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Índice

PortadaDedicatoriaPrólogoCapítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14Capítulo15Capítulo16Capítulo17Capítulo18Capítulo19Capítulo20Capítulo21Capítulo22Capítulo23Capítulo24Capítulo25Capítulo26Capítulo27Capítulo28Capítulo29

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Capítulo30Capítulo31Capítulo32Capítulo33Capítulo34Capítulo35Capítulo36Capítulo37Capítulo38EpílogoAgradecimientosBiografíaNotasCréditos

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Julián,Susana,ElenayLía,graciasporhaberestadoamiladoendiferentesetapasdemivida,ayudándomeatransitarelcamino.

Losrecuerdoconmuchaalegríayséquealgúndíanosvolveremosaencontrar.

FABIANAPERALTA

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Prólogo

«Loquesebuscaseencuentra,loquesedescuidasepierde.»

CreonteenEdiporey,deSÓFOCLES

Despertó con una fuerte punzada en la cabeza: la noche anterior habíabebido más de la cuenta y ahora estaba sufriendo las consecuencias.Conocíamuybiencuáleseranlossíntomasdeunaresaca,ytambiénsabíaque esos síntomas lo acompañarían almenos hasta pasado elmediodía.Deseóabrirlosojos,peroelresplandordelamañanaloenceguecióporcompleto; las cortinas se habían quedado abiertas y el sol se metía sinpermiso en su habitación, así que se cubrió con el antebrazoy volvió acerrar los ojos esperando que el dolor en la sien remitiera. Al instantecomprendióqueeraimperativopararlosexcesos,oterminaríaperdiendoaAlexadefinitivamente.

«Alexa...—pensóenellaconadoración—.Sihubieraestadoconmigosindudanomehabríapermitidobebertanto,pero...¿deverdadfuetanto?Estoyfatal,nisiquieralorecuerdo.»

Sindudaellaerasucorduraysusensatez.Probóaestirarcadaunodesusmúsculosyadvirtióqueeraposeedor

de una ostentosa y dolorosa erección. Lamentó al momento no poderponerle solución a su apetito sexual, y recordó la discusión que habíamantenidoconAlexaporqueestanoqueríaquefueraalafiesta,alaquealfinalterminóyendosolo.

Adormilado aún, estiró lamano para aferrarse a la almohada y nosentirsetansoloensuespaciosacama;sinembargo,lasorpresaloabordóaltoparseconlacalidezdeuncuerpoqueserebullódeinmediatoconsutacto.

Abriólosojosdegolpe.—¡Maldición! —dijo mientras se sentaba en la cama—. Despierta,

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chiquita,vamos,debesirte—lainstódeinmediato.«¿Quién es esta mujer? No recuerdo nada», caviló mientras se

sujetabalacabezaconunamanoyconlaotrazarandeabaasualetargadaacompañante.

—Vamos,nena,vamos,despierta,nomehagasesto,despierta.Sonaba apremiado. Sin duda su día estaba realmente arruinado, no

digamosyasuvidasienaquelmomentoaparecíaAlexa.—¿Quépasa,Brian?Podrías sermásdelicadoparadespertarme—

señalóladespampanantemorenaquesedesperezabaensucama.Laesculturalmujersesentóperezosa,mientrassusperfectospechos

bamboleabanfrenteasusojosysumelena,negracomoelazabache,caíacomounmantosobresudesnudapiel.

—Cúbrete,nena,tevasaresfriar.Ella rio sonoramente. Tenía un gesto que de inmediato le hizo

entenderelpecadoquehabíacometido.—¿Quéteocurre?Parecesasustado—preguntóella.—Esquenodeberíasestaraquí.¡Dios,¿quéhehecho?!«Tengoquedejardebeber»,pensó.—No te sientasmal, estabas un poquito borracho, pero aun así has

demostrado ser un experto amante... —Se enganchó de su cuello—.¿Quieresquerepitamosantesdeirme?

—Disculpa,norecuerdotunombre,pero...creoqueesmejorquetevayas.

El afamado modelo se deshizo de inmediato de los brazos de lamorena,queparecíantentáculosenganchadosasucuello.

—Te perdono que no recuerdes mi nombre porque lo de anocheverdaderamente fue magnífico.—La ardorosa mujer volvió a enroscarlosbrazosensucuello,lelamióloslabiosy,apartándoselevemente,dijo—:Mi nombre es Julianne, espero que ahora no lo olvides porque miintenciónesque lovuelvasagritarmuchasvecesmáscuando tengasunorgasmo.

—Creoquenoloentiendes.Debesirte,Julianne.Derepentelapuertaseabrióytrasellaapareciólaúnicapersonaque

Briannoqueríaqueapareciera.—Shit.Soltó la maldición al tiempo que saltaba de la cama, pero era

demasiadotardeytodoloquepudieraintentarexplicar,desnudocomose

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encontraba,obviamenteeraenvano.Alexa tenía el rostro transfigurado de ira, y no era para menos:

parecíaunvolcánapuntodeentrarenerupciónyempezaraderramarsulavaparaarrasarcontodoloquehabíaasualrededor.

—Alexita,porfavor,noesloquetúcrees,déjameexplicarte.—Nuncadebíhaberconfiadoen ti—lanzó laafirmacióny también

una patada que impactó de lleno en las tan preciadas joyas de Brian,provocandoquealinstantesedoblaradedolor.

Hecha un vendaval, Alexa salió del lugar batiendo cada una de laspuertas y todo lo que se cruzaba a su paso. Sin embargo, antes de irsesentenciódesdelaentrada:

—Acabo de asistir a tu funeral, BrianMoore. Para mí, desde hoy,estásmuerto.

Sehizoelsilenciodegolpetraslaestampida.TansoloseoyeronlosquejidosyresoplidosdeBrian,queseretorcíaporeldolor.

Lamorenamujerque,conlosojoscomoplatos,habíapresenciadolaintempestivaentradadelarubia,saltódelacamaysesentójuntoaél.

—¿Teencuentrasbien?«Preguntaestúpidadondelashaya.¿Novequetengomispartesenla

garganta?»—Nooo—lecontestóBrianconunhilodevozysinaliento,mientras

cogíasustestículosconlamanoy,ahorcajadas,buscabaunalivioquenoparecíaexistir.

—¿Quiéneraesaloca?—Eso a ti no te importa.Vete ya,mira lo que has provocado—le

gritódesdeelsuelo,doblado.—Resulta que ahora es culpamía.Vete a lamierda, Brian. Cuando

estás sobrio eres muy desagradable. Por supuesto que me voy. Eres ungrosero—gritóJuliannemientrascomenzabaavestirse.

Sintemoraequivocarse,supoqueloqueallíhabíaocurridonoteníamarcha atrás, que nada de lo que pudiera intentar cambiaría lo que sehabíaroto.

El rato que había transcurrido desde que BrianMoore se despertóhastaquesuchicaentróysemarchódellugarhabíasidosuficienteparaque entendiera que había perdido lo único verdaderamente valioso quealgunavezhabíatenido.

ElamordeAlexaSmith.

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1

«Elhombreeselanimalqueobservasuspropiosexcrementos.»

PLATÓN

EstabasegurodequenuncarecuperaríamomentoscomolosvividosjuntoaAlexa;despuésdehaberlotenidotodo,ahorasabíaloqueeraestarvacíoysinalma.Lopeoreraquenadielecreía,ynolosculpaba.«Críafamayéchate a dormir», dice el refrán: él se había encargado a lo largode suvida de que todos creyeran que era un hombre sin compromisosemocionales,asíqueeraelúnicoculpabledesudestino.

La había perdido y no podía echarle la culpa a nadie. Alexa habíaconfiadoenél,peronohabíasabidocuidarsuamor.

Dosmesesnoeratantotiempo,peroparaéleraunaeternidad;cadadíasehacíainterminableynadadeloqueantesleinteresabaparecíatenerdemasiadosentido.

Loquemás inquieto lo tenía era que en sumente parecía haber ungranagujeronegro:seesforzaba,lointentabadenodadamente,peronoloconseguía, y cuanto más probaba a recuperar los acontecimientos deaquellanochemenosparecíarecordar.

Recordabaconnitidezelmomentoenquellegóalafiestayseacercóasaludaralanfitrión,oenelqueseencontróconunpardeconocidosy,acto seguido, se dirigió a la barra para pedir unmartini. Luego, con lacopaenlamano,fuehacialaterraza,dondeconversóconotroscolegaseintercambió algunas bromas.También rememoraba con claridad cuandoLindsayStranfordseacercóasaludarlo.Eraunamodeloconlaquehabíacompartidovariascampañaspublicitariasyalaquehacíatiempoquenoveía.Apartirdeesemomentoempezabanlostraspiésensumemoria,ysumente saltaba a la animada conversación con Julianne, pero no sabía enquémomento ella entró en escena—suponía simplemente que se había

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acercadoy que se había integrado en el grupo—.Esos eran los últimosrecuerdos diáfanos; luego, todo era borroso: un pasillo oscuro querecordaba haber transitado apoyado en el hombro de alguien, y,finalmente,ungranmisteriohastaquesedespertóensucamaconJulianneallado,conunaterriblejaquecaydesnudoporcompleto.

Llevaba en su haber muchas borracheras a lo largo de su vida, lapeor de todas cuando Noah, su amigo, lo tuvo que ir a buscar a aquelhoteluchodondeloencontrócasisinconciencia;aunasíposeíarecuerdosnítidos de aquel día, a diferencia de la noche de la que nada podíarecordar,comositodoloqueesamujerhabíadichoacercadeloocurridoentreellosnohubierapasadoenrealidad.

Ansiaba acordarse, precisaba entender qué había pasado por sucabeza para ligar con otra y llevársela a su casa.Había ido a esa fiestasolo por compromiso. Cuando salió de su apartamento tenía el firmepropósitodehaceractodepresenciay luegovolveraarreglar lascosasconAlexa.Eraungrantormentopensarlo,yquiénibaadarcréditoaqueBrianMooreestuvieraarrepentidodetirarseaunamujer;muchomássiesa mujer era poseedora de una belleza innegable como Julianne. Sinembargo, su recuerdo no le atraía lo más mínimo y eso hacía que laspiezasdeeserompecabezasnoterminarandeencajar.

Acababa de llegar de Milán, donde había ido por trabajo, y alfinalizarsusobligacionessehabíaretrasadounosdíasmássuregresoalarealidad,unarealidadenlaquelamujeralaqueamabayanoestabaasulado.Hacíadíasquehabíadejadodeintentarcomunicarseconella,yaquesistemáticamenteAlexa no atendía a sus llamadas ymensajes. La últimavezquelohizolegritóqueladejaraenpazantesdecolgarle,yleratificólo dicho aquella mañana antes de cerrar la puerta de su apartamento:«Estásmuerto,ycomolosmuertosnohablan,nolohagocontigo».

Ese no había sido el único intento de acercamiento que él habíaprobado; en varias ocasiones había ido a casa deAlexa, donde tambiénhabía sido rechazado, al igual que en la galería de arte de su hermana,dondelehabíacerradoliteralmentelapuertaenlasnarices.

Incluso tuvoquesoportar labroncaque leechósuhermanacuandollegódelviajeaLondres.ApenasOliviaseenteródeloocurridoledijode todo, lo insultóprácticamenteen todos los idiomasconunafuriaquejamásanteslehabíaconocido.

«No tienes remedio ni sentimientos. ¿Cuándo piensas madurar? La

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vida se pasa y cuando te quieras acordar estarás solo, sin cariño y sinafectos verdaderos», le había dicho su hermana entre otras cosas.NoahMiller, su futurocuñado, también lehabíadadoungransermón—claroquemenosrigurosoqueeldesuhermana,perohaciéndoleentenderquehabíasidouncompletoidiota.

Detodasformas,yaunquenadielocreyera,lociertoeraquenoteníaquedecírseloparaquelosupiera.

Se levantóde lacamadejandotodossuspensamientosaun lado,sediounaconcienzudaduchayalsalir,conrapidezysinpreocuparsemuchode lo que se ponía, acabó por vestirse de manera informal, con unosvaqueros gastados y una camiseta blanca de mangas largas. Acontinuación, preparó el bolso demano y una pequeñamaleta con ropasuficiente como para una semana, revisó su documentación, se puso unabrigoysedispusoasalirsinmásdemora:debíallegaralaeropuertoenmenosdeunahora.

Mientrascaminabaparaconseguiruntaxi,pensóqueinevitablementesería una semana difícil; aunque Alexa no lo quisiera ver, tendría quehacerloalafuerzayaqueNoahyOliviasecasabanyhabíanplaneadounasencilla boda en la lujosa villa La Soledad, rodeados de quienes ellosconsiderabanqueeransusverdaderosallegadosytestigosdelaluchaquehabíasupuestoestarjuntosyenpaz.

Por ese motivo, algunos de los involucrados en la boda estabantrasladándoseaAustinenelaviónprivadodeIndustriasMiller,propiedaddesuamigoeinminentecuñado.

Enelcamino,Noahlollamóalmóvil:—Brian,¿dóndeestás?Queremossaliratiempo.—Tranquilo,estoyacincominutosdellegar.—Perfecto.Estamosesperándoteenelavión.Solofaltastú.En cuanto colgó, se percató de que el chófer del taxi se había

inclinado para tener una mejor visión por el retrovisor y le señaló ungigantesco cartel que promocionaba un perfume en el que estaba sufotografía;aparecíaconeltorsodesnudoyrodeadodemujeresbellísimasque insinuaban estar lamiéndolo y toqueteándolo, como si fuera unadeidadirresistible.

—Eseesusted,¿verdad?Élasintióconlacabezamodestamente,sinhacerningúnaspaviento.—¡Quéenvidia,hombre!Apuestoaquetienetodaslasmujeresasus

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pies.—No le voy a negar que las cosas así se facilitan ymucho, pero...

aunquenomecrea,laúnicaquemeinteresanomedanilahora.Elchóferlomiróporelretrovisor,comosiefectivamentenopudiera

figurarsequeexistieraunamujerqueseleresistiera;ademássabíadesufama de donjuán porque a menudo lo veía en las revistas rodeado dediferentesmujeres.Peronohizoningúncomentario.Tansoloseencogiódehombrosycontinuóconduciendo.

Albajar del automóvil,Brian se encontró conqueno tenía cambioparapagarelviaje,demaneraque,comosehabíalevantadodadivoso,ledejó una generosa propina al taxista, que le había ayudado a cargar sumaletayahoratambiénadescargarla.

Estabanenprimaveraperolatemperaturaaúnerabaja,porloqueseajustó la chaqueta de cuero y caminó decidido. Una vez dentro de laterminal,sequitólasgafasoscurasy,carismático,seacercóalmostradordefacturaciónconsutarjetadeembarque.Todofuemuyrápido.Tansolotuvoqueinsinuarunasugestivasonrisaparaquelaempleadalefacilitaraconceleridadtodoslostrámites.Muyprontoseencontróingresandoenlapista donde aguardaba el jet de Industrias Miller. Subió la escalerillairradiando una innegable seducción, mientras la azafata de cabelleradorada,queloesperabaalfinal,tácitamentelodesnudóconlavista.

—Bienvenido a bordo, señor Moore —dijo la joven, que seesforzabaensonreírmásdelacuenta.

—Buenosdías—lecontestóéllacónicaperoeducadamente,mientraspasabaporsuladoconciertaarrogancia.

Elcorazónlepalpitabacontal fuerzaqueparecíadesbordárseledelpecho,ysuspasosdeprontosetornaronzancadasparaatravesarelsectordedescansodelatripulaciónypoderingresarenlazonadeasientosparaasíverlaporfin.Encuantoentrósefijócondisimuloenlaocupacióndelos lugares:alveraCollinsentado juntoaAlexaunaoleadadecelos loinvadióycasiquisoarrancarlodesulado.Ellahizocomosinadiehubierallegado, no le dispensó ni siquiera una mirada furtiva. Brian intentóencontrarequilibrioymostrarsesensato,porloqueselimitóasaludaratodos tratando de pasarla por alto—se lo había prometido a Noah y aOliviaylesibaademostrarquecumpliríaconsupalabra.

Sinmásdilación,saludóasucuñadoconungranabrazoypalmadasen la espalda, luego abrazó y besuqueó a su hermana casi

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interminablemente,sedirigióalaotrafiladeasientos,extendiólamanoyaferró con fuerza la ofrecida por Collin Crall y, finalmente, se inclinópara saludar a la pareja que formaban Edmond yCurt. En otra zona seencontraban lahermanadeNoahconsunovioy laadministradora legaldelaONGquepresidíaOlivia,ytambiénseacercóasaludarlas.

Alexamirabaporlaventanillaconlavistafijaenlapista,sinapartarlamiradaniporuninstante.Surespiracióneraerráticayrogabaserenarseparaqueélnosedieracuentadecuántoleafectabasupresencia.

«¡Maldito!Está increíblementeguapo, y superfume... pareceque sehubierabañadoenél.Sabequemedesequilibra.»

Aunque la rubia estaba realmente afectada, se había prometido a símisma que nadie lo notaría, así que permaneció impertérrita, como siBrian no estuviera realmente allí. Por suerte, Curt y su incondicionalamigoEdmoncito,rompieronconhistrionismoelsilencioypropiciaronunaconversaciónfluida,enlaqueintegrarontambiénalagenteCralldelFBI, excompañero de Noah, detective del departamento de Policía deNuevaYork.

—¿Nerviosos?—preguntóBrianasucuñadoyaOliviamientrasseacomodabaenunodelosasientosfrenteaellos.

—No—contestósuhermana,mientrasNoahlevantabasumanoyselabesaba—,ansiosaenmicaso.

—Yolomismo—ratificósuamigo.—Todo saldrámuy bien—aseguróBrianmientras se abrochaba el

cinturóndeseguridad.Traselcierredelapuertaydequelosauxiliaresdepistaquitaranla

escalerilla, el comandante lanzó las indicaciones para comenzar con eldespegue.

—¿Quésabesdetuspadres?—Brian, son los tuyos también. Tú no cambias—lo regañóOlivia

mientras él ponía los ojos en blanco—. No pasarán la semana connosotros,perollegaránatiempoparalaceremonia.

—¡Ja!Porsupuesto.Cómoibanaconfraternizarconlaplebeduranteunasemana.

—Vale... ¿Qué os parece si obviamos comentarios que solo nosamargan?—sugirióNoahsabiendoqueelapoyodelospadresdeOlivialadesmoralizaba.

—No te preocupes, mi amor; a estas alturas del partido, y aunque

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reprendaaBrian,séquetienerazón.Heganadoamihermanoencuantoaescándalos y manchas al apellido Mayer-Moore, y sé que no me loperdonan.

—Poresomismonoentiendoparaquélosquieresahí;yoquetúnoleshubierainvitado.

Seencogiódehombrossincontestarasuhermano.—Oli,dijimosquenadaopacaríanuestromomento—leespetóNoah

elevandoambascejas.—Yasíserá.Nomeamargo,teloprometo.

Noah le besó la coronilla y le dispensó unamirada de reproche aBrianporsusdesafortunadoscomentarios.Ellasonrióforzadaintentandodeshacersedelaangustia,perolociertoeraqueOliviaaúnrecordabaconpesarcadapalabradelaconversaciónmantenidaconsumadrecuandoleinformódequeNoahyellasecasaban.

—No hace ni dos meses del escándalo que protagonizaste conMurrayy,apesardelocandentequesiguetodo,medicesasí,tanfresca,que nos pondrás en boca de todos con una boda que no hará más queremoverlavergüenzaquelaprensaseencargóderetratarcontodolujode detalles y hasta con fotos de tus moratones. ¿En qué piensasúltimamente,Olivia?Parecequedisfrutasdenostandonuestroprestigiosoapellido.

—Piensoenserfeliz,mamá,felizcomonuncalohesido.Peroclaro,túnoentiendes loqueesesoporqueahoracomprendoquenunca lohassidoverdaderamente.Esincreíble,ahoramedoycuentadequeenrealidadtúereslaquenotienecarácteryprefieresvivircómodamentecubiertadegrandesmentiras.Laverdad,meda lástimaqueno teanimesaser feliz.Nosabesloquetepierdes.

»Esos moratones que he mostrado al mundo, y que a ti teescandalizan tanto, a mí me enorgullecen; me hace feliz saber que meatrevíahablaryamostrarloqueningúnhombredebehacerleaningunamujer.Rompíelsilencio,mamá;pudehacerlo,ygraciasaDiossobrevivíparacontarlo.

—Eresunainsolente.Desdequetehasatrevidoadesafiartudestinote comportas de una forma tan vulgar que a veces creo que no eresmihija,pornohablardeesafundaciónestúpidaquesetehaocurridocrear,

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donde a menudo se te ve rodeada de gente que no es de tu clase. Meavergüenzo ante nuestras amistades cada vez que me preguntan si escierto.Loúnicobuenodetodoestoeslaposicióneconómicadetufuturoesposo.

—Doygraciasdehabermeatrevidoadesafiarmidestino,ytambiéndoy gracias a Noah, pero no como tú por su dinero, sino por ser lapersona que creyó en mí y me animó a dar el paso. Doy gracias portenerlo ami lado y queme haya dado fuerzas para romper el silencio.Nuncamehadejadosola;hastaestuvoami ladocuandomeviobligadaque declarar en contra de Murray, muerta de miedo, por tener queenfrentarmeaél,portenerquemirarloalosojosyrecordarcadaunodelosescarniosalosquemesometió.Lástimaquenopuedaagradecérteloatitambién,niamipadre.Peroesoyanomequitaelsueño.Séqueentusreglas de esposa perfecta no entra que una alce la voz para decir basta.AhoracreoqueBriantienerazón.¿Deverdadfuistetúquiennosparió?

—Eresunagrosera.Comosinosupieraslomuchoquemesacrifiquéportenerosaambos.

—Sí,claro,sacrificastetufigurasinsabersivolveríasarecuperarla.Esoyamelohascontado.Loquenuncamehasexplicadoessidisfrutabascuandomemovíadentrodetupanza.¡Ah,nooo,claro,esonoeshierático,nichic!

»Mamá,teenviarélainvitación.Siqueréisparticiparenmiboda,túymipadreseréisbienvenidos.Adiós.

—Olivia, uno, dos, tres, probando comunicación y regresando a latierra—bromeóBrianintentandotraerladeregresoalarealidad.

—¿Cómo?—¿Enquépensabas,hermanita?Noahyyoestamoscharlando,pero

túporlovistoestásaañosluzdeaquí.—Losiento,mehequedadocolgada.¿Quédecíais?—Tu hermanome estaba contando que quiere volver a estudiar—

dijoNoah.—¿Enserio?¡Guau,quésorpresaescuchareso!—Sí,quieroobteneruntítuloyquieroimpulsarmipropionegocio...

noséenquécampotodavía,peronecesitoinvertirmidineroenalgoqueme garantice el futuro cuando ya no pueda subirme a una pasarela ni

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protagonizarcampañaspublicitarias.La juventudnoeseternay losañospasanconceleridad.

—Brian Moore, lo escucho y no lo creo: ¿estás diciéndome quequieressentarcabeza?

—Vasiendohora,¿nocrees?Olivia miró disimuladamente hacia Alexa. Estaba segura de que,

aunque se empeñara en mostrarse desinteresada, había oído laconversación. Ahora bien, seguía claramente en su postura, sinmostrarningún síntoma de haber escuchado nada. Brian también la miró condisimuloaladvertirhaciadóndeibadirigidalamiradadeOlivia,peroseencontró con la misma pared de cemento contra la que se estrellabaúltimamenteconmuchafrecuencia.Volvióamirarasuhermanayapretóloslabiosmientrasseencogíadehombros.

—Jódete—ledijoNoahbajitosoloparaqueellostresescucharan.—Losé—contestóapenadoysinpreocuparsepordisimular.

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2

«Esprudentenofiarseporenterodequienesnoshanengañadounavez.»

RENÉDESCARTES

AterrizaronenAustin-Bergstromy,alpasarporlacintapararecogerlosequipajes,BrianyAlexacoincidieroninevitablemente,yaquesusmaletasveníanalapar.Brian,conbuentino,sehizocargodelasituaciónyselaalcanzó.

—Noesnecesarioquedemuestresloquenoeres.Sédesobraquedecaballeronotienesnada;estardeparaimpresionarme.

Se quedaron mirando fijamente y luego Alexa tiró de su maleta ycontinuócaminandocomosiélnoexistiera.

UnsilbidoseescuchódeprontotraslanucadeBrian.—Noeressantodeladevocióndelarubia,porloqueveo—semofó

el agente del FBI—. Por cómo os vi la última vez, debo decir que nopensabaqueladejaríasescapartanpronto.

Brian destinó una mirada letal a Collin, que se reía burlonamentemientrashablabayrecogíasuequipaje.

—Osea,queAlexaestálibre.—¡Y una mierda! Alexa no está libre. Más vale que te mantengas

alejadodeellasinoquieresqueestampemipuñocontratucara.—Yomemantendréalejado,pero,siellametiralacaña,unonoesde

piedra.—Mira,Crall,séquecomoamigodeNoahnoquerrásarruinarlela

boda, ¿verdad? Así que no me provoques porque me encontrarás.Pongamosunpocodenuestraparteparaqueelacontecimientosalgabien.

—¿Quépasa?—preguntóMiller.—Nada, que Brian parece muy susceptible y nada apto para las

bromas.

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—Ah,entiendo:habláisdeAlexa.—¿Tútambiénestásdebroma?—Ytúestásdemuymalhumorporloqueveo.Cambiaesacara.Eres

mipadrinoysesuponequedebesacompañarmeenestepaso.—Nolodudes.Estoyfeliz,amigo,porti,pormihermana.Seremos

familia,Noah.Lepalmeólaespaldaparademostrarlelosatisfechoquesesentía.Camionetas pertenecientes a la finca La Soledad aguardaban en la

entradadelaeropuertoparatrasladarlosallí.LavillaestabaahorahabitadapormuchaspersonasquecuidabandequenadalesfaltaraaAna,lamadrede Noah, y a Josefina, la madrina, a quienes este no les permitía quehicierannadamásquedisfrutardelavidaydeloscotilleosinterminablescon sus amigas. Ana se había mudado a la finca para acompañar yconsolar a suquerida amiga,queaúnno sehabía repuestode lanefastapérdidadesufielcompañeroJulián.

Alexa aceleró el paso para sentarse junto a su amiga. Noah seacomodóenelasientocontiguoaldelchófer,yBrian insolentementesesentójuntoasurubiadebilidad.

Alexacerrólosojosyexhalócondesagrado.Elrocedesucuerpoladescontrolaba.Másalládelairaqueleprovocabarecordarloconaquellamujer, no podía negar que aún la afectaba. Estaba temblorosa y odiabasentirseasí,porquetemíaqueéllonotase.QuienporsupuestosílonotófueOlivia,quecogiódeinmediatosumanoyselaaferróconfuerzaparainfundirleconfianza;ambassecomprendieronsinhablar.

—¿Conquiénhablabas?—seinteresóAlexa,enunmerointentoporignorarlapresenciadeBrianasulado.

—ConTiaré.Alejandroyellayahanllegadoalavilla.—Oh,estoyintrigadaporconocerasucanijo.—Es muy agradable. Noah y él se cayeron muy bien cuando

estuvimos enSevilla, ¿verdad,mi amor?—ledijomientras le tocaba elhombro.

—Sí, es un tío muy entretenido. Lo pasamos de lujo los días queestuvimosallí,yfueronademásunosexcelentesanfitriones.

—Y al hermano de Alejandro... deberías conocerlo, es modelopublicitario.Creoquepodríaisconectar—dijoOlivia,provocandoadredeunramalazodeiraenBrian—.Esunrubiazomuyguapo.

—PorDios,cómoesposibleque la santaycorrectaOlivia sehaya

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atrevido a ponderar a otro hombre en presencia de mi caramelitopreferido—Oliviasemordióellabioinferiorypusolosojosenblanco—.No teenfades,queestoybromeando;de todasformas, tu ideanomeseduce ni un poquito. Para muestra un botón. Y otro dandi con cabezahuecaylaentrepiernasiemprelistanoesloquebusco.

—Gracias por lo de dandi con cabeza hueca. Tú siempre tanpeyorativa en tus descripciones. A estas alturas deberías saber quemuypocascosasmeofenden.

—No,siyaséquetieneslacaradepiedra.—Además, te recuerdoque las rubiasno tienenmejor famaque los

modelos,ysegúnlagentesímuchoencomún—leespetómordazBrian—.Conrespectoalaentrepierna,hastahacepoconotequejabas.

—Brian, no estamos solos. —Olivia miró al chófer, que estabaintentandocontenerelaccesoderisa.

—Yonoheempezado—contestóélaladefensiva.—Oli, sabemos de sobra que la lengua de Brian y Alexa no tiene

mesura. Así que no los provoques, cariño. Además, prometimosmantenernosalmargen,¿recuerdas?

—Deacuerdo,Noah.Un profundo silencio invadió el momento, pero pronto fue

interrumpido por Alexa, quien, fiel a su esencia, no iba a dejar que laúltimapalabralatuvieraél.

—Elproblemaesquenosololateníaslistaparamí;esobvioquedetenerexclusividadnomehubieraquejado.

—¡Alexa!—¿Qué,Oli?Notehagastantascrucesporloquepuedaescucharel

señor; yonome lashago, y esoque soy la cornuda—continuó—.Unodebeasumirlostítulosqueganaporidiota,yporenredarsecongentequeno vale la pena. Yo asumo mis errores. No como otros, que intentanfabricarseunahistoriataninverosímilqueloúnicoquelesfaltapordecires que los adormecieron con láudano para no recordar. Sonverdaderamenteasombrosaslasleyendasquelosinmoralespuedenllegarainventarseconelúnicofindequeselosperdoneportodossuspecados.

—Tevasatragartuspalabras,rubia.Esteinmoral,comotúdices,tedemostrará que no es tal, o al menos no lo fue el tiempo que estuvocontigo.—Éleraungranlibertino,peroestabasegurodesussentimientosporellay tenía laplenaseguridaddequecuandoencajara laspiezasdel

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rompecabezas,todoloqueahoranopodíaexplicarcobraríasentido.—Ycuandoesosuceda—sentenció,tomándolaporlabarbillayobligándolaaquelomirara—,teaseguroquenotealcanzarálavidaparaarrepentirte.

—No, si de eso no me caben dudas, Brian Moore —rebatió ellamientrasapartabasumano—.Nomealcanzarálavidaparaarrepentirmeporhabercaídoen tu juego.Pareceque teolvidasde laformaenque teencontré.

Alexanopermitiríaquenotasesudebilidad.Teníalosojosacuosos,peroharía lo posible para noderramarni una lágrima; jamás la habíanhumilladotantocomolohabíahechoBrian,yrememorartanirreverenteescenalaquebrabapordentro.

—¡Basta!Basta,porfavor,yaaburrís.Osoigoyparecequeeltiempoha retrocedido, y os aseguroque lo quemenos quiero es que el tiempovuelva atrás. Madurad ambos y lavad los trapos sucios en privado;lamentoelinfortunadocomentariotontoquesemehaocurridohacer.

—Pueshermanita,lapróximavezpiensaantesdeabrirtuboca.—Teaseguroqueloharé,Brian—zanjóOlivia,hartadetantodrama.Continuaronelviajeensilencio.Llegaron a la villa, donde fueron recibidos con gran alegría y

entusiasmo.Traselalmuerzo,lasdamasteníanprevistaunasesióndespa,así que todas se fueron a la ciudad para disfrutar de un día deacicalamiento,mientrasloshombressequedaronenlamansiónenclavadaen lo alto de las colinas deAustin, jugando al tenis y disfrutando de lapiscinaydelasaladejuegos.

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3

«Lasalmasruinessólosedejanconquistarconpresentes.»«Siquieresgozardeunabuenareputaciónpreocúpateporserloqueaparentasser.»

SÓCRATES

—Hola, Benji.Me tienes olvidada, pero como verás yome encargo derecordartequeexisto.

—¿Quéquieres,Julianne?—¿Atiquéteparecequepuedoquerer?—Te doy suficiente dinero, pago tus tarjetas, concedo todos tus

caprichos.—Unamigajaparalafortunaqueamasas.Loquemedasselogasta

tu esposa en una tarde de compras, por nohablar de lo que significaríaquesearruinasenlosplanesquetienesparatuhijo.¿Quécreesquediríasiseenteradelogranujaquehasidosupadrealfastidiarlelosplanesconsunovia?

—Noabusesdemigenerosidadynotepases.Nomeamenaces.—Benji,¿cómopuedescreerqueteamenazo?Essoloquemetienes

olvidadaynolosoporto,cariño.Talvezsimehicierasunregalitoextra...¿Sabes?Hevistouncochequemegustamuchoyquisieracambiarelquetengo.

—Esloúltimoqueteconcedo:depositaréeldineroentucuenta.—Ségeneroso,Moore.Asínotendréquemolestartetanamenudo.—Tehedichoqueesloúltimo.Loquetedoymensualmenteesmás

quesuficiente.—Yo decido qué será lo último. El apartamento que me has

comprado no se mantiene solo, y mi forma de vida ha tenido cambiossustanciales;además,quieroverte.

—Julianne,estásabusando.

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—Cariño,noquieropensarquemeusaste.Mehierepensarlo.Antesdequeconsiguieras,conmiayuda,queBriansealejaradeesachica,erasmásgenerosoconmigo,y juntosnosdivertíamosmuchomásqueahora.Mesientorecluidaenesteapartamento;mealejastedelaempresaporqueBriannodebíavermeallíy,porsifuerapoco,meprivasde ti.¿Cuándomevendrásaver?

EnaquelmomentoGeraldineentróenlasala.—Deacuerdo,habloconmiadministradorparaqueobtengasupago

cuanto antes y así podamos finiquitar la transacción. Con respecto a sucita, mañana mismo le digo a mi secretaria que haga un lugar en miagendaparaconcedérsela,yasítratamosesostemitaspendientes.

—Cómomegustapensarqueellaestácerca.Meexcitayséqueatitambién—seriosonoramente—.Porcierto,meheenteradodequeestuvoenCaliforniadecomprasporRodeoDrive,ymedieronmuchoscelos;yotambién quiero comprarme ropa allí. Después de todo, lomerezcomásqueellayestoyseguradequenadade loquesepuedaponer lequedarácomoamí.

—Esoesindiscutible.—Megustasaberquenotehacetanfelizcomoyo.Noseasmalo,ven

avermepronto,¿adivinas,Benji,dóndetengomimanoenestemomento?Sí, cariño, oigo tu respiración y te aseguro que no te equivocas. Estáexactamentedondetelaestásimaginando.Nosabeslohúmedaqueestoy,yespor ti; estoyseguradeque tuentrepiernaenestemomento tambiénestápalpitando.

—Unplacerseguirhaciendonegociosconustedes.Nosvemosmuypronto.

—Ven esta noche. Añoro dormir junto a ti. Estoy segura que tútambién añoras aferrarte a unas caderas firmes y no a su carne fofa ycaída.Mevestiré tansoloconunasgotasde tu fraganciapreferida,ynotendrásquedormirrodeadodelaromaacremasanti-age.

—Buenasnoches.Misecretarialollamará.—Teestaréesperando,Benji,comosiempre.Dimesivendrás.—Perfecto,loharé—lecontestóenuntononeutro(BenjaminMoore

eramuybuenodisimulando).—¡Qué feliz me haces, cariño! Estoy ansiosa por que llegues. No

vengasmuytarde.¿Quieresqueteespereparacenarjuntos?—Noesnecesario.

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—Oh, me hubiera hecho ilusión. Está bien, pero que no sea muytarde,¿eh?

—Harétodoloposible.Adiós.

Tras un larguísimodía enLaSoledad, todos se retiraron tempranoparaunmerecidodescanso.

Alexa se alojaba en la habitación que había ocupado el tiempo quehabíavividoenlafincaconOlivia.Sesentíaagobiada.Erandemasiadosrecuerdosypesabanmucho,perosuamigabienmerecíaelesfuerzo.Olimás que nadie era merecedora de los días felices por los que estabaatravesando.«Seránsolounospocosdías—intentóconvencerseunavezmás, como cada día desde que se enteró de dónde sería la boda—;simplementetengoquecentrarmeenignorarloytodopasarápronto.»

Cerró los ojos tras meterse en la cama y un estremecimiento lerecorrió todo el cuerpo; era muy difícil no abrigar sentimientos ysensaciones cuando se encontraba precisamente en el sitio donde todohabía comenzado. Recordó la primera vez con Brian. Él se comportócomo un energúmeno —«como lo que es», pensó de inmediato, y alinstante juzgóque talvezhubierasidooportunopedirque lepreparasenotrahabitación,peroesohabríacomportadoqueBriansedieracuentadeque aún sentía algo por él, y bajo ningún concepto dejaría que nadienotarasudebilidadporeseimbécil,delquedebíaolvidarsecuantoantes.

Dio la vuelta a un lado y otro, pero en esa cama era imposible nopensarenél.Evocabalosmomentoscompartidoscomounrayodesolalamanecerquesecolabasinpedirpermiso.Lossusurrosentre jadeosnotardaronenhacersepresentes,comosilasparedesestuvieranimpregnadaspor ellos. Hasta fue capaz de oír las palabras que dijeron mientras seamaban—recordólasquefueroncalladasporquenoerannecesarias—ytambién sentir las sensaciones quevivió: notó en su cuerpo las caricias,los besos, y en su delirio creyó volver a experimentar la fatiga de suscuerpos trashaberseamadodesmedidamente.Peroeraconscientedequerecordarlonoeracomparableconexperimentarlo.

Añoraba las sensaciones que Brian producía en su cuerpo, laserenidadqueencontrabaensupechoylaseguridadqueprobabaentresusbrazos.

En aquel momento, invadida por un ramalazo, lanzó un largo

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suspiro,ysoloentoncespermitióquelaslágrimasaparecieran.Enfadadaconsigomisma,afligidaporunaenormetristeza,nopudoevitareldeseodequetodohubierasidodiferente.

—¿Porqué,Brian?¿Porquénopudistesentirycomprometerteconlarelaciónaligualqueyo?

Sinencenderlaluz,selevantóyabriólacontraventanaparasaliralaterraza:necesitabaaire.Sentíaqueallídentroseestabaasfixiando.

Otra ráfaga de recuerdos volvía a invadirla —todo parecía uninterminabledéjàvu—cuando lovioapoyadoen labarandilla fumando.Brian lamiraba fijamentemientras le daba una fuerte calada al cigarro.Estaba como aquella vez, solamente vestido con ropa interior, y Alexasintió ganas de adorar con la vista su cuerpo torneado.Aquella aura deintensapotenciamasculinaeradesmedida.Habíaunaperfecciónabsolutaencada líneadeaquel cuerpovaronil, desde los firmesmúsculosde laspiernashastaloshombrosanchosylosbíceps,pasandoporeltóraxylaespalda. Tozuda, Alexa giró la cara para ocultarse entre las sombras ysecó con disimulo las lágrimas. Ambos permanecieron en silencio, sinhacerse caso durante algunos minutos y sumidos en sus propiospensamientos.Hastaqueéldecidióhablar:

—Teechodemenos.Ella no contestó, pero él continuóhablando.Alexanoqueríamirar

haciaBrian,asíqueconcentrósuvistaenlanada,enlainmensidaddelanoche.

—Séquemeoísteenelavión,peroquierocontárteloyomismo:voyapresentarmitesis,quieromejorarydejarlacarrerademodelo.Mehepropuestocambiarlavidaquellevo,darleotroenfoque.Quieroserdignodeti.

—Es tarde para todo. Haz lo que te plazca pero no me tengas encuentaen tusplanes.Yoyano formopartede tuvidaynuncavolveréateneralgocontigo.

Advirtióelcalordesucuerpo,latibiezaqueirradiaba;aunquenolomiraba,sabíaqueestabamuypróximoaellaporquepodíasentirsuaromamasculinomezcladoconsuperfume.Temblorosa,volviólavistahaciaélylesostuvolamirada.Ansiabaqueentendieraqueellanoteníadudasdequetodohabíaacabado.

—Teechodemenos—volvióadecirél,instigándolaconsualiento.La tomó de la barbilla y las sensaciones, placenteras y palpitantes,

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parecieronsurgirdelasmanosmasculinasallídondelapalpaba.Luegolarozó con sus carnosos labios en lamejilla, en la nariz, en la unión delcuello y por todo su rostro.Apartándose levemente, lamiró a los ojos;clavó sumirada azulina en sus iris verduzcos sin decir nada. Luego, seretiró y la dejó tambaleante.A continuación, paseó su vista por todo sucuerpoconansiaysepercatódesuexcitación.Levantólamanoyconsudedoíndicelerecorrióelcuello,bajóhastasuescoteyporencimadelasedadelpijamapresionólapuntadeunodesuspezones,queseadvertíaerectoypunzante.

—Séquemeextrañastantocomoyoati,perotambiénséquenotedas permisopara ceder.No te culpo.Haces bien.Megusta que seas así,orgullosa,difícil,íntegra.Alexa,teprometoquemeconvertiréenalguiendigno,yentoncestedemostraréquesoyelhombrequeesperasquesea.Tedemostraré que puedo amarte sin condiciones y que tú también puedesamarme sin temor a equivocarte. Seré paciente.Meganaré tu amor y turespeto.

Le dio un beso en la comisura de los labiosmientras enredaba susdedosensusmechasyconelpulgarleacariciabalamejilla.

—Serétodoloqueanhelas.Traspronunciaresasúltimaspalabrasdiomediavueltaysemarchó,

dejándola conelpechoagitadoy conuna sensaciónde laque sabíaqueseríadifícildespojarse.

BrianMooreerasuamoryqueríacreerle,perosusentidocomúnledecía, como al principio de todo, que a su lado nada sería como élinsinuaba.Conocíamuybienalostiposcomoél.«Esaclasedehombresnocambian,tansolodescansan;yalocomprobasteenelpasado—sedijomientrastragabasaliva—.Nocaigasotravezensusencantos,notedejesllevarpor las frasesquehadicho.Esungranmezquinoqueúnicamentepiensaensusatisfacciónysabemuybienloqueunamujerdeseaescuchar.Nolopermitas,nodejesquevuelvaahacertedaño.»

Giró sobre sí y entró en la habitación con poca convicción perodecididaanoceder.

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4

«Ellaestávestidadefuerzaydignidad,yseríesintemoralfuturo.»

PROVERBIOS31:25

Alexa se había encargado de evitar a Brian los días posteriores alencuentro en el balcón deLa Soledad, y no era extraño que lo hubieralogrado, ya que la casa era lo suficientemente grande para que pudierahacerlo.

La intensa actividad en la finca desde que habían llegado habíamarcadoelcorrerdelosdías,razónpor lacualel juevespareció llegarmuypronto.LosorganizadoresdelabodahabíanllegadoaLaSoledadydesdemuytempranoestabanpreparándolotodo;lacasahabíaperdidolacalmaquesiemprereinabaenella.Habíancomenzadoallegarlasfloresytodolonecesarioparamontarunafiestaalaqueasistiríannomásdecienpersonas,elcírculomásíntimodelapareja.

EsamañanaBrianentróenlacocinaparadesayunar.Elaromaacaféflotabaenelaireyeraciertamentetentador.AllíseencontróconAlexayCrall, que charlaban animadamente. Ella no se preocupó en disimularcuandoélllegó.ContinuóconelmismotonoinsinuanteconelqueestabahablándolealagentedelFBI,quesemostrabainteresadotambién.Collinsehabíaquedadoconlasganasconlarubia,ycomotodohombrequeseprecie, no pensaba quedar como un tonto sin intentar seducir a Alexa.Despuésdetodo,BrianMoorenoerasuamigo;simplementeloconocíaatravésdeNoah,asíquenoteníaporquétenerlelealtad.Además,larubialehabíadejadobienclaroqueentreMooreyellatodohabíaterminadoynoexistíalamásmínimaposibilidaddeunareconciliación.

Brian pasó directamente a servirse una taza de café y luego seacomodóalladodeAlexa,mirándolaconunaarroganciaabrumadora.

—Esdesagradablevercómoteofrecesdescaradamente—ledijocon

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ironía,comosisetrataradeunrazonamientointranscendente.—Pero¡¿quiéntecreesqueeresparahablarmeasí?!BrianvolviósuvistahaciaelagentedelFBI, ignorándola,mientras

queaestelomiróconfuria,sinpreocuparseendisimularsumalhumor;aunquesabíaqueyanoteníaderechoareclamarnadarespectoaAlexa,seresistíaaqueasífuera.Regresólentamentelamiradahaciaellayleespetósonandomuyseguro:

—Creo simplementequeaún soyelque te calientay el que tehacehacercosasestúpidas.Porejemplo,regalartecomocarnepodridaporelsolohechodedemostrarqueyanoteimporto.

—Lotuyoeselcolmodelegocentrismoyladesfachatez.CollinCrall se dio cuenta de que estaba demás y, demostrando su

sagacidad, se levantó sin que ellos ni siquiera lo advirtieran, porque yaestabanenzarzadosenunadiscusiónenlaquenoleinteresabaparticipar.Seretiródellugarparadejarlossolos.

—Déjamecorregirte.Noesegocentrismo,esconfianzaenmímismoyesplenaconvicciónacercadetussentimientos.

—Puesdéjamesacartedetuestúpidoerror: túyanosignificasnadaparamí.

—¡Mentirosa! La otra noche en el balcón sentí claramente cómo teestremecíasconmitacto.

—Esonoes cierto.Simplementemecogistepor sorpresay... yanome interesa continuar con esta estúpida discusión. ¿Es que ni siquierapuedes comportarte y pensar que estamos a horas de la boda de tuhermana?Notodogiraentornoati.LosprotagonistasdeloqueaquíseestágestandosonOliviayNoah.

Alexasepusodepieparaintentarescapardeél,peroBriannoestabadispuestoadejarla.Latomóporlamuñecaylaretuvocontrasuvoluntad.Ella forcejeócondeterminaciónparazafarse.Él se leacercódemaneraamenazadoraylaobligóaapretarsecontralapared.

—Mientes,ylohacesmuymal.Teconozcodemasiado.Eltiempoqueestuvimos juntos me aprendí de memoria los tonos de tu respiración.Incluso aunque no la oyerame bastaría conmirarte a los ojos, porqueellostedelatan.

—¡Basta! No quiero seguir escuchándote. Eres exasperante y muycortodememoria.Peroporsuertelamíafuncionamuybien.Puede,comodices,quetucercaníatodavíameestremezca,peroestoymásquedispuesta

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aremediarlo,porquenomerecesquenadiesesientaasíporti.Sumirada no se apartaba de ella, y habían desaparecido el desafío

intrépido y el deleite presumido, suplidos con algo feroz y poderosorápidamentereconocible:deseo.

Alexa puso las manos en su pecho para alejarlo, pero él no semostrabadispuestoadejarlair.Susbrazosparecíanbandasdeaceroquelaencerraban.Duranteunmomentopensóenquesucercaníanoerasanapara ella; su cuerpomacizo, caliente ymusculoso se cernía pretenciososobreelsuyoyella loañorabatantoquenoencontrabalavoluntadparaapartarse.Seodiabaporello;seodiabaporpermitirlequelequitaratodasudignidad.BrianafirmósucuerpocontraeldeAlexa,latomódelanucay se adueñóde suboca.Ella consideró abrirlaparavolver aprobar susbesos, pero sabía que si hacía eso quedaría devastada. Continuóforcejeando con él, pero Brian Moore no estaba dispuesto a ceder,encaprichado en tomar lo que tanto ansiaba, lo que tanto añoraba. Sinembargo, Alexita no era precisamente una carmelita descalza y sabíaimponermuybiensuvoluntad.

—Noquierosabernadamásdeti.Déjameenpaz.Nocreomásenti,Brian.Loarruinastetodo,nosoytujuguete.

—No pretendo que lo seas, te juro que no. Te extraño, me vuelvolocodepensarquepuedasestarconotrohombre,medesquiciacreerquepuedesolvidarmisbesosymiscaricias.

—Cuandometistea«esa»entucamanoteimportódemasiadoloquepodíapasar.

—Te equivocas. Te lo he dicho mil veces. Por qué no quierescreerme.Casimemorícuandomedespertéasulado;poresonoentiendocómopudohaberocurrido.

Enjaulándola entre sus largos brazos, asaltó su boca nuevamente yerosionóconsulenguaelbordedesulabioinferiorunayotravezparaproporcionarle el contacto que ella anhelaba tanto como él. AquellaembestidapareciódemolerlaestabilidaddeAlexaehizoqueeldeseolagolpeara duramente. Fiel a su esencia, no estaba dispuesta a dejarsedoblegar por la debilidad que él le provocaba, así que se exigió lucharpara apartarlo. Sin embargo, una severa voluntad constituía una granfuerzadisuasoriaparanopermitirleactuar,yBriancontinuólamiendosuslabios,mordiendosumandíbulaychupandolauniónentresumaxilarysucuello;nopodíadetenerse,estabaansiosoporaccedermásaella,asíque

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desplegósusmanosyexpertamentelerecorriólacolumnavertebralhastaprovocarle un escalofrío de placer que hizo estremecer todo su cuerpo.Hábilmente, retomó el camino y regresó a su boca, volvió a lamerla, aperder sus labios entre los suyos... Ansiaba con desesperación que ellaentendiera cuántonecesitaba sus besos; con lamisma ansiedad, bajó susmanos hasta su derrière y las desplegó por las nalgas para dejarlasdescansandoensusmuslosyatraerlaconesemovimientomáshaciaél.

Trasdarsecuentadequelaluchaporalejarloerainfructuosa,ytrascomprobarqueellaerapresadelmismodeseo,dejódeluchar,peroenelmomento en que se aprestaba a ceder y a permitirle que escanciara sulengua con total autonomía, Noah y Olivia entraron y los obligaron adetenerse.

—Oh,nosabíamosqueestabáisaquí—dijoOlisinpoderdisimularlaextrañezaporencontrarlosbesándose,cuandocreíaquevolveraverlosjuntosseríainimaginable.

MuypocascosasprovocabanqueAlexaseruborizara,perodespuésde haber jurado y perjurado que no volvería a caer en los encantos deBrianMoore,lasituaciónencendiósusmejillasdeunrojoincandescente.Brianhacíaquesesintierahumillada.Aprovechólaconfusiónyseapartódesusbrazos;afectada,saliócasicorriendodelacocina.

Brian se metió una mano en el bolsillo, frustrado y con ansias desalirtrasella,perosecontuvoyconlaotramanosemesóelcabello.

—Lamentamos la interrupción —se disculpó Noah sin muchosentido.

—¿Habéishecholaspaces?—preguntóOliviaincrédula.—¿Te parece que en ese caso se hubiera ido así? No, Olivia,

solamentehasidounbesorobadoyalafuerza.—Sabesquetequiero,Brian,peronodeseoquecontinúeshaciéndole

daño.Talvezseríabuenoquetealejarasdeellaylepermitierascontinuarconsuvida.Últimamentelaveoapagada,singanasdenada,ylopeordetodaestasituaciónesquehacorroídonuestraamistad:porsertuhermanaellahadejadodeconfiarenmícomolohacíaantes,halevantadounmuroentreambasimposibledederribarynomepermiteacercarme.

—Yparavariar,soyelculpable.—Creo que tu hermana solo quiere lo mejor para los dos.

Comprendequehemosquedadojustoenmediodeestasituación.—Noah, sabes perfectamente que jamás sentí nada importante pon

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ninguna mujer. Con Alexa es diferente, no puedo alejarme. No voy adarmeporvencidohastareconquistarla.

—Pero hicistemal las cosas.No soy quién para juzgarte, pero ellaconfió en ti y la defraudaste. Mierda, Brian, no quiero decírtelonuevamente,perotecomportastecomouncapulloconAlexa.

—Loséyporesoquieroremediarlo.—No veo la manera. El tiempo no vuelve atrás para deshacer tus

acciones —dijo Olivia de forma hiriente—. Solamente eso podríacambiarlotodo.

EneseinstanteentróAna.—Porfinosencuentro.Olivia,Brian,hanllegadovuestrospadres.—¡Tan temprano!—dijoBrian y cerró los ojosmientras suspiraba

condesdén—.Esperoquepapáno la tomeconmigocomocadavezquenosencontramos.Noquieroarruinarteeldía,Oli,peronoestoydehumorparasusreproches.

Olivialediounbesoasuhermanoparadarleánimos;luegosecolgódel brazo de ambos hombres y salió escoltada por ellos a recibir a suspadres.

Cuandollegaronalasala,lasorpresainvadióaamboshermanos:losMoore no estaban solos. Los acompañaba una joven a la queOlivia nodudóenabrazar.

—Rebecca,nomelopuedocreer.¡Quésorpresaaaaa!—Perdón por venir sin invitación. Llegué anoche de Londres. Los

tíos no sabían que venía y ni tumadre ni tu padre permitieron quemequedara.Insistieronenquelosacompañara.

—No te disculpes. Me encanta que estés aquí. Tú no necesitasinvitación.Eresdelafamilia,Becca.LamentémuchoquenopudiéramosvernoscuandoestuveenLondres.

»Mamá,papá,¡bienvenidos!Olivialesdiounbesoacadaunoenlamejilla,ysupadrelaestrechó

ensusbrazos.Noah saludóa sus suegros, yBrian también se acercó a suspadres

mientrasOlivia intercambiaba palabras con aquellamujer a quienNoahaúnnohabíasidopresentado.

—¡Hola!—dijofinalmenteBrianmientraslaabrazabacálidamente—.Estásmuycambiadadesdelaúltimavezquetevi.

Rebecca era una mujer bonita, amable y bastante simple; nada

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desentonabaensuaspectoysusluminososyclarosojosmarrónrelucíanconjúbilo.

—Hanpasadoalgunosaños.Tútambiénestásdiferente—lecontestóella acurrucada entre sus brazos—, aunque a ti te veo amenudo en lasrevistas.Asíquenomeextrañatucambio.

—Noah,mi amor, te presento a la ahijada demi padre, a quien nopudimosver cuandoestuvimosenLondres. ¿Recuerdasque te contéquedesde hace algunos años reside allí, pero que vivió muchos años connosotros? Becca y yo compartimos toda la adolescencia, hasta quenuestras elecciones universitarias nos separaron; luego ella decidióquedarseavivirenelviejomundoynosseparamosdefinitivamente.

—Sí,Oli.Recuerdoqueintentasteverla.¡Bienvenida!—Hola,Noah.Encantada.—Elgustoesmío.—Lostíosmehancontadoquemañanaoscasáis.Aunquenoestaba

invitada,seráunplacerparticipardeestemomentotanimportante.—Rebecca, creo queOlivia estámuy feliz de tenerte aquí; así que,

porfavor,dejadedecirquenoerasnuestrainvitada.—Asíes.Verdaderamenteesunamuygratasorpresatenerteaquí—

hablóOliviamientraslavolvíaaabrazar—.Habéisllegadotemprano.Osesperábamosporlatarde—lesdijoasuspadres.

Brian había quedado apartado, estudiando la situación, y en aquelmomentodiounarespiraciónprofundayestabilizadora.

—Hemosdecididopasar tiempoconnuestroshijosynuestrofuturoyerno,yparticipardelospreparativosfinales.¿Estámal?

Geraldineseacercóycogiódelacinturaasuhijo,unademostracióndecariñobastanteinfrecuenteenella.Brian,sabiendoquenoeranmuchoslosmomentosdemanifestaciónde sumadre, se apegó a ella tomándolaporelhombroybesandosupelo;sesentíafataly,aunqueGeraldinenuncahabíasidounamadrecariñosa,estuvotentadodeabsorberelperfumequelaidentificabayqueasociabaconlospocosrecuerdosqueteníadeelladesuniñez,queledabancalmayunanecesidadirresistible.

—Ytú,cariño,¿noestáscontentodevolveraveraRebecca?—Porsupuesto,estoymuyfelizdequeestéjuntoanosotros.—Nomelohaparecido—bromeólajoven—.Deberíashabervisto

lacaraquehaspuestocuandoaparecisteenlasalaymeviste.—Novoyanegarquemesorprendí,porsupuesto.

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—Mehacemuyfelizvolverteaver,Brian.Hanpasadomuchosaños.—Ochoañosexactamente.—Nocreíquellevarastanbienlacuenta.GeraldinecogiótambiénaRebeccaporlacintura.—Hijo,¿hasvistoquehermosaestá?¿Noopinasqueestámásguapa

quenunca?—Sí, Geraldine, tienes razón. Aunque Rebecca siempre ha sido

exuberantementehermosa,subellezaahoraseveresaltada.—Graciasporelcumplido.—No es un cumplido. Sabesmuy bien que no lo es.—Semiraron

fijamente.Noahestabaenzarzadoenunacharlaconsusuegro,quenoparabade

ponderarlamagnificenciadeLaSoledad.Olivialosacompañaba.—¿Estásdevisita?—preguntóBrianaBecca.—Heregresado.—¿Quépasóconturevistalondinense?—Todomarchagenial,perocreoqueeshoradevolveramipaísy,

aprovechando la expansión en Inglaterra, he decidido editarla aquítambién. Los estudios de mercadotecnia que han elaborado miscolaboradores demuestran que es el momento ideal para lanzarla en elmercadoamericano.

—¿Hasvenidopornegocios,entonces?—Podría haber enviado representantes, pero quiero regresar a

EstadosUnidos,creoqueyaeshora.Asíquemeencargarépersonalmentedetodo.

—BeccaesunaglamurosayexitosaempresariadelmundoeditorialdeLondres,tesoro—acotósumadre—,yahorahavenidoaconquistarsupaís.

—Sémuybienloexitosaquees,mamá.Apesardequenonoshemosvueltoaver,hetenidonoticiasdesuéxito.

—Meencantaríatenerteennuestraprimeraedición,Brian.—No creo que haya problema. Hablaré conmi agente para que se

arreglecontigo.—¡Quéformalidad!¿Nopodemosarreglarloentrenosotros?—Seguro.Simedices cómoquieres trabajar, nohayproblema; yo

meadaptoatumetodología.—Dame unas semanas. Deja que termine de instalarme en Fort

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Lauderdale. Por ahora estoy en casa de tus padres, pero Geraldine meofreció su ayuda para redecorarmi casa y quieromudarme allí cuantoantes.Además,debohacerunreconocimientodelasoficinasdelarevistaenMiami.Tellamaréparaquetepongasdeacuerdoconmisperiodistasyfotógrafos.

—Veoquehasllegadoconunaorganizaciónenvidiable.—EslaventajadetenerunaestructurasólidaenLondres.—SeguramenteteirámuybienenEstadosUnidostambién;tienesla

ventajadeléxitoalcanzadoenInglaterra.—No siempre es una garantía. Este es un mercado diferente y

tendremos que hacer algunas adaptaciones para ser aceptados por elpúblico.Seráundesafío,yaquedeberemosunificartrabajosparaambospaísesy también contar conotrasque sean interesantespara elmercadolocal;noolvidesquetenemosunabuenacompetenciaenelmedio.

—Loconseguirás.Estoyseguro.Minutosmástarde,Anasesumóalacharla.Noahteníaabrazadaasu

madreyaOlivia.MientrasconversabanconlosMoore,Brianmirabadereojo.Noqueríaperderseelmomento,yaqueen realidadno imaginabadequépodíahablarGeraldineconAna,unapersonatansensibleysimpleencomparaciónconsupropiamadre.

—¿Deseáis subir y acomodaros?—les preguntó Ana—. Debéis deestarcansadosporelviaje.

—No te preocupes, Ana. Contratamos un vuelo privado —aclaróGeraldine—,asíquehasidomuyplacenteroycortoencomparaciónconuno comercial. Lamentamos no haber podido compartir la semana convosotros, pero las obligaciones de mi esposo en la empresa no lopermitieron.

—Sí,Olimedijoqueloscompromisososhanimpedidovenirantes.Briansonriócondesidiayañadió:—No aclares que oscurece, Geraldine. Aunque a ti te parezca una

buenaexcusa,no loes.Cualquierpadreomadrenormal lodejaría todoporcompartirestemomentoconsuhija.Conmásrazóndespuésdetodoloquepasó.

—Brian,noesnecesario.—¿Qué,hermanita?¿Acasonoesloquetúpiensasperonolodices?—Yaestábien,Brian.Nocomiencescontusironías—loamonestósu

padre.

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—Nosonironías.Teloestoydiciendoclaramentealacara:soisunosdescastados.

—Porfavor,Brian.—Losiento,Noah.Séqueprometícontenermilenguaafilada,pero

estomesacadequicio.Nosoportoqueseantanfríos.Nuncalosuperaré,asíquemejormevoy.Seguidvosotrosconestecirco.

Brianselevantóydesapareció.—Me disculpo en nombre de mi hijo, Ana. Brian es un poco

impulsivo,yavecesnocomprendelatareaquellevaacabosupadreenlaempresa;talvezsidecidieraempaparsemásdelosnegociosdelafamiliapodríaentenderlo.

—Notepreocupes—lerespondióAnafingidamente.Lociertoesqueentendía perfectamente lo que decía Brian, pero le pareció descortéshacérselonotar.

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5

«Cuantomayorlariqueza,másespesalasuciedad.»

JOHNKENNETHGALBRAITH

Paralahoradelalmuerzosehabíaorganizadounaextensamesacontodoslos que estaban en La Soledad. Los padres de Olivia habían sidopresentados pomposamente y se estaba llevando a cabo un ensayo de laboda.

Alexa había intentado sentarse lo más alejada posible de Brian, alamparo de Curt y Edmond. Esperaba que el tirano tiempo transcurrieraprontoyregresara laseguridaddesumundo,yaqueverloadiarioeraverdaderamenteunatortura.Sesintiómaldetodasformasporpensarasí,ysumamenteegoístaporqueelmomentoquesuamigaestabaviviendolecausabaciertaenvidia.LevantólavistayseencontróconNoahyOlivia,quenoparabandehacersearrumacos,ysintiócelosporelamorqueseprofesabanacadainstante;deinmediatosereprendió,sinentendercómopodíaser tanmezquinadespuésde todos losmaltratospor losquehabíapasadoOliensuanteriormatrimonio.Sonriódepronto,alentenderquepor fin su amiga iba a conseguir la felicidad que tanto había anhelado.Cumpliría finalmente sus sueños de formar una familia junto a un granhombre que la amaba con desmesura y mucha pasión. Olivia en aquelinstante levantó la vista y se encontró con la suya. Ambas amigas sesonrieronyseentendieronsinhablar,yAlexale lanzóunbesomientrasgesticulabaun«tequiero»mudo,alqueOlicontestóconun«yotambién.»

El contacto visual entre las amigas no duró demasiado, ya queJosefinahablóaOliviaymuyprontoconsiguiósuatención.

AlexapaseólavistaportodosloscomensaleshastaencontrarseconlosMoore, que extrañamente estaban participando de una conversaciónamigableconBrian.«¿Dequéhablarán?», sepreguntó intrigada,aunque

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inmediatamente comprendió que el nexo entre ellos era Rebecca, cuyaelocuente conversación conseguía la atención de todos. Aquella jovenestaba sentada a su lado y tuvo la sensación de que Brian la mirabasuspendido,escuchándolaatentamenteyhastaconunairesoñador.Alexalo estudiaba en silencio, y advirtió como su sonrisa cambió levemente,comosiun recuerdodulce sehubieravueltodesagradable.Unapunzadadecelosseinstalódeimprovisoensupecho.NolegustóvercomoBeccaacaparaba tan fácilmente su atención. Se reprendió al instante: «qué meimporta a mí con quién se emboba». Pero lo cierto era que sí, que leimportaba,puesconocíalahistoriaquehabíaexistidoentreellos,acausade la cual Rebecca se fue a estudiar periodismo a Londres y se habíamantenidoalejadaenaquelladistanteciudadeuropea.

«Dicen que donde hubo fuego...», conjeturó al instante, y supresunciónhizoquesesintieramásfrustradaaún;consullegada,talvezBrianestaríadispuestoahacerlaaunladoensussentimientos.«Pero¿quéestoypensando?—seamonestó—.Cómosiélhubieratenidosentimientosverdaderospormí»,continuóconelhilodeconjeturas.ComprendióqueGeraldine yBenjaminMoore estaban fascinados conBecca.Admiró lasfacciones de la joven, de rostro perfectamente simétrico, pómulos altosaunquenoprominentes,ylabiosdelicadamenteperfilados.Subellezaysujuventud también le dieron celos, y la atención que conseguía de losMoore mucho más. Ella siempre les había querido agradar, pero en elfondo sabía que solo la toleraban por educación, pues no era digna deadmiraciónantelosojosdelospadresdeBrian.Esoenotromomentonole habría importado, pero cuando inició su relación con él se habíaconvertidoenunapremisa insoslayableen todossusencuentros;aBrianenrealidadnoleinteresabalaaprobacióndesuspadres,peroparaellasehabía trasformado en un desafío personal. Incluso Olivia la habíaconfortado en su momento, explicándole que sus padres medían ladignidadporlacantidaddecerosquelaspersonasposeíanensuscuentasbancarias. «¿Acaso crees que siNoah no tuviera la posición económicaquetienelohubieranaceptadotanfácilmente?EsoaBrianyamínostienesin cuidado, así que no entiendo por qué te preocupa», le supo decir suamiga.

Comprendió de inmediato que Rebecca Mine, heredera de unacuantiosa fortuna y exitosa empresaria del mundo editorial, era «laelegida»porelmatrimonioMayer-MooreparaunirlaestirpeconBrian.

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Si uno lo pensaba fríamente, parecía estúpido que en pleno siglo XXIhubieragentequeaúnsefijaraenesascosas,peroconociéndolossabíadesobraquenadaeradescabellado.

Volvió la vista a Brian, que continuaba enfrascado en aquellaconversación,ylonotórelajado,sinunápicedepreocupación,mientrashablabaconellos.«Sí, esunexcelentepartido»—sedijo convencidadesusconclusiones—.Túno,nunca lo fuiste,nunca fuisteconsideradaporellos.Ereslahijadeunaamoralyundesconocidoquenisiquieratedioelapellido,porquetumadrenosabequiénes.Luego,fuisteabandonadaporellaycriadaporunacocinera.¡Quéilusa!¿Cómocreístequepodríassertenida en cuenta? Solo sirves para amiga de su hija, “su empleada” enrealidad.Así es como tehanconsiderado siempre. Jamás siquiera se lescruzóporlacabezaquefueraslaadecuadaparaelheredero,porqueesoesloqueBrianes:elherederodelimperioMayer.Elquetardeotempranoquedaráalfrentedetodoslosnegociosdelafamilia.Ellossabíanquetúerassimplementeuncaprichoparaél.Poresonisepreocuparon.»

Intentódeshacersedelospensamientosquelaatormentabanyquelasumíanporcompletoenlaangustia.

«Undíaencontraréaalguienaquienamaryquemeame,unhombreque me adorará y me respetará, que me valorará, un hombre quecompartirá y hará realidad mis sueños y que despertará en mí lasemocionesmásintensasquejamáshayasentido.»

Queríacreerqueesoeracierto,queBriansolohabíasidounomásyque muy pronto llegaría el indicado. Comenzó a prestar atención a laconversación que tenía lugar entre Tiaré, Alejandro, Collin, Curt yEdmond,ymuyprontoseencontrósumergidaenella,porloquedurantealgunos momentos consiguió dejar de lado sus demonios. Cuando elalmuerzollegóasufin,cadaunodelosinvitadosespecialeshizoloquequisoenaquellafabulosafincaquecontabaconinfinidaddeposibilidadesparadisfrutardelpáramo,yafueraenlapiscina,enlasaladejuegosoenla pista de tenis, entre otras actividades que la villa proponía.Mientrastomaba el sol echada en una tumbona junto a la piscina y se aplicabaprotectorsolar,Oliviaseacercóaella.

—¿Estásbien?Tehenotadomuycalladahoy.Nosabesloquedaríapor volverte a ver chispeante y despreocupada; antes siempre se te veíafeliz.

—Yapasará,Oli.Solamentesetratadeunaetapadeconfusión.Muy

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prontovolveréaserlaqueera.—Añoro nuestras charlas y la confianza que siempre nos hemos

tenido.Avecessientoquenuestraamistadsehadañado.—Noseasboba.Nadadeeso.Loquepasaesqueahoratútienesatu

lado un hombre que te complementa, y eso significa que ya no eres tandependientedemí.Peronuestraamistadsiempreserálamisma.

—Talvezesoseaasípormiparte,pero...¿yporlatuya?—YaséqueamiladonotengounhombreíntegrocomoNoah.—No he querido decir eso. Lo que quiero decir es que cuando te

necesitésiempreestuvisteamilado.Ahoraséquemenecesitas,peronomepermitesqueteapoyecomotúlohicisteconmigo.¿EsporqueBrianesmihermano?Puedesdecirmeloqueseadeél.Sabesquesoyjustayquesitienesrazónsiempreestarédetuparte.

—Noeseso.Séqueeres lapersonamásjustae íntegrade la tierra.Pero es que si accedo amostrarmi debilidad, siento que en realidad leestoydandomásimportanciadelaquemerece.

—¿Acaso eso cambia algo? ¿Acaso eso hace que lo olvides másprontooquetussentimientosdesaparezcan?

Alexa se acomodó en su asiento y entornó sus ojos, sopesando laspalabrasdesuamiga.

—No,perosiloniego,almenosmiorgullonoparecetanpisoteado.Cuandomimadresefueymedejó,pensarquesehabíaidodeviajedolíamuchomenos que admitir que yo era un estorbo para ella.—Hizo unasutil pausa mientras intentaba contener las lágrimas y escudriñó a sualrededor.

Se encontró con lamirada deBrian y la esquivó, temerosa de queleyerasuspensamientosysusdebilidades; inclusosuposturadelatabaeldesconcierto,perointentódisimularlo.

—Te pido por favor que dejemos esta conversación para otromomento.Ahora todo tiene que girar en torno a ti.No permitamos quenadaempañeelambientedejúbiloenLaSoledad.

—Entoncescambiaesacarita.—Lo prometo —le dijo ensayando una sonrisa chispeante que

iluminósuexpresión.Geraldinelasinterrumpió.—Olivia, me gustaría hablar contigo y que me cuentes los planes

para mañana. Supongo que, como madre de la novia, debería ver el

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vestidoqueusarás.—Claro, mamá. Vayamos a la habitación donde me cambiaré y te

cuentotodo.Venconnosotras,Alexita.—Nolotomesamal,Alexa,pero...—hizoungestofútilconsumano

—,quisierauntiempoasolasconmihija.—No te preocupes, Geraldine. Entiendo perfectamente que es un

momentodeintimidadentrevosotras.—¡Québienquelocomprendas!Pensabaquenopodríashacerlo.—NoseasgroseraconAlexa,mamá.—No te preocupes, Oli. La verdad nunca es grosería, y menos

viniendo de una dama tan refinada como tu madre. Tienes razón,Geraldine.Talveznuncapuedacompartirunmomentoasíconmimadre,perocréemequemadrenosiempreeslaquenosdalavida,sinolaqueselo merece. —Ambas se miraron—. Lo digo por mi abuela, no meentiendasmal.

—Teheentendidoperfectamente.Nohacefaltalaaclaración.—Vecontumadre,Olivia.Notepreocupespormí.Seguirétomando

elsolunpocomás.OliviacogiódelbrazoasumadreylaalejódeAlexaantesdequese

desencadenaraunacatástrofeentreellas:eramásqueexplícitoquenosesoportabanyeseresquemorhabíaaumentadoduranteeltiempoqueAlexahabíasidoparejadeBrian.

Al quedarse sola, volvió a tenderse en la hamaca.Cerró los ojos yconsideróloshechos:todoparecíaestarurdidoensucontra;todoloqueestaba sucediendo parecía hundirla mucho más y ella misma no sereconocía,yaquesiemprehabíasidounapersonamuycombativa.

El día se estaba haciendo interminable. Brian no se despegó deRebecca en ningúnmomento yAlexa, aunque se negó a que aflorara laturbaciónensurostro,noestabaseguradehaberloconseguidodeltodo.

Más tarde, cuando el sol comenzó a perder poderío en elensombrecidocielo,Edmondseacercóaella:

—Cambiaesacara,mivida.Teaseguroquesitevetanperturbadalodisfrutará.

—Melaestárestregando.Loodiocontodamialma.—Entodocasoestáisempatados:déjamedecirtequeestáhaciendolo

mismoquehas hecho tú durante toda la semana con el rubiazodelFBI.Además, no debería importarte. ¿No había quedado claro que ya no te

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interesaba?—Estamañananoshemosbesado.—What!?¿Tehasvueltoloca?—Enrealidadmehabesadoalafuerza,perojustollegaronNoahy

Olivia, y todo se interrumpió; luego apareció la huerfanita y nome havueltoamirar.

—¿Tedascuenta?¿Esquequieresvolverasufrir?Mira,estarámuymacizo, poseerá un cuerpo y un rostro exquisitamente formado—sabeDiosquesiempreresaltoloatractivoqueesestehombre—,perotodoloque tiene de guapo lo tiene de chulo; sabes perfectamente que no teconviene.Noesunhombredispuestoaasumircompromisosyvolveráahacertesufrir.Siloquequieresesconvertirteensupasatiempo,adelante,perdónalo.—Un pesado silencio cayó entre ellos—.Alexa, no te culpopor querer otro buen revolcón con Brian; madre mía, te juro que teentiendo—semordióloslabiosmientraslomiraba—,peroreconocequetúnoloquieresparapasarelrato.Elproblema,miamor,esqueélnoestádispuestoanadamás.ParaBrianMoorelasmujeressonsuplatofavoritoyjamásseprivadedegustarlas.

—Lo sé, lo sé, perome dijo cosas la otra noche... Parecía sincero,arrepentido.

—Estásmal,querida,estásmuymal.

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6

«Haygrandeshombresquehacenatodoslosdemássentirsepequeños.Perolaverdaderagrandezaconsisteenhacerquetodossesientangrandes.»

CHARLESDICKENS

Labodafuemuysencillaperoalavezelegante,conlosdetallesjustosydesbordando naturalidad, y sobre todo muy emotiva. Olivia estabaguapísima,muy tranquila y con unmaquillaje natural, perfecto; llevabaunospendientesde lágrimaqueAna lehabíaobsequiado, idealesparaeltipo de recogido del cabello y el escote barco del vestido; en los pies,había elegido unos JimmyChoo de rejilla plateada que complementabanmuybienelatuendo.SuspadreslehabíanregaladouncollardediamantesyNoahunbrazaletequecombinabamuybien.

Millernosequedabaatrásenelegancia.Sobresalíaimpecableconuntrajeamedida,unmodelomuysibaritaalestiloSavileRow,conchalecocruzado en color azul marino y de corte ajustado, que acompañó concamisablanca,corbataazulyzapatosnegros.

Enelmomentodeleerlosvotos,Alexa,ladamadehonor,sostuvoala novia el ramo de peonías blancas, y después de que Noah y Olivialeyeransusemotivaspalabrasydequeemocionaranatodoslospresentes,Brian,elpadrino—quelucíacomounauténticolordinglésenfundadoenun traje de tres piezas en color negro—, les entregó los anillos queestabanbajosucustodia.Conellosyconlapronunciaciónydeclaracióndelmatrimonioantelajuezaacargo,sesellólaceremoniacivil.

Terminadaaquellaformalidad,losinvitadospasaronalazonadondeseibaaofrecerelbanquetedebodas,ylosnovios,juntoconsuspadrinosydamasdehonor,fueronahacersealgunasfotos.Finalmente,laflamantepareja entró en el banquete, feliz e intercambiando miraditas mientrassonabaMarryYou,[1]deBrunoMars.Durantetodalanochemanifestaron

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sudicha.Susamigoslesprepararonvariassorpresas,yBrianyAlexalesescribieronunacartaqueleyeronjuntos.

—Gracias por acceder a realizar esto conmigo —expresósinceramenteBriandespuésdetanemotivosinstantes.

—Fueuna buena idea, y además se supone que somos quienesmáslos conocemos. Soy una persona civilizada y puedo separar cadamomento.

—Tomamipañuelo—leofrecióélparaquesecaralaslágrimasqueselehabíanescapadoporlaemoción.

—Gracias.—Estás preciosa—murmuró consciente de que ella no aceptaría el

halago.Alexa estaba deslumbrante. Llevaba el pelo suelto con ondas

marcadasyelvestidoeradelcolormássutilimaginable:brillabacomounzafiro rosado y estaba confeccionado en varias capas de seda. La suavetelaseceñíacomounguanteasucuerpo, remarcandolaplenituddesuscurvas,yeldiseño,conunsolohombroylargohastalospies,seenlazabaenlapartedelacinturaenundrapeadoqueremarcabasuesbeltafigura.Sehabíapintadoloslabiosenuntonocerezaqueloshacíatremendamentetentadores, como dejó constancia Brian al no poder apartar la vista deellos.

«¿En qué estaba pensando para engañar a esta mujer? —pensóarrepentido—.Noesnormaldesearlatanto.»

Admirarla significaba algo parecido a un guantazo con la guardiabaja;eracomounknockoutenelprimersegundodelcombate.Continuócontemplándolamientrasvacilabaentreeldeseoyelreproche.

—Noempieces.Tomaelpañueloyvecontuhuerfanita,queyalahasdejadodemasiadotiemposola.

Derepente,leyendosumirada,Brianadvirtióunaasombrosaternura:estabacelosa.Hizounasutilpausamientrasintentabaescondersusonrisajactanciosa.Noqueríaenojarla.

—Prefieroestaraquícontigo—ledijoalpasar—.Hacíamuchoqueno laveía, y si he estadoconelladurante el díaha sidoparaqueno sesintierasola.Noconoceanadie; tampocoteníaotraopción,yaque tú teencargasderechazarmeconstantemente.Ven,bailemos.—Lacogiódelamano.

—No,noquierobailarcontigo.

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—¿Ves?Túmeechasasulado.—Meimportaunpimientoalladodequiénestés.—Vamos. Todos nos miran. ¿Eres consciente? Estamos dando un

espectáculoaquíparadosforcejeando.EllarecapacitóunosinstantesyluegodejóqueBrianlaguiaramuy

despacioalapista.Élposósumanoensuespaldabajaylacondujomuypegada a él. Caminaba como siempre, consciente a cada paso de suapariencia,realzandoampliamentesuaspectodedandi.

Comenzó a sonar una canción de Ne-Yo,Never Knew I Needed.[2]Briansedetuvo frenteaAlexa,y tomándolapor lacintura, lapegóa sucuerpo para bailar al ritmo de la romántica melodía. Notó que ella nohacíaningunafuerzaantesuabrazoyesolollevóapegarlaunpocomás.Estabaconteniendosusemociones,yaquetenerlatancercaerademasiadotentador y tortuoso. Apartó su rostro y lamiró a los ojos; entonces, lapreocupadaexpresióndeBrianmutóaunafugazeirónicasonrisa.

—¿Qué te parece si acordamos una tregua? —le preguntó concautela.

Alexa jugueteó con una caricia en su hombro, hizo circulitosmientrasselopensaba,yluegoseaproximóasucuelloyapoyósucabezaenladeél.Alcabodeuninstantedescansóelpesodesucuerpoenelsuyoy, respirandoaudiblementeensuoído, lodesestabilizóporcompleto.Élaprovechó y le pasó la mano extendida por la espalda en una cariciaposesiva,anhelante.Disimuladamente,Alexalelamióellóbulodelaorejayluegoledijo:

—No lo creo, no cabe ninguna posibilidad de tregua, Brian-deshonesto-Moore.

Seapartódeélylodejóplantadocomounárbolenmediodelapista,mientrassealejabacaminandoconmuchasensualidad.

Éllamiróirse.SacudiólacabezaantelainesperadajugadadeAlexaynopudodejardesonreír;esamujernodejabadeaturdirlo,tampocodeprovocarlo,ysurechazosoloredoblabalaapuestaporreconquistarla.

Metióunamanoenelbolsillodesupantalón.Sefrotó labarbillaytomóimpulsoparasalirdeallí,perounamanoseposóensuhombroylodetuvo.

—¿Tehandejadosolo?—Rebeccamoviólamanoyladepositóensunuca,pegándosedeinmediatoasucuerpo—.Yosíquierobailarcontigo.Prometohacerlohastaqueterminelacanción.¿Bailasconmigo,guapo?

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Alexa se sentó junto a Edmond y se sintió triunfadora por haberledado plantón. Inmediatamente buscó con lamirada aBrian y su cara sedescompuso cuando vio que Becca se había acercado a él. Su amigoemitióunacarcajadadeburlaqueresonóestruendosa.

—Perdón, perdón, pero te han arruinado la jugada, y... no puedocontenerlarisa.

—De verdad que eres un gran amigo, Edmond —apostillócontrariada.

—Losiento.Tejuroquelosiento,peroesquehasestadotangenial,y...lahuerfanitatehajodido.

—Deja de reírte, que... Brian estámirando hacia aquí. Es un idiotaengreído. Encima se burla y me guiña un ojo. Te digo que pares ya,Edmond,porquetejuroquetedoyuncodazodelantedetodos.

—Estábien.Nolohagas,porfavor,no.Juroquenomeríomás.—¿Bailamos?—Unasensualvozyuncálidoalientorozósuoído,y

Alexasediolavueltaparaencontrarseconsurostro.EvidentementesíexistíaunDios,yesanocheestabadesulado.C.C

se había acercado y la estaba invitando, y ella no iba a dejar pasar laoportunidaddejoderleelnumeritoaBrian.Asíqueselevantóconmuchasensualidadysedejóguiaralapista.

LlegaronallíyAlexaseencargódequedarmuyenelcampovisualdeBrianparacuandogirara;efectivamente,cuandoesteseencontróconellasucarafueunpoemadepasmo.Elenfadofueimposiblededisimular,ysindarsecuentaBrianapretómás lacinturadeRebecca,cosaqueellamalinterpretóyseasiómásasucuello.

CollinlehablabaaloídoaAlexayestasonreíacomosienverdadloqueélledecíafueralomáscómicoquenuncahubieraoído.

—Medebesunfavor.TehesalvadoelnumeritoconBrian.—Ellalomiró a los ojos y él le guiñó un ojo—. Vamos, cambia esa cara deasombro. Estaba mirando todo el mundo y he decidido solidarizarmecontigo.Nomedigasquenohasidounbuenactodeapoyo.

