michael tauusig, destrucción y resistencia campesina

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Page 1: Michael Tauusig, Destrucción y resistencia campesina
Page 2: Michael Tauusig, Destrucción y resistencia campesina

Destrucción

y

Resistencia Campesina

EL CASO DEL LITORAL PACIFICO

MICHAIL TAUSSIG

ABOGOTA.

PUNTA

DE LANZA

1978

Page 3: Michael Tauusig, Destrucción y resistencia campesina

Primera Edición

Febrero de 1979

Copyright

Derechos reservados, 1979

PUNTA DE LANZA

Apartado Aéreo 52508

Bogotá 2, D.E., Colombia

Carátula: Juan Sánchez

Traducción: Hllda Aguilera de Pledrahlta

a-~~ _

Page 4: Michael Tauusig, Destrucción y resistencia campesina

IN D ICE

''si.I ECONOMIA CAMPESINA y EL DESARROLLO DE LA

AGRICULTURA CAPITALISTA EN EL VALLE DEL CAUCA,COLOMBIA .

Introducción 2

Desarrollo capitalista y apropiación de tierras de campe-sinos 12

El carácter dual de las fuerzas de trabajo en las planta-ciones y grandes fincas 15

Agricultura campesina 20

Agricultura campesina tradicional 21

Organización social campesina o •••••••••••••••••••••• • 25

La revolución verde en la agricultura campesina: 1970-1972 30

Productividad de la agricultura: Campesino moderno y ca·pltalista moderno 34

Efectos de la revolución verde campesina: 1970-1976.... 39

Energla. explotación, desnutrición y explotación capitalista 42

Conclusión 47

Blbliograffa 52

11 NUTRICION, DESARROLLO y AYUDA EXTERNA

Un estudio sobre el programa de salud dirigido por losEE.UU. en una zona de plantación de cal\a de azúcar enColombia . . . . . . . . . . . .. 57

Introducción 58

La Fundación "Community Systems Foundatlon" (CSF) .. 60

La reglón y su patrón de desarrollo 64

La eficiencia comparativa de los sistemas agrlcolas 69

El análisis y la solución dados por la Fundación CSF.... 75

Brecha en el análisis 76

Page 5: Michael Tauusig, Destrucción y resistencia campesina

111 RITOS Y COIiESION SOCIAL EN UNA SOCIEDAD EXPOR·.TADORA DE MANO DE OBRA 103 Los articulos del presente volumen se refieren princi­

palmente a la articulación entre las formas de produccióncaracteristicas de la región mencionada - a saber unaeconomia campesina que ha subsistido en las tierras máserosionadas-, y las relaciones de producción tipicas delcapitalismo que domina el cultivo y procesamiento indus­trial de la caña de azúcar.

PRESENTACION

Michael Taussig, antropólogo y médico psiquiatra aus­traliano, reúne en los tres articulos que se presentan eneste libro, sus observaciones sobre cóm10 se destruye ~'

se defiende la economia campesina ante la irrupción delcapitalismo agrario y otras fuerzas, en el Valle del Caucay el Litoral Pacifico. Son ellos el resultado de un intensotrabajo de campo que el autor llevó a cabo entre 1970 y1976, del cual su más conocida monografia es el libro "Es­clavitud y Libertad en el Valle del R10 Cauca", publicadoen 1975 con el seudónimo de Mateo Mina.

Al describir la celebraci6n de la Semana Santa en elpueblo de Santa Maria, en la cabecera del rio Timbiqul.Taussig señala las reacciones y conf1ictos, a que da lugarel reencue¡ttro, en dirha ocasi6n, de los residtmtc'.l del

Taussig presenta tesis sin duda controvertibles -quesin embargo sustenta con amplia documentación empiri­ca - acerca, por ejemplo, de la menor eficiencia relativade la agricultura capitalista frente a la producción cam·pesina. Aun as1, demuestra cómo los incrementos en laproductividad campesina sirven eventualmente para for­talecer el desarrollo capitalista agrario. Esta tendenciaautodestructiva se ve rechazada, como bien se sabe, porlas pol1ticas agrarias estatales que pretenden la tecnifica­ci6n del pequeño y mediano campesino y la elevación desus niveles de productividad, pero que llevan al empobre­cimiento progresivo del campesino, y a la consolidaciónde la empresa agraria industrial.

o ••••••••••••••••••••••••••••• ••••••••••• ••

Alimentando capital humano 82

Aprendizaje a través de la práctica 83

Tendencia en la planeación de la economía y de la saluden la Colombia rural ..................•..........•.... 84

El enclave médico norteamericano en Call ...........•.. 90

La Fundación Rockefeller 90

Cómo hacerle frente al nacionalismo: La mala imagen 93

Conclusión .................•......................... 95

99

Introducción 104

Los ritos '.... 107

Organización social e Instituciones religiosas 108

Semana Santa en Santa Maria 1976 110

El conflicto " . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 114

La organización socio económica del lugar 120

El patrón de eco-diversidad e intercambio económico 121

Organización laboral 124

Reciprocidad. redistribución e igualdad ,..... 125

La migración y la vida del mlgrante 127

Las contradicciones de la migración ............•...... 132

Conclusión 135

Bibliografía 141

Bibliografía

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La Fundación Rockefeller .

Cómo hacerle frente al nacionalismo: La mala imagen ....

111 RITOS Y COUESION SOCIAL EN UNA SOCIEDAD EXPOR·.TADORA DE MANO DE OBRA 103

Al describir la celebración de la Semana Santa en elpueblo de Santa Maria, en la cabecera del 1'10 Timbiqul,Taussig señala las reacciones y conflictos, a que Ja lugarel reencueiltro, en dirila ocasión, de los residente,; del

Los articulos del presente volumen se refieren princi·palmente a la articulación entre las formas de produccióncaracteristicas de la región mencionada - a saber unaeconomla campesina que ha subsistido en las tierras máserosionadas-, y las relaciones de producción típicas delcapitalismo que domina el cultivo y procesamiento indus­trial de la caña de azúcar.

PRESENTACION

Michael Taussig, antropólogo y médico psiquiatra aus­traliano, reúne en los tres articulos que se presentan eneste libro, sus observaciones sobre cómo se destruye ~'

se defiende la economia campesina ante la irrupción delcapitalismo agrario y otras fuerzas, en el Valle del Caucay el Litoral Pacifico. Son ellos el resultado de un intensotrabajo de campo que el autor llevó a cabo entre 1970 y1976, del cual su más conocida monografia es el libro "Es­clavitud y Libertad en el Valle del Rlo Cauca", publicadoen 1975 con el seudónimo de Mateo Mina.

Taussig presenta tesis sin duda controvertibles -que, sin embargo sustenta con amplia documentación empiri·

ca - acerca, por ejemplo, de la menor eficiencia relativade la agricultura capitalista frente a la producción cam·pesina. Aun asi, demuestra cómo los incrementos en laproductividad campesina sirven eventualmente para for­talecer el desarrollo capitalista agrario. Esta tendenciaautodestructiva se ve rechazada, como bien se sabe, porlas pol1ticas agrarias estatales que pretenden la tecnifica­ción del pequeño y mediano campesino y la elevación desus niveles de productividad, pero que llevan al empobre­cimiento progresivo del campesino, y a la consolidaciónde la empresa agraria industrial.

o •••••••••••••••••• o-o •••••••••••• ••••••••••

•••••••••••• o ••••••••••••••••••••••••••••••

Alimentando capital humano 82

Aprendizaje a través de la práctica 83

Tendencia en la planeación de la economía y de la saluden la Colombia rural ..................•............... 84

El enclave médico norteamericano en Call ...........•.. 90

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93

95

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Conclusión

Introducción 104

Los ritos 107

Organización social e Instituciones religiosas o. 108

Semana Santa en Santa Marra 1976 110

El conflicto 114

La organización socio económica del lugar o •••••••••••• 120

El patrón de eco-diversidad e Intercambio económico .... 121

Organización laboral o................................. 124

Reciprocidad. redistribución e igualdad o •••••••••••••• 125

La migración y la vida del mlgrante o ••••••••••••••••••• 127

Las contradicciones de la migración ...•............... 132

Conclusión 135

Bibliografía o 141

Bibliografía

Page 7: Michael Tauusig, Destrucción y resistencia campesina

pueblo y los trabajadores migrantes -hombres y rnujlres- que regresan. los unos de las plantaciones de I~atia

de azúcar, las otras de la ciudad en donde se desempeñancomo empleadas en el servicio doméstico principalmente.Tales conflictos contradicen la aseveración - generaliza­da en especial entre antropólogos sociales- acerca delpapel cohesivo e integrante, que se atribuye a los ritosdentro de comunidades cuya economia es de subsistencia.Taussig, en consecuencia, centra su análisis sobre la in­terrelación autodestructiva a que da lugar este conjuntode ceremonias religiosas.

Por último, el autor describe aspectos diversos de losprogramas de salud financiados y dirigidos por la AID yla Fundación Rockefeller en la misma región del Sur delValle del Cauca. La vinculación a los intereses de los gru­pos dominantes, la concepción comercializada del conoci·miento, la falta de respaldo popular, y la negación de- unpensamiento critico hacen de estos programas una farsaque el tutor examina detenidamente.

En resumen, los trabajos de Taussig aportan nuevos eimportantes elementos a la corriente critica del pensa­miento social colombiano, as1 como un conocimiento prI­ma facle sobre los procesos de destrucción y resistenciade la economia campesina en la región mencionada.

Maria Cristina Salazar

tICONOMIA CAMPESINA Y EL DESARROLLO

DE LA

AGRICULTURA CAPITALISTA

EN EL

V ALLE DEL CAUCA, COLOMBIA

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pueblo y los trabajadores migrantes - hombres y muj(:res- que regresan. los unos de las plantaciones de l~:~tia

de azúcar, las otras de la ciudad en donde se desempeñancomo empleadas en el servicio doméstico principalmente.Tales conflictos contradicen la aseveración - generaliza.da en especial entre antropólogos sociales - acerca delpapel cohesivo e integrante, que se atribuye a los ritosdentro de comunidades cuya economia es de subsistencia.Taussig, en consecuencia, centra su análisis sobre la in·terrelación autodestructiva a que da lugar este conjuntode ceremonias religiosas.

Por último, el autor describe aspectos diversos de losprogramas de salud financiados y dirigidos por la AID yla Fundación Rockefeller en la misma región del Sur delValle del Cauca. La vinculación a los intereses de los gru­pos dominantes, la concepción comercializada del conoci·miento, la falta de respaldo popular, y la negación d~ unpensamiento critico hacen de estos programas una farsaque el tutor examina detenidamente.

En resumen, los trabajos de Taussig aportan nuevos eimportantes elementos a la corriente critica del pensa­miento social colombiano, asl como un conOcimiento pri·ma facle sobre los procesos de destrucción y resistenciade la econom1a campesina en la región mencionada.

Maria Cristina Salazar

IICONOMIA CAMPESINA Y EL DESARROLLO

DE LA

AGRICULTURA CAPITALISTA

EN EL

VALLE DEL CAUCA, COLOMBIA

Page 9: Michael Tauusig, Destrucción y resistencia campesina

INTRODUCCION

Los últimos quince años dan cuenta de un crecimientoimpresionante y sostenido de la agroempresa capitalistatecnificada a gran escala en Colombia, mientras que losestudios macroeconómÍCos indican que durante el mismoperiodo la producción campesina ha permanecido estan­cada y que los ingresos campesinos probablemente handisminuido (Kalmanovitz, 1974; Urrutia y Berry, 1975; yCf. Feder, 1973).

A pesar de que muy poco crédito puede darse al con­junto de datos sobre los cuales se basan los análisis de laagricultura campesina, se llega a numerosas conclusionesrespecto de la evolución que se ha operado en la estruc­tura de la clase rural. Uno de los más controvertidos, punotos es aquel que envuelve la cuestión de si, o de quémanera, el desarrollo intensivo de la agricultura campe­sina a gran escala es o no la causa del empobrecimientocampesino el cual, a su vez, aumenta la oferta de manode obra para las fincas capitalistas, creando de paso unproletariado rural más grande aún. El asunto tiene relie­ve y es particularmente apremiante en aquellas áreas delcampo donde los campesinos subsisten al lado de la cre­ciente agroempresa y donde ellos mismos están adoptan­do parte de la nueva tecnologia, con el consiguiente au­mento en sus costos de producción.

Hasta ahora no se han hecho estudios microeconómicos.con enfoque hacia la comunidad, que puedan iluminarla naturaleza de los cambios sociales a los cuales estostipos de campesinos están abocados en Colombia. Como

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los estudios macroeconómicos que se basan en un con­junto de datos sobre producción campesina no son muyconfiables, en el presente ensayo deseo tratar sobre larelación entre la agricultura campesina y la agricultul"<lcapitalista, por medio de un estudio llevado a cabo en elsur del Valle del Cauca, donde el desarrollo de la agriocultura capitalista en las grandes propiedades se hacenotorio al lado de declinantes parcelas campesinas y don.de está probablemente más avanzado que en cualquierotro sitio de Colombia. 1

Aunque asociadas pero con modos de producción muydiferentes, es dificil comparar la economla campesinacon la de la agricultura capitalista a gran escala. Chayanov(1966) sostuvo que los instrumentos anallticos empleadospara comprender esta última eran extremadamente ina.decuadas para el análisis de la primera, en severa oposi­ción a los bolcheviques, por ejemplo, quienes sostenianque la economia marxista explicaba las dos, asi comomuchos economistas y antropólogos afirman que las eco­nomias neoclásicas bastan para hacerlo. El mismo Marxnunca trató el asunto sistemáticamente,· ya que a juiciosuyo el campesinado era de todas maneras una clase sen­tenciada. Sin embargo, con base en principios generales,dado el enfoque socio-histórico de su análisis económico.habria eliminado la universalización de categorias apli.cables a un modo de producción, tal como el capitalismo,

1) El trabajo de campo, entre 1970 y 1972, se llevó a cabocon financiación del Instltute of Latin American Studies ofthe Unlverslty of London y el Foreing Area Fellowshlp Pro­gramo Entre 1975 y 1976 se pudo continuar con don~clonesde The School of Graduate Studles at the Unlverslty ofMlchlgan. Wenner-Gren Foundatlon y Natlonal Science Foun.datlon de Jos Estados Unidos. Deseo agradecer la ayuda deMario Barac Nieto con los cálculos de gasto de energla la.boral, y los comentarlos de Jaime Arocha, Anna Rubbo yDavid Stoll, sobre una versión anterior de este documento.

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INTRODUCCION

Los últimos quince años dan cuenta de un crecimientoimpresionante y sostenido de la agroempresa capitalistatecnificada a gran escala en Colombia, mientras que losestudios macroeconómicos indican que durante el mismoperiodo la producción campesina ha permanecido estan·cada y que los ingresos campesinos probablemente handisminuido (Kalmanovitz, 1974; Urrutia y Berry, 1975; yCf. Feder, 1973).

A pesar de que muy poco crédito puede darse al con­junto de datos sobre los cuales se basan los análisis de laagricultura campesina, se llega a numerosas conclusionesrespecto de la evolución que se ha operado en la estruc­tura de la clase rural. Uno de los más controvertidos. pun­tos es aquel que envuelve la cuestión de si, o de quémanera, el desarrollo intensivo de la agricultura campe­sina a gran escala es o no la causa del empobrecimientocampesino el cual, a su vez, aumenta la oferta de mannde obra para las fincas capitalistas, creando de paso unproletariado rural más grande aún. El asunto tiene relie­ve y es particularmente apremiante en aquellas áreas delcampo donde los campesinos subsisten al lado de la cre­ciente agroempresa y donde ellos mismos están adoptan­do parte de la nueva tecnologia, con el consiguiente au­mento en sus costos de producción.

Hasta ahora no se han hecho estudios microeconómicos,con enfoque hacia la comunidad, que puedan iluminarla naturaleza de los cambios sociales a los cuales estostipos de campesinos están abocados en Colombia. Com(l

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los estudios macroeconómicos que se basan en un con.junto de datos sobre producción campesina no son muyconfiables, en el presente ensayo deseo tratar sobre larelación entre la agricultura campesina y la agriculturacapitalista, por medio de un estudio llevado a cabo en elsur del Valle del Cauca, donde el desarrollo de la agri­cultura capitalista en las grandes propiedades se hacenotorio al lado de declinantes parcelas campesinas y don.de está probablemente más avanzado que en cualquierotro sitio de Colombia. 1

Aunque asociadas pero con modos de producción muydiferentes, es diffcil comparar la economla campesinacon la de la agricultura capitalista a gran escala. Chayanov(1966) sostuvo que los instrumentos analfticos empleadospara comprender esta última eran extremadamente ina.decuadas para el análisis de la primera, en severa oposi.ción a los bolcheviques, por ejemplo, quienes ~ostenfanque la economfa marxista explicaba las dos, asf comomuchos economistas y antropólogos afirman que las eco­nomías neoclásicas bastan para hacerlo. El mismo Marxnunca trató el asunto sistemáticamente,' ya que a juiciosuyo el campesinado era de todas maneras una clase sen­tenciada. Sin embargo, con base en principios generales,dado el enfoque socio-histórico de su análisis económico.habrfa eliminado la universalización de categorias apli­cables a un modo de producción, tal como el capltaUsmo,

1) El trabajo de campo. entre 1970 y 1972, se /levó a cabocon financiación del Institute of Latin American Studies ofthe Unlverslty of Lnndon y el Foreing Area Fellowship Pro­gramo Entre 1975 y 1976 se pudo continuar con don~cionesde The School of Graduate Studles at the University ofMlchlgan. Wenner-Gren Foundation y Natlonaf Sclence Foun­datlon de los Estados Unidos. Deseo agradecer la ayuda deMario Barac Nieto con los cálculos de gasto de energla la­boral. y los comentarlos de Jaime Arocha. Anna Rubbo yDavId Stoll. sobre una versión anterior de este documento.

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a otro modo de producción, como el de la agriculturacampesina.

Sensible a algunas advertencias de Chayanov, primor­dialmente a través de la lectura de Kula (1974), RogerBartra presentó recientemente un interesante análisismarxista de la estructura agraria y clases sociales en M~­

xico, en el cual disiente abiertamente de aquellos a quie­nes él llama economistas "liberales" de los estudios delCIDA, cuyos hallazgos emplricos los llevaron a ensalzarla eficiencia de algunas funciones de productividad agrl­cola campesina. Con el argumento de que los campesino¡;eran más eficientes que los grandes terratenientes, entérminos de rendimiento por heetárea de las cosechas, 10!ii

reportes del CIDA elevaron una súplica infructuosa endemanda de una reforma agraria como el medio paraaumentar la producción nacional de alimentos. dándolesmás tierra a los campesinos. Pero aqul hay que tener enmente dos consideraciones.

Primera, con la intensificación y tecnificación progre­sivas de la agricultura a gran escala, desde la época delos estudios del CIDA, muchos paises latinoamericanos.tales como Colombia, muestran un rendimiento mayorpor hectárea en las cosechas en unidades de producción agran escala, que en las fincas campesinas. Este hecho ';1'

ha ignorado en importantes trabajos recientes sobre agri­cultura en el tercer mundo (Griffin, 1974: George, 19771:Lappé y Collins, 1977). Segunda, nunca se confrontó enrealidad el hecho de que la eficiencia de los campesinos.tal como ella es, generalmente da como resultado la po­breza y el trabajo arduo, reduciendo el consumo e inten·sificando la mano de obra. La repetida observación deBartra en relación con el punto segundo, la cual persistecomo tema central en toda su obra, se deriva del primerprólogo de Lenin a El Desarrollo del Capitalismo en Rusiaen donde se manifiesta de acuerdo con Kautsky (n.d.) aldecir:

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La existencia de campesinos en todas las soeleda·des capitalistas no ha de expliearse por la superiori­dad técnica de la producción agrfcola en menor escalasIno por el hecho de que los campesinos reducen susneeesidades a un nivel inferior al jornal de los obre­ros e intensifican su trabajo considerablemente m'sque éstos.

La base emplrica de lo anterior tiene su origen enestudios sobre agricultura en Rusia y Europa Occidental.Solo podemos especular sobre el grado exacto en queesta interpretación estuvo influenciada por una interpre­tación del desarrollo agr1cola y de la descomposicióncampesina británicos, asl como por una fe bastante inge­nua en las economlas de escala, pero ciertamente talesinfluencias fueron fuertes. Sin embargo, en lo que se re­fiere al sur del Valle del Cauca, la "superioridad técnica"del pequeño productor campesino sobre la de su vecinafinca capitalista es una causa importante de la existenciapersistente de tal tipo de campesino, en contraposición ala tendencia de la cita anterior. La eficiencia del "capital"de los pequeños productores campesinos es más alta quela de los agricultores capitalistas y sus energlas estánmucho menos sometidas a esfuerzo, como agricultorescampesinos, que como trabajadores asalariados en las fin·cas capitalistas.

Pero qué contiene la expresión "superioridad técnica"?Como Bartra se esfuerza por señalarlo (y a esto no debeponérsele demasiado énfasis), todo depende de cómo sedefine y calcula esta "superioridad técnica", o la eficien­cia agricola y económica. Por ejemplo, al contrario delo que dice Chayanov (y a diferencia de los campesino::.a quienes se refiere este estudio) Bartra (1974) dictaminaque el trabajo de la unidad familiar, no pagado, de loscampesinos puede y debe presupuestarse como un costode producción. De esta manera su manejo de datos sobreagricultura campesina en México revela costos de produc-

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a otro modo de producción. como el de la agriculturacampesina.

Sensible a algunas advertencias de Chayanov, primor­dialmente a través de la lectura de Kula (1974). RogerBartra present6 recientemente un interesante análisismarxista de la estructura agraria y clases sociales en Mé·xico. en el cual disiente abiertamente de aquellos a quie­nes él llama economistas "liberales" de los estudios delCIDA, cuyos hallazgos emplricos los llevaron a ensalzarla eficiencia de algunas funciones de productividad agri­cola campesina. Con el argumento de que los campesinol:eran más eficientes que los grandes terratenientes, entérminos de rendimiento por hectárea de las cosechas, lo~

reportes del CIDA elevaron una súplica infructuosa endemanda de una reforma agraria como el medio paraaumentar la producci6n nacional de alimentos, dándolesmás tierra a los campesinos. Pero aqul hay que tener enmente dos consideraciones.

Primera, con la intensificaci6n y tecnificaci6n progre­sivas de la agricultura a gran escala, desde la época delos estudios del CIDA, muchos paises latinoamericanos.tales como Colombia, muestran un rendimiento mayorpor hectárea en las cosechas en unidades de producci6ngran escala, que en las fincas campesinas. Este hecho "pha ignorado en importantes trabajos recientes sobre agri­cultura en el tercer mundo (Griffin, 1974: George, 19771:Lappé y Collins, 1977). Segunda, nunca se confrontó enrealidad el hecho de que la eficiencia de los campesinos.tal como ella es, generalmente da como resultado la po­breza y el trabajo arduo, reduciendo el consumo e inten­sificando la mano de obra. La repetida observaci6n deBartra en relación con el punto segundo, la cual persistecomo tema central en toda su obra, se deriva del primerpr610go de Lenin a El Desarrollo del Capitalismo en Rusiaen donde se manüiesta de acuerdo con Kautsky (n.dJ aldecir:

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La existeneia de campesinos en todas las socieda­des capitalistas no ha de expliearse por la superiori­dad técnlea de la produee16n agrfeola en menor escalasino por el hecho de que los campesinos reducen susnecesidades a un nivel inferior al jornal de los obre·ros e intensifican su trabajo considerablemente másque éstos.

La base empirica de lo anterior tiene su origen enestudios sobre agricultura en Rusia y Europa Occidental.Solo podemos especular sobre el grado exacto en queesta interpretaci6n estuvo influenciada por una interpre.taci6n del desarrollo agrlcola y de la descomposici6ncampesina británicos, asi como por una fe bastante inge­nua en las economias de escala, pero ciertamente talesinfluencias fueron fuertes. Sin embargo, en lo que se re­fiere al sur del Valle del Cauca, la "superioridad técnica"del pequeño productor campesino sobre la de su vecinafinca capitalista es una causa importante de la existenciapersistente de tal tipo de campesino, en contraposición ala tendencia de la cita anterior. La eficiencia del "capital"de los pequeños productores campesinos es más alta quela de los agricultores capitalistas y sus energfas estánmucho menos sometidas a esfuerzo, como agricultorescampesinos, que como trabajadores asalariados en las fin·cas capitalistas.

Pero qué contiene la expresión "superioridad técnica"?Como Bartra se esfuerza por señalarlo (y a esto no debeponérsele demasiado énfasis), todo depende de c6mo sedefine y calcula esta "superioridad técnica", o la eficien­cia agricola y económica. Por ejemplo, al contrario delo que dice Chayanov (y a diferencia de los campesino~

a quienes se refiere este estudio) Bartra (1974) dictaminaque el trabajo de la unidad familiar, no pagado, de loscampesinos puede y debe presupuestarse como un costode producción. De esta manera su manejo de datos sobreagricultura campesina en México revela costos de produc-

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ción exorbitantes y, por consiguiente, baja eficiencia encomparación con la agricultura capitalista y sus econo­mias de escala.

Siguiendo a Lenin y Kaustky, la conclusión es que laproductividad campesina es baja, los costos de producciónson altos. la mano de obra es intensiva y el "excedentede trabajo" campesino invertido en la parcela equivale auna transferencia de valor por parte del campesinado ala clase capitalista en particular, a través de la sociedaden general. La eliminación total del campesinado que di·cho análisis plantea, está refrenada sólo por el hecho deque el Estado (en México, por ejemplo), tiene serio in­terés politico en subsidiarlo. Kaustky (nd.: 140, 174-5)también anota contenciones similares; aunque esto pare­da contradecir la orientación general de su análisis, éllogró integrar la anomalia aparente de la perseveranciacampesina con el desarrollo capitalista, puntualizando lanecesidad de una reserva de mano de obra que tienenlos agricultores capitalistas la cual es satisfecha, en for­ma admirable, por los campesinos pobres cuya labor nopodria en forma alguna competir con aquella de las fin­cas capitalistas. En forma 'vaga y asistemática, casi comoun aparte, Lenin (1967: 183-185) tam,bién aludió al mis­mo asunto.

El acceso desigual por parte de los agricultores campe­sinos y los capitalistas a los medios de producción es sóloun sintoma, pero no la causa, según Bartra, de la desigual­dad en la productividad. El ataca a los economistas "libe­rales" por su preocupación desmedida sobre la distribu­ción de la tierra, mientras es a la productividad del mo­do de producción campesina hacia donde deberla diri­girse la atención.

La productividad de la agricultura capitalista a granescala también atrapó la entusiasta atención de Kaustky yde Lenin. A propósito de uno de sus aspectos, por ejem-

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plo, Lenin escribió: "El trabajador agrfcola está en me·jores condiciones que el pequeño campesino", dice Kauts­ky (1967:27) repetidamente; lo mismo se observa en Ru­sia". En cuanto a Gran Bretaña, Marx mismo estaba mu­cho menos seguro. Su visión más dialéctica contrasta enforma notoria con el positivismo de los epígonos. En ElCapital (Vol. 1) se refiere al marcado deterioro del nivelde vida del trabajador campesino británico, en asocio conel crecimiento det la agricultura a gran escala (Marx,1967: 673-696), y en forma caracterlstica hizo hincapiésobre los costos del progreso: "En la agricultura moder­na, la creciente productividad y cantidad de mano deobra puesta en movimiento se compran a costa del des·perdicio y consunción por enfermedad de la fuerza detrabajo misma. Más aún, el progreso en la agriculturacapitalista es el progreso en el arte no sólo de robar altrabajador, sino de robar al suelo... agotando las fuen·tes naturales de toda riqueza - el suelo y el labrador"(Marx, 1967: 506-607). En sus Paseos Rurales, a comienzosdel siglo XIX, Cobbett (Williams, 1983: 109) insistió unay otra vez en que en la agricultura inglesa exisUa una re·lación inversa entre el progreso capitalista y el bienestarde los campesinos convertidos en obreros. En las tierrasde pancoger, donde la agricultura capitalista estaba másdesarrollada, "siempre he observado que mientras másrico es el suelo, y más desprovisto de bosques, es decir,mientras más puramente terreno de pancoger sea, másmiserables son los trabajadores... a ellos les va invaria­blemente mejor en los montes, en los bosques y en los te·rrenos selváticos; donde el gran acaparador lo tiene todobajo su vista, es donde menos Pueden recoger. .. lo prue­ba la antigua observación: "tierra .rica, labrador pobre".

La interpretación de la articulación entre la agricultu­ra capitalista a gran escala y la producción campesina,presentada por Bartra, siguiendo a Lenin y a Kautsky, ami juicio no le hace justicia a las formas en que ellas seentrelazan para beneficio de la agricultura capitalista, ca-

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mo es el ca o del sur del Valle del Cauca en los últimos25 años. Vale mencionar, de paso, que la ariiculaelón ensi misma no es nunca un punto de interés serio para Lenino Kautsky, lo cual es una consecuencia lógica de su creen·cia de que el campesinado estaba cediendo en forma ine·vitable ante las forolas de producción agr1cola más efi­cientes de la organización capitalista a gran escala. Alhacer ellos 1al comparación entre la agricultura cam·pesina y la capitalista, ni Lenin ni Kautsky ni Bartra basansus comparaciones cuantitativas sobre situaciones en lasque ambas coexisten en una misma ecozona. La econo­mla de la agricultura campesina se analiza cuantitativa­mente; se tienen en cuenta las caracterfsticas de la agri­cultura capit< lista a gran escala en general, pero faltauna comparación cuantitativa, sistemática, de los dos sis­temas como unidades adyacentes. De tal manera, cuandoel nivel de v~da del proletariado rural se compara con elde los pequeños campesinos, por ejemplo, se extractan dediferentes reg:ones las unidades de comparación, en talforma que ellas continúen siendo sólo extracciones. Ade·más sus análisis cuantitativos no son por lo general hi··tóricos, a pesar de que una teorla general de desarrollohistórico conforma su enfoque general.

Mi argumento en relación con el sur del Valle del Cau­ca es el siguiente. En la evolución de las relaciones entrela agricultura capitalista a gran escala y la produccióncampesina, la primera es menos eficiente que la última,a la luz de varios criterios importantes. Pero debido a sumonopolio de la tierra, la agricultura capitalista compen­sa su ineficiencia al estar capacitada para aprovecharsede la productividad campesina. En contra de la afirmaciónde Bartra, la desigualdad en la distribución de la tierraes crltica y no puede verse sólo como un "slntoma" derendimientos económicos desiguales. Porque reduciendoel tamaño de la finca campesina por debajo de un deter­minado limite es como se da a la clase capitalista el me­canismo para acumular excedentes. En otras palabras, el

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mo es el caso del sur del Valle del Cauca en los últimos25 años. Vale mencionar, de paso, que la articulación ensi misma no es nunca un punto de interés serio para Lenino Kautsky, lo cual es una consecuencia lógica de su creen­cia de que el campesinado estaba cediendo en forma ine­vitable ante las formas de producción agricola más efi·cientes de la organización capitalista a gran escala. Alhacer ellos tal comparación entre la agricultura cam·pesina y la capitalista. ni Lenin ni Kautsky ni Bartra basansus comparaciones cuantitativas sobre situaciones en lasque ambas coexisten en una misma ecozona. La econo­mIa de la agricultura campesina se analiza cuantitativa·mente; se tienen en cuenta las caracteristicas de la agriocultura capit<' lista a gran escala en general, pero faltauna comparación cuantitativa, sistemática, de los dos sis··temas como unidades adyacentes. De tal manera, cuandoel nivel de v;da del proletariado rural se compara con elde los pequeños campesinos, por ejemplo, se extractan dediferentes regiones las unidades de comparación, en talforma que ellas continúen siendo sólo extracciones. Ade·más sus análisis cuantitativos no son por lo general hh·tóricos, a pesar de que una teorla general de desarrollohistórico conforma su enfoque general.

Mi argumento en relación con el sur del Valle del Cau­ca es el siguiente. En la evolución de las relaciones entrela agricultura capitalista a gran escala y la produccióncampesina, la primera es menos eficiente que la última,a la luz de varios criterios importantes. Pero debido a sumonopolio de la tierra, la agricultura capitalista compen·sa su ineficiencia al estar capacitada para aprovecharsede la productividad campesina. En contra de la afirmaciónde Bartra, la desigualdad en la distribución de la tierraes critica y no puede verse sólo como un "slntoma" derendimientos económicos desiguales. Porque reduciendoel tamaño de la finca campesina por debajo de un deter·minado límite es como se da a la clase capitalista el me·canismo para acumular excedentes. En otras palabras, el

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tam ailo y la tecnologla no son inherentemente en si mis­mos más eficientes; mas bien, proporcionan el resorte po·IlUca necesario para que. bajo coerción la fuerza laboralsea eficiente, y provee la disciplina y autoridad necesarias

ara extraer plusvalfa de esa mano de obra. (Cf. Mar­glin, 1974).

Mientras la clase capitalista pudo obtener el poder po·litico necesario para reducir las propiedades campesinaspor debajo del tamaño necesario para la subsistencia, losjornales en el sector agrlcola capitalista fueron altos de­bido a que los campesinos podlan subsistir a base del va·lar de uso de la producción dentro de sus propias parcelas.El alto costo de la mano de obra se debla aqul al bajo va·lar de la misma -tomando como valor de la mano de obralos bienes de consumo necesarios para mantener y repro·ducir el trabajo.

A medida que los a~ricultores capitalistas mediante supoder polltico, encauzaban capitales estadounidenses. yabrlan nuevos lrentes en los mercados extranjeros, desdecomienzos de 1900, pudieron extender sus tierra y apro­piarse por la fuerza de aquellas pertenecientes a los cam·pesinos, impulsados por la ambición de mayores exten­siones para sus cosechas y por su necesidad de reducirlas propiedades de los campesinos al punto que éstos Eeconvirtieron en trabajadores asalariados, o semiproleta·rios, que obtenlan parte de su subsistencia de su propiaagricultura campesina y en algunos casOs empleaban su~

jornales para enviar dinero a su parcelas campesinas pa­ra sostenerlas. Los patronos de estos campesinos semiprl)·letarizados pueden extraer una tasa de plusvalla másalta de este tipo de fuerza de trabajo, que la que seriaposible si los costos de sostenimiento y reproducción deltrabajo tuvieran que ser cubiertos solamente con produc­ción capitalista. Esta captación de tasas más altas de plus­valla ocurre no sólo porque una gran parte del proleta·riado rural es semi-campesino, y produce parte de su

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propia subsistencia directamente, y por la elasticidad queéste le proporciona a la fuente local de mano de obra,sino también, y de manera importante, porque la utiliza­ción al máximo del "capital", por parte del campesino(como veremos adelante) es mayor que la del agricultorcapitalista, y porque sus costos por kilogramo de productoson inferiores, aún si incluImos como costo de produccl6nla mano de obra no pagada de la unidad famUlar. Al pe·netrar la "revolución verde" en la clase de los cultivado­res campesinos mismos, debido a la intervención del Es·tado (el gobierno colombiano y la AID), el panoramacambia. La eficiencia del "capital" del campesino disminu­ye y la tasa de pérdida de tierra en favor del sector agrico­la capitalista a gran escala aumenta. Pero aún asi, el usoal máximo del capital por parte del cultivador campesinono es menor que el del agricultor capitalista a gran escala.

Más aún, tanto el ingreso en efectivo como el productode la cosecha por kilogramo/calorla de energia humanagastada en el cultivo campesinos no es mayor que losobtenidos a través de su trabajo a jornal en las unidadescapitalistas productoras a gran escala. Esta ventaja en tér­minos de eficiencia de' la energia laboral del trabajocampesino sobre el proletario también sirve para dismi·nuir los costos de mantenimiento y reproducción del tra·bajo asalariado, en dondequiera que dicho trabajo seatambién campesino parcíalmente.

Debe destacarse que este tipo de articulación entre losdos modos de producción es parte de un contexto deter·minante, más amplio; el del subdesarrollo neo-colonialista.Especificamente, la pequefiez del mercado doméstico yel subdesarrollo de la división social del trabajo. Esterasgo estructural de las economias periféricas, cuyo Oler·cado se halla en los centros del sistema capitalista mun·dial, signüica que la preocupación sobre el poder adquisi­tivo de los trabajadores y su incremento es secundarioante la ilimitada expansión de la producción. Por con-

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iguiente, reduciendo el valor de la mano de obra omanteniéndolo en un nivel bajo, se crean menos contra­dicciones que en las economlas capitalistas desarrolladas.y la semiproletarización del campesinado, a cambio de sutotal proletarización está de acuerdo con tal estructura.

ás aún, este mismo rasgo estructural impide las condi­ciones necesarias para sostener un pujante proletariado"puro", (especialmente en los campos). Es decir aquellostrabajadores que no tienen más que su propia fuerza detrabajo, la cual se ven forzados a cambiar en el mercadopor un jornal. El mezquino beneficio adjunto a la .nanode obra asalariada es de esta manera necesario a los capi­t listas y a los trabajadores asalariados para quienes uns lario capitalista rara vez es suficiente para sobrevivir.Esto tiene importantes implicaciones para nuestra comoprensión del desarrollo aletargado de las asociaciones declases y de la conciencia de clase.

Al dirigir la atención hacia el rendimiento de la pro­ducción en pequeña escala y hacia la ineficiencia de laagricultura capitalista a gran escala, no es mi propósitoel argumentar en favor del sostenimiento de la agriculturacampesina como el Banco Mundial lo viene tratando dehacer ahora en Colombia y en muchas otras partes. Deseomás bien demostrar cómo ciertos incrementos de produc­tividad incorporados al modo campesino de producción,como en el Valle del Cauca, pueden servir para sostenery desarrollar la agricultura campesina a gran escala, espe­cialmente donde esa agricultura existe al lado de las pro­piedades campesinas. En cuanto a los esfuerzos como aque­llos del Banco Mundial para sostener a los campesinospor medio de la expansión del crédito y tecnificaci6n, acambio de una reforma agraria, este ensayo demuestraque la lógica de tales intentos es fortalecer y perpetuaresa articulación, mientras que la consecuencia pr'dlcaserá empobrecer todavla más al grueso del campesinado,hasta el punto de que quede sin tierra.

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DESARROLLO CAPITAUSTA y APROPIACION

DE TIERRAS DE CAMPESINOS

La economia campesina a que se refiere este ensayees aquella de propietarios afro-americanos que habitan elextremo sur dei fertiHsimo y extenso Valle del Cauca, enuna zona conocida como "Norte del Cauca" 4 grados alnorte del Ecuador y cerca de 3.000 pies sobre el niveldel mar. Desde la abolición de la esclavitud en 1851 estecampesinado ha experimentado una historia social queevoluciona a través de dos fases diferentes, cuya comoprensión muy seguramente no yace en ningwla supuesLaineficiencia de la agricultura campesina sino en la dinámi·ca polltica de la lucha de clases.

Durante cincuenta años con posterioridad a la aboli·ción, los ex-esclavos y sus descendientes formaron unapróspera economia de subsistencia, estableciéndose ilegal·mente en las vastas tierras de sus antiguos amos, quienec

trataron infructuosamente de manera desesperada de 11.mitar esa agricultura campesina con el objeto de revita·lizar sus decadentes propiedades, a base de trabajo asa·lariado o de cultivos de arrendatarios. La lucha arma­da entre campesinos y el sector polltico representado porlos terratenientes caracterizó todo este periodo (Taussig,1974: Mina, 1975). En las postrimerías del siglo XIX sedescribia la economia campesina en términos que dejanpoca duda en lo que se refiere a la abundancia de su pro­ducción y a la viabilidad de su propia autosuficiencia -ensevero contraste con la decadente economia de hacienda.a lo largo de casi toda la segunda mitad del sigio. FelipePérez (1862) se refiere a la decadencia de la agriculturaa gran escala en el Valle del Cauca en aquel tiempo, y enforma repetida menciona el cacao y el plátano como lasdos cosechas de destacada importancia, producidas sólopor los campesinos. Emigdio Palau (1889) consideraba lare~ión del Norte del Cauca, especialmente la zona lluviosa

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DESARROLLO CAPITALISTA Y APROPIACION

DE TU~RRAS DE CAMPESINOS

La economia campesina a que se refiere este ensayoes aquella de propietarios afro-americanos que habitan elextremo sur dei fertilisimo y extenso Valle del Cauca, enuna zona conocida como "Norte del Cauca" 4 grados alnorte del Ecuador y cerca de 3.000 pies sobre el niveldel mar. Desde la abolición de la esclavitud en 1851 estecampesinado ha experimentado una historia social queevoluciona a través de dos fases diferentes, cuya comoprensión muy seguramente no yace en ninguna supueslaineficiencia de la agricultura campesina sino en la dinámi·ca politica de la lucha de clases.

Durante cincuenta años con posterioridad a la aboli·ción, los ex·esclavos y sus descendientes formaron unapróspera economla de subsistencia, estableciéndose ilegal·mente en las vastas tierras de sus antiguos amos, quiene¡;trataron infructuosamente de manera desesperada de j l.mitar esa agricultura campesina con el objeto de revita·lizar sus decadentes propiedades, a base de trabajo asa·lariado o de cultivos de arrendatarios. La lucha arma·da entre campesinos y el sector polltico representado porlos telTatenientes caracterizó todo este período (Taussig,1974: Mina, 1975). En las postrimerias del siglo XIX sedescribia la economla campesina en términos que dejanpoca duda en lo que se refiere a la abundancia de su pro·ducción y a la viabilidad de su propia autosuficiencia - ensevero contraste con la decadente economla de hacienda.a lo largo de casi toda la segunda mitad del sigio. FelipePérez (1862) se refiere a la decadencia de la agriculturaa gran escala en el Valle del Cauca en aquel tiempo, y enforma repetida menciona el cacao y el plátano como lasdos cosechas de destacada importancia, producidas sólopor los campesinos. Emigdio Palau (1889) consideraba laregión del Norte del Cauca, especialmente la zona lluviosa

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(10 que hoyes Puerto Tejada) como la "región privilegiada"en todo el Valle por los cultivos de cacao sembrados engrandes cantidades por campesinos negros. Evaristo Gar.cía (1898) corrobora la descripción que Pala\l hace de laregión cuando afirma que las mejores plantaciones deplátano se encuentran alll. Garcia también describe cómolos miembros de la "raza etiope" vivían en chozas depaja, rodeados de matas de plátano y poseían pequeñascantidades de ganado, caballos y cerdos. En su opinión.ya que estos campesinos podían lograr muy fácilmentesus medios de subsistencia, sentia aversión hacia el traba.jo en las haciendas. Por tal razón, escribe él, había pocashaciendas funcionando hasta finales del siglo, y en estoestaba apoyado por los hacendados locales quienes se que.jaban amargamente de que ni los salarios más altos podi311conquistar a los campesinos para que dejaran sus parce.las por el trabajo asalariado (Taussig, 1974: Mina 1975).El alto precio de la mano de obra refleja aquí el hechode que sus costos de mantenimiento y reproducción eranbajos; el valor de uso de la producción en la parcela cam.pesina resultaba en costos altos de la mano de obra parael productor a gran escala.

La distribución de poder que habia favorecIdo ligera.mente al campesinado giró en forma rápida y decidida enfavor de los grandes terratenientes al concluir la Guerrade los Mil Dias (1899·1901), lo cual permitió la centrali­zación pol.ttica de la república; una gran afluencia de ca·pital estadounidense (la mayoría del cual entró al Valledel Cauca) y cuya proporción fue mayor para Colombiacon respecto a cualquier otro pais latinoamericano, entre1913 y 1928 (Rippy, 1931: 161-164); con la terminación delferrocarril entre el Valle y el Océano Pacifico en el mis­mo año en que se terminó el Canal de Panamá, 1914, yse aseguraron para el Valle los medios para exportar porprimera vez en la historia cosechas tropicales en granvolumen. El valor de la tierra subió en forma rápida ylos campesinos adoptaron una actitud defensiva mientras

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se fallaban en su contra millares de juicios de tierras, ini­ciados por los terratenientes. En el Sur del Valle, gruposarmados, respaldados por las Ligas Campesinas, pudie­ron impedir la pérdida de tierras en las décadas de 1910y 1920, cuando las haciendas restablecidas emplearon lafuerza fisica para tomar posesión de la tierra, en un co­mienzo para ganaderla y más tarde, a partir de 1930, pa­ra el cultivo de caña de azúcar. Los censos nacionales in­dican que la fuerza laboral asalariada aumentó unas cincoveces entre 1912 y 1938. En su Informe Anual correspon­diente al año de 1919, el Gobernador del Cauca describlael clima social, quejándose del grado de inestabilidad rei­nante en la región del Norte del Cauca, la cual élatribula a la "anormalidad económica" de la época, a lasdificultades con las cuales tropezaba la gente para susten­tarse, y a la falta de una colonia penal. Solicitaba ahin­cadamente la formación de un cuerpo especial de policiaque diera garanUas a los hacendados y al negocio de laganaderla (Gobernador del Cauca, 1919: 4). La infameviolencia o "guerra civil" (1948-1958) aceleró todavía másla transferencia de tierras de campesinos a los grandesterratenientes, quienes se aprovecharon del alto grado deinseguridad reinante en ese tiempo, para bajar los preciosde las tierras y forzar a los campesinos a venderlas. Sedice que en la región del Norte del Cauca se empleabala fumigación aérea para dañar las cosechas de los cam­pesinos -táctica que se utilizó también en otros lugaresde Colombia hacia 1960 (Patiño, 1975: 181-183). La pro­ducción de cacao. uno de los pilares del ingreso campesino,por ejemplo, bajó en un 80 por ciento en ocho años (1950­1958). Con la ayuda del Banco Mundial y de otras fuentesfinancieras estadounidenses (Fedesarrollo, 1976; 344), lasplantaciones de caña de azúcar pudieron continuar su des­piadada expansión sobre los valles; mientras en 1938 sólose produjeron en la región 2.000 toneladas métricas deazúcar, en 1969 la producción alcanzó a 91.000.

