no te dejaria escapar - sophie saint rose

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Lori vive en un pueblo muy pequeño y fue inevitable que se enamorara de uno de los hermanos Taylor. Desgraciadamente desde que eran adolescentes habían dicho que se casarían con dos hermanas y Lori era hija única… Pero tenía una prima.

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No te dejaría escaparSophie Saint Rose

Capítulo 1 Lori McKensie se miró al espejo

comprobando que su vestido rosaestuviera impecablemente planchado.Hizo una mueca porque aunque habíahecho los arreglos necesarios paraajustarlo a su cuerpo, no había quedadodel todo perfecto. Se le ajustaba algo enel pecho. Miró hacia abajo y pensó siquitarse el sujetador.

-Lori ¿quieres darte prisa? ¡Vamos a llegar tarde a misa!- gritó impacienteSteven McKensie desde el hall.

-¡Ya voy, papá!- se dio prisa enpintarse los labios de un rosa pálido yse atusó sus rizos rubios, pensando queno tenía su mejor día para que Wade laviera. Aunque nunca la veía. Podíapasar ante sus ojos mil veces, que no lehacía ni caso.

Suspirando fue hacia la salida y alllegar a lo alto de las escaleras su padresonrió- Estás igualita que tu madre.

-Mentiroso- dijo deprimidabajando los escalones.

-¿Sabes que le regalé ese vestidoen nuestro segundo año de casados?-sonrió porque se lo había contado mil

veces.-Estaba tan contenta.- la miró consus mismos ojos azules de arriba abajo yfrunció el ceño al ver que sus sandaliasblancas estaban algo gastadas- Hija,deberías comprarte unos zapatos nuevos.

-Tenemos que ahorrar para pagarlos impuestos.- dijo ella sin darleimportancia. Le dio un beso en sumejilla y lo cogió del brazo- ¿Sabesque estás muy guapo con esta chaquetaazul? La pastelera, la señora Connor,hoy no te va a dejar escapar.

Su padre se echó a reír acarcajadas –Pero si puede ser mi madre.

Ella aparentó sorpresa- ¿De veras?Y yo que pensaba que erais de la mismapromoción.

Su padre gruñó indignado mientras

ella se reía. La verdad es que su padreestaba muy bien para su edad. Eradelgado y el trabajo en la granja hacíaque su cuerpo estuviera en muy buenaforma. Sólo tenía algunas canas en sussienes castañas, que le daban un aireinteresante. Lori sabía que tenía locas avarias viudas y divorciadas delcontorno, pero su padre sólo se habíaenamorado una vez y tristemente nuncaolvidaría a su madre. Como ella nuncaolvidaría a Wade. Gruñó pensando enWade Taylor. ¿Por qué nunca se fijabaen ella? Subiendo a la camioneta de supadre pensó que sabía de sobra larespuesta. Porque no tenía una hermana.

Los hermanos Taylor apenas sellevaban un año y eran el sueño de

cualquier mujer. Los dos muy guapos,ambos morenos y de ojos verdes, esopor no decir que tenían el mejor ranchodel contorno y trabajaban de sol a sol.El yerno que todo padre querría tener. Alas chicas se les caía la baba cada vezque los veían. Sus amigas lo habíanintentado con ellos pero ninguna habíasido la elegida y la razón era muysimple. Querían casarse con doshermanas.

Todo había empezado como unabroma. Su padre, el gran Taylor, leshabía dicho delante de medio pueblo ala salida de la iglesia, que ya que eraninseparables deberían casarse con doshermanas que se llevaran igual de bien,para que la convivencia en el gran

rancho fuera perfecta. ¡Y el padreWilkings le había dado la razón!Malditos entrometidos.

Desde aquel día, que ella norecordaba porque apenas tenía sieteaños, ya habían pasado dieciocho y loshermanos se lo habían tomado tan apecho que ahora con treinta cinco años,todavía no habían encontrado lasesposas perfectas. Cuando a uno legustaba una, la otra le caía mal alhermano o al revés. O a los dos lesgustaba la misma, como habían pasadocon las hermanas Preston. Lili Prestonestuvo presumiendo tres años que losdos habían discutido por ella. La muyestúpida no se daba cuenta que cada vezque abría la boca, humillaba a su

hermana. Pero a ella ni siquiera latomaban en cuenta por ser hija única.

Se había enamorado de él conquince años, cuando un día al salir de laheladería del pueblo, se subió a labicicleta y cruzó sin mirar la calle. Nole dio tiempo a esquivar la camionetarecién estrenada de Wade y la golpeótirándola a la calzada ante el coche.Wade frenó en seco antes de pasarla porencima y cuando llegó hasta ella, estabapálido. En cuanto levantó la vista y viosus ojos verdes, se le olvidó que sehabía despellejado el codo y que ledolía la rodilla.

-¿Estás bien?- preguntó nervioso.-Sí- sonrió radiante y él al

principio pareció aliviado pero luego le

dijo molesto.- ¿Puedes levantarte?-Sí.-respondió como si fuera boba

y no supiera decir otra palabra.Wade la cogió por el brazo y

comprobó que estaba bien. La bicicletaafortunadamente casi no había sufridodaños y Wade la levantó de un costadode la camioneta, sacándola de la calzadasujetándola por el manillar.

-Parece estar bien- dijo rodandolas ruedas pero cuando vio el rayonazoque el manillar había provocado en lapintura roja de la camioneta, Lori semordió el labio inferior porque suexpresión indicaba que estaba más quecabreado. La miró como si quisieramatarla.- ¿No sabes mirar antes decruzar?

-Lo siento- susurró cogiendo labicicleta por el manillar. Rozó susdedos al hacerlo y Lori sintió unadescarga que la dejó sin aliento. Ellaque nunca se había sentido así, sesonrojó intensamente mientras él seguíadespotricando que podía habersematado. O podía haberla matado él, queera todavía peor. Después empezó agritarle que la camioneta era nueva yque le costaría un ojo de la cararepararla- Lo pagaré yo.

La miró como si fuera estúpida yLori levantó la barbilla- Tengo trabajo,puedo pagarlo.

Wade se cruzó de brazos mientrasvarios miembros del pueblo seacercaron para comprobar que estaba

bien, pero ella casi los ignoró mientrasWade la miraba con los ojosentrecerrados- Lo pagaré. Dime cuantoes y te lo pagaré.

-No podrás pagarlo, Lori- dijo eldueño de la heladería que era su jefe. –Será un arreglo muy caro.

Ella miró la camioneta y se diocuenta que seguramente un arreglo enese coche no sería lo mismo que en lacamioneta de su padre, pero aún asílevantó la barbilla –Pues sino tengobastante dinero lo pagaré a plazos, perolo pagaré.

-Bien- dijo Wade muy serio- Meparece justo. Tardaré en cobrar veinteaños, pero lo acepto.

Extendió la mano y Lori sonrió

radiante antes de extender la suya paraestrecharla. Supo en el momento que susmanos se unieron, que no querríasepararla nunca más. Le miró a los ojosy sintió una conexión que nunca habíasentido con nadie, que le subió por subrazo hasta llegar a su corazón,haciéndolo palpitar más rápidamente.Wade apartó la mano y le preguntó –¿Quieres que te acerque a casa?

Se sonrojó de gusto, pero aún asíno quería molestarle más- No, gracias.

Él frunció el ceño al ver su brazo-¿Seguro? Sólo será un momento.

Lo estaba deseando y al finalasintió tímidamente. Peter, el dueño dela heladería, cogió su bicicleta y la pusoen la parte de atrás, mientras ella se

subía a la enorme ranchera. Wade le diolas gracias a Peter antes de rodear elvehículo y subirse detrás del volante.-Tú eres hija de McKensie ¿verdad?

-Sí- sonrió mirándolo- Me llamo,Lori.

La miró brevemente antes de girarel volante para dar la vuelta.- ¿Trabajasen la heladería por las tardes?

-Sí. Mi padre me dijo que trabajaraen el rancho o en otro sitio, pero quetenía que trabajar unas horas después declase.

-¿Estás ahorrando para launiversidad?- preguntó preocupado –Porque si es así…

-¡No! –negó vehemente con lacabeza.- No soy muy buena estudiante.

Haré un curso de costura y pondré mitienda de arreglos. Se me dan bien esascosas. Además hago colchas artesanas.

Wade asintió y la miró de reojo.Lori volvió a sonreír y él desvió losojos a toda prisa. Esa reacción lepareció un poco rara y preguntóinocentemente- ¿Ocurre algo?

-¿Cuantos años tienes?-Quince. ¿Y tú?Él gruñó antes de contestar –

Veinticuatro.-¿Y tienes novia?- preguntó aunque

lo sabía de sobra. En ese momento loshermanos Taylor salían con las Smith.

-No.Se alegro tanto al oírlo que pensó

que igual ella le había gustado. Entonces

se dio cuenta que ella sí salía conalguien. Tommy no se tomaría muy biensu enamoramiento de uno de los Taylor.-Yo sí.- dijo sin pensar.

La miró como si tuviera doscabezas- ¿Tienes novio?

-Parece que te sorprende- dijo algoofendida.

-No- miró a la carretera duranteunos segundos y Lori vio que casihabían llegado a su casa.

-Siento lo de la ranchera. Ya queestás aquí, te daré los dos mil que tengoahorrados.

Frenó la ranchera ante su puerta yse bajó a toda prisa. Ella salió del cochedando un saltito e hizo una muecacuando le dolió la rodilla.

– ¿Seguro que estás bien? Puedollevarte al doctor Brown. Hoy estaba enla consulta.

-Estoy bien. –vio que ya habíabajado la bicicleta y levantó la manopara que no se fuera- Espera que tetraigo el dinero.

-Lori, ya me lo darás cuando sepalo que es- dijo apoyando el manillar dela bicicleta en el porche.

-Pero…-Me tengo que ir.Se volvió para rodear la ranchera y

Lori decepcionada porque se fuera ya,se acercó a la ventanilla del pasajero-¿No quieres tomar una limonada? Tengotarta de chocolate. La hago yo ¿sabes?

Wade la miró como si fuera el

diablo y salió acelerando a toda prisallenándola de polvo.

Se quedó allí un rato mirando elcamino, sabiendo que su vida habíacambiado para siempre. Y así fue,porque a la mañana siguiente habló conTommy para romper con él. Fue bastantetraumático porque él se puso a llorar allado de su taquilla preguntando porquelo dejaba y Lori no sabía qué decirle.Sus amigas decían que estaba loca.¡Había dejado al hijo del alcalde!Además hasta el día anterior su relaciónparecía perfecta. Pero no era perfectaporque cuando Tommy la besaba, nosentía nada en comparación con lo quesentía sin que Wade la tocara siquiera.Sabía que no era correcto seguir con él

cuando su cuerpo y su mente le pedíanestar con otra persona, así que no cedió.

Afortunadamente Tommy despuésde insistir durante un mes, le pidió salira su amiga Cindy y todo quedó olvidado.Al fin y al cabo sólo tenían quince añosy los amores pasaban rápidamente. Peroel de ella no.

Mes y medio después vio lacamioneta de Wade ante la farmacia ydecidió entrar al ver que ya estabaarreglada. Sonriendo lo vio con suhermano hablar con la farmacéutica.

-Sí, los quiero lubricantes.Se sonrojó intensamente al darse

cuenta que estaba comprandopreservativos y le enseñaba dos cajas ala mujer que miraba a los Taylor como

si quisiera devorarlos.-¿Crees que estos están bien?-

preguntó Wade con una sonrisa demedio lado.

-Seguro que esos te irán perfectos.Lori se les quedó mirando con la

boca abierta y Brody la miró de reojocarraspeando. Wade se volvió y al verlaenderezó la espalda perdiendo lasonrisa.

-Lori ¿querías algo?- preguntó laseñora Stuart, la farmacéutica. Sumarido debía tener unos cuernos que nole pasaban por la puerta.

-Quería hablar con Wade- dijometiendo las manos en los bolsillos desu vaqueros mostrando su vientre planobajo su camiseta.- Esperaré a que

compres los condones.Brody aguantó la risa mientras que

Wade se puso como un tomate. No sabíapor qué se avergonzaba cuando unossegundos antes hablaba de ello tannormal.

Así que decidió entrar en laconversación.-Dicen que los estriadosvan muy bien. Mis amigas los usas y…

-¡Lori! ¡Espérame fuera!-Un momento Wade, que esto es

muy interesante.- dijo su hermano Brodydivertido- ¿Y tú cuales usas?

Ella sonrió encogiéndose dehombros y contestó sin sentir ningunavergüenza. El tema del sexo era algonormal y en su casa siempre habían sidomuy abiertos al respecto. Su padre le

había hablado de ello muchos años antespara que estuviera preparada- Yo no lohe hecho nunca. Pero ellas dicen…

-Lori, espera fuera.- la mirabacomo si quisiera matarla.

-Sí, pero ellas...-¡Fuera!Se sonrojó intensamente por la

regañina y salió de la farmacia a todaprisa. Se sentó en uno de los bancos dela calle principal, mirando hacia lapuerta para que no se le escapara.Cuando salieron, Wade llevaba unabolsa de papel en la mano y una cara demala leche…

Lori se levantó a toda prisa y seacercó sonriendo mientras Brody sedetenía a hablar con un amigo.

-Has arreglado la camioneta.-Sí- la miró de arriba abajo antes

de apretar los labios.-¿Cuanto es el arreglo?-Setecientos.-¿Sólo?- chilló de alegría dando un

saltito.-Déjame el dinero en correos, ya lo

recogeré allí –dijo muy serio yendohacia su camioneta a toda prisa.

Ella le siguió- ¿No prefieres que telo deje en el rancho? De verdad, no meimporta acercarme y…

-No te acerques al rancho- siseóantes de subirse a la camionetadejándola en shock.

Mientras arrancaba, Lori se lequedó mirando como si acabara de

matar a su perro y Brody le preguntó –¿Pasa algo?

-No- susurró dándose la vueltareprimiendo las lágrimas. –No pasanada.

-¿Quieres subir a la camioneta deuna maldita vez? ¡No tengo todo el día!-oyó que gritaba Wade a su hermanomientras ella caminaba calle abajo.

Lori suspiró recordando ese día. Al

decirle que no se acercara al rancho, lahabía tratado como una apestada y ellaentendió que ni siquiera quería ser suamigo. Sabía de sobra que erademasiado joven para él, pero que noquisiera ni verla, le sentó fatal. Estuvodías sin salir de casa, excepto para ir al

instituto y cuando llegaron lasvacaciones de verano, no pisó el puebloen dos semanas. Sus amigas fueron undía a buscarla para ir al cine y ella seanimó. Mala idea, porque en cuantollegaron vio la camioneta de Wade en laentrada. Era un estreno en el pueblo, asíque el cine estaría lleno.

Cuando se juntaron todos susamigos, entraron después de comprar lasentradas. Wade, que estaba en la zona depalomitas con su hermano y dos rubiasque evidentemente eran gemelas, la miróy Lori avergonzada desvió la mirada.

-¿Quieres palomitas?- preguntó sumejor amiga Cindy apartando un mechónde su pelo negro detrás de su oreja.- ¿Oprefieres una chocolatina?

Forzó una sonrisa –Palomitas porsupuesto.

Se pusieron en la cola y ella les diola espalda en todo momento, intentandoconcentrarse en la conversación de susamigas. Tommy cogió a Cindy y a Loride la cintura y las besó en las mejillas.-¿Cómo están mis chicas favoritas?

Sonriendo levantó la vista y vioque Wade la estaba mirando, pero Lorivolvió a hacer como sino lo hubieravisto.

Y esa fue la tónica de esos años. Seignoraban y sólo se saludaban cuandoera estrictamente necesario alencontrarse uno frente al otro. Pero Lorinunca volvió a mirarlo a los ojos. No seveía capaz de hacerlo. No quería volver

a experimentar lo que había sentido eldía del atropello.

Capítulo 2 El problema era que aunque había

intentado olvidarle a lo largo de losaños, no fue posible hacerlo. Incluso sefue un año del pueblo para ir a Austin,donde estudio corte y confección. Viviócon su tía Margie y con su prima Kelly.Fue un año fantástico. Tenía veinte añosy los primeros meses fueron estupendos,pero al finalizar el curso estaba

deseando volver a casa. La gran ciudadno era para ella. Prefería su pueblo.Greenwood puede que no fuera muygrande pero para ella era el mejor sitiodel mundo.

Volver al pueblo y ver a Wade enla ferretería, tan sexy como siempre, fueun auténtico baño de realidad. Ahí sedio cuenta que no podría fijarse en otrohombre y que en gran parte había vueltoal pueblo por él.

En la puerta de la ferretería viocomo se daba la vuelta en cuanto la vio.Se tensó girándose sin saludarlasiquiera.

Brody que estaba allí también dijoalegremente- ¡Mira quién ha vuelto alpueblo!- se acercó y la cogió por la

cintura girándola provocando su risa.-¿Cuando has llegado?

-Ayer por la noche.Desde el día de la farmacia, Brody

y ella tenían una relación de amistad quehabía perdurado años. Cuando se veíany no estaba Wade, incluso tomaban uncafé de vez en cuando, pero si estabaWade sólo se saludaban con unas brevespalabras mientras él observaba desdelejos como sino la conociera.

-¿Has aprendido mucho?-Tanto, que a partir de ahora me

pedirás que te cosa los rotos- respondióriéndose.

-Se encarga la señora Bliss- dijorefiriéndose a su ama de llaves- Pero ledaré tanto trabajo que te enviará la

ropa.-Lori sonrió alejándose de él- Diosmío, cada día estás más guapa. Seguroque en Austin no podías apartar losmoscones.

-Brody, nos vamos- dijo Wadeyendo hacia la puerta.

-Espera que estoy…-Yo me voy- salió de la ferretería

con un martillo en la mano y Lori leobservó salir sin que la hubierasaludado siquiera.

-Lo siento, Lori-dijo yendo hacia lapuerta –No sé qué mosca le ha picado.

-No te preocupes, otro díahablamos.

-En el baile del sábado. ¿Irás?-Claro. Nos vemos allí y nos

ponemos al día.- dijo con una sonrisa

forzada- ¿Con quién salís ahora?Hizo una mueca abriendo la puerta

–Son unas chicas de Colfield.Se echó a reír- ¿Cien kilómetros?-El condado se nos está quedando

pequeño ¿qué puedo decir?-La búsqueda de esposas se

complica- dijo sintiendo que su corazónse retorcía.

El sonido del claxon de Wade erainconfundible y ella hizo una mueca. –Adiós.

Lori no tenía con quién

desahogarse, excepto con su prima Kellya la que escribía largos mailscontándole como se sentía cada vez quese encontraba con Wade. Ni siquiera se

lo podía decir a Cindy, que hasta habíallegado a pensar que era lesbiana al nosalir con nadie. Su prima le habíaaconsejado que saliera con alguien paraque esos rumores no se extendieran porel pueblo. Eran McKensie, tenían unareputación, así que aceptó salir otra vezcon Tommy que volvía a la carga. Ysalieron durante dos años. Cada vez quela besaba no es que fuera desagradablepero no se sentía especial y perdió lavirginidad con él porque ya tocaba. Perocuando se enteró de que iba a pedirlematrimonio, la asaltó el pánico y levolvió a dejar. Fue tan sonado, que sehabló de ello en el pueblo durantemeses, sobre todo porque Tommy seemborrachó en el bar del pueblo y

destrozó varias mesas del local almeterse en una pelea consigo mismo,gritando que Lori le había roto elcorazón.

De hecho al día siguiente se fue delpueblo y todavía no había vuelto. Sumadre todavía la miraba con odio cadavez que la veía por la calle. La verdades que Lori se sentía fatal por haberloutilizado. Sobre todo porque sabía queno le quería y había continuado con unarelación que no iba a ningún sitio.

Sumida en sus pensamientos ni se

dio cuenta que su padre detenía lacamioneta ante la Iglesia del pueblo. Losparroquianos estaban saludándose en lasescaleras y ella los miró distraída- ¿Te

ocurre algo, hija?-¿Qué?- le miró sorprendida.-Pareces…no sé…estás triste.Ella sonrió –Que va. Estoy bien.Wade, Brody y el gran Taylor se

acercaban a la Iglesia por la acera y ellale miró comiéndoselo con los ojos. Seestaba riendo de algo que le decía suhermano y ella desde dentro de lacamioneta pudo mirarlo a gusto. Llevabauna camisa blanca debajo de un trajegris y estaba tan guapo que quitaba elaliento.

-¿Por qué no le dices algo?Ella le observó subir las escaleras

y sorprendida miró a su padre- ¿Aquién?

-Llevas enamorada de él toda la

vida, Lori. –dijo su padre abriendo lapuerta.-¿No crees que ya es hora de quehagas algo?

Su padre después de bajarse, cerróla puerta y saludó a un vecino. Se quedóen shock porque su padre supiera cómose sentía. ¡Si lo sabía su padre, lo sabíatodo el pueblo! ¡Él era tan despistadoque nunca se enteraba de nada!

Gimiendo salió de la ranchera y seacercó sonriendo a la señora Horner quele había encargado unas cortinas para elsalón.

-Ya están listas. Se las llevaré estatarde, si le parece bien.- la mujer quedebía tener ochenta años asintió- Así laayudaré a colgarlas.

-Siempre tan amable, hija- la cogió

del brazo yendo hacia las escaleras yempezaron a subir.- ¿Sabes el disfrazque le hiciste a mi nieta el año pasadopara su cumpleaños?

-¿El de mariquita?- preguntódivertida al recordar la cara que habíapuesto la niña.

-Ese. Pues como toda la junta lohabía visto y mi pequeñita estabapreciosa, hemos acordado que hagas losnuevos trajes del Belén viviente de esteaño. Los viejos están horribles yqueremos unos nuevos. El ayuntamientolos pagará.

Eso representaba muchísimotrabajo y sonrió radiante a la anciana –Gracias, señora Horner. Le agradezcoque pensara en mí.

-Va, niña. Tu trabajo es muy buenoy eres tan perfeccionista que sé quehasta que no queden bien, no pararás.

-De eso puede estar segura- dijoCindy acercándose con su hijo de un añoen brazos.

-Pero si está aquí Charlie- dijolentamente abriendo los ojos comoplatos provocando que el niño riera.Extendió los bracitos para que locogiera y ella por supuesto lo cogió enbrazos haciéndolo chillar de alegría. –¿Cómo está mi chico?

-Tu chico está muy pesado –dijoCindy mirando al niño como si quisieraregañarlo.-No ha desayunado y me haroto un jarrón del salón.

-Uy, uy ,uy- dijo ella metiendo la

mano en el bolsillo del vestido.-Entonces esto me lo llevo a casa- dijosacando una enorme piruleta.

Charlie rió cogiéndola con susmanitas pero ella no la soltaba- ¿Serásbueno en la misa, Charlie? Sino te laquito.

El niño asintió y la señora Hornerse echó a reír- Estos niños saben latín.

-Y que lo diga.Cindy puso los ojos en blanco

haciéndola reír y al mirar a su alrededorvio a Wade hablando con el párroco,que la llamó en ese momento- Lori,acércate.

Ella gimió interiormente y entregóel niño a su madre, que le guiñó un ojo.Al acercarse no quiso mirar a Wade. –

¿Si, padre Wilkings?-Estábamos hablando sobre la

recaudación de fondos para la niña delos Foster- dijo el anciano curamirándola con cariño- Wade Taylor,aquí presente, sugiere que se haga unaferia para recaudar lo máximo posible.

Ella apretó los labios y respondió-Si tenemos que alquilar los puestos deferia, se nos irá el dinero en eso. Yquiero recaudar todo el dinero posible.

-Pero atraeremos a gente de otrospueblos- dijo Wade mirando al cura.

-La fiesta de tartas con el picnictambién atraerá a la gente. La mayoríade las amas de casa de la zona quierenparticipar y eso no nos costaría apenasdinero.-replicó sin mirarle a la cara.