—¿Deboagradecértelo?—Humm,déjamepensar...—Agitólacabeza—.Nocreoquequieras

agradecérmelocomoyoquisiera.Talvezcuandoteolvidesdeél,siesqueeso ocurre alguna vez, podríamos intentarlo, pero por el momento sé

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perfectamentequiéneselhombrequeocupatodostuspensamientos.—Te juro que querría que saliera ahora mismo de mi cabeza. No

sabescuántolointento.LacanciónparecíahechaparaAlexayBrian.Élsopesabacadaunade

lasestrofasamedidaqueelcantanteinterpretaba,yyanoaguantabamásverlaenlosbrazosdeotro.SinimportarledejaraRebeccaencompañíadeundesconocido,separóydetuvoelbailedeCollinyAlexa.

—¿Teimportaquecambiemosdepareja?—Porsupuestoqueno.Seráunplacerbailarcon...Rebecca,¿no?Becca aceptó la compañía de Crall a regañadientes. En aquel

momentohubieraqueridodarleunpisotónaBrianpordejarlaplantada,pero se contuvo. No demostraría su juego tan pronto. Él todavía hacíavolarmariposasensuvientre.

—¿Qué crees que estás haciendo?—Alexa se mostró enfadada encuantoBrianlacogióporlacinturaparabailar.

—Terminando el baile que hemos comenzado tú y yo, al ritmo deesta magnífica canción. Escucha la letra, te la dedico —le contestótranquilamente.

—Noseassimplón.—Soy simplón, deshonesto, engreído, traidor, egocéntrico, infiel,

hueco... ¿Qué más? A lo largo de la semana, me has dicho cosas muyhermosasqueenverdadnuncaolvidaré.

—Energúmeno—leespetóella.—Energúmenotambién.Nonosolvidemosdeeseadjetivo,cierto.—Teaborrezco,Brian.Nopuedessalirtesiemprecontuvoluntad.—

Quisoirse,peroélnoselopermitió.—Ereslomejorquejamáshubiesepensadonecesitar.—Brianrepitió

lafrasedelacanciónmirándolaalosojos.—Teodio.Porcadafraseypalabradespectiva,élledevolvíaunaquelecortaba

máselaliento.—Nacíparaquererte,Alexa.Novoyapararhastaquemeperdones.—Estoydiciéndotequeteodio,noquierooírtemás.—Dejadeforcejearconmigo,tehedichoqueterminaremosdebailar

lacanción,asíquemejorbailaydejadedarquehablar.—Nopuedesobligarmeapermaneceraquícontigo.—Sí puedo —le dijo calmadamente. El tono que utilizaba la

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exasperaba aún más, porque a pesar de estar rechazándolo, ella sabíaperfectamentequenoeraloqueenverdadansiaba.Ensuinterior,adorabaestarallíconélyanhelabacreerlemásquenada.

Intentó serenarse, porque Brian estaba determinado a quepermanecieranahíylaaferrabaconfirmeza,peronofueunabuenaideamostrarse dócil, porque entonces, desmadejada en sus brazos, prestóatenciónalaletradelacanciónyunramalazoinvadiótodosucuerpo.

—¿Teencuentrasbien?—lepreguntóélalarmadoaloído.Alexadejóladisputa aun lado, y se abrazó aBrian con fuerzamientras tragaba elnudodesensaciones.

«Mifelicidadporsiempreyparasiempre»,sedijoparasílafrasedela canción y ansió que fuera verdad. La maravillosa sensación de suscuerposjuntoslaarrastróenunaarrolladoramarea.

Brianrelajóelabrazoenaquelinstanteylebesóelcuello.—Túereselprincipioyelfindecadacapítulo—lecantóaloído,y

luegocontinuódiciéndoleconsuspropiaspalabras—:Tejuroqueesasí.Déjamedemostrártelo.Solotienesquedarmeotraoportunidad,porfavor.

Laindecisiónlainvadiódepronto.Lomiróalosojos,sefundióenellosbuscando laverdadenelazuldesus iris.Respiróhondo,ycasi serindióalflujo,alacorriente,alagloriosaeininterrumpidavoráginequesoloél,conunassimplespalabras,leprovocaba.

—Alexa—dijoGeraldineapostadaaunladodelaparejajuntoasuesposo.Esbozandounaampliasonrisapreguntó—:¿Medejaríasbailarunratitoconmihijo?

—Por supuesto—contestó ella realmente afectada.Quiso irse, peroBenjaminMoorenoselopermitió.

—Bailemos,Alexa,concédemeelhonor.—Desdeluego,señor.Brian estaba contrariado con la interrupción. Ese día sus padres

parecíandispuestosaestaramablesconél.Contodo,eraevidentequenopodíanhabersidomásinoportunos.

—Nodeberíasvolverahacercasoalasinsinuacionesdemihijo—dijoBenjaminaAlexaentonoligero.

—¿Perdón?—Ellafingiónoentender.—EresunabuenaamigademihijayséqueOliviateapreciamucho;

además,hasdemostradoquecuandotenecesitósupisteestarasulado,yteestoy sumamente agradecido por ello. Por esa razón te has ganado mi

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aprecioymeparececonsideradoadvertirtedequeBriannoquierenadaserio contigo.—Miró hacia Rebecca—. En la vida, las personas comoBrian,conunnombrequerespaldaryunaempresaquetardeotempranotendráqueponersealhombro,tienenundestinomarcado.Undestinoquele permitirá seguir posicionado en su verdadero círculo social. Briannecesita una mujer que lo enaltezca, que lo acompañe y que loenorgullezcaconsuslogros,ycréemequelosabe.

Alexa estaba temblando. Quería contenerse pero no lo conseguía.Ansiabaqueesaconversacióninconexaterminara,porquenuncanadielahabíahechosentirtanpocacosa;bueno,sí,Briantambiénlohabíahecho,yahorasupadre.EradesuponerqueeraunacaracterísticadelosMoorehacerlasentirdeesaforma.

—No quiero ser grosero —continuó Benjamin con su peroratadisfrazada—,perometemoqueloserédetodasformas:túsololesirvesparacalentarsucama.

—¿Cómo se atreve? Para no haber querido ser grosero,efectivamente lohasido, señorMoore;noveo lanecesidad.—«Alguiendebería bajarle los humos a este tipo», pensó, peropor alguna razón sedijoquenoseríaellaquienlohiciera,puesnoledaríaelgustodesacarsulado visceral para hacerla quedar como alguien vulgar. Tomó unabocanadadeaireylecontestóconcorrección—:Brianyyoterminamoshacetiempoynoestáentremisplanesvolverconél.

—Mealegra saberlo.En realidadme tranquilizapor ti.Como tehedicho,tetengoaprecio.

«¡Mentiroso, viejo hipócrita! Me cree estúpida», caviló Alexamientras las palabras de Benjamin Moore se le clavaban en el pecho,haciendo que respirar fuese un esfuerzo para sus pulmones. Sentía lagarganta y el pecho como fuego, como si una hoguera la quemara pordentro.Latensióncrecióensuinteriorhastaalcanzarunpuntodolorosoensucorazón.

—RebeccahavenidoaportodasyBrianlosabe,yteaseguroqueenla charla que hemos tenido esta tardeme ha dejadomuy claro que ellatiene un lugar en los cambios que ha planeado en su vida.Mi hijo va adejar el mundo de la moda y va a obtener su licenciatura. No sé si losabías.Incluso,paramisorpresa,mehapedidounlugarenlaempresa—eso no era exactamente así, pero mintió con descaro—, lugar que porsupuestohatenidosiempre.Asíque...notedejesilusionar,porqueparaél

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siempreserásdiversiónpura.Alexalevantólavistacuandolacanciónqueahorasonabaseterminó,

y un chispazo de furia se abrió paso en medio de su confusión. Hechatrizas se apartó de Benjamin Moore, y en aquel momento Rebecca seapartó también de Collin y se unió a Geraldine y Brian. Sin perder eltiempo,cogióalafamadomodeloporlacinturayélnolaseparó.

Hecha un verdadero lío, Alexa le lanzó una mirada fulminante aBrian,yantesdequesucontenciónsequebrara,saliódelapistaycorrióhacialacasa;enelcaminoperdiótodacomposturayseechóallorarcongrandesconsuelo.

Depronto,tuvolaperspicazconviccióndequetodoloqueéllehabíadichoantesnoeracierto;solamentementiraselegidasconsumocuidadopor un magistral seductor: Brian pretendía seguir teniéndola comoamante, pero en sus verdaderos planes otra era la que se llevaría elprivilegiodeocuparunlegítimolugarasulado.

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7

«Sitecaessieteveces,levántateocho.»

Proverbiochino.

Crall advirtióqueAlexano sehabía idodebuenasmanerasy salió trasellasinpensarlo.

—¿Quévoyahacerconesteamor?—mascullóafectadamientrassetumbabaenlacamasinpodercontenerlosespasmosdelllanto.Trasunosinstantes,escuchóclaramenteunavozqueleindicaba:

—Temerecesaalguiensinfallosyquetevalorerealmente.Nollores—ledijoCollinmientrassesentabaenelbordedelacamayleacariciabalacabeza.

Alexa escuchó con asombro las palabras que él empleó y se sintióagradecidapor lacariciayelcuidadoconque la intentabaconfortar.Sesentó y lo miró a los ojos. C.C. abrió los brazos y le ofreció cobijo;endeble,Alexanosesintióconfuerzaspararechazarlo:apoyólamejillaensupechoyseaferróaélaceptandolacontenciónqueleregalaba.Trasunosminutosenquesetranquilizó,ymientrasélleacariciabalaespalda,levantólacabezaconlarespiracióntemblorosayadvirtióloafectadoqueestaba.Tenía lamiradaapaciblepero llenadedeseocontenido,supechosubía y bajaba rítmicamente.Collin sostuvo su rostro entre lasmanos yentornó ligeramente los ojos mientras intentaba leer sus pensamientos.Alexasesintióazoradaantelacalidezdesumirada,confundiday,parasupropiaturbación,nosuposienverdadqueríaquelasoltaraoseapartara.Levantósuspropiasmanosylasapoyóenlasdeélreteniendosucalorycerrandolosojos.C.C.apoyóloslabiosenlosdeellalentamente,yluegolarozósuavementeconsusdientes,tironeandodesulabioinferior.AlexaabriólosojosyeldestellodeluzqueiluminabalosojoscelestesdeCollindejópasoauna turbiamiradadedeseo; laapresóentoncesconsuboca,

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creandounmundodesensacionesdifícilesdedescifrar.Laapretócontrasucuerpo,advirtiendoclaramentecómolascimasdesussenosrozabansupecho.Mientras la apretaba contra él, sumano le acarició la espalda, lanuca,yenredósusdedosensusmechonesdorados.Moviólacabezapararecogerconsubocalostemblorososlabiosdeella,intensificóelbesoyloprolongóinmersoenunasensacióndebienestar.

Cuando se apartaron, Alexa se sintió incómoda. Una profundasensacióndetraiciónseinstalóenella.Sepusodepieylediolaespalda.Sentía el cuerpo tembloroso y las manos frías. Todo en ella era unadesconcertantemezcla de agitación. Crall rápidamente se le acercó y latomó de los hombros hundiendo su rostro en su pelo, absorbiendo suafrodisíacoolor.

—Megustasmucho.—Collin,yo...—Nodigasnada.Lociertoesqueconozcomuybientussentimientos

ynoesperodemasiado,peromeesimposibleevitar laatracciónquemeprovocas.

Continuó abrazándola y ella cerró los ojosmientras élmurmurabapalabras contra su pelo en tono tranquilizador, dulce y tierno. Alexadeseaba descubrir que podía sentir algo por él. De pronto tuvieron lapétreasensacióndeserobservados.AmbosmiraronhacialaentradayseencontraronconlamiradayelsonidodelarisamaliciosaeincréduladeBrian, que permanecía contra elmarco de la puertamientras agitaba lacabeza.

—¿Estorbo?—Los observaba con expresión inquieta, revelando sumalhumor.

Alexasesintióvulnerable.Nosabíacuántohabíavistooescuchado,peroentoncesrespiróhondoylevantólavistahablándolealtanera:

—¿No te enseñaron a llamar a la puerta?—Las palabras brotaronmaliciosamente,peronodisfrutódeellas;porelcontrario,experimentóunaextrañasensacióndeahogo.

Collinsellevólamanoalpeloylapasóporsusmechas,apartándosedeAlexa.Brianlamirófijamenteyfueimposibledisimularladerrotaquesintió.Sefuesinmás,volviendoadejarlossolos.

Moorecaminabacontrariado,conganasdedarsecabezazoscontralapared; se sentía vencido, pues haberlos encontrado en una situación taníntima no era nada grato. Había visto que Crall la sostenía por los

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hombros y absorbía el perfume de su pelo y ella no parecía oponerresistencia.Nuncaensuvidasehabíasentidoasí,yjamásunamujerhabíadespertadoesossentimientostanabsurdosenél.Sesentíacomountonto,le abría su corazónunayotravez,peroera evidentequehiciera loquehicieselahabíaperdido.

Elenfadosehizopasomuyrápidoyregresóalafiesta,dondetodohabíatomadolaaparienciadeunapesadilladescabellada.Lahabíatenidoentresusbrazosmientrasbailabanyenaquelmomentosintióclaramentecómo ella cedía, y hasta llegó a pensar que podía existir una nuevaoportunidadentreellos.

Sesintióasfixiado.Volvióasalirdeallíycaminóhastael finaldelterreno; necesitaba alejarse del bullicio de la gente, sumergirse en elsilencioy lanegrurade lanoche.Sepusoencuclillas,mirandohacia lapendientepordondesebajabaal lago;lentamente,Brianhundiósuspiesenlahierba,contodoslosmúsculosentensión.

—Maldita sea—bufódisgustado consigomismomientras intentabaaplacar el creciente mal humor. Escuchó pasos que crujían sobre lavegetación. Recobró la compostura volviendo a ponerse de pie y seencontróconNoah,queseacercabahaciaélconunabotelladechampánenlamanoydoscopas.

—¿Quéhacesaquí?¿Porquénoestásdisfrutandodetufiesta?—Porquetengoelmalhábito,pormiprofesión,deestaralertaatodo

loquesucedeamialrededor.Mehepercatadodetodoloocurrido,luegotehevistosaliryvolveraentrar,ymehaparecidoquenoestabasbien.Veoquenomeheequivocado—leinformómientrasllenabaunacopayse la alcanzaba—. Además, quería tomarme una copa conmi cuñado ypadrinodeboda.

—Gracias —Brian cogió la copa y Noah se sirvió otra para él,mientrascontinuabahablando—.Quizásiladejasesrespirarunpoco,siladejasesañorarteunpocomás...

—Laheperdidodefinitivamente.Hoyhasidoelúltimointento.Yahatomadounadecisiónyyonocuentoensusplanes.

—¿Hatomadounadecisión?NolehacomentadonadaaOlivia.—¿QuieresdecirqueellalehablademíaOlivia?—Siseenteradequetelohecontadomemata.Lociertoesqueestá

unpocoreticenteahablardeticonella,peronotehaolvidado.TúsabesqueAlexanopiensaynofuncionacomoelrestodelasmujeres.Poreso

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creo que si sigues acorralándola se empecinará más en llevarte lacontraria.Tómatetutiempoparallevaracabotodosesoscambiosquehasdichoque tienes planeadopara ti, déjala pensarte, dale espacio para quepuedaolvidarlagranequivocaciónquecometiste.

—Esoesloquemepreocupa,talveznuncaloolvide,porqueniyolopuedoolvidar.Nologroentenderquépenséesanoche.

—Esevidentequeesanochemuchonopensaste.—Noah,yoséquenomecreéis,peronoestabaenmisplanesjoder

larelaciónqueteníaconAlexa.Poresonologroentenderporquémefuiconesamujeramicasa.

—Bebiste demás y no supiste lo que hacías. Basta. Fin del asunto.Mira hacia adelante y deja de lamentarte, porque lo hecho, hecho está.Céntrateenvolveraganartesuconfianza.Esloquequieres,¿no?

—Creoqueestoyenamorado.—Creoquetecreo,porquenuncatehevistotanestúpidopornadie.

En un principio confieso que creí lo mismo que todos, que estabasencaprichado.

—Hace un rato fui a buscarla, pero... ella estaba en su habitación yestabaabrazadaaCrall.Mierda,comomehadolidoverlaensusbrazos.

Noahlediouncodazo.—Yahavuelto,y lohahechosola.Dejadeatormentarte.Nosehan

quedadoenlahabitación.—Sientoquecadadíasealejamásdemí.Poresonosésiesbuena

ideadejarlatranquila.Temoperderladeltodo.—¿YRebecca?¿Quémedicesdeella?¿Hasvistocómotemira?—Supongo que después de tantos años de no vernos, el que nos

hayamos reencontrado ha hecho que afloraran ciertos recuerdosenterrados, pero todo quedó en el pasado. El nuestro fue un amoradolescente,elprimeramor,unamorinexpertoyllenodesueñosidílicos;nuestras hormonas estaban disparadas y las circunstancias hicieron quedesfogáramos toda la energía sobrante, circunstancias que seintensificaron por la convivencia; fue una relación que tuvo mucho deprohibidaporquesedioenlasnaricesdemispadres.

»Si lo que sentíamos hubiera sido verdadero, ambos hubiéramosluchado para que no nos separasen, y ella no hubiera abortado el bebé.Éramosmuyjóvenes.Creoquefuelomejor.Porprimeraveztengoquereconocer una decisión acertada demis padres. Ellos acarreaban con la

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responsabilidad que le habían dejado los padres de Rebecca al morir ynombrarlos sus tutores y, por supuesto —rio sin ganas—, lo másimportanteyloquemáslespreocupabaeraelquédirán.Nosetratabadecuidarlademí.

—Eso es lo que sientes tú, pero... ¿y qué hay de ella? ¿Puedesasegurarquetambiénesasí?

—Amboscontinuamosconnuestrasvidas,¿no?Denoserasíhubieraregresadoantes.

—Suenalógico,perolahevistoobservartecuandotúnolamirasy...Esa jugada en la pista con Alexa, y el bailecito, humm... no sé, yo noestaríatansegurodequetehaolvidado.

—Laverdadesquenomeinteresa,ypreferiríaqueenverdadnoseacomotúlodices.

—Oh, estáis aquí. —Olivia se había cogido el vestido para nomancharloconelverdedelahierba,ycaminabacondificultadhaciaellosconlostaconesdelosJimmyChooquellevabapuestos—.Miamor,yaeshoradetirarelramo.

Noahlaabrazóylabesóenelcuello.—Humm,¿miesposayaquiereirse?¿Quieresraptarmeyquedartea

solascontuflamanteesposo?—Bueno,bueno,soytuamigo,perotambiénsoysuhermano;evitad

ciertoscomentariosdelantedemí,porfavor—pidióBrian.Lostressecarcajearon.

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8

«Lasverdaderasbatallasselibranenelinterior.»

SÓCRATES

Losnovioshabíanpartidohacíayaunlargorato.Alexalohabíaevitadoportodoslosmediosynohabíanvueltoacoincidir,razónporlacualelhumordeBrianestabaapuntodeexplotar: laondaexpansivapodríaserpeorqueladeHiroshima.

Estabaapuntodeamanecer.Losprimerosrayosdesolintentabanconvalentíaresplandecerenelcieloytodosestabanexhaustos.Losinvitadospocoapocosefueronretirandoyenlavillasolamentequedaronlosmáscercanos;algunospermanecíanenlasalacompartiendouncafé.

Habíasidounafiestabellísima,yNoahyOliviasehabíanmostradotan resplandecientes durante toda la noche que el esplendor de la parejahabíaacabadoimpregnandoelánimodesusinvitados.

—Noah y Oli estaban felices. Nunca he visto a mi hermano tancontentocomohoy.Lafiestahasidopreciosa,¿verdad,mamá?

—SíNacary,todohasalidoperfecto—dijoAnamientrasabrazabaasuhijaylebesabaelpelo.

—Demasiadosencilloenmiopinión,peroconbuengusto,esosí;nopuedo negar que se notaba la mano de mi hija en todo —puntualizóGeraldine.

—LaverdadesqueOliviayNoahnohantenidomuchotiempoparaocuparse de la organización —acotó Josefina con sorna—, ya que laardua actividad en los trabajos de ambos,más la fundación deOli y laempresademiahijadoabsorbensustiemposporcompleto.

—PoresosepreocuparondeponeralcorrienteaEdmondyaAlexadeloquepretendían,yellossehanencargadodetodo—dijoconorgulloBrian, quemiró a sumadre condesidia; ellavivía enunanubey jamás

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estabaaltantodeloqueconcerníaasushijos.—Conrazónlasencillez.Ahoraentiendo.—SibienEdyyonoshemosencargadodetodo,nadasehizosinla

aprobacióndeOliviayNoah—sedefendióAlexa,yahartadelasironíasde Geraldine—. Creo que mejor me voy a dormir. Es tarde y estoycansada.Quedescanséistodos.

Alexa se levantó y subió la escalera como un torbellino. No iba asoportarningúnagraviomásdepartedelosMoore.

«Quesemetansuorgulloysualcurniadondenolesdaelsol.Mehehartado»,pensómientrassedirigíaasuhabitación.

—Mehaencantadoorganizar labodademiamiga—puntualizóEd—.Sémuybien,Geraldine,quetúhubieraspreferidoalgoconmáslujo,peroOlivianoescomotú;aestasalturasdelpartidoyatendríasqueestarresignada.

—¿Mimadre resignada a queOlivia no cumpla con los estándaressocialesdesucírculo?No,Ed,esoescomopedirleperasalolmo.

—Brian,niquefuéramosdeotromundo.Suertequenohaninvitadoaningunodenuestrosamigos,porqueunabodatansencillahubierasidola comidilla de todos; no quiero imaginarme lo que ahora estaríandiciendo de los Moore; seguramente estarían pensando que nos hemosvueltounostacañosoqueestamosenbancarrota.

Ana,Edmond,Curt,Josefina,Nacaryysuparejasedisculparonyseretiraronalverquelaconversaciónsubíadetono.

—Despreocúpate. No estarían pensando eso porque quien lo hapagadotodohasidoNoah.Nopuedocreerquenoentendáisnada—dijoBrianponiéndosedepie—.Hoyhanestadoaquí susverdaderosamigos.Nohacíafaltanadiemás,ymealegrodequelodecidieranasíporqueentodomomentoha sidomuy auténtico.La fiesta quevosotros pretendíaishubierasidounafusióndenegocios.

—Creo que estás exagerando. A mí también me ha parecidodemasiadosencillo—dijoRebecca—.Estoydeacuerdoenqueestabanlosverdaderos amigos, y agrego que ellos estaban esplendorosos de amor,peropertenecemosaunestratosocialenelqueunodebecumplirenestascosas.Unacontecimientocomounaboda,cuandoes fastuosa,demuestralograndequeeselamor.

—Yaveocómopiensas,perodéjamedisentircontigo:elamornosemideporel tamañodeunafiestay losémejorquenadie.Mispadresse

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pasan la vida dando fiestas enormes, pero su amor es un contratomatrimonialyunaempresa.

—Eresuninsolente,Brian.Siempreestásrenegandodenosotros,note entiendo; cualquiera desearía estar en tu lugar y tener el respaldo delapellidoquellevas.

—Geraldine,nodiscutamos.—BenjaminMoorediounapalmadaconsuavidadenlamanodesuesposa.Hastaelmomentosehabíamantenidoalmargen solo asintiendo con la cabeza—. Tarde o temprano Brianterminaráentendiendonuestraposición;telohedichocuandoestábamosviniendo.Nodicutamosportonterías.Todoasutiempo.

—Sideverdad,Benjamin,esperasqueaceptelahipocresíaconlaqueoscomportáisvosotros,tedigoqueestásperdiendoeltiempo.

—Brian,¿quétepasa?¿Porquélehablasasíaltío?—Becca, no te metas. Hace mucho que no vives en el país y hay

muchas cosas que no sabes; además, me dolería mucho saber que hascambiadoyquetehasvueltounapersonabanal.

—No seas injusto conBecca,Brian. Ella solo quiere que las aguasvuelvanasucauce.Nolatomesconella.Prefieroquesigasdescargandotusreprochesennosotros.Yoyaestoyacostumbradaatudesamor.

Brianlevantólasmanoshaciaeltechoydijo:—Creoquemejormevoyadormir.Aestashorasde lamadrugada

nosoycapazdeaguantartuteatralizacióndemadreabnegada,Geraldine.»Yos advierto una cosa: no os atreváis a seguir tratandode forma

despectiva aAlexa, porque entonces sí queno lo soportaré.Os informotambiéndequeharétodoloposibleporvolveraestarconella,osgusteono.Asíqueempezadatratarlamejor,yaquepretendoquemuyprontoseaunaMoore.

—Esosobremicadáver.—Entonces...—Brian esbozó una sonrisa burlona—, tendrá que ser

sobretucadáver,madre—dijoresaltandoeltítuloysemarchódeallí.

Briansubióhastalaplantadondeestabanlosdormitoriosy,pasandodelargoelsuyo,separófrentealdeAlexa.Ansiabaentrar,tomarlaentresusbrazosyconsolarlaconpalabrasbellas,puessabíalomalquesehabíasentido con las locuacidades de su madre. Se apoyó en el quicio de lapuertay reposósucabezaen laduramadera;alcabodeun rato,exhaló

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con fuerza para deshacerse de todo el pesado aire que inundaba suspulmones, cerró los ojos y finalmente desistió de la idea. Pero en esemomento, un grito que partió desde dentro reprimió toda sudeterminacióndeirse.

—¡Nopuedeser,mamina,nooooooo!BrianabriólapuertayAlexa,sinpensárselosiquiera,selanzóasus

brazosycomenzóallorar,buscandoensurefugioelconsueloylacuraatantodolorcomosentía.

Entonces él le quitó el móvil y, mientras la sostenía, comenzó ahablarconlapersonaqueestabaalotroladodelteléfono:

—NosotrosenestemomentoestamosenAustin,loquesignificaquetardaremosunascuantashorasenllegar,peroahoramismobuscamosunvueloparairparaallá.Comprendo.Nosepreocupe,queestoyconella.

—Osmantendréal tantodecualquiercambio—dijo lapersonaqueestabaalotroladodelalínea.

Brian cortó la comunicación y entonces se enfrentó a la tarea detranquilizar a Alexa, que lloraba sin parar. La guio hasta la cama y laobligóasentarse.Élhizolopropio.

—Ey,rubia.Séquesuenamuygrave,peroconcentremoslasenergíasenpensarquesepondrábien.Debestranquilizarte.

—Maminaesloúnicoquetengo.—Noescierto.Metienesamí,aEd,aOli,aNoah,queahoratambién

es tu amigo, aAnay a Josefina, que te adoran.Haymuchagenteque tequiere.

—Pero ella esmiúnico familiar.Es todo cuantohe conocido en lavida.Ellaesmimadredelcorazón.

—Losé.Sécuántolaquieres,peroBaddieesfuerteysepondrábien.—Tengomiedo.—Venaquí.—Brianlasubióasuregazoylaacunócontrasupecho.Alternaba besos en el pelo con lánguidas caricias en su espalda

mientrasledecíapalabrastranquilizadorasqueellaaceptódebuenagana.Trasesperarunratoaquesetranquilizara,laayudóarecostarseyledijoqueconseguiríaunvuelocuantoantesparairaAtlanticCity.

Sin alejarse de ella, sacó el móvil del bolsillo de su pantalón ycomenzó abuscarvuelos con insistencia.Elmás cercano eraun chárterquesaldríapasadoelmediodía.Trasinformarle,lesolicitósusdatosyseencargó de hacer las reservas. Luego envió unmensaje a Edmond para

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comunicarle lo que estaba pasando. El golpe en la puerta no se hizoesperaryBrianledejópasar.Alexa,alverlo,seincorporóycomenzóallorarnuevamente.

—Chis, chis, mi sol, no llores, todo pasará.Mamina es unamujermuyfuerteyprontosepondrábien.

—Quiero ser tan optimista como vosotros, pero te juro que nopuedo,Ed.

Alexasentíaqueelpechoselecerraba.Unfuegolequemabaenélyelpániconodejabasitioparapensamientospositivos.

—Necesitasdescansarytranquilizarte,tesoro.Aúnfaltanvariashorasparaelvuelo,asíquelomejoresqueahoraintentesdormir.

—Nopodré,Ed,estoydesesperada.La consolaron un tiempo más entre ambos, y cuando pareció

tranquilizarse,Edmondlesugirió:—Veyquítateesevestidodefiesta.Pontecómoda.Tebuscaréropa.—Sí,Edtienerazón.Deshaztedelostaconesydeesevestido,yponte

ropa más simple; necesitas relajarte y descansar. No querrás llegarmañanayqueBaddieteveatodaojerosa.

Edmond regresó con ropade camay se la alcanzó aAlexa, que sehabíametidoenelbañoarefrescarselacara.

—Puedes irte a descansar, Edmond. No la dejaré sola, me quedaréconellaymañanaporsupuestolaacompañaré.

—¿Quieresquevayaconvosotros?—Mira,cuandolleguemosalláteavisaré.Temantendréalcorriente;

creo que lo mejor será ver lo grave que es la situación antes demovilizarnos todos. La vecina deBaddie ha dicho que está en cuidadosintensivosperoestable.

—Ok. Esperaré a que tú me informes. Creo que lo mejor es queOlivianiseentere.

—Opinolomismo.—Por favor, Brian, no vuelvas a hacerle daño; sé que te estás

aprovechandodelascircunstancias.—No voy a sentir culpa por decirte que sí, que me estoy

aprovechandoparaestarcercadeella,perotejuroquepreferiríaqueestonoestuviesepasando.NosoytanruincomotodospensáisyosdemostraréquetengosentimientosverdaderosporAlexa.

EncuantoAlexasecambióderoparegresóalahabitaciónynotóque

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Brianyellasehabíanquedadosolos.—¿YEdmond?—Lehedichoquevayaadescansar.¿Teparecemal?Ella se encogió de hombros al tiempo que formulaba un gesto

compungido.—Ven,túmbate.Mequedarécontigosinoteincomoda.Alexa agitó la cabeza amanera de negación yBrian abrió la cama

paraqueella semetierabajo las sábanas, laarropóyse sentóa su ladomientras lesosteníayacariciaba lamano.Alexaseacurrucóy,bullendodeangustianuevamente,nopudocontenerlaslágrimas.Lacongojavolvióaapoderarsedeellaycomenzóallorar.Briansesentócontraelrespaldodelacamaylainvitóaqueserebujaracontrasupecho;laabrigóconsusbrazos y la asió muy fuerte contra él, como si con ese abrazo pudieradisipartodossuspesares.

—Teestoymojandotodalacamisa.—¿Creesqueesomeimporta?—Graciasporestaraquíconmigo.—Tejuroquenoexisteotrolugardondequieraestar.Solodeseoque

tecalmesypoderserelconsueloquenecesitas.—Meangustiapensarenlashorasqueaúnfaltanparaverla.Temono

llegaratiempo.—Esonopasará.EstoyconvencidodequeBaddieestarábien—dijo

Brianconsuavidad.Sopesó sus propios miedos, pero se los guardó para él; cabía la

posibilidaddequeAlexatuvierarazón,puestoquelavecinadelaancianahabíadichoquesuestadodesaluderamuygrave.Brianafianzómássuabrazoentornoaellayleacaricióincesantelaespaldahastaqueunsoporlosinvadióaambos.

Alexa descansaba contra su pecho cuando la alarma del móvilcomenzóa sonar con insistencia.Despertarony semiraronpor algunosinstantes a los ojos. Fue raro volver a despertar juntos, y no resultóextraño que los pensamientos de ambos estuvieran eclipsados por lossentimientos que se despertaban tan solo con mirarse y que rehusabanreprimir.Ellaesbozóuna tímidasonrisayéldeshizosuabrazoycon lamanoleacaricióelrostro,aúnsinhablar.Alexaalejósusdemoniosysepropusodisfrutardesucompañía,que,porotraparte,necesitabacomosise tratara de un medicamento que impidiera su muerte. Presa de un

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estremecimiento,selevantóysedirigióalbaño.«Ningún hombre tiene derecho a ser tan endemoniadamente

arrebatador—sedijoparasí,ysequedóperplejaalmirarsealespejo—.Brian,¿porquémeresultastanirresistible?»

Elgolpeteoenlapuertalasacódesuensimismamiento.—Rubia,voyamihabitaciónaprepararmiscosasparaviajar.¿Estás

bien?—preguntóéldesdeelotrolado.Alexa abrió de golpe la puerta y se encontró con Brian apoyado

contraelmarco.Lucíasumamenteirresistibleconelpelodesordenadoylacamisadesabrochada,aligualqueelprimerbotóndesupantalón,quedejabaaldescubiertolagomadelbóxer.Intentócentrarsuspensamientos,puesconstituíaunaatraccióntanseductoraquenopodíarehuirla.Cuandoporfinpudorecuperarsedesuimperturbablemirada,dijo:

—Brian, lo he estado pensandoy... anoche estabamuyvulnerable ymis pensamientos estaban muy confusos, pero... no es necesario quevengasconmigo.

—Chis —le puso un dedo sobre los labios para hacerla callar—.Quiero hacerlo. Permíteme acompañarte. Te prometo que no meinsinuaré,tampocointentarénada.Solodéjameirencalidaddeamigo;yaquenofuncionamoscomoparejatalvezamigossípodamosser.

—Tútienescompromisos.—Tengounosdíaslibres.Déjameircontigo.¿Sí?Cómo resistirse, pensó, si se sentía tan indefensa y él era en ese

momento la piedra que la sostenía para no hundirse en el mar de susmiedos.

—Estábien.—Vale, me daré prisa. Tú también, que tenemos poco tiempo para

llegaralaeropuerto.

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9

«Siempremehaencantado laperspectivadeunnuevodía,unanuevaoportunidad,un iniciomás,quizáconunpocodemagiaesperandoenalgúnlugardelamañana.»

J.B.PRIESTLY

—¿Cómoquetevas?¿Adónde?—Hacetiempoquesoyadultoyquehedejadodedarexplicaciones.

Noentiendodesdecuándo tepreocupadóndevayaodejede ir.Además,dejadehacerplanespormí.

—Brian—explicó su padre en tono conciliador—, tu madre y yopensábamos que como nos comentaste que tenías tiempo libre, tal veztendrías ganas de pasar unos días con nosotros en Fort Lauderdale.Además, Becca acaba de llegar y... sería bueno que la ayudásemos ainstalarse.Creoquetucompañíaseríaadecuadaparaaclimatarsedespuésde tantos años fuera del país. Podríais salir a navegar. Tu velero estáatracadoenelmuelleylehehechoalgunoscambios.Megustaríaquelovieras,hijo.Antestegustabamuchoembarcarte.Poresolohemantenidoylohearregladoparacuandodecidasvolverausarlo.

—Lo siento. La abuela de Alexa está en cuidados intensivos y noquieroqueviajesola.Asíquelaacompañaré.

—Nopuedocreerqueesachicatanvulgartemanejedeestaforma.—Geraldine,creoqueanochefuilosuficientementeclaroacercade

cómodebéisreferirosaAlexa.—Yotambiénfuimuyclara:nopuedessertannecio,Brian.—Esto es un cuento de nunca acabar. Jamás nos entenderemos. Por

unavezenlavida,¿tantooscuestaapoyarmeenloquedecida?—Es que tú siempre tomas el camino equivocado. Esa chica

solamentebuscatudinero,¿noloentiendes?—¿Cómopuedeshablarasí,sinolaconoces?Nuncatehastomadoel

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tiempoparasaberporquélaelegí.Siempreestásprejuzgando.¿Tanpococreesquevalgoparapensarqueunamujersolamentesepuedeacercaramíporlafortunademifamilia?

—Sifueseunachica...—Tencuidadoconloquevasadecir,teloadvierto.—¡Bastalosdos!—voceóBenjaminMoore—.Geraldine,Briantiene

planesydebemosaceptarlos.Sabemosademásquecuandoselemetealgoenlacabezanohayquienlohagadesistir.

—Soy adulto, papá.Hace tiempo que tomomis propias decisiones.Equivocadoono,soyeldueñodemipropiodestino.Vividvuestravidaydejadmeenpaz.

Brian salió de la sala rumbo a la cocina. Los Moore ya estabandispuestosapartir.SoloesperabanaBecca.

—¿Porquéestannecio?—Geraldine,tehedichoqueyomeencargarédetodo.Dejaquetenga

unodesusúltimosberrinches.TeaseguroquemuyprontotodocambiaráyBrianestaráenelsitioadecuadoyconlapersonaconveniente.Eshoradequeafronteverdaderasresponsabilidades.Dejatodoenmismanosynotepeleesmásconél.Sabesquenofuncionaasí.

—Pero es que crispa mis nervios. Ya no es un adolescente. Debeempezaraentenderquelonecesitamosanuestrolado.

—Prontoestaráanuestrolado.Telorepito:dejatodoenmismanos.—NopuedocreerquelehagaestedesplanteaBecca.Quévergüenza.

Tendremosquedecirlequenovendráyqueseiráconesaoportunista.—Cálmate, mujer. Te prometo que antes de lo que esperas Brian

estaráenFortLauderdale.Cuandolotengasentucasanolopodráscreer,yaverás.

BrianentróenlacocinaynolegustóverqueAlexaestabaenbrazosdeCollin.Cerrólospuñosconsañayempleótodasufuerzadevoluntadenaparentarserenidad.Cadavezloabrumabamáslarabiairracionalquesedespertabaalverlanecesitandootroconsueloquenofueraelsuyo.Latensióncrecióensuinteriorhastaalcanzarunpuntodolorosoensupecho,y de pronto descubrió una faceta que antes nunca había tenido; esasensación de posesión irrefrenable que le hacía hervir la sangre loagobiaba.

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—¿Ya estás lista? —preguntó sin quitar la vista de Crall; tenía laesperanzadeque,alverlo,porfinseapartara.Queríallevárselabienlejosytenerlatansoloparaél.

Sus palabras tuvieron el efecto deseado: Alexa intentó dibujar unalevesonrisaperoteníaloslabiosdemasiadotiesos.

—Sí,Edmondhaidoallevarmiequipajealmaleterodelacamioneta—contestóbalbuceante.

—Bien,yoyaestoy también.Asíquepodemos irnos.Esmejorquelleguemoscontiempoalaeropuerto.

Ellaasintióconlacabezay,aunqueBrianutilizóunavozmonocordeypausada,percibiólahostilidadoculta.Loconocíabien.Traslafachadade serenidad que intentaba esbozar, su instinto territorial estaba pujandoporasomar.

C.C.latomódelhombroylediounbesoenlamejilla.—Tranquilízate. Todo saldrá bien. Estoy seguro —la alentó

sinceramente.—Gracias.—Tellamaréparasabercómovatodo.Brian apretó las mandíbulas. Estaba a punto de hacer estallar su

dentadurapor lapresiónqueestabaejerciendo.Sintióque loscelosy larabiaestabanborboteandodentrodeél,ysiCollinnoquitabaprontosusmanos de ella él mismo se las arrancaría de encima. Alexa se moviómientras frotaba su frente con la mano para aliviar un fuerte dolor decabeza.Entonces, el afamadomodelohizoungestoparadejarlapasarysaliódeinmediatotrasella,protegiendomuydecercasuespalda.

En el vestíbulode entrada estabanAnay Josefinapara despedirlos;ambasabrazaronydieronánimosaAlexa,porquiensentíanunenormecariño.

—Cuídala, Brian —le recomendó Ana mientras le acariciaba elrostro.

—Porsupuesto.—Yllamadencuantolleguéis.—Sí,Jose.Asíloharemos.—Adiós,Brian.¿Tevassindespedirtedetufamilia?LosMooreysuprotegidatambiénestabanyéndose.—Mamá,papá,Rebecca,adiós.—Quetengáisbuenviaje.Esperoquetuabuelasemejorepronto—

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dijolaempresariaeditorialenunintentopormostrarsesincera.—Gracias,Rebecca.—Ambassemiraronconevidentehipocresía.—Brian,tellamoparaconcertarlacita.Aúncuentocontigo,¿no?—

Seaproximóaélyloabrazó.—Sí,porsupuesto.—Nosotrossalimosconvosotros.Vamostambiénparaelaeropuerto.

Recuerda,sitequedatiempoteesperamosencasa.—Lointentaré,papá.—Deacuerdo,hijo.Adiós,Alexa—añadióehizounapausa—;deseo

que tu abuela en breve recupere la salud. Brian nos ha hablado de suestado.

—Gracias,señorMoore.Quetenganbuenviaje.Adiós,Geraldine.Sin poder disimular su disgusto, la madre de Brian asintió con la

cabeza mientras se colocaba unas gafas de sol, casi ignorándola. Briannegó con la cabeza y, ofendido, le arrojó una mirada de reproche,mientrasacompañabaconsumanoaAlexaparaquesalieran.

—Vamos, Becca, tesoro—señaló GeraldineMayer rebasando a suhijoyaAlexaparasalirelladelante.

TrasdespedirsedeEdmondydeCurt,yunavezenelcoche,Alexadijo:

—No teveasobligado avenir conmigo.Mehaparecidoque teníasplanescontufamilia.

Éllamirófijamentealosojosyentornólossuyospararecorrersurostroenunminuciosoreconocimiento.

—Quieroircontigo,quieroacompañarte—leespetóenvanecido.—No tienes ninguna obligación de hacerlo—insistió ella, rogando

porquenocambiaradeopinión,aunquenopensabareconocerlo.—Nolohagoporobligación.Lohagoporgusto.Créeme.—Tufamilianomesoporta.—Noledesmásimportanciadelaquetiene.Sabescómoson.Note

agobies.Alexaladeólacabezayevitócontinuarencontactoconesosojosque

la traspasaban. Se puso a mirar por la ventanilla mientras arrancaba lacamionetaquelostrasladaríaalaeropuerto.Cuandonoseloesperaba,éldeslizó su mano por su rodilla en una sencilla caricia; se sintiótransportadaporunacálidasensaciónqueseexpandíaportodosucuerpo.Intentóparecerimperturbableperountemblorenlomásprofundodesu

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ser la traicionó.AnsióqueBrianno lohubieranotado,aunqueerapocoprobable. Él era muy perceptivo, y aun así no hizo ningún intento pordetenerlo.Semordióloslabiossinqueéllavieraycontinuóindiferentemirando por la ventanilla, rogando para que él se detuviera, porque encualquier momento perdería toda la voluntad, se daría la vuelta y seacurrucaríacontrasupecho.

ComosiBrianhubieraadivinadosuspensamientos,cesósuscaricias,perolepasóunodesusbrazossobreelhombroparaatraerlahaciasí.

—Dejadeapesadumbrarteportodo.Lebesóelpeloylarodeóconsuotrobrazotambién.—Brian, gracias por acompañarme. Pero quizá será mejor que

guardemosladistancia.—Lo siento, no quería incomodarte—le dijo al tiempoque ella se

alejabaunpoco—.Séloquetedijeanoche.Noloolvido.Loquesucedeesque...—seacercóasuoído—mees imposiblenodesearte teniéndotetancerca.

—Si yo no tuviera solidez moral, no estarías aquí a mi lado, —replicó ella por lo bajo—. Sencillamente, no te hubiera permitidoacompañarme.Teagradezcotodocuantoestáshaciendopormí,peromeresultaimposibleolvidar...

—Losé.—Lacogióde lamano,besó supalma, losdedosy luegoresiguióconsuíndicelaslíneasquelasurcaban.Seguidamente,volvióaposar sus labios en la muñeca, allí donde su pulso palpitaba intrépido,dondeéldescubríacuántoleafectabasucontacto.

Alexa sintió el calor húmedode su aliento. «Queme condenenporsentircomosiento»,recapacitóaltiempoquecerrabalosojos.

—Disculpa—dijoentoncesBrianregocijándoseconsutemblor.Atrapada,ellaabrió losojosyseencontróconunasonrisa taimada

mientraslamirabaporentrelaspestañas.Brianseapartóyladejótambaleanteyconlarespiraciónalterada.Se

colocóunasgafasdesolquellevabacolgadasenelescotedesucamisetay se concentró en la vista de la ciudad,mientras apoyaba su codo en elreposabrazos y delimitaba con su índice el contorno de sus carnososlabios.

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10

«Dossenderosseabríanenelbosqueyyo...yotoméelmenostransitado.»

ROBERTFROST

LlegaronalaeropuertoyAlexanoesperóparabajar.Briansedirigióalmaletero y con la ayuda del chófer se hizo cargo del equipaje, atento atodos losmovimientos y reacciones deAlexa. Ella esperaba con actituddigna.

—Gracias,John,yomeencargodetodo.—Quetenganbuenviaje,señorMoore,señoritaSmith.Ambos dieron las gracias al empleadoy atravesaron las puertas de

entrada.Brian permanecía en silenciomientras acarreaba lasmaletas deambos.

—¿Estás ofendido? —preguntó Alexa de pronto ante su insistentesilencio.

Lentamente,Briansequitólasgafasylamiróalosojos.Unasonrisacasi nimia se asomó en sus labios, proporcionándole un aire altanero ytriunfal.

—Nomecreoconderechoaofenderme.Leextendiólamanoyselaofrecióenungestosinceroparaqueella

la cogiera. Alexa tragó saliva y titubeante aceptó darle la suya. Brianintentó tragarse nuevamente la sonrisa de regocijo que amenazaba conasomardesuslabios,peronopudodisimularmuybien.

—Dejadepavonearteporqueheaceptadotumano.Él agitó la cabezaperonodijonada.Continuócaminandomientras

tirabadelcarroconlasmaletasyguiabaaAlexa.Tras todos los controles se dispusieron a subir al avión, donde la

tripulaciónlesdiolabienvenida.Seacomodaronenlasbutacasasignadasylaaeronavenotardóendespegar.

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Enunaspocashorascruzaríanlas1.451,58millasquelosseparabandeAtlanticCity.EljetatravesaríaLuisiana,Misisipi,Tennessee,VirginiayDelaware, y entonces por fin se haría realidad el reencuentro con suabuela.

Unaansiedadextraordinariaenelpecholasurcabaydabapasoauntemordesmedidoqueseapoderabadetodosuseryquepormomentosnosabíacómomanejar.

Alexaibasentadaalladodelaventanilla.Ensuinteriorunamareadesensacionesparecíanotenerfin;porunlado, laangustiaporladelicadasalud de Baddie la sumía en la desesperación; por otro, el consuelo desaberse acompañada y apoyada por el único hombre que ansiaba queestuvierajuntoaella,peroquealavezeraelcausantedetodassuspenas.

Retorciólasmanosdespuésdequedieranlaordenparadesabrocharelcinturóndeseguridad.Sevistiódeorgulloconlafirmeconviccióndequenosedejaríasubyugary,obstinada,arremetiócontralossentimientosque experimentaba y que despertaban en ella una cólera singular: senegabaaaceptarqueapesardetodocuantointentabaparaolvidarlo,eraimposible lograrlo; a pesar de sus propias convicciones, se enfadaba alsaberloquesucercaníaprovocabaenella,laflaquezaqueamenazabacondoblegar su orgullo; aunque no lo quisiera reconocer, sabía a cienciacierta que su sola presencia ahuyentaba todos sus males y le otorgabaseguridadycontención.

«Pero,¿quétieneestehombrequenopuedoquitarlodemicabeza»,sepreguntabaunayotravez.

En aquel momento sintió una indefensión que la hizo estremecer.Brian era un hombre muy sexual, pero no se trataba solamente deatracciónfísica.Élhabíasabidometerseensucorazóncomoningúnotroanteslohabíaconseguido.Untemblorlarecorriódepuntaapuntaantelacertezadesaberseenamorada.Seobligóasímismaanodarselavuelta.Noqueríaenfrentarloyquedescubrieraensusojostodoloquesentíaporél; si lo evitaba, el oprobio por ceder a sus principios no sería tandevastador.

Una lucha interna continuaba con fuerza. Se reprochaba en silencionopodermanejarsussentimientos,nopoderdoblegarsusdeseos.

Intentóalejarsusdemonios,pensarenelreencuentroconsuabuela,laspreguntasquelesharíaalosmédicos,yasíalejardesuspensamientosporunosmomentosaBrian;noobstante,inconscientementetuvolafirme

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conviccióndequeélestabaclavándolelamirada,yentoncesunadescargaeléctricalerecorrióelcuerpohastaelpuntodeprovocarleunescalofrío.Sucercanía seestabahaciendo inmanejableyaunquehabíadeseadomásquenadaqueél laacompañara,ahoracreíaquenohabíasidounabuenadecisión. Su proximidad la desestabilizaba y la amenazaba con hacerleperderelcontrolyelsano juicio.Respiróprofundamente,y fueenaquelinstantecuandounapunzadalagolpeódelleno:élseacercóasuoídoparahablarle.

—¿Estásincómoda?¿Quépuedohacerporti?«Alejarte,porqueestásvolviéndomeloca»,cavilóella.—¿Quieres que te pida unamanta?Me ha parecido que temblabas.

¿Tienesfrío?Alexaladeólacabezayquedaronaescasoscentímetrosdedistancia.

Explorándoseconcienzudamente,noapartaronlavistaningunodelosdos,por lo que se creó una creciente tensión sexual a todas luces evidente:ambossedeseabansinpoderevitarlo.

—Rubia...ay,rubia...tecomeríalabocaabesos.—No tengo frío —dijo ella y ladeó la cara lentamente para

concentrarse otra vez en la ventanilla—. Estoy nerviosa, quiero llegar.Solosetratadeeso—agregóeludiendosuúltimocomentario.

Era evidente que él estaba jugando con su sensualidad, que seescapabaporcadaunodelosporosdesupiel.Sediocuentaentoncesdeque estaba retando a su deseo, de que Brian sabía perfectamente cómo,cuándoydóndeseducirla,hastadejarlasinvoluntad.

«Tengoquemantenermealejadayaclararmispensamientos...Éltansoloestáaprovechándosedemidebilidadpormimamina,peronose lopermitiré.Novolveráahacermesufrir.»

Brian colocó una mano sobre la suya, que descansaba sobre supierna,yvolvióaacercarseparahablarle.

—Tranquilízate. Pronto llegaremos y verás que, después de hablarconlosmédicos,noserátangravecomosuponemos.

Alexa tan solo se limitó a asentir con la cabeza; de pronto estabasiendotierno,paciente,comoellaloconocíaenlaintimidad,nocomoelpersonajearrolladoryfrívoloque todosvislumbrabanen laspáginasdelasrevistasdondesalía.

Lomiróunavezmásenelfondodesusojosycomprendióquenopodríaescapardeéltanfácilmente.Advirtiótambiénqueteníaquetomar

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unadecisiónporquenopodíacontinuarsinhablarle:habíaaceptadoquelaacompañara y eso significaba que compartirían varias horas juntos. Portodoellointentaríaserloqueélhabíadicho:suamiga.

Enunactoimpensado,entrelazósusdedosconlossuyosylesonrió.Brianledevolviólasonrisa,levantósumanoylebesólosnudillos.

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11

«Elqueesceloso,noesnuncacelosoporloqueve;conloqueseimaginabasta.»

JACINTOBENAVENTE

Trasvariashorasdevuelo,llegaronporfinalAtlanticCityInternationalAirport y cogieron un taxi hasta lamodesta vivienda situada en SunriseAvenue,dondedejaronelequipajeparaluegotrasladarsealhospital.

Apenas llegaron al AtlantiCare Regional Medical Center, sedirigieronalamesadeinformes.

—Buenas tardes. Quisiéramos información sobre una paciente queestá hospitalizada aquí. Su nombre esBaddie Smith. Tenemos entendidoqueingresódemadrugada—leinformóBrianalaempleada.

—¿Sonfamiliares?—Soysunieta—dijoAlexadeinmediato.Laempleadamirórápidamenteensuordenador.—Permítanmesusidentificaciones.LuegopuedendirigirsealaUVI,

dondesabrándelapaciente.Encuantoentraron,unaenfermeradeplantalosrecibió.—Quieroveramiabuela.—Espere, por favor. El doctor me pidió que lo avisara cuando

llegaraalgúnfamiliardelapaciente.—Pero,¿quésucede?—preguntóAlexaalarmada.—Elmédicolesinformará—contestólamujerconvozreservada,y

semarchóantesdequepudieranhacerlemáspreguntas.Cuandoquedaron solosBrian la agarródel hombroy lapegóa su

cuerpoalverqueellatemblaba.—Dios,Brian,creoquenoestápasandonadabueno.—Lo sé, pero esperemos a que nos informe el doctor—le besó la

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sienyletocóelbrazo.—Alexa,tesoro,yaestásaquí.Creíquetardaríasmás.—Oh,Carol.—AlexaseseparódeBrianyseabrazóalaancianaque

acababadereconocerla.—Brianconsiguióunvueloprivado.Poresohemostardadomenos.

Acabamosdellegar.Dime,¿cómoestámamina?—Miquerida,noquisiera tenerquedecirte esto,perome temoque

Baddienoestánadabien.Mellamóymedijoqueteníaunfuertedolorenelpecho.Fuideinmediatoasucasaycuandolleguérespirabaconmuchadificultad.Rupertyyollamamosaemergenciasylatrasladaronaquí.

—¿FamiliaresdeBaddieSmith?—preguntó súbitamenteunmédicointerrumpiendoelrelato.

—Sí,nosotros—informóBrian—.Ellaeslanietadelapaciente.—Buenastardes.SoyeldoctorMarcusGreen.—BrianMoore.—Marcus,¿erestú?—¿Alexa? Qué casualidad. —Se abrazaron y se dieron un beso

efusivo.«¿Y este quién narices es?», pensóBrian sin poder evitar los celos

por la cercanía que parecían tenerse. Tuvo unas ganas enormes derecriminárselo,peroentoncessediocuentadequeélnoeranadieen lavida de Alexa, que estaba allí simplemente en calidad de amigo.«¡Maldición!Ellaesmía.»Sesentíasudueñoapesardetodo.Cavilóenelsentimientodepropiedadque lohabía invadidoynoquisobuscarle trespies al gato: era lo que sentía y al diablo si de pronto se encontrabacorriendo tras ella como un perrito faldero.No le importaba. «Quemecondenenporquererlaenexclusividad.»

—Lamentoencontrarnosenestasituación.—Marcus y yo fuimos compañeros de instituto—explicó Alexa a

Brian, que miraba sin entender de qué se conocían con una cara quedemostraba que quería arrancarle el hígado al médico. Asintió con lacabeza sinapartar lavistade lamanodelmédico,que sehabíaquedadodescansandoenelhombrodeAlexa—.¿Cómoestámiabuela?

—Venid, pasemos ami consultorio.Allí estaremosmás cómodosyosexplicarécondetalle.

—Carol...—Vetranquila, tesoro.Yoosesperoaquí.Iréa lacafeteríaabuscar

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untéparatomarmimedicación.Losañosnopasanenbalde.Caminaron hasta un pequeño despacho, el corazón de Alexa

martilleandoconfuerza.Greenlesabriólapuertay,exhortándolosaquesepusierancómodos,lesdijoqueenseguidaregresaba.

—Parecéistenermuchaconfianzatúyelmédico.Alexamiró aBrian entendiendo perfectamente su comentario, pero

eneseinstanteelmédicoregresó.—Dime,Marcus,¿estámuymalmiabuela?—Notengolasmejoresnoticias—explicómientrassesentabatrasel

escritorio—.Hallegadodemadrugadaconhipertensiónarterial.Apartirdeloquenoshacontado,lehemospracticadoestudios,porquesequejabadedolorenelpechoy tenía síntomasdeuna insuficienciacardíaca.Losresultados han arrojado que la válvula aórtica no cierra completamente.¿Quésignificaesto?Que lasangreseescapadenuevohaciaelcorazón.Eso se denomina regurgitación aórtica y es aguda, lo que implica quedebemos reemplazarla, es decir, necesitamos practicarle una cirugía acorazónabiertoparasustituirlaválvuladañada.

—Pero...¿sepondrábien?—Mira, Alexa, lo cierto es que con su insuficiencia cardíaca el

pronósticonoesmuybueno.—Dimeloquesea,Marcus,porfavor,dímelotodo.Brianleapretólamanoconfuerza.—Eldañoquetienelaválvularequiereunreemplazocomoteacabo

de decir, pero no puedo garantizarte que vaya a superar la cirugía conéxito.Puedensurgirmuchascomplicacionesasociadasasuedad,perosinohacemoslacirugía,tampocopuedogarantizartecuántopuedevivirconlaválvulaenelestadoenqueseencuentra.Parasermásclaro, talcomoestáesunabombadetiempo.Ademásdeeso,enestosmomentostieneunaendocarditisqueestamostratandodecontrolar.

—¿Quéeseso?—preguntóBrian.—Unainfeccióndelcorazón.AlexarompióenllantoyBriandeinmediatolacobijóensupecho.—Noquieroquesemuera.Brian,dimequeestoesunapesadilla,por

favor.¿Quéharésinella?—Cálmate, nena, cálmate. No seas pesimista. Baddie es fuerte.

Pensemos con optimismo y especulemos con que todo saldrá bien. Siquiereslatrasladamoshoymismoaotrositio,aNuevaYork...Loqueme

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pidas.Buscaréelmejorcentroparaquelaatiendan.Seguramentetuamigonospodrádecirquéesmejor.

—Mirad, si queréis trasladarla puedo asesoraros, pero os aseguroqueaquíestáenmuybuenasmanos.Podéisindagarsilodeseáisyveréisquenoosmiento.Enelhospitalcontamosconunodelosmejoresequiposdecirugíaabiertadeválvulaaórtica.

—¿Túlaoperarás?—Nosoycirujano,Alexa,peroteaseguroquequienllevasucaso,el

doctorSanders,esunaeminencia.—¿Porquéhaocurridoesto?—Esposiblequeestacondiciónlatengahacetiempo,peroahorase

hamanifestado.Mira,mehadichoquetuvoundisgusto.Talvezesoalterósupresiónarterialydesencadenótodoesto.

—¿Un disgusto? No sé nada, yo... no vivo con ella. ¿Qué habrápodidopasar?Miabuelallevaunavidamuytranquila.Esextraño.

—Yatecontará.—Quieroverla,Marcus.—Cuandotecalmestepermitiréhacerlo.Nopuedealterarseporque

sutensiónarterialpodríavolverasubir.Aunqueyalaestamosmedicandoparacontrolarla,necesitatranquilidad.

—Mecalmaré.EldoctorGreenselevantó,sirvióaguaenunvasodesechable,rodeó

suescritorio,separófrenteaAlexayseloofreciómientraslecogíaunadelasmanos.

—Te aseguro que estamos haciendo todo lo que está en nuestrasmanosporella.

—Gracias.Medamuchaconfianzasaberquelaestásatendiendo.—Mealegramuchoverte.—Amítambién,Marcus.—¿Soispareja?—Sí —contestó rápidamente Brian, pero Alexa se encargó de

desmentirlo.—No.Tansoloesunbuenamigo.—Ya veo.—Marcus sonrió condescendiente al ver que entre ellos

había algo más que una amistad—. Venid conmigo. Os llevaré con tuabuela.

EnelpasilloseencontraronconCarolyAlexalapusoalcorriente.

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Luegoleaconsejóquesefueraadescansar.Entraron en la habitación después de lavarse las manos para

desinfectarlas, pues estaban accediendo a una zona donde la asepsia eramuy importante para no transmitir ningún virus. Baddie se hallabaconectadaaunmonitoryaotrosaparatos,dormitando.Alexaseapostóalladodesucama, se inclinó, lepasó lamanopor la frenteydepositóunbesosobreella.Notóquesutemperaturaeraalta.

—Hija, has venido. Le dije a Carol que no te avisara. No queríaalarmarte —indicó Baddie con una voz melosa y en un tono fatigado,mientrassalíalentamentedesuletargo.

—Hola, mamina. Me alegro de que me haya avisado. Si no mehubieraenfadadocontigo.Tequiero,abuela.

—Yyoati,miamor.BaddiediounabreveojeadaasualrededoryvioqueBrianestabaa

lospiesdelacama.—Oh,mealegrodequenohayasvenidosola.—Hola,Baddie.—Hola,muchacho,quéalegríaverte.—Igualmente.—¿Quéhoraes?Creoquehedormidomucho.—Casi está cayendo la tarde. Descansa, mamina. Todo estará bien.

Muyprontoterepondrásyteirásacasa.Baddienocontestó.Simplementeasintióconunalevecaídadeojos.

Sesentíafatigada.Sequedaronunbuenrato,perocomoeraunazonarestringida,noles

permitíanestarmás.—Mamina, me quedaré en el pasillo. Si necesitas algo, dile a la

enfermeraquemeavise.—Lo que necesito es que te vayas a descansar. No quiero que te

quedesdurmiendoenelpasillo.Yoaquíestoymuybiencuidadaynotienerazóndeserquetemartiricesenunasilla.Veacasa,duermeentucamaymañanamevienesaver.

—Nomeiré.—Sí lo harás. Brian, hijo, llévatela. Haz que descanse y que coma.

Estámuydelgada.—Tuabuelatienerazón.El monitor empezó a sonar de pronto y vino la enfermera de

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inmediato.—¿Quépasa,señora?¿Porquésehaalterado?Debetranquilizarse.—Mi nieta, que no quiere irse a dormir a una cama decente y

pretendequedarseenelpasillo.—Estábien.Meiréacasasiesotedejatranquila.Teloprometopor

BlanquitayporTato.—¡Farolera! Eso me decías cuando eras pequeña. Siempre lo

prometías por tu muñeca y por tu hámster. Aún recuerdo que el pobreRuperttuvoquefabricarleunataúdaTatocuandomurió,porquetehabíasempecinadoenqueteníamosquehacerleunfuneral.

—Acudiótodoelvecindarioasufuneral.Lorecuerdo.—Siempre has sido nuestra consentida. Rupert y Carol te han

consentidomásqueasuspropiosnietos.Cómohacrecidominiña.Erestodaunamujer.

—Laseñoranecesitadescansar—indicólaenfermera.—Marchaos,marchaos.—Está bien. —Alexa se inclinó para besar a su abuela de manera

interminable.LuegolohizoBrian.Yaestabansaliendo,peroBaddiedisimuladamentedetuvoaBrian.—Venaquí,acércate,querido,quenoquieroqueAlexaescuche.—¿Quépasa,Baddie?—Quieroquemeprometasquelacuidaráscuandoyoyanoesté.—Pero...¿quémeestápidiendo?—Unasabecuándohallegadosuhora,esincreíble.Nomemiresasí.—Baddie,ustedprontoestarábien.—Séqueno,poresonecesitoquemeprometasquelacuidarásyque

laquerrásmucho.—¿Quéestáiscuchicheando?Brianasintiósindecirnada.—Meestabaaprovechando.Notodoslosdíaslavieneavisitarauna

unmodeloderevista.Amiedadsonpocaslasalegrías.—Descanse,Baddie.Mañananossacamos la fotoquemehapedido

paraqueselaenseñeasusamigas—mintióélencomplicidadconella.—Serélaenvidiadetodas.—Aprovechada.Yesoque estás convaleciente.—Alexa le soplóun

beso.—Notemas,notengoposibilidadesconél.Noteloquitaré.

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—Brianesmiamigo,abuela.—Sí,yyosoyBlancanievesperdidaenelbosque.—Señora,adescansar—volvióaintervenirlaenfermera.—Marchaosdeunavez.Habéisconseguidoquemeregañen.

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12

«Sisesiembralasemillaconfeysecuidaconperseverancia,soloserácuestióndetiemporecogersusfrutos.»

THOMASCARLYLE

EstabanderegresoenlaviviendadeBaddie,dondeOtto,elchuchodelaanciana,unhermosoperrolanudoderazamixtayexpresiónamistosa,losrecibió entre saltos, lametazos y ladridos, con los que expresaba queestabaencantadodequehubieranregresado.

—Bueno, te paso a buscar mañana temprano —aseguró Brianmientras le acariciaba la melena al perro, que no dejaba de brincar yapoyarsuspeludaspatasensucadera.

—¿Adóndevas?—preguntóAlexa—.Otto,ya,tranquilízate.—Aunhotel.Semiraronporunosinstantes.Briancogiósumaletayluegoledio

unbesoenlamejillaparadespedirsedeella.—Brian.—Él se dio la vuelta—. Quédate aquí, yo... dormiré en la

habitacióndemiabuela.Túpuedeshacerloenlaqueeramía.—No tepreocupes.Estarébien.Noquieroque te sientas incómoda.

Estoyacostumbradoadormirenhoteles.—Notevayas.Noesporobligación.Quieroquetequedes,noquiero

estarsola.Ayúdameaprepararlacena,háblame,llenalossilenciosdelacasa,noquieropensar,porfavor,nomedejessola.

—Estábien,mequedaré,teharécompañía.—Gracias —dijo ella emitiendo un sonoro suspiro. El perro

permanecíaentreambosmirandoaunoyotro.—No me des las gracias. Lo estaba deseando, pero no quería

imponertemipresencia.—Dejadetratarmecomoaunamuñecarota.

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—Quierocuidarte.Deesosetrata.—Estábien.Ambossonrieron.—Ven.Temostrarémihabitación.—Yalaconozco.Lavicuandotevineabuscarlavezquetequedaste

aquí,¿recuerdas?—Sí, lo recuerdo.Habíasviajadoa Italia,yyoempleé losdíasque

estuvistefueraparaveramiabuela.—Teañoréhorroresenaquelviaje.Quisequefuerasconmigopero

teobstinasteennohacerlo.—Noqueríaasfixiarte;además,queríaconfiarenti.Elsilenciofueominoso.Élfruncióloslabios.—Si pudiera volver el tiempo atrás... te juro que no cometería los

mismoserrores.—Veadarteunaducha.Yoharélomismoyluegoprepararélacena.Subieronlasescalerasy,frentealapuertadelcuartodeBaddie,Brian

sedetuvoantesdequeellaentrase.—Rubia, si necesitas que te pase jabón por la espalda, sabes que

puedesllamarme.—Bobo.Nopierdesoportunidad,¿eh?Losamigosnoseenjabonan

laespalda.—Bueno, depende de qué amigos: hay amigos con derecho a

enjabonarselaespalda.—Perotúyyonosomosesaclasedeamigos.—Quépena.—Brian...—¿Qué?—Veaducharte.El afamadomodelo le guiñó un ojo y continuó su camino hasta el

final del pasillo, donde se encontraba la habitación que debía ocupar.Alexasequedóviéndoloalejarse.Estabaatontadaconsuandarseguroysexy.

Briansentíasumiradaclavadaenlanuca,peroaunasínosegiróyseperdiódentrodeldormitorio.

Alexa se sentía agotada. Le dolía todo el cuerpo. Entró en lahabitacióndesuabuelayalversuscosassepusomelancólica.Cerrólosojos e inspiró con fuerza; luego, expulsó el aire demanera sonora.No

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queríaangustiarseperoparecíaimposibleaplacarsudesasosiego,deigualforma quería ser optimista y pensar que pronto ella estaría de regreso.Levantólamaletaylapusosobrelacama.Rápidamentelavacióybuscóqué ponerse. Quería estar cómoda, así que sacó un pijama, apartó susobjetos de aseo personal y se adentró en el baño para quitarse la ropa.Cuando estaba templando el agua sonó sumóvil. Fue a por él, vio quetenía una notificación de WhatsApp y comprobó de inmediato que setratabadeunmensajedeBrian.Lehabíaenviadounafotodondeseveíasutorsodesnudoantesdeentrarenladucha.Eraevidentequeestabajugandoconella.

Apuestoaquetehacerecordarel pasado.Rubia,esaburridoducharsesolo.¿Noquierescambiardeopiniónyqueteenjabonelaespalda?

Brianhacíareferenciaaunafotodesuspartesíntimasqueéllehabíaenviadoenelpasado.

Notienesremedio.Dejadehacerteel graciosoNomehagoel gracioso.Intentoconvencerte.SabesquepodemospasarlomuuuuybienNodeseonadadeloquemeofrecesNometientes.Séquetienesdebi l idadporciertaspartesdemicuerpo.Aúnguardoenmimóvil unafotoqueati tegustabamucho.¿Túlaguardas?Noséaquéterefieres.DéjameducharmeRubia,nomeprovoqueso...¿telamando?Basta,Brian.Dij imosqueseríamosamigos.Compórtate.LosamigosnocompartenfotosíntimasAaaaaaaaah,oseaquesabesaquéfotomerefiero.Humm,cuéntame...¿Tegustófantasearconel la?¿Latienesono?¿Lamirasaveces?Voyaentrarenladucha.Notecontestarémás.Además,estontoesteintercambio

Agitólacabezamientrastecleaba.Sucorazónestabadesbocado.

Nosseparandospuertasyestásenviándometextosporel móvil

Ledioa“enviar”ysequedóesperandolarespuesta.

Bueno,si quieresacortoladistanciaytemuestrotodoenvivoyendirectoNiseteocurra.TEESTÁSPASANDOAh,veoquenohasentradoenladucha.¡Mentirosa!Tehaquedadoesperandounnuevotexto¡Pedante!Ahorasí quenotecontestomásLohasvuel toahacer

Alexa dejó el móvil sobre el lavabo tratando de ignorarlo. No lecontestaríamásaunquelosdedosleardieranporhacerlo.

De pronto, cogiéndola por sorpresa, la puerta del baño se abrió yaparecióBriancomoDioslotrajoalmundo.Estabatotalmentedesnudoy,apoyado contra el marco de la puerta, esgrimía un gesto altanero altiempoquesereíadeformaengreída.

—¡Aaaaaaaaaaaaah! —Alexa gritó e intentó taparse—. ¿Qué creesqueestáshaciendo?

Cogióunatoallayselaarrojó,peroBrianniseinmutó.Nisiquiera

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hizoelamagodecogerla.—Estoyhaciendoloqueestásdeseandoquehaga.—Vete.Teequivocas.Noquierovertedesnudo.—Ah,¿no?Puesnosenota,porque...nodejasdemirarme.—Noestoymirándote.—Yentonces,¿porquétuvistaapuntahaciami...?—Bajósumirada

haciasusexo.—¡Brian, basta!Vete demi baño. No hagas queme arrepienta y te

pida que te vayas a un hotel. Fuera.—Lo empujó y puso el cerrojo. Sequedóapoyadacontralapuertarespirandocondificultad.«¡Quéguapoes,Dios!Cómolodeseo,yeldesgraciadolosabe.»

—¿Yatehasido?—No.¿Acasohascambiadodeopiniónymedejarásentrar?—Vetealamierda,Brian.Entró en la ducha rebuznando. Él sabía cómo alborotar claramente

sus hormonas, hasta el punto de dejarla sin pensamientos lúcidos. Esoestaba claro. Su cuerpo ardía de deseo. Brian la seducía con susjueguecitosylahacía trastabillarensusconvicciones,perosabíaquenodebía ceder aunque la tentación cada vez eramayor. Sacudió su cabeza,cerró los ojos y evocó su traición. Entonces pareció regresar su férreavoluntad. Se dijo que no se dejaría vencer por la pasión que él ledespertaba.

Entróenladucha.—¡Terca,cabezota!—legritóéldesdefuera.—¡Traidorsinmemoria!Tengodemasiadaautoestimaparavolvera

caerentusjueguecitos.—Teencantanmisjueguecitos.—Dejadesertanpagadodetimismoyponlospiesenlatierra.No

ereselúnicohombredeluniverso.—Pues no seré el único del universo, pero sé de sobra que soy el

únicoquequieresentucama.Alexaabriólacortinadeladuchayarrojóeljabóncontralapuerta.«Joder,tetengoapuntodecarameloyporesoteenfadas.Enrealidad

sédesobraqueelenfadoescontigo,noconmigo.Bien,Moore,vasporbuencamino,unpocomásytodoestaráperdonadoyolvidado.¿Seráasí?Mierda,esoespero,porqueloshuevossemevanaponerdel tamañodebolossinoencuentrorápidounalivio.»

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Brian rio y se alejó reprimiendo la extraña necesidad de tirar lapuerta abajo, entrar en la ducha y follársela contra la pared hasta queambos quedaran sin aliento. Sin duda eso calmaría lo suficiente lanecesidadqueambossentíanporelotro.

EnelpasilloOttoaguardabarecostadoenelsuelo.—Amigo,qué suerte tienes túqueno tecomplicas lavida.Créeme,

lasmujeres son unmal necesario e imposible de evitar, y nos hacen laexistencia muy placentera. Tal vez debería conseguirte una buena perraque te demuestre de lo que hablo. Te aseguro que ellas saben cómomanteneranuestroamigomásquecontento.Tehacendespegardelsuelo.Noexisteenlavidanadamejorqueenterrarseenunbuencoño.

Alexatardóbastantebajoladucha.CuandobajóBrianyaestabaenlacocinapreparandoalgoparacenar.

—¿Quieresunacopadevino?—Gracias. —Alexa cogió la copa de chardonnay que Brian le

alcanzaba,peroélnolasoltóenseguidaylededicóunamiradaaudazqueseclavóenelfondodesusverdesojos.

—¿Estásbien?—Sí.Perdónportardartanto.—Nohayproblema—dijomientrasagitaba sucabeza—.Sabesque

megustacocinar.—¿Teayudo?—Puedesencargartedeponerlamesa.Yomeapañoconesto.Ella asintió con la cabeza y se estiró detrás de él para coger los

platos,peronollegabaporqueOttoestabaacostadoenesesitio.—Veoquetehashechoconunfielseguidor.—Siempremehellevadobienconlosperros.—Esextraño.Ottoesbastanteborde,perotúlehascaídomuybien.—Dicen que los perros tienen un sexto sentido relacionado con lo

extrasensorial. Poseen un extraordinario desarrollo de sus facultadesperceptivasquelespermiteintuirloqueloshumanosnisiquieraentrevén.Tieneninclusounacapacidadpremonitoriagraciasalacualintuyensiunapersona está diciendo la verdad o estámintiendo, y también sabenmuybiencuándounoesdefiarono.

—EntoncesOttonotienemuydesarrolladoesesentidoquedigamos...—expresóellacondobleintención—.Permíteme,voyabuscarlosplatos.Nollegoconvosotrosenmediodetodo.

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Brianseapartóy sequedómirándola,perono resistió la tentación.Enredósubrazoensucinturaylapegóasucuerpo.

Lepasólanarizporelcuelloparaimpregnarseconsuolor.—Me tienes loco, ¿cómo lo consigues? No eres verdaderamente

conscientede loquemepasacuandoestáscerca,ycuandono loestás ...Sencillamente,nohagootracosamásquepensarenti.

»Otra oportunidad, una nueva para demostrarte lo feliz que puedohacerte, para que me dejes cuidarte y demostrarte lo mucho que meimportas.—Lemordió el carrillo—.Me vuelves loco, Alexa, te deseo.Nena,porfavor,nomeimportatenerquesuplicartesielpremioestenertenuevamente.No sabes las cosasque estoy imaginandoen estemomento.Teaseguroquetegustaríamuchotodoloqueteharía.

Levantólaotramano,leacariciólasformasdesustetasyresiguiósupezón, que se había puesto enhiesto con su roce. Sin poder contenerse,Alexagimióytemblóalavez.Brian,sabedoreimplacableenelartedeseducir,trascomprobarqueellanoeraindiferenteniasuspalabrasniasucercanía,nimuchomenosasuscaricias,ledejóunbesomariposaenloslabiosyapartándoseledijo:

—Veaprepararlamesa.Yaestálacomida.Ellaseloquedómirandoconlarespiraciónagitada.Erauninsolente

ynocambiaríanunca.«¿Le doy una bofetada o un beso?», sopesó, conteniendo una

carcajada, mientras él permanecía de espaldas a ella. La había dejadotambaleando. Sentía la flojedad en sus piernas. Su juego era frustranteporquenoparabadeprovocarla.Hizoacopiodesufrustracióninspirandoconfuerza,cerrólosojosyseabocóasucometidopasandoporaltosudesfachatez.

Estabansentadosa lamesa.Habían terminadodecomerunsalteadodeverdurasqueacompañaronconunquesobrie.

—¿Másvino?—Laúltimacopa.Noquieroterminarborracha.—Conozco otra cosa que también te embriagaría y que sería más

placenteraqueelalcohol.Alexa se bebió de un tirón el vino. Se puso en pie. Las piernas le

temblabanymodulósuvozlomásserenamentequepudo.—Recogerélamesaymeiréadormir.—Salud.Unplacerhabercompartidoestacomidaconusted,milady.

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Tambiénmevoyadormir.Brianterminóelcontenidodesucopa,retirólasillayselevantódel

lugarqueocupaba.Alexalomirabasinpoderdespegarsuvistadeél.—¿Pasaalgo?«Maldito engreído,mehapuesto amil con sus caricias y con cada

comentario,yahorameanuncia,así,sinmás,quesevaadormir.»—Quedescanses.—Muchasgracias,igualmente.

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13

«Elinfiernoesesperarsinesperanza.»

AndréGiroux

Estabamalhumorada.ElcachondeoincesantedeBrianlahabíapuestodelosnervios.Terminódearreglarlotodoyluegosedirigióalahabitación.Intentaríadescansar.Mientrassemetíaenlacamacomprendió,porloquesumal humor se esfumódegolpeyuna sonrisa se dibujó en su rostro.Increíblemente,élhabíaconseguidoalejar lassombrasquelacubríandemiedoydesesperaciónalpensarenlafrágilsaluddesuabuela.

Enlaotrahabitación,Brianpermanecíaaoscuras,pensativo,conlasmanostraslanucaymirandoaltecho,intentandocontrolarsufrustración.Alexaseguíasincederyélestabavolviéndoseloco.

«Deja de ser tan egoísta. Ella tiene miles de preocupaciones en lacabezayatisolamentetepreocupafollártela.Mierda,estoyperdiendoelnorte,peroesqueladeseotanto.»

Se acomodó en posición fetal aferrado a la almohada y cerró losojos.Habíasidoundíamuyagobiante.Lanocheestababastantecálidaypropiciaparaunbuendescanso,asíquesedisponíaaconseguirlo.

Debidoa laproximidadde laplaya,elvientoseencargabade traerlosmurmullosdelromperdelasolasenlaorilla,formandounamelodíaperfecta,comosisetrataradeuncálidoarrulloparacalmarsuestadodeánimo.

Sin embargo, tras la calma que parecía reinar, los monótonossonidos fueron destrozados por unos gritos que arrastraban palabrasvulgares y unosgolpes en la puerta de entradaquede inmediato fueronrefutadosporlosladridosygruñidosatentosdeOtto.

—Abre, vieja miserable. No tienes corazón. ¿No te importa queademásdedormirenlacalletambiénmemueradehambre?

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Laretahíladegroseríasparecíanotenerfin.Brian se levantó de la cama de un salto y salió al pasillo. Caminó

hastalahabitacióndeAlexayentrósinprevioaviso.Laencontróhechaunovillo,enpenumbra,conlaspiernasrecogidashaciaelmentónmientrassetapabalosoídos.Alverloentrar,leindicó:

—Noenciendaslaluzydesoyelosgritos.—¿Quéestápasando?—Esmimadre,Brian.Quévergüenza,quépenosamaneradequela

conozcas.Peroestoesloquees.—¿Piensasdejarlafuera?—Es su costumbre venir a hacer escándalo cuando se queda sin

dineroparacompraralcoholydroga.Noquieroverla.Yaseirá.—Noteincomodespormí.Séloqueeslidiarconpadresindeseables.—Oh,Dios,créemequeGeraldineyBenjaminsonunabendiciónal

ladodemimadre.¿Creesquesoymonstruosa?—No,Alexa.Laverdadesquenopareceunapersonafácildetratar.—Teaseguroquesi leabrotodoserápeor.Estádesesperadapor la

abstinencia y empezará a buscar dinero. Lo removerá todo paraencontrarlo.Noquierovolver apasarpor esonuevamente.No le abras,porfavor.

—Tranquilízate.Noloharésinoquieres.Los gritos parecían interminables. Pateaba la puerta, vociferaba

improperioscontraBaddie,inclusolaacusabadehaberlerobadoasuhija.Alexaemitióunsuspiromuyprofundoyselevantó.—¿Adóndevas?—Hablaréconella.—¿Estásseguradequequiereshacerlo?—Nolodeseo,perosinoladetengolosvecinosllamaránalapolicía

ynotengoganasdemásproblemas.Brianfuedeprisahastaeldormitorioaponerseunosvaqueros.Selos

embutió mientras regresaba y no los abrochó. Estaba descendiendo laescalera cuando de pronto se escuchó el estallido de unos vidrios; elmiedoporloquepudohaberpasadolohizobajarcasiexpulsadoporunapropulsiónintangible.

—Estáscadadíamásdescontrolada.Vete.Sialfinyalcaboesloquesiempre haces.No sé para qué vienes.Olvídate de que existimos de unavez—voceaba Alexa, y Otto parecía querer comerse a la persona que

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estabatraselhuecodelaventana.—Eresunadesalmada igual que tu abuela—le espetó lamujer con

vozhiriente.—¿Estásbien?Brian llegó sin aliento y la tomópor la cintura.Alexa hablaba con

unamujerdeaspectodesaliñadoquellevabaropasholgadasysucias.Lohacíaatravésdelaventana,queahoraestabarota.Constatóquesetratabadesumadre,puesteníaelmismocolordeojosverdesqueella,soloquedeslucidoporprofundossurcosamoratadosdebajodelpárpado inferior.Aquellamujerseencontrabafueradesí,yhabíalanzadocontraelcristalunamacetadelasquehabíaenelporcheparaabrirsepaso.

—¿Dóndeestátuabuela?—preguntóagritosladesmejoradamujer,mientras intentabacolarsepor laventanasin importarle laferocidadquemostraba el perro ante la intrusión—. Baddie, da la cara y ven aatenderme,viejadesalmada.

Alexahizoelamagoparaimpedirqueentrara,perotantoellacomoBrian estaban descalzos y los vidrios se encontraban diseminados portodoelsalóndelacasa.

—Tevasahacerdañoenlospies,Alexa—vociferóBrianaltiempoquelainmovilizaba.

—Hannah, vete ya, estás deplorable —le rogó su hija de formaexaltada.

—Señora,va ahacersedañocon losvidrios.Cálmese.Alexa,no temuevas.Iréaporloszapatosonoscortaremoslospies.

—¡Dejadearmarescándalo,Hannah,porfavor!ComodescubraquetútienesalgoqueverconloquelepasaaBaddie,tejuroquenorespondodemí.

Alexaintentóhacercallaralperro,peroOttoestabaincontrolable.—Damedinero,Alexita,hija.Apiádatedetumadre.Necesitodinero.—¿Paraqué?¿Paraseguirdestruyéndote?Miracómoestás.—Estoysincomer.—¿Aquiénquieresengañar?¿Acaso tecompraráscomidasi tedoy

dinero?—Teprometoqueesparacomida.Noconsigotrabajo.—Enesecaso,teabriréytedarédecomer.—Dejadeinsultarme.Nosoyunamendiga.Peroatiyatuabuelaos

gustaqueloparezca.

