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Monografía Formación en Neurosicoeducación Alumna: María Cristina Dorronzoro www.asociacioneducar.com Mail: [email protected] Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar NUESTRO DESTINO PERSONAL: NEUROSICOEDUCACIÓN. “Lo que decide el destino de cada ser humano es lo que ocurre dentro de su cerebro cuando se enfrenta con lo que ocurre fuera de su cerebro”. Eric Berne Nuestro cuerpo, nuestro cerebro y nuestra mente forman una unidad indisociable en interacción constante con el medio ambiente (UCCM y MA) cuya principal función es la supervivencia. Todo lo que somos está inscripto en nuestro cerebro. Lo que sentimos, lo que pensamos, nuestra capacidad de aprender, nuestra memoria y nuestro razonamientoresiden en este órgano cuya función principal es la supervivencia. Para entender cómo funciona, debemos comprender que es el resultado de millones de años de evolución en un proceso de cambios adaptativos. En 1958 el investigador Paul Mac Lean, propuso la teoría del cerebro Triuno, basada en la idea de que fundido en una sola estructura, nuestro sistema nervioso central posee estratos evolutivos que crecieron sobre la capa precedente, sin eliminar las anteriores. De esta forma, planteó un cerebro que alberga tres cerebros. Por orden de aparición en la historia evolutiva, esos cerebros son: en primer lugar el instintivo (reptiles), a continuación el emocional (mamíferos primitivos) y por último el neocórtex (mamíferos evolucionados o superiores).

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Monografía Formación en Neurosicoeducación

Alumna: María Cristina Dorronzoro

www.asociacioneducar.com

Mail: [email protected]

Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar

NUESTRO DESTINO PERSONAL: NEUROSICOEDUCACIÓN.

“Lo que decide el destino de cada ser humano

es lo que ocurre dentro de su cerebro cuando se

enfrenta con lo que ocurre fuera de su cerebro”.

Eric Berne

Nuestro cuerpo, nuestro cerebro y nuestra mente forman una unidad indisociable en interacción constante con el medio ambiente (UCCM y MA) cuya principal función es la

supervivencia. Todo lo que somos está inscripto en nuestro cerebro. Lo que sentimos, lo que pensamos, nuestra capacidad de aprender, nuestra memoria y nuestro

razonamientoresiden en este órgano cuya función principal es la supervivencia. Para entender cómo funciona, debemos comprender que es el resultado de millones de años

de evolución en un proceso de cambios adaptativos. En 1958 el investigador Paul Mac Lean, propuso la teoría del cerebro Triuno, basada

en la idea de que fundido en una sola estructura, nuestro sistema nervioso central posee estratos evolutivos que crecieron sobre la capa precedente, sin eliminar las anteriores. De esta forma, planteó un cerebro que alberga tres cerebros.

Por orden de aparición en la historia evolutiva, esos cerebros son: en primer lugar el instintivo (reptiles), a continuación el emocional (mamíferos primitivos) y por

último el neocórtex (mamíferos evolucionados o superiores).

Cerebro instintivo o reptiliano:

Evolutivamente es el más antiguo

Su función principal es asegurar la supervivencia y

permitir la transmisión del

material genético a las siguientes

generaciones. Carece de emociones

y dispone de

respuestas automáticas de

“ataque o huida” ante situaciones de peligro o

desconocidas. Controla las

necesidades básicas tales como:

Cada cerebro mantiene sus

funciones especializadas,

que operan como tres

computadoras interconectadas por medio de fibras y unos

100.000 millones de

células nerviosas llamadas neuronas

el demarcado y cuidado del territorio, la sexualidad y el establecimiento de jerarquías dentro del grupo.

Imprime un tipo de conducta instintiva, programada y poderosa y, por lo tanto, es muy resistente al cambio.

Se encarga de autorregular el organismo.Controla la respiración,

el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e incluso colabora en la continua expansión-contracción de

nuestros músculos.

