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    Padres de la Iglesia I Escuela de Alejandra 1

    EL COMIENZO DE LA ESCUELA DE ALEJANDRA

    I. INTRODUCCIN 1

    II. CLEMENTE ALEJANDRINO 1

    1. VIDA 12. OBRAS 2

    2.1. El Protrptico 2

    2.2. El Pedagogo 2

    2.3. Los Stromata 5

    2.4. Otras obras 6

    3. PENSAMIENTO 63.1. Cristianismo y Helenismo 6

    3.2. El perfecto gnstico 8

    3.3. Acerca de la penitencia 10

    4. COMO CONCLUSIN 12

    III. ORGENES 12

    1. VIDA 121.1. Infancia y juventud 12

    1.2. Servicio a la Iglesia de Alejandra 13

    1.3. El maestro 14

    1.4. Misiones fuera de Alejandra 14

    1.5. En Cesarea 15

    2. OBRAS 162.1. Obras teolgicas 16

    a) De Principiis 16b) Contra Celso 16

    2.2. Estudios bblicos 16a) La Hexapla 16

    b) Otras obras 162.3. Escritos varios 16

    3. ELEMENTOS DE SU PENSAMIENTO 173.1. Elementos de exgesis 17a) Los sentidos 17b) Condiciones de lectura 17c) La exgesis del AT 19d) Exgesis del NT 21

    3.2. La Paternidad de Dios 24a) El Bien 24b) La Providencia 25c) Padre del Hijo 25

    3.3. Aspectos de su Antropologa 26a) Imagen de Dios 26b) El pecado 27c) Maduracin espiritual 27

    4. EL ORIGENISMO 314.1. El inicio: s. IV/V 31

    a) Metodio de Olimpo 31b) Epifanio 31c) Jernimo 31

    1 actitud 31Cambio 31

    d) Tefilo 314.2. Desenlace: s. VI 31

    a) Resurgimiento 31b) Intervencin de Justiniano 31c) El Concilio de Constantinopla II 31

    5. A MODO DE CONCLUSIN 32

    I. Introduccin

    II. Clemente Alejandrino

    1. Vida

    [Texto 1]

    1 Esta obra escrita no ha sido compuesta artsticamente para la publicidad, sino que versasobre notas que yo guardo para mi vejez; y son un remedio frente al olvido, sencillamenteun reflejo y esbozo de aquellos brillantes discursos, llenos de vida, dignos de serescuchados, y pronunciados tambin por unos hombres dichosos y realmente merecedoresde toda estima. 2 De entre ellos, uno era el Jnico, que viva en Grecia; otros dos habitabanen la Gran Grecia (uno era oriundo de la baha de Siria, otro de Egipto); y otros [eran] deOriente: uno de Asiria y otro [conocido] en Palestina, hebreo de nacimiento. Alencontrarme con el ltimo (en realidad era el primero por su capacidad), descans trashaberle dado caza en Egipto donde estaba oculto. Realmente era como una abeja siciliana[Panteno?] que recoga nctar de las flores del campo proftico y apostlico, y que

    engendr una sincera y pura gnosis en el alma de sus discpulos (CLEMENTE, Str. I 11,12).

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    Padres de la Iglesia I Escuela de Alejandra 2

    2. Obras

    Sus principales obras conservadas son:

    - el Protrptico (protreptikov~ = estimulante, persuasivo, exhortativo);- el Paedagogo;- y los Stromata (strwma = cama, manta, tapiz);- adems, su tratado homiltico Quis dives salvetur?, basado en la percopa

    evanglica del joven rico (Mc 10,1731), expone el comportamiento cristianoante las riquezas.

    2.1. El Protrptico

    [Texto 2]

    Me parece, pues, del momento que el Logos en persona ha venido a nosotros desde el cielo,que no tenemos necesidad de andar buscando con mucho cuidado en las doctrinas humanas,en Atenas, en el resto de Grecia, tanto menos en Jonia. En efecto, si tenemos por maestro aAqul que ha llenado todo el mundo con las manifestaciones de su santa potencia, con susleyes, con sus profecas y sus enseanzas, l entonces nos ensea todo, y por medio delLogos el mundo entero ahora ha llegado a ser Atenas y Grecia (CLEMENTE, Protr. 11,112).

    [Texto 3]

    Este es el canto nuevo, la manifestacin que ha brillado en medio nuestro, del Logos queestaba al principio, preexistente a nosotros. No ahora, por primera vez, es que l ha tenidocompasin de nosotros, de nuestro error, sino ya antes, desde el principio; ahora aparecientre nosotros y nos ha salvado, cuando ya estbamos cerca de la ruina (CLEMENTE, Protr.1,7).

    [Texto 4]

    Con una rapidez increble y con una benevolencia accesible a todos la potencia divina, quehaba brillado sobre la tierra, llen el universo de semillas de salvacin. En efecto, sin unadivina providencia no habra podido haber cumplido en breve tiempo tal obra divina elSeor Jess, despreciable por su apariencia, digno de adoracin por sus obras, elPurificador y Salvador y Benigno, el Logos divino, aparecido con toda claridad comoverdadero Dios (CLEMENTE, Protr. 10,110).

    2.2. El Pedagogo

    [Texto 5]1. 1 Tres cosas hay en el hombre: costumbres, acciones y pasiones; el Logos protrptico seocup de las costumbres 2 Un Logos dirige tambin nuestras acciones: es el [Logos]consejero; y el Logos consolador sana nuestras pasiones. Pero es siempre el mismo y nicoLogos en todas sus distintas funciones, el que arranca al hombre de su inclinacin mundanaen que viva y lo conduce a la nica salvacin de la fe en Dios. []

    2. 1 El mismo Logos es tambin maestro, pero no lo es todava. El Logos maestro tienela funcin de exponer y revelar las verdades doctrinales; el Pedagogo, en cambio, cuyomenester es la prctica, primero nos exhort a fijar una conducta moral y, luego, nos incitaa cumplir nuestros deberes. []

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    Padres de la Iglesia I Escuela de Alejandra 5

    tiempo sin fin, / luz eterna, / fuente de misericordia, / agente de virtud / para la vidasanta

    de los que alaban a Dios. / Cristo Jess, / leche celestial / de los dulces pechos /extrada

    de la esposa dispensadora / de tu Sabidura. / Nosotros, los prvulos, / cuyas sencillabocas

    se alimentan / del pecho del Logos / y se sacian / con el roco del Espritu, / cantemosjuntos

    con loas sencillas, / con himnos sinceros, / al Rey cristo,/ como santo tributo / por ladoctrina de vida.

    Acompaemos con sencillez / al poderoso Nio, / como coro de paz, / los nacidos deCristo, / pueblo sabio;

    cantemos juntos / al Dios de paz (CLEMENTE, Paed. III 98,1101,3).

    2.3. Los Stromata

    [Texto 9]

    Cf. CLEMENTE, Paed. I 1,13,3 (cf. supra [Texto 5]).

    [Texto 10]

    Nuestro filsofo [el cristiano autntico] se caracteriza por estas tres notas: en primer lugar,por la contemplacin; despus, por el cumplimiento de los mandamientos; y en tercer lugar,por la formacin de hombres honestos. La integracin de estos elementos constituye algnstico. Pero si falta alguno de ellos, la gnosis permanecera coja (CLEMENTE, Str. II

    46,1).[Texto 11]

    Establecido a travs del amor en los bienes que un da poseer, habiendo superado laesperanza con la gnosis, no desea ms nada, porque ya tiene todo aquello hacia lo quetiende. Por eso permanece firme en la nica actividad inmutable, amando a la manera delgnstico, no desea ser semejante a la belleza, porque ya posee la belleza a travs del amor.Qu necesidad tiene an de coraje y de desear, aqul que ha conquistado la intimidadamorosa con Dios, si pasin, y que a travs del amor se ha ubicado entre los amigos deDios? En cuanto a nosotros, debemos alejar al gnstico perfecto de toda pasin del alma,porque la gnosis opera la ejercitacin; esta da el hbito o costumbre, y esta tranquilidad

    lleva a la aptheia (CLEMENTE, Str. IV 7374).[Texto 12]

    l [el gnstico] ama siempre a Dios hacia el cual slo est dirigido con todo su mismo sery, por esto, no odia a ninguna de sus criaturas. No envidia nada, porque nada le falta paraser semejante a Aqul que es bueno y bello. l no ama ni cosas ni personas con amorhumano, sino que ama a su Creador a travs de las criaturas; no est sujeto al deseo o alapetito, no carece de ningn bien del alma, estando ya unido a travs del amor al Amigo, aquien pertenece por su libre eleccin y al cual se acerca siempre ms a travs del ejercicioasctico, permaneciendo feliz en la posesin de sus bienes. En la posesin de la aptheia nopuede no ser semejante a su Maestro (CLEMENTE, Str. VI 7172).

    [Texto 13]

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    Haciendo as, crece la semilla depositada en l [el gnstico], segn el trabajo de agriculturaordenado por el Seor, y l permanece sin pecado. Es maestro de s mismo y vive a travsdel espritu con sus semejantes, entre los coros de los santos, aunque an est sobre latierra. Quien vive y piensa cada da a cada noche, siguiendo los mandamientos del Seor,llega a la alegra perfecta y no slo por la maana, cuando se levanta, o a medioda, sino

    cuando va dando vueltas, cuando descansa, cuando se viste y cuando se desviste. Instruye asus hijos, si los tiene; no puede separarse del mandamiento y de la esperanza; da siempregracias a Dios, como todos los vivientes que glorifican a Dios y es paciente en todaadversidad (CLEMENTE, Str. VII 80).

    2.4. Otras obras

    Cabe mencionar:

    - Excerpta ex Theodoto: extractos de un gnstico valentiniano;- Eclogae propheticae : extracto de escritos de otros en vistas a un trabajo

    personal;

    - Quis dives salvertur?: comentario a Mc 10,1731.[Texto 14]

    1 Los que ofrecen a los ricos discursos de elogio, me parece que merecidamente sonjuzgados no slo como aduladores y serviles, por pretender congraciarse demasiado conrespecto a cosas ingratas, sino tambin como impos y engaadores. 2 Impos ciertamenteporque omitiendo alabar y glorificar al nico Dios perfecto y bueno de quien todas lascosas y por medio de quien todas las cosas y hacia quien todas las cosas (cf. Rm 11,36)brindan la recompensa a hombres que andan dando vueltas en una vida, en suma,sometida al juicio de Dios. 3 Por otra parte engaadores, porque la misma abundancia es

    suficiente por s misma para envanecer a las almas de los que la poseen y corromperlas yapartarlas del camino, por el que es posible obtener la salvacin; ellos desvan lospensamientos de los ricos exaltndolos con los placeres de los elogios desmedidos yhacindolos despreciar de una vez por todas los otros asuntos, excepto la riqueza. Por ellase maravillan, echando al fuego el fuego del discurso, soplando vanidad sobre vanidad yaadiendo a la riqueza, pesada por naturaleza, una hinchazn, carga aun ms pesada, a laque ms bien habra que quitar y amputar, como enfermedad peligrosa y mortal; pues alque se exalta y engre le corresponde en forma inexorable el cambio hacia abajo y la cada(cf. Mt 23,12), como ensea la palabra divina. 4 Pero me parece que es mucho ms propiodel amor al hombre, antes que adular servilmente a los que se enriquecen y elogiarlos porel mal, ayudarlos con discursos y contribuir a su salvacin de todos los modos posibles, y

    por una parte pedir esto a Dios que enva tales cosas a sus hijos con seguridad y dulzura,por otra, con la palabra y por medio de la gracia del Salvador, sanar sus almas,iluminndolas y conducindolas hacia la adquisicin de la verdad; slo el que alcance laverdad y resplandezca tambin en las buenas obras se llevar el premio de la vida eterna. 5Se requiere tambin la oracin de un alma fuerte e insistente que llegue hasta el ltimo dade la vida, y un comportamiento propio de una disposicin buena y firme y que se extiendaa todos los mandamientos del Salvador (CLEMENTE, QDS1,15).

