mente subconsciente est accesible y receptiva a la sugestin. Una excesiva inflexin de la voz o demasiado drama-tismo, pueden dar como resultado que la mente consciente del sujeto pierda inters y perma-nezca activa, impidiendo que la relajacin profunda y la sugestin resulten efectivas. Posicin fsica.-

    Se puede practicar la hipnosis de pie o sentado. Los pacientes pueden reclinarse en un sof que sea cmodo, sentarse en una silla de respaldo recto, tumbarse sobre una cama o en el sue-lo, sentarse con las piernas cruzadas o permanecer de pie. Todas las posiciones son correctas, pero no necesariamente para todas las situaciones. Por ejemplo, un breve procedimiento de dos minutos destinado a eliminar un dolor es adecuado para una persona que est de pie, pero un procedimiento de treinta minutos cuyo objetivo sea el control de la dieta no puede practi-carse con un paciente que permanezca de pie.

    Una silla reclinable o de respaldo recto, o una silla sin apoyabrazos, son las ms indicadas para dicha situacin, ya que ofrecen al sujeto un soporte adecuado y resultan cmodas; adems, ser difcil que el sujeto se duerma sentado en cualquiera de dichas sillas. Yo prefiero que mis pacientes utilicen una silla reclinable. Sin embargo, cuando practico la autohipnosis opto por una silla de respaldo recto y sin apoyabrazos. Como operador, tambin me inclino por este tipo de silla.

    Tumbarse sobre una cama resulta cmodo para el sujeto, pero tiene la desventaja de que ste puede dormirse durante la sesin, ya que tanto el cuerpo como la mente estn condicio-nados a dormir cuando el individuo adopta esta posicin y el cerebro alcanza alfa. Un opera-dor experimentado puede evitar que esto suceda. Obviamente, cuando se trabaja con alguien que est postrado en la cama, se debe trabajar en esta posicin.

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    Tumbarse en el suelo ofrece el mismo inconveniente: el sujeto tender a dormirse. Adems, el suelo suele resultar incmodo y, por esta razn, no lo recomiendo cuando se utili-zan procedimientos de larga duracin.

    Sentarse con las piernas cruzadas en el suelo tambin resulta una posicin incmoda y no es aconsejable para procedimientos prolongados. Acostumbro utilizar esta posicin para me-ditar (una forma de autohipnosis) y obtengo excelentes resultados. Cierta vez permanec en meditacin profunda durante una hora y media en esta posicin sin experimentar ninguna in-comodidad fsica. Dudo que una persona inexperta pudiera permanecer en dicha posicin y luego ser capaz de ponerse de pie y, menos an, de echarse a andar.

    En general, mis pacientes utilizan la silla reclinable, y yo me coloco frente a ellos en una silla de respaldo recto. La distancia entre ambos es de unos 60 centmetros a 1,50 metros. Es completamente indiferente que entre nosotros haya una mesa o un escritorio. Yo me coloco lo suficientemente cerca del sujeto como para hablar en un tono de voz normal y que me escuche perfectamente, pero lo suficientemente lejos como para no intimidarlo/a. Para algunos proce-dimientos que empleo en ocasiones especiales, debo estar de pie junto al sujeto o incluso tener un contacto fsico con l/ella. sta no es la regla, sino una excepcin.

    Lo ideal es que la silla del sujeto est ubicada de forma tal que sus ojos no reciban la luz. Las ventanas (a menos que las cortinas sean muy gruesas) y las luces deben estar por detrs del paciente, ya que de esta forma le resultar ms sencillo relajarse y estar cmodo/a. Dnde practicar la hipnosis.-

    Se puede practicar la hipnosis en cualquier lugar, incluyendo habitaciones dbilmente iluminadas, exteriores soleados, sitios silenciosos y tambin lugares ruidosos. Sin embargo, el lugar ideal es una habitacin cmoda y silenciosa con una iluminacin suave.

    Si tienen lugar distracciones inesperadas, deberis utilizarlas en vuestro propio provecho. Cierta vez acababa de comenzar una sesin de hipnosis cuando un carpintero comenz a re-machar clavos en el despacho contiguo, justamente en la pared que estaba por detrs de la ca-beza de mi paciente. Abandon el ejercicio habitual de induccin hipntica y comenc a improvisar. Los ruidos exteriores no lo distraen, por el contrario, le ayudarn a alcanzar el estado ms saludable de la relajacin. Luego, con cada martillazo, deca: Reljese ms pro-fundamente (bang); ms profundamente (bang); ms y ms profundamente (bang). Mi pacien-te entr en una relajacin profunda como si hubiera estado en un ascensor que descendiera a gran velocidad. Ni siquiera fue necesario continuar con el resto de los ejercicios, me limit a verbalizar las sugerencias y luego la devolv a su estado consciente. Los resultados fueron ex-celentes. Msica de fondo.-

    Muchos hipnotizadores utilizan regularmente una msica relajante o una cinta especial de las olas del mar mientras practican la induccin hipntica. En algunas ocasiones he trabajado con msica y los resultados fueron satisfactorios, sin embargo tambin lo son cuando no la utilizo. Podis probar y decidir por vosotros mismos.

  • 13

    Equipo auxiliar.-

    Todo lo que se necesita es una grabadora porttil econmica. Yo la utilizo para grabar uno de los procedimientos de induccin hipntica mientras la practico y luego doy la cinta al pa-ciente (vase el captulo 6). Si decids utilizar sonidos de fondo, el equipo tambin os servir para ese fin.

    Algunos hipnotizadores utilizan un dispositivo de descargas elctricas para condicionar a sus pacientes. Por ejemplo, durante la fase de sugestin el operador puede decir: Imagine que est usted fumando un cigarrillo. Aspire una bocanada de humo. (En ese momento pulsan un botn y el sujeto recibe una descarga elctrica.) De este modo el sujeto equipara la accin de fumar a una experiencia dolorosa. Estoy absolutamente en contra de este tipo de procedimien-tos y dispositivos; pueden resultar peligrosos y dainos y son totalmente innecesarios. Un buen hipnotizador puede alcanzar los mismos resultados sin recurrir a dichos mtodos. En una ocasin alquil un despacho que dispona de uno de estos equipos y me negu a aceptarlo co-mo parte del mobiliario, eludiendo firmar el contrato hasta que lo retiraran. Mi consejo es que EVITIS CUALQUIER TIPO DE DISPOS1TIVOS. Observacin del sujeto.-

    Los puntos clave a tener en cuenta son los patrones respiratorios y el tono muscular. Cuando el sujeto se sume en una relajacin profunda, la respiracin es rtmica y ligera. De vez en cuando el sujeto respira profundamente con una exhalacin suave.

    Observad las manos del paciente. Sujetan los apoyabrazos? Estn inquietas? Estn crispadas? O descansan sin evidenciar tensin alguna?.

    La cabeza debe caer hacia delante debido a que los msculos del cuello se relajan. La mandbula debe estar floja. No debe haber indicios de que los msculos estn tensos ni rgi-dos.

    Es posible que los prpados evidencien un ligero latido pero esto no indica que exista ten-sin, por el contrario es un signo de que el sujeto se encuentra en el estado denominado REM (movimiento ocular rpido). Este estado tiene lugar cuando la actividad del cerebro se desa-rrolla a unos 10 ciclos por segundo, es decir se encuentra en la gama alfa. Si se observa el REM, el sujeto est hipnotizado, aunque tambin puede suceder que un sujeto hipnotizado no revele un REM.

