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  • Miguel F. Oliva

    Carlos F. De Angelis

    Investigacin social

    para el anlisis de la opinin pblica

    y el comportamiento electoral

  • Oliva, Miguel

    Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el

    comportamiento electoral / Miguel Oliva y Carlos F. De Angelis. -

    1a ed. - Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Antigua, 2013.

    260 p. ; 23x16 cm.

    ISBN 978-987-28949-8-6

    Autores: Miguel F. Oliva y Carlos F. De Angelis

    E-mail: [email protected] / [email protected]

    Coleccin Investigacin Aplicada

    Metodologa que no muerde

    Directoras: Ana Paula Solans y Sabrina Ayub

    Primera edicin: diciembre 2013

    Editorial Antigua

    Ciudad Autnoma de Buenos Aires

    E-mail: [email protected]

    Pgina web: http://www.editorialantigua.com.ar

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723. Prohibida su reproduccin total o parcial por

    cualquier medio sin el consentimiento de la autora/compiladora o la editorial.

    Impreso en Argentina

    2013 Todos los derechos reservados

    ISBN 978-987-28949-8-6

  • INDICE

    Introduccin . 5

    Parte I: Opinin pblica y comportamiento electoral 7

    Opinin pblica ... 9

    Opinin pblica y comportamiento electoral . 25

    Teoras y variables en la investigacin de la opinin pblica y el comportamiento electoral ...

    45

    Propiedades sistmicas .. 46

    Propiedades de opinin.. 49

    Propiedades de segmentacin social 51

    Pronsticos electorales 55

    Parte II: Diseos de investigacin y mtodos de investigacin en ciencias sociales

    59

    Marco terico, objetivos y preguntas e hiptesis de investigacin . 64

    Tipos de diseos de investigacin 69

    Enfoques y tcnicas de investigacin .. 73

    Estrategia o enfoque cualitativo 73

    Estrategia o enfoque cuantitativo . 75

    Tcnicas de investigacin: de la observacin a la encuesta ... 76

    Observacin . 77

    Entrevista . 78

    Grupos focales . 80

    Encuesta 82

    Unidades de anlisis, muestra, variables y matrices 91

    Unidades de anlisis 91

    Muestreo ... 93

  • Construccin de la matriz de datos .. 101

    Parte III: Aplicacin de tcnicas estadsticas al anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral .

    103

    Anlisis de datos cuantitativos . 105

    Anlisis univariado . 108

    Anlisis bivariado 118

    Lectura de tablas . 120

    Uso de tabulaciones cruzadas para el anlisis de la fidelidad, captacin y fuga de votos ..

    127

    Tabulaciones de problemas sociales y respuesta mltiple 139

    Ponderaciones mltiples y simulaciones . 149

    Anlisis de la varianza 156

    Medidas direccionales 161

    Correlacin y regresin ... 162

    Correlacin de resultados electorales .. 169

    Pronsticos electorales 177

    Proyeccin de los indecisos 184

    Anlisis de Imagen de dirigentes .. 190

    Anlisis multivariado .. 199

    Anlisis Factorial de la varianza 201

    Anlisis de clster o conglomerados 206

    Anlisis de correspondencias mltiple . 222

    Anexo I: Sintaxis y ejemplos de aplicacin .. 229

    ndice de tablas . 241

    ndice de ilustraciones 245

    ndice de grficos . 245

    Bibliografa 247

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

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    INTRODUCCIN

    Este libro aborda aspectos y conceptos tiles para la investigacin social, enfocndose en particular hacia la investigacin de la opinin pblica y el comportamiento electoral.

    El comportamiento electoral constituye un campo de inters de la investigacin social en s mismo. Pero el inters de su anlisis tambin reside en los mltiples fenmenos sociales involucrados en estos comportamientos, tales como el poder, la cohesin social, las demandas, los liderazgos, la comunicacin social, la naturaleza y la dinmica de las estructuras del estado.

    El conocimiento del comportamiento electoral no debera ser entendido como el progreso del conocimiento en un rea en particular, sino como el avance en la comprensin de los fenmenos sociales.

    El desarrollo metodolgico en las ciencias sociales ha aumentado la capacidad de anlisis de datos de todos los rdenes del quehacer social, y sobre el comportamiento electoral, pero no se ha avanzado en la misma medida en la integracin del anlisis emprico a teoras de alcance ms general sobre el comportamiento social.

    En la comprensin de estos fenmenos la teora y la indagacin emprica se complementan.

    Este libro avanza en la integracin de la indagacin emprica en los estudios de caso del comportamiento electoral, con elementos tericos. Se analizan los posibles abordajes metodolgicos de estos fenmenos, la aplicacin de distintos diseos de investigacin y tcnicas estadsticas al anlisis del comportamiento electoral, y las tcnicas ms habituales utilizadas para elaborar pronsticos electorales.

    Se presentan distintas herramientas aplicables en ciencias sociales sin extender ms de lo imprescindible elementos matemticos o frmulas, buscando la comprensin en trminos sencillos. En una primera parte se examinan distintas teoras, conceptualizaciones y abordajes de opinin pblica y el comportamiento electoral.

  • Miguel F. Oliva y Carlos F. De Angelis

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    En una segunda parte, se abordan aspectos de los diseos de investigacin y mtodos de investigacin en ciencias sociales. En una tercera parte, se revisan distintas aplicaciones estadsticas al anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral, tales como el uso de tabulaciones cruzadas para el anlisis de la fidelidad, captacin y fuga de votos, captacin de problemas mediante tcnicas de respuesta mltiple, ponderaciones mltiples y simulaciones, anlisis simple de la varianza, correlacin y regresin, pronsticos electorales, proyeccin de los indecisos, anlisis de Imagen de dirigentes, anlisis multivariado, anlisis factorial de la varianza (ANOVA), anlisis de clster o conglomerados, y anlisis de correspondencias mltiple.

    Creacin de indicadores, dimensiones y modelos metodolgicos son desarrollados en este libro. La laboriosa construccin de variables e indicadores complejos permite una aproximacin a los fenmenos electorales, y al anlisis de las relaciones posibles entre las variables. A estas aplicaciones metodolgicas, subyacen ciertos supuestos, cuyo anlisis y explicitacin, que se abordan aqu, enriquece la reflexin terica sobre los fenmenos electorales y sociales en general.

    La formulacin de problemas especficos sobre el comportamiento electoral mediante distintas tcnicas de anlisis, aborda desde la investigacin sociolgica y politolgica la enorme complejidad del comportamiento social.

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    Parte I:

    Opinin pblica y comportamiento electoral

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    Opinin pblica

    Durante el siglo XX, se desarrolla una historia de prcticas profesionales y acadmicas de medicin de fenmenos sociales, que se suele denominar estudios de opinin pblica.

    En principio, los estudios de opinin pblica se han generalizado con la difusin de las democracias1. Las elecciones en las democracias actan como mecanismos de legitimacin de los gobiernos sin ser el nico posible de un sistema de gobierno--, y cumplen, en ese sentido, con una funcin de cohesin social en la poltica moderna.

    Existi en las ltimas dcadas una difusin de la mecnica democrtica, a partir de los procesos sociales en Europa Oriental con la cada del comunismo (Garrido, 2003), o en Latinoamrica con la generalizacin de los procedimientos democrticos, la interrupcin de los gobiernos militares2, y la difusin de la democracia de baja intensidad3, 1 En ese sentido, se han formado asociaciones como WAPOR (World Association for Public

    Opinion Research), una institucin internacional fundada en 1947, que tiene como misin promover el desarrollo de la investigacin en opinin pblica. La versin latinoamericana es WAPOR Buenos Aires. En 2007, se llev a cabo el Primer Congreso Latinoamericano de WAPOR, a partir de esta experiencia se publica el libro Opinin pblica: una mirada desde Amrica Latina, (Emec, 2009). 2 La paradoja es que el actual rechazo internacional a las experiencias autoritarias y la crisis y el agotamiento de las formulaciones sistmicas alternativas, especialmente despus de la cada del comunismo en los pases de Europa Oriental, han reforzado el atractivo del rgimen democrtico en el mundo (Garrido 2003). 3 According to Bergesen (1992), semi-peripheral states are more constrained than core states in their possible responses to global recession. With state legitimacy already low, the strains of economic recession can topple governments. Political changes to accommodate some opposition, as well as to show a more democratic face to the outside world, offer a way to reduce unrest. However, some scholars hold that this type of external intervention serves only to promote nominal low-intensity democracies, or minor political change without modifications to the underlying political and social structures. The result, according to this view, is a state sympathetic to foreign interests and susceptible to external markets (Gill et al. 1993). Bergesen (1992) and Boswell and Peters (1989) attribute the temporally-coincident and geographically-concentrated wave of democratization in Latin America and East Asia in the 1980s and in Eastern Europe after 1989 to the mobilization of internal opposition. Because of the regional clustering of states of similar economic, social and political character, the same external influences have region-wide distributions (Loughlin et al., 2004).

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    como mecanismo de legitimacin de los gobiernos. Estos procesos, y lo que Huntington (1991) denomina la tercer ola de democratizacin, han hecho cada vez ms relevante la investigacin sobre el comportamiento electoral.

    Estos procesos de democratizacin, no pueden desligarse al mismo tiempo de lo que Jessop (2000) y otros autores describen como un maridaje tradicional entre el capitalismo y la democracia, en el sentido de lo que empricamente aparece como una convivencia de los sistemas capitalistas con los regmenes democrticos en la poltica. En ese sentido, la introduccin de procedimientos democrticos en regmenes polticos socialistas, suelen estar asociado a cambios sociales y del sistema econmico ms amplio.

    Sin embargo, no hay una nica definicin de opinin pblica, y la expresin ha sido utilizada en distintos sentidos y contextos histricos.