    3. Pensamiento

    3.1. Cristianismo y Helenismo

    [Texto 15]

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    Cf. CLEMENTE, Protr. 1,7 (cf. supra [Texto 3]);10,110 (cf. [Texto 4]); 11,112 (cf. supra[Texto 2]); Paed. III 98,1101,3 (cf. supra [Texto 8]).

    [Texto 16]

    No hay nada de extrao en el hecho de que la Filosofa sea un don de la divina Providencia,

    como propedutica para la perfeccin que se alcanza por Cristo, con tal que no seavergence de la sabidura brbara, de la que la filosofa ha de aprender a avanzar hacia laverdad (CLEMENTE, Str. VI 153,1).

    [Texto 17]

    Si decimos, como se admite universalmente, que todas las cosas necesarias y tiles para lavida nos vienen de Dios, no andaremos equivocados. En cuanto la Filosofa, ha sido dadaa los griegos como su propio testamento, constituyendo un fundamento para la Filosofacristiana, aunque los que la practican de entre los griegos se hagan voluntariamente sordosa la verdad, ya porque menosprecian su expresin brbara, ya tambin porque sonconscientes del peligro de muerte con que las leyes civiles amenazan a los fieles. Porque,

    igual que en la Filosofa brbara, tambin en la griega ha sido sembrada la cizaa (cf. Mt13,25) por aquel cuyo oficio es sembrar cizaa. Por esto nacieron entre nosotros las herejasjuntamente con el autntico trigo, y entre ellos, los que predican el atesmo y el hedonismode Epicuro, y todo cuanto se ha mezclado en la Filosofa griega contrario a la recta razn,son fruto bastardo de la parcela que Dios haba dado a los griegos (CLEMENTE, Str. VI8,67).

    [Texto 18]

    Antes de la venida del Seor, la Filosofa era necesaria a los griegos para la justicia; ahora,en cambio, es til para conducir las almas al culto de Dios, pues constituye como unapropedutica para aquellos que alcanzan la fe a travs de la demostracin. Porque tu pie no

    tropezar (cf. Pro 3,28), como dice la Escritura, si atribuyes a la Providencia todas lascosas buenas, ya sean de los griegos o nuestras. Porque Dios es la causa de todas las cosasbuenas: de unas es de una manera directa, como del Antiguo y del Nuevo Testamento; deotras indirectamente, como de la Filosofa. Y aun es posible que la Filosofa fuera dadadirectamente (por Dios) a los griegos antes de que el Seor los llamase: porque era unpedagogo para conducir a los griegos a Cristo, como la ley lo fue para los hebreos (cf. Ga3,24). La Filosofa es una preparacin que pone en camino al hombre que ha de recibir laperfeccin por medio de Cristo (CLEMENTE, Str. I 5,28).

    [Texto 19]

    Parece que la mayora de los que se llaman cristianos se comportan como los compaeros

    de Ulises: se acercan a la cultura como gente burda que ha de pasar no slo junto a lassirenas, sino junto a su ritmo y su meloda. Han tenido que taponarse los odos conignorancia, porque saben que si llegasen a escuchar una vez las lecciones de los griegos, noseran ya capaces de volver a su casa. Pero el que sabe recoger de entre lo que oye toda florbuena para su provecho, por ms que sea de los griegos pues del Seor es la tierra ytodo lo que la llena (cf. Sal 23, 1 Co 10,26), no tiene por qu huir de la cultura a lamanera de los animales irracionales. Al contrario, el que est bien instruido ha de aspirar aproveerse de todos los auxilios que pueda, con tal de que no se entretenga en ellos ms queen lo que le sea til: si toma esto y lo atesora, podr volver a su casa, a la verdaderaFilosofa, habiendo conseguido para su alma una conviccin firme, con una seguridad a laque todo habr contribuido (CLEMENTE, Str. VI 89,13).

    [Texto 20]

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    El vulgo, como los nios que temen al cuco, teme a la Filosofa griega por miedo de serextraviado por ella. Sin embargo, si la fe que tienen ya que no me atrevo a llamarlaconocimiento es tal que puede perderse con argumentos, que se pierda, pues con estoslo ya confiesan que no tienen la verdad. Porque la verdad es invencible: las falsasopiniones son las que se pierden (CLEMENTE, Str. VI 10,80).

    [Texto 21]

    La claridad contribuye a la transmisin de la verdad, y la dialctica a no dejarse arrollar porlas herejas que se presenten. Pero la enseanza del Salvador es perfecta en S misma y nonecesita de nada, pues es fuerza y sabidura de Dios (cf. 1 Co 1,24). Cuando se le aade laFilosofa griega, no es para hacer ms fuerte su verdad, sino para quitar las fuerzas a lasasechanzas de la sofstica y poder aplastar toda emboscada insidiosa contra la verdad. Conpropiedad se la llama empalizada y muro de la via. La verdad que est en la fe esnecesaria como el pan para la vida, mientras que aquella instruccin propedutica es comoel condimento y el postre (CLEMENTE, Str. I 20,99).

    3.2. El perfecto gnstico[Texto 22]

    Cf. CLEMENTE, Paed. I 1,13,3 (cf. supra [Texto 5]); I 26,127,2 (supra [Texto 7]).

    [Texto 23]

    La gnosis es, por as decirlo, un perfeccionamiento del hombre en cuanto hombre, que serealiza plenamente por medio del conocimiento de las cosas divinas, confiriendo en lasacciones, en la vida y en el pensar una armona y coherencia consigo misma y con el Logosdivino. Por la gnosis se perfecciona la fe, de suerte que nicamente por ella alcanza el fielsu perfeccin. Porque la fe es un bien interior, que no investiga acerca de Dios, sino que

    confiesa su existencia y se adhiere a su realidad. Por esto es necesario que uno,remontndose a partir de esta fe y creciendo en ella por la gracia de Dios, se procure elconocimiento que le sea posible acerca de l. Sin embargo, afirmamos que la gnosis difierede la sabidura que se adquiere por la enseanza: porque, en cuanto algo es gnosis sertambin ciertamente sabidura, pero en cuanto algo es sabidura no por ello sernecesariamente gnosis. Porque el nombre de sabidura se aplica slo a la que se relacionacon el Logos explcito. Con todo, el no dudar acerca de Dios, sino creer, es el fundamentode la gnosis. Pero Cristo es ambas realidades, el fundamento (la fe) y lo que sobre l seconstruye (la gnosis): por medio de l es el comienzo y el fin. Los extremos del comienzo ydel fin me refiero a la fe y a la caridad no son objeto de enseanza: pero la gnosis estransmitida por tradicin, como se entrega un depsito, a los que se han hecho, segn la

    gracia de Dios, dignos de tal enseanza. Por la gnosis resplandece la dignidad de la caridadde la luz en luz. En efecto, est escrito: Al que tiene, se le dar ms (cf. Lc 19,26): alque tiene fe, se le dar la gnosis; al que tiene la gnosis, se le dar la caridad: al que tienecaridad. se le dar la herencia (CLEMENTE, Str. VII 10,55).

    [Texto 24]

    La fe es, por as decirlo, como un conocimiento en compendio de las cosas ms necesarias,mientras que la gnosis es una explicacin slida y firme de las cosas que se han aceptadopor la fe, construida sobre ella por medio de las enseanzas del Seor. Ella conduce a loque es infalible y objeto de ciencia. A mi modo de ver, se da una primera conversinsalvadora, que es el trnsito del paganismo a la fe, y una segunda conversin, que es el pasode la fe a la gnosis. Cuando esta culmina en la caridad, llega a hacer al que conoce amigodel amigo que es conocido (CLEMENTE, Str. VII 10,57,).

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    [Texto 25]

    Esta gnosis a pasado por transmisin desde los Apstoles a pocos como tradicin no escrita(CLEMENTE, Str. VI 61,3).

    [Texto 26]

    As entonces la preocupacin por la ignorancia es la primera leccin para quien avanzaconforme al Logos. Habiendo pues ignorado algo busc, habiendo buscado encuentra almaestro y encontrando, crey; habiendo credo, esper y habiendo amado, desde entoncesse asemeja al amado... Scrates presenta un tal procedimiento a Alcibades que le habainterrogado:

    No crees t que yo puedo alcanzar en otra parte el conocimiento acerca de lo justo?

    S, si t mismo lo descubrieras.

    Y te parece que yo mismo no podra llegar a descubrirlo?

    Seguramente, si t lo buscases.

    Y piensas que yo no lo he buscado?

    Por cierto, si t creeras que no lo sabes.1

    Como esto tambin [son] ciertamente las lmparas de las vrgenes sensatas (cf. Mt25,1ss.), las que durante la noche estaban encendidas en la densa oscuridad de laignorancia, noche a la que la Escritura aludi veladamente. Almas sensatas, puras comovrgenes toman conciencia de que ellas mismas se encuentran en medio de la ignoranciacsmica, encienden la luz y despiertan la mente, iluminan las tinieblas y arrojan fuera laignorancia y buscan la verdad, y esperan la manifestacin del maestro.

    Es imposible digo yo que la multitud pueda llegar a ser filsofo2. Portadores de

    una rama de frula son muchos, peor los verdaderamente entusiasmados pocos, segnPlatn3. Muchos, en efecto, los llamados, pero pocos los elegidos (cf. Mt 22,14), puesno en todos dice el Apstol est el conocimiento (cf. 1 Co 8,7). Oren, entonces, afin de que nos veamos libres de los hombres perversos y malignos; porque la fe no es detodos (cf. 2 Ts 3,2 CLEMENTE, Str. V 17,4).

    [Texto 27]

    Si la gnosis no es para todos, as son los escritos [bblicos] para la masa lo mismo que paraun asno la lira, como dice el proverbio. Los cerdos gozan ms el fango que el agua limpia(CLEMENTE, Str. I 2,2).

    [Texto 28]Cf. CLEMENTE, Str. II 46,1 (cf. supra [Texto 10]).

    [Texto 29]

    A travs de la gnosis se plenifica la fe... De aqu que, partiendo de dicha fe... [hay que]alcanzar la gnosis de Dios, en cuanto es posible... Creer en Dios es la base de la gnosis(CLEMENTE, Str. VII 55,2.3.5).

    1 Cf. PLATN,Alc I 109e.2 Cf. PLATN,R VI 494: PLATN habla de ser (ei\nai), mientras que CLEMENTE de llegar a ser

    (givnomai).3 Cf. PLATN, Phd69c. PLATN est citando aqu un dicho de procedencia desconocida. Se refiere aqu alos bastones adornados con ojas que se llevaban en las fiestas de Baco.

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    [Texto 30]

    Sobre la fe construye la gnosis la verdad (CLEMENTE, Str. VII 20,2).

    [Texto 31]

    La fe es por as decir un conocimiento compendiado de lo necesario, pero el conocimiento

    es una prueba ms firme y ms segura de la doctrina asumida por la fe, por cuanto que lagnosis se construye sobre la fe a partir de la enseanza del Seor (CLEMENTE, Str. VII57,3).

    [Texto 32]

    El gnstico no desprecia a aquel que por ley divina es su hermano (CLEMENTE, Str. VII69,2).

    [Texto 33]

    Quien, entonces, a causa de la salvacin de aquellos en razn de quienes se hacecondescendiente, sencillamente se inclina a la tolerancia..., ese har para bien de su prjimo

    algunas cosas que l no necesariamente hara, si no se tratase de stos (C LEMENTE, Str. VII53,4).