    En general, debis buscar signos que os indiquen que el sujeto est relajado para cerciora-ros de que est sumido en la hipnosis. Los signos de tensin o nerviosismo indican que no ha sido hipnotizado o que slo est en una primera etapa del estado hipntico.

    No debis preocuparos si el sujeto no parece relajarse demasiado. Ninguna persona reac-ciona igual que otra ante la hipnosis. Simplemente debis continuar con los ejercicios, ya que sern efectivos en la mayora de los casos.

    He tenido pacientes que se relajaban completamente unos pocos minutos despus de co-menzar la induccin hipntica. Otros se mostraban inquietos durante la mayor parte de la pri-

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    mera sesin para luego relajarse slo ligeramente. Unos pocos no llegaron a relajarse hasta la segunda sesin. Solamente en una ocasin no consegu hipnotizar al sujeto, que despus de la tercera sesin, an estaba tensa y en un estado de gran excitabilidad. Le devolv su dinero y la mand a un colega (que obtuvo los mismos resultados insatisfactorios).

    El mejor indicador de la respuesta de un paciente a la hipnosis es preguntarle cmo se ha sentido una vez haya concluido la sesin. El paciente os comunicar si ha logrado relajarse y lo que ha experimentado. Es obvio que el mejor indicador es el resultado final; por ejemplo, cuando el propsito de la sesin de hipnosis sea abandonar el hbito de fumar y el paciente lo logre. Comprobacin.-

    Algunos hipnotizadores realizan pequeas pruebas durante la induccin hipntica con el fin de verificar si el procedimiento est resultando efectivo. Por ejemplo, pueden solicitar al sujeto que levante un brazo: Su brazo es como un tronco, rgido e inmvil. Si el paciente responde levantando el brazo, ser evidente que an no est sumido en la hipnosis. Si no lo levanta, la sugestin ha dado como resultado un cierto nivel de hipnosis.

    Yo no realizo ninguna verificacin. Mi teora es que dichas comprobaciones crean dudas en la mente del paciente, que puede pensar: Acaso no est seguro de lo que hace? Quiz no soy un sujeto hipnotizable? Ser efectiva la sesin? Y, por otro lado, qu es lo que harais si la prueba falla y el paciente levanta el brazo? Lo nico que se puede hacer es conti-nuar con la sugestin, es decir, lo mismo que hubierais hecho de cualquier modo. Debis tener fe: la induccin hipntica es efectiva.

    CONSULTA ANTERIOR A LA HIPNOSIS

    Esta consulta precede a la primera sesin de hipnosis, de la que hablaremos en el prximo

    captulo, y no se debera omitir, pues es muy importante. (Tambin se recomienda una especie de consulta previa a la hipnosis para practicar la autohipnosis; vase el captulo 11.)

    E1 objetivo de esta consulta tiene varias facetas. En principio es el momento en el que se explica al paciente qu es la hipnosis y en el que se responden las preguntas que surjan de esta conversacin. Brinda la oportunidad de establecer una relacin con el sujeto, ganar su con-fianza y hacer que realice diversos ejercicios muy simples para que se tranquilice y se sienta cmodo. Existen algunas preguntas clave que es necesario formular al sujeto para decidir si es viable continuar con la hipnosis real.

    Si el sujeto no se siente muy inclinado a que lo hipnoticis (despus de haberle explicado detalladamente el programa a seguir), no debis intentarlo. Lo aconsejable es pedirle que piense en ello durante unos das, y decirle que estis dispuestos a responder cualquier pregun-ta.

    En el caso contrario, cuando el paciente desea ser hipnotizado, pero vosotros tenis ciertas reservas, no deberais hacerlo. Es de vital importancia que entre ambos se establezca una rela-cin de confianza para que el programa sea un xito. No debis olvidar que el objetivo de la

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    hipnosis es ayudar a otra persona para que sea capaz de gobernar su forma de conducirse y mejorar en algn sentido la calidad de su vida. Esto es difcil de conseguir si surgen obstcu-los (tal como falta de confianza, aprehensin, etc.) entre el operador y el sujeto.

    No debis titubear si creis que no es necesario hipnotizar al sujeto. Cierta vez acudi a mi consulta una mujer que iba a iniciar una serie de seis sesiones con el propsito de controlar su dieta. En la consulta previa a la hipnosis, mi sexto sentido me indic que no haba armona entre nosotros. Despus de formularle muy amablemente una serie de preguntas, la mujer re-conoci que senta aversin por los hombres en general y que no se fiaba de ellos. Rpida-mente agreg: Sin embargo, no permitir que este sentimiento interfiera en nuestro tratamiento. Obviamente, sus buenas intenciones no eran suficientes; ella necesitaba ocupar-se de ese odio antes de dedicarse a controlar su dieta, y slo lo lograra con alguien que le ins-pirara absoluta confianza. Por lo tanto, declin aceptarla como paciente y le suger que consultara con una colega, con quien fue capaz de solucionar el odio hacia los hombres y su compulsin a comer. Fue entonces cuando me llam para agradecerme mi ayuda. No tengo ninguna duda de que ella hubiera recurrido directamente a una mujer en caso de conocer al-guna. Una vez ms, mi consejo es que pensis siempre qu es lo mejor para el paciente, aun-que con ello perdis la oportunidad de ganar dinero o de vivir una experiencia interesante.

    IMPORTANTE: Si sospechis que el paciente adolece de algn problema mental o de salud, no debis atenderlo. No lo aceptis como paciente hasta que haya consultado un mdi-co y ste autorice las sesiones de hipnosis. Tampoco debis aceptar a alguien que sea adicto a las drogas. Esto puede suponer una verdadera pesadilla para vosotros. Encuadre de la consulta.-

    En primer lugar, el sujeto debe rellenar y firmar una hoja que incluya su nombre, direc-cin, telfono, objetivo de la consulta, el nombre con el que prefiere ser nombrado y cualquier otro dato que juzguis oportuno. Acostumbro guardar esta hoja con los datos ofrecidos por el paciente, aunque prefiero tomar mis propias notas basndome en mis impresiones a lo largo de nuestra conversacin.

    En segundo lugar, se debe preguntar al sujeto el objetivo de la consulta. Tomaros vuestro tiempo para investigar exhaustivamente esta cuestin ya que frecuentemente la razn verbali-zada no coincide con el problema real. Si la respuesta es el deseo de controlar la dieta, es pre-ciso descubrir qu otros tratamientos ha realizado anteriormente con este fin. Tiene algn problema de salud?. Est bajo asistencia mdica?. Toma algn medicamento o alguna dro-ga?. En caso de que la respuesta sea afirmativa, cul?. Lo hace bajo control mdico?. No terminis el cuestionario hasta que os sintis satisfechos con las respuestas.

    En tercer lugar, se debe explicar detalladamente qu es la hipnosis e invitar al sujeto a que formule las preguntas que desee para despejar cualquier tipo de aprehensin. Tambin debis comunicar al paciente que el programa consta de seis sesiones y cules son vuestros honora-rios, dejando claro que no existen garantas de xito, ya que el resultado depende siempre de la respuesta del paciente. Le explicaris asimismo que bajo el estado hipntico no se le obli-gar a realizar ninguna accin que no desee ejecutar y que en todo momento estar consciente de todo lo que suceda y que lo recordar al despertar.

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    En cuarto lugar, podis ofrecer una minidemostracin de dos ejercicios de entrenamiento previos a la hipnosis para mostrar que se trata de un procedimiento simple. (Estos dos ejerci-cios se explican detalladamente un poco ms adelante en este mismo captulo.)

