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Mara Cristina de Jesœs Sacramentado (1890-1980) y la Eucarista JOS VICENTE RODR˝GUEZ, OCD (Segovia) INTRODUCCIN No vamos a ocuparnos de ninguna doctora de la Iglesia sino de una gran creyente de a pie: Mara Cristina, carmelita descalza. Hablaremos de su vivir, de su saber y de su evangelizar eucarsti- cos. Su gran libro era Cristo vivo. Su manual, el pequeæo Catecis- mo, del que teje grandes elogios. Su riqueza era la que Juan de la Cruz llamaba «la sabidura de los santos», contentÆndose «de saber los misterios y verdades con la sencillez y verdad que nos les pro- pone la Iglesia. Que esto basta para inflamar mucho la voluntad» (2S 29,12). Como se irÆ viendo a lo largo de nuestra exposicin, Cristina viene a ser una de esas personas llenas de docta ignorancia y que figurara muy bien en la lista de los «idiotas» ilustres o ili- teratos, en compaæa de Pedro y Juan que as eran juzgados por el sanedrn (Hch 4,13). Microbio, ignorante, sin ilustracin, ruda, anal- fabeta, pobretica son algunos de los calificativos que usaba refiriØn- dose a s misma. De ella no esperemos ni tratados de teologa, ni comentarios a la Sagrada Escritura. Era rica en ciencia adquirida sin libros y sin exÆmenes; fue catedrÆtica «del sufrimiento propio y ajeno», maestra de la confianza y del amor del Padre Dios con todos sus hijos. Su lema bien conocido por cuantos entraban en comunicacin con ella era: «¡Orar, callar, sufrir!». Lo escriba por todas partes. REVISTA DE ESPIRITUALIDAD 65 (2006), 101-128

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María Cristina de Jesús Sacramentado(1890-1980) y la Eucaristía

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ, OCD(Segovia)

INTRODUCCIÓN

No vamos a ocuparnos de ninguna doctora de la Iglesia sino deuna gran creyente de a pie: María Cristina, carmelita descalza.Hablaremos de su vivir, de su saber y de su evangelizar eucarísti-cos. Su gran libro era Cristo vivo. Su manual, el pequeño Catecis-mo, del que teje grandes elogios. Su riqueza era la que Juan de laCruz llamaba «la sabiduría de los santos», contentándose «de saberlos misterios y verdades con la sencillez y verdad que nos les pro-pone la Iglesia. Que esto basta para inflamar mucho la voluntad»(2S 29,12). Como se irá viendo a lo largo de nuestra exposición,Cristina viene a ser una de esas personas llenas de docta ignoranciay que figuraría muy bien en la lista de los «idiotas» ilustres o ili-teratos, en compañía de Pedro y Juan que así eran juzgados por elsanedrín (Hch 4,13). Microbio, ignorante, sin ilustración, ruda, anal-fabeta, pobretica son algunos de los calificativos que usaba refirién-dose a sí misma. De ella no esperemos ni tratados de teología, nicomentarios a la Sagrada Escritura. Era rica en ciencia adquirida sinlibros y sin exámenes; fue catedrática «del sufrimiento propio yajeno», maestra de la confianza y del amor del Padre Dios con todossus hijos.

Su lema bien conocido por cuantos entraban en comunicacióncon ella era: «¡Orar, callar, sufrir!». Lo escribía por todas partes.

REVISTA DE ESPIRITUALIDAD 65 (2006), 101-128

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Tenía también este otro: «Mis tres amores: La Eucaristía, la Virgen,la cruz»; algunas veces en lugar de la cruz: escribía sufrimiento.Ahora nos interesa el primero de esos tres amores: La Eucaristía.Desde su «rudeza» y sencillez supo vivir su fe en la Eucaristía yerigirse en apóstol de la misma.

Algunos datos biográficos

Acaba de publicarse una gran biografía de Cristina 1; y el 24 dejulio del año 2005 se ha abierto solemnemente su Proceso de cano-nización en San Fernando (Cádiz).

Para situarnos debidamente recogemos algunos datos de su vida.Nacida en Sevilla el 7 de julio de 1890, bautizada el 28 del

mismo mes en la parroquia de San Pedro y San Juan Bautista.Confirmada en 1916 el 24 de enero a sus 26 años en la iglesiaparroquial de la Purísima Concepción de Huelva, por el ya beatifi-cado don Manuel González García. Con toda seguridad Cristina oyóhablar a don Manuel de los sagrarios abandonados y de otros temaseucarísticos: «él se esforzó en recordar a todos la presencia de Jesúsen los sagrarios, a la que a veces tan insuficientemente correspon-demos. Con su palabra y con su ejemplo no cesaba de repetir queen el sagrario de cada iglesia poseemos un faro de luz, en contactocon el cual nuestras vidas pueden iluminarse y trasformarse» 2.

Sin falta que años antes de la confirmación, y en Huelva, habíarecibido la primera comunión, pero no sabemos ni cuándo ni en quéiglesia la hizo. No tenemos la suerte de conocer sus sentimientosíntimos en ese día de su primera comunión, como los conocemos,por ejemplo, en el caso de Teresa de Lisieux. En el caso de Cristinapodríamos de algún modo adivinar sus fervores y oraciones por loque años más tarde aconseja a quienes, de sus parientes, van arecibir al Señor por primera vez. De lo que sí nos consta, por tes-timonio de don Pedro Clavero cura propio de la parroquia de la

1 JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ, La sonrisa interminable de Dios. Biografía dela hermana María Cristina de Jesús Sacramentado (Cristina de los ReyesOlivera), Carmelita descalza (1890-1980), Madrid, EDE, 2004.

2 Juan Pablo II en su Homilía en Sevilla 12-6-1993.

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Inmaculada Concepción de Huelva, es que años más tarde Cristinase distinguía «por su piedad y frecuencia de sacramentos»: de laconfesión y de la comunión 3.

Acostumbrada a esa frecuencia de Sacramentos, habiendo hechosu petición de ingreso en el Carmelo de Ogíjares, ya el 8 de enero de1921 la comunidad de carmelitas descalzas hacen su votación capitu-lar y admiten a la «Srta. María Cristina de los Reyes Olivera, que sellamará en religión Hna. María Cristina de Jesús Sacramentado». Lehan impuesto este nombre con apellido eucarístico las monjas delconvento. Así quedaba identificada y quedaba pegado a su nombrede pila, y como anillo al dedo, ese apellido de Jesús Sacramentado.Su padre espiritual el siervo de Dios P. José Agustín Fariña, agusti-no, en carta del 17 de enero de 1921 a la comunidad del Carmelo deOgíjares proponía que se la llamase «Sor Esclava de Jesús Sacramen-tado». Queriendo convencer a las monjas del convento de la conve-niencia del nombre que sugería añade: «Además no olvide el fin deesas fundaciones. Cristina será la azucena eucarística, la esclavita delsagrario» 4. Con esto se está refiriendo al carácter eucarístico espe-cial, y excepcional de aquel Carmelo. Cristina llegó a Ogíjares el 22de enero por la noche. Al día siguiente la acompañaba a Granada laseñorita María del Rosario para que se entrevistase con el Sr. Arzo-bispo don José Messeguer y Costa para pedirle personalmente el in-greso en el convento. El prelado la recibió con mucho cariño y obse-quió a la joven «con un objeto que él tenía en grande estima.Volvimos a casa muy contentas, dice su acompañante, improvisandola feliz agraciada ocurrentes cantares a la Eucaristía».

Ya lo vemos, su alegría por poder entrar en el convento la ex-terioriza cantando a la Eucaristía. No cantaba bien, pero el fervor yel gozo suplían al arte.

En el convento

Al día siguiente de esta visita entró ya en la clausura, el 24 deenero. A los tres meses de su estancia en el monasterio, marzo de

3 La sonrisa interminable, p.51.4 Ibíd., pp. 48-49: cta. del 17 de enero de 1921 desde Calahorra.

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1921, en carta al P. Fariña manifestándole sus fervores eucarísticosíntimos dice: «¡Jesús mío, tu corazón y el mío, forman un capullode amor a mi Jesús, y luego de ese capullo que no salga la HermanaMaría Cristina, que salga una paloma y esté posada en el sagrario».

