mussolini a la conquista de baleares_camillo berneri

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  • Mussolini a la conquista de las BalearesCamillo Berneri

    Desde que el fascismo italiano cay en la vertiente morbosa del imperialismo de la terza Roma, se poda prever que no pondra ms lmites a su ambicin que los que encontrase, bien a pesar suyo, en la fuerza material de sus vctimas eventuales. Abisinia fue un ensayo preliminar para futuras empresas de guerra y de conquista. El cesarismo mussoliniano fue adquiriendo poco a poco un cuerpo de doctrina y una voluntad acerada en medio de una Europa claudicante que pretende apoyarse en las llamadas democracias, y slo consigue, de hecho, abrir las puertas, de par en par, a los audaces sin escrpulos y favorecer los designios de la reaccin moderna antiproletaria y antihumana.En Espaa vivamos un poco de espaldas a la realidad fascista y no sospechbamos siquiera que

  • ramos un objetivo acariciado de los modernos dictadores de la postguerra. Mussolini se ha propuesto desde hace ya una cantidad de aos la conquista de Espaa y ha favorecido a cuantos aventureros le prometan xitos en sus negros propsitos. La situacin poltica europea no le permita entrar abiertamente en la Pennsula Ibrica como en Abisinia; la resistencia de las grandes potencias habra sido insuperable; por consiguiente era preciso emplear otros medios para lograr idntica finalidad: la conquista. Para el dictador italiano, en esas circunstancias, era preferible un instrumento como Franco a una invasin pura y simple, que no habra sido tolerada por las potencias rivales. Nuestro amigo Berneri se propona documentarnos ampliamente sobre las intenciones del fascismo italiano en Espaa. Escribi algunas pginas previas relativas a las islas Baleares y por ellas podemos deducir posiciones y objetivos que pasaban desapercibidos en esta gran ciudad alegre y confiada que era la Espaa contempornea. La obra en proyecto no se podr llevar a cabo. Berneri no existe ya!El 5 de Mayo de 1937 fue encontrado el cadver de un hombre en las proximidades del Palacio de la Generalidad. Estaba acribillado a balazos. Era Berneri. El da anterior haba sido sacado de su domicilio, no obstante haberse identificado perfectamente como un militante probado del antifascismo, por policas y guardias cvicos

  • improvisados en el curso de los trgicos sucesos que ensangrentaron a Barcelona en la primera semana de mayo. Berneri, lo mismo que su compaero de vivienda, Barbieri, fue asesinado como un perro, en medio de la calle, por el prefascismo que se incuba en la retaguardia de la gran guerra iniciada con nuestra victoria del 19 de julio.Berneri no haba cumplido todava los 40 aos (naci el 20 de mayo de 1897 en Lodi30); sin embargo, su nombre es familiar en el movimiento anarquista internacional desde hace por lo menos cuatro lustros. Era profesor de filosofa y se distingua sobre todo por sus ensayos vastsimos y metdicos sobre los temas ms variados de la cultura revolucionaria. Era uno de los hombres ms eruditos de nuestra generacin, y fue de los pocos intelectuales que rehus el juramento al rgimen fascista siendo profesor de la Universidad de Camerino31. Se poda estar en desacuerdo con algunas de sus interpretaciones y conclusiones, pero ese desacuerdo no poda ser nunca un obstculo al respeto hacia el hombre ntegro y sincero. Sus trabajos densos de doctrina, de estudio y de pasin en el diario Umanit Nuova (Miln-Roma), en Pensiero e Volont la revista dirigida por Malatesta, en Fede, en L'Adunata dei Refrattari, en la Lotta Umana, de Pars, y en Studi Sociali, los peridicos de Fabbri, destacan su personalidad de pensador independiente y de escritor fecundo. Eran

  • muy pocos los que podan superarle en fecundidad, y menos an en conocimientos. Tomaba un tema, lo elaboraba y lo iluminaba en todos los aspectos, utilizando las fuentes ms diversas e insospechadas. El ms exigente poda encontrar en los ensayos de Berneri una visin completa de los problemas tratados y una orientacin intelectual y moral segura. Escribi mucho tambin para la prensa de habla espaola; nosotros contbamos siempre, de antemano, con su apoyo y con su inteligencia en nues -tras empresas de propaganda. En el Suplemento de la Protesta, en Tiempos Nuevos, en Tierra y Libertad, en la Revista Blanca, enEstudios, su colaboracin aparece variada y continua. Su ausencia en lo sucesivo nos privar de la luz y de la experiencia de un cerebro bien conformado y de un corazn que rebosaba de amor a la libertad.

    Ha publicado numerosos folletos y libros de propaganda y de divulgaciones filosficas y sociales; pero su obra principal, la ms eficiente, que dara algunos volmenes provechossimos, est dispersa en nuestra prensa de Europa y de Amrica. Su recopilacin podra constituir el mejor homenaje a la memoria del propagandista rectilneo y apasionado, del hombre de vastsima cultura, del revolucionario que ha sabido sacrificarlo todo, siempre, a su fe.Berneri era querido y respetado por todos cuantos

  • le conocany trataban, incluso por los adversarios polticos que combatan con todas las armas sus ideas. Estuvo complicado en algunos acontecimientos ruidosos de la conspiracin; ciertos hechos revolucionarios no dieron el resultado apetecido. Pero la pureza de las intenciones y la nobleza de Berneri no han podido ser mancilladas por la malevolencia que acecha siempre entorno de los que actan y saben poner todas las cartas en el juego, por grande que sea el riesgo. Fue muy perseguido en Italia y hubo de expatriarse clandestinamente, como tantos otros. Ha conocido en la emigracin todas las miserias y todas las vejaciones, pero se ha mantenido en su puesto con una firmeza ejemplar. Hijo de una familia acomodada, ha conocido frecuentes perodos en que le faltaba lo ms esencial, y ms de una vez ha tenido que interrumpir sus colaboraciones a nuestra prensa por no disponer de los cntimos necesarios para el franqueo postal.En los diez aos de su vida de emigrado poltico ha pasado largas temporadas en las mazmorras de los pases del Occidente europeo. Fue expulsado de Suiza, de Francia, de Blgica, de Alemania, de Holanda, del Luxemburgo. Su laboriosidad, sin embargo, no hadisminuido y supo soportar las persecuciones ininterrumpidas con una entereza de santo laico.Guando estall el movimiento antifascista del 19 de julio, corri a Barcelona a poner su sabery su

  • prestigio al servicio de la revolucin y de la guerra. De una pronunciada miopa, era intil como miliciano y no poda dar su vida en el frente, como la dieron Fausto Falaschi, Angeloni, Antonio Cieri y centenares ms en el sector de Huesca. En cambio, se dedic a la propaganday al estudio de nuestros problemas revolucionarios, a divulgar nuestra gesta y nuestro esfuerzo a travs de la prensa mundial. Redactaba el peridico Guerra di Classe, y prepar algunos folletos de propaganda, como el dedicado al trabajo atrayente, en el sentido de Fourier, destacado tantas veces por nuestro Rudolf Rocker. El asesinato de que fue vctima lo sorprendi mientras ultimaba el ensayo documental sobre la proyectada conquista de las islas Baleares por Mussolini.Podramos decir mucho de la vida y de la obra del pobre Berneri. Su labor antifascista, antidictatorial, revolucionaria, de dos largos decenios, est ah. Su muerte no poda interesar ms que a los enemigos de la libertad y del proletariado. Nos avergenza este crimen horrendo porque ha podido perpetrarse impunemente en Barcelona y en plena lucha contra el fascismo, y nos duele, no solamente por la prdida del amigo y del compaero, sino por la tragedia que significa la cada en esas condiciones de un combatiente que no puede ser sustituido.Las pginas que siguen son una pequea muestra de lo que vala Berneri. Que sus asesinos aprecien, a travs de este escrito, la magnitud de la hazaa

  • que han realizado.

    Diego Abad de Santilln

    Introduccin

    Con la ms opaca de las hipocresas, la prensa fascista intenta dar a la intervencin armada de la Italia imperial al lado de los facciosos espaoles, la coloracin de una cruzada en defensa de la libertad y de la justicia. Gomo para la conquista de Etiopa ha especulado con el esclavismo, as en la intentada conquista de Espaa especula con la "barbarie roja". En realidad la Italia fascista ha salido a la conquista de Espaa ejecutando designios largamente meditados y desarrollados. El envo de armas, de municiones, de unidades navales, de aeroplanos y de tropas de "voluntarios" enrolados por los distritos militares y abiertamente asalariados, encuadrados y adiestrados es una patente realidad que se intenta en vano enmascarar. La rebelin fascista no slo ha sido una ocasin para el imperialismo italiano; ha sido tambin uno de los tantos efectos de la accin internacional de aquella voraz y ambiciosa voluntad de dominio que

  • ha llevado a Italia a la tentativa de Corf32, a la feroz poltica de exterminio de los indgenas de Libia y a la conquista de Etiopa.

    El Adritico no es ya, desde 1920, "un modesto golfo" para la megalomana imperialista de Mussolini, que aspira a la conquista de un "vasto mar", el Mediterrneo, "en el cual son fortsimas las posibilidades vivas de la expansin italiana" (Popolo d Italia, 13 de noviembre del ao 1920). El destino mediterrneo se ha convertido en uno de los mitos de la mstica mussoliniana y en una palabra de orden de la poltica imperialista del fascismo italiano. En sus pretensiones hegemnicas, la Italia fascista deba encontrar a Espaa en el camino del imperio. No pudindola presentar como una de las "naciones capitalistas" que aplastaban a las "naciones proletarias", como hace el fascismo italiano con la "prfida Albin", y con la "Francia negroide", denunci como escandaloso el hecho que Espaa, con una poblacin que es la mitad de la italiana, posee un territorio que es casi el doble del italiano.Espaa es para el imperialismo mussoliniano un pas a colonizar. No es, sta, una hiptesis deductiva, sino una constatacin inductiva basada en pruebas numerossimas y evidentes, que se reunirn muy pronto y se presentarn al juicio de la opinin pblica. En estas pginas he querido circunscribir el cuadro. Aqu se esclarece slo

  • cmo Mussolini consideraba las Baleares como una cabeza de puente de la conquista del Mediterrneo. Aqu es el documento, solamente el documento el que habla.Del martirio de Mallorca no se ha dicho nada, pues su historia es prematura. Las masacres fuerony son horrendas por su extensin y su ferocidad. Para contener a los prisioneros, no bastando los castillos, fueron ocupados los conventos. Pero que en cuatro meses han sido fusilados en Palma de Mallorca 5.250 personas; que los cadveres mutilados testimonian la barbarie de los invasores; queMallorca ha vivido toda la tragedia del pueblo italiano, desde el aceite de ricino al estupro, qu importa eso ahora a una Europa tan envejecida que tiene sordo el corazn?No escribimos con la ilusin de conmover la opinin pblica, sino con el propsito de ilustrarla. Mallorca es el centro de la piratera facciosa, es el centro de la fabricacin de armas organizada por la Italia fascista, de la aviacin de bombardeo. Mallorca, Ibiza, Catalua : he ah las etapas de la conquista soada por Mussolini.Pero tambin con las Baleares se contentara el imperialismo italiano, que comprende la importancia que tienen en el juego de las fuerzas mediterrneas. La que no lo ha comprendido nunca, como observaba recientemente Guillermo Ferrero, es Espaa.Estas pginas demuestran cmo desde el gobierno

  • de Primo de Rivera en adelante, el fascismo italiano ha podido prepararla conquista de las Baleares con la aquiescencia, cuando no con la ayuda, del gobierno y del nacionalismo espaol.Conocer la obra de preparacin de esa conquista equivale a aferrar el espritu imperialista de la Italia fascista y lleva a conocer la tcnica de su obra de conquista, tcnica que es preciso reconocer hbil y tenaz.Las guilas romanas entran fraudulentamente en el caballo de Troya de la amistad entre las "hermanas latinas". El ramito de olivo lo ofrece Roma con la mano izquierda, pues con la derecha empua la espada. Es verdad que la diestra armada la mantiene replegada a la espalda.Maana se mostrar el rostro belicoso del ladrn de la perla del Mediterrneo. Por ahora basta mostrar la mscara.