    En quinto lugar, podis comenzar con la primera sesin de hipnosis.

    Los cinco pasos mencionados representan una mera gua, ya que, en la prctica, desarro-llaris vuestro propio estilo y secuencia. Sin embargo, los tres puntos importantes que hay que alcanzar, independientemente de la estructura de la consulta, son: 1) ofrecer una completa in-formacin al sujeto sobre la hipnosis y sobre vosotros mismos como profesionales, 2) obtener una informacin detallada del sujeto, y 3) establecer una relacin amable y armnica. reas problemticas

    Atencin mdica. Si el sujeto est bajo atencin mdica, no se debe interferir con ese tra-tamiento; no debis jugar a ser mdicos, a menos que lo seis de verdad (pocos mdicos co-nocen o practican la hipnosis), ya que se no es vuestro papel y puede resultar muy perjudicial para el sujeto. En los casos en que el paciente est bajo tratamiento mdico, le pido permiso para hablar con el profesional que lo atiende. Si el sujeto no me autoriza, entonces no acepto trabajar con l. Si, por el contrario, est de acuerdo, puedo realizar mi trabajo con la ayuda de la informacin obtenido durante la conversacin con el mdico.

    Descubrir el motivo real. Con frecuencia el objetivo que el paciente esgrime para some-terse a la hipnosis no es el problema real. A continuacin expondr uno de los casos que ilus-tran este punto con cierto humor: una atractiva mujer de mediana edad acudi a mi consulta para ponerse a dieta. No me pareci que tuviera problemas de exceso de peso, pero, a pesar de todo, le expliqu qu era la hipnosis, dndole a conocer mi programa de control de la dieta. Despus de mis explicaciones, an mostraba cierta aprehensin a ser hipnotizada, de modo que continu formulndole preguntas hasta que admiti que tema que yo pudiera aprove-charme sexualmente de ella mientras estaba hipnotizada. Le comuniqu que estara consciente en todo momento de lo que sucedera y que yo no poda forzarla a hacer algo que ella no hara estando consciente. Sonriendo me respondi: Precisamente se es el problema

    Hace algunos aos dej de practicar la hipnosis con el fin especifico de controlar la dieta, las fobias o el hbito de fumar, y comenc a trabajar con el nico objetivo de mejorar la auto-imagen y tratar el estrs, pues considero que ambos problemas son la clave para solucionar todos lo dems. Obviamente, en cualquier caso puedo sugerir al paciente que deje de fumar o que regule su apetito, pero el objetivo primordial se centra en mejorar la autoimagen y/o con-trolar el estrs. Estimo que cuando la imagen personal est equilibrada, los problemas desapa-recen o, al menos, es posible abordarlos de una forma satisfactoria.

    Mantener la calma. En ocasiones pueden ocurrir situaciones extraas y debis estar pre-parados para solucionarlas con serenidad y aplomo. El sujeto no debe pensar en ningn mo-mento que no dominis la situacin. Nunca debis mostraros consternados, confundidos ni molestos, ni tampoco reprender al sujeto ni expresar desilusin ante una respuesta. Debis aceptar todo lo que el sujeto diga y saber cmo tratar la situacin.

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    Nunca, repito nunca, debis juzgar a vuestros pacientes. Pongamos por caso que en una sesin surge el tema del aborto y sois radicalmente antiabortistas; no intentis ayudar a la jo-ven soltera que se siente culpable por haber abortado, ya que vuestros propias sentimientos pueden aumentar su culpabilidad en vez de ayudarla.

    En cierta ocasin tuve que solucionar una de esas raras situaciones: una mujer de mediana edad lleg a mi consulta en un estado de histeria. Lloraba, chillaba y balbuceaba incoheren-cias. Por fortuna, dispona de una hora antes de mi prxima cita. Mi esposa, que era mi recep-cionista, me ayud a conducirla hasta uno de los sofs y yo me sent frente a ella sin decir ni una palabra. Dej que llorara hasta que el cansancio la venciera. A travs de las palabras que murmuraba supe que deseaba suicidarse y que estaba pensando en hacerlo cuando se diriga a mi consulta. Los detalles en los que se apoyaba esta decisin no son relevantes para este ejemplo; su vida era una completa confusin. Agotada por el llanto, finalmente me dijo: Siento haberlo importunado. S que no es posible hipnotizarme ni ayudarme mientras me encuentre en este estado.

    Hablemos de ello, le respond. Sus ojos estn rojos, parecen arder. Ella asinti. Por qu no los cierra y descansa un poco mientras hablamos. As lo hizo, y a los pocos minutos estaba sumida en estado hipntico sin apenas darse cuenta. Mi propsito era inducirla a que se comprometiera consigo misma a vivir dos semanas ms para tener la oportunidad de ayudarla. La historia tuvo un final feliz. Despus de cuatro sesiones realizadas a lo largo de dos sema-nas, rechazaba la idea del suicidio y comenzaba a recuperar su deseo de vivir. En las siguien-tes semanas consigui reestructurar su vida.

    Olvido de las palabras. Si os olvidis de las palabras que tenis que decir para hipnotizar al sujeto, no debis perder la calma, balbucear ni disculparos. Simplemente deteneos un mo-mento para luego continuar con la relajacin, diciendo, por ejemplo: Reljese pro-fundamente, cada vez ms profundamente con cada respiracin. Poco tiempo despus, recordaris las palabras olvidadas (de lo contrario podis buscar las hojas donde previamente las habris copiado). Mientras tanto, podis improvisar el texto hablando en un tono suave, lento y seguro.

    Enamoramiento. E1 vnculo entre el operador y el sujeto crece muy rpidamente y, oca-sionalmente, el sujeto lo interpreta como algo ms intenso y personal.

    Debis estar prevenidos ante la posibilidad de que cualquier paciente se enamore de voso-tros. Es sta una situacin que cada uno debe afrontar con sus propios recursos, pero en todos los casos es preciso ser firme sin que el paciente se sienta rechazado como persona. Lo correc-to es evitar cualquier encuentro con el paciente fuera de la consulta, aunque se trate de un en-cuentro fortuito en un bar. Siempre que alguna de mis pacientes se ha entusiasmado con la idea de intimar un poco ms conmigo, le he recordado que la recepcionista era mi mujer. De este modo he logrado enfriar la situacin. Recomiendo muy especialmente que, si os dedicis a esta prctica, vuestro marido o vuestra esposa trabajen como recepcionistas en vuestra con-sulta. Si no os dedicis profesionalmente a la hipnosis pero lo hacis por pasatiempo, es con-veniente que haya una tercera persona presente. En caso contrario, podis encontraros en situaciones desagradables.

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    Dependencia. Otro problema que puede surgir de este vnculo tan estrecho es la depen-dencia. Como operador, usaris la hipnosis para ayudar a una persona para que sea ms inde-pendiente y en general, se es el resultado que se obtiene. Sin embargo, en ocasiones el sujeto encuentra cmodo recibir apoyo del operador a quien considera una persona fiable, fuerte y poseedora de grandes conocimientos. Cuando esto suceda, debis lograr que el sujeto se in-dependice cuanto antes, por su propio bien y por el vuestro.

    He aqu una situacin que ilustra el problema: La seorita X era una modelo que tena miedo prcticamente de todo lo imaginable. Haba sido la amante de un gngster que habla si-do asesinado pocos minutos despus de que ella abandonara la casa, de modo que tambin tema por su vida. Durante su infancia y juventud sus padres hablan sido muy dominantes, privndola de la posibilidad de tomar decisiones, incluso las ms simples; en todo momento le decan lo que tena que hacer. Su agente tambin le indicaba lo que deba hacer. Su novio gngster siempre le habla sealado lo que tena que hacer. Nunca haba vivido por si misma.

