mercados campesinos, experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

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Mercado Campesino en la Plaza de Bolívar de Bogotá El objetivo de este documento es describir cómo los pequeños productores y sus organizaciones campesinas vinculados a Mercados Campesinos lograron acceder al mercado alimentario de Bogotá, mediante la comercialización directa de sus productos en las plazas de mercado. El contexto en el que se lleva a cabo esta iniciativa, así como sus protagonistas, los pasos seguidos, factores de éxito, logros alcanzados, conclusiones y recomendaciones de política, componen las secciones del mismo. Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado PRESENTACIÓN PROGRAMA JUSTICIA ECONÓMICA SERIE PROYECTOS - VOL. 2 COLOMBIA

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El objetivo de este documento es describir cómo los pequeños productores y sus organizaciones campesinas vinculados a Mercados Campesinos lograron acceder al mercado alimentario de Bogotá, mediante la comercialización directa de sus productos en las plazas de mercado. El contexto en el que se lleva a cabo esta iniciativa, así como sus protagonistas, los pasos seguidos, factores de éxito, logros alcanzados, conclusiones y recomendaciones de política, componen las secciones del mismo.

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Page 1: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

Mercado Campesinoen la Plaza de Bolívar de Bogotá

El objetivo de este documento es describir cómo los pequeños productores y sus organizaciones campesinas vinculados a Mercados Campesinos lograron acceder al mercado alimentario de Bogotá, mediante la comercialización directa de sus productos en las plazas de mercado. El contexto en el que se lleva a cabo esta iniciativa, así como sus protagonistas, los pasos seguidos, factores de éxito, logros alcanzados, conclusiones y recomendaciones de política, componen las secciones del mismo.

Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

indigente frente al 28% y 7% respectivamente en las áreas urbanas.8 Los ingresos familiares de un hogar campesino están muy por debajo del salario mínimo, y en promedio no llegan ni a un tercio de los ingresos de un hogar urbano.9

En la raíz de este rezago está un reparto enormemente desigual de la tierra, pues cerca del 80% de la superficie productiva se encuentra en manos del 14% de los propietarios,10 y la concentración va en aumento.11 La histórica concentración en manos de élites latifundistas se ha visto agravado por el conflicto armado interno, que ha empujado a cientos de miles de familias a abandonar, entregar o vender forzadamente sus tierras. Entre los años de 1980 y julio de 2010 se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas, lo que equivale al 15,4% de la superficie agropecuaria nacional.12

Al problema de acceso a la tierra se suman otras barreras que impiden a la economía campesina desarrollarse en todo su potencial. La ausencia de políticas públicas orientadas hacia la pequeña

PRESENTACIÓN

PROGRAMA JUSTICIA ECONÓMICA SERIE PROYECTOS - VOL. 2

producción agropecuaria contrasta con las facilidades concedidas a la gran inversión. Prueba de ello es la expansión de megaproyectos extractivos y agrícolas que marginan a la economía campesina y reducen la superficie destinada a la producción de alimentos.13

La escasa presencia de instituciones en las áreas rurales que ofrezcan servicios a los pequeños productores y productoras, las dificultades para obtener crédito, la brecha en el acceso a activos y medios de producción, la existencia de

barreras para acceder a los mercados, la insuficiente infraestructura rural, la falta de servicios básicos adecuados o la inadecuada oferta tecnológica, entre otros factores, mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia. Por si esto fuera poco, con la apertura comercial se ha dado una sustitución progresiva de los alimentos producidos internamente por alimentos importados.

Como resultado, entre 1991 y 2008 el coeficiente de autosuficiencia alimentaria pasó de 1,04 a 0,95 y las importaciones de alimentos se incrementaron del 2% al 10% del consumo nacional.14 Y todo indica que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos en 2012 pone aún en mayor riesgo al sector campesino colombiano, en desventaja para competir con una avalancha de productos subsidiados.15

Barreras para acceder al mercado de alimentos de Bogotá

El caso del acceso al mercado de alimentos de la ciudad de Bogotá ilustra las barreras que enfrentan los productores para comercializar

COLOMBIA

Con un nivel de ingresos mediano alto y un alto nivel de desarrollo humano1, Colombia está a las puertas de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los países ricos. El bienestar y la riqueza alcanzados durante años de crecimiento económico, sin embargo, no se reparten de forma equitativa. Las profundas brechas entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, la convierten en el segundo país más desigual de América Latina, sólo superado por Haití2.

Los servicios y la industria han superado al sector agropecuario como motores del crecimiento económico,3 y hay más superficie destinada a la minería que a la producción de alimentos.4 A pesar de ello, la agricultura sigue siendo muy relevante en la Colombia del siglo XXI. Uno de cada cuatro colombianos y colombianas vive en áreas rurales -en total, 11,2 millones de personas- dos tercios de los cuales trabajan en el sector agrícola. La economía campesina en particular tiene un especial protagonismo, pues representa cerca del 90% de las explotaciones agrarias y constituye el medio de vida de 6,6 millones de personas incluyendo población campesina, indígena y afrodescendiente.5 Se calcula que la producción campesina aporta el 40% de los alimentos básicos que se consumen en todo el país,6 proporción que asciende hasta el 65% en el caso de Bogotá.7 Su papel, por tanto, es también vital para la seguridad alimentaria nacional.

A pesar de su importante contribución al desarrollo

económico y social del país, gran parte de los hogares rurales colombianos viven bajo la línea de pobreza, especialmente aquéllos encabezados por mujeres. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), el 47% de la población rural es pobre y el 23%

en condiciones justas. Con sus más de siete millones de habitantes, 44 plazas de mercado (19 de ellas públicas) y buenas vías de acceso, Bogotá es el mayor mercado de alimentos de Colombia y un destino potencialmente muy rentable para los pequeños productores y productoras de los municipios cercanos. Su región circundante -departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta- es la despensa natural.16 Se calcula que el 33% de los alimentos básicos que consume la capital se producen en un radio de 40 kilómetros, y cerca del 80% a menos de 300 kilómetros17.

Acceder a este mercado supone todo un reto para los sectores campesinos. Si bien éstos han logrado introducir mejoras en sus sistemas productivos, adaptándose a la creciente y cambiante demanda de alimentos, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los obstáculos de acceso al mercado.18 La ausencia de

infraestructura (vías de acceso,

centros de acopio, entre otros), la

dificultad en el acceso a la

información de precios, la presencia

de actores con una posición

dominante, las exigencias de

calidad de comerciantes y

distribuidores, la excesiva

intermediación, el comportamiento

de los precios; así como el

desconocimiento de cuáles son los

canales de comercialización más

adecuados y de las preferencias del

consumidor final, han incidido en la

marginación del campesinado en el

mercado.

Un estudio encargado por la Alcaldía

de Bogotá acerca del

abastecimiento alimentario a la

ciudad permitió identificar las

principales barreras que enfrentan

los pequeños productores y

productoras para acceder a los

mercados de alimentos:19

- las deficiencias en la manipulación

de alimentos perecederos, que

provocan un 22% de pérdidas a lo largo de todo el proceso;

- la escasa infraestructura para el almacenamiento y la distribución, concentrada en las grandes cadenas integradas;- los altos costos de transporte, que pueden alcanzar el 26% de las ventas brutas;20

- la ausencia de un sistema de información adecuado;- las deficiencias en la infraestructura vial;- el excesivo poder de los intermediarios, quienes en promedio duplican los precios finales de los alimentos.21

La cadena de distribución en el sector alimentario tiene forma de reloj de arena: una gran base de pequeños productores y un buen número de pequeños comerciantes y consumidores finales, mientras que en el centro hay pocos actores con gran poder oligopólico que les permite fijar los precios y las condiciones de compra-venta.

Los alimentos se distribuyen principalmente a través de supermercados e hipermercados.

Las bodegas ubicadas en la zona urbana de Bogotá pertenecen a grandes cadenas como Casino, Jumbo y Alkosto. Aún así, Corabastos22 sigue siendo la principal central de distribución mayorista de perecederos producidos a pequeña escala y a través de las plazas de mercado diariamente se abastece de alimentos la mitad de la población bogotana que vive bajo la línea de pobreza.23

Los pequeños productores venden mayoritariamente a través de intermediarios locales que transportan la producción hasta Bogotá, o bien contratan un servicio de transporte. Éste se suele realizar en camiones de baja capacidad y la contratación con los transportistas o intermediarios se realiza de manera informal. Entre el campesinado y los actores intermediarios se da una relación de dependencia, no solo en el plano comercial sino también en el económico, basada en la compra de los productos y los préstamos sobre las cosechas.

Todo lo anterior describe una situación de desventaja y marginación de la economía campesina al tratar de incorporarse a la cadena de suministro de alimentos a

Bogotá. Como estrategia para enfrentar dicha situación, el proceso de Mercados Campesinos surgió de la voluntad del sector campesino de reivindicar unas condiciones más justas de participación en los mercados, visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural y exigir unas políticas públicas que respondan a sus necesidades y faciliten su inserción económica en términos más equitativos.

Page 2: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

indigente frente al 28% y 7% respectivamente en las áreas urbanas.8 Los ingresos familiares de un hogar campesino están muy por debajo del salario mínimo, y en promedio no llegan ni a un tercio de los ingresos de un hogar urbano.9

En la raíz de este rezago está un reparto enormemente desigual de la tierra, pues cerca del 80% de la superficie productiva se encuentra en manos del 14% de los propietarios,10 y la concentración va en aumento.11 La histórica concentración en manos de élites latifundistas se ha visto agravado por el conflicto armado interno, que ha empujado a cientos de miles de familias a abandonar, entregar o vender forzadamente sus tierras. Entre los años de 1980 y julio de 2010 se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas, lo que equivale al 15,4% de la superficie agropecuaria nacional.12

Al problema de acceso a la tierra se suman otras barreras que impiden a la economía campesina desarrollarse en todo su potencial. La ausencia de políticas públicas orientadas hacia la pequeña

producción agropecuaria contrasta con las facilidades concedidas a la gran inversión. Prueba de ello es la expansión de megaproyectos extractivos y agrícolas que marginan a la economía campesina y reducen la superficie destinada a la producción de alimentos.13

La escasa presencia de instituciones en las áreas rurales que ofrezcan servicios a los pequeños productores y productoras, las dificultades para obtener crédito, la brecha en el acceso a activos y medios de producción, la existencia de

barreras para acceder a los mercados, la insuficiente infraestructura rural, la falta de servicios básicos adecuados o la inadecuada oferta tecnológica, entre otros factores, mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia. Por si esto fuera poco, con la apertura comercial se ha dado una sustitución progresiva de los alimentos producidos internamente por alimentos importados.

Como resultado, entre 1991 y 2008 el coeficiente de autosuficiencia alimentaria pasó de 1,04 a 0,95 y las importaciones de alimentos se incrementaron del 2% al 10% del consumo nacional.14 Y todo indica que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos en 2012 pone aún en mayor riesgo al sector campesino colombiano, en desventaja para competir con una avalancha de productos subsidiados.15

Barreras para acceder al mercado de alimentos de Bogotá

El caso del acceso al mercado de alimentos de la ciudad de Bogotá ilustra las barreras que enfrentan los productores para comercializar

I. La economía campesina: un sector marginado

* Este documento ha sido escrito por Arantxa Guereña. Oxfam agradece la colaboración de Raúl Bernal, Adriana Rodríguez y Maite Matheu en su elaboración.

1 El Informe Mundial de Desarrollo Humano 2013, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, sitúa a Colombia entre los países con alto nivel de desarrollo humano, en la posición 91 de 186 países.

2 Según el dato más actualizado para la serie 2000-2010. Ver: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2011), Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011. Colombia rural: razones para la esperanza. Septiembre de 2011. Bogotá, Colombia.

3 La participación del sector agropecuario en el PIB nacional muestra una tendencia decreciente; disminuye cerca de dos puntos porcentuales entre 2003-2012 (8.0% a 6.2%), como sucede con la industria (13.8% a 12%). Por el contrario, sectores como la minería y construcción crecen algo más de un punto porcentual alcanzando el 7.7% y 6.4%, y el sector financiero prácticamente representa la quinta parte del PIB nacional (19.8%). Cifras consultadas en www.banrep.gov.co, series estadísticas, cálculos propios.

4 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2011), Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011. Colombia rural: razones para la esperanza. Septiembre de 2011. Bogotá, Colombia.5 Caracterización realizada a partir de la Encuesta Nacional Agropecuaria del 2005, según la cual el 87% de las unidades agropecuarias correspondían a la economía campesina. (aquéllas cuyo área agropecuaria

era menor o igual a 1 UAF, Unidad Agrícola Familiar), donde el número de animales era igual o inferior al límite de pequeño productor definido por la Corporación Colombia Internacional- CCI- y el área piscícola era menor a 5 hectáreas. Ver Garay, Barberi y Cardona, 2010, Impactos del TLC con Estados Unidos sobre la economía campesina en Colombia, ILSA.

6 De acuerdo con la última canasta de alimentos establecida por el Departamento Nacional de Estadística (DANE), la producción campesina aporta actualmente el 35% de la dieta de los colombianos. Este porcentaje no incluye su participación en el suministro de ciertas materias primas para la agroindustria alimentaria (café y oleaginosas) y para la agroindustria no alimentaria y las exportaciones. Forero, Jaime (2003). Economía campesina y sistema alimentario en Colombia: aportes para la discusión sobre seguridad alimentaria. Bogotá.

7 De acuerdo con el Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos y Seguridad Alimentaria, "Alimenta Bogotá", Alcaldía Mayor de Bogotá, Decreto 315 de 2006.

Con un nivel de ingresos mediano alto y un alto nivel de desarrollo humano1, Colombia está a las puertas de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los países ricos. El bienestar y la riqueza alcanzados durante años de crecimiento económico, sin embargo, no se reparten de forma equitativa. Las profundas brechas entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, la convierten en el segundo país más desigual de América Latina, sólo superado por Haití2.

Los servicios y la industria han superado al sector agropecuario como motores del crecimiento económico,3 y hay más superficie destinada a la minería que a la producción de alimentos.4 A pesar de ello, la agricultura sigue siendo muy relevante en la Colombia del siglo XXI. Uno de cada cuatro colombianos y colombianas vive en áreas rurales -en total, 11,2 millones de personas- dos tercios de los cuales trabajan en el sector agrícola. La economía campesina en particular tiene un especial protagonismo, pues representa cerca del 90% de las explotaciones agrarias y constituye el medio de vida de 6,6 millones de personas incluyendo población campesina, indígena y afrodescendiente.5 Se calcula que la producción campesina aporta el 40% de los alimentos básicos que se consumen en todo el país,6 proporción que asciende hasta el 65% en el caso de Bogotá.7 Su papel, por tanto, es también vital para la seguridad alimentaria nacional.

A pesar de su importante contribución al desarrollo

económico y social del país, gran parte de los hogares rurales colombianos viven bajo la línea de pobreza, especialmente aquéllos encabezados por mujeres. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), el 47% de la población rural es pobre y el 23%

Venezuela

BoyacáCundinamarca

TolimaMeta

BrasilPerú

Ecuador

Mar Caribe

OcéanoPacífico

Panamá

Información sobre ColombiaPoblación total: 46.6 millones1

Población rural: 11.2 millones2 Población pobre nacional: 34.1%3

Población pobre rural: 46.1%4

Acceso crédito hogares campesinos: 7.5%5

PIB per cápita: US$ 8.8616

Coeficiente desigualdad: 55.97

Índice Desarrollo Humano: 0.719 (91 entre 187)8

1 y 2: Departamento Nacional de Estadística, DANE, Proyecciones de población, 20133 y 4: DANE, Pobreza por ingresos, 2011.5: Forero, Jaime, 2010, Economía campesina, pobreza, tierra y desplazamiento en Colombia. Dato promedio 2001-2009.6, 7 y 8: PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 2013.

MERCADOs campesinos

región central

La producción campesina aporta el 40% de los alimentos que se consumen el el país

en condiciones justas. Con sus más de siete millones de habitantes, 44 plazas de mercado (19 de ellas públicas) y buenas vías de acceso, Bogotá es el mayor mercado de alimentos de Colombia y un destino potencialmente muy rentable para los pequeños productores y productoras de los municipios cercanos. Su región circundante -departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta- es la despensa natural.16 Se calcula que el 33% de los alimentos básicos que consume la capital se producen en un radio de 40 kilómetros, y cerca del 80% a menos de 300 kilómetros17.

Acceder a este mercado supone todo un reto para los sectores campesinos. Si bien éstos han logrado introducir mejoras en sus sistemas productivos, adaptándose a la creciente y cambiante demanda de alimentos, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los obstáculos de acceso al mercado.18 La ausencia de

infraestructura (vías de acceso,

centros de acopio, entre otros), la

dificultad en el acceso a la

información de precios, la presencia

de actores con una posición

dominante, las exigencias de

calidad de comerciantes y

distribuidores, la excesiva

intermediación, el comportamiento

de los precios; así como el

desconocimiento de cuáles son los

canales de comercialización más

adecuados y de las preferencias del

consumidor final, han incidido en la

marginación del campesinado en el

mercado.

Un estudio encargado por la Alcaldía

de Bogotá acerca del

abastecimiento alimentario a la

ciudad permitió identificar las

principales barreras que enfrentan

los pequeños productores y

productoras para acceder a los

mercados de alimentos:19

- las deficiencias en la manipulación

de alimentos perecederos, que

provocan un 22% de pérdidas a lo largo de todo el proceso;

- la escasa infraestructura para el almacenamiento y la distribución, concentrada en las grandes cadenas integradas;- los altos costos de transporte, que pueden alcanzar el 26% de las ventas brutas;20

- la ausencia de un sistema de información adecuado;- las deficiencias en la infraestructura vial;- el excesivo poder de los intermediarios, quienes en promedio duplican los precios finales de los alimentos.21

La cadena de distribución en el sector alimentario tiene forma de reloj de arena: una gran base de pequeños productores y un buen número de pequeños comerciantes y consumidores finales, mientras que en el centro hay pocos actores con gran poder oligopólico que les permite fijar los precios y las condiciones de compra-venta.

Los alimentos se distribuyen principalmente a través de supermercados e hipermercados.

Las bodegas ubicadas en la zona urbana de Bogotá pertenecen a grandes cadenas como Casino, Jumbo y Alkosto. Aún así, Corabastos22 sigue siendo la principal central de distribución mayorista de perecederos producidos a pequeña escala y a través de las plazas de mercado diariamente se abastece de alimentos la mitad de la población bogotana que vive bajo la línea de pobreza.23

Los pequeños productores venden mayoritariamente a través de intermediarios locales que transportan la producción hasta Bogotá, o bien contratan un servicio de transporte. Éste se suele realizar en camiones de baja capacidad y la contratación con los transportistas o intermediarios se realiza de manera informal. Entre el campesinado y los actores intermediarios se da una relación de dependencia, no solo en el plano comercial sino también en el económico, basada en la compra de los productos y los préstamos sobre las cosechas.

Todo lo anterior describe una situación de desventaja y marginación de la economía campesina al tratar de incorporarse a la cadena de suministro de alimentos a

Bogotá. Como estrategia para enfrentar dicha situación, el proceso de Mercados Campesinos surgió de la voluntad del sector campesino de reivindicar unas condiciones más justas de participación en los mercados, visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural y exigir unas políticas públicas que respondan a sus necesidades y faciliten su inserción económica en términos más equitativos.

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Page 3: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

indigente frente al 28% y 7% respectivamente en las áreas urbanas.8 Los ingresos familiares de un hogar campesino están muy por debajo del salario mínimo, y en promedio no llegan ni a un tercio de los ingresos de un hogar urbano.9

En la raíz de este rezago está un reparto enormemente desigual de la tierra, pues cerca del 80% de la superficie productiva se encuentra en manos del 14% de los propietarios,10 y la concentración va en aumento.11 La histórica concentración en manos de élites latifundistas se ha visto agravado por el conflicto armado interno, que ha empujado a cientos de miles de familias a abandonar, entregar o vender forzadamente sus tierras. Entre los años de 1980 y julio de 2010 se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas, lo que equivale al 15,4% de la superficie agropecuaria nacional.12

Al problema de acceso a la tierra se suman otras barreras que impiden a la economía campesina desarrollarse en todo su potencial. La ausencia de políticas públicas orientadas hacia la pequeña

producción agropecuaria contrasta con las facilidades concedidas a la gran inversión. Prueba de ello es la expansión de megaproyectos extractivos y agrícolas que marginan a la economía campesina y reducen la superficie destinada a la producción de alimentos.13

La escasa presencia de instituciones en las áreas rurales que ofrezcan servicios a los pequeños productores y productoras, las dificultades para obtener crédito, la brecha en el acceso a activos y medios de producción, la existencia de

barreras para acceder a los mercados, la insuficiente infraestructura rural, la falta de servicios básicos adecuados o la inadecuada oferta tecnológica, entre otros factores, mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia. Por si esto fuera poco, con la apertura comercial se ha dado una sustitución progresiva de los alimentos producidos internamente por alimentos importados.

Como resultado, entre 1991 y 2008 el coeficiente de autosuficiencia alimentaria pasó de 1,04 a 0,95 y las importaciones de alimentos se incrementaron del 2% al 10% del consumo nacional.14 Y todo indica que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos en 2012 pone aún en mayor riesgo al sector campesino colombiano, en desventaja para competir con una avalancha de productos subsidiados.15

Barreras para acceder al mercado de alimentos de Bogotá

El caso del acceso al mercado de alimentos de la ciudad de Bogotá ilustra las barreras que enfrentan los productores para comercializar

8 El dato de pobreza por ingresos con la metodología tradicional registró para el año 2012 un 56,6% en el área rural, si bien al cambiar la metodología este porcentaje descendió a 46,8% para el mismo año. Departamento Nacional de Estadística DANE. Boletín de prensa, Pobreza Monetaria y Multidimensional 2012, abril de 2013.

9 DANE – Encuesta de Calidad de Vida 2008.10 Dato correspondiente a 2010, en Ibáñez, A. y C. Muñoz (2011) ‘La persistencia de la concentración de la tierra en Colombia: ¿Qué pasó entre 2000 y 2010?’, Notas de Política 9. Agosto 2011, Centro de Estudios sobre

Desarrollo Económico (CEDE) de la Universidad de los Andes, Bogotá.11 Para ampliar información ver Ana María Ibáñez (2010) La concentración de la propiedad rural en Colombia: evolución 2000-2009, desplazamiento forzoso e impactos sobre desarrollo económico, Universidad de los

Andes.12 Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado (2011) ‘Cuantificación y valoración de las tierras y los bienes abandonados o despojados a la población desplazada en Colombia’.

