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Semana del 29 Dic-2014 a 4 Ene-2015 [E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya] Recuerda que haciendo clic en alguno de los anuncios donde descargaste este archivo, aportas al mantenimiento económico del servidor y hosting de la página y de futuros proyectos. www.ayudatj.com o www.epubteo.blogspot.com GRACIAS!! [Cántico 37 ][E. Libro] [Inicio] [ 1 ][ 2 ][ 3 ][ 4 ][ 5 ][ 6 ][ 7 ][ 8 ][ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ][ 18 ][ 19 ][ 20 ][ 21 ][ 22 ][ 23 ][ 24 ][ 25 ] cl cap. 18 párrs. 1-8 (30 min.) CAPÍTULO 18 La sabiduría de „la Palabra de Dios‟ 1, 2. ¿Qué “carta” nos ha enviado Jehová, y por qué? [ 1 ] [Textos] ¿RECUERDA la última vez que le escribió un ser querido desde tierras lejanas? Pocas cosas nos agradan tanto como una carta sincera de quien amamos, ya que nos permite enterarnos de su salud, vivencias y proyectos. Tal comunicación vence la distancia y estrecha los lazos afectivos. [ 2 ] [Textos] Entonces, ¿qué podría complacernos más que un mensaje escrito de nuestro amado Padre celestial? Pues, en cierto sentido, Jehová nos ha remitido una “carta”, su Palabra, la Biblia, donde nos cuenta quién es, qué ha hecho, qué hará y mucho más. Nos la ha dado porque desea que tengamos una relación íntima con él. El Dios sapientísimo eligió el mejor medio para comunicarse con nosotros. En efecto, las Sagradas Escrituras manifiestan sabiduría sin par tanto en su redacción como en su contenido. ¿Por qué recurrió a la palabra escrita? 3. ¿Cómo transmitió Jehová la Ley a Moisés? [ 3 ] [Textos] Quizás haya quien pregunte: “¿Por qué no se dirigió Jehová a la humanidad a través de un medio más llamativo, como una voz del cielo?”. Bueno, lo cierto es que en ocasiones sí habló desde lo alto mediante representantes angélicos. Una de ellas fue cuando entregó la Ley a Israel (Gálatas 3:19). La voz celestial que se oyó en ese momento fue tan impresionante que los israelitas se aterrorizaron e imploraron que el Altísimo no se comunicara con ellos de esta manera, sino por mediación de Moisés (Éxodo 20:18-20). De modo que aquel caudillo recibió oralmente, palabra por palabra, un conjunto de más de seiscientos preceptos. 4. Explique por qué no habría sido un método fiable la transmisión oral de los mandatos divinos. [ 4 ] [Textos] Ahora bien, ¿qué habría pasado si nunca se hubiese puesto por escrito la Ley? ¿Habría sido Moisés capaz de recordar cada uno de los términos de aquel detallado código y de comunicarlos fielmente al resto de la nación? ¿Y las generaciones posteriores? ¿Habrían tenido que depender en exclusiva de la palabra hablada? No habría sido un método confiable de transmitir los mandatos de Dios. Imaginémonos qué sucedería si tuviéramos que contar una historia a la primera persona de una larga fila para que luego la narrara a la siguiente y así sucesivamente. Lo que

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Semana del 29 Dic-2014 a 4 Ene-2015

[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]

Recuerda que haciendo clic en alguno de los anuncios donde descargaste este archivo, aportas al mantenimiento económico del servidor y hosting de la página y de futuros proyectos.

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GRACIAS!!

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22 ][ 23 ][ 24 ][ 25 ]

cl cap. 18 párrs. 1-8 (30 min.)

CAPÍTULO 18 La sabiduría de „la Palabra de Dios‟

1, 2. ¿Qué “carta” nos ha enviado Jehová, y por

qué?

[ 1 ] [Textos] ¿RECUERDA la última vez que le

escribió un ser querido desde tierras lejanas? Pocas

cosas nos agradan tanto como una carta sincera de

quien amamos, ya que nos permite enterarnos de su

salud, vivencias y proyectos. Tal comunicación vence la

distancia y estrecha los lazos afectivos.

[ 2 ] [Textos] Entonces, ¿qué podría complacernos

más que un mensaje escrito de nuestro amado Padre celestial? Pues, en cierto sentido, Jehová nos ha remitido una “carta”, su Palabra, la Biblia, donde nos cuenta quién es, qué ha hecho, qué hará y mucho más. Nos la ha dado porque desea que tengamos una relación íntima con él. El Dios sapientísimo eligió el mejor medio para comunicarse con nosotros. En efecto, las Sagradas Escrituras manifiestan sabiduría sin par tanto en su redacción como en su contenido.

¿Por qué recurrió a la palabra escrita?

3. ¿Cómo transmitió Jehová la Ley a Moisés?

[ 3 ] [Textos] Quizás haya quien pregunte: “¿Por qué

no se dirigió Jehová a la humanidad a través de un

medio más llamativo, como una voz del cielo?”. Bueno,

lo cierto es que en ocasiones sí habló desde lo alto

mediante representantes angélicos. Una de ellas fue

cuando entregó la Ley a Israel (Gálatas 3:19). La voz

celestial que se oyó en ese momento fue tan

impresionante que los israelitas se aterrorizaron e

imploraron que el Altísimo no se comunicara con ellos

de esta manera, sino por mediación de Moisés (Éxodo

20:18-20). De modo que aquel caudillo recibió

oralmente, palabra por palabra, un conjunto de más de

seiscientos preceptos.

4. Explique por qué no habría sido un método fiable la transmisión oral de los mandatos divinos.

[ 4 ] [Textos] Ahora bien, ¿qué habría pasado si nunca

se hubiese puesto por escrito la Ley? ¿Habría sido

Moisés capaz de recordar cada uno de los términos de

aquel detallado código y de comunicarlos fielmente al

resto de la nación? ¿Y las generaciones posteriores?

¿Habrían tenido que depender en exclusiva de la

palabra hablada? No habría sido un método confiable de

transmitir los mandatos de Dios. Imaginémonos qué

sucedería si tuviéramos que contar una historia a la

primera persona de una larga fila para que luego la

narrara a la siguiente y así sucesivamente. Lo que

escucharía el último oyente bien pudiera ser muy

distinto del mensaje original. Pero la Ley divina

no estuvo expuesta a tal peligro.

5, 6. ¿Qué dispuso Jehová que hiciera Moisés con

Sus palabras, y por qué es una bendición tenerlas

por escrito?

[ 5 ] [Textos] Jehová hizo la sabia elección de dejar

por escrito lo que decía. Ordenó a Moisés: “Escríbete

estas palabras, porque es en conformidad con estas

palabras como de veras celebro yo un pacto contigo y

con Israel” (Éxodo 34:27). Por consiguiente, en 1513

a.E.C., dio comienzo una nueva época: la de la

redacción de las Santas Escrituras. En el transcurso de

los siguientes mil seiscientos diez años, Dios “habló en

muchas ocasiones y de muchas maneras” a unos

cuarenta redactores (Hebreos 1:1). En ese mismo lapso

hubo escribas fieles que preservaron la Biblia

copiándola con meticulosidad (Esdras 7:6; Salmo 45:1).

[ 6 ] [Textos] Es una bendición que Jehová se haya comunicado con nosotros por escrito. ¿Guardamos alguna carta que estimamos, quizá porque nos brindó el consuelo que requeríamos, y la hemos repasado varias veces? Pues otro tanto ocurre con la “carta” del Creador. Como mandó transcribir sus palabras, podemos leerlas y meditarlas con frecuencia (Salmo 1:2). Así recibimos “el consuelo de las Escrituras” siempre que lo necesitamos (Romanos 15:4).

¿Por qué empleó escritores humanos?

7. ¿Cómo manifiesta sabiduría el hecho de que

Jehová utilizara escritores humanos?

[ 7 ] [Textos] En su infinita sabiduría, Jehová utilizó

seres humanos para redactar su Palabra.

Reflexionemos en lo siguiente: ¿habría tenido el mismo

atractivo de haber empleado ángeles para esa labor? Es

cierto que ellos habrían podido presentar al

Todopoderoso desde su excelsa perspectiva, así como

expresar la devoción que le profesan e informar sobre

los seres humanos que le han sido fieles. Pero ¿nos

identificaríamos con los puntos de vista de criaturas

espirituales perfectas, que nos superan por mucho en

conocimiento, experiencia y fortaleza? (Hebreos 2:6, 7.)

8. ¿Hasta qué grado se permitió a los escritores

bíblicos valerse de su intelecto? (Véase también la

nota.)

[ 8 ] [Textos] Al recurrir a escritores humanos, Jehová

nos dio justo lo que necesitábamos: una crónica

“inspirada de Dios” que al mismo tiempo preserva el

elemento humano (2 Timoteo 3:16). ¿Cómo lo logró? En

muchos casos parece que les permitió valerse de su

intelecto para seleccionar “las palabras deleitables y la

escritura de palabras correctas de verdad” (Eclesiastés

12:10, 11). Este hecho explica la diversidad de estilos,

ya que cada texto refleja los antecedentes y

personalidad de su redactor. No obstante, aquellos

hombres “hablaron de parte de Dios al ser llevados por

espíritu santo” (2 Pedro 1:21). De ahí que el producto

final sea ciertamente “la palabra de Dios”

(1 Tesalonicenses 2:13).

* Por ejemplo, David, que había sido pastor, usó

imágenes propias de este oficio (Salmo 23); Mateo,

ex recaudador de impuestos, anotó con frecuencia cifras

y cantidades de dinero (Mateo 17:27; 26:15; 27:3), y el

médico Lucas seleccionó términos peculiares de su

profesión (Lucas 4:38; 14:2; 16:20).

[E.M.T] [Inicio]

[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]

Lectura de la Biblia: Josué 12 a 15 | Puntos

Sobresalientes

Respuestas a preguntas bíblicas:

13:1. ¿Contradicen estas palabras lo que dice Josué 11:23? No, pues la conquista de la Tierra Prometida tuvo dos fases: primero, la guerra nacional en la que se derrotó a 31 reyes de la tierra de Canaán y que acabó con el dominio de los cananeos, y después, la ocupación completa de la tierra, bien por medio de la acción individual, o por la intervención de una tribu (Josué 17:14-18; 18:3). Aunque los hijos de Israel no lograron expulsar por completo a los cananeos, los sobrevivientes no representaron una verdadera amenaza para la seguridad del pueblo de Dios (Josué 16:10; 17:12). Josué 21:44 dice: “Jehová les dio descanso todo en derredor”.

Lecciones para nosotros:

14:10-13. Aunque tiene 85 años de edad, Caleb solicita la difícil asignación de desalojar la región de Hebrón, que está ocupada por los anaquim, hombres de extraordinaria estatura. Con la ayuda de Jehová, este experimentado guerrero los conquista, y Hebrón se convierte en ciudad de refugio (Josué 15:13-19; 21:11-13). El ejemplo de Caleb nos anima a no eludir ninguna asignación teocrática difícil.

Repaso de la Escuela del

Ministerio Teocrático

Las siguientes preguntas se analizarán en la Escuela del

Ministerio Teocrático la semana del 29 de diciembre de

2014.

1. Deuteronomio 14:1 prohibía hacerse cortaduras en

señal de duelo. ¿Qué aprendemos de ese mandato? [3

de nov., w04 15/9 pág. 27 párr. 4.]

(Deuteronomio 14:1) ”Hijos son ustedes de Jehová su

Dios. No deben hacerse cortaduras ni imponer calvicie

sobre sus frentes por una persona muerta.

Debe evitarse la automutilación, pues además de

mostrar falta de respeto por el cuerpo humano, puede

estar relacionada con la religión falsa (1 Reyes 18:25-

28). Nuestra esperanza en la resurrección debería

impedir semejantes extremos en las muestras de duelo

por los muertos.

2. ¿Por qué tenían que hacer una copia de la Ley de

Dios los reyes de Israel y leerla “todos los días de su

vida”? (Deut. 17:18-20.) [3 de nov., w02 15/6 pág. 12

párr. 4.]

