oreo · el toreo. tres de chico, que sufrió dos caldas y perdió dos alimañas. seis del sastre...

4
OREO SE PUBLICA TODOS LOS LUNES Se sascrífee en las priDcipales , líbrerííMS de España, ó dirigién- dose directamente al Adminis- trador de este periódico, calle de la Palma Alta, 32.—Madrid. PRECIOS DE SUSCRICION. MAORIO Y PROVINCIAS. Un mes. . Trimestre. ANO VIL reales. EXTRANJERO. Un mes.. . . . . . . 3 francos. Un año.. ...... 25 " ULTRAMAR. Trimestre ....... 2 pesos. Un año. . . . . . , . 6 " Se suscribe en las principales librerías de España, ó dirigién- dose: direetamente al Adruinis-. trador de este periódico, calle d«5 la Palma Alta, 32.—Madrid. Madrid.—13 de Diciembre de 1880. NÚM. 272. ADVERTENCIA. Rogamos á los Sres. Susoritores que se hallan en descubierto con esta Administra- ción, se sirvan enviar el importe de su sugoricion si no quieren dejar de recibir el periódico. PLAZA DE TOROS DE MADRID Corrida extraordinaria de novillos verifl- , cada en el dia de ayer. Nada faltó para que la función tauróma- ca verificada ayer en Madrid tuviese todo el aspecto de una corrida formal de toros. Matadores de verano. Ganadería de verano. Temperatura de verano. Lp único que parecia de lo más crudo del invierno era la cuadrilla de banderi- lleros, como más adelante se verá. A las tres en punto de la tarde el señor Salamanca hizo la señal, y aparecieron las cuadrillas del hermano de Frascuelo y Lagartija, seguidos del Sastre y Ghicoj que eran los picadores de tanda. Momentos después pisaba la arena el primero de los cuatro cornúpetos de Sa- las que hablan de lidiarse. Llamábase Raposo, y era retinto tosta- do, grande, cornicorto y astillado del iz- quierdo. E l defecto de este animal era una contrarotura del tamaño do un baúl mundo. Salió con piés y recibió tres ve- rónicas bastante aceptables de Sánchez, pasando en seguida á entenderse con los picadores. Con mucha cabeza, aunque algo tardo, tomó Raposo hasta seis varas, correspon- diendo tres á cada uno de los picadores. Estos cayeron cuatro veces, á dos por barba, y el Sastre perdió un penco>-que quedó • hecho verdadero polvo de al- midón. -«^-»-3 »--r- Los chicos procuraron lucirse en los quites, pero con mucho embaruííamiento. Hecha la señal de banderillas, salió la; pareja correspondiente: la formaban Oje- da y el Nuevo Tato, diestro murciano, In^e^ei^tá?pla^, .§íorn:v ni oup nsoliJ La novedad que nos ofreció este ven, fué clavar dos medios pares, uno malo y otro peor, saliendo por delante de la ca- beza. Ojeda clavó un par trasero. Francisco Sánchez, que vestia traje ver-r de y oro, tomó los avíos de matar y veri- ficó la faena que sigue: Uno natural; dos con la derecha y cola- da, seis altos y una estocada alta y trasera á paso de banderilla. •ti^rjesto siguieron un pase con la dere- cha, nueve altos y un descabello. ; m¥i Se acabó Raposo. Cabezudo llamaban al segundo, que fué un animalito de lo bueno que sale á la plaza. Era retinto oscuro, bien puesto y: no se le veia el defecto que le habia lle- váde á ser toreado entre mogones y con-; tra-roturados. ; .Xa primera hazaña fué dar un beso á Valladolid al saltar al callejón, lo que oca- sionó al chico un trastazo sin consecuen- Mias.j.jojgíj.'jí gol o i w ' ; í'í Lagartija dió tres verónicas muy emba- rulladas y con el toro siempre encima porr no estirar bien los brazos. Inmediatamente comenzó la pelea de; los caballeros, que fué larga y trabajosa. Con mucha Voluntad y con bravura tomó Cabezudo las siguientes varas.

