opresiÓn y libertad

27
OPRESIÓN Y LIBERTAD 3

Upload: others

Post on 15-Jul-2022

9 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: OPRESIÓN Y LIBERTAD

OPRESIÓN Y LIBERTAD

3

Page 2: OPRESIÓN Y LIBERTAD

4

Page 3: OPRESIÓN Y LIBERTAD

PÁGINA INDÓMITA

OPRESIÓN Y LIBERTAD

Traducción deLuis González Castro

SIMONE WEIL

Page 4: OPRESIÓN Y LIBERTAD

© Éditions Gallimard, 1955© de la traducción, Luis González Castro

© de la presente edición, página indómita, s.l.u.Providencia 114 bis, 4º 4ª. 08024 Barcelona

www.paginaindomita.com

Diseño de cubierta y composición: Ángel UzkianoImpresión y encuadernación: Romanyà Valls

Primera edición: junio de 2020

Todos los derechos reservados

isbn: 978-84-949992-7-7Depósito legal: C-448-2020

Título original: Oppression et liberté

Page 5: OPRESIÓN Y LIBERTAD

7

ÍNDICE

Nota a la presente edición 9

Opresión y libertad 11

Perspectivas. ¿Nos dirigimos hacia la revolución proletaria? 13Reflexiones sobre la tecnocracia, el nacionalsocialismo, la URSS y algunos otros asuntos 51Sobre el libro de Lenin Materialismo y empiriocriticismo 59Fragmentos, 1933-1938 71Examen crítico de las ideas de revolución y progreso 87Meditación sobre la obediencia y la libertad 97Sobre las contradicciones del marxismo 107Fragmentos, Londres, 1943 121¿Existe una doctrina marxista? 143

Índice onomástico 185

Page 6: OPRESIÓN Y LIBERTAD

8

joseph alois schumpeter

Page 7: OPRESIÓN Y LIBERTAD

NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN

Se incluyen en este volumen los textos de Simone Weilde crítica social y política que, en la edición original enfrancés, publicada por Gallimard en 1955, acompañabanal ensayo Reflexiones sobre las causas de la libertad y dela opresión social (1934), un escrito que la propia autoraconsideró durante mucho tiempo como uno de susprincipales trabajos. Dicho ensayo ha sido publicadodesde entonces de forma independiente por Gallimard,de modo que, lamentablemente, no ha sido posible in-cluirlo en esta edición en castellano. Sin embargo, ellector encontrará aquí, entre otras valiosas reflexionespolíticas y sociales, lo que parece ser una versión poste-rior del mencionado texto (titulado en este caso «Exa-men crítico de las ideas de revolución y progreso»), asícomo los pasajes sobre el marxismo que servirían a Ray-mond Aron de lema para su célebre El opio de los inte-lectuales. En el conjunto de los ensayos, la autora nos ofrece

un análisis de la libertad y de la opresión política y so-cial, de sus causas permanentes, sus mecanismos y sus

9

Page 8: OPRESIÓN Y LIBERTAD

formas contemporáneas, todo ello con el hilo común deuna preocupación esencial por la injusticia.La obra permanecía inédita en España hasta la fe-

cha, puesto que, en castellano, fue publicada en Argen-tina en 1957 por Editorial Sudamericana, en una ediciónhace ya largo tiempo descatalogada. Todos los textoshan sido nuevamente traducidos para la ocasión.

10

opresión y libertad

Page 9: OPRESIÓN Y LIBERTAD

11

OPRESIÓN Y LIBERTAD

Page 10: OPRESIÓN Y LIBERTAD

12

opresión y libertad

Page 11: OPRESIÓN Y LIBERTAD

PERSPECTIVAS:¿NOS DIRIGIMOS HACIA

LA REVOLUCIÓN PROLETARIA?1

Desprecio al mortal que se animacon esperanzas vanas.