Cerebro emocional o mamífero: Es el segundo en orden de aparición

evolutiva y está dotado de un

sistema básico de memoria genético y otra que se construye mediante el

aprendizaje y la memoria. Controla la vida emotiva mediante el aprendizaje asociativo que guarda en una

especie de archivos calificadas como pro-supervivencia cuando se trata de experiencias placenteras y contra-supervivencia cuando experimenta situaciones dolorosas. El dolor (peligro de supervivencia) y el placer (garantía de

supervivencia) se registran en la memoria creando conexiones físicas entre las neuronas del cerebro (redes hebbianas) llamadas neurofusiones, las cuales

podrán fortalecerse, debilitarse o desaparecer dependiendo de la repitencia de los estímulos. Este proceso es la base de la neuroplasticidad.

Las neurofusiones dolorosas se producen con mayor rapidez e intensidad que las placenteras, salvo en el caso de las adicciones que también pueden ser muy fuertes.

Neocortex- Cerebro humano:

Elneocortex es el que mayor volumen ocupa (85%). A pesar de su gran volumen está influenciado

por el cerebro emocional y el instintivo, quienes evalúan y actúan de manera más

rápida ante los estímulos del mundo exterior.

Es de acción lenta y consume mucha energía.

Está dividido en dos

hemisferios (izquierdo y derecho), cubierto por una

superficie plegada (corteza cerebral), determinando una constitución de crestas (circunvoluciones) y valles o surcos (cisuras) que se corresponden

por lo general con el límite entre dos áreas diferentes. Cada hemisferio está dividido de manera convencional, en cuatro lóbulos

visibles y uno oculto. Su denominación, proviene de los huesos del cráneo que los recubren (frontal, parietal, temporal y occipital). El Lóbulo de la

ínsula, permanece oculto debajo de los lóbulos frontal y temporal. Lóbulos prefrontales:

Es el área que nos hace realmente humanos y nos diferencia de otras especies.

Son los encargados de conducir todas las actividades cognitivas y ejecutivas, mediante sus capacidades de

razonar, pensar, evaluar, vetar impulsos emocionales, auto-observarse, planificar, trazar

estrategias, comunicarse a través del lenguaje verbal, desarrollar valores trascendentes,

automotivarse, etc. Son los responsables de nuestra

inteligencia emocional, ya que modulan

nuestras emociones. Están formados por módulos o unidades estructurales, que se encargan de

funciones específicas.

El mayor problema que tiene la sociedad actual, es que los dos primeros cerebros que aparecieron evolutivamente, a pesar del menor tamaño, son quienes

tienen el control de nuestra vida. Como producto de esta relación de

menor tamaño más influencia y mayor tamaño menos influencia, nos

encontramos impulsados por los instintos, lo que debemos pagar con un alto costo que es la pérdida

de la salud mental. En el cerebro emocional se asienta el sistema límbico. Junto con el instintivo

forman el “complejo cerebro instintivo- emocional”, involucrados en la evaluación de los estímulos, aunque solo utilizan un bajo porcentaje de la información entrante y con eso deciden si el estímulo es a favor o en contra de la supervivencia. Por eso

las reacciones son tan rápidas y pueden ser erradas con frecuencia.

Este mecanismo de respuesta, tiene la función de actuar como una alarma automática generando conductas de supervivencia en situaciones críticas.

La mayoría de nuestros actos se originan en las redes primitivas del complejo I+E que actúan de manera automática.

Al llegar al tálamo, este utiliza un mecanismo de filtro que funciona focalizando la atención sólo en un 5% para ser evaluados como a favor o en contra de la supervivencia y recorrerán dos caminos independientes: uno corto (tálamo –

amígdala o núcleo accumbens) o largo (tálamo – corteza) durante el cual, la información puede ser controlada, modulada o trasformada.

Mediante los sentidos, interiorizamos la realidad

exterior, todos los estímulos van al cerebro

emocional excepto el olfato y confluyen en el tronco

cerebral, allí el SARA (sistema reticular de

activación ascendente) actúa de filtro y

posteriormente el estímulo llega al tálamo donde se

evaluará a favor o contra la supervivencia.