La Madre Teresa de Jesús (Alameda y Castellano), fundadora yprimera Priora de Ogíjares, era la gran entusiasmada y promotora delcarácter eucarístico tan principal de esa casa, que quería asociar a lavida carmelitana contemplativa la adoración perpetua del SantísimoSacramento. La idea de este tipo de convento venía ya de años atrás,especialmente desde 1911 cuando las descalzas de San José de Gra-nada enviaron al XXII Congreso Internacional, celebrado en Madriddel 23 de junio al 1 de julio, un mensaje y un Proyecto de Asociaciónde Religiosas. El mensaje iba dirigido a Su Santidad, Pío X, comoúltimo destinatario. Las peticionarias saludan a Su Santidad debida-mente y exponen: «En el hermoso concierto de adoración y alabanzacon que rinden culto a Jesús Sacramentado muchas almas fervientes,tanto en el Jubileo Circular de las Cuarenta Horas, como en la devo-tísima práctica de la Adoración Nocturna, parece como que se echade menos el culto perpetuo y reglamentado con que pudieran honrary consolar al Corazón Eucarístico las almas que mejor le conocen yque por su pureza y fervor han de serle más gratas indudablemente:son las Comunidades Religiosas, hoy tan perseguidas, y tan necesita-das por ende de la oración continua que ha de librarlas de la persecu-ción sectaria» 5. Entrarán en la Asociación propuesta las Comunida-des religiosas de mujeres que libremente quieran inscribirse en ella yque «propagándose por las distintas diócesis de España, tendrá porobjeto practicar, en nombre y en unión de la Inmaculada, súplica yalabanza perpetua de Jesús Sacramentado, comprometiéndose cadaComunidad religiosa de mujeres que lo pidan a tener expuesta a SuDivina Majestad, doce horas seguidas cada mes, turnándolo las reli-giosas de dos en dos, o en mayor número si fuese posible, durantecada hora» 6.

A raíz del Congreso de Madrid fue publicando el Arzobispo deGranada una serie de «Reflexiones sobre el Congreso Eucarístico»

5 Actas del XXII Congreso Eucarístico Internacional de 1911, Madrid 1912,v. II, pp. 12-15.

6 Ibid.

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con las que quería mantener viva la llama de la devoción eucarísticaen el Clero y pueblo fiel del Arzobispado 7.

Por si faltase algo, en la Quinta Asamblea Eucarística Nacionalde Granada (1913) el canónigo de la metropolitana don Juan Cuencadesarrolló su discurso sobre «Modo de asociar a las religiosas deClausura a la Adoración Nocturna» 8. Comenzó leyendo los docu-mentos que constan en la Crónica de Trabajo del Congreso Eucarís-tico de Madrid, referentes a la Vela continua, «idea, dice, patroci-nada por el Cardenal Vives y que fue propuesta y aceptada antes delreferido Congreso por el indicado Cardenal a su Santidad Pío X,quien prometió dar un documento acerca de la misma».

Lee el mencionado canónigo unas páginas eucarísticas de SantaTeresa y afirma que las «religiosas, mejores conocedoras de Dios,son las primeras que deben adorarle». Y sigue proclamando: «Sinecesitamos que el sacrificio se practique y que haya quien dé gra-cias al Señor, trabajemos por el establecimiento de la Adoración enlas Comunidades religiosas, porque ellas saben mejor que nadie lafrase de San Pablo de que ser cristiano es ser víctima». Hablandodespués, como no podía ser de otra manera, de la Patrona la Virgende las Angustias, «excita a todos para que, uniendo los extremosconsignados en su discurso, hagan una imagen viviente de María decada religiosa, dispuesta a la adoración y al sacrificio».

Todo esto iba afianzando a la madre Teresa de Jesús en susideas y deseos y se sintió alentada en sus proyectos. Dificultadesimprevistas fueron retardando la fundación, hasta que el arzobispode Granada don José Messeguer y Costa concedió la licencia el 6 dejunio de 1917. La licencia de la Santa Sede llegó el 2 de abril de1918.

El convento de Ogíjares se inauguró el 3 de mayo de 1918 bajo elsigno de Carmelo eucarístico. A ese reclamo eucarístico-contempla-tivo acudieron tantas vocaciones en los primeros años. En mayo [de

7 Las primeras reflexiones aparecieron en el Boletín Oficial del Arzobispa-do, 14 septiembre 1911, n. 3035, pp. 217-228. Siguieron publicándose en nú-meros sucesivos.

8 En el Boletín Oficial Eclesiástico de Granada, t.69, 1913, pp.370-378 sepuede ver lo relativo a la Asamblea Eucarística granadina, el resumen deldiscurso de don Juan Cuenca, etc.

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1918] entró una; otra en junio del mismo año; en 1920, cinco; otrascinco en 1921; cuatro en 1922; dos en 1923. Ante afluencia tan gran-de de vocaciones sacaron permiso de la Santa Sede para poder recibirhasta 26 monjas, cuando el número establecido era de veintiuna. Unade las cinco que entraron en 1921 fue nuestra Cristina. Las otras dosque tomaron el hábito el mismo día que ella, el 15 de agosto de 1921,se apellidaron también del Santísimo Sacramento

Durante su noviciado, además de otros temas o elementos de suformación, le tocó oír a la priora, cuando instruía a toda la comu-nidad, hablarles de la preparación para la comunión y acción degracias (5-IX-1921). Y más que con estas enseñanzas del día a díase enardecía la fundadora recordando y defendiendo sus dos grandesproyectos: «1.º Palomarcitos del Carmelo en que la comunidad an-duviera de continuo ante la presencia del Sagrario, como las mari-posas alrededor de la luz hasta morir abrasadas en ella. 2.º Organi-zación solidaria y privativa entre las vírgenes esposas del CorderoInmaculado (de todas las Órdenes) de un rendido homenaje circularde Adoración perenne y fervorosa a Jesús Sacramentado» 9. Gransoñadora la Madre Teresa hablaba en sus conferencias a las monjasde emprender más fundaciones (habla de siete: 3-XII-1921) de con-ventos eucarísticos, habla de «las demás casas que nos vayan dan-do». La Madre Supriora y Maestra de novicias de Cristina, MaríaTeresa de Cristo, «como persona de peso y de prudencia» la frenabaun poco en estos vuelos.

Y confesará la Priora que hasta los Ejercicios del mes de diciem-bre de 1921 no había comprendido que «no era la adoración que Diosnos pedía con el Santísimo manifiesto como yo creía, sino que es quenosotras vivamos en el Sagrario, que allí dentro estemos con Jesús,desagraviándolo de tantas ofensas como recibe de todo el mundo, queconstantemente estemos haciendo actos de amor y actos de adoración[...] ; quiere Dios que en nuestros corazones se tenga un altar, un sa-grario y una lámpara, ¡ay, hijas! Cuidad mucho de esa lámpara queesté siempre ardiendo, siempre acompañando a nuestro Jesús».

La vida de Cristina está atravesada por un mundo de enferme-dades y en relación con ellas se expidió a su favor un Rescripto de

9 María Ángeles: Fundación «Granja María Luisa», fol. 3r.

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la Santa Sede en 1925, núm. 1885/25, dispensándola «de la obliga-ción de guardar el ayuno natural para recibir la Santísima Eucaristía[...] en atención a la enfermedad que padece, quedando autorizadapara que, siguiendo el consejo de su confesor y procurando evitartoda ocasión de escándalo, por el tiempo que durare su enfermedad,pueda tomar aun diariamente algún alimento líquido antes de recibirla sagrada comunión». En el mes de marzo de 1926 podemos leerla siguiente nota en el Libro de Limosnas: «Una limosna a la Hna.Cristina con la sola condición de que oiga una misa, 100 pts.». Poraquí se ve ya la confianza que se tiene en la piedad y devoción deCristina.

Ese mismo año la vemos escribiendo una carta a Florinda Rol-dán en la que le dice: «He estado muy malita, pero ya llevo dos díasde estar algo mejor. Todos los que me conocen no hacen más quepedir la salud para mí, así como Vd. No sabe cuánto agradezco lamisa que ha mandado decir por mí a la Santísima Virgen» 10.

En 1932 sigue enferma y dice en una de sus cartas: «Ahora heempezado a poder bajar para la Comunión y Misa, pero no porescaleras que no lo resiste el corazón. Pido siempre muchísimo. Miscartas recíbelas en el sagrario; de escritura te consta lo poco que megusta y me cuesta, pero en el silencio te mando mis mensajes conJesús del Sagrario».