  • Captulo IMonumentos, costumbres y panoramas

    La gran importancia militar de las Baleares no era un elemento suficientemente evidente y sugestivo para el imperialismo italiano. Le haca falta algo ms directo, ms tangible, ms seductor. Y este algo fue la belleza del archipilago. El cielo de un azul profundo, las montaas sucedindose en lneas finas y claras, las costas sinuosas, las acacias, los pltanos, las higueras, los eucaliptos, los olivos y los almendros bordeando los caminos que serpentean tan pronto entre verdes campias o son encajados en valles umbros, los densos grupos de cipreses contrastando con el follaje verde plido de las palmeras, los severos castillos y las pintorescas casitas coquetonas, las pequeas ciudades llenas de sorpresas moriscas y gticas, por las calles estrechas, las calles tortuosas y por la sombra animada con los colores vivaces de las casas, por las voces sonoras y por la gesticulacin meridional de los habitantes, las barcas de la vela latina y las

  • bahas de un bello azul ultramarino en contraste con la obscura severidad de las rocas costeas. Todo este contraste de lneas speras y atormentadas y de dulcsimas curvas, de frica y de Europa, de paz y de vida intensa, de antigua fascinacin y de confort modernsimo, de aridez y de fecundidad, de sol africano y de sombra fresca y locuaz, fueron algo as como formidables medios de seduccin en manos de la propaganda "naval".Al imperialismo fascista no se le ha escapado el valor, para sus fines de rapia y de dominio, de la belleza de las Baleares. A los argonautas hambrientos les mostr, a falta de petrleo, el vellocino de oro de un paraso terrestre. La opulenta, sonora y vibrante Barcelona fue el "cuadro de las maravillas" del plan de conquista de Espaa. Mallorca, la reina de las Baleares, fue la preferida. Los periodistas a sueldo del rgimen se convirtieron todos en Bernardinos de St. Pierre para echar mano a la "perla del Mediterrneo", la isla dorada de los antiguos poetas.Las huellas de los fenicios, de los cartagineses, de los romanos y de los rabes testimoniaban que aquella belleza haba sido fascinadora.Se habl de la amplitud de la baha de Palma y de la pureza de sus aguas, pero mucho ms de la profundidad y de la seguridad de aquellas aguas protegidas por un cinturn fortificado. No insistieron demasiado en decirlo; pero abundaron, utilizando los ms vivos colores de su paleta, en la

  • descripcin de las pacientes y graciosas obras de los joyeros, las calles de los armeros y de los anticuarios de la ms bella Edad Media. Las maylicas y tal o cual patio fueron el asunto ms oportuno del lirismo descriptivo, de citas histricas que podran ser indiscretamente reveladoras. Una coloreada descripcin de la baha de Palma dispensaba del testimonio que esa baha poda hospedar en el siglo XVI muy bien trescientos grandes barcos y seiscientos de menor importancia. Era ms oportuno describir la tumba gtica de Raimundo Lulio que recordarlos asaltos de los piratas turcos y de los psanos y los cinco siglos de dominacin rabe.En las conquistas coloniales primero viene el expo -rador, despus el misionero, despus el soldado, despus el comerciante. Entre el misionero y el soldado est hoyel periodista oficioso. Y el que descubre el petrleo, ensancha los oasis, bestializa los indgenas hasta hacer de ellos antropfagos, mientras habla solemnemente de "derechos de civilizacin", y as por el estilo.No hay que maravillarse que la prensa italiana descubriese en 1924 las Baleares. Si fusemos a recoger los artculos que dedic a aquel archipilago formaramos un enorme volumen. En sntesis, la prensa italiana tuvo la misin de vulgarizar el sueo imperial de Mussolini.Pero la prensa no bastaba. Haca falta llegar a la

  • fantasa de un buen nmero de italianos mostrndoles la "tierra prometida" en sus aspectos ms exuberantes.Y he aqu la poltica de turismo que entr en accin con los cruceros. La liga Naval Italiana, entidad patrocinada por el Rey y que tiene como Presidente honorario al Duque de Aosta, realiza en junio de 1936 un crucero por el Mediterrneo Occidental con el barco "Stella d'Italia". El itinerario era el siguiente: Marina de Roma (Ostia), Palma de Mallorca, Gibraltar, Algeciras, Ceuta, Tnger, Cdiz, Sevilla, Lisboa, Mlaga, Granada, Almera, Valencia, Barcelona, Genova. El prospecto de la Liga Naval Italiana tena por lema estas palabras de Mussolini: "Somos mediterrneos y nuestro destino, sin copiar a nadie, ha estado y estar siempre en el mar.Un prrafo especial dedicado a las Baleares, las describe como "verdaderos oasis de vegetaciones lujuriantes que han hecho de ellos lugares de encantadores contornos para residencia invernal".Se hace una alusin discreta al puerto importante y seguro de Palma de Mallorca y no se deja de recordar que el Castillo de Bellver fue construido sobre los restos de una fortaleza romana.Particular sabor y de evidente significado imperialista lo tiene la conclusin del mencionado prospecto que lleva el ttulo: Del mar de Roma hacia Espaa. Vale la pena reproducirlo enteramente:

  • "La Liga Naval, muy oportunamente, ha querido que su primer crucero partiese de las aguas de la antigua Ostia, rebautizada, despus de tantos siglos, por Su Excelencia Mussolini, Marina de Roma, durante la imponente revista de la Escuadra de Batalla.Desde el puerto de Roma, que vio ya los gloriosos trir-remos, las pesadas galeras cargadas de productos y de mercaderas de las lejanas tierras sometidas a la Urbe, zarpar el 13 de junio la bella nave "Stella d'Italia" para el crucero, llevando la bandera tricolor a los puertos y a las aguas de las naciones que, como nosotros, tantos y tan vitales intereses tienen en el gran mar comn, el Mediterrneo.Desaparecida la costa del Lacio, al alba de la maana siguiente, los viajeros vern perfilarse las playas de la Cerdea, la isla fuerte y tenaz, y, al norte, la de la Crcega montaosa.La nave del grato nombre pasar, por tanto, junto a la Magdalena, la fortaleza y plaza fuerte que tiene el orgullo de haber resistido al asedio de Napolen I, y saludar a Caprera, la isla grantica, donde reposa el hroe del Vascello y de Calatafimi, cerca de su casita y del huerto que l mismo cultivaba.Atravesando el estrecho de Bonifacio, un ltimo saludo a las costas de la Cerdea, y la "Stella d Italia" dirigir la proa hacia las islas Baleares, las primeras tierras de Espaa, centinelas avanzadas en el Mediterrneo, que acogern a los

  • expedicionarios de la Liga Naval".El objetivo netamente poltico-imperialista de aquel crucero, resulta claramente de los documentos pblicos y est completamente confirmado por los documentos diplomticos.El Conde Vincenzo Ferretti, delegado de la liga Naval, se dirigi en mayo a Barcelona y a Palma de Mallorca a fin de organizar el programa para la permanencia en aquella localidad, y el Real Embajador Italiano en Madrid, el Marqus Paolucci di Calboli, escriba al Cnsul de Italita en Barcelona (25 de mayo de 1926) detalladas instrucciones. Refirindose al crucero de junio, el Embajador pona de relieve que estara "compuesto de cerca de 280 personas de las mejores clases sociales de Italia", y recomendaba que la visita a Mallorca fuese hecha "con una cierta comodidad y elasticidad de programa, posiblemente en automvil". Con fecha 4 de junio de 1926 el Embajador escriba al mismo Cnsul recomendndole que vigilase "a fin de que las cosas sean dispuestas con el debido atractivo, siendo necesario que el crucero, incluso por la categora de los expedicionarios, llegue a ser una simptica y valiosa manifestacin de italianidad". Yagregaba: "S. E. no ignora que el Gobierno real lo sigue con particular atencin".El Cnsul de Barcelona daba instrucciones detalladas al Vicecnsul regente de la Real Agencia Consular de Palma de Mallorca para regular las

  • relaciones con las autoridades locales y facilitar la visita a la isla.El crucero tuvo "carcter representativo", constituido, adems de los recibimientos oficiales, por la participacin del Prncipe Devitetto.En julio siguiente fue organizado un segundo crucero, que toc tambin Palma de Mallorca y Barcelona, en elcual tomaron parte cerca de setecientas cincuenta personas, entre ellas cuatrocientos cincuenta estudiantes universitarios.Los cruceros a Espaa se sucedieron regularmente, teniendo casi siempre escala en Mallorca. El 3 de junio de 1929, la Embajada Italiana en Madrid recomendaba al Cnsul General de Italia en Barcelona que facilitase el alojamiento de cerca de 800 vanguardistas en Barcelona y en Palma, y, el 17 de junio, el Cnsul General recomendaba esos expedicionarios a la Agencia Consular de Italia en Palma de Mallorca, y proyectaba las visitas siguientes: a la iglesia de San Nicols de Bari, a la iglesia de Santa Mara y al Castillo de Santa Brbara, aparte de una visita a la Explanada y una excursin a los alrededores de la ciudad. El Gerente de aquella Agencia Consular se permita observar "que la iglesia de San Nicols, por el lado artstico, no ofrece ningn inters particulary que la iglesia de Santa Mara como tambin el Castillo de Santa Brbara no existan en Palma de Mallorca. Propona, en cambio, una visita a la Lonja",

  • edificio antiguo y antiguo mercado de productos casi exclusivamente italianos.El Vicecnsul regente de Barcelona, el 8 de julio de 1929 comunicaba la respuesta del regente de la Agencia Consular de Palma de Mallorca al Marqus G. Medici del Vascello, Embajador Real en Madrid. El 2 de agosto siguiente el Ministerio de Negocios extranjeros italiano recomendaba a la Embajada Real de Madrid y al Cnsul General de Barcelona y de Gibraltar "cerca de novecientos vanguardistas" que participaban en el crucero: "Gnova, Npoles, Cagliari, Barcelona, Gibraltar, Lisboa, Palma de Mallorca, Civitavecchia".El 15 de setiembre desfilaban 1.300 vanguardistas en las calles de Palma de Mallorca. En 1934 los cruceros italianos a las Baleares menudearon. En agosto de aquel ao hacen escala en Palma de Mallorca: dos cruceros de los grupos universitarios fascistas; un crucero organizado por los diarios milaneses E Secolo-La Sera, un crucero organizado por la Cosulich, y finalmente un crucero de la Liga Naval que, adems de hacer escala en Palma, se detuvo tambin en Porto Cristo. La Presidencia de aquella Liga, escribiendo el 13 de agosto al Cnsul General de Italia en Barcelona, le recordaba, como si hubiese sido necesario, que los cruceros eran organizados para desarrollar entre los socios de la entidad "la mejor propaganda martima". En agosto de 1935 un crucero de la Liga Naval tocaba Palma de Mallorca, donde haca escala en abril de 1936