Bogotá, enero de 2011.13 Durante el periodo 2008-2011; el área sembrada y la producción de los cultivos transitorios, predominantemente campesinos, disminuyeron en 3.4% y 10% respectivamente, mientras que los cultivos

permanentes, mayoritariamente empresariales, crecieron 6.9% y 5.2%. Basado en Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Estadísticas del sector agropecuario, Mayo 2012.14 PNUD (2011), op. cit., El coeficiente de autosuficiencia se define como la relación entre la producción y el consumo. Cuando es inferior a 1, significa que no existe autosuficiencia y el déficit de alimentos se cubre

con importaciones.15 Para ampliar información sobre los impactos del TLC con los Estados Unidos sobre la economía campesina en Colombia ver Barberi, Fernando, 2013, La agricultura, los pequeños productores agropecuarios y el

primer año de vigencia del acuerdo de libre comercio suscrito con Estados Unidos. Bogotá y Expectativas frustradas. El sector campesino, claro perdedor tras el primer año del TLC entre Colombia y Estados Unidos, Oxfam Media Briefing, noviembre de 2013.

Con un nivel de ingresos mediano alto y un alto nivel de desarrollo humano1, Colombia está a las puertas de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los países ricos. El bienestar y la riqueza alcanzados durante años de crecimiento económico, sin embargo, no se reparten de forma equitativa. Las profundas brechas entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, la convierten en el segundo país más desigual de América Latina, sólo superado por Haití2.

Los servicios y la industria han superado al sector agropecuario como motores del crecimiento económico,3 y hay más superficie destinada a la minería que a la producción de alimentos.4 A pesar de ello, la agricultura sigue siendo muy relevante en la Colombia del siglo XXI. Uno de cada cuatro colombianos y colombianas vive en áreas rurales -en total, 11,2 millones de personas- dos tercios de los cuales trabajan en el sector agrícola. La economía campesina en particular tiene un especial protagonismo, pues representa cerca del 90% de las explotaciones agrarias y constituye el medio de vida de 6,6 millones de personas incluyendo población campesina, indígena y afrodescendiente.5 Se calcula que la producción campesina aporta el 40% de los alimentos básicos que se consumen en todo el país,6 proporción que asciende hasta el 65% en el caso de Bogotá.7 Su papel, por tanto, es también vital para la seguridad alimentaria nacional.

A pesar de su importante contribución al desarrollo

económico y social del país, gran parte de los hogares rurales colombianos viven bajo la línea de pobreza, especialmente aquéllos encabezados por mujeres. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), el 47% de la población rural es pobre y el 23%

Son múltiples los factores que afectan la producción agrícola nacional y mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia

Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

en condiciones justas. Con sus más de siete millones de habitantes, 44 plazas de mercado (19 de ellas públicas) y buenas vías de acceso, Bogotá es el mayor mercado de alimentos de Colombia y un destino potencialmente muy rentable para los pequeños productores y productoras de los municipios cercanos. Su región circundante -departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta- es la despensa natural.16 Se calcula que el 33% de los alimentos básicos que consume la capital se producen en un radio de 40 kilómetros, y cerca del 80% a menos de 300 kilómetros17.

Acceder a este mercado supone todo un reto para los sectores campesinos. Si bien éstos han logrado introducir mejoras en sus sistemas productivos, adaptándose a la creciente y cambiante demanda de alimentos, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los obstáculos de acceso al mercado.18 La ausencia de

infraestructura (vías de acceso,

centros de acopio, entre otros), la

dificultad en el acceso a la

información de precios, la presencia

de actores con una posición

dominante, las exigencias de

calidad de comerciantes y

distribuidores, la excesiva

intermediación, el comportamiento

de los precios; así como el

desconocimiento de cuáles son los

canales de comercialización más

adecuados y de las preferencias del

consumidor final, han incidido en la

marginación del campesinado en el

mercado.

Un estudio encargado por la Alcaldía

de Bogotá acerca del

abastecimiento alimentario a la

ciudad permitió identificar las

principales barreras que enfrentan

los pequeños productores y

productoras para acceder a los

mercados de alimentos:19

- las deficiencias en la manipulación

de alimentos perecederos, que

provocan un 22% de pérdidas a lo largo de todo el proceso;

- la escasa infraestructura para el almacenamiento y la distribución, concentrada en las grandes cadenas integradas;- los altos costos de transporte, que pueden alcanzar el 26% de las ventas brutas;20

- la ausencia de un sistema de información adecuado;- las deficiencias en la infraestructura vial;- el excesivo poder de los intermediarios, quienes en promedio duplican los precios finales de los alimentos.21

La cadena de distribución en el sector alimentario tiene forma de reloj de arena: una gran base de pequeños productores y un buen número de pequeños comerciantes y consumidores finales, mientras que en el centro hay pocos actores con gran poder oligopólico que les permite fijar los precios y las condiciones de compra-venta.

Los alimentos se distribuyen principalmente a través de supermercados e hipermercados.

Las bodegas ubicadas en la zona urbana de Bogotá pertenecen a grandes cadenas como Casino, Jumbo y Alkosto. Aún así, Corabastos22 sigue siendo la principal central de distribución mayorista de perecederos producidos a pequeña escala y a través de las plazas de mercado diariamente se abastece de alimentos la mitad de la población bogotana que vive bajo la línea de pobreza.23

Los pequeños productores venden mayoritariamente a través de intermediarios locales que transportan la producción hasta Bogotá, o bien contratan un servicio de transporte. Éste se suele realizar en camiones de baja capacidad y la contratación con los transportistas o intermediarios se realiza de manera informal. Entre el campesinado y los actores intermediarios se da una relación de dependencia, no solo en el plano comercial sino también en el económico, basada en la compra de los productos y los préstamos sobre las cosechas.

Todo lo anterior describe una situación de desventaja y marginación de la economía campesina al tratar de incorporarse a la cadena de suministro de alimentos a

Bogotá. Como estrategia para enfrentar dicha situación, el proceso de Mercados Campesinos surgió de la voluntad del sector campesino de reivindicar unas condiciones más justas de participación en los mercados, visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural y exigir unas políticas públicas que respondan a sus necesidades y faciliten su inserción económica en términos más equitativos.

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Page 4: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

indigente frente al 28% y 7% respectivamente en las áreas urbanas.8 Los ingresos familiares de un hogar campesino están muy por debajo del salario mínimo, y en promedio no llegan ni a un tercio de los ingresos de un hogar urbano.9

En la raíz de este rezago está un reparto enormemente desigual de la tierra, pues cerca del 80% de la superficie productiva se encuentra en manos del 14% de los propietarios,10 y la concentración va en aumento.11 La histórica concentración en manos de élites latifundistas se ha visto agravado por el conflicto armado interno, que ha empujado a cientos de miles de familias a abandonar, entregar o vender forzadamente sus tierras. Entre los años de 1980 y julio de 2010 se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas, lo que equivale al 15,4% de la superficie agropecuaria nacional.12

Al problema de acceso a la tierra se suman otras barreras que impiden a la economía campesina desarrollarse en todo su potencial. La ausencia de políticas públicas orientadas hacia la pequeña

producción agropecuaria contrasta con las facilidades concedidas a la gran inversión. Prueba de ello es la expansión de megaproyectos extractivos y agrícolas que marginan a la economía campesina y reducen la superficie destinada a la producción de alimentos.13

La escasa presencia de instituciones en las áreas rurales que ofrezcan servicios a los pequeños productores y productoras, las dificultades para obtener crédito, la brecha en el acceso a activos y medios de producción, la existencia de

barreras para acceder a los mercados, la insuficiente infraestructura rural, la falta de servicios básicos adecuados o la inadecuada oferta tecnológica, entre otros factores, mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia. Por si esto fuera poco, con la apertura comercial se ha dado una sustitución progresiva de los alimentos producidos internamente por alimentos importados.

Como resultado, entre 1991 y 2008 el coeficiente de autosuficiencia alimentaria pasó de 1,04 a 0,95 y las importaciones de alimentos se incrementaron del 2% al 10% del consumo nacional.14 Y todo indica que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos en 2012 pone aún en mayor riesgo al sector campesino colombiano, en desventaja para competir con una avalancha de productos subsidiados.15

Barreras para acceder al mercado de alimentos de Bogotá

El caso del acceso al mercado de alimentos de la ciudad de Bogotá ilustra las barreras que enfrentan los productores para comercializar

Con un nivel de ingresos mediano alto y un alto nivel de desarrollo humano1, Colombia está a las puertas de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los países ricos. El bienestar y la riqueza alcanzados durante años de crecimiento económico, sin embargo, no se reparten de forma equitativa. Las profundas brechas entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, la convierten en el segundo país más desigual de América Latina, sólo superado por Haití2.

Los servicios y la industria han superado al sector agropecuario como motores del crecimiento económico,3 y hay más superficie destinada a la minería que a la producción de alimentos.4 A pesar de ello, la agricultura sigue siendo muy relevante en la Colombia del siglo XXI. Uno de cada cuatro colombianos y colombianas vive en áreas rurales -en total, 11,2 millones de personas- dos tercios de los cuales trabajan en el sector agrícola. La economía campesina en particular tiene un especial protagonismo, pues representa cerca del 90% de las explotaciones agrarias y constituye el medio de vida de 6,6 millones de personas incluyendo población campesina, indígena y afrodescendiente.5 Se calcula que la producción campesina aporta el 40% de los alimentos básicos que se consumen en todo el país,6 proporción que asciende hasta el 65% en el caso de Bogotá.7 Su papel, por tanto, es también vital para la seguridad alimentaria nacional.

A pesar de su importante contribución al desarrollo

económico y social del país, gran parte de los hogares rurales colombianos viven bajo la línea de pobreza, especialmente aquéllos encabezados por mujeres. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), el 47% de la población rural es pobre y el 23%

MERCADOs campesinos

16 Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos y Seguridad Alimentaria, "Alimenta Bogotá", Alcaldía Mayor de Bogotá, Decreto 315 de 2006.

17 Esta cifra incluye el aporte de pequeños, medianos y grandes productores.

18 Forero, Jaime (2002). Campesinado, mercado y cambio técnico, a propósito de prejuicios. Cuadernos Tierra y Justicia. Bogotá: ILSA.

19 Estudio contratado por la administración del alcalde Antanas Mockus con la Compañía de Proyectos Técnicos y la Corporación para el desarrollo Integral del Sector Agropecuario, con el fin de analizar el abastecimiento de alimentos de la ciudad de Bogotá, 2002.

20 Bichon, Benoit, (2010), Evaluación de los procesos de transporte, (documento mimeografiado). Bogotá: Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos (ILSA).

21 Algunos estudios señalan márgenes de intermediación incluso más altos, entre el 60% y el 70%. Ver Mendoza, Gilberto. Diagnóstico del mercado agrícola y agroindustrial en Colombia. Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá, 1999.

Plaza de Bolívar de Bogotá, durante una de las jornadas de Mercados Campesinos

en condiciones justas. Con sus más de siete millones de habitantes, 44 plazas de mercado (19 de ellas públicas) y buenas vías de acceso, Bogotá es el mayor mercado de alimentos de Colombia y un destino potencialmente muy rentable para los pequeños productores y productoras de los municipios cercanos. Su región circundante -departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta- es la despensa natural.16 Se calcula que el 33% de los alimentos básicos que consume la capital se producen en un radio de 40 kilómetros, y cerca del 80% a menos de 300 kilómetros17.

Acceder a este mercado supone todo un reto para los sectores campesinos. Si bien éstos han logrado introducir mejoras en sus sistemas productivos, adaptándose a la creciente y cambiante demanda de alimentos, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los obstáculos de acceso al mercado.18 La ausencia de

infraestructura (vías de acceso,

centros de acopio, entre otros), la

dificultad en el acceso a la

información de precios, la presencia

de actores con una posición

dominante, las exigencias de

calidad de comerciantes y

distribuidores, la excesiva

intermediación, el comportamiento

de los precios; así como el

desconocimiento de cuáles son los

canales de comercialización más

adecuados y de las preferencias del

consumidor final, han incidido en la

marginación del campesinado en el

mercado.

Un estudio encargado por la Alcaldía

de Bogotá acerca del

abastecimiento alimentario a la

ciudad permitió identificar las

principales barreras que enfrentan

los pequeños productores y

productoras para acceder a los

mercados de alimentos:19

- las deficiencias en la manipulación

de alimentos perecederos, que

provocan un 22% de pérdidas a lo largo de todo el proceso;

- la escasa infraestructura para el almacenamiento y la distribución, concentrada en las grandes cadenas integradas;- los altos costos de transporte, que pueden alcanzar el 26% de las ventas brutas;20

- la ausencia de un sistema de información adecuado;- las deficiencias en la infraestructura vial;- el excesivo poder de los intermediarios, quienes en promedio duplican los precios finales de los alimentos.21

La cadena de distribución en el sector alimentario tiene forma de reloj de arena: una gran base de pequeños productores y un buen número de pequeños comerciantes y consumidores finales, mientras que en el centro hay pocos actores con gran poder oligopólico que les permite fijar los precios y las condiciones de compra-venta.

Los alimentos se distribuyen principalmente a través de supermercados e hipermercados.

Las bodegas ubicadas en la zona urbana de Bogotá pertenecen a grandes cadenas como Casino, Jumbo y Alkosto. Aún así, Corabastos22 sigue siendo la principal central de distribución mayorista de perecederos producidos a pequeña escala y a través de las plazas de mercado diariamente se abastece de alimentos la mitad de la población bogotana que vive bajo la línea de pobreza.23

Los pequeños productores venden mayoritariamente a través de intermediarios locales que transportan la producción hasta Bogotá, o bien contratan un servicio de transporte. Éste se suele realizar en camiones de baja capacidad y la contratación con los transportistas o intermediarios se realiza de manera informal. Entre el campesinado y los actores intermediarios se da una relación de dependencia, no solo en el plano comercial sino también en el económico, basada en la compra de los productos y los préstamos sobre las cosechas.

Todo lo anterior describe una situación de desventaja y marginación de la economía campesina al tratar de incorporarse a la cadena de suministro de alimentos a

Bogotá. Como estrategia para enfrentar dicha situación, el proceso de Mercados Campesinos surgió de la voluntad del sector campesino de reivindicar unas condiciones más justas de participación en los mercados, visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural y exigir unas políticas públicas que respondan a sus necesidades y faciliten su inserción económica en términos más equitativos.

4

Page 5: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

indigente frente al 28% y 7% respectivamente en las áreas urbanas.8 Los ingresos familiares de un hogar campesino están muy por debajo del salario mínimo, y en promedio no llegan ni a un tercio de los ingresos de un hogar urbano.9

En la raíz de este rezago está un reparto enormemente desigual de la tierra, pues cerca del 80% de la superficie productiva se encuentra en manos del 14% de los propietarios,10 y la concentración va en aumento.11 La histórica concentración en manos de élites latifundistas se ha visto agravado por el conflicto armado interno, que ha empujado a cientos de miles de familias a abandonar, entregar o vender forzadamente sus tierras. Entre los años de 1980 y julio de 2010 se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas, lo que equivale al 15,4% de la superficie agropecuaria nacional.12

Al problema de acceso a la tierra se suman otras barreras que impiden a la economía campesina desarrollarse en todo su potencial. La ausencia de políticas públicas orientadas hacia la pequeña

producción agropecuaria contrasta con las facilidades concedidas a la gran inversión. Prueba de ello es la expansión de megaproyectos extractivos y agrícolas que marginan a la economía campesina y reducen la superficie destinada a la producción de alimentos.13

La escasa presencia de instituciones en las áreas rurales que ofrezcan servicios a los pequeños productores y productoras, las dificultades para obtener crédito, la brecha en el acceso a activos y medios de producción, la existencia de

barreras para acceder a los mercados, la insuficiente infraestructura rural, la falta de servicios básicos adecuados o la inadecuada oferta tecnológica, entre otros factores, mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia. Por si esto fuera poco, con la apertura comercial se ha dado una sustitución progresiva de los alimentos producidos internamente por alimentos importados.

Como resultado, entre 1991 y 2008 el coeficiente de autosuficiencia alimentaria pasó de 1,04 a 0,95 y las importaciones de alimentos se incrementaron del 2% al 10% del consumo nacional.14 Y todo indica que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos en 2012 pone aún en mayor riesgo al sector campesino colombiano, en desventaja para competir con una avalancha de productos subsidiados.15

Barreras para acceder al mercado de alimentos de Bogotá

El caso del acceso al mercado de alimentos de la ciudad de Bogotá ilustra las barreras que enfrentan los productores para comercializar

II. EL PROCESO DE MERCADOS CAMPESINOS24

Con un nivel de ingresos mediano alto y un alto nivel de desarrollo humano1, Colombia está a las puertas de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los países ricos. El bienestar y la riqueza alcanzados durante años de crecimiento económico, sin embargo, no se reparten de forma equitativa. Las profundas brechas entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, la convierten en el segundo país más desigual de América Latina, sólo superado por Haití2.

Los servicios y la industria han superado al sector agropecuario como motores del crecimiento económico,3 y hay más superficie destinada a la minería que a la producción de alimentos.4 A pesar de ello, la agricultura sigue siendo muy relevante en la Colombia del siglo XXI. Uno de cada cuatro colombianos y colombianas vive en áreas rurales -en total, 11,2 millones de personas- dos tercios de los cuales trabajan en el sector agrícola. La economía campesina en particular tiene un especial protagonismo, pues representa cerca del 90% de las explotaciones agrarias y constituye el medio de vida de 6,6 millones de personas incluyendo población campesina, indígena y afrodescendiente.5 Se calcula que la producción campesina aporta el 40% de los alimentos básicos que se consumen en todo el país,6 proporción que asciende hasta el 65% en el caso de Bogotá.7 Su papel, por tanto, es también vital para la seguridad alimentaria nacional.

A pesar de su importante contribución al desarrollo

económico y social del país, gran parte de los hogares rurales colombianos viven bajo la línea de pobreza, especialmente aquéllos encabezados por mujeres. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), el 47% de la población rural es pobre y el 23%

22 Es el principal centro mayorista de comercialización de alimentos de Bogotá, es una entidad de propiedad mixta, pública y privada, constituida en 1972.

23 Cifras tomadas de Montoya y Mondragón, (2010), Los mercados campesinos: Comercialización alternativa de alimentos en Bogotá, Cuadernos Tierra y Justicia, Serie 2, No. 13. Bogotá, Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos (ILSA).

24 Las secciones 2 y 3, así como algunas recomendaciones de política, recogen los aportes y contribuciones presentados por Andrés Mendoza en dos informes de consultoría: La comercialización en plazas de mercado de Bogotá y El transporte como factor determinante para el acceso a los mercados.

25 La información sobre ILSA, el CICC y ALCAMPO puede consultarse en la última página de este documento.

Los Mercados Campesinos buscan romper con la dependencia comercial y económica entre los intermediarios y el campesino.

en condiciones justas. Con sus más de siete millones de habitantes, 44 plazas de mercado (19 de ellas públicas) y buenas vías de acceso, Bogotá es el mayor mercado de alimentos de Colombia y un destino potencialmente muy rentable para los pequeños productores y productoras de los municipios cercanos. Su región circundante -departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta- es la despensa natural.16 Se calcula que el 33% de los alimentos básicos que consume la capital se producen en un radio de 40 kilómetros, y cerca del 80% a menos de 300 kilómetros17.

Acceder a este mercado supone todo un reto para los sectores campesinos. Si bien éstos han logrado introducir mejoras en sus sistemas productivos, adaptándose a la creciente y cambiante demanda de alimentos, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los obstáculos de acceso al mercado.18 La ausencia de

infraestructura (vías de acceso,

centros de acopio, entre otros), la

dificultad en el acceso a la

información de precios, la presencia

de actores con una posición

dominante, las exigencias de

calidad de comerciantes y

distribuidores, la excesiva

intermediación, el comportamiento

de los precios; así como el

desconocimiento de cuáles son los

canales de comercialización más

adecuados y de las preferencias del

consumidor final, han incidido en la

marginación del campesinado en el

mercado.

Un estudio encargado por la Alcaldía

de Bogotá acerca del

abastecimiento alimentario a la

ciudad permitió identificar las

principales barreras que enfrentan

los pequeños productores y

productoras para acceder a los

mercados de alimentos:19

- las deficiencias en la manipulación

de alimentos perecederos, que

provocan un 22% de pérdidas a lo largo de todo el proceso;

- la escasa infraestructura para el almacenamiento y la distribución, concentrada en las grandes cadenas integradas;- los altos costos de transporte, que pueden alcanzar el 26% de las ventas brutas;20

- la ausencia de un sistema de información adecuado;- las deficiencias en la infraestructura vial;- el excesivo poder de los intermediarios, quienes en promedio duplican los precios finales de los alimentos.21

La cadena de distribución en el sector alimentario tiene forma de reloj de arena: una gran base de pequeños productores y un buen número de pequeños comerciantes y consumidores finales, mientras que en el centro hay pocos actores con gran poder oligopólico que les permite fijar los precios y las condiciones de compra-venta.

Los alimentos se distribuyen principalmente a través de supermercados e hipermercados.

Las bodegas ubicadas en la zona urbana de Bogotá pertenecen a grandes cadenas como Casino, Jumbo y Alkosto. Aún así, Corabastos22 sigue siendo la principal central de distribución mayorista de perecederos producidos a pequeña escala y a través de las plazas de mercado diariamente se abastece de alimentos la mitad de la población bogotana que vive bajo la línea de pobreza.23

Los pequeños productores venden mayoritariamente a través de intermediarios locales que transportan la producción hasta Bogotá, o bien contratan un servicio de transporte. Éste se suele realizar en camiones de baja capacidad y la contratación con los transportistas o intermediarios se realiza de manera informal. Entre el campesinado y los actores intermediarios se da una relación de dependencia, no solo en el plano comercial sino también en el económico, basada en la compra de los productos y los préstamos sobre las cosechas.

Todo lo anterior describe una situación de desventaja y marginación de la economía campesina al tratar de incorporarse a la cadena de suministro de alimentos a

En 2006 se puso en marcha el proceso de Mercados Campesinos en la región central de Colombia (departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta) con el objetivo de promover vínculos más equitativos entre el campo y la ciudad que beneficien tanto al pequeño productor de alimentos como al consumidor urbano de menos recursos. Desde sus inicios, Mercados Campesinos ha sido fundamentalmente un proceso de organización de los sectores campesinos y comunales que persigue nuevas formas de comercialización y destaca la importancia y viabilidad de la economía campesina. Sus dos pilares de actuación han sido la incidencia en una política pública local de seguridad alimentaria para Bogotá y la búsqueda de una participación más justa del sector campesino en los mercados de alimentos en la región central del país.

Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

Bogotá. Como estrategia para enfrentar dicha situación, el proceso de Mercados Campesinos surgió de la voluntad del sector campesino de reivindicar unas condiciones más justas de participación en los mercados, visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural y exigir unas políticas públicas que respondan a sus necesidades y faciliten su inserción económica en términos más equitativos.

Mercados Campesinos ha estado a cargo del Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos (ILSA), que trabaja con organizaciones campesinas y comunidades rurales para defender los derechos de la población rural; el Comité de Interlocución Campesino y Comunal (CICC) y la Alianza Campesina y Comunal (ALCAMPO), ambos espacios de representación de las organizaciones campesinas; y Oxfam25 . Los fondos fueron aportados por Oxfam, la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía Mayor

de Bogotá, la Unión Europea y el Departamento para el Desarrollo Internacional del Gobierno de Reino Unido (DFID) así como recursos propios de las organizaciones participantes en el proceso.

Mercados Campesinos responde a la necesidad de resolver algunas de las condiciones descritas que marginan a la economía campesina, favoreciendo la visibilización del aporte a la seguridad alimentaria del país; reconociéndolos como actores económicos dinámicos; contribuyendo a la superación de las barreras para la comercialización y fortaleciendo las organizaciones campesinas.

“Chévere ver como la gente ya no tiene que ir a los supermercados a comprar productos costosos que no son de aquí de Colombia y vienen a comprar lo que producimos en nuestro territorio. Mercados Campesinos me ha enseñado que nuestro país no necesita depender de otros, ya que podemos producir lo que necesitamos dentro de nuestro territorio”.

Juan Camilo, hijo mayor de Argemiro y Martha Catalina (Nuevo Colón, Boyacá)26

En relación con la comercialización Mercados Campesinos promueve distintos canales. El más maduro es el de los “mercados presenciales”, así llamados porque se basan

en la presencia directa de más de 2.000 campesinos y campesinas de 80 municipios (incluido Bogotá), quienes venden directamente sus productos a los consumidores urbanos en catorce parques de la ciudad. Este canal fue elegido en primer lugar porque visibiliza al sector campesino como abastecedor de alimentos a la ciudad, ofrece oportunidades de incidencia política y permite un aprendizaje a través de la práctica para los propios campesinos y campesinas participantes.27 El segundo canal son las plazas de mercado, una alternativa de comercialización con grandes potencialidades para los productores y beneficios para la seguridad alimentaria de comunidades urbanas de bajos ingresos.

¿Cómo se accedió a las plazas de mercado?

Esta sección da cuenta de los esfuerzos de los pequeños productores por incursionar en este otro importante canal de comercialización: las plazas de mercado. Si bien sus dificultades para competir con las grandes superficies y las debilidades en materia de infraestructura hacen que hoy en día apenas el 6% de los alimentos consumidos en Bogotá se comercialicen a través de las plazas de mercado, éstas cumplen la importante función de abastecer de alimentos a los sectores urbanos más populares. Por otro lado, las plazas de mercado ofrecen a los pequeños productores y productoras una serie de ventajas que las diferencian de otros canales mayoristas:

- Concentran a varios compradores en el mismo lugar, lo que facilita la venta y distribución;

- Los comerciantes de las plazas compran productos de todas las calidades, a diferencia de los supermercados o las grandes cadenas que sólo aceptan productos de calidad primera o extra;

- Los comerciantes de las plazas pagan de inmediato, a diferencia de otros canales mayoristas que pagan al menos una semana después de entregado el producto;

- En las plazas de mercado no se exige un suministro continuo, lo cual es una gran ventaja en la etapa inicial del proceso de inserción de un comité campesino a los mercados urbanos, cuando aún se está consolidando la oferta.

A continuación se describe cómo se desarrolla este proceso desde la planeación en el nivel municipal hasta consolidar la oferta y alcanzar la sostenibilidad en el suministro de alimentos.

Actores y pasos

La inserción de los pequeños productores y productoras a la comercialización en las plazas de mercado de Bogotá es un proceso aún en desarrollo, basado fundamentalmente en la organización en el ámbito más local: el municipio. Los actores claves son los Comités Campesinos Municipales28, los cuales se ocupan de negociar las ventas en los diferentes canales comerciales, siendo Mercados Campesinos el espacio de facilitación.

El proceso inicia en el municipio con un taller informativo y de sensibilización donde se exponen las oportunidades y ventajas de comercializar de forma directa en los mercados de Bogotá y se analiza el incremento en los ingresos que se podría lograr reduciendo la intermediación. Los productores

interesados en participar realizan una primera visita a

las plazas de mercado llevando muestras de sus

productos y se reúnen con los comerciantes para

conocer sus requisitos de calidad, variedad y envasado,

así como para negociar el precio, volumen, periodicidad

de la entrega y formas de pago. A partir de ahí se

desarrolla la fase de planeación para identificar la oferta

de productos y ajustar la logística (puntos de acopio,

planillas de envío, entre otros), con el acompañamiento

y la asistencia técnica durante todo el proceso.

Una de las herramientas utilizadas para la planificación

adecuada de la oferta es el seguimiento de sus

características y posibles cambios. En este sentido,

Mercados Campesinos ha desarrollado una base de

datos que permite conocer en tiempo real, el tipo de

producto, origen, variedades, volumen, periodicidad y

temporalidad. Además, gracias a la georreferenciación29

de la producción es posible diseñar las mejores rutas

para el acopio de la oferta, el transporte y la agregación

de valor, así como gestionar la calidad mediante la

trazabilidad30 del producto.

Cada Comité Campesino Municipal cuenta con un

promotor o promotora, responsable de organizar la

oferta y el transporte a las plazas de mercado en la

capital. En Bogotá se dispone además de un equipo de

comercialización que realiza un acompañamiento

constante. Durante la primera etapa de la fase de implementación este equipo se ocupa de la pre-venta

de acuerdo con la oferta reportada por el municipio,

brinda asesoría en la producción, el manejo

post-cosecha y la calidad de los productos, capacita en

técnicas de servicio al cliente, realiza gestiones para

ampliar el volumen de clientes, ayuda a planificar la

oferta de forma sostenible y a fijar los precios con

referencia a los registrados en Corabastos y colabora

con la planificación y mejora de los aspectos logísticos de distribución y transporte.

En la primera venta se envía como máximo una tonelada de producto para indagar posibles aspectos a mejorar y asegurar la venta completa, algo muy importante para que los productores y productoras participantes adquieran seguridad. Progresivamente se va incrementando el volumen de venta, hasta alcanzar una frecuencia semanal en la fase de consolidación. Durante la etapa final, el apoyo del grupo de comercialización se limita a asesorar la ampliación de la oferta y suministrar información sobre precios de mercado en Corabastos.

La experiencia de Mercados Campesinos sobre la comercialización en las plazas de mercado indica que para que los pequeños productores puedan desarrollarlo de manera sostenible, se requiere una inversión en tiempo de 14 meses y un apoyo financiero cercano a US$15.000 por municipio que cubriría el análisis y conocimiento del mercado, organización local para la comercialización, diseño logístico y pruebas iniciales de comercialización.

Hoy participan en Mercados Campesinos cerca de 2.000 productores de 80 municipios de la región central. De los treinta Comités Campesinos

Municipales que concentran el mayor número de productores, seis se encuentran aún en la etapa inicial de planificación y otros seis se encuentra en el proceso de consolidación en su comercialización con las plazas de mercado. Cinco de ellos se localizan en el departamento de Cundinamarca (municipios El Colegio, Anolaima, Apulo, Quipile y Fómeque) y uno en el de Meta (Fuente de Oro). Destaca el caso de El Colegio, que se describe más adelante, cuyos productores comercializan de forma directa y autónoma tras un proceso de tres años de acompañamiento.

FACTORES DE éxito

• El principal factor de éxito ha sido la existencia de organizaciones sólidas -los Comités Campesinos Municipales- a través de las cuales se logró consolidar capacidades para reducir los eslabones en la cadena de comercialización.

• Conocer en profundidad los mercados; sensibilizar a los comerciantes; avanzar en el posicionamiento de los pequeños productores; mejorar la calidad de producto; mantener volúmenes adecuados, lograr precios rentables para productores y comerciantes, y garantizar la permanencia y cumplimiento en el

mercado, fueron acciones determinantes de la estrategia para incursionar en ese canal de comercialización.

• Incorporar mejoras técnicas de producción, adecuado manejo post-cosecha, implementación de buenas prácticas de transformación y manipulación de alimentos y la planificación de la

producción, permitió superar las barreras que impedían a los pequeños productores y productoras acceder a los mercados urbanos.

• Contar con el apoyo de entidades públicas locales para que los pequeños productores consiguieran un medio de transporte, permitió superar la dependencia de los intermediarios. La manera como se hizo posible, se describe en el recuadro, en el que se contrapone la experiencia del municipio de El Colegio que logró el apoyo de la alcaldía municipal, con la del municipio de Apulo, cuyos productores están sometidos al monopolio que ejercen los trasportistas.

Logros principales

• Mercados campesinos se ha consolidado como una forma de organización social que facilita la inserción de los sectores campesinos en las plazas de mercado de Bogotá, las cuales han demostrado ser un excelente canal para la venta de alimentos producidos a pequeña escala en la región central.

• El establecimiento de alianzas entre productores y comerciantes ha permitido que ambos se mantengan en el mercado, obteniendo mayores beneficios. Según el análisis de precios realizado por Mercados Campesinos, gracias a la venta directa en las plazas de mercado los productores y productoras incrementaron sus ingresos al menos un 20% respecto a la venta a través de intermediarios, si bien este incremento varía en función del producto.

• A la fecha Mercados Campesinos ha comercializado productos con doce plazas de mercado en Bogotá, habiéndose registrado la mayor actividad en las plazas de Restrepo, Santander, Trinidad Galán, Fontibón y Paloquemao.

• Como resultado del proceso de gestión ante las plazas de mercado, se logró la cesión de una pequeña bodega por parte de la administración de la plaza del barrio Santander, en la que los productores almacenan los alimentos hasta su distribución.

• El éxito del municipio de El Colegio demuestra que consolidar la comercialización en las plazas de mercado beneficia a los productores y productoras al obtener mayores ingresos, a los comerciantes de las plazas que logran un mejor precio al comprar al productor, y a los consumidores urbanos de menos ingresos al acceder a alimentos más frescos y sanos a un precio inferior.

5

Page 6: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

Una mujer vende su cosecha en el Parque Alcalá de Bogotá, uno de los mercados presenciales donde se dan cita más de 2000 campesinos y campesinas

indigente frente al 28% y 7% respectivamente en las áreas urbanas.8 Los ingresos familiares de un hogar campesino están muy por debajo del salario mínimo, y en promedio no llegan ni a un tercio de los ingresos de un hogar urbano.9

En la raíz de este rezago está un reparto enormemente desigual de la tierra, pues cerca del 80% de la superficie productiva se encuentra en manos del 14% de los propietarios,10 y la concentración va en aumento.11 La histórica concentración en manos de élites latifundistas se ha visto agravado por el conflicto armado interno, que ha empujado a cientos de miles de familias a abandonar, entregar o vender forzadamente sus tierras. Entre los años de 1980 y julio de 2010 se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas, lo que equivale al 15,4% de la superficie agropecuaria nacional.12

Al problema de acceso a la tierra se suman otras barreras que impiden a la economía campesina desarrollarse en todo su potencial. La ausencia de políticas públicas orientadas hacia la pequeña

producción agropecuaria contrasta con las facilidades concedidas a la gran inversión. Prueba de ello es la expansión de megaproyectos extractivos y agrícolas que marginan a la economía campesina y reducen la superficie destinada a la producción de alimentos.13

La escasa presencia de instituciones en las áreas rurales que ofrezcan servicios a los pequeños productores y productoras, las dificultades para obtener crédito, la brecha en el acceso a activos y medios de producción, la existencia de

barreras para acceder a los mercados, la insuficiente infraestructura rural, la falta de servicios básicos adecuados o la inadecuada oferta tecnológica, entre otros factores, mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia. Por si esto fuera poco, con la apertura comercial se ha dado una sustitución progresiva de los alimentos producidos internamente por alimentos importados.

Como resultado, entre 1991 y 2008 el coeficiente de autosuficiencia alimentaria pasó de 1,04 a 0,95 y las importaciones de alimentos se incrementaron del 2% al 10% del consumo nacional.14 Y todo indica que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos en 2012 pone aún en mayor riesgo al sector campesino colombiano, en desventaja para competir con una avalancha de productos subsidiados.15

Barreras para acceder al mercado de alimentos de Bogotá

El caso del acceso al mercado de alimentos de la ciudad de Bogotá ilustra las barreras que enfrentan los productores para comercializar

Con un nivel de ingresos mediano alto y un alto nivel de desarrollo humano1, Colombia está a las puertas de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los países ricos. El bienestar y la riqueza alcanzados durante años de crecimiento económico, sin embargo, no se reparten de forma equitativa. Las profundas brechas entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, la convierten en el segundo país más desigual de América Latina, sólo superado por Haití2.

Los servicios y la industria han superado al sector agropecuario como motores del crecimiento económico,3 y hay más superficie destinada a la minería que a la producción de alimentos.4 A pesar de ello, la agricultura sigue siendo muy relevante en la Colombia del siglo XXI. Uno de cada cuatro colombianos y colombianas vive en áreas rurales -en total, 11,2 millones de personas- dos tercios de los cuales trabajan en el sector agrícola. La economía campesina en particular tiene un especial protagonismo, pues representa cerca del 90% de las explotaciones agrarias y constituye el medio de vida de 6,6 millones de personas incluyendo población campesina, indígena y afrodescendiente.5 Se calcula que la producción campesina aporta el 40% de los alimentos básicos que se consumen en todo el país,6 proporción que asciende hasta el 65% en el caso de Bogotá.7 Su papel, por tanto, es también vital para la seguridad alimentaria nacional.

A pesar de su importante contribución al desarrollo

económico y social del país, gran parte de los hogares rurales colombianos viven bajo la línea de pobreza, especialmente aquéllos encabezados por mujeres. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), el 47% de la población rural es pobre y el 23%

26 Tomado de ILSA y CICC, 2011, Mercados Campesinos, Resultados, lecciones aprendidas y desafíos, 2007-2010, pag. 75, Bogotá D.C.

27 Para más información sobre los mercados presenciales, ver Montoya y Mondragón (2010) op. cit.

en condiciones justas. Con sus más de siete millones de habitantes, 44 plazas de mercado (19 de ellas públicas) y buenas vías de acceso, Bogotá es el mayor mercado de alimentos de Colombia y un destino potencialmente muy rentable para los pequeños productores y productoras de los municipios cercanos. Su región circundante -departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta- es la despensa natural.16 Se calcula que el 33% de los alimentos básicos que consume la capital se producen en un radio de 40 kilómetros, y cerca del 80% a menos de 300 kilómetros17.

Acceder a este mercado supone todo un reto para los sectores campesinos. Si bien éstos han logrado introducir mejoras en sus sistemas productivos, adaptándose a la creciente y cambiante demanda de alimentos, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los obstáculos de acceso al mercado.18 La ausencia de

infraestructura (vías de acceso,

centros de acopio, entre otros), la

dificultad en el acceso a la

información de precios, la presencia

de actores con una posición

dominante, las exigencias de

calidad de comerciantes y

distribuidores, la excesiva

intermediación, el comportamiento

de los precios; así como el

desconocimiento de cuáles son los

canales de comercialización más

adecuados y de las preferencias del

consumidor final, han incidido en la

marginación del campesinado en el

mercado.

Un estudio encargado por la Alcaldía

de Bogotá acerca del

abastecimiento alimentario a la

ciudad permitió identificar las

principales barreras que enfrentan

los pequeños productores y

productoras para acceder a los

mercados de alimentos:19

- las deficiencias en la manipulación

de alimentos perecederos, que

provocan un 22% de pérdidas a lo largo de todo el proceso;

- la escasa infraestructura para el almacenamiento y la distribución, concentrada en las grandes cadenas integradas;- los altos costos de transporte, que pueden alcanzar el 26% de las ventas brutas;20

- la ausencia de un sistema de información adecuado;- las deficiencias en la infraestructura vial;- el excesivo poder de los intermediarios, quienes en promedio duplican los precios finales de los alimentos.21

La cadena de distribución en el sector alimentario tiene forma de reloj de arena: una gran base de pequeños productores y un buen número de pequeños comerciantes y consumidores finales, mientras que en el centro hay pocos actores con gran poder oligopólico que les permite fijar los precios y las condiciones de compra-venta.

Los alimentos se distribuyen principalmente a través de supermercados e hipermercados.

Las bodegas ubicadas en la zona urbana de Bogotá pertenecen a grandes cadenas como Casino, Jumbo y Alkosto. Aún así, Corabastos22 sigue siendo la principal central de distribución mayorista de perecederos producidos a pequeña escala y a través de las plazas de mercado diariamente se abastece de alimentos la mitad de la población bogotana que vive bajo la línea de pobreza.23

Los pequeños productores venden mayoritariamente a través de intermediarios locales que transportan la producción hasta Bogotá, o bien contratan un servicio de transporte. Éste se suele realizar en camiones de baja capacidad y la contratación con los transportistas o intermediarios se realiza de manera informal. Entre el campesinado y los actores intermediarios se da una relación de dependencia, no solo en el plano comercial sino también en el económico, basada en la compra de los productos y los préstamos sobre las cosechas.

Todo lo anterior describe una situación de desventaja y marginación de la economía campesina al tratar de incorporarse a la cadena de suministro de alimentos a

En 2006 se puso en marcha el proceso de Mercados Campesinos en la región central de Colombia (departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta) con el objetivo de promover vínculos más equitativos entre el campo y la ciudad que beneficien tanto al pequeño productor de alimentos como al consumidor urbano de menos recursos. Desde sus inicios, Mercados Campesinos ha sido fundamentalmente un proceso de organización de los sectores campesinos y comunales que persigue nuevas formas de comercialización y destaca la importancia y viabilidad de la economía campesina. Sus dos pilares de actuación han sido la incidencia en una política pública local de seguridad alimentaria para Bogotá y la búsqueda de una participación más justa del sector campesino en los mercados de alimentos en la región central del país.

Bogotá. Como estrategia para enfrentar dicha situación, el proceso de Mercados Campesinos surgió de la voluntad del sector campesino de reivindicar unas condiciones más justas de participación en los mercados, visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural y exigir unas políticas públicas que respondan a sus necesidades y faciliten su inserción económica en términos más equitativos.

Mercados Campesinos ha estado a cargo del Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos (ILSA), que trabaja con organizaciones campesinas y comunidades rurales para defender los derechos de la población rural; el Comité de Interlocución Campesino y Comunal (CICC) y la Alianza Campesina y Comunal (ALCAMPO), ambos espacios de representación de las organizaciones campesinas; y Oxfam25 . Los fondos fueron aportados por Oxfam, la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía Mayor

de Bogotá, la Unión Europea y el Departamento para el Desarrollo Internacional del Gobierno de Reino Unido (DFID) así como recursos propios de las organizaciones participantes en el proceso.

Mercados Campesinos responde a la necesidad de resolver algunas de las condiciones descritas que marginan a la economía campesina, favoreciendo la visibilización del aporte a la seguridad alimentaria del país; reconociéndolos como actores económicos dinámicos; contribuyendo a la superación de las barreras para la comercialización y fortaleciendo las organizaciones campesinas.

“Chévere ver como la gente ya no tiene que ir a los supermercados a comprar productos costosos que no son de aquí de Colombia y vienen a comprar lo que producimos en nuestro territorio. Mercados Campesinos me ha enseñado que nuestro país no necesita depender de otros, ya que podemos producir lo que necesitamos dentro de nuestro territorio”.

Juan Camilo, hijo mayor de Argemiro y Martha Catalina (Nuevo Colón, Boyacá)26

En relación con la comercialización Mercados Campesinos promueve distintos canales. El más maduro es el de los “mercados presenciales”, así llamados porque se basan

en la presencia directa de más de 2.000 campesinos y campesinas de 80 municipios (incluido Bogotá), quienes venden directamente sus productos a los consumidores urbanos en catorce parques de la ciudad. Este canal fue elegido en primer lugar porque visibiliza al sector campesino como abastecedor de alimentos a la ciudad, ofrece oportunidades de incidencia política y permite un aprendizaje a través de la práctica para los propios campesinos y campesinas participantes.27 El segundo canal son las plazas de mercado, una alternativa de comercialización con grandes potencialidades para los productores y beneficios para la seguridad alimentaria de comunidades urbanas de bajos ingresos.

¿Cómo se accedió a las plazas de mercado?

Esta sección da cuenta de los esfuerzos de los pequeños productores por incursionar en este otro importante canal de comercialización: las plazas de mercado. Si bien sus dificultades para competir con las grandes superficies y las debilidades en materia de infraestructura hacen que hoy en día apenas el 6% de los alimentos consumidos en Bogotá se comercialicen a través de las plazas de mercado, éstas cumplen la importante función de abastecer de alimentos a los sectores urbanos más populares. Por otro lado, las plazas de mercado ofrecen a los pequeños productores y productoras una serie de ventajas que las diferencian de otros canales mayoristas:

- Concentran a varios compradores en el mismo lugar, lo que facilita la venta y distribución;

- Los comerciantes de las plazas compran productos de todas las calidades, a diferencia de los supermercados o las grandes cadenas que sólo aceptan productos de calidad primera o extra;

- Los comerciantes de las plazas pagan de inmediato, a diferencia de otros canales mayoristas que pagan al menos una semana después de entregado el producto;

- En las plazas de mercado no se exige un suministro continuo, lo cual es una gran ventaja en la etapa inicial del proceso de inserción de un comité campesino a los mercados urbanos, cuando aún se está consolidando la oferta.

A continuación se describe cómo se desarrolla este proceso desde la planeación en el nivel municipal hasta consolidar la oferta y alcanzar la sostenibilidad en el suministro de alimentos.

Actores y pasos

La inserción de los pequeños productores y productoras a la comercialización en las plazas de mercado de Bogotá es un proceso aún en desarrollo, basado fundamentalmente en la organización en el ámbito más local: el municipio. Los actores claves son los Comités Campesinos Municipales28, los cuales se ocupan de negociar las ventas en los diferentes canales comerciales, siendo Mercados Campesinos el espacio de facilitación.