-Tenemos que atraer al mayorpúblico posible y la feria…

-Me gusta que tengáis ideas.-dijo elcura sonriendo ampliamente.- Os dejaréa vosotros la organización de la fiesta.-esas palabras la dejaron de piedra. ¡Elcura se acababa de escaquear con todosu morro! ¡Y la había dejado a cargocon Wade!- Seguro que hacéis untrabajo estupendo-se metió en la Iglesiadejándolos con la boca abierta allí depie.

Wade carraspeó y Lori le miró aregañadientes- Bueno, al parecertenemos que organizarlo nosotros- dijoél metiéndose las manos en los bolsillosdel pantalón.

-Si quieres puedo organizarlo yo.

Tú tienes mucho trabajo en el rancho yestarás muy ocupado.- miró a sualrededor y vio que Cindy no le quitabaojo mientras hablaba con la señoraHorner.

-No me parece justo que hagas tútodo el trabajo porque yo haya abierto laboca.-dijo molesto como si serecriminara haberse metido en eso. Ellale miró a los ojos sin querer y Wade dioun paso atrás como si quisieraapartarse.- Es hora de entrar.

-Sí- susurró desviando la mirada.Pasó a su lado para entrar a la

Iglesia y le oyó jurar por lo bajo. Nisiquiera podían organizar una fiestacomo personas adultas sin que élrepeliera su presencia, pero se detuvo

ante la puerta y se volvió furiosa con élpor su comportamiento. – ¿Sabes?- lepreguntó sorprendiéndolo- Tucomportamiento conmigo es peor que elde un crío de cinco años. ¡Sino mesoportas, podías dejarlo a un lado y serun adulto por unas horas por una buenacausa, en lugar de creerte el ombligo delmundo!

Muy digna se giró dejando a Cindycon la boca abierta pues lo había oídotodo. Entró en la Iglesia entrecerrandolos ojos acostumbrándose al cambio deluz. Caminó muy disgustada hasta elsegundo banco donde su padre estabahablando con el gran Taylor. Eso era loque le faltaba.

-Papá. Tenemos que sentarnos.-

miró al padre de Wade- Señor Taylor.-Madre mía, niña. Eres igual que tu

madre- dijo con la misma sonrisa que suhijo. -Preciosa.

-Gracias, es muy amable- dijosintiendo la presencia de Wade tras ella.

El hombre levantó la vista y sonrióampliamente- Hijo, ¿cómo no hasinvitado nunca a la hija de Steven asalir? Seguro que lo pasaríais bien.

-No saldría con su hijo ni aunqueme lo sirvieran en bandeja de plata- dijodejándolos a todos de piedra antes devolverse para cruzar el pasillo ysentarse al lado de la señora Horner,que la recibió con una sonrisa puesestaba sola.

-Tiene el mismo carácter que su

madre- oyó decir a su padre algoavergonzado.

Para sorpresa de todos, el granTaylor se echó a reír con ganas y Lori lomiró de reojo. Wade la observaba comosi quisiera matarla, mientras su padre ledaba una palmada en la espalda sindejar de reírse.

El padre Wilkings carraspeó anteel altar. –Taylor, me alegro que te lopases tan bien en la casa de Dios, perosino te importa vamos a empezar.

-Disculpe, padre. Pero hacíatiempo que no escuchaba algo tandivertido.

Lori apretó los dientes queriendomatar a alguien y sin disimular fulminócon la mirada a Wade que seguía

observándola mientras se colocaba allado de su padre. Brody con un trajeazul oscuro llegó prácticamentecorriendo y se puso al lado de suhermano. Al ver su expresión giró lacabeza hacia ella y sonrió guiñándole unojo. Lori sonrió sin poder evitarlo antesde volver a fulminar con la mirada aWade que ya miraba al frente.

-¿Se puede saber qué demonios tepasa?- le susurró su padre tras ella.

Le ignoró y miró al padre Wilkingscantando el himno que comenzaba asonar. Estuvo distraída toda la misa ycuando terminó cogió del brazo a laseñora Horner para ayudarla a salir-Dime hija, ¿a qué hora vas a venir acasa? Es para tenerte preparado ese té

que te gusta tanto.-¿Qué le parece si lo preparo yo

cuando llegue?-Lori, tenemos que hablar.Se volvió sorprendida para ver a

Wade tras ellas.-Ahora no puedo.-siguió caminando con la señora Hornerque la miró de reojo- Le llevaré esaspastas de anís que le gustan tanto.

-Querida, tienes una mano para larepostería… ¿Te presentarás alconcurso de tartas? Esa que haces detres chocolates es una delicia del mejorchef.

-No había pensado en ello.-¿Sabes lo que podíamos hacer con

las tartas? Una subasta entre lossolteros- dijo la mujer guiñándole un

ojo.-¿Cómo en aquella película?-Lori…Se volvieron hacia Wade que

seguía tras ellas y la señora Horner ledio una palmadita en la mano- Hablacon tu novio, querida- dijo sonrojándolaintensamente- El domingo es para losnovios.

-No es mi novio.- la mujer sabía desobra que no tenía novio. Le daba quequería hacer de casamentera.

-Oh, qué pena. Tendríais unosniños preciosos.

La buena mujer empezó a caminarcalle abajo y Lori contó hasta tres antesde volverse poniendo las manos en lascaderas.

-¿Qué quieres?Wade respiró hondo- No hacía

falta que montaras ese numerito antes.¿No te había dicho que iba a participaren la feria?

-¡No! ¡Te comportabas como si teestuvieran sacando una muela! Yotambién estoy muy ocupada ¿sabes?Pero Shelby necesita esa operación enSuiza y voy a hacer todo lo que hagafalta por ella.

-Todos estamos arrimando elhombro.

-¡Ja!-¿Qué quieres decir?-¡Sino llega a ser por las mujeres

del pueblo, no se hubiera hecho nada!Hemos organizado la rifa, el lavado de

coches, el baile de Navidad y la páginaweb para las donaciones online. ¿Quéhas hecho tú?

Wade tuvo la decencia de pareceravergonzado- Está bien. Es cierto quelos hombres casi no hemos hecho nada.

-Tenemos que pagar los billetes deavión y la estancia de tres meses enSuiza- dijo indignada- Sino arrimáis elhombro, la niña no se operará de sulesión en la médula hasta dentro de dosaños como poco. ¡Suerte tenemos que laclínica no le cobre por ser unaoperación experimental!

-Hablaré con los hombres paraorganizar algo más…

-¿Masculino?Gruñó pasándose una mano por su

pelo negro y ella sin querer no perdiódetalle mirando atontada su oreja.¿Cómo podía ser una oreja tan sexy? Sereprendió a sí misma por ser tan idiota yse volvió de golpe yendo hacia laranchera

-¡Espera!-Tengo cosas que hacer.Wade la cogió por el brazo

deteniéndola. No la había tocado desdehacía diez años y se sintió igual quecuando tenía quince. Levantó la vistahasta sus ojos y Wade la soltó de golpe.

-Mira. No quiero trabajar contigo-esas palabras la dejaron de piedra –Yno quiero hacerlo porque si trabajamosjuntos, antes de una hora acabaríamos enla cama.- Lori abrió la boca atónita

sintiendo que su corazón le saltaba delpecho. –Así que es mejor que nosmantengamos separados el máximotiempo posible.

-¿Por qué?- preguntó sin querer.-¿Es que no lo entiendes? ¡Eres hija

única!Lo dijo de tal manera que parecía

que había cometido un crimen y le vioalejarse furioso esquivando a los quesalían de la Iglesia.

La esperanza renació en su pecho.¡La deseaba! ¡A ella! Sonrió como unatonta para luego perder la sonrisa. ¿Lehabía dicho que no se acostaría con ellaporque no tenía una hermana? Este tío esimbécil, pensó para sí abriendo lapuerta del pasajero de su ranchera. Su

padre se subió a su lado y la miró comosi fuera una bomba de relojería- ¿Todobien?

-Ajá…- respondió pensando enWade.

Capítulo 3

Se pasó todo el día pensando en

ello. Incluso colgando las cortinas de laseñora Horner no se lo podía quitar dela cabeza. Y decidió que era idiota. Sile gustaba, rechazarla porque no teníauna hermana, era lo mas estúpido quehabía oído en la vida. Sentada sobre sucama con las piernas cruzadas miró suordenador portátil y se levantó porquenecesitaba una segunda opinión. Se

conectó al Skype y llamó a su prima querespondió casi de inmediato. Sonrió alver su rostro a través de la pantalla, tanparecido al suyo excepto por su cabellocastaño- ¿Te pillo bien?

-Iba a salir a tomar algo –dijosentándose en la silla ante ella.- Perotengo tiempo ¿qué pasa?

-¿Por qué crees que pasa algo?-Porque no es lunes. Y te conectas

lunes, miércoles y viernes- dijo irónicahaciéndola sonreír.

-Es que tu vida social es muyagitada.

-Al grano- entrecerró sus ojosazules acercándose a la pantalla.- ¿Quéha hecho ahora?

Levantó una ceja por ser tan

transparente y suspirando apartó susrizos rubios de la cara- Pues verás…

Se lo contó todo y su prima no lainterrumpió en ningún momento. Alterminar de decirle todo lo que habíapasado en la Iglesia, Kelly la miró conel ceño fruncido- ¿Estás segura de queestás enamorada de ese idiota?

Sin poder evitarlo se echó a reír ysu prima también. –Kelly, no sé quéhacer.

-Tírate sobre él en ropa interior y aver si se resiste tanto.

-¡No puedo hacer eso!Su prima pensó en ello y sonrió

maliciosa- ¿Sabes? Mi jefe me ha dichoque como hace dos años que no me tomovacaciones en el periódico, puedo

cogerme todo un mes.-Lori la miróesperanzada sin creérselo del todo- Mevendría bien, ya que no tengo uncentavo, que me invitaras a pasar lasvacaciones en tu casa- dijo lentamentemirándola a los ojos.- Al fin y al cabosomos primas “hermanas”.-Lori chillóde alegría y besó la pantalla haciendoreír a su prima. –En una semana estoyahí y ya idearemos algo para que no sete escape.

-Puede que te guste Brody.Kelly hizo una mueca levantándose

de la silla y cogiendo su bolso sin dejarde mirar la cámara- No te hagasilusiones. Yo soy urbanita.

Pensó que daba igual, lo iban apasar estupendamente.-Gracias, Kelly.

-Un beso. Hablamos mañana.-dijoantes de desconectar.-Te quiero.

Al día siguiente fue hasta el

ayuntamiento para que le dieran unanticipo para comenzar con los trajes deNavidad, porque eran muchos y sinoempezaba ya, no le daría tiempo aterminarlos. Además aunque estaban enjunio quería hacer ese trabajo contiempo, para que todos se quedaran conla boca abierta al ver el resultado. Erauna manera de que todo el mundoconociera su trabajo y pensaba hacerloperfecto.

Al ver el cheque que le daba eladministrador hizo una mueca porque noera mucho.- ¿Pretendéis que compre las

telas con tan poco presupuesto? Son másde cincuenta trajes.

-Tendrás que ingeniártelas- dijo elhombre subiendo las gafas sobre elpuente de su nariz, para ignorarlamirando unos papeles.

¿Ingeniárselas? Tendría que hacermilagros.- ¿Puedo hablar con el alcalde?

El señor Rutherford levantó la vistacomo si estuviera aburrido- Lori, eso eslo presupuestado si después quierescobrar. Porque quieres cobrar ¿verdad?

-Sí, ¿pero cuanto voy a cobrar?Porque si este es el dinero que tenéispara las telas…

-Tres mil dólares.Ella jadeó indignada- ¿Estás de

broma? ¿Por cincuenta trajes? ¿A

sesenta dólares el traje?-¿Qué pasa?Se volvió sorprendida para ver a

Wade y Brody tras ella mirándola con elceño fruncido.

-Nada- dijo el señor Rutherford.-¿Nada? ¡Me han encargado los

trajes de Navidad para el Belén vivientey quieren darme…- miró el cheque –trescientos dólares para comprar lastelas y pagarme sesenta dólares traje!¡Esto es indignante! -tiró el chequesobre la mesa furiosa.

-Me parece que os habéis pasadoun poco, ¿no?- preguntó Brody alcontable del ayuntamiento.- Ella mereceun sueldo justo por su trabajo.

-Déjalo, Brody- dijo dándose la

vuelta para irse- Que se los haga otra,eso si encuentran quien se los cosa porese precio.

Iba a salir cuando Wade la cogiópor el brazo para detenerla- EsperaLori, que vamos a hablarlo.-dijomirando al señor Rutherford.Asombrada dio un paso hacia elcontable que se levantó del asiento-Estoy en la junta de festejos delayuntamiento y tenía entendido que elpresupuesto era mucho más amplio. Laseñora Horner nos había dicho más omenos lo que costarían los trajes y sepresupuestaron seis veces más. ¿Qué hapasado?

-¿Me he confundido?- dijo elhombrecillo poniéndose nervioso.

Atónita vio como revolvía unos papelessobre la mesa sin saber qué decir.- Loarreglaré. Seguro que ha sido unaequivocación. ¿Seis veces más dices?Lo miraré.

-Sí, revísalo porque sino tendréque hablar con la junta.

Wade se volvió hacia Lori queseguía observando a Rutherfordalucinada. –Ven Lori, vamos a hablar- lacogió por el brazo y la sacó deldespacho mientras Brody los seguía.

-¿Qué está pasando aquí?- preguntóella mirándolos a los dos.

-Pues que acabas de pillar alcontable sisando dinero delayuntamiento- dijo Brody muy serio.-Bueno, Wade lo acaba de pillar.

Lori miró a Wade- ¿Cuanto habíaen el presupuesto?

-Veinte mil dólares.Asombrada los miró a los dos que

asintieron preocupados.-Si tienes algúnproblema me llamas a mí o a Brody quelo arreglaremos.

-Vale- susurró todavía sin darcrédito a lo que había pasado- ¿Vais adecir algo?

-Le vigilaremos. Puede que hayasido un error pero puede que no, así queestaremos atentos y se lo diré al alcalde.

-No es tonto. Ahora será másdifícil pillarle- dijo Brody preocupado.

-Se necesitaría una auditoria parasaber lo que está pasando y se enteraríatodo el pueblo- dijo Wade mirando a su

hermano.-Tampoco quiero que se acusea alguien y perjudicarle ante todo elmundo sin tener pruebas.

Lori asintió porque sabía lo quepodía pasar. Los rumores harían que elseñor Rutherford lo pasara fatal y lecaía muy bien su mujer.

-Ahora entra ahí y recoge tu chequecomo si tal cosa- dijo Wade mirándoladirectamente. –Y no te preocupes másde esto.

-Vale.Iba a rodearlo cuando la

interrumpió- Vamos a organizar unpartido de fútbol para Shelby.

Ella sonrió- ¿Y cuando va a ser?-Dentro de dos semanas.-parecía

incómodo y ella hizo una mueca. –Me

preguntaba si podrías decirles a lasmujeres que hicieran comida paravender en el partido. Tambiénvenderemos entradas y habrá unconcierto después. Un grupo de countryse ha ofrecido a tocar gratuitamente.

-Claro. Se lo diré a la asociaciónde amas de casa.

-¿Qué haríamos sin ti?- dijo Brodydivertido.

-Pedírselo a otra, seguramente.-respondió en el mismo tono antes deapartarse y entrar otra vez en eldespacho.

El señor Rutherford parecía algoinquieto y la miró acercarse alescritorio- Aquí tienes tu cheque, Lori.Todavía no me explico lo que ha

pasado.-No se preocupe, señor Rutherford.

Todos nos equivocamos. Al fin y alcabo somos humanos ¿no?

El hombrecillo sonrió aliviado yella se preguntó sino había sido unaequivocación realmente. Por el amor deDios, si debía tener unos setenta años.No podía ser un estafador. Eso sólopasaba en las películas. En su puebloesas cosas no ocurrían. Seguro que todohabía sido un error de un anciano que sehabía despistado un poco.

Cuando llegó al aparcamiento

después de ingresar el cheque, se detuvoen seco al ver a Wade hablando con unarubia muy guapa. Apretó los labios al

verlo sonreír encantado con ella. Sesubió a la ranchera y arrancó poniendola marcha atrás para sacar la camioneta,acelerando mientras les miraba con losojos entrecerrados deseando pasar a larubia por encima con su camioneta. Elsonido del golpe se escuchó en toda lacalle mayor y al levantar la vistaasombrada vio como Wade y Brody seacercaban corriendo. Cerró los ojosgimiendo mientras pensaba que era unaauténtica estúpida y cuando abrieron supuerta de golpe levantó las manos delvolante

-Estoy bien- dijo girando la cabezapara ver a Wade mirarla preocupado.

-Estás sangrando. ¡Brody, quevenga una ambulancia!

-Estoy bien- dijo intentando sonreírcuando sintió algo pringoso caer por sunariz. Se la tocó distraída y al ver lasangre palideció. – ¿Pero que…?

-¡Brody, llama a una ambulancia!-gritó Wade cogiéndola de los brazos-No te muevas, nena. Puedes tener unalesión en la espalda.

Sangraba mucho y Wade miró de unlado a otro asustado- ¡Joder! ¡Llamar auna ambulancia!

-Ya la he llamado.-dijo el sheriffabriendo la otra puerta- ¿Cómo estás,Lori?

Wade se quitó la camisaquedándose en camiseta y le limpiodelicadamente la cara que se le estaballenando de sangre- Tapona la herida,

Wade- dijo el sheriff sin perder lacalma.

-¡No sé dónde la tiene! ¡Todo supelo está lleno de sangre!

Atontada y muerta de miedo,levantó la mano para palparse la cabezapero no sabía dónde tenía la herida. Nosentía nada.

Wade se la cogió con cuidado paraapartarla antes de presionar la camisasobre su cabeza con cuidado.- No tepreocupes, nena.

-¿A quién he dado? ¿Está bien?-Al señor Davison- dijo el sheriff

sonriendo- y está muy bien. No tepreocupes por él. Ahora la que importaseres tú.

-Mierda- dijo Wade sacando la

cabeza del coche- ¡Brody!-¡Ya están aquí!Wade se apartó en cuanto llegó la

doctora Peters que debía estar deguardia- ¡Lori! Esta sí que es unasorpresa- dijo quitando la camisa deWade de su cabeza con cuidado. – ¡Uncollarín!- gritó a su auxiliar que ya lotenía preparado.- Ahora vamos a sacartedel coche y te llevaremos al hospital.

-Sangro mucho ¿no?-Tranquila. Las heridas en la

cabeza siempre son muy escandalosas.-dijo la joven doctora colocándole elcollarín.

-No me duele nada.-Será el shock. Tú tranquilízate.La sacaron del coche, colocándola

en una camilla y Wade se puso a sulado- Llamaré a tu padre.

-¡No! Se asustará- dijo preocupadamientras la metían en la ambulancia. –Estoy bien.

El auxiliar le presionaba la cabezacon algo y ella empezó a sentir dolor.

La doctora Peters se sentó a su ladojunto al auxiliar- En unos minutosestaremos en el hospital y veremos quétienes.

Tumbada en la camilla, miró haciaabajo y vio como Wade cerraba laspuertas mientras hablaba con Brody.

El trayecto al hospital fue tanrápido que casi podía haber idocaminando.- ¿No estáis exagerando?-preguntó divertida mientras la sacaban

de la ambulancia.-Más vale prevenir- la doctora

caminaba deprisa a su lado y la metieronen urgencias.

-Lori ¿qué te ha pasado?- preguntóla recepcionista. La señora Gall habíasido amiga de su madre.

-Un pequeño accidente.-le guiñó unojo a la mujer antes de perderla devista- ¡No llame a mi padre!- gritómientras la metían en un box.

-¡Tendrá que venir a buscarte!-Vamos a ver qué tienes aquí- dijo

la doctora y el auxiliar levantó la gasacon la que le presionaba la herida.Sintió algo líquido sobre la cabeza ymiró hacia arriba aunque evidentementeno podía ver nada.- Nada. Unos puntos y

listo.-Estupendo. ¿Me coses para que

pueda irme a casa?-¿A qué viene tanta prisa? Tengo

que hacerte unas pruebas.Al parecer la doctora Peters

decidió usar todas las máquinas quetenía en el hospital y cuando terminó conella habían pasado cuatro horas. Tuvoque discutir con ella porque quería irsede una vez.

Cuando se vistió vio que su vestidoestaba manchado de sangre en la espalday en el pecho. Era bastante escandalososobre la tela amarilla. Se lo puso porqueno tenía otra cosa y no se queríaimaginar cómo tenía el cabello.

Al salir su padre estaba sentado

esperándola- ¿Quién te ha llamado?-preguntó indignada.

Su padre se levantó asombrado porsu aspecto.- ¿Estás bien?

-Sí, ¿quién te ha avisado?-Yo he ido a buscarle.-se volvió

furiosa a Wade que la miraba de arribaabajo.

-¿No te dije..?Wade le apartó un mechón

manchado de sangre de la cara y ellaperdió el hilo de lo que estabadiciendo.-Vamos, os llevo a casa.

-Mi camioneta…-Ya está en el taller, hija- dijo su

padre abriendo la puerta para quesaliera.-Va a costar un buen pico.

Gimió pensando en la factura. Pero

cuando vio la elegante camioneta deWade negó con la cabeza. – ¿Y tucamioneta, papá?

-Wade fue a buscarme a casa- dijoabriéndole la puerta del pasajero.-Asíno me asusté, porque si hubiera sidograve, él no se hubiera movido delhospital.

¿Y eso qué quería decir?, sepreguntó ella mirando de reojo a Wadeque comprobaba que estuviera cómoda.-Lori, apoya la espalda en el respaldo.

-¿Y si ensucio el tapizado?-preguntó preocupada.

-Se puede limpiar. ¡Apoya laespalda!

Se miraron a los ojos y suspirandoapoyó la espalda antes de que él se

apartara de la puerta. Wade arrancó lacamioneta mientras su padre se sentabaal lado de Lori. Los tres en la cabinacon ella en medio la hizo se conscientede Wade mucho más, pues sus brazos serozaban mientras conducía. Se pasó unamano por la frente intentando no pensaren ello.

-Hija, ¿estás bien?-Sí, papá.- le sonrió y le cogió la

mano- Estoy bien. Sólo necesito unaducha y dormir un poco.

-No creo que sea buena idea quemojes la herida.- dijo Wade cambiandode marcha y rozando su rodilla con susnudillos.

-Tendré cuidado.-respondió sinquerer discutir. Sólo quería salir de allí

cuanto antes.-Seguro que tendremos la nevera

repleta un mes. Me apuesto que elporche está lleno de comida.-dijo supadre apretándole la mano.

-Por Dios, ni que me hubieramuerto- dijo divertida.

-No tiene gracia, Lori- dijo Wadeapretando el volante- Podía habertepasado algo mucho más grave. O alseñor Davison.

-Pero no ha pasado y vivir la vidapensando en lo que puede pasar, es unatontería.

-Todo el mundo vive su vidapensando en lo que puede pasar. Sino noexistirían las compañías de seguros.

-Sí, estoy segura que tú estás

asegurado de todo.-dijo con segundas.Se mantuvieron en silencio durante

el trayecto y cuando Wade se detuvo lamiró, pero ella se apresuró a salir detrásde su padre. Tenía que darle las gracias,así que se volvió a regañadientes paramirarle a través de la ventanilla abierta-Gracias por habernos traído y por lodemás- parecía enfadado y sólo asintiócomo respuesta.

Se iba a girar cuando él le dijo- Salcon alguien, Lori. Cásate y ten unmontón de niños. Yo nunca me casarécontigo.

Sorprendida se detuvo en seco y sedio la vuelta lentamente para ver comola camioneta aceleraba saliendo a todaprisa. Vio desaparecer la camioneta por

el camino sintiendo que se le retorcía elestómago.

-Este Taylor no sabe lo que quiere,Lori.-dijo su padre sorprendiéndola.