  • otro de la Compaa Italiana de Turismo de Roma. Que las islas Baleares eran una de las etapas preferidas por los cruceros, no solamente por su belleza, es, me parece, tan evidente que no debera insistir ms en ello. Los objetivos polticos se traslucen claramente, como hemos visto por la misma propaganda oficial en favor de los cruceros. En el prospecto del gran crucero por el Mediterrneo occidental (24 de agosto - 2 de septiembre de 1923) por la Federacin Provincial Fascista milanesa de entidades culturales, se lee: "La Federacin Provincial Fascista milanesa de entidades culturales, dado que considera que una de las principales caractersticas de la cultura moderna es el conocimiento adquirido, no slo por la lectura y la palabra ajena, sino tambin y sobre todo por la visin directa de las cosas, ha decidido iniciar la organizacin de un crucero por el Mediterrneo occidental con el propsito de hacer visitar a los socios de las diversas instituciones en ella federadas o adheridas, las costas ms prximas de lo que, por ser el mundo poltico en que vivimos, representa para nosotros un importante problema que hay que valorizar desde diversos puntos, no slo culturales, sino tambin polticos."El crucero se propone, por tanto, ofrecer un recreo corporal y espiritual, un reposo al incesante trabajo cotidiano, y al mismo tiempo un notable conocimiento de las regiones que costean el Mediterrneo occidental, ilustradas adems por

  • conferencias y proyecciones cinematogrficas que tendrn lugar antes y durante la navegacin."Otro objetivo que la Federacin se promete alcanzar, es el de favorecer una comunin cada vez ms ntima de propsitos entre las instituciones federadas y adheridas, sea a travs de iniciativas comunes, sea por medio de los conocimientos y de las amistades que el viaje en comn har hacer entre sus asociados, estrechando as nuevos y fecundos ligmenes entre las asociaciones mismas". La intensa propaganda por los cruceros tenda a hacer reflorecer en los italianos la pasin por el mar, en el que Mussolini reconoca "un elemento de la potencia nacional". Tenda tambin a afirmar el prestigio de la Italia... imperial.

  • Captulo IIEl prestigio imperial

    Si los cruceros tursticos hacan escala en las Baleares, no era solamente por lo sealado en el captulo anterior, sino tambin con un segundo objeto: aumentar el prestigio imperial en los otros pases. Pronto se hace determinada y precisa la frecuentacin del archipilago balear por escuadras navales y escuadrillas areas italianas. En mayo de 1928, una escuadra area formada por sesenta hidroaviones y mandada por el general De Pinedo, ameriz en Pollensa, despus de volar por encima de la isla de Mallorca. Dbale escolta un cazatorpedero, y asistan al alarde aeronutico el subsecretario talo Balbo y el cnsul general italiano en Barcelona, los que se apresuraron a rendir homenaje a los aviadores, dirigindose as (3o de mayo) al ministro de Negocios Extranjeros: "En la baha esperaban a nuestros gloriosos aviadores el capitn general y el gobernador civil

  • de Baleares, con todas las autoridades locales, y una muchedumbre inmensa llegada de todos los puntos de la isla y hasta de Barcelona. Y la acogida entusiasta, extraordinariamente cordial, era renovada a medida que amerizaban los aparatos y los aviadores saltaban a tierra. "El Consejo Municipal de Pollensa ofreci a S. E. talo Balbo, al general De Pinedo y a los oficiales una copa de champn, lo que dio motivo a manifestaciones amistosas dirigidas a Italiay Espaa, y a sus respectivos gobernantes.Ms tarde hubo banquete de honor a bordo del buque espaol Ddalo, y en l tomaron parte el general De Pinedoy el jefe de Estado Mayor de la Aeronutica, mientras S. E. Balbo excusbase de asistir, para saltar a tierra y enviar telegramas de salutacin a S. M. el rey de Espaa Alfonso XIII y al general Primo de Rivera. Por la tarde, dirigiose en automvil a Palma S. E. el subsecretario de la Aeronutica, con el comandante de la aviacin espaola general Soriano y los periodistas italianos, para devolver la visita alas autoridades de Baleares y visitarla ciudad, regresando a las nueve a Pollensa, donde les esperaba la comida, tambin a bordo del Ddalo.La escuadra abandon Pollensa a las seis horas del da 28, por sucesivos escalonamientos, tal como haba llegado. Y, a pesar de lo intempestivo de la hora, y en contra de las costumbres locales, presenci tambin esta partida un gran gento,

  • mayor an de lo que fuera de ordinario por estar celebrndose las fiestas de Pascua. Se hace preciso destacar muy singularmente la solicitud y el inters ms amistosos por parte de absolutamente todas las autoridades oficiales para concurrir al buen xito del crucero, y prodigarse en manifestaciones de espontnea y sincera cortesa. Y merece ser sealada de modo especial la simpata exenta de envidia con que el pblico espaol hablay comenta este vuelo magnfico, poniendo de relieve su novedad e importancia, lo mismo que si se tratara de una empresa llevada a cabo por connacionales. Ni siquiera el hecho de que, en el fondo, se trata sencillamente de un ejercicio military de una ostentacin de fuerza, ha podido atenuar con un velo de instintiva preocupacin el inslito entusiasmo de estas islas por la nueva gesta de nuestra aviacin."En el mes siguiente (junio de 1928) la primera escuadra naval italiana en crucero por el Mediterrneo Oriental, visitaba los puertos de Palma de Mallorca, Alcudia, Ibiza, Mahn, Pollensa, Soller y Ciudadela.La permanencia en aguas isleas del explorador Taranto y de la primera escuadrilla de submarinos (16 a 22 junio) tuvo carcter oficial, determinando un intercambio de amistosas manifestaciones hispano italianas: salvas, visitas, recepciones, discursos, banquetes, giras, etc. La permanencia del explorador Pantera y de los cazatorpederos Battisti,

  • Manin y Sauro Nullo (24 a 30 junio), dieron asimismo lugar a todo gnero de manifestaciones anlogas entre Italia y Espaa. Y contribuy a aumentar el carcter oficial de las mismas la presencia del prncipe Eugenio de Saboya, guardiamarina del Battisti, aparte del almirante Bonaldi.Es notable la insistencia del agente consular italiano en Palma sobre la entusiasta acogida hecha a los marinos por parte de las sociedades nacionalistas y los crculos aristocrticos; sin embargo, estas fiestas se vieron un tanto deslucidas por la indiferencia de los italianos residentes en la capital de Mallorca, "ninguno de los cuales se present a S. E. el Almirante Bonaldi", hasta el da en que fueron invitados a bordo del buque almirante, por mediacin expresa de dicho agente consular.El agregado naval a la Real Embajada de Italia en Madrid sealaba este hecho, el 23 de julio, al Cnsul general de Italia en Barcelona, el cual escriba de esta suerte al secretario del Fascio de Barcelona (3o julio): "Lamento comunicarle que durante la reciente visita de nuestra escuadra a las Baleares, ningn connacional se present a bordo para ofrecer sus respetos al almirante, hasta el da en que se les invit expresamente a ello. Y como me consta que el fascio cuenta en Palma con cierto nmero de adheridos, pongo lo dicho en conocimiento de S. E. para que haga llegar nuestro

  • disgusto a esos malos fascistas, que debieron ser los primeros en tomar la iniciativa de una visita semejante."La indiferencia de los connacionales amenazaba, pues, el prestigio imperial, y es natural que esto fuese objeto de preocupacin.Atravs de todos los informes e instrucciones cambiados entre las autoridades italianas, se advierte la clara intencin de asombrar con estos cruceros a los habitantes de las islas Baleares. Deca el regente de la Real Agencia Consular de Italia en Palma de Mallorca, dirigindose por escrito al Real Cnsul General de Italia en Barcelona (29 junio 1929), a propsito de la visita de los vanguardistas: "Si la visita a la Explanada tiene que responder al deseo de llevar a cabo ejercicios gimnsticos o de otra ndole, no es aconsejable, primeramente por tratarse de lugar lleno siempre de materiales de construccin, y luego por su fuerte pendiente que la hace poco adecuada para ejercicios colectivos de alguna importancia. Sera ms a propsito y fcil para el objeto antes apuntado un campo de sport de cualquier sociedad deportiva local, lugar con mejores condiciones para la propaganda."Este mismo agente consular escriba el 12, de agosto al Real Cnsul en Barcelona sobre la oportunidad de hacer coincidir a los vanguardistas con las fiestas en honor del rey Jaime I el Conquistador, y el Cnsul general se apresuraba a

  • exponer esta sugerencia, el 14 de agosto, a la Organizacin Nacional Balilla. El 15 de septiembre visitaban Palma de Mallorca los vanguardistas italianos, y el agente consular de la localidad deca al Cnsul General en Barcelona (21 septiembre): "El inters mostrado por la colonia italiana y la poblacin de Palma a la visita de los vanguardistas, ha quedado patente ya en los primeros comunicados transmitidos por esta Agencia a las autoridades locales y a la prensa, aparte de la continua demanda de noticias referentes a la llegada y a las variaciones del programa establecido de antemano.En la maana del da 14, fecha que se seal para la arribada, acudieron al puerto las Autoridades, los elementos ms destacados de la colonia, los representantes del Fascio en Barcelona y numeroso pblico, con objeto de presenciar la llegada de los jvenes Camisas negras.Despus de una larga espera, y como ni siquiera se sealase la presencia del barco, pblico y autoridades abandonaron el muelle, sin explicarse a qu poda obedecer la no llegada de los vanguardistas. Lo supe yo, a las diecisiete horas de aquel mismo da, al recibir un radiograma del Cnsul General Chiappe, de Cabo Palos, en que me anunciaba la llegada del Cesare Battisti para las nueve horas del siguiente; horario que tampoco pudo cumplirse, por haber encontrado el barco en su ruta muy mal tiempo.

