maria corredentora

Upload: serviciocatolico-hispano

Post on 07-Apr-2018

239 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    1/27

    Autor: Dr. Mark I. Miravalle, S.T.DRespuesta a 7 objeciones comunes.Existe una urgente necesidad de pronunciar claramente al pblico en general, las verdades bsicasdoctrinales contenidas en el trmino Corredentora que utiliza la Iglesia, as como los avances que hatenido el debate por una posible definicin papal.

    Mara Corredentora: Respuesta a 7 Objeciones Comunes.

    El Doctor Miravalle es Profesor de teologa y mariologa de la Universidad Franciscana deSteubenville y Presidente del movimiento internacional catlico, Vox Populi MariaeMediatrici. Es autor y editor de varios libros y antologas en mariologa.

    El 23 de Diciembre del 2000, la revista New York Times public en la portada de suseccin "Artes e Ideas," un artculo sobre el movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, quebusca la definicin papal de la Santsima Virgen Mara como Corredentora, Mediadora detodas las gracias y Abogada. A su vez, este artculo se reimprimi en la mayora de losprincipales peridicos de Estados Unidos, produciendo la chispa de lo que sera un nuevo

    y bizarro debate en todo el pas, tanto dentro como fuera de los crculos catlicos depensamiento, sobre el concepto de nuestra Seora como "Corredentora."

    La mayora de las objeciones al ttulo de Corredentora de nuestra Seora, aunqueformuladas de distintas maneras, recaen fundamentalmente sobre las mismas categoras(muchas de las cuales fueron debatidas en publicaciones recientes en respuesta alartculo del New York Times). Existe una urgente necesidad de pronunciar claramente alpblico en general (sobre todo al creciente gnero de fieles catlicos no catequizados),las verdades bsicas doctrinales contenidas en el trmino Corredentora que utiliza laIglesia, as como los avances que ha tenido el debate por una posible definicin papal.

    El llamado que hace el concilio Vaticano II de "traer a Cristo al mundo," con un enfoque

    evanglico no limitado a los confines de la Iglesia sino para el mundo entero, se aplicatambin a la verdad cristiana sobre la Madre de Cristo. Este llamado conciliar a proclamarla verdad cristiana al mundo, incluyendo la verdad cristiana sobre Mara, es al mismotiempo un llamado evanglico que debe estar libre de cualquier compromiso doctrinal alpresentar la verdad completa de Mara, segn la doctrina oficial de la Iglesia Catlica -unaverdad que, esencialmente, debe incluir la corredencin mariana-.

    Por lo tanto, lo que presentamos a continuacin es una sntesis de siete objecionescomunes al ttulo de Mara como Corredentora y el papel que juega en la doctrina lacorredencin mariana, tomadas principalmente de publicaciones recientes, tantoseculares como cristianas. A cada objecin se ofrece una respuesta resumida perofundamental, tomando en consideracin tanto al lector catlico como al no catlico. En un

    esfuerzo por hacer que cada respuesta sea independiente de la otra, algunos contenidosse repiten dentro de las mismas y slo en donde se ha juzgado pertinente.

    1 Objecin: Nombrar a Mara "Corredentora," la pone a un mismo nivel con Jesucristo, elDivino Hijo de Dios, lo que la hace una especie de cuarta persona de la Trinidad, unadiosa o quasi diosa divina, lo cual es blasfemia para cualquier verdadero cristiano.

    El uso que la Iglesia Catlica da al ttulo "Corredentora" aplicado a la Madre de Jess, deninguna manera sita a Mara a un nivel de igualdad con Jesucristo, el divino Redentor.

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    2/27

    Existe una diferencia infinita entre la persona divina de Jesucristo y la persona humana deMara. Antes bien, la enseanza papal ha hecho uso del ttulo "Corredentora" parareferirse a la eminente y singular participacin que tuvo la Madre de Jess, secundaria ysubordinada a su divino Hijo, en la obra de la redencin humana.

    El trmino "Corredentora" se traduce correctamente como "la mujer con el Redentor," o

    literalmente como "la que restaura de nuevo con (el Redentor)." El prefijo "co" viene dellatn "cum," que significa "con" y no "igual a." Por lo tanto Corredentora, aplicado a Mara,se refiere a su singular cooperacin, secundaria y subordinada a su divino Hijo Jesucristo,en la redencin de la familia humana, conforme lo atestigua la Escritura.

    Mara, al dar su "fiat" voluntario y eficaz a la invitacin del ngel Gabriel para convertirseen la Madre de Jess, "hgase en m segn tu palabra" (Lc. 1:38), cooper de modoeminentsimo a la obra de la redencin, dndole al Redentor un cuerpo que sera elinstrumento mismo de la redencin humana. "...somos santificados, merced a la oblacinde una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo" (Hb. 10:10), y Jesucristo toma de ellala naturaleza humana, gracias al consentimiento voluntario, eficaz y del todo singular de laVirgen Mara. En virtud de haber dado carne a la "Palabra hecha carne" (Jn 1:14), quien a

    su vez redimi a la humanidad, la Virgen de Nazaret merece de modo enteramente imparel ttulo de Corredentora. En palabras de la extinta Madre Teresa de Calcuta: "Porsupuesto que Mara es Corredentora -le dio a Jess un cuerpo, y su cuerpo fue el que nossalv-."1

    La profeca de Simen en el templo, en el Nuevo Testamento, revela asimismo la misindolorosa y corredentora de Mara directamente unida con la de su Hijo Redentor, en unasola obra redentora de perfecta unidad: "Simen les bendijo y dijo a Mara, su madre:"ste est puesto para cada y elevacin de muchos en Israel, y para ser seal decontradiccin -y a ti misma una espada te atravesar el alma!-" (Lc. 2:34-35).

    Sin embargo el papel de Mara como Corredentora, subordinado a su divino Hijo, llega a

    su culminacin al pie de la cruz en donde, sufriendo profundamente, une obedientementesu corazn de Madre a los sufrimientos del corazn del Hijo consintiendo con el plan deredencin del Padre (cf. Ga. 4:4). Como fruto de este sufrimiento redentor, el Salvadorcrucificado da a Mara como Madre espiritual de todos los pueblos, "Mujer, he ah a tuhijo. Luego dice al discpulo, He ah a tu madre" (Jn. 19:27). El Papa Juan Pablo IIdescribi a Mara "crucificada espiritualmente con su Hijo crucificado" en el calvario y "suoficio de Corredentora no termin con la glorificacin de su Hijo."2 An despus de haberadquirido las gracias logradas por la redencin consumada en el calvario, Mara continasu oficio corredentor distribuyendo esas gracias salvficas a los corazones humanos.

    Los ms antiguos escritores cristianos y Padres de la Iglesia explicaron la corredencinmariana con profunda sencillez, con lo que expusieron el primer modelo teolgico de

    Mara como la "nueva Eva." En esencia, dilucidaron que as como Eva, la primer "Madrede los vivientes" (Gn.3:20) cooper directamente con Adn, Padre de la raza humana, enla prdida de la gracia para toda la humanidad, as tambin Mara, la "nueva Eva,"cooper directamente con Jesucristo, a quien San Pablo llama el "nuevo Adn" (1Co.15:45-48) en restaurar la gracia para toda la humanidad. Citando a San Ireneo, padre dela Iglesia del siglo II: "As como aquella [Eva] que tena por marido a Adn, aunquetodava era virgen, fue desobediente hacindose causa de la muerte para s misma y paratodo el linaje humano, as tambin Mara, que tena destinado un esposo pero era virgen,fue por su obediencia la causa de la salvacin para s misma y para todo el linaje

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    3/27

    humano."3

    En virtud de haber cooperado con el Redentor de forma singular y directa para restaurarla gracia al gnero humano (Gn. 3:15), Mara fue universalmente conocida en la Iglesiaprimitiva como la "nueva Madre de los Vivientes," y su corredencin objetiva junto conCristo, fue resumida correcta y brevemente por San Jernimo, padre de la Iglesia del siglo

    IV: "la muerte nos vino por Eva, la vida por Mara."4

    Ya desde la antigua tradicin cristiana se encuentran referencias explcitas a lacorredencin mariana, que hablan de la singular cooperacin de Mara -secundaria ysubordinada a Jesucristo- en la redencin o "restauracin" del linaje humano de laesclavitud de Satans y del pecado. Por ejemplo, Modesto de Jerusaln, escritor de laIglesia del siglo VII, declar que por medio de Mara somos "redimidos de la tirana deldemonio."5 San Juan Damasceno (siglo VIII) la saluda diciendo: "Bendita t, por quiensomos redimidos de la maldicin."6 San Bernardo de Claraval (siglo XII) predica que "porsu cooperacin el hombre fue redimido."7 El clebre doctor franciscano, SanBuenaventura (siglo XIII), sintetiz correctamente la tradicin cristiana en esta frase:"Aquella mujer (Eva), fue la causa de nuestro destierro del paraso y nos perdi; pero sta

    (Mara) nos rescat de nuevo y nos salv."8

    Si bien los padres y doctores de la Iglesia no dudaban de que la participacin de la VirgenMara en la redencin, basada en la divina obra y mritos de Jesucristo, haba estado totaly radicalmente subordinada al Hijo, la primitiva tradicin cristiana no tuvo reparos enensear y predicar la ntima y singular cooperacin de la mujer, Mara, en la"restauracin" o redencin del linaje humano de la esclavitud de Satans. As como lahumanidad se perdi por causa de un hombre y una mujer, fue tambin la voluntad deDios que la humanidad fuera rescatada por un Hombre y una Mujer.

    Sobre este valioso fundamento cristiano, los papas y santos del siglo XX han usado elttulo de Corredentora para referirse a la singular cooperacin de Mara en la redencin

    humana, segn se puede constatar en la actualidad por las seis ocasiones en las que elPapa Juan Pablo II se ha referido a Mara con el ttulo de Corredentora durante supontificado.9 "Corredentora," a la usanza de los papas, no significa que Mara sea unadiosa semejante a Jesucristo, ms que la identificacin de San Pablo de todos loscristianos como "colaboradores de Dios" (1 Co. 3:9), no significa que los cristianos sondioses a la semejanza del nico Dios.

    Todos los cristianos estn legtimamente llamados a ser colaboradores o "corredentores"con Jesucristo (cf. Col. 1:24) al recibir y cooperar con la gracia necesaria para la propiaredencin y la redencin de otros -la redencin subjetiva personal, lograda por laredencin histrica objetiva o "restauracin" obrada por Jesucristo, el "nuevo Adn," elRedentor, y por Mara, la "nueva Eva," la Corredentora.

    2 Objecin: Nombrar a la Santsima Virgen Mara como "Corredentora," va en contra delpropio ecumenismo cristiano, ya que conduce a la divisin entre los catlicos y demscristianos.

    Se puede decir que la objecin que ms comnmente se plantea para utilizar el ttulo deCorredentora (no se diga la posible definicin doctrinal), se debe a la oposicin que sepercibe por el ecumenismo cristiano. Por lo tanto, debemos comenzar definiendo demanera precisa el autntico ecumenismo cristiano, as como la actividad propia

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    4/27

    correspondiente conforme lo ha entendido la Iglesia Catlica.