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—Loqueeresesloquehaselegidoser.Meconstaquehemostratadode ayudarte no una, sino miles de veces, aunque no lo merezcas; peroagradezconotenertucorazóndepiedray,apesardetodo,solidarizarmecontigo.

—Eresigualqueella.Siemprejuzgándome.—No tienes remedio,Hannah.No teentiendoni teentenderénunca.

Todatuvidahashechomalaselecciones.—Damedinero,Alexa,ydejadesermonearme.Brianllegóconcalzadoparaambos,yentoncesAlexaseaproximóa

laventana.—Siquierescomerteabrirélapuerta,perodineronotedaré.Novoy

afomentartusvicios.Enaquelmomento,sumadresecubriólacaraconambasmanosyse

pusoallorar.«Quédifícilescuandolosrolesseintercambianydebesserlamadre

detumadre,ymáscuandolapersonaquetienesenfrentenotedespiertaningún sentimiento de cariño.Me siento fatal por pensar así, pero solopuedo sentir por Hannah lo que ella se encargó de sembrar en micorazón»,pensóAlexamientraslaobservaba.Hubountensosilencio.

Brianseaproximóalapuertaylaabrió,puesAlexalehabíaindicadocon la cabeza que lo hiciera. Hizo entrar a aquella mujer, que ahoraparecíamuyacongojada,ylaacompañóhastaunodelossofás,dondelaayudóaquesesentara.

—Cálmate, Hannah, deja de chillar. —A pesar del intento, Alexaparecíainconmovible—.Teprepararéunoshuevosrevueltosconbeicon.

La mujer parecía haber depuesto su actitud tosca y grosera; sinembargo, la frialdadque seasomabaen susojos le restabacredibilidad.Para una mujer que estaba acostumbrada a cuidar de sí misma erasumamente difícilmostrarse dócil, pero lo estaba intentando. Comió ensilencioyhaciendoungranesfuerzoportragar;Alexalepreparótambiénunsándwichtostadodequeso,tomateyaguacate.

Nolequitabaelojodeencima.Estabacruzadadebrazosyapoyadacontralaencimeramientraslaveíacomer.Enaquelinstante,lesobrevinounrencorquelerevolviólasentrañasportantosañosdedesamor.

Hannah había terminado de engullir el alimento y ahora seencontrabannuevamenteenlasala.

—¿Quieresdarteunaducha?—lepreguntóAlexapesea todo,a fin

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deotorgarleunpocodedignidadasupersona.—Porfavor.Sinoesmuchamolestia.—TeprepararéelbañoytedejaréropamíasobrelacamadeBaddie.

Laquellevaspuestaestáparatirar—lecontestóellasinpestañear.Alexatratódesubirhacialaplantasuperior,perosumadreladetuvo

porelcodo.—Lo siento, hija, soy un completo desastre, tú... eres tan buena.

Realmentenomerezcotuayuda.Alexa la miró con frialdad, luego se zafó y subió restándole

importanciaasuspalabras.Hannah,ensilencio,lasiguió.

Brian se ocupó de recoger los vidrios rotos y de retirar los restosque habían quedado enganchados en la ventana para evitar que alguienpudieralastimarse.Luegocerróelpostigo,yaqueahoranohabíacristal.

—Lamentomuchosemejanteespectáculo.Elmodelo se dio la vuelta y se encontró conAlexa, que lomiraba

avergonzada. Se aproximó hacia ella, la cobijó entre sus brazosabrazándolaconfuerzayleacariciólaespaldatratandodereconfortarla.

—Noteavergüences.Unonoeligelafamiliaquenostocaensuerte—lesusurróaloído.

Brian se apartó y la miró a los ojos. Le repasó los labios con elpulgary,aunquelosdeseabafrenéticamente,secontuvounavezmás.

—¡Quédía!Pareceinterminable.—Almenos se ha tranquilizado y ha aceptado comer y asearse. Le

hacíafalta.—Quisierasentirlamismacompasiónqueparecessentirtú.—Notengodudadequelatienes.Hubierasidomuyfácildarledinero

yquesemarchara.—Estoytancansada...Nocesanlosproblemas.Micuerpoestáapunto

deceder.Sientoquenotengomásfuerzas.—Mevoy.Yanoosmolestomás.BrianyAlexasesepararonymiraronhacialaescalera,desdedonde

habíapartidolavoz.—¿Noquieresdormir aquí?—ElalmamisericordiosadeAlexano

podíamirarhaciaotroladoydejarasumadreenlacalle.Hannahagitólacabezanegando—.Pero...¿tienesdóndedormir?

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—Sí,notepreocupes.Cuandohellegadoestabaexaltada,perovertemehadevueltolacalma.Lacomidayelbañohansidofavorablestambién.Ahoramemarcho.Lamentoelescándalo.

—Hannah... —la llamó antes de que ella se fuera—. ¿Dónde estásviviendo?

—¿Quéimportanciatiene?

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14

«Lo mejor y lo más bonito de esta vida no puede verse ni tocarse, debe sentirse con elcorazón.»

HELENKELLER

Alexa entornó los ojos y un gemido se le escapó cuando oyó cerrar lapuerta.Temblóinvoluntariamente.

—NisiquierahasidocapazdepreguntardóndeestáBaddie.Yyahasvisto,nimehasaludadoalirse.

—Notepongasmal.—Siempre digo que será la última vez que me haga daño; sin

embargo,siemprehayunamás.—Nena,estássindormir,conmilesdepreocupacionesenlacabeza.

Hay cosas en la vida que no se pueden cambiar. No te atormentesmás.Solodimedequémanerapuedoreconfortarteytejuroqueloharé.

—Yahashechodemasiado.Mantuvistemimenteocupadadesdequellegamosdeveramiabuela.Mehasacompañadohastaaquíynoséporqué,porquenoteníasobligacióndehacerlo.

—¿Acaso crees que estoy aquí por obligación? ¿Cuándo teconvencerásdeloquesientoporti?Túmeimportasmásdeloquecrees.No sé qué hacer, Alexa, no sé qué más hacer para que me creas. Séperfectamentequeloquehiceesmuydifícildeperdonar,perosipudierasentenderlomuchoquemearrepiento...

»Teaseguroquedaríamividaporvolvereltiempoatrásycambiarelcursodelosacontecimientos,peronopuedo,nopuedo.

Lamirócon insistencia, rogandoen lomásprofundodesuserqueellacomprendieradeunavezportodaslodolorosoqueeranotenerla,nopoder saborear su boca, acariciar su piel, beberse su aroma. Sabía quedespertarse en su cama y no sentir su perfume era un vacío al que no

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podríaacostumbrarsejamás.Briannoeraalguienquehicieranidijeranadaamedias,yaquellas

palabras, aunque no era la primera vez que las pronunciaba, habíanimpactadoaAlexa.Enaquelinstantesusmiradasvolvieronacruzarsey,almomento, el calor que desprendieron sus ojos provocó que a ella lecostara respirar.No creyó que pudiera rehuir de aquella distracción tantentadora.

De pronto, el ambiente se impregnó de la energía que fluía de suscuerpos.Lalujuriayeldeseolosrodearon.

Élseaproximólentamenteylerozóloslabiosconunbesotrémulo,al que ella respondió tomándolo por la nuca. Se le llenó el cuerpo desensacionesyelpulsoseleaceleró.EntoncesBriansehizopasoentresusdientesconsuavidad,indagandoenelinteriordesuhúmedaboca.

Alexa,aturdidayderrotadaporsuhabilidadparaponerenblancosumente, se pegó a su cuerpoy le diopermisoparaqueprofundizara aúnmás su beso. Enredaron sus lenguas y se besaron arrebatadoramente.Aturdida, se imaginó yaciendo a su lado en la cama, con la boca en supechoylasmanosvagandoportodasupiel.

Brian sintió cómo rápidamente crecía su entrepierna y tuvo latentaciónde tumbarla sobreel sofáyhacerla suya,arrancarleelpijama,hundir sus dedos en los pechos, besarle el vientre, el interior de losmuslos, allanar con su lengua sus suaves y salados pliegues y lamerla,chuparla hasta hacerle gritar su nombre y que le pidieramás. Su deseoparecía incontrolable. En sus entrañas acechaba una avidezinconmensurablepor la suavidadde su cuerpo.Ansiaba sentir alrededorde su polla la humedad y el calor de su vagina, envolviéndolo,proyectándolo a otro sitio, y aunque hasta ese momento se habíaesforzadoenrespetarla—queríaqueellaestuvieraverdaderamenteseguradevolver a susbrazos—,ahora estabadispuesto adevorarlay aposeercadacentímetrodesucuerpoydesualma.

Alexanotabacómoardíanlaspartesmásvulnerablesdesucuerpo.Sesentíaexcitada,famélicadesuscariciasysusbesos.Seapartóenbuscadeaireyechólacabezahaciaatrás,enungestodeabsolutasumisión,comosilacomplexióndesuserseconcentraraenaquelinstante.Brianlamiróconespeculación; luego,posesivamente, le lamióelcuello, lemordió labarbilla, le apretó las nalgas y la pegó más contra su cuerpo pararefregarlesuinmensaerección.Sutorsodesnudoestabasudado,ysupiel

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brillabacomounaperla.Alexalerecorríacadamúsculo,reseguíaconlapuntadesusdedoscadadepresión,cadaloma,yavivabamássucrecienteexcitación,comosihubieraechadodeprontoleñaalfuego.Sinembargo,Brianseapartó,conlarespiraciónentrecortada.

—No quiero ofenderte. No deseo que luego te arrepientas. Quieroqueestésseguradevolveraestarconmigo.Aunquelodeseomásquenadaen esta vida, no quiero ser el perfecto egoísta y arrogante que tú yaconoces,.Porunavezquierocuidarte.Nomegustaríaquemañanapiensesquemeaprovechédetuvulnerabilidad.

—Brian—dijoellaconunbrilloespecialenlosojosyjadeante—,tequiero arrogante, egoísta, y también te quiero en esta nueva versiónpensante.Fóllame,porfavor.

Subieronlaescaleray,mientrassebesaban,fuerondespojándosedela ropa. Brian la aprisionó contra la pared y le quitó la camiseta detirantes. Sus pechos danzaron perfectos y quedaron expuestos a él.Entonces,aquellaaurayfuerzamasculinabrotóensusmanosynopudoevitar la tentación de cogerlos para comprobar una vez más cómorebosaban.Seinclinóylespasólalengua,primeroaunoyluegoalotro,losadmiró,losvolvióalamerylosmordióenfebrecido.

—Nos atraemos demasiado—le dijo apartándose y acariciando lacurvadesucintura—.Asíquenointentesresistirtemásamí,porquesabestanbiencomoyoquesiempreacabaremosjuntos.

Habíavueltoelarroganteyegoístahombre,peroesafacetadeBriantambiénlaseducía.

—Quieroque...Brian no le dejó terminar la frase. Hoy no estaba dispuesto a que

pidieranada;hoyibaatomarsencillamenteloquequeríaycómoquería.Labocadelmodelocayó sobre ladeAlexa,y susmanos la acariciaroncon extrema lentitud, quemándole la piel al paso de sus dedos. Brianahuecómásunodesuspechosensusmanos,yloacaricióhastaquesintiócómoseerguíasupezónentrelosdedos.Lofrotóconelpulgarmientraslemordía los labios.Luego,bajóporelcuellohasta lacurvaturadesussenos, lamiendo cada porción de piel. Volvió a tomar posesión delsensible pezón y ella se arqueó en sus brazos gimiendo, deseosa, ávidaportenerlo.Alexallevólasmanosalacinturilladelpantalóndeél,ylasenterródentroparaapresarlelasnalgas.Brianlaayudóaquelequitaraelvaqueroyellaleacaricióansiosalaerecciónquesurgíabajoelbóxer.

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—Tenpaciencia,nena.Jadeando,seobligóatranquilizarse.Brianlatomóporlasnalgasy,

deslizandosusmanos,enganchólospulgaresenelpantalóndelpijamayse lo fue quitando mientras lamía su piel con la tela. Expuesta ante él,vestidatansoloconlasbraguitas,apoyósusmanossobresushombros.

—Erespreciosa.Le dio la vuelta para cogerla por detrás y así pegarla contra su

dolorosaerección;lemordióellóbulodelaoreja,continuódiseminandobesos en su cuello y ella se arqueó hacia atrás cuando él le chupó laclavícula.Enesemomento,Alexapensóquemoriríadeplacer,mientrasélcon las manos faenaba todo su cuerpo con caricias que iban y veníanposesivamenteportodasupiel.EllaenredósusmanosensupeloyBrian,dueñode lasituación,ahuecóunodesussenosy loacaricióhastahacersuyoelpezón.Anteaquellaprovocadoracaricia,Alexasearqueóunpocomás,conelcuerpoardiendodedeseo.

—Brian—susurrómientras le acariciaba lanucay sentía cómo losmúsculosdesucuelloseletensabanbajosusmanos.

—Diosmío,nopuedocreerqueestéstanlista.Brian había llevado una mano sobre su sexo y comprobó que la

humedad de su deseo había traspasado las bragas. Un gemido ásperoescapó de su garganta cuando corrió la ropa interior y tocó su sedosavulvahastadeslizarundedoensuinterior,quemetióysacórítmicamente;luego,buscóelclítorisylorodeóconunacariciaacompasada.

—Porfavor,Brian...Latomóensusbrazosylallevóhastaeldormitorio,saboreandoel

jadeoqueAlexaexhalócuandolabesónuevamente.Ladejósobrelacamay se arrodilló sobre ella mientras arrastraba las bragas por su fina ydelicada piel. Le besó el empeine de los pies y ascendió lentamentemientrasdepositababesosen toda laextensiónde laspiernas.Levantó lacabeza y la miró licencioso. Ella se apoyó en sus codos y entonces él,bajandosustupidaspestañasparaocultarsumirada,seinclinónuevamenteyllegóconsulenguaalcentrodesudeseo.

Unadescargaeléctricainvadiótodosucuerpo,yAlexacreyóquesedesintegraría por el contacto. Brian, por su parte, sintió que su pollaestallaría bajo el bóxer, así que sin dejar de lamerla se lo quitó paraliberar la presión que sentía bajo la tela. Continuó torturándola con lalenguaysaboreandosuexcitación,hastaqueellaempezóaretorcerse.

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—No,nena, aúnno.Quieroque tu orgasmo sea todomío, peronotodavía.

Alexalotomóporlasnalgasylomirópersistentemente.—Tequierodentroya,porfavor.Élsemoviórápidamenteylediolavueltaparaponerlabocaabajo.

Seacercóasuoídoyledijo:—Sé que te gusta llevar el control, y amíme gusta también que a

veces lohagas,perohoyelcontrol... lo tengoyo.Quieroquemedeseesmucho,tantocomoyotehedeseadotodoestetiempoquenohemosestadojuntos.

Ellagirólacaraylemordióloslabios.—Tambiéntehedeseadomucho.—Nocreoquetantocomoyo—lediounapalmadaeneltrasero—.

Separalaspiernasycállate.Lemordiólaespaldayleacariciólacurvaturadelacintura,mientras

frotabasuerecciónporentrelasnalgas.Enaquelmomentoellasintióquesuscariciaslequemabanlapiel,yenunactodesesperadollevósumanohaciaatrásylotomóporlanuca.

—Brian,noaguantomás...Élseliberódesuagarre,laapresódelasmuñecasylasostuvocon

una de sus manos, mientras que con la otra buscó su polla paraposicionarlaenelcentrodesuplacer.Lapenetródeunasolaestocadaysehundió en lomás profundo antes de empezar amoverse sin piedad. Supelvis chocaba una y otra vez con su trasero, con una intensidaddesquiciada.Lesoltólasmuñecasylegiróelrostroparapoderaccederasuslabios,dondedepositóunbesodesesperadoque,alsercorrespondido,absorbió los jadeos de ambos. Salió de ella y el vacío que uno y otrosintieronfueartero,asíque,consusmanosexperimentadas,volvióadarlelavueltasinnadadeesfuerzoylapusodecaraalcielo.Deinmediato,seposicionóentre suspiernasy rápidamentevolvió apenetrarla.Todoeramuyintenso.Semovióconmásfuerzaaún.

—¿Asíescomomequerías?Ellanopodíapensar,tansolosentir.Encadaembestidaelladescubría

unafibradesconocidadesuplacer.—Contéstame—arremetióconbrutalidad—.¿Asíescomotegusta?—Síi,nopares,notedetengas.—No,nena,noloharé.

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Bombeóvariasvecesmás,hastaqueadvirtióqueellaestabaapuntode llegar a la cumbre de su éxtasis. Entonces, se detuvo sin cumplir lapromesa que había hecho. Se sentó contra el respaldo de la cama y leindicóquelomontara.Alexasemovilizóconrapidezparahacerloqueélleindicaba.Tomósupollaconlamanoysesentósobreella.

Ambos comenzaron a contonearse. Brian la cogía de las nalgas ymarcabaelritmoquedeseaba.Ellasemovíaarriba,abajo,atrás,adelante,mientrasqueélondeabasupelvisparallegarmásprofundoaún.

Finalmente, el estallido llegó para ambos. Fuegos de artificioparecieron explotar alrededor.Brian cerró los ojos y lanzó un gruñido.Experimentócontraccionesenlaglándulaprostáticayenlosmúsculosdelpene. Al alcanzar la eyaculación, liberó todo el líquido espermático; alunísono, ella lo aferró contra su pecho casi sin dejarlo respirar. Se lecontrajeron losmúsculos de la vagina, del útero, los pélvicos y los delano.Alexagritósunombreyloreclamócomosuyo,almismotiempoqueexperimentabavariosorgasmosconsecutivosqueparecíannotenerfin.

Lamagiaquesintieronerataninvisiblecomocierta,yprovocóquemuchaszonasdelcerebroseapagaranporalgunosinstantes.

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15

«Se ha dicho “el tiempo cura todas las heridas”. No estoy de acuerdo. Las heridaspermanecen; con el pasar del tiempo lamente cuidade su saludy las cubre con cicatrices.Entonces,eldolordesciende.

Peronuncaseva.»

ROSEKENNEDY

Sinaliento,peropareciéndole imposiblesepararsedeella,amortiguósupesosobresuscodosylamiróalosojosconincredulidad:lavidaparecíadarle una nueva oportunidad para redimirse ante la mujer que ansiabatenerasulado.Cerrólosojosporunosinstantesyapoyósufrenteenladeella.Jadeanteysonriente,ledijo:

—Ahoramesientounhombrecompleto.Leapartóalgunosmechonesqueselehabíanpegadoalacara,yella

cerrólaspiernascontrasuscaderas.Todavíafaltadealiento,aligualqueél,lesonrióesperanzada.

—Novuelvasafallarme.—Basta ya. Te he dicho que no lo haré. Miremos hacia delante y

construyamosunnuevofuturo.Briansaliódeella.Supollaaúnestabatemblorosaporlosrestosdel

orgasmo. Se quedaron un rato acariciándose y mirándose en silencio.Luego,selevantaronaasearse.

Elmodeloyaestabametidoenlacamamientrasellasepaseabaporlahabitaciónenvueltaenunatoalla.

—Dejadepasearteasífrenteamíotearrancaréesatoallayvolveréafollarte.

Alexa sonrió pícaramente, dejando caer la toalla para descubrir sutersapieldesnuda.

—Ahoravuelvo.Voyapormimóvil,quemelohedejadoenlaotrahabitación,noseacosaquellamendelhospital.

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—Nollamarán.Baddieseguramenteestábien,peroveabuscarlosiesotedejamástranquila.Saliódeldormitoriocontoneándose,porloqueprovocóquelaentrepiernadeBrianvolvieraapalpitar.

Cuandoregresó,llegóhechaunmardelágrimas.—¿Qué pasa, Alexa? —Brian se alarmó. Ella lloraba tan

desconsoladamente que no podía hablar—. Rubia, estás asustándome.¿Quépasa?

Levolvióapreguntarmientraslatomabaentresusbrazos.Sehabíaarrodilladoenlacamayletiródeunbrazohastapegarlaasucuerpo.

—Lohahecho,lohavueltoahacer—ledijoentresollozosyconlavozmuycongestionada.

—Alexa,noentiendonena.—Mimadre,Brian,mimadremeharobadotodoeldineroytambién

sehallevadolasjoyasdeBaddie.—Oh,Dios,losiento.—Noquierovolver a verla.Cadavezque aparece esparahacerme

daño.Nuncamehaquerido.—Venaquí, tranquilízate.Vamosaacostarnosy teabrazo.Necesitas

descansarunpoco.—¿Cómoesposiblequeunapersonatengatanpocossentimientos?—Alexa,nena,estáenferma.Suadicciónlallevaahacercosasqueno

quierehacer.—No,Brian,novoyaengañarmebuscandounajustificaciónqueno

existe:suadicciónalalcoholyalasdrogasesdehaceunosaños,peroellanunca me quiso. Siempre fui un estorbo, jamás me dio cariño. CuandoapenasteníanuevemesesBaddiesehizocargodemí.Mellevabaconellaadondetrabajabacomococinera,porquemimadredormíatodoeldíaynomedabadecomer.Esonolosépormiabuela,sinoporCarol,porqueBaddiejamásmepusoencontradeella.Poresolaodiocuandodicequesumadrelerobóasuhija.Porelcontrario,miabuelasiempreintentóquemimadreyyotuviéramosunvínculo,peroavecescreoqueporsusvenasnocorresangre;simiabuelanohubieraestadoparacuidarmenoséquéhubierasidodemí.Hannahnuncahademostradoningúnsentimientopormí.

—Noteaflijas.HastenidoaBaddie:ellatehadadomuchocariñoyhahechodetiunagranmujer.

—Hannahsolopiensaenella,soloenellayennadiemás.Yohesido

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simplemente un descuido. Ni siquiera sé quién es mi padre. Fue unarelación de una noche y ella no lo conocía. Una vez me dijo que nirecordaba su rostro,que solo se acordabadeque lahabía folladoen sucocheenunaparcamiento,ydequesupollaestabatanduraquedolía.Mimadrejamásmaquilló lashistoriasparamí.Nole importónuncacuántodañomehacíasaberquenisiquierafuiconcebidaconamor.

—Alexa, losientotanto...—Nosoportabaverlaasí.Sushombrosseagitaban convulsivamente y sus lloriqueos y explicaciones resonabancomolosclamoresdeunanimalitomaltrecho.

—Notienesni ideade lascosasquemehahechopasar.Cuandoyoempezaba a comprender su rechazo, Baddie la reprendía y la instaba ahacerse cargodemí, adarmecariño.Hannah se enfadabamucho.Decíaqueyoeraunobstáculoparavivirsuvida,yentonces,soloparahacerledaño a mi abuela por recriminarle, me llevaba con ella. —Agitósúbitamentelacabezacomosideesaformadesbarataraunainfinidadderecuerdos.Tomóalientoycontinuó—Maminanoqueríaquemellevasealos lugaresqueella frecuentaba,perono lehacíacaso.Ensu trabajodecamareraeraconocidaporlasatencionesextraquedabaalosclientes.Yoera muy pequeña aún, pero a ella no le importaba lo que pudiera ver.Decíaquemeinstruíaparasermujeryparaquesupieracómocomplaceraloshombres.

—Oh,nena,jamásimaginé...Esperó a que el sufrimiento, que nunca desaparecería del todo, se

apaciguarasolamenteunosinstantes.Brianlebesólapuntadelanariz;lefallabanlaspalabras.

—Sí,mimadre follabadelantedemí.Recuerdoque laprimeravezque la vi —se le hizo un nudo en la garganta— yo pensaba que susgemidos se debían a que esehombre le estabahaciendodaño.Yo... solotenía cinco años recién cumplidos.Nopodía comprender con certeza loqueestabapasando.Odiabacuandomellevabaasutrabajo.

—¿YBaddielosabía?—No,nuncaseleconté.Jamásselecontéanadie.Dehaberlosabido,

mamina nunca lo hubiera permitido. Brian, eres el único que ahora losabe;nisiquieraaOliviaselohecontadonunca.

Elmodelolabesóconextrematernura,recogiendoconsusbesoslaslágrimas derramadas. Aunque sentía lo mismo que ella, intentóapaciguarse.

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—Por eso cuando se fue con aquel hombre que no la aceptaba conunahija,apesardesentirmeabandonada,paramífueunalivio.Miabuelalofuetodoparamí.Ellahizoquecadaunodemisdíasfueramásfelizqueelanterior.Lagenteparalaquetrabajabasiemprelaayudó.Ellosfueronlosquepagaronmieducación,puesadorabanaBaddie.Jamáslesimportóqueme llevaraconella a trabajarymedejaban jugar con sushijos, sindiscriminaciones.LuegosefueronaviviraItalia,nosintentarlaparaquenos fuéramosconellos.Peroaquímiabuela teníaayudade susamigos.Habíamomentosenqueellanopodíacuidarmesola,asíqueleliquidarontodoamaminaporhabertrabajadotantosañosylehicieronundepósitocomofondoparamieducación.

Súbitamente,Alexaestallóenundesgarradorllanto.Necesitaballorarporesaniñaqueunavezhabíasidoya laquesupropiamadre lehabíarobadolainocencia.Brianlaabrazótanfuertequesushuesosparecieronlamentarse.Paciente, lasostuvocontrasupecho;cerrólosojosmientrasafianzabasuabrazo,hastaqueellacomenzóacalmarse.Lentamente, fueaminorando la fuerza y comenzó a acariciarle la espalda. Jamás habíaimaginadoquelavidadeAlexahubierasidotandifícil.Ellaerasiempretan alegre, tan jovial, tan independiente... Y aunque sabía que la habíacriadosuabuela,nuncacreyóquehabíapasadoportantasdepravaciones.

«¿Cómounamadrepuedehacerletantodañoasuhija?»,sepreguntóBriansinsaberquédecirleparaborrarsusufrimiento.Sesintiótitubeante.Nosabíamuybiencómoactuarantesemejanteconfesión.Élnuncahabíatenidoqueconsolaranadiedeestaforma,ydesdehacíaunosdíaseraloquesepasabahaciendoconAlexa.Teníamiedodefallar,denohacer locorrecto,denoserelpilarqueellanecesitabaasulado.

—Todocambiará—recitódepronto,hallandoensuvozlaseguridadnecesaria—. Te lo prometo. Lo único que quiero es hacerte muy feliz.Prometo ser el hombre quemereces a tu lado, uno que te cuide, que terespete,quetevalore.Voyacambiar,voyaasumirresponsabilidades,eshoradequemadure.Necesitoademássermerecedordetuconfianza.Nolloresmás,porfavor,meestásrompiendoelalma.Noquierovertetriste.Te prometo que te demostraré que esta nueva oportunidad queme estásdandovalelapena.

»Voy a compensarte cada uno de los momentos tristes con unodichoso,voyadesvanecerdetumemoriatodolosmalosrecuerdos.

Ellaasintióconlacabeza,ytanprontocomologrómoverselotomó

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con ambasmanosdel rostroy semiró en el espejo azul de susojos.Y,aunqueenellospodíaverunaatracción imposiblededisimular, tambiénveía franqueza. Brian le hacía sentir cada emoción que estabaexperimentando.Admiró sus facciones, sumiradadezafiro inmóvilquedelatabasusintenciones.

Agradecida,posósuslabiosenlosdeély,deinmediato,seacurrucóentresusbrazos.Queríadisfrutardelcalorqueemanabadesucuerpo.Sesentíamuybienbajosucobijo.

—Necesitamos descansar, pero no creo tener la fortaleza suficientepara dejarte hacerlo. No sé bien si esto es lo que esperabas que dijera,pero no se me ocurre en este momento otra cosa más que colmar tucuerpode caricias y de besos para que veas cuánto te adoro.Sé quemicariñonopuedesuplirelquetefaltó,perotrabajaréparaatenuarlo.

Elsilenciosepropagóyresaltóladisonanciadesusrespiraciones.—Dimealgo.—Supongoque tampocopuedo ser tan fuerte comopara cerrar los

ojosyecharmeadormir.—Entoncestendremosquedejarqueladebilidadnosasalte.Se besaron con placidez y se saborearon sin prisas.Con caricias y

besos fueron calmando lentamente la desazón para dar entrada a otrassensaciones, que los llenaron de emociones diferentes. Así, prontoconsiguieron alejar toda la oscuridad que los había dominado. Estabanjuntosnuevamenteyambosnecesitabanremitirlasansiasquesentíanporelotro.Brianahoraqueríademostrarlequenosolopodíaserunamáquinasexual, sino que también podía tomarse su tiempo para adorarla demilmaneras.

Pausadamente,comenzóaregarbesosportodasupiel,hastaquesedetuvoen la concavidadde suspechos, tomóunode suspezonescon laboca y comenzó a succionarlo lenta y dulcemente, mientras que,apresandoelotroentresusdedos,loacariciabaconcalidez.Alexaenredóconlasmanossuscabellosyloatrajohaciasí.Sunecesidaderaclara.Noqueríaquesedetuviera.Elrocedelabarbasobresupiellaenardecíaylahacía más sensible. Sin soltar el pezón, Brian deslizó la mano por sucuerpoybuscóelinteriordesusmuslos,hastaquellegóasusplieguesylosseparóconsusdedosparahacersecaminoyenterrarunoenelinteriordesucavidad.Conuna lentitudexcesiva,hurgóenellahastaque la tuvohúmeda y jadeante. Entonces, decidió abandonar sus pechos para iniciar

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consulenguaeltrayectoinvisiblequehabíantrazadosusmanos.—Brian,vasmuylento.—Losé.¿Ansiosa?—¿Atiquéteparece?—Queestásmalacostumbrada.Confíaenmí.Séloquehago.Briancontinuóconlosbesos,quepormomentossetransformabanen

lametazos,chuponcitosypequeñasmordidas;finalmente,Alexasintiósualientocálidoyhúmedoensusexo,yapretólosmuslosconexpectación,a la espera del primer roce de su lengua. Cuando sintió el contacto, ungemido ahogado escapó de su boca y provocó que el enhiesto pene deBrian se agitara al instante y se endureciera mucho más. La lamiósuavementehastarecogerconsulengualahumedaddesusexo;luego,laendureció y agasajó con ella su clítoris, provocándole espasmosmuscularesentodoelcuerpo.Alexasesintióflotandoenunmardeplacerlíquidoquelainvadíaporcompleto;élvolvióarecogerconlalenguasusfluidos,unayotravez.Alexasabíaaplacer,adeseo.

—Quierolamertetambién.Brianselopensó.Sabíaquesiconsentíatiraríaportierrasusplanes

de ir lento, pero la tentación de sentirse en su boca fue demasiada y nopudoresistirse.Seincorporóyrodóconellaenunágilmovimientohastaquedarbajosucurvilíneocuerpo.

SemirarondirectamentealosojosyAlexacayósobreélconsubocasobrelasuya.Lassensacionesplácidasypalpitanteslosprovocabanparaquesuscuerposse removierancon impaciencia.Brian la sosteníade lascaderasmientrasellalobesabatodopoderosa.Alexabajósumanohastasurígida virilidad. Su miembro estaba dolorosamente duro y palpitante.Abandonando su boca, se deslizó sobre él y lo obligó a recoger laspiernas. Entonces entró en juego su lengua. Se detuvo en el perineo yprovocó que un temblor se apoderara de su cuerpo y un quejido casiagónico se escapara de su boca.Acto seguido, le lamió los testículos yactivócadaunadelasterminacionesnerviosasqueallíexistían.Semoviólujuriosaydeslizó lamanopor supollahastahacerlo suplicar, a lavezque jadeaba sunombre, traviesa,y,bajo suatentamirada, locontempló,mientras introducía su pene en la boca lentamente, formando con loslabiosylalenguauncapulloperfecto.Excitándoloyenvolviéndoloenunhúmedo calor, presionó su pene ligeramente con los labios y la mano.Brianempujóunpardevecescontrasubocaylehizosentirlafuerzade

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sumasculinidadensuslabios.Lediopequeñosgolpecitosenelglandeyconlalengualorodeóunayotravez.Luegoejerciópresiónylamovióde forma desigual: probando diferentes ritmos, succionó su punta. Elcuerpo de Brian se cubrió de una fina película de sudor que perló alinstantesupiel.Excitado,descontrolado,buscólaentradadesuvulvaparaintroducirsusdedos;estabaansioso,aturdidodepasión.

Volvió amoverse ágilmente y la retuvo bajo el peso de su cuerpo,aprisionadaenlacárcelqueformabansusbrazosalrededor;lemordióloslabiosyella semoviódebajodeélhaciendoque laspuntasenhiestasdesussenossefriccionarancontrasupecho;inclusoenmediodelapasión,Briannopudoevitarsonreírporlassensacionesexperimentadas.

—Asítequiero,entregada—lefarfullóaloídomientrasqueconsusmanosleacariciabalacintura.

Se incorporó levemente y comenzó a deslizarse en su interior. ElacopledelalongituddeBrianensusexofuemuyfácil,porqueellaestabasumamente lubricada.Alexamovió sus caderas para que él la penetraracon mayor profundidad. Estaba aferrado a su esternón con fuerza. Susmanos lasujetabanconpotenciadonde terminabansuspechos.Luegoseapartó sin soltarla, y volvió a penetrarla más profundo. Ella gemíamientrassalíaasuencuentroyéljadeabaylainvadíamáshondoconcadaenvite.

—Oh, Dios, así. Esto es condenadamente perfecto —indicó él sindejardemoverse.

El ritmo que habían adquirido era desenfrenado. Se mirabanposesivos,presosdepasión.Alexa se agarrabaa susbícepsy lo recibíaalucinada.

Depronto,comoenelprocesodelacombustión,laenergíatérmicaordenadapasóbruscamenteatransformarseenenergíadesordenada.

Elorgasmobrotóenambos,ysuscuerposseturbarondetalmaneraque sus fluidos se convirtieron en el combustible ideal para arderespontáneamente.

Brian salió de ella y se dejó caer de espaldas contra el colchón,mientras se pasaba la mano por su cabello. Ambos respiraban conesfuerzo.

Tras el placer inconmensurable de saberse unidos, extenuados, sedejaron envolver por el éter que los había vencido y se permitieroncobijarunoenlosbrazosdelotro.Alexaseapoyóensupechoyéllebesó

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elpelomientrasunasomnolenciaseapoderabadeellos.

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16

«Elcambioes leydevida.Cualquieraquesolomirealpasadooalpresente, seperderáelfuturo.»

JOHNF.KENNEDY

Los días siguientes no fueron nada fáciles, sobre todo los queprosiguieronalaoperacióndeBaddie,perocomolaancianaeraunagranluchadora,nosedejóvencerysalióadelante.

Finalmente,trasdossemanasenelhospitalycontratodopronóstico,Baddiesuperólacirugíadereemplazodeválvulasyesamañanaledieronelalta.

—Otto,compórtate.Tudueñaestádébilaún,asíquenolamolestes—leadvirtióAlexa.

—Mi chucho... Cómo te he echado de menos—exclamó la abuelabastantefatigada.

Apenas entraron, el perro comenzó a correr por toda la casa.Necesitaba de alguna forma demostrar la alegría que sentía por vernuevamenteasupropietaria.

—Vamos a tu dormitorio, mamina. He aireado la habitación, te heperfumadolassábanasyestamañanatempranoBrianhaidoalmercadoytehacompradotulipanes,tusfloresfavoritas.

—Oh,Dios,cómomemimáis.El apuesto modelo entró tras ellas, acarreando los bolsos con las

pertenenciasdeBaddie.Alexaysuabuelasubíanlentamentelaescalera,yluegoentrelosdoslaayudaronaqueserecostara.

—Ya está. Brian, ahora recoge tus cosas y ve a coger el bus oterminarásllegandotarde.

—Sí, hijo. Gracias por acompañarnos, pero ve a cumplir con tuscompromisos.

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—Noquerríadejarossolas,perodeboiratrabajar.—Quetengasbuenviaje.—Gracias,Baddie.Ytú,cuídatemucho.Alexayélsalieronalpasilloybajaronlasescalerascogidospor la

cintura.—No sé por qué te has empeñado en acompañarme a buscar a

mamina.Ahoratieneslosminutoscontados.—Nilocoibaadespedirmedetitantemprano.—¿Meañorarás?—¿Túquecrees?—Prefieroquetúmelodigas.—Yaestoyañorándoteyaúnnomeheido.Seabrazaroninterminablemente.Alexaocultósurostroenelcuello

de Brian y aspiró con fuerza el aroma de su piel mezclado con superfume.Queríaqueesearomasequedaraconella.Nodeseabadeningúnmodo que él se fuera, pero no podía actuar tan irracionalmente. Él seapartó para admirarla.Quería llevarse el recuerdo de sus facciones, asíque con unamano le acarició el rostro, le despejó el pelo de la cara yresiguióloslabiosconelpulgar.Laatrajohaciasupechoylasostuvoconposesiónporlaespalda;Alexaseaferróasunuca,deslizólasmanosporsupeloyentoncessebesaronhastacasiquedarsinaliento.

—Deboirme;ahorasí.—Losé—dijoellaconunavozquenopudoocultarsuinseguridad.Loquemenospretendíaerademostrarsuvacilación.Noleagradaba

sentirse así, pero aunque quería evitarlo no podía dejar de desconfiar.MientrashabíanestadoenAtlanticCityningúnfantasmarevoloteabasobreellos, pero con su partida todo volvía al punto cero. Las dudas, eldesasosiego y la incertidumbre la habían invadido de pronto. Pensó deinmediatoquenoerasanouna relaciónasí,quenoeraposiblecimentarnadasobreladesconfianza.

—¿Quéocurre?Alexaagitósucabezaperonocontestó.—Alexa,dejadementirme.Sémuybienporquéestásasí.¿Quémás

tengo que hacer para demostrarte que solo me importas tú? No voy aengañarte, nena.Mírame.—Brian levantó su rostro y la sostuvo por elmentón—.Teprometíquetodoseríadiferenteestavez.Voyademostrarteque mi palabra tiene valor. Te pido que me des un voto de confianza.

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Alexa,porfavor,¿creesquevolveríaaarriesgarnuevamentetodo?—Quierocreerqueno,perocuesta.—Estoesagotador.Asílascosasnovanafuncionar.—Losé.Noquieroobsesionarme,peroponteenmilugar.—Sé que lo que hice no me da derecho a exigir nada, pero estoy

trabajando para ganarme tu confianza, y no te doy motivos para quesospechesdemí.

—Brian, no quiero que te vayasmal, pero losmotivos no existíanmientras estabas aquí; sin embargo, ahora te vas. Estarás rodeado dehermosasmujeres...Nosésipodréconesto.

»Séqueasíteconocí,queesteerestú,elmodelodegranfamaBrianMoore,yasíteacepté,pero...

—Basta, Alexa, no sigas. Esto nos hace daño a los dos. No puedocambiar quién soy y te he dicho hasta la extenuación que no volveré aarriesgarnuestrarelación.Mepasancosasimportantescontigo.Novoyaecharporlabordaestaoportunidadquemehasdado.Séquenosoydignode tuconfianzayquedebovolveraganármela,peroesexasperantequecontinuamente desconfíes de mí. Es como si nada de lo que hago tebastara,¡porDios!

—Losé,losé.—Lobesóenlaboca—.Yoaceptéjugarestejuegoyquedamosenquepasaríamospágina,queempezaríamosdenuevo.

—Tengocompromisosfirmados,debocumplirlos,luego...Veremoscómosiguenlascosas.Yatehedichoquequierobuscarotrorumbo.

—No quiero cambiar tu esencia, no quiero que seas algo que nodeseas ser; sé que lo que haces te gusta y además ganas dinero porqueestásmuycotizadoenelmundodelamoda.

—¿Yentoncesquéquieres?Yosoloséquequieroestarcontigo.Noséquémáshacer.

—Confiaréenti,Brian.Noquieroserunaparejapsicóticayenfermadecelos.Tejuroquenoquiero.

—Alexa,míramealosojos.Maldición,jamáshesentidoconnadieloquesientoatulado.Losdíasqueestuvimosseparados,cuandocreíquetehabíaperdidopara siempre, lospasémuymal.Nuncaanteshabía tenidounarelacióncomolaquetengocontigo.Megusta,mehacesbien,ysoloquierohacertesentirlomismoqueyosientoatulado.—Ellaasintióconla cabeza—. No iré a ninguna fiesta. Solo me dedicaré a trabajar.Empezaréaprepararmi tesisperapresentarla.Notendrásningunaqueja

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demí,yaverás.Ahora,acompáñamealapuertaoperderéelbus.—Tequiero,Brian.—Yyoati,nena.—Graciasporestaramiladoenestosdías.Nohansidonadafáciles

perotúhashechoquefueranmuyllevaderos.—Me ha encantado estar a tu lado, me ha encantado que me

necesitaras.Sevolvieronabesarconvehemencia.Luegoélsemarchó.

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17

«Lascosasnosonsiempre loqueparecen; laprimeraaparienciaengañademasiado.Solo lainteligenciadeunospocospercibeloquehaestadocuidadosamenteoculto.»

GAYOJULIOFEDRO

—Tesoro,meencantacómohaquedadotuoficina.Nocabedudadelbuengustoquetienes.

—Gracias,Geraldine.—Mealegratantoqueestésderegreso,Becca.—Amítambiénmeagradahabervuelto.Siemprehetenidoañoranza

porregresaramitierra,peronuncaencontrabaelmomentoadecuado.—¿Yquétehahechocambiardeopinión?MiraqueBenjaminyyote

hemosinsistidoveces.—Miempresaesmivida,yconsideroqueeselmomentojustopara

cruzar fronteras. Por cierto, gracias por hospedarme en tu casa. Esperoque los decoradores terminen muy pronto en la mía. —Suspirósonoramente—.Está cerradadesdehacedemasiado tiempoyplagadaderecuerdosquenomehacenbien.Poresoquierounarenovacióntotal.

—Ahoraquelomencionas—Geraldinesetocólafrente—,Benjaminya lo ha arreglado todo para que nada se atrase hasta que cambies tuscuentasbancarias;notepreocupes,yaestátodopagado.Peronoledigasnada.Quierecongraciarseélmismo.

—Oh Dios, sois increíbles. No entiendo por qué tantascomplicaciones.Ycomosifueranpocosloscontratiemposconelbanco,lostrabajadoresnomeaceptaronelpagoconcheque.

—No pasa nada. Luego nos devuelves el dinero y ya está. Bueno,ahoraadisfrutardelabuenavida.

PasaronunatardemuyentretenidahaciendocomprasenBalHarbourShops. Entraron en las tiendas más lujosas, donde compraron carteras,

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accesorios, zapatos y ropa. Finalmente, fueron a la tienda deCavalli, eldiseñadorpreferidodeGeraldineMayer.

—Meencantaestemodelo.¿Quétepareceparamicumpleaños?—Me parece perfecto. Además, te queda divino, Geraldine. Está

confeccionadoparati,nocabeduda.—¿Ytúnoteprobarásnada?—NosésiCavalliesmiestilo.—Cavallieselestilodetodamujerquequieraimpactar,ycreoquetú

esedíaquerrásimpactar.¿Acasomeequivoco?—No sé a qué te refieres—sonrió haciéndose la desentendida a lo

queGeraldineinsinuaba.—Tesoro,micumpleañosyeldesupadreeselúnicoeventoalque

Brianvienesinexcusas.—Beccabajólavistaylamiróentrelaspestañasmostrándose tímida—Vamos, pruébate ese vestido en color dorado quehasmiradocuandoentramos.Teaseguroqueteverásimpecableenél.

—Meloprobaré,perosoyconscientedequeestáenAtlanticCityconella,yademásnoolvidoloquedijodehacerlaunaMoore.

—¿Tanpocaconfianza tienesen ti?Túeres la indicada, siempre lohassido.Soloqueahoraeselmomentoadecuado;anteseraisdemasiadojóvenes y no hubiera funcionado. Pruébate el vestido y déjate devacilaciones.

Alahoradepagar,Rebeccaseempeñóenhacerlo.—Oh,no,no,no.Tedijequeyoinvitabaasalirdecompras,asíque

bajo ningún concepto hoy pagarás nada.—Geraldine entregó su tarjetacomohabíahechoentodaslas tiendasdondehabíanentrado—.Dejaquehoytutíateconsienta.

—Eresincreíble,Geraldine.Graciaspormimarmedeestaforma.Noquerré irme jamásdeFortLauderdale.Yahabía olvidado cómo era queme mimasen. Es que hace tanto tiempo que soy una personaindependiente...

—Eresencantadora,tesoro.Cómonovoyaquerermimarte.Además,compartimos los mismos placeres y gustos. Me siento afortunada detenerteencasa.

—Lo siento, señora Mayer, pero me marca un error la tarjeta.Debería introducir su PIN para ver si así la acepta. Debe de ser unproblema del servidor —explicó el vendedor, apenado por elcontratiempo.

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—Estatecnologíasiempreterminafallando.«Demasiado fácil eldiminutivode tunombre.Hay tantos timadores

dandovueltas,querida.¿CómopuedesponerunPINtansimple?»,pensóRebeccamientras Geraldine tecleaba 4374, el equivalente en números aGeri.

Ya había anochecido e iban cargadas conmuchísimos paquetes, asíque metieron todo dentro del maletero del Corvette z06 convertible deGeraldineysalierondelaparcamientoparacruzarconelcocheymeterseenelestacionamientodelSt.RegisBalHarbourResort,dondeplaneabancenarcomoculminacióndeldía.

Entraron en el exclusivísimo restaurante J&G Grill y, trasacomodarseenunamesaprivilegiadaconvistasalmar,pidieronelmenúdedegustaciónconmaridaje,queconsistíaenunaperitivo,platoprincipal,ypostre.

—Oh,Dios. Iré no una sino dos horas al gimnasio después de estacena.Imposiblenosentirculpa.

—Estáshechaunadiosa.Tienesunafiguraagraciaday lapielde turostroestáincreíblementeluminosa.

—Cuesta muchomantenerse espléndida. Con los años, cada vez esmás difícil. Ahora me estoy aplicando unas microinyeccionessuperficialesdeácidohialuróniconoreticuladoydevitaminasquehaceneso:multiplicarlaluminosidaddelrostro.

—Estásestupenda.Yaquisierayocuandotengatuedadestarcomotú.Apuestoaquemásdeunatedebeenvidiar.

—En realidadmás de uname odia cuando susmaridosmemiran,peromeencantaqueseaasí.

Ambassecarcajearon.Geraldine llamóalcamareroy leentregósutarjetaparaque le cobrara.Al cabodeunospocosminutosel empleadoregresó.

—¿Todobien,Randy?—Disculpe,señoraMayer,pero,¿seríatanamabledeteclearsuPIN

enellectordetarjetas?Hemostenidoproblemastodoeldíaparapasarlasporcréditoynopordébito.

—¿Seráposible?Yamehapasadoenotrocomerciotambién.—Sí,esunproblemadelservidor.Disculpelasmolestias.—Descuida, Randy, no es nada. Toma una propina extra. Has sido

muyamable.Noshasatendidodemaravilla.

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—Muchasgracias,señoraMayer.Esmiobligacióntrataratodosloscomensalesconcortesía.

—Ohno,no,no.Hassidomuyatento.Toma.Guardaeldinero,quenosetecaiga.

Geraldine había metido entre la propina una tarjeta personal.Ciertamente,noera laprimeravezquecomíaahíyelapuestocamarerode porte elegante, con espalda amplia y musculosa, que lucía con totalsencillez un pelo castaño oscuro, ojos marrones muy pícaros y unasonrisaespectacular, traía locaa lamaduritamujerdesdehacíayaalgúntiempo.

—Descuide, señora.Eso haré.—Elmuchacho había visto lo que lapropinaescondía,asíquesonriótácitamente—.Esperoverlamuypronto.

—Seguroqueasíserá.Mesientamuybienestelugar.—Seráunplacervolverlaaatender.«Viejabuscona,¡conqueesastenemos!Tegustalacarnefresca.Ay,

mi querida Geraldine. Deberías ser más cuidadosa para conseguir tuscaprichitos sexuales.Qué descarada.Creo incluso que tienemenos edadquetuhijo.Yluegotehaceslamoralista.Habrasevistotudesfachatez.»

Rebecca disimuló estar viendo su móvil y no darse cuenta delintercambio. Su gesto sereno rezumaba tranquilidad, pero lo cierto eraque tras esa pose de desinterés ella estaba observándolo todo muyatentamente.Tomóunsorbodesucopadevinoycontinuóconlavistafijaensuteléfono.Luego,levantósumanoyseacomodóelpelotraslaoreja,comoúnicogestoquedemostrabasudisfraz.

El viaje de regreso fue corto. Becca fue la encargada de conducirhasta Fort Lauderdale, ya que Geraldine le había cedido el control delcochetrasocupartranquilamenteelasientodelcopiloto.

Rierondurantetodoelcaminocomodosadolescentes.Llegaronalamansión que habitaban los Moore en Olas-Islas, un barrio náutico conconstruccionesostentosasyyatesatracadosenlosembarcaderosprivados,dondeelpoderíodesushabitanteseramásqueelocuente.AparcaronenelgarajeyaltiempoqueGeraldinerebuscabaensubolsolasllaves,unadelasempleadasdelserviciodomésticolesabriólapuerta.

—Buenasnoches,señoraMoore,señoritaMine.—Hola,Lily—contestaronlasdosalavez.Luego,Geraldineledijo

—:Dejaquecojamimóvilyllevamibolsoarriba,yocúpatedesacarlospaquetesdelmaletero.¿ElseñorMooreaúnnohallegado?

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—No,señora.—Bien.Nosotrasyahemoscenado.—Muybien,señora.—Sinoteimportasubiréamicuarto.Deseodarmeunaducha.—Desde luego, tesoro.Ve tranquila—le contestó aBeccamientras

pasabadirectohaciaelsalónparairaporungin-tonic.—Deja,Lily.YollevoelbolsodeGeraldine.Veporlospaquetes.Así

nosubesyvuelvesabajartantasveces.—Gracias,señorita.Contaba con pocos minutos, pero no podía dejar pasar la

oportunidad.Rebeccasubiólaescaleraatodaprisaysemetiósinpensarloen su habitación. Buscó con premura el lector skimmer de tarjetas decréditoconelquecontaba,unpequeñísimoaparatoquecabíaenunamanoyqueutilizabalatecnologíadeloscajerosautomáticosparaleerlabandamagnética de las tarjetas. En este caso, se realizaba la lectura pasándolaporunapequeñaranuraylosdatosquedanalmacenadosparatransferirlosposteriormenteaunordenador.

Mientras lo encendía se internó en el baño. El corazón le latíarevolucionado.Lasmanosletemblabanysudaban,peronopodíadarseellujodeningunademora.Asíque,sinpérdidadetiempo,buscóenelbolsola billetera de Geraldine y sacó rápidamente las tarjetas bancarias parapasarlasunaaunaporlaranuralectora;hurgóensubolsoalgoconquéescribir y encontróunpintalabios.Necesitaba apuntar la informacióndecadatarjeta.Deesaforma,mientraslaspasabaibaescribiendoenelespejolos cuatro últimos dígitos de cada cuenta y los códigos de seguridad(CVV)respectivos.

Cuando concluyó, intentó serenarse. Semojó la cara ymientras sesecabarepasóconlavistalainformaciónquehabíaplasmadoenelespejo.

«Por fin mi plan está en marcha», pensó al tiempo que emitía unsonorosuspiro.

Guardótodorápidamenteen labilleterayenelbolso.Antes limpióconsucamisetacadatarjetaparaevitarquequedaransushuellasimpresas.Se mantuvo atenta y, apenas oyó que la empleada se retiraba de lahabitaciónprincipal,salióahurtadillasparacolocarelbolsodeGeraldinesobrelacama.

Los latidos del corazón se le escurrían por la boca. Regresó a suhabitación y permaneció apoyada contra la puerta mientras cerraba los

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ojos con fuerza. Sintió que se le revolvía el estómago. Al abrirlos,experimentóunlevemareoquelaobligóaapoyarseconfuerzaenelpañode la puerta. Dejó su mente en blanco y estabilizó la respiración. Soloentoncesvolvióahallarsucentro;despuésdetodo,habíasidomásfácildeloquehabíacreído.

Cuandoseserenóporcompleto,fueaporlainformacióndelespejo,guardóylimpiótodoyluegoentróabañarse.

Al salir de la ducha, casi le dio un ataque cardíaco cuandomiró elespejo: la parte donde había escrito con pintalabios no se empañaba ypodía leerseclaramente loqueantesestabaescrito.Sofocada,pensóconquélimpiarloparaquedesaparecieradel todo.Fuealcuartode limpiezaprocurando no ser vista y buscó un producto multiuso. Regresó a suhabitación y trató de limpiar bien el espejo con el líquido. Una vezterminó, volvió a abrir la ducha esperando que el cristal volviera aempañarseconelvapor,peroparasudesesperación,ycomosifueraunactodemagia,losnúmerosvolvieronaaparecer.

—Shit, shit, ¿y ahora qué hago? Piensa, Rebecca. ¿Qué puedelimpiarlo?

Abrió el mueble que estaba en el baño y encontró una botella dealcoholetílico.Asíqueprobóconeso.Volvióahacerlapruebayrespiróaliviadaalverquefinalmentetodohabíadesaparecido.

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18

«Allídondelavidalevantamuros,lainteligenciaabreunasalida.»

MARCELPROUST

Trasbajarenlaterminaldebuses,cogióuntaxiparadejardeinmediatolasmaletasensucasa.Sinperderniunsegundo,cogiósucochepara irdirectoalshootingdefotosdondeloesperaban.Setratabadeunacampañade ropade laque era la imagenpublicitaria.Conducirhasta el lugarnohabíasidolaborfácil,peroesonoeranovedadenNuevaYork,dondelascalles se encontraban a todas horas abarrotadas de coches y diferentesmediosdetransporte.

El día había sido larguísimo y agotador. No tenía hambre. Queríallegar a su casa y acostarse. No obstante, debía mantenerse en buenaforma,asíquepasóporundelicercanoasudomicilioysecompróunacena rápida.Encuanto llegó, tiró las llaves sobreunamesaauxiliarqueestabaenelrecibidordesuapartamentoyrecogiólacorrespondenciaqueseguramente el portero había tirado por debajo de la puerta durante losdías que había estado ausente. La apoyó en lamismamesa donde habíadejado las llaves y le dio una rápida ojeada. Al ver que no había nadaverdaderamenteurgente,ladesestimó.Comounautómata,apoyólabolsadeldelien lamesadelcomedorysequitó la ropa.Elcansancioacausadelintensodíalaboralloteníafastidiado.Sedespojódelaincómodaropay, solamente vestido con su bóxer, se trasladó a la isleta de la cocina acomer. En cuanto abrió la bandeja que contenía su cena, el aroma loinvadióy, siantescreíano tenerhambre,esapercepción rápidamentesevolatilizó, pues terminó devorándolo todo. Después de engullir elalimento,metiótodoenelfregaderoysefueadarunaduchabiencalienteparaactivarsucirculacióncorporal.

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Estabaexhausto.Elbañohabíaconseguidorelajarlomuypoco.Conlatoallaenrolladaenlascaderas,mientrasconotrasecabaenérgicamentesucabello,sesentóenlacama.PensóenAlexayenlasganasqueteníadevolveraestarconella.AlrecordarlosmomentosvividosenAtlanticCity,su entrepierna se agitó ávida, pretenciosa. Tuvo que hacer un granesfuerzoporcontrolarsusansiasy,conunbrillodivertidodeañoranzayafecto,cogiósumóvilytecleóunmensaje:

Holanena,yaestoyencasa.Hecenadoyahoraacabodedarmeunbaño.¿Quéhaces?Estoytumbadaconmiabuela,mirandolatelevisiónyoyendoanécdotasdecuandoel laymiabueloseconocieron.Quisieraqueestuvierasaquí conmigoEsomismodeseoyo.¿Cómotehasportado?Comounsanto.Pero,rubia,di j imosquenomásdesconfianza

Duranteel intercambiodemensajeselmóvildeBriansonó,yen lapantallaaparecióelnombredesumadre.

Fastidiado,soplósonoramenteyatendió:—Geraldine.—Buenasnoches,Brian.—Estarde,¿quépasa?—Hacedossemanasquenohablamos.Podríassermáscariñoso.—Tu saludo tampoco ha sido muy cariñoso que digamos. Te

recuerdo que para exigir primero hay que dar, Geraldine. Lo lógicohubiera sido que yo te dijera «hola, mamá», y tú que me hubierascontestado«hola,hijo,teheechadodemenos.¿Cómoestás?».Peroenfin,sabemosqueesenoeseltratoquetenemos.Asíquenoperdamosmáseltiempo.¿Quénecesitas?

—¿EstásenNuevaYork?—¿Porqué?—Simplecuriosidad.—Sí,estoyenNuevaYork—lecontestócondesdén.—¿SabesalgodetuhermanaydeNoah?—Lo están pasando genial mientras recorren toda Europa y Asia.

Mañana viajan de regreso a América. Van primero a Brasil, luego aArgentinayaChile,ydespuésdevueltaaEstadosUnidos.

—Qué suerte que tu hermana finalmente haya encontrado tan buenpartidoenNoah.

—Notienesremedio...Olivianoencontróunbuenpartido,encontróal amor de su vida; siNoah solamente fuera detective y no poseyera lafortunaque tiene, también estarían juntos, pormuchoque te pese. ¿Para

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esomehas llamado?¿Parasaberel itinerariodeOlivia?¿Porquéno lallamasaellayaquetantoteinteresa?

—No seas grosero, Brian. Quería saber cómo estabas, y ademásrecordarte que en dos semanas es mi cumpleaños y lo celebro en elMarriott.Meimaginoquenotienesningúncompromiso,¿no?

—Allíestaré.Yamelohabíasdicho.Noteníasporquérecordármelo.—Esquetuvidaestanintensa,tesoro,quenoquisierallevarmeese

díaundisgustoyquemihijonoestuviera.—Meloimagino.Québochornoseríaquetuhijonoacudiera.Sino

fueraporelquédirán,apuestoaquenoteacordaríasnidemínideOlivia.—Brian, ¿por qué eres así con tu madre? La última vez que nos

vimosfuistemuygrosero,yaunasíhedejadoaunladomiorgulloytehellamado. Mejor ni te hago caso. —Brian intentó interesarse en laconversación con su madre, pero sabía que era imposible. Tenían muypocoquecompartir—.Terecuerdoeldresscode,cariño.Comosiempre,de etiqueta. Pero este año con la variante de que quiero a todos loshombres conchaquetade esmoquinblanco; sabesquemegustaquemisfiestasseanmuydistinguidas.

—Cómo te gusta complicarlo. Está bien. Llegaré de blanco. Noquieroquetengasuninfartosimepresentodeotrocolor.

—Niseteocurra.—No te preocupes.Y para lasmujeres, ¿qué se te ha ocurrido?—

preguntó veladamente el modelo. Aunque les pesara, si querían queasistieratendríanqueaguantarquefueraconAlexa.

—Nosotras,sinpreferenciadecolor.Sabesquealasmujeresnonosgustairuniformadas.¿Porquélopreguntas?

—Simplecuriosidad,yporquepiensoenmihermana,queregresaundíaantesdelalunademiel.Avísalacontiempo.

—Estoyilusionadaesteañoconmifiesta.—Meimagino.Esassonlascosasqueocupantutiempo.—¿Teparecepocoesfuerzoprepararunafiestadelamagnituddela

queplaneo?—No,claro.Losé.Esunesfuerzotitánico.—Porsupuesto,coordinartodoparaquesalgaalaperfecciónnoes

tareafácil.—Me imagino. Estresante... Geraldine, te dejo. Estaba acostándome

cuandomellamaste.Yosíhetrabajadoarduamentetodoeldía.

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—Eso es porque quieres. Sabes que tienes un puesto en la empresacuandodecidasocuparlo.

—Adiós, Geraldine. Nos vemos en tu fiesta. Te llevaré una bonitajoya.Séqueesoloaprecias.

—Es el regalo adecuado para que le lleves a tumadre y que todosquedenfascinados.

—Claro.Lo importantees loquepiensen losdemás.Tododebeserprotocolariamenteperfecto.Losé.Adiós,Geraldine.

Fastidiado, cortó la comunicación sin dejarla despedirse.Inmediatamente,marcóelnúmerodeAlexa.

—Losiento.Tehedejadocolgadaconlosmensajes—ledijocuandoellaatendió.

—Brian,quéalegríaoírte.—Mehallamadomimadreymehaentretenidoconsusestupideces.—No te preocupes. Me alegra que hayas hablado con ella. Intenta

entenderlayllevartemejor.—Esoesimposible.—¿Cómoestás?Tenotocansado.—Estoycansado.Noheparadoentodoeldía.Claroque,de tenerte

aquí juntoamí, todo seríamás fácil.Tengoganasdeverteydedormirabrazadoati.

—Québonitoloquemedices.—¿Acasolodudas?—No, solamente me has pillado desprevenida. No esperaba una

declaracióncomoesa.Estoyunpocoasombradacontantasinceridad.—Tambiényoloestoy,peroestaesunanuevaetapayteprometíque

seríatodoloqueanhelas.—Megustasdetodasformas.Noquieroqueseasalguienquenoeres,

niquehagasydigascosasquenosientes.—Este también soy yo, rubia. Solo que lo estoy descubriendo a tu

lado.—BrianMooreenfaserománticaesmuyatractivotambién.—Mealegraqueteguste.Aunquetampocodeseoserempalagosode

dulce;sinembargo,creoquedecirloqueunosientenoquitamérito.Detodasformas,meagradamipapeldeseductor,sobretodoparaconseguirmetermeentucama.Rubia,tedeseo.Mispartesmáspreciadasteextrañancomonuncacreíquetepodríanextrañar.

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Ellacarcajeócoquetamente.—Esperoquetuspartessolomedeseenamí.—¿Otravezlasdudas?—No,otravezlasadvertencias.—Alexa, basta por favor. Estábamos teniendo una bonita

conversación,yhastaestabapensandoque talvezpodíamosconectarnosporSkypeybueno...yasabes,acariciarnosunpoquitoymirarnos.

—Notienesremedio.—¿Lohacemos?—lepreguntóconesperanza.—Bueno. Cómo decir que no a semejante invitación, si sabes que

mueroportusjoyas.—Una cosa más antes de cortar y conectarnos al Skype: en dos

semanas vamos a Fort Lauderdale. Es el cumpleaños de Geraldine yquiero que vengas conmigo.Así que ve arreglando quién se queda conBaddie.

—Sinomesoportan,Brian.Nilosueñes.Noiré.—Pues me trae sin cuidado lo que ellos piensen. No te estoy

preguntando. Simplemente, te estoy informando para que te compres unvestido.Supongoquetegustarápreparartecontiempo.

—Nomehagasesto,Brian.Mesentirémuyincómoda.—Sitúnovienes,tampocoiréyo.—Sinovasmeculparánamí.—Entoncesponleremedio—contestótercamente—.Ahoravayamos

alSkype,rubia.teaseguroquemisjoyasnecesitanalivio.Lasponesenunestadomuydolorosoconsolopensarenti.

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19

«Serprofundamentequeridoporalguientedafortaleza.Quererprofundamenteaalguientedavalor.»

LAOTSU

Estaba de pie en el hall de la terminal de buses, con las manos en losbolsillosymirandocadadosportreselrelojdelamisma.Seencontrabademasiado impaciente. El vértigo de saber que volvería a verla era unsentimientomuynuevoenél,peronoseextrañabadelassensacionesqueAlexa despertaba dentro de su cuerpo. A esas alturas estaba dispuesto aaceptarlastodas,ydispuesto,además,adisfrutarlas.

Deprontofuereconocidoporunasfansentusiastasqueseacercaronpara pedirle un autógrafo; él accedió, por lo que se envalentonaron ytambiénlesolicitaronsisepodíanfotografiarjuntoaél.

—Por supuesto, posemos.Dadmeelmóvil, que tengoel brazomáslargo.

Finalmente se despidieron, le dieron las gracias y, exaltadas porhaberlovisto,sealejaron.Enaquelmomentosediocuentadequeotravezseencontrabapresodeesaansiedadquelodominabadesdequesehabíadespertadoesedía,cuandofueconscientedequeporfinvolveríaaestarjuntoaella.

Siguieron pasando los minutos, pero el tiempo parecía habersedetenidoosimplementeibamuylento.Intentandotragarseunavezmáslaansiedad, pero sin conseguirlo, Brian volvió a mirar el reloj y laspantallasqueindicabanlasllegadas.Enotromomentosehubierasentidoun flojo, pero ahora era diferente: Alexa, tan bien plantada, habíaconseguidoloquenadie.Lohabíacentrado.Lohabíaatrapadoynohabíaotracosaquequisieramásquedejarseatraparporesarubiaqueloteníahechounbobo.

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Trasunosminutosmás,anunciaronen lapantalla la llegadadelbus319,ydeprontoelsitioseconvirtióenunverdaderoalboroto.Elrumorderisasyconversacionesfueincrescendo.Miróentodaslasdireccionesparaintentardivisarentreelgentíosucabelleradorada,hastaqueporfinella se volvió hacia él y sus miradas se encontraron: todo parecióesfumarsealrededor.Sumiradasesuavizóyunasonrisaquefuecasideorejaaorejasedibujóensurostroalverlo.Briansequitólasgafasyleguiñóunojo,y,sinpoderresistirse,dejaronquelasansiaslosinvadieranysalieronalencuentrodelotroparafundirseenunabrazoqueparecíanotenerfin.

—Teheechadodemenos.—Yyomás,rubia—ledijoentrebesos.Brian tenía susmanos enredadas en sumelenamientras depositaba

besosportodosuchispeanterostro.Ellapermanecíaaferradaasucinturayledevolvíalosbesos.Éllaagarródeltraseroylaalzó,invitándolaaqueenroscaralaspiernasalrededordesuscaderas.Alexacerrólosojosantesdequeélseapropiaradesuslabios,esperandoelcontactomágicodesuboca,quenosehizoesperar,yaqueéltambiénestabaansiosoporprobarla sedosidadde su lengua.Seabriópasoentre susdientes,yelbeso fueardiente,profundo,conunapasióncasicasibrutal.Ellaseapartójadeanteyledijo:

—Estamos en Port Authority Bus Terminal, Brian. Por si lo hasolvidado.

—Losé,perotehedeseadodemasiado.Lemordióellabioinferiorylotironeóanhelandomás,muchomás.

Labajóadesganaycogiósuequipaje.—VamosoperderemoselvueloaFortLauderdale.Teconfiesoque

enesteinstanteesloquequiero:llevarteamiapartamentoyenterrarmedemilmanerasenti.

Las ansias que sentía en su vientre no la avergonzaban y así lodemostró,expresandoloqueanhelaba:

—Bueno, aunque los bañosdel aviónno sonnada espaciosos, creoque es un buen lugar para que cumplas tu anhelo, que por supuestotambiéneselmío.Además,siemprehefantaseadoconcómoseríahacerloenelbañodeunavión,puesjamáslohehecho.

Elmodelolechupóelcuello,surespiraciónerarápidayprofundaenesazona tansensibledetrásde laoreja,y la lentay torturanteexcitación

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pareciómultiplicarseparaambos.Lehablóaloído:—Dejadedeciresascosasporqueharásquemicremalleraestalle,y

seríaunpocoengorrosoqueapareciéramosenunarevistaconmisparteserectasa lavistade todos.De todas formas, creoquepodrécumplir tusfantasías.Venga,quequierollegaryaaeseavión.

Ambos se rieron sonoramente, se cogieron de la mano y seencaminaronhacialasalidadelaterminal.

Nopararondedarsearrumacosenningúnmomento,yfinalmentesesentaronenelavión,quepartíadesdeelaeropuertodeLaGuardiayhacíaescalaenFiladelfiaantesdellegaraFortLauderdalealas11:33p.m.

ElmóvildeBeccasonóy,cuandomirólapantalla,palideció,aunqueintentóencubrirsusemocionestrasunafachadadeaparentetranquilidad.EstabatomandouncaféenlasalajuntoaBenjaminyGeraldine,cuando,conelcorazónapuntodesalírseleporlaboca,decidióatenderlallamada.

—Hola,Esther.Esperaunsegundo.Se levantó con disimulo y caminó hacia la terraza. Necesitaba

alejarseparahablarcontotaltranquilidad.—¿Quépasa,Esther?—Notealarmes.Aaronquierehablarcontigo.Tepasoconél.—Hola,miamor.—Hola,mamá,estoyenfermo.—Oh,cariño,¿quétienes?—preguntócasisinaliento,peroentonces

recordóqueEstherledijoquenosealarmaraytratódetranquilizarse.—Haceunosdíasqueestoycondolordebarrigayhevomitado.No

megustavomitarcuandotúnoestás.Quieroquevuelvas.—Seguramente,aprovechandoqueyonoestoy,hasseducidoaEsther

paracomerloquenodebes.—No,mami.Teprometoqueno.—¿Hastenidofiebre?—No,mamá.Solonáuseas.—Cariño, mamá está trabajando. Ahora no puedo regresar pero te

prometoqueenunosdíasvolveré;paracuandotengasqueingresarenelhospitalestaréahí.Aaron,tienesquehacerlecasoaEstheryportartebien;

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séquemeextrañasyyotambiénati,peroeranecesarioquehicieraesteviaje,sinonomehabríaidodetulado.

—¿Yporquénomehasllevadocontigo?—Aaron,mi vida, sabes que cuandomamá viaja por trabajo tú no

puedes venir. Además, estás en pleno tratamiento y el doctor en estemomentonoautorizaríaqueviajaras.Yaharemosotroviajelosdosjuntosyteprometoquepodráselegirellugar.

—QuieroiratucasaenEstadosUnidos.—SabesqueaEstadosUnidosnopodemosir.—¿Por qué no? No lo entiendo. Siempre dices que no. Yo quiero

conocertucasa.—Aaron,cariño,noempieces.—Estábien,mami.¿Cuándovuelves?—Pronto,hijo.Teprometoquemuypronto;paratupróximoingreso

estaréjuntoati.Mañanatellamo,¿sí?YhablaremosporSkype.—Estábien—contestóelniñocondesgana.—HazlecasoentodoaEsther,porfavor.—Sí,mamá,teprometoquelohago.—Ahoraponmeconella.—Vale.—Gracias,teamo,mivida.Noloolvidesnunca.Todoloquemamá

hace es pura y exclusivamente por ti. No hay nada en este mundo másimportanteparamíquetú.

Elniñolepasóelteléfonoasucuidadora.—Hola,Rebecca.—Dime,Esther.MehadichoAaronqueha tenidovómitos.¿Lohas

llevadoasumédico?—Tranquilízate.Todosigueigual.—¿Hatenidofiebre?—No,Rebecca,noha tenido.No tedesesperes.EldoctorRogers le

hizounconteodeglóbulosynohaygrandescambios.Dijoquetodosigueigual,peroquecontinúasinremitirlaenfermedadconeltratamiento.

—¿Estásseguradequenoesnecesarioquevaya?—No es necesario que modifiques tu viaje. Aaron está jugando a

videojuegosahoramismo.Nohatenidomásvómitos.Loquepasaesque,comono estás, semuestramuy zalamero.Creoque está somatizando tuausencia.

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—Avísamesobrecualquiercambio,porfavor.—Porsupuesto,¿cómopuedescreerquenoloharía?—Gracias,Esther,porcuidarloyporquererlotanto.—Cómonoquererlo,siesunniñoadorable.¿Túestásbien?—Sí,todobien,gracias.—Noquieroagobiarte,pero...hallegadolacuentadelhospital.—Yatengoeldinero.Notepreocupesqueyaloheconseguido.—¡Perobueno!Esosíqueesunaexcelentenoticia.—Esther,noséquéharíasinti.Hacemesesquenotepagoelsueldo,

peroteaseguroquetepagarétodoloquetedebo.—Becca,yatehedichomillonesdevecesqueyoestoyavuestrolado

porqueosadoro;olvídatedemisueldo.—Llegadoelmomento,yahablaremosdeeso.Tengoquecolgar.Haz

queAaronrespetesudieta,quesualimentaciónesmuyimportante;séquecuandoyonoestoyseponedifícilydesobediente,peronoaflojes.

—Noloharé.—Sitienefiebre,llévalodeinmediatoalmédico,permaneceatentade

quenoaparezcanpetequiasyquenoaumenteel tamañodesusganglios,porfavor,ysisiguecondolordeestómago,vuelveallevarlo.

—Becca, lo sé todo.Lo estoy cuidando como lo cuidarías tú, de lamismaforma.

—Losé.Losiento.—Sepasóagobiadalamanoporlafrente—.Sinolo supiera no lo hubiera dejado contigo. Soy consciente de que meconvierto en alguien obsesivo, pero no puedo evitarlo. Es demasiadodifícil mantener la calma sabiendo que estoy tan lejos. Me sientoimpotente.

—Atiende tus compromisos.Céntrate en eso y no te preocupes pornada más. Todo está bien aquí. Nos vemos en dos semanas para elpróximoingreso.

Trasdespedirseydarlemilrecomendacionesalapersonaqueestabaacargodelcuidadodesuhijo,RebeccaMinesentíaqueno lequedabanmásfuerzas,perodebíaseguirconlamascaradaquerepresentabafrentealosMoore.

«Hijo de mi vida, aunque sea lo último que haga en esta vida,prometoqueconseguirétodoloquehevenidoabuscarparaquetecures.»

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—¿Tienesfrío?—Unpoco,perocreoqueesporlosnervios.—Vamos,tranquilízate—lesugiriómientraslepasabaunbrazopor

elhombroylapegabaconfuerzacontraél.Labesóenlasien—.Noeslaprimeravezquevienesalacasademispadres.

—Pero antes siempre había venido en calidad de amiga deOli. Encambio,ahora...

—Ahoraeresmipareja,ytodostendránquetratartecomotal.Alexa y Brian acababan de aterrizar en Fort Lauderdale y estaban

recogiendolasmaletasenlacintadelaeropuerto.—Ese es precisamente el problema. No creo que estén muy

conformesconeso.—Bueno, mis padres son un caso de gran consideración: tampoco

están conformes conmigo, así que... no te aflijas por nada. Alexa, loverdaderamente importante es lo que nosotros sentimos. Lo que opinenlosdemásnonostienequeimportar.

—Peronoquieroquepormiculpatengasunroceconellos.—Nena—la tomópor elmentón y lamiró directo a los ojos para

estudiar minuciosamente su rictus—, los roces con ellos han sidohabituales desde que tengo uso de razón y desdemucho antes de que túaparecierasenmivida—dijoenunintentoporaplacarsusnervios.

—De todas formas no me parece racional que les impongas mipresencia.

—¿Tanseguraestásdequenoterecibiránbien?—Brian,nosoy tonta.En labodadeNoahyOlidejaronbienclaro

quesupreferidaeslahuerfanita.—Pero tú eres mi preferida —le mordió los labios— y, pobre

Rebecca,nolallamesasí.Sucondicióndehuérfananoesnadaagradable.Lopasómuymalcuandoperdióasuspadres.

—Losiento.Noqueríaparecerinsensible.Las luces desafiaron la oscuridad de la noche en la ciudad cuando

ganaronlacalle.Éllesonrióindulgenteviendolaadvertenciadeloscelosensusojos,peronodijonada.Lediounbesoenloslabiosyparóuntaxi.

—Sube—leindicóBrian—.Yomeencargodelequipaje.EneltrayectohastalamansióndelosMoore,Alexalecontóquepor

finsehabíaarmadodevalory lehabíadichoaBaddiequesumadresehabíallevadolasjoyas.

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—Me asustémucho porque se echó a llorar. Tuvemiedo de que lediera otro patatús, pero por suerte logré tranquilizarla. Me dio muchapena.Peroera inevitablecausarleesedolor.Teníaquedecírselo,aunquenofuenadafácilhacerlo.Nosoybuenadandomalasnoticias.

—Bueno,loimportanteesqueyalosabeyqueselodijisteynolodescubrióella:esohubierasidomásimpactante.

—Estuvetentadadementirleydecirlequelashabíavendidoparasuoperación,peronopude.

—Has hecho bien. Un día podría enterarse y vete a saber en quécircunstanciasloharía.¿Setehapasadoelfrío?

—Unpoco.—Yaestamosapuntodellegar.

—Becca,tesoro,¿pasaalgo?Parecespreocupada.—No, Geraldine, no pasa nada —contestó intentando parecer

convincente cuando volvió a entrar en la sala—. Era mi empleada. Mellamabaparaponermealcorrientedequesehaaveriadounacañeríaenmicasayhantenidoqueromperlasparedesdelsalón.

—¡Quédesastre!Menosmalqueestásaquí.—Sí,esomismoledije.—Buenasnoches.—¡Brian!Rebecca levantó lavistayseencontróconelapuestomodeloycon

Alexa,quepermanecíajuntoaélcogidaasumano.Quisocerrarlosojosparasoportarlapunzadaqueseleinstalóenelpecho,perorenunció.

«¿Por qué todo tiene que complicarse de esta forma?», pensóagobiada.

Geraldine, que había dejado escapar su nombre cuando escuchó suvoz,sediolavueltaydeinmediatoclavósuvistaenAlexa:noesperabaque él se atreviera a venir con ella.BenjaminMoore, por su parte, quebajabadesudespachoenaquelprecisomomento,dijo:

—Alexa,Brian,bienvenidos.Nosabíamosquellegabaisestanoche.—En realidad lo que no sabíamos es que nuestro hijo llegaría

acompañado.Briandejóquesuvozseapagaraymiróasumadreconrecelo.—Esosignificaquetuabuelaestámuchomejor.Mealegro,querida

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—dijo Benjamin apaciguando el mordaz comentario de su esposa yacercándoseasaludaralosreciénllegados

—Sí, señor Moore. Ha tenido que pasar por una cirugía delicada,pero por suerte la ha superado con éxito y se está recuperando poco apoco.

—Mealegro—ratificómientraslasaludabaconfingidoafecto.«¿Aquiénquiereengañarfingiendoquesealegradeverme?Comosi

no recordara todo lo que me dijo en la boda de Olivia. ¿Qué pasa,Benjamin,tienesmiedodequelecuenteatuhijologroseroquefuiste,ylas mentiras que me dijiste?—Lo miró sosteniéndole la vista—. Viejohipócrita, si no fuera porque para Brian sí es importante contar convosotros,aunquedigaqueno,yalehubieravomitadotodoenlacara.Peronoseréyoquienleabralosojos.Estoyseguradequeeldestino,tardeotemprano, se encargará de poner cada cosa en su lugar; eso sí, no mebusquéismásporquetodotieneunlímite,yvaisaterminarencontrandoala Alexa guerrera. Si sacáis esa parte de mí, uff, entonces estallará laterceraguerramundial.»

—Hola,hijo.—Loestrechóenunabrazo.—Hola,papá.Brian, sin soltar lamano deAlexa, rodeó el sofá para acercarse a

saludarasumadre,aquienlediounbesoenlafrente.—¿NosaludasaAlexa,mamá?—lereplicósinalzarlavozperocon

untonodeadvertencia.—Por supuesto. Bienvenida. —Alexa se acercó a Geraldine y

depositóunbesoensumejilla.«Sí,Geraldine, apuesto a que está a punto de darte una indigestión

conmipresencia,peroaunque tepesey tecaigacomounabombaenelestómago,aquíestoyjuntoaél.»

El corazón le latía desbocado. Era incómodo intentar agradarlessabiendoqueeraunaquimera.

—Ytú,Brian,¿nosaludasaRebecca?—Hola,Becca.—BriansoltóporunosinstantesaAlexayseacercóa

saludarla.La joven, que no pensaba desaprovechar ninguna oportunidad, se

aferróasucuelloyloabrazóconfuerza.—¡Quéalegríaverte!—dijomientrashundíasurostroensucuello,

sinimportarlequeallíestabaAlexaexpectantealintercambio.

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«Sí,cómono,mosquitamuerta.Estehombreesmío.Creoquesinoteapartasprontodeéltequitoyotirándotedelospelos.»

—Hola,Rebecca—dijoAlexa,haciéndosenotar.Depronto,sesintióestúpida. Jamás se había permitido ceder ante ninguna astucia ni a loscelos,peroconBrianasuladoeraalgoquenopodíamanejar.

—Hola, Alexa —contestó la empresaria editorial esbozando unaradiantesonrisaysinsoltarsedeBrian,alquemanteníaagarradopor lacintura.

—No hay ninguna habitación preparada —acotó Geraldine—. Lasempleadasyasehanidoadormir.

—Notepreocupes.Siesmuchamolestiapodemos irnosaunhotel.—SeapartódeBeccaytomóaAlexadelamano.

—No,porsupuestoqueno,hijo.AhoramismoiréadespertaraLilyylepediréqueosarregledoshabitaciones.

—Solo una, papá. La mía. Somos todos adultos y para nadahipócritas,¿no?

—Brian, hay seis habitaciones en la casa y solamente dos estánocupadas—acotóGeraldine.

—¿Quépasa,mamá?OliviayNoahconvivieronvariosmesesantesde casarse. Ahora, con Alexa y conmigo, ¿te vas a poner en planmoralista?

—Queelloshicieranesonoquieredecirqueyoestuvieradeacuerdo.Además...

—Además, ¿qué? —espetó Brian con la voz bastante elevada yavisándoledequenoseatrevieraadecirningunagroseríamás—.Mirad,creoquenohasidounabuenaideaveniraquí tantarde.Mejorcogemosnuestras cosas y nos vamos a un hotel. Ya nos veremos mañana en lafiesta.

—Brian, por favor, no seas tan susceptible. Yo mismo os ayudo allevarlascosasatuhabitación.AhoradespiertoaLilyylaenvíoparaqueacondicionetucama.

—Gracias,papá.—Siento mucho todo este despliegue a estas horas —se disculpó

Alexa,sintiéndose totalmentefuerade lugar.Lociertoesque losMooreconseguíanintimidarla.Noeranadacómodosaberserechazada.

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—Nopuedocreerlo,nopuedosoportarlo,mevaadaralgo,¿cómose ha atrevido? Es una desvergonzada. Si sabe perfectamente que no latragamos—ledijo aBecca en cuanto sequedaron solas—.Yencima sehacelapobrecita.

—Debes sermás hábil que ella, Geri. Enfrentándote a Brian no escomoloconseguirás.Creoqueloquetienesquehaceresbuscarlaformadedesprestigiarlaantesusojos.Notepongasencontradetuhijo,porqueesenoeselcamino.Fingequelaaceptasybuscalaoportunidadadecuadaparahacerlapisarenfalso.

—Dios,Becca,esquemeenervasuvulgaridad.Sinembargo,talveztengasunpocoderazón.

