¡marana tha! : ¡ven, seÑor! el tercer domingo de … · mirad: el labrador aguarda el fruto...

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HOJA PARROQUIAL B ASILICA DE SAN JUAN EL REAL 11 DE DICIEMBRE DE 2016 TERCER DOMINGO DE ADVIENTO Reflexión ¡MARANA THA! : ¡VEN, SEÑOR! Este es el grito del Adviento. Y como viene, estamos alegres. El tercer domingo de Adviento o de Gaudete recibe su nombre de la pri- mera palabra del introito de la misa, tomado de un texto de san Pablo: «Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca» (Flp 4,4-5). El gozo por la cercanía de Navidad se refleja en las flores de los templos, en la música y en las vestiduras litúrgicas, que por un día dejan el morado peni- tencial para transformarse en rosa. Parece ser que el origen se encuentra en la antigua costumbre de entregar ese día la Rosa de Oro; distinción que el Papa, desde el s. XI, ofrecía a algunos príncipes, como agradecimiento por su defensa de la Iglesia. Era ungida con Crisma el domingo IV de Cuaresma o de Laetare, que es el otro día en que también se usan los ornamentos de color rosa. La liturgia invita al gozo por la venida del Señor, al que llama «alegría y júbilo de cuantos esperan su llegada» e invita a celebrar «con alegría des- bordante» la Navidad, a la que define como «fiesta de gozo» para todos los creyentes. Haciéndose eco de las promesas de los profetas (Zac 2,14; Sof 3,14-18; Jl 2,23-27; etc.) y del saludo del ángel a la Virgen María (Lc 1,28), invita a la alegría a la ciudad de Dios, que es figura de toda la Iglesia: «Alégrate, Jerusa- lén, porque viene a ti el Salvador». Incluso llega a pedir que se alegre toda la naturaleza ante la llegada del Señor: «Destilen los montes alegría, porque con poder viene el Señor, luz del mundo». La cercanía del Señor es fuente de alegría. «El Señor está cerca». Estas palabras revelan la esencia del Adviento y del cristianismo en general. La cer- canía del Señor y de su juicio no despierta temor en los creyentes, sino alegría, porque viene para salvarnos. Todo el evangelio es un gozoso anuncio del amor de Dios, manifestado en Cristo. La liturgia de Adviento lo recuerda de una manera especial. Somos dichosos porque ya no estamos en la situación de los justos que esperaron en el cumplimiento de unas promesas lejanas en el tiem- po. El Señor ha venido y se ha quedado. Tampoco hay que ir a buscarlo a sitios lejanos, ya que está más cerca de nosotros que nosotros mismos. Porque el Se- ñor está cerca, la Iglesia se goza como la esposa en compañía de su Amado. A pesar de las contradicciones y de las zozobras, la cercanía del Señor es fuente de alegría y paz. De por sí, toda la liturgia de Adviento es una invitación a la alegría. Incluso en medio de la oscuridad, los cristianos deben alegrarse porque «el Señor está cerca». Él no abandona a los suyos en la prueba. Los cristianos estamos invita- dos a compartir con los demás de la alegría que celebramos, la que brota del encuentro con Cristo. ¡Marana Tha! : ¡Ven, Señor!

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HOJA PARROQUIAL

BASILICA DESAN JUAN EL REAL11 DE DICIEMBRE DE 2016TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

Ref

lexi

ón ¡MARANA THA! : ¡VEN, SEÑOR!

Este es el grito del Adviento. Y como viene, estamos alegres.El tercer domingo de Adviento o de Gaudete recibe su nombre de la pri-

mera palabra del introito de la misa, tomado de un texto de san Pablo: «Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca» (Flp 4,4-5). El gozo por la cercanía de Navidad se refleja en las flores de los templos, en la música y en las vestiduras litúrgicas, que por un día dejan el morado peni-tencial para transformarse en rosa. Parece ser que el origen se encuentra en la antigua costumbre de entregar ese día la Rosa de Oro; distinción que el Papa, desde el s. XI, ofrecía a algunos príncipes, como agradecimiento por su defensa de la Iglesia. Era ungida con Crisma el domingo IV de Cuaresma o de Laetare, que es el otro día en que también se usan los ornamentos de color rosa.

La liturgia invita al gozo por la venida del Señor, al que llama «alegría y júbilo de cuantos esperan su llegada» e invita a celebrar «con alegría des-bordante» la Navidad, a la que define como «fiesta de gozo» para todos los creyentes. Haciéndose eco de las promesas de los profetas (Zac 2,14; Sof 3,14-18; Jl 2,23-27; etc.) y del saludo del ángel a la Virgen María (Lc 1,28), invita a la alegría a la ciudad de Dios, que es figura de toda la Iglesia: «Alégrate, Jerusa-lén, porque viene a ti el Salvador». Incluso llega a pedir que se alegre toda la naturaleza ante la llegada del Señor: «Destilen los montes alegría, porque con poder viene el Señor, luz del mundo».