    Se ha conceptualizado una tradicin normativa del concepto de opinin pblica. En la visin normativa, se ha dado relevancia a la opinin pblica como un fundamento de la existencia del estado democrtico. Platn, Maquiavelo, Hume, Locke, Rousseau, Tocqueville, Bentham, Habermas, entre otros, han abordado la relacin entre gobernantes y gobernados, vinculando la existencia de un estado democrtico a la legitimacin popular de la opinin pblica.

    La legitimacin de la poltica mediante el voto es el resultado de un proceso de secularizacin de la poltica, y de abandono de la legitimidad religiosa del ejercicio del poder, en un proceso histrico de modernizacin social.

    El concepto de opinin pblica se politiza (y se vuelve normativo) con la burguesa europea enfrentada a las tradiciones de los gobiernos monrquicos. La razn se libera de la fe, y se aleja de la idea de lo trascendente (Giner, 1975: 157). As, la expresin opinin pblica describe prcticas polticas de la burguesa emergente a finales del siglo XVII y XVIII (Aguilar, 1987), que se debaten en oposicin a la monarqua absoluta (Habermas, 1999), aspirando a la igualdad civil y poltica (Boladeras, 2001). En la revolucin francesa, se habla de mas bien de espirit publique, o simplemente de opinin (Luhmann, citado en Torres

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    Nafarrete 2009). En un proceso de secularizacin del poder y la poltica, la opinin pblica se erige como una forma de rebelda o autonoma de la burguesa frente a la autoridad real, de raz religiosa. En este sentido se enfrenta por un lado con procedimientos de transmisin del poder con matriz gentica (los hijos v.g. prncipes -- heredan el poder de los padres), y se rompe por el otro con la mediacin ejercida por los representantes de las instituciones religiosas (Kahler, 1953: 203-205).

    Los primeros esbozos tericos de la opinin pblica se suelen atribuir a los fisicratas4 (Habermas, 1981). Rousseau usa la expresin opinin pblica en 1750, en su Discurso sobre las ciencias y las artes en la Academia de Dijon (Rousseau, 1980: 163). Los conceptos de contrato social y voluntad general (y la soberana, como ejercicio de la voluntad general), desarrollados en su famoso libro El Contrato Social (1762), fueron decisivos para dar fundamento a la idea de democracia y reemplazar la nocin de voluntad del rey que fundaba la monarqua.

    Surge la pregunta acerca de la relacin entre la legitimacin de los gobiernos en los procesos democrticos y la voluntad general. El resultado electoral en un pas con sistemas de eleccin democrtica de su gobierno, no es una accin de una conciencia supraindividual, como un genio consciente que vota en porcentajes, sino una operacin de suma de conciencias que producen acciones individuales que luego se reinterpretan comunicacionalmente (entendiendo comunicacin en forma amplia, incluyendo al poder). La existencia de una opinin pblica podra entenderse en trminos de interacciones comunicacionales, pero no como una expresin de una conciencia (humana o incluso animal). De hecho, no podra medirse opiniones compartidas entre individuos que no compartieran algn tipo de cdigo de comunicacin. Los sondeos de opinin pblica necesariamente se realizan en un lenguaje comprensible para los encuestados; nadie hara una encuesta en chino mandarn, en

    4 La fisiocracia era una escuela de pensamiento econmico del siglo XVIII fundada por Franois Quesnay, Anne Robert Jacques Turgot y Pierre Samuel du Pont de Nemours en Francia. Los primeros esbozos tericos de la importancia de la opinin pblica se suelen atribuir a los filsofos fisicratas, como Louis Sebastin Mercier de la Riviere (Habermas 1981: 129-130).

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    Argentina. Por otro lado, es vlida la pregunta de si estos estados de opinin existen de no ser medidos, y sin la intervencin de observadores5.

    Como en toda idea de contrato o voluntad, se requiere una conciencia, y tal conciencia no existe a nivel social (en el sentido de la conciencia de un ser vivo). El trmino voluntad general, o general will, e incluso la idea del contrato social desarrollada por los tericos contractualistas, puede pensarse en trminos de interacciones sociales, en trminos comunicacionales de sociedades o grupos acotados. La voluntad del rey existe en su conciencia; pero la voluntad general existe en trminos de acoplamientos comunicacionales e interacciones en redes sociales acotadas que comparten cierto tipo de comunicacin (en ese sentido, puede diferenciarse una voluntad general china, de una voluntad general europea, por ejemplo). Y en particular, lo que tiene la comunicacin de constructor de conciencia individual, dado el acoplamiento estructural entre lenguaje y conciencia, utilizando los trminos de Luhmann (1991). Esto significa que no podra haber conciencia sin lenguaje, ni lenguaje sin conciencia.

    Por otro lado, no existe algo escrito en un documento que constituya un contrato social, al estilo de los conceptos de Rosseau.

    Hay una variedad de formas de consenso social, que van desde las costumbres, los folkways, leyes, constituciones, smbolos y poder, hasta la opinin pblica. Desde tiempos inmemoriales, los individuos buscan orientarse por lo que opinan los otros.

    Estos diversos niveles de consenso tienen distintos grados de racionalizacin, explicitacin, o discusin pblica. Tambin tienen distintos grados de extensin; hay consensos que son comunes a una

    5 Del mismo modo que en fsica cuntica, en el experimento del gato de Schrdinger, la descripcin adecuada para la mecnica cuntica es que se superponen los estados gato vivo / gato muerto, hasta que el observador abre la caja. Erwin Schrdinger plantea un sistema que se encuentra formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato en su interior, una botella de gas venenoso y un dispositivo, el cual contiene una partcula radiactiva con una probabilidad del 50% de desintegrarse en un tiempo dado, de manera que si la partcula se desintegra, el veneno se libera y el gato muere. Al terminar el tiempo establecido, hay una probabilidad del 50% de que el dispositivo se haya activado y el gato est muerto, y la misma probabilidad de que el dispositivo no se haya activado y el gato est vivo.

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    mayor cantidad de individuos; en general, la difusin mediante medios de comunicacin permite potencialmente ampliar la extensin de los consensos o juicios compartidos. Algunos juicios compartidos son simplemente consuetudinarios; no se supone por ejemplo, que la gente deba conocer los textos de las leyes para cumplirlas. Otros juicios no surgen a la discusin pblica en cualquier momento de la historia; la opinin de que la tierra era el centro del universo, en la poca de Galileo, era socialmente disruptiva; muchas de estas opiniones tienen asociadas estructuras de poder, o redes sociales asociadas a ciertas creencias. En el mismo sentido, parece haber un proceso evolutivo donde ciertas opiniones se abandonan definitivamente en la historia, como por ejemplo las opiniones sobre el origen religioso del poder poltico, o la opinin de que la tierra es el centro del sistema solar y el universo.

    En general, se supone que las opiniones son provisorias y voltiles. Los griegos ya diferenciaban el conocimiento de la opinin. Platn estimaba que la opinin subjetiva e individual (doxa) es el punto medio entre la ignorancia y el conocimiento (epistmee); ignorancia, opinin y conocimiento relativos a cuestiones de competencia democrtica. En un sentido afn, se ha definido la opinin como aquello que an no se ha verificado (Habermas 1981), de caractersticas mudables, cambiantes y de mayor volatilidad que los valores o la ideologa, a los que se suele considerar ms estables.

    Las mismas contradicciones e intereses diversos en la vida social, se reflejan en contradicciones de opiniones. Tnnies define a la opinin pblica como conglomerado de puntos de vista, deseos y propsitos diversos y contradictorios, y opinin pblica como potencia unitaria, expresin de la voluntad comn (Botero Montoya, 2006).

    Al mismo tiempo, Luhmann (2009) ha sealado a este fenmeno de la opinin pblica es necesario entenderlo en un contexto en el que las sociedades contemporneas son cada vez ms complejas, como consecuencia de la mayor especializacin y diversificacin funcional. Tambin, por supuesto, como resultado del crecimiento demogrfico; no podra pensarse en una opinin compartida por 7000 millones de seres humanos que habitan en la tierra. Luego, el medio y las formas de la opinin pblica no son nada ms que la mirada auto-referencial que los

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    protagonistas de la opinin pblica se dirigen a s mismos y a sus actuaciones. Dicho espejo social tambin podramos compararlo con un can de luz o un haz de luz que focaliza y concentra la atencin en un escenario (Luhmann, 2009). La mirada se concentra en un solo punto, as no sea ste relevante, permitiendo que todos compartan un tema en comn.

    En la opinin pblica se incluye un elemento de juicios racionales, que se suponen compartidos en grupos, muchas veces antagnicos, y por lo tanto, posiblemente controversiales. Son consensos y decodificaciones (estereotipos, porque los dicen la mayora, en trminos de Lippmann (1922) compartidas sobre la realidad. Los estereotipos se basan en predisposiciones que ayudan a seleccionar la informacin, a jerarquizar nuestros juicios y a expresarlos segn nuestra forma de entender el mundo. Cuanto ms inespecficos y simples sean, ms sencilla es su expansin y generalizacin.

    Sin embargo, este tipo de fenmenos no se resuelven en conciencias individuales, como puede interpretarse en la formulacin de Lippmann6 (1922). Surgen de conciencias individuales, pero al no existir las conciencias colectivas, son por lo tanto juicios o codificaciones que se transmiten socialmente. Es decir, lo que solemos estudiar como opinin pblica son juicios o consensos compartidos, que trascienden a las conciencias individuales que los crean. Estos consensos tienen efectos sociales7; nadie pregunta en una encuesta la velocidad de la luz, por ejemplo, porque un consenso en este sentido tendr menores consecuencias en lo social. Estos efectos sociales se cristalizan en fenmenos concretos, como resultados electorales8. En esos momentos deja de ser abstracta, y sus efectos pueden observarse efectivamente.