Los registros locales de tierras (sustentados por relatos

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orales de los campesinos) indican que el tamaño promediode la finca campesina disminuyó de 7.5 plazas en 1933a media plaza en 1967 (una plaza es igual a 0.64 de hec­tárea). Esta disminución de 15 veces está acompañada des610 la duplicación de la población (y la migración exter­na ha sido muy poca); la escasez de tierra no puede atriobuirse a la "explosiÓn demográfica". Las propiedades cam·pesinas tenlan más que todo un tamaño de 5 a 10 plazasen 1933, entre 1 y 2 plazas en 1958 y menos de una plazaen 1964. Las unidades familiares campesinas no sufrieronen igual medida ya que aunque la gran mayorla tieneahora menos del tamaño ideal para subsistencia -3 pla­zas -cerca del 5 por ciento posee más de 10 plazas ypuede clasificarse como "campesinos ricos". En 1970, se­gún los censos oficiales, cerca del 80 por ciento de lastierras cultivables estaba en poder de cuatro plantacionesde caña de azúcar y de otros hacendados capitalistas quecultivaban diversas cosechas, mientras que un 90 porciento de las propiedades era menor de 15 plazas.

En 1954 un agrónomo describió en los siguientes tér­minos su opinión sobre las plantaciones del centro y nortedel Valle, las cuales se desarrollaron antes que las del ex­tremo sur, y señaló las siguientes consecuencias:

Los pobres campesinos suministran la mano deobra a las plantaciones más cercanas. Como poseensus propias casas de habitación, les ahorran a lasplantaciones el costo de construcción de viviendas yel transporte de gran número de personas. Además,sus necesidades eeonómicas los atan indefinidamentea la plantación, lejos de la cual les seria dificil obte­ner trabajo (Manetnl, 1954: 30).

EL CARACTER DUAL DE LAS FUERZAS DE TRABAJOEN LAS PLANTACIONES Y GRANDES FINCAS

A diferencia de casi todas las demás zonas producto­ras de azúcar del mundo. las condiciones climáticas y de

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suelo del Valle del Cauca permiten todo el año una pro­ducción no sujeta a temporadas. La marcada inestabilidadde los insumos de mano de obra no puede atribuirse a fac­tores ecológicos, sino a la acción polltica de los propie­tarios de las plantaciones (Knight, 1972; Buenaventura.1976) y al carácter campesino de una gran parte de lafuerza laboral.

A comienzos de 1960 y quebrantando la estructura delos sindicatos entonces activos, los cultivadores que fo­mentaron un sistema dual de reclutamiento laboral y em­pleo, cambiaron el cultivo de la caña de azúcar mediantesu compra a hacendados independientes, en cantidadessuperiores a la mitad del total de la producción hacia claño de 1974. Enfrentados a una seria inquietud laboral,y ante la oportunidad de aumentar la producción comonunca antes - para exportación llenando asi el vacio queen la cuota de importación de azúcar de Estados Unidosdejó el bloqueo comercial a Cuba- los cultivadores decaña del Valle del Cauca estimularon el desarrollo delsistema de contratistas laborales, por medio del cual lo~contratistas independientes reciben pago por el recluta­miento de trabajadores para tareas especificas.'

2) Lejos de ser una forma "atrasada" de organización laboral.el sistema de contratistas parece aumentar a la par con tildesarrollo de la agricultura capitalista a gran escala. Asemejanza de las plantaciones de caña de aZllcar del Vallodel Cauca, por ejemplo. las plantaciones de banano de 1,1Unlted Fruit Company en la Costa Atlántica comenzaroncon la propiedad directa de toda la tierra trabajada por unafuerza laboral contratada directamente. Desalojada por lasserias huelgas (y plagas) en la década de 1930. la Compa­ñia regresó en 1959. pero todo el trabajo se hace ahora através de mano de obra asalariada que mantiene lazos conla agrtcultura campesina, y la tierra es posesión de terra­tenientes colombianos financiados indirectamente por laCompal'lla a través de bancos de Boston (Parsons, 1967:76-79). El nuevo sistema proteje a la Compañia de conflictoslaborales, nacionalización y bajas en los precios. Igualmentelas precoces plantaciones de algodón dependen totalmentede mano de obra contratada para la cosecha. En 1970 hnbimás de 200.000 trabajadores. Casi todas las otras nuevaRcosechas comerciales dependen de mano de obra contra­tada (a semejanza de las comp41ñías petroleras estadounI-denses).

Los trabajadores empleados directamente por las plan­taciones día tras dla se denominan afiliados o "perma­nentes". Y tienen derecho a los beneficios del seguro so­cial y la afiliación a sindicatos. con derechos de huelgamuy limitados. Por otra parte, los trabajadores ocasiona·les, empleados por los contratistas reciben jornales muchomás bajos, no tienen derecho a seguro social ni a afiliarsea sindicatos.

La proporción de la fuerza laboral que está organizadaen pequeñas cuadrillas de trabajadores (contratados a tra­vés de contratistas) o pequeños grupos inestables y cam·biantes, ha oscilado entre 20 y 33 por ciento desde co­mienzos de la década de 1960 (Fedesarrollo, 1976). Estacircunstancia ha rebajado notablemente el costo de la ma­no de obra, ha socavado la fuerza polltica de todo!! 10Si tra·bajadores y proporciona a los cultivadores una fuente deabastecimiento de mano de obra elástica que facilita lacoordinación de suministros de materia prima, muy irre­gulares por la inestable capacidad de los ingenios - ine~­

tabilidad que se acentúa bastante ante un rápido creci­miento industrial- y además amortigua los cambios enla demanda de mano de obra relacionados con las fluc·tuaciones en los precios del azúcar.

El porcentaje de la mano de obra que está organizad"por el sistema de contratistas es mayor para las tareasmás pesadas, tales como la recolección. Vale la pena ano­tar que el porcentaje es más alto en los campos de cañaen la región del Norte del Cauca, que en otras partes delValle donde la densidad de la población campesina es másbaja y el salario minimo diario en las fincas capitalistases más alto. La mayoria de los contratistas son no solamen­te gente de la vecindad, nacidos en la región, de ancestrocampesino, sino que parte de su subsistencia depende desus propias parcelas. Muchos alternan entre agriculturacampesina y jornaleo para contratistas, mientras que otroshacen que su familia cercana logre parte de la subsisten·

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Los trabajadores empleados directamente por las plan·taciones día tras dla se denominan afili ctos o "perma­nentes", y tienen derecho a los beneficios tel seguro so­cial y la afiliación a sindicatos. con derechos de huelgamuy limitados. Por otra parte, los trabajadores ocasiona·les, empleados por los contratistas reciben jornales muchomás bajos, no tienen derecho a seguro social ni a afiliarsea sindicatos.

La proporción de la fuerza laboral que está organizadaen pequeñas cuadrillas de trabajadores (contratados a traevés de contratistas) o pequeños grupos inestables y cam·biantes, ha oscilado entre 20 y 33 por ciento desde co­mienzos de la década de 1960 (Fedesarrollo. 1976). Estacircunstancia ha rebajado notablemente el costo de la ma·no de obra, ha socavado la fuerza pol1tica de todo!! los. tra­b jadores y proporciona a los cultivadores una fuente deabastecimiento de mano de obra elástica que facilita lacoordinación de suministros de materla prima, muy irre­gulares por la inestable capacidad de los ingenios - ¡nc"·tabilidad que se acentúa bastante ante un rápido creci·miento industrlal- y además amortigua los cambios enla demanda de mano de obra relacionados con las fluc·tuaciones en los precios del azúcar.

El porcentaje de la mano de obra que está organizad"por el sistema de contratistas es mayor para las tareamás pesadas. tales como la recolección. Vale la pena ano­tar que el porcentaje es más alto en los campos de ca -aen la región del Norte del Cauca, que en otras partes delValle donde la densidad de la población campesina es máRbaja y el salario minimo diario en las fincas capitalistases más alto. La mayoria de los contratistas son no solamen­te gente de la vecindad, nacidos en la región, de ancestrocampesino, sino que parte de su subsistencia depende desus propias parcelas. Muchos alternan entre agricultur:lcampesina y jornaleo para contratistas, mientras que otroshacen que su familia cercana logre parte de la subsisten·

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cia con el producto de la parcela campesina. Para los de­más, es decir para aquellos cuyo ingreso proveniente de laactividad agrfcola es infimo, la vivienda gratis representaun ahorro considerable, ya que de otra manera el arrien·do consumirla un 25 por ciento del jornal.

Los aflliados o "permanentes" son en un 70 por cientoinmigrantes temporales de regiones ribereñas aisladas yde la región selvática de la Costa del Pacifico. La mayorlade ellos permanece de uno a dos años y regresa a su uni·dad familiar, la cual es autosuficiente, por un año o más,antes de regresar al cañaduzal para otra ronda de empleo,dejando generalmente atrás esposa e hijos.

Los demás aflliados SOn de origen local y, como loscontratistas, tknen en su mayorla (aunque en menor es·cala) lazos económicos importantes con las fincas campe·sinas de la región. A veces, más en el caso de los afiliadosque en el de los contratistas, el obrero de plantación con·trata a un campesino para que trabaje su predio durantesu ausencia, pagándole a éste con fondos de los jornalesque recibe en la plantación. Al año siguiente, por ejemplo.podr1an invertirse los papeles.

El Valle del Cauca ha experimentado también un sor·prendente aumento en el cultivo de cosechas distintas dela caña de azúcar durante los últimos quince años. J Estoscultivos se trabajan exclusivamente por el sistema decontratistas; la diferencia con respecto a la caña está enque una gran proporción de los trabajadores son mujeresy niños, factor que constituye una causa más para que iamano de obra baje de precio. Los contratistas dicen pre·ferir a las mujeres sobre los hombres porque "son mAs

3) Desde 1958 el área sembrada con cultivos temporales poragricultores a gran escala ha aumentado unas cinco veceEn el caso de algunos de estos cultivos el aumento ha sidode diez veces (C.V.C.• 1970: 44).

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dóciles"; t.rabajan por un salario inferior y hacen lo quese les ordene. Ellas lógicamente tienen que hacerlo, puescon la constante descomposición de la f:llnilia extensay nuclear, resultante del desarrollo de la agricultura ca·pitalista en esta región, la carga del cuidado del niño y sualimentación recae cada vez más agudamente sobre lamujer quien está dolorosamente consciente de que dejóen casa hijos hambrientos, esperando el arroz al anoche·cero Una fuente de ingreso muy importante para talesmujeres y niños trabajadores (conocidos como iguazas, porlos patos migratorios que comen las semillas que quedanen los campos) proviene del rastrojeo de los campos enlas grandes fincas capitalistas, después de la cosecha. Haygente para la cual la principal fuente de ingreso se derivade la actividad descrita arriba, ya sea que consuman, oque vendan el grano que encuentran por el suelo.

En consecuencia, la mayorla de los jornaleros en lasfincas capitalistas y plantaciones de esta desarrollada zo­na no son proletarios "puros" sin nada qué vender o dequé subsistir fuera de su propia capacidad laboral. Yasean contratistas o afiliados. ya sean de la región o in­migrantes temporales de tierras lejanas, son tan sólo pro­letarios de tiempo parcial, cuya subsistencia, o la de susfamilias, depende de su capacidad para complementar lamano de obra proletaria con el producto de modos de pro·ducción campesinos u otros no capitalistas.

Este carácter social, dual, de la fuerza de trabajo asa·lariada, especialmente de la fracción de los contratistas;facilita en gran manera el predominio del sistema de tra­bajo a destajo en la agricultura capitalista, la cual a suvez refuerza el sistema de contratistas. En comparacióncon el método de pago a jornal, el método de pago a des­tajo ofrece al patrono muchas más oportunidades de in­tensificar la mano de obra, atomizar la fuerza de trabajo.mantener el sentido de individualización, colocar a lostrabajadores en competencia entre si y reducir el jornal

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diario promedio (Cf. Marx, 1967: 551-558). Dada la bajatasa de este último, los trabajadores a jornal prefieren elsistema a destajo y como muchos contratIstas, prefierentambién alternar el trabajo en sus propias parcelas con elde las plantaciones o fincas grandes; por consiguiente, elsistema de contratistas se ve todavla más fortalecido.

La facilidad para el reclutamiento y organización dela mano de obra contratada depende en forma considera­ble de la utilización de las redes sociales existentes entrelos pobres, en general, y entre los campesinos en particu­lar. El sistema de contratistas se basa sobre el estimuloa tales gentes para que se organicen en grupos de traba·jo y confinen su propia forma de organización; ésto es unejemplo más de cómo las instituciones no capitalistas sonútiles, y aún necesarias, al desarrollo capitalista.

Entre todos los tipos de trabajo en la región, la manode obra asalariada en las fincas capitalistas a gran escalaestá considerada como el más arduo e indeseable. Peropor sobre todo es de la humillación, o autoritarismo humi·llante, de lo que más se quejan los trabajadores. Losgrandes terratenientes y sus capataces se quejan a su vezde la intransigencia de los trabajadores, de su pereza, ;sudisposición al sabotaje y a los brotes esporádicos de vio­lencia. La agricultura campesina tiene sus problemas, peroson diferentes a éstos.

AGRICULTURA CAMPESINA

Sin tener en cuenta el tamaño de la propiedad, hasta1971 toda la agricultura campesina se basaba en la mismamezcla cualitativa y cuantitativa de la siembra intercaladade cacao, café, frutales y plátano. Mientras que el cacaoy el café son cultivos primordialmente para la venta, elplátano y los frutales ocupan una proporción menor detierra y se venden sólamente si hay excedentes sobre elconsumo de la unidad familiar, La tecnologla empleada

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era y es la misma para cualquier tamaño de propiedad.Sinembargo, desde 1970/71, muchos campesinos han re·cibido estimulo del servicio de extensión agrfcola del go­bierno (ICA), fundado bajo un programa de la AID, en·caminado al desarraigo de los cultivos permanentes y ala siembra de semillas para cultivos temporales, en cam·pos abiertos, usando tractores. Al analizar los efectos deeste cambio de sistema de una baja inversión de capital,un bajo consumo de energia y mano de obra no intensi·ficada, hacia el sistema opuesto, trataré primero sobrela agricultura tradicional, estableciendo luego el contras­te con la nueva, haciendo las comparaciones con la agro­empresa capitalista a gran escala, en donde corresponda.

AGRICULTURA CAMPESINA TRADICIONAL

Todos los cultivos de diversas especies se entresiem·bran, una cerca de otra aparentemente al azar, junto congran variedad de árboles de sombrfo altos, frutales y ve­getación natural de toda altura.• Los árboles altos se con·sideran indispensables para la salud del cacao y el café yreducen en gran parte el crecimiento de malezas, factorde primordial importancia en la agricultura tropical. Enla parcela se obtienen también leña, materiales para cons­trucción de viviendas, cordelerIa, empaques, calabazos, re·lleno para colchones, hojas para envolver y muchas plan­tas medicinales. Sin mucho esfuerzo la mayoria de loscampesinos puede aumentar hasta 70 especies diferentes

4) la densidad por hectárea de los árboles más Importantesy plátanos en las parcelas del estilo tradicional, que resultadel estudio de tres fincas. es la siguiente:

Cacaocaféplátanocftricossombrlo

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637-1.3003lJO.7003lJO.6OO

0-182300-364

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de plantas. También se mantienen a menudo aves de co­rral y cerdos. Este tipo de agricultura, comercializado co­mo está, preserva casi toda la estructura preexistente delecosistema así como la fertilidad del suelo que está cons­tantemente nutrido por el enorme peso del abono dehojas. ' Por esta y otras razones que mencionaré más ade­lante, vemos que la mano de obra no es la única fuente deriqueza material, de valor de uso producido por el traba­jo. Según como William Petty lo anuncia, el trabajo es elpadre y la tierra es la madre (Marx, 1967: 43).

Mientras el plátano produce fruto cada ocho o diez me­ses en cualquier época del año y dura de cuatro a cincoaños, el cacao y el café se cosechan cada dos semanas.~mbos tienen un ciclo de producción de seis meses, peroaún en la má aguda mengua producen un poco todavía.Además. los ciclos de las dos cosechas son de duraciónsimilar y se complementan bien entre sí: cuando el cafémadura, el cacao mengua, y viceversa, de tal suerte quea través del afio se mantiene una fuente constante detrabajo. Se emplea muy poco capital de mantenimiento. '

Por lo general se calcula que unas tres plazas de tierracultivadas de esta manera proveen subsistencia a la uni·

5) Los resultados iniciales (basados solamente en dos mesefde estudio) revelan una caída de hojas secas de 11.5 gms.por metro cuadrado al dia. Esto permite una comparació"muy favorable con la rata de 4.5 a 12.6 gms. por metrocuadrado al día en la selva tropical (Helnrlch. 1973: 41).

6) En términos generales este tipo de patrón existe en casi todAla agricultura campesina colombiana. aunque los ciclos dflproducción del café y el cacao en el Valle del Cauca sonprivativos de la zona. La totalidad de las colinas andinas(sobre las cuales se asienta la mayoría de la agriculturacampesina colombiana) permIten una gran variedad de cul·tivos de alimentos y los campesinos entresiembran dIferen­tes especies en forma tal que se requiere mano de obra ycosecha durante todo el año.

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Mi estudio sobre producción en cuatro parcelas "pro·medio" mostró, a los precios de 1971, un ingreso brutaproveniente de la venta de productos agrlcolas de $ 3.580

dad familiar campesina. La mano de obra requerida esmuy poca. Casi todas las unidades familiares podrianafrontar sus problemas cultivando hasta seis plazas porsi mismas; la mano de obra necesaria puede espaciarseen forma pareja y frecuente a través dei año. Las dostareas principales son la recolección y el desyerbe. Laprimera es muy liviana y se lleva a cabo cada dos sema·nas; la segunda, una o dos veces al año y es también taorea liviana. Las únicas herramientas que se emplean sonel machete y la pala o garlancha liviana. El malz se siem­bra con una barra y no se emplean productos quimicos.

Una parcela de tres plazas requiere en promedio 105jornadas de trabajo: 45 para desyerbar y 60 para reco·lectar la cosecha. Una pareja (tomando un caso hipotéti·co) puede subsistir trabajando ambos no más de unasexta parte del año, siempre que la parcela tenga unaproductividad promedio.

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6) En términos generales este tipo de patrón existe en casi todala agricultura campesina colombiana. aunque los ciclos deproducción del café y el cacao en el Valle del Cauca sonprivativos de la zona. La totalidad de las colinas andinas(sobre las cuales se asienta la mayoría de la agriculturacampesina colombiana) permiten una gran variedad de cul·tivos de alimentos y los campesinos entreslembran diferen·tes especies en forma tal que se requiere mano de obra ycosecha durante todo el año.

Mientras el plátano produce fruto cada ocho o diez me­ses en cualquier época del año y dura de cuatro a cincoaños. el cacao Y el café se cosechan cada dos semanas.Ambos tienen un ciclo de producción de seis meses, peroaún en la más aguda mengua producen un poco todavla.Además. los ciclos de las dos cosechas son de duraciónsimilar y se complementan bien entre si: cuando el cafémadura. el cacao mengua, y viceversa, de tal suerte quea través del año se mantiene una fuente constante detrabajo. Se emplea muy poco capital de mantenimiento. '

Por lo general se calcula que unas tres plazas de tierracultivadas de esta manera proveen subsistencia a la uni-

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de plantas. También se mantienen a menudo aves de co­rral y cerdos. Este tipo de agricultura, comercializado co­mo está, preserva casi toda la estructura preexistente delecosistema asl como la fertilidad del suelo que está cons­tantemente nutrido por el enorme peso del abono dehojas. ' Por esta y otras razones que mencionaré más ade­lante, vemos que la mano de obra no es la única fuente deriqueza material, de valor de uso producido por el traba­jo. Según como William Petty lo anuncia, el trabajo es elpadre y la tierra es la madre (Marx, 1967: 43).

5) Los resultados iniciales (basados solamente en dos mese~

de estudio) revelan una caída de hojas secas de 11.5 9ms.por metro cuadrado al dla. Esto permite una comparacióllmuy favorable con la rata de 4.5 a 12.6 gms. por metrocuadrado al día en la selva tropical (Heinrich, 1973: 41).

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pesos colombianos por plaza. El equivalente en dinerodel consumo de plátano llegó a 320 pesos por plaza. Porlo tanto, teniendo en cuenta que las inversiones de ca·pital son práct!camente nulas, el ingreso anual neto deun promedio de tres plazas (tamaño de parcela agrícolaideal para sub istencia) es de aproximadamente $ 10.000.antes de deducir gastos de alimentación, y catalogando lamano de obl'< no pagada de la unidad familiar, comoparte del ingreso, no como un costo.

Lo anterior permite una comparación muy favorable conel ingreso m[lximo de un jornalero a contrato.' en lasplantaciones (le caña de azúcar, quien a esa fecha recibióaproximadamente $ 10.000 al año, trabajando 275 dlaslaborables del año, especialmente porque los voceros tlelas plantacione~ de caña de azúcar no requieren más delos beneficios s ciales de la industria azucarera está laalta tasa de Uta de mano de obra bien pagada. Pero comola splantaciones de caña de azúcar no requieren más deun trabajador por cada cinco plazas de tierra (Fedesarro­Ho, 1976: 16), en realidad generan un número de puestosde trabajo menor por unidad de tierra que el empleado elas parcelas agricolas de cÚltivo extenso, mientras que eltrabajador de la caña no recibe un ingreso anual mayor.Además, si se toma en cuenta la mano de obra no pagadade la unidad familiar, como parte del ingreso en vez de

7) A causa del seguro y prestaciones sociales los afiliados otrabaladOl'es "permanentes" de las plantaciones tienen uningreso anual 50% más alto que los trabaj¡¡dores de loscnotratistas, siempre que trabajen por seis o más meses.Así el afiliado recibe un Ingreso mayor que el que obtienedel cultivo de la tradicional parcela campesina de tres pla­zas; pero. (al el aporte de trabajo campesino en días l¡l­borables. en eSll parcela es igual sólo al 37°~o del aportedel afiliado. y lbl el Ingreso por plaza de tierra trabajadaes mayor para el campesino que cultiva cosechas tradicio­nales, que para el afiliado que tra ja en los campos decaña: 3.300 y S 3.000, respectivamente.

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pesos colombianos por plaza. El equivalente en dinerodel consumo de plátano llegó a $ 320 pesos por plaza. Porlo tanto, teniendo en cuenta que las inversiones de ca·pital son prácticamente nulas, el ingreso anual neto deun promedio de tres plazas ltamaño de parcela agrIcolailleal para subsistencia) es de aproximadamente $ 10.000,antes de deducir gastos de alimentación, y catalogando .lamano de obra no pagada de la unidad familiar. comoparte del ingreso, no como un costo.

Lo anterior permite una comparación muy favorable conel ingreso m,~ximo de un jornalero a contrato. 7 en lasplantaciones de caña de azúcar, quien a esa fecha recibióaproximadamente $ 10.000 al año, trabajando 275 dlaslaborables del año, especialmente porque los voceros delas plantacione:; de caña de azúcar no requieren más delos beneficios sociales de la industria azucarera está laalta tasa de uw de mano de obra bien pagada. Pero comola splantaciones de caña de azúcar no requieren más deun trabajador por cada cinco plazas de tierra (Fedesarro·110, 1976: 16), en realidad generan un número de puestosde trabajo menor por unidad de tierra que el empleado enlas parcelas agricolas de cultivo extenso, mientras que eltrabajador de la caña no recibe un ingreso anual mayor.Además, si se toma en cuenta la mano de obra no pagadade la unidad familiar, como parte del ingreso en vez de

7) A causa del seguro y prestaciones sociales los afiliados otrabajadores "permanontes" de las plantaciones tienen !Jningreso anual 50% más alto que 105 trabajadores de 105cnotratistas. siempre que trabajen por seis o más mesesAsí el afiliado recibe un Ingreso mayor que el que obtiendel cultivo de la tradicional parcela campesina de tres pla·zas; pero. (a) el aporte de trabajo campesino en días laborables. en esa parcela es igual sólo al 37% del llportedel afiliado. y (b) el Ingreso por plaza de tierra trabajadaes mayor para el campesino que cultiva cosechas tradicio­nales. que para el afiliado que trabaja en los campos decaña: S 3.300 Y S 3.000. respectivamente.

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como costo de producción, el estilo tradicional de agricul·tura campesina produce un ingreso neto tan alto, por uni­dad de tierra, como el de las plantaciones de caña deazúcar.· En términos de dinero producido por peso in·vertido en cada cosecha y unidad de tierra, estos agricul­tores campesinos están por encima de los cultivadores deplantaciones o de otras cosechas distintas en fincas capi­talistas a gran escala en la misma zona, aún si presu­puestamos el trabajo no pagado de la unidad familiarcomo un costo de producción, imputando el valor delmercado a la mano de obra.

ORGANIZAClON SOCiAL CAMPESINA

Los comentarios anteriores relacionados con el estilotradicional de economía campesina se basan. en gran par­te, en el modelo de parcela agricola de tres plazas, idealpar asubsistencia. Debe complementarse lo anterior conun breve bosquejo del contexto social dentro del cualopera esa agricultura ya que la variedad en el tamañode las propiedades y la relación de las unidades familia·res entre sí mismas y entre ellas y la sociedad, deter­minan el funcionamiento general· de la economía cam·pesina.

Existe una diferencia sorprendente en el tamaño delas parcelas de unidad familiar, todas las cuales han es·tado en propiedad absoluta, pero la mayoría de ellas sintitulo, desde la década de 1930. En 1971, un 5 por ciento

8) Según el análisis de Fedesarroilo (op.cit.) el ingreso netoanual por plaza para los propietarios de las plantaciones en1972 fue de Ps. Col. 3.580. lo que es Idéntico a mi cálculode ingreso neto por plaza para la agricultura campesina decosechas tradicionales antes de deducir costos de manu·tenclón y de tomar en cuenta la mano de obra de la unidadfamiliar. no pagada. como parte del Ingreso. en vez de co­mo un costo de produccIón.

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de las 88 unidades familiares que estudié tenia más dediez plazas y por consiguiente podia clasificarse como de"campesinos ricos", mientras que un 75 por ciento tentamenos de las tres plazas necesarias para la subsistencia,viéndose los campesinos forzados a buscar trabajo fuerade la parcela. En ese tiempo, dos tercios de los campesi·nos por encima de los 15 años de edad ganaba la mayorparte de su subsistencia trabajandu en fincas campesinas,ya fuere en la propia, o como jornaleros en las de otroscampesinos más adinerados. Del resto, casi todos los varo­nes estaban empleados como jornaleros en las plantacio­nes o fincas capitalistas, mientras que las mujeres estabandivididas por igual bien fuere (1) jornaleando para contra­tistas. (2) trabajando como sirvientas en la vecina ciu­dad de Cali, o (3\ vendiendo en los mercados rotativos losproductos del campo tales como bananos, frutas citricas.tomates y hojas para envolver. La gente cambia con fre­cuencia de ocupación y a menudo desempeña más de untrabajo a la vez.

Como se afirma con frecuencia que el desarrollo capi­talista aumenta en forma rápida e invariable la diferenciade subclases entre el campesinado, debe señalarse que enesta región la evolución de la diferencia de clases, entérminos de tamaño de las propiedades y/o ingresos, tien­de a mitigarse por los factores demográficos y sociales de­terminantes del tamaño de la unidad familiar. Una UDI­

dad familiar con muchos trabajadores adultos logra, porlo general, un ingreso total más alto que el de una conmenos trabajadores pero con la misma área de terreno,debido principalmente al empleo fuera de la propiedad(aunque existe una notoria tendencia a la disminución dela proporción de trabajo intensivo, a medida que aumentala proporción cntre trabajadores y cónsumidores). Los en­víos de dinero que los trabajadores hacen a la unidad fa­miliar, desde lejanos sitios de trabajo, ayudan en realida\la conservar la tierra en poder de e~a unidad familiar. Conel tiempo se mitigan también las diferencias de clases

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entre el campesinado por el sistema de herencia. Los va·rones campesinos ricos tienden a tener más hijos con másesposas y concubinas que los pobrcs. La hcrencia se divi­de por partes iguales entre todos los hijos y por consi­gUiente la concentración de tierra por parte de un camp(:.sino rico da paso a la dispersión de la misma a su muerte.

Esta función niveladora de clases es tan fuerte ahoracomo lo fue en el pasado. pero su efecto sobre los cam­pesinos pobres es menos importante a medida que loscampesinos ricos venden su tierra a las plantaciones yhaciendas capitalistas, convirtiendo asi un bien productivoen dinero más o menos improductivo y reduciendo al taomaño de la propiedad que habrla de ser eventualmentedividida. Además, como los velorios fúnebres son el únicorito de las masas que tiene alguna importancia y obliga almás pobre de los campesinos a gastar grandes sumas dedinero, en ocasiones la unidad familiar campesina pobrese ve automáticamente forzada a vender o a alquilar sutierra al campesino rico, a la muerte de uno de sus miem­bros adultos. AsI. en este caso, la muerte sirve para agran­dar las diferencias de clases, aunque con el tiempo, partede la tierra bien puede retornar a la unidad familiar po­bre a la muerte del campesino rico.

La gran mayoría del campesinado vive fuera del pueblo,pero dentro de distancias que pueden cubrirse a pié. Elpatrón de vivienda lo constituyen casas de adobe y bambúo de ladrillo, ligeramente dispersas, construidas a lo lar­go de caminos rurales y carreteras, y las parcelas for­man enclaves de madera irregulares, apretujadas entrelas cercas de las plantaciones. La tierra es el mismo pisodel valle. plano y fértil y la densidad de la población enlas áreas ocupadas por campesinos es muy alta: 260/km2(Federación de Cafeteros, 1970). Los parientes por descen­dencia y matrimonio tienden a agruparse en vecindadesseparadas, conocidas como veredas, y éstas están social­mente compuestas por ramas familiares de jerarqula cu-

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entre el campesinado por el sistema de herencia. Los va­rones campesinos ricos tienden a tener más h~jos con másesposas y concubinas que los pobres. La herencia se divi­de por partes iguales entre todos los hijos y por consi·gUiente la concentración de tierra por parte de un campésino rico da paso a la dispersión de la misma a su muerte.

Esta función niveladora de clases es tan fuerte ahoracomo lo fue en el pasado. pero su efecto sobre los cam­pesinos pobres es menos importante a medida que loscampesinos ricos venden su tierra a las plantaciones yhaciendas capitalistas, convirtiendo asi un bien productivoen dinero más o menos improductivo y reduciendo al taomaño de la propiedad que habr1a de ser eventualmentedividida. Además, como los velorios fúnebres son el únicorito de las masas que tiene alguna importancia y obliga almás pobre de los campesinos a gastar grandes sumas dedinero, en ocasiones la unidad familiar campesina pobrese ve automáticamente forzada a vender o a alquilar sutierra al campesino rico, a la muerte de uno de sus miem­bros adultos. Asl, en este caso, la muerte sirve para agran·dar las düerencias de clases, aunque con el tiempo, partede la tierra bien puede retornar a la unidad familiar po·bre a la muerte del campesino rico.

La gran mayorla del campesinado vive fuera del pueblo,pero dentro de distancias que pueden cubrirse a pié. Elpatrón de vivienda lo constituyen casas de adobe y bambúo de ladrillo. ligeramente dispersas, construidas a lo lar·go de caminos rurales y carreteras, y las parcelas foroman enclaves de madera irregulares, apretujadas entrelas cercas de las plantaciones. La tierra es el mismo pisodel valle. plano y fértil y la densidad de la población enlas áreas ocupadas por campesinos es muy alta: 260/km2(Federación de Cafeteros, 1970). Los parientes por descen·dencia y matrimonio tienden a agruparse en vecindadesseparadas, conocidas como veredas, y éstas están social­mente compuestas por ramas familiares de jeriu:qula cu-

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yas funciones están dirigidas por un campesino rico, in­variablemente un varón,

Ultimamente estas funciones de liderazgo han tenidoefectividad desde que el gobierno estableció los Comité:;de Acción Comunal a nivel de vereda. Sobre éstos el cam·pesino rico ejerce control inmediato, con votos para suspadrinos pol1ticos a trueque de promesas de obras públi­cas como caminos, escuelas, luz eléctrica, estaciones depolic1a y protección pol1tica. Fuera de estos Comités co­rruptos. totalmente impuestos, y del ocasional equipo defútbol, no existen organizaciones formales. Las festivasreuniones de trabajo y hasta el intercambio reciproco demano de obra murieron en la década de 1920 para serreemplazados por el trabajo asalariado. Hasta 1950 lasfiestas calendarias eran importantes en la vida rural, pues,organizadas a nivel de veredas, servían para dar coheren­cia a las unidades familiares. Estas fiestas eran las de"San Juan" los "inocentes", la "adoración del niño Dios",los "tres reyes", las "macetas" y "San Pedro y San Pablo".Hoy no se celebran como actividades veredales y sólo losritos fúnebres proporcionan articulación poderosa a losintereses comunes de los campesinos.

Existen tantas unidades familiares extensas como nu­cleares. El trabajo conjunto en las primeras es excepcio­nalmente fuerte entre aquellas que incluyen tres genera­ciones y están encabezadas por una mujer. Estas consti­tuyen un 24 por ciento de todas las unidades familiares.Las corrientes cambiantes de individualismo y cooperaciónson en gran parte reflejo del tipo de uniones y del patrónde herencia. Dada la existencia de poligamia en serie,más frecuente entre los campesinos ricos que entre lospobres. y dado el sistema de herencia bilateral, una seriede redes muy ramificadas y cargadas de tensión se extiende con base en demandas convergentes y divergentes.La incompatibilidad de los reclamos se agrava, desde lue­go. en forma severa por la presión sobre la tierra. La

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fuerte ideología de igualdad y el odio a las plantacionesque impregna la cultura campesina, sirve también pararefrenar la acumulación individual y la competenciaabierta.

Así, aunque la parentela está lejos de funcionar comogrupo cooperativo armónico, si proporciona el marco paraun conjunto variable de relaciones sociales que entrelazaa las unidades familiares en una organización no capita­lista, enquistada dentro de la economla y la politica na·cionales.

La reciprocidad entre las unidades familiares es rasgoimportante del modo de vida campesino. a la vez que ~l

aspecto económico más critico de la redistribución entreparientes yace en las relaciones de parentesco, las cualesse centran en el campesino rico cuyas muchas esposas,concubinas e hijos viven en pequeñas propiedades en losalrededores. Junto con su prole, estos parientes suminis­tran el grueso de la fuerza de trabajo para el campesinorico, a base de jornal (no a destajo) con prestacionse adi.cionales. Casi un tercio de las unidades familiares estánencabezadas por mujeres. Al igual que los hombres, éstasposeen tierras, aunque no sean cabezas de familia. Enrealidad existe una tendencia fuerte hacia la concentra.ción y manejo de tierras por parte de las mujeres en h~.rencia matrilineal (aunque el tamaño de estas propieda.des conjuntas rara vez se acerca al de aquellas de la clasecampesina rica) y a los familiares varones se les empujahacia el jornaleo en las plantaciones o fincas capitalistaslCf. Clarke, 1953: 105). A diferencia de los hombres, lasmujeres por lo general se oponen, y violentamente, 3

cambiar los cultivos permanentes por el nuevo modo deproducción que necesita una mayor intensidad de capitaly el cual estimulan hoy el Estado y el crecimiento de laagroindustria.

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yas funciones están dirigidas por un campesino rico. in­variablemente un varón.

Ultimamente estas funciones de liderazgo han tenidoefectividad desde que el gobierno estableció los Comité"de Acci6n Comunal a nivel de vereda. Sobre éstos el cam­pesino rico ejerce control inmediato, con votos para suspadrinos pol1ticos a trueque de promesas de obras públi­cas como caminos, escuelas, luz eléctrica, estaciones depolic1a y protección pol1tica. Fuera de estos Comités co­rruptos, totalmente impuestos, y del ocasional equipo defútbol, no existen organizaciones formales. Las festivasreuniones de trabajo y hasta el intercambio reciproco demano de obra murieron en la década de 1920 para serreemplazados por el trabajo asalariado. Hasta 1950 lasflestas ealendarias eran importantes en la vida rural, pues,organizadas a nivel de veredas, servian para dar coheren­cia a las unidades familiares. Estas fiestas eran las de"San Juan" los "inocentes", la "adoración del niño Dios".los "tres reyes", las "macetas" y "San Pedro y San Pablo",Hoy no se celebran como actividades veredales y s610 losritos fúnebres proporcionan articulación poderosa a losintereses comunes de los campe~inos.

Existen tantas unidades familiares extensas como nu­cleares. El trabajo conjunto en las primeras es excepcio­nalmente fuerte entre aquellas que incluyen tres genera­ciones y están encabezadas por una mujer. Estas consti­tuyen un 24 por ciento de todas las unidades familiares.Las corrientes cambiantes de individualismo y cooperaciónson en gran parte reflejo del tipo de uniones y del patrónde herencia. Dada la existencia de poligamia en serie,más frecuente entre los campesinos ricos que entre lospobres, y dado el sistema de herencia bilateral, una seriede redes muy ramificadas y cargadas de tensión se ex­tiende con base en demandas convergentes y divergentes.La incompatibilidad de los reclamos se agrava, desde lue­go. en forma severa por la presión sobre la tierra. La

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fuerte ideologia de igualdad y el odio a las plantacionesque impregna la cultura campesina, sirve también pararefrenar la acumulación individual y la competenciaabierta.

Asi, aunque la parentela está lejos de funcionar comogrupo cooperativo armónico, si proporciona el marco paraun conjunto variable de relaciones sociales que entrelazaa las unidades familiares en una organización no capita.lista, enquistada dentro de la economia y la política na­cionales.

La reciprocidad entre las unidades familiares es rasgoimportante del modo de vida campesino, a la vez que elaspecto econ6mico más critico de la redistribución entreparientes yace en las relaciones de parentesco, las cualesse centran en el campesino rico cuyas muchas esposas.concubinas e hijos viven en pequeñas propiedades en losalrededores. Junto con su prole, estos parientes suminis­tran el grueso de la fuerza de trabajo para el campesinorico, a base de jornal (no a destajo) con prestacionse adi­cionales. Casi un tercio de las unidades familiares estánencabezadas por mujeres. Al igual que los hombres, éstasposeen tierras, aunque no sean cabezas de familia. Enrealidad existe una tendencia fuerte hacia la concentra­ción y manejo de tierras por parte de las mujeres en he·rencia matrilineal (aunque el tamaño de estas propieda­des conjuntas rara vez se acerca al de aquellas de la clasecampesina rica) y a los familiares varones se les empujahacia el jornaleo en las plantaciones o fincas capitalista!':(Cf. Clarke, 1953: 105). A diferencia de los hombres, lasmujeres por 10 general se oponen, y violentamente, :l

cambiar los cultivos permanentes por el nuevo modo deproducción que necesita una mayor intensidad de capitaly el cual estimulan hoy el Estado y el crecimiento de laagroindustria.

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LA REVOLUCION VERDE EN LA AGRICULTURACAMPESINA: 1970-1972

Desde 1970-71 la agricultura campesina se ha trans­formado enormemente debido a la introducción de nuevoscultivos y técnicas. Con el desarraigo de los cultivospermanentes y el desarrollo de una agricultura basadaen la maquinaria para el cultivo de cosechas de semillaen campo abierto, se cambia la base de la producción yel ingreso por unidad de tierra disminuye. Este fue uncambio forjado por el gobierno en su esfuerzo por intro­ducir una "revolución verde" modificada en la agricultu­ra campesina - en vez de una reforma agraria - en unazona en donde los campesinos pensaban invadir las gran·des propiedades. En principio ésto es casi igual al plande desarrollo campesino. conocido como el DRI (Desarro­llo Rural Integrado), que están poniendo en práctica enColombia, el Banco Mundial y otras agencias internacio­nales de desarrollo (DNP, 1974; 1975).

El viejo patrón de agricultura era de ingreso continuopero pequeño, y el trabajo se repartia en forma regu­lar y frecuente a través del año. Habla una diversidadde cultivos que limitaban la esterilización del suelo y lasplagas y aseguraban la estabilidad del ciclo hidrológicoy el revestimiento de vegetación natural que suplia mu­chas necesidades domésticas. Los cultivos eran aptos pa·ra el suelo, para el clima y en especial para las lluviasy el sistema de drenaje. No se usaba maquinaria y loscostos de capital eran lnfimos.

El nuevo patrón. basado en el monocultivo de la soya,maiz o frijol es radicalmente distinto. El ingreso dentrode la parcela Ee obtiene sólo cada cuatro o seis meses,en tiempo de cosecha. La inversión de capital aumen! aastronómicamente debido al uso de tractores para la pre·paración de la tierra y sembrado, el uso de variedadesde semillas mejoradas y el uso de plaguicidad y {erlili-

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zantes. as! como a la necesidad de pagar mano de obratra!da de fuera. A pesar del uso de maquinaria para eco­nomizar mano de obra, las necesidades de ésta en lasnuevas cosechas son de 2.3 veces más altas por plaza alaño que las del sistema viejo. Aunque la mayoria de lasunidades familiares podria aportar esta mano de obraextra, si ella fuera espaciada. tienen que abstenerse dehacerlo ya que la recolección y el desyerbe demandan laaplicación de esa mano de obra en periodos cortos. Ade·más .las nuevas cosechas están más expuestas a daño porinundación. 10 que se ha generalizado con la destrucciónde los árboles grandes y con la destrucción de la capavegetal. De dañarse la cosecha. redundaria en la pérdidade una proporción inmensa, si no de la totalidad de lainversión del campesino.

Quienes han tomado la iniciativa de pasarse al nuevomodelo de cultivo son generalmente varones de toda'las clases, rica, media y pobre, y 10 han hecho por lassiguientes razones. Primera. creyeron que podrian au·mentar su ingreso. Están intensificando su propio tra­bajo en su tierra y creando una alternativa parcial parael trabajo fuera de ella. Segunda, las cosechas tradiciona­les para la venta como el cacao y el café han decaido el'productividad y los campesinos no las han reemplazad!'a un ritmo igual al de su decadencia. Una generaciónatrás. cuando el equilibrio entre la subsistencia y Jl!.~

cosechas para la venta era diferente, y cuando el tamañopromedio de las fincas era mayor. se podían reemplazarlos cultivos, sin capital, utilizando los mismos recursosde la finca, pero esto no es posible ya. La baja produc·tividad es el resultado de patogénesis acelerada de losárboles que seguramente data del asalto ecológico inicialcausado por las plantaciones a comienzos de la déca~n

de 1950 y agravado por los cambios en la ecología regio­nal. ya que las plantaciones y fincas grandes han aumen­tado el uso de plaguicidas y matamalezas. Además, la ca·pacidad de los campesinos para cuidar sus árboles 11:'

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zantes. así como a la necesidad de pagar mano de obratralda de fuera. A pesar del uso de maquinaria para eco­nomizar mano de obra, las necesidades de ésta en lasnuevas cosechas son de 2.3 veces más altas por plaza alaño que las del sistema viejo. Aunque la mayorla de lasunidades familiares podría aportar esta mano de obraextra, si ella fuera espaciada, tienen que abstenerse dehacerlo ya que la recolección y el desyerbe demandan laaplicación d esa mano de obra en periodos cortos. Ade·más ,las nuevas cosechas están más expuestas a daño porinundación, lo que se ha generalizado con la destrucciónde los árboles grandes y con la destrucción de la capavegetal. De dañarse la cosecha. redundaría en la pérdidade una proporción inmensa, si no de la totalidad de lainversión del campesino.

