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Panorámica del Trabajo en el Chile Neoliberal Aportes de investigación estudiantil Nº1

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Libro matriz de donde se sacan y resumen los artículos de la revista La Maquila Nº1 del Grupo de Estudios Intesdisciplinares del Trabajo (GEIT)

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Page 1: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

Panorámica del Trabajo en el Chile Neoliberal

Aportes de investigación estudiantil

Nº1

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2

Panorámica del Trabajo en el Chile

Neoliberal.

Aportes de Investigación Estudiantil.

Nº1

Grupo de Estudios Interdisciplinarios del Trabajo (GEIT)

Dirección Avenida Ignacio Carrera Pinto 1045, Ñuñoa

[email protected]

Director responsable Felipe Ruiz

Comité Editorial

Carolina García Claudio Montoya

Felipe Ruiz Gabriel Sotomayor

Diseño

Gabriel Sotomayor

ISSN ed. Digital 978-956-358-593-3

Page 3: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

3

Índice

Reflexión 5

La centralidad del trabajo y la importancia de su estudio.

Claudio Montoya 7

La centralidad del trabajo en el siglo XXI. Enrique De la Garza 13

Gatopardismo en el proyecto de reforma laboral.

Alejandro Castillo, Carolina García 16

Investigación 31

La problemática del trabajo en la corriente neomarxista de la teoría de

la dependencia y en sus derivaciones posteriores (1966-2011).

Carlos Delgado, Javier Esnaola, Nicolás Ratto 33

Organización del trabajo en el neoliberalismo avanzado: el caso de Chile. Luciana Arcanjo, Isabel Garrido, Belén Soto 62

Cambios en la estructura ocupacional chilena: la gran "caja negra" del

empleo.

Angel Martin, Javiera Ravest, Vicente Valle. 90

Subcontratación en Chile y Argentina tras las reformas neoliberales. Trinidad Vega G. 118

El trabajo asalariado flexible: La subcontratación y la organización

colectiva en Chile.

Alejandro Castillo, Julia Cavieres, Nicolás Selamé. 153

Repertorios de Acción Colectiva en los peonetas subcontratados de Coca-Cola. Alejandro Castillo, Javier Esnaola, Vicente López, Nicolás Ratto, Bryan Seguel. 191

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4

Estabilidad laboral de trabajadores independientes del sector

informal.

Trinidad Vega G. 234

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5

Reflexión

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6

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7

Panorámica del Trabajo en el Chile Neoliberal. Aportes de investigación estudiantil.

Libro compilado por el GEIT

“La emancipación de nuestros días es centralmente una

revolución en el trabajo, del trabajo y por el trabajo. Pero éste es un

emprendimiento societal difícil, en la medida en que no es fácil

rescatar el sentido de pertenencia de clase, que el capital y sus

formas de dominación (incluyendo la decisiva esfera de la cultura)

procuran enmascarar y nublar”.

Ricardo Antunes.

La centralidad del trabajo y la importancia de su estudio

El mes de julio de 1979 debe ser señalado cómo un momento crucial para la

conformación del Chile actual. Durante este mes se instauró el nuevo código

del trabajo, que vendría a ser la piedra angular del reformismo neoliberal

planteado durante la dictadura. Este proceso repercutiría en un cambio de

modelo económico, del papel del Estado, del poder de los sindicatos; y que,

en conjunto con la crisis de la deuda de 1982, daría pie a la reestructuración

productiva y del mercado del trabajo en Chile.

Estos drásticos cambios no han sido exclusivos de nuestro país, más bien

han dado cuenta de un nuevo escenario global que con distintos matices ha

instalado el capitalismo neoliberal, y que de una u otra forma han obligado

a dinamizar las formas analíticas para comprender esta cambiante realidad.

Es así, que las ciencias sociales se han visto envueltas en una dispersión

temática que ha oscurecido algunas de las explicaciones fundamentales;

incluso se ha llegado a negar la centralidad de categorías tan importantes

como el concepto de trabajo y, a través de esto, el fin del papel central de la

clase trabajadora para alcanzar dicha comprensión.

Entendemos que el ámbito de los estudios laborales ha sido relegado por la

investigación en ciencias sociales, debido principalmente a las nuevas

formas neoliberales de organización de la actividad económico-productiva

que difuminan las aproximaciones clásicas que se han hecho al respecto,

como también a la primacía de los intereses del capital que han permeado

la actividad político-investigativa, centrándola en ámbitos como el manejo

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8

de “recursos humanos” (management), el crecimiento económico a secas y

la amplia literatura organizacional con sus respectivos enfoques, relativos

al emprendimiento y la innovación. Que no nos sorprenda, ya Marx lo decía:

las ideas dominantes de una época históricamente determinada,

corresponden a las ideas de la clase dominante de una época

históricamente determinada.

Para el Grupo de Estudios Interdisciplinarios del Trabajo, este concepto se

presenta como la llave analítica para comprender la sociedad chilena,

constituyéndose como una categoría central, fundante, pues da origen al ser

social a partir de la síntesis entre teleología y causalidad. En una sociedad

donde existe una clara contraposición entre la clase que vive de su trabajo y

la clase que vive del trabajo de otros; con jornadas laborales que exceden

las 45 horas semanales, donde los individuos realizan gran parte de sus

relaciones interpersonales; con una distribución de los ingresos sumamente

desigual, que determinan las posibilidades de consumo y acceso a bienes;

termina siendo imposible coincidir con las tesis del fin del trabajo y mucho

menos con el fin de la revolución del trabajo.

La transformación que ha tenido lugar en el transcurso de las últimas

décadas el trabajo en Chile y América Latina ha conllevado procesos como

la disminución de la clase obrera industrial tradicional. De esta forma, al

contrario de lo que se sostiene cuando se habla del fin de la centralidad del

trabajo en el capitalismo avanzado, tenemos una ampliación y reconversión

del segmento que compone la clase que vive de su trabajo. Y cuyo mayor

desafío debiese consistir en reconstruir los lazos de pertenencia y,

asimismo, la capacidad de comprender su propia situación en el mundo.

Para llevar a cabo dicha empresa, se vuelve necesario articular en el análisis

desde los segmentos que ejercen papeles centrales en los procesos

productivos hasta aquellos que se encuentran más al margen del proceso de

creación de valor, pues sin duda cualquiera de estos sectores, por sus

propias condiciones se presentan potencialmente frente al capital, de

manera antagónica.

Por lo mismo, las posibilidades son diversas: desde el estudio del desarrollo

y el cambio tecnológico en América Latina, y la influencia de los distintos

paradigmas en los cambios que enfrenta la sociedad; hasta los procesos del

trabajo, que nos permitan comprender las implicancias objetivas y

subjetivas de las nuevas formas de explotación que se están haciendo

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9

extensivas – la subcontratación y la flexibilidad laboral-; como también, el

sindicalismo y la organización de los trabajadores, que entreguen luces para

comprender cómo los trabajadores enfrentan el escenario; y por último,

una perspectiva que contemple las particularidades del mercado del trabajo

en Chile, donde el paradigma del conocimiento ha barajado el naipe de las

relaciones entre trabajadores y explotadores.

En definitiva, la invitación queda extendida. Volvamos a situar al trabajo en

su sitial de honor en las ciencias sociales, no solo por un interés político,

aunque este siempre es central en las ciencias sociales; sino que también

por su centralidad científica. Hoy por hoy no es posible encontrar otro

fenómeno central tan determinante para la vida de todos los chilenos (o una

amplia mayoría de estos) como el trabajo.

Sobre el presente libro

El presente libro digital es la versión extensa de la primera creación del

Grupo de Estudios Interdisciplinares del trabajo (GEIT) de la Facultad de

Ciencias sociales de la Universidad de Chile: una revista de carácter

científico/divulgativo (La Maquila). Este es uno de los primeros impulsos

levantados colectivamente y de manera autogestionada por el GEIT.

Como grupo de estudiantes de ciencias sociales, comprendemos que el

campo de los estudios sociales – en los que englobamos a disciplinas como

la economía, la historiografía, la antropología, el derecho, la sociología y la

psicología – así como los relatos que buscan dar cuenta de nuestra realidad

sociohistórica se encuentran en disputa; en tal sentido, la apuesta por la

temática laboral es para nosotros una alternativa política y epistemológica:

políticamente subalterna pues apunta a escudriñar en las condiciones

objetivas y subjetivas de producción y reproducción de nuestra sociedad,

más acá de los grandes números que supuestamente empujan a nuestro

país hacia el desarrollo; epistemológicamente periférica pues la

entendemos a contrapelo de aquellas tendencias que relativizan la

importancia del trabajo como un eje productor de importantes

desigualdades sociales y su relevancia como ámbito de organización

colectiva y acción político-social. Asimismo, observamos con preocupación

cómo en nuestra facultad son escasas las instancias académico-estudiantiles

donde se estimule la reflexión e investigación crítica respecto al devenir del

capitalismo chilensis.

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10

Es por ello que creemos importante el desarrollo de investigaciones de

corte teórico y empírico que permitan construir un conocimiento que sea

relevante y útil para los actores sociales del mundo laboral, así como para

disputar sentidos comunes enarbolados por los representantes

intelectuales de los grupos dominantes, amplificados día a día por los

medios masivos de comunicación: el material que presentamos a

continuación se orienta en esa línea.

El libro se estructura, básicamente, en torno a dos grandes secciones:

Una primera sección que hemos denominado reflexión, que busca

proporcionar respuestas a una pregunta que orienta el quehacer de nuestra

organización: ¿por qué estudiar la temática trabajo? Presentamos aquí un

aporte del sociólogo mexicano Enrique de la Garza Toledo (UAM), titulado

“La centralidad del trabajo en el siglo XXI” en el que reflexiona sobre la

centralidad del trabajo en las sociedades del presente siglo. En segundo

lugar, nuestras lectoras y lectores encontrarán un comentario en torno a la

reforma laboral impulsada por el gobierno, titulado “Gatopardismo en el

proyecto de reforma laboral: Indefiniciones y ambigüedades que conducen

a la judicialización y burocratización del conflicto laboral”, elaborado por

Carolina García y Alejandro Castillo, colaboradores y miembros del GEIT.

La segunda sección, que hemos denominado investigación reúne una serie

de artículos que sintetizan trabajos de investigación realizados por

estudiantes de sociología de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO)

durante 2014.

Los aportes que hemos compilado presentan una alta coherencia interna,

los cual nos sugiere presentarlos como una “Panorámica del Trabajo en el

Chile Neoliberal”; las autoras y autores buscan dar cuenta del momento

actual del trabajo en Chile, teniendo en cuenta la historicidad de nuestra

matriz productivo laboral - impuesta en la dictadura de Pinochet y

profundizada en democracia – dando cuenta de sus consecuencias no sólo

en el ámbito de la estructura laboral, sino también en la calidad del empleo

en Chile y en la organización colectiva de nuestros trabajadores.

En “La problemática del trabajo en la corriente neomarxista de la teoría de

la dependencia y en sus derivaciones posteriores (1966-2011)”, Carlos

Delgado, Javier Esnaola y Nicolás Ratto desarrollan un análisis de contenido

cualitativo sobre la obra de cinco autores de la corriente neomarxista de la

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teoría de la dependencia, discutiendo la centralidad de la ley valor-trabajo,

el análisis de clases y diferenciación social, los efectos de la globalización,

tercerización y flexibilización de las economías latinoamericanas, así como

las propuestas políticas planteadas por estos autores en relación al control

político-productivo que la clase obrera debiera ejercer sobre las economías

nacionales, la democratización de los estados, la necesidad de

internacionalizar las luchas obreras, así como la necesidad de estrechar

lazos entre los países del subcontinente latinoamericano.

En “La organización del trabajo en el neoliberalismo avanzado: el caso de

Chile”, Luciana Arcanjo, Isabel Garrido y Belén Soto utilizan una técnica

estadística multivariante sencilla pero potente (el análisis de

correspondencias) con el objetivo de estudiar la diferenciación y la

desigualdad social en el mundo del trabajo, logrando construir una matriz

de cuatro categorías que nos permitirían profundizar en una estructura de

clases – o categorías ocupacionales - adecuada a la especificidad del

capitalismo chileno

En el trabajo titulado “Cambios en la estructura ocupacional chilena: la gran

“caja negra” del empleo”, Ángel Martin, Javiera Ravest y Vicente Valle

analizan cinco categorías ocupacionales que han tenido un importante

crecimiento desde 1980 a la fecha, identificando los principales cambios

que ha experimentado la estructura del empleo y las condiciones labores en

Chile, enfatizando en el análisis de la precarización, la flexibilización de las

relaciones laborales, el fuerte encadenamiento productivo, la tercerización,

subcontratación e informalidad que caracterizan al empleo en Chile.

En “Subcontratación en Chile y Argentina tras las reformas neoliberales”,

Trinidad Vega realiza un análisis sociohistórico comparativo del fenómeno

del subcontrato, respecto a dos dimensiones que desmentirían el supuesto

de modernización y eficiencia que rodea estas tácticas empresariales: el

peso y características de esta modalidad de trabajo en la estructura laboral

de ambos países, y las consecuencias que presenta en términos de acción

colectiva tanto para Argentina como para Chile.

En “El trabajo asalariado flexible: la subcontratación y la organización

colectiva en Chile”, Alejandro Castillo, Julia Cavieres y Nicolás Selamé

realizan una exploración sobre el subcontrato, un sector laboral emergente

tanto en lo económico como en lo político en la estructura productiva

nacional, comparándolo (en el ámbito privado) con el sector de

Page 12: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

12

trabajadores directos, y empleando una técnica de análisis estadístico

multivariante (regresión logística) que les permite determinar

probabilísticamente los efectos negativos que ejerce la subcontratación en

la organización y acción colectiva.

En “Repertorios de Acción Colectiva en los peonetas subcontratados de

Coca-Cola”, Alejandro Castillo, Javier Esnaola, Vicente López, Nicolás Ratto y

Bryan Seguel indagan mediante técnicas cualitativas de investigación, en los

repertorios de acción colectiva desplegados por los peonetas de Coca-Cola

agrupados en la FENASIPEC durante las movilizaciones del primer semestre

de 2014, entregando información relevante sobre un sector emergente en el

sindicalismo nacional y aportando en el debate sobre el “nuevo

sindicalismo” en Chile.

Finalmente, en el artículo “Estabilidad laboral de trabajadoras

independientes del sector informal”, Trinidad Vega nos presenta un estudio

de caso sobre un grupo de trabajadoras por cuenta propia de la región de

Valparaíso, en el cual se exploran las relaciones entre las condiciones

laborales de estas mujeres y su subjetividad, mediante una sólida

argumentación y discusión teórica, que abre nuevas perspectivas de

investigación en las zonas más grises del panorama laboral chileno.

Consideramos que este material está a la altura de nuestras expectativas y

esperamos que así también lo sea para nuestros lectores y lectoras; ahora

bien, ¿qué deudas nos quedan pendientes?

Sin duda la interdisciplinariedad que nos hemos propuesto es un asunto a

saldar, pero es una falta que no puede extrañarnos: el escaso desarrollo que

se le da a la temática laboral en las diferentes carreras de nuestra facultad

determina que el interés relativo de nuestras compañeras y compañeros

sea escaso por participar en una instancia cómo la que hemos propuesto.

Nuestro trabajo como organización busca motivar tal interés. La puerta está

abierta para que en conjunto generemos espacios de reflexión,

investigación y articulación.

Marzo 2015

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13

La centralidad del trabajo en el siglo XXI

Enrique De la Garza

Sociólogo, investigador, catedrático y académico mexicano, especializado en

sociología del trabajo (UAM)

Correo de contacto: [email protected]

Hasta antes de los ochenta del siglo anterior, había consenso en las Ciencias

Sociales acerca de la centralidad del Trabajo en las relaciones Sociales, de

Marx, a Touraine y Berger así lo consideraban. Sin embargo, este estado de

ánimo, traducido en teorizaciones e investigaciones empíricas empezó a

cambiar desde inicios de los ochenta.

La primera perspectiva de rechazo al Trabajo como eje articulador de las

relaciones sociales fue la Postmodernidad, que ha sido actualizada en

formas diversas desde entonces, reivindicado su concepto de

fragmentación. Según esta perspectiva el Trabajo ya no era eje articulador

de las relaciones sociales, empezando porque ningún otro aspecto de la

sociedad lo era: las relaciones estaban fragmentadas, se vivía en el presente,

sin proyectos de futuro. La crítica estaba dirigida en contra del Trabajo,

pero más específicamente en contra de la posibilidad del movimiento

obrero y sus proyectos de sociedad alternativas a la capitalista. Este estado

de ánimo prendió, sobre todo en una parte de la intelectualidad que fue

marxista, decepcionada del socialismo real y de la propia clase obrera.

Apareció en un mal momento, en el inicio del ascenso del neoliberalismo.

Pero, más que un diagnóstico acerca de la realidad social, debería

interpretarse - dice Callinicos - como un indicador del estado de ánimo de

una parte de la intelectualidad que fue progresista, decepcionada de toda

idea de futuro.

Sin embargo, a la Postmodernidad -señala Alexander - le siguió el

neoliberalismo con postulados muy diferentes de la primera. Se trataba del

arranque de las posturas acerca del fin del Trabajo, que se continuaron con

el libro de Rifkin y con la fragmentación de las identidades, de raigambre

francés, aunque liderada por Bauman y Sennet. Estas acometidas teóricas,

contraparte con las de carácter material en contra del Trabajo como

categoría no han cesado, ya en pleno siglo XXI han tomado la forma de

"servidumbre voluntaria" y de análisis de las empresas sin tomar en cuenta

al Trabajo, como en muchas teorías de la innovación.

Page 14: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

14

Sin embargo, el Trabajo no ha muerto en la vida de los hombres, se ha

transformado. La gran mayoría de los humanos tiene que trabajar para

sobrevivir y en general en el mundo seguimos siendo trabajadores

asalariados. No es demostrable empíricamente que a nivel planetario haya

una clara tendencia hacia el autoempleo, ni hacia el tiempo libre en

menoscabo del tiempo de trabajo. Las encuestas mundiales siguen

concluyendo que uno de los aspectos más importantes en la vida de las

personas es la familia y, en segundo lugar, el trabajo. Tampoco hay una

clara demostración que hayan desparecido las identidades colectivas de los

trabajadores. Lo anterior se confunde con las tendencias hacia la

precarización del Trabajo en todo el mundo - trabajo atípico, no

estructurado, inseguro, subcontratado, por honorarios, a tiempo parcial,

sin contrato colectivo, conceptos que no son sinónimos, pero muestran

relaciones deterioradas con respecto del Trabajo Capitalista Clásico. Este es

el meollo del asunto, no la fragmentación ni la pérdida de identidad de los

trabajadores, más preocupante es la ausencia de alternativas al

neoliberalismo depredador.

El proceso anterior se ha reflejado en las Ciencias Sociales actuales, para las

cuales el Trabajo ha dejado de ser importante. Sin embargo, lo sigue siendo

para la gente y también para las gerencias de las empresas. Se trata de una

lucha de concepciones, no de un proceso natural, que en algún momento

podría ser revertido.

En esta medida, la principal tensión relacionada con lo laboral es su

precarización en formas muy diversas, que a veces ha generado respuestas

puntuales de los trabajadores, pero no ha tomado todavía la forma de una

nueva oleada general de protesta. No existen ni las organizaciones, ni los

proyectos que sirvan de ideas fuerza, lo cual no significa que no vayan a

surgir en el futuro.

Es decir, el cambio social ha continuado liderado por el capital y un cambio

muy importante ha sido en los contenidos y las relaciones laborales. Estas

tendencias están implicando cambios tecnológicos, de organización, en

relaciones laborales, en el perfil de los trabajadores, en condiciones de

trabajo, que forman parte central de las transformaciones actuales del

mundo hegemonizados por las grandes corporaciones internacionales.

Un fenómeno importante en este proceso, que implica en parte a otros tipos

de trabajadores y trabajos, se relaciona con el llamado sector informal. Una

Page 15: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

15

parte del mismo es el de la antigua informalidad de los autoempleados en

pequeños negocios, que siempre jugaron un papel en la acumulación del

capital al disminuir los costos de reproducción de la fuerza de trabajo

empleada en el sector formal. La otra parte es la nueva informalidad, la de

aquellos trabajadores empleados por empresas formales, pero en

condiciones laborales informales de poca estabilidad, de no respeto a

derechos laborales, de ausencia de contratación y organización colectivas y

fuera de la seguridad social. Es decir, desde siempre el trabajo informal y

formal han estado articulados, pero ahora, de manera más intensa y directa,

las actividades de las empresas formales se relacionan con trabajadores

informales. Estos conforman un contingente creciente en número y en

marginalidad que potencialmente puede conducir en el futuro, si se

cumplen otras condiciones subjetivas, a su acción colectiva. Todo esto sin

olvidar a los informales autoempleados que frecuentemente implican

trabajadores familiares no remunerados, que también pueden movilizarse y

lo hacen en muchos países.

Finalmente, quisiera decir, que el derrumbe de las grandes utopías de

sociedad alternativas de la capitalista que se produjo en la década del

ochenta del siglo pasado, dejó huérfanos de proyecto a los

trabajadores. Asimismo, la tercerización de la economías y la extensión del

Trabajo no Clásico -inmaterial, interactivo esencialmente, de producción

central de símbolos-, y la hegemonía de las concepciones neoliberales

acerca del hombre, del Estado y de la Economía, han pasmado a las

organizaciones obreras que, en general, no han sido capaces de reconstruir

tácticas y estrategias frente a la nueva realidad de la clase obrera y del

entorno socioeconómico. Pero, el neoliberalismo, proclamado como fin de la

Historia en el noventa, se encuentra ahora en una grave crisis, enredado en

sus propias contradicciones, mientras la proporción de la riqueza social que

toca a los trabajadores tiende a decrecer y se extienden las formas precarias

de trabajar. ¿Estamos cerca de tocar fondo en términos sociales y luego

políticos?

Enero, 2015

Page 16: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

16

Gatopardismo en el proyecto de reforma laboral.

Alejandro Castillo

Carolina García

Estudiantes de sociología de la Universidad de Chile

Correo de contacto: [email protected]

Hace ya un par de décadas que los principales pilares del Plan Laboral de

1979 han empezado a ser cuestionados. Más de veinte años tuvieron que

pasar para que la Concertación, luego de pequeñas y estériles reformas en

el gobierno de Aylwin, Lagos, y el primer gobierno de Bachelet, anunciara

con tambores, como Nueva Mayoría, una próxima reforma laboral que

vendría a “emparejar la cancha nivelando las condiciones institucionales de

la reforma laboral”1.

Ahora, para comprender los principales puntos de la reforma y entrar en la

discusión crítica sobre sus principales ejes, es menester remontarnos a los

rasgos relevantes que el Plan Laboral nos dejó como herencia y que, hasta

hoy, no han sido sustantivamente modificados. Todos estos rasgos se

enmarcan en un enfoque neoliberal según el cual el trabajador se concibe

“como un factor productivo más que debe ser fácilmente intercambiable y, de

ser necesario, prescindible”2. Este enfoque implica desarticular todo derecho

e institucionalidad que obstaculice este principio de flexibilidad productiva

–particularmente las bases sindicales- en pos de la adaptación a mercados

globales crecientemente fluctuantes y competitivos.

Pues bien, entre estos elementos del plan laboral cabe destacar el

reemplazo de la tradicional negociación colectiva por rama de la

producción -de carácter interempresas- por un tipo de negociación

descentralizada a nivel de empresa. Para negociar de modo interempresa se

necesita la venia del empleador que, en la práctica, es improbable. Por otro

lado, se permite el reemplazo de trabajadores en huelga, y se permite el

libre despido según las “necesidades” de la empresa. Además, se termina la

prohibición de subcontratar respecto de áreas propias del giro principal de

1 Blanco, J. (28/06/2014), “El sentido de la reforma laboral”, Diario La Tercera.

2 Boccardo, G. y Goyenechea, M. (2014), Cuadernos de Coyuntura Fundación

Nodo XXI: “Fundamentos del trabajo en el chile neoliberal y la agenda laboral de Bachelet”, Santiago, Chile.

Page 17: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

17

la empresa. Por último, cabe mencionar que el plan labora deja abierta la

posibilidad de coexistencia de agrupaciones de trabajadores con capacidad

de negociar, lo que conduce a la competencia entre sindicatos pequeños y

grupos negociadores.

En base a estos pilares que se han mantenido prácticamente intactos, el

proyecto de reforma laboral de este gobierno causó gran expectación en el

mundo del trabajo, particularmente en el caso de la Central Única de

Trabajadores (CUT) cuyas dirigencias son militantes del Partido Comunista

que integra la Nueva Mayoría. Por cierto, una señal optimista eran los

profundos recelos y miedos que esta comenzó a generar en el mundo

empresarial.

Así pues, una vez que se comenzaron a publicar los principales lineamientos

de la reforma, las reacciones no se hicieron esperar. Desde la perspectiva de

la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), el proyecto de

reforma parte de “un diagnóstico equivocado que supone una alta tasa de

conflictividad en el trabajo”3. El diagnóstico de la CPC se basa en la encuesta

Adimark-PUC Bicentenario 2013 cuyos resultados señalan que existe una

alta tasa de confianza de los empleados hacia su empleador -70% de los

trabajadores dice confiar mucho o bastante en las firmas en que trabajan-.

Por lo mismo, tanto para la CPC como para la Sociedad de Fomento Fabril

(Sofofa) la reforma se debe enfocar en la creación de más y mejores puestos

de trabajo que permitan aumentar las remuneraciones, y no en el

fortalecimiento de los derechos colectivos de los trabajadores4.

Desde la otra vereda, la CUT en su Consejo Directivo Nacional Ampliado

(CDNA) fijo múltiples puntos que se debían ajustar al proyecto de reforma,

enfocándose principalmente en los pilares del Plan Laboral de los despidos

arbitrarios por “necesidades de la empresa”, la imposibilidad de una

negociación interempresas, y los límites impuestos al derecho a huelga5,

como se revisará más adelante. Asimismo, posturas críticas más radicales

adquirieron otras organizaciones de trabajadores como la Confederación de

3 Palabras del presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz rescatadas del diario

digital “El Mostrador”, 29/12/2014. 4 Martner, G. (2015), “La reforma laboral, sus fundamentos y sus detractores”, El

Mostrador. 5 Ensignia, J. (2014), “Las relaciones laborales en el Chile de la OCDE. La reforma

laboral, una deuda impaga”, Le Monde Diplomatic.

Page 18: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

18

Trabajadores del Cobre (CTC) o la Confederación General de Trabajadores

(CGT).

Considerando ambas posturas críticas, tanto desde el mundo empresarial

como desde el mundo del trabajo, una característica estructural del

proyecto de reforma radicará en su ambigüedad e indefinición: lo uno y lo

otro, o ni lo uno ni lo otro, una lógica sumacero que finalmente le costará

ser criticado por ambos sectores sociales. Así es como la incertidumbre con

respecto a la reforma se mantuvo durante todo el primer año de mandato.

El proyecto de Reforma Laboral que contenía el programa inicial del

gobierno de Bachelet se materializaba en un listado de nueve puntos que no

daban ninguna certeza con respecto a sus alcances y mantuvieron la

desconfianza de ambos sectores sociales. Finalmente, en Diciembre pasado

fue despachado lo que se conoce como la “Agenda Laboral” del gobierno, la

que no acabó con las ambigüedades e incertidumbres que existían desde la

llegada al gobierno. Así pues, las palabras de la ministra Blanco sonaron

vacías tanto para los empresarios como para los trabajadores: “En el fondo,

se trata de instalar una lógica virtuosa, donde se concilien mayor equidad,

mayor productividad, y paz social”6. Pero ni potencia la equidad para los

trabajadores, ni potencia la productividad para los empresarios, ¿potencia

acaso la paz social y el acuerdo si ninguna de las partes parece estar

conforme con el proyecto?

Entrando de lleno en el análisis del proyecto de reforma, uno de los puntos

neurálgicos de la Agenda de gobierno y frente al que existe mayor acuerdo

tiene que ver con la titularidad sindical. Este básicamente consiste en

restringir la posibilidad de los empleadores a realizar convenios colectivos

con grupos negociadores en las empresas donde exista un sindicato, el cual

debe ser el titular de la negociación en representación de sus afiliados. Esta

medida supone fortalecer y otorgarle mayor peso a los sindicatos, quienes

están en mejores condiciones para negociar colectivamente.

Esta medida ha sido fuertemente resistida por los empresarios bajo el

argumento de que se debe respetar la libertad de los trabajadores a

sindicalizarse, sin estar presionados por la obtención de beneficios. La

experiencia ha demostrado que esta práctica patronal de llegar a acuerdos

con grupos negociadores les ha servido para dificultar negociaciones reales

con los trabajadores.

6 Blanco, J. op. cit.

Page 19: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

19

Sin embargo, desde el mundo del trabajo, para la CTC la eliminación de los

grupos negociadores no es total, pues el proyecto no contiene normativas

que garanticen la constitución de sindicatos. En este sentido, se sigue

velando por la libre afiliación, protegiendo el derecho del empleador a

negociar las condiciones individualmente y manteniendo además la

“libertad” de formar cuántos sindicatos por establecimiento quieran

formar7.

Ahora bien, este punto del proyecto de reforma consigna que los beneficios

reportados del proceso de negociación colectiva se correspondan

únicamente a los trabajadores sindicalizados, extendiéndose a los

trabajadores que se afilien con posterioridad pagando las cuotas sindicales

convenidas. En cuanto a los trabajadores no sindicalizados, estos podrán

acceder a los beneficios previo acuerdo entre el sindicato y el empleador.

Sin embargo, existe un ámbito oscuro donde el proyecto de reforma no se

pronuncia. Como es lógico, la reforma implicaría una serie de presiones de

facto, amenazas y prácticas lobbystas ejercidas por parte de los

trabajadores no sindicalizados sobre los sindicatos para lograr esta

extensión sin afiliación, lo que contribuirá a aumentar las tensiones entre

los mismos trabajadores.

Continuando con las letras chicas de las que el proyecto abunda, se acentúa

la desprotección a los miembros de los sindicatos, imponiendo nuevas

sanciones a la acción sindical y aumentado las causales de desafuero para

los dirigentes. Además, no se ponen limitaciones reales a los despidos

arbitrarios por “necesidades de la empresa”, fuertemente utilizada como

causal de despido, una vez que termina el fuero post-negociación. El

trabajador que quiera reclamar dicha medida que es considerada “anti-

sindical” debe someterse a un juicio que puede durar meses o años, proceso

probablemente favorable a al empleador que posee mayores recursos. Este

aspecto fue criticado constantemente por la CUT, pues mantiene intacto uno

de los pilares del plan laboral de 1979.

Pero sin duda uno de los aspectos más criticados del proyecto de reforma

radica en la negociación colectiva. Ésta no constituye actualmente un

mecanismo extendido para cambiar la desigual distribución de ingresos,

7 Ahumada, M. (2015), “Primera opinión sobre las reformas laborales”, Revista

Pulso Sindical N°6.

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20

pues según la propia Dirección del Trabajo (2013), en la práctica la

negociación colectiva con derecho a huelga cubre tan sólo a un 8% de los

asalariados del sector privado. Esto no deja de ser banal en la medida en

que, según estudios del Banco Mundial, la OCDE y la propia OIT, hay una

estrecha asociación entre negociación colectiva y desigualdad de ingresos8.

Vale decir, mientras mayor es la cobertura y el grado de coordinación de la

negociación, menor tiende a ser la desigualdad de ingresos en una sociedad.

Pues bien, ¿qué nos dice el proyecto de reforma al respecto? Como es la

tónica de su propia estructura, cada avance en esta materia tiene su

contrapeso que termina bloqueando toda posibilidad de real cambio. Así se

pueden identificar varios acápites fundamentales en esta materia: alcance

de la negociación colectiva, piso mínimo de la negociación colectiva,

derecho a información, y la ampliación de materias a negociar.

En cuanto al alcance de la negociación colectiva, el principal avance radica

en la extensión del derecho a negociar a los trabajadores por obra o faena.

Sin embargo, los “peros” en este punto sobran. En primer lugar, queda

pendiente la incorporación de los trabajadores del servicio público, que

constituyen más del 10% de los asalariados del país9.

Luego, el punto que sin duda más polémica ha suscitado es que se termina

por sepultar la posibilidad de una negociación interempresas, ya sea por

área, rama, sector o holding. Sólo se reconoce la posibilidad de negociación

colectiva en la empresa, tanto para el sindicato de empresas como para el

sindicato de interempresas –que podrá negociar en la empresa en que tenga

mayor representación-. Y si antes sólo el milagroso acuerdo del empresario

permitía la negociación interempresa, ahora se prohíbe expresamente la

posibilidad de este tipo de negociación. De esta manera, en este aspecto la

reforma es absolutamente ciega a los emergentes casos de negociación

colectiva interempresas que han conducido, de facto y mediante

8 Martner, G. (2015), “La reforma laboral, sus fundamentos y sus detractores”, El

Mostrador. 9 Dirección del Trabajo (2013), “Compendio de Series Estadísticas”, Santiago,

Chile.

Page 21: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

21

mecanismos de acción directa, federaciones de sectores estratégicos de la

economía.10

Por lo demás, la reforma tampoco se hace cargo de los problemas que se

mantienen tras la “ley sobre el Multirut”. Esta ley deja intacta la posibilidad

de que un solo empleador constituya distintas empresas “de papel” o

razones sociales con el objeto de desarticular la organización colectiva y la

capacidad de negociación de los trabajadores. La “solución” pasa a ser la

judicialización del conflicto: Los sindicatos deberán probar ante tribunales

la identidad del “empleador real” para que éste se responsabilice, en cuanto

a derechos laborales/previsionales individuales y colectivos, como entidad

única ante los trabajadores de las diversas empresas11. En suma, no sólo

hay que considerar que el alcance de la negociación colectiva se sigue

limitando a la empresa, sino que además permanecen los problemas de la

negociación en la empresa misma toda vez que las estrategias

empresariales del “multirut” continúan intactas.

Por último, como para dilapidar el supuesto progresismo del proyecto de

reforma en este aspecto, se debe mencionar que se excluye a casi un 60%

de los asalariados que trabajan en pequeñas empresas con menos de 8

trabajadores. Así pues, por falta de quórum tales trabajadores no pueden

constituir sindicatos, ni menos negociar colectivamente. En palabras de

Ugarte y Gamonal12, en este aspecto la reforma no es más que una “crónica

de un fracaso anunciado”. Y al menos en lo que respecta a la bloqueada

posibilidad de una negociación colectiva interempresas, prácticamente

todas las organizaciones de trabajadores mostraron su rechazo. Para la

CUT, este punto y la no derogación del despido por “necesidades de la

empresa” son las principales deudas de la reforma.

Pues bien, un segundo acápite relevante de lo que la reforma aborda de la

negociación colectiva es el piso mínimo de negociación. Éste se refiere a que

10

Entre otras, se puede mencionar a la CTC (Confederación de Trabajadores del Cobre), la CNTF (Confederación Nacional de Trabajadores Forestales), la Federación de Trabajadores Portuarios (FTP), o la Federación Nacional de Sindicatos Peonetas de Coca Cola y Ramos Anexos (FENASIPEC). 11

Boccardo, G. y Goyenechea, M. (2014), Cuadernos de Coyuntura Fundación Nodo XXI: “Fundamentos del trabajo en el chile neoliberal y la agenda laboral de Bachelet”, Santiago, Chile. 12

Gamonal, S. y Ugarte, J.L. (2015), “La gran reformita laboral”, El Mostrador.

Page 22: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

22

la respuesta empresarial a la propuesta de negociación colectiva de los

trabajadores no podrá contener estipulaciones menores a un piso de

negociación constituido por el contrato colectivo vigente. A primera vista

este punto parece un avance, sin embargo la excepcionalidad termina

deviniendo en el trasfondo de la regla. Se excluye del piso mínimo los

reajustes, el incremento real pactado en el contrato vigente, los pactos

sobre condiciones especiales de trabajo y el bono de término de

negociación. Según Ugarte y Gamonal13, estos tres son los temas más

relevantes de las actuales negociaciones colectivas, por lo que el piso

mínimo sería puramente nominal.

Es más, este punto termina siendo más ambiguo todavía pues, según el

artículo 369 del proyecto de Reforma Laboral, “las partes podrán acordar

atendiendo la situación económica de la empresa para negociar

modificaciones las cuales podrían eliminar, disminuir, sustituir, conmutar o

incorporar beneficios”. En otras palabras, “puede negociarse a la baja este

mínimo nominal y el contrato colectivo forzoso ya no es obligatorio para el

empleador cuando las condiciones económicas así lo justifiquen”14. Pese a

esto, y considerando la posición crítica que, frente a este piso nominal,

tomaron diversas organizaciones sindicales como la Confederación de

Trabajadores del Cobre (CTC), desde la Sofofa esta medida se sigue mirando

con recelo. Según sus autoridades, “la creación de un piso de negociación

desconoce la existencia de ciclos económicos, ya que no se puede ajustar a

la coyuntura que podría ser desfavorable si el ciclo económico está en baja”.

Ahora bien, se debe conceder que el “derecho a información”, como tercer

acápite de la negociación colectiva, constituye un efectivo avance para la

organización de los trabajadores. En este aspecto se busca resolver la

asimetría de información a nivel de la difusión de derechos y deberes de los

trabajadores, individuales y colectivos, como también la obligación de los

empleadores a entregar a los sindicatos información de la situación

económica de la empresa15. De esta manera, el empresario deberá

proporcionar todo tipo de información relevante para la negociación

colectiva, como los balances y estados financieros de la empresa y la

13

Ibíd. 14

Ibíd. 15

Boccardo, G. y Goyenechea, M. (2014), Cuadernos de Coyuntura Fundación Nodo XXI: “Fundamentos del trabajo en el chile neoliberal y la agenda laboral de Bachelet”, Santiago, Chile.

Page 23: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

23

precisión de los beneficios que forman parte del contrato colectivo vigente.

También deberá informar sobre la planilla de remuneraciones de los

trabajadores afectos a la negociación y las políticas de inversión futura16. En

este sentido, su incumplimiento constituirá una práctica antisindical.

Asimismo, también puede constituir un avance los programas de formación

sindical del Ministerio del Trabajo, y el mayor financiamiento público para

mejorar la gestión sindical. Sin embargo, cabe preguntarse si efectivamente

constituirán reales aportes para la organización de los trabajadores el

derecho a información y los programas y financiamientos públicos para la

formación sindical si los sindicatos mismos se encuentran absolutamente

limitados en cuanto a sus posibilidades de negociación colectiva.

Un último aspecto, por cierto polémico, de la negociación colectiva radica

en la ampliación de materias a negociar –más conocida como “adaptabilidad

pactada”. Ésta se refiere a la inclusión de pactos especiales sobre jornada

laboral: sistemas excepcionales de jornada de trabajo y descansos, horas

extraordinarias y jornada pasiva. La primera impresión dada en este

aspecto de la reforma radica en la mayor libertad y autonomía sindical para

determinar materias de la negociación colectiva. Sin embargo, la polémica

de este punto apunta a la real posibilidad del empleador de presionar a los

trabajadores para aceptar la extensión de su jornada laboral, considerando

el superior poder objetivo que aquél tiene sobre éstos en las negociaciones

bilaterales. Para Martner, sólo la experiencia enseñará si las negociaciones

sobre estas materias serán objeto de auténticos acuerdos equilibrados

negociados con sindicatos representativos o bien se constituirán en una

brecha de disminución de derechos17.

Ahora, por su parte, desde el mundo del trabajo las reacciones fueron

negativas. Para el director del sindicato N°1 de Minera Escondida Ltda., esta

propuesta “busca eliminar una de las mayores trabas que tienen los

empresarios para sobre-extender las jornadas de trabajo aumentando la

productividad en base a la explotación horaria”18. De alguna manera, se

16

Diario La Tercera (30/12/2014), “Conoce los 10 puntos de la reforma laboral

impulsada por el ejecutivo”. 17

Martner, G. (2015), “La reforma laboral, sus fundamentos y sus detractores”, El Mostrador. 18

Schumacher, J. (2015), “Reforma laboral: Nuestra clase ante el cepo legal”, Blog online del Sindicato N°1 de Trabajadores de Minera La Escondida.

Page 24: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

24

jugaría con las necesidades de muchos trabajadores de una mayor

remuneración a condición de jornadas laborales flexibles. Por otro lado, la

CUT también manifestó rechazo frente a esta medida. En palabras de

Figueroa, “se nos está imponiendo nuevos temas para abordar en las

negociaciones colectivas y eso nos parece peligroso pues puede terminar

significando mayor precariedad para los trabajadores”.

Sin duda, el derecho a huelga es uno de los puntos más polémicos de la

reforma laboral. Más aún si se considera que el número de huelgas viene en

ascenso sostenido desde el año 200919. Esto no es casual, pues acá se hace

patente la letra chica del proyecto de reforma y su característica

ambigüedad para la determinación de los derechos del trabajador. Así pues,

de manera paradigmática, el proyecto de reforma aparentemente atacaría

uno de los pilares del Plan Laboral de 1979 prohibiendo la facultad del

empleador a reemplazar trabajadores en huelga con trabajadores propios o

externos de la empresa. De esta manera, la reforma supuestamente vendría

a solucionar un problema endémico de Chile que le permitiría ajustarse a

los marcos de las organizaciones internacionales. Esto, pues según la OIT

Chile tiene una situación única en el mundo en que el empleador tiene la

potestad de pagar por su derecho a no paralizar la producción mediante

una bonificación al sindicato en huelga.

Ahora, ¿qué oculta el proyecto de reforma en este punto? Acá se introduce

la figura de los “servicios mínimos”20. Y tal prestación de servicios mínimos

se realizará a través de uno o más equipos de emergencia dispuestos por los

trabajadores en acuerdo con la empresa. Si el sindicato no otorga los

servicios mínimos se faculta al empleador a tomar las medidas que

considere adecuadas o, en otras palabras, a reemplazar a los huelguistas.

Disponible en: http://blog.sindicatoescondida.cl/?p=3367 19

Hidalgo, M. (29/01/2015), “El espectáculo de las reformas laborales”, Diario Factor C. 20

Según el artículo 361 del proyecto de Reforma Laboral, se consagra el “deber de la organización sindical de proveer el personal necesario para cumplir los servicios mínimos que permitan atender las operaciones indispensables para evitar un daño actual e irreparable a los bienes materiales, instalaciones o infraestructura de la empresa, o que causen daño al medioambiente o a la salud de los usuarios de un establecimiento asistencial o de salud”.

Page 25: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

25

Pero, como bien se pregunta la CTC, ¿cuáles son esos servicios mínimos que

se deben cumplir? El proyecto de reforma no establece claramente cuáles

serían esos servicios mínimos, abriendo la posibilidad de que aludan a

cualquier tipo de daño material para la empresa21. Esto conlleva, una vez

más, a la judicialización del conflicto en la medida en que buena parte de las

huelgas, en caso de que no haya acuerdo entre las partes, terminarán en los

Tribunales de Justicia, instancia que determinará esos servicios. Y el

contrasentido fundamental del proyecto de reforma en este punto es que no

sigue los parámetros que establece la OIT para definir los servicios

mínimos. Para la OIT, los servicios mínimos deben resguardar servicios

esenciales que afecten la vida, la salud, y la seguridad de la población, o de

los servicios no esenciales cuando la extensión y duración de la huelga

pueda causar una crisis nacional aguda y cuando se efectúa en servicios

públicos de importancia trascendental22.

Desde esta perspectiva, el sentido de estos servicios mínimos termina

siendo interponer mayores límites al derecho a huelga, lo que constituye

una violación fundamental del derecho fundamental de huelga cuyo objeto

radica en su capacidad de obligar a la paralización total de las faenas y de

poner al empleador en la imposibilidad de seguir operando en el mercado.

De ahí que surja inmediatamente la pregunta de si acaso una huelga con

servicios mínimos indeterminados sigue siendo una huelga.

Por lo demás, se deben considerar reparos anexos en lo que al derecho a

huelga respecta. Por un lado, por lo general los grandes empresarios tienen

21

Según el artículo 384 del Código del Trabajo, “se prohíbe el derecho a huelga a

los trabajadores de empresas que atiendan servicios de utilidad pública, o cuya

paralización o naturaleza cause grave daño a la salud, al abastecimiento de la

población, a la economía del país o a la seguridad nacional”. La calificación de

estas situaciones es efectuada por los ministerios competentes del Estado. El

proyecto elimina este requisito y por tanto, deja en suspenso las huelgas que

pueden ser prohibidas.

22 OIT (1983) “Libertad sindical y negociación colectiva”, Informe de la Comisión

de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones, informe III (parte

4B) a la 69ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo (1983), Ginebra,

párr. 214.

Page 26: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

26

más de una empresa o filial para cubrir sus operaciones en el mercado en

caso de huelga. Además, en vísperas de una negociación los empresarios

pueden contratar, como parte de su plan de contingencia, a trabajadores

para que estén disponibles en el caso probable de huelga. Estos

trabajadores no se considerarán como reemplazantes (Hidalgo). Por último,

cabe mencionar que en el artículo 349 del proyecto de reforma se

condiciona la ejecución de la huelga a su ambiguo carácter de “pacífica”.

¿Cómo determinar qué es o no es pacífico? Una vez más, la permanencia del

conflicto puede llevar a su judicialización. De alguna manera, estos aspectos

se constituyen como soluciones alternativas para impedir los daños que,

por definición, implica toda huelga para la empresa.

En suma, los servicios mínimos constituyen un cercenamiento a la

posibilidad de huelga que ya de por sí es improbable en la medida en que

sólo tiene lugar dentro de la negociación colectiva reglada cuyos alcances,

como se mencionó anteriormente, son muy limitados.

Pues bien, la discusión sobre la reforma del derecho a huelga suscitó

reacciones críticas desde las organizaciones de trabajadores y las

agrupaciones de empresarios. La presidenta de la CUT insiste en que se

debe “acotar la concepción que el proyecto de ley plantea y hacerlo en el

marco de la OIT –artículo 375 y 376- según la cual los servicios mínimos se

refieren a acciones que puedan tener impacto directo no en la producción sino

que en la posibilidad de que la empresa pueda quebrar o tener un daño

irreparable”23. Para la CTC el gobierno incurre en su proyecto en un “grave

error conceptual” respecto a la huelga. Para esta organización, la huelga es

“la manifestación esencial del conflicto, que se confunde con la solución de

éste”. En este sentido, el gobierno le daría un trato ambiguo a la huelga

manteniendo en el fondo una valoración negativa sobre ésta de manera tal

de evitar a toda costa que se haga efectiva. Por su parte, el mundo

empresarial tampoco quedó conforme en este aspecto, pues sostiene sin

mayor justificación que el fin al reemplazo de trabajadores durante una

23

Véase en: Ensignia, J. (2014), “Las relaciones laborales en el Chile de la OCDE.

La reforma laboral, una deuda impaga”, Le Monde Diplomatic.

Page 27: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

27

huelga deja al empleador sin ninguna opción legítima de administrar una

empresa durante la huelga24.

Habiendo abordado los acápites fundamentales del proyecto de reforma, se

puede concluir que, en lo esencial, se mantiene intacta la estructura jurídica

laboral en Chile del Plan Laboral. Las observadas ambigüedades del

proyecto terminan llevando inevitablemente a la judicialización y

burocratización del conflicto. Vale decir, los tribunales de justicia, el

Ministerio del Trabajo, la Dirección del Trabajo y la Inspección del Trabajo

serán, en caso de que se apruebe la reforma, los nuevos protagonistas de los

conflictos laborales que, por las diversas lagunas e indefiniciones del

proyecto, se van a multiplicar. Así por ejemplo, los tribunales de justicia

determinarán cuándo corresponde la huelga, qué materias efectivamente se

pueden abordar en la negociación colectiva, el estatus jurídico del

empleador, entre otros aspectos.

Por otro lado, si bien hay ciertos avances como el derecho a información, la

asesoría pública a sindicatos, el mayor financiamiento a la gestión de éstos,

y el avance en cuanto a la titularidad sindical, el proyecto de reforma está

muy lejos de considerar la recomendaciones de la OIT e igualar los

parámetros a estándares internacionales mínimos. Los derechos de los

trabajadores seguirán siendo gravemente vulnerados y continuaremos muy

por debajo de los derechos reconocidos en muchos de los países de la OCDE,

países sobre los que tenemos el fetiche constante de hablar como “modelos

de desarrollo”. En este sentido, se debe concluir que efectivamente la

reforma fracasa en sus aspiraciones en la medida en que cada avance que se

anuncia en materias relevantes contiene su propia contradicción, sus

propios “peros” que terminan por indefinir los principales fines del

proyecto.

Por otro lado, cabe mencionar nuevamente la enorme masa de trabajadores

que hoy se ubican en las “pequeñas empresas, casi la mitad de asalariados

en Chile, y para quienes la reforma no va dirigida. A estos trabajadores se

debe sumar el sector del agro, que están excluidos del proyecto de reforma

y los cuales se encuentran en un proceso aparte de reformas mediante la

24

Diario Digital El Mostrador (29/12/2014), “Presidente de la CPC ante la

reforma laboral: No va por el camino correcto”.

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28

elaboración del Estatuto del Temporero25. Así pues, de aprobarse las

medidas planteadas, las condiciones sólo mejorarían marginalmente para

los trabajadores que si tienen la oportunidad de organizarse

colectivamente, sin remover los pilares del modelo neoliberal en el mundo

del trabajo; muy por el contrario, se contribuye y consolida aún más el

modelo de acumulación existente.

Para terminar, surge la pregunta de si acaso esta situación de exclusión de

gran parte de los trabajadores en la conformación y consolidación del

proyecto de reforma conducirá a nuevas conflictividades en el mundo del

trabajo. Esto, pues el velo que cubre al proyecto de reforma laboral, cual

vieja estrategia gatopardista, está comenzando a ser levantado. Su letra

chica, esa que anula todo cambio anunciado, empieza a ser denunciada por

los propios trabajadores. En este sentido, sólo cabe esperar a que la

experiencia demuestre que la esmerada equidad, productividad y paz social

que busca el proyecto, en caso de aprobarse, no tengan otro puerto más que

la indefinición, disconformidad social, y judicialización/burocratización del

conflicto laboral.

Bibliografía

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laborales”, Revista Pulso Sindical N°6.

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Estatuto del temporero a propósito de la Reforma Laboral”, El

Desconcierto.

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La Tercera.

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el Chile neoliberal y la agenda laboral de Bachelet”, Cuadernos de

Coyuntura, Fundación Nodo XXI.

25

Baeza, F. (2015), “Cambiarlo todo para que todo siga igual: el Estatuto del

temporero a propósito de la Reforma Laboral”, El Desconcierto.

Page 29: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

29

Diario Digital El Mostrador (29/12/2014), “Presidente de la CPC

ante la reforma laboral: No va por el camino correcto”.

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31

Investigación

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33

La problemática del trabajo en la corriente

neomarxista de la teoría de la dependencia y en

sus derivaciones posteriores (1966-2011).

Carlos Delgado

Javier Esnaola

Nicolás Ratto

Estudiantes de sociología de la Universidad de Chile

Correo de contacto: [email protected]

RESUMEN:

La investigación explora y analiza la problemática del trabajo en la obra de

los principales teóricos de la dependencia que son parte de la corriente

neomarxista (André Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Vania Bambirra,

Orlando Caputo y Ruy Mauro Marini), desde la década de los 60 hasta los

últimos años del siglo XX y primeros del XXI, distinguiendo en este tiempo

un primer y segundo periodo de elaboración intelectual. Además de esto, la

investigación pretende dar cuenta de cómo es tematizado el contexto

latinoamericano, y sus cambios, en la obra de los autores ya mencionados.

La problemática del trabajo se estudia en los niveles ontológico,

teórico/empírico y político, mediante un análisis de contenido cualitativo

de veinte obras de los autores mencionados que abarcan los dos periodos.

Las conclusiones muestran que la problemática del trabajo es poco

abordada, pero aún así las concepciones ontológicas y algunas premisas

teóricas sobre el trabajo están a la base de la corriente neomarxista de la

TD. A su vez, la tematización de los cambios en el trabajo tras las

reestructuraciones productivas de fines del siglo XX está presente en

algunas obras de los teóricos, pero la forma de abordarlos da pocos aportes

a las ciencias sociales.

PALABRAS CLAVES:

Teoría de la dependencia, problemática del trabajo, neomarxismo, América

Latina.

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34

INTRODUCCIÓN

“El desafío es que Chile sea el primer país desarrollado de Latinoamérica”

(Pablo Longueira, El Dínamo 29/09/2012).

"Los cálculos que tenemos indican que los proyectos que tenemos en la

minería chilena alcanzarían para que, si se ejecutarán hoy, de aquí al 2020

Chile cruzara la barrera de los 20 mil dólares per cápita y ya se transformaría

en una país desarrollado"

(Gerardo Jofré, Diario La Tercera 29/09/2012).

Las citas recién expuestas manifiestan claramente el olvido y/o bloqueo al

que se encuentran sometidos los planteamientos de los teóricos de la

dependencia y sus actuales derivaciones teóricas en pleno siglo XXI. Al

hablar de desarrollo se da por supuesto que es el capitalista y al intentar

medirlo se reduce a un índice de crecimiento económico. La visión etapista

de los años 50’ que suponía que los países subdesarrollados alcanzarían el

desarrollo siguiendo las recetas de los centros de pensamiento de EE.UU., se

encuentra actualmente en la opinión pública, radicalizando estos

planteamientos, en la visión etapista numeraria ya mencionada. La visión

holística se ha abandonado, aislando el observable histórico que se espera

desarrollar del conjunto de relaciones en las que está inserto hoy más que

nunca. De “subdesarrollo” ya no se habla, sino que dé “en vías de desarrollo”

haciendo evidente el evolucionismo subyacente de los actuales

planteamientos. Por último el desarrollo se ve como un proceso que se

autogenera a sí mismo, autónomo, valor que se valoriza a sí mismo con

independencia al trabajo realizado, diría Marx.

Por lo anterior, hoy más que nunca resulta pertinente revisar la teoría de la

dependencia y sus derivaciones actuales para combatir estos postulados

simplistas, lineales y particularistas. Lo anterior permitirá tener un marco

teórico sólido capaz de aprehender la complejidad de lo social en América

Latina y pensar en formas reales y efectivas de generar un desarrollo propio

en el tercer mundo donde el protagonista sea el pueblo, digno y soberano.

EL CONTEXTO LATINOAMERICANO Y LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

La Teoría de la Dependencia (TD) surge en los años 60’ como respuesta al

fracaso de los planteamientos desarrollistas de la CEPAL impulsoras de la

Page 35: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

35

estrategia de industrialización por sustitución de importaciones (ISI). “La

teoría de la dependencia representó un esfuerzo crítico para comprender

las limitaciones de un desarrollo iniciado en un periodo histórico en que la

economía mundial estaba constituida por la hegemonía de enormes grupos

económicos y poderosas fuerzas imperialistas” (Solorza & Cetré, 2011).

La teoría de la dependencia según Casas (2004), aparece, se incuba y se

desenvuelve, en un contexto de segregación y diferenciación, es decir, un

subdesarrollo económico, político y social, donde América Latina se

encontraba estancada y fraccionada en múltiples realidades. Combinado

con el acelerado proceso económico de las regiones industrializadas,

referidas para los teóricos de la TD como las regiones del centro, se

encontraba la subordinación económica, cultural y política de las regiones

latinoamericanas, caracterizadas como periferia. Ambas partes formaban –y

forman- una totalidad compleja e interdependiente, donde una de las partes

domina y la otra es dominada, limitando la primera el desarrollo de la

segunda. Lo anterior es planteado por Astarita (2011):

“A grandes rasgos los dependentistas plantearon que en el sistema

capitalista mundial existe una relación jerárquica entre naciones que

son formalmente independientes, y que las economías de los países

subordinados, o dependientes, están condicionados y dependen del

desarrollo y la expansión de los países a los que están sujetos.

Consideraron que ese “condicionamiento” y “dependencia” implicaba

una relación de opresión y explotación de los países atrasados por lo

adelantados”.

Antes de proseguir, surgen algunas dudas ¿Es la dependencia una teoría, un

concepto, un enfoque o una corriente? ¿Tiene un espacio dentro del

marxismo o “no hay ningún espacio teórico en el que puede asentarse una

teoría de la dependencia marxista” (Cuevas s/r, en Dussel, 2011: 1)? ¿Pese a

su heterogeneidad existe una unidad en la TD? La respuesta a estos

planteamientos supera los objetivos de esta investigación, pero aún así se

dejarán instaladas algunas ideas:

Existen “situaciones de dependencia” (Cardoso, 1995) en lo que podríamos

denominar el sistema-mundial. Teniendo esto como premisa, el paso

siguiente sería definir lo qué se entiende por “dependencia”, para así

poderla aprehender. Pero para elaborar ese concepto es necesario conocer

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36

las distintas situaciones de dependencia. Como se ve, se abren dos caminos

en un mismo momento: (1) Caracterizar las distintas situaciones de

dependencia y/o (2) Elaborar el concepto de dependencia. Este segundo

camino puede derivar en un tercer camino o momento, que sería (3) La

construcción de una “teoría de la dependencia”. Este tercer camino

dependerá de una serie de factores. La teoría construida puede llegar a

coincidir o disentir con otros construcciones teóricas de la dependencia.

Los dos primeros caminos son complementarios y habrá quienes le pongan

más empeño a uno que a otro camino.

Hay quienes piensan que la llamada teoría de la dependencia no es un

teoría propia, sino un concepto, vinculado a otras teorías, que permite

aprehender la realidad: "Rigurosamente no es posible pensar en una teoría

de la dependencia. Puede haber una teoría del capitalismo y de las clases,

pero la dependencia, tal como la caracterizamos, no es más que una

expresión política en la periferia del modo de producción capitalista cuando

éste se expande internacionalmente" (Cardoso, 1995: 109). Coincidimos, de

cierta forma, con algunos elementos de lo recién planteado. Rigurosamente

no se puede entender a la llamada TD como una teoría, debido a su

heterogeneidad interna y por no ser todas las conceptualizaciones de la

dependencia teorías propias, sino que conceptualizaciones que se adhieren

a otras teorías.

¿Por qué pensar a los distintos planteamientos de la TD como parte de una

unidad? (1) Porque comparten el mismo objeto que motiva el estudio: la

dependencia, pero la conceptualizan de distinta manera. (2) Por compartir

métodos de investigación/estudio similares, (3) por el rechazo de los

planteamientos desarrollistas y (4) Porque tradicionalmente se le ha

llamado TD a esta heterogeneidad de planteamientos. Las razones (2) y (3)

se trabajan más adelante.

Se aceptaría la tesis de Rovira (2003) que plantea a la “dependencia” como

un concepto y no como una teoría. El punto es que no necesariamente

coincidimos con su conceptualización de la dependencia ni la teoría a la que

la adhiere. Por ejemplo Sosa (2006: 110-111) trata a la TD como una “visión

complementaria y enriquecedora de la marxista, cuya fundamentación

específica se debe a la peculiar situación histórica de América Latina. Dicho

de otra manera, la categoría de análisis de la dependencia latinoamericana

es una categoría que complementa a la teoría leninista del imperialismo

Page 37: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

37

toda vez que se extiende el análisis marxista al campo de las relaciones

internacionales y de la división internacional del trabajo en el sistema

mundial”. Para Sosa (2006), entonces, las conceptualizaciones de la

dependencia se adhieren a las teorías del imperialismo.

¿Cómo conceptualizamos, entonces, la dependencia y a que teoría se

adhiere? : La competencia en el mercado mundial, como la entiende el

marxismo de Marx, es el espacio teórico de la dependencia (Dussel, 2011).

El concepto de dependencia esta acoplado y contenido en la economía

política de Marx, entendiendo a ésta como un corpus teórico. Faltaría

definir el concepto de dependencia: es un problema social que tiene que ver

con el excedente social, es decir tiene su origen en lo económico-político (su

esencia) pero se expresa en otros múltiples campos (cultural, ideológico,

político, etc.). El fenómeno de la dependencia es “esa transferencia (de

valor) efecto de la competencia y el monopolio entre naciones” (Dussel,

2011). Esa transferencia, que hace que unos países ganen y otros pierdan,

es producto del distinto nivel de desarrollo de éstos (en términos de

composición orgánica del capital): “El sistema capitalista, si bien ha

unificado al mundo, lo ha unificado sobre la base de naciones

desigualmente desarrolladas” (Amin, 1974: 86).

Para cerrar este punto dejaremos un resumen de lo dicho. La TD no es “una

teoría”, ni necesariamente “teorías”. Dentro de esta pueden haber

planteamientos que la entiendan como una mera situación y el objetivo de

estos solo sea dar cuenta de la diversidad de situaciones (pero para esto

igual debe existir una conceptualización), y pueden haber otros

planteamientos que intenten construir teorías propias de la dependencia o

unirse a otras ya existentes. Depende qué autor estudie y conceptualice la

dependencia para poder darle contenido a ésta. A partir de ahora se hablará

de TD como forma de resumir toda la diversa tradición presente bajo esta

supuesta “teoría”.

Como se habló más arriba, la TD es heterogénea, pero la unen ciertos

elementos comunes (Solorza & Cetré, 2011: 130), como los de realizar

análisis integrados de las diversas ciencias sociales, poniéndole un énfasis

estructural, empleando un método socio-histórico considerando la

historicidad del objeto y sujeto del conocimiento. También aúnan una

crítica al estructural funcionalismo, tienen un interés por el marxismo como

Page 38: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

38

teoría totalizante y expresan la necesidad de examinar los fenómenos

complejos de naturaleza internacional.

Blomström & Hettne (1990) identifican tres corrientes al interior de la TD:

(1) la crítica o autocrítica estructuralista de los científicos de la CEPAL, en

donde se encontraría Prebisch, Sunkel y Furtado. (2) La corriente

neomarxista, en donde estaría Dos Santos, Marini y Bambirra. (3) Y la

corriente marxista no ortodoxa, cuyos máximos representantes serían

Cardoso y Faletto. Queda relativizada la interpretación de una cuarta

corriente en la que se encontraría André Gunder Frank por sus dichos de no

considerarse marxista (Solorza & Cetré, 2011). En el presente trabajo se

incluirá a Gunder Frank en los neomarxistas.

LA CORRIENTE NEOMARXISTA

Esta corriente neomarxista o enfoque dialéctico centró su análisis en

demostrar que la dependencia no era un fenómeno externo que se podía

superar simplemente a través del desarrollo económico independiente, sino

que buscó explicar la situación de dependencia vivida por América Latina

dentro del sistema capitalista mundial, condicionada por las estructuras

internas, haciendo dependientes a los países en su propia constitución. De

esta manera, los distintos teóricos de esta área verían el subdesarrollo

como una consecuencia del capitalismo y una forma particular de su

desarrollo. Por otra parte, defendieron la tesis de la superexplotación del

trabajo (instaurada por Marini), la tendencia al fascismo por parte de la

burguesía, donde contemplaron al socialismo como la solución a la pobreza

y miseria generada por la dependencia (Solorza & Cetré, 2011).

El actual trabajo considera dentro de la corriente neomarxista a los cinco

autores que ya se han nombrado: André Gunder Frank (1929-2005),

Theotonio Dos Santos (1936-vivo), Vania Bambirra (está viva pero no se

tiene la fecha de su nacimiento), Orlando Caputo (está vivo pero ni se tiene

la fecha de su nacimiento) y Ruy Mauro Marini (1932-1997). De esta

corriente el Centro de Estudios Socio Económicos (CESO) de la Universidad

de Chile ha sido considerado como su cuna, como también una serie de

seminarios de lectura de El Capital desarrollados en varios países

latinoamericanos durante los años 60’ (Casas, 2004).

Page 39: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

39

La obra de Marini desarrolla cuatro temas de gran relevancia según Martins

(2013): la economía política, el análisis del modelo político

latinoamericano, el socialismo como experiencia estatal y civilizatoria, y el

pensamiento latinoamericano. Todo esto a través de una utilización

rigurosa y sistemática de los conceptos económicos-políticos marxistas.

Dos Santos pretendía entender qué forma adoptaba la dependencia a partir

de la entrada de capital extranjero en el sector manufacturero de los países

atrasados. De acuerdo a esta lógica, supone una situación condicionante de

los grupos de países dependientes en cuanto a la expansión económica de

los países dominantes, estableciendo una relación de reflejo dependiente.

Bambirra por su parte, tiende una interpretación crítica, marxista no-

dogmática, de los procesos de reproducción del subdesenvolvimento en la

periferia del capitalismo, donde por lo general sus enunciados y discusiones

tendrán connotaciones más políticas que intelectuales.

Los planteamientos de Gunder Frank según Astarita (2011) se podrían

resumir en una visión “circulacionista”, es decir, que con la circulación de

las mercancías a través del comercio mundial se produce el desarrollo y el

subdesarrollo, en la lógica de la producción de excedentes de un país a otro.

Por último, Orlando Caputo se centrará en la pérdida de autonomía de los

países latinoamericanos debido a la inserción de capitales extranjeros,

específicamente capitales multinacionales, las cuales influyen en el proceso

de desnacionalización de la economía y la dependencia tecnológica externa.