(Deuteronomio 17:18-20) Y tiene que suceder que, cuando se siente sobre el trono de su reino, tiene que escribir para sí en un libro una copia de esta ley, de aquella que está a cargo de los sacerdotes, los levitas. 19

”Y esta tiene que continuar con él, y él tiene que leer en ella todos los días de su vida, a fin de que aprenda a temer a Jehová su Dios para guardar todas las palabras de esta ley y estas disposiciones reglamentarias, por medio de ponerlas por obra;

20 para que su corazón no

se ensalce sobre sus hermanos y para que él no se desvíe del mandamiento a la derecha ni a la izquierda, a fin de que alargue sus días sobre su reino, él y sus hijos en medio de Israel.

En efecto, el rey que Jehová escogiera para sus

adoradores tenía que hacerse una copia personal de los

escritos que hoy hallamos en la Biblia. Luego tenía que

leer esa copia a diario, una y otra vez. Eso no suponía un

ejercicio de memoria, sino un estudio con un objetivo

provechoso. Para gozar de la aprobación de Jehová, el

rey necesitaba dicho estudio regular a fin de desarrollar

y conservar la debida actitud de corazón. También debía

estudiar los escritos inspirados para tener éxito y

perspicacia en el desempeño de sus funciones (2 Reyes

22:8-13; Proverbios 1:1-4).

3. ¿Por qué no debía ponerse a un toro y un asno a

arar juntos, y cómo siguen los cristianos el mandato

sobre el “yugo desigual”? (Deut. 22:10.) *10 de nov.,

w03 15/10 pág. 32.]

(Deuteronomio 22:10) ”No debes arar con un toro y un

asno juntos.

COMO se aprecia en la ilustración, el camello y el buey

que están arando juntos parecen muy incómodos. El

yugo que los une —pensado para dos animales de

estructura y fuerza similares— hace sufrir a ambos. Dios

mostró su interés en los animales de tiro ordenando a

los israelitas: “No debes arar con un toro y un asno

juntos” (Deuteronomio 22:10). En el caso de un buey y

un camello aplicaría el mismo principio.

Por lo general, el campesino no imponía semejante

penuria a sus animales. Pero si no poseía dos bueyes

para ponerlos bajo el mismo yugo, quizás utilizara dos

animales diferentes. Aparentemente, eso es lo que

decidió el campesino del siglo XIX que aparece en la

ilustración. Debido a la diferencia de peso y tamaño, el

animal más débil tendría que esforzarse para mantener

el paso, y el más fuerte habría de soportar una carga

mayor.

El apóstol Pablo empleó la ilustración del yugo desigual

para enseñarnos una lección importante. “No lleguen a

estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos —

escribió él—. Porque, ¿qué consorcio tienen la justicia y

el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la

oscuridad?” (2 Corintios 6:14.) ¿Cómo podría un

cristiano llegar a estar unido bajo un yugo desigual?

Por ejemplo, si el cristiano escogiera como cónyuge a

alguien que no compartiese sus mismas creencias. Dicha

unión resultaría incómoda para ambas partes, pues no

estarían de acuerdo en cuestiones fundamentales.

Cuando Jehová instituyó el matrimonio, le dio a la

esposa el papel de “complemento”, o parte

“correspondiente” (Génesis 2:18, nota). Asimismo,

mediante el profeta Malaquías, Dios la calificó de

“socia” (Malaquías 2:14). Nuestro Creador desea que los

matrimonios avancen en la misma dirección espiritual,

compartiendo las cargas y los logros de forma

equitativa.

Al casarse “solo en el Señor”, el cristiano muestra

respeto por el consejo de nuestro Padre celestial (1

Corintios 7:39). Así se coloca el fundamento para un

matrimonio unido, que puede resultar en la honra y

alabanza de Dios, pues ambos esposos le sirven como

‘genuinos compañeros de yugo’ en un sentido especial

(Filipenses 4:3).

4. ¿Por qué estaba prohibido quedarse con un molino

de mano en garantía por un préstamo? (Deut. 24:6.)

[17 de nov., w04 15/9 pág. 26 párr. 3.]

(Deuteronomio 24:6) ”Nadie debe apoderarse de un

molino de mano ni de su muela superior como prenda,

porque es de un alma que se está apoderando como

prenda.

El molino de mano y su muela superior representaban

el “alma” de la persona, es decir, su medio de vida.

Apoderarse de cualquiera de estos privaría a toda la

familia de su pan de cada día.

5. ¿Con qué actitud debían obedecer a Dios los

israelitas? ¿Qué debería motivarnos a nosotros a

servirle? (Deut. 28:47.) [24 de nov., w10 15/9 pág. 7

párr. 4.]

(Deuteronomio 28:47) debido al hecho de que no

serviste a Jehová tu Dios con regocijo y gozo de

corazón por la abundancia de todo.

¿Con qué actitud debían obedecer a Dios los israelitas?

La Ley señalaba que tenían que servirle “con regocijo y

gozo de corazón”, pues si no, incurrirían en su

desagrado (léase Deuteronomio 28:45-47).

Ciertamente, Jehová merece algo más que el

cumplimiento mecánico de sus mandamientos; en

realidad, los animales e incluso los demonios son

capaces de seguir órdenes (Mar. 1:27; Sant. 3:3). Quien

obedece de verdad a Jehová lo hace con un corazón

lleno de amor y de gozo, pues confía plenamente en

que él nunca pone mandamientos irrazonables y en que

es “remunerador de los que le buscan solícitamente”

(Heb. 11:6; 1 Juan 5:3).

6. ¿Qué tres condiciones básicas para recibir la vida se

mencionan en Deuteronomio 30:19, 20? [24 de nov.,

w10 15/2 pág. 28 párr. 17.]

(Deuteronomio 30:19, 20) De veras tomo los cielos y la

tierra como testigos contra ustedes hoy, de que he

puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la

invocación de mal; y tienes que escoger la vida a fin de

que te mantengas vivo, tú y tu prole, 20

amando a

Jehová tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él;

porque él es tu vida y la longitud de tus días, para que

mores sobre el suelo que Jehová juró a tus antepasados

Abrahán, Isaac y Jacob que les daría”.

Cumplimos con la primera condición “amando a

Jehová”, para lo cual tenemos que poner en práctica sus

justas normas (Mat. 22:37). En segundo lugar, debemos

seguir “escuchando su voz”. Esto lo hacemos al estudiar

la Biblia y obedecer sus mandatos (1 Juan 5:3). Por eso

es tan importante que vayamos a todas las reuniones,

en donde se explica la Palabra de Dios (Heb. 10:23-25).

Y por último, hemos de “adherirnos” o aferrarnos a

Jehová. Venga lo que venga, demostremos fe en él y

sigamos a su Hijo (2 Cor. 4:16-18).

7. ¿Debemos pronunciar en voz baja cada palabra que

leamos desde Génesis hasta Revelación? Explique su

respuesta. (Jos. 1:8.) [8 de dic., w13 15/4 pág. 7 párr.

4.]

(Josué 1:8) Este libro de la ley no debe apartarse de tu boca, y día y noche tienes que leer en él en voz baja, a fin de que cuides de hacer conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás sabiamente.

Jehová no desea que sus siervos lean su Palabra

apresuradamente. Hace mucho tiempo le dijo a Josué:

“Este libro de la ley no debe apartarse de tu boca, y día

y noche tienes que leer en él en voz baja” (Jos. 1:8; Sal.

1:2). Esto no quiere decir que de verdad usted deba

pronunciar en voz baja cada palabra de Génesis a

Revelación. Lo que significa, más bien, es que debe leer

la Biblia a un ritmo que le permita meditar. Si lo hace

“en voz baja”, podrá centrar su atención en pasajes que

en ese momento sean para usted especialmente útiles y

animadores. Lea despacio tales frases, versículos o

relatos, quizás musitando, es decir, moviendo la lengua

y los labios como si fuera a pronunciar las palabras. Así

el pasaje bíblico le llegará con toda su fuerza y calará

hondo en usted. ¿Por qué es esto importante? Porque

captar el sentido de los consejos de Dios le dará una

fuerte motivación para ponerlos en práctica.

8. ¿Quién es “el príncipe del ejército de Jehová” que se

menciona en Josué 5:14, 15, y cómo nos anima ese

relato? [8 de dic., w04 1/12 pág. 9 párr. 2.]

(Josué 5:14, 15) A lo cual él dijo: “No, sino que yo...

como príncipe del ejército de Jehová he venido ahora”.

Ante esto, Josué cayó a tierra sobre su rostro y se

postró y le dijo: “¿Qué dice mi señor a su siervo?”. 15

A

su vez el príncipe del ejército de Jehová dijo a Josué:

“Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde

estás de pie es santo”. En seguida Josué lo hizo así.

El príncipe que acude a fortalecer a Josué cuando

empieza la conquista de la Tierra Prometida es

probablemente “la Palabra”: Jesucristo en su existencia

prehumana (Juan 1:1; Daniel 10:13). ¡Cuánto nos

fortalece la garantía de que el glorificado Jesucristo

apoya al pueblo de Dios en su guerrear espiritual!

9. ¿Qué hizo que Acán pecara, y qué lección

aprendemos de eso? (Jos. 7:20, 21.) [15 de dic., w10

15/4 pág. 20 párrs. 2, 5.]

(Josué 7:20, 21) Ante esto, Acán contestó a Josué y

dijo: “De hecho yo... yo he pecado contra Jehová el Dios

de Israel, y de esta manera y de esa manera he hecho. 21

Cuando llegué a ver entre el despojo un vestido oficial

de Sinar, uno de buena apariencia, y doscientos siclos

de plata y una barra de oro, que pesaba cincuenta

siclos, entonces los quise, y los tomé; y, ¡mira!, están

escondidos en la tierra, en medio de mi tienda, con el

dinero debajo de él”.

Pero la estrecha relación que existe entre vista y mente

exige que tengamos mucho cuidado, pues lo que vemos

condiciona lo que pensamos. Así sucede cuando

dirigimos la mirada a cosas que despiertan o avivan

ambiciones y malos deseos. Este mundo depravado y

egoísta dominado por Satanás nos bombardea con

imágenes y propaganda que pueden hacernos mucho

daño aunque solo les demos un vistazo (1 Juan 5:19).

No es de extrañar que el salmista pidiera a Dios: “Haz

que mis ojos pasen adelante para que no vean lo que es

inútil; consérvame vivo en tu propio camino” (Sal.

119:37).

Siglos más tarde, un hombre llamado Acán también se

dejó seducir por lo que vio. Los israelitas habían

recibido el mandato divino de que, cuando conquistaran

la ciudad de Jericó, destruyeran todo, salvo ciertos

objetos que irían a parar al tesoro de Jehová. Él les

había advertido: “Manténganse alejados de la cosa dada

por entero a la destrucción, por temor de que les dé un

deseo y de veras tomen algo”. Pero Acán desobedeció y

se llevó varios artículos lujosos, lo que ocasionó que los

israelitas fueran derrotados en la ciudad de Hai y

sufrieran numerosas bajas. No fue sino hasta que salió a

la luz el robo que el culpable confesó: “Cuando llegué a

ver *los objetos+ *...+ los quise, y los tomé”. El deseo de

los ojos llevó a Acán a codiciar en su corazón cosas

prohibidas por Dios y ocasionó su ruina y la de “todo lo

que era suyo” (Jos. 6:18, 19; 7:1-26).

10. ¿Cómo nos anima hoy en día el ejemplo de Caleb?

(Jos. 14:10-13.) [29 de dic., w04 1/12 pág. 12 párr. 2.]