El proceso inicia en el municipio con un taller informativo y de sensibilización donde se exponen las oportunidades y ventajas de comercializar de forma directa en los mercados de Bogotá y se analiza el incremento en los ingresos que se podría lograr reduciendo la intermediación. Los productores

interesados en participar realizan una primera visita a

las plazas de mercado llevando muestras de sus

productos y se reúnen con los comerciantes para

conocer sus requisitos de calidad, variedad y envasado,

así como para negociar el precio, volumen, periodicidad

de la entrega y formas de pago. A partir de ahí se

desarrolla la fase de planeación para identificar la oferta

de productos y ajustar la logística (puntos de acopio,

planillas de envío, entre otros), con el acompañamiento

y la asistencia técnica durante todo el proceso.

Una de las herramientas utilizadas para la planificación

adecuada de la oferta es el seguimiento de sus

características y posibles cambios. En este sentido,

Mercados Campesinos ha desarrollado una base de

datos que permite conocer en tiempo real, el tipo de

producto, origen, variedades, volumen, periodicidad y

temporalidad. Además, gracias a la georreferenciación29

de la producción es posible diseñar las mejores rutas

para el acopio de la oferta, el transporte y la agregación

de valor, así como gestionar la calidad mediante la

trazabilidad30 del producto.

Cada Comité Campesino Municipal cuenta con un

promotor o promotora, responsable de organizar la

oferta y el transporte a las plazas de mercado en la

capital. En Bogotá se dispone además de un equipo de

comercialización que realiza un acompañamiento

constante. Durante la primera etapa de la fase de implementación este equipo se ocupa de la pre-venta

de acuerdo con la oferta reportada por el municipio,

brinda asesoría en la producción, el manejo

post-cosecha y la calidad de los productos, capacita en

técnicas de servicio al cliente, realiza gestiones para

ampliar el volumen de clientes, ayuda a planificar la

oferta de forma sostenible y a fijar los precios con

referencia a los registrados en Corabastos y colabora

con la planificación y mejora de los aspectos logísticos de distribución y transporte.

En la primera venta se envía como máximo una tonelada de producto para indagar posibles aspectos a mejorar y asegurar la venta completa, algo muy importante para que los productores y productoras participantes adquieran seguridad. Progresivamente se va incrementando el volumen de venta, hasta alcanzar una frecuencia semanal en la fase de consolidación. Durante la etapa final, el apoyo del grupo de comercialización se limita a asesorar la ampliación de la oferta y suministrar información sobre precios de mercado en Corabastos.

La experiencia de Mercados Campesinos sobre la comercialización en las plazas de mercado indica que para que los pequeños productores puedan desarrollarlo de manera sostenible, se requiere una inversión en tiempo de 14 meses y un apoyo financiero cercano a US$15.000 por municipio que cubriría el análisis y conocimiento del mercado, organización local para la comercialización, diseño logístico y pruebas iniciales de comercialización.

Hoy participan en Mercados Campesinos cerca de 2.000 productores de 80 municipios de la región central. De los treinta Comités Campesinos

Municipales que concentran el mayor número de productores, seis se encuentran aún en la etapa inicial de planificación y otros seis se encuentra en el proceso de consolidación en su comercialización con las plazas de mercado. Cinco de ellos se localizan en el departamento de Cundinamarca (municipios El Colegio, Anolaima, Apulo, Quipile y Fómeque) y uno en el de Meta (Fuente de Oro). Destaca el caso de El Colegio, que se describe más adelante, cuyos productores comercializan de forma directa y autónoma tras un proceso de tres años de acompañamiento.

FACTORES DE éxito

• El principal factor de éxito ha sido la existencia de organizaciones sólidas -los Comités Campesinos Municipales- a través de las cuales se logró consolidar capacidades para reducir los eslabones en la cadena de comercialización.

• Conocer en profundidad los mercados; sensibilizar a los comerciantes; avanzar en el posicionamiento de los pequeños productores; mejorar la calidad de producto; mantener volúmenes adecuados, lograr precios rentables para productores y comerciantes, y garantizar la permanencia y cumplimiento en el

mercado, fueron acciones determinantes de la estrategia para incursionar en ese canal de comercialización.

• Incorporar mejoras técnicas de producción, adecuado manejo post-cosecha, implementación de buenas prácticas de transformación y manipulación de alimentos y la planificación de la

producción, permitió superar las barreras que impedían a los pequeños productores y productoras acceder a los mercados urbanos.

• Contar con el apoyo de entidades públicas locales para que los pequeños productores consiguieran un medio de transporte, permitió superar la dependencia de los intermediarios. La manera como se hizo posible, se describe en el recuadro, en el que se contrapone la experiencia del municipio de El Colegio que logró el apoyo de la alcaldía municipal, con la del municipio de Apulo, cuyos productores están sometidos al monopolio que ejercen los trasportistas.

Logros principales

• Mercados campesinos se ha consolidado como una forma de organización social que facilita la inserción de los sectores campesinos en las plazas de mercado de Bogotá, las cuales han demostrado ser un excelente canal para la venta de alimentos producidos a pequeña escala en la región central.

• El establecimiento de alianzas entre productores y comerciantes ha permitido que ambos se mantengan en el mercado, obteniendo mayores beneficios. Según el análisis de precios realizado por Mercados Campesinos, gracias a la venta directa en las plazas de mercado los productores y productoras incrementaron sus ingresos al menos un 20% respecto a la venta a través de intermediarios, si bien este incremento varía en función del producto.

• A la fecha Mercados Campesinos ha comercializado productos con doce plazas de mercado en Bogotá, habiéndose registrado la mayor actividad en las plazas de Restrepo, Santander, Trinidad Galán, Fontibón y Paloquemao.

• Como resultado del proceso de gestión ante las plazas de mercado, se logró la cesión de una pequeña bodega por parte de la administración de la plaza del barrio Santander, en la que los productores almacenan los alimentos hasta su distribución.

• El éxito del municipio de El Colegio demuestra que consolidar la comercialización en las plazas de mercado beneficia a los productores y productoras al obtener mayores ingresos, a los comerciantes de las plazas que logran un mejor precio al comprar al productor, y a los consumidores urbanos de menos ingresos al acceder a alimentos más frescos y sanos a un precio inferior.

6

MERCADOs campesinos

Page 7: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

indigente frente al 28% y 7% respectivamente en las áreas urbanas.8 Los ingresos familiares de un hogar campesino están muy por debajo del salario mínimo, y en promedio no llegan ni a un tercio de los ingresos de un hogar urbano.9

En la raíz de este rezago está un reparto enormemente desigual de la tierra, pues cerca del 80% de la superficie productiva se encuentra en manos del 14% de los propietarios,10 y la concentración va en aumento.11 La histórica concentración en manos de élites latifundistas se ha visto agravado por el conflicto armado interno, que ha empujado a cientos de miles de familias a abandonar, entregar o vender forzadamente sus tierras. Entre los años de 1980 y julio de 2010 se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas, lo que equivale al 15,4% de la superficie agropecuaria nacional.12

Al problema de acceso a la tierra se suman otras barreras que impiden a la economía campesina desarrollarse en todo su potencial. La ausencia de políticas públicas orientadas hacia la pequeña

producción agropecuaria contrasta con las facilidades concedidas a la gran inversión. Prueba de ello es la expansión de megaproyectos extractivos y agrícolas que marginan a la economía campesina y reducen la superficie destinada a la producción de alimentos.13

La escasa presencia de instituciones en las áreas rurales que ofrezcan servicios a los pequeños productores y productoras, las dificultades para obtener crédito, la brecha en el acceso a activos y medios de producción, la existencia de

barreras para acceder a los mercados, la insuficiente infraestructura rural, la falta de servicios básicos adecuados o la inadecuada oferta tecnológica, entre otros factores, mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia. Por si esto fuera poco, con la apertura comercial se ha dado una sustitución progresiva de los alimentos producidos internamente por alimentos importados.

Como resultado, entre 1991 y 2008 el coeficiente de autosuficiencia alimentaria pasó de 1,04 a 0,95 y las importaciones de alimentos se incrementaron del 2% al 10% del consumo nacional.14 Y todo indica que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos en 2012 pone aún en mayor riesgo al sector campesino colombiano, en desventaja para competir con una avalancha de productos subsidiados.15

Barreras para acceder al mercado de alimentos de Bogotá

El caso del acceso al mercado de alimentos de la ciudad de Bogotá ilustra las barreras que enfrentan los productores para comercializar

Con un nivel de ingresos mediano alto y un alto nivel de desarrollo humano1, Colombia está a las puertas de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los países ricos. El bienestar y la riqueza alcanzados durante años de crecimiento económico, sin embargo, no se reparten de forma equitativa. Las profundas brechas entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, la convierten en el segundo país más desigual de América Latina, sólo superado por Haití2.

Los servicios y la industria han superado al sector agropecuario como motores del crecimiento económico,3 y hay más superficie destinada a la minería que a la producción de alimentos.4 A pesar de ello, la agricultura sigue siendo muy relevante en la Colombia del siglo XXI. Uno de cada cuatro colombianos y colombianas vive en áreas rurales -en total, 11,2 millones de personas- dos tercios de los cuales trabajan en el sector agrícola. La economía campesina en particular tiene un especial protagonismo, pues representa cerca del 90% de las explotaciones agrarias y constituye el medio de vida de 6,6 millones de personas incluyendo población campesina, indígena y afrodescendiente.5 Se calcula que la producción campesina aporta el 40% de los alimentos básicos que se consumen en todo el país,6 proporción que asciende hasta el 65% en el caso de Bogotá.7 Su papel, por tanto, es también vital para la seguridad alimentaria nacional.

A pesar de su importante contribución al desarrollo

económico y social del país, gran parte de los hogares rurales colombianos viven bajo la línea de pobreza, especialmente aquéllos encabezados por mujeres. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), el 47% de la población rural es pobre y el 23%

28 El Comité Campesino Municipal es la unidad básica de organización de los pequeños productores y de operación del proyecto, a partir del cual consolidan su oferta para acceder a canales directos de comercialización y realizan acciones de incidencia en políticas públicas del orden local.

29 Es el análisis espacial que se realiza sobre la ubicación de los municipios con el fin de diseñar las rutas más apropiadas para el acopio de la producción y el transporte a Bogotá.

30 Consiste en el seguimiento a los procedimientos aplicados en el manejo del producto en cada uno de los pasos de la cadena, desde su producción hasta el consumo, para garantizar su óptima calidad.

Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

en condiciones justas. Con sus más de siete millones de habitantes, 44 plazas de mercado (19 de ellas públicas) y buenas vías de acceso, Bogotá es el mayor mercado de alimentos de Colombia y un destino potencialmente muy rentable para los pequeños productores y productoras de los municipios cercanos. Su región circundante -departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta- es la despensa natural.16 Se calcula que el 33% de los alimentos básicos que consume la capital se producen en un radio de 40 kilómetros, y cerca del 80% a menos de 300 kilómetros17.

Acceder a este mercado supone todo un reto para los sectores campesinos. Si bien éstos han logrado introducir mejoras en sus sistemas productivos, adaptándose a la creciente y cambiante demanda de alimentos, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los obstáculos de acceso al mercado.18 La ausencia de

infraestructura (vías de acceso,

centros de acopio, entre otros), la

dificultad en el acceso a la

información de precios, la presencia

de actores con una posición

dominante, las exigencias de

calidad de comerciantes y

distribuidores, la excesiva

intermediación, el comportamiento

de los precios; así como el

desconocimiento de cuáles son los

canales de comercialización más

adecuados y de las preferencias del

consumidor final, han incidido en la

marginación del campesinado en el

mercado.

Un estudio encargado por la Alcaldía

de Bogotá acerca del

abastecimiento alimentario a la

ciudad permitió identificar las

principales barreras que enfrentan

los pequeños productores y

productoras para acceder a los

mercados de alimentos:19

- las deficiencias en la manipulación

de alimentos perecederos, que

provocan un 22% de pérdidas a lo largo de todo el proceso;

- la escasa infraestructura para el almacenamiento y la distribución, concentrada en las grandes cadenas integradas;- los altos costos de transporte, que pueden alcanzar el 26% de las ventas brutas;20

- la ausencia de un sistema de información adecuado;- las deficiencias en la infraestructura vial;- el excesivo poder de los intermediarios, quienes en promedio duplican los precios finales de los alimentos.21

La cadena de distribución en el sector alimentario tiene forma de reloj de arena: una gran base de pequeños productores y un buen número de pequeños comerciantes y consumidores finales, mientras que en el centro hay pocos actores con gran poder oligopólico que les permite fijar los precios y las condiciones de compra-venta.

Los alimentos se distribuyen principalmente a través de supermercados e hipermercados.

Las bodegas ubicadas en la zona urbana de Bogotá pertenecen a grandes cadenas como Casino, Jumbo y Alkosto. Aún así, Corabastos22 sigue siendo la principal central de distribución mayorista de perecederos producidos a pequeña escala y a través de las plazas de mercado diariamente se abastece de alimentos la mitad de la población bogotana que vive bajo la línea de pobreza.23

Los pequeños productores venden mayoritariamente a través de intermediarios locales que transportan la producción hasta Bogotá, o bien contratan un servicio de transporte. Éste se suele realizar en camiones de baja capacidad y la contratación con los transportistas o intermediarios se realiza de manera informal. Entre el campesinado y los actores intermediarios se da una relación de dependencia, no solo en el plano comercial sino también en el económico, basada en la compra de los productos y los préstamos sobre las cosechas.

Todo lo anterior describe una situación de desventaja y marginación de la economía campesina al tratar de incorporarse a la cadena de suministro de alimentos a

En 2006 se puso en marcha el proceso de Mercados Campesinos en la región central de Colombia (departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta) con el objetivo de promover vínculos más equitativos entre el campo y la ciudad que beneficien tanto al pequeño productor de alimentos como al consumidor urbano de menos recursos. Desde sus inicios, Mercados Campesinos ha sido fundamentalmente un proceso de organización de los sectores campesinos y comunales que persigue nuevas formas de comercialización y destaca la importancia y viabilidad de la economía campesina. Sus dos pilares de actuación han sido la incidencia en una política pública local de seguridad alimentaria para Bogotá y la búsqueda de una participación más justa del sector campesino en los mercados de alimentos en la región central del país.

Bogotá. Como estrategia para enfrentar dicha situación, el proceso de Mercados Campesinos surgió de la voluntad del sector campesino de reivindicar unas condiciones más justas de participación en los mercados, visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural y exigir unas políticas públicas que respondan a sus necesidades y faciliten su inserción económica en términos más equitativos.

Mercados Campesinos ha estado a cargo del Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos (ILSA), que trabaja con organizaciones campesinas y comunidades rurales para defender los derechos de la población rural; el Comité de Interlocución Campesino y Comunal (CICC) y la Alianza Campesina y Comunal (ALCAMPO), ambos espacios de representación de las organizaciones campesinas; y Oxfam25 . Los fondos fueron aportados por Oxfam, la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía Mayor

de Bogotá, la Unión Europea y el Departamento para el Desarrollo Internacional del Gobierno de Reino Unido (DFID) así como recursos propios de las organizaciones participantes en el proceso.

Mercados Campesinos responde a la necesidad de resolver algunas de las condiciones descritas que marginan a la economía campesina, favoreciendo la visibilización del aporte a la seguridad alimentaria del país; reconociéndolos como actores económicos dinámicos; contribuyendo a la superación de las barreras para la comercialización y fortaleciendo las organizaciones campesinas.

“Chévere ver como la gente ya no tiene que ir a los supermercados a comprar productos costosos que no son de aquí de Colombia y vienen a comprar lo que producimos en nuestro territorio. Mercados Campesinos me ha enseñado que nuestro país no necesita depender de otros, ya que podemos producir lo que necesitamos dentro de nuestro territorio”.

Juan Camilo, hijo mayor de Argemiro y Martha Catalina (Nuevo Colón, Boyacá)26

En relación con la comercialización Mercados Campesinos promueve distintos canales. El más maduro es el de los “mercados presenciales”, así llamados porque se basan

en la presencia directa de más de 2.000 campesinos y campesinas de 80 municipios (incluido Bogotá), quienes venden directamente sus productos a los consumidores urbanos en catorce parques de la ciudad. Este canal fue elegido en primer lugar porque visibiliza al sector campesino como abastecedor de alimentos a la ciudad, ofrece oportunidades de incidencia política y permite un aprendizaje a través de la práctica para los propios campesinos y campesinas participantes.27 El segundo canal son las plazas de mercado, una alternativa de comercialización con grandes potencialidades para los productores y beneficios para la seguridad alimentaria de comunidades urbanas de bajos ingresos.

¿Cómo se accedió a las plazas de mercado?

Esta sección da cuenta de los esfuerzos de los pequeños productores por incursionar en este otro importante canal de comercialización: las plazas de mercado. Si bien sus dificultades para competir con las grandes superficies y las debilidades en materia de infraestructura hacen que hoy en día apenas el 6% de los alimentos consumidos en Bogotá se comercialicen a través de las plazas de mercado, éstas cumplen la importante función de abastecer de alimentos a los sectores urbanos más populares. Por otro lado, las plazas de mercado ofrecen a los pequeños productores y productoras una serie de ventajas que las diferencian de otros canales mayoristas:

- Concentran a varios compradores en el mismo lugar, lo que facilita la venta y distribución;

- Los comerciantes de las plazas compran productos de todas las calidades, a diferencia de los supermercados o las grandes cadenas que sólo aceptan productos de calidad primera o extra;

- Los comerciantes de las plazas pagan de inmediato, a diferencia de otros canales mayoristas que pagan al menos una semana después de entregado el producto;

- En las plazas de mercado no se exige un suministro continuo, lo cual es una gran ventaja en la etapa inicial del proceso de inserción de un comité campesino a los mercados urbanos, cuando aún se está consolidando la oferta.

A continuación se describe cómo se desarrolla este proceso desde la planeación en el nivel municipal hasta consolidar la oferta y alcanzar la sostenibilidad en el suministro de alimentos.

Actores y pasos

La inserción de los pequeños productores y productoras a la comercialización en las plazas de mercado de Bogotá es un proceso aún en desarrollo, basado fundamentalmente en la organización en el ámbito más local: el municipio. Los actores claves son los Comités Campesinos Municipales28, los cuales se ocupan de negociar las ventas en los diferentes canales comerciales, siendo Mercados Campesinos el espacio de facilitación.

El proceso inicia en el municipio con un taller informativo y de sensibilización donde se exponen las oportunidades y ventajas de comercializar de forma directa en los mercados de Bogotá y se analiza el incremento en los ingresos que se podría lograr reduciendo la intermediación. Los productores

interesados en participar realizan una primera visita a

las plazas de mercado llevando muestras de sus

productos y se reúnen con los comerciantes para

conocer sus requisitos de calidad, variedad y envasado,

así como para negociar el precio, volumen, periodicidad

de la entrega y formas de pago. A partir de ahí se

desarrolla la fase de planeación para identificar la oferta

de productos y ajustar la logística (puntos de acopio,

planillas de envío, entre otros), con el acompañamiento

y la asistencia técnica durante todo el proceso.

Una de las herramientas utilizadas para la planificación

adecuada de la oferta es el seguimiento de sus

características y posibles cambios. En este sentido,

Mercados Campesinos ha desarrollado una base de

datos que permite conocer en tiempo real, el tipo de

producto, origen, variedades, volumen, periodicidad y

temporalidad. Además, gracias a la georreferenciación29

de la producción es posible diseñar las mejores rutas

para el acopio de la oferta, el transporte y la agregación

de valor, así como gestionar la calidad mediante la

trazabilidad30 del producto.

Cada Comité Campesino Municipal cuenta con un

promotor o promotora, responsable de organizar la

oferta y el transporte a las plazas de mercado en la

capital. En Bogotá se dispone además de un equipo de

comercialización que realiza un acompañamiento

constante. Durante la primera etapa de la fase de implementación este equipo se ocupa de la pre-venta

de acuerdo con la oferta reportada por el municipio,

brinda asesoría en la producción, el manejo

post-cosecha y la calidad de los productos, capacita en

técnicas de servicio al cliente, realiza gestiones para

ampliar el volumen de clientes, ayuda a planificar la

oferta de forma sostenible y a fijar los precios con

referencia a los registrados en Corabastos y colabora

con la planificación y mejora de los aspectos logísticos de distribución y transporte.

En la primera venta se envía como máximo una tonelada de producto para indagar posibles aspectos a mejorar y asegurar la venta completa, algo muy importante para que los productores y productoras participantes adquieran seguridad. Progresivamente se va incrementando el volumen de venta, hasta alcanzar una frecuencia semanal en la fase de consolidación. Durante la etapa final, el apoyo del grupo de comercialización se limita a asesorar la ampliación de la oferta y suministrar información sobre precios de mercado en Corabastos.

La experiencia de Mercados Campesinos sobre la comercialización en las plazas de mercado indica que para que los pequeños productores puedan desarrollarlo de manera sostenible, se requiere una inversión en tiempo de 14 meses y un apoyo financiero cercano a US$15.000 por municipio que cubriría el análisis y conocimiento del mercado, organización local para la comercialización, diseño logístico y pruebas iniciales de comercialización.

Hoy participan en Mercados Campesinos cerca de 2.000 productores de 80 municipios de la región central. De los treinta Comités Campesinos

Plazas de Mercado con mayor comercialización de productos.

Municipales que concentran el mayor número de productores, seis se encuentran aún en la etapa inicial de planificación y otros seis se encuentra en el proceso de consolidación en su comercialización con las plazas de mercado. Cinco de ellos se localizan en el departamento de Cundinamarca (municipios El Colegio, Anolaima, Apulo, Quipile y Fómeque) y uno en el de Meta (Fuente de Oro). Destaca el caso de El Colegio, que se describe más adelante, cuyos productores comercializan de forma directa y autónoma tras un proceso de tres años de acompañamiento.

FACTORES DE éxito

• El principal factor de éxito ha sido la existencia de organizaciones sólidas -los Comités Campesinos Municipales- a través de las cuales se logró consolidar capacidades para reducir los eslabones en la cadena de comercialización.

• Conocer en profundidad los mercados; sensibilizar a los comerciantes; avanzar en el posicionamiento de los pequeños productores; mejorar la calidad de producto; mantener volúmenes adecuados, lograr precios rentables para productores y comerciantes, y garantizar la permanencia y cumplimiento en el

mercado, fueron acciones determinantes de la estrategia para incursionar en ese canal de comercialización.

• Incorporar mejoras técnicas de producción, adecuado manejo post-cosecha, implementación de buenas prácticas de transformación y manipulación de alimentos y la planificación de la

producción, permitió superar las barreras que impedían a los pequeños productores y productoras acceder a los mercados urbanos.