Quienes han tomado la iniciativa de pasarse al nuevom.odelo de cultivo son generalmente varones de toda"las clases, rica, media y pobre, y lo han hecho por la$siguientes razones. Primera, creyeron que podrlan au­mentar su ingreso. Están intensificando su propio tra·bajo en su tierra y creando una alternativa parcial parael trabajo fuera de ella. Segunda, las cosechas tradiciona·les para la venta como el cacao y el café han decaldo eproductividad y los campesinos no las han reemplazadC'a un ritmo igual al de su decadencia. Una generaciónatrás. cuando el equilibrio entre la subsistencia y la!'cosechas para la venta era diferente. y cuando el tama -"promedio de las fincas era mayor, se podlan reemplazllrlos cultivos, sin capital, utilizando los mismos recursosde la finca, pero esto no es posible ya. La baja produc­tividad es el resultado de patogénesis acelerada de lo~

árboles que seguramente data del asalto ecológico inicialcausado por las plantaciones a comienzos de la décadnde 1950 y agravado por los cambios en la ecologia regio­nal. ya que las plantaciones y fincas grandes han aumen·tado el uso de plaguicidas y matamalezas. demás, la ca­pacidad de los campesinos para cuidar sus árboles h"

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decaído en forma paralela a la reducción de sus tierrase ingresos. En otras palabras, los árboles han decaídoa una velocidad superior a lo ordinario, mientras la ca·pacidad de los campesinos para restablecerlos se ha dete­riorado en igual forma, complicando asf el problema. Serequieren cuatro o seis años desde la siembra hastacuando los nuevos cultivos permanentes llegan a su pro­ducción plena, y por esta razón hay tendencia a miraren forma favorable los nuevos cultivos temporales loscuales producen a los pocos meses de sembrados. Comono hay crédito a largo plazo, o si lo hay es muy costoso,las cosechas temporales son más atractivas. Tercera, nibanco rural del gobierno (Caja Agraria) y el servicio deextensión agrfcola del gobierno (ICA) han estimuladoactivamente a los campesinos a cambiar y, por razonesculturales, sus esfuerzos se han enfocado inevitablemen­te hacia los campesinos varones. La agencia local del IC Amantiene relaciones de trabajo estrechas con el CentroInternacional de Agricultura Tropical (CIAT), a la van·guardia en la investigación dentro de la revolución ver­de en gran parte de Sur América, y financiado por lasfundaciones Rockefeller, Ford y Kellog. Los agrónomosdel ICA, encendidos de entusiasmo, después de su visitaal 'Plan Puebla' de México, el cual intenta transferir latecnologfa de la revolución verde a los campesinos, uti·lizaron fondos de la AID para suministrales préstamos él

bajo interés, fertilizantes, semillas y tractores a alqui­leres módicos. Pero una vez que se desarraigaron loscultivos permanentes y se sembraron la primera o segun­da cosechas, este "servicio" se retiró en gran parte. ElICA influyó también sobre la opinión de los campesinosal haber podido manipular la sucursal de USUARIOS,Asociación Nacional de Campesinos. Entre 1971 y 1972, lacompañia de oleaginosas de Cali, de los Lloredas, tam­bién suministró crédito para el cultivo de la soya, perofue suspendido abruptamente, al presentarse una satu­ración del mercado.

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Se utilizan tractores en la preparación de la tierra ysiembra, pero a menudo se presentan problemas con lasembradora y la siembra resulta imperfecta. El desyerbey la recolección se hacen a mano y, en promedio, un 40010de esta mano de obra viene de fuera de la unidad familiary se paga a destajo. La mano de obra extra que se requie.re en la unidad familiar, en propiedades de estilo tradi­cional, se paga a base de dlas trabajados y es mucho me­nor su utilización. La soya se trilla en las parcelas por me­dio de máquinas alquiladas a vecinos del pueblo y confrecuencia se dificulta conseguir una trilladora en el mo­mento oportuno, caso en el cual las pérdidas pueden sercuantiosas.

Los campesinos ricos han adquirido tractores pequeños,de segunda mano, en compañra de comerciantes del pue·blo los cuales alquilan a los campesinos más pobres, yaque el costo de maquinaria para la preparación de tie·rras y sembrado no es más alto que el trabajo manual.Además, se piensa que los tractores hacen mejor el traba­jo. Se obtiene crédito de la Caja Agraria 9 y ocasional­mente de los comerciantes en grano quienes a la vezimponen su derecho a comprar la cosecha a un precio15% más bajo que el del mercado. La Caja exige titulosde propiedad de la tierra o certificados de arrendamien·to, o un fiador. En la mayorla de los casos es necesarioconvencer al campesino rico de la localidad de que sirvade fiador, lo cual aumenta su dominio, garantiza el usodel tractor al precio impuesto por él, y lo colOCa en po-

9) El banco del gobierno. la Caja Agraria, suministra un pocomás de la mitad del crédito agrlcola en Colombia, a ratasde interés mucho más bajos que las de los bancos comer·ciales y que la rata de inflación. Solo 11 % del capital pres­tado por la Caja llega a los agricultores campesinos queposeen tres o menos hectáresa y, dada la diferencia entrela rata de Inflación y las tasas de Interés de la Caja, todoel resto equivaldrla a préstamos sin intereses al sectoragrlcola a gran escala.

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pital invertido que es 1.6 veces más alta que la obteni­da por los agricultores capitalistas. 11 Si no lo hacemos,seria 2.7 veces más alta. Los costos de producción porkilo de producto son también, en la m,isma medida, másbajos.

Asi, a pesar de que los campesinos operan en un mer­cado de factores altamente desfavorables en comparacióncon los agricultores capitalistas, los primeros son máseficientes en el uso del capital en las nuevas cosechas. Lomismo ocurre en la comparación con las plantaciones decafia de azúcar (aunque aqui tenemos que calcular la uti·lidad como ingreso neto dividido no por los costos, comohecho arriba, sino por las ventas, pues as! es como Fe·desarrollo presenta la información). Entre 1971 y 1974.las plantaciones que tenian ingenios registraron una tasade utilidad anual del 26 por ciento. Los campesinos quecultivaron soya y maiz con la nueva tecnologia lograron37 por ciento (teniendo en cuenta la mano de obra no

10) Las cifras para la producción campesina provienen de mitrabajo de campo entre 1970 y 1972. asl como en 1976. Nose puede dejar de insistir sobre qué tan cuidadosamentedebe hacerse este tipo de trabajo, especialmente para lo"cultivos de estilo tradicional que se recogen cada dos sema­nos y fluctúan constantemente y por consiguiente necesitanun mínimo de seis meses de monitoria cada dos semanas.De esta manera se estudiaron 'Cuatro parcelas campesinasde estilo tradicional en nueve meses. Se estudiaron seisparcelqs del estilo nuevo en dos años, y fueron estudiadasde nuevo a los cuatro años. Los datos para las fincas ca·pitalistas a gran escala provienen de una variedad de fuen­tes secundarias correspondientes a tiempos de Crecimientosimilares a los citados para la producción campesina: CVC(1972; 1975), Banco de la República (1973) y Osorio (1975).

11) Cuadro ,. Rentabilidad (Ingreso neto -+- costos v 100) dela agriculttura campesina y la capitalista.

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pital invertido que es 1.6 veces más alta que la obteni­da por los agricultores capitalistas." Si no lo hacemos,seria 2.7 veces más alta. Los costos de producción porkilo de producto son también, en la m,isma medida, másbajos.

Asi, a pesar de que los campesinos operan en un mer­cado de factores altamente desfavorables en comparacióncon los agricultores capitalistas. los primeros son máseficientes en el uso del capital en las nuevas cosechas. Lomismo ocurre en la comparación con las plantaciones decaña de azúcar (aunque aqut tenemos que calcular la uti­lidad como ingreso neto dividido no por los costos, comohecho arriba, sino por las ventas, pues asl es como Fe­desarrollo presenta la información). Entre 1971 y 1974.las plantaciones que tenlan ingenios registraron una tasade utilidad anual del 26 por ciento. Los campesinos quecultivaron soya y maiz con la nueva tecnologla lograron37 por ciento (teniendo en cuenta la mano de obra no

10) Las cifras para la producción campesina provienen de mitrabajo de campo entre 1970 y 1972, así como en 1976. Nose puede dejar de insistir sobre qué tan cuidadosamentedebe hacerse este tipo de trabajo, especialmente para lo',cultivos de estilo tradicional que se recogen cada dos sem."nas y fluctúan constantemente y por consiguiente necesitanun mínimo de seis meses de monitoria cada dos semanas.De esta manera se estudiaron 'cuatro parcelas campesinasde estilo tradicional en nueve meses. Se estudiaron seisparcellls del estilo nuevo en dos aflos, y fueron estudiadasde nuevo a los cuatro años. Los datos para las fincas ca­pitalistas a gran escala provienen de una variedad de fuen­tes secundarias correspondientes a tiempos de crecimientosimilares a los citados para la producción campesina: CVC(1972; 1975), Banco de la República (1973) y Osorio (1975).

11} Cuadro 1. Rentabilidad (ingreso neto + costos )' 100) dela agriculttura campesina y la capitalista.

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pagada de la unidad familiar como costo) o 48 por cien­to (no incluyendo mano de obra como costo)."

Campesinos Capitalistas

Soya 50

(a) 44

(b) 67Maiz 22

(a) 70

(b) 130Promedio de soyay maiz 36

(a) 57

(b) 98

NOTA: (a) Incluye el trabajo de la unidad como costo enefectivo.

(b) Excluye lo anterior.

12) Para la agricultura campesina de estilo tradicional en esazona la misma proporción seria mucho más grande. peroen realidad no tendrla sentido. ya que la inversión de ca·pital es insignificantte. El único otro estudio detallado dela agricultura campesina en Colombia que he podido en·contrar (SENA 1976). sobre panela en las colinas andinasen Cundlnamarca muestra una tasa de utilidad promediodel 52% estableciendo la rata según lo Indicado en el texto.Fedesarrollo (1976: 339-410) tabula los resultados de sieteestudios recientes sobre productores de panera en reglonesdel pais muy apartadas unas de otras. La utilidad promedioes 49% (en comparación con 26% oara las plantaciones decaña de azúcar, con Ingenios en el Valle del Cauca). El pro­ducido de la calla de azúcar en fincas paneleras en todo elpars se estima entre 25 y 35 toneladas por hectárea (Fe·desarrollo. 1976: 376), mientras que el producido en lasplantaciones de caña del Valle del Cauca en 1974 el produ­cido fue de 115 toneladas por helctárea.

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Dentro de este criterio, la mayor eficiencia de los cam­pesinos se debe en gran parte a que sus costos de pro­ducción por unidad de tierra son mucho más bajos, locual guarda relación con el uso más intensivo de manode obra. En el caso de la soya, por ejemplo, el agricultorcampesino necesita unos 40 dlas-hombre por plaza y porcosecha, mientras que, de acuerdo con la CorporaciónRegional del Valle del Cauca (CVC, 1975: 34), el agri­cultor capitalista usa solamente 20."

Pero la diferencia en dlas-hombre no lo explica todo.Los campesinos no solamente pagan jornales más bajospor la mano de obra externa a la unidad familiar encomparación con los jornales pagados por los agriculto­res capitalistas, sino que aportan el 60 por ciento de lamano de obra ellos mismos (no contabilizándola comocosto de producción), y probablemente organizan la manode obra más eficientemente.

A pesar de su eficiencia superior, en términos de usode capital y costo del producto, el ingreso de los campe·sinos se está deteriorando, lo cual desmiente el éxito quedeberla implicar la mayor eficiencia en el uso del capital.

13) Para Colombia en general. (Osorio 1975: 43) presenta ci·fras que Indican que los campesinos que se dedican acultivos permanentes emplean el doble de mano de obra dela que emplean los agricultores capitalistas a gran escala.a la vez que los campesinos que cultivan las cosechas delnuevo estilo emplean siete veces más. Con base en elestudio de 30 "fincas pequeñas" (tamaño promedio 3,1hectáreas) y 28 fincas grandes (tamaño promedio 377 hec·táreas) en el Valle del Cauca en 1968. James Grunlg en·contró que el pequeño agritultor empleaba 4.5 veces másmano de obra por hectárea que el agricultor grande. Siguien­do con el análisis que yo presento. el estudio de Grunigtambién mostró que el valor agregado por hectárea eracerca de 32% más alto en estas fincas pequeñas que enlas grandes. Igualmente Urrutla y Berry (1975) encuentranque para la agricultura colombiana en general el valor agre­gado por capital Invertido es inversamente proporcional altamaño de la finca.

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Para comenzar, debe ponerse énfasis en que al modo.de producción campesino no puede aplicársele fácilmentela fórmula que permite una comparación con la agricultu­ra capitalista. Normalmente el mayor problema en rela­ción con este asunto lo origina la manera com.o se cata·loga y avalúa la mano de obra no pagada de la unidad fa·miliar. Se puede catalogar como parte del ingreso, en vezde como un costo, caso en el cual la ganancia deslumbraa primera vista, pero analizando más profundamente ej

asunto, el panorama 'se oscurece. Alternativamente, sepuede catalogar como un costo, imputándole -falsamen­te - el precio del mercado a la cantidad de mano deobra. En este caso la utilidad desciende notoriamente.Como W. Kula (1974: 26) ha señalado, en muchas si noen la mayorla de las economias ca~esinas del mundo,el resultado de ésta última forma de procedimiento con­table es una redudio ad absurdum en que la unidad fami·liar campesina parece operar en un constante déficit, apesar de que persiste como una unidad'económicamenteviable. Por lo tanto, con cualquier método el resultado noes satisfactorio y llega a ser hasta paradójico. Se puedeconcluir que la contabilidad capitalista es una herramientainadecuada para el análisis de la agricultura campesina.a menos, que se tengan en cuenta las limitaciones queconlleva el manejo de los rubros del presupuesto cam­pesino. Más relacionado con el caso especifico que anali­zamos está el cómo tratar los gastos de la unidad familiaren: comida, vestuario, salud, transporte, etc. que no es­tán incluidos en la anterior comparación entre las agri­culturas campesinas y capitalista. La dificultad surgeporque la finca campesina es al mismo tiempo una unidarlde producción y de consumo (pequeña en ésto último)mientras que la empresa capitalista no lo es.

Para tener idea de cómo establecerse una comparaciónentre ciertas funciones de la productividad c'llmpesina yla capitalista ,es necesario hacer un presupuesto ficticiopara el campesino, computar los costos de producción e

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ingresos por etapas e ignorar inicialmente los gastos demanutención como costo de producción - "ficción" quelos mismos campesinos practican. Este procedimiento fueadoptado arriba y como resultado salieron a la luz impol'­tantes rendimientos en favor del productor campesino.Pero el análisis desde luego tiene que proseguir inclu­yendo los gastos de manutención para hacer de la ficciónuna realidad. Luego se ve que el margen de utilidad dell:ampesino disminuye hasta una suma muy pequeña o aúnnegativa, dependiendo del tamaño absoluto de la parcela.

Se debe recordar, no obstante, que la utilidad final oproducto del trabajo de la finca campesina depende ri­gurosamente de que el uso del capital por parte del cam­pesino sea tan eficiente como debe serlo. Además, comoel uso que el campesino hace del capital es más eficienteque aquel de las fincas capitalistas y plantaciones, y comoel grueso de la fuerza laboral asalariada del capitalista {lS

parcialmente autosuficiente para subsistir, gracias a suactividad agricola, los costos generales de mantenimientode la fuerza laboral asalariada del captialista son más ba­jos de lo que serian si los trabajadores dependieran total­mente de la actividad de los agricultores capitalistas.

De ah! que este proletariado parcialmente campesinoes un proletariado más barato: ,los bajos costos de mante­nimiento de la mano de obra tienden a representar unmenor precio de la misma, al mismo tiempo que se ob­tienen ahorros de capital para el sector capitalista.

EFECTOS DE LA REVOLUClON VERDE CAMPESINA:1970 . 1976

En comparación con el modo tradicional de agriculturacampesina, la nueva modalidad ha resultado en un ingresoanual por plaza para la unidad familiar, inferior en un40 por ciento, sin tener en cuenta el tamaño de la propie·dad y un enorme aumento del endeudamiento y dependen·

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Para comenzar, debe ponerse énfasis en que al lnodo.de producción campesino no puede aplicársele fácilmentela fórmula que permite una comparación con la agricultu­ra capitalista. Normalmente el mayor problema en rela­ción con este asunto lo origina la manera como se cata­loga y avalúa la mano de obra no pagada de la unidad fa·miliar. Se puede catalogar como parte del ingreso, en vezde como un costo, caso en el cual la ganancia deslumbraa primera vista, pero analizando más profundamente elasunto, el panorama se oscurece. Alternativamente, sepuede catalogar como un costo, imputándole -falsamen­te - el precio del mercado a la cantidad de mano deobra. En este caso la utilidad desciende notoriamente.Como W. Kula (1974: 26) ha señalado, en muchas si noen la mayorla de las econom1as ca~esinas del mundo,el resultado de ésta última forma de procedimiento con­table es una reductio ad absurdum en que la unidad fami·liar campesina parece operar en un constante déficit, apesar de que persiste como una unidadeconómicamemeviable. Por lo tanto, con cualquier método el resultado noes satisfactorio y llega a ser hasta paradójico. Se puedeconcluir que la contabilidad capitalista es una herramientainadecuada para el análisis de la agricultura campesina.a menos, que se tengan en cuenta las limitaciones queconlleva el manejo de los rubros del presupuesto cam­pesino. Más relacionado con el caso especifico que anali­zamos está el cómo tratar los gastos de la unidad familiaren: comida, vestuario, salud, transporte, etc. que no es­tán incluidos en la anterior comparación entre las agrioculturas campesinas y capitalista. La dificultad surgeporque la finca campesina es al mismo tiempo una unidadde producción y de consumo (pequeña en ésto último I

mientras que la empresa capitalista no lo es.

Para tener idea de cómo establecerse una comparaciónentre ciertas funciones de la productividad c'llmpesina yla capitalista .es necesario hacer un presupuesto ficticiopara el campesino, computar los costos de producción e

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ingresos por etapas e ignorar inicialmente los gastos demanutención como costo de producción -"ficción" quelos mismos campesinos practican. Este procedimiento fueadoptado arriba y como resultado salieron a la luz impor­tantes rendimientos en favor del productor campesino.Pero el análisis desde luego tiene que proseguir inclu­yendo los gastos de manutención para hacer de la ficciónuna realidad. Luego se ve que el margen de utilidad dell:ampesino disminuye hasta una suma muy pequeña o aúnnegativa, dependiendo del tamaño absoluto de la parcela.

Se debe recordar, no obstante, que la utilidad final 1)

producto del trabajo de la finca campesina depende ri­gurosamente de que el uso del capital por parte del cam­pesino sea tan eficiente como debe serlo. Además. comoel uso que el campesino hace del capital es más eficienteque aquel de las fincas capitalistas y plantaciones, y comoel grueso de la fuerza laboral asalariada del capitalista esparcialmente autosuficiente para subsistir, gracias a suactividad agricola, los costos generales de mantenimientode la fuerza laboral asalariada del captialista son más ba­jos de lo que serian si los trabajadores dependieran total­mente de la actividad de los agricultores capitalistas.

De ahi que este proletariado parcialmente campesinoes un proletariado más barato: los bajos costos de mante­nimiento de la mano de obra tienden a representar unmenor precio de la misma, al mismo tiempo que se ob·tienen ahorros de capital para el sector capitalista.

EFECTOS DE I.A REVOLUCION VERDE CAMPESINA:1970 - 1976

En comparación con el modo tradicional de agriculturacampesina, la nueva modalidad ha resultado en un ingresoanual por plaza para la unidad familiar, inferior en un40 por ciento, sin tener en cuenta el tamaño de la propie­dad y un enorme aumento del endeudamiento y dependen-

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cia del mercado de capitales. Los ingresos son ahora muyespaciados y los cultivadores dependen más del mercadode trabajo no campesino, para asegurarse ingresos entrecosechas. Los insumos de trabajo dentro de la finca sontales, que las relaciones entre las unidades familiares es·tán más comercializadas; a pesar del aumento en las n~·

cesidades de mano de obra, el nuevo ritmo de los insu­mos de trabajo implica que, en efecto, en una vecindadhay solamente disponible la misma cantidad de trabajo(o menos aún) que el número de residentes. " La divisiónde la mano de obra por sexos cambia, disminuyendo ..,1poder de la mujer y la gama de opotunidades de trabajo. I

14) El nuevo p::~rón de necesidades de mano de obra -canti·dades mayores en períodos más cortos- implica que haymás trabaj,·, disponible para la población de los alrededores.Pero precis<1lllente porque los trabajos deben hacerse másrápidamente ~ necesitan más mano de obra por unidad detierra. y POI que las necesidades de mano de obra de casitodos los cultivadores SO/1 simultáneas hay que reclutar lostrat,ajadores en una zona mucho más amplia de lo normalpara las cosechas tradicionales. El resultado final es elmismo. o sea menos oportunidad de empleo para los resi·dentes de la reglón. En el caso de la cosecha de maíz delcampesino rico. por ejemplo, un tercio de los trabajadoresvino de otra localidad y un cuarto vino de un pueblo a 90minutos de distancia, caminando. Las mujeres con hijospequeños enfrentan el problema de tener que escoger entreviajar a distancias mucho mayores y dejar los hijos sólos.o no trabajar en tales ocasiones.

15) Los propietarios varones optan por las cosechas nuevas.mientras que anteriormente ambos, hombres y mujeres.tenían cultivos permanentes. Así, la diferencia de sexos enel LISO de la tierra ha cobrado Importancia, puesto que im·plica diferencias en relación con la tecnología moderna, conel ingreso y con los patrones de gasto y costumbres en lacontratación de mano de obra. Los hombres se integran enforma más estable a los modos de financiación moderna através de organizaciones y agencias estatales. Las mujerestrabajadoras se ven forzadas a luchar con las dificultadesque el trabajo lejos del hogar conlleva. También debido aldesarraigo de las parcelas de estilo tradicional. las muje·re::; vendedoras de frutas se verían privadas de productospom la venIR y por lo tanto de su acostumbrada fuente de~lIbslstel1cia.

Se ensancha y toma nuevas formas la diferencia de clases:un número creciente de personas ingresa a la fuerza detrabajo de las plantaciones y fincas grandes y las tierrasde los campesinos pasan mucho más rápido a poder deaquellas, porque se ven forzados a vender o a arrendarpara cubrir SUs crecientes deudas.

Las plantaciones se han aprovechado del endeudamientoy creciente dependencia de los campesinos; en la veredaque se investiga, hablan adquirido un tercio de la tierracultivada por campesinos en 1972. El aumento en la tasade transferencia de tierras comenzó lentamente en 1971.Se ha operado un aumento notable en la proporción y nú.mero de campesinos que trabajan para contratistas loca.les a pesar de la emigración de casi 20 por ciento de lapoblación adulta -las mujeres hacia el servicio domésti.co en la ciudad, y los hombres hacia el trabajo asalarill.­do en otros sitios de Colombia o en los campos de Vene.zuela. Los contratistas emplean ahora cerca de la mitad delas mujeres de la vecindad, quienes vienen desde tan lejoscorno de Cali diariamente, para llevarlas al Departamentovecino. Casi todos los hombres pasan la mayoria del tiem.po corno trabajadores contratados en los campos de cañade azúcar los cuales se extienden sobre los antiguos pre.dios de los campesinos.

De todas las unidades familiares, alrededor de un 40por ciento tiene ahora la Ir\Byorla de sus tierras dedicadasa los nuevos cultivos. La experiencia y el gran aumentoen los precios del café y el cacao ha enfriado el entusias.mo del resto. La mitad de aquellos que adoptaron la nuevaagricultura en 1971, ha aumentado las áreas sembradascon las nuevas cosechas. En casi todos estos casos el au.mento no ha sido el resultado del incremento de ingresosen la parcela. Por el contrario, estas unidades familiareshan desarraigado aún más los cultivos permanentes queles quedaban en un esfuerzo desesperado por pagar lasdeudas; han adquirido más tierras a través de herencias.

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cia del mercado de capitales. Los ingresos son ahora muyespaciados y lQS cultivadores dependen más del mercadode trabajo no campesino, para asegurarse ingresos entrecosechas. Los insumos de trabajo dentro de la finca sontales, que las relaciones entre las unidades familiares es·tán más comercializadas; a pesar del aumento en las neocesidades de Ulano de obra, el nuevo ritmo de los insu­mos de trabajo implica que, en efecto, en una vecindadhay solamente disponible la misma cantidad de trabajo(o menos aún) que el número de residentes... La divisiónde la mano de obra por sexos cambia, disminuyendo l'lpoder de la muier y la gama de opotunidades de trabajo. I

14) El nuevo ¡:.;.¡~rón de necesidades de mano de obra -cantl·dades mayores en períodos más cortos- Implica que haymás trabaj,~ disponible para la población de los alrededores.Pero precis,.lmente porque los trabajos deben hacerse másrápidamente 'i necesitan más mano de obra por unidad detierra. y po, (,ue las necesidades de mano de obra de casitodos los cul tivadores son simultáneas hay que reclutar lostrabajadores en una zona mucho más amplia de lo normalpara las cosechas tradicionales. El resultado final es almismo. o sea menos oportunidad de empleo para los resi·dentes de la reglón. En el caso de la cosecha de malz delcampesino rico. por ejemplo. un tercio de los trabajadoresvino de otra localidad y un cuarto vino de un pueblo a 90minutos de distancia, caminando. Las mujeres con hijospequeños enfrentan el problema de tener que escoger entreviajar a distancias mucho mayores y dejar los hijos s610s.o no trabajar en tales ocasiones.

15) Los propietarios varones optan por las cosechas nuevas.mientras que anteriormente ambos. hombres y mujeres.tenían cultivos permanentes. Asr. la diferencia de sexos enel uso de la tierra ha cobrado importancia. puesto que im·plica diferencias en relaci6n con la tecnologia moderna. conel ingreso y con los patrones de gasto y costumbres en lacontratación de mano de obra. Los hombres se integran enforma más estable a los modos de flnanclaci6n moderna através de organizaciones y agencias estatales. Las mujerestrabajadoras se ven forzadas a luchar con las dificultadesque el trabajo lejos del hogar conlleva. También debido aldesarraigo de las parcelas de estilo tradicional. las muje·re::; vendedoras de frutas se verlan privadas de productosp:lrn la venta y por lo tanto de su acostumbrada fuente de~l.ihsistencia.

Se ensancha y toma nuevas formas la diferencia de clases:un número crecIente de personas ingresa a la fuerza detrabajo de las plantaciones y fincas grandes y las tierrasde los campesinos pasan mucho más rápido a poder deaquellas, porque se ven forzados a vender o a arrendarpara cubrir sus crecientes deudas.

Las plantaciones se han aprovechado del endeudamientoy creciente dependencia de los campesinos; en la veredaque se investiga, hablan adquirido un tercio de la tierracultivada por campesinos en 1972. El aumento en la tasade transferencia de tierras comenzó lentamente en 1971.Se ha operado un aumento notable en la proporción y nú­mero de campesinos que trabajan para contratistas loca­les a pesar de la emigración de casi 20 por ciento de lapoblación adulta -las mujeres hacia el servicio domésti­co en la ciudad, y Jos hombres hacia el trabajo asalaria­do en otros sitios de Colombia o en los campos de Vene­zuela. Los contratistas emplean ahora cerca de la mitad delas mujeres de la vecindad, quienes vienen desde tan lejoscomo de Cali diariamente, para llevarlas al Departamentovecino. Casi todos los hombres pasan la mayorla del tiem­po como trabajadores contratados en los campos de cañade azúcar los cuales se extienden sobre los antiguos pre­dios de los campesinos.

De todas las unidades familiares, alrededor de un 40por ciento tiene ahora la m,ayoria de sus tierras dedicadasa los nuevos cultivos. La experiencia y el gran aumentoen los precios del café y el cacao ha enfriado el entusias­mo del resto. La mitad de aquellos que adoptaron la nuevaagricultura en 1971, ha aumentado las áreas sembradascon las nuevas cosechas. En casi todos estos casos el au­mento no ha sido el resultado del incremento de ingresosen la parcela. Por el contrario, estas unidades familiareshan desarraigado aún más los cultivos permanentes queles quedaban en un esfuerzo desesperado por pagar lasdeudas; han adquirido más tierras a través de herencias.

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o eslán rccibiendo subsidios de otras fucntes externastales como jornales de las plantaciones, ingresos de laesposa o envIos de los hijos que trabajan en otros luga­res del pais. Estas unidades familiares han convertido asus parientes, progresivamente, en trabajadores dentrode su parcela, en contraste con la acostumbrada disper­sión, aumentando asi la proporción de mano de obra fa­miliar no pagada. Los cambios en la técnica más significativos encaminados a combatir loantleconómico de la nuc­va tecnologia, hacia la cual fueron más o menos empl'­jados, son: (1) entresembrar maiz, a mano, conjuntamentecon soya sembrada a máquina; (2) una creciente preferen­cia por la siembra de soya sobre el maiz o el fríjol, ya quela soya ha demostrado tener mayor resistencia; (3) sem­brar maiz a mano, más separado de lo que lo logran lasmáquinas, puesto que se dice que en esta forma producetallos más firmes y resistentes al viento y a la lluvia y queel dailo es menor cuando las plantas maduras llegan a su­cumbir ante los vientos; (4) amontonar la soya recogidabajo los aleros de las casas, en vez de esperar la entradade las máquinas a los campos, la cual es bastante inse­gura. Esta medida es indispensable cuando se entresiem­bra malz; (5) limpiar a mano intensivamente, en vez decon máquina, la soya trillada.

Estas modificaciones introducidas para economizar ca­pital ayudan a sostener y a veces a mejorar ligeramenteel ingreso dentro de las fincas y hay indicaciones de quelos campesinos están volviéndose hacia cosechas de manode obra intensiva como los tomates que pueden sostenera tres o cuatro unidades familiares por plaza. La elimi­nación total del campesinado local no es una conclusiólipredeterminada, pero la agricultura campesina modernaestará siembre expuesta al riesgo.

ENERGIA, EXPLOTACION, DESNUTRICION yEXPLOTACION CAPITAUSTA

La evolución desde la parcela tradicional de tamaño

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o están recibiendo subsidios de otras fuentes externastales como jornales de las plantaciones, ingresos de laesposa o envlos de los hijos que trabajan en otros luga­res del pa1s. Estas unidades familiares han convertido asus parientes, progresivamente, en trabajadores dentrode su parcela, en contraste con la acostumbrada disper­sión, aumentando as1 la proporción de mano de obra fa­miliar no pagada. Los cambios en la técnica más significativos encaminados a combatir lo antieconómico de la nue­va tecnología, hacia la cual fueron más o menos empt.­jados, son: (1) entresembrar maiz, a mano, conjuntamentecon soya sembrada a máquina; (2) una creciente preferen­cia por la siembra de soya sobre el maíz o el frijol, ya quola soya ha demostrado tener mayor resistencia; (3) sem­brar maiz a mano. más separado de lo que lo logran lasmáquinas, puesto que se dice que en esta forma producetallos más firmes y resistentes al viento y a la lluvia y queel daño es menor cuando las plantas maduras llegan a su­cumbir ante los vientos; (4) amontonar la soya recogidabajo los aleros de las casas, en vez de esperar la entradade las máquinas a los campos, la cual es bastante inse­gura. Esta medida es indispensable cuando se entresiem­bra ma1z; (5) limpiar a mano intensivamente, en vez decon máquina, la soya trillada.

Estas modificaciones introducidas para economizar ca­pital ayudan a sostener y a veces a mejorar ligerament.eel ingreso dentro de las fincas y hay indicaciones de quelos campesinos están volviéndose hacia cosechas de manode obra intensiva como los tomates que pueden sostenera tres o cuatro unidades familiares por plaza. La elimi­nación total del campesinado local nO es una conclusiólipredeterminada, pero la agricultura campesina modernaestará siembre expuesta al riesgo.

ENERGIA, EXPLOTACION, DESNUTRICION yEXPLOTACION CAPITAIJSTA

La evolución desde la parcela tradicional de tamaño

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adecuado para la subsistencia, pasando por la más mo­derna que requiere un uso más intensivo de la mano deobra, hasta el jornaleo en las plantaciones y grandes fin·cas capitalistas, corre paralela a un gran aumento en eigasto de energía laboral y de energla proveniente delpetróleo, asociado con la apropiación de mano de obrasobrante, por parte de los agricultores capitalistas, y conun alto tndice de desnutrición entre los niños.

La finca campesina tradicional de tres plazas. necesitaanualmente 105 días de trabajo, con un gasto de energíalaboral de cerca de 173.000 calorlas al año. La finca cam­pesina moderna requiere 2.3 veces más dtas-hombre detrabajo por unidad de tierra, y produce un ingreso neloinferior por unidad. El jornalero contratado que corta cu­ña en las plantaciones, recibe más o menos el mismo in­greso que el campesino tradicional con tres plazas, perotrabaja todo el año (275) días. Su gasto de energ1a entrabajo por día trabajado es más o menos 210 por cientomás alto que el del campesino que trabaja la tierra concosechas tradicionales y su gasto anual de energía en eltrabajo es 510 por ciento más alto. \& Si las calorlas adi-

16) Se encuentran muchos problemas difíciles al tratar de medir la producción total de energía en la agricultura campe­sina. La cifra que propongo no pretende ser otra cosa queuna aproximación y no está basada en una medida directad~ la producción de energía sino en valores estimados de3.0 calorlas por minuto para la recolección y 4.0 calor laspor minuto para el desyerbe. He tomado estas cifras comolímite máximo. La producción de energla para el corte decaña en una plantación cercana se midió por resplrometrla;la producción promedio durante el trabajo fue de 7.4 calo­rlas por minuto (Spurr y demás, 1975). Estos autores anotanque 7.4 calorías por minuto es una medida inflada a causade la estimulación experimental a los sujetos. Pero yo la heusado en mis comparaciones como todas las otras medi­das de consumo de energía entre los campesinos. sin co­rrección por estimulación del sujeto. El gasto diario deenergla en otros tipos de trabajo en plantaciones es proba·blemente del mismo orden de magnitud que el corte decaña y evidentemente más alto que en la agricultura cam­pesina.

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cionales para el aumento de trabajo se obtuvieran porconsumo de azúcar refinada, quizá la fuente más barata.el trabetjador de plantación tendrfa que consumir 209 kilo~

adicionales por año, lo cual costarla un 5 por ciento de suingreso.

Una idea sobre el grado de explotacIón, en termmo,>marxistas, la dá el hecho de que los contratistas de traba­jadores para las grandes haciendas ganan un 100 porciento sobre el trabajo que venden, es decir expresadoen un precio diario (con jornales de 1971). un contratistapagaba 20 pesos, suma que apenas cubrfa las necesidadesminimas de subsistencia; mientras que su contrato con <::1propietario le permitia 40 pesos por trabajador. lo cualarroja Ulla tasa de plusval1a del 50 por ciento. El pro­medio, para contratistas, para corte y cargue de caña.está entre 25 y 50 por ciento. En otros términos, por cadaocho horas de trabajo contratado, la mitad cubre costos desubsistencia (igual al jornal) mientras que el resto va alcontratista que compra y vende esa mano de obra a losgrandes terratenientes.

Además, la agricultura campesina de estilo tradicionalen esta regióll es unas seis veces más eficiente que la delas plantaciones de caña de azúcar, en términos de la ener­gia producida en alimentos, comparada con la energia re­querida para producir esos alimentos."

Los campesinos saben muy bien que el trabajo en lasplantaciones significa un escape de energJa enorme, encomparación con el trabajo campesino, ya sea en su propia!inca o como ayuda pagada en una vecina. Han creado elmito de que la caña es una planta que "lo seca a uno" ydicen que ese trabajo adelgaza y envejece prematuramen­te; "prefiero estar gordo y sin dinero que viejo y flacocon dinero", es como se expresan los trabajadores y pro­pietarios campesinos. Pero cuando tienen menos de tresplazas y deben 11l;antener hijos, se ven forzados a aumen-

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tal' su ingreso e intensificar su trabajo a través del tra­bajo a jornal en las plantaciones o en las fincas grandes.Los trabajadores me han demostrado que se espera que undesyerbador en plantaciones cubra alrededor de un acrepor dia, mientras que en la parcela de estilo tradicionaldonde la densidad de la maleza es igual o menor, en elmomento de desyerbar, se espera que un jornalero cubrasólo alrededor de una décima parte de un acre. El obrerode plantación recibirá sólo una y media veces en jornales,pero tiene que trabajar algo más del triple. Sin duda laalternación de trabajo entre las plantaciones y la fincacampesina le da al trabajador perfodos de descanso esen­ciales. A la vez los relevos de jóvenes trabajadores de lacosta, frescos y saludables restablecen el vigor de la frac­ción permanente de la fuerza laboral asalariada. IS

17) La eficiencia de la energía en las plantaciones de caña deazúcar se calcula sólo con base en su tres fuentes prinCI­pales 1:Ie energía (y por consiguiente se ha sobreestlmado:(1) trabajo humano. 197.000 k/cals. por tonelada de azúcar;(2) Electricidad. 112.000 k/cals. por tonelada; (3) combusti­bles 452.000 k/cals. por tonelada. La eficiencia de la energíaen el cultivo campesino del estilo tradicional se calcula so­lamente para el promedio fuente/consumo relacionado conel cultivo del cacao, contando con un promedio bajo de pro­ducción de 290 kilogramos por hectárea sembrada. de acuer·do con el resultado del trabajo de campo. Las tareas de launidad familiar campesina directamente relacionadas conla producción de cacao no se Incluyeron como fuentes deenergía y si se hubieran incluído. la eficiencia de la ener­gía campesina sería más baja de lo que yo afirmo. Lospromedios de energía calculados asi. fueron 1:5 para lasplantaciones de caña y 1:30 para el cultivo campesino delcacao.

18) Tengo la impresión clara. y la comparten algunos médicos.que los trabajadores de las plantaciones. Inmigrantes de lacosta. con estructura corporal delgada. son mucho másfuertes que 105 negros originarios de las zonas de lasplantaciones. El constante escape de estos jóvenes. de laeconomía de subsistencia de la costa hacia el trabajo asala­riado en las plantaciones. representa una compensación alempobrecimiento vital y ecológico de las zonas de las plan·taciones.

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cionales para el aumento de trabajo se obtuvieran porconsumo de azúcar refinada, quizá la fuente más barata,el trabcljador de plantación tendría que consumir 209 kilo~

adicionales por año, lo cual costaría un 5 por ciento de suingreso.

Una idea sobre el grado de explotacIón, en térmmosmarxistas, la dá el hecho de que los contratistas de traba·jadores para las grandes haciendas ganan un 100 porciento sobre el trabajo que venden, es decir expresadoen un precio diario (con jornales de 1971), un contratistapagaba 20 pesos. suma que apenas cubría las necesidadesminhnas de subsistencia; mientras que su contrato con (-:1propietario le permitia 40 pesos por trabajador, lo cualarroja una tasa de plusvalfa del 50 por ciento. El pro­medio, para contratistas, para corte y cargue de caña,está entre 25 y 50 por ciento. En otros términos, por cadaocho horas de trabajo contratado, la mitad cubre costos desubsistencia (igual al jornal) mientras que el resto va alcontratista que compra y vende esa mano de obra a losgrandes terratenientes.

Además, la agricultura campesina de estilo tradicionalen esta región es unas seis veces más eficiente que la delas plantaciones de caña de azúcar, en términos de la ener­gía producida en alimentos, comparada con la energía re­querida para producir esos alimentos. 11

Los campesinos saben muy bien que el trabajo en lasplantaciones significa un escape de energía enorme, encomparación con el trabajo campesino, ya sea en su propiafinca o como ayuda pagada en una vecina. Han creado (!lmito de que la caña es una planta que "lo seca a uno" ydicen que ese trabajo adelgaza y envejece prematuramen­te; "prefiero estar gordo y sin dinero que viejo y flacocon dinero", es como se expresan los trabajadores y pro­pietarios campesinos. Pero cuando tienen menos de tresplazas y deben mantener hijos. se ven forzados a aumen·

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tar su ingreso e intensificar su trabajo a través del tra­bajo a jornal en las plantaciones o en las fincas grandes.Los trabajadores me han demostrado que se espera que undesyerbador en plantaciones cubra alrededor de un acrepor día, mientras que en la parcela de estilo tradicionaldonde la densidad de la maleza es igual o menor, en elmomento de desyerbar, se espera que un jornalero cubrasólo alrededor de una décima parte de un acre. El obrerode plantación recibirá sólo una y media veces en jornales,pero tiene que trabajar algo más del triple. Sin duda laalternación de trabajo entre las plantaciones y la fincacampesina le da al trabajador periodos de descanso esen­ciales. A la vez los relevos de jóvenes trabajadores de lacosta, frescos y saludables restablecen el vigor de la frac­ción permanente de la fuerza laboral asalariada. 11

17) La eficiencia de la energía en las plantaciones de caña deazúcar se calcula sólo con base en su tres fuentes princI'pales 'de energra (y por consiguiente se ha sobreestlmado:(1) trabajo humano, 197.000 k/cals. por tonelada de azúcar;(2) Electricidad. 112.000 k/cals. por tonelada; (3) combustl·bies 452.000 k/cals. por tonelada. La eficiencia de la energraen el cultivo campesino del estilo tradicional se calcula so­lamente para el promedio fuente/consumo relacionado conel cultivo del cacao. contando con un promedio bajo de pro­ducción de 290 kilogramos por hectárea sembrada. de acuer·do con el resultado del trabajo de campo. Las tareas de launidad familiar campesina directamente relacionadas conla producción de cacao no se Incluyeron como fuentes deenergra y si se hubieran incluIdo. la eficiencia de la enerogía campesina sería más baja de lo que yo afirmo. Lospromedios de energra calculados asf. fueron 1:5 para lasplantaciones de caña y 1:30 para el cultivo campesino delcacao.

18) Tengo la impresión ·clara. y la comparten algunos médicos.que los trabajadores de las Dlantaciones. Inmigrantes de lacosta. con estructura corporal delgada, son mucho mósfuertes que los negros originarios de las zonas de lasplantaciones. El constante escape de estos jóvenes. de laeconomía de subsistencia de la costa hacia el trabajo asala­riado en las plantaciones. representa una compensación alempobrecimiento vital y ecológico de las zonas de las plan·taclones.

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La desnutrición es endémica. Se dice que el 50 porciento de los niños están desnutridos y bajos de peso(CSF. 1975). De los datos sobre déficit nutricional, discri­minados por edad, sexo y estado reproductivo pareceque el equilibrio nutricional que debería lograr un traba­jador lo logra a costo de los niños y mujeres embaraza­das. Es imposible citar cifras para probar que la gentecome menos ahora que antes de la última fase del des­arrollo de las plantaciones. aunque las impresiones reco­gidas durante el trabajo de campo y las estadísticas mu­nicipales sobre ganado sacrificado apoyan las afirmacio­nes de los vecinos en este sentido. Sinembargo. lo quesi es cierto es que la proletarizaci6n rural ha aumentadoel uso intensivo de mano de obra. las necesidades alimen­ticias por trabajador. y los costos de mantenimiento delequilibrio nutricional mientras se le entrega a los gran­des terratenientes un generoso excedente de trabajo.

La afirmaci6n de Lenin sobre las causas de la existenciade campesinos en todas las sociedades (según lo citadoen nuestra introducci6n), no podría estar más desacertadaen relaci6n con el sur del Valle del Cauca. La "Superiori­dad Técnica" resulta ser un concepto mucho más comple­jo de lo que la presencia de máquinas. "economías dE'escala", etc. sugieren, y la afirmaci6n de que los cam­pesinos (como campesino$) intensifican su trabajo incom­parablemente más qué los trabajadores a jornal, está to­talmente opuesta a lo que hemos encontrado. Y aquí sedebe destacar que la tendencia de las ideas de Lenin, ex­presadas en el párrafo citado, es común a la ideologíacapitalista misma, ensalzando las virtudes o ventajas dela producci6n a gran escala. En verdad no pasa un dia sinque los propietarios de las plantaciones de 'caña de azúcaren el Valle del "Cauca, por ejemplo, emitan boletines ha­ciendo el mismo tipo de declaraci6n, para justificar suexistencia, sus exigencias de más crédito y demás.

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CONCLUSION

Este sistema econ6mico híbrido genera plusvalía a tra­vés de la intensificaci6n de la mano de obra y la reduc­ción de sus costos de reproducción. La articulación precisacon los modos de producción capitalista que hace estoposible, depende mucho de que las propiedades campesi·nas se han reducido a tamaños inferiores al indispensablepara subsistencia, por fuerzas poltticas y violencia flsicadeBla lucha de clases. Esta reducción no debe mirarse co­mo el resultado de niveles de productividad desiguales.El hecho de que la mayoría de los campesinos tenga ahorapropiedades de inferior tamaño le asegura a los hacenda­dos capitalistas un suministro de mano de obra continpopara que sus empresas agrarias las cuales son, en aspectosmuy importantes, menos eficientes que las diminutaspropiedades campesinas en las cuales la mano de obra semantiene y reproduce parcialmente. Además, la dinámicasocial del sistema de contratistas laborales. (el cual esen muchas formas el eje central de todo el sistema), de­pende de su alianza y persistencia con formas de organi­zación social no capitalistas.

