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MAR DEL PLATA DOMINGO 26 DE SETIEMBRE DE 2010 IDA Y VUELTA: [email protected] 1 ¿Qué error le molesta más advertir en un tex- to literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? -No me molestan los errores. Los padezco y los come- to. El inconveniente con los libros consiste en que no se haga imposible la lectura. A veces, no se debe a errores si- no a ciertos escritores que vienen precedidos por una fa- ma que los sobrepasa y me hacen sentir estafado. Otras veces, me pasa con las traducciones. Hace poco encon- tré, en Visor, “Siete poemas para una muerta” de Mar- guerite Yourcenar, en traducción de Silvia Barón de Su- pervielle. Es pésima, aún con las mejores intenciones y la más larga fama. Pero eso me empujó a traducir de nue- vo y resucitar de la triste experiencia de la muerte, la me- moria de quienes siguen vivos en mí. El error nos ali- menta con el deseo de algo mejor y posible... Osvaldo Picardo es poeta, docente de Letras del Colegio Nacional Arturo Illia, dirige Eudem, la editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata y, durante diez años, fue editor de la revista cultural "La Pecera". Como poeta, su último libro es "Pasiones de la línea". Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo (*) JORGE DUBA TTI ANALIZA EL PRESENTE DE LA ESCENA NACIONAL "El teatro argentino encontró una manera de decir y de impactar en los escenarios mundiales" El crítico e investigador asegura que el teatro vive en 2010 una época de oro. Indaga en las causas de este fenómeno y también se refiere a Mar del Plata, ciudad que en verano alberga a cientos de compañías teatrales. "No sólo hay teatro en Buenos Aires, hay teatro en todo el país y de excelente nivel", indica. C omo si fuera un alegre y ne- cesario ritual que pone en marcha cada temporada, deja la tranquilidad de su departa- mento veraniego en Miramar y re- corre ese tramo que tanto le gusta de la Ruta 11 para someterse al en- canto del teatro de Mar del Plata, esa actividad sin la cual no podría vivir. Jorge Dubatti, investigador, docente y crítico teatral, asegura que frente al nubarrón de la reali- dad nacional e internacional, vol- ver al arte no supone un plan me- nor. Sabe, Dubatti, que los especta- dores teatrales viven en 2010 un momento esplendoroso. "Estamos viviendo una época de oro en el teatro argentino", arranca el críti- co, que fue invitado recientemen- te a Mar del Plata para participar del seminario "200 años de teatro argentino: pensarlo para pensar- nos" que organizaron los directo- res Graciela Spinelli y Pablo Mas- careño. En este ciclo, Dubatti ha- bló en el Auditorium sobre "Algu- nas claves para comprender el tea- tro argentino actual". Sin perder jamás la amabilidad, el investigador desafía a los histo- riadores que aseguraron que la época de oro del teatro argentino ocurrió al principio de 1900, cuan- do escribían sus obras autores co- mo Gregorio de Laferrere, Roberto Payró o Florencio Sánchez, entre muchos otros. "Si confrontamos aquella época con ésta -analiza-, hoy se da el verdadero momento de oro". Y enumera las virtudes de este movimiento que, como caso para- digmático explota en Mar del Plata cada diciembre, enero y febrero. "Tenemos un teatro muy rico, de altísima calidad, con una enorme diversidad, es un teatro multicen- tral, porque no sólo hay teatro en Buenos Aires, hay teatro en todo el país y de excelente nivel. Y además esto se nota en el reconocimiento internacional, en la circulación del teatro argentino en el mundo", le dice a LA CAPITAL y recuerda que en el último año se estrenaron en las salas porteñas nada menos que 700 espectáculos teatrales de todas las índoles. -¿A qué atribuye esta época de oro? -Por supuesto que esto es muy difícil de explicar, pero creo que hay tres grandes secretos del teatro argentino actual. Uno es que está todo el tiempo tratando de recom- poner la relación de los argentinos con el país, es lo que llamaríamos el teatro de la post dictadura, que asume que la Argentina es un país que después de la dictadura quedó destruido, un país muy dañado, prácticamente asesinado hasta en la base misma de sus sentimientos. -Como si hubiera habido una guerra... -Totalmente, y que mucha gente no lo reconoce, pero el teatro está todo el tiempo repensando el vín- culo con el país porque cumple con una función de volver a re- constituir un tejido social que des- trozaron los campos de concentra- ción, los 30 mil desaparecidos, ese es un aspecto. -¿En este sentido es un teatro político? -Absolutamente, éste es tal vez el aspecto más político que tiene, es- to de la función de reconstitución de los imaginarios y de los víncu- los dentro del país, cosa que se exa- cerbó ahora con el Bicentenario, porque nos obligó a pensar cómo nace el país, cómo atraviesa una historia y cómo llega a 1976 a esa monstruosidad que está prefigura- da ya en todos los golpes militares a partir de la década del `30. -Usted habló de otros aspectos, también. -Sí, el otro gran aspecto es lo que llamaríamos la diversidad. Tene- mos un teatro atravesado por la necesidad de resistir a los grandes discursos de representación. Fren- te al nuevo régimen internacional, frente a la caída de la izquierda, al auge de la globalización, al capita- lismo salvaje, el teatro argentino busca resistir ese avance constru- yendo espacios de subjetividad al- ternativos. Es un teatro de tipo mi- cropolítico porque ofrece la posi- bilidad al espectador de tomar contacto con territorios de subjeti- vidad alternativos, ya sea al espec- tador o al teatrero, porque el tea- trero se junta, arma grupo y arma afectación. El teatro en este senti- do es una gran herramienta para relacionarse de otra forma con la realidad. Es que para que haya tea- tro lo que tiene que haber es cuer- po presente y grupo, no hace falta mucho dinero, si querés publicar una novela es un lío, necesitás un montón de plata, lo mismo pasa con hacer una película. Pero para hacer teatro lo único que hace falta es tener un lugar que puede ser el garaje de tu casa y juntar a un gru- po de amigos. Si tuviera que sinte- tizar diría que el teatro actual es un teatro de post dictadura, porque revisa todo el tiempo el problema de la dictadura como trauma y co- mo continuidad, es un teatro de la multiplicidad porque frente a la caída de los grandes discursos de representación va a proponer dis- cursos alternativos y es un espacio de construcción de subjetividad, donde uno aprende a vivir de otra manera y se relaciona con el mun- do de otra manera. -Esta construcción de subjeti- vidad ¿se da en el cine también? -Yo creo que la gente tiene una gran pasión por el teatro porque va a compartir subjetividad y porque va a producir subjetividad, algo que no hace una película yanqui en el cine, porque los artistas no vienen a reunirse a compartir. El teatro tiene esto que para mí es tan importante que es la idea del com- pañero, compañero es el que come el pan con el otro y el teatro tiene esa cuestión. (Continúa en página 4) "Tenemos un teatro atravesado por la necesidad de resistir a los grandes discursos de representación". "Compañero es el que come el pan con el otro, y el teatro tiene esta cuestión". "La política le ha quitado al teatro todo un espacio y el teatro ha tenido que reinventarse". Dubatti en Mar del Plata. Fue invitado a dar una charla dentro del seminario "200 años de teatro argentino".

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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 26 DE SETIEMBRE DE 2010 IDA Y VUELTA: [email protected]

1¿Qué error le molesta más advertir en un tex-to literario y cuál es el último que halló en ellibro que está leyendo o que acaba de leer?

-No me molestan los errores. Los padezco y los come-to. El inconveniente con los libros consiste en que no sehaga imposible la lectura. A veces, no se debe a errores si-no a ciertos escritores que vienen precedidos por una fa-ma que los sobrepasa y me hacen sentir estafado. Otras

veces, me pasa con las traducciones. Hace poco encon-tré, en Visor, “Siete poemas para una muerta” de Mar-guerite Yourcenar, en traducción de Silvia Barón de Su-pervielle. Es pésima, aún con las mejores intenciones yla más larga fama. Pero eso me empujó a traducir de nue-vo y resucitar de la triste experiencia de la muerte, la me-moria de quienes siguen vivos en mí. El error nos ali-menta con el deseo de algo mejor y posible...

Osvaldo Picardo es poeta, docente deLetras del Colegio Nacional ArturoIllia, dirige Eudem, la editorial de la

Universidad Nacional de Mar del Platay, durante diez años, fue editor de larevista cultural "La Pecera". Como

poeta, su último libro es"Pasiones de la línea".

Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo (*)

JORGE DUBATTI ANALIZA EL PRESENTE DE LA ESCENA NACIONAL

"El teatro argentino encontró una manera de decir y de impactar en los escenarios mundiales"

El crítico e investigadorasegura que el teatrovive en 2010 unaépoca de oro. Indagaen las causas de estefenómeno y tambiénse refiere a Mar delPlata, ciudad que enverano alberga acientos de compañíasteatrales. "No sólo hayteatro en Buenos Aires,hay teatro en todo elpaís y de excelentenivel", indica.

Como si fuera un alegre y ne-cesario ritual que pone enmarcha cada temporada,

deja la tranquilidad de su departa-mento veraniego en Miramar y re-corre ese tramo que tanto le gustade la Ruta 11 para someterse al en-canto del teatro de Mar del Plata,esa actividad sin la cual no podríavivir. Jorge Dubatti, investigador,docente y crítico teatral, aseguraque frente al nubarrón de la reali-dad nacional e internacional, vol-ver al arte no supone un plan me-nor.

Sabe, Dubatti, que los especta-dores teatrales viven en 2010 unmomento esplendoroso. "Estamosviviendo una época de oro en elteatro argentino", arranca el críti-co, que fue invitado recientemen-te a Mar del Plata para participardel seminario "200 años de teatroargentino: pensarlo para pensar-nos" que organizaron los directo-res Graciela Spinelli y Pablo Mas-careño. En este ciclo, Dubatti ha-

bló en el Auditorium sobre "Algu-nas claves para comprender el tea-tro argentino actual".

Sin perder jamás la amabilidad,el investigador desafía a los histo-riadores que aseguraron que laépoca de oro del teatro argentinoocurrió al principio de 1900, cuan-do escribían sus obras autores co-mo Gregorio de Laferrere, RobertoPayró o Florencio Sánchez, entremuchos otros. "Si confrontamosaquella época con ésta -analiza-,hoy se da el verdadero momentode oro".

