mas · damos contemplar el rostro de dios y podamos conocer su voluntad por medio del logos divino....

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LA PAZ, VALOR ABSOLUTO UNIVERSAL Foto Flickr A cabamos de terminar el tiempo de Advien- to, un tiempo que dura cuatro semanas, en el que la liturgia de la Iglesia nos ha invita- do a prepararnos para celebrar la Navidad que es lo que estamos haciendo en estos días. Para los cristianos, la Navidad es una fiesta muy im- portante porque rememoramos el nacimiento de Dios. Por eso hacemos fiesta los cristianos, porque ha nacido Dios, el Verbo Encarnado: “En el principio existía el Verbo … y el Verbo era Dios. Todo fue hecho por él y sin él nada ha si- do hecho (Jn, 1, 1-3). En la historia de la salvación en la que Dios se ha manifestado al hombre, Jesucristo ocupa el centro porque se ha hecho hombre para que po- damos contemplar el rostro de Dios y podamos conocer su voluntad por medio del Logos divino. La Navidad es la fiesta de la cercanía de Dios. La Revelación de Dios llega a su culminación con el nacimiento de Jesucristo, pues como nos ha recordado estos días la epístola de San Pablo a los hebreos: “Muchas veces y por muchos medios habló Dios a los hombres en el pasado por medio de los profetas y en estos tiempos nos ha hablado por medio de Jesucristo”. En toda la Sagrada Escritura, Dios habla a los hombres en lenguaje humano y la Iglesia de- positaria de la fe, transmite a través de la histo- ria, oralmente y por escrito, las enseñanzas de Jesús. La primera enseñanza neotestamentaria se nos transmite a través del anuncio de los án- geles a los pastores, los primeros que tuvieron noticia del nacimiento del Niño. Es una enseñan- za moral : “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” EDITORIAL: LA PAZ, VALOR ABSOLUTO UNIVERSAL Reflexiones de los textos de la liturgia de la Navidad y resumen del Mensaje del Santo Padre Francisco para la 52 Jornada Mundial de la Paz, con comentarios sobre dos aniver- sarios que hemos rememorado en 2018. PÁGINAS 4 Y 15 LA JUBILACIÓN, DERECHO U OBLIGACIÓN (II) Antonio Molina Schmid continua con su reflexión sobre este tema que preocupa tanto a trabajadores como pensionistas por las repercusiones económicas que ten- drían los posibles cambios legislativos. PÁGINA 3 “LA ENTREVISTA DEL ROMPECABEZAS”, PRIMER PREMIO DEL CERTAMEN LITERARIO ABUNDIO GARCÍA ROMAN José Carlos Comino Fernández de Cañete fue el autor que se alzó con el primer premio del II Certamen Literario Abundio García Ro- mán, con su obra “La entrevista del rompe- cabezas”. Puedes leer el texto completo en este periódico. PÁGINAS 6 Y 7 TRANSICIÓN POLÍTICA Y CONSOLIDACIÓN DEMOCRÁTICA EN ESPAÑA (II) José Sánchez Jiménez contempla en este artículo el proceso de la Transición política y que culminó con los Pactos de la Mon- cloa y el ascenso del Partido Socialista al poder en 1982. PÁGINAS 8 Y 9 Hermandades del Trabajo C/ Juan de Austria, 6. Bajo B. 28010 Madrid www.hermandadestrabajo.org mas Editado por Hermandades del Trabajo Nº 744 Enero 2019 (Editorial pág. 4) Papa Francisco en una foto de archivo

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LA PAZ, VALOR ABSOLUTO UNIVERSAL

Foto Flickr

Acabamos de terminar el tiempo de Advien-to, un tiempo que dura cuatro semanas, enel que la liturgia de la Iglesia nos ha invita-

do a prepararnos para celebrar la Navidad quees lo que estamos haciendo en estos días. Paralos cristianos, la Navidad es una fiesta muy im-portante porque rememoramos el nacimientode Dios. Por eso hacemos fiesta los cristianos,porque ha nacido Dios, el Verbo Encarnado: “Enel principio existía el Verbo … y el Verbo eraDios. Todo fue hecho por él y sin él nada ha si-do hecho (Jn, 1, 1-3).

En la historia de la salvación en la que Dios seha manifestado al hombre, Jesucristo ocupa elcentro porque se ha hecho hombre para que po-damos contemplar el rostro de Dios y podamosconocer su voluntad por medio del Logos divino.La Navidad es la fiesta de la cercanía de Dios.

La Revelación de Dios llega a su culminacióncon el nacimiento de Jesucristo, pues como nosha recordado estos días la epístola de San Pabloa los hebreos: “Muchas veces y por muchosmedios habló Dios a los hombres en el pasadopor medio de los profetas y en estos tiemposnos ha hablado por medio de Jesucristo”.

En toda la Sagrada Escritura, Dios habla a loshombres en lenguaje humano y la Iglesia de-positaria de la fe, transmite a través de la histo-ria, oralmente y por escrito, las enseñanzas deJesús. La primera enseñanza neotestamentariase nos transmite a través del anuncio de los án-geles a los pastores, los primeros que tuvieronnoticia del nacimiento del Niño. Es una enseñan-za moral : “Paz en la tierra a los hombres debuena voluntad”

EDITORIAL: LA PAZ, VALORABSOLUTO UNIVERSAL

Reflexiones de los textos de la liturgia de laNavidad y resumen del Mensaje del SantoPadre Francisco para la 52 Jornada Mundialde la Paz, con comentarios sobre dos aniver-sarios que hemos rememorado en 2018.

PÁGINAS 4 Y 15

LA JUBILACIÓN, DERECHO UOBLIGACIÓN (II)

Antonio Molina Schmid continua con sureflexión sobre este tema que preocupatanto a trabajadores como pensionistaspor las repercusiones económicas que ten-drían los posibles cambios legislativos.

PÁGINA 3

“LA ENTREVISTA DELROMPECABEZAS”, PRIMERPREMIO DEL CERTAMEN

LITERARIO ABUNDIO GARCÍAROMAN

José Carlos Comino Fernández de Cañete fueel autor que se alzó con el primer premiodel II Certamen Literario Abundio García Ro-mán, con su obra “La entrevista del rompe-cabezas”. Puedes leer el texto completo eneste periódico.

PÁGINAS 6 Y 7

TRANSICIÓN POLÍTICA YCONSOLIDACIÓN

DEMOCRÁTICA EN ESPAÑA (II) José Sánchez Jiménez contempla en esteartículo el proceso de la Transición políticay que culminó con los Pactos de la Mon-cloa y el ascenso del Partido Socialista alpoder en 1982.

PÁGINAS 8 Y 9

Hermandades del TrabajoC/ Juan de Austria, 6. Bajo B. 28010 Madrid

www.hermandadestrabajo.org

masEditado por Hermandades del Trabajo

Nº 744Enero 2019

(Editorial pág. 4)

Papa Francisco en una foto de archivo

En la fiesta de la Maternidad deMaría de 1971, Don Abundio nosanimaba a vivir la vida de María:rutina, trabajo, oscuridad y, sobretodo, una vida llena de valentía yoptimismo divino. En 1971 sevivían momentos de angustia,difíciles, tiempos de cambiosrápidos, de una situación sociopolí-tica que inquietaba a todos y demanera especial al mundo deltrabajo. Al comienzo de año 2019experimentamos una angustiasimilar pero tal vez más profunday globalizada: un nuevodesasosiego “líquido,”individualista y contradictorio. Sinembargo, el Siervo de Dios nosrepetiría hoy que “los angustiadosno son hijos de Dios” y que hemosde empezar 2019 con el optimismode la misma fe en el Salvador quevivió María.

“Hoy cele bra la Iglesia la Maternidad deMaría. María cobra un sentido especialen toda la Natividad. Esta fiesta se ha

trasladado al día uno de enero. Ya ve nía cantan-do la Iglesia esta Maternidad divina. Despuésde mirar al Niño todos los ojos se paran en mi-rar a la Madre. La Madre nos da a Jesús y tam -bién la Madre nos muestra a Jesús. El tronoallí es María. María alumbra, María manifiestala luz. María hizo posible ese alumbramientode la luz…

María es muy fina en apreciaciones; todo ledice mucho. María es alma de detalles. Tambiéna María las gotas de sangre le dirían mucho. AMaría estas cosas le dirían mucho. Quiso Diosllevarla siempre en tinieblas. María como queno se enteraba, como que barruntaba, comoque se fiaba, viendo claro en la oscuridad. Todala vida de María fue “Amen”.

María estuvo muchísimas veces en la oscuri-dad. María apenas sabe cosas del Niño. Des-pués pasó lo de los Inocentes, pasó lo de losMagos de Oriente, al poco tiempo se ven en elexilio, en la oscuridad, en el destierro, gentedes conocida aunque eran judíos. Estuvieronaños, meses, no sabemos. María su mida en elsilencio más humillante.

Después otra cosa todavía más penosa. Nose puede concebir los años que pasaron allí. Yamuerto Herodes se mete en Belén, luego deBelén a Nazaret; otra vez exilio, el silencio mássepulcral. Esto es terrible, y, ¡así 30 años! LaVirgen se hizo a esta os curidad. Allí la vida to-talmente anodina: aquí no pasa nada”. Este Ni -

ño crecía, “y aquí no pasa nada”. La luz bajo elcelemín. No sé qué pensaría María de todo esto.La vida de la Virgen en Nazaret es maravillosapara todos porque es lección de sobrenaturali-dad. Lo anodino, lo vulgar, lo corriente, todoeso, iluminado con luz de Nazaret, que es conluz de cielo.

Hoy gusta poco meterse en Nazaret, hoybuscamos más todo lo que sea más sonoro.María vivió con Jesús, María vivió para Jesús ynada más que eso. Haciendocosas que cualquier otra mujerhacía, no se diferencia ba ennada de las vecinas; Todoigual que las demás, perovivió con Jesús y vivió paraJesús…

Consigna para este año:más optimismo. San Ignaciode Antioquía esta ba contentocuando se veía ya comido porlas fieras. Ese optimismo nacede la vivencia, de la graciaconstante; los angustiados noson hijos de Dios.

Se sintieron como olvidadosen Nazaret. Junto a Belén seríatodo más fácil. Dios siempre en-tierra a esos, aun hijos. La Virgense mete en Naza ret para vivircon Jesús, también vive para Él.

Tu vida, más sobrenatural. Vi-ve siempre por el tejado. Hayque saber gozar porque tam-bién entre los pucheros estáDios. Vive para Dios. La vi da sehace corta así de esta manera.El destierro se hace hasta gozo-so viviendo con Jesús. CuandoJesús se fue al Jordán, ¡qué tristese quedó la Virgen! Y ella se fuedetrás de Él, no aguantaba. ¿Por qué? Porque vi-vieron muy bien los treinta años.

Tu vida también tan monótona, siem pre lomismo, qué cosa más aburrida... pues esto esempresa apostólica, esto es un cielo en la tie-rra. Todo puede convertirse en cielo. Es una lec-ción intencionada del Evangelio. Un hombreque vino a evangelizar el mundo y estuvo 30años oculto. Cuantas más lecciones y parábolaspodía ha ber dicho y sin embargo se entierra,estuvo oscurecido, pero felicísimo y dichosísi-mo. Cuando ya se muere San José estuvo traba-jando en el ofi cio alimentando a su madre, es-tuvieron los dos solos, eso es todo. Da a enten-der que Dios hizo el Verbo Encarnado para Ma-ría y una Madre para Jesús. Es como un círculo

cerrado, vivió el uno para el otro. María go -zándose con todo esto, porque María era paraÉl y Jesús para ella. Un intercambio de amor.

De aquí lecciones, muchas. Todo en la tie-rra tiene un valor maravilloso, todo puede seriluminado en la tierra, tu familia, tu trabajo.De todo eso saca jugo sobrenatural. No lo ba-jes, no lo manches que lo estro peas. Todo natu-ral no puede ser, el ser natural no vale para na-da, todo tiene un valor infinito en tu vida. “¿El

hijo del carpintero va a ser el Mesías?” ¡A quiénse le ocurre! Buscaban un Mesías de fastuosi-dad. Es la exaltación de lo vulgar y el encum-bramiento de lo sencillo. También es la apolo-gía de la vida íntima y amorosa. Ambos vivenen la felicidad más llena, fue esto un regalo pa-ra ella muy grande…

Jesús, humilde. Va todos los días a su traba-jo. Jesús prestigia el trabajo manual. TambiénÉl vive en familia. Después se desprenderá deella pero fue hijo de familia. Que todo estonos vuelva un poco los ojos a la Virgen, en es-tos días. Hay que pensar las cosas de Dios,pensarlas y saborearlas. Confianza plenísimade que Dios está muy cerca de ti. Tam bién túvives para Él”.

