La oración de Jesús

Padre

nuestro

Jesús nos dejó un camino para llegar hasta el corazón del Padre. Jesús tuvo una relación única con su Padre Dios. Por eso pudo decir: “Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el

Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.” (Mt 11,27). El Padrenuestro es el resumen de todo el Evangelio: la santidad y al mismo tiempo la cercanía de

Dios, el Reino que llega, la aceptación de la voluntad del Padre hasta la cruz, el Pan de vida que nos da Dios, el perdón y la lucha

contra el mal

El Padrenuestro nos descubre quiénes somos nosotros: hijos de Dios. Podemos decir que quien desconoce que es hijo de Dios desconoce su realidad más profunda, está perdido en la vida. El Padrenuestro nos

recuerda cada día lo que somos, y lo que estamos llamados a ser. Realmente es un atrevimiento llamar a Dios “Padre”. Si lo hacemos, es porque Jesús nos ha revelado que éste es el Nombre de Dios: “He

manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han

guardado tu Palabra” (Jn 17,6)

“Padre nuestro”Decir “Padre nuestro” nos une a toda la Iglesia, a toda la comunidad

de bautizados. La Iglesia, la comunidad cristiana, es la familia donde podemos llamar de verdad a Dios “Padre”. “No puede tener a

Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre”, decían los Padres de la Iglesia. Decir “Padre nuestro” es un compromiso a salir de nuestro individualismo, y abrirnos a nuestros hermanos. Por eso

no podemos rezar el “Padre nuestro” sin llevar ante Dios a todos nuestros hermanos, por los que el Padre entregó a su Hijo único

"... que estás en el cielo"El “cielo” simboliza el reinado de Dios. El “cielo” no es ese “sitio” donde Dios se ha refugiado para alejarse de nosotros, ni mucho

menos. Por “cielo” la Biblia entiende la majestad misma de Dios, su soberanía inmensa, que hace que no pueda ser manipulado por los

hombres. En realidad, Dios vive en el corazón de los que lo aman: “Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y

vendremos a él, y haremos morada en él” (Jn 14,23). El “cielo” es, sobre todo, nuestra verdadera patria. Los creyentes tenemos la firme esperanza de que el “cielo” sea la meta de nuestro camino en la vida

"Santificado sea tu Nombre"“Santificar” no quiere decir “hacer santo”, sino más bien “que sea

reconocida la santidad de su Nombre”. El Nombre de Dios es santificado cuando nuestra vida es una vida santa. En el bautismo hemos sido “lavados, santificados y justificados, por lo tanto, toda nuestra vida debe ser reflejo de esta santidad a la que hemos sido

llamados

"Venga a nosotros tu Reino"El Padrenuestro es por excelencia la oración de los que esperan con anhelo la llegada definitiva del Reino de Dios. “Venga a nosotros tu Reino” es la súplica de quien sabe confiar sólo en Dios y en su Reino. Jesús recorrió Galilea diciendo: "Conviértanse, porque el Reino de los

Cielos está cerca” (Mt 4,17). Jesús decía: "El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.

En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas”

(Mt 13,31-32)

"Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo"La voluntad de Dios es nuestro camino a la santidad: “Esto es bueno

y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1 Timoteo 2,3-4). Jesús “que se entregó a sí mismo por nuestros

pecados, para librarnos de este mundo perverso, según la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1,4). En el huerto de los Olivos,

Jesús reza así a su Padre Dios: "Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22,42). Sin la

ayuda de Dios somos incapaces de cumplir su voluntad.

"Danos hoy nuestro pan de cada día"La segunda parte del Padrenuestro comienza con una petición rápida, sin rodeos ni protocolos de ningún tipo: “Danos”. Esta forma de pedir

indica la extrema pobreza en que vivimos (aunque aparentemos otra cosa), y al mismo tiempo una inmensa confianza en Dios. “Nuestro pan”. ¿Qué pan es éste? Es el “pan” que necesitamos para vivir, que

significa todo lo que es necesario para la vida. Y es que el creyente sabe que todo lo ha recibido de Dios, que sin Dios no hay pan, y por tanto no hay vida. Nuestra oración se extiende a aquellos a los que falta el pan

por culpa de la injusticia humana

"Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden"

La petición de perdón responde a una necesidad profunda de perdón y reconciliación que tenemos todos. Cada ser humano anhela

en el fondo de su corazón que los demás no tengan en cuenta sus faltas, y que se borre todo lo que por debilidad o por malicia, hemos

cometido contra el hermano. A veces no es fácil. Decimos: “Yo perdono, pero no olvido”. Realmente, sólo Dios puede perdonar de

verdad. Sólo él puede rehabilitar a un criminal en un hombre honrado, o a un pecador en un hombre justo

"No nos dejes caer en la tentación"Nuestra vida está comprometida en un combate entre el bien y el mal, la gracia y el pecado. Es de ingenuos el negar la existencia de esta lucha. En esta petición pedimos a Dios sabiduría y fuerza para resistir la tentación. Pedimos a nuestro Padre que no nos deje “caer en ella”. Esto significa “no permitas que caiga en tentación”, o “no

nos dejes sucumbir a la tentación”. Le pedimos que no nos deje tomar el camino que conduce al pecado

"Y líbranos del mal"Por eso, en la Última Cena, Jesús advierte a Pedro: “¡Simón, Simón!

Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos” (Lucas 22,31-32). En esta petición,

el “mal” no es una abstracción, sino que designa a Satanás, el Maligno, el ángel que se opone a Dios. El Maligno ejerce su poder con inteligencia. Sabe cuáles son las “tentaciones” que hacen vacilar en la fe, actúa de forma silenciosa, a través de las “estructuras de pecado”

y de las redes de la injusticia de nuestra sociedad

“Amén”Reza el Padre nuestro con la mayor frecuencia que

puedas y con todas las fuerzas de tu corazónPuerta al Cielo