La amígdala cerebral, que tiene por función cuidar nuestra supervivencia inmediata, está ubicada

en la profundidad del lóbulo temporal, justo detrás de la oreja.

El tálamo es una estructura del

cerebro emocional que funciona recibiendo e integrando la información proveniente de los

sentidos aunque llegue cada una en distintos tiempos.

El camino corto, desde el tálamo a la amígdala, es

una respuesta rápida cuya función es la supervivencia

inmediata y se manifiesta en 125 milisegundos de manera

inconsciente. Es un mecanismo inevitable que se ha desarrollado

filogenéticamente y que tiene su asiento en el

sistema límbico o cerebro emocional. La amígdala, determina, con su propio

banco de memoria emocional, si pondrá en

alerta al hipotálamo para enfrentar el peligro

produciendo cambios corporales que predisponen a la lucha o a la huida, o

asociará la información a una emoción positiva, en

cuyo caso, interviene el

núcleo accumbens en el circuito de recompensa.

Aquí se genera un neurotransmisor: la dopamina, relacionado con el deseo y la búsqueda de

recompensa. A su vez, creará condiciones para que otro neurotransmisor,

noradrenalina, actúe sobre elsistema

motor para ponernos en acción y conseguir la recompensa. Mientras, la UCCM pone en marcha una evaluación

más completa, a través del camino largo. Este trayecto, como lo indica su nombre, tarda 500

milisegundos dado que las vías nerviosas que recorre son más largas, pero permite evaluar con

una representación más exacta y precisa los estímulos a través de la intervención de los lóbulos frontales que determinan si la evaluación

amigdalina es adecuada, o si se debe frenar la

respuesta que se ha iniciado a través del camino corto. Las respuestas corporales de placer o dolor, son informadas a los lóbulos prefrontales a través de la corteza

somatosensorial. De esta forma, podemos hacer conscientes las respuestas emocionales automáticas y regular la expresión de las mismas, función que puede

realizar el módulo orbito frontal ubicado en los lóbulos frontales. Si el estímulo percibido es muy intenso y peligroso, solo la amígdala dirigirá la

situación, actuando con autonomía. A su vez, las señales corticales se tornarán débiles, no pudiendo frenar los sentimientos que siguen el camino directo del tálamo a la amígdala que son los más intensos y primitivos. Cuanto más intensamente se activa la

amígdala, más indeleble será el recuerdo de una situación y más profunda la impronta que nos dejará, creando neurofusiones que incluirán cada elemento que compone

una situación riesgosa como posible amenaza, aunque no responda a un criterio lógico. Sin la menor consciencia, estos reaparecerán una y otra vez en circunstancias similares, donde el hipocampo anexa la memoria de contexto.

Gracias a estos programas genéticos de reacción que llevan a actuar por la apertura de los archivos de placer o dolor, el hombre primitivo pudo afrontar exitosamente

situaciones difíciles.Esto era para nuestros ancestros, una especie de seguro de vida en el mundo natural donde era un eficaz mecanismo para escapar de los depredadores y

sobrevivir. Los seres humanos primitivos debían enfrentarse a determinados peligros físicos para su supervivencia inmediata que eran fácilmente detectables por los sentidos. Este mundo natural,

evolucionó lentamente y por ello los enemigos y las recompensas

mantenían la permanencia en el tiempo. Bastaba entonces, ante un

peligro, con encontrar una respuesta efectiva, una acción rápida, automatizada, determinada por los

reflejos de lucha o huida para salvar la vida.