(Josué 14:10-13) Y ahora sucede que Jehová me ha

conservado vivo, tal como prometió, estos cuarenta y

cinco años desde que Jehová hizo esta promesa a

Moisés cuando Israel andaba en el desierto, y ahora me

veo aquí hoy con ochenta y cinco años de edad. 11

Sin

embargo, hoy me hallo tan fuerte como el día en que

Moisés me envió. Como era mi poder entonces, así es

mi poder ahora para la guerra, tanto para salir como

para entrar. 12

Y ahora dame, sí, esta región montañosa

que Jehová prometió en aquel día, porque tú mismo

oíste en aquel día que había anaquim allí y grandes

ciudades fortificadas. Probablemente Jehová estará

conmigo, y ciertamente los desposeeré, tal como

Jehová prometió”. 13

Ante eso, Josué lo bendijo y dio

Hebrón a Caleb hijo de Jefuné como herencia.

Aunque tiene 85 años de edad, Caleb solicita la difícil

asignación de desalojar la región de Hebrón, que está

ocupada por los anaquim, hombres de extraordinaria

estatura. Con la ayuda de Jehová, este experimentado

guerrero los conquista, y Hebrón se convierte en ciudad

de refugio (Josué 15:13-19; 21:11-13). El ejemplo de

Caleb nos anima a no eludir ninguna asignación

teocrática difícil.

[R. Servicio] [Inicio]

Cántico 89

20 min. Enseñemos “cosas buenas” de forma

progresiva a nuestros estudiantes y a nuestros

hijos (Mat. 12:35a). Análisis con el auditorio.

Valiéndose de 1 Corintios 13:11 y 1 Pedro 2:2, 3,

explique qué debemos esperar de nuestros

estudiantes de la Biblia y de nuestros hijos creyentes.

Explique también cómo se puede adquirir el gusto

por la “leche” de la Palabra de Dios. Además, explique

el principio de Marcos 4:28 (vea La Atalaya del 15 de

diciembre de 2014, páginas 12 y 13, párrafos 6 a 8).

Entreviste a un publicador con experiencia que haya

ayudado a un estudiante a progresar espiritualmente

o a un padre que haya hecho lo mismo con su hijo

(Efes. 4:13-15; vea la “Sección de preguntas” de

Nuestro Ministerio del Reino de mayo de 2014).

La Atalaya del 15 de diciembre de 2014, páginas

12 y 13, párrafos 6 a 8

(1 Corintios 13:11) Cuando yo era pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo, pensaba como pequeñuelo, razonaba como pequeñuelo; pero ahora que he llegado a ser hombre, he eliminado las [cosas características] de pequeñuelo.

(1 Pedro 2:2, 3) [y,] como criaturas recién nacidas, desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra, para que mediante ella crezcan a la salvación,

3 con tal que hayan gustado que el Señor

es bondadoso.

(Marcos 4:28) Por sí misma la tierra gradualmente fructifica: primero el tallo de hierba, luego la espiga, finalmente el grano lleno en la espiga.

6 ¿Qué aprendemos de esta parábola? Primero,

aprendemos que no podemos controlar el

crecimiento espiritual de un estudiante de la Biblia.

Ser modestos nos ayuda a evitar la tentación de

presionarlo para que se bautice. Hacemos todo lo que

podemos por ayudarlo, pero reconocemos

humildemente que la decisión final de dedicarse a

Dios depende de él. Esa dedicación debe nacer de un

corazón motivado por el amor a Dios; es lo que

Jehová se merece (Sal. 51:12; 54:6; 110:3).

(Salmo 51:12) Restáurame, sí, el alborozo de la salvación por ti, y quieras sostenerme aun con un espíritu bien dispuesto.

(Salmo 54:6) De buena gana ciertamente te haré sacrificios. Elogiaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.

(Salmo 110:3) Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar. En los esplendores de la santidad, desde la matriz del alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío.

7 Segundo, entender lo que nos enseña esta parábola

nos ayuda a no desanimarnos si al principio no

vemos buenos resultados. Hay que ser pacientes

(Sant. 5:7, 8). Si hemos hecho todo lo posible por

ayudar al estudiante pero la semilla no da fruto, eso

no significa que seamos malos maestros. Jehová solo

permite que la semilla de la verdad germine en

corazones humildes que están dispuestos a cambiar

(Mat. 13:23). Por eso no deberíamos pensar que la

eficacia de nuestro ministerio se mide tan solo por los

resultados. Jehová no juzga el éxito de nuestra labor

por la reacción de las personas a quienes predicamos,

sino que ve nuestro esfuerzo y lealtad (lea Lucas

10:17-20 y 1 Corintios 3:8).

(Santiago 5:7, 8) Ejerzan paciencia, por lo tanto, hermanos, hasta la presencia del Señor. ¡Miren! El labrador sigue esperando el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la lluvia tardía.

8 Ustedes también ejerzan

paciencia; hagan firme su corazón, porque se ha acercado la presencia del Señor.

(Mateo 13:23) En cuanto al que se sembró sobre la tierra excelente, este es el que oye la palabra y capta el sentido de ella, que verdaderamente lleva fruto y produce, este de a ciento por uno, aquel de a sesenta, el otro de a treinta”.

(Lucas 10:17-20) Entonces los setenta volvieron con gozo, y dijeron: “Señor, hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tu nombre”.

18 Ante

aquello, él les dijo: “Contemplaba yo a Satanás ya caído como un relámpago del cielo.

19 ¡Miren! Yo les he dado

la autoridad para hollar bajo los pies serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada les hará ningún daño.

20 Sin embargo, no se regocijen a

causa de esto, de que los espíritus queden sujetos a ustedes, sino regocíjense porque sus nombres hayan sido inscritos en los cielos”.

(1 Corintios 3:8) Ahora bien, el que planta y el que riega uno son, pero cada [persona] recibirá su propio galardón según su propia labor.

8 Tercero, no siempre percibimos los cambios que

ocurren en el interior de una persona. Por ejemplo,

un matrimonio que estaba estudiando la Biblia con

un misionero le dijo que los dos querían ser

publicadores no bautizados. Él les recordó que

debían dejar de fumar si querían llenar los requisitos.

Pero se llevó una grata sorpresa cuando le dijeron

que ya habían dejado el hábito hacía varios meses.

¿Qué los motivó? Tras aprender que Jehová detesta la

hipocresía y que podía verlos si fumaban, tomaron

una decisión: o fumaban delante del misionero o

abandonaban por completo el vicio. El amor que

habían comenzado a sentir por Jehová los impulsó a

hacer lo correcto. Aunque el misionero no lo había

notado, habían crecido en sentido espiritual.

Sección de preguntas

▪ ¿Qué deben aprender los niños para crecer

espiritualmente?

(Efesios 4:13-15) hasta que todos logremos alcanzar la unidad en la fe y en el conocimiento exacto del Hijo de Dios, a un hombre hecho, a la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo;

14 a fin de que ya no

seamos pequeñuelos, aventados como por olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza por medio de las tretas de los hombres, por medio de astucia en tramar el error.

15 Antes bien, hablando la

verdad, por el amor crezcamos en todas las cosas en aquel que es la cabeza, Cristo.

Los padres cristianos hacen mucho por criar a sus

hijos en la disciplina e instrucción de Jehová (Efes.

6:4). Por ejemplo, examinan con ellos el texto diario

todas las mañanas porque notan que trae buenos

resultados. En la adoración en familia y otras

ocasiones, algunas familias ven y analizan un video,

conversan sobre información específica de artículos

de Los jóvenes preguntan, escenifican relatos bíblicos

o tienen sesiones de práctica. Sin embargo, para que

los hijos progresen hasta alcanzar la madurez

espiritual, también deben aprender verdades bíblicas

más profundas (Heb. 6:1).

(Efesios 6:4) Y ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.

(Hebreos 6:1) Por esta razón, ya que hemos dejado la doctrina primaria acerca del Cristo, pasemos adelante a la madurez, y no pongamos de nuevo un fundamento, a saber, arrepentimiento de obras muertas, y fe para con Dios,

Pensemos por un momento en lo que les enseñamos

a las personas del territorio. En la visita inicial o las

siguientes, por lo común tratamos de comenzar un

estudio bíblico usando el libro ¿Qué enseña

realmente la Biblia? Después de terminar de

estudiarlo, pasamos al libro “Manténganse en el amor

de Dios”. ¿Por qué lo hacemos? El libro Enseña brinda

a los estudiantes un conocimiento básico de las

Escrituras, mientras que el libro “Amor de Dios” los

ayuda a utilizar los principios bíblicos en su vida

diaria. Examinar ambas publicaciones permite a los

nuevos estar “arraigados” en Cristo y “estabilizados

en la fe” (Col. 2:6, 7). ¿No sería bueno analizar esa

misma información con nuestros hijos? Es preciso

que ellos también aprendan sobre el rescate, el Reino

y el estado de los muertos. Además, necesitan

aprender por qué permite Dios el sufrimiento y cómo

sabemos que vivimos en los últimos días de este

sistema de cosas. Deben estar convencidos de que los

testigos de Jehová tenemos la verdad, comprender los

principios bíblicos y entrenar “sus facultades

perceptivas” (Heb. 5:14). Claro, los padres deben

tomar en cuenta la edad y el nivel de comprensión de

sus hijos. Aun así, muchos niños logran entender

verdades profundas de la Biblia a temprana edad

(Luc. 2:42, 46, 47).

(Colosenses 2:6, 7) Por lo tanto, como han aceptado a Cristo Jesús el Señor, sigan andando en unión con él, 7 arraigados y siendo edificados en él y siendo

estabilizados en la fe, así como se les enseñó, rebosando de [fe] en acción de gracias.

(Hebreos 5:14) Pero el alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que mediante el uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto.

(Lucas 2:42) Y cuando él cumplió doce años de edad, subieron según la costumbre de la fiesta

(Lucas 2:46, 47) Pues bien, después de tres días lo hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros, y escuchándoles e interrogándolos.

47 Pero

todos los que le escuchaban quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.

Con el fin de ayudar a los padres, se colocarán guías

de estudio basadas en el libro Enseña en jw.org. Las

familias las pueden ver en la sección ENSEÑANZAS

BÍBLICAS > JÓVENES del sitio de Internet. En el

futuro se prepararán más guías de estudio basadas en

el libro “Amor de Dios”. Por supuesto, también se

puede utilizar la versión impresa de estas dos

publicaciones. Los padres decidirán si es conveniente

usar esa información en la Noche de Adoración en

Familia, al estudiar con cada hijo por separado o para

enseñarles a efectuar su propio estudio personal.

10 min. “Compartamos nuestras ‘cosas buenas’

siendo hospitalarios (Mat. 12:35a).” Análisis con el

auditorio. ¿Qué recompensas han obtenido algunos

por haber sido hospitalarios? Pida a los presentes que

comenten cómo podemos mostrar hospitalidad,

especialmente a los siervos de tiempo completo.

Explique lo que ha organizado la congregación para

mostrar hospitalidad a quienes vienen a presentar

discursos públicos.

Compartamos nuestras “cosas buenas” siendo

hospitalarios (Mat. 12:35a)

(Mateo 12:35) El hombre bueno, de su buen tesoro envía cosas buenas; mientras que el hombre inicuo, de su tesoro inicuo envía cosas inicuas.

Seguro que deseamos compartir con los demás las

“cosas buenas” que tenemos, pues así seguimos “la

senda de la hospitalidad” (Rom. 12:13). Los ancianos

se encargan de que se reciba con hospitalidad a los

oradores que visitan la congregación y de que se les

cubran sus gastos de viaje. Sin embargo, tal vez

algunos publicadores no se sientan muy inclinados a

invitar a hermanos a sus hogares porque piensan que

no tienen mucho en sentido material o porque estas

visitas les causan cierta ansiedad. Si este es su caso,

piense en el consejo que le dio Jesús a Marta (Luc.

10:39-42). Él dejó claro que lo mejor de estas

ocasiones no es el alimento ni los lujos de los que se

puedan disfrutar, sino el ánimo que recibimos en

compañía de nuestros hermanos. Aceptar este

consejo nos permitirá compartir nuestras “cosas

buenas” con los demás, tal y como se nos anima en la

Palabra de Dios (3 Juan 5-8).

(Romanos 12:13) Compartan con los santos según las necesidades de estos. Sigan la senda de la hospitalidad.