—Por supuesto que tengo razón. Quizá podríamos buscar ayudaexterna.

—Ayudaexterna...¿aquéterefieres?—Mañana en la fiesta sería una buena oportunidad. Podríamos

conseguiraalguienquelapongaenunasituacióncomprometidafrenteaBrian.

—Eresungeniecillo,niña.—Cada día me convenzo más de que eres la mujer adecuada para

Brian—acotóBenjamin,quehabíaalcanzadoaescucharlosplanes—.Yomeencargarédetodo.Vosotraspermanecedalmargeny...Geraldine,pontumejor cara de póker y deja de torear aBrian; te lo he dichohasta elcansancio,mujer.Asínoconseguirásnada.

—Esmásfuertequeyo,chorreagrasa,nolasoporto.¡Cazafortunas!

—Tedijequenoeraunabuenaideaveniraquí.—Acércate.—Lacogiópor la cinturay lapegóa su cuerpo—.No

quieroquetesientasmal.—Leapartóelpelodelacara—.Comotedije,unonoeligealafamilia;asíesquetepidodisculpasennombredeellos.Sé que es complicado todo esto, pero si me quieren aquí, tendrán queaceptarmejuntoati;además,noteconocencomoyo.Poresomismo,encuanto bajen la guardia, estoy seguro de que quedarán tan fascinadoscomoloestoyyo.Avecespuedensermuymaterialistas,perosialgodecariñolesquedapormímeapoyarán.

—Ellos te quieren,Brian.Nodigas queno.Solo que lo hacen a sumanera.Es increíblequetúyOliviaseáissushijos.Sois tandiferentesa

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ellos.—Mispadressonmuymanipuladores.Nosoportanquelascosasno

salgan conforme a sus preceptos. Por un tiempo, Olivia y yo lopermitimos.Másellaqueyo.

—Cambiandodetema:muytoquetonalahuerfanita.Élbajósusmanosyleoprimiólasnalgas.—Peromismanosaquienquierentocaresati.Ungolpeteoenlapuertainterrumpióelbesoqueestabandándose.—Adelante—contestóBrian,mientrasseapartabadeAlexa.—Buenasnoches,señorBrian,señorita.—Buenasnoches,Lily.—Buenasnoches.—Supadremehamandadoparaquemediganquénecesitan.Lacama

estáhechaylimpia,señor.Laarregléestamañanapreviendosullegada.—En ese caso, Lily, creo que no necesitamos nada. ¿Tú necesitas

algo,Alexa?—No,muchasgracias.—¿Nodeseancenar?Puedoprepararlesalgorápido,señor.—Cenamos en el avión, Lily. Disculpa que te hayan despertado en

vano.—Nosepreocupe,nodormía.Estabaleyendo.—Enesecasonomesientotanculpable.Loquetevoyapediresque

mañananostraigaseldesayunoaquí.—Claro, señorBrian,comosiemprequeviene.Descuide.Séque le

gustaremolonear.Poresonohayproblema.—Gracias,Lily.Siempretanamable.—Quedescansen.Apenas volvieron a quedar solos, Alexa le dio un codazo para

mofarsedeél.Nopodíaparardereírse.—«Señor Brian.» ¿Así es como te llaman aquí? ¿Y te traen el

desayunoalacama?—¿Cómo?¿No te lohabíacontado?Soyhijode losMayer-Moore,

¿quétecrees?Misangreesazul.—Tonto.—Nomegustaquemellameasí,peronopuedohacerquelapobre

mujerpierdasuempleo.Simimadrelaoyesellamándomedeotraforma,lapondríadepatitasenlacalle.

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—Yalosé.Eraunabroma.—Yo también bromeaba. Me encanta que me llamen «señor». Es

mejorque«energúmeno»,¿nocrees?—Pues a veces eres un energúmeno y te lomereces, como en este

caso.—¿Así que soy un energúmeno? Creo que mis manos podrían

castigarteporutilizareseadjetivocontramipersona.—No,Brian,nomehagascosquillas,nooo.Meharásgritarynosvan

aoír.Por favor,por favor,nomemofarémásde ti, loprometo.Nomehagascosquillas,noooooo.

Ellatirósobrelacamay,cuandoellayanoteníamásalientodetantoreírse, dejó de hacerle cosquillas. Se tendió sobre ella y le acarició elrostro.

—Quiero que todo el mundo sepa que me perteneces. Mañana mesentirémuyorgullosopor tenerteami lado.Quiero formarpartede tuspensamientos siempre, meterme en cada intersticio de tu piel, quiero...quieroqueconfíesenmí,quierodartetodoloqueestéamialcanceparaque seas feliz. Estoy asustado. Nunca anhelé nada así por nadie, y tementiríasinotelodijese.Creoqueestamoshechoselunoparaelotro.

—Quéverborrea,señorMoore.—¿Qué sientes, Alexa? Quiero oírte decir lo que sientes.

Últimamente me sincero contigo, pero siempre evitas confesarme tussentimientos.

—Brian yo... no soy buena diciendo cosas románticas. Deberíassaberlo.

—¿Sabesloquecreo?Queenrealidadnote lopermites,quetemesquetevuelvaadefraudaryporesoescatimaspalabras.

—Fóllame.—No, Alexa, no hasta que me digas lo que sientes. No vas a

engatusarmeconsexo.Quierooírteahora.—Maldición,Brian,siya losabes.¿Enquécambiaque te lodigao

no?—Quierooírte.—Quiero...—respiró condificultad—,quiero ser tuya en todos los

sentidos de la palabra. Quiero que te levantes pensando en mí y que teacuestespensandoenmí.Quieroserlomásimportanteparati.¿Cómoloestoyhaciendo?

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—Muybien,sigue.¿Quémásquieresdemí?Ellaleacaricióelrostro.—Quieroque lasveinticuatrohorasdeldíaseanpocasparaqueme

ames.Tambiénestoyasustadaporestoquesiento,peroesperoquejuntossuperemosnuestrosmiedos.Measustatodo.Nosolomissentimientos.Measustaquetufamilianomeacepte,measustaquetenganrazónyquenosealapersonaadecuadaparaestaratulado.SabeDiosqueantessiempreme importó unamierda lo que los demáspensaran, pero quiero formarpartedetodoloquevienedeti.Measustasuperarteenedad.Tengomiedodeenvejecermuypronto.

—Alexa...cariño,solomellevastresaños.—Sí, pero viendo a esa... —Hizo un mohín muy gracioso—. La

huerfanita esmuy joven, lozana,y ademáseshermosa,y... yome sientoinsegura.

—¿Dequétesientesinsegura?—¿Fuemuyimportanteparati?—EstáscelosadeBecca,¿deesosetrata?—Cómo no voy a estarlo si tus padres te la quierenmeter por los

ojos, y ella, de lamisma forma, está esperando elmomento demetersedentrodetubragueta.

—Tonta.—Labesóen losojos—.Rebeccaes elpasado,unpasadoquenome interesa recordar; sin embargo,paraqueveasquenoquieroocultartenada, te contaré algoqueno sabes.Además,noquisieraque teenteraras por terceros. —La abrazó apretujándola—. Lo que tuvimosRebeccayyofueunamoradolescente.

—¿Amor?—Sí, amor. Cuando uno es adolescente se enamora con facilidad,

¿no?Peronosiempresignificaqueseaelverdaderoamor.¿Túnotuvisteun amor adolescente? Estoy seguro de que sí. —Alexa asintió con lacabeza—. Nuestras hormonas estaban revolucionadas por la edad, yademástodoteníaconnotacionesdeprohibido,porquesabíamosquemispadresnolopermitirían.Frenteaesoiniciamosunarelaciónensecretoynuestrainexperiencianosllevóacometererrores.

—¿Quéerrores?¿Porquétedetienes?—Rebeccasequedóembarazada.—Mierda, Brian. Sabía que había sido algo muy importante. ¿Qué

pasóconelbebé?

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—Lo abortó. Mis padres nos convencieron de que no estábamospreparadosparaserpadresycreoqueteníanrazón.Yoestabaapuntodecumplirdieciochoañosyellaapenas teníadieciséis.Creoquerealmentenoestábamospreparadospuestoqueaduraspenaspodíamosconnuestrasvidas.Recuerdoqueyoestabamuyasustadoyellatambién.Fuealgoquenoplaneamosperoquesucedió.AsíqueRebeccadecidióirseaestudiaraInglaterraynuncavolvió.Hastaahora.

—Ycuandosefue...¿pensastemuchoenella?¿Nuncasentisteganasdeirabuscarla?

Su facetamasoquista no podía detenerse, aun a riesgo de escucharunarespuestaquenoquisieraoír;Alexanoeradeesasquenoafrontanlarealidad.Ellapreferíahacerloysaberconquécartasjugaba.

—¿Paraquéquieressabereso?—Quierocalcularcuánimportantefueparati.—Espasado...«Yaveremos»,pensó.—Peroharegresado—dijotercamente.—Queellaestéderegresoenelpaísnosignificaquevuelvaaestarlo

enmicorazón.Esesitioestáocupadoyestodotuyo.Loabrazóconfuerza.Queríacreerensuspalabras,aunquealgoen

su interior ledecíaquedebíaandarseconcautela,porqueesepasadonoera precisamente un volcán dormido, al menos no por parte de lahuerfanita.

Hundiólosdedosensuespaldaenalgoquenoeraunsimpleabrazo.Eraunmododeposesión.Surespiraciónsevolvióvertiginosa.Necesitabainhalarconmásfrecuenciayelexcedentedeoxígenorápidamenteresaltótodos sus sentidos. Supo de pronto que lo ansiaba con impaciencia ydeseaba que invadiera el interior de su cuerpo. Necesitaba sentirloíntimamente para comprobar que lo que él le decía no eran solamentepalabrasyquerealmenteerasuyo.

Seapartaronporunosinstantesparamirarsealosojos,ysusmiradasse expusieron sensibles, como espejos de lava líquida poderosamentedeseables.Laexcitaciónhabíahechoqueelcorazónse lessalierapor labocayqueellatidoenfebrecidoselesconcentraraenlaentrepierna.Briansemovióyfrotósuerecciónsobresupelvis.Sintiódeseosdeenterrarseenella,deconstreñirybesarcadacentímetrodesufinapiel.Apasionado,atrapósubocayescudriñósulenguaparabeberselacalidezdesusabor.

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Ello provocó que le diera paso en todos los rincones donde él quisieraindagar mientras se retorcía de anhelo bajo su cuerpo. Brian palpó sucostado en busca de su cinturón. Lo desabrochó y lo apartó.Inmediatamente,consusdedosávidosrecorriósumuslosobreelvestidohastallegaralasnalgas.Losubiólentamenteafindedesandarelcaminodeidaquehabíanhechosusdedosylelamiólapielconlapunta.

—Espera,Brian,espera.—¿Quésucede?—¿Te parece apropiado que lo hagamos aquí? No querría que tus

padres sumaran pensamientos peores de los que ya tienen sobre mí.Deberíamoshabernosidoaunhotel.

—Nadie entrará. Además, seremos discretos. Ahora es imposiblepensarenparary,porotraparte,quierobautizarestacamatambién—dijoconunamiradaoscuramientrashurgabadentrodesusbragas.

Alexacomenzóagemircasideinmediatoyélletapóvelozlabocaconunbesoparaquenoseoyeransusgemidos,altiempoquesusdedosabríansustersospliegues;yaestabahúmedaypreparadapararecibirlo.

Sacólosdedoshúmedosyselospasóporloslabios.Acontinuación,loslamiólujurioso,mientrasqueunvahodesensualidadlosenvolvió.

—Alexa...—pronunciósunombreextasiado.Sindetenersevagóconsumano,descendióporellargodesucuello

paraperderladentrodelaaberturadelescotedelvestido,ylacerrósobreelrepujadodesusenoformandounpuñomuyapretadoentornoalpechodesnudo,hastaquesintiócómoelpezónseendurecíaensupalma.Parecíaimposiblecontenerse.Laansiedadporposeerla lodescontrolabasinquepudieraabandonarsuslabios.Volvióabeberseotrogritoqueescapódelagarganta de Alexa, y sus lenguas se enredaron más furiosas hastaencontrarseenunaardientesensación.

Briansedesabrochólosvaquerosyselosbajójuntoconelbóxer.Deinmediato,lequitólasbragasyseapretócontrasusdurosmuslos.EnuntrissumasculinidadseabriópasoparaajustarseíntimamenteenelinteriordeAlexa.Ellajadeóyseapretócontraéltemblorosadepasión,altiempoqueunplacervertiginosocrecíadentrodesí.Élsemoviódentroyfueradesuinterior,hastaqueseencontrógruñendo,ytuvoqueapartarsedesubocaparatomaraire.Conlosbrazosentensión,nodejabademoverlascaderasyseenterrabaencadaenvitemásprofundamenteaún.Suvistaseposódeprontoenlaamarillayfinasedadesuvestido,yenlascrestasde

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suspezonesqueasomabanturgentes,enunavisióndesestabilizadora.—Ofrécemeunodetuspechos.No había manera de pensar en perder tiempo desabrochándole el

vestidoque se sujetaba en la espalda, así que comoel escotedejabaunafrancaaberturaenelcrucequeformaba,Alexalocomplaciósacandounsenoporahí,ylapieltersadeprontobrillósatinadabajolaluzartificial,hasta dejar al descubierto el rosado de sus tensas puntas; sin podercontenerse, Brian cayó sobre él con su boca, apresando su vértice, quemordiósinpiedadyleobligóachillarcondesenfreno.

—Nogrites—leordenóaltiempoquevolvíaarodearelpezónconsulengua,mientrasnodejabademoversedentroyfueradeella.

Brian experimentó un escalofrío anhelante que le recorrió lacolumnavertebralalsentircómosupechoseensanchabaporsuviolentaintrusión. Alexa lo tenía cogido por los bíceps mientras enroscaba suspiernas alrededor de su cintura, en la simple acción de encajar como sifueran dos partes de un puzle. El rostro de ella se veía rozagante. Sinpoderevitarlo,seretorciódebajodeél.Arqueólaespaldaytirólacabezahacia atrás, al tiempo que se soltaba de sus brazos para agarrarse a lacolchayapresarlademaneradesesperada.

Con su polla enterrada dentro de ella y su pezón entre los dientes,Moore se sintió poderoso como un dios mitológico al ver que ella setensaba debajo y apretaba los muslos alrededor de su pene paraencarcelarloensuinterior.

Cambió de ritmo al tiempo que soltaba su pezón. La tomó por lascaderasysearrodillóenlacamaparabuscarotroángulodepenetración.Quería llegar con la punta de su polla a otro punto que le permitieraexperimentar otras sensaciones; sabíamuy bien lo que hacía. Semovíaprofundamenteyenuncírculolento.

—Nojuegaslimpio.Estásmatándomedeansiedad.—Raravezjuegolimpio.—Eresuninsolente.Ella levantó sus manos, tiró de su camiseta para dejar su torso al

desnudoy,eclipsadaporlavisióndesucuerpo,apoyósuspalmascontrasutóraxylerecorrióelpecho.Bajóporelserratomayoryporelrecto,para luego dar con sus oblicuos externos, que resaltaban en su bajoabdomen; ante la descargade corrienteque susdedos le produjeron, él,totalmenteentregado,cerrólosojos.

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—Eresperfecto.Brian abrió los párpados y la miró como si sus ojos se hubieran

transformado en lagos de lava. Cogió una de sus piernas y se la pusosobreunodesushombros,yentonces,aferradoasumuslo,tomóimpulsoy empezó a moverse con más ímpetu, intentando encontrar en suacometidaesepuntojustoenelquelosdospudieranestallaralunísono.

—Vamos,Alexa,porfavor,córrete.Nocreoqueaguantemuchomás.Anhelante, ella lo atrapó por la nuca y curvó sus dedos entre sus

brillantesmechas.—Estoyllegando,sí.Estoesperfecto,Brian.Sualientoseagitócontrasuoído,yentonces,descomedido,élapresó

su boca para absorber sus gemidos, al tiempoque su cuerpo se elevabacontra el suyo. Su longitud la invadía por completo, un empujón, otro...otro... otro más... haciendo que cada rítmica invasión se tornara másdesesperanteparaambos.Alexa,sesintióatrapadabajosuatléticocuerpo,empaladayardiente;Brian,dueñoyseñordetodoelcontrol,lavolvióainvadirunasvecesmás,hastaquelosdoscedieronalaliberación.

Alexacontuvolarespiraciónmientrassentíaunacontinuidadcalientedesudorportodosucuerpo,yBrian,porsuparte,inhalóviolentamentealtiempoqueseapretabacontraellaparainundarlasparedesdesusexoconsu ambrosía. Se agitó violentamente, hasta el punto de pensar que sequedaríasinaliento.

Ellalomiróextasiadayleacariciólaespaldahastaquefinalmenteélabriósusojosysumiradaazulinalaveneróconagradecimiento.

—Ha sido sencillamente maravilloso. —Le besó los labios—.Gracias.

Ella llevó las manos al rostro de él y, resiguiendo los vigorososrasgos de su cara, le tocó las comillas que se le formaban en lascomisurasdeloslabiosacausadelasonrisaquebrotódesuboca.

—Ha sido asombrosamente maravilloso —corroboró ella—. Nisiquieranoshemosquitadolaropa.

—¿Paraqué?Noshemosquitadolonecesario.Élhizoelintentoderetirarsedesuinterior,peroellanolodejó.Bajó

lapiernadesuhombroyloatrajoasupecho,dondeéldescansólamejillamientras intentaban apagar los resuellos de sus pulmones. Alexa leacariciólaespalda,elpelo.

—Estoyagotado,entreelpolvodelaviónyahoraeste...Eresmortal,

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nena.—Mañanamedoleránlaspiernas,ytengoqueponermetaconespor

lanoche.Túytusposturas.—Me acabas de decir que te ha gustado —le habló mientras

acariciabasusmuslos,dándoleunmasajesuaveycompasivo.—Mucho.Volvióaintentarsalirdedentrodeella.—No,aúnno.Deestaformaséqueeressolamentemío.—Soy solamente tuyo, rubia. —Levantó la cabeza y la miró

persistentementealosojos—.Simemantienesasí,nocreoquepodamosdescansar; estoy molido, pero jamás desecharía otro polvo contigo.Vayamosalimpiarnosyadormir.Mañanaquierohaceralgocontigo.

Se levantaronde la camay, enel camino, sedespojaronde la ropaqueaúnteníanpuestayseinternaronenelbaño.

—¿Algo?¿Elqué?Semetieronbajoladucha.—Esunasorpresa.—Sabesquenomegustanlosmisterios.¿Porquémelohasdicho?—Porquemeencantadejarteenascuas.

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20

«Eldestinorepartelascartas,perotúeresquienlasjuega.»

WILLIAMSHAKESPEARE

Había resultado imposible no oírlos. Aunque se notaba que intentabancontenerse, no había sido suficiente para que sus susurros notrascendieranalcuartocontiguo,yelcoraje invadíacadapartedeBeccadeunaformavisceral.Luchóconlasganasdeponerseaberrear.Sesentíaimpotente, casi derrotada. Su corazón tembló a un ritmo loco alrememorarsuspropósitos.

Al llegar a Estados Unidos sabía del amplio estado de sábanas deBrianMoore, y había supuesto quemeterlo en su cama sería una tareamuy fácil, un simple juego de niños. Sin embargo, cuando planeóreconquistaralahorafamosomodelo,nohabíacontadoencontrarseconquea su ladohabíaunamujerquenoeraotrade susconquistas fáciles,sino que por el contrario parecía ocupar un lugar importante en sucorazón.

—¡Maldición!Justoahorahastenidoqueenamorarte.Se sentía frustrada; a pesar de tener a Benjamin yGeraldine de su

parte, sabía que eso no ayudaba demasiado, puesto que ya habíacomprendidounpocolarelaciónqueellosteníanconsuhijo.

No estaba equivocada: esos dos eran los causantes de todas susdesdichas.Suegocentrismoymanipulaciónnohabíacambiadoyseguíansiendo los mismos de antes. Estaban acostumbrados a tejer y entretejersegúnsupropiobeneficio.

Brian, en cambio, la había sorprendido.No separecía al jovenqueella guardaba en el recuerdo. Había crecido al igual que ella y pocoquedabadelmuchachodócilymanejablequehabíaconocido.Suespírituahoraestabamoldeadoy teníafirmesconvicciones.Loshechosparecían

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indicar que no sería tan fácil volver a formar parte de su vida. El granproblemaeraqueellacarecíadetiempoparaunaseducciónlenta.

Durantelosmesesenqueplaneósuregreso,habíaestudiadosuperfilpor medio de las revistas donde a menudo salía: todo indicaba que setratabadeun«rebeldedelamor»quejamásseimplicabaconsentimientos;sinembargo,vercómodefendíaaAlexalehabíademostradoqueesoyanoeraasí.Laliebresehabíatopadofinalmenteconelcazadoryahoraerapresafácildeaquellamujer.

«Quién iba a decir que Brian Moore, finalmente, encontraría suigual.»

RebeccasintióenvidiadeAlexaSmith.Ellanecesitabatantosentirseprotegidayacompañada,necesitabatantotenerunhombrodondellorar...Talvezahoraélpodría ser todo loqueellaalgunavezsoñó.Solo teníaquevolverameterseensucorazónyquizáentoncesencontraríaasuladoun poco de sosiego, un poco de alivio ante tantas responsabilidades, unpocodecompañíaparatomardecisiones.

Deinmediato,elterrorinvadiósucuerpo.Sedesdijorápidamentedesuspensamientos:habíavenidobuscandootrofinynodebíaapartarsedesupropósito.

«Déjate de falsas ilusiones. Deja de soñar como si fueras unaadolescente,comosialgunavezhubieras tenidooportunidaddehacerlo.¿Acaso olvidas por todo lo que has tenido que pasar sola?Siempre hassidotúyAaroncontraelmundo,yasíseguirásiendo.»Lajovenlanzóunsuspiro.

RebeccaMinenoeraunafloja:lavida,losgolpes,lascircunstanciasquelehabíatocadoafrontaralolargodesuscasiveintiséisañoslahabíanhecho una dura mujer con un corazón de hierro, sin tiempo paraenamoramientos.

Sinembargo,pensarenél,recordarloquehabíanvivido,fomentabasus ilusiones, esas que toda mujer tiene pero que a ella le habían sidoarrebatadas muy temprano. Lo cierto era que jamás lo había olvidado.Para Rebecca lo que había pasado entre ellos no había sido solamentesexo:BeccaaúnestabaenamoradadeBrianMooreyélocupabaunsitiomuyimportanteensucorazón.

Cuandolohabíavistoenlabodadesuhermana,habíavueltoasentirla sensación de estar flotando y de ser nuevamente quinceañera. Sucorazón abrigó sueños. Brian era un hombre muy guapo y la visión

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completadeéleraespléndida.Cadapartedesucuerpoestabarepujadaconverdaderagraciayvigormasculino.Sinembargo,esossueñosprontosevieronempañadosyhechosañicoscuandoviodelaformaenquemirabaaAlexa;entoncessedijoqueloúnicoqueteníaquehacereracentrarseensuplanoriginal y nopensarmás en cursilerías baratas, porque el amoreraunsentimientoquenofigurabaensuglosario.Almenosnoelamorqueexisteentreunhombreyunamujer.

PorlamañanaBriansedespertóantesqueAlexa,yfueunasensaciónindisociablededeleitey lujuria laquepercibió sucorazónalverlaa sulado. Sorprendido de que nuevamente tuviera ganas de amarla, cediófinalmentealaintensidaddesudeseo.«Estamujervaasecarmivesículaseminal»,pensómientraslaabrazabaypegabasuerecciónasucadera.Ibaa disfrutar antes manoseándola un poquito. Delicadamente, corrió susmechasdoradasycomenzóadarlebesossuavesenelcuelloyeneloído,mientras que con sus manos acariciaba sus caderas y se aventuraba ameterlemanobajolasbragas.

—Déjamedormir,Brian.Meduelecadamúsculodelcuerpo.—Amítambiénmedueletremendamenteunmúsculoenparticular,y

necesitaquetúledesalivio.En aquel momento, unos golpecitos en la puerta vinieron a

interrumpirsusplanes.Eldesayuno.Congestocansino,Briansesentóenlacamay,trasdarsecuentade

quedeberíaesperaramástardeparaenterrarseenAlexa,selevantóyfuealvestidoraporunabata.

—Adelante,Lily—dijomientrasabríalapuertaparadejarpasaralamujer,quetraíaunabuenacantidaddemanjaressobreunabandeja—.Yomeocupo.Gracias.

Trascerrarlapuerta,empujóelcarrodeldesayunohastaelcostadode la cama y, a continuación, se subió a horcajadas sobre el cuerpoadormiladodesuchica.

—Vamos, belladurmiente, despierta.Mira todas las cosas ricasquenos han traído para comer— le decía engatusándola mientrasdesperdigababesosporsurostro,cuelloyelnacimientodesussenos,queamenazabanconescaparseporelescotedelpijamadeseda.

—Humm,¿quéhoraes?Tucamaesmuycómoda.

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—Lahoraadecuadaparaquedesayunemosyvayamosahacerloqueanochetedijequeharíamos.

Alexaabriólosojosylossintiópesados.Dejóescaparunprofundosuspiroylomiróhechizada.

—Tus labios lucen muy tentadores cuando despiertas. Se ven máscarnososaún.—SelosrecorrióconlosdedosyBriannopudoevitar latentacióndecaersobreellos.

Se dieron un beso exigente, que a punto estuvo de hacer olvidar eldesayunoyelrestodelosplanesqueBrianteníaparaambos.

—Tansolocincominutosmecostaríasumergirmeentiyconseguirun orgasmo. Empiezo a pensar que no es normal que provoques enmicuerpoestasansiaslocasdevivirdentrodeti.

Alexametiólamanoporentrelaaberturadelabatayleacariciólostestículos.Sintióensumanocómosupollapalpitabaantesuscaricias.

—Ahoralaquenoestájugandolimpioerestú.—Raravezjuegolimpio—repitiósufrase—.Creoquehassidoun

buenmaestro.—Peroestotendráqueesperar.Ahoradesayunemososeharátarde.—¿Adóndeiremos?Seacercóasuoído,lechupóellóbulodelaorejayledijo:—ElcapitánMooretellevaráanavegar.—¿Túpilotarás?—preguntóansiosayentusiasmada.Él secarcajeó

porcómolodijoylacorrigió.—Yotimonearé.—Siendo tus padres dueños de astilleros, nome extraña que sepas

hacerlo.Brianyaestabalisto,peroAlexaaúncontinuabaarreglándose.—Meadelantoparairpreparandotodoparasaliranavegar.—Estábien.Yacasiestoylista.—Notardes.Brian bajó y se dirigió al comedor, donde estaban a punto de

desayunarsuspadresyRebecca.—Buenosdías.¡Felizcumpleaños,mamá!SeacercóaGeraldineMayerylediounbesoenlamejillaaltiempo

queextendíaunacajaazuldejoyeríaconlasletrasdeHW.—Oh,hijo.UnHarryWinston.—Aúnnolohasvisto.

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—Veresasinicialesenlacajayamegarantizaqueseráhermoso.Geraldine abrió el estuche de joyería y quedó embelesada con el

brazaletequesuhijoleregalaba.—Esperfecto.Loestrenaréestanoche—comunicómientrasseponía

depieyloabrazaba.«¡Vaya! Tal vez debería hacerte más a menudo estos regalos. Al

menos así consigo un sentimiento de ti», caviló Brian con desidia yfrustraciónantelasuperficialidaddesumadre.

—Mira,Benji.Briansehalucidoesteañoconsuregalo.—Puesestabaesperandoaqueélbajase.Toma.Noshemospuestode

acuerdoesteañoparaqueestéspreciosaentufiesta.BenjaminMooreselevantóydeunmueblecercanosacóotroestuche

delamismajoyería,queabrióélmismo.UncollaryunospendientesquehacíanjuegoconelbrazaletequelehabíaregaladoBrianresplandecieron,pero no hasta el punto de opacar la sonrisa de satisfacción de aquellamujer.

—Oh,Dios.Nopuedocreercómomemimanmishombres.Gracias,querido—ledijoasuesposoaltiempoqueledabaundeslucidobesoenloslabios.

—Toma,Geri.Esteeselmío.Esperoqueteguste.—Setratabadeunreloj de pulsera—. Es un auténtico Olivia Burton, traído de Londresespecialmenteparati.Susdiseñossonmuychicparausaradiario.

—Meencantanlosdiseñosdesuscuadrantesconmariposas.Sonmuyoriginales.Gracias,querida.Esprecioso.

—Hayalgomás.UnclásicoenLondres.Toma.Esunacombinacióndefragancias.

Geraldine rompió el envoltorio y se encontró con un estuche deperfumeríadeunaconocidamarcalondinense.

—Oh, adoro los perfumes de Jo Malone, y los detallespersonalizadosdelasbotellas.TengoentendidoqueahorahaytiendasenNuevaYork.Graciasporeldetalledegrabarmisinicialesylafechaenlabotella.Mehalagasaberquehaspensadoenmíantesdevenir.

—Siempre, querida. Puedes aplicarlos solos o combinados, y creardeestaformaunanuevafragancia.

—Eresfabulosa,Becca.Ahora,sentémonosadesayunar.—YoyahedesayunadoconAlexa.Voyaprepararelboteparasalira

navegar.Ellaseestáterminandodearreglar.

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GeraldineenaquelmomentoibaasugerirlequeinvitaraaRebecca,peroBenjamindisimuladamenteletocólapiernaparadetenerla.

—Eldíaestáhermosoparaunpaseoenelmar—acotósupadre—.Quisieraenseñarteloscambiosquelehehechoalbote.

—Sí. Ya he mirado el tiempo y es más que propicio para dar unpaseo.

Salieronhacialaterrazayambossubieronallujosoyate.—Espero que te guste cómo ha quedado. —Subieron al puente

superior—.Mira.Hecambiadoeljoystickylapalancaporunadobleconlaaparienciade loscontrolesdeunavión.Esta tienecambio (DTS)yelacelerador digital es lo último en control suave y preciso. Ya verás logirosauténticosquepodrásdary lofácilqueserápilotarlo.Tambiénhereemplazado los motores. Ahora tiene tres que alcanzan una velocidadmáxima de 32 nudos. Ya sabes... Por si tienes que enfrentarte a algúnimprevisto de viento en elmar, y...mira, todas las pantallas indicadorassoninstrumentaldeúltimageneración.Lainstalacióneléctricaesnueva.

—¡Lacabinahaquedadofabulosa,papá!—¿Hasvisto?Elflybridgeestáequipadoconlomismoquelacabina

interior;echaunvistazoalGPS.Tambiénesnuevo,comoel radar.Hiceinstalar uno conmás potencia de frecuencia. Verás que todo es demásfácil lectura que los anteriores instrumentales. Las pantallas tienen latecnología que estamos utilizando ahora en nuestros astilleros. Todo estouch screen. El software ha sido diseñado por Industrias Miller.Comprobarás por ti mismo lo suave que ha quedado la dirección contodosestoscambios.Tedaráscuentaademásdelequilibrioquehaganadola embarcación.Mehabríahecho ilusiónque loprobáramos juntos—lepuso una mano sobre el hombro, que Brian miró extrañado—, peroseguramente no tendrás problema en el manejo de nada. Eres un grantimonel.

—He tenido un gran maestro, no puedo negarlo. Recuerdo quenavegarhasidodelaspocascosasquehemoscompartidotúyyo.

—No empieces, hijo. Estoy tratando de que tengamos una mejorrelación. Ya habrás notado que las últimas veces que nos hemosencontradonotehehechoningúnreproche.

—Nocreoqueseaprecisamenteporquemeentiendas.—Estoyintentándolo,hijo.Brianlomirócalculando.

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—Noereselúnicoquelointenta.¿Quétetraesentremanos,Moore?Porqueséquealgoestásplaneando;siteconozcounpoco,séqueesasí.EstásengatusándomeconNeptuno.Sabesqueamoelbotequemedejómiabuelo.

—Estoyhaciéndomemayor,Brian.Aunquemesientocontodasmisfacultadesyenergíasmuyplenas, losañospasany talvezsea tiempodedejardepelearcontigoyaceptartuspropiaselecciones.

—Sería bueno que comprendieras por fin quemi vida esmía y nounaextensióndelatuya.

Elsilenciolosinvadió,peroBenjaminseencargóderomperlo.—Ven.Vayamosbajolacubierta.Quieroqueveascómohanquedado

remozados los interiores.Mehubieragustadocambiar elbarcoporunonuevo,yaquesuergonomíadifiereconlosacabados.Podríahabertraídodirectamenteunodelosquefabricamosahora,peroséqueletienescariñoaesteporqueteloregalótuabuelo.

—Te agradezco que lo hayas mantenido. —Bajaron a la cabinainterior.

—Guau.Nopareceelmismobote.Todolucemuymoderno.—¿Tegustanlatapiceríaylamadera?—Hanquedadofabulosas—aseguróBrianmientraspasabalamano

portodaslasnuevastexturasyadmirabalacombinacióndelrobleoscuroconlatapiceríaencolornatural.

—Mira la cabina del armador. ¿Qué dices? ¿Te gusta cómo haquedado?

—Asombroso.Muylujoso.—HiceponertodoslosinterioresdelMayer50Flybridgedeesteaño.

Hay más espacios de almacenaje. Bajo la cama hay uno encubierto. Elbaño tieneunnuevodiseño; laduchaesmásespaciosayconunasiento.Venaverelpuenteinferior.Hicequenuestrosingenierosteadaptaranunaplataformasumergible.

—Nopuedocreerloquehanhechoconmibote.—Trabajamosduro.Prácticamentequedóelcascopeladoylohemos

ensamblado todo como si se tratara de un último modelo; sabía quevendríasparaelcumpleañosdetumadreyqueríaqueestuvieralistoparaestosdías.

—Gracias.Aprecioeltrabajoquehabéishecho.Mehassorprendido.—Mealegrasaberlo.—Sefundieronenunabrazoconpalmadasen

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laespalda.—Iré a decirle aLily quenos prepare provisiones para almorzar a

bordo.Memueroporprobarlo.Vuelvoenseguida.—Deja.Yaselodigoyo.Quédatedescubriendolosdetalles.Brian estaba disfrutando de la nueva apariencia de su bote, cuando

sintióquealguiensubíaabordo.—¿Alexa,erestú?Estoyenlacabinainferior.—NoesAlexa,soyyo.—Hola,Rebecca.—¿Puedo?—Adelante,pasa.—Guau.Estebotehacambiadomuchodesdelaúltimavezqueestuve

enél.—Mipadreloharemozadorecientemente.—Veoqueaúnllevasatuschicasanavegar;dicenqueelzorropierde

elpeloperonolasmañas.Brian frunció la boca y entrecerró los ojos calculando las

derivacionesdesuspalabras,peronolecontestó.—Aún tengo muy presente nuestra primera vez. Fue aquí, ¿lo

recuerdas?—¿AdóndequieresllegarBecca?¿Porquéhasdehablardelpasado

ahora?¿Tienealgunaimportanciaacaso?

Mientrastanto,adentro,Alexahabíabajado;llevabapuestosunbikinidoradoyunpareonegroanudadoalcuello.

—Buenosdías...—Buenosdías,Alexa—contestóBenjamin,queestabasentadoenla

terrazaleyendo.Bajóelperiódicoylaestudióporentrelasgafas.Geraldine bajó la revista de moda que hojeaba y le destinó una

miradaquelarecorriódepuntaapunta.—¡Feliz cumpleaños, Geraldine!—Alexa se acercó a saludarla y a

ellanolequedóotraqueaceptarelcumplido.—Muchasgracias.Deinmediato,lajovenhurgóensubolsoplayeroysacóunestuche.—Esperoqueteguste.Esunajoyadelaépocavictoriana.Creoque

quedarámuybienentucuello.

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LasmanosdeAlexaestabansudandoyaunqueintentabacontenersesesentíatemblorosa.

GeraldineMayersecruzódepiernas,ycon totalparsimoniadejóaunladolarevistaquesosteníapara tomardemanosdeAlexaelestuche.Sedemoróconinusitadaintención,obligándolaadejarelbrazoextendidomástiempodelonormal.

Elcollarseveíaimponente.Eraunaconjuntovintagedebrillantesyrubíes.Noeranmuypuros.Senotabaen la transparenciade laspiedras,pero era arte del siglo XIX y, por extensión, una pieza de gran valormonetario.

—Seveexótico,perolaspiedrasnosonmuybuenas,¿no?—Es arte de la época victoriana. Te puedo asegurar que tiene el

mismovalordeunTiffany’sodeunWinston,perosinotegusta...—Oh,no,no.Esunahermosapieza,pero...quémaníatenéistúymi

hijaderegalarcosasviejas.—Lo siento. Creí que te sentirías halagada. Es una pieza única. Si

entendierasunpocodeartesabríaselvalorquetiene.Estabaconvencidadequeesoeraimportanteparati,elvalormonetario.

Alexadiomediavueltaparairse.«Vieja perra. Me gasté hasta lo que no tenía. No sé cuándo le

terminarédedevolvereldineroaEdmoncito.Yesoqueélmeloadvirtió,pero soy una estúpida que aún cree que todo es como en el país de lasmaravillas.»

Sin embargo, tras comprender que no podía dejar que la siguieranpisoteando,sevolvió;sencillamentenopodíadejar lascosasasí.Esenoerasucarácteryestabacansadadeaguantarsusgroserías.SabíaDiosquelohabíaintentado,peroelvolcánquehabíaensuinteriornoseaquietóytodoterminóestallando:

—Lamentomuchonocaerteengracia.Séquenomesoportas,peroal menos podrías hacerlo por tu hijo; yo tampoco te soporto, pero lointentoporél.Elamorsignificasacrificios,ypisartusueloteaseguroquesignificaungran sacrificiopormiparte. ¿Oacasocreesquememueroporestaren tuMANSIÓN?Sihubierasidopormínohubieravenido,ymenos gastado un céntimo en ti, que no lo mereces. ¿Te crees muysuperioramí?Pueslociertoesquenocreoqueseassuperioranadiesolopor tener una cuenta abultada en el banco. El apellido que llevasme lopaso...

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—Oh...—Sí. Asústate de mi mal vocabulario, pero espera que termine la

frase,asíteasustasmás:mepasotuapellidoporelculo,GeraldineMayer.Y usted no se haga el que no oye lo que estoy diciendo. Su apellidotambiénmelopasaríaporelmismolado,perolamentablementeeselquellevaBrianysoloporélnolomaldigo.Noolvidotodoloqueustedmedijoenlabodadesuhija.Sédesobralohipócritasquesonustedesdos.

»Ydejedemirarmeelculo,Benjamin,quees loquehacecadavezqueledoylaespalda.Aversiatiendeunpocomejoramisuegro,queridasuegra;sevequeandanecesitadoelabueloMoore.

Salió de allí hecha una furia. Necesitaba serenarse antes de ver aBrian; no quería que se enterara de su pelea; sabía que los Moore nodiríannada.Respiróprofundamenteycontóhastadiez,yensayandounaenormesonrisasepreparóasubiralbote.

Las voces que provenían desde dentro, la de Brian y Rebecca, ladetuvieron. Se escondió para escuchar la conversación y rogó por queBrian no se la estuviera tirando.Con los nervios como los tenía, estabadispuestaatirarlosaambosporlaborda.

—Entrar aquí me ha hecho recordar... Éramos dos adolescentesinexpertos.Yomás que tú. Estabamuy asustada ese día, pero solamentequeríaestarcontigoyhacertefeliz,sertodoloqueesperabasdeunachica.No quería desilusionarte. Cuando empezaste a desvestirme yo estabatemblandodemiedo,perofuistemuycaballero.Meofrecistepararsinoestaba segura. Te dije que lo estaba; simplemente temía no superar tusexpectativas.Esome lo callé.A esa edadno se es tan audazyuno tienemiedo de hacer papelones. Tú eras de los chicos más populares delcolegioytodaslaschicasmoríanporti—ellasonriómientraslepasabaundedoparadelimitarsumandíbula—.Esonohacambiado.Tehasvueltomáspopularcontuprofesión.Fueronmesesmuybonitoslosquevivimos.Nuncahevueltoa sentir lasmismascosquillasenel estómagoque sentícuandoestabaatulado.

Alexa permanecía en silencio y oculta, y pugnaba porque laslágrimasnoseleescaparan.

—Túlohasdicho.Fuemuybonitoeltiempoqueduró.—Talvezsilohubiéramosintentandoconmásganas,nonoshabrían

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separado.—Nosseparamosporqueasíloquisimos.—Túytuspadresloquerían...—¿Túno?Yademásjamásregresaste.—¿Acaso tenía sentido hacerlo?Me querías fuera de tu vida, todos

mequeríaislejos.—Rebecca, creo que no tiene sentido regresar al pasado estos días.

Paramíestáenterradohacemucho.«Chúpate esa mandarina, huerfanita arrastrada», pensó Alexa con

orgullo.—Noquisieradecircosasquetehagansentirmal,porque,comobien

hasdicho,loquetuvimosfuehermosoeltiempoqueduró.Perotambiénesciertoquenoestábamospreparadosparaafrontarlaresponsabilidaddeunafamilia.Éramosdemasiadojóvenes.

»Yporsinotehasdadocuenta,quieroaclarartequeestoyconAlexaymepareceunafaltaderespetoestarhablandodeesto;siellallegaraeneste preciso instante, no sería agradable. Lo nuestro es pasado, y enmipresente estoy profundamente enamorado de ella. Te pido que notoquemosmásestetema.Creoquetambiénesunamaneradenofaltarnoselrespetonosotros,porloquetuvimosBecca,porloquefue.

«Oh, Dios, voy a ponerme a llorar. —Alexa se tocó los ojos—.¿Cómoharéparaquenosedencuentaqueloheoídotodo?»

—Yaestoy lista.—Fingióasombrarsecon lapresenciadeBecca—.Hola, Rebecca —dijo Alexa haciendo una aparición muy jovial. Brianestaba pálido y había enmudecido de golpe. Ella lo cogió con ambasmanosdelrostroyleestampóunbesobastantelascivoenloslabios.

—Hola, Alexa. Que disfrutéis del paseo. No os entretengomás. Séque Brian está deseando alejarse y fondear en mar abierto; conozco elritual con sus chicas. Nunca es un simple recorrido. Él se encarga dehacerlosmuymemorables.

»¿Dónde tienes planeado llevarla? Es de suponer que no quieres anadie cerca. Recuerdo muy bien los planes de navegación que teníasconmigo.

Alexa estaba contando hasta veinte de ida y vuelta para no lanzarlapor estribor, en el momento en que Brian la frenó con un tono deadvertencia.

—Esmuydesagradable loque estáshaciendo,Rebecca.Serámejor

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queestaconversacióntermine.Queremosirnos.—Notepreocupes.Brianestáintentandoofendermeperonolohace.

Suscomentariosnomemolestan.Todostenemosunpasado,¿verdad?»QueridaRebecca,noteesfuercespordesagradarme,nitampocoen

demostrarquetuvistealgoconél,porqueloúnicoquemeinteresaesquesoysupresente.Elpasadoessimplementeunaconcatenaciónderecuerdosenterradosqueamímetraensincuidado.

Brianestabaapuntode resguardar suspartes íntimascuandoAlexacontestó tan tranquilamente.Ella lohabía sorprendidoconuna respuestacalmada y estaba actuando muy sosegadamente; se preguntó si deberíasentirmiedo,porquesabíaquecuandoellaestallarahabríauna reacciónencadenaynadaquedaríaenpie.Sepasólamanoporlafrente.

—Entiendo que te sientas especial a su lado. Sé lo que Brian hacesentir—apostillóRebecca.

—Nome cabe duda de que lo sabesmuy bien. Sé que estuvisteis apunto de tener un hijo. —Rebecca la miró con mucho odio. No podíasoportar que hablara tan livianamente de la familia que casi habíanformado.Elcomentariolahabíapilladoporsorpresa—.Porconsiguiente,séquehassidoalguienmuyespecialensuvida.Sinembargo,aunquetecrees con no sé qué derecho a hacer ciertos comentarios, déjameiluminarteparaquenotesientastanespecial:tú—lehincóundedoenelpecho— fuiste dueña de su inexperiencia. Lo que tuvo contigo fueexactamente un error de cálculo. En cambio, yo soy dueña de toda suexperiencia, y ten por seguro que se ha superado. Lástima que no lopodrásprobar.¿Quépasa,Becca?Cuandoelsarcasmovadirigidoaunomismoyanoestanagradableserprotagonista,¿verdad?

—Bastaya,porfavor.Estoesrealmentemuyincómodoyparanadaagradable.Ambasestáisactuandodeformamuynecia—dijoélintentandoponerpuntofinalalaconversación.

—Estoyadulándote,Brian.Ynoesuncumplido.Además,noolvidoqueestásaquíamilado.Sinofueraasí,ellayaestaríacalva.

—Alexa,porfavor.—Mejormevoy—dijoRebecca.—Sí,mejor vete, si es que no quieres esta noche ir a la fiesta con

peluca,porqueestoyapuntodenodejarteunpeloenlacabeza.Rebecca los miró a ambos y sonrió mordaz. Luego salió hacia

cubierta y la rubia quiso ir tras ella para cumplir su promesa. Sin

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embargo,Brianlogródetenerla.Finalmente,cuandoBeccaestababajandodelbote,lesdijo:—Aúnnohejugadomiúltimacarta.Notesientas tantriunfal.Mira

quepuedotenerunasenlamanga.—¿Quéhasdicho,larvainmunda?Brianlasostuvoconmásfuerza.—Vetedeunavez,Rebecca—gritóél—.Noentresensujuego—le

hablóaAlexa—.Soloquieremolestarte.—Déjame,Brian.Nosabeconquiénsehametidoytejuroqueestoy

hartadeguardarlasformascontodos.—Losiento,losiento.¡Quéfindesemanademierda!Noesjustoque

tehayatraídoaquíytehayahechopasarportodoesto.Primeromimadreyahoraella.Lolamentomucho—leexplicóaloídomientraslaabrazabapordetrás.

Ellalosintiótensotrassuespalda,yensuvozseadvertíaloapenadoqueestaba.Intentócalmarse.Sediolavuelta,loagarródelcuelloyhundiósurostroenél.

—¡Quéfamiliaresdemierdanoshantocadoensuerte!—¿Familiares?—Brian sepuso alerta—. ¿Acaso te hanhecho algo

másmispadres?—No,noeseso.Eraunamaneradehablar.—Siquieresnosvamos.Noesjustoquenosquedemos.Debíhaberte

hecho caso y que nos fuéramos a un hotel. Quería que ellos tuvieranoportunidaddeconocerte,ynopenséjamásqueRebeccaactuaríaasí,peroevidentemente,despuésdetantosaños,ellaesunadesconociday...

—Senotaalaleguaqueaúntetieneganas.Telodijeanoche.Nomehagasrecordar,porquemebajoylearrancotodoslospelos.—Deprontorecapacitó—. Esto es denigrante. Jamás he peleado por ningún hombre,peroquenomebusque.

—Cálmate,rubia.Solomegustastú.—Losé.Escuchétodoloqueledijiste.Losiento,nopudeevitarlo.—

Se acariciaron el rostromientras permanecían abrazados—. ¿De verdadestásenamoradodemí?

—¿Túquecrees?Jamásheestadotancoladopornadie.Sebesaron.—¿Quieresquenosvayamos?—volvióapreguntarleBriancuando

sesepararon.

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—Séqueesimportanteparatiquetuspadresyyonosllevemosbien,aunque no lo quieras reconocer; sé que para ti es significativa suaprobación.Asíqueno,nonosiremos.Elamoressacrificioyentrega,y...yoestoydispuestaahacerlo todopor ti,yaentregarte todo lomejordemí.

—Oí alguna vez que en una pareja siempre es un cincuenta y uncincuenta:estoyempezandoaentenderaquésereferían.

Ellarespirómuyprofundamente.Cerrólosojosy,cuandolosabrió,ledijo:

—Loquesientotambiénesnuevoparamí.Nuncaanteshabíasentidoalgo parecido... también creo que estoy enamorada de ti. Ya está. Lo hedicho.Aunquemepareceunpococursiestaromanticonada,entiendoquenecesitasoírlomismoquemegustaescucharamí.

—Antes tambiéncreíaquedecirpalabrasbellaseracursiosíntomadedebilidad.Sinembargo,atuladonolosientoasí.Graciasporhacerelesfuerzo. —Brian levantó la mano, y Alexa sonrió echando la cabezahaciaatrás—.Cincuentaycincuenta.

Ellalevantósumanoylachocóconladeél.—Cincuentaycincuenta.—Bueno,ahoravayamosanavegar.—Asusórdenes,capitánMoore.Serésumarinerita.

RebeccapasódelantedeBenjaminyGeraldinebastantedesencajada.SusplanesparareconquistaraBriancadavezestabanmáscomplicados.

—Oh,pero,¿quélehabrápasado?EstabaconBrian,¿no?—Sí,Geraldine, pero a tu hijo le gusta la grasa de las capitales, y

prefiereesoacomercaviar.Debemosactuarrápido,yhacerqueseolvidedeAlexa.Dios—levantólasmanoshaciaelcielo—,tuhijoytuhijavanamatarmedeuninfarto.

—Nimelodigas.¿Quépensaránnuestrosamigoscuandoseenterendequetieneamoríosconlaempleadadesuhermana?

—Esoes loquemenosmepreocupa.Lagente está acostumbrada asuscorreríasamorosasporlasrevistasy,pormuchoquenospese,sehanhabituado.Perolonecesitodenuestrolado,yyahasvistoqueesanonossoportaynoharámásqueponerloennuestracontra:debemossacarladenuestro camino. Brian debe ser el próximo heredero del sillón

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presidencialdelosastilleros.Debecederyaccederaperfeccionarseparallevarnuestraempresa,peroparaesonecesitoquesumentalidadcambie.Necesitoqueempieceapensarcomounhombredenegociosysedejedehistorias absurdas. Debe entender que cuando uno lleva a cuestas unapellidoconhistoriaypoder,elcorazónnocuenta.

Beccahabíaentradoensuhabitación.Desdelaventana,fuetestigodecadaunadelasaccionesdeBrian.Sumusculaturabrotabaexuberanteconcada movimiento y resaltaba bajo los rayos del sol, al tiempo que seencargaba de levantar las defensas del lado de babor y soltar amarras.Verlotandespreocupadolallenódeirayelrencorquehabíaacumuladoduranteañosparecióacrecentarse.Estabadesesperadaporquenadade loqueellahacíaparallamarsuatenciónparecíaserlocorrecto,yeltiemposeagotaba.EstabafuriosaylatomóconAlexa.

«Malditainfeliz.Laodio,laaborrezcocontodamialma.Laquitarédemicaminocomosea.»

Casiochoañosatrás,Brianysufamiliaselahabíansacadoaelladeencimacomoquiensedeshacedeunaropaqueyanopiensausarmás,yentoncesRebeccanohabía tenidomásremedioquehuirconsupequeñosecreto;ahorahabíaregresadoaporlarevancha.

En un acto de franco desconcierto emocional, probó sacudir lacabezaparaaclararsusideasperonoparecíaconseguirlo.Cogióconlasmanossucabezaatormentadaysintióganasdegritarydeecharseen lacama a llorar, pero aunque sentía que sus fuerzas y determinación laabandonaban,nopodíadarseeselujo.HabíallegadoaEstadosUnidosconunplanmuybienorquestado,peroahoratodoestabayéndosealgarete.

Mirabacondeterminaciónatravésdelaventana.CadavezquepodíaBrian tocaba a Alexa. Habían subido al puente superior y él la teníasentadaensusrodillas,sumanoancladaenelmuslomientrasleexplicabaparaquéservíacadapantallaycadapalancademando.Lehablabamuydecercaylaseducíaconsualiento.Rebeccaconocíamuybiensuritual.Sintemoraequivocarse,sabíaqueahoraleharíacogereljoystick,yella,bajosu supervisión, sería la encargada de mover el bote y lo alejaría de laorilla.

Al advertirque la embarcacióncomenzabaamoverse,unapunzadaen el estómago pareció atravesarla: se iban juntos, despreocupados de

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todoloqueaellalepasaba.Sindarsecuentasuslágrimasbrotaron,peronosepermitióllorar.Nopodíadarseellujodeningunadebilidad.Aaronla necesitaba fuerte; además, había prometido hacía mucho que ningúnotroMoorelaharíallorar.

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21

«Haypasionesquelaprudenciaenciendeyquenoexistiríansinelriesgoqueprovocan.»

JULESBARBEYD’AUREVILLY

—Brian,tengomiedodechocarconotrobote.—No lo harás. ¿Ves que se mueve muy despacio? Prueba tú. Yo

tendrémimanosobrelatuya.—Aaaaaaaaaaaaah,seestámoviendo,loestoymoviendo.Ambossecarcajearonyéllemordióelcarrillo.—Mira a los lados. ¿Ves que es muy fácil de conducir? Cuando

calculesqueyapasa,cambialamarchahaciaadelante.Saldremosdespacioporelcanal.

—Estoyemocionada.Loestoyconduciendo.Navegaron por los canales hasta salir a mar abierto. Recorrieron

algunasmillashasta alejarse lo suficientede laorilla, hastaque la líneadelhorizontesoloeraundestello.

—Fondearemosaquíynosiremosalaproaatomarelsol,¿quieres?—Mepareceperfecto.Serespiramuchapazenestesitio.—Solostúyyo,alejadosdetodoydetodos.—Suenafabuloso.—Serámejorquereforcemosnuestroprotectorsolar,porqueelsol

estámuyfuerte.—Sí,porfavor.Noquieropareceruncamarónestanoche.—Ven.Bajadelflybridge.Élibapordelante.Caminabaysemovíaconagilidadyautodominio.

Entonceslacogiódelamanoparaayudarlaaquetambiénlohiciera.EntraronenlacabinainferioryAlexafueaporsubolso,dondetenía

protector solar. Mientras tanto, Brian se encargó de preparar algunasfrutas,quesoybebidasparallevaracubierta.

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—Nosalgodemiasombrodelacantidaddeespaciosquehayenestebote—indicóAlexamientrasayudabaaBrianparatrasladartodofuera.

—¿Tegusta?—Meencanta.Esmágico.¿Ydicesqueteloregalótuabuelo?—Sí.Porsupuestoquenosiemprefuecomolovesahora.Mipadre

lohaidoreformandoparaqueparecieraactual.—Sí, me has dicho que todo luce como nuevo. Es un apartamento

sobreelmar.—Contodaslascomodidades.Pasaremosundíabonito,yaverás.Voy

aponermúsica.Estaban tumbados sobre las colchonetas de proa sobre la carena,

mientrasoíanunaseleccióndetemasqueBrianhabíaelegido,lamayoríaclásicos.Habíaacabadoel temaLosingmyReligion[3] deR.E.My ahorasonabaKeane,quecantabaSomewhereOnlyWeKnow.[4]

—Quítate la parte de arriba del bikini. Así no te quedará ningunamarca;estamossolosenmediodelmar.

Élmismodesanudólapiezamientrasleaplicabaprotectorsolar.—Mejor, porque no quiero que esta noche se me vea ninguna

marquita.—Silodeseasnotenemosporquéirestanochealafiesta.Telodigo

enserio.—Claro que iremos. Quiero estrenar el vestido que me compré.

Además, estarán Oli y Noah, y tú conmigo, así que me sentiré muyacompañada.Tuspadresnomequierenallí,¿verdad?

—No han dicho nada. No es eso. Es solo que no quiero ningúnmalentendidomás.Detodasformas,hablaréconRebecca,porquenomehagustadocómosehacomportadohoy.

—Preferiríaquenolohicieras.—¿Desconfíasdemí?—No,tejuroqueno.Dequiendesconfíoesdeella.—Locogiódel

rostroylediounbesomullidoenloslabios—.Simplementecreoquenodebemos darle más importancia de la que tiene; si hablas con ella sesaldríaconlasuya.Toma,comeunauva.Estánriquísimas.

Brianabriólabocay,cuandoellaselametió,lemordiólosdedos.—¿Sabes?Heestadopensando,ymegustaríaabrirunrestauranteen

Nueva York. Quiero invertir ciertos ahorros que tengo. He estadohaciendoaveriguacionesycreotenerunmuybuennegocioentremanos.

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Es otro de los cambios que quiero para mí. Estoy súper entusiasmadopreparandomitesis,también.

—Perotúnosabesnadaderestaurantes.—Bueno.Nosoyunexperto,perocontantoviajecomohehechote

aseguro que algo de restaurantes sé. Al menos, sé dónde me gustasentarme a comer. Creo que eso es un punto importante. Además, micarrerameserviráparapoderadministrarlobien;heretomadoloslibrosy,comotedije,terminarémitesisparavolveraponermealdía.

—Y,¿quétipoderestauranteeselquequieresponer?—Quiero que sea como un estiatorio griego, pero muy lujoso. Y

grande, muy grande. Y que haya una gran zona donde se exhiban losalimentosfrescosqueseutilizaránenlosplatillos.Deseoquetodoestéalavistadelcliente,queenel lugarhayamuchapiedra,columnas,queelsitioestéambientadoparaquequienesvayansesientanenGrecia.

—Vaya.Lotienesmuypensadotodo.—Esunaideaquedesdehaceuntiempomerondaporlacabeza,yen

losdíasquepaséenNuevaYorkestuveconalgunosagentesinmobiliariosparaquemeconsiguieranunbuenlugar; tienequesercercanoalrío.Sipudiera conseguir un local convistas a este sería fantástico.Quieroquehaya también una zona para eventos alejada del comedor, y otra parareuniones ejecutivas. Esa tiene que ser una zona donde no lleguen losruidosparaquelosclientestengantranquilidadypuedancomunicarse.Enfin,tengoinfinidaddeideas.¿Quédices?

—Pareceunmuybuenproyecto.—¿Te gustaría encargarte de conseguir todo el arte para el lugar?

¿Tesumasentonces?—¿Yo?—Sí,tú.Séqueportrabajarenlagaleríademihermanasabesdónde

buscaryconquiéncontactarparaconseguirbuenascosas.¿Aceptas?—Meencantaráformarpartedelproyecto.Alexaseabalanzósobreél,queestabatumbadodecostado,mientras

lehablaba,yseletiróencimaparallenarlodebesos.—Túyyojuntosenunproyecto.Meencantalaidea.—¿Socia,entonces?—¿Tusocia?¿Tehasvueltoloco?No,¿cómocrees?Sinotengoun

dólar para invertir; esmás,mi cuenta está casi en números rojos.Vivocasialdía,yaquelaoperacióndemaminasellevócasiporcompletomis

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ahorros;elsegurosocialnolocubríatodo.Inclusolehetenidoquepedirun préstamo a Edmond para comprarle el regalo que le he hecho a tumadre.

—¿Quélehascompradoamimadre?—Yaselohedado,perocreoquenolehagustadomucho.—Sabíaquealgotehabíahecho.¿Quéhapasado?—Nada,nada,teloprometo.Soloesmipercepción.«¿Porquénoaprenderéacerrarmibocaza?»—Sehamostradomuyagradecidacuandolohavisto—intentósonar

todo lo convincente quepudo—,pero intuyoquenohe acertado con suestilo.

—¿Quélehasregalado?—Unconjuntodejoyasdelaépocavictoriana.—¿Estás loca? ¡Eso tiene que haberte costado mucho dinero! Pero

entonces despreocúpate, porque las joyas le encantan. Siempre le estápidiendo a Olivia que le consiga piezas únicas. Igualmente no deberíashabertegastadotanto.

«¡Viejazorra!Disimulómuybienquebabeabaporelregalo.»—Yconrespectoa laoperacióndeBaddie,mejorno toquemosese

tema.Recuerdolomuchoquediscutimoscuandoquisehacermecargodeesacuenta.

—Esqueyonosoytumantenida,Brian.¿Cuándoloentenderás?—Siyonecesitaradineroytúlotuvieras,¿nomeayudarías?—Porsupuestoquesí,peroesoyalohemosdiscutido;yotambiénlo

teníaynohacíafaltaquetúmelodieras.Noempecemosnuevamente.—Bueno, ¿aceptas o no ser mi socia? Tu asesoramiento, y

seguramentetodoeltrabajoquevendrá,cuentan;yopongoelcapitalytúlosconocimientosycontactosqueposees.

—Dejadeengatusarme.TodoesoselopodríaspedirgratisaOli.—Olivia no tiene tiempo y tu tiempo es valioso. Por eso quiero

incluirteenelnegocio.—Nosé,nomeparecejusto.—Vamos,noseastonta.Aportarástrabajoalasociedad.Sequedaronmirandoporunosinstantes...—Va,noseastanterca.—Bueno, acepto, pero mi porcentaje en las ganancias será acorde

conloqueaporto.Osea,algoasícomo...unbuensueldoynadamás.

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—Yalodecidiremos.Detodasformas,alprincipioquizániveamosganancias.

—Pensemos en positivo. Necesitamos una buena campaña demarketing, hacer explotar las redes sociales; además, contamos con laventajadequecomoteconocenenelmedio,seguramentelaprensapodrádarteespacioparapromoción.Esoseráungrandisparador.

—Hepensadoqueparacuandotodoestélisto,podríamosorganizarla puesta en marcha con gente enteramente de prensa y personalidadesfamosas,comoenelestrenodeunapelícula.

—¿Haspensadoenelnombre?—No.AlgoquetengaqueverconGrecia...Nosé,Atenasesunade

susprincipalesciudades.—¿QuétepareceElTemplo?—Megusta,peronoentiendoloquetienequeverconGrecia.—Déjame explicarte, que ya he comenzado a divagar y mi cabeza

estáfuncionandoamil.HepensadoenPoseidón,queesunodelosdiosesmás importantes de la antiguaGrecia, y, como los restaurantes griegosofrecencomidamediterránea,cuyosplatillosestánbasadosensumayoríaenpescadosfrescosyfrutosdemar,loheconsideradoporsereldiosdelmar.—Brian la escuchaba atentamente y asentía con la cabezamientrasenredaba sus dedos con los suyos—.Seme ha ocurrido que podríamosconseguiralgúnartistalocalquenoshicieraunaestatuadelgranPoseidónpara poner en alguna parte, tal vez en un buen recibidor que les dé labienvenida demanera teatral, desde donde no se pueda ver el comedor.Podríamos también ambientar el lugar como si fuera un templo griego,con telas, columnas, frisos, jarrones; en fin, hacer una réplica de untemplo. Simal no recuerdo en lo que he leído, desde el sitio donde seencuentra erigido el templo de Poseidón en el cabo Súnion se puedenapreciar las más bellas puestas del sol y las mejores lunas, y esopodríamosproyectarloenalgunapantalladeled.

—Eres fantástica.—La cogió por la nuca y le depositó un húmedobesoen los labios—.Acabodedarmecuenta:¿sabescómose llamaesteyate?

Ellaasintióconlacabeza.—Neptuno.Loleíantesdesubir.—Ambossesonrieronexultantes—.

ElnombredePoseidónenlatín.Seabrazaronfelicesysebesaronconansia,ydeinmediatolasmanos

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deBriannopudierondetenersesobrelapieldeAlexacalentadaporelsol.Sus senos brillaban y el sol parecía reflejarse en sus redondeces. Losbesosquesedabansiempreeransuficientesparaprovocaradecuadamentetodaslaspartesdesuscuerpos.

—Son perfectos—le aseguró mientras los acariciaba e imaginabatodas las cosas depravadas que le haría—.Quiero hacerte el amor aquí,bajoelcielo.

—Estás loco. Vayamos abajo, soy osada, pero... me siento muyexpuestaaquí.

—Teprometoquevasaolvidartedetodo,inclusodedondeestamos.Además,nonospuedevernadieporqueestamoscompletamentesolos.

Alexa miró a su alrededor, pensándoselo, y comprobando ademásqueefectivamentenohabíaniunamoscavolandoenvariasmillas.

En aquelmomento, Pony,[5] la canción interpretada por Ginuwine,comenzóasonaryBrianacompañóelritmoconsupelvis,quelerogabaansiosoenterrarseenellamientrasdepositababesospor todasupiel; suprofusaerecciónsolamentequeríahacersepasoensusexo.

—Montamipony,nena—lemanifestórisueñohaciendoalusiónalafrasedelacanción,yAlexaseriomientraslaacariciabaíntimamente.Lehabía quitado el traje de baño y se aventuraba en busca de sus sedosospliegues.EllaestabayatanmojadaquesusfluidosnotardaronenempaparlosdedosdeBrian,provocandoquelasangreensupollaseacumularaypalpitara ansiosa. Sus manos no estaban dispuestas a detenerse, y deinmediatosusdedoscomenzaronabombearconmásintensidadyfuerzadentroyfueradesuvagina,loqueprovocóquesurespiraciónsevolvieraentrecortada.Consiguióarrancarlegemidosydejarlasinrespiración,casialbordedelorgasmo.

Alexa, por su parte, envuelta en la seducción que sus dedosplaneaban,anhelante,lebajóelbañadortambiénaél.

—Vamos a ponernos peligrosos, cariño—le cantó Brian juguetónsobresubocamientraslemordíaellabioinferiorytironeabadeél—.Tesientocercademí—prosiguió,repitiendolaletradelacanciónmientrasfrotabaelfaloporsuhendidura.

Alexa, tomándolopor lanuca, seapropióde suboca,y se sintió ladueña de su absoluta rendición, aunque tan solo bastaron unos pocosinstantesparasaberquiéneraelqueseestabarindiendoaquién.

Un calor abrasador los cercó y, sin contención, se amaron

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intensamente de una manera casi salvaje. Brian se clavó de forma casibrutal en ella entre besos, caricias interminables, gemidos y gritoslujuriosos que no se preocuparon en detener, porque allí donde estabansolo ellos eran testigos de la explosión sexual que sus cuerposexperimentaronalsaciarseenelotro.

—Tu cuerpome deja sin opciones. Dejo de razonar y solo quierosentirte —le dijo entre resuellos a consecuencia del reciente orgasmo,sentadofrenteaellayaúnconelsexoensuinterior.

Brianmoviólamanosobresuespaldaylaacarició,yelvientohizoquesucabellolecosquillearasobrelasmanos,quelasosteníanaferradacontrasupecho.

—Me ha gustado mucho —le contestó ella después de tomar unahondabocanadadeaireyproveersedeesaracióndeoxígenoextra—.Mesiento muy cerca de ti, Brian. Me gusta mucho esta nueva etapa denosotros juntos. Siento que ambos estamos más comprometidos con loquesentimos.

Separaron la íntima unión que les proporcionaban sus sexos, perocontinuaronunofrentealotroabrazados.

—Tambiényo lo sientoasí.Meencuentromuycómodoa tu ladoyme encanta que tengamos planes juntos. Además, poco a poco, voydescubriendoquetenemosmáscosasencomúndeloquecreíamos.

—Ajá.Ella recostó la cabeza sobre suhombroydisfrutódel cobijo de su

cuerpomientrasleacariciabalanuca.—Debemos movernos. No podemos quedarnos todo el tiempo así,

Brian.—¿Quiénhadichoqueno?Meencantaestardeestaforma.—Amítambiénmeencanta,peroescapaamipoderdecomprensión

quenosdeseemostanto.—Puesnopiensoresistirmeaestoquesientoyademásesperopoder

ponerleremediocadavezquetedesee.Pasaron otros minutos en silencio disfrutando de las lánguidas

cariciasqueseofrecían,hastaqueAlexasemovió,levantólacabezaylomirófijamentealosojos.

—¿Puedopreguntartealgo?—Porsupuesto.—¿Nuncahaspensadoen trabajarenelastillerode tu familia?Hoy

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hepodidocomprobarcuántoteapasionalanáutica;mientraspilotabastuyateymeexplicabas,estabascomopezenelagua.Meatreveríaadecir,ycasisintemoraequivocarme,queseríauntrabajoquedisfrutaríasmucho.—Le delimitó los rasgos de la cara mientras le hablaba—. ¿Por quéquieresinvertirenunrestaurante?

—¿Conmi padre respirando trasmi nuca? No lo creo. Nunca noshemosllevadobien.Pensamosmuydiferente.Quieroabrirmemipropiocaminosindependerdemipadre;notienesideadeloqueesvivirbajosusórdenes.

—Pero, tarde o temprano, el negocio pasará a tus manos. Esinevitable.

—Pues, llegado el momento, me haré cargo de lo que deba. Porahorano estoy interesado, puestoquemipadreyyo tenemos conceptosmuy diferentes en todo; jamás lograríamos entendernos. Trabajar a suladosolonosllevaríaaagrietarmuchomáslarelaciónqueaduraspenasmantenemos.

»¿Porquémepreguntasesto?HastahaceunosminutosparecíasmuyentusiasmadaconlaaperturadeElTemplo.

—Esque...noesqueamímeimporte,bueno,enpartesí;meimportaporósmosis,porquetodoloqueatiteimportaamímeimporta,yséquetúdeseasqueellosmeaprueben,ysiabrimosjuntoseserestaurante...medejaráfrenteaelloscomolagranmanipuladoraquetealejadetudestino.

Brianlediobesosmuydulcesenloslabios.—¿Quéideassonesas?Nonecesitosuaprobaciónparaestarcontigo.

Noteconfundas.Soloapeloaqueseabranyteconozcanyveanentitodoloqueyohedescubierto,ysinologranhacerloyveralagranmujerqueyoveo, esomedemostrará simplementeque sonunosneciosyobtusos,cosa que ya sé, pero como soy en el fondo un sentimental que siempreesperaquemispadressevuelvannormales...

—Esincreíble.Apesardehabercrecidoenambientesmuydiferentes,tú y yo tenemos muchas cosas en común: ambos hubiéramos deseadocrecerenuna familianormal.ClaroqueHannahnoescomparablea tuspadres.Cualquieraesmásnormalqueella.

—Esolodicesporqueatinotehatocadovivirconmispadres.—BrianMoore,déjameinformartedequenoshemosrefregadotanto

queelprotectorsolarsemehasalido—dijoAlexadepronto,cambiandoabruptamente de tema—. Siento que el sol está dándome directo en la

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espaldayestáquemándome.—Enesecasodeberemosmovernos.AlexaenredósusdedosenelpelodeBriany,tirandoconfuerzasu

cabezahaciaatrás,lemordiólabarbilla.—Vamos,guapo.Hagamosunacarreraparaverquiénllegaprimero

alagua.—Acepto,perocomosoymuycaballerotedaréventaja.—Noesnecesario.Meconsiderounamuybuenacontrincante.—Créemequelanecesitarás.Alexa se puso en pie y empezó a correr por el pasillo, bajó la

escalerilla sosteniéndose del pasamanos sin percatarse de que él no laseguía,ycuandoellaestabaapuntodeempezaracorrerporcubiertaparairalanzarsedesdelaplataformasumergibledepopa,Brianselanzódesdeelpasillolateralentrandoenelaguaenunperfectoclavado.

—¡Tramposooooooo!Brianemergiódelaguamuertoderisa.—Creo que has perdido, rubia —se mofó mientras braceaba para

mantenerseaflote.—Eresunpetardo.—Te lo he dicho: nunca juego limpio, pero es que tú no has

establecidodesdedóndehabíaquelanzarse.Venaquí.Tírateyterefrescas.Nadaronunbuen rato.Devezencuando, salíany se sentabanen la

plataformaparareforzarelprotectorsolary luegovolveraentrarenelagua; en todo momento se prodigaban arrumacos y jugaban un ratomientras intentaban hundirse el uno al otro, hasta queAlexa comenzó atemblar.

—Tienesloslabiosamoratados.Serámejorquesalgamosdelagua.—Sí.Meestáentrandofrío.RegresaronalacubiertayBrianseencargódeiraporlastoallasque

habían quedado en la parte de proa; cuando regresó, él tenía la suyaenvueltaensuscaderas.Ágilmente,seocupódeenvolverlaconlaotrayarroparla frotandosupiel conellaparadarlecalor.Despuésde secarse,entraronenlacabinainferior.

—¿Mejor?—Sí,yaheentradoencalor.—Voyaporlascosasquesehanquedadoenlaproa.—Yoprepararéunpocodecafé.

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—Vale. Luego volveremos. No creía que fuera tan tarde. Supongoquequerráspreparartecontiempoparalafiesta.

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22

«Aluniversonolegustanlossecretos.Conspirapararevelarlaverdad,parallevartehastaella.»

LISAUNGER

YahabíanpasadoelpuentelevadizodePuertoEvergladesysehabíanabocadoenloscanalesdeFortLauderdale,dondelentamenteNeptunoibahaciendosuingresoenLasOlasenbuscadesuatracadero.

—Necesitarédetuayuda—lepidióBrianmientrascolocabaelbotede costado junto a la zona de amarre—. ¿Puedes lanzar las defensas deestribor?Mástarde,yomeencargarédelasdebabor.

—Oh,claroquesí.En cuanto Alexa se asomó por el pasillo lateral, vio a su amiga

Olivia, que ya se había percatado de que ellos estaban arribando a lamansiónyseacercabajuntoaNoaharecibirlos.

—¡Alexita! —gritó esta entusiasmada—. Qué ganas tenía de verte,amiga.Porfinllegáis.

—Olivia,Noah,yaestáisaquí.Quéalegríaveros.—Veoquemihermanitoyatehaenseñadosugranpasión.—Hemosdadounpaseoprecioso.—La próxima vez, a ver si nos invitáis—acotó Noah, que estaba

ayudandoaOliviaparaquesubieraalbote.Lasamigasseabalanzaronaabrazarse.—Teestropearélaropa.Debodetenerrestosdecremasolar.—Qué importa.Venaquí—ledijoOliviamientras la estrechaba en

unfuerteabrazo.Mientrasseabrazabanfelices,Alexaledijomuyensecreto:—Volvemos a estar juntos. No lo creerás, pero Brian parece otra

persona.

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—Ya lo veo. Estoy muy feliz por verte sonreír nuevamente. Noesperabaencontrarteaquí.¿Porquénomehabíasdichonada?

—Uff, hay mucho que contarte, pero ya nos daremos tiempo paracotillear.

—Hola,Noah.Quémorenosestáis.—Hasidounmesfantástico.Yaoscontaremos.Entraronenlacabinainferior,dondeBrianestabaapagándolotodoy

sesaludaronacaloradamente.—Brian,québonitoyrenovadoestátubote.—¿Has visto? Papá se ha encargado de las remodelaciones.Me ha

sorprendido.—Humm,cuandolalimosnaesgrande...hastaelsantodesconfía.—Piensas igual que yo. Creo que nuestro padre se trae algo entre

manos.Tambiénmehasabidoasoborno.—Tal vez lo había preparado esperando que lo usaras con la

huerfanita.Estoyseguradeque,dehabersabidoquelousaríasconmigo,lohubierallenadodeestiércol.

—¿TerefieresaBecca?—preguntóOlivia,yNoahmiróaBriancondisimulo, mientras se pasaba la mano por la nuca y recordaba laconversaciónquehabíanmantenidoenlaboda.

—Mejor que cambiemos de tema —dijo el más pequeño de losMoore.

—¿Presientoquemeestoyperdiendoalgo?—Presientesbien,Oli.Mejorqueesanosemecrucehoy,porqueno

quisieratenerquearruinarlelafiestaatumadre.—¿QuétehahechoBecca?Siesunamordepersona.—Ah,veoqueatitambiéntetieneengatusada.Sinembargo,déjame

informartequelacaradeangelitoyasehapuestosutrajedemaléfica,yati—le golpeó el pecho con el revés de lamano aBrian—,más te valecomportarte.

—¿Quéhashechoahora?—preguntóNoahasustado.—No,siyonohehechonada.—AlexacogióaBriandelmentónyle

plantóunbesoenloslabios.—Pero,porsiacaso,estásadvertido.—Ya te he dicho que no tendrás quejas por nada. Soy otro Brian

totalmenteentregadoati—dijomientraslemordíaloslabios—.Dejadmecerrarlotodoybajemosdelbote.

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—Esperad—manifestóOliviadeteniendoasuhermano—.Tenemosalgoquecontarosyqueremosqueseáislosprimerosenenteraros.

—Oh,Oli,nomedigasqueesloquemeestoyimaginando...—Puestulocacabeza,amiga,puedeimaginarmilesdebarbaridades,

peropresientoquesí,queesloqueteimaginas.AlexaletocólabarrigaaOliviaysetapólabocamientrascontenía

laslágrimas.—¿Voy a ser tío?—le preguntó Brian a Noah. Este asintió con la

cabeza y esbozó una sonrisa que dejaba escapar con sinceridad toda laalegríaqueestabasintiendo.

—¿Qué,nomevasafelicitar?Seabrazaroncongranímpetuysepalmearonconfuerzalaespalda.—Mierda,Noah.No has perdido el tiempo.Has usadomuy bien tu

lápizparaescribirlacartitaaParís.—Bueno,noesquelohayausadoparaescribirunacarta.Siquieres

teloexplicocontodolujodedetalles—ledijomientrassemofabadeél.—Noquierosabernada.Mihermanaesunserasexualyestoyseguro

deque la concepción fuepor obra ygracia delEspírituSanto. ¿Verdad,hermanita,quetúnohacesesascosas?Dameunbeso.Ven.

—Dios, estoy hecha una floja. Se supone que la sensible por estarembarazadatienesquesertú.Nuncacreíquemeemocionaríatantosaberqueserásmamá.Hedeseadotantotufelicidad,Oli.Noteimaginascuántomealegrasaberquelahasconseguido—hablóAlexamuysinceramente.

—Graciasporestarsiempreamilado,enlosbuenosyenlosmalosmomentos.—Engancharonlosmeñiques.

—Pues a partir de ahora siempre será en los buenos, porque micaramelito—lediounbesoaNoahenel carrillo—siempre te regalarábuenosmomentos.Creo que tendré que cambiarte el apodo.Tal vez seamásadecuadoqueteempieceallamarpapi.

—¡Humm, qué compromiso! Serámejor queme vayamandando ahacerunoscalzoncillosdemetal,queséquetienesunamuybuenapatada.

Loscuatroserieron.—Ahoracreoquenoesjusto.Yoestoyadvertidodetodo,perotengo

quesoportarqueleandestirandofloresaeste.—No te hagas el celoso, BrianMoore, que sabesmuy bien que lo

míoconNoahesunasimplebroma.Laadvertenciaestáclarayquenoseteolvide.

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Noahlediopalmadasenlaespalda.—Creo que mejor pediré presupuesto por la fabricación de dos

calzoncillos.Sabesquesoyunamigomuysolidario.Bajarondelbotemuertosderisa.—Vamosa contarles apapáymamá lodelbebé, aunquenoespero

que se emocionen demasiado —acotó Olivia. Nadie se atrevió adesmentirla.Sinembargo,tampocoloaseveraron.Claroquetodossabíanque losMoore eran bastante desapegados y era muy probable que ellatuvierarazón.

Dejando con disimulo que las mujeres fueran por delante y sesepararan losuficientedeellos,OliviayAlexasepusieronacuchichearaprovechandoladistancia.

—¿QuéhapasadoconBecca?—Luegotecuento,Oli.PeroleandatirandolostrastosaBrianytus

padresestánmásqueapoyándola.Mientrastanto,loshombrestambiénmurmuraban:—PorlovistoRebeccanolecaenadabienaAlexa.—Teníasrazón.Parecequeaúnlegusto.Noquierotenerproblemas

conAlexa ahora que la he recuperado.Hablaré con ella.Hoy ha estadofueradelugarynoséconquéfin.

—¿No sabes con qué fin? Quiere repetición. Te quiere entre suspiernas.Esoesobvio.

—Noestoyinteresado.Selodejarébienclaro.

Yaestabanacicaladosparasalirhacialafiesta.—Yaestoylista.Voyasalir—avisóAlexadesdeelvestidor.—Estoymuy intrigado. Has creado un buenmisterio en torno a tu

vestido.—Esperonodefraudarte.—Estoysegurodequeno.AlexasalióysequedóboquiabiertaalveraBrian.—Estás...guapísimo.Élestabadepiejuntoalamesilladenocheajustandoelbrochedesu

relojdepulsera.Undisparode acogimiento se le atesoró comoun relámpago, pues

ese condenado hombre era un maldito paradigma de la raza humana.

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Alexa lo observó: su cuerpo, su cara, eran una perfecta combinación.Teníaestiloy sabía llevarmuybienel esmoquin,que lucíamagníficoysoberbiamenteeleganteenfundadoenunachaquetablancaquecombinabaconunpantalónyunchaleconegros.

LosojosdeBrian conteníanunbrillopícaroydeslumbrante, y suslabios se curvaron enuna sonrisa casi irreprimiblequeprovocó en ellaquesucorazóncasidejasedelatir.Lehizounguiño,ylarecorrióconlamiradaaltiempoqueuncaloranhelantepalpitótambiéndentrodeél.

Alexa había elegido ponerse un vestidomuy estrecho en color oromuybrillante, concierta reminiscenciaoriental; en laespalda,unescoterotundoresaltabasupoderosoderrière.

EllagiródistraídayleenseñósusfavorecidascurvasalaesperadequeBrianemitieraunaopinión.

—¿Y?—Unpocoprofundoelescote.—No me pareció tan profundo cuando lo compré. ¿No lo crees

apropiadoparaelcumpleañosdetumadre?—Alexaabriómucholosojosypusounsentidogestodedecepción.

—Adecirverdad,no.Porquemegustademasiadoloquedejaver,yesosignificaquenoseréelúnicoquepensarálomismo.

—Eresuntonto.Creíquenotegustaba.—Vuelveagirar.Inmediatamente ella le hizo caso, y levantó un poco los bajos del

vestidoparaquetambiénpudieraapreciarlassandaliasCharlotteOlympiaquellevabaensuspies.

Brian laestudiómientrassesosteníaelmentónconlamano.Luegoseacercóyledijoaloído:

—Te tengo ya unas ganas... esas malditas sandalias han despertadotodoslosratonesdemicabeza;además,quieromarcarteparaquenadieseatrevaamirartemásde loquedebe.Quieroquehuelasamíyqueenelrostrosetenotequeestásreciénfollada.

—Ponadormirnuevamenteatusratonesyvayamosalafiesta,otumadre me crucificará si llegas tarde. —Le acarició el bulto sobre elpantalón—.Dejademearamialrededor.Teaseguroquenoesnecesario.

EntraronenelMarriottHarborBeachResort&Spa.Brianlallevaba

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muypegadaaélyconsumanolaasíafuertementealacintura,paraquenolequedarandudasanadiedequeellaerasuya.Unapersonaqueestabaen la entrada los recibió muy amablemente y Brian se encargó deanunciarse.Enseguidalesindicóhaciadóndedebíandirigirse,porloquenolescostótrabajoencontrarelhalldeentradadelsalónOcéano,dondesellevaríaacabolacelebración.