Sófocles, Áyax

Ha llegado el momento previsto hace ya largo tiempo enque el capitalismo está a punto de ver detenido su desa-rrollo por límites infranqueables. Independientementede cómo se interprete el fenómeno de la acumulación,está claro que el capitalismo significa esencialmente ex-pansión económica, y que la expansión capitalista noestá lejos de la hora en que chocará con los límites mis-mos de la superficie terrestre. Sin embargo, jamás hahabido menos signos premonitorios del advenimientodel socialismo. Nos encontramos en un período de tran-sición, pero ¿de transición hacia qué? Nadie tiene lamenor idea. Y más sorprendente aún es la inconscienteseguridad con que nos instalamos en la transición comosi esta fuera un estado definitivo; tanto es así que lasconsideraciones referentes a la crisis del régimen se han

13

1. Publicado originalmente en La Révolution prolétarienne,n.º 158, 25 de agosto de 1933.

Page 12: OPRESIÓN Y LIBERTAD

convertido casi por doquier en lugares comunes. Cier-tamente, uno siempre puede creer que el socialismo lle-gará pasado mañana y hacer de esta creencia un deber ouna virtud. Mientras lo esperemos diariamente parapasado mañana, tendremos la seguridad de no vernosdesmentidos. Pero ese estado de ánimo no es muy dis-tinto al de esas buenas gentes que creen, por ejemplo,en el Juicio Final. Así pues, si queremos atravesar viril-mente esta época sombría, nos abstendremos, como elÁyax de Sófocles, de reconfortarnos con esperanzasvanas.A lo largo de toda la historia, los hombres han lu-

chado, sufrido y muerto para emancipar a los oprimi-dos. Y sus esfuerzos, cuando no han sido vanos, nuncahan tenido otro resultado que el de reemplazar un régi-men de opresión por otro. Marx, que llamó la atenciónsobre ello, creyó poder establecer científicamente quehoy es distinto, y que la lucha de los oprimidos condu-ciría ahora a una verdadera emancipación y no a unanueva opresión. Y es esta idea, que ha permanecidoentre nosotros como un artículo de fe, la que tendríaque ser examinada de nuevo, a menos de queramos ce-rrar sistemáticamente los ojos ante los acontecimientosde los últimos veinte años. Evitémonos las desilusionesde aquellos que, habiendo luchado por la Libertad, laIgualdad y la Fraternidad, se encontraron un buen díacon que, como dice Marx, habían obtenido Infantería,Caballería y Artillería. Ahora bien, ellos pudieron ex-

14

opresión y libertad

Page 13: OPRESIÓN Y LIBERTAD

traer alguna enseñanza de las sorpresas de la historia;más triste es la suerte de quienes perecieron en 1792 o1793, en las calles o en las fronteras, con la convicciónde que, a cambio de sus vidas, obtenían la libertad delgénero humano. Si hemos de perecer en las futuras ba-tallas, preparémonos de la mejor forma posible para pe-recer con una visión clara del mundo que dejaremos trasnosotros.La Comuna de París no solo ofrece un ejemplo del

poder creador de las masas obreras en movimiento, sinotambién de la incapacidad radical de un movimiento es-pontáneo cuando se trata de luchar contra una fuerzaorganizada de represión. Agosto de 1914marcó la quie-bra de la organización de las masas proletarias, tanto enel terreno político como en el sindical, dentro del marcodel régimen. Desde ese momento, hubo que abandonarde una vez por todas la esperanza que esa forma de or-ganización despertaba no solo en los reformistas sinotambién en Engels. En cambio, octubre de 1917 abriónuevas y radiantes perspectivas. Por fin se había encon-trado el modo de vincular la acción legal con la ilegal, eltrabajo sistemático de los militantes disciplinados conla efervescencia espontánea de las masas. En todo elmundo debían formarse partidos comunistas a los queel partido bolchevique comunicaría sus conocimientos;debían reemplazar a la socialdemocracia, que ya enagosto de 1914 había sido descrita por Rosa Luxem-burgo como un «cadáver pestilente», y que no tardaría