    3.3. Acerca de la penitencia

    [Texto 34]

    1 Ahora bien, Dios concede la absolucin de los hechos pasados, pero de los venideroscada uno a s mismo. Y esto es arrepentirse: el condenar los hechos pasados y pedir alPadre que los olvide, el nico de todos que es capaz de hacer no realizadas las accionesrealizadas, cancelando los pecados cometidos mediante su misericordia y por el roco delEspritu. 2 En efecto, en lo que os encuentre dice en esto tambin os juzgar4; y en cadamomento proclama el fin de todas las cosas. 3 De modo que tambin el que ha hecho bienlas ms grandes cosas en la vida, pero que al final encalla en el vicio, para ese son intilestodos los esfuerzos anteriores, siendo descalificado en el punto culminante del drama; y alque antes vivi mal y superficialmente le es posible, convirtindose despus, vencercompletamente la mala vida de un largo tiempo por el tiempo posterior a la conversin (cf.Ez 18,2124; Sb 3,11); 4 Pero es necesario un gran esmero, como los cuerpos que estnfatigados por una larga enfermedad tienen necesidad de una dieta y una mayor atencin. 5Oh ladrn, quieres recibir la absolucin? No robes ms; oh adltero, ya no te dejesabrasar; oh fornicario, s puro en adelante; oh salteador, devuelve y aade algo ms; ohfalso testigo, empate en la verdad; oh perjuro, no jures ms; y corta tambin las restantes

    pasiones: la ira, la concupiscencia, la tristeza, el miedo, para que al terminar se encuentreque t ya aqu te has reconciliado con el adversario (cf. Mt 5,25; Lc 12,58). 6 Ahora bien esimposible quizs cortar de una vez las pasiones compaeras de juventud, pero se enderezancon el poder de Dios, la splica humana, la ayuda de los hermanos, la sincera conversin yla continua solicitud (CLEMENTE, QDS40,16).

    [Texto 35]

    1 Para que tomes coraje, habindote convertido as verdaderamente, y aguardes una dignaesperanza de salvacin, escucha un mito que no es un mito, sino relato verdico 5 acerca delapstol Juan, transmitido y custodiado para el recuerdo. 2 Despus que, habiendo muerto el

    4 Parece que se trata de un graphon.5 Cf. PLATN, Gor 523a.

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    tirano6, se traslad desde la isla de Patmos a feso, iba, cuando era llamado, tambin a lasregiones cercanas de los paganos, para constituir obispos, para ordenar iglesias enteras,para designar en una funcin a alguno de los sealados por el Espritu. 3 Pues bien,habiendo llegado a una ciudad no lejana [Esmirna?], cuyo nombre algunos dicen conocer,y despus de aliviar a los hermanos en las dems cosas, mirando al obispo que estaba al

    frente de todos, al ver a un muchacho de suficiente estatura corporal, elegante en su aspectoy ardiente en el alma, dijo: te confo a este con toda diligencia delante de la Iglesia y deCristo como testigo. Mientras aquel lo recibe y promete todo, ste le reitera y atestigua lasmismas cosas. 4 Enseguida parti a feso y el presbtero, llevando a casa al muchacho quele haba sido confiado, lo cri, lo dirigi, lo cuid con afecto y finalmente lo ilumin;despus de esto le concedi la mayor atencin y proteccin por haberle puesto la perfectasalvaguarda: el sello del Seor. 5 Pero, habindose relajado aquel muy pronto, se leacercaron para corromperlo algunos coetneos, perezosos y libertinos, habituados a lasmalas acciones; al principio lo inducen por medio de banquetes lujosos, luego se renenincitndolo a salir de noche para robar ropa, por ltimo lo consideraron digno de colaboraren asuntos ms graves. 6 Este se fue acostumbrando en poco tiempo y por la talla de su

    naturaleza se apart del camino recto como un caballo desbocado y robusto, y mordiendofuertemente el freno fue llevado al abismo. 7 Habiendo desesperado totalmente de lasalvacin en Dios, no concibi realizar ya nada pequeo sino algo grande y, puesto que sehaba perdido de una vez, consideraba digno sufrir las mismas cosas que los dems.Habiendo tomado a estos mismos y compuesto una banda de ladrones, fue pronto el jefe deladrones, el ms violento, el ms homicida y ms cruel. 8 Despus de un tiempo y habiendosobrevenido una necesidad, llaman de nuevo a Juan. ste, despus que orden las demscosas por las cuales haba venido, dijo: Ea, pues, obispo, devulvenos el depsito que yo yCristo te confiamos en la Iglesia como testigo, al frente de la cual ests. 9 Aquel alprincipio qued atnito pensando que era acusado falsamente por riquezas que l no habarecibido, y no poda dar fe respecto de cosas que no tena ni tampoco desconfiar de Juan;pero cuando ste dijo: te reclamo al muchacho y la vida del hermano, el presbtero,gimiendo profundamente y derramando alguna lgrima, respondi: l ha muerto. Cmoy de qu muerte? Dijo: para Dios ha muerto; en efecto, result malvado y perdido, ensuma un ladrn, y ahora, en lugar de la Iglesia se ha retirado a la montaa con unasoldadesca semejante. 10 Desgarrndose la vestidura y golpendose la cabeza con grangemido, el apstol dijo: qu buen guardin de la vida del hermano dej ...! Ea, que mepreparen un caballo y que alguien haga de gua del camino. Inmediatamente salicabalgando de la iglesia como estaba. 11 Habiendo llegado a la regin es capturado por loscentinelas de los ladrones y, sin huir y sin rogar, grita: para esto he venido, conducidmeante vuestro jefe. 12 Mientras tanto, aquel aguardaba armado como estaba; pero cuando

    reconoci que era Juan el que se acercaba, avergonzado emprendi la huida. Aquel lopersegua con toda su fuerza, olvidndose de su edad, y grit: 13 Por qu huyes de mi, ohhijo, que soy tu padre, desarmado, viejo? Ten piedad de mi, oh hijo, no temas. Tienes anesperanzas de vida. Yo interceder ante Cristo por ti. Si es necesario soportar con gusto tumuerte, como el Seor la soport por nosotros, por ti entregar mi vida. Detente, cree:Cristo me envi. 14 Este, en cambio, habiendo escuchado, primero se detuvo bajando lavista, luego arroj las armas, finalmente temblando llor amargamente, abraz al ancianoque se acercaba, alegando, defendindose como poda, con sus gemidos y bautizndose porsegunda vez con sus lgrimas, slo ocultaba su mano derecha. 15 Aquel [Juan] dandogarantas, jurando que haba encontrado perdn para l de parte del Salvador, pidiendo,cayendo de rodillas, besndole la mano derecha como que estaba purificada por la

    6 Se refiere a Domiciano, emperador romano del 8196.

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    conversin, lo hizo volver a la Iglesia y rogando con abundantes splicas, luchando con len continuos ayunos, encantando su mente con variadas cadenas de discursos, no semarch, segn se dice, antes de ponerlo al frente de la Iglesia, dando gran ejemplo desincera conversin y gran seal de renacimiento, trofeo de victoria de una resurreccin quese ve. 16 Resplandeciente de serena alegra, cantando himnos, abriendo los cielos.

    Delante de todos el Salvador en persona sale al encuentro dndoles la bienvenida,extendiendo una luz sin sombras, incesante, guindolos al seno del Padre, a la vida eterna,al reino de los cielos. 17 Que uno crea estas cosas tanto a los discpulos de Dios como aDios garante, a las profecas, a los evangelios, a las palabras apostlicas; si vive conforme aestas, prestndoles odos y poniendo en prctica las obras ver, sobre la misma salida deaqu, el fin y la prueba de las enseanzas. 18 Pues el que aqu acepta al ngel de laconversin, no necesitar conversin entonces, cuando deje el cuerpo, ni se avergonzar alver al Salvador que se acerca con su gloria y su ejrcito; no teme al fuego. Pero si uno eligepermanecer pecando cada vez ms en los placeres y prefiere la vida regalada de aqu a lavida eterna y cuando el Salvador ofrece el perdn da la espalda, que no acuse ya a Dios ni ala riqueza ni el haber cado antes, sino a su propia alma que se pierde a propsito. 19 Al que

    mira y anhela la salvacin e importunamente (cf. Lc 11,8) y con violencia (cf. Mt 11,12) lapide, el Padre bueno que est en los cielos le procurar la verdadera purificacin y la vidainmutable. 20 A quien, por medio de su Hijo Jesucristo, Seor de vivos y muertos, y pormedio del Espritu Santo sea la gloria, el honor, el poder, la eterna majestad ahora y por lasgeneraciones de las generaciones y por los siglos de los siglos. Amn (C LEMENTE, QDS42,120).

    4. Como conclusin

    III. Orgenes1. Vida

    Las fuentes que nos informan sobre la vida de Orgenes son:

    - el 1 libro de la Apologa de Panfilio, presbtero de la Iglesia de Cesarea quecustodiaba la biblioteca de Orgenes y que habra muerto mrtir en el 307, bajola persecucin de Docleciano;

    - el libro 6 de la Historia Eclesistica de Eusebio de Cesarea ( 339);- el discurso de despedida de la escuela de Cesarea de Gregorio Taumaturgo (ca.

    250).

    1.1. Infancia y juventud

    [Texto 36]

    8 antes de ocuparse de las disciplinas helnicas, en toda ocasin lo iba [su padreLeonidas] introduciendo en los estudios sagrados, exigindole cada da pasajes de memoriay relaciones escritas. 9 Estos ejercicios no le desagradaban al nio, antes bien, incluso seempeaba en ellos con ardor excesivo, hasta el punto de que, no contentndose con lossentidos simples y obvios de las Escrituras Sagradas, ya desde entonces buscaba algo ms einvestigaba visiones ms profundas, de manera que llegaba a poner en apuros a su padre

    preguntndole qu quera significar el sentido de la Escritura divinamente inspirada(EUSEBIO,HEVI 2,89).

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    [Texto 37]

    4 Muy poco falt, efectivamente, para que la muerte se le acercara, de no ser la divina ycelestial providencia que, en provecho de una gran mayora y por medio de su madre, se leinterpuso como obstculo de su celo. 5 Ella primeramente le [a Orgenes] rog con palabrasexhortndole a tener consideracin a sus disposiciones maternales para con l, pero cuandolo vio terriblemente excitado, preso todo l del deseo del martirio al enterarse de que supadre haba sido arrestado y encarcelado, le escondi todos sus vestidos y as le oblig apermanecer en casa. [] 12 Cuando su padre muri mrtir, l qued solo con su madre yseis hermanos ms pequeos, cuando an no contaba ms de diecisiete aos. 13 Lahacienda paterna fue confiscada por el tesoro imperial, y l con los suyos se encontr en laindigencia de las cosas necesaria para la vida (EUSEBIO,HEVI 2,45.1213).

    [Texto 38]

    Iniciado por su padre previamente en las disciplinas de los griegos, despus de la muerte deste se entreg con mayor celo al estudio de las letras, de modo que, no mucho despus dela muerte de su padre, tena ya una preparacin suficiente en conocimientos gramaticales.Con su entrega a estos estudios se procuraba en abundancia para su edad lo necesario(EUSEBIO,HEVI 2,15).