Pero el mundo evolucionó y nuestro sistema límbico o cerebro emocional,

actúa del mismo modo que en los primeros homínidos. El mundo civilizado presenta

además otros peligros que escapan a la detección de los sentidos

(radiaciones, contaminación química) e impactan a nivel físico, emocional y sicológico con bases reales o

imaginarias (inseguridad, bombardeo de información política intencionada,

constante invitación al consumo, dependencia económica de grandes

La amígdala monitorea constantemente el

entorno en busca de posibles peligros, pero

también monitorea nuestros pensamientos y

creencias, dispuesta a desencadenar una

respuesta fisiológica ante el menor señal de

riesgo.

grupos de poder). Las consecuencias de estas amenazas, no se ven deinmediato. Aparecen a mediano y largo plazo cuando no hay solución posible. Es un mundo que

evoluciona y cambia rápidamente donde los conocimientos que poseemos se deben renovar de forma constante para estar actualizados. La variabilidad es permanente, por

lo que no sirve una única respuesta. Su solución requiere un proceso más complejo de evaluación de la situación, planificación, búsqueda de estrategias, ejecución y

monitoreo, funciones que llevan a cabo los LPF, capaces de evaluar las consecuencias de nuestras acciones a corto, mediano y largo plazo La evolución no desiste de mecanismos que han demostrado ser exitosos para la

supervivencia de la especie humana.Consecuentemente, ante otros estímulos en la sociedad actual, nuestro estado de alerta, no se activa por si un animal salvaje nos

ataca y debemos defender nuestra vida, ya que estamos insertos en otro medio ambiente. Consideramos como posibles peligros situaciones de la vida que nos afectan, tales como: miedo a no ser aceptados en un grupo, a rupturas en las relaciones, a

perder un ser querido, el trabajo o nuestra situación económica.Con independencia de si el peligro que percibe el individuo es real o imaginario, siempre se ponen en

funcionamiento la amígdala y el hipotálamo, núcleos centrales del cerebro límbico responsables del procesamiento emocional de los estímulos.

Paracontextos actuales, este procesamiento rápido y a la vez impreciso, nos provee de respuestas elementales que no nos sirven pero que pueden contrarrestarse informándonos y conociendo el funcionamiento de nuestra UCCM a través de la

Neurosicoeducación.

Quienes han estudiado las emociones (Darwin (1872/1984)Plutchik (1970), Tomkins (1984), Izard (1984) y Ekman (1984)) hacen la distinción entre:

Emociones primarias: son aquellas que “vienen de fábrica”. Se consideran elementales e innatas.

Pueden detectarse por expresiones faciales características. No son

aprendidas, se trata de emociones que son transversales a la cultura.

Emociones secundarias: serían aquellas que son aprendidas. Que dependen de la cultura de la

persona.

Una emoción es una respuesta a partir

de un estímulo, que desencadena por un

lado la respuesta corporal dando una

fuerte sensación de certeza y que nos

impulsa a la acción, y por otro, el

reconocimiento consciente de esta

respuesta que genera lo que llamamos

sentimiento. Las emociones son un

producto de la evolución y existen

debido a que cumplen su función de

supervivencia.

Plutchik identificó y clasificó la tipología emocional y expuso que los animales y los seres humanos experimentan categorías básicas de emociones que motivan varias

clases de conductas adaptativas. Estas son: temor, sorpresa, tristeza, disgusto, ira, esperanza, alegría y aceptación. Cada una de éstas nos ayuda a adaptarnos a las

demandas de nuestro ambiente aunque de diferentes maneras.

Las diferentes emociones se pueden combinar para producir un rango de experiencias aún más amplio. Por

ejemplo, la esperanza y la alegría, combinadas se convierten en

optimismo; laalegría y la aceptación nos hacen sentir cariño; el desengaño es una mezcla de sorpresa y tristeza.

Por su parte, Damasio distingue: Las emociones de fondo: se

tratan de emociones, sensaciones y sentimientos muy generales, son las

que reflejan el estado de ánimo momentáneo de una persona: entusiasmo, malestar, excitación,

tranquilidad. Sus signos son sutiles y se manifiestan fisiológicamente de forma inconsciente a través de todo el cuerpo. Podría decirse que es el estado de ánimo de

una persona. Sobre ellas se construyen las emociones conscientes. Las emociones primarias/básicas: se refiere al miedo, ira, asco, sorpresa,

tristeza y felicidad. Son fácilmente identificables en los seres humanos de numerosas culturas, y también en especies no humanas.