15

perspectivas

Page 14: OPRESIÓN Y LIBERTAD

en desaparecer de la escena histórica; debían adueñarsedel poder en un corto plazo. El régimen político creadoespontáneamente por los obreros de París en 1871, yluego por los de San Petersburgo en 1905, debía esta-blecerse firmemente en Rusia y cubrir muy pronto lasuperficie del mundo civilizado. Cierto es que el aplas-tamiento de la Revolución rusa por una brutal interven-ción del imperialismo extranjero podía destruir esas bri-llantes perspectivas, pero, a menos que tal aplastamientotuviera lugar, Lenin y Trotski estaban seguros de intro-ducir en la historia precisamente esa serie de transfor-maciones y no otra.Quince años han transcurrido. La Revolución rusa

no ha sido aplastada. Sus enemigos interiores y exterio-res han sido vencidos. Pero en ningún lugar de la super-ficie del globo, incluido el territorio ruso, hay sóviets;en ningún lugar, incluido una vez más el territorio ruso,hay un partido comunista propiamente dicho. El «ca-dáver pestilente» de la socialdemocracia ha continuadocorrompiendo la atmósfera política durante quinceaños, algo que difícilmente puede hacer un cadáver; sial final este ha sido barrido en gran medida, lo ha sidopor el fascismo y no por la revolución. El régimen sur-gido de Octubre, y que debía extenderse o perecer, seha adaptado muy bien durante quince años a los límitesfijados por las fronteras nacionales; su papel en el exte-rior consiste ahora, tal como muestran claramente losacontecimientos de Alemania, en estrangular la lucha re-

16

opresión y libertad

Page 15: OPRESIÓN Y LIBERTAD

volucionaria del proletariado. La burguesía reaccionariase ha dado cuenta de que está próxima a perder toda sufuerza de expansión, y se pregunta si, en previsión deguerras futuras, no puede valerse de dicho régimen pac-tando con él alianzas defensivas y ofensivas.2 A decirverdad, si tal régimen se asemeja al que Lenin creía estarinstaurando, lo hace en la medida en que excluye casiíntegramente la propiedad capitalista; pero en todo lodemás representa exactamente lo contrario: en lugar deuna efectiva libertad de prensa, lo que tenemos es la im-posibilidad de expresar un juicio libre en forma de do-cumento impreso, o mecanografiado, o manuscrito, oincluso mediante la simple palabra, sin correr el riesgode deportación; en lugar del libre juego de los partidosen el marco del sistema soviético, lo que tenemos es «unpartido en el poder y todos los demás en la prisión»;en lugar de un partido comunista destinado a reunir, enaras de la libre cooperación, a los hombres que poseanel mayor grado de abnegación, conciencia, cultura y es-píritu crítico, lo que existe es una simple máquina ad-ministrativa, un instrumento pasivo en manos del Se-cretariado, y que según el mismo Trotski lo único quetiene de partido es el nombre; en lugar de sóviets, sindi-catos y cooperativas que funcionen de forma democrá-tica y dirijan la vida económica y política, hay organis-mos que, a decir verdad, tienen los mismos nombres

17

perspectivas

2. Cf. el Deutsche Allgemeine Zeitung del 27 de mayo.

Page 16: OPRESIÓN Y LIBERTAD

pero han sido reducidos a simples aparatos administra-tivos; en lugar del pueblo armado y organizado en mi-licias para asegurar por sí solo la defensa exterior y elorden interno, hay un ejército permanente, una policíano controlada y cien veces mejor armada que la de zar;por último, y por encima de todo, en lugar de funcio-narios electos, siempre controlados, siempre destitui-bles, que debían asegurar el funcionamiento del go-bierno a la espera del día en que «cada cocinero aprendaa gobernar el Estado», existe una burocracia perma-nente, irresponsable, reclutada mediante cooptación, yque, debido a la concentración en sus manos de todoslos poderes económicos y políticos, tiene un poderíohasta ahora desconocido en la historia.Por su novedad misma, semejante régimen es difícil

de analizar. Trotski persiste en decir que se trata de una«dictadura del proletariado», de un «Estado obrero», sibien con «deformaciones burocráticas», y que, en rela-ción con la necesidad que tal régimen tiene de exten-derse o perecer, Lenin y él se equivocaron únicamenteen lo que respecta a los plazos. Pero cuando un errorcuantitativo alcanza tales proporciones, es razonablepensar que se trata en realidad de un error cualitativo,es decir, relativo a la naturaleza misma del régimencuyas condiciones de existencia deben definirse. Ade-más, hablar de «Estado obrero», cuando a continuaciónse dice que todos los obreros están política y económi-camente a entera discreción de una casta burocrática,