    1.2. Servicio a la Iglesia de Alejandra

    [Texto 39]

    1 Hallndose entregado a la enseanza y no habiendo en Alejandra nadie dedicado a lainstruccin catequtica, pues todos haban sido expulsados por la amenaza de lapersecucin, algunos gentiles acudieron a l para escuchar la Palabra de Dios. [] 3Orgenes iba a cumplir los dieciocho aos cuando se puso a la cabeza de la escuela

    catequtica Tambin fue entonces cuando hito su nombre famossimo entre todosaquellos a quienes mova la fe, por la acogida y solicitud que mostraba para con todos lossantos mrtires conocidos y desconocidos. [] 8 Y cuando vio que los discpulos acudanan ms numerosos y que l era el nico encargado por el jefe de la Iglesia Demetrio de laescuela catequtica, considerando que la enseanza de la gramtica era incompatible con elejercicio de las disciplinas divinas, rompi sin vacilar con el estudio de la gramtica conointil y contrario a las ciencias divinas. 9 Despus, con buen clculo, para no necesitar de laayuda de otros, se deshizo de todas las obras que hasta entonces tena de literatura antigua,trabajadas con mucho gusto, y se contentaba con los cuatro bolos que cada da le llevabael que se las compr. Durante muchos aos continu llevando este gnero de vida defilsofo, arrancando de s mismo cuanto pudiera dar pbulo a sus pasiones juveniles,

    soportando durante todo el da no pequeas fatigas ascticas y, por la noche, consagrndosela mayor parte del tiempo al estudio de las divinas Escrituras. As perseveraba en una vidalo ms filosfica posible, ya fuera en ejercicio de ayuno, ya moderando el tiempo del sueo,que, por lo dems, nunca trataba de tomarlo sobre el lecho, en absoluto, sino a toda costasobre el suelo (EUSEBIO,HEVI 3,1.3.89).

    [Texto 40]

    1 En este tiempo, estando ocupado en el trabajo de la catequesis en Alejandra, Orgenesllevaba a cabo una hazaa que, si demuestra un nimo inmaduro y juvenil, ofrece a la vezuna prueba rotunda de fe y de continencia. 2 Efectivamente, tomando muy a la letra connimo bastante juvenil la frase: Hay eunucos que se castraron a s mismos por el reino de

    los cielos (cf. Mt 19,12) y pensando, por una parte, cumplir as la palabra del Salvador, ypor otra, con el fin de evitar entre los infieles toda sospecha y calumnia vergonzosa, puesto

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    que, siendo tan joven, trataba de las cosas de Dios no slo con hombres, sino tambin conmujeres, se decidi a poner por obra la palabra del Salvador, cuidando de que pasarainadvertido a la mayora de los discpulos. 3 Pero no le era posible, aun querindolo, ocultarhazaa semejante, y as ms tarde lo supo Demetrio, como presidente de aquella Iglesia.Mucho fue lo que le admir por aquella hazaa, y aceptando el celo y la sinceridad de su fe,

    le exhortaba a tener nimo y le estimulaba a empearse ahora con ms fuerza en la obra dela catequesis (EUSEBIO,HEVI 8,13).

    1.3. El maestro

    [Texto 41]

    1 Por esta poca, tambin Ambrosio, que tena las opiniones de la hereja de Valentn,convencido por la verdad presentada por Orgenes y como si una luz le hubiera iluminadola mente, dio su asentimiento a la doctrina de la ortodoxia eclesistica. 2 A muchas otrasgentes instruidas, al extenderse a todas partes la fama de Orgenes, acudan tambin a lcon el fin de experimentar la pericia de este hombre en las doctrinas sagradas. Y miles de

    herejes y no pocos filsofos de los ms sealados se adheran a l con afn, y l les instruano slo en las cosas divinas, sino incluso en la filosofa de fuera. 3 Efectivamente, acuantos vea bien dotados naturalmente, los iniciaba en los conocimientos filosficos,dndoles geometra, aritmtica y las otras disciplinas preliminares, guindolos por lassectas existentes entre los filsofos, explicando minuciosamente las obras de stos ycomentando y examinando a cada uno; de manera que, incluso entre los mismos griegos, sele proclamaba como gran filsofo. 4 Y a muchos, incluso de los menos preparados, losiniciaba en las disciplinas cclicas, declarando que por ellas tendra no pequeacapacitacin para el examen y preparacin de las divinas Escrituras; de ah que considerasenecesario, sobre todo para s mismo, el ejercitarse en las disciplinas mundanas y en lasfilosficas (EUSEBIO,HEVI 18,14).

    [Texto 42]

    74 l [Orgenes] puso todo su esfuerzo en atraernos a l: desarrollaba discursos de todotipo, a desplegaba como dice el refrn todas la velas y empleaba todas sus fuerzas.[] 80 nos tena como inmovilizados por su manera de proceder sin artificio, como apersonas encantadas, nos fijaba a s por medio de sus palabras no se cmo con unasuerte de fuerza divina (GREGORIO TAUMATURGO, Or. pan. 74.80).

    [Texto 43]

    95 Tal era, ms o menos, nuestro estado cuando nos acogi y, semejante a un agricultor,nos fue rodeando de su competencia, sin contentarse con remarcar lo que todos aprecian y

    que aparece en la superficie, sino que trabaj la tierra, poniendo a prueba nuestro fondoms ntimo, interrogando, proponiendo, escuchando nuestras respuestas. Cuando habadescubierto algo en nosotros que no era improductivo o intil, sino prometedor deresultados, 96 entonces remova la tierra, escarbada derredor, lo regaba y pona todo enmovimiento y, por su parte, conduca todo su cuidado y nos trabajaba sin descanso(GREGORIO TAUMATURGO, Or. pan. 9596).

    1.4. Misiones fuera de Alejandra

    [Texto 44]

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    1 A partir de entonces comenz tambin Orgenes sus comentarios a las divinas Escrituras.Fue Ambrosio7 quien le instig, y no solamente con cuantos nimos y exhortaciones podade palabra, sino tambin con muy abundantes subvenciones para todo lo necesario. 2Efectivamente, cuando dictaba, tena a mano ms de siete taqugrafos, que se relevabancada cierto tiempo ya fijado, un nmero no menor de copistas y tambin algunas jvenes

    prcticas en caligrafa. Lo necesario para todos ellos lo proporcionaba Ambrosio en granabundancia. Ms todava, contribuy con celo indecible al estudio afanoso de los divinosorculos y con ello empujaba a Orgenes a componer los comentarios (EUSEBIO,HEVI23,12).

    1.5. En Cesarea

    [Texto 45]

    Por este tiempo destacaba Firmiliano, obispo de Cesarea de Capadocia. Tan grande era suinters por Orgenes, que una vez lo llam a su propia regin para provecho de las Iglesias,y otra vez march l a Judea, a casa de Orgenes, y convivi algn tiempo con l para

    mejoramiento en las cosas divinas. Y no slo l, tambin Alejandro, el obispo de Jerusaln,y Teocristo, el de Cesarea, estaban adheridos a l en todo tiempo como a nico maestro y leencomendaron que se ocupase de la interpretacin de la Sagrada Escritura y del resto de laenseanza eclesistica (EUSEBIO,HEVI 27).

    [Texto 46]

    Fue entonces, como era natural tambin, mientras la fe se multiplicaba y nuestra doctrina seexpresaba con libertad por todas partes, cuando Orgenes, segn dicen, habiendosobrepasado los sesenta aos y por tener ya reunida una gran experiencia con su largapreparacin, permiti a los taqugrafos transcribir las conferencias tenidas por l en pblico,siendo as que nunca anteriormente consinti que esto se hiciera (EUSEBIO,HEVI 36,1).

    [Texto 47]

    En cuanto a Orgenes, cuntas y cules cosas le sucedieron en la persecucin y el fin quetuvieron, siendo as que el demonio malvado haba enfilado a porfa contra l todo suejrcito y luchaba contra l con todas sus artes, y todo su poder, y se abata sobre l demodo diferente que sobre todos los dems a quienes haca la guerra entonces; y luegocuntos y cules sufrimientos hubo de soportar aquel hombre por la doctrina de Cristo:cadenas y torturas, los suplicios en la lobreguez de la crcel; y cmo habiendo tenido suspies durante muchos das extendido en el cepo hasta el cuarto agujero y despus de seramenazado con fuego, soport an con entereza muchos otros tormentos que sus enemigosle inferan; y en qu par todo esto, ya que el juez se esforzaba porfiadamente con todas sus

    fuerzas porque no se le quitara la vida; y despus de todo esto, qu clases de sentencias hadejado tras de s, llenas tambin ellas de provecho para los que necesitan recuperarse: todoesto lo contienen las numerosas cartas [perdidas] de este hombre, con tanta verdad yexactitud (EUSEBIO,HEVI 39,5).

    7 Rico gnstico valentiniano (cf. EUSEBIO,HEVI 18,1; supra [Texto 41]) que, tras su conversin, oficio demecenas de Orgenes.

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    2. Obras

    2.1. Obras teolgicas

    a) De Principiis

    Consta de 4 libros:

    - libro I: Trinidad y creacin de los ngeles;- libro II: creacin y redencin del mundo y del ser humano;- libro III: libertad de la voluntad humana, tentacin y pecado, restauracin

    escatolgica de todas las cosas en Dios;

    - libro IV: inspiracin e interpretacin de la Sagrada Escritura.b) Contra Celso

    2.2. Estudios bblicos

    a) La Hexapla

    b) Otras obras

    Orgenes compuso trabajos en tres gneros literarios una serie de obras exegticas decasi todos los libros de la Biblia:

    - tovmoi, eruditos y amplios tomos o comentarios teolgicos;- scovliai al, escolios o explicaciones concretas y observaciones marginales al

    texto de la Biblia;- y oJmilivoi, homilas pblicas, pronunciadas en Cesarea y publicadas despus

    de haber revisado las notas tomadas por los taqugrafos.

    De este ingente material slo se ha conservado una parte:

    - en el original griego 8 libros de los Commentarii in Matthaeum y 9 de losCommentarii in Iohannem;

    - en traduccin latina, 4 librosIn Canticum canticorum, la segunda mitad de losCommentarii in Matthaeum y 10 libros de los Commentarii in epistulam ad

    Romanos.

    2.3. Escritos varios

    Menciono entre otros:

    - Tratado sobre la oracin (233234), compuesto a pedido de su amigoAmbrosio; en la 2 parte explica el Padrenuestro;

    - Exhortacin al martirio (235), compuesto al comienzo de la persecucin deMaximino el Tracio (235238) para dos amigos, el dicono Ambrosio y elpresbtero Protecto;

    - Dilogo con Herclides (246248), discusin teolgica tenida en Tura (Arabia);

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    - Cartas, quedan slo algunas dirigidas a Gregorio Taumaturgo (ca. 250) y aJulio Africano, oficial y escribano al servicio del emperador Alejandro Severo(222235) que haba organizado una biblioteca pblica.

    3. Elementos de su pensamiento

    3.1. Elementos de exgesis

    a) Los sentidos

    [Texto 48]

    Es necesario que esbocemos lo que pensamos de los rasgos de esta comprensin de lasEscrituras. Es menester, en primer lugar, mostrar que el fin que se propone el Espritu, queilumina conforme a la providencia divina y por medio del Logos que desde el principio est

    junto a Dios a los ministros de la verdad, los profetas y los apstoles, quienes vieronprincipalmente los misterios inefables que hacen a los asuntos concernientes a los

    hombres, para que aquellos que pueden ser enseados, habiendo examinado los textos ahabindose avocado a la bsqueda de su sentido profundo, comuniquen a todos lasdoctrinas que esos sentidos quieren expresar (ORGENES,De princ. IV 2,7).

    Orgenes aprecia en este texto 3 niveles de sentido escriturstico que se corresponden alcuerpo, alma y espritu del ser humano:

    - el sentido coporal o literal,- el sentido psquico o moral,- y el sentido espiritual o mstico.