  • Por fin, fue seala su aparicin a las 11:3o del domingo, y una hora ms tarde anclaba lo ms cerca posible del punto de desembarco. No se le pudo llevar hasta el propio muelle, a pesar del vivo inters que en ello puso el que subscribe, por tener el Cesare Battisti un calado de veinticinco pies, y slo admitir el puerto de Palma un mximo de veintiuno.Inmediatamente, y sirvindome de la lancha a motor de la Direccin de Sanidad del puerto, me hice trasladar a bordo con las autoridades, para ofrecer primeramente el saludo de la colonia italiana, y, despus, para la presentacin de los distintos representantes, as como para tomar acuerdos con respecto al programa que haba de realizarse. A los pocos minutos de nuestra llegada, subieron a bordo los representantes del fascio de Barcelona seores Buzzancay De Santis, y el Reverendo Dr. Sureda Blanes, especialmente invitado desde Madrid por Su Eminencia el Obispo de Simn.Antes de subir a bordo, rodeado de las autoridades, pude observar con entusiasmo el espectculo imponente y conmovedor hasta las lgrimas que ofrecan nuestros valientes vanguardistas, apiados en los puentes y en la cubierta del barco, y cuya sola vista despertaba doquiera admiracin y envidia.Apenas anclado el Cesare Battisti, destacronse de los diversos Clubs nuticos del puerto, y a pesar de

  • lo intempestivo de la hora, numerosas embarcaciones a motor, que realizaban animadas evoluciones en torno al buque, expresando de ese modo su bienvenida a los ilustres huspedes. Despus de la presentacin de autoridades a bordo, fijose el programa a desarrollar durante las escasas horas de permanencia en aguas de Palma, y por unanimidad y en medio de gran entusiasmo, se acord asistir a la corrida de toros que haba de celebrarse en la plaza nueva de esta ciudad.Me dirig en seguida al propietario del Coliseo Balear, don Jos Tous Ferrer, para adquirir mil doscientos localidades y obtener al mismo tiempo una eventual reduccin de precio. El seor Tous me prometi muy amablemente condiciones especiales, que decidira despus de la corrida. Logrado esto, me hice llevar nuevamente a bordo, y al comunicar all la noticia, el entusiasmo por la corrida se hizo indescriptible.Comenz inmediatamente el desembarco por grupos, con los medios del buque, y a las 15:45h. hallbanse ya correctamente formados, en la explanada del muelle, todos los vanguardistas. All les esperaban ya numerosos italianos de la colonia, as como pblico en general, y todos queran ver a los gallardos hijos del Duce.Estaba fijada la visita al Ayuntamiento para las 16 horas, y, de acuerdo con el Cnsul general, se aprovech esta circunstancia para que los vanguardistas desfilaran en formacin ante las

  • autoridades municipales, y recorrieran as la parte alta de la ciudad, hasta llegar a la plaza de toros. Alas 16:1511. asistamos al imponente desfile desde el balcn central del Ayuntamiento, hallndose presentes el Alcalde, los concejales, el Cnsul general Chiappe y algunos oficiales del barco. Despus de los primeros momentos de incertidumbre, y luego ya al paso de todos los grupos, el Alcalde y muchos concejales respondan extendiendo el brazo en saludo fascista. El desfile ante las Casas Consistoriales dur cerca de media hora, y, una vez terminado, nos dirigimos todos a la corrida.As que pis la arena la banda de los vanguardistas, atron los aires una inmensa ovacin, y una verdadera muchedumbre de pauelos de color agitbanse ante cada nuevo grupo de vanguardistas que entraba en el ruedo. Terminado tambin este nuevo desfile ante los espectadores, nuestra banda toc la marcha real espaola y la italiana, siendo escuchadas ambas por la multitud descubierta, con gran atencin. Seguidamente cantaron a coro los vanguardistas el himno de los Balilla, que fue tambin recibido con ovaciones interminables e inolvidables vivas. Por fin tomaron todos asiento en las amplias gradas debidamente reservadas, y unos minutos despus empez la corrida.Vivsimos fueron la emociny el inters producidos en todos por el espectculo. El Alcalde invit especialmente a Bruno y Vittorio Mussolini a

  • presenciarlo desde su palco, donde ya se encontraban el Cnsul general Chiappe y los oficiales del barco, pero los hijos del Duce rehusaron cortsmente su invitacin, prefiriendo ocupar un sitio como los dems en las primeras filas, para seguir desde all lo ms cerca posible las diversas incidencias de la corrida. Como homenaje a los vanguardistas se les brind el primer toro, y el matador les tir su montera, que pronto fue pasando de mano en mano, probndosela todos y dando las ms visibles muestras de alegra, mientras el torero iniciaba su faena. Despus del tercer toro, y conforme a los dispuesto previamente por el Cnsul general bajaron de nuevo los vanguardistas a la arena, saludando al Alcalde de la ciudad, seor Tous Ferrer, el cual, emocionado, me comunic no querer cobrar nada por las mil doscientos localidades; y despus de una segunda salutacin a Palma y a sus hospitalarios habitantes, abandonaron el Coliseo Balear entre el entusiasmo de los espectadores.Con su banda a la cabeza, seguida por el Cnsul general Chiappe, por los oficiales del barco y por quien esto escribe, al que se concedi el honor de desfilar a la izquierda del seor Cnsul, la columna se detuvo ante la estatua del rey Jaime I, conquistador de Mallorca, y tres vanguardistas subieron al monumento un grandioso ramo de flores, como homenaje de los jvenes Camisas negras al monarca triunfador. Ante l pasaron y

  • saludaron todos los grupos, y, en acabando el desfile, el pie de la estatua popular qued cubierto de flores.Este noble gesto de los Camisas Negras fue acogido con entusiasmo por todos los presentes, y la noticia detan delicado homenaje lleg rpidamente hasta el Alcalde de la ciudad.Despus de esto, y cruzando ya la parte baja de la poblacin siempre al son intermitente33 de los himnos fascistas, entre la aprobacin y el entusiasmo de la muchedumbre que as admiraba a la esperanza futura de nuestra bella Italia, llegamos a la explanada del muelle, punto de embarque.Las operaciones de reintegrarse a bordo se hicieron regularmente y con gran celeridad; y a medida que los vanguardistas iban separndose de tierra, lanzaban frenticos saludosy vivas a Espaa y a Mallorca, cambiados con entusiasmo fraternal por los numerosos mallorquines que presenciaban la partida de los Camisas negras."El Cnsul general de Barcelona, rehaciendo el informe del agente consular antes mencionado, para comunicarlo al Ministro de Negocios extranjeros, lo terminaba as, con fecha 7 de octubre:"La impresin producida por la visita de los vanguardistas a Palma ha sido inmejorable, mereciendo los ms halageos juicios tanto la educacin como el encuadramiento de la juventud

  • italiana en el Estado."En abril de 1930 fondeaban en el puerto de Mahn dos sumergibles italianos, el Millelire y el Toti. En septiembre del mismo ao anclaba tambin en dicho puerto el Real Buque Escuela Colombo. Y tres meses despus, o sea en diciembre, una escuadrilla de seis hidroplanos, al mando de S. E. el Ministerio General Balbo, amerizaba "a causa del mal tiempo", en la baha de Colonia de Campos del Puerto.

    En su informe sobre esto, el agente consular en Palma cuid debidamente de poner de relieve cuando pudiera contribuir al prestigio italiano:"Balbo no quiso de ninguna manera abandonar la playa, resignndose a dormir en una casita de pescador. Ejemplo admirable y conmovedor, que ha dejado en el nimo de los buenos y de los humildes un recuerdo de sincero afecto y hasta casi de veneracin hacia la figura de nuestro valiente general, permitiendo que pescadores, carabineros y guardias civiles sigan comentando jubilosa -mente la breve estancia de nuestros aviadores en aguas de la Colonia, estancia que sirvi para suscitar una fuerte corriente de simpata y camaradera, y para que todos apreciasen tanto las dotes de audacia como la nobleza de espritu de la nueva generacin italiana, dejando entre estas buenas gentes una memoria gratsima e imperecedera. Cuando abandon la Colonia, vino hasta m un guardia civil

  • para decirme, con lgrimas en los ojos: "Piense usted lo que es-venir a estrechar la mano de un pobre guardia civil un general tan joven, un Ministro; yo nunca haba visto eso desde que estoy en el mundo". Entretanto, muy cerca de all, en la playa, un grupo de pescadores empujaban una barca, y de entre ellos salan estos gritos: "Forza Forza! Passa di qua, passa dila", en un italiano perfecto. No pude menos de acercarme y preguntar: "Pero hablis ya italiano? ", y me contestaron: "Repetimos lo que tantas veces hemos odo al capitn Cagnas. Ese s que es un capitn. Adems, el dialecto italiano se parece mucho al de Mallorca, y desde hoy cuando hagamos algn esfuerzo, hablaremos en italiano".Este episodio nos obliga a abrir un parntesis que demuestra lo fuerte de la obsesin del prestigio en las esferas oficiales italianas. Que los hidroaviones sorprendidos por un fuerte temporal tuviesen que amerizar es la cosa ms natural del mundo, pero no para los jerarcas del imperio mussoliniano. Habiendo reproducido Il Corriere della Sera de 22 de enero de 1931, bajo el ttulo "Las horas de angustia de Balbo en Mallorca despus del afortunado amarizaje", la informacin de Le Vie dell'Aria, relativa a la llegada de los seis hidroaviones a la isla de Mallorca, el Ministerio de Negocios extranjeros reconvino al agente consular de Palma por haber dado a la prensa el texto de la relacin enviada al Cnsul general en Barcelona

  • sobre dicho asunto, e invit a este Cnsul a que exigiera del tal agente consular "una mayor reserva y seriedad de conducta".En junio de 1932 una parte de la escuadra naval del Tirreno fondeaba y efectuaba maniobras en las islas Baleares. El 26 del mismo mes llegaban al puerto de Mahn seis cruceros ligeros, mientras dos cruceros y una flotilla de ocho cazatorpederos fondeaban en la baha de Palma. El informe del Real Cnsul general en Barcelona al Ministro de Negocios extranjeros, de 23 de julio, revela la importancia poltica dada por el gobierno italiano a esta visita naval. Deca as:"Habindome trasladado a Palma con un da de anticipacin, pude entrar en contacto con las diferentes autoridades locales, para darme cuenta de lo que haba sido dispuesto por el agente consular, conforme a instrucciones previamente recibidas, con el fin de que, lo mismo en Palma que en Mahn, nuestros barcos obtuviesen lasolcita y cordial acogida a que su estancia les daba derecho, tanto desde el punto de vista tcnico como desde el poltico. Hall en esta misin toda suerte de facilidades, tanto ms cuanto que ya se haba preocupado del hecho nuestra Embajada. Prueba evidente de ello era el acto extremadamente corts del gobierno espaol enviando a Palma cuatro torpederos para recibir a nuestra escuadra. Esta escuadrilla, procedente de Cartagena34, se present en Palma la vspera de la llegada de nuestros

  • buques.En la maana del 26, y con las formalidades del caso, visit a S. E. el almirante Burzagli, que me acogi con extraordinaria cortesa, demostrando reconocerlo mucho que yo haba hecho personalmente para recibir a la escuadra. Gomo dicho da 2,6 era domingo, se convino en que la devolucin de la visita tuviese lugar al da siguiente, antes de la visita a las autoridades civiles, y de cumplir con las militares, que haban hecho la suya en la propia maana del 26, con arreglo a la diferencia jerrquica.Recib as a S. E. el almirante en la residencia de la agencia consular, y le acompa despus a visitar al gobernador civil, al alcalde y al obispo, que, previamente avisados, nos esperaban ya.Apesar de la escasa importancia que, como es notorio, suele darse al ceremonial en Palma de Mallorca, y de la poca familiaridad que podan mostrarnos las personas elevadas a los altos cargos del actual gobierno republicano-socialista, las autoridades todas se manifestaron en trminos afables e inequvocamente amistosos con el almirante, sintindose orgullosas de hospedar a la flota italiana, y ofrecindose espontnea y sinceramente para cuanto pudiera hacer ms grata su estancia.