-¿Tú crees?-le vio en el porche conuna bandeja de lasaña en las manos.

-La persona que vino a buscarmeestaba realmente preocupada por ti- semiraron a los ojos –A esa persona lehubiera molestado mucho verte con otro.Cuando te mira sin que te des cuenta, temira como yo miraba a tu madre- sonriótiernamente- y la persona que ha estadoa mi lado cuatro horas hasta que ladoctora le ha dicho que estabas bien, noera un hombre que no te quisiera.

-Le acabas de oír- susurrósubiendo los escalones.

-No sé qué le pasa contigo, pero losuperareis.-estaba tan seguro que ellasintió miedo de que no fuera así-Deberías hablar con Brody. Creo queesa tontería de las hermanas ha llegadodemasiado lejos.

-Me ha dicho que no tendrá nadaconmigo porque no tengo una hermana.

-Tu prima Kelly pondrá las cosasen su sitio, pero yo que tú hablaría conBrody. Su hermano le hará entrar enrazón.- levantó otra bandeja de ensaladade patata- Tendremos comida para unmes.

Sonrió al verlo tan feliz- ¿Hay tartade cereza?- miró a su alrededor y cogióla tarta que estaba sobre el alfeizar de laventana. –La señora Mills es mi

competidora directa. Sabía que laenviaría para pasármela por las narices.

-Tu tarta de tres chocolates no tienerival, hija.

Tres días después fue a la consulta

de la doctora Peters para revisar laherida y como todo estaba bien, decidióir hasta el almacén de telas de JohnsonCity.

Se pasó eligiendo las telas casitodo el día y cuando volvió a casa, teníaun montón de rollos que sacar de lacamioneta de su padre. Se fue a cambiary se quitó su vestido rosa para ponerseunos pantalones cortos vaqueros y unacamiseta de tirantes azul. Al no salir decasa, decidió no ponerse el sujetador.

Se calzó unas deportivas y bajó otra vezpara empezar a trabajar.

Estaba metiendo el primer rollo detela en casa cuando escuchó que seacercaba un coche y cuando vio quienera, dejó el rollo de tela apoyado en lapared para correr hasta el espejo delvestíbulo y quitarse la goma que sehabía puesto en el pelo. Ahuecó susrizos rubios que le llegaban hasta loshombros y tomó aire. Salió como si nadaa coger el rollo cuando vio a Wadebajar de la camioneta mientrasobservaba los enormes rollos de tela.

-¿Qué coño estás haciendo?-preguntó enfadado.- ¿No estaráscargando esos pesos tú sola? ¿Es queestás loca?

Ella vio como se acercaba con susvaqueros desgastados y su camisa azulenrollada en los antebrazos. Tragósaliva mirando los pelitos que se veíanen el pecho antes de levantar la miradahasta sus ojos.- ¿No tienes a nadie que teayude en esto?

-¿En qué?Wade entrecerró los ojos subiendo

los escalones del porche.- ¿Quieresdejar de hacer eso?

-¿El qué?-¡Pedirme que te folle cada vez que

te veo!- le gritó a la cara.Lori palideció- Yo no hago eso.-¿Ah no?- alargó la mano y le

agarró un pecho acariciando su pezónendurecido con el pulgar a través de la

camiseta. –Me lo pides con la mirada ycon tu cuerpo. Toda tú está deseandoque la toque y es evidente hasta para unciego.

Lori le dio un manotazo en la manopero él no la soltó dando un paso haciaella, pegándola contra la pared-Suéltame.- dijo casi sin voz por lo queestaba sintiendo.

Sin dejar de mirarla a los ojos,metió la otra mano por debajo de lacamiseta y la hizo gemir al acariciar supiel hasta llegar a su pecho.

-Yo no venía a esto- dijo él convoz ronca antes de apretar su pezónentre sus dedos.

-¿Y a qué venías?- sin poderevitarlo llevó sus manos hasta sus

hombros, mientras él metía su musloentre sus piernas, haciéndola gemir alsentir su sexo apretado a ella.

-Ya he conseguido el presupuestopara la feria –dijo él moviendo la manoque tenía sobre su camiseta y llevándolaa su espalda. La metió entre suspantalones y le acarició el trasero, antesde apretárselo con fuerza pegándola aél. Sus labios estaban tan cerca quepodía sentir su aliento.-Joder cielo,tienes la piel más suave del mundo.

Ella abrió la boca ligeramente,cerrando los ojos al sentir como susdedos la acariciaban íntimamente- Estáshúmeda, nena. Húmeda para mí.-dijocon voz ronca antes de besarla.

Lori pensó que se volvería loca por

todo lo que su cuerpo estaba sintiendo yse abrazó a su cuello cuando su lenguaentró en su boca, provocándole unaansiedad que nunca había sentido. Sebesaron casi con desesperación y Wadela agarró por la cintura levantándola,metiéndola en casa a toda prisa. Detrásde la puerta la volvió a dejar en el sueloy llevó sus manos al cierre de suspantalones cortos que cayeron al suelo.Lori sacó una pierna a toda prisa yrodeó su cadera, pero todavía llevabalas braguitas así que la tuvo que volvera bajar, gimiendo de frustración cuandoWade las arrastró por sus glúteos. Él seapartó un poco para bajárselas hasta lasrodillas y ella hizo el resto agarrándolede la camisa para que no se le escapara.

Gritó sobre su boca cuando se volvió apegar a ella y levantó la pierna librepara rodear su cintura. Wade apoyó unamano en la pared sobre su cabeza y dejóde besar sus labios para bajar por sucuello. Cuando volvió a subir, besósuavemente su labio inferior mientrasentraba en ella lentamente. Cerró losojos disfrutando del momento y se sentíatan bien que quería más. Wade la apretócontra la pared entrando en ellatotalmente- Te sientes tan bien- lesusurró contra sus labios.-Nena, mírame.Quiero que me mires mientras estoydentro de ti.

Abrió los ojos lentamente y Wadese movió con fuerza, haciéndola abrirlos ojos como platos de la impresión. El

placer que la recorrió incluso le diomiedo. Miedo a no volver a sentir algoasí nunca más.

-¿Estás bien?- susurró él sin dejarde mirarla saliendo de ella lentamente.

-Sí- respondió aferrándose a sucuello- No me dejes.

-No.La besó suavemente antes de

volver a entrar en ella con fuerza,haciéndola gritar de placer, provocandoque Lori ya no fue consciente de nadaexcepto de lo que Wade le hacia sentir,hasta que con un último empellón la hizoestremecerse en un intenso orgasmo, quela dejó sin aliento mientras Wadegritaba junto a su oído.

Respirando agitadamente y todavíaatontada, Wade soltó su traseroapoyando la mano en la pared al otrolado de su cabeza, dejándola libre. Ellaseguía pegada a él abrazándolo por elcuello y cuando se dio cuenta de que nola tocaba, fue consciente de que pasabaalgo. Lentamente levantó la cabeza de suhombro para mirarlo a la cara y vio lafrialdad en sus ojos verdes- ¿Qué estáspensando?

-No quieras saberlo. Suéltame,Lori.-esas palabras fueron como un jarrode agua fría para ella, que no pudoevitar expresar el dolor a través de susojos.- Suéltame, tengo que irme.

Al ver que ella no lo hacía, setensó cogiendo sus brazos y

apartándolos de su cuello- ¡Suéltame deuna puta vez!- al forzar sus brazos lehizo daño pero ella sólo podía resistirseporque no quería perderlo- ¡Lori!-laempujó contra la pared y vio como sesubía los pantalones a toda prisa-¡Mierda! ¡Sabía que esto iba a pasar!-gritó muy enfadado sin mirarla a la cara-¡Vístete!

Capítulo 4 Salió al porche dejándola allí de

pie temblando por dentro. Todavíaincrédula por lo que había hecho, seagachó vistiéndose lentamente. Fue hastael porche y allí estaba él apoyado en labarandilla mirando su ranchera.

-Creo que es mejor que te ocupestú de la feria de Shelby y de todo lodemás. No me siento capaz de seguir atu lado ni un minuto más.

El daño que le hicieron esaspalabras lo demostró cuando una enormelágrima cayó por su mejilla. No podíapronunciar una sola palabra por el nudoque tenía en la garganta y entró en lacasa cerrando la puerta tras ella.

Subió las escaleras lentamente y leescuchó llamarla, pero ella no respondióentrando en su habitación y cerrando conllave. Se metió en la cama vestida comoestaba. Ni se molestó en quitarse laszapatillas de deporte y lloró tapándosecon la almohada. Nunca había sentidonada igual. De un placer indescriptible yde sentirse inmensamente feliz, a latristeza y el dolor más profundos.Escuchó como se alejaba la camioneta ycuando su padre llegó a casa, le

preguntó desde fuera de su habitación sise encontraba bien. Ella le dijo que ledolía la cabeza pero que estaba bien ysu padre no insistió.

No pegó ojo en toda la noche hastacasi al amanecer y cuando su padrellamó a la puerta fue a abrir para que nose preocupara.- Hija ¿estás bien?-preguntó mirando su pálida cara y susojos hinchados.

-Sí- forzó una sonrisa- Estoy bien.Salió al pasillo para ir al baño y

cuando salió después de usar el water yde lavarse la cara, su padre seguía allícon los brazos cruzados sobre su monovaquero.- ¿Qué ha pasado?

-Nada- bajó las escaleras yrecordó las telas. Al mirar su camioneta

su padre dijo –Te las he metido en elcuarto de costura.

-Gracias, papá.Fue hasta la cocina y vio que su

padre ya había desayunado un bol decereales.-Te preparo unos huevos.

-No necesito huevos- la cogió porel brazo para volverla- ¿Qué ha pasado,hija? No te había visto así desde quemurió mamá.

Sus ojos se llenaron de lágrimas –No ha pasado nada.

-¿Es por Wade? ¿Ha pasado algo?-le acarició la mejilla y vio algo en sucuello que le hizo fruncir el ceño- Diosmío.- furioso se apartó de ella- ¿Se haacostado contigo, verdad?

-¿Qué? –sin darse cuenta se

sonrojó por la pregunta y su padremaldijo por lo bajo volviéndose hacia lapuerta.- ¿A dónde vas?

-¡A dar una vuelta!- gritó fuera desí.

-¡Papá!Le vio salir de la casa y se alarmó

cuando le vio subir a su camioneta conel rifle en la mano. Corrió hasta elporche llamándolo pero salióderrapando. Se pasó la mano por su pelotocando su herida sin querer yhaciéndose daño, pero no se paró apensar en nada más que en detener a supadre. Fue hasta la cocina y llamó alsheriff pues no tenía coche para seguirle.

-Oficina del sheriff.-Soy Lori McKensie. ¡Mi padre ha

salido con el rifle y creo que ha ido acasa de los Taylor a por Wade!

-Tranquilízate, Lori. ¿Qué quieresdecir con que va a por Wade?- dijo laayudante del sheriff, Meredith.

-¡Creo que va a matarle!- gritóhistérica.

-El sheriff va para allá y otrapatrulla también va de camino. Ahoratranquilízate. Me pondré en contactocontigo en cuanto sepa algo.

Muy nerviosa colgó el teléfono enla pared y sintió que no podía quedarsesin hacer nada. Corrió hasta el establodesesperada y se subió a Daisy a pelo,saliendo de allí a todo galope. Atravesósu finca y la de los Cassidy para llegaral rancho de los Taylor. Saltó la valla

sin pensar y galopando todo lo quepodía su yegua llegó hasta la gran casa.El coche del sheriff estaba en la puertapero no veía la camioneta de su padrepor ningún sitio. Gimió porque no estabaallí.

El sheriff salió al porche y sesorprendió al verla allí- Vuelve a casa,Lori.

-¿Dónde están?-Wade está en los barracones

hablando con los peones. Brody está conél.

Giró el caballo y se encaminó hastalos barracones mientras el sheriff legritaba que no fuera.

Escuchaba el coche tras ella perono se detuvo. Sólo se apartó para

dejarle pasar porque él era el único quepodía detenerlo. ¿En qué estabapensando su padre?

Cuando llegaron gimió al ver lacamioneta de su padre al lado delbarracón más grande y un montón degente arremolinada.- ¡Papá!-gritóbajándose de Daisy y empujando a loshombres para que la dejaran pasar.

Cuando llegó, gritó horrorizada alver a su padre con el pecho lleno desangre tirado sobre la tierra. Searrodilló a su lado muerta de miedo –Papá ¿qué has hecho?- llorando miróhacia arriba buscando ayuda y vio aWade con un revolver en la mano- ¿Túle has hecho esto?- gritó furiosa.

Wade no respondió mirando a su

padre. El sheriff estaba hablando por laradio que tenía sobre su hombropidiendo una ambulancia y ella volvió agritar- ¿Tú le has hecho esto?- preguntófuera de sí.

Wade la miró y le dijo- Nena, losiento yo…

El desgarrador grito de Lori lespuso a todos los pelos de punta y selevantó para abofetearlo con fuerza –¡Maldito cobarde! ¡Te odio! –le gritócomo una loca.- ¡Ójala no te hubieraconocido nunca!

-¡Lori!- Brody la agarró por lacintura separándola y le sujetó losbrazos –Tranquilízate, Lori. He sido yoel que ha disparado a tu padre. Iba adisparar a Wade y me adelanté.

Asombrada se volvió para ver alque había creído su amigo y siseóempujándolo- No me toques.

Su padre se quejó y se arrodillóotra vez a su lado muy asustada- ¿Papá?-abrió los cierres del peto vaquero quellevaba y desesperada desgarró lacamisa por la mitad. Muy nerviosa vioque el agujero estaba sobre el hombroderecho. –Te vas a poner bien ¿meoyes?

A su espalda el sheriff cogió elrevolver y también el rifle de su padre,mientras ella taponaba la herida con lamano –Te vas a poner bien. AdemásKelly está de camino…

Su padre le acarició la mejilla- Miniña…

Sin darse cuenta de que estaballorando sonrió- Podrás volver locas alas enfermeras.

-¿Qué te ha hecho para provocarteese dolor?

Se miraron a los ojos- Nada. Esetema está muerto y olvidado parasiempre. Y nunca más hablaremos deello.

Su padre desvió la vista sobre ellapero Lori no se volvió sabiendo queWade estaba allí.

-Steven, yo…-Apártate de mi vista- dijo su padre

fríamente.- Y nunca te acerques más alos McKensie. Como te vea cerca de mihija, te mato.

-Vamos, Wade- dijo Brody muy

nervioso- Déjalos tranquilos.-Taylor, apartaros de ellos- dijo el

sheriff muy serio con la mano en laculata de la pistola que tenía en sufunda.- No bromeo. Apartaos o tendréque deteneros.

Escucharon la sirena de laambulancia y ella sonrió a su padre- Yaestán aquí. La doctora Peters te dejarácomo nuevo.

-La granja…-No te preocupes ahora de eso-

susurró ella antes de agacharse y darleun beso en la mejilla.-Tú ponte bien, quees lo único que me importa- le rogó.

-Nunca te dejaría.- su padre leacarició la cabeza- Eres mi niña.

Llorando levantó la cabeza para

ver como la doctora Peters se acercabacorriendo llevando una camilla con suayudante. Dejó caer una bolsa a su ladoy se arrodilló al otro lado de su padre-Nunca me dais trabajo y en menos deuna semana dos sustos.- dijo abriendo labolsa y poniéndose unos guantes delátex.- Aparta las manos, Lori.

Ella lo hizo y sus manos temblaroncon evidencia manchadas de sangre. Delpequeño agujero salió sangre y ellapalideció agarrando la mano de supadre. –No es gran cosa, Steven –dijo ladoctora con una sonrisa- Si hubierasvisto los desastres que arreglaba enDetroit…

-Me lo imagino, Rebeca-dijo supadre sonriendo.

-¿Se pondrá bien?- preguntóasustada.

La doctora la miró con sus ojosmarrones- Le sacaremos la bala y estarácomo nuevo en unos días.

Las lágrimas de alivio corrieronpor sus mejillas y asintió sonriendo. –¿Ves papá? ¿No te dije que ella tearreglaría?

-Sí, mi niña.Lo subieron a la camilla y el sheriff

la cogió del brazo- Ven, te llevaré alhospital.

-Daisy…-No te preocupes por ella. Mis

chicos se encargarán de la yegua y de lacamioneta.

-Papá, te veré allí.

-Tranquila, hija. Rebeca cuida demí.-dijo camino de la ambulancia.

Los peones se apartaron de sucamino mientras el sheriff laacompañaba hasta el cuatro por cuatro.La ayudó a subir y nerviosa por perderde vista a su padre, miró a su alrededor.Vio a Wade y a Brody mirándola desdecerca de la ambulancia. Sin querer susmiradas se encontraron a través delparabrisas y ella expresó todo su odioen sus ojos azules antes de desviar lamirada. Nunca más volvería a pensarque ese hombre pudiera ser la personacon la que quería compartir su vida.Para ella como si hubiera muerto.

Afortunadamente ni siquiera

tuvieron que operar a su padre conanestesia general. A las tres horasestaba en su habitación viendo latelevisión y ella sonrió aliviada antes dedecir –Voy a ir a casa a hacer las tareas.

-Hija, ¿por qué no contratas aalguien mientras estoy impedido?

-No podrás mover el brazo en unosdías y no podrás trabajar en un mes.Puedo encargarme de lo que hay quehacer en ese tiempo- dijo dándole unbeso de despedida en la mejilla. –Asíme distraeré.

Su padre mirándola a los ojosentendió y apretó los labios antes dedecir- Ordeña a Losie. Está mañanatodavía no lo había hecho cuando…

-No te preocupes- fue hasta la

puerta no queriendo recordar lo quehabía pasado esa mañana, ni el díaanterior. Ni desde que había conocido aWade Taylor porque sólo le había dadodisgustos.

Al salir al aparcamiento el sheriffestaba allí- Tenemos que hablar.-dijotendiéndole las llaves de la camioneta.

-¿Sobre qué?-¿Qué ha pasado?- dijo el hombre

mirándola apartando su sombrero haciaatrás.

-Nada. Un malentendido que haacabado mal.

-Podía haber acabado mucho peor.Si lo que dicen los testigos es verdad…-dijo muy serio- Wade Taylor es unauténtico cabrón que se merecía un tiro

entre ceja y ceja.-¿Qué dicen los testigos?- preguntó

asustada.-Que tu padre bajó de la camioneta

con el rifle, gritándole a Wade que eraun sinvergüenza. Que se había acostadocontigo sabiendo que tú estabasenamorada de él y que después te habíadestrozado.- una lágrima cayó por sumejilla y el sheriff la miró con pena- Tupadre le exigió saber qué te había hechopara pegarle un tiro conociendo todo loque había pasado. ¿Es cierto, Lori?

-¿Tengo que contestar esapregunta? Ha sido mi padre el que alfinal ha salido perjudicado.

-Brody todavía tiene el susto en elcuerpo. Al ver a tu padre y a Wade

desarmado pensó lo más rápido quepudo y disparó a tu padre en el hombrocon la esperanza de que se detuviera ahí.Afortunadamente le salió bien, porquepodría haber destrozado su vida parasiempre con este asunto.

-No le deseo nada malo a Brody-dijo dejando claro que Wade podíapudrirse.- Ahora me voy a casa quetengo mucho que hacer con mi padre enel hospital.

El sheriff asintió- No sepresentarán cargos por ninguna de lasdos partes. Ha sido un incidente que notendrá más consecuencias. Esto se acabaaquí. Díselo a tu padre porque comohaya algún problema más, seré yo el quetome cartas en el asunto.

-Como dije en casa de los Taylor,este tema está muerto y enterrado.- pasóa su lado y se subió a la camioneta bajosu atenta mirada.

La sorpresa se la llevó al llegar acasa y ver a su prima en el porchetomando una limonada. – ¿Qué hacesaquí?

-Quería darte una alegría-respondió mirándola atentamente-Diosmío ¿eso es sangre?- preguntópalideciendo. Su prima no soportaba lasangre.

-Siéntate- dijo acercándose yayudándola a sentarse.-Sólo me faltabaque te desmayaras tú.- se sentó a su ladoy bebió todo el vaso de limonada. Miróa su prima y sus ojos se llenaron de

lágrimas.-Dios mío, Lori. ¿Qué te ha

pasado?Abrazó a Kelly y su prima la

correspondió –Llora todo lo quequieras. Desahógate.

Entre sollozos explicó todo lo quehabía ocurrido y su prima no se loterminaba de creer. -¿El tío le amenazócon un arma? ¿Y le han pegado un tiro?¡Se van a enterar!- gritó indignada. –¡Nadie se mete con los McKensie y sequedan tan campantes!

Lori parpadeó sorprendida por sureacción- No vas a hacer nada ¿meoyes? ¡Esto se acaba aquí!

Su prima enderezó los hombros-Ya veremos. De momento vamos a

ordeñar esas vacas.-¡Si tú nunca has ordeñado una

vaca!-Pues ya va siendo hora.- dijo

levantándose. –Tengo mucho queaprender.

La compañía de su prima la hizolevantar el ánimo y durante los díassiguientes se sintió mucho mejor.Trabajaba muchísimo desde el amanecerhasta que sus ojos se cerraban de tantocoser, pero lo agradecía porque así nopensaba en todo lo que había pasado.

Su padre volvió a casa y lo tratabacomo un rey, haciéndole toda la comidaque le gustaba y todo lo que le apetecía.Su padre y su prima la miraban como siestuviera a punto de estallar en

cualquier momento. Pero elladisimulaba lo destrozada que estaba pordentro a cada minuto del día. A vecessola en su habitación de costura llorabay después se recriminaba a sí misma sertan estúpida.

Llegó el sábado siguiente y por lo

tanto tenía que ir al partido de fútbol quehabían organizado los hombres. Leshabía dicho a la asociación de amas decasa que llevaran comida para vender yella habían hecho varias tartas y unasempanadillas de carne. Su padre noquería ir, pero Lori le insistió que noquería que se lo perdiera por algo quenunca debería haber pasado. Tenían queseguir con sus vidas sin importarles que

los Taylor estuvieran allí.Al llegar al partido veinte minutos

antes, se dio cuenta que varias personasse les quedaban mirando. Seguramenteesperando más drama. Ella con lacabeza muy alta fue hasta el puesto decomida y vio a la señora Hornerhablando con varias mujeres paraorganizar los turnos. Después habría unbaile, así que el puesto no podíaquedarse vacío.- Oh, querida Ya estásaquí.

-He traído unas empanadillas decarne también- dijo dejando la bandejasobre la mesa.

Su prima iba tras ella y sonrió a laseñora Horner- Le presento a mi primaKelly McKensie.

-Encantada, niña- dijo dándole lamano- Tengo entendido que te quedarásvarios días con nosotros.

-Sí, estoy de vacaciones.-Me alegro mucho de que Lori

tenga compañía. Es una de las mejoreschicas del pueblo.

-Es la mejor prima que se puedetener.

-Callaros de una vez- dijo Loriavergonzada haciéndolas reír.

Decidió que ella se quedaría en elpuesto la primera parte del partido y suprima decidió quedarse con ella ya queno le gustaba el fútbol. Se enfrentaban elequipo del instituto los Tigers contra losLions, que eran de un instituto de unpueblo cercano. Así que la rivalidad

estaba garantizada. Las gradas estaban arebosar y estuvieron muy ocupadasvendiendo perritos y palomitas.Afortunadamente de las bebidas seencargaban en otro puesto porque sinono hubieran dado a vasto.

-¿Me sirves un pedazo de tarta deLori, por favor?- al oír esa voz Lori setensó y vio como su prima cogía el platode papel sonriendo ampliamente aBrody. –Tú no eres de aquí.

-No, estoy de vacaciones- dijoextendiendo la mano abiertamente –Kelly McKensie.

Brody sonrió estrechándola – Yosoy Brody Taylor.