2 | MAS, Enero 2019 Legado de D. Abundio

La valentía de MaríaPor Miguel Parmantie

La Virgen María llevando al niño sobre sus rodillas, obra de Esteban Murillo. Wikimedia CC. DP

Laboral MAS, Enero 2019|3

JUBILACIÓN: ¿DERECHO U OBLIGACIÓN? (II)Por Antonio Molina Schmid

Mientras seguimos esperando a lasmedidas de reforma ocontrareforma laboral que elGobierno lleva anunciando desdehace meses –sin descartar quevean la luz, al menos, en parte,antes de que se publique esteartículo–, volvemos al tema de lajubilación obligatoria. Pocos temasdel Derecho Laboral español han si-do tan discutidos y –puededecirse–, discutibles, consemejantes vaivenes legislativos,como el de la jubilaciónobligatoria.

Realmente y aunque el mecanismo seamenos dramático que el del despido, tam-bién la jubilación obligatoria constituye

una limitación al derecho al trabajo, consagra-do en el artículo 35.1 de la Constitución Es-pañola. De allí que el Tribunal Constitucional lehaya dedicado varias importantes sentencias. Ypor ello también, como tema que afecta al nú-cleo de las relaciones laborales, su interés paralos miembros de las Hermandades del Trabajo.Curiosamente, parece que, en cambio, los efec-tos prácticos de la figura parece que han sidomuy escasos. No se conocen estudios quepuedan demostrar que la jubilación obligatoria,cuando ha estado vigente, haya tenido un efec-to significativo en la creación de empleo, que esel principal argumento que se maneja para jus-tificar esta limitación del derecho al trabajo.

Resulta difícil clasificar ideológicamente a lajubilación obligatoria. En principio, como limi-tación de un derecho fundamental de los traba-jadores, que permite sustituir forzosamente atrabajadores mayores con salarios altos por tra-bajadores jóvenes con salarios bajos, cabríapensar que su defensa correspondería más a lospartidos políticos teóricamente más afines a losempresarios. No obstante, como veremos, hastaahora, ha ocurrido justo lo contrario. Por ello,tampoco debe sorprendernos que el Gobiernode Pedro Sánchez haya anunciado su intenciónde reintroducir la jubilación obligatoria, a pesarde que la Organización para la Cooperación y elDesarrollo Económicos (OCDE) acabe de re-comendar enfáticamente a España justo lo con-trario, estos es, retrasar la edad de jubilación,para acompasarla a una esperanza de vida cre-ciente.

Vayamos, pues, a la crónica histórica. Másque para pretender explicar o entender losvaivenes, para conocerlos y saber que existen.(Hablamos sólo de la jubilación de la generali-dad de los trabajadores, excluyendo a algunoscolectivos concretos, como, por ejemplo, los pi-

lotos de líneas aéreas, para los que rigen nor-mas administrativas especiales.)

El primer antecedente que podemos encon-trar es el de Orden de 1 de julio de 1953 por laque se regula la jubilación, por edad, de los tra-bajadores de acuerdo con la vigente Ley deContrato de Trabajo, unificando los distintoscriterios de las Reglamentaciones de Trabajo enesa materia. Allí, se establecía que “la jubi-lación por edad es siempre un derecho del tra-bajador, quien podrá ejercitarlo cuando reúnalas condiciones y requisitos establecidos en lasdisposiciones que lo regulan”. Además, estanorma tenía el carácter de “norma imperativade derecho necesario absoluto”. Por tanto, estederecho no podía ser alterado ni por conveniocolectivo ni por contrato individual de trabajo,como se encargaron de aclarar varias senten-cias del Tribunal Supremo durante los añossesenta.

Tras el cambio de régimen político y bajo elGobierno de Adolfo Suarez, el Estatuto de losTrabajadores, en 1980, a través de su disposi-ción adicional quinta, vino a derogar la Ordende 1 de julio de 1953, al establecer, por un lado,una jubilación obligatoria general a los 69 añoso a la edad inferior que pudiera fijar el Gobier-no y, por otro, la posibilidad de pactar libre-mente, en la negociación colectiva, edades dejubilación, siempre que el trabajador afectadotuviera derecho a pensión, según la normativade Seguridad Social.

Planteada cuestión de inconstitucionalidadcontra esta disposición adicional quinta, el Tri-bunal Constitucional, en su Sentencia 22/1981,declaró la inconstitucionalidad de la prohibi-ción general de trabajar más allá de los 69 añoso edad inferior que fijase el Gobierno, por sercontraria al derecho al trabajo (art. 35.1 CE) ypor violar el principio de no discriminación poredad (art. 14 CE). En cambio, el Tribunal Consti-

tucional, tanto en ésta como en numerosas sen-tencias posteriores, aceptó la posibilidad depactar la jubilación obligatoria en los convenioscolectivos.

Manteniéndose la situación durante los añossiguientes, durante el Gobierno de Felipe Gon-zález, en 1995, con la aprobación del Texto Re-fundido del Estatuto de los Trabajadores, no sehizo más que confirmar este modelo de jubi-lación obligatoria, a través de convenio colecti-vo, sin perjuicio de que cambiara su lugar den-tro del articulado del Estatuto, quedando, a par-tir de ese momento, recogido en la disposiciónadicional décima.

Llegó el Gobierno de José María Aznar y, através del Real Decreto-Ley 5/2001, se derogó ladisposición adicional décima, generando un in-tenso debate doctrinal y jurisprudencial sobresi, esta derogación solamente dejaba de prevero fomentar el que se pudiesen pactar jubila-ciones obligatorias o si, por el contrario, sehabía prohibido el que se siguiesen pactando.Al final, tuvo que ser el Tribunal Supremo, enSentencia de 9 de marzo de 2004, el queaclarase que, con la derogación de la disposi-ción adicional décima, también se había hechoimposible seguir pactando jubilaciones obliga-torias en convenio colectivo.

Poco después de la citada Sentencia del Tri-bunal Supremo de 9 de marzo de 2004, habien-do ya cambiado el Gobierno, ahora bajo la pres-idencia de José Luis Rodríguez Zapatero, sevolvió a recuperar, a través de la Ley 14/2005,la disposición adicional décima del Estatuto delos Trabajadores y, con ella, nuevamente volvióa ser posible pactar jubilaciones obligatorias enconvenio colectivo.

Así, hasta la Reforma Laboral de 2012, cuan-do, bajo el Gobierno de Mariano Rajoy, se volvióa derogar, una vez más, la disposición adicionaldécima y, por lo tanto, volvieron a prohibirselos pactos sobre jubilación obligatoria. Curiosa-mente, esta medida fue uno de los aspectos dela Reforma Laboral 2012 que fue impugnadapor el Grupo Parlamentario Socialista y elGrupo Parlamentario de la Izquierda Plural, porconsiderarla contraria al derecho a la nego-ciación colectiva y a la libertad sindical. No obs-tante, el Tribunal Constitucional, en su Senten-cia 8/2015, rechazó tal impugnación, afirmandoque permitir o no que se puedan pactar cláusu-las de jubilación obligatorias en convenio colec-tivo es una opción del legislador, que debe res-petarse.

Pues bien, esta es la situación en la que nosencontramos en el momento presente, a la es-pera de que, con el Gobierno de Pedro Sánchez,tal como ya ha sido anunciado, vuelva a recu-perarse, una vez más, la posibilidad de poderpactar jubilaciones obligatorias en conveniocolectivo.

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/ CC BY

Editado por las Hermandades del TrabajoDirector: Carlos Salcedo Peñalver. Consejo de Redacción: María Luisa San Juan, María José Plaza, Fernando García Adrianzén, Maru-

ja Jiménez, Antonio Molina Schmid, Miguel Parmantie, Juan Rico, Guadalupe Mejorado, Agustín Rodríguez de Lara.

Redacción y Administración: C/ JUAN DE AUSTRIA, 6, BAJO B. 8010 MADRID. TELÉFONO. 91 445 03 93. Depósito Legal M- 13.409-58. Imprime: ROTOMADRID. Los trabajos firmados que se publiquen en MAS no reflejan necesariamente la opinión del CONSEJO NACIONAL DE LAS HERMANDADES DEL

TRABAJO, sino, exclusivamente, las de los respectivos autores.

4 | MAS, Enero 2019 Opinión

Opinión

“Bienaventuradoel político que

trabaja por el biencomún y no por supropio interés”.”

“Estamosconvencidos de que

la buena política estáal servicio de la paz;respeta y promueve

los derechoshumanos

fundamentales, queson igualmente debe-res recíprocos, de

modo que se cree en-tre las generacionespresentes y futuras

un vínculo deconfianza y gratitud”.

“Cien añosdespués del fin de la

Primera GuerraMundial conocemosmejor que nunca la

terrible enseñanza delas guerrasfratricidas”

LA PAZ, VALOR ABSOLUTO UNIVERSAL

mas

Estamos terminando el año 2018, un año conaniversarios de acontecimientos históricos en lahistoria reciente de la humanidad. En el año que va-mos a finalizar se ha cumplido el centenario de laterminación de la Guerra de 1914-1918, una guerraque causó millones de muertos y a la que muchosjóvenes de entonces fueron alegremente, engaña-dos por las potencias contendientes; una guerraoriginada en gran parte por el problema de los na-cionalismos que desmembró el Imperio Austro-hún-garo y que motivó la decadencia de Europa en elcontexto geopolítico mundial. Una decadencia de laque todavía los europeos de hoy sufrimos las conse-cuencias, no sólo por los daños que en sí mismaprodujo, sino sobre todo porque fue un factor coad-yuvante del triunfo de la Revolución Rusa de 1917,facilitó las duras condiciones del tratado de Ver-salles impuestas por las naciones triunfadoras aAlemania y facilitó la crisis económica del año 1929,factores que ocasionaron una enorme fábrica deparados, especialmente en Alemania e hicieronposible el acceso al poder del partido nazi dirigidopor Hitler y fueron a su vez causas materiales de laII Guerra Mundial, de consecuencias todavía másdevastadoras.

En este tiempo es tradicional el mensaje del SantoPadre para la celebración de la Jornada Mundial dela Paz. El 1 de Enero de 2019, celebraremos la 52 y aestos efectos, el Papa Francisco ha dirigido un men-saje al mundo con el título La buena política está alservicio de la paz, mensaje que queremos resumir,brevemente.

Dice el Papa que: “Cien años después del fin de laPrimera Guerra Mundial conocemos mejor que nun-ca la terrible enseñanza de las guerras fratricidas”.Estos terribles acontecimientos mil veces narradosen libros y en películas son una prueba irrefutablede la existencia de la mal moral producido por elhombre en un mal uso de su libertad y autonomía.Como nos recordó en una ocasión el cardenalRatzinger, el progreso humano ha producidograndes avances científicos, pero también ha traídola bomba atómica que puede destruir la hu-manidad. Francisco se muestra muy preocupadopor esto: “La proliferación incontrolada de las ar-mas y el terror producido por la guerra contribuyeal exilio de poblaciones enteras”.

Ni siquiera hemos aprendido las lecciones del filó-sofo más importante de la Ilustración, ImmanuelKant, quien nos enseñó que en el hombre hay unafacultad racional que debe guiar sus inclinaciones ymotivaciones en sus acciones, de manera que hayun valor a priori, imposible de negar y que se pre-senta ante nuestra conciencia, esto es, el obrar con-forme al deber.

Este deber no son máximas aplicables a casos de-terminados derivados de la experiencia ni que po-damos utilizar en provecho propio. Es un imperati-vo categórico con validez universal y cuya formu-lación es: “Obra de tal manera que la máxima de tuvoluntad pueda valer siempre al mismo tiempo co-mo principio de una legislación universal”. ParaKant, sólo si obramos por puro deber, obramosmoralmente. Este imperativo categórico es formal,pues solo prescribe la forma y no el contenido de laacción: obrar por respeto al deber. El ilustre filósofotiene una obra digna de lectura, La paz perpetua. Eldeber de la comunidad internacional rezaría así: Nodebe haber guerras. La especie humana no deberíaestar legitimada para hacer guerras.

Para Francisco, la buena política está al servicio de lapaz, por tanto, en la comunidad de los hombres, labuena política es una condición para la paz. “La polí-tica es un vehículo fundamental para edificar la ciu-dadanía y la actividad del hombre” ¿Y cuál es la bue-na política? La que evita el abuso y la injusticia y nobusca el poder por el poder. Francisco cita a Benedic-to XVI que en un párrafo dirigido a los cristianos di-jo: “todo cristiano está llamado a esta caridad, segúnsu vocación y sus posibilidades de incidir en la pólis[...] El compromiso por el bien común, cuando estáinspirado por la caridad tiene una valencia superior alcompromiso meramente secular y político”. El PapaFrancisco llama Bienaventurado “al político que traba-ja por el bien común y no por su propio interés”.