Upload: dinhthuy

Post on 11-Oct-2018

212 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

O R E O S E P U B L I C A T O D O S L O S L U N E S

Se sascrífee en las priDcipales , líbrerííMS de España, ó dirigién­dose directamente al Adminis­trador de este periódico, calle de la Palma Alta, 32.—Madrid.

PRECIOS DE SUSCRICION.

MAORIO Y PROVINCIAS.

Un mes. . Trimestre.

ANO V I L

reales.

EXTRANJERO.

Un mes.. . . . . . . 3 francos. Un año.. . . . . . . 25 "

ULTRAMAR.

T r i m e s t r e . . . . . . . 2 pesos. Un año. . . . . . , . 6 "

Se suscribe en las principales librerías de España, ó dirigién­dose: direetamente al Adruinis-. trador de este periódico, calle d«5 la Palma Alta, 32.—Madrid.

Madrid.—13 de Diciembre de 1880. NÚM. 272.

ADVERTENCIA.

Rogamos á los Sres. Susoritores que se hallan en descubierto con esta Administra­ción, se sirvan enviar el importe de su sugoricion si no quieren dejar de recibir el periódico.

PLAZA DE TOROS DE MADRID

Corrida extraordinaria de novillos verifl-, cada en el dia de ayer.

Nada faltó para que la función tauróma­ca verificada ayer en Madrid tuviese todo el aspecto de una corrida formal de toros.

Matadores de verano. Ganadería de verano. Temperatura de verano. Lp único que parecia de lo más crudo

del invierno era la cuadrilla de banderi­lleros, como más adelante se verá.

A las tres en punto de la tarde el señor Salamanca hizo la señal, y aparecieron las cuadrillas del hermano de Frascuelo y Lagartija, seguidos del Sastre y Ghicoj que eran los picadores de tanda.

Momentos después pisaba la arena el

primero de los cuatro cornúpetos de Sa­las que hablan de lidiarse.

Llamábase Raposo, y era retinto tosta­do, grande, cornicorto y astillado del iz ­quierdo. El defecto de este animal era una contrarotura del tamaño do un baúl mundo. Salió con piés y recibió tres ve­rónicas bastante aceptables de Sánchez, pasando en seguida á entenderse con los picadores.

Con mucha cabeza, aunque algo tardo, tomó Raposo hasta seis varas, correspon­diendo tres á cada uno de los picadores.

Estos cayeron cuatro veces, á dos por barba, y el Sastre perdió un penco>-que quedó • hecho verdadero polvo de a l ­midón. -«^-»-3»--r-

Los chicos procuraron lucirse en los quites, pero con mucho embaruííamiento.

Hecha la señal de banderillas, salió la; pareja correspondiente: la formaban Oje-da y el Nuevo Tato, diestro murciano, I n ^ e ^ e i ^ t á ? p l a ^ , .§íorn:v ni o u p nsoliJ

La novedad que nos ofreció este jó ven, fué clavar dos medios pares, uno malo y otro peor, saliendo por delante de la ca­beza. Ojeda clavó un par trasero.

Francisco Sánchez, que vestia traje ver-r de y oro, tomó los avíos de matar y ver i ­ficó la faena que sigue:

Uno natural; dos con la derecha y cola­da, seis altos y una estocada alta y trasera á paso de banderilla. •ti^rjesto siguieron un pase con la dere­

cha, nueve altos y un descabello. ; m¥i Se acabó Raposo.

Cabezudo llamaban al segundo, que fué un animalito de lo bueno que sale á la plaza. Era retinto oscuro, bien puesto y : no se le veia el defecto que le habia l le-váde á ser toreado entre mogones y con-; tra-roturados. ; .Xa primera hazaña fué dar un beso á Valladolid al saltar al callejón, lo que oca­sionó al chico un trastazo sin consecuen-Mias.j.jojgíj.'jí gol o i w ' ; í'í

Lagartija dió tres verónicas muy emba­rulladas y con el toro siempre encima porr no estirar bien los brazos.

Inmediatamente comenzó la pelea de; los caballeros, que fué larga y trabajosa.

Con mucha Voluntad y con bravura tomó Cabezudo las siguientes varas.

