TERESITA CALVÓ

primera tiple del teatro-salón Regio.

N.°65Año III REVISTA QUINCENAL ILUSTRADA 1.° Diciembre de 1908

Cuenta, además, con otra de Arniches y Moltó,y con

una tercera del propio Arniches y López Silva.También el autor de Las bribonas trabaja en una

nueva producción para elmismo teatro.La Zarzuela, en tanto que puede ofrecerle al público

el anhelado estreno de A B C, ha dado á manera de ape-ritivo la reprise de Lamanzana de oro, obra muy á pro-

pósito para que lucieran sus abundantes encantos las ti-

ples de la casa, entre las que, como es de presumir, des-taca Úrsula López.

El público ha encontrado apetitosa La manzana, y

acude á saborearla todas las noches.Lara, que con Lafuerza bruta tenía bastante para

ver lleno el teatro durante muchas noches, por lomenosen la sección en que se representa esta obra, ha creídoconveniente añadir un nuevo atractivo. Es este la trans-

formista Fregolina, una monísima criatura que hace el

trabajo con una rapidez y un buen gusto irreprochables.En el Cómico, á pesar de que Alma de Dios continua

proporcionando llenos, se ensaya una obra nueva de An-

tonio Soler ySinesio Delgado, música de Calleja, titulada

La noche de los tiempos. .La empresa ha hecho decoraciones y trajes para esta

obra, que será presentada con gran lujo

El Gran Teatro estrenó una zarzuela del br. iJiaz m-

varez, con música de Foglietti, titulada Elrey de la casa,

que no agradó al público, á pesar de haberse aplau-

dido la música y de haberse repetido algunos de sus nú-

meros. • ,,Posteriormente ha estrenado una consecuencia de

5. M elBotijo, titulada 5.A. elBrasero, que si no alcanzo

el mismo gran éxito que aquélla, entretuvo muy agrada-

blemente alpúblico, siendo aplaudidos al final los^ auto-

res y los actores, entre los que destacaron las señoritas

Flores y Barceló, señora Sanz y los señores Soler yIMart.

Con el título de La tribu gitana estrenóse en el tea-

ALestreno del poema de amor y caballería Gerinel-do, de los señores Castro y Alarcón, que ha sidouno de los éxitos literarios más importantes de la

temporada, ha seguido, en el teatro Español, el de laadaptación escénica hecha por el Sr. López Roberts dela novela de Galdós La corte de Carlos IV.

Elpúblico encontró poco interesante la forma en que

el dramaturgo presenta los episodios que ideara el grannovelista, y, no obstante la espléndida presentación es-

cénica que la dirección artística dio á la obra, mostrófrancamente su desagrado.

Los demás teatros grandes no han ofrecido ningunaobra nueva. Apolo continúa con Las bribonas y El talis-mán prodigioso, yprepara con lentitud una obra de loshermanos Quintero, Las milmaravillas, que se estrenaráen Pascua.

Armando Gresca

EL ARTE DEL TEATROPrecios de suscripción:Madrid: Semestre, 6 pesetas. Año, 12.

Provincias: Semestre, 7 Ptas. Afio,12.50Extranjero: Año, 20 francos.Número suelto: 0,75 francos.

fj Publicación quincenal ilustrada R Redacción, Adminis-

DIRECTOR: E. CONTRERAS Y CAMARGO || *™C'0"/^"^f'Calle de San Mateo, N.° 1Teléf. 1.951.

-Apart. 389.

:: Madrid,1.° de Diciembre 1908

teatral *s CRÓNICA

Las situaciones de la obra y los chistes del diálogofueron muy celebrados por el público.

La zarzuela Lapresidaria, original del popular actor

Ventura de la Vega, música del maestro Padilla, estre-

nada en el teatro Barbieri, obtuvo un éxito completo.El interés que ofrece la fábula y la habilidad con

que el autor ha preparado las situaciones dramáticas queen su desarrollo se suceden, determinaron un éxito gran-de y entusiasta, al que no dejó de contribuir la labor delmúsico, que ha compuesto una bonita partitura.

Romea ha estrenado dos obras: Neblina, de CarlosCerrillo y La herencia del tío, de Ricardo Valero. Ambasfueron del agrado del público, especialmente la segunda,que tiene situaciones hábilmente preparadas.

Los artistas de la notable compañía que dirigen los

señores Castilla y Palacio interpretaron bien ambas obras.La americana, juguete cómico de Juan Villareal, fue

estrenado con buena fortuna en el Coliseo Imperial, y enel delNoviciado obtuvo un gran éxito,la zarzuela de losseñores Linares Becerra y Hgarelo, música de CandelaArdid, Corazón serrano

La obra, que tiene situaciones cómicas de verdade-ra gracia y un diálogo vivo é ingenioso, proporcionó untriunfo á sus autores y á sus intérpretes.

También en este teatro se estrenó con fortuna elpoema de Santiago Rusiñol Cigarras y hormigas, bellacomposición literaria más que teatral, que interpretaronprimorosamente la señorita Rodríguez, señora Molins ylos señores Porredón, Montenegro é Infiesta.

La compañía de Rosario Acosta, que actúa en el Po-listilo,estrenó la comedia en un acto, de Benavente, Lacasa de la dicha, interesantísima producción en la quecampea la fina sátira que ha dado celebridad al ilustredramaturgo y en la que la observación de los tipos y elencanto de las situaciones revelan al maestro.

En Venecia, donde continúa actuando la compañíaque dirige Emilio Armengod, estrenaron los populares au-tores Perrín yPalacios un gracioso juguete cómico titu-

lado ElDoctor Mendoza

En elRegio estrenóse también con gran éxito la co-media líricaElPasmo de Andújar, de la que en otras pá-ginas de este número ofrecemos amplia información.

¡Picaro telefonóles un gracioso juguete cómico, ori-ginal de los señores González del Castillo y Jover, queestrenó con gran éxito la compañía de Porredón en elPríncipe Alfonso.

En su interpretación distinguiéronse los hermanosUliverri y el señor Camacho

tro Martín una zarzuela original de los señores Paso yAsensio Más, música del maestro Mariani, que por susgraciosas situaciones, por el interés que ofrece y por labelleza de la música, fué aplaudida con entusiasmo.

Paula, Srta. PINO Fray Abundio, Sr. mese jo Manuela, Sr.a. moreu

Apuntes del „carnetM de un periodista, por Antonio M.Viérgol, música de Rafael Calleja,estrenados en el teatro de Apolo.

.* EL BANCO DEL RETIRO w*

El saladísimo Sastre del Campillo no ha querido dar-nos una obra con asunto sensacional, ni es El banco delRetiro una sátira finísima, como lo son elRuido de campa-nas y su digna sucesora Las bribonas.

Viérgol, según parece desprenderse del calificativoque le ha dado á su obra, se ha levantado temprano cier-ta mañanita del estío, ha encaminado sus pasos al Retiro,ha visto cuatro cosas, las ha anotado en su carnet (supo-nemos que no habrá sido en el de identidad, porque consu retrato no queda sitio), se las ha leído á Calleja, luegoá Arregui y Aruej, quizás á Sinesio, y luego nos las hadado á nosotros pa que nos enteremos de lo que él apunta

Laúltima obra teatral del autor del ruidosísimo

Ruido continúa en el cartel del teatro de Apoloproporcionando merecidos aplausos á los artistas

que en ella toman parte.

Y he aquí lo que es Elbanco del Retiro. Comienzacon un muy agradable número de música del maestroCalleja, música retozona, alegre y brillante, como toda labuena suya, y al levantarse el trapo, alrededor de unbanco del Retiro donde están sentadas tres respetablesmaestras, juegan al corro las uniformadas alumnas, ter-minando el inocente pasatiempo infantil con un cake, porcierto muy bien bailado por las jóvenes artistas, á quie-nes premia el público con su aplauso entusiasta.

en su carnet, entre las inevitables y aterradoras ringlerasde numeritos que delatan y detallan el presupuesto ca-sero, la cuenta de la perfumería ó las rientes y simpáticassumas de las representaciones de Las bribonas.

Y á fe que el Sr. Viérgol vio cosas en el Parque deMadrid muy dignas de anotarse y por tales dignas detener en cuenta.

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PAC sEL ARTE DEL TEATRO

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\u25a1

Y como no son compati-bles los maitines que reza conaquello que ve, se levanta ylas deja.

Las amas, en vista de queya no las oye nadie, se des-ahogan cantando un numeri-to, especie de Nana, admira-blemente instrumentado yadmirablemente cantado.

Un sargento y un quintode húsares llegan, y como selas encuentran cantando, yquizá por aquello de que don-dequiera que fueres, etc.,

cantan también, camelándolasfinamente.

Aquello se arregla, y co-mo es necesario que continúeel desfile de tipos, hacen mu-tis los cochecitos por mor deuna cuesta abajo, y tras el co-

Terminan las alumnas en columna de paseo,y hacen mutis.