Su prima no perdió la sonrisa enningún momento y Lori suspiró aliviada

llenando un envase de palomitas.-Cinco pavos- dijo Kelly sirviendo

la tarta de chocolate sobre el plato.Brody le dio diez y dijo- Lo demás

para la causa.-Gracias, generoso.Lori se volvió para ver como le

estampaba la tarta en la cara a Brodydejándolos a todos con los ojos comoplatos. Kelly sonrió metiendo los diezdólares en el bote y después apoyó lasmanos en la barra- ¿Quieres más tarta?

-No- dijo Brody pasándose lasmanos por los ojos-Estoy servido.

-Bien. ¡Siguiente!Todos pasaron hacia la zona de

Lori mirándola como si estuviera loca yKelly se echó a reír- Tranquilos, chicos.

No queda tarta de chocolate.Eso hizo reír a varios mientras

Brody se apartaba del puesto todavíacayéndole restos sobre su impecablecamisa blanca.

-¿Qué haces?- preguntó Lorimirándola como si quisiera matarla.

-Divertirme.- le guiñó un ojo ysiguió sirviendo a la gente.

Diez minutos después aparecióBrody con una máscara de protección dejockey y Lori le vio acercarse a Kelly.-¿Otra vez tú?- preguntó su prima condescaro con una mano en la cadera.

-Unas palomitas, por favor.-Te crees muy gracioso ¿verdad?Brody sonriendo irresistiblemente

se levantó la mascara sobre la cabeza y

Kelly le tiró a la cara un batido de fresaque le acababan de llevar. Lori reprimióuna risa al ver la cara de sorpresa deBrody, pero todos los que estaban allíno se cortaron en absoluto. Lascarcajadas mientras se bajaba lamáscara y se volvía a ir gruñendo,hicieron que por primera vez en días seriera a gusto. Kelly la miró y dijodivertida- Es un poco tonto ¿verdad?

-Le gustas- al decir esas palabrasperdió la sonrisa y pensó en Wade. Sedio la vuelta para disimular haciendootra cosa.

-¿Estás bien?Simuló una sonrisa- Claro. Vamos

ganando.-Y ganaremos.

La manera en que lo dijo debióponerla alerta, pero estaba tanensimismada en sus cosas que no se diocuenta. Estaban acabando su turnocuando Brody volvió con una bolsaindustrial de basura con tres agujerospara meter la cabeza y los brazos. Lorise cruzó de brazos y Kelly apoyó losantebrazos sobre el mostrador viendoque se había lavado pues tenía húmedosu cabello negro - Has vuelto.

-¿Me das unas palomitas, porfavor?

-Claro- fue hasta la zona de laspalomitas y cogió un envase. Lo llenóhasta arriba y cogió la sal echándolessobre ellas una cantidad enorme. Seríanimposibles de comer. Las puso sobre el

mostrador y sonrió radiante- Sietepavos.

-Un poco caras ¿no?-Tenemos precios especiales para

los pesados. Además es una buenacausa, así que suelta la pasta. –alargó lamano y Brody le dio diez dólares. Ellalos echó en el bote sin darle la vuelta.

Brody sonrió y le dijo- ¿Quieresquedar conmigo luego y te enseño esto?

-Esto ya lo conozco y no iríacontigo ni a la vuelta de la esquina.

-¿Y un baile?-Ni un paso.-Entonces de un beso ni hablamos.-Antes prefiero besar a un cerdo.-

Lori abrió los ojos como platos y vio aBrody todavía más interesado. Aquello

era increíble. Estaba totalmenteinteresado en ella. Si lo hubieran hechoa propósito no hubiera salido mejor-Además no tengo hermanas, así que no tevalgo.

Eso le hizo perder la sonrisa aBrody que miró a Lori sin querer. Estalevantó la barbilla esperando a quedijera algo, pero su prima se leadelantó- ¿Por qué no te largas con tuhermanito?- preguntó con burla.-Seguroque os divertís mucho juntos.

Brody apretó los labios antes dearrancarse la bolsa de basura y hacerlauna bola con las dos manos. Variosparroquianos no perdían ojo y Lori seempezó a incomodar, así que susurró-Kelly, tenemos trabajo.

Kelly se volvió para mirarla y alver sus ojos asintió. Le dio la espalda aBrody y él le tiró la bolsa de basura a lacabeza. Kelly entrecerró los ojosmirándola y Lori abrió los suyos comoplatos antes de que su prima saltarasobre el mostrador tirándose sobreBrody, que del impulso cayó deespaldas. Lori chilló mientras quevarios animaban a Kelly y varios aBrody, que no se podía quitar a Kelly deencima mientras le arañaba la cara.Brody consiguió darle la vuelta pero nose esperó la patada en la entrepierna quele dio su prima-¡Eso es para que osmetáis con las McKensie!- le gritó a lacara levantándose mientras él seagarraba las pelotas doblándose sobre sí

mismo. La cara de dolor de Brody hizogemir a los hombres que apretaron laspiernas en solidaridad, mientras suprima apartaba su espesa melenacastaña. Cogió otra porción de tarta y sela restregó por la cara.-Esta la pago yo.

Se pasó al otro lado del mostradorcomo si nada mientras llegaba el sheriffapartando a la gente-¿Qué coño pasaaquí?-Al ver a Brody gimiendo en elsuelo arrodilló una pierna a su ladohaciendo un gesto de dolor.- ¿Estás bien,chaval?-varias risitas femeninas lerodearon.- ¿Quieres hielo?- miró a sualrededor y las vio a ellas al otro ladodel mostrador.- ¿Quién ha sido?

Kelly sonrió radiante- Queríatarta.-dijo como si eso lo explicara todo.

-¿Eres tonto, Taylor? ¡Estásjugando con fuego!- le dijo el sheriff aBrody como si fuera estúpido.

Wade apareció con su padre y vioa su hermano en el suelo. Lori se tensócon evidencia cuando las miró muy serioantes de acercarse a su hermano- Brody¿estás bien?

-Llévame al médico- dijo casi sinvoz.-Me ha roto las pelotas

Las risas a su alrededor hicieronque Wade se enfadara- ¿Qué pasa? ¿Notenéis nada que hacer?

Varios negaron con la cabeza yWade furioso cogió a su hermano delbrazo para ayudarle a levantarse.Entrecerró los ojos mirándolas- Esto nova a quedar así.

-¿Lo ha oído, sheriff?- preguntóLori mirándolo con odio.

-Perfectamente.- dijo dándo unpaso hacia los Taylor- Dejarlo estarchicos o me veré obligado a intervenir.Esto que ha pasado no es nadacomparado con lo que podría pasar.

El gran Taylor para sorpresa detodos sonrió cruzándose de brazos y seacercó al mostrador- Lori preciosa,ponme un trozo de esa tarta que vas allevar al concurso.

Lori miró sorprendida al padre,que no parecía en absoluto afectado portodo lo que estaba ocurriendo y enrealidad no tenía ninguna culpa. Comosu padre tampoco. Fue hasta su tarta detres chocolates y le sirvió un buen

pedazo. Se la puso ante él con untenedor mientras todos la observaban.

-Aquí tiene- dijo poniéndoseladelante.

El gran Taylor le guiñó un ojosacando un billete de cincuenta ydejándolo sobre le mostrador. Cogió eltenedor y la probó mientras sus hijos lomiraban como si estuviera chiflado- Lamejor tarta de chocolate que he probadonunca.

Lori sonrió –Gracias.- metió elbillete en el bote como había hecho suprima y se cruzó de brazos. El hombrese echó a reír a carcajadas y con el platoen la mano se fue saboreando su tartamientras sus hijos las miraban con losojos entrecerrados.

-Vamos, Brody- dijo agarrándolopor la cintura, colocando su brazoalrededor de su cuello.

-Esto me pasa por intentar llevarmebien con ellas.-dijo entre dientes.

Kelly alzó una ceja antes de gritar alos cuatro vientos- ¡Espero no habertedejado impotente! ¡Muchas hermanas sesentirían desilusionadas!

Wade miró a Lori como si hubieracometido un delito al contárselo y ellapuso cara de sorpresa- ¿Acaso era unsecreto? –las risas las rodearon porquelo sabía todo el mundo.-¡Largaros deuna vez Taylor, antes de que mi prima seenfade!

Las carcajadas las rodearon. Kellyla cogió por los hombros pegándola a

ella y se echaron a reír mientras ellos seiban.

Capítulo 5 Cuando terminaron su turno,

decidieron comer un perrito calienteviendo la segunda parte del partidomientras lo acompañaban con unacerveza. Su padre se sentó a su ladopara animar a su equipo y cuandoterminó el segundo tiempo dijo que seiba con unos amigos a jugar una partidade póker, a unas mesas plegables que sehabían colocado para los mayores.

-Tengo que ir al baño- dijo Kellymirando a su alrededor- ¿Dónde está?

-Espera, que te acompaño.Fueron hasta la parte de atrás de

las gradas, donde había un pequeñoedificio con dos baños. Uno parahombres y otro para mujeres. Esperaronque saliera la chica que estaba dentro yKelly entró a toda prisa. Distraída conel escote de su camiseta, gritó cuandoalguien le tapó la boca cogiéndola por lacintura y la arrastró hasta detrás de unacamioneta.

Al ver a Wade le golpeó en elhombro mientras la soltaba- Tienes quedetener esto –le dijo él entre dientes. –Brody no se merecía lo que tu prima hahecho.

-No sé como tienes el descaro deacercarte a mí – dijo ella antes demeterle una patada en la espinilla.

Wade gruñó y la cogió por lacintura pegándola a él- Nena, lo siento.Te juro que si hubiera sabido lo que ibaa pasar…

-¡Suéltame, maldito cerdo!-Lori- la cogió por la barbilla para

que lo mirara- No quería hacerte daño.-ella cerró sus ojos porque no quería nimirarle.-Todo se me fue de las manos,pero nunca hubiera querido hacertedaño. Por eso te pedí que te alejaras demí.

Intentó soltar su barbilla pero élapretó los dedos alrededor de su cara-¡Mírame, Lori!

-Púdrete.-Lori ¿dónde estás?- la voz de su

prima llegó hasta ella y abrió los ojosviendo los de Wade mirándola condeseo.

-Nena- susurró antes de besarlasuavemente en los labios. Se sintióimpotente al derretirse entre sus brazosy sin querer una lágrima cayó por sumejilla mojando la suya. Wade se apartóy la miró torturado- Lori, por favor.Cometí un error. He sido un idiota, perote juro no quería hacerte daño.

-Suéltame.Él lo hizo lentamente y Lori le dio

un tortazo que le volvió la cara- No teacerques más a mí. ¡Me das asco!- dijoantes de salir corriendo.

Su prima la vio llegar y supo lo quehabía pasado al ver a Wade tras ella.Furiosa le señaló-Aléjate de ella ¿meoyes? ¡Sino te juro que lo vas a pagar!

Lori la cogió por la muñeca y tiróde ella hacia la camioneta- Por favor,llévame a casa.

Su prima la siguió hasta lacamioneta, pero cuando se subieron suprima no arrancó.- ¿Kelly?

Miraba a través de la lunadelantera como si quisiera matar aalguien. –Kelly ¿estás bien?

Volvió la cara para mirarla y ledijo – ¿Qué estás haciendo, Lori?

-¿Qué quieres decir?- cada vezestaba más confundida con su actitud.

-Estás enamorada de él, ¿y ahora

caes en sus brazos después de lo que teha hecho? ¿Qué clase de McKensie erestú?

Se sonrojó intensamente y despuéspara sorpresa de su prima se echó allorar tapándose la cara- ¡Deja de llorarde una maldita vez!- le gritó furiosa.Levantó la cabeza alucinada- Tienes quehacerle sufrir. ¡Tiene que rogarte yhumillarse para no se le vuelva a ocurrirnunca en la vida volver hacerte daño nipor casualidad! ¿Ves como he tratado aBrody? ¿Crees que no volverá? ¡Mañanamismo tendré unas flores en casapidiéndome perdón por ser tan patán!

La miró como si estuviera locadespués de la paliza que le había dadohumillándolo ante todo el pueblo- ¡No lo

hará!-¡Claro que sí! Se disculpará

porque os ha hecho daño y sois mifamilia. ¡Se dará cuenta que no tenía quehaber sido tan descarado y me pedirápendón! ¡Y me pedirá otra cita despuésde disculparse! ¡Porque los hombres sonasí, sólo quieren lo que se les resiste!-la miró como si fuera tonta- ¿Por quécrees que Wade ahora te persigue?-suteoría era tan alocada que hasta teníasentido.-Veo que lo vas entendiendo.¡Durante años se te resistió y cuandoempezó el enfrentamiento os acostasteis!

-Pero después…-¡Seguro que dijiste algo o hiciste

algo con lo que él pensó que estabacazado!-Lori recordó ese día y se

sonrojó por como se abrazó a élpidiéndole que no la dejara- Lo sabía.

-Pero si se resiste entonces es queno quiere nada conmigo.

-¿Tenemos la misma sangre? Esatontería de las hermanas puede que leimpidiera estar con una mujer cuando nola quería, pero cuando te enamoras loolvidas todo con tal de estar con lapersona que amas. Y él hace unosminutos estaba a tu lado rogándote.

-¿Le oíste?-Claro. –la sujetó por la barbilla-

Lo siento nena, no quería hacerte daño.-dijo con burla.-Maldito mentiroso.¡Sabía de sobra que te hacía daño alplantarte después de haberse acostadocontigo! ¡Y aún así se fue!

-¿Qué estás proponiendo?-preguntó desconfiada.

-Vengarnos. Y después casarnoscon ellos, claro.

-¿Quieres casarte con Brody?- elasombro de su cara hizo reír a su prima.

-¿Sabes lo que es el amor aprimera vista?

-Sí.-¿Pues entonces para qué

preguntas?- miró al frente y se mordió ellabio inferior pensando alguna maldad,seguro.- ¿Cual es su coche?

Lori entrecerró los ojos –Espera,tengo que pensar en esto.

-¡Deja de pensar y actúa! Por Dios,no puedo creer que seamos familia.

-No seas pesada-se pasó una mano

por sus rizos rubios y vio los ojos deWade unos minutos antes. – ¿Seguro quesi le hago la vida imposible caerá?

-¿Que si caerá? En dos mesesestarás casada y sino funciona te habrásvengado para olvidarlo para siempre.

-Así que no pierdo- dijoentrecerrando los ojos.

Kelly sonrió – ¿Cual es su coche?-La ranchera roja. Es nueva. Tiene

tres meses.-Pues esto le va a encantar- dijo

abriendo su bolso y sacando laca deuñas rosa pálido.

Lori sonrió- ¿Qué vas a hacer?-Lo vas a hacer tú. Es tu bautismo

de fuego. Vete a su ranchera y ponle enel limpiaparabrisas, Capullo veloz.

Lori abrió los ojos como platosantes de partirse de la risa y cogió elfrasquito de su mano antes de salir delcoche.

-Yo vigilo.Se acercó a toda prisa mirando a su

alrededor y como todo el mundo estabaal otro lado de la grada, tenía el caminodespejado. Abrió el frasco y comoestaba demasiado alto para escribirdesde el suelo, se apoyó en el neumáticodelantero antes de subirse al capó yempezar a pintar la luna. Cuandoterminó, la verdad es que le habíaquedado muy bien y sonrió divertidaesperando ver su cara.

El sonido de un claxon lasobresaltó y resvaló por el capo del

coche, rallándolo con el tacón de suzapato, para caer al suelo ante unasbotas marrones. Gimió al levantarlentamente la mirada y vio unospantalones caqui. La pistolera del sheriffla hizo gemir en alto y cuando llegó a sucara, la miraba como si estuvieracometiendo una travesura- Lori- dijoalgo divertido intentando mirarlasevero- Eso no está bien.

-Me ha acorralado en el baño- dijolevantándose de un salto.

El sheriff sonrió y miró a sualrededor- Entonces escapa antes de quete pille.

-Gracias- dijo radiante antes desalir corriendo hacia su camioneta. Suprima la vio subir y cerrar la puerta de

golpe –Menuda vigilante estás hecha.-Es muy listo. Salió de la nada.La miró como si estuviera loca y

escucharon que el partido terminaba. Elsheriff movió la cabeza de un lado a otroriéndose y volvió a la fiesta.

-Está bien tener a las autoridadesde nuestra parte.

-Me conoce de toda la vida. ¿Quéhacemos ahora?

Su prima salió del coche- Volver ala fiesta y bailar hasta oír sus gritos.Entonces nos reiremos en su cara porqueno tienen pruebas.

Volvieron a la fiesta y se pusierona bailar, pues el grupo que tocaba eramuy bueno. Estaban bailando con doschicos del equipo local cuando vieron a

Wade y a Brody, que ya parecíarecuperado, al borde de la pistaimprovisada. Las miraban como sifueran un objetivo y Kelly le guiñó unojo a Lori que pasaba a su lado.

El chico bailaba muy bien y lallevó por toda la pista dando vueltas.Cuando pasó al lado de Wade, ellafingió que perdía el paso y le pisó lospies con fuerza haciéndolo gemir.

-Oh, perdón.- se volvió paraabrazar al chico que siguió bailandoalejándola.

Kelly, que lo había visto todo, sereía a carcajadas y Brody apretó loslabios. Una chica se acercó a Wadecogiéndolo del brazo, pero la ignoró sindejar de mirar a Lori. En cuanto se

terminó el baile otros dos chicos seacercaron a ellas. Se pusieron a bailaruna lenta y cuando Lori los miró dereojo, vio como el sheriff les entregabados vasos de bebida. Se imaginó quesería cerveza y giró la cabeza haciaKelly que no había perdido detalle.Wade entrecerró los ojos cuando los vioacercarse, aunque Lori hablaba con elchico normalmente diciéndole quehabían jugado muy bien. Justo en esemomento terminó la canción y ambasestaban de espaldas a ellos.

Después de despedirse de loschicos se volvieron lentamente y semiraron a los ojos- ¿Queréis bailar?-preguntó Kelly mirando a Brody parahacer las paces.

-¿Seréis buenas?- preguntó elhermano de Wade deseando bailar consu prima. Se la comía con los ojos, peroLori estaba mirando a Wade con rencor.

-Claro. -chasqueó la lengua y lasdos levantaron las manos a la vezgolpeando la parte inferior de los vasosprovocando que la cerveza saltara a suscaras. Se apartaron riendo mientrasellos se limpiaban los ojos y estaban apunto de abandonar la pista cuando aLori la cogieron por el brazovolviéndola de golpe. Wade la mirabacomo si quisiera darle una paliza y lapegó a él abrazándola por la cintura-¿No querías bailar?- preguntó entredientes.

-Ahora no me apetece.-dijo

intentando apartarse empujando sushombros mientras las gotas de cervezacaían sobre su cara.-Me estás mojando-protestó arqueando más la espalda.

-Perdona, pero es que acabo detener un accidente. Cierta chica está unpoco torpe- empezó a bailar y ella lesiguió sin poder evitarlo. Al mirar a sualrededor vio que Brody había hecho lomismo con Kelly pero no hablaban.Simplemente se miraban a los ojos.-Lori…

-No me hables.- miró a sualrededor y vio a su padreobservándolos con los brazos cruzadosmientras el sheriff le decía algo al oído.-¡Mi padre está ahí, suéltame!

Wade miró hacia él y apretó los

labios antes de decir – ¡Lori, esto nopuede seguir así!

-¿Así cómo?-Podemos arreglarlo- le acarició la

espalda- Todavía no es demasiadotarde.

Lori lo miró incrédula- ¿Qué no estarde?

-Te alejé por una razón…-¡Y yo te pido que te alejes ahora!-

le gritó a la cara.- ¡Sigo sin tenerhermanas!

Se soltó de su abrazo y Wade lavio alejarse apretando los labios. Suprima se soltó de Brody y corrió trasella.- ¡Lori, espera!

Fueron hasta el aparcamiento y supadre las siguió, al igual que Wade y

Brody. Cuando vio su camioneta jurópor lo bajo y le gritó-¿Esto lo has hechotú?

Lori sonrió mirando el enormeletrero- Capullo veloz.- se encogió dehombros- Yo hubiera puesto muy veloz.-se volvió hacia su camioneta mientras supadre reprimía una risa y Kelly se rió acarcajadas.

-Kelly, no tiene gracia- dijo Brodyenfadado.

-Claro que la tiene. –se subió a lacamioneta y sacó la cabeza por laventanilla- Quien juega con fuego seacaba quemando.

-Lo mismo digo –dijo Wademirándolas como si quisiera matarlas.

-¿Otra amenaza?- preguntó Lori

sacando su cabeza por la ventanilla- ¿Loha oído, sheriff?

Los Taylor miraron a su alrededory detrás de ellos estaba el sheriff con losbrazos cruzados. –Chicos, dejarlo ya.No vais a ganar con ellas. Dejarlas enpaz.

-Eso ya lo veremos.-dijo Wadefurioso. – ¿Creéis que podéis jugar connosotros? ¡Os vais a enterar de quienson los Taylor!

-Uy, que miedo- dijo Kelly antes deecharse a reír para arrancar lacamioneta acelerando varias vecescomo si los fuera a embestir. Saliólentamente del aparcamiento mientras sereían a carcajadas por su cara deenfado.

Cuando llegaron a la carretera Loridivertida miró a su padre que movía lacabeza de un lado a otro con una sonrisaen los labios. – ¿No estás enfadado?

Le miró sorprendido- Cariño ¿porqué iba a enfadarme? Lo que pasó fueúnicamente culpa mía. No tenía quehaberme metido en vuestros asuntos. Lohe hablado con el gran Taylor y nosmantendremos al margen. Lo que pasófue que actué sin pensar. No volverá apasar.

Kelly sonrió diabólicamente y Lorise echó a reír- Miedo me das.

-Se me está ocurriendo algo…-¿Y es ilegal?-Por supuesto.Su padre puso los ojos en blanco

provocando sus risas que continuaronhasta llegar a casa.

A las tres de la mañana su prima la

despertó moviendo su hombro- Kelly, nofastidies tengo que levantarme en doshoras para hacer las tareas.

-Vístete- susurró.-Y no hables tanalto que tu padre se va a despertar.

-¿Me visto de negro?- preguntódivertida al verla a ella.

-Por supuesto.Se puso unas mallas negras y una

camiseta de manga larga negra- Me voya asar.

-Deja de protestar ¿quieres?Se puso la mochila que no había

visto al hombro y la vio atarse las

zapatillas de deporte.- ¿Qué vamos ahacer?- se levantó de la camarecogiéndose el pelo en una cola decaballo.

-Me han dicho que los Taylortienen dos caballos preciosos.

-No les haremos daño ¿verdad?-preguntó asustada.-Son unos pura sangrepreciosos de pelo negro.

-Apuesto a que son hermanos.-respondió irónica abriendo la mochila ysacando un bote de pintura roja.

Abrió los ojos como platos- ¿Esoles hará algo? Espera, que lo miro enInternet.

-Déjate de Internet. Es pintura enspray. No se la van a comer.- la cogiópor el brazo y tiró de ella hacia la

puerta.-Vete pensando en lo que le vas aescribir porque después no podemosestar allí una hora para que te decidas.

-Tienes una lengua viperina.-Gracias.Se acercaron al rancho de los

Taylor todo lo que pudieron con lacamioneta y después fueron corriendohasta el establo que a esas horas estabacerrado. Sigilosamente abrieron lapuerta y entraron volviendo a cerrarlapor dentro.- Coge esto.- le tendió unalinterna y ella la cogió encendiéndola –Bien, vamos allá.

-Date prisa. Como nos pillen aquí,nos pegarán un tiro antes de preguntar.

Kelly la siguió mientras ellabuscaba a los caballos. Iluminó unos

carteles –Estos. Brutus y Cayo.-Serán tontos. ¿Cual es el de

Brody?-Cayo.Abrieron la mochila y cada una

cogió un bote de pintura- ¿Son todos delmismo color?