Y enumera las virtudes de estemovimiento que, como caso para-digmático explota en Mar del Platacada diciembre, enero y febrero."Tenemos un teatro muy rico, dealtísima calidad, con una enormediversidad, es un teatro multicen-tral, porque no sólo hay teatro enBuenos Aires, hay teatro en todo elpaís y de excelente nivel. Y ademásesto se nota en el reconocimientointernacional, en la circulacióndel teatro argentino en el mundo",le dice a LA CAPITAL y recuerdaque en el último año se estrenaronen las salas porteñas nada menos

que 700 espectáculos teatrales detodas las índoles.

-¿A qué atribuye esta época deoro?

-Por supuesto que esto es muydifícil de explicar, pero creo quehay tres grandes secretos del teatroargentino actual. Uno es que estátodo el tiempo tratando de recom-poner la relación de los argentinoscon el país, es lo que llamaríamosel teatro de la post dictadura, queasume que la Argentina es un paísque después de la dictadura quedódestruido, un país muy dañado,prácticamente asesinado hasta enla base misma de sus sentimientos.

-Como si hubiera habido unaguerra...

-Totalmente, y que mucha genteno lo reconoce, pero el teatro está

todo el tiempo repensando el vín-culo con el país porque cumplecon una función de volver a re-constituir un tejido social que des-trozaron los campos de concentra-ción, los 30 mil desaparecidos, esees un aspecto.

-¿En este sentido es un teatropolítico?

-Absolutamente, éste es tal vez elaspecto más político que tiene, es-to de la función de reconstituciónde los imaginarios y de los víncu-los dentro del país, cosa que se exa-cerbó ahora con el Bicentenario,porque nos obligó a pensar cómonace el país, cómo atraviesa unahistoria y cómo llega a 1976 a esamonstruosidad que está prefigura-da ya en todos los golpes militaresa partir de la década del ̀ 30.

-Usted habló de otros aspectos,también.

-Sí, el otro gran aspecto es lo quellamaríamos la diversidad. Tene-mos un teatro atravesado por lanecesidad de resistir a los grandesdiscursos de representación. Fren-te al nuevo régimen internacional,frente a la caída de la izquierda, alauge de la globalización, al capita-

lismo salvaje, el teatro argentinobusca resistir ese avance constru-yendo espacios de subjetividad al-ternativos. Es un teatro de tipo mi-cropolítico porque ofrece la posi-bilidad al espectador de tomarcontacto con territorios de subjeti-vidad alternativos, ya sea al espec-tador o al teatrero, porque el tea-trero se junta, arma grupo y armaafectación. El teatro en este senti-do es una gran herramienta pararelacionarse de otra forma con larealidad. Es que para que haya tea-tro lo que tiene que haber es cuer-po presente y grupo, no hace faltamucho dinero, si querés publicaruna novela es un lío, necesitás unmontón de plata, lo mismo pasacon hacer una película. Pero parahacer teatro lo único que hace faltaes tener un lugar que puede ser elgaraje de tu casa y juntar a un gru-po de amigos. Si tuviera que sinte-tizar diría que el teatro actual es unteatro de post dictadura, porquerevisa todo el tiempo el problemade la dictadura como trauma y co-mo continuidad, es un teatro de lamultiplicidad porque frente a lacaída de los grandes discursos derepresentación va a proponer dis-cursos alternativos y es un espaciode construcción de subjetividad,donde uno aprende a vivir de otramanera y se relaciona con el mun-do de otra manera.

-Esta construcción de subjeti-vidad ¿se da en el cine también?

-Yo creo que la gente tiene unagran pasión por el teatro porque vaa compartir subjetividad y porqueva a producir subjetividad, algoque no hace una película yanquien el cine, porque los artistas novienen a reunirse a compartir. Elteatro tiene esto que para mí es tanimportante que es la idea del com-pañero, compañero es el que comeel pan con el otro y el teatro tieneesa cuestión.

(Continúa en página 4)

"Tenemos un teatroatravesado por la

necesidad deresistir a los

grandes discursosde representación".

"Compañero es elque come el pan con

el otro, y el teatrotiene estacuestión".

"La política le haquitado al teatro

todo un espacio y elteatro ha tenido

que reinventarse".

Dubatti en Mar del Plata. Fue invitado a dar una charla dentro del seminario "200 años de teatro argentino".

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2 C U L T U R A Domingo 26•09•2010

Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo

2¿Qué situación de su vida cotidiana encontró refle-jada con sorpresiva exactitud en un libro, una pelí-

cula, una canción o cualquier otra obra de arte?-Toda la literatura nos habla de nosotros mismos. En su in-

mensa variedad algo nos dice que antes no sabíamos. Perono lo hace con sorpresiva exactitud sino con una maravillo-

sa ambigüedad. Por ejemplo, en el “Adán Buenosayres” deMarechal hay varios momentos en que me sentí identifica-do y de algún modo, descubierto entre los personajes queaparecen, como el Hombre de los Ojos Intelectuales que seniega a dar su verdadero nombre que está “asociado a lamuerte de una esperanza literaria” y a un crimen pasional y

kafkiano. Ese escritor oscurecido por la vida confiesa quetambién él era “un personaje de comedia en este gran esce-nario del mundo!”...

También hay una canción que siempre sentí reflejada enmí: “A turtle´s dream”, de Abby Lincoln. Pero me sería muydifícil explicar los motivos...

El bloqueo del escritorPor Sebastián Chilano

“No sólo la Iglesia tiene derecho a reaccionar ante laintromisión del Diablo como ministro de economía:toda la comunidad científica se siente conmovida, ul-trajada. La presencia de tal grotesco personaje, su for-ma tangible, su desparpajo hace que la teoría y el em-pirismo práctico pierdan su poder potencial...”.Cuántas p seguidas, pensó Márquez, y terminó el vasode cerveza que tenía frente a la computadora. “Pensartambién va con p”, escribió a continuación.

Márquez no era escritor. Era científico. Pero no eraun tipo querido en la comunidad científica. La verdades que lo odiaban. Su pasado y presencia en el institu-to donde fueron descubiertos los ácidos ribonuclei-cos le deparó una fama duradera. Lo que no le durófue el matrimonio, el respeto de sus colegas, la sobrie-dad y la figura atlética que lo enorgulleció duranteaños. Ahora pesaba 100 kilos, lo que daba un índicede masa corporal poco grato para su metro setenta dealtura. Vivía solo, tocaba el piano poco y bebía dema-siado. Se alimentaba de su propia quinta orgánica ytambién alimentaba a su gato flaco de la misma huer-ta. “Ni el gato ni yo cagamos duro hace más de dosaños” decía a veces, cuando se sentía en confianza.“Los químicos dan la dureza”, insistía si el interlocu-tor no se horrorizaba de su primer comentario. Már-quez no fumaba. “El día que quiera suicidarme no lovoy a hacer en cómodas cuotas”, decía cuando se sen-tía incómodo.

En contra del pensamiento general de sus colegas,la presencia de un Diablo tangible no molestó a Már-quez. Sólo reaccionó cuando lo llamaron del Centrode Investigaciones Médicas Tercermundista y le pi-dieron que escribiera un artículo en contra de la reso-lución presidencial. “No va a faltar algún boludo queescriba una columna en los diarios sobre el Diablo” lescontestó, pero cuando le ofrecieron plata, aceptó ypreguntó cuantas líneas debía llenar.

“No sólo la Iglesia” Márquez dudó si escribir iglesiacon mayúscula o con un minúscula satírica “se sientedefraudada por la resolución presidencial...” No teníanada más para escribir. Había perdido el hábito. Paramantenerlo alejado del laboratorio, le habían dado unpuesto como redactor de la revista del Centro de Inves-tigaciones. La publicación era semestral, pero ahora lepedían una solicitada. No sabía qué escribir. Bebió cer-veza. No sabía qué más beber. Miró a su gato negro. “Nosólo la Iglesia se siente defraudada por la resoluciónpresidencial, sino también toda la Comunidad Cientí-fica. Y, además, la Sociedad Proteccionista de todos losgatos negros del mundo. A partir de ahora no van a fal-tar improvisados inquisidores” cuántas “i” pensó Már-quez “y cazadores de brujas que salgan a perseguir a losgatos negros del país pensando que son hijos del Dia-blo. Hay evidencia científica de que los gatos negrosnacen de otros gatos, que la mezcla de genes determinael color y que no es “la mano del Diablo” quien quierellenar la tierra con una falsa progenie de inofensivosgatos negros. Además, ¿qué mal puede hacer un bichoque lo único que quiere es comer y dormir en un lugarcaliente, sin que el humano lo moleste? Por eso la So-ciedad Científica en su conjunto repudia la designa-ción de Lucifer y, de seguro contando con el apoyo desociedades protectoras de animales, se ordena su reem-plazo por alguien que ilumine nuestro camino”. Már-quez imprimió la hoja y la leyó. “Ilumine nuestro ca-mino”, es horrible, pensó. Igual dejó la hoja impresajunto a la cama y se durmió. La volvió a leer a la mañanasiguiente. Sonrió. Era lo mejor que había escrito enaños. La mandó publicar, feliz aunque temeroso detanto crítico que anda dando vuelta.

Continúa la próxima semana

Por Gabriela Urrutibehety

El lector que escribe un diario no sue-le sucumbir a las modas ni a las reco-mendaciones de las listas de más vendi-dos. Lo que no significa que alguna vezno sucumba. Por eso, vuelve a casa contres terribles volúmenes de lo que algu-nos llaman la trilogía Millenium.

De la literatura sueca, conoce poco.Algunas policiales de Mankell, pero sa-be que en estos tiempos globalizadostodo suena medio parecido: la literatu-ra -la novela- del primer mundo suena anovela del primer mundo frente a lanovela del tercero que tiene dos opcio-nes: herencias del realismo mágico lati-noamericano y todas las variables depintoresquismos varios, o relatos urba-nos de grandes urbes que se pintan pa-recidas en todas partes. Por eso no lecomplica para nada -pero tampoco na-da le dice- la gran cantidad de lugaresllamados con una imposible correla-ción de consonantes más vocales condiéresis que no puede imaginar cómose pronuncian: el lector tiene buen ojopero escasísimo sentido del oído y nulasensibilidad fonética.

En la librería, frente a los tres volúme-nes, el lector que escribe un diario ha-bía pensado que la propuesta de StiegLarsson parecía un verdadero canto a laextensión, un desquite frente a la cons-tricción perpetua del oficio de periodis-ta que el autor ejerció hasta su muerte:más de 700 páginas por tomo y unaburla descarada a la tradicional máxi-ma de 60 caracteres por título. En losanaqueles de las novedades, la libreríaexhibía otros ejemplares de peso simi-lar, incluyendo los best sellers sub 18 devampiros y niños magos. El siglo XIXestá vivo y coleando, había pensado ellector, mientras pagaba -ya no tan segu-ro de lo decimonónico de la cuestión-más de 100 pesos por ejemplar.