En el caso del sur del Valle del Cauca. la agro-empresaha dependido de la formaci6n de una clase de campesi­nos pobres que combinan la mano de obra asalariada ~n

las fincas capitalistas, con su propia producción campesinaen pequeña escala. Por otra parte, las fincas capitalistasles proporcionan a los campesinos cierto tipo de subsidioa través de los salarios. Pero por otra parte, los semi­proletarios y productores campesinos le están suminis­trando también un subsidio a los hacendados capitalistas.y es este subsidio el que permite que los hacendados ca­pitalistas puedan obtener ratas más altas de plusval1a delo que les seria posible si los costos de sostenimiento yreproducción de la mano de obra fueran completamentedependientes del modo de producción capitalista.

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La desnutrición es endémica. Se dice que el 50 porciento de los niños están desnutridos y bajos de peso(CSF, 1975). De los datos sobre déficit nutricional, discri­minados por edad, sexo y estado reproductivo pareceque el equilibrio nutricional que deberla lograr un traba­jador lo logra a costo de los niños y mujeres embaraza·das. Es imposible citar cifras para probar que la gentecome menos ahora que antes de la última fase del des­arrollo de las plantaciones, aunque las impresiones reco­gidas durante el trabajo de campo y las estadisticas mu­nicipales sobre ganado sacrüicado apoyan las afirmacio.nes de los vecinos en este sentido. Sinembargo. lo quesi es cierto es que la proletarización rural ha aumentadoel uso intensivo de mano de obra. las necesidades alimen·ticias por trabajador. y los costos de mantenimiento delequilibrio nutricional mientras se le entrega a los gran­des terratenientes un generoso excedente de trabajo.

La afirmación de Lenln sobre las causas de la existenciade campesinos en todas las sociedades (según lo citadoen nuestra introducción), no podría estar más desacertadaen relación con el sur del Valle del Cauca. La "Superiori­dad Técnica" resulta ser un concepto mucho más comple­jo de lo que la presencia de máquinas. "economías dE'escala", etc. sugieren, y la afirmación de que los cam­pesinos (como campesino$) intensifican su trabajo incom·parablemente más que los trabajadores a jornal, está to­talmente opuesta a 10 que hemos encontrado. Y aquí sedebe destacar que la tendencia de las ideas de Lenin, ex·presadas en el párrafo citado, es común a la ideologiacapitalista misma, ensalzando las virtudes o ventajas dela producción a gran escala. En verdad no pasa un día sinque los propietarios de las plantaciones de -caña de azúcaren el Valle del 'Cauca. por ejemplo, emitan boletines ha·ciendo el mismo tipo de declaración, para justificar suexistencia. sus exigencias de más crédito y demás.

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CONCLUSION

Este sistema económico híbrido genera plusval1a a tra­vés de la intensificación de la mano de obra y la reduc­ción de sus costos de reproducción. La articulación precisacon los modos de producción capitalista que hace estoposible, depende mucho de que las propiedades campesi­nas se han reducido a tamaños inferiores al indispensablepara subsistencia. por fuerzas polfticas y violencia fisicade ,la lucha de clases. Esta reducción no debe mirarse co­mo el resultado de niveles de productividad desiguales.E) hecho de que la mayoría de los camlpesinos tenga ahorapropiedades de inferior tamaño le asegura a los hacenda­dos capitalistas un suministro de mano de obra continpopara que sus empresas agrarias las cuales son, en aspectosmuy importantes, menos eficientes que las diminutaspropiedades campesinas en las cuales la mano de obra semantiene y reproduce parcialmente. Además, la dinámicasocial del sistema de contratistas laborales, (el cual esen muchas formas el eje central de todo el sistema), de­pende de su alianza y persistencia con formas de organi·zación social no capitalistas.

En el caso del sur del Valle del Cauca, la agro-empresaha dependido de la formación de una clase de campesi­nos pobres que combinan la mano de obra asalariada ~II

las fincas capitalistas, con su propia producción campesinaen pequeña escala. Por otra parte, las fincas capitalistasles proporcionan a los campesinos cierto tipo de subsidioa través de los salarios. Pero por otra parte, los semi·proletarios y productores campesinos le están suminis·trando también un subsidio a los hacendados capitalistas,y es este subsidio el que permite que los hacendados ca­pitalistas puedan obtener ratas más altas de plusvalfa delo que les seria posible si los costos de sostenimiento yreproducción de la mano de obra fueran completamentedependientes del modo de producción capitalista.

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Ese subsidio funciona de varios modos: primero, bajalos costos de mantenimiento y reproducción de la fuerzade trabajo; segundo, le economiza al sector capitalista yal Estado la inversión de capital en servicios; tercero, sereprimen las tensiones en la esfera poHtica, debido a lanaturaleza sociológica del proletariado, inhibiendo la con·centración paulatina y estable y la cooperación de la ma­no de obra proletaria, previniendo la formación de sin­dicatos, aplastando las consecuencias molestas de los cicloscomerciales y las fluctuaciones temporales en la demanda,y disminuyendo la presión polttica sobre el Estado en de­manda de servicios.

El ta,maño y fuente de este subsidio del campesinadoa la agricultura capitalista depende de los rasgos tecnoló­gicos y sociales especificos del modo de producción tamopesino. por medio del cual un peso invertido por el agriocultor campesino en la parcela campesina produce unatasa de retorno en efectivo más alta que la que produceun peso invertido por el hacendado capitalista en agricul·tura capitalista a gran escala.

El papel de la producción campesina de subsistenciaque sostiene asi a la empresa capitalista es indirecto, pe­ro no por ello deja de ser real. Uno de los propósitos deeste articulo es el de mostrar cómo se llega a esto, en de­talle y con referencia a la maraña de la economia cam­pesina como sistema proveedor incrustado en su propiaforma especifica de organización social cualitativamentedistinta de aquella del mercado o de la organización ca·pitalista. Y al intentarlo, no podemos quedar satisfecho$con la aplicación demasiado literal de las categorias valorde uso y valor de cambio como algunos teóricos recientesinsisten en sostener con el argumento de que puesto quela producción campesina es de valores de uso y no devalores de cambio, la contribución de la agricultura cam·pesina hacia la reproducción de su mano de obra comomercancfa disminuye el valor. de la mano de obra y por

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Ese subsidio funciona de varios modos: primero, bajalos costos de mantenimiento y reproducción de la fuerzade trabajo; segundo, le economiza al sector capitalista yal Estado la inversión de capital en servicios; tercero, sereprimen las tensiones en la esfera politica, debido a lanaturaleza sociológica del proletariado, inhibiendo la con·centración paulatina y estable y la cooperación de la ma­no de obra proletaria, previniendo la formación de sin­dicatos, aplastando las consecuencias molestas de los cicloscomerciales y las fluctuaciones temporales en la demanda,y disminuyendo la presión polltica sobre el Estado en de·manda de servicios.

El tamaño y fuente de este subsidio del campesinadoa la agricultura capitalista depende de los rasgos tecnol6·gicos y sociales especificos del modo de producción t:am·pesino, por medio del cual un peso invertido por el agri­cultor campesino en la parcela campesina produce unatasa de retorno en efectivo más alta que la que produceun peso invertido por el hacendado capitalista en agricul·tura capitalista a gran escala.

El papel de la producción campesina de subsistenciaque sostiene asi a la empresa capitalista es indirecto, pe·ro no por ello deja de ser real. Uno de los propósitos deeste articulo es el de mostrar cómo se llega a esto, en de­talle y con referencia a la maraña de la economía cam·pesina como sistema proveedor incrustado en su propiaforma especifica de organización social cualitativameniedistinta de aquella del mercado o de la organización ca·pitalista. Y al intentarlo, no podemos quedar satisfecho$con la aplicación demasiado literal de las categorías valorde uso y valor de cambio como algunos teóricos recientesinsisten en sostener con el argumento de que puesto quela producción campesina es de valores de uso y no devalores de cambio, la contribución de la agricultura cam·pesina hacia la reproducción de su mano de obra comomercancia disminuye el valor. de la mano de obra y por

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lo tanto aumenta la plusvaUa (Cf. Deere, 1976; de Janvryy Garramón, 1977). Porque la producción campesina essimple producción de mercancías (C.M.C.l, vender paracomprar, Y está por fuerza entrelazada con el mercado demercancfas a ese nivel, de manera que en el caso del Valledel Cauca, por ejemplo, los campesinos venden cacao, café,soya, etc., con el fin de adquirir articulos de consumo.Esto no es lo mismo que la producción capitalista,' perotampoco es una simple producción de valores de uso, ycualquier análisis de cómo la producción campesina bajalos costos de reproducción de su fuerza de trabajo comomercancfa, debe analizar en forma empírica y detallada­mente los costos reales y finales de la mano de obra de losproductos en cuestión. Además, observamos que en la se­gunda mitad del siglo XIX cuando la producción campe­sina era principalmente de valor de uso y cuando las pro­piedades campesinas eran grandes, el costo de la fuerzade trabajo como mercancfa era alto para los hacendad(lscapitalistas, aunque el valor de la fuerza de trabajo erabajo como mercancia, definiendo el valor de la fuerza detrabajo como el valor de las mercancías necesarias paramantener y reproducir la fuerza de trabajo del trabajadory la de su familia.

Las contradicciones dentro del sistema total de inte­racción, son múltiples. En zonas tales como el Valle delCauca en donde la tierra es hoy muy valiosa, las finca~capitalistas están lentamente expropiando a los campesi­nos locales su base de subsistencia y, por tanto, socavandola fuente de este subsidio laboral. Es aquf donde el Esta.do y las organizaciones internacionales de desarrollo, tale;;como el Banco Mundial y la AID de los EE.UU. se intro­ducen con planes de desarrollo campesirio como el DRI,con el fin de restituir ese subsidio. A medida qUe susparcelas se reducen. a los campesinos se les estimula aintensificar su mano de obra dentro de ellas, asi como ('1uso de la tierra, pero esto sólo lleva a un aumento ensu tasa de pérdida de tierra. Asl, en el grado en que la

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ayuda del Estado falla, en gran parte por tratar de at¡¡ral productor campesino aún mAs directamente al modode producción capitalista, como cultivador y no como obre­ro, las fincas capitalistas se ven forzadas a extender e in­tensificar sus redes pescadoras de mano de obra queparcialmente se baste a si misma para su subsistencia yatraerla desde las vecinas colinas y montañas de Nariñoasl como desde la costa del Pacifico, repitiendo ásl su faseinicial de acumulación primitiva, pero sobre una zonamucho más amplia.

Sinembargo, nace una nueva fase, formando un traslapocon su antecesora. Por una parte los hacendados capita­Jistas y el gobierno se ven cada vez mAs forzados a pro·porcionar más servicios para un proletariado más perma­nente, mientras que por la otra, y por el fin de mantenerbajos esos costos, a un mayor número de migrantes detierras lejanas se les fuerza a ingresar a la reserva elásticade mano de obra casual, trabajando para contratistas, envez de adherir a la fracción de la fuerza laboral perma·nente. . .

La miseria humana resultante del despertar de un pro­ceso se extiende a lo largo de carreteras en las zonasrurales intensamente desarrolladas o se desliza en los pe·queños tugurios rurales. Del trabajo asalariado, el rastro·jeo y oportunidades de ingreso informales desarrollan supropio modo de producción familiar -la economia infor·mal como se le ha llamado - la cual en principio es unaespecie de sistema productivo igual al modo de produc­ción campesino, sólo que menos estable y productivodebido a la ausencia de medios de producción tales comotierra.

En todo caso, el desarrollo de la agricultura capitalistaa gran escala en esta zona depende de que una gran ma·yoria de su fuerza laboral asalariada proporciona partede sus costos de subsistencia fuera de las instituciones

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ayuda del Estado falla, en gran parte por tratar de ataral productor campesino aún mis directamente al modode producción capitalista, como cultivador y no como obre·ro, las fincas capitalistas se ven forzadas a extender e in·tensificar sus redes pescadoras de mano de obra queparcialmente se baste a si misma para su subsistencia yatraerla desde las vecinas colinas y montañas de Nariñoasl como desde la costa del Pacifico, repitiendo ásl su faseinicial de acumulación primitiva, pero sobre una zonamucho mis amplia.

Sinembargo, nace una nueva fase, formando un traslapocon su antecesora. Por una parte los hacendados capita·listas y el gobierno se ven cada vez mis forzados a pro­porcionar más servicios para un proletariado mis perma·nente, mientras que por la otra, y por el fin de mantenerbajos esos costos, a un mayor número de migrantes detierras lejanas se les fuerza a ingresar a la reserva elisticade mano de obra casual, trabajando para contratistas, envez de adherir a la fracción de la fuerza laboral perma·nente. . .

La miseria humana resultante del despertar de un pro­ceso se extiende a 10 largo de carreteras en las zonasrurales intensamente desarrolladas o se desliza en los pe·queños tugurios rurales. Del trabajo asalariado, el rastro·jeo y oportunidades de ingreso informales desarrollan supropio modo de producción familiar -la economfa infor·mal como se le ha llamado - la cual en principio es unaespecie de sistema productivo igual al modo de produc·ción campesino, sólo que menos estable y productivodebido a la ausencia de medios de producción tales comotierra.

En todo caso, el desarrollo de la agricultura capitalistaa gran escala en esta zona depende de que una gran ma·yorla de su fuerza laboral asalariada proporciona partede sus costos de subsistencia fuera de las instituciones

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capitalistas normales. El desarrollo capitalista de este tipono desplaza demasiado a los campesinos y a otras formasde producción no capitalistas, sino que más bien incorpo.ra sus muy reales eficiencias económicas en forma que seequilibran los costos de inversión de capital, los cualesde otra manera son suministrados en gran manera por lafinanciación de origen internacional.

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11NUTIIClOH, DESARROLLO Y

A.YUDA. EXTERNA

Un estudio sobre el programa de salud dirigido por losEstados Unidos en una zona de plantaelón de caña de

azúcar en Colombia.

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INTRODUCCION

Este ensayo trata de evaluar los efectos de los proyectosnorteamericanos en el campo de la salud, en una zonadel Tercer Mundo donde los mismos intereses de los Esta­dos Unidos coadyuvan las causas básicas de la desnu­trición. I

La necesidad de hacer esta evaluación y formular lacorrespondiente denuncia, se hizo evidente para el autoren 1971 cuando como antropólogo y médico trabajaba enel sur del Valle del Cauca, Colombia, con campesinos des­provistos de tierras y quienes en ese entonces estabansiendo apresados por la policia por tratar de invadir y re­clamar para ellos tierras de las cuales se hablan apropia­do los empresarios de las plantaciones de caña de azúcaren proceso de expansión. Lo que hizo que esta invasión

1) Entre 1970 y 1971 el trabajo de campo fue financiado porel Instltute for Latln American Studies de la Universidad deLondres y el Foreign Area Fellowshlp Programo En 1972 losgastos durante seis meses fueron cubiertos con mis pro­pios ahorros. y un año y medio -de 1975 a 1976- con fi­nanciación de The Shool of Graduate Studles de la Univer­sidad de Michlgan. la Fundación Wenner·Gren y The Na­tlonal Science Foundatlon. Deseo presentar mis agradeci­mientos por la Invaluable ayuda de David Stoll al habermeasistido en la formulación de muchos de los puntos de estedocumento. y en la recolección de algunos de los datos re­lacionados con los proyectos norteamericanos que se anali­zan aqul. Presento también mis agradecimientos a RachelWyon. Anna Rubbo. Tony Sklllen. 5andra Zurbo y 800tt Ro·binson por sus comentarlos.

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en particular fuera más preocupante que algunas reali­zadas anteriormente, para las autoridades y los grandesterratenientes, fue que ella coincidió con una ola de in·vasiones en muchos otros lugares de Colombia, y que porprimera vez en cuarenta años los campesinos estaban or­ganizados a nivel nacional en un activo sindicato de iz­quierda. Poco después se iniciaron en la zona los progra­mas de salud y desarrollo campesino patrocinados por losEstados Unidos, la mayor parte de ellos canalizados através de la vecina Universidad del Valle, en Cali, finan­ciada por la Fundación Rockefeller. En 1974 se creó tam­bién un proyecto anti-desnutrición de la Agencia Interna­cional para el Desarrollo, por medio millón de dólares,dirigido por personal y antiguos técnicos de la FundaciónRockefeller, bajo los auspicios de la Fundación Commu­nity Systemas Foundation, (CSF) firma privada de consul­tores anexada informalmente a la Universidad de Mi­chigan.

Se cree que el 50% de los niños de seis o menos añossufren de desnutrición (FCSF, 1975) en esta zona rica enalimentos donde la expansión de la agricultura intensivaa gran escala ha lanzado al grueso del campesinado fuerade sus tierras en años recientes.

En base a la investigación sobre las causas de esta des­nutrición, la Fundación Community Systemas Foundationplanteó como solución el mejoramiento de la composicióndietética promoviendo que los pobres consumieran unamayor cantidad de las cosechas que los pequeños proieta­rios vendlan normalmente en el mercado. En la cercanazona de Candelaria, donde un equipo financiado básica­mente por la Fundación Rockefeller ha trabajado desdela década de 1950, cuando se iniciaron huelgas masivas,ocupaciones y marchas por parte de 1011 obreros de lasplantaciones, se achacaba al exceso de población la causadel problema, y entonces el control de la natalidad se vis­lumbró como la medida más apropiada para combatirlo.

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Se utilizó el sistema de programas de salud del Estado porcuanto de esta manera el problema polltico inherente alcontrol de la natalidad podria minimizarse y "porque laimagen del médico crea y abre un camino incomparabledentro de la comunidad mertrand, 1972).

Por otra parte, los lideres campesinos del lugar buscansoluciones a los problemas del trabajador campesino me­diante una reforma agraria que redistribuya el ingreso yel poder a través de un sistema colectivo de pequeñasfiucas, en vez de grandes haciendas con monocultivos. Lanecesidad de tierras es- tan hondamente sentida por loscampesinos y trabajadores desprovistos de ella, que loshace profundamente cínicos sobre los planes de bienes­tar impuestos por el gobierno colombiano con la ayuda deorganismos norteamericanos que no mencionan siquierael asunto de la tenencia de tierra. Entonces el control mo­nopolístico de la tierra es esencial para la creciente agro­empresa: no solamente porque le proporciona mayor ex­tensión para sus cosechas, sino también como una formapara obligar a los pequeños propietarios, anteriormenteindependientes, a adoptar el trabajo a jornal en las ha­ciendas.

LA FUNDACION "COMMUNITY SYSTEMS

FOUNDATION" (CSF)

Esta fundación fue establecida en 1963 como una enti­dad sin ánimo de lucro del Estado de Michigan. Se auto­describe como "dedicada al mejoramiento del génen)humano a través de investigaciones científicas )' la asis­tencia directa a las comunidades que las ayude a superar­se (FCSF. 1975a), Su personal directivo lo componen pro­fesores de larga trayectoria de la Universidad de Michi­gan en Ann Arbor, quienes con la ayuda de los estudiantesde postgrado vienen desempeñando un papel innovadoren el campo de la nutrición y la salud en el proyecto titu-

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lado "Experimentos Comunitarios para lala Desnutrición en Colombia", COll US$ 363.dos a través de un engendro de la Universiconocido como la Fundación para la Educac(FES), este proyecto aspira a nada menos qllar una estrategia universal para evaluar etricional de las comunidades, promoviendo poestrategias de auto·ayuda para vencer dichHaciendo énfasis en el aprendizaje dentro ddad misma, el proyecto recibió otros US$ 26Agencia Internacional para el Desarrollo, Ma este solo fin.

Aunque falta ver hasta qué punto puedeauto-ayudarse, la Fundación ha dado un buenauto-ayuda, al haber establecido contactos coInternacional para el Desarrollo, para la aplicmétodos en Chile. .' y probablemente en Zai

2) la I~rvención en Chile requiere un análisis I

el caso particular. En resumen, este proyectones de dólares (que involucra a la FundacióSystems Foundation y a otros grupqs) es requzón de la incélpacidad de los sistemas y me,micos para distribuir los alimentos, (según ede la Agencia Internacional para el DesarrollP-2079, 1975) que se hallan disponibilidad poteltidades suficientes oara alimentar a todo elrante el periodo del gobierno de SalvadorEstados Unidos suspendieron todos los crédimentos bajo el programa Pl480 (Titulo 11 yde provisión de alimentos se convIrtió en prolo cual ayudó a la caida del gobierno Por otraese golpe de la CIA, la ayuda norteamericanaprograma de alimentos llega al 85 por cientoprograma Pl480 destinado para toda la AméricaDebido a que las políticas anti-inflacionariashacen oue el grueso de la población carezcade r;omnra para adquirir a!lmentos, incluso einarlectl~da, y así la ciencia de la r¡utrición viecesaria oara estab7ecer aué cantidades de raclone~e.s:1rios parPl permitirle él la dictadura dezar de al(:lllna estabilidad, en reemplazo de lmoudiera o'rqanizar una más amplia e igualitarIade alimentos.

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; tema de pI'ogramas de salud del Estado pors.s . . h te-lta manera el probl Ola politlco m eren anatalidad podría minimizarse Y "porque la

médico crea Y abre U11 camino incomparablecomunidad mertrand, 1972).

parte. los líderes campesinos del lugar. buscanlos problemas del trab~ja~or camp~smo m ~eforma agrari que redlstrl~uya el ll1gres~ ytravés de un sistema colectivo de p~quena~

d ande haciendas con monocultivos. Laez e t fd 01' lo'le tierras es tan hOndamen e sen 1 a p "y trabajadores desprovistos de ella, qu~ lorodamente cinicos sobre los planes de bienes­

os por el gobierno colombiano c~n la ay~d~ denorteamericanos que no menCiOnan slqulera

e la tenencia de tierra. Entonces el ~ontrol roo­de la tierra es esencial para la crec1ente agro.

sola ente porque le proporciona mayor ex­a sus cosechas, sino ta~biét.I como u~a forn~a

ar a los pequeños prop1~tarlO.s, anterlo~en.ntes, a adoptar el trabaJo a Jornal en las ha-

FUNDACION "COl\lMUNITY SYSTEMS

FOUNDATION" (CSF)

dación fue establecida en 1963. c~mo una enti­imo de lucro del Estado de ~lchlgan, Se ,auto­0010 "dedicada al mejora~ue~t? del gene:otravés de investigaciones c1ent!flcas Y la aS1s.­

eta a las comunidades que las ayude a supera¡­1975a\. Su personal directivo lo ~omponen pr~-larga trayectoria de la Universidad de ~lchl­

n Arbor, quienes con la ayuda de los e~tud1antesdo vienen desempeñando un papel mnova~or

po de la nutrición Y la salud en el proyecto t1tu-

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lado "Experimentos Comunitarios para la Reducción dela Desnutrición en Colombia". Con US 363.000 canaliza­dos a través de un engendro de la Universidad del Valleconocido como la Fundación para la Educación Superior(FES). este proyecto aspira a nada menos que a desarro­llar una estrategia universal para evaluar el estado nu­tricional de las comunidades, promoviendo por este medioestrategias de auto-ayuda para vencer dicho problema.Haciendo énfasis en el aprendizaje dentro de la comuni­dad misma, el proyecto recib'ó otros US$ 260.000 de laAgencia Internacional para el Desarrollo, i\ID, orientad(,~

a este solo fin.

Aunque falta ver hasta qué punto pueden los pobresauto-ayudarse, la Fundación ha dado un buen ejemplo deauto-ayuda, al haber establecido contactos con la AgenciaInternacional para el Desarrollo, para la aplicación de susmétodos en Chile. 2 y probablemente en Zaire y en un

2) La intervención en Chile requiere un análisis futuro sobreel caso particular. En resumen, este proyecto de 9 1110­nes de dólares (que involucra a la Fundación CommunitySystems Foundation y a otros grupos) es requerido par ra­zón de la incapacidad de los sistemas y medidas econó­micos para distribuir los alimentos, (según el documentode la Agencia Internacional para el Desarrollo. AID·DLC.'P-2079, 1975) que se hallan disponibilidad potencial en cal'­tidades suficientes para alimentar a todo el pueblo. Du­rante el período del gobierno de Salvador Allende, 10<,Est dos Unidos suspendieron todos los créditos para ali­mentos bajo el programa PL480 (Título 11 y el suministrode provisión de alimentos se convirtió en problema maY01"lo cua ayudó a la caída del gobierno. Por otra parte, desdeese golpe ele la CIA, la ayuda norteamericana a Chile en elprograma de alimentos llega al 85 por ciento del total delpro~rama PL480 destinado para toda la América Latina (39).Debirlo a que las poi íticas anti-inflacionarias de Friedman

!"lacen oue el grueso de la población carezca de capacidadele compra para adquirir alimentos, incluso esta ayuda posinanf'Cullela. y así la ciencia de la nutrición viene a ser ne·cesaria nara estab! cer qu cantidades de racionamiento sonner.e~llrios para permitirle a la dictadura de Pinochet go·zar de alQtlna estabilidad. en reemplazo de IIn gobierno quP.pudiera orflanizar una mas ampl ia e igualitaria distrihuciónde alimentos. .

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futuro lejano en otros paises del Tercer Mundo, (Thallan·dia por ejemplo) claves para la polltica externa de los Es·tados Unidos. Se cree que el Departamento de Nutrici6ndel Massachusetts Institute of Technology esté tratando deinvolucrarse en el proyecto de la Fundaci6n CommunitySystems Foundation en el Valle del Cauca, con el fin deentrenar a sus estudiantes, y que el gobierno colombianoestá usando las técnicas desarrolladas por la Fundaci6nen métodos investigativos en el Valle del Cauca, como labase de la primera etapa de su plan nacional de nutri­ci6n, PAN.

El proyecto tiene su sede en la Escuela de Medicina dela Universidad del Valle, en un edIficio adyacente al delas oficinas de la Fundaci6n Rockefeller y al Centro Inter·nacional de Investigaciones en Medicina y Entrenamiento(International Center for Medical Research and Training)de la Universidad de Tulane. Funciona bajo la direcci6nde un médico egresado de la Universidad del Valle cuyosestudios de postgrado recibieron el patrocinio de la Fun·daci6n Rockefeller, y de un ingeniero de la Universidadde Michigan que ha venido formando parte del personalacadémico de la Fundación RockefeUer en Cali durantelos últimos años. El Centro de Investigaciones Multidisci­plinarias para el Desarrollo de la Educaci6n Rural, ClM·DER, el cual funciona fuera de la escuela de medicina,también opera en la misma comunidad de la CSF, conun proyecto de desarrollo campesino orientado a la salud.

Principalmente financiado por el Centro de investiga­ciones Internacionales para el Desarrollo (ClID) del Cana­dá, CIMDER está también dirigido por un catedrático anotiguo funcionario de la Fundaci6n Rockefeller, graduadoen la Escuela de Medicina de la Universidad del Valle.

La filosofia de la Community Systems Foundation ledebe mucho a la tendencia progresista prevalenciente enlos recintos universitarios de los Estados Unidos. Su teo·ria sobre la planeaci6n se describe como aquella "en la

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o en otros paises del Tercer Mundo, (Thailan­opio) claves para la poUtica externa de los Es­IS. Se cree que el Departamento de Nutriciónusetts Institute of Technology esté tratando de

en el proye:to de la Fundación Communitydation en el Valle del Cauca, con el fin de

sus estudiantes, y que el gobierno colombi~no1) las técnicas desarrolladas por la FundaCIón. investigativos en el Valle del ~auca, como l~primera etapa de su plan nacIonal de nutrl-

cto tiene SU sede en la Escuela de Medicina dedad del Valle, en un edificio adyacente al de, de la Fundación Rockefeller Yal Centro Inter·

Investigaciones en Medicina y Entrena~~ntonal Center for Medical Research and Trammg)ersidad de Tulane. Funciona bajo la dirección

tico egresado de la Universidad del Valle cuyose postgrado recibieron el patrocinio d~ la ~­ckefeller, Y de un ingeniero de la UnlVersIdad

que ha venido formando parte del. personalde la Fundación Rockefeller en Cah durante

s años. El Centro de Investigaciones Multidisci­ara el Desarrollo de la Educación Rural, CIM-

'ual funciona fuera de la escuela de medicina,pera en la misma comunidad de la CSF, conto de desarrollo campesino orientado a la sa~ud.

ente financiado por el Centro de Investiga·emacionales para el Desarrollo (CIID) del, Cana­

está también dirigido por un catedrático anoionario de la Fundación Rockefeller, graduadoela de Medicina de la Universidad del Valle.

soffa de la Community Systems Foundation leho a la tendencia progresista prevalenciente ens universitarios de los Estados Unidos. Su teo­la planeación se describe como aquella "en la

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cual la planeación, implementación y administración es­tán integradas como un proceso de aprendizaje" (FCSF,1975a). Se ha optado por la modalidad de que el aprendi­zaje a través de la práctica está contrapuesto al aprendi.zaje formal. Esto se fusiona con el énfasis en la auto.ayuday la auto-suficiencia local y personal que se basa en latecnologla intermedia.

La liberación fe~nina encuentra sitio en los últimosinformes y ~olicitudes de donación de la Fundación, yaque por mediQ de la enseñanza de la nutrición dicha "Fun­dación está equipando a la mujer con una forma de co­nocimiento altamente potente (sic) en una de las pocasáreas exentas del tradicional dominio del machismo latinoque bien puede convertirse en el motor de cambio -u~medio para que la mujer gane más respeto y con él unaposición más igualitaria" (Eisendrath, 1976).

Cuando la auto-ayuda, la auto-suficiencia, el aprendi­zaje a tr~vés de la ~rácti~a, la tecnologla intermedia, parano mencIonar la liberaCIón femenina, son insuficientespara acabar con la desnutrición y la pobreza del TercerMundo, la Fundación Community Systems Fou"ndation harecurrido a las cosmologlas y metodologlas más grandio­sas, como el Darwinismo y la Teorla de Sistemas. Como loh~ expresado la Fundación en su documento ''Los DesnU­trIdos como Planeadores de la Nutrición: Resumen Con­ceptual de la Auto-Ayuda" (Eisendrath, 1976):

Si la estrategia de la Fundación Community Sys­tems Foundation es simple, sus cimientos filosóficosson igualmente clarOs y especiflcamente derivativos.Sus raices están inextrincablemente incrustadas en elDarwinismo. La Fundación está tratando de reduciruna versión de comportamiento selectivo de adapta­ción para ajustarla a un marco de Uempo excesiva­mente estrecho. Busca producir patrones de conductaque mejoren los h'bltos de vida, enjaezando el mé-

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todo cientifico a la adaptación funcional Sólo se usanlos estimulos locales para acelerar el proceso, puestoque ellos solos producen modifleaciones adaptables alas condiciones inmediatas.

En esencia, la metodologia de la Fundación es unade comportamiento análogo al del proceso evolutivode la selección natural. A través de bombardeos alestimulo local, Inducidos artificialmente, los patronesde conducta de la comunidad se cambian para produ­cir una permanente adaptación funcional a las con·diciones locales.

El énfasis en "solamente estimulos locales" contradicela misma presencia de la Fundación Community SystemsFoundation. La aspiración de hacer que los pobres seadapten en forma permanente a las condiciones locales,más bien que cambiar dichas condiciones, es la clave paraentender la presencia de la Fundación, especialmente cuan­do uno se dá cuenta de qué tan opresivas son tales con­diciones.

LA REGION y SU PATRON DE DESARROLLO

La comunidad a cuya desnutrición contribuye la Fun­dación Community Systems Foundation con sus dona­ciones, se halla en la zona rural semi-tropical de VillaR!ca en el extremo sur del Valle del Cauea. La componencampesinos afro·americanos semi-proletarios, muy pobre'.cuya principal fuente de ingreso proviene del trabajo enlas plantaciones de cafia de azúcar y en las grandes fin­cas comerciales que ocupan la mayoría de esta tierra fér­til. Mientras que el ingreso de los trabajadores es tanbajo que la desnutrición es su mayor problema, las uti­lidades de las plantaciones de cafia de azúcar son altisi·mas: 26% entre los afios de 1970 y 1974 para plantacione::con ingenio, y 54% para aquellas que no lo tienen. Estascifras se expresan como ingreso neto anual sobre costos

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(Fedesarrollo, 1976). Los salarios de los administradoresde mediano nivel (invariablemente blancos) son alrededorde 10 veces mayores que los de los trabajadores de campo(invariablemente negros), mientras que los técnicos nor·teamericanos en los ingenios reciben cerca de 100 vecesmás. Los ingenios desaguan sus alcantarillas en los rlos,fuente principal de abastecimiento de agua de los tuguriosrurales que alojan la mayor parte de la población, lasdemás fuentes de agua potable están altamente contami·nadas con excrementos, de acuerdo· con repetidos exáme­nes hechos por bacteriólogos competentes. La infestaciónes abundante de anquilóstomos (50 por ciento) Ent. histolf­tica (25 por ciento), estróngilos (20 por ciento) y ascáris(70 por ciento), ya que, además de la contaminación delagua potable, prácticamente no existen alcantarillas ade­cuadas y la gente anda por 10 general descalza.

La tensión politica y el crimen alcanzan Indices mUyaltos. En gran parte de Colombia (en donde oficialmentehablando existe una democracia), por decreto oficial delGobierno se está más frecuentemente en Estado de Sitioque fuera de él, lo que equivale a que se aplica la leymarcial casi todo el tiempo, impidiendo así por ejemploreuniones y asambleas públicas. Los propietarios de lasgrandes haciendas como las plantaciones más cercanas aVilla Rica rara vez viajan sin escolta armada, por miedoal secuestro, y por la misma razón los administradores demás alto nivel tienen sus poderosos camperos equipadoscon radio transmisor y receptor conectado con la DefensaCivil en Cali. La organización sindical en ninguna parte esmás débil que en esta zona, y los vendedores de JonhDeere se quejan de que la tasa de sabotaje a la maquinariade los ingenios y equipo de trabajo en el campo es másalta alU que en cualquier otra parte del Valle.

Las plantaciones de caña de azúcar y las fincas gran­des son propiedad de colombianos pero los préstamosnorteamericanos y los del Banco Mundial han suminis-

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trado gran parte del capital (Fedesarrollo, 1976: 363). Pa­ra el Valle en general, la producción de azúcar en fincasgrandes aumentó 1.5 véces entre 1950 Y 1960 Y se du­plicó entre 1960 y 1974, hasta alcanzar 853.460 toneladasmétricas por año. De este total, 128.000 toneladas se ex­portaron principalmente a Estados Unidos (Fedesarrollo,1976), cuando Colombia adquirió parte de la cuota azuca­rera cubana de antes de la revolución y del subsecuentebloqueo de los Estados Unidos. Entre 1958 y 1970 el áreasembrada con cosechas temporales de fácil venta aumen­tó, en las fincas grandes, cerca de seis veces. En la zonade Villa Rica (Norte del Cauca) la producción provenientede plantaciones de propiedad de solo cuatro familias fuede 2.000 toneladas de azúcar en 1938, 13.220 en 1963 y91.750 toneladas en 1969 (Asocaña, n.d.). Los censos ofi­ciales indican que mientras un 80% de la tierra cultivadaes propiedad de cuatro plantaciones y unas pocas fincasgrandes, 90% de las propiedades son inferiores a diezhectáreas y la tierra se está concentrando más cada vezen las manos de un menor número de propietarios. Lamayorfa de las propiedades son tan pequeñas que sus due­ños campesinos se ven forzados a trabajar en las fincasgrandes. Mi propio censo indicó en 1971, que 30% de lasfamilias en jurisdicción de Villa Rica no posee tierra,mientras que un 50% tiene menos de las d~s hectáreasnecesarias para la subsistencia (Taussig, 1974).

Ni la escasez de tierra, ni a la pobreza campesina pue­de culpársele por el "azote social", de la explosión demo­gráfica, a la cual nos refieren los médicos de la Funda­ción Rockefeller en el proyecto de Candelaria (Wray yAguirre, 1969; F. Rockefeller, 1963), sino que ella se or'­gina en otro azote muy distinto: aquel de la explosiónsocial desencadenada por el desarrollo de la agriculturacapitalista a gran escala. Los archivos de tierras mues­tran que mientras el tamaño modelo de las propiedade"campesinas disminuyó 15 veces entre 1933 y 1967, la po­blación no aumentó a más del doble. Los archivos de pro-

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piedades en Popayán, junto con los relatos orales de loscampesinos (Taussig, 1974) proporcionan testimonio am­plio en cuanto a las violentas luchas por la tierra entrecampesinos y terratenientes, las cuales han ocurrido apartir de la segunda década de este siglo, acentuadasenormemente por el desarrollo de las plantaciones de cañade aZ(¡car en la década del 30 y de nuevo a comienzos dela década del 50, cuando la infame "Violencia" colombia­na estaba en todo su apogeo.

Después de la abolición de la esclavitud en 1851, losantiguos esclavos y sus descendientes desarrollaron unaeconomia de subsistencia floreciente en tierras ilegalmen­te ocupadas, mientras que sus antiguos amos luchabandesesperadamente y sin éxito para atarlos a sus fincasen decadencia, como jornaleros o arrendatarios. La tie­rra era abundante y la mano de obra escasa y virtual.mente no existian válvulas para el mercado. Los informeselaborados durante' la segunda mitad del siglo XIX indiocan que los campesinos negros estaban acumulando gra'1­des excedente de plátanos y cacao además de algunos apiomales de levante (Pérez, 1862; Palau, 1889; Garcia, 1898l.En realidad, ya que estos campesinos podlan subsistir tanfácilmente, en la opinión de Evaristo Garela (Rippy, 1931).observador de fines del siglo diecinueve, detestaban traebajar para los grandes terratenientes, razón por la cual,según el autor, habia tan pocas haciendas funcionandohasta las primeras décadas del siglo veinte. Haciendo ecodel sentimiento de los mayores terratenientes de la re.gión, la correspondencia privada de la familia Arboled.l,apoya esta queja en su totalidad (Taussig, 1974).

Con la terminación de las guerras civiles del siglo die­cinueve, y con la formación de una maquinaria del Estadode tipo dictatorial y centralizado, los inversionistas nor­teamericanos sintieron gran seguridad al hacer présta­mos al pals, los cuales se destinaron principalmente a cons.trucción de infraestructura. Este capital, mayor que para

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trado gran parte del capital (Fedesarrollo, 1976: 363). Pa­ra el Valle en general, la producción de azúcar en fincasgrandes aumentó 1.5 véces entre 1950 y 1960 Y se du­plicó entre 1960 y 1974, hasta alcanzar 853.460 toneladasmétricas por año. De este total, 128.000 toneladas se ex­portaron principalmente a Estados Unidos (Fedesarrollo,1976), cuando Colombia adquirió parte de la cuota azuca­rera cubana de antes de la revolución y del subsecuentebloqueo de los Estados Unidos. Entre 1958 y 1970 el áreasembrada con cosechas temporales de fácil venta aumen·tó, en las fincas grandes, cerca de seis veces. En la zonade Villa Rica (Norte del Cauca) la producción provenientede plantaciones de propiedad de solo cuatro familias fuede 2.000 toneladas de azúcar en 1938, 13.220 en 1963 y91.750 toneladas en 1969 (Asocaña, n.d.). Los censos ofi·ciales indican que mientras un 80% de la tierra cultivadaes propiedad de cuatro plantaciones y unas pocas fincasgrandes, 90% de las propiedades son inferiores a diezhectáreas y la tierra se está concentrando más cada vezen las manos de un menor número de propietarios. LamayorJa de las propiedades son tan pequeñas que sus due­ños campesinos se ven forzados a trabajar en las fincasgrandes. Mi propio censo indicó en 1971, que 30% de lasfamilias en jurisdicción de Villa Rica no posee tierra,mientras que un 50% tiene menos de las dos hectáreasnecesarias para la subsistencia (Taussig, 1974).

Ni la escasez de tierra, ni a la pobreza campesina pue­de culpársele por el "azote social", de la explosión deml)­gráfica, a la cual nos refieren los médicos de la Funda·ción Rockefeller en el proyecto de Candelaria (Wray yAguirre, 1969; F. Rockefeller, 1963), sino que ella se 01'"

gina en otro azote muy distinto: aquel de la explosiónsocial desencadenada por el desarrollo de la agriculturacapitalista a gran escala. Los archivos de tierras mues·tran que mientras el tamaño modelo de las propiedade~

campesinas disminuyó 15 veces entre 1933 y 1967, la po·blación no aumentó a más del doble. Los archivos de pro-

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piedades en Popayán, junto con los relatos orales de loscampesinos (Taussig, 1974) proporcionan testimonio am­plio en cuanto a las violentas luchas por la tierra entrecampesinos y terratenientes, las cuales han ocurrido apartir de la segunda década de este siglo, acentuadasenormemente por el desarrollo de las plantaciones de cañade azúcar en la década del 30 y de nuevo a comienzos dela década del 50, cuando la infame "Violencia" colombia­na estaba en todo su apogeo.

Después de la abolición de la esclavitud en 1851, losantiguos esclavos y sus descendientes desarrollaron unaeconomia de subsistencia floreciente en tierras ilegalmen.te ocupadas, mientras que sus antiguos amos luchabandesesperadamente y sin éxito para atarlos a sus fincasen decadencia, como jornaleros o arrendatarios. La tie.rra era abundante y la mano de obra escasa y virtual.mente no exisUan válvulas para el mercado. Los informeselaborados durante' la segunda mitad del siglo XIX indi­can que los campesinos negros estaban acumulando gra~.des excedente de plátanos y cacao además de algunos ani.males de levante (Pérez, 1862; Palau, 1889; GarcJa, 1898l.En realidad, ya que estos campesinos podian subsistir tanfácilmente, en la opinión de Evaristo Garcfa (Rippy, 1931).observador de fines del siglo diecinueve, detestaban tra­bajar para los grandes terratenientes, razón por la cual.según el autor, habia tan pocas haciendas funcionandohasta las primeras décadas del siglo veinte. Haciendo ecodel sentimiento de los mayores terratenientes de la re.gión, la correspondencia privada de la familia Arboled.l.apoya esta queja en su totalidad (Taussig, 1974),

Con la terminación de las guerras civiles del siglo die­cinueve, y con la formación de una maquinaria del Estadode tipo dictatorial y centralizado, los inversionistas nor­teamericanos sintieron gran seguridad al hacer présta­mos al pafs, los cuales se destinaron principalmente a cons.trucción de infraestructura. Este capital, mayor que para

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cualquier otro pais de latinoamérica, entró en gran parteal Valle del Cauca entre 1913 y 1928 (Rippy, 1931). Conla apertura del Valle a los mercados mundiales por la viadel ferrocarril del Pacifico y el Canal de Panamá (termi.nados ambos en 1914), se preparó el escenario para eldespegue de la agricultura capitalista en las grandes prn·piedades. Los precios de la tierra se encumbraron y loscampesinos de la zona de Villa Rica fueron expulsadosde la tierra para dar paso a la cria de ganado en la décadade 1920 y al cultivo de la caña de azúcar inmediatamentedespués. La fuerza viva, las inundaciones de las parcelasy la fumigación aérea con matamalezas fueron los métodosque se empleaban hasta hace poco, cuando el gobiernoy la Agencia Internacional para el Desarrollo han anima·do a los campesinos, para que adopten una "revoluciónverde" modificada, en lugar de la prometida reformaagraria. Bajo este programa el proceso de descampesiniza­ción y proletarización ha sido casi completado.

Esta "revolución verde" financiada por la Agencia In·ternacional para el Desarrollo y administrada por el ser·vicio de extensión agricola del gobierno aCA), trajo con·sigo el desarraigo de producción mixta tradicional de loscampesinos, (cacao, cafe, plátano y frutales, por ejemplo)a cambio de un costoso sistema de monocultivo mecaniza·do, para productos como soya o frijol, o maiz en campoabierto. Esto ha aumentado astronómicamente el endeu­damiento de los campesinos, eliminando virtualmente )abase de subsistencia local, o sea el plátano y ha aceleradola tasa de pérdida de tierras por parte de los campesinospobres. En la vecindad de Agua Azul. en la zona de VillaRica, por ejemplo, un tercio de la tierra que estaba con·trolada por campesinos en 1972, habia pasado en 1976.a las plantaciones de caña de azúcar.

Prácticamente toda la mano de obra en las grandespropiedades se paga a destajo, lo cual como es bien saobido. le da al patrono la oportunidad de explotar a los

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trabajadores más intensivamente que con un sistema ba­sado en tiempo trabajado. Además" cerca del 33% de lafuerza laboral en las plantaciones, y casi toda ella en lasfincas grandes la reclutan y supervisan contratistas inde·pendientes. Estos contratistas no sólo pagan los jornales aprecios aún más bajos que los de las plantaciones mismas,sino que se las arreglan para evitarse el pago de todas ode gran parte de las prestaciones sociales y seguros mé·dicos. Este sistema de contrato se ha adoptado con el fin·de rebajar los costos de la mano de obra, asegurar unsuministro elástico de ésta, independientemente de lasfluctuaciones de la demanda y debilitar el movimientosindical rural, el cual era muy activo en el Valle del Cau­ca a comienzos de la década de 1960.