-Rojo y rosa. El negro no nos vale.Miró su bote y era el rosa. Lo batió

con fuerza y abrió la puerta- Tencuidado.

Se acercó al caballo y con lalinterna en alto puso en letra muy clara“Me tiro a mi caballo” y después ledibujo un artístico corazón con la letrauve doble dentro. Cuando terminó pasóal de al lado donde su prima estabaterminando. Al verlo reprimió una risa

al leer “Me pone montarte” y despuéstuvo el descaro de escribir una K defirma.- ¿Qué haces?

-Tienen que saber que hemos sidonosotras. Sino ¿qué gracia tiene?

Cogió su spray y volvió a Brutuspara poner una L. Cuando terminósalieron de allí a toda prisa, pero Kellyquiso más. Cogió el spray y escribió enla puerta del establo en negro“Sorpresa”

-Serás mala.Echaron a correr y para su sorpresa

vieron pasar la ranchera de Wade por elcamino-¿De dónde vendrá a estas horas?- preguntó mosqueada.

-¡Genial! Lo vamos a ver endirecto.

Wade bajó de la camioneta ante lacasa e iba a entrar en casa cuandolevantó la vista y vio la puerta delestablo. –Me cago en….-corrió haciaallí mientras ellas se reían tapándose laboca, escondidas tras unos árboles-¡Joder! ¡Lori, te vas a enterar!- gritófuera de sí. Salió furioso del establo ymiró a su alrededor. – ¡Lori! ¡Ya puedescorrer porque cuando te coja….

Las luces de la casa se empezarona encender y Kelly iba a irse pero Lorisusurró – ¿No quieres ver la reacción deBrody?

Eso la hizo detenerse y miró haciala casa donde Brody salió corriendo envaqueros y sin camiseta –Uff, no sepuede estar más bueno- susurró su

prima.La miró divertida y cuando Brody

le preguntó a su hermano qué pasabaWade gritó mirando a su alrededor-Míralo tú mismo.

Brody entró en el establo- ¡Mierda!¿Cayo, qué te han hecho?

Se echaron a reír sin disimular yWade miró en su dirección. –¡Vámonos!- dijo ella viendo que setensaba. Chillaron cuando lo vieronechar a correr en su dirección llamandoa Brody que salió tras él.

-¡Corre, Kelly!- gritó viendo lacamioneta. Al volver la vista atrás,chilló de miedo al ver que Wade seacercaba a toda prisa.

Se subió a la camioneta y arrancó

pero el motor no respondió. Kelly sesentó a su lado gritando – ¡Arranca!

Lo volvió a intentar, pero no seencendió y chilló al ver que Wadeestaba a punto de alcanzarlas. Volvió aarrancar y dio marcha atrás a toda prisacuando el motor funcionó. Mirandohacia atrás, pisó a fondo el acelerador.Wade golpeó el capo del cochehaciéndolas gritar del susto –Nena,cuando te pille…

Oyeron un golpe en el techo ygritaron mirando hacia arriba. – ¡Para elcoche!- gritó Brody furioso. Asustadaporque se hiciera daño Lori frenó enseco y Brody cayó hacia delante sobreel capo. Kelly gritó asustada – ¡Para!

-¡Ya he parado!

Wade con los ojos entrecerradosfue hasta la puerta del conductor congrandes zancadas y abrió la puerta. –Baja del coche.

-No- se agarró al volantemirándole con desconfianza.

-Baja del coche antes de que meenfade.

-Ya estás enfadado.-¡De que me enfade más!- le gritó

cogiéndola del brazo. Kelly gritó cuandose abrió su puerta e intentó patalear peroBrody le agarró las piernas sacándola ala fuerza. Lori por su parte se aferrabaal volante. Wade la cogió por la cinturay tiró de ella – ¡Nena, no quiero hacertedaño!

-¿Ah no?- preguntó con

desconfianza.-¡Después de que te pegue una

tunda no te haré daño!- tiró de ellaintentando soltar sus manos del volante ygritó pidiendo ayuda.

-No te va a ayudar nadie- dijo élseparando una de sus manos del volantey sacando medio cuerpo fuera.

-¡Suéltame, Wade!-chilló antes degritar de rabia cuando la sacó del tododel vehículo. La tumbó sobre el suelocon él encima y ella miró a su alrededorbuscando a Kelly- ¿Dónde está miprima?

Wade la miró malicioso- ¿Tú quécrees?

-Como le haga daño…-Le dará lo que se merece- dijo

mirándola a los ojos. – ¿Qué voy a hacercontigo, Lori?

-¿Qué quieres decir? Llama alsheriff si quieres, pero suéltame.

-¿Para que se ponga de tu parte?Sonrió descarada y a Wade se le

cortó el aliento- Tienes esa mirada.-¿Qué mirada?-La misma que el día que nos

conocimos.Lori perdió la sonrisa- No te

entiendo.Wade apretó los labios- No tenías

que haber dejado a tu novio del instituto.-Lo que yo hiciera era asunto mío.-¡Y saliste con él después- dijo

furioso- para volver a dejarlo!Se sonrojó intensamente- ¡No es

asunto tuyo!-¡Te dije que te casaras! ¡Todo es

culpa tuya!Se miraron a los ojos y Wade bajó

lentamente la cabeza. Antes de llegar asus labios, puso los ojos en blanco ycayó a su lado. Su prima estaba sobreella y sonreía con la linterna en lamano.- ¿Qué has hecho?

-Librarte de meter la pata.Vámonos.-extendió la mano paralevantarla pero ella se arrodilló al ladode Wade y le dio dos palmaditas en lamejilla- Está bien. Sólo ha sido ungolpecito.

-Dios mío ¿qué has hecho conBrody?

-Lo mismo. Más o menos. Aunque a

mí me besó primero- sonrió de oreja aoreja. –Y besa muy bien.

-Estás loca.- palpó la cabeza aWade pero no notó nada.

-Vámonos antes de que sedespierten, porque ahí sí que estaránenfadados.

En eso tenía razón. Le dio un besorápido a Wade en los labios y se levantóa toda prisa. Se subieron en lacamioneta y le dio pena dejarlo allítendido- Pobrecito.

-Sí, me dio pena darle el porrazopero no podía dejar que me hiciera elamor en un bosque. Sobretodo laprimera vez. Al menos si fuera en elcoche, pero en el suelo…

Lori se echó a reír a carcajadas y

volvieron a casa riéndose excitadas porla aventura.

Capítulo 6 Al día siguiente lo que había

pasado con los caballos corrió por todoel pueblo y por supuesto todo el mundosabía que habían sido ellas. Los Taylorprometían venganza, así que estabanatentas porque ellos todavía no sehabían vengado ni una sola vez. Así quesería algo gordo. Tenían los ojos bienabiertos. Esa misma noche estaban en elsalón después de la cena y Kelly de vez

en cuando miraba por la ventana. – ¡Meestás poniendo nerviosa!

-¿Crees que hoy harán algo?-No tengo ni idea, pero me voy a la

cama porque no aguanto más la tensión.-Vale. Yo leeré un rato y de paso

hago guardia.-¿Desde cuando estamos en las

milicias?-Somos los Taylor contra los

McKensie. Esto es la guerra.-Vale general McArthur, que

sueñes con tus próximas estrategias.Estaba entrando en su habitación

cuando el ambiente le olió raro. Era muysensible para los olores… un traposobre la cara la hizo gritar, pero el trapoahogó su grito mientras un brazo la

sujetaba por la cintura. El penetranteolor la hizo marearse hasta perder elsentido sujeta por el fuerte brazo.

Le dolía la cabeza y gimió

llevándose la mano allí sin abrir losojos. Debía haber dormido demasiado.Se giró sobre la cama y su brazo rozócon algo. No era una almohada, así queextendió la mano para empujar lo quefuera. Cuando sus dedos tocaron algoparecido a la carne, arrugó su naricillapensando que su prima se habíaequivocado de cama. Suspiró dándose lavuelta y agarró la almohada entre susmanos. Entonces su prima se movió alotro lado de la cama- Kelly, te hasequivocado de cama –masculló- Como

hagas ruido, te mato. Me duele lacabeza.

Sintió como su prima se acercaba aella y sintió su aliento en su oído- ¿Quéhaces? Déjame dormir o te tiro a losTaylor.

-¿De veras, nena?- la voz de Wadesobre su oído provocó que se le cortarala respiración. ¡Había entrado en sucasa! –Abre los ojitos, cielo. Es hora delevantarse.- la diversión en su voz lehizo gruñir de rabia.

Abrió los ojos y se sorprendiócuando vio que su armario no estabaante ella. Asustada se volvió bocaarriba para ver a Wade a su lado sincamiseta mirándola divertido. – ¿Dóndeestamos?

-¡Sorpresa!Se sentó de golpe y vio que debajo

de la sábana estaba desnuda. Chilló dela impresión y después se llevó unamano a la cabeza. –Wade ¿dóndeestamos? ¿Y qué hago desnuda?- le mirófuriosa y vio que él también estaba encueros. Se sonrojó intensamente porqueestaba para comérselo – ¿Y tú qué hacesdesnudo?- se llevó una mano al pechode la impresión- ¡Dios mío, me hasdrogado! ¡Me has drogado y me hassecuestrado!

Se levantó de la cama de un salto ytropezó con la sábana cayendo al suelode rodillas- Precioso trasero. –dijo éldivertido.

-¡No tiene gracia!-gritó

levantándose y arrastrando la sábanacon ella. Histérica al estar sola con él,miró alrededor y después fue hasta laventana corriendo mientras Wadetodavía tumbado en la cama la mirabacon una sonrisa colocando los brazostras la cabeza. Lori miró por la ventanay atónita pegó la nariz al cristal al veruna impresionante playa ante la ventana.Se enderezó cuando escuchó su irritanterisita y se volvió fulminándolo con lamirada- ¿Dónde estamos?

-Bienvenida a México.-¿Me has sacado del país?- le gritó

atónita- ¿Cómo?-Tengo amigos y he alquilado un

avión privado que nos ha facilitadomucho las cosas.

-¿Nos?Wade entrecerró los ojos y vio

como corría hasta la puerta llamando asu prima a gritos.- ¡Kelly! ¿Estás ahí?-intentó abrir la puerta pero estabacerrada con llave. Los brazos de Wadela rodearon pegándola a su pecho-¡Kelly!

-Lori, ¿estás bien?- preguntó suprima a lo lejos mientras ellaforcejeaba.

-Sí ¿y tú?-¡Me lo voy a cargar! ¡Así me

quedaré viuda!Al escuchar eso dejó de moverse

quedándose en shock- Sorpresa, nena.Me hubiera gustado decírtelo yo, peroasí ya está. ¿Te duele la cabeza, señora

Taylor?- le preguntó al oído poniéndolela piel de gallina.

Se quedó mirando la puerta sinsaber qué decir. Un besó en el lóbulo dela oreja la hizo reaccionar y se volviópegándole un puñetazo en la nariz. –¡No!- le gritó a la cara- ¡Ya no me duelela cabeza, cerdo asqueroso!

Wade se tapó la cara con la mano ygruñó antes de cogerla por la cinturatirándola sobre la cama. Lori gritó delsusto pero antes de que Wade se pusierasobre ella, pataleó dándole una patadaen la barbilla- ¡Estate quieta!- la agarrópor las piernas furioso y la arrastrósobre la cama con las piernas abiertas.Se puso como un tomate agarrándose alcolchón porque había perdido la sábana

en la caída.-¡Wade!Él se arrodilló entre sus piernas y

la miró malicioso.-Vamos, nena. Si te vaa encantar, lo sabes.

-Serás cerdo-se sentó de repente yle agarró del pelo tirando de él haciaatrás tirándolo de la cama. Lori saltó dela cama poniéndola entre ellos pero noveía a Wade. Se puso de puntillas paramirar al otro lado y frunció el ceñoporque no se levantaba. La agarraronpor los tobillos tirándola al suelo deculo y gritó al verlo salir de debajo dela cama sin soltar sus tobillos. –¡Suéltame!

Wade con cara de cabreo saliótotalmente de debajo de la cama

mientras ella se revolvía furiosa y antesde que le agarrara del pelo otra vez lasujetó de las muñecas colocándoselas enla espalda. Estaba en una situaciónbastante comprometida sentada en elsuelo con las piernas abiertas y con losbrazos a la espalda. Le miró a los ojos –No puedo creer que hayas hecho esto. Esun delito. ¡Te pasarás en la cárcel elresto de tu vida!

-No lo creo.-dijo cogiéndola de lacintura sin soltar sus muñecas ylevantándola pegándola a su cuerpo.Lori jadeó al sentir su excitación pegadaa ella- Porque en cuanto te haga el amortres o cuatro veces querrás esto tantocomo yo.

-Serás creído.

Wade se sentó en la camallevándosela a él, colocándola ahorcajadas en su regazo. Lori apretó loslabios por la poca resistencia que teníasu cuerpo. –No puedes evitarlo- dijoWade divertido mirándole los pechos.-Mira como tienes los pezones.

Se sonrojó intensamente –Cabrón.-No- agachó la cabeza tirando de

sus brazos hacia atrás para que arquearala espalda quedando sus pechos alalcance de su boca.- Puedo ser muchascosas pero mi esposa nunca me seráinfiel- dijo contra su pecho antes demeterse el pezón el la boca haciéndolagritar de la impresión. Wade se lo lamiócon descaro antes de volver a chuparlocon fuerza, provocando que Lori tuviera

que cerrar los ojos para resistir elplacer.- ¿Serás buena? Quiero que metoques- dijo él con voz ronca. Le dio lamisma atención a su otro pecho y cuandovolvió a levantar la cabeza, ella casi yano era consciente de nada por el placerque la recorría de arriba abajo. Ni sedio cuenta que le soltaba las manos parasujetar sus caderas pegándola a su sexo.Al sentirlo gritó sujetándose en sushombros. –Tócame, nena. Necesitosentirte- susurró él besando su cuello.Lori movió las caderas contra su durosexo haciéndolo gemir y Wade con unrápido movimiento la tumbó sobre lacama entrando en ella de un soloempellón, haciéndola gritar arqueandosu cuello. Wade se detuvo sobre ella y

Lori le miró entre la neblina del placer.Empezó a mover sus caderas y su manobajó hasta su muslo, levantándoselo paraque le rodeara, provocando que entraramás profundo en ella. Lori gimióagarrándose a su cuello sintiendo comosu interior se tensaba pidiendo laliberación. –Más- susurró cerrando losojos. Wade aceleró el ritmo de manerasalvaje haciéndola gritar, hasta sentirque su interior estallabaestremeciéndola de placer.

Casi sin respiración, agotada ysudorosa, sintió cuando volvió en sícomo Wade la besaba entre los pechospara subir otra vez hasta su cuello.Abrió los ojos y lo vio sobre ella. Wadele apartó un rizo rubio de la mejilla

sonrosada.- ¿Sigues enfadada?-Sí- susurró acariciando su torso

pasando por sus costados.Él sonrió y bajó la cabeza para

besarla suavemente en los labios- ¿Y teva a durar mucho tiempo?

-Sí.Wade bajó la mano por su vientre-

¿Y cuanto te va a durar más o menos?-Muchos años- chilló arqueando su

cuello al sentir como acariciaba sussuaves pliegues.

-Pues tendré que llevarlo de lamejor manera posible- dijo antes debesarla apasionadamente.

Varias horas después Lori no podía

moverse. Literalmente. Estabatotalmente agotada y no podía mover nilas pestañas. Cuando Wade le acaricióel trasero casi se echa a llorar deagotamiento. Wade se echó a reír ysatisfecho se tumbó a su lado- Ya hasdormido mucho.

-Porque me has drogado…-entonces recordó su casa y a su padre.Se sentó de golpe en la cama- ¡Diosmío, papá!

-Tranquila, le he enviado a mischicos para que le hagan las tareas y miama de llaves le llevará la comida.

Entrecerró los ojos mirándolo- Haspensado mucho en esto ¿no?

-Más o menos desde que mevolviste a rallar el coche.

Chasqueó la lengua- Eso fue unaccidente.

-¿Cómo lo de las pintadas? Ah, yalo entiendo, tropezaste y le pintaste a micaballo esa frase sin querer. ¡Que porcierto es de muy mal gusto!

Sonrió radiante – ¿A que estabamono?

-¡No se le quitará en un tiempo,Lori!- le gritó furioso- ¡Y encima luegome golpeas en la cabeza!

-No fui yo- dijo con inocencia.-¡Esa prima tuya está loca! ¡Desde

que ha llegado sólo haces locuras!Entrecerró los ojos enfadándose-

¿Yo hago locuras cuando tú me hassecuestrado?

-¡Tenía que detenerte antes de que

terminaras en la cárcel!-¡El que vas a terminar en la cárcel

vas a ser tú por secuestrarme!- le gritó ala cara.

-¡No, porque eres mi esposa y hasdado tu consentimiento!

Parpadeó sorprendida- ¿Qué hedado que?

Wade se levantó de la cama y fuehasta sus pantalones como Dios le trajoal mundo. Sacó un papel que le mostrótriunfal.-Tiene tu firma y todo.

Atónita vio como se acercaba conel certificado de matrimonio y vio sufirma en él. – ¿Cómo lo has hecho?

-Yo no he hecho nada, cielo. Túfirmaste sola.- sonrió divertido- Inclusodijiste sí quiero.

-Eso es mentira. ¡Estaba grogui!-Pues en ese momento tuviste un

puntito de lucidez que me vino muy bien,aunque ya había sobornado al cura.

Que lo confesara con tanto descarola enfureció- ¿Y qué piensas hacer?¿Tenerme aquí para siempre?

Wade se cruzó de manos-¿Volvemos a lo de antes? Regresaremosa casa y serás mi esposa.

¿En serio creía que porque habíafirmado ese papel iba a olvidar todo loque había pasado? ¿Qué porque habíanhecho el amor iba a olvidar como lehabía hecho sentir? Wade al ver suexpresión se tenso- Ni se te ocurra.

-¡Estás loco!-¡Sé que la fastidié, pero eso no

significa que no podamos hacer borrón yempezar otra vez!

-¿Empezar el que? ¡Tú nuncaquisiste empezar nada!

-No lo entiendes- furioso se pasóuna mano por el pelo-¡Desde hace añosteníamos un plan y tú lo alteraste ese díaque te cruzaste con tu maldita bicicleta!

Le miró asombrada porque leechaba a ella la culpa de todo- ¿Y sepuede saber por qué no cambiaste tuestúpido plan?

-¡Porque tenías quince años!- legritó furioso- ¡Te alejé de mí y seguí conmi vida!

Le miró con rencor- ¿Sabes lo quehe pasado todos estos años? ¿Tienes unaidea de cómo me sentía cada vez que me

tratabas como una apestada?-¿Tienes idea de cómo me sentía yo

al no poder ni hablar contigo por miedoa que pasara algo?

-¿Y por qué no hiciste nadadespués? ¿Por qué seguiste con esaactitud?

-¡Porque te fuiste y despuésempezaste a salir con ese tal Tommy!¡Entonces me dije que lo mejor eraseguir alejado!

-¡Serás idiota! ¿Cómo se puede sertan imbécil?

-Nena…-¡Además, eres un mentiroso

porque cuando deje a Tommy tampocohiciste nada!

Él se pasó una mano por el cabello

y se volvió hacia la ventana- Estabaenfadado.

Abrió la boca sorprendida. Élhabía seguido con su vida como si naday se enfadaba porque había salido conTommy.- ¿Cómo te atreves? ¿Cómotienes el descaro de decirme algo así?

-¡Estuviste a punto de casarte conél!- se volvió mirándola furioso.

-¡Y tú querías a las puñeterashermanas! ¡Me dejaste claro que noquerías nada conmigo! ¡Ni me hablabas!¡Y tienes la cara de echarme en cara deque casi me caso con Tommy! ¡Hacecuatro días me exigías que me casaracon otro y tuviera hijos porque no tecasarías nunca conmigo!

-¡Quería alejarte de mí!

-¿Por qué?-¡No lo sé!La cara de Wade lo decía todo.

Tenía miedo de ella. O de lo que sentíapor ella. Por eso la alejaba, perotampoco podía estar separado. Estabaclaro que el plan de Kelly había dadoresultado porque cuando se enfadabacon ella le provocaba acercarse paravengarse y eso les había llevado hastaaquel absurdo secuestro.

-¿Me quieres?- preguntó Lori conmiedo. Wade se tensó apretando loslabios pero no respondió nada y Lorisintió un fuerte dolor en la boca delestómago.- No hace falta querespondas.- dijo agotada desviando lamirada. Se bajó de la cama y entró en el

baño. Se dio una larga ducha sintiendouna enorme tristeza porque aquello notenía arreglo y cuando salió cubierta conuna gran toalla, Wade se había puestolos vaqueros y seguía mirando por laventana.

-Quiero volver a casa.Se volvió para mirarla y negó con

la cabeza- No hasta que te des cuenta deque eres mi esposa.

-Tú no quieres una esposa- dijocon desprecio- Has estado toda la vidahuyendo del matrimonio.

-¿Qué quieres decir?-Lo de las hermanas te vino muy

bien para poner excusas. O no te gustabaa ti la tuya o la de tu hermano no te caíabien. U os gustaba la misma hermana

rechazando a todas las demás mientrastambién te acostabas con las mujerescasadas del pueblo. –Wade se sonrojó-¿Crees que soy idiota? ¿Qué no meentero de con quién te has acostado? Lafarmacéutica tiene la lengua muy larga ytú no eres precisamente discreto. ¡Aligual que tu hermano, os habéisaprovechado de lo que otrosencontraban divertido! ¡Sois unosegoístas de primera! ¡Poníais el cebo alas hermanas y las utilizabais! ¡Cuandollegué yo no te cortaste en seguir con tuvida haciéndome daño!- gritó con losojos llenos de lágrimas- ¡No sabía quéhacer con mi vida porque no queríadejar de verte! ¡Era lo único que tenía!

-Nena…- dio un paso hacia ella

pero Lori se alejó.-¿Y tú me tratabas así cuando dices

que querías estar a mi lado? ¡Eres unmentiroso! ¡Me echas a mí la culpaporque no tienes el valor de reconocerque eres un cerdo! ¿Pero sabes qué?¡Esto se terminó!-Wade palideció sininterrumpirla- Cuando llegue a casa,pediré el divorcio y me iré del pueblo.

-No vas a hacer eso- siseó.-Claro que sí. Vivo en un país libre

en el que puedo hacer lo que me dé lagana. Incluso deshacerme de un maridoal que no quiero.

-¡Sí que me quieres!- gritó furioso.Ella le miró a los ojos fríamente-

Sí… te he querido más que a mi vida yeso demuestra que debo ser una estúpida

de primera. He malgastado todos estosaños soñando contigo para encontrar queeres lo peor que me podía haber pasado.

-Lori, no digas eso.-dijo muynervioso- Lo arreglaremos. Podemosempezar de cero.

-Si hace unos minutos me hubierasdicho que me amabas podríamos haberempezado de cero, pero ahora todo hacambiado.-las lágrimas caían por susmejillas.- Ya no te quiero en mi vida.

-Nena, claro que te quiero- dio unpaso hacia ella y Lori lo miró con odiodeteniéndolo.-No hagas esto.

-Me acabas de demostrar que erescapaz de lo que sea para conseguir loque te interesa.

-¿Qué quieres de mí?- le preguntó

furioso.-Ahora ya no quiero nada.-

respondió con pena sintiendo un enormevacío en su pecho.-Como te he dichoesto se ha terminado. He perdido diezaños de mi vida y no estoy dispuesta aperder más.

Wade se acercó cogiéndola confuerza de los brazos- ¡No me vas adejar!

Le miró sin responder y Wade alver la frialdad de sus ojos apretó lasmanos de sus brazos- Ahora todo hacambiado –dijo él- Ya nos hemoscasado y…

-Suéltame, Wade. No piensodesperdiciar ni un segundo más contigo.-su marido palideció dejando caer los

brazos y se alejó varios pasos.- Ahora sime haces el favor de darme mi ropa, mevoy de aquí.