Eusebio, el eterno paseante tronado de losjardines, muy bien caracterizado y muy bienvestido (valga la palabra) por el Sr. Ruiz deArana, ha decidido suicidarse, y se sienta en elbanco para hacerlo cómodamente.

Siempre que un desdichado de estos saleal escenario, causa la hilaridad de los especta-dores. Nos hacen muchísima gracia estos ce-santes desmayados, con su consabido gabánraído y su arrugado sombrero de copa. El pú-blico se ríe del hambre del prójimo y celebrala deliciosa ocurrencia que tiene el personaje.¡Apenas si tiene sombra querer darse un tiropor falta de alimentación!

Cuando ya el desdichado Eusebio se hasantiguado y se dispone á bien morir,.sus piesnerviosos tropiezan con un objeto que hay de-

bajo del asiento. Alpobre Eusebio no le que-

da en este mundo nada... nada más que cu-riosidad, y recoge el ozjetito, que diríaPalome-ro. Es una cesta con merienda que ha dejadoolvidada una de las colegialas. Eusebio aplazalo del suicidio en vista del festín que la Pro-

videncia le depara, y comienza á devorar lamerendilla. En esto fray Abundio (Sr. Mesejo)llega al banco y se sienta. Es una escena muybien hecha. La sátira de Viérgol asoma, atre-vida y graciosa. Eusebio termina su banquete,deja allí la cesta y abandona el banco, dispues-

to á darse un paseíto para hacer la digestión.Fray Abundio entonces nos dice que estamos en verano,

con el objeto de quitarse el sombrero de teja, con el queinadvertidamente cubre la cestita que Eusebio dejó, yavacía, por supuesto.

Llega la colegiala dueña del cestito acompañada poruna de las profesoras; la niña pregunta al fraile por la

cesta, y éste, áspero y malhumorado, contesta que no la

ha visto;pero por fin la chica la descubre, y al encontrar-

la vacía, llorasu bien perdido y dice á la maestra:

ore. pino Manuela. Srta. MOREU Agustín, Sr. MANZANOPablo, Sr. rufarT Paula, Srta. pino Manuela, ora. s

EL ARTE DEL TEATRO PAG.3

Agustín, Sr. MANZANOManuela, Srta. MOREU

Pablo, Sr. RUFARTPaula, Srta. PINO

—Elseñor cura se ha comido la merienda.—Niña

— responde la profesora —,loque se comen

estos señores no se dice.Alhacer mutis estos dos últimos personajes, llegan

dos hermosísimas amas de cría, Paula (Srta. Pino) y Ma-nuela (Srta. Moreu) conduciendo sendos cochecitos en los

que van dos niños de pecho.Las rozagantes amas toman en brazos a los rorros y

se disponen á darles elpan de cada día, para lo cual sesientan en el banco, dejandoen medio al venerable fraile,que exclama:— ¡Bonito cuadro paraElMotín!

una limosna parasus churumbeles,unagitanilla (seño-rita Palou), que lescanta y baila ungarrotín como lospropios ángeles

El número,bien hecho y bieninterpretado por lasaladísima sevilla-na, que le da lo su-yo, se repite entreaplausos estruen-dosos y vanse es-tos personajes pa-ra dejar libre laplaza á un niñoaristócrata, Mano-lito (señora Soler)y á un lacayo, Ne-mesio (señor Mon-cayo). Es una esce-na deliciosa, en laque juegan al toroamo y criado, y seda motivo para queManolito cante unnumerito — el delos silbidos

—tan

acertado como to-dos los de la obray que, como todos,es aplaudido y re-petido. Elenita (se-ñorita Sánchez

Imaz) y Ramona (señoritaEspinosa), novias respecti-vas de Monolito y de Neme-sio, acuden á la cita queellos les han dado, y ya loscuatro juntos cantan el últi-mo número de la obra.

Una pareja de goltosFilo(señorita Moreu) yUfra-sio (señor Mihura), tomanasiento en el otro lado delbanco, Una mamá cursi, do-ña Lola (señorita Vidal), ysus niñas sostienen un pe-queño diálogo sobre si si-guen ó no los pretendientesá las niñas; unos mamporrosque se pegan los golfos haceacudir al lugar del suceso alcoro general, á un. guarda yá un agente.

Se soluciona la cuestiónporla autoridadcompetente,yel guarda (Sr. Soriano) diceal bajar el telón: «¡Oh, lo quepodrían decir estos bancosdel Retiro si hablasen.. .! »

P. P. Fernández

Todos los artistas muy en consonancia con sus pa-peles; de hacer alguna mención especial, la merecerían laseñora Soler, las señoritas Palou, Pino y Moreu, y los se-ñores Moncayo, Ruiz de Arana, Rufart yManzano.

Nemesio, Sr. MONCAYO Manolíto, Sra. SOLER Fots. Veronés,

EL ARTE DEL TEATROPAG.4

VáíqueZ, Sr. GARCÍA VALEROMínguez, Sr. GARRIÓN Gitana, Srta. PALOU

che las dos felices parejas, después de una escena anima-dísima y muy graciosa.

de la mayoría,arría Valero) yta, pidiéndoles

EPUBLICA DEL AMOR

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Marioneta, Srta. San

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Negro, Sr. ENRIQUEZCuadro I. El gtan Raja, Sr. PACHECO

•i>—11 •:O:•\ II /•W

Con posterioridad llega M.Henry, jefe de una troupeacrobática, cuya despedida de la compañía tuvo lugar la

noche anterior. Espera á su familia, que llegará también á

despedirse de M.Richard, porque la desgracia ocurrida á

Fred, el saltador más fuerte de la troupe, les obligará aho-ra, hasta el perfeccionamiento en los ejercicios acrobáti-

cos del sustituto, á figurar en circos de último orden.Interrumpe la visita el gran Raja, quien seguido de

un criado negro, viene á ensayar con sus fieras para cas-tigarlas y evitar así la inobediencia ante el público.

Comiénzalaobra en el in-terior de uncirco en fun-ciones. Es lahora de losensayos, y los

artistas que forman la compañía de M.Richard se ocupanen procurar el mayor lucimiento á sus trabajos respecti-vos, perfeccionándolos con la práctica.

Diana pide por mediación de un criado barreras depista para que sus caballos se ejerciten en los saltos que

luego han de proporcionar á ella ovaciones y alabanzas.Pero las barreras se leniegan bajo pretexto de que

se han dado á componer. M. Richard ha encargado queno se le faciliten á esta artista medios de lucimiento, para

lograr aburrirla y que rescinda el contrato ante las conti-

nuas protestas del público, y cuando aquél entra en es-

cena seguido de un camarero que le sirve su inseparablebotella de cognac, sanciona el proceder de su dependien-te que se negó á facilitar las barreras para el ensayo.

Diana, nerviosa, viene en queja al empresario. Entre

ambos se sucede una escena de apostrofes mutuos, queretrata de mano maestra dos caracteres perfectamenteobservados.

Deigual

modoque las

obras de losgrandes pin-tores no hande menesterencerrarse enmarcos costo-sos por su ta-lla y sus dora-dos para queresalten contoda su mag-nitud sus be-llezas y susaciertos, de lamisma manerala obra magnadel insigneBenavente noprecisa degrandes esce-narios paraque el vali-miento indis-

aqSltóle aprecie sin perder detalle ylas bellezas engar-

zadas en su primoroso dialogar se gusten con deleí e.

Por esto y porque el ilustre autor estimará sin duda

que el arte, si es arte, se manifiesta dondequiera que sepresente, no se opone á entregar las primicias de obras

originales á esa innúmera legión de salones-teatros cines

y pequeños coliseos de que está plagado actualmenteMadrid. , ,, , ,

Ybajo este aspecto, asombra la labor verdaderamen-te portentosa del eximio dramaturgo. \u25a0\u25a0.•-..

Rara es la semana que en los carteles de los teatros

madrileños no se anuncie un estreno de Jacinto Benaven-

te Y de este trabajar infatigable y próvido disfrutan por

igual, como dejamos anotado, los teatros modestos ylos de

la mavor categoría. eTocóle ahora el temo al teatro Lara, y ha sido afor-

tunado de tal suerte, que la obra entregada por Bena-

vente excede en valer y en excelentes condtciones es-

cénicas, al decir de algunos, á la que la ante-

rior dio un gran éxito á la compañía de este teatro ypro-

vechosos resultados á la empresa, con el titulo de Los in-

tereses creados. , ,,,„„pn

La fuerza bruta delata un nuevo modo de hacer en

Benavente. Lejos de ser el diálogo el característico de es-

te autor que envuelve entre primores de lenguaje crueles

ironías y esconde entre los encajes de suestilo galano y

exclusivo las punzadas de la más fina sátira, es placido,

tranquilo, sentimental y tierno.

vüv*11—11•LA FUERZA BRUTAComedía en un acto y dos cuadros, original de Jacinto Benavente, estrenada en el teatro Lara.