1973 Y EL CONSENSO DE WASHINGTON

Con el golpe de Estado en Chile en 1973, las posteriores reestructuraciones

productivas de los 80’-90’ y el avance del Consenso de Washington en

América Latina se generará una segmentación y posterior aislamiento de la

teoría de la dependencia que abarcará mucho más que el mero cambio de

temática en el debate de las ciencias sociales (paso de una preocupación por

el cambio estructural hacia una preocupación por el orden y la convivencia

democrática). Dichas transformaciones alcanzan a las universidades y

centros de investigación sudamericanos y decantan en un “proceso de

privatización de las instituciones académicas y un retorno de tendencias

Page 40: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

40

empiricistas, que el al poco tiempo reemplazaron el espíritu del libro por el

paper, el ensayo por el informe” (Beigel, 2004: 303).

Esos procesos culminarán con el “decreto de defunción” de las teorías de la

dependencia por parte de los neoliberales. Serán las dictaduras militares de

los años 70, la caída del Muro de Berlín y el consenso de Washington los

puntos que están detrás de los festejos neoliberales (Beigel, 2004; Martins,

2013). ¿Y la debilidad teórica? En las conclusiones podremos dar algunas

respuestas a esta pregunta.

LOS DIVERSOS CAMINOS QUE TOMA LA TD

Es a partir de estos cambios acontecidos a finales del siglo XX que los

teóricos de la dependencia de la corriente neomarxista siguieron caminos

diversos

La economía política de la globalización

Marini “en la década de 1990 (...) inicia una segunda fase de su economía

política, centrada, en especial, en su texto Procesos y tendencias de la

globalización capitalista” (Martins, 2013: 3). Básicamente mantiene sus

proposiciones anteriores, de los 60’ y 70’, con el mismo énfasis en la

economía política marxista: la economía política de la dependencia se

convierte en economía política de la globalización (Martins, 2013).

El sistema-mundo

Gunder Frank sigue junto a Wallerstein la tesis del sistema-mundo. Deja de

lado la problemática de la de la dependencia haciendo un análisis histórico,

de influencia braudeliana (Sotelo, 2005) que rompe con los supuestos

eurocentristas: “tenemos que (re)escribir la historia del mundo y con esa

base construir una ciencia social más objetiva (...) un único proceso

histórico global, que nos moldea a todos” (Gunder Frank, 1998).

Dos Santos sigue un camino similar al de Gunder Frank en la construcción

de la teoría del sistema-mundo proponiendo estrategias políticas de

integración regional de América Latina. Dos Santos “planteó que la actual

configuración de la teoría de la dependencia se expresa en su integración-

disolución en la teoría del sistema mundial” (Sotelo, 2005: 2).

Page 41: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

41

A grandes rasgos la teoría del sistema-mundo postula que “para entender

cualquier problema histórico o presente de los hombres, acontecido en

cualquiera de los momentos que abarca el periodo de los siglos XVI a XXI, lo

que hace falta es remitirlo y conectarlo de manera orgánica con esa

dinámica y estructura primero semiplanetaria y luego planetaria del

sistema-mundo global” (Sotelo, 2005: 3). Como puede apreciarse, el

observable histórico de la TSM se desplaza de las regiones en situación de

dependencia y subdesarrollo en la TD al sistema mundial y sus

determinaciones contextuales: se sobredimensionan los factores mundiales

por encima de los nacionales y locales. Se opta por un enfoque

intensamente “histórico braudeliano” que remite todos los fenómenos

sociales a los distintos registros temporales de acontecimientos, coyunturas

y estructuras de larga duración histórica y la división de la TD dualista de

centro/periferia se convierte en una tripartita de Estados del centro/áreas

periféricas/áreas de la semiperiferia.

Economía mundial a inicios del siglo XXI

Caputo sigue el camino del estudio de la economía mundial, poniendo

especial énfasis en las crisis cíclicas del capitalismo. El objeto de análisis del

autor no serán las economías nacionales y sus relaciones económicas sino

que será una economía mundial. Esta consiste en una estructura productiva

y de circulación mundial de mercancías que se instala por encima de los

países, que es conducida por los grupos económicos transnacionales

(Caputo, 2008).

Las temáticas de interés de Caputo van desde el encadenamiento de las

crisis de las últimas tres décadas y su conexión con las crisis del último

período, los cambios en la hegemonía económica mundial, el dominio

acrecentado del capital sobre el trabajo, sobre los recursos naturales y

sobre los estados, hasta la profundización de la desigualdad y el

subdesarrollo en América latina, entre otros temas. Todo esto, al contrario

de Marini, sin utilizar las categorías de la economía política marxista ni la

teoría del valor-trabajo.

Page 42: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

42

La incertidumbre de Bambirra

De Bambirra no se han encontrado trabajos de fines del siglo XX y/o de

principios del XXI, salvo escasas referencias en portugués a las cuales el

acceso libre a través de internet está restringido (en bibliotecas de Santiago

de Chile no hay referencias de Bambirra).

MARCO TEÓRICO

La problemática del trabajo ha sido una preocupación constante y central

en las reflexiones sociológicas desde los inicios de la disciplina, e incluso la

ha trascendido. Se le podría diferenciar de distintas maneras a la

problemática del trabajo: por historicidad (vieja problemática/nueva

problemática), por contexto regional (américa latina/Europa), etc. En el

presente trabajo hemos optado por la diferenciación en tres niveles de la

problemática del trabajo: ontológico, teórico/empírico y político.

Nivel ontológico

Teoría del valor trabajo

La teoría del valor trabajo constituye uno de los postulados centrales del

aparato teórico desarrollado por Marx. En palabras simples esta describe el

origen del valor en una economía basada en el intercambio de mercancías.

Un bien o un valor de uso, sólo posee un valor en la medida que contiene

trabajo humano abstracto. El valor es medido por la cantidad de esta

substancia creadora de valor que a su vez se mide en el tiempo de duración

del trabajo socialmente útil. (Robinson, 1970)

La centralidad de trabajo y su relación con lo social

La centralidad del trabajo como categoría para entender lo social está

presente en la sociología desde los clásicos, situando al trabajo abstracto

como categoría estructural en la sociedad burguesa. Sin embargo, será el

marxismo la corriente teórica que sitúa la categoría de trabajo como central

en los distintos planos de su análisis.

Para esta investigación se recogen los aportes de Lukács sobre la ontología

del ser social que extrae de la obra de Marx. Para el autor húngaro la

categoría del trabajo es central, en la medida que esta existe

Page 43: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

43

independientemente de las formas de sociedad que han existido, la plantea

como una necesidad que mediatiza la relación entre hombre y naturaleza

(Lukács, 2007).

Otro aporte que se recoge en este trabajo es el de Habermas, el autor

alemán representa al trabajo como fuente de antagonismos de clase que

están siempre presentes acompañando al status de trabajo asalariado. La

fuerza de trabajo abstracto posee la capacidad de construir estructuras y de

transformar la sociedad (Habermas, 1988).

Lo importante a destacar será que la integración social emerge desde la

centralidad del trabajo como mediador en la relación entre hombre y

naturaleza para la reproducción material de los hombres. En la teoría de

Marx, al impugnar una noción reduccionista del trabajo se pondrá el énfasis

en el carácter social de este, dando cuenta de que toda producción material

se desenvuelve en determinadas relaciones sociales (Aguilar, 1998). Estas

relaciones sociales se darán en términos antagónicos y darán origen a la

construcción de estructuras y cambios en la sociedad.

Condición de emergencia de un actor social a partir del trabajo

Ahora bien, esta emergencia de lo social a partir del trabajo no se da de

manera abstracta, sino que se da a través de la constitución de distintos

sujetos. Es en la tradición marxista donde puede encontrarse la relación

entre la constitución de un sujeto y el trabajo humano. Marx extrae de Hegel

el interés por la autogeneración del hombre como proceso, llevado al plano

del trabajo esta autogeneración se da en el componente creativo y

autorrealizador del trabajo humano (Aguilar, 1998).

Para Marx “el trabajo no sólo consistía en una actividad económica sino que

era esencialmente una actividad humana, el trabajo para el hombre no sólo

es un medio para mantener su vida sino también para su autodesarrollo,

vale decir, el desarrollo de su naturaleza universal” (Aguilar, 1998:17)

Puede decirse entonces que el trabajo es aquello que permite el despliegue

de un sujeto en relación con el proceso de su reproducción material.

Page 44: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

44

Nivel teórico/Empírico:

Diferenciación social

La diferenciación social será entendida como un proceso de conformación

de clases sociales, las cuales aparecen como resultado del análisis de las

fuerzas productivas y de las relaciones de producción. Estas fuerzas

productivas y relaciones de producción asumen ciertos modos posibles de

relaciones sociales, las cuales son esencialmente contradictorios debido a

que las relaciones de producción se basan principalmente en la propiedad

privada, lo que genera antagonismos entre los propietarios y no

propietarios. (Dos Santos, 1973).

Conformación de clases y diferenciación interna

A este respecto la conceptualización de John Roemer ofrece respuestas

sobre el cómo emergen y se diferencian las clases sociales en base a la

explotación y principalmente la explotación capitalista. Esta se entenderá

como la apropiación del trabajo de una clase por otra, realizada a través de

las diferencias de propiedad o el acceso a los medios de producción no

humanos (Roemer, 1988), entendiendo esta conceptualización como una

forma más concreta y aterrizada de entender la explotación como

extracción de plusvalía.

A través del concepto de fracción utilizado por Poulantzas se busca

aprehender la existencia de diferenciaciones al interior de las clases

sociales y dentro del trabajo mismo. A través de este concepto se hace

referencia a que una clase no es una totalidad unificada, sino que está

compuesta de diversas subunidades (Poulantzas, 1975: 23).

Conciencia de clase y lucha de clases

La conciencia de clase se entenderá como las formas posibles de conciencia

en las conductas específicas de una estructura social dada (Dos Santos,

1973: 34). Esto según Lukács (1978) hace referencia al sistema de creencias

compartidas por los que ocupan una posición de clase en la sociedad,

especificando que la conciencia de clase no es la suma ni el promedio de las

conciencias individuales, sino una propiedad de un grupo de personas que

ocupan posiciones similares en el sistema de producción determinado,

centrándose en la conciencia de clase burguesa y del proletariado.

Page 45: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

45

Estos intereses por tanto, se definirían por un carácter antagónico, los

cuales no representarán simplemente una conciencia de clase distinta, sino

una relación de superación, destrucción o dominación de una clase sobre

otra. Esto aseguraría el rol de la lucha de clase en la historia, como su móvil

no sólo dentro de los regímenes, sino de la superación de un régimen por

otro (Dos Santos, 1973: 49). Esta lucha de clase se manifestaría y se

materializaría principalmente en un nivel político e ideológico. Este punto

se tratará en el siguiente nivel de análisis.

Nivel político:

Plano normativo y estratégico

En esta investigación también se buscó rescatar el componente político que

se expresa en la obra teórica de los autores, para lograr aquello se indagó en

los aspectos normativos o máximas generales de decisión que se presentan

en las obras de los autores así como también las acciones concretas que

recomiendan estos autores para la clase obrera a partir de un saber

analítico desarrollado en sus investigaciones.

La estrategia puede ser entendida como una forma de proceder o un camino

a seguir (Harnecker, 1985). Las relaciones entre política y estratégica

pueden ser tomadas de los planteamientos del argentino Enrique Dussel,

este distingue a la acción política como estratégica en la medida que se

dirige a otros sujetos que ocupan lugares en el campo del poder. Es a través

del saber analítico que brinda la teoría que puede ocurrir la identificación

de fuerzas de aliados y antagonistas que hay que saber ponderar para saber

utilizarlas hacia los objetivos propuestos (Dussel, 2006).

En resumen se pondrá el foco en aquellos puntos que los autores a analizar

propongan formas de procedimiento dirigidas a otros sujetos para sujetos

específicos como la clase obrera.

Alianzas políticas

Dentro de esta visión de lo político como una forma estratégica de proceder

para alcanzar ciertos fines, se puede mencionar que una arista importante

de esta conceptualización tiene relación con las conformaciones de alianzas

entre clases, entendiendo esta como una unión temporal que se establece

entre distintos grupos o clases sociales para llevar a cabo una lucha por

intereses comunes (Harnecker, 1974: 5). Estas alianzas que se establecen,

Page 46: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

46

tienen una connotación estratégica y táctica, donde se tiene que adquirir

algún tipo compromiso o concesiones con partidos o grupos políticos.

Plano utópico

Se entenderá por plano utópico las postulaciones de los autores de un

sentido de la historia así como la imaginación de un lugar más allá de todas

las historias que aparezcan en su obra teórica (Jameson, 2006). En el plano

político la utopía se traduce en un programa político radical capaz de

concebir una alteridad sistémica, una sociedad alternativa. Para este trabajo

importa revisar cómo es caracterizada esta sociedad alternativa y si es

planteada desde cambios estructurales/materiales o desde planos

ético/culturales.

METODOLOGÍA

La fuente de información utilizada y el análisis de la misma, corresponde a

textos de la corriente neomarxista de la dependencia y al “análisis de

contenido cualitativo” (Andréu, s/f), respectivamente. La fuente de

información corresponde a fuentes secundarias: producciones intelectuales

de los cinco teóricos de la dependencia neomarxista ya mencionados. La

unidad de información son las obras de los cinco teóricos de la dependencia

neomarxista ya mencionados, y la unidad de análisis es la problemática del

trabajo en la corriente neomarxista de la teoría de la dependencia.

La técnica de recolección de información corresponde la búsqueda online y

en bibliotecas, según los criterios que se definirán más adelante, las obras

de los cinco teóricos de la dependencia neomarxista ya mencionados.

La pauta para el análisis de la información corresponde a un desglose de las

dimensiones de la problemática del trabajo definidas en el marco teórico, a

la vez que inductivamente se elaborarán nuevas categorías al analizar los

textos. La información analizada fue sistematizada y ordenada a partir de

las categorías que emergieron en el análisis de la misma, teniendo como

referencia las dimensiones y subdimensiones del estudio.

El criterio de selección de los textos fue el garantizar a lo menos dos textos

por periodo para cada autor (el período anterior a las reestructuraciones

productivas neoliberales se marca con un 1 y el posterior con un 2),

intentando congeniar entre estos dos textos uno de carácter teórico y otro

de carácter empírico, de donde se derivan proposiciones políticas.

Page 47: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

47

Tabla con los textos analizados:

Autor Año texto Periodo Referencia bibliográfica

Bambirra 1971 La mujer chilena

en la transición al

socialismo

1 Bambirra, Vania (1971) La mujer

chilena en la transición al socialismo.

Documentos Punto Final n°133,

Santiago de Chile.

Bambirra 1974 El capitalismo

dependiente

latinoamericano.

1 Bambirra, Vania (1978) El

capitalismo dependiente

latinoamericano. Siglo XXI, México

D.F.

Bambirra 1978 Teoría de la

Dependencia: una

Anticrítica.

1 Bambirra, Vania (s/r) Teoría de la

Dependencia: una Anticrítica.

Cátedra Che-Guevara - Colectivo

Amauta.

http://www.rebelion.org/docs/550

78.pdf

Caputo 1970 Imperialismo,

dependencia y

relaciones

económicas

internacionales

1 Caputo, Orlando & Pizarro, Roberto

(1970) Imperialismo, dependencia y

relaciones económicas

internacionales. Cuadernos de

estudios socioeconómicos 12-13.

CESO, Santiago de Chile

Caputo 1970 Dependencia e

inversión

extranjera

1 Caputo, Orlando & Pizarro, Roberto

(1970) Dependencia e inversión

extranjera. En: Chile, Hoy. Siglo XXI,

Santiago de Chile.

Caputo 2007 La economía

mundial y

América Latina a

inicios del siglo

XXI

2 Caputo, Orlando (2008) La economía

mundial y América Latina a inicios

del siglo XXI.

http://www.rebelion.org/docs/809

57.pdf

Caputo 2011 Allende, el Cobre

y el Movimiento

de Trabajadores y

Estudiantes.

2 Caputo, Orlando & Galarce, Graciela

(2011) Allende, el Cobre y el

Movimiento de Trabajadores y

Estudiantes.

http://www.rebelion.org/docs/130

872.pdf

Page 48: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

48

Caputo 2011 Marx, la

disminución de la

jornada de trabajo

y las categorías

mercantiles.

2 Caputo, Orlando (2011) Marx, la

disminución de la jornada de trabajo

y las categorías mercantiles.

http://www.rebelion.org/noticia.ph

p?id=126081

Dos Santos 1966 El concepto de

clases sociales

1 Dos Santos, Theotonio (1966) El

concepto de clases sociales. CESO,

Santiago de Chile.

http://www.revistas.uchile.cl/index.

php/ANUC/article/viewFile/22315/

23631

Dos Santos 1970 Subdesarrollo y

dependencia.

1 Dos Santos, Theotonio (2007)

Subdesarrollo y dependencia. En: El

marxismo en América Latina. LOM,

Santiago de Chile.

Dos Santos 1972 Problemas de la

transición al

socialismo y la

experiencia

chilena.

1 Dos Santos, Theotonio (1972)

Problemas de la transición al

socialismo y la experiencia chilena.

En: transición al socialismo y

experiencia chilena. CESO & CAREN,

Santiago de Chile.

Dos Santos 2010 Crisis estructural

y crisis de

coyuntura en el

capitalismo

contemporáneo.

2 Dos Santos, Theotonio (2014) Crisis

estructural y crisis de coyuntura en

el capitalismo contemporáneo. En:

Marx en el siglo XXI. LOM, Santiago

de Chile.

Gunder

Frank

1966 El subdesarrollo

del desarrollo.

1 Gunder Frank, André (1971) El

subdesarrollo del desarrollo.

Editorial Anagrama, Barcelona,

España.

Gunder

Frank

1969 Sociología del

desarrollo y

subdesarrollo de

la sociología.

1 Gunder Frank, André (1971)

Sociología del desarrollo y

subdesarrollo de la sociología.

Editorial Anagrama, Barcelona,

España.

Gunder

Frank

1998 Globalización, no

occidentalización.

2 Dos, Santos, Theotonio (1998) Los

retos de la globalización: ensayos.

UNESCO, Caracas, Venezuela.

Marini 1969 Subdesarrollo y 1 Marini, Ruy Mauro (1971)

Page 49: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

49

revolución Subdesarrollo y revolución. Siglo

XXI, México D.F.

Marini 1972 Antecedentes

para el estudio del

movimiento de

masas en el

periodo (1967-

1970) y (1971-

1972).

1 Marini, Ruy Mauro (1976) El

reformismo y la contrarevolución.

Estudios sobre Chile. Ediciones Era,

México D.F.

Marini 1973 Dialéctica de la

dependencia.

1 Marini, Ruy Mauro (1991) Dialéctica

de la dependencia, Ediciones Era,

México. http://www.marini-

escritos.unam.mx/004_dialectica_es.

htm

Marini 1996 Procesos y

tendencias de la

globalización

capitalista.

2 Marini, Ruy Mauro (1997) Procesos

y tendencias de la globalización

capitalista. CLACSO

http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar

/clacso/se/20100830093334/08pr

oceso.pdf

Marini 1997 El concepto de

trabajo

productivo. Nota

metodológica

2 Dos, Santos, Theotonio (1998) Los

retos de la globalización: ensayos,

pp. 153-163. UNESCO, Caracas,

Venezuela.

ANÁLISIS DE LOS DATOS

De los veinte textos revisados hay cinco textos que no tienen relación con la

problemática del trabajo, o tienen escasa relación con ésta. Estos son

principalmente de Gunder Frank. De los cinco teóricos de la corriente

neomarxista estudiados es Marini él con más (y más profundas) referencias

hacia la problemática del trabajo en América Latina. A este le sigue Dos

Santos y Caputo. Y al final se encontrarían Gunder Frank y Bambirra26.

A continuación se presentan las ideas más relevantes, y algunas citas que

las refuerzan, del análisis de los textos. Estos resultados se presentan por

26

De Bambirra no se encontraron textos en español para el segundo periodo.

Page 50: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

50

dimensiones de la investigación como síntesis de todos los autores,

tratando de hacer dialogar en estos niveles los distintos períodos de la

investigación (1 y 2). Previo a esto se hará un breve “resumen” de los cinco

textos arriba comentados:

Gunder Frank (1969) estudia la sociología del desarrollo que es producida

en los países desarrollados para ser exportada y usada en los países

subdesarrollados. Existen escasas referencias a la problemática del trabajo

en el texto. Las que hay no son centrales y solo se presentan como ejemplos

para debatir elementos con la sociología del desarrollo, lo cual es el objetivo

del texto.

Gunder Frank (1970) no dice nada sobre la problemática del trabajo, su

objeto son las relaciones de dependencia entre la periferia y el centro. Si

bien en esta totalidad estudiada por Gunder Frank no hace mención al

trabajo, implícitamente el trabajo es su condición de existencia: sin división

del trabajo no hay dependencia.

Gunder Frank (1998) pretende reescribir una historia mundial, global,

universal y holística que pueda ofrecer la base historiográfica para una

mejor teoría social. Solo hay algunas referencias al “trabajo” o a la “fuerza

de trabajo” para hablar de algunos procesos históricos, pero de manera

marginal y no coincidente a los objetivos de la investigación.

Dos Santos (1972) tiene escasas referencias hacia la problemática del

trabajo, y las que hay son solo políticas referidas hacia Chile. El texto

básicamente resume las impresiones que se lleva Dos Santos de un

symposium realizado en Chile en 1972 llamado "la transición al socialismo

y la experiencia chilena". Comenta que ve con buenos ojos la diversidad de

marxismos existentes en Chile y sus canales de comunicación, pero que a

todos les falta entender teóricamente (para actuar políticamente) que es la

transición al socialismo y si Chile la está viviendo o no.

En Bambirra (1974) no existen referencias a la problemática del trabajo. En

el texto Bambirra elabora dos tipologías para el análisis de situaciones

concretas de dependencia en América Latina desde un enfoque histórico-

estructural. Las tipologías se definen por la situación estructural en la que

se encontraban los países de América latina cuando se inició el proceso de

integración monopólica de éstos por parte de EE.UU. en la posguerra.

Page 51: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

51

Nivel ontológico

Respecto al primer período analizado puede concluirse que no hay una

centralidad de la ley del valor trabajo en el planteamiento de los autores de

la dependencia. El único que plantea esto es Marini y pone su énfasis en los

cambios de la productividad, la intensificación de la explotación y el

desarrollo del capitalismo.

Lo que sí tiene un mayor peso para los teóricos de la dependencia son las

relaciones entre la plusvalía y la dependencia, entendiendo en este caso

“plusvalía” al margen de la teoría del valor-trabajo, es decir hay un “saqueo”

constante de riquezas que determina la dependencia. La extracción de

plusvalía por parte de las economías centrales, configurará no sólo una

división internacional del trabajo, sino que configurará las relaciones que se

dan en la producción interna. El afán de las clases dominantes locales de

compensar la pérdida de la plusvalía se dará mediante la superexplotación

del trabajo.

El fenómeno de la superexplotación, para Marini, pero con otros nombres

para los otros teóricos, será vital para entender los cambios y las

transformaciones sociales en América Latina y tiene un estatuto ontológico

que debe ser recalcado. Este plantea una arritmia en las relaciones entre las

fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, convirtiéndose

en fuente de un potencial derrumbamiento de la estructura capitalista en su

conjunto.

Las clases dominantes locales, debido a su posición subordinada, tratará de

resarcirse de esta pérdida de plusvalía/valor aumentando el valor absoluto

de la plusvalía creada por los trabajadores. Esto decantará en la

superexplotación del trabajo en los países dependientes.

En el segundo periodo es Marini, como en el primer periodo, el único autor

dentro de la corriente que adhiere explícitamente a la tesis del valor-

trabajo. Es el único autor de la corriente que construye sobre esta base

ontológica (y la hace explícita) su construcción del concepto de

dependencia. Es decir, en el primer periodo su construcción del concepto de

dependencia se encuentra incrustada en la economía política marxista, y en

el segundo periodo, su construcción del concepto de la globalización de la

economía mundial también.

Page 52: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

52

En la globalización de la economía mundial (Caputo) existe una tendencia

que hace que los valores de las mercancías, expresados en precios, cada vez

más correspondan al trabajo materializado en éstas. Hay una tendencia

hacia la plena instauración de la ley del valor-trabajo. Hay que decir que

este fenómenos es una tendencia, no tiene porque algún día instaurarse

esta ley, pues existen una serie de mecanismos que juegan como contra

tendencia a esta situación, como el intento constante de los capitalistas de

no difundir los nuevos procesos productivos que les permitan obtener

ganancias extraordinarias por algún periodo de tiempo.

La superexplotación, como esencia de la dependencia para Marini en su

primer periodo, se convierte en el segundo en un fenómeno generalizado de

la globalización de la economía mundial. A lo anterior se suma que la

superexplotación del trabajo coloca al trabajo mismo en el centro de toda la

sociedad burguesa, por su tendencia a la provocación de crisis del capital.

El contenido de la superexplotación del trabajo es el mismo, para Marini,

que la explotación del trabajo en el sentido de la economía política de Marx.

Como futura fuente de investigación se abre la pregunta ¿es necesario el

concepto de superexplotación para explicar la explotación en la economía

mundial globalizada? ¿Fue necesario alguna vez, como plantea Dussel

(2011), este concepto para dar cuenta de la dependencia en América

Latina?

Nivel teórico/empírico

En el primer periodo hay una preocupación por la diferenciación social y la

conformación de clases por parte de los teóricos de la dependencia. Los

aportes de Marini y Dos Santos serán claves en esta línea. Desde el análisis

se identificaron diversos criterios de conformación de clase que van desde

el lugar que se ocupa en el proceso de organización, la propiedad sobre los

medios de producción y la expresión de las relaciones antagónicas

estructurales entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción

(sin sujeto).

A partir de lo último se debe destacar el hecho de que los planteamientos de

los teóricos de la dependencia contienen un mayor potencial para describir

una estructura de clases que el marxismo clásico ortodoxo en el primer

Page 53: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

53

periodo. Hay un intento de hacer análisis comprendiendo la

“sobredeterminación” (Althusser, 1971) de la estructura social.

La diferenciación social de clases a partir del trabajo no ha variado entre los

dos periodos de la corriente neomarxista de los teóricos de la dependencia

estudiados. La diferenciación de clases es central para el marxismo, siendo

siempre la distinción base entre proletario y burgués (trabajo y no trabajo).

Esta distinción es hecha por los teóricos teniendo en cuenta los distintos

niveles de abstracción del análisis de las clases (Dos Santos, 1966). A

grandes rasgos la corriente identifica las dos clases sociales mencionadas,

por los criterios de explotación y de “campo”. Habiendo estos criterios

variado entre el primer y segundo periodo.

En el primer periodo, los teóricos intentar dar cuenta de las

diferenciaciones internas a las clases. Diferenciaciones que van desde

cuestiones de género, la existencia de clases medias, la distinción de los

trabajadores por sector productivo. Es aquí donde también puede verse

reflejada la importancia de la problemática del trabajo en los teóricos de la

dependencia: dadas las condiciones materiales de las clases populares estas

se ven obligadas a ocupar más de un trabajo a la vez dificultando la

clasificación fija de estos en clases estáticas:

En el segundo periodo siguen existiendo distinciones precisas al interior de

las clases. Por ejemplo, al trabajador a quien se le otorga por parte del

capitalista la función de dirección del proceso productivo no se le considera

clase obrera, pues empíricamente éste tendría a aliarse con la clase

burguesa cuando la lucha de clases se agudiza. Esta situación no es

exclusiva del segundo periodo (aunque no se encontraron referencias de

esto en los textos del primer periodo).

Veamos ejemplos de diferenciaciones en ambos periodos:

“Cargos intermedios en las sociedades subdesarrolladas,

desempeñados por miembros de las clases medias tales como

oficiales del ejército, burócratas gubernamentales, ejecutivos

menores, administradores, policías y otros son funcionalmente

bastante específicos” (Gunder Frank, 1971: 24).

Page 54: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

54

“En los países subdesarrollados, los pobres, ya sean clasificados como

trabajadores en el sector primario, secundario o terciario, realizan

efectivamente varios trabajos a la vez, siendo, por ejemplo,

campesinos, comerciantes, vendedores ambulantes, ladrones, y

proveedores de seguridad social para los demás, tratando de

subsistir en la lucha por la vida” (Gunder Frank, 1971: 24).

“La dueña de casa es la mujer cuyo servicio doméstico no acarrea

ninguna remuneración (…) referencia emocional. Trabajo penoso y

embrutecedor según Lenin.” (Bambirra, 1971).

“Si, por un lado, debido al aumento de la productividad del trabajo,

tiende a reducirse la cantidad de trabajadores ligados directamente a

la producción, se incrementa, por otro lado, el número de los que se

emplean en las esferas de la circulación y la distribución” (Marini,

1996).

“El papel que desempeña el trabajador asalariado; vale decir en

saber si ese papel corresponde a un desdoblamiento del proceso de

trabajo o si corresponde a un desdoblamiento de la función del

capitalista, que Marx resume como: dirección, vigilancia y enlace (...)”

(Marini, 1996).

Lo nuevo de la globalización, que es descrito por Marini en su segundo

periodo, es la explicitación de la heterogeneidad de la clase obrera y la

dificultad de aprehenderla. El obrero como productor de mercancías se ha

diversificado bastante en la globalización, estando algunos de éstos al

margen de la producción directa de valor, conformándose un obrero

colectivo diferenciado en su interior que solo logra producir lo que produce

como un todo articulado (Marini, 1996). En línea con lo anterior, Marini

(1996) advierte de los peligros teóricos/políticos de “restringir la clase

obrera a los trabajadores asalariados que producen la riqueza material".

Una contraposición al planteamiento de que los teóricos de la dependencia

se desmarcan de un marxismo ortodoxo puede verse en el plano de la

conciencia de clase. Esta es vista principalmente, primero como acotada por

la estructura de clases y segundo, aplicada mecánicamente a los intereses

de clase. No se abordan temas como la identidad de clase y el proceso de

conformación de esta:

Page 55: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

55

“Podemos definir la conciencia de una clase como la representación

consciente posible de sus intereses en un modo de producción dado

(…) La conciencia de clase se determina al nivel del análisis de los

intereses de clase dentro de una formación social dada,

independiente de la existencia de individuos que perciban o no esos

intereses” (Dos Santos, 1996).

En el segundo periodo, al igual que en el primer periodo, la conciencia de

clases es para los teóricos de la corriente un "deber ser" objetivo que los

trabajadores adquieren al hacerse consciente de su posición en la

estructura de clases y de sus intereses materiales ligados a esta posición. Y

esta conciencia es de la totalidad de la clase obrera, sin importar sus

diferenciaciones internas.

De lo anterior se desprende que la lucha de clases es una situación objetiva

debido a conciencias de clases (identidades e intereses) opuestas e

irreconciliables. Las referencias a la lucha de clases son entonces

conectadas con fenómenos económicos estructurales, por lo que no hay en

la TD tantas referencias explícitas a la lucha de clases, pues se toma como

premisa.

Otro elemento a destacar en esta parte es las relaciones que establecieron

los autores entre el proceso de industrialización y la precariedad de las

clases populares de los países dependientes. Como se mencionaba, puede

verse en este punto las divergencias con las teorías desarrollistas de la

época al dar cuenta de los efectos precarizantes de la industrialización.

Estas condiciones materiales del trabajo determinarán el proceso de trabajo

en la medida que habiendo condiciones materiales precarias los individuos

de clases populares aceptan salarios más bajos y se perpetúa la

superexplotación del trabajo.

Para estos teóricos la división del trabajo sería uno de los principales

reflejos de la dependencia económica que Latinoamérica tendría con

respecto a las economías centrales. De esta manera, este concepto pasaría a

ser uno de los centrales para entender las distintas problemáticas no sólo

económicas de esta región en particular sino también entender las distintas

realidades materiales como inmateriales de la clase obrera y de la clase

popular precarizada en general, por lo que esta problemática no se

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56

terminaría con el declive de la teoría de la dependencia en general, sino que

proseguirá esta visión internacionalista de la división del trabajo hasta los

últimos escritos de los autores, los cuales seguirán planteando esto como

una problemática sin resolver y cuyo eje se centra en la explotación y

precarización de las masas asalariadas de las regiones periféricas.

En el segundo periodo esta forma de entender la división internacional del

trabajo cambia. La globalización ha provocado una reconfiguración de la

división internacional del trabajo, teniendo graves efectos sobre los

trabajadores (disminución de salarios y de posibilidad de control por parte

de éstos de las rentas sobre los recursos naturales).

Como se dijo más arriba, la globalización reestructura la división

internacional del trabajo. La diferenciación entre naciones ya no se da en

términos de centro-periferia para los teóricos de corriente neomarxista en

su segundo periodo, sino que en la misma fuerza de trabajo. Esto se expresa

principalmente en Marini, quien muestra que la globalización acentúa “la

internacionalización de los procesos productivos y la difusión constante de

la industria hacia otras naciones (…) sobre todo para hacer frente a la

agudización de la competencia a nivel mundial” (Marini, 1996: 267). Las

empresas transnacionales capitalistas posibilitan, según Marini, la nueva

división internacional del trabajo: “Las fábricas modernas (…) pueden ser

instaladas en casi todas partes del mundo” (Marini, 1996: 258).

La globalización de la economía mundial trae consigo una “nueva división

nacional del trabajo, que operaría en el plano de la misma fuerza de trabajo

y no, como antes, a través de la posición ocupada en el mercado mundial

por la economía nacional en donde el trabajador se desempeña” (Marini,

1996: 259). La dependencia, como forma de división internacional del

trabajo dejaría de operar, para así conformar un “verdadero ejército

industrial globalizado” de trabajadores. Estratificándose este ejército “en

función del grado de educación, cultura y calificación productiva de cada

uno” (Marini, 1996: 259), y no en función de la nación a la que pertenecen.

Todos los teóricos de la corriente neomarxista que tienen referencias al

segundo periodo concuerdan en que el último cuarto del siglo XX se

caracteriza por una serie de cambios globales que afectan el trabajo:

algunos los tematizan globalización de la economía mundial (Caputo y

Marini), y otros como sistema mundo (Gunder Frank y Theotonio Dos

Page 57: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

57

Santos). Todos concuerdan en que existieron una serie de

reestructuraciones productivas que afectaron al mundo del trabajo.

Estas reestructuraciones productivas de fines del siglo XX se han

caracterizado por una serie de elementos, todos enmarcados en la

flexibilidad del trabajo. Este proceso es caracterizado como un

“procedimiento que obliga al obrero, al cambio de la estabilidad en el empleo,

a aceptar modificaciones que afectan desde el puesto de trabajo y el salario

hasta la jornada laboral, en su duración e intensidad” (Marini, 1996: 257).

Esta flexibilidad puede ser externa o interna, siguiendo los planteamientos

de De la Garza (2011) o simplemente como buena o mala. El primer papel lo

juega la implementación del conocimiento en los procesos productivos

como principal como motor de éstos y el segundo la tercerización de

actividades productivas.

La tercerización del trabajo como fenómeno protagonista a marcado un

antes y un después en el mundo del trabajo según los teóricos de la

corriente, por sus negativas implicancias en los trabajadores. Es una forma,

entonces, del capital de reducir gastos y de romper las organizaciones de

los trabajadores:

“El dominio creciente del capital que se ha expresado con fuerza en la

flexibilidad laboral y en el fraccionamiento de los procesos

productivos y en la creación de empresas contratistas y

subcontratistas que trabajan para una empresa mandante ha

profundizado la debilidad de las organizaciones de los trabajadores”

(Caputo, 2008).

Nivel político

En primer lugar habría que distinguir que el aspecto político estaría

fuertemente marcado por connotaciones utópicas sin ligarlas con

estrategias prácticas y/o tácticas. De esta manera se podría establecer y

concluir que los postulados de los distintos autores de la corriente

neomarxista seguirían una línea más bien teórica y cuanto a la necesidad de

poder implementar un cambio con respecto a la explotación y precariedad

que el trabajador y las distintas clases populares sufren con esta

dependencia económica.

Page 58: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

58

De acuerdo a esta línea se tendría que hacer una distinción entre los

enunciados del primer y del segundo período, donde el primero estaría

marcado por una influencia ideológica característica de mediados del siglo

XX, donde la corriente anti imperialista y las nuevas corrientes derivadas

del marxismo darían a estos teóricos ciertas bases y fundamentos para

poder establecer ciertas líneas político-estratégicas para poder abordar el

tema de la dependencia. De esta manera, se aprecia una fuerte tendencia

hacia la lucha de clase, hacia la intención de que el obrero tome el control

productivo y político de la región, donde en ocasiones y si es necesario

tendría que recurrir a la violencia armada para poder lograr este objetivo.

Como contraparte se tienen los postulados del segundo período estudiado,

en donde se puede establecer que existiría una moderación en relación al

discurso político anterior, donde ya no estaría marcado por una clara

ideología de izquierda ortodoxa, sino que estaría compuesto por propuestas

más mesuradas, tendiendo a conceptos como “democratización estatal”. Por

estos motivos, se puede apreciar una ruptura en cuanto a las visiones

estratégicas generales del primer y segundo período de este análisis:

“Los trabajadores no podrán revertir esa situación, tras asegurar su

unidad de clase, si no se plantean firmemente en el terreno de la

lucha por la democratización del Estado, a fin de quitarles a las

clases dominantes el control de la economía y, sobre la base de una

movilización lúcida y perseverante, establecer un proyecto de

desarrollo económico compatible con la nueva configuración del

mercado mundial” (Marini, 1996: 270).

Otro aspecto importante que habría que mencionar, sería una segunda

diferenciación entre el primer y segundo período en cuanto a estrategias

políticas más específicas, donde para los autores de la década de los 70, la

necesidad de internacionalizar la lucha obrera era un aspecto fundamental

a la hora de establecer una lucha y una revolución para poder cambiar el

orden establecido de la dependencia. De acuerdo a esto existiría otro

quiebre con el pensamiento del segundo período, el cual estaría marcado

por la necesidad de establecer lazos regionales para poder hacer frente a las

distintas problemáticas que la economía mundial otorga a los países

latinoamericanos.

Page 59: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

59

Lo que sí tienen de similitud estos dos períodos, sería por un lado el

constante elemento utópico en sus enunciados, donde resalta la

emancipación del obrero, el control productivo de este y la necesidad de

construir un mundo mejor en base a esta emancipación. Otro aspecto a

destacar es la falta de elementos concretos para poder llegar a esta

emancipación, por lo que no tenderían a aterrizar sus propuestas a planos

más concretos de acción, siendo teóricos más idealistas que pensadores

políticos concretos.

Habría que mencionar que los autores que destacaron en este plano son

Marini y Dos Santos, los cuales si bien tienden a plantear ideas distintas, su

afán por intentar promover un pensamiento no simplemente teórico, sino

que también crítico a la hora de abordar las distintas problemáticas del

trabajo en América Latina - enmarcado en la Teoría de la Dependencia –

serían de gran ayuda a la hora de establecer qué tipo de pensamiento es el

que se ha forjado en este región a lo largo del transcurso de estas últimas

cinco décadas.

CONCLUSIONES

Hemos comprendido a la dependencia como un problema social que tiene

que ver con el excedente social, es decir, tiene su origen en lo económico-

político (su esencia) pero se expresa en otros múltiples campos (cultural,

ideológico, político, etc.). El fenómeno de la dependencia es “esa

transferencia (de valor) efecto de la competencia y el monopolio entre

naciones” (Dussel, 2011). Esa transferencia, que hace que unos países

ganen y otros pierdan, es producto del distinto nivel de desarrollo de éstos

(en términos de composición orgánica del capital): “El sistema capitalista, si

bien ha unificado al mundo, lo ha unificado sobre la base de naciones

desigualmente desarrolladas” (Amin, 1974: 86).

Frente a esta situación de dependencia conceptualizada se construyen

teorías o se adhiere a teorías ya existentes, como a las del imperialismo de

Lenin u otros “neomarxistas”, como Rosa Luxemburgo, Baran y Sweezy,

etcétera, para el caso de la corriente que hemos estudiado. Por esta

adhesión teórica la corriente neomarxista de la TD tiene un fundamento

ontológico que radica principalmente en el marxismo. En estos

fundamentos podría encontrarse la dialéctica o la teoría del valor-trabajo.

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60

Este segundo tema incumbió a esta investigación y resulto ser central,

aunque solo explicitada y desarrollada para Marini elaborando categorías

novedosas como “superexplotación” del trabajo.

En línea con el neomarxismo, y por fuera del ortodoxo, la corriente

estudiada trata de aprehender la complejidad de la realidad

latinoamericana, evitando caer en reduccionismos esencialistas biclasistas

(burgués/proletario), comprendiendo los cambios de esta realidad en los

casi 50 años de reflexión y estudio. A su vez, tampoco hay un consenso en

los criterios de conformación de clases sociales, los cuales van desde el

lugar que se ocupa en el proceso de organización, la propiedad sobre los

medios de producción y la expresión de las relaciones antagónicas

estructurales entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción

(sin sujeto).

En relación a los cambios en el mundo del trabajo tras las

reestructuraciones productivas de fines del siglo XX la corriente de la TD no

otorga elementos novedosos. Habla de procesos de tercerización,

flexibilidad, conocimiento, etcétera, que ya han sido tematizados por la

sociología del trabajo (De la Garza, Antunes, Agacino).

Chocando con estas “aperturas teóricas” está el problema de la conciencia

de clase, la cual es vista “ortodoxamente”. En los dos periodos la conciencia

de clases es para los teóricos de la corriente un "deber ser" objetivo que los

trabajadores adquieren al hacerse consciente de su posición en la

estructura de clases y de sus intereses materiales ligados a esta posición. Y

esta conciencia es de la totalidad de la clase obrera, sin importar sus

diferenciaciones internas. No se introducen elementos de experiencias,

trayectorias, culturas al hablar de los fenómenos de la conciencia.

En relación al nivel político si bien la corriente no presenta buenos análisis

y por lo general son bastante abstractos, si muestra un proceso de

maduración importante del cual la izquierda latinoamericana debe

aprehender. La unidad de la izquierda y de Latinoamérica es fundamental,

como también el avance en democratizar el Estado, combinando luchas

institucionales con movilización social, nunca sin el pueblo. Marini y Dos

Santos llegan a esta conclusión después de apostar por la lucha armada y la

“toma del poder” en los 60’ y 70’, evidenciando un proceso reflexivo y un

cambio estratégico racional debido a los cambios en el contexto de la

región.

Page 61: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

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Page 63: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

63

Organización del trabajo en el neoliberalismo avanzado: el caso de Chile.

Luciana Arcanjo

Isabel Garrido

Belén Soto

Estudiantes de sociología de la Universidad de Chile

Correo de contacto: [email protected]

Resumen:

Las reformas neoliberales en Chile de los años 80 mutaron la organización

del trabajo en la región, surgiendo modalidades nuevas y perdiendo su

relevancia otras, con el denominador común de que quienes se insertan las

relaciones sociales de producción propias de esta forma de acumulación

tienden a hacerlo en modalidades más precarias de trabajo.

Asumiendo que el modelo productivo es explicativo de las características

del empleo, se indagó en las características de la organización del trabajo en

el Chile actual marcado por una economía neoliberal avanzada. Para ello se

utilizó la Primera Encuesta Nacional de Empleo, Trabajo, Salud y Calidad de

Vida de los Trabajadores y Trabajadoras de Chile del año 2010, realizando

un Análisis de Correspondencias que dio cuenta de un panorama general

que presenta cuatro modalidades distintivas de organización del trabajo

(sector subordinado, informal, calificado, y directivos), organizadas en

torno al capital socioeconómico y condición de autonomía o subordinación.

Palabras clave:

Organización del trabajo, neoliberalismo, desigualdad

Presentación del problema de investigación:

En la actualidad se amplían las discusiones en torno a las transformaciones

de la estructura productiva y el mundo del trabajo en América Latina y el

mundo, dentro de las cuales se inserta este trabajo y por lo cual es relevante

plantear los elementos básicos sobre ellas. Según Harvey (1998), el origen

de las transformaciones en la organización del trabajo debe rastrearse

hasta los años 70, cuando la crisis económica del petróleo fue respondida

con un ajuste económico tendiente a liberalizar los mercados. Los pioneros

en el cambio fueron Inglaterra y EE.UU., países que reestructuraron

completamente los sistemas productivos articulados por el Estado de

Page 64: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

64

Bienestar, abriendo el paso al neoliberalismo. La crisis económica forzó a

replantear el modelo fordista de empresa, predominante en la época

(grandes productoras en masa de un solo producto altamente especializado,

tales como la misma Ford, General Motors, etc.), puesto que demostró ser

demasiado rígido como para reaccionar adecuadamente a los vaivenes de la

economía. La respuesta a ello sería lo que Harvey denomina el modelo de

acumulación flexible, caracterizado por “un enfrentamiento directo con la

rigidez del fordismo. Ella se apoya en la flexibilidad de los procesos de

trabajo, de los mercados de trabajo, los productos y los patrones de

consumo” (Harvey, 1998). En definitiva, era un impulso por crear una

empresa capaz de adaptarse a las variaciones cualitativas y cuantitativas de

la demanda con rapidez, produciendo de manera acotada, según las

exigencias de determinados segmentos de la población. La organización del

trabajo se adaptó a esta flexibilización de modo que pudieran ajustarse

rápidamente el volumen y las calificaciones de los empleados para bajar los

costos de producción, adentrarse en nuevos mercados y producir acorde a

los vaivenes económicos.

El proceso de neoliberalización se vivió en Chile una década después de su

origen, en los 80, como respuesta a la crisis económica que vivía todo el

continente. Siendo en medio del período de dictadura, el gobierno contó con

la facilidad de no tener oposición política formal, por lo cual los ajustes se

lograron implementar con particular profundidad. Así, en

aproximadamente 5 años el país vivió la privatización de prácticamente

todas las empresas estatales, se terminó con la estrategia económica de

industrialización nacional, se desmantelaron los antiguos servicios sociales

públicos, y se potenció la apertura económica externa (Ruiz, 2006). Al

mismo tiempo en que ocurría el proceso de implementación del

neoliberalismo, el gobierno impulsó el denominado Plan Laboral, el cual

tenía por objetivo “modernizar” el mundo del trabajo a través de la

disolución de las estructuras burocrático-partidarias que hasta ahora tenían

facultades regulatorias de la economía (principalmente sindicatos),

modificar la normativa de negociación entre empleadores y empleados, y

flexibilizar las condiciones laborales de los trabajadores; todo esto (en

términos de los ideólogos de la reforma) con el horizonte de aumentar la

libertad de mercado y así hacer más productiva la economía (Piñera, 1980).

Si se conjuga el proceso de neoliberalización con los cambios ocurridos en

la organización sindical, el resultado es que el mundo del trabajo ha

Page 65: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

65

quedado subsumido bajo la libertad de empresa. Las principales

herramientas de los trabajadores para mejorar sus condiciones laborales y

de vida (huelga, sindicalización y negociación colectiva (Fundación SOL,

2014)) se han disuelto en trabas burocráticas que las hacen imposibles de

utilizar en la práctica, o bien se ha desarticulado totalmente su capacidad de

presión, como es el caso de las federaciones y confederaciones de

trabajadores o las agrupaciones por rama de la economía. Al mismo tiempo,

la flexibilización laboral y la caída de las protecciones sociales de los

trabajadores han disparado los índices de fatiga, falta de tiempo libre,

tensión y preocupación por temas laborales, a la vez que la percepción

sobre la propia salud empeora mientras más precarias sean las condiciones

laborales (MINSAL, DT e ISL, 2011). La ola neoliberalizadora ha aumentado

los ya notablemente altos niveles de desigualdad salarial en todo el

continente, y especialmente el Chile (Centeno & Hoffman, 1996).

Considerando lo anterior, cabe preguntarse cuáles son las características

que ha adoptado la organización del trabajo tras las reformas neoliberales,

considerando con ello las modalidades específicas así como también las

continuidades que puedan existir con otros modelos de acumulación

anteriores.

El interés por investigar la organización del trabajo radica en los

importantes cambios que trajo consigo el neoliberalismo en este ámbito. No

sólo se han creado formas distintivas de organización del trabajo, sino que

además se ha constatado que quienes se insertan a las relaciones de trabajo

neoliberales suelen hacerlo en modalidades de trabajo más precarias y

flexibles (Antúnes, 2003). Así, el investigar respecto al tema en Chile, país

que presenta uno de los mayores grados de penetración del neoliberalismo,

permite caracterizar cómo afecta este modelo económico en la organización

del trabajo, en un país que se inserta dentro de la realidad latinoamericana,

donde las transformaciones en la organización de la economía y el trabajo

adquieren una fisonomía distinta a las economías centrales en las que se

originan las conceptualizaciones de la acumulación flexible y el toyotismo.

Lo que vuelve necesario pensar las categorías de flexibilidad,

modernización, tercerización, entre otras, en torno la realidad particular

chilena y latinoamericana.

Page 66: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

66

Pregunta de Investigación

¿Cómo se estructuran las desigualdades en la organización del trabajo en el

panorama laboral chileno del neoliberalismo avanzado, desde las reformas

laborales de los años 80?

Objetivos:

Objetivo General Conocer cómo se estructuran las desigualdades en la organización del

trabajo en el panorama laboral chileno del neoliberalismo avanzado,

posterior a las reformas laborales de los años 80.

Objetivos Específicos Establecer tipologías que permitan caracterizar las principales

formas de organización del trabajo que se expresan en el Chile del

neoliberalismo avanzado.

Identificar los principales ejes que estructuran las desigualdades en

la organización del trabajo en el Chile del neoliberalismo avanzado.

Hipótesis:

H1: Los cambios producidos por la ola neoliberal en Chile, relacionados con

la flexibilidad laboral, la forma y la organización del trabajo, han implicado

formas más precarias de inserción en la economía (Tókman, 2007). Frente a

ello se puede hipotetizar que la desigualdad en la organización del trabajo

se relaciona con las nuevas modalidades del empleo flexible, poco

autónomo, y de baja remuneración.

H2: Considerando la fuerte relación entre las condiciones laborales en

términos generales y el ingreso de los trabajadores (Ruiz & Boccardo,

2013), el principal eje que ordena la estructura de desigualdades en la

organización del trabajo será el nivel socioeconómico, entendido

principalmente en términos de ingreso y nivel educacional. Cabe aclarar

que la hipótesis no asume que existe una relación de causalidad entre el

ingreso y determinada modalidad de organización del trabajo, puesto que

teóricamente sería inconsistente y tampoco la técnica estadística permite

establecerlo; la afirmación apunta a establecer un eje ordenador de los

puntos del mapa cuyo significado (de cumplirse la hipótesis) se analizará

teóricamente en el análisis de los resultados.

Page 67: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

67

Contexto de investigación: Las reformas neoliberales de los 80 y sus

consecuencias en la organización del trabajo:

Como se planteó anteriormente, Según Harvey (1998), el origen de las

transformaciones en la organización del trabajo debe rastrearse hasta los

años 70, cuando la crisis económica del petróleo fue respondida con un

ajuste económico tendiente a liberalizar los mercados. Los países pioneros

(Inglaterra y EE.UU.) reestructuraron abruptamente los sistemas

productivos articulados por el Estado de Bienestar, abriendo el paso al

neoliberalismo. La crisis económica junto a los aumentos en las tensiones

entre trabajadores y empresa, donde los primeros habían alcanzado formas

de acción colectiva capaces de presionar gracias a las condiciones que

permitía y necesitaba el Estado de Bienestar, que incluían cierto equilibrio

en la relación capital-trabajo para mantener la estabilidad que requería la

producción en la fábrica, forzaron a replantear el modelo fordista de

empresa, que demostró ser demasiado rígido como para reaccionar

adecuadamente a los vaivenes de la economía y no era capaz de responder

frente al quiebre de grandes empresas o paralizaciones sostenidas de la

producción. La respuesta a ello sería lo que Harvey denomina el modelo de

acumulación flexible, bajo el impulso de crear empresas capaces de

adaptarse a las variaciones cualitativas y cuantitativas de la demanda con

rapidez, produciendo acotadamente según las exigencias de determinados

segmentos de la población, que no dependiese en exclusiva de un gran

bloque de producción y de trabajadores ubicados en el mismo espacio,

trabajando al mismo tiempo, sino que fuese capaz de extender “brazos”

múltiples en los que se separase la cadena de producción, una empresa

capaz de externalizar sus funciones sin dispersar sus utilidades. La

organización del trabajo se adaptó a esta flexibilización de modo que

pudieran ajustarse rápidamente el volumen y las calificaciones de los

empleados para bajar los costos de producción, adentrarse en nuevos

mercados y producir acorde a los vaivenes económicos, generando el

modelo de empresa multinacional que conocemos hoy, con diversas

locaciones para la producción, la distribución y la venta, disgregada en sus

funciones y el espacio, elementos que en Chile se expresan, por ejemplo, en

las múltiples razones sociales y el multirut.

Para describir esta nueva forma de producción que adopta el capitalismo,

Antunes plantea que el capital hace oscilar al trabajo imprimiéndole un

carácter “perenne” de “súper fluidez”. Es decir, "en su aspecto perenne, cada

vez menos hombres y mujeres trabajan mucho, en ritmo e intensidad que se

Page 68: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

68

asemejan a la fase pretérita del capitalismo" (Antunes, 2007) mientras que,

en su aspecto de súper fluidez, refiere a que cada vez se encuentra menos

trabajo, y por tanto se expande la búsqueda de los trabajos flexibles y

temporarios. Además, el autor señala la importancia que tiene la

racionalidad de la “empresa moderna” y los idearios que de ella se

desprenden. En la medida en que, mediante “la implantación de las

‘competencias’, la ‘calificación’ y la ‘gestión del conocimiento’, más intensos

parecen tornarse los niveles de degradación del trabajo” (Antunes, 2007).

De ese modo, se prepondera la dimensión tecno-científica, cuyo resultado

no es otro que el aumento de la informalidad, tercerización, precarización

del trabajo y desempleo estructural a escala global.

La nueva forma que adquiere el trabajo, además, tiene implicancias a nivel

objetivo y subjetivo para la vida y organización de los trabajadores, lo que

significa -entre otras cosas- una menor disponibilidad temporal para el

quehacer personal, menos tiempo libre, menos espacios de vida colectiva y

menos disposición subjetiva hacia los mismos (Soto, 2008)

El proceso de neoliberalización se vivió en Chile una década después de su

origen, como una de las respuestas a la crisis económica que se vivía en el

continente en los Estados de Compromiso y los modelos industrializadores.

Habiendo ocurrido durante la dictadura, el gobierno contó con la facilidad

de no tener oposición política, por lo cual los ajustes se lograron

implementar con excepcional profundidad. Así el gobierno dictatorial

privatizó en su periodo prácticamente todas las empresas estatales,

terminó con la estrategia económica de industrialización nacional,

desmanteló los antiguos servicios sociales públicos, y potenció la apertura

económica externa (Ruiz, 2006). Al mismo tiempo, el gobierno impulsó en

1979 el Plan Laboral, el cual tenía por objetivo “modernizar” el mundo del

trabajo a través de la disolución de las estructuras burocrático-partidarias

que hasta ahora tenían facultades regulatorias de la economía

(principalmente sindicatos), modificar la normativa de negociación entre

empleadores y empleados, y flexibilizar las condiciones laborales de los

trabajadores; todo esto (en términos de los ideólogos de la reforma) con el

horizonte de aumentar la libertad de mercado y así hacer más productiva la

economía (Piñera, 1980). La profundidad de las mutaciones llevan a

denominar el modelo chileno actual como “neoliberalismo avanzado” (Ruiz

& Boccardo, 2013).

Page 69: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

69

Si se conjuga el proceso de neoliberalización con el arrasamiento de los

actores sindicales, el resultado es que el mundo del trabajo ha quedado

subordinado a la libertad de empresa. Las principales herramientas de los

trabajadores para mejorar sus condiciones laborales y de vida (huelga,

sindicalización y negociación colectiva (Fundación SOL, 2014)) se han

disuelto en trabas burocráticas que las hacen imposibles de utilizar en la

práctica, o bien se ha desarticulado totalmente su capacidad de presión,

como es el caso de las federaciones y confederaciones de trabajadores o las

agrupaciones por rama de la economía. Al mismo tiempo, la flexibilización

laboral y la caída de las protecciones sociales de los trabajadores han

disparado los índices de fatiga, falta de tiempo libre, tensión y preocupación

por temas laborales, a la vez que la percepción sobre la propia salud

empeora mientras más precarias sean las condiciones laborales (MINSAL,

DT e ISL, 2011).

Fenómenos relevantes a observar que permiten caracterizar las

transformaciones del último tiempo son: la integración de los trabajadores

al proceso productivo de modo flexible e inestable, que puede ser vía

flexibilidad contractual, salarial u organizacional. Para algunos autores,

como Bialakowsky (2009), el concepto de flexibilización del trabajo y el

abandono del modelo de trabajo por tiempo indeterminado ya pertenecen a

nuestra actual forma de pensar, y actualmente, es difícil prever la

superación o la sustitución de ese tipo de trabajo inestable.

Por otra parte se encuentran los fenómenos de independización o

encadenamiento productivo, que refieren a la integración entre grandes,

medianos y pequeños propietarios. En ese sentido, las PYMES no pueden

competir en igualdad de condiciones con los grandes conglomerados de

carácter monopólico. Entre grandes empresas y PYME también hay

externalización de costos, los holdings protegen su gasto dando los costos y

riesgos a las pequeñas unidades productivas, expresándose en rotatividad -

por alta tasa de natalidad y mortalidad de pequeñas empresas - lo que

conlleva a la inestabilidad y precariedad de la fuerza de trabajo que

conforma las PYMES.

Otro elemento importante que es posible vislumbrar en la nueva morfología

del trabajo es el fenómeno de la externalización de servicios, o

subcontratación, que entendida desde el modelo de Palomino (2000), es el

campo que combina la independencia contractual con la subordinación

organizativa. De esta forma, el concepto se entenderá como las estrategias

Page 70: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

70

de incorporación de trabajo en empresas mediante la incorporación de

una tercera empresa mediadora. La “independencia contractual” implica

que los trabajadores no mantienen una relación contractual directa con la

empresa usuaria de los servicios, sino que con la empresa que los recluta y

contrata. La “subordinación organizativa”, implica que los trabajadores se

encuentran supeditados a la empresa usuaria. Así, se llega a una “doble

sujeción”, ya que los trabajadores están bajo las órdenes organizacionales

de una empresa y a la vez dependientes contractualmente de otra, pero

relativamente autónomos en términos de subordinación organizativa. Una

consecuencia importante de la subcontratación es la desregulación de las

relaciones de trabajo: según Echeverría (2009), los trabajadores de

empresas externas casi siempre son reclutados con salarios y condiciones

de trabajo inferiores a aquellos de la empresa principal, aunque ejecuten

tareas similares o equivalentes. Y por lo general, no gozan de estabilidad en

el empleo, en la medida en que la empresa subcontratista normalmente está

limitada por un contrato de duración determinada con la empresa principal.

También, se destaca el fenómeno de la informalidad laboral, es decir,

trabajadores generalmente no calificados insertos en sectores de baja

productividad. Esto implica la exclusión en el acceso a los mercados y los

recursos productivos, a según la lógica de supervivencia a partir de la

creación de empleo insuficiente. En ese sentido, según Tokman (2007) las

actividades productivas que desempeñan los sectores informales se

desarrollan por lo general, fuera de los marcos legales y de regulación y la

población ocupada enfrenta condiciones de alta vulnerabilidad y pobreza.

El resultado es que ante la necesidad de sobrevivir, la gente se ve obligada a

buscar soluciones de baja productividad y bajos ingresos sea produciendo o

vendiendo algo, y para esto se requiere reducido capital y calificaciones.

Por último, cabe mencionar el fenómeno de la tercerización de la economía,

es decir, la predominancia del sector servicios. Jürgen Weller (2004),

destaca el papel cada vez más importante en la estructura productiva y

social del sector terciario, lo que desemboca en una creciente demanda

laboral. “Muchas de estas actividades tienen un potencial favorable para el

desarrollo sociolaboral, pues estos puestos de trabajo que suelen requerir

inversiones relativamente menores en capital físico y tecnología, valoran

sobre todo el capital humano (...). Por otro lado, en el sector terciario se ha

concentrado la generación de empleo de poca productividad, mal

remunerado y de mala calidad, posible por las bajas barreras de entrada a

Page 71: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

71

ciertas actividades, como los servicios personales y el comercio”. (Weller,

2004, pág. 160). Como se mencionó, la tercerización se vincula con la

mayoría de los fenómenos antes mencionados, pues este sector ha sido el

“más afectado por la flexibilización y externalización. Allí, en relación a

normalidad y regularidad, los trabajos creados en las últimas décadas en

este sector se caracterizan por ser esporádicos, desprotegidos, de baja

intensidad horaria, no calificados y, por lo tanto, con bajas remuneraciones

asociadas.” (CIPER Chile, 2011). Por tanto, la tesis que se desprende es que,

las políticas neoliberales implantadas implicaron un paulatino proceso de:

flexibilización, desregulación, externalización de la fuerza laboral y

tercerización que se observa, según Silva (2007), en la concentración

económica que toma la figura de grandes holdings en el sector de servicios.

Marco conceptual: Organización del trabajo en el neoliberalismo

avanzado chileno

En este apartado se definirá el concepto clave de la investigación: la

organización del trabajo. Para facilitar la posterior variabilización del

concepto, éste se descompondrá en dos dimensiones construidas

especialmente para el caso, las condiciones de empleo y la autonomía o

subordinación en el trabajo, que pretenden abarcar los aspectos más

relevantes que constituyen el concepto central, pero al mismo tiempo

resguardando que no decante en un diseño de investigación con tantas

variables que dificulte la lectura de los resultados. Cada dimensión se

definirá brevemente y se especificarán aquellos elementos que la

constituyen.

El concepto de organización del trabajo se considerará como el modo como

se estructuran las relaciones sociales dentro del ambiente laboral, en

consideración de los determinantes institucionales, físicos, socioculturales e

históricos del proceso de trabajo. Con esta definición se pretende dar

cuenta de la relación entre la forma como se organiza el trabajo y el modelo

productivo al cual responde, así como también del carácter histórico y

social de este último. En ese sentido, Harvey señala que la forma

organizativa actual se explica por el modelo de “acumulación flexible”, la

cual puso en evidencia la rigidez económica y política de los sistemas

fordista y keynesiano (Harvey, 1998). Sus características principales son la

“flexibilización de los procesos laborales, los mercados de mano de obra, los

productos y las pautas de consumo” (Harvey, 1998, pág. 190), en respuesta

Page 72: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

72

la necesidad de adaptarse a los vaivenes de los mercados; estos elementos

también se adaptarían al contexto económico local en que se insertan.

¿Cómo caracterizar la forma actual de organización del trabajo? Antes de

abordar el tema, es preciso dejar establecido que el mundo del trabajo no

puede conceptualizarse a través de un único esquema supuestamente

generalizado, tal como suele hacerse al hablar de “la era del fordismo”, “la

era del taylorismo” o “la era del trabajo flexible”, bajo el riesgo de

simplificar una realidad en al cual suelen convivir múltiples formas sociales

a la vez. Así, en el Chile actual se observa una gran mayoría de asalariados

con contrato y horas semanales fijas, tal como se conceptualiza el trabajo

“normal” (NENE, 2014), pero conviven con una creciente masa de

trabajadores “atípicos” que nacen como consecuencia de las

transformaciones recientes en la economía y el mundo del trabajo: la

preponderancia del sector servicios ha significado el surgimiento de nuevas

relaciones laborales en las que el producto es inmaterial, en que el cliente

mismo puede estar involucrado en el proceso productivo, no existe un

territorio o local fijo, o bien se trata de procesos de producción meramente

simbólica (comunicaciones, actividades culturales, etc.) (De la Garza, 2011).

Estas nuevas modalidades laborales ampliamente encontrables en la

producción inmaterial o de servicios (pero también existentes en empleos

de las áreas de extracción o manufactura) obligan a repensar las relaciones

sociales establecidas en el lugar de trabajo, que deben poder adaptarse a

una producción no mecanizada, más creativa, autónoma y flexible, y en

algunos casos ajena a la organización jerárquica y monolítica de la industria

clásica. Al mismo tiempo con estas formas de trabajo recién mencionadas,

convive en nuestro continente un sector informal altamente precarizado,

por fuera de las protecciones estatales y sociales, de muy bajos recursos,

que por su perennidad se ha dejado de considerar una “anomalía” para

pasar a entenderse como parte estructural, constitutiva, e incluso necesaria,

de la economía latinoamericana (De la Garza, 2011).

Ya establecidos los alcances del concepto y sus expresiones concretas en la

sociedad chilena, se presentan las sub-dimensiones con las cuales se

operacionalizará la organización del trabajo.