    En el documento papal sobre el ecumenismo, Ut Unum Sint, ("que todos sean uno"), elPapa Juan Pablo II define el autntico ecumenismo cristiano como la oracin "del alma" yel dilogo "del cuerpo" que trabajan con miras a una meta final, la verdadera y perdurableunin cristiana10. Al mismo tiempo, la exhortacin catlica de promover y esforzarse por

    establecer la unidad de los cristianos, no permite, en modo alguno, la reduccin odesleimiento de las enseanzas doctrinales catlicas, ya que esto conllevara una falta deintegridad catlica y con frecuencia conducira a conclusiones errneas en el dilogo conotros cristianos no catlicos, en lo que se refiere a las verdades que la Iglesia Catlicatiene como ciertas.

    As, el concilio Vaticano II es muy claro en su enseanza relacionada con el dilogoecumnico: "La doctrina expngase en su integridad. Nada es tan contrario al espritu delecumenismo como el falso acercamiento de reconciliacin que daa la pureza de ladoctrina catlica y obscurece su verdadero y genuino significado."11

    Juan Pablo II aade: "En relacin al estudio de las divergencias, el concilio pide que se

    presente toda la doctrina con claridad. Al mismo tiempo, exige que el modo y el mtodode anunciar la fe catlica no sea un obstculo para el dilogo con nuestros hermanos yhermanas...La plena comunin deber realizarse en la aceptacin de toda la verdad, en laque el Espritu Santo introduce a los discpulos de Cristo. Por tanto, debe evitarseabsolutamente toda forma de reduccionismo o de fcil estar de acuerdo"12

    Por lo tanto, un correcto entendimiento del ecumenismo desde la perspectiva catlica, esla exhortacin que hace la Iglesia de orar, dialogar y trabajar juntos en la caridad y en laverdad, buscando la verdadera unidad cristiana entre todos los hermanos y hermanas enCristo, pero sin comprometer la plena presentacin de la enseanza doctrinal de laIglesia. El Papa actual, quien de manera personal se ha dedicado a buscar la autnticaunidad cristiana, afirma nuevamente: "La unidad querida por Dios, slo se puede realizar

    en la adhesin comn al contenido ntegro de la fe revelada. En materia de fe, unasolucin de compromiso est en contradiccin con Dios que es la Verdad. En el Cuerpode Cristo que es camino, verdad y vida (Jn. 14:6), quin considerara legtima unareconciliacin lograda a costa de la verdad?"13.

    Apliquemos ahora este entendimiento sobre el ecumenismo al asunto de Mara comoCorredentora. El ttulo Corredentora aplicado a Mara ha sido utilizado en diversasenseanzas de los papas, y la doctrina de la corredencin mariana, como la singularcolaboracin de Mara -con y subordinada a Jesucristo- en la redencin humana,constituye la incesante enseanza del concilio Vaticano II:

    ...(ella) se consagr totalmente como esclava del Seor a la persona y a la obra de su

    Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la redencin con El y bajo El, con la gracia deDios omnipotente. Con razn, pues, piensan los Santos Padres que Mara no fue uninstrumento puramente pasivo, en las manos de Dios, sino que cooper a la salvacin delos hombres con fe y obediencia libres.14

    Adems:

    As avanz tambin la Santsima Virgen en la peregrinacin de la fe, y mantuvo fielmentesu unin con el Hijo hasta la cruz, junto a la cual, no sin designio divino, se mantuvo

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    5/27

    erguida, sufriendo profundamente con su Unignito y asocindose con entraas de madrea su sacrificio, consintiendo amorosamente en la inmolacin de la vctima que ella mismahaba engendrado.15

    Y ms adelante:

    Concibiendo a Cristo, engendrndolo, alimentndolo, presentndolo al Padre en eltemplo, padeciendo con su Hijo cuando mora en la cruz, cooper en forma enteramenteimpar a la obra del Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridadcon el fin de restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por eso es nuestra madre en elorden de la gracia.16

    Por lo tanto, no hay duda de que la corredencin mariana constituye la enseanzadoctrinal de la Iglesia Catlica, y debe ser presentada como tal en cualquierpronunciamiento verdadero de la enseanza que incluye, rigurosamente, el dominio de undilogo ecumnico verdadero.

    De ah que argumentar que el ttulo y la doctrina de Mara Corredentora es de cualquier

    forma contrario a la misin ecumnica de la Iglesia es, fundamentalmente, mal entender lamisin ecumnica de la propia Iglesia. La doctrina catlica en su totalidad, que incluye ladoctrina de la corredencin mariana, debe ser incluida para poder alcanzar un verdaderodilogo que busque la unidad cristiana. Adems, abstenerse intencionalmente de incluir aMara Corredentora en todos los dilogos ecumnicos y en la misin ecumnica de laIglesia en su conjunto, sera una falta de integridad y justicia por parte del catlicoecumenista hacia los cristianos no catlicos quienes, presumiblemente de su parte, hanllevado a la mesa del dilogo la enseanza en detalle de su particular representacineclesistica. Revisemos nuevamente la exhortacin que Juan Pablo II hace a loscristianos: "En el Cuerpo de Cristo que es camino, verdad y vida (Jn. 14:6), quinconsiderara legtima una reconciliacin lograda a costa de la verdad?."17

    De hecho, si la doctrina de la Corredentora constituye al presente una fuente de confusinpara algunos cristianos, y que a otros les parece representa una imagen de diosa u otrosconceptos excesivos marianos, sera entonces mayormente apropiado que se ofrecierauna clara articulacin de esta doctrina mariana, a los hermanos y hermanas cristianos enel dilogo ecumnico. En esto radica el benfico potencial que tendra una definicinformal del Papa, que proporcionase la mayor claridad posible por parte de la ms altaautoridad Catlica. En palabras del extinto cardenal Juan OConnor de Nueva York: "Esclaro que una definicin formal del Papa sera pronunciada en una terminologa de talmodo precisa, que otros cristianos dejaran de estar ansiosos porque no sabemosdistinguir adecuadamente entre la singular asociacin de Mara con Cristo, y el poderredentor que ejercit Cristo por s mismo."18

    Propiamente entendida como Madre espiritual de todos los pueblos, consecuencia de sucorredencin, Mara puede ser reconocida propiamente como la principal intercesora de launidad cristiana entre los hermanos y hermanas cristianos, en lugar de verla como suprincipal obstculo. El pastor luterano, Rev. Dr. Charles Dickson, hace un llamado a lacristiandad protestante a que se vuelva a examinar la positiva defensa y devocinmarianas que tuvieron muchos de sus fundadores y que se encuentra bien documentada,tal como se manifiesta, por ejemplo, en las palabras de Martn Lutero en su Comentariosobre el Magnificat: "Que la tierna Madre de Dios me procure por s misma, el espritu desabidura, provechosa y abundantemente, para poder expandir su cancin...Que Cristo

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    6/27

    nos conceda recto entendimiento...por medio de la intercesin de su querida MadreMara..."19. Lutero contina, nombrando a Mara el "taller de Dios," la "Reina del Cielo," ydeclara: "La Virgen Mara significa decir simplemente que su alabanza ser proclamadade una generacin a la otra, de tal manera que nunca dejar de ser alabada."20.

    En relacin a la universalidad de la maternidad espiritual de Mara como instrumento de la

    unidad cristiana, el Dr. Dickson comenta adicionalmente:

    En nuestro poca, nos seguimos enfrentando a las trgicas divisiones que existen entrelos cristianos del mundo. Sin embargo, estando a punto de comenzar una nueva ybrillante era ecumnica, Mara viene a ser, ms an, el modelo de catolicidad yuniversalidad de mayor importancia. A lo largo de los siglos, desde los comienzos de laIglesia, de la poca de Mara y los Apstoles, la maternidad de la Iglesia ha sido una sola.Esta maternidad fundamental no puede desaparecer aunque existan divisiones. Mara,por medio de su maternidad, mantiene la universalidad del rebao de Cristo. Conforme lacomunidad cristiana en su conjunto regrese a ella, las posibilidades de que haya unrenacimiento y una reconciliacin se ven incrementadas. Por lo tanto, Mara, la Madre dela Iglesia, es tambin fuente de reconciliacin entre sus hijos dispersos y divididos.21

    3 Objecin: Llamar a la Madre de Jess "Corredentora" o "Mediadora," (como funcinsubsecuente), implica un oficio de mediacin ejercido por alguien adems de Jesucristo,pero la Escritura cristiana dice claramente en 1Timoteo 2:5 que "hay un solo Dios, ytambin un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jess," y por lo tanto, ningunacriatura puede correctamente ser mediadora.

    La definicin de "mediador" (en griego, mesitis-"ir entre") es la persona que intervieneentre otras dos personas o partes, con el fin de unir o reconciliar las partes. San Pablo,aplicando este trmino a Jesucristo, declara que ciertamente hay un solo mediador entreDios y la humanidad, es decir el "hombre Cristo Jess." De tal manera que nadie puedellegar a Dios Padre si no es por la nica y perfecta mediacin de Jesucristo.

    Pero an queda la pregunta Esta perfecta y nica mediacin de Jesucristo impide, o ensu lugar permite, que otros participen subordinadamente de la nica mediacin deJesucristo? En otras palabras, La suficiente, plena y nica mediacin de Cristo, ser unimpedimento para que cualquier criatura participe de esa nica y esencial mediacin, opuede su perfeccin divina y humana permitir que otros participen de su singularmediacin de manera subordinada y secundaria?

    La Escritura ofrece varios ejemplos anlogos, en donde los cristianos estn obligados aparticipar en algo que tambin es "nico," exclusivo y totalmente dependiente de lapersona de Jesucristo.

    La filiacin nica de Jesucristo. Hay solamente un verdadero hijo de Dios, Jesucristo,engendrado por Dios Padre (1Jn 1-4). Pero todos los cristianos estn llamados aparticipar de la nica filiacin verdadera de Jesucristo, siendo "hijos adoptivos" en Cristo(cf. 2Co. 5:17; 1Jn. 3:1; Ga. 2:20). La adopcin filial permite una verdadera participacinen la nica filiacin de Cristo por medio del bautismo, permitiendo que los hijos y las hijasadoptivos compartan tambin la herencia del Unignito, la vida eterna.

    Viviendo en el nico Cristo. Todos los cristianos estn llamados a participar de la "vidanica" de Jesucristo, ya que la gracia es participar en la vida y amor de Jesucristo, y a

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    7/27

    travs de l, en la vida y el amor de la Trinidad, segn la enseanza de San Pablo "y novivo yo, sino Cristo quien vive en m" (Ga. 2:20) y la segunda carta de Pedro 1:14 invita alos cristianos a convertirse en "copartcipes de la naturaleza divina," a vivir en el nicoCristo y as en la vida de la Trinidad.

    El sacerdocio nico de Jesucristo. Todos los cristianos tambin estn llamados a

    participar, en grados diferentes, del nico sacerdocio de Jesucristo. El libro de losHebreos identifica a Jesucristo como el nico "Supremo Sacerdote" (cf. Hb. 3:1; 4:14;5:10) quien ofrece el gran sacrificio espiritual de S mismo en el calvario y, sin embargo, laEscritura invita a todos los cristianos, si bien en diferentes niveles de participacinministerial (cf. Hch. 14:22) o real (1P 2:9), para que se unan al nico sacerdocio deJesucristo ofreciendo sacrificios espirituales. Se les pide a todos los cristianos que"ofrezcan sacrificios espirituales aceptables a Dios" (1P 2:5, 2:9).