18

opresión y libertad

Page 17: OPRESIÓN Y LIBERTAD

parece una broma de mal gusto. En cuanto al término«deformaciones», está singularmente fuera de lugar parareferirse a un Estado cuyas características son exacta-mente opuestas a las asociadas teóricamente con un Es-tado obrero, y parece implicar que el régimen estalinistasería una especie de anomalía o enfermedad de la Revo-lución rusa. Pero la distinción entre lo patológico y lonormal no tiene valor teórico. Descartes dijo que unreloj averiado no es una excepción a las leyes del reloj,sino un mecanismo distinto que obedece sus propiasleyes; y así hay que considerar al régimen estalinista: nocomo un Estado obrero deformado, sino como un me-canismo social diferente, definido por los engranajes quelo componen, y que funciona de acuerdo con la natura-leza de esos engranajes. Mientras que los engranajes deun Estado obrero consistirían en las organizaciones de-mocráticas de la clase obrera, los engranajes del régimenestalinista consisten exclusivamente en las piezas de unaadministración centralizada, de la que depende porcompleto toda la vida económica, política e intelectualdel país. Para tal régimen, el dilema «extenderse o pere-cer» no solo ha perdido ya su validez, sino que ademáscarece de sentido; el régimen estalinista, en cuanto sis-tema de opresión, es tan poco contagioso como podíaserlo el Imperio para los países vecinos de Francia. Y laopinión según la cual dicho régimen estalinista consti-tuiría una simple transición, ya sea hacia el socialismo ohacia el capitalismo, parece igualmente arbitraria. Es

19

perspectivas

Page 18: OPRESIÓN Y LIBERTAD

obvio que la opresión de los obreros no constituye unaetapa hacia el socialismo. La «máquina burocrática ymilitar» que representaba, a ojos de Marx, el verdaderoobstáculo a la posibilidad de una marcha continua haciael socialismo, una marcha mediante la simple acumula-ción de reformas sucesivas, no ha perdido obviamenteesa característica de obstáculo por el hecho de que, alcontrario de lo previsto, sobreviva a la economía capi-talista. En cuanto a la restauración del capitalismo, quesolo podría producirse como una especie de coloniza-ción, no es en absoluto imposible, dadas la codicia detodos los imperialismos y la debilidad económica y mi-litar de la URSS. No obstante, las rivalidades entre losdiversos imperialismos han impedido hasta ahora queel equilibrio de fuerzas resulte aplastante para Rusia. Encualquier caso, la burocracia soviética no se mueve haciala capitulación, así que el término «transición» sería detodas maneras inadecuado. Nada permite decir que laburocracia del Estado ruso esté preparando el terrenopara una dominación distinta a la suya propia, ya se tratede la dominación del proletariado o de la burguesía. Enrealidad, las embarazosas explicaciones de los militantesformados por el bolchevismo, esas mediante las que in-tentan no afrontar la falsedad radical de las perspectivasplanteadas en octubre de 1917, reposan en el mismo pre-juicio que dichas perspectivas, es decir, en la afirmación,considerada como un dogma, de que hoy solo puedehaber dos tipos de Estado, el capitalista y el obrero. Tal

20

opresión y libertad

Page 19: OPRESIÓN Y LIBERTAD

dogma es desmentido de la forma más brutal por el des-arrollo del régimen surgido de Octubre. Ningún Estadoobrero ha existido jamás sobre la superficie de la tierra,salvo durante algunas semanas en París, en 1871, y quizáalgunos meses en Rusia, en 1917 y 1918. En cambio,desde hace unos quince años, reina sobre una sexta partedel globo un Estado tan opresivo como cualquier otro,y que no es ni capitalista ni obrero. Ciertamente, Marxno previó nada similar, pero amamos la verdad inclusomás de lo que amamos al propio Marx.El otro fenómeno capital de nuestra época, es decir,

el fascismo, no encaja más fácilmente que el Estado rusoen los esquemas del marxismo clásico. Por supuesto,también en este caso existen lugares comunes que pue-den evitarnos la penosa obligación de reflexionar. Delmismo modo que la URSS sería un «Estado obrero»más o menos «deformado», el fascismo sería un movi-miento de masas pequeñoburguesas que se basaría en lademagogia y que constituiría «la última carta que lequeda a la burguesía antes del triunfo de la revolución».Y es que la degeneración del movimiento obrero ha lle-vado a los teóricos a representar la lucha de clases comoun duelo, o como un juego entre partenaires conscien-tes, y cada acontecimiento social o político como unamaniobra de uno de los partenaires —concepción quetiene tanta conexión con el materialismo como la mito-logía griega—. Existen círculos restringidos de grandesfinancieros, de grandes industriales, de políticos reac-