Las emociones sociales: son las que se construyen en la interacción con el otro.

Incluyela simpatía, la turbación, la vergüenza, la culpabilidad, el orgullo, los celos, la envidia, la gratitud, la admiración, la indignación y el desdén. Es probable que estas

emociones hayan sido esenciales en el desarrollo de sistemas culturales complejos de regulación del comportamiento social.

Las emociones poseen variación en cuanto a la intensidad, y actúan siempre como un poderoso sistema motivacional capaz de influir en las percepciones, los recuerdos, el

aprendizaje, el juicio, la toma de decisiones, la comunicación, el comportamiento, la creatividad y la personalidad. De esta manera, todos los procesos de nuestra UCCM son

susceptibles en mayor o menor grado por influencias emocionales. El problema no son las emociones en sí, ya que son un mecanismo de regulación de nuestro organismo para adaptarse al medio, sino la manera de experimentarlas y

gestionarlas.Reaccionamos a través de automatismos que nos proveyó la genética, interpretandocada uno de nuestros problemas o estímulos de placer como situaciones a

resolver en el mismo instante en que surgen. Así es como emociones tales como la ira o el miedo, que son adaptativas para el individuo, en ocasiones intervienen de manera

desadaptativa, debido a desajustes en la frecuencia o la intensidad que

ocasiona la evaluación personal y subjetiva del estímulo, con su

propio archivo de placer o dolor. Por eso,la respuesta de afrontamiento

que cada uno genere, depende del significado que le dé cada individuo a determinados estímulos.No es lo

mismo sentir ira que dejarse arrastrar por ella y golpear a

alguien. La ansiedad, es por ejemplo, una de las manifestaciones más comunes en

el mundo actual en el que la dinámica de la vida se hace cada

vez más acelerada y complejizada por la gran cantidad de estímulos.

La ansiedad es un proceso de activación fisiológica que nos hace movilizar ante un posible peligro,

preparando nuestro organismo para protegernos luchando o huyendo del estímulo que representa peligro o amenaza.

Este mecanismo evolutivo de nuestra UCCM, hace que nuestra atención se concentre en el estímulo desencadenante de tal manera, que interfiere sobre las funciones cognitivas

disminuyendo las unidades de atención de los LPF y como consecuencia, el rendimiento intelectual de un individuo decae. La ansiedad tiene utilidad adaptativa, nos ayuda a prepararnos para afrontar algún tipo

de peligro pero, en el mundo actual, es más común que sea desproporcionada y fuera de lugar. Cuando tal desajuste acontece, se convierte en un riesgo para la salud, si se

presenta en forma crónica. La realidad es que la UCCM está programada para la supervivenciay, por ello, está

siempre atenta a lo negativo que nos pueda suceder. Además, no describe la realidad tal y como es, sino que valora aquello que no conoce o interpreta como un potencial peligro, a través del funcionamiento de la amígdala, de modo que anticipa lo malo que

nos puede ocurrir de una manera automática para que podamos evitar ese riesgo.

Damasio, sostiene que la razón no puede desligarse de su contexto emocional y que de acuerdo a las emociones que sentimos se determina la forma en

como nos movemos. Ante una situación cualquiera tenemos varias opciones para comportarnos, y la

corteza prefrontal es capaz de crear una representación muy fugaz de los diversos escenarios

La emoción tiene mayor peso que la

cognición porque que hay muchas más fibras

nerviosas que transmiten los impulsos desde

la amígdala a la corteza cerebral, que en

sentido contrario, y que además, a través del

camino corto, la amígdala desencadenará una

respuesta emocional mucho antes que lleguen

a ser evaluados por los centros corticales a

través del camino largo tálamo-corteza.

que pueden producirse ante distintas decisiones. Esto implica un proceso en el que estructuras cerebrales múltiples participan en una brevedad de tiempo colaborando con

las zonas prefrontales: la corteza somatosensorial y los sistemas más primitivos y profundos del cerebro como la amígdala y el sistema límbico. Dicha reacción

emocional se manifiesta en nuestro cuerpo como “marcadores somáticos”, es decir, cambios en el sistema nervioso

vegetativo o autónomo como respuesta a una alerta fisiológica. Damasio explica que tales

escenarios o imágenes, no sólo nos informan de las

consecuencias de la situación, sino que también nos sirven para mostrarnos un ejemplo de la

reacción emocional que nos provocaría la situación real,

incluyendo un anticipo de las sensaciones, sentimientos y

reacciones viscerales y fisiológicas propias de la emoción.