    Fue entonces cuando decidi consultarme, y a travs de la hipnosis aprendi a ser libre. Libre para vivir. Libre para tener coraje. Fue una gran experiencia para ella y no quera termi-nar el tratamiento. Al concluir las seis sesiones me llamaba por telfono a la consulta durante el da y a mi casa por las noches. Las primeras veces que me llam me mostr tolerante, ms tarde le ped cortsmente que dejara de hacerlo. Tras dos semanas de vanos intentos, le dije con toda frialdad que ya no volviera a llamarme ya que, si lo haca, colgara el telfono. Ella se ech a llorar, pero al cabo de un tiempo intent encontrar una vida exitosa por sus propios medios. Ella saba cmo hacerlo, pero no deseaba quedarse sin un apoyo que le ofreca segu-ridad. A veces es preciso adoptar una actitud firme por el bien del sujeto y por el propio. Otra regla: Nunca permitis que el paciente domine la situacin ni os diga lo que debis hacer.

    Respuestas imprevistas. No debis permitir que una respuesta imprevista os distraiga de vuestro trabajo. En cierta ocasin, estaba hipnotizando a una mujer por primera vez. En un de-terminado momento le dije: Sus brazos son como troncos, estn entumecidos, rgidos, in-mviles. De inmediato esboz una forzada sonrisa de oreja a oreja y comenz a rerse nerviosamente. Sus ojos permanecan cerrados, pero durante uno o dos minutos se rea entre dientes. Yo senta curiosidad por lo que estaba pasando pero, sin embargo, ignor la situacin y continu pronunciando montonamente las palabras para inducirla a una relajacin ms pro-funda. Al concluir la sesin, me explic que cuando yo le haba dicho que sus brazos eran como troncos, ella haba intentado levantarlos vigorosamente para decir a viva voz: Como ver, esto no funciona!, pero a pesar de todo haba sido incapaz de hacerlo. Le pareca una tontera estar consciente y sentada en la silla sin ningn impedimento para moverse y, no obs-tante, no lograr levantar los brazos simplemente porque yo le haba dicho que no poda mo-verlos. Esto explicaba su falsa sonrisa inicial y su posterior risa nerviosa. Ejercicios previos a la hipnosis.-

    A continuacin expondr dos ejercicios previos a la hipnosis. Debis utilizarlos durante el periodo de consulta para que el paciente se familiarice con la hipnosis y con el fin de que se sienta cmodo. Las palabras escritas en cursiva indican el texto que se debe decir en voz alta.

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    Ejercicio 1: Deseo que cierre usted los ojos para realizar un ejercicio muy breve. Quiero que imagine una pizarra, que la cree. Puede ser ne-gra o verde, o del color que usted desee. Crela. La pizarra tiene una bandeja y en ella hay tizas y un borrador. La ve usted ?

    (Esperad la respuesta. Cuando el sujeto responda afirmativamente, podis continuar.)

    Muy bien. Ahora coja usted una tiza y dibuje un crculo sobre la pizarra. Lo ha dibujado ya?

    (Esperad la respuesta afirmativa, y continuad.)

    Bien. Ahora escriba la letra A dentro del circulo. Lo ha hecho ya?

    (Esperad la respuesta afirmativa, y continuad.)

    Ahora borre usted la letra A del interior del circulo, pero no borre el circulo. Hgamelo usted saber cuando haya terminado.

    (Esperad la respuesta).

    Muy bien. Ahora borre el crculo y abra los ojos.

    En este punto podis dialogar brevemente con el paciente sobre la experiencia de la piza-rra. Aseguradle que, cualquiera sea la experiencia que haya tenido, ha sido positiva. Cada per-sona responde de una forma diferente. Algunas ven realmente la pizarra. Otras la intuyen. Hay quienes saben intelectualmente que est all. Todas las respuestas son correctas. En la hipnosis no existen experiencias errneas; cada persona vive las situaciones de un modo personal y to-das las experiencias son vlidas. Aclarad al paciente que este tipo de respuestas son frecuentes en la hipnosis. Ejercicio 2:

    Cierre una vez ms los ojos para realizar otro ejercicio de entre-namiento. Esta vez quiero que concentre su atencin en la punta de su nariz. Lo ha hecho?

    Esperad la respuesta afirmativa, y continuad.

    Bien. Mantenga su atencin en la punta de la nariz y escuche el sonido de mi voz. En algunas de las tcnicas de hipnosis que haremos juntos, le pedir que fije su atencin en la punta de su nariz con el fin de intensificar su concentracin y conseguir que se relaje usted ms profundamente. Si en algn momento durante la hipnosis, advierte usted que su mente divaga, todo lo que debe hacer es volver a centrase en la punta de la nariz tal y como lo est haciendo en este momento. Entonces su mente dejar de vacilar y

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    volver a concentrarse en mi voz. Ahora puede usted abrir los ojos.

    Podis conversar un rato con el paciente sobre este ejercicio y a continuacin empezar con

    la primera sesin de hipnosis tal y como se describe en el captulo siguiente.

    Captulo 2

    Sesin de hipnosis nmero 1 ESTA SESIN es una excelente secuencia de ejercicios para comprobar la respuesta del suje-to al operador (vosotros) y para que se familiarice con los procedimientos de la hipnosis.

    La SESIN nmero 1 consiste en 12 ejercicios ordenados de la siguiente manera: A, IA, B, IB,1C, ID, IE, 1F, IG, IH, II, IJ.

    Justo antes de comenzar la primera sesin, dad las siguientes instrucciones al sujeto: En unos pocos minutos voy a pedirle que cierre los ojos y siga mis instrucciones. Poco despus de iniciar la sesin, en tres ocasiones le pedir que abra los ojos. Cuando lo haga, no deseo realmente que los abra sino que simule abrirlos estirando los prpados pero sin llegar a abrir los ojos. Luego dir algo as como: Ahora relaje los ojos y en ese momento usted dejar de intentar abrirlos y los relajar. Esto es lo que quiero decir.

    (Ahora le muestro lo que quiero que haga):

    Ahora intntelo usted

    (Espero unos momentos para que el sujeto realice los movimientos indicados con sus prpados tal como le he enseado).

    Eso ha estado muy bien. Y ahora quiero que al final de la sesin, cuando yo diga algo as como: En unos minutos contar hasta cinco y usted abrir los ojos y se despertar, abra usted los ojos de verdad. Comprende usted ? En principio haremos tres prue-bas muy breves durante las que no deber usted abrir los ojos, pe-ro st los abrir cuando demos por concluida la sesin.

    (Espero que el sujeto me confirme que ha entendido la consigna, en caso contrario, vol-ver a repetirla hasta que la comprenda perfectamente.)

    Ahora, vamos a empezar.

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    EJERCICIO A.-

    En primer lugar deseo que se ponga usted de pie y se estire com-pletamente para eliminar las tensiones.

    (Espero un momento hasta que el sujeto se ponga de pie y se estire.)

    Eso ha estado muy bien. Ahora sintese en la silla y reljese. Cie-rre los ojos e inspire larga y profundamente, y luego exhale todo el aire vaciando completamente sus pulmones. Hgalo una vez ms, pero ahora retenga la respiracin cuando sus pulmones se hayan llenado de aire limpio, fresco y relajante. Retngalo. Mantenga ce-rrados los ojos. Exhale el aire muy lentamente y sienta cmo se re-laja todo su cuerpo.