E L TOREO.

Tres de Chico, que sufrió dos caldas y perdió dos alimañas.

Seis del Sastre que recibió tres batacazos muy regulares y perdió dos caballos.

Y tres del reserza García, que cayó con estrépito en dos ocasiones.

El Sastre tuvo una caida peligrosa al poner la sexta vara, y los monos sabios más que las capas le pusieron en salvo.

¡Olé por la monería! Y juzgando el presidente que doce varas

eran bastante para un cornúpeto, mandó tocar á banderillas. 5 ívSl i

Culebra puso m dio par aLtoro y uno al suelo. , 1

Pepiu clavó uno cuarteando delantero, sacando destrozado de un pitonazo el agre­mán de la manga.

Y sin más incidentes, Lagartija, qne vestía traje azul y oro, tomó los trastos de ma%r, y se colocó frente á la fiera.

El chico, que tiene la costumbre de abu­sar demasiado déla muleta, dió doce na­turales, dos con la derecha, seis altos y cinco cambiados.

Acto continuo se tiró y dió una estoca­da sin más defecto que el de ser baja y atravesada.

¡Cómo vamos adelantando! Todo sea por Dios.

Larguito se llamaba el tercero,- que ¿po­seía muchos pies, como los interiores, aun­que andaba algo falto de carnes. El ani­mal era negro y tenia mogón el- cuerno derecho^ que era precisamente Con el que daba.

Languito fué tan voluntario como su an­tecesor, y si hubiera tenido punta el cuer­no de acometer, se hubiera resentido bas­tante la caballeriza. - Chico clavó unpuyayo y cayó al suelo, perdiendo el caballo. - El Sastre clavó una vara y dió un mar­ronazo qué le costó un vapuleo por tierra.

García puso hasta ocho varas, sin sufrir caida alguna.

E l segundo reserva Pedro Ortega, metió e l palo una vez en carne, y sufrió una caida.

Zoca y el Nuevo Tato salieron á bande­rillear al cornúpeto.

El primero puso medio par primero y uno bueno al cuarteo, después de una sa­lida en falso.

El Nuevo Tato clavó una banderilla en la tripa al animal, y dió por terminada la tarea.

Francisco Sánchez cogió los trastos, y acompañado do Valladolid, se dirigió á la presidencia pidiendo permiso para que el últ imo matara á Larguito. El presidenis accedió, y Valladolid, vestido de morado j negro tomó los trastos para dar comien­zo á la siguiente faena:

Dos con la derecha, dos altos y un pin­chazo bueno. *

Uno con la derecha, uno alto y una es- tocada honda ida.

Un pase con la derecha y un intento de descabello.

Otro intento. Un pinchazo bien señalado. Y un descabello acertado. Hubo aplausos, bota de vino y una pp-

taca para el espada. J p£

Al cuarto y último lo llamaban Utrero, era retinto listón, lucero y cornialto.

Lagarti ja se preparó para dar el quiebro á cuerpo á limpio, pero Pepin se llevó al toro á otro lado y el espada desistió dé l i l propósito. f ~ * T

Utrero íné también voluntario y bravo en la suerte de varas.

El Sastre sólo puso un puyazo y perdió el penco.

Chico picó tres veces y también se que­dó sin una caballería.

García puso cuatro varas con pérdida del correspondiente rocinante.

Eüsehio y Pepin- que debían banderi­llear á Utrero, estuvieron á l a altura de las circunstancias.

Ensebio clavó dos medios,pares en dos viajes por supuesto, y Pepin para no dejar mal á su compañero, clavó otro palo de non. rzoiomosuB acr miosm

La faena de Lagartija con este toro no fué larga, fué eterna. -

Primero dió cuatro pases naturales, cinco con la derecha, ocho altos, dos cam­biados y una estocada á volapié atrave­sada. , . ; „„„?..-:..;..; „,

Después tres pases con la derecha, tres altos y un pinchazo.

Luego otro pinchazo. Luego una estocada baja. Y á todo esto un diluvio de pases. 3 <•v'

-Item más, dos avisos del presidente. Resultado: el ganado muy bueno, los

diestros sin ofrecer nada de particular y que ya no esperásemos.