(Lucas 10:39-42) Esta también tenía una hermana llamada María, quien, sin embargo, se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra.

40 Marta,

por otra parte, estaba distraída atendiendo a muchos quehaceres. De modo que se acercó y dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender las cosas? Dile, por lo tanto, que me ayude”.

41 En contestación, el Señor le dijo: “Marta, Marta, estás

inquieta y turbada en cuanto a muchas cosas. 42

Son pocas, sin embargo, las cosas que se necesitan, o solo una. Por su parte, María escogió la buena porción, y no le será quitada”.

(3 Juan 5-8) Amado, estás haciendo trabajo fiel en cualquier cosa que haces para los hermanos —y hasta siendo extraños—

6 que han dado testimonio de tu amor

delante de la congregación. A estos tendrás la bondad de poner en camino de una manera digna de Dios. 7 Pues fue a favor del nombre [de él] que salieron, sin

tomar nada de la gente de las naciones. 8 Nosotros, por

lo tanto, estamos obligados a recibir hospitalariamente a tales personas, para que lleguemos a ser colaboradores en la verdad.

Cántico 124 y oración

Cántico 5[Atalaya] [Inicio]

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22 ][ 23 ][ 24 ][ 25 ]

La resurrección de Jesús: ¿por qué

es tan importante?

“Ha sido levantado.” (MAT. 28:6)

Cántico 60

¿QUÉ CONTESTARÍA? •¿Por qué fue la resurrección de Jesús diferente de las anteriores? •¿Qué pruebas tenemos de que Jesús resucitó y está vivo?

•¿Por qué es importante para nosotros la resurrección de Jesús?

1, 2. a) ¿Qué querían saber algunos líderes

religiosos? b) ¿Qué les contestó Pedro? (Vea la

ilustración del principio.) c) ¿Cómo es que Pedro

pudo responder con tanta valentía?

[ 1 ] [Textos] POCOS días después de morir Jesús, el

apóstol Pedro tuvo que enfrentarse a un grupo de

poderosos líderes religiosos que le exigían una

explicación. Eran los mismos líderes judíos que

habían tramado la muerte de Jesús. Pedro acababa de

curar a un hombre que había nacido paralítico, y ellos

quisieron saber quién le había dado el poder para

hacerlo. Con valor, les contestó: “Jesucristo el

Nazareno, a quien ustedes fijaron en un madero, pero

a quien Dios levantó de entre los muertos, por este se

halla este hombre de pie aquí sano delante de

ustedes” (Hech. 4:5-10).

[ 2 ] [Textos] Pedro, poco antes, había negado tres

veces conocer a Jesús porque sentía miedo (Mar.

14:66-72). ¿Cómo es que ahora pudo responder con

tanta valentía? Por un lado, gracias al espíritu santo,

pero también porque estaba convencido de que Jesús

había resucitado y estaba vivo. Pero ¿por qué estaba

tan seguro? ¿Y por qué podemos estarlo nosotros?

3, 4. a) ¿Qué resurrecciones hubo antes de los

apóstoles? b) ¿Qué resurrecciones hizo Jesús?

[ 3 ] [Textos] Mucho antes de que nacieran los

apóstoles de Jesús, ya había habido resurrecciones.

Así que la idea de que los muertos pudieran volver a

vivir no era nueva para ellos. Por ejemplo, sabían que

los profetas Elías y Eliseo habían resucitado a

muertos gracias al poder de Dios (1 Rey. 17:17-24; 2

Rey. 4:32-37). Un hombre incluso volvió a vivir

cuando, después de que lo arrojaran a la tumba de

Eliseo, su cuerpo tocó los huesos de este (2 Rey.

13:20, 21). Los primeros cristianos creían que estos

relatos eran ciertos, tal como nosotros creemos que

lo que dice la Palabra de Dios es cierto.

[ 4 ] [Textos] ¿Verdad que a todos nos conmueven

las resurrecciones que hizo Jesús? Recordemos, por

ejemplo, la ocasión en que devolvió la vida al único

hijo de una viuda. ¿Imaginamos la cara de asombro

de ella? (Luc. 7:11-15.) Jesús también resucitó a una

niña de 12 años. ¡Qué alegría sintieron sus

desconsolados padres al ver que estaba viva de

nuevo! (Luc. 8:49-56.) Y pensemos en los que vieron

a Lázaro salir de la tumba en perfecto estado. ¡Qué

emocionante! (Juan 11:38-44.)

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS FUE DIFERENTE

5. ¿En qué se diferenció la resurrección de Jesús

de las anteriores?

[ 5 ] [Textos] Los apóstoles sabían que la

resurrección de Jesús era diferente de las anteriores.

Hasta entonces, quienes habían resucitado lo habían

hecho con un cuerpo de carne y hueso y, finalmente,

murieron de nuevo. Pero a Jesús se le dio un cuerpo

espiritual incorruptible, que no puede deteriorarse ni

morir (lea Hechos 13:34). Pedro escribió que Jesús

había muerto “en la carne” y resucitado “en el

espíritu”. Lo que es más, añadió que estaba “a la

diestra de Dios” en el cielo y que “ángeles y

autoridades y poderes fueron sujetados a él” (1 Ped.

3:18-22). Las resurrecciones anteriores fueron

extraordinarias, pero la de Jesús fue sin duda el

mayor milagro de la historia.

6. ¿Qué efecto tuvo la resurrección de Jesús en sus

discípulos?

[ 6 ] [Textos] La resurrección de Jesús tuvo un

profundo efecto en sus discípulos. A diferencia de lo

que creían sus enemigos, Jesús ya no estaba muerto.

Ahora era un poderoso espíritu al que ningún

hombre podía hacer daño. Además, su resurrección

había demostrado que era el Hijo de Dios. Como

resultado, sus discípulos dejaron de sentir tristeza y

miedo, y se llenaron de alegría y valor. Podían

proclamar las buenas nuevas con convicción. ¡Jesús

estaba vivo y el propósito de Jehová se cumpliría sin

falta!

7. a) ¿Qué está haciendo Jesús actualmente? b)

¿Qué preguntas vamos a contestar?

[ 7 ] [Textos] Los siervos de Jehová sabemos que

Jesús no fue solo un buen hombre que hizo cosas

sorprendentes. Actualmente está dirigiendo la

predicación mundial de las buenas nuevas. Y, como

Rey del Reino de Dios, pronto limpiará la Tierra de

toda maldad y la transformará en un paraíso donde la

gente vivirá para siempre (Luc. 23:43). Si Jesús no

hubiera resucitado, nada de esto sería posible. Ahora

bien, ¿qué razones tenemos para creer que resucitó y

está vivo? ¿Y por qué es importante para nosotros su

resurrección?

JEHOVÁ TIENE PODER SOBRE LA MUERTE

8, 9. a) ¿Por qué querían los líderes religiosos

judíos que se vigilara la tumba de Jesús? b) ¿Qué

pasó cuando las mujeres llegaron?

[ 8 ] [Textos] Tras la muerte de Jesús, los sacerdotes

principales y los fariseos se presentaron ante Pilato y

le dijeron: “Señor, hemos recordado que ese impostor

dijo mientras todavía estaba vivo: ‘Después de tres

días he de ser levantado’. Por lo tanto, manda que se

asegure el sepulcro hasta el día tercero, para que

nunca vengan sus discípulos, y lo hurten, y digan al

pueblo: ‘¡Fue levantado de entre los muertos!’, y esta

última [mentira] será peor que la primera”. Pilato

accedió y les dejó poner guardias para vigilar la

tumba (Mat. 27:62-66).

[ 9 ] [Textos] El cuerpo de Jesús estaba en una tumba

excavada en la roca y sellada con una gran piedra.

Allí, muerto y enterrado, es donde los líderes

religiosos querían que se quedara. Pero Jehová tenía

otra cosa en mente. Cuando, al tercer día, María

Magdalena y la otra María fueron a la tumba, se

encontraron con que la piedra había sido retirada y

un ángel estaba sentado sobre ella. El ángel les dijo

que miraran dentro de la tumba para comprobar que

estaba vacía. “No está aquí —les aclaró—, porque ha

sido levantado.” (Mat. 28:1-6.) ¡Jesús estaba vivo!

10. ¿Qué pruebas sobre la resurrección de Jesús

mencionó Pablo?

[ 10 ] [Textos] Lo que sucedió durante los siguientes

cuarenta días confirmó que Jesús, en efecto, había

resucitado. En su primera carta a los cristianos de

Corinto, el apóstol Pablo mencionó algunas pruebas

de ello. Escribió: “Les transmití, entre las primeras

cosas, lo que yo también recibí: que Cristo murió por

nuestros pecados según las Escrituras; y que fue

enterrado, sí, que ha sido levantado al tercer día

según las Escrituras; y que se apareció a Cefas,

entonces a los doce. Después de eso se apareció a más

de quinientos hermanos de una vez, de los cuales la

mayoría permanece hasta ahora, pero algunos se han

dormido en la muerte. Después de eso se apareció a

Santiago, luego a todos los apóstoles; pero último de

todos también se me apareció a mí como si fuera a

uno nacido prematuramente” (1 Cor. 15:3-8).

CUATRO RAZONES POR LAS QUE SABEMOS QUE

JESÚS RESUCITÓ

11. ¿En qué sentido ocurrió “según las Escrituras”

la resurrección de Jesús?

[ 11 ] [Textos] La resurrección de Jesús ocurrió

“según las Escrituras”. La Palabra de Dios había

predicho que Jesús resucitaría. Por ejemplo, David

habló de alguien, a quien llamó “leal”, que no sería

dejado “en el Seol”, en la tumba (lea Salmo 16:10). ¿A

quién se refería? En el Pentecostés del año 33 de

nuestra era, el apóstol Pedro dejó claro que se refería

a Jesús, pues dijo: “David [...] vio de antemano y habló

respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue

abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción”

(Hech. 2:23-27, 31).

12. ¿Quiénes vieron a Jesús resucitado?

[ 12 ] [Textos] Muchas personas vieron a Jesús

resucitado. Durante los cuarenta días que siguieron

a su resurrección, Jesús se apareció a sus discípulos

en el jardín donde estaba su tumba, en el camino a

Emaús y en otros lugares (Luc. 24:13-15). En ciertas

ocasiones habló con una sola persona —por ejemplo,

con Pedro— y en otras se dirigió a varias. De hecho,

¡una vez se apareció a más de quinientas! Desde

luego, nadie puede dudar de lo que vieron tantos

testigos.

13. ¿Cómo demostraron los discípulos que

estaban convencidos de que Jesús había

resucitado?

[ 13 ] [Textos] Los discípulos de Jesús predicaron

con convicción que él había resucitado. Muchos

fueron perseguidos, sufrieron o incluso murieron por

proclamar que Jesús estaba vivo. Recordemos que

Pedro defendió su resurrección ante los líderes

religiosos que odiaban a Cristo y que habían tramado

su ejecución. ¿Habría arriesgado su vida por una

mentira? Tanto Pedro como los demás discípulos

estaban seguros de que Jesús vivía y dirigía la

predicación. Es más, su resurrección les garantizó

que ellos también serían resucitados. Así sucedió con

Esteban, quien murió convencido de que volvería a

vivir (Hech. 7:55-60).

14. ¿Qué lo convence a usted de que Jesús está

vivo?

[ 14 ] [Textos] Tenemos pruebas de que Jesús está

gobernando como Rey y es Cabeza de la

congregación cristiana. El cristianismo verdadero

está floreciendo. ¿Sería así si Jesús no estuviera vivo?

Si no hubiera resucitado, quizá nunca habríamos oído

hablar de él. Pero tenemos pruebas convincentes de

que está vivo y encabeza la predicación de las buenas

nuevas en toda la Tierra.

POR QUÉ ES IMPORTANTE PARA NOSOTROS LA

RESURRECCIÓN DE JESÚS

15. ¿Por qué nos da valor para predicar saber que

Jesús resucitó?