Los contratistas prefieren, hasta donde les es posible,la mano de obra de las mujeres y de los niños. Dicen que"las mujeres son más sumisas que los hombres". Tienenque serlo, ya que la carga del cuidado de los niños y sualimentación recae cada vez con mayor intensidad sobrela mujer, como resultado de la descomposición de la ef­tructlira de la familia nuclear y extensa, y la madre quetrabaja está muy consciente de que ha dejado niños hom­brientos en casa esperando su ración de arroz al anoche­cer. La alimentación de pecho disminuye por la mismarazón.

LA EFICIENCIA COMPARATIVA DE LOS SiSTEMAS

AGRICOLAS

Ciertamente no se puede decir que el desarrollo de laagricultura a gran escala en esta zona haya mejorado elnivel de vida. En realidad ese desarrollo ha significadouna creciente ruptura entre agricultura y nutrición.

Aunque la producción generalmente sea más alta en lasfincas grandes debido a los insumos intensivos de capital

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y energla. Y a pesar de la propaganda de los grandes te­rratenientes, no es de ninguna manera evidente que laagricultura a gran escala signifique una utilización máseficiente de la tierra, de la mano de obra, de la energlao del capital, que la utilización dada por la agriculturucampesina de los mismos elementos. La "eficiencia" s(puede medir de diversos modos, pero el cuadro 1 muestr::que las plantaciones proveen menos puestos de trabajo porhectárea, con menos producción en términos de dineroefectivo por hectárea para el trabajador (y para el pro­pietario), y demandan un mucho mayor aporte de energiapor dia de lo que ocurre en las fincas campesinas de es­tilo tradicional o moderno,'

La agricultura campesina de estilo tradicional es enesta zona unas seis veces más eficiente que la de las plan­taciones de caña de azúcar, en términos de la energ.íagenerada por los alimentos, en comparación con el aporte

3) Los datos sobre la agricultura campesina del estilo tradicio­nal provienen de los nueve meses en los cuales realicemonitoria continua sobre cuatro parcelas. cada dos sema·nas, en 1971. Los datos sobre la agricultura campesina deestilo moderno, provienen de trabajo de campo similar, rea·IIzado en los sitios en los cuales se recolectaron los datos,en seis parcelas en 1972 y 1976. Los datos sobre las plantacio­nes provienen de Fedesarrollo (1976) y de entrevistas perso­nales con empleados de las plantaciones. El gasto de enerogia laboral (7.4 K. cal/minuto) para los trabajadores deplantación viene de Spurr, et. al. (1975: 992), empleandotécnicas de respirometría sobre cortadores de caña y carga·dores, mientras aquél relacionado con el trabajo campesinofue calculado Indirectamente de tablas en Durnlng y Passmo­re (1967), Cleave (1974) y Morgan, et. al. (1974). Un cálculomás bajo para los trabajadores de plantación, hecho porSpurr y otros (1975), se Ignoró puesto que se derivó demétodos contradictorios y no comparables con las tablasusadas.

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y energía. Y a pesar de la propaganda de los grandes te­rratenientes, no es de ninguna manera evidente que laagricultura a gran escala signifique una utilización máseficiente de la tierra, de la mano de obra, de la energlno del capital, que la utilización dada por la agriculturucampesina de los mismos elementos. La "eficiencia" s~puede medir de diversos modos, pero el cuadro 1 muestreque las plantaciones proveen menos puestos de trabajo porhectárea, con menos producción en términos de dineroefectivo por hectárea para el trabajador (y para el pro­pietario), y demandan un mucho mayor aporte de energíapor d1a de lo que ocurre en las fincas campesinas de es­tilo tradicional o moderno. 3

La agricultura campesina de estilo tradicional es enesta zona unas seis veces más eficiente que la de las plan­taciones de caña de azúcar, en términos de la energíagenerada por los alimentos, en comparación con el aporte

3) Los datos sobre la agricultura campesina del estilo tradIcio­nal provienen de los nueve meses en los cuales realicemonitoria continua sobre cuatro parcelas, cada dos sema­nas, en 1971. Los datos sobre la agricultura campesina deestilo moderno, provienen de trabajo de campo similar. rea·Iizado en los sitios en los cuales se recolectaron los datos,en seis parcelas en 1972 y 1976. Los datos sobre las plantacio­nes provienen de Fedesarrollo (1976) Y de entrevistas perso­nales con empleados de las plantaciones. El gasto de enerogía laboral (7.4 K. cal/minuto) para los trabajadores deplantación viene de Spurr, et. al. (1975: 992), empleandotécnicas de respirometría sobre cortadores de caña y carga·dores, mientras aquél relacionado con el trabajo campesinofue calculado Indirectamente de tablas en Dumlng y Passmo­re (1967). Cleave (1974) y Morgan, et. al. (1974). Un cálculomás bajo para los trabajadores de plantación, hecho porSpurr y otros (1975). se ignoró puesto que se derivó demétodos contradictorios y no comparables con las tablasusadas.

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de energ1a requerido para producir esos mismos alimen­tos. 4

CUADRO 1

COMPARACION DE INGRESO, USO DE LA TIERRA YPRODUCCION DE ENERGIA ENTRE LA AGRICULTURACAMPESINA Y EL TRABAJO EN LAS PLANTACIONES

Parcela campesina Parcela campesina TrabaJa40rtradicional de 2 moderna de 2 de

hectáreas hectáreas Plantación

Ingreso neto por año(1971) ............. $ 10.000 $ 8.000 $ 10.000Número de hectáreas/trabajador .......... 2.0 2.0 3.2D1as de trabajo neocesarios por año .... 105 243 275Producción de energialaboral individual/d1asde trabajo (K/cals.) .. 1.700 1.700 3.500Producción de enerogia laboral/individualpor año (K/cals.) .... 173.000 415.000 804.000

4) La eficiencia de energía en las plantaciones de cafia deazúcar se calcula en base a sus tres principales fuentessolamente (y por consiguiente se ha sobre-estimado): a) eltrabajo humano, 197.000 k.cals./tonelada de azúcar; b) elec­tricidad, 112.000 k.cals.ft.; cl el aceite combustible. 452.000k.cals./t. La eficiencia de energía en la finca campesina deestilo tradicional se calcula solamente sobre la tasa Insumo/producto correspondiente directamente a la producción decacao. suponiendo un promedio de rendimiento bajo de 290Kgms. por hectárea entresembrada. según lo pudo deter­minar el trabajo de campo. Las tareas domésticas tales co­mo la cargada de agua no se Incluyeron como Insumos deenergia. Las tasas llegaron a 1:5 para plantaciones de cafiade azúcar. en comparación de 1:30 para el cultivo campesinode cacao.

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Además, aunque el rendimiento por hectárea de lascosechas del nuevo estilo (como soya) alcanza a sólo lamitad del rendimiento de las fincas a gran escala que cul­tivan las mismas cosechas, los costos de producción delos campesinos son muchisimo más bajos que el rendi·miento sobre el capital invertido. La "eficiencia de sucapital", es la misma o más alta que la de los grandes ha­cendados, dependiendo de si se incluye o no la mano deobra del campesino propietario como un costo. Esto esigualmente cierto cuando comparamos las tasas de utili·dad del campesino, en las nuevas cosechas, con aquellasde las plantaciones de caña de azúcar. '

De esta manera la agricultura a gran escala no es in­trinsecamente más "eficiente" que la agricultura campe­sina, si la eficiencia se define en términos de producciónsobre gasto, ya sea en dinero o en calorlas. La ventajaque el sistema a gran escala tiene sobre la agriculturacampesina es su acumulación de capital, y lo puede hacerporque: a) la agricultura campesina en pequeñas parcelasdevora en gastos de mantenimiento las utilidades y, b) loscampesinos han demostrado en todo el mundo y especial­mente en esta situación del Valle del Cauca, que a ellosno se les obligará a producir un excedente sobre el cualellos mismos no tienen ningún contrGl. La ignominiosa"curva de suministro descendente de la mano de obra"muestra una notoria preocupación de los propietarios deplantaciones en el Valle, para quienes la única manera desobreponerse a sus más drásticas consecuencias es pri·var a los campesinos de sus medios de producción.

5) SI fuésemos a hacer la comparación con el modo campesinotradicional de producción, entonces la diferencia a favor delcampesinado seria Infinitamente más alta que aquella de laagro-empresa, puesto que los aportes de capital en el pri­mero son insignificantes (especialmente si se descuenta lamano de obra propia como costo de capital).

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Además, aunque el rendimiento por hectárea de lascosechas del nuevo estilo (como soya) alcanza a sólo lamitad del rendimiento de las fincas a gran escala que culotivan las mismas cosechas, los costos de producción delos campesinos son muchisimo más bajos que el rendi­miento sobre el capital invertido. La "eficiencia de sucapital", es la misma o más alta que la de los grandes ha­cendados, dependiendo de si se incluye o no la mano deobra del campesino propietario como un costo. Esto esigualmente cierto cuando comparamos las tasas de utili­dad del campesino, en las nuevas cosechas, con aquellasde las plantaciones de caña de azúcar. '

De esta manera la agricultura a gran escala no es in­trlnsecamente más "eficiente" que la agricultura campe­sina, si la eficiencia se define en términos de producciónsobre gasto, ya sea en dinero o en calorlas. La ventajaque el sistema a gran escala tiene sobre la agriculturacampesina es su acumulación de capital, y lo puede hacerporque: a) la agricultura campesina en pequeñas parcelasdevora en gastos de mantenimiento las utilidades y, b) loscampesinos han demostrado en todo el mundo y especial­mente en esta situación del Valle del Cauca, que a ellosno se les obligará a producir un excedente sobre el cualellos mismos no tienen ningún control. La ignominiosa"curva de suministro descendente de la mano de obra"muestra una notoria preocupación de los propietarios deplantaciones en el Valle, para quienes la única manera desobreponerse a sus más drásticas consecuencias es pri­var a los campesinos de sus medios de producción.

5) SI fuésemos a hacer la comparación con el modo campesinotradicional de producción. entonces la diferencia a favor delcampesinado seria Infinitamente más alta que aquella de laagro·empresa. puesto que los aportes de capital en el pri­mero son Insignificantes (especialmente si se descuenta lamano de obra propia como costo de capital).

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Por el contrario, esta curva exhibe también caracterls­ticas de inclinación hacia el progreso. De esta maneralos campesinos con menos tierra de la necesaria para ~a

subsistencia redoblarán sus esfuerzos para hacer que latierra pague su propio precio, y esta es parte de la ra­zón por la cual su desempeño bajo muchos criterios essuperior al del capitalista. Mientras que una gran propor­ción de la fuerza laboral en las plantaciones y "fincasgrandes" esté compuesta de trabajadores propietarios, oque comparten pequeñas parcelas, lo,; costos de manteni·miento y reproducción de la mano de obra, para el sectoragr1cola capitalista, serán menores de lo que serian sieste sector tuviera que cubrir dichos costos por sI mismo.Pues no solamente la capacidad del trabajador de auto·aprovisionarse cubre parte de estos costos, sino que comose indica arriba, ellos ponen al capital a trabajar en suspropias fincas de una manera más eficiente de lo que lohacen los agricultores capitalistas. Esto significa que latasa de utilidad acumulada a favor de los grandes terra·tenientes es mayor de lo que serla si tuvieran una fuerzalaboral sin ningún medio independiente de subsistencia,puesto que proporcionalmente su nómina de jornales se·rla más alta.

Si el nuevo programa nacional de nutrición del gobiernoy el modelo local de la Fundación Community SystemsFoundation fuesen a funcionar como se les diseñó origi­nalmente, se entrelazarían con este mecanismo para man­tener a bajo nivel el costo de mantenimiento y reproduc­ción de la mano de obra, asegurando asl utilidades de altonivel para los grandes propietarios.

La gente de las clases más bajas están conscientes deque el jornaleo en las plantaciones acarrea un enormeescape de energia en comparación con el trabajo cam·pesino. Tienen el mito de que la caña es una planta "quelo seca a uno", y dicen que el trabajo, el cual detestan,los adelgaza y los envejece prematuramente. "En la costa

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tenemos comida pero no dinero", se quejan los cortadoresde caña inmigrantes, que han dejado las selvas de la Cos­ta Pacifica. "Aqu1 tenemos dinero pero no comida!","Prefiero estar gordo sin dinero que viejo y flaco condinero". As1 es como el trabajador campesino y los pro­pietarios campesinos describen la situación. Pero cuandosus tierras se encogen hasta niveles por debajo del ta­maño necesario para la subsistencia, entonces se ven forozados a intensificar su mano de obra y su producción deenergía, yendo a trabajar en la plantación.

La desnutrición está m.uy extendida. Según la FundaciónCommunity Systems Foundation, usando la escala de Go­mez, un 50 por ciento de los niños está desnutrido. Desus datos sobre déficit nutriciona1es (aún estando imper­fectos), resulta que el equilibrio nutricional que debenalcanzar los adultos que trabajan, se logra a costa delas mujeres embarazadas y los niños. Es imposible pro­bar en forma contundente que la gente coma menos ali­mentos ahora que antes de la última fase del desarrollode las plantaciones. Pero las impresiones recogidas duorante el trabajo de campo desde 1970 y los datos estad~s­

ticos indirectos (tales como el obtenido sobre el sacrificiode ganado). apoyan la queja estruendosa de la gente dellugar en este sentido.

Lo que s1 es cierto. y que ha sido totalmente ignoradopor los profesionales de la salud, es que la evolución delos medios y relaciones de producción, llevada a cabo porla fuerza y con aportes de la Agencia Internacional parael Desarrollo y del Banco Mundial, ha aumentado enor·memente la intensidad del trabajo, las necesidades alimen­ticias por trabajador y los costos de mantenimiento delequilibrio nutricional, mientras que a los grandes terrate·nientes se les entrega un generoso excedente de energíade trabajo. Al mismo tiempo el campesinado ha perdidosu capacidad de auto-sostenimiento, y la región ha per­dido la base de su subsistencia que antes encontraba enel plátano.

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EL ANALISIS y LA SOLUCION DADOS POR LA

FUNDACION CSF

Dada la historia de la lucha por la tierra y la naturale­za opresiva de las condiciones económicas reinantes y delas relaciones entre las clases sociales, es con gran incre­dulidad que uno lee la descripción que la Fundación hacede la zona de Villa Rica -descripción que refleja fiel­mente el enfoque general de la Fundación hacia estosasuntos. No sólo no incluye ninguna palabra sobre la te­nencia de la tierra, y mucho menos sobre su desarrolloe implicaciones sobre el ingreso y la nutrición, sino quedicha descripción también parece opacar los hechos, másque simplemente ignorarlos:

Es una zona rural con una población de aproxima­damente 10.000 personas. Casi el 90% de sus habi·tantes trabaja en la agricultura. Las cosechas prin·cipales incluyen: caña de azúcar, café, cacao, soya,plátanos, maíz y frijoles. Casi un 95% de las cose·chas cultivadas se venden (FCSF, 1975: 11·14).

El lenguaje del informe correspondiente al primer añodel proyecto lo deja a uno sin dudas en cuanto a la con­fianza en s1 mismos con que sus autores miran sus méto­dos. "Como la mayor1a de los procedimientos de diagnósti·co, el nuestro se basa en una teorla de causas fundamen·tales del problema" (FCSF, 1975: 1-3, énfasis en el ori­ginal) y ellos consideran que su diagnóstico es "completo".

La teorla de las "causas fundamentales" es un ejemplomaravilloso de formulación pseudo-cientlfica. La llamada"Teorla del Flujo de Alimentos", presenta, sin el menorasomo de vergüenza, la tautologia de que el nivel de des­nutrición es la diferencia entre las necesidades alimenti­cias y su disponibilidad. Y la disponibilidad de alimentosno se conceptualiza en términos de sistema de clases so­ciales sino como:

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EL ANALISIS y LA SOLUCION DADOS POR LA

FUNDACION CSF

Dada la historia de la lucha por la tierra y la naturale­za opresiva de las condiciones económicas reinantes y delas relaciones entre las clases sociales, es con gran incre·dulidad que uno lee la descripción que la Fundación hacede la zona de Villa Rica - descripción que refleja fiel·mente el enfoque general de la Fundación hacia estosasuntos. No sólo no incluye ninguna palabra sobre la te·nencia de la tierra, y mucho menos sobre su desarrolloe implicaciones sobre el ingreso y la nutrición, sino quedicha descripción también parece opacar los hechos, másque simplemente ignorarlos:

Es una zona rural con una población de aproxima­damente 10.000 personas. Casi el 90% de sus habi·tantes trabaja en la agricultura. Las cosechas prin­cipales incluyen: caña de azúcar, café, cacao, soya,plátanos, maiz y frijoles. Casi un 95% de las cose·chas cultivadas se venden (FCSF, 1975: 11-14).

El lenguaje del informe correspondiente al primer añodel proyecto lo deja a uno sin dudas en cuanto a la con·fianza en si mismos con que sus autores miran sus méto­dos. "Como la mayorla de los procedimientos de diagnósti·co, el nuestro se basa en una teorla de eausas fundamen­tales del problema" (FCSF, 1975: 1-3, énfasis en el ori·ginal) y ellos consideran que su diagnóstico es "completo".

La teoria de las "causas fundamentales" es un ejemplomaravilloso de formulación pseudo-cientifica. La llamada''Teorla del Flujo de Alimentos", presenta, sin el menorasomo de vergüenza, la tautologta de que el nivel de des­nutrición es la diferencia entre las necesidades alimenti­cias y su disponibilidad. Y la disponibilidad de alimentosno se conceptualiza en términos de sistema de clases so·ciales sino como:

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· .. determinada por el complejo proceso medianteel cual se producen los aUmentOs, se distribuyen yse consumen. La teoria del "flujo nutriente" describelas pérdidas que ocurren en las diversas etapas delproceso, por ejemplo, durante la cosecha, el almace·namiento, el transporte, el procesamiento, la distri·bución desigual entre las familias (campesinas) y suno óptima distribución dentro de ellas, las temporadasde cosecha y preparación (FCSF, 1975: 1·3).

El diagnóstico hecho consistió en tomar algunos de losdatos de CIMDER mencionados arriba y en una muestrade niños, se determinó el estado nutricional de acuerdoa peso y estatura, junto con los estudios sobre compras yconsumo de alimentos por unidad familiar y por miembrode familia. En el diagnóstico se utilizó también la pro­ducción campesina de cosechas.

La conclusión alcanzada fue que el 50 por ciento de losniños menores de seis años estaban desnutridos y que enrealidad esta comunidad de campesinos pobres y jorna­leros estaba empleando mal sus recursos. Si la comuni­dad retuviera solamente un 7 por ciento de su producciónde soya, y cada unidad familiar consumiera 2/3 de librade esa soya diariamente, entonces se cerrarla la "brechade las proteinas". Si sólo consumieran 8 por ciento de lascalarias que venden, entonces cerrarian la "brecha de lascalarlas". El único tropiezo, en lo que concierne a la Fun·dación, es que a la gente no le gusta comer soya porquela consideran un producto de venta exclusiva para los ga­nados de los ricos y las plantas de procesamiento de graosas. Pero esto sirve entonces solamente para reforzar elrumbo del análisis mismo: que las actitudes y la educaciónen nutrición son la clave.

BRECHA EN EL ANALlSIS

Sin embargo. existen muchos más y más serios interro­gantes que los suscitados por esta desarmadora y simple

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"solución", y estos interrogantes golpean la médula delos problemas sociales y del Positivismo que les sirve debase a sus origenes. Aún a nivel técnico -en el cual consus Ingenieros de Sistemas, Nutricionistas. Médicos, Esta­digrafos y computadores, la operación está diseñada pa­ra superar y de esta manera justificar su papel como au­toridad imparcial en el problema de la nutrición - exis­ten graves defectos impuestos por la lógica de toda lasituación. En primer lugar. las cifras del proyecto sobreproducción campesina son incorrectas. La solución de Jasoya, por ejemplo, se basa en quejas demasiado exagera·das sobre la proporción de campesinos que la cultivan(70 por ciento comparado con la cifra real de cerca de 30por ciento) y sobre el volumen atribuido a la producción.Los estudios sobre producción campesina requieren infini­tamente más paciencia, cuidado y fé de lo que nadie, aexcepción del campesino mismo, puede percibir. Cierta­mente en este caso, con su gran variedad de cultivos di­versos e itinerarios de cosecha, con el cambio en el usode la tierra y con las oportunidades de crédito, con suspatrones de arrendamiento, con sus informalmente orga­nizados ingreso y producción, basados en relaciones so­ciales de persona a persona. y, por sobre todo, con lasprofundas divisiones entre campesinos e investigadores.locales o extranjeros de ciase media, no pueden enconotrarse resultados confiables, a menos que se cuente conuna participación amplia y satisfactoria de los campesinosque están siendo investigados y que los investigadorespatricipen en el diario vivir de los campesinos. Ningunode estos hechos ha ocurrido, ni es posible que ocurra por­que ni los campesinos perciben una gratificación (especial­mente cuando se les dice que consuman soya), ni losinvestigadores pueden adoptar un enfoque igualitario de"ciencia para la gente", que realmente signifique eso pre­cisamente, es decir, no sólo buenas intenciones.

Segundo, existe el mal colocado y mal manejado énfasissobre la cuantificación, como si ella en si misma garan-

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tizara el conocimiento científico. Existe también una granimperfección en el hecho de confiar únicamente, como lohace ese proyecto, en el peso y la estatura como indicesprecisos y significativos del estado nutricionaI. Y estose encuentra muy acentuado en este casO, ya que no hayindicación de que sea lo que fuere lo que signifiquen taoles cifras, ellas son sólo relativas y la base tácita de lo"normal" es aquella de los niños de la clase alta urbanade la genéticamente distinta aitiplanlcie de Bogotá. Lasbrechas de las calorias y proteinas se pasean igualmentecomo hecho científico contundente contra el cual ningúnlego puede argumentar. En realidad, hay poca justificaciónpara separar' las calorias de las proteinas, y más aún estas"brechas" están determinadas con referencia a las pococonfiables y excesivas asignaciones diarias de la FAO/OMS. Además de todo, la Fundación Community SystemsFoundation no ha hecho esfuerzo alguno por medir lasnecesidades de energla de sus investigados, las cualestienden a ser excesivamente altas especialmente en elcaso de los trabajadores de plantación, provenientes deenfermos crónicos y de gentes llenas de parásitos, pordecir lo menos de habitantes de la región. Hasta ahí la"ciencia". La posibilidad de prejuicios conscientes o in·conscientes, es por lo tanto muy grande y las cábalas ysuposiciones tácitas deben entrometerse de manera cri·tica. La dirección general de los resultados eventuales nohace mayor cosa por disipar las tesis que los investigado)·res atribuyen a los incentivos que proporciona la ventaen dinero efectivo; puede en ocasiones hallarla ventajosa,a sabiendas o sin intención, y exagerar el grado de des­nutrición a la vez que menospreciar el papel de poder abosoluto, ya sea causando la desnutrición o bloqueando susolución más obvia.

La más deslumbrantemente simple verdad trillada -quela gente debe permanecer dentro de un equilibrio deenergla o muere- parece haber escapado a los nutricio·nistas quienes reportan brechas astronómicas en la ener-

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gia, similares o más altas a las reportadas por la Funda·ción Community Systems Foundation. La pregunta másapropiada sobre el problema nutricional de Villa Rica noes la muy dificil acerca de la precisa prevalencia de ladesnutrición, sino la pregunta más cualitativa: ¿Cómomantiene esa gente el equilibrio de energia a base de unasituación de alimentación e ingreso económico que seestrecha progresivamente a medida que avanza el des­arrollo de la agro-empresa? El bosquejo vago de una res­puesta implicarla que lo logran a base de tener que au­mentar considerablemente su gasto de energia( el cualaumenta más aún su necesidad de alimento) y, al hacerlo,entregan una apreciable fracción de tal aumento a losgrandes terratenientes ,de manera gratuita. bajo la formade una plusvaUa que puede expresarse en dinero efectivoo en unidades de energ!a. y la cual puede alcanzar desde25 por ciento (en cortadores de caña y cargadores) y 50por ciento (en mano de obra contratada en las fincasgrandes) de tiempo laboral. Si uno escoge hablar en tér·minos de "brechas de energia" y de sistemas totales, en·tonces es aqui donde se podrla comenzar de manera frue­tifera. La desnutrición real que resulta de allf, como lade los niños pequeños y las mujeres embarazadas, se de­be al hecho de que el principal ganador del pan debepermanecer en equilibrio (de acuerdo con las leyes ter­modinámicas). Aún as1 el equilibrio, en la mayorla de loscasos, se queda en el limbo entre la alteración psicológicay la patológica de las corrientes metabólicas. Las con·secuencias de la situación general son tales, que hay unadisminución lenta y continua de la estatura y el peso <l

través de las generaciones (lo que no es lo mismo que ladesnutrición genuina), al punto que los niños de VillaRica son, de manera progresiva, más pequeños que aque­llos de la clase alta de Bogotá.

El intentar medir en forma meticulosa la desnutricióny la pobreza, cuando para todos es obvio que el nivel dela miseria es colosal, conlleva el más cruel fetichismo ha·

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cia el método cientifico y exhibe un concepto errado so­bre los asuntos en discusión -concepto que condicionalos defectos puramente técnicos. Porque es absurdo decirque las causas, en realidad las causas fundamentales de ladesnutrición se han diagnosticado, cuando ni siquiera semencionado el sistema polltico que determina la produc­ción y distribución de alimentos.

La única "causa" que encontramos en el análisis de ~a

Fundación Community Systems Foundation es en realidadun efecto socialmente determinado; que la entidad a iacual nos hemos referido como la "comunidad" está ven·diendo lo que le serfa más útil consumir. Uno podrlasimplemente agregar que todos estarian mucho mejor siconsumieran lo que los grandes terratenientes insisten envender y exportar!

¿y qué es esta "comunidad" que los investigadores co·locan en el lugar de una clase social explotada? Ella co­rresponde fielmente a lo que Eric Wof (1955) ha llamadouna "comunidad abierta", tipico engendro de la organi·zación de plantación, en particular, y de la agriculturacomercializada, en general. Tan atomizada internamente,como expuesta a los bruscos vientos de la economia na·cional, esa comunidad está tristemente despojada de co·munalidad. La pequeña cantidad de tierra campesina quequeda está dividida en forma muy desigual entre parce·las de propiedad privada: Treinta por ciento de la po­blación está de hecho desprovista de tierra y 50 por cientocarece de las dos hectáreas necesarias para la subsisten·cia. No hay organizaciones que cubran la comunidad yque puedan atraer el apoyo necesario. Los Comités deAcción Comunal impuestos por el gobierno están dirigidospor los pocos individuos adinerados y los hacen funcionaren beneficio propio. Las alegres festividades de labranzay los intercambios reciprocos de mano de obra murieronen la década de 1920 para ser reemplazados por la manode obra asalariada, tanto dentro de las unidades familia-

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res mismas, como entre una y otra unidad familiar. Elflujo de migrantes de y hacia afuera de la zona se sumaal flujo general. cuya única estabilidad yace en las co­rrientes de auto-defensa individual y de codicia que comoestela dejan tras de sI los nexos monetarios. Además, da·do que sólo 2/3 de la comunidad posee tierra y que me­nos de la mitad de los campesinos propietarios cultivanla soya (aunque la Fundación Community Systems Founda.tion de manera errónea afirma que un 70 por ciento lacultiva), es obvio que no estamos tratando un caso en elcual la "comunidad" tendrfa que retener "su" produ~·

ción de soya para que no entrara al mercado. En cambio,tendrian que usarse los mecanismos del mercado paratransferir la soya de los cultivadores al resto de la co­munidad.

De acuerdo con la misma corriente ideológica que losinduce a fetichizar la "comunidad" como una entidad totale integrada de ayuda mutua, separable de la sociedad engeneral y de la esfera de la plantación en particular, losinvestigadores ignoran los hechos contundentes de la his­toria económica, que hacen que la mayoría de los campe­sinos se vuelva cada vez más hacia los cultivos de fácilventa en efectivo aún a costa de la autarquía. El piadosollamado a dar marcha atrás al reloj en el sentido de quetodo lo que la comunidad tiene que hacer es retener laproducción destinada al mercado, golpea en la cara atodo aquello que se conoce como relacionado con laseconomlas campesinas aún &t ello concuerda con la tomade conciencia comunal entre las clases medias del mundoindustrializado. Sacándolo del contexto como un cálculoaislado. tiene sentido el consumir lo producido por unomismo, siempre y cuando el valor proteinico sea mayorque el de la ganancia en efectivo. Pero entonces, ¿cómopuede el campesino comparar estas dos entidades disi·miles y cómo puede compararse la ganancia proteinica conla aguda necesidad de dinero que esta gente enfrenta encada vuelta del camino? Retener 7 por ciento de la pro·

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cia el método científico y exhibe un concepto errado so­bre los asuntos en discusión -concepto que condicionalos defectos puramente técnicos. Porque es absurdo decirque las causas, en realidad las causas fundamentales de ladesnutrición se han diagnosticado, cuando ni siquiera semencionado el sistema polftico que determina la produc­ción y distribución de alimentos.

La única "causa" que encontramos en el análisis de ~a

Fundación Community Systems Foundation es en realidadun efecto socialmente determinado; que la entidad a iacual nos hemos referido como la "comunidad" está ven·diendo lo que le serfa más útil consumir. Uno podrlasimplemente agregar que todos estarfan mucho mejor siconsumieran lo que los grandes terratenientes insisten envender y exportar!

¿y qué es esta "comunidad" que los investigadores co·locan en el lugar de una clase social explotada? Ella co­rresponde fielmente a lo que Eric Wof (1955) ha llamadouna "comunidad abierta", tipico engendro de la organi·zación de plantaci6n, en particular, y de la agriculturacomercializada, en general. Tan atomizada internamente,como expuesta a los bruscos vientos de la economla na·cional, esa comunidad está tristemente despojada de co·munalidad. La pequefía cantidad de tierra campesina quequeda está dividida en forma muy desigual entre paree·las de propiedad privada: Treinta por ciento de la po·blaci6n está de hecho desprovista de tierra y 50 por cientocarece de las dos hectáreas necesarias para la subsisten·cia. No hay organizaciones que cubran la comunidad yque puedan atraer el apoyo necesario. Los Comités deAcci6n Comunal impuestos por el gobierno están dirigidospor los pocos individuos adinerados y los hacen funcionaren beneficio propio. Las alegres festividades de labranzay los intercambios recfprocos de mano de obra murieronen la década de 1920 para ser reemplazados por la manode obra asalariada, tanto dentro de las unidades familia-

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res mismas, como entre una y otra unidad famillar. Elflujo de migrantes de y hacia afuera de la zona se sumaal flujo general, cuya única estabilidad yace en las co­rrientes de auto-defensa individual y de codicia que comoestela dejan tras de si los nexos monetarios. Además, da­do que s610 2/3 de la comunidad posee tierra y que me·nos de la mitad de los campesinos propietarios cultivanla soya (aunque la Fundación Community Systems Founda­tion de manera err6nea afirma que un 70 por ciento lacultiva), es obvio que no estamos tratando un caso en elcual la "comunidad" tendrfa que retener "su" produ~­

ci6n de soya para que no entrara al mercado. En cambio,tendrfan que usarse los mecanismos del mercado paratransferir la soya de los cultivadores al resto de la co­munidad.

De acuerdo con la misma corriente ideológica que losinduce a fetichizar la "comunidad" como una entidad totale integrada de ayuda mutua, separable de la sociedad engeneral y de la esfera de la plantación en particular, losinvestigadores ignoran los hechos contundentes de la his­toria econ6mica, que hacen que la mayorla de los campe­sinos se vuelva cada vez más hacia los cultivos de fácilventa en efectivo aún a costa de la autarquta. El piadosollamado a dar marcha atrás al reloj en el sentido de quetodo lo que la comunidad tiene que hacer es retener laproducción destinada al mercado, golpea en la cara atodo aquello que se conoce como relacionado con laseconomlas campesinas aún !\i ello concuerda con la tomade conciencia comunal entre las clases medias del mundoindustrializado. Sacándolo del contexto como un cálculoaislado, tiene sentido el consumir lo producido por unomismo, siempre y cuando el valor protelnico sea mayorque el de la ganancia en efectivo. Pero entonces, ¿c6mopuede el campesino comparar estas dos entidades disl·miles y cómo puede compararse la ganancia protefnica conla aguda necesidad de dinero que esta gente enfrenta encada vuelta del camino? Retener 7 por ciento de la pro·

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ducción de soya (aceptando las cifras de producción desoya de la Fundación Community Systems Foundatiollque son excesivamente elevadas) significa una carga fi­nanciera apreciable cuando se acepta que el agricultorobtiene ingresos provenientes de la soya sólo dos veces alaño por época de cosecha. Con un rendimiento de una toonelada por hectárea, el productor campesino percibe enbruto unos 8.000 pesos, de los cuales le quedan 4.500 ne­tos. Reteniendo 7 por ciento de la producción, bajaría eseneto a 560 pesos o 12 1/2 por ciento y es muy improbableque ningún campesino vaya a permitir que SU ingresobruto semestral sufra tal baja.

Es más, la creciente estratificación social y empobre·cimiento del campesinado se han visto acrecentados porlas recientes innovaciones sobre el cultivo de la soya im­puestas por el gobierno y por la Agencia Internacionalpara el Desarrollo -la misma solución que la Fundaciónha propuesto para eliminar la "brecha de las proteínas"!En resumen, la producción de proteínas ha aumentado I~

brecha. y esa producción puede hacer que tal brecha 3C

haga todavía más grande.

ALIMENTANDO CAPITAL HUMANO

Más aún, a la soya no se le considera alimento para 1agente, sino para los animales de los ricos, porque as1 fuecomo fue introducida a Colombia. Según dice la gen~e

del lugar, los animales de los ricos están mejor alimen­tados y mejor nutridos que ellos, tal como parece que loestuvieron sus antepasados esclavos (Chandler, 1972:Taussig. 1974: 22). La aparente preocupación humana porel mejoramiento de la nutrición de los pobres se manchacon la bestialidad de la cria de animales y esclavos si talpreocupación no se sujeta a la liberaci6n econ6mica y po·litica de tales gentes. Los escritos sobre econom1a deldesarrollo que se refieren al "capital' 'humano menciona·dos en forma insistente por el gobierno colombiano en su

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plan nacional de nutrición (DNP, 1974 Y 1975), asl comoel argumento frecuente de ,los planeadore3 de salud pú­blica y del Banco Mundial en el sentido de q:.te la medicinay la nutrición son vitales para el mejoramiento de lafuerza laboral en una sociedad, llevan todos la mismaetiqueta.

Con todo, este llamamiento a los grandes empresariosy a la racionalidad del capital olvida que la tendencia enel Tercer Mundo, tal como se muestra en este caso colom·biano, es la de pagar al trabajador por el sistema dedestajo. o sea, por tarea realizada y no por el tiempo tra·bajado. Mientras haya bastantes trabajadores, la produc­tividad de los mismos incide poco o nada en las utilidades.y la concentración de la tierra en manos de pocos propie.tarios ,con el consiguiente desplazamiento de los campe­sinos fuera dte sus tierras, se encarga de confirmar queello es asi.

APRENDIZAJE A TRAVES DE LA PRACTICA

En la creencia de que la gente desnutrida es más igno­rante que incapaz, debe enseñárseles no sólo a consumirsoya, sino también a adoptar una nueva mentalidad quele proporcione mejor oportunidad de entenderse bien conel mundo mediante su participación con el proyecto mis­mo. Pero como Dweyer y Meyer (1975: 567) lo han dicho:"Existe. .. evidencia aplastante de que factores económi·cos tales como precios' e ingresos tienen al menos igualimportancia, cuando no una mayor influencia, que lanutrición y la educación para la salud".

La Fundación nos informa que no hay una teor!a saotisfactoria sobre aprendizaje en la comunidad (CFSF, 1975)y as1, con la ayuda de profesores de la Escuela de Educa·ción de la Universidad de Michigan, la Fundación se hainventado una propia. Dentro del contexto de un atrac­tivo formato al estilo de Dewey que pone énfasis en el

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ducción de soya (aceptando las cifras de producción desoya de la Fundación Community Systems Foundationque son excesivamente elevadas) significa una carga fi­nanciera apreciable cuando se acepta que el agricultorobtiene ingresos provenientes de la soya sólo dos veces alaño por época de cosecha. Con un rendimiento de una to­nelada por hectárea, el productor campesino percibe enbruto unos 8.000 pesos, de los cuales le quedan 4.500 ne­tos. Reteniendo 7 por ciento de la producción, bajaria eseneto a 560 pesos o 12 1/2 por ciento y es muy improbableque ningún campesino vaya a permitir que su ingresobruto semestral sufra tal baja.

Es más, la creciente estratificación social y empobre­cImiento del campesinado se han visto acrecentados porlas recientes innovaciones sobre el cultivo de la soya im­puestas por el gobierno y por la Agencia Internacionalpara el Desarrollo -la misma solución que la Fundaciónha propuesto para eliminar la "brecha de las proteinas"!En resumen, la producción de proteinas ha aumentado Irbrecha, y esa producción puede hacer que tal brecha sehaga todavia más grande.

ALIMENTANDO CAPITAL HUMANO

Más aún, a la soya no se le considera alimento para 1agente, sino para los animales de los ricos, porque asi fuecomo fue introducida a Colombia. Según dice la gen~edel lugar, los animales de los ricos están mejor alimen­tados y mejor nutridos que ellos, tal como parece que loestuvieron sus antepasados esclavos (Chandler, 1972;Taussig, 1974: 22). La aparente preocupación humana porel mejoramiento de la nutrición de los pobres se manchacon la bestialidad de la cria de animales y esclavos si talpreocupación no se sujeta a la liberación económica y po­litica de tales gentes. Los escritos sobre economia deldesarrollo que se refieren al "capital' 'humano menciona·dos en forma insistente por el gobierno colombiano en su

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plan nacional de nutrición (DNP, 1974 Y 1975), asi comoel argumento frecuente de los planeadore3 de salud pú­blica y del Banco Mundial en el sentido de q~le la medicinay la nutrición son vitales para el mejoramiento de lafuerza laboral en una sociedad, llevan todos la mismaetiqueta. .

Con todo, este llamamiento a los grandes empresariosy a la racionalidad del capital olvida que la tendencia enel Tercer Mundo, tal como se muestra en este caso colom·biano. es la de pagar al trabajador por el sistema dedestajo, o sea, por tarea realizada y no por el tiempo tra­bajado. Mientras haya bastantes trabajadores, la produc­tividad de los mismos incide poco o nada en las utilidades,y la concentración de la tierra en manos de pocos propie­tarios ,con el consiguiente desplazamiento de los campe­sinos fuera dte sus tierras, se encarga de confirmar queello es asi.

APRENDIZAJE A TRAVES DE LA PRACTICA

En la creencia de que la gente desnutrida es más igno­rante que incapaz, debe enseñárseles no sólo a consumirsoya. sino también a adoptar una nueva mentalidad quele proporcione mejor oportunidad de entenderse bien conel mundo mediante su participación con el proyecto mis­mo. Pero como Dweyer y Meyer (1975: 567) lo han dicho:"Existe. .. evidencia aplastante de que factores económi·cos tales como precios' e ingresos tienen al menos igualimportancia, cuando no una mayor influencia, que lanutrición y la educación para la salud".

La Fundación nos informa que no hay una teoria sa­tisfactoria sobre aprendizaje en la comunidad (CFSF, 1975)y asi, con la ayuda de profesores de la Escuela de Educa­ción de la Universidad de Michigan, la Fundación se hainventado una propia. Dentro del contexto de un atrac­tivo formato al estilo de Dewey que pone énfasis en el

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aprendizaje a través de la práctica sus "Normas para In·quirir" que son esenciales. incluyen "una disposición a serescéptico sobre las afirmaciones de hecho, auncuando ellashayan sido pronunciadas por autoridades tales como losmaestros, "una disposición de ánimo para convertir rápi­damente las ideas en acción". Al tomar parte en los es­tudios para el diagnóstico de las "causas" de la desnutri­ción, los miembros de la comunidad también "comenza­rán a captar el proceso de aprendizaje subyacente". Enotras palabras, la educación compartida dentro de laspautas trazadas por pensadores tan liberales y radicalescomo Dewey y Paul Goodman, resultará en este contextouna decepción compartida, puesto que el procedimientode diagnóstico de la Fundación aparta sistemáticamentela atención de las causas fundamentales de la desnutrición.Además, la situación politica y económica de los pobres noes propiamente una en la cual ellos podrian, como dice laFundación. "convertir rápidamente ideas en acción". Ylo mismo atañe con igual fuerza a las otras ideas progre­sistas repetidas hasta el cansancio por la Fundación Comomunity Systems Foundation -liberación femenina, auto·ayuda, auto-suficiencia y tecnología intermedia. No sugie.ren las propias limitaciones de esa Fundación cuán limi·tadas son las opciones de acción representativa ¿Pero en·tonces en ese caso, por qué y cómo logró dicha fundaciónla acción que ejerce?

TENDENCIA EN LA PLANEACION DE LA ECONOMIA

y DE LA SALUD EN LA COI.OMBIA RURAL

Mientras que la modernización de la agricultura enColombia durante los últimos 20 años ha resultado en ungran aumento del rendimiento y la producción en lasgrandes propiedades, ha sido de muy poco o de ningúnbeneficio al grueso de la población que habita los campos.la cual representa un 45 por ciento de la población, conun ingreso en decadencia en relación con el de los gran·

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aprendizaje a través de la práctica sus "Normas para In·quirir" que son esenciales, incluyen "una disposición a serescéptico sobre las afirmaciones de hecho, auncuando ellashayan sido pronunciadas por autoridades tales como losmaestros, "una disposición de ánimo para convertir rápi­damente las ideas en acción". Al tomar parte en los es­tudios para el diagnóstico de las "causas" de la desnutri·ción, los miembros de la comunidad también "comenza­rán a captar el proceso de aprendizaje subyacente". Enotras palabras, la educación compartida dentro de laspautas trazadas por pensadores tan liberales y radicalescomo Dewey y Paul Goodman, resultará en este contextouna decepción compartida. puesto que el procedimientode diagnóstico de la Fundación aparta sistemáticamentela atención de las causas fundamentales de la desnutrición.Además, la situación política y económica de los pobres noes propiamente una en la cual ellos podrian, como dice laFundación, "convertir rápidamente ideas en acción". Ylo mismo atañe con igual fuerza a las otras ideas progre·sistas repetidas hasta el cansancio por la Fundación Comomunity Systems Foundation -liberación femenina, auto­ayuda, auto-suficiencia y tecnología intermedia. No sugie­ren las propias limitacio!).es de esa Fundación cuán limi·tadas son las opciones de acción representativa ¿Pero en­tonces en ese caso, por qué y cómo logró dicha fundaciónla acción que ejerce?

TENDENCIA EN LA PLANEACION DE LA ECONOMIA

y DE LA S.\LUD EN LA COLOMBIA RURAl.

Mientras que la modernización de la agricultura enColombia durante los últimos 20 años ha resultado en ungran aumento del rendimiento y la producción en lasgrandes propiedades, ha sido de muy poco o de ningúnbeneficio al grueso de la población que habita los campos,la cual representa un 45 por ciento de la población, conun ingreso en decadencia en relación con el de los gran-

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des terratenientes, lo cual los coloca en términos absolu­tos en peores condiciones, de lo que estaban hace 40 años(Kalmanovitz, 1974; Urrutia y Berry, 1975). La produc­ción campesina ha permanecido prácticamente estancadadesde 1950; el área de la propiedad campesina ha dismi­nuido, y el tamaño del proletariado rural sub-empleadoha aumentado significativamente (Kalmanovitz, 1974). El10 por ciento, prom,edio anual de la tasa de crecimiento dela producción en las fincas comerciales grandes en el mis­mo periodo, le debe mucho a la "revolución verde", en ~a

cual han tenido mucho qué ver los préstamos del BancoMundial y los generosos subsidios gubernamentales. Elpapel de la Fundación Rockefeller, con la ayuda de algu­nas escuelas de agricultores norteamericanas, tales comola de la Universidad de Nebraska y la del Estado de Mi­chigan, no ha dejado de tener importancia para este pa­trón de desarrollo. La Rockefeller ha influenciado de ma­nera aguda el desarrollo de la agronomia en Colombiadesde 1941 cuando estableció el servicio de ExtensiónAgricola del gobierno (hoy ICA), estimulando su orienta­ción hacia la producción de uso intensivo de capital yenergia, y hacia cosechas nuevas, con frecuencia exporta­bles y de mayor utilidad, tales como maiz sorgo, algodón,azúcar, soya, arroz y ajonjoli.