    En todos estos casos, el Nuevo Testamento invita a los cristianos a participar, a un nivelreal pero subordinado, de lo que es absolutamente nico en Jesucristo, el Alfa y Omega.Por lo tanto y slo en referencia a Cristo el nico Mediador (1Tm. 2:5), vemos la mismaexhortacin cristiana para que otros compartan o participen de la nica mediacin de

    Jesucristo, pero siendo sta una mediacin secundaria y completamente dependiente dela nica y perfecta mediacin de Jesucristo.

    Consecuentemente, se debe plantear la pregunta central cristolgica: El hecho departicipar, de manera subordinada, de la nica mediacin de Cristo, obscurece estamediacin, o en su lugar, pone de manifiesto la gloria de su nica mediacin?. Sera unarespuesta fcil si imaginamos un mundo contemporneo carente de "hijos e hijasadoptivos en Cristo," sin los cristianos de hoy que compartieran la singular vida deJesucristo mediante la gracia, o ms an, sin que algn cristiano ofreciera sacrificiosespirituales en el mbito sacerdotal cristiano. La ausencia de este tipo de participacinhumana, slo dara como resultado obscurecer la filiacin del Hijo, el Sumo Pontificado yla Vida misma de la gracia en Jesucristo, que son verdadera y totalmente nicos en l.

    El mismo principio es vlido para la participacin, dependiente y subordinada, de la nicamediacin de Jesucristo. El principio es claro: mientras ms participe la humanidad de lamediacin nica y necesaria de Cristo, su manifestacin al mundo ser ms perfecta, mspoderosa y gloriosa.

    Adems, en la Escritura contamos con varios ejemplos de estos mediadores humanosinstituidos por Dios que cooperaron, por designio divino, en unir a la humanidad Consigomismo. Los grandes profetas del Antiguo Testamento fueron ungidos para servir comomediadores entre Yahvh y el pueblo de Israel, las ms de las veces buscando que elpueblo de Israel volviera a ser fiel a Yahvh (cf. Is 1; Jr.1; Ez. 2). Los Patriarcas delAntiguo Testamento, Abraham, Isaac, Jacob y Moiss fueron, por iniciativa de Dios, los

    mediadores humanos de la alianza salvfica entre Yahvh y el pueblo de Israel (cf.Gn.12:2; 15:18; Ex. 17:11). San Pablo identifica esta mediacin de Moiss en la ley de losIsraelitas: "Para qu la ley? Fue promulgada por Dios a travs de un mediador"(Ga.3:19-20). Los ngeles, con cientos de acciones de mediacin relatadas en el Antiguoy Nuevo Testamentos, son mensajeros de Dios, que hacen obras de intercesin parareconciliar a Dios y la familia humana, tanto antes como despus de la venida de Cristo, elnico Mediador (cf. Gn.3:24; Lc.1:26; Lc.1:19).

    En cuanto a Mara, la Escritura tambin revela claramente la participacin secundaria y

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    8/27

    subordinada de la Madre de Jess en la mediacin nica de Jesucristo. En laanunciacin, Mara consiente con su "s" -voluntaria y eficazmente- a la invitacin delngel, y este hecho es la mediacin para que el mundo reciba a Jesucristo, el Redentordel mundo y el Autor de todas las gracias (cf. Lc.1:38). Por esta singular cooperacin deMara, de quien el Redentor toma un cuerpo, ella se convierte en la mediacin por mediode la cual la Fuente de todas las gracias viene al mundo, y con justicia podemos llamarla

    bien "Corredentora" o "Mediadora" de todas las gracias, ya que participa por excelencia,de la nica mediacin de Cristo.

    Esta cooperacin mariana, muy real y eficaz, en la mediacin de Cristo y especfica de suredencin, llega al momento supremo en el calvario. En la cruz, su sufrimiento espiritualunido al sacrificio redentor de su Hijo, como la nueva Eva junto al nuevo Adn, tiene comofin la adquisicin universal de la gracia y los frutos espirituales de la redencin. Esto, a suvez, es motivo para que el Corazn de Cristo crucificado conceda el don de la maternidadespiritual a cada corazn humano: "He ah a tu madre" (Jn.19:27). Este don que elRedentor otorga al entregar a su propia Madre como Madre espiritual de toda lahumanidad, conduce a que la Madre alimente espiritualmente a sus hijos en el orden de lagracia. Sobre esta base se constituye su oficio como Mediadora de todas las gracias, que

    perpeta su singular cooperacin y participacin en la nica mediacin salvfica de CristoJess.Juan Pablo II explica esta singular participacin mariana en la mediacin nica deJesucristo:

    Mara entraba de manera muy personal en la nica mediacin entre Dios y los hombresque es la mediacin del hombre Cristo Jess... (debemos) decir que por esta plenitud degracia y de vida sobrenatural, estaba particularmente predispuesta a la cooperacin conCristo, nico mediador de la salvacin humana. Y tal cooperacin es precisamente estamediacin subordinada a la mediacin de Cristo. En el caso de Mara, se trata de unamediacin especial y excepcional.22

    Y en su comentario sobre l Timoteo 2:5 y la mediacin maternal de Mara, el Pontficeaade:

    Recordamos que la mediacin de Mara est esencialmente definida por su maternidaddivina. El reconocimiento de su funcin como mediadora est ms implcito an en laexpresin "nuestra Madre," que presenta la doctrina de la mediacin mariana al acentuarsu maternidad... Al proclamar a Cristo el nico Mediador (cf. 1Tm.2:5-6), el texto de lacarta de San Pablo a Timoteo, excluye cualquier otra mediacin paralela, pero no unamediacin subordinada. De hecho, antes de enfatizar la nica y exclusiva mediacin deCristo, el autor insta a "que se hagan plegarias, oraciones, splicas y acciones de graciaspor todos los hombres" (2:1). No son las oraciones una forma de mediacin?Ciertamente y segn San Pablo, la mediacin nica de Cristo tiene como fin estimular

    otras formas de mediacin dependientes y ministeriales... Verdaderamente qu es lamediacin maternal de Mara sino el don que da el Padre a la humanidad?23

    Por lo tanto, vemos que la participacin de Mara en la nica mediacin de Cristo estsingular y excepcionalmente por encima de la de cualquier ser humano o de participacinanglica, y sin embargo, totalmente subordinada y dependiente de la nica mediacin deJesucristo. Como tal, la mediacin maternal de Mara manifiesta la verdadera gloria ypoder de la mediacin de Cristo de forma inigualable. Los ttulos marianos deCorredentora y Mediadora de todas las gracias (y tambin el de Abogada), de ninguna

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    9/27

    manera violan la prohibicin de 1 Tm 2:5 contra cualquier forma de mediacin paralela,autnoma o rival, sino que demuestra una participacin maternal excepcional y nica enla perfecta y salvfica mediacin de Jesucristo, nica en su gnero.

    Citando al Dr. John Macquarrie, catedrtico anglicano de Oxford:

    Sin embargo, el asunto (de la mediacin mariana) no se puede determinar sealando lospeligros que puede haber en la exageracin y el abuso, o valindose de textos aisladosde la Escritura, como el versculo citado anteriormente de la Primera Epstola a Timoteo, opor los cambios de moda en la teologa y espiritualidad, o por el deseo de no decir nadaque pueda ofender al compaero en el dilogo ecumnico. Quizs algunos entusiastas,sin haberlo pensado, hayan elevado a Mara a una posicin de virtual igualdad a la deCristo, pero esta aberracin no es necesariamente una consecuencia del hecho dereconocer que podra haber una verdad que lucha por expresarse en palabras comoMediadora y Corredentora.

    Todos los telogos responsables estaran de acuerdo en que el papel corredentor deMara es subordinado y auxiliar al papel central de Cristo; pero si en verdad ella tiene ese

    papel, mientras ms claramente lo entendamos, ser mejor. Es un asunto que requiere deinvestigacin teolgica y, como es el caso de otras doctrinas sobre Mara, no se tratasolamente de decir algo acerca de ella, sino algo ms general en lo que respecta a laIglesia en conjunto o incluso a la humanidad en conjunto.24

    4 Objecin: Definir a Mara como Corredentora o llamar a los cristianos en trminosgenerales "corredentores," es tener a un ser humano que est participando activamenteen la redencin, lo que resulta en una actividad divina o, ms especficamente "tendrica,"y que fueron llevadas a cabo slo por Jesucristo en su naturaleza divina y humana, y porello es una cuestin prohibida por la cristiandad. Esto sera causa del paganismo, ya quesita a una persona humana, Mara, como parte de una accin redentora divina que sloJesucristo puede lograr.

    En varios sentidos, la respuesta a esta objecin se puede encontrar en la mismaevidencia fundamental de la Biblia que responde a la objecin anterior sobre cualquierforma de participacin humana subordinada en la nica mediacin de Jesucristo (unamediacin que incluye la redencin). Pero examinemos la objecin especfica en relacincon la participacin activa de Mara en la obra divina de la redencin.

    La objecin primordial a esta eficaz participacin de Mara como Corredentora en laredencin obrada por Jesucristo, ha sido planteada por algunos impugnadores de lasiguiente forma. La actividad tendrica se refiere a una accin de Jesucristo lograda pormedio de sus dos naturalezas, la divina y la humana. En virtud de que el acto de laredencin por Jesucristo fue una actividad tendrica y Mara era slo una criatura

    humana, sus actos no fueron tendricos y por ello no puede participar activamente en laredencin. En este caso, Mara no puede ser llamada propiamente "Corredentora,"trmino que significa que ella "repar" a la humanidad junto con el Redentor. Tampocopuede ningn cristiano ser llamado "corredentor," puesto que ninguna criatura puedeparticipar en la actividad tendrica.

    Para responder correctamente a esta objecin, debemos revisar al significado etimolgicoesencial del trmino "corredentora." El prefijo en latn, cum, significa "con" (y no "igual a").El verbo en latn re(d)-emere significa "restaurar," y el sufijo -trix, que significa "el que

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    10/27

    hace algo," es femenino. Por lo tanto, en su forma completa, el trmino "corredentora" serefiere a la "mujer con el Redentor," o de una manera ms literal, "la mujer que restaurcon (el Redentor)."

    El trmino Corredentora, conforme lo ha usado la Iglesia Catlica, expresa la participacinactiva y singular de Mara en el acto divino y humano de la redencin por Jesucristo. Por

    otra parte, la perfeccin misma de esta redencin divina y humana proporciona ms queprohibir, una verdadera y activa participacin humana a varios niveles, aunqueradicalmente dependiente y subordinada a la accin tendrica redentora de Jesucristo.

    En tanto que hacer una distincin entre las acciones tendricas de las acciones humanases legtimo, va en contra de la Escritura y tradicin cristianas -tanto la antigua como ladesarrollada- rechazar la participacin activa del hombre en la actividad tendrica deJesucristo.

    La participacin activa en una accin tendrica no requiere que el participante tengatambin una naturaleza divina y humana. Eso sera mal entender la distincin que existeentre "ser" (la posesin especfica de ciertos atributos como parte esencial de una

    persona) y "participar" (compartir los atributos especficos esenciales que posee otrapersona). De este modo, Mara, como criatura humana, puede tener parte activa en laaccin tendrica redentora de Jesucristo, sin que ella posea la esencia divina comoatributo especfico de su persona. De manera semejante, todos los cristianos participande la naturaleza divina de Jesucristo (cf. 2P 1:4) sin que sean dioses; participan de lafiliacin de Jesucristo como Hijo (cf. Ga. 4:4) sin haber sido engendrados por la Divinidad;participan de la mediacin de Cristo (cf. Ga. 3:19, 1Tm 2:1) sin que sean el nicoMediador divino y humano (1Tm 2:5).