    [Texto 49]

    4 Tres veces debe grabarse uno en el alma los sentidos de los textos sagrados: el sencillodebe ser edificado por la carne de la Escritura as llamamos a la interpretacin que est alalcance de la mano; el que est ms avanzado debe ser edificado por el alma de laEscritura; y el perfecto... se edifica mediante la ley espiritual que contiene la sombra de losbienes futuros (cf. Col 2,17; Hb 10,1). En efecto, como el hombre se compone de cuerpo,alma y espritu, as tambin la Escritura que Dios ha donado en su providencia para lasalvacin de los hombres. []

    5 Pero dado que hay ciertos textos escritursticos no poseen para nada un sentido

    corporal, en algunos pasajes hay que buscar slo el alma y el espritu de la Escritura(ORGENES,De princ. IV 2,45).

    b) Condiciones de lectura

    [Texto 50]

    T, mi seor e hijo, aplcate principalmente a la lectura de las divinas Escrituras, est bienatento en ello. Porque tenemos necesidad de mucha aplicacin cuando leemos los librosdivinos, para no decir o pensar algo demasiado precipitadamente. Y si te aplicas a leer conintencin de creer y de complacer a Dios, llama entonces a la puerta de Aqul, ante quien tucapacidad de acogida est an cerrada, y el portero te abrir la puerta, ese acerca del cual

    dijo Jess: A ese le abre el portero (cf. Jn 10,3).Y si te ocupas de esta lectura divinabusca, de manera recta y con firme fe en Dios, el sentido de las Escrituras divinas, que

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    permanecen ocultos a la gran mayora. Pero no te contentes con llamar a la puerta y conbuscar porque, en efecto, lo ms necesario es orar para comprender las cosas divinas. Aellos nos anima el Salvador, no slo con las palabras Llamad y se os abrir!, y Buscady encontraris!, sino tambin diciendo: Pedid y se os dar! (cf. Mt 7,7; Lc 11,9 ORGENES,Ep. a Gregorio Taumaturgo 3[4]).

    [Texto 51]

    Hay que reconsiderar el pensamiento del santo Apstol y es preciso examinar lo que habaquerido decir, cuando dijo: Si uno se convierte al Seor, ser removido el velo (cf. 2 Co3,16), aadiendo: El Seor es Espritu (cf. 2 Co 3,17), por lo que parece explicar qu es elSeor. Quin ignora que el Seor es Espritu? Acaso trataba en este pasaje de lanaturaleza o sustancia del Seor para decir que el Seor es Espritu? Estemos atentos paraque no slo cuando se lee a Moiss, sino tambin cuando se lee a Pablo, no haya un velopuesto sobre nuestro corazn (cf. 2 Co 3,15).

    Es claro que si somos negligentes para escuchar; si no ponemos inters para aprender ycomprender, no slo la Escritura de la Ley y los profetas, sino tambin la de los apstoles yla de los Evangelios, est cubierta para nosotros con un gran velo. Yo temo que por excesode negligencia y nuestra estupidez de corazn, los libros divinos estn para nosotros no slovelados, sino incluso sellados, de modo que si se pone en la mano de un hombre que noconoce las letras un libro para que lo lea, diga que no sabe leer; si se pone en la mano de unhombre que conoce las letras, diga que est sellado (cf. Is 29,1112). Donde se muestra queno slo debemos aplicarnos con inters para aprender las Sagradas letras, sino inclusosuplicar al Seor y conjurarlo da y noche 34, para que venga el Cordero de la tribu de Jud(cf. Ap 5,5) y l mismo, tornando el libro sellado (cf. Jr 32,11), se digne abrirlo. l es, enefecto, el que, abriendo las Escrituras, encendi los corazones de los discpulos de tal modoque dijeron: Acaso no arda nuestro corazn dentro de nosotros, cuando nos explicaba las

    Escrituras? (cf. Lc 24,32). Que l mismo se digna tambin ahora explicarnos qu es lo queha inspirado a su Apstol para que diga: Pero el Seor es Espritu; donde est el Espritudel Seor, all est la libertad (cf. 2 Co 3,17).

    En cuanto a mi, por lo poco que puedo entender a causa de la debilidad de miinteligencia, creo que, tal como ya hemos dicho en otras ocasiones, con relacin a losoyentes, el Verbo de Dios, es llamado unas veces camino, otras verdad, vida, resurreccin(cf. Jn 14,6; 11,25), otras veces es llamado tambin carne (cf. Jn 1,14) y en otras ocasionesespritu (cf. 2 Co 3,17). Aunque asumi verdaderamente de la Virgen la sustancia de lacarne, en la que padeci en la cruz y en la que dio principio a la resurreccin, no obstante elApstol dice en un pasaje: Aunque hayamos conocido a Cristo segn la carne, ahora ya nolo conocemos (2 Co 5,16). Tambin ahora su palabra estimula a los oyentes a unainteligencia ms sutil y espiritual y quiere que no entiendan la Ley de manera carnal, poreso dice que quien quiere que sea removido el velo de su corazn, se convierta al Seor (cf.2 Co 3,16), no al Seor-carne, pues es cierto que el Verbo se hizo carne (cf. Jn 1,14), sinoal Seor-Espritu. Efectivamente, si uno se convierte al Seor-Espritu, pasar de lo carnal alo espiritual, y de la esclavitud a la libertad; de hecho, donde est el Espritu del Seor, allest la libertad (cf. 2 Co 3,17). Y para que resulte an ms evidente lo que se nos dice,examinemos otros pensamientos del Apstol. A los que l haba considerado incapacesdice: No he intentado entre vosotros saber otra cosa, sino a Jesucristo y ste crucificado(cf. 1 Co 2,2); a stos no les dice que el Seor es Espritu (2 Co 3,17) ni les dice que Cristoes la Sabidura de Dios (cf. 1 Co 1,21.24), ya que no podan reconocer a Cristo como

    Sabidura, sino en cuanto haba sido crucificado. Otros, a los que deca: Hablamos entrelos perfectos de la Sabidura, no una sabidura de este mundo, ni de los prncipes de este

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    mundo que sern destruidos, sino que hablamos de la Sabidura de Dios escondida en elmisterio (cf. 1 Co 2,67), stos no tenan necesidad de recibir la Palabra de Dios en cuantohecha carne (cf. Jn 1,14), sino en cuanto Sabidura escondida en el misterio (cf. 1 Co 2,7 ORGENES,Hom. Ex. 12,4).

    [Texto 52]

    5 El Logos de Dios, que estaba en el principio junto a Dios, no es en toda su plenituduna multiplicidad de palabras; l no es palabras, sino un solo Logos que abraza un grannmero de ideas en la que cada una de ellas es una parte del Logos en su totalidad. []

    6 Pero dado que me hace falta el testimonio de las Sagradas Escrituras, verifico si mees posible probar de manera clara esto que estoy diciendo, mostrando que, entre nosotros, lacuestin no es slo Cristo en cuanto que de l habla un libro, si es que tomamos el trminolibro en un sentido usual. En efecto, se hace mencin de l en el Pentateuco, se trata del en cada uno de los Profetas, en los Salmos y, en una palabra, como Salvador lo dice lmismo en todas las Escrituras, a la que nos remite dicindonos: Vosotros escuchis lasEscrituras porque pensis encontrar en ellas vida eterna, pero ellas dan testimonio de m(cf. Jn 5,39). Si, entonces, nos enva a las Escrituras porque ellas dan testimonio de l, nonos enva a esta u a la otra, sino a todas ellas que lo anuncia y, en los Salmos, l se refiereal rollo del libro diciendo: En el rollo del libro se habla de m (cf. Sal 39,8 LXX). Queaqu, quien quiere interpretar literalmente en el rollo del libro de tal o tal volumen dondese trata de l, tiene que decirnos por qu motivo escoge uno ms que el otro. Y si algunosupone que en ese pasaje se nos remite al libro mismo de los Salmos como tal, convienecontestarle que tendra que haberse dicho: En ste libro se habla de m. Pero l, enefecto, llama a todas [las Escrituras] un solo rollo, porque toda la enseanza que nos hallegado sobre l est all recapitulada como en un todo.

    Pero, qu es ese libro que ha visto Juan, escrito por fuera y por dentro y sellado, que

    nadie lo poda leer ni romper sus sellos (cf. Ap 5,13), a no ser el Len de la tribu de Jud,el retoo de David (cf. Ap 5,5), Aqul que tiene la llave de David, que abre y nadie cerrar,que cierra y nadie abrir (cf. Ap 3,7)? Es toda la Escritura lo que est significado por eselibro: escrita por fuera a causa de su sentido obvio, y por dentro por su sentido secreto yespiritual (ORGENES, Comm. Ioh. V 56).

    c) La exgesis del AT

    [Texto 53]

    Nosotros, los que somos de la Iglesia, recibimos a Moiss con sobrada razn, y leemos susescritos, pensando que l, como profeta a quien Dios se ha revelado, ha descrito ensmbolos, alegoras y figuras los misterios futuros, que nosotros enseamos que se hancumplido a su tiempo. El que no comprenda esto en este sentido, ya sea judo o de losnuestros, no puede ni siquiera mantener que Moiss sea profeta. Cmo podr mantenerque es profeta aquel cuyas obras dice que son comunes, sin conocimiento del futuro y sinningn misterio encubierto? La ley, pues, y todo lo que la ley contiene, es cosa inspirada,segn la sentencia del Apstol, hasta que llegue el tiempo de la enmienda, y tiene unafuncin semejante a lo que hacen los que modelan estatuas de bronce, fundindolas: antesde sacar a luz la obra verdadera, de bronce, de plata o de oro, empiezan por hacer un bocetode arcilla, que es una primera figura de la futura estatua. Este esbozo es necesario, pero slohasta que se ha concluido la obra real. Una vez terminada la obra en vistas a la cual fue

    hecho el boceto, se considera que ste ya no tiene utilidad. Considera que hay algo de estoen las cosas que han sido escritas o hechas en smbolos o figuras de las cosas futuras, en la

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    ley o en los profetas. Cuando lleg el artista en persona, que era autor de todo, traslad laley que contena la sombra de los bienes futuros a la estructura misma de las cosas(ORGENES,Hom. in Lev. X 1).

    [Texto 54]

    17 El AT no es evangelio [buena nueva], porque no muestra al que haba de venir, sinoque lo anuncia; en cambio, todo el NT es evangelio, porque no slo dice como al comienzodel evangelio: Aqu est el cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo (cf. Jn1,29), sino que contiene diversas alabanzas y enseanzas de aquel por quien el Evangelio esevangelio. 18 Ms an: puesto que Dios puso en la Iglesia apstoles, profetas y evangelistascomo pastores y maestros (cf. 1 Co 12,28), si investigamos cul es la misin delevangelista, veremos que no es precisamente la de narrar de qu manera el Salvador cur alciego de nacimiento, o resucit a un muerto maloliente o hizo cualquier otro prodigio, y notendremos dificultad en admitir que, siendo lo caracterstico del evangelista la palabra queexhorta a tener fe en lo que se refiere a Jess, se pueden tambin llamar en cierta maneraevangelio los escritos de los apstoles. [...] 19 El evangelio es las primicias de toda la

    Escritura: y yo presento como primicia de los trabajos que espero llevar a cabo, este trabajosobre las primicias de la Escritura.