Las familiasmásdistinguidasdelFortLauderdaleestaban invitadas.Ellugaryaestabaarebosardegentecuandoellosllegaron.NoahyOliviatambiénseleshabíanadelantado.Sepersonaronenelelegantísimosalóny,depieenlaentrada,echaronunvistazogeneral.Conlaactituddecididadequienestáacostumbradoameterseelmundoenelbolsillo,BriantomódelamanoaAlexaylainvitóaquelosiguiera.

—Ven. Te invito a que afrontemos juntos las consecuencias, —bromeóconciertosarcasmo.

Enelcamino,ungrupodejóvenessalieronasuencuentro.—Brian, ¡qué alegría verte, hombre! Te vi esta mañana cuando

pasasteporcasacontubote.—¿Cómoestás,Harold?—Seestrecharonlamanoconfuerza.—Muybien.¿Nonospresentasatuamiga?—Minovia.AlexaSmith.—Asombrado,comprendiódeprontocuál

erasutalóndeAquiles.Esanecesidaddemarcarlacomosuyacadavezsehacíamásevidente.

Alexaestiró sumano,pero el amigodeBrian se acercóadarleunbeso. Brian se fastidió por que él no comprendiera que ella no era unamás.

—Encantada.—HaroldColeman,paraservirte.—ÉlesFrankPowellyél,RussellOwen.—Hola,Alexa.Unplacer conocerte—dijoFrankmostrándosemuy

cortés.—Compañeros de instituto y de andanzas —se presentó

indiscretamente Russell—. ¿Ahora a tus chicas las presentas como tusnovias?—lo dijo en un tono cómplice, pero con el suficiente volumenparaquetodosescucharan.

Lastranquilaspalabrassonaroncomounacondena,peroellanoibaapermitirquenadiesembraradudasentreellos.

«¿Quélespasaatodosestosestirados?¿Acasohanhechounmáster

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decómosermásgroseros?»—¿Qué ocurre, Russell? ¿Tan temprano y ya se te ha subido el

champán? Quiero creer que es eso, porque no me gustaría tener queponerteentusitioyarruinarlelafiestaamimadre.

—Noesnecesario,Brian.Tuamigosoloestababromeando.Alexa intentó serenar las aguas. Se sentíamuy insegura rodeada de

todos aquellos desconocidos que solamente eran unos insolentes condinero.Intentóserenarse.NoqueríaniqueBrianadvirtierasuturbaciónnidarles el gusto a todos aquellos estirados de caer en el juego de ser supresa.

—Estásunpocosusceptible.Tuamigatienerazón.Solamentehasidounabroma.

—Tehedichoquenoesmiamiga,queesminovia.—Disculpa,esquetúconnovia...esextraño,nuncacreíqueteoiría

decireso.¿Osconocisteisenundesfile?—quisosaberHarold.—Eslamejoramigademihermanayunaexpertaenarte.Ahora,si

nosdisculpáis,nosvemosluego.—Apenassealejaronunospasos,Brianlehablóaloído—:Losiento.Sonunosenergúmenos.Yoanteseraunodeellosyahorasecreenconderechoapasarsedelaraya.Tiempoatrásmehubiera reído de sus bromas. Esta falta de respeto es culpamía, ya queantesnuncaconsideréimportanteanadiequeestuvieraamilado.

—Tratemosdedisfrutar.DeprontoAlexavioaNoahyaOliviaacompañadosporRebecca,así

que no hizo ningún comentario y se quedó apartada, pero esta pareciósentir su presencia y levantó la vista. Una punzada de hostilidad fueinevitable en las dosmujeres al comprobar que ambas iban vestidas delmismocolor.

—¡Maldición!¿Nopodríahaberelegidootrotonodevestido?—¿Cómo?Noteheoído.Era evidente queBrian no había reparado en ella, así que no iba a

darleelgustodequelohiciera.Alexa,condisimuloysinningunaculpa,alisósuatuendoyluegolepasólamanoporlasolapaaBrian.«¡Queleden!—pensó—Alfinyalcabo,estacoincidenciaguardaciertarelaciónconloqueellahaintentadoestamañanaconmigo.Porlotanto,queahoralaincomodidadseatodasuya.»

—Tedecíaquetengolabocaseca.Enuninstante,Briantomódoscopasdechampándelabandejaquele

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ofrecióuncamareroylealcanzóunaaAlexa.Deinmediato,unascuantaspersonasselesacercaronasaludarlos.BrianlapresentóatodoscomosunoviayAlexaestabaquenocabíaenella;porsuerte,nadiemásdijonadainapropiado,aunquesenotabaclaramentequemásdeunosusurrabaasusespaldas e intentabaocultar risitas, ademásdepasear sumiradapor ellasinningúndisimulo.Esosojoslajuzgaban.Podíaadvertirlo.

Brianestabaenfrascadoconversandoconempresariosdelanáutica,razónporlacualdejódeprestarleunpocodeatención.

—Me ha contado Geraldine que es una cazafortunas, que no tieneclaseyqueeslaempleadadeOlivia.

Alexaescuchóclaramentecómocotilleabanasuespalda.LaestabandespellejandoylamadredeBrianeralaculpable.Noleextrañaba.Cerrólosojosbuscandoestabilidademocionalparanomontarunescándalo.

—¿Cómo se ha atrevido a traerla?Aunque deBrian nome extrañanada.Hacetiempoquemancillaelhonordesuapellido.

Presa de una ira insoslayable, se dio la vuelta; sin embargo, laschismosasmujereshabíandesaparecidodesucampovisualyleresultabaimposibleindividualizarlas.Intentótranquilizarse.ObservóasualrededoryviocómovariasmujeresseacercabanasaludaraOliviayaRebeccaymirabanendireccióna ellos.Noahenaquelmomento se aproximóy ledijoaloído:

—Veoquenosoyelúnicoincómodoenestegrancirco.Ellaquisoreprimir larisa,perono lo logródemasiado,por loque

Brianyaquelloshombresdejarondeconversarylesprestaronatención.—Con permiso, Brian. Ahora te la devuelvo.—Este asintió con la

cabeza y ambos partieron hacia la terraza con vistas al océano, dondedieronriendasueltaalasrisas.

—¡PorDios!Quégentetanfalsa.—Gracias,Noah,porsalvarmeysacarmedeallí.—Definitivamente, tú y yo no encajamos con nuestros suegros—

repusoélarqueandosusoscurascejas.—Cómo me gustaría vengarme de todos estos arrogantes que se

creenconderechoamirarmeporencimadelhombro.El asintió con gravedad mientras esbozaba una sonrisa y Alexa

murmuróunamaldiciónpor lobajo,con laqueprovocóotroataquederisa.

—Cuenta con este fiel servidor—repuso él siguiendo la broma y

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extendiendo su sonrisa de oreja a oreja mientras sus ojos brillaban dediversión.

—¿QuiénesesachicaquehavenidoconBrian?Quéraroquehayavenidoacompañado.

—Alexa. Es mi mejor amiga—explicó Olivia orgullosa—. Hacenbuenapareja,¿verdad,Josselin?Essunovia.

—Pero...noesdenuestrocírculo.Penséquetúyélvendríaisjuntoshoy —le dijo a Becca en claro tono de burla—. Geraldine le dio aentenderamimadrequehabíaisreanudadolarelación.Hastaperdítodaslas esperanzas de conseguir un buen revolcón con Brian cuando meenteré.Pero,porlovisto,Rebecca...noshanganadolapartida.

—Geraldinehasoñadoconvernos juntosdesdeque llegué,perohevenidopornegocios,Joss.

—Vamos,Becca.No es necesario que finjas con nosotras.He vistocómolohasmiradocuandollegaron.Brianesinolvidable.Créemequetecomprendo.

—YopuedodarfedeloquediceJoss.Inolvidabledepuntaapunta.—La joven de pelirroja cabellera que hasta el momento se habíamantenidoalmargenhizosuafirmacióncontotalrotundidad.

—NoniegoqueBrianesmuyguapo,perotodoloquehuboentreélyyohaquedadoenelpasado.

—Becca, mientes muy mal, querida. No lo tomes a mal, pero noengañasanadiecontusargumentos.—Ellafruncióelceño—.Tequeríascomeralachicacuandolavisteentrar.Yparacolmotraeunvestidodelmismocolorqueeltuyo;tehahechosombracontodaslasdelaley.

Ambasmujeresselerieronenlacara.—Además,Becca—volvió a intervenir la pelirroja—,nomedigas

quenotegustaríarepetirconBrian.Todaslasquehemosestadoconél,ymeincluyo,daríamosnuestrareputaciónporvolveratenerlo.Brianesdeesostiposquejamásolvidas.

—Creo que sobro en esta conversación Disculpad, pero no meinteresa conocer las proezas sexuales de mi hermano. Además, si mepermitísunconsejo, idolvidándoosdeélporqueBrianestáyafueradelmercado.

Un golpe en la nuca hubiera dolidomenos que la comezón que le

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produjeronlaspalabrasdeOliviaaRebecca.«Supéralo,Becca.No tienesningunaoportunidad.Él te superóhace

muchoynosienteniunápicedeatracciónporti.»Quisosalircorriendodeaquellacelebraciónperosecontuvo.Noiba

a dejar que ninguna de aquellas frívolasmujeres disfrutara de su knockout.

OliviavioqueNoahyAlexahabíansalidohaciaelexterioryfueensubúsqueda.Llegósigilosamenteyseescabulló,metiéndoseentremediodeambosyabrazándolosporlacintura.

—Oli,¿tehascansadodecharlarcontusviejasgrandesamigas?—Viejas,sí.Grandes,no;solohetenidounagranamigaenlaviday

esahassidotú.Celosa.Nocambias.—Lediounbesoenlamejilla.—¿Celosayo?¿Porquéhabríadeestarlo?¿Porqueenvezdevenira

estarconmigotehasquedadoconlahuerfanita?—Noseasmala.Sehaacercado justoenelmomentoenquehabéis

llegadoy luegohanvenido lasdemásasaludarme.Nopodíahacerleselfeo.¿Porquéerestancelosa?

—Lepateóelhígadoalabusconaesacuandomevioentrar.—¿SoloaBecca?Déjamedecirtequeereselcentrodeatencióndela

fiesta,yatiquenotegusta.Lostresserieron.—Puesnodeberíaspreocupartetantoporella.Brianestácontigo.—¿Estáconmigo,Noah?—Daleunpocomásdecréditoamicuñadoyamigo.Estáportándose

bien.—¡Qué cobardicas habéis resultado los tres!—LavozdeBrian los

hizo darse la vuelta. Se aproximaba con una botella de champán en lamanoytrescopas.

—Túnohasaguantadomuchomásquenosotros,por lovisto—SeburlóOlivia.

—Quierohacerunbrindispormisobrinoosobrina.Noahcogiólascopasmientraséllasservíayacotó:—Meparecefantástico.—Brindamosporti,hermanita.Túnopuedesbeber.Noahrápidamenteseocupódeconseguirleasumujerunabebidasin

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alcohol.Tras unos instantes,Olivia yAlexa se enfrascaron en un cuchicheo

apenasaunospasosdesushombres.—Hola,Alexa.¿Quépasa?Comoestoytrabajandodecamareroytú

estásdeinvitada,¿nopiensassaludarme?—¿Perdona?Noteconozco.Meparecequetehasconfundido.BriandejódeprestarleatenciónaNoahalverqueestabanhablandoy

sequedóexpectantealintercambio.—Entiendo.Noestássolayporesoquieresdisimular.Confiesoque

me costó reconocerte. Vestida de esta forma casi pareces uno de ellos.¿CómoestáBaddie?Seguroquemuchomejor.Sino,noestaríasaquí.

—Tehedichoqueno teconozco,peroBaddieestábien—contestóalgoconfundida.

—Bueno, si quieres lo dejamos así.Al parecer aquí no te convieneconocerme,aunqueenAtlanticCitymeconocíasmuybien.

—¿Pasaalgo?—No,nada—dijoAlexaaBrian,queseacababadeacercar.—Te llamo al móvil, Alexa. Perdón por la interrupción. De haber

sabidoque teocasionaríaalgúnproblema,nomehubieraacercado.Queserepitaprontolasaliday...porfavor,dalesaludosaBaddiedemiparte.

—¿Dequéloconoces?—Noloconozco.—Te pregunta porBaddie, te invita a salir nuevamente. ¿Crees que

soytonto?—Tedigoquenoloconozco,Brian.Debedehaberseconfundido.Brianlacogióporunbrazoparaalejarladesuhermana.—Noseastonto,Brian—loregañóOlivia.—Túnotemetas.—Memetotodoloquemedalaganasitevasacomportarcomoun

hombredelascavernas.—Olivia,cariño.Venconmigo.—Noahselallevóaregañadientes.—Nome fastidies, Alexa. Ese tipo ha dicho que estuvo contigo en

AtlanticCity.Estásfaltandoalrespetoamiinteligencia.—Perdón.—Alexapuso losbrazosen jarras—.Siquierescreerme,

bien, y si no, es tu problema. Te he dicho que no lo conozco de nada.Además,nomevengasaexigirningunaclasederespeto,cuandohassidoelprimeroenfaltarlo.Yparaqueteenteres,notienesporquéexigirlo.Yo

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mismamerespeto.Nosoyunacualquieraqueserevuelcaconquienselecruza.

—Yaveremossinoloconoces.—¿Adóndevas?—Locogióporunbrazo.—Abuscaraesetipo.—Brian, nomontes un escándalo. Te he dicho que no lo conozco.

Dejadeexponermedeestaforma.—Suéltame.—Vetealamierda,Brian.—¿Adóndevas,hombre?—Déjame,Noah.—Estásfueradesí,¿porquénotecalmas?—Déjamebuscaraeseinfelizyquemerepitaalacaraquehaestado

conAlexa.—Lascosasencalientenuncasalenbien.¿Noesunpocoilógicoque

siviveenAtlanticCityhayavenidohastaaquíatrabajar?Perobueno,noesimprobable.Teayudoabuscarloperosimeprometesquerefrenarástulocura.

Lobuscaronportodaspartes,peroeltipohabíadesaparecido.—Esextraño.Eljefedecamarerosdijonoconocerloyparecequese

lohatragadolatierra.¿Conquéfinhabrávenido?—Nosé.Estoesunaputadaquenoshaarruinadolanoche.¡Mierda!

ParecequenopodemosestartranquilosAlexayyo.Noah volvió la vista y se encontró con la de su suegra, que estaba

junto a Rebecca; mientras hablaban, miraban con disimulo hacia dondeellosseencontraban.Conlavistabuscóenlafiestaasusuegro,alparecertambiénpendientede ellos, porque cuando lomiró levantó la copaparaofrecerleunbrindis.

Noahsepasólamanoporlafrente.Estabaestudiandosusactitudesyunacorazonadaseleinstalóenelpecho.Selaguardó.Noqueríadesatarunvendavalhastanoestarseguro.

—¿Adóndevas?—VoyabuscaraOlivia.Túdeberíashacerlomismo:iralencuentro

de Alexa y tratar de arreglar las cosas. A las mujeres les agrada serescuchadas,Brian,ytúhoynolohashecho.

Noahdejóatrásasuamigo,peronofueabuscaraOliviacomo lehabía dicho. En cambio, fue en busca del jefe de camareros. Resuelto a

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desentrañarelentuerto,leenseñósuplacaylesolicitóquenecesitabaverlascámarasdeseguridad.

—Llévemeconquienmepuedaautorizar.

Alexa, mientras tanto, estaba en el baño. Olivia había queridoacompañarlaperoellasehabíanegadoaque lohiciera,asíque lahabíadejadounratosola.Laconocíabienysabíaquecuandoseperturbabaeramejor aguardar a que se calmara en soledad, pues cualquier palabrapodríahacerestallarsuvolcáninterior.

—¿Qué te pasa? ¿Tengo un tercer ojo en la frente que me mirastanto?

—Hola, soy Joss. Has venido con Brian, ¿no? No he queridoincomodarte.Disculpa.

—Hola. Discúlpame tú a mí. He sido una grosera. Mi nombre esAlexa.

—Notepreocupes,Alexa.Escomprensiblequeestésaladefensiva;nodebedesernadaagradablesaberqueenestafiestamásdelamitaddelasmujereshemosestadocontuchico.

«Vayatelitaquesetraeestazorra.Asíquetútambiéneresdelclubdelosgroseros.¿¡Quémierdahagoyoaquí!?Sabíaquenotendríaquehabervenido. Qué ganas de arrastrarla de los pelos y enseñarle buenosmodales.»

—MehasdichoquetellamasJoss,¿no?—Sí.—Pues... no séporqué razónno temueloapalosy tepongoen tu

sitio,ydepasopagaslosplatosrotosdetodoelenfadoquetengo.Creoqueestudíadesuerte.—Hizoademándeirse—.Ah,sí.Soytodoesoqueestáspensando,unaordinariasinnadadeclase,peroaBrian legusta loordinario,ylosuperficiallepateaelhígado.Mehacontadoqueningunadevosotras jamás lo satisfizo en la cama. ¿Y sabesquémás?Que todassoisunasmojigatasquenisiquieraossabéismover.YasabesqueBrianesmuyexigente.

Antesdemarcharse, semetióundedoen labocahaciendoelgestoparavomitar.

CuandosaliódelbañoseencontróconBrian,queibaensubúsqueda.Olivialohabíaenviadoallí.

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—Fuerademicamino.—¿Tepuedescalmar?—¿Quemecalme?¿Ahoramepidesquemecalme?Mehas tratado

como a una cualquiera. Les has dado el gusto a todos de pensar lo queellosanhelanquepienses—hablóconlosdientesapretados.NoqueríaqueJoss los oyera discutiendo—. Y por si fuera poco, entro al baño y meencuentroconunadetusexamantes.Memetesenestenidodevíboras,¿yteatrevesapedirmerespeto?

Éllacogióporlanucayleencajóunbesazoparahacerlacallar.EnaquelmomentoJosssalíadelbañoyAlexalavioporelrabillodelojo.

—Me han entrado celos. Lo siento. Ponte enmi lugar. Tú hubierasactuado igual que yo. Estoy seguro de que ya habrías reemplazado mipajaritapormishuevos;nomecabendudasdequeenestemomentolostendríaenlagargantadelapatadaquemehubierasdado.Dicesquenoloconocesytecreo.Dijimosquetenemosqueconfiarelunoenelotro,peroentiéndeme,porfavor,eltipoparecíaconocertemuybienyhanombradoaBaddie.Cuando ha dicho que habíais estado juntosme he cegado.Meocuparé de averiguar quién es. Te lo prometo. El problema es que hadesaparecido.

Ella respiró profundo y lo cogió de las manos, que él manteníaaferradasasurostroparaquelomirara.

—Noloconozco,Brian.Nolohevistoenmivida.Amítambiénmegustaríasaberquiénes.¿Acasono tedascuentadequeestoydemasiadoocupadasiendotuyacomoparafijarmeenalguienmás?

Élleacaricióelrostro.—¿Quieresquenosvayamos?—Sí,porfavor.Séqueestemprano,peronoencajoaquí.—No teaflijas.Pediréunahabitaciónaquí enelhotel.Así tampoco

tendremosquevolveralacasademispadres.Seabrazaron,peroentoncesBriansintiólavibracióndesuteléfono

enelbolsillo.—Espérame.—SacóelmóvilyenlapantallavioelnombredeNoah

—.Estábien,voyparaallá.—¿Quépasa?—¿Meesperasun ratito?BuscaaOliyquédateconella,queyoya

vuelvoynosvamos.—¿Quépasa,Brian?Noquieroquearmesningúnescándalo.

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—Chis,tranquila.—Laserenóconunbeso—.Noahquiererevisarlascámaras de seguridad pero no se lo permiten y me llama para que lointenteyo.Talvezporserelhijodemipadremedejen.

Ellaasintióconlacabeza.Éllediootrobesorápidoenloslabiosysemarchó.

Enelcamino,Rebeccaysumadrequisierondetenerlo.—Losiento.Ahoranopuedo.Vuelvoenseguida.AlllegarjuntoaNoahyelequipoencargadodelaseguridad,dijo:—Buenasnoches.SoyBrianMooreymispadreshancontratadosus

serviciosenelhotel.NosésisabenquiénessomoslosMoore,peroporsitienendudasleinformodequesomoslosdueñosdelosAstillerosMayeren Bradford, o sea, movemos Fort Lauderdale —informó muycalmadamenteconunamanoenelbolsillodelpantalónmientrasofrecíaunamuecamuyinmodesta.

—Encantado,señorMoore.¿Enquépuedoayudarlo?—Necesitamosverlascámarasdeseguridad.—Pues, como comprenderá, se necesita autorización para eso.

Nosotrosgarantizamoslaprivacidaddetodosnuestrosclientes.—Y, según tengo entendido, también la seguridad.—Brian le puso

unamanosobreelhombro—.Mispadrescontrataronsusserviciosparaestanoche,yesoincluíaquesoloquieneseransusinvitadospodíanentraren la fiesta de cumpleaños de mi madre; sin embargo, ha entrado unindividuoalquenoconocemosyhaestadomolestandoamiprometida.

Brian miró a Noah y este no pudo disimular su pasmo ante laconvincenteexposicióndesucuñado.

—Locomprendo,señorMoore.Peroestanochenohaynadieconlapotestadsuficienteparaautorizarloquepretende.Yaseloheexplicadoasucuñado.Paraesoesnecesariounaordenpolicial.

—Parecequeustedyyononos estamos entendiendo.—Brian sacóunos cuantos billetes y se los metió en el bolsillo de la chaqueta alencargado—. Reformularé la pregunta —le dijo al oído mientras lotomabadelassolapas—:¿podemosveresasimágenes?Noquerráquemisamigos, losqueestánaquíy losmuchosquenohanvenido,se terminenenterandodequeesteesun sitio inseguroyacabendescartándolocomoopción para sus eventos. Y si lo que necesita es un policía, mire quécasualidad,micuñadoloes,ynocualquiera:uncondecoradodetectivedeldepartamentodeNuevaYork.

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—Locomprendo,peroestánponiendoenriesgomitrabajo.—Miquerido—Brianlelimpiólasolapaalencargado,mientrasleía

elnombredesuplaca—ToddPalmer,sémuybiencómosemanejaFortLauderdale. Le aseguro que lo que acabo de poner en su bolsillo no espoco.Nohierami inteligenciaynosepasede listo.Puedohacerque lodejensintrabajo.Resolvamosestoprontoyentrenosotros.

Salieron de la sala donde estaban las pantallas de las cámaras deseguridad.Brianhabíatenidoquesobornartambiénalhombrequeestabaasucargoesanocheparaquelespermitieraverlas.

No sacaron nada revelador: al desconocido no se lo veía hablandoconnadie.Primero,estuvodandovueltaspor lamesade lacomida.Allícogió una bandeja y con ella salió al exterior, donde se lo pudo veracercándoseaAlexa.Cuandosealejó,dejólabandejasobreunamesaysurastro se perdió en el baño de servicio. Minutos después, se lo viosaliendoycambiadoconropadecalleparairacogeruntaxiymarcharsedellugar.

Noahguardóalgunasimágenesensuteléfonoysalierondeallí.—VayapoderdeconviccióneldelapellidoMoore.Másefectivoque

mipropiaplaca.—Lo efectivo fue el dinero que les metí en el bolsillo. Fort

Lauderdalemarchaabasedepropinas.Soloquierosaberporquéeltipohizoloquehizoyquiénlomandó,porqueesobvioquealguienloenvió.

—¿Rebecca?—¿Túcrees?Nolaveohaciendoeso.—Humm, podrías asombrarte de lo que es capaz una mujer

desengañada. En mi trabajo he aprendido que nada puede resultardescabellado.Lamentehumanatrabajadeunaformaqueteasombrarías.

»Además,sabesquesi ladescartamosaellanoquedanmuchasmásopciones...

—Lo sé... sé perfectamente a quiénes te refieres. No soy tonto.—Noahleapretóelhombro—.Necesitocomprobarlo.

Suamigoasintióconlacabeza.

—Brian,megustaríahablarcontigo.

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—Laverdadesquenomeapetecehacerlo.Dejemoslascosascomoestán,Rebecca.

—Quieropedirtedisculpas.—Noahseapartóparadejarlossolos—.Meheportadocomounaestúpidaestamañana.Esquemehansuperadolosrecuerdos.Deberíassaberque,aunquehanpasadocasiochoaños,aúnlosllevomuyfrescosenmipecho.

—Tengopareja,Becca,ysoymuyfelizalladodeAlexa.—Losé.Séquenotengoposibilidades,ynosabescuántolosiento.

Además,losañostehansentadomuybien,y...estásaúnmásguapo,loquedificultalatareadeenterrarlosrecuerdos.

»Cuando regresé a Estados Unidos pensé que estaban totalmenteenterradosenelfondodemicorazón,peroalvertetodosevolvióextrañoymehedadocuentadequenoteheolvidado.

Élsacudiólacabezanegando.—Siempre lamentaré haber sido tan cobarde. Nunca sabremos si

podríamoshaberfuncionadojuntos.—Nuestrohijoohijaahoratendríasieteaños.—Notienesentidoestaconversación.—Seamos amigos, por lo menos; por lo que tuvimos, por lo que

pudonacerfrutodenuestroamor;almenos,ahoracomportémonoscomoadultosyhagamosbienlascosas,yaqueantesnolashicimos.SinecesitasquemedisculpeconAlexa,puedohacerlo.

—Mejorno.Estábienasí.—¿Aúnpodrétenerelreportajeparamirevista?—Déjamevercuándoestoylibreyteaviso.—Gracias.

Minutosdespués,BrianfueporAlexaparamarcharse.—¿Adónde vas, Brian?Voy a cortar el pastel y luego tenemos que

hacerlasfotosfamiliares—loabordóGeraldine.—Puedes hacer todo eso sinmí,Geraldine.Yame han visto, ya he

cumplidoconmipresencia.Invéntatealgo.—Solounratomás.¿Tantosacrificioescumplircontumadre?Lamirópara tratardeencontrarunápicedeverdadenel fondode

susojos,perosumiradaeradehielo,comosiempre.—¿Quieresunafotofamiliar?Bueno,aquíestoyconAlexa—levantó

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sumano,delaqueibacogido,yselabesó—.Ponteyquenosretraten.—Sumadresequedómirándolofijamente—.¿Quépasa?Queríasunafotofamiliar.Teestoydando laoportunidadde tenerlaantesdequemevaya.—Laspalabrasirónicasconteníanunaambigüedadquesonabaclaramenteaadvertencia.

—Está bien. —Geraldine había aceptado el desafío, peroconociéndola,Briansabíaquenolodejaríaahí—.Busquemosatupadreyalrestodelafamilia.

Reunieron a todos, pero era obvio que Geraldine Mayer no iba aquedarsetranquilayaaceptaraAlexadebuengrado.

—Ven, cariño —le dijo a Rebecca—. Saquémonos unas fotosfamiliares.

Brian sonrió y presionó contra el refugio de su cuerpo a Alexa,absorbiendosucalor.Superfumeledilatólasventanasdelanarizyellasesintióprotegidaaunqueexpuesta;ansiabaqueBrian,deunavezportodas,comprendieraque,pormásquehiciera,nuncalaibanaaceptar.

Los fotógrafos sacaron varias imágenes y fueron cambiando deposición. Brian evitó quedar junto a Rebecca. Finalmente, Geraldineconsideróqueerasuficienteylosfotógrafossedetuvieron.

—Una fotomás contigo,madre—solicitó Brianmientras la cogíaporsorpresa.

—Oh,porsupuesto,cariño.Alexaquisoapartarse.—Tú también. No te vayas. —La tiró de la mano, al tiempo que

abrazaba a sumadre por detrás y le hablaba al oído—.No te has dadocuenta.TehassacadofotosconOliviayNoah,y,sinembargo,nolohashechoconnosotros.—Labesóenelcuelloysuscejassecurvaronenunburlóndesafío—.Sonríeyrespira,Geraldine.Fingequeestásfeliz.Séquesabeshacerlomuybien.

Brian se situó entremedio de ambas y las cogió por la cintura.LehizounguiñoaAlexayposóparalafotomuyfeliz.

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23

«Para el hombre, como para el pájaro, el mundo tiene muchos sitios donde posarse, peronidossolamenteuno.»

OLIVERWENDELLHOLMESSR.

Entraronenelascensortraspasarporlarecepcióndelhotel,dondeBriansolicitó una habitación. En sus ojos se proyectaba un abatimiento queresaltaba sus rudos y fuertes rasgos.Sentía el estómago comoplomoy,aunquellevabaaAlexasujetaasumano,poralgunarazónpermanecíaensilencio, cabizbajo, pensativo.Miró fijamente el suelo del ascensor, quereflejaba las luces que iluminaban el recinto, y conmovimientos flojosdesatólapajaritadesucuelloyladejócolgando;tambiénsedesabrochóelbotóndelacamisa.Sesentíaasfixiado.

Alexa era sumamente consciente de queBrian estaba sumido en supropio juicio, luchando tal vez con sus demonios. Decidió respetar susilencio, pero necesitaba demostrarle que estaba a su lado, así quesimplemente se soltó de sumano y le pasó el brazo por la cintura paraacurrucarseensupecho.Éllarecibiógustoso,lacobijóensuabrazoylebesó la base de la cabeza. Sin embargo, el silencio continuó habitandoentreellos.

Llegaron a la habitación.Brian abrió la puerta y entró tras ella; lasala estaba elegantemente decorada en colores cálidos ymediterráneos;los pesados sofás estaban tapizados en brocado y los muebles eran decaobaoscura.Trascerrar lapuerta, sequitó lachaqueta,quedejó sobreunadelassillas.Alexa,latomóensusmanosysedirigióhaciaelvestidorpara buscar una percha donde colgarla. Obnubilada, aspiró su perfume.Regresó y se quedómirándolo. Brian estaba sentado en el sofá con loscodosapoyadosensusrodillasmientrassesosteníalacabeza.Ellaagitólasuyamientrassucorazónpropinabaunlatidodemás.Nuncalohabíavisto

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tan afligido, salvo cuando secuestraron a su hermana, pero como ellaestabaigualomáspreocupadaqueélnorecordabaconclaridadsupesar.No quería agobiarlo, así que resolvió quitarse la ropa e irse al baño.Cuandoregresó,envueltaenunabatadelhotel, loencontróconel torsodesnudo, descalzo y el botón del pantalón desabrochado, fumando en elbalcóny sumergidoenelmisteriode lanoche, a laque los sonidosdelmarabsorbían.Eraguapodeunamanerabrusca;susoberaníanatural,unafuerzatanpotentequeAlexainstintivamentesuspiróenbuscadeoxígeno.Alto y voluminoso, poseía una confianza en sí mismo y un vigor queresaltaba su juventud. Pasó junto a la mesa baja, donde dos copasdescansaban junto a una fuente de frutas.Dobló la camisadeBrian, queestabatiradadecualquiermanerasobreelsofá,ylepreguntó:

—¿Teapetecelacopadebienvenidaquenoshandejado?La mirada de Brian recorrió la escena hasta detenerse por breves

momentos sobre la mesa y las copas, antes de posarse de maneradefinitiva sobre Alexa. Asintió con la cabeza y ella trasladó todo a lapequeñaterraza.Leofreciólacopayluegotomóunacerezaquecolocóen su boca. Al instante, comió otra ella misma. La acidez de la frutaprovocó una explosión de sabor que se deslizó por su lengua y lecosquilleóen lapartedeatrásde lagarganta.Lahizogemirdeplaceryconsiguiótambiénqueél,alverla,sonrierayque,enuntris,lacogieradelanucay,conunaavidezincontrolable,seapoderaradesuboca.

—Esincreíbleque,auncuandonotengoganasdenada,tengaganasdeti—ledijoaltiempoqueabandonabasuslabios—.Lamentomucholanoche de mierda que has tenido.Mis padres no tienen remedio y te heexpuestoasusdespreciosunavezmás.

Chasqueósulenguayellaletapóloslabiosconuncálidobeso.—Chis. Así somos los hijos. Siempre estamos dándoles una nueva

oportunidad;supongoqueenelfondoesporqueelvínculodelasangreesindisoluble.

—Medoleríamuchocomprobarqueelloshantenidoqueverconlateatralización de ese tipo; sin embargo, no hay muchas opcionesdisponiblessobrequiénpuedehaberlocontratado.

—Mira—ella lo agarró por la cintura—, con que tú me creas essuficiente.Nonecesitoqueaverigüesdedóndesalió.

—Yo lo necesito —le respondió terco y sumamente dolido—. Nopuedomirarhaciaotroladoyfingirquenadahapasado.Yabasta.

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Alexa procesó la información silenciosamente mientras le daba unsorboasubebida.Brian,encambio,selabebiódeuntirónyesperóaqueella tomara algunos sorbosmás de la suya. Luego, ya sin paciencia, lequitólacopadelamanoylaapoyóenunamesaquehabíaallí.Élparecíavulnerableycomenzabaadarsecuentade laformaenque lanecesitaba,más allá del deseo sexual. Ella, por su parte, también lo advertía. Eldesafío de domarlo igualaba su propio deseo de ser domada. Brian erademasiadotentadorparanosucumbir.

Alexa advirtió en sus ojos un viso predador. Brian claramente laanhelaba; así que, sin perdermás el tiempo, se deshizo de su bata paradejarlatersapielaldescubierto.Élvagóconsulenguaporlaredondezdesuhombroyascendióporelcuello.

—Maldita sea.Cómo tedeseo.—Suvozeramásgraveyacentuadaquedecostumbre.

La tomó de una mano y la llevó hacia la cama. Iba a dedicarse aamarla.

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24

«Parecemostanlibresy¡estamostanencadenados!»

ROBERTBROWNING

Pocoapoco,todoregresabaalanormalidad.Baddieestabamuyrepuestay, contra su voluntad pero para su propia tranquilidad, su nieta le habíaconseguido una persona que la acompañaba y la ayudaba con losquehaceresdelacasa.Deestaforma,Alexapudoreanudarsutrabajo.

DevueltaenNuevaYork,verseconBrianeramenoscomplicado.Retomandosuritmoyderegresoenlagalería,pasósuprimerdíade

trabajo.—Bien,hermosa.Mevoy.¿Teencargastúdecerrar?—Sí,vete.Yocierro.Yaheterminadoconestabasededatos.—Ok, corazón.Hastamañana.Québienque estésdevuelta.Hoy el

díasehahechomuycortocontigoaquí.—Tequiero,Ed.Teheañoradomucho.Se dieron un beso y un abrazo de despedida. Luego, Edmond se

marchóycerrólapuertaconunrepiqueteonotorio.Alexaapagóelordenadorysacódesubolsounespejoparaarreglar

sumaquillaje,perofueinterrumpidaporEdmondcuandovolvióaasomarlacabezaenlaoficina.

—Hallegadounclientedeúltimomomento.NecesitaasesoramientosobrealgunasdelasobrasdeBlainville.Lehedichoqueyaloatiendestú.

—Nopuedocreerlo—dijosumamentefrustrada—.¿Aestahoraseleocurrevenir,cuandocasiestamoscerrando?—Hablóentredientesporqueen la galería los sonidosmásnimios se expandían amayor velocidadymirósurelojcontrariada—.Brianvendráabuscarmeenquinceminutos.

Edmondhizoungestopenoso.Continuabaasomadoenunarendijadelapuerta.

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—Notepreocupes,yomeocupo.Vete.Brian tendráqueesperarme.—Lelanzóunbesoyestesemarchó.

Alexa salió de la oficina para asesorar al tardío cliente. En ella nohabía ni rastro de buen humor por más que intentara ocultar sucontrariedadypareceramable.

Sedirigióalsalóncaminandocondecisiónmientrasalisabasufaldalápiz, y se apresuró en bajar los escalones para encontrarse con elinoportuno cliente. Lo encontró de pie, admirando una pintura tras unacolumna.Elruidodesuspasosladelató,por loqueelhombresediolavueltayleofrecióunagenerosayastutasonrisa.Alexaseparóamitaddecaminoyunamuecadeasombroasomóen lacomisuradesus labiosaladvertirqueenrealidadelinoportunoclientenoeratal,sinoBrianqueyahabía llegado. Corrió a su encuentro y se lanzó a sus brazos, que laesperabanansiososporsujetarla.

—¡Brian! —exclamó, aferrándose a su cuello y poniéndose depuntillasparadarleunbeso,porqueaduraspenasllegabaconlostaconesquellevabapuestosalmetroochentaycincodeél.

Sebesaron.—Asíqueestásdebroma juntoaEdmond.Cómohancambiado las

cosas. Hasta hace un par de semanas no te soportaba y ahora es tucómplice.

Él la cogió por la cintura con sencilla gracia. Sus manos laoprimieroncontrasusólidocuerpo.

—¿No te ha gustado la sorpresa? ¿Acaso hubieras preferido quefueraunclienteynoyo?

—Meencantaqueseastú.Sielamorsemidieraenestupidezseríalamayoridiotadelatierra.Metienesembobada.

—Humm... Me gusta mucho escuchar eso—le dijo mientrassaboreabalapieldesucuello—.¿Estáslistaparairaverlocales?

—Preparadísima. Espera, que cojomi bolso.Ojalá que alguno nosguste.

Él la estrechó en otro brevísimo abrazo y luego la apartó paramirarlaapreciablemente.

—Veaporél.Asínosvamos.

Porlanoche,despuésdecenarytumbadosenelsillóndelasalade

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Alexa, estuvieron desentrañando los pros y los contras de los localescomercialesquehabíanvisitadoporlatarde.

—Noquiero irmedeManhattan—dijo él tercamente—.El ático enBrooklynHeights que tanto te ha gustadome ha parecido precioso. SusvistaspanorámicasdelBrooklynBridgePark,delaEstatuadelaLibertad,del horizonte del centro de la ciudad de Nueva York y del puente deBrooklyn,eranespléndidas.Peropreferiríaunaentradaindividual.Opinoquenodebemosapresurarnos.Optoporesperaraverquénosencuentran;entodocaso,siloquequieresesunático,loescogeríaenManhattan.

—No sé. Siempre he creído que las vistas son mejores desdeBrooklynquedesdeManhattan.

—Pero sabemos que, comercialmente hablando, es más rentablecualquiercosaenManhattan.

—Enesotienesrazón.Brian la besó en la mejilla y terminó el beso olisqueándola y

provocándole que ciertas terminaciones nerviosas de su piel sepropagaran.Acabaronhaciendoelamorenelsillóny luegosefueronadormiragotadosporlaperífrasisinfinitadesuspensamientos.

La luz jugó con la oscuridad y veló los cuerpos enlazados y loshundióenunprofundosueño.

Alexa despertó primero que él. Un anhelo creciente palpitó en supecho cuando se dio la vuelta y lo vio durmiendo a su lado. La luzpaulatina del día lo iluminaba y resaltaba su musculatura. Su largo yesbelto cuerpo estaba laxo tendido en la cama; su cabeza, parcialmenteenterrada en la almohada; y la boca, entreabierta mientras descansaba.Aspiró con fuerza para saturarse con su aroma. Admiró convoluptuosidadlasombradelabarbaquehabíacrecidoporlanocheensurostro y que había adjudicado a su sorprendente cara un inmodestoarquetipo. Nunca antes Alexa había experimentado tal emoción aldespertar al lado de un hombre. Solo le sucedía con él. Sentía unirrefrenabledeseodemetersehastaensussueños.Seapoyósobreuncodoy se quedó algunos instantes admirándolo, tranquilo, relajado, su carnecubriendocadacapademúsculos,suespaldaafinándoseclaramenteenlacintura...Admirólacurvadesutrasero,apenascubiertoporlasábana.

«Esmío—pensó—,solamentemío,increíblementemío,yentregado

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anuestrarelacióncomonuncacreíqueibaaentregarse.»Corrió las sábanas y apreció su desnudez: era perfecto. Parecía

cincelado amano. Pensó enMiguelÁngel y no tuvo dudas de que si elmaestrohubieravividoenlaactualidad,lohabríatomadocomomodelo,porquesucuerpomerecíaseresculpido.EramásperfectoqueelDavid.

Dejó suavemente la sábana apoyada sobre su piel y se movió conparsimonia para levantarse, pero él atrapó su muñeca y, mirándola, leofrecióunaadormiladasonrisa.

—Noesjustoqueteaprovechesdeunhombrequeduermeindefenso.Tumiradahagastadomipiel.

—Creíquedormías.—Yano.Buenosdías—ledijoconlavozrasposa.—Lamentohabertedespertado.—Me ha encantado despertarme y comprobar que soy presa de tus

máslujuriosospensamientos.Élrodóconrapidezylaaprisionóbajosucuerpo.—Metocaabrirlagalería,Brian.Nopuedollegartarde.—Esa es otra de las razones por las que te quiero trabajando en el

restaurante.Bastadecumplirhorarios.—Esinjustoloquedices.Hablascomosienlagaleríameexplotaran

ysabesquenoesasí.—Sí,peroahoranopuedesquedarteyyoenestemomentotengouna

grannecesidaddeti.—Siportifuera,tendríasnecesidadacadahora.—¿No tegusta?—lepreguntómientrasapretaba suscaderascontra

lassuyasysusojosparecíanllameantes.Subocabajóhastasuslabiossinpensarqueellapudieraescaparsede

él.Su lengua sehizopasopara tocar todoel interiorde suboca con supuntacodiciosayellanopudoresistirsealacalienteexploración.

—Tengoque levantarme.Debo ir a trabajar—le informó jadeandoenuninstanteenquepudoapartarsepararecobrarelaliento.

—Luego,Alexa,luego.

Era casi mediodía y estaba sentada al escritorio inventariando lasnuevaspiezasdeartequehabíanllegado,perosupoderdeconcentraciónestaba sumamente afectado. No había parado de recordar el encuentro

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sexualdelamañanaconBrian.Élsehabíamostradosumamenteeróticoyla había empalado por un largo y extensísimo rato, como si con cadaembestida sus ansias, en vez de remitir, se acrecentaranmás ymás. Lohabíahechosuave,fuerte,suaveotravez,másfuerteaún.Habíarotadolascaderasparaun lado,paraelotro...Teníaensumentegrabadosa fuegosusroncosgemidos,susdolorososquejidoscadavezqueseenterrabaenella,cambiandoelritmo,dilatandoelencuentro,aplazandoelestallido.

EntróEdmondeinstintivamenteAlexacerrólaspiernasycomprimiólosmuslos.Surespiracióneraentrecortadayunfuerteruborseapoderódetodosurostrohastateñirsupieldecolorcarmesí.

Edsequedómirándolayledijo:—Dejadesoñarconlasfolladasquetebrindatuchico;setenotaen

lacaracómotehacegozar,perra.Noesjusto.Losdossecarcajearon.—Nosédequétequejas.SiCurtesunadonis.—Pero tu chico despierta suspiros. El maldito siempre sale tan

desprovistoderopaenlasrevistasqueactivatodalaratonera.FueroninterrumpidosporelsonidodelmóvildeAlexa.—Espérame.Eselaludido.—Nomeinteresasitienesunratolibreono.TeesperoenelONE57.

Apunta la dirección: 157Wen la intersección con la 57.No tardes—ledijoBrianalotroladodelalínea.

—Espera...—Ven.Estoyesperándote.—¿Quépasa?—preguntóEdalversucaradepasmo.—Debosalir.Briannomehadejadohablar.Estaréderegresoenuna

hora.SivieneOlivia,dilequemeespere.Aunquenocreoquevengahastalatarde.

—¿Quétetraesentremanos?—Prometocontártelo.Ahoranotengotiempo.CuandoAlexallegó,separófrentealimponenterascacielosysintió

quesusrodillassevolvíandegomayquesuspiernasnoerancapacesdesostenerla.ConlarespiraciónagitadasacósumóvilytecleóelnúmerodeBrian.

—Sube.Anúnciateenconserjeríayteindicarán.Cuandoelascensorterminósuviaje,laspuertasdeaceroseabrieron

y, de inmediato, divisó a Brian hablando con otro hombre. Caminó

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vacilante, No podía creer que fuera cierto lo que estaba pensando yviendo.

Entróymiró a su alrededor.Todo lucíademasiadoespaciosoy lasvistasdelaciudaderansimplementeirreales:desdeallísepodíavertodoManhattan.

—Esto es increíble —dijo mientras giraba en un ángulo de 180ºsobresuspies.

Conunmovimientomecánico,dejósubolsoapoyadoenel sueloyabrió losbrazosparacontinuargirando,comosi tocaraelcielocon lasmanos. Brian la miraba extasiado y, sosteniéndose el mentón, sonreíamientrasdisfrutabaconsusatisfacción.

—¿Tegusta?—lepreguntósabiendodeantemanolarespuesta,perodebíahacerlapreguntaparadeleitarseconsuspalabrasysusgestos.

Alexaestabamudayesoeraverdaderamente infrecuenteenella.Seacercóaunadelasparedesdecristalyrespiróprofundoenbuscademásoxígeno;conlasmanosapoyadassobrelacarpinteríametálica,giróparabuscaraBrianyloencontróaescasoscentímetrosdeella.

—¿Noesmucho?¿Noessoñardemasiadoalto?—Tienes razón.Estamosagranaltura—se riobromista—.Ningún

sueñoesdemasiadoinalcanzablecomoparanointentarlo.—Pero...¿puedes?—preguntótímidamente.—Nomehasdichositegusta.—Es obvio que sí. Me has dejado... sin habla. Este lugar es

indescriptible.Me fallan las palabras, Brian. Esmágico lo queme hacesentir.

—Ven—lacogiódelamanoylaguiohaciaelsujetoqueaguardabaen la estancia, que se había mantenido alejado para que ellos pudieranhablar.

—SeñorOlson,lepresentoamisocialaseñoritaAlexaSmith.Éleselagenteinmobiliario—leinformó.

—Buenastardes.Encantada—saludómientrasleextendíalamano.—Comosehabrádadocuenta,noshagustadoa losdos.Perodebe

comprender que tenemos que sentarnos a conversar y a hacer números.Creoquepodremostenerunarespuestaparaelfindesemana.

—Nohayproblema,señorMoore.Siaparecealgúninteresado,desdeluegoleinformaría.

—Muchasgracias.¿Leimportasimiramosellugarunpocomás?

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—Desdeluegoqueno.Losdejoparaquemirentranquilos.Voyalarecepciónyenunosminutosregreso.

—Brian,¿tehasvueltoloco?—dijoellaencuantosequedaronsolos.Se le agarró del cuello y él la cogió en brazos—. Es un proyectomuyambicioso—continuódiciendoobstinada.

—Losé,perocreoquepuedopermitírmelo.Deberíahablarconmicontable y, claro, tendría que seguir trabajando por lomenos dos añosmásenlamoda.Deesoprecisamentequeríahablarte.Sinosmetemosenesto,nomeseráposibledejardeundíaparaotromicarrera.

—Tehedichoquenoquieroqueladejes.Nodeseoquemodifiquestuvidapormí.

—Ya las has modificado tú. La has puesto patas arriba—bajó losbrazos y la amarró por la cintura para apretarla contra él—. En otromomento,envezdepensarencómoinvertirmidinero,estaríapensandoencómogastarlo.¿Sabes?Semehaocurridoquetambiénpodríavendermibote.Esodejaríaunbuendinero.

—¿Elbotequeteregalótuabueloyquetantotegusta?—Necesitamosdinero.Detodasformas,habríaquepediruncréditoy

eso sería lo que me ligaría a mi actual trabajo. Tendré que aceptarcontratosqueteníaenstandbyparagarantizarlospagosdelospréstamoshastaqueestoempieceafuncionarporsísolo.

—Noquieroquetedeshagasdelbote.Sécuántocariñoletienes.—Siesnecesario lovenderé.EstáatracadoenFortLauderdaley la

mayorpartedeltiemponolouso.Novoycasinuncaallá.Letengocariñoporque mi abuelo no era muy expresivo y, cuando me lo regaló, loconsideré un acto muy grande hacia mí, pero no me importaríadeshacermedeél.

—Me da pena. ¿Y si buscamos inversores? Tal vez Noah quieraparticipardelnegocio.

—Quieroqueseanuestronegocio.—Estuyo,Brian.Yonopuedonisiquierapensarensoñarconalgo

así.Labesóconapremio.—Ven.Terminemosdemirarlotodo.

Los días que siguieron fueron bastante ajetreados. Brian estaba

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obsesionadoporconcretarelproyectodelrestaurante,yparecíaquenadaibaaalejarlodesupropósito.Alexahabíaintentadopersuadirloparaqueconsiguiera un sitio que no implicara endeudarse tanto, pero él habíarefutadotodassusobjeciones.

—Noexisteinversiónsinriesgo.—Pero tú estás arriesgando en esto casi todo lo que tantos añosde

trabajotehacostadoconseguir.Estáscomprometiendotusahorrosyesoimplicacondicionartefinancieramenteenelpresenteyenelfuturo.

—Seguiré trabajando hasta que la liquidez del proyecto empiece ahacerse patente. Necesito queme apoyes. Créeme que si pierdo esto noimportaría.

—Sabesquetienesmiapoyo.—Entonces confía en mí. Una inversión de mayor riesgo siempre

tienemayorrentabilidad.Teaseguroqueesunnegociomuyprovechosoyqueprontorecuperaremostodoloquehayamosinvertido.

—Loquehayasinvertido,querrásdecir.—¿Porquéerestanterca?Esnuestroproyecto.Yallegarátuhorade

invertir tu tiempo en esto. ¿Has leído el informedeplanificaciónque teenvié?

—Sí,loheleído,ymehequedadoasombradadelobienquemanejastodoellenguajefinanciero.

—Ya te he dicho que solamente me faltó presentar la tesis paraconseguireltítulo.Aunquedeboreconocerquetoméaquelladecisióntancontrovertida más para hacerle una putada al viejo Moore que en mipropio perjuicio. Recuerdo que era insoportable convivir con él y yoestaba con todas las hormonas revolucionadas y en pleno proceso derebeldía.Plantarlecaraconlosestudioscasihizoquemedesheredara,dehaberpodidohacerlo.

—¿Yquéseloimpidió?—Tecontaréalgoquesolosabelafamilia.Miabueloansiósiempre

quelosastillerospasarandegeneraciónengeneración;mimadre,porsermujer,nopodíacontinuarconelapellido.PoresoélextendiólalíneadesangrealosMoore.Cuandomipadresecasóconellalobeneficióconunusufructo: siempre y cuando ellos mantuvieran el matrimonio. Eso tepermitiráhacerteuna ideadeporquépermanecenjuntoscontravientoymarea.

»Cuandomispadressecasaron,mimadrenoqueríaperdersufigura

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teniendounhijo.Asíquemiabuelolepusouncepoasuherenciaconelúnico findequeelladieraotroherederoparaqueenel futuro llevaraacaboladireccióndelaempresa.Porotraparte,lacompañíasiemprepasaalMooremásjoven.Legítimamente,soyeldueñodetodo.PeronopuedotomarposesiónhastaquemipadrenomueraononazcaotroMoore.Simi padre tuviera hijos extramatrimoniales, quedarían fuera de estearreglo.EstosolobeneficiaalosMayer-Moore.

—¿Estásdebroma?PeroesoesinjustoparaOlivia,comolofueparatumadreporsermujer.

—Lo sé, pero así lo estipuló mi abuelo. De todas formas, Oliviaparticipa de todas las ganancias de la misma manera que yo. Todo esequitativomonetariamente; es un poco complicado de explicar, pero lociertoesquenuestropatrimoniologestionacompletamentenuestropadre.Porahorasolorecibimosunporcentajeínfimo,sibienélestáobligadoadarnosunavidaholgada.

—¿Y si tu padre hace una mala gestión y vuestras ganancias seesfuman?

—Eso no es posible. Mi abuelo pensó en todo cuando redactó sutestamento.Mipadrenopuedeponer en riesgo el patrimonioganancial.Nuestras ganancias no se pueden tocar, y además hay una cláusula queindicaquelacondiciónparaquenosotrospodamoshacerusodeellasestraerotrodescendientealmundo.Deesaforma,senosobligaacontinuarconlalíneasucesoria.

—Osea,queelbebédeOliahorapasaráasereldueñoytúdejarásdeserlo.

—No—la besó en la frente—. Ella interrumpe el apellido por sermujer,peroelbebéliberaránuestrasganancias.Esoestáestipuladoenotracláusula.La línea sucesoriapara la gestiónde la empresa es inalterable.Yosoyelmás jovende la líneasucesoriademispadres.Poresosoyelpróximoquedeberámanejarlosastilleros.Ymisucesorseráelmenordemishijosvarones.

—¿Yporquéelmenor?—SupongoqueesofueporquealnacerOliviamujer,queríanobligar

amimadreavolveraprocrear.—¿Ysitútienessolamentehijasmujeres?—LosMooreestamosobligadosabuscarundescendientevarónpara

quenosepierdaelpatrimonio.

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—¡Qué enredo!—Alexa se tocó la cabeza pensativa—.Qué jodidoresultósertuabuelito.Esunpocofríotodoloquetramó,ycompetitivo,ademásdediscriminatorioconlasmujeres.

—Estoytotalmentedeacuerdo.Peroenaquellaépocaeraimpensableque una mujer dirigiera una empresa. Mi abuelo compró el apellidoMooreconestearreglo.Sedejóseducirporlainteligenciademipadreyloqueríamezcladoconsusangrecomofuera.

»Justodespuésdequenacieramimadre,miabuelosufrióuncáncerquelodejóestéril.PoresonohubomásdescendientesdelosMayer.

—Nopuedocreerloquemeestáscontando.Siemprepenséqueestosolamentesucedíaenlasnovelas.Mehacerecordarlasnovelashistóricasy los títulosdenobleza.Ahoraentiendoporqué tuspadres secreenquetienensangreazul.

—Telohedicho.Mifamilianoesunafamilianormal.Losdosserieronsonoramente.

El miércoles por la noche se habían enzarzado en una fuertediscusiónporqueBrianqueríaponerlapropiedaddelOne57anombredelosdos.LadisputaterminóconunportazodeBrianporqueAlexaloechódesuapartamento.

Eljueves,élpresentabasutesis;yporlatarde,ellanoaguantómásyleenviómensajesqueBriannocontestó.

Por la noche, cuando estaba metiendo el coche en el garaje, seencontróconAlexasentadaen laentradadesuapartamentoesperándoloconunabotelladevinoyunabolsaconprovisionesparaprepararlacena.

—¿Quéhacesaquí?—Nohas contestado losmensajes, perohevenido igual.Siquieres

mevoy.Él estaba visiblemente tenso.Alexa estudió los rasgos de su cara y

permaneciódepieensilenciojuntoalcoche.Estabadispuestaacederleelcontroldelmomento.

—¿Porquétecuestatantoaceptarquequierahacercosasporti?—No estoy acostumbrada a que cuiden demí. Hacemucho tiempo

quemecuidosola.

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—Entraenelcoche.Alexa dio la vuelta y se subió del lado del copiloto.Brian arrancó

hastaaparcarensuplaza.Apagóelmotorysequedóaferradoalvolante.Luegosedesabrochóelcinturóndeseguridadysegiróparamirarla.Ellapermanecíaensilencio.

—¿Por qué me contradices? ¿Por qué siempre rechazas todo lomaterial que quiero darte?Y, sin embargo, pides ayuda aEdmondhastaparacomprarleunobsequioamimadre.

—Porque a Edmond se lo devolveré. En cambio, tú no permitiríasquetelodevolviera.Brian,estáscomprandounapropiedadenunodelosedificiosmás carosde la ciudad.Nopuedespretenderque acepteque lapongasanombredelosdos.Regálameunpardezapatos,unvestido,unperfume, si quieres hacerme regalos, pero no una propiedad. Además,cuandotuspadresseenteren,imagínatecómomeverán.

—Otravezconmispadres.—Golpeóelvolantey sepasó lamanopor el pelo—. Alexa, olvídate de ellos, te lo suplico. Me importa unamierdaloquepiensen.Loúnicoquemeinteresaessertusosténentodoslosaspectos.Mepedistecompromiso,yesloqueestoyhaciendo.Peronomedejas.Siempreestásponiendoalgunatraba.

—Te pedí compromiso emocional. No que me conviertas en tumantenida.

—¿Tanto te cuesta entender que estoy tan comprometidoemocionalmentecontigoquebajaríalalunaylapondríaatuspies?Estoyenamoradocomounidiotadeti.Solopiensoenti,enhacercosascontigo,enconstruirunpresenteatuladoquenoslleveaunfuturojuntos.

Alexaacunóelrostrodeélentresusmanosy,tomandolainiciativa,lo besó.Él prolongó el beso al cogerla por la nuca y amoldar un pocomássubocaaladeellaparainvadirlamásprofundamente.LosbrazosdeBrian se cerraron entonces a su alrededor posesivamente, mientras sumanoleacariciabalaespalda.

—Brian,noteenfades,peronopuedoaceptaresoquepretendes.Soyunamujerindependiente.

—Nosetratadelimitartuindependencia.Noquieroeso,desdeluegoqueno;soloapeloaqueambosnosbeneficiemosconestenegocio,queseamossociosenlaintimidadysocioseneltrabajo.

—Acepto participar en el negocio, pero nome pidas que acepte lootro. Estoy acostumbrada a ganarme a pulso todo lo que consigo, y la

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inversión que estás a punto de hacer para comprar esa propiedad en elONE57esastronómica.Mesentiríamalynodisfrutaría.Mesentiríaunaaprovechaday...

—¡Basta! Estás haciéndome enfurecer nuevamente. No puedo creerquepiensesqueyopodríapensareso.Sialguienlopiensameimportaunamierda,porqueyoledoyloquequieroaquienquieroynodebopedirlepermisoanadie.

—Novolvamosadiscutir.Ayerpaséundíahorrible.—Lo sé. También yo me sentí fatal. —Suspiró frustrado al

comprenderquenopodríaconvencerla.—Tesentíasfatal,pero...medejastecolgadacontodoslosmensajes.—Hetenidounabuenamaestra.Esofueportodaslasvecesquetúme

hicistelomismoamí.—¿Resultaquefuepuravenganza?—Venganzano,castigo.Yaúncreoquenohasidosuficiente,porque

anochemeechaste,¿lorecuerdas?Alexahizounmohínmuygracioso.—¿Cómotefueenlatesis?—Me costó concentrarme, porque una persona que conozco había

logradodistraerme.Perocreoquebien.Creoquehelogradodefendermidisertación.

—Necesitamosfestejarlo,entonces.Éllamirócalculando.—Vamosarriba.Nosésiquierounfestejo,perosíséquehedecidido

laformaenquecontinuarécastigándote.Bajaron del coche y Alexa se quedó esperándolo apoyada en el

maletero delantero, mientras Brian daba la vuelta a su Porsche 911. Sumirada la recorrió con un desconcierto posesivo que a ella le produjopudor. Él sacudió la cabeza. Estaba confuso por sentirse dominado porellaynotabaqueaduraspenaspodíapensarcontranquilidad.

«Estoyatrapado,sedientodeella,heperdidomiautocontrol.¿Enquémomentobajélaguardiaylepermitíquemeconvirtieraensujuguete?»

Susmanos sevolvieron instruidasy rápidas.Leacaricióel costadodelcuerpoypusolabocaenlacurvadesucuello;mientrastanto,conlaotraleacunabalossenosporencimadelacamiseta.

—Humm... lo tengo aquí todo para la cena—dijo ella susurrandocuandoéllaarrinconócontraelmaletero.

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Brianlequitólabolsaconlosvíveresylaapoyóenelsuelo,luegolarecostósobreelcoche.Suspechosnoeranmuygrandesperollenabansusmanos.Presionósupalmasobreellos.

—Alexa...Musitó su nombre y lo que fuera que iba a decirle quedó olvidado

cuando sintió tensarse en sumano lapunta erectade supezón.Se sintiócautivadoporlacertezadeexcitarlatanfácilmenteynopudocontenerse.Subocaenvolvióconviolenciasupuntasobrelacamisetayelsujetador.El vórtice estaba duro y no le costó trabajo encontrarlo. Lo mordiótirandodeél,descontrolado.Alexaestirósumanoparajugarconsupelo,enredandosusdedos,acercandoaBriancontrasucuerpoparaquesubocanoseapartaradeella; la incitantecariciahizoque searquearayqueungemidoescaparadesuboca.

Ledesabrochóelvaqueroyselobajó.—Te has vuelto l-o-c-o—musitó entrecortadamente, puesBrian ya

estabapalpandoconsusmanosparaencontrarlahumedadevidenteensusbragas,quemuyprontosetransformaronenunabarrera.Sinpensarlo,lasrasgó con destreza y consiguió arrancarle una exhalación que vinoseguida por un gemido cuando con su dedo la invadió. Sus muslos nopudieronresistirseyseabrióparaqueélpudierallegarmásadentro.

—Brian,noesprudente—lehablósinaliento—.Puedeveniralguien.Además,haycámaras.

—Cállate. Deja de hablar para que podamos oír si alguien seaproxima.Aquínonospillanlascámaras.

Alexasintióquesumenteerraba,quenoeradueñadesurazónenelmomentoenqueélmetióysacósudedopara indagarleenprofundidad.Sinpodercontenersupropianecesidad,Brianmanipulóconprontitudsubragueta y se enterró de una sola embestida dentro de ella. Susmanos,agarradasdesuscaderas,laimpulsabanaclavarseunayotravezhastalaempuñaduradesumiembro.Alexalosentíamuyduro,gruesoycaliente,y su pelvis parecía haber cobrado una velocidad que él nunca habíaalcanzadoantesalpenetrarla.

—No tenemosmucho tiempo—expresó Brian sin aliento sobre suboca,mientrasgemíaansiososobresuslabios,quechupabaymordía.

ManipulóelvaquerodeAlexa,queestabaatascadoenlostobillos,yleliberóunapiernaparapoderintroducirseunpocomásenella.

—Voy amorir de infarto. Vas a ser la culpable demimuerte—le

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susurróaloído.—Esosiantestúnomematasamí—lecontestóellaconunhilode

vozentrejadeosamortiguados.Seoyóelruidodelapuertadelascensor...—Shit,shit—blasfemóBrian.Nopensabadetenersebajoningúnconcepto,porloquelatomóentre

sus brazos y, sosteniéndola de las nalgas, la apoyó contra una de lascolumnasafindeocultarseambostrasella.Semoviórápido,sindejardeimpulsarla sobre su polla. La embistió con desesperados empujes eindolentes envites una y otra vez, contendiendo el aliento y a punto deperder toda la cordura. Alexa estaba sujeta a su cuello mientras élcongestionabaelrostroporelesfuerzo.

—Debe ser rápido—le indicó Brianmientras se oía claramente elecodeunospasosqueseacercaban.

Élmoviósumanoyacariciósubrotemágicoconlayemadelpulgarparaacelerarsuexplosión,quenotardóenllegarjuntoaladeél.Amboscerraronlosojos.BrianescondiósurostroentreloscabellosdeAlexa,altiempoquesevaciabaensuinterioryresoplabaensucuello.Entretanto,Alexaenterrósusuñasen laespaldadeélycontuvo la respiración,casihastatraspasarsucamiseta,mientrashallabasupropiasatisfacción.

Los pasos incesantes continuaban acercándose. Ambos persistíanfaltos de aliento y, aunque sabían que estaban a punto de ser pillados,permanecían inmóviles sumergidos en una reverberación de erotismo.Alexaseacurrucócontraél,amparadaporelvigordesumusculatura,yBrian, sabiendo que debía moverse, asomó su cabeza con cautela y lasostuvo fuertemente por las nalgas y esperando atento. En el momentopreciso,yaúnempaladoenella,semoviósagazmentecuandounhombrepasabaporel lugar.Giróycambiódeposicióntras lacolumna,y luegovolvió a rodearla una vez más para evitar ser vistos. En un instante,descendió y permaneció en cuclillas junto al coche, sosteniéndola confirmezadelasnalgas.

—Estamos desquiciados, ¿te has dado cuenta?—le dijo en secretoAlexa.

—Es imposible detenerme cuando te ansío de esta forma tandemencial—lecorroboróélhablandoentresusurrostambién.

—Lo sé. Sé perfectamente a lo que te refieres. Tampoco puedo niquiero detenerme. Creo que... nací para quererte, que no hay forma de

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evitarsentirestoquesiento,queatuladoesimposiblesercuerdaporquemeenloqueces.

Seoyóelruidodeunmotorqueseponíaenmarcha,ydeinmediatoelautomóvilabandonóel lugar,por loqueyano tuvierondudasdequevolvíanaestarsolos.

Brianabrió laportezueladesucochey ladepositósobreelasientodelcopilotoparaqueellapudieraacomodarsusropas,mientrasélhacíalomismoconlassuyas.

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25

«Laconfianzaensímismoeselprimersecretodeléxito.»

RALPHWALDOEMERSON

El viernes, Brian yAlexa se reunieron con el agente inmobiliario y unnotario,ytrasalgunasfirmas,lapropiedadenelONE57pasóamanosdeBrian.Alexasenegórotundamenteaquelapusieraanombredelosdos,yBrianterminóaceptandoresignado.

El lunes recibió lanoticiadequehabíaaprobado la tesisy tambiéncomenzaron las entrevistas para conseguir el crédito para montar elrestaurante; demodo queBrian tuvo una tardemuy ajetreada peromuypositiva.Alexa, por su parte, ya había empezado a contactar con variosdecoradores de interiores, a quienes les había presentado el esbozo delproyecto; también se encontraba en tratos con un escultor que sería elencargadodeplasmarlaréplicadelgranPoseidón,hermanodeZeus,diosdelmaryde las tempestades,yunode losdocediosesquehabitabanelOlimpoenlaantiguaGrecia.Dichoescultortambiénseríaelencargadoderecrear una réplica de la ciudad perdida de Atlántida, que según losescritosdePlatónhabíasidoconstruidaporPoseidónparaprotegerasuamadaClito,unamortalde laquesehabíaenamoradoperdidamente.Laréplicaestabaconcebidaparaqueocuparaunlugarpreponderantedentrode un acuario artificial que construirían en una de las paredes delrestauranteyquesimularíalaciudadperdida.

Eradenoche.Alexaestabaenlacocinapreparandolacena,mientrasque Brian se encontraba sentado a la mesa del comedor, cubierta porpresupuestos y panfletos de publicidad. También había los libros dehistoria que Alexa estaba estudiando para recrear en el restaurante laantiguaGreciaalaperfección.

—Tomaunacopadevino.

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Brianaceptólabebidamientrasestirabasusmúsculosysucolumnatrasrecibirgustosounbesosuyo.

Elsonidodeltimbreenvolvióellugar.DebíandeserNoahyOlivia,aquienesestabanesperando.

Apenasentraron,nopasóinadvertidoeldesordensobrelamesa.—¿Enquéestáismetidosvosotrosdos?—indagóNoahdeinmediato

—¿Porquétantointerésenquevengamos?BrianyAlexalesrelatarontodoconpelosyseñales,yOliviayNoah

no pudieron ocultar el asombro por el proyecto que tenían en marcha.InclusoOlivia resaltó orgullosa el ingenio deAlexa y la erudición quedemostraba su hermano, ya que parecíamuy seguro de todo cuando lesexplicabacadacálculo.Porsupuesto,tambiénreinólaalegríaalsaberqueBrianhabíaaprobadosutesis.

—Lociertoesqueestoyrebosantedeganasycuriosidad.Deseoquetodo esté en marcha lo antes posible. Quiero ver el sitio donde estaráemplazadoElTemplo.¿Qué talsidejamos lacenapara luego?—sugirióOliviaentusiasmada.

—Sí,opinoigual.Vayamosaverloycuandoregresemoscenamos—apoyóNoahasuesposa.

Los cuatro salieron sin más demora del apartamento de Alexa ypusieronrumboalONE57.

Brian soltó un hondo y tenso suspiro, y su mirada arrogante pornaturalezacobróunvisodealiviocuandoentraronenellugaryOliviayNoahnodejaronde felicitarlos.Alexaapretaba sumanoynoparabadehablar y dar explicaciones para indicarles dónde estaría dispuesta cadacosa.

—Brian,amigo,nopuedocreerel sitioquehashallado.Estoesunéxitoasegurado.

—¿Deverdadosgusta?—Sí,hermanito.Memuerodeganasporver lamodernidaddeeste

sitiocombinadaconelarteylasreminiscenciasdelaantiguaGrecia.Mesiento sumamente orgullosa de ti, y muy agradecida, Alexa, por estecambioquehasgeneradoenél.

—Yo...yonohehechonada.—Sabíaque ambosos complementaríais a la perfección.Tardasteis

endecidirosacederalaatracciónquesentíais.Brian pasó la mano por la cintura de Alexa y la atrajo contra su

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costado.Besósusientrasescucharlaspalabrasdesuhermana.

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26

«Cuantomáspodersetiene,máspeligrosoeselabuso.»

EDMUNDBURKE

Concluyóotrasemanaentresesionesfotográficasparadiferentesmarcasyreportajesparaconocidasrevistasdemoda.Brianestabatratandodenodesaprovechar nada de lo que le salía; ya había reunido todos losrequisitosparalospréstamosdelrestauranteyyaseloshabíanotorgado.Todoparecíamarcharvientoenpopa.

Estaba llegando de noche a casa de Alexa cuando sonó su móvil.Miró lapantallayde inmediatoexhalóun resoplidoantesdecontestaratravésdelmanoslibre.

—Hola,Geraldine.—Brian,tienesquevenir.Tupadrenoqueríaqueteavisara,peroestá

enelhospital.Hasufridouninfarto.—Cálmate,mamá.¿Cómoestápapá?—Leestánhaciendopruebas.Yoahoranoestoyconél.Mehanhecho

salir.Ven,Brian.Tenecesitamosaquí.EstoysolaporqueBeccahatenidoqueirsearesolverunosasuntosenLondres.¿Avisastúatuhermanaolaavisoyo?

—Yomeencargo.Voylomásprontoquepueda.Aparcósucocheyquedópensandoenlasituación:queríaasupadre

apesardetodoydelasdiferenciasquepudieranexistirentreellos,ynodeseabaquelepasaranadamalo.

EntróenelapartamentodeAlexayellalegritódesdeelbaño.—¡Estoyduchándome!Unprofundosilencioinundólacasa.Briansedejócaerenelsofáy

secogiólacabezaconlasmanos;luego,conmovimientosinconscientes,sedirigióalbaño.

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—¿Mehasoído?¡Estoyaquí!—volvióagritarAlexa.—Sí,teheoído.Ella corrió lamampara de la ducha para verlo. Había notado algo

extrañoensuvoz.—¿Quépasa,Brian?Notienesbuenapinta.—Acabodehablarconmimadre.Mipadrehasufridouninfarto.—Oh, cuánto lo siento. ¿Cómo está? —terminó de enjuagarse

rápidamente.—Soloséeso.Leestabanhaciendopruebasenelmomentoenquemi

madremellamó.Alexacerróelgrifo rápidamente.Cogióuna toalla,queenroscóen

sucuerpo,yBrian,de inmediatoycomounposeso,seacercóhastaellaparafundirseentresusbrazos.

Alexalorecibióensucobijoyleacariciólaespalda.Suchicoestabasumamenteacongojadoylanecesitaba.

—Noquieroquelepasenada.—Lo sé. Sé cómo te sientes. Debes calmarte. Tu padre es joven y

seguramentesuperaráesteescollo.—Tengoqueavisaramihermana.—MejoravisaaNoah.Talvezlanoticiapuedaafectarasuembarazo;

dejaqueéllohaga.—Sí,creoquetienesrazón.—Déjamesecarmeyyaestoycontigo.Alexa apareció en la sala vestida con un vaquero desteñido y una

camisetadetirantes.—¿Hashablado?—Sí,Noah ha pedido su avión privado y se encarga de hablar con

Olivia.Encuantosepaaquéhoraviajamos,nosllamaráparaquevayamosal aeropuerto.Ahora estoy intentado hablar conmimadre yme atiendedirectamenteelcontestador;lomismoconelmóvildemipadre.

—Tranquilízate.Tododebedeestarbien,sinotumadreyatehubierallamado.

—Mierda,Geraldine.¿Quécoñolepasaatumóvil?¿Porquénomeatiendes?—gritómientrasvolvíaaintentarcomunicarse.

—Cálmate,Brian. Sé cómo te sientes; sé que cadaminuto que pasapareceunaeternidad.

—Élyyononoshemosllevadobien,peroesmipadreyloquiero.

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—No tienes que justificar conmigo tus sentimientos; de hecho, meenfadaríamucho saber que no los tienes. Y no hables en pasado. Te loprohíbo.

—Necesitoencendermimóvil,Benjamin.—Pero,¿esquenoloentiendes?Déjaloasí.Necesitamosjugarconla

desesperacióndeBrian.—Está bien. Haré una llamada desde aquí antes de irme. Están

esperándomemisamigas.—Quetediviertas.Yotambiéntengoquehacer.Nocreoquelleguen

hastalamadrugada,peroporsiacasonovengasmuytarde.Notardesmásdedoshorasynoenciendastumóvil.

—No lo haré. Ya lo he entendido. Podríamos haber esperado amañanaparahaceresto.Noentiendoporquétehasempecinadoquejustoteníaqueserhoy;yotengouncompromisoyahoranopodrédisfrutardeélporquedeberéestarmirandoelrelojcadadosportres.

—Dejadequejarte,Geraldine,yvetedeunavez.Asínopierdesmástiempo.

—Porcierto,meheolvidadodecomentarte:hoyhequerido retirardinerodeuncajeroymehadichoquemi límitediarioestabasuperado.Creo que pediré cambiar la tarjeta. Últimamente estoy teniendo variosproblemasconella.

—El problema no es la tarjeta sino tú, que no tienes límite en tuscompras.

—Conmidinerohagoloquemedalagana.—Pues, querida mía, tu dinero ya no existiría si yo no lo hubiera

sabidomultiplicar.—Adiós,Benjamin.Seme está haciendo tarde y no tengoganas de

oír tu perorata del yo. Me aburres con eso. Deja de quejarte que eseusufructoquedejómipadrefuemuyfavorableparatiymelodebesamí.Asíquenoséquiéndebemásenestasociedadconyugalquetenemos.

—¿Nohaceslallamadaqueibasahacer?—No.En menos de treinta minutos Geraldine Mayer estuvo en el

estacionamientodelSt.RegisBalHarbourResort,donde tenía reservadalaSuiteJunior.Subióhastalahabitaciónyallíencendióelmóvilporunos

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instantesparaenviarunmensajeyluegovolvióaapagarlo.Escudriñórápidamenteenellugar.Reforzósuperfumeysucarmíny

luegosalióalbalcónparaaspirarunpocodeairefresco.Elsonidode losnudilloschocandocontra lapuertasehizopatente,

porloqueGeraldineabandonólavistadelanocheenBalHarbourparaira abrir. Antes, se arregló el cabello y el escote, y, caminando consensualidad,abriólapuerta.

—Hola—dijoélmientraslaestudiabadepuntaapunta.Geraldineerauna mujer incluso mayor que su madre, pero debía reconocer que semanteníaenmuybuenaforma.

—Pasa, Randy —consiguió decir ella claramente afectada por sumirada.

Randy Fisher vivía en el campus del Broward College, dondeestudiabalacarreradeadministracióndehoteles.Sibieneraposeedordeunabeca,laayudaquepodíanbrindarlesuspadresnoerasuficienteparavivir y estudiar en esa costosa ciudad, así que por las noches trabajabacomo camarero en el restaurante J&GGrill del St. Regis, donde habíaconocidoaGeraldineMayer.Desdequeseveían,suespartanavidahabíadadounvuelcoradical,yaqueellaleestabaayudandoeconómicamente.Acambiodeesaayuda,queellaofrecíagustosa,seencontrabanenlasuitejunior del hotel una o dos veces a la semana, donde él se dedicaba ahacerlasentirsumamentedeseada.

Eljovenentróenlasuiteycerrólapuertadeunpuntapié.—Estabadeseosoporquellegaraeldíaparaverte.—Tambiényo.Randy,hoynomepuedoquedarmuchotiempo.—Nohayproblema.Puedodartemuchoplacerrápidamente.—Bésame.Sinpreámbulos,latomóporlacinturayseapoderóconsabiduríade

su boca. La devoró con sus labiosmientras iba despojándola de toda laropaylallevóalacama,dondelaposeyóhastacasienloquecerla.

—Tengo que irme. Puedes quedarte a pasar la noche y... toma, la

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próximasemanaprometodartealgomás—leextendióunfajodebilletes—.Nohepodidodisponerdemásefectivoestasemana.

—Notepreocupes,Geri.Yatehedichoquenoesnecesarioquemedesnada.

—Quieroquevivasbien,Randy.Cómprateropaytodoloquedesees.Veremostambiéndequéformapuedescomprarteunautomóvil.AsídejasderecorrerelcaminoenbusdesdeelCollegehastaaquí.

—Ven.—Élsearrodillóenlacamaylatomóporlacinturamientrasvolvía a besarla—. Eres enormemente generosa. No sé cómo podrépagartealgunavezestoquehacespormí.

—Lohaces,cariño.Tupielsobrelamía,tuscariciasytusbesosmehacensentirviva.Estaeslaformaqueyotengodeagradecertetodoloquemehacessentir.Nomedebesnada.

GeraldineMayeracababadellegarasucasa.Guardósuautomóvilenelgarajey,rodeadadeunéxtasisdeensoñación,entróenlacasa.

—Porfinllegas.—Estemprano.—Enciende tu móvil. Llama a Brian y dile todo lo que hemos

acordado.—Déjameterminardellegar,Benjamin.Estásinsoportablehoy.—Vamos.Dejadequejarteyhaztuparte.Buscó el número de su hijo y pulsó el botón de llamadas. Brian

atendióenseguida.—¡Por fin me llamas! ¿Cómo está papá? Estamos deseosos de

noticias.—Cariño,losiento.Mequedésinbateríaenelhospitalytupadreno

llevabasumóvil;hemossalidotanrápidodecasaquelohemosolvidado.Meheasustadomucho,Brian.Nuncahevistoatupadretandescompuesto.Sudabafrío,teníavómitosysequejabadedolorenelpecho.

—Nomeinteresanesosdetalles.Dimecómoestádeunavez.—Yaestamosencasa.—Gracias a Dios —dijo para su hermana, que sollozaba en los

brazosdeNoah—.Estábien.Nolloresmás.—Noshantenidoenobservaciónhastaahora.Lehanpracticadouna

seriedepruebasynoha sidoun infarto loqueha tenido,por suerte—

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continuó explicando Geraldine—. Pero ha sido un aviso. El médico hadichoquedebedetenerseosufriráuno.Elestrés loestámatando,Brian.Tu padre está solo con todo, cargado de responsabilidades. Le hanprohibidovolveral trabajo,yyonoentiendonadade laempresa.Noséqué vamos a hacer. Le ha dicho que debe alejarse de las presioneslaborales, bajar de revoluciones. La semana que viene le harán máspruebasparaajustarelcontroldeltratamiento.

—Cálmate. Estamos a unos minutos de aterrizar. Estoy con Alexa,NoahyOlivia.Vamosenelaviónprivado.

—Me imagino que no pensarás venir con esa mujer a casa —Benjaminlehizoungestoconlamanoparaqueapaciguaraeltono—.Teestoydiciendoquetupadrenecesita tranquilidad.Nopuedealterarsepornada.Lehanmandadotratamientocardiológico.

—¿Nienunmomentoasípuedesdejardeladotusoberbia?«Lomástristeesquetecreesmejorqueella.Peronolellegasniala

sueladeloszapatos,madre»,pensóconpesar.—Brian,setratadelasaluddetupadre.—Noquierooírtemás.Soloconfírmamequepapáestábien.—Lo que te he dicho. Se siente muy fatigado, pero ahora está

descansando.Lehandadomedicaciónparaelcorazónyparalaansiedad.Cuandolleguéisosloexplicobien.

—Prontoestaremosallí.—Muybien.Briancolgó lacomunicaciónconsumadrey tratóde tranquilizara

Olivia,queestabahechaunmardelágrimas.ExplicóserenamentetodoloqueGeraldinelehabíadicho,antesdesumirseenunprofundosilencio.Sesentía arrasado por el cansancio. Su mente no podía soportar unapreocupaciónmás.

NoahllevóaOliviaaqueserecostara,yBriansequedóasolasconAlexa sin saberquépalabrasemplearparadecirlequenoeraapropiadoquefueraalacasadesuspadres.Sesosteníalacabezaconambasmanosysemasajeabalafrente.

—¿Quésucede?—Alexadeslizólamanoporsuespalda—.¿Porquéestástanpreocupado?Tumadrehadichoquetupadreestábien.

Éllamiróalosojosylaangustiaenelloseramásqueevidente.Seodióportenerqueelegir.Briandeseabaenesemomentopodereludirsuspreguntas,escapardelasrespuestasquenoseatrevíaadar.Noobstante,

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Alexaeramuyinteligente,yalgohabíaadvertidoduranteel intercambioenlacomunicaciónconsumadre.Habíasospechadocuandosepusotensoqueeraporella.

—Brian, yo... espero que no lo tomes a mal. No es que no quieraacompañarte, pero no me parece prudente que yo vaya a casa de tuspadres.Elmédicoharecomendadotranquilidadatupadrey...

—Déjameabrazarte.Le acarició los largosmechones rubiosmientras le besaba la sien,

agradecidoporahorrarletodotipodeexplicaciones.—Talveznodebídehabervenido.—Tenecesitoconmigosiempre.—Yyoati;sinembargo,nopodemosobviarelhechodequecuando

uno decide emparejarse, la familia es algo con lo que también se debeconvivir. Brian, tu familia no me quiere. No quiero volver a tener quesentirme rechazada por ellos. Pero eso no es lo más importante ahora,sinoquetupadrenoestábienydebeestartranquilo.

—Lo sé.Cuando te pedí queme acompañaras era otra la situación.Mesientounegoístaporhaberpensadosoloenmí,enloquemevabien,ynohaberreparadoenloquepodíassentirtú;noquieroquetevuelvasasentirmalporculpadeellos.

—Estoyaquíporquequeríaacompañarte.ElpanoramaantesdesalirdeNuevaYorknoerabuenoynecesitabaestara tu ladoparaponerteelhombrosinecesitabasllorar,comocuandotúmelopusisteconmamina.Deverdad,nosufraspormí.DecaminonosparamosenalgúnhotelytúvasconOliviayNoahavercómoestátodoentucasa.

—Graciasporsertancomprensiva.—Hasta yo estoy asombrada de lo comprensiva que estoy siendo.