•pi

Es otro am-biente, otroaspecto dis-tinto total-mente del quehan tenido susobras hastaahora, unaprueba másde la asom-brosa ductili-dad de talen-to del genialdramaturgo,honra y gloriadel teatro es-pañol contem-poráneo.

se marcha con la familia Henry. Precisamente aquel díatermina su contrato, que no renueva porque sus senti-mientos se rebelan contra la inhumanidad que supone elabandono de Fred, pobre víctima del trabajo, que por todopremio á sus aptitudes tuvo en su utilidad la explotaciónconstante del empresario, y en la desgracia que le dejóimposibilitado para ganar la vida, el hospital, la soledady la miseria.

riñoHugo, agresivo, sale á obligar á Nell á la renovación

del contrato. Yano está Fred á su lado; él es el más fuer-te y la obligará á irse con ellos y á que le entregue suamor de grado ó por fuerza.

Las rotundas negativas de Nell exasperan al acró-bata, que al intentar el logro de sus propósitos con el

\L ARTE DEL TEATROPAG.6

L

•\u25a0—»

El amor carnal con que Bob le brindaba, se reduci-ría á mutua correspondencia de afectos, al cariño since-ro de hermanos, y unidos ambos, fortificadas sus almaspor la práctica del bien que emprendían, tal vez la fortu-

de corazón en Bob, á quien comunica su irrevocable de-cisión de abandonar á la familia Henry, y le propone quese una á ella, y juntos, modestamente, recorrerán pueblosy aldeas, autónomos, libres, sin la codiciosa tutela de em-presarios y llevando con ellos á Fred, al pobre Fred, á sutriste inválido.

Y después de varios menudos incidentes que sirvenpara dibujar varios tipos y redondear el de M. Richard,verdadero acierto del autor, llega la nominada familiaHenry, formada por Mme. Henry, Berta, Nell, Hugo, Dicky Cayetano, que ocupará el puesto del pobre Fred.

A ver y apreciar las condiciones del artista futuro sedirigen todos á la pista, á excepción de Berta y Nell.

Su conversación nos descubre los amores de la últi-ma con Fred, amores que éste consolidó espantando ágolpes y puñadas los continuos asedios de Hugo. Nell no

'US[ «

f

Fred, Sr. PUGACuadro II, Sor Simplicia, Srta. MORENO

na les acariciara y llegarían como. M. Richard á ser pro-pietarios de un circo importante, á tener sus artistas, áver realizados sus sueños de ventura y bienandanzas.

El espíritu de Bob sostiene ruda lucha. Su egoísmole impulsa á negar su concurso al proyecto de Nell, quepoco después es aceptado con gozo. Destruidas sus -an-sias de poseerla y de ser amado por ella, la verá al me-nos constantemente, la tendrá siempre á su lado, y aunviéndola de otro, disfrutará de su gratitud y de su ca-YNell,la espiritual Nell, la hermosa funámbula de

líneas purísimas, que levanta en los públicos tempesta-des de deseos, contrarrestados siempre con el candor desus sonrisas pródigas, rechaza indignada las palabras deBerta, ajenas por completo al bien del espíritu.

La llegada de Bob, aspirante también al amor deNell,pone término á la escena entre ambas hermanas.

Un secreto instinto hace á Nell advertir la bondad

Se desarrolla elsegundo en lagalería de un hospital. Fred, con-valeciente, vierte el acíbar de sustristezas en su conversación consor Simplicia.

¿Qué será de él? El porvenirse le presenta obscuro y frío.: Sinluz y sin afectos, el fantasma de lamiseria se le presenta demacradoy repugnante, apoderándose de élen plena juventud.

Sor Simplicia pone en sus pa-labras consuelos y esperanzas. Leexhorta á laconformidad y á la pa-ciencia. ¡Dios es bueno! La deses-peración y el pesimismo sólo lle-van al mal. ¡Y quién sabe!

Unenfermero avisa á Fred dela visita de su familia, que viene á despedirse del enfermo.Entran todos y se sucede una escena interesantísima queemociona hondamente. A todos abraza, con todos llora. Yal volver los ojos por última vez á la Nell de sus amores,la voz de la perfidia le dice por boca de Hugo que fuéuna ingrata; que huyó con Bob.

Alfin se van. Rebosantes los ojos de lágrimas y elpecho de pesares, los ve irFred, y apoyándose en lamu-leta, se levanta á duras penas para darles elúltimo adiós.

El frío glacial del abandono invade su alma heridapor la punzada dolorosa de la traición de Nell.

Negras ideas cruzan su cerebro débil. Piensa en la decisión actual, y para él es depresivo y humillante tomar

amores por lástima y medios devida como limosna.

Resuelve marcharse sin espe-rarlos, á correr la suerte que eldestino le tenga reservada.

Por intuición piensa Nellen laposibilidad de esta decisión deFred, y vuelve con Bob antes delo propuesto.

Un coche les espera abajo.Van á la vida nueva que Nell au-gura de risas y alegrías.

Y después de besar la cruzque sor Simplicia les ofrece, Fredmarcha hacia la calle con la ayudade Nelly de Bob, yentre regocijosse siente mejor, más fuerte. Yes lafuerza del espíritu la que lo anima,muy superior á la fuerza bruta dela materia.

La interpretación, primorosí-sima, destacando Matilde Morenoen la poética figura de la Herma-na de la Caridad; las Srtas. Pardo,Alba y Ortiz, y los Sres. Romea,Puga, Simó Raso, Rubio, Barray-coa, Mora yMata.

muerte. Nuevamente el enfermero le avisa visita. La deahora es más grata, más sincera. Bob y Nell entran enescena. A la vista de Nell, renace brioso en el triste pe-cho del inválido el amor que estimaba perdido, y extien-de cariñoso para recibirla sus brazos sin fuerzas. Le co-munican su proyecto, que es acogido con complacencia.Pronto vendrán á recogerle, por que precisa para la vidanueva que van á emprender la adquisición de efectos detrabajo.

Sor Simplicia, Srta. MORENO

Fred, Sr. pugaBob, Sr. MORA Nell,Srta. PARDO

Rogelio Pérez de Olivares

EL ARTE DEL TEATRO PAC 7

Mme. Henry, Srta. ALBA Hugo, Sr. MATA Dícfc, Sr. BARRAYCOABerta, Srta. OTERO Fred, Sr. PUGA Cayetano, Sr. SIMÓraso

bárbaro empleo de la fuerza bruta,se encuentra frente á Bob, si másdébil que él, más fuerte, porquele anima la impetuosidad de sucariño honrado. Luchan los hom-bres, acuden todos á separarlos, yentre el estado de anormalidadque crea la cuestión, y con la mar-cha de Nell y Bob, termina el cua-dro primero de la obra.

Aida, el hermoso poema de Ghislauzoni, que inmor-talizó la inspiración portentosa de Verdi, proporcionó untriunfo completo á la Sra. Boninsegna, que interpretó laparte de protagonista, y otro, no menos legítimo y gran-de, á la Parsi, encargada del papel de Amneris.

Ambos artistas, admirables de voz y de sentimiento,lograron producir en el público el escalofrío del entu-siasmo, y en sus desesperaciones por un cariño imposi-ble launa, y en sus enérgicos apostrofes y en sus súplicasante los sacerdotes en la escena del juicio, la otra, hirié-ronse aplaudir efusivamente.

Para todos tuvo aplausos efusivos el público, y alfinalizar la representación obligó al maestro Rabí á subiral escenario, para que compartiera con los artistas losaplausos que en tan brillaute lidhabían ganado él y losprofesores de la orquesta.

Muy bien presentada la obra y magistralmente diri-gida por elmaestro Rabí, que llevó la orquesta de modoinsuperable, haciendo resaltar los diferentes ritmos, losmatices varios, las ricas sonoridades de aquellas páginasen que se desborda el estro portentoso del genial músico;la representación de Sigfredo resultó perfecta.

El tenor Giraud, que siente el poema y da á cada ai-tuación, á cada frase la expresión apropiada, tradujo conmaestría los diversos sentimientos que agitan el alma deSigfredo en el transcurso de la obra.

Pini Corsi en el papel de Mimo, y los Sres. Cigada,Claverio yVerdaguer compusieron un conjunto muy ar-monioso, al que contribuyeron las Srtas. Grissi, Luca-cewska y Kempré.

Sigfredo, la segunda jornada de la grandiosa tetra-logía de Wagner Elanillo de Nibelungo, ha constituido elsuceso más interesante de cuantos ha ofrecido hasta lafecha la temporada del Real.

LaSrta. Lucacewska merece también mención espe-cial, y efusivos elogios el maestro Villa,que dirigió la or-questa con la seguridad del que posee un absoluto domi-nio de la partitura.

La Sra. Boninsegna, en el papel de Elena, tuvo oca-sión de probar nuevamente los encantos sugestivos de suvoz melodiosa, obteniendo un verdadero triunfo.

La soprano argentina Ida Gobbato, en la parte deMargarita, mostró espléndidas facultades, que brillaron in-tensamente en las escenas dramáticas, á las que dioacer-tadísima expresión.