Esto demuestra, que podemos recrear imágenes e influenciar en

nuestro propio estado emocional a través del recuerdo o la

imaginación, generando emociones asociadas a situaciones ya experimentadas y que el sólo hecho de pensar en una situación de placer o de disgusto, podemos sentirnos mejor o experimentar sensaciones de miedo o de ira.

Se sabe que cada vez que evocamos un recuerdo lo estamos modificando aunque sea levemente, ya sea porque lo relacionamos con otros conocimientos, o porque al pensar

nos encontramos en otro estado emocional.Si evocamos un recuerdo que nos atormenta y logramos asociarlo a una emoción diferente, más positiva por ejemplo,

cambiamos nuestra percepción del recuerdo y como la realidad depende de cómo nosotros la percibimos, podremos cambiar la significación de ciertas memorias. Nuestro estado emocional varía a lo largo del día en función de lo que nos ocurre y de

los estímulos que percibimos. Pero por otra parte, no siempre tenemos conciencia de ello, y cuando esto ocurre, difícilmente podamos expresar con claridad que emoción

experimentamos en un momento dado. Sin embargo, tendemos a justificar nuestros actos, nuestra manera de pensar y hacer, para sentirnos coherentes, dándole sentido a todo aquello que es omitido, producto del funcionamiento inconsciente de nuestro

cerebro, por lo que nuestra capacidad de ver la realidad puede llegar a ser ilusoria y poco objetiva. Esto sucede porque el hemisferio izquierdo justifica o inventa

explicaciones, para conductas generadas por el hemisferio derecho en respuesta a un estímulo que sólo ha sido captado por este último. El hemisferio izquierdo, (los centros

Los pensamientos

pueden ser

representados

como redes

neuronales muy

fuertes que surgen

ante determinados

estímulos

del lenguaje en general están ahí) es el encargado de dar una interpretación de lo ocurrido. Específicamente es el módulo del intérprete y funciona uniendo varios

módulos, que tomando parte de la información,recrean la misma para justificar nuestras acciones y hacernos sentir bien con nosotros mismos, aunque este sea un mecanismo

que nos límite para modelar nuestras conductas. La conciencia de la propia emoción adquiere importancia en términos de su integración

con procesos cognitivos. Si no existiera un mecanismo capaz de hacer conscientes las emociones, no sería posible utilizar el “freno” intencional de respuestas y expresiones emocionales. Es decir, de nuestra atención conscientedepende la regulación

emocional, que consiste en la habilidad de evitar respuestas emocionales que pueden ser difíciles de controlar. Para ello, debemos desarrollar la autoobservación, a través

de nuestra capacidad de ver los pensamientos que despiertan nuestros instintos y emociones y mantienen nuestra atención enfocada en un comportamiento de reacción automática e inconsciente.Es decir, estar atentos a nuestras emociones y sus

fluctuaciones, y registrarlas para saber cuáles son aquellas que se deben modelar o incentivar.