    27 [] Un evangelio es un discurso [logos] que contiene el enunciado de cosas quehan de alegrar razonablemente al que las oye, porque le han de procurar un beneficio sirecibe lo que se le anuncia. Tal discurso no es menos evangelio [buena nueva] porquerequiera, adems ciertas disposiciones en aquel que lo oye. O tambin, un evangelio es undiscurso que comporta la presencia de un bien para el que lo acepta con fe, o un discursoque anuncia la presencia de un bien esperado. 28 Todas las definiciones dichas cuadranbien con nuestros evangelios escritos. Porque cada uno de los evangelios es un conjunto deanuncios tiles al que los acepta con fe y no los interpreta mal: ellos reportan beneficios. y

    proporcionan una alegra razonable, pues ensean que por los hombres ha venidoJesucristo, el primognito de toda la creacin (cf. Col 1,15), para ser su Salvador. Est claropara todo el que cree que cada evangelio es un discurso que ensea la venida del Padre debondad en el Hijo, para todos los que quieran recibirle. 29 Y no hay duda de que por estoslibros se nos anuncia un bien esperado: porque puede decirse que Juan Bautista habla por lavoz de todo el pueblo cuando enva a decir a Jess: Eres t el que ha de venir, o hemos deesperar a otro (cf. Mt 11,3). Cristo era el bien que el pueblo esperaba, anunciado por losprofetas, hasta el punto de que todos los que estaban bajo la ley y los profetas sin distincintenan en l las esperanzas, como lo testifica la samaritana cuando dice: S que ha devenir el Mesas, llamado Cristo: cuando l venga, nos lo anunciar todo (cf. Jn 4,25)...

    [...] 33 Antes de la venida de Cristo, la ley y los profetas no contenan el anuncio que seimplica en la definicin de evangelio, porque todava no haba venido el que tena queaclarar los misterios que en ellos se encontraban. Pero cuando vino el Seor e hizo que elevangelio se encarnara, hizo por el Evangelio que todas las Escrituras fuesen como unevangelio. 34 No estar fuera de lugar recurrir a aquella parbola: Un poquito de levadurahace fermentar toda la masa (cf. Ga 5,9): porque al quitar de los hijos de los hombres consu divinidad el velo que estaba en la ley y los profetas, mostr el carcter divino de todaslas Escrituras, ofreciendo claramente a todos los que quieran hacerse discpulos de susabidura cules son las realidades verdaderas de la ley de Moiss, de las que el culto de losantiguos era una imagen y una sombra, y cul era la verdad de las cosas de los libroshistricos: porque estas cosas les acontecieron a ellos en figura (cf. 1 Co 10,11), pero se

    escribieron por nosotros, los que hemos llegado en la plenitud de los tiempos. 35 En efecto,todo hombre que ha recibido a Cristo, no adora a Dios ni en Jerusaln ni en el monte de los

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    samaritanos, sino que habiendo aprendido que Dios es espritu, le da un culto espiritual,en espritu y en verdad (cf. Jn 4,24), y ya no adora en figuras al Padre y Creador de todaslas cosas.

    36 As pues, antes del Evangelio que ha tenido lugar con la venida de Cristo, ningunade las cosas antiguas eran evangelio. Pero el Evangelio que es la Nueva Alianza, nos haarrancado de la letra aviejada (cf. Rm 7,6) y ha hecho resplandecer con la luz delconocimiento el Espritu nuevo que jams envejece, que es la novedad propia de la NuevaAlianza y que estaba depositada en todas las Escrituras... (ORGENES, Comm. Ioh. I1719.2729.3336).

    [Texto 55]

    Agar andaba errante por el desierto con su hijo y el nio lloraba, y lo abandon Agardiciendo: No vea yo la muerte de mi hijo (cf. Gn 21,15). Despus, estando el nioabandonado a punto de morir y llorando, se acerc un ngel del Seor a Agar, y le abrilos ojos, y vio un pozo de agua viva (cf. Gn 21,19). Cmo puede relacionarse esto con lahistoria? Dnde encontramos que Agar hubiera tenido los ojos cerrados, y que luego lefueran abiertos? Est ms claro que la luz que aqu hay un sentido espiritual y mstico. Elque fue abandonado es el pueblo segn la carne, el cual yace con hambre y sed, no conhambre de pan, ni con sed de agua, sino con sed de la palabra de Dios (cf. Am 8,11) hastaque se le abran los ojos a la sinagoga. ste es el misterio de que habla el Apstol, a saber,que la ceguera ha cado sobre una parte de Israel hasta que la masa de los gentiles hayaentrado, y entonces todo Israel ser salvado (cf. Rm 11,24). sta es la ceguera de Agar, laque engendr segn la carne; y esta ceguera permanecer en ella hasta que sea retiradoel velo de la letra (cf. 2 Co 3,16) por el ngel de Dios y vea el agua viva.

    Pero, nosotros mismos hemos de estar alerta, porque muchas veces tambin estamosechados junto al pozo de agua viva, es decir, junto a las escrituras divinas, y andamos

    perdidos en ellas. Tenemos los libros en las manos y los leemos, pero no alcanzamos susentido espiritual. Por ello son necesarias las lgrimas y la oracin ininterrumpida, a fin deque el Seor abra nuestros ojos, ya que a aquellos ciegos que estaban sentados en Jeric noles habran sido abiertos los ojos si no hubiesen clamado al Seor (cf. Mt 20,30). Pero, porqu digo que se han de abrir nuestros ojos, si en realidad ya estn abiertos? Porque Jessvino efectivamente a abrir los ojos de los ciegos, y nuestros ojos han sido abiertos, y hasido retirado el velo que tapaba la letra de la ley. Pero temo que nosotros los volvemos acerrar de nuevo con un sueo profundo, porque no vigilamos ni andamos solcitos dealcanzar la inteligencia espiritual, ni sacudimos el sueo de nuestros ojos, ni contemplamoslas cosas espirituales a fin de que no nos encontremos, como el pueblo carnal, puestos juntoa las mismas aguas y perdidos. Todo lo contrario: andemos despiertos, y digamos con elprofeta: No dar sueo a mis ojos, ni dejar descansar a mis prpados, ni reposar micabeza, hasta que encuentre un lugar para el Seor, un tabernculo para el Dios de Jacob(cf. Sal 132,4). A l sea la gloria y el poder, por los siglos de los siglos (ORGENES,Hom. inGen. 7,5).

    d) Exgesis del NT

    [Texto 56]

    37 No hay que ignorar que ha habido, incluso antes de la venida en un cuerpo, una venidaespiritual de Cristo para los hombres que haban alcanzado cierta perfeccin, que ya no

    eran nios bajo la autoridad de pedagogos o tutores (cf. Ga 4,2) y para quienes ya se habadado la plenitud espiritual de los tiempos (cf. Ga 4,4): los patriarcas, Moiss el servidor, los

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    profetas que han contemplado la gloria de Cristo. 38 Y as como antes de la venida visibleen el cuerpo l vino a los perfectos, as tambin despus de la proclamacin de su llegada,no ha venido tampoco para quienes han permanecido siendo nios, porque, estando todavabajo la autoridad de pedagogos y tutores (cf. Ga 4,2), no han alcanzado an la plenitud delos tiempos (cf. Ga 4,4). Hacia tales se dirigen los precursores de Cristo, es decir los

    discursos adaptados a las almas infantes y llamados con justicia pedagogos; pero el Hijoglorificado, el Logos de Dios, no ha venido an hasta ellos, porque espera que alcancentodava la formacin necesaria a los hombres de Dios para ser capaces de recibir en ellos ala divinidad.

    39 Hay que saber que lo mismo que la ley [de Moiss] contiene la sombra de los bienesque sern revelados por la ley [espiritual] promulgada segn la verdad, de igual manera elEvangelio, que se piensa que ha sido comprendido por todo el mundo, ensea la sombra delos misterios de Cristo. 40 A aquellos que consideran cada a cara (cf. Pr 8,9) lo queconcierne al Hijo de Dios, el Evangelio eterno como dice Juan (cf. Ap 14,6), ese que sepodra llamar hablando propiamente Evangelio espiritual, les muestra claramente

    tambin los misterios revelados por sus palabras y por las realidades que sus accionessugieren.

    [] 43 Es por eso que es necesario ser cristiano, simultneamente, por el espritu y porel cuerpo. Y all donde hay que anunciar el Evangelio corporal y decir que no se sabe nadaentre los hombres carnales a no ser Jesucristo y Jesucristo crucificado (cf. 1 Co 2,2), se lodebe hacer. Pero cuando uno los haya instruido por el Espritu, llevando sus frutos (cf. Col1,10) y deseando la Sabidura celeste, entonces hay que hacerlos partcipes del Logos, quelleg a ser luego de la encarnacin lo que era al comienzo junto a Dios (cf. Jn 1,2). 44Pensamos que no es intil decir esto estudiando el [trmino] evangelio y distinguir elevangelio sensible del evangelio inteligible o espiritual. 45 Y ahora, de lo que se trata es detraducir el evangelio sensible en evangelio espiritual, porque qu valdra unainterpretacin del evangelio sensible, si no se la traduce en espiritual? Nada, o poca cosa; ytal sera el hecho de su venida primera y el convencerse de haber comprendido el sentido decada palabra. 46 Pero se nos presentan todo tipo de combates si queremos intentar penetraren las profundidades del pensamiento evanglico y buscar la verdad despojada de todafigura (ORGENES, Comm. Ioh. I 3740.4346).

    [Texto 57]

    Si tomamos el resto de las informaciones sobre Jess, entonces constatamos que todo loque se ha escrito sobre l, ha sido presentado de manera divina y digna de admiracin: sunacimiento, su crecimiento, sus hechos prodigiosos, su padecer, su resurreccin, too eso secumpli no slo en aquel entonces, sino que se opera tambin hoy entre nosotros. Vosotros,catecmenos, quin os rene aqu en la Iglesia, quin os mueve a abandonar vuestras casasy venir hasta aqu, a esta reunin? Porque no somos nosotros quienes vamos hasta vuestrascasas, sino el Padre todopoderoso, con su fuerza invisible, pone en vuestros corazones esecelo, l que os considera dignos (ORGENES, Hom. in Lc VII 7).

    [Texto 58]

    El Hijo nico de Dios, por quien todo ha sido hecho, las cosas visibles e invisibles, ahecho todo como testimonia la Escritura y ama todo lo que ha hecho. Cado que es laimagen visible de Dios invisible, ha dado a todas las criaturas racionales el poder participaren l, de tal suerte que cada criatura se adhiere a l por el sentimiento del amor en la

    medida en que ella participa e l. Pero dado que la facultad del libre arbitrio se da en una

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    variedad y una diversidad entre las inteligencias, unas poseen un amor ms ardiente haciasu Creador, otras un amor ms dbil y raqutico (ORGENES,De princ. II 6,3).

    [Texto 59]

    Vosotros vivs en un permanente atardecer hasta que venga la maana Durante esta

    noche, sed vigilantes Por la tarde sobreviene el llanto y a la maana el jbilo (cf. Sal30,6). Os alegraris a la maana, esto es en el siglo futuro, si durante el presente habisrecogido con llantos y en la afliccin los frutos de la justicia (ORGENES,Hom in Gen.10,3).

    [Texto 60]

    Elevemos nuestros corazones hacia las cosas celestes y eternas, porque lo que tenemosahora, a travs de la fe y de la esperanza, es una pregustacin, pero entonces tendremosefectivamente la sustancia (ORGENES,Hom. in Jos. 8,4).

    [Texto 61]

    Pero en primer lugar debo llamar la atencin sobre el hecho que Pablo habla como unservidor inteligente (cf. Lc 12,42), que es conducido por el gran rey, su seor, en el tesororeal, All se le muestran las distintas salas, amplias, que poseen accesos distintos y noprecisamente determinados, de modo que se le muestra el acceso por una puerta y la salidapor otra. [] Al siervo fiel se le muestran en su gira tambin los tesoros del rey, de plata yoro, as como las piedras preciosas, las perlas y los distintos adornos. Puede ver donde seguarda la prpura del rey y su diadema; incluso se le muestran los aposentos de la reina,que se ubican en distintas mansiones. Sin embargo, todo eso no se le explica completa ytotalmente; las puertas no estn nunca totalmente abierta, sino slo en parte de modo que elservidor puede reconocer ciertamente los tesoros de su seor y la riqueza de su rey, pero noapreciarlo hasta el detalle.