En el convento de Ogíjares estuvo desde el 24 de enero de 1921hasta el 30 de abril de 1946: total 25 años. En esta fecha llega a SanFernando y aquí permanece durante 34 años. El 31 de mayo de 1951escribe una cartita al P. General de la Orden, Silverio de SantaTeresa, pidiéndole un favor. A través de esa súplica nos enteramosotra vez de sus achaques. Le dice: «Llevando varios años enfermay pasando las noches con grandes molestias para poder comulgarsin remojar la garganta con algún líquido, yo suplico a VuestraReverencia, Padre Nuestro, si fuera posible, la dispensa del ayunoeucarístico, y se lo agradecería en el alma, estándole muy agrade-cida todo lo que me quede de vida y desde el cielo mucho ayudaréa Vuestra Reverencia». Como acabamos de decir ya en 1925 habíasido dispensada del ayuno eucarístico «por el tiempo que durare su

10 Cta. del 8-11-1926.

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enfermedad». Y ahora de nuevo necesita de este favor. Dentro dedos años Pío XII atenuando la ley del ayuno eucarístico declararáque el agua natural no rompe el ayuno eucarístico, y establece otrasnormas en beneficio de los enfermos, etc. 11. Cristina se alegró tantode la mitigación de la ley.

Su estancia terrena en San Fernando terminó el 24 de marzo de1980. Treinta años antes había escrito: «¡Qué placer se siente cuan-do la maquinaria de este cuerpo se va deshaciendo y se nos vanacercando las miradas de las pupilas divinas de nuestro Jesús! ¡Quésuaves se nos hacen todos los dolores y todas las cosas, en esecontinuo esperar!».

La hora de la espera había terminado para ella aquella vísperade la Anunciación del Señor.

Textos eucarísticos

La gran devoción a la Eucaristía que ya traía Cristina consigocuando ingresó en el convento se fue aumentando y calificando a lolargo de toda su vida. Hay un texto escrito, que Cristina recitó yescenificó el día de Inocentes de 1922. Se trata de una Exhortaciónque hace a la comunidad en ese día de fiesta muy especial.

Bastará una pequeña explicación para entendernos. «Aparte lasrecreaciones ordinarias o de todos los días, hay jornadas en el Car-melo en las que la alegría fraterna y la expansión se amplían y elregocijo que se desborda es extraordinario. Entre las que se llamancostumbres santas se enumeran no sólo las que añaden algo a lodevocional o penitencial, sino las que traen la algazara más grandeal seno de la comunidad. Una de las fiestas más simpáticas en elCarmelo es la fiesta de los Santos Inocentes. Se hace una votaciónen la que se elige como Priora de la Comunidad para ese día laúltima, o una de las últimas que ha llegado al convento. Nues-tra hermana Cristina, elegida para el cargo en 1922, toma muy enserio la broma de su elección; convoca a capítulo de culpas, hace

11 En la Constitución apostólica Christus Dominus del 6 de enero de 1953:AAS 45 (1953) pp.15-24.

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una exhortación en toda regla, organiza la jornada, concede privile-gios, etc., desempeñó, en fin, el oficio con todo aplomo» 12.

No faltan alusiones a la Eucaristía en la Exhortación y merecela pena escuchar algunas de sus cláusulas. Refiriéndose a la Prioradel convento, pregunta: «¿Qué se creen Vuestras Reverencias yCaridades? Que haberla sacado Nuestro Señor de aquel nidito ¿erapara hacer otra casa más?; no, sino para hacer un rebaño escogido.

El Divino Pastor le dijo: tienes que ser una pastora escogidapara formar un rebaño para la Eucaristía. Anda, anda fuera a esco-ger esas ovejitas y las enseñes para que sean escogidas ovejitas parala Eucaristía y que estén al pie del Sagrario allí, allí recostadas enla fuente de la Eucaristía».

Hechas otras reflexiones, continúa: «Si los pobrecitos que estánen el mundo, tuvieran esta pastora que tenemos nosotras, ya elloshubieran variado y no se moverían de la puerta del Sagrario; no seacercan porque la ignorancia no los deja acercarse, pero ¿y nosotrasqué cuenta tendremos que dar si no nos aprovechamos de esta lum-brera que tenemos? Porque a nosotras nos exige muchísimo más encuanto que nos da todo hecho [...]; cuanto más obedientes más blan-cas, aquí en la fuente de la Eucaristía con la pastora escogida, allítodo el rebaño».

Epistolario de Cristina

Aparte la Exhortación que acabamos de presentar y que escomo una primicia en la pluma y en la voz de Cristina, la prin-cipal fuente donde podemos encontrar sus textos eucarísticos es suEpistolario. Sus cartas, después de la acostumbrada sigla carme-litana JMJT (=Jesús, María, José, Teresa) comienzan en su granmayoría con el saludo : «¡Viva mi Jesús Sacramentado!». No voya dar aquí los tantos por ciento, pero ese es el arranque inicial,en el que, a veces suprime el «mi»; en contadas ocasiones lo suplepor otros saludos, tales como: «La gracia del Espíritu Santo seasiempre en su alma».

12 La sonrisa interminable, pp.84-85 y pp. 85-88 el texto que extractamos.

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Con este reclamo eucarístico quedan ambientadas todas suscartas y ungidas de Eucaristía. El destinatario al recibirlas se sientecomo invitado a contestar: y de todos sea bendito y alabado, o: detodos sea amado. Aunque esto pudiera considerarse una pura fór-mula, no hay nadie más enemiga que Cristina de lo rutinario.

Solía repetir que le bullían y bullían ideas, pero que no teníafacilidad para expresarlas, y menos facilidad aún para escribirlas.Aun así ha acertado a dejarnos testimonios de sus ideas, vivenciasy sentimientos eucarísticos muy apreciables. Hecho el despojo desus textos epistolares podemos agrupar y organizar todo ese mate-rial bajo varios epígrafes:

1. Matices lingüístico-oracionales acerca de la Eucaristía.2. Lo referente al culto.3. Apostolado eucarístico.4. Consejos eucarísticos y otras variantes.5. Perlas eucarísticas.

1. MATICES LINGÜÍSTICO-ORACIONALES ACERCA DE LA EUCARISTÍA

Es muy frecuente encontrar en sus cartas expresiones comoestas: la Central del Sagrario, el fluido que no se corta, largas,larguísimas Conferencias las que tiene allí.

La cosa funcionaba así: recibe algún donativo; no tiene tiempoen el momento para escribir; pero lo primero es correr al Sagrariopara desde allí agradecérselo a los bienhechores, para implorar gra-cias sobre las personas, encomendar sus problemas, desearles todaclase de bienes, especialmente que sean santos, etc., Con un par detextos se verá el estilo y el contenido de tales conferencias Comen-zamos con un texto magnífico y lleno de simpatía y buen humor..Es una gozada escucharla. Escribe a sus grandes amigas de infancia,las señoritas María y Angelina Giráldez, residentes en Madrid. Lle-va ya Cristina varios años ciega. Les dice: «Como cada día estoymás jovencita, estoy en la flor de la vida; tengo 82 años con todoslos adornos que llevo encima: cieguecita, una hernia, reuma y se meduermen los pies y las manos, pero los tengo ágiles luego, todavíame puedo persignar con los pies, y más tiempo en la cama

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Que levantada, un día sí y otro no y el del medio, pero tengo laesperanza de cómo los caracoles, que cuando llegue el verano estarémás espabilada. Esto todo no quita para las conferencias a través delSagrario porque allí no cortan el fluido, el Prisionero divino estádispuesto a escucharnos y allí le digo tanto por mis queridísimashermanas que no habrían cuartillas bastantes para podérselo contar.Pido también mucho por sus familiares y cuando vengan en el ve-rano tengo muchísimo que decirles, así que vengan preparadas paraoírme» 13. En otro momento dirá: «Me fui enseguida al Sagrario yles tuve allí una conferencia [...]; allí pedí por todos, uno por uno» 14.