    6 Walter Lippmann (1922) sostiene que: Las imgenes que se hallan dentro de las cabezas (...) de los seres humanos, las imgenes de s mismos, de los dems, de sus necesidades, propsitos y relaciones son sus opiniones pblicas. 7 Si no los tienen, no se analizan en opinin pblica. 8 Uno de los mecanismos de la democracia incluye la eleccin de representantes, por las dificultades que existen en establecer consensos en forma directa. Entonces, aparecen como relevantes los consensos entre legisladores, o representantes en las cmaras, que ciertamente van cambiando con dinmicas diferentes a los cambios de opiniones en la poblacin general.

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    Estos consensos pueden ser ms o menos estables, y ms o menos extendidos. Algunos consensos estables, no podran ser conceptualizados como opiniones estrictamente. Por ejemplo, los cdigos como el lenguaje, son consensos sobre como designar determinados conceptos u objetos entre los individuos que comparten el lenguaje; el dinero tambin es una codificacin similar (un consenso) de qu tipo de equivalente monetario puede ser aceptable para los intercambios. Otros consensos estn ocultos o no son conscientes, como la prohibicin del incesto; estos no suelen ser objeto de controversias, y habitualmente slo son discutidos por individuos cuando ellos realizan una reflexin social o filosfica.

    La expansin de las conciencias individuales a consensos y codificaciones sociales, puede ser ms extendida e improbable en la medida que existen nuevos y ms eficientes medios de comunicacin social. Esto le da la importancia central que se le ha dado a los medios de comunicacin en el anlisis de opinin pblica, a la publicidad de los actos de gobierno, y la denominada opinin publicada (Habermas, 1992), con el desarrollo de los medios de comunicacin (Luhmann, citado en Torres Nafarrete, 2009).

    Por supuesto, el tema de la influencia de los medios de comunicacin y la opinin publicada, sobre la opinin pblica, est siendo redefinida en el contexto de la difusin de las redes sociales. Esta difusin ha ampliado y redefinido el concepto de publicado, e incluso de pblico. Las redes sociales tambin aumentan la capacidad de autoorganizacin de los individuos; como ha sealado Castells en su artculo en el diario La Vanguardia9 en el caso del conflicto de Gezi en Turqua.

    9 Esa cosa que llaman redes sociales no es ms que una fuente de problemas para la sociedad actual... Hay un problema que se llama Twitter", declar el primer ministro turco, Tayyip Erdogan. http://www.lavanguardia.mobi/slowdevice/opinion/articulos/20130608/54375789623/de-tahrir-a-taksim.html. Si antes haba condiciones de manipulacin de la opinin y para reducir la democracia a elecciones controladas, ahora resulta que los ciudadanos se autocomunican, autoorganizan y automovilizan para defender sus derechos en las protestas. As se levantaron cientos de miles de turcos en defensa del parque Gezi, algo similar a lo ocurrido en Egipto (Diario La Vanguardia, Junio 2013). Al mismo tiempo, en Brasil (2913) y Argentina (2012 y 2013) hubo manifestaciones importantes de protesta organizadas mediante convocatorias por redes sociales.

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    En el siglo XX, se fueron diseando formas de medicin emprica de opinin pblica; se pasa de las visiones tericas sobre este concepto, y sobre la voluntad general, a las mediciones empricas.

    Para ello, se suele derivar las visiones filosficas y normativas a las definiciones operativas de opinin pblica. Desde una visin antropolgica, la politloga alemana Noelle-Neumann (fundadora en 1947 del instituto Demoscopa), define operativamente el concepto, indicando que la opinin pblica es un conjunto de comportamientos que constituyen la expresin de las mentalidades y actitudes de las colectividades sobre temas de cualquier ndole (Noelle Neumann, 1993); ella utilizaba la expresin espiral de silencio, como la tendencia a expresar opiniones que son aprobadas por el grupo de pertenencia10. Algo similar podra aplicarse al voto: cada individuo que vota debe dar cuenta de su eleccin a su grupo social cercano, lo cual implica una influencia decisiva para el voto, por el peligro de aislamiento11.

    En general, se considera que todas las opiniones tienen en un principio un elemento controversial. Cuando las opiniones ganan en firmeza, y se han convertido en costumbre, tradicin, o folkways (Habermas, 1999), pierden este elemento (en los trmino de Noelle Neumann la controversia es un prerrequisito para que se perciba el peligro del aislamiento entre quienes no comparten opiniones). El elemento controversial slo aparece cuando un elemento estable de la opinin pblica, tradicin o moral ha sido violado. Por lo general, en situaciones tales como elecciones, el elemento controversial vuelve a aparecer.

    10 Existen para esta autora tres elementos ligados con el proceso de formacin de la opinin pblica (Noelle Neumann, 1995): 1) la habilidad humana de establecer cuando una opinin pblica crece o decrece en su fuerza, 2) la reaccin frente a esta evidencia, ya sea hacia un discurso ms confiado o hacia el silencio, y 3) el miedo al aislamiento que hace a la gente seguir las opiniones del resto. Una definicin operativa de la opinin pblica puede ser construda sobre la base de estos tres elementos: ...la opinin sobre temas controversiales que un individuo puede expresar en pblico sin aislarse (Noelle-Neumann 1995, 63-64) 11 Parece que el miedo al aislamiento es la fuerza que pone en marcha la espiral del silencio. Correr en pelotn constituye un estado de relativa felicidad; pero si no es posible, porque no se quiere compartir pblicamente una conviccin aceptada aparentemente de modo universal, al menos se puede permanecer en silencio como segunda mejor opcin, para seguir siendo tolerado por los dems (Noelle-Neumann 1993).

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    Con el avance de estas prcticas, surgen tambin voces crticas a estas operacionalizaciones y captaciones de respuestas a estmulos (en rigor una encuesta o sondeo es la captacin de una respuesta a un estmulo). En 1972, Pierre Bourdieu dicta una conferencia titulada La opinin pblica no existe, en Noroit, Arras, cuyas ideas han ejercido una influencia relevante en los estudios posteriores y las discusiones acadmicas sobre opinin pblica. En esta conferencia se cuestiona la posibilidad de analizar las opiniones en forma agregada. Bourdieu (1972) seala que toda encuesta de opinin pblica implica la hiptesis de que hay un consenso sobre los problemas, cuando en realidad las problemticas propuestas en las encuestas estn subordinadas a intereses polticos12.

    Uno de los efectos ms perniciosos de la encuesta de opinin consiste precisamente en conminar a las personas a responder a preguntas que no se han planteado (Bourdieu, 2000).

    En este marco, la formulacin de las preguntas es reinterpretada en funcin de los intereses de quien responde, es decir, no podemos afirmar que todo sujeto est interpretando la pregunta de la misma manera, dado que el sujeto es convocado a responder a una pregunta que posiblemente no se plante. Bourdieu plantea que estas encuestas transforman respuestas en instrumentos de accin poltica como consecuencia de imponerle al sujeto una problemtica13. Tambin es posible sealar, que el

    12 Toda encuesta de opinin supone que todo el mundo puede tener una opinin; o, en otras palabras, que la produccin de una opinin est al alcance de todos. Aun a riesgo de contrariar un sentimiento ingenuamente democrtico, pondr en duda este primer postulado. Segundo postulado: se supone que todas las opiniones tienen el mismo peso. Pienso que se puede demostrar que no hay nada de esto y que el hecho de acumular opiniones que no tienen en absoluto la misma fuerza real lleva a producir artefactos desprovistos de sentido. Tercer postulado implcito: en el simple hecho de plantearle la misma pregunta a todo el mundo se halla implicada la hiptesis de que hay un consenso sobre los problemas, entre otras palabras, que hay un acuerdo sobre las preguntas que vale la pena plantear. Estos tres postulados implican, me parece, toda una serie de distorsiones que se observan incluso cuando se cumplen todas las condiciones del rigor metodolgico en la recogida y anlisis de los datos (Bourdieu, 2000). 13 Segn la visin del autor, la encuesta de opinin es un instrumento de accin poltica, su funcin ms importante consiste, quiz, en imponer la ilusin de que existe una opinin pblica como sumatoria puramente aditiva de opiniones individuales (Bourdieu 2000).

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    mismo Bourdieu (2012), en su libro La distincin, elabora conclusiones sobre datos de sondeos que consultan opiniones sobre esttica, sobre las cules difcilmente todos los respondentes tengan una opinin previa14.

    Al mismo tiempo, se supone que no todas las opiniones valen lo mismo. En ciertas circunstancias, las opiniones no tendrn el mismo peso sobre distintos fenmenos sociales. Esto es vlido para casi todas las organizaciones jerrquicas, y en la vida social institucional. Por ejemplo, en las encuestas a empresas15, por lo general se comete este error conceptual. Ms all del gesto democrtico, la informacin captada en ellas no revelar el hecho de que la opinin del gerente tiene ms peso que la de los operarios; y tampoco que los representantes de megaempresas, no podran ponderarse al mismo nivel que empresas de tamao menor. Hay empresas de facturaciones millonarias, y empresas pequeas, cuyo impacto en los procesos econmicos no es el mismo. Dar distinto peso a las opiniones no constituye un problema tcnico, ya que no habra problema en aplicar ponderadores (los softwares estadsticos suelen tener procedimientos de ponderacin de sus registros), sino terico; es decir, la seleccin del criterio a aplicar para calcular esos pesos.

    En contraposicin a estas visiones de Bourdieu, el problema de los pesos diferenciales de las opiniones no siempre es un obstculo. Por ejemplo es razonable, en las elecciones abiertas, suponer un peso equivalente entre respondentes, dado que el voto vale uno en todos los casos, y no existe en las democracias modernas el voto calificado (Oliva 2001).

    En general, los distintos pesos de las opiniones en poltica, en trminos de anlisis de redes sociales, pueden interpretarse a partir de la

    14 Por ejemplo, Con cul de los siguientes temas tiene el fotgrafo ms posibilidades de hacer una foto bella, interesante, insignificante o fea? Un paisaje, un accidente de automvil, una nia jugando con un gato, una mujer encinta, una naturaleza muerta, una mujer amamantando a un beb, una estructura metlica, una ria entre mendigos, unas coles, una puesta de sol sobre el mar (Bourdieu, 2012). Es difcil que todos los respondentes tengan una opinin definida sobre estas temticas. 15 Estas encuestas se suelen hacer a representantes, dueos o decisores de las empresas.