Dimensión 1: Condiciones de empleo Un primer aspecto son las condiciones de empleo, es decir, las

circunstancias objetivas bajo las cuales se encuentran los sujetos

empleados, y que determinan el modo general como desempeñan sus tareas

Page 73: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

73

y establecen relaciones con otros. Aguiar destaca que las transformaciones

en la organización del tiempo son de las más palpables en este aspecto: el

neoliberalismo ha reducido sistemáticamente el tiempo de trabajo

necesario, ha extendido el tiempo de trabajo excedente y eliminado el

tiempo muerto a través de la mecanización rigurosa de las tareas; siguiendo

la línea expuesta más arriba, estas modificaciones se vinculan fuertemente

con el modelo productivo, puesto que “el resultado total actual es una

transformación brutal de las condiciones sociales de extracción del

plustrabajo, produciendo un aumento inédito de la explotación del trabajo”

(Aguiar, 2008, pág. 8).

Un segundo aspecto relevante es el tipo de contrato, puesto que configura

tipos específicos de relaciones con el empleador, con los otros trabajadores

y con la misma empresa; en nuestro país un 18% de los ocupados no tiene

contrato laboral, un 41,7% tienen contrato escrito e indefinido, y el resto

trabaja a honorarios (Fundación SOL, 2014).

Por último, se debe incluir la durabilidad del contrato, es decir, si el

trabajador está contratado por tiempo indefinido, se establece un plazo

máximo de duración, o bien se trata de un compromiso por obra, servicio o

faena realizada. Este aspecto es relevante puesto que la ausencia de un

contrato indefinido se considera un factor que aumenta las posibilidades de

desprotección laboral, es decir, menores salarios, cotizaciones bajas o nulas,

contratos por tarea, etc. (Fundación Sol, 2011).

Dimensión 2: Autonomía/subordinación Una segunda dimensión a incluir en el análisis de la organización del

trabajo es la condición de autonomía o subordinación, es decir, la capacidad

de administrar e influir en las condiciones del trabajo propio o de otros

sujetos. Palominos (2000) distingue entre la posibilidad de autorregulación

del proceso de trabajo individual, a lo cual denomina autonomía, de la

posición relativa del trabajador dentro de la empresa que lo condiciona a

recibir órdenes o bien a administrar el trabajo de sujetos bajo su mando,

que llama subordinación. Cabe aclarar que ambos conceptos actualmente

no suponen necesariamente una relación despótica o coercitiva entre el

capitalista y el trabajador, como se describen distintos autores el

capitalismo de finales del siglo XIX y principios del XX, sino que, siguiendo

la propuesta weberiana, debe entenderse una dominación legitimada tanto

por jefes como por subordinados a través de distintos mecanismos políticos

y sociales que permiten mantener el orden social en el tiempo (Palominos,

Page 74: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

74

2000). En este marco, el autor observa que ambos aspectos han sufrido

transformaciones a causa de las reformas neoliberales implementadas en

América Latina en las décadas recientes que han tendido a flexibilizar las

formas tradicionales de trabajo dependiente, dando lugar a modalidades en

que legalmente se tiene una relación subordinada a un empleador, pero

organizacionalmente se deja libertad de acción al trabajador para que

realice la tarea por sí mismo, subordinado sólo a ciertos aspectos básicos de

la producción (como tiempos y controles de calidad); ello abre una serie de

dudas respecto a la responsabilidad del empleador frente a la seguridad

social del trabajador, que suele quedar en segundo plano en estas

relaciones de independencia relativa.

Además de lo anterior, el autor destaca la emergencia masiva del trabajo

subcontratado en esferas económicas en que antes no tenía presencia,

modalidad organizativa caracterizada por una ambigüedad respecto a su

condición subordinada: “el trabajador es contractualmente independiente

de la empresa usuaria de su trabajo pero se subordina a la organización del

trabajo fijada por ésta” (Palominos, 2000, pág. 18).

Frente a ello Palominos plantea la pregunta respecto a la posibilidad de

solidificar un antagonismo entre empleadores y empleados, siendo que las

relaciones de dominación se vuelven ambiguas en estas nuevas

modalidades de empleo: se relacionan a través de mecanismos de

dominación legitimados socialmente, no conviven cotidianamente en una

posición de subordinación y mando con su empleador directo, sino que el

trabajador goza de una aparente independencia de su empleador

(Palominos, 2000), etc.

Cabe añadir que las nuevas modalidades de empleo autónomo no son

necesariamente precarias. Goldthorpe (1992) conceptualiza al sector de

servicios, surgido de la división de la propiedad de los medios de

producción respecto a su control y gestión, el desarrollo del mercado

financiero, y el crecimiento del sector de servicios; estos fenómenos habrían

traído consigo el surgimiento de un sector de trabajadores cuyo papel sería

asegurar el correcto funcionamiento de la empresa aún sin ser propietarios,

en general cargos administrativos que tienen personal bajo su mando y

gozan de grandes libertades en el ejercicio de sus funciones, altamente

calificados, y que entre sus gratificaciones se incluye, además de buenos

salarios y estatus, la promesa de ascenso dentro de la empresa.

Page 75: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

75

Resultados:

La investigación permitió establecer cómo se estructuran las desigualdades

en la organización del trabajo en la población chilena en su conjunto, y en

cada sexo por separado. Así, se consideran cumplidos los objetivos tanto

generales como específicos del estudio. En particular, el AC arrojó factores

(o ejes del mapa) muy consistentes y altamente explicativos, uno

fuertemente relacionado con las variables de autonomía de los

trabajadores, y otro con el ingreso y el nivel educacional. Se denominaron

“autonomía” (eje X) y “capital socioeconómico” (eje Y), lo cual permitió

caracterizar cada plano del mapa como se muestra en el mapa:

Page 76: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

76

Se observó cómo la estabilidad laboral (contrato formal, jornada completa,

etc.) se relaciona con los salarios y niveles educacionales más altos y bajos

niveles de autonomía laboral; esto pone en cuestión si la definición de

“clase de servicios” propuesta por Goldthorpe (1992) puede aplicarse de

forma mecánica a Chile, puesto que la educación universitaria o incluso el

postgrado, junto con los altos salarios, no implican necesariamente que el

capital ceda la gestión productiva a estos sujetos; más bien, el sector de

directivos parece constituirse por condiciones extra-mercado.

Sector Informal

Sector

Calificado

Sector Directivo

Sector

Subordinado

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77

Quienes gozan de alta autonomía son gerentes con los salarios más altos o

bien trabajadores informales, que ganan el mínimo o inferior. Mientras

tanto, los sectores de menos ingresos parecen establecer vínculos laborales

sólo por boleta o informalmente, por plazos fijos u obra realizada, y con

poco poder de decisión en el trabajo. Este último grupo, el sector

subordinado, muestra que existe un conjunto de asalariados con

condiciones laborales altamente flexibles, bajos salarios, pocos años de

educación, y mínima autonomía en el trabajo; es decir, el tener un trabajo

formal no asegura dejar las condiciones precarias de trabajo. Así, queda

demostrada la pertinencia de la primera hipótesis de investigación: hay una

relación entre la desigualdad laboral y las nuevas modalidades de empleo

flexible y poco autónomo. Sin embargo, cabe agregar que las categorías

laborales “tradicionales” también son una fuente relevante de inequidad,

puesto que quedan marcadamente diferenciados los directivos y

trabajadores informales (no necesariamente vinculados a las nuevas formas

de empleo características del modelo neoliberal).

El estudio arrojó otros resultados interesantes que permiten complementar

sus objetivos iniciales. Quedó mostrado que un mayor nivel educacional no

implica necesariamente mayor autonomía; por el contrario, todas las

categorías de educación terciaria se encuentran a la izquierda y arriba del

mapa, es decir, trabajadores dependientes de un empleador, mandos

medios, y sin capacidad de administrar su propio trabajo. En definitiva, en

Chile la clase de servicios, sector privilegiado económicamente y que goza

de alta autonomía en el trabajo (Goldthorpe, 1992), son mayoritariamente

los gerentes; parecen estar en la cima de la pirámide organizacional, y

escasamente en las capas intermedias. Ello permite interpretar que la

organización laboral en el país es altamente jerarquizada, con una gran

masa de trabajadores dependientes y subordinados, y sólo una pequeña

porción que goza de poder de decisión sobre su propio trabajo.

La investigación deja abiertas algunas áreas a profundizar, puesto que la

técnica permite establecer panoramas generales, pero no da cuenta del

comportamiento de minorías. Queda asimismo pendiente profundizar en la

composición de los planos del mapa, para lo cual sería pertinente cruzar

con otras variables que amplíen el panorama más allá de la organización del

trabajo. Por ejemplo, cabe preguntarse por el papel del sindicalismo en este

panorama, o bien el bienestar subjetivo de los trabajadores o cuánto podría

influir la variable género en ello.

Page 78: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

78

Conclusiones:

Las conclusiones aquí presentadas buscarán abordar cuatro temáticas: en

primer lugar, la respuesta que el proceso ofreció a la pregunta de

investigación, en segundo término una contrastación con las hipótesis de

trabajo, las reflexiones que surgen del vínculo entre los resultados y el

marco teórico, y finalmente las preguntas que quedan abiertas al finalizar la

investigación. Todos estos elementos, íntimamente relacionados entre sí, se

pretenden mostrar como un todo coherente antes que apartados

diferenciados.

Mucho se ha escrito sobre las últimas tendencias en la organización del

trabajo, especialmente tras el ascenso del neoliberalismo y sus variantes

(Antúnes, 2003) (De la Garza, 2011) (Harvey, 1998) (Tókman, 2007) (Piore

& Sabel, 1984). Aun así, el panorama general de la organización del trabajo

en Chile ha sido escasamente mapeado de forma empírica, de tal forma que

los resultados de la presente investigación abren interesantes posibilidades

de análisis, considerando el vasto abanico teórico existente. En este caso se

utilizó el concepto de “acumulación flexible”, propuesto por Harvey,

entendido como un cambio productivo radical ocurrido en las naciones

capitalistas tras la crisis del petróleo de los años 70, tendiente a que la

economía pudiera adaptarse a las variaciones cualitativas y cuantitativas de

la demanda con rapidez, produciendo acotadamente según las exigencias de

determinados segmentos de la población. Sus consecuencias serían directas

en la organización del trabajo, la cual debía flexibilizar el volumen, régimen

de trabajo y calificaciones de sus trabajadores según los dictámenes

siempre cambiantes de la economía. Dicho lo anterior, los resultados que

arrojó la investigación se leerán en la clave de la acumulación flexible, que

busca alejarse de las conceptualizaciones que entienden la organización del

trabajo como el producto de la racionalización constante de la toma de

decisiones al interior de las empresas, entendiéndola más bien como la

consecuencia de un determinado modelo productivo.

¿Cómo se estructura la desigualdad en la organización del trabajo en al

panorama laboral chileno posterior a la Reforma Laboral y el advenimiento

del modelo de acumulación flexible? Tras realizar la investigación, se puede

afirmar que la pregunta que la guio sí fue respondida. El Análisis de

Correspondencias mostró la existencia de dos ejes que dan forma las

desigualdades en la organización del trabajo, la autonomía y el capital

socioeconómico; a su vez, el mapa de puntos mostró claramente que, a

Page 79: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

79

partir de estos ejes, se pueden describir cuatro modalidades distintivas de

organización del trabajo: el sector directivo, subordinado, informal y

calificado.

Destacan en este conjunto el sector subordinado, de bajas calificaciones y

salario, contratos por obra o a honorarios, y nulos niveles de autonomía.

Este grupo estaría conformado por los sectores de trabajadores formales

menos protegidos, que poco tienen que ver con los sectores obreros

clásicos, puesto que carecen de toda seguridad y proyección en el trabajo,

constituyendo una suerte de clase obrera “nómade” que muta

constantemente de empleo y se asocia al sector terciario (dado que la

industria propiamente tal ha casi desaparecido del modelo productivo

chileno), incluyendo trabajadores del retail, seguridad, secretariado, etc.

(Ruiz & Boccardo, 2013). Así, se confirma la tesis de que el neoliberalismo,

lejos de generar una mejora en las condiciones de vida generales de la

población, lo que hizo fue desestructurar ciertos sectores sociales,

- Autonomía

Sector calificado

Sector directivo

Sector subordinado

Sector informal

+ Autonomía

+ Capital socioeconómico

- Capital socioeconómico

Page 80: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

80

generando otros que son producto directo de las especificidades del modelo

económico de acumulación flexible.

Por su parte, el sector de directivos se puede vincular claramente con la

propuesta de Goldthorpe (1992) del “sector de servicios”, un nuevo grupo

social que surge con las transformaciones económicas tendientes a

fortalecer el sector financiero, aumentar el tamaño y complejidad de las

empresas, y consecuentemente escindir la propiedad de los medios de

producción respecto a su control y gestión. Como consecuencia, habría

nacido un sector entre los trabajadores cuyo rol sería asegurar el correcto

funcionamiento de la empresa aún sin ser propietarios, cargos

administrativos que tienen personal bajo su mando y gozan de grandes

libertades en el ejercicio de sus funciones (y en consecuencia altos niveles

de autonomía y flexibilidad organizaciones), altamente calificados, y que

entre sus gratificaciones se incluye, además de buenos salarios y estatus, la

promesa de ascenso dentro de la empresa. Así, se vería los cambios en el

modelo productivo chileno sí han traído consecuencias el surgimiento de

nuevas modalidades de organización del trabajo.

Por su parte, el sector de trabajadores calificados destaca por ser el único

que mantiene las condiciones laborales tradicionales, es decir, con un

contrato indefinido, jornada laboral completa, etc. Suelen ser además

trabajadores de mandos medios, con calificación terciaria y niveles de

salario medios y altos. Este hecho es decidor, puesto que corrobora la tesis

de que las modalidades de organización del trabajo en la economía

neoliberal son cada vez más flexibles (De la Garza, 2011) (aunque, viendo al

sector directivo, no necesariamente son precarias), siendo un único sector

quien goza de estabilidad laboral en términos clásicos.

Finalmente, cabe destacar la existencia fuertemente arraigada del sector

informal. Sus características son tan distintivas, que constituye un sector

específico del mapa de correspondencias: trabajadores sin contrato escrito,

con jornadas laborales fluctuantes, salarios y niveles educaciones muy

bajos, y altos niveles de autonomía (al no tener empleador). La persistencia

de éste sector aun con un proceso desarrollado de neoliberalización

económica, obliga a pensar hasta qué punto este grupo es un “excedente”

laboral, es decir, una anomalía a superar junto con el proceso de desarrollo

económico; numerosos teóricos económicos y estudios empíricos

consideran, por una parte, que la economía de la acumulación flexible está

estructuralmente imbricada con el trabajo informal (Tókman, 2007), y por

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81

otra parte, que al ser tan precarizados los puestos laborales a los cuales

podrían acceder los sectores de bajos recursos (podría hipotetizarse que la

alternativa es el sector subordinado), es más conveniente trabajar en la

informalidad, antes que sujetarse a condiciones laborales agobiantes y con

salarios equivalentes (Villanueva, 2005).

La investigación abre más preguntas de las que cierra, y ello no por sus

propias falencias, sino en tanto se trata de proceso de construcción de un

conocimiento complejo que no tiene respuestas únicas, sino

aproximaciones posibles a un objeto de estudio socialmente construido. Así

por ejemplo, queda pendiente profundizar en las características del

panorama general de la organización del trabajo, agregando más variables e

investigando en otros posibles ejes estructurantes; a su vez, sería

pertinente conocer con más detalle cada una de las modalidades

organizativas (o cuadrantes del mapa) a través de metodologías cualitativas

que arrojen resultados más profundos, o bien que permitan integrar

dimensiones subjetivas al análisis., tales como la identidad de cada grupo,

las diferencias internas y posibilidades de constitución de actores sociales,

o la salud psicosocial de los trabajadores. Finalmente, queda todavía por

responder la siempre eterna pregunta respecto a las desigualdades de

género en el trabajo, puesto que su origen, significado y formas de atacarla

son un tema aún por resolver.

Bibliografía:

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Page 84: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

84

Anexo Metodológico

Base de datos Para llevar a cabo la investigación se utilizará la “Primera Encuesta

Nacional de Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Calidad de Vida de los

Trabajadores y Trabajadoras en Chile, ENETS”, que surge del trabajo

conjunto Ministerio de Salud, la Dirección del Trabajo y el Instituto de

Seguridad Laboral. La encuesta incluye todo tipo de trabajadores y

trabajadoras del país, incluyendo informales y desempleados. Se realizó

entre el 2009 y el 2010, considerando como unidad de análisis corresponde

a los trabajadores(as) chilenos mayores de 15 años, y la población objetivo

“la población mayor de 15 años que tuvo algún trabajo remunerado durante

los 12 meses anteriores a la fecha de actualización del marco muestral

secundario (empadronamiento de hogares), residente tanto en áreas

urbanas como rurales de las quince regiones del país.” (MINSAL, DT e ISL,

2011, pág. 32). El diseño de la muestra es probabilístico en todas sus etapas,

multietápico, estratificado por área geográfica y tamaño de la población

urbana o rural, tiene un “n” de 9503 casos. Las unidades muestrales son las

comunas en cada región, dentro de éstas las manzanas, y finalmente los

hogares, de los cuales se seleccionó un trabajador al azar.

La base de datos se puede solicitar ingresando los datos del interesado en la

página web del Ministerio de Salud, división Estudios y Encuestas,

específicamente los estudios poblacionales (MINSAL, 2012).

La encuesta resulta idónea para el presente estudio por su enfoque teórico

que abarca las interrogantes de la estratificación social, por lo tanto incluye

varias preguntas que apuntan a conocer el nivel de autonomía o

subordinación de los encuestados, una de las dimensiones consideradas en

la presente investigación para dar cuenta de la organización del trabajo.

Además de ello, goza de la ventaja de incluir a todos los tipos de

trabajadores en la muestra, incluyendo cesantes e informales, por lo tanto

hace posible realizar un panorama general de la PEA chilena.

Plan de análisis:

Análisis de Correspondencias La metodología central de la investigación es el Análisis de

Correspondencias (AC), una técnica que permite establecer relaciones

estadísticas entre variables cualitativas a través de sus categorías de

Page 85: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

85

respuesta. Éstas son distribuidas en un mapa cartesiano según si existe o no

un vínculo entre ellas; la cercanía de los puntos se interpreta como relación

positiva, y la lejanía implica no asociación. A partir de estos datos es posible

constituir analíticamente grupos, jerarquías, similitudes, o cualquier otra

estructura que sugiera la posición de las categorías de respuesta. Por otra

parte, el AC permite conocer dimensiones subyacentes al conjunto de

variables ingresadas en el análisis, las cuales se construyen a través de la

varianza compartida del conjunto, tal como el Análisis Factorial. Estas

dimensiones sirven de ejes X e Y del mapa de correspondencias, y su

composición (vale decir, cuáles son las variables más explicativas de su

varianza) facilita la interpretación del mapa y aporta nueva información

respecto a cuáles son los criterios de discriminación más relevantes entre

las categorías (Anderson, Heir, & Tatham, 2001).

Se espera encontrar asociación entre las categorías de las variables e

índices escogidos, de manera que sea posible crear grupos de sujetos

caracterizables por sus condiciones y tipos de empleo, y que esta

caracterización sirva como mapeo de la situación de los trabajadores en el

Chile actual. Se espera también que esto permita identificar dónde se

concentran o acentúan los distintos elementos de la “nueva morfología del

trabajo” y que la información recogida pueda ser cruzada a futuro con otras

variables o indicadores que permitan enriquecer la caracterización

realizada.

Construcción Escala de Autonomía

La Escala de Autonomía se construye para sintetizar la información

contenida en una serie de variables de la ENETS respecto a la capacidad de

controlar el propio proceso de trabajo. Busca establecer el nivel en que los

trabajadores y trabajadoras influyen en las decisiones relevantes sobre las

cuales se desarrolla su propio proceso de trabajo, a través de cuánto se

declara poder influir en la cantidad, orden, método y posibilidad de

descanso en el trabajo. La escala se construyó calculando el promedio del

puntaje observado en las variables C1e hasta C1h, correspondientes a las

preguntas:

C1e. ¿Puede usted influir en la cantidad de trabajo que se le asigna

o que tiene?

C1f. ¿Puede elegir o cambiar el orden de sus tareas?

Page 86: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

86

C1g. ¿Puede elegir o cambiar el método o la forma en que realiza su

trabajo?

C1h. ¿Puede decidir cuándo tomar un descanso?

Las alternativas de respuesta son en todos los casos Nunca (1), Rara vez (2),

Algunas veces (3), Casi siempre (4) y Siempre (5). Así, la función de la

escala es como sigue:

Escala de Autonom a

La nueva variable permitirá resumir información relevante respecto a la

autonomía en el proceso de trabajo, uno de los conceptos centrales de la

investigación, lo cual evita la simplificación del análisis por la necesidad de

escoger sólo uno de los aspectos que miden el concepto. Como prueba de

corroboración de su pertinencia se analizará el valor de Alfa de Cronbach

del conjunto de las variables, prueba que mide la consistencia interna del

grupo; además, se aplicará un Análisis Factorial, el cual evidenciará la

existencia de relaciones subyacentes en las variables, lo cual es deseable

para la construcción de la escala. Los métodos escogidos para comprobar la

pertinencia de éste se inspiran en aquellos utilizados en el mismo informe

de la ENETS para construir la Escala de Participación en Asuntos Familiares

(MINSAL, DT e ISL, 2011).

Variables en estudio A continuación se presentan cada una de las variables a incluir en el

estudio, con una breve explicación de lo que en ellas se mide, su definición

estadística en términos de unidad de medida, categorías de respuesta,

recodificación y datos perdidos, y la especificación de las transformaciones

que se realizaron en las variables originales. Cabe recalcar que este paso es

de gran importancia para la posterior aplicación del Análisis de

Correspondencias, puesto que los puntos del mapa corresponden a las

categorías de respuesta de cada variable, por lo tanto es esencial la

parsimonia en la cantidad de éstas (pocas pero que expresen información

relevante), y estén denominadas de forma clara.

Salario

Corresponde al salario líquido mensual de la persona sumando los ingresos

de todos los trabajos, por tramos. Se disminuyó la cantidad de categorías de

respuesta para facilitar el análisis estadístico posterior, siguiendo el criterio

Page 87: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

87

de agrupar los tramos de ingresos similares. Por otra parte, al momento de

la encuesta el salario mínimo legal era de $136.000, lo cual justifica realizar

el primer corte en esa cifra.

Salario

Unidad

de

medida

Categorías de

respuesta

Recodificación Datos perdidos

Ordinal 1=menos de

136.000

Se recodifica variable A48,

originalmente:

1="Menos de $64.000"

2="$65.000 a $136.000"

3="$137.000 a $180.000"

4="$181.000 a $250.000"

5="$251.000 a $350.000"

6="$351.000 a $450.000"

7="$451.000 a $650.000"

8="$651.000 a $850.000"

9="$851.000 a $1.050.000"

10="$1.051.000 a

$1.250.000"

11="$1.251.000 o más"

99=No

responde

2=137.000 a

250.000

3=251.000 a

450.000

4=451.000 a

850.000

5=850.000 a

1.250.000

6=1.250.000 y

más

Nivel educacional

Da cuenta del último nivel educacional cursado por la persona encuestada.

Tal como con la variable “Salario”, se agruparon las categorías similares

para disminuir la cantidad de puntos en el mapa de correspondencias y

Page 88: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

88

facilitar así su lectura. Las categorías “Educación preescolar o Educación

Parvularia” y “Educación Diferencial” se eliminan por tener muy pocos

casos (ver Tabla 1 de Anexos), y no ser fusionables de forma teóricamente

coherente con otras categorías.

Salario

Unidad Categorías de

respuesta27

Recodificación Datos

perdidos

Ordinal 1=Básica o

inferior (2, 3,

16)

Se recodifica la variable F2t,

originalmente:

1=Educación Preescolar o Educación

parvularia

2=Preparatoria (Sistema Antiguo)

3=Educación Básica

4=Educación Diferencial

5=Humanidades (Sistema Antiguo)

6=Educación Media Científico-

Humanista

7=Técnica, Comercial, Industrial o

Normalista (Sistema Antiguo)

8=Educación Media Técnica

Profesional

9=Centro de Formación Técnica

incompleta (sin título)

10=Centro de Formación Técnica

completa (con título)

11=Instituto Profesional incompleta

1=Educación

Parvularia

2=Media (5, 6)

3=Técnico-

profesional (7,

8, 9, 10, 11, 12)

4=Educación

Diferencial

4=Universitaria

(13, 14)

88=No sabe

5=Postgrado

(15)

99=No

responde

27

Se muestran entre paréntesis las categorías de respuesta originales

Page 89: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

89

(sin título)

12=Instituto Profesional completa

(con título)

13=Educación Universitaria

incompleta (sin título)

14=Educación Universitaria completa

(con título)

15=Universitaria de Postgrado

16=Ninguno

Organización del trabajo

Se define como el modo como se estructuran las relaciones sociales dentro

del ambiente laboral, en consideración de los determinantes institucionales,

físicos, socioculturales e históricos del proceso de trabajo. Se consideran las

sub-dimensiones 1) condiciones de empleo, que incluyen el tiempo y tipo

de contrato, y 2) la autonomía del trabajador, que considera la influencia en

la toma de decisiones, la condición de subordinación y posición dentro de la

empresa. A continuación se muestra una tabla resumen que describe la

operacionalización recién explicada, y las variables correspondientes a cada

dimensión.

Page 90: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

90

Org

an

iza

ció

n d

el

tra

ba

jo

Dimensione

s

Sub-

dimensiones

Variables Categorías de

respuesta

Condiciones

de empleo Tiempo de

trabajo

Jornada de

trabajo

Media jornada,

Jornada completa

y jornada

extraordinaria

Condiciones

de

contratación

Modalidad

de contrato

Honorarios,

Contrata, Planta

Duración del

contrato o

acuerdo

Por obra, A plazo

fijo, Indefinido

Formalidad

del contrato

Contrato escrito,

Contrato verbal,

Sin contrato

Autonomía

Influencia en

la toma de

decisiones

Escala de

Influencia de

la toma de

decisiones en

el proceso de

trabajo

Nunca decide,

Rara vez decide,

Algunas veces

decide, Casi

siempre decide,

Siempre decide

Condición de

subordinació

n

En su

trabajo, ¿Ud.

recibe

órdenes

regularment

e de alguna

persona,

como jefe,

supervisor,

capataz,

familiar u

otro?

Recibe órdenes,

No recibe órdenes

Page 91: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

91

Posición

dentro de la

empresa

Dentro de la

empresa u

organización

donde Ud.

trabaja, ¿qué

frase

describe

mejor la

posición que

tiene Ud.?

Subordinado,

Directivo/Gerente

, Mandos medios

Page 92: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

92

Cambios en la estructura ocupacional chilena: la

gran "caja negra" del empleo.

Angel Martin C.

Javiera Ravest T.

Vicente Valle U.

Estudiantes de sociología de la Universidad de Chile

Correo de contacto: [email protected]

RESUMEN:

La presente investigación pretende analizar de manera teórica y empírica la

nueva configuración del empleo en Chile, en particular las categorías

ocupacionales que más crecen a partir de la transformación económica de

los años 80´. En ese sentido, se observarán distintas ocupaciones y ramas de

actividad económica presentes en el país, a fin de identificar ciertos

cambios en la estructura ocupacional, es decir, la emergencia o disipación

de ciertos grupos sociales expresados en las categorías ocupacionales.

Además, se buscará conocer las características que adquieren los grupos

que emergen. De esta forma, se desarrollará una descripción del impacto de

la nueva morfología del trabajo (flexibilidad, precariedad, subcontratación,

entre otras) en las ocupaciones que actualmente se encuentran en

expansión.

PALABRAS CLAVE:

Estructura ocupacional, Matriz de categorías sociales, Grupos sociales, Neoliberalismo, Trabajo

Page 93: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

93

INTRODUCCIÓN

Este trabajo pretende analizar de manera teórica y empírica la nueva

configuración del empleo en Chile. En ese sentido, se analizarán las distintas

ocupaciones y ramas de actividad económica presentes en el país, a fin de

identificar ciertos cambios en la estructura ocupacional, es decir, la

emergencia o disipación de ciertos grupos sociales expresados en las

categorías ocupacionales, y además se buscará conocer las características

que adquieren estos grupos emergentes.

Para esto, se tendrá como antecedente teórico y empírico la matriz de

categorías sociales creada por Javier Martínez y Arturo León, como así

todas sus actualizaciones. Esto pues recoge la dimensión histórica y los

cambios generacionales vividos por las categorías sociales. A visión del

equipo, este es uno de los estudios que mejor recoge la realidad social y

ocupacional chilena, además presenta la gran ventaja de que posee una

seriación histórica importante (desde 1971), lo cual permite analizar

acabadamente a través de la estructura ocupacional los distintos cambios

que ha vivido la sociedad chilena desde el modelo productivo de los 70,

pasando por el giro neoliberal y su asentamiento durante el periodo

transicional.

Además, se tendrá especial atención a las lógicas de precarización que

adopta la nueva morfología laboral y cómo se expresan éstas en los

agregados ocupacionales que aparezcan como grupos emergentes. Esta

investigación tiene cabida dentro de los estudios de sociología del trabajo al

intentar descubrir las características que asume el nuevo empleo en Chile.

Además, descansa en estudios de estratificación en la medida que, al utilizar

la matriz de categorías sociales de Martínez y León, es posible recrear

históricamente la evolución, emergencia y desaparición de ciertos grupos

sociales que se definen por su posición en la estructura ocupacional.

PROBLEMATIZACIÓN

La estructura del empleo en Chile es actualmente un resultado directo de

las transformaciones económicas, políticas e institucionales forzadas que

trastocaron los pilares del orden social previo a la dictadura militar, y que

terminaron por “institucionalizarse” y profundizarse en el periodo

transicional. La gran transformación neoliberal en el mundo está

estrechamente ligada a los intereses de restitución del "poder de clase"

Page 94: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

94

(Harvey, 2007), que otrora se encontraba limitado bajo una

institucionalidad orientada a construir pactos sociales, como lo fueron los

"Estado de bienestar" en los países industriales, y que en América Latina

tuvo su propia variante, expresadas concretamente en los Estados Nacional-

Populares. Esta alteración en la correlación de fuerzas, en la dinámica de

clases, se expresa en el Estado y los cambios en su carácter social (y de

clase). La naturalización de un Estado con carácter subsidiario, una

focalización del gasto social, una institucionalidad laboral pro-empleador,

una constitución política que consagra el carácter excluyente de nuestra

democracia. La preponderancia del sector privado por sobre el público,

entre otros, son aspectos centrales para entender el carácter social del

Estado en Chile, que se erige desde el orden gestado en dictadura y cuyo

reflejo se observa en la nueva estructura ocupacional.

En ese sentido, el “neoliberalismo avanzado” implantado en el país se

caracteriza por un alza de ingresos con distribución crecientemente

desigual, elevada concentración de la propiedad en un empresariado

oligopólico, una marcada expansión de nuevos sectores medios asalariados

–ligados a ocupaciones de servicios privados y reclutados en las capas más

bajas-, una disminuida pobreza pero con altas tasas de rotación, y "una

transformación importantísima en los regímenes de trabajo que mutan la

fisonomía de las clases trabajadoras" (Ruiz, 2013). De esta forma, se

aprecia una estructura social de particular impronta neoliberal, que

comprende la refundación más fuerte en el contexto latinoamericano, lo

cual implica el desafío de estudiar el fenómeno teniendo en cuenta la

especificidad chilena.

La transformación antes descrita trajo consigo una nueva fisonomía del

trabajo con la tercerización de la estructura productiva, y un sostenido

proceso de asalarización, lo cual significó una proliferación de múltiples

variantes de relaciones laborales, al punto en que el nuevo mapa del mundo

laboral inhabilita las viejas interpretaciones.

Existe por tanto, un crecimiento de la condición asalariada y flexible,

específicamente en grupos ocupacionales vinculados al área de servicios.

Esta tendencia hacia la "tercerización" de las estructuras productivas y las

nuevas modalidades de trabajo se dan a nivel global, sin explicar mucho por

sí solas, exigiendo una caracterización más pormenorizada sobre las

especificidades del panorama laboral chileno. En particular, hoy sabemos -

Page 95: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

95

por las recientes investigaciones chilenas sobre estructura social- que hay

franjas o categorías de trabajadores que emergen con fuerza en el nuevo

escenario laboral chileno y otras que decrecen, pero no existe precisión

respecto de sus condiciones de trabajo. La "flexibilidad" pasa a ser un

fenómeno transversal, pero sujeto aniveles disímiles de precariedad según

tipos de ocupaciones, para lo cual es pertinente realizar el ejercicio de

caracterización sobre el nuevo empleo que emergente.

El fenómeno transversal de la flexibilización implica nuevas modalidades en

la integración al proceso productivo, siendo el encadenamiento productivo -

que permite la coexistencia de economías de subsistencia con economías

modernas mediante extensas cadenas productivas- y el aumento de la

subcontratación (y su correspondiente precariedad asociada) muestra de

aquello. A su vez, el neoliberalismo latinoamericano también dinamiza los

procesos productivos mediante lógicas toyotistas pero precarizadas, como

los son los trabajadores temporales, que se encuentran en una situación de

"incluidos y excluidos" -dependiendo de la época del año- a la economía

chilena. Finalmente, cabe recalcar también que tanto la informalidad como

las precarias condiciones laborales - muchas veces, producto de la relación

difusa con el empleador en este contexto de flexibilización- también son

factores relevantes para una correcta observación de la realidad laboral

chilena actual.

DELIMITACIÓN HISTÓRICA Y CONCEPTUAL: ¿Dónde situar local e históricamente el problema?

Un aspecto específico de las sociedades latinoamericanas es la existencia de

regímenes autoritarios de corte militar en las décadas de los 70‟ y 80‟.

Estas suponen transformaciones a nivel social y estructural con

particularidades en cada experiencia, y a su vez, comprenden un

componente de desarticulación política y social. En ese sentido, para los

estudios sobre Latinoamérica y sus sociedades, vale la pena estudiar las

transformaciones en el plano económico; generadas por: “las políticas de

ajuste iniciadas en la década del 80‟, los cambios contractuales, las leyes

laborales, la flexibilidad y desregulación del mercado, y los cambios en la

estructura del trabajo” (De La Garza, 2001).

En el caso de Chile, el régimen de Augusto Pinochet, que se extendió desde

el año 73‟ hasta el 89‟ del siglo pasado, implicó por una parte, un régimen

Page 96: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

96

de tortura, represión y violación a los derechos humanos, y por otra, una

transformación estructural a toda la base económica, tanto en su matriz

productiva, como también la política económica del país. En el caso de la

dictadura militar chilena, hay una coincidencia entre el “giro neoliberal” y el

régimen autoritario, el cual a partir de una reformulación capitalista a

mediados de los años

70‟, implementó un modelo aperturista y llevó a cabo la privatización de las

grandes empresas estatales, además de los servicios sociales.

La conjugación entre dictadura -y exaltación de todos los poderes

coercitivos del Estado- y la transformación neoliberal -y sus repercusiones

en la estructura social- provocan una desarticulación casi absoluta de los

actores sociales que componían el tejido social de la sociedad civil pre-

dictadura. Con el arribo de los "chicago boys", los últimos resabios de los

sectores militares desarrollistas pierden fuerza y comienza un auge del

sector empresarial que encuentra todas las facilidades para su ofensiva en

el Estado (disciplinamiento fiscal, aperturismo, constitución de 1980, plan

laboral de 1979, entre otras reformas) y que no encuentra oposición de los

sectores subalternos, al estar completamente reprimidos y desarticulados

en un contexto dictatorial. Esto marca una gran diferencia con el resto de

los países latinoamericanos, que al impulsar reformas neoliberales en

democracia encontraron resistencias sociales contundentes, lo que se

refleja en modelos económico-sociales más inclusivos. Esta

"excepcionalidad" chilena o asincronía temporal, como la clasifica Ruiz

(2006), representa uno de los factores claves para entender el contexto

general del panorama social del Chile de la transición.

LAS BASES POLÍTICAS Y SOCIALES DE SUSTENTACIÓN DEL RÉGIMEN ACTUAL DEL TRABAJO

La “modernización autoritaria” iniciada en Chile en 1973 “es la expresión

política de una alianza social dominante integrada por las fuerzas armadas

y el sector más internacionalizado del empresariado local, nucleado en los

principales grupos económicos que se orquestan en torno al sector

financiero” (Ruiz, 2013, pág. 14) y tiene entre sus elementos de

conformación, dos aspectos que son importantes de resaltar a efectos de

esta investigación. En efecto, son los puntos de partida para entender la

configuración del nuevo carácter de la sociedad chilena y los cambios a

nivel de la estructura ocupacional. Estos elementos son: por una parte, el

Page 97: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

97

cambio en la institucionalidad del trabajo expresado específicamente en el

Plan Laboral de 1979, que organiza el nuevo orden en el mundo del trabajo

y que modifica las pautas de acción política y colectiva del actor laboral en

general y de los sindicatos en particular.

Según Mizala y Romaguera (2001), este plan eliminó la obligatoriedad de la

acción sindical, declarando voluntaria la creación de sindicatos y

promoviendo una afiliación individual, además excluyó a “órganos

multisindicales”. Elimina la negociación nacional por rama e instaura la

negociación por empresa, sin asesoría ni intervención estatal. También dota

de un poder casi absoluto al empleador frente a los empleados: alterando

ciertos mecanismos huelguísticos y permitiendo el reemplazo, que entre

otros artificios, en la práctica cancelan el derecho efectivo a huelga. De ese

modo, el empresariado generó las mejores condiciones para atomizar a los

trabajadores y para reducir a su mínima expresión la organización sindical.

Según Echeverría (2009) permitió que los empresarios traspasaran de

manera creciente ‟ sus riesgos del negocio a los trabajadores”.

Por otra parte, la privatización es un fenómeno que se presentó en Chile a

una escala sin precedentes, donde además del desmantelamiento a las

antiguas empresas productivas, se dio paso a la privatización de servicios

sociales. La nueva alianza social dominante propició una acelerada entrada

de capital externo al país (por sobre todo financiero), que impulsó a su vez

la privatización de las empresas y servicios estatales. Según Ruiz (2013),

desde 1973 se devuelven 325 empresas (en su mayoría industriales)

intervenidas bajo la UP, entre 1975 y 1978 se asiste a la venta de otras 200,

en su mayoría adquiridas con la UP. Para 1980, de las 400 empresas

públicas existentes en 1973, quedan solo 15.

Es importante tener estos dos aspectos en consideración como

antecedentes si se desea comprender la nueva estructura laboral, por un

lado porque el plan laboral resignificó todas las relaciones entre trabajo y

capital, generando nuevas formas de entender el trabajo y la empleabilidad.

Además, levanta una nueva subjetividad en las generaciones más jóvenes

insertas en este mundo del trabajo, alejada de la visión colectivista con

capacidad de cambio que poseía la vieja clase obrera. De hecho, Muñoz

(2012), señala que la nueva configuración del empleo se ha convertido en

un mecanismo de control y sujeción de la fuerza de trabajo que a través del

disciplinamiento, control y explotación de los trabajadores, impacta en las

Page 98: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

98

configuraciones subjetivas. Esto se da por un aumento en la posibilidad de

acción en libertad del mercado del trabajo y/o por la capacidad de

manipulación de la fuerza de trabajo a nivel organizacional.

Por otra parte, el fenómeno de privatización conllevó a una extrema

concentración de la riqueza, “descapitalizando a gran parte de las

actividades productivas” (Moguillanky, 2001). Genera un nuevo

empresariado de carácter rentista y oligopólico-donde es el Estado el

garante de su acumulación y desarrollo-, que a su vez, impactó en el

carácter subordinado que tienen las pequeñas y medianas empresas y la

mano de obra que se desprende de ellas. Es decir, el carácter subordinado

de estas unidades productivas frente a las grandes empresas implica una

nueva concepción del empleo; precarizado y sujeto al actuar del

empresariado. Además, la privatización de las empresas públicas significó la

re-asalarización de capas de trabajadores bajo lógicas privadas, que se

adecuan a lascaracterísticas que adquiere la nueva morfología del trabajo

(tercerizada, externalizada, flexible, etc.).

NUEVA MORFOLOGÍA DEL TRABAJO

Con respecto a toda la argumentación anterior, se desprende que los

cambios vividos en la sociedad chilena generan una nueva morfología del

trabajo. Ricardo Antunes plantea a este respecto que, el capital hace oscilar

al trabajo imprimiéndole un carácter “perenne”, de “súper fluidez”. “En su

aspecto perenne, se puede ver que cada vez menos hombres y mujeres

trabajan mucho, en ritmo e intensidad que se asemejan a la fase pretérita

del capitalismo, casi similarmente a la época de la Revolución Industrial. En

su aspecto de súper fluidez, cada vez más hombres y mujeres encuentran

menos trabajo, esparciéndose a la búsqueda de trabajos parciales,

temporarios, sin derechos, flexibles, vivenciando el flagelo de los

desempleados” (Antunes, 2007, pág. 8).

Además, el autor señala la importancia que tiene la racionalidad de la

“empresa moderna” y los idearios que de ella se desprenden. En la medida

que así, mediante “la implantación de las competencias", la "calificación" y

la "gestión del conocimiento", más intensos parecen tornarse los niveles de

degradación del trabajo” (Antunes, 2007, pág. 9). De ese modo, se

prepondera la dimensión tecno-científica, es decir, el trabajo muerto, cuyo

Page 99: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

99

resultado no es otro que el aumento de la informalidad, tercerización,

precarización del trabajo y desempleo estructural a escala global. La nueva

forma que adquiere el trabajo, además, tiene implicancias a nivel objetivo y

subjetivo para la vida y organización de los trabajadores, lo que significa -

entre otras cosas- una menor disponibilidad temporal para el quehacer

personal, menos espacios de vida colectiva y menos disposición subjetiva

hacia los mismos (Soto, 2008).

Según Antunes (2001), en el mundo del trabajo inserto en el capitalismo

contemporáneo, se observa un proceso múltiple:

“Una desproletarización del trabajo industrial, fabril, en los países

capitalistas avanzados, con mayor o menor repercusión en las áreas

industrializadas del Tercer Mundo. En otras palabras, hubo una

disminución de la clase obrera industrial tradicional. Pero, paralelamente,

se efectuó una notoria expansión del trabajo asalariado, a partir de la

enorme ampliación de asalariados en el sector de servicios; se verificó una

significativa heterogenización del trabajo, expresada también a través de la

creciente incorporación de contingentes femeninos al mundo obrero; se

percibe, igualmente, una subproletarización intensificada, presente en la

expansión del trabajo-parcial, temporario, precario, subcontratado,

"tercerizado", que marca la sociedad dual en el capitalismo avanzado.”

(Antunes, 2001, pág. 53)

Así, la nueva morfología del trabajo conlleva a la aparición de nuevos

fenómenos, los cuales se describirán a continuación.

FENÓMENOS DESCRIPTIVOS DEL NUEVO PANORAMA LABORAL

Uno de los fenómenos relevantes a observar es la integración al proceso

productivo de modo flexible e inestable. Que puede ser vía flexibilidad

contractual, salarial, financiera u organizacional. Para algunos autores,

como Bialakowsky (2009), el concepto de flexibilización del trabajo y el

abandono del modelo de trabajo por tiempo indeterminado ya pertenecen a

nuestra actual forma de pensar y actualmente, es difícil prever la

superación o la sustitución de ese tipo de trabajo inestable. Este hecho se

vincula fuertemente a la rotación laboral, de hecho, en Chile, "solo un 65%

de la fuerza de trabajo privada tiene contrato indefinido, el 30% tiene

contrato con plazo fijo y un 5% trabaja a honorarios " (Aguilar, 2011).

Page 100: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

100

Además, es posible evidenciar fenómenos de independización o

encadenamiento productivo, que refiere a la integración entre grandes,

medianos y pequeños propietarios. Laís Abramo señala que este fenómeno

“es la tendencia a la disminución de la integración vertical de las grandes

empresas a través de la externalización de los servicios de apoyo a la

producción (anteriormente realizados internamente a la empresa y por su

personal regular)”. A partir de esto, se establecen nuevas relaciones entre

las empresas, “que implican una nueva "división del trabajo" entre ellas. Esa

nueva división del trabajo supone el desarrollo de cadenas de

subcontratación” (Abramo, 1996). En ese sentido, las PYMES no pueden

competir en igualdad de condiciones con los grandes conglomerados de

carácter monopólico.

Entre grandes empresas y PYMES también hay externalización de costos,

los holdings protegen su gasto dando los costos y riesgos a las pequeñas

unidades productivas, expresándose en rotatividad: por alta tasa de

natalidad y mortalidad de pequeñas empresas28, lo que conlleva a la

inestabilidad y precariedad de la fuerza de trabajo que conforma las PYMES.

Otro elemento importante que es posible vislumbrar en la nueva morfología

del trabajo es el fenómeno de la externalización de servicios, o

subcontratación, que entendida desde el modelo de Palomino (2004), es el

campo que combina la independencia contractual con la subordinación

organizativa. De esta forma, el concepto se entenderá como las estrategias

de incorporación de trabajo en empresas mediante la incorporación de una

tercera empresa mediadora. La “independencia contractual” implica que los

trabajadores no mantienen una relación contractual directa con la empresa

usuaria de los servicios, sino que con la empresa que los recluta y contrata.

La “subordinación organizativa”, implica que los trabajadores se

encuentran supeditados a la empresa usuaria. Así, se llega a una “doble

sujeción”, ya que los trabajadores están bajo las órdenes organizacionales

28

De las 83.347 empresas PYMES formales existentes en Chile en 2006, 86% se clasifican en pequeñas y 14% en medianas. Además, por sector económico, es Comercio al por Mayor y Menor -excluido venta y reparación de automotores- “la actividad que focaliza el mayor interés de los empresarios PYMES”. La Encuesta Anual de las PYMES 2006 detectó 1.208.767 ocupados PYMES en empresas formales, equivalente al 38% del total del empleo nacional en los sectores investigados. (INE, 2008).

Page 101: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

101

de una empresa y a la vez dependientes contractualmente de otra, pero

relativamente autónomos en términos de subordinación organizativa. Una

consecuencia importante de la subcontratación es la desregulación de las

relaciones de trabajo: según Echeverría (2009), los trabajadores de

empresas externas casi siempre son reclutados con salarios y condiciones

de trabajo inferiores a aquellos de la empresa principal, aunque ejecuten

tareas similares o equivalentes. Y por lo general, no gozan de estabilidad en

el empleo, en la medida en que la empresa subcontratista normalmente está

limitada por un contrato de duración determinada con la empresa principal.

También, se destaca el fenómeno de la informalidad laboral, es decir,

trabajadores generalmente no calificados insertos en sectores de baja

productividad. Esto implica la exclusión en el acceso a los mercados y los

recursos productivos, a partir de la lógica de supervivencia a partir de la

creación de empleo insuficiente. En ese sentido, según Tokman (2007) las

actividades productivas que desempeñan los sectores informales se

desarrollan por lo general, fuera de los marcos legales y de regulación y la

población ocupada enfrenta condiciones de alta vulnerabilidad y pobreza.

El resultado es que ante la necesidad de sobrevivir, la gente se ve obligada a

buscar soluciones de baja productividad y bajos ingresos sea produciendo o

vendiendo algo, y para esto se requiere reducido capital y calificaciones.

Por último, cabe mencionar el fenómeno de la tercerización de la economía

y los empleos, es decir, la predominancia del sector servicios. Jürgen Weller

(2004), destaca elrol cada vez más importante en la estructura productiva y

social del sector terciario, lo que desemboca en una creciente demanda

laboral. “Muchas de estas actividades tienen un potencial favorable para el

desarrollo sociolaboral, pues estos puestos de trabajo que suelen requerir

inversiones relativamente menores en capital físico y tecnología, valoran

sobre todo el capital humano (...). Por otro lado, en el sector terciario se ha

concentrado la generación de empleo de poca productividad, mal

remunerado y de mala calidad, posible por las bajas barreras de entrada a

ciertas actividades, como los servicios personales y el comercio”. (Weller J. ,

2004, pág. 160). Como se mencionó, la tercerización se vincula con la

mayoría de los fenómenos antes mencionados, pues este sector ha sido el

“más afectado por la flexibilización y externalización. Allí, el subempleo ha

crecido notablemente. Es decir, en relación a normalidad y regularidad, los

trabajos creados en las últimas décadas en este sector se caracterizan por

ser esporádicos, desprotegidos, de baja intensidad horaria, no calificados y,

Page 102: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

102

por lo tanto, con bajas remuneraciones asociadas.” (CIPER Chile, 2011). Por

tanto, la tesis obvia que se desprende es que, las políticas implantadas

desde el régimen militar y que se asentaron durante el periodo transicional

implicaron un paulatino proceso de: flexibilización, desregulación,

externalización de la fuerza laboral y tercerización que se observa, según

Silva (2007), en la concentración económica que toma la figura de grandes

holdings en el sector de servicios.

Page 103: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

103

PRINCIPALES RESULTADOS

Cuadro 1: Significación numérica de las categorías sociales 1971-2009 (% PEA) Categorías sociales – grandes grupos (incluye cesantes) 1971 1980 1986 1990 1995 2000 2005 2009

Empresarios agrícolas 0,3% 0,4% 0,9% 0,9% 0,6% 0,5% 0,4% 0,4%

Asalariados agrícolas 10,1% 6,5% 9,8% 9,5% 7,7% 7,2% 6,6% 5,9%

Proletariado agrícola zona centro-sur (en miles de personas) 55,7 89,8 88,9 81,8 81,7 87,7 95,3

Campesinado y colonos pobres 8,3% 7,5% 8,1% 7,9% 6,6% 5,6% 5,3% 4,2%

Resto PEA agrícola no clasificada en otro grupo - 0,1% 0,1% 0,1% 0,1% 0,1% 0,2% 0,1%

Subtotal categorías sociales en agricultura, silvicultura, caza y pesca 18,3% 14,6% 18,9% 18,4% 15,0% 13,4% 12,5% 10,6%

Empresarios no agrícolas 1,3% 1,4% 2,2% 3,2% 2,6% 2,4% 2,4% 2,2%

Sectores medios asalariados 18,4% 20,3% 21,0% 23,6% 26,4% 26,5% 28,9% 29,7%

Empleados del comercio (en miles de personas) 88,4 126,9 162,4 223,2 231,6 241,9 370,7

Burocracia moderna de servicios privados media (en miles de

personas)

47,1 105,2 145,6 173,6 215,2 295,9 363,6

Sectores medios independientes 7,8% 9,2% 5,7% 6,2% 8,1% 8,0% 7,9% 7,4%

Artesanado tradicional 6,2% 5,2% 4,8% 5,1% 5,3% 5,3% 4,9% 4,9%

Clase obrera minera 1,3% 1,3% 0,7% 1,0% 0,8% 0,5% 0,4% 0,5%

Proletariado pequeña y mediana minería del cobre (porcentaje

de la PEA de la clase obrera minera)

32,2% 30,3% 34,3% 42,8% 50,4% 56,4% 64,0%

Clase obrera industrial y de la construcción 25,8% 11,1% 10,0% 12,1% 13,2% 10,4% 10,9% 10,1%

Clase obrera del comercio y los servicios 7,4% 12,0% 11,9% 12,7% 13,1% 14,6% 14,7% 15,9%

Obreros sector servicios (porcentaje de la PEA clase obrera del

comercio y los servicios)

14,4% 32,4% 30,8% 27,4% 23,8% 25,1% 22,4%

Grupos marginales 9,6% 10,4% 11,9% 12,0% 10,8% 10,6% 10,4% 10,1%

PEM&POJH 0,0% 3,8% 4,1% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0%

Page 104: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

104

Cesantes y BTPV 3,1% 10,4% 8,8% 5,7% 4,7% 8,3% 6,9% 8,6%

Resto 0,8% 0,3% 0,0% 0,0% 0,0% 0,1% 0,1% 0,1%

Subtotal categorías sociales fuera de agricultura, silvicultura, caza y pesca 81,7% 85,4% 81,1% 81,6% 85,0% 86,6% 87,5% 89,4%

Total 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%

Fuente: Boccardo y Ruiz (2011)

Page 105: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

105

La tabla anterior muestra el cambio a través del tiempo de las categorías

ocupacionales conceptualizadas por Martínez y León y actualizadas por

Boccardo y Ruiz en 2009. Una mirada exhaustiva a las categorías

desagregadas lleva a identificar 5 grupos (destacados en la tabla) al interior

de las capas asalariadas que actualmente emergen en la estructura

ocupacional, estas son:

1) Asalariados agrícolas zona-centro sur: dentro de las categorías

sociales en agricultura, silvicultura, caza y pesca es posible

identificar un aumento importante de este subgrupo, que casi dobla

su peso numérico en los últimos 30 años. La localización geográfica

“centro-sur” responde a una zona común donde se han observado

ciertos efectos estacionarios, “como la merma de la migración

rural” (Boccardo & Ruiz, 2011, pág. 20).

Esta tendencia de asalarización a su vez se vincula con la

disminución de la categoría “campesinos” (agricultores

propietarios y trabajadores agropecuarios por cuenta propia o

familiar no remunerados (León & Martínez, 1987, pág. 62)), esto

debido a la contracción en la migración rural, lo que expresa una

estabilización de este sector de la población (Boccardo & Ruiz,

2011).

Por otra parte, dentro de este mismo grupo, es posible observar

también ciertos elementos que muestran los niveles de

precarización a los que está afecto este empleo, por ejemplo, al año

2009, sector agrícola es el que concentra la mayor fracción de sus

asalariados afectos al salario mínimo (13.4%), entendiendo que a

esa fecha el 12.2% de los asalariados (de acuerdo a Casen 2009) se

desenvuelven en el sector agrícola. (Castex, 2012).

2) Empleados del comercio: dentro de la categoría sectores medios

asalariados, debe relevarse el crecimiento de esta subcategoría

(que debe distinguirse de “obreros del comercio”, detallada más

adelante), la cual reúne a los “vendedores propietarios de

comercio mayorista y minorista, dependientes de tienda, viajantes

y representantes de comercio, otros vendedores y afines, que se

ubican dentro de la categoría de ocupación de empleados privados”

(León & Martínez, 1987, pág. 64).

Page 106: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

106

Esta subcategoría, prácticamente cuadruplica su número en la

estructura ocupacional en los últimos 30 años, lo que evidencia

que, “la expansión consignada de los sectores medios, radica en

forma marcada en el empleo privado. De modo que, aquella

tendencia registrada en Chile en los años ochenta hacia la

“privatización de las clases medias”, en la actualidad no adopta

la forma de una empresarialización de estos sectores, sino la de una

asalarización al alero de la empresa privada”. (Boccardo & Ruiz,

2011, pág. 30).

3) Burocracia moderna de servicios privados media: está compuesta

por paramédicos, enfermeras, rectores, profesores y maestros,

economistas, artistas, escritores y contadores. Su notoria expansión

de 700% (47 a 363 mil personas en 30 años) también se debe a la

expansión del sector privado y la complejización de las tareas de

administración –principalmente en el área de servicios-.

El aumento de esta burocracia a su vez se relaciona con el aumento

en los niveles educacionales de los individuos. La distinción alta-

media-baja, muestra “una producción en forma diferenciada de

profesionales para segmentos muy dispares del mercado laboral,

que contribuye a la formación de circuitos de socialización también

rígidamente segmentados” (Boccardo & Ruiz, 2011, pág. 31).

4) Proletariado pequeña y mediana minería del cobre: los

trabajadores de la pequeña y mediana minería prácticamente

duplican su significación numérica relativa en el período aludido.

En palabras de los autores, “si se toma en cuenta la expansión

sostenida que experimentan las exportaciones cupríferas, y

mineras en menor medida, se aprecia el desarrollo de la gran

minería ligado a un tipo de inversión extremadamente intensiva en

capital, y con eso, a una generación reducida de empleos”

(Boccardo & Ruiz, 2011, pág. 37). De hecho, esta disminución al

interior de la gran minería del cobre es de 21% a 8,9% (porcentaje

de la PEA de la clase obrera minera) en los últimos 30 años.

5) Obreros del sector servicios: esta subcategoría cabe ubicarla

dentro de la distinción “clase obrera del comercio y servicios”.

Page 107: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

107

Según los autores (2011), los trabajadores ligados al sector

terciario representan la fracción de mayor peso y expansión

dentro de la clase obrera a partir de la última década,

constituyendo además el segmento de trabajadores -no

pertenecientes a los sectores medios- de mayor crecimiento en

el conjunto de la estructura social chilena. En general, esta sub-

categoría refiere principalmente a los asalariados de Retail,

relacionada a los grandes holdings y empresas y que tuvo un gran

desarrollo, debido a la proliferación de centros comerciales y a la

profundización del negocio del crédito a través de tarjetas

emitidas. Este sector, que se especializa en la comercialización al

por menor, ha evidenciado un gran crecimiento en los últimos

años, como lo muestra su aumento entre el año 2005 de un 6,9%

respecto al año anterior – alcanzando alrededor de un total de un

22% del PIB, correspondiente a US$32 mil millones-

(FundaciónSol, 2008).

De ese modo, son estas 5 categorías las cuales se reconstruyeron

estadísticamente a través de los datos de la encuesta ENCLA 2011, estos

proxys fueron vinculados con variables que reflejen las actuales

características del trabajo, las cuales fueron definidas anteriormente.

Flexibilidad

Temporalidad

Existencia de trabajo

temporal

Sí No

Asalariado agrícola zona centro

sur

37,8% 62,2%

Empleados del comercio 27,2% 72,8%

Burocracia moderna servicios

privados media

42% 58%

Obreros sector servicios 32,2% 67,8%

Page 108: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

108

Proletariado pequeña y mediana

minería del cobre

38,8% 61,3%

Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la encuesta ENCLA 2011 Se entiende por trabajadores temporales a quienes prestan sus servicios de

forma “irregular”, es decir, “aquellos que prestan sus servicios para cubrir

necesidades presentes sólo en determinadas épocas. Los ciclos de

efectividad pueden determinarse por cambios físicos, sociales o comerciales

que siempre se presentan.” (Kurczyn, s/f). Según la OIT (2012), en general,

los trabajadores temporales tienen menos cobertura de seguridad social y

menor acceso a la formación, lo cual hace que sean menos costosos para las

empresas. Quienes más se ven afectos a esta modalidad de trabajo son los

jóvenes, quienes además “enfrentan el problema que tienen menos

calificaciones y menos vínculos con el mercado laboral, lo cual se traduce en

que las empresas están poco dispuestas a emplearlos con contratos

permanentes." Actualmente, los jóvenes corren el peligro de estar

empleados constantemente con contratos temporales, con menores

perspectivas profesionales y una menor evolución en términos de salario.

Al observar las categorías, es posible observar que la tendencia es hacia la

no-existencia de temporalidad mayormente, sin embargo, la tendencia

hacia la temporalidad en el trabajo es alta de todas maneras, sobre todo en

los asalariados agrícolas (lo cual podría vincularse con el fenómeno de “los

temporeros”, trabajadores que realizan actividades durante periodo de

cosecha o cultivo, sin contrato, ni sus beneficios asociados), en la burocracia

media y en el proletariado de las PYMES del cobre.

Horas de trabajo

Horas de trabajo

Menos de 8 hrs. 8 hrs.

Más de 8 hrs.

Asalariado agrícola zona centro sur 20,7% 48% 31,3%

Empleados del comercio 18,3% 38% 43,7%

Burocracia moderna servicios privados media

17,1% 25,4% 57,5%

Obreros sector servicios 51,7% 30,3% 18,0%

Proletariado pequeña y mediana minería del cobre

31,3% 29,7% 39,1%

Page 109: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

109

Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la encuesta ENCLA 2011 Con respecto a las horas de trabajo, las 8 horas diarias se vinculan al

establecimiento del artículo 22º, del Código del Trabajo, que establece 45

horas semanales de jornada laboral (sumado a las 2 horas de colación).

Llama la atención principalmente el hecho que los obreros del sector

servicios presenten en su mayoría, jornadas inferiores a la establecida por

ley, este hecho puede vincularse fuertemente a la existencia de trabajadores

“part-time”, modalidad bastante extendida en el rubro de Retail. Si bien,

esta modalidad de trabajo permite una mayor independencia en el manejo

del tiempo y permite, por ejemplo, la posibilidad de estudiar y trabajar

paralelamente, esto de todos modos conlleva a empleo precario en la

medida que no cuenta con las protecciones que se asocian a un contrato

establecido.

Por otra parte, la OCDE (2013) ha señalado que Chile es uno de los países

que presenta una de las más altas jornadas laborales del mundo, cercano a

las 2050 horas anuales. Si bien las categorías no presentan una inclinación

excesiva hacia esta tendencia, es posible visualizar que las burocracias de

servicios privados media presenta una mayor jornada laboral, junto a los

empleados del comercio, lo cual haría suponer una mayor carga horaria

vinculada a modalidades de empleo temporal.

Independización

El fenómeno de la independización, como se señaló anteriormente, se

vincula a la competencia entre grandes, medianas y pequeñas empresas,

donde generalmente estas últimas no están en condiciones para competir

en igualdad con los holdings, lo que termina por subordinarlas y

presentarse como subcontratistas, lo que termina por externalizar costos

en la gran empresa, traspasándosela a la PYME. Cabe señalar que, al hacer el

análisis por sector económico, es Comercio al por Mayor y Menor -excluido

venta y reparación de automotores- la actividad que focaliza el mayor

interés de los empresarios PYMES concentrando la más alta proporción de

empresas con 43%. (INE, 2008). La siguiente tabla, muestra el fenómeno

por cada una de las categorías.

Page 110: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

110

Empresa subcontratada por otras empresas en los últimos 12 meses

Tamaño de empresa

Microempresa Pequeña empresa

Mediana empresa

Gran empresa

Asalariado agrícola zona centro sur

33,6 % 52,5% 11,2% 3,1%

Empleados del comercio 25,5% 55,1% 14,6% 4,9%

Burocracia moderna servicios privados media

8,2% 86,7% - 5,1%

Obreros sector servicios 70,0% - 30,0% -

Proletariado pequeña y mediana minería del cobre

- 94,1% 5,9% -

Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la encuesta ENCLA 2011 La tabla muestra que efectivamente existe una tendencia hacia la

subcontratación de servicios concentrada específicamente en la pequeña

empresa. Esta tendencia se da con fuerza en todas las categorías –a

excepción de los obreros del sector servicios-, pero muestra un incremento

mayor en la burocracia moderna de servicios y en el proletariado cuprífero.

Subcontratación

Trabajadores suministrados por terceros/subcontratados

Sí No

Asalariado agrícola zona centro sur 27,9% 72,1%

Empleados del comercio 48% 52%

Burocracia moderna servicios privados media

9,4% 90,6%

Obreros sector servicios 73,1% 26,9%

Proletariado pequeña y mediana minería del cobre

75% 25%

Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la encuesta ENCLA 2011 La tabla muestra que el fenómeno de la subcontratación se da con fuerza en

las categorías de obreros sector servicios y en el proletariado de la pequeña

y mediana minería del cobre.

Page 111: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

111

Del mismo modo, desde la vuelta a la democracia, el Retail ha presentado un

desarrollo de grandes holdings a lo largo del país, generando condiciones

laborales y niveles organizacionales inéditos. Específicamente las grandes

tiendas y los supermercados, los cuales representan un 14% y 26% del total

de las ventas del Retail (FundaciónSol, 2008). En el Retail el subempleo ha

crecido en un 79% en los últimos dos años. (…) Es decir, en relación a

normalidad y regularidad, los trabajos creados en las últimas décadas en el

comercio se caracterizan por ser esporádicos, desprotegidos, de baja

intensidad horaria, no calificados y, por lo tanto, con bajas remuneraciones

asociadas.” (CIPER, 2011).

En ese sentido cabe preguntarse por las condiciones laborales de estos

trabajadores subcontratados, así, la siguiente tabla muestra la percepción

de los trabajadores de las distintas categorías en el análisis respecto a las

condiciones laborales de los trabajadores subcontratados.

¿Cómo son las condiciones trabajo de estos trabajadores?

Peores que los trabajadores de planta

Iguales que los trabajadores de planta

Mejores que los trabajadores de planta

Asalariado agrícola zona centro sur 37,2% 59,9% 2,9%

Empleados del comercio

16,9% 76,8% 5,5%

Burocracia moderna servicios privados media

20,6% 75% 4,4%

Obreros sector servicios

29,8% 66,1% 4,1%

Proletariado pequeña y mediana minería del cobre

25% 75% -

Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la encuesta ENCLA 2011 Al contrario de lo que podría esperarse, en general se afirma que las

condiciones laborales de los trabajadores subcontratados son similares a

las de los trabajadores de planta. De todos modos, llama la atención la

regularidad existente en el hecho de que las condiciones de estos

trabajadores no son mejores que las de los trabajadores de planta, excepto

Page 112: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

112

en el asalariado agrícola, que a pesar de tener una cifra no muy alta

(37,2%), difiere fuertemente.

En general, la percepción respecto a que estas condiciones son inferiores a

la de los trabajadores de planta presenta una regularidad en términos

porcentuales en todas las categorías y no supera el 30%.

Condiciones laborales

Las condiciones laborales en este caso, se medirán en términos materiales,

es decir, observando el acceso a ciertos elementos que permiten el

desenvolvimiento de la actividad laboral en términos óptimos y sin riesgos.