21

perspectivas

Page 20: OPRESIÓN Y LIBERTAD

cionarios que defienden conscientemente lo que consi-deran los intereses políticos de la oligarquía capitalista,pero son incapaces tanto de impedir como de suscitar,o incluso dirigir, un movimiento de masas como el fas-cismo. De hecho, a veces lo han ayudado y a veces lohan combatido, han tratado vanamente de convertirloen un instrumento dócil y han terminado por capitularante él. Es cierto que la presencia de un proletariadoexasperado hace que, para ellos, esta capitulación resulteun mal menor. Sin embargo, el fascismo es algo muy dis-tinto a una última carta que les queda por jugar. Al res-pecto, es significativa la brusquedad con la que Hitler, apesar de las protestas de Krupp, despidió a Hugenbergcomo si este fuera un sirviente. No hay que olvidar tam-poco que el fascismo pone fin radicalmente a ese juegode partidos nacido del régimen burgués y que ningunadictadura burguesa, incluso en tiempos de guerra, habíasuprimido hasta ahora; y que instala en su lugar un ré-gimen político cuya estructura es más o menos la del ré-gimen ruso según lo definió Tomski: «Un partido en elpoder y todos los demás en la prisión». Y hay que aña-dir que la subordinación mecánica del partido al líder esla misma en ambos casos y está asegurada también enambos por la policía. Pero la soberanía política no esnada sin la soberanía económica; por eso el fascismotiende a aproximarse al régimen ruso también en el te-rreno económico mediante la concentración de todoslos poderes, tanto políticos como económicos, en las

22

opresión y libertad

Page 21: OPRESIÓN Y LIBERTAD

manos del jefe de Estado. Ahora bien, en ese terreno, elfascismo se topa con la propiedad capitalista que noquiere destruir. Hay ahí una contradicción que no se vebien adónde puede llevar. En cualquier caso, así comoel mecanismo del Estado ruso no puede explicarse porsimples deformaciones, tampoco esta contradicciónesencial del movimiento fascista puede explicarse por lasimple demagogia. Lo cierto es que, si bien el fascismoitaliano únicamente logró la concentración del poderpolítico tras largos años que agotaron su impulso, el na-cionalsocialismo, por el contrario, ha alcanzado el mis-mo resultado en menos de seis meses, conserva aún unainmensa energía y tiende a ir mucho más lejos. Comomuestra claramente un informe de una importante so-ciedad anónima alemana —que L’Humanité citó sinpercibir su significado—, la burguesía se inquieta antela amenaza de control estatal. Y, efectivamente, Hitlerha creado organismos con plenos poderes para conde-nar a obreros o patrones a diez años de trabajos forza-dos y confiscar las empresas.Se intenta en vano encajar el nacionalsocialismo a

cualquier precio en el esquema del marxismo, encontraren el seno del movimiento una forma encubierta delucha de clases entre unas bases instintivamente socia-listas y unos líderes que representarían los interesesdel gran capital y tendrían como tarea engañar a lasmasas mediante una habilidosa demagogia. Para empe-zar, nada permite afirmar con certeza que Hitler y sus