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

    19

    presencia de nodos16 con mayor influencia; en trminos de Lazarsfeld (1944), como la presencia de lderes de opinin.

    En 1944, el gran metodlogo Paul Lazarsfeld, publica dos estudios clsicos, The Peoples Choice (1944) y Voting (1954) donde se analizaban distintos elementos de la opinin y el comportamiento electoral. En este estudio, los "lderes de opinin" fueron estudiados dentro de una red de relaciones de direccin de la opinin; constituyendo circuitos de liderazgo que compiten en la comunidad. En dicha red es posible aislar e identificar aquellos individuos que estn ms prximos a ocupar una posicin central de relaciones, a los que se llama "lderes de opinin"; stos revisten mayor inters y competencia en el mbito de la discusin, y representatividad de aquellos a quienes influyen. Los lderes de opinin se encuentran en todos los estratos sociales, y en general, tienen una mayor coherencia ideolgica, y una mayor exposicin, en los sistemas modernos de influencia poltica (por ejemplo en los medios de comunicacin). Para los gobiernos, y los operadores polticos, es interesante identificar a estos lderes. Hoy, la metodologa que se utilizara en este tipo de temticas, es el social network analysis, que tiene la capacidad de detectar por ejemplo a los individuos con mayor influencia y centralidad (nodos con mayor centralidad, en trminos de estas teoras). Es bastante interesante observar como, por ejemplo, los empresarios de consultoras que se dedican a medir opinin pblica, creen errneamente que ellos mismos son los lderes de opinin.

    Retomando el estudio mencionado, Lazarsfeld (1944) analiz la influencia que poseen las campaas polticas en el proceso de formacin de los votos de los individuos, y entre cuyas conclusiones indic que es posible generar cierto consenso hacia un partido o candidato de

    16 El trmino red, tiene distintos significados en distintas disciplinas. En las ciencias sociales, una red habitualmente es definida como una serie de actores (o agentes, o nodos, o puntos, o vrtices) que podran tener una relacin (links, edges, ties) con otro (Izquierdo & Hanemann, 2006 ). Las redes sociales pueden ser conceptualizadas como interacciones entre nodos (Hanemann, 2005), conectados con diferentes tipos de interdependencia social. En redes podemos formalizar interaccin social que se producen simultneamente o dinmica de los cambios en el tiempo de estas redes. En sociologa, las relaciones interpersonales se definen como conexiones portadoras de informacin entre las personas. Estos lazos tambin podran ser potenciales, en cuyo caso habitualmente se denominan lazos latentes (Haythornthwaite, 2011).

  • Miguel F. Oliva y Carlos F. De Angelis

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    determinado partido desde las estrategias polticas que se ponen en funcionamiento durante las campaas polticas (Lazarsfeld, 1944)17. Este autor analiza el efecto carro de ganador (o efecto bandwagon, que puede ocurrir durante una votacin: algunas personas votan por aquellos candidatos o partidos que es probable que resulten ganadores, esperando estar en el 'lado ganador' al final) para las elecciones de 1940 en EEUU. A este fenmeno observado por Lazarsfeld, Neumann (1993) lo interpreta en trminos sociolgicos en el sentido de que nadie quiere quedarse aislado. Estos mecanismos se apoyan en el supuesto comn de que el individuo observa las seales del medio sobre la fuerza y la debilidad de los diferentes bandos.

    Algunos aspectos de esta definicin no han sido suficientemente discutidos. Si bien es posible que el miedo al aislamiento favorezca la seleccin de opiniones, este mecanismo no debera implicar la existencia de una opinin generalizada. Es poco exacto considerar que existe solo una opinin pblica (o un silencio social como seal de conformidad18), o una masa de ideas homognea.

    En este sentido una opinin de este tipo no es aceptable e inclusiva para todos los sectores, estamentos, o clases sociales. Los grupos sociales (definidos por caractersticas comunes como el patrimonio, la educacin, o la raza), pueden tener diferentes opiniones sobre temas significativos; optar por opiniones, es optar por grupos (Bourdieu, 1972). As, el estudio de la segmentacin de las opiniones entre distintos grupos sociales, es fundamental en la elaboracin de estrategias polticas y electorales.

    Otro aporte relevante, fue la conceptualizacin de los estereotipos, de Lippmann (1922), como una versin codificada y moralizada de los hechos. Este autor tambin refiere a que las opiniones se adoptan con el respaldo de la mayora, o porque la mayora las acepta.

    17 Este estudio analiza el proceso de formacin de las preferencias partidarias en la ciudad de Erie, Ohio en las elecciones durante la campaa presidencial de 1940 en EEUU. 18 En 1650, Thomas Hobbes escribi sobre el significado del silencio en The Elements of Law. El silencio, deca, puede interpretarse como seal de conformidad. Hobbes tambin incorpor el concepto del silencio de las leyes; la libertad de accin, se produce en aquello sobre lo cual la ley calla, y en lo que el individuo acta a su propia discrecin.

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

    21

    The orthodox theory holds that opinion constitutes a moral

    judgement on a group of facts. I am suggesting that, in the

    present state of education, a public opinion is primarily a

    moralized and codified version of the facts. I am arguing than the

    patterns of stereotypes at the center of our codes largely

    determines what group of facts we shall see, and in what light we

    will see them (Lippmann, 1922).

    Es cierto, en este sentido, que las visiones ideolgicas de la poltica tienen componentes moralizados y se basan en dar sentido a la vida a los individuos. Al dar un sentido a la vida, la evaluacin de los hechos polticos o sociales se suele realizar en base a ciertos supuestos moralizados. En muchas ocasiones, los individuos que tienen una visin ideolgica (por ejemplo la izquierda ms radical), al mismo tiempo dan una orientacin y sentido a la vida.

    Al mismo tiempo, la evaluacin de cualquier gobierno se hace sobre decisiones subjetivas, de que indicadores sobre un gobierno son ponderados con mayor o menor peso; estos ponderadores o pesos cualitativos siempre tienen importantes componentes subjetivos.

    Las opiniones morales o ticas de los individuos, como la visin sobre la pena de muerte, se transforman en factores de influencia poltica a partir de las mediciones de opinin pblica.

    Desde un punto de vista emprico, lo que se capta en los sondeos como opinin pblica es la respuesta a un estmulo. A nivel agregado, estas respuestas a estmulos pueden interpretarse con un significado sociolgico. Y si bien no se sabe exactamente qu entiende el individuo frente a una pregunta estandarizada, el conjunto de evaluaciones analizado desde un punto de vista estadstico permite obtener conclusiones.

    Los datos del Eurobarmetro que presentamos en la Ilustracin 1 muestran la utilidad del anlisis agregado de las opiniones; se observa que las expectativas sobre la economa son ms negativas en los pases donde la crisis econmica europea es ms marcada (en el mapa, las zonas ms claras tienen mayor porcentaje de negativa, y las zonas ms oscuras, mayor porcentaje de positiva).

  • Miguel F. Oliva y Carlos F. De Angelis

    22

    Por otro lado, el hecho de que una opinin sea verdadera, no es relevante desde el anlisis sociolgico (Oliva, 2010). Por ejemplo, en las opiniones del Eurobarmetro, carece de relevancia si los individuos tienen razn sobre las expectativas econmicas, pero s interesan sus efectos sociales.

    Si en una encuesta se consulta sobre si Dios existe o no, no interesa especficamente si los respondentes estn en lo cierto -lo cul sera objeto de una teologa emprica, por ejemplo-, si no los efectos sociales (cohesin religiosa, generalizacin de una moral, procesos de secularizacin, o en algunos casos fanatismo, y otros efectos) de esas respuestas colectivas. Suponemos que si una fraccin muy importante de una poblacin es religiosa, tendr efectos sobre la convivencia social por ejemplo; tambin cierto tipo de tica religiosa compartida puede tener efectos econmicos (como indica la famosa tesis de Weber sobre la influencia de la tica protestante en la formacin del capitalismo).

    La opinin compartida (creencias polticas, ideolgicas, religiosas) posee determinados efectos sociales, como por ejemplo, la cohesin de un grupo en torno a un liderazgo, independientemente de la verdad o falsedad de la opinin. Por lo tanto, el hecho mismo de compartir ciertas creencias religiosas y prcticas relacionadas con una religin en particular demuestra, independientemente de la verdad de los supuestos religiosos, los efectos que tiene en el mbito social: por ejemplo pueden remitir a sentimientos de integracin y de pertenencia social.

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

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    Ilustracin 1: Mapa de evaluacin situacin econmica en Europa (Eurobarmetro 2012)

    Fuente: Standard Eurobarometer 77 Spring 201219

    19 EUROBAROMETRO. http://ec.europa.eu/public_opinion/flash/fl_356_present.pdf

  • Miguel F. Oliva y Carlos F. De Angelis

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    Ilustracin 2: Mapa de expectativas econmicas en Europa (Eurobarmetro 2012)

    Fuente: Standard Eurobarometer 77 Spring 2012

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

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    Opinin pblica y comportamiento electoral En el mbito profesional de los estudios de opinin pblica, se suele

    analizar el comportamiento electoral. Este tipo de anlisis resulta de inters para el conocimiento de fenmenos sociolgicos de identificacin, cohesin, solidaridad, demandas, liderazgos, la naturaleza y legitimidad del estado moderno.