En primer lugar, se observaran a través de un índice que contiene los

elementos materiales que permiten la realización de la actividad29. La tabla

muestra que mayoritariamente todas las categorías perciben sus

condiciones materiales laborales como buenas. Quienes presentan las cifras

más altas (pero bajas en comparación a las otras, de todos modos), son los

asalariados agrícolas y los obreros del sector servicios, los cuales

generalmente han presentado mayores niveles de precarización.

Condiciones laborales

Buenas Regulares Malas

Asalariado agrícola zona centro sur 87,5% - 12,5%

Empleados del comercio 90,2% 2,7% 7,2%

Burocracia moderna servicios privados media

93,1% 2,6% 4,3%

Obreros sector servicios 89,7% 0,4% 9,9%

Proletariado pequeña y mediana minería del cobre

94% 1% 5%

Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la encuesta ENCLA 2011 Por otra parte, conviene observar los niveles de seguridad presentes en las distintas categorías, es decir su nivel de exposición a riesgos, daños y

29

El índice está compuesto por las siguientes variables que refieren a condiciones

laborales: servicios higiénicos, iluminación, espacio del puesto de trabajo, ventilación,

espacios circulación y vías de evacuación. Este índice fue validado estadísticamente a

través de pruebas de normalidad.

Page 113: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

113

accidentes30. La tabla muestra que en general para todas las categorías no existe factor de riesgo o que éste está controlado.

Índice riesgos y daños

No existe factor de riesgo

Nunca, porque el riesgo está controlado

Parte de la jornada

Toda la jornada

Asalariado agrícola zona centro sur

76,0% 22,8% ,8% ,5%

Empleados del comercio 83,6% 15,6% ,1% ,7%

Burocracia moderna servicios privados media

97,9% 1,4% ,7%

Obreros sector servicios 92,3% 4,2% - 3,5%

Proletariado pequeña y mediana minería del cobre

40,9% 59,1% - -

Fuente: Elaboración propia en base a los datos de la encuesta ENCLA 2011

CONCLUSIONES

Considerando todos los hallazgos presentados, las conclusiones que aquí se

exponen buscan abrir más que zanjar los debates respecto al nuevo

panorama laboral chileno. Esta investigación aporta mayores claridades al

respecto, sobre todo por la pertinencia del uso de esta matriz de categorías

sociales para explicar con claridad la estructura social en el Chile actual. Es

innegable que estas categorizaciones dan cuenta de cómo se transformó el

país a partir de los procesos de reformas aperturistas y neoliberalización,

donde se esclarecen, según Ruiz y Boccardo (2011, pág. 59)

“principalmente agudos cursos de desestructuración, informalización y

exclusión”, propios de la introducción de dichas reformas, así como de la

30

El índice está compuesto por las variables que refieren a exposición a: vibraciones por

herramientas, ruidos altos, altas y bajas temperaturas, falta de luz natural o artificial,

radiaciones, exposición directa al sol, respirar humos, polvos o vapores, contacto con

sustancias o productos químicos, materiales infectados, equipos electrificados,

diferencias atmosféricas, manipulación maquinaria, herramientas o equipos cortantes,

alcanzar herramientas u objetos situados en altura o profundidad, posturas incomodas,

levantar y trasladar peso, levantar carga, realizar mismos movimientos en cortos periodos

de tiempo y trabajar de pie. Este índice también fue validado con pruebas de normalidad.

Page 114: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

114

crisis económica de los años ochenta. Sin embargo, en la actualidad, cuando

enfrentamos un panorama de neoliberalismo avanzado y asentado, hay

ciertos fenómenos que no son aprehensibles por estas categorizaciones y

que exigen repensar el paradigma bajo el cual se interpreta la realidad

social y laboral en el país.

Uno de los fenómenos más relevantes (considerando la dificultad

metodológica de no usar los datos originales y hacer un proxy) es que el

fenómeno de la subcontratación esta tan extendido en la estructura

ocupacional que merece un trato aparte y no diferenciado por ramas. Esto,

debido a que, en la medida que este nuevo trabajador posee nuevas lógicas

organizativas y laborales, debe considerarse como una nueva modalidad de

trabajo (y por tanto, nuevos trabajadores) consolidada en las distintas

ramas de la economía nacional, sobre todo por su importante participación

en el PIB. Una nueva categorización debería atender teórica y

metodológicamente la emergencia de este nuevo trabajador y no tratarlo

como característica del empleo (que fue lo que en definitiva hizo este

estudio).

Por otra parte, debería preponderarse y destacarse con mayor fuerza el

sector terciario, en detrimento de otras categorías que van en marcado

retroceso (como el sector piscisilvoagropecuario) y buscar, en ese sentido,

una nueva forma de taxonomizar la sociedad. En ese sentido, los autores

destacan que la vieja división urbano-rural resulta crecientemente

“inoperante para caracterizar los aspectos más sustantivos del panorama

actual de la sociedad chilena, así como el rumbo que asumen sus

mutaciones más significativas” (2011, pág. 60), lo cual queda bastante claro

al ver la significación de estos grupos en la estructura (los cuales en general

no superan el 5% de la PEA).

La categoría de "servicios" en sus inicios apareció como un concepto

"residual" (Boccardo, 2013), debido a que buscaba englobar estas nuevas

actividades y ramas productivas emergentes que no pertenecían ni al sector

extractivo ni al sector productivo/manufacturero de la economía. Esta

economía "terciaria" comenzó a rápidamente a copar gran parte de la oferta

ocupacional y dio lugar a lo que se conoce como la "tercerización de la

estructura productiva". No obstante lo anterior, la enorme heterogeneidad

de este sector terciario hace que la categoría "servicios" parezca poco

clarificadora respecto de qué tipo de ocupaciones nos referimos. Las

Page 115: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

115

discusiones intelectuales se ocuparon de vislumbrar algunos rasgos de esta

"zona gris" de los servicios, señalando que esta diversificada o heterogénea

estructura ocupacional englobada en el área terciaria, exige distinguir por

variables que distingan rubro (más o menos productivos) y que incorporen

indicadores de precarización, como aporta este estudio.

Por otro lado, es innegable el aumento de la asalarización en el agro, lo que

en el fondo, al caracterizarse por ser un empleo inestable y temporal, solo

muestra la degradación de la pequeña propiedad campesina y el aumento

de la precarización en el empleo, no una tendencia hacia el crecimiento de

este sector. Así, la presente investigación ha logrado identificar 5 grupos

“emergentes” en la estructura social, los cuales han mostrado un

crecimiento numérico importante o un aumento en la participación en la

PEA de su sector, estos grupos a su vez están vinculados en cierta medida

con las lógicas precarizantes del nuevo empleo. Dentro de estos grupos

emergentes son destacables los “obreros del comercio”, quienes en general

están sujetos a condiciones laborales más precarias que el resto de las

categorías, sobre todo quienes pertenecen al rubro de Retail, presentando

altos niveles de subcontratación y jornadas laborales flexibles. Que los

trabajadores del comercio hayan sido una de las categorías que más crece,

habla precisamente del curso de modernización que adopta el país, siendo

el "comercio" uno de los rubros de menor productividad y aporte al PIB

contemplados dentro de las categorías terciarias (Weller J. , 2001).

Sin duda, la gran transformación neoliberal y su impacto en la estructura

productiva deben analizarse de manera crítica. A pesar de la tendencia

mundial existente, de expansión de los sectores de servicios y un

crecimiento de las modalidades de empleo precarias, es necesario atender a

las particularidades del desarrollo de éste fenómeno en el país. Por un lado,

este trabajo sostiene la necesidad de evaluar el crecimiento de ciertas

categorías sociales, que son las que más crecen en los últimos 30 años, a la

luz de los procesos de restitución de la prevalencia del capital sobre el

trabajo. Esto, finalmente, da cuenta de la estrecha relación entre

neoliberalismo y empleo precario, siendo el "curso de asalarización" ya no

más sinónimo de organicidad en el trabajo, como lo observa el pensamiento

clásico, sino más bien una proletarización que arroja al trabajador a una

situación de incertidumbre, sin estar provisto de condiciones mínimas de

bienestar y protección social.

Page 116: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

116

En segundo lugar, cabe mencionar que es muy relevante - para precisar las

características del modelo productivo y su estructura ocupacional

correspondiente-, que las categorías emergentes en el sector terciario sean

desglosadas. No ocurre exactamente lo mismo en la burocracia moderna de

servicios media, en los empleados del comercio y en el proletariado de

servicios, a pesar de que estas tres categorías y su constante expansión sean

indicativas de un proceso de tercerización general.

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Page 120: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

120

Subcontratación en Chile y Argentina tras las reformas neoliberales.

Trinidad Vega G.

Estudiante de sociología de la Universidad de Chile

Correo de contacto: [email protected]

Resumen:

El trabajo desarrollado analiza comparativamente la situación de la

subcontratación en los países de Chile y Argentina, desde las reformas

neoliberales en adelante. Específicamente, aborda el peso y características

del fenómeno mencionado en la estructura socio ocupacional, por un lado, y

el desarrollo de la organización y acción colectiva de movimientos de

trabajadores subcontratados, por otro. El énfasis está en dar cuenta de la

particularidad que adopta la subcontratación en cada país, en relación a la

profundización del neoliberalismo, y con ello de las estrategias de

flexibilización del mercado y de las relaciones laborales.

Palabras Clave:

Subcontratación, América Latina, Estructura socio ocupacional,

Organización colectiva no tradicional.

Page 121: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

121

I. Introducción y formulación del problema

Con la implementación del neoliberalismo en América Latina -en las

décadas de los ’80 y ’90 dependiendo de la realidad de los distintos países-,

surge un interés por estudiar las transformaciones que éste ha generado en

el ámbito del trabajo. En este contexto, uno de los fenómenos que ha

llamado la atención es la subcontratación. La particularidad del trabajo en

régimen de subcontrato radica en la incorporación de un nuevo actor en la

histórica relación entre trabajadores, empleadores y estado regulador, que

es la empresa contratista. Se genera así una relación trilateral en la que el

actor se sitúa en una doble sujeción: se subordina contractualmente a la

empresa a la que pertenece, por un lado, y se subordina organizativamente

a la empresa para la que realiza las funciones, por otro (Palomino, 2004).

Esto genera consecuencias profundas a nivel no sólo de la identidad y

sentido de pertenencia de los trabajadores y a su relación respecto de los

trabajadores no subcontratados, sino también a nivel de las posibilidades

de acción colectiva entre los trabajadores “internos” y los “externos”. Por

esta razón, entre otras, es que el fenómeno de la subcontratación resulta

relevante de estudiar desde la sociología, ya que trae implicancias sociales,

políticas y culturales que desbordan la esfera de la producción.

Sin embargo, hay ciertas consideraciones que es necesario incorporar en el

análisis y comprensión del fenómeno de la subcontratación, dentro de las

cuales está por un lado la dificultad de aprehender un fenómeno que se

manifiesta en múltiples y variadas formas, y por otro lado la forma concreta

en toma este fenómeno según el contexto.

Así, en cuanto a la multiplicidad de formas que adopta, se observa por un

lado la subcontratación de servicios versus el suministro de trabajadores,

así como también está la subcontratación de servicios calificados que

implican alta especialización versus la subcontratación que tiene como

fundamento la reducción de costos, que se traduce en precarización laboral

para los trabajadores. En este último tipo, caben servicios como limpieza,

mantenimiento, construcción, seguridad, y call centers -que según Battistini

(2010) son algunas de las principales actividades subcontratadas en

Argentina-, así como también actividades de servicios sociales y de salud,

construcción, industrias manufactureras y otras actividades de servicios

comunitarios, sociales y personales -que según la Encuesta Laboral del año

2011 (Dirección del Trabajo, 2012) son algunas de las principales

actividades subcontratadas en Chile.

Page 122: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

122

Por otro lado, está la necesidad de incorporar en el análisis la distinción

sobre las formas concretas en que se ha desarrollado este fenómeno en los

distintos países. Dentro de este contexto, es necesario considerar que tanto

el momento como el proceso en que se implementaron y profundizaron las

reformas neoliberales sintetizadas en el consenso de Washington fueron

disímiles en los distintos países de la región latinoamericana, atendiendo a

las condiciones económicas, sociales y políticas internas de cada territorio.

En ese sentido, se espera que las transformaciones del trabajo, y dentro de

ellos la subcontratación, no se manifiesten de la misma forma en todos los

países. Aunque compartan características –no sólo a nivel latinoamericano

sino a nivel mundial-, se desarrollan con una especificidad propia en cada

país, considerando el grado de profundidad del neoliberalismo, la

configuración de la estructura productiva, el marco de regulación legal

existente, la fuerza y capacidad de incidencia del sindicalismo u otras

organizaciones de trabajadores, entre otros.

De esta forma, la presente investigación busca comparar el fenómeno del

subcontrato en los países de Chile y Argentina, considerando que según

plantea Ruiz (2013), representan dos modos de implementación del

neoliberalismo distintos, donde Chile sería el ejemplo paradigmático de un

neoliberalismo ininterrumpido y consolidado, con transformaciones

sociales y culturales profundas y sostenidas en el tiempo, y Argentina

correspondería a un neoliberalismo revertido hacia lo nacional-popular,

caracterizado por altos grados de clientelización estatal de los actores

sociales y una vuelta a la industria nacional. Cabe mencionar que el proceso

de implementación de las reformas neoliberales en ambos países no tiene

una misma temporalidad, ya que en Chile éstas fueron impuestas en el

marco de la dictadura en la década de los ’80, mientras que en Argentina

fueron implementadas con los gobiernos democráticos –específicamente

con el gobierno de Menem- una década más tarde (De la Garza, 2002).

En este contexto, se contrastará la situación de ambos países desde dos

aristas que permitan dar cuenta del fenómeno desde una perspectiva

sociológica, involucrando elementos del plano de la estructura como del

plano de la acción. Se considerarán además los elementos legales que sean

pertinentes para el análisis, considerando las regulaciones laborales de

ambos países respecto del subcontrato. Así, las dos dimensiones de análisis

son:

Page 123: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

123

1) A nivel de estructura, lo que significa el subcontrato en la

estructura socio ocupacional de cada país, lo cual permitirá tener

un panorama general del peso de este fenómeno en la organización

productiva de ambos países, en comparación al resto de las formas

laborales y a su mutación en el tiempo.

2) A nivel acción, las organizaciones y movilizaciones de trabajadores

subcontratados, considerando la fuerza de los actores colectivos en

ambos países, su peso y capacidad de incidencia, y abordando la

relación con los trabajadores que no están subcontratados.

La investigación se enmarca dentro de las problemáticas del trabajo en

América Latina, en tanto el fenómeno de la subcontratación constituye una

de las formas del trabajo que más se ha expandido en la región a partir de

las reformas del neoliberalismo; además, guarda una estrecha relación con

los procesos de tercerización y flexibilización que caracterizan el mundo del

trabajo en Latinoamérica desde los 90 hasta hoy. Por otro lado, es relevante

en tanto sus efectos no sólo se circunscriben a las transformaciones en la

esfera productiva, sino que tiene fuertes repercusiones a nivel de la

identidad y organización de los trabajadores, por constituir una suerte de

“trabajadores de segunda categoría” dentro de los espacios laborales. Todo

esto implica desafíos tanto a nivel de la comprensión de los fenómenos del

trabajo, como a nivel de las consecuencias que éstos tienen en la

configuración de actores sociales.

Si bien el fenómeno de la subcontratación se ha estudiado bastante a nivel

teórico y a nivel de estudios de caso, en general existe una carencia sobre

estudios que comparen las distintas realidades nacionales. Por esto la

presente investigación tendrá relevancia principalmente empírica, ya que

se fundamenta en la necesidad de aproximarse al estudio de la

subcontratación desde una perspectiva comparativa, que contraste cómo

este fenómeno se manifiesta real y concretamente en distintos contextos.

Pregunta de investigación

Respecto de lo anteriormente planteado, se espera generar una

aproximación a la pregunta sobre cuáles son las particularidades que

presenta el fenómeno de la subcontratación en Chile y Argentina, desde una

perspectiva estructural y organizativa, considerando que son dos países que

representan distintos contextos en cuanto a la implementación y avance del

neoliberalismo.

Page 124: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

124

Objetivos

Objetivo general

Analizar comparativamente las particularidades que presenta el

fenómeno de la subcontratación en Chile y Argentina desde los 90

en adelante

Objetivos específicos

Comparar el panorama de la subcontratación en la estructura socio

ocupacional de Chile y Argentina desde los 90 en adelante

Comparar el estado de organización y acción colectiva de los

trabajadores subcontratados en Chile y Argentina desde los 90 en

adelante

Hipótesis

Se espera que las particularidades de la subcontratación en Chile y

Argentina se relacionen con el nivel de profundidad del neoliberalismo en

cada país. De esta forma, en el plano de la estructura se puede suponer que

en Chile la subcontratación es un fenómeno más extendido que en

Argentina, producto de la variante de neoliberalismo que representa cada

país. En el plano de la acción de trabajadores subcontratados, sin embargo,

se puede suponer un panorama distinto considerando la efectividad de las

políticas desarticuladoras de la dictadura en ambos países: mientras en

Argentina no existe una capacidad efectiva de desmantelamiento del

movimiento obrero clásico, en Chile la desarticulación fue total, por lo cual

se puede suponer que la tradición de movimiento sindical argentino haga

que las organizaciones de trabajadores subcontratados sean mayores y más

fuertes en Argentina que en Chile.

II. Delimitación histórica

Dentro del desarrollo de las transformaciones socioeconómicas recientes

en América Latina, De la Garza (2002) distingue tres momentos: en los 70 -

con el advenimiento de las dictaduras militares- comienzan los ajustes

neoliberales, en los 80 éstos continúan desarrollándose con gobiernos

civiles, y en los 90 se consolidan y se expanden. Sin embargo, esta

delimitación temporal resulta discutible, en tanto las reformas neoliberales

no tuvieron un mismo punto de inicio en los distintos países. Si bien en

Page 125: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

125

todos es posible observar un momento de inicio, desarrollo y consolidación

–donde en algunos casos este proceso no tuvo obstáculos y en otros asumió

bastantes dificultades-, estas etapas no siempre concuerdan

temporalmente. Así, por ejemplo, en el caso de Chile las políticas

económicas neoliberales comenzaron a implementarse en la década de los’

‘80 con la dictadura, mientras que en la mayor parte de los países

latinoamericanos fue posible implementarlas sólo con los gobiernos

democráticos, en la década de los ’90.

Tokman (2007) también identifica etapas de transformación productiva –

que tuvieron sus propios ritmos e intensidades en cada país-, donde en una

primera etapa se reemplazó la importación sustitutiva por la apertura de

mercados, luego vino una etapa de privatizaciones y en tercer lugar una

etapa de liberalización económica. Es en el segundo periodo de reformas

donde se sitúan las reformas laborales, debido a que la necesidad de

profundizar la adaptación productiva recayó sobre todo en el ámbito

laboral. En este contexto, Tokman plantea la existencia de una relación

entre el grado de exigencia de la regulación de los mercados de

productos/servicios y de trabajo, ya que la necesidad de aumentar la

competitividad a través de desregulaciones de los mercados, necesita

reducir las exigencias de protección laboral. Así, en los 90 el empleo se

comienza a configurar en base a los procesos de precarización,

informalización y privatización, y se caracteriza por su vulnerabilidad

frente a las fluctuaciones de la economía. De este modo, “América Latina

pasó de constituir uno de los mercados más protegidos del mundo a

mediados de los ochenta a constituir una región con aranceles bajos, más

uniformes y eliminando barreras no arancelarias hacia comienzo de los

años noventa” (Tokman, 2007, pág. 12), situación que según el autor

produce incertidumbre, sensación de inestabilidad, y afecta en la cohesión

social.

En el caso de Chile, las reformas neoliberales se comenzaron a poner en

práctica en la década de los 80 con la dictadura militar de Pinochet, la cual a

su vez reformó el código del trabajo imponiendo flexibilidad laboral y

restricción de los sindicatos y de la negociación, y contribuyendo al

desarrollo de formas de gestión tradicionales y verticales (De la Garza,

2002). Durante los siguientes gobiernos de la Concertación, se fueron

profundizando y consolidando las políticas aperturistas, flexibilizadoras y

desreguladoras. Este giro -prematuro en relación al resto del continente y el

Page 126: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

126

mundo-, tiene como principales características una apertura al comercio

exterior, un vuelco en su estructura productiva hacia la exportación de los

commodities y la modernización de su producción agrícola y piscícola, junto

con un rápido desarrollo del sector comercial y financiero (Barozet,

Espinoza, & Méndez, 2012)

En Argentina, por su parte, con el decaimiento de la economía en los ‘80 se

intentaron imponer las primeras políticas neoliberales, que fueron

resistidas por la CGT, y recién con Menem –en la década de los ’90- fueron

encontrando lugar (De la Garza, 2002). Según el autor, Argentina es el país

que avanza más rápido hacia un modelo flexible de las relaciones laborales,

lo que se debe mayormente a las leyes que a efectos del mercado. Las

reformas neoliberales en Argentina se llevaron a cabo de la mano de una

“crisis profunda del empleo y un repliegue de los sindicatos del escenario

de la conflictividad social” (Dávalos, 2011, pág. 603), situación que les abrió

el camino para su implementación. En el año 2003 se inicia sin embargo un

periodo que podría denominarse como ruptura del ciclo neoliberal

implantado en la década del 90 (D'Urso, 2012), por una reconfiguración del

rol del estado frente al trabajo (mayor intervención, generación de empleos,

etc.) y un auge económico, pero que de todas formas mantiene las lógicas

productivas impuestas en la década de los ’90.

Por otro lado, en cuanto al fenómeno de la subcontratación en particular,

Según De la Garza (2012), en los inicios del neoliberalismo en cada país ya

existían formas de subcontratación que venían de antes, pero es desde

finales de los 90 que el fenómeno ha crecido en importancia y significado.

Pasó de ser un complemento de las políticas flexibilizadoras a una

estrategia central para aumentar la productividad y competitividad en el

entorno empresarial, y con ello sostener el futuro de la acumulación de

capital. Fue recién en la primera fase de crisis global en la actualidad (del

2001 al 2003) cuando se reconoce que las formas antiguas de flexibilización

como cadenas, redes, clusters, etc., eran formas de subcontratación

propiamente tal.

En la misma línea, Palomino (2004) plantea que la subcontratación siempre

ha existido como forma de inserción laboral, pero desde las dos últimas

décadas se ha multiplicado en la forma de cadenas de subcontratación, en

diversas actividades de servicios, comerciales e industriales. Según el autor,

la subcontratación fue la base de las prácticas de externalización de los 90

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127

en grandes empresas pertenecientes a diversas ramas. Este fenómeno va de

la mano con las políticas de gestión empresarial en un contexto de

reestructuración productiva, y a la vez constituye un mecanismo efectivo

para llevar a cabo un proceso de desregulación y pérdida de los derechos

laborales (Celis, 2012), proceso que ha sido facilitado por las

transformaciones legislativas que se han llevado a cabo.

En Chile, la subcontratación está muy extendida tanto cuantitativamente

como en diversas áreas económicas, respecto al resto de países de

Latinoamérica (Echeverría, 2012). Según la autora, “pasó de ser una

práctica limitada a ciertos sectores, a transformarse en una estrategia usada

en forma recurrente por las empresas en actividades y dominios

previamente inimaginables.” (2013, pág. 249). Además, Chile es pionero en

legislación de la subcontratación, con la creación de la Ley de

Subcontratación del 2006 (Tokman, 2007). En el año 2007 fue la entrada en

vigencia de esta ley, que junto con regular las obligaciones de la empresa

principal respecto de quienes laboraban como contratistas, prohibía

claramente el suministro permanente de trabajadores, actividad que se

había consolidado en la economía chilena, de la mano de la creciente

externalización (Echeverría, 2010). Las expectativas que generaba esta

nueva legislación, contribuyeron a una maduración y eclosión de

movimientos de trabajadores contratistas, quienes se sentían diferenciados

respecto de los trabajadores contratados directamente por las empresas

principales. Lo que estuvo en juego en 2007 y los años posteriores no sólo

fueron las condiciones materiales de trabajo y los beneficios de los

trabajadores contratistas, sino que especialmente su identidad y su

dignidad. En poco tiempo, el sindicalismo contratista pasó de la completa

invisibilidad a ocupar el espacio de vanguardia del movimiento de

trabajadores en Chile (Echeverría, 2010).

En Argentina, a partir de los 90 la “subcontratación moderna” (Battistini,

2010) fue un mecanismo desarrollado de forma extendida por las grandes

empresas transnacionales, las cuales tenían la capacidad de contrarrestar

cualquier acción sindical que se les opusiera. Esto ya que la relación entre

empresarios y trabajadores estaba muy desequilibrada, por diversos

factores. El gobierno a su vez propagó la flexibilización de las normas

laborales, contribuyendo a fomentar las medidas de disminución de costos

de las empresas. A nivel legal, no existe una norma unificada que regule las

relaciones de subcontratación, sino que hay varias regulaciones parciales

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128

(Battistini, 2010). Por otra parte, en Argentina se desarrolló mucho el tema

de la subcontratación en función de los cambios de gestión y organización

empresarial, que trajo como consecuencia la erosión de las bases de los

sindicatos, dificultando la identificación de intereses comunes entre

trabajadores (Palomino, 2004).

En relación a los actores involucrados, según De la Garza (2002), además

del empresariado, el Estado también ha sido parte de la restructuración

productiva en Latinoamérica, participando indirectamente en la

transformación de la política industrial, manteniendo los salarios,

induciendo flexibilidad al mercado de trabajo. La fuerza de trabajo, por su

parte, no ha cambiado sustantivamente, pero el cambio más importante es

el crecimiento del sector informal. Tanto en Chile como en Argentina las

bases de los sindicatos fueron debilitadas, aunque en Chile, a diferencia de

Argentina, el desmantelamiento fue casi total. En Argentina, el sindicalismo

siempre contó con una tradición histórica de centralización, monopolio de

representación y negociación colectiva, que le dio fuerza y capacidad de

incidir a nivel político (Dávalos, 2011). En la dictadura, los sindicatos

fueron desplazados del campo de la conflictividad social, hasta el año 2003

donde se abre un contexto de resurgimiento del sindicalismo tradicional

que vuelve a posicionar a los sindicatos en el centro (Dávalos, 2011).

Para Celis (2012), “las políticas del Estado, de los empresarios y de los

sindicatos siguen jugando un papel en el desenvolvimiento de la

subcontratación laboral” (p. 11), donde el Estado ha priorizado la

competencia sobre el bienestar, con políticas aperturistas, desregulación,

quiebre relaciones laborales, y desintegración del sistema productivo; los

empresarios han tomado el rol de rechazar las regulaciones; y los sindicatos

han ido desarrollando nuevas estrategias y políticas que trascienden las

demandas de empresa e interpelan al conjunto de la sociedad.

III. Delimitación conceptual

Flexibilidad laboral

Según De la Garza (2002), las reformas neoliberales implementadas en los

distintos países de América Latina se basan en las ideas de reducir los

déficit fiscales y la inflación, por un lado, y en la implementación de una

reforma estructural para eliminar el proteccionismo, desregulando y

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129

privatizando las economías, por otro lado. Sin embargo, esta

restructuración productiva es limitada a las grandes empresas, sin

constituir ventajas para el resto de los actores, lo cual conlleva

contradicciones a nivel interno. Así, las reformas monetaristas

implementadas significaron una apertura al comercio internacional por

parte de las economías nacionales, la eliminación de las barreras

arancelarias y subsidios a la industria nacional, una reducción del gasto

focalizado, y la privatización de una porción significativa del sector

productivo estatal (Baño & Faletto, 1999).

El ajuste macroeconómico que implica el neoliberalismo necesita una

restructuración productiva con apertura y libertad de mercados,

globalización de la economía, ruptura de pactos corporativos, entre otros

fenómenos que se traducen en una flexibilización de la economía a nivel

general (De la Garza, 2002). Sin embargo, la competitividad en mercados

abiertos necesariamente conlleva la necesidad de flexibilizar no sólo la

economía sino también las relaciones laborales (Tokman, 2008). De este

modo, la flexibilización que caracteriza este proceso de reformas ha traído

cambios en las leyes laborales, transformaciones en la contratación

colectiva y debilitamiento de los pactos corporativos entre sindicatos,

estado y empresas (Tokman, 2007).

Dentro de esta flexibilidad, una de las modalidades más comunes de trabajo

para facilitar y quitar responsabilidades a la organización productiva es la

subcontratación de actividades o de trabajadores (Battistini, 2010).

Subcontratación

Para definir lo que se entiende por subcontratación, en primer lugar es

necesario apuntar, según plantea De la Garza (2012), que existe una

dificultad para definir el concepto debido a la diversidad de formas que

implica, la cantidad de términos que se utilizan indistintamente, las

diversas delimitaciones conceptuales utilizadas en cada país, entre otros

factores. Si bien la subcontratación siempre ha existido, ha cambiado sus

formas sociales, objetos y significados, y esta mutación implica tanto la

aparición de formas nuevas como la extensión y diversificación del

fenómeno (cadenas globales, transnacionales, grandes empresas

nacionales).

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130

La subcontratación, entendida desde Palomino (2004), es un mecanismo

que busca incorporar trabajo en empresas a través de la mediación de otra

empresa –la empresa contratista-, generando un campo donde se combina

la independencia contractual y la subordinación organizativa. Esto implica

una situación donde los trabajadores no mantienen una relación

contractual con la empresa usuaria de sus servicios, pero se ven

supeditados organizativamente a ésta. Así, siguiendo a Palomino, se llega a

una “doble sujeción”, ya que los trabajadores están bajo las órdenes y reglas

organizacionales de una empresa, y a la vez dependientes contractualmente

de otra. Se constituyen así relaciones trilaterales con una disociación de los

vínculos de dependencia salarial y subordinación organizativa. Esta

situación repercute en la organización sindical, sobre todo por la distinción

entre trabajadores internos y externos, es decir, entre el núcleo estable de

personal contratado y la periferia de trabajadores subcontratados que

pertenecen a otras empresas. Se produce así una desagregación del

colectivo de trabajadores que trabajan para la empresa usuaria: si los

trabajadores de ésta pueden sindicalizarse y negociar colectivamente, no

sucede lo mismo con los subcontratados, quienes a veces, y a lo sumo,

pueden sindicalizarse y negociar colectivamente con su empresa, pero sólo

en la medida en que lo permita la temporalidad de la relación que se ha

establecido entre la empresa subcontratista y la principal (Echeverría,

2010).

Para Celis (2012), la subcontratación, la flexibilidad, la tercerización, entre

otros, son fenómenos que tienen como objetivo exteriorizar los riesgos

empresariales hacia los trabajadores, quienes quedan sometidos a las

presiones de contratos de derecho civil. Esto genera una eliminación de las

principales conquistas de los trabajadores, una precarización de las

condiciones de trabajo, y una vulnerabilidad de la identidad de los

trabajadores. Más allá de las muy diversas formas que adopta el

subcontrato, lo común es el “no reconocimiento de la existencia de una

relación de dependencia entre el trabajador y el beneficiario final de la obra

o servicio que aquél realiza.” (Celis, 2012, pág. 9), es decir, una “delegación

de la condición patronal”. Su principal objetivo es el abaratamiento del

costo de la mano de obra, para aumentar ganancias, aunque también hay

situaciones de externalización genuina que se basan en criterios de calidad.

Respecto a esto, según De la Garza (2012) “la tendencia ha sido a

subcontratar cada vez más actividades que forman parte del giro principal

de la empresa o bien que son aquellas en donde se generan partes centrales

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131

del bien o del servicio que la caracteriza” (De la Garza, 2012, pág. 22). Lo

central para hablar de subcontratación, entonces, es definir qué tipo

predomina, según el carácter de los costos laborales para la competitividad

de las empresas. Si bien en los países desarrollados se manifiestan ambas

formas, en los países subdesarrollados como los latinoamericanos la

subcontratación se centra casi exclusivamente en la reducción de costos

mediante la desprotección y precarización de los trabajadores (De la Garza,

2012).

Según Echeverría (2010), las condiciones que deben cumplirse para que

exista subcontratación son: 1) que los trabajadores presten sus servicios al

contratista o subcontratista, que es su empleador directo, en virtud de un

contrato de trabajo; 2) que el contratista o subcontratista se relacione con

la empresa principal mediante un acuerdo contractual en el cual se

establece la obra o servicio que le ejecutará o prestará; 3) que la ejecución

de las obras o la prestación de los servicios sea por cuenta y riesgo del

contratista, lo que implica que los trabajadores están bajo su dependencia

(autonomía del contratista). Además, según la autora, son cuatro los

factores que explican este fenómeno en la última década: 1) El profundo

cambio en el modelo técnico productivo, que al cambiar la producción

estandarizada hacia una flexible –produciendo acorde a la demanda-,

provoca externalización de ciertas actividades, bajando los costos de

producción y la mano de obra directamente contratada; 2) El cambio en la

organización económica de las empresas, producto de la concentración

(monopólica) y desconcentración (organizativa) a la vez, que se traducen en

diversos cambios organizacionales, dentro de los cuales el más común es el

subcontrato; 3) La desregulación de las relaciones de trabajo, puesto que

para evitar tiempos muertos de trabajo, se contrata a personal por

temporadas acotadas; y 4) La desarticulación sindical, puesto que la

subcontratación provoca: fragmentación entre los trabajadores internos y

externos a la empresa, trabas a la negociación (principalmente por el

carácter temporal de los empleos), atomización de los trabajadores (que

deben trabajar muchas veces fuera de los recintos y por lo tanto no pueden

socializar con otros trabajadores), etc.

Estructura socio ocupacional

Dentro de la sociología latinoamericana, la fisionomía del trabajo se

conforma como un problema central para estudiar la diferenciación social,

sobre todo en relación al vínculo entre los individuos y el proceso de

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132

trabajo, y a la posición ocupacional (Boccardo, 2013). Esto cobra especial

relevancia en la estructura social que se re-configura en base a las

transformaciones neoliberales, por los procesos de flexibilidad,

informalidad y tercerización que se han impulsado, que han alterado

enormemente la estructura social de los distintos países.

De esta forma, tomando el planteamiento de autores como Agulla (1997),

un sistema de estratificación social basado en las clases no explica las

sociedades modernas como lo hace un sistema basado en los niveles de

status que otorga la ocupación. En ese sentido, como principal elemento

para la construcción de la estructura social, se postula la variable

“ocupación”, bajo el entendido de que el trabajo juega un rol central en la

estructuración de las sociedades modernas. En esa misma línea, y

concretamente en relación a la importancia de la variable ocupación,

Barozet (2007) señala que, por un lado, el trabajo es capaz de definir roles

sociales, y se relaciona con el acceso tanto al bienestar y al consumo, como a

cualidades escasas como poder o autoridad. Además, es una variable que

conlleva más información que sólo la categoría ocupacional, ya que está

asociada a más elementos como nivel de estudio, ingresos, lugar en la

estructura social, etc.

En base a lo anterior, cobra sentido analizar la posición de la

subcontratación en la estructura socio ocupacional de cada país,

entendiendo que no sólo remite a una forma contractual distinta a otras

formas laborales, sino sobre todo a un fenómeno que comparte ciertas

características sociales.

Organización y acción colectiva en el subcontrato

La organización colectiva en el caso del subcontrato toma un carácter

particular que la diferencia de la organización colectiva tradicional, por

varias razones. En primer lugar, las distinciones que se generan con los

trabajadores contratados, significa que no puede haber una organización en

el conjunto de los trabajadores, y que aquellos que no están contratados

queden relegados. Por otro lado, no tienen la posibilidad de constituir un

sindicato en la empresa mandante, que es aquella con la que tienen

contacto día a día y en la cual desenvuelven sus funciones. Si bien está la

posibilidad de organizarse y negociar con la empresa que los contrata, ésta

muchas veces no toma la forma de un empleador real sino que constituye

un rut, razón social, o representante poco solvente (Echeverría, 2010). Todo

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133

esto genera dificultades para una acción colectiva organizada en cada

unidad productiva. Además, el sindicalismo de subcontratados tiene otras

particularidades propias que lo diferencian de los sindicatos tradicionales,

con nuevas formas de acción y estrategias para la protesta (Echeverría,

2010). Se caracteriza por la alta rotación de trabajadores, quienes por la

misma razón no pueden establecer lazos duraderos entre sí en un mismo

lugar de trabajo. La autora además menciona que la precarización laboral a

la que se ven expuestos estos trabajadores los imposibilita para ejercer sus

derechos de sindicalización y negociación, a nivel práctico y legal.

Se obtiene así un panorama organizativo bastante distinto al tradicional,

con nuevos elementos característicos, nuevas estrategias y nuevas formas

de constitución. Debido a estos elementos, y a su importante crecimiento en

los últimos años, ha sido abordado teóricamente como un “nuevo

sindicalismo” (Echeverría, 2010).

IV. Principales Resultados

Caracterización de la subcontratación en la estructura socio

ocupacional

El caso de Chile

Con respecto al panorama de la subcontratación en la estructura socio

ocupacional, a nivel de Chile, el informe sobre la Encuesta Laboral 2011

(Dirección del Trabajo, 2012) muestra una serie de datos respectivos a la

situación de subcontratación en Chile31, que serán presentados a

continuación.

31

Es importante aclarar que la ENCLA recoge información de la empresa (no de

los trabajadores) y considera sólo a aquellos trabajadores que estaban en la

empresa en el momento de la encuesta. Además, involucra sólo de las empresas

que declaran estas prácticas. Según Echeverría (2006) las zonas oscuras,

complejidad, y falta de regulación de la subcontratación, hacen que no existe

una “medición global inequívoca de las empresas contratistas y suministradoras

de personal ni de la cantidad de trabajadores que laboran en esta condición (…)

no existe ningún registro de empresas para fines de control de la legislación

laboral. Por lo tanto, es imposible saber con certeza cuáles y cuántas son las

empresas que trabajan como contratistas o subcontratistas.” (p. 37)

Page 134: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

134

En primer lugar, según Echeverría (2006) el subcontrato “venía en ascenso

desde fines de los noventas, tendencia que se revierte a partir del año 2006

en adelante, cayendo en diez puntos porcentuales bianualmente, pudiendo

atribuirse este giro a la eminencia de la ley de subcontratación en 2006 y a

más de un año ya de su implementación, en 2008.” (pág. 70). Sin embargo,

los datos de la ENCLA indican que desde el 2008 la subcontratación ha

aumentado en términos, existiendo en el 2011 un 37,8% de empresas que

utiliza esta práctica, versus un 30,5% del año 2008. Su utilización es

proporcional al tamaño de las empresas, donde si bien la gran empresa

tiene el mayor porcentaje, es en la única que disminuyó esta práctica desde

el 2008, mientras que en todos los demás segmentos de empresas aumentó

(Cuadro 1 Anexos).

Respecto a la proporción de trabajadores subcontratados en relación a los

trabajadores propios (Cuadro 2 Anexos), la micro y pequeña empresa son

las que alcanzan la mayor magnitud (5-6 de 10 trabajadores), descendiendo

hasta la gran empresa, que, aunque sea la que más subcontratación declara,

es la que menos cantidad de trabajadores subcontratados tiene

proporcionalmente (4 de 10 trabajadores).

Al abordar la actividad que se externaliza, la cuarta parte de las empresas

que realizan esta práctica lo hace con su actividad principal, con lo cual se

asume que no realizan la subcontratación buscando especialización, sino

para disminuir costos. El resto de las empresas, subcontratan actividades

relacionadas a “servicios auxiliares a la producción, orientados a aumentar

la eficiencia en las empresas. De estos, los más demandados por la vía de la

subcontratación son los Servicios Legales, la Seguridad y/o Vigilancia, los

Servicios de Aseo y/o Mantención y los de Transporte y/o Distribución.” En

las ramas que más se subcontrata es en Servicios Sociales y de Salud,

Construcción, Pesca y Agricultura.

Por otra parte, las ramas en que las empresas tienen más proporción de

trabajadores subcontratados para su actividad principal son Agricultura,

Construcción y Transporte, mientras que en las ramas donde las empresas

tienen más proporción de trabajadores subcontratados para realizar

actividades distintas a la principal, son Actividades Inmobiliarias,

Empresariales y de Alquiler, Industria y Pesca.

Page 135: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

135

Con respecto a la relación contractual entre la empresa mandante y la

principal, la mayoría (51,4%) declara tener una relación informal de

“contrato verbal, boleta o factura”, seguido por un 40,8% de empresas que

declaran una relación civil o comercial. Respecto a la relación entre ambas

empresas, predomina “aquella en que la contratista recibe maquinaria,

materiales o insumos de parte de la empresa principal.”, seguida por la

relación en la que la empresa principal presta apoyo tecnológico o de

capacitación a la contratista. Finalmente, con porcentajes menores, está la

relación en la que los trabajadores subcontratados eran antiguos

trabajadores de la empresa principal, y finalmente la relación en que la

empresa principal tiene participación de capital en la contratista.

Por último, la ENCLA muestra que la subcontratación es mayor en las

empresas en las que existe sindicato: “en efecto, casi dos tercios de la gran

empresa con sindicato subcontrata alguna actividad, versus el 38,9% de

aquellas que no lo tienen.”

El caso de Argentina

Para el caso de Argentina, en primer lugar, cabe aclarar que tal como

plantea Battistini, “los datos referidos a cantidad de empresas

subcontratistas, cantidad de trabajadores, salarios, etc. son inexistentes”

(2010, pág. 30). Es decir, no existe un seguimiento del fenómeno del

subcontrato –a través de encuestas, bases de datos, registros, etc.- que

permita conocer su magnitud y su peso dentro de la estructura socio

ocupacional, ni sus características más allá de los estudios realizados por

algunos investigadores, que abordan el fenómeno sobre todo desde

estudios de casos específicos.

Sin embargo, al revisar los estudios realizados, se observa que la

subcontratación en un inicio era llevada a cabo por grandes empresas

transnacionales como complemento a su producción, pero luego en los ’90

sufrió un proceso de aumento indiscriminado (Battistini, 2010) o desarrollo

masivo de subcontratistas como vectores del nuevo modelo productivo

(Kosacoff, 2007). En relación a su magnitud, De la Garza (2002) plantea que

al menos la subcontratación en la producción hacia el año 1996 era de un

25%. En este nuevo contexto, ya no se subcontrataban partes o aspectos

colaterales de la producción de las empresas, sino que “llegaron a

tercerizarse tantas actividades que, en algunos casos, algunas de las

Page 136: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

136

empresas madre se volvieron prácticamente ensambladoras de partes.”

(pág. 1).

Con el aumento de la subcontratación de los ‘90 comenzaron a surgir

diversas PYMES que proveían los servicios ya mencionados, que antes eran

llevados a cabo por la misma empresa mandante. Dentro de estos servicios,

las actividades típicamente provistas por empresas subcontratistas

(Battistini, 2010) son la logística, limpieza industrial y de edificios,

mantenimiento, construcción, seguridad, producción de partes, selección de

personal y call centers. En el sector productivo, por otra parte, la forma de

organizar la producción primaria y los agroalimentos involucra elevados y

crecientes grados de subcontratación, lo que genera repercusiones sobre

todo el resto de la economía (Kosacoff, 2007).

Según Battistini, los tipos de subcontratación más típicos desarrollados en

Argentina fueron: 1) Subcontratación de empresas (para la producción de

partes o insumos de producción), que se dio incorporando trabajadores

contratistas en el mismo espacio productivo de la empresa, o trasladando

los insumos desde un espacio externo en que trabajaban los contratistas; 2)

Subcontratación de un proceso productivo entero por parte de una firma

internacional, que provee sólo la marca y el principal insumo; y 3)

Subcontratación de servicios eventuales, que provee personal (acá caben

las PYMES anteriormente mencionadas).

En relación al vínculo entre presencia del sindicalismo y subcontrato,

Battistini plantea en el mejor de los casos se produce una sindicalización

para el grupo de trabajadores de la empresa principal y otra para los

trabajadores subcontratados; en otros casos, este último grupo –o incluso

ambos- ni siquiera cuentan con posibilidades de sindicalizarse.

Comparación entre ambos países

En primer lugar, antes del análisis de la situación del subcontrato

propiamente tal, se constata una diferencia importante respecto de la

información disponible para ambos países. Si bien en el caso de Chile

existen encuestas como la ENCLA que se hacen cargo de develar las

principales características y formas del subcontrato, en el caso de Argentina

sólo es posible encontrar una aproximación a esta información en estudios

e investigaciones –principalmente de casos específicos-, pero no hay

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137

encuestas ni estadísticas que permitan conocer el peso de la

subcontratación en la estructura socio ocupacional y su relación con la

actividad no subcontratada.

Ahora bien, de la información existente, en primer lugar se observa en

ambos casos un aumento del uso de la subcontratación por parte de las

empresas, asociado sobre todo a los procesos de flexibilización que se

impulsaron con las reformas neoliberales. Así, si bien se plantea que la

subcontratación ha sido una estrategia utilizada desde hace décadas, es

recién en el contexto de la flexibilización neoliberal (en los ’80 para el caso

de Chile y los ’90 para Argentina) donde este fenómeno se vuelve extensivo

y generalizado no sólo como actividad colateral de la producción, sino

muchas veces como la estrategia central.

En este contexto, específicamente respecto de las áreas que se

subcontratan, se observa en ambos casos un amento del subcontrato

asociado a las actividades del giro principal. De todas formas, este aumento

no llega a ser preponderante, ya que la mayor parte de las actividades

subcontratadas son servicios auxiliares a la actividad productiva principal,

orientados a aumentar la productividad de las empresas. En ambos casos se

trata de una externalización que no busca especialización –y por tanto no se

asocia a altos niveles de calificación ni a buenas condiciones laborales-, sino

que busca la disminución de costos para aumentar la productividad dentro

de las empresas, lo cual remite necesariamente en la precarización laboral

de los trabajadores.

En este proceso de expansión de las estrategias de subcontratación, son dos

las formas más típicas de subcontratación en ambos países: por un lado, la

de empresa, que se relaciona a la entrega de insumos para la fabricación de

partes en determinada industria, donde los trabajadores no tienen un

espacio de trabajo determinado, ya que pueden estar dentro del espacio

productivo de la empresa o fuera de éste. Por otro lado, la subcontratación

que se hace cargo de proveer servicios, donde surgen empresas –

generalmente pequeñas y medianas- que se dedican sólo a proveer

servicios que son subcontratados por otras empresas, dentro de los cuales

destacan los servicios de aseo, seguridad y construcción. Cabe mencionar

que se trata de servicios que anteriormente tenían que ser desarrollados

por la misma empresa mandante, y que la posibilidad de subcontratarlos les

permite disminuir (o más bien evadir) sus responsabilidades frente a los

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138

trabajadores que los llevan a cabo. Además, otra de las estrategias típicas de

subcontratación para el caso de Argentina es la de subcontratar un proceso

productivo completo por parte de una marca transnacional.

En relación al vínculo entre existencia de subcontratación y sindicalismo, la

ENCLA arroja que en Chile hay más subcontratación en las empresas que

tienen presencia de sindicatos; sin embargo, es poco lo que se puede

interpretar al respecto, ya que se desconocen los demás factores que

inciden en esta relación. Para el caso de Argentina, se plantea que la mejor

situación al respecto es la existencia de sindicatos de trabajadores

subcontratados paralelo al sindicato de los trabajadores de planta, dando

cuenta de la dificultad de articulación entre ambos grupos de trabajadores,

que será desarrollada con mayor detalle en el apartado siguiente.

Situación de la organización y acción colectiva de trabajadores

subcontratados

El caso de Chile

El Plan Laboral del ’79 eliminó las posibilidades de negociación de los

trabajadores subcontratados, al circunscribir los procesos de negociación

dentro de la empresa (Echeverría, 2010); se generó así una atomización del

ámbito laboral y sindical. De esta forma, dentro de la precarización en la

que se encuentran inmersos los trabajadores subcontratados, se incluye su

imposibilidad de ejercer derechos sindicales. Esto, entre otros factores, es lo

que impulsó a grupos de trabajadores subcontratados, a fines de los ’80, “a

reaccionar y a ejercer formas de relaciones entre ellos, de organización y de

movilización adaptadas a las nuevas condiciones de flexibilidad.”

(Echeverría, 2010, pág. 151). Según la autora, estas nuevas formas de

organización constituyeron experiencias de participación colectiva y acción

directa, promovían la militancia social amplia, tenían formas propias de

apoyo mutuo y convivencia, entre otras características que las

diferenciaban del sindicalismo clásico. Si bien no fueron muy visibilizadas,

dentro de las más conocidas estaban la de trabajadores del montaje

industrial, la de contratistas del cobre y la de mujeres temporeras de la

agroindustria (Echeverría, 2010). La autora abre la pregunta sobre si estas

nuevas formas podrían identificarse con un nuevo sindicalismo.

El primer sindicato de subcontratados se funda en 1970, y corresponde al

SINAMI (Sindicato Nacional de Mecánicos, Soldadores, Electricistas y Ramos

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139

Similares de Montaje Industrial) (Echeverría, 2010), con la característica de

estar conformado por trabajadores calificados y de alta especialización. Sin

embargo, no todos los sindicatos de trabajadores subcontratados tienen

tales características en cuanto a la calificación y especialización de sus

trabajadores, ya que –como se vio anteriormente- la subcontratación en la

mayoría de los casos remite a procesos de baja especialización y calificación

que buscan abaratar costos de las empresas. Por ello, muchas veces se trata

de grupos de trabajadores sin cultura sindical, sin formación política y sin el

peso estratégico para involucrar a la empresa en una negociación.

Así se trate de uno u otro grupo, los subcontratados se han manifestado

desde hace casi dos décadas (Echeverría, 2010), con momentos de

invisibilidad y momentos en que explotan los conflictos. Los primeros auges

se registran en los años 2003 y 2007. La particularidad de la explosión del

2007 es que se desarrolló junto con la implementación de la ley de

subcontratación, donde hubo un proceso de rearticulación del movimiento

sindical en general y sobre todo del sector de trabajadores subcontratados

de la minería (Echeverría, 2010) -quienes posteriormente logaron instalar

una mesa de negociación con CODELCO a nivel nacional- y los forestales

agrupados en la Unión de Sindicatos Forestales de Arauco (USIFA). La gran

ganada de estos trabajadores –a través de nuevas formas de organización y

acción, caracterizadas por la violencia, extensión y exposición mediática

(Leiva & Campos, 2013)- fue imponer la negociación directa con la empresa

principal.

El 2007 también surgió otra movilización de subcontratados importante, en

el sector del retail con la Coordinadora de Sindicatos del Comercio, lo cual

extiende el conflicto al sector servicios, que ha ido en enorme aumento en el

último tiempo (Echeverría, 2010). Otro sector donde se han desarrollado

grandes movimientos de trabajadores subcontratados, además de la

anteriormente mencionada movilización de subcontratados de CODELCO,

ha sido en la minería privada (Leiva & Campos, 2013), que si bien no se han

logrado articular a nivel nacional, sí han logrado avances y conquistas como

movimiento de subcontratistas.

Según Abarzúa (2008), las principales diferencias del movimiento de

trabajadores subcontratados con el sindicalismo tradicional, son: la

organización transversal y de base, el carácter federativo que adquieren por

tratarse de sectores estratégicos de la economía (sobrepasando el límite de

la empresa), las demandas y reivindicaciones que se centran en la

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140

visiblización de la precariedad de su trabajo más que en el aumento salarial

–y con ello su interpelación a la sociedad más que a la empresa misma-, su

escenario de acción que no corresponde a las dependencias de la respectiva

empresa sino a la calle y los lugares públicos y su relativa autonomía

partidaria e identificación con la izquierda extraparlamentaria.

Otra de las particularidades de los movimientos de trabajadores

subcontratados, es que como su vida laboral gira alrededor de la

flexibilidad, inestabilidad, tránsito entre distintos empleos, cambio de

oficios, etc., además de que generalmente se trata de trabajadores jóvenes,

existe una mayor resistencia subjetiva ante la amenaza del despido

(Echeverría, 2010). Este elemento incide en la diferenciación con el

sindicalismo tradicional, al plantear formas de acción más radicales,

directas, a-legales (que se desarrollan por fuera de lo que permite la

legislación), etc.

A pesar de ello, por las mismas características del trabajo –precario,

inestable, transitorio-, las luchas de los subcontratistas por más intensas

que puedan ser tienen el riesgo de desaparecer al cumplir sus objetivos

(Echeverría, 2010), ya que por los elementos antes mencionados, los

trabajadores no tienen una proyección dentro de un mismo trabajo.

El caso de Argentina

Según Dávalos (2011), las transformaciones estructurales impuestas en los

’90 aun no muestran sus consecuencias sobre las estrategias sindicales y

formas de organización. Si bien las reformas neoliberales y la modificación

laboral que vino con ellas significaron una progresiva expulsión de los

sindicatos del escenario de conflictividad social, desarticulación de las

organizaciones obreras, con espacios de producción diferenciados –y con

ello pocas posibilidad de interacción entre trabajadores-, y condiciones

laborales muy disímiles, el panorama de auge económico argentino entre

2003 y 2008 significó un re-impulso del sindicalismo, nuevas

oportunidades de dinamización de la negociación colectiva y aumento de

salarios. Sin embargo, junto con esta revitalización sindical (D'Urso, 2012)

se constata también una diferencia importante entre los segmentos de

trabajadores.

Por tanto, el debate en ese escenario, según Dávalos y D’Urso, es si esas

condiciones son exclusivas para los trabajadores que cuentan con más

Page 141: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

141

estabilidad, o si se extienden a aquellos más precarizados –dentro de los

cuales están los trabajadores subcontratados-, impactando en las formas de

lucha impulsadas por éstos en los últimos años.

Dentro del proceso de negociaciones y conflictos que fueron apareciendo

con este auge económico, aparecieron también nuevos actores

representados por los trabajadores subcontratados, cuya mayor

reivindicación era mejorar sus precarias condiciones laborales (Ynoub,

2012), además del buscar equiparar condiciones con los trabajadores de

planta y visibilizarse como actores. Cabe agregar que actualmente en

Argentina no existe una normativa unificada que regule la subcontratación,

sino que hay un conjunto de normas que se aplican según el caso (Battistini,

2010), lo cual lleva a que no haya un criterio único para determinar las

condiciones de los trabajadores que se encuentran bajo este régimen de

trabajo versus las de los trabajadores de planta.

Dentro de este debate, los sindicatos de telecomunicaciones han

demostrado ser inclusivos articulando los intereses y demandas de los

trabajadores de planta con los tercerizados del rubro (Dávalos, 2011); en

efecto, la cantidad e intensidad de conflictos de este tipo entre 2003 y 2008,

son comparables a los llevados a cabo solo por los trabajadores acogidos al

convenio colectivo. Si bien se logró una mayor equiparación de las

condiciones entre ambos segmentos, las desigualdades entre éstos

perduran en gran magnitud, debido mayormente a la dificultad de

establecer parámetros de representatividad, la proliferación de empresas

del rubro y las características propias de los puestos de trabajo.

En el sector automotriz, por otro lado, según los estudios realizados por

D’Urso (2012), se da una situación distinta: si bien los sindicatos involucran

aquellos conflictos relativos a la tercerización del proceso productivo que

refieren al encuadramiento sindical -que implicarían aumentar las bases de

afiliación de los sindicatos-, no existe un apoyo de éstos hacia las

reivindicaciones de los trabajadores subcontratados, desvinculándose de

sus demandas sobre regulación contractual, entre otras que apunten a

mejorar sus condiciones laborales. “En estos casos las medidas de acción

directa son llevadas a cabo por trabajadores autoconvocados, muchas veces

con el apoyo de militantes sindicales de izquierda contrarios a la

conducción de SMATA [sindicato que representa la mayor proporción de

trabajadores del sector automotriz]” (D'Urso, 2012, pág. 5), lo cual muchas

veces lleva a que la situación conflictiva (trabajadores subcontratados)

Page 142: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

142

derive en un conflicto político entre el sindicato y otras fracciones de

trabajadores con posturas disidentes.

La situación conflictiva entre trabajadores de planta y subcontratados se

acentúa en otro tipo de situaciones, donde frente a una paralización de

actividades por parte de los sindicatos se les exige a los trabajadores

externos seguir desempeñando sus funciones (Ynoub, 2012). Esta situación

tensa y conflictúa aún más la relación entre ambos actores, segmentando la

fuerza de trabajo. En algunas experiencias como la acontecida en el rubro

de las telefonías (Ynoub, 2012), se realizan estrategias de concientización

sobre la tercerización dentro de las mismas empresas, para visibilizar el

conflicto y tener posibilidades de éxito en la negociación; según los estudios

del autor, estas estrategias dieron resultado en la empresa Telefónica de

Argentina. Se constituyó una organización consolidada de trabajadores

subcontratados (Uettel), con autonomía, dinámicas y movilizaciones

propias.

La heterogeneidad de las bases de los colectivos de trabajadores, junto con

la identidad diferenciada que se va formando a raíz de ésta, implica desafíos

para la acción sindical (Dávalos, 2011); las estrategias sindicales que solo

involucren la defensa de intereses de los trabajadores acogidos por el

convenio colectivo (trabajadores directamente contratados), pueden

profundizar la fragmentación existente con aquellos que no se encuentran

bajo el alero de la normativa legal, que son los más precarizados.

Comparación entre ambos países

Al contrario de lo que se suponía al inicio de la investigación, en Chile se

observa un mayor desarrollo de los movimientos de trabajadores

subcontratados que en Argentina. En efecto, en Chile se han conformado

múltiples sindicatos y federaciones de éstos, que trascienden los límites de

la empresa y se configuran como movimientos de trabajadores

subcontratados del sector en cuestión (forestales, mineros, del retail).

Asimismo, han logrado triunfos en sus demandas, sobre todo en la

posibilidad de negociar y de enfrentarse a la empresa mandante como un

interlocutor válido.

En Argentina el movimiento de trabajadores subcontratados no es tan

autónomo como en el caos de Chile -sólo se menciona un sindicato que ha

tenido la capacidad de movilizarse autónomamente con dinámicas propias

Page 143: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

143

(Uettel)- ya que se encuentra más dependiente del sindicalismo tradicional,

buscando que sus reivindicaciones sean acogidas por éste último. En efecto,

la mayor demanda de este sector de trabajadores, además de mejorar sus

condiciones laborales- es equiparar estas condiciones a las de los

trabajadores de planta. No se observa un componente reivindicativo mayor,

como lo es en el caso de Chile donde las demandas van más enfocadas a la

justicia y dignidad del trabajo, apelando por tanto más a la sociedad en

general que a la empresa misma.

Una diferencia importante que incide en el desarrollo y posibilidades de

movilización de los subcontratados en ambos países, remite a las

características de la legislación en cada caso. En Argentina, no existe una ley

unificada que regule la situación de subcontrato, sino que existen varias

leyes y decretos por separado, que se aplican a los distintos casos sin un

criterio único. En cambio, en Chile el 2007 se implementa una legislación

que pretende regular el fenómeno del subcontrato y del suministro de

trabajadores en su totalidad, es decir, que unifica dentro de una misma ley

todos los temas relativos a la situación de subcontrato, la relación entre

trabajadores, empresa contratista y empresa mandante, etc. Cabe

mencionar que esta ley fue resultado de procesos de movilización de

trabajadores subcontratados, que a través de la presión efectiva que

lograron realizar, visibilizaron el conflicto obligando al Estado a hacerse

cargo de la situación.

En relación a las características comunes, en primer lugar, en ambos países

se observa un movimiento de trabajadores subcontratados que se mantiene

funcionando, pero que pasa por momentos muy marcados de invisibilidad y

de auge, que determinan finalmente la incidencia y fuerza que éstos pueden

tener en la escena pública. Por otro lado, en ambos casos hay conflictos

entre los trabajadores subcontratados y los de planta, dados por las

diferencias en sus estrategias (negociación con la empresa vs acciones

directas más radicales), por las posibilidades de efectividad de esas mismas

estrategias, por la conformación de sus bases y cúpulas, etc.

Lo anterior genera que los desafíos para el movimiento de trabajadores

subcontratados sean distintos para cada caso. En Chile, según Echeverría

(2010), el principal desafío de estos movimientos es develar cual es el

interlocutor real de sus demandas, y forzar a la contraparte a que se

conforme como tal y se disponga a negociar con estos trabajadores. En

cambio, en el caso de Argentina, según Dávalos (2011) el principal desafío

Page 144: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

144

es poder sortear las condiciones de heterogeneidad y las diferencias de

identidad que se van desarrollando en las bases de los movimientos, con el

objetivo de articular las demandas de los sectores que se encuentran bajo el

alero de la normativa y de los convenios colectivos y los que no, ya que de lo

contrario se seguirá desarrollando la fragmentación dentro del colectivo de

trabajadores.

V. Conclusiones

En base a los resultados del análisis, se observa que la situación de la

subcontratación en Chile y Argentina presenta tanto particularidades en

cada país, como también elementos en común. Se trata de un fenómeno que

tuvo su temporalidad propia en cada caso -ya que en Chile se expandió y

masificó antes que en Argentina-, pero que en ambos países ha tenido una

fuerte repercusión en las formas de organización productiva y en las

relaciones laborales.

Así, en primer lugar, atendiendo a los resultados del análisis, es posible

afirmar que las características que toma el fenómeno de la subcontratación

dentro de la estructura socio ocupacional de ambos países es similar, en

cuanto a su aumento y expansión de la mano de las reformas neoliberales,

al tipo de actividades que se subcontratan y con qué objetivo lo hacen, las

formas en que se materializa, etc. Así, para ambos casos, lo más

problemático de esta expansión es que se desarrolla en base a la

externalización del giro principal de la empresa y de los servicios auxiliares

a la actividad productiva principal, lo cual da cuenta de una externalización

que, tal como anunciaba De la Garza (2012) para el caso latinoamericano, se

centra casi totalmente en la reducción de costos por parte de las empresas,

a través de la desprotección y precarización de los trabajadores.

A pesar de esta expansión de la subcontratación, no es posible afirmar ni

refutar la hipótesis de que ésta es mayor en Chile que en Argentina –por

representar un tipo de neoliberalismo más profundo e ininterrumpido-, ya

que para el caso de Argentina no existen las cifras y datos que permitan

compararlo con el caso chileno. De esto se desprende un desafío para la

sociología argentina, de develar y visibilizar las formas específicas que toma

la subcontratación a nivel de la estructura productiva en general, a través

de cifras que permitan precisar y plantear escenarios comunes para los

estudios particulares.

Page 145: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

145

Sin embargo, considerando el hecho de que en Chile existen encuestas y

registros que incorporan la medición de la subcontratación, agregando

además el hecho de que se haya implementado en el año 2007 una

legislación exclusiva para regular los fenómenos relacionados con el

subcontrato y suministro de trabajadores, es posible suponer que en Chile

la problemática de la subcontratación es mayor que en Argentina, o al

menos es más visibilizada, obligando a las distintas instituciones estatales a

hacerse cargo del problema. De esta forma, sólo es posible dar una

respuesta parcial a la hipótesis planteada inicialmente respecto de que las

particularidades de la subcontratación en Chile y Argentina se relacionan

con el nivel de profundidad del neoliberalismo en cada país. Esto, ya que a

partir del análisis de la subcontratación en la estructura socio ocupacional

no es posible afirmar, sino sólo suponer una mayor profundidad del

fenómeno en el caso de Chile –país de neoliberalismo avanzado e

ininterrumpido- que en el de Argentina –país de neoliberalismo revertido-,

en base a: a) la existencia de un registro de medición y estadísticas sobre el

subcontrato, y b) la necesidad de legislar y regular el tema debido a la

presión de los actores involucrados en las problemáticas asociadas a la

subcontratación.

Por otro lado, en relación a la organización y acción colectiva de

trabajadores subcontratados, los resultados contradicen lo supuesto en un

inicio en la hipótesis de investigación. En efecto, la tradición sindical

argentina parece no tener relación con el desarrollo de los movimientos de

trabajadores subcontratados, los cuales se muestran con menores grados

de organización y con menor capacidad de negociación y de visibilización

de sus demandas que en el caso chileno. Al contrario de lo que se había

supuesto al inicio, la existencia de sindicatos de trabajadores de larga data y

tradición, parece dificultar aún más la existencia de sindicatos

subcontratistas, en la medida en que existe una tensión entre los

trabajadores de planta –agrupados en sindicatos tradicionales- y los

subcontratados. Esta problemática en las bases de trabajadores hace que

las demandas de los segundos rara vez sean articuladas con las de los

trabajadores de empresa, y que el único tipo de reivindicación que

encuentra cabida en ese escenario son aquellas que apuntan al

“encuadramiento sindical” (a la posibilidad de formar parte de los

sindicatos de trabajadores de empresa), lo cual implica aumentar sus bases

de afiliación y por tanto resulta de un interés directo para los sindicatos en

Page 146: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

146

cuestión. De esta forma, actualmente el mayor desafío para los movimientos

colectivos de trabajadores subcontratados en Argentina, es lograr que sus

reivindicaciones tengan un lugar que trascienda la limitación existente hoy

en día por la fragmentación y tensión con los trabajadores de planta. Es

decir, el desafío de conformar movimientos de trabajadores que tengan su

propio peso, que puedan o articularse con las organizaciones del

sindicalismo tradicional o movilizarse y organizarse de forma autónoma,

pero que tengan la capacidad de sobreponerse al peso histórico de la

organización sindical tradicional argentina.