23

perspectivas

Page 22: OPRESIÓN Y LIBERTAD

lugartenientes, cualesquiera que sean sus vínculos conel capitalismo monopolista, son simples instrumentos.Y, sobre todo, la orientación de las masas hitlerianas, sibien es violentamente anticapitalista, no es en absolutosocialista, no más que la propaganda demagógica de loslíderes, puesto que se intenta poner la economía no enmanos de productores agrupados en organizaciones de-mocráticas, sino en manos del aparato estatal. Sin em-bargo, por mucho que la influencia de los reformistas yde los estalinistas haya hecho olvidar esto hace ya largotiempo, lo cierto es que el socialismo consiste en la so-beranía económica de los trabajadores, no de la maqui-naria burocrática y militar del Estado. Por lo tanto, esoque se llama el ala «nacional-bolchevique» del movi-miento hitleriano no es en modo alguno socialista. Deahí que ninguno de los dos fenómenos políticos que do-minan nuestra época pueda encuadrarse en el marco tra-dicional de la lucha de clases.Lo mismo ocurre con toda una serie de movimien-

tos contemporáneos surgidos en la posguerra y notablespor sus afinidades tanto con el estalinismo como con elfascismo. Tal es el caso, por ejemplo, de la revista ale-mana Die Tat, que reúne a una pléyade de jóvenes y bri-llantes economistas y que, al tiempo que está suma-mente cerca del nacionalsocialismo, considera que laURSS es el modelo para el Estado futuro, con la casiabolición de la propiedad privada; de hecho, aboga hoypor una alianza militar entre Rusia y la Alemania de Hi-

24

opresión y libertad

Page 23: OPRESIÓN Y LIBERTAD

tler. En Francia tenemos algunos círculos, como el de larevista Plans, donde se encuentra una ambigüedad se-mejante. Pero el más significativo a este respecto es elmovimiento tecnocrático que, según se dice, ha cubiertoen breve tiempo la superficie de los Estados Unidos; sa-bemos de él que preconiza, dentro de los límites de unaeconomía nacional cerrada, la abolición de la competen-cia y de los mercados y una dictadura económica ejer-cida soberanamente por los técnicos. Este movimiento,que ha sido a menudo comparado con el estalinismo yel fascismo, tiene mayor alcance, puesto que parece in-fluir en el círculo de intelectuales de Columbia que ac-tualmente asesora a Roosevelt.Tales corrientes de ideas son algo absolutamente

nuevo y confieren a nuestra época su carácter propio.Además, el período actual, si bien confuso y rico encorrientes políticas de toda clase, antiguas y nuevas, pa-rece carecer únicamente de ese movimiento mismo que,según las previsiones, debería constituir su carácteresencial, a saber: la lucha por la emancipación econó-mica y política de los trabajadores. Hay, dispersos aquíy allá, y desunidos por oscuras querellas, algunos viejossindicalistas y comunistas sinceros; hay también peque-ñas organizaciones que han conservado casi intactas lasconsignas socialistas. Pero el ideal de una sociedad go-bernada en el terreno económico y el político por lacooperación de los trabajadores apenas guía a ningúnmovimiento de masas, ya sea espontáneo u organizado,

25

perspectivas

Page 24: OPRESIÓN Y LIBERTAD

y esto ocurre en el momento mismo en que, por do-quier, tan solo se habla de la bancarrota del capitalismo.Ante este estado de cosas, si queremos afrontar la

realidad, debemos preguntarnos si el sucesor del régi-men capitalista no terminará siendo, más que la libreasociación de los productores, un nuevo sistema deopresión. Al respecto, y a modo de mera hipótesis, qui-siera presentar una idea al examen de los camaradas. Porexpresarla con brevedad, podemos decir que la huma-nidad ha conocido hasta la fecha dos formas principalesde opresión: una —la esclavitud o servidumbre— ejer-cida en nombre de la fuerza armada y otra ejercida ennombre de la riqueza transformada en capital; lo que de-bemos averiguar es si en este momento no se estaránviendo sucedidas por una opresión de un nuevo tipo, laopresión ejercida en nombre de la función.

* * *

La lectura misma de Marx muestra claramente que, hacemedio siglo, el capitalismo ya había sufrido modifica-ciones profundas y de tal naturaleza que podían trans-formar el mecanismo de la opresión. Esta transforma-ción no ha hecho más que acentuarse desde la muertedel autor, y a un ritmo particularmente acelerado en elperíodo de posguerra. Ya en la obra de Marx vemos queel fenómeno que define el capitalismo, a saber, la com-pra y venta de la fuerza del trabajo, se ha convertido,

26

opresión y libertad

Page 25: OPRESIÓN Y LIBERTAD

durante el desarrollo de la gran industria, en un factorsecundario para la opresión de las masas trabajadoras;el momento decisivo, en lo que atañe a la esclavizacióndel trabajador, ya no es aquel en que, en el mercado la-boral, el obrero vende su tiempo al patrón, sino aquelen que, apenas franqueado el umbral de la fábrica, esatrapado por la empresa. Ya conocemos las terribles fór-mulas de Marx al respecto:

En la artesanía y la manufacturación, el trabajadorse sirve de la herramienta; en la fábrica, está al serviciode la máquina.