Hay que hacer una excepción de los banderilleros; estos si hicieron algo nota­ble por lo raro, no pusieron una sola ban­derilla en el sitio debido.

Para íinal de fiesta se lidiaron seis no­villos embolados, que no reventaron a na­die, á Dios gracias.

JUAN DE INVIERNO.

TOEOS EN CARTAGENA.

Corrida verificada el 9 de Agosto de 1880. Pres idenc ia del Teniente alcalde

señor de Blanca. Dicen que la gracia del barbero consis­

te en dejar patillas donde no hay pelo, y yo digo: ¿y un revistero de toros qué va á hacer cuando no se corren reses bravas,

es decir, cuando verdaderamente no hay corrida de toros? Pues hé aquí mi situa­ción. En esta tarde se corrieron (ó mejor dicho, se echaron al redondel) cinco bue­yes que es discutible si servirían para carreta, y un novillo que para aficionados habría cumplido.

Dos deberes me obligan á ocuparme de la función de este dia; es el primero el cumplir mi compromiso de revistar lás corridas de Cartagena, y el segundo el hacer constar á fuer de imparcial que la Sociedad do. artesanos que en Múrela se formó y constituyó la empresa para esta corrida, no ha sido su ánimo el dar ese fíamelo: al público, pues dicha sociedad ;|ojntrató una bastante regular cuadrilla, como así lo ha demostrado en la lidia, y después contrató con D. José Julián Flo­res, vecino de Víanos, seis toros de pun­tas-para dicha corrida. Si este señor gajáí-dero ha dado, en vez de reses bravas ani­males mansos y útiles para el matadero, á nadie debe echársela culpa más que á di­cho Sr, D. José Julián Flores. Hechas estas salvedades que mi conciencia exige, paso á decir cuatro palabras sobre esta función, que por lo mala pasará á los ana­les del toreo. -

A las cuatro y minutos, y con una en­trada regular, dióse comienzo á la fiesta de pólvora, pues este es sü verdadero nombre. Hecha la señal por la presiden­cia, atravesó el redondel la cuadrilla de Lagartija entre los aplausos de los con­currentes al espectáculo; hecho el indis­pensable cambio de capotes y puestos los chicos en sus puestos, saltó el primer buey á la arena; se - llamaba Naranjo y era colorado, buena estampa y muchas libras; tuvo la salida del que desuncen de la carreta, es decir, que cansado al pare­cer, huía de su sombra y solo deseaba i r á la carnicería. Visto que no hacia por la lidia, lo tostaron entre Culebra y Pepin, y Lagartija, con rico y nuevo traje turquí y oro, lo despachó á la primer estocada.

El segundo era un buey que se espan­taba de su sombra, y fué condenado á i r al corral a pasturar.

El tercero era un becerro de alguna vo­luntad y tomó algunos puyazos de el Sastre y Manitas. Banderilleado que fué, pasó á manos de Lagartija, que lo envió á las mulitas, después de un bonito trasteo, de una media estocada arrancando.

El cuarto fué bastante malo, aunque mató á Arce un caballo; el Esgalichao y Quico lo banderillearon, yGalindo hizo lo qué pudo en la muerte.

El quinto. Tizón de nombre, era un her­boso animal de estampa, negro mohmo, bien armado y de veinticinco arrobas, péro un bicho que no se le puede desear al mayor enemigo; no se acercó á los p i ­queros, razoñ por la que fué condenado a

E L TOREO.

quemarlo pero ¿se dejaba? sabia más que Montes y todos los toreros juntos, y á mi

, parecer y de otros aficionados estaba pla­ceado; Culebra pudo poner dos palitos con Muchísima exposición, y al cabo de gran rato mandó el presidente que se matara, entre los gritos del público que pedia fue­ra al corral (lo cual debió hacerse con este toro por no ser de condiciones para la l i ­dia). Lagartija se fué al bicho con decisión y frescura, y en los dos primeros pases asustó á la fiera, la que hizo algo por el en­gaño, y entonces la remató de una esto­cada, tirándose con coraje.