    EJERCICIO 1A

    Concentre su atencin en las rodillas y relaje la parte inferior de las piernas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus tobillos. Relaje sus pies. Relaje los dedos del pie. Todo lo que est por debajo de sus rodillas se encuentra ahora completamente relajado. Relaje sus maslos y djelos caer, floja y pesadamente, sobre la silla. Aho-ra relaje sus caderas y su cintura. Ahora relaje su pecho lo mxi-mo posible. Respire suave y profundamente, cada vez ms regular y relajadamente. Relaje sus hombros. Los msculos de los hom-bros estn pesados y cuelgan flojos, cada vez ms relajados. Relaje su cuello y garganta. Deje caer su cabeza mientras todos los msculos del cuello se relajan. Relaje completamente su cara. Los msculos de la cara se aflojan y se ablandan, las mandbulas cuel-gan relajadamente, los dientes no estn en contacto. Ahora relaje todo lo posible los pequeos msculos que rodean los prpados. Sienta cmo los prpados se tornan cada vez ms pesados y sua-ves, cada vez ms relajados.

    Dentro de un momento, voy a pedirle que abra los ojos. Cuan-do lo haga, sus prpados estarn tan relajados y pesados que casi no los podr abrir; entonces, cuando le pida que los cierre otra vez, usted se relajar an ms completamente. Ahora intente abrir los prpados. Ahora cierre los ojos y reljese cada vez ms.

    EJERCICIO B Quiero que imagine que todas sus tensiones, su rigidez, sus miedos y preocupaciones se estn vaciando a travs de su coronilla. Dje-las caer por su cara, por su cuello, por los hombros, por el pecho, la cintura, las caderas, los muslos, las pantorrillas, los tobillos y los pies para que salgan finalmente por los dedos del pie. Todas las tensiones, miedos y preocupaciones estn fluyendo hacia el ex-

  • 22

    terior a travs de los dedos de sus pies, y usted se relaja cada vez ms.

    EJERCICIO 1B Vamos a repetir este ejercicio de relajacin una vez ms. En esta ocasin quiero que se relaje completamente, mucho ms que la primera vez. Centre su atencin en sus rodillas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus tobillos. Relaje sus pies y relaje los dedos del pie. Ahora relaje sus muslos completamente y djelos caer, floja y pesadamente, so-bre la silla. Relaje sus caderas y su cintura. Ahora sienta cmo su pecho se relaja y se relajan tambin los rganos del pecho: el co-razn y los pulmones, permitiendo que la respiracin sea ms pro-funda, ms regular y cada vez ms relajada. Ahora relaje los hombros cada vez ms. Los hombros estn pesados y cuelgan flo-jos, cada vez ms relajados. Relaje su cuello y garganta. Relaje completamente su cara y sienta cmo los msculos se aflojan y se ablandan. Ahora relaje lo mximo posible los pequeos msculos que rodean los prpados. Sienta cmo los prpados se tornan cada vez ms pesados y suaves, cada vez ms relajados. Dentro de un momento voy a pedirle que abra los ojos, pero cuando lo haga, sus prpados estarn tan relajados y pesados que ser casi imposible abrirlos; independientemente de que los prpados se abran o no cuando le pida que cierre los ojos otra vez, usted se relajar an ms plenamente. Abra los prpados. Ahora cierre los ojos y reljese ms.

    EJERCICIO 1C

    Vamos a repetir este ejercicio de relajacin una vez ms. En esta ocasin quiero que se relaje completamente. No hay nada que te-mer, podr escucharme en todo momento, de modo que haga caso omiso de todos sus reparos y reljese completamente. Concentre su atencin en las rodillas una vez ms y relaje la parte inferior de las piernas. Relaje sus pantorrillas. Relaje sus tobillos. Relaje sus pies. Relaje los dedos del pie. Ahora relaje totalmente sus muslos. Sienta cmo sus caderas comienzan a relajarse pro-fundamente; luego la cintura, el pecho y los hombros, que estn pesados y flojos, completamente relajados. Y ahora esa sensacin de relajacin profunda llega a travs del cuello y de la garganta, hasta la cara. Relaje completamente la cara hasta que la sienta floja, totalmente relajada. Relaje los ojos y los prpados. Sienta cmo los prpados se tornan cada vez ms pesados y suaves, cada vez ms relajados.

  • 23

    EJERCICIO 1D

    Dentro de un momento, cuando le pida que abra los prpados, quiero que piense con toda su fuerza que estn pegados unos con otros, que son un mismo trozo de piel. S, como si fueran un mis-mo trozo de piel. No se oponga ni se muestre escptico ni afirme que s puede abrirlos. Simplemente piense que los prpados estn pegados. Si usted piensa e imagina que no puede abrirlos, real-mente no ser capaz de hacerlo. Piense ahora con conviccin que los prpados estn pegados. Imagine que son un mismo trozo de piel. Ahora intente abrir los ojos. Ahora reljelos y relaje comple-tamente todo su cuerpo.

    EJERCICIO 1E

    Quiero que imagine que est mirando una pizarra sobre la que hay un crculo. Dentro de ese crculo dibujar usted una X Ahora borre la X y luego el crculo. Olvdese de la pizarra y reljese pro-fundamente. Dentro de un momento voy a iniciar una cuenta atrs desde el nmero 100. Quiero que cuente conmigo en voz baja. Piense en cada nmero al mismo tiempo que yo lo digo en voz alta; cuando yo se lo pida, borre el nmero de su mente y reljese an ms. 100... pronuncie mentalmente el nmero 100. Ahora brrelo de su mente y reljese. 99... y brrelo como el anterior. 98 y brrelo. 97 y brrelo completamente hasta que no exista nada ms que las olas cada vez ms profundas de la relajacin.

    EJERCICIO 1F Centre su atencin en la punta de la nariz, como lo hemos practi-cado anteriormente. Mantenga su atencin fija en la punta de la nariz hasta que llegue a un punto en que est usted totalmente pendiente de mi voz. Y cuando llegue a ese punto, olvdese de la nariz, contine escuchando mi voz y reljese cada vez ms pro-fundamente. Mientras usted est concentrado en la punta de su nariz, lo conducir a travs de cuatro niveles cada vez ms pro-fundos de relajacin.

    EJERCICIO 1G

    Denominar cada uno de estos niveles con las letras del alfabeto, y cuando llegue usted al primer nivel, el nivel A, estar diez veces ms relajado que en este momento. Desde el nivel A descendere-mos hasta el nivel B, y una vez ms se encontrar usted diez veces ms relajado que en el nivel A. Del nivel B pasaremos al nivel C,

  • 24

    donde se sentir diez veces ms relajado que en el nivel anterior. Y desde el nivel C descenderemos al nivel D, donde experimentar el nivel ms profundo de relajacin y se sentir diez veces ms re-lajado que en el nivel anterior. A partir de este momento, con ca-da exhalacin se sentir dos veces ms relajado. Dos veces ms con la siguiente respiracin. Sus manos y sus dedos estn relaja-dos y pesados, cada vez ms pesados. Sienta la pesadez en las ma-nos y en los dedos. Pesados... cada vez ms pesados, tan pesados que parecen de plomo. Y esta sensacin de pesadez y de relajacin sube ahora por sus antebrazos y por sus brazos; fluye a travs de los hombros hacia el cuello, la cara y los ojos. Signe fluyendo en direccin a las cejos, la frente y la coronilla. Esa sensacin de pe-sadez y de relajacin profunda fluye hacia la parte posterior de la cabeza y del cuello. Est usted aproximndose al nivel A.