En la fábrica existe un mecanismo muerto, indepen-diente de los obreros, al que estos son incorporadoscomo engranajes vivientes.

Solo gracias al maquinismo el trastrocamiento [de larelación entre el trabajador y las condiciones de trabajo]se convierte en una realidad que puede ser captada en latécnica misma.

La separación entre el trabajo manual y las fuerzasespirituales del proceso de producción, y la transforma-ción de estas en fuerzas de la opresión ejercida por el ca-pital sobre el trabajo se logra plenamente [...] en la granindustria construida sobre la base del maquinismo. Eldetalle del destino individual [...] del obrero que trabaja

27

perspectivas

Page 26: OPRESIÓN Y LIBERTAD

en la máquina desaparece como algo mezquino ante laciencia, las formidables fuerzas naturales y el trabajo co-lectivo que han cristalizado en el sistema de máquinas yque constituyen el poder del amo.

Si se deja a un lado la manufactura, que puede con-siderarse como una simple transición, podemos decirque la opresión de los trabajadores asalariados —fun-dada esencialmente en las relaciones de propiedad e in-tercambio en la época de los pequeños talleres— se hatransformado por obra del maquinismo en un simpleaspecto de las relaciones que conlleva la propia técnicade producción. A la oposición, creada por el dinero,entre compradores y vendedores de la fuerza de trabajo,se ha agregado otra oposición, creada por los propiosmedios de producción, entre quienes disponen de la má-quina y quienes están a disposición de la máquina. Laexperiencia rusa ha mostrado que, contrariamente a loque Marx dio por sentado con demasiada rapidez, la pri-mera de estas oposiciones puede ser suprimida sin quedesaparezca la segunda. En los países capitalistas co-existen ambas oposiciones, y tal coexistencia crea unaconfusión considerable. Los hombres que se venden alcapital y los que sirven a la máquina son los mismos; encambio, los que disponen del capital y los que dirigenla empresa no son siempre los mismos.De hecho, existía hasta hace poco una categoría de

obreros que, aun siendo asalariados, no eran simples

28

opresión y libertad

Page 27: OPRESIÓN Y LIBERTAD

engranajes vivientes al servicio de la máquina, sino que,por el contrario, ejecutaban su trabajo utilizando lasmáquinas con tanta libertad, iniciativa e inteligenciacomo el artesano que maneja su herramienta; me re-fiero a los obreros cualificados. Pues bien, esta catego-ría de obreros que, en cada empresa, constituía el factoresencial de la producción ha sido suprimida poco apoco por la racionalización; ahora, un regulador se en-carga de organizar una cierta cantidad de máquinassegún las exigencias del trabajo que debe ejecutarse, yel trabajo lo realizan bajo sus órdenes peones especia-lizados, capaces de operar un tipo de máquina, y solouno, con movimientos siempre idénticos en los que nointerviene en absoluto la inteligencia. Así pues, la fá-brica se halla hoy dividida en dos campos claramentedelimitados: a un lado, quienes ejecutan el trabajo sinparticipar activamente en él; al otro, quienes dirigen eltrabajo sin ejecutar nada. Entre estas dos partes de lapoblación de una empresa, la propia máquina consti-tuye una barrera infranqueable. Al mismo tiempo, eldesarrollo del sistema de sociedades anónimas ha es-tablecido una barrera, en realidad menos clara, entrequienes dirigen la empresa y quienes la poseen. Comoha señalado el economista americano Pound, un hom-bre como Ford, a la vez capitalista y empresario, pare-ce en nuestros días una supervivencia del pasado. Y,en un libro publicado en 1929, Palewski dice lo si-guiente:

29

perspectivas