El sexto, de nombre Francés , era ne­gro, albardao, bien puesto y de libras, pero cobarde como él sólo; tomó unos cuan­tos pinchazos de refilón y eso le libró de que lo quemaran, lo que no hubiera esta­do de más. Lo demás de la brega, pueden figurárselo los lectores con solo hacerse élargo que era un toro de carreta.

APRECIACION. *

La corrida malísima. El ganado como anteriormente digo, inútil para una cor­rida de toros; tenian presencia y libras, pero carecían de1 sangre, y según mi opi*-nión y la de muchísimos, entre ellos tore­ros, estaban algunos placeados. Lagartija, dadas, las condiciones de las reses, poco pudo hacer, pero no obstante, se le vio voluntad y deseos de agradar así como también que posee recursos en el arte; el toro quinto es muy posible se le hubiera quedado vivo á algimos matadores. La cuadrilla estuvo trabajadora, buscando á los toros en todos los sitios y de todos mo­dos, pero con esa clase de ganado la lidia es imposible. Caballos arrastrados, uno; dicen que en la cuadra murieron tres. La presidencia, complaciente. La entrada, regúlar. La empresa, me dicen fué mul­tada en tres" toros muertos, que se destina­ron á los asilos benéficos.

E l Con*esponsal,

PUERTO DE SANTA MARIA.

bercera corrida verificada el dia 24 de Junio de 1880 (1).

Con una agradable temperatura y gran animación, dió principio la, corrida á la hora fijada, que era. las cuatro y media de la tarde.

Él presidente de la fiesta, primer tenien­te de Alcalde Sr. D. Federico del Toro y Pacheco, se presentó en el palco presiden­cial, y haciendo la señal acostumbrada, aparecieron por la puerta de diestros los espadas Rafael Molina (Lagartijo) y Salva­dor Sánchez (Frascuelo), con sus respec­tivas cuadrillas, siendo frenéticamente

(1) Las dos primeras, reseñas j a las conocen nuestros lectores por el extraordinario que en tiem­po oportuno publicamos.

i aplaudidos por el no escaso público que | asistía á la corrida; saludan á la presiden-| cia, se esparcen por el redondel y suenan

los clarines; rechinan los cerrojos, se abre la puerta del toril y da paso á un toro, que como todos sus hermanos pertenece á la ganadería del Sr. D. Rafael Laffitte y Castro, avecindado en Sevilla. Le ha­blan echado el agua del Guadalquivir y le hablan puesto por nombre Confítero\ de pelo negro, corniveleto/ de buen tra­pío y de libras. Salió bravo y duro, le hizo siete visitas á Curro Calderón, pagándolas con siete puyazos, dos de ellos de aque­llos que escuecen; Gutiérrez lo recibió cuatro veces en cambio de dos talegazos y pérdida de dos pencos; Calderón (Manuel) recibió cuatro caricias hiriéndole el jamel­go. Los espadas r i valizaron en los quites, haciendo algunos muy buenos, por lo cual qy^pn palmas bien merecidas.

'Tocan á ^banderillas,, y salieron á po­nerlas Molina y el Gallo; el primero clavó un par al cuarteo, y el segando otro de frente, ambos buenos.

Lagartijo, á quien le tocaba matar á Confitero, y que vestía grana y oro, se dirigió al bicho y le dió seis pases natura­les y cuatro con la otra mano, perdiendo el engaño; volvió á proveerse de él otra vez, y le dió otros tres naturales y cuatro cambiados, dándole una corta á vola pié; vuelve á darle otros tantos pases y otra de la misma categoría; el toro, que se habia conservado algo boyante, empezó á hacerse receloso , y tomó la querencia de un caballo muerto; allí trató de des­cabellarlo el espada, y después de varios intentos no pudo conseguirlo, pero á fuerza de pinchazos pudo sacarlo de la querencia del difunto; lo vuelve á pasar de nuevo, y le endosa otra corta delante­ra: después de otro desarme, propina otra corta; un paisano del matador, que estaba á mi lado, le decia;

—Rafaelito, mira que el presidente no es el mismo de la otra tarde, que te con­sintió todo lo que quisiste hacer; éste tiene cara de pocos amigos, y se conoce que es muy recto, y ya llevas más de quince minutos, y el reglamento, en una de sus cláusulas, dice; á los quince minutos, ta... ra... r i . . . , ta... ra... r i . . . ta... salga la media lunita.