Cambia esa cara y relájate. Brian, si nos apoyamos no nos caemos.Últimamente,atuladomehedadocuentadequeestoesmuycierto.

—Hola.Yahasllegado.Losiento,mehedormidoesperándote.¿Quéhoraes?

Brianestabaalospiesdelacamaquitándoselaropa.—Chis.Duerme,queesmuytarde.—¿Cómo está tu padre? —preguntó Alexa con la voz pastosa

mientrassesentabaenlacamaysefrotabalosojos.

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Briansequitótodomenoselbóxeryseacostóasulado.Lainvitóaqueseacurrucarasobresupechoaltiempoqueellaseacomodabajuntoaél.Lebesólabasedelacabezayledijo:

—Está bien.Almenos estaba durmiendo, porque al parecer llevabavariosdíassinhacerloyesoesloquehadesencadenadotodoestecuadro.

»La semana que viene le practicarán otras pruebas y le harán másevaluaciones.Todo indica que el estrés ha desarrollado una enfermedadcardiológica.

—Losiento.—Perohapasadoalgomás.Poresohetardadotanto.Alexalevantólacabezamientrasseapoyabaensupechoparabuscar

alarmadasumiradaentrelapenumbradelanoche.—¿Quéhapasado?—Oliviahavistoquehabíamanchadocuandohaidoalbaño.—¡Oh,Dios!¿Elbebéestábien?—Sí,tranquilízate.Hasangradomuypoco.Pareceserquelaangustia

y los nervios pormi padre se lo han provocado. Le han practicado unultrasonidoytodoestámuybien.Solonecesitahacerreposo.

—¿Porquénomehasllamado?—Primero hemos llamado a urgencias para que vinieran a casa y

luegolahanllevadoalhospital.Hapasadotodomuyrápido.—Estábien—dijoellasintiéndoseexcluida.—¿Qué sucede?—Alexa negó con la cabeza—.Olivia está bien—

volvióaexplicarél.Alexaasintióyapoyónuevamentelacabezasobresupecho,perono

seaguantóylerecriminó:—Podrías haberme avisado aunque fuera por teléfono. Me he

quedadoaquísolaynoestabaenteradadenadadeloqueestabapasando.Entiendoqueaellosnose lesocurrieraavisarmeporqueestaríanconlacabezaenotraparte,perotú...

—Rubia,porfavor.Tedigoquehasidotodomuyrápido.—Sí,meimagino.Ellasaliódesucobijorechazandosuabrazoyseacurrucódándolela

espalda.—Noveoquetengasqueenfadarteporeso.—Túquévasaver.Sinisiquieratehasacordadodemí.—Noescierto.

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—Puesnosenotaquelohayashecho.—No he querido angustiarte sabiendo que estabas aquí sola y

nosotrosenelhospital.—¡Quéconsideradoportuparte!Briansehabíasentadoyestabaconlaspiernasflexionadasmientras

conunamanosemesabaelpelo.—Lamentohaber insistidoparaquevinieras.Lamento la familiade

mierda que tengo y que te hayas tenido que quedar aquí sola. Pero eresinjusta.Sabesperfectamentequesiempretepongoporencimadeellos,ymás injusta por enfadarte porque no te he avisado de lo de Olivia. Encuantolehandadolosresultadosyhandichoquetantoellacomoelbebéestaban bien, he venido para aquí contigo; lamento no haber tenido lasensatez de llamarte. Además, era tarde. ¿Cómo pensabas llegar alhospital?Noentiendesquenohequeridoexponerteaqueanduvierassolademadrugada.

Briansediolavueltaylediolaespaldatambién.Iracundo,aporreóla almohada y hundió su cabeza en ella para refunfuñarincomprensiblemente.

—¡Mierda!—gritó sin poder contenerse y amodo de desahogo—.Tengoveintemilcosasen lacabezaquenosécómoresolver,y túestáspreocupadaporquenotehellamado.Loúnicoquehagoescuidarte.Peroclaro,túnuncaveseso.

Brianse levantóycogióunade lasalmohadasy lamantaextraqueestabaalospiesdelacama.Conellasfueysetumbóenelsofádelasaladeestardelasuite.

Alexanopensabadejarlabroncadeladoyselevantótrasél.—Máslamentoyoserunestorboysumarpreocupacionesa lasque

yatienes—legritódevivavozyvolviótrassuspasos.De inmediato, comenzó a vestirse y a hacer su bolsa. Arrancó las

prendasquehabíacolgadoenelarmarioylasmetiódecualquierforma.—¿Adóndecreesquevas?—laincrepóBrianarrancándoleelbolso

delamano.—Déjame.—Forcejeóincapazdecreerqueélnopudieraentenderlo

rechazadaquesesentía—.RegresoaNuevaYork—leespetófirmementeysosteniéndolelamirada—,dondenoestorboanadie.

—¿Por qué te comportas así? ¿No entiendes que no sé qué hacer?¿No te das cuenta de que me encuentro entre la espada y la pared? Lo

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únicoqueesperoesquemeapoyes.¡Joder!Noquierohacermecargodelamalditaempresa,pero tendréquehacerloel tiempoquemipadreestéfueradecombate;mimadrenoentiendenada,nisiquierasabecómoseleeunestadodecuentas.Tengolacabezaencualquierparte.Estoysuperadopor todo. La empresa familiar es un maldito círculo del que no tengoescapatoria,unaresponsabilidadquenopedí,quemeimpusieronalnacer,unputo legadoenelquenopuedo fallarporqueenellovael futurodetodos.Nosetratadequenoquieraasumirresponsabilidades,pero...Dios,no es cierto que no te tengo en cuenta. Si todo el tiempo he estadopensandoenti,encómotediríaquedeboquedarmeenFortLauderdale.

Mantuvieron sus miradas clavadas en el otro. Permanecieronobstinados.Brianyalohabíadichotodoyellaparecíadesconcertada.Unsilencioque leshelabaelcuerposeestablecióentreellos.Él tironeódelbolsonuevamenteperocondelicadeza,yellaloliberósindecirnada.

—Pues—hablóellatitubeante—,paranosabercómodecírmelo,nohasencontradolamejorformaparahacerlo.

—No creo que haya una forma que sea menos amarga. Soyconscientedequenossepararánmillasdedistancia.

—¿Teestásdandoporvencido?—No,noeseso.Peronoquieroquese instalendesconfianzasentre

nosotros.—¿Estásdiciéndomequedebotenerdesconfianza?—No,Alexa.Porsupuestoqueno.—Entonces,noleveodiferenciaa losviajesquetendrásqueseguir

haciendoporlamoda.«Maldición. No voy a darte el placer de decirte que ya me estoy

muriendodecelosporlahuerfanita,quetetendráasualcance.»—No quiero que vivas en la casa de tus padres. —Las palabras

salierondesubocasinpensarlasyéllevantóunacejamientrasladeabalacabeza. Quiso contenerse, pero una sonrisa irónica se asomó en lacomisuradesuslabios.

—Yahaempezadoladesconfianza.—Nodesconfíode ti—«mentira,niyome locreo»—,sinodeesa,

quetienetantasganascomoyodehincarleeldientealapatadelpavodeAccióndeGracias.

—Alquilaré un apartamento. Tampoco yo quiero vivir con ellos.Además,ansíotenerunsitioparanosotroscuandovengas.

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Sesumieronenunabrazodescomedido,uniendosuscuerposcomosi fueran uno solo. El puente de la nariz deBrian acarició el cuello deAlexayellaenroscómásaúnsusbrazosensucuello.

—Necesitoque teencarguesmásquenuncadenuestroproyectodelrestaurante. Tiene que estar funcionando cuanto antes porque debemoshacerfrentea lospagos.Estoes temporal,Alexa.Encuantomipadreseponga bien y el médico le autorice regresar a sus actividades, todovolveráasercomoahora.Mañanairemosabuscarunapartamento.Enelaviónmehasdichoquesinosapoyamosnonoscaemos.¿Puedocontarcontigo?

—Porsupuesto.Susbocassemoldearonperfectas.LadeBrianatrapóladeellaysus

lenguasseenredaronparadisfrutardelsabordelbeso.

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27

«Notengasmiedoderenunciaralobuenoparaalcanzarlograndioso.»

JOHNROCKEFELLER

Rebecca había estado en Londres dos semanas junto a su hijo paraacompañarlo durante la sesión de quimioterapia con la que trataban suenfermedad,peroahorasehallabacasiconunpiesobreelavión,apuntoderegresaraAmérica.

—Noquieroquetevayas,mamá.—Es importante que mamá regrese a Estados Unidos para poder

seguircosteandotutratamiento,hijo.—Entonces,llévamecontigo.—Aaron, ya lo hemos hablado muchas veces: tú debes quedarte

porquehasdeira tuschequeosconeldoctorRogers,ymamádebeirseporquenosolodebetrabajar,sinoquepuedequeallíconsigalamedicinaquetecuredefinitivamentelaleucemia.

—Peroteechomuchodemenos.—Yo también te añoro cuando no estoy contigo. Prometo que te

llamaré cada día y que hablaremos por Skype también. Ahora dame unbeso,demascarilla.—Señalósumejillayluegoledijo—:Metocaamí.

Lobesuqueóhastahacerloreír.—Tequiero,hijo.—Yotambién.¿Metraerásunregalocuandoregreses?—¿Quéregaloquieresquetetraiga?—Nosé.Déjamepensarloycuandomellamestelodigo.—Muy bien. Luegome lo cuentas. Sabes que debes hacerle caso a

Esthercuandoyonoestéabsolutamenteentodo,comosiellafuerayo.—Asíloharé.—Es un niño muy bueno, Becca. No necesitas recordárselo. Te

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aseguroquenodatrabajoenabsoluto.—Mamá...—¿Quépasa,Aaron?—Si consigues esa medicina, ¿ya no tendré que estudiar con la

maestraencasaypodréiralcolegiocomolosniñosnormales?—Aaron,tesoro.Túeresunniñonormal.¿Dedóndesacasquenolo

eres? Lo que sucede es que por tu enfermedad debemos extremar loscuidados. No es bueno que te expongas a estar en contacto con muchagente, porque tus defensas están muy bajas y puedes contagiarte algúngermen.

—¿Podréiralaescuela,entonces?Contéstame.—Veremos,hijo.Esolodecidiráeldoctorllegadoelmomento,pero

seguramentecuandotecurespodrásir.—EntoncesveaEstadosUnidosabuscarmimedicinaparaquepueda

ir al colegio. No quiero otro regalo. Solo quiero que consigas mimedicina.

«Juro que la conseguiré, hijo, así sea lo último que haga en estavida.»

Rebeccaasintióconlacabeza.Teníaunnudoenlagargantaytemíanopoderretenerlaslágrimassilecontestaba.

CogiósusmaletasyEstherlaacompañóhastalapuerta.—¿Estásbien?—No, Esther. Cada día me cuesta más alejarme de Aaron. Tengo

muchomiedodequelepuedapasaralgoyyonoesté.—Debeshablarconél.Eltiemposeagota,Becca.Notienesopción.—YsimequitaaAaron,¿quéhago?¿Ysiselorevelotodoynome

quiereayudar?Nuncalohanquerido.¿Porquéibanaapiadarseahora?—PorqueAaronahoraesunarealidadpalpableyvisible,yesunniño

adorabley tienederechoacreceryavivirunahermosavida. ¿Sabes loquecreo?Queenrealidadaloqueteniegasesanoconseguirelpremiocompletoquefuisteabuscar.Porqueamínomeengañas,Becca.Séloqueél significa para ti. Sé que no lo has olvidado y que volver a verlo hahecho crecer tus esperanzas. Me has dicho que no es el insensiblemujeriegoquecreías;queesunhombrecentrado,conprincipiosfirmes.Te lo he dicho muchas veces. Su padre debe saber de la existencia deAaron.Nohasidojustoqueselohayasocultadotodosestosaños.

—Élnoqueríaquenaciera.

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—Aunasí,debistehablarhacetiempo.Ochoañosesmucho.Además,nosolodebeshablarporprincipios,sinoque...Becca,noquieroparecerinhumana,perosinohablasperderásaAarondetodasformas.Eldoctorfueclaro:lasdosisdequimioqueledansololoestánmanteniendo,perolaleucemianoremite.Lamédulanoestáfuncionando.

—Losé.¿Creesquenolosé?Nohacefaltaquemelodigas,pero...noesfácil.Aaronesmío,essolomíodesdequenació.Esmivida,esmiuniverso,mimotor.Meresistoadependerdealguienmásparasalvarlo.—Seenfurecióantelaideadenopoderprotegerlo—.Siemprehemossidoélyyo.

—Becca, es hora de que dejes tu orgullo de lado.Ve y haz lo quetengasquehacer.Peroregresaconunasolución,porque...loperderemossino.

Ya en el aeropuerto, subió al avión y se acomodó en su asiento.Estaba sumamente angustiada. Dejar a Aaron no era sencillo. Se lemezclaba la culpa y la desesperación, pero necesitaba encorajarse yenfrentar la situación. Cientos de pensamientos invadieron su mente.Intentóhacermemoriadecuántohacíaquenosereíasinsentirseforzadaa hacerlo. Sintió pánico cuando recordó el momento exacto en que lapesadumbre se adueñó de su rostro. Las palabras del médico sobre laenfermedaddeAaronlahabíanhechocaerenunembudodelqueparecíaimposiblesalir.DivagabadiciéndoselomuchoqueBrianhabíacambiado.Asíqueintentóconvencersedequeeramuyprobablequenosenegaraaayudarla.Elviajeteníasaboraesperanza.

EncuantopusounpieenlamansióndelosMooreyseenteródelasnovedades,saberqueBrianestabaviviendoenFortLauderdalelallenódeilusionesyunsinfíndeexpectativas.NiGeraldineniBenjaminrevelaronlos tejemanejes de que se habían valido para obligarlo a mudarse.Prefirieron guardar sus artimañas en la intimidad del matrimonio y lehicieroncreerlomismoqueBriancreía:quelasaluddeBenjamínMooreestabadelicadaynecesitabadescanso.

—¿Estáaquí?—No.Haalquiladounapartamentoargumentandoqueestáhabituado

avivirsolo.Becca,tesoro—ledijoGeraldineencomplicidad—.Estaestuoportunidad.Noladesaproveches.

—¿Puedopreguntartealgosinquetelotomesamal?—Porsupuesto.Loquequieras.

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—¿PorquéantesnoerabuenaparaBrianyahorasí?—Miamor,¿cómopuedespensarqueantesnoerasbuena?Siempre

fuistenuestraelegida.—¿Yporquénonosapoyasteiscuando...quedéembarazada?—Err...Becca,tesoro.Eraisdosniños.Tenerunhijonoestareafácil.

Noestabaispreparados.—Nuncalosabremos,¿verdad?—Tendríaisquehaberoscasado.Nuestrasamistadeshabríanhablado

sisehubieranenteradodequebajonuestromismotechotúyélintimabais—continuó—; se suponía que éramos tus tutores y te cuidábamos.Rebecca, eras una niña de dieciséis años. Briancito apenas tenía losdieciocho.

—Pero tal vez ese bebé tenía derecho a vivir. Tal vez hubiéramossidobuenospadres.Quizáaúnestaríamosjuntos.Talvezotrohubierasidonuestrodestino.

—Cariño. Mira hacia adelante y no te detengas en el pasado. Hasconstruidounavidamaravillosa.Eresunatalentosaempresariay,tardeotemprano,Brianserátuyo.Séloquemedigo.Solotienesqueencargartedereavivarelfuego,ahoraqueélestáaquíyesaenNuevaYork.Tienesqueusartodastusarmasyreconquistarlo.

Geraldinetomóunarevistayfingióconcentrarseenella.«Nomecabedudadequehubieraissobrevividoalapaternidad,pero

nosotros no hubiéramos sobrevivido a rescindir el poder. Benjamin noestaba preparado para ceder el control de todo, y no podíamosarriesgarnos a que la criatura naciera y que encima fuera niño;hubiéramos perdido prestigio en nuestro círculo social, no quiero nipensarlo»,cavilóensilenciomientrassimulabaleer.

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28

«Elpasadonuncaestámuerto.Nisiquieraestápasado.»

WILLIAMFAULKNER

ElmóvildeBrianparpadeóyvibrósobreelescritorio.Estabarevisandouncontroldecostesquehabíapedido.Hacíadossemanasque tratabadeorganizar la información contable, ya que su padre implementaba otrosmétodosdondehabíadatosqueseescapaban.

—Hola, rubia —empleó una voz muy sensual cuando atendió lallamadayserecostóenelsillónmientrasaflojabasucorbata.

—Hesalidoenbuscadeunalmuerzodecenteynohepodidoresistirlatentacióndeoírtuvoz.

—Mepareceperfectoquelohayashechoyteloagradezcoademás.Sinofueraportullamada,nomehubieradadocuentadelahoraquees.

—Muymalhecho.Nodebessaltartelascomidas.¿Muchotrabajo?—Continúoorganizandolascifras.Nosécómohacíamipadrepara

quenoseleescaparanada.Estoesuncaos.Además,debodejartodolistoparaelfindesemanaporqueviajoaUtah.

—Nomelorecuerdesquemevuelvoaamargar.Malditasfotosquenonospermitiránvernos.

—Necesitamoseldinerodeesacampañaparacubrirlosgastosextraquetenemosenelrestaurante.

—Sí, lo sé. Pero serán dos semanas sin verte, porque el próximotambiénviajarás.

—Tellevaría,perodeesamaneranoahorramos.—Losé,tonto.Notelodigoporeso.—ElmartesvienenlosdelarevistaYachtingahacerunaentrevistaen

elastillero.—Tevasasentircomopezenelagua.Sabesmanejarmuybienalos

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mediosdecomunicación.—Esdiferente.Aquínotengoquepromocionarunaprendadevestir

quellevopuesta,sinonuestramanufactura.Silohagobienseconseguiránmás ventas. Y son muchas las especificaciones que tendré que resaltar.Esperemosqueseaelpistoletazodesalidaparaunabuenaproduccióndeyates.

—Túpadre debe de estar contento.Te tiene donde siempre quiso yestásreactivandolaempresaconesacantidaddeideasqueestásponiendoenpráctica.

—¿Porquéesetono?—Nomehasdichonadadelasfotosqueteenviédelrestauranteylo

avanzadasqueestánlasobras.—Losiento.Anoche,cuandomelasmandaste,yaestabadurmiendo.

Y esta mañana las he mirado corriendo porque estaba entrando en unareunión.Ahoramismoestoydescargándolasdelcorreoparaverlasenelordenador.

—Esperoquetegusten.—Seguramente.Alexa,laempresatambiénesnuestrofuturo;debería

alegrarteloqueestoygestionando.—Graciaspordecirnuestro,perorealmenteahísíque lapifias.No

creoqueyotengaqueverconesaempresaenabsoluto.—Puesyonoestaríatanseguro.—A no ser queme des un puesto para servirte café, no veo cómo

podríaserposible.—Espérameunmomento,queSusanemenecesita.—Lasecretariade

supadre,yahoratambiénlasuya,habíairrumpidoeneldespacho.—SeñorMoore,laseñoritaMineestáfuera.¿Puedeatenderlaahora?Por suerte,Brianhabía tenidoel instintode tapar elmóvil.Asíque

creíapocoprobablequeAlexahubieraoídoelnombre.—Quemeespereunmomento.Terminodehablaryleavisoparaque

pase.—Muybien,señor.—Rubia,tengoquecolgar.—Sí,estábien.Atiende.—Encuantomedesocupetellamo.Ahoramirolasfotografías.—Estábien,Brian.Atiendetusasuntos.—Túerestodoloquequisieraatenderenestemomento,peroestáun

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pococomplicadoatravésdelteléfono.Noteimaginaslasganasquetengode tenerte bajo mi cuerpo y darte muchos besitos. ¿Nos conectamos aSkypeestanoche?

—¿Paraquélopreguntassitodaslasnocheslohacemos?—Es que me encanta imaginar durante todo el día, esperar el

momento.Rubia,undíaharásqueSusanesedécuentade lasereccionesque me provocas. Estás metida en mis pensamientos en todo momento.Creoquetendréquehacercambiaresteescritorioporunodemadera.—Aseverómientraspalpabaelcristal.

—Voyaextrañartemuchoestasdossemanasquenonosveremos.—Ni te imaginas yo.Ahora sí, debo cortar. Te llamo de aquí a un

rato.—Ok.Temandounbeso.—Yyootro.—Antesdequemeolvide:¿lahuerfanitayahavuelto?—¿Porquélopreguntas?—¿Ytúporquémecontestasconotrapregunta?—Creoquevuelveestosdías.—¿Yestosdíasquesignifica?¿Hoy,mañana,pasado?¿Cuándo?—Creoquellegahoy.—Sinduda,andaráalacechoalenterarsedequeestásahí.—Me parece innecesaria esta conversación, aunque debo confesar

quemegustaqueestés...unpoquitocelosa.—Talvezdeberíabuscarmeconquiéndartecelostambién.Asísabrás

loquesesiente.—AllíestáCrall.Podríasiracasademihermanayencontrártelo.Sé

perfectamente que él y Noah se ven a menudo; sin embargo, no voy aponermeparanoicoconeso.Yononecesitoadvertirtedenada,peroesetambiénandaalacechocontigo.

—NoveoaCralldesdelabodadetuhermana.—Mepareceperfecto.—Y no te hagas el digno, que si no tienes que hacerme ninguna

advertenciaesporquenotedoymotivos.—Yotampocotelosdoy.Tehedadomuestrasmásquesuficientesde

quehecambiado.—Esperoquetucaminonosevuelvaatorcer.—¿Vasadesconfiareternamentedemí?¿Algunavezmeperdonarás?

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—Eltiempoytubuencomportamientolodirán.—Alexa,meheconvertidoenunsantoporti.Tontearonunosinstantesmásyluegocolgaron.Brianselevantó,yélmismoabriólapuertadeldespachoparadarle

entradaaRebecca.—Hola,Brian.—Hola. —Se saludaron con un beso en la mejilla—. Disculpa la

espera,estabaocupado.—No te preocupes. Veo que te has convertido en un hombre

sumamente atareado. Lo cierto es que esto me ha pillado por sorpresa.Nuncacreíqueteveríatraseseescritorio.

—Yaves.Aquíestoy.Siéntate.—Muchasgracias.—¿Quierestomaralgo?¿Uncafé,unté,talvezalgúnrefresco?—Teloagradezco.Quizápodríamosiraalmorzar.Eslahora.—Ella

sonrióexuberante.queríatentarloconlainvitación.—Comeréalgo rápidoaquí.Tengocosaspendientesypoco tiempo

parasalir.Talvezotrodía,Becca.—Entiendo.Vasarechazartodoloqueteproponga.¡Nopuedocreer

locambiadoqueestás!Lasrevistasdebendeestarintrigadasdeporquénopuedenretratarteenningunafiesta.

—Aún nome dices que te trae por aquí. Ilumíname. ¿Has venido acuestionarmividaprivadaosolohasvenidoparainvitarmeaalmorzar?

Ellanegóconlacabeza.—CuandolleguéaAméricanoesperabaencontrarmeconunhombre

tan...¿sosegado?—Haceochoañosquenonosvemos.Asíqueno sabes en realidad

cómosoy.Noséenquétebasasparadecirquehecambiado.—Bueno,sitecomparoconelqueconocímuybien,esevidenteque

podríadecirsequelosañostehanhechosentarcabezaytehanconvertidoen un hombre centrado. Y más, viéndote tras ese escritorio, dondeadquieresunaireavezadoyhastaresponsable,diríayo.Ahora,simebasoen el trabajo editorial, donde solo se podía ver a un Brian excéntricorodeado de compañías ocasionales y esculturales y despreocupado detodo, también puedo asegurar lomismo. Solo que entonces resultamásasombroso.

—Dicenqueelamorobradeformaasombrosaenlaspersonas.

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Lo miró mientras estudiaba sus movimientos y una punzada denostalgia se apoderó de ella. Se imaginó acurrucada sobre su pecho,sintiendoelcalorqueirradiabasucuerpoytuvoganasdedarlelarazón.Pero, de alguna manera, y aunque resultara irónico, no creía en esecuento. Sabía muy bien que «el amor» no existía, que solo era unaquimera, un momento ficticio y bonito en el que dos personassimplementeseuníanparasaciarsusnecesidadescarnales.Sinembargo,no podía negar que la atracción existiera y que Brian aún seguíahechizándola.

—Nocreo en el amor.Hacemuchos años quedejé de creer en esesentimiento.

«Al menos, no creo en el amor entre un hombre y una mujer—guardóelrematedesupensamientoparasí—.Hacemuchosañosquemearruinasteparavolveracreerensemejantecuento.»

Enmudeció.No quería queBrian pudiera advertir en su voz lo queocultabaensupecho:frustración,soledad,miedo,tristeza,pérdida.

—Me enteré de que estabas en Fort Lauderdale y me parecióoportunovenirparapactarlaentrevistaquemeprometisteparalarevista.Aúnsigueenpie,¿verdad?Planeoqueelprimernúmerosalgaenquincedías.Coneseshootingtendríamostodoparaempezaramaquetar.

Briansuspirósonoroysepasólamanoporlafrente.—Estoy en un momento un poco complicado, pero...déjame ver

cuándopodemoshacerla.EllunesvuelvodeUtahytellamo.Pensóqueesereportajeseríaunbuenpuntodepartidaparaempezar

apromocionarElTemplo.—Perfecto,entonces.¿Deverdadnoaceptasalmorzarconmigo?—Medisculpo,peronecesitoterminarunosasuntospendientes.—Estábien.Noteinterrumpomás.Lamentohabertequitadominutos.—Nohayproblema,Becca.Se levantó de su asiento para acompañarla a la salida. Rebecca se

acercóadespedirseysesintiótentadaporelaromaquedespedíasupiel.Levantólamanoy,casienunactoinconsciente,leacaricióelrostro.

—¿Cómo habrían sido nuestras vidas si ese bebé hubiera nacido?¿Nuncatelohasplanteado?

Élcogiósumanocondelicadezaylaquitódesupielparaestrecharlaentrelassuyas;ellalateníafría,asíqueinvoluntariamenteleproporcionócalor.

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—Novoyanegartequecuando temarchasteme lopreguntévariasveces, pero luego me convencí de que la opción que tomamos era lamejor; era obvio que no nos amábamos, que el sentimiento no era tanfuerteparaqueestuviéramosjuntosyquesolorespondíamosalallamadadenuestrashormonas;deotromodo,amboshubiéramos luchadoporelsentimientoquecreíamostener.

—En aquella época eras bastante manejable... —analizó ella—. Tucarácternoestabadefinidoyhacíasloquetuspadresdecían.

—Eso es cierto. No obstante... creo que fue una de las pocasdecisionesquemispadrestomaronpormíyquefueronacertadas.Túyyono estaríamos juntos ahora, de eso no me caben dudas; lo siento, aúnrecuerdo el pánico que sentí cuando creí que tendría que atarme a unmatrimonio.Yotambiéneraunadolescente,Rebecca.Tellevabacasidosaños,peroerajoven.

—¿Tehubierascasadoconmigo?—Mispadresnohubieranpermitidoquefueradeotraforma.—Brian

metió lasmanos en el bolsillo del pantalón y bajó la cabeza.Cuando lalevantó, le dijo con convicción—. Nos hubiéramos hecho mucho daño,Becca.Yonoteamaba,aunquemesentíaatraídoenormementeporti.Séquesuenacruel,quetehicemilpromesas.Quizáenalgúnmomentocreíentodoloquetedije,perolonuestroeraunamoradolescente,yhoyséquenoeraverdadero;hoy,queconozcoelverdaderoamor, sécómosesienteenelpechocuandotealejasdelapersonaqueamas.—Cadaunadesuspalabraslareconcomíapordentro—.Yomesentíaunpocotupríncipeazul. Había mucho de ficción y de cuento en nuestra relación; tambiénhabíamuchodeprohibido,ynopuedesnegarqueeso lahacíaatractiva.Sinembargo,nopuedomentirte.Que túnoquisieras teneralbebé,paramífueunalivio.

—¿Deverdadcreesqueyonoquería tenerlo?Teníadieciséis años,Brian.Estabaaterradatambién,peroqueríaalbebé.Meentreguéati,fuistemi primer hombre, pero la tíaGeraldine esmuy convincente cuando lodeseay lepermitípensarpormí.Enel fondo,guardaba laesperanzadeque me dijeras que tú también fuiste forzado a tomar esa decisión. Almenoshubierasidounconsuelosaberquenoeralaúnicaqueloquería.

—Losiento.Yosiemprecreíquenoquisistetenerlo.«Tehubieraapoyadodehaberlosabido.Porsupuestoquelohubiera

hecho.Hubiera superadomismiedos y habría estado a tu lado de todas

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maneras»,pensóparasí.Sinembargo,dijo:—Te quise, pero las cosas sucedieron así. Te agradezco lo queme

entregaste.Tedoygraciasportuinocencia,porhabersidoelprimero.Fuehermosomientrasduró.Séquetantodemipartecomodelatuyafuepurotodoloquetuvimos,peronoresultó.

—No,noresultó.Tampoco resultaríaquesearmaradevalorparahablarledeAaron.

Acababadecomprobarquenadiequeríaasuhijoylairaseabríapasoenmedio de su desesperación. Había incubado demasiado rencor durantemuchosañosy,aunquetenerlofrenteaellavolvíaahacerlelatirelpecho,nopodíadejarde lado su resentimiento.De todas formas, eranecesarioquehablara.Sinembargo,laspalabrasparecíannoquerersalirdesuboca.Sí,Esthertalvezteníarazón:suorgullonolepermitíasincerarse;aunquedecía que no creía en el amor, soñaba con el cuento completo junto aBrianyconpoderdarleasíunpadreasuhijo.Supadre.

Noobstante, nopodía eludir la realidad.Eraplenamente conscientedequenohabíamaneradeconseguirloquehabíaidoabuscarsinoerahablandoconél.LavidadeAaronestabaensusmanosyenlasdeBrian.Deellosdependíaquesesalvara.

ElmóvildeBriansonóyélmirólapantalla.Titubeó,peroatendiólallamada.

—Rubia,yaestabaacabando.Ibaallamarte.Becca,alescucharquiénera,nodudóenabrirlapuertaymarcharse.

Alexallorabaalotroladodelalínea.—Brian—dijoentresollozos.—¿Quépasa,Alexa?¿Porquélloras?Estásasustándome.—Mehellevadoelsustodemivida.—¿Estásbien?¿Quéhapasado?Habla.—Dios, he entrado en la tienda a comprar algo para comer y han

asaltado el lugar. Eran tres hombres encapuchados con armas. Nos hanhechotirarnosatodosalsueloynoshanamenazadoconstantemente.

—¿Tehangolpeado,tehanhechoalgo?—preguntóaterradoanteloquelepudieradecir.

—No,no.Yoestoybien, perohanmatado frente amí al dueñodellugar.Hasidohorrible.Ahoraestoyen lacomisaríadepolicía.Noshantraídoatodosparadeclarar.

—¿HasllamadoaNoah?

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—No,¿paraqué?—Nosé,peromequedarémástranquilosiséqueestásconél.—Hasidohorrible,Brian,horrible.Brianlatranquilizóyél,asuvez,tambiénlohizo.Aloírlallorarde

aquelmodosehabíasentidoaterrado.Cuandocolgó,sediocuentadequeRebeccasehabíaido.Talvezera

lomejor,aunquetambiéneraciertoquelaconversaciónquehabíantenidoeranecesaria.Sesentó traselescritorio,secogió lacabezayseplanteórenunciaralreportajeensurevista.

«Sí, será lomejor.Es necesario que de una vez por todas pasemospágina. Esta conversación creo que ha servido para eso, para decirnostodoloquehabíaquedadopendiente.»

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29

«Elrecuerdodelascosaspasadasnoesnecesariamenteelrecuerdodelascosastalycomoocurrieron.»

MARCELPROUST

HabíallegadodeUtahdemadrugadayhabíadormidomuypoco,demodoqueyasehabíabajadouna jarradecafépor lamañanaparamantenersedespierto.Eramediodía.HabíahabladoconAlexayahora sedisponíaacomerunsándwich.Mientras tanto,sacósumóvilybuscóelnúmerodeRebecca para llamarla y cancelar la entrevista. Le pasaría el número dealgúnmodelo amigo para que lo sustituyera en el reportaje y la revistasalieraenlafechaprevista.

«Losentimos.Elnúmeroqueustedhamarcadonoestádisponibleoseencuentrafueradeláreadeservicio.»

Lointentóvariasvecesmásperoelmensajedelaoperadorasiempreledecíalomismo.Llamóasumadre.

—Geraldine,¿Beccaestáporahí?—No.Debedeestarensuoficina.—Lallamoalmóvilymecontestalaoperadora.—Estaráenalgúnsitiodondenotieneseñal.—Seguramente.

Lamañanahabíaempezadomuytranquila.SabíaqueesedíallegabaBriandeUtahyquehabíaprometidollamarla.Rebeccaestabadecididaahablarconél,asincerarseyacontarletodo.Siélnolallamaba,loharíaella.Noibaadejarpasarundíamás.ElfindesemanahabíahabladoconAaronyéllehabíapreguntadosiyahabíaconseguidolamedicinaquelocuraría. Esas palabras, la ilusión que su hijo abrigaba, la habían hecho

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decidirseadecirlotodo.Briannopodríanegarseaayudarla.Pero, a media mañana, una llamada de Esther cambió todos sus

planes.Conlopuesto,sedirigióalaeropuertoparaconseguirunpasajedeaviónyviajardeurgenciaaLondres:Aaronhabíaempeorado.

Lloró durante todo el camino. Estaba aterrada, desesperada y sola,comosiempre:talvezsisehubieraanimadoahablarconBrianelviernes,él ahora estaría sentado a su lado acompañándola. Apartó esospensamientos de su cabeza y los centró en su hijo: él era el verdaderosentidodesuvida.

Brian terminó su frugal almuerzo.Se acabó la lata de refrescoqueestababebiendoylatiróalapapelera.TeníapensadodarunavueltaporlaplantadeensamblajeyluegosepondríaarepasarlaentrevistaquedebíadarporlatardealarevistaYachting,quesehabíaadelantadoundía.

Unosnudillosgolpearonsupuerta.—Adelante.Noentrónadie.Sinembargo,volvieronagolpear.Brianvolvióadar

pasoaquienfuera,peronadieentrótampoco,asíquesaliódelescritorioyabriólapuerta.

Emoción,sorpresayunafelicidadindescriptiblefueloquesintióalverlasonrientecuandodeinmediatoseechóensusbrazos.Alexalohabíasorprendidoyestabaahí.

Seabrazaronysebesarondesaforadamente.Élcerródeunpuntapiélapuerta,mientrasnoparabadebesuquearlaporelrostroyelcuello.

—¿Quéhacesaquí?—Estamos rodeadosdegentequenosquieremucho,¿sabes?Oli le

pidió a Noah que pusiera su avión ami disposición para que viniera averte y, como él la consiente en todo ahora que está embarazada, aquíestoy.—Volvieronabesarse.Cuandoapartaronsusbocas,ellacontinuó—Tuhermanadicequenomeaguantabamásconcaradeternerodegollado,queestabainsoportableyquesipasabaotrasemanamássinvertecorríariesgomisaludmentalylasuya.

—Teheañoradomucho.Ahoramedoycuentadecuánto.Ahoramedoycuentadecómotehenecesitado,Alexa.

La pasión se desató y no pudieron detenerse. Ambos se habíananheladodemasiado.Brian laposeyódepie contra lapuerta.Parecíaun

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toro desbocado que solo quería dar cornadas a quien se le cruzara pordelante.Claroquenoerancornadasexactamenteloqueledabaasurubiadebilidad, sino potentes embestidas con su sexo palpitante y duro. Lapenetródeformaviolenta,casianimal.Alritmoqueempujabadentrodeella, contra ella, su torrente sanguíneo bombeaba sangre de manerainaudita.Lamordía,laestimulabaconlosdedos,lepellizcabalospezonesa travésde la ropa, leacariciabaelclítoris sindejardeclavarseenella.Llegaronaléxtasismuyrápido.Ambossehabíandeseadodemasiado.

Estaban en el baño limpiándose, sin poder dejar de darse besoscortos.

—EsperoqueSusanenonoshayaoído.—Cuando he entrado, ha cogido su bolso y ha dicho que se iba a

almorzar.—Perfecto,porquehemossidobastanteruidosos.

LlegóalaeropuertodeLondrespasadaslasdiezdelanoche.Teníaelcorazónenlaboca.Habíansidomásdedocehorasdevueloquesehabíanhecho interminables. La salida fue muy rápida, ya que no tenía querecogerequipaje;enlapuertadeacceso,unaráfagadevientolaenvolvióylahizotiritar.CogióuntaxiyenelcaminollamóaEsther;antesdeiralhospitalqueríapasarpor sucasaavestirsedemaneraapropiadaparaelclimadeLondres.Estabamuertadefrío.

—YaestoyenLondres.¿Cómoestá?—Aúnsigueconfiebremuyalta.Noselahanpodidobajar.—Mecambioyvoyparaallá.—Tranquilízate.Yaestásaquíyyonomeapartarédeél.Llegóa su apartamento en el residencial barriodeKnightsbridgey

empezóaabrigarsealacarrera.Soloqueríallegarcuantoantesalladodesu hijo. No sabía por qué pero tenía la sensación de que no tenía mástiempo.Sepusounoszapatosplanosdecordonesencabritillablanca,unpantalón de cuadros blancos y negros y una camisa de lino. Buscó unabrigodelanillanomuypesadoymetióenelbolsounjerseyporsimástarde le entraba frío. Se llevó también sus objetos personales de aseo,porquesindudaleesperabanvariosdíasenelhospitaljuntoaAaron,asícomounamudaextraderopa.Razonóqueerasuficiente.CualquiercosaquelefaltaraselapediríaluegoaEsther.Cogiólasllavesdesucochey

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saliódesbocadahaciaelgaraje.Condujohaciaelhospitalcasipor instinto.Aesahora lascallesno

estabanmuycongestionadas,porloquesupoquemuyprontollegaríaalRoyal London Hospital. Ansiaba más que nada en la vida ver a Aaron.Seguroqueestabaaterrado.Nolegustabanadaquesumamánoestuvieraconélcuandoestabahospitalizado.

Circulaba por la A4, a la altura de la Corte Real de Justicia deLondres,cuandounbusdedospisos,queparecíafueradecontrolyqueademás venía a toda velocidad, perdió la dirección definitivamente e,invadiendosucarril,embistiódellenoelcochedeBecca.Losmomentosque siguieron a la colisión parecieron transcurrir muy lentamente.Rebecca no había tenido tiempo de atinar siquiera a dar un volantazo.Todoloquevioantesdechocarfuerondoslucesenormesquelacegaronporcompleto;luego,suvisiónseconvirtióenunagujeronegroenelquecaíaydelquenopodíasalir.Losairbagsseactivaron,peroelimpactofuetan grande que sirvieron de bien poco.Durante los últimos instantes enquepermanecióconsciente,sintióquesucuerpono lepertenecía.Estabaempapada. Un líquido caliente chorreaba por su cara y su pecho estabaoprimido.Nopodíamoverse.El cocheera a simplevistaunamasijodehierros retorcidos y no parecía posible que quien lo ocupara pudierahaber salvado la vida. No tardaron en acercarse a ayudarla algunaspersonasquemerodeabanporellugar,peroeraimposiblehacernadaporella.Elautomóvilestabaconvertido literalmenteenchatarra.Comenzóasentirlasvocescadavezmáslejanas,hastaquefinalmentedejódehacerlo.

En pocos minutos los socorristas y los sanitarios llegaron, y unagran cantidad de gente fue apartada para que los bomberos pudierantrabajarconmartillosneumáticosydeesaformaliberaranaRebecca,queyacíainconscienteymuymalherida.Elconductordelbustambiénestabaherido, pero no parecía de gravedad. Por suerte, en el momento delaccidenteibasinpasajeros.

Erademadrugada.AlexayBrianyacíanexhaustosyabrazadosenlacama, entregados a los brazos de Morfeo. Destrozando el apaciblesilenciodelanoche,elmóvildeélcomenzóasonar.Lomiróyvioqueera un número desconocido, así que desestimó la llamada y volvió adormir.

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—¿Quiénera?—Número desconocido. Duerme.—Le besó el pelo y la acurrucó

máscontrasupecho.El móvil volvió a sonar. Fastidiado, Brian volvió a cogerlo.Miró

medio dormido la pantalla y pudo ver que nuevamente se trataba de unnúmerodesconocido.Peroestavezsíatendió.

—Hola—contestóconlavozpastosadesueño.—¿BrianMoore?—Sí,alhabla.—Disculpequelemoleste,peroBeccamedioestenúmeroencasode

unaemergencia.Medijoquehablaraconustedyquesololohicieraconusted.

La mujer sollozaba mientras le hablaba, por lo que obtuvo deinmediatolaatencióndeBrian.RetiróelbrazoconelqueteníaabrazadaaAlexaysesentóenlacama.

—Perdóneme por cómo le hablo, pero es que estoy desesperada.Rebeccaha tenidounaccidenteyestámuymal.Esnecesarioquevenga.Yonopuedoexplicárseloporteléfono,peroteníainstruccionesdequeencaso de que a ella le sucediera algo debía encargarme de hacerle venir.Créamequeesnecesarioquelohaga.

—¿Meestágastandounabroma?—Brianestabademasiadodormidoparaentenderloqueesamujerledecía—.¿QuélehapasadoaBecca?

LasimplemencióndeesenombredespabilóporcompletoaAlexa.—Ha tenido un accidente automovilístico y está muy grave. Los

médicosnosonmuyoptimistas.Debevenir.Ellanotieneanadie,ustedlosabe.Cuando alguna vez hemos hablado de si a ella le pasaba algo,medecíaquelollamarayque,porfavor,noavisaraustedasuspadres.

—¿Dóndehaocurridoelaccidente?¿EnFortLauderdale?Brian,apesardelossollozosdelamujer,notóunacentobritánico.

Poresopreguntósabiendoloquelecontestaría.—No, en Londres. Becca tuvo que viajar de urgencia. Llegó hace

algunas horas y, de camino a encontrarse conmigo, ha sufrido elaccidente. Ha chocado contra un bus de dos pisos. El impacto ha sidotremendo.

—¿Yquiénesusted?—Mi nombre es Esther Lowell. Soy la amiga y la persona de

confianza de Becca. No puedo explicarle por teléfono. Créame que

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debemoshablarpersonalmente.¿Vendrá?Brian se rascó la cabeza. No sabía qué decirle. Esa mujer parecía

sincerao,sino,eraunaexcelenteactriz.—¿Enquéhospitalestá?—Estherledioelnombre.—¿Vendrá,señorMoore?—insistiónuevamente.—Err...¿Esteessunúmerodeteléfono?—Sí,esmimóvil.—Enseguidalallamo.—Por favor, señor,vuelvaahacerlo.Se lo ruego.Noséquéhacer.

Estoydesesperada.—Lavuelvoallamar.Briancolgóel teléfonoysequedópensativo.Él tampocosabíaqué

hacer.—¿Quépasa,Brian?Sincontestarle,selevantódelacamayfueenbuscadesuportátil.Lo

encendióybuscóinformacióndelhospital.Mientrasapuntabaelnúmerodeteléfono,Alexaaparecióenlasala.

—¿Vasadecirmequéesloquepasa?MarcóelnúmeroyledijoaAlexaqueesperara.—Buenas noches. Necesito información de una persona que ha

ingresadotrasunaccidentedecoche.SunombreesRebeccaMine.—Perobueno...¡estoesloquefaltaba!Queahoracorrierastrasella.—¿Puedesesperar,porfavor?Nooigoloquemedicen.Le corroboraron que Rebecca Mine estaba hospitalizada y que su

estado en elmomento de ingresar eramuy delicado, pero no le dieronmásinformaciónpornotratarsedeunfamiliar.

—¿Quévasahacer?—Nolosé.Estámuymal.Mehandicholomismoqueesamujerque

hallamado.—Noestuproblema.—Esunserhumano.Notieneanadie.Setratadesolidaridad.—¿Yporquéteníaquellamarteesamujerjustoati?¿Porquénoha

llamadoatuspadres?—TeníainstruccionesdeRebeccadellamarmeamí,ymehapedido

quenolesaviseaellos.Alexaestabaenfurruñadayvisceralmentecelosa.Lediolaespalda.—Alexa, oye.Mírame. Es un acto humanitario—intentó explicarle

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peroellanoloqueríaescuchar.Seapartódeélyvolvióaldormitorio.Desdealláoyócómovolvíaa

hablarconesamujer.—SeñorMoore,québienquehayavueltoallamarme.¿Vaavenir?—Noentiendoporquéellalepidióquesecomunicaraexpresamente

conmigo,pero...iré.—Oh,muchasgracias.Créamequenovaaarrepentirsedevenir.Brian colgó la comunicación y se trasladó al dormitorio. Alexa

estabaacostadadelado.Permanecíaensilencio.—Noquieroqueestésenfadada.—Depronto,hassacadotiempoparairteaLondres.—Esunaemergencia.—Ten cuidado, Brian Moore. Puede que cuando regreses no me

vuelvasaencontrar.—Noquieroque tequedesmal,perovoya irde todosmodos.Esa

mujer ha sido muy insistente. Iré, Alexa. Tengo que hacerlo. Es un serhumanoquenotieneanadieenlavida.

—Avecessimplementeunasecansa.

BrianllegóaHeathrowenunvuelodeBritishAirwaysalas7:35delamañana,horadeLondres.Nohabíaconseguidoningúnvuelodirecto,asíquehabíahechoescalaenTampaparacogerunsegundoaviónquelohabría de llevar hasta su destino. Se preparó para retirar su equipaje ydesdeallí llamóaEstherparaavisarledequeyahabía llegadoyque sedirigíaalhospital.

—AcabodeaterrizarenHeathrow.Enpocomásdeunahoraestaréahí.

—Dioslobendiga.Estaréaquíesperándolo.También llamó a Alexa, pero esta se negó a atenderlo. Se había

quedadomuycabreada.Detodasformas,leenvióunmensaje.

Hel legado.Voycaminoal hospi tal .Teamo,nolodudesnunca.

Ellaleyóelmensaje,peronolecontestó.Brianestabaexhausto.Habíadormidomuypocoduranteelvuelo.Le

dolíalacabeza,seguramenteunpocoporlosnerviosyotropocoporeljetlag.Sudesordendelsueñoeraclaramenteadvertidoporsucuerpo.En

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cuanto llegó al hospital, se acercó a una máquina expendedora, metiódinero y compró un agua, con la que se tomó un analgésico paracontrarrestarelmalestar.

Sacó su móvil y le envió un mensaje a Esther. Luego hizo susaveriguaciones y en recepción le indicaron cómo llegar a laUnidad deCuidados Intensivos. En cuanto traspasó la puerta, una mujer de unoscuarentaaños,calculó,seleacercó.

—SeñorMoore,soyEsther.Graciasporvenir.Lamujerleextendiólamanoperosequebródeinmediato.Sepusoa

lloraryBrian,sinsaberquéhacerniquédecirle,leapoyólamanoenelhombro.

—Cálmese,Esther.¿Tanmalestá?—Muymal.Losmédicos no entienden cómo sobrevivió al choque.

Fue espantoso. Colisionó contra un bus de dos pisos que ibadescontrolado.Ellaveníahaciaaquíparaencontrarseconmigo.Alparecerel autobús nada tenía que hacer en aquel lugar. Estaba fuera de surecorrido. Sufrió un aplastamiento de tórax con el volante y se leperforaron en varias partes los pulmones. También tiene una contusiónseveraenelcráneo,fracturadefémur,declavículaydetobillo.

—¿Podréverla?—Venga conmigo. Ya he avisado a las enfermeras de que usted

vendría.Acompáñeme.Entraron en un área restringida, donde solo personas con

autorización podían hacerlo. Esther le pidió que lo aguardara en unaantesalayBrianvioquecuchicheabaconunaenfermera.Noobstante,fueimposibleoírloqueledecía.Luegoellavolvióaaproximarse.

—Yaestá.Vengaconmigo.Vamosahigienizarnosyaponernosropaestérilparaentraraverla.Dejesumaletaaquí.

Cuando entraron, Brian no pudo más que llevarse las manos a lacabeza:Beccaestabairreconocible.Sesentíaconsternadoantelavisióndeuna Rebecca sumamente lastimada y amoratada. Se acercó a la cama ytomó su mano. Lo hizo con mucha suavidad, porque tenía cortes ahítambién.

—Becca,soyBrian.Nosésimeoyes,peroestoyaquí.Noestássola.Tienes que ponerte bien —le dijo apiadándose de ella sin obtenerrespuestas.

—Ahoravendrán losmédicos—le informóEsther—.Seguramente,

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parahablarconusted.Losiento.Séquedebípedirleautorización,pero...tuvequementirparaqueledejaranentrar.Dijequeerasuprometido.

—Estábien.Nohayproblema.Estherseacercóalotroladodelacamayleacariciólacabeza.—Vamosamiga.Séfuerte.Tenecesitamos.Miraqueeresrebuscada.

Por qué no utilizaste una forma menos complicada para lograr traerloaquí.Brianestáatulado.Abrelosojos.—Estherlevantólavistaymiróalafamadomodelo—.Nunca lo olvidó—le explicó al borde del llanto—.Háblele, por favor. Tal vez lo escuche y despierte. Necesitamos unmilagro.Yaleexplicaréporqué.

Brian continuaba sin comprender demasiado lo que aquella mujerdecía,pero,piadoso,atendiósusolicitud.

—Becca, vamos, nena, despierta.No te des por vencida.Estoy aquíjuntoaEsther,quedebedeserunamuybuenaamigaporquemellamódeinmediato.Nosécómo,peroconsiguióquecogieraunaviónyqueahoraestéatulado.

UnalágrimadescendióporlassienesdeRebecca.—Creo que nos está escuchando —dijo Esther esperanzada—.

Continúehablándole,porfavor.Deprontoelmonitorempezóaemitirunextrañosonido,porloque

la enfermera acudió de inmediato. Se apartaron de la cama y la mujeroprimiódeinmediatounbotónparaquesonaralaalarma.

—Estáenparocardíaco—informóestacuandollegóotraenfermeraydosmédicosmás.

Hicieronmaniobrasderesucitaciónenvano: la líneahorizontalquepodíaleerseenelmonitoreralapidariaybrutalmentereveladora.LavidadeRebeccaMineacababadellegarasufin.

—No,no,Becca,no,nopuedesmorirte.Aarontenecesita.Porfavor,amiga,nonosdejes.¿Quévaaserdeélsitúnoestásparacuidarlo?

Briancontuvoentresusbrazosaaquellamujersinentenderbien loque decía. Él también había derramado unas lágrimas. No era fácilasimilarquehabíaasistidoalmomentoenquesuvidaseapagaba.Despuésde que losmédicos se separaran y declararan la hora de lamuerte, losdejaronsolos.Élseacercóylebesólafrente.

—Losiento.Noesjustotodoloquetepasó.—Por supuesto que no es justo. Nada en su vida ha sido justo—

apostillóEsther.

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—Yomeencargarédetodo.Nosepreocupepornada.—El funeral de Becca no es su mayor problema, señor Moore.

Créame.Susverdaderosproblemascomienzanahora.—¿Quéquieredecirconeso?—Dios,¿cómovaaseguirtodoestoahora?Loshicieronsalirdelahabitación.—Esther,creoqueustedtienealgomásquedecirme.Lointuyo.Hay

variascosasquehadichoquenologrocomprender.—Deje que me tranquilice. No puedo seguir así. Necesito que

conozcaaalguien.—¿Quierequeleconsigaagua?—Porfavor.Ellalloróporunlargoratoy,traslograrrecomponerelsemblante,

lepidióaBrianquelaacompañara.Sedirigieronalapartepediátricadelhospital. Brian fue leyendo los carteles que colgaban sin decir nada,incluido el último, que decía: «Unidad de Oncología». Su corazónpalpitabareceloso,peroaunsabiendoquealgoibaasuceder,noseatrevíaapreguntar.

—Debemoshigienizarnos.Estaesunáreadeenfermosquetienenlasdefensasmuybajasyhayqueasegurarsedenointroducirgérmenes.Aquíestánhospitalizadoslosniñosburbuja.

—¿Quiénestáaquí?—Vengaconmigo,señorMoore.Estaban tras un cristal, y allí descansaba un niño con evidencias de

haberrecibidoquimioterapiaporsucalvicie.—LepresentoaAaron.EselhijodeBecca,y...suhijo.—¿Quémierdaestádiciendo?—Leruegoquese tranquilice.Aaronesmuyperceptivoyacabade

vernos.—Esther le hizo una seña amodo de saludo tras el cristal y lelanzóunbeso.Elniñoseveíafrágil,somnolientoydemacrado—.¿Ahorasedacuentadeporquédebíavenir?

—Estotienequeserunerror.—Aaronacabadecumplirsieteaños.Noesmuydifícilatarcabossi

calculalasfechas,¿verdad?—Noesposible.Beccaabortó,Beccaabortó—volvióadecirlo,más

paraconvencerseélmismo.—No lohizo, señorMoore.Aaronnacióyvivió sanoy felizhasta

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haceunosmeses,enquedetectaronquepadeceleucemia.Brian jamás había sentido tanto temor, jamás una noticia había

causado tanto impacto en él, jamás en su vida se había sentido tandesestabilizado.

—Tengoqueirme,losiento—dijodesesperadomientrascomenzabaa sacarse la ropa estéril que le habían proporcionado. Se arrancó lamascarilla, sintiendo que el aire no entraba en sus pulmones. Estabaasfixiándose.

Erauncobarde,sí,losabía.Peroaunasínohabíapodidodetenerse,no.Suspiesnorespondíanalasórdenesquesucerebroenviaba.Teníaquealejarse.Teníaquehuir.

Ensuestampidanoparóhastallegaralvestíbuloprincipal,dondeseagarró del pasamanos y se dejó caer en la escalera. La noticia lo habíaaniquilado. Se sostuvo la cabeza con ambas manos mientras intentabacomprender.

Las palabras resonaban aún en su cerebro de manera reiterativa;irónicamente, poco a poco comenzó a vislumbrar que por pocas quefueranhabíancambiadosuvidadeformaradical.Nohabíasidoungrandiscurso,tansolounafrase:

«EselhijodeBecca,y...suhijo»,habíadichoaquellamujer.Sepusoenpiey,sinmirarsiensucaminosellevabapordelantea

alguien, salió a la calle. Necesitaba nutrir sus pulmones con oxígeno,necesitabaarmarsedevalor,necesitabapensar.

Demanerainconscientecogióelteléfonoytecleóunmensaje.

Rebeccahamuerto.Voyal lamarte.Porfavor,atiéndeme.Esimportante.

—Alexa,haocurridoalgo.—Sí, yame has dicho que hamuerto. Lo siento. Lamento haberme

enfadadotantocuandotefuiste.—Ha ocurrido algo más. Acabo de descubrir algo y no sé cómo

reaccionar. No sé por dónde empezar. Estoy descontrolado, aturdido ysolopudepensarenhuir.Estoyfueradelhospital.Diosmío,estonopuedeser posible. Parece un sueño todo lo que estoy pasando. Si al menosestuvierasaquíamilado.Séquemedaríastufuerza.

—Noentiendonada,Brian.¿Dequécuernosmeestáshablando?—Acabodeenterarmedeque...—¿Dequé,Brian?Dímelodeunavez.

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—Tengounhijo,Alexa,unhijodesieteaños.Rebeccanuncaabortó—ledijoentrellantos—.Yesonoestodo:estáenfermo.Tienecáncer.

UnsuspirosonoroescapódelabocadeAlexa.—Esamujerquemellamómehallevadoaverlo.Estáinternadoenel

hospitaltambién.¿Quéhago?Dime,quéhago.—Loúnicoquedebeshaceresdartelavueltayregresar.—¿Ysinoesmío?—Tejuroquesiestuvieraahíyatendríaslostestículosentugarganta.

Nadiepuedeestarmintiendoconalgoasí.Además,esfácildecomprobar:te haces una prueba deADNy listo.Mierda,Brian, debes volver.Debeshacerlo.Eseniñoacabadeperderasumadre;estásoloenlavida.Eresloúnicoquetieneahora.

—Tenecesitoaquíconmigo,Alexa.Usalacuentadelrestauranteparacomprarunpasaje.

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30

«Unvasomediovacíodevinoes tambiénunomedio lleno,perounamentiras amediasdeningúnmodoesunamediaverdad.»

JEANCOCTEAU

EstherlevantólavistayviotraselcristalaBrian.Sonrióadesgana.Eraobvio que la noticia lo había trastocado y que había tenido que alejarseparaprocesarla,peroahíestaba:habíaregresado.

—Espérame,cariño.Yavuelvo.—¿Cuándollegamamá?—Espérame,Aaron.Ahoravuelvo.Estherbesóalniño,loarropóyluegosalióalencuentrodeBrian.La

mujerseveíasumamenteafectadaytemblaba.Briantambiénseveíaterrible.—Estoyaterrado.Novoyamentirle.—Losé,nosepreocupe.Escomprensible.—¿Quéhago?—Enunprincipio lo que le dicte su corazón, pero creoqueAaron

aúnnodebesaberquiénesustedenverdad.—Élasintióconlacabeza—.Le diremos que es un amigo de Becca. Seguramente le preguntará porella,peroestoyesperandoalapsicólogaoasumédicoparaquemedigacómocontárselo.Nodebemospermitirqueestoafecteasusalud,queyaesmuyprecaria.

—¿Cuántodeprecaria?—Hace meses que está en tratamiento. Tiene leucemia, pero la

médulasiguesinfuncionar.—Creoqueelviernesellaintentóhablarconmigodeesto.Mesiento

unabasuraportodoloqueledije.Fuimuyinsensible.—Estoyaltantodetodo.UstednosabíadeAaronyella...nohabló.

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—¿Porquémeloocultó?Yoteníaderechoasaberqueteníaunhijo.Simehubieradichoquenoqueríaabortar,habríaestadoasulado.Nosési de la forma que ella esperaba, pero al menos hubiera asumido misresponsabilidadesconelniño.

—Creoqueusted,enelfondo,sabelarespuesta:sintióquesoloellaqueríaaesebebéyprefiriólucharsola.

—Fueegoísta.Decidióportodos.—Supongoquesí,peroactuódelaformaquepudo.Teníadieciséis

años,señorMoore.Demostróunagranmadurezparasuedad.—Nopuedocreerlo.—EllaregresóaEstadosUnidosporAaron.Nuncalohabríahecho,

sino.Elniñonecesitauntrasplantedecélulasmadre.Lomásseguroseríaque se hiciera con un hermano que sea genéticamente compatible conAaron.Esocasigarantizaríaquenohubiera rechazoen la transferencia,perolamentablementeesehermanonoexisteyhastaelmomentotampocohayningúndonantenoemparentadoqueseacompatible.Estáenlaslistasdedonantesdemédulamundiales,perosiguesinaparecerunoquenosdéunaesperanza.

—¿Entonces?—Rebecca planeaba reconquistarlo, quedar embarazada y luego

volver a desaparecer de su vida. Solo quería salvar la vida de Aaron,aunquevolveraverlocreoqueanidóenellaotrasesperanzas.Comolehedicho, en su lecho demuerte ella nunca lo olvidó y esmás que obvio:Aaron era su vivo recuerdo y eso no permitía que ustedmuriera en supecho.

—Dios—sefrotó la frente—.Parecequeestoymetidodentrode latramadeunanoveladramática.

—Lolamento,peroporficticioqueparezcaeslavidareal.—¿Yustedquiénes?—YolleguéaBeccayaAaronportrabajo.Haceseisañosymedio

que estoy con ellos. Soy la cuidadora del niño, perome siento un pococomosu tíapostiza.Aaron teníameses cuandoconseguí elpuesto.Vivoconellos.

»CuandocomenzólaenfermedaddeAaron,lasfinanzasdeBeccasevieron seriamente complicadas. La revista está a punto de desaparecer.Ellayanopuedeatenderladelaformaenquelohacíaantes,yademásenestosúltimostiempostambiénlahanestafado;ustedsabequesiemprehay

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alguien que aprovecha y hace leña del árbol caído. Hace meses queRebeccamedespidióporquenopodíapagarmeelsueldo,pero¿cómoibaa dejarla si me necesitaban más que nunca?Me encariñé con ellos. Nopudealejarme.Asíquenomeimportódejardecobrarmisueldo.Aaronestámuy acostumbrado amí y ellos son un pocomi vida también. Losconsideromifamilia.

—Gracias.—Esunniñoadorable.Yaverácuandoloconozca.Esmuyeducado,

además,ynodatrabajoparanada.Leseráfácilquererlo,seloaseguro.Esmuylistotambién.

—¿Yyonopuedodonarlecélulasmadres?—Puesdeberá hacerse las pruebas.Becca no era compatible.Quizá

tengamossuerteyustedsí.¿Quiereentrar?Élasintióconlacabeza.

—Aaron,quieroqueconozcasaalguien.—What’supdude?Brian chocó su enormepuño con el frágil puñodel niñoy empleó

parasaludarloeltípicosaludoamericanoqueseutilizaconunamigomuycercano. Sintió que se le aflojaban las piernas, y de pronto tuvo lanecesidaddeabrazarlo,deprotegerlo.

—Mi nombre es Brian. Soy un amigo de tu mamá y tenía muchasganasdeconocerte.

—Nuncamehahabladodeti.—¿Ah, no?Bueno, es que hemos estadomucho tiempo sin vernos.

¿Qué tal si tú y yo también nos hacemos amigos?, ¿te gustaría quecontinuaraviniendoavisitarte?

—¿Mimamátedejará?—Creoquetúmamáestarámuycontentadequetúyyonoshagamos

amigos.—¿Ymetraerásregalos?—Todoslosquetúquieras.—Aaron, sabes que eso a Becca no le gusta. No debes ser tan

interesado.Esoesfeo.—Déjemeconsentirlo.—Losiento.Disculpe.

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BrianleguiñóunojoaEstherytambiénaAaron.—Esther,¿cuándollegamamá?Brian,¿tequedarásaesperarla?Elpequeñovolvióapreguntaryambossemiraronmientrastragaban

saliva.—NoloséAaron.Seguroquesequedósinbateríaenelmóvil.Por

esonohallamado.—Eh, campeón, cuéntame... ¿En qué curso estás? —le preguntó él

engatusándolo.—Yonovoya laescuelacomotodos losniños.Tengounamaestra

quevieneacasaymeenseña,ycuandoestoyenelhospitalmedaclasesaquí,simeencuentrobien.MimamáhaviajadoaAméricaparaconseguirunamedicinaquemevaacurar,yentoncespodréiralcolegiocomolosdemásniños.

—Yosoybuenoconlosnúmeros,¿ytú?—También soy bueno con las matemáticas.Me gusta mucho hacer

cuentas.—Hola,Esther.Acabodeenterarme.Losientomucho.—Gracias,doctorRogers.—Muchogusto.—Brianleextendiólamano—.MinombreesBrian

Moore.Megustaríahablarconusted.SupongoqueeselmédicodeAaron.—Así es. Encantado. Los invito a mi consultorio para que

conversemosmástranquilos.—Aaron,¿quieresqueteprestemiteléfonomóvil?Tengounjuego

decarrerasdecochesquetepuedegustar—losedujoBrian—.Nosotrossaldremosunratitoporquetenemosquehablarconeldoctor.¿Sí?

—Bueno,peronotardéis.—No,pequeño.Teprometoquevenimosenseguida—ledijoaquella

mujerdemostrandoensuvozelcariñoconelquelotrataba.Encuantosalieron,Briansedioaconocer.—Mealegrodequeestéaquí, señorMoore.Serádifícilafrontar lo

que acaba de ocurrir. Aaron y Rebecca estaban muy unidos. Su hijo lonecesitarámucho.

—Quierosersinceroconusted.Nosécómoserpadre,peropresumoquetendréqueaprenderalafuerza;acabodeenterarmedelaexistenciadeAaron.Nosécómoactuar.Nosénadadesuenfermedad.Soyunperfectodesconocidoparaél,peroquierohacerlascosasbien.Quierodarleamihijotodoloqueenestosañosnolehedado.Hesidounpadreausentepor

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desconocimiento. No intento justificarme, pero me gustaría que supieraque no soy una mala persona. A veces en la vida uno toma decisionesdesacertadas que son irrevocables, y Rebecca tomó una de esas cuandodecidióocultarme la existenciadeAaron.No sé si culparla.No sénada.Estoymuy impresionado.Unonoseencuentraconunhijodesieteañostodos los días, y el mío viene con una enfermedad terminal. Estoysuperadoportodo.HevistomoriraRebeccahaceapenasunosminutos.

»Quisiera que el día terminara y que empezara uno nuevo, perosupongoqueesonoesloqueestaríadeseandounhombrefuertedispuestoaafrontarlavidacontravientoymareaporsuhijo.

—Cálmese, señor Moore. —El médico le dio una palmada en elhombro e invitó a él y a Esther a que entraran en su consultorio—. Sécómodebedeestar trabajandosucabezaenestemomentoycréamequenoquisieraestarensupiel.Sésuhistoriay ladeRebecca.No tienequecontármela.Disculpe.Esquecuandosugerí lodel trasplanteaellano lequedómásremedioquecontármela.

»LamuertedeRebeccahacambiadodearribaabajoeldíaadíadelavidadeAaron,Yaquí,pormuchoqueustedestémal,loúnicoqueimportaesél.

—Losé.Loséperfectamente.—Bien.HayquehablarconAaron.Hayquedecirle lodesumamá.

Creo que es un buen momento para que se acerque a él. PermítamesugerirlequeEstherestépresente.Élconfíaenellayenestemomentoeslapersonaquemásloconoce;llevaconAarondesdequeeraunbebé.

—Estoyaltanto.—Misugerenciaesqueellasigaasuladosiesposible.Nopodemos

arrancarlodetodoalavez.—Tambiénlohepensado,peronosésiEstherquerrá.—Pormí,nohayproblema.Comolehedicho,adoroaAaronynolo

dejaría justo en este momento. Si usted no tiene inconveniente, yotampoco.

Brianlacogiódelasmanos.—Gracias.—¿QuésugierequeledigamosaAaron?—Laverdad.Losniñosnodebenpermanecerausentesalprocesodel

duelo. Pero hay que ayudarlos a comprender. La enfermedad de Aaronlamentablementehahechoqueélentiendamuybienloqueeslavidayla

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muertemás allá de verla en la televisión o en los videojuegos.Así queentenderáperfectamente.Porsupuesto,obvienciertosdetallesescabrosos;usen palabras que sean fáciles para que él comprenda, pero no inventenfantasías.Creoqueprimeroseríabuenoqueélsupieraquiénesusted,quélazos verdaderos los unen. Para que al menos, cuando se entere, no sesientatansolo.SeñorMoore,esimportantequeseaustedquienselodiga,queasumasurol.Aaronnecesitarásentirseapoyadoyapuntalado.

—Doctor, quiero hacerme las pruebas para saber si soy donantecompatibleconél.Esthermehadichoquenecesitauntrasplante.

—Analizaremos su sangre, por supuesto. Buscaremos si su tipajeHLA, Antígeno de Histocompatibilidad Leucocitario, tiene algunacoincidencia con el de Aaron. Pero debo informarle de que lasposibilidadesdequeustedlotengasonsolodeuncincoporciento.

—Hola,Brian.¿Cómoestás?—No soy Brian, soy Aaron. Él está con Esther hablando con mi

doctorymehaprestadosumóvilparaquejuegue.¿Túquiéneres?—Soy...—«¿quiéneraella?»,sepreguntódeinmediato.Recordóque

éllapresentóatodoscomosunoviaenlafiestadesumadre,asíqueeraelmomentodeempezaracreérselo—.Soysunovia.MinombreesAlexa.Encantadadehablarcontigo,Aaron.

Le encantó su voz. Se enamoró de él perdidamente aunque no loconociera.DespuésdesaberqueeraelhijodeBrian,habíadespertadoenellauninstintomaternalqueobviamentelaasombraba.

Enaquelmomento,regresaronBrianyEsther.—Toma,Brian.Estunovia.Tieneunavozmuybonita.Adiós,Alexa.—No solo tiene una voz muy bonita. Toda ella es bonita. Ya la

conocerás.—¿Ellatambiénvendráaverme?—Mañana,seguramente.Briansaliódelahabitaciónparahablartranquilo.—Esunniñoadorable,ymuyguapo,¿sabes?Tieneelmismocolor

deojosqueyo,y,ahoraqueséparaquéfueellaaEstadosUnidos,nomecabedudadequeesmihijo.NonecesitountestdeADNparasaberlo.

Briansiguiócontándole.EllaestabadeescalaenCharlotte,esperandosubiralavióndeBritishAirwaysquelallevaríaaLondres.

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Finalmentesedespidieron,yBrianleaseguróqueestaríaesperándolaenelaeropuerto.

Cuandocolgó,llamóaEstherparaquesaliera.—No quiero parecer atrevido y dejarla sola al cuidado de Aaron,

peroquisierabuscarunhoteldondepuedadejarmispertenencias.Luegovuelvo. Debo, además, encargarme de Rebecca. Dios, debemos darlesepulturayunbonitoresponso—setocólacabeza—.NolehepreguntadoaldoctorsiAaronpodráiradespedirsedesumadre,siesadecuado.

—Yoloharé,señorMoore,yyaleaviso.Perohaytiempoparaeso.LoprimeroesqueustedseinstaleyluegohayquehablarconAaron.

—Sí.Volveréporlatarde.Debohacerunasllamadas.Tengoalgunoscompromisos.Salítandeprisaquenomeocupédenada.Estanochedeboiralaeropuertopararecogeraminovia.Lediríaqueustedsevayayqueyo me quedo con el niño, pero... no creo que él se sintiera a gustoconmigo.Nomeconoce.Deboganarmesuconfianza.

—Losé.Nosepreocupe.YomequedoconAaroneltiempoquehagafalta.Loayudaréaustedcomolaayudabaaella.

—Metemoqueserápormuchotiempo.—Estaréencantada.

Briansaliódelhospitalybuscóhospedajecercano.Antes,seencargódeRebeccaycontratóunserviciofúnebreparaalcabodetresdías.Yaenla habitación del hotel se tendió en la cama. Quería descansar unosinstantes. Sin embargo, era imposible detener sus pensamientos, así quedecidiódarseunbañoyabrirsuequipaje.Luego, llamóasuagentey leconfiótodo.Lepidióquepostergarasuscompromisoslaboralesperoqueno revelara nada; no confiaba en los medios de comunicación. Acontinuaciónllamóasupadre,aquientampocolecontólaverdadde loqueocurría.

—Papá,hetenidoqueviajaraLondresdeimproviso.Losiento,perocon tantascosasolvidéque teníauncompromiso:uncontratoque firméhacealgunosmeses.Asíqueestaréausentedossemanas.

—Estábien,Brian,notepreocupes.Yomearreglo.—No quiero que vayas a la empresa. Debes seguir descansando.

Pídelemi agenda aSusaney solo encárgate deque retrasedos semanastodosloscompromisos.

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—Brian,¿piensaspararelastilleropordossemanas?—El astillero no se detendrá. Tengo mi portátil y trabajaré desde

aquí.Puedohacerlo.Soloestoypidiéndotequepostergues lasentrevistasparadentrodedossemanas.Teaseguroquenohabíanadaimportante.

—Estábien.LediréaSusanequelallamarás.—Dilequetodomeloenvíepormailyque,antecualquierduda,me

pondréencontactoconella.EstoyhospedadoenelhotelDoubleTreebyHilton,TowerofLondon.

—Perfecto. ¿Sabes? Rebecca casualmente también está en Londres.Tuvo que viajar por un contratiempo. Mamá no entendió muy bien elmotivo.Llámala.Talvezpodríaisveroseltiempoquepasesallí.Estarenunpaísdesconocidoconalguienconocidosiempreesagradable.

«Sisupieras...»,pensóabatido.—Estábien,papá.Adiós.Finalmente,consiguiócerrarlosojosunpocomásdemediahora;no

obstante,sedespertósudadoyenvueltoenlaexcitacióndeunapesadilla:habíasoñadoqueAaronempeoraba.

CogióelteléfonoyllamódeinmediatoaEsther.—SeñorMoore.—Brian a secas, Esther. Llámame simplemente Brian. Debemos

empezar adejar las formalidadesde ladoporAaron.Necesitamos crearunambientedecordialidadentornoaél.

—Estábienseñ...Brian.—Asíestámejor.¿CómoestáAaron?—Nuevamenteconfiebre,peroduerme.—Deaquíaunratoiréparaallí.—Descanse,Brian.Yotambiénintentaréhacerlo.—He pensado que no sé nada de Aaron. Usted y yo tenemos que

sentarnosacharlar.Quierosaberaquéleteme,cuálessonsusgustos;enfin,quieroquemehabledeélcuandoerapequeño.Nosésiquieracuándoessucumpleaños.Quierosaberlotodo,Esther.

—Cuenteconello,porsupuesto.Aaronesmiconversaciónfavoritasiempre.Porcierto,sucumpleañosfuehacemuypoco.El15deagosto.

Pormásquelointentaranoibaapoderdormirsenuevamente,asíquedecidiócaminarhastaelhospital.

Enelcaminonopudoresistirlatentacióndeentrarenunajuguetería.—¿Enquépuedoayudarlo?

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—Quierojuegosdemesaparaunniñodesieteaños.—Acompáñeme,porfavor.Todaesafilayestasdoscorrespondena

esaedad.Delaestanteríaqueelvendedorleindicó,eligiólaBatallanaval,el

Scrabble,elPictionary,elmahjong,lasdamaschinasyelajedrez.—Demeundominótambién.—Leyóotracaja,laestudióduranteun

rato y, finalmente, dijo—:Creoque elDestinationLondonTravel puedegustarle. Me lo llevaré, y también este backgammon y unos palilloschinos.

—Hayunjuegodemagiaquealoschicoslesentretienemucho.—Demeunotambién.¿QuétalesestejuegodeHarryPotter?—Esetienemuybuenaaceptación,aligualqueeldelosHobbit.—Mellevaréunodecada.Creoqueconestoyaestábien—aseguró

cuandoviolapiladecajasacumuladas.—¿Talvezalgoparamontar,señor?—Tiene razón. Eso podría entretenerlo bastante. Enséñeme alguno,

porfavor.Fueron al sector delLego y allí eligió tres tanquetas diferentes, un

camiónde losque transportan soldados,unbuquede la armada real, unportaaviones,untrenmilitar,unhelicópteroyunaviónHércules.

Se sentía entusiasmado por la conexión que planeaba crear con suhijo.

«Aaron esmi hijo. Tengo un hijo—pensabamientras se dirigía alsector de los juegos electrónicos—. Soy padre. Soy su papá. —Brianprobaba las palabras para sí. Necesitaba acostumbrarse—. Debemosrecuperareltiempoperdido.»

Llegaron al sector y allí cargó unSimon, unMonopoly electrónicoque decidió llevarse apenas lo vio, un Sudoku, un Tetris, una pizarraelectrónica,unaPs4conlosmejoresjuegosyvariosaccesorios.Ademásse llevó una Xbox, unaWii y un volante de conducir para iPhone. «Leprestaré mi móvil hasta que le compre un iPad», pensó haciendo unaanotaciónmental cuando lo elegía. En fin, todo lo que pudiera darle leparecíapoco.

Hizoembalar cadacosayque se lo llevaran todoalhotel, salvoelSimon,elportaaviones,laPs4,losjuegosyelvolante.

Cuandollegóalhospital,Aaronaúndormía.—Veteunrato,Esther.Dateunbaño.Descansaentucama.Descarga

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todas las emociones que has estado conteniendo durante el día junto aAaron.Veahacertuduelo.PuedoimaginarmecuántoqueríasaBecca.

—Ni te imaginascuánto.Aúnmecuestacreerlo.Pormomentosmepreguntosinosetratadeunapesadilla.

Brianletocólaespalda.—Yomequedo.Hetraídocosasparaentretenernos.—Leenseñólas

bolsasdelajuguetería.—¿Estássegurodequequieresquedartesoloconél?—Debemosempezarahabituarnoselunoalotro.—Tienes razón. Volveré para la hora de la cena. Se pone un poco

difícilparacomer.—Está bien. Yo a medianoche debo ir a recoger a Alexa al

aeropuerto.—Perfecto.Nosvemosmástarde.Esperoquelopaséismuybien.

La tardepasóvolando.AaronyBrian jugaroncon todo loqueestehabíallevado.Cuandoelpequeñodespertóyviotodossusregalos,quedóboquiabiertoporlaemoción.

—¿Todoestoesmío?—Todoestuyo.Pero,sialgonotegustaosiyalotenías,lopodemos

cambiar. Te he comprado más cosas, pero no podía traerlo todo alhospital.

—EnmicasatengounaPlay,peroestaeslaúltima.Esgenial,Brian.Muchasgracias.

Loabrazóagradecidoydeinmediatosepusieronaprobarlotodo.Siuno se asomabaaverlos, resultabadifícil averiguarquiénera el

adulto y quién elmenor, porque ambos estaban divirtiéndose de igual aigual.EnvariasocasionesBriansedejóganar.Yesqueleencantabaverloreírse y burlarse de él; sin embargo, con algunos de los juegos,Aaronhabíademostradoserungrancontrincanteynohabíapodidovencerlo.

Cómplicesyamigos,paraamboshabíasidouna tardemagnífica.Ylomejordetodo:lafiebredeAaronparecíaestarremitiendo.

Para la cena Esther regresó como había dicho, pero Aaron seencaprichóenque fueraBrianquien le troceaseel alimento.Despuésdequeelniñocenara, sequedóun ratomás.Recogió todos los juegosquehabíanusadoy,finalmente,cuandosedurmió,aprovechóparamarcharse.

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Pasóporunrestaurantedecomidarápidaycomióunahamburguesacon una Coca-Cola; no tenía energías para sentarse a comer algo másconsistente.

Mezcla de felicidad y desconcierto, no podía definir muy bien suestadodeánimo.Caminóporlanochelondinensehastaquemirólahoraydecidió partir para el aeropuerto; esperaría allí a que el vuelo deAlexallegara.

Cuando finalmente se encontraron, se fundieron en un abrazoprolongado. Brian la ciñó y la engulló con una fuerza inmensa. Estabaclaramente afectado y no pudo contener algunas lágrimas, que secórápidamenteconelrevésdesumano.

—No quiero perderte, pero sé que todo lo que viene es una cargaimpensada y difícil de afrontar. Así que, si decides dejarlo todo, loentenderé.

—Estoy aquí, Brian. Podría no haber venido, pero... resulta quequiero todo lo que tenga que ver con Brian Moore. Si en mi caminolevantanunamuralladecincometrosqueme impida llegara ti, tenporseguroquepondréunaescaleraquemidaseisylasaltaré.

Sebesaron.EllahacíaqueBrianseolvidaradetodoloqueestabaasualrededoryviceversa,aexcepcióndesustórridoslabios.

—Vayamos a por un taxi para ir al hotel, donde hablaremos máscómodamente.Estoymuertodemiedo.

—Cálmate. Ya estoy aquí contigo. Te veo bastante enteroconsiderandotodoloquehaspasadohoy.

—Aún no puedo creerlo. Me siento otra persona, como si el queestuvieradentrodemicuerpofueraalguiendesconocido.

En cuanto llegaron al hotel, se encontraron con una cantidadexageradadepaquetes.

—¿Ytodoesto?—Creoquemehepasado—dijoponiendosubocaenunafinalíneay

mirandocadabultomientrassemasajeabalanuca—.Estatardehepasadoporunajugueteríaynohepodidoresistirlatentacióndecomprarlecosas.Esmucho,¿no?

—¿Atiquéteparece?—Yesoqueyahellevadocosasalhospital.—Brian,¿estásloco?Estoescompulsivo.Además,nosabesloquesu

madre lepermitíahacer.Primero,deberíashaberhabladoconesamujer

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que lo cuida y enterarte cómo es su vida. Su madre ha muerto, perodebemosintentarmantenersuscostumbresparaqueelcambionoseatanbrusco;sesuponequeereselpadre,nounniñomás.—Ellaescudriñóencada bolsa—. Por lo que veo, no has pensado en ofrecerle una buenalectura.Nohascompradoningúnlibroparasuedad.

—Losiento.Esonosemehaocurrido.Metemoquetienesrazónentodo,pero...he tenido lanecesidadde recuperarel tiempoperdido;creoquehecompradoportodoslosañosenquenopudehacerleunregalo.

—El niño necesita un padre que lo eduque, no uno que le permitahacer lo que le venga en gana; además, no debes permitirte tratarlodiferente por su enfermedad ni por su pérdida. Los niños son muyperceptivosyteaseguroqueaélnolegustarásaberquesupadreletienelástima.

—¿Desdecuándosabestantodeniños?—Nolosé.Supongoqueloaprendíleyendo,otalvezesuninstinto

maternalquenosabíaquetenía.Briansesirvióunwhiskyescocés.Necesitabaalgofuerte.—¿Quéquieresbeber?—Tambiénnecesitoalgofuerte.Unmartinitalvez.—Creoquehay.Sino,pedimosalserviciodehabitaciones.SesentaronenelsalónyAlexaleacariciólamejillaacontrapelo.Él

tomó su mano y se la besó; primero le dio besos sobre la palmaresiguiendolaslíneasenellayluegolohizoconcadadedo.Lamiróentrelaspestañasyledijo:

—Estoyasustado.—Losé.Yotambién,peroAarontenecesita.—Nopuedocreerelvuelcoquehadadomividaentansoloalgunas

horas.Mecuestaasimilarlo.Tengomiedodepensarencuandoélseenteredequiénsoy.Talvezmerechace.

—Losniñosasimilanlascosasmásrápidoquelosadultos.—Nosécómoloharéparadecírselo.Quieroqueestésconmigo.—Porsupuesto.—Es un niño muy agradable y dócil. Hemos pasado toda la tarde

juntos. ¿Quieres ver fotos? Le he hecho fotos. En algunas estoy con él.Mira.

Lemostrósumóvilyambosseemocionaronpasandocadauna.—Entrecierra los ojos como tú, y se lemarcan las bolsitas debajo.

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¿Tehasdadocuenta?—Sí, lo he notado, pero pensé que tal vez eran ideasmías.Me he

quedado embobado mirándolo mientras le buscaba un parecido. Se leentrecomilla la sonrisa también. Creo que definitivamente se parecemuchoamí.