Francisco advierte contra los vicios de la políticaque ponen en peligro la paz social: la corrupción ensus múltiples formas de apropiación indebida debienes públicos o de aprovechamiento de las perso-nas, la justificación del poder mediante la fuerza, la“razón de Estado” mal entendida, la xenofobia y elracismo, la explotación ilimitada de los recursos na-turales y el desprecio de los que se han visto obliga-dos a ir al exilio.

(Viene de pág. 1)

(Sigue en pág. 15)

MAS, Enero 201|5Cultura

EN PERSPECTIVA

EL QUIJOTE:¿Realidad o ficción?

Por María Luisa Turell

Este tema es tan apasionante como cualquierotro que analicemos desde el punto de vistadel juego literario que resulta de la complici-

dad del autor con sus personajes o, simple-mente, de la difusa frontera que a veces hay en-tre la realidad y la ficción, entre lo que el autorpercibe o siente y lo que acaba expresando enuna obra como esta, que traspasa todos loslímites del tiempo.

En el caso de nuestro Don Quijote de la Mancha,ha traspasado todas las fronteras habidas y porhaber, tanto geográficas como lingüísticas o lite-rarias. Podemos afirmar rotundamente que Cer-vantes supo poner las bases de toda la novelamoderna posterior de forma magistral. Cervantesva a irrumpir con su fabulosa historia y romperátodos los esquemas de la novela.

Desde el prólogo de la primera parte, Cer-vantes deja claras sus intenciones. Comienzacon el tópico literario de la captatio benevolenti-ae, expresión latina para señalar la intención delautor para atraerse la atención y buena disposi-ción del público o del lector. Los autores hacíanalusión a que los lectores fueran comprensivoscon sus errores, aduciendo alguna excusa orazón, lo que delataba en muchos casos una fal-sa modestia.

En este Prólogo, podemos leer los consejosque le da el supuesto amigo de Cervantes:

Procurad también que, leyendo vuestra historia,el melancólico se mueva a risa, el risueño la acre-ciente, el simple no se enfade, el discreto se admirede la invención, el grave no la desprecie, ni el pru-dente deje de alabarla. En efecto, llevad la mirapuesta a derribar la máquina mal fundada de estoscaballerescos libros, aborrecidos de tantos y alaba-dos de muchos más.

Pero también Cervantes pone el broche finalen las últimas palabras de la novela, en el últimocapítulo de la segunda parte:

No ha sido otro mi deseo que poner en aborre-cimiento de los hombres las fingidas y disparatadashistorias de los libros de caballerías, que por las demi verdadero Don Quijote van ya tropezando, y hande caer del todo, sin duda alguna.

Entre estas dos afirmaciones, hechas a diez

años de distancia y al principio y al final de laobra, hallamos en el texto otras muchas en elmismo sentido y que corroboran plenamente elpropósito de su autor.

Centrándonos un poquito más en el tema deljuego ficción -realidad o locura-cordura que se daen esta magnífica obra, hay que decir que Cer-vantes nos induce a replantearnos y a considerarlo que realmente es realidad y lo que es ficción ofantasía. En el Quijote se produce un extraordi-nario juego de ficción novelesca en el que la fron-tera entre lo real y lo fantástico no tiene límitesprecisos, pero porque Cervantes así lo quiso.

El autor nos presenta a un loco aparente queno quiere distinguir los límites entre su realidad(realidad de ficción, ficción de realidad) y la de laficción de sus lecturas (ficción de ficción). Estequijotismo lúdico no es más que un juego cer-vantino para conducirnos a un simbolismo querepresenta la búsqueda de un ideal y de unosvalores trascendentes. Dicha búsqueda nace ypermanece en la imaginación de nuestro perso-naje, haciendo que transforme la realidad y nosconduzca con él hacia lo eterno e inmutable.

El Quijote es, por lo tanto, una novela de fic-ción llena de ingenio pero que en ningún mo-mento oculta o disimula la realidad, produciendoentre ambos conceptos una simbiosis o un en-samblaje verdaderamente asombrosos.

¿Qué pretende Cervantes con su tremendosentido de “realidad”? ¿Qué pretende Cervantescon su extraordinario juego de ficción nove-lesca? ¿Acaso oculta sus rebeldías y frustra-ciones? ¿Su ficción lúdica es, quizás, una burlacontra todos los que hicieron mal?

Sinceramente, creo que la respuesta es sim-ple: este es su juego y esa fue su venganza: de-jarnos en la incertidumbre y la ambigüedad deuna ambivalente tarea no resuelta.

Por otro lado, se hace evidente la existenciade un choque entre realidad y ficción porque donQuijote no saca lecciones de realismo de loserrores que comete (por ejemplo, enfrentándosea un rebaño de ovejas creyendo que eran solda-dos o desafiando a molinos creyéndolos viles gi-gantes), sino que los atribuye a maleficios o en-cantamientos realizados por el sabio Frestón. Po-

dríamos analizar, entonces, que la realidadcomienza a ser afectada por la ficción, ya quedon Quijote nunca admite estar confundido oequivocado y, a razón de ello, los personajes quegiran en torno a él también comenzarán a serafectados a lo largo de la novela, convirtiéndose,en muchos casos, en cómplices de su desvarío.

Así, Sancho es el contrapunto. Es la cruda re-alidad de la ignorancia, pero llena de sabiduríapopular. De su capacidad de servicio saldrá suactitud de aceptar como posible todo aquelloque para él es irreal. Decide confiar en don Qui-jote, se pone en sus manos, sufrirá con él y ter-minará convertido en Gobernador de Barataria.

Sancho, pues, será el encargado de advertir asu señor del engaño de sus sentidos y de hacerlever que las maravillas que su mente imagina noson tal, sino normales manifestaciones de unarealidad cotidiana y vulgar.

Pero sorprendentemente, hay momentos enque la complicidad de señor y criado se fundenen un mismo punto y se juzga por los obser-vadores como una locura contagiosa.

Cuando el escritor acaba su novela, tiene yasesenta y ocho años. Ha sufrido toda suerte depenalidades, de estrecheces y de humillaciones,de las que no se ha escapado su propio hogar.Aunque en El Quijote existe un fondo evidente deamargura y de tristeza, la forma es alegre yrisueña, chistosa y divertida, como si con estasmanifestaciones humorísticas quisiera ahogarun dolor profundo.

Hoy podemos ver en don Quijote la culmi-nación trágica no exenta de optimismo de todoel proceso renacentista por el que el ser humanoalcanza un lugar en el mundo que antes teníasolamente Dios. Eso se tradujo para unos en eldesastre de creerse seres omnipotentes median-te la ciencia y, para otros, recuperar una dig-nidad enterrada durante siglos.

El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha,magistral novela en la que se encierra un ver-dadero y completísimo universo de personajes,historias, anécdotas, situaciones, que nosmueven en muchos momentos a la risa, peroque en otros muchos, nos dejan una lágrimaasomando a nuestros ojos.

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6 |MAS, Enero 2019

La entrevista del rompecabezasPor José Carlos Comino, ganador II Certamen Literario Abundio García Román

Certamen Literario Abundio García Román

Aquel otoño de 1994, me surgía la oportu-nidad de venirme a Granada capital y era unaopción interesante que no podía dejar pasar.

A pesar de que recién terminada la carrerade empresariales me habían contratado comogerente en una fábrica de queso, la relación conmi novia cada día se iba deteriorando más porculpa de la distancia. Habíamos estudiado jun-tos, en el instituto y en la universidad, y no es-tábamos acostumbrados a vivir separados; ni loqueríamos además.

Entendíamos que mi traslado representaríapoder casarnos y formar la familia que en nues-tros diez años de noviazgo tanto habíamosimaginado.

Así que cuando me enteré que había unafábrica que demandaba un puesto de gerente,no lo dudé y fui a “pasar” la entrevista. Salícontento, y también quedaron ellos contentosporque me insinuaron que el puesto era mío.Después quedamos emplazados para la firmadel contrato el 05 de octubre (nunca se me haolvidado esa fecha).

Recuerdo compartir mi alegría con AntonioReina, un compañero de carrera, que tambiénestaba en aquellos tiempos viviendo por Mon-tefrío (que era el pueblo donde yo andaba degerente en la fábrica de queso). Él, se había es-pecializado en contabilidad y trabajaba en unaasesoría. Para mí fue en esos momentos ungran apoyo poder contar en aquel pueblo conalguien con quien compartir mis inquietudes,mis nervios, mis esperanzas, etc.

Y por fin llegó el día de la entrevista. Aquel05 de octubre de 1994 estaba citado a las nuevede la noche, así que, no queriendo llegar tarde,en cuanto que terminé de trabajar puse rumboa Granada.

Acudí unos minutos antes pero no llamé altimbre hasta que llegó la hora concertada. Merecibió una administrativa que me hizo sentaren un recibidor. Unos instantes después mecondujo ante la misma sala donde ya habíatenido la anterior entrevista.

En esta ocasión, tan solo estaba uno de losdueños de la empresa, el encargado de la con-tratación de personal. Tras los saludos de rigor,y sin más dilación, entramos en la cuestión defondo. Comenzó a relatarme que había causado,a todos los socios, muy buena impresiónporque me había aproximado bastante al perfilprofesional que estaban buscando para con-tratar, pero que, sintiéndolo mucho, no conta-ban conmigo. Tras unos instantes de silencio, le

manifesté mi extrañeza de que habiéndolesgustado, el puesto no fuera mío. Su respuestafue que aunque me ajusté bastante a sus de-mandas, al día siguiente apareció un nuevo as-pirante, al que, dado el interés y la insistenciaque manifestó, accedieron a concederle una en-trevista en la que, para sorpresa de todos, fuecontestando a cada una de sus preguntas deforma completamente acertada. Además, res-pecto de lo que sería su sueldo, les oferto co-brar al año cinco mil euros menos que yo. Enfin que parecía que su perfil encajaba comoanillo al dedo. Intenté ver si podíamos acercarposturas respecto al sueldo para intentar des-encallar la situación. Era tarde, la única condi-ción que había puesto el otro candidato era queofrecía esas condiciones si el contrato se queda-ba firmado aquel día, “míralo, aquí puedes ver-lo”. Y así era, me enseñó el contrato ya firmado.Yo lo miré sin mucho interés aunque hubo undetalle que me dejaría completamente perplejo.Nos despedimos y nos deseamos suerte. Devuelta hacia casa venía triste, indignado y de-cepcionado. Cuando visualicé el contrato, en losdatos del trabajador, pude ver con toda claridadque el nuevo gerente al que habían “fichado”no era otro que mi amigo Antonio Reina.

Recordaba las horas que estuve contándole aAntonio cada uno de los detalles de la entre-vista, todo lo que había dicho que había gusta-do y donde me había equivocado, hasta le puseal corriente de mis pretensiones económicas. Ytoda aquellas emociones, que yo pensaba queestaba compartiendo con un amigo, habían re-sultado ser información que almacenaba la bes-tia para su interés.

Unos días más tarde fui con mi novia, a co-mer con una pareja de amigos. Y en el transcur-so del almuerzo les comenté lo que me habíapasado con Antonio Reina aquella semana, asícomo mi desconsuelo al pensar los valores hu-manos que reinaban. No evadí mi angustia, alsaberme educado con unos valores que en lasociedad estaban (o así lo creí yo en ese mo-mento) en desuso. El concepto de amistad seme había dinamitado como consecuencia de latraición, pero no acababa ahí la cuestión, la ex-plosión había alcanzado la ética al pensar queuna información se había utilizado de formatan rastrera, y la metralla había alcanzado a lamisma naturaleza del ser humano, porque la in-formación se me había sustraído de forma pre-meditada y con un fin nítidamente inmoral.

Cuando terminé de contar con todo tipo dedetalles mi historia; tomó la palabra Mario (queera el chico con el que estábamos comiendo) ydijo:

-Pero bueno, ¿tú en que mundo vives?, ¿to-

davía no sabes que siempre ganan los malos? –aseveró con toda seguridad.

- ¿Me estás diciendo que para triunfar en lavida hay que obrar haciendo el mal? –preguntécon cara ingenua.

- Sin ninguna duda -volvió a afirmar, conven-cido de lo que decía-, esto no es una película decine, esto es la jungla.

Y esas pocas frases, que dijo Mario,quedaron para siempre grabadas en mi cabeza.¿Para obtener éxito hay que ser mala persona?¿Hay que repartir palos a diestro y siniestro?,como digo, aquella reflexión de Mario me dejósin respuestas pero con una gran interroganteque me ha acompañado durante más de veinteaños, hasta que por fin he encontrado las res-puestas que me han animado a sentarme frentea la pantalla del ordenador y plasmarlas en es-tos pocos folios.