La trilogía de Larsson, sintió el lector,tiene un elemento esencial: una histo-ria que atrapa. Una novela policial delas de antes, de las de siempre. Una in-triga bien tejida y una telaraña que sedesenvuelve con toda la claridad quelas reglas del género permiten. Es, en

una palabra, efectiva. El lector que escribe un diario pasa

horas atrapado, pensando por qué estáen esta situación. Vive la paradoja delgénero: sabe por dónde lo van a llevar,descubre cuál es el camino que se estáconstruyendo, reconoce las piedreci-llas en el camino del bosque, tantea elhilo de Ariadna, pero aún así se dejaarrastrar por la corriente narrativa, a laespera de la sorpresa. El lector que escri-be un diario no es de ese tipo de lectorque sólo puede transitar por senderosamplios y bien iluminados. Es de losque aman las callejuelas y los recovecosen las paredes, los campos abiertos -detan abiertos, amenazadores- así comolos túneles sin luz en el fondo. Por esolee desde una doble conciencia: la delque transita y, a la vez, analiza el cami-no transitado. Por eso, no deja de pre-guntarse a cada página por qué lo atra-pa lo que lo está atrapando.

El lector que escribe un diario piensaque el relato en realidad son dos: el pri-mer tomo bien podría funcionar solito,en tanto que los dos últimos se recla-man mutuamente. Claro que, paracompletar el equilibrio de páginas, enla tercera parte se introduce una histo-ria paralela –los problemas de la buenade Erika en su nuevo trabajo- que bienpodría haberse eliminado en aras de launidad de acción. Y, si bien parecen,por la extensión, los tomos de Alejan-dro Dumas o La Guerra y la Paz, son his-torias del siglo XXI: esto queda demos-trado porque hay datos sobre informá-tica como para dar un curso avanzado.

La receta está a la vista, no se oculta:dos historias separadas que en algúnmomento se juntan, bien condimenta-das con las especias por las que el poli-cial descubrirá un nuevo mundo: sexo,dinero, poder.

Añádase a la preparación personajesmalos sin redención y buenos a tiempocompleto, que, por ser suecos, están ob-sesionados por la legalidad y el respetoa la constitución. Lo que lleva a que acada rato se aclare que, cuando la prota-gonista, Lisbeth Salander, viola siste-máticamente la ley lo hace porque tie-ne una rígida moral personal. El cine es-tá lleno de ladrones y estafadores sim-

páticos, adorables o justificados y, co-mo en las películas de Hollywood, Lis-beth podrá robar una fortuna, hackeara dios y maría santísima, pero el autorse cuida muy bien de no dejarla caer enla tentación de matar, aunque lo inten-te.

La moral aparece a cada rato, bajo eltema del maltrato a la mujer. No en va-no la nunca bien ponderada wikipediadefine a Larsson como “autor y perio-dista de conciencia social”. Tambiénpor la wikipedia el lector se ha enteradode que el primer tomo tiene un título almás puro estilo “no positivo”: Los hom-bres que no amaban a las mujeres es unatraducción al español de Män som hatarkvinnor, literalmente Hombres que odianmujeres. Y desde allí se despliegan todaslas buenas intenciones de Larsson: lu-char contra el maltrato de género que, ajuzgar por los datos que aporta, en Sue-cia - ¿y por casa, cómo andamos?- al-canza cifras espeluznantes.

Sin embargo, una novela es una no-vela y lo que queda flotando en el am-biente narrativo del universo Larssones poco más que una variante del dicho“muerto el perro -el abusador- se acabóla rabia”. Harriet Vanger, en el primervolumen, reaparece 40 años después deque se revelen las infamias a las que fuesometida por un padre filonazi y unhermano corregido y aumentado. Y to-dos son felices y comen perdices. Lis-beth sufre algo similar, aunque la cosaes más complicada porque Lisbeth esun personaje muchísimo más jugoso einteresante, lo mejor, sin dudas, de latrilogía. El trasfondo del tráfico de mu-jeres para conformar una red de prosti-tución es algo así como la banda telone-ra de la historia principal, pero sólo escapaz de despertar una exclamación“doñarosística”.

El lector que escribe un diario, des-pués de haber postergado más de unaactividad por llegar al final de la histo-ria, escribe: nadie le pide a una novelauna tesis -más de una vez se agradeceque no la tenga- pero ya que se ha deci-dido a exponerla, es dable exigirle queno se quede sólo en buenas intencio-nes. De ésas que, ya se sabe, está empe-drado el camino del infierno ■

DIARIO DE LECTOR

El encanto de los libros largos

Editado por Aguilar, "No hay silencioque no termine" es la historia del se-cuestro de la candidata presidencial deColombia Ingrid Betancourt, quien en2002 fue secuestrada por la guerrilla delas FARC, cuando se dirigía a San Vicen-te del Caguán, dos días después de queen esta zona se finalizara la concesiónotorgada por el presidente, en lo que seconoció como la “zona de distensión”.

Durante seis años y medio Ingrid Be-tancourt soportó todos los horrores dela selva: el encierro, las eternas mar-chas, la enfermedad, el hambre, la sole-dad, la humillación, los enfrentamien-tos, el dolor, el olvido… todo esto con-

servando siempre una integridad sin lí-mites, con una única obsesión: la liber-tad.

En su libro relata, en detalle, sus díasen la selva: los complejos hilos de las re-laciones personales entre los dis-tintos prisioneros, la lucha porconseguir una ración de comidao la compañía de un diccionario,los tan anhelados minutos de co-municación con su madre y sushijos a través de un programa ra-dial, sus intentos de fuga, lamuerte de su padre.

Asimismo da su visión acercade todo aquello que rodeó su cau-

tiverio: el día de su se-cuestro, las relacionescon los comandantes delas FARC, la posición de

Francia y su lucha porconseguir su libe-ración, las nego-ciaciones y losesfuerzos del go-bierno y las au-toridades co-lombianas ■

"No hay silencio que no termine", la crónica del secuestro de Betancourt

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Domingo 26 •09•2010 C U L T U R A 3

Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo

3¿De qué lugar, personaje común o circunstancia engeneral que ofrece Mar del Plata se apropiaría para

incorporarlo como pasaje central de alguna de susobras?

-Ya lo hice. Lo hice en un libro que lleva el nombre de laciudad y es un poema dividido en 12 partes donde voy re-

corriendo recuerdos y experiencias más o menos persona-les. Allí está mi abuelo, las ciudades pretenciosas del sigloXIX, la rambla, los lobos, los desaparecidos... En realidad,es otra ciudad, no es “la feliz” del turista, sino la que “in-siste en aparecer” a pesar de todo, y que se lleva con unoadonde vayas. Por eso le puse de epígrafe unos versos de

Kavafis que, por supuesto, son lo mejor de todo el libro:“Por más lejos que vayas, lo más lejos que esperes, /denuevo en la misma ciudad te veré./ Ah, si tu vida la des-truiste aquí/ -en este rincón pequeño- en toda la tierra ladestruiste”.

Fernando del Rio, “Que así sea” (Ediciones B - 2010)

Por Gonzalo Viñao (*)

“Que así sea” es una novela so-bre el destino, sobre esa huellaque perseguimos como si se trata-ra de un rastro trascendental, mi-rando hacia atrás y adelante en elintento de rearmar en la imagina-ción el camino, pero sin saber porqué o a dónde nos lleva. Una no-vela sobre la influencia que esahuella, el destino, ejerce en unospersonajes inestables, personajesen estado crítico/crónico. Esospersonajes, frente a las cuestionesdel destino e incapaces de resol-ver sus misterios, se dejan llevar“como quien se relaja haciendola plancha en el mar y termina adoscientos metros de la costa es-cuchando los silbatazos del bañe-ro”; en un contexto de fantasíamacabra, la desorientación gene-ral no es otra que nuestra propiadesorientación en la vida cotidia-na, y en el contraste entre la vidareal y la ficción aparecen con elo-cuencia nuestras propias dudas yambigüedades, nuestras vacila-ciones, reflejadas en un mundocuya ausencia de sentido es idén-tica a la ausencia de sentido ennuestro propio mundo. “Que asísea” es, entre otras cosas, una fan-tasía oscura que se libera de nues-tra realidad concreta (arrinco-nándola) hasta causar el vértigo

de una realidad probable, a la queagradecemos sus giros más esca-tológicos (porque ahí, y sólo ahí,podemos respirar “aliviados” ydecir “no, esto no es posible”…)

FdR se detiene a jugar en lassombras de la experiencia, desdeahí construye un punto de vista

que incorpora lo morboso y lográvido, con una oscuridad quese muestra a plena luz del día, co-mo un hábito, como cualquierotra costumbre atávica, una deesas costumbres que definen a loshombres a través de las épocas.Esto pone al lector en una situa-

ción difícil: los aspectos más os-curos de la novela son el único oa-sis, hay que beberse con los ojoslo más sucio, porque el resto, loque en apariencia es más alegre ytranquilo, nos hace sospechar denosotros mismos y del mundo enque vivimos, un mundo con losbrazos abiertos para recibir en suceno las fantasías más terriblesque habitan este relato.

El más actual y descarnado fol-clore urbano, en su oscuridadanónima, morbosa, se mueveimpunemente en esta historia,una historia que transcurre enuna ciudad impune: Mar del Pla-ta en las calles, en los bares, en laarquitectura de encuentros y de-sencuentros sobre el espacio ur-bano, en plazas y supermercados,pero también en el pulso, en elimaginario cotidiano: en el Dr.Rolita, médico cirujano deveni-do curandero, que a raíz de ciertoasunto legal se alejó de los quiró-fanos para siempre; en los adoles-centes enamorados y en la pro-yección a la locura de los nuevoshábitos y de las nuevas tribus; enla vieja enfermera devota, con susalardes de religiosidad egoísta ytemerosa, abnegada, siemprefuera de época; en el estudianterenegado que atraviesa la vida co-mo si de verdad se tratara de unmisterio. Para todos: la búsquedainfinita de manifestar un dolorconsustancial a la existencia a tra-vés de la corrupción moral, lasamputaciones físicas y las supers-

ticiones religiosas. Una construcción sinfónica

reúne a los personajes, una arqui-tectura en la que cada cual toca suinstrumento como mejor sabehacerlo y en sus propios térmi-nos, y se ponen en órbita unos enrelación con los otros, a veceshasta la colisión perfecta. Sobre lahistoria, envolviéndola en susombra, la figura del padre, las re-laciones y los ecos que surgen deella, su presencia, como la claveinhallable para descifrar un acer-tijo imposible.