    Como se dijo en la primer respuesta, la Escritura cristiana da testimonio de la singular yactiva participacin de Mara en la Redencin de Jesucristo. Con su "fiat" libre y activo ala invitacin del ngel Gabriel para convertirse en la Madre de Jess, "hgase en m

    segn tu palabra" (Lc.1:38), cooper de modo eminentsimo en la obra de la redencin, aldarle al divino Redentor un cuerpo que fue el instrumento mismo de la redencin humana.La profeca de Simen revela la singular misin corredentora de Mara unida directamentecon la de su Hijo Redentor en la nica obra conjunta de redencin: "y a ti misma unaespada te atravesar el alma!" (Lc.2:34-35). La funcin de Mara como Corredentora -conl y bajo l- llega a su momento supremo al pie de la cruz, junto a la cual se mantuvoerguida sufriendo en su corazn de Madre y unindose obedientemente a los sufrimientosdel corazn del Hijo en cumplimiento del plan de redencin de Dios Padre: "Mujer, he aha tu hijo. Luego dijo al discpulo, he ah a tu Madre." (Jn.19:27).

    Y de nuevo, como ya se dijo, los ms antiguos escritores cristianos y Padres de la Iglesia,explicaron la participacin mariana -con y bajo Cristo- en la "restauracin" de la familia

    humana de la esclavitud de Satans y del pecado, dentro del primer modelo teolgico deMara como la "nueva Eva." Los antiguos escritores dieron testimonio de la uninexistente entre la Redencin de Cristo y la corredencin de Mara, argumentando que ascomo Eva, la primer "madre de los vivientes" (Gen. 3:20) haba participado con Adn, elpadre de la raza humana, en la prdida de la gracia para toda la humanidad, as tambinMara, la "nueva Eva", particip con Jesucristo, el "nuevo Adn", (cf. 1Co.15:45-48, 20-25), en la restauracin de la gracia para toda la humanidad. Citando a San Ireneo: "Ascomo aquella [Eva] que tena por marido a Adn, aunque todava era virgen, fuedesobediente hacindose causa de la muerte para s misma y para todo el linaje humano,

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    11/27

    as tambin Mara, que tena destinado un esposo pero era virgen, fue por su obedienciala causa de la salvacin para s misma y para todo el linaje humano." 25

    Enseanzas explcitas sobre la participacin activa de Mara con Jesucristo al redimir o"adquirir de nuevo" a la humanidad de la esclavitud de Satans y del pecado, lasencontramos a lo largo de la primera y posterior Tradicin cristiana:

    Por Mara "somos redimidos de la tirana del demonio."(Modesto de Jerusaln, siglo VII);26

    "Dios te salve, que por ti somos redimidos de la maldicin."(San Juan Damasceno, siglo VIII);27

    "Por su medio, el hombre fue redimido."(San Bernardo de Claraval, siglo XII);28

    "Aquella mujer (Eva)fue la causa de nuestro destierro del paraso y nos perdi; pero sta(Mara) nos rescat de nuevo y nos salv." (San Buenaventura, siglo XIII);29

    "As como ellos (Adn y Eva) fueron los destructores del linaje humano, de igual manerastos (Jesucristo y Mara) fueron los reparadores.";30

    "Ella (Mara) tambin fue merecedora de la reconciliacin para toda la raza humana." (SanBuenaventura);31

    "Ella pag el precio (de la redencin) como mujer fuerte y amorosa -especialmentecuando Cristo sufri en la cruz para pagar ese precio, con objeto de purgarnos, lavarnos yredimirnos- la Santsima Virgen estuvo presente, aceptando y consintiendo con eldesignio divino." (San Buenaventura);32

    "Slo a ella se le dio este privilegio, es decir, participar de la pasin...y para poderasociarla a los beneficios de la redencin, El quiso que estuviera asociada a los grandesdolores de la pasin, para poder ser la Madre de todos mediante la recreacin..."(SanAlberto el Grande [o Seudo-Alberto], siglo XIII);33

    "Dios acept su oblacin como un sacrificio agradable para la utilidad y salvacin de laraza humana...El te anunci [Mara] todo lo que ibas a sufrir para poderte asociar a todossus mritos y aflicciones, y tu cooperaras con l en la redencin salvfica delhombre."(Juan Tauler, siglo XIV);34

    "...como una que sufre con el Redentor por el pecador cautivo, sers Corredentora." (sigloXIV);35

    Las enseanzas Cristianas sobre la Corredentora continan consistentemente desde laedad media hasta el perodo moderno36, como lo evidencia esta seleccin representativade ejemplos:

    "Santos y doctores se unifican al nombrar a nuestra Santsima Seora Corredentora delmundo. No hay duda de la completa legalidad al usar este lenguaje, porque hay unaabundante autoridad para hacerlo..."(Faber, siglo XIX);37

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    12/27

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    13/27

    De qu manera precisa difiere la participacin de Mara como Corredentora en laredencin humana, del llamado en general a que los cristianos participen de la redencinde Jesucristo?

    Ciertamente que la Escritura llama a todos los cristianos a "completar lo que falta a lastribulaciones de Cristo, a favor de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col. 1:24). Al decir esto,

    San Pablo no est hablando de que todos los cristianos participen en la redencinhistrica y universal del calvario, en donde Cristo adquiri las gracias de la redencin porsu pasin y muerte o por la "redencin objetiva." Si as fuera, esto incorrectamenteinferira que algo est "faltando" en los histricos sufrimientos redentores y los mritossalvficos concurridos por Jesucristo, que fueron por s mismos, infinitos e inagotables.

    Ms bien, la enseanza de San Pablo se refiere a la exhortacin cristiana de que a travsde la cooperacin voluntaria, la oracin y el sacrificio, se debe participar en la liberacin ydistribucin de las infinitas gracias que Jesucristo adquiri en el calvario para la familiahumana, llamada "redencin subjetiva." As como cada corazn humano, activa yvoluntariamente, debe responder a las gracias salvficas de Jesucristo para obtener suredencin personal y subjetiva, as tambin los cristianos estn llamados a participar

    activamente en la liberacin y distribucin de las gracias de la redencin para los dems,y de esta manera "completar" a lo que, segn San Pablo, "falta" a los sufrimientos deCristo en favor de su Cuerpo. En este sentido, todos los cristianos participan realmente dela redencin subjetiva, en la distribucin de la gracia, como "colaboradores de Dios" (1Co.3:9) o "corredentores" (usando la expresin de los papas del siglo XX).45

    La participacin redentora de Mara difiere de este llamado general a los cristianos departicipar en la distribucin de las gracias salvficas en la individual y personal redencinsubjetiva, ya que ella fue la nica que tambin particip -y de nuevo- de manerasecundaria y subordinada al Redentor, de la histrica y universal redencin objetiva, comola nueva Eva asociada del nuevo Adn. Esta es la razn por la que el ttulo Corredentoradebe referirse principalmente a Mara. Una vez ms, en palabras de Juan Pablo II que

    dirigi durante un discurso en 1997:

    "La colaboracin de los cristianos en la salvacin tiene lugar despus de lo acontecido enel calvario, cuyos frutos deben esforzarse por difundir mediante la oracin y el sacrificio.Mara, en cambio, cooper en el evento mismo y en su papel de Madre; de esta forma, sucooperacin abarca la totalidad de la obra salvfica de Cristo. Solamente ella estuvoasociada de esta manera con el sacrificio redentor que mereci la salvacin de lahumanidad." (papa Juan Pablo II);46

    De este modo, el ttulo y la verdad sobre Mara Corredentora como lo han comprendidotanto en la Escritura como en la Tradicin, hace hincapi en la fecundidad espiritual ylegitimidad que tiene la activa participacin humana en la accin redentora tendrica de

    Jesucristo. Para Mara Corredentora, esta participacin en la redencin constituye unacooperacin tanto en la adquisicin como en la distribucin de las gracias redentoras, ypara los dems cristianos, significa participar y distribuir las gracias de la redencin, comocorredentores en Cristo. El padre Jean Galot, S.J., telogo de Roma, hizo la siguientealusin en su artculo sobre "Mara Corredentora", publiado en LOsservatore Romano en1997:

    El ttulo (Corredentora) es criticado porque sugerira una igualdad entre Mara y Cristo.Esta crtica no tiene fundamento...La corredencin implica una subordinacin a la obra

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    14/27

    redentora de Cristo, porque es slo una cooperacin y no una obra paralela oindependiente. Por lo tanto, queda excluida cualquier igualdad con Cristo...La palabra"corredencin," que significa "cooperacin en la redencin," puede ser aplicada a todoslos cristianos y a toda la Iglesia. San Pablo escribe: "Somos colaboradores de Dios."(1Co. 3:9)47

    5 Objecin: La idea de Mara como Corredentora y las enseanzas sobre la corredencinmariana, es una creencia piadosa que sostienen algunos catlicos devotos, pero no esuna enseanza doctrinal de la Iglesia Catlica. Slo se le encuentra en algunos textospapales de menor importancia y, ni ha sido enseada oficialmente por el magisterio, ytampoco se le encuentra como doctrina en los documentos del concilio Vaticano II.

    Para un miembro de la fe catlica, si una posicin teolgica en particular constituye partede la autntica enseanza doctrinal de la Iglesia o no, se manifiesta esencialmente por supresencia (o ausencia) en la instruccin de la autoridad eclesistica. La autoridad oficialde la doctrina en la Iglesia Catlica, o "magisterio," tiene el oficio de interpretarautnticamente la palabra de Dios por medio del Papa y los obispos, que lo ejercitan ennombre de Jesucristo y con la asistencia del Espritu Santo.48

    Aunque existe cierta jerarqua entre lo que expresa la autoridad oficial catlica en relacina la doctrina, (que incluye la definicin de un dogma en un concilio ecumnico, ladeclaracin infalible del Papa cuando habla ex cathedra, la instruccin doctrinal emanadade los concilios ecumnicos, las cartas encclicas y el magisterio autntico ms generaldel Romano Pontfice), al mismo tiempo permanece el mandato general para todos losfieles, proclamada por el concilio Vaticano II, de aceptar el juicio del Papa, dado ennombre de Cristo, y deben adherirse a l con religioso respeto, an cuando no hable excathedra,49 y ciertamente, todas la instrucciones doctrinales emanadas de los conciliosecumnicos, las encclicas papales, o la instruccin papal repetida de manera consistente,constituye la enseanza doctrinal ms autntica de la Iglesia Catlica.

    Apliquemos ahora este criterio a la posicin oficial de la Iglesia, en relacin con la doctrinade la corredencin mariana.