    En relacin a esto, los gobiernos democrticos se valen de este tipo de informacin para la definicin de estrategias polticas; desde hace miles de aos existe la organizacin poltica de las sociedades, pero hace pocos aos se cuenta con este tipo de informacin directa que permite guiar o reflexionar sobre la accin del gobierno, la administracin pblica y la agenda setting del sector pblico. En este sentido, este tipo de informacin es un dato relevante en la poltica moderna. Dentro de esta informacin se cuenta con los sondeos de opinin, que sirven no slo para conocer resultados electorales, si no para conocer la legitimacin del sistema poltico. Por ejemplo, veamos por ejemplo los datos del Grfico 1 del Latinobarmetro:

    Grfico 1: Democracia puede tener problemas pero es el mejor sistema de gobierno (frase de Churchill)

    Fuente: Latinobarmetro, consultado en lnea, 15 de Mayo 2013.

    26,0%

    21,3%

    40,4%

    20,5%

    35,0%

    41,9%

    23,1%

    58,1%

    59,2%

    45,7%

    63,0%

    50,4%

    49,6%

    63,8%

    14,0%

    16,1%

    10,5%

    13,7%

    12,1%

    7,6%

    11,4%

    1,9%

    3,4%

    3,4%

    2,8%

    2,5%

    0,9%

    1,7%

    0,0% 10,0% 20,0% 30,0% 40,0% 50,0% 60,0% 70,0%

    Argentina

    Bolivia

    Brasil

    Colombia

    Costa Rica

    Chile

    Ecuador

    Muy en desacuerdoEn desacuerdoDe acuerdoMuy de acuerdo

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    A partir de estos datos, se observa en Bolivia y Argentina niveles ms altos de desacuerdo con la frase el sistema democrtico es el mejor gobierno. Estos datos dan una referencia del consenso sobre el sistema democrtico como sistema social en Latinoamrica, ms all de que el significado de las respuestas puede ser muy dismil para los respondentes de los distintos pases.

    Comportamiento electoral

    Las encuestas electorales se utilizan para comprender, e influir, sobre los comportamientos electorales. A las condiciones polticas de generalizacin de la democracia se sumaron al mismo tiempo avances en las ciencias sociales y en la capacidad de procesamiento de informacin.

    Las mediciones de opinin pblica no solo se aplican al comportamiento electoral, si no en temas tan dismiles como la aprobacin de las inversiones mineras en una comunidad (fundamental para este tipo de actividad), la evaluacin de leyes, la representacin de los procesos de crisis (Luhmann, 2009), o la evaluacin de medidas econmicas e impositivas.

    A partir de las demandas y los nuevos contextos polticos, ha habido una importante aplicacin profesional de estas temticas e intentos de estandarizacin profesional internacional, como se ven reflejados en las guas para la elaboracin de encuestas de opinin de ESOMAR y WAPOR20. As, se fueron creando distintos institutos de medicin de opinin pblica21.

    20 ESOMAR And WAPOR guide to OPINION Polls, http://wapor.unl.edu/pdf/ESOMAR_Codes&Guidelines_OpinionPolling_v5.pdf [Consultado Mayo 2013 ] 21Gallup realiz en 1936 una encuesta, en la que predijo la victoria de Roosevelt. Roper fue otro pionero americano en los pronsticos polticos, con la prediccin de la reeleccin del presidente Roosevelt en 1936, 1940 y 1944. En septiembre de 1938, Stoetzel crea IFOP, el Institut Franais d'Publique Opinin, como el primer instituto de investigacin europeo en Pars. Gallup puso en marcha una filial en el Reino Unido, que predijo la victoria de los laboristas en las elecciones generales de 1945, a diferencia de casi todos los otros comentaristas, que esperaban una victoria para el Partido Conservador, liderado por

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

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    En Amrica Latina, distintos factores condicionaban el desarrollo terico sobre estas temticas: entre otros, el tiempo relativamente breve en el que se han desarrollado investigaciones sobre estos temas, la escasez de estudios longitudinales sobre conductas electorales, el desconocimiento de relacin entre las conductas electorales y la evolucin de variables estructurales como el desempleo o la inflacin, las interrupciones en las prcticas democrticas -- y los procesos de acumulacin de conocimiento abortados como consecuencia de las rupturas institucionales que sufri el continente hasta hace pocas dcadas (Braun, 2010). En este sentido, la posibilidad de contrastacin emprica de muchas de las hiptesis explicativas sobre el comportamiento electoral era escasa.

    A pesar de esto, en los ltimos aos se ha avanzado mucho en la aplicacin y el anlisis del comportamiento electoral. La creciente difusin de los sondeos de opinin, el surgimiento de metodologas nuevas y ms econmicas para realizarlos (v.g. encuestas telefnicas), han ido aumentando la capacidad de recoleccin de datos y anlisis de los fenmenos electorales. En las ltimas dcadas, la difusin de los sondeos de opinin pblica dinamiza toda la discusin terica al respecto del comportamiento electoral.

    Se han sugerido distintas hiptesis de cules seran los factores que intervienen en la decisin de un individuo de su opcin electoral (Habermas, 1981; Noelle Neumann, 1995; Schuessler, 2000), y la influencia de los sistemas polticos (Przeworski & Teune, 1980). Se han analizado las diferencias en el comportamiento electoral de los distintos segmentos sociales (Canton, Jorrat, 1996; Canton, Jorrat: 1997: Jorrat: 1996; Oliva, 2003: 311 315; Oliva, 2001: 37 - 64). Jorrat ha analizado opciones electorales segmentadas segn el tipo de insercin en el mercado de trabajo (cuentapropistas y obreros), en el contexto del retorno a la democracia en Argentina en 1983 (Jorrat, 1996). Se ha hipotetizado la posibilidad de analizar el voto espacial, o spatial voting, una aplicacin de distintas teoras al clculo de distancias entre elecciones y electores22.

    Winston Churchill. Por la dcada de 1950, varios tipos de encuestas se haban extendido a la mayora de las democracias. 22 The central assumption of spatial voting is that voters tend to choose the candidate whose position is closest to their own. A minimally necessary condition for this is that those

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    Tambin se ha conceptualizado el voto expresivo (Schuessler, 2000) como la identificacin que el votante hace con su partido, como un elemento de su identidad; refiere a la necesidad de votar como mandato moral, un elemento relevante para entender el voto a la izquierda. Se ha analizado el voto racional y el clculo utilitario, realizado a partir de la evaluacin econmica y extraeconmica del desempeo pasado o futuro de un partido (Echegaray, 1996). En general, las grandes campaas electorales y su profesionalizacin, requirieron de reflexin acadmica y estructura de servicios en estos temas.

    Aun as, no se ha desarrollado un marco terico tal que permita considerar todos los aspectos del comportamiento electoral, y los conceptos tericos con los que se cuenta slo pueden adaptarse a experiencias acotadas, no fungibles.

    Analizaremos algunos de estos temas, bsicamente en su relacin con abordajes empricos. Por ejemplo, una pregunta sobre la opinin sobre la situacin econmica del pas a futuro, permite testear empricamente una hiptesis referida a la influencia de la economa en el voto, en su modalidad prospectiva y altruista.

    No obstante, es prudente establecer previamente una distincin analtica entre dos problemas: la configuracin de la oferta electoral (qu partidos se pueden elegir) y el comportamiento electoral (dadas estas opciones, por cul se decide el elector). Y tambin, evitar confundir la opinin pblica con la representacin poltica.

    with more conservative policy views be more likely to vote for the conservative candidate. The division of social choice theory which attempts to predict how politicians seeking to be elected will interact with voters attempting to vote for their favourite set of policies. The idea derives from the work of economists who tried to explain why shops are located together in the middle of town rather than being spaced equidistantly. By analogy, Downs argued (1957) that politicians seeking (re-) election would position themselves on the set of policies favoured by the median voter. Spatial theory assumes that voters can measure the distance between themselves and the candidates in multidimensional policy space, and vote either for the candidate nearest them or, tactically, for a more remote candidate with a higher chance of winning (Jesee 2009).

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

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    Configuracin de la oferta electoral

    La configuracin de la oferta electoral es un proceso histrico complejo, donde intervienen factores institucionales (v.g. organizacin de los partidos polticos, sindicatos, iglesias o comunidades religiosas), culturales e ideolgicos, y por supuesto, las desigualdades sociales.

    En general, la oferta de partidos tiende a configurarse sobre la desigualdad social, que crea demandas y grupos con intereses comunes (Oliva, 2000).

    La variedad de partidos polticos suele reflejar las desigualdades y la diversidad de intereses en una sociedad23. Al mismo tiempo, estas instituciones crean liderazgos e identidades sociales, en un proceso complejo; se suele indicar tambin que la identidad comn es un recurso o capital poltico (Dubet, 1989). Tambin, el liderazgo, genera coordinacin de acciones de los individuos, un recurso fundamental para el logro de poder en la accin poltica.

    En estas configuraciones, hay una retroalimentacin con los resultados electorales, que permiten que los partidos obtengan recursos de administracin, cooptacin y formacin de lderes.

    Aun as, no todas las desigualdades sociales estn reflejadas en la oferta electoral, y no siempre se dan todas las condiciones necesarias para que la actividad poltica de un partido se sostenga; por ejemplo, la supervivencia de un partido poltico requiere liderazgos fuertes, y esos lderes son escasos y extraos. De igual modo, no siempre las condiciones sociales para un cambio poltico se ven orientadas por un liderazgo eficiente. Por otro lado, los contextos histricos cambian, y las demandas e intereses desaparecen o se transforman y de este modo, los partidos polticos, o bien se adaptan a las nuevas demandas sociales e intereses de grupos, o se debilitan y/o desaparecen.

    23 Por ejemplo, hay partidos de jubilados o de jvenes que intentan representar a los intereses que genera la desigualdad social entre generaciones. Hay partidos ecolgicos, que representan los intereses de los afectados por la explotacin irracional de los recursos naturales; los obreros o socialistas, los intereses de clases; los raciales, los intereses de los distintos grupos de razas; y los partidos provinciales o municipales, los intereses locales o regionales.