Si la novela se hubiera publica-do un siglo atrás, llevaría un pró-logo que dijera más o menos lo si-guiente: para recaudo de los ton-tos, y para que aprendan, sin ne-cesidad de enfrentar a la crudarealidad en sus ámbitos más sór-didos, sobre los males de estemundo. Y muy especialmentepara los padres (esto ya no en elprólogo, esto es asunto mío), loshombres de familia, y las madres,siempre tan temerosas; nunca es-tá de más averiguar cuáles son lasfantasías turbias que andan porahí, mientras dormimos la siestay los chicos juegan en la esquina.

Cuando empecemos a escu-char en las calles desamparadaslos gritos de “¡Garros a la órbita!”,dará sus frutos haberse tomado eltiempo de leer esta novela ■

(*) Escritor, Premio Soriano deCuento (2009)

Por Antonio Albani

Exploraciones literarias, Juana Arancibia, compiladora Bertha Bilbao-Richter, Georges Zanun Editores.

La idea de compilar la obra crítica,conferencias y ensayos de Juana Alci-ra Arancibia, de manera que no que-de dispersa, o recordada por la me-moria recortada, ha sido feliz. Y lo es yserá, si leemos con pausa, deteni-miento, este recorrido de vida y de lu-cidez ensayística de la presidentefundadora del Instituto Literario yCultural Hispánico, con sede centralen California. Tamaña acción cultu-ral, en beneficio del conocimiento yvaloración de escritores, poetas yprofesores de la literatura, no habráde distraernos de la propia labor deJuana Arancibia, a lo largo de todauna vida literaria, escindida entre laentrega denodada y el prisma inte-lectual. Y esta publicación cumpleesa misión, que rompe el silencio o laindiferencia a veces, injusta, deveni-

da de las políticas culturales (o mejor,no-políticas) y de los compartimien-tos estancos, sobre todo en Hispa-noamérica, de nuestros hacedores. ElILCH y Juana Arancibia, es una sim-biosis inseparable, pero debemos ha-cer el deslinde necesario y justo: susensayos sobre Ester de Izaguirre, An-derson Imbert, Rubén Vela, el grupoLa Carpa del Noroeste Argentino,Marcos Aguinis, Luisa Valenzuela,Isabel Allende, Elena Poniatowska yla inolvidable Lisa, Luisa MercedesLevinson, la identifican más allá deesa simbiosis, por su multimirada, ca-paz de englobar y analizar los génerosy estéticas de lo más diversos. Que eslo difícil, el abarcar las variadas for-mas y sustancias de la poesía, de la na-rrativa y de la crítica.

Y re-unir —es deber decirlo— a losescritores latinoamericanos, despa-rramados en estos últimos 40 años, o,escondidos en esos compartimientoscerrados, para ser reconocidos desdeel Norte hasta el Sur del continenteamericano. Para que nos reencontre-mos, año tras año, en esos simposios,

llevados adelante por un grupo lide-rado por Juana Arancibia.

Escribe la compiladora, Bertha Bil-bao-Richter, en el estudio preliminar:"Me permití sugerir la recopilaciónde su reflexión teórica —ensayos, re-señas y conferencias— en un volu-men que diera cuenta de su accióndesplegada en tres décadas y que noeclipsa su condición de investigado-ra. En los trabajos que siguen, hemosde advertir cómo su obra ensayísticamuestra un hilo conductor que liga ala autora al mundo de las ideas”. Na-da más certero: la sobreimpresión crí-tica sobre la reflexión teórica es unaflecha que ha dado en el blanco, en lacrítica sobre crítica, para darnos tra-ducida la obra multiforme, esa varie-dad de temas y autores, ese abarcartotal de Juana Arancibia.

Un álbum de fotos ilustra este librode paqueta edición a cargo de MarioCozzi (Georges Zanun) en los que haposado la Dra. Juana Arancibia, consu esposo y su madre desde la épocade estudiante y ya más adelante, enCalifornia y en las mesas que ha com-

partido en los sucesivos -¡ e ininte-rrumpidos!- simposios con narrado-ras de la talla de Elena Poniatowska yLuisa Mercedes Levinson, con poetasy profesoras como María Rosa Lojo —que ofrece un retrato fiel de la autoraen la contratapa- y con personalida-des como Manuel Alvar López de la

Real Academia Española y SantiagoKovadloff, entre muchas otras.

Exploraciones literarias de la Dra.Juana Arancibia, compiladas porBertha Bilbao-Richter, sumado a suestudio preliminar exhaustivo, esuna publicación que debe celebrarse,con su lectura y su difusión ■

La obra de Juana Arancibia

“¡Garros a la órbita!”

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4 C U L T U R A Domingo 26 •09•2010 C U L T U R A 5

Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo

4¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dospersonajes de ficción?

-Hace poco volví a la novela del chileno José Donoso,“Lugar sin límites”, donde hay una cita inicial del “DoctorFausto” de Marlowe. Fausto pregunta a Mefistófeles dónde

queda el infierno, y el demonio responde: “El infierno notiene límites ni queda circunscripto a ningún lugar, porqueel infierno es aquí donde estamos y aquí donde es el infier-no tenemos que permanecer”... Es un pobre diablo que re-conoce íntimamente su condena y la de los otros, pero en

su confesión misma encuentro a Sartre y a muchos más quenos hablan de cómo hacer de este infierno otro sueño y nouna pesadilla...

5Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar aun personaje, ¿cuál sería y qué haría?

-No voy a negar que esa tentación se da más de una vez y esparte del juego literario, pero lo arruinarías. El espejo nopuede modificarse, podés romperlo, esconderlo, etc. Sólo

cambian las caras que asoman a él y así pueden entender có-mo se da lo irremediable de un destino. Esa es la magia de laque habla Aristóteles. Por eso, si me dan a elegir prefiero noayudar a un personaje, sino acompañarlo. Me viene a la cabe-za ese increíble Augusto Pérez en la novela Niebla de Unamu-

no, cuando va a Salamanca y se enfrenta a su creador y le dice:“No quiere Ud. dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, verme,oírme... serme. ¿Con que no lo quiere? Pues bien, mi Sr. crea-dor don Miguel, también Ud. se morirá y se volverá a la nadade la que salió. ¡Dios dejará de soñarlo!”.

(fotografía de autor)

(Viene de página 1)Por eso lo que durante muchos años se

vivió como una especie de limitación delteatro, que es el fenómeno minoritario, apequeña escala, en realidad es la gran po-tencia del teatro, que es la reunión, el con-vivio, el reunirse todos juntos para produ-cir un acontecimiento de subjetividad.Por eso si no voy al teatro me vuelvo loco,porque la verdad es que la realidad está tanferoz a nivel nacional e internacional, latelevisión está tan desintegrada que si unono va al arte, especialmente al gran artedel cuerpo presente que es el teatro, unono sabe en qué realidad vive. Esa es un po-co la función del teatro argentino actual.

-¿Cuál cree es la diferencia respectode los años dorados de las primeras dé-cadas del siglo XX?

-Son muchas las diferencias, una es lagran diversidad, tenemos en este mo-mento teatros de Estado, teatro de altu-ras, teatro de nuevo circo, teatro del rela-to, en Buenos Aires el año pasado se estre-naron más de 700 espectáculos, hay unariqueza. Tuvimos un espectáculo comer-cial como "La Piaf", con Elena Roger, y he-mos tenido espectáculos independientesy espectáculos oficiales. Pero también laépoca de oro está dada por el impacto ar-gentino en el mundo, Florencio Sánchez,Roberto Payró fueron autores nacionalescon algún impacto en latinoamérica, pe-ro pequeño. Hoy en la Argentina tene-mos un tipo como Bartís o a un Paco Gi-ménez de Córdoba, a un Spregelburd, aun Javier Dolte, a un Kartun, a un TatoPavlovsky que son figuras de reconoci-miento mundial y de gran impacto en elmundo. Y por sobre las figuras, hay unteatro hecho con nada, que está hecho apuro cuerpo, a pura reunión, y a pura in-teligencia creativa.

-Es artesanal.-Sí, es bien artesanal y con una potencia

que supera al teatro entre comillas no arte-sanal. Yo viajo mucho por Europa y Esta-dos Unidos para ver teatro. Y me encontrécon superproducciones que en Argentinano hay. En Avignon estuve en una obraque se desarrollaba adentro de una piletade natación. Los espectadores nos tenía-mos que meter en el agua, con la toalla, pe-ro no pasaba nada, había mucho dinero ypoca inteligencia creativa. En Argentinahay muy poco dinero lamentablementepero esa carencia ha generado una estimu-lación en las capacidades creativas. No te-niendo nada sacamos de esa nada unaenorme capacidad, yo lo llamaría resilien-cia, ese concepto de poder construir entiempos de adversidad. El teatro argenti-no es resiliente pero no solamente en tér-

minos de poder hacerlo igual, sino que lohacemos muy bien. Un ejemplo es Clau-dio Tolcachir con su obra "La omisión dela familia Coleman", es una obra que estáen gira en todo el mundo desde hace cincoaños y que se hace en una casa, son 8 ó 9actores y no hay escenografía, no hay na-da, el acontecimiento está en los cuerpos,con un gran nivel de inteligencia y de im-pacto. A esa obra la he visto en Francia, enBolivia, en lugares donde nos cruzamos ysiempre conmueve. Yo creo que hemos in-ventado un lenguaje, eso es lo grande delteatro argentino actual, ha encontradouna manera de decir y de impactar en losescenarios mundiales.

-¿La política tiene mucho que apren-der del teatro?

-La política le ha quitado al teatro todoun espacio y el teatro ha tenido que rein-ventarse, es decir que los políticos hoy sino actúan no tienen carrera. El político tie-ne que estar componiendo personajes,

persuadiendo, tiene que utilizar las estra-tegias del teatro. Es interesante el conceptoque usa Baudrilliard, cuando habla de latransteatralización. Frente a esta usurpa-ción de la teatralidad por parte de todos losespacios de la vida social, el teatro tuvo queredefinirse y encontrar un nuevo camino.

-¿Qué cree que le falta al teatro ac-tual?