Mefistófeles ha sido la tercera obra representada en elReal

No es la producción de Arrigo Boito de las que des-

piertan mayor interés entre los aficionados á la ópera, ypor esto sin duda observóse cierta frialdad al comienzo

de la representación.Elbajo Mansueto, que posee buena voz y dominio

del personaje protagonista, rompió el hielo haciéndoseaplaudir con entusiasmo.

El tenor Godono, en la romanza Dai campi, mostróseinseguro, como si leembargara el temor, yquizá por estono dio la expresión adecuada á este número musical.

Durante toda laobra advirtióse en el artista esa faltade dominio, y únicamente en el epílogo, recobrada la se-renidad, lució sus facultades cantando laromanza con ex-

quisito arte, que hizo prorrumpir al público en aplausoscalurosísimos.

Teatro Real ( 11 V¿^ II——11

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dujo también muy buena impresión; y el bajo Vidal, á

quien ya ha aplaudido el público en esta obra, obtuvo lamisma favorable acogida de siempre.

Laorquesta, bajo la dirección del maestro Villa,muybien, yla presentación escénica de la obra, irreprochable.

Los demás artistas que tomaron parte en la inter-pretación de la obra contribuyeron á que ésta ofrecieseun buen conjunto.

Elmaestro Rabí dirigió la orquesta magistralmente,demostrando un dominio absoluto de la obra.

Elbarítono Kaschmann, que ya en 1879 había can-tado en nuestro regio coliseo, desempeñó á la perfecciónla parte de Wotan, demostrando que, á pesar de losaños transcurridos, no ha perdido facultades. La famosadespedida del último acto valió una estruendosa salvade aplausos al notable barítono, por el arte con que lacantó

Eltemplo de la ópera inauguró brillantemente su

temporada.La dirección atística, en atención al grandioso

éxito que en la temporada anterior había obtenido la re-

presentación del portentoso drama lírico de Wagner La

Walkyria, dispuso esta misma obra para la funcióninaugural. . .

Con el papel de protagonista debutó la Srta. Urissi,

artista dotada de excelentes facultades, que canta consentimiento. En toda la obra mereció aplausos, y espe-

cialmente en la escena del último acto con el barítono.En la parte de Siglinda mereció también los aplausos

del público la Srta. Kempre, soprano que posee voz melo-diosa y buena escuela de canto.

La mezzo-soprano Srta. Lueacewsca, que canta con

mucha afinación, aunque no demuestra grandes faculta-des, estuvo afortunada en la parte de Fricka.

El tenor Giraud demostró en el papel de Sigmundoque la fama de que venía precedido no era exagerada.Es un buen cantante, que ha hecho un estudio concien-zudo del personaje, á cuya fiel interpretación sacrificalas facultades que posee

y

m

!•

Augusto Scampini, un tenor nuevo que en tres añosde carrera ha conseguido la celebridad, presentóse con elpapel de Radamés. Su voz brillante,segura, su claro y pre-ciso fraseo y el completo dominio que ejerce sobre su gar-ganta, valiéronle el aplauso del público, que en el concer-tante del segundo acto comprendió que se las había conun verdadero artista de facultades extraordinarias. En eldúo del acto tercero y en el final demostró, además deuna gran delicadeza, prodigiosa agilidad de garganta, queel público premió con aplausos nutridos.

El barítono Cigada, de voz extensa y potente, pn>

s:sCuadro I. Diana, Srta. Bajatíerra Coronel, Sr. González Capitán Alberto, Sr. Ulíverrí Gastón, Sr. Camacho

s LOS DOS RIVALES .*

Melodrama en un acto dividido en cuatro cuadros, libro de los Sres. Asensio Más y Capella,

música del maestro Jerónimo Jiménez, estrenado en el teatro Marta.

Desarróllase la acción de ésta en los campamentos

francés y prusiano durante la famosa guerra que tan in-

teresantes episodios proporcionó á la Historia.En el primer cuadro, que ocurre en el campamento

francés, sabemos que un oficial de este bravo ejército, elcapitán Alberto, ha sido sometido á un Consejo de guerrasumarísimo, por haberse ausentado del campamento sin

permiso de sus jefes, y que dicho Consejo, cumpliendoestrictamente la Ordenanza, lo ha condenado á ser pasa-do por las armas. .

Pero el capitán Alberto no es un desertor. Su bri-

llante hoja de servicios, sus actos heroicos frente al ene-

migo, abonan su conducta. Si abandonó las filas, fué por

acudir en auxilio de su esposa, quien, víctima de una ase-chanza, ha caído en poder de los prusianos.

Un traidor á la patria, un oficial francés que se pasoal ejército enemigo, enamorado de la mujer del que fuésu camarada, se propone vencer sus desaires y hacerla

Laempresa del teatro Martín está de enhorabuena.

Después del éxitologrado con La leyenda mora, queproporcionó grandes entradas durante muchas no-

ches, la empresa ha dado con otra obra que por su índoleespecial, muy en armonía con los gustos del publico deaquel teatro, vivirá en los carteles gran parte de la tem-

porada, proporcionando grandes ingresos en la taquilla.

Es esta obra que tan extraordinario éxito ha conse-guido, el melodrama en un acto y cuatro cuadros Los dos

rivales, libro de los Sres. Asensio Más y Capella, música

de Jerónimo Jiménez. . ,Alinterés que ofrece el desenvolvimiento de la la-

bula hay que añadir la abundancia de situaciones teatra-

les y de efectos dramáticos que complican la acción y ha-

cen que el interés del auditorio vaya en aumento.La música, inspirada, marcial y valiente, sirviendo a

la perfección las situaciones del libreto, ha contribuidopoderosamente al éxito que ha alcanzado la obra.

D

no, cuyas filas ha lo-grado atravesar el ca-

pitán Alberto, sin que las balas enemigas hagan blancoen él. Presa de la desesperación que, sin duda, la privaradel juicio,Marcela vaga por el bosque.

Aceptado el ofre-cimiento, dispónese elcapitán á cumplir elencargo, que si no lelibrala vida, le salvaráde la deshonra.

El segundo cua-dro se desarrolla enun bosque próximo alcampamento prusia-

Nadie rompe lasfilas,yhay un momen-to de terrible ansie-dad. Elcapitán Alber-to se adelanta y diceque si sus superioresse lo permiten, él lle-vará la orden ó que-dará muerto en el ca-mino.

alguno que voluntaria-mente se ofrezca á lle-var á cabo tan arries-gada comisión, se pre-sente.

Cuadro II. Renard, Sr. muro Alberto, Sr. ULIVERRI Marcela, Srta. ULIVERRI

EL ARTE DEL TEATROPAC io

Diana, Srta. BAJATIERRA Gastón, Sr. CAMACHOCuadro I.

Pero deseandosalvar su vida el coro-nel jefe de las fuerzasen que elcapitán pres-ta sus servicios, ideaun medio, que ofrecealgunas probabilida-des, y que por lo menos le librará de la deshonra de serfusilado.

No puede atenderlainflexible Ordenan-za estas razones, y elcapitán es condenadoá muerte.

Elcapitán Alber-to, al conocer la in-fame traición de queel renegado ha hechovíctimas á su esposayá él,propónese bus-car al rival odioso, ycon este objeto aban-donó el campamento.

suya por la fuerza, ytendiéndole una em-boscada, logra apode-rarse de ella y hacerque sea conducida ásu tienda.

Precisa atravesar las filas enemigas para estableceruna comunicación entre el Cuerpo de ejército allí acam-pado y el que separa de éste al ejército prusiano. La mi-sión es peligrosísima, y el que la intente deberá contarcon valor bastante para no temer perder la vida en la de-manda. El coronel ordena que, si hay entre sus soldados

Satisfechos sus bárbaros apetitos, el capitán Renard,el renegado, que la consiguió por la fuerza, no la impidealejarse, aunque sobre ella ejerce una estrecha vigilancia.

La esposa del capitán Alberto muestra su odio pro-fundo al infame que de manera tan traidora consiguió sus

Cuadro II. Renard, Sr. MURO Gastón, Sr. camaCHO Alberto, Sr. ULIVERRIMarcela, Srta. uliverri

fines, y en un momento en que Renard va á hacerlaobjeto de sus violencias, preséntase el capitán Alberto,quien, atraído por las voces, acude presuroso.

Frente á frente los dos rivales, terminaría el encuen-tro sangrientamente si algunos soldados prusianos no acu-dieran en auxilio de su jefe, al propio tiempo que aparecetambién el asistente del capitán francés, quien, armadode sendas pistolas, protege la retirada de su amo, cuyocuerpo sirve de baluarte al de Marcela.

Cuéntale cónio, en una reñida acción librada la vis-pera, y que no se decidió hasta bien entrada la noche, los

Cae éste en poder de los prusianos; es libertado eljefe de éstos y reducidos á prisión los franceses, guarda-dores del castillo, que han sobrevivido á la refriega.

Yllegamos al cuadro último, que se desarrolla en elcampamento francés.