• Contar con el apoyo de entidades públicas locales para que los pequeños productores consiguieran un medio de transporte, permitió superar la dependencia de los intermediarios. La manera como se hizo posible, se describe en el recuadro, en el que se contrapone la experiencia del municipio de El Colegio que logró el apoyo de la alcaldía municipal, con la del municipio de Apulo, cuyos productores están sometidos al monopolio que ejercen los trasportistas.

Logros principales

• Mercados campesinos se ha consolidado como una forma de organización social que facilita la inserción de los sectores campesinos en las plazas de mercado de Bogotá, las cuales han demostrado ser un excelente canal para la venta de alimentos producidos a pequeña escala en la región central.

• El establecimiento de alianzas entre productores y comerciantes ha permitido que ambos se mantengan en el mercado, obteniendo mayores beneficios. Según el análisis de precios realizado por Mercados Campesinos, gracias a la venta directa en las plazas de mercado los productores y productoras incrementaron sus ingresos al menos un 20% respecto a la venta a través de intermediarios, si bien este incremento varía en función del producto.

• A la fecha Mercados Campesinos ha comercializado productos con doce plazas de mercado en Bogotá, habiéndose registrado la mayor actividad en las plazas de Restrepo, Santander, Trinidad Galán, Fontibón y Paloquemao.

• Como resultado del proceso de gestión ante las plazas de mercado, se logró la cesión de una pequeña bodega por parte de la administración de la plaza del barrio Santander, en la que los productores almacenan los alimentos hasta su distribución.

• El éxito del municipio de El Colegio demuestra que consolidar la comercialización en las plazas de mercado beneficia a los productores y productoras al obtener mayores ingresos, a los comerciantes de las plazas que logran un mejor precio al comprar al productor, y a los consumidores urbanos de menos ingresos al acceder a alimentos más frescos y sanos a un precio inferior.

7

Fontibón

Santander

Paloquemao

Trinidad Galán

BOGOTÁ D.C.

NORTEN

Page 8: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

indigente frente al 28% y 7% respectivamente en las áreas urbanas.8 Los ingresos familiares de un hogar campesino están muy por debajo del salario mínimo, y en promedio no llegan ni a un tercio de los ingresos de un hogar urbano.9

En la raíz de este rezago está un reparto enormemente desigual de la tierra, pues cerca del 80% de la superficie productiva se encuentra en manos del 14% de los propietarios,10 y la concentración va en aumento.11 La histórica concentración en manos de élites latifundistas se ha visto agravado por el conflicto armado interno, que ha empujado a cientos de miles de familias a abandonar, entregar o vender forzadamente sus tierras. Entre los años de 1980 y julio de 2010 se calcula que más de 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas, lo que equivale al 15,4% de la superficie agropecuaria nacional.12

Al problema de acceso a la tierra se suman otras barreras que impiden a la economía campesina desarrollarse en todo su potencial. La ausencia de políticas públicas orientadas hacia la pequeña

producción agropecuaria contrasta con las facilidades concedidas a la gran inversión. Prueba de ello es la expansión de megaproyectos extractivos y agrícolas que marginan a la economía campesina y reducen la superficie destinada a la producción de alimentos.13

La escasa presencia de instituciones en las áreas rurales que ofrezcan servicios a los pequeños productores y productoras, las dificultades para obtener crédito, la brecha en el acceso a activos y medios de producción, la existencia de

barreras para acceder a los mercados, la insuficiente infraestructura rural, la falta de servicios básicos adecuados o la inadecuada oferta tecnológica, entre otros factores, mantienen al sector campesino en condiciones de subsistencia. Por si esto fuera poco, con la apertura comercial se ha dado una sustitución progresiva de los alimentos producidos internamente por alimentos importados.

Como resultado, entre 1991 y 2008 el coeficiente de autosuficiencia alimentaria pasó de 1,04 a 0,95 y las importaciones de alimentos se incrementaron del 2% al 10% del consumo nacional.14 Y todo indica que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos en 2012 pone aún en mayor riesgo al sector campesino colombiano, en desventaja para competir con una avalancha de productos subsidiados.15

Barreras para acceder al mercado de alimentos de Bogotá

El caso del acceso al mercado de alimentos de la ciudad de Bogotá ilustra las barreras que enfrentan los productores para comercializar

III. Factores de éxito y logros principales

Con un nivel de ingresos mediano alto y un alto nivel de desarrollo humano1, Colombia está a las puertas de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los países ricos. El bienestar y la riqueza alcanzados durante años de crecimiento económico, sin embargo, no se reparten de forma equitativa. Las profundas brechas entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, la convierten en el segundo país más desigual de América Latina, sólo superado por Haití2.

Los servicios y la industria han superado al sector agropecuario como motores del crecimiento económico,3 y hay más superficie destinada a la minería que a la producción de alimentos.4 A pesar de ello, la agricultura sigue siendo muy relevante en la Colombia del siglo XXI. Uno de cada cuatro colombianos y colombianas vive en áreas rurales -en total, 11,2 millones de personas- dos tercios de los cuales trabajan en el sector agrícola. La economía campesina en particular tiene un especial protagonismo, pues representa cerca del 90% de las explotaciones agrarias y constituye el medio de vida de 6,6 millones de personas incluyendo población campesina, indígena y afrodescendiente.5 Se calcula que la producción campesina aporta el 40% de los alimentos básicos que se consumen en todo el país,6 proporción que asciende hasta el 65% en el caso de Bogotá.7 Su papel, por tanto, es también vital para la seguridad alimentaria nacional.

A pesar de su importante contribución al desarrollo

económico y social del país, gran parte de los hogares rurales colombianos viven bajo la línea de pobreza, especialmente aquéllos encabezados por mujeres. Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), el 47% de la población rural es pobre y el 23%

PLAZAS DE MERCADO

en condiciones justas. Con sus más de siete millones de habitantes, 44 plazas de mercado (19 de ellas públicas) y buenas vías de acceso, Bogotá es el mayor mercado de alimentos de Colombia y un destino potencialmente muy rentable para los pequeños productores y productoras de los municipios cercanos. Su región circundante -departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta- es la despensa natural.16 Se calcula que el 33% de los alimentos básicos que consume la capital se producen en un radio de 40 kilómetros, y cerca del 80% a menos de 300 kilómetros17.

Acceder a este mercado supone todo un reto para los sectores campesinos. Si bien éstos han logrado introducir mejoras en sus sistemas productivos, adaptándose a la creciente y cambiante demanda de alimentos, estos esfuerzos no han sido suficientes para superar los obstáculos de acceso al mercado.18 La ausencia de

infraestructura (vías de acceso,

centros de acopio, entre otros), la

dificultad en el acceso a la

información de precios, la presencia

de actores con una posición

dominante, las exigencias de

calidad de comerciantes y

distribuidores, la excesiva

intermediación, el comportamiento

de los precios; así como el

desconocimiento de cuáles son los

canales de comercialización más

adecuados y de las preferencias del

consumidor final, han incidido en la

marginación del campesinado en el

mercado.

Un estudio encargado por la Alcaldía

de Bogotá acerca del

abastecimiento alimentario a la

ciudad permitió identificar las

principales barreras que enfrentan

los pequeños productores y

productoras para acceder a los

mercados de alimentos:19

- las deficiencias en la manipulación

de alimentos perecederos, que

provocan un 22% de pérdidas a lo largo de todo el proceso;

- la escasa infraestructura para el almacenamiento y la distribución, concentrada en las grandes cadenas integradas;- los altos costos de transporte, que pueden alcanzar el 26% de las ventas brutas;20

- la ausencia de un sistema de información adecuado;- las deficiencias en la infraestructura vial;- el excesivo poder de los intermediarios, quienes en promedio duplican los precios finales de los alimentos.21

La cadena de distribución en el sector alimentario tiene forma de reloj de arena: una gran base de pequeños productores y un buen número de pequeños comerciantes y consumidores finales, mientras que en el centro hay pocos actores con gran poder oligopólico que les permite fijar los precios y las condiciones de compra-venta.

Los alimentos se distribuyen principalmente a través de supermercados e hipermercados.

Las bodegas ubicadas en la zona urbana de Bogotá pertenecen a grandes cadenas como Casino, Jumbo y Alkosto. Aún así, Corabastos22 sigue siendo la principal central de distribución mayorista de perecederos producidos a pequeña escala y a través de las plazas de mercado diariamente se abastece de alimentos la mitad de la población bogotana que vive bajo la línea de pobreza.23

Los pequeños productores venden mayoritariamente a través de intermediarios locales que transportan la producción hasta Bogotá, o bien contratan un servicio de transporte. Éste se suele realizar en camiones de baja capacidad y la contratación con los transportistas o intermediarios se realiza de manera informal. Entre el campesinado y los actores intermediarios se da una relación de dependencia, no solo en el plano comercial sino también en el económico, basada en la compra de los productos y los préstamos sobre las cosechas.

Todo lo anterior describe una situación de desventaja y marginación de la economía campesina al tratar de incorporarse a la cadena de suministro de alimentos a

En 2006 se puso en marcha el proceso de Mercados Campesinos en la región central de Colombia (departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta) con el objetivo de promover vínculos más equitativos entre el campo y la ciudad que beneficien tanto al pequeño productor de alimentos como al consumidor urbano de menos recursos. Desde sus inicios, Mercados Campesinos ha sido fundamentalmente un proceso de organización de los sectores campesinos y comunales que persigue nuevas formas de comercialización y destaca la importancia y viabilidad de la economía campesina. Sus dos pilares de actuación han sido la incidencia en una política pública local de seguridad alimentaria para Bogotá y la búsqueda de una participación más justa del sector campesino en los mercados de alimentos en la región central del país.

Bogotá. Como estrategia para enfrentar dicha situación, el proceso de Mercados Campesinos surgió de la voluntad del sector campesino de reivindicar unas condiciones más justas de participación en los mercados, visibilizar su contribución a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural y exigir unas políticas públicas que respondan a sus necesidades y faciliten su inserción económica en términos más equitativos.

Mercados Campesinos ha estado a cargo del Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos (ILSA), que trabaja con organizaciones campesinas y comunidades rurales para defender los derechos de la población rural; el Comité de Interlocución Campesino y Comunal (CICC) y la Alianza Campesina y Comunal (ALCAMPO), ambos espacios de representación de las organizaciones campesinas; y Oxfam25 . Los fondos fueron aportados por Oxfam, la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía Mayor

de Bogotá, la Unión Europea y el Departamento para el Desarrollo Internacional del Gobierno de Reino Unido (DFID) así como recursos propios de las organizaciones participantes en el proceso.

Mercados Campesinos responde a la necesidad de resolver algunas de las condiciones descritas que marginan a la economía campesina, favoreciendo la visibilización del aporte a la seguridad alimentaria del país; reconociéndolos como actores económicos dinámicos; contribuyendo a la superación de las barreras para la comercialización y fortaleciendo las organizaciones campesinas.

“Chévere ver como la gente ya no tiene que ir a los supermercados a comprar productos costosos que no son de aquí de Colombia y vienen a comprar lo que producimos en nuestro territorio. Mercados Campesinos me ha enseñado que nuestro país no necesita depender de otros, ya que podemos producir lo que necesitamos dentro de nuestro territorio”.

Juan Camilo, hijo mayor de Argemiro y Martha Catalina (Nuevo Colón, Boyacá)26

En relación con la comercialización Mercados Campesinos promueve distintos canales. El más maduro es el de los “mercados presenciales”, así llamados porque se basan

en la presencia directa de más de 2.000 campesinos y campesinas de 80 municipios (incluido Bogotá), quienes venden directamente sus productos a los consumidores urbanos en catorce parques de la ciudad. Este canal fue elegido en primer lugar porque visibiliza al sector campesino como abastecedor de alimentos a la ciudad, ofrece oportunidades de incidencia política y permite un aprendizaje a través de la práctica para los propios campesinos y campesinas participantes.27 El segundo canal son las plazas de mercado, una alternativa de comercialización con grandes potencialidades para los productores y beneficios para la seguridad alimentaria de comunidades urbanas de bajos ingresos.

¿Cómo se accedió a las plazas de mercado?

Esta sección da cuenta de los esfuerzos de los pequeños productores por incursionar en este otro importante canal de comercialización: las plazas de mercado. Si bien sus dificultades para competir con las grandes superficies y las debilidades en materia de infraestructura hacen que hoy en día apenas el 6% de los alimentos consumidos en Bogotá se comercialicen a través de las plazas de mercado, éstas cumplen la importante función de abastecer de alimentos a los sectores urbanos más populares. Por otro lado, las plazas de mercado ofrecen a los pequeños productores y productoras una serie de ventajas que las diferencian de otros canales mayoristas:

- Concentran a varios compradores en el mismo lugar, lo que facilita la venta y distribución;

- Los comerciantes de las plazas compran productos de todas las calidades, a diferencia de los supermercados o las grandes cadenas que sólo aceptan productos de calidad primera o extra;

- Los comerciantes de las plazas pagan de inmediato, a diferencia de otros canales mayoristas que pagan al menos una semana después de entregado el producto;

- En las plazas de mercado no se exige un suministro continuo, lo cual es una gran ventaja en la etapa inicial del proceso de inserción de un comité campesino a los mercados urbanos, cuando aún se está consolidando la oferta.

A continuación se describe cómo se desarrolla este proceso desde la planeación en el nivel municipal hasta consolidar la oferta y alcanzar la sostenibilidad en el suministro de alimentos.

Actores y pasos

La inserción de los pequeños productores y productoras a la comercialización en las plazas de mercado de Bogotá es un proceso aún en desarrollo, basado fundamentalmente en la organización en el ámbito más local: el municipio. Los actores claves son los Comités Campesinos Municipales28, los cuales se ocupan de negociar las ventas en los diferentes canales comerciales, siendo Mercados Campesinos el espacio de facilitación.

El proceso inicia en el municipio con un taller informativo y de sensibilización donde se exponen las oportunidades y ventajas de comercializar de forma directa en los mercados de Bogotá y se analiza el incremento en los ingresos que se podría lograr reduciendo la intermediación. Los productores

interesados en participar realizan una primera visita a

las plazas de mercado llevando muestras de sus

productos y se reúnen con los comerciantes para

conocer sus requisitos de calidad, variedad y envasado,

así como para negociar el precio, volumen, periodicidad

de la entrega y formas de pago. A partir de ahí se

desarrolla la fase de planeación para identificar la oferta

de productos y ajustar la logística (puntos de acopio,

planillas de envío, entre otros), con el acompañamiento

y la asistencia técnica durante todo el proceso.

Una de las herramientas utilizadas para la planificación

adecuada de la oferta es el seguimiento de sus

características y posibles cambios. En este sentido,

Mercados Campesinos ha desarrollado una base de

datos que permite conocer en tiempo real, el tipo de

producto, origen, variedades, volumen, periodicidad y

temporalidad. Además, gracias a la georreferenciación29

de la producción es posible diseñar las mejores rutas

para el acopio de la oferta, el transporte y la agregación

de valor, así como gestionar la calidad mediante la

trazabilidad30 del producto.

Cada Comité Campesino Municipal cuenta con un

promotor o promotora, responsable de organizar la

oferta y el transporte a las plazas de mercado en la

capital. En Bogotá se dispone además de un equipo de

comercialización que realiza un acompañamiento

constante. Durante la primera etapa de la fase de implementación este equipo se ocupa de la pre-venta

de acuerdo con la oferta reportada por el municipio,

brinda asesoría en la producción, el manejo

post-cosecha y la calidad de los productos, capacita en

técnicas de servicio al cliente, realiza gestiones para

ampliar el volumen de clientes, ayuda a planificar la

oferta de forma sostenible y a fijar los precios con

referencia a los registrados en Corabastos y colabora

con la planificación y mejora de los aspectos logísticos de distribución y transporte.

En la primera venta se envía como máximo una tonelada de producto para indagar posibles aspectos a mejorar y asegurar la venta completa, algo muy importante para que los productores y productoras participantes adquieran seguridad. Progresivamente se va incrementando el volumen de venta, hasta alcanzar una frecuencia semanal en la fase de consolidación. Durante la etapa final, el apoyo del grupo de comercialización se limita a asesorar la ampliación de la oferta y suministrar información sobre precios de mercado en Corabastos.

La experiencia de Mercados Campesinos sobre la comercialización en las plazas de mercado indica que para que los pequeños productores puedan desarrollarlo de manera sostenible, se requiere una inversión en tiempo de 14 meses y un apoyo financiero cercano a US$15.000 por municipio que cubriría el análisis y conocimiento del mercado, organización local para la comercialización, diseño logístico y pruebas iniciales de comercialización.

Hoy participan en Mercados Campesinos cerca de 2.000 productores de 80 municipios de la región central. De los treinta Comités Campesinos

Gracias a la ausencia de intermediarios los productores y productoras reciben mejores precios por sus productos.

Municipales que concentran el mayor número de productores, seis se encuentran aún en la etapa inicial de planificación y otros seis se encuentra en el proceso de consolidación en su comercialización con las plazas de mercado. Cinco de ellos se localizan en el departamento de Cundinamarca (municipios El Colegio, Anolaima, Apulo, Quipile y Fómeque) y uno en el de Meta (Fuente de Oro). Destaca el caso de El Colegio, que se describe más adelante, cuyos productores comercializan de forma directa y autónoma tras un proceso de tres años de acompañamiento.

FACTORES DE éxito

• El principal factor de éxito ha sido la existencia de organizaciones sólidas -los Comités Campesinos Municipales- a través de las cuales se logró consolidar capacidades para reducir los eslabones en la cadena de comercialización.

• Conocer en profundidad los mercados; sensibilizar a los comerciantes; avanzar en el posicionamiento de los pequeños productores; mejorar la calidad de producto; mantener volúmenes adecuados, lograr precios rentables para productores y comerciantes, y garantizar la permanencia y cumplimiento en el

mercado, fueron acciones determinantes de la estrategia para incursionar en ese canal de comercialización.

• Incorporar mejoras técnicas de producción, adecuado manejo post-cosecha, implementación de buenas prácticas de transformación y manipulación de alimentos y la planificación de la

producción, permitió superar las barreras que impedían a los pequeños productores y productoras acceder a los mercados urbanos.

• Contar con el apoyo de entidades públicas locales para que los pequeños productores consiguieran un medio de transporte, permitió superar la dependencia de los intermediarios. La manera como se hizo posible, se describe en el recuadro, en el que se contrapone la experiencia del municipio de El Colegio que logró el apoyo de la alcaldía municipal, con la del municipio de Apulo, cuyos productores están sometidos al monopolio que ejercen los trasportistas.

Logros principales

• Mercados campesinos se ha consolidado como una forma de organización social que facilita la inserción de los sectores campesinos en las plazas de mercado de Bogotá, las cuales han demostrado ser un excelente canal para la venta de alimentos producidos a pequeña escala en la región central.

• El establecimiento de alianzas entre productores y comerciantes ha permitido que ambos se mantengan en el mercado, obteniendo mayores beneficios. Según el análisis de precios realizado por Mercados Campesinos, gracias a la venta directa en las plazas de mercado los productores y productoras incrementaron sus ingresos al menos un 20% respecto a la venta a través de intermediarios, si bien este incremento varía en función del producto.

• A la fecha Mercados Campesinos ha comercializado productos con doce plazas de mercado en Bogotá, habiéndose registrado la mayor actividad en las plazas de Restrepo, Santander, Trinidad Galán, Fontibón y Paloquemao.

• Como resultado del proceso de gestión ante las plazas de mercado, se logró la cesión de una pequeña bodega por parte de la administración de la plaza del barrio Santander, en la que los productores almacenan los alimentos hasta su distribución.

• El éxito del municipio de El Colegio demuestra que consolidar la comercialización en las plazas de mercado beneficia a los productores y productoras al obtener mayores ingresos, a los comerciantes de las plazas que logran un mejor precio al comprar al productor, y a los consumidores urbanos de menos ingresos al acceder a alimentos más frescos y sanos a un precio inferior.

8

Page 9: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

Mujeres responsables de la comercialización de los productos

conclusiones

A través de Mercados Campesinos los

pequeños productores y productoras

de la región central de Colombia se

han fortalecido como actores

económicos y como interlocutores en

la definición de políticas públicas.

Además han visibilizado su papel en

el suministro de alimentos a la

población urbana.

En términos de acceso a mercados,

se han puesto en marcha dos

canales alternativos de

comercialización: las plazas de

mercado y los mercados presenciales

en los parques de Bogotá, lo que ha

significado la incorporación de

campesinos en condiciones más

justas en las cadenas de suministro

Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

FACTORES DE éxito

• El principal factor de éxito ha sido la existencia de organizaciones sólidas -los Comités Campesinos Municipales- a través de las cuales se logró consolidar capacidades para reducir los eslabones en la cadena de comercialización.

• Conocer en profundidad los mercados; sensibilizar a los comerciantes; avanzar en el posicionamiento de los pequeños productores; mejorar la calidad de producto; mantener volúmenes adecuados, lograr precios rentables para productores y comerciantes, y garantizar la permanencia y cumplimiento en el

mercado, fueron acciones determinantes de la estrategia para incursionar en ese canal de comercialización.

• Incorporar mejoras técnicas de producción, adecuado manejo post-cosecha, implementación de buenas prácticas de transformación y manipulación de alimentos y la planificación de la

producción, permitió superar las barreras que impedían a los pequeños productores y productoras acceder a los mercados urbanos.

• Contar con el apoyo de entidades públicas locales para que los pequeños productores consiguieran un medio de transporte, permitió superar la dependencia de los intermediarios. La manera como se hizo posible, se describe en el recuadro, en el que se contrapone la experiencia del municipio de El Colegio que logró el apoyo de la alcaldía municipal, con la del municipio de Apulo, cuyos productores están sometidos al monopolio que ejercen los trasportistas.

Logros principales

• Mercados campesinos se ha consolidado como una forma de organización social que facilita la inserción de los sectores campesinos en las plazas de mercado de Bogotá, las cuales han demostrado ser un excelente canal para la venta de alimentos producidos a pequeña escala en la región central.

• El establecimiento de alianzas entre productores y comerciantes ha permitido que ambos se mantengan en el mercado, obteniendo mayores beneficios. Según el análisis de precios realizado por Mercados Campesinos, gracias a la venta directa en las plazas de mercado los productores y productoras incrementaron sus ingresos al menos un 20% respecto a la venta a través de intermediarios, si bien este incremento varía en función del producto.