    Enterados de que las autoridades locales no tenan intencin de agasajar a la escuadra ms que con

  • una excursin a los alrededores y un cocktail, sea porque no fuera costumbre hacer nada ms con los barcos de guerra de otras naciones, o porque conocieran nuestro criterio de reducir al mnimo los gastos de festejos, convinimos el almirante y yo en que las autoridades espaolas no seran invitadas a la comida que yo me propona dar al almirante y a una representacin de los oficiales de la escuadra, como tampoco a la que el almirante haba resuelto darnos a bordo del Trieste. Una sola excepcin hice por mi parte, invitando al comandante de la escuadrilla de cazatorpederos espaoles que, como ya he dicho, haba ido a Palma, en acto de amistosa demostracin hacia nuestra marina.S. E. el almirante extendi la excepcin al comandante de marina del puerto, al que yo no haba credo oportuno invitar, porque no me haba devuelto la visita que yo le hiciera la vspera de la llegada de la escuadra. Pero he de advertir que no era tanto este el motivo de no invitarle (ya era la segunda vez que me haca tal desaire), como la pena que me daba el que nuestros buques ligeros no hubieran recalado en el interior del puerto, cortesa que nuestra marina practica siempre en Italia, y que en circunstancias parecidas fue tambin observada en Barcelona. Hay que sealar en descargo de esta falta de solicitud de dicho comandante de marina, el hecho de que, por aquellos das, tena que dejar sitio a una motonave de congresistas, para los que Palma no ofreca alojamiento.

  • El da 3o llegaron, en viaje no oficial, el Embajador y la Embajadora. A pesar de haberse avisado con tiempo a las autoridades, stas no se dieron gran prisa en visitar alEmbajador a su llegada, hacindolo cuando ya estaba instalado a bordo del crucero Zara, en donde a ly a la Embajadora les haba dispuesto alojamiento el almirante.La poblacin de Palma obsequi a la escuadra, invitando a los oficiales a una verbena en el Crculo de Tenis, y a un baile en el Crculo Mallorqun. Esta fiesta dio motivo a la presencia de un gran nmero de los participantes en un congreso de mdicos catalanes.S. E. el almirante ofreci un t danzant a bordo del Trieste, en la tarde del 29, que obtuvo un completo xito, desde todos los puntos de vista, determinando en el ambiente local los comentarios ms halageos. Como asimismo fueron objeto de loa y admiracin para nuestra marina la correctay digna actitud de las dotaciones, y el espritu de franca y cordial camaradera que presidi todo contacto de ellas con la poblacin.Merece ser mencionada a este respecto la carta dirigida al agente consular de Palma, despus de la partida de la escuadra, por el "Fomento del Civismo y de la Cultura ciudadana", asociacin cultural de dicha ciudad, que no vacil en expresar por escrito su admiracin a nuestros marinos "que en Palma han dejado tan gratsimo recuerdo". Toda

  • la prensa adems, sin distincin alguna, hzose eco de la gran simpata que en el ambiente dejaron nuestros oficiales y marineros, haciendo de ellos breves pero elocuentes elogios, y pudiendo leerse entre lneas la diferencia que todos los mallorquines encontraban entre nuestros marineros y oficiales y los de otras naciones.Y fue precisamente El Da, el peridico ms hostil a nosotros, el que escribi los mejores comentarios. Es de observar que estos comentarios habran sido an ms explcitos, de no hallarse el diario monopolizado enaquellos das por el congreso mdico (manifestacin hondamente catalanista) y por la asalariada defensa del notable financiero y diputado March -dueo y seor de la isla-, al que recientemente acusaba el gobierno por sus especulaciones durante la poca de la dictadura.Debo destacar convenientemente el hecho de que, a pesar de la atmsfera de principios divergentes entre Italia y Espaa, no haya habido que deplorar el ms mnimo incidente en Palma, como tampoco en Mahn, ni despus en Pollensa.La exigua colonia de Palma, convocada por el agente consular, se apresur en la tarde del 28 a rendir homenaje al almirante, y en la maana del 3o a S. E. el Embajador. Tambin llegaron de Barcelona algunos connacionales, y tanto stos como aqullos hicieron el debido acto de presencia a la fiesta dada a bordo del Trieste.

  • El da 1 zarp de Palma la segunda escuadra, en maniobra de avistar y encontrarse con el enemigo, es decir, con la divisin procedente de Mahn. Ambas se reunieron despus y prosiguieron viaje a Pollensa. Yo tambin me traslad a dicha localidad, a bordo del Zara. La escuadra permaneci en aquellas aguas hasta la tarde del da 4, en que parti para Argel, Bonay Philippeville.Pollensa es una baha alejada de todo centro de poblacin que no sea el que le da nombre; de ah que la estancia en ella de nuestros buques tena exclusivamente importancia tcnica, dado el valor militar de esta profunda ensenada, capaz, con la vecina de Alcudia, de hospedar una flota entera.Aprovecho este momento para emitir mi modesto parecer de que fue una idea felicsima la de incluir las Baleares en el reciente crucero de la escuadra del Tirreno; felicsima tanto desde el punto de vista poltico comodesde el militar. Lo primero porque ha tendido como resultado el amaestrar a ese bravo y gracioso potro que es la prensa republicana de hoy; y lo segundo, es decir en el aspecto militar, porque ha familiarizado a nuestra marina con las aguas y las costas de este archipilago de las Baleares, destinado a jugar el papel de un inefable palio de condesa entre las flotas beligerantes en un eventual conflicto que tenga por teatro de operaciones el Mediterrneo occidental.Del informe del agente consular de Mallorca, y de

  • las referencias verbales del propio almirante Castiglioni, que mandaba la divisin de cruceros ligeros, se desprende que asimismo encontr en Mahn nuestra flota la misma favorable acogida e igual amistosa atencin por parte de las autoridades civiles y militares de aquella ciudad. Y el pueblo no se mostr menos cordial y espontneo en su obsequiosidad a nuestros oficiales y marineros, a los que les fue ofrecida una brillante fiesta en los locales de la Liga martima espaola.

    * * *

    "La esposa del seor Facchi, a la que el almirante confi el hacer los honores de la casa a bordo del Trieste, con ocasin del t, desempe admirablemente su cometido.No falt entre nosotros quien censurara que los directivos del Crculo Mallorqun no se hallaran en la puerta, para recibir al Embajador y al Almirante; y que, adems, no se tocara el himno italiano al entrar ellos en la sala del Crculo. Pero baste decir, en cuanto a lo primero, que el Crculo cuenta con dos salidas que dan a dos calles distintas, y que el Embajador y el Almirante, por inadvertencia de quien debi preverlo, entraron por la puerta quese consideraba de menor importancia. Por lo que toca a lo segundo, o sea, la omisin de nuestra marcha real, debise a que el elemento preponderante del Crculo, por antipata y

  • hostilidad al rgimen actual, quiso evitar que la msica tocase luego el himno de Riego, lo que forzosamente hubiera tenido que hacerse.Acompao diversos recortes de prensa de Palma y de Mahn, referentes a la estancia de nuestra escuadra en esos puertos".En agosto de 1934, una escuadra italiana formada por un crucero, un explorador y ocho submarinos, visitaba los puertos de Mahn y de Almera, pero la Embajada de Italia en Madrid hacia presente al Cnsul general en Barcelona que "tales visitas no tenan carcter oficial alguno" (segn nmero expreso 2.380, de 6 de julio). Ya en mayo de ese mismo ao, una aeronave real italiana haba hecho escala en el puerto de Palma de Mallorca, sin que el Consulado general de Barcelona ni las autoridades locales fueran informadas de tal hecho, limitndose el comandante de la misma a visitar al comandante militar, al alcalde, al gobernador civil y al obispo. Y con la nica expansin de una gira "burguesa" por los alrede -dores, llevada a cabo por cuarenta y ocho oficiales.Pero venan ya de muy lejos las manifestaciones de amistad italo-espaola.

  • Captulo IIICelos

    Espiaba la Italia imperial, con la vida mirada puesta en las Baleares, cualquier actividad extraa que de un modo u otro pudiera mermar su prestigio y amenazar sus planes de hegemona. El 26 de abril de 1927, el Cnsul general de Italia en Barcelona, conde Romanelli, escriba al Ministro de Negocios extranjeros sobre la utilidad de visitas especiales a diversos agentes consulares, y deca as: "Importancia excepcional tendra, bajo varios aspectos -hasta polticos-, una visita a la Real agencia de Palma de Mallorca, capital de las Baleares, donde se me asegura que viene ejercindose por elementos franceses e ingleses una influencia preponderante, siempre en aumento, que pudiera un da perjudicar nuestros intereses, dada la especial posicin estratgica de esas islas". (N 948 III P. Pers. 3).

  • Las autoridades consulares italianas prestaban de ordinario una especial atencin a cuantos buques de guerra extranjeros fondeaban en los puertos de las Baleares.El Real Cnsul general en Barcelona diriga, con fecha 31 de diciembre de 1928, a las agencias consulares de Palma, Mahn e Ibiza, las siguientes instrucciones: "Les ruego me informen siempre sobre todo buque extranjero de guerra que entre o salga de ese puerto. Bastar con que se me haga la comunicacin por correo, aunque dentro de la mayor diligencia". Estas instrucciones consulares eran reflejo de las ministeriales. El 28 de ese mismo mes, el Consulado de Italia en Barcelona reciba del Ministro deNegocios extranjeros, S. E. Grandi, el siguiente telegrama (14.302 55): "Apartir de i de febrero de 1928, ruego a V. S. que seale con telegrama cifrado a este Ministerio la partida o llegada de los barcos de guerra extranjeros en los puertos del Mediterrneo de su jurisdiccin. Los vicecnsules y las agencias consulares dependientes de esa Real Oficina debern enviar a V. S. las comunicaciones que sean del caso, para su retransmisin a este Ministerio".Tres nubes se condensaban, ante los ojos de la Italia imperial, sobre las Baleares: la nube inglesa, la alemana y la francesa.El 18 de marzo de 1935 el Cnsul general en Barcelona enviaba al Ministerio de Negocios

  • extranjerosy al Embajador en Madrid sobre la concentracin en Mallorca de las escuadras inglesas del Atlntico y del Mediterrneo. El 23 del mismo mes, el Cnsul informaba de nuevo al Ministerio y al Embajador, y comunicndole la partida de las escuadras inglesas, le sealaba que "las maniobras y especialmente el viaje de ida fueron turbados por el temporal que averi alguna de las unidades menores. En cuanto a la prensa local no tuvo por ello ningn inters. Tan slo el rgano del separatismo cataln La Publicitat, en su nmero de 21 del mismo mes, daba una breve nota, cuya traduccin acompao35: "El embajador ingls en Madrid estar aqu pasado maana". (N. 726 61. P. A. 48).El 13 de marzo de 1926 el regente de la agencia consular de Palma de Mallorca enviaba al Cnsul general en Barcelona un detallado informe sobre la concentracin de las escuadras inglesas del Atlntico y del Mediterrneo en aguas de Palma, poniendo de manifiesto que las maniobras haban sido suspendidas a causa del fuerte temporal. Y segua a ello una relacin de las manifestaciones de cordialidad anglo-espaola, con motivo de la estancia de dichas escuadras en Palma.En octubre del ao siguiente, se encontraron en Palma, Primo de Rivera y Chamberlain. Mussolini enderez en seguida las orejas. Con este motivo el Cnsul general en Barcelona escriba al regente de la Real agencia consular en Palma, una carta