    Tomando como base la instruccin doctrinal del concilio Vaticano II, la posicin real ycertera de la doctrina con respecto a la corredencin mariana, se aclara por s sola. ElVaticano II ha enseado de manera consistente, la participacin de Mara en la obra deredencin por Jesucristo, realizada de manera eminentsima y enteramente impar:

    ...(ella) se consagr totalmente como esclava del Seor a la persona y a la obra de suHijo, sirviendo con diligencia al misterio de la redencin con El y bajo El, con la gracia deDios omnipotente. Con razn, pues, piensan los Santos Padres que Mara no fue uninstrumento puramente pasivo, en las manos de Dios, sino que cooper a la salvacin de

    los hombres con fe y obediencia libres.50

    Y ms adelante:

    As avanz tambin la Santsima Virgen en la peregrinacin de la fe, y mantuvo fielmentesu unin con el Hijo hasta la cruz, junto a la cual, no sin designio divino, se mantuvoerguida, sufriendo profundamente con su Unignito y asocindose con entraas de Madrea su sacrificio, consintiendo amorosamente en la inmolacin de la vctima que ella mismahaba engendrado.51

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    15/27

    .Posteriormente, el Concilio declara:

    Concibiendo a Cristo, engendrndolo, alimentndolo, presentndolo al Padre en eltemplo, padeciendo con su Hijo cuando mora en la cruz, cooper en forma enteramenteimpar a la obra del Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridad

    con el fin de restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por eso es nuestra Madre en elorden de la gracia.52

    El padre Jean Galot confirma la posicin oficial de la corredencin mariana en la doctrina,a la luz de los documentos del concilio Vaticano II:

    Sin utilizar el trmino "Corredentora," el concilio claramente enunci la doctrina: unacooperacin de ndole nica, una cooperacin maternal en la vida y obra del Salvador,que alcanza su pice al participar del sacrificio en el calvario, y que est orientada arestaurar sobrenaturalmente a las almas...53

    Y como lo escribi Galot en el diario del Vaticano, LOsservatore Romano: "El concilio

    Vaticano II, que evit emplear este ttulo tan debatido [Corredentora], no obstanteconfirm vigorosamente la doctrina que implica..."54

    La corredencin mariana, allende la relativa presencia que tuvo en la doctrina delVaticano II, as como el utilizar explcitamente el ttulo "Corredentora," es una enseanzapapal que se ha repetido a lo largo de los siglos XIX al XXI, lo cual confirma an ms suautntica posicin en la doctrina de la Iglesia. La corredencin mariana se ha sido unaconstante en el magisterio, ya sea por medio de las encclicas papales como por lainstruccin en general, como se ve reflejado en las citas muy representativas delmagisterio oficial de los Papas que se transcriben a continuacin:55

    Len XIII: Cuando, al pie del altar, ofreci todo su ser con su nio Jess en el templo -

    entonces y despus- tom su parte en la dolorosa expiacin que ofreci su hijo por lospecados del mundo. Por lo tanto, es seguro que ella sufri en lo ms profundo de su almalos sufrimientos ms amargos de su Hijo y con sus tormentos. Finalmente, fue ante losojos de Mara que el divino Sacrificio, por quien ella haba engendrado y alimentado a laVctima, iba a llegar a su trmino. Al contemplar al Hijo en el ltimo y ms piadoso deestos misterios, vemos que "Junto a la cruz de Jess estaba su Madre" (Jn. 19:25), quien,en un milagro de amor, y para poder recibirnos como sus hijos, ofreci generosamente ala divina Justicia su propio Hijo, y en su corazn, muri con l, apualada por la espadadel dolor."56San Po X: "Por esta comunin de vida y aflicciones entre Cristo y Mara, se convirti juntocon l en la Reparadora del mundo cado, y por esta razn, la dispensadora de todos losfavores que Jess adquiri para nosotros con su muerte y con su sangre...y porque fue

    escogida por Cristo para ser su asociada en la obra de salvacin, ella mereci paranosotros, de congruo, como dicen, lo que Cristo mereci para nosotros de condigno..."57

    Benedicto XV: "El hecho de la presencia de Mara con su Hijo, crucificado y muriendo, noestuvo desprovisto del designio divino. Mara, en verdad, sufri, y casi muri con su Hijoque sufra y agonizaba. Renunci a sus derechos maternales por su Hijo...y en cuantoestuvo de su parte, ella inmol al Hijo para aplacar la justicia divina de tal manera, queuno puede decir con razn que ella, con su Hijo, redimi a la raza humana."58

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    16/27

    Po XI: "Madre, la ms fiel y misericordiosa, Vos, que como Corredentora y socia de losdolores de Vuestro querido Hijo, lo asististeis cuando ofreca el sacrificio de nuestraredencin en el altar de la cruz... conservad en nosotros e incrementad da con da, os losuplicamos, los frutos preciosos de nuestra redencin y Vuestra compasin."59

    Po XII: "Ella fue quien, ms unida a su Hijo que nunca, como una nueva Eva, lo ofreci

    en el Glgota al Padre eterno junto con el holocausto de sus derechos maternales y suamor de Madre, por todos los hijos de Adn que se haban contaminado por aquella infelizcada."60

    Juan Pablo II:" En ella, se acumularon tantos e intensos sufrimientos conectados entre sde tal manera, que no slo fueron una prueba de su inquebrantable fe, sino tambin unacontribucin a la redencin de todos... Fue en el calvario donde el sufrimiento de Mara,junto con el sufrimiento de Jess, alcanz una intensidad que difcilmente se puedeimaginar desde un punto de vista humano, pero que fue misteriosa y sobrenaturalmentefructfero para la redencin del mundo. su ascensin al calvario y el haberse mantenido alpie de la cruz, junto con el discpulo amado, fue una manera especial de tomar parte en lamuerte redentora de su Hijo."61

    Juan Pablo II. "Crucificada espiritualmente con su hijo crucificado (cf. Ga 2:20), ellacontempl con heroico amor la muerte de su Dios, ella consinti amorosamente en lainmolacin de la Vctima que ella misma haba engendrado (Lumen gentium, 58)... Dehecho, en el calvario, Mara se uni al sacrificio de su Hijo que llev a la fundacin de laIglesia. Tenemos por cierto que el papel corredentor de Mara no ces con la glorificacinde su Hijo."62

    De esta forma vemos que, tanto por el criterio en que se han basado los conciliosecumnicos en su enseanza, como por la repetida doctrina papal mediante las encclicasy la instruccin en general, la enseanza de la corredencin mariana, sin lugar a dudas,constituye una autntica doctrina dentro de las enseanzas del Magisterio.

    En algunas ocasiones se ha argumentado que el ttulo Corredentora, especficamente,slo aparece en enseanzas papales de menor importancia, por lo que no representa lainstruccin doctrinal de la Iglesia. Esto sera estar separando artificialmente el ttulo deCorredentora de la doctrina teolgica de la corredencin, a la que el ttulo est ligado ensu esencia y del cual se deriva. El ttulo se refiere a la funcin espiritual desarrollada porMara, en virtud de haber cooperado de manera singular en la redencin; por lo queseparar el ttulo de la doctrina sera desconectar, inapropiada y peligrosamente, este ttulode la doctrina fundamental que ha enseado la autoridad eclesistica. En suma, la certezadoctrinal de la corredencin mariana es a su vez, la garanta ms segura y verdadera dela doctrina de Mara Corredentora.

    Por otra parte, las varias ocasiones en las que el Papa actual ha utilizado el ttulo deCorredentora, en seis instancias diferentes,63 debera ser motivo ms que suficiente paraque los fieles catlicos inmediatamente despejaran cualquier duda sobre la legitimidaddoctrinal del ttulo Corredentora (sea si es preferido personalmente por cada individuocatlico o no). Lo contrario sera concluir dudosamente que el Papa Juan Pablo II hausado repetidamente, un ttulo mariano que es en s mismo doctrinalmente errneo,carente de solidez teolgica, o que intrnsecamente no tiene un fundamento doctrinalcristiano. Aparentemente esto ira en contra de la adhesin con religioso respeto, alaceptar el juicio y doctrina del Papa, dado en nombre de Cristo, an cuando no hable ex

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    17/27

    cathedra.64

    Resumiendo, en virtud tanto de la reiterada enseanza conciliar como pontificia, lacorredencin mariana y su congruente ttulo, Mara Corredentora, constituye parte de lainstruccin oficial de la doctrina de la Iglesia.

    6 Objecin: A un nivel teolgico ms especulativo, parecera que Mara no puedeparticipar en la adquisicin de las gracias de la redencin (o "redencin objetiva") comoCorredentora, porque ella misma necesitaba ser redimida. Si ella cooper con estaredencin, fue porque sin ella, la redencin no se haba cumplido an. Pero en el caso deque esta redencin no se haba cumplido an, ella misma no poda beneficiarse de ella.Asimismo, la corredencin supondra que la redencin est en el acto de ser cumplida yque ya se ha realizado, algo que es contradictorio

    La contradiccin desaparece cuando uno entiende la forma en que recibi Mara lo que sellama "redencin ya prevista," en virtud de los mritos previstos que Jesucristo nosmereci en la cruz.

    Es verdad que Mara necesitaba ser "redimida" con objeto de participar eficazmente en elproceso de redencin como la asociada impecable, la nueva Eva, actuando de manerasecundaria y subordinada a Jesucristo, el nuevo Adn. El haber estado en pecado originalo sus efectos, no habra permitido a Mara estar completamente unida con el Redentor yen franca "enemistad" o competa oposicin a Satans y su semilla de pecado y susefectos (cf. Gn. 3:15), en el proceso de redencin o "restauracin" de la familia humanade la esclavitud de Satans, para restaurar la gracia a la humanidad. Al atribursele aMara cualquier pecado, la habran colocado en una "obra doble," al estar de algunamanera unida tanto al Redentor como a Satans. Por su origen natural, Mara, comotodos los dems hijos de Adn y Eva, hubiera tenido que contraer el pecado original, maspor una especial intervencin de Dios fue preservada de la mancha del mismo. La causafinal de la concepcin inmaculada es el poder concurrir perfectamente con su misin de

    Corredentora con el Redentor, en el proceso de la redencin objetiva universal.

    En la definicin papal de la Inmaculada Concepcin de Mara por el Beato Papa Po IX en1854, se declara que la beatsima Virgen Mara, en el primer instante de su concepcin,fue preservada inmune de toda mancha de culpa original por singular privilegio y gracia deDios omnipotente, "en atencin a los mritos de Cristo Jess, Salvador del gnerohumano."65 Esto se refiere a que tambin Mara fue redimida por la gracia de Cristo,aunque de manera ms perfecta o "sublime" que todos los dems hijos de Adn y Eva.Mara se vio libre de pecado original y fue para ella un don inmerecido que Dios leconcedi, y una ley excepcional por los merecimientos salvadores de Jesucristo en elcalvario; por ello fue preservada antes de que la manchase aqul, y por lo tanto esredimida de manera ms sublime (consecuentemente, ella le debe ms a la redencin

    salvfica de su Hijo que cualquier otra criatura redimida).De qu manera especfica se desarrolla la redencin de Mara, preservada dignamentedel pecado, para que le permita participar histricamente de la redencin? Esta manerams sublime de redencin se lleva a cabo en el calvario; en el hecho de que la primeraintencin del sacrificio redentor de Jesucristo,66segn el designio divino, era redimir a supropia Madre, (obrada con miras a la redencin y corredencin que a su vez rescatara alresto de la familia humana de Satans y el pecado).

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    18/27

    Esta primer intencin del Redentor de redimir a Mara, es por s sola otra manifestacin dela forma ms alta y perfecta en que Mara fue redimida. Las gracias de esta primerintencin del Redentor son posteriormente aplicadas a Mara al momento de suInmaculada Concepcin, permitindole as convertirse en la impecable Corredentora, lanueva Eva histrica, en la histrica redencin objetiva de Cristo Jess en el calvario.Jesucristo redimi en primer trmino a su Madre (causa eficiente de la concepcin

    inmaculada, preservndola de la macha del pecado) y despus, con su activacorredencin, al resto de la humanidad en el calvario.