• A la fecha Mercados Campesinos ha comercializado productos con doce plazas de mercado en Bogotá, habiéndose registrado la mayor actividad en las plazas de Restrepo, Santander, Trinidad Galán, Fontibón y Paloquemao.

• Como resultado del proceso de gestión ante las plazas de mercado, se logró la cesión de una pequeña bodega por parte de la administración de la plaza del barrio Santander, en la que los productores almacenan los alimentos hasta su distribución.

• El éxito del municipio de El Colegio demuestra que consolidar la comercialización en las plazas de mercado beneficia a los productores y productoras al obtener mayores ingresos, a los comerciantes de las plazas que logran un mejor precio al comprar al productor, y a los consumidores urbanos de menos ingresos al acceder a alimentos más frescos y sanos a un precio inferior.

de alimentos a Bogotá, beneficiando a ambos extremos de la cadena: productores y consumidores finales.

En particular, la experiencia de los Comités Campesinos Municipales que han incursionado en las plazas de mercado de Bogotá, evidencia que éstas son un canal apto para la comercialización de los pequeños productores. Fortalecer estos espacios ofrece la oportunidad de consolidar un circuito económico que beneficia tanto a los pequeños productores y productoras y comerciantes como a los sectores urbanos más vulnerables, que pueden acceder a alimentos sanos y a menores precios.

El principal factor de éxito ha sido la organización de los Comités Campesinos Municipales a nivel local; también ha sido determinante el acompañamiento de organismos de cooperación, así como la intervención de entidades públicas locales, mediante inversiones directas para solucionar los cuellos de botella que enfrenta el sector campesino, como el caso del transporte en el municipio de El Colegio-Cundinamarca.

Recomendaciones de política

La experiencia de Mercados Campesinos demuestra lo que se puede lograr cuando se fortalece la organización campesina, se invierte en el desarrollo de capacidades y se cuenta con el apoyo estratégico por

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parte de entidades públicas y responsables de la política pública a nivel local y nacional. El proceso continúa en marcha, e incluso los productores y productoras de los municipios más adelantados como El Colegio siguen recibiendo asesoría y acompañamiento en cuestiones puntuales como el suministro de información para la fijación de precios y para superar las dificultades que surgen en torno a la comercialización. Entre los retos a futuro está lograr una mayor participación en los procesos de transformación y agregación de valor en las áreas rurales, y avanzar en la racionalización del transporte optimizando el costo por unidad de producto e incorporando sistemas de refrigeración para preservar la calidad.

Para incrementar la escala de esta experiencia se requieren políticas

públicas que apuesten por la seguridad alimentaria. Por ello los Comités Campesinos Municipales inciden políticamente en los ámbitos local y regional, entre otras cosas para lograr que se incluyan sus propuestas en los Planes de Desarrollo Municipal, en los Acuerdos municipales de apoyo a la economía campesina, en los Concejos Territoriales de Planeación y en las Mesas Consultivas de Mujeres (departamento de Boyacá).

El caso de El Colegio evidencia cómo la participación del gobierno local en la solución del problema de transporte permite derribar una de las principales barreras que impiden el acceso a los mercados por parte de los pequeños productores y productoras. También que el modelo del comodato es una opción válida, donde el municipio asume los gastos fijos, hasta que se alcanzan

volúmenes de producción suficientes para cubrir todos los costos.

A partir del aprendizaje a lo largo del proceso de Mercados Campesinos es posible recomendar políticas de apoyo gubernamental como la puesta

a disposición de medios de transporte, especialmente en las zonas donde se presentan las siguientes circunstancias:

- una oferta de transporte de carga muy limitada, lo que da lugar a un monopolio;

- un grupo organizado de pequeños productores y productoras, capaces de garantizar un volumen de producción sostenido en el corto plazo y dispuesto a rendir cuentas y hacer cumplir los acuerdos mínimos.

Otra posible medida de política pública es la aplicación de subsidios al transporte en municipios con una oferta mínima de producción de cuatro toneladas semanales (equivalente a la capacidad promedio de los camiones utilizados comúnmente en la región). Esta

medida resulta viable cuando existe una oferta suficiente de transportistas y los precios se fijen según las reglas del mercado.

Complementario al transporte, medidas de política que mejoren la dotación de infraestructura de almacenamiento, tanto en las áreas de producción como en la ciudad, resultan fundamentales para facilitar la adecuada comercialización por parte de organizaciones de productores y minoristas.

Consolidar y ampliar la escala de experiencias como ésta, es posible si existe voluntad de los actores involucrados:

• Las autoridades de municipios con vocación productiva podrían identificar, con el acompañamiento de las organizaciones de pequeños productores, las principales barreras que dificultan la

comercialización e intervenir con acciones que permitan superarlas; como por ejemplo: dotación o construcción de centros de acopio para consolidar la oferta; construcción de centros de enfriamiento; mejoramiento de procesos de poscosecha, empaque y presentación de los productos o; facilitar, proveer o subsidiar el transporte a las ciudades capitales.

• Las autoridades de municipios receptores de alimentos podrían incluir dentro de sus políticas de abastecimiento incentivos como la asignación de bodegas en las plazas de mercado públicas para que se facilite el almacenamiento de productos provenientes de la economía campesina; proveer asesoría y acompañamiento que facilite la articulación entre las plazas y los productores; y realizar campañas para sensibilizar a los

comerciantes sobre los beneficios para ellos, los campesinos y consumidores al adquirir los productos directamente a los productores.

• Las ONG, Fundaciones y otros podrían apoyar a las organizaciones de productores durante las etapas de planeación e implementación en su fortalecimiento interno y en la comercialización con las plazas, mediante asesorías y acompañamientos hasta lograr la consolidación de sus capacidades y conocimientos de la dinámica propia de este canal de comercialización.

• Los pequeños productores y sus organizaciones podrían avanzar en esquemas asociativos o cooperativos que faciliten la agregación de oferta, planificación de cosechas, el trabajo en redes y la interlocución con actores públicos, para crear condiciones que les permitan aprovechar y poner en marcha canales alternativos de comercialización.

• Y finalmente, el sector privado entendido en este contexto como los comerciantes y administradores de las plazas de mercado podrían flexibilizar las condiciones de acceso a este canal para los pequeños productores y facilitar su progresiva incorporación como proveedores.

Page 10: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

Camión cedido por la Alcaldía de El Colegio a los productores y productoras del municipio

El caso del municipio El Colegio

Los pequeños productores y productoras de alimentos del municipio de El Colegio han logrado derribar una de las principales barreras que dificultan el acceso al mercado: el hecho de no disponer de un medio de transporte. Con el fin de facilitar las ventas en Bogotá y como resultado de la incidencia, en 2008 la alcaldía de El Colegio cedió un camión a los productores vinculados a Mercados Campesinos bajo un sistema de comodato. Esto significa que la alcaldía cubre los costos fijos (seguro, impuestos y mantenimiento), estimados en algo más de $13 millones anuales, mientras que los productores asumen los costos de funcionamiento (combustible, conductor y peajes) que ascienden a unos $10 millones al año.

El costo asumido por los productores equivale a $200.000 en promedio por viaje.31 Este se distribuye entre los productores y productoras que envían sus alimentos para la venta en Bogotá, quienes pagan $2.000 por canastilla (aproximadamente 20 kilogramos). Es decir, se necesita reunir 100 canastillas de producto (unas dos toneladas) por cada viaje para cubrir los costos de funcionamiento del camión. Cuando se

generan excedentes, la diferencia se acumula en un fondo común que sirve para cubrir posibles gastos imprevistos de operación y mantenimiento o para compensar los gastos de los viajes en los que no se llega a completar la carga mínima.

El Comité Campesino Municipal ha diseñado una ruta óptima de transporte con tres puntos de recolección en El Colegio y dos puntos de distribución en Bogotá. Si tuviesen que contratar el servicio de un vehículo particular, esta ruta les costaría a los productores el doble: entre $350.000 y $400.000. Es decir, gracias a la facilitación del camión se ahorran entre $150.000 y $200.000 por cada viaje.

Además de este ahorro, al vender los alimentos en las plazas de mercado a un precio superior al ofrecido por los intermediarios, los ingresos de las familias que participan en Mercados Campesinos se han incrementado. Por ejemplo, en una cosecha de mandarina los productores de El Colegio obtuvieron en Bogotá un precio entre un 75% y un 106% mejor al pagado por los intermediarios en la finca.

A partir del reporte de ventas realizado por los productores de El Colegio en 2010 y 2011 se calcula que un productor o productora de este municipio que comercialice en Bogotá sus alimentos a través de Mercados Campesinos podría obtener un ingreso por viaje de cerca de $80.000, lo que significa un ingreso mensual de aproximadamente medio salario mínimo, bastante más de lo que puede percibir cuando vende su producción a través de intermediarios32.

Por otro lado, al disponer de un medio de transporte se garantiza que en época de cosecha la mayor parte de la producción se comercialice a través de Mercados Campesinos. Y que si no se logra vender toda la

El transporte como factor clave para la comercialización en plazas de mercado

mercancía en las plazas de mercado y los mercados presenciales, ésta se pueda trasladar a otros destinos como Corabastos o los grandes supermercados. Esto facilita además una adecuada manipulación de los alimentos para mantener su calidad y presentación para la venta, particularmente en cuanto al embalaje y acopio.

El caso del municipio de Apulo

Apulo es uno de los municipios más activos en la comercialización de alimentos en las plazas de mercado de Bogotá, y también un caso emblemático de las consecuencias que tiene depender del monopolio del transporte. Al carecer de un vehículo propio, a diferencia de El Colegio, los productores de Apulo se ven forzados a pagar muy caro el transporte a

conclusiones

A través de Mercados Campesinos los

pequeños productores y productoras

de la región central de Colombia se

han fortalecido como actores

económicos y como interlocutores en

la definición de políticas públicas.

Además han visibilizado su papel en

el suministro de alimentos a la

población urbana.

En términos de acceso a mercados,

se han puesto en marcha dos

canales alternativos de

comercialización: las plazas de

mercado y los mercados presenciales

en los parques de Bogotá, lo que ha

significado la incorporación de

campesinos en condiciones más

justas en las cadenas de suministro

los intermediarios, quienes son los únicos que poseen camiones lo suficientemente grandes o aptos para desplazarse hasta Bogotá. Por esta razón no pueden comercializar con tanta frecuencia, lo que los ha obligado a reducir su volumen de comercialización.

La ausencia de competencia permite a los intermediarios incrementar el precio del transporte de forma arbitraria. Si en febrero de 2011 un propietario de camión cobró a los productores $350.000 por recoger la producción en tres puntos del municipio y distribuirla en dos puntos de Bogotá, en mayo cobró $450.000 por el mismo recorrido, en julio $550.000 y en agosto dejó de prestar el servicio.

Este caso evidencia la situación tan vulnerable en que se encuentran los pequeños productores y productoras cuando dependen de transportistas para trasladar productos perecederos a los mercados capitalinos.

“Antes sembrábamos menos y se lo vendíamos a los intermediarios, que lo pagan como quieren. En los Mercados Campesinos podemos vender mejor, a nuestro precio, y nos da más beneficios. Con ese dinero puedo mejorar el sustento diario de mi familia y ahorrar”.

Marta Isabel Tovasura (Motavita, Boyacá)31 Asumiendo que realizan al menos un viaje semanal, es decir, 52 viajes por año.32 Este dato asume que el productor mantiene una producción sostenida y comercializa en las

plazas de mercado semanalmente. El promedio fue calculado a partir del reporte de venta entre noviembre de 2010 y agosto de 2011.

FACTORES DE éxito

• El principal factor de éxito ha sido la existencia de organizaciones sólidas -los Comités Campesinos Municipales- a través de las cuales se logró consolidar capacidades para reducir los eslabones en la cadena de comercialización.

• Conocer en profundidad los mercados; sensibilizar a los comerciantes; avanzar en el posicionamiento de los pequeños productores; mejorar la calidad de producto; mantener volúmenes adecuados, lograr precios rentables para productores y comerciantes, y garantizar la permanencia y cumplimiento en el

mercado, fueron acciones determinantes de la estrategia para incursionar en ese canal de comercialización.

• Incorporar mejoras técnicas de producción, adecuado manejo post-cosecha, implementación de buenas prácticas de transformación y manipulación de alimentos y la planificación de la

producción, permitió superar las barreras que impedían a los pequeños productores y productoras acceder a los mercados urbanos.

• Contar con el apoyo de entidades públicas locales para que los pequeños productores consiguieran un medio de transporte, permitió superar la dependencia de los intermediarios. La manera como se hizo posible, se describe en el recuadro, en el que se contrapone la experiencia del municipio de El Colegio que logró el apoyo de la alcaldía municipal, con la del municipio de Apulo, cuyos productores están sometidos al monopolio que ejercen los trasportistas.

Logros principales

• Mercados campesinos se ha consolidado como una forma de organización social que facilita la inserción de los sectores campesinos en las plazas de mercado de Bogotá, las cuales han demostrado ser un excelente canal para la venta de alimentos producidos a pequeña escala en la región central.

• El establecimiento de alianzas entre productores y comerciantes ha permitido que ambos se mantengan en el mercado, obteniendo mayores beneficios. Según el análisis de precios realizado por Mercados Campesinos, gracias a la venta directa en las plazas de mercado los productores y productoras incrementaron sus ingresos al menos un 20% respecto a la venta a través de intermediarios, si bien este incremento varía en función del producto.

• A la fecha Mercados Campesinos ha comercializado productos con doce plazas de mercado en Bogotá, habiéndose registrado la mayor actividad en las plazas de Restrepo, Santander, Trinidad Galán, Fontibón y Paloquemao.

• Como resultado del proceso de gestión ante las plazas de mercado, se logró la cesión de una pequeña bodega por parte de la administración de la plaza del barrio Santander, en la que los productores almacenan los alimentos hasta su distribución.

• El éxito del municipio de El Colegio demuestra que consolidar la comercialización en las plazas de mercado beneficia a los productores y productoras al obtener mayores ingresos, a los comerciantes de las plazas que logran un mejor precio al comprar al productor, y a los consumidores urbanos de menos ingresos al acceder a alimentos más frescos y sanos a un precio inferior.

de alimentos a Bogotá, beneficiando a ambos extremos de la cadena: productores y consumidores finales.

En particular, la experiencia de los Comités Campesinos Municipales que han incursionado en las plazas de mercado de Bogotá, evidencia que éstas son un canal apto para la comercialización de los pequeños productores. Fortalecer estos espacios ofrece la oportunidad de consolidar un circuito económico que beneficia tanto a los pequeños productores y productoras y comerciantes como a los sectores urbanos más vulnerables, que pueden acceder a alimentos sanos y a menores precios.

El principal factor de éxito ha sido la organización de los Comités Campesinos Municipales a nivel local; también ha sido determinante el acompañamiento de organismos de cooperación, así como la intervención de entidades públicas locales, mediante inversiones directas para solucionar los cuellos de botella que enfrenta el sector campesino, como el caso del transporte en el municipio de El Colegio-Cundinamarca.

Recomendaciones de política

La experiencia de Mercados Campesinos demuestra lo que se puede lograr cuando se fortalece la organización campesina, se invierte en el desarrollo de capacidades y se cuenta con el apoyo estratégico por

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parte de entidades públicas y responsables de la política pública a nivel local y nacional. El proceso continúa en marcha, e incluso los productores y productoras de los municipios más adelantados como El Colegio siguen recibiendo asesoría y acompañamiento en cuestiones puntuales como el suministro de información para la fijación de precios y para superar las dificultades que surgen en torno a la comercialización. Entre los retos a futuro está lograr una mayor participación en los procesos de transformación y agregación de valor en las áreas rurales, y avanzar en la racionalización del transporte optimizando el costo por unidad de producto e incorporando sistemas de refrigeración para preservar la calidad.

Para incrementar la escala de esta experiencia se requieren políticas

públicas que apuesten por la seguridad alimentaria. Por ello los Comités Campesinos Municipales inciden políticamente en los ámbitos local y regional, entre otras cosas para lograr que se incluyan sus propuestas en los Planes de Desarrollo Municipal, en los Acuerdos municipales de apoyo a la economía campesina, en los Concejos Territoriales de Planeación y en las Mesas Consultivas de Mujeres (departamento de Boyacá).

El caso de El Colegio evidencia cómo la participación del gobierno local en la solución del problema de transporte permite derribar una de las principales barreras que impiden el acceso a los mercados por parte de los pequeños productores y productoras. También que el modelo del comodato es una opción válida, donde el municipio asume los gastos fijos, hasta que se alcanzan

volúmenes de producción suficientes para cubrir todos los costos.

A partir del aprendizaje a lo largo del proceso de Mercados Campesinos es posible recomendar políticas de apoyo gubernamental como la puesta

a disposición de medios de transporte, especialmente en las zonas donde se presentan las siguientes circunstancias:

- una oferta de transporte de carga muy limitada, lo que da lugar a un monopolio;

- un grupo organizado de pequeños productores y productoras, capaces de garantizar un volumen de producción sostenido en el corto plazo y dispuesto a rendir cuentas y hacer cumplir los acuerdos mínimos.

Otra posible medida de política pública es la aplicación de subsidios al transporte en municipios con una oferta mínima de producción de cuatro toneladas semanales (equivalente a la capacidad promedio de los camiones utilizados comúnmente en la región). Esta

medida resulta viable cuando existe una oferta suficiente de transportistas y los precios se fijen según las reglas del mercado.

Complementario al transporte, medidas de política que mejoren la dotación de infraestructura de almacenamiento, tanto en las áreas de producción como en la ciudad, resultan fundamentales para facilitar la adecuada comercialización por parte de organizaciones de productores y minoristas.

Consolidar y ampliar la escala de experiencias como ésta, es posible si existe voluntad de los actores involucrados:

• Las autoridades de municipios con vocación productiva podrían identificar, con el acompañamiento de las organizaciones de pequeños productores, las principales barreras que dificultan la

comercialización e intervenir con acciones que permitan superarlas; como por ejemplo: dotación o construcción de centros de acopio para consolidar la oferta; construcción de centros de enfriamiento; mejoramiento de procesos de poscosecha, empaque y presentación de los productos o; facilitar, proveer o subsidiar el transporte a las ciudades capitales.

• Las autoridades de municipios receptores de alimentos podrían incluir dentro de sus políticas de abastecimiento incentivos como la asignación de bodegas en las plazas de mercado públicas para que se facilite el almacenamiento de productos provenientes de la economía campesina; proveer asesoría y acompañamiento que facilite la articulación entre las plazas y los productores; y realizar campañas para sensibilizar a los

comerciantes sobre los beneficios para ellos, los campesinos y consumidores al adquirir los productos directamente a los productores.

• Las ONG, Fundaciones y otros podrían apoyar a las organizaciones de productores durante las etapas de planeación e implementación en su fortalecimiento interno y en la comercialización con las plazas, mediante asesorías y acompañamientos hasta lograr la consolidación de sus capacidades y conocimientos de la dinámica propia de este canal de comercialización.

• Los pequeños productores y sus organizaciones podrían avanzar en esquemas asociativos o cooperativos que faciliten la agregación de oferta, planificación de cosechas, el trabajo en redes y la interlocución con actores públicos, para crear condiciones que les permitan aprovechar y poner en marcha canales alternativos de comercialización.

• Y finalmente, el sector privado entendido en este contexto como los comerciantes y administradores de las plazas de mercado podrían flexibilizar las condiciones de acceso a este canal para los pequeños productores y facilitar su progresiva incorporación como proveedores.

MERCADOs campesinos

RECUADRO

Page 11: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

El caso del municipio El Colegio

Los pequeños productores y productoras de alimentos del municipio de El Colegio han logrado derribar una de las principales barreras que dificultan el acceso al mercado: el hecho de no disponer de un medio de transporte. Con el fin de facilitar las ventas en Bogotá y como resultado de la incidencia, en 2008 la alcaldía de El Colegio cedió un camión a los productores vinculados a Mercados Campesinos bajo un sistema de comodato. Esto significa que la alcaldía cubre los costos fijos (seguro, impuestos y mantenimiento), estimados en algo más de $13 millones anuales, mientras que los productores asumen los costos de funcionamiento (combustible, conductor y peajes) que ascienden a unos $10 millones al año.

El costo asumido por los productores equivale a $200.000 en promedio por viaje.31 Este se distribuye entre los productores y productoras que envían sus alimentos para la venta en Bogotá, quienes pagan $2.000 por canastilla (aproximadamente 20 kilogramos). Es decir, se necesita reunir 100 canastillas de producto (unas dos toneladas) por cada viaje para cubrir los costos de funcionamiento del camión. Cuando se

generan excedentes, la diferencia se acumula en un fondo común que sirve para cubrir posibles gastos imprevistos de operación y mantenimiento o para compensar los gastos de los viajes en los que no se llega a completar la carga mínima.

El Comité Campesino Municipal ha diseñado una ruta óptima de transporte con tres puntos de recolección en El Colegio y dos puntos de distribución en Bogotá. Si tuviesen que contratar el servicio de un vehículo particular, esta ruta les costaría a los productores el doble: entre $350.000 y $400.000. Es decir, gracias a la facilitación del camión se ahorran entre $150.000 y $200.000 por cada viaje.

Además de este ahorro, al vender los alimentos en las plazas de mercado a un precio superior al ofrecido por los intermediarios, los ingresos de las familias que participan en Mercados Campesinos se han incrementado. Por ejemplo, en una cosecha de mandarina los productores de El Colegio obtuvieron en Bogotá un precio entre un 75% y un 106% mejor al pagado por los intermediarios en la finca.

A partir del reporte de ventas realizado por los productores de El Colegio en 2010 y 2011 se calcula que un productor o productora de este municipio que comercialice en Bogotá sus alimentos a través de Mercados Campesinos podría obtener un ingreso por viaje de cerca de $80.000, lo que significa un ingreso mensual de aproximadamente medio salario mínimo, bastante más de lo que puede percibir cuando vende su producción a través de intermediarios32.

Por otro lado, al disponer de un medio de transporte se garantiza que en época de cosecha la mayor parte de la producción se comercialice a través de Mercados Campesinos. Y que si no se logra vender toda la

mercancía en las plazas de mercado y los mercados presenciales, ésta se pueda trasladar a otros destinos como Corabastos o los grandes supermercados. Esto facilita además una adecuada manipulación de los alimentos para mantener su calidad y presentación para la venta, particularmente en cuanto al embalaje y acopio.