La cercanía del Señor es fuente de alegría. «El Señor está cerca». Estas palabras revelan la esencia del Adviento y del cristianismo en general. La cer-canía del Señor y de su juicio no despierta temor en los creyentes, sino alegría, porque viene para salvarnos. Todo el evangelio es un gozoso anuncio del amor de Dios, manifestado en Cristo. La liturgia de Adviento lo recuerda de una manera especial. Somos dichosos porque ya no estamos en la situación de los justos que esperaron en el cumplimiento de unas promesas lejanas en el tiem-po. El Señor ha venido y se ha quedado. Tampoco hay que ir a buscarlo a sitios lejanos, ya que está más cerca de nosotros que nosotros mismos. Porque el Se-ñor está cerca, la Iglesia se goza como la esposa en compañía de su Amado. A pesar de las contradicciones y de las zozobras, la cercanía del Señor es fuente de alegría y paz.

De por sí, toda la liturgia de Adviento es una invitación a la alegría. Incluso en medio de la oscuridad, los cristianos deben alegrarse porque «el Señor está cerca». Él no abandona a los suyos en la prueba. Los cristianos estamos invita-dos a compartir con los demás de la alegría que celebramos, la que brota del encuentro con Cristo.

¡Marana Tha! : ¡Ven, Señor!

La Palabra

E

S

2a1aEl desierto y el yermo se regocijarán,se alegrará la estepa y florecerá,germinará y florecerá como flor de narciso,festejará con gozo y cantos de júbilo.Le ha sido dada la gloria del Líbano,el esplendor del Carmelo y del Sarón.Contemplarán la gloria del Señor,la majestad de nuestro Dios.Fortaleced las manos débiles,afianzad las rodillas vacilantes;decid a los inquietos:«Sed fuertes, no temáis.He aquí vuestro Dios! Llega el desquite,la retribución de Dios.Viene en persona y os salvará».Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,los oídos de los sordos se abrirán;entonces saltará el cojo como un ciervo.Retornan los rescatados del Señor.Llegarán a Sión con cantos de júbilo:alegría sin límite en sus rostros.Los dominan el gozo y la alegría.Quedan atrás la pena y la aflicción.

Lectura del librode Isaías 35, 1-6a. 10

Lectura de la cartadel Apóstol Santiago 5, 7-10

Salmo 145

Evangelio segúnSan Mateo 11, 2-11

Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,hace justicia a los oprimidos,da pan a los hambrientos.El Señor liberta a los cautivos. El Señor abre los ojos al ciego,el Señor endereza a los que ya se doblan,el Señor ama a los justos.El Señor guarda a los peregrinos. Sustenta al huérfano y a la viuday trastorna el camino de los malvados.El Señor reina eternamente,tu Dios, Sión, de edad en edad.

Hermanos: Esperad con paciencia hasta la venida del Se-

ñor.Mirad: el labrador aguarda el fruto precioso

de la tierra, esperando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía.

Esperad con paciencia también vosotros, y fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.

Hermanos, no os quejéis los unos de los otros, para que no seáis condenados; mirad: el juez está ya a las puertas.

Hermanos, tomad como modelo de resisten-cia y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípu-los a preguntarle:

«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».

Jesús les respondió:«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y

oyendo:los ciegos ven, y los cojos andan;los leprosos quedan limpios y los sordos oyen;los muertos resucitany los pobres son evangelizados.¡Y bienaventurado el que no se escandalice de

mí!».Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente

sobre Juan:«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto,

una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?

Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:

“Yo envío mi mensajero delante de ti,el cual preparará tu camino ante ti”.En verdad os digo que no ha nacido de mujer

uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».

LA CONVERSIÓN EN MI VIDA

“¿Por qué tengo que cambiar si soy así?” “¡Soy así, no cambiaré!” Son palabras que nos suenan, ¿verdad? Es tiempo de Adviento y dentro de poco será Navidad, y desde el desierto (nuestro interior, el silencio, el sufrimiento, los rostros de los pobres, etc.) grita el profeta Juan la venida del Mesías. Prepara el camino para aquel que ha de venir, “Dios entre nosotros” (Emanuel). Sin embargo, nadie puede caminar hacia “El Hijo del Hombre” sin antes haber realizado la conversión. Pero, ¿qué es la conversión? Podríamos recurrir a los diccionarios para buscar la respuesta, pero la verdadera idea de conversión es volver a nuestro estado de perfección (seres hechos a la imagen y semejanza de Dios); sujetos que iluminan su caverna interior, os-curecida por el pecado para volver a ser la luz en medio de su sociedad. De ahí que en vez de mirar a los demás como los que han de convertirse, exclamo como el centurión, cuando Jesús iba a entrar en Cafarnaúm: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa; pero una palabra tuya bastará para sanarle (sanarme)” (Mt 8, 5-11).