    Por lo tanto, no existe contradiccin alguna sobre el papel histrico de la Corredentora ala redencin objetiva en el calvario, y su redencin personal y necesidad de las gracias dela redencin. En virtud de la concepcin inmaculada (la causa meritoria son losmerecimientos salvadores de Jesucristo y las gracias aplicadas a su concepcin) y comola primera intencin del sacrificio redentor de Jesucristo, Mara estuvo en posibilidades departicipar de manera singular, en la redencin histrica del resto de la humanidad,ntimamente unida con su Hijo Redentor. El padre Galot lo resume as:

    La primera intencin del sacrificio redentor, segn el plan divino, tena que ver con el

    rescate de Mara, realizado con miras a nuestro rescate...Por lo tanto, mientras ella fueasociada al sacrificio del calvario, Mara ya se haba beneficiado, ante todo, de los frutosdel sacrificio, y actu en la capacidad de una criatura rescatada. Pero ella cooperverdaderamente en la redencin objetiva, en la adquisicin de las gracias de la salvacinpara toda la humanidad. Su redencin fue comprada antes que la de otros sereshumanos. Mara fue rescatada nicamente por Cristo, para que toda la humanidad fuerarescatada por Cristo con la colaboracin de su Madre...Por ello, no existe contradiccin: lacorredencin implica la redencin prevista de Mara, pero no el cumplimiento previsto dela redencin de la humanidad; expresa la situacin nica de la Madre quien, al haberrecibido una gracia singular de su propio Hijo, coopera con l para obtener la salvacin detodos.67

    No obstante, otras escuelas teolgicas prefieren hacer una distincin entre la nocingeneral de redencin y la ubican en dos categoras, "preservacin" y "rescate." En virtudde que Mara, tcnicamente, jams estuvo ligada a la esclavitud de Satans, pues nuncaexperiment el pecado, se deriva que el trmino "rescate" no es exactamente lo msatinado para referirse a ella, pues infiere regresar a alguien de la esclavitud en la queestaba. Por ello, el trmino "preservacin" o redencin preservativa, puede distinguir demanera ms precisa, la singular necesidad que tena Mara de ser la primer redimida porCristo, como hija de Adn y Eva, pero no infiere que ella estuvo bajo la esclavitud depecado de Satans. Es ilustrativo este singular privilegio y gracia de Dios que la preservinmune, y su subsecuente participacin en el verdadero "rescate" del resto de lahumanidad.68

    Esta intencin primordial de Jesucristo de redimir a su Madre y despus, como intencinsubsecuente, al resto de la humanidad, viola en algn modo el "nico sacrificio" que CristoJess ofreci por todos, segn la Carta a los Hebreos (cf. Hb.10:10)? En lo absoluto, yaque la redencin sigue siendo una, aunque la intencin y su eficacia en la aplicacin seadoble. El nico sacrificio redentor de Jesucristo en el calvario no est constituido por "dosredenciones," sino por una sola y sublime redencin que tiene dos aplicaciones salvficas:la primera de ellas, siendo la causa eficiente de la concepcin inmaculada de Mara,preparndola as para ser la Corredentora mediante su cooperacin en la redencinobjetiva; la segunda aplicacin como causa eficiente de la redencin del gnero humano

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    19/27

    lograda junto con la Corredentora.69

    En su homila para la Fiesta de la Concepcin Inmaculada en la catedral de Cracovia, elcardenal Karol Wojtyla sintetiz de manera sucinta, esta verdad mariana: "Para poder serCorredentora, primero tuvo que ser la Concepcin Inmaculada."70

    7 Objecin: An cuando se otorgara legitimidad a Mara como Corredentora y a la relativadoctrina de la corredencin, que en este momento carece de razones o frutossubstanciales para su definicin papal, es un hecho que una definicin como stacausara serias divisiones dentro de la Iglesia.

    Se debe afirmar desde el principio que la posible definicin papal de Mara Corredentoraasume una posicin muy aceptable por parte de los miembros fieles a la Iglesia Catlica.Sin menoscabo de lo anterior, exploremos, de manera breve y resumida, algunas de lasmltiples razones que en la actualidad se estn ofreciendo y que apoyan la formaldefinicin papal de Mara Corredentora, por considerarlo apropiado y positivamentefructfero.

    1. Mayor claridad teolgica en un rea en la que actualmente hay malos entendidos.

    Cuando el Beato Po IX elev la Concepcin Inmaculada al nivel de dogma en la Iglesia,en 1854, declar que los frutos de esta definicin seran "llevar a la perfeccin" ladoctrina, lo que aadira una mayor claridad y luz para el beneficio de todos:

    La Iglesia trabaja celosamente para investigar adecuadamente, pulir y perfeccionar laformulacin de anteriores enseanzas, de tal forma, que estas formas antiguas de ladoctrina celestial puedan ser comprobadas, iluminadas, distinguidas, en tanto quecontinen manteniendo su plenitud e integridad, su propio carcter...71

    A la luz de la sustancial y actual confusin en relacin con lo que precisamente la Iglesia

    Catlica intenta transmitir en la doctrina de la corredencin mariana (evidenciado por elreciente artculo del New York Times y su reaccin), sera muy provechoso tener unadeclaracin precisa, formulada con base en la Escritura a la luz de la Tradicin cristiana,por parte de la autoridad suprema de la Iglesia Catlica con el objeto de asegurar yprecisar su contenido doctrinal y su autenticidad.

    2. Beneficios ecumnicos como expresin autntica catlica del dilogo doctrinal.

    Ms que la percepcin de que va en contra de la exhortacin de trabajar por la unidadcristiana, la formulacin precisa de las verdades en que creen los catlicos sobre MaraCorredentora, y al mismo tiempo de lo que no creen (es decir, igualdad con Jesucristo,divinidad de Mara, etc.) slo servira como marco para un autntico dilogos ecumnico,

    basado en la integridad y verdad de lo que ya forma parte de la instruccin doctrinalcatlica.

    Como ya lo dijimos anteriormente, el difunto cardenal John OConnor de Nueva York serefiri al potencial ecumnico y fecundidad al ratificar su carta para la definicin papal deMara Corredentora:

    "Es claro que una definicin formal del Papa sera pronunciada en una terminologa de talmodo precisa, que otros cristianos dejaran de estar ansiosos porque no sabemos

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    20/27

    distinguir adecuadamente entre la singular asociacin de Mara con Cristo, y el poderredentor que ejercit Cristo por s mismo."72

    Esta definicin ayudara a evitar la peligrosa tendencia de presentar en los dilogosecumnicos slo los elementos doctrinales que comparten los cristianos, en lugar delaspecto difcil pero necesario de compartir aquellos elementos doctrinales cristianos que

    no tienen en comn. Una integridad de este tipo en el intercambio del ecumenismodoctrinal es urgentemente necesario, si eventualmente se quiere llegar una verdaderaunidad cristiana.

    3. Desarrollo apropiado de la doctrina mariana.

    Los cuatro dogmas marianos existentes, a saber, la Maternidad de Dios (431), laVirginidad Perpetua (649), la Concepcin Inmaculada (1854) y la Asuncin (1950), todosellos se refieren a los atributos o cualidades que tuvo Mara durante su vida en la tierra,pero ninguno se refiere directamente a la Madre de Jess en relacin con la familiahumana.

    Es interesante hacer notar, histricamente, que a slo un mes de haber sido definido porel Papa la Asuncin de Mara, en noviembre de 1950, el Congreso InternacionalMariolgico pidi formalmente al papa Po XII que se definiera papalmente la mediacinuniversal de Mara, como una consecuencia lgica y progresiva de la definicin de laAsuncin.73

    Despus de que la vida y atributos terrenales de Mara han recibido su respectiva"perfeccin de doctrina" mediante las definiciones dogmticas solemnes, as tambinparecera apropiado que las prerrogativas celestiales de Mara como Madre espiritual detodos los pueblos, en el orden de la gracia, fundada e inclusiva de su singularcorredencin, reciban tambin su perfeccin doctrinal en la forma de una definicindogmtica.

    4. Afirmacin de la dignidad y libertad de la persona humana.

    El Dr. Josef Seifert, filsofo personalista,74 argumenta que un dogma como el de MaraCorredentora, constituira la suprema confirmacin de la dignidad y libertad de la personahumana:

    Un dogma que declare a Mara como Corredentora, ofrecera un testimonio nico de lalibertad plena con que cuenta el ser humano, como ya lo hemos visto, y del respeto queDios tiene por la libertad humana. Este dogma reconocera de manera determinante, quela libre decisin de la persona humana de Mara, quien no se convertira en la Madre deDios sin su fat voluntario -una decisin que no fue causada exclusivamente por la gracia

    divina, sino que tambin fue el fruto de su decisin muy personal- fue necesaria paranuestra salvacin, o que por lo menos jug una parte indispensable en la maneraconcreta en que Dios escogi nuestra redencin.

    En nuestra era, en la que se ha desarrollado ms profundamente una filosofapersonalista como nunca antes en la historia de la humanidad, y en la que al mismotiempo reinan terribles ideologas anti-personalistas, un dogma como ste sera bienrecibido, confirmando en mximo grado la dignidad de la libertad humana.

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    21/27

    En todo esto, yo vera que la proclamacin de este dogma tendra un valor crucial y ungran significado para nuestro siglo en el que, tanto ha emergido una nueva conciencia dela dignidad personal, como en el que la persona ha sido ms humillada en la accin ynegada en la teora (tambin en muchas teoras pseudo-personalistas y de orientacintica) como nunca antes se haba visto.75

    5. Confirmacin de la dignidad de la mujer.

    En los debates actuales sobre el feminismo y la naturaleza de la mujer, la proclamacinpapal de Mara Corredentora, subrayara lo que propiamente podra ser identificado comoel librrimo acto del amor de Dios y su respeto por la mujer. Segn la Escritura cristiana,el providencial designio de Dios Padre de enviar a su Hijo para la redencin del mundo,dependi totalmente del voluntario fiat de una mujer (cf. Lc.1:38;Ga.4:4). Qu "confianza"debi haber tenido Dios Padre en la mujer, representada en Mara, que designara lavenida del Redentor de toda la raza humana y la condicionara al consentimientovoluntario de la mujer.

    Como seala el Dr. Seifert nuevamente:

    Por lo tanto, esta nueva declaracin de la doctrina tradicional, mostrara de una manerafresca, una eterna verdad sobre Mara y sobre la mujer; una verdad que siempre ha sidosostenida por la Iglesia, pero nunca establecida de manera clara e indubitable: la obrams grande del bondadoso amor de Dios - la redencin de la humanidad y nuestrasalvacin-- es en cierto sentido, tambin la consecuencia del acto voluntario de una mujery, por ello, tambin el regalo de una mujer a la humanidad.76

    Y ms adelante:

    Este dogma proferira dignidad a los actos de la mujer que exceden en actividad,sublimidad y efectividad, a las obras de todas las dems criaturas puras y del hombre: de

    todos los reyes y polticos, pensadores, cientficos, filsofos, artistas y artesanos, desde elprincipio del mundo hasta el fin...77

    La revelacin del papel de Mara Corredentora, definido por el Papa, podra por lo tantoofrecerse como un fundamento ejemplar para entender de mejor manera la singularcontribucin del feminismo a la humanidad y, como tal, constituye una base fundamentalantropolgica para un autntico feminismo cristiano.