Aquello ha significado una disminución en la disponibi­lidad per cápita de productos básicos que podrian culti­varse en la tierra ahora ocupada por las nuevas cosechas.La tasa promedio anual de crecimiento en la producciónde alimentos entre 1950 y 1970 fue de 3.5 por ciento, li­geramente más alta que la tasa del crecimiento de la po­blación. Sin embargo, la desintegración del conjunto to­tal revela que ha habido una disminución en la produc­ción per cápita de articulos de producción campesina yuna disminución del consumo por parte de las clases ba­jas de ciertos alimentos, como yuca, plátanos, frijol, pa­nela, maiz y papas (Kalmanovitz, 1974; Rico, 1976; .Jun­guito. 1974). Las condiciones se han dispuesto muy bien

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para que la Llesnutrici6n y el desarrollo vayan mano amano. Un ejemplo sorprendente de ello es el hecho deque anualmente se produce un millón de toneladas deconcentrado ¡ ara animales (Minagricultura. 1978) elabo­rado con proteina animal, la cual la mayor parte de lapoblación rara vez puede darse el lujo de consumir.

El impulsor y principal procesador de concentradospara animales en Colombia es la compañia multinacionalnorteamericana Ralston Purina, en cuya junta directivaestá Earl Buh, antiguo Secretario de Agricultura de losEstados Unidos. asi como el secretario a quien él reempla­zó. Ralston Purina tiene a su favor la introducción de sor­go como cultivo destinado a los animales, el cual, comolos otros componentes de los concentrados, ocupa tierrasque podria ut lizarse para la alimentaci6n directa de se­res humanos.

En 1950 no ~e cultivaba sorgo en Colombia. En 1960 sesembr~ron 24.000 hectáreas; en 1970 ocupaba 77.000 hec­táreas y en 1975 cubria 134.000 hectáreas de tierra deprimera clase para la agricultura (Minagricultura, 1975).El Valle del Cauca es la principal regi6n productora desorgo, con el 37 por ciento del total nacional, y con el 11por ciento de su mejores suelos. dedicados a dicho pro­ducto (CVC, 1974). El instituto agropecuario del gobierno(ICA) y Ralston Purina investigan activamente y pro­mueven nuevos esfuerzos. Susan George (1976) cita la pe­netración financiera de Ralston Purina en el mercado co­lombiano como un buen ejemplo de c6mo la agroempresanorteamericana pudo adquirir la cooperaci6n financieradel gobierno (en este caso de la AID y del gobierno co­lombiano) para establecerse como una empresa supuesta­mente riesgosa, y asi poder ganarse el interés guberna­mental cuando las utilidades estuvieran garantizadas.

Según las estadísticas del gobierno, en 1973 por lo me­nos 50 por ciento de la población carecia del poder de

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para que la desnutrición y el desarrollo vayan mano amano. Un ejemplo sorprendente de ello es el hecho deque anualmente se produce un millón de toneladas deconcentrado rara animales (Minagricultura, 1978) elabo­rado con protelna animal, la cual la mayor parte de lapoblación rara vez puede darse el lujo de consumir.

El impulsor y principal procesador de concentradospara animales en Colombia es la compañia multinacionalnorteamericana Ralston Purina, en cuya junta directivaestá Earl Butz. antiguo Secretario de Agricultura de losEstados Unidos. asi como el secretario a quien él reempla­zó. Ralston Purina tiene a su favor la introducción de sor­go como cultivo destinado a los animales, el cual, comolos otros com ponentes de los concentrados, ocupa tierrasque podrla ut !izarse para la alimentación directa de se­res humanos.

En 1950 no se cultivaba sorgo en Colombia. En 1960 sesembr~ron 24.000 hectáreas; en 1970 ocupaba 77.000 hec­táreas y en 1975 cubria 134.000 hectáreas de tierra deprimera clase para la agricultura (Minagricultura, 1975).El Valle del Cauca es la principal región productora desorgo, con el 37 por ciento del total nacional, y con el 11por ciento de su mejores suelos dedicados a dicho pro­ducto (CVC, 1974). El instituto agropecuario del gobierno(ICA) y Ralston Purina investigan activamente y pro­mueven nuevos esfuerzos. SUsan George (1976) cita la pe­netración financiera de Ralston Purina en el mercado co­lombiano corno un buen ejemplo de cómo la agroempresanorteamericana pudo adquirir la cooperación financieradel gobierno (en este caso de la AID y del gobierno co­lombiano) para establecerse como una empresa supuesta­mente riesgosa, y asl poder ganarse el interés guberna­mental cuando las utilidades estuvieran garantizadas.

Según las estadlsticas del gobierno, en 1973 por lo me­nos 50 por ciento de la población carec1a del poder de

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compra necesario para una nutrición adecuada (DANE.1Gi3), aunque en el pals habia una disponibilidad de ca­lorlas mayor a la requerida para cubrir las necesidadesnutricionales, (el informe no menciona las proteinas). So­bra decir que desde entonces la decadencia en el sala­rio real ha agravado profundamente este problema, yahora es muy obvio que el sistema de mercado libre noalcanza a satisfacer las necesidades alimenticias de másde la mitad de la población.

Receloso de efectuar drásticos cambios sociales, aunqueellos sean necesarios para una distribución más equitati­va, que muchos dicen requerirla una reforma agrariamasiva (Urrutia y Berry, 1975) pero al mismo tiempo terne·roso de la creciente polarización social, el gobierno, y tam­bién el Banco Mundial, están presionando por una canti·dad de programas estatales de bienestar social incluyendoprogramas de atención médica y nutrición para la gentepobre de las zonas rurales. Con préstamos del Banco Mun­dial, de la Agencia Internacional para el Desarrollo y deotras organizaciones internacionales con programas dedesarrollo, este paquete (conocido como el DRI y el PAN)sigue la politica expuesta. en recientes documentos delBanco Mundial sobre Salud y Desarrollo Rural. En tantoque anteriormente se decla que los frutos de las inver·siones provenientes de la ayuda externa descendlan delrico hacia el pobre, el Banco Mundial ahora reconoce, tal'­(liamente, que las estructuras politicas lo impiden y quealguna ayuda deberla ir directamente al pobre, especial­mente al de las zonas rurales sin activar la reformaagraria.

En Colombia (corno en cualquiera otra parte), estosplanes de desarrollo rural integrado tienen lugar en dis­cretas colonias rurales totalmente controladas por la re::­pectiva agencia internacional de desarrollo, con unpresupuesto inicial de cerca de US$ 400 millones, enca­minados a cubrir 80.000 familias, - un 20 por ciento de

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la población potencial que deberla cubrirse. En vez deuna reforma agraria, el plan da por hecho que los cam­bios puramente técnicos en la producción aumentarán elingreso del pobre rural, lo cual, combinado con algunosservicios sociales, disminuirá el descontento y reducirála migración del campo hacia la ciudad. Los últimosinformes indican que el limite inferior aceptado paraotorgar el crédito a los campesinos será el de propieda.des de 20 hectáreas, ' ... puesto que sus fincas son lasmás viables". Aún si el ll.mite inferior fuese reducido atres hectáreas. el más bajo que se haya mencionado, ellodejaría sin crédito tódavia a la mayoría ya casi la totali·dad de la gente que no tiene tierra. Aquí es donde elpaquete de bienestar social adquiere su importancia, es­pecialmente en lo que respecta a los componentes de saludy nutrición de los cuales el gobierno hace tanto alarde.Debe observarse que el proyecto de nutrición de la FW1·dación Community Systems Foundation ha sido el motorprincipal en el establecimiento de una metodologfa parala aplicación de esta asistencia en nutrición. El plan ge­neral ha sido abiertamente condenado por ANUC, la Aso·ciación Nacional de Usuarios Campesinos, pues coincidecon el desmonte del programa de reforma agraria.

También coincide con el retiro paulatino de los des­pachos de alimentos gratis de los Estados Unidos a travésde la CARE (PI. 480, Titulo JI) que se dice cubría a dosmillones de colombianos y el cual se terminará en 1979.En su análisis de la salud en Colombia la 010 (1974: 42)expresa preocupación acerca de su retiro y denuncia laurgente necesidad de desarrollar planes a cumplir paraese entonces. A este respecto es interesante leer la si­guiente carta de una monja católica al obispo encargadede los programas de la CARE en la zona de Villa R;ica:

... como responsable del Centro Materno·lnfantllde la Parroquia de PuertO Tejada debo informarleque las madres han dejado de venir por la exIgencia

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que les hemos hecho para que buseando 8U superaeión:asistan a las clases de aUabetizlU:16n y de corte y te­jidos. Más o menos cincuenta mujeres acostumbrabanvenir, pero solamente por la comida. Es gente muyIgnorante y que poco se Interesa por su superacl6n ...Le propongo, Monseñor, que a las mujeres que rehusanvenir, las reemplacemos con ancianos e inválidos aquienes se les puede catequizar más fácilmente. .. !\.las madres les gusta recibir comida, pero no ponennada de su parte para su superacl6n. En espera desus 6rdenes me es grato suscribirme como su humildeservidora en CrIsto ...

La relación entre ingreso bajo y salud, IJ verificó es·ladlsticamente el Departamento Nacional de Planeacióna mediados de la década de 1960 en su Estudio sobre Mor­bilidad Nacional (OPS, 1967; Minsalud, 1969). Organizadopor ASCOFAME, Asociación Colombiana de Facultadesde Medicina, parcialmente financiada por la FundaciónRockefeller y además producto de la inspiración de laUniversidad del Valle, el mencionado informe arrojó eldato de que la desnutrición es un problema muy serioen Colombia.' Sesenta y uno por ciento de los niños de lazona rural y 44% de los de la zona urbana estaban afec­tados. De ah! que el bienestar nutricional de las zonasrurales se destaca predominantemente en el nuevo plande salud del gobierno, al punto de que al igual que en losEstados Unidos se suministrarán, a un 33 por ciento de lafracción de la población rural que "corre peligro", es­tampillas para ser cambiadas por alimentos. Esta enorme

6) El único análisis socio-económico de este vasto cuerpo dedatos que yo conozco es el de Navarro (1974). Dicho autorconcluye que el cuadro de la salud y de la entrega de ser­vicios de salud que surge de este estudio no es tanto el deun pals no-desarrollado como el de un pars neo-colonlzado.y que ese intento por "modernizar" el sistema de salud re·fle/a tal situación.

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emprcsa no podrla adelantarse sin el grupo de profesio­nales de la salud norteamericana, afortunadamente a dIs­posición del gobierno, en ninguna parte más activos queen esta colonia de Cali.

EL ENCLAVE MEDICO TORTEAMERlCANO EN CALI

Adjuntos a prestigiosas escuelas de medicina y a uni­versidades, estos planeadores e investigadores operanfuera de la Universidad del Valle, beneficiaria por largotiempo de la Fundación Rockefeller, en su programa dedesarrollo universitario. En este programa que tambiénincluye escuelas de medicina en Brasil, Chile, y México,la facultad de medicina del Valle se ha colocado a lacabeza no solo en Colombia, sino también con influenciaen otros lugares de la América Latina. (F. Rockefeller.1968). El Comité Universitario de Investigaciones en Po­blación (CUIP) se describe a sI mismo como instrumental,a través de sus cHnicas de planeación familiar, "en ha­cer de este pals el lider en la América Latina en progra·mas de control de la natalidad" (F. Tockefeller, 1968: 66).y a través de los últimos quince ailos una plétora de in»·titutos de planeación e investigación en salud entrelazadosentre sI y controlados por los Estados Unidos, cc ban in·cubado en el centro de Cali, trabajando en una ampliagama de proyectos, los cuales encierran tanto las cienciassociales como las de la salud.

LA ¡"UNDACION ROCKEFELLER

La Fundación Rockefeller llegó a Colombia desde 1913con su programa para erradicación de parásitos. Este fra·casó en gran parte ya que no pudo encontrar el apoyode la gente pohre de las zonas rurales. Se encontró quela anquilostomiasis era endémica en el pals, en las re·giones de menos de 2.000 metros de altura con una ma­yor incidencia (93.9 por ciento) entre los trabajadoresde los cultivos de café. Como muchos de éstos estaban en

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abierta revuelta y como el café proporcionaba el gruesode las divisas exrtanjeras del pais, no fue sorpredenteque el gobierno estuviera "vivamente interesado" en lacampaña de la Fundación Rockefeller, la cual hacia 1920incluia becas para estudios en los Estados Unidos a "pro­metedores jóvenes médicos colombianos". Por 1928 Co­lombia habla recibido US$ 227.436, convirtiéndose aslen la segunda beneficiaria en orden descendente, de fon­dos de la Fundación Rockefeller en América del Sur(después de Brasil) y en 1932, la totalidad del sistemade salud pública fue reorganizado.

Habiendo establecido y continuado la influencia deldepartamento de agronomia del gobierno desde 1041, laFundación Rockefeller aumentó su impulso sobre la me·dicina en Colombia, a través de su patrocinio a la Escuelade Medicina de la Universidad del Valle, que comenzó en1953. En 1961 esta universidad fue la primera del mundoen recibir financiación bajo el nuevo programa de desarro­llo universitario de la Fundación Rockefeller, destinadoa ser el "marca-pasos de la educación superior latinoame­ricana" (F. Rockefeller, 1970). "Su profesorado de medi­cina es joven", escribió John Bryant en su muy conocido(y además financiado por la Fundación Rockefeller) libro:Salud y el Mundo en Desarrollo (1969) "pero en visión,creatividad, liderazgo, es una de las instituciones más im­ponentes del mundo". "Las universidades son lugares deinfinitas esperanza y desesperación", escribió alguien ennombre de la Fundación Rockefeller. con referencia a supoUtica universitaria, "pues ellas son los West Points.donde germinan los cientificos sociales y se determinanlas pautas profesionales" (Shaplen, 1964).' Se le dio granénfasis al establecimiento de élites; al "cambio de actitu­des básicas y al implantamiento de nuevos conceptos y

7) Para el análisis del estimulo de la Fundación Rockefeller alprograma modelo norteamericano de salud er¡ Thailandia. re­ferimos al lector a Oonaldson (1976).

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procedimientos" (F. Rockeleller, 1968: 60). En su lista de1970 de becarios que reéibia educación superior en losEstados Unidos, la Fundación Rockefeller reporta que Co­lombia fue numéricamente el segundo paIs despu~s deThailandia (51 comparados con 74) de un total de 36paises, y 393 becas. De estas becas a colombianos, la Uni­versidad del Valle tuvo acceso a una buena tajada: 73 porciento. La Fundación Rockefeller también secunda la en­señanza en el Valle enviando profesores norteamericanos.

Ya en 1963, habia seis de tales profesionales amplia­mente involucrados en el proyecto de planificación fami­liar de Candelaria, uno de los más antiguos de la AméricaLatina y usado hoy como m,odelo en otros paises del Ter·cer Mundo (Bertrand, 1972). Concebido como "proyectopiloto" para mejorar la vida de los pobres, en un áreasociológicamente idéntica a la de Villa Rica, donde laFundación Community Systems Foundation trabaja ahora.el proyecto ha esquivado toda mención relacionada conla manera como la tierra y la pol1tica influyen sobre lapobreza, sustituyendo el problema de cifras humanas porel número de relaciones humanas problemáticas que re·quieren no propiamente planeamiento económico sinoplanUicación familiar. Como medio para ~jorar el bie­nestar económico ha sido declarado un fracaso por alguienque lo observó de cerca (Bertrand, 1972), pero ello no de·tiene la inevitable sucesión de nuevos "proyectos piloto".tales como el de la Fundación Community Systems Foun­dation que es el cuarto emitido en nombre de su éxito.

Hacia 1970, la Fundación Rockefeller orgulIosamente seadjudicó el mérito de haber remodelado la Universidad.Si no exactamente como la de West Point, la universidadsI habia aumentado su inscripción en 2.5 veces más, fuela pionera entre las universidades latinoamericanas enadoptar reformas fiscales y administrativas, y a través desus programas modelados al estilo norteamericano, conprofesores visitantes y becas de estudio en los Estados

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Unidos, estaba en poslclOn de ofrecer servicios de con­sultorla al gobierno, al sector financiero y a la industria(F. Rockefeller, 1970). Pero ese mismo desarrollo germinóuna fuerte reacción radical-nacionalista contra el dominionorteamericano de la educación superior y la investiga­ción, particularmente contra los programas de control dela natalidad. contra la Fundación Rockefeller, y contra elCentro Internacional de Investigación y EntrenamientoMédico, el cual fue finalmente expulsado de la universidady también del pals. Se ha hecho en la práctica dificil, s:no imposible, para las organizaciones norteamericanascontinuar operando tan abiertamente como antes.

COMO HACERLE FRENTE AL NACIONALISMO:

LA MALA IMAGEN

El nacionalismo ha impuesto en la poHtica un cambioestratégico tal, que la Fundación Rockefeller (y la Funda­ción Ford) han tenido que encauzar ahora sus interesespor nuevos caminos. -orientándose hacia proyectos dealta tecnología tales como la "revolución verde" del Cen­tro Internacional de Agricultura Tropical CIAT, (cerca deCali) , o hacia proyectos especificos para atraer la aten­ción del póblico como si se estuviera ayudando al pobredirectamente. Ninguno de estos proyectos amenaza laestructura polltica que es la que determina los problemasque los proyectos han decidido erradicar. La penetracióncientlfica no es una varita mágica que pueda transformaruna clase o un pals pobre en una clase o en un país ricos,

. y la evidencia que tenemos a mano en relación con la "re­volución verde". por ejemplo, indica que más bien lo con·trario puede ocurrir, si el sistema politico permanece in­tacto. Igualmente, el enfoque de los problemas de los po­bres pareceria falto de importancia mientras el problemabásico permanezca mAs entre aquellos que controlan elpoder que entre los que sufren bajo el mismo.

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En cuanto a las relaciones de los Estados Unidos coplas universidades, algunos hechos han llevado a la fol"mación o nivelación de grupos privados de investigaciónextramural que actúan bajo bandera colombiana comopara disfrazar la presencia de los Estados Unidos, a lavez que conservan su influencia, afianzando una más es­tricta seguridad y la promesa de investigación más efi·cazmente aplicada. En Cali, esto ocurre bajo el patrociniode la Fundación para la Educación Superior (FES), esta·blecida originalmente en 1964 ante la exigencia directa oindirecta de la Fundación Rockefeller, como parte de suplan para integrar mejor la comunidad financiera localcon la Universidad del Valle (F. Rockefeller, 1968: 66) FESestá dirigida por un ex-decano de la Escuela de Medicina.En 1970, cuando la oposición estudiantil impidió una ma·yor expansión norteamericana dentro de la Universidad, laFES estableció un Departamento de Investigaciones enEducación, el cual canaliza hoy prácticamente todas lasdonaciones e investigaciones en la zona de Cali, exten­diéndose por todo el suroeste de Colombia, y el cual pro­bablemente asumirá muy pronto la Oficina de la Funda­ción Ford en Colombia. La mayor parte de la investiga­ción encauzada de esta manera está bajo la dirección deci.udadanos norteamericanos. En 1974 FES administrabaUS$ 2.4 millones en unos 35 proyectos, relacionados prin­cipalmente con salud y nutrición -tales como el de laFundación Community Systems Foundation y la AgenciaInternacional para el Desarrollo mencionados arriba. Sien­do al mismo tiempo una compafiia de inversiones privadas,dependiente tanto de las utilidades de las grandes empre­sas locales como de las donaciones norteamericanas queadministra, es dudoso que la FES vaya a estimular las in·vestigaciones que puedan afectar en forma critica elstatu quo.

En verdad, el tema que esgrime en sus relaciones pú­blicas es el de que la investigación debe servir a los ne­gocios como una forma de acabar con los problemas so-

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ciales (FES, 1974 Y 1975) - concepto paralelo a la doc­trina de la AID, tan francamente expuesta en 1964 porel testimonio oficial de su Director Encargado (George.1976: 70-71):

Nuestra meta básica es la de una politica de amoplio espectro. No es desarrollo por el desarrollo ensi mismo... Un objetivo importante es abrir al má·ximo oportunidades para la propia iniciativa domés­tica y asegurar que la inversión privada extranjera,particularmente de los Estados Unidos sea bienveni·da y bien tratada... El programa de planeamientode actividades de la AID reconoce que este es un ins­trumento (al servicio) de la politica externa de losEstados Unidos.

CONCLUSION

Como este documento 10 demuestra, las ciencias de lasalud pueden reclutarse para estos objetivos pol1ticos enun gran número de formas entrelazadas y complicadas.El atractivo básico de esos programas de salud está enque ellos pueden limar el filo de algunos de los más so­bresalientes problemas sociales que emergen del siste­ma general sin necesidad de promover cambios profundosen el sistema mismo. cambios como los que han tenido lu·gar en China o en Cuba. También la medicina es unaherramienta especialmente privilegiada porque su imagenhumanitaria permite la penetración de fuerzas que de otramanera serian inaceptables. No hay nada nuevo en esto.Refiriéndose a la Fundación Rockefeller, el cirujano Jo­shua Horn (1971: 70) de la Unión Británica Médica de Pe·kln en la China pre·revolucionaria comentó:

Superficialmente les parecla a muchos, incluyendoa los estudiantes chinos y miembros del personal,como si fuera una obra puramente filantrópica. Enrealidad entrenaba una generación de personas ser·

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viles que ayudaba a América a dominar a la China ...Los mismos funcionarios americanos responsables ad·mUlan que este tipo de penetración era más barato yefectivo que otras formas.

Pero nada de esto significa que los objetivos sanitariosinmediatos tengan necesariamente éxito. Porque no sólopermanecen intactas las condiciones básicas fundamen­tales al patrón de enfermedad, sino que esas mismas con­diciones promueven una situación laboral -un nexo parala investigación y la concepción de la actividad social­que más probablemente sucumbirá antes que producirresultados constructivos.

La colaboración de los profesionales locales es esenciala la aspiración de entrenar a la élite, y sin la ayuda activade los gobiernos anfitriones, los proyectos se verian Stl·

riamente afectados. Conforme crece el nacionalismo delTercer Mundo sinembargo, esa colaboración se hace nosólo cada vez más necesaria (con el fin de mitigar lasacusaciones de imperialismo, por ejemplo), sino que escada vez más difícil de sostener en términos convenientespara los Estados Unidos, y es menos efectiva a medida queel nacionalismo divide y aún sabotea los equipos de tra­bajo. La colaboración se torna cuestión de intercambiarlealtades ambivalentes en la maratón por las donaciones,donaciones que finalmente están determinadas por losconflictos en ebullición en la sociedad circundante. Perolas causas originales de estos conflictos no encuentranlugar en la orientación intelectual de los proyectos deayuda, por la sensIblería del gobierno así como por la in·capacidad de los profesionales y el conservatismo de lasciencias sociales y de la salud importadas. Tiene que ne­garse el interés pol1tico y el recurso de llamarlo "cienciade valores abiertos" y el hacerlo es lo que lo convierteen "cientificismo", parodia del Positivismo, cuantificacióny sociobilogla. Como rara vez puede admitirse el fracaso(o probarse. porque el mundo social resiste el análisis en

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estos términos) el continuo amontonar de un "proyectopiloto" sobre otro le debe mucho más a las ambiciones yhabilidades pol1ticas de los empresarios de los proyectosque a lo convincente de los resultados. El llamarlo pros­tfbulo, como lo hizo un consultor de la AID conversand(lconmigo, no es mucha exageración. El hecho de que lainvestigación y su aplicación esté restringida por los in­tereses de los poderosos. y que esté tan atada a los in­centivos económicos, hace que el conocimiento y lacreatividad se convierten en bienes comerciales como cua­lesquiera otros. A esto se suma la erosión de los valorescientlficos y la sofocación del pensamiento critico. La in­capacidad de obtener el apoyo popular restringe seria­mente la recopilación. interpretación y aplicación de da­tos. El hecho de que las apariencias son las que cuentan-la apariencia de ayuda real en vez de interés propio yla manipulación maquiavélica -, completa esta erosión.en forma tal que los proyectos son poco más que un juegotriple que para desesperación deja el cambio social racio­nal en una promesa vada: Desesperación del pobre. de­sesperanza de los gobiernos para actuar de una maneraque no amenace su propio poderlo y la desesperanza delos profesionales locales y extranjeros por las donacionesy conexiones' internacionales con las cuales sus carreraspueden mejorar. El testimonio mudo de esta red de nega­tividad viene de una estrofa del poema colgado en unmuro de la oficina de FES:

Traemos consultores cuya circunlocucióncausa dificultad a toda soluciónAsi garantizamos seguir comiendo bienDemostrando la necesidad de otra reunión.

El cinismo que refleja es tan comprensible como la me­diocridad del producto. Según lo reconoce la ''Teorfa dp'Aprendizaje" de la Fundación Community Systems Foun­dation, la habilidad para aprender es una función directade las instituciones de la comunidad que existen para la

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enmarcación y soluci6n de los problemas y de las "nor·mas para indagar" que predominan. Mientra's éstas setratan acuciosamente de cambiar dentro de una comuni.dad campesina, hasta el punto de querer llegar a unaperspectiva cientifica y critica, es obvio que sus propiasinstituciones y normas de investigación impidan que laFundac~6n Community Systems Foundation y sus filialesde todo el mundo puedan ser ellos mismos cientificos ocríticos. Puesto que el aprendizaje viene de la práctica,¿puede desde nuestra propia actividad social, -como lamisma Fundaci6n Community Systems Foundation se es·fuerza por señalarlo - esperarse mucho más? Continuan·do con el verso citado arriba:

Basta de poemas, adelante con la misión!Nuestra tarea es amplia como la humana condIción!Roguemos a Dios que su promesa biblica sea verdad;A los pobres siempre les tendréis COn vosotros.

o quizá fue Kipling más clarividente mientras sonabanlos redobles de muerte por el Imperio Británico:

Toma la carga del Hombre Blanco ­Las salvajes guerras de la paz ­

Llenan la boca del hambrientoy mandan cesar la enfermedad;

y cuando más cerca esté la metaEl fin que otros buscaron

Vigila indolente hereje locoConvierte tu esperanza en nada

Toma la carga del Hombre Blanco ­No 'oses rebajarte mucho

Ni llamar a la Libertad muy duroPara encubrir tu cansancio

Por todo lo que lloras y suspirasPor todo lo que dejas y haces

La triste y silenciosa gente.Pesará sobre ti sus Dioses.

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IIIRITOS Y COHESlON SOCIAL

EN UNA

SOCIEDAD EXPORTADORA

DE MANO DE OBRA

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INTRODUCCION

l!:ste documento estudia una fiesta religiosa anual comofenómeno que encarna la intersección de dos sistemassociales antagónicos: el capitalista y el no capitalista. Losritos son los de la Semana Santa. Tiene lugar en elpueblo de Santa Maria, en las cabeceras del do Timbiquí,donde las faldas de los Andes occidentales se desvanecenentre la selva de la costa del PacIfico de Colombia, re­gión aislada, perdida en la selva, alejada de ciudades yplantaciones del interior. La base esencial de la forma devida local la constituyen los cimientos de su estilo cam.pesino orientado hacia la subsistencia como son la agri­cultura de machete y azadón, la pesca, la caza, la minerlade oro en pequeña esca'la y la destileda de brandy. Lagente produce directamente la casi totalidad de lo queconsume y viceversa. Sillembargo, a veces, y mucho másen el pasado, se han visto involucrados en la red gigan­tesca tejida por los mercados mundiales de tagua, cau­cho, madera, oro y mangle, productos éstos que recoglany vendlan a los comerciantes.

Los afro·am'ericanos descendientes de los esclavos li­berados en 1851, y quienes constituyen el principal gru­po étnico del área, han emigrado en números cada vezmayores desde la década de 1950 en busca de trabajo asa­lariado en el interior. Mientras que algunos migrantespermanecen allá, muchos más oscilan entre las dos áreas.Para ambos tipos de migrante-obrero, la Semana Santaen Santa Maria es la época preferida y la ocasión pararegresar o para partir; época en la cual la comunidadde origen se contrae dentro de si misma atrapando en sus

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redes, con consecuencias explosivas, a los trabajadoresasalariados que regresan, junto con los campesinos dellugar.

Generalmente se piensa en los ritos como conductoreshacia la armonía social, equilibrio psicológico y consoli­dación cultural, pero en el caso que estudio aqul no pue­de decirse que esto ocurra. El sólo hecho de que el ritoeXista y persista demuestra, desde luego, cierto orden yarmonia, pero sus consecuencias no pueden describirsecomo armoniosas. Las peleas son comunes. Las situacionesque se viven estimulan la tensión, pero no logran resol­verla. La desorganización cultural, a la vez que es unacaracterística, es también una forma de integración, enla cual la cultura de los asalariados que regresan se en­frenta con las éontradicciones de una comunidad desubsistencia.

En resumen, mi argumento plantea que antes de quela migración fuera una característica tan importante de lavida costeña, parecería como si la Semana Santa y otrosritos similares hubieran jugado un papel importante en laintegración sociocultural. Es más, este papel se hizo muynecesario porque todos los otros rasgos de la sociedad tien­den hacia la anarquía y la dispersión. Con excepción delas religiosas, no habia asociaciones organizadas formal­mente. El patrón de asentamiento es tan disperso como esalta la movilidad territorial. La organización de los pa­rientes ha llamado la atención de muchos observadorescomo "flexible" y "suelta" (Whitten, 1974). Los intercam·bios económicos son básicamente interpersoncl~es, y S¡~

efectúan cara a cara, fuera de las plazas de mercado, seextienden sobre granl1es dis~ancias e incluyen una granvariedad de productos.

Ahora, sinembargo, los ritos articulan todo lo anteriory algo más: el flujo de trabajo asalariado hacia afuera, yde nuevo hacia adentro de la comunidad. Los ritos ejer-

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INTRODUCCION

Este documento estudia una fiesta religiosa anual comofen6meno que encarna la intersección de dos sistemassociales antagónicos: el capitalista y el no capitalista. Losritos son los de la Semana Santa. Tiene lugar en elpueblo de Santa Maria, en las cabeceras del río Timbiqui,donde las faldas de los Andes occidentales se desvanecenentre la selva de la costa del Pacifico de Colombia, re·gi6n aislada, perdida en la selva, alejada de ciudades yplantaciones del interior. La base esencial de la forma devida local la constituyen los cimientos de su estilo cam­pesino orientado hacia la subsistencia como son la agri­cultura de machete y azad6n, la pesca, la caza, la mineriade oro en pequeña esca'la y la destilería de brandy. Lagente produce directamente la casi totalidad de lo queconsume y viceversa. Sinembargo, a veces, y mucho másen el pasado, se han visto involucrados en la red gigan­tesca tejida por los mercados mundiales de tagua, cau­cho, madera, oro y mangle, productos éstos que recogíany vendían a los comerciantes.

Los afro-am'ericanos descendientes de los esclavos li­berados en 1851, y quienes constituyen el principal gru·po étnico del área, han emigrado en números cada vezmayores desde la década de 1950 en busca de trabajo asa·lariado en el interior. Mientras que algunos migrantespermanecen allá, muchos más oscilan entre las dos áreas.Para ambos tipos de migrante-obrero, la Semana Santaen Santa Maria es la época preferida y la ocasión pararegresar o para partir; época en la cual la comunidadde origen se contrae dentro de si misma atrapando en sus

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redes, con consecuencias explosivas, a los trabajadoresasalariados que regresan, junto con los campesinos dellugar.

Generalmente se piensa en los ritos como conductoreshacia la armonía social, equilibrio psico16gico y consoli­dación cultural, pero en el caso que estudio aqui no pue­de decirse que esto ocurra. El s6lo hecho de que el ritoexista y persista demuestra, desde luego, cierto orden yarmonia, pero sus consecuencias no pueden describirsecomo armoniosas. Las peleas son comunes. Las situacionesque se viven estimulan la tensión, pero no logran resol­verla. La desorganización cultural, a la vez que es unacaracterlstica, es también una forma de integración, enla cual la cultura de los asalariados que regresan se en­frenta con las contradicciones de una comunidad desubsistencia.

En resumen, mi argumento plantea que antes de quela migración fuera una característica tan importante de lavida costeña, parecerla como si la Semana Santa y otrosritos similares hubieran jugado un papel importante en laintegración sociocultural. Es más, este papel se hizo muynecesario porque todos los otros rasgos de la sociedad tien­den hacia la anarquia y la dispersión. Con excepción delas religiosas, no habia asociaciones organizadas formal·mente. El patrón de asentamiento es tan disperso como esalta la movilidad territorial. La organización de los pa­rientes ha llamado la atención de muchos observadorescomo "flexible" y "suelta" (WhiUen, 1974). Los intercam­bios económicos son básicamente interpersonclles, y Só~

efectúan cara a cara, fuera de las plazas de tr.p.rcado. seextienden sobre granJes dist.ancias e incluyen una granvariedad de productos.

Ahora, sinembargo, los ritos articulan todo lo anteriory algo más: el flujo de trabajo asalariado hacia afuera, yde nuevo hacia adentro de la comunidad. Los ritos ejer-

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cen hoy la función de movilizar y encauzar la fuerza la·boral hacia el mercado capitalista. Y es ésto lo que pro·voca el surgimiento de tensión y hostilidad de la siguientemanera:

1) Este rito religioso se constituye para el etnógrafo enel instrumento de articulación, entre un modo de produc·ción doméstico no capitalista. y uno capitalista, a travésde la mano de obra asalariada del DÚgrante.

2) Un marco de explicación estructural-funcional es útilen la medida en que su exhortación reduccionista lo em·puja a uno a meditar sobre la función social del rito.

3) Pero, en la medida en que el estructural·funciona·lismo inevitablemente hace énfasis sobre la armonia másque sobre el conflicto, la inmutabilidad más que el cambioo la historia, aquel tiene que ser superado por un modode análisis sensible a las contradicciones. En este caso lamás agobiadora, pero no la única contradicción, yace enel hecho de que el rito integra sistemas socioculturalesdisimiles y antagónicos, y asi satisface ciertos requisitospero, al hacerlo, también erosiona la unidad de la urodimbre social del lugar de la cual depende el sosteni·miento del rito mismo.

Debemos ahora desmenuzar estas afirmaciones. Volva·mos a entrar en una extensa discusión sociológica de laSemana Santa en Santa Maria, y luego seguiremos el exa·men de la organización socioeconómica del lugar, con­tinuando con un análisis del modo de vida del DÚgrantetrabajador asalariado. I

1) El trabajo de campo se llevo él cabo en el Valle del Caucadurante dos años y medio. en tres intervalos entre 1970y 1976. Este período in:luyó dos viajes de estudio a la costadel Pacifico por un total de cuatro meses. La investigaciónrecibió financiación de The University of London y The Fa­reing Area Fellowship Program (1970-71): The School ofGraduato Studies of The University of Michigan. The Wen·ner·Gran Foundation y The National Science Foundation(1975·76).

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cen hoy la función de movilizar y encauzar la fuerza la­boral hacia el mercado capitalista. Y es ésto lo que pro­voca el surgimiento de tensión y hostilidad de la siguientemanera:

1) Este rito religioso se constituye para el etnógrafo enel instrumento de articulación, entre un modo de produc­ción doméstico no capitalista, y uno capitalista, a travésde la mano de obra asalariada del migrante.

2) Un marco de explicación estructural-funcional es útilen la medida en que su exhortación reducciouista lo em·puja a uno a meditar sobre la función social del rito.

3) Pero, en la medida en que el estructural-funciona­lismo inevitablemente hace énfasis sobre la armonia másque sobre el conflicto, la inmutabilidad más que el cambioo la historia, aquel tiene que ser superado por un modode análisis sensible a las contradicciones. En este caso lamás agobiadora, pero no la única contradicción, yace enel hecho de que el rito integra sistemas socioculturalesdisimiles y antagónicos, y asi satisface ciertos requisitospero, al hacerlo, también erosiona la unidad de la ur­dimbre social del lugar de la cual depende el sosteni.miento del rito mismo.

Debemos ahora desmenuzar estas afirmaciones. Volva­mos a entrar en una extensa discusión sociológica de laSemana Santa en Santa MarIa, y luego seguiremos el exa­men de la organización socioeconómica del lugar, con·tinuando con un análisis del modo de vida del migrantetrabajador asalariado. '

1) El trabajo de campo se llevó a cabo en el Valle del Caucadurante dos alios y medio. en tres intervalos entre 1970y 1976. Este período in::luyó do~ viajes de estudio a la costadel Pacífico por un total de cuatro meses. La investigaciónrecibió financiación de The University of London y The Fo­reing Area Fellowship Program (1970-71); The School ofGraduate Studies of The University of Michigan. The Wen­ner·Gren Foundation y The National Science Foundation(1975-76).

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LOS RITOS

Una década atrás, antes de que la migración hacia lamano de obra asalariada fuera un rasgo tan fundamentalde la vida costeña, ella parecía ser la explicación másplausible a esta clase de institución religiosa - en purostérminos estructural-funcionales - poniendo énfasis so­bre la forma como ésta facilitaba la cohesión social demanera que el conflicto asociado a ella no era más que elpresagio de autodisolución. Por ejemplo Friedman (1966)en su análisis sobre las fiestas religiosas en la región deBarbacoas en la costa del Pacifico hace diez años, argu·mentaba que ellas tenlan Ulla función cohesiva, integran­do diferentes agrupaciones que la autora vela como encompetencia entre si por recursos naturales y poder po­litico" . .. para mantener su unidad contra la sociedad engeneral ... ,. De igual manera Pavy (1967: 246·250) -i!scri­bió con respecto a esas fiestas en el rlo Raposo a mediadosde la década de 1960, que " ... ellas unen físicamente algrupo y contribuyen a su solidaridad", y entendió de lamisma manera el conflicto que generan al señalar que "alsalir a la luz, el conflicto se resuelve" y concluyendo que"las fiestas reafirman los vlnculos sociales, proporcionanla ocasión para la comunicación, la cual de otra maneraseria dificil, y tienen importantes dimensiones económi­cas y psicológicas" entre las cuales menciona la redistri­bución económica y las dádivas ostentosas.

Hoy, al menos en lo que se refiere a la comunidad delrio Timbiquí, tales observaciones serIan muy dif1ciles desustentar. Su valor incalculable es aquel de una ver<lt>dhistórica referente a una época en la historia costeñacuando las relaciones del mercado, a pesar de la recono­cida importancia del imperialismo (Whitten, 1974) eranmenos importantes. Entonces parecerla que las fiestaseran un medio importante para regular la reciprocidad ~.

la redistribución que servlan de base a la economla local,y eran igualmente un mecansimo fiel para determinar lo

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que Whitten (1974: 172), en su análisis de la organizaciónsocial de los negros de la costa del Pacifico, describe como"una red flexible de hombres y mujeres cooperadores.red que puede extenderse rápidamente durante periodosde bonanza, o contraerse a un minimo de parientes y uni­dades mixtas durante épocas de depresión económica",

ORGANIZACION SOCIAL E INSTITUCIONES REIJGIOSAS

El grueso de la población de la costa desciende de es·clavos africanos traidos durante la colonia española paratrabajar las minas de oro de aluvión en las cabecerasde los rfos. Su organización social, al igual que la de lamayoria de las culturas negras del nuevo mundo, es no­table en términos de su movilidad espacial y de la natu­raleza difusa y fluida de sus relaciones sociales. Un as·pecto importante, sinembargo, es que la organización so­cial costeña no eleva, a su altura total, aquellos problemasmetodológicos y aquellas dudas que con mucha razónagobian a los estudiantes de culturas negras en cualquierotro lugar de Colombia o del Caribe donde, por ejemplo,(Wilson, 1969: 80) comentó:

Una comunidad a sus ojos (los del etnógrafo) pareceajustarse a un patrón co-residencial, con solidaridadpolitlca y ritual, reducible a uno de instituciones envez de relaciones sociales. Pero a través de todo ('1Caribe, la Iglesia, la escuela y los partidos politicosson instituciones externas al pueblo y por eso no for­man parte orgánica del sistema social del mismo.Con frecuencia los funcionarios SOn de fuera y contoda certeza lo son sus reglas.

Por el contrario, los negros de la Costa del Pacifico handesarrollado instituciones que son "orgánicamente unaparte del sistema social del pueblo", Estas son las reu­niones para los ritos religiosos que envuelven a la co­munidad entera y curiosamente tienen lugar en los pue-

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blos de las cabeceras, sitios que son los más alejados delmundo exterior y los que más dependen de intercambiosexternos, asi como también son los lugares en los cualesse originó la dispersión de esclavos y ex·esclavos.

En las poblaciones de las cabeceras del rio Timbiquly aledaños, tales como el Salja, se celebran ritos refina·dos asociados con la Semana Santa, Navidad y el SantoPatrono, en Abril, Diciembre y Agosto. Para los habitan·tes de las riberas del Timbiqui, la Semana Santa es la cele·bración más importante y en esa época las gentes de to­das las regiones vecinas, asi como los migrantes que re·gresan de ciudades y plantaciones del interior, se congre·gan en el centro ceremonial, el pueblo de Santa Maria.En el mucho más largo rio Salja, la celebracióñ más po·pular es la del Santo Patrono en el mes de Agosto y tieneel mismo efecto magnético de congregar a las gentes. Al11se suceden los actos ceremoniales asociados con ferias entres centros a lo largo de los cursos medio y alto del rfo.

Estos actos no se imponen a los vecinos ni son externoso foráneos. Indudablemente provienen de la Iglesia Colo­nial impuesta por los amos de los esclavos, pero hoy sonobviamente formas sincréticas de religión popular, organi­zadas por los mismos vecinos. Thomas Price, (1955: 6-7)quien estudió la religión popular de los negros, en lascostas Atlántica y Pacifica de Colombia, dice:

... allá se desarrolló un conjunto Integrado de ca·tolicismo español y usanza afrlcana, considerado porla gente misma como completamente católico y po}'consiguiente inmune en particular a los esfuerzos delos s~erdotes que deseaban desterrar los elementos"paganos". Este conjunto es un aspecto funcionalbásico de su forma total de vida, ..

Para la celebración de la Semana Santa en Santa Maria(la única fiesta religiosa que he presenciado personalmen-

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blos de las cabeceras, sitios que son los más alejados delmundo exterior y los que más dependen de intercambiosexternos, asl como también son los lugares en los cualesse originó la dispersión de esclavos y ex-esclavos.

En las poblaciones de las cabeceras del rl0 Timbiquty aledaños, tales como el Saija, se celebran ritos refina·dos asociados con la Semana Santa, Navidad y el SantoPatrono, en Abril, Diciembre y Agosto. Para los habitan·tes de las riberas del Timbiqul, la Semana Santa es la cele·bración más importante y en esa época las gentes de to­das las regiones vecinas, asl como los migrantes que re­gresan de ciudades y plantaciones del interior, se congre·gan en el centro ceremonial, el pueblo de Santa Maria.En el mucho más largo rl0 Salja, la celebracióñ más po­pular es la del Santo Patrono en el mes de Agosto y tieneel mismo efecto magnético de congregar a las gentes. AlUse suceden los actos ceremoniales asociados con ferias entres centros a lo largo de los cursos medio y alto del rl0.

Estos actos no se imponen a los vecinos ni son externoso foráneos. Indudablemente provienen de la Iglesia Colo·nial impuesta por los amos de los esclavos, pero hoy SOl1

obviamente formas sincréticas de religión popular, organi·zadas por los mismos vecinos. Thomas Frice, (1955: 6-7)quien estudió la religión popular de los negros, en lascostas Atlántica y Pacifica de Colombia, dice:

... allá se desarrolló un conjlmto integrado de ca·tolicismo español y usanza africana, considerado porla gente misma como completamente católico y porconsiguiente Inmune en particular a los esfuerzos delos saeerdotes que deseaban desterrar los elementos"paganos". Este conjunto es un aspecto funcionalbásico de su forma total de vida ...

Para la celebración de la Semana Santa en Santa Marla(la única fiesta religiosa que he presenciado personalmen-

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te), hay un grupo formal de ancianos, hombres y mujeres,quienes se encargan de organizar los ritos. Además, selleva a cabo una reunión puramente local del concejo delpueblo durante lo más sublime de la celebración paradiscutir temas de gran importancia para la comunidad,con la participación activa de los que han regresado re·cientemente. En Santa MarIa no hay cura párroco y muyrara vez la visita un sacerdote. No hay blancos ni indiosresid~ntes. El inspector de polic1a es invariablemente unode los ancianos respetables que se turnan para ocuparese puesto y las maestras de escuela son gentes nacidasen el lugar.

Como se describirá detalladamente más adelante, lasdimensiones religiosas de estas reuniones sirven tambiéncomo marco para toda clase de actividades profanas. Ladensa concentración de gente de diferentes regiones del1'10 sin contar el reintegro de los migrantes que regresan,ofrece una magnifica oportunidad al individuo para re·colectar información redeterminar y reorganizar inter­cambios de articulos y parientes, y llevar a cabo inter·cambios de relaciones personales ya sea en público o enun medio privado - oportunidad ésta que todos los pre·sentes aprovechan y no dejan escapar. Es la Gran Ocasiónen la cual se entrelazan dos ciclos de la vida social: el delas actividades de subsistencia para los de 1'10 arriba yr.ío abajo; y el del flujo de mano de obra asalariada queregresa o emigra pacia afuera del terruño ribereño.