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    Anlisis de las preferencias electorales

    Una vez definida la oferta electoral, se utilizan los sondeos para analizar diversos aspectos de las preferencias sociales partidarias y de liderazgos. Durante muchas dcadas, slo existieron datos secundarios para el estudio de los fenmenos electorales (Jorrat & Canton24, 1996). En los ltimos aos, se ha avanzado significativamente en la aplicacin de encuestas electorales, con las cuales es posible hipotetizar relaciones entre variables explicativas y el comportamiento electoral, en base a evidencias empricas de segmentaciones en el voto (distintos grupos sociales definidos por caractersticas sociodemogrficas, nivel socioeconmico, ingreso, origen tnico del votante y muchos otros factores, no votan de la misma manera). Estas segmentaciones deben ser conceptualizadas en distintos niveles, entre los cuales pueden referirse por ejemplo a estados de un sistema social o sistemas institucionales, o bien a las caractersticas de los individuos.

    En los casos reales y situaciones histricas, distintas variables tienden a tener mayor o menor importancia en la segmentacin. Los sondeos permiten detectar este tipo de segmentaciones, y en ese sentido, constituyen un aporte relevante a la investigacin del comportamiento electoral. Las pautas de voto de los grupos sociales se relacionan con el hecho de que los partidos polticos tienden a dirigir su oferta electoral en forma planificada o no- a algunos sectores sociales, y no a todos.

    Al mismo tiempo, no puede definirse relaciones mecnicas entre variables estmulo y respuestas en el comportamiento social, como s puede hacerse en las mquinas (por ejemplo en los ordenadores). No sera ocioso recodar las diferencias entre los comportamientos automticos y los comportamientos humanos. Hofstadter (1987), en su famoso libro Gdel, Escher, Bach, expone el concepto de sistema formal, ejemplificando con un sistema de tres letras, MIU. Y define una serie de reglas que permiten crear otros sistemas; por ejemplo la regla 1 dice que si tienes una cadena que termina en I, puedes agregar una U. Entonces, de la cadena MI, se puede crear MIU. La regla 2 dice que si se tienes Mx, entonces podrs agregar Mxx a tu coleccin. De all que se puede crear por ejemplo a

    24 Un estudio utilizando datos contextuales para el caso de la Capital Federal entre 1912 1930 en Canton - Jorrat (1996).

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

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    partir de MIU, MIUIU. El autor seala que podramos poner a un ordenador a hacer estas cadenas de un modo sencillo, y lo har eficientemente sin consultar el porqu. Si ponemos a una persona a hacerlo, se dar cuenta rpidamente que est haciendo un ejercicio ridculo, y dejara de hacerlo (saltara de sistema). Estas diferencias, y las formas de saltar del sistema, son diferencias muy profundas entre mquinas y seres humanos (Hofstadter, 1987).

    Los comportamientos electorales, tienen fluctuaciones aleatorias; el cmulo de situaciones y variables que influyen sobre este tipo de comportamiento podra calificarse de infinito. Se ha sealado la arbitratriedad y las impresiones momentneas como un factor relevante en las elecciones polticas (Luhmann, 2009)25. El mismo concepto de libertad, implica algn tipo de aleatoreidad e impredictibilidad en estas conductas, y saltos del sistema. De hecho, si existiese algn ser al estilo del demonio de Laplace que pudiese predecir y explicar con variables el comportamiento electoral, la vida y la voluntad poltica, quedaran reducidos a una expresin mnima. La poltica, por definicin, es autonoma de accin.

    De todos modos, y aun considerando las prevenciones anteriores, ningn resultado electoral es completamente aleatorio, si se concibe la aleatoriedad como falta de influencias significativas (del mismo modo que, en el lenguaje cotidiano, indicamos no es casual que, como una expresin de que hemos encontrado una causa de algo) y que ha perdido la aleatoriedad.

    En este marco, han surgido distintas teoras de alcance intermedio sobre la conexin del voto con el comportamiento electoral, a pesar de las limitaciones expuestas.

    Muchas de esas relaciones se han establecido en forma emprica, sin una fundamentacin terica o hiptesis explicativas, o un anlisis de las interacciones entre las variables, o eventualmente causalidad (aunque este es un concepto muy discutido en ciencias sociales).

    25 En las elecciones polticas, la arbitratriedad, la casualidad, las impresiones momentneas, la simple necesidad de cumplir juegan un rol muy importante (Luhmann, 2009).

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    Si bien en asuntos humanos no podemos establecer causalidades con certezas, podemos verificar la existencia de ciertas asociaciones estadsticas. En la relacin causa efecto, existe una asimetra y un ordenamiento temporal: las causas siempre son anteriores a los efectos. El anlisis de estas asociaciones estadsticas demanda una indagacin sobre la forma substantiva en que dos variables covaran26. Quizs sea posible postular parte de la secuencia lgica de la racionalidad detrs de toda correlacin entre variables, ya sea en forma comprensiva o investigando nuevas posibles conexiones entre las variables.

    Inclusive pueden postularse relaciones significativas entre dos variables, y relaciones multivariadas. As, las combinaciones de atributos entre variables antecedentes a los efectos pueden tener un impacto sobre variables dependientes.

    Al mismo tiempo, es dificultoso analizar la influencia longitudinal de distintos aspectos de la historia de los individuos y la medida en que las causas del voto pueden encontrarse en el pasado lejano del votante, o en la presencia de experiencias irreductibles en la vida de un individuo (por ejemplo, recibir algn beneficio simblico o material importante para un individuo). Esto requerira de mtodos longitudinales, difciles de aplicar en la prctica. El anlisis longitudinal puede ser relevante en muchos contextos; por lo general, analizamos causalidad en tiempo breves (por ejemplo, subo una perilla y se prende simultneamente una luz), pero en las vidas humanas seguramente hay influencias de eventos significativos a largo plazo, que no se captan en los estudios transversales.

    Una de las consecuencias prcticas de los avances en la investigacin en opinin pblica, es la creciente precisin de los pronsticos electorales; los sondeos han demostrado ser una aproximacin til en estas predicciones. Su factibilidad y precisin son una preocupacin de los investigadores en temas de conductas electorales, y quizs lo sea tambin la posibilidad de extender los pronsticos a otras reas de lo social. Por

    26 Por otro lado, que se verifique variacin concomitante no implica que se verifique causalidad (aunque el concepto de causa es discutido en ciencias sociales; ver Marradi, 2007).

  • Investigacin social para el anlisis de la opinin pblica y el comportamiento electoral

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    ejemplo, la posibilidad de predecir las tasas de desempleo, el crecimiento de la delincuencia y otras reas crticas de lo social.

    En general, este tipo de estudios tiene limitaciones muy serias que no suelen ser reconocidas por los consultores que se dedican a predicciones, bsicamente por temas comerciales o simplemente por la voluntad de poder que suelen tener algunos individuos dedicados a las ciencias sociales. Abordaremos en otros apartados la conceptualizacin de las predicciones en este tipo de estudios.

    En cierto modo, las generaciones futuras de socilogos contarn con este tipo de informacin como histrica, lo que permitir una mayor capacidad de elaborar teoras y generalizaciones empricas.

    Abordajes tericos

    Actualmente, es posible identificar algunos trazos gruesos en las discusiones sobre estas temticas, que sin embargo, refieren a debates epistemolgicos que exceden el marco de este trabajo.

    Una discusin habitual es si las explicaciones de estos fenmenos se deben buscar en los individuos o en los factores sociales. En algunas interpretaciones, se suelen oponer los enfoques holista o colectivista, al individualista; siendo sta una discusin recurrente en ciencias sociales. En ese caso la argumentacin crtica contra la eleccin racional, hace referencia a que el tipo de procesos que explica el voto no se puede descomponer en categoras puramente individuales (Bourdieu, 2000) por ejemplo, indica que en los fenmenos de opinin pblica, su explicacin no puede venir por su descomposicin en la suma de opiniones individuales). La sociologa clsica sola tener una tendencia holstica en la explicacin del comportamiento social. Por su parte, la teora econmica, tiene una tendencia de explicar a partir de la racionalidad individual de los actores.

    Algunos tericos indican que el anlisis del voto a partir del individuo puede ser despojado de sus connotaciones polticas y ticas27, y

    27 Este tema est relacionado con el conflicto sobre el individualismo metodolgico, rechazado por muchos marxistas que lo asocian con individualismo en un sentido tico y

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    que el individualismo metodolgico no es exactamente asimilable al egosmo en trminos ticos, sino una forma de analizar la sociedad. Postular la racionalidad instrumental como explicacin no es despojar el voto de connotaciones polticas y ticas. Lo que ocurre es que estas connotaciones se toman como dadas, como elementos sobre los que el individuo evala.

    Al nfasis explicativo en la estructura social subyace un supuesto metodolgico, que es considerar las propiedades de los colectivos (y no de los individuos) como la influencia ms relevante en los fenmenos sociales. Estas explicaciones suelen ser independientes de la racionalidad concreta que le atribuye el individuo a la opcin; desde este punto de vista, el perfil psicolgico del votante es irrelevante.

    La expresin insercin social, no se opone a la eleccin racional. La racionalidad instrumental, en tanto que sujeta al conjunto factible (espacio de decisin, restriccin presupuestaria) tambin considera el entorno social, pues si se es pobre, es racional votar a un partido que proponga un sistema impositivo progresivo y una poltica de rentas altamente redistributiva, y viceversa para los ricos.

    Racionalidad: La conexin entre opiniones y voto, requiere del supuesto de racionalidad28. Este tema es central en la democracia y sus supuestos como mecanismo de legitimacin, como la capacidad de discernimiento de los electores. Suponer una edad (por ejemplo los 16 o los 18 aos) a partir de la cual se puede votar, implica racionalidad a partir de cierta edad biolgica. Si los electores fueran totalmente irracionales sus votos seran aleatorios; si los nios o los locos votaran, ocurrira algo similar. Nadie podra imaginar este mecanismo democrtico de seleccin de lderes en sociedades animales.

    poltico. Por individualismo metodolgico entiendo la doctrina de que todos los fenmenos sociales (su estructura y su cambio) son en principio slo explicables desde los individuos sus caractersticas, logros y creencias (Elster, 1982, 11:453-482). 28 El trmino racional no califica los objetivos del sujeto, sino sus medios. As se desprende la definicin de racional como eficiente, es decir que maximiza producto con un insumo dado o que minimiza el insumo para un producto dado (Downs 1990).