—¿Estásfeliz?—Sí.Pocoapocovoyhaciéndomealaidea.Claroqueahoraquesé

queexistetengomuchomiedodeperderlo.—Venceremoslaleucemia.—Necesita un trasplante. Le están haciendo quimioterapia, pero

necesitauntratamientomásagresivo.Loidealseríaqueeltrasplantefueseconunhermanogenéticamentecompatible,perosinRebeccaviva,esoyano es una posibilidad viable. No sé nada de esta enfermedad. Necesitoinformarme.Estatardeheestadoleyendounpocoeninternet,porquenosésiquieraquépreguntarleasumédico.Mañanatendrélosresultadosdelosanálisisparaversisoydonantecompatible.Mehansacadosangre.

—Yoen el viaje, como teníawifi, he hecho lomismo.También heestado informándome y he sabido que el donante puede ser uno noemparentado.Quisierahacermelaspruebasyotambién.

Hablaronhastamuytarde,hastaqueelsueñolosvenció.

Por la mañana, mientras terminaba de desayunar, Brian llamó alhospital.

—Hola,Esther.¿Aaronyaestádespierto?—Sí, ya se ha despertado y también ha desayunado. ¡Por pocome

comeamí!Ylomejordetodoesquenotienefiebre.—¡Qué buena noticia! En unos minutos estaré por allí. En este

momentosalgodelhotel.VendréconminoviaAlexa,peronoselodigasporquequierosorprenderlo.

—Osesperamos.Elhotelestabamuycercadelhospital,asíquenotardaronenllegar.—¿Estáspreparado?Seguramenteharámuchaspreguntas.—Ayúdamesideprontonoséquédecirle.Alexa,graciasporestara

milado.—Seguroquesísabrás.Estoyconvencidadequetucorazónhablará

porti.

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Ellalotomódelmentónyleencajóunbeso.Luegosecolocaronlasmascarillasyentraron.

—Hola, Aaron.Mira a quién te he traído para que la conozcas. EsAlexa,¿quéteparece?

—Teníasrazón,Brian.Tunoviaesmuyguapa,yrubia.—Hola,Aaron.Erescomoteimaginécuandohablamos,aunquecreo

queeresaúnmásguapopersonalmente.Estoesparati—elniñoabrióelpaquete—.EsunagorradelosYankeesdeNuevaYork.¿SabíasqueeselequipofavoritodeBrian?

—¿Enserio?¿Dóndevives,Brian?—Esverdad.Notelohecontado.YovivoenEstadosUnidos.—Mimamátambiénnacióallí.—Losé.Cuandotumadreyyonosconocimoséramosniños.Ambos

vivíamosenFortLauderdaleymispadresylossuyoseranmuyamigos.Luegocrecimos,y ella, durante algún tiempo,vivióenmicasa; fueallícuandonosllegamosaconocermuchomejor,tantoquenosenamoramosyfuimosnovios.

—¿Túfuistenoviodemimamá?—Sí, fui sunoviopor algún tiempohastaquenos separamos,pero

comoconsecuenciadeeseamorquenosteníamosellatuvounhijo,oseatú. Lo que sucede es que yo no supe de ti hasta hace unos días, porqueRebeccayyotuvimosvariosdesencuentrosyambosdejamosdesaberdelotro. Pero nos volvimos a encontrar en Estados Unidos, y bueno, aquíestoyporquequería conocerteyque tú supierasdemí. ¿Quédices? ¿Tegustaqueyoseatupapá?

Brian adornó un poco la historia, ya que bajo ningún conceptopensabadecirlequesumadrehabíadecididoarbitrariamenteporélyqueporesohabíacrecidosinunpadre.

—Siemprehequeridotenerunpapá,peromimamámecontóquenosabíadóndevivíasyqueporesonoveníasaverme.Medijoqueporesonopodíahablartedemí.

—Puesyavesentoncesquenoestoymintiéndote.—Megustatenerunpapá.¿Debollamartepapá?—Siquieres.—Por ahora creo que seguiré llamándote Brian. Debo

acostumbrarmeasaberqueahoratengounpapá.—Meparecebien.Yo tambiéndebo acostumbrarme a que tengoun

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hijo. Pero quiero que sepas que nome separaré de ti ahora que sé queexistes.

Chocaronsuspuñoscomolaprimeravezquesevieron,peroBriannosecontuvoyloabrazó.Cuandoseseparó,ledijo:

—Ahora,tenemosquehablardeotracosa,Aaron.—Brianaclarósuvozycontinuó—:Esthermehadichoquetumamátecontóquesuspadresmurieronenunaccidentedecoche.

—Sí.Lospapásdemimamáestánenelcieloydesdeallínoscuidan.—Exacto.Bueno, loquepasaesquelaotranoche,cuandotumamá

conducíasucoche,chocócontraunbusysehizomuchodaño.Latrajeronalhospitalparacurarla,perosusheridaseranmuygravesylosdoctoresnopudieronimpedirquesucorazóndejaradefuncionar;comosabes,siuncorazóndejadelatirunosemuere.

—¿Mimamásehamuerto?—preguntóélconunacaritaquepartíaelalma.

Brianasintiósimplementesinpoder responder,porquedepronto lavozlefalló.

Alexa estaba de pie a su lado y Esther al otro. Brian permanecíasentadoenlacamasosteniéndolelamanomientrasledabalanoticia,peroel pequeño de manera automática se agarró a Alexa y lloró sobre suvientre. Ella lo besó, le acarició la espalda y le dijo palabras bonitasincesantemente.

—Sé que esmuy triste y está bien que llores, porque seguramenteestarásteniendomuchomiedoahoramismo.Yesoesnormal,Aaron.—Los tres le acariciaron la espalda. Esther se mordía el puño para noponerse a llorar desconsoladamente—. Pero debes saber que Brian tequiere, yo te quiero y Esther también te seguirá queriendo. Todos teadoramos.

Brian los abrazó a los dos y así permanecieron por un buen rato.Cuandoelpequeñosecalmóentre losmimosde todos,volvióa fijar lavistaenBrian.

—¿Tútambiéntemorirás?—¿Tepreocupaqueyonoestéaquíparacuidarte?—Elniñoexpresó

unsímudoqueacompañóconunaafirmacióndecabeza.Brianlesecólaslágrimasconsusdedosy leacaricióelcarrillo—.Espero tardar todavíamucho enmorirme.Ahora que te he encontrado, quiero estar aquí paracuidarte todo el tiempo que necesites; pero si yo faltara, siempre habrá

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genteparacuidarte.Alexa,ahoraqueteconoce,nocreoquetedejesolo;Esther,quehaestadoatuladodesdequeerasunbebé,tampococreoquequiera alejarse de ti. ¿Sabes? Cuando tumamá se quedó sin papá y sinmamá, yo le presté por un tiempo a losmíos.—«Aunque hubiera sidopreferiblequeniloshubieraconocido,peroesonopuedodecírtelo.Estoyseguro de que cuando crezcas lo descubrirás por ti mismo»—. Ellatampoco se quedó sola. Siempre hay alguien para querernos, y ahoraestamostodosnosotrosparaquererteytambiénparacuidarte.

—Entonces, ¿no volveré a ver a mi mamá nuncamás?—volvió apreguntarentresollozos.

—Lo siento, pero no. Ella ya no respira y su corazón dejó defuncionar. Esther me ha dicho que tú crees en Dios.—Aaron volvió aafirmar con su cabecita calva. Mientras se sorbía los mocos, se habíaquitado la gorra de losYankees—.Y tambiénme ha contado que en lasnoches siempre rezasy lespides a tus abuelosqueestánenel cieloqueayudenalosmédicosacurarte.Bueno,ahoratumamáestáallíconellosydesde el cielo también ayudará a los médicos para que obtenganconocimientosypuedancurarte.Tumamátambiéntuvoquedespedirsedesuspapáscuandoeraunaniña,bienlosabes.

Élasintiónuevamente.Luego,dijomuyafligido:—Yonoquieromorirme.Quieroveramimamáotravez,perono

quieromorirme.Noquieroverlaenelcielo.Quierohacermemayor,iralauniversidad,casarme,tenerhijos.¿Soymaloporeso?

—No, Aaron. No eres malo por eso. Claro que no. Y, además, teaseguroquees loqueellaquiere.Nohaynadaque tumamáquieramásqueverterealizadoenlavida.

—Y cuando me den la quimioterapia, ¿quién estará conmigo? Mimamá siempre estaba aquí. Nome gusta vomitar, ymimamáme hacíamasajitos en la panza y me contaba cuentos. También me duele muchotodo el cuerpo cuando me la ponen y ella se quedaba a mi lado paraacompañarmeyyomedormíaabrazadoaella,escuchandoelsonidodesucorazón.Mimadremecontóquecuandoyoeraunbebé,ellameponíaensupechoydejabadellorar.

—Aaron,séquenadaseráigualquecuandoestabaella,perointentaréhacerlolomásparecidoposible;solotienesqueenseñarmecómotegusta.Prometo poner todo demi parte y hacerlo lo mejor posible. Ahora notienesunamamá,perotienesunpapá.Séquenoeslomismoyrealmente

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quisieraqueambospudiéramosestaraquícontigo,peronoesposible;sinembargo,nolatenemosquerecordarcontristeza,sinocelebrarsuvidaytodoslosbuenosmomentosqueellateregalómientrasvivía.

Elniñoquedópensativo,peroyano lloraba.Enroscaba las sábanasensusmanitasunayotravez.

—También Esther seguirá estando aquí contigo, ¿verdad? —dijoBrian,enunintentoportranquilizarlo.

—Porsupuesto,miniño.Yahehabladocon tupapáycuandoélnopuedacuidarteloharéyo;esonocambiará.

—También me ofrezco para colaborar —dijo Alexa—. Yo quieromucho a tu papá, Aaron.—Extendió ambas manos y los tres quedaronenlazados—.Asíquetambiéntequerrémuchoati,porqueeressuhijito.

—¿Hayalgomásquenosquieraspreguntar,Aaron?—¿Dóndetendréquevivir,Brian?—PorahoraseguiremosviviendoenLondres.Tudoctorseráquien

nos diga cuándo puedes mudarte conmigo a Estados Unidos. En algúnmomentotendremosquehacerlo.Sabesquelosadultosdebemostrabajarparapodercomprarcomidaymedicación,entreotrascosas;ymitrabajoestáallí.Tambiénmicasa.

—¿YEsthersequedaráenLondrescuandonosvayamos?—Siellaquierepuedevenirconnosotros.—¿Quieresvenirconnosotros,Esther?—lepreguntóesperanzado.—Claro.Yovoyadondevosotrosvayáis.ElteléfonodeBriansonóyselevantódelacamaparaatender.Eraun

númerodesconocido.—¿SeñorBrianMoore?—Sí,¿quienhabla?—MinombreesLesslynCameron.Soyabogadaymeencargodelos

asuntoslegalesdelaseñoritaRebeccaMine.Lellamoparadarleunamalanoticia.

Briansefuefueraparahablarmástranquilo.—YaestoyalcorrientedelfallecimientodeRebecca.—Ledoymipésame,entonces.—Muchasgracias.—TengoentendidoqueustedeselpadredelhijodelaseñoritaMine.

Hay algunos papeles que deberíamos poner en orden. La señoritaMinedejó una carta para usted y necesito entregársela también. ¿Cuándo cree

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quepuedeveniramidespachoenLondres?—Hoymismo,sipuederecibirme.—¿UstedestáenLondres?—Asíes.—Perfecto.Esoagilizarámucholascosas.—Envíemeunmensajeaestenúmeroconladirección,porfavor.—Muybien,señorMoore.Leesperoalastresdelatarde.¿Leparece

bien?—Alastresdelatardeestaréallí.Briancolgólallamadaycuandoentróexplicóentredientesdequién

setrataba.Mientraslohacía,elmóvildeEsthersonó.Laabogadatambiénqueríahablarconella.

Porlatarde,élyEstheracudieronaldespachodeabogadosyAlexasequedóconAaron.

—Adelante,porfavor.Tomenasiento.Brian corrió la silla para queEsther se sentara y a continuación lo

hizoél.—Bien,vayamosa lonuestro.Como lesdijepor teléfono, lamento

mucholosucedido.SoylaabogadadelaseñoritaMine.Desdehacealgúntiempo me encargo de sus asuntos legales, pero ahora haráaproximadamente un mes que se acercó a mi despacho para realizaralgunasmodificacionesensutestamento.Enesaocasiónmemanifestósutemorantelaposibilidaddequepudierapasarlealgo;bueno,enrealidadellasiempreteníaesemiedo.Totalmentecomprensibledebidoalapérdidaque sufrió de pequeña con los suyos. Sin embargo, últimamente parecíahaberse acrecentadomás supreocupacióncon la enfermedadde suhijo.Necesitaba estar tranquila ante cualquier cosa que le pudiera ocurrir ypretendíadejar bien atada su custodia.Me indicóque el niño sí teníaunpadre y, a pesar de que Aaron no mantenía contacto con usted—mirófijamentealosojosaBrian—,mefacilitótodossusdatos.

»SeñorMoore,ahoramipreguntaes:¿deseaustedhacersecargodelmenor? Porque la señorita Mine ha dejado dos documentos diferentes,dondedaalgunasindicacionespertinentesparaelcasodequeusteddecidacomprometerseconsuvida,oparaelcasodequeno.

—Porsupuestoquequiero.SinolohehechohastaahoraesporquenosabíadelaexistenciadeAaron.

—Muy bien. En ese caso desestimaremos este documento y lo

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siguiente será realizar unADNpara verificar ante la justicia queAaronefectivamenteessuhijo.Coneseresultadoenmanopodremoscambiarsuapellidoactualporelsuyo.Alnoestarlamadrevivadebemoshacerlodeestaforma,yaqueustednopuedehacerunreconocimientovoluntario.

—Perfecto.¿Cuántotardaesetrámite?—Aproximadamente unos sesenta días. El resultado del ADN lo

tendremos en unos siete o diez días aproximadamente. También meencargaré de poner las propiedades de la señorita Mine a nombre delmenor, pero eso quizá se demore un poco más, puesto que ahoradeberemos esperar al cambio de apellido. Los bienes que el menorheredará son un apartamento en Londres en el barrio de Knightsbridgecon todo lo que contiene; ella pidió expresamente que se guarden losrecuerdosparaquesuhijonopierdasusraíces,ytambiénlehadejadounapropiedadenFortLauderdale.Elrestoestátodohipotecado.Ustedpodrávereldetalleenlacopiaqueleentregaréy,sitienealgunaduda,nodudeenconsultarme.Perometemoqueelrestodelosbienesquelemencionoserán embargados.Tengo entendido quemi clienta tuvo que hacer estosgravámenesparasolventarlosgastosdelaenfermedaddelniño.

«¿Porquénomepediste ayuda,Rebecca, porqué?»,pensabaBriansindejardeprestaratenciónaloqueleexplicabalaabogada.

—Comoustedhaaceptadoreconocersupaternidad,enestesupuestolaseñoritaMinenohadadomayoresindicacionesparaeltratodelmenor.Tampoco le impone un lugar de residencia. Ella simplemente deja a sucriterio todas lasdecisiones a tomar,pues consideraqueesunapersonaidónea mentalmente para decidir por su hijo. De todas formas, leentregaréunacopiaqueindicatodoloqueleestoytrasmitiendo,paraquenoseatanfríoesteproceso.Loúnicoquemehapedidoparticularmenteyque encontrará muy bien detallado es que, en el caso de que usted sehiciera cargo de las responsabilidades paternas, deberá garantizar porescritoquemantendrátodoslostratamientosmédicosqueelniñonecesite.Tambiénunabuenaeducación.Yque,enlamedidadeloposible,impediráquesuspadresintervenganenlamisma.

Briansonriómientrasasentíaconlacabeza.—No se preocupe. Prepare el acta que sea. Tampoco yo deseo que

ellosintervenganennada.—TambiénhapedidoqueustedpermitaquelaseñoraEstherLowell

continúeencontactoconAaron,yqueestesealomásfluidoposible.

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—Delopordescontado.Noquieroalterarelmundodemihijomásdeloqueyasealterará;escatastróficoquehayaperdidoasumadrecomoparaquetambiénloapartaradeEsther.Dehecho,yalehepropuestoalaseñoraLowellquevivaconnosotros.

—Perfecto.Enesecasoloúltimoquemequedaeshacerleentregadeestastrescartas.Unaesparausted,señorMoore;laotraesparaAaron;ylaotraparausted,señoraLowell.

Ambosseprepararonparaabrirlossobres.—Ellapidióexpresamentequenolaleyeranaquí,quelohicieranen

algúnlugardondepuedanreflexionarmejorsuspalabras.Ambosasintieron.—Señora Lowell, tengo que hacerle entrega también de esta

documentación.SetratadeunacuentabancariaenlaquelaseñoritaMinedepositóunacantidaddedineroasunombre.

—¡Oh,Dios!¡Quéhahechoestamujer!—Calma,Esther.SiRebeccaledejóesoseguramenteesporqueusted

lomerece.—Pero...elniñolonecesitará.—Yo me encargaré de todo lo que Aaron necesite. Por eso no se

apure—latranquilizóBrian.—Ahora llamaréalnotarioparaque firmemosestaacta,que indica

enquéhaconsistidoestareuniónyloquelesheentregadoacadaunoytambién lo que queda en mi poder. Tomen una copia para que vayanleyendo,mientrastanto.

Elprocesodefirmasnosealargómuchoyluegolaabogadalesdijo:—Bien,esoestodoporelmomento.Lesagradezcoquehayanvenido

tan rápido. Nos volveremos a ver muy pronto, señor Moore. Cuandosalga,deleladocumentaciónamisecretariaparaquepuedasacarcopiasyconesoempezarlostrámitesdefiliacióndelmenor.Lollamaréparaquehagamos lapruebadeADNenestosdías.Seguramente,mi secretaria sepondrá encontacto conustedy le indicarádóndedebedirigirse.DeberállevaraAarontambién.

—Aaron está hospitalizado en este momento en el Royal LondonHospital.

—Entonces,tramitarétodoparaquepuedanhacerlaallí.—Muybien.Buenastardesygraciasportodo.

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Porlatarde,elresultadodeltipajeHLAensangreleshabíaquitadolapocailusiónquelesquedaba.BriannoeradonantecompatibleconAaron.

—¿Quéharemos?Guardaba laesperanzadequepudierahaceralgoparasalvarsuvida.

Alexaleacariciólafrenteyluegoloabrazó.—Debemos tener fe. Estoy segura de que aparecerá un donante no

emparentado que podrá donarle sumédula y se curará.Quiero hacermelaspruebas.

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31«Laoraciónalcanzamáscosasdelasqueelmundopuedeimaginar.»

LORDALFREDTENNYSON

Porlanoche,Esthervolvióaquedaralcuidadodelniño.AlexayBrianyahabíancenado.Sehabíandadounaduchaysepreparabanparameterseenlacama.

—¿Cuándopiensasdarlelacartaqueledejósumadre?—Tal vezmañana. Quiero dosificar sus emociones. Hoy ha tenido

demasiadas para sumarle unamás. ¿Crees que seré un buen padre paraAaron?

—Notengoningunadudadequeasíserá.—Quisiera leer la carta quemedejóRebecca. ¿Me acompañarías a

hacerlo?—Noesnecesarioquelohagasjuntoamí,Brian.—No te lo estoy pidiendo por compromiso. Necesito hacerlo

contigo.Siesquetúquieres,claro.—Sinosapoyamosnonoscaemos,¿cierto?—Exacto.Él se sentó contra el respaldo y ella se acurrucó en su abrazo.

EntoncesBrianlebesólacabezaycomenzóaleer:

Brian:Esobvioquesiestacartaestáentupoderesporqueyoyanoestoy

enestemundoy,loqueespeor,nohepodidosincerarmecontigo.Antesquenadaquieropedirteperdón.Séqueesunapalabraquetalveznotengasentidoenestemomento

para ti, porque sé que me comporté de manera muy egoísta, tantocontigo comoconAaron,pero el serhumanoesun ser imperfecto yestamoshechosdeerroresyaciertos.

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Cuandotoméladecisióndeocultartesuexistenciacreíaqueeralomejor,ytalvezenelfondolofue,porquedeotraformatuspadresnohubieranpermitidoquenaciera.Talvezsíesciertoquehace tiempodebíponerteenconocimiento

de su existencia, pero durante muchos años el rencor fuealimentándoseenmipecho,hastaelpuntodequelleguéacreerqueera el motor que me impulsaba a continuar. Sin embargo, cuandorecientementeregreséaAméricaytevolvíaver,medicuentadequedejé que ese sentimiento tomara más preponderancia de la que enverdadmerecía,yqueesohizoquevivieraamargadayrecelosatodoeltiempo.Séquemiarrepentimientoahoramismonobasta,porqueloquete

quiténoregresa; tambiénséque teprivédeque lovierascrecer,dequetellamarapapá,dequetedieraunabrazomanchadodecarameloylovierasdarsusprimerospasosvacilante,deoírlodecirsuprimerapalabra —que por cierto fue «agua»—. En casa hay muchasfotografías que suplirán en cierta forma esto que te estoy contandoahora.Noobstante,debessentirteafortunado,porquesiestásleyendoesta carta significa que tú serás el encargado de verlo hacersehombre,cosaqueyonopodré.Es increíble. Dios se encarga siempre de poner cada cosa en su

lugar,yestádándotelaresponsabilidadqueyoterobé.Porquenomecabeningunadudadequeélvenceráalaleucemiayseharáhombre,yserátodoloquequieraser.Peroparaeso...esnecesarioquetúyyohagamosalgo.SiemprehevividoconmiedoafaltarleaAaron.Talvezporqueamí

me faltaronmis padres desdemuy pequeña; sí, creo que por eso lavidasiempremehallevadoaserprecavidaconél.Como bien sabes, nuestro hijo necesita un tratamiento más

agresivo,porquelasdosisqueledandequimioyradioterapianosonsuficiente paramatar todas las células cancerígenas que hay en suorganismo;sinembargo,silohacenahora,todaslascélulassanasdesuméduladejarándefuncionarporcompleto.Portalmotivo,necesitaun “alotrasplante”, que es el que se puede hacer con un hermano“histocompatible”. Consiste en obtener células madre del cordónumbilical.Miabogada, ladoctoraCameron,estáadvertidadeestoyserá la

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encargada de que sea posible. Ella y el médico de Aaron están encontactoytepondránencomunicaciónconunabogadoespecializadoen bioética y con los profesionales más idóneos, pero tú deberásencargartedelresto.Hedejadocantidadsuficientedeovocitoscongeladosparaquelos

fecundencontusespermatozoides.Túdeberásconseguirunvientreenel que implantar el embrión. Sé que suena muy frío, y hasta delaboratorio, pero esto es mucho más que eso. Es un acto de amorinconmensurable. También sé que tal vez no sea el hijo que quierastener, pero a Aaron tampoco lo quisiste tener y, sin embargo, estoyseguradequesiyalohasconocidohabráconquistadoporenterotucorazón.Traeralmundoaeseniñooniñaseráungranactodeamor.Si no quieres hacerlo, te eximo y te entiendo. Te juro que te

entiendo,porquenosolodeberásafrontarlaresponsabilidaddecriaraunhijo,sinoquetetocaráhacerlocondos;además,noesalgoquehayaspodidoasimilarpocoapoco.Todoteestállegandodesopetón.SidecidesseguiradelanteconestaposibilidaddevidaparaAaron,

nopermitasqueelniñoquenazcasesientaagobiadoporlanecesidaddeserusadoparasalvarasuhermano.Ofréceleunavidaen laquepuedasentirsepleno; si esoocurre, yél sientequeesunpesoestarsiempreamanoporsiAaronpuedenecesitarlo,exímeloyayúdaloaconseguirsuemancipaciónmédica.Séquesabráscómohacerloparaque ninguno se sienta defraudado. Eso es algo de lo que debenmentalizarsedesdeelmomentoenqueestocomience.Porúltimo,seacual sea ladecisiónque tomes,quieropedirteunpóstumo favor:nodejesqueAaronmeolvide,ysieseotrobebénace,hazquedealgunaforma sepa cómo fue la persona que puso su ovocito para que élvinieraalmundo.Cuidaanuestroonuestroshijos.No tengodudasdequeserásun

granpadre.

Becca

Permanecieronensilencioalgunosminutos,sinmoverse.Tansoloseoíaelsonidodesusrespiraciones.Finalmente,serebujaronenlosbrazosdelotro:AlexayBrianseabrazaroninterminablementeylloraronjuntos.

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Sebebieronlaslágrimasdelotroyseacariciaronmientrassededicabanmiradasmudas.Elunosostuvoalaotra, inmersosenelsilenciodurantelargorato.

Alexasecósuslágrimasylasdeél,tomóunaprofundabocanadadeaireylepreguntó:

—¿Quévasahacer?Briancargóconairesuspulmonesy,mirándolafijamentealosojos,

lecontestó:—TengoquesalvaraAaron.Nopuedodetenermeapensarloporque

él no tiene demasiado tiempo; además, no hay mucho que pensar. Notengoniideadecómosehaceesto,peroséquesipuedoquereraunhijotambiénpuedoquererados.

Ellaacunósurostroentresusmanos.Leacaricióloslabiosconsusdedosy,mirándoloalosojos,lehablódesbordadaycontotalconvicción:

—Quiero que uses mi vientre. Quiero traer a tu hijo al mundo.Quierohacermiaportación.

—¿Estássegura?Alexa,rubia,creoquedebespensarlobien.—Brian,notengonadaquepensar.Teamo.Noniegoquesialguna

vez imaginé tenerunhijo tuyo, también lo imaginémío,pero séque loamarécomosilofuera.Aaronyahaconquistadomicorazónyapenasloconozco. Imagínate entonces con uno que lleve en mi vientre durantenuevemeses.

—Yotambiénteamo.Ereslaparadojaatodoloquenuncacreíquesentiría.Nosécómopodrépagarteloquehacespormí.

—Queriéndomesiempre,comoyotequieroati.—Nacíparaquererte,Alexa.—Yotambién.—Tienesuncorazóngigante.Sebesaroncon sosiegoydemanera interminable.Fueunode esos

besosquequedanporsiempreenlamemoriaporqueacompañanademásunmomentoinolvidable.Sinembargo,despuésdepalparlacalmadeesebeso,noresultómuyextrañoquetodosevolvierarápidoyaudaz.Unbesoentreellossiempreteníaotrasimplicaciones.Laproximidadyelcontactoparecíaactivarlos,yeldeseosetornabaincontenible.

Brian deslizó la mano tras su nuca para profundizar más el beso.Palpólasuavidaddesuslabios,lacalidezdesurespiración,yenroscósulenguaconlasuya.Sabíaadeseoyapasiónylaszonasmáserógenasde

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ellasesintieronafectadas.Alexa se aferró a su torso y pegó su cadera a la de él a fin de

estimularlo a perder la noción del tiempo. Excitado y entregado porcompleto, buscó dentro de su boca esos lugaresmás recónditos, dondesoloélpodíaaccederconsu lengua.La sensacióndepoderhizoqueungemido desvariado escapara de su boca. Al unísono, y con la certezaabsolutadequererposeerla,Brianbajósuotramanopara tomarlade lacadera y acercarla un poco más a su cuerpo. Delirante y posesivo,vehementeyhambriento,moviósupelvisyleclavósupotenteerección.Yella, incapaz de resistirse, arqueó la espalda y tensó sus extremidades,ademásdecrisparsusdedos.

Conmaestríaélabriólapalmadesumanoyresiguiólaredondezdesu nalga. La apretó, la separó y corrió la braguita hábilmente,mientrascon el dedo corazón acariciaba el surco y se detenía en esa entradaprohibida. Lo hizo con serenidad y con un movimiento circular que laatormentó y que se extendió hasta su necesidad más íntima, lo queprovocóquesubrotemágicosehincharapalpitante.Suspezonestambiénse endurecieron y él los sintió erectos sobre su pecho. Las caderas deBriannopudierondetenerse.Ansiódeprontoenterrarsedentrodeella.Sunecesidadsehabíahechoevidenteyprobóafrotarsuabultadaentrepiernamasajeandosuglandeconelrocequeleprovocabasupelvis.

Alexamoviósumanoy locogiópor lamuñecapara llevar lasuyahastadondesunecesidadloreclamaba,peroél,obstinado,lehablósobreloslabios.

—Tranquila.Déjamehaceramí.Relájateysiente.Volvió a besarla. Volvió a adueñarse por completo de sus labios,

mientrassudedointrépidocontinuabaconesemasajeenloquecedor.Bajólamanoyperdiósudedoenlahumedaddesusexo.Losacóyregresóalaotraentradamágicaqueambicionabatraspasar.

—Brian, jamáshe tenidosexoporahí—le informóAlexa, inquietacuandosediocuentaloqueéldeseaba.

Él lamiró a los ojosmientras insertaba su dedo lentamente en eselugar privado y tabú, y de pronto ambos se encontraron conteniendo larespiración.

—Avanzaré solo hasta donde me lo permitas. Si quieres, retiro eldedo.—Lomoviólentamentemientraslehablaba.

—Esagradable.

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—¿Sigo?Ella asintió con la cabeza, entreabrió la boca y se lamió los labios

entregadaalacaricia,hastaqueseencontrósollozandodeplacer.Brianmetióotrodedo.—¿Medetengo?Alexanopodíahablar.Negóconlacabeza.Brianlosretiródetodasformas,dejandounvacíoinesperadoquela

indujoaprotestar.—Nopares.Deinmediatoéllequitólasbragas,levantósucamisetayatironesse

lasacóparaliberarsuspechos.Lapusobocaabajoysesentóahorcajadassobresuspiernas,justodondeterminabasutrasero,nosinantesquitarseelbóxerparaliberarsuatormentadaerección.

Posesivo,tomósuglandeylofrotóenlaseparacióndesusnalgas.—¿Quévasahacer?—Laalarmaensuvoznopasóinadvertidapara

él.Asíqueseinclinó.Leapartóelpeloylechupóelcuello,tambiénel

lóbulo de la oreja. Luego, le dijo con voz seductora y muy profunda,gruñendocomountigreencelo:

—Amartedetodaslasformasenquemepermitashacerlo.Brian le besó la espalda, y fue cambiando entre lametazos y

mordidas, mientras bajaba lentamente hasta alcanzar su exquisito yperfectotrasero.Sabíaloqueellaestabaesperando.Lehizoflexionarlaspiernas y admiró la redondez de sus nalgas.Le pasó lamano por ellas.Luego,lentamente,buscóconsulenguaesaportezuelasecretaylalamióhastaarrancarlegemidos.

La volvió a recostar, dejándola más sofocada y expectante, y deinmediatoseencaramósobresuespalda.Lehizoextenderlosbrazosyselosmasajeómientraslehablabaaloído.

—¿Confíasenmí?—Mucho.—¿Tegustaríaquedescubramosjuntosunanuevaexperiencia?—Le

chupabalaoreja—.Porqueahoraqueséqueseréelprimero,teconfiesoquenodeseootracosa.

—Creoquesí.—¿Quieressentirnuevassensacionesentonces?—Sí,Brian,sí.Todaslasquequierasdarme.

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—Vuelvoenseguida.—¿Adóndevas?—Notardo.BrianfuealbañoyhurgóenelneceserdeAlexa.Allíencontróaceite

corporal de almendras y le pareció que podía ser una buena opción, yaque no tenían ningún lubricante íntimo. Regresó de inmediato con labotella.

—Noquierolastimarte—leexplicómientrasvolvíaatumbarsejuntoaella.

Lapusodelado,élpordetrás,yempezóaexcitarlanuevamenteconsuscariciasybesos.Empapósusmanosconelaceiteylemasajeótodoelcuerpo,lasnalgasylaentradadelano.Volvióameterunodesusdedosy,lujurioso,gimióensuoído.

—Tedeseolocamente—ledijo—.Quierofollartutrasero.Alexagirólacabezaparaapresarsuslabios,sacósulenguayélsacó

la suya para enredarla con la de ella fuera de la boca. Ambos estabanperdiendolacabezaacausadelaexcitación.Actoseguido,Briantomóelcontrol del beso y la devoró mientras introducía otro dedo. Ambosestabanconmocionadosporelplacer.Élpermanecíamuyatento,tratandodeadvertirsipocoapocolosbesoslarelajabanmás.Ellaestabaserenayentregada a sus caricias, así que decidió sacar los dedos para volver auntarlosconaceiteyprobarmetiendounomás.

—¿Te gusta? Si te duele mucho, paramos. Tal vez no podamosterminarestohoy.

—Estoybien.Meencanta.—Perfecto,porqueestoyvolviéndomeloco.Quieroestardentrodeti.

Siento que mi pene está a punto de explotar. Estoy muy duro, nena.Tócame.

Alexa lo masturbó con su mano, mientras él entraba y sacaba susdedosvariasveces.Másadelante,losquitóporcompleto.Tomóelaceiteyuntóconélsupene.Hizoqueellatambiénlotocarauntadocomoestaba.Volvióaacomodarla,cogiósupollaenvaradaconlamanoyladirigióala entrada que tanto ansiaba. Metió lentamente la punta y se mantuvoquieto,esperandoqueellaseacostumbraraalainvasión.

—¿Duele?—Unpoco,peroessoportable.—Me introduciré un poco más. No sabes lo que me cuesta

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contenerme.Estásmuyapretada.Essumamentecaliente—leexplicóconlavozafectada—.Quieroestardentrodetiporcompleto.Estoesperfecto.

Con su mano untada de aceite le acarició los pechos, mientras leatormentabalospezonesconsusdedos.

—Tambiényotedeseo.Ese consentimiento que ella le otorgó con palabras hizo que él

movierasuscaderasparapenetrarunpocomás.—Faltamuypoco.Siquieres,paro.—No.Sigue,porfavor.Él se movió lentamente para que ella probara un poco más de su

erección. Entró y salió suavemente.Y entonces, al ver que lo soportababien,fuepenetrandocadavezmáshastaquefinalmenteintrodujotodosumiembrodentrodeella.

Alexacerrólosojosconfuerzaycontuvolarespiración.Seagarróasumano, la que élmantenía asida a su seno. Era un dolor en el que semezclaba la lujuriay lapasión,ysesentíaconfiadaentresusbrazos.Alverquenosemovía,probóahacerloella,yentoncesBriancomprendióquepodíacontinuar.

—Estoesmaravilloso—ledijoBrian,altiempoqueteníalaabsolutacertezadequenopodríaresistirmuchomástiempo.Peroharíaelintento.Noqueríadejarla amedias.Asíque seobligóa autocontrolarse.Queríaregalarleunorgasmodiferente.

Eraverdaderamentedifícil.Semovíalentoysuave,conteniendosusansiasdehacerlo rápidoy fuerte.Aguardabaaqueella seacostumbraraporcompletoalaexpansióndesucuerpo.

Finalmente,pocoapocofueaumentandoelritmodesupelvishastaque ambos se encontraron jadeando y moviéndose acompasados,delirantesyacopladosdeformaexcelsa.

Brianbajólamanoparaaccederasuclítorisymasajearlocongranhabilidad,detalmaneraqueconsiguióensegundosqueenellaestallarantodossussentidos.Rendido,laacompañóeneléxtasisyunasensacióndeplacer los envolvió a ambos y los hizo sentir como si sus cuerposestuvieran siendo lanzados en un viaje a la luna. Un hormigueo queempezóenlaplantadelospiesyfueexpandiéndoselosacompañóenelmomento del orgasmo, cuando dejaron de ser dos para convertirse enuno.

Élseretiróconcuidadodesuinterior.

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—¿Estásbien?—Estabainmensamenteinteresadoensaberquenolehabíahechodaño.

Ellasediolavuelta.—Has sido muy cuidadoso. Gracias. Hemos vivido un momento

maravillosoeinolvidable.—Gracias a ti por permitirme ser el primero, por regalarme esta

parte de tu cuerpo que nunca había tenido nadie. Debemos seguirejercitándola—lebesólapuntadelanariz—.Teprometoqueconprácticadolerámenos.

—¿Ah,sí?—Sí. Tienes un culito precioso, rubia. No puedo creer que me lo

hayasentregado.Serieron.—Prometo que te dejaré volver a usarlo, pero ahora conviene que

volvamosabañarnos.Estamosperdidosdeaceite.Cuando salieron, Brian quitó las sábanas y llamó al servicio de

habitacionesparaquevinieranacambiarlas.Elmomentovividohabíasidomuyintenso,peronopodíanobviarlo

quelohabíadesencadenado.Estabanenlaoscuridad,metidosenlacamayensilencio.

Ambosintentaronhablaralavez.—Hablatúprimero—dijoél.—Quieroquehablemosdeloqueconversábamosantesdequetodo

setransformaraenbesosycaricias.—Tambiénquierohablardeeso.—Haceunosminutosmehasdadolasgraciasporqueteheentregado

una parte de mi cuerpo que guardaba recelosa, para cuando estuvierarealmente segura de que estaba enamorada. Pero quiero entregarte mivientretambién,parallevarenélatuhijo.

—Alexa,me siento el hombremás afortunadodelmundo, peromegustaríaquetelopensarasmejor.Seráunasituaciónparanadacomún.

—Ya lo he pensado, Brian. Quiero darle vida a tu hijo. QuieroademásqueesoseaposibleparaqueAaronsecure.Esunactodeamorhaciati,haciaAaronyhaciaesebebéalqueledarévida.

—En ese caso—se dio la vuelta para encender la luz—, necesitomirarte a los ojos porquequiero hacerte una propuesta— le explicó—.¿Quierescasarteconmigo?

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—No es necesario queme propongas eso porque esté ofreciéndotemivientre.

—¿Esunsacrificioparatiofrecermetuvientre?—Porsupuestoqueno.—Paramí tampoco es un sacrificio casarme contigo. Si tú quieres,

me gustaría que le diéramos una familia a Aaron y a ese otro bebé, yluego,coneltiempo,tambiénmegustaríaquetengamosmáshijos,tuyosymíosverdaderamente.Quieroquejuntosformemosunagranfamilia.

—Teprometoquequerréatodostushijosporigual,comosifueranmíos.AAaronyalqueimplantaránenmivientre,ytambiénalosqueteencarguesdeponerahí.

—¿Esoesunsí,entonces?—¡Síiiii! —gritó ella—. Es un sí rotundo. Quiero ser la señora

Moore.Sebesaronyabrazaron,infinitamentefelicesyrisueños.—Solomepreocupaunacosa.—¿Quécosa?—Simeengordodespuésdelosembarazos,¿meseguirásqueriendo

igual? —Él sonrió—. Prométeme que no te irás con ninguna de esasmodelosperfectasqueteacompañanenlasrevistas.

—Noveomásqueatravésdetusojos.¿Notehasdadocuentaaún?Soloquieroconstruirunavidaatulado,yhastameimaginorodeadodemuchos niños. Nome importa tenerlos hasta encima de la cabeza si escontigo.Telohedicho:nacíparaquererte.

—Unmomento...niñas también—dijoAlexaen tonodeadvertencia—.¿QuétienenlosMoorecontralasniñas?

—Yoparticularmentenada.Tambiénquieroniñas.Dicenademásquelasniñasestánmásapegadasalpadre.Asíquedefinitivamentetendremosmuchasniñastambién.

—Bueno, que no sean tantas, porque entonces sí quemi cuerpo nopodrávolveralanormalidad.Dosmásapartedeestosdosquetendremos,mepareceunnúmeroadecuadodehijos.

—Losquetúquieras,rubia.Teharétodosloshijosquequierastener;además, el proceso me sienta muy bien. Te aseguro que no será unsacrificio.

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32

«El amor es nuestro verdadero destino. No encontramos el sentido de la vida por nuestracuenta,loencontramosjuntoaalguien.»

THOMASMERTON

ConlaayudainestimabledeEstherorganizóunfuneralmuysencilloparaRebecca,alqueasistieronunospocosamigosqueellahabíacosechadoenelmundoeditorial.

El entierro se llevó a cabo en el City of London Cemetery &Crematorium.Lacapillafunerariaestabaenlaentradadelcementerioyunsacerdotedioelresponsoacajóncerrado.LeexplicaronaAaronquenoasistiríamuchagente,noporqueasumamánolaquisieran,sinoporqueélno podía estar en contacto con unamultitud de personas.Él lo entendióperfectamente.Elmédicoleautorizóaasistir,peroluegodebíaregresaralhospital.

Enelemotivo funeralBrian,EstheryAaron fueron losencargadosde leer un panegírico. Cada uno había dedicado unas palabras en sumemoria.LasmásemotivashabíansidolasdelniñoylashabíaescritolanocheanteriorconlaayudadeAlexayBrian.Laspronuncióencompañíade su padre, quien permaneció a su lado en todomomento mientras élrecordaba momentos felices vividos junto a su madre. Y al final leprometió que los guardaría para siempre en su memoria. La emociónobviamente lo traicionóyacabóllorandoen losbrazosdeBrian,que locogióyleofreciósuhombroparaquesedesahogara.

Briancaminóconél,sesentóyloacunóensuregazo.Lepusobienlamascarillaporqueselehabíacaído.

—Cálmate, Aaron. Sabes que a tu mamá no le gustaba verte triste.Ella quería que siempre rieras. —Lo consoló Esther—. No lloremos,porque si no ella se pondrá triste también; recuerda que ahora nos ve

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desdeelcielo.Elniñoasintió,peropermanecióaferradodelcuellodesupadre,que

seerigíacomounarocaparaél.Según las costumbres de Gran Bretaña, para celebrar la vida del

fallecidoseproyectóunvídeomuycortitodondesepodíanverimágenesdeBeccayAaronquerecordabanbrevementelofelicesquehabíansido.

Terminadoelfuneralyelentierro,loscuatroregresaronalhospitalenlacamionetadeEsther.

LossiguientesdíasAlexayEsther sededicaronaempaquetar todaslascosasdeRebecca,precisamenteparaquecuandoregresaraelniñoasucasanoseencontraracontodo.

HabíatranscurridounasemanadesdequehabíanllegadoaLondres;aqueldía,cuandoeldoctorRogersseacercóaveraAaron,BrianyAlexalepidieroncitaparahablarconél.

Deinmediato,leinformarondeladecisiónquehabíantomadoenloreferentealafecundacióninvitro;yqueusaríanelvientredeAlexaparatraer el bebé almundo.Elmédico semostró sumamenteoptimista, ydeinmediatolosalentóylospusoencontactoconelmédicoespecialistaenginecología, reproducción humana y medicina reproductiva, y tambiénconelmédicoespecialistaengenética,queseríanlosencargadosdellevaracabodichoprocedimiento.Asimismo,lesexplicóqueel“alotrasplante”o trasplante alogénico queAaron necesitaba no era infalible, pues traíaconsigo ciertos riesgos que no podían desconocer. Alexa y Brian sepasaron varias horas atendiendo las explicaciones del médico, que conmuchapaciencialesaclarócadaunodelosproblemasquepodíansurgirtras el trasplante. Preguntaron todo lo que desconocían y fueroninformadosyayudadosarazonarcadapasoaseguir.Cuandoterminaronde conversar, no se encontrabanmás tranquilos que antes de empezar ahacerlo, sino saturadosde informaciónnuevaque loshabía asustado.Elmédico también les facilitó nombres de textos que podrían leer parainformarse mejor. Demostró, a fin de cuentas, ser un gran guía yacompañanteenelproceso.

—Lootroquenosésisabenesque laaseguradorasocialnocubreesteprocedimiento,puestoqueloconsiderauntratamientoexperimental.Así que deberán pagarlo ustedes, al igual que el ingreso y todo lo que

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surja.Yalesadviertodequeelcosteeselevado.Sepuedeconseguirquelaaseguradorasocial lopaguepresentandouna interpelación judicial,perocomosabenesollevaríatiempo;enelcasodequenotuvieranlosmediospara realizarlo de forma particular, esta sería la vía para acceder aconseguirlo—lesdijolacifraaproximadaconlaquedeberíancontar.

—Poresonohayproblema—aseguróBrian,aunqueaúnnosehabíapuesto a pensar cómo conseguiría el dinero—. Lo haremos de formaprivada—aseveró.

—También tendrán que costear ustedes todo lo referente a lafecundacióninvitroyala técnicadePGDqueseutilizaráparacrearunbebéhistológicamentecompatibleconAaron.

Salierondeallíparaencontrarseconelgenetistayelespecialistaenfertilidad.Ibancogidosdelamanoyensilencio.

Enelascensor,semiraronyseabrazaronysecontuvieronelunoalotro.

—Nomepreguntes lo que estás a punto de preguntarme, porque tejuroquetemandoafreírespárragos,Brian.

—¿Ycómosabesloqueestoyapuntodepreguntarte?—Sí. Quiero seguir con esto —le dijo testarudamente y abriendo

unosojoscomonaranjas—.Estoyseguradeloquequierohacer.—¿Tehedichoqueteamo,rubia?—Creoqueúltimamentemelohasdichomuyamenudo,perodebo

confesarquemeencantacuandomelodices.Llegaronalpisodegenéticayfertilidadasistida,seanunciarona la

secretariadelmédicoque losestabaesperandoyesta los invitóaquesesentaranenlasaladeespera.

Unamujer que estaba acompañada por su pareja y sentada junto aAlexalepreguntó:

—¿Hacemuchoqueintentantenerunbebé?Nosotroshacetresaños.Poresonosdecidimosabuscarotrasalternativas.

—En realidad nunca lo hemos intentado, pero vamos a hacer unafecundación in vitro y a implantarme el embrión. Necesitamos undiagnósticogenéticopreimplantacionalparasalvaranuestrootrohijo—leexplicóAlexamientrasseagarrabaa lamanodeBrian,querespirabadesacompasado,estabanerviosoylecostabadisimularlo.

—Ah —contestó la otra mujer sin terminar de entender laexplicación.AlcabodeunratoseacercóaAlexayledijo:—Disculpe,no

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quiero parecermetomentodo, pero si nunca lo han intentado, ¿cómo esqueyatienenunhijo?

—Esel hijonatural de él, pero sumadremurióy ahorayo seré laencargadadellevarenmivientrealhermanitoohermanitaquelesalvarálavida.

LamujerpusolabocacomounaOsinpoderocultarelpasmo,ynopreguntómás.

—Señor y señora Moore, adelante. Los están esperando —dijo laasistentedelmédico.

—Muchasuerte—ledeseóaquellamujercuandosepusierondepie.Amboscontestaronalunísono:

—Igualmente.—Ojaláqueprontollevesunbebéentubarriga—agregóAlexa.Entraron en la consulta y el doctorApplewhite, ginecólogo, estaba

acompañado por el doctor Gardner, especialista en genética. Ellos yaestaban al corriente del motivo por el que acudían a verlos, ya que eldoctorRogersleshabíainformadoconantelación.Poresarazón,ambosespecialistas los esperaban para explicarles con pelos y señales cadaprocedimientoquellevaríanacabo.

—Si desean pueden grabar todo lo que hablemos, porque lainformación que les daremos será mucha y es posible que no asimilentodoloquelesexpliquemos.

DeinmediatoBriansacósuiPhoneycomenzóagrabar.Despuésdequeelgenetista lesexplicaracómose llevaríaacabola

fecundación in vitro y cómo se implementaría la técnica de diagnósticopreimplantacional para seleccionar el embrión más compatible conAaron,llegaronlasexplicacionesdelespecialistaenfecundaciónasistida.

LoprimerofuehacerlevariaspreguntasaAlexa;obviamente,lomásesencialeraqueelladejaradetomarlosanticonceptivosyquecomenzaraa ingerir ácido fólico.Luego le indicó una serie de chequeos que debíahacerse,entreellosunaecografíaintravaginalyunanálisisdesangreparacontrolar sus valores hormonales. De esta manera, podrían decidir deacuerdo con los resultados cuál era el mejor momento para hacer laimplantacióndelembrión.

—Estemomentosedenominaventanadeimplantaciónyvadesdeeldía20delciclomenstrualhastael24,alrededordeldía6o7despuésdelafecundación—explicóelmédico.

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»La fijación en el endometrio deAlexa no será una certeza.No esalgoquepuedagarantizarlesqueocurriráconseguridad.

—¿Quéquieredecir?—PreguntóBrian.—Que,apesardeestardadas todas lascondiciones,enelmomento

en que hagamos la implantación podría resultar que el embarazo no seanidaraenelprimerintento.Lasposibilidadesdequeresultesondeun60porcientodebidoaqueutilizaremosunembriónfrescolaprimeravez.

»Enelcasodequeelprimerintentofalle,entoncescomenzaríamosaintentarloconlosembrionesqueestaráncongelados,y,comolesexplicóel doctor Gardner, confiamos en que podremos fecundar más de unembriónhistocompatibleconAaron.

—¿Ycuálseráelporcentajedeéxitoconlosembrionescongelados?—quisosaberAlexa.

—Latasadeéxitocaeráentoncesaun45porciento.»Encasostípicosdematernidadsubrogadaodebebésdediseño,de

entradaseimplantandosembrionesporsiunonoanida,peroenelcasodeustedesnopodemosdesperdiciarningúnembriónhistocompatible,yaque solo contamos con cierta cantidad de ovocitos y no haymanera deobtenermásde losquehay.Por talmotivo, la implantaciónserádeunoporvez.

—Me gustaría saber en qué consiste el procedimiento deimplantación—preguntóella.

—Alexa,formaremosentretodosungranequipo.Cadaunotieneunatareaquecumplir; tú tendrásquecontrolar elmomentode tuovulación.Ten —el doctor Applewithe abrió uno de los cajones y de él sacó unblísteryunpapelplanificador—.Estetermómetrodigitalsirveparatomarla temperatura basal; deberás tomarte la temperatura vaginal. Tambiénpuedeserlabucalolarectal,perosiempredebeserlamismatemperatura.Lomás importante de este proceso es la perseverancia.Debes tomártelasiempreconelmismotermómetroyhayunasreglasquenodebespasarpor alto. Tienes que intentar que sea siempre a la misma hora. —Ellaasentía mientras escuchaba atentamente—. Deberás hacerlo solamente sihas dormido por lo menos cinco horas. Te recomiendo que sea por lamañana, antes de levantarte a orinar. No debes tomar ni siquiera agua.Tampocodebesfumarnihablar.Esprecisoquetucuerpoestéenreposocuandolohagasyenestepapelhasdellevartodoelregistro.

—¿Cómomedarécuentadecuándoestaréovulando?

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—Loimportantenoescuándoestésovulando,sino tu fase lútea.Teexplico.Enteoría,lamujertieneunatemperaturamásbajaenlaprimerapartedelciclomenstrualyantesdequeseproduzcalaovulación.Y,unavezocurridaesta,alrededordedosdíasdespués,seproduceunalzadenomásdedosdécimasqueseprolongaduranteaproximadamentediezdías.Eseeselmomentoenqueelcuerpoempiezaaprepararseparaunaposibleimplantación.Cuandola temperaturaaumentenosavisarás,ynosotros teindicaremos cuándo implantaremos el embrión. En ese procese deberásaplicarteunasinyeccionesdiariasdeprogesterona—hizolarecetayselaentregó—, ya que esta hormona cumple la función de preparar al úteroparaalojaralembrión,yestoseráduranteunosdiezdías.

»Obviamente,debéistenerparticularcuidadodequeAlexanoquedeembarazada antes de la implantación, pero no utilicéis preservativosporqueestoscontienenespermicidas.

»Brian,necesitamosqueeldíaquevengasadejar tuespermahayastenidounaabstinenciasexualpreviadeentretresycincodías.

Calculó la fecha menstrual del ciclo de Alexa y le indicó qué díadebíair.

—Elprocedimientode implantación se realizará introduciéndote enlavagina,atravésdelcuellodelúteroyhastaelinteriordeeste,untubodelgado(uncatéter)quecontendráelembrión.Ytodoseharábajocontrolecográfico.Estarásdespiertaen todomomento.Noesnecesarianingunasedación,yaqueesunprocesoindoloro;yteirásdespués.Porprecauciónesedíaharásreposo,peroelsiguienteyapodrásretomartuvidanormal;aunque,obviamente,noharásgrandes esfuerzosporquedebemoscuidaral embrión implantado. Si conseguimos que este se anide en elrevestimiento del útero y crezca allí, entonces prosperará el embarazo.Regresarásendiezuoncedíasparahacerunapruebadesangreydetectarlapresenciade lahormonaHCG.Deresultarpositiva,significaráqueelembarazosehaproducidoyestesecontrolarácomosihubieraocurridodeformanatural.¿Algunapregunta?

Ambosdijeronqueno.—Muybien.Debéisdepositareldineroeldíaquevengasadejar la

muestra—sedirigióaBrianespecíficamente—.Estossonloshonorariosquedebéispagar.Tambiénhabréisde rellenarestos formularios,quenoson sino los contratos por los procedimientos. La recogida de losovocitos de la señorita... —leyó el apellido— Mine ya está en nuestro

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poder. Esmás, nosotrosmismos realizamos el procedimiento y ella hadejadotodoestipuladoconsuabogadoespecialistaenbioética.Sedebenfecundar con sus espermatozoides, señor Moore, con la finalidad deconseguir un bebé modelo para usarlo como donante de su hermanomayor.

—Sí. Nos pondremos en contacto con nuestra abogada y ella seencargarádetodo.

—Perfecto.Salieron de la consulta muy silenciosos. Agobiados, huidizos,

asustados.EnelcaminohastalahabitacióndeAaron,solosedirigieronlapalabraparadecidir si ibanalhotel.Ningunomanifestónadade todo loexpuestoenaquelconsultorio.

—¿CreesquepuedesquedarteconAaron,Esther?—preguntóBrian.Lostresestabanfueradelahabitaciónconversando.

—Porsupuesto.¿Vatodobien?—Sí,todobien—aseguróél.—¿Seguro?Porquevenísconunacaralosdos...—Todo bien—la tranquilizóAlexa—.Es solo que hemos recibido

demasiada información de golpe y nos gustaría ir al hotel a repasarla.Tenemostodalaconsultagrabada.

—Pero,¿hayalgúnproblema?—No,noeseso.Simplemente,quenoestanfácilcomopensábamos;

se trata de un proceso bastante complicado. Pero lo lograremos,Esther.Notepreocupespornada.

EntraronparadespedirsedeAaron.—¿Porquétevas,Brian?—Deboiratrabajar,hijo.Yloharédesdeelhotel.—Por la tardevolveremosparaqueEsther pueda ir a descansar un

rato—establecióAlexa.—Estábien—dijoelpequeñocabizbajo.—Eh, y prepárate porque cuando vuelva pienso ganarte todos los

partidosalaPlayytodaslascarreraseneljuegodemimóvil.—Yaver si leemosunpocoyhacemos también losdeberesque te

dejómissPiper—acotóAlexa.—Perohaytiempo—sequejóAaron.

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—¿Hasvisto?Yotehedicholomismo—afirmóEsther.—Menosmalquetúyyoestamosparaponerordenenlavidadeeste

muchachito,Esther,porquesifueraporellosdos...Brianseacercóylehablóensecretoaloído.—Yo te ayudo con los deberes cuando vuelva y luego jugamos. O

AlexayEstherseenfadaránconlosdos.Chocaronlospuños.—¿Quécuchicheáis?Aaronnegóconlacabezamientrassereíapícaramente.Encuantollegaronalhotelsemetieroneneljacuzzi,yBrianpusoel

audiograbadoenelconsultoriomédico.—Lolograremos—dijoélconvencido.—Yotambiénestoysegura.Brianapagóelaudio.Estabasentadotrasellaylateníaenvueltaentre

susbrazosytambiénconsuspiernas.Lamovióparaquequedasenfrenteafrenteyelaguaborboteóalrededordeellosformandounaespiral.

—Estamañana,cuandosalí,nofuialacafeteríacomotedije.—¿Ah,no?—No.Fuihastalaoficinaderegistroquecorrespondealadirección

delhotel.Queríaaveriguarcuáleseran los requisitosparacasarnosaquíenLondres.

»Medijeronquesenecesitaunapruebadesietedíasdepermanenciaininterrumpida en el distrito registrador elegido. También algo queacreditenuestra identidad.Puedensernuestrospasaportesodocumentos.Luegohayquepagarlastasasaplicables,ypresentarnoscondostestigosmayoresdedieciséisaños.

—¿QuierescasarteaquíenLondres?¿Lejosde todosnuestrosseresqueridos?—dijoellaconlosojoscomoplatos.

—QuieroregresaraEstadosUnidossiendotuesposo.Ellasesorprendiódesufranqueza,aunqueenrealidadyaeranpocas

las cosas que de él le sorprendían; Brian era el paradigma de laimprovisación.

—Maminava amatarme si lo hago sin avisarla.Ella siempre soñóconestemomento,pornohablardeOliviayEdmondcuandosepanquenoleshemosavisado.

—De Olivia me ocupo yo. Por ella no te preocupes. ¿Qué dices?Pasadomañanasecumpleunasemanadesdequeestamosaquí,asíqueya

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estaríamosencondicionesdehacerlo.—Brian, ni siquiera tengo un vestido bonito. Lo mínimo que toda

mujeranhela.—Compraremos uno. Te prometo, además, que cuando todo esto

acabeharemosunagranfiestaenEstadosUnidosynoscasaremosporlaiglesia de la forma en que tú quieras. Y lo mejor de todo, con Aaronrecuperado.

Eljuntóambasmanosamododesúplica.Laspalabrasconteníantantaemociónqueellasesintióplenamentehalagada.

—Porfavor,acepta.Dimequesí.—Esincreíbleelpoderdeconvicciónquetienessobremí.Estábien.

Loharemoscomotúquieres.—Gracias,gracias,gracias—expresómientraslabesuqueaba.—Almenosmehasdadodosdíasparaprepararnuestraboda.¿Crees

queeldoctorRogersdejarásaliraAaronparaquenosacompañe?—Sí,lodejará.EldoctoryEstherseránlostestigos.—¿Cómo?—Yahehabladoconellosyhanaceptado.—O sea, ¡que soy la última en enterarme que pasado mañana me

caso!—Élasintiórisueñoconlacabeza—.Notienesremedio,Brian.Alexa le salpicó los ojos con agua y él la acercómás a su cuerpo

hastaquelatuvopegadaaél.Labesóinterminablementeyluegolehizoelamor.

Falto de aliento por la forma demencial en que la había amado, seretiródeellaysepusodepiecomosideprontohubierarecordadoalgoquenopodíaesperar.

—¿Adóndevas?—Ahoravuelvo.Mefaltaalgo.—Estásempapado.¿Quétefalta?Desnudo y chorreando agua, salió del jacuzzi. Su cuerpo apareció

comoungranconjuntodemúsculosysedeslizóconlaarroganciadeunfelino, sin preocuparse siquiera de secarse. Se lo oía corretear por lahabitaciónbuscandoalgoyAlexa,curiosa,selevantódelagua,cogióunatoallaylaenroscóensucuerpo.Estabaconunapiernafueraylistaparasalircuandoélentrócasidesbocado.

Dicenqueunresbalónnoescaída,peroenestecasosílofue.Sin poder evitarlo debido a las prisas, resbaló en el charco que él

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mismohabíadejadoalsaliryfueaparardebrucescontraelsuelo.CayójustoalospiesdeAlexa.

La postal del momento era verdaderamente muy graciosa: Brianestabadesnudo,enelsuelocuanlargoera,yconunacajadejoyeríaenlamano, a la que había tenido que pillar al vuelo para que no terminaradentrodelabañera.

—Séquelonormalesconunarodillaenelsuelo.Pero,yasabes,nomecaracterizoporsermuyrománticoy,porlogeneral,megustaromperbastante las reglas. Así que... rubia, tendrás unamuy buena anécdota decómoteentreguéelanillo:deculoenelsuelo.

ÉlabriólacajarojaconlasletrasdeCartierydescubrióunsolitariocon un diamante de talla brillante engastado en el centro, que estabaentrelazadoporlaCdelamarcayrodeadoporvariasfilasdediamantesmás pequeños alrededor de la banda. Era una pieza bellísima y deeleganciaabsoluta.

Sin poder disimular su admiración, Alexa se cubrió la boca y,emocionadahasta el llanto, extendió sumanopara que él le colocara lasortija.

Laadmiróunbuenratoyluegoledijo:—Estohadebidode costarte una fortuna.Con todos losgastosque

tienes...Noeranecesarioalgotancostoso.Briansepusodepieylaagarródelacintura.—Ya que no tendrás una boda soñada, es lo mínimo que podía

regalarte.Yporeldinerononospreocupemosmás.Yaveremoscómolohacemos para pagar todo lo que hay que pagar. Encontraremos unasolución.

—La vida que estamos construyendo juntos es mi mayor regalo.Nuncacreíquellegaríamosatanto.

—Niyo.

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33

«Elfuturotienemuchosnombres.Paralosdébilesesloinalcanzable.Paralostemerosos,lodesconocido.Paralosvalienteseslaoportunidad.»

VICTORHUGO

Alexa había salido de compras. Estaba ilusionada probándose vestidos,zapatosytodoloquenecesitabaparalaboda.LamentabamuchonoteneraOlivia,aEdmondyamaminajuntoaella,peroestabaseguradequetodossabríancomprender.

Aprovechando que ella no estaba,Brian había llamado aNoah porteléfono.Sentíaquesupechoibaaestallarsinohablabadetodoloqueleestabapasandoconalguien.Sesentíaparadosobreuncampominadoenelque no podía darse el lujo de dar un paso en falso. Esa sensación deexposiciónno era porqueno estuviera segurode lo quedebía hacer.NimuchomenossetratabadelpasoqueestabaapuntodedarjuntoaAlexa.Nadateníaqueverconlossucesosdesuvida,sinomásbienconelmiedodenopoderprotegeraquienesahoraestabanbajosuresponsabilidad.

Nadaeraseguro.SuvidayladeAlexa,quiensehabíatransformadoensuvaliosacompañera,estabaseñaladaporporcentajesydatosmédicosnadacerteros.Salvarasuhijosehabíavueltosuprioridad.

—Nopuedocreertodoloquemeestásdiciendo.—Créelo. Yo estoy empezando a asimilarlo. Todos estos días he

estadoviviendodentrodeunamalditapesadilla.Saberquetengounhijoyalmismotiempoenterarmedequeencualquiermomentopuedoperderlo,noselodeseoanadie.Aaronesunniñobrillante,yverlopasarportodoestoasucortaedadmeponelapieldegallina.Mequitaelalientotenerlacertezadequenadadeloquepuedohaceresverdaderamenteseguroparadevolverlesucalidaddevida,peroaunasínopuedodejardeintentarlo.

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—Pero,¿cómoestáelniño?—Sualopeciaporlaquimioterapialohaceparecermuyfrágil,claro;

másalládeeso, tieneanemia,unconsecuencia lógicadel tratamiento.Ycuandollegué,tuvounagraveinfecciónqueporsuertesepudocontrolar.Todo son efectos secundarios, ya que la quimio destruye células de sumédulayesosesumaalasqueyanolefuncionan.Secansaconfacilidad.Díasatrássequejabamuchoporqueledolíanlosmúsculosyloshuesos.Ahora parece haberse recuperado. Ayer le aparecieronmoretones en lapiel. A medida que pasan los días me voy asombrando de latransformación de su aspecto.Y lo peor de todo es que es como lucharcontraunfantasma:sesabemuchodelaenfermedad,peronadadeloquesepuedahaceresseguro.Setratadeunprocesoincierto,porque,apesardequeenmuchaspersonaslostratamientosfuncionan,enotrasno.

—No puedo creer que cuando volvisteis a veros Rebecca no te lodijera.¿Cómopensabaconseguirtusemensinohablabacontigo?Ysilohacía,¿cómocreyóquepodríadesaparecerdetuvida?

—Mehe hecho esa pregunta desde que llegué yme enteré de todo.Hacecasiunasemanaquenopuedohacerotracosamásquepreguntarmeeso.Ysigosinencontrarleexplicación,aunquesemeocurreque talvezella iba a arriesgarse a quedar embarazada sin que yo lo supiera. Unhermano “histocompatible” es lo ideal, pero supongo que lo habríaintentado con uno que no fuera de diseño. Sabiendo cómo era mi vidaantesdeestarconAlexa,creoquetalvezhabríaconseguidometermeensucama.

—Yotambiénestoysegurodequelohabríaconseguido.—Rebeccaestabaconvencidadequeyonuncaquerríasabernadade

Aaron. Cuando mis padres la enviaron aquí, sacándose el problema deencimaentodoslossentidosdelapalabra,ellaserefugióensusoledadyensuhijo.Peroensucorazónanidóelrencorhacianosotros.Mesientouna basura por saber que durante tantos añosmi hijo ha crecido sinmicariñoysinmiprotección.

—Noteculpes.Nopodíashacernadaanteloquedesconocías.—Losé,perolaculpaestáahíapesardetodo.Inclusolaúltimavez

quehabléconellaledejéclaroquepensabaquehabíasidomejorqueesebebénohubieranacido.Yo...siemprepenséqueellanoqueríatenerlo.Poresointentéconvencerlaparaquenosesintieraculpable.Siellamehubieracomentadoladecisiónquehabíatomado,másalládemiinmadurezymis

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miedos, no la hubiera dejado sola. Habría estado por ellos de lamejormaneraposible.

—Mehasdejadosinpalabras,Brian.Ereselpadredeunniñodesieteaños. Perdona, pero aún no puedo hacerme a la idea. No me imaginosiquierayo con esa responsabilidad enmis espaldas, pero séque sabrássobrellevarla.

—Teasombraríasdelocambiadoqueestoy.Loquiseencuantolovi.Antesdequemeconfirmara lamujerquelocuidaqueeramíoyoyalosabía.Yaunquealprincipiomeasustémuchoysalícorriendo,ahorasoloquieroestarasulado.Estoymuyagobiadoportodo;tambiénestátodoelpapeleo del cambio de nombre.Y lomás importante: ver de qué formaconsigoeldineroparatodoeltratamiento,porquetengotodoinvertidoenelrestaurante.

—Despreocúpateporeso.Yote lodoyycuandotevayabienmelodevuelves.

—No te lo estoy contando para eso. Te juro que ni se me habíapasadoporlacabezapedírtelo.Solodeseabacompartircontigoloquemeestápasandoporquevoyavolverme lococon tantosproblemas.AunqueAlexa es una roca para mí, necesitaba contártelo; a ella no quieropreocuparla.Derepente,mesientoresponsableportodo.

—Mealegraquemehayasllamado.Sabesquesiemprepuedescontarconmigo, pero me ofende que no hayas pensado en pedirme el dinero.Somosfamilia,Brian.Siyolonecesitase,¿túnomelodarías?

—Por supuesto, pero entiéndeme, Noah. Se trata demi autoestima.Necesitosaberquepuedoserelsosténdemifamilia.

—Mira, no es momento para medir tu suficiencia. Tu hombría nopasaporqueaceptesonoayuda.Tómalocomosienvezdeseryoquienteestádandoeldinero,fueseunpréstamobancario.Ydéjatedetonterías.Envíamelasumatotalquenecesitasytehagounatransferenciaatucuenta.Tengo muchas ganas de conocer a mi sobrino. Olivia va a morirse deamorcuandoseentere.

—Deesoquierohablarte.Porcierto,¿cómoestá?¿havueltoatenerpérdidas?

—Porsuertetodomarchamuybien.Yaseestáempezandoanotarlabarriga.Estoytanansioso...

Continuaron hablando casi otra media hora más, planeando,concertando,ajustandodetalles.

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—Bien,entonces.¿Tehaquedadotodoclaro?—Sí,quédatetranquilo.Yomeocupodecumplircontodoloqueme

has pedido. Estoy seguro de que las cosas saldrán a pedir de boca.NosmantenemosconectadosporWhatsApp.

—GraciasNoah.Sabíaquepodíacontarcontigo.

Eldíadelaceremoniacivilhabía llegado.Yaestabalistay lehabíaenviado un mensaje a Brian para avisarlo. Aaron y él estaban en lahabitacióncontiguacambiándosetambién.

—¿Cómoestoy,Esther?—Estáspreciosa.Créeme.El sonidodelgolpeteoen lapuerta lapusoalerta.Seguramente era

Brian,queveníaaporellaparabajaralsalóndelhoteldondeeljuezloscasaría.

Respiró hondo. Estaba emocionada. Cuando abrió la puerta, quedóasombradaante laeleganciade suhombree intimidadapor suporte.Segiró tímidamenteparaqueél también laadmiraradearribaabajo.Alexaresplandecíadentrodeunvestidoblanco,corto,conunavaporosafaldaentuldeencaje.Sutallesepresentabamuyceñidoporuncorséincorporado,deescotepalabradehonor,queseadvertíabajolatransparenciadelrealceen tul, bordado con cuentas de perlas en el busto; en la espalda, unprofundo escote en forma de V remataba en una faja drapeada queacentuabasucintura.

Habíaelegidoparalospiesunassandaliasdetacóncontirascruzadasde la colección Jimmy Choo Nupcial, que embellecían sus pies sinflorituras,conunatalonerayunahebilladecristales.Estabapeinadaconondas bien definidas, sueltas, y en la cúspide de la cabeza se habíarecogidoalgunasmechas.Paracompletar lavestimenta llevabaunbolsodemanobordadoenperlasconunanillodecristalescomocierre.

—Eres la novia más hermosa. —Brian la recorrió con la miradamientrasselacomíaydesnudabamilvecesconlosojos—.¿Quéopinas,Aaron?

—¡Guau!Parecesotra.Estásmuyguapa.—Muchasgracias.Vosotrostambiénestáismuyelegantes.Aunque era un traje grisOxford el queBrian había elegido, no se

veíanadaanodino.Elcorteperfectoyamedida,encombinaciónconlos

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ribetes de seda de las solapas, le daban un aire presumido. Lo habíaacompañadoconunoszapatosnegrosdecordón,camisaypañueloblancoyunacorbatalisadecolornegroconmuchoestilo.Aaron,porsuparte,vestíauntrajedelmismocolorqueeldesupadre.Laúnicadiferenciaeraque en vez de corbata llevaba una pajarita de color negromoteada porlunaresblancos.

Brian teníaunamano tras laespalday lamostróenelmomentodeentrar.

—Toma.Estoesparati.Lomandéprepararenlafloreríadelhotel.—Un ramo de novia, Brian. No lo había pensado. Gracias por el

detalle.Ellacogióelclásicoramo,queestabarealizadoconfloresdecolores

suaves y delicados para no llamar demasiado la atención y no hacerlesombraalabellezadelvestido.Rosas,peoníasyliriosloconformaban,yhacíandeélelcomplementoideal.

—Ahorasílotienestodo.—Vamosbajando,mihombrecito.EldoctorRogershadichoqueestá

enelvestíbulo.DejemosaBrianyaAlexaunratitosolos—sugirióEstherparadarleunosminutosdeprivacidadalapareja.

—Gracias,Esther.Notardaremos.Apenasquedaronsolos,éllatomóporlacinturaylebesóelcuello.—Estás preciosa,muy hermosa, increíblemente hermosa—ratificó.

Nolesalíanmásadjetivos.—Tútambiénestásmuyguapo.Eresunsueñoparatodamujer.Eres

misueñohechorealidad.—Ytúelmío.—¿Estásnervioso?—Deseoso. Tengo ganas de oírle al juez proclamar que eres mi

esposa.Casimejorquebajemosdeunavez.¿Teparece?—Tal vez tendríamos que haber llamado para contarles lo que

estamosapuntohacer.Creoquedebistedejarqueavisaraamamina,aOliyaEd.

—Les daremos la sorpresa más tarde. Será mejor. Confía en mí.Ahoravamos.Nohagamosesperarmás.

Entraron en una de las salas que normalmente se usaban para lasreunionesde trabajoyquehabíanacondicionadopara lacelebracióndelmatrimonio.Brianhabíamandadoponervarios jarronesconfloresyun

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escritorio donde el juez oficiaría la ceremonia. En otra de las esquinashabíaunamesaconalgunosbocadillosparadegustardespuésdelaboda.Enfrente, a la izquierda, una pantalla gigante donde se les podía verentrandode lamano.Yen laestancia,Esther, eldoctorRogersyAaronacompañadosporeljuez,elfotógrafoyuncámara.

DefondomusicalsonabaTheCalling,quecantabaWhereverYouWillGo.[6]

—Oh,Dios.Vas a conseguir hacerme llorar.Has pensado en todoslosdetalles—ledijoellaentredientes.

—Nollores,rubia.Todoespocoparaagasajarte.Queríaqueapesarde la sencillez tuvieras unmomento especial para recordar este día. Suimagenproyectadaenlapantalladeprontocambió,yaparecieronOlivia,Noah,EdmondymaminasentadosenelsalóndelacasadeOli.

Alexasecubriólabocaylaslágrimasfueronirrefrenables.—Chis, chis, no llores. Se te va a correr el maquillaje y estás

preciosa.Alexaseabanicabaconsumano.Eraimposibledetenerlaemoción.—¿Cómo quieres que no llore, si me has dado la sorpresa de mi

vida?Hashechotrampas,Brian.Sisemecorrelamáscaraparapestañayenlasfotosparezcounpanda,seráportuculpa.

—Voy a matarte cuando te tenga a mano. A ti te lo digo, Brian.¿Cómomehacesesto?Amí,quesoytuúnicahermana.Habríaviajadosimehubierasavisadocontiempo,perotúnuncahaceslascosasnormales.Y qué decir demi querida amiga:Dios los cría y ellos se juntan—losregañóOliviaapesardelaemoción.

—¡Ay, Dios! ¡Lo has conseguido! —exclamó Edmond—. Hasatrapado al adonismás codiciado. Las revistas van a odiarte por bruja,Alexita.Esteanonimatonoteloperdonaránadie.

—Mi amor, aunque no esté ahí contigo, no importa. Lo único quedeseoesque seasmuy felizy séqueasí seráporquea tu lado tienesungranhombre—ledeseósuabuela,quetambiénestabamuyemocionada—.Estáspreciosa.Ereslanoviamásbelladelmundo.

—Osquiero.Gracias por estar ahí.Nopuedo creerlo—dijoAlexamientrasarrojababesosalapantalla—.Nipregunto,porqueyaséqueestoes obra tuya y de Noah.—Brian le guiñó un ojo y la besó—.Gracias,Noah.Eresunmuybuenamigo.

—Enbreve,tuconcuñado—lacorrigióMiller.

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—Gracias por ayudarme con esta sorpresa, amigo. Eres un genio.Todohasalidoperfecto.

—Losé—aseguróNoahsindesmentiraBrian—.Niteimaginaslosgritosquehandadocuandooshanvistoaparecer.Nopuedocreerloqueestoyviendo.Quieroveryescucharcuandodigas«sí,quiero»;hastaquenopronuncieslaspalabrasnolopodrécreer.

Todosrieron.Comoelmomentoeramuyinformal,Brianlepidióaljuezquepor

favorcomenzara.Un pequeño discurso acerca de los deberes y obligaciones en el

matrimonio, y de inmediato elmagistrado formuló las palabras y votosreglamentariosparaqueelmatrimonio fuera legal.Luego, formalmenteles pidió a cada uno el consentimiento, a lo que contestaron: «Yes, Ido!».Actoseguidopermitióqueambosintercambiaransusvotos,palabrasquecadaunohabíapreparadoparaobsequiaralotro.

—Aaron—Brianllamóalniñoylehizounguiño,yesteseacercóentendiéndoloalaperfección.

Metió lamanitaensubolsilloysacóunacajade joyeríaqueAlexareconociómuybienporqueeraexactaa laqueBrian lehabíaentregadodíasatrás.Elpequeñolaabrióyaparecierondosalianzasdeplatino,unaconunsemipavédediamantesenlabanda–ladeAlexa–queBriancogiópara colocarle en el dedo junto al solitario del que ya le había hechoentregadíasantes.Aclarólagargantayleregalóunasbonitaspalabrasdeamor:

—Te doy este anillo como símbolo demi amor, y lo pongo en tumanoconfelicidadyorgullo.Séquenoescasualidadquenoshayamosconocidoytampocoloesquenoshayamosenamorado.Prometoestaratulado siempreque lascosas sepongandifíciles,porque sinosapoyamosnonoscaemos.—Briancitólamuletillaqueellossiempreempleaban—.Con nuestros seres queridos como testigo prometo ser tu amigo, tucompañeroytuamantefielporelrestodelavida.

Se escucharon risitas generalizadas y aplausos, y entonces fue elturnodeAlexa,quecogiólaalianzaelaboradaconundiamanteengastadoen la banda y, junto a este, la inscripción grabada de Cartier. Deinmediato,selacolocóeneldedo.

—Teentregoesteanillocomopromesadeamoreterno.Tepidoquete quedes siempre a mi lado y, a cambio, te prometo que seré tu fiel

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compañera, amante y confidente el resto de tus días. Estoy dispuesta acrecerjuntoatiyacumplirtodoloquesoñamosjuntos.

Intercambiados los anillos, el juez formuló la declaración delmatrimonio y ambos se fundieron en un beso y un abrazo que hizodesaparecer todo lo que estaba a su alrededor.DesdeEstadosUnidos seoíaeljolgoriodesusamigos,aclamandoporsufelicidad.Firmaronellosylostestigoslasactasdelmatrimonioyluegoelmagistradosedespidió,trasdarporfinalizadalaceremonia.

EldoctorRogersyEsther seacercarona saludarlos,y luegoBriancogióentresusbrazosaAaron,tomóaAlexaporlacinturayseacercóalacámaraparahablarasuhermana.

—Oli, quieroque conozcas a este hombrecillo.Se llamapor ahoraAaron Mine, pero muy pronto llevará también mi apellido. Así que,aunqueaúnnoesformal,tepresentoaAaronMoore.

Olivia no entendía nada. Su cerebro no podía comprender del todolas palabras que había formulado su hermano. Noah le apretó la manoparacontenerla.

—Luegotellamoyteexplicobien.OdileaNoahquetecuente.Éltesacarádedudas.—Oliviamiróasumaridoconciertoreproche.

—Noteenfades.Meenterédetodoayeryerapartedelasorpresa.Nopodíadecirtenada.

—Asíes.Debíaguardarelsecretohastahoy,peroahorasaludaatusobrino,Olivia—lainstóBrian.

—Hola,Aaron—dijoelladubitativaymuyafectada.—Saluda,Aaron.Estutía.Oliviaesmihermana—leexplicó.—¿Debodecirletía?Todossonrieron.—No,cariño.Comoconmigo,debesacostumbrarteaquetienesuna

tía,asíqueconquelallamesOliviaessuficiente.—Hola,Olivia.—Mira —Brian continuó con las presentaciones—. El que está al

lado de mi hermana se llama Noah. —Miller levantó la mano con elpulgarhaciaarriba.

—Hola,campeón.—Aaronimitósusaludoenretribución.—Y además de ser mi mejor amigo, es el marido de Oli. El otro

señorqueestájuntoatutíaessumejoramigoytambiéneldeAlexa;lostressoninseparables.

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—Hola,precioso.Erestanguapocomotupadre.—Hola. ¿Por qué habla raro? —preguntó el niño sin pelos en la

lengua.—Tienes razón. Edmond es raro y ya no lo disimula.—Todos se

carcajearon—.Otrodíateexplico,peroyaloconocerásmásysacarástuspropiasconclusiones.

—Teprohíboquemepongasmotes;teconozco,Moore.Notepasesconmigo.Cariño,nosoyraro.Essoloquetupapáesdemasiadomacho.

—Basta,Ed.Dejadeconfundiralniño—loregañóAlexa.—¿Es gay? —preguntó el niño con total sinceridad hablándole al

oídoaBrian.—Sí,esgay,peronodebesdecirlobajito.Edmondtecaerámuybien

cuandoloconozcas.Nodebestenerprejuicios.—Sí,miamor.Soy tu tíogay.En todas las familiassiemprehayun

maricayungordo.Yonosoygordo—dijoseñalandosucuerpo—,perosoymarica.

—Cálmate, Ed. Ve despacio, que Aaron nos acaba de conocer. Leestásdiciendoqueeressutíoylolías.

—Bueno,soytutíopostizo.Elniñoesinteligente,Olivia,yselevecreciditoparasabercomprender.

—Bien.Sigamosconlaspresentaciones—interrumpióBrian—.¿Vesaesaseñoraqueestáahíllorandoamocotendido?—Aaronasintióconlacabeza—. No lo hace porque esté triste sino porque está muy feliz yemocionada de que Alexa y yo nos hayamos casado. Es la abuelita deAlexa.

—¿Tienesabuela,Alexa?Yonotengoabuela.Alexatomóaireyleexplicó:—Sí, tienes una abuela,Geraldine, lamamá deBrian.Algún día la

conocerás.Tambiéntienesunabuelo,Benjamin,supapá.—Ah.—El niño intuyó que algo no iba bien con ellos, así que no

preguntómás.—Bien. Ahora quiero presentaros al doctor Rogers, el médico de

Aaron,quemuygentilmentehaaccedidoasernuestrotestigodebodas.—Hasidounplacer.Encantado.—YellaesEsther,quecuidaaAarondesdequeeraunreciénnacido.

Además,eramuybuenaamigadeRebecca.Oliviaadvirtióquesuhermanohablabaenpasadoperonodijonada.

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SoloesperabapoderhablarconMillerparaquelainformaradetodo.Noahhabíadesaparecidodelahabitación,ycuandoregresólohizo

conunabotelladechampánycopasparabrindarconlosreciéncasados.Hicieronunbrindisvirtualy,cuandoEllaEyrecomenzóacantarWe

Don’tHaveToTakeOurClothesOff[7],AlexainvitóaBrianabailarconella,paraseguirconlatradicióndelasbodas.

—Es cierto lo que dice la canción.Y, aunque amo estosmomentoscontigo...—se acercó a su oído—, sigo prefiriéndote desnuda y si estásdebajo de mí mejor aún. —Ella sonrió y negó con la cabeza—. Terecordaréestacancióncuandomepidasquevayamásrápido.

—Unpocoderomanticismoenestedía,señorMoore.—Deacuerdo,señoraMoore.Comoustedlopida.Brianlacogiódelamanotrasapartarladesucuerpoylahizogirar.

Quedódetrásdeellamientrassemecíaalcompásdelamúsica.Despuésvolvióahacerlagirarylainvitóarealizaralgunospasosdebaile.

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34

«Somosfácilmenteengañadosporaquellosaquienesamamos.»

MOLIÈRE

—Alexayyo tenemosqueviajar aEstadosUnidos.Teprometo,Aaron,queencuantoeldoctorRogersteautoriceaviajarvendrásconnosotros,peroporelmomentodebespermaneceraquí.Esthersequedarácontigo.