[ 15 ] [Textos] Saber que Jesús resucitó nos da

valor para predicar. Los enemigos de Dios llevan

dos mil años haciendo todo lo posible por detener la

predicación de las buenas nuevas. Han usado contra

nosotros un sinfín de armas: apostasía, burlas,

ataques violentos, prohibiciones, torturas y

ejecuciones. Pero la Biblia predijo: “Sea cual sea el

arma que se forme contra ti, no tendrá éxito” (Is.

54:17). Así que los agentes humanos de Satanás no

nos asustan. Jesús está de nuestro lado y nos apoya,

tal como prometió (Mat. 28:20). ¡No hay razón para

tener miedo! Por mucho que lo intenten, nunca

lograrán silenciarnos.

16, 17. a) ¿Cómo demuestra la resurrección de

Jesús que todo lo que enseñó es verdad? b) Según

Juan 11:25, ¿qué poder le ha dado Jehová a Jesús?

[ 16 ] [Textos] La resurrección de Jesús

demuestra que todo lo que enseñó es verdad. El

apóstol Pablo dijo que, si no fuera cierto que Cristo

resucitó, la fe del cristiano y la predicación no

tendrían ningún sentido. Un comentarista bíblico

escribió: “Si Jesús no fue resucitado, [...] los cristianos

no son más que unos pobres ingenuos que se han

creído una enorme mentira”. De hecho, lo que

cuentan los Evangelios sería tan solo la triste historia

de un hombre bueno y sabio que acabó siendo

asesinado por sus enemigos. Pero Jesús sí resucitó. Y

eso confirma que todo lo que enseñó, incluido lo que

dijo sobre el futuro, es absolutamente cierto (lea 1

Corintios 15:14, 15, 20).

[ 17 ] [Textos] Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la

vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a

vivir” (Juan 11:25). Esta emocionante declaración sin

duda se hará realidad. Jehová le dio poder a Jesús

para devolver la vida a los que reinarán con él en el

cielo y a millones de personas que vivirán para

siempre en la Tierra. El sacrificio de Jesús y su

resurrección garantizan que la muerte desaparecerá.

¿Verdad que esto nos anima a aguantar las pruebas y

hasta a enfrentarnos con valor a la muerte?

18. ¿Qué garantía nos da saber que Jesús

resucitó?

[ 18 ] [Textos] La resurrección de Jesús nos

garantiza que seremos juzgados de acuerdo con

las amorosas normas de Jehová. Notemos lo que

Pablo le dijo a un grupo de personas en Atenas:

“[Dios] se propone juzgar la tierra habitada con

justicia por un varón a quien ha nombrado, y ha

proporcionado a todos los hombres una garantía con

haberlo resucitado de entre los muertos” (Hech.

17:31). En efecto, Jesús es el Juez nombrado por

Jehová, y podemos estar seguros de que nos juzgará

de manera justa y amorosa (lea Isaías 11:2-4).

19. ¿Qué efecto tiene en nosotros creer en la

resurrección de Jesús?

[ 19 ] [Textos] Creer que Jesús resucitó nos

motiva a hacer la voluntad de Dios. Si no fuera por

su sacrificio y resurrección, no tendríamos ninguna

posibilidad de liberarnos del pecado y la muerte

(Rom. 5:12; 6:23). Seguramente diríamos lo mismo

que la mayoría: “Comamos y bebamos, porque

mañana hemos de morir” (1 Cor. 15:32). Sin

embargo, nosotros no vivimos centrados en los

placeres de la vida. Como sabemos que habrá una

resurrección, estamos resueltos a obedecer a Jehová

en todo.

20. ¿Cómo demuestra la resurrección de Jesús la

grandeza de Jehová?

[ 20 ] [Textos] La resurrección de Jesús

demuestra la grandeza de Jehová, quien

recompensa a los que lo buscan con empeño (Heb.

11:6). ¿Hemos pensado alguna vez en el poder y la

sabiduría que Jehová demostró al resucitar a su Hijo

como un espíritu inmortal? La resurrección de Jesús

dejó claro que Dios tiene la capacidad de cumplir

todo lo que promete. Jehová había predicho que una

“descendencia” tendría un papel clave en defender su

soberanía. Para que se cumpliera esta profecía, Jesús,

la Descendencia prometida, tenía que morir y ser

resucitado (Gén. 3:15).

21. ¿Por qué es especial para usted la esperanza

de la resurrección?

[ 21 ] [Textos] ¡Cuánto le agradecemos a Jehová la

esperanza de la resurrección! El apóstol Juan escuchó

esta fascinante promesa: “‘¡Mira! La tienda de Dios

está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos

serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y

limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será

más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor.

Las cosas anteriores han pasado’. Y Aquel que estaba

sentado en el trono dijo: [...] ‘Escribe, porque estas

palabras son fieles y verdaderas’”. Pensemos: ¿quién

le dio a Juan esta revelación? ¡El propio Jesucristo ya

resucitado! (Rev. 1:1; 21:3-5.)

Textos del Libro

Párrafo 3

(Gálatas 3:19) Entonces, ¿por qué la Ley? Fue añadida para poner de manifiesto las transgresiones, hasta que llegara la descendencia a quien se había hecho la promesa; y fue transmitida mediante ángeles por mano de un mediador.

(Éxodo 20:18-20) Ahora bien, todo el pueblo estaba viendo los truenos y los relampagueos y el sonido del cuerno y la montaña que humeaba. Cuando el pueblo alcanzó a verlo, entonces se estremecieron y se mantuvieron a cierta distancia.

19 Y empezaron a decir a

Moisés: “Habla tú con nosotros, y escuchemos nosotros; pero no hable Dios con nosotros, por temor de que muramos”.

20 Así que Moisés dijo al pueblo: “No tengan

miedo, porque a fin de ponerlos a prueba ha venido el Dios [verdadero], y para que el temor de él continúe delante del rostro de ustedes para que no pequen”.

Párrafo 5

(Éxodo 34:27) Y Jehová pasó a decir a Moisés: “Escríbete estas palabras, porque es en conformidad con estas palabras como de veras celebro yo un pacto contigo y con Israel”.

(Hebreos 1:1) Dios, que hace mucho habló en muchas ocasiones y de muchas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas,

(Esdras 7:6) dicho Esdras mismo subió de Babilonia; y era un copista hábil en la ley de Moisés, que Jehová el Dios de Israel había dado, de modo que el rey le otorgó, conforme a la mano de Jehová su Dios sobre él, toda su solicitud.

(Salmo 45:1) Mi corazón se halla agitado debido a un asunto agradable. Estoy diciendo: “Mis obras son acerca de un rey”. Sea mi lengua el estilo de copista hábil.

Párrafo 6

(Salmo 1:2) Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja.

(Romanos 15:4) Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.

Párrafo 7

(Hebreos 2:6, 7) Pero cierto testigo ha dado prueba en

algún lugar, diciendo: “¿Qué es el hombre para que lo

tengas presente, o [el] hijo del hombre para que cuides

de él? 7 Lo hiciste un poco inferior a los ángeles; con

gloria y honra lo coronaste, y lo nombraste sobre las

obras de tus manos.

Párrafo 8

(2 Timoteo 3:16) Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia,

(Eclesiastés 12:10, 11) El congregador procuró hallar las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad.

11 Las palabras de los sabios son

como aguijones, y justamente como clavos hincados son los que se entregan a las colecciones [de sentencias]; han sido dadas por parte de un solo pastor.

(2 Pedro 1:21) Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.

(1 Tesalonicenses 2:13) Realmente, por eso nosotros también incesantemente damos gracias a Dios, porque cuando ustedes recibieron la palabra de Dios, que oyeron de parte de nosotros, la aceptaron, no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios, la cual también está obrando en ustedes los creyentes.

Textos Atalaya

Párrafo 1

(Hechos 4:5-10) 5 Al día siguiente se efectuó en

Jerusalén la reunión de sus gobernantes y de los

ancianos y de los escribas 6 (también de Anás el

sacerdote principal, y de Caifás, y de Juan, y de

Alejandro, y de cuantos eran de la parentela del

sacerdote principal), 7 y los pusieron de pie en medio

de ellos y empezaron a inquirir: “¿Con qué poder o en

nombre de quién hicieron esto?”. 8 Entonces Pedro,

lleno de espíritu santo, les dijo: “Gobernantes del

pueblo y ancianos, 9 si a nosotros se nos examina este

día, sobre la base de una acción buena hecha a un

hombre enfermizo, en cuanto a por quién ha recibido la

salud este, 10 séales conocido a todos ustedes y a todo

el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el

Nazareno, a quien ustedes fijaron en un madero, pero a

quien Dios levantó de entre los muertos, por este se

halla este hombre de pie aquí sano delante de ustedes.

Párrafo 2

(Marcos 14:66-72) 66 Ahora bien, mientras Pedro

estaba abajo en el patio, vino una de las sirvientas del

sumo sacerdote, 67 y, viendo a Pedro que se calentaba,

lo miró directamente y dijo: “Tú, también, estabas con

el Nazareno, este Jesús”. 68 Pero él lo negó, diciendo:

“Ni lo conozco, ni entiendo lo que dices”, y salió fuera al

vestíbulo. 69 Allí la sirvienta, al verlo, comenzó de

nuevo a decir a los que estaban de pie por allí: “Este es

uno de ellos”. 70 De nuevo lo negaba. Y otra vez,

después de poco, los que estaban de pie por allí se

pusieron a decir a Pedro: “Ciertamente eres uno de

ellos, porque, de hecho, eres galileo”. 71 Pero él

comenzó a maldecir y a jurar: “No conozco a este

hombre de quien hablan”. 72 E inmediatamente cantó

un gallo por segunda vez; y Pedro recordó el dicho que

Jesús le había hablado: “Antes que un gallo cante dos

veces, me repudiarás tres veces”. Y, abatido, rompió a

llorar.

Párrafo 3

(1 Reyes 17:17-24) 17 Y después de estas cosas

aconteció que el hijo de la mujer, el ama de la casa,

enfermó, y su enfermedad llegó a ser tan grave que no

quedó aliento en él. 18 Ante esto, ella dijo a Elías:

“¿Qué tengo yo que ver contigo, oh hombre del Dios

[verdadero]? Has venido a mí para que se recuerde mi

error y para dar muerte a mi hijo”. 19 Pero él le dijo:

“Dame tu hijo”. Entonces lo tomó del seno de ella y lo

llevó arriba a la cámara en el techo, donde él moraba, y

lo acostó sobre su propio lecho. 20 Y empezó a clamar

a Jehová y a decir: “Oh Jehová mi Dios, ¿también sobre

la viuda con quien estoy residiendo como forastero

tienes que traer perjuicio, dando muerte a su hijo?”. 21

Y procedió a estirarse sobre el niño tres veces y a clamar

a Jehová y a decir: “Oh Jehová mi Dios, por favor, haz

que el alma de este niño vuelva dentro de él”. 22

Finalmente Jehová escuchó la voz de Elías, de modo que

el alma del niño volvió dentro de él, y llegó a vivir. 23

Elías ahora tomó al niño y lo bajó desde la cámara en el

techo hasta dentro de la casa, y se lo dio a su madre; y

entonces dijo Elías: “Mira, tu hijo está vivo”. 24 Ante

esto, la mujer dijo a Elías: “Ahora, de veras, sí sé que

eres un hombre de Dios, y que la palabra de Jehová en

tu boca es verdadera”.

(2 Reyes 4:32-37) 32 Por fin Eliseo entró en la casa, y el

muchacho estaba allí muerto, tendido sobre su lecho.

33 Entonces él entró y cerró la puerta tras ellos dos y

empezó a orar a Jehová. 34 Por fin subió y se acostó

sobre el niño, y puso su propia boca sobre la boca de él,

y sus propios ojos sobre los ojos de él, y las palmas de

sus propias manos sobre las palmas de las manos de él,

y se quedó doblado sobre él, y la carne del niño se

calentó gradualmente. 35 Entonces [Eliseo] se puso a

andar de nuevo en la casa, una vez hacia acá y una vez

hacia allá, después de lo cual subió y se dobló sobre él.