  • reservada (7 octubre, n. 9.629 P. A. 1) en la que solicitaba una detallada relacin sobre dicha entrevista, "aadiendo a ese informe todos los pormenores y deducciones que V. S. crea interesante referir".El 24 de abril de 1928, con ocasin de la visita de algunos buques de guerra britnicos, el regente de la agencia consular revelaba en su informe al Cnsul general en Barcelona que durante la estancia de dichos navios ingleses, no se haba producido ninguna manifestacin excepcional de simpata, ni por parte de las autoridades locales ni de la poblacin. Esta informacin se apresur a transmitirla el Cnsul general en Barcelona al Ministro de Negocios extranjeros (27 abril, n. 1.520-164, P. A. 48). El 1 y el 7 de marzo de 1930 el regente de la agencia consular en Palma sealaba al Cnsul general en Barcelona la llegada de buques de guerra ingleses a dicho puerto; y el 13 del mismo mes pona en su conocimiento la partida de ellos, as como el 19, es decir, seis das ms tarde, su entrada en la baha de Pollensa. El Cnsul general transmita telegrficamente al Ministerio de Negocios extranjeros todas estas escalas de la escuadra inglesa. Igualmente el movimiento de navios de guerra britnicos en aguas de las Baleares, en marzo de 1930, fue objeto de comunicaciones del regente de la agencia consular de Palmaal Cnsul general en Barcelona, comunicaciones

  • que ste retransmita por telgrafo, como de costumbre, al Ministro de Negocios extranjeros.Lo mismo sucedi en 8 de abril de 1932, fecha en que apareci en la baha de Palma un barco de guerra ingls, hecho que tres das ms tarde llegaba a conocimiento del Ministro de Negocios extranjeros a travs del Cnsul general en Barcelona y de la agencia consular de Palma. La visita de dos acorazados ingleses a Palma en febrero de 1932 daba lugar, de igual modo, a los acostumbrados informes consulares sobre la acogida prestada a las tripulaciones. La correspondencia relativa a tal visita britnica es en extremo pintoresca. El 2, de febrero el agente consular en Palma sealaba para el 17 del mismo mes la llegada a aquel puerto de cuatro navios de guerra ingleses. El 13 de febrero, el agregado naval a la Embajada en Madrid ruega al Cnsul general en Barcelona que el agente consular de Palma le transmita directamente estas informaciones: nombre y graduacin del comandante de las fuerzas navales; nombres y caractersticas de los barcos; puertos visitados y duracin de la permanencia en cada uno de ellos; relaciones con las autoridades locales y eventuales festejos; noticias sobre su actividad en las islas, con detalles sobre las excursiones. El 20 de febrero, el agente consular de Palma informaba debidamente al agregado naval, destacando en particular los dos ltimos puntos, por la importancia que suponan para el gobierno

  • italiano. Y deca as: "Se han cambiado algunos saludos de cortesa con las autoridades locales, ofreciendo la autoridad municipal varios palcos en los teatros para que los oficiales pudieran asistir a los espectculos. Adems, entre los equipos representativos de la escuadra y el equipo del C. D. Mallorca se han jugado partidos de ftbol en el campo deportivo de la sociedad mallorquna. Ninguna actividad se ha manifestado en los diferentes lugares y puntos importantes de la isla, ni siquiera excursiones al interior, a estilo alemn. El 18 del actual ha llegado a este puerto el vapor ingls Laurente, de la matrcula de Liverpool, de 18.734 toneladas, llevando a bordo quinientos turistas; y al da siguiente se ha presentado el Express of Australia, de igual nacionalidad, con 497 turistas a bordo. Pudiera ser que en las excursiones efectuadas por estos turistas hayan tomado parte oficiales de los dos acorazados, pero ello es difcil de asegurar, puesto que, de hacerlo, iban vestidos de paisano. Me es grato aadir a la presente recortes del peridico local La Ultima Hora, anunciando un concierto vocal e instrumental, a cargo de las bandas musicales y corales de las tripulaciones inglesas".En abril de 1933, con ocasin de la estancia de las escuadras inglesas del Mediterrneo y del Atlntico en las Baleares, hubo tambin el acostumbrado cambio de cartas, informes y telegramas entre la agencia consular de Palma, el Consulado general en

  • Barcelona, y la Embajada en Madrid y el Ministro de Negocios extranjeros.El agente consular de Palma confirm una vez ms en tal ocasin su buen olfato diplomtico, insistiendo sobre el aspecto poltico de las maniobras navales inglesas."Como en aos anteriores escribe al Cnsul general de Barcelona (4 abril), se han renovado los incidentes y altercados entre suboficiales y marineros en estado de embriaguez, incidentes que han puesto de manifiesto una vez ms la proverbial correcciny seriedad de nuestros marinos, demostradas en las visitas del ao actual."La permanencia de la flota inglesa se ha caracterizado este ao por la excesiva cortesa de los comandantes en jefe con las autoridades locales, ofrecindoles diversos banquetes sin correspondencia alguna, y obsequiando a la poblacin con conciertos vocales e instrumentales, y visitas a los navios en determinadas horas, gentilezas muy en contraste con la rigidez de aos anteriores."En los ambientes oficiales de Palma quiere verse cierta relacin entre las recientes visitas de la flota inglesa a Mallorca y la del primer ministro ingls a Roma".El 25 de enero de 1934, el agente consular de Palma sealaba al Cnsul general en Barcelona la llegada al puerto de un acorazado ingls. El 29 el Cnsul comunicaba telegrficamente este hecho al

  • Ministerio de Negocios extranjeros. La "reina de los mares" segua preocupando a la "nacin mediterrnea".Una segunda nube apareci amenazadora en mayo de 1926: la escuadra naval alemana en crucero mediterrneo "exclusivamente dedicado a Espaa", como comunicaba el Cnsul general en Barcelona al Embajador en Madrid, con fecha 2 de junio (N.1823 -166, P. A. 48). No era ya el poder de la divisin naval alemana lo que preocupaba a dicho cnsul, sino los festejos ofrecidos a las tripulaciones tanto en Palma como en Mahn y en Barcelona. "Abordo del buque almirante destacaba el conde Romanelli hay una banda militar que dar conciertos, y han llamado la atencin los uniformes de los marineros, que son elegantes y casi lujosos".Adems de la banda y de los uniformes, los alemanes tenan diplomacia; pero sta no era peligrosa, segn el parecer del seor conde, que escribe as el 8 de junio (N. 1.879-174, P. A. 48) al Embajador en Madrid:"Estuvo en Mlaga el almirante von Mommsen, y el embajador conde de Welczech ha venido aqu y parte esta noche para la capital. El objeto indudable de la visita alemana es captarse las simpatas espaolas, pero lo han hecho con esa falta de tacto y de oportunidad caractersticas de su raza, hasta el punto de no haber conseguido el esperado efecto. Incluyo una copia del informe que con este motivo

  • me dirige el R. V. cnsul en Palma."La entrada en vigor del nuevo tratado, una propaganda ms intensa y, a la vez, una actividad mayor, hacen pensar en el propsito de Alemania de atraer a su zona poltico-econmica a Espaa, donde cuenta todava con mucha simpata y admiracin. El embajador alemn ha hecho declaraciones de carcter poltico que justifican lo expuesto, y que este Consulado general se ha apresurado a atenuar con un comunicado oportuno".En febrero de 1929, el paso de un crucero alemn por Palma provocaba el acostumbrado diluvio de cartas, informes y telegramas de los servicios consulares italianos en Espaa.En mayo de 1930 visitaron Mahn un acorazado y siete torpederos alemanes, dando grandes recepciones a bordo, y recorriendo la isla en caravanas de automviles, lo que el agente consular de la localidad comunicaba en seguida al Cnsul general en Barcelona (24-6), instndole a mantener a igual altura, en su oportunidad, la estancia de las tripulaciones italianas.Tambin interesaron grandemente a los agentes consulares de las Islas y al Cnsul general en Barcelona los movimientos de los buques de guerra alemanes en mayo de 1930 y marzo de 1933, pero ese inters suba de punto en lo que se relacionaba con "la hermana latina".En efecto: la entrada en el puerto de Palma (octubre

  • de 1930) de unos submarinos franceses, y las sucesivas visitas de mayo y noviembre de 1931, julio de 1933, etctera, atrajeron la atencin del gobierno italiano, tanto en el aspecto poltico como en el estrictamente militar. Con fecha 11 de de mayo de 1931, el Cnsul general en Barcelona comunicaba al Ministerio de Negocios extranjeros (N. 1.873 194, Pas. A. 48) que el crucero francs Duguaj-Trouin haba fondeado en el puerto de Mahn para asistir a la ceremonia de inauguracin de una lpida conmemorativa puesta en el mausoleo a los soldados franceses cados en aquella localidad durante la campaa para la conquista de Argel en 1830. Y los consiguientes recortes de prensa, adjuntos al informe, reseaban que al discurso del Cnsul general francs haban contestado el alcalde y el decano del cuerpo consular, y que la ceremonia termin con un lunch ofrecido por el Ayuntamiento. Como tambin la participacin de representaciones civiles y militares en el desfile, y el haber intervenido asimismo, como obsequio a la poblacin, bandas y coros: cosas todas ellas que deban preocupar, y no poco, a los "directores de escena" de Roma.Hemos visto que "las relaciones con autoridades locales y eventuales festejos" son uno de los puntos principales de los informes consulares al dar cuenta de los movimientos de los buques de guerra. Citaremos an algunos ejemplos, para no insistir ms en ello.