Más que la actuación de Antonio Reina, queera evidentemente un vil acto reprobable, pero,que quería yo pensar que aunque obtuvieraventajas a corto plazo, tendría malas conse-cuencias en el largo plazo cuando en lugar deser un acto aislado se convirtiera en una con-ducta; más que eso, como dijo, me dejo marca-do esa semana de hace ya veintidós años, lasconclusiones de Mario: “Para triunfar en la vida,hay que actuar con maldad”.

Unos ocho años después de aquella conver-sación nacería mi primera hija, y con ellavolvería a mi mente las conclusiones de Mario.Y teniendo en mis brazos al ser más ingenuo ybondadoso que podía existir, trataba de diluci-dar si debía permitir que aquel níveo ángelcreciera como creció el bobo de su padre o sipor contra debía emponzoñar su inmaculadocorazón con sucias estratagemas, zancadillas ycodazos. No tuve muchas dudas. Opté por darlea mi hija los mismos valores humanos que mehabían legado mis padres. Con un matiz, inten-té enseñarle que aunque su comportamientodebía ser bueno, no debía sufrir cuando secruzara por la vida con gente que actuara des-de la maldad, porque podía cederle a estos lapotestad de hacerla infeliz

En los años siguientes nunca volví a coin-cidir con el tramposo Antonio Reina aunque situve constantemente información de cómomarchaba su vida. Según supe andaba depleitos con los dueños de la empresa que lecontrató (a la que yo me candidaté). Al parecerAntonio, sin que se enteraran los jefes, había

(Sigue en pág. 7)

MAS, Enero, 209 |7Certamen Literario Abundio García Román

montado una empresa que le estaba haciendola competencia y había sido finalmente sor-prendido. Ante la encrucijada en la que se en-contró tiro por la calle de en medio y se llevóprácticamente a casi toda la cartera de clientes,dejando en unos meses en suspensión de pa-gos a la empresa que tan bien le había tratado.

La demanda que le pusieron sus antiguosdueños fue en balde, Antonio lo había previstotodo y no figuraba entre los administradores, nientre los trabajadores, etc. En fin que comocabría prever, ganó la demanda.

Luego aprovechó el boom inmobiliario y pa-so a ser un promotor de prestigio en toda An-dalucía. Era vox populi que no le temblaba elpulso sobornando a los políticos de turno paraadjudicarse obras.

Yo seguía su vida con curiosidad para vercuando llegaría la mano de la justicia, terrenaly divina, y caería sobre aquel corrupto y de-pravado ser. Y créanme, porque lo digo decorazón, que en ningún momento me movía laacritud, ni el rencor, ni el sentimiento de infe-rioridad, sino la esperanza de cotejar que elbuen comportamiento va acompañado de bue-nos resultados.

Pero era al contrario, cada vez parecía irgozando de mayor popularidad, solía aparecerrodeado de jueces y políticos de renombre.Además no acostumbraba permanecer muchotiempo con la misma mujer, aunque sí serepetía un mismo patrón aquí: todas eran mu-jeres guapísimas y tiposísimas. Y para colmocada vez le era más fácil alimentar su vanidad,pues no había congreso que organizara la Facul-tad de Económicas, o el Colegio de TituladosMercantiles donde no fuera invitado a dar sucharla magistral.

Pero hace una semana, después de tantosaños, volvimos a coincidir en la “reboda” de unamigo en común que nos había invitado a am-bos, así como a otras cuarenta personas, paracelebrar los veinticinco años que se cumplíandesde que celebró su matrimonio.

Me acerqué para saludarlo pero no se acorda-ba de mí. Sin duda aquella zancadilla que mepuso en su día, había resultado para mi vida unepisodio más significativo que para la suya,supongo que porque para mí fue un hecho ais-lado que no se repetiría mucho mientras quepara Antonio Reina debió ser algo muy habitu-al. Cuando me dispuse a rememorarle la memo-ria, no me lo permitió, se puso a hablar porencima de mí. No desperdició ni un segundo enescucharme. Unos instantes después era el reyde la fiesta, no paraba de hablar de las empre-sas que tenía, de los sueldos que había pagadoaquella semana, de los trabajadores que vivíande él, de lo importante que resultaba cada unade las decisiones que tomaba a lo largo del día.Era ameno hablando. Solo interrumpía de vez

en cuando el monólogo para ir al cuarto debaño. Achaqué, de forma errónea, que por prob-lemas prematuros relacionados con la próstata.En una de sus ausencias al excusado alguienme preguntó por mis hijos y cuando llevabaunos segundos contándole, apareció Antonioque volvió a cortarme para retomar la narra-ción del éxito de su vida.

A mí me pareció, que mi cortesía era sufi-ciente, que una hora y media oyéndole hablarde sus triunfos era suficiente, así que abandonésu presencia y me fui a charlar animadamentecon otros invitados que, como yo, tenían la bue-na costumbre de escuchar al que hablaba, deesperar su turno para hablar y que eran ca-paces de acometer diferentes temas de conver-sación.

Vi que al igual que yo, a medida que pasabala velada, el resto de las personas, que un ratoantes escuchaban a Antonio, iban abandonandosu presencia. Sin duda el monotema de Antonioterminaba aburriendo mucho. Yo por mi partedepartía charla con unos amigos de Algecirasque hacia algún tiempo que no veía. Se iba cre-ando un clima cada vez más cómplice, recor-dando algunas de las cientos de anécdotas queen nuestra vida habíamos compartido. Re-conozco que cada anécdota era exagerada has-ta el infinito haciéndonos reír a carcajadas.

Al fondo, observé como “la rubia” con la quehabía venido Antonio le gritaba y unos segun-dos después abandonaba la fiesta. Pero frente alo que alguien pudiera pensar, el verlo solo nome aportaba ningún triunfo, al contrario el queha nacido para tonto, tonto morirá: así que nodudé en acercarme a él para intentar darlecalor humano. Empecé a contarle algo pararomper el hielo pero a los dos segundos me in-terrumpió para preguntarme que a qué me de-dicaba, tampoco pude contestarle porque mevolvió a interrumpir para contarme que al díasiguiente tenía que sacar un pastón para poderconcursar en una licitación de obras. El dineroincluía un tres por ciento para “el con-seguidor”. Se río de mí cuando puse cara de noentender bien como funciona aquello del trespor ciento. No me contestó, me dijo que teníaque ir un momento al cuarto de baño pero quepor favor le esperara y le diera coberturaporque no tenía a nadie con quien hablar. Tardómucho rato o por lo menos eso me pareció amí. Cuando por fin apareció, lo hizo con unasgotas de sangre en la camisa. Se debía haber ro-to algún capilar de la nariz mientras volvía ameterse cocaína.

Sonreí cuando no vino a mi presencia.Quince minutos esperándolo y no sé si seolvidó de que me había pedido que lo esperarao si había encontrado alguien más atractivoque yo para encajarle sus soliloquios.

La noche transcurrió para él con frecuentesidas y venidas al cuarto de baño y con whiskysque devoraba a una endiablada velocidad. Lacocaína hacía que no se emborrachara. En algu-

na otra ocasión volvió a brotar sangre de sunariz. Antes de acabar la noche me dijo que sime animaba a irme con él a un puticlub de altostanding. Que él me invitaba. Le comenté queestaba allí con mi esposa. Me preguntó que aqué me dedicaba y sin esperar la respuesta sealejó hacia otro grupo.

Finalmente consiguió un par de secuaces yse fueron sin despedirse ni siquiera de los “re-novios”. Antes de irse le oí un ataque de tosbronquial muy fuerte.

Y desde entonces no hemos vuelto a vernos.Aunque a decir verdad estoy casi seguro de quesi me lo volviera a encontrar no se acordaría demí. La gente así huele el dinero a la legua y élsabía que conmigo pocos negocios iba a cerrar.

Después de tantos años, volvía a recordar laconversación con Mario:

- Pero bueno, ¿tú en que mundo vives?, ¿to-davía no sabes que siempre ganan los malos? –aseveró con toda seguridad.

- ¿Me estás diciendo que para triunfar en lavida hay que obrar haciendo el mal? –preguntécon cara ingenua.

- Sin ninguna duda -volvió a afirmar,convencido de lo que decía-, esto no es unapelícula de cine, esto es la jungla.

Y por fin tenía la respuesta, por fin había en-tendido que la frase de Mario era equívoca omatizable. Después de que el destino me habíahecho compartir velada con Antonio Reina en-tendí que los malos (quizás pobres desgracia-dos), siempre ganaban, vencían y obtenían éxi-to. Pero lo que Mario nunca percibió es queganan, vencen y obtienen éxito en aquellos va-lores que ellos imponen. O lo que es la pregun-ta que lleva a la respuesta, ¿Qué es el éxito?,¿tener decenas de millones de euros o tener unpuñado de incondicionales amigos? ¿Acabarpagando cada noche sexo con esculturales pros-titutas o poder compartir lecho con tu com-pañera de viaje en la vida? ¿Meterte cocaínahasta reventarte las venas o hartarte de reírcon un grupo de gente sana? ¿Hablar o es-cuchar? ¿Traicionar o ser fiel?

Voy a terminar esta reflexión que he queridoplasma en unos folios.

Mi hija se me va haciendo mayor, y tengoque aprovechar que sé que le encanta echarseen mis piernas en el sofá, mientras yo masajeosu cabeza, y dar la primera cabezada de lanoche antes de irse a la cama. Ese rato que in-tentamos compartir es como un potente tran-quilizante que nos deja completamente somno-lientos. Mientras tengo sus cabellos entre mismanos, seguramente pensaré en lo afortunadoque soy de no estar en ese momento ganandocientos de euros. Al final son elecciones, y cadauno afrontamos la vida como creemos, comodebemos o tal vez como podemos.

(Viene de pág. 6)

8 | MAS, Enero 2019 XL Años de la Constitución Española

Foto W

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Transición política y consolidacióndemocrática en España (II)

(Constitución, estabilidad política y hegemonía socialista)Por José Sánchez Jiménez

Tras la muerte de Franco Españaconsiguió dejar atrás elinterrogante de ruptura,solucionado mediante una reformaque le facilitó las vías para eldesarrollo de una Constituciónmoderna y abierta a las exigenciasde una sociedad cambiante. Supoluego vencer a los dos peoresenemigos de la democracia –lacrisis económica y el por suerte fa-llido “golpe de Estado”-, al tiempoque superó los pasos para suintegración plena en Europa.

El “modelo” de cambio socio-político tuvo re-sultados eficaces dentro, y sirvió para lla-mar la atención de países que trataban de

saldar su pasado dictatorial y acceder a unademocracia parlamentaria desde la que asegu-rar e ilusionar a grupos, sectores y proyectos deorganización del futuro.

Es cierto que la prosperidad económica pos-terior se debió a la superación de la crisis coninstrumentos, fórmulas y objetivos que no lo-graron hacer realidad la prometida lucha por lamayor igualdad y justicia social, y la promesade creación de puestos de trabajo, con que setrataba de definir el “socialismo del futuro”;pero quedaba para el pasado, y el olvido, unapolítica de desarrollo y bienestar con un au-mento importante del consumo, creyendo queasí podría asegurarse la permanencia del Régi-men de Franco.

La “lucha por el cambio” y lapolítica de reforma

La lucha por el cambio no pudo llevarse aefecto, como algunos intentaron, mediante unaruptura con el pasado a partir de la movi-lización de simples masas de población; y noquedó más remedio que optar por la aceptaciónde la reforma, una vez que se tomó conciencia,tras la muerte de Franco, en su cama aunqueno tranquila y sosegadamente, de que lasfuerzas e instituciones ligadas al régimen ante-rior no iban a permitir a la oposición hacersecon los centros de poder.

De hecho lo que favoreció entonces, entre el’75 y el ’78, la lucha por el cambio fue la exal-tación de los valores y de la práctica democráti-cos con que cotidianamente comenzó a vivirseel inicial disfrute de libertades; la esperanza en

que la monarquía fuese partidariade devolver la soberanía alpueblo, y la acción coordinada demonárquicos y reformistas que,entre noviembre del ’75 y julio del’76, hiciera viable la actuación de“vanguardias sociales” en buscade sus objetivos, con el respeto“formal” a leyes e institucionesdel pasado, incapaces, y más aho-ra, de resolver las contradiccionesdel Régimen heredado.

El Rey Juan Carlos I, dirigién-dose al Congreso norteamericano,el dos de junio de 1976, insistía,lo mismo que hiciera en Madrid eldía uno de mayo, en que lamonarquía, interesada en “la pazy social y la estabilidad política”,había de asegurar “el acceso orde-nado al poder de las distintas al-ternativas de gobierno, según losdeseos del pueblo libremente ex-presados”.