-Al teatro le falta dinero, siempre faltalo mismo, falta plata y protección del Es-tado, subsidios y especialmente protec-ción a la formación. Tendría que pasar co-mo en México, que es un país modelo. EnMéxico lo llama la Red de Creadores Na-cionales: te bancan para que vos puedastrabajar tranquilo. Creadores como Gri-selda Gambaro, Kartun o Antonio Móna-co tendrían que tener un apoyo absolutopara poder vivir tranquilos. Pero Argenti-na nunca se caracterizó por esto y ésta esuna deuda pendiente, una deuda con losartistas ■

Mar del Plata y el teatro en verano, un fenómeno "digno de estudio"

"Es muy importante estudiar el fenómeno de Mar del Plata, porque es un fenó-meno sin igual", declaró Dubatti sobre las más de doscientas piezas de teatro quecada verano se instalan en esta ciudad en salas comerciales y en centros culturalesalternativos. "Vengo todos los años, desde que era jovencito y con un inmenso pla-cer desde hace veinte años", relata el crítico, que dice ver con similar pasión lasobras de Antonio Mónaco, las de Carmen Barbieri o la nutrida programación delColón local, entre otras.

"Cuando voy a Alemania o a Francia y hablo del teatro argentino, hablo tambiénde Mar del Plata, porque para mí es un milagro lo que pasa y lo que hace el público,esas colas impresionantes para conseguir entradas... Estamos ante una ciudad no-table, que tiene un fenómeno increíble. Creo que a Mar del Plata hay que valorarlay protegerla, además es una ciudad de grandes teatros, porque tiene salas muy her-mosas. Es un capital teatral, es costera, marítima, con un estallido increíble en ve-rano. Digno de estudio", agregó ■

Más de veinteNo hace falta mirar a Buenos Aires para com-

probar que el teatro vive un buen momento.Sólo en esta ciudad coexisten más de veinte gru-pos de teatro independientes, que trabajan acti-vamente en salas alternativas, centros culturalesy teatros oficiales. Así lo señalaron los directoresGraciela Spinelli y Pablo Mascareño, organi-zadores del seminario "200 años de teatro ar-gentino" y, claro, involucrados en la movida es-cénica local ■

"El teatro argentino encontró...”

Mascareño, Spinelli y Dubatti.

Un recorrido por latrayectoria artísticade este grupomusical, que colocó ala poesía en un lugardestacado de suobra. Lo escribióAntonia GarcíaCastro.

"Cuarteto Cedrón. Tango y qui-mera", de Antonia García Castro(Corregidor), retrata la trayecto-ria artística de uno de los gruposde músicos argentinos más rele-vantes de las últimas décadas. ElCuarteto Cedrón irrumpe en laescena de Buenos Aires en 1964.Lo hace estrechamente vincula-do a la cultura popular argentina,tocando tangos, milongas, val-ses, candombes, aportando en laconjunción de sus instrumentos(guitarra, viola, bandoneón, con-trabajo), como también en la vozde su cantor, un sonido singular yuna irrevocable opción por lapoesía.

Grupo de creadores, el Cuarte-to Cedrón es también un grupode intérpretes que desde sus ini-cios hasta el día de hoy ha rendi-do homenaje a otros músicos ar-gentinos. Entre ellos, Osvaldo Ta-rantino, Eduardo Rovira, AníbalTroilo, Horacio Salgán, AgustínBardi, Alfredo Gobbi, MarianoMores y otros. Obra abarcadora,entonces. Obra que contiene encada una de sus páginas musica-les la obra de muchos.

A partir de esa obra, indagandoen las condiciones que la hicie-ron posible, remontando el hilodel tiempo, este libro recorre lu-gares, relaciones, quehaceres,formas de pensar y de trabajar enconjunto. Ni biografía, ni ensa-yo. Crónica elaborada a partir dela palabra de los miembros fun-dadores que se nutre también detodas las huellas que el Cuartetoha ido dejando en su camino. No-tas de prensa de 1964 a nuestrosdías, entrevistas, testimonios deterceros, cartas, dedicatorias, fo-tografías, ilustraciones de tapas–y desde luego, discos– son algu-nos de los materiales en torno alos cuales se elabora el relato. Unextenso material que permite nosólo leer o escuchar a los músicos,sino también visualizar una épo-ca de la que el Cuarteto Cedrón esa la vez protagonista y testigo.

(...)

Cuarteto Cedrón: grupo demúsicos que nace en la ciudad de

Buenos Aires en el año 1964. Como su nombre no indi-

ca, primero fue trío. A finesde los años 60, el grupo seconvierte en cuarteto. Esegrupo estuvo compuesto porJuan Cedrón (voz y guita-rra), Miguel Praino (violínen sus inicios, luego viola),César Stroscio (bandoneón),Jorge Sarraute (contrabajo).Hubo a lo largo de la trayec-toria del Cuarteto Cedrónmodificación de sus inte-grantes. Durante largosaños, Carlos Carlsen reem-plazó el contrabajo e intro-dujo el cello y el bajo eléctri-co. Mucho más tarde, a finesde los 90, el Cuarteto fuequinteto, sin cambiar denombre, por incorporaciónde Emilio Cedrón al violín.Paralelamente a las activida-des del Cuarteto, el grupopromovió otras formacio-nes, entre las cuales un no-neto y una orquesta de cator-ce músicos llamada “La Típica”,que animó los bailes del “CabaretSauvage” en París, a fines de losaños 90. En la actualidad el grupoestá compuesto por Juan Cedrón(voz y guitarra), Miguel Praino(viola), Román Cedrón (contra-bajo), Miguel López (bando-neón).

El Cuarteto Cedrón toca tan-gos. Y toca también milongas,candombes, valses, rancheras,huellas, estilos. Por lo que se pue-de decir que su obra reconoce unarraigo en la cultura popular ar-gentina y a partir de ese arraigoha hecho su propuesta, pioneraen muchos aspectos.

El más nombrado: Juan Ce-drón que es cantor, guitarrista ycompositor, musicaliza poemasque no fueron escritos para sercantados. La discografía del gru-po permite identificar por lo me-nos treinta y siete autores: argen-tinos en su gran mayoría (JulioHuasi, Francisco Urondo, JuanGelman, Carlos de la Púa, RaúlGonzález Tuñón, Julio Cortázar,Alberto Szpunberg, Acho y Ho-mero Manzi, Luis Alposta, entreotros); pero no solamente argen-tinos (Bertolt Brecht, Dylan Tho-mas, César Vallejo, anónimosmayas, Pedro Atienza). Tal predi-lección por los poetas no puedeno llamar la atención. Se ha di-cho del Cuarteto Cedrón que es“la voz de los poetas”. La afirma-ción no parece excesiva. En la his-toria de la música existe una tra-dición del cantautor. En general,ellos les ponen música a sus pro-pios versos. También hay músi-cos de prestigiosa trayectoria quehan musicalizado sus versos ycantado poesías ajenas de mane-ra ocasional. Pero músicos quehayan dedicado una vida entera a

la poesía escrita por terceros es al-go más inusual. En el mundo his-panoamericano, junto con elCuarteto Cedrón, se puede nom-brar a Paco Ibáñez. Y no es casualque Paco Ibáñez haya comparti-do con el Cuarteto Cedrón largashoras de música y de amistad.Juan Cedrón musicaliza poetas.Esto quiere decir que hace can-ción. Y ese dato, que pudiera pa-recer irrelevante, no lo es si se ubi-ca al Cuarteto en el contexto his-tórico y cultural en el que surge,es decir en los años 60 tal como sevivieron en Argentina. “Fuiste elúnico de nuestra generación quehizo canción” le comentó unavez un amigo músico al cantordel Cuarteto.

Pionera, la obra del CuartetoCedrón lo es también en otros as-pectos. “La voz de los poetas” nosólo remite a las composiciones yal canto de Juan Cedrón sinotambién al hecho de que las obrasdiscográficas del Cuarteto con-tienen también palabras que nose cantan: poemas recitados porsus autores (Madrugada, 1964,Cuerpo que me querés, 1966, Fá-bulas, 1969, todas con poesías deJuan Gelman y recitadas por él) yun reportaje a Raúl González Tu-ñón, que rescata la manera de ha-blar y de ver el mundo de un poe-ta nacido en Buenos Aires en1905. En 1966, el entonces TríoCedrón graba un disco llamadoLa Crencha Engrasada, en el queHéctor Alterio recita los poemasde Carlos de la Púa, acompañadopor el Trío, y en el que apareceuna de las primeras composicio-nes sobre poesías lunfardas deJuan Cedrón (“El Entrerriano”,compuesto en 1962), anterior alas grabaciones de Edmundo Ri-vero, que introdujeron el lunfar-

do en el ambiente del tangopoco tiempo después dándo-le sus títulos de nobleza. Pio-neros también fueron los re-gistros musicales. Además delos ya nombrados, en el re-pertorio del grupo hay bala-das (“Balada del hombre quese calló la boca”, “Balada delos amantes de mi pueblo”,“Balada del ex traficante dediamantes”, “Balada delahorcado por amor”, sobrepoesías de Juan Gelman, mú-sica de Juan Cedrón, graba-das a principios de los años70 y originalmente concebi-das para una ópera (Las tripasgenerales) que finalmenteno se concretó. Esas baladas,el público del Trío Cedrón lasdescubrió en el año 1965. Yhay cantatas (Del Gallo Can-tor, 1973; Chances, 1977),cuyos textos se vincularoncon el momento político quevivía la Argentina a princi-pios y mediados de los 70.

Algunas cifras:Entre 1964 y el año 2009, el

Cuarteto Cedrón ha producido36 discos. Juan Cedrón es el autorde la música de 197 temas, entrelos cuales prevalecen las cancio-nes (175). El Cuarteto ha grabado73 temas de otra autoría. Ya sea demúsicos contemporáneos (Os-valdo Tarantino, Eduardo Rovi-ra), ya sea del género que dentrodel tango se acostumbra llamar“tradicional”. Al respecto se pue-de señalar que siempre, y desdesus inicios, el Cuarteto ha tocadotemas tradicionales y creacionespropias (también de Carlos Carl-sen, César Stroscio y Miguel Prai-no).

Un ejemplo:El primer disco (acetato) graba-

do por Juan Cedrón en 1963 con-tenía de un lado un instrumentaldel cual era autor, “Madrugada”,del otro “El último organito” deHomero y Acho Manzi (1949).

Tratándose de consignar algu-nos datos claves, esta presenta-ción no podría dejar de lado cier-tos lugares. Los hay que están es-trechamente vinculados a la his-toria del grupo y de su público.“Gotán”, primer café-concert deBuenos Aires, que abrió sus puer-tas en un sótano en la calle Talca-huano 360 en el año 1965. El “Bu-lín Mistongo”, ubicado en Hum-berto Primo y dirigido por JorgeRevsin, Luis Alberto Montalvo yMario Zumbo. Luego, a princi-pios de los 70, el “Taller de Gari-baldi” (Garibaldi y Rocha, La Bo-ca) propiedad de Juan Cedrón yde su hermano Alberto, fue tam-bién un lugar de encuentros mu-sicales y no musicales ■

Adelanto del libro "Cuarteto Cedrón. Tango y quimera"

Por María Luisa Riva

En el 2007 viajécon mi esposo,Lucio Eyras, aCarhué, con la in-quietud de ver unpaisaje único, deso-lador y a su vez, fo-tográficamenteemocionante.