    6. Volver a enfatizar la necesidad cristiana de cooperar con la gracia de Dios para lasalvacin.

    El erudito anglicano de Oxford, Dr. John Macquarrie, declara que la funcin de Mara

    como Corredentora, proporciona una expresin concreta de la necesidad que tiene elhombre de cooperar, eficaz y voluntariamente, con la gracia de Dios para la salvacin.Incluso, l siente que la verdad cristiana de Mara Corredentora servira para corregir laprctica de las teologas, que le quitan esta dignidad a la persona y, en consecuencia,exponen una imagen no deseable de la propia cristiandad. Segn sntesis de Macquarrieen esta extensa cita:

    En algunas prcticas de esta enseanza, incluso se llega a creer que los seres humanospueden ser salvados sin que ellos sepan que la salvacin est teniendo lugar. Ya todo se

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    22/27

    ha consumado por medio de la definitiva obra redentora de Cristo. Esto es un hecho, yasea que se reconozca o no... Para l [Barth], la redencin [subjetiva] es un actopuramente objetivo que ya ha tenido lugar "fuera de la humanidad, sin ella e incluso, encontra de ella..."La redencin, segn su punto de vista, no debe ser considerada como unproceso continuo del cual formamos parte, sino como el acto definitivo de Dios realizadomucho antes de nuestro nacimiento...

    Ahora bien, si uno coincidiera con el criterio de Barth, creo que tendramos que admitirque l est tratando a los seres humanos como ovejas o ganado o incluso comomarionetas, y no como los seres nicos que somos, seres espirituales hechos a la imagende Dios y depositarios de cierta libertad y responsabilidad...Es entendible que Feuerbach,Marx, Nietzsche y toda una galaxia de pensadores modernos, hayan llegado a creer queel cristianismo los enajenaba de una genuina humanidad.

    Volvamos de nueva cuenta a la consideracin de Mara como Corredentora. Quizstendramos que aceptar que Barth y otros han tenido razn al creer que el lugar que se leha dado a Mara en la teologa catlica es una amenaza para la doctrina de sola gracia,pero yo creo que es el caso slo cuando la doctrina sola gracia se le interpreta de manera

    extrema, cuando esta misma doctrina se convierte en una amenaza para un punto devista genuinamente personal y bblico del ser humano... un ser que an es capaz deresponder a Dios y de servir a Dios en la obra de construir la creacin. Esta forma tanesperanzadora de ver de la raza humana, est personificada y sacralizada en Mara.

    En los escasos relatos que tenemos de Mara en los Evangelios, al mantenerse al pie dela cruz junto a su Hijo y sus oraciones e intercesiones con los apstoles, son formasparticularmente impresionantes de la manera en que Mara comparti y apoy la obra deCristo... es Mara quien ha venido a simbolizar la perfecta armona entre la voluntad divinay la respuesta humana, por lo que es ella quien da significado a la expresin deCorredentora.78

    Mara Corredentora y su nueva proclamacin servira para proteger la libertad y dignidadhumanas, y la imperiosa necesidad del hombre de cooperar voluntariamente con la graciapara la salvacin.

    7. "El sufrimiento redime" y la "cultura de la muerte".

    Una solemne definicin de Mara Corredentora sera una proclamacin cristiana al mundode que "el sufrimiento redime." El cristiano ejemplo de la Corredentora manifiesta almundo que aceptar las cruces de nuestra existencia humana, providencialmentepermitidas, no constituye una prdida invaluable que debe ser evitada a toda costa, comose manifiesta en algunos casos de intrnseca maldad, como la eutanasia y el aborto; sinoms bien que, el soportar pacientemente todas las penalidades humanas, conlleva un

    extraordinario valor sobrenatural cuando se unen con los sufrimientos de Cristo Jess, yse participa en la distribucin de gracias obtenidas por la redencin en el calvario, tantopara nosotros como para los dems (cf. Col.1:24).

    El ejemplo que nos da Mara con su "s" a la vida no nacida, incluso en circunstancias quepodran haber promovido juicios errneos y la ridiculizacin por parte de la gente que lerodeaba, es por s sola un ejemplo muy valioso del "s" corredentor que todos los hombresy mujeres deberan dar como respuesta al evento de la vida nonata, sin menoscabo de lascircunstancias.

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    23/27

    Juan Pablo II describe la actual "cultura de la muerte," como un "clima cultural que deja depercibir algn valor en el sufrimiento, y en la que ms bien considera al sufrimiento comola eptome misma de lo diablico, algo a ser eliminado a toda costa. Este esespecialmente el caso cuando se carece de una visin religiosa que podra ayudar aproporcionar una posible comprensin del misterio del sufrimiento."79

    El ejemplo concreto de Mara Corredentora, ofrece a la Iglesia y al mundo el positivomensaje cristiano de que el "sufrimiento redime" en todas las circunstancias posibles, quevan desde la persecucin cristiana, el cncer terminal, los embarazos "no deseados," ylas cruces que comnmente se tienen en la vida diaria.

    8. Unidad mediante el carisma papal dentro de la Iglesia Catlica.

    Desde una perspectiva catlica, la asistencia del Espritu Santo otorgada a San Pedro ysus sucesores, los papas subsecuentes (cf. Mt.16:15.20), es una fuente de unidad, en lavida y doctrina, para los miembros de la Iglesia. Cuando el carisma especfico delRomano Pontfice, o infabilidad, es usado para preservar del error, y bajo la asistencia delEspritu Santo, en materia de fe y costumbres, este ejercicio del carisma papal custodia y

    mantiene de manera apropiada la unidad catlica de vida, basada en la unidad de fe,verdad y doctrina. El mismo beneficio de unidad, que surge del ejercicio del carismapapal, se dara tambin en el caso de una solemne definicin del Papa de Mara comoCorredentora.

    En algunas ocasiones se argumenta que la definicin sobre la corredencin mariana"causara divisin" dentro de la Iglesia. Es del todo necesario estar muy claros a esterespecto: la verdad cristiana, por su misma naturaleza, unifica; solamente el rechazo de laverdad cristiana es lo que causa divisin. Lo mismo se puede decir de la posibilidad dedefinir a Mara como Corredentora.

    En primer lugar, la corredencin mariana ya forma parte de la enseanza doctrinal de la

    Iglesia, y por lo que debera ser aceptada con religioso respeto y adhesin delentendimiento y la voluntad.80 En segundo lugar, el ejercicio del carisma de la infabilidadpapal al servicio de la verdad cristiana y bajo la gua del Espritu Santo, por s solo, traeconsigo la gracia de la unidad de corazones que se basa en la unificacin de la verdad yla fe revelada. Pero tal como sucedi con Jesucristo, el "Signo de Contradiccin" (cf.Lc.2:35), lo mismo sera cierto al rechazar la verdad relativa a la Madre del "Signo deContradiccin."

    Cualquier divisin que hubiera dentro de la Iglesia, como respuesta a una definicininfalible del Supremo Pontfice sobre la doctrina de la Corredentora, no constituira uncomponente verdadero o vlido de la definicin papal en s, sino solamente un rechazomuy desafortunado por parte de algunos miembros que elijan separarse de la Verdad y

    unidad del Vicario de Cristo.9. Santos modernos y Mara Corredentora.

    Un posible indicador de la madurez de la doctrina de la Corredentora y su posibledefinicin, se ve manifestado en recientes testimonios y enseanzas de esta verdadmariana, por un gran nmero de contemporneos santos y beatos canonizados. Estaapreciacin que han hecho un grupo de santos y beatos de reciente cuo sobre lacorredencin mariana, indica su madurez espiritual en los santos corazones que, en el

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    24/27

    Cuerpo de Cristo actual, han latido y amado hasta la heroicidad.

    Particularmente, aquellos que se han hecho una voz apreciando la corredencin mariana,tanto en su calidad de doctrina mariana como modelo de la vida espiritual cristiana,incluyen a Sta. Teresa de Lisieux, San Maximiliano M. Kolbe, el papa San Po X, Sta.Francisca Javier Cabrini, Sta. Gema Galgani, San Leopoldo Mandic, Beata Isabel de la

    Trinidad, Sta. Edith Stein, Beato Jos Mara Escriv, el Beato Padre Pio, y muchos ms. 81

    An cuando no est oficialmente beatificada, parecera sin embargo adecuado citar a laextinta Madre Teresa y su ratificacin por la definicin papal de Mara Corredentora: "Ladefinicin papal de Mara Corredentora, Mediadora de todas las gracias y Abogada, traergrandes gracias para la Iglesia. Todo a Jess por Mara."82

    10. Inicio de la profeca de Ftima del Triunfo del Corazn Inmaculado de Mara.

    Un significativo nmero de autores marianos contemporneos y pensadores de todo elmundo83 tambin ven en la proclamacin papal de Mara Corredentora, junto con susfunciones subsecuentes de Mediadora de todas las gracias y Abogada, lo que se ha

    referido como la definitiva "iniciacin" o comienzo del Triunfo del Corazn Inmaculado deMara, profetizado en 1917 con las apariciones de Mara en Ftima, Portugal.

    El particular conocimiento que se tiene del "Triunfo del Corazn Inmaculado", viene de laspalabras que pronunci Mara en sus apariciones en Ftima, aprobadas por la Iglesia, alos jvenes videntes portugueses. Despus de haber profetizado los eventos que darancomo resultado el surgimiento del comunismo ateo, persecuciones a la Iglesia y el SantoPadre, una inminente segunda guerra mundial, y la aniquilacin de varias naciones, laVirgen Mara, bajo el ttulo de "la Seora del Rosario", afirm luego a los nios, "Al final,mi Corazn Inmaculado reinar...y un perodo de paz ser concedido al mundo."84

    El Triunfo del Corazn Inmaculado de Mara es por lo tanto, previsto como un dramtico

    influjo de gracia sobrenatural que vendr sobre el mundo, gracias a la mediacin que parael mundo, ha logrado la Corredentora, Mediadora y Abogada, lo que conducir a unperodo de paz espiritual para la humanidad.

    El papel que juega la proclamacin papal de Mara Corredentora en el profetizado Triunfodel Corazn Inmaculado, sera visto por algunos contemporneos, como elreconocimiento oficial de que el Papa, en su calidad de Supremo Maestro y como mximaautoridad eclesistica, y ejerciendo la libertad necesaria en nombre de la humanidad,permitira que el poder mediador e intercesor de Mara Corredentora, Mediadora yAbogada, se manifestara y liberara plenamente, distribuyendo las gracias de redencinlogradas en el calvario para el mundo entero y contemporneo.

    Dios no impone su gracia en nosotros, sino que espera el voluntario consentimiento de lahumanidad. Con la oficial definicin papal del dogma de Mara Corredentora, Mediadora yAbogada, en el ejercicio del libre albedro por parte de la suprema autoridad humana y ennombre de toda la humanidad, este acto voluntario sera una "liberacin" para que laCorredentora distribuyera plena y extraordinariamente las gracias de la redencin, en unnuevo derroche del Espritu Santo al mundo. Como lo explic el ex Embajador de lasFilipinas en el Vaticano, Howard Dee:

    Hace dos mil aos, durante el Primer Adviento, el Espritu Santo vino sobre Mara, y

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    25/27

    cuando el poder del Altsimo la cubri con su sombra, concibi a Jess, el Hijo de Dios.Ahora, durante este Nuevo Adviento, es la Madre de Todos los Pueblos, la Corredentora,Mediadora de todas las gracias y Abogada, la que acompaar a su Esposo a quedescienda en nuestros corazones y almas y poder as recrear en cada uno de nosotros -sile damos nuestro fiat- la semejanza de Jess...La proclamacin del Quinto Dogma hadejado de ser una prerrogativa para nosotros; se ha convertido en nuestro deber.85

    Como tal, la proclamacin papal de Mara Corredentora tendra como efecto una histricaliberacin y manifestacin de gracias espirituales sobre el mundo entero, mediante laplena actuacin que la Madre espiritual de todos los pueblos, ejercera de su msgeneroso y acabado oficio como Corredentora, Mediadora de todas las gracias yAbogada.86

    Conclusin

    Esperamos haber podido verter alguna luz sobre las principales cuestiones que rodean alactual debate y tema de Mara Corredentora en s, y que, por lo menos a manera deintroduccin, al discutir un aspecto especfico sobre la posibilidad de una definicin papal

    de la doctrina de la Corredentora.