Y en otra ocasión: «No sé cómo demostrarles mi gratitud. Enla Central del Sagrario les tengo larguísimas conferencias, comoallí no cortan el fluido, las tengo muy a menudo, muy largas ymuy explicativas; allí tengo todos sus asuntos...» 15. Y este otrotexto más abundante: «estará siempre alerta, cuando suene el tim-bre del teléfono...Esta Central tiene el timbre muy fino, que es eltimbre del amor y no deja de escuchar; ya puede estar dormida,que penetra más adentro, y aquí nunca cortan el fluido; se puedeestar todo el tiempo que se quiera. Y estas conferencias que setienen no se pueden estampar en el papel, sino estampada en elcorazón, ¡no estampada sino grabada!...ni se puede pronunciar, nise puede balbucear, sino directamente va al bufete de la SantísimaTrinidad» 16.

13 Cta. desde San Fernando 1973, sin fecha, posiblemente en el invierno-primavera.

14 Cta. del 2 de junio de 1961.15 Cta. del 14 de enero de 1956 a don Salvador Noguera y señora.16 A María Martín: 10-9-56. Otros textos de esta índole pueden verse en:

A Elvira, 1959. A Anita Arrayás, 1-1-49.A María Martín, 16-11-51; 20-11-51;26-3-53; 21-8-59. A su hermano Rafael y señora, 12-5-53; 20-11-54; 7-11-56.A Salvador Noguera, 10-12-51; 29-10-53; 16-10-55; 19-4-56; 22-5-58; 11-12-58; 26-1-59; 2-6-61; 1-8-61; 8-9-61; 1-5-66; 1-7-66; 24-10-66; 9-3-67; 18-8-68; 11-3-68:»me fui al Sagrario, allí como no cortan el fluido y siempre elGuardián Divino está esperando se le hable corazón con corazón, hablándole,explicándole y desbordando mi corazón con los que tanto quiero»; y a doñaPaca, viuda de don Salvador, 30-12-71. A Angelina y María Giráldez, 9-2-54;7-11-60; 11-3-68; 5-2-70. A Africa Giráldez, 26-8-53. A las tres hermanasGiráldez, 18-11-54. A sus sobrinos Pepe y Angelita, 13-11-56; 5-7-62. A JoséQuijano, 14-12-52.

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Así su agradecimiento se torna oración eucarística y, a juzgarpor las veces que lo dice, por la frecuencia y «largura» de las con-ferencias el tiempo empleado no fue escaso, ni mucho menos.

2. LO REFERENTE AL CULTO

Cristina entró en Ogíjares cuando el convento estaba todavíamuy a los principios y necesitando de mil cosas; lo mismo le pasóen San Fernando al ir allá como una de las fundadoras y tener quepensar en hacerse con lo referente al culto divino.

En esas circunstancias en uno y otro monasterio se desvivió porir adquiriendo elementos muy dignos para el uso eucarístico litúr-gico y para el servicio del altar. Así en 1946 la vemos agradeciendoa las agustinas de Ávila, en concreto a su amiga África Giráldez, elenvío de una sabanilla para la mesa del altar. Cristina es muy pon-derativa y le dice: «Con qué primor está hecha la sabanilla. No mecanso de mirar tantas cositas para Jesús, que tanto valen por el amorde Dios con que están hechos; el arte con el inmenso trabajo quecuesta hacer estas cosas y no digo nada lo que hoy significa esteregalo de tanto lujo y espléndido» 17. Esto sucedía estando todavíaen Ogíjares. Ya en San Fernando, le llega un alba del mismo mo-nasterio agustino abulense. Las agustinas habían anunciado el en-vío; y espera que te espera, y el alba no llegaba. Lo hizo el 10 deenero de 1948. Cristina se comunica inmediatamente con su amigaSor África y le cuenta toda alborozada: «la caja ha llegado estruja-dísima y abierta por un lado». Alguien debió meter la mano para verqué contenía. «Se creería que era turrón de Jijona». Se abrió la caja.Todas las monjas pudieron apreciar lo bien hecha que está. El alba.«Es linda, toda completa, encaje y cuerpo». Ahora anda ambulantede mano en mano, pues todas quieren verla bien. La estrenó el díade la Sagrada Familia, el mismo día en que escribe la carta, unpadre carmelita descalzo que viene de Tucumán 18.

Recibido otro regalo, manifiesta su gratitud a la donante, doñaJosefa Rosa Sánchez, «por la fineza que ha tenido con ese precioso

17 Cta. del 27 de enero de 1946.18 Cta. del 12 de enero de 1948.

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encaje para el altar de mi Jesús en el Sagrario» 19. Lo que ella llamaánforas no son más que floreros para la capilla, esos grandes flore-ros con dos asas. A las hermanas Giráldez escribe en este sentidodiciéndoles que vayan reuniendo lo necesario «para que me com-pren unas ánforas grandes, niqueladas o de metal blanco, con sustubos de cristal pare echar agua, para el Santísimo [...]; quisieratenerlas aquí el uno de diciembre para estrenarlas el día de la Inma-culada. Si toda la familia tuviera parte me gustaría mucho en acciónde gracias por los beneficios recibidos» 20.

En 1960, pensando en el altar del monasterio, escribe: «Hacenfalta sacras bonitas».

A doña Concha de Isla pide que «le mande dos cíngulos, unotodo dorado y otro grana. Dios se lo pagará con creces». El matri-monio Ruiz Jiménez Vergara, don Tomás y doña Concha, quierehacer un regalo al Señor en la Eucaristía y envían un cáliz queCristina califica de «preciosísimo, preciosísimo, preciosísimo, todolo que les digamos es poco. ¡Qué bonito es!» 21. La Priora por suparte lo considera «lindo, ideal, precioso» y un auténtico regalo «aJesús para el santo Sacrificio» 22. Unos años más tarde estos mismosbienhechores anuncian que tienen preparado un viril para la capilla.Cristina se apresura a decirles que sería magnífico haberlo recibidoya antes de la fiesta del Corpus, para poder estrenarlo ese día 23.Sabiendo que quieren mandar también unas ánforas o floreros lessugiere que aporten todos: los padres «y sus queridas hijitas e hiji-tos» 24. Así la cosa tiene el carácter de una familia tan unida que sepresenta toda ella en el altar con su donativo.

Pero hay más: un buen día coge la pluma y escribe: «Esto es untelegrama urgentísimo....». Y se lo manda a doña María Martín,albacea de los propietarios de la Granja María Luisa, y gran bien-

19 Cta. del 23 de noviembre de 1947.20 Cta. del 25 de octubre de 1955.21 Cta. del 6 de octubre de 1949.22 El juicio de la Priora va al final de la carta de Cristina. Se pone poética

la Madre, diciéndoles que le hubiera gustado con la rapidez de las alas de lagolondrina poder volar hasta ellos para agradecerles tan estupendo regalo.

23 Ctas. del 21 de abril y del 1 de mayo de 1952.24 Cta. del 26 de junio de 1959.

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hechora del Carmelo 25. Y al grano: «Como nos ofreció un piano oun armonium, quisiera que armonium. Que hiciera la caridad deembalarlo muy bien para que no se estropee y venga el armoniumen gran velocidad muy bien preparado, lo más pronto posible, quenos hace falta para la toma de hábito de Merceditas, que hay queestudiar mucho, antes. Se lo ruego muchísimo, lo tengamos aquípronto» 26. A los pocos días le vuelve a escribir: «Queridísima ma-drecita. Armonium urgentísimo...Que no se quede en el camino» 27.El armonium prometido y requerido llegó, finalmente, en diciembrede 1947. En una especie de crónica muy bien lograda cuenta Cris-tina lo que pasó 28. En cuanto llegó: «Ya empezaron a quitarle en-seguida el embalaje. Vino la Madre Supriora con las tenazas y elmartillo, costó trabajo, pues venía muy bien embalado. Hasta elpapel llegó sin ninguna arruga». Todas las monjas encantadas yagradecidísimas por un regalo tan excelente: «A nuestra Madre lerodaban las lágrimas por las mejillas, ya la conoce su modo de ser».Y continúa, alabando a Dios: «¡Bendito sea Dios en sus dones portodo! Christus natus est nobis. Venite adoremus».

Grande el regalo del armonium para la comunidad, para ayudadel culto litúrgico, pero mucho mayor fue el regalo que les hizo elSeñor con el ingreso de la Hermana Emilia, excelente organista, eldía de santa Teresa. En un momento dado se sentó Emilia al armo-nium «y se llevó toda la recreación loca de contenta, como las niñascon los juguetes, y lo mejor es que todas repasábamos el intermina-ble y escogido repertorio musical». Con el armonium venía unapandereta preciosa, y Cristina, que no sabía tocar otra cosa, se laguardó «para usarla en la iglesia, pues es muy linda y fina».