Y el muchacho se puso a estornudar hasta siete veces,

después de lo cual el muchacho abrió los ojos. 36 Ahora

él llamó a Guehazí y dijo: “Llama a esta sunamita”. De

modo que él la llamó, y ella entró a donde él. Entonces

él dijo: “Alza a tu hijo”. 37 Y ella procedió a entrar y

caer a sus pies e inclinarse a tierra ante él, después de lo

cual alzó a su hijo y salió.

(2 Reyes 13:20-21) 20 Después de aquello Eliseo murió,

y lo enterraron. Y había partidas merodeadoras de los

moabitas que penetraban en el país con regularidad a la

entrada del año. 21 Y aconteció que, mientras estaban

enterrando a un hombre, pues, aquí vieron la partida

merodeadora. Al punto arrojaron al hombre en la

sepultura de Eliseo, y se fueron. Cuando el hombre tocó

los huesos de Eliseo, inmediatamente llegó a vivir, y se

levantó sobre sus pies.

Párrafo 4

(Lucas 7:11-15) 11 Poco después de esto viajó a una

ciudad llamada Naín, y sus discípulos y una gran

muchedumbre viajaban con él. 12 Al acercarse él a la

puerta de la ciudad, pues ¡mira!, sacaban a un muerto,

el hijo unigénito de su madre. Además, ella era viuda.

También estaba con ella una muchedumbre bastante

numerosa de la ciudad. 13 Y cuando el Señor alcanzó a

verla, se enterneció por ella, y le dijo: “Deja de llorar”.

14 En seguida se acercó y tocó el féretro, y los que lo

llevaban se detuvieron, y él dijo: “Joven, yo te digo:

¡Levántate!”. 15 Y el muerto se incorporó y comenzó a

hablar, y él lo dio a su madre.

(Lucas 8:49-56) 49 Mientras él todavía estaba

hablando, vino cierto representante del presidente de la

sinagoga, y dijo: “Ha muerto tu hija; no molestes ya al

maestro”. 50 Al oír esto, Jesús le contestó: “No temas,

solo muestra fe, y ella será salva”. 51 Cuando llegó a la

casa, no dejó que nadie entrara con él sino Pedro y Juan

y Santiago y el padre y la madre de la muchacha. 52

Pero toda la gente estaba llorando y golpeándose en

desconsuelo por ella. De modo que él dijo: “Dejen de

llorar, porque no murió, sino que duerme”. 53 Ante

esto, empezaron a reírse de él desdeñosamente, porque

sabían que ella había muerto. 54 Mas él la tomó de la

mano y llamó, diciendo: “Muchacha, ¡levántate!”. 55 Y

el espíritu de ella volvió, y ella se levantó al instante, y él

ordenó que se le diera algo de comer. 56 Pues bien, sus

padres quedaron fuera de sí; pero él les dio

instrucciones de que no dijeran a nadie lo que había

acontecido.

(Juan 11:38-44) 38 Así que Jesús, después de gemir otra

vez en sí mismo, vino a la tumba conmemorativa. Era,

de hecho, una cueva, y había una piedra recostada

contra ella. 39 Jesús dijo: “Quiten la piedra”. Marta, la

hermana del fallecido, le dijo: “Señor, ya debe oler mal,

porque hace cuatro días”. 40 Jesús le dijo: “¿No te dije

que si creías habrías de ver la gloria de Dios?”. 41 Por lo

tanto, quitaron la piedra. Entonces Jesús alzó los ojos

hacia el cielo y dijo: “Padre, te doy gracias porque me

has oído. 42 Cierto, yo sabía que siempre me oyes; pero

a causa de la muchedumbre que está de pie en derredor

hablé, a fin de que crean que tú me has enviado”. 43 Y

cuando hubo dicho estas cosas, clamó con fuerte voz:

“¡Lázaro, sal!”. 44 El *hombre+ que había estado muerto

salió con los pies y las manos atados con envolturas, y

su semblante estaba envuelto en un paño. Jesús les

dijo: “Desátenlo y déjenlo ir”.

Párrafo 5

(Hechos 13:34) 34 Y ese hecho de que lo resucitó de

entre los muertos destinado a nunca más volver a la

corrupción, lo ha declarado de esta manera: ‘Les daré

las bondades amorosas para con David, que son fieles’.

(1 Pedro 3:18-22) 18 Pues, hasta Cristo murió una vez

para siempre respecto a pecados, un justo por injustos,

para conducirlos a ustedes a Dios, habiendo sido

muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu. 19

En esta [condición] también siguió su camino y predicó

a los espíritus en prisión, 20 que en un tiempo habían

sido desobedientes cuando la paciencia de Dios estaba

esperando en los días de Noé, mientras se construía el

arca, en la cual unas pocas personas, es decir, ocho

almas, fueron llevadas a salvo a través del agua. 21 Lo

que corresponde a esto ahora también los está salvando

a ustedes, a saber, el bautismo (no el desechar la

suciedad de la carne, sino la solicitud hecha a Dios para

una buena conciencia), mediante la resurrección de

Jesucristo. 22 Él está a la diestra de Dios, porque siguió

su camino al cielo; y ángeles y autoridades y poderes

fueron sujetados a él.

Párrafo 6

Párrafo 7

(Lucas 23:43) 43 Y él le dijo: “Verdaderamente te digo

hoy: Estarás conmigo en el Paraíso”.

Párrafo 8

(Mateo 27:62-66) 62 Al día siguiente, que fue después

de la Preparación, los sacerdotes principales y los

fariseos se reunieron ante Pilato, 63 y dijeron: “Señor,

hemos recordado que ese impostor dijo mientras

todavía estaba vivo: ‘Después de tres días he de ser

levantado’. 64 Por lo tanto, manda que se asegure el

sepulcro hasta el día tercero, para que nunca vengan

sus discípulos, y lo hurten, y digan al pueblo: ‘¡Fue

levantado de entre los muertos!’, y esta última

impostura será peor que la primera”. 65 Pilato les dijo:

“Tienen guardia. Vayan y asegúrenlo lo mejor que

sepan”. 66 De modo que ellos fueron y aseguraron el

sepulcro, sellando la piedra y teniendo la guardia.

Párrafo 9

(Mateo 28:1-6) 28 Después del sábado, cuando

esclarecía el primer día de la semana, María Magdalena

y la otra María vinieron a ver el sepulcro. 2 Y,

¡atención!, había ocurrido un gran terremoto; porque el

ángel de Jehová había descendido del cielo, y se había

acercado, y había hecho rodar la piedra, y estaba

sentado sobre ella. 3 Su apariencia exterior era como el

relámpago; y su ropa, blanca como la nieve. 4 Sí, por

temor a él los guardias temblaron y quedaron como

muertos. 5 Pero el ángel, tomando la palabra, dijo a las

mujeres: “No teman, porque sé que buscan a Jesús, que

fue fijado en un madero. 6 No está aquí, porque ha sido

levantado, como dijo. Vengan, vean el lugar donde

yacía.

Párrafo 10

(1 Corintios 15:3-8) 3 Porque les transmití, entre las

primeras cosas, lo que yo también recibí: que Cristo

murió por nuestros pecados según las Escrituras; 4 y

que fue enterrado, sí, que ha sido levantado al tercer

día según las Escrituras; 5 y que se apareció a Cefas,

entonces a los doce. 6 Después de eso se apareció a

más de quinientos hermanos de una vez, de los cuales la

mayoría permanece hasta ahora, pero algunos se han

dormido [en la muerte]. 7 Después de eso se apareció a

Santiago, luego a todos los apóstoles; 8 pero último de

todos también se me apareció a mí como si fuera a uno

nacido prematuramente.

Párrafo 11

(Salmos 16:10) 10 Porque no dejarás mi alma en el

Seol. No permitirás que el que te es leal vea el hoyo.

(Hechos 2:23-27) 23 a este [hombre], como uno

entregado por el consejo determinado y presciencia de

Dios, ustedes lo fijaron en un madero por mano de

desaforados, y lo eliminaron. 24 Pero Dios lo resucitó

desatando los dolores de la muerte, porque no era

posible que él continuara retenido por ella. 25 Porque

David dice tocante a él: ‘Tenía a Jehová constantemente

ante mis ojos; porque está a mi diestra para que yo

nunca sea sacudido. 26 A causa de esto se alegró mi

corazón y se regocijó mucho mi lengua. Además, hasta

mi carne residirá en esperanza; 27 porque no dejarás

mi alma en el Hades, ni permitirás que el que te es leal

vea corrupción.

(Hechos 2:31) 31 vio de antemano y habló respecto a la

resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el

Hades ni su carne vio corrupción.

Párrafo 12

(Lucas 24:13-15) 13 Pero, ¡mira!, aquel mismo día dos

de ellos iban caminando a una aldea que dista unos

once kilómetros de Jerusalén, Emaús por nombre, 14 y

estaban conversando el uno con el otro de todas estas

cosas que habían sucedido. 15 Ahora bien, mientras

iban conversando y hablando, Jesús mismo se acercó y

se puso a andar con ellos;

Párrafo 13

(Hechos 7:55-60) 55 Mas él, estando lleno de espíritu

santo, miró con fijeza al cielo y alcanzó a ver la gloria de

Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios, 56 y dijo:

“¡Miren! Contemplo los cielos abiertos, y al Hijo del

hombre de pie a la diestra de Dios”. 57 Ante esto, ellos

clamaron a voz en cuello y se pusieron las manos sobre

los oídos y se precipitaron de común acuerdo sobre él.

58 Y después de echarlo fuera de la ciudad, se pusieron

a arrojarle piedras. Y los testigos pusieron sus prendas

de vestir exteriores a los pies de un joven llamado

Saulo. 59 Y siguieron arrojándole piedras a Esteban

mientras él hacía petición y decía: “Señor Jesús, recibe

mi espíritu”. 60 Entonces, doblando las rodillas, clamó

con fuerte voz: “Jehová, no les imputes este pecado”. Y

después de decir esto, se durmió [en la muerte].

Párrafo 14

Párrafo 15

(Isaías 54:17) 17 Sea cual sea el arma que se forme

contra ti, no tendrá éxito, y sea cual sea la lengua que se

levante contra ti en el juicio, la condenarás. Esta es la

posesión hereditaria de los siervos de Jehová, y su

justicia proviene de mí”, es la expresión de Jehová.

(Mateo 28:20) 20 enseñándoles a observar todas las

cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con

ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de

cosas”.

Párrafo 16

(1 Corintios 15:14-15) 14 Pero si Cristo no ha sido

levantado, nuestra predicación ciertamente es en vano,

y nuestra fe es en vano. 15 Además, también se nos

halla falsos testigos de Dios, porque hemos dado

testimonio contra Dios de que él levantó al Cristo, pero

a quien no levantó si los muertos verdaderamente no

han de ser levantados.

(1 Corintios 15:20) 20 Sin embargo, ahora Cristo ha sido

levantado de entre los muertos, las primicias de los que

se han dormido [en la muerte].

Párrafo 17

(Juan 11:25) 25 Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la

vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a

vivir;

Párrafo 18

(Hechos 17:31) 31 Porque ha fijado un día en que se

propone juzgar la tierra habitada con justicia por un

varón a quien ha nombrado, y ha proporcionado a

todos los hombres una garantía con haberlo resucitado

de entre los muertos”.

(Isaías 11:2-4) 2 Y sobre él tiene que asentarse el

espíritu de Jehová, el espíritu de sabiduría y de

entendimiento, el espíritu de consejo y de poderío, el

espíritu de conocimiento y del temor de Jehová; 3 y

habrá disfrute por él en el temor de Jehová. Y él no

juzgará por la mera apariencia de las cosas a sus ojos, ni

censurará simplemente según lo que oigan sus oídos. 4

Y con justicia tiene que juzgar a los de condición

humilde, y con rectitud tiene que administrar censura a

favor de los mansos de la tierra. Y tiene que golpear la

tierra con la vara de su boca; y con el espíritu de sus

labios dará muerte al inicuo.