    EJERCICIO 1H

    Est usted en el nivel A y continuar descendiendo hacia los nive-les ms profundos. Se encontrar a una profundidad cinco veces mayor con cada exhalacin. Llegar usted cinco veces ms pro-fundamente con cada respiracin. Su mente est serena y en paz. No piensa usted en nada. Est demasiado relajado como para pen-sar. Demasiado cmodo como para pensar. Y este estado profun-do de relajacin mental fluye hacia su cara y sus ojos. Fluye hacia el cuello y el pecho, la cintura, las caderas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos del pie. Se est acercando usted al nivel B.

    EJERCICIO 1I

    Est usted en el nivel B y continuar descendiendo a una profun-didad cada vez mayor. Esta usted flotando suavemente en un es-tado perfecto de relajacin. Sus brazos y piernas estn tan relajados y pesados que parecen troncos. Sus brazos y piernas estn rgidos, entumecidos y completamente relajados... simple-mente inmviles. Sus brazos y piernas son como tablas de madera. Se acerca usted al nivel C. Ahora se encuentra en el nivel C y si-gue descendiendo, hundindose en la silla. Se sume usted cada vez ms profundamente en la relajacin. Entre tanto, comenzar una cuenta atrs a partir del nmero 15. Cada nmero que yo pro-nuncie lo har descender un poco ms, y cuando llegue al 1, estar usted en el nivel D. 15, ms profundo, 14, ms profundo, 13... 12... 11... 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1, est usted en un nivel tan profundo, tan lnguido, tan pesado, tan nebuloso... Se encuentra usted en el nivel D y an sigue descendiendo. Ahora no existe lmi-te... no hay lmite alguno. Siga usted flotando, descendiendo cada vez ms en un estado perfecto de relajacin, cada vez ms profun-do con cada respiracin.

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    En este punto es donde comienza la sugestin. Si he planificado previamente que esta ser la nica sesin con el paciente, la sugestin ser tan extensa como sea necesario para tratar su problema. Por lo general, esta sesin es la primera de una serie de cuatro a seis sesiones. En este caso, simplemente hago sugerencias generales relacionadas con el bienestar, como por ejemplo:

    sta es la primera de una serie de sesiones de hipnosis que le per-mitirn controlar su vida y enriquecerla, encontrando una solu-cin a sus problemas. Repita mentalmente las siguientes afirmaciones mientras yo las pronuncio: Cada da me siento mejor en todos los sentidos. Los pensamientos positivos me brindan los beneficios y las venta-jas que tanto deseo.

    Podis utilizar el mismo tipo de sugerencias o crear las vuestras. Pero deberis emplear al menos una sugerencia y no ms de tres en esta etapa. Luego podis continuar con el ejercicio 1J. EJERCICIO 1J

    La prxima vez que nos veamos, o siempre que escuche mi voz en la cinta, se relajar usted diez veces ms profundamente de lo que se ha relajado hoy aqu. Y mis indicaciones se alojarn en su men-te a una profundidad diez veces mayor. En unos instantes lo despertar. Cuando se despierte, se sentir muy relajado y lleno de energa. Se sentir vital, renovado y acti-vo, pletrico de energa. Se sentir excepcionalmente bien. Se sen-tir relajado y contento el resto del da y toda la noche. Cuando decida irse a la cama, dormir como un tronco hasta el da si-guiente. Por la maana se despertar sintiendo que es la persona ms feliz del mundo. Ahora voy a contar del 1 al 5. Cuando llegue a 5, usted abrir los ojos, se despertar completamente y se sentir muy bien, relajada, renovada, activa y de muy buen humor. Se sentir de maravilla! 1... 2... despirtese lentamente... 3... cuando diga 5 abrir los ojos, se despertar completamente y se sentir muy bien, mucho mejor que antes.. 4... 5. (En este momento normalmente chasqueo mis dedos al contar 5 y digo:) Abra los ojos, despierte usted sintindo-se estupendamente bien, mucho mejor que antes.

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    NOTAS SOBRE LA PRIMERA SESIN

    Observad los ejercicios 1A, 1B y 1C. A primera vista, parecen iguales; sin embargo, si los estudiamos detenidamente descubriremos que las palabras empleadas son sutilmente diferen-tes. Dichas diferencias son muy importantes. Comenzamos por decir al sujeto que se relaje y, a travs de la sensacin de estar relajado, llegamos finalmente a decirle que est relajado.

    El ejercicio 1J utiliza las palabras o siempre que escuche mi voz en la cinta. Si no tenis planeado grabar ninguna sesin, omitid esta parte. Si consideris la posibilidad de inducir una relajacin a travs del telfono, agregad o siempre que escuche mi vez a travs del telfono con el fin de condicionar al sujeto para futuras sesiones.

    Captulo 3

    Sesin de hipnosis nmero 2 EN ESTA SESIN entramos de lleno en el tema y alcanzaremos dos objetivos: iniciar las su-gerencias y los ejercicios especficos para abordar el problema de la dieta y de los hbitos ali-menticios (o el problema que preocupe al paciente) y ensear al sujeto a practicar la autohipnosis.

    La SESION nmero 2 consta de 16 ejercicios ordenados en la siguiente secuencia: A, B, C, D, E, F, G, H, J, K, L, M, N O, P, Q. Los ejercicios A y B se encuentran en el captulo 2. EJERCICIO C

    Concntrese en los dedos del pie y reljelos completamente. Cada uno de los dedos se siente pesado y flojo. Ahora deje que esa sen-sacin de relajacin fluya a travs de sus pies, de los tobillos, de las pantorrillas y las rodillas. Sienta cmo fluye hacia los muslos, las caderas y la cintura en direccin al pecho. Su respiracin se torna ms regular, ms profunda y ms relajada. Ahora permita que esa sensacin de relajacin profunda fluya a travs de sus hombros en direccin a sus brazos, antebrazos, manos y dedos y que retorne por los antebrazos, brazos y hombros para fluir nue-vamente por el cuello, la cara, la barbilla, las mejillas e incluso las orejas. Sienta cmo fluye hacia sus cejas y su frente, subiendo has-ta la coronilla y descendiendo luego por la parte posterior de la cabeza y del cuello.

    EJERCICIO D

    Una nueva sensacin de pesadez surge desde los dedos de los pies. Es dos veces ms intensa que la primera vez. Imagine que cada

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    uno de los dedos soporta un gran peso. Sienta cmo aumenta la pesadez y los dedos se relajan cada vez ms. Y esa sensacin de pesadez se traslada a los pies, los tobillos, las pantorrillas, las rodi-llas, los maslos, las caderas y la cintura. Asciende hacia el pecho, relajando su corazn, sus pulmones y permitindole respirar ms intensa y regularmente, y usted se relaja cada vez ms. Ahora esa fuerte sensacin de pesadez fluye hacia los hombros, los brazos y los antebrazos, las manos y los dedos. Luego la sensacin retorna a travs de los antebrazos, los brazos, los hombros y el cuello en direccin a la cara, los ojos, las cejas y la frente, para llegar a la coronilla y descender despus por la parte posterior de la cabeza y del cuello.

    EJERCICIO E

    Una nueva sensacin de pesadez comienza a surgir en la coronilla. Es dos veces ms intensa que la anterior. Dos veces ms pesada. Imagine un gran peso sobre la coronilla que le permite relajarse suave y profundamente. Sienta cmo la sensacin de relajacin fluye hacia la cara y los ojos, desciende por el cuello y los hombros hacia el pecho, la cintura, las caderas, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos del pie. Usted est completamente relajado, se siente cmodo desde la coronilla hasta la punta de los dedos del pie.