La Villa Epecuén,que en los años 80desplegaba una ac-tividad turística de25.000 personas, que iban a disfrutar de los beneficios de sus aguas termales, altamente cura-tivas por sus sales y minerales, segunda en el mundo después del Mar Muerto (Rusia), ahorahabía desaparecido bajo las aguas, por una terrible inundación (1985) a consecuencia deobras hidráulicas mal realizadas. La laguna Epecuén es la última de las Encadenadas delSudoeste, y no tiene salida al mar.

Después de varios viajes, atrapada por esa bellezafantasmal, realicé una muestra fotográfica en elBalneario La Isla, de Carhué (2007), en la Universidadde Birmingham (Inglaterra, 2008), en la AlianzaFrancesa (2008), en el Centro Cultural Villa VictoriaOcampo, durante el Festival sobre creatividad y de-sarrollo económico, (Inglaterra 2008) y en el Festivalde la Luz en Mar del Plata (Auditorium 2010).

Actualmente las aguas siguen bajando por la faltade lluvias y todo es distinto ■

Epecuén, pueblo abandonado

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6 C U L T U R A Domingo 26•09•2010

Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo

6¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuálo cuáles?

-No. No he robado nunca un libro. Alguna vez no he de-

vuelto algún libro que me prestaron. Fue en la Facultadcuando estudiábamos con algunos compañeros para rendiruna materia. También ellos se quedaron con algunos de mis

libros. De ese modo cuando abro el viejísimo ejemplar deCanciones de Juan del Encina puedo volver a encontrar laletra de mis amigos y, seguramente, ellos la mía.

Leer y mirar el libro álbum: ¿un género en construcción? Hanán Díaz, Fanuel(2007), Bogotá: Grupo Editorial Norma. Colección Catalejo

Por Fernanda C. PérezIntegrante de la ONG Jitanjáfora

Hanán Díazrea l iza unrastreo his-

tórico de los librosilustrados. Anali-za la función queesas imágenes tu-vieron desde loscomienzos y có-m o s e f u e r o nmodificando,tanto los tiposde ilustración y las técnicaspara realizarlas como la finali-dad con la cual se las incluía enlos libros para niños. Esto le per-mite establecer relaciones conlos conceptos de infancia de ca-da época y también inferir lasconstrucciones sociales y cultu-rales en torno a la lectura, los li-bros y la literatura.

De esta manera va reconstru-yendo el camino de gestacióndel libro álbum y observa la inci-dencia de otras manifestacionesestéticas en el libro como objetocultural. Con aportes de disci-plinas vinculadas con la ima-gen, como la pintura, la fotogra-fía y el cine, el autor plantea yanaliza las particularidades de la

modalidad de lectu-ra que el libro álbum requiere.

El desarrollo teórico se com-plementa con numerosos ejem-plos de lectura de imagen a par-tir de libros ilustrados y de librosálbum y con sugerencias e indi-caciones para trabajar estos ma-teriales en talleres con niños. Apartir de su experiencia comocoordinador de talleres con me-diadores de lectura, el autor an-ticipa cuestionamientos quepodría plantearse el lector yofrece respuestas concisas yprácticas para sortear los obstá-culos que frecuentemente sepresentan ■

Grandes libros,

pequeños lectores

Por Alejandro Manrique

En el año 2009, bicentenario delnacimiento de Charles Darwin ysesquicentenario de la apariciónde su obra cumbre “El origen de lasespecies”, se publicaron infinidadde artículos y libros sobre el cientí-fico que revolucionaría nuestraconcepción de la biología. ¿Vale lapena otro libro más sobre Dar-win?, se interroga Héctor A. Palmaen la introducción de “Darwin enla Argentina” (Editorial UNSAM,2009, 80 páginas), trabajo en elque aborda vida y obra del natura-lista inglés desde perspectivas untanto desconocidas.

En su viaje a bordo del Beagle,bajo el mando de Fitz Roy, Darwintranscurrió casi un año en Argenti-na. Con información extraída pre-ponderantemente del “Diario deViaje” –detallado y minucioso re-lato en el que Darwin narró aspec-tos geográficos y geológicos de di-versas zonas, al igual que sobre laflora y fauna típicas-, Palma resca-ta las vivencias de su paso pornuestro territorio, destacando lasconsideraciones antropológicas,políticas y sociales, sumado a lasanécdotas pintorescas que experi-mentó en tierra local.

Entre esas cuestiones, podemosmencionar: su fugaz encuentrocon Juan Manuel de Rosas y suejército de gauchos; observacionesde las costumbres y mentalidad dela población criolla; opiniones yperspectivas sobre el futuro políti-co de la zona; sus dos desembarcosen Malvinas luego de la ocupacióninglesa de 1833; las descripcionesde los indios fueguinos y en parti-cular el emotivo relato de la repa-triación de tres de ellos que habíansido llevados a Inglaterra por FitzRoy en su primer viaje; la relacióncon Francisco Muñiz acerca de lavaca ñata y sus comentarios sobreel mate.

El doctor Palma es profesor de fi-losofía en la Universidad Nacionalde San Martín (UNSAM) y actualVicedecano de la Escuela de Hu-manidades de esa casa de altos es-tudios. Es investigador en el Cen-tro de Estudios de Historia de laCiencia y la Técnica “José Babini”,en temas de filosofía e historia dela biología, orientados especial-

mente a la historia del evolucio-nismo darwiniano. En 2009 coor-dinó las “Jornadas Darwin”, even-to académico que se llevó a cabo enla UNSAM con participación deexpertos del extranjero y que ex-puso como eje central la compren-sión y el debate de la obra de Dar-win en la historia de la humani-dad. Autor de numerosos artículosen publicaciones especializadasnacionales y extranjeras, entre sunutrida producción de libros secuentan: “Filosofía de las ciencias.Temas y problemas” (2008), “Go-bernar es seleccionar. Historia y re-flexiones sobre el mejoramientogenético en seres humanos”(2005), “Metáforas en la evoluciónde la ciencia” (2004) e “Imágenesde la Racionalidad Científica”(con Eduardo Wolovelsky, 2001).

La teoría del origen y evolucióndel hombre de Darwin marcó en

forma definitiva a la biología hastala actualidad, con repercusionesen otras áreas de la ciencia y la cul-tura. Causó una revolución antro-pológica, que debate el problemade la diversidad y origen de la espe-cie humana. Es interesante la refle-xión de Palma en el epílogo de“Darwin en la Argentina”, dondeplantea las convicciones de Dar-win sobre la inferioridad de algu-nos seres humanos. O la posibili-dad que de la teoría darwiniana de-rive la eugenesia o el mal llamado“darwinismo social”, en las mani-festaciones políticas o sociológicastípicas de la Inglaterra Victoriana.Sin buscar una excusa oportunista,Palma nos propone una mirada in-teligente sobre Darwin, con ame-nas disquisiciones sobre su estan-cia en Argentina, comentarios yconclusiones, en un texto por de-más consistente y relevante ■

APARECIÓ "DARWIN EN ARGENTINA"

Otra mirada sobre el autor de "El origen de las especies"

El formato de libro electrónico,también conocido como e-book,continúa abriéndose camino co-mo modelo de negocio de éxito pa-ra el sector editorial con un creci-miento del 211 por ciento de laventas en la primera mitad del añoy un aumento del número de títu-los.

Durante los últimos meses sehan puesto a la venta en la libreríaelectrónica Todoebook.com másde 1.000 títulos nuevos por mes,contribuyendo a que la oferta seamás amplia para la creciente de-manda de libros electrónicos porparte de los usuarios, según EuropaPress.

Muchas editoriales ya han digi-talizado parte de sus catálogos paraposteriormente ponerlos a la ven-ta y que sean accesibles para usua-rios en todo el mundo.

En esa misma dirección las soli-citudes de conversión de títulos aformato e-book y distribuciónelectrónica para ese mismo perío-do ha aumentado un 229 por cien-to en comparación con las solicitu-des recibidas en este mismo perío-do hace un año, según datos apor-tados Publidisa, la principal plata-forma para la distribución de con-tenidos bajo demanda en formatoe-book.

Las cifras de ventas del pasadosemestre, las solicitudes de conver-sión a formato e-book, y el númerode nuevos títulos que cada mes seañaden a la venta en formato digi-tal, en comparación con el mismoperíodo del año pasado, corrobo-ran que el 2010 está siendo el añode la consolidación del libro digi-tal, que logra coexistir con éxitocon el libro tradicional ■

UNA TENDENCIA EN AUMENTO

Crece en Europa el consumo del e-book

El 29 de octubre vence el plazo para participar delPremio Sigmar de Literatura Infantil y Juvenil 2011,que está destinado a los escritores de entre 7 y 13años. Los interesados podrán enviar novelas y anto-logías de cuentos.

Los ganadores se darán a conocer públicamentedurante la 37ª Feria Internacional del Libro de Bue-nos Aires, en abril de 2011. En esta oportunidad, eljurado se encontrará conformado por la profesora yescritora Norma Huidobro, la profesora y especialis-

ta en literatura infantil Alicia Salvi y la escritora Sil-via Schujer. Se otorgará un primer premio de $15.000(pesos quince mil) y un segundo premio de $7.500(pesos siete mil quinientos). El Premio Sigmar consti-tuye el premio de mayor dotación otorgado por unaeditorial argentina independiente a la creación de au-tores de todo el país de Literatura Infantil y Juvenil.

Para mayor información escribir a:[email protected] o comunicarse al

011- 4381-2241 ■

Concurso de literatura infantil y juvenil

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El concepto de gestorcultural circula confluidez en los últimosaños. Un encuentrorealizadorecientemente en Mar del Platareflexionó sobre esterol social y suvinculación con la cultura.

Por Claudia Ruibal (*)

El Encuentro de Gestores Cultura-les 2010, organizado por "Almagesto,mediando cultura" y, de la mano deGabriela Costaguta, Rosario Baigorri,Florencia Scheggia y Florencia Paro-di Cánevas, se desarrolló en el marcode un éxito palpable no solo por la ca-lidad de las ponencias sino por laafluencia de público.