La situación en Chile es distinta; si bien la hipótesis de investigación

suponía que debido al desmantelamiento total de los movimientos de

trabajadores por parte de la dictadura, se conformarían menos

movimientos de trabajadores subcontratados y con menor fuerza, los

resultados del análisis demuestran que no es así. Al contrario, las

organizaciones de trabajadores subcontratados en Chile han tenido un

fuerte desarrollo, tanto en la cantidad de sindicatos y federaciones de éstos,

como en las estrategias utilizadas para la movilización y los triunfos que

han logrado. En efecto, en Chile los movimientos de trabajadores

subcontratados no sólo han logrado tener un lugar propio al alero del

sindicalismo tradicional, sino que han desarrollado sus propias formas de

organización, participación, acción y movilización, que han llevado a los

estudiosos de la materia a preguntarse por la posibilidad de que se

constituya un “nuevo sindicalismo” (Echeverría, 2010). Respecto a esto,

resulta interesante preguntarse si el desmantelamiento de los sindicatos

tradicionales en Chile por parte de la dictadura es un factor que incide en la

emergencia y desarrollo de estos nuevos sindicatos, en tanto no existe una

fuerza que contrarreste sus posibilidades de organización y acción como

sucede en el caso argentino. Esto, ya que en ambos países existen tensiones

entre trabajadores subcontratados y trabajadores de planta, pero la

diferencia radica en que estas tensiones no han resultado ser un obstáculo

para las organizaciones subcontratistas chilenas como lo son para las

argentinas.

Por otra parte, intentando responder al por qué del importante desarrollo

de estos movimientos de trabajadores en Chile, es posible suponer que la

fuerza que han alcanzado y los éxitos que han tenido -respecto de los

movimientos sindicales tradicionales-, se debe también a que se desarrollan

por fuera de la legislación vigente, con estrategias directas y violentas que

Page 147: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

147

transgreden las normas establecidas en el Plan Laboral del ’79, que son las

normas que obstaculizan la movilización y los logros de los sindicatos

tradicionales que funcionan dentro de ese marco.

Por consiguiente, la organización y acción sindical de trabajadores

subcontratados sí resulta una situación particular para cada país, que al

contrario de lo supuesto en un inicio, no se correlaciona con la tradición

sindical ni con la capacidad de resistencia de los sindicatos y organizaciones

de trabajadores frente a las políticas desarticuladoras impulsadas por los

gobiernos militares. Más bien, pareciera darse el caso contrario: En Chile,

donde la tradición y peso histórico de los sindicatos es menor que en

Argentina, y donde las organizaciones obreras fueron completamente

desarticuladas y desmanteladas por la dictadura -sin capacidad de resistir

como sí lo hicieron los sindicatos argentinos-, los movimientos de

trabajadores subcontratados tienen más fuerza, mayor organización y

capacidad de acción, y han logrado mayores triunfos que los movimientos

subcontratistas argentinos, que se intentan conformar paralelamente a los

sindicatos tradicionales, opacados por éstos últimos, con pocas situaciones

de éxito en relación a la visibilización y cumplimiento de sus demandas.

Por todo lo anteriormente desarrollado, se recalca la relevancia de estudiar

fenómenos como la subcontratación desde la sociología, por todas las

implicancias sociales que ésta tiene más allá de sus consecuencias en la

producción misma. Como se vio, la situación de subcontrato incide

enormemente en: a) la identidad y sentido de pertenencia de los

trabajadores, b) las relaciones sociales dentro del proceso productivo, entre

trabajadores con diferentes status según las tareas que realizan (y en último

término según la relación contractual que mantengan con la empresa), y c)

las posibilidades de organización y acción colectiva -a partir del desafío de

una base fragmentada de trabajadores-, lo cual a su vez incide en las

posibilidades de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, y

con ello sus condiciones de vida. En ese sentido, el desafío no es sólo la

comprensión teórica y empírica de los nuevos fenómenos del trabajo –en

este caso la subcontratación- sino sus efectos sobre la configuración de

actores sociales y sobre las condiciones de vida de las personas.

Finalmente, cabe reiterar la importancia del análisis comparativo, para

comprender las particularidades del desarrollo de los distintos fenómenos

según la realidad social a la que se enfrentan. En el caso del presente

Page 148: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

148

trabajo, la relevancia de esto radica en que a través del estudio de la

subcontratación desde dos contextos específicos distintos, es posible

visibilizar los distintos elementos que están en juego y que inciden en el

desarrollo de la subcontratación –como lo son por ejemplo la legislación

laboral vigente, o la fuerza y peso de los movimientos de otros trabajadores

en el escenario de la organización colectiva-, debido a los cuales ésta se

manifiesta de forma distinta, aunque con elementos comunes, en cada país.

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Page 152: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

152

Anexos

Cuadro 1: Proporción de empresas que subcontratan, según tamaño de empresa

(2008 y 2011)

Fuente: Informe

ENCLA 2011

(Dirección del

trabajo, 2012)

Cuadro 2: Tasa de trabajadores subcontratados en relación a los trabajadores

contratados directamente en empresas que subcontratan, según sexo y tamaño

Fuente: Informe ENCLA 2011 (Dirección del trabajo, 2012)

Page 153: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

153

Anexo metodológico

La investigación se realizó en base la revisión y análisis de fuentes

secundarias, que constaron mayormente de textos (libros, investigaciones,

artículos, publicaciones) y otros documentos (noticias e informes de

encuestas) sobre la subcontratación en general y sobre los casos de Chile y

Argentina en específico. Se realizó una revisión bibliográfica que permitió

extraer los principales elementos para caracterizar el fenómeno de la

subcontratación en ambos países, en lo que respecta a las dos dimensiones

propuestas: 1) la posición y peso del subcontrato en la estructura socio

ocupacional desde las reformas neoliberales en adelante, y 2) las

principales experiencias de organización y acción colectiva de los

trabajadores subcontratados en ambos países, y su relación con las

organizaciones de trabajadores de planta.

El plan de lecturas se dividió en cuatro partes:

1) En primer lugar, se revisaron todos los documentos y fuentes

necesarias para construir el marco histórico, es decir, textos

relativos a las reformas neoliberales en América Latina (Barozet,

Espinoza & Méndez, 2012; De la Garza, 2002; Ruiz, 2013; Tokman,

2007), y al desarrollo de la subcontratación en la región (Celis,

2012; De la Garza, 2012; Iranzo & Leite, 2006; Palomino, 2004).

2) En segundo lugar, se revisaron las fuentes que permitieron

construir el marco conceptual, es decir, documentos que

entregaron elementos sobre la flexibilidad laboral (Baño y Faletto,

1999; De la Garza, 2002; Tokman, 2007 y 2008) la subcontratación

a nivel teórico (Celis, 2012; De la Garza, 2012; Echeverría, 2010;

Palomino, 2004), la estructura socio ocupacional (Argulla, 1997;

Barozet, 2007; Boccardo, 2013) y la organización y acción colectiva

en la situación de subcontrato (Echeverría, 2010).

3) En tercer lugar, se revisaron textos que refirieran a la situación de

la subcontratación en Chile. Sobre el lugar del subcontrato en la

estructura socio ocupacional, se utilizó sobre todo el Informe de la

Encuesta Laboral del año 2011, elaborado por la Dirección del

Trabajo (2012). Para la parte de la organización colectiva de

trabajadores subcontratados, se revisaron distintos documentos

Page 154: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

154

(Abarzúa, 2008; Leiva & Campos, 2013), destacando los elaborados

por Magdalena Echeverría (2006; 2010; 2012; 2013), investigadora

que más ha estudiado el fenómeno del subcontrato para el caso

chileno.

4) En cuarto lugar, se revisaron documentos relativos a la situación de

la subcontratación en Argentina. Para la parte del lugar del

subcontrato en la estructura socio ocupacional existieron bastantes

dificultades para obtener información, ya que no existe una

encuesta –como en el caso de chile- que unifique los datos y cifras

sobre la situación de la subcontratación en la estructura

productiva. Con el objetivo de subsanar esta situación, se buscaron

datos en diversos sitios web –Ministerio del Trabajo, Empleo y

Seguridad Social de la República Argentina32, Centro de Estudios e

Investigaciones Laborales CONICET33, entre otros- mas no fue

posible encontrar información sistematizada al respecto. Por tanto,

los datos necesarios para caracterizar la subcontratación en la

estructura socio ocupacional fueron recolectados de los distintos

documentos y textos revisados sobre la situación del subcontrato

en Argentina (Battistini, 2010; Dávalos, 2001; D’Urso, 2012;

Kosacoff, 2007; Ynoub; 2012), que también sirvieron para abordar

la parte de la organización colectiva de trabajadores

subcontratados. Dentro de esta última parte, la mayor parte de los

textos se trataban de estudios de casos específicos sobre algún

sector productivo o alguna empresa, dedicados a profundizar sobre

la dinámica de un movimiento o experiencia en específico.

Una vez recopilada la información, datos y antecedentes sobre los temas ya

expuestos, se procedió a analizar:

1) La situación de la subcontratación en la estructura socio

ocupacional

a) De Chile

b) De Argentina

c) La comparación de ambos países

2) La organización y acción colectiva de trabajadores subcontratados

d) En Chile

32

Sitio web: http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/index.asp 33

Sitio web: http://www.ceil-conicet.gov.ar/

Page 155: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

155

e) En Argentina

f) La comparación de ambos países

En base a lo anterior, se concluyó con un análisis sociológico de esta

comparación, buscando responder a la pregunta de investigación, los

objetivos e hipótesis planteadas al inicio, considerando la particularidad de

la implementación de las reformas neoliberales en ambos países como

contexto del desarrollo del fenómeno de la subcontratación.

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El trabajo asalariado flexible: La subcontratación

y la organización colectiva en Chile.

Alejandro Castillo

Julia Cavieres

Nicolás Selamé

Estudiantes de sociología de la Universidad de Chile

Correo de contacto: [email protected]

Resumen

Esta investigación se enmarca en la discusión actual de la sociología del

trabajo acerca de las nuevas condiciones laborales del trabajador asalariado

flexible en Chile. En particular, aborda el caso del trabajador subcontratado

buscando explicar las relaciones existentes entre sus condiciones de

flexibilidad precaria y su organización colectiva utilizando, para ello, los

datos proporcionados por la ENETS 2009. Así pues, hay dos momentos en

este estudio. Primero, se analizan estadísticos descriptivos en torno a la

flexibilidad contractual, financiera, y organizativa, además de la

organización colectiva de los trabajadores subcontratados. Y, en un segundo

momento, se analiza la incidencia de la subcontratación y de los principales

elementos de flexibilidad precarizadora en los niveles de sindicalización de

estos trabajadores. Finalmente, se concluye que efectivamente la

subcontratación, el contrato no indefinido, y la variabilidad de los salarios

incide en la baja sindicalización de los trabajadores asalariados. Estas

conclusiones permiten relativizar la tesis de que emergentes movimientos

sindicales de trabajadores subcontratados estarían marcando un nuevo

ciclo de organización y acción colectiva en el mundo del trabajo.

Conceptos claves

Subcontratación, flexibilidad, precarización, sindicalización, organización

colectiva.

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Introducción

Esta investigación se sitúa en la discusión acerca de las nuevas condiciones

laborales y sindicales de los trabajadores asalariados en Chile. De esta

manera, se parte de la paradoja de que Chile, junto a Argentina y Uruguay,

es uno de los países con mayores niveles de asalarización –alrededor de un

75% según datos proporcionados por la Fundación Sol (2013) para el año

2012-. Sin embargo, en materia de negociación colectiva Chile tiene sólo un

8% de cobertura efectiva, a diferencia del 60% que alcanza Argentina y el

90% de Uruguay. Esta paradoja conduce a la pregunta de si acaso están

cambiando las condiciones salariales en Chile puesto que la tradicional

posición del asalariado deja de ser, en términos de Castel (1984), fuente de

certidumbre, privilegio y poder social.

Desde esta perspectiva, la investigación reflexiona en torno a las

características de este nuevo tipo de asalariado en Chile, denominado en la

literatura como asalariado flexible. Un asalariado que viviría la

incertidumbre contractual, organizacional y financiera de sus condiciones

laborales (Boccardo, 2013). En específico, interesa examinar y analizar la

figura del trabajador subcontratado; esto, por dos razones principales. Por

un lado, por su creciente importancia cualitativa en América Latina y

especialmente en Chile, vale decir, por la progresiva extensión de las

estrategias empresariales de externalización productiva que le van dando

una nueva fisonomía al mercado laboral nacional. Y, por otro lado, interesa

estudiar esta figura por la complejidad de sus condiciones laborales que, en

una posición de subordinación indirecta al capital (Palominos, 2000),

tendría crecientes dificultades para la organización y acción colectiva.

En definitiva, en esta investigación se aborda la tensión entre las

condiciones laborales de los emergentes trabajadores subcontratados como

asalariados flexibles y su organización colectiva en sindicatos,

comprendiendo que el proceso de reformas laborales neoliberales y de

reestructuración productiva de los años ’80 en América Latina en general y

en Chile en particular fue generando nuevas tendencias que complejizan la

tradicional categoría de trabajo asalariado.

En esta línea, el objetivo general de la investigación es comprender y

analizar la relación existente entre las condiciones de flexibilidad

precarizada de los trabajadores dependientes subcontratados del sector

privado y su sindicalización en el Chile de los años 2009-2010.

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Así pues, a partir de los resultados obtenidos, esta investigación pretende

situarse en la emergente discusión sociológica nacional sobre nuevos

movimientos sindicales de trabajadores subcontratados que se insertarían,

en primera instancia, en sectores estratégicos de la producción –mineros,

forestales y portuarios- para luego emerger en sectores económicos más

precarizados como el caso paradigmático del retail (Agacino, 2011; Ruiz,

2007; Pérez, 2013).

Tendencias generales en el mercado laboral latinoamericano post

reestructuración productiva

La crisis económica de mediado de los años ’70 tuvo importantes

repercusiones en la estructura del mercado laboral latinoamericano. Desde

entonces, la tendencia al aumento de la tercerización en la estructura del

empleo es considerable: del 26% de la población económicamente activa en

1950, al 42% en 1980 y 48% en 1990 (Abramo, 1997). Asimismo, esto va

acompañado por tendencias que indican mayor precarización del trabajo, lo

que significa menor estabilidad laboral, y reemplazo del empleo

permanente por trabajo a tiempo parcial junto a la extensión de prácticas

de subcontratación (Abramo, 1997).

En los años ’90 la tendencia general es a la informalización –especialmente

con la expansión de la pequeña empresa y el trabajo por cuenta propia no

calificado- y a la precarización del empleo (De la Garza, 2013). Así pues, aun

cuando se generan nuevos puestos de trabajo, éstos son de baja calidad en

términos de condiciones laborales y salariales. Ahora bien, en palabras de

De la Garza (2013), estas tendencias de flexibilización y precarización en la

región no son un reajuste espontáneo del mercado sino que son impulsadas

desde el mismo Estado mediante las conocidas reformas laborales en el

marco de la gradual implantación del modelo neoliberal en las sociedades

latinoamericanas.

En este sentido, estas tendencias se enmarcan en la crisis de la sociedad

salarial tradicional (Castel, 1984) en América Latina debido al declive del

Estado de compromiso (Weffort, 1968) y su red de protección que

implicaba que los asalariados tuvieran acceso a protección y/o seguridad

social; además de la erosión política de las grandes formas de organización

colectiva donde se atendía a la defensa de los intereses de los asalariados. Si

bien estos procesos se dan de forma diferenciada en cada país de la región,

se puede señalar que, en términos generales, la conducción del desarrollo

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159

social de la región pasa del Estado a la empresa, cuyo liderazgo debe

responder a una competencia internacional cada vez más intensa.

Una de las más relevantes estrategias empresariales que se generaliza en el

mercado latinoamericano es la denominada “externalización de servicios

que tradicionalmente eran realizados por la propia empresa”. Tal

estrategia, como se mencionó, requieren nuevas reformas laborales que

permitan flexibilizar la condición contractual de los trabajadores

asalariados, facilitando despidos, variaciones salariales y reacomodos

funcionales según la adaptación de la organización empresarial a las

demandas del mercado (De la Garza, 2002).

De esta manera, se van generando nuevos tejidos productivos en los cuales

aparecen núcleos de grandes empresas que externalizan servicios o etapas

de la producción, encadenando a medianas y pequeñas empresas a través

de relaciones comerciales. Se trata una nueva división del trabajo mediante

cadenas de subcontratación que van articulando empresas y segmentos

productivos más o menos formalizados (Abramo, 1997). Por lo general, la

literatura latinoamericana distingue entre flexibilidad interna o externa (De

la Garza, 2002) o flexibilidad virtuosa o espuria (Abramo, 1997) para

referirse a la segmentación de trabajadores de primera y segunda categoría

(Palominos, 2010) que se van constituyendo a partir de su posición

estructural en estos encadenamientos productivos. A diferencia de la

perspectiva de especialización flexible altamente cooperativa y estable,

como sostienen Piore y Sabel (1990), en América Latina se daría más bien

una flexibilidad precarizadora que obedecería a una lógica de reducción de

costos de la empresa. Este último tipo de flexibilidad involucraría

encadenamientos jerárquicos entre grandes, medianas y pequeñas

empresas, con relaciones comerciales asimétricas (Rojas, 2010).

En la mayoría de los casos, las cadenas de subcontratación han obedecido a

una estrategia de externalización de costos y de transmisión de

responsabilidades asumidas por la propia mano de obra. En estos

encadenamientos productivos se incluyen, en la periferia de las grandes

empresas de punta, desde empresas medianas formales hasta pequeñas

empresas con mayores grados de informalidad, incorporando talleres de

distintas dimensiones –llegando incluso a involucrar formas de trabajo a

domicilio- (Abramo, 1997). De esta manera, el sostén de este

encadenamiento conllevaría precarización del trabajo y relaciones

asimétricas de poder entre los distintos eslabones de la cadena. Los

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productores externalizados, en su mayoría empresas contratistas, en la

práctica no concurren al mercado sino que sólo satisfacen necesidades de

empresas, siguiendo sus instrucciones técnicas y ateniéndose a sus

estándares de calidad y productividad impuestos.

Enrique de la Garza (2002) relaciona la flexibilidad del trabajo, en un

sentido “externo”, desde el momento en el que la empresa matriz

descentraliza una parte de sus actividades hacia otras empresas o

individuos para que pueda –desde el punto de vista de las protecciones

laborales– tener trabajadores más fáciles de despedir, rotar, o disminuir sus

salarios. Así pues, directamente relacionado con la flexibilidad laboral se

encontraría la noción de precariedad laboral que, en términos amplios, se

caracteriza como inestabilidad, baja remuneración y disminución de la

parte fija del salario y aumento de la porción variable vinculada a la

producción, no inclusión de beneficios sociales, duración de jornadas de

trabajo excesivamente pequeña o elevada, y escasas posibilidades objetivas

de ejercer derechos sindicales o negociar colectivamente (Rojas, 2010).

Es en este sentido que De la Garza (2013) sostiene que el fordismo en crisis

no se estaría sustituyendo por una utopía post-fordista, con una mano de

obra calificada, responsable, autónoma, polivalente, comprometida con los

objetivos de la empresa, y con posibilidades de participación en la

definición de rutinas de trabajo y algunos aspectos de gestión de la empresa

–lo que tradicionalmente se ha conocido, entre otras denominaciones, como

toyotismo-. Para tal autor, más bien, la nueva fisonomía del trabajo

asalariado flexible sería de carácter precarizado lo que involucra baja

protección social y bajas posibilidades de organización colectiva.

Precarización laboral en Chile: el deterioro de la organización

colectiva y el caso de la subcontratación

En el caso chileno, la instauración del modelo neoliberal y sus reformas en

el ámbito del trabajo se dan en un contexto prematuro de dictadura. Por lo

mismo, a diferencia de otros países latinoamericanos, en Chile no hubo

posibilidad de negociación alguna acerca del carácter de las reformas

neoliberales implantadas, que dieron paso al desamantelamiento de los

derechos sociales.

En el discurso de la transición democrática, liderada por la Concertación, las

autoridades se refieren a un supuesto “retiro del Estado” de los espacios de

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161

mercados pertenecientes a la sociedad civil. Sobre este aspecto se debe

señalar que el retiro del Estado como actor mediador de los agentes

enfrentados en el mercado es sólo aparente. Es más, el Estado juega en la

implantación del neoliberalismo un rol estructurante de los mercados que

no es neutral, en tanto ha favorecido a los capitales transnacionales y

nacionales que se logran acoplar a éste. De esta manera, lo que se genera no

es una desaparición real del Estado como actor estructurante y mediador

del conflicto entre capital y trabajo, sino más bien una “discriminación en la

acción estatal” que pasa a responder a los intereses de las élites sociales

(Ruiz y Boccardo, 2013).

Desde esta perspectiva se deben considerar, entonces, tanto las reformas

neoliberales implantadas durante la dictadura -plan laboral de 1979- como

las posteriores reformas legitimadoras del modelo durante los gobiernos de

la Concertación. El paquete de reformas laborales de 1979 implicó la

instalación de cuatro ejes fundamentales que se basan en el principio

neoliberal de que los sindicatos ya no podían formar parte de la estructura

moderna del progreso socioeconómico (Fundación Sol, 2014):

(a) Reemplazo de la tradicional negociación colectiva por rama de la

producción –de carácter interempresa- por un tipo de negociación

descentralizada a nivel de empresa. Para negociar de modo

interempresa se necesita la venia del empleador que, en la práctica,

es improbable.

(b) Se permite el reemplazo de trabajadores en huelga: huelga que no

paraliza o huelga monopolista.

(c) Se permite el libre despido según las necesidades de la empresa

(d) Se termina la prohibición de subcontratar respecto de áreas

propias del giro principal de la empresa.

Pues bien, los ejes mecionados del plan laboral como plan anti-sindical son

absolutamente necesarios para comprender la baja sindicalización y su

respectiva atomización. Así es como, por un lado, la tasa de sindicalización

se ha mantenido baja desde 1990 hasta la fecha, para el 2013 alcanzaba

apenas un 14,2% (Dirección del Trabajo, 2013). Por su parte, la negociación

colectiva deja afuera a los trabajadores de faena o por temporada, además

de los trabajadores del servicio público y aquellos directivos o

administrativos de la empresa. Según la propia Dirección del Trabajo

(2013), en la práctica la negociación colectiva con derecho a huelga cubre

tan sólo a un 8% de los asalariados del sector privado.

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162

Cabe mencionar que, según Mizala y Romaguera (2000), desde los años ’90

hasta la actualidad se mantienen estas reformales antisindicales, pero se

agrega de manera insuficiente la necesidad de justificar el despido

permaneciendo la ambigua posibilidad de justificar por “necesidad de la

empresa”. Además, los autores mencionan que se disminuye el quórum

necesario para levantar sindicatos, además de que se otorga la posibilidad

de crear sindicatos transitorios, lo que favorece a los sectores más

inestables del mundo del trabajo. Sin embargo, como se mencionó, tales

reformas llevadas a cabo por la Concertación son absolutamente

insuficientes, y más que todo conllevan la legitimación de la protección

estatal hacia los sectores empresariales dominantes.

Desde esta perspectiva, en cuanto a las estrategias empresariales en el

nuevo marco de relaciones laborales flexibles, la subcontratación, pese a no

ser cuantitativamente la forma de empleo más importante, en términos

cualitativos parece ser un caso paradigmático en Chile. Ésta se comprende

como la externalización de determinados servicios por parte de las

empresas hacia otras empresas, conocidas como “contratistas”,

estableciéndose una relación comercial -contrato civil o comercial- entre

ambas. En esta relación la empresa contratista le presta determinados

servicios a la empresa mandante (Echeverría, 2004). Abarca tanto las

empresas suministradoras de trabajadores, como las empresas de enganche

y las que prestan servicios determinados. Ahora, si bien los trabajadores

subcontratados trabajan por cuenta de la empresa contratista, que es su

empleadora en términos contractuales, en la práctica terminan trabajando

bajo el alero de la empresa mandante -adaptándose a sus requerimientos-.

Volviendo al plano de las reformas laborales, además del decreto 16.757 del

Plan laboral, se debe mencionar la promulgación de la ley 20.123 durante el

año 2007, que generó grandes expectativas en el mundo del trabajo. Sin

embargo, esta ley no prohíbe la externalización de actividades del giro

principal, ni tampoco resuelve las dispares condiciones salariales entre

trabajadores contratados y subcontratados, pero al menos da origen a un

régimen de “responsabilidad solidaria”. Tal régimen establece que las

empresas principales o mandantes tienen mínimas responsabilidades sobre

el comportamiento laboral de las empresas contratistas (Echeverría, 2013).

De esta manera, en términos concretos, dicho régimen permite que el

trabajador pueda entablar una demanda indistintamente en contra de su

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empleador directo o la empresa principal, particularmente en materias de

seguridad y salud (Echeverría, 2013).

Ahora bien, tal reforma no se hace cargo del objetivo implícito de las

prácticas de subcontratación institucionalizadas por el plan laboral: “la

limitación del reconocimiento de los derechos colectivos, en la medida en

que se genera dispersión y pocos incentivos para la organización de los

trabajadores” (Coordinadora Jurídica 4 de Agosto, 2014: 1). Además, de

igual manera los trabajadores subcontratados pasan a estar a la deriva en

cuanto a sus condiciones laborales, pues la responsabilidad recae en

empresas contratistas que generalmente son pequeñas y medianas

empresas que tienden a desaparecer por insolvencia, ruina, o cambios de

giro económico para adaptarse al mercado (Henríquez & Gálvez, 2006).

Esto explica, paradigmáticamente, la facilidad con que se pone término a la

relación entre las empresas, de la cual depende la estabilidad laboral de los

trabajadores.

Algunos datos elaborados por la Fundación Sol durante el trimestre Agosto-

Octubre del año 2013 –en base a datos proporcionados por la Nueva

Encuesta Nacional de Empleo- permiten acercarse a un fenómeno laboral

que, progresivamente, se va instalando como una importante fuente de

trabajo (Fundación Sol, Agosto-Octubre 2013). Para ese período, la cantidad

de trabajadores externalizados en el sector privado era de 670.979,

mientras que los de planta eran 3.924.208, es decir, el 14,6% de los

trabajadores de este sector eran externalizados. Y si se suma el sector

público, un 17,3% de los trabajadores asalariados dependientes serían

subcontratados.

Estos porcentajes deben considerar que la tendencia en los últimos años es

al crecimiento de los trabajos externalizados. Así, el 17,3% ha significado un

incremento de 5,8 puntos sobre el trimestre Enero-Marzo de 2010, en el

cual la cantidad porcentual de asalariados externos era de 11,5% en

relación al total de trabajadores asalariados. Es más, los trabajos

asalariados creados en esos tres años fueron 570 mil, donde el 66,1% de

ellos eran externos, vale decir, estaban bajo un régimen de subcontratación,

servicios transitorios o suministro de personal. Incluso, según los últimos

datos elaborados por la Fundación Sol (2014), en este año 2014 la

subcontratación habría llegado al 18,2%.

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En el ámbito de las remuneraciones, la brecha de ingresos medio mensual

entre trabajadores contratados directamente y trabajadores

subcontratados, muestra que los primeros reciben 1,3 veces el ingreso de

los segundos, es decir, alrededor de un 30% más. En cuanto a la

inestabilidad, el 50,4% de las empresas subcontratadas tiene una relación

con la principal de entre 1 a 5 años; el 19,3% más de 6 meses y hasta 1 año;

el 22,5% hasta seis meses; en cambio, tan solo el 1,9% más de 10 años y el

5,8% de 5 a 10 años. Estas cifras permiten observar que las relaciones entre

la empresa principal y la contratista no tienden a ser muy duraderas y son

bastante informales (Fundación Sol, Agosto-Octubre 2013).

Experiencias de organización y acción colectiva de trabajadores

subcontratados en Chile

En los últimos años, diversas experiencias de movilizaciones de emergentes

organizaciones colectivas de trabajadores subcontratados han irrumpido en

el escenario del trabajo y del mundo social en general. Estas experiencias

han surgido a contrapelo de sus precarias condiciones laborales y,

particularmente, de las imposibilidades estructurales e institucionales para

su organización colectiva, tanto por la atomización e inestabilidad laboral

de los trabajadores de múltiples empresas contratistas como por la

imposibilidad legal de ejercer derechos de sindicalización interempresa

(Agacino, 2007).

Pues bien, la emergencia del movimiento de subcontratados es clave para

toda proyección de cambio estructural en el mundo del trabajo en

particular y en el modelo de crecimiento capitalista vigente, en el cual la

externalización ya deja de ser un recurso auxiliar del proceso productivo

para pasar a ser su sostén y su viabilidad comercial. Esto se explica, en

palabras de Carlos Ruiz (2007), por la vulneración de parte de tal

movimiento de un principio fundamental del modelo productivo neoliberal.

Se vulnera esta idea que sostiene el gran empresariado de que el ambiente

competitivo de las empresas contratistas las llevaría a aumentar su

productividad mediante mejores gestiones laborales (Ruiz, 2007).

Ahora bien, un problema estructural relevante que han afrontado las

últimas experiencias del movimiento de subcontratados es la figura de la

empresa contratista, que fuerza a que las eventuales negociaciones sean

sólo a nivel sindical, lo que evidentemente pierde sentido pues son

múltiples y variadas las empresas contratistas que se encadenan en la

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periferia de la empresa mandante (Echeverría, 2013). Además, las pymes

contratistas se desenvuelven en un capitalismo salvaje, donde absorben los

conflictos sindicales y los vaivenes del mercado –ciclos de expansión o

contracción- actuando como barrera que protege a las empresas mandantes

en las cadenas de subcontratación (Ruiz, 2007).

Así entonces, las empresas mandantes prácticamente no pierden nunca

pues las contratistas periféricas cargan con la inestabilidad derivada de

oscilaciones económicas cíclicas y del hecho de tener que cargar con la

presión de trabajadores subcontratados que sostienen, a precio de altos

niveles de explotación, las elevadas tasas de ganancias de las mandantes.

Todo esto implica que muchas empresas contratistas carezcan de

posibilidades reales de mejorar la situación de los trabajadores

subcontratados: su ganancia, como agentes intermediarios, se obtiene

precisamente a costa de la precarización de las condiciones laborales de sus

trabajadores.

En este contexto, la experiencia de los movimientos de trabajadores

subcontratados se ha tendido a concentrar en los principales sectores

exportadores de la economía nacional, como son la minería del cobre, las

forestales, y el sector portuario (López, 2007). Tales experiencias han

permitido que las formas de organización y las reivindicaciones propias de

los trabajadores subcontratados se extiendan a otros sectores como el

acuícola –especialmente en la producción de salmón-, los servicios, el retail,

y los trabajadores temporeros de la agroindustria. Se trata de la difusión de

esta expectativa de instalar, por parte de las organizaciones de

subcontratados, una supranegociación con el gran capital que supere la

barrera de las empresas contratistas. En palabras de Ruiz (2007), la

organización de los trabajadores subcontratados tiende a adaptarse a las

nuevas condiciones laborales, ante lo cual el espíritu de la ley aparece

rebasado en los hechos. Si el mecanismo para evitar meganegociaciones

consistió en estimar la proliferación de muchos pequeños sindicatos,

entonces ha aparecido la fórmula de instalar por la fuerza la negociación

interempresa –punto de enjambre de estos pequeños sindicatos-. Esta

parece ser la única salida que tienen los subcontratados para aumentar su

poder negociador.

Desde esta perspectiva, el año 2006 comienzan movilizaciones de los

subcontratados del sector minero del cobre que empiezan a empujar por la

negociación interempresa (Pérez, 2013). La Coordinadora Nacional de

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166

Trabajadores Contratistas del Cobre reune a trabajadores subcontratados

de Codelco y de empresas privadas. Las empresas principales en el conflicto

minero fueron enfáticas en apuntar que sólo las empresas contratistas son

las responsables de la disciplina laboral y de los costos que impliquen las

movilizaciones de subcontratados. Así pues, las empresas mandantes del

sector privado sostuvieron que no repetirían el proceso de negociación

directa asumido por CODELCO, es más, dejaron fuera a contratistas que no

manejaron bien sus conflictos internos (Ruiz, 2007).

Estas movilizaciones de subcontratados del sector minero del cobre se

retoman durante el año 2010. El principal motor de estas movilizaciones

radica en la desigualdad salarial y de seguridad social existente entre

trabajadores de planta y trabajadores subcontratados (Leiva, 2012). Esto

lleva a que los subcontratados mantengan paros y huelgas caracterizadas

por la violencia y la exposición mediática, por el carácter estratégico que

tiene la minería del cobre para el país. Estas movilizaciones dadas en mayo

de 2010 fueron violentamente reprimidas, y los trabajadores enfatizaron en

las medidas desproporcionadas que tomó el Gobierno para evitar la

continuación del paro productivo (Leiva, 2012).

En cuanto a las movilizaciones de los trabajadores subcontratados del

sector forestal, durante el año 2006, se da en el contexto posterior al

fracaso de los procesos de negociación colectiva de los subcontratados con

las contratistas y el gobierno, que contaron con el apoyo incluso de

trabajadores de planta. La empresa mandante Bosques Araucos, del grupo

económico Angelini, decide marginarse y dejar las negociaciones directas

con los trabajadores subcontratados (Ruiz, 2007). Esto detonó violentas

protestas de los subcontratados, que dejaron incluso la marca indeleble de

la muerte del trabajador Rodrigo Cisternas.

Ahora bien, la experiencia de la producción forestal constituye el caso más

complejo: los trabajadores de planta son minoritarios por lo que las

diferencias se dan entre las diferentes cadenas de subcontrato –bosque y

aserraderos, por ejemplo-. Además, los salarios son los más bajos en

relación al sector portuario y minero, y sus cadenas de subcontratación son

más inestables y desiguales entre sí (López, 2007). De esta manera, con

empresas intermediarias más importantes, el régimen de subcontratación

es más estable en la producción minera que en el sector forestal donde

abundan empresas intermediarias de diferente tamaño produciendo

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diferencias entre los trabajadores subcontratados. Todo esto vuelve más

complejo el escenario de articulación sindical en el sector forestal.

Por su parte, a partir del paro portuario del año 2012 queda en evidencia la

diferencia que se da entre los trabajadores de planta de los puertos y los

trabajadores externos, llamados “eventuales”, que no pertenecen a ninguna

empresa intermedia sino a los sindicatos de trabajadores eventuales

respectivos de cada puerto (Pérez, 2013). El sindicato juega el papel de la

empresa intermediaria debido a la conquista de las movilizaciones del 2003

que permitió restituirlo luego de la pérdida en la década del ’80 –al alero de

la privatización de los puertos chilenos-. Las desigualdades entre ambas

categorías de trabajadores se daría más en las condiciones de seguridad e

higiene que en términos salariales, a diferencia del sector minero del cobre

cuyas diferencias son principalmente salariales. Esta reciente movilización

de los portuarios durante el año 2012 hizo que se gestarán movimientos de

solidaridad desde los sectores subcontratados organizados en la minería

del cobre: caso de Mejillones (Julián, 2014). En este sector, se dio el ejemplo

paradigmático del Sindicato de Trabajadores del Puerto de San Vicente que

cuenta con socios que rotan diariamente entre el empleo y el desempleo –

contratos de estiba tienen duración máxima de 8 horas- (Agacino, 2011).

Por último, cabe mencionar la organización colectiva de trabajadores

subcontratados en el sector del retail, donde el denominado multirut se

hace patente. En esta figura, la empresa queda definida solamente como

identidad jurídica determinada por un rut, lo que implica una subdivisión

de la firma con el objeto de fragmentar la fuerza de trabajo: la actividad

sindical queda atomizada a cada una de estas identidades jurídicas

restringiendo alcance de negociaciones colectivas (Pérez, 2013). Para

Agacino (2011), muchos sectores subcontratados más precarizados, como

el caso del Retail, se encuentran integrados en gran parte por jóvenes que

tienen mayor resistencia subjetiva a las amenazas de despido pues toda su

vida laboral la han desarrollado en condiciones de flexibilidad precaria –

están más aclimatados a transitar entre empleo y desempleo, cambiar de

oficio y de empresas-.

En definitiva, las experiencias de la Confederación de Trabajadores del

Cobre (CTC), Unión Portuaria, Unión de sindicatos forestales de Arauco

(USINFA), dejan en evidencia que la acción sindical en condiciones de

precarización flexible rompen con la preponderancia de las estrategias

individuales para hacer frente a los malestares del trabajo (PNUD, 2012,

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168

Araujo y Martucelli, 2012). Estos trabajadores abogan por su carácter

autónomo, y al alero de sus movilizaciones se han formado federaciones y

confederaciones que articulan sindicatos de empresas intermedias

diferentes ya sea en un mismo rubro o cadena productiva o bien en torno a

una misma empresa principal o mandante. Se vuelve así posible la

coordinación de negociaciones colectivas de largo alcance, al margen de la

legislación laboral y superando las barreras estructurales del modelo

productivo (Julián, 2014). La negociación colectiva con las empresas

principales de las cadenas de subcontratación es impuesta por la acción

sindical misma (Agacino 2007).

De esta manera, a diferencia del sindicalismo tradicional y corporativo que

se remite a la empresa, este sindicalismo buscaría actuar, al margen de la

legalidad, a nivel interempresa y como federación nacional (Agacino, 2007).

Vale decir, sus repertorios de acción serían generalmente ilegales,

enfatizando en la importancia de la huelga y la paralización productiva

como forma de acción directa. En este sentido, las franjas de trabajadores

subcontratados han ido desarrollando la conciencia de que la organización

y sus acciones deben adecuarse a exigencias mayores a la pura capacidad

negociadora formal. Desde la partida, asumen exigencias de carácter más

político precisamente por que sus reivindicaciones ponen en jaque pilares

estructurales de la nueva acumulación capitalista flexible.

En definitiva, a partir de la literatura revisada, cabe señalar los rasgos más

relevantes de este supuesto sindicalismo flexible que involucraría

principalmente a trabajadores subcontratados. Cabe advertir que estas

características no se dan de forma pura ni tampoco son omnipresentes,

constituyen tipos ideales construidos a partir de las recientes experiencias

de movilización de estos trabajadores. Así pues, estos rasgos serían:

1) Creciente importancia dada a la acción directa como forma de acción

colectiva. Esta idea apunta al carácter violento y espontáneo de sus

repertorios de acción, que por lo general se sitúan fuera del marco legal.

2) Carácter abierto de sus organizaciones colectivas, no remitiéndose a la

empresa contratista de los trabajadores y abarcando en muchos casos a los

desempleados.

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169

3) Presencia de incipientes alianzas o articulaciones estratégicas con otros

movimientos sociales, como el sector estudiantil u otros movimientos de

trabajadores –ya sea contratados o subcontratados-.

4) Creciente politización de sus demandas y consignas, en la medida en que

el “fin al subcontrato” se transforma directamente en una crítica a uno de

los pilares de las nuevas formas de acumulación capitalista.

5) Presencia de liderazgos carismáticos comprometidos que superan la

lógica o racionalidad burocrática del tradicional sindicato corporativo.

Metodología

Esta investigación tiene un enfoque cuantitativo que trabaja a partir de los

datos de la Primera Encuesta Nacional de Empleo, Trabajo, Salud y

condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras en Chile (ENETS

2009-2010). Diversas etapas formaron parte de este estudio:

1) Generación de estadísticos descriptivos a partir de cruces de variables

relacionadas a condiciones de flexibilidad precarizada y organización

colectiva, comparando a trabajadores contratados con trabajadores

subcontratados.

2) Aplicación de un modelo de regresión logística para ver incidencia de las

principales variables de condiciones de flexibilidad precarizada, incluyendo

la variable de subcontratación, en los niveles de sindicalización de los

trabajadores asalariados dependientes del sector privado.

Operacionalización conceptual

En primer lugar, se debe señalar que la noción de subcontratación

problematizada en los antecedentes es concebida en su sentido amplio. Vale

decir, se incluyen como empresas subcontratistas a las empresas de

enganche, suministradoras de personal, y las empresas contratistas de

servicios. Esto permite generar una caracterización de la subcontratación

que aborde de manera ampliada las nociones centrales de descentralización

y externalización productiva, comprendiendo que la subcontratación es

sólo una de las varias estrategias empresariales de flexibilización

productiva.

Page 170: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

170

Pues bien, los conceptos, dimensiones y variables de este estudio son los

siguientes:

Cuadro N°1 Operacionalización conceptual

Concepto Dimensión Variable

Condiciones

laborales

Flexibilidad

contractual clásica

Duración de contrato de

trabajo actual.

Percepciones sobre

renovación de contrato

Flexibilidad financiera Remuneraciones salariales

Variabilidad salarial

Flexibilidad

organizativa

Polifuncionalidad forzada

Subordinación organizativa

Flexibilidad de horarios

Organización

colectiva

Pertenencia a organización colectiva

Negociación colectiva En relación a los salarios

En relación a las condiciones

de seguridad y salud

En suma, esta operacionalización permitirá un acercamiento a la pregunta

por la incidencia de las condiciones laborales precarizadas de los

subcontratados dependientes en sus dinámicas de organización colectiva.

Sólo desde tal correlación se podrá pasar a reflexionar en torno a este

supuesto nuevo sindicalismo que estaría emergiendo en el mundo del

subcontrato.

Page 171: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

171

Muestra

La muestra es probabilística y su población objetivo es la población mayor

de 15 años que tuvo algún trabajo remunerado durante los 12 meses

anteriores a la fecha de actualización del marco muestral muestral,

residente tanto en áreas urbanas como rurales de las quince regiones de

Chile Continental. La unidad de muestreo correspondió al hogar, mientras

que la unidad de análisis análisis fue el(la) trabajador(a) trabajador(a)

mayor de 15 años.

Ahora bien, para esta investigación en particular, la muestra fue fitrada,

reduciéndola a los trabajadores asalariados dependientes del sector

privado con el objetivo de lograr una caracterización más precisa del

mundo del subcontrato.

Estadísticos descriptivos

El objetivo de los estadísticos descriptivos es generar un contraste entre los

mundos del contrato y subcontrato. Por lo mismo, se produjeron una serie

de tablas en base a esta distinción en las cuales se analizan variables de

sindicalización y condiciones laborales.

Regresión logística

Luego, con el objetivo de comprender las correlaciones existentes entre las

distintas dimensiones operacionalizadas anteriormente, se optó por

desarrollar una regresión logística. Esta técnica permite predecir en

términos de probabilidades y explicar el fenómeno en cuestión. Es decir, se

seleccionaron las variables más relevantes de cada dimensión, para así

identificar el nivel de influencia probabilística que tienen sobre el estar o no

estar sindicalizado.

Además, la regresión logística permite trabajar con variables que no se

relacionan linealmente, y por no tener ningún antecedente de la linealidad

de la relación entre la sindicalización y las variables independientes

seleccionadas, se considera pertinente la utilización de dicha técnica.

Se decidió utilizar el paquete estadístico SPSS 20, pues es un programa que

permite realizar regresión e incluir tablas que muestren la distribución de

las variables. Además, se seleccionó un nivel de confianza de 95% para el

odd ratio de 0,05, en tanto implica un alto nivel de confianza, y que a su vez

Page 172: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

172

no extiende demasiado el intervalo de confianza para la inferencia a la

población.

En este caso, se generó una variable dependiente dummy “Sindicalización”

que agrupa a quienes están sindicalizados en sindicato de empresa o

interempresa y a quienes no lo están. Los casos de no respuesta fueron

categorizados como perdidos.

Las variables independientes seleccionadas fueron:

a. Variable dummy de “Subcontratación”.

b. Variable dummy “Contrato No indefinido”.

c. Variable dummy de “Polifuncionalidad”.

d. Variable dummy de “Salario total o mayoritariamente variable”

A estas variables independientes, se les suman cuatro variables de control,

Sexo, Región, Ingreso y Zona (Rural o Urbana) que efectivamente se

movieron en las direcciones esperadas, avalando la efectividad del modelo y

logrando aislar el efecto de lo que se busca explicar.

Resultados

I. Condiciones laborales flexibles y precarias

A. Flexibilidad contractual clásica

Tabla N°1 Duración del contrato de trabajo

Contrato directo con el

empleador para quien

trabaja

Contrato con una

empresa contratista

Duración del contrato de trabajo N° de trabajadores % N° de trabajadores %

Indefinido, sin término de contrato

establecido 3772 79,6% 264 62,6%

De 6 meses y menos de 1 año 452 9,5% 74 17,5%

De 3 meses y menos de 6 meses 230 4,9% 32 7,6%

Más de un mes y menos de 3

meses 154 3,2% 25 5,9%

Un mes o menos 61 1,3% 14 3,3%

No sabe 56 1,2% 11 2,6%

No responde 15 0,3% 2 0,5%

Fuente: Elaboración propia en base a ENETS (2009)

Page 173: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

173

Estos resultados permiten observar el significativo porcentaje de

trabajadores subcontratados34 que no tienen contratos indefinidos, que se

aproxima al 40%. Esto contrasta con la situación contractual de los

trabajadores contratados, de los cuales tan sólo un poco más del 20% no

tendría contratos indefinidos. La explicación de estos resultados radica en

la mayor flexibilidad contractual de los subcontratados, que en muchos

casos son sólo circunstanciales de acuerdo a la demanda fluctuante de los

productos o servicios de la empresa. Como señala De la Garza (2013),

cuando la demanda es alta las empresas tienden a subcontratar personal

que sea más fácil de despedir, lo que en otras palabras implica la no

renovación del contrato.

Ahora bien, cabe advertir que el porcentaje de subcontratados con contrato

indefinido es bastante alto -62,6%-. Esto puede explicar, de forma

preliminar, por presencia de los sectores estratégicos de la producción

orientados a la exportación. Tanto en la producción minera, acuícola y

forestal, las prácticas de externalización se hallan mayormente

institucionalizadas que en otros sectores como el retail. En este sentido, se

podría plantear que muchos de los trabajadores subcontratados de tales

sectores tenderían a ser más estables y, en muchos casos, a realizar el

mismo oficio que los trabajadores de planta (Leiva, 2013).

A su vez, se puede apreciar que la mayor parte de los contratos definidos –

casi un 20% en el caso de los subcontratados- duran entre 6 meses y 1 año.

El 16,8% restante de los subcontratados tienen contratos de menos de 6

meses contrastando con el 9,4% de los contratados que se encuentra en

esta situación. Esto confirma lo señalado en la literatura (Rojas, 2010),

según la cual los subcontratados padecerían una inestabilidad laboral

significativa en relación a la situación de los contratados.

Por otra parte, desde una perspectiva subjetiva, se puede apreciar en la

tabla N°2 que más del 60 % de los trabajadores subcontratados más de

alguna vez se siente preocupado de que lo despidan o no le renueven el

contrato. De este 60 %, casi la mitad siempre se siente preocupado de que

ocurra tal eventualidad, cifra que está casi 10 puntos porcentuales por

sobre la preocupación de los trabajadores contratados. Todo esto indica

34

De aquí en adelante se mencionará como trabajadores subcontratados a los

trabajadores que se corresponden con el objeto de estudio de esta investigación:

trabajadores subcontratados asalariados dependientes del sector privado.

Page 174: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

174

que la inestabilidad contractual y laboral de los subcontratados no sólo se

apreciaría en condiciones objetivas tales como la importante proporción de

trabajadores con contrato no indefinido (Rojas, 2010). Así pues, los mismos

trabajadores laburarían preocupados de su propia estabilidad laboral.

Tabla N°2 Preocupación de renovación contractual

Contrato directo con el

empleador para quien

trabaja

Contrato con una empresa

contratista

N° de trabajadores % N° de trabajadores %

¿Con qué

frecuencia se

siente

preocupado

porque lo

despidan o no le

renueven

contrato?

Nunca 3110 49,7% 209 38,7%

Rara vez 1120 17,9% 88 16,3%

Casi

siempre 713 11,4% 84 15,6%

Siempre 1273 20,3% 151 28,0%

No

responde 46 0,7% 8 1,5%

Fuente: Elaboración propia en base a ENETS (2009)

B. Flexibilidad financiera

En primer lugar, pese a que los sueldos de los trabajadores contratados son

mayores que los de los subcontratados, según los resultados obtenidos no

es tan marcada tal diferencia. Esto podría significar que no son las

remuneraciones un aspecto central para explicar la precarización de los

trabajadores subcontratados en relación a los trabajadores contratados. Por

lo demás, como se señala en antecedentes, los asalariados contratados

directamente también han sido objeto de estrategias de flexibilización

precarizadora: de ahí que parte de la literatura se refiera a estos nuevos

asalariados flexibles como categoría amplia que desborda con creces el

sector subcontratado (Boccardo, 2013).

Ahora bien, de igual manera cabe destacar que un porcentaje mayor al 20%

de los subcontratados tendría sueldos por debajo del salario mínimo del

año de la encuesta -2009-, fijado por ley en $165.000 (Castex, 2012). Así

también, un 26,1 % de los trabajadores subcontratados ganaría sueldos

cercanos al mínimo –de $137.000 a $180.000- y un 20 % tendría ingresos

levemente superiores –de $181.000 a $250.000-De esta manera,

Page 175: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

175

independiente de la diferencia poco significativa que se observa en los

sueldos de contratados y subcontratados, las remuneraciones de estos

últimos serían bastante bajas.

Pues bien, a pesar de las señaladas similitudes de montos salariales entre

contratados y subcontratados, es la variabilidad salarial la que distinguiría a

éstos de aquéllos. Y, por lo demás, esta es una de las principales fuentes de

flexibilidad financiera en la medida en que se traslada la incertidumbre del

negocio del empresario al trabajador (Boccardo, 2013; Henríquez & Gálvez,

2006).

Dicho esto, se puede observar en la tabla N°3 que sólo un poco más del 40%

de los subcontratados recibe un sueldo fijo todos los meses, mientras que

un 31,5 % de los subcontratados recibe sueldo sólo variable, frente al

12,8% de los contratados. Que sea sólo variable significa que depende

completamente de la producción o las ventas de la empresa. Así pues, no

sólo se aprecia la significativa diferencia entre contratados y

subcontratados, sino que además es considerablemente alta la proporción

de subcontratados que recibe sueldos en alguna medida variables –casi el

60%-.

Table N°3 Variabilidad salarial

Contrato directo con el

empleador para quien

trabaja

Contrato con una

empresa subcontratista

N° de

trabajadores %

N° de

trabajadores %

En su trabajo

principal, ¿La

remuneración,

salario o lo

que Ud. gana

por su trabajo

es?

Sólo fijo, recibe la

misma cantidad

de dinero todos

los mese

4432 63,9% 368 43,4%

La mayor parte

fijo 1083 15,6% 110 13,0%

La mayor parte

variable 530 7,6% 103 12,1%

Sólo variable,

cada mes recibe

un sueldo

dependiendo de

producción o

ventas

890 12,8% 267 31,5%

Fuente: Elaboración propia en base a ENETS (2009)

Page 176: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

176

A partir de tales resultados, se evidencia que este elemento de variabilidad

de salarios es lo que explicaría la flexibilidad financiera de estos

trabajadores subcontratados. Por lo demás, este es un rasgo muy

característico de los nuevos mercados neoliberales que buscan acelerar sus

adaptaciones a las fluctuaciones cíclicas del mercado. Por lo mismo, esta

condición laboral flexible y precaria, donde el salario deja de ser garantía

para la reproducción material de la vida (Castel, 1984), se da

particularmente en países como Chile donde las reformas neoliberales han

calado profundo en comparación con otros países latinoamericanos donde

hay una mayor resistencia de elementos y sectores nacional-populares

como Argentina y Brasil. De ahí las diferencias dadas entre los mercados

laborales de estos países (Abramo, 1997).

C. Flexibilidad organizativa

La flexibilidad organizativa se refiere a las estrategias empresariales de

organización laboral en la empresa para hacer frente a los cambios en la

demanda y en los métodos de producción, es decir, para adaptarse a un

mercado dinámico y variable. Como parte de este tipo de flexibilidad, se

debe abordar lo que se conoce como “polifuncionalidad forzada”

(Palominos, 2000), noción que apunta a la obligación del trabajador a

realizar trabajos o actividades que no se corresponden al tipo de trabajo

para el que está contratado. Los resultados obtenidos al respecto permiten

señalar que un porcentaje no desdeñable de casi el 30% de los trabajadores

subcontratados son, al menos de vez en cuando, obligados a realizar tareas

o trabajos que no corresponden al tipo de trabajo para el que está

contratado, a diferencia de poco más del 25% de los contratados que se

encuentran en tal situación. Esta diferencia entre ambos tipos de

trabajadores es leve, por lo que no permite concluir nada sustantivo con

respecto a la especificidad de los subcontratados.

Sin embargo, resultados relevantes sí se observaron en cuanto a la

subordinación organizativa, que se refiere a la sujeción directa o indirecta

del trabajador con respecto al patrón. En el caso de los subcontratados,

según Palominos (2000), éstos tendrían doble vínculo de subordinación que

sería, por un lado, frente al supervisor de la empresa mandante que en

muchos casos se encuentra en el mismo lugar de trabajo y, por otro lado,

frente a los empleadores directos de la empresa contratista, quienes

definirían el carácter sus contratos ejerciendo un dominio más o menos

directo sobre ellos.

Page 177: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

177

Pues bien, a partir de los resultados obtenidos, un 22,4% de los

subcontratados tendría supervisores que no son de la misma empresa en la

que desempeñan sus laborales, frente al exiguo 3,8% de los trabajadores

contratados. Esto quiere decir que efectivamente una significativa

proporción de subcontratados estarían doblemente subordinados: por una

parte, son controlados directamente por supervisores ajenos a la empresa

contratista, y por otra, son controlados por su empresa contratista. Por lo

demás, un ejemplo paradigmático de esta doble subordinación es el caso de

muchos trabajadores –vendedores, reponedores o incluso administrativos-

del sector del retail. Supervisores de la empresa mandante y patrones de la

empresa contratista estarían presentes en el lugar de trabajo del

subcontratado (Agacino, 2011). Y en la medida en que este sector es

relativamente amplio en el mundo del subcontrato, esta doble

subordinación directa no deja de ser relevante.

En definitiva, a partir de los estudios sociológicos nacionales al respecto

(Echeverría, 2004; Henríquez & Gálvez, 2006), se puede considerar que

efectivamente, dentro de este 22,4%, una buena proporción sería

controlado por supervisores que son de la empresa mandante. Esto

involucraría un problema legal en la medida en que, por contrato, sólo el

empleador –la empresa contratista- es quien está facultado para ejercer

control sobre sus trabajadores.

Otro aspecto de la flexibilidad organizacional se refiere a la flexibilidad de

horarios, que problematiza en torno al tiempo libre que se apropia el

empresario como horas extras de trabajo. A partir de la tabla N°4, se puede

observar que en los días extraordinarios de la rutina laboral, sábado y

domingo, un mayor porcentaje de subcontratados trabajó tales días -75%

aproximadamente el sábado y 30% el domingo- en relación a los

contratados, de los cuales un 60% aproximadamente trabajó el día sábado y

un 25% el domingo. Incluso un número importante de subcontratados llegó

a trabajar más de 8 horas, que es el horario regular de una jornada de

trabajo: un 19,7 % de los subcontratados el día sábado y un 11,2 % el día

domingo. De esta manera, se puede apreciar que el capital administra a su

medida el tiempo libre de los asalariados flexibles, especialmente en el caso

de los subcontratados.

Page 178: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

178

Tabla N°4 Trabajo durante fin de semana

Contrato directo con el

empleador para quien

trabaja

Contrato con una

empresa subcontratista

N° de

trabajadores %

N° de

trabajadores %

La semana pasada,

considerando todos

sus trabajos

¿Cuantas horas

diarias trabajó el

día SÁBADO?

No trabajó 2796 40,3% 294 34,7%

Entre 1 y 4

horas 561 8,1% 78 9,2%

Entre 5 y 8

horas 2500 36,0% 309 36,4%

Más de 8

horas 1078 15,5% 167 19,7%

La semana pasada,

considerando todos

sus trabajos

¿cuantas horas

diarias trabajó el

día DOMINGO?

No trabajó 5314 76,6% 584 68,9%

Entre 1 y 4

horas 185 2,7% 38 4,5%

Entre 5 y 8

horas 849 12,2% 131 15,4%

Más de 8

horas 587 8,5% 95 11,2%

Fuente: Elaboración propia en base a ENETS (2009)

Estos resultados se pueden reforzar si consideramos que un significativo

porcentaje de 41,9% de trabajadores subcontratados, en relación al 24,4%

de los contratados, ha trabajado al menos un domingo en los últimos tres

meses desde que se aplicó la encuesta en el 2009.

Desde esta perspectiva, según indican los datos, especialmente para los

subcontratados la flexibilidad horaria sería una efectiva estrategia

empresarial de organización de la producción acorde al mercado y las

ventas, o como se suele llamar, de acuerdo a las “necesidades de la

empresa” –pretexto utilizado no solamente para despedir a trabajadores

sino que además para flexibilizar sus condiciones laborales

independientemente de la voluntad de éstos-.

D. Observaciones preliminares

A partir de lo expuesto, parece necesario esbozar conclusiones preliminares

con respecto a la condición de precariedad que viven los trabajadores

subcontratados en Chile. En primer lugar, se observa que esta situación de

precariedad de los sectores externalizados –que se logró constatar a rasgos

generales– no se expresaría directamente en los montos de los salarios que

Page 179: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

179

éstos reciben en comparación con trabajadores de planta de las empresas,

pues las diferencias salariales entre ambos tipos de trabajadores no son

significativas.

Sin embargo, a partir de los resultados obtenidos se puede sostener que

esto no implica que el salario se reciba de la misma forma. En este sentido,

observamos que la porción del salario obtenida en forma de comisiones u

otras formas variables, tiende a ser considerablemente mayor en los

sectores subcontratados. En otras palabras, los subcontratados tienden a

trabajar en condiciones en que su remuneración mensual está sujeta a

variaciones mucho mayores que las que aquejan a los salarios de los

trabajadores de planta. Esto, en alguna medida, remite a la idea de una

“competencia salvaje” entre empresas contratistas que pugnan por

adecuarse a las fluctuaciones cíclicas del mercado en las relaciones de

oferta y demanda (Ruiz, 2007). Así pues, son los trabajadores

subcontratados los que sufrirían, en la incertidumbre de sus salarios, las

consecuencias de tal competencia.

Por otro lado, los trabajadores subcontratados tienen contratos de menor

duración que en el caso de los contratados, por lo que también sufrirían las

consecuencias de una flexibilidad contractual. Adicionalmente, otros

aspectos en el que se presentan importantes diferencias entre contratados y

subcontratados, concernientes a la denominada flexibilidad organizativa

(Boccardo, 2013), radica en la supervisión jerárquica de encargados ajenos

a la empresa a la que presta servicios –lo que constituye una práctica

irregular-, y en verse forzados por necesidad o por obligación patronal a

trabajar horas extras especialmente durante los fines de semana.

Esta primera reflexión permite señalar que la precariedad de los

trabajadores subcontratados con respecto a los trabajadores de planta se

expresa principalmente en un mayor sometimiento a arbitrariedades que

permiten al empleador imponer sus condiciones en el trato laboral. Así

pues, remuneraciones variables, horarios de trabajo poco convenientes y

extendidos, y horas extras son las formas en que se expresan estas

arbitrariedades que, como se ha señalado, generan una condición laboral

precaria.

Page 180: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

180

II. El desalentador panorama de la organización colectiva

A. Pertenencia a sindicato de empresa e interempresa

Tabla N°5 Pertenencia a sindicato

Contrato directo con el

empleador para quien

trabaja

Contrato con una empresa

subcontratista

N° de

trabajadores %

N° de

trabajadores %

¿Ud. Pertenece

un sindicato de

empresa?

Si 800 13,9% 57 10,7%

No 4943 86,0% 475 89,3%

No

responde 6 0,1% 0 0,0%

¿Ud. pertenece a

un Sindicato

interempresas?

Si 131 2,3% 16 3,0%

No 5592 97,5% 516 97,0%

No

responde 10 0,2% 0 0,0%

Fuente: Elaboración propia en base a ENETS (2009)

En un contexto de baja sindicalización a nivel nacional35, salta a la vista el

leve menor porcentaje de pertenencia a sindicatos de empresas por parte

de trabajadores subcontratados -10,7%-, en relación al de los asalariados

dependientes contratados -13,9%-. Ahora bien, se debe advertir que estos

datos excluyen de antemano a los trabajadores contratados por faena y

contratos de aprendizaje (Fundación Sol, 2013).

Pues bien, esta relativa menor tasa de afiliación a sindicatos de empresa se

puede relacionar con las precarias y flexibles condiciones laborales que se

analizaron anteriormente, en la medida en que los subcontratados son

laboralmente inestables –muchos tienen contratos y sueldos variables-

además de que en muchos casos son organizados de forma diferenciada

según diversos horarios –flexibilidad horaria-. Adicionalmente, la

Fundación Sol (2013), a partir de datos de la Nueva Encuesta Nacional de

Empleo (NENE), sospecha de un sindicalismo de paso al considerar la

inestabilidad laboral en ascenso según la cual el 50% de los trabajadores

dependientes tiene una antiguedad promedio menor a dos años, ¿qué le

depara al caso particular de los subcontratados? De esta manera, la

35

En el 2009, al momento de aplicarse la encuesta, el nivel de sindicalización estaba en el 14,6% según datos de la Dirección del Trabajo (2013).

Page 181: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

181

inestabilidad contractual de los subcontratados sería un factor explicativo

no sólo de la baja afiliación sindical sino que también del bajo tiempo de

permanencia en los sindicatos.

Por otro lado, es llamativo observar que hay una leve mayor proporción de

trabajadores subcontratados que pertecen a sindicatos interempresas -3%-

en relación al 2,3% de los contratados. Ahora bien, ambas cifras son muy

bajas, lo que se puede explicar no sólo por el creciente carácter atomizado

de los sindicatos –especialmente en el mundo del subcontrato- sino que

además porque en la práctica tal constitución de sindicatos interempresas

necesita del improbable acuerdo del empleador (Fundación Sol, 2014). Aun

así, cabe la pregunta de si acaso la mayor constitución de sindicatos

interempresas por parte de los subcontratados responde a emergentes

movilizaciones de trabajadores subcontratados en los sectores económicos

estratégicos de exportación –casos paradigmáticos de la minería y de los

forestales en la década del 2000, específicamente durante el año 2006-

(Agasino, 2007; Ruiz, 2007).

Estos movimientos se plantearon, de facto, como movimientos sindicales

interempresas retomando lógicas más sectoriales de organización colectiva.

Sin embargo, es incipiente y apresurado sacar conclusiones definitivas al

respecto, en la medida en que, por un lado, tales movimientos constituyen

sólo la excepcionalidad cuantitativa de los trabajadores subcontratados. Por

otro lado, la constitución de sindicatos interempresas no garantiza una

efectiva negociación colectiva pues depende del empleador en cuestión y de

la efectiva capacidad de presión de los propios trabajadores.

Ahora bien, las diferencias observadas anteriormente entre contratados y

subcontratados en cuanto a sus condiciones laborales permitirían pensar en

una mayor diferencia entre la afiliación sindical de ambos tipos de

trabajadores. Sin embargo, tal diferencia, según los resultados obtenidos, no

se da de manera significativa. Desde esta perspectiva, la pregunta pasa a

ser: ¿acaso no son las prácticas de subcontratación las que influyen en la

disminución de la afiliación sindical tanto en contratados como en

subcontratados? Por el momento, esta pregunta quedará entre paréntesis.

Page 182: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

182

B. Negociación colectiva

Tabla N°6 Negociación colectiva

Contrato directo con el

empleador para quien

trabaja

Contrato con una

empresa subcontratista

N° de

trabajadores %

N° de

trabajadores %

¿La organización a

la cual pertenece

ha negociado

condiciones de

Seguridad y Salud?

Sí 688 62,7% 58 47,2%

No 328 29,9% 57 46,3%

No sabe 78 7,1% 8 6,5%

No

responde 4 0,4% 0 0,0%

¿La organización a

la cual pertenece

ha negociado

salarios y otros

beneficios en

dinero?

Sí 801 73,0% 64 52,0%

No 245 22,3% 54 43,9%

No sabe 46 4,2% 5 4,1%

No

responde 6 0,5% 0 0,0%

Fuente: Elaboración propia en base a ENETS (2009)

Estos resultados muestran una cierta diferencia entre contratados y

subcontratados con respecto a la negociación colectiva. Si se comprende

que, en el contexto general chileno, la tasa de cobertura de negociación

colectiva pasa de 12% en 1990 a 8,4% en el año 2009 (Fundación Sol,

2013), para el caso de los subcontratados en el 2009 la situación es aún más

desfavorable. Mientras un 62,7% de los contratados que pertenece a alguna

organización colectiva ha negociado condiciones de seguridad y salud, sólo

un 47,2% de los subcontratados que pertenece a alguna organización

colectiva lo ha hecho, lo que marca una diferencia de más de 15 puntos

porcentuales. Esta diferencia se acentúa aún más en el caso de la

negociación de salarios y otros beneficios en dinero: mientras que un 73%

de los contratados que pertenece a alguna organización colectiva ha

negociado salarios, sólo un 52% de los subcontratados lo ha hecho –esta

vez la diferencia es de más de 20 puntos porcentuales-.