Para algunas fuerzas políticas,y para todas las viejas institu-ciones, el Rey era signo de la per-manencia y aseguraba la con-tinuidad simbolizada momentá-neamente en la continuación deArias Navarro al frente del gobier-no, en el nombramiento de A.Suárez, ministro del Movimiento, para el mis-mo cargo en julio de 1976, en la resistenciaprimera a la legalización del PCE, para tranqui-lidad de los militares todavía condicionados porel recuerdo de la guerra civil, etc. Pero, de for-ma parecida, el compromiso de la Corona de ser“rey de todos”, su deseo de gobernar asistido dela sociedad y su reiterado empeño de quereradaptar la vida política a los cambios socialesoperados en el país, lo mismo que la lega-lización de todos los partidos, aventuraban lamarcha hacia una democracia social y políticaimparable.

Con la designación de Adolfo Suárez comonuevo presidente del gobierno, el día 7 de juliode 1976, y en contra de lo inicialmente espera-do de un Secretario Nacional del Movimiento,se inicia de hecho la transición, a partir de lapromulgación de un Decreto de Amnistía, y conla primera previsión de fechas para unas elec-ciones generales. Ponía así Suárez en marcha

un proyecto político de reforma pactada que, enmenos de un año, había de llevar a las primeraselecciones democráticas, y concretaba supropósito en la transformación desde dentro delas instituciones franquistas hasta adecuarlas alas exigencias de un régimen democrático. Suapuesta por la reforma, fijaba, de momento almenos, la lucha por el cambio, una vez decidida–conviene reiterarlo- la renuncia a la ruptura yel enfrentamiento formal con los “poderes fácti-cos”.

Su destreza estuvo en buscar apoyos paradesmontar las instituciones del Régimen. Y así,en una reunión con oficiales de alta gradua-ción, en el mes de septiembre, consiguió laaprobación de sus planes de reforma; y ennoviembre, las Cortes franquistas aceptabanesa misma reforma que en el referéndum del 14de diciembre de 1976, recibía el apoyo popularmás pleno: 17,6 millones de votantes, el 77,72

(Sigue en pág. 9)

Adolfo Suárez

MAS, Enero 2019 | 9XL Años de la Constitución Española

por ciento del censo, de los que votan sí el93,79 por ciento. “Sólo el pueblo tiene autori-dad para dirigir el cambio”, según declara-ciones del propio Suárez en la misma noche del14 al dar los resultados del plebiscito.

Con una Ley para la Reforma Política, plena-mente aceptada, el desmantelamiento del régi-men exigía ahora la elaboración de la Ley Elec-toral, que se hizo púbica, por fin, el 18 de mar-zo de 1977; una ley discutible, limitadora en ex-ceso de la “agilidad” democrática, puesto queprimaba la representatividad de las provinciasmás atrasadas, reducía el de las más industria-lizadas y urbanas, complicaba el ejercicio delvoto mediante el sistema de listeas cerradas yfavorecía a las grandes coaliciones en deméritode las pequeñas.

Luego, tras la legalización del PCE, por sor-presa e iniciativa del propio Gobierno, el 10 deabril de 1977, y la convocatoria de eleccionesuna semana más tarde, tienen lugar, en losprimeros días de mayo, dos hechos de reconoci-da importancia para la marcha de la transición:1) la formación de la Unión de Centro Democrático(UCD), el día 3 de mayo, como una coaliciónpolítica, donde se reúnen hombres más queideas de marcada moderación política, volcados–y así lo plantean en su propaganda electoral-

en avanzar hacia la democracia sin caer en lospeligros del inmovilismo o la ruptura; y 2) la ce-sión de sus derechos dinásticos por parte de D.Juan de Borbón a favor de su hijo D. Juan CarlosI, el día 14 de mayo.

Con estos precedentes, el día 15 de junio de1977, se celebran las primeras eleccionesdemocráticas desde febrero de 1936, en las queel 77,75 % del censo electoral optaba por unasolución moderada, puesto que la UCD obtuvoel 26.92 % de los votos, y el PSOE el 22,76;seguidos muy de lejos por el PCE (7,30%), AP(6,48%), el PSP (3,47%) y los nacionalistas cata-lanes y vascos, con el 2,79 y 1,59 por ciento re-spectivamente.

En junio de 1977 el proceso de transiciónpolítica va enfrentarse a dos problemas: la crisiseconómica y la gestación y elaboración del textoconstitucional. Respecto a la primera cabría de-cir, sin miedo a equivocarse, que entre 1975 y1977 predomina cierta pasividad política antela misma, sólo inicialmente rota, tras las elec-ciones de junio, con la devaluación de la peseta yla obligada firma de los Pactos de la Moncloa,que imponen junto a algunas medidas timo-ratas, una política de autoridad y austeridad.Primaba, ciertamente lo político; pero se pre-cipitaron también las primeras voces de alarmaante el deterioro de la situación económica y lafácil, y grave, salida de aumentar el déficit

público, que llegó a acumular ingentes, in-sospechadas y peligrosas partidas.

El único intento, político y económico, deponer coto a la crisis fue recogido en el Pacto dela Moncloa, que vino precedido de una devalu-ación de la peseta, en julio de 1977, y del “Plande Urgencia” para contener el crecimiento delas magnitudes monetarias y el caos global dela economía. El “Plan” no era sino un intentodel remedio urgente a la inflación, mediante uncontrol de precios y salarios, emisión de Deudapública para potenciar obras que suavizasen elaumento del paro y medidas fiscales favorablesa empresas generadoras de empleo. Un Pacto,pues, con el que patronos, sindicatos y gobier-no trataban de actuar conjuntamente para fre-nar la degradación de la situación económica.

(Viene de pág 8)

“Con una Ley para la ReformaPolítica, plenamente aceptada,el desmantelamiento del régi-men exigía ahora la elabora-ción de la Ley Electoral, que sehizo púbica, por fin, el 18 demarzo de 1977; una ley discuti-ble, limitadora en exceso de la“agilidad” democrática,

El 1 de diciembre de 2018 tuvo lugar elacto de entrega de premios del IICertamen Literario Abundio García

Román, convocado por la Comisión Nacionalde las Hermandades del Trabajo. Elconcurso tenía entre sus bases que lostrabajos aportados tuvieran el formato deensayo y trataran temas sobre los valores deHermandades del Trabajo: la fraternidad, elcompromiso, el trabajo, la ausencia delmismo y sus consecuencias, la inmigracióny su problemática u otros temasrelacionados con estas líneas propuestas.

El ganador del certamen fue José CarlosComino Fernández de Cañete, con la obra “LaEntrevista del Rompecabezas”, que puedesleer en este periódico, en las págs. 6 y 7.

La obra ganadora del segundo premio fue“Generación de los (s)obreros, de JoséAntonio Santiago Sánchez.

El tercer premio recayó en la obra “Unnuevo paradigna”, de Miguel Paz Cabanas.

Durante el acto, presidido por Mª Luisa San

Juan, presidenta nacional, Ignacio Arbó,presidente nacional, Ignacio MaríaFernández de Torrres, consiliario nacional,Mª José Plaza Bravo, presidenta diocesanadel Centro de Madrid, Marcos CarrascalCavia, presidente diocesano del Centro deMadrid y Marcos Carrascal Castillo,presidente del jurado se procedió a abrir lossobres con las plicas correspondientes y adesvelar los nombres de los ganadores delcertamen.

El acto fue amenizado por el duo musical“Des Varietés Orquestina”, que fue muyaplaudido.

Los premios de esta edición consistieron en800 euros y un lote de libros publicado porlas Hermandades, para el primer premio;400 euros y un lote de libros publicado porlas Hermandades para el segundo y 200euros y un lote de libros publicados porHermandades para el Tercero.

El resto de participartes tendrá,igualmente, un libro de D. Abundio comoagradecimiento a su participación.

Celebramos el II Certamen Literario AbundioGarcíaRomán

10 | MAS, Enero 2019 LXX Aniversario Hermandades del Trabajo

HERMANDADES DEL TRABAJO, UNA REALIDAD HISTÓRICA APOSTÓLICA Y SOCIAL (III)

Continuamos la publicación de la Conferencia de Mons. Antonio Algora, Obispo Asesor de las Hermandades del Trabajo

Años después, cuando cambió elpanorama social y político, y tantascosas desaparecieron, aún quedóen el aire el reproche a las Herman-dades por las obras materiales quehabía llevado a cabo.

Como en todas las obras humanas, es ciertoque hubo listillos. No faltaron arribistas,que buscaron algún tipo de medro perso-

nal. Tampoco faltaron «ardorosos» apóstoles,cuyo fervor súbitamente se calmó... tan prontoconsiguieron una vivienda. De todo hubo, a es-cala menor, a nivel de pequeños egoísmos o demezquinas ambiciones, sin pasar de ahí. Peronunca se pudo sacar a Hermandades en escán-dalos económicos, ni una sola persona pudo de-cir que se había enriquecido injustamente. Cier-to que pudo haber pasado, pero no pasó; prue-ba de ello es que no hubieran faltado quienesde muy buena gana hubieran creado el escán-dalo de Hermandades.

Para juzgar con frialdad histórica si Herman-dades hizo bien o no el embarcarse en obras depromoción social, tales como viviendas, come-dores, clínica, residencias y otras, es preciso si-tuarse en el tiempo en que lo hizo. Esto valepara cualquier análisis histórico, y no es excep-ción el hecho que consideramos, sobre todo,cuando los cambios que experimentó la socie-

dad española, fueron tan rápidos, acusados yprofundos, como los habidos en la segunda mi-tad del siglo XX.

Quien no sea capaz de situarse en los añoscuarenta o en los cincuenta, debe renunciar acomprender lo que se hizo en aquellos años, yen los inmediatamente siguientes. El criticarsiempre es fácil, y es el recurso de los inútiles ylos amargados. En los momentos verdadera-mente críticos y difíciles, los pecados más gra-ves son los de omisión. En un naufragio, seanalizará si la tripulación hizo todo lo que pu-do y más por salvar el pasaje; se pasará por al-to si los modales, el léxico, la uniformidad o elmodo dejaron de desear. En tiempos difíciles,de escasez y de hambre, tan importante comola denuncia, o más, puede ser el dar a los queno tienen. Resulta sintomático que los repro-ches a Hermandades se iniciaran cuando ya lagente no se desvanecía de hambre por las ca-lles, y la sociedad de consumo ofrecía lo mismo,o mejor, que Hermandades. Cuando facilitabacomidas a cinco pesetas, nadie se atrevió, nitan siquiera a motejarlas de paternalistas, oque representaba el cuadro, ya trasnochado, deuna caridad del siglo pasado. La crítica llegócuando los estómagos se llenaron.

Generalmente, cuando se juzga aquellostiempos no se cae en la cuenta de algo que hoy

se valora cuidadosamente: la situación de nece-sidad. En nuestros días hemos visto a seres hu-manos que para sobrevivir han llegado a la an-tropofagia. Nadie se atrevería a juzgarlos, por-que en situación absolutamente extrema dehambre, nadie puede estar seguro de lo que escapaz de hacer, por lo cual, lo mejor es callarsey no enjuiciar.

En los años cuarenta y en los cincuenta, la si-tuación de España era de necesidad. En 1954un obrero de vidrio decía: gano veinte pesetasdiarias; si me mato a trabajar, puedo llegar alas cuarenta y cinco. Una peseta de 1954 supon-dría de cuarenta a cincuenta de las actuales.Muchas personas padecían hambre crónica, lainmensa mayoría, algún tipo de necesidad. Aunpara las que disponían de un discreto salario, sino contaban con una vivienda heredada, obte-nida por un antiguo alquiler, el acceso a unanueva, era algo insuperable, porque no habíaviviendas, y las pocas a precios astronómicos.Por traspasos se pagaban cantidades que supo-nían varios años, a veces, hasta decenas deaños de jornal.

Poner hoy en tela de juicio, atacar abierta-mente o veladamente a un grupo de hombres ymujeres que a costa de su persona, se dedica-ron a pedir para que los más necesitados pudie-ran vivir, es una infamia.

Alentar suspicacias hacia quienes montarontómbolas, se apoyaron en legales créditos ofi-ciales para proporcionar viviendas a quienes notenían techo, es una desvergonzada bajeza,comparable a quien vilmente insultara en 1987,al que se dedicara denodadamente a crear lim-pios puestos de trabajo o a crear institucionespara rehabilitar drogadictos.