En esto el toro, aburrido, deseando mo­rir por no verse martirizado por su adver­sario, se echó para que el cachetero le die­se otra muerte más suave. Si el reloj de un prógimo qüe estaba á nuestro lado no era como el de Pamplona, habia echado en toda esta faena el espada veintisiete minutos.

Limpia la plaza, toca Simón, se abre la puerta, y da paso al segundo, que tenia por nombre Capachuelo, de color berren­do en negro, capirote y de buena estampa;

salió tardo y enterándose. De Gutiérrez tomó una vara y le mató sin querer el ja­melgo, y de los Calderones, de uno, una, y del otro dos, sin funestas consecuencias para sus cabalgaduras.

Pablo y Valentín le colgaron, después de sus salidas falsas, un par por barba, el primero á toro parado, y el segundo a la media vuelta.

Y tocando Simón á dar muerte, Fras­cuelo, que era el encargado de hacerlo, y que vestía traje azul y oro, brincó á la presidencia, y fué á conferenciar con Ca­pachuelo, y al compás de la músicalo pasó con tres naturales y tres con la otra ma­no; el toro estaba receloso y con mucho pesqüi, y volviéndolo á pasar con cinco naturales y tres cambiados, todos sobro corto y en la cuna, pues el toro estaba i n ­cierto y le habia hecho una colada y uu extraño, se arrancó á él y le dió una bue­na, algo contraria por haberse atracado bien de toro. •. DJJp

En. los toros como este se aprovechan los instantes para darle muerte, pues si no sucede lo que ocurrió en el que mató Mu-lina antes.

j El tercero se llamaba Plés de Liebre, su pelo era berrendo en cárdeno, lucero y botinero. No tenia mala encornadura, pero lucia cara de buey carretero, y salió tardo y receloso. En seis varas que tomó de los picadores Calderón (Francisco), Calderón (Manuel) y de Juanito, á dos por barba, mató un jamelgo al primero, un arencon al segundo, y al tercero., por no ser ménos que sus compañeros, otro ani­malucho. Tanto esto toro como los an­teriores, fueron demasiado obligados en la suerte de varas. ^ Antón y Molina le pusieron, el prime­

ro, par y medio al cuarteo, y Molina uno igual, precedido de sus salidas falsas.

Lagartijo pasó al bicho con diez y siete naturales, catorce cambiando de mano, y le dió una estocada arrancando, corta y contraria; vuelve á pasarlo, y le endosó á la vista, otra baja, también contraria, que le obligó á echarse, para que el ca­chetero lo rematara.

El cuarto contestaba por el nombre de Maestro, y era de pelo castaño oscuro, ojinegro, bien encornado, ligero como u n gamo., bravo y voluntario. A Curro Calderón le hizo cuatro visitas, pagándo­selas con cuatro lanzazos, escociéndole mu­cho uno de ellos; en cambio le mató el jaco que montaba; de Manuel tomó dos varas, dándole ima calda y matándole el penco, y á Diaz le dió dos veces la mano, hacién-

j iole rodar por la arena é hiriéndole el | penco. j Regaterin y Pablo le colgaron el par de | ordenanza, ambos al cuarteo, y Frascuelo-! después de pasarlo con seis naturales y siet te cambiando de mano, le dió un pinchaza

EL TOREO.

en huéso; y después de otro pinchazo como | el anterior, lo igualó de nuevo y le dio un | mete y saca algo contrario, pero bueno, j porque lo mandó á la eternidad.

Este torito ha sido el más fino que ha salido esta tarde, y si hubiera tenido su lustro cumplido, y no le hubieran des tro­zado, hubiera dado más juego, pues cómo llevamos dicho, ha sido el que más planta ha tenido de toro; sin embargo, según nuestro corto saber, no era más que un novillo. -tiO íiuo. "Í£';.Í.'; (Se concluirá.)