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    El voto racional introduce la teora de la accin racional (Young, 1980). Y si bien el anlisis del concepto de racionalidad excede el alcance de este libro -desde los conceptos de racionalidad hermenutica de Habermas, a los conceptos de racionalidad con arreglo a valores o a fines de Weber, o las diferencias entre racionalidad y afectividad que encontramos en Parsons (1966)- podemos indicar que adjudicar racionalidad al actor permite atribuir una forma de imputacin causal, o una comprensin, causalidad a la accin humana.

    El supuesto de racionalidad del actor en elecciones es objeto de discusiones tericas, dado que una evaluacin racional implica a un actor medianamente informado sobre las opciones electorales y sobre la actuacin econmica del gobierno, y una capacidad de distincin entre lo pblico y lo privado (Luhmann, 1991). En algunas versiones, como el spatial voting, el elector infiere racionalmente que candidato est ms cerca de sus posiciones. Pero las dificultades en el acceso a la informacin y la elaboracin de una opinin sobre la administracin pblica, el gobierno o las variables macroeconmicas, pueden llevar a opiniones simplificadas y sesgadas acerca de la actuacin econmica de un gobierno29.

    Por otro lado, el conocimiento de una opinin de un votante no permite establecer, por ejemplo, una prediccin lineal de su comportamiento electoral. Algunos individuos no votan segn lo que sus evaluaciones sobre un gobierno o un candidato permitiran prever.

    Ideologa y Opinin: Algunas de estas racionalidades del voto se codifican en ideologas. Por ejemplo, ser demcrata, laborista, republicano, o socialista, son conjuntos de valores polticos. Las opiniones, en cambio tienen una volatilidad mucho mayor que estos valores o la ideologa. La ideologa suele ser un grupo coherente y estable de perspectivas de lo social, que tambin puede ser objeto de anlisis de sondeos de opinin pblica. Por ejemplo, en el siguiente grfico se observa la evolucin de la clasificacin de izquierda y derecha para la Ciudad Autnoma de Buenos Aires en el perodo 2007 - 2008, donde se registra cierta estabilidad en los

    29 Es posible que las decisiones econmicas de los gobiernos nacionales o locales sern cada vez de menor autonoma, en vista de los procesos de globalizacin e integracin regional y subregional, y el mayor peso poltico en la vida social de las grandes corporaciones en el capitalismo.

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    porcentajes de las clasificaciones, compatible con algn tipo de coherencia en un conjunto de creencias o valores polticos.

    Estas ideologas tambin suelen estar segmentadas socialmente. Entre los individuos de mayor nivel educativo (Grfico 2), aumenta por sobre el promedio los que se identifican con la izquierda. A mayor educacin, mayor probabilidad de ser de izquierda.

    Grfico 2: Identificacin en escala de Izquierda - derecha. C.A.B.A. En porcentajes (Mayo 2007 Noviembre 2008)

    Fuente: Observatorio Cultura Poltica Ciudad de Buenos Aires. UNTREF - CINEA.

    En el mosaic plot (Kastellec & Leoni, 2007) se observa que, en los niveles educativos secundarios y terciarios, aumenta por sobre el promedio la identificacin con centroizquierda y centroderecha, para los datos de la Ciudad de Buenos Aires. La categora centroizquierda es la que tiene mayor cantidad de adeptos, la columna ms ancha (sin considerar la columna de no respuesta, que refiere a quienes no se autoidentifican en este espectro, situacin ms habitual en los individuos de menor nivel educativo).

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    Grfico 3: Posicionamiento en escala de derecha e izquierda segn mximo nivel educativo (Diciembre 2007)

    Fuente: Observatorio Cultura Poltica Ciudad de Buenos Aires. Programacin cientfica UNTREF CINEA.

    Existen tambin lo que podramos denominar experiencias irreductibles, tales como un beneficio econmico obtenido por un gobierno, o haber sufrido como individuos las consecuencias de acciones pblicas de violencia (por ejemplo, consecuencias del terrorismo de estado, o acciones de autoritarismo simblico sobre ciertas creencias relevantes para el actor), que fundamentan y dan racionalidad desde una experiencia acotada de vida al voto. Frente a estas experiencias irreductibles, resultara muy difcil establecer otro tipo de racionalidad que cambie la eleccin del votante.

    Teora del voto econmico: Pero, sosteniendo la idea de racionalidad -acotada-, se configuran distintas aplicaciones de estos conceptos. Una de las aplicaciones de la idea de racionalidad es el enfoque del voto

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    econmico a partir de clculos utilitarios. Por ejemplo, el voto sera una decisin individual racional mediada por un clculo utilitario (minimizacin de costos y maximizacin de beneficios), realizada a partir de la evaluacin econmica y extraeconmica del desempeo pasado o futuro de un partido (Echegaray, 1996).

    Desde otra perspectiva, lo que decide el voto es un clculo costo-beneficio derivado de la actuacin real o potencial de determinada fuerza poltica en el gobierno (Echegaray, 1996). Dicho clculo puede tomar la forma simple de una evaluacin puramente economicista del desempeo pasado y/o futuro de cada partido, o la forma algo ms compleja de una apreciacin sobre el grado de proximidad o distancia que cada partido guarda en relacin a las preferencias econmicas y no econmicas del individuo, con la consiguiente opcin por aquella fuerza aparentemente ms cercana a las posiciones del votante (Echegaray, 1996). Esto est ligado al spatial voting, que veremos ms adelante.

    La asignacin de una gran preponderancia a la dimensin econmica en el clculo de los votantes se ha generalizado como Teora del Voto Econmico (Canton & Jorrat, 1997; Echegaray 1996). Es la opcin electoral en base a una eleccin racional con relacin a la evaluacin que se realiza del desempeo econmico del gobierno.

    En varios trabajos sobre el comportamiento electoral se les ha dado mayor preeminencia a los temas econmicos como un factor clave en la determinacin del voto. En Latinoamrica, este voto econmico debera traducirse a mecnicas especficas de cooptacin de votos, y de clientelismo poltico, para tener una visin menos ingenua de estas temticas. Esto no solo se aplica en cuanto al voto popular en elecciones, sino en cuanto al voto de los legisladores en poderes legislativos, que suelen ser fcilmente captables con fondos pblicos orientados especficamente a las administraciones territoriales o partidos polticos que representan.

    Si el voto es realizado en funcin de un clculo racional econmico, se debera deducir por ejemplo, que las campaas electorales y los liderazgos polticos tendran una funcin acotada. Por ello, el conocimiento de este tipo de factores no es inocuo, y existen intereses profesionales e inversiones importantes de dinero en relacin a creencias muy poco

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    fundamentadas respecto del impacto de las campaas electorales. Algunos tericos socialistas, en una crtica razonable, indican que se gasta mucho dinero y esfuerzos sociales en las campaas polticas, y en las versiones latinoamericanas, en clientelismo, o en estructuras sobredimensionadas de administracin pblica y prcticas clientelares, que requieren factores de presin impositiva que suelen ser obstculos del desarrollo social.

    Conceptualizando la influencia de la economa en el voto, se han diferenciado dos tipos de evaluaciones en relacin al actual partido en el poder introduciendo la idea de oficialismo u oposicin poltica (referido a la bsqueda de continuidad o cambio de un gobierno): a) la evaluacin retrospectiva de la actuacin de la fuerza poltica en el gobierno; y b) la prospectiva que juzga segn proyecciones a futuro cul ser la eficacia de una gestin (aunque toda evaluacin del pasado puede y suele ser tambin una evaluacin proyectada sobre las consecuencias futuras de un voto).

    En la misma lnea de anlisis se ha comparado tambin la concepcin egosta o de votante de bolsillo (Markus 1992 y 1988; Kinder-Adams-Gronke 1989; Kinder-Kiewiet 1979) frente a una concepcin sociotrpica o altruista del voto. El votante egosta, vota partiendo de la evaluacin de la situacin econmica personal; el votante altruista, se define por tener en cuenta, en su evaluacin sobre el gobierno de turno, la situacin econmica del pas o el contexto social ms general.

    En las sociedades latinoamericanas, los efectos del clientelismo poltico deberan ser analizados sociolgicamente con mayor profundidad, quizs tambin en estos trminos del voto econmico.

    Existen diversas dificultades en la definicin concreta de la influencia de la economa en el comportamiento electoral, tales como, es la insercin econmica del individuo lo que influye en el voto, o su experiencia y/o expectativas de movilidad social?.

    Tampoco es clara la direccionalidad de la accin que se desprendera por ejemplo, simplemente del clculo racional de un elector ideal. Se hipotetiza que la influencia de la economa en una eleccin se expresa castigando una mala actuacin del gobierno y volcndose a favor de la oposicin, pero esto no sera necesariamente as si las alternativas no suponen un nuevo gobierno mejor desde ese clculo econmico

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    La dialctica del voto opositor - oficialista puede ser entendido en funcin de una dinmica de cambio continuidad, y permite analizar algunos fenmenos, como la polarizacin que se produce en dos partidos en situaciones de competencia ajustada. Pero por otro lado, no permite captar en funcin de un pronstico, cul ser la elegida entre las distintas alternativas de la oposicin.

    Teora espacial del voto: Otra variante de la aplicacin de la racionalidad, es la teora espacial del voto30, o spatial voting. Este abordaje supone que las personas tienden a elegir las opciones ms cercanas a su posicin ms preferida31.