SEMANA SANTA EN SANTA MARIA, 1976

Con meses de anticipación la gente se prepara para laSemana Santa, ocasión de gran concentración y posteriordispersión. Comenzando desde Febrero. los vecinos bogan1'10 abajo para pescar en el estuario o en el mar y amon·tonan cantidades de pescado que secan al sol para laSemana Santa. Por medio de la venta o cambio de susproductos de 1'10 arriba, se compran provisiones en las

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tiendas de la ciudad situada rl0 abajo. Se compran cocos,directamente a los cultivadores, y poco antes de la SemanaSanta comienzan a moverse las flotillas de canoas corrien·te arriba. coincidiendo con la llegada de los migrantes.Mucha gente que habita en forma permanente o por pe­riodos largos en la región baja del 1'10, se unirá tambiénen el ascenso hacia el pueblo de la cabecera. El 1'10 se vetachonado con el tráfico de canoas y los migrantes queregresan crean visble agitación. Las atestadas embarca·ciones los arrojan en cantidades hasta de setenta de unavez, y bajan buscando ansiosamente a parientes y canoaspara que los escolten 1'10 arriba, resplandecientes en suselegantes trajes, con radios ensodecedores y grabadoras,sobrecargados con catres y tejas metálicos. Los hombresson más numerosos que las mujeres, ya que las sirvientaspermanecen por tiempos más largos en SllS trabajos, gananmenos dinero y no tienen igual libertad para dejar susempleos. Los politicos forman un minúsculo pero impor·tante sub-grupo. Las elecciones en Colombia tienen lugardurante la pascua o inmediatamente después, cada dosaños.

Los ritos de Semana Santa en la aldea de la parte altadel do son refinados, numerosos y bien organizados. Portoda Colombia la Semana Santa es una época de intensaactividad religiosa y es objeto de mucho folclor y tabús.Sin embargo, en Santa María y en la cabecera del ríoSaija, hay aspectos que no son en forma alguna comunesal resto de Colombia. La comunidad, y no la jerarqu1ade la Iglesia, es la que organiza y lleva a término la cele·bración. No hay sacerdote ni monjas, y son los ancianos,o los más visibles, quienes congregados por el sacristánde la Iglesia. son los inmediatos responsables de la finan·ciación y programación de la representación de la serie deeventos que imitan en vivo la comprensión popular de laCrucifixión.

Todas las unidades familiares de la aldea tienen alguna

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te), hay un grupo formal de ancianos, hombres y mujeres,quienes se encargan de organizar los ritos. Además, selleva a cabo una reunión puramente local del concejo delpueblo durante lo más sublime de la celebración paradiscutir temas de gran importancia para la comunidad,con la participación activa de los que han regresado re­cientemente. En Santa Maria no hay cura párroco y muyrara vez la visita un sacerdote. No hay blancos ni indiosresid~ntes. El inspector de policia es invariablemente unode los ancianos respetables que se turnan para ocuparese puesto y las maestras de escuela son gentes nacidasen el lugar.

Como se describirá detalladamente más adelante, lasdimensiones religiosas de estas reuniones sirven tambiéncomo marco para toda clase de actividades profanas. Ladensa concentraci6n de gente de diferentes regiones deldo sin contar el reintegro de los migrantes que regresan,ofrece una magnifica oportunidad al individuo para re·colectar información redeterminar y reorganizar inter·cambios de artfculos y parientes, y llevar a cabo inter­cambios de relaciones personales ya sea en público o enun medio privado -oportunidad ésta que todos los pre­sentes aprovechan y no dejan escapar. Es la Gran Ocasiónen la cual se entrelazan dos ciclos de la vida social: el delas actividades de subsistencia para los de río arriba yrío abajo; y el del flujo de mano de obra asalariada queregresa o emigra !1acia afuera del terruño ribereño.

SEMANA SANTA EN SANTA MARIA, 1976

Con meses de anticipaci6n la gente se prepara para laSemana Santa, ocasión de gran concentraci6n y posteriordispersión. Comenzando desde Febrero, los vecinos bogan1'10 abajo para pescar en el estuario o en el mar y amon·tonan cantidades de pescado que secan al sol para laSemana Santa. Por medio de la venta o cambio de susproductos de rio arriba, se compran provisiones en las

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tiendas de la ciudad situada rlo abajo. Se compran cocos,directamente a los cultivadores, y poco antes de la SemanaSanta comienzan a moverse las flotillas de canoas corrien­te arriba, coincidiendo con la llegada de los migrantes.Mucha gente que habita en forma permanente o por pe­riodos largos en la región baja del rl0, se unirá tambiénen el ascenso hacia el pueblo de la cabecera. El rl0 se vetachonado con el tráfico de canoas y los migrantes queregresan crean visble agitaci6n. Las atestadas embarca­ciones los arrojan en cantidades hasta de setenta de unavez, y bajan buscando ansiosamente a parientes y canoaspara que los escolten rl0 arriba, resplandecientes en suselegantes trajes, con radios ensodecedores y grabadoras,sobrecargados con catres y tejas metálicos. Los hombresson más numerosos que las mujeres, ya que las sirvientaspermanecen por tiempos más largos en sus trabajos, gananmenos dinero y no tienen igual libertad para dejar susempleos. Los pollticos forman un minúsculo pero impor­tante sub-grupo. Las elecciones en Colombia tienen lugardurante la pascua o inmediatamente después, cada dosaños.

Los ritos de Semana Santa en la aldea de la parte altadel rl0 son refinados, numerosos y bien organizados. Portoda Colombia la Semana Santa es una época de intensaactividad religiosa y es objeto de mucho foldor y tabús.Sin embargo, en Santa Maria y en la cabecera del rloSaija, hay aspectos que no son en forma alguna comunesal resto de Colombia. La comunidad, y no la jerarquíade la Iglesia, es la que organiza y lleva a término la cele­braci6n. No hay sacerdote ni monjas, y son los ancianos,o los más visibles, quienes congregados por el sacristánde la Iglesia, son los inmediatos responsables de la finan.ciación y programación de la representación de la serie deeventos que imitan en vivo la comprensión popular de laCrucifixión.

Todas las unidades familiares de la aldea tienen alguna

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tarea importante que hacer, bien sea preparando y res­taurando las túnicas, los santos y el interior de la Iglesia,o bien dentro de la liturgia misma. La representación delos últimos dias de Cristo es bastante fiel, comenzandoen la Iglesia, con la Ultima Cena para los apóstoles, laflagelación - por toda la aldea - de un sector que hacede Cristo y la posterior Crucifixión de una efigie de ma­dera de tamaño natural, seguida de una conmovedoramarcha fúnebre por las calles. La Iglesia hace de teatroy el escenario se cambia continuamente con recargadostelones de fondo y flores. Los apóstoles son doce ancia­nos vestidos con ondeantes túnicas blancas y gorros. Par·ticipa~ en la solemne Ultima Cena y montan guardia anteel sepulcro de Cristo y atraviesan el pueblo con su pesoa cuestas. ayudados con frecuencia por sus nietos. Comoel del mayordomo y sacristán de la Iglesia, sus cargostienden a heredarse de padres a hijos y a nietos.

Los cantos y la música se suceden sin interrupción desdeel Jueves Santo hasta el domingo en la mañana. Algunoscantos son en Latln, pero la mayoria son canciones anti·guas que hoy rara vez se escuchan en otra parte. Elcanto va acompañado por la marimba, xilófono de palmay bambú -para dos personas de origen africano- y elcual se cuelga en la Iglesia. La marimba y los cantos enlatiD constituyen el estribillo del sincretismo que distinguela Semana Santa en general; sincretismo que no solo re­gistra la fusión de las culturas africanas con el cristianis­mo europeo, sino que también indica la profundidad delestado verdaderamente popular que la Iglesia demuestra.

De jueves a domingo el tintineo de la marimba penetratodos los rincones del atestado pueblo, incesantemente.como lluvia que cae con el ritmo a veces suave, a vecespesado. Los muchachos y los jóvenes se turnan en la de­mostración de sus habilidades, gozando obviamente la ar­monia de los músicos y del auditorio que arrastra a lagente a un estado de trance. La Iglesia desde donde la

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música y cantos desciende sobre el pueblo, es una especiede granero de concreto y ladrillo. suficientemente gran­de para dar cabida a la comunidad entera. Sus pocas ban·cas de madera están dispuestas más o menos al azarcerca del altar y salvo por aquellos momentos de rapto,como cuando el cuerpo de Cristo es bajado de la cruz, lagente vaga hacia adentro y hacia fuera y cuchichea.

Algunos hombres están borrachos, y mucha gente fuma,por lo cual un joven visitante negro, que nunca hablasalido del Valle del Cauca, juzgó todo el proceso COmoirrespetuoso y "nada más que un montón de ruido". Perolo que los miembros de una grey dirigida por un sacer.dote definiria como una blasfemia, es en este caso la ex­presión de profunda y respetuosa reverencia hacia unaiglesia de comunidad libre de la autoridad del clero, lacual no podrla patrocinar la intrusión de la alegria y laespontaneidad en lo que se considera generalmente unaépoca solemne y luctuosa. En ningún momento es éstoquizá más claro que cuando las ánimas solas, o esplritussolitarios de los muertos descienden a las calles a medianoche en ardiente búsqueda de la serpenteante procesiónque lleva al cuerpo de Cristo.

Las "ánimas" son un grupo de unos treinta hombresque pagan una pequeña suma a la iglesia por el privilegiode vestirse entre batas de mujer con largas capuchas blan.caso Se jactan de homoxesuales en atuendos femeninos,llevando fuertes látigos de cuero con los que azotan al jo·ven que moleste demasiado con sus vituperios anti.homo­sexuales. A aquellos que regresan del interior les en­canta asumir este papel. Mientras tanto, la solemne pro­cesión lleva el sepulcro iluminado con velas a través delas titilantes sombras del pueblo, haciendo pausas cadapocos pasos para oír los conjuros de los ancianos y el ecodel estribillo de la multitud. Detrás. van las gimientesánimas fugaces recibiendo insultos y golpeando fuerte­mente a quienes de eUas se mofan. hasta que el número

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música y cantos desciende sobre el pueblo, es una especiede granero de concreto y ladrillo, suficientemente gran­de para dar cabida a la comunidad entera. Sus pocas ban·cas de madera están dispuestas más o menos al azarcerca del altar y salvo por aquellos momentos de rapto,como cuando el cuerpo de Cristo es bajado de la cruz, lagente vaga hacia adentro y hacia fuera y cuchIchea.

Algunos hombres están borrachos, y mucha gente fuma,por lo cual un joven visitante negro, que nunca hablasalido del Valle del Cauca, juzgó todo el proceso comoirrespetuoso y "nada más que un montón de ruido". Perolo que los miembros de una grey dirigida por un sacer·dote definiria como una blasfemia, es en este caso la ex·presión de profunda y respetuosa reverencia hacia unaiglesia de comunidad libre de la autoridad del clero, lacual no podrla patrocinar la intrusión de la alegria y laespontaneidad en lo que se considera generalmente unaépoca solemne y luctuosa. En ningún momento es éstoquizá más claro que cuando las ánimas solas, o espiritussolitarios de los muertos descienden a las calles a medianoche en ardiente búsqueda de la serpenteante procesiónque lleva al cuerpo de Cristo.

Las "ánimas" son un grupo de unos treinta hombresque pagan una pequeña suma a la iglesia por el privilegiode vestirse entre batas de mujer con largas capuchas blan·caso Se jactan de homoxesuales en atuendos femeninos,llevando fuertes látigos de cuero con los que azotan al jo­ven que moleste demasiado con sus vituperios anti-homo­sexuales. A aquellos que regresan del interior les en·canta asumir este papel. Mientras tanto, la solemne pro­cesión lleva el sepulcro iluminado con velas a través delas titilantes sombras del pueblo, haciendo pausas cadapocos pasos para olr los conjuros de los ancianos y el ecodel estribillo de la multitud. Detrás. van las gimientesánimas fugaces recibiendo insultos y golpeando fuerte­mente a quienes de eUas se mofan, hasta que el número

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de accidentes y el cansancio los detiene, a veces al ama­necer.

Mientras el drama de la Semana Santa se desarrollaen la iglesia, el pueblo vibra con alegría, festejos, bebida,bailes y peleas. Incidentes de todo orden tienen lugar,desde las reuniones formalse del Concejo del pueblo has­ta los interminables corrillos callejeros. Todo ello conso­lida tanto al pueblo como a la comunidad ribereña; seafirma la solidaridad, se redefinen las relaciones perso­nales, se toma conciencia tanto de las condiciones localescomo de las del interior; a los niños ya se les alza, ya seles pone de nuevo en el suelo, se hacen arreglos para nue·vos viajes o para la migración de más gente hacia el Va­lle del Cauca y demás.

EL CONFlJCTO

A través de todo aquello existe también una corrientesubterránea de conflicto y tensión. Los recién venidosdel interior despiertan envidia y emulación salvajes porparte de los que no han ido nunca, o no lo han hecho re·cientemente. Muchos hombres me han contado cómo, en­cendidos de pasión, vieron regresar a los asalariados lu­ci.endo finos trajes y otras muestras de prosperidad. Enrealidad esta es una de las principales razones que jus·tifican la migración. Un hombre manifestó que siendojoven, antes de salir de la costa a trabajar en las planta­ciones de caña, creía que el dinero era un cultivo de r;~­

pida cosecha en el Valle del Cauca. La envidia, combinadacon la exigencia tácita de que la riqueza sea compartida.impregna toda la actividad social y se afirma que estasfiestas religiosas elevan la tensión al punto de ebulli­ción. El estudio de la función cohesiva de la Semana Santadebe tener en cuenta este punto.

Después de pasar los últimos diez años cortando cañ<ien una de las más grandes plantaciones del Valle del Cau·

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ca, un hombre de 35 años regresó a Santa Maria pocoantes de la Semana Santa para reunirse con sus padresy hermanos. Además de su magnifico vestuario traía ar­tículos para la venta. Pocos días después de su regresose encontró con sus viejos amigos en una reunión dondese consumía licor. Durante el transcurso de la noche co­menzó la jactancia y la incomodidad hasta que se inicióla pelea y fue atacado en forma concertada y muerto porlos asistentes esgrimendo botellas de brandy como garro­tes. Su cuerpo fue arrojado secretamente al río. La en­colerizada familia del muerto denunció ininterrumpida­mente a gritos, que había sido vlctima d~ la envidia. Lagente intervino esperanzada de poder prevenir un ciclofatal de enemistad. Durante toda la Semana Santa su ma­dre y hermanas se lamentaron y gritaron por todo elpueblo "Envidia, envidia" denunciando a los criminalesy amenazando partir en masa a vivir para siempre en elinterior, cerca de la plantación de donde la v1ctim'a acaba·ba de llegar. Tanto entonces como ahora, ocho mesesdespués, se afirma que la familia de la vlctima o las fa­milias de los criminales tendrán que dejar el pueblo anteel peligro de una enemistad sangrienta.

En la iglesia, a la altura de los ritos de Semana Santa,cuando la imagen de Cristo muerto era bajada lentamen·te de la cruz a media noche, un joven, hermano delmuerto, entró con una guitarra sobre su hombro y unaescopeta lista sobre el otro brazo, haciendo ver que ibaa dispararle a Cristo mismo. Fue inmediatamente aprehen­dido y amenazado con prisión por la Guardia Romana,grupo de hombres que desfilan dentro y fuera de la igle­sia toda la semana. Un vecino, hoy Tesorero Municipaldel pueblo de la parte baja del rl0, presentó demandasobre la base de cargos por irrespeto a la iglesia, aña·diendo fuego a la ya tensa situación e instigando a todoslos que dec1an en el pueblo que "de todos modos esa fa­milia no sirve ... " El sábado y domingo la madre y lashermanas del muerto permanecieron en la calle gritando

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de accidentes y el cansancio los detiene, a veces al ama­necer.

Mientras el drama de la Semana Santa se desarrollaen la iglesia, el pueblo vibra con alegria, festejos, bebida.bailes y peleas. Incidentes de todo orden tienen lugar,desde las reuniones formalse del Concejo del pueblo has­ta los interminables corrillos callejeros. Todo ello conso­lida tanto al pueblo como a la comunidad ribereña; seafirma la solidaridad, se redefinen las relaciones perso­nales, se toma conciencia tanto de las condiciones localescomo de las del interior; a los niños ya se les alza, ya seles pone de nuevo en el suelo, se hacen arreglos para nue­vos viajes o para la migración de más gente hacia el Va­lle del Cauca y demás.

EL CONFIJCTO

A través de todo aquello existe también una corrientesubterránea de conflicto y tensión. Los recién venidosdel interior despiertan envidia y emulación salvajes porparte de los que no han ido nunca, o no lo han hecho re­cientemente. Muchos hombres me han contado cómo, en­cendidos de pasión, vieron regresar a los asalariados lu­ciendo finos trajes y otras muestras de prosperidad. Enrealidad esta es una de las principales razones que jus·tifican la migración. Un hombre manifestó que siendojoven, antes de salir de la costa a trabajar en las planta­ciones de caña, creia que el dinero era un cultivo de rá­pida cosecha en el Valle del Cauca. La envidia, combinadacon la exigencia tácita de que la riqueza sea compartida.impregna toda la actividad social y se afirma que estasfiestas religiosas elevan la tensión al punto de ebulli­ción. El estudio de la función cohesiva de la Semana Santadebe tener en cuenta este punto.

Después de pasar los últimos diez años cortando cañaen una de las más grandes plantaciones del Valle del Cau-

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ca, un hombre de 35 años regresó a Santa Maria pocoantes de la Semana Santa para reunirse con sus padresy hermanos. Además de su magnifico vestuario trala ar­ticulos para la venta. Pocos dias después de su regresose encontró con sus viejos amigos en una reunión dondese consumia licor. Durante el transcurso de la noche co­menzó la jactancia y la incomodidad hasta que se inicióla pelea y fue atacado en forma concertada y muerto porlos asistentes esgrimendo botellas de brandy como garro­tes. Su cuerpo fue arrojado secretamente al rio. La en­colerizada familia del muerto denunció ininterrumpida­mente a gritos, que habia sido vlctima d~ la envidia. Lagente intervino esperanzada de poder prevenir un ciclofatal de enemistad. Durante toda la Semana Santa su ma­dre y hermanas se lamentaron y gritaron por todo elpueblo "Envidia, envidia" denunciando a los criminalesy amenazando partir en masa a vivir para siempre en elinterior, cerca de la plantación de donde la vlctim'a acaba·ba de llegar. Tanto entonces como ahora, ocho mesesdespués, se afirma que la familia de la victima o las fa­milias de los criminales tendrán que dejar el pueblo anteel peligro de una enemistad sangrienta.

En la iglesia, a la altura de los ritos de Semana Santa,cuando la imagen de Cristo muerto era bajada lentamen­te de la cruz a media noche, un joven, hermano de!muerto, entró con una guitarra sobre su hombro y unaescopeta lista sobre el otro brazo, haciendo ver que ibaa dispararle a Cristo mismo. Fue inmediatamente aprehen·dido y amenazado con prisión por la Guardia Romana,grupo de hombres que desfilan dentro y fuera de la igle­sia toda la semana. Un vecino, hoy Tesorero Municipaldel pueblo de la parte baja del rio, presentó demandasobre la base de cargos por irrespeto a la iglesia, aña­diendo fuego a la ya tensa situación e instigando a todoslos que dec1an en el pueblo que "de todos modos esa fa­milia no sirve ... " El sábado y domingo la madre y lashermanas del muerto permanecieron en la calle gritando

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y, exteriorizando sus sentimientos, hicieron el recuentode los acontecimientos de la semana tan duro como pu­dieron, y con fervientes amenazas recriminaron el com­portamiento individual y de la comunidad, poniendo finde esta manera al drama.

Dramatizaciones como esta son comunes y se ejecutanhábilmente. Se pone en ridículo en forma incisiva y ~

menudo risible, pero los espectadores fingen que nada,fuera de lo común ,está sucediendo. Estas manifestacionespúblicas de hostilidad, las cuales con seguridad producenheridas profundas, se improvisan siempre sobre temasdeterminados, como la siguiente andanada que estreme­ció el brumoso amanecer del Domingo de Pascua: 2

Yo Aurelial10 Garcia, les digo: no busco favores,vivo aquf y aqui moriré. Los hijos que he criado pue·den largarse, .,. todos ... , pero yo me quedo. Poreso no aguanto que la gente hable mal del pueblo.Lárguense, lárguense, pero no hablen, o. .. no vuel­van! Yo soy macho. Puedo exigir mis derechos aun­cuando ellos me lleven la contraria, asi sea de la Ca·pital del mismo Departamento. Saben que no mepueden conquistar. Ni desde las ciudades ni desdela capital. No! No! Tienen que tratarme como a unigual. No soy un muchacho ni un niño.

Ustedes nos tratan descaradamente. Ahora, uste­des llevan una vida suave allá. Nosotros fuimos cria­dos en el monte. Y ahora ustedes regresan con susvestidos finos, atrevidos y descarados, irrespetando nlos ciudadanos.

Ustedes dicen que nOs vestimos mal! Que somosignorantes, que trabajamos en el monte. Yo no tengo

2) Todos los nombres son ficticios.

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que trabajar en el monte. Yo voy a la tienda con michequera. compro veinte libras de arroz y gasto mnpesos. Y dizque él tiene un montón de mujeres e hl·jos. Qué orgullo! Qué cantidad de cosas ha consegui­do; doscientos mil pesos en el Banco. Pero yo puedodecir lo mismo. Tengo veintisiete hijos y cinco mu­jeres. En Buenaventura hay seis o siete. Si les dá lagana venir aquí para Semana Santa, pues que vengan.Pero no queremos montones de mierda aquf.

Aqui hay gente con más plata que usted - másplata que cualquier infeliz como usted que se largay luego viene a insultamos. Carajo! Hay gente conmás ropa fina de la que alcanza a ponerse!

Respeten!! Es que yo soy de aquí de Santa Maria!No permitiré que hablen mal de ella. Yo vivo comofui criado y usted regresa para decirme que fui mal·criado. Cómo voy a tolerario? A un extraño que nosabe nada, está bien porque uno tiene que perdonaral de afuera. Pero a un puerco "guevón" como usted?"SI no le gusta no venga!!

Aquí no necesítamos bichos. Usted dice que no haynada que valga aquf; que nadie es bueno; yo soy ma·cho y digo la verdad. Ustedes vienen para las elec­cioDes y nos dicen cómo viven de bien allá. Ustedes,grandfsimas mierdas! Traguen mierda con los cerdos!

La v1ctima de este abuso era un hombre de cincuentaaños, Evaristo, quien ha pasado los últimos quince añostrabajando como bracero en el puerto de Buenaventura,donde vive con su esposa y siete hijos. Con frecuenciaregresa para Semana Santa pero ésta fue ia primera ve?que trajo a su esposa y a todos sus hijos. Su padre, Viejo

N.T. En el original "guava eater".

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y, exteriorizando sus sentimientos, hicieron el recuentode los acontecimientos de la semana tan duro como pu­dieron, y con fervientes amenazas recriminaron el com­portamiento individual y de la comunidad, poniendo finde esta manera al drama.

Dramatizaciones como esta son comunes y Se ejecutanhábilmente. Se pone en ridiculo en forma incisiva y ll.

menudo risible. pero los espectadores fingen que nada,fuera de 10 común ,está sucediendo. Estas manifestacionespúblicas de hostilidad, las cuales con seguridad producenheridas profundas, se improvisan siempre sobre temasdeterminados, como la siguiente andanada que estreme­ció el brumoso amanecer del Domingo de Pascua: '

Yo Aureliano García, les digo: no busco favores,vivo aquí y aqui morIré. Los hijos que he criado pue­den largarse, o •• todos ... , pero yo me quedo. Poreso no aguanto que la gente hable mal del pueblo.Lárguense, lárguense, pero no hablen, o. " no vuel­van! Yo soy macho. Puedo exigir mis derechos aUIl·cuando ellos me lleven la contraria, así sea de la Ca­pital del mismo Departamento. Saben que no mepueden conquistar. Ni desde las ciudades ni desdela capital. No! No! Tienen que tratarme como a unigual. No soy un muchacho ni un niño.

Ustedes nos tratan descaradamente. Ahora, uste·des llevan una vida suave allá. Nosotros fuimos crIn­dos en el monte. Y ahora ustedes regresan con susvestidos finos. atrevidos y descarados, Irrespetando II

los ciudadanos.

Ustedes dicen que nos vestimos mal! Que somosignorantes, que trabajamos en el monte. Yo no tengo

2) Todos los nombres son ficticios.

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que trabajar en el monte. Yo voy a la tienda con michequera, compro veinte libras de arroz y gasto milpesos. Y dizque él tiene un mOntón de mujeres e hi·jos. Qué orgullo! Qué cantidad de cosas ha consegui.do; doscientos mil pesos en el Banco. Pero yo puedodecir lo mismo. Tengo veintisiete hijos y cinco mu­jeres. En Buenaventura hay seis o siete. Si les dá lagana venir aqui para Semana Santa, pues que vengan.Pero no queremos montones de mierda aquf.

Aquí hay gente con más plata que usted -másplata que cualquier infeliz como usted que se largay luego viene a insultarnos. Carajo! Hay gente conmás ropa fina de la que alcanza a ponerse!

Respeten!! Es que yo soy de aqui de Santa Maria!No permitiré que hablen mal de ella. Yo vivo comofui criado y usted regresa para d~irme que fui mal·criado. Cómo voy a tolerarlo? A un extraño que nosabe nada, está bien porque uno tiene que perdonaral de afuera. Pero a un puerco "guevón" como usted?:'Si no le gusta no venga!!

Aqui no necesitamos bichos. Usted dice que no baynada que valga aqui; que nadie es bueno; yo soy ma·cho y digo la verdad. Ustedes vienen para las elec­ciones y nos dicen cómo viven de bien allá. Ustedes,grandisimas mierdas! Traguen mierda c'on los cerdos!

La victima de este abuso era un hombre de cincuentaaños, Evaristo, quien ha pasado los últimos quInce añostrabajando como bracero en el puerto de Buenaventura,donde vive con su esposa y siete hijos. Con frecuenciaregresa para Semana Santa pero ésta fue la primera ve?que trajo a su esposa y a todos sus hijos. Su padre, viejo

•. N.T. En el original "guava eater".

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y enfermo. es uno de los doce apóstoles, y cuando Evari"tono puede asistir, envla a su hijo mayor para que ayude alviejo a cargar el sepulcro de Cristo por las calles. A losojos de los residentes ribereños más permanentes, Eva­risto encarna la vana pomposidad del asalariado común.Usa anteojos. lo cual es muy raro en la gente del campo,y tiene una pequeña cámara fotográfica con la que tomafotos de los ritos, pues dice estar "interesado en el pe­riodism.o". Al menor incidente sermonea a los bogas quelo llevan 1'10 arriba: "La pobreza es una cosa; el abandonoes otra". Se lamenta de lo que ve como apatía en sus co·terráneos poniéndoles de presente cómo son de "ins­truidos" y de "educados" los del interior; suspira por lasoportunidades que se pierden de levantar ganado en laselva. Les da equivocados y peligrosos, pero convincente:;consejos sobre enfermedades graves, mientras ridiculizacomo supersticiosas las costumbres del lugar, etc.

En las reuniones del Concejo del pueblo asumió en estaocasión el papel de experto en finanzas, ingeniero eléctri.co y representante politico en la importante decisión so­bre la luz eléctrica para el pu~blo. Tamaña sorpresa sellevó al ver que al fin alguien hubiera explotado con furiay lo hubiera sometido a la delicada tortura del rid1culocallejero. parangonando las virtudes de la comunidaddel lugar, con el engreimiento del asalariado que regresa.La respuesta de Evaristo fue coger una escopeta, reunirsu familia en la calle en mitad de la mañana y, al compasde un tambor, marchar por el frente de la casa de suatacante para pasar un dla cazando, como los terrate­nientes, en la selva desprovista de caza. No se resolvió elconflicto y Evaristo partió apresuradamente al dla si·guiente con su entristecida familia.

Fue Antonio quien se vio envuelto en otra situación si­milar. Habla salido de Santa Maria hacia 1958 y trabajócomo cortador de caña en el Valle del Cauca hasta que sevio forzado a retirarse del trabajo con ocasión de las gra-

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ves huelgas de comienzos de la década de 1960, en lascuales tomó parte muy activa. Posteriormente trabajó co­mo bracero en Buenaventura por algunos años. Con grandedicación, suerte y contactos pol1ticos se hizo a un tra­bajo en la capital de la República, donde hoy estudiaderecho y trabaja para la mal llamada "izquierda" delpartido pol1tico dominante. Junto con otro politico del 1'10

Timbiqui. se ha dedicado durante la Semana Santa aconseguir votos para si mismo en las elecciones municipa­les y departamentales. Es la primera vez que regresa aSanta MarIa en ocho años: "A un costo altfsimo, perobien vale la pena porque me dá mucho gusto estar conmi gente en esta época para parcipar de sus costumbres".En público afirma que su partido politico es parte de unmovimiento mundial y que su plan de acción está enca­minado a incorporar a los marginados a la corriente dela vida moderna.

Junto con otros prósperos hombres de mediana edadfue invitado a almorzar por José, propietario de unapequeña mina de oro en la parte baja del 1'10. José vinoa pasar la Semana Santa con una de sus amantes enSanta Maria, y estuvo bebiendo en forma constante todala semana. El, es un borracho calmado pero despreciable.Antonio llega muy tarde al almuerzo. Los demás invitadosbeblan y escuchaban al guitarrista llegando del estuario.Muy calmadamente, y con meticulosa eficiencia José co­mienza a insultar a Antonio de una manera tal que deberlahaber desembocado en una tremenda disputa. Lo que dicees que Antonio no es más que un oportunista que sólorecuerda a su gente cuando se trata de conseguir votospara si mismo. Antonio trata de ignorarlo, pero el silenciose hace insoportable y, después de comer el pollo que Jo­sé le empujó, se va rápidamente a enfrentar el candenteridlculo que pronto se esparce por el pueblo. Al sectorpolitico de Antonio le fue muy mal en las elecciones quelas ganó uno de los residentes, de tendencias muy con­servadoras.

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y enfermo. es uno de los doce apóstoles, y cuando Evari'itono puede asistir, envla a su hijo mayor para que ayude alviejo a cargar el sepulcro de Cristo por las calles. A 10$

ojos de los residentes ribereños más permanentes, Eva·risto encarna la vana pomposidad del asalariado común.Usa anteojos. lo cual es muy raro en la gente del campo,y tiene una pequeña cámara fotográfica con la que tomafotos de los ritos, pues dice estar "interesado en el pe·riodismo". Al menor incidente sermonea a los bogas quelo llevan 1'10 arriba: "La pobreza es una cosa; el abandonoes otra". Se lamenta de lo que ve como apatia en sus co­terráneos poniéndoles de presente cómo son de "ins­truldos" y de "educados" los del interior; suspira por lasoportunidades que se pierden de levantar ganado en laselva. Les da equivocados y peligrosos, pero convincentesconsejos sobre enfermedades graves, mientras ridiculizacomo supersticiosas las costumbres del lugar, etc.

En las reuniones del Concejo del pueblo asumió en estaocasión el papel de experto en finanzas, ingeniero eléctri­co y representante pollUco en la importante decisión so­bre la luz eléctrica para el pu~blo. Tamaña sorpresa sellevó al ver que al fin alguien hubiera explotado con furiay lo hubiera sometido a la delicada tortura del ridiculocallejero, parangonando las virtudes de la comunidaddel lugar, con el engreimiento del asalariado que regresa.La respuesta de Evaristo fue coger una escopeta, reunirsu familia en la calle en mitad de la mañana y, al compasde un tambor, marchar por el frente de la casa de suatacante para pasar un dla cazando, como los terrate­nientes, en la selva desprovista de caza. No se resolvió elconflicto y Evaristo partió apresuradamente al dla si­guiente con su entristecida familia.

Fue Antonio quien se vio envuelto en otra situación si·milar. Habla salido de Santa Marla hacia 1958 y trabajócomo cortador de caña en el Valle del Cauca hasta que sevio forzado a retirarse del trabajo con ocasión de las grao

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ves huelgas de comienzos de la década de 1960, en lascuales tomó parte muy activa. Posteriormente trabajó co­mo bracero en Buenaventura por algunos años. Con grandedicación, suerte y contactos pollticos se hizo a un tra·bajo en la capital de la República, donde hoy estudiaderecho y trabaja para la mal llamada "izquierda" delpartido polltico dominante. Junto con otro polltico del 1'10

Timbiqul, se ha dedicado durante la Semana Santa aconseguir votos para sl mismo en las elecciones municipa·les y departamentales. Es la primera vez que regresa aSanta MarIa en ocho años: "A un costo altlsimo, perobien vale la pena porque me dá mucho gusto estar conmi gente en esta época para parcipar de sus costumbres".En público afirma que su partido poUtico es parte de unmovimiento mundial y que su plan de acción está enca·minado a incorporar a los marginados a la corriente dela vida moderna.

Junto con otros prósperos hombres de mediana edadfue invitado a almorzar por José, propietario de unapequeña mina de oro en la parte baja del do. José vinoa pasar la Semana Santa con una de sus amantes enSanta Marla, y estuvo bebiendo en forma constante todala semana. El, es un borracho calmado pero despreciable.Antonio llega muy tarde al almuerzo. Los demás invitadosbeblan y escuchaban al guitarrista llegando del estuario.Muy calmadamente, Y con meticulosa eficiencia José co·mienza a insultar a Antonio de una manera tal que deberlahaber desembocado en una tremenda disputa. Lo que dicees que Antonio no es más que un oportunista que sólorecuerda a su gente cuándo se trata de conseguir votospara sI mismo. Antonio trata de ignorarlo, pero el silenciose hace insoportable y, después de comer el pollo que .Jo·sé le empujó, se va rápidamente a enfrentar el candenteridiculo que pronto se esparce por el pueblo. Al sectorpolltico de Antonio le fue muy mal en las elecciones quelas ganó uno de los residentes, de tendencias muy con­servadoras.

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Estos incidentes (que yo observé personalmente), pa­recen mostrar una gran gama de las situaciones conflic­tivas que los diversos tipos de migrantes que regresan.encuentran y engendran. También cabe anotar que ciertaclase de residentes abandona el pueblo durante la SemanaSanta o se manifiestan abiertamente indiferentes. Eldueño de la mina de oro más grande del rio, un negrode origen local, aprovecha la oportunidad de los dias defiesta (que sus trabajadores asalariados le reclaman) paraviajar con su esposa a Popayán, capital del Departamen­to, centro del poder y objeto de criticas para la gente dellugar. Mientras la Semana Santa de Popayán es para lagran corriente social colombiana el más ferviente y es­pectacular suceso, la gente de Santa MarIa la ve inferiora la suya propia. El hijo del dueño de la mina, un médicorecién graduado. toma un avión hacia el interior para es­capar del aburrimit>nto de la vida del río, r.omprar unacaña de pescar. y consolar a su esposa blanca con unacorta escapada de la zona. El grupo de jóvenes maestrasde escuela y la enfermera, nacidas en la región, no tomanparte de la ceremonia y permanecen ostensiblementelejos de la iglesia. En otras palabras, no son las celebra­ciones de Semana Santa, lo que las integra a la urdimbresocial; más bien les proporciona la ocasión para exhibirsu distanciamiento del populacho.

En todo caso, la consolidación de grupo que yace bajola celebración de los ritos contrasta en forma especta­cular con las fuerzas centrífugas que caracterizan la or­ganización socio-económica. En forma análoga, el papelde la envidia y la ideologla de igualdad también sirvenpara inhibir la anarquía y la dispersión incrustadas den­tro del modo doméstico de producción. Es sobre estosrasgos sobre los que debemos volver ahora.

LA ORbANIZACION SOCIO-ECONO~IlCA DEL LUGAR

Whitten (1974) explica la movilidad y flexibilidaci dela organización social costeña en términos estructural-

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funcionales. como la adaptación exitosa que la sociedadha tenido que hacer a las inconexas empresa~ imperia­listas de los siglos XIX y :xx a lo largo de la costa. Laspulsaciones provocadas por bonanza y depresión se indujoa la inestabilidad espacial y social, la cual se ha contru­rrestado con una flexibilidad estructurada en la organiza­ción de los parientes. Sin menospreciar el impacto delimperialismo, sinembargo, se debe tener en cuenta quehay que aducir causas adicionales' y que la economía desubsistencia del lugar en sI misma, y no las actividadesde recolección estimuladas por la econom:ia internacio­nal, requiere una dosis formidable de flexibilidad y mo­vilidad espacial.

EL PATRON DE ECO-DIVERSIDAD E INTERCAMBIO

ECONOMICO

La angosta faja de selva tropical que se extiende pormás de seiscientas millas a lo largo de la Costa Pacificade Colombia, desde la frontera con Panamá hasta la partenorte del Ecuador, continúa siendo una de las regionesdel continente más aisladas e inaccesibles del continente.Separado del resto del país por el macizo de los Andesque se extiende hacia el Norte y hacia el Sur, el terrenoestá cruzado por los tortuosos ríos que bajan al Oestedesde las escarpadas montañas para desembocar en elmar. Estos ríos constituyen las vías de com,unicación delárea, prácticamente el único medio de transporte es lacanoa y el género de vida es tal que exige a la mayorlade la gente viajes frecuentes y penosos.

3) Por ejemplo, las sociedades indigenas de la localidad, quecomparten la misma ecologla y que están igualmente ex­puestas a las viscisitudes del imperialismo. tienen una for­ma de organización SOCilll totalmente diferente a la de losnegros.

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Estos incidentes (que yo observé personalmente), pa·recen mostrar una gran gama de las situaciones conflic­tivas que los diversos tipos de migrantes que regresan,encuentran y engendran. También cabe anotar que ciertaclase de residentes abandona el pueblo durante la SemanaSanta o se manifiestan abiertamente indiferentes. Eldueño de la mina de oro más grande del 1'10, un negrode origen local, aprovecha la oportunidad de los dtas defiesta (que sus trabajadores asalariados le reclaman) paraviajar con su esposa a Popayán, capital del Departamen­to, centro del poder y objeto de criticas para la gente dellugar. Mientras la Semana Santa de Popayán es para lagran corriente social colombiana el más ferviente y es·pectacular suceso, la gente de Santa MarIa la ve inferiora la suya propia. El hijo del dueño de la mina, un médicorecién graduado, toma un avi6n hacia el interior para es·capar del aburrimit'nto de la vida del rio, I:omprar w\acaña de pescar, y consolar a su esposa blanca con unacorta escapada de la zona. El grupo de jóvenes maestrasde escuela y la enfermera, nacidas en la región, no tomanparte de la ceremonia y permanecen ostensiblementelejos de la iglesia. En otras palabras, no son las celebra·ciones de Semana Santa, lo que las integra a la urcHmbresocial; más bien les proporciona la ocasión para exhibirsu distanciamiento del populacho.

En todo caso, la consolidación de grupo que yace bajola celebración de los ritos contrasta en forma especta·cular con las fuerzas centrifugas que caracterizan la 01'­

ganizaci6n socio-econ6mica. En forma análoga, el papelde la envidia y .la ideologia de igualdad también sirvenpara inhibir la anarquia y la dispersión incrustadas den·tro del modo doméstico de producción. Es sobre estosrasgos sobre los que debemos volver ahora.

LA OR&ANIZACION SOCIO·ECONOl\'IlCA DEL LUnAR

Whitten (1974) explica la movilidad y flexibilidari dela organización social costeña en términos estrudural.

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funcionales, como la adaptaci6n exitosa que la sociedadha tenido que hacer a las inconexas empresa$ imperia­listas de los siglos XIX y XX a lo largo de la costa. Laspulsaciones provocadas por bonanza y depresión se indujoa la inestabilidad espacial y social, la cual se ha contra.rrestado con una flexibilidad estructurada en la organiza.ci6n de los parientes. Sin menospreciar el impacto delimperialismo, sinembargo, se debe tener en cuenta quehay que aducir causas adicionales' y que la economla desubsistencia del lugar en sI misma, y no las actividadesde recolección estimuladas por la econo~ia internacio­nal, requiere una dosis formidable de flexibilidad y mo­vilidad espacial.

EL PATRON DE ECO-DIVERSIDAD E INTERCAMBIO

ECONOMICO

La angosta faja de selva tropical que se extiende pormás de seiscientas millas a lo largo de la Costa Pacificade Colombia, desde la frontera con Panamá hasta la partenorte del Ecuador, continúa siendo una de las regionesdel continente más aisladas e inaccesibles del continente.Separado del resto del pats por el macizo de los Andesque se extiende hacia el Norte y hacia el Sur, el terrenoestá cruzado por los tortuosos dos que bajan al Oestedesde las escarpadas montañas para desembocar en elmar. Estos rlos constituyen las vias de com,unicación delárea, prácticamente el único medio de transporte es lacanoa y el género de vida es tal que exige a la mayorlade la gente viajes frecuentes y penosos.

3) Por ejemplo. las sociedades indigenas de la localidad. quecomparten la misma ecologfa y que están igualmente ex.puestas a las viscisitudes del imperialismo. tienen una foroma de organización social totalmente diferente a la de losnegros.

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Entre la mitad y los dos tercios de la población negraviven en pueblos pequeños o en chozas dispersas sobre lasorillas de los rlos. En las cabeceras de los ríos hay aldeasque están medio ocupadas la mayor parte del año, y gene­ralmente la densidad de población es mucho más altacerca de la desembocadura de los rlos y está centrada enla sede municipal. Estos pueblos están situados en el sitiode convergencia de aguas dulces y saladas, donde la ma­yoria de las embarcaciones costeras pueden entrar cuan·do la marea está alta, para entregar articulos de consumoy cargar madera y cocos. En esta misma zona están ubi­cados los aserraderos de propietarios blancos.

En la mitad sur de la costa los rlos corren paralelosentre s1 y están a pocas millas uno del otro. Este es elcaso tipico de los dos Saija y Timbiqul, cuyas corrientesatraviesan más de cuarenta millas de espesas selvas bol'·deadas de chozas y de cultivos sobre terraplenes, paraluego ir a verter sus aguas en un laberinto de ciénagasde agua salada y anchos estuarios enlodados donde creceel mangle. Las selvas comprendidas entre uno y otro rl0están deshabitadas y sólo cultivadas a trechos distantes.Las gentes del lugar aseguran que estas zonas son culti­vables pero no se manifestan interesados en hacerlo porfalta de un mercado de venta efectiva que los estimule.Aunque las riberas de las partes media y alta de los ríosestán densamente pobladas, con una choza cada cien edoscientos metros, y todos los fértiles terraplenes tienencultivos de plátanos y caña de azúcar, la gente afirmaque no hay escasez de tierra.' Los titulos de propiedadde la tierra son escasos y la propiedad se transmite porherencia de derechos de uso de los hijos quienes en teo-

----4) La escasez de tierra bien puede ser una causa fundamental

de la migración. Pavy (1967: 199) considera que tal fue elcaso del rio Raposo a mediados de la década de 1960. Wesl(1957: 126.129) señaló a comienzos de la década de 1950que la tierra para cultivos productivos era escasa en las

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rla tienen todos iguales derechos. Las tierras baldías es­tán por lo general abiertas para cualquiera de dentro dela comunidad o de fuera. Hay también pequeños terrenoscomunes y hasta algún ganado que el mayordomo de laiglesia administra.

La sorprendente diversidad ecológica y uso que carac­terizan el curso de un r10 como sistema total de subsis­tencia, los ha descrito en detalle R.C. West (1957). Losrlos de agua dulce, los bosques, los caños de aguas sala­das, las ciénagas de mangle y el mar, forman un contras­te que salta a la vista, el cual cubre una intrincada seriede complejas microzonas, matizándose la una con la otraa medida que descendemos de los rocosos caudales hacialos tranquilos estuarios. Cada zona depende de las demásy mientras más r10 arriba se vive, por ejemplo, más sedepende de la ecolog1a y producción de la parte bajadel río, especialmente del pescado y los articulos de con­sumo importados del interior y que se venden en elpueblo situado rlo abajo.

Además del transporte hacia arriba de pescado seco ymodernos artículos de consumo a cambio de azúcar, ron.plátanos y oro que van hacia abajo, hay muchos otrosproductos de menor importancia, pero que también sonvitales para la economía del lugar. El arroz y los cocosvan hacia arriba a cambio de tubérculos, frutas, chontadu­ros y fruto del árbol del pan (N.T.)* que se llevan hacia

4)cercanías de los ríos de la zona costera, y opinó que la fer.tIIidad era baja en las zonas comprendidas entre uno y otrorios. Sea como fuere, las zonas que se encuentran entredos ríos son muy vastas y en realidad los residentes delTimblqui y del Salja no experimentan ninguna escasez detierra, lo cual podría atribuirse a la migración. Más aún,seria muy dificil explicar la fuerza de la ideologia de consu­mo por la existencia de presiones sobre la tierra.

~ N.T. En el original "Bread frult nuts".