—¿Ycuándovolveréis?—Alexavendráantesqueyo,porquetengoquetrabajar,Aaron.—Tengomiedodequenovolváis.—Nodebespensareso.Claroquevolveremos—leaseguróAlexa.—Mimamá también me dijo que volvería y, sin embargo..., no lo

hizo.—Aaron,nodebemosserpesimistas.Loquelepasóa tumadrefue

unaccidente.Notieneporquévolverapasar.—Volvedpronto,porfavor.ElniñoseagarróalcuellodeBrian.—¡Noquieroquetevayas,papá!Noquieroquemedejessolo.BrianmiróaAlexa.EralaprimarevezqueAaronledecíapapá,yse

veíamuyafectadoporsupartida.—Hijo, debes calmarte, por favor. No llores, no estésmal, porque

entoncesyotambiénloestaré.Comprendotusmiedos,pero...¿yquéhayde losmíos?Yo también tengomiedo.Lospapás también tenemos.Oyeesto.No llores ymírame.—Brian le secó las lágrimas al pequeño y lomiró fijamente para hablarle—. ¿Me prometes que te cuidarás? —Elpequeño asintió—. ¿Y cómo sé yo si en verdad lo harás y no te pasaránada?Tengoqueconfiarentupalabra,¿verdad?—Aaronvolvióaasentir—.Deesosetrata.Debemosconfiarelunoenelotro.

—¿Nosacompañasalasalida?—lepreguntóAlexa.

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ElniñodijoquesíaregañadientesyBrianlollevóacaballitoensuespalda,agarradoasucuellocomounagarrapata.

—Ahora sí. Es hora de despedirse. Te pido tu palabra de hombre.Prométemequetecuidarásparaqueyonomevayaasustadoypensandocosasfeas.

AaronhabíapasadodelaespaldadeBrianasucadera.—Loprometo,yvosotrostambiéndebéisprometerlo.—Muybien—dijoAlexamientrasextendíasumano.BrianpusosumanosobreladeellayAaronpusoladeélsobrelade

ambos;Alexapusosuotramano,yAaronvolvióaposarlasuyadivertidoyentoncesBrianbajóycerrólapromesaconladeélporencima.

—En los tiempos malos y en los buenos siempre juntos —Alexaformuló las palabras—.Hoy prometemos que jamás dejará de ser así yquetodosnoscuidaremosparaqueningunodenosotrosseangustie.

Sin poder contenerse, Aaron se puso de puntillas y los agarró aambos por el cuello.Brian extendió sus brazos.Los abrazó a los dos yentreélyAlexalevantaronalniño.

Trasunvuelodecatorcehoras,llegaronaFortLauderdale.CogieronuntaxiyfuerondirectamentealamansióndelosMoore.

—¿Noquieresirsolamentetú?Creoqueseríalomejor.Temoquetupadresealtereylesientamal.

—Te necesito a mi lado. Deberán aceptar que eres mi esposa.Necesitohablarconellosde todo,ysacar laspertenenciasquequedarondeBeccaenlacasa.

Alexasuspiróestentóreo.—Ambossabemosquepasaremosunmalmomento,yteprometoque

noesporevitarloporloquenoquieroir,porqueestamosjuntosentodo.Peromepreocupatupadre.

LlegaronalamansióndeLasOlas.Eracasimediamañanacuandosepersonarondirectamentedesdeelaeropuerto.Brianentróconsusllavesysorprendióasuspadrestomandoeldesayuno.IbaconAlexadelamano.

—Brian—dijoGeraldineallevantarlavista.Benjaminbajóeldiarioylosmiróporencimadelamonturadesuslentesdelectura.

—Buenosdías—saludaronBrianyAlexa.Ellasepegóalcuerpodesu esposo un tanto escondida tras su espalda. Deseaba poder pasar

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inadvertida, pero sabía que eso era imposible amenos que un truco demagialahicieradesaparecer.

—Yahasvuelto.¿NoestabasenLondres?—preguntósupadre.—Hemosvenidodirectamentedesdeelaeropuerto.Benjamincontinuóleyendo.—¿Estabas con ella enLondres?—indagóGeraldinemirándola sin

ver.—Porsupuesto.Necesitamoshablar.—Estamos desayunando, Brian —contestó Geraldine sin querer

hacerlecaso.—Yaloveo.Peroesnecesarioquelohagamos.Benjaminbajóeldiariodemalagana,locerróysepusodepie.—Siesalgodelaempresavayamosamidespacho.—Entreotrascosastambiéndeseohablardelaempresa,peronoveo

elmotivo por el que tengamos que hacerlo en tu despacho. Aquí todossomosdueñosdelosastilleros.

—Todosno.Brianmiróasumadreparacensurarla,peronolecontestó.—Alexa,Geraldine,papá,vayamosalsalón,porfavor.—Ya has interrumpido nuestro desayuno. Ahora habla —dijo

impaciente su madre al tiempo que se sentaba y cogía una revista parahojearla.

—Lamento deciros que no podré seguir haciéndome cargo de laempresa.

—No puedo creer que una mujer tan insignificante como ella tearrastre a hacer cosas que no benefician a tu familia —dijo su madremientrasarrojabalarevistasobrelamesabaja.

—¡¿Puedescallartedeunaputavezyescucharme?!YdejadeatacaraAlexa, que no tiene nada que ver. ¿Qué mierda te pasa, Geraldine? Tecrees superioryellaes,de todas todas,muchomásmujerque tú.Ypormuchasrazones.

—Estamujer teha sorbidoel cerebro.Mira cómome trataspor suculpa.

—Basta,Brian.Mevoy.Nopuedotolerarquemetratenasí.Sabesquenolomerezco.Meestoyaguantandoporti,perotodotieneunlímite.

Alexaselevantóparairse.—Eres una grosera —le gritó Brian a su madre. Benjamin

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permanecíainmutablesentadoconlasmanosentrelazadasyconexpresiónaburrida—. Alexa, espera. No te vayas. —La cogió por la muñeca—.Deberíasaprendera tratarlacon respeto—ledijoasumadremirándolacon aire de reproche—. Aunque Alexa no venga de una familiaacomodada, esmejormujer que tú y no dudo de que también será unamejormadre.

—Noséquéinstintomaternalpuedetenerunamujeralaquedejarontirada.

—Brian, deja que me vaya. No quiero ser grosera, pero lo van aconseguir. Voy a estallar y no quiero; por ti y por Olivia no quieromandarlosalamierda.Voyadecircosashorribles.Meconozco.Déjame.

Brian continuaba forcejeando con Alexa mientras le gritaba a sumadre:

—Ella no es como tú, que solo tuviste a tus hijos para cobrar tuherencia.¿Teatrevesajuzgarla?Eresunahipócrita.Discúlpate,Geraldine.

—Antesmuerta.—Discúlpateconmiesposa.—Yatedijeunavezqueesoserásobremicadáver.Jamástecasarás

conella.—Te veo demasiado vivita y coleando para que me lo impidas,

porqueyamehecasadoconella.Brianlevantólamanoylesenseñólasalianzasdeambos.—¿Qué coño has hecho, Brian?—preguntó su padre, que se había

mantenidoalmargendelescándaloysepusodepie.—Oh, Dios. Te has vuelto loco. ¡Pobre Rebecca!—dijo Geraldine

horrorizada.—Sí, por supuesto. ¡Pobre Rebecca! Pero déjame decirte que es

demasiadotardeparaquetelamentesporRebecca.Hacemuchosañosquelavidadeellasearruinó,ytú, túyyo,fuimoslosculpables.Aunquenocreo que siquiera puedas sentir arrepentimiento del destino que urdisteparatodos.

—¿Podemosdejardediscutiryhablarcomopersonascivilizadas?—Benjaminintentabaencontrarunequilibrio.NecesitabaaBriandesuparteyencontrarlamaneradesacaraesaintrusadelcamino.

—Contumujeresimposiblesercivilizado.—Hablemosnosotros, entonces.—Hizoungesto con lamanopara

invitarloaquehablaseyfulminóaGeraldineconlamirada,rogandoque

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cerrara la boca—. ¿Por qué dices que no puedes hacerte cargo de laempresa?Tehascasado.Bueno,noleveoelimpedimento.

Brian se rio socarronamente. No podía creer lo avaro y codiciosoqueerasupadre.

—Lo único que te interesa es la empresa, ¿no? Y que tus cuentassigancreciendo.¿Enquémierdapiensas?¿Acasoharásconstruirtuataúdcondineroeldíaquetemueras?

SonóelmóvildeGeraldine.Mirólapantallayvioqueerasuamante.Aunquequisodisimularsunerviosismo,suhijolocaptó.

—Losiento.Continuadvosotrosconesto.Nomeinteresavernioírnadamás.

—¿Qué pasa? —le preguntó Brian de forma punzante—. ¿Es tuamanteelquetellama?Poresoahoratehacesladecenteyteescapas.¿Dequiéneselturno?¿Deljardinero,delpersonaltrainer,delbotonesquetellevalospaquetesodelqueteaparcaelcochecuandovasaBalHarbour?

—¿Cómoteatreves?—Ahora es el momento de su actuación —le explicó a Alexa—.

Siempreeslomismo.Siempremehascreídountonto.¿Vasasantiguartepor loquehedicho? ¡Ahno!Si túnocrees enDios, almenosnoen tucasa,siesparadarunabuenaimagenyresultaconvenienteanteelcírculodehipócritasqueterodea,tetransformasenladevotamásfiel,¿verdad?

—Estássiendomásgroseroquetumadre,Brian.—¿Másgroseroque ella?No lo creo—sacudió su cabezay se rio

irónico—.Aellanohayquienlehagasombra;bueno,depende.Túeresunbuencontrincante.

Brian estaba angustiado, desilusionado y harto de todo. Ya no leimportabanada.

Elmóvildesumadrevolvióasonar.—Atiende, Geraldine. Demuéstranos a todos lo grosero que estoy

siendo.Atiende.Ponelaltavozytápamelaboca.Hazquetepidadisculpas.Tejuroqueloharéderodillassiestoyequivocado.

—¡Basta,Brian,respetaatumadre!—gritóBenjamin.—Respeto,¿mepides respeto?¿Cuándomehabéisdadoejemplode

eso?Creo que esa lección de vida se os olvidó, porque para empezar apedirrespetoprimerohayquedemostrarloyvosotrosdosdejáismuchoque desear. Mírate. No eres más que un fiasco. Tu mujer te pone loscuernos en la cara y ni te inmutas. Tu usufructo en la empresa es más

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importantequecualquiercosa,¿verdad?»Terminaréis solos. Creéis que el amor se compra y estáis muy

equivocados.Esmuytristesaberquesiemprehabéisvividosinamor.—¿Quésabestúdelamor?—sentencióBenjaminalbordedeperder

todacompostura.—¿Tú sí lo sabes? ¿Acaso creesque esasmujerzuelasque te follas

estaríancontigosinofueraporlosregalosqueleshaces?Benjamin se puso de pie y amagó con darle un revés. Brian lo

enfrentóinmutable.—Basta,Brian.Basta,porfavor.Miamor.Telopidoyo.Basta.Esto

notehacebien.—Alexaloabrazópordetrásyforcejeóparaarrastrarlohacialasalidaantesdequelascosasterminaranpeor.Pretendíaquedejaradediscutir.

—Novoya irme,Alexa.Déjame.vanaoír todoloquehevenidoadecir. Estoy harto de pretender tapar el sol con un dedo como ellosprocuran.

—¿Estásoyendo,Benjamin?Ahorasequierehacerlacomprensivayllevárselo.

—Noentiendesunamierda,Geraldine.Quéequivocadaestás.—LaspalabrasmordacesypunzantesseevidenciaronenlabocadeAlexacomoadvertencia—.Tuhijohavenidoenbuscadeapoyo,detuabrazoydeldesupadre.—Entrecerrólosojossindisimularsurabia—.Notenéisniideadeportodoloqueestápasando—gritóAlexa,hartadetodo—.VamosabuscarlascosasdeBeccaynosvamos.Brian,telopidoporfavor.

—Tú no tocarás ninguna cosa de Becca—le advirtió Geraldine aAlexa—.¿Quiéntecreesqueeres?

—La que criará a sus dos hijos, porque Becca ha muerto en unaccidente. —El ímpetu con el que brotaron las palabras de la boca deBrianfuetalquesalierondespedidasdesuslabiosyexpulsópartículasdesalivaconellas—.Essencillamentelaquepondrásuvientreparasalvaralqueyatenemos.Beccanoabortó,ymihijohacrecidodurantesieteañoslejos demípor vuestra codicia, por el afándepoder, porque ese era elverdaderomotivoporelquenoqueríaisqueeseniñonacierayqueyonomecasaraconella.Esamierdade testamentoquedejómiabuelo fueuncastigopara todos,porquesolooshizomásambiciososde loqueerais.—Losmiróconrabiaydesprecio—.Ycomosiesofuerapoco—dijoenun estado de creciente frustración—, y no hubiera sido suficiente el

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castigo que le impartisteis al apartarlo de mí, ahora mi hijo tiene quelucharcontrauncáncer.

Todosenmudecierondepronto.Elsilencioinvadiólacasadeformasepulcral.

—No os interesa nada más que vosotros mismos. No espero nadavuestro, ni siquiera pretendo que os apiadéis de él. No creáis que hevenido a pediros nada. Siempre me he sentido un huérfano criado porniñeras, pero... yo seré mucho mejor de lo que vosotros habéis sidoconmigo.Seréunbuenpadreparamishijos.

Trasunapausa,Brianhizounarespiraciónprofunda.—Ahorasí—ledijoaAlexamirándolaalacara.Ellaestaballorando

y él recogió con el pulgar sus lágrimas—.Vayamos a por las cosas deBeccaynosvamos.

Estaban juntando todas laspertenenciasdeRebecca.Entre sus cosasencontraronfotografíasdeAaron,queBrianseparóyselasdioaguardaraAlexaensubolso.

—¿Estoquées?—preguntóAlexaintrigada.Ellateníaensusmanosellectorskimmerdetarjetasdecréditoconel

queBeccahabíaclonadolastarjetasdeGeraldine.Juntoaélencontraronplásticosparaimprimirtarjetasyunatroqueladoramanualparagrabarlosdatos.

Brian lo estudió y al instante se dio cuenta de qué se trataba. Paracerciorarsecogiósumóvilybuscóeninternetsieraloquesospechaba.

—¿Esoesparafalsificartarjetas?—preguntóAlexa.—Creoquesí.Esigualaeste.—Leenseñósubúsquedaeninternet—.

¿Dedóndelohassacado?—Estaba en el fondo del armario, dentro de una caja con candado,

peroestenoestabapuesto.Brianbuscóparaverquémáshabía.Para completar el pasmo del descubrimiento, halló tarjetas con el

nombredesumadre,ytambiéndocumentaciónfalsaconlafotografíadeRebeccaylosdatosdeGeraldine.

Empezóareírsedisparatadamente,contagiandoaAlexaconsuataquederisa.

—Novoyaensuciarsumemoria,perocómomegustaríamostrarle

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queBeccalerobó.Retomandolaseriedad,Alexapreguntó:—¿Porquécreesquelohizo?—Como te conté,Becca estaba enbancarrota.Supongoque lohizo

por Aaron. Teníamuchos problemas de dinero y seguramente con estoplaneaba pagar el tratamiento de nuestro hijo.Guarda todo en tu bolso.Saquémoslodeaquí.NoquieroqueAaronseentere jamásdeesto.Seránuestrosecreto.

—Notepreocupes.Jamáslosabrá.

Terminarondecerrarlasmaletasyestabanbajándolotodocuandodeprontoempezaronaoírsegritos.

—EseesNoah—dijoBrianreconociendodeinmediatosuvoz.Brianbajódesbocadoy,parahacerlomásrápido,saltólabarandilla

ylosúltimosescalones.Cuando entró en el salón, su cuñado estaba enajenado. Geraldine

intentabasacarlodeencimadesupadre,perosusesfuerzoseranenvano.Noahloteníaenelsueloyleestabadandotrompazos,comosifueraunsacodeboxeo.

Empleando toda su fuerza,Brian logróapartarlo.PeroNoahestabafuriosoynodejabadegritar.

—Notequierocercadenosotros.¡Olvídatedequesomosfamilia!Tejuro que si por tu culpa le hubiera pasado algo ami hijo o aOlivia, temataría.

—¡Dios,Noah!¿Quépasa?Cálmate.Geraldineayudóasumaridoalevantarsedelsuelo.Benjaminestaba

pálidoymuygolpeado.—Estotambiénespor ti—leanuncióNoahasuamigo—,paraque

notengasqueensuciartelasmanosconlabasuraquetienesporpadres.Seagachóyrecogióunsobredelsuelo.Alinstante,seloentregóasu

amigo.—Aquítienestodaslaspruebasquedemuestrancadatejemanejeque

estas personas —los miró con verdadera repugnancia— han llevado acaboparaalejartedeAlexa.

»Lachicaqueestabaentucamacuandodespertasteesamañanaeslaamantedetupadre.ViveenunapartamentoenMiamiqueélmantiene,y

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antes era su secretaria. Te puso un hipnótico en la bebida. Jamás teacostaste con ella. El tipo de la fiesta que abordó a Alexa también lopagaronellos.Nofuedifícil rastrearloy,además,esun idiotaquecantóencuantosevioacorralado.YlaenfermedaddeBenjaminquecasihizoqueOliviaperdieseanuestrobebéfueinventadaparaobligarteavenirymanejarteasuantojo.

»Yausted,queridasuegra,tampocolaquierocercadenosotros.Suinmoralidadapesta.Paraempezar,deberíaaprenderacerrarsuboca,yaelegir mejor a sus amantes o pagarles más, porque solo he tenido queextenderunchequeparadescubrirlotodo.Tome.Guardelasfotos.Lasherecuperado.Almenosesteyanolachantajearámás.—Selastiróalacara—.NolesquierocercanideOlivianidemihijocuandonazca.Ustedesestánmuertosparamí.

Apenas Brian reaccionó, se abalanzó contra su padre. Noah logroatajarlo, pero la adrenalina que corría por su cuerpo le dio el ímpetunecesarioparazafarse.AgarróaBenjaminporlaropayloarrojósobrelamesadecafé.

—Asco. Eso es lo que siento. Mucho asco. Ambos sois dos seresdespreciables.

NoahcogióaBriany,batallando,losacódelacasa.Alexa seocupóde sacar lasmaletas, pero antesde irse se acercóa

Geraldine, lamiróa losojosy lepropinóunescupitajoen lacarayunpuñetazoenlanarizquehizoquelesaltaralasangreyquecayeradeculo.

—Viejazorra.Nocreoquetepuedanenderezareltabiquepormuchacirugía que te hagas. Para tener tu alcurnia y ser como tú, prefieromilveces la educación que me dio mi abuela. Contigo ni me gasto, viejoasqueroso —le dijo a Benjamin, que estaba sentado sosteniéndose lacabeza—.Noahtehadejadobienadvertido.

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35

«Nuncaserátardeparabuscarunmundomejorymásnuevo,sienelempeñoponemoscorajeyesperanza.»

LORDALFREDTENNYSON

Alexadespertóconmuchased,perocuandoestabaapuntodebajarsedelacama recordó que antes de hacerlo debía tomarse la temperatura basal.Mientrasaguardabaqueeltermómetroarrojaraunresultado,contemplóasuesposo,quedormíaplácidoasulado.JuntoaéllohacíaAaron,quedenochesehabíaidoconellosporquehabíatenidounapesadilla.

Adormiladaaún,serefrególosojosantesdemirareltermómetro.Selevantódelacamaintentandonohacerruidoparanodespertarlosysefuea leer el resultado al baño, donde podía encender la luz. Leyó, y deinmediato se fue a buscar la hoja donde anotaba diariamente paracomprobarquenoestuvieraequivocada.

El corazón le martilleó frenético al comprobar que estaba en locierto.

—Brian,Brian,despierta.Hasubidolatemperatura.—¿Qué?¿Tienescalor?Destápate.—Hombre tenías que ser. Te digo que ha subido mi temperatura.

Estoyen laetapa lútea.Debemos llamaraldoctorparaqueprepare todoparaelimplanteembrionario.

Briansesentódegolpeenlacama.—Chis,despertarásaAaron.—Perfecto,Alexa.Osesperomañanapararealizarelprocedimiento.

No olvides ponerte las inyecciones de progesterona y mañana te dirécuándo debes retomar las aplicaciones. Recuerda no utilizar perfumes,cremasniesmaltedeuñas,yaqueestossontóxicosparalosembriones.Yestatetranquila.Esindispensablequeloestés.

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Llegaronalhospital,dondeeldoctorApplewhitelosesperaba.Antesdebajardelcocheseabrazaronysebesaronparadarsefuerzaselunoalaotra.Enlaconsulta,laasistentadelmédicoloshizoentraracambiarseyponerseropaestéril.

—Hola,Brian,Alexa.Llegóeldía.Séqueestáisnerviosos.—Niseimagina—contestóBrian.—Tranquilos. ¿Has traído la música que quieres escuchar? —le

preguntóaella.—Brianlatieneensumóvil.—Bien. Ponla,Brian.Así,mientrasAlexa se tumba, comenzamos a

relajarnosyacrearunbuenambiente.SonabaRun.[8]Laasistentedelmédicolacubrióconunasábanayla

acomodóenlacamilla.Actoseguido,lelevantólabataylepusogelenelvientreparapoderhacerleunaecografíaduranteelprocedimiento.Brianestabaasuladoylesosteníalamano.Seinclinóylediounsuavebesoenloslabios.

—Bonitacanción—dijoeldoctor—.MegustaSnowPatrol.Yaestabalistosentadofrenteaella.Encendiólaluz,sepusolasgafas

ylehabló:—Sé que tenéis un nivel de ansiedad enorme y que la sobrecarga

emocional es infinita, pero si no lo logramos en el primer intento loseguiremos intentando. Recordad que no es la única oportunidad parapoderconseguirlo.

Ellaasintióconlacabeza.Briancasinirespiraba.El procedimiento fue muy rápido e indoloro, como el médico les

había dicho. Tras finalizar, Alexa tuvo que estar quince minutos sinmoverse.

—Eso es todo, Alexa. Hoy tendrás un día sosegado. Ahora ve adescansar.Hazreposoporhoy—leindicó—,yluegovidanormal,perotranquila: nada de deportes, ni de sumergirte en el agua, y abstinenciasexualhastaquerealicemoselprimertestdeembarazo.Dentrodecuatrohoras comenzarás nuevamente con las inyecciones de progesterona. Encasodesangradoabundante,fiebre,dolorpélvicoosangreenlaorina,mellamasde inmediato.Si todo siguebien, teveoen catorcedíasparaquehagamoslapruebadesangreyveamossiencontramoslaBetaHCG,que

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nos confirmará el embarazo. Sé que soy reiterativo, pero no olvidesaplicartelasinyeccionesdeprogesteronaadiario.

—Asíloharé.Tomarétodaslasprecaucionesquemehaindicado.—Bien,esoestodo.¿Habéisvistoqueeramáselsustoqueotracosa?

Ahora, amanejar los niveles de ansiedad. Podéis ir a cambiaros y salirporlaotrapuerta.

—Muchasgraciasportodo,doctorApplewhite.Brianleextendiólamanoyéllopalmeóenlaespalda.AAlexaledio

unbesoenlamejillaparadespedirla.

Por la noche estaban en la cama abrazados y nerviosos. Pensar acatorcedíasvistaparecíaunaeternidad.

—Estoserámuydifícil.—Losé,perolosuperaremos.Superaremostodo.—Quisiera tener la confianza que tienes tú. —Él le besó el pelo

mientasleacariciabalánguidamenteelbrazo.—Ypensarquequizáyaestáempezandoa tener lugarunembarazo

enmibarriga...Brianleacaricióelvientre.—Por favor, que todo resulte en el primer intento. Quiero que

tengamos una vida normal, que Aaron pueda tenerla. Estoy agotado devivirconlavidaenunpuño,entreelrestaurante,elmodelaje, losviajesentreLondresyNuevaYork,vosotrosaquíyyoallí.

»Antesviajarnomeimportaba.Ahorasolodeseoestaravuestroladotodo el tiempo. Por momentos me siento sin fuerzas. La incertidumbreantetodoestomeestámatando.Nuestravidahabitualsehaconvertidodepronto en otra sin horarios, sin creencias, plagada de temores, demedicamentos,deingresosinterminablesenelhospital.Pocoapoconosvamos convirtiendo en expertos en la aspiración de médula, enintratecales,[9]ymeasusta todo loqueaúnnos tocarádescubrir cuandollegueelmomentodeltrasplante,alquetengopánico.Tejuroquenodoymásdemí.Noanhelounavidaperfecta,aunqueparamíloseríasoloconsaberqueestácurado.

—Lo sé,mi amor, lo sé.Pero es loquenosha tocadovivir.Noesposiblevolveratrásycambiar lascosas,peroestamoshaciendo todo loqueestáanuestroalcanceparaquetengaunbuenfinal.

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Eraeldíaquince.Alexaestabaaguardandoqueelmédicolallamarapara darle el resultado de la prueba beta. Estaba sola en Londres conAaronyconEsther,porqueBrianhabía tenidoqueviajar aNuevaYorkportrabajo.

Su teléfono sonó, pero era un mensaje. En cuanto desbloqueó lapantalla,comprobóqueeradeldoctorApplewhite.

Hola,Alexa.Séqueleerlaspalabrassurtemejorefectoqueescucharlas.DoctorApplewhite,estoypreparadaparaloqueseaquetengaquedecirme.El resul tadoesuntremendoPOSITIVO.

Alexacomenzóallorardemaneraincontenible.Hacíadíasqueestabamuysensible.Inclusotambiénhabíanotadoquelasmamasledolían,peronoquería ilusionarseporquemásqueesonosentíanadadiferenteensucuerpo.

¡Oh,Dios!Esteesel primerodelosmilagrosquenecesi tamos.¡¡Fel icidades!!Endiezdíasosesperoparalaprimeraecografía.All í estaremos.Muchasgracias.

Alexaseencerróenlahabitaciónyallísetiróenlacama,levantósucamisetayseacariciólabarriga.

—Becca,dondequieraqueestés,quierocontartequehemos logradoelprimerpaso.Faltamenos.Séqueyonoerasantodetudevociónyquefuiunapiedraentucamino,peroquieroquesepasquecuidarédetushijosylosquerrécomosifueranmíos.Prometotambiénqueleshablarédeti.Ellos siempre te recordarán porqueme encargaré de que así sea. Jamáspermitiréqueteolviden.

»Ahoraqueyatelohecontado,estiempodeavisaralpadre.Fuehaciaelbaño,tomóundelineadordeojosydibujóensubarriga

uncorazón,juntoalqueescribió:

HelloDaddy!!I’myournextproblem.[10]

HizounafotoyselaenvióporWhatsAppaBrian.Luegosetiróenlacamaaesperaraqueéllecontestara.

Éllallamó.

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—He hecho parar la sesión fotográfica. Estoy en el baño y tengoganas de gritar y contarles a todos; estoy temblando. Querría estar ahícontigo.Nopuedocreerquelohayamoslogradoalprimerintento.

—Yyonopuedoparardellorardesdequeeldoctormehaenviadoelmensaje para confirmármelo. Estoy feliz. Nuestro primer sueño hechorealidad.

Habían pasado dos meses y, poco a poco, todo iba resolviéndose.Aaron ya tenía el apellido Moore y la abogada, junto con la filiaciónnuevadelniño, lehabíahechoentregaaBriandeunacartaparaelbebéengendradoporfecundacióninvitro,afindequecuandoestetuvieraedadsuficienteélselaleyera.

Habíanpasadocuatromesesdesdequesuexistenciahabíacambiadodeformadrástica.Lavidaleshabíaenseñadoaserprecavidosyaviviraldía.Poresomismo,comosesuponequelosriesgosdequeelembarazonosiguierasucursosonmásgrandesdurantelosprimerosmeses,BrianyAlexahabíandecididoesperaraentrarenelsegundotrimestreparahablarconAarondesuhermanita.Debidoaqueeraunbebé«dediseño»,ellosyasabíanelsexo.

Esa noche, Aaron les había pedido si se podía quedar un rato conellos en la cama antes de irse a la suya. Así que les pareció oportunohablarconél.

—¿Yellaserámihermanita,aunqueestéentubarriga?—Ellaestáenmibarriga,peroyosolosoyelenvasedondecrecerá

hastaque sea lo suficientementegrandeypuedanacer;de todas formas,aunqueestéaquíellaenrealidadeslahijadetumadreydetupadre,igualquetú.

—¿Cómoesposible?Sieslahijademimamáydemipapá,¿porquéestáentubarriga?

Alexa y Brian habían hablado muchas veces de cómo se loexplicaríancuandollegaraelmomento;inclusohabíanconsultadoconlapsicóloga.Sinembargo, sehabíandadocuentadequenoexistían frasesmágicasparahacerlo.Laespecialista leshabíadichoquenoentraranendemasiados detalles.También les aconsejó que no lo bombardearan condatosyqueúnicamentefuerancontestandodemanerasencillayacordea

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sulenguajeloqueéllespreguntara.Entreotrascosas,lessugirióquenotuvieranvergüenzadenombrarsuspartessexuales,porquelosniñosalaedaddeAaronsetomabanesoconmuchanaturalidad.

—Paraexplicarteeso,primerodeboexplicartecómosehaceunbebé.¿Túsabescómosehaceunbebé?

—No, no sé cómo se mete un bebé en la barriga de las mamás.¿Puedesexplicármelo,papá?

—Esfácil.Unbebéseformaenlabarrigadelamamácuandoellayel papá se encuentran, ambos sienten amor y deseo de besarse y deacariciarsemucho,yentoncesenesemomentoelpapáponeunasemillitaquesaledesucuerpoenlavaginadelamamá.

—¿Lasemillitasaledelaboca?—No,saledelpene.Entoncesesasemillitaviajayseencuentracon

unhuevitoquelasmujeresposeendentrodesubarrigayallíseunenyseformaelbebé.

—Ah,esfácil.—Perotambiénhayotrasformasparaqueunbebéentreenlabarriga

deunamamá—dijoAlexaayudandoconlaexplicación—.EsaformaquehadichoBrianeslaformaenquenormalmentesehacenlosbebés.Asíescomotehicieronélytumamá.

—¿Ydequéotraformasepuedemeterlasemillita?—Cuandotúenfermaste—empezóadecirBrian—,eldoctorRogers,

que estudió para intentar sanar a los niños con leucemia, le contó a tumadrequeexistíaunaposibilidaddepodercurarteponiendounpocodelasangre sana de un hermano tuyo dentro de tu cuerpo. Así, tu médulacomenzaría a funcionar normalmente. Sin embargo, eso no era posibleporque tú no tenías un hermanito, y, además, tu madre y yo ya noestábamos juntos para hacer uno porque estuvimos separados muchotiempo.¿Recuerdasqueesoteloconté?—Elniñoasintióconsucabecitacalva—.Entonces, ella fue aEstadosUnidos abuscarme, pero comoyoahorateníaotranovianoqueríadarmebesosyacariciarmeconellayellatampocoqueríahacerloconmigoporquehabíapasadomuchotiemposinvernosyyanoteníamosdeseo.Asíquedecidimosbuscarunaformaenlaquenotuviéramosquehacerlonosotrossinolosdoctores.

—¿Ycómolohicieronlosdoctores?—Ellos utilizaron unas pinzas especiales y sacaron el huevito que

estabadentrodel cuerpodeRebecca.Deotra formaespecial se sacómi

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semilla,yluego,enellaboratorio,losdoctoresseencargarondeunirlos,paraacontinuación,conotraspinzasespeciales,podercolocarlosdentrodelvientredetumamá.

—Cuántascosassabenhacerlosdoctores.—Paraesoestudian,hijo.Paraaprendercómohacerlo.—Pero...¿yporquéestáenlabarrigadeAlexa,entonces?—Porque los doctores no llegaron a tiempo de ponerlo en la de

Becca. Ibanahacerlo justocuandoella tuvoel accidente,perocomonopudieroncurarlaesebebésequedósinunabarrigadondecrecer.

—Entonces,yoledijeaBrianqueleprestabalamíaparaqueelbebédetumamáydeélnacieraytecurara.

—Ahoraentiendo.Losdoctoreslopusieronentubarriga.—Exacto.—Pero... si las mamás llevan los bebés en la barriga, ¿tú serás su

mamá?—Serésumadredelcorazónperonosumadrebiológica,porqueel

huevito con el que fue formado no es el mío. De todas formas, comoquieromuchoa tupadrey túy tuhermanaviviréis connosotros,yoosquerré mucho a los dos, como si fuerais mis hijos. Si tú quieres, yotambién puedo ser tu mamá del corazón. Así, tú también tendrás dosmamás,comotuhermanita.

—Lopensaré.Luegotedigosiquierotenerotramamáademásdelaquetengoenelcielo.

—Deacuerdo.Decídelotranquilo.Loquedecidasmeparecerábien.

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«Elmisteriodelaexistenciahumananoestásoloenpodervivir,sinoenencontrarunarazónporlaquevivir.»

FIÓDORDOSTOYEVSKI

La barriga comenzaba a notarse. Estaba entrando en el quinto mes delembarazoyporsuerte lasnáuseashabíanquedadoatrás.Todomarchabanormalmenteyhastateníalaautorizaciónparaviajar.

Aaron ya estaba enterado de la función que desempeñaría suhermanita al venir al mundo. Además, les alegraba la vida mientras laesperaban y la veían crecer en la barriga deAlexa. Ella sería la que ledaríalaposibilidaddecurarse;selohabíanexplicadodeformamuyfácilylohabíaentendidoperfectamente.

Hacía tres días que Brian estaba en Nueva York para ultimar losdetallesdelainauguracióndeElTemployAlexaibaareunirseconél.

—Alexa,hallegadotutaxiparallevartealaeropuerto.Yocargarétumaleta.

—Gracias, Esther. Mientras tanto, me despediré de mi hombrecito,que hoy ha amanecido con una cara laaaaaarga como la del elefanteDumbo.Dameunbesodedespedidaycambiaesacara.—AlexaseñalósumejillayseinclinóparaqueAaronlasaludara.

—Noquierocambiarlacara.Nomegustaqueosvayáisymedejéissolo.

—No te quedas solo. Te quedas con Esther. Si te oye, se pondráfuriosaporquenolatienesenconsideración.

—¿PorquénopuedoirconvosotrosaEstadoUnidos?—Lo hemos hablado muchas veces, Aaron. Eres un niño muy

inteligente y sé que lo entiendes. Sabes que con el Port-a-Cath[11] nopuedes viajar porque hay mucho riesgo de contraer una infección. Tus

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neutrófilosestánbajosy tucuerponopuedebatallaradecuadamenteconlosgérmenes.¿Acasoquieresvolveratenerqueingresarenelhospital?

Élnegóconlacabecita.—Bien.Enesecaso,prométemequetecuidarás.Aaron,resignado,estirólamano.—Asímegusta.Alexapusolamanosobreladeélyconsusotrasmanoshicieronuna

pila.—Prometocuidarmeytambiénatuhermanita.Aaronlarodeóconsusbrazosporlacinturayapoyósucaritasobre

suvientre.Inmediatamentedespués,lediounbeso.—Yotambiénprometocuidarmeparaquenoteangusties.—Muchasgracias.Eresmuyconsiderado.

Brian estaba esperándola en el aeropuerto cuando llegó. La abrazóconmuchasansias,comosihicieraunaeternidadquenoseveían.Alexaledijo:

—Espera.Sacósuteléfonoylohizoposarparagrabarunmensajeenvídeo.

Hola,Aaron.YaestoyenNuevaYork contupapá.Hel legadobien.Temandamosunbesomuygrandeyteenseñoel aeropuertoparaqueal menosloconozcasenvídeo.Prontoviajaremostodosjuntos.Tequeremos.

Alexagiróconelteléfonoenlamanoylehizounplanogeneraldellugar; luego, enfocó a Brian con la cámara para que también dejara sumensaje.

Hola,hi jo.Teechodemenos.TengomuchasganasdevolverparaabrazarteytambiénparaquejuguemosalaPlay;prepárate,voyaganartetodaslaspartidas.

El mensaje de WhatsApp llegó al móvil de Esther. Pero como enLondreserademadrugada,nocontestaríadeinmediato.

Tras recoger las maletas, Brian y Alexa se fueron al apartamentoparaqueellapudieradescansar.

Había sido un día bastante ajetreado poniendo a punto los últimosdetallesparalainauguración.Estabanterminandodearreglarseparasalirhaciaelrestaurante.

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—Rubia,realmenteelhormonazodelembarazosetehaasentadoeneltrasero.¡Estáenorme!

—¿Ahoralonotas?Yahecambiadodosveceslatallademisbragas;si sigo así, despídete de verme con una sexy. Ya parecen carpas de tangrandes.

—Estáshermosa.Creoquecuandodejesdeamamantar,tepagaréunacirugíaparaquetustetasquedendeestetamaño.Esuncalvariomirarlasynopoderdisfrutarlascomoquisiera.

—Eresunsuciocabrón.Élrioylaabrazóparaquenocontinuaradándolemanotazos.Luego

sebesarony,comosiemprequelohacían,perdieronlanocióndeltiempo.

Lainauguraciónestabasiendounauténticoéxito.Todalaprensaquehabían convocado apareció y no faltó ninguno de los comensalesespecialesqueinvitaron.

El lugarhabíaquedadocomosoñaban.Estabaa reventardegenteylascríticasdelacomidaqueesanochesirvieronfueronmuybuenas.Porsupuesto, no faltó el momento clásico del corte de cintas que daba porinaugurado el lugar, pero lo cierto era que más que una inauguraciónaquel evento parecía una granavantpremiere al estiloHollywood, o unteaserdelatelevisión,conpersonalidadesdelespectáculoydelmundodelamodaymuchaprensahaciendofotografíasacadaunoquellegaba.

TambiénlosacompañaronOlivia,Noah,Baddie,EdmondyCurt.Endeterminadomomento,unmediodeprensadelosmásindiscretos

lepidióunasfotosaBrianjuntoaAlexa.Yluegoleshizotambiénalgunaspreguntas.

—¿Paracuándoelprimerhijode lapareja?Nossorprendiómuchoprimeroqueoshubieraiscasadodeundíaparaotro,y luego,cuando tevimos embarazada, nos sorprendimos más. Os habéis empeñado enmantener todo fuera de nuestro alcance, ¿eh? Tú siempre has sidomuymediático,Brian,perodeuntiempoaestapartetuvidasehaconvertidoenungranenigma.

Ellos sabían que tarde o temprano quedarían expuestos y deberíancontarlo todo. Habría, por supuesto, quienes los entenderían; otros, loscondenarían; y también aquellos a quienes no les importaría. Pero loúnicociertoeraqueellosseamabanyqueríanaAaronytambiénalbebé

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queestabapornacer.Fueracualfueseelmotivoporelqueibaaveniralmundo, era unavida dentro de la barriga deAlexay ellos lo esperabancondobleilusión.

El periodista, después de escuchar las explicaciones, quedóverdaderamenteasombrado.

—¿Yporquémotivonadiesabíaesto?—Primero, porque si bien yo estoy acostumbrado a salir en los

medios, no veo la necesidad de exponer ami familia.Luego, porque laenfermedaddemihijonoesunanovela.Eslavidamismayperteneceanuestra intimidad. Sin embargo, era obvio que tarde o temprano estosaldría a la luz. Así que déjame aprovechar para pedir que mucha másgentedonesumédula,enespeciallaspersonasjóvenes,yaqueapesardeque en el mundo son muchos los que lo hacen, las posibilidades deconseguirundonantecompatiblenoemparentadosonpocas.Comofueenelcasodemihijo,enquenolohallábamos.

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«Ladichasupremade lavidaes laconviccióndequesomosamados,amadospornosotrosmismos;mejordicho,amadosapesardenosotros.»

VICTORHUGO

Treintaynuevesemanascumplidas,Alyssahestabapróximaanacer.Alexasesentíamuypesadaynoveíalahoradequeesoocurriera.Tras muchas deliberaciones, finalmente ese fue el nombre que

eligieron para la niña: Alyssah. ComoAaron era un nombre de origenhebreo, habían buscado uno que también lo fuera. Y habían prestadoprincipalatencióna susignificado,yaquequeríanqueesteexpresara loquesentíantodosporsunacimiento:«Granfelicidad».

Brian y Alexa estaban saliendo de la consulta médica con granexpectación: el cuello del útero había comenzado a ablandarse y esosignificaba que estaba preparándose para el parto. Era un muy buenmomento, ya que Alyssah nacería mediante parto programado. De esamanera,podríancoordinarbieneltratamientodesuhermano.

Al salir del consultorio del doctor Applewhite, llamaron al doctorRogers para saber si podía atenderlos, ya que se encontraban en elhospital.

—Perfecto. Entonces hoy ingresaremos a Aaron para empezar aprepararlo para el trasplante. Os pido tranquilidad. Sé que estáis muyangustiados, que es fácil pedirlo y muy difícil lograrlo, pero...necesitamosquenadaseadelanteporlaansiedaddeAlexa;escrucialquetrabajemos en equipo para que el trasplante de células madre sea casiinmediatotraslarecoleccióndelasangredelcordónumbilical.

Losdíasquesiguieronnofueronnadafácilesparaninguno.Aaronlo

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pasó muy mal con la quimioterapia agresiva que estaba recibiendo,combinadaconradioterapiayterapiahormonal.

—No, papi. No quiero comer. No quiero vomitar. Estoy cansado.Déjamedormir.

—Aaron,porfavor.Esnecesarioquetealimentes.—Meduelelaboca,meduelelabarriga.Yabasta.Elniñopresentaba todos los síntomas típicosdel tratamiento.Tenía

náuseasyvómitos,diarreasyllagasenlabocayloslabios,acausadelairritaciónquelassustanciasquímicasproducíanensuestómago.

—Vamos,Aaron.Comeunpoquito,solamenteunpoquito.—No,no.Quieroamimamá.Laechodemenos.¿Porquétuvoque

morirse?Brianteníaelcorazónenunpuño.Eradesgarradorverlosufrirtanto.—¿QuieresquellameaEstherparaquevenga?—No.Ellatambiénmeobligaacomer.—Esquetienesquehacerlo.Noesuncaprichonuestro.Túsabesque

laspersonasdebenalimentarseparavivir.—Peroestoyhartodevomitar,ycadavezquecomolohago.Estoy

cansado de que me pinchen. No quiero nada más. —Se refería a lasinyecciones intratecales que le ponían alrededor de la médula—. Porfavor,dile aAlexaquevenga.Quieroqueella esté conmigo.Pídelequevenga,ydilesalosdoctoresquemesaquentodoesto.Noquieroquemedenmásmedicamentos,papá.

—Aaron,hijo,porfavor.Tienesquetranquilizarte.Brian apartó la bandeja con la comida y se tumbó a su lado para

tenerlo entre sus brazos. El pequeño estabamuy dolorido y lloraba sinparar,hechounovilloyagarradoasucuerpo.

—Quiero a Alexa. Llámala. Quiero que venga conmigo —le dijoexigente.

Brian no sabía cómo calmarlo. Se sentía impotente. Se levantó y,rendidoyagotado,llamóaAlexa.

—Está imposible hoy.Ahoramismo no para de llorar y no quiereprobarbocado.Exigequevengas.

—Ahoravoy.—No, no podemos permitirnos otra complicación más. No quiero

queseacelereelparto.Puedeperjudicarteverloasí.—¿Ytúcreesqueestoybienaquísabiendoqueestásafrontandotodo

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estosolo?Mesuboporlasparedes.—¿Afrontándolo solo? ¿Acaso te olvidas de queAlyssah está en tu

barriga?—También quiero estar con Aaron. No me pasará nada. Ahora le

digoaEstherquemelleve,porqueconestabarrigaquetengoyanopuedosentarme detrás del volante; además, odio conducir en Londres; noterminodeacostumbrarmeaqueelvolanteestéalotrolado.

Trasalgunosminutos,AlexallegóylacaritadeAaronseiluminódeinmediatoalverla.

—¡Hasvenido!Brian la ayudó a sentarse en la camamientras le daba un beso de

bienvenidayleacariciabalabarriga.—Sí,aquíestoy,porquemehandichoquehayunniñomuypeleónen

estahabitación.—Teechabademenos.—Yo también a ti. Mira lo que te he traído. —Alexa sacó un

recipienteyAaronfruncióelceñoaladvertirdequésetrataba.—Novoyacomer—comunicótestarudoysinrelajarlosmúsculos

delafrente.—Humm,peroestonoescomidadelhospital.EldoctorRogersme

hadejadoque teprepare sopadepollo como tegusta a ti, y tambiénhetraído tarta de arándanos. ¿Quémás tenemos aquí? Ah sí, rosquillas demaíz.Yparabeber,unzumodenaranjareciénexprimido.

—Novoyacomer.YalehedichoaBrianquenoloharéynoloharé.—¿Por qué no?Quiero queme des una explicación. Porque, dicho

así,suenaaniñocaprichoso.—Noquierohacerloporquedespuésmeduele la barrigaymedan

náuseasyvómitos,ytambiénvoymuchoalbañoy...tengolabocacomofuegoconlasúlcerasquemehansalido.Meduelemucho.

—Bueno.Pareceunbuenmotivo,perolociertoesqueavecestodostenemosquehacercosasquenodeseamoshacer,yquesonnecesariasnosolo por nosotrosmismos, sino también por los que nos rodean y nosquierenmuchoysepreocupansinosvenmal.

»Espera.Déjametumbarmeatulado,quemeduelelaespalda.Brianlaayudóylepusoalgunasalmohadasenlacintura.—Ven,papá.Acuéstateconnosotros.Venamilado.Brian dio la vuelta y lo complació de inmediato, al tiempo que

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extendió su brazo para abrazar a los cuatro, porqueAlyssah estabamásquepresenteentreellos.

—Voy a contarte algo —dijo Alexa—: pasado mañana naceráAlyssah.

—¿Enserio?—Sí, losdoctores laayudaránanacerporqueyaestámuyapretada

dentro demi barriga, y ella también nos quiere conocer. Ahora ella sealimentadeloqueyocomo.

—Sí,yamecontastequehayuncordónunidoasubarrigaquelepasaelalimentoquetúcomes.

—Sí, pero por ese cordón no pasa exactamente comida, sino unasangreque tienemuchosnutrientesyque laalimenta,yque reemplazaalos alimentos que normalmente comemos. Esa sangre que hay en elcordón es la que los doctores necesitan recolectar cuando tu hermanitanazcayyanolanecesiteparaalimentarse.Elloslameteránenunabolsa,ypormediodeuncatétertelapondránati.Porquenosolotienenutrientes,sinoque también tiene las células sanas que a ti no te funcionanporqueestán enfermas de cáncer.Me contó el doctor Rogers que estas células,además, son muy inteligentes, y viajarán solitas hasta tu médula yreemplazaránatodaslascélulasenfermasdetucuerpo.Yesmuyposiblequetecuren.Peroparapoderponerteestascélulasnuevasysanasprimerohayquemataratodaslasqueestánenfermasdentrodeti.Poresoteestándandotantosmedicamentosestosdíasyteencuentrastanmal.

El niño asintiómientras procesaba todas las palabras que Alexa ledecía.

—Ahoratecontaréotracosa.AlpoquitotiempodequelosdoctoresmetieranaAlyssahenmibarriga,todoloquecomíalovomitaba.Túnotedistecuentaporqueyonoqueríaasustarteyentoncestratabadequenotepercatarasparanopreocuparte.Peroyosabíaquedebíacomeraunquemedoliera, porque, si no lo hacía, tu hermanita no tendría alimento paraseguircreciendoenmibarriga.Asíque,aunquenomegustabavomitar,comía de todas formas para alimentarme amí y aAlyssah, porque ellatienequenacer para alegrarnos la viday tambiénparaque los doctoresconsiganesasangredelcordónparati.

—Peroesmuyfeovomitar.—Sí, ya lo creo que lo es. Es horrible, y también los dolores de

barriga. Ahora necesito que extendáis los dos lamano y prometáis que

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estonoselocontaréisanadie,porquenoquieroquenadieseburledemí.BrianextendiólamanoyleguiñóunojoaAaron,animándolo.—Está bien. Te guardaremos el secreto —dijo el niño, mientras

apilabasumanosobrelasdelosdemás,yantesdequecadaunoposaralaquelesquedabalibre.

—Tengomucho,peromuchomiedoa lasagujasy,pasadomañana,para que nazca Alyssah me tendrán que poner medicamentos por uncatéter y también una inyección donde te dan a ti las intratecales. Perocomoséqueesportubien,poreldeellaytambiénporelmío,porqueeshoradequetuhermanitanazca,voyadejarquemehagantodoloqueseaquetenganquehacermeaunquememuerademiedo.

Lostrespermanecieronensilencio.BrianyAlexaloestabandejandoreflexionar.

—Está bien. Comeré. Haré el esfuerzo por ti, por mí y por mihermanita.Y también lo haré por ti, papá, y porEsther, para que no ospreocupéis.

—Gracias,hijo.Teacompañaremosentodo.

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38

«Laobramaestraesunavariedaddelmilagro.»

VICTORHUGO.

Eldíatanesperadohabíallegado.Esther estaba con Aaron, y Brian, naturalmente, junto a Alexa,

acompañándolaadaraluzasuhija.En la sala de espera estaban Edmond, Noah, Olivia y la pequeña

Emma, de apenas tres meses, para acompañarlos en la medida en quepudieran.Eraundíaqueningunosequeríaperder.

Por lamañana habían ingresado aAlexa en el hospital y ya estabalistaparaempezarconlainducciónalparto.

EldoctorApplewhitelehabíahechoponerunainfusiónintravenosadeoxitocina,lahormonaquenormalmenteproduceelcuerpoparaqueelparto se produzca espontáneamente. Entonces las contraccionescomenzarony,comoestabaprevisto,Alexarecibiólaepidural.

Eltrabajodepartofuealgolargo,perofinalmente,alas16:40horas,nacióAlyssah, una hermosa niñamorena de 3,200 kg que no paraba dechillar. De inmediato, la pusieron en el pecho de Alexa, que tambiénlloraba.Brian,conunnudoenlagarganta,estabaembelesadoviendoasusdosmujeres.Suspirabaporabrazaraambasyllenarlasdebesossinparar.

Encuantopudo,consumósuanhelo.—Gracias,eresmuyvaliente.—Te amo. Es preciosa. Creo que se parece a su madre. Tiene el

mismocolordecabelloqueBecca.—Sí,separeceaRebecca.Creoquenohasacadonadademí.—Hola,Alyssah,porfinnosconocemos.Teprometoquesiemprete

querrécomosifuerasmipropiahija.Erespreciosa,¿sabes?Brian,apesardelaemoción,seencargódegrabarenvídeotodoel

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momento.EldoctorApplewhite,mientrastanto,yahabíapinchadoelcordóny

estaba recolectando losmillones de célulasmadre que estaban en este yqueseríancolocadosenAaroncomofuentedeesperanzaydevida.

Despuésdeque la recolección terminara, asearona lapequeñay lapusieronenbrazosdesupadre,quelamirabatotalmentecautivado.Alexa,porsuparte, losmirabaalosdosfascinada.Sentíaensupechounamorindescriptible.

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Epílogo

«El amor es una parte del almamisma. Es de lamisma naturaleza que ella, es una chispadivina; comoella, es incorruptible, indivisible, imperecedero.Esunapartículade fuegoqueestáennosotros,queesinmortaleinfinita,alacualnadapuedelimitarniamortiguar.»

VICTORHUGO

Unañodespués...AlexahabíallegadoenunvueloprovenientedeLondresjuntoa los

niñosyEsther.Brianloshabíarecogidoenelaeropuerto.—¡Guau!Quégrandeesestaciudad.Losrascacielossonmuchomás

altosdeloqueyoimaginaba.Aaron iba con la carita pegada al vidrio sin querer perderse

absolutamentenada.—Hoynos instalaremosen lanuevacasaymañana te llevaremosa

queconozcaselrestaurante.Tambiénharemosunrecorridoporlaciudad—informóAlexamientrascogíalamanodeBrian,quedescansabasobrelapalancadelcambio.

Felizporlafamiliaquehabíanformado,nopudoresistirseamiraraAlyssah,quedormíaenlosbrazosdeEsther.

—Te encantará la vista de la ciudad desde la altura donde está elrestaurante —aseguró Alexa, mientras se detenían en un semáforo yaprovechabaparaapoyarsurostroenelhombrodesuesposo.

Brian la miró sonreír y se enterneció. Alexa tenía una expresiónsecretayafectuosaqueleprovocóunapunzadadeplacer.

—Papá,¿iremosalacasadelatíaOlivia?—Por supuesto.—Lomirópor el retrovisormientras le contestaba

—.Mañanapor lanochenosesperanacenar.Ahoraqueyanonecesitasestarmásaislado, iremosa todos los lugaresyharemos todas las cosasqueendosañosnohaspodidohacer.

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—Y el lunes —agregó Alexa incorporándose— te llevaré a queconozcastunuevocolegio.¿Nosacompañarás,Esther?

—Nomeloperderépornadadelmundo.EstoycasitanansiosacomoAarondeverlo.

—Memuero de ganas por empezar las clases. Por fin podré ir alcolegio como lo hacen todos los chicos. —Aaron estaba exultante,excitado—. Quiero ver también la piscina que me dijiste que hay, y elcampodedeporte.Alexa,¿seguroquepodrébañarmeenlapiscina?

—Claro que sí. Podrás hacer todas las actividades que quieras. EldoctorRogersdijoquepuedesapuntarteatodo.

HacíaunassemanasqueaAaron lehabíansacadosuPort-a-cath,eldispositivopordondeleadministrabanlaquimioypordondelesacabansangreparasurevisión.Laoperaciónhabíasidomuysencillaynohabíanecesitado ingreso en el hospital. Sumédico les había asegurado que laenfermedad deAaron se encontraba en remisión completa y sumédula,desde hacía varios meses, estaba funcionando con normalidad. Por esarazón,ahoralasrevisionespasaríanaseranuales.

Costaba creer que atrás hubieran quedado las angustias, lasinseguridades,lascarrerasalhospital,lasinfecciones,elaislamiento,lassesionesdequimioterapiayradioterapia,lascomplicacionesporcausadelalotrasplantey lasnoches interminablesal ladodeAaron,a laesperadeunmilagroquelesdevolvieralanormalidadatodos.

Brian,Alexaylosniños,encompañíadeEsther,seestabanmudandoeinstalandodefinitivamenteenNuevaYork,dondecomenzaríanunavidasinsobresaltosylejosdeesemiedoafiladoqueportantotiempoleshabíaheladoelcorazón.

El Templo, por su parte, se había convertido en uno de losrestaurantes griegos más top de Nueva York. Y ya habían abierto dossucursalesmás,unaenMiamiyotraenLosÁngeles,ambasconelmismoéxito que el local de Manhattan. Según los planes, y aprovechando laconquista delmercado,muy pronto se llevaría a cabo la apertura de unlocalenSanFranciscoyotroenLasVegas.LailusióndeBrianyAlexaseestaba convirtiendo poco a poco en una de las cadenasmás famosas derestaurantesgriegosdeEstadosUnidos.

Brianyacasihabíadejadoporcompletosuprofesióndemodelo.Tansolo aceptaba participar en algunas campañas de marcas muyrenombradasydegranprestigio,yhabíaencontradolaformadedosificar

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sutiempopararepartirloentreeltrabajoysufamilia.Alexa,asimismo,estabadedicadadellenoalosniñosydisfrutabade

su nueva vida de amade casa; ellos yBrian se habían convertido en suuniversomáspreciado,peroahoraqueestabaenNuevaYorkyqueAaronyAlyssahnorequeríantantodesuscuidados,pensabaempaparseunpocomás en el manejo de los restaurantes griegos para colaborar con sumarido.

Hacía trece meses exactos que ambos habían soñado con estemomento, pero cuando lo habían hecho parecía muy lejano y casiimposibledecumplir.

Llegaron a Sands Point, en las afueras de Nueva York. Era apenasmediamañanacuandocruzaronelenormeportóndehierroqueseabrióasíqueBrianactivóelmandoadistancia.Circulóalgunosmetrosmásyluego estacionó frente a una lujosa casa. Bastaba con mirar su fachadaparadilucidarsutamañointerior.

—¿Yestacasadequiénes?—preguntóAaronintrigado.—¿Te gusta?Esta será nuestra casa a partir de ahora—le informó

Brian mientras se quitaba el cinturón de seguridad para descender delcoche.

—¡Guau!Esmuybonitaysevemuygrande.Alexatambiénsequitóelcinturóny,deinmediato,leabriólapuerta

a Esther para cogerle a la niña de los brazos. En aquel momento, lapequeña, algo soñolienta aún, se frotó los ojitos y se acurrucó sobre supechomientrasestudiabaelentorno.

—Mira, Alyssah. Dice papá que esta será nuestra casa. —Le dijoAaron,queyahabíabajadoy estaba cogidode lamanode supadre.Lapequeña curiosa, al escuchar la voz de su hermano, se incorporó parabuscarlo.

Esther bajó del coche y sonrió al observar la naturaleza de la queestabarodeadalacasa.

—¡Quépreciosolugar!Eselsitioidealparaquecrezcanlosniños—dijo,sinpoderocultarsufascinación.

—Ya te he dicho que te ibas a llevar una sorpresa—le respondióAlexacongranentusiasmo—.Yesperaaverlapordentro.Estoyseguradequeosencantará.Amímetieneenamorada.

—¿Entramos?Brianlanzólapropuestaaltiempoqueabríalapuerta,ydeinmediato

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seaproximóaellosunamujerdemedianaedadquelosrecibióenelatriooctogonaldesdedondeseaccedíaatodaslashabitacionesdelacasa.

—Buenosdías,señor,señora.Bienvenidos.—Hola,Georgia.Habíamosquedadoenquesolamentemellamarías

porminombre.—Losiento,Alexa.Mecuestahacerlo.—TepresentoaAaron,nuestrohijomayor.AAlyssahyalaconoces.—¡Uy, sí! Cómo ha crecido desde la última vez que la vi. Hola,

Aaron.Teníamuchasganasdeconocerteati también.Eresmuyguapoymayor.

—Gracias.—YellaesEsther.—Ambassesaludaronconunbesoenlamejilla—.

Georgianosayudaráconla limpiezayelordendelacasa—leinformóAlexa.

—Hola,Georgia.Encantada.—Igualmente.—¿Yahallegadomiabuela?—Asíes.Aquíestoy,ycon lasmanosen lamasa—dijo laanciana,

saliendo de la cocina y limpiándose las manos. Estaba preparando unpasteldemanzanayorganizandoelalmuerzo.

—AbuelaBaddie,¡tútambiénestásaquí!—Hola,mipreciosomuchacho.Quégrandeestás.—¿Hasvistonuestracasa,abuela?—Sí,yalaherecorrido.YcreoquetupadreyAlexahanhechouna

excelenteeleccióndellugardondecreceréis.—¿Tequedarásconnosotros?—Soloalgunosdías.Hastaqueterminéisdeinstalaros.Aaronseagarróalacinturadelaancianayestalebesólabasedela

cabezayleacariciólaespalda.BrianyAlexatambiénlasaludarondeformamuyafectiva,yAlyssah

setirótácitamenteensusbrazos.TeníapredilecciónporlaabuelaBaddie,alaquereconociódeinmediato,puesenLondreslosvisitabaconbastantefrecuencia.

—Papi,¿podemosrecorrerlacasa?—Ahoravamos.Brianalivióalaancianadelpesodesuhijaalcogerlaensusbrazos.

Acambio,recibiódeAlyssahunbesollenodebabasenelcarrillo.

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—Humm,québuenbeso.La pequeña lo observó y le sonrió para mostrarle su sonrisa de

conejitodecuatrodientessuperioresydosinferiorescentrales.Aaronyaibacorriendopordelantedeellos.Escudriñabacadarincón.

Suaspecto físicohabíacambiadodurante losmesesenquehabíadejadode recibir quimioterapia: la alopecia ya no existía y el pelo de colorcastañoclarohabíacrecido.Lacara,además,yanopresentabalapalidezdemeses atrás, y si uno lomiraba condetenimiento podía advertirmásfehacientemente el parecido con su padre; su nuevo aspecto así lorevelaba. Su energía, que jamás había perdido del todo, ahora seencontrabarenovada.

BrianestirósumanoparacogerladeAlexayempezarelrecorrido.Tras investigar cada rincón interior de la casa. Aaron no paró de

asombrarse.Salieronafueraylabrisadelveranoqueestaballegandoasufinlosrecibió.

—¡Guau!Tenemospiscina.—¿Has visto?—habló Alexa sin ocultar su felicidad por verlo tan

contento—.No solo tendráspiscina en el colegio.Aquí en casa tambiénpodrásdisfrutarlaagusto.

—Luegonosbañaremosloscuatro,¿quieres?—lointerrogóBrian.El niño lo abrazó por la cintura agradecido mientras aceptaba la

propuesta.Aaronsesentía tanemocionadocomosuspadrespor todo loqueahorapodíahacerytantohabíadeseado.Caminaronhastadarconunaverja que bordeaba la piscina por precaución para los niños y bajaronhastalaplayaprivada.LacasaestabaenclavadaenlaRiveradelabahíadeHempstead. Aaron corría enloquecido por delante sin esperarlos. Encuanto llegó a la arena, se arrodilló y la palpó con susmanos antes dedejarlaescurrirenformadelluvia.

—¿Tegusta,Aaron?Esnuestraplaya—puntualizóAlexa.—¿Nuestraydenadiemás?—Bueno, al lado tenemosvecinosque en algúnmomentoveremos.

Pero sus casas están lejos de la nuestra, y esta porción de la costa nosperteneceanosotros.

Aaronmiró hacia la zona costera y se encontró con unmuelle desecuoyaqueseadentrabaenelagua.Deinmediato,sepercatódelyatequeseencontrabaamarradoaél.

—¿Yesemuelle?¿Yesebote?

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—Es nuestro también—corroboróBrian—.Ese boteme lo regalómiabuelohacemuchosañosysiempreestabaenFortLauderdale,dondeyovivíaantes.Lohehechotraeranuestracasa.Saldremosanavegaryteprometoqueteenseñaréapilotarlo.

Aaronsaliódespedidohaciaelatracadero.—Despacio,Aaron.Concuidado,hijo,porfavor.—gritóAlexaalgo

alarmadayhaciendoelamagodesalirtrasél.—Déjalo.Nolepasaránada.Estáfeliz.—LadetuvoBrian.—¿Visteatuspadrescuandofuistearecogerelbote?—Te dije que no quería hacerlo, así que me encargué de que no

estuvierancuandofuiarecogerlo.—Son tus padres a pesar de todo. Yo he perdonado muchas cosas

imperdonablesamimadre.—Noquierohablardeeso.—Oliviayaloshaperdonado,yNoahpocoapocoestácediendo.Tu

hermanadijoqueestánbastantecambiadosyquelaúltimavezquelosviopreguntaronvariasvecesporti.

—Basta, Alexa. No me convencerás. Aún tengo en mi pechodemasiadometidascadacosaquenoshicieron.

—Túsabesqueelrencornoesbueno,yquellevaahacercosasdelasqueavecesunosearrepiente.Nopermitasqueelresentimientoteciegue.

—Basta.—Lamiró tercoyadvirtiéndoleconsumiradadel fastidioqueleproducíaelasunto.

—AaronyAlyssahdebenconocertodassusraíces.Aunqueluegonotengan trato asiduo con ellos, debes permitirles saber que existen y quesonpersonasrealesyfísicasynosolodosnombres.

Habíapasado la primera semana en la nueva casay la vidaparecíasimplementeperfecta.

Aaronhabíainsistidosobremaneraenquequeríaconocerlacasadesu madre en Fort Lauderdale. Y como Brian nada le negaba, terminódejándose convencer. De paso, aprovecharía para dejarse caer por elrestaurantegriegodeMiami.

Llegaron de madrugada y se instalaron en un hotel. A la mañanasiguiente,despuésdedesayunar,BrianalquilóuncocheypartieronhaciaFort Lauderdale. En la casa de Rebecca, Aaron lo miraba todo con

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muchísima ilusión. Aún recordaba las anécdotas que su madre le habíacontado;fisgón,ansioso,quisosalira la terraza.DesdeallísepodíaverclaramentelacasadelospadresdeBrian,queestabaenlaorillacontraria.

Alexa y Brian advirtieron de inmediato que Geraldine y BenjaminMooreestabansentadosfuera,enlaterraza.

—¿Loshasvisto?—Sí,vamosdentro.—¿Por qué esa señora nos saluda, papá? —Brian miró hacia su

madre.—¡Hola,Aaron!—gritóGeraldine, quien reclamó por completo la

atencióndelniño.—Sabeminombre—dijoasombrado.—Ellaes...tuabuela,es...mimadre.—Brian,hijo—pronuncióGeraldine.Elnombrequedó flotandoen

elaire,porqueélcogióasusdoshijosylosmetiódentro,casiarrancandoaAlyssahdelosbrazosdeAlexa.

—Vamos, Aaron. Ya hemos visto la casa como querías y ahoraregresaremosalhotel.

—Quierosaludarla.Quieroveramiabuela—indicóelniñotercoycurioso,comosiempreantecadanuevainformaciónquedescubría.

—Yalahasvisto.—Pero lahevistodesde lejos,papá. ¿Porquénohas saludadoa tu

mamá?¿Quiéneraelseñorqueestabaconella?—Eseestuabuelo—leinformóAlexa,mirandofijamentealosojos

asumarido.—Niseteocurrapreguntármelo—leadvirtióBrian—.Simplemente,

no.Ya habían vuelto a cerrar la casa y se preparaban para irse. Alexa

acomodabaalaniñadentrodelasillitadepaseo;AaronyaestabasentadoasuladoyBrianpermanecíaagarradoalvolanteesperandoquesuesposasesentaraenelasientodelcopilotoparaarrancarelcocheysalircuantoantesdeallí.

—Perdón.Tepidoperdón.Brian se giró y, tras la ventanilla, se encontró con el rostro de su

madre,quelomirabaconunaexpresiónparanadaaltanera.—ADiosdebespedírselo.Lavidamehaenseñadoqueno tengoel

poder suficiente para eso. Te acepto las disculpas, pero olvidarme del

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dañoquenoshicisteisnomeesposibleaún.Ellaasintiócon la cabezaymiróa suspies.Sin levantar lavista le

dijo:—¿Puedosaludaralosniños?Recibióunarespuestaafirmativaaunquemuda.—Alexa —dijo una voz masculina—, lamento todo lo que os

hicimos, y... te agradezco loquehashechopor estosniños.Hemos sidomuyinjustosydesalmados.Eltiemponotieneretroceso,perosiempresepuederecomenzar.

—Disculpasaceptadas,Benjamin.Geraldine ya estaba hablando de forma fluida con Aaron, que

contestabamuylocuazantecadapregunta.Brian,alescucharquesupadrese había acercado, permaneció enfurruñado y cogido al volante, con lavistapuestaalfinaldelacalle.

—Brian, sé que tal vez piensas que no tengo derecho siquiera apretendertusdisculpas,peroquieroquesepasquenecesitohacerlo,queheaprendido la lección y que me he dado cuenta de que la soberbia y lacodicia solo han envenenado mi alma y me han alejado de las cosasverdaderamente importantes en la vida. Me siento orgulloso de que túafortunadamente no hayas aprendido nada de mis malos ejemplos. Mehacemuy feliz la familia que has conseguido formar, y también sientomuchailusiónporverterealizadocomohombreycomopadre.

Brian giró lentamente la cabeza y lo miró a los ojos con unaexpresióngélida.

—Habéis destruido tantas cosas tú ymimadre a lo largo de todosestosañosquemecuestacreerquepodáistenerpalabrassincerasparamí.Te oigo a ti y a Geraldine y mientras lo hago no puedo dejar depreguntarmequébeneficioobtenéisdiciéndometodoesto.

—El beneficio de tu cariño. Aunque es un poco tarde, nos hemosdadocuentadequees loúnicoverdaderamente importante.El cariñodenuestros hijos es el único desinteresado y verdadero. El resto son solomomentosquecompraeldinero.

—Tedigolomismoqueamimadre.Aceptotusdisculpas,peroporahoratodoestámuyclavadoaquí—setocóelpecho—ydueledemasiado.Séqueestesentimientonoesunbuenejemploparamishijoseintentaréremediarlo,peroporahoranopuedo.

BenjaminMooreasintióconlacabeza.

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Brianlepermitiósaludarasushijosyluegosemarcharon.

EstabanderegresoenNuevaYorkdesdehacíaunasemana.—Bastaderecomendaciones,yameaburríslosdos.Irosdeunavez.

Esther, Georgia y yo nos ocuparemos de los niños como vosotros. Adisfrutarporunasemanadelalunademielquenotuvisteis—dijoBaddie,empujándolosparaqueporfinsefueran.

—Mamina, cualquier cosa que ocurra nos llamas y te juro queregresaremos de inmediato. Brian se ha asegurado de que siempretengamosseñalenlosmóviles.

—Hija,noocurriránada.Quieroqueosvayáisyquedisfrutéiscomomerecéis.Vamos,fueradeestacasalosdos.

—Alexa,papá—dijoAaronantesdequeellospartieranyestiró sumano para que entre todos armaran una pila, a la que también se sumóAlyssah.

Volvieronadarlesmásbesosasushijosy,cuandoestabanapuntodeirse,elniñoañadió:

—¿PorquéledicesmaminaalaabuelaBaddie?—¿Cómo?Aaron volvió a reformular la pregunta y Alexa, con paciencia, le

explicó:—Porqueellanoesmimamá.Sinembargo,esmimamádelcorazón

yeslaqueconocídesdemuypequeña.Mimadreverdaderanomepodíacuidarpuestoqueestabaenferma.

—Si no temolesta, amí tambiénme gustaría decirtemamina a ti,porque yo ya tengo unamamáque está en el cielo, pero a ti también tequierocomosequiereaunamamá.

Alexa,conteniendolaslágrimas,loabrazóconmuchafuerza.—Me encantará ser tumamina,Aaron.Me sientomuy feliz de que

quierasquelosea.

EstabanabordodelNeptunoyhabíanfondeadomaradentro.Eseeraelplanqueteníanporunasemana.Navegaryalejarsedetodoycrearunmundoparaellosdondesolopudierandisfrutarsecomohacíatiempoquenolohabíanhecho.

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LanochehabíacaídoyBrianyaestabametidoenlacamadentrodelcamaroteprincipal.

—¿Quéhaces?¿Porquétardastanto?—Espera,noseasansioso.Tengounasorpresaparati.—Unasorpresa,¿quésorpresa?—Yateenterarás.Alexasaliódelbañosolamentevestidaconunabatadesedanegray

bajoellasevislumbrabanunasexquisitasmediasdeseda,queseencargódemostrarle levantando laprendaparaquepudieraver los liguerosconqueestabansostenidas.ABriandeinmediatoselesecólabocaysusexopalpitóysehinchóantelavisióndelaspiernasdesuesposa.Larecorriócon una mirada oscura de deseo, comenzando por los tacones en queestabasubida.

Alexa, sin abrir del todo la bata, la dejó caer por un hombro,descubriendoladesnudezdesupielyunsexyconjuntoderopainteriorencolornegrocontransparenciasentul.Separóenelquiciodelapuertayseparóligeramentelaspiernas.Luegosacólalenguaychupóunodesusdedosparaluegoinclinarseyrecorrerconélsupiel,queardíadepasión.Recorriólaextensióndesupierna,subióporsupelvis,transitósuvientrey pasó por el valle de sus senos bajo la atenta mirada de Brian, quearqueaba una ceja y ponía una oscura sonrisa mientras se relamía deantemanoalimaginartodoloqueleharía.

—Ábretelabata—leordenóél,lujurioso.—¿Deverdadquieresquelohaga?—Quierovercómotedesnudas.—Ok.Peroantesdeseguirconelshow,tengootrasorpresaparati.Alexaabriólabatayensuvientresepodíaleer:

Enjoythelastdaysofmycurves.

Loading20%[12]

Brianabriólosojossinpoderocultarsuasombroy,tartamudeando,lepreguntó:

—¿Estás?¿Tendremosotrobebé?Ella asintió risueña y él se abalanzó sobre Alexa cubriéndola de

besos.Comodecostumbre,losbesosenellosobrabandeformaautomática

y conseguían transportarlos a unmundo de deseo incontrolable del que

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disfrutabancontodassusansias.

Ochomesesdespués...—Llama a la enfermera, Brian. Me arrepiento. Quiero la maldita

epidural.Estoduelemucho.Noquieroseguirsufriendo.Quierounpartosin dolor y disfrutar del nacimiento de mi hijo —gritaba mientras leretorcía la mano—. Si sigo sufriendo así, te prometo que en tu vidavolverás a tocarme. Ahora mismo estoy odiándote por habermeembarazado.Apagaesajodidacámaraotelaestrellocontralapared.

—Chis, chis, tranquila. Ya le he dado al pulsador. Ahora vendráalguien.

—Mierda... esto es un calvario. ¿Cómo cojones hacen las mujerespara soportarlo?No sé cómo lo hizoOlivia y no sé cómodejé quemeconvenciera.Estonoesparamí.

Otracontracciónhabíallegadoylocogióporlaropaparaacercarlohaciasí.

—Muevetuculo,BrianMoore,yconsigueaalguienquemepongalaepidural ¡ya! o te juroque te retuerzo las tanpreciadas joyasque llevasentrelaspiernasparaquetútambiénsientasunpocodedolor.

—¿Quépasa?—preguntólaenfermeraqueenesemomentoentrabaenlahabitación.

—¡Póngame la epidural ya!—exigióAlexa claramente desencajada—.Olejuroquedejarésintestículosenesteinstanteamimaridoparaquenopuedavolveraembarazarme.

—Hágalo.Leprometoquelohará.

Tras regresar la calma, el trabajo de parto continuó avanzando ypronto tuvo lugar el nacimiento; tres empujones fueron suficientes paraqueAdam llegara almundoydemostrarade inmediatoqueposeíaunosmuysanospulmones.

Lo pusieron sobre el pecho de Alexa y al instante se calmó. Losmédicosentoncescomenzaronconlarecoleccióndelasangredelcordónumbilical, ya que Alexa y Brian habían decidido conservarla concriopreservación, previniendo que su hijo pudiera necesitarla antecualquier enfermedad. Después de todo lo pasado con Aaron, habían

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aprendidoqueerapreferibleprevenirquecurar.—Esprecioso—acotóBrianmientrascapturaba todas las imágenes

consuvideocámara—.Esigualati.Tieneelpelitomuyrubio.—Perdón por cómo te he tratado, mi amor. No sé lo que me ha

pasado.—Chis.—Lahizocallarconunbeso—.Teamo.Mehaceselhombre

másfelizdelatierra.Continuógrabándolosyluegobajólacámarayledijo:—Nitúniyosomoslospríncipesdeuncuento.Séperfectamenteque

no soy el príncipe azul que para llegar a ti tuvo que matar a miles dedragones por el camino, pero así me siento. No puedes negarlo, rubia,nuestroamor...esdeleyenda.

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Agradecimientos

Ni una sola de todas estas palabras hubiera sido posible sin el apoyoabsoluto de mi esposo. Gracias por acompañarme en mis locuras, porentusiasmarte con ellas, por escucharme y animarme a continuar, poraguantarquetecocineacualquierhoraytambiénporhacerlovosmuchasvecesparaqueyopuedacontinuarescribiendo.

Luciano, Antonella, gracias por ser siempre mis fans. Amo misnovelas, pero ustedes serán siempremis creaciones más preciadas. Losamoconelalma.

A mi editora Esther Escoriza por hacer posible que mis letras noquedendurmiendoenunarchivodeWordypuedanserleídasportodoelmundo.Esincreíbleloqueheaprendidoatuladoyesperoqueaúnpuedacontinuaraprendiendomuchomás.Graciasportusrecomendaciones,portucomplicidadeinvaluableapoyo.MefascinóquemealentarasaescribirlahistoriadeBrianyAlexita,yqueteenamorarasdeellosaligualqueloslectoresquecomotúdescubrieronsubetaenRompetusilencio.

Lalibertadconquemepermitescrearcadaunademishistorias,ytufirmezacuandonoquierocambiarunapalabraparahacermeentenderquéeslomásadecuadoparaelmercado.

Graciasportransmitirmetodatuexperiencia.

A los correctores con los que siempre intentamos llegar al mejorresultado, les agradezcoel empeñoyel tiempoparabuscar losmejoresmodismosespañolesylograrasíquetantodeesteladodelcharcocomodelotrolosentiendan.

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Alequipodediseñode laeditorial,quemesorprendeconcadaunadelasportadasquecreanparamisobras,yaquelogranquemislectoresseenamorenvisualmentedemisnovelasantesdeleerlas.

GraciasaEditorialPlaneta,porrespaldarunavezmásmisnovelas.

Y ahora, por orden alfabético, para que ninguna se ponga celosa,porquetodassonigualesdeimportantesparamí.Ana,Cecy,Kari,SilviyPili, me alegra muchísimo compartir la cocina de cada una de mishistoriasconustedes,lomuchoqueseemocionanconcadapartequelespermito leer. Por entusiasmarse al buscarle cara a cada uno de lospersonajes. Esos cástings son inolvidables y súper divertidos.Mejor nocontar las barbaridades que a veces se nos ocurren de cada uno. Seríapocoserio.

Cecy, gracias por tu complicidad, en esta novela en particular.Hassido «mi oreja» y me has dado tu opinión de lectora en muchasoportunidades,enlasquehemosdiscutidoydesentrañadoenlaintimidad,conelfindequemeindicarassisonabacreíble.Graciasporesasfotos,yesas ocurrencias que muchas veces han inspirado un capítulo. Por larecopilaciónde frasesquehicisteparamí,a laesperadequealgunamesirviera.

Silvi, graciaspor ayudarmecon las frasecitas en inglés, ypor esascancionesqueavecesmesuministrasa findequealgunamesirvaparaincluirlasypasenaformarpartedelplaylistdellibro.

Kari, Ana, por tener tiempo paramí entremedio de la familia y eltrabajo.Pili,poresasocurrenciasquenoshacendesternillarderisayporestarsiempre.

Quieroagradecermuyespecialmentealoslectoresqueconsucariñonutrenmialma,mecolmandeafectoymesiguendondevoy;alosnuevosyalosnotannuevos,alosquesiempreestányalosquereciénmehanconocido.

Será hasta la próxima. Ustedes allí dispuestos a vivir una hermosahistoriadeamor,yyoaquí,esperandopoderllevarlescompañía.

FABIANAPERALTA

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Biografía

FabianaPeraltanacióel5de juliode1970,enBuenosAires,Argentina,dondeviveenlaactualidad.

Descubrió su pasión por la lectura a los ocho años. Le habíanregaladoMujercitas,deLouisaMayAlcott,ynopodíapararde leerloyreleerlo.Ésefuesuprimerlibrogordo,peroapartirdeesemomentotodala familiaempezóa regalarlenovelasydesdeentoncesnohaparadodeleer.

Esesposaymadrededoshijos.Siemprelehagustadoescribir,yen2004redactósuprimeranovela

romántica como un pasatiempo, pero nunca la publicó. Muchos de susescritosnuncasehanpublicado.

En2014salióalmercadolabilogía«Entusbrazos...yhuirde todo

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mal»,formadaporSeducciónyPasión,bajoelselloEsencia,deEditorialPlaneta.Elhechodequeestanovelavieralaluzfueporqueamigasquelahabían leído la animaron a hacerlo. En 2015 publicóRompe tu silencio(Esencia)yDimequemequieres(Zafiro).

Laautorasedeclarasumamenteromántica.

Encontrarásmásinformacióndelaautoraysuobraen:www.fabianaperalta.com

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Notas

[1]MarryYou,ElektraEntertainmentGroup Inc. for theUnitedStates andWEA International Inc.fortheworldoutsideoftheUnitedStates.InterpretadaporBrunoMars.(N.delaE.)

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[2]NeverKnewINeeded,WaltDisneyRecords,interpretadaporNe-Yo.(N.delaE.)

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[3]Losing my Religion,© 1991 R.E.M./Athens, L.L.C. under exclusive license to Warner Bros.Records Inc. Marketed by Rhino Entertainment Company, a Warner Music Group company.InterpretadaporR.E.M.(N.delaE.)

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[4]SomewhereOnlyWeKnow,©2004Universal-IslandRecordsLtdunder exclusive license toInterscopeRecordsintheUSA.InterpretadaporKeane(N.delaE.)

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[5]Pony,ReleasedOct08,1996©1996SONYBMGMUSICENTERTAINMENT.InterpretadaporGinuwine(N.delaE.)

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[6]WhereverYouWillGo,©2001BMG.InterpretadaporTheCalling.(N.delaE.)

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[7]WeDon'tHaveToTakeOurClothesOff,©2015VirginRecordsLtdinterpretadaporEllaEyre.(N.delaE.)

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[8]Run,©2004PolydorLtd.(UK).InterpretadaporSnowPatrol.(N.delaE.)

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[9]Inyeccionesenelespaciointratecalalrededordelamédulaespinal.

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[10]¡Hola,papi!Soytupróximoproblema.

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[11]Port-a-Cath:catéterqueseintroducebajolapieleneltóraxdelpacienteconuntuboquevaauna vena central y se usa para la administración de medicamentos (principalmente, quimioterapiaoncológica),yademásdeparafacilitarlaextraccióndemuestrasdesangre.

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[12]Disfrutadelosúltimosdíasdemiscurvas.Cargandoal20%.

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NacíparaquererteFabianaPeraltaNosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestelibro,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio,seaésteelectrónico,mecánico,porfotocopia,porgrabaciónuotrosmétodos,sinelpermisoprevioyporescritodeleditor.Lainfraccióndelosderechosmencionadospuedeserconstitutivadedelitocontralapropiedadintelectual(Art.270ysiguientesdelCódigoPenal).DiríjaseaCEDRO(CentroEspañoldeDerechosReprográficos)sinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.PuedecontactarconCEDROatravésdelawebwww.conlicencia.comoporteléfonoenel917021970/932720447.Diseñodelacubierta:ZafiroEdiciones/ÁreaEditorialGrupoPlaneta©delaimagendelacubierta:Shutterstock©fotografíadelaautora:archivodelaautora©FabianaPeralta,2016©EditorialPlaneta,S.A.,2016Av.Diagonal,662-664,08034Barcelona(España)www.edicioneszafiro.comwww.planetadelibros.comLospersonajes,eventosysucesospresentadosenestaobrasonficticios.Cualquiersemejanzaconpersonasvivasodesaparecidasespuracoincidencia.Primeraedición:marzode2016ISBN:978-84-08-15122-7Conversiónalibroelectrónico:Àtona-VíctorIgual,S.L.www.victorigual.com