Adviento me invita a la conversión, a dialogar conmigo mismo a través del sacramento de la reconciliación, no para auto-culparme, sino rehacerme. No obstante, lo fundamental de este paso no es porque yo sea débil, simplemente es el camino que necesito caminar para encontrarme con la fuerza, la energía, etc, (Jesús). Muchos son los motivos por los que debo realizar esta conversión, pero me centro en un aspecto singular: Acercarme a los demás y los demás hacia mí. ¿Por qué digo esto? Es verdad que la Iglesia es universal (católica), aun así, pueden surgir divergencias, espacios vacíos debido a la distancia, malentendidos, etc.; fruto de las barreras lingüísticas, culturales, edad, ideología, etc. En cuanto a mi situación personal, al venir de otra sociedad con todas sus realidades totalmente distintas a las de mi ambiente actual, el hecho de ser “el otro”, el forastero, el acogido, o el hermano para otros, crea una cierta sensación de reclusión en mí; sin darme cuenta me cierro en mi mundo (la melancolía y la nostalgia), cuando en realidad el Señor me pide ir al encuentro del otro. De ahí la con-versión no necesariamente debe realizarse cuando hay ofensas mayores, también cuando nos domina el miedo que creamos en nosotros mismos. Decía el papa Juan Pablo II: “No tengáis miedo”. A lo mejor esto es lo que me pide Cristo en este tiempo; ir a las periferias (el rostro triste, ancianos abandonados y preocuparme por ellos, niños que están sufriendo en silencio, etc.) y enfrentarme a mis debilidades.

El hecho de ser consciente de la necesidad de una conversión me hace rebajarme, de igual manera que lo hizo Israel frente a Yahvé; y como el niño que pide el regalo a sus padres de manera humilde, también pido al Señor más fe, dado que Él me dijo: “Me buscaréis y me hallaréis, porque me habréis buscado de todo corazón. Yo me dejaré encontrar por vosotros” (Jeremías 29, 13). Y como le hemos buscado tanto, quiso venir a nuestro encuentro encarnán-dose en su Hijo, Jesús. Pero como ningún recibimiento importante se hace al azar, lo que me (nos) pide el Señor es la conversión. Este es el grito de Juan el Bautista, bautizando con agua (la sumersión, la muerte de “lo viejo y el pecado”, la fabricación de la nueva personali-dad); la invitación a la conversión que proponía Dios a su pueblo mediante el profeta Amós: “Buscadme y viviréis” (Amós 5, 4). En realidad, la confianza absoluta que tengo en la con-versión (que debemos tener) es que el hecho de buscar nuestra originalidad, limpiar nuestro pecado original y hacernos nuevos hijos de Dios en aquel que ha de venir, me hace tener más fe en sus palabras: “Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama se le abre” (Mt 7, 7).

¡Ojalá este tiempo de conversión y de espera nos traiga el regalo más deseado: la vida eterna!

Maurice Samb.

Horario de MisasBasílica de San Juan el RealLaborables 9:00, 13:15 y 20:00 hDomingos y festivos 9:00, 11:00, 12:00, 13:00 y 20:00 h

Siervas de Jesús (Uría, 23) Lunes a Sábado 7:30 h Domingos y festivos 8:00 h

Sagrado Corazón (PP. Jesuitas) Laborables 12:30 y 19:30 h Domingos 12:30, 13:30, 19:30 y 20:45 h

Esclavas todos los días 13:00 y 18:00 h

Despacho ParroquialOficina de F. Ceferino 24

Lunes a jueves de 9:00 a 14:00 hde 16:00 a 19:00

Viernes de 9:00 a 14:00

Documentos y partidasacudir a la oficina

Celebracionescita previa al 985 222 832

TeléfonosBasílica985 212 388Oficina de Fray Ceferino985 222 832Javier (Párroco)609 823 632

SANTORAL

12 de Diciembre

Nª Señora de Guadalupe

13 de Diciembre

Santa Lucía

14 de Diciembre

San Juan de la Cruz

LOTERIA DE NAVIDADYa se pueden comprar partici-paciones de 5 euros en la ofici-na y en tiendas colaboradoras.

97.122

EL BELEN EN LA BASILICA

Desde el día de la Inmaculada en que se hizo la presentación oficial del tradicional Belén, éste queda expuesto para los que lo quieran visitar.

El Belén tiene figuras en movimiento y una gra-bación sonora que explica las escenas y los movi-mientos. En una relato que va desde el anuncio del ángel a María, en Nazaret, el sueño de José y la aparición del ángel que le indica que con-fíe en María, porque lo que hay en ella es obra del Espíritu Santo, la llegada a Belén y búsqueda de alojamiento en las posadas, el Nacimiento del Niño Jesús en la Cueva, el anuncio a los pastores, la adoración de los reyes magos, la huida a Egip-to, la degollación de los niños inocentes…hasta el Bautismo de Jesús en el río Jordán.

Ya está a la ventael almanaque de la Basílica

para el próximo año

Compra tu vela solidaria. De este modo colaboras con Cáritas parroquial en la ayuda a los hermanos nece-sitados. GRACIAS

18 de diciembre Salón de actos, 12:00 horas

Feligreses y padres también estáis invitados a acudir.Terminaremos hacia las 13:30 h.

¡OS ESPERAMOS!

FESTIVAL DENAVIDAD