    EJERCICIO F

    Quiero que imagine que est mirando una pizarra. Imagine que hay un crculo dibujado en ella. En ese crculo vamos a colocar las letras del alfabeto en orden inverso, y, despus de colocar cada una de las letras, las borrar usted del crculo y se relajar cada vez ms profundamente. Imagine ahora la pizarra. Imagine el crculo. Dentro del mismo coloque la letra Z Ahora borre la Z y reljese ms. Coloque la Y en el crculo, brrela y reljese ms profundamente. Ahora la X brrela y reljese an ms. Ahora dibuje la W y brrela. Ahora dibuje la V y brrela. Ahora dibuje la U, y brrela. Ahora dibuje la T; y brrela. Ahora dibuje la S, y brrela. Ahora dibuje la R, y brrela. Ahora dibuje la Q y brrela. Ahora dibuje la P, y brrela. Ahora dibuje la 0, y brrela. Ahora dibuje la N y brrela. Ahora dibuje la M, y brrela. Ahora dibuje la L y brrela. Ahora dibuje la K, y brrela. Ahora dibuje la J, y brrela. Ahora dibuje la I, y brrela. Ahora dibuje la H, y brrela. Ahora dibuje la G, y brre-la. Ahora dibuje la F y brrela. Ahora dibuje la E, y brrela. Aho-ra dibuje la D, y brrela. Ahora dibuje la C, y brrela. Ahora dibuje la B, y brrela. Ahora dibuje la A, y brrela. Ahora borre el crculo y olvdese de la pizarra. Simplemente reljese ms y ms

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    profundamente. Sienta cmo se hunde en la silla mientras su men-te y su cuerpo se sumen en una relajacin cada vez ms profunda con cada respiracin.

    EJERCICIO G

    Ahora quiero que imagine que est mirando un cielo de verano de color azul claro, y en el cielo hay un avin que escribe su nombre en letras blancas y esponjosas que asemejan una nube. Vea su nombre flotando en ese cielo azul plido como si fuera una nube. Ahora deje que su nombre se disuelva. Deje que el viento se lo lle-ve. Olvide su nombre. Olvide incluso que algn da tuvo un nom-bre. Los nombres no son importantes. Simplemente escuche mi voz y reljese cada vez ms.

    EJERCICIO H

    Ahora quiero que imagine que estoy colocando una pesada bolsa de arena en cada una de sus rodillas. Sienta la bolsa de arena presionando sus rodillas. Usted siente las rodillas cada vez ms pesadas y relajadas. La arena contiene un poderoso componente entumecedor y usted siente cmo las rodi-llas comienzan a entumecerse. Las siente cada vez ms entumeci-das bajo el peso de la arena. Y esa sensacin se extiende hacia las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos del pie. La parte infe-rior de las piernas est totalmente entumecida. Pronto esa sensa-cin comienza a subir hacia los muslos, las caderas, la cintura y el pecho. Fluye hacia sus hombros y usted los siente cada vez ms entumecidos y pesados. Fluye a travs de los brazos, los antebra-zos, las manos y los dedos para retornar una vez ms a travs de las manos, los antebrazos, los brazos, los hombros y el cuello en direccin hacia la cara, los ojos, las cejas, la frente y, pasando a travs de la coronilla, desciende por la parte posterior de la cabe-za y del cuello.

    EJERCICIO J

    Mientras usted se siente flotar suave y dulcemente, relajndose cada vez ms con cada respiracin, deseo que centre su atencin en la punta de su nariz. Mantngase indolentemente concentrada en la punta de su nariz hasta que llegue a un punto en el que slo escuche el sonido de mi voz, y, cuando llegue ese momento, puede olvidarse de su nariz y simplemente escuchar mi voz relajndose cada vez ms. Mientras su atencin est fija en la punta de su na-riz quiero que imagine que coloco en su boca, en su lengua, un trozo pequeo de un caramelo de chocolate. Usted no lo traga, simplemente lo mantiene sobre la lengua. Advierta el sabor amar-

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    go del chocolate. Es muy amargo y, mientras se derrite en su boca, es cada vez ms amargo. Es tan amargo que casi no puede mante-nerlo en la boca. El sabor es horrible. A partir de este momento usted ya no volver a tener ganas de tomar chocolate, caramelos ni alimentos dulces de ningn tipo. Ya no volver a apetecerle ningn tipo de dulces. Ahora voy a retirar de su boca el caramelo de chocolate. Ahora usted siente su boca limpia y fresca y est contenta de no sentir ya ese sabor amargo.

    EJERCICIO K-1 (Slo para mujeres )

    Quiero que se imagine a s misma. Que se vea a s misma tal y co-mo desearla ser. Activa y llena de energa, serena y hermosa, y con absoluto control de s misma. sa es usted. sa es realmente usted. sta es la mujer que le gustara ser. En este momento usted se har una promesa. No es una promesa para m, sino para usted misma... se compromete a convertirse en ese ser real. Este com-promiso la acompaar constantemente y ser cada vez ms fir-me. A partir de ahora, cada da que pase se acercar usted un poco ms a esa mujer encantadora que desea ser. Se sentir rela-jada y serena, independientemente de lo que le ocurra, y ser ca-paz de afrontar cualquier situacin con absoluta serenidad y sensatez. Y se sentir tan a gusto consigo misma que dispondr de toda la energa del mundo cada da de su vida. Y le resultar muy sencillo mantener diariamente una dieta estricta, independiente-mente de lo que haga o de dnde se encuentre.

    EJERCICIO K-2 (Slo para hombres)

    Quiero que se imagine a s mismo. Que se vea tal y como deseara ser. Confiado y lleno de energa, sano y apuesto y con absoluto control de s mismo Ese es usted. Ese es realmente usted. Este es el hombre que realmente puede llegar a ser. En este momento usted se har una promesa. No es una promesa para m, sino para usted mismo... se compromete a convertirse en ese ser real. Este com-promiso lo acompaar constantemente y ser cada vez ms con-sistente. A partir de ahora, cada da que pase se acercar usted un poco ms a ese hombre apuesto y atractivo que desea ser. Se sen-tir relajado y sereno independientemente de lo que le ocurra y ser capaz de afrontar cualquier situacin con absoluta serenidad y sensatez. Y se sentir tan a gusto consigo mismo que dispondr de toda la energa del mundo cada da de su vida. Y le resultar muy sencillo mantener diariamente una dieta estricta, indepen-dientemente de lo que haga o de dnde se encuentre.

    EJERCICIO L

    Por la maana tomar usted una racin pequea de protenas,

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    fruta o zumo de frutas y una tostada sin mantequilla. Al medioda tomar una pequea racin de protenas y fruta o verdura. Para cenar tomar una ensalada suavemente aliada, una racin pe-quea de protenas y media taza de vegetales cocidos sin mante-quilla ni margarina.

    EJERCICIO M

    Siempre comer usted muy lentamente, y despus de comer una pequea racin de los alimentos recomendados se sentir comple-tamente satisfecha. Eso es todo lo que su cuerpo necesita en este momento. Eso es todo lo que usted desea comer. No le apetecer tomar ningn tipo de dulce, ni almidones, ni alimentos ricos en grasa. Cuanto ms se prolongue su dieta, ms fcil le resultar y ms rpidamente perder usted peso. Todos esos kilos que le so-bran desaparecern fcilmente. Cada da estar usted ms delga-da, ms ligera y ms guapa y se sentir mejor. Y tambin practicar con firmeza el ejercicio de autohipnosis que vamos a realizar juntos a continuacin.