Sabemos, por la conversación que sostienen los per-sonajes que aparecen en laescena, que el infame Renardpagó la generosidad del conde Martel asesinándole cuan-do, protegido por sus soldados, se vio libre de la prisión.

De tan tremendas amarguras trata de consolar alcapitán Alberto su esposa, quien porun permiso especialdel jefe de las fuerzas francesas allí acampadas puedepermanecer á su lado.

ÉEnaquel momento tropas prusianas asaltan el cas-

y, tras reñida lucha con los soldados franceses queardan, entran en él y llegan á la sala en que Renard

se encuentra con el conde.

tremenda historia de susdesventuras.

Le refiere lo que élya sabe: que prisionerode los prusianos, el capi-tán Alberto fué víctimade toda clase de vejacio-nes por parte de aquelinfame oficial,cuyo ren-cor vengativo llegó hastael punto de abofetear elrostro del indefenso pri-sionero, dando despuésorden de que fuese trai-doramente condenado ámuerte por espía; conde-na de que se librópor nohaber podido ser proba-da su culpabilidad.

Eltormento á que elconde Martel somete aloficialque tiene prisione-

ro termina con un rasgo de noble generosidad. El padrede Alberto concluye jjor devolver sus armas á Renard,declarándole que queda libre

Cuadro III.

El asistente se complace en atormentar al prisione-ro, vengando de este modo las infamias cometidas por elrenegado. Pero solamente se permite mortificarle de pa-labra, pues tiene orden de su jefe de respetar la personadel odiado rival y de ejercer sobre él una vigilancia queimpida todo intento de fuga y todo propósito de suicidio.

Elconde Martel,queodia á los prusianos, porlos males de que le hanhecho víctima, entra enla sala que sirve de pri-sión á Renard.

Entre el noble y elrenegado hay una escenaaltamente dramática, quedemuestra la nobleza ygenerosidad del padre deAlberto yla traidora con-dición del odioso rival desu hijo.

No sabe el conde deMartel que el prisioneroes, precisamente, él cau-sante de todas las desdi-chas que pesan sobre ély sobre sus hijos, peroen su deseo de vengarlas infamias cometidaspor el oficial renegado,cuenta al prisionero la

El traidor Renard ha sido hecho prisionero por lastropas francesas, y su custodia, en el palacio del conde deMartel, padre del capitán Alberto, está confiada á variossoldados á las órdenes de Gastón.

Conde Martel, Sr. GONZÁLEZRenard, Sr. MURO

PACiiEL ARTE DEL TEATRO

Fots. FianzenCapitán Alberto, Sr. ULIVERRIGastón, Sr. CAMACHO Renard, Sr. MURO

Ante un furioso avance de los prusianos tienen queretroceder las tropas francesas para no verse envueltasen la avalancha que forma el enemigo.

Los prusianos llegan hasta las mismas trincheras enque se refugian los franceses; pero rehechos éstos los

El fuego se hace cada vez más nutrido; al ruido en-sordecedor de los disparos únese el estruendo de los ca-ñones que vomitan fuego y metralla, y á este bélico es-truendo se añade el redoble de los tambores y el marcialtoque de las cornetas.

En efecto, poco después, nutridas descargas de fusi-lería amenazan de la proximidad del encuentro.

Los franceses apréstanse á la lucha. El capitán Al-berto despídese de su mujer y corre á ponerse al frente desus soldados.

Las avanzadas avisan de que se observa movimientoen el campo enemigo, que hace suponer que los prusianosse disponen á un ataque.

propone recuperarla, llegando al heroísmo si llega el casoó dejándose la vida en la demanda.

La obra ha sido presentada con esplendidez por laempresa, habiéndonos presentado tres hermosas decora-ciones muy bien pintadas por el notable escenógrafo se-ñor Gallo.

También merecieron aplausos la Srta. Bajatierra ylos Sres. Camacho y Muro.

De la interpretación, ajustada en general, destacaronnotablemente por el fuego y la vehemencia que pusieronen sus papeles los hermanos Eulaliay Severo Uliverri enprimer término. Ambos declamaron con brío y cantaroncon arte.

Este patético final, lo mismo que las dramáticas si-tuaciones de la obra, electrizaron al público, que aplaudióá los autores y á los artistas, obligándoles á presentarserepetidas veces en el proscenio.

él se precipita Marcela, quien acudiendo presurosa en de-fensa de su marido, le hunde un machete en la espal-da, al propio tiempo que en lo alto de un parapeto apa-rece Gastón tremolando al aire la bandera francesa, queha recuperado del enemigo.

Al frente aparece Renard. Un disparo le hace caer.Pero se levanta ligeramente herido y se dispone á librar

combate cuerpo á cuerpo con Alberto.Los dos rivales seacometen furiosamente; con un certero golpe Renard

consigue desarmar á su enemigo, y gozoso va á hundirsu espada en el pecho del oficial indefenso cuando sobre

El asistente Gastón, á quien su novia, lacantinera del

regimiento, refiere atribulada elcaso, que tiene furiosas á

las tropas que por aquella gloriosa enseña peleaban, se

prusianos se apoderaron de la bandera francesa. Los que

la perdieron viéronla desaparecer entre las sombras y no

lograron recuperarla, aun cuando para ello persiguierontenazmente á los prusianos, á quienes suponían poseedo-res de ella

Cuadro IV. Marcela, Srta. ULIVERRI

•ro Paímíra, Srta. Andrés

tr

inVíjííúi:

Cuadro I.

La nueva pro-ducción ofrece parael público un atrac-tivopoderoso: la no-vedad. Si á esto, queconstituye hoy uncaso raro, muchomás estimable poresto mismo, se aña-de la habilidad con

la música, se comprenderá fácilmente eléxito espontáneoy unánime que alcanzó la obra.

He aquí, ligeramente reseñado, el argumento de ElPasmo de Andújar:

Antes de levantarse el telón escúchase un alegrezortzico que cantan hombres y mujeres.

Supónese, pues, que la acción se desarrolla en un

pueblecillo de Navarra.Allevantarse la cortina, ofrécese á la vista del es-

pectador un gabinetito elegante.Asomados á una ventana, escuchando el canto de los

mozos y viéndoles bailar, encuéntranse los hermanos Te-

Trátase de la co-media líricaElPas-mo de Andújar, ori-ginal, ellibro, de losSres. López de Sáa yContreras, y la mú-sica del popularmaestro Luis Fo-glietti.

Lasbellas em-

presarias delSalón Regio,

Julita Mesa y Tere-sita Calvó, que tan

brillante campañaestán llevando á ca-bo en aquel lindoteatro, han dado áconocer una nuevaobra, que en la no-che de su estrenoobtuvo un éxitogrande, y que, enlas sucesivas, pro-porciona muchosaplausos á las bellasartistas y muy bue-nas entradas.

— No, si no es Pepe— ¿Quién, entonces?—

interroga el hermano.—Un amigo tuyo... Uno que va á llegar de un mo-

mento á otro.

Teresa, Sra. JULIA MESA Ernesto, Sr.FERNÁNDEZ

resa y Ernesto, am-bos muy jóvenes, áquienes regocija laalegría de los aldea-nos. Con ellos estáRocío, una granadi-na, doncella de Te-resa, y para la queaquel bullicio ofrecesingulares encantos.

Los milatracti-vos de las fiestas deSan Fermín, que Te-resa y su hermanoenumeran, hacen re-cordar á la doncellasu hermosa Granada.

Ernesto, un apa-sionado admiradorde la fiesta taurina,muestra entusiasmopor la próxima lle-gada de las cuadri-llas que han de to-rear las corridas deferia, y especialmen-te por la del famosomatador El Pasmode Andújar, el másvaliente de los deldía, ycon cuya amis-tad se considera muyhonrado.

Hablando de es-to con la locuacidadpropia de su carác-ter impresionable ysuperficial, repara

en que laalegría de su hermana se ha trocado en tristeza.La interroga, y ella, después de algunas vacilacio-

nes, concluye por confesarle la causa de su preocupación.Esta no es otra que la creencia que tiene de que estáprofundamente enamorada, y el temor de que el objetode sus amores no sea del agrado de su familia.— ¿Es Pepe Alcántara? —interroga Ernesto—. Pues,mira, la elección no puede ser más del agrado de papá.Es un muchacho de talento y de gran porvenir, ingenierode minas

PAC 13

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EL ARTE DEL TEATRO_

.EL PASMO DE ANDUJAR .Comedía líricaen un acto y tres cuadros, originalde los Sres. Lópezde Sáa yContreras.música de Foglíetti,estrenada en el teatro Regio.

