La Intensión no basta

Una temporada de mi vida me la pasé pensando en esta frase: ”la intensión es la que cuenta” y esta otra: ”Basta con la intensión”. Estaba lleno de buenas intensiones, sobre todo de ayudar a los indigentes de la calle llevándoles algún pan o alguna ropa nueva.

Cuando salía a ayudar a algún indigente y por

cualquier motivo me devolvía a mi casa sin haberlo

hecho consolaba a mi conciencia

diciéndome “basta con la intensión”

Me sucedió por esa misma época, que en mi casa se rompió el sifón del lavaplatos.

Me dediqué con ahínco a repararlo. Cuando después de un buen

rato y varios esfuerzos probé el resultado de mi reparación: resultó

que empeoré la situación.

Tenía un gran boquete en el sifón por donde se iba toda el agua y

se derramaba por toda la cocina. De verdad era una situación muy incomoda. En ese momento me

vino a la mente mi acostumbrada frase: “ Basta con la intensión” y ahí caí en cuenta de la tremenda

falsedad de esa frase.

No bastaba con la intensión.

Había que reparar ese lavaplatos.

Había que obtener ese

resultado

Eso que me pasó con el lavaplatos lo

relacioné inmediatamente con

mis buenas intensiones de ayudar

a los demás

Podemos estar repletos de

buenas intensiones pero lo que

cuenta son las ayudas que de

verdad hallamos

hecho.

Hermanos míos, la intensión no basta.

Jesucristo quiere que obtengamos frutos y frutos en abundancia. Él Dijo: “El

que lo logre, ese se salvará”.

Vean que no dice: “el que lo intente”.

Si tienes solo buenas intensiones

no te bastará eso

para salvarte

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