    Ese servidor, que fue hallado tan fiel al punto que su seor y rey le manifest lasgrandezas de su riqueza, fue luego enviado para reclutar un ejrcito para su rey: debaprobar a la gente y controlar la idoneidad de los soldados. Por un laso se siente confiado y,para poder reunir para su rey un gran ejrcito, se ve en la necesidad de develar, en parte, loque l mismo ha visto. Por otro lado, es inteligente y por eso sabe que los secretos del reydeben velarse con cuidado (cf. Tb 12,7), por este motivo es ms lo que insina que lo queinforma, de modo que no quede oculto el podero de su rey, mas con todo su palacio no esconocido a fondo en lo que hace a su ordenamiento, adorno y ubicacin.

    As procede Pablo en sus palabras8: se modera en su discurso, y esto no slo porquesegn sus propias palabras su saber y conocimiento es fragmentario (cf. 1 Co 13,9.12),

    sino tambin por nosotros, que no somos ni siquiera capaces de comprender parcialmente.Por eso el aposento interno, que representa cada misterio, slo lo ha rozado y presentadocon una o dos palabras. A veces ingresa a l por una puerta y nuevamente sale a travs deotra; a veces entra en una habitacin y de esa pasa rpidamente a otra, de modo que no selo ve salir por el mismo pasillo que ha empleado para ingresar (ORGENES, Comm. Rom.5,1).

    8 Orgenes est comentando aqu Rm 5,1214: Por tanto, como por un solo hombre entr el pecado en el

    mundo y por el pecado la muerte y as la muerte alcanz a todos los hombres, por cuanto todos pecaron;

    porque, hasta la ley, haba pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa no habiendo ley; con todo, reinla muerte desde Adn hasta Moiss aun sobre aquellos que no pecaron con una transgresin semejante a la deAdn, el cual es figura del que haba de venir

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    3.2. La Paternidad de Dios

    a) El Bien

    [Texto 62]

    Hemos mostrado, como hemos podido, en la pginas precedentes, que todo lo que existe hasido hecho por Dios y que no existe nada que no haya sido hecho, excepto la naturaleza delPadre, del Hijo y del Espritu Santo. En otras palabras: que Dios, que es bueno pornaturaleza, queriendo tener seres a quienes manifestar sus beneficios, seres que pudiesenregocijarse de haber recibido, por eso ha hecho criaturas dignas de l, es decir, que lopuedan comprender dignamente (ORGENES,De princ. IV 4,8).

    [Texto 63]

    Hemos mostrado frecuentemente ms arriba, en base a las afirmaciones que hemos podidoextraer de las Escrituras divinas, que el Dios creador del universo es bueno, justo ytodopoderoso. Habiendo creado en el principio lo que quera crear, las naturalezas

    racionales, no las cre por otra causa sino por l mismo, es decir, por su bondad(ORGENES,De princ. II 9,6).

    [Texto 64]

    ... pienso que la voluntad del Padre debe bastar para hacer subsistir lo que el Padre quiere.En su querer, l no emplea otra va que la voluntad que l emite en su deliberacin. Es asque el ser subsistente del Hijo es engendrado por l.

    Esto debe ser necesariamente aceptado por aquellos que no reconocen nada de no-engendrado, es decir, que no haya nacido nada, sino que existe Dios el Padre solamente.Hay que remarcar esto, en efecto, por el temor de caer en la fbulas absurdas de aquellos

    que se imaginan prolaciones, haciendo pedazos la naturaleza divina y dividiendo a DiosPadre en su esencia... (ORGENES,De princ. I 2,6).

    [Texto 65]

    Tomar un ejemplo de los hombres y, si el Espritu Santo me lo concede, lo aplicar aJesucristo y a Dios Padre. Cuando me dirijo a una persona y, por cualquier razn, le pidoque tenga piedad de mi, ella no padece nada de lo que le digo, pero si es de un almasensible, si no tiene un corazn severo y endurecido, me escucha, tiene piedad de mi, susentraas se conmueven ante mis peticiones. Comprende algo semejante respecto delSalvador. l descendi a la tierra por piedad del gnero humano, pacientementeexperiment nuestras pasiones antes de sufrir en la cruz y de dignarse a tomar nuestra

    carne, porque si l no hubiese sufrido, l no habra venido a compartir la vida humana.Primero sufri, luego descendi y se manifest. Cul es, entonces, esta pasin que lpadeci por nosotros? La pasin de la caridad. Y el Padre mismo, el Dios del universo,lleno de indulgencia, de misericordia (cf. Sal 102,8) y de piedad no es acaso verdad quel sufre de alguna manera? Acaso ignoras que, ocupndose de los asuntos humanos, lexperimenta una pasin humana? Pues l carg sobre s tu forma de ser, el Seor tu Dios,como un hombre asume, carga a sus hijos (cf. Dt 1,31). Dios, entonces, toma sobre snuestra forma de ser, como el Hijo de Dios asumi nuestras pasiones. El Padre mismo no esimpasible. Si se le pide, l tiene piedad, l se compadece, l experimenta una pasin decaridad, y l se pone en una condicin incompatible con la grandeza de su naturaleza y pornosotros es que asume sobre s las pasiones humanas (ORGENES,EzHom. 6,6).

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    b) La Providencia

    [Texto 66]

    La percepcin de la pobreza de hoy prepara a la plenitud futura: quien no advierte estaindigencia real del bien, porque cree poseerlo, muy probablemente permanecer en esa

    carencia de bien (ORGENES, Fr. in Lc. 163).[Texto 67]

    Hay que pensar tambin en la providencia divina: todo aquellos que descienden a las luchasde la vida humana son gobernados por ella en su muy justa administracin, segn la medidade la virtud de cada uno, que slo conoce Aqul que ve los corazones de los hombres. Asuno combate contra tal carne, otro contra otra, aqul durante un tal espacio de tiempo, esteotro durante otro, este hombre es sometido a tal excitacin carnal en tal y tal sentido, aqula otra Es decir, que cada uno es tentado segn su grado o sus posibilidades de virtud(ORGENES,De princ. III 2,3).

    [Texto 68]

    Cf. ORGENES,EzHom. 6,6 (supra [Texto 65]).

    c) Padre del Hijo

    [Texto 69]

    Cf. ORGENES,De princ. I 2,6 (supra [Texto 64]).

    [Texto 70]

    Prendado por la piedad hacia este hombre que haba hecho a su semejanza, y que habarenunciado a su imagen para tomar la del maligno, nuestro Salvador, imagen de Dios, tom

    sobre s la imagen del hombre y vino a su encuentro (ORGENES,Hom. Gen. 1,3).[Texto 71]

    Damos, pues, culto al Padre de la verdad y al Hijo, que es la verdad, los cuales son doscosas por su hipstasis, pero una sola por su concordia, por la armona e identidad de suvoluntad; de suerte que quien ha visto al Hijo, resplandor que es e impronta de la sustancia(cf. Hb 1,3), en l, que es imagen de Dios (cf. Col 1,15) ha visto al Dios (cf. Jn 14,9 ORGENES, C. Cels. 8,12).

    [Texto 72]

    46 el Salvador es testigo ocular de lo que est junto al Padre y es por eso que dice:

    Nadie conoce al Padre sino el Hijo (cf. Mt 11,27; Lc 10,22), porque aquellos a quienes elHijo le ha revelado algo no son ya testigos oculares. 47 El Salvador es testigo ocular de loque concierne al Padre, los textos nos lo manifiestan claramente en estos trminos: Lo quehe visto junto al Padre, os lo he dicho. Se indagar si es posible que haya un momento enque los ngeles vern ellos mismos lo que est junto al Padre, no contemplndolo ms atravs de un mediador (cf. Ga 3,20) o de un servidor. En efecto, quien ha visto al Hijo havisto al Padre que lo ha enviado, es en el Hijo que ve al Padre (cf. Jn 14,9; 12,45), perocuando se vea al Padre y lo que est junto al padre, tal como el Hijo lo ve, se ser en ciertamanera como el Hijo: testigo ocular del Padre y de lo que es del Padre, porque no ser msa partir de la imagen que se representar lo que concierne a Aqul de lo cual ellas sonimagen. 48 Y pienso que entonces ser el fin, cuando el Hijo entregar el reino a Dios, el

    Padre (cf. 1 Co 15,24), y Dios ser todo en todos (cf. 1 Co 1,28 O RGENES, Comm. Ioh.XX 4648).

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    [Texto 73]

    El Hijo de Dios, pues, queriendo mostrarse a los hombres y vivir entre ellos para lasalvacin del gnero humano, ha recibido no slo como algunos piensan un cuerpohumano, sino tambin un alma, semejante por naturaleza a la nuestra, pero semejante a l,el Hijo, por su propsito y virtud, de modo que ella pudiese cumplir sin deficiencia algunatodas las voluntades y designios de la Palabra y de la Sabidura (ORGENES,De princ. IV4,4).

    [Texto 74]

    El Hijo nico de Dios, por quien todo ha sido hecho, lo visible y lo invisible (cf. Col1,16), ha hecho todas las cosas segn lo atestiguan las Escrituras y ama todo lo queha hecho (cf. Sb 11,24). Porque, pues, siendo Dios invisible l mismo es imagen invisible(cf. Col 1,15), ha dado a todas las criaturas racionales el poder participar de l, de tal suerteque cada criatura se adhiere a l por su sentimiento de amor en la medida en que ellaparticipa de l. Pero dado que la facultad del libre albedro ha introducido una variedad yuna diversidad entre las inteligencias, unas tienen un amor ms ardiente hacia su Creador,otras un amor ms dbil y ms raqutico, esta alma, de la que Jess dice Nadie me quita mialma (cf. Jn 10,18), adhiriendo a l despus de la creacin de una manera inseparable eindisociable, como a la Sabidura y a la Palabra de Dios, y a la Verdad y la Luz verdadera,y lo acoge toda entera y sin cambio alguno, en su luz y en su esplendor, y ha llegado a serdesde un principio junto a l un solo espritu; esto es lo que el Apstol ha prometido aaquellos que haban de imitarlo. Aqul que se uno al Seor es un slo espritu con l (cf.1 Co 6,17). Esta sustancia del alma, sirviendo de intermediario entre Dios y la carneporque es imposible que la naturaleza de un Dios se mezcle con la carne sinmediacin, nace, como lo hemos dicho, el Dios-Hombre: esta sustancia era elintermediario, porque no era contra su naturaleza el asumir un cuerpo (ORGENES,De princ.

    II 6,3).3.3. Aspectos de su Antropologa

    a) Imagen de Dios

    [Texto 75]

    Despus de decir Dios hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, prosigue elnarrador: Y lo hizo a la imagen de Dios (cf. Gn 1,2627), sin aadir nada acerca de lasemejanza. Esto indica que en su primera creacin el hombre recibi la dignidad de imagende Dios, pero que la perfeccin de la semejanza est reservada a la consumacin total, hasta

    que el hombre mismo, con su propio esfuerzo diligente por imitar a Dios, puedaconseguirla. De esta suerte, al hombre le es dada desde el comienzo la posibilidad de laperfeccin mediante la dignidad de la imagen, y luego, al final, mediante las obras quehace, alcanza la consumacin de la misma a semejanza de Dios. El apstol Juan declaraestas cosas ms lcidamente cuando dice: Hijitos mos, todava no conocemos lo queseremos, pero cuando se nos revele lo referente a nuestro Salvador podremos decir sinduda: Seremos como l (cf. 1 Jn 3,2 ORGENES,De princ. III 4,1).