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Elingeniero expone al padre de Tere-sa sus propósitos de contraer matrimoniocon la hermosa joven, si á ella no le es des-agradable su pretensión. Elpadre, muy sa-tisfecho, llama á su hija;pero con gran estu-pefacción de don César ygran asombro dePepe, Teresa, al escuchar de labios de supadre la petición que el ingeniero acaba dehacerle, responde muy turbada:

Interrumpe el diálogo la llegada del pa-dre de los muchachos yPepe Alcántara, quecon propósito de pasar unos días en la gra-ta compañía de don César y sus hijos, hallegado en un magnífico automóvil.

taora

Ernesto, en cuya superficialidad ha deencontrar simpatía la revelación de su her-mana, pondera las condiciones delgran ma-tador, y ya en el paroxismo de su entusias-mo, dicen en un graciosísimo dúo las cosasque ocurrirían si Teresa llegase á ser la ma-

Desde entonces, cada vez que oye ha-blar de ElPasmo de Andújar, siente aque-lla misma emoción extraña.

Ernesto se queda patitieso. ¡Es posible! .. Ella le re-cuerda que una tarde que su hermano la llevó á los to-ros, experimentó una emoción grandísima al presenciarlas gallardías del torero; al verle, cabrilleando la luz delsol en las lentejuelas de su traje de luces, tirarse á matar,haciendo rodar al toro á sus pies, y al escuchar el clamo-reo del público que le aplaudía y le vitoreaba con frenesí.

En el cuadro segundo celébrase una fiesta en el jar-dín de la quinta de don César en honor del torero, or-ganizada, como es de suponer, por el superficial Ernesto.

Teresa y Rocío cantan un precioso número musical,en el que las valentías de la jota navarra en-lázanse armoniosamente con las dulces ca-dencias andaluzas.

Anunciase la llegada del matador. Te-resa, emocionadísima, trata de disimularla impresión que este anuncio le causa á lasmiradas investigadoras de Pepe, quien iró-nicamente le pregunta cómo no acude, co-mo todos, á recibir ál célebre torero.

Llega éste acompañado de sus admira-dores, los invitados y uno de los picadoresde su cuadrilla.

Todos leagasajan, y el diestro, querien-do corresponder á tantas cortesías y tanefusivas muestras de admiración, comienzaá decir cuanto se le ocurre.

Y todo lo que se le ocurre son barbari-dades y groserías, pronunciadas en tono dechistes, que regocijan alauditorio y van des-ilusionando á Teresa, quien al verle despo-jado de su aureola de la plaza, tosco, sineducación niinteligencia, concluye por sen-tir profunda aversión hacia él.

Un graciosísimo número musical, unavariación de la machicha, que bailan primo-rosamente Rocío y Ernesto, con algunos có-

Alobservar Pepe la alegría con que Teresa pronun-cia el nombre del matador, comprende quién es el dueñodel corazón de la muchacha.

Llega Ernesto en aquel momento, y después de sa-ludar á Pepe Alcántara, anuncia regocijado la llegada delgran torero.

EL ARTE DEL TEATRO

Cuadro II. Pepe, Sr. De Francisco Teresa, Sra. Mesa Brazo gordo, Sr. Martínez Don César, Sr. DíizErnesto, Sr. Fernández ElPasmo de Andújar, Sr. Lozano Bengoechea, Sr. Coronel Rocío, Srta. Calvó

Rocío, Srta. Calvó

Y, con voz entrecortada por la emoción, añade á ins-tancias de su hermano:—¡ElPasmo de Andújar!

p

—\u25a0 Lo siento...; pero, la verdad...,¡mi corazón no me pertenece!

— No voy, no señor. Ayer me hizo us-ted una pregunta y quiero contestarla.

—Y adelantándose decidida hacia Pepe, ex-clama con emoción y con firmeza:—

Esta es mi mano

A la muda interrogación de su padre,

—No voy á los toros.

grupo, y cuando por fin todos se van ale-gremente á la corrida, Teresa, en un arran-que decisivo, despójase de lamantilla blan-ca y de las flores, y dice á Pepe:

** *

ElPasmo de Andújar,

Sr. Lozano.

micos incidentes á que da motivo larustici-dad del torero, dan fin al cuadro segundo,que es de una gran animación.

En el tercero nos encontramos en unsaloncito de la quinta. Es el día de la corri-da. La oficiosidad de Ernesto, que hizo alo-jarse en su propia casa al matador para aho-rrarle el gasto de fonda, tiene convertidaaquella pacífica morada en un constante ju-bileo. Aficionados, periodistas, admiradoresde ElPasmo de Andújar se disputan el ho-nor de entrar á saludarle y de estrechar sumano.

Teresa, malhumorada, reprocha á suhermano el haber llevado á su casa á aquelhombre. Llega Pepe para despedirse de susamigos y Teresa, disgustada al oirle decirque se va, ruégale que se quede y que laacompañe á los toros.

Pepe se niega. Es enemigo irreconci-

liable de fiesta, y toda vez que su perma-nencia en la casa no tiene objeto, está deci-dido á marchar. La joven intenta retenerlo;pero él, fingiendo no entenderla, respondeirónicamente que comprende que sus ilu-siones no tenían el menor fundamento, yque, como ella, tiene ya hecha elección.— Bien,no me hagas el retrato

— responde Teresa—será una mujer ideal, llena de perfecciones, muy her-

mosa

J, de la C.

La partitura compuesta por Fogliettipara esta obra, es de lomás gracioso y su-gestivo que se debe á la fresca inspiracióndel popular músico, que tan envidiable nom-bre se ha conquistado con su talento y la-boriosidad. Tres de los números de queconsta fueron repetidos á instancias del pú-blico, entre grandes aplausos.

Julia Mesa, en el papel de Teresa, estuvo admirablede ingenuidad y de gracia. En el dúo cómico con el tenor

Fernández y en la jota, que cantó con brío y delicadeza,fué aplaudidísima.

Teresita Calvó, en la canción andaluza de este últimonúmero y en la machicha, que bailó magistralménte con

el señor Fernández, escuchó también entusiastas aplausosy contribuyeron albuen conjunto de la interpretación los

señores Lozano, Díaz, Fernández y Coronel. ,

—Y que no va á los toros .. .añade él.—Pues mira ... Yo... si no fuera por acompañar á

papá ... Pero, no te irás... Por lo menos aguardarás áque nos vayamos para salir juntos ...

Pepe accede.Un momento después sale el matador, ya vestido

para dirigirse á la plaza; acompáñanle los amigos. Un fo-tógrafo que llega presuroso pide permiso para obtener un

Una de las últimas escenas del cuadro tercero.

PAC 15EL ARTE DEL TEATRO

— No, es que ha sonado la hora de mífelicidad. Es que una fuerza secreta me im-pulsa hacia tí, aconsejándome que te pida

-<No será el despecho del traje deluces?

— pregunta él

—En el teatro Bartolomé de Medina, de Pachuca, debutó con

gran éxito y con el drama de D.José Zorrilla Traidor,inconfeso ymár-tir, la notable compañía dramática que dirige el primer actor EnriqueGuillot, y en la que figuran las actrices Concha Martínez, Matilde Na-varro, ylos actores Manuel G. Cortinas, Ramón C. Mazzantini y el ex-periodista malagueño Pepe Orozco, que tantos aplausos ha consegui-do en lainterpretación de papeles cómicos que ha hecho en la tempo-rada que acaba de terminar en Atlixco. — Carlos M. Ortega.

Jttayagüez.—

Sigue trabajando con gran éxito la compañía Ra-mos yBurset. El artista predilecto del público es el barítono JoaquínGarcía, el que en todas las poblaciones se ha conquistado la simpatíay estimación del soberano.

Para la próxima semana anuncian La bruja, Guerra santa y Elanillo de hierro.

San Juan.—

Ha llegado á esta capital el aplaudido tenor señorPedro Sotorra. Es muy probable se dedique á dar conciertos por laisla, pues en la actualidad no hay ninguna compañía actuando en esteteatro- Se espera al maestro Gustavo M.de Campos y la primera tipleSra. Blanca Matrás para formar compañía con los elementos que seencuentran en ésta.

—J. A.Burset.

—Almismo tiempo que en el Mayo, estrenóse en el Nacional,

donde actúa la compañía de Emilio Carreras, la zarzuela Amor ciego,de los señores Pastor Rubira y maestro Penella. La obra gustó muchoen ambos teatros, y en lainterpretación rivalizaron las dos compañías.—

En el Nacional se estrenó la revista cómica de los hermanosDupuy de Lome, música del maestro Abad, titulada La corte del sol,obteniendo un éxito satisfactorio.

La obra es de puro ambiente bonaerense. Corrió suerte muy dis-tinta el saínete líriconacional de Raúl Casariego yNavarrete, autoresde letra ymúsica, respectivamente, que lleva por nombre La broma.

Las esperanzas que se tenían en esta producción se desvanecie-ronla noche del estreno, á causa de la falta de novedad en los tiposy en lo que se refiere al argumento; el lance final, que es el que motivael titulo, no produjo el eíecto deseado por el autor.

Con todo, no fué mal recibida por la concurrencia.Muy interesante resultó la función de gala enhonor de lacomisión

militar española del Concurso hípico internacional, y beneficio de laSociedad protectora de Huérfanos militares.

Componían el programa Amor ciego, La corte del sol, ElpobreValbuena yun número de concierto, en el que tomaron parte la nota-

ble soprano señora Isabel S. de Goula.el maestro Juan Goula ylos se-ñores León y Conrado Fontera.