Año de buenas y nuevas adquisiciones y año por excelencia deestrenos varios en la capilla fue el de 1957. Lo va señalando en estasecuencia: «Hoy ha venido la alfombra granate para el Jueves San-

25 Era tan conocida esta faceta de bienhechora que habiendo asistido a lainauguración del convento de San Fernando se atrevió a pedir al Obispo que ladejara quedarse con las monjas «en clausura aquel día, gracia que le concedió».

26 Cta. del 18 de abril de 1947. La Merceditas que iba a tomar el hábito esla primera novicia de San Fernando, Mercedes López Roa la autora de unasmuy buenas Notas acerca de la fundación.

27 Cta. del 23 de abril de 1947.28 Todos los datos que siguen en Cta. del 31 de diciembre de 1947.

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to» 29. Domingo de la Trinidad: «se estrena la tercera pareja de can-delabros de la tita Perpetua» 30. Junio: «vino la araña que nos haregalado D. José Navarro. Queremos que se estrene el día delCorpus» 31.Junio: «llegó Fina Elizan con la araña de Carmiña todade cristal, preciosísima. Queremos que sea para nuestra Madre San-tísima del Carmen y que la estrene en su día» 32.

Aparte todos estos datos acerca del ajuar necesario para el cultolitúrgico, desde un alba y una sabanilla hasta un cáliz, desde unassacras hasta un armonium, anota ella en sus Cuadernos, con íntimasatisfacción, acontecimientos de naturaleza eucarística, mucho máspersonales, como es la primera comunión, la ordenación sacerdotalde alguien, etc., Por ejemplo, la primera comunión de Jesús Quija-no, sobrino de la Madre Emilia 33, y la de otro sobrino de la misma,Carlitos Quijano Cabeza 34. El día del Sagrado Corazón de 1957 setuvo en la capilla del convento «la primera comunión del angelitode la niña Merceditas de Cádiz, enfermita». La enfermedad de lapobre criatura unida a la plática «hermosísima y profunda» delP.Germán María hizo «que todos los oyentes lloraran; fue un actoconmovedor» 35

Reseña con alegría y unción la Ordenación sacerdotal del P.Carlos Quijano Sánchez, primo carnal de la H. Emilia. Se ordenó el29 de junio de 1956; el 30 por la mañana ya se acercó un momentoal monasterio y por la tarde vino otra vez. Aquí se explaya: «¡Quealegría tan grande; ya tenemos otro padrecito más. Que todos losdías de su vida siga con este fervor de hoy!». Y gran hija de SantaTeresa añade, transida de fervor: «Es mi vida y mi todo por missacerdotes, como los tiene en la mente de mi Jesús» 36. Tampoco sele olvida la primera misa del P. Carlos en el monasterio y su visitaal locutorio el día 19 de julio; y el 22 daba la primera comunión aotra sobrina de Emilia Sofía Cristina Quijano Cabeza «y le ha dado

29 Marzo 26 de 1957.30 Junio 16 de 1957.31 Junio 17 de 1957. El Corpus fue el 20 de junio.32 Junio 25 de 1957.33 Mayo 25 de 1954.34 Septiembre 12 de 1955.35 Junio 28 de 1957.36 Junio 29-30 de 1956.

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una plática incomprensible para el siglo de las luces que es el siglode los apagaos» 37.

Deseando siempre tener vocaciones suficientes para su conven-to, escribe a uno de los bienhechores: «Ahora quisiera que memandara a decir un novenario de misas que nos vengan vocacionescarmelitanas y que las oiga con mucho fervor». Genial, además depedirle el estipendio de las nueve misas, le pide que las oiga, y conmucho fervor.

Sabiendo que la Eucaristía era su mayor riqueza, felicitando aalguien en el día de su santo o en otras ocasiones, le ofrece «lasagrada comunión y todo». Esto de ofrecer comuniones y obrasbuenas era muy corriente en los monasterios: ramilletes espirituales,misas, comuniones, buenas obras haciendo así ese intercambio debienes, dentro de la comunión de los santos. Queriendo felicitar auno de los más grandes bienhechores del convento de San Fernandose le ocurre decirle que lo va a hacer dándole una serenata con arpa,violín, flauta, que manejarán tres de las ahijadas de don Salvador,«y yo llevo la batuta como buena maestra de orquesta y toda lamelodía de esta orquesta se encierra en: orar, sacrificarse, ofrecien-do la misa y comunión sacramental subiendo las notas». Años an-teriores ha ofrecido a estos grandes bienhechores, Salvador Nogueray señora, «una novena de misas, comuniones»; y les anuncia queserá «una novena de campanillas, con una orquesta escogidísima demisas, comuniones sacramentales y de todo lo que se presente paraVd. y que nuestro Señor derrame una lluvia de gracias espiritualesy temporales».

3. APOSTOLADO EUCARÍSTICO

Este tipo de apostolado tiene muchos matices, según las perso-nas ante las que se ejercite. «El auténtico sentido de la Eucaristía seconvierte de por sí en escuela de amor activo al prójimo» 38 .

Esa escuela la implanta Cristina ante sus parientes con toda lafuerza de su amor a ellos, con la fuerza de la sangre. Al dirigirse a

37 Julio 7, 19 y 22 de 1956.38 Juan Pablo II, Dominicae caenae. 24-1-1980.

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su hermano Rafael y familia se vuelca en recordarles e invitarles alcumplimiento pascual.

Escribiendo a este su hermano, le dice: «Como tu mujer sellama Dolores, no sé si en su día cumplisteis los dos con nuestraSanta Madre la Iglesia confesando y comulgando. Si no lo habéishecho, por Dios, no tardéis en ir, para que nuestro Señor os bendigay seáis un matrimonio modelo, llevando con paciencia y por amorde Dios los trabajitos de esta vida que, haciéndolo así, seréis felicesen vuestra pobreza y después para siempre en los cielos; de lospobres es aquel reino que no tendrá fin» 39.

Al año siguiente al felicitarles por la niña pequeña que hantenido, les vuelve a dar los consejos de confesar, comulgar, no dejarde rezar el rosario 40.

Piensa ya en la primera comunión de Cristinita y pide que lavayan preparando muy bien para ese día: «que sean los niños muycristianos, es el mejor caudal que les pueden dejar y es lo úniconecesario» 41. Una vez más, escribe a su hermano y a la cuñada:«Otra cosa quiero encargarte, y es que cumpláis con la Santa MadreIglesia, si todavía no lo habéis hecho, hacerlo antes de la SantísimaTrinidad; no importa que os confeséis con frecuencia; hay que ha-cerlo en este santo tiempo con este fin» 42.

Otra vez le reconviene dulcemente: «Conque, mi querido her-mano, mira que te quiero no como hermana sino como madre, en-seña a los niños y edúcalos muy bien, que la niña se vaya preparan-do para la Primera Comunión» 43.

En abril de 1942 otra carta 44 en la que comienza deseándolesque sean muy santos; buenos y convencidos cristianos, que cumplenlos mandamientos del Señor; parece mentira que después de ver loque pasó Jesús por nosotros no nos convenzamos de observar elmandamiento de confesar y comulgar. Para no hacer esto todo sevuelven excusas «y nunca hay tiempo para echar un rato con Jesús».

39 Cta. del 2 de abril de 1934.40 Cta. del 8 de enero de 1935.41 Cta. del 30 abril de 1938.42 Ibíd.43 Cta. del 22 de octubre de 1939.44 Cta. del 23 de abril de 1942.

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El tema de la confesión y comunión anual sigue preocupándola, ydirá a su cuñada: «Si supieras esta madrugada las lágrimas que hanempapado por ustedes, porque quisiera que confesaran y comulga-ran y recibieran a Jesús. No mirarlo con miedo, no como Juez, sinocomo Dios amoroso, como nuestro divino Pastor que es para acogera sus ovejas con cariño». Así como se busca a toda costa la comidamaterial, no importando nada los esfuerzos y sacrificios que hayaque arrostrar, «pues así quiero que busquéis a Jesús, así quiero quebusquéis a Jesús, así quiero que busquéis a Jesús; aunque lo com-paremos con la comida material a un Dios, pero así quisiera que lohicierais. Porque nuestros foquillos son tan reducidos y miserables,pero por eso vamos a buscar a la luz divina en el Sagrario, que ahíestá Jesús amoroso, Jesús amante, Jesús paciente, Jesús esperandouna limosna de corazones, de la ingratitud de sus criaturas».