Quienes pertenecen al mundo aca-démico saben que toda disciplina lu-cha por encontrar un marco episté-mico que le permita establecer lími-tes precisos y necesarios. Dicho en-cuentro no prescindió de tal rutina;por el contrario, pudimos observaruna nutrida variedad de enunciadosintentando definir qué se entiendepor gestión cultural. Las definicionesfueron variadas y, las posturas, pormomentos, casi antagónicas. Pero elepicentro del debate latió con una in-tensidad que no había percibidonunca en un evento de tales caracte-rísticas. El repertorio de las ponenciasmarcaron la diferencia. Entre ellas sedestacó la presencia de Isabel Salinas,Licenciada en Gestión y ProducciónTeatral. La misma se explayó sobre elproyecto “Viendo teatro se aprende”.Además contamos con la presencia

de Ana María Monte del Centro Cul-tural Recoleta, quién demostró cómoa través de una gestión inteligente sepuede acercar el arte y la cultura al pú-blico. También nos visitaron MiriamWoites en representación de “Guar-dia Tanguera” de la ciudad de La Pla-ta, quien nos deleitó con su pasiónpor el tango; Claudia Michelena deLuis Beltrán con su experiencia de“Arte a cielo abierto”, Pablo Mascare-ño comentando el trabajo de “Acercadel club de los abuelos narradores deMar del Plata y la multiplicidad inclu-siva”, Patricia Traverso contando suexperiencia por los barrios de nuestraciudad a través de su gestión en “Latelaraña cultural” y, además “Misojos, mi voz, mi barrio” de la mano deCandela Fernández Mignane (po-nencia exclusivamente emotiva) dela ciudad vecina de Balcarce.

Del exterior se destacó la visita deRafael Morales Astola, Presidente de laFederación Estatal de Asociaciones deGestores Culturales de España. Rober-to Guerra Veas, Director de la Escuelade Gestores y Animadores Culturalesde Chile. José Luis Mariscal Investiga-dor de la Universidad de Guadalajara

en México. Guillermo AlejandroD´abbraccio Krentzer, Vice Decano dela Facultad de Administración de laUniversidad Nacional de Colombia. Yentre otros se hicieron presentes Ga-briela Laura Yocco del Instituto de For-mación Docente Luis Beltrán. NéstorGargiulo presentando la “Jornada Ta-ller en la Escuela Agropecuaria Nica-nor Ezeyza”, Laura Patiño Vargas de

Colombia, con “Prácticas Artísticascomo Transformación y DesarrolloSociocultural”, Gabriela Arreta, “ Tu-rismo Cultural y Desarrollo Local”, Fe-lipa María de Abajo con “La GestiónIndependiente como Herramienta deParticipación”, Roxana Doglio con sucompañía de Danza “El Portón” y, ElsaÑanco con el grupo de Ceramistas“Algo Koleken Amankik” de la Pro-

vincia de Río Negro. Y para cerrar adestacar dos conferencias por demásinteresantes; la de Marcelo Díaz “EnIngeniero White hay Cientos de Mu-seos Ferroviarios” y, “Hegemonía yContrahegemonía . La cultura en laconstrucción del cambio social” de Ál-varo Álvarez.

El encuentro dio cuenta de la capa-cidad incomparable del hombrecuando se manifiesta con plenituden su pulsión vital. Se podría decirque el entusiasmo y el amor fueron elmotor de una serie de ponencias y vi-vencias que deslumbraron a los re-ceptores. En reiterados momentos elnumeroso auditórium quedó asom-brado por los relatos de los disertan-tes. Sería imposible recuperar todo lodicho y visto allí, pero sobresalió amodo de síntesis lo siguiente: el obje-tivo del gestor cultural es reivindicary dignificar la vida artística y culturalde los pueblos de la manera que estosactores lo vienen haciendo ■

(*) Docente y presentadora de las ponencias que se desarrollan en el

Encuentro de Gestores Culturales 2010.

Domingo 26•09•2010 C U L T U R A 7

Los libros más vendidos de la semanaFICCION

1 "NO HAY SILENCIO QUE NO TERMINE” Ingrid Betancourt. Aguilar. $91.2 "BLANCO NOCTURNO” Ricardo Piglia. Anagrama. $59.3 "LA VENGANZA DE LOS PATRIOTAS” Miguel Bonasso. Planeta. $69.

NO FICCION

1 "NADIE ACABARÁ CON LOS LIBROS” Umberto Eco y Jean Claude Carrière. Lumen. $59.2 "GEOGRAFÍAS ARGENTINAS” Martín Jáuregui. Planeta. $793 "SIETE FUEGOS. MI COCINA ARGENTINA” Francis Mallmann. Vergara y Riba. $139.

RECOMENDADOS

1 "NUEVAS HISTORIAS NEGRAS DEL FÚTBOL ARGENTINO” Alejandro Fabbri. Capital Intelectual. $48.2 "QUE ASÍ SEA” Fernando Del Río. Ediciones B. $54.3 "UNIVERSO SIN DIOSES” Alberto De la Torre. Eudem. $45.

Había tomado la decisión de es-caparme. Era mi cuarto intento defuga, pero después del último lascondiciones de nuestro cautiveriose habían vuelto aún más terribles.Nos habían metido en una jaulaconstruida con tablas y un techode zinc. Faltaba poco para el vera-no. Llevábamos más de un mes sinaguaceros en la noche. Y un agua-cero nos era absolutamente indis-pensable. Noté que una de las ta-

blas en una esquina de nuestrocuartucho empezaba a podrirse.Empujando la tabla con el pie lo-gré rajarla lo suficiente para crearuna abertura. Así lo hice una tarde,después del almuerzo, mientras elguerrillero de guardia cabeceaba,medio dormido, de pie, apoyadoal fusil. El ruido lo asustó. Se acer-có, nervioso, y le dio la vuelta ente-ra a la jaula, despacio, como unafiera. Yo lo seguía, espiándolo por

entre las rendijas de las tablas, con-teniendo el aliento. Él no podíaverme. Dos veces se detuvo, inclu-so pegó el ojo a un hueco y nues-tras miradas se cruzaron por un se-gundo. El hombre saltó haciaatrás, espantado. Luego, como pa-ra recobrar su compostura, se plan-tó frente a la entrada de la jaula.Esa era su revancha: no quitarmelos ojos más de encima ■

Recomendados:

■ Lecturas Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo

7Un extraño hongo se esparce por su biblioteca yconsume de manera irrefrenable los libros. Solo dis-

pone de unos segundos para actuar y salvar a tres de el-los. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a lavoracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían lossacrificados y cuáles los salvados?

-No sé si es tan extraño. En mi casa han aparecido y mepreocupan. Tal vez sea la hora de la quema de libros del Qui-jote. En fin, empezaría por tirarle los manuales de Lengua yLiteratura que todos los años me dejan las editoriales, segui-ría por abandonar los malos poemas de un tal Picardo y qui-zás también, las novelas preformateadas tipo Claudia Piñei-

ro. Salvaría como Robinson Crusoe la Biblia donde estánreunidas todas las tragedias y comedias de la humanidad; se-guiría, con la edición de Aguilar que reúne a Virgilio y Hora-cio en un tomito y quizás, por cariño y devoción, con lospoemas de Giannuzzi.

Fragmento de “No hay silencio que no termine”, de Ingrid Betancourt (Aguilar)

"Psicoanálisis vincular. Curarsecon otros" es el libro de los especialis-tas Carlos Pachuk y Adriana Zadu-naisky, quienes proponen recorrervías aún inexploradas para aliviar elsufrimiento, a través de la aceptaciónde la importancia de los otros, losvínculos y el contexto. Porque nadiese cura aislado, dicen los autores deesta nueva publicación. Ambos mé-dicos, ponen en escena la otredad ylos vínculos. Mediante esa actividadvincular y social, el sujeto y los otroslogran ser, alternativamente, borde ocentro de ese mismo escenario. Co-mo parte de este universo, "Psicoaná-lisis vincular. Curarse con otros" tam-bién introduce la herramienta de lapsicoterapia on line.

Pachuk es médico y psicoanalista

vincular desde 1976, pionero en Ar-gentina de la innovadora terapia vir-tual, técnica grupal que se desarrollamediante chat y webcam. Es presiden-te de la Federación Argentina de Psi-coanálisis de las Configuraciones Vin-culares (Fapcv). Además, es profesortitular de las materias Teoría y Técnicade Grupos en la Facultad de de Cien-cias Empresariales y Sociales (UCES) yAdopción y Fertilidad Asistida de laMaestría de la Asociación Psicoanalíti-ca de Buenos Aires (APdeBA).

Zadunaisky, por su parte, es psicó-loga egresada de la Universidad deBuenos Aires y de la UCES. Es tam-bién psicóloga social (Primera Escue-la de Psicología Social, 1982) y psi-coanalista, especialista en abordajesvinculares ■

Un libro sobre el psicoanálisis vincular y la nuevas terapias

ENCUENTRO DE GESTORES CULTURALES 2010

Para reivindicar y dignificar la vida artística y cultural de los pueblos

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8 C U L T U R A Domingo 26•09•2010

Las 8 preguntas para Osvaldo Picardo

8Se le concede la extraordinaria excepción de hacer-le una única pregunta a uno de sus tantos escritores

predilectos. ¿Qué le preguntaría?-A Abel Posse, a quien supe admirar como escritor, le pre-

guntaría ¿por qué?

Pedro iba sentado, tenso, en el asientotrasero del auto. Intentó volver su ca-beza para mirar - podría ser la última

vez - su campo, el monte plantado por él, yla casa. Se impuso no hacerlo. Tampoco mi-ró cuando pasó frente a la comisaría, nuncahabía entrado; por la escuela, donde apren-dieron sus muchachos; y por el Almacén deRamos Generales, que juntaba muchas li-bretas siempre pagadas. Sólo vio como esca-pando las pocas casas del poblado. Llevabala vista fija en el vidrio delantero, lejos, tan-to que no veía. El sol era radiante, pero pare-cía todo brumoso, casi un destino ciego.Veía a su hija, sentada junto al conductor,en un perfil muy nítido. Descubrió que laimagen era nueva, aquella muchachita tí-mida, siempre dispuesta a esconderse eraahora era una señora resuelta, firme, quemostraba en su rostro el signo del tiempocorrido. El conductor, esposo de su hija, afe-rrado al volante, sólo le mostraba plena sucabeza, la calvicie llegaba hasta la nuca, uncordón de cabellos blancos se instalabanpara recortar aquellos que bajaban a cada la-do, sobre las orejas.¿ Dónde se perdió su ne-gra cabellera?. A los dos los veía con fre-cuencia, visitas que eran tomadas como es-capadas de la ajetreada ciudad donde vivíanjuntos a sus hijos, los nietos de Pedro, conquienes ahora convivirían a diario.