    En lo que respecta a una posible y futura definicin de la Corredentora desde un punto devista catlico, la paz y la confianza en el liderazgo del Supremo Pontfice de la Iglesia, enmateria de fe y costumbres (moral), debe reinar de manera suprema y ltima en elentendimiento y corazn de los fieles, sin importar las legtimas opiniones personales quea la actualidad se presentan y que son diversas en este asunto.

    Desde la perspectiva general cristiana en cuanto a la doctrina de Mara Corredentora yotras doctrinas que en la actualidad nos dividen, mantengamos la fe en el eventualcumplimiento de la oracin de Cristo Jess por la unidad cristiana, orada durante la ltimaCena: "...Que todos sean uno. Como t, Padre, en m y yo en ti, que ellos tambin sean

    uno en nosotros, para que el mundo crea que t me has enviado" (Jn. 17:21). Dejando aun lado los avances o retrocesos histricos temporales, los cristianos deben tener fe enque finalmente se lograr la unidad histrica cristiana en los corazones, que entoncesflorecer en la unidad cristiana del entendimiento, la verdad, la fe y el Cuerpo, cimentadoen un slo Jesucristo, que es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn. 14:6).

    1 Madre Teresa de Calcuta, Entrevista personal, Calcuta, 14 de Agosto, 19932 Juan Pablo II, Discurso Papal, 31 de enero, 1985, Guayaquil, Ecuador, (O.R., 13 de Marzo,1985).3 San Ireneo de Lyons, Adversus haeresus, III, 22, (nfasis del autor)4 San Jernimo, Epist. 22, 21.5 Modesto de Jerusaln, Migne PG 86; 3287.6 San Juan Damasceno, PG 86; 658.7 San Bernardo de Claraval, Ser. III, Super Salve.

    8 San Buenaventura, de don. Sp. 6;14., (nfasis del autor).9 Cf. Calkins, El Misterio de Mara Corredentora en el Magisterio Papal [en el presente volumen].10 Cf. Juan Pablo II, Ut Unum Sint, 21, 28.11 Concilio Vaticano II, Unitatis Redintegratio, n. 11.12 Juan Pablo II, Ut Unum Sint, n. 36.

    13Juan Pablo II, Ut Unum Sint, 18.14 Concilio Vaticano II, Lumen gentium, n. 56.15 Lumen gentium, n. 58.16 Lumen gentium, n. 61.17 Juan Pablo II, Ut Unum Sint, 18.

    18 Cardenal Juan OConnor, Carta apoyando la definicin papal de Mara como Corredentora, Mediadora y Abogada. 14 de

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    26/27

    Febrero, 1994.19 Martn Lutero, Commentary on the Magnificat, 1521, segn se cita en Dr. Charles Dickson, A protestant Pastor Looks at Mary,1996, Our Sunday Visitor Press, p. 41, 42.20 Ibid.21 Dickson, A Protestant Pastor Looks at Mary, p. 48-49.

    22 Juan Pablo II, Redemptoris Mater, 21, 39.23 Juan Pablo II, Discurso papal, Roma, 1 de Octubre, 1997, LOsservatore Romano, 41.

    24 J. Macquarrie, "Mara Corredentora: Disputas sobre Justificacin y Gracia" en Mara Corredentora, Mediadora y Abogada,Fundamentos Teolgicos II: p. 246., (tambin en el presente volumen).25 San Ireneo de Lyons, Adversus haeresus, III, 22, (nfasis del autor).26 Modesto de Jerusaln, Migne PG 86; 3287.27 San Juan Damasceno, PG 86; 658.28 San Bernardo de Claraval, Ser. III, super Salve.29 San Buenaventura, de don. Sp. 6;14., (nfasis del autor).30 San Buenaventura, Sermo III de Assumptione, Opera Omnia, v.9.31 San Buenaventura, Sent. III.32 San Buenaventura, Collatio de donis Spiritus Sancti 6, n.16.33 San Alberto el Grande (o Seudo-Alberto) Mariale, Q. 150.34 Juan Taular, Sermo pro festo Purificationis Beate Mariae Virg inis.35 Oratione, St. Peters in Salzburg, en Analecta hymnica medii aevi, v.46, p.126.36 Para un tratamiento ms completo sobre la Corredentora a travs de la Tradicin Cristiana, cf. J.B. Carol, De CorredemptioneBeate Virginis Mariae, Typis Polyglottis Vaticanis, 1950, cf J.B. Roschini, O.S.M., Maria Santissima Nella Storia Della Salvezza,1969, v. II, p.171.37 Fr. Fredrick Faber, At the Foot of the Cross (Sorrows of Mary), Reilly Co, 370.38 Papa Len XIII, Parta humano generi.

    39 Papa Benedicto XV, Inter Sodalicia, 1918.40 Papa Po XI, Alocucin a los Peregrinos de Vicenza, 30 de Nov. De 1933.41 Concilio Vaticano II, Lumen gentium, n.58.42 Juan Pablo II, Discurso Papal en Guayaquil, 31 de Enero de 1985 (ORE, 876).43 Juan Pablo II, Audiencia General, 9 de Abril de 1997.44 Juan Pablo II, Audiencia General, 21 de Marzo del 2001.45 Por ejemplo, cf. Po XI, Alocucin papal en Vicenza, 30 de Nov. De 1933.46Juan Pablo II, Audiencia General, 9 de Abril de 1997.47 Galot, S.J., "Maria Corredentrice" en LOsservatore Romano, 15 Sept. 1977 (Ed. Italiana diaria).48 Cf. Concilio Vaticano II, Dei Verbum, I I, nn.9-10.49 Cf. Concilio Vaticano II, Lumen gentium, n.25.50 Concilio Vaticano Segundo, Lumen gentium, n. 56.51 Lumen gentium, n. 58.52 Lumen gentium, n. 61.53 Jean Galot, S.J., "Maria Corredentrice. Controversie e problemi dottrinali," Civilta Cattolica, 1994, III, 213-215.54 "Maria Corredentrice," LOsservatore Romano, 15 de Septiembre de 1995, p. 4.55 Para un tratamiento ms completo, cf. Schung y Miravalle, "Mary Co-redemptrix in the Documents of the papal Magisterium" enMary Co-redemptrix, Mediatrix, Advocate, Theological Fondations I, Queenship Pub. 1995; Calkins, "Pope John Pauls Teaching onMarian Co-redemption" en Mary Co -redemptrix, Mediatrix, Advocate, Theological Foundations II, pp. 113-148.56 Papa Len XIII, Encclica Jacunda Semper, 1884.57 Papa San Po X, Encclica Ad diem illum, 190458 Papa Benedicto XV, Carta Apostlica, Inter Sodalicia, 1918.59 Papa Po XI, Oracin en la Clausura Solemne del Jubil eo de la Redencin, 28 de Abril, 1933.60 Papa Po XII, Encclica Mystici Corporis, 1943.61 Juan Pablo II, Carta Apostlica, Salvifici Doloris, n.25.62 Juan Pablo II, Discurso Papal en Guayaquil, Ecuador, 31 de Enero de 1985.63 Cf. A las cinco citas y comentarios, en Calkins, "El Misterio de Mara Corredentora en el Magisterio Papal (en el presentevolmen).64 Nuevamente, cf. Lumen gentium, n.25.65 Beato papa Po IX, Bula Dogmtica, Ineffabilis Deus, 8 de Diciembre de 1854.66 Para un tratamiento extenso, cf. J.B. Carol, "Our Ladys Co-redemption," en Mariology, Vol. II, Bruce, 1958; Friethoff, A completeMariology, Blackfriars Pub., Londres, 1985, p.182; Galot, S.J., Maria: Mediatrice o Madre Universale?," Civilta Cattolica, 1996, I, 232-244.67 Galot, S.J., "Maria Corredentrice: Controversie e problemi dottrinali," Civilta Cattolica, 1994, III, p. 218 (contenida tambin ytraducida en el presente volmen).

    68 Cf. Friethoff, op.cit.69 Cf. J.B. Carol, op.cit.70 Cardenal Karol Wojtyla, Homila en la Fiesta de l a Concepcin Inmaculada, 8 de diciembre,1973.71 Beato Po IX, Ineffabilis Deus, 8 de diciembre, 1854, DS 2802.72 Cardenal Juan OConnor, Carta de Apoyo para la Definicin Papal de Mara, Corredentora, Mediadora, Abogada, 14 defebrero,1994.73 Alma Socia Christi, Memorias del Congreso Internacional Mariolgico en Roma, 1950, p.234.74 El Dr. Josef Seifert es Rector de la Academia Internacional de Filosofa en Liechtenstein y miembro del Consejo Pontificio para laVida.(su artculo est incluido en el presente volmen).75 Seifert, "Mara Corredentora: Fundamentos Filosficos y Personalistas, en Maria Corredentora, Mediadora, Abogada,Fundamentos Teolgicos II, p. 166. (expuesto posteriormente en el presente volmen)76 Seifert, op. cit., p.168.77 Ibid.

  • 8/6/2019 Maria corredentora

    27/27

    78 J. Macquarrie, "Mara Corredentora y Controversias sobre Justificacin y Gracia" en Mara Corredentora, Mediadora, Abogada,Fundamentos Teolgicos II,. p.248, 255. (contenidos en el presente volmen).79 Juan Pablo II, Encclica 1995, Evangelium Vitae, n.1580 Nuevamente, cf. Lumen gentium, n.25.81 Para un tratamiento ms extenso de la Corredencin Mariana en la hagiografa moderna, cf. Stefano Manelli, FFI, "CorredencinMariana en la Hagiografa del Siglo XX," en M ary at t he Foot of the Cross, Acts of the England Symposium on Marian Co-redemption, 1999, y reimpresa en el presente volmen.82 Madre Teresa de Calcuta, Carta de apoyo por el quinto dogma mariano, 14 de agosto, 1993.83 Para ver un ejemplo de esta meditacin, cf. a In Miravalle, ed., Contemporary Insights on a Fifth Marian Dogma, Theological

    Foundations III, Queenship Pub., 2000, los siguientes ensayos: Embajador Howard Dee, "Our Ladys Ambassador, John Paul II,Fatima, and the Fifth Marian Dogma;" Dr. Bartholomew, "A Scientist Explores Mary, Co-redemptrix;" Calkins, "The Messages of theLady of All Nations."84 Memorias de la Hna.. Lucia de Ftima, 13 de julio de 1917.85 Embajador Howard Dee: "Our Ladys Ambassador, John Paul II, Fatima, and the Fifth Marian Dogma," en Contemporary Insightson a Fifth Marian Dogma, Queenship, 2000, p. 12-13.86 Para un tratado extenso, cf. Miravalle, The Dogma and the Triumph, Queenship Pub., 1998