Desea saber exactamente la fecha de la Primera Comunión deCristinita para unirse a ella «y ese día qué hermoso ejemplo seríaque comulgarais vosotros también con ella». Pide toda clase denoticias sobre la niña; pienso que para, con las fechas y datos quele envíen, confeccionar algún recordatorio para la primera comu-nión. Y a la niña, como si fuera su catequista, le enseña a que sevaya preparando para el gran día.

Lo primero que le aconseja, llamándola: mi queridísima sobrina,es que «pidas a Jesús Sacramentado que te dé ese amor, esa ansiade recibir a Jesús Sacramentado, como los niños santos que nopodían vivir sin recibir a Jesús, eso quiero yo, que mi Cristinita seade Jesús, y Jesús de Cristinita. ¿No tienes ese deseo de acercarte aJesús, a tu corazón?» 45.

Cuando comulgue quiere que haga algunas peticiones que le su-giere: «Jesús mío, gracias te doy por haberme dado unos padres cris-tianos y católicos y haberme dado el ser. Gracias por todo; y ahora tepido con todas mis pequeñas fuerzas, que te ame mucho...; y que a lamedida que vaya creciendo, vaya comprendiendo y practicando eselibro tan pequeño de la Doctrina Cristiana, que ahí está toda la ley delcristiano, lo que quiere Jesús que haga» 46. «En ese pequeño

45 Cta. del 16 de noviembre de 1942.46 Ibíd.

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libro...aprenderás a amar a Jesús, siempre con la Santísima Virgen,dígale: Madre mía, soy tan chiquitina y no comprendo la grandeza yvalor que tiene la Doctrina Cristiana; enséñame tú, y grábamela en elcorazón para siempre». Enseña también a la niña a pedir por sus fa-miliares: padres, hermanos, por tito Curro y por los demás titos ytodos sus primos «y en particular por tita Salud que tanto te ha ense-ñado, y por la abuelita Lola» (tía y madrastra de Cristina) y que teacuerdes de tu tita Cristina», etc. Después de estos pasos más suavesy quietos, pasa al ataque. Y como siempre el caballo de batalla es elprecepto pascual. «Ahora entra el santo tiempo de Cuaresma, tiempode salud y reparación espiritual». Hay que pedir perdón de los peca-dos y de todos los extravíos que haya habido.

Después de darle otras cuantas amonestaciones, entiende queacaso se haya pasado un poco y se despide: «Conque, adiós, queri-dísimos hermanos, perdonadme por todo, pero ahí va estampado elcorazón de una hermana, que quiere que todos seáis santos, comonuestro Padre Celestial nos quiere a todos» 47.

No puede faltar en su pluma la consabida exhortación sobre elmandamiento de oír misa los domingos y días festivos. Quiere queel matrimonio sea devoto del Santísimo e inculque esta devoción alos niños. «Se ha quedado en el Sagrario para alimentación de loshombres y ser su fortaleza» 48. Tampoco esta vez falta el toquecitosobre el cumplimiento del precepto pascual, de esta manera máspositiva: «Confiesan y comulgan una vez al año, Pascua Florida, nopor temor ni por miedo. Con Nuestro Señor no se debe de hacer eso,sino por amor».

Ya en San Fernando, se alegra de estar más cerca de los suyosque viven en Huelva, y espera que vayan a verla para conocer atodos 49. Una palabra especial para Cristinita que espera comulgaráa menudo y de nuevo deriva su discurso sobre el precepto pascual,

47 Todas estas consideraciones y consejos en la misma carta que es de lasmás largas de Cristina.

48 Cta. del 25 de octubre de 1945.49 Cta. del 6 de junio de 1946. Del 27 de noviembre de 1946 es la larga

carta en la que habla de la inauguración del monasterio de San Fernando en laque les cuenta cómo ha sido la inauguración del nuevo monasterio, y habla todaemocionada de la procesión con el Santísimo desde la iglesia del Carmen.

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a cuyo cumplimiento les exhorta, indicándoles cuando acaba la fe-cha señalada por la Iglesia.

En otra ocasión les explica el por qué del mandamiento y elamor con que hay que vivirlo, haciéndoles ver que no era la puramaterialidad del cumplimiento del precepto lo que ella querría sinoel amor vivificante: «Hacedlo con ese amor y ese fervor que da lavida, la Eucaristía Pan de Vida. Lo mismo que se come el panmaterial, o la comida, que se siente la fuerza y la fortaleza, sin saberpor dónde viene; pues ¡qué diferencia tan grande no tiene el PanEucarístico, que es nuestro Jesús!, su propia carne, comida de vida,fortaleza de los débiles» 50. Saliendo del puro ámbito familiar, lesasegura: «Yo os digo, queridísimos hermanos, que si se frecuentaramás este Divino Sacramento, acercándose a su santa mesa, el mun-do sería otra cosa; las criaturas tienen y reciben lo que ellas mismasse buscan. Buscan a Dios, tienen a Dios, buscan otra cosa, tienenotra cosa; conque en la mano está la salvación. La gracia divinanunca nos falta» 51. Así se formulan las verdades de la «idiota».

En 1943 escribía para su sobrina Cristina de los Reyes Sánchezla Cartilla para aprender a hacer oración. El tratadito comienzacon Viva mi Jesús Sacramentado, y, como no puede ser por menos,le habla también de Jesús Sacramentado. Escribe para una niña quetiene unos ocho años y la exhorta a que comience su oración dicien-do: «¡Jesús mío!, enséñame Tú, que yo te conozca que eres mi Dios,que estás en el Sagrario vivo, esperándome», y así le vas contandotodas tus cosas [pues] la oración es el trato íntimo y una conversa-ción con todo lo que te ocurra, acostumbrándote a hablar con Él ya la medida que vayas hablando y tratando a Jesús Sacramentado[...] verás cómo tu corazón siente herirse de amor de Dios cada vezmás [...]. Todo lo que tú sientas y tengas, todos tus sentimientos,eso lo depositas en el Sagrario». Desde la noción teresiana de ora-ción aquí subyacente va llevando a su pupila a la expresión euca-rística de la misma. Más adelante le da unos buenos consejos, entreotros: «Que seas una joven piadosa y no faltar ningún día de pre-cepto sin oír la Santa Misa[...] y comulgar muy a menudo». Te

50 Cta. del 8 de mayo de 1948.51 Ibíd.

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quiero santa y que hagas oración y enseñas a tus hermanitos enparticular y a las niñas le enseñas a amar mucho a Jesús y que vayanmucho al Sagrario. ¡Está tan abandonado Jesús! Que esa tu petición:que todo el mundo le ame y le conozca». Este grito final: «¡Está tanabandonado Jesús!», parece un suspiro de don Manuel, el obispo delos sagrarios abandonados.

Conversación eucarística a alto nivel

Escribiendo a doña Ana Arrayás Ramos quiere hablar con ellade Dios y desea ardientemente que su destinataria entre en esa ondaespiritual «y verá cómo se deja sentir Nuestro Señor en su alma; asíquiero que reciba a Nuestro Señor muy a menudo y verá qué for-taleza siente, qué tónico, qué reacción da, es una cosa inexplicable,pero se nota el sostén del Pan eucarístico de la Vida, da una ama-bilidad, da una dulzura, que yo quisiera separar las cosas de latierra, pero no puedo prescindir de ellas, porque así se hace másengrandecer más el efecto de la Eucaristía, porque todos los contra-tiempos, todos los sinsabores de la vida, todas las amarguras de lavida por grandes y terribles que sean, recibiendo a Nuestro Señor sesiente ¡una fortaleza, una suavidad, una dulzura!, se puede decir contoda verdad que se siente un bienestar, teniendo a Dios, inexplicableporque esto es acción de Dios». Más que aconsejar a doña Ana estáhaciendo Cristina una radiografía de su caso personal, y desde suexperiencia habla a la destinataria.

La conversación a alto nivel no ha terminado, aunque toma otrosesgo un poco diferente: «Ahora sí, los doctores estos modernos, laciencia médica dirá: �flojedad de nervios, nervios pasados�, pero yoles digo que, si recibe a Nuestro Señor, esa misma alma, se vuelveirresistible y tiene más pólvora que una fábrica de pólvora».