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Entre la mitad y los dos tercios de la población negraviven en pueblos pequeños o en chozas dispersas sobre lasorillas de los dos. En las cabeceras de los ríos hay aldeasque están medio ocupadas la mayor parte del año, y gene­ralmente la densidad de población es mucho más altacerca de la desembocadura de los ríos y está centrada enla sede municipal. Estos pueblos están situados en el sitiode convergencia de aguas dulces y saladas, donde la ma­yorla de las embarcaciones costeras pueden entrar cuan­do la marea está alta, para entregar articulos de consumoy cargar madera y cocos. En esta misma zona están ubiocados los aserraderos de propietarios blancos.

En la mitad sur de la costa los rlos corren paralelosentre sí y están a pocas millas uno del otro. Este es elcaso tipico de los ríos Saija y Timbiqul, cuyas corrientesatraviesan más de cuarenta millas de espesas selvas bar·deadas de chozas y de cultivos sobre terraplenes, paraluego ir a verter sus aguas en un laberinto de ciénagasde agua salada y anchos estuarios enlodados donde creceel mangle. Las selvas comprendidas entre uno y otro 1'10están deshabitadas y sólo cultivadas a trechos distantes.Las gentes del lugar aseguran que estas zonas son culti­vables pero no se manifestan interesados en hacerlo porfalta de un mercado de venta efectiva que los estimule.Aunque las riberas de las partes media y alta de los 1'10:;están densamente pobladas, con una choza cada cien edoscientos metros, y todos los fértiles terraplenes tienencultivos de plátanos y caña de azúcar, la gente afirmaque no hay escasez de tierra.' Los titulos de propiedadde la tierra son escasos y la propiedad se transmite pOIherencia de derechos de uso de los hijos quienes en teo·

----4) La escasez de tierra bien puede ser una causa fundamental

de la migración. Pavy (1967: 199) considera que tal fue elcaso del río Raposo a mediados de la década de 1960. West(1957: 126-129) señaló a comienzos de la década de 1950que la tierra para cultivos productivos era escasa en las

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ría tienen todos iguales derechos. Las tierras baldlas es­tán por lo general abiertas para cualquiera de dentro dela comunidad o de fuera. Hay también pequeños terrenoscomunes y hasta algún ganado que el mayordomo de laiglesia administra.

La sorprendente diversidad ecológica y uso que carac­terizan el curso de un río como sistema total de subsis­tencia, los ha descrito en detalle R.C. West (1957). Losdos de agua dulce, los bosques, los caños de aguas sala­das. las ciénagas de mangle y el mar, forman un contras­te que salta a la vista, el cual cubre una intrincada seriede complejas microzonas, matizándose la una con la otraa medida que descendemos de los rocosos caudales hacialos tranquilos estuarios. Cada zona depende de las demásy mientras más rl0 arriba se vive, por ejemplo, más sedepende de la ecología y producción de la parte bajadel 1'10, especialmente del pescado y los artículos de con­sumo importados del interior y que se venden en elpueblo situado rl0 abajo.

Además del transporte hacia arriba de pescado seco ymodernos articulas de consumo a cambio de azúcar, ron.plátanos y oro que van hacia abajo, hay muchos otrosproductos de menor importancia, pero que también sonvitales para la economla del lugar. El arroz y los cocosvan hacia arriba a cambio de tubérculos, frutas, chontadu­ros y fruto del árbol del pan (N.T.)* que se llevan hacia

4)cercanías de los ríos de la zona costera, y opinó que la fer­tilidad era baja en las zonas comprendidas entre uno y otroríos. Sea como fuere. las zonas que se encuentran entredos ríos son muy vastas y en realidad los residentes delTimblquí y del Salja no experimentan ninguna escasez detierra. lo cual podría atribuirse a la migración. Más aún,seria muy difícil explicar la fuerza de la ideologia de consu­mo por la existencia de presiones sobre la tierra.

~ N.T. En el original "Bread fruit nuts".

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abajo. Con excepción de casi todo el oro y los articuloscomprados en el comercio, estos productos circulan ama·nera de intercambios privados entre individuos, no porventa en lugares de mercado. De igual manera (lo cualreviste mucha importancia), la gente se mueve con estascorrientes económicas por periodos cortos o largos.

ORGANIZACION LABORAL

La cooperación laboral entre las unidades familiaresva en disminución. A comienzos de la década de 1950.R.C. West (1957: 131) vio alegres y festivas reunionespara el trabajo - mingas - durante las cuales se lim­piaba la tierra para la siembra del maiz. Pero aún entonoces, él observó que esta institución estaba desapareciendorápidamente y hoy dla, en los dos Saija y Timbiqui, ya noexiste. David Pavy (1967: 164·165), quien vivió en el ríoRaposo a mediados de la década de 1960, dice que porcada cosecha de ma[z que se cultivaba por mingas, variasse cultivaban por mano de obra asalariada. Las personasmayores, según él observa, tenian una conciencia clarade la decadencia del trabajo cooperativo en grupo y loatribuian en gran parte al influjo del dinero.

La mineria de oro. distinta del "mazamorreo", a menu­do involucra grandes grupos de trabajadores con partici­pación en la producción, tanto en el rio Seija como en lamucho más importante fuente de producción de oro que enel Alto Timbiqui. La mitad del producto es para el capitán,quien por lo general provee el capital de trabajo, la otramitad se distribuye equitativamente entre el resto. Aúnasi el grueso de la producción de oro del Timbiqui pro·viene de la mina de veta horizontal de un solo propieta·rio, un negro del lugar que emplea mano de obra asala·riada. El corte y transporte de trozas de madera se llevaa cabo en grupos cooperativos frecuentemente bajo ladirección de un individuo en forma semejante a la des·crita para los grupos de mineros. Pero todas las otras la·

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bores rutinarias para la subsistencia de la unidad familiarson los miembros de la unidad familiar, solos o con ma.no de obra contratada, quienes las llevan a cabo con in­tercambios reciprocos ocasionales entre individuos.

Por otra parte, aunque las unidades familiares seancapaces por si mismas de atender al grueso de sus neocesidades de trabajo, no podrlan económicamente, existirsin el reciproco intercambio de materia prima y servi.cios que las une dentro del sistema total a lo largo delrio. Como dice el dicho: "Aqul en la co~ta, una manolava la otra".

RECIPROCIDAD, REDlSTRIBUCION E IGUALDAD

En realidad Whitten (1974: 170) considera que lasdiadas de reciprocidad entre unidades familiares cOnsti.tuyen los cimientos del comportamiento económico re.gional. Cabalgando sobre esta base de reciprocidad vaun modo redistributivo de organización -en cuanto asus metas de ingreso - "donde la gente se reune alrede.dor del cabecilla de un grupo de trabajo. lo apoya en suimpulso hacia un nivel social más alto y a la vez dismi­nuye la diferencia de niveles económicos entre los unosy el otro". A su turno, esta estructura redistributiva sehalla dominada por una rosca local que tiene en su Ulanoel poder. Esto es, un conjunto de parientes cuyo ltderhace las veces de agente para intercambios entre la re.gión y las economías nacional e internacional. En resu.men, el imperialismo extrae productos de la selva a t1"3­vés de una pirámide de formas sociales que se vuelvenmás igualitarias y reciprocas a medida que uno se acercual sitio de producción o extracción.

Concuerdan con la reciprocidad y redistribución lasnormas de igualdad y el correspondiente temor a la en.vidia. Como lo presenta Pavy l1967: 279) en su estudiosobre la hechicerla común entre los nativos: "El éxito

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abajo. Con excepción de casi todo el oro y los articuloscomprados en el comercio, estos productos circulan ama·nera de intercambios privados entre individuos, no porventa en lugares de mercado. De igual manera (lo cualreviste mucha importancia), la gente se mueve con estascorrientes económicas por periodos cortos o largos.

ORGANIZACION LABORAL

La cooperación laboral entre las unidades familiaresva en disminución. A comienzos de la década de 1950.R.C. West (1957: 131) vio alegres y festivas reunionespara el trabajo - mingas - durante las cuales se limopiaba la tierra para la siembra del maiz. Pero aún entonoces, él observó que esta institución estaba desapareciendorápidamente y hoy dla, en los dos Saija y Timbiqui, ya noexiste. David Pavy (1967: 164-165), quien vivió en el rioRaposo a mediados de la década de 1960, dice que porcada cosecha de malz que se cultivaba por mingas, variasse cultivaban por mano de obra asalariada. Las personasmayores, según él observa, tenian una conciencia clarade la decadencia del trabajo cooperativo en grupo y loatribuian en gran parte al influjo del dinero.

La minerla de oro. distinta del "mazamorreo", a menu­do involucra grandes grupos de trabajadores con partici­pación en la producción, tanto en el 1'10 Seija como en lamucho más importante fuente de producción de oro que enel Alto Timbiqu1. La mitad del producto es para el capitán,quien por lo general provee el capital de trabajo, la otramitad se distribuye equitativamente entre el resto. Aúnasl el grueso de la producción de oro del Timbiqui pro·viene de la mina de veta horizontal de un solo propieta­rio, un negro del lugar que emplea mano de obra asala·riada. El corte y transporte de trozas de madera se llevaa cabo en grupos cooperativos frecuentemente bajo ladirección de un individuo en forma semejante a la des­crita para los grupos de mineros. Pero todas las otras la-

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bores rutinarias para la subsistencia de la unidad familiarson los miembros de la unidad familiar, solos o con ma­no de obra contratada, quienes las llevan a cabo con in.tercambios reciprocos ocasionales entre individuos.

Por otra parte, aunque las unidades familiares seancapaces por si mismas de atender al grueso de sus neocesidades de trabajo, no podrlan económicamente, existirsin el recIproco intercambio de materia prima y servi.cios que las lile dentro del sistema total a lo largo del1'10. Como dice el dicho: "Aqul en la co~ta, una manolava la otra".

RECIPROCIDAD, REDlSTRIBUCION E IGUALDAD

En realidad Whitten (1974: 170) considera que lasdiadas de reciprocidad entre unidades familiares consti­tuyen los cimientos del comportamiento económico re.gional. Cabalgando sobre esta base de reciprocidad vaun modo redistributivo de organización -en cuanto asus metas de ingreso - "donde la gente se reune alrede.dor del cabecilla de un grupo de trabajo, lo apoya en suimpulso hacia un nivel social más alto y a la vez dismi.nuye la diferencia de niveles económicos entre los unosy el otro". A su turno, esta estructura redistributiva sehalla dominada por una rosca local que tiene en su manoel poder. Esto es, un conjunto de parientes cuyo llderhace las veces de agente para intercambios entre la re­gión y las economlas nacional e internacional. En resu.men, el imperialismo extrae productos de la selva a In­vés de una pirámide de formas sociales que se vu(~lvellmás igualitarias y reciprocas a medida que uno se acercllal sitio de producción o extracción.

Concuerdan con la reciprocidad y redistribución lasnormas de igualdad y el correspondiente temor a la en­vidia. Como lo presenta Pavy (1967: 279) en su estudiosobre la hechicerla común entre los nativos: "El éxito

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económico se mira como peligroso". y sus informant~sdicen que "Este 1'10 no progresará jamás; tan pronto comoalguien trata de acu~ular algo, lo atacan"; "Uno corregran peligro si trata de progresar"; "La gente de este1'10 es mala". "Si uno quiere lograr algo, tiene que aban­donar el r10" (poniendo énfasis).

Tal como la gente ve su propia situación, hay abundan­cia de recursos naturales, pero hay también una granescasez de medios para su aprovechamiento adecuado.'Esto explica la migración masiva hacia el trabajo asala­riado, en particular hacia el otro lado (el oriental) de losAndes en donde se ha operado un tremendo crecimientode la agro-industria desde la década de 1950.·

5) El mazamorreo del oro es muy incierto. La explotación deloro en socavón Y por dragado es más segura pero demandacapital y tiempo. La explotación de madera tarda meses y lospropietarios de aserr(os prefieren en general pagar en es­pecie 'i entregas pequeñas durante varios meses, en lugarde en efectivo. La explotación del mangle es prácticamenteuna industria muerta ya que casi todos los árboles cercanosal agua se han muerto. a causa de la misma explotación. Lapesca siempre está expuesta al albur y las ventas son im­predecibles. El 'Cultivo del coco para la venta (reciente­mente estimulado por el gobierno) es solo para la clasemedia del lugar. La venta de alimentos como el plátano vproductos de la caña de azúcar depende de la capacidad delmercado local. el cual. en vista de todo lo anterior. es por16gica muy limItado.

61 El crecimiento acelerado de la producción de aZ!Ícar co­menzó a finales de la década de 1950 (Fedesarrollo. 197G'1841; aumentó una y media veces entre 1950 Y 1960. Y s~dobló entre 1960 Y 1974, hasta alcanzar 853.460 toneladnc::métricas por año, 128.000 de las cuales se exportaron. Fn­tre 1958 y 1970 el área sembrada con cultivos de coser.hapara la venta en fincas dedicadas a la explotación comerriala gran escala ha aumentado cinco veces (CVC. 1970: 441.

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LA I\UGRACION y LA VIDA DEL MIGRANTE

El volumen de la migración depende del ardiente de·seo de la gente de conseguir benes de consumo. La his­toria de los negros en esta zona demuestra que su apetitopor el dinero y bienes importados se veia constantementeacicateado pero no siempre satisfecho. Desde el tiempode la esclavitud la economla monetaria y la compra deciertos bienes fue muy importante para los negros. Du­rante la esclavtud. el oro que los esclavos obtenlan en S\1~

"dlas libres" se destinaba a la adquisición de alimentos.tabaco, ropa y hasta de la libertad (West, 1952; Sharp.1970). Al mismo tiempo los hombres liberados cambiabanoro por artlculos importados del interior y el intercambiode productos de la selva por articulos manufacturadoscontinuó en el siglo diecinueve después de la aboliciónde la esclavitud en 1851. Además, el trabajo asalariadose instituyó en varios sitios de la Costa a comienzos delsiglo XX, asi como en los rios Saija y Timbiqui hasta1930. Los vecinos dicen que les pagaban bien y que laoportunidad de empleo era constante tanto para los hom·bres como para las mujeres. Describen lo descontentosque estaban de tener que regresar a su economfa de sub·sistencia, cuando la compañia se fue debido a falta deoro. En el Alto Timbiqui, una compañia franco·inglespcomenzó la explotación unos diez años antes del dragadodel 1'10 Saija, forzando flsicamente a los habitantes lJ

abandonar su tradicional modo de vida por unos veinteaños hasta que la compañia sucumbió (Tirado Mejla, 1974).El trabajo asalariado en las lineas transportadoras entreCali y Buenaventura se suspendió también a comienzos dela década de 1930 y fuera de unas pocas oportunidadesde trabajo en los muelles de Buenaventura, las posibili­dades de trabajo remunerado se vieron agudamente res­tringidas hasta cuando las plantaciones de caña de azúcardel interior comenzaron a crecer en la década de 1950.

Para la gente mayor de quince años de edad, mis datoscensales de 1976 muestran que por cada diez personas

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LA I\UGRACION y LA VIDA DEL MlGRANTE

El volumen de la migración depende del ardiente de­seo de la gente de conseguir benes de consumo. La his­toria de los negros en esta zona demuestra que su apetitopor el dinero y bienes importados se veia constantementeacicateado pero no siempre satisfecho. Desde el tiempode la esclavitud la economla monetaria y la compra deciertos bienes fue muy importante para los negros. Du­rante la esclavtud, el oro que los esclavos obtenlan en S\1~

"dfas libres" se destinaba a la adquisición de alimentos.tabaco, ropa y hasta de la libertad (West, 1952; Sharp.1970). Al mismo tiempo los hombres liberados cambiabanoro por articulos importados del interior y el intercambiode productos de la selva por articulos manufacturadoscontinuó en el siglo diecinueve después de la aboliciónde la esclavitud en 1851. Además, el trabajo asalariadose instituyó en varios sitios de la Costa a comienzos delsiglo XX. asI como en los rios Saija y Timbiqul hasta1930. Los vecinos dicen que les pagaban bien y que laoportunidad de empleo era constante tanto para los hom·bres como para las mujeres. Describen lo descontentosque estaban de tener que regresar a su economla de sub­sistencia, cuando la compañia se fue debido a falta deoro. En el Alto Timbiqui, una compañia franco-ingles;:lcomenzó la explotación unos diez años antes del dragadodel rlo Saija, forzando físicamente a los habitantes ;­abandonar su tradicional modo de vida por unos veinteaños hasta que la compañIa sucumbió (TIrado Mejla, 1974).El trabajo asalariado en las Hneas transportadoras entreCali y Buenaventura se suspendió también a comienzos dela década de 1930 y fuera de unas pocas oportunidadesde trabajo en los muelles de Buenaventura. las posibili­dades de trabajo remunerado se vieron agudamente res­tringidas hasta cuando las plantaciones de caña de azúcardel interior comenzaron a crecer en la década de 1950.

Para la gente mayor de quince años de edad, mis datoscensales de 1976 muestran que por cada diez personas

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nacidas en la cabecera de estos dos rlos sólo cuatro resi­den en la región de las cabeceras, una está en el cursomedio o bajo del do, llna en el puerto de Buenaventura,y cuatro trabajan en el Valle del Cauca. La mayorla deestos emigrantes al Valle del Cauca practican la forma cir­cular de migración regresando a sus hogares ribereñospor un año o más, antes de un nuevo lapso de seis mesesa dos años en el interior. Los hombres migran mucho másfrecuentemente que las mujeres. Todos los hombres entre­vistados, mayores de veinticinco años han viajado por lomenos una vez al Valle del Cauca, mientras que solamentela mitad de las mujeres lo han hecho. En promedio loshombres han hecho cuatro viajes, mientras que las mujeresque lo han hecho sólo ha sido una vez en promedio. Latendencia para las mujeres es buscar trabajo como sir­vientas (al final de SU adolescencia) y luego regresar avivir cel'ca del rl0 como madres, mientras que los hom­bres parten y regresan constantemente a través de suvida de adultos llevando en ocasiones esposa e hijos conellos. Los hijos están dispersos entre el interior y la costa.Casi un tercio de las parejas tiene algunos de sus hijosresidiendo en el interior, además de los que tienen en elrto, y cerca de un cuarto de las parejas viven separadasdebido al trabajo del varón en el interior.

Las tensiones inherentes a este oscilante patrón de vida,la hacen bastante desagradable. Una carta escrita por uncortador de caña. migrante de mediana edad a su esposaque vive en las cabeceras del rlo Saija es como sigue:

Estimada esposa, ésta es para enviarle mi más sin­cero saludo en unión de mis dos hijos que la rodeany espero que se encuentren bien, es lo que mi corazónanhela. Hasta este momento todo está bien gracias aDios, Bueno esposa, le envio cien pesos, seis libras dearroz, dos cajas de caldo de pollo, dos barras de jabónVarela y dos pares de pantalones, uno para Palacio yotro para Slmeón, No le puedo mandar más. porque

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no tengo crédito en la tienda de la compañia y la vidaestA muy cara. Esposa, esta ausencia me causa triste·za de sentirme tan lejos de todos pero tenga pacienciacon los niños y cuide los perros. Cuide la cosecha ypida a Dios que me ayude. No le he mandado la redde pescar porque no está terminada todavfa. Si seenferma avfseme Inmediatamente para que podamosarreglar que hacer. Esposa, aquf también le mandomedio cien de tabacos que mi sobrina Agustina lemanda a mi prima Eulalia. Yo le pagué a mi cuñadoMartfn para que le lleve esta carta y el paquete. Sinmás por el momento y un abrazo para usted, toda lafelicidad que asf se lo deseo.

Los hombres se quejan amargamente de lo arduo deltrabajo en la plantación, pero todavfa más de su disciplinacuasi·militar la cual a medida que van envejeciendo.comparan con la esclavitud. La punzante humillación quesufren a manos de sus superiores nunca se borra de susmentes. Dos palabras tienen constantemente en sus la·bios, con respecto al trabajo: Humillación y aburrimiento.Esto presenta un marcado contraste con relación a su ac­titud respecto del trabajo en el terruño. Ansiosos de aho­rrar dinero se amontonan en tugurios increfblemente mi­serables. En los pueblos aledaños a las plantaciones lasmujeres se quejan de su gran dependencia del factormonetario y de que los niños se enferman con muchamás frecuencia que en la costa. También les falta el dine­ro para comprar alimentos y están plenamente conscien­tes de la dependencia que se impusieron sobre si al dejarla costa donde podlan proporcionarse sus medios de sub­sistencia básicos. Como para los hombres, su principalpreocupación es que la vivienda, la comida y hasta elagua tienen que pagarse, mientras que en su tierra na­da de esto cuesta dinero y la gente regala y presta.

Ya sea como sirvientas aisladas en la ciudad dentro delas casas de patronas exigentes, o como residentes en

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los tugurios rurales que rodean las plantaciones, las vidasde las migrantes está tan cargada de trabajo que pasande festivas a inmensamente pobres. En la costa el ritmode trabajo masculino es completamente diferente. Perlo·dos de duro trabajo se intercalan con dlas de descanso.Las largas sesiones de bebida y relato de historias, porparte de los hombres en tales ocasiones, no tienen cabidaen el ritmo de trabajo de la plantación que escasamentedeja tiempo para dormir y cocinar. Se han eclipsado nll­tablemente las actividades relacionadas con ritos religio­sos. Los bailes al son de la marimba (currulao) y los arru­llos y alabados que se cantan a los difuntos y a los santosy los ritos del chlgualo para los niños muertos, escasa·mente se ven. En una ocasión en un pueblo de la zonaazucarera se disponla de una marimba (xilófono hecho enpalma-ehonta y bambú) instrumento tlpico de la costa,pero no fue posible tocarla en un velorio ya que la únicapersona que podia hacerlo tenia que asistir al trabajo alas seis de la mañana del dia siguiente. Muy pocos de losparticipantes pudieron pasar la noche en vela. por lamisma razón.

El trabajo es muy individualizado, tanto para los traba­jadores de plantación como para las domésticas. Estas, es­tán prácticamente prisioneras en las casas de sus patronasy tienen sólo medio dia libre a la semana. Por su partelos obreros de las plantaciones trabajan independiente­mente unos de otros, se les paga a destajo y muy pocosestán interesados en movimientos sindicales, los cuales lospropietarios manipulan completam.ente. Las plantacionesestán organizadas dentro de un sistema vertical de controly mientras los gerentes de la división jerárquica del tra­bajo tienen conocimiento del proceso completo, los traba­jadores manuales practican solo ese pequeño fragmentoen el cual son expertos. El contraste con la naturaleza dela organización del trabajo en los rlos de la costa no po·drla ser más sorprendente, y lo mismo atañe a la natura·leza de las oportunidades de ingreso dentro de los pueblos

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azucareros. Una mujer costeña que vendla mangos en Incalle se expresa asi: "En la costa uno tiene que trabajaren compañia: aqui uno no puede trabajar solo". La natu­raleza de sus ambiciones asi como la de su estructura detrabajo significa que en el interior cada persona !le lasarregla por si misma y la cooperación está notoriamentedisminuida.

La cooperación que existe está bastante lejos de laesfera de producción y está regida por el do de origen.La gente de la misma región tiende a vivir en la mismazona del pueblo, compartir cuartos, y pasarse los mensajesy el correo. Los recién venidos encuentran un poco de apo­yo en esta red de comunicación durante los primeros dlasde su llegada y las jóvenes que trabajan como sirvientasen la ciudad pasan su dia libre en los cuartos de los jó­venes del mismo rio. En ausencia de una estructura sindi­cal efectiva y de lideres formales de cualquier especie,éstas redes ribereñas son instrumentos importantes en elenganche de manó de obra por parte de los propietariof.de plantación. Dadas las fluctuaciones constantes de laproducción y el ir y venir de los trabajadores migrante3,tales redes son una necesidad.

La identificación ribereña es importante en una socie­dad de migrantes. En el Valle del Cauca se identifica elmigrante de la costa como costeño. Esta categorla equi­vale a la más baja de todas. Al costeño se le considerauna bestia para el trabajo, un salvaje sin cultura que legusta vivir entre la suciedad y la miseria y no tiene as­piraciones, y este concepto es compartido tanto por losnegros nativos del Valle del Cauca como por otras claseso grupos étnicos.

Los trabajadores de las plantaciones y las sirvientasestán desprovistos de toda fuerza poUtica. Esto afectadirectamente a los migrantes cuya condición los hace par·ticularmente vulnerables a la manipulación de la fuerza

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de trabajo, lo que perpetúa su debilidad. De los trabaja­dores de plantación un setenta por ciento está empleadodirectamente y el treinta por ciento está empleado porcontratistas independientes. Los primeros disponen delderecho a sindicalizarse, a huelga y a seguro social. Losúltimos no tienen ningún derecho legal y sus salarios soninferiores. Antes de la década de 1960 no habia muchostrabajadores contratados y los sindicatos estaban activos.Con la súbita expansión de las plantaciones, resultante delhaber sido favorecidas con el ingreso al mercado de com­pra de azúcar de los Estados Unidos a ra[z del bloqueocomercial a Cuba, el poder de los sindicatos se vio aplas­tado por la formación del sistema de contratistas labora­les. El punto critico era que por lo menos, en las planta­ciones de caña sobre el limite sur del Valle del Cauca.el grueso de los trabajadores empleados directamente eranmigrantes, mientras que el grueso de los que trabajanpara contratistas son de la región. Dada la ignoranciopolltica de los migrantes, as1 como su deseo de ahorrartodo el dinero que puedan, el efecto inmediato de estetipo de organización es tener un grupo pasivo de genteen posiciones de poder potencial, mientras que a los másactivos se les ubica en el grupo carente de poder de lostrabajadores enganchados por contratistas. El efecto dela mano de obra del migrante baja as1 el salario y lafuerza politica aumentando la alienación de los mismosmigrantes.

LAS CONTRADICCIONES DE LA MIGRACION

Para el migrante promedio este patrón de migracióncircular entre dos formas de vida altamente disimilesestá cargado de tensión y ambivalencia. La vida se pre­senta igualmente dura y llena de pobreza en ambos si­tios, pero por distintas razones. "Aqu1 en el Valle haydinero pero no hay comida; en la Costa hay comida perono hay dinero". es un sentimiento que se expresa muy •menudo y que se suma al contraste mencionado arriba.

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Mientras más lejos de la Costa vengan, los migrantesponderan más exageradamente sus bondades. Alimentos.tierra, hospitalidad, seguridad, salud yagua limpia sonlas virtudes que exaltan de la tierra sagrada. la tierrasanta. Pero en la Costa se quejan de la falta de dineroy de mercados. y sueñan con andar y conocer -deambu·lar y saborear - las supuestas delicias de la cultura ur­bana. En la Costa se sienten dueños de su destino y desu medio ambiente, pero también sienten la pobreza deese medio en contraste con la sociedad del Valle del Cau­ca dentro de la cual no son más que sirvientas y peonesde campo oprimidos.

La adquisici6n de prestigio en el pueblo de origen, através de la ostentosa exhibici6n de bienes de consumose gana a costa de tolerar largos periodos de humillaciónen el interior, y la envidia que esos bienes suscitan en latierra nativa. <CA uno si lo matan trabaja y hace dinero,pero uno se muere si no lo hace", se expresaba un joventrabajador de plantación. "Si uno tiene dinero y compracosas, lo atacan (por haber hecho uso de hechicerias) y sino lo tiene, no puede vivir aqui en el Valle. Tiene querobar y por robar lo matan". ' El éxito causa envidia, locual puede llevar a la muerte, pero al mismo tiempo lanecesidad de tener éxito es irrefrenable. Es muy vergon­zoso regresar a la tierra sin trajes elegantes, un radio y

7) Compárese esto con Pavy (1967: 279-280); "una conversa·ción que tuve con un joven del río es un buen Indrcadordel efecto de estas creencias de hechicería sobre los ha·bitantes del río. El. era una persona muy progresista y ha­bía pasado algún tiempo trabajando en la montalía: allr habíahecho suficiente dinero para comprar un motor fuera de bor­da. Una tarde. bebiendo juntos. tuvimos una larga conver­sación sobre sus experiencias en el interior. Me contómuchos cuentos sobre la violencia en la zona donde hablatrabajado. Había presenciado asesinatos y en varias oca­siones su vida había estado en pligro. Vo comenté sobre laausencia de violencia en la costa. El estuvo de acuerdo y

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todos los otros signos altamente visibles de "haber tenidoéxito",

La migración desde la costa hacia el Valle del Caucaimplica una serie de drásticas oposiciones y alternativasdU1ciles. más que una suave fusión de actividades com­plementarias. La migración no es una forma muy exitosade resolver los problemas palpables en la vida de la costa,y en realidad en muchos aspectos sirve solamente paraagravar los mismos problemas y desencadenar un circulovicioso de crecientes contradicciones. De igual manera elregreso a la costa no es la solución adecuada para losproblemas de la vida en el Valle.

En resumen, la naturaleza de la migración y de lasoportunidades sociales es contradictoria ya que un mo­vimiento en una dirección (migrar) engendra un impulsoen dirección contraria, cada vez más poderoso (volver), yas! ad infin1tum.

Desde el punto de vista de los trabajadores migrantesen el interior, la asistencia a las grandes congregacionespara los ritos del respectivo rio es una forma de contra­rrestar el estado de humillación y aislamiento que hanpadecido en el interior. En relación con su condiciónhumilde en el Valle, donde son lo más bajo de lo más

7)dijo que los costeños no son asl. pero agregó rápidamente:"Nosotros tenemos nuestra propia violencia aqul y franca­mente yo preferirla la violencia de "arriba" a la brujería dela costa. Mejor seria que me maten ya. de golpe. a tenerque preocuparme de que me maten lenta y dolorosamenteen algo que uno no puede ver". Siguió diciendo que él tenl3mucho miedo de la gente del rlo y que tenia mucho cuida­do con quién se trataba y de quién recibla un trago. Variaspersonas le hablan advertido que tuviera cuidado y se pro­tegiera. Para él el temor a la hechicerla era real y hablaafectado su comportamiento".

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bajo, regresan ahora en la mejor posición entre sus igua­les. La cooperación en las actividades de grupo, asocia­da con la celebración de los ritos, puede redefinir y so·lidificar su lugar dentro de la sociedad local. El empo­brecimiento y enajenamiento cultural de sus vidas enel interior, la sensación de tener que estar siempre listosy a la mano para el llamado del ama de casa blanca odel capataz, recibe un poderoso antidoto en el hecho desentirse parte integral de lo que es verdaderamente supropia y exclusiva fiesta religiosa.

Pero como la frase lo sugiere en forma efectiva, y co­mo lo confirma la etnografla, el ser "primero entreiguales" es vivir una contradicción. El prestigio no sepuede comprar tan fácilmente ni llevarlo al terruño pormedio de simples art1culos de consumo sin contradecirlas normas de equidad y reciprocidad sobre las cuales seapoya la sociedad del lugar que es el árbitro de ese mis­mo prestigio. Forjarse su propia identidad a base dedegradar la m.ano de obra en el interior, y a base deposeer los articulos que se compran en el mercado, esun esfuerzo fallido. Y si la definición de identidad yprestigio como bien comercial no es, al fin, satisfactoriael problema es mayor cuando se somete a los criteriosque determinan lo que son persona y prestigio y los cua·les dominan la cultura de subsistencia carente de merocado.

CONCLUSION

Espero haber presentado un caso convincente parami enfoque inicial -el examen de un rito público espe­cifico, como intersección de dos sistemas sociales anta­gónicos, uno capitalista y el otro no. He sostenido queeste rito religioso ya no es solamente un medio para re­gular la organización socioeconómica local. Con la ex­pansión del mercado nacional de mano de obra asala­riada y la conversión del trabajo en bien comercial,

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este rito religioso es también - en for~a predominan­te - un medio para facilitar el suministro de dicho biena la economfa nacional. Por ello es Importante en laconsolidación de una coyuntura contradictoria de fuer­zas sociales cuya incompatibilidad (tan criticamente de­mostrada en términos personales y en ocasiones comoéstas) asegurarla conflictos irreconciliables que indica·rian cambios importantes, si no la descomposición dela sociedad local.

Un resultado teórico interesante de llevar a cabo untipo de análisis estructural-funcional de los datos, es elde que el mismo modo de análisis se ve forzado a cederel paso a un análisis basado en una contradicción estruc­tural. La inducción etnográfica lo obliga a uno, de ma­nera irresistible, a trasladarse desde Radcliffe·Brownhasta Carlos Marx, por asl decirlo, y este giro teóricoresulta de la situación objetiva. Es decir, los rasgos es­pecificos que implican la articulación de la economlade subsistencia local con el creciente modo de produc­ción capitalista.

En lo que se refiere al análisis estructural·funcionaldel conflicto, por ejemplo. Sim,mel sostuvo que el con­flicto implicaba una relación, y por lo tanto una armo­nla de algún tipo y Gluckman fue todavla más allá altratar de demostrar las formas en las cuales el conflictofuncionaba para restaurar la armonla. Obviamente lasmanifestaciones de conflicto pueden verse como aqueollas que mueven una disputa hacia su resolución. Perocuando la resolución sólo puede lograrse con el homi­cidio, o cuando no existe señal convincente de que enrealidad ha tenido lugar la resolución, serla completa­mente absurdo decir que el conflicto es funcional.

En lo tocante al análisis estructural-funcional del caro­b:o social. Clifford Geertz (1957) afirma, en su influ­yente y ampliamente citado articulo sobre ritos y cam-

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bio social, que el recurrir a la maniobra neo·Kantianade separar la "cultura" (sistema de creencias) de la"sociedad" (relaciones sociales) permite UD "estructural­funcionalismo dinámico", capaz de entendérselas tantocon la historia como con el conflicto. La clave debe en·contrarse en esa tensión existente, de manera inherente,entre cultura y sociedad, porque -como dice él- cadauna está compuesta internamente por diferentes prin­cipios ordenantes: el "lógico-significativo" y el "causal­funcionar', respectivamente. Pero esto es con seguridadidealismo sin sentido, que se deriva de problemas demétodo, más que de la vida real. Porque no hay razóninherente por la cual las tensiones reales en las acti­vidades de la vida diaria se deban a la división entresujeto y objeto, a la manera de Kant y Weber, que Geertzha forzado sobre el mundo real. La tensión de la queél habla, es epistemológica (y occidental moderna) mien­tras que las tensiones observables empiricamente, en­carnadas en el conflicto de grupo, son demasiado obviasy pueden manejarse por un modo de análisis muy dis­tinto, contrario al neo-Kantianismo que se basa en lanoción de "contradicción". Lo propio aqul es referirsea aquella otra tradición en la filosofia social europea,contra la cual Weber se batió, aquel método que surgióen oposición a Kant en los escritos de Hegel y de Marx.Para Geertz, la historia puede manejarse dentro de unmarco estructural-funcional, solamente separando ana·liticamente la cultura y la sociedad. Mientras que en elmarco Hegeliano-Marxista la Historia - en el sentidodel Hombre creándose a sI mismo a través de la acciónconcreta, la reflexión y la reacción al mundo práctico­se ve como el instrumento analltico que puede sortearel problema epistemológico planteado por la división en­tre el sujeto y el objeto!

·Se requiere una forma de explicación que relacione elnivel y la naturaleza del conflicto con las tensiones in­manentes de la sociedad históricamente inducidas, ten·

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siones que en este caso están exacerbadas por las con·tradicciones sobre las cuales el rito descansa y a lascuales encarna. Tal como yo lo entiendo, existe unafuente básica de tensión en la sociedad, la cual arrancade la relación socioeconÓDÚca que ata a la com¡unidadlocal de campesinos agricultores, mineros y pescadorescon la economia del salario y la cultura urbana de lasociedad m~ amplia, a través de la migración circular.Esta tensión puede enunciarse de varias maneras. Whit­ten (1974) por ejemplo, apoya gran parte de su análisisde la sociedad negra de la costa sobre la dicotomia delo que él llama una estrategia proletaria versus unacampesina, lo cual en esencia quiere decir que los ne­gros de la costa fluctúan entre la actividad de ingresomonetario y la autarquia como medio para enfrentarsea sus problemas, dependiendo de las oportunidades delmercado.

El uso de los términos "proletario" y "campesino" esconfuso porque la diferencia empirica que él señala esen realidad aquella de inclusión o exclusión del merocado. Se define como proletarios a aquellos que vendenla mano de obra, no productos (de la selva) como es elcaso al cual él se refiere, y campesinos son aquellos aquienes generalmente se considera sistemáticamente in­volucrados tanto en el mercado como en el Estado (cf.Wolf, 1966). Sólo recientemente los negros del Timbiquf,por ejemplo, han sido atraidos al mercado de la manode obra como proletarios. Con anterioridad a la migra­ción masiva hacia y desde las plantaciones y el serviciodoméstico, sus actividades lucrativas eran la venta deproductos o el trabajo forzoso en la compañia mineraanglo-francesa. y si el cuidadosamente ensamblado aná­lisis de Whritten sobre el funcionamiento del imperia­lismo en general es correcto, por toda la costa, la reco­lección y venta de los productos de la localidad no per­turbaba ni la reciprocidad ni la redistribución, básicas

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en la economia "natural", asi como tampoco la esenciade la vida social.

En verdad, fueron estos DÚsmos elementos tan anta·gónicos a los principios que sirven de base a la organiza­ción capitalista de la producción los que permitieron elflujo de productos hacia fuera de la selva y hacia elmercado mundial. Pero ahora, por su condición de mi­grantes proletarios, se han introducido un conjunto nue·vo de relaciones sociales muy distintas de los métodospara la obtención de dinero, tal como la recolección deproductos y su venta.

Hoy, como trabajadores asalariados que venden ''libre­mente" su mano de obra en el mercado nacional, hansido arrastrados a un sistema que enfatiza el individua­lismo, el interés egoista y el consumo ostentoso, en con·traposición a la ayuda mutua y la redistribución, aso­ciadas con la actividad lucrativa o las ocupaciones parala subsistencia en la costa. Esto pone gran tensión sobrelos mecanismos que se emplan para regular la equidady la reciprocidad, y yo sostendría que el conflicto re­sulta de dicha tensión, en parte como un medio en sípara resarcir el statu quo, pero principalmente como elresultado del fracaso de estos mecanismos.

La integración de los diferentes segmentos de la eco­logia ribereña y la sociedad local parecerían verse enor·memente facilitados por la congregación d'e Semana San·ta, especialmente en el pasado. Pero además, y eclip­sando ésto, la congregación sirve ahora para articularesa sociedad local con el mercado capitalista de manode obra del interior; una solidaridad que es funcionalpara el sistema dominante. Para los patronos es útil, sino esencial, que la reserva costeña de mano de obrabarata continúe autosuficiente al punto de que los obrt!­ros migrantes estén subsidiados por el rendimiento desu sector de subsistencia, DÚentras que al mismo tiempo

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siones que en este caso están exacerbadas por las con­tradicciones sobre las cuales el rito descansa Y a lascuales encarna. Tal como yo lo entiendo, existe unafuente básica de tensión en la sociedad, la cual arrancade la relación socioeconómica que ata a la corn¡unidadlocal de campesinos agricultores, mineros y pescadorescon la economia del salario y la cultura urbana de lasociedad má~ amplia, a través de la migración circular.Esta tensión puede enunciarse de varias maneras. Whit­ten (1974) por ejemplo, apoya gran parte de su análisisde la sociedad negra de la costa sobre la dicotomia delo que él llama una estrategia proletaria versus unacampesina, lo cual en esencia quiere decir que los ne­gros de la costa fluctúan entre la actividad de ingresomonetario y la autarquia como medio para enfrentarsea sus problemas, dependiendo de las oportunidades delmercado.

El uso de los términos "proletario" y "campesino" esconfuso porque la diferencia empirica que él señala esen realidad aquella de inclusión o exclusión del merocado. Se define como proletarios a aquellos que vendenla mano de obra, no productos (de la selva) como es elcaso al cual él se refiere, y campesinos son aquellos aquienes generalmente se considera sistemáticamente in·volucrados tanto en el mercado como en el Estado (cf.Wolf, 1966). Sólo recientemente los negros del Timbiqui.por ejemplo, han sido atraidos al mercado de la manode obra como proletarios. Con anterioridad a la migra­ción masiva hacia y desde las plantaciones Y el serviciodoméstico, sus actividades lucrativas eran la venta deproductos o el trabajo forzoso en la compañia mineraanglo-francesa. y si el cuidadosamente ensamblado aná­lisis de Whritten sobre el funcionamiento del imperia­lismo en general es correcto, por toda la costa, la reco­lección y venta de los productos de la localidad no per­turbaba ni la reciprocidad ni la redistribución, básicas

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en la economia "natural", asi como tampoco la esenciade la vida social.

En verdad, fueron estos mismos elementos tan anta­gónicos a los principios que sirven de base a la organiza·ción capitalista de la producción los que permitieron elflujo de productos hacia fuera de la selva y hacia elmercado mundial. Pero ahora, por su condición de mi·grantes proletarios, se han introducido un conjunto nue·vo de relaciones sociales muy distintas de los métodospara la obtención de dinero, tal como la recolección deproductos y su venta.

Hoy, como trabajadores asalariados que venden "libre­mente" su mano de obra en el mercado naciónal, hansido arrastrados a un sistema que enfatiza el individua­lismo, el interés egofsta y el consumo ostentoso, en con­traposición a la ayuda mutua y la redistribución, aso­ciadas con la actividad lucrativa o las ocupaciones parala subsistencia en la costa. Esto pone gran tensión sobrelos mecanismos que se emplan para regular la equidady la reciprocidad, y yo sostendrla que el conflicto re­sulta de dicha tensión, en parte como un medio en sipara resarcir el statu quo, pero principalmente como elresultado del fracaso de estos mecanismos.

La integración de los diferentes segmentos de la eco­logia ribereña y la sociedad local parecerian verse enor­memente facilitados por la congregación áe Semana San·ta, especialmente en el pasado. Pero además, y eclip­sando ésto, la congregación sirve ahora para articularesa sociedad local con el mercado capitalista de manode obra del interior; una solidaridad que es funcionalpara el sistema dominante. Para los patronos es útil, sino esencial, que la reserva costeña de mano de obrabarata continúe autosuficiente al punto de que los obr~­

ros migrantes estén subsidiados por el rendimiento desu sector de subsistencia, mientras que al mismo tiempo

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necesiten del ingreso derivado del trabajo en el sectorcapitalista.

El mercado de bienes de consumo ha creado una seriede necesidades insaciables; 110 importa qué tan absurdaso artificiales ellas sean, representan tal grado de depen·dencia del consumo mismo que el status y el sentimientode éxito personal vienen a depender de lo que se exhibecon ostentación. Y detrás del mercado están las nece­sidades de las industrias de articulos de consumo y eluniverso de la producción de bienes en general, cu)-aexistencia y crecimiento dependen del estimulo de lainsatisfacción y de la dependencia de la esfera de con­sumo. Es decir, la institucionalización de la escasez, por­que si el crecimiento económico nacional depende de lamano de obra barata de los migrantes COsteños para suproducción, también depende de la creciente demandade consumo. Si la gente de la costa no estuviera intere­sada en ese patrón de consumo, entonces serla impro­bable que se convirtieran en trabajadores asalariados.

La principal contradicción de esta situación yace enla necesidad de la econom(a nacional (y la internacional),asl como la de los trabajadores mlgrantes, de manteneral sector de subsistencia tal como está con el fin demantener un estilo de vida totalmente distinto y en mu­chas formas antagónicas, es decir, mantener las cosascomo están para lograr cambiarlas. En gran medida cadamodo de producción depende ahora del otro pero jus­tamente en virtud de tal dependencia, la interrelaciónes cada vez más autodestructiva, como lo atestigua enforma tan sugestiva y en verdad conmovedora, el con·flicto rodea la forma actual de los ritos.

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A

~

deA Puntal.anza

MICHAEL TAUSSIG

DESTRUCCIONESISTENCIA

CAMPESINA

Este avance del capitalismo agrario y los conflictos que generaen la econom ía campesina; los ritos religiosos y la interrelaciónalltodestructiva a que dan lugar en Timbiquí, y los programas desalud y nutrición en sitios cercanos a Cali, que son financiados ydirigidos por organismos transnacionales. serán sin duda revelado­res p.ua el lector en cuanto a la dialéctica de~trucción-rcsistencia

de la economía campesina colombiana.

La presente publicación reúne tres artículos inéditos de Taussig\ln los cuales analiza la articulación entre las formas de produccióncaracterísticas de la región mencionada -a saber una economíacampesina que ha subsistido en las tierras más erosionadas- y lasrelaciones de producción típicas del capitalismo que domina el cul­tivo y procesamiento industrial de la caña de azúcar.

Entre 1970 Y 1976, el médico y antropólogo australiano Mi·chel Taussig estuvo estudiando diversos aspectos de la realidadcolombiana, en el litoral Pacífico y el Valle del Cauca. Paree delfruto de este intenso trabajo, ha sido sU obra ya publicada (bajo elseudónimo de Mateo Mina) RSCWlliflld y U/¡ercad etr el Vdlfe del RíoCallCel.