Muerta su mujer, le costaba llegar hasta el ce-menterio en la cabeza del partido, tenía que pe-dir ayuda a algún voluntario para recorrer enauto los treinta y tantos kilómetros que lo sepa-raban de su casa. Alguna vez pensó animarse amontar un caballo y recorrerlos, pero sus seten-ta y ocho años lo frenaban. De aquel lugar muypoco lo retenía, tan sólo el recuerdo de su casa-miento con la finada, la primera casa, pieza ycocina, y muchas, muchas horas de trabajo du-ro para sostener la familia, con alguna holgura,es verdad. La llegada de los hijos, dos, un varóny la mujer que ahora lo acompañaba. Los dosno renegaron del campo, pero los atrapó el es-tudio (así lo había querido la madre ) y termi-naron alejados. Ahora la conclusión era termi-nante, no podía quedar solo, y lo llevaban paraque viviera en la ciudad, en casa de su hija. Nohabía preguntado cómo se arreglarían para en-contrarle un lugar donde dormir; prefería quefuera un espacio solo para él, no quería moles-tar.

El auto ya entraba por las calles de la orilla dela ciudad, las casas se abigarraban, el tránsito sehacía intenso, endiablado y lo sacudía en cadamomento la posibilidad de un encontronazocatastrófico.

—¿Vos no conocés el departamento nuevo?— preguntó la hija

—No, íbamos a venir, pero pasó lo que pasó,y la visita no se hizo.

“Lo que pasó” era la muerte de su mujer. Co-menzaban las incógnitas, y algo se sumó a supreocupación. La hija le había dicho “vos”, sepreguntó: ¿siempre lo hacía?, creyó recordarque se dirigía a él diciendo, usted papá. Aceptóque así serían las cosas en adelante, pero unapizca de disgusto se sumaba. Luego de vueltas,de cruzar y sobrepasar autos y más autos y pesa-dos colectivos y camiones, llegaron a destino.El yerno apretó el llavero electrónico que teníaen sus manos y el portón de la cochera comen-zó a elevarse.

—¿Todas las puertas se abrirían así? — se pre-guntó Pedro, siempre dentro del auto.

Finalmente descendieron todos dentro delguardacoches. Él bajó lo poco que traía y siguiódetrás de su hija, que se sumergió apresuradaen el ascensor.

— Apurate que las puertas cierran rápidas.El hombre repitió para sí mentalmente, “cie-

rran rápidas”. Tenía que ir aprendiendo comomoverse en aquel mundo nuevo. El brumosofondo del camino no se disipaba, las complica-ciones seguían. Su destino ciego estaba allí.

Llegaron al sexto piso, allí vivía el matrimo-

nio con sus hijos, en el departamento B, y esesería a partir de que cruzara la puerta, su domi-cilio. Confundido, casi deslumbrado, entrócon pasos inseguros, llegó hasta el amplio ven-tanal que daba a la calle. Ya oscurecía, quiso verel cielo y no estaba a su alcance, lo tapabanotros edificios tan altos como donde estaba él.Su hija acomodó paquetes que traía, y lo llamó,camino hasta la cocina, llegó hasta una puerta.Al abrir se encontró parado en un patio de pe-queñas dimensiones, se abrió una puerta, y ex-clamó:

—Este es tu dormitorio, aquí tenés el baño,para bañarte podés hacerlo en el nuestro.¿Estábien?

Pedro calló, qué podía decir, claro que la ha-bitación era pequeña, para una cama y un pe-queño ropero, el baño estaba saliendo al patio,pero él nada podía cambiar, debía aceptar, ca-llado, "para no estar solo", como le decían. Hizoesfuerzo para encontrar el cielo, las estrellas,pero las paredes no le dejaron ver nada.

— Vení, vení — volvieron al comedor, sillo-nes, mesas, sillas un televisor tamaño mayor—quiero mostrarte nuestro dormitorio y los delos chicos.

Camas y muebles raros para él, pero aceptóque no estaban mal, y todo era de calidad, parasu escaso entendimiento sobre ese tema.

Volvieron al comedor, su yerno buscó unabotella de un licor muy rubio, le ofreció

— Es wisky, Don Pedro, algo fuerte, pruebe.— No muchacho, un vino, sin pretensiones,

un vaso solamente.Su hija comenzó haciendo movimientos en

la cocina, advirtió que faltaban “los chicos”,Hacía mucho que no los veía. Cuando el vela-torio de su mujer no fueron porque tenían exá-menes, no recordaba la última vez que los ha-bía visto. El varón, cuando era un chiquilín pa-saba semanas en la chacra, y él estaba seguro de

que la pasaba bien. Ahora sería ya un mozo en-trando en hombre. Y la muchachita quién sa-be cómo estaría.

—¿Tenés hambre? Ya pedimos la comida,unos minutos más y cenamos. Hoy empana-das, de noche cenamos generalmente bien,porque a mediodía casi nunca estamos. Los fi-nes de semana sí.

La información corría a cargo de la dueña decasa, como cumpliendo con la necesidad deimponer al nuevo habitante las costumbres dela familia.

—A propósito — continuó — nosotros nosvamos temprano, cada uno a su trabajo, vospodés dormir tranquilo, nada te apura, te le-vantás cuando tengas ganas. Aquí cerca, a unacuadra tenés un plaza muy linda, es una mane-ra de estar junto a los árboles que te gustan y to-mar sol. Te recomiendo cuidado, hay que cru-zar una calle con mucho tránsito. Convendríaque te corrieras una cuadra más, tiene un semá-foro para cruzar seguro.

Pedro escuchaba impávido tantas recomen-daciones, tan sólo para caminar una cuadra.

Llegó la comida, alguien la había traído yAmalia- su hija- . fue hasta la entrada a recibirla.Él comió. Tres empanadas. No estaban mal, pe-ro nada que ver con las de su mujer - se dijo - yahora sí tomó su vino. Su yerno sentado frenteal televisor, quedó absorbido por las imágenesy la mujer comenzó a revisar una cantidad dehojas sueltas, pruebas de sus alumnos, trabajode profesora. Se fijó en la hora que marcaba unreloj y consideró que no estaba lejos de la quetenía por costumbre acostarse.

Tímido preguntó — ¿Me puedo acostar?— Sí, vos hacé tu voluntad. Te levantás cuan-

do se te antoje y te acostás cuando te venga enganas. Estás en tu casa

Permanecía todavía como aturdido, le de-cían que estaba en su casa, pero no era su casa,

se obligaba a solicitar la autorización para cum-plir cada una de las cosas que pretendía hacer,por educación y porque nada era suyo, “estoyde prestado” pensó. Se acostó, tenía buena luz,el baño era pequeño, pero cómodo. Repasan-do ese día y los últimos días, finalmente se dur-mió.

Por una pequeña ventana entraba la clari-dad exterior, de la primera mañana en la ciu-dad. Se levantó, lavó sus manos, su cara, y ya enla cocina buscó una silla donde sentarse. Esta-ba solo. Buscó el reloj que le diera la hora. Eranlas seis. Ningún movimiento en la casa, nadaque se viera dispuesto para unos mates. A la ho-ra justa aparecieron de a uno, su hija, la prime-ra, después el marido y luego la hermosa seño-rita que era su nieta, que no la habría reconoci-do jamás y más tarde el muchacho. Los dos fue-ron cariñosos. Pocas palabras Apurado cadauno se marchó.

— Ahora viene la muchacha — le decía su hi-ja mientras trataba de cerrar la puerta.

— Tengo que hacerte una llave para vos.Cuando venga, decíle que limpie bien las de-pendencias de servicio, señalando su cuarto.Hasta luego—.

Volvió a estar solo, le habían dicho “no po-dés estar solo”, tenés que venir con nosotros alpueblo, pero parecía que ese era su destino,aquí también, “iba a estar solo”. Le resultó cu-rioso eso de la “dependencia de servicio”.

Cuando llegó la muchacha que atendía losquehaceres de la casa, tímidamente saludó. Elaspecto de la mujer le ofreció confianza. Su ros-tro era el de tantas que había conocido en losaños en el campo, típicamente criolla. Tez os-cura, la vio huesuda, piernas arqueadas, y la ca-ra con toque livianos de pintura. Ella sabia queestaría.

— ¿Aquí no hay mate?— No, aquí no toman. ¿A usted le gusta? A

mí también, yo lo acompaño.— Pero hay que buscar calabaza, yerba, sin

azúcar, amargo nomás.— Y lo buscamos. Bueno… hoy no puede

ser, hay que ir al súper, no está cerca, me llevarátiempo. Mañana se lo traigo del almacén de mibarrio

¿Yerba del súper? Qué complicado y nadamás que para unos mates. Sería el primer día enmucho, pero mucho tiempo, que empezaba eldía sin un mate.

La música estridente de una radio le sacudióla tranquilidad. Aceptó que así sería, porque ladueña de casa se lo permitía. El ruido transitabaorondo por todos los espacios del departamen-to, seguro de que los vecinos también los oían.Y volvió a su resignación: Y será así nomás.Quería ver el sol, el cielo, y sin muchas explica-ciones anunció que salía un momento. Mirócon recelo el ascensor, sabía que se llamabaapretando el botón, pero estar alerta porque"las puertas cierran rápidas" Ya en la vereda, re-cordó las recomendaciones, el tráfico. La ver-dad que en esa cuadra la cosa no era tan terri-ble, pero cuando dobló la esquina, la nueva ca-lle parecía contener todos los autos de la ciu-dad. Se propuso rodear la manzana, por la calleenloquecida llegó a una avenida. Allí el frenesíse multiplicaba por dos, llegó a la otra calle y lalocura seguía, el ruido y la velocidad lo atur-dían, no se atrevió mirar hacia el cielo, y tuvoque asegurarse de que había sol mirando lasombra en el suelo. Nuevamente en la calle desu departamento, pasando la esquina apreta-do entre dos altos edificios, quedaba un viejochalet, muy cuidado, con altas ventanas quepermitían la vista de una sala amplia. Miró a se-ñoras viejitas como su Carmela, sentadas,quietas, calladas como mirando sin ver, quellenaban el espacio. Había algunos hombresancianos como él. Sobre la pared un letreropintado con la cara de una señora alegre decíaLA CASA DE LOS ABUELOS. Y será así, se dijo,una “dependencia de servicio grande”. Entró asu edificio y enfiló para el ascensor, cauteloso,atento a las puertas que “cierran rápidas” ■

Anabel Iannone es la autora de la ilustración. Es alumna de la Escuela de Artes Visuales Martín Malharro de Mar del Plata.

Destino ciegopor Luis N. Fabrizio