El alimento eucarístico hace que las cosas cambien: «esa mismaalma recibe a Nuestro Señor y todo se ha trocado, ya está la ama-bilidad, la dulzura, otro Dios». Después de unas puntaditas contralos masones, le dice con toda amabilidad:« Conque, mamá Ana, queamemos cada vez más a su Divina Majestad, a Jesús Sacramentadoy darle a conocer en el mundo entero, que no es conocido ni entre

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los mismos suyos. Que los suyos estemos posados en esa Hostiablanca y dejemos el polvo de la tierra por completo». La suerte deCristina está en que «aquí como tenemos el cielo en la tierra ennuestro coro tan cerquita de nuestro Jesús, todo lo que le diga espoco; muchas Conferencias le tengo yo allí para mamá Ana. ¿No lasoye? Ya me retiro, mamá Ana». En verdad que nos encontramoscon una elevación eucarística bien entonada y llena de afirmacionespoderosas y muy finas acerca de lo que está llamada a influir laEucaristía en la vida cristiana, en el quehacer y padecer de cada día.

También intima espiritualmente con Anita, hija de doña Ana. Leescribe una carta que viene a ser como un discernimiento de espí-ritus a distancia. Le dice puntualmente lo que tiene que ir haciendo.De ninguna manera se le olvide que Jesús es el dueño de todo «yen el sagrario, allí Jesús callado y paciente esperando». Las prime-ras letras que escribe en 1949 52 son también para la misma destina-taria; y para ella también una conferencia que tuvo en el Sagrarioal finalizar el año anterior: «En el papel no puedo estampar el len-guaje que tuve con nuestro Jesús en el Sagrario, pero todo se encie-rra en una sola cosa: el amor. Amar mucho y dejar obrar el amorobra grandes maravillas sin tú darte cuenta. Conque deja obrar alamor». Y le revela lo que ella, Cristina, puesta en el lugar de Anita,diría «a ese manojo de hermanos, hermanas y sobrinos que tengo,a todos les digo: si quieren felicidad, y quieren sostenerse comoverdaderos cristianos, frecuentar a menudo el Banquete Eucarístico;saldrán fortalecidos y serán valientes soldados para ganar almas ycorazones para que venga el Reinado de Nuestro Jesús, de la cari-dad y del amor» 53.

Rueda de calentitos «a lo divino»

En uno de los casos echa mano a su fantasía andaluza y se leocurre decir que va a preparar una rueda de «calentitos o churros».Es algo así como volver este tema «a lo divino», para entendernos.La masa que va a preparar ha de ser de «harina exquisita, una harina

52 Cta. del 1 de enero de 1949.53 Ibid.,

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de primera calidad y ésa molida con el sacrificio y la negación porel que tanto queremos y por el que lo hacemos todo, por nuestroDios». Hablando después de la levadura dice: «Hay que echarle unapoquita que como esa la tenemos propia, viene muy bien para seguiramasando con ella. Fíjate, hija mía, que todo en la vida espiritualhay que amasarlo con nuestra miseria que tiene que ser agria. Laúnica que no tiene levadura es la hostia pura, santa e inmaculada;lo demás, toda clase de amasijo tiene y lleva su levadura» 54.

4. CONSEJOS EUCARÍSTICOS Y OTRAS VARIANTES

Son muy abundantes. Aparte los ya contenidos en el apartadoanterior, seleccionamos aquí otros cuantos.

Escribiendo a sus sobrinos los exhorta: «siempre confiemos enel divino Prisionero del Sagrario» 55. A otra sobrina que se va asometer a una operación le dice: «Confiesa y recibes a nuestro Señorque es el que da la fuerza» 56.

En la Cuaresma de 1960 se comunica una vez más con lasGiráldez 57. Les asegura que ruega mucho por ellas ante «la centraldel telégrafo que es el Sagrario»; allí en contacto con el MaestroDivino es donde se aprende la humildad, «no en los libros, pareceque le tengo guerra a los libros». No es eso sino que el Sagrario delSeñor o el sagrario de nuestro corazón son la mejor escuela. Lasanima a arreglar el sagrario propio «en este santo tiempo de Cua-resma».

Y ¿cuál va a ser la programación para el tiempo cuaresmal?¿Qué van a hacer, pues, en esta Cuaresma? «Postrarnos de rodillasdelante del Sagrario...; y si, por nuestras ocupaciones o por las cir-cunstancias o cosas que la vida presenta, nos es imposible, postré-monos en nuestro interior, en el sagrario que tenemos dentro denuestra alma, tenemos la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y EspírituSanto y si renováramos en la fe, en esa fe pura y nuestro corazón

54 Cta. del 20 de julio de 1967.55 Cta. del 12 de octubre de 1949.56 Cta. del 28 de marzo de 1976.57 Carta del 7 de febrero de 1960.

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tuviera esa confianza, todo por María en este año mariano, otra cosasería; no hay otro camino».

Toca a continuación otro tema que recuerda asimismo a otrasdestinatarias: «No es menester estar en el Sagrario; aunque esté ensu dormitorio, el Sagrario lo tienen dentro de su corazón y ese deseocontinuo es la lámpara que tienen encendida; eso no lo puede com-prender porque Nuestro Señor le pone una celosía para no darsecuenta de lo que tiene el dolor, que el sufrimiento alcanza». Lerepite: «estamos siempre muy unidas en el amor de Dios, en el dolordel sufrimiento por Él y por las criaturas».

San Juan de la Cruz pone en boca de la persona espiritual comooración muy necesaria la súplica de que no la deje en ningún tiempo«porque soy desperdiciadora de mi alma» (D 123). Cristina enseña:«Así constantemente en las ocasiones no desperdiciar nada, un pe-queño molino pero constantemente sin descansar de moler granosde trigo para sacar una harina blanca y hacer pequeñas partículas,pero que no las vea nadie; que nadie se dé cuenta nada más quenuestro Señor Sacramentado, para presentarlas al día siguiente altiempo de comulgar. Hostia por hostia, ¡la nada y un Dios Jesús!,todo amor que se complace en recibir la miseria de la criatura». Esteconsejo lo dejó escrito en unas páginas que titulaba Pequeños sacri-ficios y virtudes en miniatura, convencida, como allí mismo dice,«que las cosas pequeñas son la fortaleza de la vida espiritual, lasque hacen bloque y son como el cemento cuando se pone en lasparedes del aljibe para contenerlas y que no las destruya el agua».

«Misa continua»: con esta expresión y puesto el pensamiento ensu querido Director, recuerda a Sor África algunas palabras de él:«Que nuestra vida sea una misa continua y profundicemos en lasentrañas de la Cruz y Sacrificio del amor y allí nos veremos comonuestro santo Padre José Fariña, como dicen sus palabras. Si pene-traran el bien que trae la gloria que da un poco de sufrir, ¡la gloriatan inmensa!, todos correrían al martirio». Pienso que había impac-tado a Cristina el consejo de su padre espiritual: hacer que nuestravida sea una misa continua. De hecho tenemos algunas invocacio-nes suyas que van en esa dirección: «¡Oh!, que yo viva del secretoprofundísimo del Calvario. Esa es mi vida». Y esta otra petición: alEspíritu Santo: «¡Espíritu Santo!, metedme y profundizad dentro de

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mí el secreto que tanto ansío del sacrificio de la Misa». O también:«¡Espíritu Santo! Metedme en las entrañas de la cruz que mi Jesúsha dejado en ella: en la Misa» Hacer de la vida esa misa continuaequivale a meditar y vivir «a fondo el valor de la Santa Misa enten-dida como sacrificio que renueva místicamente en el altar el sacri-ficio redentor y único de la cruz bajo las especies de pan y vino, porobra del sacerdote que actúa in persona Christi» 58.