Párrafo 19

(Romanos 5:12) 12 Por eso, así como por medio de un

solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte

mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos

los hombres porque todos habían pecado...

(Romanos 6:23) 23 Porque el salario que el pecado

paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna

por Cristo Jesús nuestro Señor.

(1 Corintios 15:32) 32 Si yo, lo mismo que los hombres,

he peleado con bestias salvajes en Éfeso, ¿de qué me

sirve? Si los muertos no han de ser levantados,

“comamos y bebamos, porque mañana hemos de

morir”.

Párrafo 20

(Hebreos 11:6) 6 Además, sin fe es imposible ser[le] de

buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que

creer que él existe y que llega a ser remunerador de los

que le buscan solícitamente.

(Génesis 3:15) 15 Y pondré enemistad entre ti y la

mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de

ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el

talón”.

Párrafo 21

(Revelación 1:1) 1 Una revelación por Jesucristo, que

Dios le dio, para mostrar a sus esclavos las cosas que

tienen que suceder dentro de poco. Y él envió a su ángel

y mediante este [la] presentó en señales a su esclavo

Juan,

(Revelación 21:3-5) 3 Con eso, oí una voz fuerte desde

el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la

humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus

pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará

toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni

existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas

anteriores han pasado”. 5 Y Aquel que estaba sentado

en el trono dijo: “¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las

cosas”. También, dice: “Escribe, porque estas palabras

son fieles y verdaderas”.

Cántico 37

La Palabra inspirada de Dios

(2 Timoteo 3:16, 17)

1. Tu Palabra Santa es

luz que alumbra nuestros pies;

quien tu ley ame de verdad

la libertad encontrará.

2. Inspirada por ti fue

para guiarnos en el bien;

útil es para corregir,

para enseñarnos a vivir.

3. Descubrimos tu amor

en sus páginas, Señor;

diariamente la aplicaré

y así la vida alcanzaré.

(Véanse también Sal. 119:105; Pro. 4:13.) volver

Cántico 89

Jehová te exhorta: “Sé sabio, hijo mío”

(Proverbios 27:11)

1. Oh, ven, hijo amado, y dame el corazón;

ven, hija querida, entrégame tu amor.

La flor de tu vida regálame feliz,

al mundo demuestra que vives para mí.

(ESTRIBILLO)

Me alegrarás, querido hijo,

si lo mejor de ti me das.

Si me sirves con toda el alma,

prometo amarte sin final.

2. Sé sabio, hijo mío, aférrate a mi ley,

así al que me insulta, la boca taparé.

Si un día tú caes, yo te levantaré,

y si te abandonan, a tu lado estaré.

(ESTRIBILLO)

Me alegrarás, querido hijo,

si lo mejor de ti me das.

Si me sirves con toda el alma,

prometo amarte sin final.

(Véanse también Deu. 6:5; Ecl. 11:9; Isa. 41:13.) volver

Cántico 124

Sigue la senda de la hospitalidad

(Hechos 17:7)

1. Hospitalario es nuestro Dios, Jehová,

a todos muestra amor sin parcialidad.

Él brinda lluvia y sol a justo y pecador,

de gozo llena su corazón.

Servir al débil en su necesidad

es imitar a Dios en su gran bondad.

Tu Padre celestial, que en lo secreto está,

te premiará con su bendición.

2. Jamás podrás saber cuánto logrará

un simple acto de generosidad.

Procura hacer el bien sin importar a quién,

sin esperar a cambio un favor.

Tal como Lidia, di: “A mi casa ven;

albergue te daré y te atenderé”.

Tu Padre celestial tus obras mirará

y no se olvidará de tu amor.

(Véanse también Hech. 16:14, 15; Rom. 12:13; 1 Tim.

3:2; Heb. 13:2; 1 Ped. 4:9.) Volver

Cántico 5

Cristo, nuestro modelo

(Romanos 5:8)

1. Al hombre pecador,

Jehová mostró su amor:

envió a su Hijo, quien nos redimió.

Él es pan celestial

que vida al mundo da;

por él tenemos paz y salvación.

2. Jesús nos enseñó

a orar así a Dios:

“Oh, santifica tu nombre, Jehová.

Tu Reino venga ya,

sí, haz tu voluntad

y, por favor, danos hoy nuestro pan”.

3. Jesús fortaleció

a todo el que le oyó,

le dio consuelo, su fe renovó.

Sembremos, como él,

semillas por doquier;

cosecharemos gran satisfacción.

(Véanse también Mat. 6:9-11; Juan 3:16; 6:31-51; Efe.

5:2.) volver

Cántico 60

Jehová te dará fuerzas

(1 Pedro 5:10)

1. ¡Con cuánto amor Jehová te atrajo a la verdad!

Libró tu mente de la oscuridad.

En tu interior, él vio tu gran sinceridad,

tu anhelo por cumplir su voluntad.

Juraste dedicar tu vida a Dios,

y él siempre te dará su protección.

(ESTRIBILLO)

Por ti pagó un gran precio tu Padre celestial,

él fuerzas te dará; Jehová te cuidará.

Dios nunca te ha dejado: ¡eres su propiedad!

Él fuerzas te dará... Jehová te cuidará.

2. Por ti murió Jesús aunque eras pecador.

¡Qué clara prueba del amor de Dios!

Si tu Creador cedió a su Hijo en tu favor,

¿acaso no te infundirá valor?

Él no es injusto y nunca olvidará

tus años de completa lealtad.

(ESTRIBILLO)

Por ti pagó un gran precio tu Padre celestial,

él fuerzas te dará; Jehová te cuidará.

Dios nunca te ha dejado: ¡eres su propiedad!

Él fuerzas te dará... Jehová te cuidará.

(Véanse también Rom. 8:32; 14:8, 9; Heb. 6:10; 1 Ped.

2:9.) volver

Josué 12 a 15

12 Ahora bien, estos son los reyes de la tierra que

los hijos de Israel derrotaron y de cuya tierra entonces tomaron posesión del lado del Jordán hacia el nacimiento del sol, desde el valle torrencial de Arnón hasta el monte Hermón, y todo el Arabá hacia el naciente:

2 Sehón el rey de los amorreos, que moraba

en Hesbón, gobernando desde Aroer, que estaba en la margen del valle torrencial de Arnón, y el medio del valle torrencial, y la mitad de Galaad hasta Jaboq el valle torrencial, el límite de los hijos de Ammón,

3 y el Arabá

hasta el mar de Kinéret hacia el oriente y hasta el mar del Arabá, el mar Salado, al oriente en dirección a Bet-jesimot, y hacia el sur bajo las laderas de Pisgá.

4 Y el territorio de Og el rey de Basán, de lo que

quedó de los refaím, que moraba en Astarot y Edrei, 5 y

que gobernaba en el monte Hermón y en Salecá y en todo Basán, hasta el límite de los guesuritas y los maacatitas, y la mitad de Galaad, hasta el territorio de Sehón el rey de Hesbón.

6 Fueron Moisés el siervo de Jehová y los hijos de

Israel quienes los derrotaron, después de lo cual Moisés el siervo de Jehová lo dio como tenencia a los rubenitas y a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés.

7 Y estos son los reyes de la tierra a quienes Josué y

los hijos de Israel derrotaron del lado del Jordán hacia el oeste, desde Baal-gad en la llanura-valle del Líbano y hasta el monte Halaq, que sube hasta Seír, después de lo cual Josué la dio a las tribus de Israel como tenencia, según las partes que les correspondían,

8 en la región

montañosa y en la Sefelá y en el Arabá y en las laderas y en el desierto y en el Négueb... los hititas, los

amorreos y los cananeos, los perizitas, los heveos y los jebuseos:

9 El rey de Jericó, uno; el rey de Hai, que estaba al

lado de Betel, uno; 10

el rey de Jerusalén, uno; el rey de Hebrón, uno;

11 el rey de Jarmut, uno; el rey de Lakís, uno;

12 el rey de Eglón, uno; el rey de Guézer,

uno; 13

el rey de Debir, uno; el rey de Guéder, uno;

14 el rey de Hormá, uno; el rey de Arad, uno;

15 el rey de Libná, uno; el rey de Adulam,

uno; 16

el rey de Maquedá, uno; el rey de Betel, uno;

17 el rey de Tapúah, uno; el rey de Héfer,

uno; 18

el rey de Afeq, uno; el rey de Lasarón, uno;

19 el rey de Madón, uno; el rey de Hazor,

uno; 20

el rey de Simrón-merón, uno; el rey de Acsaf, uno;

21 el rey de Taanac, uno; el rey de Meguidó,

uno; 22

el rey de Quedes, uno; el rey de Joqneam en Carmelo, uno;

23 el rey de Dor, en la serranía de Dor, uno;

el rey de Goyim en Guilgal, uno; 24

el rey de Tirzá, uno;

todos los reyes fueron treinta y uno.

13 Ahora bien, Josué era viejo, avanzado en años.

De modo que Jehová le dijo: “Tú te has hecho viejo y has avanzado en años, y todavía queda gran parte de la tierra por ser tomada en posesión.

2 Esta es la tierra que

todavía queda: todas las regiones de los filisteos y [de] todos los guesuritas

3 (desde el afluente del Nilo que

está enfrente de Egipto y hasta el confín de Eqrón al norte, solía considerarse que pertenecía a los cananeos); cinco señores del eje de los filisteos, los gazeos y los asdoditas, los asquelonitas, los guititas y los eqronitas; y los avim.

4 Al sur, toda la tierra de los

cananeos; y Mearah, que pertenece a los sidonios, hasta Afeq, hasta el confín de los amorreos;

5 y la tierra

de los guebalitas y todo el Líbano hacia el nacimiento del sol, desde Baal-gad al pie del monte Hermón hasta llegar al punto de entrada de Hamat;

6 todos los

habitantes de la región montañosa, desde el Líbano hasta Misrefot-maim, todos los sidonios; yo mismo los desposeeré de delante de los hijos de Israel. Solo haz que caiga a Israel como herencia, tal como te he mandado.

7 Y ahora reparte esta tierra

proporcionalmente como herencia a las nueve tribus y a la media tribu de Manasés”.

8 Con la otra media tribu los rubenitas y los gaditas

tomaron su herencia que Moisés les dio del lado del Jordán hacia el oriente, tal como se la había dado Moisés el siervo de Jehová,

9 desde Aroer, que está en

la margen del valle torrencial de Arnón, y la ciudad que

está en medio del valle torrencial, y toda la meseta de Medebá hasta Dibón;

10 y todas las ciudades de Sehón

el rey de los amorreos, que reinó en Hesbón, hasta el confín de los hijos de Ammón;

11 y Galaad y el territorio

de los guesuritas y los maacatitas y todo el monte Hermón y todo Basán hasta Salecá;

12 toda la región

real de Og en Basán, que reinó en Astarot y en Edrei —él era el que quedaba del remanente de los refaím— y Moisés se puso a herirlos y a desposeerlos.

13 Y los

hijos de Israel no desposeyeron a los guesuritas ni a los maacatitas, sino que Guesur y Maacat siguen morando en medio de Israel hasta el día de hoy.

14 Fue solamente a la tribu de Leví a la que no dio

herencia. Las ofrendas hechas por fuego de Jehová el Dios de Israel son su herencia, tal como les ha prometido.

15 Entonces Moisés dio una dádiva a la tribu de los

hijos de Rubén por sus familias, 16

y llegó a ser de ellos el territorio desde Aroer, que está en la margen del valle torrencial de Arnón, y la ciudad que está en medio del valle torrencial, y toda la meseta junto a Medebá; 17

Hesbón y todos sus pueblos que están en la meseta, Dibón y Bamot-baal y Bet-baal-meón,

18 y Jáhaz y

Quedemot y Mefaat, 19

y Quiryataim y Sibmá y Zéret-sáhar en la montaña de la llanura baja,

20 y Bet-peor y

las laderas de Pisgá y Bet-jesimot, 21

y todas las ciudades de la meseta y toda la región real de Sehón el rey de los amorreos, que reinó en Hesbón, y a quien Moisés hirió, junto con los principales de Madián, Eví y Réquem y Zur y Hur y Reba, los adalides de Sehón, que moraban en la tierra.