Pues bien, según sostiene Fundación Sol (2013), el crecimiento del

sindicalismo interempresa en la última década se acompaña,

paradójicamente, con menores posibilidades de negociación colectiva

puesto que los asalariados sólo pueden negociar con la venia del empleador.

Esto sería relevante para el caso de los subcontratados, quienes, como se

Page 183: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

183

observó más arriba, tienen una afiliación levemente superior a sindicatos

interempresas -3 % en relación al 2,3% de los contratados- y una afiliación

menor a sindicatos de empresas -10,7% en relación al 13,9% de los

asalariados contratados-

Ahora bien, la encrucijada de los trabajadores subcontratados radica en que

el sindicato interempresa es, a pesar de la dificultad práctica de su

constitución y de su improbabilidad de llevar a cabo una negociación

colectiva, la alternativa plausible para hacer frente a las estrategias

empresariales de externalización productiva y de atomización sindical. Sin

embargo, como se apreció en los resultados, son pocos los subcontratados

afiliados a sindicatos interempresas y, además, es escasa la experiencia de

negociación de sus organizaciones colectivas.

IV. Reflexiones preliminares en torno a la organización colectiva

En el capítulo anterior, se afirmó que la precariedad que genera el régimen

de subcontratación en los trabajadores chilenos no se expresaba en

diferencias salariales o beneficios económicos, si no en el trato flexible del

que eran objeto quienes se encontraban en esta condición, lo que constituía

fuente de incertidumbres y preocupaciones para los trabajadores.

Pues bien, a la hora de analizar los niveles de sindicalización y las formas de

acción colectiva de los trabajadores subcontratados, en comparación con

los de planta, sucede algo similar. Si bien no es posible encontrar grandes

diferencias sustantivas en los niveles de sindicalización entre los sectores

contratados y subcontratados, la experiencia de negociación colectiva es

sustantivamente dispar. Los resultados indican que las organizaciones

colectivas a las que pertenecen los subcontratados tienen una considerable

menor experiencia de negociación colectiva que las de los contratados.

De esta manera, el poder objetivo de negociación que poseen las

organizaciones que aglutinan a subcontratados es menor en comparación a

las organizaciones de contratados. En este sentido, no puede dejar de

llamar la atención las dificultades que tienen los trabajadores

subcontratados para resolver problemas en el trato con la empresa, vale

decir, para negociar más prestaciones y mejores condiciones laborales.

¿Con quién debe negociar el trabajador subcontratado? ¿Quién es el

verdadero responsable de sus condiciones laborales? Estas son algunas de

Page 184: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

184

las preguntas que, dada la condición de doble sujeción de los

subcontratados, surgen tras estas cifras desalentadoras.

En definitiva, no es optimista el panorama de la organización colectiva de

los subcontratados. La sindicalización –escasa y débil- no es un instrumento

actualmente eficaz en Chile para sortear las adversidades del precario

régimen de subcontratación en particular y del mundo del trabajo en

general. Por todo esto, se debe retomar la pregunta dejada anteriormente

entre paréntesis: ¿acaso no son las prácticas de subcontratación las que

influyen en la disminución de la afiliación sindical tanto en contratados

como en subcontratados?

III. Para una correlación entre condiciones de flexibilidad precarizada

y sindicalización

Tabla N°7 Modelo de regresión logística para sindicalización

Efectos Marginales de Modelo Probit para Sindicalización

(1) (2) (3) (4) (5)

probit1 probit2 probit3 probit4 probit5

VARIABLES sindical

izado

sindical

izado

sindical

izado

sindical

izado

sindical

izado

Subcontratación -

0.0411

***

-

0.0375

***

-

0.0387

***

-

0.0378

***

-

0.0465

***

(0.000

495)

(0.000

607)

(0.000

597)

(0.000

603)

(0.000

540)

Contrato No Indefinido -

0.0948

***

-

0.0956

***

-

0.0844

***

-

0.0875

***

Page 185: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

185

(0.000

360)

(0.000

355)

(0.000

492)

(0.000

459)

Polifuncionalidad 0.0643

***

0.0678

***

0.0915

***

0.0936

***

(0.000

645)

(0.000

649)

(0.000

704)

(0.000

705)

Salario total o

mayoritariamente

variable

-

0.0568

***

-

0.0541

***

(0.000

865)

(0.000

841)

Sexo No No Si Si Si

Ingreso No No No Si Si

Región No No No No Si

Zona (Rural o Urbana) No No No No Si

Observations 4,902,2

76

3,716,9

67

3,716,9

67

3,500,1

40

3,500,1

40

Standard errors in parentheses

*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la ENETS (2009)

Pues bien, en la tabla N°7 se aprecian los resultados de un modelo

predictivo de regresión logística según el cual se busca predecir la

Page 186: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

186

probabilidad de sindicalización de los trabajadores asalariados

dependientes del sector privado. Desde esta perspectiva, como resultado

más importante para esta investigación, se aprecia la influencia negativa de

la subcontratación en la sindicalización, es decir, que un trabajador sea

subcontratado disminuye en un 4,65% la probabilidad de que esté

sindicalizado -en sindicato empresa o interempresa-. De alguna manera,

esto responde la pregunta planteada al final del apartado anterior:

efectivamente las estrategias empresariales de subcontratación inciden en

una disminución de la afiliación sindical de los trabajados asalariados

dependientes del sector privado –contratados y subcontratados-. Esto se

puede explicar a partir de lo señalado en la literatura (Echeverría, 2004;

Agasino, 2011): la externalización productiva va acompañada de una

atomización sindical que desincentiva la afiliación en la medida en que las

negociaciones colectivas por sindicato de empresa son infructuosas y

estériles y las negociaciones colectivas por sindicato interempresa son, por

lo demás, improbables.

En segundo lugar, como primera variable de las condiciones de flexibilidad

precarizada, se puede observar una influencia negativa de la contratación

no indefinida en las probabilidades de sindicalización. En esta variable de

tipo de contrato se distinguió entre contrato indefinido –más de un año de

contrato- y contrato no indefinido –menos de un año de contrato-. Cuando

el contrato es indefinido la probabilidad de estar sindicalizado aumenta en

un 8,75%, mientras que al no tener un contrato indefinido esta

probabilidad de sindicalizacion disminuye en ese mismo porcentaje. Esto se

puede explicar en el desincentivo de afiliación sindical para los trabajadores

que tienen contratos cuya duración es menor a un año, en la medida en que

éstos no tienen la certidumbre de si acaso sus contratos serán renovados.

Por lo mismo, su posición de prescindibles en el tiempo les despoja de

poder objetivo e incentivo para la sindicalización.

En cuanto a la polifuncionalidad, el modelo arroja que tiene una influencia

positiva en la sindicalización. Es decir, el hecho de que un trabajador realice

más de las labores que su contrato estipula, aumenta la probabilidad de

sindicalización en un 9,36%. Este resultado arrojado por el modelo de

regresión logística resulta difícil de explicar, pues si se asume que la

polifuncionalidad forzada es un elemento de precarización laboral, no

debiese haber una correlación positiva entre aquélla y la sindicalización. Sin

embargo, se debe considerar la falta de vinculación existente entre la

Page 187: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

187

subcontratación y la polifuncionalidad, como se observó en el análisis de los

estadísticos descriptivos. Vale decir, los resultados indicaron que tanto

contratados como subcontratados tiene un porcentaje similar de

polifuncionalidad forzada. Por esta razón, al menos este resultado arrojado

por el modelo no implicaría relativizar la efectiva incidencia negativa que

tienen las estrategias de subcontratación en los niveles de sindicalización.

Por último, la variabilidad de los salarios como flexibilidad financiera

agrupa, por un lado, a quienes tienen un salario completamente fijo o la

mayor parte fijo y, por otro lado, a quienes tienen un salario completamente

variable o la mayor parte variable. El modelo muestra, como resultado, que

la presencia de salarios completa o mayormente variables disminuyen en

un 5,41% la probabilidad de sindicalización. Vale decir, en este caso una

mayor flexibilidad financiera de los salarios conduce a una menor

probabilidad de sindicalización. Esto puede implicar que los asalariados

dependientes del sector privado que están sindicalizados tienen mejores

condiciones salariales que los no sindicalizados, vale decir, tienen mayor

certidumbre en los montos de sus remuneraciones.

En definitiva, son la polifuncionalidad, el tipo de contrato, la variabilidad

salarial y la subcontratación, en ese orden, las variables que incidirían en

una mayor o menor menor probabilidad de sindicalización. La duración del

contrato y la variabilidad salarial son dos variables que, como se apreció en

el capítulo de la flexibilidad precarizada, explican bastante las

características de los trabajadores subcontratados. Vale decir, casi un 40%

de los subcontratados no tendría contrato indefinido y un poco más del

40% tendría sueldos completa o la mayor parte variables en sus montos. En

este sentido, según los resultados del modelo, es sugerente no sólo que la

subcontratación involucre una menor probabilidad de sindicalización sino

que aspectos característicos de gran parte de los trabajadores

subcontratados, como la flexibilidad contractual y financiera, también se

asocien a una menor probabilidad de sindicalización. Todo esto conduce a

concluir que la subcontratación –con la alta flexibilidad contractual y

financiera que conlleva- se constituiría en una estrategia empresarial

efectiva que involucra una desarticulación sindical en el mundo del trabajo

asalariado.

Page 188: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

188

Conclusiones generales

En primer lugar, se debe concluir que, efectivamente, el análisis de las

condiciones de flexibilidad precarizadora y de la organización colectiva de

los trabajadores asalariados dependientes subcontratados permite sostener

que habría una relación mutua de estructura/agencia entre ambos

aspectos. Es más, los posteriores resultados del modelo predictivo permiten

señalar, con ciertas limitaciones, que existe una correlación entre las

condiciones de flexibilidad y precarización –entre ellas la subcontratación-

y la sindicalización de los asalariados dependientes. Esto significa que la

subcontratación incidiría en la baja sindicalización de los trabajadores.

Pues bien, algunos hallazgos relevantes de la investigación se relacionan a

las nuevas condiciones de flexibilidad precaria que viven los trabajadores

subcontratados en Chile. Al respecto, una primera consideración imprevista

tiene que ver con que esta situación de precariedad de los sectores

externalizados no se expresaría directamente en los montos de los salarios

que éstos reciben en comparación al de los trabajadores de planta de las

empresas. La diferencia salarial entre ambos sectores del trabajo radicaría,

más bien, en la modalidad salarial de los trabajadores. Vale decir, se trata de

la denominada flexibilidad financiera que se deja entrever en los datos

resultantes: la porción del salario obtenida en forma de comisiones u otras

formas variables, tiende a ser considerablemente mayor en los sectores

subocontratados.

Si a tal flexibilidad financiera se le suma la flexibilidad contractual, según la

cual una gran proporción de subcontratados tendría contratos no

indefinidos con trabajos de duración menor a un año, se puede comprender

que efectivamente existiría una incertidumbre salarial para los trabajadores

subcontratados acompañada de un temor a ser expulsados de sus puestos

de trabajo. En este sentido, sería la inestabilidad laboral señalada en la

literatura -más que los bajos ingresos- un rasgo característico del mundo

del trabajo asalariado dependiente subcontratado del sector privado.

El segundo elemento relevante con respecto a los asalariados

subcontratados, que viene a reforzar lo señalado en antecedentes, se

relaciona a la denominada flexibilidad y subordinación organizativa, donde

se desdibuja en cierta medida el tiempo de trabajo y no trabajo de los

trabajadores subcontratados. Muchos de ellos declararon trabajar horas

Page 189: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

189

extra durante los fines de semana, estando dispuestos a acatar los

requerimientos extraordinarios de la empresa.

En términos generales, estos hallazgos permiten concluir que la

precariedad de los subcontratados en relación a los trabajadores

contratados se expresa en su mayor sometimiento a las arbitrariedades

patronales que imponen condiciones laborales generalmente desfavorables.

Pues bien, estos rasgos característicos de la precariedad de los

subcontratados serían teóricamente consistentes con los desalentadores

resultados observados en su organización colectiva. Al respecto, si bien no

se encuentran grandes diferencias sustantivas entre los niveles de

sindicalización de los subcontratados y los contratados, las formas en que

estos sectores resuelven sus problemas, así como los resultados que

obtienen, son evidentemente distintos. Los márgenes de acción que parecen

poseer estas organizaciones son menores, y en consecuencia menores son

también los réditos para sus afiliados.

Los resultados señalan las dificultades que tienen los trabajadores

subcontratados para resolver problemas en el trato con la empresa, y

negociar más prestaciones y mejores condiciones laborales. Esto se explica

no sólo por las condiciones de flexibilidad financiera y contractual de las

que muchos subcontratados son víctimas, sino que además una importante

proporción de trabajadores subcontratados probablemente está

subordinada a supervisores de la empresa mandante, por lo que frente a los

problemas de resolución de conflictos en la empresa existiría un

desentendimiento de los contratistas frente a los problemas del trabajador.

A partir de estos hallazgos señalados, surge la pregunta de si acaso la

subcontratación y los rasgos centrales de los asalariados flexibles, como el

tipo de contrato, la variabilidad salarial, y la polifuncionalidad forzada no

influyen en la disminución de la afiliación sindical de los trabajadores

asalariados.

En esta línea, el modelo predictivo arrojó que efectivamente la

subcontratación, los salarios variables, y el contrato no indefinido incidirían

en la menor probabilidad de sindicalización de estos trabajadores. Y si

consideramos, a partir de los resultados obtenidos, que tanto los salarios

variables como el contrato no indefinido son aspectos bastante presentes

en el mundo del subcontrato, se puede concluir que las estrategias de

Page 190: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

190

subcontratación efectivamente inciden en la baja sindicalización de los

trabajadores asalariados.

Este sería el hallazgo fundamental de la investigación pues, pese a los

límites de este modelo aplicado, se logra dar una salida a la paradójica

equiparación que en muchos aspectos, tales como el nivel de ingresos y la

afiliación sindical, se da entre asalariados dependientes contratados y

subcontratados. Así pues, en lugar de quedarse en la discusión en torno a

las diferencias entre ambos tipos de trabajadores –que no deja de ser

relevante en aspectos como la flexibilidad contractual, financiera y

organizativa- la discusión pasa a centrarse en que efectivamente la

subcontratación y los rasgos de flexibilidad precarizada presentes en ésta

incidirían en la baja sindicalización de los asalariados.

El panorama desalentador observado en todos estos resultados permite

comprender los límites y alcances de la teorización sociológica que algunos

autores, como Agacino (2011) y Julián (2014), hacen del denominado

sindicalismo flexible de los emergentes movimientos de trabajadores

subcontratados. En términos cuantitativos, en este estudio no hay indicios

de la emergencia de estos movimientos. Sin embargo, se puede suponer la

relevancia cualitativa de los logros y hazañas de tales movimientos de

subcontratados. En este sentido, no cabe más que señalar que sólo el

tiempo juzgará si la excepción deviene en regla.

Por último, cabe señalar que como la ENETS tiene una única versión del

2009 este estudio tiene importantes limitaciones para trabajar las

tendencias de los resultados obtenidos, lo que hubiera sido un aporte

significativo a la investigación. Ahora bien, la ventaja de la ENETS radica en

que es la única encuesta en Chile que pregunta directamente por la

condición de subcontratación y por la organización y acción colectiva de

éstos36.

Desde tal perspectiva, en tensión con los límites de la estadística en Chile,

una interesante línea de investigación se puede abocar a analizar las

tendencias de las tensiones entre condiciones laborales y organización

36

La ENCLA tiene múltiples e interesantes variables de organización y acción

colectiva, pero no pregunta directamente por la condición de subcontratación

sino que sólo por las empresas que subcontratan. Por su parte, si bien la NENE

es bastante completa para caracterizar la condición de los subcontratados, deja

bastante que desear en cuanto a la medición de organización y acción colectiva.

Page 191: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

191

colectiva desarrolladas en este estudio, que permitan analizar más

minuciosamente cómo ha ido variando la situación de los trabajadores

subcontratados en relación a los trabajadores asalariados dependientes.

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Page 194: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

194

Repertorios de Acción Colectiva en los peonetas subcontratados de Coca-Cola

Alejandro Castillo

Javier Esnaola

Vicente López

Nicolás Ratto

Bryan Seguel

Estudiantes de sociología de la Universidad de Chile

Correo de contacto: [email protected]

RESUMEN:

En esta investigación se describen los repertorios de acción colectiva

desplegados por los peonetas subcontratados de Coca-Cola en Chile, bajo el

alero de su federación nacional (FENASIPEC), en un proceso de negociación

colectiva que tuvo lugar a principio y a mediados del 2014. Específicamente,

esta investigación reflexiona en torno a la noción de acción colectiva

referida en la literatura con el objeto de dar cuenta de tres dimensiones

centrales: 1) Prácticas de movilización, 2) Articulación social y 3)

Resoluciones tripartitas. Pero antes de abordar estas dimensiones, se

comenzó caracterizando y problematizando las trayectorias laborales de los

peonetas, que generan una identidad en el trabajo que permite el posterior

despliegue de formas de acción colectiva. Todo esto en vista de caracterizar

el proceso de politización que llevó a los peonetas agrupados en torno a la

FENASIPEC a movilizarse en pos de su demanda central: nivelar el sueldo

por oficio. Así pues, a partir de la realización de entrevistas semi

estructuradas, revisión de artículos de prensa escrita y observación

participante/no participante, se reflexiona en torno las dimensiones

mencionadas. Esto, en el marco de la emergencia de lo que se ha

denominado en la literatura como “nuevo sindicalismo” en el Chile del siglo

XXI, sindicalismo que se caracteriza por una heterogeneidad de prácticas de

movilización, por una amplia articulación interna y externa de los

trabajadores y por formas de resolución de los conflictos incompletas y al

margen de la institucionalidad establecida.

CONCEPTOS CLAVES:

Peonetas, Coca-Cola, Subcontrato, Acción colectiva, Nuevo Sindicalismo.

Page 195: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

195

INTRODUCCIÓN

El golpe de Estado efectuado en Chile en 1973, y la dictadura que lo siguió,

provocó una reestructuración radical del aparato productivo mediante una

política de shock sobre el mundo del trabajo, causando una profunda

transformación de las relaciones entre actores sociales del mundo del

trabajo, partidos y Estado. Así pues, este proceso de reestructuración

económica modificó la relación entre capital y trabajo lo que implicó la

transformación conjunta de las formas de organización sindical, de la

estructura de los mercados laborales y de las normas institucionales

vigentes. Este proceso de reorganización social del mundo del trabajo y de

reconversión de las formas capitalistas de producción generó un escenario

complejo y adverso para el desarrollo del sindicalismo en Chile.

El rol jugado por el sindicalismo en la desestabilización de la dictadura, y

durante el proceso de transición política, terminó subordinado a las

reformas políticas, sociales y económicas que legó el régimen militar. Vale

decir, quedó relegado a un segundo plano, supeditando su agenda laboral a

la consolidación del proceso de transición política en el marco del diseño de

la Gobernabilidad Democrática. Esto ha sido denominado en la literatura,

durante la década de los noventa, como una estrategia de acción sindical de

carácter sociopolítica (Campero, 2000; Araya, 2012), orientada hacia el

aumento de la productividad en las empresas con una correlativa

moderación de la conflictividad laboral. De esta manera, las reformas

neoliberales condujeron a una reorientación de las estrategias de acción

sindical marcando una tendencia hacia la disminución de las iniciativas

sindicales y una pérdida de protagonismo político por parte de los actores

laborales.

A contrapelo de esta tendencia, desde comienzos del 2000 comenzó a

desarrollarse un proceso de movilización en sectores estratégicos de la

producción -minería del cobre, producción forestal y sector portuario-

orientados al mercado exterior y sectores no tradicionales -retail y

servicios- que dotaron de nuevos desafíos para el mundo del trabajo. En ese

proceso no deja de ser relevante que esta ruptura con el sindicalismo

sociopolítico se efectuase desde sectores de trabajadores en condiciones de

precarización y flexibilidad laboral, colocando en el centro de sus demandas

la lucha contra la subcontratación y el multirut, pilares fundamentales del

modelo de relaciones laborales instituido en dictadura. Así pues, el rasgo

común de estos diversos espacios de activación sindical fue la

Page 196: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

196

generalización de las prácticas de movilización de acción directa para

presionar mecanismos de negociación directa con empresas mandantes,

siempre al margen de la legalidad. Estas experiencias han sido

denominadas por la literatura como partes de un “nuevo sindicalismo” que

se está comenzando a gestar en esta última década (Agacino, 2001).

En ese contexto, los trabajadores subcontratados de Coca Cola desde el

2008 comenzaron un proceso de reorganización y construcción sindical que

culminó con la creación de la Federación Nacional de Sindicatos de

Peonetas de Coca Cola y Ramos Conexos (FENASIPEC). Desde ese momento,

llevaron adelante un proceso sostenido de movilización por el

mejoramiento de sus condiciones laborales, de seguridad, higiene y

aumento en los ingresos, que constituyó la antesala del reciente proceso de

negociación colectiva que tuvo lugar durante el segundo semestre del 2014,

en contra de las embotelladoras Andina y Embonor, franquicias de la

trasnacional “The Coca Cola Company” en Chile.

EL MODELO DE RELACIONES LABORALES CHILENO

En el caso chileno, la instauración del modelo neoliberal y sus reformas en

el ámbito del trabajo se dan en un contexto de dictadura. Por lo mismo, a

diferencia de otros países latinoamericanos, en Chile no hubo posibilidad de

negociación alguna acerca del carácter de las reformas neoliberales de 1979

que dieron paso al desmantelamiento de los derechos sociales.

El paquete de reformas laborales de 1979 implicó la instalación de cuatro

ejes fundamentales que se basan en el principio neoliberal de que los

sindicatos ya no podían formar parte de la estructura moderna del progreso

socioeconómico (Fundación Sol, 2014): A) Reemplazo de la tradicional

negociación colectiva por rama de la producción -de carácter

interempresas- por un tipo de negociación descentralizada a nivel de

empresa. B) Se permite el reemplazo de trabajadores en huelga. C) Se

permite el libre despido según las “necesidades” de la empresa. D) Se

termina la prohibición de subcontratar respecto de áreas propias del giro

principal de la empresa.

En el marco de las emergentes relaciones laborales flexibles se sitúan las

estrategias empresariales de subcontratación, que pese a no ser

cuantitativamente la forma de empleo más importante en el país, parecen

ser un caso paradigmático en términos cualitativos. De ahí que la

Page 197: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

197

subcontratación “(…) no sólo se define por ciertas características formales

como sería la generación de bienes y servicios en una unidad económica

por encargo de otra, o bien el proporcionar trabajadores una unidad a otra,

sino también por sus articulaciones con el entorno, formando una totalidad

concreta (...)” (De la Garza, 2012).

Esto quiere decir que en América Latina, la subcontratación laboral aparece

como un fenómeno inseparable de las políticas de gestión empresarial en el

marco de la reestructuración productiva, siendo fundamental para

encadenar productivamente a distintas entidades y actores de mercado

(Abramo, 1997). Así pues, las grandes empresas serían los núcleos

productivos en torno a los cuales se desplegaría una red de medianas y

pequeñas empresas dependientes, que deben competir entre sí cual

“capitalismo salvaje” (Ruiz, 2007).

Dicho esto, la subcontratación se puede definir como la externalización de

determinados servicios por parte de las empresas “mandantes” hacia otras

empresas, conocidas como “contratistas”, estableciéndose una relación

comercial -contrato civil o comercial- entre ambas (Echeverría, 2004).

Abarca tanto las empresas suministradoras de trabajadores y las que

prestan servicios determinados37. Ahora, si bien los trabajadores

subcontratados trabajan por cuenta de la empresa contratista, que es su

empleadora en términos contractuales, en la práctica terminan trabajando

bajo el alero de la empresa mandante adaptándose a sus requerimientos.

Ahora bien, si bien la subcontratación ha existido desde hace mucho tiempo,

actualmente se articula como elemento indispensable del modo del modo

37

Se tiene por un lado la subcontratación propiamente tal, la cual se define

cuando “una empresa dueña de una obra contrata a una empresa contratista para la ejecución de un trabajo o servicio en donde utiliza trabajadores propios, bajo su cuenta y a riesgo (...)” (Coordinadora jurídica 4 de Agosto, 2014: 1). Y por el otro lado tenemos el suministro de trabajadores, el cual se define cuando “una empresa, cuyo giro específico es el suministro de trabajadores, dispone de los servicios de los empleados de otra empresa (usuaria) a cambio del pago de un precio determinado” (Coordinadora jurídica 4 de Agosto, 2014: 2). La forma de distinguir entre ambos casos radica en identificar (1) la potestad de mando, y (2) El objeto del contrato (Coordinadora jurídica 4 de Agosto, 2014: 2).

Page 198: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

198

de producción y el régimen de acumulación capitalista flexible (Neffa,

2012). En palabras de De La Garza (2012: 33), “(…) la subcontratación no

es una estrategia más junto a otras más importantes, es una de las centrales

para sostener en el futuro cercano la acumulación del capital en escala

global”.

En relación al subcontrato el punto en común de este fenómeno, “desde el

punto de vista laboral, es el no reconocimiento de la existencia de una

relación de dependencia entre el trabajador y el beneficiario final de la obra

o servicio que aquél realiza. (...) Hay una delegación de la condición

patronal“ (VV.AA., 2012: 13), pues se elude una relación laboral, a través de

contratos comerciales o civiles (entre la empresa principal y la contratista).

Se genera, entonces, una “triangulación, donde el trabajador es pagado por

una empresa pero genera valor y plusvalor en otra" (Neffa, 2012: 44).

En términos generales “la subcontratación significa la desintegración

vertical del proceso productivo dejando a cargo de otra empresa,

concursada o designada de manera discrecional -que puede ser incluso una

subsidiaria o una unidad de negocio de la empresa contratante, pero

jurídicamente independiente-, la fabricación de piezas o subconjuntos o la

prestación de ciertos servicios que anteriormente tenían lugar dentro de la

gran empresa con una organización productiva integrada verticalmente”

(Neffa, 2012: 45).

En el plano de las reformas laborales llevadas a cabo en “democracia” se

debe mencionar la promulgación de la ley 20.123 durante el año 2007, que

generó grandes expectativas en el mundo del trabajo. Sin embargo, esta ley

no prohíbe la externalización de actividades del giro principal, ni tampoco

resuelve las dispares condiciones salariales entre trabajadores contratados

y subcontratados, pero al menos da origen a un régimen de

“responsabilidad solidaria”. Tal régimen establece que las empresas

principales o mandantes tienen mínimas responsabilidades sobre el

comportamiento laboral de las empresas contratistas (Echeverría, 2013).

De esta manera, en términos concretos, dicho régimen permite que el

trabajador pueda entablar una demanda indistintamente en contra de su

empleador directo o la empresa principal, particularmente en materias de

seguridad y salud (Echeverría, 2013).

Ahora bien, la reforma del 2007 no se hace cargo del objetivo implícito de

las prácticas de subcontratación institucionalizadas por el plan laboral: “la

Page 199: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

199

limitación del reconocimiento de los derechos colectivos, en la medida en

que se genera dispersión y pocos incentivos para la organización de los

trabajadores” (Coordinadora Jurídica 4 de Agosto, 2014: 1). Por otro lado,

los trabajadores subcontratados pasan a estar a la deriva en la medida en

que la responsabilidad recae en empresas contratistas que generalmente

son pequeñas y medianas empresas que tienden a desaparecer por

insolvencia, ruina, o cambios de giro económico con el objeto de adaptarse

al mercado (Henríquez & Gálvez, 2006). Esto explica, paradigmáticamente,

la facilidad con que se pone término a la relación entre las empresas, de la

cual depende la estabilidad laboral de los trabajadores.

Un trabajador subcontratado -de segunda categoría- debe realizar las

mismas prestaciones que un trabajador de planta pero con menor sueldo,

con altos grados de inestabilidad en su puesto, con posibilidades de

traslado –despidos y recontrataciones-, con cláusulas abusivas y con

dificultades para poder articularse con otros trabajadores. Con respecto a

este último punto, Rojas (2010) enfatiza en los efectos de atomización que

producen las prácticas de subcontratación en los trabajadores,

disgregándolos en variadas empresas contratistas. Esto hace improbable

toda forma de organización colectiva entre los mismos subcontratados e

implica la imposibilidad para éstos de sindicalizarse con los asalariados

directos de la empresa mandante o principal. De esta manera, ninguna

conquista de los trabajadores de planta se hace extensiva, como beneficios

sociales, a los trabajadores subcontratados.

COCA-COLA, SUS FRANQUICIAS EN CHILE Y LOS PEONETAS

Dentro de la subcontratación se enmarca el caso de “The Coca-Cola

Company” y sus dos franquicias en Chile: dos embotelladores que producen

y distribuyen productos Coca-Cola en Chile y se distribuyen el territorio

nacional: Coca-Cola Embonor S.A y Coca-Cola Andina S.A. (Ver cuadro 1):

Page 200: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

200

Cuadro 138.

Coca-Cola Embonor S.A. Coca-Cola Andina S.A.

- XV Región de Arica y Parinacota

- I Región de Tarapacá

- V Región de Valparaíso39

- VI Región del Lib. Bdo.

O’Higgins40

- VII Región del Maule

- VIII Región del Bío Bío

- IX Región de la Araucanía

- XIV Región de los Ríos

- X Región de Los Lagos

- II Región de Antofagasta

- III Región de Atacama

- IV Región de Coquimbo

- XIII Región Metropolitana

- XI Región del Gral. Carlos

Ibáñez

- XII Región de Magallanes

Desde las plantas principales de las embotelladoras comienza la

distribución de las mercancías, mediante el deslinde de Andina y de

Embonor. Ambas embotelladoras cuentan con peonetas y choferes

contratados por alguna pequeña empresa contratista de transportes que

"prestan servicios" a las franquicias. Así pues, “(…) diariamente, son

preparadas las cargas de los camiones tercerizados en nuestras

dependencias, para ser distribuidas durante la mañana siguiente, de

acuerdo a determinadas rutas de reparto” (Coca-Cola Embonor S.A., 2013).

38

Elaborado a partir de las imágenes explicativas que aparecen en las páginas web de las

embotelladoras.

39 Con excepción de la provincia de San Antonio.

40 Con excepción de la provincia de Cachapoal.

Page 201: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

201

La justificación de la subcontratación se encuentra en los propios discursos

de la empresa: “Las embotelladoras modernas han estructurado su negocio

de modo de dividirlo según sus principales actividades de negocios, que son

parte de la cadena de valor, generando diferentes sociedades. Este hecho

permite aprovechar al máximo las economías de escala, que proporcionan

la producción de bebidas, la expansión geográfica y la capacidad de

distribución de productos” (Coca-Cola Embonor S.A., 2013).

Los peonetas, o también llamados “ayudantes”, son quienes acompañan a

los choferes de los camiones de Coca-Cola, tanto de Andina como Embonor,

a distribuir las mercaderías -bebidas y jugos- a los diferentes puntos de

venta existentes al interior de una zona de reparto. Así pues, estos

trabajadores son los “peones de carga” que descargan las mercaderías de

los camiones y las llevan, a pulso o con “yeguas”, a los puntos de venta,

como supermercados, minimarkets, y otros lugares de venta.

LA FENASIPEC Y EL PROCESO DE NEGOCIACIÓN COLECTIVA

La Federación Nacional de Sindicatos de Peonetas de Coca-Cola y ramas

conexas (FENASIPEC) es una organización inter-sindical, con presencia

nacional, constituida de manera legal según el Código Laboral vigente. Es de

carácter autónomo y con personalidad jurídica, cuyo RSU es 13/02/1261.

La federación articula sindicatos de peonetas de empresas subcontratistas

correspondientes a la Embotelladora Andina S.A. y a la Embotelladora

Embonor S.A. Pese a su presencia nacional, está articulada principalmente,

a nivel geográfico, desde la Región Metropolitana y ciudades de la zona

centro como Rancagua y la conurbación Valparaíso/Con-Con, y a nivel de

franquicia, con preeminencia en la Embotelladora Andina S.A. La federación

se extiende por casi todo el territorio nacional, articulando a sindicatos de

peonetas de la mayoría de las regiones, estando los trabajadores de los

sindicatos afiliados tanto legalmente como “de hecho". La organización es

flexible y con marcados liderazgos que la conducen (Cuaderno de Campo,

13/05/ 2014).

Las labores de la FENASIPEC podrían ser divididas en tres, agregándose un

elemento estratégico transversal. Estas tres labores son (1) la participación

en la plataforma "Coordinadora Sindical por el Fin al Subcontrato" y sus

tareas derivadas, (2) el trabajo en instancias formales en la SUSESO por

mejores condiciones en el trabajo para los peonetas y (3) la coordinación de

los diferentes sindicatos de empresas contratistas por el "sueldo por oficio"

Page 202: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

202

que dará lugar a los procesos de negociación colectiva en donde se

despliegan los repertorios de acción que se estudian en este artículo. Estas

tres labores están cruzadas por una lucha estratégica a largo plazo que

tiene como fin una sociedad sin clases. En palabras de sus dirigentes, “se

sienten parte de una historia de lucha obrera” (Cuaderno de Campo, 25, 26

y 27/04/2014). Éste objetivo "histórico" es fomentado por la

recomposición del tejido social y el fortalecimiento de la solidaridad de

clase que la FENASIPEC promueve.

Pues bien, el proceso de negociación colectiva comienza a gestarse a

principios del 2014 con la aceleración del proceso de articulación de las

bases sindicales a lo largo del territorio nacional por parte de la

FENASIPEC. Los mismos dirigentes de la FENASIPEC indicaban que desde

marzo se encuentran agrupando fuerzas en todo Chile, en donde buscan

sumar la mayor cantidad de sindicatos y delegados para que esta

negociación tenga un gran peso en todo el país (Cuaderno de Campo,

13/05/2014). Esta articulación desembocó en un paro ilegal durante el mes

de junio del 2014 que tuvo casi total expresión en Embonor, y que presentó

distintas formas de respuesta, positivas y negativas, por parte de la

embotelladora, de las empresas contratistas y de organismos

gubernamentales. Actualmente el conflicto está descentralizado y

medianamente desarticulado en la medida en que se han empezado a

desarrollar luchas regionales por separado. Ahora, si bien la FENASIPEC ha

ido perdiendo la fuerza social que había logrado acumular en los momentos

previos al paro de junio, actualmente sus dirigentes están en un proceso de

repliegue estratégico para volver a fortalecer los lazos entre sindicatos.

Desde esta perspectiva, esta investigación tiene lugar luego del término del

paro ilegal de junio de 2014, el momento más álgido de la negociación

colectiva, y durante el proceso de reactivación descentralizada del conflicto

tras una aparente derrota por parte de los peonetas.

Esta negociación colectiva tiene como demanda central la “igualación del

salario por oficio”, es decir, a igual trabajo igual sueldo. Esto, debido a que

hoy en día las diferentes empresas contratistas pagan distintos sueldos, por

el mismo trabajo, a los peonetas. En este sentido, siendo todos los peonetas

trabajadores subcontratados de Coca-Cola, tanto de Andina como de

Embonor, unos ganan más que otros, así como la estabilidad de su situación

laboral varían de forma significativa.

Page 203: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

203

Por último, cabe mencionar que el proceso de movilización comenzó a

gestarse desde principios del año 2014. La FENASIPEC realizó una serie de

viajes a distintas regiones para contactar sindicatos y grupos de

trabajadores con el objetivo último de coordinar a todos los sindicatos en

pos de una negociación a nivel nacional. En síntesis, el transcurso de los

hechos fue el siguiente: En marzo y abril comenzaron las primeras

amenazas y avisos por parte de la FENASIPEC a Andina y Embonor sobre la

inminencia de una movilización nacional, a la vez que se comenzaron a

levantar las bases sindicales para preparar tal proceso. El 3 de junio se

presentó la demanda a las empresas, y el 10 de junio la distribución de

productos de Coca-Cola Embonor se detuvo en todo el país tras no haber

respuestas por parte de Embonor. El paro varió de duración en las distintas

regiones, pero considerando todo el país, el máximo de días movilizados

fueron 14.

EL NUEVO SINDICALISMO Y LA ACCIÓN COLECTIVA

La emergencia del movimiento de subcontratados es clave para toda

proyección de cambio estructural en el mundo del trabajo en particular y en

el modelo de crecimiento capitalista vigente. Esto se explica, en palabras de

Carlos Ruiz (2007), en la vulneración por parte de tal movimiento de la idea

instalada desde el mundo empresarial: el ambiente competitivo de las

empresas contratistas las llevaría a aumentar su productividad mediante

mejores gestiones laborales.

En palabras de Ruiz (2007), la organización de los trabajadores

subcontratados tiende a adaptarse a las nuevas condiciones laborales, ante

lo cual el espíritu de la ley aparece rebasado en los hechos. Si el mecanismo

dominante para evitar “meganegociaciones” consistió en estimular la

proliferación de muchos pequeños sindicatos, entonces ha aparecido la

fórmula de instalar por la fuerza la negociación interempresas como punto

de enjambre de estos pequeños sindicatos. Esta parece ser la única salida

que tienen los subcontratados para aumentar su poder negociador.

Estos trabajadores en condiciones de precarización flexible abogan por su

carácter autónomo, y al alero de sus movilizaciones se han formado

federaciones y confederaciones que articulan sindicatos de empresas

intermedias diferentes ya sea en un mismo rubro o cadena productiva o

bien en torno a una misma empresa principal o mandante. Se vuelve así

posible la coordinación de negociaciones colectivas de largo alcance, al

Page 204: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

204

margen de la legislación laboral y superando las barreras estructurales del

modelo productivo. La negociación colectiva con las empresas principales

de las cadenas de subcontratación es impuesta por la acción sindical misma

(Agacino, 2007).

Estas nuevas prácticas sindicales surgen más allá del sindicalismo de corte

tradicional o clásico marcado históricamente por su presencia en los

segmentos más protegidos de los trabajadores, vale decir, en las grandes

empresas estatales o privadas con empleo directo y estable. Actualmente,

tal sindicalismo tradicional se encarna en centrales legalmente constituidas

y reconocidas como la Central Única de Trabajadores (CUT), la Central

Autónoma de Trabajadores (CAT), y la Unión Nacional de Trabajadores

(UNT). Su versión más crítica mantiene orientaciones más clasistas, sin

embargo, de igual manera ha vivido atrapada en una mezquindad

corporativa y un dogmatismo que le ha impedido comprender la nueva

realidad del trabajo (Agacino, 2011).

De esta manera, mientras las organizaciones formales tradicionales son

jerarquizadas, poseen una división de tareas establecidas y la mayoría de

sus miembros son pasivos, las organizaciones de los nuevos movimientos

sociales se caracterizan por la participación, el compromiso y la acción

consciente (López, 2007). En cuanto a los tipos de liderazgo, mientras en las

organizaciones formales los dirigentes son administradores con legitimidad

burocrática y tiene una relación racionalizada con los demás actores, en los

nuevos movimientos sociales el líder es un activista cuya legitimidad está

asentada en su carisma y las relaciones entre los miembros tiene un fuerte

componente emocional (Julián, 2014). Por lo mismo, en general, se trata de

organizaciones que tienen poco clientelismo entre dirigentes que ofrecen

mejoras y socios que las demandan pasivamente: se trata de organizaciones

cuya única posibilidad de mejorar las condiciones de sus asociados y

sobrevivir es ampliando la mirada y el ámbito de acción (Quinteros, 2010).

Además, la literatura señala el carácter ampliado de la cultura de los nuevos

sindicatos, que persiguen no sólo mejoras salariales y de condiciones de

trabajo, sino que buscan articularse con otros sectores sociales –

movimientos de trabajadores o estudiantes- en pos de proyectos políticos

de cambio: volver a apropiarse de su condición de sujetos (Julián, 2014). En

otras palabras, hay una proyección política que va más allá de las

reivindicaciones económicas particulares.

Page 205: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

205

A diferencia del sindicalismo tradicional que se remite a la empresa, este

sindicalismo buscaría actuar, al margen de la legalidad, a nivel

interempresas y como federación nacional (Agacino, 2007). Vale decir, sus

prácticas de movilización serían generalmente ilegales, enfatizando en la

importancia de la huelga y la paralización productiva como forma de acción

directa.

A partir de la literatura revisada, especialmente Agacino (2011) y Julián

(2014), cabe señalar los rasgos más relevantes de este sindicalismo flexible

que involucra principalmente a trabajadores subcontratados: (1)

Importancia de la acción directa como forma de acción colectiva. (2)

Carácter abierto de sus organizaciones colectivas, no remitiéndose a la

empresa contratista de los trabajadores y abarcando a los desempleados.

(3) Alianza estratégica con otros movimientos sociales, como el sector

estudiantil u otros movimientos de trabajadores –contratados y

subcontratados-. (4) Carácter más politizado de sus demandas y consignas,

en la medida en que el “fin al subcontrato” se transforma directamente en

una crítica a uno de los pilares de las nuevas formas de acumulación (De la

Garza, 2012). El movimiento que aglutina a estos trabajadores, por lo

general, tiene un horizonte normativo más ambicioso y amplio. (5)

Liderazgos carismáticos comprometidos que superan la lógica

racionalizada y burocrática del tradicional sindicato corporativo.

Pues bien, a partir de la conceptualización que realiza Riechmann &

Fernández (1995), se entenderá al sindicalismo como una expresión de la

acción colectiva de los trabajadores en el marco de las relaciones de

producción, manteniendo una característica central: el ser una herramienta

por medio de la cual los trabajadores se agrupan para defender y

reivindicar demandas correspondientes a condiciones laborales, salariales y

de beneficios entre otras áreas de su quehacer laboral, como también

cuestiones concernientes a la distribución de la riqueza y el poder social.

En síntesis, el sindicalismo supone sujetos colectivos con determinadas

formas de organización y repertorios de acción en el marco del desarrollo

de una racionalidad conformada a partir de una experiencia común. En este

sentido, la conceptualización de movimiento social nos permite concebir a

los trabajadores como agentes colectivos que movilizan recursos

materiales, organizacionales y simbólicos para perseguir sus objetivos de

provocar, impedir o anular cambios sociales fundamentales. Para ello, los

Page 206: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

206

trabajadores obran con una cierta continuidad histórica y con un alto grado

de integración simbólica, dotándose de un nivel bajo de especificación de

roles y funciones de manera tal que puedan adaptar sus organizaciones y

formas de acción a los contextos en los que les toca intervenir (Riechmann

& Fernández , 1995).

La formación de un sindicato supone que los trabajadores que lo conforman

se reconozcan como parte de una colectividad, de una identidad colectiva

que se basa en un “nosotros”, y el reconocimiento de la existencia de un

“otro” -el patrón, el jefe o la empresa- que tiene intereses contrapuestos

(Pereira, 2009). De este modo, el sindicato se perfila como una herramienta

de reivindicación contra estos “otros” actores.

Por otra parte, la conceptualización que se utiliza de negociación colectiva

entiende que ésta “(…) constituye un instrumento que interviene la

participación del trabajo en el proceso productivo y que afecta a sus actores

sociales, empleadores y trabajadores asalariados, al menos, en tres

aspectos: las relaciones colectivas del trabajo entre ambos actores; los

salarios de los trabajadores y las condiciones de trabajo. Este instrumento

no puede ser visto como independiente de la institucionalidad laboral, la

que establece el rango complementario al marco jurídico de orden público

laboral en el cual los actores pueden fijar sus normas” (Salinero, 2006: 31).

El proceso de negociación colectiva llevado durante el 2014 por los

peonetas, entonces, se comprende como el momento socio-histórico en el

cual se despliegan distintos tipos de acciones y movilizaciones colectivas

que los trabajadores ejecutan para lograr sus principales objetivos, siendo

la demanda principal la nivelación de sueldos por oficio de los peonetas a

nivel nacional.

Según Melucci (1999) diversos elementos forman parte de todo proceso de

negociación colectiva: (1) Un principio de identidad, (2) La acción colectiva

en el marco de las relaciones laborales: principio de agencia con miras a la

modificación de las relaciones y condiciones laborales contras las que se

movilizan. Esto supone identificar tanto a las acciones directas, como las de

consenso, diálogo y acuerdos, y (3) Modificaciones de las relaciones

tripartitas entre trabajadores, empresarios y estado.

Esta investigación se enfocará en la acción colectiva (2), pero para poder

entenderla a cabalidad es menester conocer el principio de identidad de los

Page 207: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

207

peonetas (1). Del concepto central de acción colectiva se desprenden tres

dimensiones:

1. Articulación social: estrategias de formación de fuerza colectiva,

desde una perspectiva interna como articulación sindical, y desde

una perspectiva externa, con otras organizaciones y actores

sociales y políticos.

2. Prácticas de movilización: todas las prácticas y formas de

movilización legal e ilegal utilizadas como herramientas para la

generación de escenarios para conseguir los objetivos de la

negociación colectiva.

3. Mecanismos de resolución tripartita: se refiere a todos los

mecanismos llevados adelante con actores políticos, empresariales

y sindicales, en el contexto de la negociación, que persigan un

cambio en las relaciones de fuerza entre los actores. Refiere por

tanto a las diversas estrategias utilizadas con los diversos actores

para la consecución de sus demandas y objetivos.

Estas tres dimensiones de la acción colectiva son las que se desarrollarán a

continuación a partir del estudio empírico del proceso de negociación

colectiva llevado a cabo por los peonetas subcontratados de Coca-Cola, bajo

la dirección de la FENASIPEC, el año 2014. Antes de lo recién mencionado

haremos una revisión de las trayectorias laborales, las militancias sindicales

y la vida cotidiana de los peonetas con el objetivo de conocer sus principios

de identidad que dan lugar a estas formas de acción colectiva.

METODOLOGÍA

Para la producción de información se utilizaron tres técnicas: observación

participante y no participante, revisión de documentación secundaria -

medios de comunicación tanto tradicionales como no tradicionales- y

entrevistas semi estructuradas. Todas estas técnicas están insertas en lo

que el discurso metodológico denomina estrategias metodológicas

cualitativas.

En relación a la observación participante y no participante se utilizaron

notas y cuadernos de campo producidos en los diversos encuentros que el

equipo de investigación ha sostenido con la FENASIPEC y los peonetas.

Page 208: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

208

Estos cuadernos y notas de campo permiten un respaldo y una revisión

sistemática a lo largo de la investigación, proporcionando información

relevante, reflexiones y observaciones que permiten una mayor y mejor

profundización a la problemática investigada.

En relación a la revisión de documentación secundaria se seleccionaron

las fuentes noticiosas que estuvieran disponibles en internet. El criterio que

se utilizó fue hacer una revisión exhaustiva de todas las noticias que se

conozcan que tengan lugar el año 2014 y tengan contenida en alguna parte

del cuerpo noticioso las palabras FENASIPEC o Peonetas de Coca-Cola (o

derivados), provengan éstas de medios tradicionales o no tradicionales de

prensa escrita con respaldo online. Para su utilización como productora de

información se cercioró que la noticia hiciera alusión a los repertorios de

acción sindical de los peonetas llevados a cabo por estos durante el año

2014.

En relación a las entrevistas semi estructuradas, éstas se aplicaron tanto

a trabajadores de base como a dirigentes sindicales que trabajan o hayan

trabajado como peonetas de alguna de las dos franquicias de Coca-Cola, con

la condición de que hayan desplegado algún tipo de acción colectiva en los

procesos de negociación colectiva acontecidos durante el año 2014. A

continuación se presenta una tabla resumen con cada peoneta entrevistado

y su breve caracterización:

Page 209: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

209

Tabla 2.

Nº Id. Código de

Identificación

Trabajador

de base o

dirigente

Embonor o

Andina

Región

1 Trabajador

de base 1

No

sindicalizado

Andina R.M.

2 Trabajador

de base 2

De base Andina R.M.

3 Dirigente 1 Dirigente Andina VI

Región

4 Dirigente 2 Dirigente Embonor V Región

5 Federación 1 Dirigente Andina R.M.

6 Dirigente 3 Dirigente Embonor XV

Región

PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS:

1. Trayectorias laborales, militancias sindicales y vida cotidiana

de los trabajadores peonetas.

Desde el trabajo que se ha venido desarrollando se puede dar cuenta de una

serie de elementos significativos para los trabajadores al momento de

tomar la decisión de vincularse a un sindicato o a tomar la iniciativa de

formarlo en los casos en los que éste no exista. Estos elementos constituyen

Page 210: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

210

la experiencia biográfica de cada trabajador en sus vidas cotidianas que van

constituyendo sus experiencias personales y que inciden en sus procesos

personales y colectivos de politización. Ese salto de la identificación de una

vivencia personal a la identificación de las relaciones que la originan es el

proceso de la politización. Proceso que refiere a múltiples trayectorias

individuales y colectivas en la que los que los sujetos, a partir de sus

experiencias vividas y representadas en sus imaginarios sociales,

configuran una práctica individual y/ o colectiva de cuestionamiento y

reordenamiento del espacio social, en las relaciones entre sus campos y en

la asignación de los roles y posiciones sociales.

En el caso de los trabajadores peonetas subcontratados de Coca Cola, su

campo de acción política queda configurado en el mundo del trabajo,

posición desde la cual emprenden acciones comunes. Esta concepción de la

politización nos permite enfatizar los aspectos subjetivos relacionados a la

vida cotidiana de los trabajadores, a sus trayectorias laborales, a sus

primeros pasos en la lucha sindical, además de las redes informales de

sociabilidad que, en definitiva, constituyen el entorno de la experiencia de

militancia sindical y de los procesos de politización. Esta situación antecede

a todo proceso de movilización social colectiva, pues promueve

solidaridades, reciprocidades, lealtades, afectos e intereses comunes.

En las teorías de los movimientos sociales se ha enfatizado en las relaciones

dialógicas en las cuales las trayectorias de vida, tanto laborales como

sindicales, son fundamentales. Desde esta perspectiva entendemos que la

politización es un proceso que se va desarrollando a lo largo de las

experiencias y trayectorias de vida de cada trabajador y/o sindicalista, que

en determinadas circunstancias convergen en la configuración de un campo

de acciones, lazos e intereses y que, en determinadas circunstancias,

permiten las acciones colectivas expresen su política. Por ello es que para

poder comprender las orientaciones de la acción colectiva de los

trabajadores, el sello que le imprimen a sus movilizaciones, las formas en

cómo se organizan y llevan adelante procesos de deliberación colectiva, el

desafío pasa, en gran parte, por comprender sus trayectorias militantes y de

vida. Esto es, la dimensión subjetiva. En consideración a estos elementos se

entiende la importancia de establecer un cruce entre las trayectorias

laborales y las trayectorias sindicales de los trabajadores peonetas de coca

Colca, junto a los elementos socioculturales que configuran sus entornos en

Page 211: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

211

los que desenvuelven su vida cotidiana y que, anteceden, a todo proceso de

politización.

Vida cotidiana y trayectorias laborales.

Los trabajadores peonetas subcontratados de Coca-Cola por lo general

viven en los barrios pobres de las principales ciudades. Estos barrios por lo

general tienen una ubicación estratégica para las empresas distribuidoras

de bebidas de fantasía, debido tanto a su cercanía a las principales vías de

conexión interurbanas como a su cercanía a las comunas más populosas.

La opción por este trabajo, por lo general, fue una decisión que les impuso

la vida. Es un trabajo que según los estudios de estratificación social ocupa

las últimas categorías en prestigio y reconocimiento, por ello que en torno a

este trabajo operan mecanismos de exclusión que hacen que no todas las

personas que están en una posición social común decidan entrar en este

trabajo.

Pues bien, considerando lo dicho, la principal diferencia que se observa en

los peonetas es un corte generacional entre “los viejos” y los “jóvenes”. Esto,

pues ambos estratos etarios tienen condiciones socioeconómicas y de vida

muy distintas. Los trabajadores “viejos” llevan en su mayoría más de diez

años en el mismo trabajo a pesar del desgaste físico, del cansancio y los

malos tratos. Por lo general los trabajadores “viejos” tienen su orígenes en

familias campesinas, tienen baja escolaridad y algunos, incluso, no saben

leer ni escribir. Por ejemplo el “trabajador de base 2” lleva más de quince

años en el rubro, no sabe leer ni escribir y su familia es de la octava región

de la ciudad de Chillán. O el caso por ejemplo, de un trabajador de la ciudad

de Osorno que lleva más de cuarenta años trabajando para una misma

familia -trabajó con el abuelo y el padre de su actual empleador-. O los tres

hermanos “Collao”, trabajadores de Transwell S.A. que no saben leer ni

escribir, de ascendencia mapuche, rural, que trabajan hace más de quince

años en distintas empresas contratistas.

En la situación de los trabajadores migrantes es interesante observar que

las “redes de sociabilidad directa” -familiares y amigos- se constituyen en el

mecanismo por medio del cual son reclutados para el trabajo de peonetas.

En el caso de los hermanos Collao, el hermano mayor migró a Santiago y fue

el primero que consiguió el trabajo y, a través de él, sus hermanos tomaron

la misma decisión. En los motivos que los llevaron a migrar están las

Page 212: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

212

esperanzas en superar la pobreza teniendo mayores opciones laborales y

sociales. Por ello, uno de los elementos que incide en por qué muchos de los

trabajadores viejos no se cambien de rubro a pesar de los malos tratos y las

complejas condiciones laborales, es una percepción de que este trabajo es lo

único que saben hacer, porque no tienen estudios.

Por su parte, los trabajadores jóvenes presentan una mayor escolaridad y

elementos de sociabilidad que son distintos. En los relatos de los mismos

trabajadores “viejos”, se marca una diferencia significativa con ellos, en la

medida en que corresponden a un segmento de trabajadores jóvenes, con

estudios medios, en su mayoría incompletos, de orígenes populares

urbanos, de comunas como el Bosque, la Pintana, La Granja, Renca, Pedro

Aguirre Cerda, Lo Espejo y Puente Alto. Son caracterizados por los viejos

como rebeldes, sin muchos valores -“(…) si te pueden cagar, te cagan”-, “(…)

sacadores de vuelta” y en general “(…) poco involucrados en el trabajo”

(Dirigente 1).

Existe otra generación de trabajadores intermedios en términos etarios,

que la hemos identificado a partir de las relaciones que sostienen con los

jóvenes y los viejos. Ellos son nuestros sujetos clave para el estudio, puesto

que constituyen el grueso de la militancia sindical de la FENASIPEC. Ellos en

su mayoría son trabajadores de orígenes sociales populares urbanos de las

principales comunas populares del país. Son trabajadores que no

necesariamente han tomado este trabajo como primera opción, sino que

vienen desde otras trayectorias laborales ligadas a trabajos obreros, con

mucho desgaste físico y bajas medidas de protección en seguridad e higiene.

Por ejemplo, un dirigente primero trabajó en el sector del retail:

“(…) yo trabajaba en los supermercados Santa Isabel, y de ahí me subí a los

camiones no contratado, sino que trabajando de manera informal (…) luego

me gané, según mi desempeño, un puesto, digámoslo contratado fijo con un

transportista” (Dirigente 2).

En el caso del dirigente de Arica, este venía del trabajo en la pesca

artesanal: “Sí, pero en la parte pesquera, como pescadores artesanales. El año

2009, cuando se fundó el sindicato de pesqueros artesanales. Ahí participé”

(Dirigente 3)”.

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213

Trayectorias sindicales y orientaciones sociopolíticas.

Estas diferencias no sólo se expresan en lo laboral sino que también en lo

sindical. A partir de las entrevistas realizadas, se puede observar que la

composición de los afiliados a los sindicatos es de los segmentos de

“trabajadores viejos” y de los “trabajadores intermedios”. Así pues, la

composición de los sindicatos en su mayoría recae en trabajadores con más

de diez años en el rubro y que vienen de experiencias sindicales anteriores.

Por ejemplo, el trabajador de base 1, señala que:

“Sindicalizado estoy desde... ¿cuándo fue? imagínate los años que tengo que ya

ni me acuerdo. Pero estuve en las marchas, estuve cuando estuve ahí en el

centro, estuve cuando hicimos marchas en el centro” (Trabajador de base 1).

Sobre los motivos que llevan a muchos trabajadores a tomar la decisión de

sindicalizarse e iniciar una militancia sindical hay diferencias. Hay algunos

que fueron reclutados a la militancia sindical arrastrados por la fuerza

moral de los dirigentes de algunos sindicatos. Por ejemplo, el trabajador de

base 2, de los “viejos”, identifica un principio de identidad por asociación

entre él mismo -“yo”- con el dirigente -“nosotros”-, al que identifica con

valores y rasgos que destaca de manera positiva. Este trabajador señala lo

siguiente en relación a la percepción de sus dirigentes: “Son buena gente los

cabros, siempre han trabajado por nosotros" (Trabajador de base 2)”. En este

caso, él nos cuenta en pocas palabras que esa admiración moral fue

precisamente lo que lo llevó a militar en el sindicato, como podemos

identificar en el siguiente diálogo:

“Entrevistador: ¿tú estuviste en el mismo sindicato en el que estuvo el Gerardo

y los chiquillos?. Trabajador de base 2: sí, porque era un sindicato de todas las

casas y ahí estaba Gerardo” (Trabajador de base 2).

Esos aspectos señalados están ligados a la generación de un proyecto

sociopolítico compartido, en términos de que favorece la generación de un

“principio de identidad” que se va desarrollando a lo largo de sus

trayectorias laborales y sindicales, y el surgimiento de un “principio de

oposición”, que les permite posicionarse y delimitar con mayor claridad un

proyecto sociopolítico propio. En palabras del Dirigente 2, podemos

identificar ambos principios:

Page 214: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

214

“El objetivo común es dar la pelea y ser sindicatos de clase, sindicatos de lucha

que dan entender que somos conocedores del trabajo en sí que cada

trabajador puede realizar, y que también tenemos solución a los problemas.

La solución no te la da un computador: el cómo ordenar un camión o una ruta

o cómo hacer un trabajo específico” (Dirigente 2).

Lazos de confianza y solidaridad. La vivencia de la militancia sindical.

Este tipo de sindicalismo desarrolla su fuerza de los lazos afectivos entre

sus afiliados y en la relación cercana que tienen las dirigencias con los

trabajadores de base. El presidente y el tesorero de la federación le

imprimen un estilo de conducción muy cercano, por ejemplo, lo que se

evidenció en el viaje a regiones que efectuaron en mayo (Cuaderno de

Campo, 25, 26 y 27/04/2014). En esa oportunidad, los dirigentes llegaron a

la ciudad sin conocer prácticamente a nadie y se acercaron a unos

trabajadores peonetas que estaban descargando, lo ayudaron a descargar y

el trabajador los identificó como iguales, como gente en la que se podía

confiar. Esa fue la puerta de entrada para ampliar más redes y generar más

confianza para la negociación que llevaron adelante en junio.

Con respecto al personalismo que desarrollan los dirigentes de la

federación para resolver y coordinar las tareas de la movilización, cabe

mencionar que surge de las condiciones precarias de infraestructura que

dispone la federación para organizarse, sin contar ni siquiera con una sede

estable para reuniones sindicales y de la federación. Pero, sobre todo, surge

del fuerte compromiso político de sus dirigentes claves, los dirigentes

intermedios. En este sentido, el carisma se expresa en los fuertes lazos de

confianza, compañerismo y solidaridad entre los militantes sindicales en el

trabajo y las relaciones laborales sindicales: “El dirigente sindical tiene

problemas con los compañeros, con el patrón, en el camión y también está la

familia detrás” (Dirigente 2).

2. Prácticas de movilización

Un concepto amplio de movilización: todas las formas de movilización son

válidas

Page 215: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

215

Desde sus múltiples experiencias de movilización, que en el último año

desencadenaron el paro de catorce días de Junio del 2014, los peonetas

agrupados en la FENASIPEC han venido marcando precedente en cuanto a

las emergentes formas de movilización que se plantean en este mundo

marginal de la subcontratación. Lejos de limitarse a las tradicionales formas

corporativistas y legalmente institucionalizadas de movilización colectiva

(Agacino, 2011), estos trabajadores comprenden que toda acción colectiva

que sea eficaz en la consecución de los fines propuestos por la federación

debe ser practicada.

Desde esta perspectiva, más allá de las particularidades de las experiencias

de movilizaciones de trabajadores subcontratados en Chile, el caso de la

FENASIPEC comparte con éstas la incorporación –sea o no racionalizada- de

prácticas de movilización de carácter ilegal, con diversos grados de

violencia política. Ahora bien, considerando que el trabajo de los peonetas

está radicalmente precarizado, en comparación a los sectores

subcontratados del rubro minero, forestal o acuícola, se plantean enormes

desafíos a la FENASIPEC. Esta federación debe ser capaz de afrontar

diariamente las estrategias patronales de desarticulación sindical, además

de la extrema movilidad permanente e inestabilidad de sus puestos de

trabajo. Aun así, es evidente la enseñanza de las movilizaciones sindicales

de trabajadores subcontratados de las mineras y forestales desplegadas

durante los años 2007 y 2008: Sólo presionando de facto pueden ser

reconocidos por las empresas para obtener una negociación colectiva

efectiva (López, 2009).

Pues bien, dicho esto se puede comprender que los repertorios de acción

colectiva de la federación son amplios y diversos en pos de su objetivo

principal que radica en forzar una negociación colectiva interempresas. Así

pues, identificamos dos prácticas de movilización de los peonetas, cada una

con sus funciones y elementos particulares: las prácticas de distensión y

formación de comunidad, y las formas de acción directa.

Momentos de sociabilidad, camaradería y distensión

Desde comienzos del año 2014, los permanentes viajes de los principales

dirigentes de la FENASIPEC a lo largo del país para preparar la antesala de

la negociación colectiva con Embonor estuvieron marcados por un arduo

trabajo de levantamiento y formación de sindicatos en las diversas plantas

de Coca Cola (Cuaderno de Campo, 25, 26 y 27/04/2014). Sin embargo,

Page 216: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

216

estos trabajos iban acompañados de necesarios momentos de distensión en

los cuales los trabajadores aprovechaban de compartir un asado

acompañado con vino tinto, pisco y cervezas.

En este sentido, las “sedes sindicales” o bares como la famosa quinta “El

Magallánico” en la comuna de San Miguel de Santiago, se constituyen en

verdaderos espacios de sociabilidad, camaradería y distensión, donde los

trabajadores se pueden expresar libremente (Cuaderno de Campo, 1, 2 y

10/04/2014). Vale decir, se trata de espacios en los que se eclosiona todo

comportamiento vedado diariamente: las frustraciones, preocupaciones,

alegrías, rabias, penas y descontentos que viven las peonetas no sólo en su

lugar de trabajo sino que también en su hogar. También se expresan todas

las conductas y tradiciones de los concurrentes bajo sus propios códigos

implícitos que marcan las dinámicas de reunión, como el humor negro, las

bromas sexuales, los pelambres a trabajadores “amarillos” o empresarios

“carerajas”, y los cantos efusivos (Cuaderno de Campo, 10/04/2014).

Así pues, estos espacios y momentos son absolutamente relevantes para la

constitución identitaria de los trabajadores peonetas miembros de una

federación. En consonancia con Adriana (2014) y lo señalado en el capítulo

anterior, se considera que la sociabilidad es un momento comunitario que

permite la formación de identidades colectivas. En palabras de un

trabajador, en el marco del paro de junio del 2014: “Parte de las actividades

del paro son los asados acompañados con un buen vinito, si al final cachai que

siempre los viejos necesitan echar la talla pa poder conocerse así” (Dirigente

2).

La importancia de estos momentos y espacios de socialización tiene dos

aspectos considerables. Por un lado, generan la oportunidad de comenzar

un ciclo de movilización, como el paro de junio, en la medida en que permite

que los trabajadores se conozcan y tengan mutua confianza. Pero por sobre

todo, estos momentos traen consigo oportunidades de distención y relajo

que permiten afianzar lazos de camaradería lo que a la larga tiende a

generar una identidad que, desde sus trayectorias laborales comunes,

termina desbordando el ámbito laboral e involucrando costumbres y

opiniones emotivas sobre la injusticia social, la familia, y el agobio del

trabajo diario. Es así como estos espacios y prácticas potencian la identidad

de estos trabajadores peonetas incentivándolos a constituirse como un

actor político que busca transformar las condiciones precarias de su

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217

trabajo. Es en el bar y el asado donde los peonetas, principalmente

dirigentes, se han ido conociendo y han ido desplegando discusiones que los

hace sentirse parte de la clase trabajadora (Cuaderno de Campo,

10/04/2014).

La acción directa: el sello clasista de las prácticas de movilización

Los principales dirigentes de la FENASIPEC, durante el curso de la

movilización, tenían la inmensa convicción general de que nadie los iba a

privar de su derecho a manifestarse. El hecho de que la institucionalidad y

legalidad vigente no les permitiera maniobrar de una manera óptima no era

un obstáculo para el despliegue de sus formas de acción colectiva, pues sólo

mediante actos disruptivos frente al orden institucional vigente se podían

conquistar logros importantes para federación.