El caso del municipio de Apulo

Apulo es uno de los municipios más activos en la comercialización de alimentos en las plazas de mercado de Bogotá, y también un caso emblemático de las consecuencias que tiene depender del monopolio del transporte. Al carecer de un vehículo propio, a diferencia de El Colegio, los productores de Apulo se ven forzados a pagar muy caro el transporte a

conclusiones

A través de Mercados Campesinos los

pequeños productores y productoras

de la región central de Colombia se

han fortalecido como actores

económicos y como interlocutores en

la definición de políticas públicas.

Además han visibilizado su papel en

el suministro de alimentos a la

población urbana.

En términos de acceso a mercados,

se han puesto en marcha dos

canales alternativos de

comercialización: las plazas de

mercado y los mercados presenciales

en los parques de Bogotá, lo que ha

significado la incorporación de

campesinos en condiciones más

justas en las cadenas de suministro

los intermediarios, quienes son los únicos que poseen camiones lo suficientemente grandes o aptos para desplazarse hasta Bogotá. Por esta razón no pueden comercializar con tanta frecuencia, lo que los ha obligado a reducir su volumen de comercialización.

La ausencia de competencia permite a los intermediarios incrementar el precio del transporte de forma arbitraria. Si en febrero de 2011 un propietario de camión cobró a los productores $350.000 por recoger la producción en tres puntos del municipio y distribuirla en dos puntos de Bogotá, en mayo cobró $450.000 por el mismo recorrido, en julio $550.000 y en agosto dejó de prestar el servicio.

Este caso evidencia la situación tan vulnerable en que se encuentran los pequeños productores y productoras cuando dependen de transportistas para trasladar productos perecederos a los mercados capitalinos.

“Antes sembrábamos menos y se lo vendíamos a los intermediarios, que lo pagan como quieren. En los Mercados Campesinos podemos vender mejor, a nuestro precio, y nos da más beneficios. Con ese dinero puedo mejorar el sustento diario de mi familia y ahorrar”.

Marta Isabel Tovasura (Motavita, Boyacá)

Municipio El Colegio en Mercados Campesinos La adecuada manipulación de los alimentos permiten mantener su calidad y presentación

FACTORES DE éxito

• El principal factor de éxito ha sido la existencia de organizaciones sólidas -los Comités Campesinos Municipales- a través de las cuales se logró consolidar capacidades para reducir los eslabones en la cadena de comercialización.

• Conocer en profundidad los mercados; sensibilizar a los comerciantes; avanzar en el posicionamiento de los pequeños productores; mejorar la calidad de producto; mantener volúmenes adecuados, lograr precios rentables para productores y comerciantes, y garantizar la permanencia y cumplimiento en el

mercado, fueron acciones determinantes de la estrategia para incursionar en ese canal de comercialización.

• Incorporar mejoras técnicas de producción, adecuado manejo post-cosecha, implementación de buenas prácticas de transformación y manipulación de alimentos y la planificación de la

producción, permitió superar las barreras que impedían a los pequeños productores y productoras acceder a los mercados urbanos.

• Contar con el apoyo de entidades públicas locales para que los pequeños productores consiguieran un medio de transporte, permitió superar la dependencia de los intermediarios. La manera como se hizo posible, se describe en el recuadro, en el que se contrapone la experiencia del municipio de El Colegio que logró el apoyo de la alcaldía municipal, con la del municipio de Apulo, cuyos productores están sometidos al monopolio que ejercen los trasportistas.

Logros principales

• Mercados campesinos se ha consolidado como una forma de organización social que facilita la inserción de los sectores campesinos en las plazas de mercado de Bogotá, las cuales han demostrado ser un excelente canal para la venta de alimentos producidos a pequeña escala en la región central.

• El establecimiento de alianzas entre productores y comerciantes ha permitido que ambos se mantengan en el mercado, obteniendo mayores beneficios. Según el análisis de precios realizado por Mercados Campesinos, gracias a la venta directa en las plazas de mercado los productores y productoras incrementaron sus ingresos al menos un 20% respecto a la venta a través de intermediarios, si bien este incremento varía en función del producto.

• A la fecha Mercados Campesinos ha comercializado productos con doce plazas de mercado en Bogotá, habiéndose registrado la mayor actividad en las plazas de Restrepo, Santander, Trinidad Galán, Fontibón y Paloquemao.

• Como resultado del proceso de gestión ante las plazas de mercado, se logró la cesión de una pequeña bodega por parte de la administración de la plaza del barrio Santander, en la que los productores almacenan los alimentos hasta su distribución.

• El éxito del municipio de El Colegio demuestra que consolidar la comercialización en las plazas de mercado beneficia a los productores y productoras al obtener mayores ingresos, a los comerciantes de las plazas que logran un mejor precio al comprar al productor, y a los consumidores urbanos de menos ingresos al acceder a alimentos más frescos y sanos a un precio inferior.

Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

de alimentos a Bogotá, beneficiando a ambos extremos de la cadena: productores y consumidores finales.

En particular, la experiencia de los Comités Campesinos Municipales que han incursionado en las plazas de mercado de Bogotá, evidencia que éstas son un canal apto para la comercialización de los pequeños productores. Fortalecer estos espacios ofrece la oportunidad de consolidar un circuito económico que beneficia tanto a los pequeños productores y productoras y comerciantes como a los sectores urbanos más vulnerables, que pueden acceder a alimentos sanos y a menores precios.

El principal factor de éxito ha sido la organización de los Comités Campesinos Municipales a nivel local; también ha sido determinante el acompañamiento de organismos de cooperación, así como la intervención de entidades públicas locales, mediante inversiones directas para solucionar los cuellos de botella que enfrenta el sector campesino, como el caso del transporte en el municipio de El Colegio-Cundinamarca.

Recomendaciones de política

La experiencia de Mercados Campesinos demuestra lo que se puede lograr cuando se fortalece la organización campesina, se invierte en el desarrollo de capacidades y se cuenta con el apoyo estratégico por

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parte de entidades públicas y responsables de la política pública a nivel local y nacional. El proceso continúa en marcha, e incluso los productores y productoras de los municipios más adelantados como El Colegio siguen recibiendo asesoría y acompañamiento en cuestiones puntuales como el suministro de información para la fijación de precios y para superar las dificultades que surgen en torno a la comercialización. Entre los retos a futuro está lograr una mayor participación en los procesos de transformación y agregación de valor en las áreas rurales, y avanzar en la racionalización del transporte optimizando el costo por unidad de producto e incorporando sistemas de refrigeración para preservar la calidad.

Para incrementar la escala de esta experiencia se requieren políticas

públicas que apuesten por la seguridad alimentaria. Por ello los Comités Campesinos Municipales inciden políticamente en los ámbitos local y regional, entre otras cosas para lograr que se incluyan sus propuestas en los Planes de Desarrollo Municipal, en los Acuerdos municipales de apoyo a la economía campesina, en los Concejos Territoriales de Planeación y en las Mesas Consultivas de Mujeres (departamento de Boyacá).

El caso de El Colegio evidencia cómo la participación del gobierno local en la solución del problema de transporte permite derribar una de las principales barreras que impiden el acceso a los mercados por parte de los pequeños productores y productoras. También que el modelo del comodato es una opción válida, donde el municipio asume los gastos fijos, hasta que se alcanzan

volúmenes de producción suficientes para cubrir todos los costos.

A partir del aprendizaje a lo largo del proceso de Mercados Campesinos es posible recomendar políticas de apoyo gubernamental como la puesta

a disposición de medios de transporte, especialmente en las zonas donde se presentan las siguientes circunstancias:

- una oferta de transporte de carga muy limitada, lo que da lugar a un monopolio;

- un grupo organizado de pequeños productores y productoras, capaces de garantizar un volumen de producción sostenido en el corto plazo y dispuesto a rendir cuentas y hacer cumplir los acuerdos mínimos.

Otra posible medida de política pública es la aplicación de subsidios al transporte en municipios con una oferta mínima de producción de cuatro toneladas semanales (equivalente a la capacidad promedio de los camiones utilizados comúnmente en la región). Esta

medida resulta viable cuando existe una oferta suficiente de transportistas y los precios se fijen según las reglas del mercado.

Complementario al transporte, medidas de política que mejoren la dotación de infraestructura de almacenamiento, tanto en las áreas de producción como en la ciudad, resultan fundamentales para facilitar la adecuada comercialización por parte de organizaciones de productores y minoristas.

Consolidar y ampliar la escala de experiencias como ésta, es posible si existe voluntad de los actores involucrados:

• Las autoridades de municipios con vocación productiva podrían identificar, con el acompañamiento de las organizaciones de pequeños productores, las principales barreras que dificultan la

comercialización e intervenir con acciones que permitan superarlas; como por ejemplo: dotación o construcción de centros de acopio para consolidar la oferta; construcción de centros de enfriamiento; mejoramiento de procesos de poscosecha, empaque y presentación de los productos o; facilitar, proveer o subsidiar el transporte a las ciudades capitales.

• Las autoridades de municipios receptores de alimentos podrían incluir dentro de sus políticas de abastecimiento incentivos como la asignación de bodegas en las plazas de mercado públicas para que se facilite el almacenamiento de productos provenientes de la economía campesina; proveer asesoría y acompañamiento que facilite la articulación entre las plazas y los productores; y realizar campañas para sensibilizar a los

comerciantes sobre los beneficios para ellos, los campesinos y consumidores al adquirir los productos directamente a los productores.

• Las ONG, Fundaciones y otros podrían apoyar a las organizaciones de productores durante las etapas de planeación e implementación en su fortalecimiento interno y en la comercialización con las plazas, mediante asesorías y acompañamientos hasta lograr la consolidación de sus capacidades y conocimientos de la dinámica propia de este canal de comercialización.

• Los pequeños productores y sus organizaciones podrían avanzar en esquemas asociativos o cooperativos que faciliten la agregación de oferta, planificación de cosechas, el trabajo en redes y la interlocución con actores públicos, para crear condiciones que les permitan aprovechar y poner en marcha canales alternativos de comercialización.

• Y finalmente, el sector privado entendido en este contexto como los comerciantes y administradores de las plazas de mercado podrían flexibilizar las condiciones de acceso a este canal para los pequeños productores y facilitar su progresiva incorporación como proveedores.

RECUADRO

Ruta para la recolección de productos

EL COLEGIOSan Ramón

Honduras

El Triunfo

La Dulce

Vía El Colegio-Viotá

Page 12: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

IV. Conclusiones y recomendaciones de política

conclusiones

A través de Mercados Campesinos los

pequeños productores y productoras

de la región central de Colombia se

han fortalecido como actores

económicos y como interlocutores en

la definición de políticas públicas.

Además han visibilizado su papel en

el suministro de alimentos a la

población urbana.

En términos de acceso a mercados,

se han puesto en marcha dos

canales alternativos de

comercialización: las plazas de

mercado y los mercados presenciales

en los parques de Bogotá, lo que ha

significado la incorporación de

campesinos en condiciones más

justas en las cadenas de suministro

Centenares de pequeños productores comercializan en condiciones más favorables

Los productos procesados tienen también gran acogida en los Mercados Campesinos

FACTORES DE éxito

• El principal factor de éxito ha sido la existencia de organizaciones sólidas -los Comités Campesinos Municipales- a través de las cuales se logró consolidar capacidades para reducir los eslabones en la cadena de comercialización.

• Conocer en profundidad los mercados; sensibilizar a los comerciantes; avanzar en el posicionamiento de los pequeños productores; mejorar la calidad de producto; mantener volúmenes adecuados, lograr precios rentables para productores y comerciantes, y garantizar la permanencia y cumplimiento en el

mercado, fueron acciones determinantes de la estrategia para incursionar en ese canal de comercialización.

• Incorporar mejoras técnicas de producción, adecuado manejo post-cosecha, implementación de buenas prácticas de transformación y manipulación de alimentos y la planificación de la

producción, permitió superar las barreras que impedían a los pequeños productores y productoras acceder a los mercados urbanos.

• Contar con el apoyo de entidades públicas locales para que los pequeños productores consiguieran un medio de transporte, permitió superar la dependencia de los intermediarios. La manera como se hizo posible, se describe en el recuadro, en el que se contrapone la experiencia del municipio de El Colegio que logró el apoyo de la alcaldía municipal, con la del municipio de Apulo, cuyos productores están sometidos al monopolio que ejercen los trasportistas.

Logros principales

• Mercados campesinos se ha consolidado como una forma de organización social que facilita la inserción de los sectores campesinos en las plazas de mercado de Bogotá, las cuales han demostrado ser un excelente canal para la venta de alimentos producidos a pequeña escala en la región central.

• El establecimiento de alianzas entre productores y comerciantes ha permitido que ambos se mantengan en el mercado, obteniendo mayores beneficios. Según el análisis de precios realizado por Mercados Campesinos, gracias a la venta directa en las plazas de mercado los productores y productoras incrementaron sus ingresos al menos un 20% respecto a la venta a través de intermediarios, si bien este incremento varía en función del producto.

• A la fecha Mercados Campesinos ha comercializado productos con doce plazas de mercado en Bogotá, habiéndose registrado la mayor actividad en las plazas de Restrepo, Santander, Trinidad Galán, Fontibón y Paloquemao.

• Como resultado del proceso de gestión ante las plazas de mercado, se logró la cesión de una pequeña bodega por parte de la administración de la plaza del barrio Santander, en la que los productores almacenan los alimentos hasta su distribución.

• El éxito del municipio de El Colegio demuestra que consolidar la comercialización en las plazas de mercado beneficia a los productores y productoras al obtener mayores ingresos, a los comerciantes de las plazas que logran un mejor precio al comprar al productor, y a los consumidores urbanos de menos ingresos al acceder a alimentos más frescos y sanos a un precio inferior.

de alimentos a Bogotá, beneficiando a ambos extremos de la cadena: productores y consumidores finales.

En particular, la experiencia de los Comités Campesinos Municipales que han incursionado en las plazas de mercado de Bogotá, evidencia que éstas son un canal apto para la comercialización de los pequeños productores. Fortalecer estos espacios ofrece la oportunidad de consolidar un circuito económico que beneficia tanto a los pequeños productores y productoras y comerciantes como a los sectores urbanos más vulnerables, que pueden acceder a alimentos sanos y a menores precios.

El principal factor de éxito ha sido la organización de los Comités Campesinos Municipales a nivel local; también ha sido determinante el acompañamiento de organismos de cooperación, así como la intervención de entidades públicas locales, mediante inversiones directas para solucionar los cuellos de botella que enfrenta el sector campesino, como el caso del transporte en el municipio de El Colegio-Cundinamarca.

Recomendaciones de política

La experiencia de Mercados Campesinos demuestra lo que se puede lograr cuando se fortalece la organización campesina, se invierte en el desarrollo de capacidades y se cuenta con el apoyo estratégico por

12

parte de entidades públicas y responsables de la política pública a nivel local y nacional. El proceso continúa en marcha, e incluso los productores y productoras de los municipios más adelantados como El Colegio siguen recibiendo asesoría y acompañamiento en cuestiones puntuales como el suministro de información para la fijación de precios y para superar las dificultades que surgen en torno a la comercialización. Entre los retos a futuro está lograr una mayor participación en los procesos de transformación y agregación de valor en las áreas rurales, y avanzar en la racionalización del transporte optimizando el costo por unidad de producto e incorporando sistemas de refrigeración para preservar la calidad.

Para incrementar la escala de esta experiencia se requieren políticas

públicas que apuesten por la seguridad alimentaria. Por ello los Comités Campesinos Municipales inciden políticamente en los ámbitos local y regional, entre otras cosas para lograr que se incluyan sus propuestas en los Planes de Desarrollo Municipal, en los Acuerdos municipales de apoyo a la economía campesina, en los Concejos Territoriales de Planeación y en las Mesas Consultivas de Mujeres (departamento de Boyacá).

El caso de El Colegio evidencia cómo la participación del gobierno local en la solución del problema de transporte permite derribar una de las principales barreras que impiden el acceso a los mercados por parte de los pequeños productores y productoras. También que el modelo del comodato es una opción válida, donde el municipio asume los gastos fijos, hasta que se alcanzan

volúmenes de producción suficientes para cubrir todos los costos.

A partir del aprendizaje a lo largo del proceso de Mercados Campesinos es posible recomendar políticas de apoyo gubernamental como la puesta

a disposición de medios de transporte, especialmente en las zonas donde se presentan las siguientes circunstancias:

- una oferta de transporte de carga muy limitada, lo que da lugar a un monopolio;

- un grupo organizado de pequeños productores y productoras, capaces de garantizar un volumen de producción sostenido en el corto plazo y dispuesto a rendir cuentas y hacer cumplir los acuerdos mínimos.

Otra posible medida de política pública es la aplicación de subsidios al transporte en municipios con una oferta mínima de producción de cuatro toneladas semanales (equivalente a la capacidad promedio de los camiones utilizados comúnmente en la región). Esta

medida resulta viable cuando existe una oferta suficiente de transportistas y los precios se fijen según las reglas del mercado.

Complementario al transporte, medidas de política que mejoren la dotación de infraestructura de almacenamiento, tanto en las áreas de producción como en la ciudad, resultan fundamentales para facilitar la adecuada comercialización por parte de organizaciones de productores y minoristas.

Consolidar y ampliar la escala de experiencias como ésta, es posible si existe voluntad de los actores involucrados:

• Las autoridades de municipios con vocación productiva podrían identificar, con el acompañamiento de las organizaciones de pequeños productores, las principales barreras que dificultan la

comercialización e intervenir con acciones que permitan superarlas; como por ejemplo: dotación o construcción de centros de acopio para consolidar la oferta; construcción de centros de enfriamiento; mejoramiento de procesos de poscosecha, empaque y presentación de los productos o; facilitar, proveer o subsidiar el transporte a las ciudades capitales.

• Las autoridades de municipios receptores de alimentos podrían incluir dentro de sus políticas de abastecimiento incentivos como la asignación de bodegas en las plazas de mercado públicas para que se facilite el almacenamiento de productos provenientes de la economía campesina; proveer asesoría y acompañamiento que facilite la articulación entre las plazas y los productores; y realizar campañas para sensibilizar a los

comerciantes sobre los beneficios para ellos, los campesinos y consumidores al adquirir los productos directamente a los productores.

• Las ONG, Fundaciones y otros podrían apoyar a las organizaciones de productores durante las etapas de planeación e implementación en su fortalecimiento interno y en la comercialización con las plazas, mediante asesorías y acompañamientos hasta lograr la consolidación de sus capacidades y conocimientos de la dinámica propia de este canal de comercialización.

• Los pequeños productores y sus organizaciones podrían avanzar en esquemas asociativos o cooperativos que faciliten la agregación de oferta, planificación de cosechas, el trabajo en redes y la interlocución con actores públicos, para crear condiciones que les permitan aprovechar y poner en marcha canales alternativos de comercialización.

• Y finalmente, el sector privado entendido en este contexto como los comerciantes y administradores de las plazas de mercado podrían flexibilizar las condiciones de acceso a este canal para los pequeños productores y facilitar su progresiva incorporación como proveedores.

MERCADOs campesinos

Page 13: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

Mercados Campesinos, estratégicos para la seguridad alimentaria

conclusiones

A través de Mercados Campesinos los

pequeños productores y productoras

de la región central de Colombia se

han fortalecido como actores

económicos y como interlocutores en

la definición de políticas públicas.

Además han visibilizado su papel en

el suministro de alimentos a la

población urbana.

En términos de acceso a mercados,

se han puesto en marcha dos

canales alternativos de

comercialización: las plazas de

mercado y los mercados presenciales

en los parques de Bogotá, lo que ha

significado la incorporación de

campesinos en condiciones más

justas en las cadenas de suministro

Mujer poductora y artesana

Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

de alimentos a Bogotá, beneficiando a ambos extremos de la cadena: productores y consumidores finales.

En particular, la experiencia de los Comités Campesinos Municipales que han incursionado en las plazas de mercado de Bogotá, evidencia que éstas son un canal apto para la comercialización de los pequeños productores. Fortalecer estos espacios ofrece la oportunidad de consolidar un circuito económico que beneficia tanto a los pequeños productores y productoras y comerciantes como a los sectores urbanos más vulnerables, que pueden acceder a alimentos sanos y a menores precios.

El principal factor de éxito ha sido la organización de los Comités Campesinos Municipales a nivel local; también ha sido determinante el acompañamiento de organismos de cooperación, así como la intervención de entidades públicas locales, mediante inversiones directas para solucionar los cuellos de botella que enfrenta el sector campesino, como el caso del transporte en el municipio de El Colegio-Cundinamarca.

Recomendaciones de política

La experiencia de Mercados Campesinos demuestra lo que se puede lograr cuando se fortalece la organización campesina, se invierte en el desarrollo de capacidades y se cuenta con el apoyo estratégico por

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parte de entidades públicas y responsables de la política pública a nivel local y nacional. El proceso continúa en marcha, e incluso los productores y productoras de los municipios más adelantados como El Colegio siguen recibiendo asesoría y acompañamiento en cuestiones puntuales como el suministro de información para la fijación de precios y para superar las dificultades que surgen en torno a la comercialización. Entre los retos a futuro está lograr una mayor participación en los procesos de transformación y agregación de valor en las áreas rurales, y avanzar en la racionalización del transporte optimizando el costo por unidad de producto e incorporando sistemas de refrigeración para preservar la calidad.

Para incrementar la escala de esta experiencia se requieren políticas

públicas que apuesten por la seguridad alimentaria. Por ello los Comités Campesinos Municipales inciden políticamente en los ámbitos local y regional, entre otras cosas para lograr que se incluyan sus propuestas en los Planes de Desarrollo Municipal, en los Acuerdos municipales de apoyo a la economía campesina, en los Concejos Territoriales de Planeación y en las Mesas Consultivas de Mujeres (departamento de Boyacá).

El caso de El Colegio evidencia cómo la participación del gobierno local en la solución del problema de transporte permite derribar una de las principales barreras que impiden el acceso a los mercados por parte de los pequeños productores y productoras. También que el modelo del comodato es una opción válida, donde el municipio asume los gastos fijos, hasta que se alcanzan

volúmenes de producción suficientes para cubrir todos los costos.

A partir del aprendizaje a lo largo del proceso de Mercados Campesinos es posible recomendar políticas de apoyo gubernamental como la puesta

a disposición de medios de transporte, especialmente en las zonas donde se presentan las siguientes circunstancias:

- una oferta de transporte de carga muy limitada, lo que da lugar a un monopolio;

- un grupo organizado de pequeños productores y productoras, capaces de garantizar un volumen de producción sostenido en el corto plazo y dispuesto a rendir cuentas y hacer cumplir los acuerdos mínimos.