Muchas familias salieron adelante y susmiembros se promocionaron como personas,gracias a las obras sociales de Hermandades.Muchos vivían míseramente en chabolas, real-quilados en espacios inverosímiles por que pa-gaban fortunas, en condiciones carentes de laintimidad y decoro que exige la dignidad hu-mana; encontraron viviendas espaciosas enpropiedad en condiciones económicas irrepeti-bles, créditos a bajo precio, cooperativas y otras

(Sigue en pág. 11)

Cartel de la Tómbola Diocesana de la Vivienda

MAS, Enero 2019 |11LXX Aniversario Hermandades del Trabajo

facilidades que les permitieron salir adelante,además de los miles de personas que por pri-mera vez conocieron vacaciones en playa o enmontaña, gracias a Hermandades, que en mu-chos casos era también gracias a ellos mismos.Porque acaso lo singular de aquellos años flore-cientes de las obras sociales, radicaba en quelos propios militantes, y también buen númerode afiliados y beneficiarios, tenían la concienciade que lo mismo cuando vendían papeletas dela tómbola, recogían papel y colocaban sus di-neros en la Central del Ahorro Popular, protago-nizaban el auge de la Obra y en realidad eranlos protagonistas de su propia promoción, adistancia en años luz de lo que pudiera ser pa-ternalismo o pura beneficencia.

Es cierto que hubo facilidades del crédito ofi-cial, pero es preciso señalar que estaban abier-tas a todos; Hermandades se aprovechó de algoque estaba al alcance de todo el mundo. En es-tos años más recientes, cuando el dinero públi-co ha subvencionado a partidos políticos, sindi-catos, prensa y tantas instituciones de nuestraSociedad, ha dejado de tener sentido la crítica aque, en el pasado, se emplearan ayudas oficia-les, a través de Hermandades, para dar techo aquienes malvivían en chamizos.

Muchas de las censuras vertidas a lo largo deaños y años sobre las obras promocionadas porHermandades, han tenido el tono de la incom-prensión, el fracaso y el resentimiento.

Termina la etapa de las obraseconómico-sociales

Alberto Linés, militante de primera hora y alque conocí siendo un crio en el Centro de Ac-ción Católica de mi Parroquia de San Ildefonsocuenta en “Abundio García Román, Una vida pa-ra el mundo del trabajo” que:

“[…] entrados los años setenta y dentro delcontexto de la renovación y adaptación a losnuevos tiempos, se planteó el desprenderse delas obras que, aun cuando tuvieran un fin so-

cial, presentaban un aspecto económico siquie-ra instrumental. La mayor de todas, la Coopera-tiva de Ahorro, cuyo florecimiento era notorio.Aparte estaba la Constructora Galicia y algunasotras.”

No es del todo cierto, nos empujaron las cir-cunstancias socio-económicas que atravesó Es-paña en los años setenta. Se había hecho ungran esfuerzo financiero y pivotaba todo en laspólizas de crédito de la Cooperativa de Créditoque no tenía las ventajas fiscales que dierondespués las Obras sociales de las Cajas de Aho-rro, y bastó una regulación bancaria para quedesaparecieran Caja Ibérica de la OrganizaciónSindical y la Central del Ahorro Popular al nopoder amortizar las pólizas de crédito en loscinco años que marcaba la misma ley. Entoncesfue cuando se pasó toda la actividad de la CAPal Banco Comercial Occidental y se cerró Cons-tructora Galicia y el resto de obras sociales sos-tenidas financieramente por la CAP. Es por loque dice Alberto Linés:

“Tras diversos tanteos y negociaciones sinmayores prisas, por fin en 1974 las Herman-dades del Trabajo de Madrid se desprendíande tales obras que quedaron en otras manos.Se hizo en un momento en que se encontra-ban muy saneadas y vigorosas. No hubo elmenor trauma. Sólo una obra, la Cooperativade Consumo que en principio estaba incluidaen el bloque, quedó fuera de la operación ysería un problema latente hasta años des-pués del fallecimiento de don Abundio. Notodos comprendían la razón de esta decisiónque pudiéramos llamar histórica, y era bas-tante simple: Los tiempos habían cambiado.Las obras asistenciales, como la clínica, notenían razón de ser con una eficiente Seguri-dad Social. En otras obras, como la residen-cia de Madrid, no tenía justificación al noexistir demanda social sobre esa concreta ne-cesidad. Las colonias de viviendas con la le-gislación vigente, quedaban bajo distintoscontroles y la problemática era muy distintade la de los años cincuenta. (Abundio GarcíaRomán, Una vida para el mundo del trabajo,218-219)(1)

(1) La forma de actuar, la praxis de las Herman-dades debían de ser a partir de entonces deotra forma, y esto lo tuvo muy claro don Abun-dio y quedó patente en sus mensajes. El tiempole dio la razón. De haberse demorado la de-cisión de desprenderse de las obras económico-sociales dos o tres años, las condiciones hubie-ran sido extremadamente delicadas, y con larapidez cada vez más acelerada de los cambiossociales, en poco tiempo la Obra de Herman-dades hubiera quedado anacrónica. Muchosvieron o hemos visto la providencia en aquellaoportuna decisión en los comienzos de la déca-da de los años setenta.

Por otra parte, el examen de aquellas actua-ciones a las que no fue ajeno en absoluto donAbundio, refleja un hecho: Su gran voluntad in-novadora. Era un hombre decidido. Lo fue paraemprender audaces obras y también para pres-cindir de ellas sin titubear. Era un hombre muyatento a los signos de los tiempos sin inercia alos cambios necesarios.

También revela algo de su personalidad: Sudesprendimiento. Algo que sorprende al profun-dizar en su vida y en su forma de ser, es su faltatotal de apego a los bienes materiales. «Pasaba»,como se dice hoy, de dichos bienes. Llamaba laatención de quien le trataba, que pese a que porlas obras de Hermandades, en su globalidad,pasaban miles de millones de pesetas al año al fi-nalizar los años sesenta, por sus manos apenasse deslizaba alguna moneda. Si le hubieranasaltado el botín hubiera sido ridículo: Un mo-nedero con dinero que no daría para tomar uncafé, un rosario y un par de bolígrafos de los másbaratos, de los que se compran por docenas.

La pobreza está no sólo en la carencia debienes reales y totalmente disponibles, sinotambién en el desprendimiento real sobre lascosas creadas por uno mismo. Sin ese des-prendimiento no es fácil imaginar cómo hubie-ran afrontado algunos cuadros de las Herman-dades, llevados de una actitud más conservado-ra, los difíciles años del umbral de los ochenta,con un pesado bagaje de obras económicascuando menos en su apariencia.

(Viene de pág. 10)

¡La vida es muy dura!Por Emma Díez Lobo

Eso pensaba yo hasta que un día me di cuen-ta de lo que había dicho Jesús: “Quiero queseáis felices”…

- ¡Señor, me faltan las piernas! - Ya, las piernas… - Y los brazos…- Ya, también los brazos… - Pues sí, y veo fatal y no me llega el sueldo ¡ah,ah!, y tengo bronquitis… - ¡Hijo, a este paso no tendrás ni lengua para pre-guntarme! - Sí, eso sí tengo y corazón y cerebro y alma yamor y humildad y agradecimiento… ¡Ah, ah!

y Fe en Ti y me encanta rezar y saber que nome abandonas jamás, ¡espera!, y a los Santos ya tu Madre que siempre dice ¡Venga que nopasa nada!, y a mi Ángel Manuel… - ¡Pues sí que tienes! No sabía Yo que colec-cionabas tantas cosas importantes y que además,duermes por las noches…- Sin pastillas ¡No!- ¿También las tienes? Genial, dormirás fantástica-mente. Has cogido todos los avances habidos y porhaber ¡Qué suertaza! - ¡Pero no me puedo mover!, ¿es que no lo ves?- Sí, veo un alma que vive, que agradece, quehabla y sabe; que reza y me lleva consigo, que

viajará a la eternidad más grandiosa; veo un al-ma con Paz de Espíritu, que tiene Madre y Her-manos; que tiene un Ángel genial; que pase loque pase no pierde la Fe… ¡Jolín, esas cosas sontesoros!- ¡Pero esas cosas no se ven!- ¿Y?... Lo que se ve se estropea, se rompe, sepierde… Pero tienes lo que el mundo ansía, la Vir-tud y la Gracia, tienes el alma a salvo. Pues tienes razón ¡Sí qué tengo! - Y ¿Me preguntas como ser feliz? Eres un ser en-vidiable por toda la humanidad.- Si lo llego a pensar, no digo nada porque fal-tarme, faltarme…

12 | MAS, Enero 2019 Testigos de ayer

ESTRATEGIA ECLESIAL: APLICACIÓN DE LADOCTRINA SOCIAL (X)

PILOTADA POR LA FUNDACIÓN CENTESIMUS ANNUS

Por Francisco Alonso Soto

INTRODUCCIÓN

Con este artículo X termina la serie iniciada,en febrero de 2018, con el título: CARDENALHERRERA ORIA: APÓSTOL DE LA DOCTRINA SO-CIAL DE LA IGLESIA, EN ESPAÑA, publicada enel mensual “MAS” de Hermandades del Trabajo.Termina con unas propuestas/sugerencias, en“borrador”, para la aplicación de la DoctrinaSocial Católica.

La idea me vino escribiendo el artículo IX,cuando encontré las llamadas de la Encíclica“Mater et Magistra”, recogidas en los comen-tarios del Obispo de Málaga, Herrera Oria (en-tonces), invitando a la aplicación de la Doctri-na Social de la Iglesia de León XIII, Pío XI, PíoXII y Juan XXIII, en el campo laboral o social, ensentido estricto. Algo se apuntaba ya…

El siguiente paso, fue empezar a pensar unaESTRATEGIA ECLESIAL pilotada por la “FUNDA-CIÓN CENTESIMUS ANNUS”, que tiene por fina-lidad (Estatutos art.3): “el estudio y difusión dela doctrina social cristiana”. Así pues, seríauna “ESTRATEGIA DE DIFUSIÓN”, en toda laIglesia y a todos los niveles, que supone la in-

corporación de la Doctrina Social a la primeralínea de la Pastoral y de la Evangelización. ElPapa Francisco desea que no suponga: “adoc-trinamiento, ni proselitismo”.

Es decir, que tiene que ser “testimonial”, porla vivencia del Evangelio y de su concreción a lavida práctica y real, por medio de la Doctrinade la Iglesia, en todos los campos: social, labo-ral, familiar, medio ambiente…

En este planteamiento ha influido, también,mi experiencia personal como Secretario Gene-ral de CÁRITAS ESPAÑOLA, (1973) con mis com-pañeros y amigos: Paco ¨González de Posada,Presidente (ambos procedentes del Colegio Ma-yor Pío XII y la Escuela de Ciudadanía Cristiana,de Herrera Oría) y Pepe Sánchez, Delegado Epis-copal (del León XIII, de Herrera Oria que fuequién nos propuso a los Obispos). Nos plantea-mos, entonces, que todas las diócesis españo-las tuvieran su “Caritas Diocesana” (Había unadocena que no la tenían organizada). Luego, ha-bría que hacer lo propio con las parroquias, mása largo plazo. En este caso, algo parecido, conla Doctrina Social de la Iglesia: en Conferen-cias Episcopales, Diócesis y hasta llegar a lasparroquias, con participación de los laicos.

Esta es mi propuesta, que ofrezcoa la Fundación Centesimus Annus,para que la corrija, enmiende, rectifi-que, amplíe, antes de presentar elproyecto al Papa, por el conducto ha-bitual, para que sea aprobada la“CAMPAÑA” de “convertir” la Iglesiaa la “Doctrina Social Católica”, de losPapas “Sociales” (7 “magníficos”) ydel Cardenal Herrera Oria, en España.

Por mi “deformación” jurídicapienso, de entrada, en una Exposi-ción de Motivos DOCTRINALES quejustifiquen la norma o el “motu pro-prio” que se propondrá, al final. Sinmás preámbulo:

EXPOSICIÓN DEMOTIVOS

1º LA ENCÍCLICA “MATERET MAGISTRA”

Resumiremos en frases cortas el con-tenido doctrinal, adecuado al proyec-to.