Oíil

ODÍÍÍO ÍIOO 1i

El miércoles de la última semana se ha verificado en la plaza de Madrid una be­cerrada, en la que picaron en competen­cia á phlo seco los picadores Cono j Pa­jarero.

Los becerros, que eran de D. José Fier­ro^ cumplieron.

El primero no tomó ninguna vara: fué banderilleado por Alones y otro descono­cido, y muerto por Conejo, de Una baja atravesada.

El espada fué revolcado por el torete, sin consecuencias.

E l segundo, que era colorado y de grandes cuernos, se mostró bravo y vo­luntario, tomando hasta diez varas de el Cono y el Pajarero, siempre con mucho coraje. El Zoca, que figuraba en el cartel con el nombre de Frascuelito, puso un par de banderillas dando el quiebro, en la silla; además clavó un buen par al cuar­teo. Su compañero Yordi dejó dos medios pares en el brazuelo.

Cerote, que había dado en este bicho el salto del trascuerno y seis verónicas, era el encargado de matarle y lo hizo median­te una estocada, ocho pinchazos y cuatro intentos de descabelló.

E l tercer torete, que era negro y corni-corto salió algo huido y no tomó varas: Cerote dió el salto de la garrocha con mu­cha limpieza y el bicho fué condenado á fuego, poniéndole entre Cerote y otro jo­ven dos pares y medio cuarteando.

El Zoca, que debia matar este torete, hizo laudables esfuerzos para conseguirlo, á cuyo efecto dió una estocada y seis pin­chazos, pero tuvo la desgracia de no ver coronados sus deseos con él éxito, porque el fcecerro se quedó vivo y fué al corral en compañía de sus abuelos.

El cuarto becerro era retinto y corni- i abierto; y tampoco dió juego, recibiendo i sólo algunos palos con los regatones de las^ varas. Conejo y Yordi clavaron dos paresn y medio de palos al cuarteo, y Del Valle ! cuatro, con su mediante estocada á paso ' U. - banderilla. |

Los dos últimos becerretes, como habrán |

• visto nuestros lectores, fueron picados coh ! el regatón por orden del presidente.

Este señor, aconsejado por el visitador D. Mamerto Ckmzalez, tomó el rábano por las hojas, y creyó que lo de picar á palo seco que había anunciado en los carteles era picar sin puya. •

Según-parece, los picadores quedaron detenidos de, orden de la autoridad y el contratista de caballos reclamó en el acto que vió que se picaba con el palo sola­mente.

Gomo el cartel decia que se iba á imitar la célebre competencia de Arce y Pinto, y; aquellos picaron con lás puyas, claro es que no debió ocurrir la duda; pues palo seco entienden los picadores el picar sin que las capas auxilien, poniendo el toro en suerte y en sitios determinados, j

Es lástima que los presidentes no se asesoren bien de las cosas antes de adop­tar determinaciones arbitrarias.

En la pía za de Madrid se prepara una competencia entre los diestros Mateito y el Ostión.

Según se dice, un jurado adjudicará un estoque al que mejor se porte de ambos diestros.

Los banderilleros conocidos por los «Ni­ños de Córdoba», Rafael llodriguez, Mogi-no, Rafael Bejarano, ^creri to, y Rafael Guerra , Llaverito, que tantos aplausos han sabido conquistar en cuantas plazas se han presentado, por su arrojo y conoci­mientos, formarán parte en la próxima temporada de la cuadrilla del reputado matador Manuel Fuentes, ^oc í zn^^a , y empezarán sus tareas en la plaza de Gra­nada. ,

EL espada Ángel Pastor parece ha di­suelto la cuadrilla.

La empresa de la plaza de Madrid ha Comprado 60 toros de las ganaderías an­daluzas, y otros 60 de las de fe tierra.

El banderillero sevillano conocido por el Panadero, es fácil sea uno de los que formen parte de la nueva cuadrilla de Angel Pastor.