22 Y Balaam hijo de Beor, el

adivino, fue uno a quien los hijos de Israel mataron a espada junto con los que de ellos fueron muertos.

23 Y el

límite de los hijos de Rubén vino a ser el Jordán; y esto, como territorio, fue la herencia de los hijos de Rubén por sus familias, con las ciudades y sus poblados.

24 Además, Moisés hizo una dádiva a la tribu de Gad,

a los hijos de Gad por sus familias, 25

y el territorio de ellos llegó a ser Jazer y todas las ciudades de Galaad y la mitad de la tierra de los hijos de Ammón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá;

26 y desde Hesbón hasta

Ramat-mizpé y Betonim y desde Mahanaim hasta el confín de Debir;

27 y, en la llanura baja, Bet-haram y Bet-

nimrá y Sucot y Zafón, el resto de la región real de Sehón el rey de Hesbón, con el Jordán como confín hasta la extremidad del mar de Kinéret del lado del Jordán hacia el oriente.

28 Esta fue la herencia de los

hijos de Gad por sus familias, con las ciudades y sus poblados.

29 Además, Moisés hizo una dádiva a la media tribu

de Manasés, y esta vino a ser de la media tribu de los hijos de Manasés por sus familias.

30 Y el territorio de

ellos llegó a ser, desde Mahanaim, todo Basán, toda la región real de Og el rey de Basán, y todas las aldeas de tiendas de Jaír que están en Basán, sesenta pueblos. 31

Y la mitad de Galaad, y Astarot y Edrei, las ciudades de la región real de Og en Basán, fueron a los hijos de Makir hijo de Manasés, a la mitad de los hijos de Makir por sus familias.

32 Estos fueron los [territorios] que Moisés [les] hizo

heredar, en las llanuras desérticas de Moab del lado del Jordán, frente a Jericó, hacia el oriente.

33 Y a la tribu de los levitas Moisés no dio herencia.

Jehová el Dios de Israel es su herencia, tal como les ha prometido.

14 Ahora bien, esto es lo que los hijos de Israel

tomaron como posesión hereditaria en la tierra de Canaán, que Eleazar el sacerdote y Josué hijo de Nun y los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel les hicieron heredar.

2 Su herencia fue por sorteo,

tal como había mandado Jehová por medio de Moisés para las nueve tribus y la media tribu.

3 Porque Moisés

había dado la herencia de las otras dos tribus y de la otra media tribu al otro lado del Jordán; y a los levitas no les dio herencia en medio de ellos.

4 Pues los hijos de

José habían llegado a ser dos tribus, Manasés y Efraín; y a los levitas no se había dado participación en la tierra, salvo ciudades donde morar y sus dehesas para su ganado y su propiedad.

5 Tal como Jehová había

mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel; y procedieron a repartir la tierra proporcionalmente.

6 Entonces los hijos de Judá se acercaron a Josué en

Guilgal, y Caleb hijo de Jefuné el quenizita le dijo: “Tú mismo sabes bien la palabra que Jehová habló a Moisés el hombre del Dios [verdadero] respecto a mí y respecto a ti en Qadés-barnea.

7 Cuarenta años de edad tenía yo

cuando Moisés el siervo de Jehová me envió desde Qadés-barnea para espiar la tierra, y vine trayéndole palabra de vuelta tal como se hallaba en mi corazón.

8 Y

mis hermanos que subieron conmigo hicieron que el corazón del pueblo se derritiera; pero en cuanto a mí, yo seguí plenamente a Jehová mi Dios.

9 En consecuencia,

Moisés juró en aquel día, y dijo: „La tierra en que ha pisado tu pie llegará a ser tuya y de tus hijos como herencia hasta tiempo indefinido, porque has seguido plenamente a Jehová mi Dios‟.

10 Y ahora sucede que

Jehová me ha conservado vivo, tal como prometió, estos cuarenta y cinco años desde que Jehová hizo esta promesa a Moisés cuando Israel andaba en el desierto, y ahora me veo aquí hoy con ochenta y cinco años de edad.

11 Sin embargo, hoy me hallo tan fuerte como el

día en que Moisés me envió. Como era mi poder entonces, así es mi poder ahora para la guerra, tanto para salir como para entrar.

12 Y ahora dame, sí, esta

región montañosa que Jehová prometió en aquel día, porque tú mismo oíste en aquel día que había anaquim allí y grandes ciudades fortificadas. Probablemente Jehová estará conmigo, y ciertamente los desposeeré, tal como Jehová prometió”.

13 Ante eso, Josué lo bendijo y dio Hebrón a Caleb

hijo de Jefuné como herencia. 14

Por eso Hebrón ha llegado a pertenecer a Caleb hijo de Jefuné el quenizita como herencia hasta el día de hoy, por razón de que siguió plenamente a Jehová el Dios de Israel.

15 El

nombre de Hebrón antes de eso era Quiryat-arbá ([dicho Arbá fue] el gran hombre entre los anaquim). Y la tierra no tuvo disturbio de guerra.

15 Y la porción que le tocó en suerte a la tribu de los

hijos de Judá, por sus familias, vino a ser hasta el límite de Edom, el desierto de Zin, hasta el Négueb en su extremo del sur.

2 Y su límite del sur vino a ser desde la

extremidad del mar Salado, desde la bahía que mira hacia el sur.

3 Y salía hacia el sur a la subida de

Aqrabim y pasaba a Zin y subía del sur a Qadés-barnea y pasaba a Hezrón y subía a Addar y daba vuelta a Qarqá.

4 Y pasaba a Azmón y salía al valle torrencial de

Egipto; y resultaba que la terminación del límite daba al mar. Esto vino a ser su límite del sur.

5 Y el límite oriental era el mar Salado hasta el fin del

Jordán, y el límite en el rincón del norte estaba en la bahía del mar, al fin del Jordán.

6 Y el límite subía a Bet-

hoglá y pasaba al norte de Bet-arabá, y el límite subía a la piedra de Bohán hijo de Rubén.

7 Y el límite subía a

Debir desde la llanura baja de Acor y volvía hacia el norte a Guilgal, que está enfrente de la subida de Adumim, que está al sur del valle torrencial; y el límite pasaba a las aguas de En-semes, y su terminación resultaba ser En-roguel.

8 Y el límite subía al valle del

hijo de Hinón a la ladera del jebuseo al sur, es decir, Jerusalén; y el límite subía a la cima de la montaña que mira al valle de Hinón al oeste, que está en la extremidad de la llanura baja de Refaím al norte.

9 Y el

límite estaba trazado desde la cima de la montaña hasta el manantial de las aguas de Neftóah, y salía a las ciudades del monte Efrón; y estaba trazado el límite hasta Baalá, es decir, Quiryat-jearim.

10 Y el límite daba

la vuelta desde Baalá hacia el oeste al monte Seír y pasaba a la ladera del monte Jearim al norte, es decir, Kesalón; y bajaba a Bet-semes y pasaba a Timnah.

11 Y

el límite salía a la ladera de Eqrón al norte, y estaba trazado el límite hasta Sikerón y pasaba al monte Baalá y salía a Jabneel; y resultaba que la terminación del límite daba al mar.

12 Y el límite occidental estaba en el mar Grande y su

sección litoral. Este era el límite todo en derredor, de los hijos de Judá por sus familias.

13 Y a Caleb hijo de Jefuné él dio una parte en medio

de los hijos de Judá por orden de Jehová a Josué, a saber, Quiryat-arbá ([dicho Arbá era] padre de Anaq), es decir, Hebrón.

14 De modo que Caleb expulsó de allí a

los tres hijos de Anaq, a saber, Sesai y Ahimán y Talmai, los nacidos de Anaq.

15 Entonces subió de allí a

donde los habitantes de Debir. (Ahora bien, el nombre de Debir antes de eso era Quiryat-séfer.)

16 Y Caleb

procedió a decir: “Al que hiera a Quiryat-séfer y de veras la tome, ciertamente le daré mi hija Acsá por esposa”. 17

Ante eso, Otniel hijo de Quenaz, hermano de Caleb, la tomó. Por lo tanto él le dio por esposa su hija Acsá. 18

Y aconteció que cuando ella iba a casa, siguió incitando a este a pedir un campo a su padre. Entonces ella palmoteó mientras estaba sobre el asno. Por lo cual le dijo Caleb: “¿Qué quieres?”.

19 De modo que ella dijo:

“Dame una bendición, sí, puesto que es un pedazo de terreno al sur lo que me has dado, y tienes que darme Gulot-maim”. Por consiguiente, le dio Gulot Alto y Gulot Bajo.

20 Esta fue la herencia de la tribu de los hijos de Judá

por sus familias.

21 Y las ciudades al extremo de la tribu de los hijos

de Judá hacia el límite de Edom en el sur llegaron a ser Qabzeel y Éder y Jagur,

22 y Quiná y Dimoná y Adadá,

23 y Quedes y Hazor e Itnán,

24 Zif y Télem y Bealot,

25 y

Hazor-hadatá y Queriyot-hezrón, es decir, Hazor, 26

Amam y Sema y Moladá, 27

y Hazar-gadá y Hesmón y Bet-pélet,

28 y Hazar-sual y Beer-seba y Biziotías,

29 Baalá e Iyim y Ézem,

30 y Eltolad y Kesil y Hormá,

31 y

Ziqlag y Madmaná y Sansaná, 32

y Lebaot y Silhim y Ain y Rimón; todas las ciudades fueron veintinueve, junto con sus poblados.

33 En la Sefelá estaban Estaol y Zorá y Asnah,

34 y

Zanóah y En-ganim, Tapúah y Enam, 35

Jarmut y Adulam, Socoh y Azeqá,

36 y Saaraim y Aditaim y

Guederá y Guederotaim; catorce ciudades y sus poblados.

37 Zenán y Hadasá y Migdal-gad,

38 y Dileán y Mizpé

y Joqteel, 39

Lakís y Bozqat y Eglón, 40

y Cabón y Lahmam y Kitlís,

41 y Guederot, Bet-dagón y Naamá y

Maquedá; dieciséis ciudades y sus poblados.

42 Libná y Éter y Asán,

43 e Iftah y Asnah y Nezib,

44 y

Queilá y Aczib y Maresah; nueve ciudades y sus poblados.

45 Eqrón y sus pueblos dependientes y sus poblados.

46 Desde Eqrón hacia el oeste todo lo que está a lo largo

de Asdod y sus poblados.

47 Asdod, sus pueblos dependientes y sus poblados;

Gaza, sus pueblos dependientes y sus poblados, hasta el valle torrencial de Egipto, y el mar Grande y la región adyacente.

48 Y, en la región montañosa, Samir y Jatir y Socoh,

49 y Daná y Quiryat-saná, es decir, Debir,

50 y Anab y

Estemó y Anim, 51

y Gosén y Holón y Guiló; once ciudades y sus poblados.

52 Arab y Dumá y Esán,

53 y Janim y Bet-tapúah y

Afeqá, 54

y Humtá y Quiryat-arbá, es decir, Hebrón, y Zior; nueve ciudades y sus poblados.

55 Maón, Carmelo y Zif y Jutá;

56 y Jezreel y Joqdeam

y Zanóah, 57

Qayín, Guibeah y Timnah; diez ciudades y sus poblados.

58 Halhul, Bet-zur y Guedor,

59 y Maarat y Bet-anot y

Elteqón; seis ciudades y sus poblados.

60 Quiryat-baal, es decir, Quiryat-jearim, y Rabá; dos

ciudades y sus poblados.

61 En el desierto, Bet-arabá, Midín y Secacá,

62 y

Nibsán y la Ciudad de la Sal y En-guedí; seis ciudades y sus poblados.

63 En cuanto a los jebuseos que estaban morando en

Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron expulsarlos; y los jebuseos continúan morando con los hijos de Judá en Jerusalén hasta el día de hoy.

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