En la interpretación de las obras se hicieron aplaudir las señorasMembrives, Muñoz y Torres, y señores Carreras, Recober, Díaz y Re-forzó.

Las de Caín, última comedia de los hermanos Quintero, fué reci-bida con grandes aplausos._— En la Comedia se estrenó La república del amor, tomando parteel director Rogelio Juárez y los principales elementos de la compañía.

Elbeneficio del barítono Julio Lozoya resultó lucido.Es un actor que hace años trabaja en la Comedia con aplauso.—

Andrés Cordero, en el San Martín, principió el 24 una serie derepresentaciones del Tenorio, de Zorrilla, para el cual fué á Italia áadquirir vestuario y decorado muy lujosos, que le han valido al señorCordero muy buenas entradas.—

Los yanquis del Odeón, capitaneados por Velasco-Demille,han estrenado muchas obras malitas.. .por lo menos, así parecen álos que ignoran la lengua de Albion. ¡Y para juzgar una producciónyanqui no es cosa de meterse un Ollendorf en la cabeza!

Con Rafftes se han desquitado.Mr.Beford y Miss. Mac-Donald, son artistas y de fibra. Los de-

más nada saben de arte, y son demasido fríos.¡Aabrigarse... en las playas inglesas!—

Se encuentra en esta ciudad, de paso para el Brasil, el baríto-no peruano don Alfredo Mesa, quien probablemente figurará en elelenco de la próxima temporada del Real de esa capital. -Severo Alegre.

TEATRO EN AMÉRICABuenos Aires.

—En las últimas funciones dadas por la compa-

ñía Guerrero-Mendoza en el teatro de la Avenida, se ha confirmado elgran éxito obtenido por la obra Amores y amoríos, de los hermanos

Quintero.La fuente amarga, de Linares Rivas, se aplaudió, pero sin des-

pertar entusiasmo.La compañía se ha despedido de este público para efectuar una

excursión artística por las repúblicas del Pacífico.—En el Politeama, la compañía italiana de opereta ha obtenido

un gran éxito con laobra de Chivot y Vaulvo Elpaís del oro, cuya mú-sica de Vasseur ha cautivado al público. La obra ha sido presentadacon propiedad y lujo, y es interpretada primorosamente por las tiplesLinda Morosini é Inés Imbimbo.

En la representación escénica toman parte cerca de doscientaspersonas.—

Elpopular actor del teatro Mayo, Anselmo Fernández, ha es-trenado con muy buen éxito una obra titulada La campana de la Vela.

También se ha estrenado El sábado de Gloiia,boceto dramáticode Rafael P. Fernández, música del maestro Vidal. Libro ymúsica fue-ron muy aplaudidos.

La zarzuela Vichy francés pasó á duras penas.Entre los artistas de esta compañía se hacen notar por su exce-

lente labor, la tiple Manolita Silles y el tenor cómico FranciscoSánchez.

México.—

Sal de espuma, estrenada en el Principal, ha sido unnuevo fracaso para el director de escena Lino Ruiloa. Elarreglo hechopor el Sr. D. AlbertoMichel de la obra francesa La poupée, con el tí-tulo de La muñeca, obtuvo un franco éxito. Las tiples Amparo Romo,Luisa Ruiz París yCándida Suárez, siguen consiguiendo aplausos delpúblico de este teatro.

Bilbao.— Continúa con gran éxito la campaña teatral en el fa-

vorecido teatro de los Campos Elíseos. En Quo vadis?, La alegría dela huerta, Elhúsar y Carceleras, todos los artistas han conseguido mu-chos aplausos. Se han estrenado Doña Paquita, cuyo autor es el pro-pio director de la compañía (Pepe Angeles), con satisfactorio éxito-La balsa de aceite, que debido ala esmeradísima labor del directorPepe Angeles, quien supo hacer una creación del personaje de Ludo-vico, estando admirablemente secundado por las tiples Casesnoves,Sala, Mayendía, Ciar, ylos actores Videgain, Vera, López y Guillot,obtuvo un verdadero éxito en el público, que aplaudió con entusias-mo todas las escenas de la obra, mereciendo todos los artistas los ho-nores del palco escénico. El estreno de Los saltimbanquis, operetafrancesa del maestro Ganne, traducida al castellano, ha sido un exita-zo para la empresa á la vez que para la compañía: seguros estamos deque no hay en España otro teatro en donde se ponga esta obra conel lujo, tanto en el decorado como en el altrezo, con que aquí ha sidopresentada, pues á pesar de que la empresa de dicho teatro nos tieneacostumbrados á presentar todas las obras con exquisita propiedad,ésta ha sobrepujado á todas. Las dos decoraciones del primer acto,pintadas por el aplaudido escenógrafo de este teatro Eloy Garay, yladel acto segundo, que es una bellísima obra del famoso escenógrafoLuis Muriel, son de sorprendente efecto. La partitura de Saltimban-quis fué muy bien interpretada por las señoritas Casesnoves y Enri-queta Sala, quienes conquistaron muchos aplausos. El Sr. López, enla parte de Malicorne, estuvo muy bien, así como el barítono Morales,distinguiéndose en los demás papeles Videgain, Salvador, MorillaVallina y Guillot. El tenor Nadal cantó con gran gusto y afinación su

particcella de Payaso, mereciendo por ello las alabanzas del público.Bien los señores Cruz yPascual.—

En Arriaga, la compañía cómico-lírica dirigida por Pepe Ber-gés estrenó La balsa de aceite antes que en el teatro de los CamposElíseos, no llegando á entusiasmar la obra por la deficiente inter-pretación que obtuvo; El quinto pelao, Las doce de la noche, Lavuelta de presidio yLaguedeja rubia. Esta última pasó sin pena niglo-ria^ debido principalmente á la escasez de elementos de que la com-pañía dispone. Basta consignar el detalle de que los pajes salieronvestidos de mujeres; además se introdujeron algunas otras modifica-ciones que hicieron ser menos sicalíptica la obra, perdiendo en cam-bio ésta su verdadero colorido.

—Jove.

WáMISCELÁNEA TEATRALil

TEATRO EN PROVINCIAS

f

—A vuelo de pájaro, obra de Alberto Michel,logró un éxito hala-

güeño en el teatro Lelo de Larrea. Los ojos negros y Marimacho, obramejicana, pasaron. En el desempeño de las anteriores se distinguieronnotablemente las tiples Amparo Pérez, Concha Robles, Josefina Ros-sell y María Neyra, así como los actores Enrique Ruiz del Castillo yManuel Iglesias. El beneficio de la tiple Josefina Rossell fué un granacontecimiento en este teatro y una elocuente manifestación de lassimpatías que goza la graciosa tiple.—

Enel teatro Briseño, los estrenos de Elpecado venial yLos ojosnegros fracasaron á causa de su deficiente interpretación.— En el teatro Cervantes se estrenó con éxito la obra mexicanade Armando Morales Puente, Las luces de los ángeles.

En ella alcanzaron muchos aplausos las tiples Delfina Arce y Ru-fina Bustos.

Jaén.— Después de una campaña muy lucida en el reatro Cer-

vantes, ha"marchado á Baeza la compañía cómico-dramático Jimé-nez-Villagómez.

Todas las obras puestas en escena han sido interpretadas brillan-tísimamente.

Elabono ha sido el más numeroso que hasta ahora se había he-cho en Cervantes, y el público ha quedado satisfechísimo de la laborde todos los artistas.

Cádiz.—

En el mismo día debutaron en el teatro Principal y enel Cómico las compañías de zarzuela dirigidas por D. Enrique Guar-dón y D. Casimiro Ortas.

La compañía del Principal lleva estrenados Cinematógrafo nacio-nal, La balsa de aceite yLa república del amor, yel entremés de Eduar-do Andicoberry Entreprimos. Todas han gustado mucho, especial-mente las dos primeras, que llenan la taquilla todas las noches.

Los niños de Tetuán, San J-uan de Luz, Vida alegre, Alma deDios,El ratón y La Virgen de Utrera se han teprisado á satisfacción delpúblico.

En la compañía figuran las tiples Pilar Monterde, Concha Zapa-tero, Carmen y Paquita Guardón y María Muñoz, y de ellos sobresa-le el primer actor cómico Manuel Codeso, que está haciendo unacampaña brillante. En La balsa de aceite está insuperable.

El maestro Guardón (an trabajador como siempre y acertadísi-mo en la dirección.

La compañía, en conjunto, es muy aceptable.—Laformación artística del teatro Cómico resulta muy completa,

pudiendo calificarse de notable por los elementos que la integran, yde la que son principales partes Conchita Huguet, Elena Parada yCarmen Sobejano, Juana Colina y Trini Pérez, y del sexo tuerte losseñores Ortas (padre é hijo), Alarcón, Cánovas, Cardoso, Ledesma yGonzález y el maestro Julio Cristóbal.

