Nueva asociada realiza su compromiso

Primera experiencia: Primer Compromiso como Asociado: Apóstoles del Verbo Encarnado.

Genoveva P. Cabrera

Hoy 27 de Junio del 2015 me he levantado temprano porque tengo que prepararme para asistir a un compromiso sumamente especial, me arreglo y dispongo todo para este gran día, las emociones que tengo se mezclan entre ansiedad, miedo y felicidad, en realidad no sé qué siento.

En Casa San Ángel soy recibida calurosamente por quienes desde ahora será mi comunidad. Entrar a la biblioteca y encontrarme con quienes ya saben de qué se trata, porque llevan tiempo prestando su servicio en diferentes áreas. Es motivante ver el entusiasmo que todas y cada una de ellas tiene, pero sobretodo sentir el abrazo fraterno que me brindan. Inicia una plática que nos da Armida quien viene de Chihuahua sobre el Evangelio, interesante de principio a fin. De esa plática me asombra el significado del emblema, de la Eucaristía; donde se ve un pelicano con un hueco en el pecho, que grande es el amor de esa ave por sus crías al darse ella misma como alimento al no encontrar que darles. Es exactamente lo que Dios hizo por nosotros, cuanto nos AMA que sacrifico a su hijo por nosotros. No es fácil dimensionar esto pero es cierto y no lo sentimos porque no nos damos la oportunidad de conocerlo, abrirnos a eso que derrama por nosotros “Amor” y que así será hasta el último de nuestros días. Al finalizar pidieron contestar unas preguntas, una de ellas era ¿Qué espera Dios de mí? Y pensé lo que quiere de mi es que me dé a quién me necesite, que no solamente es a la familia sino a quienes no lo son. Que espero yo? Tener el valor, la paciencia, el amor, la inteligencia pero sobre todo la humildad para servir. “Servir” una palabra de seis letras que tiene un gran significado.

De ahí pasamos a los regalos recibidos por cada comunidad para darnos la bienvenida que importante me sentí que no me la creía, pero todas y cada una de quienes conformaban las diferentes comunidades tuvieron para mí un abrazo y una sonrisa franca y fraterna.

Al pasar a la capilla para la Eucaristía me sentí tan contenta y expectante ante lo que estaba por suceder, el ver a mis hijos, a mi marido y a mi hermana la dicha fue mayor. Pero al estar frente al altar para decir SÍ, no hubo nadie más conmigo solo cristo esperándome con los brazos abiertos y una gran lagrima de gozo, era algo que no puedo explicar pero que no me permitió emitir ningún sonido, vinieron imágenes a mi mente pero eso que sentí nunca lo había experimentado.

El detalle de la comida, el poder compartir los alimentos con todas las AVE, las Hermanas, es el inicio de algo nuevo para mí Genoveva.

Agradezco infinitamente primero a Dios este llamado, a quienes han estado conmigo, en especial a ti que me has escuchado y tendido la mano y si me preguntarán cómo resumo este día, yo diría que fue algo maravilloso como la vida misma. He de empezar aprendiendo de todas y cada una de ustedes, más y más.