    [Texto 76]

    Celso no vio la diferencia que va entre ser conforme a la imagen de Dios (cf. Gn 1,27) yser Imagen de Dios (cf. Col 1,15). En efecto, Imagen de Dios lo es el Primognito de toda

    la creacin, el Logos en s, la Verdad en s y la Sabidura en s, que es imagen de subondad (cf. Sb 7,26). En cambio el hombre ha sido hecho conforme a la imagen de

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    Dios, y adems, todo hombre cuya cabeza es Cristo, es imagen y gloria de Dios (cf. 1Co 11,3.7). No comprendi tampoco en qu parte del hombre est impresa la imagen deDios... Es posible pensar que la imagen de Dios est en la parte inferior del compuestohumano, es decir, en su cuerpo?... El ser a imagen de Dios ha de entenderse de lo quenosotros llamamos el hombre interior (cf. Ef 3,16), el que es renovado y es naturalmente

    capaz de ser transformado a imagen del que lo cre (cf. Col 3,10). Esto es lo que sucedecuando el hombre se hace perfecto, como es perfecto el Padre celestial (cf. Mt 5,48),obedeciendo al mandamiento que dice Sed santos, porque yo, el Seor Dios vuestro, soysanto (cf. Lv 19,2) y prestando atencin al que dice Sed imitadores de Dios (cf. Ef 5,1).Entonces sucede que el alma virtuosa del hombre recibe los rasgos de Dios; y tambin elcuerpo del que tiene tal alma se convierte en templo del que, recibiendo los rasgos de Dios,ha llegado a ser imagen de Dios, y ha llegado a tener en su alma, por razn de esta imagen,al mismo Dios... (ORGENES, C. Cels. 6,63).

    b) El pecado

    [Texto 77]Cf. ORGENES,De princ. II 6,3 (supra [Texto 58]).

    [Texto 78]

    Est definido en la doctrina de la Iglesia que toda alma racional tiene libertad dedeterminacin y de voluntad y que ha de emprender la lucha contra el diablo y sus ngelesy contra los poderes adversos. stos se esfuerzan por acumular pecados sobre el alma, peronosotros hemos de esforzarnos por librarnos de esta desgracia, viviendo con rectitud ysabidura. Esto implica que hemos de admitir que no estamos simplemente sujetos anecesidad, de suerte que de todas formas, aunque no queramos, nos veamos forzados ahacer el bien o el mal. Por el contrario, siendo libres en nuestra eleccin, podr ser que

    algunos poderes nos induzcan al pecado, y otros nos ayuden a la salvacin, pero no de talforma que nos veamos coaccionados a hacer necesariamente el bien o el mal. Esto es lo quepiensan aquellos que dicen que el curso y los movimientos de los astros son la causa de loque los hombres hacen, tanto en las cosas que suceden fuera de nuestra libertad de opcincomo en las que estn bajo nuestra potestad. En cambio, no est claramente determinado enla doctrina de la Iglesia si el alma se propaga mediante el semen, de suerte que su esencia ysustancia se encuentre en el mismo semen corporal, o bien tenga otro origen por generacino sin ella, o si es infundida en el cuerpo desde fuera (ORGENES,De princ. I praef. 5).

    c) Maduracin espiritual

    [Texto 79]Cf. ORGENES,De princ. III 2,3 (supra [Texto 67]).

    [Texto 80]

    En esta arca de No, ya se trate de una biblioteca de libros divinos, ya del alma en cuanto eslugar de la vida moral, hay que introducir animales de todo gnero: no slo los puros, sinoaun los impuros. Por lo que se refiere a los animales puros, fcilmente se puede interpretarque significan la memoria, la ciencia, la inteligencia, el examen y el juicio de lo queleemos, y otras cosas semejantes. Pero lo que se refiere a los impuros, de los que se diceque iban por parejas dobles (cf. Gn 6,1), es difcil de interpretar. Sin embargo, si puede

    uno arriesgar una opinin en pasajes tan difciles, yo dira que la concupiscencia y la ira,que se encuentran en todas las almas, en cuanto que cooperan al pecado del hombre son

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    inevitablemente calificadas de impuras; pero en cuanto no podra mantenerse laprolongacin de la especie sin la concupiscencia, ni podra haber enmienda ni instruccinalguna sin la ira, se califican como necesarias y dignas de conservacin. Puede parecer queesta interpretacin ya no se mantiene en el plano de lo moral, sino en el de la explicacinfsica: sin embargo, hemos querido expresar todo lo que poda ofrecerse respecto a lo que

    ahora tratamos, con vistas a la edificacin (ORGENES,Hom. in Gen. 2,6).[Texto 81]

    Los que han seguido al Salvador estarn sentados sobre doce tronos juzgando a las docetribus de Israel: este poder lo recibirn en el tiempo de la resurreccin de los muertos. staes la regeneracin que constituye el nuevo nacimiento, cuando sern creados el cielo nuevoy la tierra nueva para aquellos que se han renovado, y cuando se dar la nueva alianza y sucliz. El prembulo de esta regeneracin es lo que Pablo llama el lavatorio de laregeneracin, y la nueva condicin que resulta de este bao de la regeneracin en lo que serefiere a la renovacin del espiritu. Porque, sin duda, en la generacin nadie est libre depecado, ni aun cuando su vida no alcance ms de un da, a causa del misterio de nuestra

    generacin, segn la cual cada uno al nacer puede hacer suyas las palabras de David: Heaqu que he sido concebido en la iniquidad (cf. Sal 50,5). Mas en la regeneracin por elagua, todo hombre que ha sido engendrado desde lo alto en el agua y en el espritu, estarlibre de pecado y me atrevo a decir puro, al menos en espejo y en enigma (cf. 1 Co13,12). Pero en la otra generacin, cuando el Hijo del Hombre estar sentado sobre el tronode su gloria, todo hombre que haya alcanzado esta regeneracin en Cristo estarabsolutamente limpio de pecado en el momento de la comprobacin; y a esta regeneracinse llega pasando por el lavatorio de la regeneracin... En la regeneracin por el agua somossepultados con Cristo: en la regeneracin del fuego y del Espritu, somos hechos iguales alcuerpo de la gloria de Cristo, estamos sentados en el trono de su gloria, y seremos los queestemos sentados en los doce tronos, al menos si, habindolo dejado todo de una maneraespecial por el bautismo, le hemos seguido (ORGENES, Comm. in Mat. 25,23).

    [Texto 82]

    Dos son, pues, los hijos de Abraham, uno de la esclava y otro de la libre (cf. Gl 4,22):ambos hijos de Abraham, pero slo uno de la libre. Por ello, el que nace de la esclava no eshecho heredero al igual que el que nace de la libre, pero recibe su legado y no se le despidevaco: recibe la bendicin, pero el hijo de la libre recibe la promesa. Aqul se convierte enun gran pueblo, pero ste en el pueblo escogido. As pues, en sentido espiritual, todos losque por la fe llegan al conocimiento de Dios se pueden llamar hijos de Abraham: pero deellos, unos se adhieren a Dios por la caridad, mientras que otros lo hacen por el miedo del

    juicio venidero. Por eso dice el apstol Juan: El que teme no es perfecto en la caridad: laperfecta caridad excluye el temor (cf. 1 Jn 4,18). Por tanto, el que es perfecto en lacaridad es hijo de Abraham y de la libre; pero el que guarda los mandamientos, no envirtud de la caridad perfecta, sino por el miedo a la pena venidera y por el temor de lostormentos, es ciertamente hijo de Abraham y recibe su legado, es decir, la recompensa desu trabajo porque es verdad que el que da aunque slo sea un vaso de agua fresca ennombre del discpulo no se quedar sin recompensa (cf. Mt 10,42), pero est por debajode aquel que es perfecto en virtud, no del temor servil, sino de la libre caridad. Algosemejante declara el Apstol cuando dice: Mientras el heredero es un nio, en nada difieredel esclavo, aunque sea el seor de todo, sino que est bajo los tutores y procuradores hastael momento predeterminado por su padre (cf. Ga 4,1). Es pequeo el que se alimenta con

    leche y el que todava no posee palabras de justicia (cf. Hb 5,14) ni puede tomar el alimentoslido de la sabidura divina y del conocimiento de la ley; el que no puede distinguir las

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    cosas espirituales con sentido espiritual (cf. 1 Co 2,13); el que no puede decir todava:Cuando me hice hombre maduro abandon las cosas de nio (cf. 1 Co 13,11). Este tal,en nada se distingue del esclavo. Pero si, abandonando la doctrina rudimentaria sobreCristo (cf. Hb 6,1), llega al estado perfecto y busca lo que es de arriba, donde est Cristosentado a la diestra de Dios, no lo de la tierra (cf. Col 3,1) y contempla no lo que se ve,

    sino lo que no se ve (cf. 2 Co 4,18), y en las escrituras divinas sigue no la letra que matasino el espritu que vivifica (cf. 2 Co 3,6), ser sin duda de los que no reciben el espritude esclavitud en el temor, sino el espritu de adopcin con el que claman: Abba, Padre (cf.Rm 8,15 ORGENES,Hom. in Gen. 7,4).

    [Texto 83]

    Ahora, como hemos prometido, pasemos a examinar cmo ha de entenderse la circuncisinde la carne. Todo el mundo sabe que este miembro en el que se encuentra el prepucio sirvepara la funcin natural del coito y de la generacin. As pues, el que no es intemperante enlo que se refiere a estos movimientos, ni traspasa los limites establecidos por la ley, ni tienerelaciones con otra mujer que no sea su legitima esposa. y aun con sta lo hace slo con

    vistas a la procreacin y en los tiempos determinados y legtimos, ste hay que entenderque est circuncidado en su carne. Pero el que se arroja a todo gnero de lascivia ycontinuamente anda en todo gnero de abrazos culpables y es arrastrado sin freno porcualquier torbellino de lujuria, ste no est circuncidado en su carne. Ahora bien, la Iglesiade Cristo, vigorizada por la gracia de aquel que por ella muri en la cruz, no slo secontiene en lo que se refiere a los amores ilcitos y nefandos, sino aun en los lcitos ypermitidos, de suerte que, como virgen prometida a Cristo, florece con vrgenes castas ypuras, en las cuales se ha realizado la verdadera circuncisin de la carne, y en su carne sonfieles a la alianza de Dios que es una alianza eterna.

    Nos queda hablar de la circuncisin del corazn. El que anda enardecido con deseos

    obscenos y bajas concupiscencias, y, para decirlo brevemente, fornica en su corazn (cf.Mt 5,28), ste tiene incircunciso el corazn. Pero tambin el que guarda en su coraznopiniones herticas y elabora en l afirmaciones blasfemas contra la doctrina de Cristo,tambin ste tiene incircunciso el corazn. Al contrario, el que en lo intimo de suconciencia conserva limpia la fe, ste tiene el corazn circuncidado, y puede decirse de l:Bienaventurados los limpios de corazn, porque ellos vern a Dios (cf. Mt 5,8). Y anme atrevo a aadir a estas expresiones de los profetas otras semejantes. Porque as comohay que circuncidar los odos, y los labios, y el corazn, y la carne, como hemos dicho, astal vez es tambin necesario que circuncidemos nuestras manos y nuestros pies y nuestravista y nuestro olfato y nuestro tacto. Porque, para que el varn de Dios sea en todoperfecto, ha de circuncidar todos sus miembros: ha de circuncidar sus manos de robos,

    rapaceras y crimines para ponerlas slo en las obras de Dios. Ha de circuncidar sus pies,para que no sean veloces para derramar sangre (cf. Sal 14,3) ni entren