Se ha estrenado Entre naranjos, que gustó principalmente al pú-blico de las alturas, que se entusiasma con los dramas comprimidos;verificándose las reprises de Las bribonas, Carceleras, Lluso Cañizares,Gatita blanca, Niño de los tangos, Húsar de la guardia, Rabalera, Buenasformas (éxito de Carmen Sobejano), Suerte loca, Doce de la noche,Musseta, Patria chica, Estudiante, Gran vía y Ratón, que constituyóverdadero succés por la acertada interpretación y tal de las señoritasSobejano y Parada y el señor Ortas (hijo).

El cartel se remoza con alguna novedad todas las noches, vién-dose lleno el lindo coliseo en todas las secciones.— S. Pro.

Santander.— La reprise de Lapatria chica en el teatro Principal

ha sido un nuevo triunfo para la excelente compañía de Enrique La-casa y el maestro Ventura, y en particular para dicho primer actor,fiel intérprete del papel de Mariano, ypara el Sr. Ibarrola, insuperableen el suyo de míster Blay.

Elbonito saínete lírico titulado La balsa de aceite y Entre rocas,cuyos recientes estrenos alcanzaron éxitos felices, continúan propor-cionando no pocos aplausos á las señoras y señoritas La Hera, Gon-zález, Maldonado yRiaza, y á los Sres. Lacasa, Hervás, Velasco, Ju-lián, García y Muñoz.— Continúa su afortunada campaña en el Salón Pradera la com-pañía cómico-lírica de Valentín García, en la cual ha entrado á formarparte la tiple Srta. Bonastre, cuyo debut tuvo lugar con Carceleras y Laviejecita. Dicha artista mereció el visto bueno y los aplausos del públi-co como cantante y como actriz.

La eterna revista yEl cortijo, últimos estrenos dados á conocerpor esta compañía, han gustado, y cuando este número sea leído, ya sehabrá estrenado una obra de autores locales, de cuya acogida darécuenta otro día.— Después de haber dado una serie de funciones en Torrelavega,la compañía de los Sres. Morcillo yLarrañaga ha vuelto á su cuartelde invierno, reanudando la temporada en el Salón Variedades conLohengrín, Los tres gorriones, El cuñao de Rosa y Elescalo.

—F. La-

rrosa. - -.\u25a0\u25a0••- \u25a0 -:

Palma de Mallorca.—

En el teatro Lírico debutó una compañíade zarzuela que dirigen el reputado primer actor D. Ricardo Güell y elmaestro concertador D.Pedro Sugrañes.

Forman parte de la compañía, cuyo conjunto es de lo mejorcitoque hemos aplaudido en varios años, además del citado Sr. Güell, cuyohistorial artístico conocen los lectores de ElArte del Teatro, variosartistas de apreciables méritos.

Son ellos: la primera tiple Srta. Velasco, graciosa mujer con cora-zón de artista que posee agradable ypotente voz yuna educación mu-

sical poco común; Victoria Argota, tiple cómica (pero tiple de verdad),y el barítono Sr. Llimona, que se han ganado desde el día de su pre-sentación las simpatías del público.

La noche del debut se estrenó la hermosa zarzuela de ArnichesAlma de Dios, que obtuvo un merecido éxito, por lo que continúa aunen los carteles.

A este estreno siguió el de Los liberales, que no gustó, yLos falsosdioses, que mereció franca acogida. Tanto en la primera como en la úl-tima se muestra Güell como actor de valía.

En Czarina, Viejecita, Barquillero y Bohemios, ha conquistadomuchos aplausos la tiple Srta. Velasco.—

Se han fijado ya los carteles anunciadores de la temporada quela compañía Pino-Thuillier ha de hacer en el teatro Principal.

Eldebut está anunciado para el lo de Diciembre.—

P. B.

Zaragoza.—

La campana de la Almudaina, Los pobres de Madrid,

Juan José, Ladicha ajena. Elafinador, Perecito, Los amantes de Te-ruel, Elzapatero yel rey,han sido otros tantos acontecimientos artís-ticos en el teatro Principal, no tan sólo por hacer muchos años que nose habían puesto en escena algunas de ellas, sino también por la bue-na interpretación que tuvieron por parte de la compañía Vaz-Altarriba;distinguiéndose muy notablemente la Sra. Cirera, Sampedro (M.yT.),Camarero, Valdemoro y Martínez, y los Sres. Vaz-Altarriba, Soler, Cal-vo, Robles, Carrascal, Díaz y Sanjuán.

Se preparan varios estrenos, entre ellos La confesión, de JoaquínDicenta, yuna comedia dramática en tres actos titulada Nela.

—R. de

Sanjuán.

Sevilla.—

En el teatro de San Fernando actúa la compañía quedirige D.Francisco García Ortega, y en la que figura como primeraactriz D.a Josefina Nestosa. A juzgar por los primeros días, la tempo-rada no parece que ha de ser muy provechosa, pues la concurrenciaes tan escasa, que pueden contarse perfectamente los espectadores.Hasta ahora van puestas las siguientes obras: Mariana, De mala raza,Eloctavó nomentir, La musa loca, El tanto por ciento y La fierecilladomada. Todas han obtenido esmerada representación por parte delas Sras. Alverá y Nestosa, y de los Sres. García Ortega y Manuel Cé-banos.

Se prepara la reprise de Raffies, que se espera proporcione ma-yores entradas, que buena falta hacen.—

En el teatro Cervantes ha terminado sus tareas la compañíaque dirigen D. Casimiro Ortas y el maestro D.Julio Cristóbal. Elpri-mer estreno de la pasada quincena fué Elniño de los tangos, que ob-tuvo buen éxito. La interpretación que le dieron las Srtas. Huguet,Sobejano, Colina y Stanffer, ylos Sres. Ortas (hijo), Cánovas, Cardosoy Alarcón, fué esmerada.

Ala Piñata ó la verdadera matchicha fué el estreno siguiente, quemereció excelente acogida yproporcionó muchos aplausos á las se-ñoritas Sobejano, Parada y Colina, y los Sres. Ortas (padre é hijo).Alarcón, González, Ledesma y Cardoso.

Elasistente, que ha sido el estreno último, sólo consiguió pasarsin pena ni gloria. .

Se repñsaron Elgrumete, La suerte loca y El cabo primero, sien-do aplaudidos los artistas que las interpretaron.

La compañía ha pasado al teatro Cómico de Cádiz.—En el teatro del Duque, y por la compañía que dirigen don

Eugenio Casáis y el maestro D. Eduardo Fuentes, se ha estrenado Larepública del amor, que obtuvo lisonjero éxito.

La obra, que fué muy bien presentada yvestida, proporcionó mu-chos aplausos á las Sras. Cachavera, Benítez, Srta. Inés García y Fe-rrer, y á los Sres. Cerbón, Casáis, Rodríguez, León, Vallejo y Lúcuix.

A este esteno ha seguido el de Alma de Dios, que se estaba anun-ciando desde el principio de la temporada, y que había grandes de-seos de conocer.

Eléxito correspondió á la expectación, yla obra proporciona to-

das las noches magníficas entradas.Alhablar de la interpretación debemos hacer constar que, en

conjunto, resultó esmerada. La Sra. Benítez, para quien parece escritoel papel de Ezequiela, estuvo superior durante toda la obra, escu-chando nutridas ovaciones, y las Srtas. Inés García, Boris y Ferrer,así como los Sres. Lino Rodríguez, Garro, Lúcuix y Cervera, estuvie-ron muy acertados. .

De intento hemos dejado para los últimos á los Sres. Cerbon yFernando Vallejo. Del primero, con decir que nos hizo reir más quenunca, está dicho todo. El segundo hizo un sacristán que no se aplau-dió todo lo que en realidad merecía, por el acierto y la justeza con

que lo desempeñó.Eltenor Sr. Ferris cantó con acierto la canción del vagabundo,

teniendo que repetir varias veces.Se han reprisado con gran éxito La reina mora, Juanillo, Las

doce de lanoche, Elratón, Elterrible Pérez, Ninon, Elpuñao de rosas

yElmal de amores, siendo muy aplaudidos los artistas que las in-terpretaron, obteniendo verdaderos triunfos personales en La reinamora, Ninon yElmal de amores la notable artista Sra. B.Benítez.

—Díaz Clavijo.

Los verdaderos éxitos de la compañía han sido Raffles, Elnido aje-no, La loca de la casa, Más fuerte que el amor yElmístico.

Las Srtas. Bremón, Alvarez Segura y Adamus; las Sras. Segura yMolgosa, y los Sres. Jiménez, Villagómez, Rivero, Díaz Adame, Can-talapiedra y Rivas, han hecho verdaderos prodigios de ejecución.Artepuro.

El beneficio de la primera actriz Lolita Bremón, con Laloca de lacasa, revistió caracteres de verdadero acontecimiento artístico.

Labella y genial actriz recibió muchos regalos y fué ovacionadí-sima. Tanto ella como Villagómez rayaron á una altura colosal.

La compañía deja en Jaén gratísimos recuerdos, y la impresióndurará largo tiempo.

—Asmodeo.

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