1) “La Iglesia Católica enseña y proclama unadoctrina de la sociedad y la convivencia huma-na que posee indudablemente una perenne efi-cacia” (218)

2) El principio capital es el individuo y digni-dad de la persona (219,220)

3) “la doctrina social profesada por la IglesiaCatólica es algo que no puede separarse de ladoctrina que la misma enseña sobre la vida hu-mana” (222)

4) “Por esto deseamos intensamente que seestudie cada vez más esta doctrina. Exhorta-mos, en primer lugar, a que se enseñe comodisciplina obligatoria en los colegios católicosde todo grado y principalmente en los semi-narios…”. “Deseamos, además, que esta disci-plina social se incluya en el programa de en-señanza religiosa de las parroquias y de lasasociaciones de apostolado de los seglares yse divulgue, también, por todos los procedi-mientos modernos de difusión…” diarios y re-

(Sigue en pág. 13)

Foto cortesía de la

Fun

dación Pab

lo VI

Mons. Ángel Herrera Oria, obispo

MAS, Enero 2019 |13Testigos de ayer

vistas, libros y folletos, radio y televisión.(223)

5) “Pueden prestar valiosa colaboración los ca-tólicos seglares si la aprenden y la practican” yestén convencidos de su eficacia (224)

6) “El paso de la teoría a la práctica resultasiempre difícil” (229). Por ello no basta con en-señar que hay que actuar cristianamente…debe enseñarle la manera práctica de cumpliresta obligación (230)

7) “Intervención de las Asociaciones de Apostola-do Seglar en esta educación” (231 y ss hasta 235)

8) “Necesidad de la Acción Social Católica”(236 y ss hasta 239)

9) “Responsabilidad de los seglares en el campode la Acción Social” (240)

10) “Es necesaria una mayor eficacia en las ac-tividades temporales.” (257)

2º CARDENAL HERRERA ORIA:COMENTARIOS a Mater etMagistra

1) “Doctrina Social Católica”, “En naciones de fetradicional y de intensa piedad, la doctrina so-cial ha sido desconocida por muchos. Y en di-chos pueblos, el mundo del trabajo se ha orga-nizado al margen de la doctrina católica. Ni pa-tronos, ni empresarios, ni propietarios, ni obre-ros, fieles hijos de la Iglesia en otros órdenes, lohan sido en el social. Y dolorosas han sido lasconsecuencias de esta infidelidad”. “Hay algomás inexplicable: en los aludidos países católi-cos la doctrina social católica no ha sido bas-tante predicada”. “Juan XXIII hace un “ardientellamamiento” para que lo sea (pgs. 691 y 692)

2) “Se dirige a sus hermanos, a los fieles, a to-dos los hombres de buena voluntad. El llama-miento es apremiante: “Nos apremia a exhor-tar”; “hoy más que nunca es indispensable”.Afirma Juan XXIII: “la doctrina social cristianaes parte integrante de la concepción cristianade la vida.”

3) “Desarrollo del Plan”. Para ejecutar el planpontificio, sugiere Herrera:

a) “Sea lo primero formar profesores que expli-quen los “cursos ordinarios y en forma sistemá-tica”.

b) “El primer cuerpo docente…deben de for-marlo teólogos; sacerdotes escogidos que sepreparen con un estudio profundo de la cues-tión social”.

c) “Un clero selecto debe actuar, como pide eltexto, en los centros docentes, que es donde seforman los hombres del porvenir”.

d) “La doctrina social católica debe ser asigna-tura principal en los seminarios y en todos loscolegios católicos de cualquier grado. En unanación oficialmente católica debe serlo en loscentros de enseñanza media y en todas las Fa-cultades Universitarias donde se estudie la So-ciología o las llamadas Ciencias del Estado.”(pg. 693 evidentemente era otra época).

e) “No deben faltar en las demás Facultades yen las Escuelas Superiores, cursillos breves, pe-ro sistemáticos, dados por sacerdotes compe-tentes en teología y en sociología, no legos eneconomía…” (Pg. 693)

4) “Homilética social”. “La cátedra sagrada eslugar adecuadísimo para la formación de laconciencia social” Sea el prelado o un sacerdo-te, hablan con autoridad moral y religiosa (Pg.693)

5) “Mayor eficiencia”: “La fidelidad a esta doc-trina multiplica la eficiencia de la actividad hu-mana. Es luz en el entendimiento. Es vigor enla voluntad. Es mayor pureza en la intención”(Pg. 708)

3º LA ENCÍCLICA CENTESIMUSANNUS

Es la tercera Encíclica social de Juan PabloII, después de la “Laborem exercens”, conme-morativa (1981) y la “Sollicitudo rei sociales”,sobre la situación social del mundo y la injustadistribución de la riqueza (1987). Sorprende quesu objetivo haya sido actualizar la “Rerum No-varum” (1891), que ya tuvo dos magníficasactualizaciones en la “Quadragesimo Anno”(1931) de Pío XI y la “Mater et Magistra” (1961)de Juan XXIII a las que, por cierto, no se aludeni una sola vez, que yo haya visto.

Centrada en la “Rerum Novarum” y sus con-tenidos renovados para el mundo de hoy, seocupa poco de la problemática de la difusióny aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia.Afortunadamente para eso está la “FundaciónCentesimus Annus”, Pro Pontífice, que es laque nos da pie para formular la propuesta quehemos adelantado en la Introducción.

Para encontrar algún apoyo a nuestro plan-teamiento hemos de acudir al capítulo VI y úl-timo. El I se dedica a las características de la“Rerum Novarum”; el II a las “cosas nuevas” dehoy; el III a 1989, año magnífico para el Papa; elIV a “La propiedad privada y el destino univer-sal de los bienes”; el V a Estado y cultura; y elVI a “El hombre es el camino de la Iglesia” que,con un cierto apoyo Evangélico, se podría haberdicho justo lo contrario. Pues bien, en el punto54 se dice lo siguiente:

1) “De esto se deduce que la doctrina social tienede por sí el valor de un instrumento de evangeli-zación: en cuanto tal, anuncia a Dios y su miste-rio de salvación en Cristo a todo hombre y, porla misma razón, revela al hombre a sí mismo.

Solamente bajo esta perspectiva se ocupa de lodemás: de los derechos humanos de cada uno y,en particular, del proletariado, la familia y laeducación, los deberes del Estado, el ordena-miento de la sociedad nacional e internacional,la vida económica, la cultura, la guerra y la paz,así como del respeto a la vida desde el momentode la concepción hasta la muerte.”

2) “En el primer centenario de esta encíclicadeseo dar las gracias a todos los que se han de-dicado a estudiar, profundizar y divulgar ladoctrina social cristiana. Para ello es indispensa-ble la colaboración de las Iglesias locales, y yoespero que la conmemoración sea ocasión deun renovado impulso para su estudio, difusióny aplicación, en todos los ámbitos”. (56)

3) “Deseo, en particular, que sea dada a conocery que sea aplicada en los distintos países don-de, después de la caída del socialismo real semanifiesta una grave desorientación en la tareade reconstrucción. A su vez, los paises occiden-tales corren el peligro de ver en esa caída la vic-toria unilateral del propio sistema económico, ypor ello no se preocupen de introducir en él losdebidos cambios”. (punto 56)

4) “Hoy más que nunca la Iglesia es conscientede que su mensaje social se hará creíble por eltestimonio de las obras, antes que por su cohe-rencia y lógica interna.” (punto 57)

5) “Junto a la dimensión interdisciplinar, hayque recordar, también, la dimensión práctica y,en cierto sentido experimental de esta doctri-na.

Ella se sitúa en el cruce de la vida y de la con-ciencia cristiana con las situaciones del mundoy se manifiesta en los esfuerzos que realizanlos individuos, las familias, cooperadores cultu-rales y sociales, políticos y hombres de Estado,para darles forma y aplicación en la historia”.(punto59)

CONTINUARÁ LA EXPOSICIÓN DE MOTIVOS (X bis)

(Viene de pág 12)

14 | MAS, Enero 2019 Opinión

La espera y la esperanza (y IV) Por Por Juan Rico

La fe del hombre in via es fe en eltiempo, fe concerniente arealidades espirituales y eternas,cuya existencia él acepta, pero quetodavía no ha visto: fe esperante yesperanzada, en suma.

Por eso San Pablo dice que la fe es “el su-puesto de las cosas que se esperan”: la fe,en efecto convence al cristiano de la reali-

dad de aquello que constituye el objeto de laesperanza y es la posibilidad de lograrlo al tér-mino de su propia vida. Y la caridad del hom-bre viador es, a su vez, caridad en el tiempo,amor a realidades que “van siendo” y que él nosabe cómo acabarán por ser, amor esperante yesperanzado.

No debe extrañar que San Pablo diga que la“caridad todo lo espera”. La caridad espera,porque es amor en el tiempo; y lo espera todo,porque es amor a todo lo real y porque amar auna realidad, cualquiera que esta sea, es siem-pre esperar de ella y con ella. Fe y caridad en el“tiempo”. San Pablo parece hacer de la esperan-za la causa o motivo de la fe y la caridad: “Ha-biendo oído vuestra fe en Cristo Jesús y la cari-dad que tenéis con todos los santos, por causade la esperanza que os está reservada en loscielos” (Col., I, 4-5). En el viador, la fe da funda-mento a la esperanza, y el objeto de la esperan-za- bien futuro que ha comenzado a ser un bienpresente- sirve de pábulo a la fe.

Tan esencial relación entre la caridad y la es-peranza nos permite, en fin, descubrir la que

existe entre la esperanza y el amor al prójimo.“Será predicado este Evangelio del reino en to-do el mundo, testimonio para todas las nacio-nes, y entonces vendrá el fin” (Mat., XXIV, 14).De lo cual se desprende que la esperanza en-globa necesariamente la humanidad entera, elconjunto de todos los prójimos reales y posi-bles.

San Pablo es luz en el misterio, mas tambiéncamino hacia un va luz. Su auroral visión de laesperanza cristiana enseña muchas y muy pro-fundas cosas acerca del humano esperar; “Solohay un cuerpo y un espíritu, como también una es-peranza” (Ef., IV, 4).

“Somos hijos de Dios, pero lo que un día se-remos no nos ha sido todavía manifestado”

(I Juan., III, 2).

Lo que angustia al hombre es el no saber so-bre su ser, sabiendo que en el futuro puede “noser” o “dejar de ser”. ¿Qué voy a ser yo? ¿Quéva a ser de mí? Ante la muerte, solo esta últimapregunta puedo hacer. Nótese el distinto senti-do de la palabra “ser” en estas dos interroga-ciones. El ser del “ser yo” es concreto, finito,contorneable: hallase nítidamente circunscriptopor todo lo que “yo no soy” o “no voy a ser”.Por contraste, el ser del “ser de mí” se hallaconstitutivamente referido a un término meta-físico envolvente, gratuito, fundamentante: enél yo voy a ser lo que “de mí sea”: algo ajeno,en principio, a mi decisión de ser. La existenciadel desesperado, ¿es en rigor una existencia re-sueltamente “desnuda”, o es más bien una exis-tencia artificiosamente “manca”? Que cada

cual, en insobornable soledad, inquieras la res-puesta de su propio corazón.

“Fíate de la Virgen y no corras”, enseña la sa-biduría gnómica del pueblo español. La conclu-sión se impone: “Por eso es bueno esperar y noperder la esperanza”. Lo acertado es aguardaresperando confiada y activamente. “La fe, elamor y la esperanza, todo ello está en la espe-ra”, canta el verso de Elliot.

Espera y confianza son, pues, los elementosbásicos de la estructura antropológica de la es-peranza. Recordemos la copla popular española:

Quien espera, desespera,quien desespera, no alcanza.Por eso es bueno esperary no perder la esperanza.

La confianza –el asentimiento personal aljuicio acerca de la posibilidad de lo esperado-es el momento que eleva la espera a esperan-za. A primera vista, confianza es entrega, des-canso en aquello que se confía, reposo de laexistencia sobre la creída eficacia de una virtusaliena. Así es en realidad; y, sin ello, la confian-za no merecería su nombre. Confianza no esseguridad; la esperanza es siempre insegura,nunca excluye totalmente la defianza. Imagine-mos el caso extremo; el del creyente que “con-fía en Dios”. Esa confianza, ¿puede ser seguri-dad? Si el confiado no fuera un ser personal, li-bre y activo, tal vez, porque de la infinita bon-dad de Dios puede uno estar absolutamenteseguro. La esperanza, en suma, solo puede sergenuina siendo religiosa.

De parte de Jesús Por Emma Díez Lobo

¡Amigos!

Ésta es Mi Natividad, en recuerdo del día quellegué a la tierra. No equivoquéis el espíritu de lasfiestas y os olvidéis de Mí. No son días de juergasbananeras, ni de Papá Noeles…

- ¡Pues mi vecino se ha ido a las Maldivas!!!Dice que son vacaciones y en su puerta ha col-gado un gordinflón rojo con barba blanca…

-Tu vecino no entiende nada; ni cena junto a Mí,ni Me agradece que naciera en vuestro mundopara salvar su alma, tampoco sabe por qué esNavidad.

- ¿Y qué hacemos con ellos? Porque haytropecientos millones de “vecinos” haciendo lomismo…

- No te preocupes, tú piensa en tu familia y en tique de ellos ya me preocupo Yo.

- Mira, yo Te he puesto en una cuevita de cor-cho con tus padres y animalitos que te dancalor. No es como pasó pero parecido, Te recuer-do como fue: Tú naciste en un establo dondehabía una vaca. María tenía un manto azul ySan José un manto ocre. El pesebre era elcomedero de la vaca, no era una cuna demadera… Y San José, tapó la entrada con una

manta porque hacía mucho frio. Cuando Joséechaba una cabezada, el establo se iluminó conuna luz brillantísima. José quedó estático yMaría envuelta en aquél sublime resplandor, seentregó al ángel que Te puso entre sus brazos.Nacimiento milagroso el Tuyo, no al uso como algunos pretenden.