Otra posible medida de política pública es la aplicación de subsidios al transporte en municipios con una oferta mínima de producción de cuatro toneladas semanales (equivalente a la capacidad promedio de los camiones utilizados comúnmente en la región). Esta

medida resulta viable cuando existe una oferta suficiente de transportistas y los precios se fijen según las reglas del mercado.

Complementario al transporte, medidas de política que mejoren la dotación de infraestructura de almacenamiento, tanto en las áreas de producción como en la ciudad, resultan fundamentales para facilitar la adecuada comercialización por parte de organizaciones de productores y minoristas.

Consolidar y ampliar la escala de experiencias como ésta, es posible si existe voluntad de los actores involucrados:

• Las autoridades de municipios con vocación productiva podrían identificar, con el acompañamiento de las organizaciones de pequeños productores, las principales barreras que dificultan la

comercialización e intervenir con acciones que permitan superarlas; como por ejemplo: dotación o construcción de centros de acopio para consolidar la oferta; construcción de centros de enfriamiento; mejoramiento de procesos de poscosecha, empaque y presentación de los productos o; facilitar, proveer o subsidiar el transporte a las ciudades capitales.

• Las autoridades de municipios receptores de alimentos podrían incluir dentro de sus políticas de abastecimiento incentivos como la asignación de bodegas en las plazas de mercado públicas para que se facilite el almacenamiento de productos provenientes de la economía campesina; proveer asesoría y acompañamiento que facilite la articulación entre las plazas y los productores; y realizar campañas para sensibilizar a los

comerciantes sobre los beneficios para ellos, los campesinos y consumidores al adquirir los productos directamente a los productores.

• Las ONG, Fundaciones y otros podrían apoyar a las organizaciones de productores durante las etapas de planeación e implementación en su fortalecimiento interno y en la comercialización con las plazas, mediante asesorías y acompañamientos hasta lograr la consolidación de sus capacidades y conocimientos de la dinámica propia de este canal de comercialización.

• Los pequeños productores y sus organizaciones podrían avanzar en esquemas asociativos o cooperativos que faciliten la agregación de oferta, planificación de cosechas, el trabajo en redes y la interlocución con actores públicos, para crear condiciones que les permitan aprovechar y poner en marcha canales alternativos de comercialización.

• Y finalmente, el sector privado entendido en este contexto como los comerciantes y administradores de las plazas de mercado podrían flexibilizar las condiciones de acceso a este canal para los pequeños productores y facilitar su progresiva incorporación como proveedores.

Page 14: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

conclusiones

A través de Mercados Campesinos los

pequeños productores y productoras

de la región central de Colombia se

han fortalecido como actores

económicos y como interlocutores en

la definición de políticas públicas.

Además han visibilizado su papel en

el suministro de alimentos a la

población urbana.

En términos de acceso a mercados,

se han puesto en marcha dos

canales alternativos de

comercialización: las plazas de

mercado y los mercados presenciales

en los parques de Bogotá, lo que ha

significado la incorporación de

campesinos en condiciones más

justas en las cadenas de suministro

En los Mercados Campesinos se comercializa una gran variedad de productos

Asistencia masiva acompaña los Mercados Campesinos

de alimentos a Bogotá, beneficiando a ambos extremos de la cadena: productores y consumidores finales.

En particular, la experiencia de los Comités Campesinos Municipales que han incursionado en las plazas de mercado de Bogotá, evidencia que éstas son un canal apto para la comercialización de los pequeños productores. Fortalecer estos espacios ofrece la oportunidad de consolidar un circuito económico que beneficia tanto a los pequeños productores y productoras y comerciantes como a los sectores urbanos más vulnerables, que pueden acceder a alimentos sanos y a menores precios.

El principal factor de éxito ha sido la organización de los Comités Campesinos Municipales a nivel local; también ha sido determinante el acompañamiento de organismos de cooperación, así como la intervención de entidades públicas locales, mediante inversiones directas para solucionar los cuellos de botella que enfrenta el sector campesino, como el caso del transporte en el municipio de El Colegio-Cundinamarca.

Recomendaciones de política

La experiencia de Mercados Campesinos demuestra lo que se puede lograr cuando se fortalece la organización campesina, se invierte en el desarrollo de capacidades y se cuenta con el apoyo estratégico por

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parte de entidades públicas y responsables de la política pública a nivel local y nacional. El proceso continúa en marcha, e incluso los productores y productoras de los municipios más adelantados como El Colegio siguen recibiendo asesoría y acompañamiento en cuestiones puntuales como el suministro de información para la fijación de precios y para superar las dificultades que surgen en torno a la comercialización. Entre los retos a futuro está lograr una mayor participación en los procesos de transformación y agregación de valor en las áreas rurales, y avanzar en la racionalización del transporte optimizando el costo por unidad de producto e incorporando sistemas de refrigeración para preservar la calidad.

Para incrementar la escala de esta experiencia se requieren políticas

públicas que apuesten por la seguridad alimentaria. Por ello los Comités Campesinos Municipales inciden políticamente en los ámbitos local y regional, entre otras cosas para lograr que se incluyan sus propuestas en los Planes de Desarrollo Municipal, en los Acuerdos municipales de apoyo a la economía campesina, en los Concejos Territoriales de Planeación y en las Mesas Consultivas de Mujeres (departamento de Boyacá).

El caso de El Colegio evidencia cómo la participación del gobierno local en la solución del problema de transporte permite derribar una de las principales barreras que impiden el acceso a los mercados por parte de los pequeños productores y productoras. También que el modelo del comodato es una opción válida, donde el municipio asume los gastos fijos, hasta que se alcanzan

volúmenes de producción suficientes para cubrir todos los costos.

A partir del aprendizaje a lo largo del proceso de Mercados Campesinos es posible recomendar políticas de apoyo gubernamental como la puesta

a disposición de medios de transporte, especialmente en las zonas donde se presentan las siguientes circunstancias:

- una oferta de transporte de carga muy limitada, lo que da lugar a un monopolio;

- un grupo organizado de pequeños productores y productoras, capaces de garantizar un volumen de producción sostenido en el corto plazo y dispuesto a rendir cuentas y hacer cumplir los acuerdos mínimos.

Otra posible medida de política pública es la aplicación de subsidios al transporte en municipios con una oferta mínima de producción de cuatro toneladas semanales (equivalente a la capacidad promedio de los camiones utilizados comúnmente en la región). Esta

medida resulta viable cuando existe una oferta suficiente de transportistas y los precios se fijen según las reglas del mercado.

Complementario al transporte, medidas de política que mejoren la dotación de infraestructura de almacenamiento, tanto en las áreas de producción como en la ciudad, resultan fundamentales para facilitar la adecuada comercialización por parte de organizaciones de productores y minoristas.

Consolidar y ampliar la escala de experiencias como ésta, es posible si existe voluntad de los actores involucrados:

• Las autoridades de municipios con vocación productiva podrían identificar, con el acompañamiento de las organizaciones de pequeños productores, las principales barreras que dificultan la

comercialización e intervenir con acciones que permitan superarlas; como por ejemplo: dotación o construcción de centros de acopio para consolidar la oferta; construcción de centros de enfriamiento; mejoramiento de procesos de poscosecha, empaque y presentación de los productos o; facilitar, proveer o subsidiar el transporte a las ciudades capitales.

• Las autoridades de municipios receptores de alimentos podrían incluir dentro de sus políticas de abastecimiento incentivos como la asignación de bodegas en las plazas de mercado públicas para que se facilite el almacenamiento de productos provenientes de la economía campesina; proveer asesoría y acompañamiento que facilite la articulación entre las plazas y los productores; y realizar campañas para sensibilizar a los

comerciantes sobre los beneficios para ellos, los campesinos y consumidores al adquirir los productos directamente a los productores.

• Las ONG, Fundaciones y otros podrían apoyar a las organizaciones de productores durante las etapas de planeación e implementación en su fortalecimiento interno y en la comercialización con las plazas, mediante asesorías y acompañamientos hasta lograr la consolidación de sus capacidades y conocimientos de la dinámica propia de este canal de comercialización.

• Los pequeños productores y sus organizaciones podrían avanzar en esquemas asociativos o cooperativos que faciliten la agregación de oferta, planificación de cosechas, el trabajo en redes y la interlocución con actores públicos, para crear condiciones que les permitan aprovechar y poner en marcha canales alternativos de comercialización.

• Y finalmente, el sector privado entendido en este contexto como los comerciantes y administradores de las plazas de mercado podrían flexibilizar las condiciones de acceso a este canal para los pequeños productores y facilitar su progresiva incorporación como proveedores.

MERCADOs campesinos

Page 15: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

conclusiones

A través de Mercados Campesinos los

pequeños productores y productoras

de la región central de Colombia se

han fortalecido como actores

económicos y como interlocutores en

la definición de políticas públicas.

Además han visibilizado su papel en

el suministro de alimentos a la

población urbana.

En términos de acceso a mercados,

se han puesto en marcha dos

canales alternativos de

comercialización: las plazas de

mercado y los mercados presenciales

en los parques de Bogotá, lo que ha

significado la incorporación de

campesinos en condiciones más

justas en las cadenas de suministro

Experiencia sobre la comercialización en plazas de mercado

Variedad, calidad y precios más justos caracterizan los Mercados Campesinos

Productoras incursionan con éxito en la comercialización de alimentos orgánicos.

Hermosas flores tropicales traídas de diferentes municipios son vendidas en los Mercados Campesinos

de alimentos a Bogotá, beneficiando a ambos extremos de la cadena: productores y consumidores finales.

En particular, la experiencia de los Comités Campesinos Municipales que han incursionado en las plazas de mercado de Bogotá, evidencia que éstas son un canal apto para la comercialización de los pequeños productores. Fortalecer estos espacios ofrece la oportunidad de consolidar un circuito económico que beneficia tanto a los pequeños productores y productoras y comerciantes como a los sectores urbanos más vulnerables, que pueden acceder a alimentos sanos y a menores precios.

El principal factor de éxito ha sido la organización de los Comités Campesinos Municipales a nivel local; también ha sido determinante el acompañamiento de organismos de cooperación, así como la intervención de entidades públicas locales, mediante inversiones directas para solucionar los cuellos de botella que enfrenta el sector campesino, como el caso del transporte en el municipio de El Colegio-Cundinamarca.

Recomendaciones de política

La experiencia de Mercados Campesinos demuestra lo que se puede lograr cuando se fortalece la organización campesina, se invierte en el desarrollo de capacidades y se cuenta con el apoyo estratégico por

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parte de entidades públicas y responsables de la política pública a nivel local y nacional. El proceso continúa en marcha, e incluso los productores y productoras de los municipios más adelantados como El Colegio siguen recibiendo asesoría y acompañamiento en cuestiones puntuales como el suministro de información para la fijación de precios y para superar las dificultades que surgen en torno a la comercialización. Entre los retos a futuro está lograr una mayor participación en los procesos de transformación y agregación de valor en las áreas rurales, y avanzar en la racionalización del transporte optimizando el costo por unidad de producto e incorporando sistemas de refrigeración para preservar la calidad.

Para incrementar la escala de esta experiencia se requieren políticas

públicas que apuesten por la seguridad alimentaria. Por ello los Comités Campesinos Municipales inciden políticamente en los ámbitos local y regional, entre otras cosas para lograr que se incluyan sus propuestas en los Planes de Desarrollo Municipal, en los Acuerdos municipales de apoyo a la economía campesina, en los Concejos Territoriales de Planeación y en las Mesas Consultivas de Mujeres (departamento de Boyacá).

El caso de El Colegio evidencia cómo la participación del gobierno local en la solución del problema de transporte permite derribar una de las principales barreras que impiden el acceso a los mercados por parte de los pequeños productores y productoras. También que el modelo del comodato es una opción válida, donde el municipio asume los gastos fijos, hasta que se alcanzan

volúmenes de producción suficientes para cubrir todos los costos.

A partir del aprendizaje a lo largo del proceso de Mercados Campesinos es posible recomendar políticas de apoyo gubernamental como la puesta

a disposición de medios de transporte, especialmente en las zonas donde se presentan las siguientes circunstancias:

- una oferta de transporte de carga muy limitada, lo que da lugar a un monopolio;

- un grupo organizado de pequeños productores y productoras, capaces de garantizar un volumen de producción sostenido en el corto plazo y dispuesto a rendir cuentas y hacer cumplir los acuerdos mínimos.

Otra posible medida de política pública es la aplicación de subsidios al transporte en municipios con una oferta mínima de producción de cuatro toneladas semanales (equivalente a la capacidad promedio de los camiones utilizados comúnmente en la región). Esta

medida resulta viable cuando existe una oferta suficiente de transportistas y los precios se fijen según las reglas del mercado.

Complementario al transporte, medidas de política que mejoren la dotación de infraestructura de almacenamiento, tanto en las áreas de producción como en la ciudad, resultan fundamentales para facilitar la adecuada comercialización por parte de organizaciones de productores y minoristas.

Consolidar y ampliar la escala de experiencias como ésta, es posible si existe voluntad de los actores involucrados:

• Las autoridades de municipios con vocación productiva podrían identificar, con el acompañamiento de las organizaciones de pequeños productores, las principales barreras que dificultan la

comercialización e intervenir con acciones que permitan superarlas; como por ejemplo: dotación o construcción de centros de acopio para consolidar la oferta; construcción de centros de enfriamiento; mejoramiento de procesos de poscosecha, empaque y presentación de los productos o; facilitar, proveer o subsidiar el transporte a las ciudades capitales.

• Las autoridades de municipios receptores de alimentos podrían incluir dentro de sus políticas de abastecimiento incentivos como la asignación de bodegas en las plazas de mercado públicas para que se facilite el almacenamiento de productos provenientes de la economía campesina; proveer asesoría y acompañamiento que facilite la articulación entre las plazas y los productores; y realizar campañas para sensibilizar a los

comerciantes sobre los beneficios para ellos, los campesinos y consumidores al adquirir los productos directamente a los productores.

• Las ONG, Fundaciones y otros podrían apoyar a las organizaciones de productores durante las etapas de planeación e implementación en su fortalecimiento interno y en la comercialización con las plazas, mediante asesorías y acompañamientos hasta lograr la consolidación de sus capacidades y conocimientos de la dinámica propia de este canal de comercialización.

• Los pequeños productores y sus organizaciones podrían avanzar en esquemas asociativos o cooperativos que faciliten la agregación de oferta, planificación de cosechas, el trabajo en redes y la interlocución con actores públicos, para crear condiciones que les permitan aprovechar y poner en marcha canales alternativos de comercialización.

• Y finalmente, el sector privado entendido en este contexto como los comerciantes y administradores de las plazas de mercado podrían flexibilizar las condiciones de acceso a este canal para los pequeños productores y facilitar su progresiva incorporación como proveedores.

Page 16: Mercados Campesinos, Experiencia sobre la Comercialización en Plazas de Mercado

ILSA (Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativos): creado en 1978 como una institución de carácter civil, sin ánimo de lucro. Cuenta con una amplia experiencia de trabajo socio-jurídico en el campo de la investigación y de la acción política, promoviendo especialmente una visión crítica del derecho. Sus acciones abarcan la defensa del uso alternativo del derecho por los servicios legales populares, el reconocimiento del pluralismo jurídico, la crítica al formalismo legal y la incorporación de los debates contemporáneos sobre la realización de los derechos, las transformaciones constitucionales y la perspectiva de género en torno al derecho.

Contacto: Ismael Díaz, [email protected]

CICC (Comité de Interlocución Campesino y Comunal): espacio de diálogo, deliberación y consenso constituido por cinco organizaciones campesinas y comunales de tipo nacional y regional que lideran los Mercados Campesinos: Acción Campesina Colombiana, ACC; Asociación Nacional de Ayuda Solidaria, ANDAS; Fundación San Isidro; Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, FENSUAGRO, y Federación Nacional de Cooperativas Agropecuarias, FENACOA.

Contactos: Julián Corredor, [email protected] - Carlos Julio Díaz, [email protected]

ALCAMPO (Alianza Campesina y Comunal): apuesta política, económica, social y ambiental integrada por tres organizaciones campesinas y comunales que lideran los Mercados Campesinos y Populares: Asociación Departamental de Usuarios Campesinos de Cundinamarca, ADUC; Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas de Colombia, ANMUCIC, y la Mutual Comunal Agroalimentaria AGROCOMUNAL.

Contactos: Blanca Flor Valencia, [email protected], Hernán López, [email protected] y Efraín Villamil, [email protected]

Encuentre videos de Mercados Campesinos en: http://www.youtube.com/watch?v=5E9-prhoaYY http://www.youtube.com/watch?v=OmNHGhTeVOM

conclusiones

A través de Mercados Campesinos los

pequeños productores y productoras

de la región central de Colombia se

han fortalecido como actores

económicos y como interlocutores en

la definición de políticas públicas.

Además han visibilizado su papel en

el suministro de alimentos a la

población urbana.

En términos de acceso a mercados,

se han puesto en marcha dos

canales alternativos de

comercialización: las plazas de

mercado y los mercados presenciales

en los parques de Bogotá, lo que ha

significado la incorporación de

campesinos en condiciones más

justas en las cadenas de suministro

de alimentos a Bogotá, beneficiando a ambos extremos de la cadena: productores y consumidores finales.

En particular, la experiencia de los Comités Campesinos Municipales que han incursionado en las plazas de mercado de Bogotá, evidencia que éstas son un canal apto para la comercialización de los pequeños productores. Fortalecer estos espacios ofrece la oportunidad de consolidar un circuito económico que beneficia tanto a los pequeños productores y productoras y comerciantes como a los sectores urbanos más vulnerables, que pueden acceder a alimentos sanos y a menores precios.

El principal factor de éxito ha sido la organización de los Comités Campesinos Municipales a nivel local; también ha sido determinante el acompañamiento de organismos de cooperación, así como la intervención de entidades públicas locales, mediante inversiones directas para solucionar los cuellos de botella que enfrenta el sector campesino, como el caso del transporte en el municipio de El Colegio-Cundinamarca.

Recomendaciones de política

La experiencia de Mercados Campesinos demuestra lo que se puede lograr cuando se fortalece la organización campesina, se invierte en el desarrollo de capacidades y se cuenta con el apoyo estratégico por

ORGANIZACIONES VINCULADAS A MERCADOS CAMPESINOS

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parte de entidades públicas y responsables de la política pública a nivel local y nacional. El proceso continúa en marcha, e incluso los productores y productoras de los municipios más adelantados como El Colegio siguen recibiendo asesoría y acompañamiento en cuestiones puntuales como el suministro de información para la fijación de precios y para superar las dificultades que surgen en torno a la comercialización. Entre los retos a futuro está lograr una mayor participación en los procesos de transformación y agregación de valor en las áreas rurales, y avanzar en la racionalización del transporte optimizando el costo por unidad de producto e incorporando sistemas de refrigeración para preservar la calidad.

Para incrementar la escala de esta experiencia se requieren políticas

públicas que apuesten por la seguridad alimentaria. Por ello los Comités Campesinos Municipales inciden políticamente en los ámbitos local y regional, entre otras cosas para lograr que se incluyan sus propuestas en los Planes de Desarrollo Municipal, en los Acuerdos municipales de apoyo a la economía campesina, en los Concejos Territoriales de Planeación y en las Mesas Consultivas de Mujeres (departamento de Boyacá).

El caso de El Colegio evidencia cómo la participación del gobierno local en la solución del problema de transporte permite derribar una de las principales barreras que impiden el acceso a los mercados por parte de los pequeños productores y productoras. También que el modelo del comodato es una opción válida, donde el municipio asume los gastos fijos, hasta que se alcanzan

volúmenes de producción suficientes para cubrir todos los costos.

A partir del aprendizaje a lo largo del proceso de Mercados Campesinos es posible recomendar políticas de apoyo gubernamental como la puesta

a disposición de medios de transporte, especialmente en las zonas donde se presentan las siguientes circunstancias:

- una oferta de transporte de carga muy limitada, lo que da lugar a un monopolio;

- un grupo organizado de pequeños productores y productoras, capaces de garantizar un volumen de producción sostenido en el corto plazo y dispuesto a rendir cuentas y hacer cumplir los acuerdos mínimos.

Otra posible medida de política pública es la aplicación de subsidios al transporte en municipios con una oferta mínima de producción de cuatro toneladas semanales (equivalente a la capacidad promedio de los camiones utilizados comúnmente en la región). Esta

medida resulta viable cuando existe una oferta suficiente de transportistas y los precios se fijen según las reglas del mercado.

Complementario al transporte, medidas de política que mejoren la dotación de infraestructura de almacenamiento, tanto en las áreas de producción como en la ciudad, resultan fundamentales para facilitar la adecuada comercialización por parte de organizaciones de productores y minoristas.

Consolidar y ampliar la escala de experiencias como ésta, es posible si existe voluntad de los actores involucrados:

• Las autoridades de municipios con vocación productiva podrían identificar, con el acompañamiento de las organizaciones de pequeños productores, las principales barreras que dificultan la

comercialización e intervenir con acciones que permitan superarlas; como por ejemplo: dotación o construcción de centros de acopio para consolidar la oferta; construcción de centros de enfriamiento; mejoramiento de procesos de poscosecha, empaque y presentación de los productos o; facilitar, proveer o subsidiar el transporte a las ciudades capitales.

• Las autoridades de municipios receptores de alimentos podrían incluir dentro de sus políticas de abastecimiento incentivos como la asignación de bodegas en las plazas de mercado públicas para que se facilite el almacenamiento de productos provenientes de la economía campesina; proveer asesoría y acompañamiento que facilite la articulación entre las plazas y los productores; y realizar campañas para sensibilizar a los

comerciantes sobre los beneficios para ellos, los campesinos y consumidores al adquirir los productos directamente a los productores.

• Las ONG, Fundaciones y otros podrían apoyar a las organizaciones de productores durante las etapas de planeación e implementación en su fortalecimiento interno y en la comercialización con las plazas, mediante asesorías y acompañamientos hasta lograr la consolidación de sus capacidades y conocimientos de la dinámica propia de este canal de comercialización.

• Los pequeños productores y sus organizaciones podrían avanzar en esquemas asociativos o cooperativos que faciliten la agregación de oferta, planificación de cosechas, el trabajo en redes y la interlocución con actores públicos, para crear condiciones que les permitan aprovechar y poner en marcha canales alternativos de comercialización.

• Y finalmente, el sector privado entendido en este contexto como los comerciantes y administradores de las plazas de mercado podrían flexibilizar las condiciones de acceso a este canal para los pequeños productores y facilitar su progresiva incorporación como proveedores. Este proyecto está financiado por la Unión Europea

Las opiniones que esta publicación expresa no reflejan necesariamente las opiniones de la Comisión Europea

Este proyecto es llevado a cabo por Oxfam