Cuando nuestro sistema de atención actúa de forma voluntaria funciona utilizando un mecanismo de selección que constituye un sistema de control activo y nos permite

elegir hacia donde dirigiremos nuestra atención. Esto nospermite tomar una decisión ante la entrada de la información que será

relevante en función de lograr una armonía mayor

o menor en nuestra UCCM.Si tomamos

conciencia que los pensamientos automáticos e intrusivos nos están

alterando, provocando desánimo, ira o

preocupación, e induciendo a que nuestras

decisiones tengan un punto de vista inadecuado, podemos desviar nuestra

atención hacia a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.Cuando estamos

comprometidos emocionalmente, o no podemos pensar con claridad, llevar la atención de manera consciente a recuerdos agradables o escuchar música, contribuye notablemente. También sirve llevarla hacia estímulos neutros. Por ejemplo, hacer un

relato descriptivo de cómo llegar a un lugar o cómo es una habitación de nuestro hogar.Cada pensamiento genera una emoción y, viceversa, toda emoción genera

pensamientos. En ambos casos se movilizan hormonas y sustancias químicas de nuestro cerebro, que tendrán una marcada influencia sobre todo el organismo.Lo importante es

La atención consciente se

encuentra en el área

cingular anterior de los

LPF. Para cumplir con esta

función no puede estar

ocupada con distractores.

tener presente la posibilidad de aplicar una estrategia regulatoria antes de que una emoción aumente notablemente su intensidad y resulte más difícil poder modelarla. Hay

que tener en cuenta que somos seres gregarios y por lo tanto,la regulación de las emociones tiene un papel fundamental para nuestra especie.Una antigua advertencia

sugiere contar hasta diez antes de responder cuando se está furioso, estrategia que previene que se intensifiquen las reacciones emocionales subsiguientes y que tiendan a

desvanecerse. Cuandose desactivan los automatismos del complejo I+E desviando la atención con un estado emocional más equilibrado podemos hacer uso pleno de nuestras capacidades

de los lóbulos prefrontales quienes son los principales encargados de organizar el comportamiento y la toma de decisiones consciente a partir de sus funciones cognitivas

y ejecutivas: Razonar Pensar

Evaluar Ver a futuro

Planificar Prever consecuencias de las acciones

Perseverar Flexibilidad – cambio de planes Adaptación a los cambios

Manejar nuestros estados emocionales Interpretación de las emociones convirtiéndolas en sentimientos

Control de los impulsos Toma de decisiones voluntarias – capacidad de elección

Automotivación Manejar la adversidad y la frustración Empatía – manejo de las relaciones interpersonales

Estas capacidades de nuestros LPF, nos permiten mediante el neurosicoentrenamiento, reevaluar situaciones y cambiar el significado que le

otorgamos a las situaciones que desencadenan las emociones. Estoes importante ya que se sabe, el buen humor y una

actitud positiva aumentan la percepción de datos en la corteza occipital y con ello la capacidad de

tener una apreciación global (visión periférica), mientras que el mal

humor reduce la capacidad de atención y llevaba a una visión de túnel. En otras palabras, las

emociones más positivas dan lugar a una visión menos crítica de lo

que nos ocurre y más esperanzadora del futuro, y

emociones más negativas producen una mirada más pesimistay menos esperanzadora de nuestro futuro.

Si tenemos en cuenta la posibilidad que tiene nuestra UCCM de generar nuevas redes (neurofusiones) que se forman a partir de nuevos conocimientos, se pueden utilizar

herramientas y técnicas específicas para fortalecer las conexiones neuronales que deseamos (proceso llamado Potenciación a Largo Plazo) e ir desconectando las que

nos generan inconvenientes en nuestra vida (Depresión a Largo Plazo).Este es el

soporte neural del aprendizaje, y puede

construirse, modificarse, eliminarse o potenciarse voluntaria o

involuntariamente durante el transcurso de toda

nuestra vida, constituyendo la base de la

neuromodelación o neuroplasticidad cerebral.

Los genes son responsables de algunos aspectos funcionales de las redes neuronales, sin embargo la experiencia es muy importante para el funcionamiento de las redes. Por

ello,el conocimiento de nuestra UCCM y su actividad neuronal, imprime una comprensión de nosotros mismos que nos permite modelar nuestras conductas,

posibilitando una transformación interna y pasar de la supervivencia a la trascendencia, para superar los obstáculos que la vida nos plantee como individuos y como especie.

Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una

frase muy importante que en su momento se creyó que era

metafórica. Ahora sabemos que es literal: “Todo ser humano, si se lo

propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.