Así es como uno de sus dirigentes, en el contexto de la ocupación ilegal de

una planta de Coca-Cola en Rancagua señala:

“Nosotros quemamos el portón y obtuvimos los resultados que nosotros

estábamos buscando. O sea, te da po’. No es que yo sea pro violencia, soy un

tipo bastante pasivo, pero yo golpeo cinco puertas no más, sino me contestan

para conversar ahí se las tendrán que ver con nosotros” (Dirigente 1).

Luego, este mismo dirigente sostendrá que mediante tal acción colectiva

directa y violenta “obtuvimos los resultados que nosotros estábamos

buscando” (Dirigente 1). De esta manera, este evento fue indispensable para

entablar nuevas condiciones que les permitiera a los trabajadores peonetas

de Rancagua negociar con delegados empresariales de la Embotelladora

Andina, saltándose las infructuosas negociaciones con los múltiples

empresarios contratistas.

Según Rebón y Antón (2006), a diferencia de las acciones

institucionalizadas o reconocidas legalmente, a través de la acción directa

los actores sociales procuran lograr sus objetivos transgrediendo o

vulnerando los canales institucionales del orden social para el

procesamiento de las demandas. Además de tal carácter disruptor del orden

institucional, la acción directa involucra un carácter organizativo no

delegativo que busca superar el “peticionismo” para pasar al carácter

autónomo y autogestionado de la resolución de conflictos (Salazar, 2012).

Page 218: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

218

En este sentido, más allá de si las acciones involucran mayores o menores

dosis de violencia física, lo relevante de sus repertorios de acción es la

violencia contra institucional dotada también, por cierto, de una relevante

dimensión simbólica. Esto, pues muchas prácticas de los peonetas si bien no

fueron violentas físicamente hablando, sí lo fueron en términos del orden

legal vigente. Las marchas, los cortes de calles o barricadas, las ocupaciones

de pertenencias de la empresa, y la recuperación y bloqueo de salida de

camiones fueron sus principales formas de acción directa.

Las marchas por las calles de las ciudades generalmente no estaban

autorizadas. Diversos medios de prensa cubrieron este tipo de

manifestación, dando cuenta su importancia transversal a lo largo del país.

Así por ejemplo, en Iquique se refirieron a una “protesta sin incidentes” (La

Estrella de Iquique, 11/06/2014) dando énfasis en el carácter pacífico de

estas marchas durante el paro del mes de junio.

Para los peonetas “salir a la calle es más importante" (Trabajador de base

2), pues permite dar a conocer las reivindicaciones y luchas de la

federación, de manera tal que sus voces la escuchen no sólo los

empresarios, sino que también otros actores sociales que puedan

solidarizar con sus demandas. En palabras de un dirigente: “te hablo de

marchas que se hicieron por la calle 21 de mayo, con gritos y todo para dar a

conocer lo que se estaba haciendo” (Dirigente 3).

Muchas de las marchas realizadas por los peonetas implicaron cortes de

tránsito en las diversas calles de los centros de algunas ciudades, con el

objeto tanto de llamar la atención de los medios masivos de comunicación

como, en algunos casos, de evitar la distribución de los productos en las

plantas paralizadas. Al respecto, un dirigente señala que en Temuco las

prácticas de interrupción del tránsito urbano eran bastante recurrentes

durante el paro, formaban parte del itinerario diario de paralización:

"Paramos el tránsito un par de minutos cada mañana. El último día que

estuve allá lo paramos por 10 minutos y sí que quedó la grande entre

comillas, porque a pesar de ser día normal para Temuco” (Dirigente 1).

Como señalamos, los cortes de calle y barricadas urbanas también

permitían detener la distribución de los productos por parte de los

esquiroles, figura permitida en la legislación laboral que busca impedir la

realización de huelgas efectivas con el propósito de mantener la estabilidad

Page 219: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

219

económica de las grandes empresas (Mizala y Romaguera, 2000). Los

llamados rompehuelgas fueron denunciados por algunos periódicos que

cubrieron el paro: “Un asunto preocupante es que la empresa está

reclutando rompehuelgas para sacar camiones a trabajar, entre ellos a

menores de edad” (Bagual, 12/06/2014). En este sentido, los cortes de

calles y barricadas permitieron neutralizar el efecto pernicioso de los

esquiroles para la movilización.

Este último aspecto se relaciona a la ocupación de pertenencias privadas de

la empresa para controlar la distribución de mercancías. Los peonetas

estaban conscientes del poder objetivo que podían tener a través de la

ocupación de la planta y el control de la circulación de mercancías. Como

señala un dirigente: “la preocupación de la empresa de Coca Cola era grande,

ellos veían de que no podían sacar camiones, que no se podía entregar

mercadería, que los clientes se quedaban sin mercadería” (Dirigente 3).

Cuando por alguna razón la estrategia de impedir la salida de camiones

fallaba –como cuando camiones de otras plantas reemplazaban a los

inutilizados- el segundo plan de acción de los peonetas era la recuperación

de tales vehículos. De esta manera, se formaban verdaderas persecuciones

para evitar que los camiones llegaran a los supermercados y almacenes

donde se venden los productos de Coca-Cola. En palabra de los dirigentes

de la directiva de la federación: “(…) los cabros recuperaron camiones, en el

Norte igual po. Pillaron 2 camiones que no eran de la zona hueón, y, les

quitaban el camión, lo iban a dejar a la planta de nuevo po” (Federación 1).

Así pues, tanto la literatura sobre sindicalismo flexible de trabajadores

subcontratados (Agacino, 2011) como la fuente directa de los propios

peonetas coinciden en reconocer, explícita o implícitamente, dos objetivos

de este tipo de medidas de presión. Por un lado, se trata de superar,

mediante la consolidación de facto de un sindicato interempresas, el efecto

atomizador y desagregador de las estrategias empresariales de

subcontratación que implica que existan múltiples sindicatos para múltiples

empresas contratistas de transporte. Por otro lado, en esta misma línea, se

trata de forzar a que la contraparte patronal efectiva –embotelladora

Embonor- de la cara y acepte negociar con tal sindicato interempresas. Esto

se puede apreciar en las propias palabras de un dirigente, quien señala:

“(…) no nos interesa negociar con los peces chicos, para eso paralizamos po,

pa poder enfrentarnos al pez gordo de Embonor” (Dirigente 3).

Page 220: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

220

El rol de la violencia en las prácticas de movilización

Los principales dirigentes de la FENASIPEC, tanto de Santiago como de

regiones, coinciden en que la violencia tiene consecuencias simbólicas para

la sociedad pues les permite difundir y mediatizar sus demandas además de

presionar directamente a los patrones a que negocien con ellos. Asimismo,

al evaluar el paro de junio, estos dirigentes coinciden en que tal recurso a la

violencia fue algo que se extrañó en la movilización pues a su juicio

constituye un elemento fundamental de sus formas de acción directa. Al

respecto, un dirigente señala:

“Deberíamos haber sido más agresivos, habernos tomado todas las plantas. Y

podíamos. Teníamos la gente y no supimos nosotros aprovechar el momento,

que teníamos la gente apoyando.” (Dirigente 1).

De esta manera, la violencia se plantea como un instrumento, según los

propios peonetas, muy eficaz a la hora de conquistar beneficios para los

trabajadores. La posición más crítica al respecto fue la de un dirigente joven

de la federación quien considera que la violencia debe ser utilizada sólo

estratégicamente. Este dirigente le otorga un componente de sensatez

quizás pensando, implícitamente, en los efectos de desaprobación que tal

violencia puede tener en la opinión pública. En sus palabras:

“(…) Qué saco si el empresario no me da respuesta, tirándole piedras. Lo que

sí, llamar la atención de las autoridades y quizás eso puede llevar a algo

positivo, de meter la cucharita donde uno está metido y pelear contra estas

multinacionales” (Dirigente 2).

Ahora bien, se debe señalar que esta posición racionalizadora es de parte de

un dirigente en específico, pues evidentemente la violencia, para muchos

peonetas, encubre elementos afectivos que van más allá de toda estrategia

consciente. En este sentido, los otros dirigentes se enfocaban

principalmente en lo que se puede denominar como una respuesta

espontánea y violenta a la violencia estructural que ejercen los empresarios

en el día a día. Pero más allá de dicha diferencia, todos los dirigentes

comprenden la necesidad de la violencia que, como dijimos, fuerza a los

empresarios a dar respuestas a sus demandas.

Por todo esto podemos reiterar que para los peonetas la violencia siempre

se justifica y es un recurso clave para avanzar en la movilización pues,

Page 221: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

221

desgraciadamente, es la única forma que tienen de ser escuchados toda vez

que los mecanismos institucionales no dan abasto para la expresión de

estos sujetos marginales del mundo del trabajo. Una vez más, entonces, la

violencia se comprende más como la transgresión de la norma que como el

daño físico a personas y cosas (Sorel, 1976).

En suma, la acción directa es el motor de las prácticas de movilización de

los peonetas. Mediante ésta los peonetas no pretenden realizar estérilmente

actos ilegales delictuales, sino que pretenden autoafirmarse como

portadores de legitimidad social. En otras palabras, se trata de la tensión

entre la legalidad del orden instituido que para los peonetas es “injusto”

pues ejerce una violencia estructural sobre ellos riéndose además en sus

propias caras, y la legitimidad que para los peonetas conllevan sus

demandas, consideradas como un piso mínimo de justicia. Así es como su

principal demanda durante la movilización, la nivelación de sueldos por

oficio, es algo que para ellos debe quedar fuera de discusión.

3. Articulación Social

La articulación interna y externa de los peonetas subcontratados de Coca-

Cola es un elemento central para poder desplegar prácticas de movilización,

y son estas mismas prácticas, las que junto a diversos elementos socio-

subjetivos y condiciones materiales determinadas, posibilitan la

articulación social de los peonetas en sus distintos niveles y planos.

Entiéndase por niveles: interno y externo, y por planos: la articulación con

cada elemento dentro de cada uno de esos niveles: sindicato, dirigentes,

familia, otros trabajadores, entre otros.

En un primer momento -nivel 1- nos referiremos al proceso de articulación

interna de los peonetas entre ellos mismos, sus sindicatos, sus dirigentes y

la FENASIPEC. Es decir, “articulación sindical”, según Melucci (1999). En un

segundo momento -nivel 2- desde una perspectiva externa se describe la

articulación de los peonetas con otras organizaciones y actores sociales y

políticos (Melucci, 1999). A estos dos momentos se suma un tercero: los

procesos materiales que permiten estas articulaciones, obviando las

prácticas de movilización que las posibilitan puesto que ya se describieron

en el capítulo anterior.

En el primer nivel se mencionó que los peonetas se articulan internamente

con los compañeros de trabajo a los que ven de manera cotidiana: la

Page 222: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

222

"cuadrilla"41. Es el proceso de trabajo de los peonetas el que los separa en

estas cuadrillas de trabajadores como primera y fundamental articulación

interna de los peonetas. Un peoneta o chofer de la cuadrilla que sea

dirigente o esté politizado podrá influenciar y sumar a procesos

movilizatorios fácilmente al conjunto de ésta.

La pura articulación entre trabajadores "iguales" tiende a la reproducción

de las dinámicas del trabajo. Al respecto, es necesaria la emergencia de

sindicatos en las empresas contratistas. Este elemento sólo emerge tras

alguna diferenciación entre los mismos trabajadores: a alguien se le delegan

las tareas organizativas y asume el rol de dirigente. Este dirigente peoneta

se siente parte del mismo colectivo de trabajadores, no se aísla. El punto es

que los dirigentes son trabajadores y cumplen la mayor parte del día su rol

como trabajador, a lo que se suman tareas organizacionales propiamente

dirigenciales. En este sentido, no existe una desvinculación entre

base/dirigente en los peonetas subcontratados de Coca-Cola.

El dirigente se convierte en el principal vínculo –“articulador”- entre los

distintos sindicatos de las diversas contratistas de alguna Embotelladora. La

federación de los peonetas, la FENASIPEC como se verá después de revisar

los indicadores, es la que sedimenta dichos vínculos y los extiende a nivel

nacional, trascendiendo regiones e incluso la escisión de Coca Cola en dos

embotelladoras.

Existen dos indicadores que dan cuenta de la articulación existente entre

peonetas subcontratados de Coca-Cola de distintas empresas/contratistas:

solidaridad en la movilización -articulación entre las bases sindicales- y

existencia de sindicatos interempresas -articulación entre los dirigentes-. El

primer indicador se expresa en los apoyos de los sindicatos de

embotelladora Andina al paro de junio protagonizado principalmente por

los de la embotelladora Embonor (Diario VI Región, 11/06/2014), y en las

decisiones de algunos sindicatos de no deponer la movilización hasta que se

les dé solución a todas la regiones (La Estrella de Iquique, 14/06/2014).

Esto se relaciona al sentimiento de pertenencia a un colectivo de peonetas

expresado en la consigna "si tocan a uno nos tocan a todos" (Julio Valdés,

41

Las cuadrillas las hemos definido como un chofer y dos o tres peonetas que pasan la mayor

parte de su trabajo arriba del camión repartidor entregando los productos en todos los puntos

de su recorrido cotidiano.

Page 223: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

223

Diario VI Región, 11/06/2014). Con respecto al segundo indicador, existe

un sindicato interempresas de peonetas subcontratados de Coca-Cola en el

sur de Chile que abarca las ciudades de Temuco, Villarrica, Los Ángeles y

Osorno (Soy Temuco, 12/06/2014).

Así pues, los dirigentes de la FENASIPEC fueron quienes levantaron

principalmente el paro de junio lo que implicó un trabajo de organización

durante todo el año para así articular y preparar este paro (Dirigente 1;

Bagual, 11/06/2014). Este proceso de levantar y articular bases sindicales

en todo el país se realizó con escasa planificación y fueron las dirigencias de

la FENASIPEC quienes alinearon todo el movimiento. Sólo había una

dirección en el proceso (Federación 1).

Tras el paro, y con nuevos aprendizajes, la nueva articulación que se

pretende por parte de la federación ya no sería de mera agitación inmediata

con el objetivo de parar, sino que siempre pensando en el largo plazo con el

objetivo de crear tejidos de solidaridad permanentes. Este proceso de

politización por parte de la dirigencia de la federación es un gran avance en

madurez, según comentan sus propios dirigentes (Federación 1).

Ahora bien, existe un problema con respecto al contacto entre las

dirigencias, ya que éste es demasiado endeble y circunstancial debido a

condiciones objetivas que impiden una relación más permanente. Algunos

problemas objetivos radican en la lejanía de la RM, centro de operaciones

de la FENASIPEC, con respecto a las regiones extremas como Arica o

Iquique, además de la falta de recursos para viajar. (Dirigente 3).

En el nivel externo, la articulación con otros actores sociales y políticos

resulta fundamental para el adecuado desarrollo de los procesos de

movilización de los peonetas. La búsqueda de aliados según Cruz (2001)

forma parte de las situaciones susceptibles de ser aprovechada por los

grupos para movilizarse con éxito. En este sentido es que existe un amplio

espectro de actores sociales que tanto programática como estratégicamente

pueden apoyar las acciones colectivas de los peonetas, y así fue durante la

movilización de Junio: estudiantes, otros trabajadores, organizaciones

políticas e incluso las mismas familias de los peonetas se articularon

durante la movilización con éstos.

Los estudiantes han acompañado de manera relativamente importante a los

peonetas. A lo anterior se suma que el día en que se inició el paro de junio

Page 224: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

224

coincidió con una marcha de los estudiantes a la cual adhirieron en algunas

regiones los peonetas en paro (La Estrella de Iquique, 11/06/2014).

Un dirigente comenta la articulación con los estudiantes: “(…) en todo Chile

andamos con los estudiantes que nos han apoyado bastante y nos ha servido

un montón, (...) nos han prestado alojamiento en el norte y en el sur”

(Dirigente 1). Y otro dirigente reafirma lo anterior: “tanto acá como bueno, a

nivel nacional, los estudiantes estuvieron junto con el paro de la Coca-Cola y

la FENASIPEC” (Dirigente 3).

Pues bien, por otra parte, un primer tipo de actor sindical a tener en cuenta

por presentar articulaciones con los peonetas es el denominado

“sindicalismo tradicional”, que se podría considerar en él un carácter

“sociopolítico”. En el caso de los peonetas, en algunas regiones, el

sindicalismo tradicional ha tendido a mostrar apoyo hacia los peonetas,

desligándose de su carácter sociopolítico. La FENASIPEC, y distintos medios

de comunicación, cuentan que en Temuco y Valdivia apareció la CUT en

marchas de los peonetas, prestando apoyo y sin aparente oportunismo (Soy

Valdivia, 17/06/2014; Bagual, 11/06/2014; Federación 1). Así entonces,

con la movilización de los peonetas subcontratados de Coca-Cola tienden a

superarse, en cierta forma, los "errores" del sindicalismo tradicional de no

relacionarse con el sector de los subcontratados (Agacino, 2001).

Además de este apoyo de algunas CUT provinciales, el paro de junio fue

apoyado por diversos sindicatos de trabajadores "independientes" y por

algunas organizaciones sociales de trabajadores, como la coordinadora “NO

más AFP” (Resumen, 17/06/2014). En Arica los peonetas "(…) se juntaron

con sindicatos panificadores, en Valdivia igual se juntaron con el sindicato de

los pescadores y en Valparaíso con los portuarios” (Dirigente 3). En

Concepción los peonetas recibieron ayuda de los portuarios, prestándoles

éstos sus sedes sindicales a aquéllos (Dirigente 2; Cuaderno de campo,

27/04/2014). Finalmente existe un vínculo intermitente por parte de la

FENASIPEC "con compañeros de CCU (...) pero tampoco han sido lazos tan

estrechos, tan afiatados” (Dirigente 2).

El apoyo de organizaciones políticas, principalmente estudiantiles, ha sido

bastante importante para la movilización de los peonetas. Un dirigente

comienza contando la experiencia de su ciudad: “En Valparaíso ha habido

bastante apoyo de los parte de los libertarios, principalmente del Frente de

Estudiantes Libertarios (FEL) y de los cabros de la alternativa obrera”

Page 225: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

225

(Dirigente 2). Lo anterior se confirma en unas imágenes en las que el FEL y

la Unión Nacional Estudiantil (UNE) marchan en Valdivia y por una columna

del diario Bagual (Imagen, Soy Valdivia, 17/06/2014; Imagen, Diario

Austral, 18/06/2014; Bagual, 12/06/2014).

Por otro lado, la articulación con la familia, que se expresa en el apoyo de

ésta a las movilizaciones de los peonetas, es fundamental para éstos

(Dirigente 2). Para muchos hogares, el hombre, el peoneta, es el sustento

del hogar, por lo que una conquista en salario y condiciones de trabajo para

el peoneta es una “ganada” para toda la familia debido a los intereses

mediatos de ésta (Wright, 1993). Concretamente, el apoyo de las familias se

expresa en que: “iban a dejar los panes hueón, a la movilización, iban a

prepararle almuerzo a los viejos hueón, mientras los viejos andaban

macheteando” (Federación 1).

Asimismo, los dirigentes peonetas y la FENASIPEC muestran una constante

preocupación por tener el respaldo de la ciudadanía en sus movilizaciones.

En una cuña de un diario un dirigente de Valdivia lamenta la fecha del paro

por coincidir con el mundial de fútbol y espera que "la gente nos entienda"

(Diario Austral, 18/06/2014).

Esto se explica en que los dirigentes peonetas identifican a las personas

comunes y corrientes como sus aliados. Son los patrones, en sus diferentes

niveles, los “otros”, los que no quieren mejorar sus situaciones laborales.

Por lo mismo, es importante para los peonetas tener de su lado a la

ciudadanía y a la emergente opinión pública (Dirigente 1). Pese a lo

anterior, los medios de comunicación oficiales no mostraron apoyo y sólo

algunos canales de regiones mostraron algunos eventos del paro, aunque

“apenas mencionaban la situación” (Federación 1).

Pues bien, existen una serie de condiciones materiales que posibilitan la

articulación de los peonetas. El espacio de trabajo inmediato es el elemento

principal para la articulación primera entre peonetas: el camión y la

cuadrilla. Un camión, un chofer y dos o tres peonetas. Como se mencionó, si

uno de éstos tiene alguna relación sindical lo más probable es que toda la

cuadrilla se vea influenciada por esta situación, ya que éstas son estables

dentro del margen de inestabilidad propio de la labor del peoneta. Además

del espacio de la cuadrilla, otra condición material que posibilita la

articulación de los peonetas es el momento de las mañanas en los cuales los

peonetas se encuentran con sus choferes para comer algo y comenzar la

Page 226: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

226

jornada laboral. Por lo general, estos espacios son compartidos por más de

una cuadrilla y suelen estar en las afueras de los centros distribuidores de

Coca-Cola. Estos espacios permiten generar comunidad entre peonetas de

una misma contratista, que aunque no son muchos sí son más que una sola

cuadrilla. Por lo demás, también permiten que los dirigentes de la

FENASIPEC puedan realizar asambleas espontáneas sin necesidad de tener

previo contacto con los trabajadores (Cuaderno de Campo, 26/04/2014).

Luego, como parte de tales condiciones materiales de articulación, están las

constantes reuniones, asambleas, vínculos telefónicos y redes sociales a

través de las cuales los dirigentes pueden contactarse. La articulación

externa de los peonetas se sostiene principalmente entre contactos de los

dirigentes con los distintos actores sociales a través de llamadas, mensajes

privados y públicos de Facebook y principalmente "en las calles". Es aquí

donde se demuestra el apoyo de otros trabajadores, organizaciones

políticas y estudiantes a la FENASIPEC.

Las redes sociales, según el juicio de los dirigentes de la FENASIPEC,

cumplieron una doble función en el paro de junio: “Como les dije antes, el

Facebook jugó una mala pasada, al principio nos ayudó y después nos

perjudicó” (Federación 1). Éste permitió generar identidad en el proceso de

movilización de los peonetas: se subían fotos de las plantas bloqueadas, de

los asados de los peonetas, entre otras actividades que ya fueron

comentadas. El problema fue cuando el movimiento comenzó a ir para

abajo: "(…) cuando mandaron una carta de despido en tal zona hueón, en el

norte por ejemplo, el de Puerto Montt se cagó de miedo hueón” (Federación

1). Los problemas en una sola ciudad, a través del Facebook se

generalizaban y se exageraban más de lo que realmente eran, generando

situaciones ficticias que potenciaron el declive del paro.

Este último elemento, las redes sociales, como se señaló, tiene un

protagonismo especial a la hora de coordinar bases sindicales y también a

los dirigentes. Estas tecnologías son una herramienta nueva que recién se

está empezando a conocer por el sindicalismo por lo que se espera que los

dirigentes y trabajadores de base puedan aprender a utilizarlas

adecuadamente, de manera tal de impedir que se enajenen de su propio

control.

Page 227: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

227

4. Resoluciones Tripartitas

Las resoluciones tripartitas son un proceso de intervención laboral en el

cual los empleadores, los trabajadores asalariados y la institucionalidad

pública juegan un rol importante. Estos tres agentes dentro de los procesos

de negociaciones colectivas serán los encargados de llevar a cabo un

proceso resolutivo, donde se lleguen a acuerdos correspondientes a los

objetivos de la negociación.

Valoraciones negativas hacia las resoluciones tripartitas

De acuerdo a lo investigado y a la producción de información obtenida, se

puede establecer que tanto para los dirigentes de la federación como para

los trabajadores de base que han participado en algún proceso de

negociación colectiva -sea el caso puntual de la negociación de Julio o de

algún otro proceso de negociación-, estos procesos de resolución tripartitos

no son verdaderamente fructíferos.

Estas perspectivas negativas de los procedimientos resolutivos tripartitos

van acompañadas de una sensación de impotencia, pues si bien estas

instancias existen, es muy complicado llegar a ellas. Y, una vez que se logra

acceder a ellas, resoluciones de carácter pro-trabajadores son muy

complicadas de conseguir. Eso se puede explicar por las múltiples trabas

legales e institucionales que acompañan el proceso de movilización. En

palabras de López (2009: 47) “(…) no existen dispositivos legales que

promuevan la negociación colectiva en las empresas más pequeñas. Al

impedir la ley la posibilidad de que sindicatos interempresa puedan ser

contraparte negociadora de las empresas en las que se emplean sus

afiliados, salvo que sean las propias empresas involucradas las que acepten

expresamente negociar con uno de esos sindicatos, en la práctica se

dificulta severamente la negociación colectiva a la mayoría del empleo

asalariado, que precisamente se ocupa en empresas de menor tamaño”.

El Estado, cómplice de los empresarios

En cuanto al actor político del Estado y su rol dentro del proceso de

negociación se puede establecer, según la información producida, que la

percepción de los miembros de la federación, tanto trabajadores como

dirigentes sindicales, radica en que este agente sería un mero colaborador

Page 228: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

228

de los empresarios. Es decir, plantean que el Estado junto a sus diferentes

instituciones encargadas de fiscalizar y dirimir en los procesos de

negociaciones, como el caso de las Secretarías Regionales del Ministerio del

Trabajo (SEREMIS), la Dirección del Trabajo (DT) o la Inspección del

Trabajo (IT) se encuentran confabuladas con las empresas contratistas y

con las embotelladoras, reproduciendo los intereses de esta última y

manteniendo las desigualdades y la dominación que los empresarios

ejercen sobre los trabajadores. Este punto se puede conceptualizar

teóricamente según la perspectiva de Althusser (1988: 8) quien comprende

al Estado como una “máquina” de represión que permite a las clases

dominantes asegurar su posición sobre la clase obrera para explotarla. Esta

conceptualización y visión antagónica se puede apreciar en la siguiente cita

extraída en una entrevista a un dirigente sindical:

“(…) siempre hubo ese complot entre ellos, entonces no tenís como

ganarle a 2 personas, menos a un ente de gobierno que es mucho más

grande que nosotros, y que no hay por dónde tocarlo. Entonces, si el

empresario se sentía apoyado por ellos, imposible ganarles”

(Dirigente 2).

El argumento planteado anteriormente es muy importante para poder

entender ciertas características del “nuevo sindicalismo”. Para Agacino

(2001: 31) “(…) frente las condiciones actuales de fragmentación sindical es

posible pensar y contribuir a la constitución subjetiva de los trabajadores,

al surgimiento de una conciencia de clase sin ayuda del Estado, cuestión que

se le dificulta al sindicalismo clásico”. En otras palabras, se trata de

contribuir a lo que los propios dirigentes señalan como el potenciamiento

del “carácter autónomo de su movimiento” (Federación 1).

La violencia simbólica dentro de la negociación

Un último aspecto importante que cabe destacar con respecto a las

negociaciones que la federación tiene con las instituciones del gobierno, es

el enfrentamiento directo que los dirigentes tienen hacia los distintos

representantes de estas instituciones. Éstos son encarados de forma

violenta, lo que en términos simbólicos implica “todo poder que logra

imponer significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las

relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza” (Bourdieu, 2001: 4).

Es así como dirigentes de la FENASIPEC señalaban:

Page 229: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

229

“(…) nosotros una vez que llegamos a Santiago nos fuimos de cabeza

contra el ministerio, contra la Dirección Nacional y les re-encaramos,

le enrostramos que este movimiento lo bajaron ellos” (Federación 1).

De acuerdo a esto, los dirigentes de la federación utilizan esta forma de

actuar hacia las distintas autoridades para poder amedrentar a los

representantes de las distintas instituciones del gobierno y dejar en claro

que ellos no les tienen miedo, sino que todo lo contrario, son capaces de

decirle las cosas por su nombre de una forma directa y violenta. Y, según lo

observado durante la investigación, estas prácticas efectivamente les

permitió posicionar muchas de sus demandas, especialmente en las

negociaciones con la Superintendencia de Seguridad Social (Cuaderno de

Campo, 09/09/2014).

Negociaciones con los contratistas y las embotelladoras

De acuerdo a la información producida en el transcurso de la investigación,

se puede apreciar que durante el proceso de movilización y de negociación

colectiva, los entrevistados advierten que existieron instancias de

reuniones con los distintos empresarios contratistas, no así con las

dirigencias de la embotelladora Embonor. Este último actor estuvo ausente

en todas las instancias de negociación, sólo enviaba recados e información

de manera indirecta. De esta manera, los gerentes de la embotelladora

Embonor ejercían influencia en los propios contratistas para impedir todo

avance en la negociación colectiva. Por lo mismo, si bien los contratistas se

reunían con los dirigentes sindicales y de la federación, sus posturas eran

tajantes y no intentaban llegar a un diálogo para poder solucionar los

problemas. Al fin y al cabo eran meras marionetas de las grandes empresas.

En palabras de un dirigente:

“Sin embargo la empresa, propiamente tal, por la que nosotros

trabajamos, propiedades Chávez, ellos si nos citaban a nosotros para

que desistiéramos de lo que estábamos haciendo, que Embonor nos

terminaría cancelando todo” (Dirigente 3).

Por último, se deben destacar las distintas prácticas abusivas y sus

correspondientes métodos desarticuladores que tanto los empresarios

contratistas como la embotelladora ejercían sobre los trabajadores

involucrados en el proceso de movilización. Para los entrevistados, estos

métodos jugaron un factor decisivo en los desalentadores resultados de

esta negociación. Amenazas, mentiras, falsas expectativas y reuniones que

Page 230: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

230

nunca se llevaron a cabo fueron algunas de las estrategias empresariales

para poder desarticular el movimiento sindical. Esto sería un tema

fundamental para entender no solo este proceso particular de movilización,

sino todos los procesos de negociaciones sindicales:

“Lo que pasa es que gente fue presionada por los empresarios,

despidieron unos pocos, porque ellos sabían que despidiendo gente

los trabajadores se iban a poner nerviosos, preocupándose por su

gente, entonces, lo que ellos andaban buscando era el temor, el temor

en la gente. El famoso temor que a todo el mundo. Si a mí también me

pasó en su momento cuando nosotros empezamos a negociar.

Imagínate que yo lo sentí como dirigente, imagínate alguien que no

es dirigente” (Dirigente 1).

CONCLUSIONES:

A partir de la experiencia durante el año 2014 del equipo de investigación

junto a los peonetas agrupados en torno a la FENASIPEC se pudieron

elaborar distintas dimensiones centrales para esta investigación que

permiten comprender la acción sindical como proceso coherente. Así pues,

la acción colectiva, como noción central a la hora de comprender la

dinámica de movilización de los peonetas, comprendió como proceso la

canalización de las trayectorias laborales de los peonetas en una identidad

común que permitió, luego, dar coherencia a determinadas prácticas de

movilización que buscaban avanzar en las conquistas de la federación y

articularse tanto internamente como con otros actores sociales. En el fondo,

este es el proceso que prepara los momentos finales, en los que se entra a

negociar mediante los mecanismos de resolución bipartitas y tripartitas -

entre autoridades del gobierno, patrones de la embotelladora, y dirigentes

de la FENASIPEC-.

A partir de lo anterior, se debe en primer lugar mencionar que, durante el

año 2014, el equipo de investigación tuvo la oportunidad de adentrarse en

las relaciones personales que subyacen a la federación. Así pues, en el

primer acercamiento, los peonetas contaron de sus vidas y trayectorias

laborales, y sobre qué los había llevado a organizarse en torno a la

federación. De esta manera, se considera que en el proceso de politización

de los trabajadores los lazos de confianza, afectivos y de solidaridad son

Page 231: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

231

claves pues permiten comprender los móviles de la militancia sindical. En

este sentido, por lo general, los procesos de movilización colectiva de los

peonetas están organizados en torno a la confianza y a la cercanía, tanto

entre dirigentes y bases sindicales como la relación entre sindicatos que

conforman la federación y el vínculo entre la federación y otros actores

sociales.

Desde estas trayectorias laborales se va generando una identidad común

que permite que los peonetas desplieguen creatividad en las acciones

concretas de sus prácticas de movilización. Esto, al fin y al cabo, apunta a

generar eficientes mecanismos de presión contra la embotelladora

Embonor para que ésta se vea forzada a negociar. Ahora, pese a que

finalmente Embonor no se involucró en una negociación coherente a nivel

nacional, la riqueza de las prácticas de movilización de los peonetas marcó

un precedente para el futuro de la federación. Así pues, la acción directa se

consolidó como el motor y sello de estas acciones, portando consigo, a

diferencia de los actos meramente delictuales, una violencia contra

hegemónica portadora de un discurso que busca consolidarse como

legítimo y justo: sueldo por oficio y fin al subcontrato.

Este repertorio de acciones directas está excluido de los canales

institucionales de resolución de conflictos en la medida en que los peonetas

no pueden negociar colectivamente como sindicato interempresas a menos

que lo disponga así el patrón. Así es como la FENASIPEC, para avanzar en

sus conquistas, se moviliza a través de marchas, ocupaciones de plantas de

Coca Cola, cortes de calle y barricadas, obstrucción de salida de camiones y

recuperación de los mismos, y actividades de difusión y agitación de sus

principales demandas ante la ciudadanía y los diversos actores sociales.

Luego, la articulación es un elemento central para poder desplegar

prácticas de acción colectiva, y estas mismas prácticas, junto a elementos

socio-subjetivos, y condiciones materiales, posibilitan la articulación social

de los peonetas en sus distintos niveles y planos. Así es como los peonetas

despliegan distintas articulaciones que construyen entre ellos mismos, con

sus dirigentes, sus sindicatos y como FENASIPEC. En otro nivel está la

articulación que los peonetas intentan establecer con otros actores sociales

y políticos, como estudiantes, trabajadores, organizaciones políticas y sus

propias familias. En este punto también es relevante considerar la

Page 232: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

232

constante preocupación de los peonetas de “hablarle a la sociedad” y

tenerla como aliada al momento de pelear por sus demandas.

Por último, cabe referirse a los mecanismos de resolución tripartitos. Sin

bien éstos serían un eje principal como mecanismo resolutivo para

cualquier tipo de negociación colectiva, ya que las distintas partes

involucradas confluirían en un diálogo constante para resolver las

problemáticas derivadas de una demanda colectiva, para los dirigentes de la

federación, como para los distintos trabajadores afiliados a esta orgánica,

tales mecanismos serían estériles a la hora de llegar a acuerdos que puedan

satisfacer sus necesidades. Esto, pues perciben en este tipo de mecanismos

sólo impedimentos para poder llegar a soluciones concretas, ya sea por

parte de las distintas instituciones del gobierno como por los distintos

empresarios y directivos de las embotelladoras. De acuerdo a esto, se

percibe un marcado antagonismo hacia estos dos agentes enfatizando en su

complicidad en pos de mantener los intereses del empresariado.

Pues bien, entendiendo que hoy en día tan sólo un 15% de los trabajadores

en Chile se encuentra sindicalizado, y sólo un 9% de esos trabajadores

ejerce su derecho a la negociación colectiva (Fundación Sol, 2014),

comprender la realidad sindical de los trabajadores peonetas permite

acercarse a las dinámicas sindicales en nuestra región, entendiendo la

adversidad de facto e institucional que conlleva para los trabajadores

subcontratados organizarse colectivamente; esto, particularmente para el

caso de los peonetas que ocupan posiciones precarias en la estructura

laboral chilena.

De acuerdo a esto, el proceso de movilización investigado rompería con

todo sentido común: los trabajadores que a primera vista se observan

atomizados entre sí y con bajas proyecciones sindicales producto de la

inestabilidad de sus empleos, se estarían agrupando y organizando en torno

a la FENASIPEC para llevar adelante un proceso de movilización nacional

articulado. Así pues, más allá de los problemas de articulación y

comunicación interna que efectivamente tuvieron, lo relevante es que esta

movilización nacional marcó precedente en la breve historia de lucha de los

trabajadores subcontratados que se viene gestando en la última década.

Desde esta perspectiva, comprender las dinámicas de los repertorios de

acción de los peonetas a lo largo del proceso de movilización nacional

efectuado durante el mes de junio ha permitido observar de lleno el nuevo

Page 233: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

233

tipo de sindicalismo que tanto remarca la sociología del trabajo. De ahí se

pueden concebir los nuevos tipos de repertorios de acción y las nuevas

formas de organización entendidas como sindicalismo flexible. En este

sentido, el tipo de sindicalismo estudiado rompería con las nociones del

sindicalismo corporativo tradicional basado principalmente en demandas

distributivas; por el contrario, este caso puntual de sindicalismo tendría

connotaciones políticas y clasistas en la medida en que su fin último es el

terminar con el subcontrato e igualar las condiciones laborales de los

trabajadores agrupados en torno a mismo oficio. Por lo demás, sus

dinámicas de movilización y formas de negociación confrontacionales

desbordan la lógica de operación del mencionado sindicalismo sociopolítico

que está vinculado a los viejos partidos políticos y a la política de consensos

característica de la transición a la democracia y de gran parte de los años

noventa y dos mil.

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Estabilidad laboral de trabajadores independientes del sector informal.

El caso de un grupo de trabajadoras cuentapropistas del sector de Achupallas en la región de Valparaíso, Chile.

Trinidad Vega G.

Estudiante de sociología de la Universidad de Chile

Correo de contacto: [email protected]

Resumen:

El trabajo presentado es resultado de una investigación que buscó analizar

cómo afecta la inestabilidad laboral asociada al trabajo independiente

informal en la subjetividad de las trabajadoras cuentapropistas del sector

de Achupallas en la región de Valparaíso. Se abarcan las distintas

dimensiones de la subjetividad en las cuales tiene efectos esta inestabilidad,

y cómo se manifiestan estos efectos, contrastando la realidad observada con

el discurso de las trabajadoras.

Palabras Clave

Trabajo independiente por cuenta propia, Informalidad, Estabilidad laboral,

Subjetividad del trabajador.

Page 239: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

239

I. Presentación

La siguiente propuesta de investigación se enmarca en la sociología del

trabajo, bajo el entendido de que el trabajo representa un eje central en la

estructuración de las sociedades modernas, y por tanto es fundamental en

la vida de las personas y las comunidades. El interés de realizar esta

investigación, por tanto, surge a partir de la idea de que el trabajo es uno de

los ámbitos donde se producen algunos de los procesos de interacción más

importantes de la sociedad moderna, y que, por tanto, es uno de los

principales factores que influyen en la configuración de la subjetividad de

las personas y grupos sociales, y por consiguiente en su satisfacción con la

vida.

Además, el trabajo es uno de los fenómenos más significativos desde los que

se puede estudiar la desigualdad en la sociedad, lo que se debe en gran

parte a la condición de reproductor de la desigualdad que éste posee. Según

lo anterior, la motivación fundamental del estudio emerge del intento por

conocer y comprender más a fondo la dinámica que se da en el ámbito del

trabajo, pensando en que sólo mediante el conocimiento de estos

fenómenos, y de cómo éstos impactan en los sujetos sociales, es posible

implementar planes de desarrollo o políticas públicas en la materia, que

contribuyan a generar procesos de transformación y de avance hacia una

sociedad con condiciones más igualitarias y justas para todos.

Es claro, sin embargo, que el mundo del trabajo es un universo

extremadamente amplio, lo cual si bien permite que haya mucha

investigación e información sobre la materia, también hace que queden

muchos fenómenos en los cuales aún no se ha indagado lo suficiente, sobre

todo en aquellas formas de trabajo que por sus mismas características

dificultan el estudio o el conocimiento de sus dinámicas. Dentro de estas

últimas, se encuentran los trabajadores independientes, que en Chile, si

bien han ido decreciendo, aun representan un importante porcentaje de los

trabajadores: según los datos de la encuesta CASEN, al año 2011

correspondían a un 22,6% de la fuerza laboral (Ministerio de Desarrollo

Social, s/f). Dentro de los trabajadores independientes, donde se

encuentran diversas sub-categorías laborales, están quienes pertenecen al

sector informal y se desenvuelven como trabajadores por cuenta propia,

que probablemente se encuentran dentro del grupo de trabajadores más

desprotegidos. Cabe mencionar que muchas veces estos trabajadores optan

por este modo de trabajo no por un tema de inclinación deliberada hacia

Page 240: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

240

este tipo de actividades, sino más bien porque encuentran en el

emprendimiento individual el único modo para sacar adelante a sus

familias, en un contexto de competencia laboral muy fuerte que dificulta la

inserción de los sectores más desfavorecidos en el mercado de trabajo. El

resultado es, entonces, una masa de trabajadores que desempeñan sus

funciones en un contexto de desprotección y vulnerabilidad, y que muchas

veces ni siquiera es posible conocer su situación laboral, por el aislamiento

en el que trabajan. Por ejemplo, la Encuesta Laboral que realiza el

Departamento de Estudios de la Dirección del Trabajo, y que se considera

“la principal y más completa encuesta sobre condiciones de trabajo y

relaciones laborales que es realizada en Chile” (Dirección del Trabajo, s/f),

sólo involucra como población objetivo las empresas formales de 5 o más

trabajadores, por lo que todos los trabajadores independientes – y no sólo

los del sector informal -, quedarían fuera de esta información.

Ahora bien, para el estudio de esta temática, se buscará definir e incorporar

diversas variables que influyan en la configuración del trabajo

independiente, y por lo tanto en la del trabajador mismo. De este modo,

además de las estadísticas asociadas a este tipo de trabajo –que son

absolutamente relevantes en cuanto al carácter descriptivo y a su utilidad

como datos primarios que sirven posteriormente para realizar análisis más

profundos-, se abordará el problema desde un punto de vista sociológico,

que implica estudiar el fenómeno no como una descripción del tipo de

trabajo, sino más bien a un análisis de cómo las distintas variables laborales

(salarios, jornadas laborales, seguridad laboral, tiempos libres, etc.) que

operan con una especificidad propia en el trabajo independiente, impactan

en quien lo realiza. Se buscará entonces analizar la interacción de las

distintas variables implicadas, así como también comprender los

fenómenos a los que da lugar esta interacción de variables.

Sin duda, las dimensiones desde las que se puede abordar el fenómeno del

trabajo son múltiples y diversas. Dentro de ellas, una que cobra sentido en

el marco de esta investigación, es la dimensión referida a la estabilidad

laboral, por la especificidad que cobra en el trabajo independiente e

informal. Como se mencionó anteriormente, a diferencia del trabajo

regulado por contrato, éste no tiene una normativa legal que lo sustente, lo

cual conlleva que en muchos casos sea difícil el acceso a seguridad social,

que casi no exista la posibilidad de sindicalizarse, que no se cuente con

ingresos estables, etc.

Page 241: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

241

Si bien, como se dijo anteriormente, tanto el trabajo independiente como el

informal albergan múltiples y diversos tipos de actividades laborales, con

características muy heterogéneas unas de otras, en esta investigación se

acotará la población a un grupo de trabajadoras independientes

cuentapropistas de la población de Achupallas, ubicada en el sector de la

Villa Independencia de Viña del Mar, en la V región, que realizan

emprendimientos en distintos rubros, como repostería, moda, entre otros.

Esta decisión surge tanto por efectos prácticos de tiempo y recursos, como

también por cuestiones de orden metodológico, como la posibilidad de

acceder a ciertos sectores.

Según lo anterior, la pregunta de investigación se plantea en los siguientes

términos: ¿cómo afecta la estabilidad o inestabilidad laboral asociada

al trabajo independiente informal en la subjetividad de las

trabajadoras cuentapropistas del sector de Achupallas en la V región?

Finalmente, como se señaló al inicio, la motivación y el objetivo principal de

realizar esta investigación es la generación de información que pueda ser

considerada como insumo para discusiones de creación de políticas

públicas, sociales, etc., por lo cual se espera que la generación de

información en un tema como este no se enmarque exclusivamente dentro

de los márgenes que involucran a la población específica a investigar, sino

que pueda servir como ejemplo de los fenómenos que hoy en día se están

dando en materia de condiciones laborales de los trabajadores

independientes del sector informal en Chile. Por lo tanto, se espera que

sirva como motivación para seguir estudiando las formas específicas y

atípicas de trabajo en el país, sobre todo aquellas que presentan mayores

niveles de vulnerabilidad e inestabilidad para los trabajadores.

Objetivos

Objetivo general

Analizar cómo afecta la estabilidad o inestabilidad laboral asociada

al trabajo independiente informal en la subjetividad de las

trabajadoras cuentapropistas del sector de Achupallas en la región

de Valparaíso

Objetivos específicos

Page 242: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

242

Caracterizar las condiciones laborales de las trabajadoras

cuentapropistas del sector de Achupallas en la región de Valparaíso

Determinar si las condiciones laborales de las trabajadoras

cuentapropistas del sector de Achupallas en la región de

Valparaíso, corresponden a una situación de estabilidad o

inestabilidad laboral

Conocer los elementos que constituyen la subjetividad de las

trabajadoras cuentapropistas del sector de Achupallas en la región

de Valparaíso, en relación a las dimensiones psicológica, emocional

y biográfica

Establecer relaciones entre la situación estructural del empleo y la

subjetividad de las trabajadoras cuentapropistas del sector de

Achupallas en la región de Valparaíso

II. Marco teórico

A continuación se presenta el abordaje de los conceptos centrales que

permiten desarrollar el tema propuesto. En primer lugar, se abordarán los

elementos relativos al trabajo mismo, que podrían entenderse en el plano

de la estructura, a saber, el concepto de empleo independiente, el concepto

de empleo informal, y el concepto de trabajadores por cuenta propia. Luego,

para abordar la relación entre la situación estructural del trabajo y el

trabajador que lo realiza, se presenta la discusión entre estructura y

agencia. Finalmente, se abordarán los elementos asociados al trabajador

mismo, los que podrían entenderse en el plano de la agencia, que

corresponden a la conceptualización del tipo de sujeto social, de la

subjetividad del trabajador, y el concepto de estabilidad laboral.

Empleo Independiente

Como primer eje de la investigación, es necesario abordar la

conceptualización del empleo independiente. Para ello, se tomará como

base la conceptualización realizada por Thelma Gálvez (2001), quien define

a los trabajadores independientes como quienes no venden su trabajo a

otros y poseen algún elemento que les permite trabajar por su cuenta, por

un lado, o como aquellos que han sido excluidos de la posibilidad de

trabajar como asalariados y deben resolver su situación en mercados

marginales, por otro. Así, entonces, se obtiene una doble situación, en que

un trabajador puede optar por la independencia y trabajar por su cuenta, o

bien en que se vea obligado a ésta por no encontrar otro espacio de trabajo.

Page 243: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

243

Si bien puede existir un origen distinto, en ambos casos la actividad se

realiza de forma autónoma, y fuera del marco del Derecho del Trabajo.

Acuña y Pérez (2005), por su parte, agregan que, si bien el límite entre el

trabajo dependiente e independiente se ha ido haciendo cada vez más

difuso, el carácter de independiente responde a que son trabajadores que

“asumen riesgos propios del trabajador por cuenta propia como el rechazo

del producto o servicio, la continuidad de ingresos según su emprendimiento o

la ausencia de contrato laboral”. La definición de estos autores se adecúa a

las dos situaciones mencionadas, ya que, optando o no optando por la

independencia, se asumen riesgos que no asume el trabajador asalariado

dependiente. Sin embargo, si bien la posibilidad del trabajo independiente

puede ser o no una opción, lo que sí es una opción para todo trabajador

independiente es el garantizarse condiciones de seguridad laboral en

cuanto a salud y previsión. Al respecto, Acuña y Pérez (2005) expresan que

“los trabajadores independientes en Chile sólo tienen acceso a los sistemas de

protección social institucionales o privados a través de la cotización

previsional y de salud voluntaria”.

Sin embargo, a esta caracterización general es difícil encontrarle un

correlato empírico, debido a que los trabajadores independientes

corresponden a un heterogéneo grupo que va desde los patrones de

grandes, medianas y pequeñas empresas, hasta trabajadores por cuenta

propia que trabajan en algún micro negocio o trabajadores auxiliares de

negocios familiares. De hecho, la Organización Internacional del Trabajo

(OIT) define en su Clasificación Internacional de la Situación en el Empleo

(CISE), distintos grupos que se consideran dentro de lo que es trabajo

independiente: a) Empleadores, b) Trabajadores por cuenta propia, c)

Miembros de cooperativas de productores, y d) Trabajadores familiares

auxiliares. De este modo, se obtiene un macro-grupo que no puede

considerarse un grupo propiamente tal, porque tanto los tipos de trabajo

que realizan, como las condiciones en las que lo hacen, son muy disímiles.

Existen sectores que cotizan voluntariamente y otros que no, sectores que

emplean trabajadores –en distintas magnitudes- y otros que trabajan en

base a individualidades, sectores que se desenvuelven en el sector informal

y otros integran la cadena productiva capitalista –e incluso algunos en los

lugares más altos de ésta-, sectores con ingresos estables, altos niveles de

producción asociados, y estabilidad laboral, como también sectores con

ingresos inciertos, bajos niveles de producción y una enorme inestabilidad

laboral.

Page 244: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

244

Dentro de este macro-grupo, quizás los sectores más desprotegidos son

aquellos que se desenvuelven en el sector informal, ya que, además de no

poseer un contrato de trabajo -es decir, no poseer ni acceso a la seguridad y

protección social, ni obligación de cotizar, ni una serie de regulaciones

laborales que se traducen en protección y bienestar para el trabajador-,

pertenecen a un sector que se caracteriza por su inestabilidad, baja

producción y salarios inciertos.

Empleo Informal

Para abordar el concepto de informalidad, cabe introducir lo que plantea De

la Garza (2011), dentro de su análisis sobre el “trabajo no clásico”, donde

expresa que en América Latina se blandió el concepto de informalidad para

dar cuenta de procesos en los que no estaba claro el límite entre lo

tradicional y lo moderno, y que surgió como categoría de clasificación –

entre otras- de un cuestionamiento hacia las categorías clásicas de análisis

del mundo laboral. Por tanto, en primer lugar, es necesario considerar la

informalidad como un fenómeno que se produce con el surgimiento de las

nuevas dinámicas de empleo en un contexto moderno. En un nivel más

específico, según Tokman (1995), son tres las vertientes conceptuales que

abordan la informalidad: la primera, cuyo principal referente es el

Programa Regional del Empleo para América Latina y El Caribe, considera

la informalidad como consecuencia del excedente de fuerza de trabajo que

no se pudo incorporar a los procesos modernizantes. Mediante un enfoque

histórico estructural, se considera que este fenómeno se dio sobre todo en

América Latina, donde la población crecía a niveles mayores que la

capacidad que tenía el modelo de desarrollo de absorverla, y que por ello

hubo una masa que quedó relegada a una situación marginal de

subsistencia. La falta de capital, la baja calificación, entre otros factores,

inciden en la baja productividad que caracteriza a este sector, así como

también en los bajos salarios y la concentración de la pobreza. La segunda

vertiente, que tiene como principales referentes a Portes y Castells, vincula

al sector informal con la flexibilización y desconcentración característica de

las transformaciones del modo de producción mundial. Si bien en las

economías desarrolladas de Occidente se da un proceso de

desconcentración que produce informalidad, ésta no se diferencia del

empleo formal en términos de producción, tecnología, o dinamismo de los

mercados; en cambio, en América Latina, el fenómeno se manifiesta con

bajos niveles de dinamismo, de capital y de producción. La informalidad,

Page 245: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

245

por tanto, se define no por su relación con el modelo de desarrollo o sus

niveles de producción, sino por el contexto estructural en el que se

desarrolla. Finalmente, una tercera vertiente, postula que la informalidad

corresponde a aquellas actividades que se realizan fuera del marco

institucional, y que por lo tanto sus principales causas son las regulaciones

y los procedimientos legales y gubernamentales; se asocia a la noción de

ilegalidad. Si bien estas tres vertientes tienen elementos comunes y

complementarios, para efectos de esta investigación se tendrá en

consideración la segunda vertiente, denominada por Tokman como la “de la

modernización con explotación”.

Como complemento de esta conceptualización de trabajo informal, resulta

pertinente abordar el problema del modo de producción en el que se

insertan estos trabajadores. No es lo mismo hablar de una economía

informal extra capitalista que una situación de encadenamiento productivo,

ya que, si bien ambos marcos son fuente de trabajo informal, éste se

desarrolla en distintas condiciones y con características disímiles. Al

respecto, Portes y Hoffman (2003), señalan que la economía periférica de

Latinoamérica implica una mezcla de modos de producción: uno moderno

propiamente capitalista, y una “economía de subsistencia”. Es en esta última

se desarrollan aquellas actividades económicas de marginalidad y

subsistencia que se denominan como informales, con relaciones inciertas e

inseguras en cuanto a su reglamentación y su inserción en el mercado.

Según la matriz de estructura de clases presentada por los autores, el

“Proletariado informal” (“Obreros asalariados sin contrato, vendedores

ambulantes y familiares no remunerados, [con] salarios no reglamentados,

utilidades irregulares compensación no monetaria”), corresponden al 45,9%

de la fuerza de trabajo en Latinoamérica, con lo que “los trabajadores

informales constituyen la clase más grande en todos los países”. Todos los

atributos que utilizan los autores para clasificar los grupos, el proletariado

informal no los posee: 1) Control del capital y de los medios de producción,

2) Control de una fuerza trabajadora impersonal, organizada

burocráticamente, 3) Control de calificaciones escasas y altamente

valoradas, 4) Control de calificaciones subsidiarias, técnicoadministrativas,

4) Con cobertura y reglamentación legal.

Por tanto, es necesario considerar este problema de cómo se inserta el

capitalismo en la región latinoamericana, y específicamente en Chile, y con

ello cuál es su capacidad de integración de la fuerza de trabajo. En el caso

Page 246: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

246

del trabajo independiente del sector informal, estaríamos hablando de un

tipo de actividad que no logra insertarse en los espacios de productividad

vinculados a las relaciones y producción del mercado capitalista, y que,

como plantea la “modernización con explotación” que describe Tokman, se

forma al alero de los procesos de flexibilización y desconcentración que

sucedieron a las transformaciones del capitalismo moderno.

Respecto a la relación entre trabajo independiente e informal, es relevante

mencionar que, según la OIT, “La evidencia empírica muestra la existencia de

una estrecha relación entre la informalidad laboral y el empleo independiente

ya que una porción importante de la informalidad se concentra en este tipo de

ocupación, especialmente en el caso de los cuentapropistas” (OIT, 2013). El

caso específico de trabajador independiente del sector informal que se

analizará en este estudio, es precisamente el que menciona la OIT, que

corresponde a los trabajadores por cuenta propia.

Trabajadores por cuenta propia

Respecto a los trabajadores por cuenta propia, la misma OIT, a través de la

CISE, los define como “aquellos trabajadores que, trabajando por su cuenta o

con uno o más socios (…), tienen el tipo de empleo definido como «empleo

independiente» (…) y no han contratado a ningún «empleado» de manera

continua para que trabaje para ellos durante el período de referencia. Cabe

notar que durante el período de referencia los miembros de este grupo

pueden haber contratado «empleados», siempre y cuando lo hagan de manera

no continua. (Los socios no son necesariamente miembros de la misma familia

u hogar)” (OIT, 2001). Si bien esta definición de la OIT tiene una

importancia fundamental en términos estadísticos para clasificar a la

población, como también en cuanto a su utilización como base para los

distintos estudios, y por tanto su comparabilidad internacional, se abordará

este tipo de trabajador desde una perspectiva más teórica que permita

caracterizarlos.

Así, en primer lugar, Portes y Hoffman (2003) definen a estos trabajadores

denominados “cuentapropistas” como “vendedores y otro personal de escasa

capacitación, obligados a sobrevivir mediante formas empresariales menos

remunerativas”. Para los autores, este tipo de trabajador emana

directamente de las transformaciones sociales de los años ‘90, donde la

importante ola de desempleos obligó a aquellos que quedaron excluidos del

modelo de producción a realizar trabajos de subsistencia, desprotegidos, no

Page 247: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

247

reglamentados, etc. Si bien éstas en los ’60 eran denominadas como

actividades “marginales”, luego se demostró que sí formaban parte de la

producción capitalista. Acuña y Pérez, por su parte, plantean que el

autoempleo es la actividad mediante la que “las personas a través de

recursos propios o prestados y/o de sus capacidades, conocimientos o

habilidades prestan servicios o venden bienes a personas naturales o

empresas sin que empleen en ello a otras personas de forma continua” (Acuña

& Pérez, 2005). Agregan, de este modo, un elemento adicional que guarda

relación con el tema de los recursos, capacidades, conocimientos y/o

habilidades de las que debe disponer el cuentapropista para realizar su

actividad laboral.

Subjetividad del trabajador

Se indagará en la subjetividad del trabajador independiente del sector

informal, considerando tres dimensiones específicas para el análisis, que si

bien están en estrecha relación y tienen algunos elementos comunes entre

ellas, se han distinguido para fines analíticos.

En primer lugar, una dimensión psicológica, que tiene que ver con todos

aquellos elementos que influyen en los sistemas psíquico y anímico del

trabajador en su dinámica diaria de trabajo, con las posibles patologías

psicológicas –y en algunos casos la canalización de éstas en patologías

físicas- que pueden padecer los trabajadores por la presión a la que se ven

sometidos. También involucra el elemento de la incertidumbre a la que

están expuestos diariamente por su tipo de trabajo, por las diversas causas

que ya se han desarrollado anteriormente.

En segundo lugar, una dimensión emocional, que implica las relaciones

afectivas de los trabajadores, en la relación con sus pares –familia, amigos,

etc.-, así como también en la identidad social que se conforma en base a esta

forma de trabajo. Aquí también entra la socialización a la que están

expuestos los trabajadores en su vida diaria, en relación al uso del tiempo

que pueden dedicar a sus actividades personales y sociales fuera del tiempo

de trabajo.

Finalmente, una dimensión biográfica, que tiene relación con la satisfacción

o insatisfacción del trabajador con los diversos elementos de la dinámica

laboral en la que se inserta, así como también con las expectativas de vida

que cumple o no este tipo de actividad, lo que tiene que ver a su vez con las

Page 248: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

248

motivaciones de los trabajadores de entrar en este mundo del trabajo

independiente. El fundamento de esta dimensión es el fenómeno de cómo

este tipo de trabajo, va configurando la identidad propia del trabajador, y en

base a eso cómo éste se autodefine en función de su inserción en el mercado

y en la estructura productiva. Tiene que ver también con las experiencias y

proyecciones de vida, y cómo el trabajo logra o no realizarlas.

Estabilidad laboral

Finalmente, un último elemento a conceptualizar, es la estabilidad laboral,

en función de analizar cómo influyen los elementos asociados al trabajo

independiente del sector informal en la subjetividad de los trabajadores.

Las dimensiones que abarcará el concepto de estabilidad laboral, se

extrajeron en base tanto al análisis de Acuña y Pérez (2005) sobre las

trayectorias laborales, como al análisis de Arellano y Sanhueza (s.f) sobre la

experiencia de precariedad laboral en trabajadores subcontratados. Así, se

entenderá por estabilidad laboral la forma específica que toman en este tipo

de trabajo los elementos asociados a:

a) Condiciones salariales, en lo que refiere al nivel de remuneraciones y a

la variabilidad de los ingresos percibidos cada mes

b) Jornadas de trabajo, respecto de la cantidad de horas que trabajan y si

existe una jornada laboral en la que esté claro cuáles son los tiempos a

destinar al trabajo y cuáles no.

c) Nivel de riesgo de la actividad, asociados sobre todo a la variabilidad

de la demanda, a la responsabilidad de la toma autónoma de

decisiones, a los factores internos y externos que influyen en la

actividad, a la competencia asociada al rubro, y básicamente a lo que

en otro contexto son decisiones asumidas por los empleadores (Acuña

& Pérez, 2005)

d) Relaciones laborales, que en este caso, al no contar con empleador ni

empleados ni compañeros de trabajo, se remitirá a las relaciones con

los clientes y otros actores asociados al proceso de trabajo

(proveedores, etc)

e) Derechos laborales que los puedan proteger en su condición de

trabajadores, considerando que se encuentran al margen de la

legislación laboral vigente

f) Sistema de salud, en lo que respecta a las condiciones de

seguridad/inseguridad y protección/desprotección que tienen en el

Page 249: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

249

trabajo frente a posibles accidentes o imprevistos laborales, al no tener

un responsable directo que se haga cargo de tales situaciones

g) Sistema de previsión social, relacionado con el pago o no de sus

imposiciones, y si se realiza qué grado de regularidad tiene,

considerando que no existe una legislación que los obligue a hacerlo

sino que se rigen por cotización voluntaria.

III. Marco Metodológico

Tipo de estudio

Como fue desarrollado anteriormente, el estudio de los grupos que

componen los sectores independientes no ha sido ampliamente

desarrollado en sociología. Si bien existen algunos estudios sobre casos

particulares vinculados a trayectorias laborales (Acuña & Pérez, 2005),

trabajo a domicilio (Cárdenas, s.f) (Henríquez, Riquelme, Gálvez, & Selamé,

2001), entre otros, en general no abordan el problema de los trabajadores

por cuenta propia. Por otro lado, los estudios que existen sobre este tipo de

trabajadores, generalmente están orientados hacia la comprensión del

fenómeno del emprendimiento (Cea, Contreras, Martínez , & Puentes, 2009)

(González, 2012). De esta forma, la presente investigación se perfila como

un estudio exploratorio, que busca generar información nueva sobre las

características de los trabajadores por cuenta propia del sector informal, y

que por tanto busca ser un aporte para la investigación de este sujeto de

estudio, planteando líneas e hipótesis de estudio.

Asimismo, corresponde a un estudio de caso, enfocado a un grupo de

trabajadoras por cuenta propia del sector de Achupallas de Viña del Mar en

la región de Valparaíso, que realizan trabajos en distintos rubros, los cuales

serán caracterizados más adelante en la descripción de la muestra. En ese

sentido, se pretende profundizar en la experiencia de este grupo de

trabajadoras respecto de su situación de trabajo, y acercarse de forma

inductiva a la comprensión de las dinámicas presentes en este grupo.

Enfoque metodológico

Como se desarrolló anteriormente, el enfoque de la investigación está

centrado en analizar cómo influyen los distintos elementos que conforman

el trabajo independiente del sector informal, especialmente en el trabajo

por cuenta propia, en la subjetividad de los trabajadores que lo realizan.

Page 250: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

250

Para ello, entonces, se utilizará una metodología que logre dar cuenta de

ambos fenómenos: de los elementos estructurales de la situación laboral

que constituyen lo que es la estabilidad o inestabilidad laboral, por un lado,

y de la influencia que éstos tienen sobre la subjetividad del trabajador, en lo

que respecta específicamente a las dimensiones psicológica, emocional y

biográfica, por otro. La experiencia del sujeto en este caso es central para

analizar tal relación, por lo cual se optará en primer lugar por una

metodología de carácter cualitativo, que logre involucrar el discurso de los

trabajadores respecto de la estabilidad en su situación de empleo. En ese

sentido, según Taylor y Bogdan (1986), esta metodología se relaciona con

una perspectiva teórica fenomenológica, que consiste en “entender los

fenómenos sociales desde la propia perspectiva del actor”, y en ese sentido lo

relevante de la realidad es lo que los propios actores consideran

importante. Como señalan los autores, la metodología cualitativa se

relaciona con un método inductivo, en el que se parte de ciertos datos e

informaciones previas para recoger la información, buscando validar

ciertas hipótesis propuestas previamente, pero todo a través de un diseño

de investigación flexible, que permita incorporar en la investigación los

elementos nuevos que emergen de la realidad social que se está estudiando.

Por ello, si bien se tendrá un marco de referencia de lo que significa el

trabajo independiente, informal y por cuenta propia, así como también

ciertas hipótesis respecto de la posible influencia que puede tener la

estabilidad laboral del trabajo por cuenta propia en sus trabajadores, éstas

funcionarán a modo de guía de la investigación, esperando que durante las

entrevistas con las trabajadoras surjan los elementos que bajo la

perspectiva de los sujetos estudiados son los más relevantes para explicar

el fenómeno investigado. Además, siguiendo a los autores, los fenómenos se

deben aprehender, por un lado, desde una perspectiva holística que logre

involucrar todo el contexto social de las personas a las que se está

estudiando, y por otro lado, deben ser estudiados dentro de los propios

marcos de referencia de los sujetos. Para ello se hará crucial situar los

discursos en un entramado mayor de relaciones, no sólo en lo que tiene

relación con el contexto en el que se desenvuelven las trabajadoras en su

vida cotidiana, sino también en relación al contexto del mismo tipo de

trabajo, es decir, cómo se inserta en el modelo productivo y qué relación

tiene con las demás formas de trabajo, todo esto desde donde lo entienden

las mismas trabajadoras.

Técnicas de producción de información

Page 251: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

251

Dentro del marco de lo anteriormente propuesto, el elemento central lo

constituye el discurso, que se perfila como el principal objeto de análisis. En

ese sentido, la forma esencial de recabar información se realizará mediante

entrevistas, bajo el entendido de que los datos que resultan de esta técnica

de producción de información logran una alta profundidad y complejidad,

necesaria para aproximarse al fenómeno social que se busca conocer. La

entrevista permite que los sujetos sociales se desenvuelvan y expresen con

el discurso sus propias experiencias y vivencias, dando cuenta de los

elementos de la subjetividad que no es posible observar directamente.