-¡Y una mierda!-gritó él yendohacia la puerta y saliendo de lahabitación dando un portazo.

Como no había cerrado con llavefue hasta allí y la abrió saliendo alpasillo. Lo siguió hasta llegar a un salóny se dio cuenta de que estaban en unacasa particular. La puerta de la terrazaestaba abierta dejando que la brisamoviera las ligeras cortinas y Lori salióal exterior. Sintió una pena enormeporque sería el sitio perfecto para teneruna maravillosa luna de miel.

Fue hasta la arena y hundió los piesen ella. Se sintió tan triste caminando

hacia el agua. Como si su vida ya notuviera sentido. ¿Cómo podríasobrevivir sin él? Sin lo que sentíacuando lo miraba o cuando sus ojos seencontraban. Sin esos pequeños saltosde su corazón que la mantenían viva.Pero no podía seguir así.

Metió las piernas en el aguacaminando hacia el interior mojando latoalla a su paso. Cuando el agua llegó asu cintura perdió la toalla a causa delpeso, pero Lori no se dio cuentamientras seguía entrando en el aguaviendo los ojos verdes de Wade en elmomento que le preguntó si le quería. Yrealmente no la quería. La deseaba perono la quería. Había sido su obsesióndurante años pero no la amaba, porque

cuando quieres a alguien, odias verlosufrir y nadie la había hecho sufrir másque Wade.

Metió la cabeza en el agua y sehundió en aquella maravillosa aguacolor esmeralda. Vio el fondo y nadómás allá queriendo huir de lo que sentía.Después de unos segundos sintió quetenía que subir pero pensó que para qué.¿Qué le esperaba arriba? ¿El dolor? ¿Lasoledad el resto de su vida? Una últimaburbuja salió de su boca pero pensó ensu padre y en lo que sentiría si ellafaltara. Iba a mover los pies cuando laagarraron del brazo impulsándola confuerza hacia arriba. Del susto tragó aguasintiendo que se ahogaba y la sensaciónfue tan horrible que al salir al exterior

tosió vomitando agua.-Dios mío. ¿Te querías matar?- la

voz horrorizada de Brody le hizo volverla vista a su supuesto cuñado que lamiraba aterrorizado. La sujetó de lacintura mientras seguía tosiendoacercándola a la orilla donde Kelly laesperaba llorando. Se sintió culpablepor hacerla sufrir y por no pensar en ellaen ningún momento. Sin querer se echó allorar y Kelly se acercó corriendoentrando en el agua para abrazarla. Sucuñado la cubrió con la toalla mientrasKelly le susurraba que ya había pasadotodo. Que ella lo arreglaría y que no sepreocupara de nada.

Brody la cogió en brazosllevándola hasta la casa, que estaba

solitaria en medio de la nada. Alsentarla en el sofá del salón, su primallegó con una toalla que le pasó por elcuerpo pues estaba temblando-Deberíamos llevarla al médico- dijo suprima asustada.

-Es del shock- fue hasta las bebidasy volvió con un vaso con un líquidoámbar. –Bebe esto- dijo acercándole elvaso a la boca. La obligó a beberloderramando parte de su contenido por lacomisura de la boca. Cuando se apartó,su prima le limpió la cara con cariño.

-¿Dónde está Wade?- preguntóBrody muy nervioso pasándose unamano por el cabello.- ¡Wade!

-Esto es culpa suya- dijo su primaenfadándose.

-Eso no lo sabes.-¡Claro que lo sé! ¡Cuando

estábamos en casa estaba bien y míralaahora!

-No discutáis- susurró haciéndoloscallar.-No tiene nada que ver convosotros. No os metáis en esto.

-¿Qué no nos metamos?- preguntóBrody asombrado- ¡Sino me hubierametido hace unos minutos, estaríasmuerta!- le gritó haciéndolaestremecerse.

-¡No lo hubiera hecho!-gritó suprima abrazándola con fuerza negándosea creerlo.

-¡Tú la has visto entrar como yo!¡Lo ha hecho a propósito!

-¿Qué pasa aquí?

Todos se volvieron a Wade que losmiraba desde la puerta de entrada de lacasa.- ¿Qué pasa? ¿Dónde estabas?-gritó su hermano furioso.

-He ido al coche.- entrecerró losojos mirando a Lori. Cerró la puertalentamente-¿Qué ha pasado?

-Que tu mujer…-¡No lo digas!-gritó Kelly

levantándose- ¡Es mentira!-¿No es cierto que por poco se

mata?-Wade palideció mirándola – ¡Ylo hizo a propósito! ¡Se ha intentadoahogar!

-No es cierto. Sólo se sumergió-Kelly se echó a llorar y se arrodilló a sulado- Díselo tú, Lori. Diles que no lohas hecho.

Wade se acercó a ella y la cogió delos brazos, levantándola para que lomirara a los ojos y Lori desvió lamirada- Dios mío- susurró Wadehorrorizado- ¿Tanto daño te he hecho?¿En qué coño pensabas?

-No sabía lo que hacía- dijollorando.- y pensé en mi padre…Iba asalir, de verdad. Él sufriría mucho.

-¡En tu padre!-gritó desgarrado-¡Pensaste en tu padre! ¿Y los demás? ¿Ytu prima? ¿No pensaste en ella? ¿O enmí?

Kelly se echó a llorar y Brody lacogió abrazándola para consolarla. Lorisintió envidia de su prima. Lo acababade conocer y cuidaba de ella mientrasque Wade…Miró a su marido a los ojos

antes de decir- Si lo he hecho es parahuir de ti.

Esas palabras los dejaron a todosde piedra y Wade dio un paso atráscomo si lo hubiera golpeado. -Dios míoLori ¿qué te ha hecho?- preguntó suprima angustiada.

Se quedaron en silencio mirándosedurante unos minutos. Lori vio tantasexpresiones por su mirada…laincredulidad, el miedo, el dolor y porúltimo la derrota. –Te daré tu ropa paravolver a casa.

-Será lo mejor- dijo Brodypreocupado.-Esto no ha sido buena idea.

Wade se volvió muy tenso y suprima la abrazó sentándola en el sofá-Volveremos a casa y todo será como

siempre.- le acarició el cabello como sifuera una niña- Yo sé que no lo hubierashecho. Somos McKensie y nunca nosrendimos.

Miró a su prima con los ojosllorosos-Lo hubiera hecho ¿sabes? –sonrió con tristeza- Lo hubiera hechopara huir de todo, pero pensé en papá.

-Claro, él sufriría mucho si teperdiera.

Se echó a llorar-Sí, lo pasaría muymal y él no se lo merece.

-¿Y quién se lo merece?- preguntóBrody suavemente.

Le miró sorprendida y vio losmismos ojos verdes de Wade.-No lo hehecho para hacerle daño.

-¿Seguro?

-¡Sí! ¡Sólo pensaba en mí en esemomento y en lo que yo sentía!

-¡De manera egoísta!-¡Sí! –gritó desgarrada- ¡De manera

egoísta sólo pensaba en lo que yo sentía!¡Como tú sólo pensabas en lo quesentías al traer a mi prima aquí! ¿Opensaste en lo que sentía ella? ¿Algunode vosotros habéis pensado en mí algunavez? – se levantó furiosa señalándolocon el dedo- ¿Acaso tú no sabías que yole quería y que me hacía daño sucomportamiento? ¿Qué hiciste tú pormí? –Brody tuvo la decencia desonrojarse.- ¿Cómo tienes el descaro deecharme algo en cara?- gritó histérica.

Brody se enderezó y miró a suprima que había palidecido al

escucharla.- Cielo, vete a vestirte-entonces se fijó que su prima sólollevaba una camisa de hombre puesta.-Nos vamos inmediatamente.

Kelly negó- No voy a separarme deella.

-Está bien.-se dio la vuelta y fuehasta el pasillo. Al cabo de un rato en laque Kelly sólo la abrazó, Brody volviócon sus ropas en la mano.-Os dejarésolas. Cuando estéis listas, avisarnos.

Capítulo 7 Lori se dejó ayudar por Kelly y se

vistió con los vaqueros y la camisetaque llevaba el día anterior. Le pasó lasmanos por sus rizos húmedos y le cogiólas mejillas levantándole la cara paraque la mirara a los ojos- No has hechonada malo, ¿entiendes?- le dijo muyseria- Por primera vez has expresado loque sientes y estás en tu derecho dehacerles ver que han sido unos cabrones

contigo. No tengas remordimientosporque ellos no los tuvieron contigo.

-¿Y por qué me siento tan mal?-preguntó llorando.

-Porque eres así. Estásacostumbrada a tragarlo todo y alexplotar te sientes mal por herir a losdemás, pero como has dicho antes nadiehabía pensado en lo que tú sentías, asíque no tienes que arrepentirte. –lelimpió las lágrimas con los pulgares-Ahora volveremos a casa y nosolvidaremos de todo.

Cogió a su prima por la muñeca –¿Y Brody?

Kelly la miró fijamente sincontestar- ¡No!- protestó disgustada-¡No le dejes por mi culpa!

-¿No lo entiendes? No es por tuculpa. Me ha decepcionado, eso es todo.Su comportamiento hace unos minutosno me ha gustado.

-Pero te gusta…Es su hermano y seha puesto nervioso. Y con razón,después de haberme sacado del agua.-se miraron a los ojos – Porque te gusta¿verdad?

Apretó los labios- Sí, me gusta.-Entonces no lo dejes por lo que ha

pasado. Por favor… me sentiré todavíapeor si os separáis por esto.

-Ya veremos- sonrió con cariño-Ahora no quiero pensar en ello.- sevolvió y gritó-¡Brody!

Oyeron pasos por el pasillo.Aparecieron Wade con los vaqueros y

una camisa blanca y Brody con lovaqueros húmedos y una camiseta negra.

-Está bien, vámonos- dijo Brodyacercándose a Lori y a Kelly. –El cocheestá fuera. Ya he llamado al avión.

Wade los observaba con las manosmetidas en los bolsillos del pantalón yLori con la cabeza gacha le miró dereojo. Su cara parecía tallada en piedray parecía a punto de explotar. Su primala cogió por la cintura guiándola hasta lapuerta. Brody abrió la puerta de atrásdel coche y se sentaron juntas, mientrasque Brody lo hacía en el asiento delconductor. Wade lo hizo en el delpasajero sin hablar. Kelly sin dejar deabrazarla todo el camino miraba a sualrededor.- ¿Queda muy lejos?

-Estaremos allí en cinco minutos-respondió Brody mirándola por elespejo retrovisor.-En una horaestaremos en casa.

Efectivamente llegaron a una pistaprivada enseguida y el avión estabapreparado. Un hombre esperaba en laescalerilla y cuando Wade bajó delcoche sonrió ampliamente- Os habéisquedado poco ¿no?

-Tenemos que volver- dijo Wadedándole la mano.

-¿Problemas en casa?-Algo así.-Una pena. Con todo lo que habíais

preparado para vuestras novias-miró aLori y frunció el ceño al ver su caracongestionada- Saldremos enseguida.

-Gracias, Ben.-Con todos lo favores que te debo,

no tienes ni que decirlo. –vieron a Lorisubir las escaleras y preguntó-¿Estáenferma tu novia?

-Se recuperará en cuanto vuelva-dijo Brody porque Wade no fue capazde responder.

Kelly se sentó a su lado y le pusoel cinturón. Desgraciadamente, ellos sesentaron frente a ellas y Lori miró por laventanilla cuando Wade se abrochó elcinturón.

-¿De quién es la casa?- preguntó suprima.

-Es nuestra-respondió Brody. –Enrealidad era de mi abuela y nuestramadre la fue reformando a lo largo de

los años. Tenemos un matrimonio que lalimpia dos veces por semana. Ben tieneuna casa aquí y viene a menudo. Comoiba a venir estos días porque su familiaestá pasando las vacaciones le dijimosnuestro plan y le pareció divertidoparticipar.

Lori no abrió la boca en ningúnmomento, sin dejar de mirar por laventanilla. Se apretaba las manosconvulsivamente, pensando que si todohubiera estado bien entre ellos, habríansido unos días fantásticos. Si la hubieraquerido…

-¿Es cierto que estamos casados?-preguntó Kelly desconfiando de ellos.-Porque si es una broma este es elmomento de decirlo.

Brody no contestó y Lori le miró.Asentía mirando a Kelly a los ojos comopidiéndole que le diera una oportunidad.Esperaba que fueran felices. De verdadque lo esperaba.

Al girar la cara vio que Wade lamiraba y al esquivar sus ojos vio queapretaba las manos sobre sus muslos.Miró hacia la ventanilla pensando queera lo mejor. Se quedaría hasta lasNavidades porque tenía comprometidoslos trajes del Belén viviente ynecesitaba el dinero, pero después seiría a Austin. Su tía la acogería hastaque encontrara un piso y un trabajo.Pensó en su padre y sabía que se sentiríasolo, pero lo visitaría a menudo. Lo queno podía era quedarse allí y en cuanto se

lo contara, estaría de acuerdo. Siemprehabía querido lo mejor para ella.

El viaje fue muy tenso y se apretólas manos aliviada cuando por finaterrizaron. Se quitó el cinturón a todaprisa deseando salir de allí, pero tuvoque esperara a que Ben saliera de lacabina para levantarse porque ningunolo hizo. Wade les dijo en cuanto Benabrió la puerta – ¿Podéis dejarnos solosun minuto?

-No creo que…-Kelly, déjale hablar con ella.-dijo

Brody- Tiene derecho ¿no crees?Después no tendrá oportunidad porquesaldrá corriendo.

Lori se sonrojó mirando a Brodyque extendía la mano a su mujer. Kelly

estaba en un compromiso y le dijo- Vetecon él, Kelly. Enseguida salimos.

Les vio salir del avión y tuvo quegirarse hacia Wade que sentado frente aella la miraba fijamente- Así que esto seacaba aquí- susurró él suavemente.

-Sí- se miraron a los ojos duranteunos segundos.

-No quiero que te vayas del pueblo.-Es lo mejor para todos. Pero no

podré irme hasta las Navidades, por lostrajes.

-Tienes tiempo a pensarlo.-No hay nada que pensar, Wade.

Ya lo he decidido.Él asintió desviando la mirada- Si

quieres arreglaré yo lo del divorcio y teenviaré los papeles a la granja de tu

padre.-Te lo agradecería.- se dio cuenta

que no quería mirarla y se levantó delasiento.-También te agradecería quenadie se enterara de lo que ha pasadoestos días. No quiero que a mi padre levayan con cuchicheos.

-No te preocupes por eso.-la miródesde su asiento.- ¿Sabes? Cuandodormías a mi lado, murmurabas minombre y me sentí especial.

Lo miró con lágrimas en los ojos-Para mí siempre has sido especial.

Fue hasta la puerta dejándolo atráscuando le escuchó decir- Lo sé. Sientoque tú no te sintieras así conmigo.

Tragó saliva saliendo a toda prisadel avión. Brody estaba hablando con

Kelly y cuando la vio salir miró haciaatrás y al verla salir sola, apretó loslabios obviamente decepcionado. Besóa Kelly en los labios rápidamente antesde abrir la puerta del coche para dejarlapasar. Wade no les acompañó y lasensación de perdida se intensificóhaciéndose más y más grande a cadakilómetro que recorrían apartándose deél. Lori, mirando por la ventanilla sintióque su corazón se había quedado en eseavión y le iba a costar seguir adelante,pero lo conseguiría.

Al llegar a su casa su padre estaba

en el porche tomándose un café. Selevantó sorprendido de su mecedora yentrecerró los ojos al verla salir del

coche. Apretó los labios al verle la cara–Papá…

-Ven aquí, cielo- dijo su padreemocionado. –No pasa nada. No voy a irpor la escopeta.

Subió los escalones corriendo y seabrazaron. Kelly se echó a llorar yBrody la consoló. Su padre le acaricióla espalda y le susurró.-Sino lo podéissolucionar es hora de un cambio, cielo.

-Lo sé.-dijo contra su camisa.-Hablaremos de ello luego. Ahora

vete a descansar un poco mientras hablocon Brody y tu prima.

-Sí, estoy cansada.Se volvió hacia Brody que la

miraba muy serio y preocupado.-Adiós,Brody.

-Descansa.Subió a su habitación y se desnudó.

Tenía la cabeza tan embotada que ya nopensaba en nada que no fuera dormir. Sepuso su camisón de hilo blanco y setumbó sobre la cama sin deshacerla.Cerró los ojos recordando las palabrasde Wade diciendo que sentía que ella nose sintiera especial con él.

Los días siguientes casi no salió de

casa, excepto para hacer las tareas de lagranja. Se negaba a que las hiciera supadre y había enviado a los chicos devuelta al rancho. Además tenía muchotrabajo con los trajes y queríaterminarlos cuanto antes, así que se

pasaba horas y horas ante la máquina decoser.

Llamó al cura para excusarse porno asistir a misa y le dijo que no podíaencargarse de organizar la feria deShelby, porque no se encontraba muybien esos días. El cura que no era tontono insistió. Seguramente porque supadre habían hablado con él pidiéndoleconsejo y lo sabía todo.

Kelly se había quedado con ellos,aunque Brody pasaba a verla todos losdías y se iban unas horas después de lacena.

Casi cuatro semanas después supadre entró en el cuarto de costura y viotodos los trajes terminados en elperchero.- Has avanzado mucho.

-Me quedan diez y habréterminado.

-Así que te irás antes.Dejó de coser y le miró impotente.

–Al final no hablamos de ello pero…-Creía que te ibas después de las

Navidades.- vio una silla en la esquinadel cuarto y la cogió para sentarse anteella.- Sé que quieres irte y estoy deacuerdo pero no quiero que tomes unadecisión equivocada.

-Tengo que irme…No puedo verle.-¿Por qué temes que te haga daño

otra vez?-Tengo miedo de que todo me dé

igual y dejar que haga conmigo lo quequiera.-respondió con desesperación.

-Y eso es malo porque no te quiere.

-¡Sí!-Sé que se ha comportado mal

contigo y que te ha hecho sufrir durantemucho tiempo. ¿Pero no crees que unapersona que secuestra a otra en mitad dela noche y se la lleva a Méjico paracasarse con ella, cuando ha salido concientos de chicas del condado, no estáun poco loco por ella?

Le miró durante unos segundos-¿Qué quieres decir? ¿Crees que mequiere? ¿Entonces por qué no me lo hadicho?

-¿Será porque sabe que se hacomportado como un idiota y no puedeexplicar su comportamiento?- sacó unsobre del bolsillo trasero del pantalón-Ha llegado esto para ti.

Al ver el sobre amarillo supo loque era- El divorcio.

-Sí- su padre se levantó apartandola silla- Piénsatelo bien porque cuandofirmes esos papeles, tu marido sabrá quete ha perdido para siempre y no lointentará más.

-No lo ha intentado más.- susurrómirando el sobre entre sus manos.

-Te está dando lo que quieres. Loque tú le has rogado. Te está dejandolibre para que vivas tu vida. –fue hastala puerta- ¿Sabes que me ha llamado supadre? Está muy preocupado por élporque trabaja todo el día como unabestia y por la noche bebe en exceso.Me ha preguntado si hay algunaesperanza de que lo arregléis. Teme por

él.-el estómago de Lori dio un vuelco.-Con esto no te quiero decir que sientaspena por él, ni nada por el estilo. Sóloquiero que lo sepas para que te descuenta que un hombre como Wade si secomporta así, es que le pasa algo. Túeres su mujer hasta que firmes esospapeles y tú sabrás lo que tienes quehacer con tu vida. Si te quieres ir, loentenderé y sino quieres firmar esospapeles, lo entenderé también. Siempretendrás mi apoyo.

-Gracias, papá.Su padre sonrió antes de salir de la

habitación y ella miró el sobre. Sacó lospapeles y vio la firma de Wade en ellosy las señales donde ella tenía quefirmar. Apretó los labios pensando que

allí no tenía un bolígrafo. Ya losfirmaría después.

Se pasó toda la tarde mirando porla ventana sin seguir trabajando ycuando llegó la noche su prima llamó ala puerta. –Lori, he preparado la cena.

-Oh, perdona. No me había dadocuenta de la hora.

-No pasa nada. Por una noche quecenemos espaguetis nadie se va aquejar- dijo divertida acercándose aella. Vio los papeles sobre la mesa yapretó los labios. –Vamos, Brody hatraído un vino francés para tragar misespaguetis.

Sonrió y la miró a los ojos- ¿Porqué no te vas a vivir con él? Le quieresy estáis recién casados, no tienes que

quedarte aquí por mí.Su prima perdió la sonrisa-

Estamos pensando en alquilar algo en elpueblo.

-¿Por qué? El rancho es muygrande.

Desvió la mirada- Es que…-¿Qué pasa, Kelly?- preocupada la

cogió de las manos para que la mirara.-No queremos vivir con Wade de

momento. Vosotros os estáisdivorciando y…

-Entiendo.-apretó sus manos-Estaríais incómodos demostrando lo queos queréis.

-Sí- forzó una sonrisa- Brody nosabe cómo comportarse con él. Estáhuraño y ya no le cuenta nada.

-Vamos a cenar- dijo intentandosonreír mientras sólo quería echarse allorar. Estaban a mitad de la cenacuando Brody le dio un beso a Kellymientras charlaban. Se notaba que sequerían y se entendían muy bien. Era unapena que estuvieran en medio de suguerra. Si todo hubiera sido distinto….

Cuando iba a acostarse recordó lospapeles que los había dejado al lado dela máquina de coser. –Ya los firmarémañana.

Así estuvo los días siguientes.

Cuando no era por una cosa, era porotra, pero parecía que nunca seacordaba de firmarlos.

Una semana antes de la feria había

terminado los trajes y tenía que llevarlosal ayuntamiento. Además tenía querecoger su cheque. Kelly estaba conBrody mirando una casa que él estabapensando en comprar, así que no lahabía acompañado. Había insistido enque su prima fuera con él porque noquería que se perdiera esas cosas por suculpa.

Entró en el ayuntamiento despuésde aparcar delante y le preguntó a laadministrativo si estaba el contableallí.- ¿No te has enterado, Lori? Le handetenido- dijo la mujer con los ojoscomo platos- Al parecer robaba.

Así que al final sí que había metidola mano en la caja- Vaya ¿y quién lolleva ahora?

-El alcalde, hasta que todo sesolucione.

Le indicó que subiera a sudespacho en el segundo piso y cuando lohizo llamó a la puerta de caoba. –¡Adelante!

Abrió la puerta sonriendo y sequedó de piedra al ver a Wade al ladodel alcalde mirando un papel sobre lamesa.- ¡Ah, Lori!

Wade levantó la cabeza como unresorte y se enderezó lentamentemientras el alcalde se levantaba delasiento- Precisamente estábamoshablado de la feria. ¿Qué vas a donartú? ¿Tus mantas?

-Sí. Cuatro mantas hechas a mano-dijo tartamudeando como su fuera idiota.

El alcalde sonrió mostrando suagradable sonrisa. Era de la edad deWade y eran amigos desde el colegio.-Eso es más que generoso. Sé que sonmuy caras y elaboradas.

-Gracias.- apretó las manosnerviosa- Venía a traer los trajes delBelén viviente.

Wade tomó aire hinchado la narizal hacerlo. – ¿Ya los has terminado?-preguntó hablando por primera vez.

-Me he dado prisa.-No tenías por qué, mujer- dijo el

alcalde –No los necesitamos hastadentro de mucho. Has debido dejarte laspestañas cosiendo.

Forzó una sonrisa- Algo así.-Bueno, entonces te daré tu cheque.

Rodeó el escritorio y abrió laenorme chequera del ayuntamiento.Wade se acercó a ella y le preguntó envoz baja- ¿Así que te vas antes?

Le miró a los ojos –Sí. Después dela feria.

