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2.
Letra
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Y Yaira Botero Yopal Yerba Yogur Yegua Yuzu Y el mundo cambio
A Adriana
Aguirre Argentina
Avión Amarillo Ardilla Arándanos
A partir de hoy
I Isabela
Ibarra Islandia Impresora
Iris Iguana Ilama Insatiable
M Micaela
Martínez
Manizales
Mapa Marrón murciélago
Manzana Marimar
S Sofía Sánchez
San Cristóbal
Sartén Salmon Sapo Sandia Simpson
N Natalia
navarro
New york
Nariz Naranjado
Nutria naranja Nacidos para correr
J Juliana Jone Jerusalén
Joya Jade Jirafa Jengibre Jack Rían
p pedro pimiento
Perú plastilina
purpura pato pera Paisajes con firmas
D Deimer
Díaz dominica
dado dorado Dragón Durazno Día a día
3.
código curso Cantidad de alumnos
2133 Ms. Word 2007
2134 Ms. Excel 2007
año 2133
2134 2135
2136 2137
2138
2009 456 523 356 258 328 4102010 520 650 450 398 521 610
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La princesa del fuego
Primer título a mostrarPrimer título a mostrar
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este
Que ella misma tendría ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.
Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambia- Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y
atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a
todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones,
pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos.
Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una
Entonces comprendió r en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola presencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa de fuego".
Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días
LA PRINCESA DE FUEGO
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este
El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y
atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a
todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones,
pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos.
Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una
Primer título a mostrar
Había una vez un pulpo tímido y silencioso, que
casi siempre andaba solitario porque aunque
quería tener muchos amigos, era un poco
vergonzoso. Un día, el pulpo estaba tratando de
atrapar una ostra muy escurridiza, y cuando quiso
darse cuenta, se había hecho un enorme lío con
sus tentáculos, y no podía moverse. Trató de librarse
con todas sus fuerzas, pero fue imposible
así que tuvo que terminar pidiendo ayuda a los peces que pasaban, a pesar de la enorme vergüenza que le daba que le vieran hecho un nudo.
Muchos pasaron sin hacerle caso, excepto unos peces muy gentiles y
simpáticos que se ofreció para ayudarle a deshacer todo aquel lío
de tentáculos y ventosas. El pulpo se sintió aliviadísimo cuando se pudo
soltar, pero era tan tímido que no se atrevió a quedarse hablando con el pececillo para ser su amigo, así que simplemente le dio las gracias y se alejó de allí rápidamente; y luego se pasó toda la noche pensando que
había perdido una estupenda oportunidad de haberse hecho
amigo de aquel pececillo tan amable.Un par de días después, estaba el
pulpo descansando entre unas rocas, cuando notó que todos nadaban apresurados. Miró un poco más lejos y vio un enorme
pez que había acudido a comer a aquella zona. Y ya iba corriendo a
esconderse, cuando vio que el horrible pez ¡estaba persiguiendo precisamente al pececillo que le
Precisamente al pececillo que le había ayudado!. El pececillo necesitaba ayuda urgente, pero el pez grande era tan peligroso que nadie se atrevía a acercarse. Entonces el pulpo, recordando lo que el pececillo había hecho por él, sintió que tenía que ayudarle como fuera, y sin pensarlo ni un momento, se lanzó como un rayo, se plantó delante del gigantesco pez, y antes de que éste pudiera salir de su asombro, soltó el chorro de tinta más grande de su vida, agarró al pececillo, y corrió a esconderse entre las rocas. Todo pasó tan rápido, que el pez grande no tuvo tiempo de reaccionar, pero enseguida se recuperó. Y ya se disponía a buscar al pulpo y al pez para zampárselos, cuando notó un picor terrible en las agallas, primero, luego en las aletas, y finalmente en el resto del cuerpo: nadie tan agradecido que llegara a hacer algo tan peligroso. Al oír esto, los demás peces del lugar descubrieron lo genial que era aquel pulpito tímido, y no había habitante de aquellas rocas que no quisiera ser amigo de un pulpo tan valiente y agradecido.
EL GRAN LIO DEL PULPO