    (Quiz encontris ms adecuado emplear la palabra atractiva en vez de guapa. Si el paciente es un hombre usaremos la palabra guapo o bien parecido.) EJERCICIO N

    Dentro de un momento voy a pedirle que abra los ojos y mire un punto que voy a sostener delante de sus ojos. A pesar de abrir los ojos no se despertar usted. No se despertar. Se relajar an ms profundamente. Abra los ojos ahora mismo y mire el punto que estoy sosteniendo frente a usted mientras respira profundamente.

    (Mientras solicitis al sujeto que abra los ojos, sostened una tarjeta que tenga un punto ro-

    jo grande y brillante delante de los ojos del paciente para que ste dirija su atencin hacia l. El tamao apropiado para la tarjeta es de 15 x 15 centmetros, preferiblemente de cartulina blanca y con un crculo lo ms grande posible. El crculo debe estar pintado de rojo brillante. Sostened la tarjeta al nivel de los ojos del sujeto a una distancia aproximada de 1,20 metros.)

    Reljese completa y profundamente. Ahora cierre los ojos, inspire y piense 5... 5... 5... y reljese an ms. Una vez ms inspire pro-fundamente y piense 4... 4... 4... y espire. Inspire profundamente otra vez, piense 3... 3... 3... y espire. Inspire profundamente, piense 2.,. 2... 2... y espire. Inspire profundamente por ltima vez, espire y piense 1... 1... expulse todo el aire que queda en su cuerpo... 1. Imagine ahora una pesada sensacin de relajacin por detrs de sus prpados. Sintala profundamente y advierta cmo esa fuerte sensacin fluye en sentido descendente desde los prpados hacia

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    los hombros y pecho, hacia la cintura, las caderas, los muslos, las pantorrillas, los tobillos, los pies y los dedos de los pies.

    EJERCICIO O

    Dentro de unos instantes, voy a iniciar una cuenta atrs desde el nmero 10 hasta el 1. Quiero que usted cuente conmigo en voz ba-ja. Piense en cada nmero mientras yo lo pronuncio, y con cada uno de ellos se relajar usted cada vez ms profundamente. 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1. Ahora est usted completamente relajada y puede recibir las indicaciones que yo voy a pronunciar y que usted repetir conmigo: En todo momento me sentir serena y relajada. No me apetecer comer nada hasta la hora de la cena

    (Debis reemplazar la hora de la cena por lo que sea indicado en cada caso. Puede ser la hora de la comida o hasta maana, o lo que sea.)

    Ahora imagine el punto que ha observado al comienzo del ejerci-cio. Imagine que el punto flota junto con las indicaciones que hemos pronunciado hacia la parte posterior de su cabeza y en di-reccin a su espalda. Una vez que el punto y las sugerencias se en-cuentren en la parte posterior de su espalda, brrelo y olvdese de l, olvdese tambin de las indicaciones, djelas que desaparezcan. Reljese.

    EJERCICIO P

    A partir de este momento y hasta nuestra prxima cita, practicar usted este ejercicio de autohipnosis metdica y firmemente al me-nos tres veces al da, incluso aunque piense que no lo necesita. El ejercicio le permite sentirse muy a gusto, y cada vez que lo practi-que se sentir completamente relajada. Se relajar tan profunda-mente como lo ha hecho aqu. Tal como lo est en este momento, y las autosugerencias calarn muy hondo en su mente. Al practicar el ejercicio de autohipnosis, tendr usted un perfecto dominio so-bre su apetito. Podr disolver cualquier sensacin de hambre, ser capaz de solucionar cualquier tensin y cualquier apetencia por alimentos o bebidas nocivas. Cada da perder peso, estar cada vez ms atractivo/a y se sentir mejor.

    EJERCICIO Q

    En nuestra prxima entrevista, o en cualquier ocasin que escuche usted mi voz en la cinta, se relajar usted mucho ms de lo que se ha relajado hoy Mis sugerencias calarn cada vez ms hondo en su mente.

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    En unos instantes, cuando se despierte, se sentir muy relajada y se encontrar plena de energa, renovada, vital y segura de si misma. Se sentir estupendamente bien. Todo lo que necesita para despertar es contar conmigo del 1 al 5, y, al llegar a 5, abrir sus ojos, se sentir relajada, renovada, vital y de muy buen nimo. Se sentir realmente bien. 1... 2... 3... 4... 5.

    Una vez despierto el sujeto, debis preguntarle cmo se siente. Podis responder a cual-quier pregunta que desee formular.

    Debis entregarle dos folios impresos con ciertos datos necesarios para que el paciente controle su dieta y para que practique el ejercicio de autohipnosis. Uno de los folios contiene la dieta recomendada, el otro el ejercicio de autohipnosis.82 Ejemplo de la dieta.- Desayuno Racin pequea de protenas (entre 60 y 90 g.). Racin pequea de fruta (unos 150 g.). Una tostada sin mantequilla. Comida Racin pequea de protenas (entre 90 y 110 g.). Racin pequea de fruta o verdura. Cena Racin pequea de protenas (entre 110 y 150 g.). Racin pequea de ensalada con un alio suave. 1/2 taza de vegetales cocidos sin mantequilla ni margarina. Bebidas dietticas, exceptuando refrescos a menos que sean sin cafena. Caf descafeinado. No tomar salsas. Caloras diarias aproximadas: 800 a 1.000.

    Esta dieta es un ejemplo que no se debe tomar literalmente para aplicar en cualquier caso. No toda persona puede llevar una dieta de slo 1.000 caloras diarias. No juguis a ser mdi-co ni nutricionista, a menos que lo seis de verdad. Trabajad con el paciente para encontrar una dieta adecuada y saludable. Si el paciente sufre algn tipo de problema de salud, debis solicitarle que consulte con un mdico para seguir la dieta apropiada. Aunque hayis impreso la dieta, debis estar preparados para incluir cualquier modificacin con el fin de adecuarla a cada uno de vuestros pacientes.

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    En muchas ocasiones slo es preciso ocuparse de un nico problema alimenticio (por ejemplo, tomar demasiados dulces, comer dos o tres raciones de alimentos cuando una sera suficiente, beber demasiada cerveza). En estos casos no ser necesario indicar una dieta com-pleta, sino centrarse en eliminar la apetencia por el chocolate, la cerveza o lo que sea pertinen-te en cada caso. El ejemplo que ofrecemos al final del captulo ilustra cmo abordar este tipo de problema. Instrucciones para la autohipnosis.- Estrese! Y ahora sintese en una posicin cmoda. Concntrese en un punto y, mientras lo hace, diga mentalmente el nmero 5 tres veces mientras exhala. Luego cierre los ojos.

    Inspire profundamente y, mientras exhala, diga mentalmente el nmero 4 tres veces. Mientras lo pronuncia, intente verlo.

    Inspire una vez ms profundamente y repita el procedimiento con los nmeros 3, 2 y 1, consecutivamente.

    Ahora imagine que emana de sus ojos una intensa sensacin de relajacin y que fluye por todo su cuerpo como si fuera una rfaga de aire tibio y suave que llega hasta sus pies.

    Despus inicie una cuenta atrs de 10 a 1. Una vez que llegue al nmero 1, diga lo siguiente: Siempre me sentir serena y relajada. No me apetecer tomar ningn alimento hasta la cena.

    Luego imagine el mismo punto que observ inicialmente. Imagine que el punto se desp