-¿Has firmado los papeles?Se sonrojó incómoda porque no

sabía qué decirle y Wade entrecerró losojos- Nena, dime si…

-Aquí tienes- el alcalde se levantócon el cheque en la mano- Dieciocho mildólares.

Sonrió acercándose al escritorio ycogiendo el cheque-Gracias.

-Un placer.-¿Quieres verlos?La cara de horror del alcalde la

hizo reír- Yo no entiendo de esas cosas,Lori. Seguro que son perfectos. Dile alos chicos que los lleven al almacén.

-Gracias otra vez.Se volvió y allí estaba Wade

bloqueándole la puerta- Kyle, vuelvo enun minuto para seguir con eso- dijo sumarido cogiéndole la mano y sacándoladel despacho a toda prisa.

-No tengas prisa. Mientras, hagouna llamada- dijo el alcalde levantandoel auricular del teléfono.

Wade tiró de ella hasta el despachode al lado que estaba libre y Lori nosabía qué hacer mientras se dejaballevar. Cuando cerró la puerta Wade sevolvió lentamente para mirarla – ¿Hasfirmado los papeles?- dio un paso hacia

ella y Lori retrocedió sin saber quéresponder.- Lori, estoy pasando unmaldito infierno ¿Has firmado lospapeles?

-No.-respondió con miedo.Su marido se detuvo en seco

mirándola sorprendido – ¿No?Negó con la cabeza e intentó

rodearle para ir hasta la puerta perocuando llegó a ella, Wade la empujó conla mano impidiéndole salir sin tocarla yle dijo suavemente – Tienes hasta el finde la feria para firmarlos. Si lo haces, teirás al día siguiente para seguir con tuvida pero como no lo hagas…Jodernena, como no lo hagas serás mía parasiempre y nadie impedirá que seas miesposa. Ni tú misma.-Lori tembló entre

el miedo y la excitación e intentó abrirla puerta. –Te echo de menos- susurró élrozando sus rizos rubios.

-No puedes echar de menos lo quenunca tuviste.

-Te equivocas. Durante unas horasfuiste totalmente mía- dijo antes debesarla en el lóbulo. Se apartó de ellalentamente y Lori salió de allí casicorriendo.

Para su desgracia se encontró conla señora Horner en la entrada delayuntamiento cuando se disponían adescargar la camioneta.

-Querida- dijo cogiéndola delbrazo- Sé que últimamente has estado unpoco indispuesta, pero me preguntaba sivas a participar en la subasta de tartas.

-¿La subasta de tartas?- preguntómirando hacia la puerta delayuntamiento.

-Sí, hemos pensado que las queparticipen en el concurso deben hacerdos tartas ¿no lo sabías?

Miró sorprendida a la mujer- Puesno- Perfecto ahora tenía que hacer dostartas.

La buena mujer sonrió-Sí, novamos a subastar tartas a la mitaddespués de que se las haya comido eljurado- se echó a reír por su ocurrenciay Lori gimió mirando a la puerta.- Porsupuesto, es algo opcional. –suspiró dealivio porque sólo tenía que hacer unatarta- Aunque sabes que es por unabuena causa- vale, serían dos tartas- Y

la tuya será de las más deseadas- Ya lahabía convencido, no hacía falta queinsistiera más.

-Dos tartas, entendido- dijosonriendo a los hombres que sacaban lascajas con los trajes.

-¿Esos son los trajes de Navidad?-preguntó la mujer asombrada. –Peroniña, si todavía queda mucho tiempo…

-Prefería terminarlos lo antesposible.

-Déjame ver uno- dijo la mujeracercándose a una caja.

Estupendo, no se iría de allí en lavida. Sacó una capa de Melchor y jadeóasombrada- Es preciosa- dijo tocando lapasamanería que la rodeaba. Miró a sualrededor excitada y chilló- ¡Wade

Taylor, ven aquí!- era una orden directade la antigua directora del colegio y Lori cerró los ojos dándose por vencida.Se volvió ligeramente para ver a Wadeacercándose con el alcalde. Sonreíairónicamente y Lori frunció el entrecejo.–Ven aquí, que quiero ver como quedala maravillosa capa de Lori.- dijo lamujer acercándose a Wade.

-¿Ahora soy un Rey Mago?-preguntó divertido.

-Claro que sí, eres uno de nuestrosreyes.

Lori gruñó haciendo que Wadelevantara una ceja. La buena mujer lecolocó la capa y el alcalde silbó antesde decir- Un trabajo estupendo, Lori.

-Gracias. –dijo sin mirar a Wade.-

Bueno, tengo que irme.-¿Y el sombrero?Confundida miró a la mujer-

¿Sombrero? Los reyes Magos no llevansombreros sino turbantes.

-Eso- dijo la mujer sin darleimportancia.- ¿Dónde están?

-Me contrataron para los trajes. Yono hago turbantes.

-Vaya, tendremos que solucionarlo–dijo la mujer preocupada- Noqueremos que nuestros magos vayan conla cabeza descubierta.

-¿No puedes solucionarlo?-preguntó Wade –Seguro que puedeshacerlos.

Le miró como si quisiera pegarleuna patada en el trasero- Podría, pero

me voy del pueblo.La señora Horner jadeó llevando la

mano a su pecho- No puedes irte deGreenwood. ¿Qué haríamos sin ti? ¡Teencargas de todo!

-Sí, Lori, ¿qué haríamos sin ti?-Wade sonrió cruzándose de brazos.

-Otra me sustituirá- dijo consegundas.

-No eres tan fácil de sustituir.-Ya, claro.Se volvió hacia la camioneta y el

alcalde la interrumpió –Lori, creo quedeberíamos hablar de esto. ¿Por qué nohacemos una reunión con los del pueblopara hablarlo?

Los miró asombrada- ¿Para hablarsi debo irme del pueblo?

-Si es por el trabajo, seguro quemuchas mujeres van a cambiar lascortinas en el futuro-dijo la señoraHorner convencida.

-¡No es por el trabajo!-¿Entonces por qué es?Miró a Wade como si tuviera la

culpa de todo. El alcalde y la señoraHorner miraron a Wade como si fuera elanticristo.- ¡Le he dicho que no se vaya!

-Wade Taylor, ¿es culpa tuya quenuestra Lori se fugue del pueblo?- lamujer le miraba como si le fuera aenviar a la sala de castigo en cualquiermomento.

-¡No me fugo del pueblo!No le hicieron ni caso mientras

seguían traspasando con la mirada a

Wade que hizo una mueca –Es culpasuya, no mía.

Le miró como si quisiera matarlo-¿Culpa mía?

-¡Yo lo hice todo!-¡Exacto!-¿Qué más quieres que haga?-¡Ya te lo he dicho! ¡Nada! ¡Que

me dejes en paz!- gritó furiosa.-¡Te he dejado en paz! ¿Qué culpa

tengo yo de que nos encontráramos?Esto es un pueblo.

-¡Exacto! –fue hasta la camioneta yabrió la puerta furiosa.-Por eso melargo.

Arrancó dejando atónitos a todoslos que observaban, que en ese momentoaparte del alcalde y la señora Horner,

también estaban los operarios delayuntamiento y la señorita Simmons, lacotilla del pueblo. –Estupendo- dijoapretando el volante. -Vas a ser lacomidilla de todas las meriendas de latarde.

Capítulo 8 Los rumores de que loca de amor

por Wade abandonaba el pueblodespués de su rechazo, llegaron a ellaveinticinco minutos después cuando lallamó a casa la hija del carnicero paratener la información de primera mano-No hay comentarios- dijo antes decolgar.

Su padre reprimió la risa al ver queexasperada volvía a repetir esa frase

por decimoctava vez en una hora.-¿Te lo puedes creer?-¿Qué esperabas? Con lo implicada

que estás en la comunidad en cuanto seenteraran querrían saber por qué te vas.Y el misterio es lo que les mata. Nosaber qué está pasando, es todavía másinteresante.

-Seguro que a Wade no le dan lapaliza.

-¿Tú crees? Yo creo que debenestar presionándole para que te pidamatrimonio inmediatamente con tal deno perderte.

-Muy gracioso.Oyeron un portazo y Kelly entró

casi corriendo- ¿Os habéis enterado?-¿De qué?

-De que el padre de Brody está enel hospital. Creen que es un infarto.

-Oh, Dios-miró a su padre quehabía perdido la sonrisa.- ¿Vas a ir?-preguntó porque eran buenos amigos.

-Sí.-¿Me llevas?- preguntó Kelly

nerviosa- Brody ya está allí.-Claro- miró a su hija y le dijo-

¿Qué vas a hacer?¿Debía ir? Nerviosa se apretó las

manos y pensó que al fin y al cabo era sunuera. Además, Wade… –Yo tambiénvoy.

Se dieron prisa por llegar y variaspersonas ya estaban en la puerta delhospital para no molestar dentro. –¿Cómo está?-preguntó su padre al sheriff

que parecía preocupado.-No tiene buena pinta.Lori palideció y cogió de la mano a

Kelly. Sin pensar entró en el hospitalpara buscar a sus maridos. – ¿Debemosentrar?- preguntó Kelly perdiendo elvalor.

-Eres su nuera- dijo entrando en lasala de espera donde estaban los Taylorcon su capataz.

Brody suspiró de alivio cuando vioa Kelly, que corrió hasta él para darleun abrazo. Lori miró a los ojos a Wade yvio que estaba asustado, así que seacercó hasta él lentamente paraabrazarle. Wade la apretó contra supecho- ¿Qué ha pasado?

-Estaba cargando un saco de pienso

y le empezó a doler el pecho. Bill llamóa una ambulancia inmediatamente.

Lori se alejó un poco sin soltarle ysonrió a Bill, su capataz, que apretabasu sombrero entre sus manos muynervioso. –Hola Bill.

-Lori.Miró a Wade a los ojos sin perder

la sonrisa- Se pondrá bien, ya verás. Esfuerte como un toro.

Wade asintió antes de volver aabrazarla- No puedo perderle, nena. Noestoy preparado para esto.

-Lo sé- susurró contra su oído.-Nopasará nada. Ya está aquí y la doctoraPeters es muy buena.

Se separaron lentamente como sininguno quisiera hacerlo y se sentaron a

esperar. Wade no le soltaba la mano yvarias miradas de Bill indicaban que élsí sabía lo que estaba pasando. No leextrañaba. Después de sus hijos, Bill erala persona más cercana al gran Taylor.

-Tardan mucho ¿no?- preguntóBrody muy nervioso pasándose lasmanos por el cabello y caminando de unlado a otro.

-Cariño, querrán hacerlo todo muybien. Seguro que eso es bueno.

Su padre entró tímidamente ysonrió al verlos- ¿Se puede?

-Claro- dijo Brody forzando unasonrisa- Es lo más parecido a unconsuegro que tiene.

Lori sonrió mirando a Kelly yWade le apretó la mano antes de decir-

Todavía es su consuegro.Lori lo miró a los ojos, dándose

cuenta que tenía razón porque todavía nohabía firmado los papeles.

En ese momento salió la doctoracon una sonrisa de oreja a oreja- Vayasusto que os ha dado ¿verdad?

Wade se levantó acercándosellevándosela con él – ¿Cómo está?

-No era un infarto.Todos la miraron incrédulos- No

os lo vais a creer. Tiene una rotura en unmúsculo del pectoral.

-¡Por cargar pesos!- exclamó Wadeenfadado.

-Sí. Seguramente hizo unmovimiento brusco y no es un crío.

-Le voy a matar- dijo Brody

furioso.- Menudo susto.Después se miraron y se echaron a

reír del alivio. Brody cogió a Kelly y ledio un apasionado beso que la dejóatontada mientras que Wade seguíahablado con la doctora- Entonces ¿todoestá bien? ¿No hay ningún problema?

-Tiene el corazón de un hombre detreinta años- dijo divertida- Durará másque el tuyo.

-Seguramente. Con los sustos quenos pega.

La doctora Peters se echó a reír yse encogió de hombros- De todasmaneras voy a tenerlo bajo observaciónunas horas. Por si acaso.

-Empezará a gruñir en cincominutos y tendrá que echarlo en diez-

dijo Bill sonriendo de oreja a oreja.-Nada de pesos y reposo. Y que se

tome las pastillas.- advirtió la doctora-Tiene que curarlo bien.

-No se preocupe. Nosotros nosencargamos.- dijo Wade muy aliviado.

Cuando la mujer se fue, Lori sonrióa los demás pero antes de darse cuentaWade la pegó a él, besándola como sinohubiera mañana. Al soltarla estaba tansorprendida que se sonrojó intensamenteal ver las sonrisas cómplices a sualrededor. Miró a su marido con losojos entrecerrados y siseó- Veo queestás más relajado, así que me voy acasa.

-Es una manera de eliminar elestrés- dijo divertido.

-Ya. –fue hasta la puerta mirándolecon desconfianza y Brody se echó a reíra carcajadas.

-No se lo tomes en cuenta, Lori. Esuna vía de escape.

-Como el footing y no le veo correralrededor del hospital- dijo saliendoprovocando las risas de todos.

-¡Espera hija, que voy contigo!- lesdio la mano a Brody y a Wade con unasonrisa de oreja a oreja.- Me alegromucho de que no haya sido nada.

-Gracias, Steven.- Wade la miró dereojo y se acercó a ella –Y ti también,gracias por venir.

-No ha sido nada- dijo molesta.Todavía le hormigueaban los labios y sepasó la lengua distraída.- He venido

encantada.-Y yo estoy encantado de que hayas

venido- le susurró cogiéndole uno de susrizos rubios entre sus dedos- Nena…

-¿Nos vamos, papá?- preguntómirando a su padre sobre su hombro.

-Sí, claro. Estaban saliendo por la puerta de

la sala de espera cuando Wade dijo envoz bien alta- ¡Lori, tienes hasta elsábado!

Gruñó saliendo con su padre delhospital, que tuvo que decir a todo elmundo que no había sido nada. Al finaltardaron otra media hora en llegar alcoche.

Estaban camino de casa cuando supadre la miró de reojo – ¿Qué ha

querido decir con que tenías hasta elsábado?

-Dice que sino firmo los papelesantes del fin de la feria, ya no podrévolverme atrás.

-Se le ha acabado la paciencia ¿eh?- preguntó divertido.

-¿Tú crees?-Tener a tu mujer tan cerca y a la

vez tan lejos debe ser como pocofrustrante. Se encuentra en el limbo y nosabe qué hacer. Tú querías el divorciopero no terminas de firmarlo. Es lógicoque te ponga un plazo.

-¡Lo tengo decidido!-Por eso no has firmado los

papeles.-No he firmado porque…-su padre

la miró interrogante.-No sé por qué nohe firmado ¿vale?

-Claro que lo sabes pero no quieresadmitirlo. Le quieres y no te sientescapaz de perderlo. Sobre todo si tú dasel paso para hacerlo.

-Yo sé que le quiero. ¡El que no mequiere es él! Si me hubiera querido…

-¡Deja de dar vueltas al pasado ypiensa en el futuro! ¿Quieres un futurosin Wade?

Le miró sorprendida porque seríaun futuro muy triste y solitario. Antessiempre le había tenido a él en sucorazón y expulsarlo de su vida era algocon lo que no sabía si podría vivir. –Esoes lo que tienes que descubrir, hija. Loque ha pasado o dejado de pasar, ya no

tiene importancia. Es el futuro lo queimporta.

Los siguientes dos días se los pasó

ensimismada en sus pensamientos. Tantoque ni se dio cuenta de que Kelly casi nopasaba por casa. Se suponía que teníaque empezar a embalar sus cosas perono le apetecía, así que decidió comenzarla elaboración de las tartas. Suimaginación se empezó a desbocar ydecidió hacer algo un poco más grandepara la subasta de tartas. La que secomieran los jueces tendría buenaspecto, pero la que compraran teníaque ser maravillosa. Así que hizo unboceto. Empezó a hacer palitos dechocolate y cuando se dio cuenta tenía

tantos que hasta podría hacer una casa.Pensando en ello se dijo que por qué no.Cuando terminó a las tres de la mañanahabía hecho una replica del rancho delos Taylor tan fiel que se sonrojóavergonzada. Iba a deshacerlo perocuando iba a coger uno de los árboles sedetuvo en seco al ver el establo. Sonrióal recordar lo que había escrito Kelly enla puerta.

Entrecerró los ojos porque lefaltaba algo e intentó recordar qué era.Entonces se dio cuenta le faltaba vida.No tenía a las personas y a los animales.–Mañana haré algún caballo para elcercado.

El proyecto se extendió tanto queno sabían donde meter la tarta para

transportarla.- Por el amor de Dios. ¿Nopodías hacer una tarta como todo elmundo?- preguntó Kelly exasperadacuando le dijo por tercera vez, cuidadocon la esquina al meterla en el coche.-¡No entra, Lori! Esta monstruosidad noentrará en la vida.

Puso los ojos en blanco y dijo-Estábien, calma. Llevémosla dentro.

Su padre, Kelly y ella trasladaronla tarta a la cocina. La verdad es que sehabía pasado, pensó contemplando latarta de tres pisos de chocolate con ladecoración del Rancho Taylor encima.Incluso había hecho el pozo rodeado deun montón de gallinas. –Llama a Brody yque traiga la furgoneta. –dijo sonriendo.-¡Y que se dé prisa porque sólo tengo una

hora antes de que empiece la feria!-Espero que al menos ganes

después de todo este esfuerzo.-¿Pero de qué te quejas? ¡Si lo he

hecho yo todo!-¡Me acabo de romper una uña!-Será posible.- fue hasta el teléfono

y marcó el número de los Taylor.-Comose funda el chocolate te mato.

-Wade Taylor-hizo una muecaporque no sabía qué decirle- ¿Diga?

Tomando aire dijo- Soy yo.-Ah, la señora Taylor.-No por mucho tiempo.-Sólo quedan unas horas- dijo

divertido- ¿Quieres algo?-Necesito tu furgoneta.-Se la ha llevado Bill a Austin-

respondió desconfiado- ¿Por qué? ¿Noserá para que te haga el traslado?

No pudo evitar sonreír por su tono.–Pues sí.

-¡Joder, Lori! ¿Tengo quesecuestrarte otra vez? –le gritó alteléfono- Esto ya no tiene ningunagracia. ¡Como no entres en razón me vasa ver realmente enfadado!

-¿Ah si?-¡Sí! ¡Más te vale que hayas tirado

lo papeles a la basura porque comotengas intención de irte, te volveré atraer aunque sea a rastras! ¡Y se terminóla historia!

Reprimió la risa antes de decir-Necesito la furgoneta para trasladar latarta de la subasta.-el silencio al otro

lado de la línea le hizo mirar elauricular- ¿Wade?

-Estoy aquí- gruñó al otro lado.-Perfecto, porque como todavía soy

tu mujer tengo derecho a la mitad de lotuyo, así que me traerás tu ranchera quetiene la caja más grande.

-¿Tú crees?-Sí- sonrió radiante porque eso de

ser la señora Taylor no estaba tan mal.-Tienes diez minutos.

Colgó el teléfono y su primalevantó una ceja- ¿Ejerces tus derechosmaritales en pedir una camioneta?

-¡Estoy aprendiendo!- contestóindignada.

-Prueba con pedir algo de sexopara ver si se te quita esa cara de

vinagre.-¡Eh!Su padre se echó a reír a

carcajadas desde el hall y se sonrojóintensamente mientras su prima lamiraba angelical.

Nerviosa se miró el vestido deflores que llevaba, ajustándose lostirantes en los hombros. Los rizos caíansobre sus hombros y no estaba mal deltodo.- Estás muy guapa. –dijo Kellycolocándose tras ella- A Wade se le vaa caer la baba.

-¿Tú crees?- se empezó a ponernerviosa.

-Sí. A ver si lo arregláis porquenos tenéis en una montaña rusa.

-No te quejes, al menos tú tienes

marido.-Tú también, aunque no ejerzas de

esposa.-No discutáis, niñas- dijo su padre

acercándose con el traje de losdomingos- Voy a presumir de lasMcKensie, que son las más guapas delcondado.

-Gracias, tío.- dijo Kelly radiantecon su vestido verde agua.

-Y de paso voy a comer tarta.Se echaron a reír cuando

escucharon el motor de un coche a todavelocidad- Aquí llega el príncipe azul alrescate de la tarta.- Kelly abrió la puertadel hall saliendo al porche.-Sieteminutos y medio, todo un record.

Lori se sonrojó escuchando reír a

su padre. Vieron a Wade frenar en secoy saltó de la camioneta comiéndose conlos ojos a Lori, vestido con unospantalones de vestir negros y una camisaazul claro con las mangas enrolladashasta los codos. Estaba tan guapo…

-Ya estoy aquí.-Ya te veo- se cruzó de brazos

disimulando.-Vamos, nena. ¿Ni un beso de

bienvenida?-La tarta está en la cocina.Gruñó subiendo los escalones y

estrechó la mano de su padre- Suegro…Lori entrecerró los ojos y Wade

levantó las manos- Tranquila… sólo erauna broma.

-La tarta está en la cocina- le

señaló con el dedo- Te advierto quecomo le pase algo te mato.

-Ya no sé a cuantas personas hamatado por la dichosa tarta- dijo Kellyexasperada. Sonrió cuando escuchó elsonido del coche de su marido- ¡Aquíestá Brody!- chilló emocionada.

Wade la miró levantando una ceja-¿Ves como se recibe a un marido?

-¿Quieres que te traiga los papeles?Brody se bajó de la camioneta

sonriendo- ¿Dónde está esa tarta?Dos minutos después los Taylor

rodeaban la tarta con la boca abierta-¿Cuanto tiempo te ha llevado hacer estacosa?- preguntó Wade mirando lasvacas.

-A ver si le haces un hijo pronto,

para que deje de pensar en tonterías-dijo Kelly ganándose una mirada dereproche de su prima.

-¡Quería hacer algo especial!-Tan especial que no hay quien la

lleve. ¡Y pesa una tonelada!-Serás exagerada y todo porque te

has roto una uña.-¿Te has roto una uña, cielo?- dijo

Brody acercándose mientras su padre sereía al ver como le besaba el dedo.

Wade los miraba como si tuvieranla peste y después miró a Lori- Tu primatiene razón. El año que viene tendrás unbebé que te entretenga.

Se puso como un tomate y su padreno dejaba de reír. –Brody, ayúdame-Wade cogió con cuidado un extremo y

Brody el otro- Con cuidado- advirtió asu hermano.

Brody sonrió y lentamente levantóla tarta.

-¡Cuidado con la puerta! ¡Cuidadocon el escalón! No la acerquéis a losextremos.

-Sí Wade, hazle un hijo para queesto no vuelva a pasar- masculló Brodysudando del esfuerzo.

Ella gimió mirando el cercado delas yeguas- ¿Se derretirá el chocolate?

-Nena, si se derrite el chocolate nopasa nada. Es una fiesta benéfica.-dijocolocándola bien en el centro de la caja.

-¡Quiero ganar!- exclamó ellaenfadándose. – ¡Tiene que ser la mejor!

-Créeme, lo será.-dijo mirándola a

los ojos-¿Tú crees?Kelly llevaba la tarta de prueba en

la mano y los Taylor se quedaron depiedra al verse sobre la tarta.- ¡Wade!¡Eres tú! ¡Y papá! ¡Y yo!

Wade la miró brevemente antes demirar la tarta otra vez- Sino estuvierascasada podrías dedicarte a esto.

Ella sonrió radiante- Lo sé.-Pero no lo harás.-Eso ya lo veremos.Su marido la miró con los ojos

entrecerrados- Lori…-¡Vámonos o no llegaremos!Wade la cogió de la mano y la

metió casi a la fuerza en su camioneta-No vayas muy deprisa que se puede

desmoronar- dijo mirando hacia atráspor la ventanilla. Gimió al ver comotemblaba al arrancar.- No va a llegar,Wade.