  • En su informe del 4 de diciembre de 1931 sobre la escuadra francesa en aguas de Palma y en la baha de Alcudia, el agente consular dice as: "Previamente haba anunciado el contraalmirante Mr. Traub que, para no interrumpir el funcionamiento normal de los servicios,no seran aceptadas otras manifestaciones oficiales que las visitas de cortesa, y, por consiguiente, no se hizo festejo alguno en honor de los oficiales y marineros de la escuadra."Tan slo pudieron verse algunos autobuses llenos de marineros y oficiales, que visitaron los lugares ms pintorescos de la isla, copiando cuanto hacan los alemanes en sus raras visitas".En julio de 1933, el agente consular de Palma se complace en destacar la frialdad con que fuera recibida la escuadra francesa, y adjunta recortes de la prensa local en que no se da a tal visita la menor importancia. He aqu su curioso informe al Cnsul general en Barcelona:Real agencia consular de italia Palma de MallorcaN. 63, Pos. 13Palma de Mallorca, 5 de julio de 1933 XI.0Real Consulado General de Italia. Barcelona.Durante la permanencia en Mallorca de los buques de guerra franceses, se han repetido los banquetes periodsticos, como anteriormente con la escuadra inglesa. El cnsul de Francia en esta ciudad haba procurado cuidadosamente organizar fiestas y manifestaciones deportivas, mas a pesar de los

  • avisos y gacetillas de prensa, ninguna de esas fiestas se ha celebrado.Los dos barcos de guerra espaoles que llevaban varios das anclados en la baha, abandonaron la isla la vspera de la llegada de los franceses, para evitar, segn se dice, incidentes derivados de la rivalidad entre los marineros espaoles y los franceses.El vicealmirante Dubost ha ofrecido a las autoridades espaolas, a los cnsules de diversas naciones y a destacadas familias de la isla un t a bordo de la nave almirante, imitando as a S. E. el almirante Burzagli cuando la ltima visita de nuestra escuadra a esta isla. Con el mayor respeto.El Real Agente Consular. F. FACCHISe ve as lo incorregiblemente encantadores que son los franceses en su gentileza, los alemanes en su admirar los bellos paisajes y los italianos en ofrecer el t... Y en torno a todo esto giran los celos de unos y de otros. Se permite el Cnsul de Francia conceder una distincin honorfica francesa al gobernador civil de las Baleares? Pues el Cnsul general en Barcelona seala esta "sospechosa actividad del Consulado de Francia en Palma de Mallorca" a la Embajada de Italia en Madrid (7 marzo 1933, N. 1.151-71, St. 1). Otra actividad "sospechosa" que la agencia consular en Palma seala al Consulado general en Barcelona (19 marzo) es el regalo de un "yate" hecho por el marqus de Rabar al Club Nutico de Palma. Mas

  • no haban terminado las malicias de los franceses. En abril del mismo ao el Cnsul de Francia participaba en una fiesta a bordo de cierto transatlntico francs anclado en Palma; y este hecho natural fue objeto de un informe del agente consular italiano local al Cnsul general en Barcelona, y poco despus de una comunicacin telegrfica directa, en 10 de abril, a la Embajada de Italia en Madrid, dndole a conocer la "actividad francesa en Palma".Como a principios de octubre de 1931 la agencia consular francesa en Palma de Mallorca fuera convertida en Consulado, ello determin un cambio de informes y ms informes entre el agente consular italiano en Palma y el Cnsul general en Barcelona, entre ste y la Embajada en Madrid, y entre esta ltima y el Ministro de Negocios extranjeros.Con fecha 8 de octubre, y carcter reservadsimo (4.031, Pers. 2), el Cnsul general en Barcelona escriba al agente consular italiano en Palma: "Le estimar me tenga debidamente informado de la llegada del supuesto titular de ese nuevo Consulado, del personal que ha de constituirlo y de todo aquello que pueda merecer nuestra atencin".Nueve das ms tarde contestaba as el agente consular: "Hoy ha tomado posesin del Consulado de Francia el Cnsul seor Louis Mougin. En una comunicacin que dirige a los cnsules de las dems naciones expresa el hecho de que el

  • gobierno de la Repblica francesa ha decidido reforzar su representacin consular en el archipilago de las Baleares creando un Consulado de carrera."El nuevo cnsul ha empezado ya su obra enviando a los cnsules una carta circular en la que les invita a formar parte de una comisin "pro turismo", de acuerdo con el gobernador civil de la provincia. Tendr a V. S. al corriente de todo cuanto a esto se refiera".En 3o de octubre, el Cnsul general diriga al agente consular tantas veces dicho una comunicacin "reservada-confidencial" (4.340, Pers. 2), diciendo as "Le ruego que me enve con toda solicitud una copia de la circular enviada por el Cnsul de Francia a propsito de la comisin "pro turismo", circular a la que deber usted abstenerse de contestar hasta que reciba instrucciones de este Consulado general del que usted depende".Ese mismo da diriga el Cnsul general otra comunicacin reservada (N. 4.344-565, Pos. Ris. Pers. 2) al Ministro de Negocios extranjeros, en la que refera de este modo las actividades del nuevo cnsul francs: "Inmediatamente se ha puesto en contacto con las otras representaciones consulares de la localidad, invitndolas a colaborar con l en una comisin pro turismo balear que se propone establecer. Llamo la atencin de V. E. sobre este comienzo de la actividad del nuevo Cnsul francs

  • en Palma de Mallorca, tanto ms cuanto que pretende segn dice en una circular suya dirigida a los representantes consulares extranjeros y que espero tener pronto en mi poder haber sido encargado por el propio gobernador civil de las Baleares de fomentar el expresado turismo."Tan destacado inters por parte de Francia en el turismo balear me lleva a atribuir mayor importancia a recientes informaciones segn las cuales el Gran Hotel Formentor y los extensos terrenos adyacentes situados en la embocadura de la baha de Pollensa, han sido cedidos por cierto argentino a una sociedad francesa. En la baha de Pollensa amarr la escuadrilla Balbo cuando su crucero por el Mediterrneo, en mayo de 1928. Es una baha de poco fondo, pero inmejorable, segn parece, para barcos ligeros".En 3 de noviembre, el agente consular en Palma enviaba al Cnsul general (nmero 109, Pos. Ris. 2) la carta circular del Cnsul francs; carta que aqu reproducimos:Repblica francesa Consulado de Francia en PalmaCircunscripcin Consular:Islas BalearesPalma de Mallorca, 17 octubre de 1931.Seor Agente Consular y querido colega:El Gobernador de las Baleares me ruega que designea varios miembros del Cuerpo Consular en Palmacon el fin de que participen en las comisiones que,

  • para el desarrollo del turismo en Baleares, quedaronconstituidas durante la reunin celebrada el viernesltimo en los locales del Gobierno Civil.Tengo el honor de invitar a usted a que tome parteen dicha representacin consular, y le estimargrandemente me haga conocer su grata respuesta loantes posible.Agradecido, reciba usted, seor Agente Consularyquerido colega, la seguridad de mi consideracin msdistinguida.Cnsul de Francia, L. MOUGINEsta carta llen de perplejidad al Cnsul general, que, en 10 de noviembre (4.460, Pers. 2) escriba as al agente consular:"Observo que el texto de la circular dirigida por el Cnsul francs difiere bastante de lo que poda suponerse con arreglo a su anterior comunicacin. Nada obsta, pues, a que acepte usted la invitacin que se le hace".Yese mismo da, el Cnsul general escriba al Ministro de Negocios extranjeros (N. 4.461-586, Pers. 2) rectificando el alarmante informe N. 565, de fecha 3o de octubre.Como se ve, todo haca sombra a los observadores de Roma.: el bonito atuendo de la marina alemana, las excelentes bandas de la inglesa y los bailes del Consulado francs. Esos observadores italianos vean siempre en peligro el "destino del

  • Mediterrneo", pero no abandonaban, por mucho que miraran con recelo a uno y a otro lado, su propia obra de penetracin.

    Columna de milicianos en Barcelona que salen hacia el frente de Zaragoza.1936.

  • Milicianos desembarcando en las costas del levante de Mallorca en el llamado Desembarco de Bayo, que se dio entreel 16 de agosto y el 5 de septiembre de 1936.

    Milicianos llegados a Mallorca desde Barcelona y Menorca a las

  • rdenes del capitn Bayo en agosto de 1936.

    Milicianos desembarcados en la costa mallorquina en agosto de 1936 en la campaa para liberar Mallorca del fascismo.

  • Captulo IVLa mirada del guila

    La constante atencin de Roma hacia las islas Baleares, ha quedado suficientemente probada para insistir en el mismo argumento; pero lo que sigue pone ms de relieve el carcter imperialista de ese inters, y perfila la obra de preparacin de la conquista, que examinaremos en el captulo inmediato.En 28 de julio de 1926, el Cnsul general en Barcelona refera al Embajador en Madrid la visita hecha aquel mismo mes por los Ministros de Guerra y Marina a las bases estratgicas espaolas en el Mediterrneo "y particularmente a las Baleares" (informe n. 223). Con fecha 11 de diciembre de igual ao, ese mismo Cnsul comunicaba al Ministro de Negocios extranjeros y a la Embajada en Madrid la llegada a Palma y Mahn de material de artillera (N. 4.004-333, P. A. 39). En mayo de 19217 el Cnsul general en Barcelona rogaba (carta N. 1.027) al coronel Valerio, agregado militar a la Embajada en Madrid, que le procurase dos copias del plano militar de la isla de Mallorca, y en 6 de octubre del mismo ao reproduca esa peticin (N. 2.610, P. B. 5). En 19 de octubre de 1928, el citado Cnsul general solicitaba del regente de la agencia consular en

  • Palma ms detalles de su informe sobre la visita del rey de Espaa a la isla de Mallorca, "aadiendo tambin cuantas noticias pudiera recoger sobre los resultados de las maniobras realizadas en aquellas aguas por la escuadra espaola" (N. 4.157 P. A. 1).Dicho regente consular, atendiendo la peticin nmero 3.147, hecha por el Cnsul general en Barcelona, enviaba a ste una relacin muy detallada (N. 91, Pos. 2 R., 12 noviembre 1928). En ella describa minuciosamente los diversos desplazamientos de las unidades navales en el curso de la visita real, poniendo de relieve las dificultades de maniobra debidas al mal tiempo, tanto en la baha de Palma como en el puerto de Pollensa.En 17 de junio de 1929 el regente consular de Palma sealaba al Cnsul general en Barcelona (N. 75, Pas. A. 48) la llegada a la baha de Alcudia de algunos barcos de la marina espaola. Y anlogas advertencias comunicaba en 27 de septiembre del mismo ao (N. 112, Pos. A. 48), 3o septiembre 1930 (N. n3, Pos. A. 48) y 19 marzo 1981 (N. 3o, Pos. A. 48).El tantas veces citado regente consular de Palma notific, en 1 de marzo de 1932, la llegada a aquella ciudad del nuevo comandante militar de las Baleares, general Miguel Nez de Prado Cusbielas, que sustitua al general Cabanellas. Y unos meses ms tarde, en noviembre del mismo ao, el Cnsul general en Barcelona comunicaba al

  • Ministro de Negocios extranjeros y a la Embajada de Italia en Madrid lo siguiente (N. 3.872-148, Pos. A. 15): "Me comunican las reales agencias consulares en Palma de Mallorca y en Mahn que en la ltima semana de octubre ha visitado las Baleares, a bordo del cazatorpedero Alcal Galiano, el jefe de la base naval de Cartagena, vicealmirante Juan Cervera."El almirante Cervera se ha interesado particularmente por las obras defensivas de Palma, Mahn y Pollensa que ha inspeccionado con minuciosa atencin. Esta visita del almirante a las Baleares, efectuada casi al mismo tiempo que el viaje de Herriot a Madrid, ha suscitado los ms vivos comentarios. Es parecer general que dicha visita preqede a la creacin de una base naval en Mahn, y a la cual seran destinados los buques que en la actualidad pertenecen a la base de Cartagena. Y en Pollensa se creara, al mismo tiempo, una base area".Las obras a realizar en el puerto de Mahn no poda menos de interesar a Roma, como se desprende del siguiente documento (N. 4.004-786, Pos. A. 1):ASUNTO: Trabajos militares en las islas Baleares. 19 noviembre 1932 XIAl R. Ministro de Negocios extranjeros, Roma. A la R. Embajada de Italia, Madrid.Continuando los informes comunicados bajo el nmero 3.222-150 de 10 del mes en curso, tengo el honor de transmitir una detallada relacin de los