- Pues me gusta, se nota que has leído mi llegada yconoces mi entorno. Sí allí Nací y ahora lo hago entu casa, como cada año. Me hace gracia verme re-presentado en figuritas chiquitas. Me encanta.

- Pues a mí más. Gracias por Nacer en elcorazón de la humanidad que CREE.

MAS, Enero 2019 |15LXX Aniversario Hermandades del Trabajo

Quiero a las Hermandades delTrabajo. Lo digo teniendo delanteuna biografía de Don AbundioGarcía Román, escrita por el granConsiliario Don Julián Serrano deAndrés. Escribo el día 14 de diciem-bre de 2018, cuando hace 112 añosque nació este “profeta en lafrontera”, apóstol de una Iglesia“en salida” hacia el mundo deltrabajo, en las fábricas, los talleres,las empresas, los despachos, elcampo… Recordarle hoy meinspira dos reflexiones queconsidero de actualidad.

La primera. Fue Don Abundio “un hombre deDios en el mundo del trabajo”, un “Apóstolsocial”, reza el título de la biografía. Evan-

gelizar lo social: me parece lo más actual y ur-gente en una sociedad que tiende al individua-lismo, la indiferencia y a la carrera a codazos,para ver quién llega primero y ocupa el mejorlugar de la fila o lo que queda para repartir…

Hoy, los valores sociales, de convivencia y co-operación, están latentes y olvidados. Son muypregonados, cotizan mucho en el discurso auto-proclamado “progresista”, algunos tienden aapropiarse de ellos en exclusiva… Ante las ad-versidades, respondemos pronto y solidaria-mente en situaciones de emergencia, pero, enlo cotidiano, prevalece el individualismo, elsálvese quien pueda, el qué hay de lo mío… In-

cluso, hay organizaciones e instituciones quellevan en su adn lo comunitario y lo social y noterminan de romper el molde del particularis-mo, la competitividad y la insolidaridad.

Hoy existe un déficit importante de edu-cación en comportamientos prosociales: hacefalta educar para pensar en hacer el bien a losdemás… Como decía una viñeta, “todo el mun-do va a lo suyo, excepto yo que voy a lo mío”. Otambién, “cada uno a lo suyo. Que gran proyec-to colectivo”.

Necesitamos revertir esta tendencia paravivir en clave comunitaria,pensar en clave de biencomún; en clave de coo-peración y solidaridad en vezdel conflicto, el rencor políticoy la exclusión traducidos enenemistades y rupturas entrelos ciudadanos.

Hoy debemos primar laeducación en valores sociales,de cooperación y solidaridad,si queremos que nuestra so-ciedad y la humanidad entera avancen hacia unmundo más justo y pacificado. En esta tarea, laIglesia no rivaliza con nadie, no excluye anadie, no impone nada… La Iglesia acompaña,trabaja, sirve y propone.

La segunda. Ahora que se habla tanto de“Memoria Histórica”, quizá demasiado sólo en

una dirección, con olor a ajuste de cuentas, se-lectiva, es bueno recordar el testimonio de DonAbundio en los tiempos previos y durante laGuerra Civil. Entregado totalmente a los máspobres en Entrevías, en el barrio de Vallecas,sufrió la persecución, la cárcel y la reclusión.Fue víctima de los radicales, profesos del repu-blicanismo sectario y excluyente, y del odio a laCruz…

Pero, una vida probada por el martirio y suinquietud por evangelizar el mundo del trabajoy la vida social convirtió a Don Abundio en un“profeta en la frontera”: no se dejó abatir, amó

y se entregó.

Hoy nos come la prisa, elruido, el cruce de mensajessueltos disparados sin ton nison, la falta de esperanza, elrenacer de enfrentamientosdel pasado, la palabra gruesa,la mentira para destruir al ad-versario político, la intoleran-cia… Y, en lo más hondo, laexperiencia de estar perdido,en el vacío, en la nada… Y,

aunque parezca que a Dios no se lo necesita nise lo busca, Dios está. El Cenáculo es una de lasmetáforas más ricas de significado en las Her-mandades del Trabajo: silencio y palabra com-partidos y escucha y espera esperanzada.

Juan Souto Coelho, Profesor de Doctrina Socialde la Iglesia Universidad Pontificia de Salamanca

“Hoy, los valores socia-les, de convivencia y co-operación, están latentesy olvidados. Son muypregonados, cotizan mu-cho en el discurso auto-proclamado “progresis-ta”, algunos tienden aapropiarse de ellos enexclusiva… “

Don Abundio, un profeta en la fronteraPor Juan Souto

En 2018 se han cumplido setenta años de laDeclaración Universal de los Derechos Humanos.El Papa defiende la justicia y el derecho comoinstrumentos imprescindibles para alcanzar lapaz, dice lo siguiente: “Estamos convencidos deque la buena política está al servicio de la paz;respeta y promueve los derechos humanos fun-damentales, que son igualmente deberesrecíprocos, de modo que se cree entre las ge-neraciones presentes y futuras un vínculo deconfianza y gratitud”.

En otra Jornada Mundial de la Paz (2011),Benedicto XVI destacaba la importancia de lalibertad religiosa para el camino de la paz:“También hoy, en una sociedad cada vez másglobalizada, los cristianos están llamados adar su aportación preciosa al fatigoso y apa-sionante compromiso por la justicia, al desa-rrollo humano integral y a la recta ordenaciónde las realidades humanas, no sólo con uncompromiso civil, económico y político res-

ponsable, sino también con el testimonio desu propia fe y caridad. La exclusión de la re-ligión de la vida pública priva a esta de un es-pacio vital que abre a la trascendencia. Sin es-ta experiencia primaria resulta difícil orientarla sociedad hacia principios éticos universales,así como el establecimiento de ordenamientosnacionales e internacionales en que los dere-chos y libertades fundamentales puedan serreconocidos y realizados plenamente, con-forme a lo propuesto en los objetivos de la De-claración Universal de los derechos del hombrede 1948, aún hoy por desgracia incumplidos onegados”

En el mensaje de Su Santidad para 2019, sepone el acento en el “No a la guerra”, quetambién pronunciaron sus ilustres ante-cesores, y en la denuncia de “la proliferaciónincontrolada de armas” y el “exilio de pobla-ciones enteras en busca de una tierra de paz”.Resuena los ecos de Benedicto XV: “Nada esposible con la guerra, todo es posible con lapaz”

Francisco subraya en su mensaje que “la pazademás de ser fruto de un gran proyecto políti-co que se funda en la responsabilidad recíprocay la interdependencia de los seres humanos[…] es una conversión del corazón y del alma”y menciona tres dimensiones o ámbitos de lapaz: “la paz con nosotros mismos […] paraofrecer un poco de dulzura a los demás”, la pazcon la creación, redescubriendo la grandeza deldon de Dios y la parte de responsabilidad quecorresponde a cada uno de nosotros, comohabitantes del mundo y la política de la paz”.

Termina con una invocación al espíritu delMagnificat que María, Madre de Cristo salvadory Reina de la paz, canta en nombre de todos loshombres: “Su misericordia llega a sus fieles degeneración en generación. Él hace proezas consu brazo: dispersa a los soberbios de corazón,derriba del trono a los poderosos y enaltece alos humildes; {…] acordándose de la misericor-dia como lo había prometido a nuestros padresen favor de Abrahán y de su descendencia porsiempre” (Lc 1, 50-55)

(Viene de la pag. 14)

PEDRO BARRADO / DIRECTOR DE LA ESCUELA SAN JUAN XXIII DE LAS HERMANDADES DEL TRABAJO

Centros de Hermandades del Trabajo. ESPAÑA: Alicante, Almería, Ávila, Badajoz, Burgos,Córdoba, Guadalajara, Jaén, Jerez de la Frontera, Madrid, Segovia, Sevilla, Valencia, Zaragoza,así como las Hermandades en toda España de las Federaciones de la Seguridad Social yFerroviarias. AMÉRICA: Chile (Concepción), Colombia (Barranquilla, Bogotá y Medellín), CostaRica (San José), Ecuador (Quito), Perú (Callao, Chimbote, Lima y San Ignacio).

Después de dedicar algunosartículos a san Pedro, el primerode los apóstoles, ahora puede

ser bueno abordar una figura fe-menina de los orígenes cristianosmuy destacada también: María Mag-dalena. La razón no hay que atribuir-la a algo que en estos momentos es-tá de moda entre los políticos entiempo de elecciones: las famosas lis-tas-cremallera, según las cuales enuna lista electoral se deben alternarhombres y mujeres, por aquello defavorecer la igualdad. No, en este ca-so, tratar la figura de la Magdalenadespués de la de Pedro puede resul-tar interesante porque, de hecho, fueuna figura que, en determinados cír-culos de la Iglesia antigua, fue es-grimida como contrapunto y rival dela del príncipe de los apóstoles.Además, litúrgicamente fue «ascendi-da» por el papa Francisco en 2016: el22 de julio, su celebración pasó dememoria obligatoria a fiesta, igualque el resto de los apóstoles varones.

En este caso, es importante deter-minar, en primer lugar, la figura deMaría Magdalena en los evangelios,porque hay una gran diferencia entrelo que dicen de ella los textosevangélicos y lo que ha conservadola tradición cristina.

En los evangelios, las tradicionessobre María Magdalena puedenagruparse en dos «ciclos»: el primerocorrespondería al tiempo del minis-terio público de Jesús; el segundo, ala muerte y la resurrección del Señor.Aunque, en realidad, solo en el evan-gelio de san Lucas cabría hacer esedoble agrupamiento, ya que, en el

resto de los evange-lios, la figura deMaría Magdalenaaparece por primeravez vinculada direc-tamente a la muertede Jesús. Dicho deotra manera, solo Lu-cas menciona aMaría durante elministerio público;concretamente en elsiguiente texto:

«Después de esto[Jesús] iba él cami-nando de ciudad enciudad y de puebloen pueblo, procla-mando y anunciandola Buena Noticia delreino de Dios, acom-pañado por los Doce,y por algunas mu-jeres, que habían sido curadas de es-píritus malos y de enfermedades:María la Magdalena, de la quehabían salido siete demonios; Juana,mujer de Cusa, un administrador deHerodes; Susana y otras muchas queles servían con sus bienes» (Lc 8,1-3).

De este pasaje –que tiene el as-pecto de un sumario– cabría haceralgunas consideraciones. La primeraapunta al discipulado femenino. Co-mo se sabe, en la época de Jesús, eldiscipulado era una actividad emi-nentemente masculina. Es más, esmuy probable que una de las ra-zones por las que Jesús no estuvierabien considerado –es decir, que fueratenido como un «profeta» un tantoatípico o marginal– fuera precisa-

mente por el hecho de que entre susseguidores hubiera mujeres. Huelgadecir que estas tendrían tambiénmuy probablemente muy mala fama:no hay que olvidar que el ámbito dela mujer, socialmente hablando, erala casa, no el espacio público, ymenos en compañía de varones queno fueran de la propia familia. Inclu-so algunos autores han puesto de re-lieve el hecho de que se mencionecon nombre propio a tres mujeres:en su opinión, esas tres mujeresserían el equivalente femenino delcírculo íntimo de los tres discípulosvarones Pedro, Santiago y Juan.

La segunda consideración tieneque ver con que esas mujeres quesiguen a Jesús por Galilea lo

sostienen económicamente. Estoquiere decir que, aunque social-mente no estuvieran bien considera-das, económicamente no eran po-bres, sino mujeres con un ciertopoder adquisitivo; una de ellas, dehecho, es presentada como la esposade un administrador del tetrarcaHerodes Antipas.

La tercera consideración afecta ala posesión y la enfermedad. Las mu-jeres que siguen a Jesús habían sido«curadas de espíritus malos y de en-fermedades». Podemos suponer quefue precisamente el agradecimientopor la curación lo que hizo de estasmujeres seguidoras de Jesús. Natu-ralmente, hay que recordar que, entiempos de Jesús, a veces no haymucha diferencia entre enfermedady posesión «demoníaca», por tanto,tampoco entre curación y exorcismo.De María Magdalena se dice explíci-tamente que Jesús había expulsado«siete demonios», lo cual probable-mente indica una enfermedad grave,ya que siete es número de plenitud.Pero también se ha pensado que, aligual que de Pedro la tradición con-servó el recuerdo de sus negaciones,así también de María Magdalenahabría conservado la memoria de unpasado de «posesión diabólica».

Finalmente, una cuarta consi-deración tiene que ver directamentecon el papel de María Magdalena en-tre las discípulas de Jesús. Se la men-ciona en primer lugar, cosa que de-nota una cierta preeminencia (lovolveremos a ver también en los re-latos en torno a la sepultura de Jesúsy la resurrección).

María Magdalena (I)

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masaparición de Jesús resucitado a María Magdalena, cuadro de Tiziano

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