-Nena, tranquila. La tarta llegará.Y vaya si llegó, porque le hacía

parar cada kilómetro para comprobarque todo iba bien. Wade que nunca sehabía caracterizado por su paciencia diogracias a Dios por llegar alaparcamiento. Brody les esperabamirándoles divertido y Wade salió de laranchera bufando. – ¿Dónde está tumujer?

-Llevando la tarta de prueba a losjueces. Casi no llegáis.

-Te aseguro que ha sido un viaje dediez quilómetros eterno.

-¿Te estás quejando? – preguntóLori abriendo la parte de atrás de lacaja.-Es increíble, hago yo todo eltrabajo y se queja todo el mundo.

-No, nena. No me quejo. Pero es laúltima tarta que haces.

-Eso ya me lo dirás cuando lapruebes.- murmuró ella comprobandoque todo estuviera en su sitio. Unagallina se había caído y la colocó en susitio. Sonrió radiante y le miró- ¡Venga!¡No tengo todo el día!

Wade la cogió por la cintura y labesó devorándola. Lori disfrutando delbeso le abrazó el cuello sintiéndose tanbien…

Oyeron carraspear a alguien y sesepararon a regañadientes para

sonrojarse al ver al cura ante ellos-Espero veros pronto por la vicaria.

-Padre…- miró a Wade que estabaencantado- Nosotros…

-Mañana a las diez os quiero allí-dijo advirtiéndolos con la mirada- -Tenemos que hablar sobre esos votosapresurados que se dicen en playasmejicanas.

Como un tomate fulminó con lamirada a Wade que tampoco sabía quédecir- ¿Se lo has dicho tú?

-¡No!Miraron a Brody que aliviado se

encogió de hombros. –A mí no me hadicho nada.

-¡Brody, tú también!-gritó el curadesde unos metros más allá- ¡Y tráete a

Kelly!-Estupendo- Wade se acercó a la

tarta y le dijo a su hermano- Llevemosesto de una vez.

Capítulo 9 Lori les dio instrucciones y fue

apartando a la gente para llevar la tartaa su sitio. Todos se quedaronasombrados con ella y la señora Hornerdijo que la colocaran en el centro de laexposición.

Cuando la pusieron allí miró suobra orgullosa. Shelby se acercó en susilla de ruedas y la miró con la bocaabierta- Es preciosa…

-En tu cumpleaños te haré una muyespecial.

-¿De verdad?-De verdad. ¿Qué es lo que mas te

gusta?- preguntó acariciando su pelonegro.

-¡Las mariposas!-Pues tendrá unas mariposas

preciosas.-¿Cuando es tu cumpleaños,

Shelby?- dijo Wade poniendo cara dedolor y tocándose los riñones.-Es parair haciendo ejercicio.

La niña se echó a reír y su madreque estaba tras ella también.- No hacefalta que sea tan grande- dijo la niñapartiéndose de la risa.

-Uff, que alivio.

Lori sonrió y varios se acercaron aver la tarta. Vio a Kelly con losedredones en la mano. Los llevó hasta elpuesto y los colocó apartando otracolcha que no era tan bonita. Esta primasuya…

-Ven- Wade la cogió de la mano-Vamos a dar una vuelta.

Ella le miró a los ojos- No sé…-Vamos, nena- le susurró para que

no los oyera nadie- Quiero estar contigo.Esas palabras la convencieron y

sonrió tímidamente. Wade sonrió tirandode su mano y caminaron entre lospuestos. –Al final te has salido con latuya- dijo mirando el tiro al blanco.

-Siempre me salgo con la mía- dijollevándola hasta el puesto y le dijo-

Coge una escopeta.-¿Estás de broma? Están trucadas-

dijo divertida.-Tú escoge una- le guiñó un ojo y

Lori riendo escogió la que tenía delante.-¿Va a probar, señorita?- dijo el

feriante.Wade le dio el dinero y ella miró

el blanco. Una diana roja entre muchasverdes.- Tiene que acertar en el centrode la diana.

Sonriendo miró a Wade que alzóuna ceja divertido.-Venga.Sorpréndeme.

-Te vas a enterar- dijo colocandola escopeta en el hombro y mirando elobjetivo a través de la mira.

Disparó y dio a la diana de al lado-

Nena, puedes hacerlo mejor.-Te he dicho que están trucadas-

dijo indignada. Volvió a centrar elobjetivo y desvió el cañón varios gradosa la izquierda. Disparó dando al centrode la diana que hizo sonar una campana.Le miró triunfal y Wade sonriósatisfecho.

-Aquí tiene, señorita.- le entregó unenorme oso de peluche y ella lo cogiósonriendo.

Se lo entregó a Wade que se echó areír a carcajadas negando con la cabeza-Es para ti. Lo querías-dijo maliciosa –Por eso me has hecho jugar.

-No, nena. Quería que lo ganaraspor lo que tiene en el cuello.

Confundida miró su cuello y vio

que del gran lazo azul colgaba un anillo.–Wade…- tocó el anillo con el dedocomprobando que era real. Un diamanteen talla brillante montado en platino.

-No te había comprado uno encondiciones cuando nos casamos. Te lodebía.

Ella lo miró con lágrimas en losojos- Pero ¿y si?

Wade cogió el anillo desatando ellazo y lo sacó ante sus ojos. –Quiero quesigas en mi vida, nena- sujetó su mano yse lo puso en el dedo anular. Miró sudedo y sonrió- Perfecto para ti.

Con los ojos llenos de lágrimasmirando su mano. Sin saber qué pensar,levantó la vista hasta él.- ¿Qué estáshaciendo?-susurró sintiendo un nudo en

la garganta.-Tú piénsalo- le levantó la mano y

besó su dedo sin dejar de mirar sus ojos.–Ahora vamos a divertirnos.-tiró de ellahaciéndola reír.

Pasaron de puesto en puesto ycuando llegaron al de sus mantas Wadelas admiró abiertamente- ¿Todo se te datan bien?

-¿Tú qué crees?- preguntómaliciosa.

Él se echó a reír llevándola hastael concurso de tartas que estaba a puntode empezar. La señora Horner tenía elmicrófono en la mano y se acercó alcentro del escenario- Buenas tardes atodos y bienvenidos al decimoctavoconcurso de tartas de Greenwood.

Wade se puso tras ella cogiéndolapor los hombros mientras ella abrazabasu oso. –Tenemos cuarenta y dos tartasmaravillosas –dijo mirando laexposición- ¡Billy Cummins aléjate deesa tarta antes de que te dé unaazotaina!- chilló la mujer mirando alcrío que estaba a punto de robar una.

El público se echó a reír y el niñosonrió con descaro. La señora Hornerpuso los ojos en blanco. –El jurado iráprobando una por una y elegirá a lascinco mejores. De esas volverán aprobar y se decidirá cual es la mejortarta de Greenwood.-hizo una pausapara mirar las tartas- Debo decir queestoy impresionada con lasdecoraciones de algunas de las tartas-

dijo guiñándole el ojo- Y eso también setomará en cuenta.

Presentó al jurado que era elsheriff, el cura, el alcalde y por supuestoella misma- Lo tienes tan fácil que esinjusto para las demás- dijo Wadedivertido.

-¡No digas eso! La mía es la mejor-dijo levantando la barbilla ofendida.

Su marido se echó a reír acarcajadas y la besó en la mejilla

-¿Cómo va?- preguntó Kelly sinaliento poniéndose a su lado.

La miró y tenía las mejillassonrojadas y el pelo revuelto. –Búscateun hotel.

Wade se echó a reír viendo la carade indignación de Kelly.-Me acabo de

casar ¿sabes?-¿No me digas?-¡Oh, cállate!-¿A que parecen hermanas?-

preguntó Brody a su hermano.-No toques ese tema- dijo Wade

mirándolo como si quisiera matarlo.-Estamos un poco sensibles ¿no?-Es por la falta de sexo- dijo

Kelly.-Están que se suben por lasparedes.

-¿Queréis callaros?- preguntómuerta de la vergüenza mirando a sualrededor por si los había escuchadoalguien.

Kelly y Brody se echaron a reírmientras Wade la cogía por la cinturapegándola a él- ¿Sabes que tienen

razón?- le susurró al oído- Estoydeseando estar dentro de ti, cielo.

Se puso como un tomate y Wade labesó en el cuello. Y ella ni se dio cuentaque ya estaban probando las tartas. Sóloera consciente de las manos de Wade ensu cintura y de cómo disimuladamentefueron hasta su vientre por debajo deloso.

Se sobresaltó cuando Kellychillando la cogió por el brazo- ¡Hasganado!

-¿Qué?Wade disimuló una risa y ella le

fulminó con la mirada – ¡No medistraigas!

-Ahora ya es tarde, nena. Lo siento.-Lori, sube al escenario a recoger

tu premio como mejor tarta del dos milquince.-dijo la señora Horner con unasonrisa de oreja a oreja.

Mirando a Wade como si quisieramatarlo le entregó el oso- Sujétamelo.

-Claro, preciosa.Puso su mejor sonrisa y pasó entre

la gente para llegar hasta los escalonesdel escenario mientras el público laaplaudía. Su padre al lado del granTaylor aplaudía entusiasmado y ellasonrió más ampliamente acercándose ala señora Horner que todavía tenía elmicro al lado de la boca- Aquí estanuestra ganadora.

El alcalde se acercó a darle laplaca donde decía que había ganado elprimer premio y ella la cogió

extendiendo la mano para estrechárselamientras les sacaban una foto para elperiódico local- Gracias- dijosaludando cuando la señora Horner gritócogiéndole la mano para mirar su anillo-Pero niña ¿cuando te has comprometido?

El grito de la mujer hizo callar atodo el mundo y su cara se tiñó de rojointenso- Pues…

-¿Y con quién?- preguntó la señoraCummings en primera fila que odiaba noenterarse de las cosas.

Miró a Wade que sonreía de orejaa oreja y se dio cuenta que lo habíahecho a propósito. Seguro que alguienvería el anillo y el rumor correría comola pólvora por el pueblo. Brody lepalmeaba la espalda divertido y Lori no

sabía qué decir.-Vamos niña, ¿quién es el

afortunado?- la señora Horner alargó sumano casi tirándola del escenario paraque vieran el anillo y varias suspiraron.

-Es un anillo muy bueno. Tiene queser alguien de dinero.- dijo una mujerque no llegó a identificar.

-Pero sino sale con nadie- informóel cartero. – ¿O no?

-No que yo sepa- dijo la señoraCummings mirándola con los ojosentrecerrados.

Totalmente abochornada miró aWade que levantó una ceja- ¡No estoycomprometida!- dijo provocando queWade frunciera el ceño.

-¿Cómo que no?- la señora Horner

no salía de su asombro- Es un anillo decompromiso.

Miró a su padre impotente quesonrió asintiendo y tomó aire antes dedecir- Estoy casada.

Los jadeos de asombro recorrieronel público-¿Por eso te vas del pueblo?-preguntó la señora Cummings.

-¿Es que no es del pueblo?-preguntó otra mujer- ¿Y quién es?

Derrotada vio las caras interesadasde sus vecinos- Es Taylor.

Todos se volvieron a Wade quesonrió de oreja a oreja- ¿Por qué no tehas casado como Dios manda?- preguntóla señora Cummings- ¿Estásembarazada?

-¡No!

-Aquí hay algo raro- dijo elcartero-Sino se podían ni ver. Él no lehablaba. Lo sabe todo el mundo.

Miró a Wade impotente y sumarido perdió la sonrisa- ¿Queréisdejarnos en paz? Es nuestro problema.

-¡No si se va del pueblo!- dijo otramujer- ¡Me tiene que cambiar lascortinas este año!

Wade le entregó el oso a Kelly quelos observaba asombrada y se encaminóal escenario a toda prisa- Eso Wade¿por qué os habéis escondido paracasaros?

-¡No nos hemos escondido!- lacogió de la muñeca cuando llegó hastaella y tiró bajándola de allí. Pero losrodearon mirándolos con los brazos

cruzados.-Wade…-dijo asustándose por sus

caras. Parecían enfadados.-No pasa nada, nena.-Vais a contestar algunas

preguntas- dijo la señora Cummingsmirándolos enfadada.

-¡No tenemos que contestar nada!-dijo él intentando pasar.

-¿Acaso te avergüenzas de nuestraLori? ¿Por qué no os habéis casadoaquí?

-¡No me avergüenzo de mi mujer!-gritó furioso.

-¿Ah no?-¿Y dónde os casasteis?-En Méjico- contestó el cura.Lo miraron como si hubiera

cometido un pecado mortal y Lori gimióescondiéndose a sus espaldas.

Brody cogió a Kelly alejándose dela muchedumbre y corrieron hacia elaparcamiento mientras Wade gruñía dedisgusto.

-¿Así que en Méjico y cuando fueeso?

-¡Si hace un mes le pintó loscaballos!- dijo otro.

-¿Hace un mes se odiaban y ahoraestán casados? Aquí algo no va bien,por eso se va nuestra Lori.

-¿Desde cuando eres su Lori?-siseó Wade furioso.

-Ni idea. Wade, sácame de aquí.-¿Qué os importa si están casados o

no?- preguntó el alcalde alucinado.

-¡Claro que nos importa! Hace dosmeses estaba saliendo con otra. ¿Quétipo de noviazgo es ese?

-Se quieren y se han casado de unamanera romántica. ¿Por qué os metéis? –preguntó una chica que no debía tener niquince años. Aquella muchacha no eradel pueblo. –A mí me parecemaravilloso.

La señora Cummings entrecerró losojos – ¿La quieres?

-Eso no es asunto vuestro.-dijoWade furioso.

Varios dieron un paso hacia ellos yLori pensó que los lincharían. –Por DiosWade, di algo que no salimos de aquí.

-¡No!- se volvió para mirarla- Te lo diré a ti pero a ellos no tengo que

decirles nada.Ella le miró ilusionada- ¿Me lo

dirás a mí?Wade sonrió- Claro cielo, te lo voy

a decir tanto que me dirás que me calle.Lori sonrió radiante y les gritó a

los vecinos-¡Desaparecer de aquí antesde que me enfade y no os haga máspastas!

Se dispersaron tan rápido queWade la miró asombrado- ¿Tan buenasson las pastas?

-Mejores que mi tarta de chocolate.-Estoy deseando probarlas.-Si te portas bien….-Wade la cogió

por la cintura y la besó suavemente enlos labios. Al ver que no decía nada,ella volvió a repetir levantando las

cejas- Si te portas bien…Wade se echó a reír y la besó

rápidamente otra vez antes de cogerlapor la muñeca y llevarla hasta suspadres.-Has estado cerca de ser colgadoen la plaza del pueblo- dijo su padredándole la mano.

-Lo he visto muy cerca.-Hijo, creo que el cura tiene razón.

Deberíais renovar vuestros votos en laiglesia del pueblo.

-En dos semanas- dijo él como sinada.

-¿Ah si?-Sí.-Pero si no sabías si firmaría.Wade suspiró y la separó de sus

padres-¿Has firmado?

-No- dijo ella como si fuera unaniña.

-Entonces estamos casados.-entrecerró los ojos- ¡Y seguiremos así!¡Ya me he acostumbrado!

-¿Ah si? Pues a mí todavía no meha dado tiempo- dijo maliciosa-Supongo que cuando me digas que mequieres, empezaré a acostumbrarme.

Wade entrecerró los ojos- Eso eschantaje.

-Tú cometiste un secuestro.-¿Tengo que decírtelo?- preguntó

indignado- Te lo dije una vez y te sentófatal. ¡Me dejaste!

-¡Porque no lo dijiste en serio!Se miraron a los ojos y Lori con

los labios separados hizo el gesto

cuando vio que abría la boca, pero nopronunció palabra.- ¡Wade!- pateó elsuelo cuando vio que no decía nada.

-Lo diré ¿vale? Cuando menos te loesperes te lo suelto.

-Vaya, gracias.-Vamos, nena. No te enfades. Yo lo

siento aunque no te lo diga.-¿De verdad?-Claro que sí.-le acarició la

mejilla- Te necesito a mi lado. Estoyacostumbrado a verte y no puedo estarseparado de ti.

Lori entrecerró los ojos- ¿Esa es tumanera de declararte? El que ligaba eraBrody ¿verdad?

El gran Taylor se echó a reír acarcajadas y entonces se dieron cuenta

que sus padres estaban poniendo laoreja- ¿Queréis darnos un poco deintimidad?- preguntó Wade entredientes.

-Vamos muchacho, tú puedes…En ese momento empezó la subasta

de tartas y Wade gruñó- Te lo digodespués.

-Piensa bien tus palabras- dijo elgran Taylor divertido- La chica no va aesperar toda la vida.

-Eso –dijo ella cruzándose debrazos.

Se subastaron varias tartas y no leextrañó que dejaran la suya para el finalporque era la más impresionante. Miró asu marido a su lado y susurró – ¿Vas apujar?

-¿Por una tarta cuando tengo a larepostera?- preguntó incrédulo. Ella lemiró como si fuera estúpido y Wade seechó a reír abrazándola por el hombro-Nena, eres tan transparente.

-¿Y sabes lo que pienso ahora?-preguntó divertida mirándolo a los ojos.

-Claro, tienes la mirada de que meamas con locura. La misma mirada quecuando tenías quince años y me dejastellevarte a casa- A Lori se le cortó elaliento y la besó suavemente en loslabios.

-Y ahora la impresionante tarta denuestra ganadora de este año. Lori subeal escenario por favor.

Negó con la cabeza pero Wade laempujó suavemente diciéndole al oído-

Si te molestan, les amenazas con laspastas.

-Muy gracioso.Volvió a subir al escenario y

advirtió a la señora Horner con lamirada haciéndola sonreír.-Como veisla nueva señora Taylor ha hecho unaréplica del Rancho de su nueva familiamuy exacta. Y os puedo asegurar que latarta es maravillosa. Empecemos lapuja.

-Mil dólares- dijo Wadesonriendo.-Sino compro esa tarta mecastigará, chicos. Así que ser buenos.

Varios se echaron a reír levantandolas manos. La oferta era el doble de loque pensaba sacar por ella pero algunosparroquianos subieron la puja

maliciosamente- Mil quinientos- dijo elalcalde cruzándose de brazos.

-Tener amigos para esto- Wade lamiró a los ojos- Dos mil.

Lori abrió los ojos como platos.¡Estaban locos!

-Dos mil quinientos- dijo el padrede Wade.

-Papá, ¿tú también? Te iba a dar unpedazo.-el pueblo se partía de la risa yLori sonrió encantada.- Tres mil y teacabas de quedar sin tarta.

-Vas a comer tarta un año- dijo laseñora Horner divertida.

-Por mi Lori lo que haga falta.Varias suspiraron y ella se sonrojó

de gusto emocionada.- ¿Alguna pujamás?

-¿Está loca? Con ese dinero mecompro un coche- dijo Billy Cummingshaciéndolos reír a todos porque sabíanque estaba loco por los coches.

-Niño, cuando te pille…- dijo laantigua directora antes de sonreír otravez.-Muy bien la tarta de Lori a suencantador marido por tres mil dólares.

La gente aplaudió mientras ellabajaba del escenario. Cuando llegóhasta él susurró –Estás loco.

La cogió por la cintura y la besósuavemente en los labios- Sí que estoyloco. Has estado a punto de escaparte.

-¿Me hubieras seguido?-Hasta el fin del mundo, cielo- dijo

mirándola a los ojos- Hasta el fin elmundo.

Epílogo. -¡No me lo puedo creer!- gritó su

marido sobresaltándola al verla rodeadade harina en la gran cocina de los Taylormientras amasaba. Eran las tres de lamañana y se había escapado de la camapara empezar la tarta porque no podíadormir.

Gimió al ver a Wade encalzoncillos- No te enfades.

-¿Qué no me enfade?- preguntóseñalando su enorme vientre –Estás deocho meses y medio. ¡Tienes quedormir!

-Quedan tres días para el concurso-dijo como si eso fuera excusa.

-¿Y qué te dije el año pasado?-Todavía no ha nacido ¿Qué culpa

tengo yo de que no hayas cumplido?-dijo sin dejar de amasar.

-¿Qué ocurre?- Brody apareció enla puerta de la cocina y cogió un biberónde la nevera. Miró a su cuñada como siestuviera loca antes de meterlo en elmicroondas.

-¿Se ha despertado la niña?Gruñó rascándose el pecho –Y tu

prima duerme como una marmota.

Sonrió sin dejar de amasar.-Alcontrario que mi mujer que estátrastornada.-miró a Wade y le lanzó unbeso con la mano manchándose lamejilla de blanco.

-Hija ¿qué haces?- miraron a supadre que llegaba en pijama. Se habíanido a vivir todos a la casa de los Taylorporque no querían separarse y el granTaylor estaba encantado con su nuevagran familia.

-Dile a tu hija que vuelva a lacama.

-Eres su marido. ¿No sabestratarla?

Wade entrecerró los ojoscruzándose de brazos- Embarazada deocho meses no.

Brody se echó a reír a carcajadasmientras sacaba el biberón delmicroondas.-Voy a atender a Lourentantes de que despierte a toda la casa consus lloros.

Su padre fue hasta la nevera ycogió un vaso de leche. Miró la masa ypreguntó- ¿No será de chocolate,verdad?

-De frambuesa con pepitas dechocolate blanco y base de melocotón.-su padre gimió porque todavíarecordaba la indigestión que habíacogido el año anterior de la cantidad detarta que había comido.

-No pujaré por ella- dijo su maridoenfurruñado.

-Sí que lo harás. Porque es para los

fondos de la biblioteca.-Nena, no soy millonario. No

puedo pujar por todas tus tartas.-ellaentrecerró los ojos levantandolentamente la mirada- Vale, pujaré porella.

-Ah, pensaba. Es tu manera quedecirme que me quieres ¿recuerdas?

Wade se acercó a ella y le cogiósuavemente el rodillo de las manos. Lorilevantó la mirada y su marido le limpióla mejilla- ¿Y crees que sino pujo esporque no te quiero?

A Lori se le cortó el aliento porquetodavía no se lo había dicho. Ni en lamaravillosa boda ante el pueblo, con suprima y su cuñado. Ni en la fantásticaluna de miel en París. Ni siquiera

cuando se enteró de que estabaembarazada. La cogió del brazo y lasentó en una de las sillas de la cocina.Wade se acuclilló ante ella mirándola alos ojos- ¿Es que no sabes que tequiero?

A Lori se le llenaron los ojos delágrimas de la sorpresa.-Sí, pero quierooírtelo decir.

-Te dije que te hartarías de oírlo yno lo he hecho ¿verdad?-ella negó con lacabeza dejando caer las lágrimas- Esque soy idiota. ¿No lo sabías? Sino no tehabría ignorado durante diez años. Apartir de ahora te lo diré todos los días-se acercó y le dijo contra sus labios-Eres la persona que más quiero en estemundo y no podría vivir sin ti, nena.

Nunca dudes que te quiero.-Oh, Wade- le besó suavemente y

abrazó su cuello- Yo también te quiero.-Lo sé.- la cogió en brazos

sorprendiéndola –Y ahora parademostrarme tú lo que me quieres, te vasa dormir.

-Pero la masa…-la mirada deWade lo decía todo- A la cama.

-Exacto.Tumbados en la cama ella suspiró

sobre su pecho-¿No deberíamos decidirel nombre de la niña?

-Todavía quedan dos semanas.Tenemos tiempo- dijo él divertido.

-Se nos va a echar el tiempoencima y ya verás como no lo hemosdecidido.

-Prefiero verle la cara.Sonrió sobre su pecho y le besó el

pezón- ¿Sabes que hacer el amor puedeadelantar el parto cuando estás a punto?

-¿No me digas?- dijo tumbándolaen la cama besándola en el cuelloprovocando su risa.- Entoncestendremos que decidirnos ya, señoraTaylor.

FIN Sophie Saint Rose es una prolífica

escritora que tiene entre sus éxitos

“Dejaré de esconderme” o “Huir delamor”. Próximamente publicará“Cuéntame más” y “¿Nunca? Jamás”

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