  • trabajos que van a efectuarse en el puerto de Mahn, incluidos en el primer presupuesto de seis millones de pesetas. Por una empresa local que deseaba presentarse al concurso he sabido que intencionadamente se ha limitado el plazo para las ofertas, con objeto de poder adjudicar la contrata de las obras a entidades ya gratas al gobierno. Con el mayor respeto,El R. Cnsul general, G. ROMANELLIEn su noticiario de 25 de diciembre de 1932 (N. 4.550-200 Pos. St. 1), noticiario dirigido al Ministerio de Negociosextranjeros y a la Embajada en Madrid, el Cnsul general en Barcelona sealaba un artculo del diario local conservador La Vanguardia, en el que se pona de relieve el carcter poltico-militar de las obras en el Puerto de Mahn.Mallorca deba ser objeto de especiales investigaciones por parte del espionaje militar italiano. El 13 de marzo de 1933 el detective N ..., al servicio del Cnsul general en Barcelona, diriga a ste la siguiente nota:"El supuesto espa que ha recalado en Palma de Mallorca se llama Zam Botiva; de edad entre cuarenta y cinco y cuarentay ocho aos. Vive con una amante italiana, naturalizada en Francia, y cuyo nombre es Mara Darezzo. Esta mujer se ha quedado en Madrid, esperando el regreso de su amante. El pretexto del viaje de Botiva es efectuar investigaciones en las Baleares, relacionadas con

  • determinados tesoros".Al da siguiente, el Cnsul general en Barcelona telegrafiaba al Embajador de Italia en Madrid: "Advierte el informador que agentes polica han salido islas Baleares para seguir supuesto espa italiano procedente Madrid. Stop. Nadie extraar nombre Zam Botiva. Stop. 45-48 aos edad. Stop. Comunico lo anterior para toda eventualidad".La prisa por salvar a semejante sujeto, "al que el Cnsul Romanelli parece considerar" como probable espa militar, no puede ser ms manifiesta.Bien habra querido el gobierno italiano entrometerse en los trabajos militares de las Islas; pero no pudiendo lograrlo, se esforzaba en denunciar la "intromisin britnica". El 13 de febrero de 1936, el Cnsul general en Barcelona escriba lo siguiente al Embajador en Madrid:"Cierta revista local de la que se sirve este R. Consulado general para publicar artculos para nosotros interesantes, est preparando un nmero especial dedicado a las Baleares. Sera oportuno que en dicho nmero apareciera un artculo relacionado con la intromisin britnica por lo que toca a las fortificaciones y bases navales de aquella regin. Si esa Embajada dispusiera del material debido a este respecto, me complacera mucho recibirlo".Ya la visita del infante don Jaime a Palma de Mallorca en septiembre de 1929, haba sido objeto de un informe consular muy detallado24 que

  • prueba una vez ms el especial inters con que el gobierno italiano segua la situacin poltica del archipilago. Era esa situacin la que en realidad le interesaba, aparte de la situacin militar. El 14 de mayo de 1927 (N. 1.143, P. B. 39) el Cnsul general en Barcelona escriba al fascio italiano de las Baleares:"Mucho ha estimado este Consulado el noble gesto de ese fascio de sealar la tendenciosa noticia publicada por el peridico El Da, de Palma. Siempre que en la prensa local como se dice en el folio al que se contesta se publiquen noticias y artculos hostiles a nuestro pas, har ese fascio obra til y grata comunicndolo por mediacin de la agencia consular local".Ese mismo da, el Cnsul general escriba al regente de la tal agencia consular en Palma (N. 1.143, P. B. 39): "Por lo que respecta a la noticia tendenciosa de que es objeto el folio 33, me gustara saber si entre los peridicos de la localidad hay alguno que nos sea particularmente hostil.Espero en tal caso me sean remitidos cuantos artculos patenticen esa hostilidad contra nuestro pas, y quedo tambin en espera de que sea debidamente rectificada la tendenciosa noticia a que me refiero, como V. me promete".Con fecha 19 de mayo escriba el Cnsul general al Ministro de Negocios extranjeros (N. 1.187-133, P. B. 39):".. .Tambin he recomendado al vicecnsul en Palma que me tenga al corriente de

  • cuanto la prensa local relacione con nosotros, y que me seale oportunamente todas aquellas noticias que para nosotros tengan especial importancia".Ese mismo ao, en 7 de octubre, escribiendo el Cnsul general al vicecnsul en Palma (N.2.629, P. A. 1) para invitarle a que le informara detalladamente sobre la entrevista de Primo de Rivera con Chamberlain, le deca:"Agradecer, en esta y en sucesivas ocasiones, que informe V. S. rpidamente a este Consulado de cualquier hecho que pueda relacionarse con la poltica interior o exterior de Espaa".El 9 de noviembre de 1928, el Cnsul general en Barcelona comunicaba reservadamente al vicecnsul en Palma (nmero 3.947, P.A. 73) lo que sigue:"Ruego a V. S. que me enve con toda solicitud un detallado informe de todo lo relacionado con la reciente visita hecha por S. M. el rey de Espaa a esa Isla. Tambin le agradecer que, en lo sucesivo, me tenga V. S. minuciosamente informado de todos aquellos hechos, manifestaciones, visitas, ceremonias, entradas y salidas de buques de guerra, juicios dela prensa local, etc., que puedan tener un inters o importancia poltica para nuestro pas".Por su parte, el vicecnsul en Palma expeda al Cnsul general en Barcelona, con fecha 13 de noviembre, un informe sobre la expresada visita del rey de Espaa, pero el Cnsul general no qued

  • satisfecho, por cuanto el 19 escriba al mediocre informador lo que sigue (N. 4.157, P. A. 1): "Ms que una crnica, era mi deseo que usted me remitiese sus impresiones personales sobre la visita de S. M. el rey de Espaa a esa Isla. Impresiones sobre la acogida hecha al soberano por la poblacin local, sobre las manifestaciones efectuadas, sobre los incidentes, consecuencias, etc. Le ruego, pues, que complete usted su informacin en ese sentido".La opinin de la prensa local de las Baleares es siempre seguida con un inters desproporcionado a la influencia de tales peridicos provincianos en la vida poltica espaola.La Ultima Hora, peridico local mallorqun, public en los das 16, 18 y 19 de enero de 1929 una serie de artculos titulados "Motivo para una expansin espaola en Oriente". Pues bien, el 21 del mismo mes, el agente consular en Palma enviaba estos artculos al Cnsul general en Barcelona, el cual a su vez los retransmiti en 25 de enero al Ministro de Negocios extranjeros, escribiendo a la vez aquel mismo al agente consular: "Le agradezco los interesantes artculos sobre la expansin espaola en Oriente publicados en el peridico La Ultima Hora, rogndole se sirva continuar aportndome esta preciada clase de informaciones".En 11 de febrero, el agente consular de Palma transmite al Cnsul general en Barcelona un nuevo artculo

  • recortado de La ltima Hora relativo a "Italia y el Levante Mediterrneo". El 15 de febrero hay un nuevo envo, de otro artculo del mismo peridico. De igual modo, en 28 y 3o de mayo, el agente consular de Palma de Mallorca enva al Cnsul general en Barcelona ms artculos de las propias columnas, y tambin de El Da. El Cnsul general en Barcelona retransmite, con fecha 18 de junio, todos estos artculos al Ministerio de Negocios extranjeros. As ocurre el 27 de junio, el 3 de julio y el 9 de octubre. El 2 de mayo de 1931 el agente consular de Palma enva al Cnsul general en Barcelona un nuevo artculo de La Ultima Hora, que lleva por ttulo "Nuestro enemigo el francs", y que el Cnsul se apresura a reexpedir al Ministerio de Negocios extranjeros cuatro fechas ms tarde. Y el mismo da escribe lo siguiente a la agencia consular de Palma: "Le agradecera me tuviese informado peridicamente, aunque fuera en pocas lneas, de la situacin poltica local, segn sus personales impresiones, y conforme a lo que se desprenda de la prensa de todos los colores".El 22 de julio de 1932, el canciller del Consulado general en Barcelona escribe al agente consular en Palma que el Cnsul general desea los recortes de los peridicos locales referentes a la visita de la primera escuadra naval italiana a aquel puerto, y "sobre todo a los comentarios de El Da". El 10 de mayo de 1933 el agente consular en Palma enva al Cnsul general en Barcelona unos recortes de La

  • ltima Hora relativos a Italia.Casi dos aos ms tarde, en marzo del ao 35, el Cnsul general en Barcelona reexpide por va area un artculo publicado por el diario barcelons La Vanguardia, bajo el ttulo de "La del archipilago balear". Y el 11 de abril enva a la Embajada en Madrid un recorte de ilustracin referente a Italia, publicada en cierto peridico de Palma. Como tambin el 1 de junio transmite a la misma direccin cinco artculos diversos, publicados en la prensa de la capital mallorquna.La presente enumeracin es fastidiosa, pero prueba claramente que el gobierno italiano siempre tuvo la mirada puesta en la posicin de la prensa balear. Se va as perfilando con sobrada nitidez la obra de penetracin que vamos a exponer en el captulo siguiente.

  • Captulo VLas Baleares, colonia mediterrnea

    Quien no tuviese en cuenta el valor esencialmente estratgico que las Baleares ofrecieron siempre a los ojos del gobierno italiano podra caer en el error de suponer que sobre el archipilago gravitaran formidables intereses econmicos que defender e impulsar.Y no es as. En febrero de 1929, el agente consular en Palma escriba al Cnsul general en Barcelona para justificarse por no haber vendido dos entradas de un baile a beneficio de la Escuela Italiana de Barcelona, que dicho Cnsul le haba enviado: "Siento grandemente que V. S. haya podido suponer que yo devolva esas entradas por razones de desinters o negligencia en el encargo que se me haba hecho."La verdadera razn, muy otra, est en que no existen en esta colonia elementos de situacin holgada suficiente para poder soportar ese gasto o donativo. Tenga presente V. S. que los elementos de la Colonia Italiana de Mallorca son obreros, jornaleros, pequeos comerciantes, vendedores ambulantes, profesores de msica, etc., gente toda ella que se gana modestamente la vida y que, por lo tanto, no disponen de medios para hacer donativos o tomar parte en fiestas de tal importancia" (11

  • febrero, nmero 31. Pos. 18).Ese mismo agente consular escriba al Cnsul general en Barcelona el 12 de febrero de 1929 (Nm. 19. Pos. B. 23): "Con verdadero sentimiento me veo obligado a devolver las dos entradas para el baile de la Colonia, por no haber habido entre los italianos aqu residentes ninguno que las adquiriera".En 1929 haba en la isla de Mallorca ciento seis italianos. En diciembre de 1935 eran solamente sesenta y seis. En cuanto a Menorca, segn informe del agente consular de Mahn, de fecha 2,2, de agosto del mismo ao, los italianos residentes en dicha isla componan la exigua cifra de once. Puede, pues, afirmarse que la Colonia italiana en Baleares era minscula y pobre.Pero si los intereses italianos en las Baleares no tenan monta, la penetracin de las otras potencias en el archipilago espaol preocupaba grandemente a las esferas oficiales de dicho pas.En 19 de noviembre de 1928, el Cnsul general en Barcelona enviaba al Ministro de Negocios extranjeros un informe (nmero 4.151-430. Pos. AA. 1) basado en comunicaciones llegadas de Palma de Mallorca "por va confidencial", sobre la tentativa de adquisicin de centrales elctricas y tranvas de la isla por parte de la "Utilityes Corporation" de Fila