«Alabanza de gloria» canta siempre, adora siempre

Pocos días antes de la muerte de Cristina se habían tenido en elmonasterio de San Fernando las elecciones. La nueva Priora, MaríaTeresa de Cristo, al renovar los oficios de comunidad, tuvo la ideagenial de asignar a Cristina el de alabanza de gloria de la SantísimaTrinidad. Asociada así a la espiritualidad de su hermana de hábitola beata Isabel de la Trinidad, comenzó Cristina a cumplir con esaencomienda. Entre otras cosas, una alabanza de su gloria es alguienque en el cielo de su alma «comienza ya el oficio que tendrá en laeternidad...; ella canta siempre, adora siempre» 59. La realidad de laadoración en su vida está fuertemente ligada al tipo de CarmeloEucarístico que se fundó en Ogíjares y en el que entró y estuvo 25años, haciendo tantas y tantas horas de adoración. El simple dato deque comience la mayor parte de sus cartas con un ¡Viva mi JesúsSacramentado!, ya está significando el espíritu de adoración en queestaba envuelta. En 1944 en una carta familiar, pide oraciones paraque siempre «haga yo la voluntad de Dios y muera de amor de Dios,que sea muy humilde, eso es lo que quiero que pidáis para mí. ¡Quéfeliz soy en nuestra vida tan hermosa y ahora que tenemos el San-tísimo entre las dos rejas del coro! Eso es ya volverse loco» 60. Lasiguiente sentencia parece un anuncio profético: «en la tierra elSagrario; lo demás nada» 61. Y esta otra nos la fotografía de alma

58 Homilía de Juan Pablo II: 23-III-1981.59 Beata Isabel de la Trinidad, Obras Completas (El cielo en la fe, día 10,

segunda oración), EDE, Madrid 1986, pp.118-120.60 Cta. del 25 de agosto de 1944 a su «tita Cristobalina».61 Cta. del 22 de diciembre de 1936, a doña Ana Ramos.

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entera: «Me fui al Sagrario, a la fuente de la vida, y allí, allí, des-ahogué mi corazón» 62.

5. PERLAS EUCARÍSTICAS

Llamo así a algunos dichos o pensamientos de Cristina con losque iluminaba una situación, animaba a seguir adelante, se animabaa sí misma en este destierro. Desahogaba así su corazón escancian-do en tales dichos luminosos sus sentimientos y afectos espirituales.

1. Siempre confiemos en el divino Prisionero del Sagrario.2. Vamos a llamar a la puerta del Sagrario. Que nos abran esa

puerta. Abre esa puerta, Señor, que aquí está esta pobre mendigapidiendo tu protección.

3. Estoy prisionera, pero quiero coger la llave para abrir lapuerta a mi prisionero.

4. Prisionera, prisionera, en la prisión estoy y con mi Dios mevoy. En la fuente del amor me escondo yo.

5. ¡Oh¡ ¡Sagrario dichoso! En el que mora el Rey de misamores, consumidme en esa fuente de amor.

6. Que yo me deje encontrar por el Amor de mis amores.7. ¡Viva mi Jesús Sacramentado! ¡Oh Jesús Sacerdote-Hostia,

por María me ofrezco a Ti, tengo hambre de Ti, me uno a Ti.

Esta última invocación la tenemos en un autógrafo de Cristina,debajo del cual pone la fecha de su nacimiento y de su entrada enel convento de Ogíjares. La volvió a escribir una vez más en sucatecismo de Ripalda: ed. Sevilla 1911, p.143.

CONCLUSIÓN

Cristina, como decíamos al principio, no es ninguna doctora dela Iglesia; es una hija de la Iglesia, que ha vivido su fe y de su fe.Expresa su contento de este modo jubiloso: «¡Qué felicidad ser hijade la Iglesia!» 63. Por lo que se refiere a la Eucaristía tenemos que

62 Cta. del 5 de julio de 1957.63 Cta. a Angelina y María Giráldez: San Fernando julio de 1968.

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decir que se trata de un testimonio de esa fe en el misterio; de unapiedad sincera, que ella manifestaba del modo más sencillo y fervo-roso en pensamientos, palabras, gestos y obras. Ya desde los levan-tes de la aurora entonaba su jornada hacía la Eucaristía, en estaespecie de ofrecimiento de obras: «Cuando amanece el día, debe-mos dar gracias a Dios por el don de la vida, ofreciéndole en laEucaristía al Señor y juntamente con Él: todo, todo...Todas nuestrasmiserias, sin pararnos mucho en ellas, sino gozar de esa sangredivina; bañarnos en ella para que nos limpie».

Las verdades acerca de la Eucaristía las tenía muy bien asimila-das y era capaz de formular bienaventuranzas y propósitos tan firmescomo los siguientes: «¡Dichosa Vd. que medita en tan escondidostesoros [de la Pasión del Señor] y después se acerca a la fuente euca-rística, cuyo memorial de la Pasión es. Ese es el amor de todo un Diosal hombre y ¡qué poco y mal correspondido es! Amémosle mucho[...]. Por todo lo presente vivamos más que nunca de fe y confianzaen Dios Amor Misericordioso y, aunque el mundo se desquicie, másfe y confianza, que los que son de Él no se verán defraudados» 64.

Quienes la conocieron recuerdan su saber estar en la presenciadel Señor Sacramentado. En San Fernando se ponía lo más cercaposible del Sagrario, pegada a la reja del coro.

Su celo por la gloria de Dios y por el bien espiritual de los suyosmuy en particular se manifestaba en el empeño con que les aconseja-ba. «No se da tregua pensando que no cumplen tan bien como ellaquerría con sus compromisos de buenos cristianos. De ahí sus conti-nuas exhortaciones a no olvidar los mandamientos de Dios y de laIglesia: sacramento de la reconciliación y comunión. Con los suyosejerce un apostolado continuo desde la soledad de su clausura. Es tier-na y dulce con ellos y, a veces, se pone como una leona rugiente. Sonlos rugidos de su amor entrañable a los de su sangre» 65.

Alma consagrada a Dios, a otras almas consagradas como ellaen la vida religiosa, sabe hablar un lenguaje eucarístico de granclase y nos deja atisbar lo que eran sus vivencias espirituales yeucarísticas más profundas. También entablaba conversaciones a altonivel eucarístico, como hemos visto, con personas seglares. Eran los

64 Cta. a Florinda Roldán del 28 de septiembre de 1932.65 La sonrisa interminable..., p 283.

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resplandores de su vida contemplativa, profundamente vivida, peroque solía recatar con una humildad a toda prueba.

Muy pequeña aún descubrió, como ella contará más tarde, queexistía un ser supremo, al que ella adoraba y contemplaba en silen-cio, apartada en uno de los rincones de la carpintería de su padre.Todos creían que jugaba como era natural y propio de su edad. Asíla dejaban tranquila y ella oraba y se compenetraba con ese sersupremo que tanto la atraía. Esta experiencia y este quehacer ado-rante encontró su cauce más amplio en su vocación contemplativa,al ingresar en un Carmelo de signo eucarístico especial, empleandotantas horas en la adoración perpetua al Santísimo Sacramento.

Aunque este estilo de cosas fue cambiando con los años, quedóbien marcada Cristina como alguien que, alabanza de gloria, adora-ba con toda reverencia al Señor Sacramentado. Lo dejó dicho enpocas palabras, pero densas: «En la tierra, el sagrario; lo demásnada». A la puerta del Sagrario llamaba y allí tenía instalada laCentral de sus oraciones y conferencias; y desde esa atalaya euca-rística recorría las necesidades de los hombres e intercedía por sussemejantes.

Cristina, la de la sonrisa interminable, es, a mi entender, una deesas personas que sin alharacas de ninguna clase ha sabido integraren su existencia esas dos leyes de la vida cristiana: lex credendi, leydel creer, y lex orandi, ley del orar. Con su fe y desde su fe alimen-taba su oración; y desde su oración fortalecía y esforzaba su fe. Conla fuerza de estas dos alas iba llevando el cargamento de su amoral prójimo, sobre el cual expandía su amor a Jesús Sacramentado,queriendo que todos disfrutasen «de todo el bien espiritual de laIglesia, que se contiene en la Eucaristía» 66. Adoraba, oraba, cantabay suspiraba: «Como los pajarillos en la enramada, quisiera yo volar,para conquistar lo que tanto amo». «Los pajarillos en la enramadaestán cantando tus alabanzas. Y a mí me dan en los cristales dicien-do: «Despierta y alaba a tu Dios» 67.

66 Concilio Vat. II, PO, n. 5, en donde se remite a SANTO TOMÁS, SummaTheolo. 3 q.65, a. 3 ad I; q. 79, a. IC, y ad I..

67 Cfr. La sonrisa interminable, pp.357-365 el capítulo 20 dedicado a losdichos de Cristina.