El objetivo de las entrevistas será doble: por un lado, buscarán obtener la

información sobre las variables que constituyen la estabilidad laboral, y por

otro lado, buscarán ahondar en el cómo influyen estas variables en la

subjetividad de las trabajadoras. Para lograr este objetivo, se realizará a

cada trabajadora una entrevista –que será grabada para luego transcribirla

y con ello facilitar el análisis de la información-, la cual contará con dos

partes distintas, que se detallan a continuación.

Entrevista estructurada

Una primera parte, corresponde a la que buscará recabar información sobre

las variables que constituyen la estabilidad laboral42, es decir, sobre: a) el

nivel y variabilidad de los ingresos, b) la extensión y regulación de la

jornada de trabajo, c) los niveles de riesgo de la actividad, (variabilidad de

la demanda, responsabilidad en toma de decisiones, factores internos y

externos que influyen, competencia en el rubro, etc.), d) las relaciones con

los clientes y otros actores, e) la relación con los derechos laborales, f) las

condiciones de seguridad y protección en salud, y g) el pago o no pago de

imposiciones y regularidad con que se realiza. Como es posible observar,

corresponde a una lista de temas que buscan obtener respuestas específicas

sobre ellos, pero que sin embargo, es posible que en alguno de los temas las

respuestas se manifiesten de forma más extensa, por los diversos elementos

que puede implicar y que no son posibles de prever, dado que responden a

la situación específica de cada trabajadora. Para recabar esta información,

según lo anterior, se utilizará un tipo de entrevista llamada estructurada,

que según lo desarrollado por Vela (2001), se compone de preguntas

preestablecidas y ordenadas secuencial y sistemáticamente, donde las

42

Estas variables fueron desarrolladas más detalladamente en el apartado “Estabilidad

laboral” contenido en el Marco Teórico.

Page 252: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

252

respuestas son limitadas ya que el nivel de profundidad es menor. En ese

sentido, esta primera parte se compondrá de una serie de preguntas que

buscarán obtener la información específica relativa a los elementos que

componen el fenómeno de la estabilidad laboral, que serán definidas,

ordenadas y aplicadas de forma igual para todas las entrevistadas,

entendiendo de todas formas que los niveles y extensión de las respuestas

pueden ser diversos. Con esta información, se buscará en la segunda parte

ahondar en las dimensiones del análisis que se relacionan con la influencia

de estos elementos en la subjetividad de los trabajadores.

Entrevista semi estructurada

Una vez realizadas las preguntas específicas sobre los elementos que

componen la estabilidad laboral, esta segunda parte de la entrevista

buscará ahondar en las tres dimensiones de la subjetividad del trabajador,

que corresponden a la dimensión psicológica, emocional y biográfica43.

Como la información que se busca recabar en esta parte de la entrevista es

más extensa y profunda, se hará un giro respecto del tipo de preguntas que

componían la primera parte, que consiste en reemplazar la dinámica

pregunta-respuesta por un diálogo mediante el que se pueda obtener la

información requerida. Para ello, se utilizará la estrategia de entrevistas en

profundidad semi estructuradas o “entrevistas abiertas estandarizadas”,

que según Gaínza (2006) corresponde a aquella que se conforma en base a

preguntas escritas por igual para todos los entrevistados, pero cuya

respuesta es abierta o libre. La idea es plantear interrogantes cuyas

respuestas pueden dar lugar a nuevas preguntas, donde “la guía de la

entrevista […] sirve para tener en cuenta todos los temas que son relevantes y

por tanto, sobre los que tenemos que indagar, aunque no es necesario

mantener un orden en el desarrollo de la entrevista” (Munarriz, s.f). Por

tanto, más que tener una pauta rígida de preguntas, como en la primera

parte de la entrevista, en esta segunda parte se contará con un guion

temático relativo a los temas de los que se busca obtener información, para

ver cómo se conforman distintas opiniones y percepciones sobre un mismo

fenómeno, que en este caso es la estabilidad laboral asociada al trabajo por

cuenta propia y su influencia en la subjetividad de los trabajadores. Por otro

lado, el que las respuestas tengan un carácter libre o abierto, permite que

43

Estas tres dimensiones, así como los elementos que las componen y las diferencias entre ellas, fueron desarrolladas con más profundidad en el apartado “Subjetividad del trabajador”, contenido en el Marco Teórico.

Page 253: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

253

puedan surgir dimensiones de análisis relevantes para los trabajadores, que

no estuvieran consideradas en el diseño inicial de la investigación, y que

puedan aportar elementos importantes para la construcción del fenómeno.

Además, el carácter general y con pretensión de profundidad de las

entrevistas semi estructuradas, permite que aparezcan en el discurso los

elementos relativos al contexto de los trabajadores, que es necesario

considerar para el análisis de los distintas dimensiones propuestas.

Los temas específicos de los que se buscará obtener información en esta

segunda parte de las entrevistas, que corresponden a los elementos que

conformarán el guion temático en base al que se harán las preguntas, son

los siguientes: Respecto de la dimensión psicológica, se buscará indagar en:

a) el sistema psíquico y anímico del trabajador en relación a la actividad

laboral realizada cotidianamente, b) las posibles patologías psicológicas y/o

físicas que pueden padecer las trabajadoras, derivadas de esta actividad

laboral, y c) la influencia en las trabajadoras de la incertidumbre asociada a

su tipo de trabajo, específicamente en lo que refiere a la fluctuación

constante de elementos como salario, demanda, y otros factores internos y

externos. Por otro lado, con respecto a la dimensión emocional, se buscará

profundizar en elementos como: a) las relaciones afectivas con sus pares

(familia, amigos, etc), y b) la socialización a la que se exponen las

trabajadoras en su cotidianeidad, en relación al uso del tiempo fuera del

trabajo. Por último, respecto de la dimensión biográfica, se buscará indagar

en: a) la satisfacción o insatisfacción con los distintos elementos que

conforman su situación de trabajo, b) la identidad personal y social que se

conforma en base a este tipo de actividad laboral, c) las expectativas y

proyecciones de vida relacionadas al trabajo por cuenta propia, d) las

motivaciones de las trabajadoras por realizar este tipo de trabajo.

Muestra

En cuanto a la muestra para la realización de las entrevistas, estará

constituida en base a un diseño de muestra cualitativo, que según lo

propuesto por Mejía (2000), corresponde a una parte de la población que se

elige según criterios de representación socioestructural, donde “la elección

de las unidades se realiza en función de la representatividad de sus

propiedades y estructura social, de su contenido, lo que define su

singularidad”. En ese sentido, más que una muestra estadística que dé

cuenta del universo total, lo que se busca es identificar sujetos que posean

ciertas características socioestructurales que den cuenta del problema a

Page 254: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

254

investigar. Es decir, en este caso, de sujetos que se desenvuelvan como

trabajadores por cuenta propia en un contexto de empleo independiente en

el sector informal. Específicamente, siguiendo la distinción realizada por el

mismo autor, se tratará de un muestro por conveniencia, que corresponde a

aquel en que las unidades de muestra se seleccionan por su fácil

disponibilidad; esto, ya que las personas a encuestar serán un grupo de

trabajadoras cuentapropistas de un sector de la V región, con las que se

tienen vínculos previos.

En ese sentido, no se pretende extrapolar los resultados de la investigación

a la población total de trabajadores por cuenta propia, sino más bien

caracterizar a este tipo de trabajadores a partir del grupo seleccionado,

estableciendo relaciones entre los posibles elementos comunes que pueda

haber entre este grupo de trabajadoras y los trabajadores por cuenta propia

a nivel general.

Ahora bien, una vez escogido este grupo como caso de estudio, es necesaria

la elaboración de una muestra para la aplicación de las entrevistas. Si bien

se habla de “un grupo de trabajadoras”, en realidad no existe un grupo

constituido como tal, sino que más bien son trabajadoras que realizan

actividades por cuenta propia y que se conocen entre ellas por ser vecinas

del sector. A pesar de que algunas trabajan juntas, por realizar actividades

similares, o se apoyan en conocimientos, vínculos, clientes, etc., en general

no realizan actividades como grupo de trabajadoras. Por ello, es difícil

determinar la cantidad exacta de trabajadoras de las que se trata, pero

según la información otorgada por algunas de estas trabajadoras, son

aproximadamente 15. Así, para limitar la muestra, se realizó el siguiente

proceso: en primer lugar, considerando que la mayor parte de estas

trabajadoras fabrican y posteriormente venden sus propios productos

(generalmente en sus casas o reparten a domicilio), se escogió el criterio del

rubro en el que se puede clasificar el producto que fabrican y venden,

acorde a lo cual se seleccionaron 4 trabajadoras que fabrican y venden sus

productos, donde cada una de ellas representa uno de los rubros presentes

en el grupo. Por otro lado, las otras 2 trabajadoras que conforman la

muestra, representan al sector de trabajadoras que no fabrican productos,

pero sí venden distintos artículos; éstas fueron seleccionadas según

representan los lugares de venta de las trabajadoras que realizan este tipo

de actividad.

Page 255: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

255

De este modo, obtenemos la siguiente tabla de conformación de la muestra:

Tabla 1: Muestra de trabajadoras por cuenta propia

Fabricantes y vendedoras Rubro Cantidad

Fabricante y vendedora de delantales de

cocina

Artículos de

hogar

1

Fabricante y vendedora de tortas Repostería 1

Fabricante y vendedora de ropa Moda 1

Fabricante y vendedora de tejidos a

crochet

Ropa y

accesorios

1

Vendedoras Lugar de

trabajo

Vendedora de flores en el cementerio Puesto externo 1

Vendedora de un negocio en su casa Casa 1

Plan de análisis de la información

A continuación se presentan las distintas técnicas de análisis de información a utilizar, junto con las dimensiones de análisis que permitirán tanto construir las entrevistas, como ordenar la información obtenida en ellas.

Análisis de discurso

En primer lugar, respecto de las técnicas para el análisis de la información

recabada en las entrevistas, se utilizará e el método de análisis de discurso.

En base a la información producida, se seguirá lo propuesto por Ruiz

(2009), quien señala la importancia de las prácticas discursivas para el

conocimiento y comprensión de la realidad social. En ese marco, el análisis

de discurso como método de investigación social, según el autor, permite

“conocer la intersubjetividad social, porque los discursos la contienen y

porque es mediante las prácticas discursivas como es producida”. Ruiz resalta

la dimensión informativa del análisis de discurso, ya que los sujetos al estar

Page 256: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

256

involucrados en la realidad social, tienen conocimiento sobre ella. En ese

sentido, el discurso de las trabajadoras contiene ese conocimiento de la

realidad que viven al desempeñarse como trabajadoras por cuenta propia,

por lo que su análisis proporcionaría información fundamental sobre esta

realidad. El análisis de discurso permite vincular de forma comprensiva lo

expuesto por los sujetos con la estructura en la que se encuentran insertos,

y permite así dar cuenta de un panorama general de su condición de

trabajadores, mediante el análisis tanto de los elementos explícitos como de

los que permanecen latentes.

Dimensiones de análisis

La idea es sistematizar la información producida en las entrevistas,

clasificándola en base a: 1) las dimensiones que conforman la estabilidad

laboral, y 2) las dimensiones propuestas sobre la subjetividad del

trabajador, es decir, según se trate de información relativa al ámbito

psicológico, al emocional o al biográfico del trabajador. La

operacionalización de las dimensiones de análisis desde la que se pretende

ordenar la información obtenida en las entrevistas, se muestra en la

siguiente tabla:

Page 257: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

257

Tabla 2: Dimensiones de análisis

Tema Dimensiones

Estabilidad laboral Ingresos

Jornada de trabajo

Niveles de riesgo

Relaciones laborales

Derechos laborales

Sistema de salud

Sistema de previsión social

Subjetividad del trabajador Psicológica

Emocional

Biográfica

Análisis de contenido

La técnica de análisis de contenido será utilizada en un momento específico

del análisis, que corresponde a la conformación de categorías de análisis.

Así, una vez clasificada la información obtenida en las 3 dimensiones

propuestas, se aplicará el método de análisis de contenido, para generar

categorías que permitan operacionalizar estas dimensiones de análisis. Para

esto, se utilizará la propuesta de Andreu (s.f) sobre el análisis de contenido

cualitativo. Siguiendo al autor, la idea es analizar el contenido de la

entrevistas desde un modelo de desarrollo de categorías inductivas, que

implica revisar detenidamente el material –en este caso la transcripción de

las entrevistas-, de inicio a fin, identificando las ideas fuerza o temas

considerados como más relevantes por los entrevistados. Esta selección de

temáticas relevantes se ve materializada en la construcción de categorías,

las cuales permiten codificar de forma ordenada y sistemática las

dimensiones propuestas. A medida que se van repitiendo las ideas fuerza,

se van acotando las categorías de análisis. Si bien ya se cuenta con un

Page 258: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

258

diseño preliminar de categorías, que se presentan en la Tabla 3: Categorías

de análisis, la idea es ir complementando y/o modificando las categorías

propuestas con las ideas que surjan del discurso de las trabajadoras.

Tabla 3: Categorías de análisis

Dimensión

psicológica

1. Sistema psíquico y anímico 2. Patologías psicológicas y/o físicas 3. Incertidumbre asociada al tipo de trabajo

Dimensión

emocional

1. Relaciones afectivas 2. Socialización en tiempo libre

Dimensión

biográfica

1. Satisfacción/insatisfacción con el trabajo 2. Identidad personal y social 3. Expectativas y proyecciones de vida 4. Motivaciones

Según esta propuesta de dimensiones y sus respectivas categorías, más las

que surjan en el análisis, se espera dar cuenta de un panorama general de la

conformación del trabajador frente a su situación de empleo. El análisis

conjunto de los resultados de la entrevista estructurada como de la semi

estructurada, permitirá abarcar la relación entre la situación estructural del

empleo y la subjetividad del trabajador, desarrollada en el apartado

Estructura y Agencia del marco teórico. De ese modo, se pretende construir

un relato del cómo influyen los elementos asociados a la estabilidad o

inestabilidad propia del empleo por cuenta propia, en la subjetividad –

medida en las 3 dimensiones y sus categorías- de los trabajadores del

sector.

IV. Instrumento de medida y diseño del trabajo de campo

Luego del desarrollo del marco metodológico y sus elementos, se procederá

a presentar: 1) el instrumento con el que se buscará recolectar la

información necesaria para responder a la pregunta y objetivos de

investigación, y 2) el diseño del trabajo de campo, es decir, la planificación

del momento en que se realizará la aplicación del instrumento para la

recolección de información.

Pauta de entrevista

Page 259: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

259

Como se desarrolló anteriormente, el método de recolección de información

corresponde a entrevistas, donde la primera parte corresponde a una

entrevista estructurada y la segunda a una semi estructurada, en función de

la naturaleza de la información que se pretende recabar. A continuación se

presenta la pauta de la entrevista, con ambas partes y sus respectivas

preguntas.

CARACTERIZACIÓN

1. Ocupación (actividad principal) 2. Lugar de trabajo 3. Edad 4. Nivel educacional

PRIMERA PARTE: CONDICIONES LABORALES (PREGUNTAS ENTREVISTA

ESTRUCTURADA)

5. Jornadas de trabajo: - ¿Cuántas horas al día trabaja aproximadamente en

funciones relacionadas a su actividad principal? - En general, ¿puede distinguir claramente el tiempo que

destina a su trabajo y el tiempo que destina a otras actividades?

6. Sistema de salud y previsión social: - Siendo trabajador independiente, ¿Cómo ve el tema de la

protección en su trabajo en cuanto a salud y previsión?

7. Derechos laborales: - ¿Cómo ve el tema de la protección laboral en su trabajo al

no contar con derechos que lo protejan por encontrarse fuera de la legislación laboral existente?

8. Relaciones laborales: - ¿Cómo definiría en términos generales la relación con sus

clientes? - ¿Existen otros actores que intervengan en su proceso de

trabajo? ¿Cuáles? ¿Cómo definiría la relación con ellos? 9. Nivel de riesgo de la actividad:

- En general, ¿tiene clientes regulares o van cambiando en el tiempo?

- En general, ¿la cantidad de clientes que tiene mes a mes es estable o variable?

- ¿Las decisiones que debe tomar respecto a su trabajo las realiza usted solo/a o tiene alguien con quien discutirlas o consultarlas?

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260

- ¿Cómo influye en su trabajo la competencia asociada al rubro en que se desempeña?

- ¿Cuáles son los factores de riesgo o condiciones que influyen de forma negativa en su trabajo?

10. Condiciones salariales: - ¿Los ingresos que recibe por su actividad principal mes a

mes se definen en general como regulares o variables?

SEGUNDA PARTE: SUBJETIVIDAD DEL TRABAJADOR (GUION TEMÁTICO

ENTREVISTA SEMI ESTRUCTURADA)

11. Dimensión psicológica: - Descripción de la dinámica diaria de trabajo. - Cómo influye lo anterior en el ámbito psicológico y el

estado de ánimo. - Cómo influye en su vida en general la incertidumbre que

genera la irregularidad de la cantidad de trabajo, ingresos, tiempos, etc.

12. Dimensión emocional: - Descripción de las relaciones afectivas con sus pares

(familia, amigos, etc.). - Sobre el tiempo que pueden dedicar a sus actividades

personales y sociales fuera del tiempo de trabajo. 13. Dimensión biográfica:

- Sobre la satisfacción o insatisfacción en relación a su dinámica y actividad laboral.

- Sobre las motivaciones o razones para realizar este tipo de trabajo.

- Sobre las expectativas y proyecciones de vida, y si éstas se relacionan o no con su trabajo.

La pauta de la entrevista fue elaborada en función del objetivo general de

investigación, asumiendo que mediante la información obtenida a través de

ésta será posible analizar cómo afecta la estabilidad o inestabilidad laboral

asociada al trabajo independiente informal en la subjetividad de las

trabajadoras cuentapropistas del sector de Achupallas en la región de

Valparaíso. Así, mediante el análisis de la información que resulte de ambas

partes de la entrevista recién expuesta, se espera poder responder a la

Page 261: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

261

pregunta de investigación, es decir, al cómo afecta la estabilidad o

inestabilidad laboral asociada al trabajo independiente informal en la

subjetividad de tales trabajadoras.

Específicamente, la pauta fue elaborada en función de los objetivos

específicos, donde la primera parte responde al primer OE, es decir, a la

caracterización de las condiciones laborales de las trabajadoras. Con el

análisis de la información derivada de esta primera parte, se pretende

responder al segundo OE, es decir, se buscará determinar si las condiciones

laborales de las trabajadoras corresponden a una situación de estabilidad o

inestabilidad laboral. La segunda parte de la entrevista fue elaborada en

función del tercer OE, buscando conocer los elementos que constituyen la

subjetividad de las trabajadoras en relación a las dimensiones psicológica,

emocional y biográfica. Finalmente, con la información recolectada en

ambas partes y su correspondiente análisis, se buscará responder el cuarto

OE, es decir, se buscará establecer relaciones entre la situación estructural

del empleo y la subjetividad de las trabajadoras cuentapropistas del sector

de Achupallas en la región de Valparaíso. La idea es que durante la

entrevista esté presente constantemente el tema del tipo de actividad de

tales trabajadoras, es decir, del trabajo por cuenta propia, y alrededor de

ello ir profundizando en los demás aspectos de sus vidas. Así, se espera

poder establecer las relaciones necesarias entre estabilidad/inestabilidad

laboral y subjetividad, que permitan posteriormente responder a la

pregunta de investigación.

Asimismo, la información derivada de la entrevista permitirá afirmar o

refutar las hipótesis de investigación, es decir, permitirá saber si

efectivamente a mayor inestabilidad existe mayor propensión a la

inestabilidad psicológica y a las patologías asociadas a ello, mayores

problemas de interacción del trabajador con sus pares, y/o mayor

insatisfacción del trabajador en los distintos ámbitos de su vida.

Como último punto respecto de la pauta de entrevista, es necesario

mencionar que, como se explicó anteriormente en el apartado Técnicas de

producción de información: entrevista semi estructurada, la segunda parte

de la entrevista está planteada como abierta o libre. La idea de ello es que, si

bien se espera que las respuestas se enfoquen en los temas planteados, las

trabajadoras tengan la libertad de ir más allá de las preguntas que se les

plantean, aportando otros elementos que consideren relevantes, o

profundizando en algunos de los temas ya planteados. Se espera que así

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262

puedan surgir nuevas dimensiones que no fueron consideradas, pero que

sean importantes según el discurso de las propias trabajadoras en relación

a la construcción del objeto de estudio.

Diseño del trabajo de campo

La planificación del trabajo de campo es fundamental para lograr una

correcta recopilación de los datos. Para ello es necesario situar el contexto

en el cual se aplicará el instrumento de medida presentado anteriormente,

en lo que refiere al acceso a los entrevistados, las ventajas y limitaciones

que se vislumbran a priori, y el cronograma de las actividades necesarias

para llevar a cabo el proceso.

En primer lugar, el acceso a las entrevistadas se constituye como una

ventaja en la investigación, ya que como se mencionó anteriormente,

existen vínculos previos con algunas de estas trabajadoras, y mediante ellas

se accederá al resto de trabajadoras que conforman la muestra;

específicamente, la principal fuente de contacto será la portera del grupo –

con quien existe un vínculo más fuerte y han existido más acercamientos en

lo que refiere a la investigación-, que corresponde a la trabajadora

caracterizada como “fabricante y vendedora de tortas” en la Tabla 1:

Muestra de trabajadoras por cuenta propia. Así, a partir del contacto con la

portera, se espera poder aplicar la entrevista a todas las trabajadoras de la

muestra. Este proceso de entrevistas se realizaría idealmente en dos

sesiones –que corresponderían a dos días seguidos-, de 3 entrevistas cada

una, ya que como son trabajadoras que viven y desempeñan sus actividades

en la V región de Valparaíso, será necesario trasladarse cada vez que sea

necesario interactuar con las trabajadoras. Si bien en términos de tiempos y

accesibilidad estos traslados podrían significar una limitación para el

trabajo de campo, esta dificultad se ve reducida gracias a las relaciones de

confianza existentes con algunas de las trabajadoras, que podrían permitir

tanto quedarse en el mismo lugar donde se van a realizar las entrevistas y

no tener que viajar más veces de las necesarias, como tener un acceso más

rápido y seguro al resto de las trabajadoras de la muestra, entre otras cosas.

Otra situación que podría considerarse como una limitante es que, al

tratarse de un grupo de trabajadoras que se conocen, comparten, realizan

actividades similares e incluso algunas trabajan juntas, podría existir un

sesgo en la información. Para subsanar esta situación, sin embargo, es

fundamental que las entrevistas se realicen una a una, es decir, que sólo

Page 263: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

263

estén presentes en ese momento la entrevistadora y la entrevistada, para

evitar que las entrevistadas comenten entre ellas las respuestas. Sólo una

vez que termine el proceso de entrevistas se espera que pueda haber un

espacio en que las entrevistadas expongan sus comentarios, opiniones, etc.

Una última situación que puede entenderse como limitante, pero que es

propia de todo trabajo de campo en el que se realicen entrevistas, es que la

asimetría de roles entre las entrevistadas y quien entrevista podría

significar una dificultad en la fluidez del discurso de las trabajadoras, ya que

muchas veces las respuestas apuntan más a lo que se considera correcto

que a la situación real percibida por los entrevistados. Sin embargo, como

ya existe un vínculo previo con algunas de las trabajadoras fuera de la

relación investigador/investigado, esta situación de asimetría podría

atenuarse o incluso anularse.

Finalmente, es necesario recalcar que si bien se desarrolla acá una

propuesta de diseño de trabajo de campo, los elementos que vayan

surgiendo en el mismo obligan a revisar la planificación previa. Tal como

plantea Meneses (s.f), “el desarrollo del trabajo de campo implica (…) una

revisión constante del diseño de la investigación; supone, por tanto, la

evaluación continua de su desarrollo respecto a los objetivos perseguidos. Este

aspecto se adecua al diseño emergente, no lineal y flexible que se prioriza en

el estudio de casos al estar sujeto a los cambios que puedan acontecer durante

el desarrollo de la investigación y dado su carácter interactivo con la propia

investigación y con los participantes.”. De este modo, como se trata de un

estudio de caso sobre las trabajadoras cuentapropistas de Achupallas, la

participación e interacción con ellas es una parte fundamental de la

investigación, por lo que está abierta la posibilidad de introducir

modificaciones o nuevos elementos al diseño ya propuesto, si es necesario

según lo observado en el trabajo de campo.

V. Trabajo de campo

Tal como se había previsto en el Diseño del trabajo de campo, durante este proceso se generaron algunas situaciones que provocaron la modificación de algunos de los elementos previamente construidos en el diseño de la investigación, para lograr una mejor obtención de datos y el desarrollo de un proceso acorde con la situación y las condiciones de las propias trabajadoras entrevistadas.

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264

Así, en primer lugar, en cuanto al proceso de las entrevistas, se realizaron 6 entrevistas, tal como se desarrolló en el diseño de la investigación. Sin embargo, la muestra de trabajadoras que se propuso inicialmente fue modificada, según la disponibilidad de las trabajadoras a entrevistar. Así, la trabajadora que representaría el rubro de “Ropa y accesorios” no fue posible de contactar, por lo que se cambió por una trabajadora que representa el rubro de la artesanía, fabricando y vendiendo distintos productos tales como tejas, cajas, etc., pintadas y decoradas con distintas técnicas artísticas. Asimismo, la trabajadora que se desenvolvía como vendedora de flores en un puesto de cementerio tampoco fue posible de contactar, por lo que se cambió por una trabajadora que vende en un negocio en su casa. De esta forma, la muestra definitiva queda representada de la siguiente forma: Tabla 1: Muestra de trabajadoras por cuenta propia

Fabricantes y vendedoras Rubro Cantidad

Fabricante y vendedora de delantales de

cocina

Artículos de

hogar

1

Fabricante y vendedora de tortas Repostería 1

Fabricante y vendedora de ropa Moda 1

Fabricante y vendedora de artesanías Artesanía 1

Vendedoras Lugar de

trabajo

Vendedora de un negocio en su casa Casa 1

Vendedora de un negocio en su casa Casa 1

Durante este proceso de realización de entrevistas, tal como se había supuesto en el apartado sobre el diseño del trabajo de campo, fue fundamental el apoyo de la portera del grupo de trabajadoras con la que se tenía un mayor vínculo. Específicamente, fueron dos sus principales aportes para este proceso: en primer lugar, en contactar a las trabajadoras con anticipación de modo de que al llegar a sus casas ellas ya sabían a grandes rasgos a que se debía la visita y estaban preparadas para ello; por otro lado, el hecho de que a través de ella se pudiera generar un nexo y una especie de confianza previa con las trabajadoras, que facilitó la entrada hacia las

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265

entrevistadas y con ello todo el proceso de la entrevista. Esta misma situación, junto con el hecho de que la portera dijera a todas las trabajadoras que venía “una amiga” a realizarles una entrevista, hizo que en general las entrevistadas asumieran una igualdad de roles, lo que facilitó la fluidez del discurso y constituyó una ventaja en cuanto a la obtención de la información en general. Sobre la limitante que se había apuntado respecto del sesgo en la información por tratarse de trabajadoras que se conocen y comparten constantemente, se tuvo cuidado de hacerles las entrevistas por separado para que no comentaran sus respuestas o buscaran aprobación en las demás trabajadoras. Sin embargo, de todas formas se notaron constantes referencias a las demás trabajadoras, sobre todo a la portera del grupo, probablemente porque era la única referencia común entre entrevistadora y entrevistada. Si bien respecto a este tema se había previsto hacer un espacio común de comentarios y observaciones de parte de las entrevistadas, eso no fue posible y sólo al final de cada entrevista se les preguntó sus apreciaciones sobre la entrevista.

VI. Análisis de la información obtenida

Sobre la estabilidad laboral

Respecto a los ingresos, la mayoría de las entrevistadas considera que

el ingreso que recibe es más bien variable, no pudiendo contar una

cantidad fija de dinero al mes, con dos excepciones que lo consideran

relativamente estable. La variabilidad de los ingresos está asociada a

factores como la cantidad de ventas al mes –según la actividad de cada

una-, así como también a la época del año, donde tanto en el caso de la

vendedora de ropa como de una vendedora de negocio en su casa

afirman que el verano es considerablemente mayor en términos de

ingresos que el invierno.

Respecto a la jornada de trabajo, la mayoría de las trabajadoras declara

no tener un horario de trabajo definido, ya que trabajan cuando “hay

trabajo”, principalmente en función de los pedidos que tengan, es decir,

de la demanda de sus clientes. En ese mismo sentido, varias afirman

tener días en que no trabajan o trabajan muy poco, y otros días en que

trabajan la mayor parte del día. Así, la mayoría de las trabajadoras no

cuenta con una jornada laboral definida, ya que además de trabajar en

distinta magnitud según el día, dentro de un mismo día trabajan por

horas, mezclando las actividades laborales con sus labores domésticas,

recreativas, etc. Las dos trabajadoras que tienen negocio en su casa, por

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266

ejemplo, declaran trabajar todo el día (de 9:00 am a 10:00 pm

aproximadamente), pero en realidad el tiempo real de trabajo no es de la

jornada completa, sino que están en su casa haciendo sus actividades o

tareas domésticas y cuando llegan clientes salen a atenderlos. De este

modo, se evidencia una imposibilidad de distinguir entre el tiempo de

trabajo y el tiempo destinado a otras actividades, lo cual genera en las

trabajadoras la sensación de que están trabajando todo el día y, además

de esto, no les permite descansar ni hacer sus actividades cotidianas

tranquilamente. Otro caso de la dificultad para distinguir tiempo de

trabajo y tiempo de realizar otras actividades es el de la vendedora de

ropa, quien describe dentro de sus actividades de tiempo libre el “ir a

ver telas y cosas por ahí”, lo cual forma también parte de su trabajo, ya

que se relaciona con los insumos necesarios para realizarlo. Además de

ello, la vendedora de tortas agrega que si bien puede ser posible

distinguir “físicamente” el momento en que uno se pone a trabajar, la

necesidad de comunicarse con los clientes y contestarles por distintas

vías (teléfono, WhatsApp, Facebook) hace que el trabajo esté presente

en todos los momentos del día. Sólo una de las trabajadoras afirma

distinguir claramente entre el tiempo de trabajo y el tiempo destinado a

otras actividades, fijándose una jornada laboral de 8 horas diarias,

divididas entre confección y venta de su producto.

Respecto a los niveles de riesgo, un primer elemento corresponde a la

variabilidad de la demanda, donde la mayoría de las trabajadoras

declara tener una cierta cantidad de clientes base que es regular, y otro

porcentaje que va variando según diversos factores, como la época del

año, o el que otros locales estén cerrados en el caso de las vendedoras de

negocios en su casa. Un segundo elemento es la toma de decisiones,

donde todas las trabajadoras declaran tomar todas las decisiones y

realizar las actividades relativas a su negocio de forma autónoma, a

excepción de dos de ellas que dicen comentarlas con sus respectivos

esposos, aunque finalmente ellas son las que deciden y “tienen la última

palabra”. Por otro lado, con respecto a la competencia asociada al rubro,

varias de las trabajadoras declaran no tener competencia, y quienes sí

pueden identificar una competencia, afirman que ésta no les afecta, bajo

el argumento de que cada uno tiene su propia clientela. Otra de las

razones es la de la vendedora de delantales, por ejemplo, que afirma no

tener competencia por vender más barato que tiendas o supermercados,

y la de una de las trabajadoras con negocio en su casa, que como ha ido

aumentando sus ventas no visualiza una competencia que pueda

Page 267: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

267

perjudicarla. Sólo una de las trabajadoras, aun declarando no tener

competencia, afirma que manda sus productos con sus familiares a

Santiago para venderlos, ya que en lugar donde viven todas hacen las

mismas cosas y por lo tanto no tiene a quien vender. Un último elemento

son los factores de riesgo en general, es decir, los principales elementos

que las trabajadoras identifiquen que influyan de forma negativa en su

trabajo. En este punto no existe un elemento transversal a la mayoría de

las trabajadoras, sino que cada una identifica distintos elementos, donde

un elemento común es el sector y las condiciones en las que viven, en

cuanto a las malas condiciones de luminosidad en las calles, a la

dificultad de acceso al tratarse de un cerro con malos caminos -lo cual

implica problemas de traslado-, y al estigma social que significa vivir en

una toma, que lleva a la necesidad de esconder la realidad para no

perder clientes. Otro elemento que se repite es la baja cantidad de

recursos, lo que implica no poder acceder a la maquinaria ni al espacio

físico necesario para poder realizar el trabajo de forma adecuada. Otros

de los elementos negativos identificados se relacionan a que los clientes

encargan y luego no van a buscar el producto, y en el caso de la

fabricante de delantales que vende de forma ambulante, el hecho no

tener un lugar donde vender y tener que exponerse a que la policía la

tome detenida y le sustraiga la mercancía.

Respecto a las relaciones laborales, en general todas las trabajadoras

refieren únicamente a la relación con sus clientes, ya que al no tener

empleador ni empleados, es la única relación laboral a la que se ven

expuestos cotidianamente. Si bien algunas hacen mención a los

proveedores, en general lo único que dicen al respecto es que

normalmente compran los insumos siempre en el mismo lugar y no

tienen problemas con quienes les venden. Sólo la fabricante de tortas

mencionó otras relaciones con personas que la ayudan, aunque de

forma muy esporádica. En cuanto a los clientes, todas las trabajadoras

dicen tener buena relación con ellos, aunque en distintos grados:

mientras algunas afirman sólo “llevarse bien” con ellos, otras asumen

una posición más dedicada hacia ellos, orientándolos y ayudándolos

según lo necesiten. Dos de las trabajadoras declaran no conocer a sus

clientes, ya que una manda sus productos a Santiago con familiares que

los venden en la feria, y la otra vende de forma ambulante, aunque

afirma tratarlos bien ya que todos son “potenciales compradores”.

Respecto a los derechos laborales, la mayoría de las trabajadoras no

respondió o respondió de forma muy vaga a la pregunta que pretendía

Page 268: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

268

indagar en esta dimensión, por lo cual se decidió que no era un elemento

relevante para el análisis, según la visión de las propias trabajadoras.

Respecto a los sistemas de salud y de previsión, ninguna de las

trabajadoras se encuentra afiliada a algún sistema de salud y/o de

pensión, pero todas reconocieron la importancia de poder acceder a

esos beneficios. Si bien dos de ellas tenían claro que siendo

independiente también está la posibilidad de afiliarse voluntariamente,

no lo hacían, por dos razones principalmente: por un lado, la dificultad

de ahorrar parte de los ingresos en previsión y/o salud al tener a

disposición ese dinero, considerando la necesidad de pagar cuentas, etc.,

y por otro lado, que al vivir en una toma no hay permiso para trabajar o

dar boleta ya que la situación no está regularizada. La mayoría de las

trabajadoras se centró en los beneficios de un sistema de salud más que

en el de pensión, pensando sobre todo en la salud de sus hijos –dos de

las trabajadoras tienen hijos con discapacidad-, que es una de las únicas

razones por las cuales preferirían trabajar con un contrato. Por otro

lado, dos de las trabajadoras ya están jubiladas, donde una cuenta con

una pensión y trabaja para aumentar los ingresos que le otorga ésta, y

otra ya no cuenta con la pensión porque se le terminó a los dos años de

jubilada, y debe esperar hasta los 65 años para recibir otra pensión del

estado, mientras trabaja para tener ingresos. La misma trabajadora

declara que la salud que recibe en el consultorio es mayor a lo que le

puede ofrecer un sistema de salud, por lo que dice no tener problemas al

respecto.

Según lo anteriormente planteado, es posible afirmar que las trabajadoras

se encuentran en una situación de inestabilidad laboral, ya que no cuentan

con ingresos estables, tienen una jornada laboral indefinida que

generalmente no es posible distinguir con claridad del tiempo destinado a

otras actividades no laborales, no se encuentran afiliadas a ningún sistema

de salud o de previsión -y por lo tanto no cuentan con ningún tipo de

protección social frente a posibles accidentes o imprevistos que surjan del

trabajo-, sus relaciones laborales se limitan a la relación personal que

puedan sostener con cada uno de sus clientes –dentro de las cuales sin

embargo no se identifican problemas-, y tienen altos niveles de riesgo

asociados, en el sentido de que generalmente la demanda es variable –con

ciertos clientes base pero donde el gran porcentaje fluctúa mes a mes-, las

responsabilidades y toma de decisiones recaen únicamente en las mismas

trabajadoras, y se identifican diversos factores de riesgo que inciden de

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269

forma negativa en su trabajo –como las características del lugar donde

viven, la falta de recursos, entre otros-; cabe destacar al respecto que el

único elemento evaluado positivamente es la competencia asociada al

rubro, que generalmente no les influye en su trabajo.

Sobre la subjetividad de las trabajadoras

Respecto a la dimensión psicológica

En primer lugar, sobre la dinámica diaria de trabajo, como todas trabajan

solas, generalmente se reparten entre ir a comprar los insumos necesarios y

fabricar los productos y/o venderlos. En relación a la compra de insumos

plantean que deben “bajar” a comprarlo todo al centro, a través de un

camino que está en malas condiciones y es de difícil acceso, porque allá no

llegan camiones que venden, mencionando además lo terrible que es

cuando se les olvida comprar algo. Las que trabajan en local en su casa

destinan un día a comprar la mercancía, y el resto de la semana no cierran a

menos que haya una emergencia. Estas mismas trabajadoras son las que

consideran que están “todo el día trabajando”, levantándose temprano,

ordenando el local y atendiendo a los clientes, pero en realidad se observa

que no trabajan todo el día, sino que tienen el local abierto todo el día y

trabajan efectivamente sólo cuando va alguien al local. El problema es que

no existe una delimitación de la jornada laboral, sino que ellas dicen estar

haciendo las actividades domésticas (aseo, almuerzo, etc.) y deben

interrumpirlas o “dejarlas botadas” cuando llegan clientes, es decir, cuando

deben trabajar. Por ello, reconocen que están todo el día corriendo y que no

pueden hacer nada tranquilas. Por otro lado, sobre las trabajadoras que

fabrican los productos que venden, sus dinámicas son bien variadas: una

plantea que sólo puede trabajar en los momentos en que sus hijos no están

o están durmiendo, por lo que la jornada laboral se desdibuja totalmente

(algunos días trabajando en el día, otros durante la noche, o en la mañana

temprano). Otras trabajadoras tienen la jornada un poco más clara, ya que

se levantan temprano y destinan la mañana a trabajar, con tiempos de

descanso entre medio, y siguen trabajando en la tarde. De todas formas hay

distintos grados de claridad en esta dinámica diaria de trabajo, donde

algunas tienen muy claros los tiempos entre trabajo y otras actividades, y

otras funcionan más en base a la demanda que tengan. La mayoría de las

trabajadoras concuerda en que les acomoda trabajar controlando sus

tiempos, aunque eso implique dejar las cosas a último momento y/o

sobrecargarse de trabajo. Sin embargo, esta idea de “controlar su propio

Page 270: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

270

tiempo” se relativiza al observar que todo el trabajo que ellas hacen

depende de las necesidades de sus clientes. Esto se ve sobre todo en el caso

de las vendedoras en su casa, cuya dinámica laboral gira completamente en

torno a los clientes que van al local, teniendo que dejar de lago sus

actividades para salir a vender; pero también se ve en las fabricantes y

vendedoras, que declaran trabajar siempre en función de los pedidos que

les hagan, y tener que cumplirle a los clientes bajo cualquier circunstancia,

donde además su ritmo de trabajo o momentos de entrega de productos

dependen del “apuro” del cliente. En general está muy presente la idea de la

rutina, donde las trabajadoras declaran hacer “todos los días lo mismo”,

entre las actividades domésticas y las del trabajo. Algunas trabajadoras

realizan además otras actividades laborales además de la principal,

precisamente para “salir de la rutina”.

Por otro lado, entrando en cómo les afecta esta dinámica de trabajo en lo

psicológico y anímico, en general las trabajadoras están de acuerdo en tener

bastantes momentos de estrés (en algunos casos gritos y hasta llanto), pero

lo atribuyen a que no se organizan bien, ya que a veces dejan las cosas para

última hora, se les junta mucho trabajo, etc., es decir, perciben una culpa

completamente atribuida a ellas mismas. En las trabajadoras de negocio en

su casa se ve acentuada esta situación, ya que no sólo están estresadas

cuando se les juntan muchos pedidos o mucho trabajo, sino que están todo

el día corriendo “de allá para acá”, pero entienden que hay que lograr salir

del estrés y seguir funcionando. En general las trabajadoras consideran que

trabajar así es más estresante que otro tipo de trabajo, pero de todas

maneras lo prefieren para poder estar en la casa con sus hijos, manejar sus

propios tiempos, entre otras cosas. Como funcionan bajo esta idea de la

necesidad de cumplirle a los clientes, si se enferman por ejemplo están

obligadas a trabajar igual, ante lo cual están abiertas a recibir ayuda pero en

general prefieren trabajar solas. Sólo dos personas se desenmarcan de esta

tendencia al considerar su trabajo más como una terapia que las relaja. Una

de ellas tenía depresión y estrés y con este trabajo pudo superar eso,

relajarse y ocupar su tiempo para no estar mal, y la otra, que está jubilada,

lo ve como una actividad para mantenerse activa, para salir de la casa, ya

que sino no tendría nada que hacer, basándose en la idea de que “el trabajo

dignifica”, entendiendo así que la única actividad para mantenerse activa y

salir de su casa es el trabajo.

Page 271: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

271

Por otro lado, en relación a la incertidumbre a la que se ven expuestas por

las características de su trabajo, si bien casi todas consideran que su

situación es inestable sobre todo en cuanto a los ingresos que reciben, en

general sienten que no les influye mucho ya que muchas cuentan con otros

ingresos estables en su hogar, principalmente del ingreso de la pareja. De

todas formas plantean que cuando todos en la casa han trabajado de forma

independiente han “dado bote”, sin poder conseguir una situación de

estabilidad. En el caso de recibir una pensión estable este dinero se ve como

un ingreso extra, por lo que en general se cuenta con una situación estable,

pero reconociendo que esto es posible sólo porque son dos en la casa, ya

que si fueran más personas no les alcanzaría. Una de las trabajadoras

depende completamente del ingreso que recibe por sus ventas, y se

evidencia en su discurso la presión a la que se ve sometida por tener que

vender lo necesario para recibir un ingreso que le alcance para el hogar.

Considerando el nivel socioeconómico de las trabajadoras no existe en ellas

capacidad de ahorro, sin embargo, la experiencia las ha hecho aprender la

importancia de ahorrar parte de sus ingresos para los momentos en que lo

necesiten. En general concuerdan con la dificultad que significa llevar un

negocio, debido a los múltiples factores que influyen en ello, y plantean que

si no fuera así todos tendrían un negocio. En base a esta idea se entiende

que las trabajadoras consideran que tener un negocio, es decir, trabajar

independiente, es la mejor alternativa de trabajo, aunque no todos puedan

realizarla por las dificultades que trae asociadas.

Respecto a la dimensión emocional

En primer lugar, en el ámbito de las relaciones afectivas sin duda lo más

importante para las trabajadoras son sus hijos, razón por la cual ven como

una ventaja fundamental el poder trabajar en la casa. El trabajo que

realizan no les quita tiempo para poder estar con los hijos, y de hecho a

veces los involucran en sus actividades laborales. Hay momentos en que

piensan en que necesitan su propio espacio para trabajar tranquilas –fuera

de la casa- pero reconocen por sobre ello la importancia de poder estar con

los hijos y acompañarlos, sobre todo en el caso de las trabajadoras que

tienen hijos chicos o con discapacidad, que requieren más atención. Los

hijos también son importantes para su trabajo, ayudándolas, apoyándolas y

acompañándolas en distintos aspectos, como a atender el local, o a darle el

visto bueno a las cosas que hacen. El papel de las parejas también es

importante, no sólo en la estabilidad económica que les significa, sino que

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272

hay veces en que son una motivación para esmerarse y buscar hacer cada

día mejor el trabajo. Algunas trabajadoras tienen familia en otros lugares, y

van a verlos cuando termina la temporada de más demanda. En este caso es

con las amigas del sector con las que más comparten durante el día.

También hay casos en que las parejas no son estables –por lo cual además

dependen únicamente de sus propios ingresos- y tienen como único apoyo a

los hijos que viven con ellas, ya que también varias trabajadoras tienen

hijos que están estudiando o trabajan en Santiago, por lo que sólo son un

apoyo en los pocos momentos en que están en la casa. En general para las

trabajadoras es fundamental la idea de poder estar en la casa, haciendo las

actividades domésticas, trabajando y estando con los hijos de forma

simultánea.

Por otro lado, en relación al tiempo libre que pueden dedicar a otras

actividades personales y sociales, en primer lugar es importante dar cuenta

de una idea particular que se encuentra en todas las trabajadoras,

relacionada con la noción de que “tiempo libre” significa no hacer nada, y

que el trabajo es la única actividad que pueden realizar para mantenerse

activas y ocupadas. En base a esta idea, las trabajadoras plantean que en

general no se dan momentos libres ya que no les gusta estar “sin hacer

nada”, y que se aburren si no están trabajando. Muchas veces están solas

y/o aburridas y lo único que ven para subsanar esta situación es distraerse

trabajando. Así, consideran que es poco lo que hacen fuera del trabajo, o

más bien es poco lo que se puede hacer si no se está trabajando. De todas

formas declaran tener tiempo para hacer sus cosas, aunque muchas veces

“sus cosas” concuerdan o se relacionan en alguna medida con su trabajo, ya

sea el estar haciendo cosas manuales como hobby que después venden, o

viendo telas e insumos para trabajar, etc. Dentro de las actividades no

laborales que hacen en su tiempo libre están el descansar y juntarse con las

amigas del sector, con las que pasan el tiempo conversando, participando

en distintos talleres o buscando cosas para hacer, lo cual les sirve como

terapia para relajarse y distraerse. Algunas declaran que efectivamente se

dan el tiempo de hacer otras cosas, dejando el trabajo de lado, ya que

“primero está la familia y después el trabajo”. Para las trabajadoras, una de

las cosas positivas de trabajar como independiente es que muchas veces

eligen como actividad laboral lo que a ellas les gusta, por lo que no lo ven

como una obligación de trabajar sino como una actividad en que se

entretienen y les gusta realizar.

Page 273: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

273

Respecto a la dimensión biográfica

En primer lugar, en relación a la satisfacción que sienten con su trabajo,

todas las trabajadoras resaltan la comodidad que éste les genera, ya que les

gusta tener una actividad que puedan hacer en su casa y que a la vez les dé

ingresos. El principal elemento positivo que identifican es poder estar con

los hijos, ya que cuando trabajan afuera no tienen con quién dejarlos, se

quedan solos o tienen que sacarlos, lo cual es mucho sacrificio para ellos.

Por su parte, las que tienen hijos con discapacidad plantean que no pueden

trabajar en otro lado que no sea en sus casas. En general existe la

percepción de que trabajo independiente es igual a trabajar “en la casa”,

plantean que al salir a trabajar afuera o “a la calle” uno a veces gana menos,

y en cambio en la casa trabajan, ganan un poco más y no tienen quién la

mande. Si bien declaran que les hacen falta los beneficios de salud que les

podría otorgar un contrato, en general no le dan tanta importancia a éste, y

de hecho algunas piensan no tiene ninguna validez sino sólo sirve para

endeudarse, además de las situaciones en que se trabaja para alguien pero

sin contrato, que es muy diferente a trabajar independiente y por ello no

tener contrato. En general les gusta lo que hacen, se entretienen, a algunas

les sirve como terapia, y cabe destacar el hecho de que no les gustaría hacer

lo mismo que hacen de forma independiente en un local o una fábrica, ya

que por sobre todo les gusta estar en su casa.

Por otra parte, en relación a las motivaciones para realizar este tipo de

trabajo, la principal razón refiere a que necesitan estar activas y ocupadas

haciendo algo, ya que plantean que si no trabajaran le daría una depresión

por no hacer nada; con el trabajo se entretienen, y lo hacen porque es lo que

saben hacer -las que han trabajado en otras cosas antes de ser

independientes trabajan aplicando lo que han aprendido durante su vida-.

Además, en segundo plano, plantean que el trabajar responde a una

necesidad económica, ya que “hay que buscar algo para sobrevivir”, o para

tener una plata extra al ingreso principal de la casa, el cual generalmente no

les alcanza. La principal razón para trabajar como independiente, además

del poder estar en su casa y con sus hijos, es que se sienten cómodas

trabajando en lo suyo, en lo que les gusta, sin tener horarios definidos ni

patrones a quienes tener que rendir cuentas. Está muy presente la idea del

emprendimiento en el sentido de que aunque no sepan hacer nada, si

aprenden cosas, y aprenden a hacerlas bien, pueden venderlas y con eso

generar un ingreso. Consideran que en general la gente no se da cuenta que

Page 274: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

274

con eso puede ganar dinero de a poco, y que puede hacer algo productivo

con lo que va aprendiendo. Por ejemplo, una de las trabajadoras plantea

que si hubiese tenido la posibilidad de estudiar hubiese sido profesora,

porque le gusta hacer clases, pero en realidad ella además de fabricar y

vender sus productos también hace clases para enseñarle a otras personas

a hacerlos, con lo cual queda claro que no necesitó una carrera formal para

realizar lo que ella quería –hacer clases-, sino sólo aplicar sus

conocimientos y sacar algo de ello.

Finalmente, en relación a sus expectativas y proyectos de vida en función

del trabajo, la mayoría de las trabajadoras se proyectan en lo que hacen, y

tienen varias metas relacionadas a elementos que necesitan para realizar

mejor su trabajo, seguir agrandándose y surgiendo. Sin embargo, está muy

presente la idea, como experiencia de vida, de darle más importancia a la

compañía y al apoyo que son capaces de darles a sus hijos, que a las cosas

materiales que podrían darles si tuvieran más poder adquisitivo. Por esto,

en lugar de enriquecerse y ganar mucho dinero, prefieren mantenerse –o

crecer un poco más- y poder darse algunos gustos, que estar trabajando

todo el día y no poder estar con sus hijos. A muchas de ellas no les interesa

trabajar en un local o tener un taller aparte, ya que no quieren dejar a sus

hijos solos durante el día ni que cuando ellos lleguen no haya nadie en la

casa; en ese sentido se plantea que “tener un local sería como tener un

patrón”. En base a lo anterior todas las trabajadoras plantean que les

gustaría seguir trabajando en su casa, donde además de las razones ya

expuestas, se plantean las incomodidades que significa salir, por el lugar

donde viven (cerro, barriales, caminos malos, etc.). Algunas trabajadoras

plantean que su actividad laboral actual es lo que deberían haber hecho

hace mucho tiempo, ya que de todas las cosas que han probado, y todos los

“botes que han dado en la vida”, el trabajo actual es en el que mejor les ha

ido y el que más les gusta, no sólo por dedicarse a una actividad que ven

como hobby, sino sobre todo por poder realizarla en su casa. De todas

formas el trabajo no se relaciona en gran medida con sueños o proyecciones

de vida, sino que se ve como una actividad para pasar el tiempo y para

recibir un ingreso, y una oportunidad para hacer lo que les gusta.

Sobre la influencia de la inestabilidad laboral en la subjetividad de las

trabajadoras

En cuanto a la influencia de la inestabilidad laboral en el ámbito psicológico

de las trabajadoras, en primer lugar es posible relacionar la falta de una

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275

jornada laboral claramente definida con dos fenómenos que se manifiestan

en la subjetividad de las trabajadoras: por un lado, la idea de que están

ocupadas trabajando todo el día, cuando en realidad el tiempo efectivo de

trabajo es mucho menor al que ellas perciben que trabajan, es decir, al

intervalo de horas en que tienen abierto el local –en el caso de las

trabajadoras que tienen negocio en su casa- o a todo el tiempo en que están

trabajando y haciendo otras actividades a la vez –en el caso de las

fabricantes de productos-. Esto genera una falsa sensación de actividad

laboral excesiva; por otro lado, también se genera una situación contraria,

en la cual las trabajadoras dicen tener bastante tiempo libre para destinar a

otro tipo de actividades laborales, pero al indagar en cuáles son esas

actividades, un gran porcentaje de éstas corresponde a actividades que se

relacionan de alguna u otra forma a la actividad laboral que realizan, como

la compra de insumos para producir,

En relación a las patologías asociadas al trabajo, varias de las trabajadoras

admitieron vivir situaciones recurrentes de estrés, que atribuyen muchas

veces a la falta de capacidad organizativa que tienen. Así, si bien en

términos globales las trabajadoras consideran como algo positivo de su

trabajo el poder manejar sus propios tiempos, muchas veces esto se

manifiesta en que se les junta mucho trabajo y terminan estresadas

realizándolo a última hora. Esto se relaciona a su vez con el hecho de que las

trabajadoras se deben casi completamente a sus clientes, en el sentido de

que trabajan en función de la demanda, adecuando sus ritmos a las

necesidades del cliente; se relativiza así la idea de una autonomía

productiva del trabajador independiente. Otra de las razones del estrés es

que al trabajar solas tienen que repartir su tiempo entre las distintas

actividades necesarias para realizar su trabajo, como compra de insumos,

confección de los productos y entrega a los clientes. Todo esto además se ve

dificultado por uno de los principales factores de riesgo identificados, que

son las características del sector donde viven: lejanía del centro, difícil

acceso por ser un cerro, caminos malos y con barro cuando llueve, escasa

luminosidad, además del estigma social que significa vivir en una toma y

que les influye en su imagen y relación con los clientes que no son del

sector. Por otro lado, las trabajadoras que tienen negocio en su casa

reconocen la intranquilidad y estrés constante que les genera el hecho de

tener que interrumpir sus actividades domésticas o recreativas cuando

llegan clientes. Se percibe que los problemas anímicos, psicológicos o físicos

Page 276: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

276

que puedan padecer las trabajadoras producto de su dinámica de trabajo, es

un elemento secundario en relación a sus aspectos positivos.

Si bien todas las trabajadoras declaran estar en cierto modo satisfechas con

su trabajo, dos de ellas lo consideran una terapia que las relaja antes que

una actividad laboral propiamente tal. Sin embargo, vale destacar que

ambas son trabajadoras que no dependen del ingreso de este trabajo –

cuentan con ingreso estable del marido y de la pensión-, sino más bien lo

ven como hobby y aprovechan el dinero que les genera.

Respecto de la inestabilidad de los ingresos, la razón por la que no les afecta

mucho es porque en la mayoría de los casos no son la única ni la principal

fuente de ingresos del hogar. Sin embargo, se reconoce que la situación de

independencia sí es fuente de incertidumbre al respecto, y que en casos en

que todos en el hogar han trabajado bajo esta forma laboral, sí ha

significado una presión extra y dificultades para la estabilidad. Para las

trabajadoras, el lograr un volumen de ingresos adecuado se vincula también

con uno de los factores de riesgo identificados, que es el bajo nivel de

recursos económicos con los que cuentan, lo cual significa una disminuida

capacidad de desarrollar y potenciar el negocio, y de realizar el respectivo

trabajo satisfactoriamente. Como se observó, sus ingresos dependen del

volumen de ventas, que con una demanda variable, se constituyen como un

desafío mes a mes. Esto se ve influido por diversos factores, donde los

principales son elementos que las trabajadoras no tienen capacidad de

controlar. Dentro de estos elementos está la competencia que lleva asociada

al rubro en que se desenvuelven, sobre la cual las trabajadoras afirman no

preocuparse ya que no les influye. Si bien en algunos casos eso puede ser

real, se observa en el discurso que en varios casos la competencia

efectivamente les influye, y de forma negativa, al no poder vender sus

productos en el sector porque hay varias que venden, o al reconocer que los

momentos buenos del negocio son cuando los demás negocios están

cerrados.

Por otro lado, en relación a la influencia de la inestabilidad laboral en el

ámbito emocional, constantemente sus actividades no laborales se ven

influidas o interrumpidas por el trabajo. Ya se mencionó en el caso de las

trabajadoras con negocio en su casa, pero también pasa a un nivel más

implícito en las demás vendedoras, que aun cuando están en momentos de

descanso y/o compartiendo con sus familias o amigos, tienen que estar

comunicándose con los clientes, contestando llamadas y WhatsApp, lo cual

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277

no las permite desconectarse del trabajo. Cabe mencionar que,

considerando el nivel de variabilidad de la demanda, no es una opción para

las trabajadoras seleccionar en qué momentos atender o no atender a los

clientes que las solicitan, ya que esto podría significar perder a algunos de

los pocos clientes que tienen.

Un elemento relevante en relación a la dimensión emocional de las

trabajadoras, es que su percepción de tiempo libre está alterada por la idea

de que no trabajar significa no hacer nada. Subyace la noción de que la

única actividad que pueden realizar para entretenerse, mantenerse activas

y ocupadas, es trabajar. Sabiendo entonces que las trabajadoras destinan

gran parte de su tiempo a estar con sus hijos –por eso prefieren trabajar en

sus casas-, y que a la vez declaran no tener mucho tiempo libre, se entiende

que el estar en la casa, con los hijos, también se considera de cierta forma

un trabajo. La sensación de estar todo el día ocupadas trabajando cobra

sentido bajo esta lógica, ya que las trabajadoras reparten casi todo su

tiempo entre realizar la actividad laboral que les genera ingresos, realizar

las labores domésticas, y estar pendientes y acompañando a los hijos.

En otra línea, considerando la influencia de la inestabilidad laboral en el

ámbito de las trabajadoras denominado como biográfico, al parecer ésta no

incide de forma significativa en las trabajadoras, ya que todas se sienten

bastante satisfechas con sus dinámicas de trabajo. Si bien reconocen la falta

de beneficios a la que se ven sometidas por no tener un contrato, en general

esto no les afecta mucho, porque no le ven tanta validez; prefieren trabajar

cómodas en sus casas, que salir a trabajar y tener a alguien que las mande.

Otro elemento a considerar respecto del por qué las trabajadoras no ven

afectada la satisfacción sobre su trabajo en relación a su inestabilidad

laboral, es que en general varias de ellas realizan este trabajo porque les

gusta. Si bien valoran la retribución económica que les genera, ésta pasa a

segundo plano, ya que dentro de las motivaciones o razones más

importantes para realizar este tipo de trabajo es que les gusta, se

entretienen, se sienten cómodas, y es lo que saben hacer; de hecho, algunas

lo ven como un hobby más que como un trabajo.

Las trabajadoras se rigen mucho bajo la lógica de aprender ellas mismas a

hacer cosas para luego venderlas o hacer algo productivo con ellas, sin

esperar que les lleguen las condiciones propicias para llevar a cabo

determinados proyectos. En ese sentido, suplen muchos de los factores de

Page 278: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

278

riesgo ya mencionados –carencia de recursos económicos, desventajas del

lugar donde viven, etc.- con iniciativas, ya sea individuales o sociales (entre

las mismas trabajadoras), que les permitan desenvolverse a pesar de las

situaciones adversas, y lograr algo productivo (ingresos o la satisfacción de

poder hacer lo que le gusta). En relación a lo mismo, dentro de las

expectativas y proyecciones de las trabajadoras, es compartida la idea de

querer surgir y agrandarse, planteándose metas relacionadas a mejorar sus

condiciones de trabajo.

Para finalizar, resulta interesante indagar en la relación entre lo expresado

explícitamente por las trabajadoras, y las nociones e ideas subyacentes a su

discurso. En ese sentido, si bien en términos generales se observa un nivel

de conformidad bastante alto de parte de las trabajadoras hacia su trabajo,

al introducirse en las dimensiones subjetivas (psicológica, emocional y

biográfica) es posible notar que los elementos relacionados con la

inestabilidad laboral influyen de varias formas en ellas. La inestabilidad

laboral incide muchas veces de forma negativa en el ámbito psicológico de

las trabajadoras, en la incertidumbre frente al día a día, en el uso del

tiempo libre, en la interacción con sus pares, entre otros; o bien influye

también de forma positiva en sus proyecciones, al ser un impulso o

motivación para sobrepasar los factores que influyen negativamente y

realizar proyectos propios de forma autónoma e independiente.

Esta situación en que las trabajadoras no consideran la inestabilidad laboral

como algo que les influya mucho en su trabajo y en sus vidas, puede ser

atribuida a que para las trabajadoras es fundamental el hecho de tener un

trabajo que puedan compatibilizar con estar en la casa con sus hijos, que

para casi todas es la principal razón de mantener ese tipo de trabajo. Eso

podría generar la percepción de una satisfacción general con el trabajo,

dejando en segundo plano los elementos asociados a su estabilidad laboral

y al cómo influyen en su vida. Cabe destacar que la mayoría de las

trabajadoras no respondió a la pregunta sobre la percepción que tenían de

los derechos laborales siendo trabajadoras que se encuentran al margen de

la legislación, lo cual da cuenta de un distanciamiento respecto de las

formas de protección social y laboral.

Conclusiones

Al revisar la conceptualización de trabajo independiente planteada por

Thelma Gálvez (2001), se observa que la situación de estas trabajadoras no

Page 279: Panorámica Del Trabajo en El Chile Neoliberal Nº1 - GEIT

279

corresponde a aquella que se había supuesto en un inicio –a saber, la

exclusión de la posibilidad de trabajar como asalariadas y su consecuente

necesidad de resolver la situación en mercados marginales-, sino que por el

contrario, corresponde a la situación en la cual poseen un elemento que les

permite trabajar por su cuenta sin vender su fuerza de trabajo. De este

modo, es posible relativizar el contraste de ambas situaciones, en tanto no

se corresponden necesariamente con una situación de trabajo

“mala/inestable” o “buena/estable”, respectivamente, ya que en este caso

por ejemplo vemos trabajadoras que optan por la independencia y por no

vender su fuerza de trabajo, aunque esto signifique condiciones de trabajo

precarias e inestables.

Como se vio, las trabajadoras tenían bastantes dificultades (económicas,

educativas, socioculturales, etc.) que les significaban limitantes para llevar a

cabo sus negocios, pero mediante una lógica de emprendimiento y auto

aprendizaje se arreglaban para desarrollar sus actividades, enfrentando las

condiciones adversas a las que se ven sometidas. Efectivamente se observa

que las trabajadoras asumen diversos riesgos en relación a la demanda y los

clientes, a la continuidad de los ingresos según su capacidad de vender, y la

falta de regulaciones y protecciones laborales por no poseer contrato

(Acuña & Pérez, 2005).

Ante la cuestión del modo de producción en que se insertan las

trabajadoras -si corresponde a un modelo productivo extracapitalista o a un

encadenamiento productivo (Portes & Hoffman, 2003)- se observa que es

más bien una situación de economía periférica o “de subsistencia”. Si bien

existen ciertas cadenas donde las trabajadoras deben responder a las

necesidades de sus clientes, esto no corresponde a una cadena productiva

propiamente tal, sino que a una situación de producción marginal, con

relaciones laborales y condiciones de inserción en el mercado inciertas e

inestables. Efectivamente, como plantea Tokman (1995), esta situación

corresponde al proceso de “Modernización con explotación”, en tanto se

enmarca en un contexto estructural de informalidad flexible y asociada a

bajos niveles de dinamismo, capital y producción.

Finalmente, a partir de los resultados obtenidos, es posible plantear ciertas

líneas e hipótesis de estudio, considerando que la investigación

desarrollada constituía un estudio exploratorio cuyo objetivo era abrir el

campo de estudio y vislumbrar nuevos fenómenos.

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De este modo, en primer lugar, atendiendo a la satisfacción general que

sienten las trabajadoras con un trabajo precario y altamente inestable, cabe

preguntarse por qué sucede esta situación. Una hipótesis es que el punto de

comparación de las trabajadoras es el no trabajar y estar sometidas a

estructuras familiares rígidas y patriarcales, en las cuales el rol de la mujer

siempre ha estado relegado al cuidado del hogar y de los niños. Frente a

esta situación, cualquier caso en que ellas se sientan más empoderadas, más

emancipadas, con más autonomía y capacidad de tomar decisiones, será

visto con mayor satisfacción. Quizás faltó indagar en la historia de las

trabajadoras, en sus actividades pasadas y sus contextos familiares más allá

de la constitución de su familia actualmente, y en ese sentido se plantea una

posible línea de estudio que involucre estos elementos.

Otra hipótesis sobre esta situación es una posible subvaloración de la

precariedad a la que se ven sometidas, debido a lo que se puede lograr con

el trabajo, especialmente el acompañamiento y apoyo económico que le

pueden brindar a sus familias y sobre todo a sus hijos. En este sentido, la

satisfacción que les genera poder estar con ellos, así como poder contribuir

económicamente al bienestar de sus familias, puede hacer que los

elementos negativos del trabajo se minimicen o invisibilicen. Se hace

patente por tanto la necesidad de indagar más profundamente en las

expectativas de vida en función de la familia, y la realización personal por

este medio.

Finalmente, se espera que la generación de información en un tema como

este no se enmarque exclusivamente dentro de los márgenes que

involucran a la población específica a investigar, sino que pueda servir

como ejemplo de los fenómenos que hoy en día se están dando en materia

de condiciones laborales de los trabajadores independientes del sector

informal en Chile. Por lo tanto, se espera que sirva como motivación para

seguir estudiando las formas específicas y atípicas de trabajo en el país,

sobre todo aquellas que presentan mayores niveles de vulnerabilidad e

inestabilidad para los trabajadores.

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