La nueva junta directiva elegida por el Centro taurino de Málaga,- la componen los señores .siguientes:

Presidente, D . Melchor. Herrero.—-Vice-presídente, D. Emilio Pérez Duarte. -T-Vocal primero, D. Joaquín Ortega Fran-quelo.—Vocal segundo, D. Francisco Fer-reira.—Contador, 1). Miguel Muñoz Salido. —Tesorero, l ) . Aurelio Ramírez Bernal.— Bibliotecario, D. Rafael Moíero.-—Secreta-rip primero, D. José M, Fernandez.—Se­cretario segundo, D. Manuel Ramírez. •

El picador Canales ha entrado a formar parte de la cuadrilla de O^rH^o.

La contrata acordada del espada «Oará-ánchá» para trabajar en el año próximo,

i ya ha sido firmada por la empresa de Ma­drid. ^ ' / '

Todo cuanto se ha dicho respecto á la: contrata de Antonio Carmena (Gordito)v para trabajar en algunas corridas en la plaza de Madrid, no pasa de simple ru^ mor que sus apasionados se encargan de esparcir entre los aficionados.

Sí el diestro sevillano torea en esta pla­za será sólo para suplir en las salidas dé­los diestros contratados; pero esto todavía; no es seguro.

i f viernes anterior, primer dia-de moda, en el circo de Príce, se vieron ocupadas la mayor parte de las localidades per lo más. elegante de la sociedad madrileña, y fue­ron muy aplaudidos los artistas que en aquel circo actúan. , Su director, Sr. Parish, que no descan­

sa un momento para seguir obteniendo el. favor del público, prepara otras noveda­des que pronto serán admiradas.

ANÜMGIOS.

TTOCABÜLARK) TAURÓMACO, Ó SEA COLECCION Y de las voces y fr ases empleadas en el arte del toreo, con su explicación correspondiente, por D, Leopoldo Vázquez, seguido de unos breves apuntes sobre los espadas, nanderilleros y picado­res más conocidos.

Véndese este libro en la administración de E t TOREO, calle de la Palma, 32, al precio de una pe­seta cada ejemplar. Se remite á provincias por eí mismo precio, franco el porte, y á nuestros cor­responsales, pidiendo de 12 ejemplares en adelan-e, se les hace una rebaja conveniente.

DATOS PARA ESCRIBIR LA HISTORIA DE LAS ganaderías bravas de España, por un aficio­

nado.—Este pequeño libro, que ha obtenido gran favor del público, contiene gran número de datos de la mayor parte de las ganaderías que existen y han existido, así como las cogidas más importan­tes que han ocasionado los más renombrados toros.

Véndese á 2 ís. en Madrid y 3 en provincias, franco de porte, dirigiendo sus pedidos á esta ad­ministración, calle de la Palma alta, núm. 32, Madrid.

Galería áe «El Toreo.» En la administración de este periódico se hallan

de venta, al precio de dos rs. cada uno, retratos de los espadas

MANUEL DOMINGUEZ. RAFAEL MOLINA {Lagartijo). FRANCISCO ARJONA (Currito). SALVADOR SANCHEZ {Frascuelo)ioo ftisoioff JOSE CAMPOS (Cara-ancha). También se hallan impresos en una sola hoja,

los retratos de Frascuelo, Lagartijo y Currito, vendiéndose á cuatro reales cada ejemplar.

.

EFEMERIDES TAURINAS. — RECOPILACION DÉ los acontecimientos taurinos más notables

ocurridos ('•sde que se conoce la lidia de lás reses bravas, seguidas de una lista de los toreros de á pié y á caballo que han toreado en Madrid desde nSd hasta nuestros días, por D. Leopoldo Váz­quez.

Esta obra, que recomendamos por los muchos datos curiosos que contiene para los aficionados al arte del toreo, se vende al preoio de 4 rs. en Ma­drid y 5 en provincias. . .

Los pedidos pueden dirigirse á la Administra­ción de EL TOKEO, Palma Alta, núm. 32, acompa^ ñando su importe en sellos ó letras de fácil eobro sin cuyo requisito no se sirve ningún ejemplar.

MADRID: 1880. ímp. de P. Nuñez, Fákna Mtá, 32.