    Como otras teoras de eleccin racional, la teora espacial se encuentra habitualmente en el lenguaje matemtico accesible slo a otros tericos dedicados al tema. As, sus puntos fuertes y dbiles son opacos a todos los dems. Pero puede ser una poderosa herramienta para el anlisis de las maniobras de los votantes sofisticados en mbitos como los comits del Congreso. All, la idea bsica de que las personas que quieren ganar las elecciones intentaran captar al votante mediano (Gatica Arreola, Grajeda, 2007), se mantiene fuerte.

    La idea de posicin o espacio en poltica tambin refleja el hecho de que no se puede elegir a dos candidatos para el mismo cargo, del mismo modo que un individuo no puede estar fsicamente en dos lugares al mismo tiempo32. En temas de cultura poltica, un individuo no puede ser de izquierda y de derecha simultneamente.

    30 Una revisin sobre el estudio del comportamiento electoral puede encontrarse en Fiorina (1997). 31 Descansando en la simple suposicin de que las personas tienden a elegir las opciones ms cercanas a su posicin ms preferida, el modelo espacial, ha generado una amplia gama de las predicciones tericas y conocimientos a travs de muchas reas de la ciencia poltica (Hotelling 1929, Black 1948, Downs 1957, Davis et al. 1970). En el comportamiento electoral, los modelos espaciales suponen que cada candidato en una eleccin toma una posicin en un espacio ideolgico y los votantes eligen al candidato que est ms cerca de su propia posicin. 32 Podra pensarse una eleccin a un cargo, con una primera y segunda opcin disponible (voto en primer lugar al candidato A, y en segundo lugar al candidato B; estas opciones podran jerarquizarse, por ejemplo que el primer voto dos, y el segundo uno), pero estos mecanismos complejos no se utilizan en las democracias actuales.

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    Estas posiciones no necesariamente deberan ser unidimensionales; tambin pueden ser clasificaciones multidimensionales; por ejemplo, peronista - no peronista puede combinarse con izquierda - derecha, para obtener categorizaciones como peronista de izquierda o de derecha. Estas posiciones finalmente se reducen un voto.

    La idea de un votante mediano, tambin puede ayudar a interpretar no slo la conducta del elector, sino a la del lder que tiene que captar el voto. La idea de un espacio de atributos decodificado por electores y dirigentes polticos, permite analizar la cercana entre la oferta poltica y la demanda de los votantes. Finalmente las elucubraciones polticas del votante se definen en una decisin, un voto por ejemplo. Esto es lo que se suele denominar toma de posicin, que se asocia al concepto de estructuras de campo33 (Bourdieu, 2000).

    De hecho, la clasificacin izquierda derecha puede ser entendida como una conceptualizacin posicional. El trmino izquierda poltica tiene su origen en la posicin en la que se sentaban los representantes en la Asamblea Nacional durante la Revolucin Francesa en 1789; los monrquicos partidarios del Antiguo Rgimen--, se ubicaban a la derecha del rey, los jacobinos --radicalizados-- a la izquierda. Histricamente, la izquierda radical represent un cuestionamiento de la propiedad privada, orientado a procesos de cambio social, con una organizacin clasista, impulsados por sujetos sociales con una misin histrica, como la clase obrera; tambin, histricamente siempre surgieron expresiones de izquierdas no radicales, con una orientacin reformista (Bernstein, 188934).

    Desigualdades sociales: se destaca en las explicaciones holsticas del comportamiento electoral, el factor de las desigualdades sociales. Las decisiones de los individuos en temas electorales se toman en un contexto de desigualdades sociales, que constituyen el marco para entender clivajes y segmentaciones sociales en los votos. Todo contexto social genera

    33 Se suele hablar de "tomas de posicin"; hay posiciones que ya estn previstas y que se toman. Pero no se las toma al azar. Se toman las posiciones que se est predispuesto a tomar en funcin de la posicin que se ocupa en un campo determinado (Bourdieu, 2000) 34 Una conceptualizacin interesante es la de uno de los fundadores de la socialdemocracia, Eduard Bernstein (1889).

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    desigualdades y exclusiones en el acceso a recursos econmicos y culturales. Estos procesos son dinmicos, ya que los fenmenos sociales no son estructuras estticas si no configuraciones temporales que requieren energa para su sostenimiento (Elas, 1988; Giddens 1989)35. Estructura de clases, estamentos, y niveles socioeconmicos son conceptualizaciones tericas o descripciones histricas de la estructura social. Estas desigualdades sociales suelen tener correlatos en desigualdades que podramos denominar territoriales (hay barrios donde habitualmente residen hogares pobres, y otros donde es ms probable que residan hogares de mayor nivel de ingresos; o, por ejemplo, pases centrales y pases perifricos).

    Las descripciones e interpretaciones tericas sobre los fenmenos de clase o estratificacin social tambin son variadas; no existe un acuerdo definitivo sobre cul es el mtodo adecuado para su medicin emprica (y si es ste un atributo de los individuos o de los hogares), como medir estamento social, casta o clase social. Tampoco hay una forma muy plausible de utilizar indicadores que permitan medir el mismo concepto con el paso del tiempo; los indicadores de nivel socioeconmico de hace 30 aos atrs, seguramente no servirn en el presente.

    Sin embargo, es real que la forma en que operan mecanismos de desigualdad y exclusin social, y sus transformaciones en el tiempo, se expresan en el comportamiento electoral. En los distintos grupos sociales (definidos por caractersticas comunes como el patrimonio, la educacin, o la raza) se observan pautas diferenciales de comportamiento electoral, para cuyo anlisis las encuestas son de gran utilidad.

    Este tipo de anlisis ha sido habitual en distintas interpretaciones tericas del voto. Por ejemplo en el anlisis marxista, se asume que los partidos polticos representan a las distintas clases sociales; as, el voto es

    35 Los entornos sociales en los que existimos no consisten en meras agrupaciones casuales de acontecimientos o acciones estn estructurados. Existen regularidades subyacentes, o pautas de los modos de comportamiento de las personas y de las relacione que tienen entre s. Los sistemas sociales se constituyen de acciones y relaciones humanas: lo que les confiere a stas su pauta es su repeticin a travs de perodos de tiempo y distancia en el espacio. As, en el anlisis sociolgico las ideas de reproduccin social y de estructura social estn ntimamente ligadas (Giddens, 1989, 52).

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    una funcin de esta estructura, en una concepcin clasista de la conducta electoral, en la que determinados partidos representaran los intereses de una clase social. Esta cuestin plantea la pregunta bsica de que ocurrira si no existieran las clases sociales. Desde esta perspectiva se afirma que si no existiesen las clases sociales, existira un solo partido poltico (Giddens 1989). En las sociedades comunistas se supone que los antagonismos de clase han desaparecido, que existe una sola clase social, y por lo tanto, es necesario un slo partido36.

    En general, las relaciones de clases en una sociedad no son explicitas, formales o institucionales:

    En la mayora de las formas de relaciones polticas capitalistas, los portadores de las relaciones de produccin no aparecen como tales al nivel de las instituciones polticas. Las relaciones ideolgicas y polticas capitalistas individualizan las relaciones entre los portadores de las relaciones de produccin en la forma en que stas aparecen a nivel poltico (Przeworski, 1978:122).

    Si bien las relaciones de clases no se institucionalizan en organizaciones particulares de clase, la estructuracin de algunos partidos

    36 As, en los sistemas de democracia unipartidista, los electores no eligen entre partidos, pero existen elecciones en que se designan representantes a niveles local y nacional (...) En ellas, los votantes no eligen entre partidos que postulan diferentes polticas, sino entre candidatos. En la prctica a menudo hay un slo candidato, el candidato oficial, y lo que se supone es una eleccin no lo es en absoluto (Giddens, 1989: 366). Las primeras elecciones presidenciales de Rusia se celebraron en 1991, antes de la desintegracin de la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas (URSS). Los ciudadanos no elegan al jefe de Estado en aquel momento el presidente de la URSS era Mijal Gorbachov sino al jefe de la Repblica Socialista Federativa Sovitica de Rusia. Boris Yelstin gana esta eleccin por el 57.3% de los votos. En Cuba, el parlamento unicameral, la Asamblea Nacional del Poder Popular, es el rgano supremo del poder del Estado. Tiene las potestades constituyente y legislativa, as como la atribucin de elegir a los miembros de los rganos ejecutivos, judiciales y complementarios de instancia superior. Los diputados cubanos de la Asamblea Nacional no son propuestos por ningn partido, ni siquiera por el Partido Comunista de Cuba, sino por los delegados de las Asambleas Municipales elegidos por el propio pueblo, aunque su amplia mayora milita en l. Los gastos de las elecciones son sufragados por el Estado, e incluso queda prohibido por la ley que los candidatos hagan campaa a su favor. La constitucin no permite la formacin de partidos opositores al Partido Comunista Cubano.

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    polticos sigue en algunos casos la lgica de los conflictos de clases (como en el caso de los partidos de izquierda), o la lgica de la organizacin de la estructura social en torno al mercado laboral en otros (partidos laboristas, por ejemplo).

    Las condiciones de pobreza (pobres estructurales con necesidades bsicas insatisfechas, poblacin bajo la lnea de pobreza) y la distribucin del ingreso tambin son formas de segmentacin social que influyen sobre el voto. No se supone que estos grupos tengan una pertenencia partidaria necesariamente comn, o una misin histrica intrnseca, como s lo tena el proletariado en la interpretacin marxista de la historia (es decir, no existe un partido de los pobres, por ejemplo).

    Tambin podemos ejemplificar el nfasis en los condicionantes sociales en la interpretacin del comportamiento electoral, con la explicacin del voto a los partidos populistas en Amrica Latina a partir de la pertenencia de clase.

    Todos estos enfoques analticos tienen en comn el nfasis explicativo en la estructura social.

    INTRODUCCINParte I:Opinin pblica y comportamiento electoralOpinin pblicaOpinin pblica y comportamiento electoral