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Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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PRESENTACIÓN

Con gran alegría y agradecimiento al Señor, dador de todos los bienes, presento este

manual del Primer Nivel de Formación Básica del Instituto de Formación para Laicos

Mercedarios.

Luego de un proceso largo, pero lleno de riquezas y experiencias, laicos y religiosos de la

Provincia Mercedaria de México, logramos consolidar el INFOLAM, como respuesta a las

peticiones de formación que nuestros hermanos pertenecientes a las Fraternidades Laicales

venían manifestando.

Nadie ama lo que no conoce, reza el dicho popular, pero el testimonio de los laicos

mercedarios es la excepción a la regla, pues ellos, fieles a la Merced, aún con una

formación intermitente, son amantes de nuestra Orden y se han identificado con ella

estrechamente. Es precisamente el amor que ellos profesan a la Orden Mercedaria el que les

ha despertado el deseo conocerla a profundidad, para amarla más plenamente.

Este material lleva tras de sí espacios de reflexión y diálogo, momentos de análisis y

planeación, trabajo arduo que espera rendir frutos abundantes en nuestra fraternidades

laicales y en la proyección carismática de servicio a los cautivos de hoy. Este manual del

Primer Nivel abre el conjunto de manuales de los otros niveles del Plan General de

Formación del INFOLAM que, Dios mediante, estarán viendo la luz en los años por venir.

Hago un vivo llamado a los religiosos responsables de animar a las FLM en cada

comunidad, a incentivar y animar la participación de sus miembros y a cuidar de cerca el

desarrollo del curso en este año piloto. Exhorto a los destinatarios de este trabajo, los

miembros de las FLM y todos cuantos se sienten interesados por conocer el ser y quehacer

de nuestra Orden, a aprovechar el material que tienen en sus manos, y a hacer de él un

medio por el que conociendo la historia, la espiritualidad, el carisma y los retos de nuestra

familia, alcancen un grado mayor de amor a aquella que es origen y sustento de la Merced,

Nuestra Santísima Madre, siguiendo las huellas de Pedro Nolasco, traduciéndolo en

compromiso liberador con los cautivos y oprimidos de nuestra sociedad.

Pongo en las manos de Nuestra Madre de la Merced el aprovechamiento de este manual y

el desarrollo del curso piloto 2016-2017 del INFOLAM, y pido al Señor que derrame la luz

de su Espíritu en todos cuantos fungirán como facilitadores y en quienes participaran

recibiendo el curso.

24 de septiembre de 2016

Solemnidad de Nuestra Santísima Madre de la Merced

En el año dedicado a ella

y en el jubileo del 4º Centenario de la Provincia Mercedaria Mexicana.

Fraternalmente

Fr. Fernando Díaz Aguirre O. de M.

Director del Secretariado Provincial de Pastoral Mercedaria

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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INSTITUTO DE FORMACIÓN PARA LAICOS MERCEDARIOS (INFOLAM)

OBJETIVO Desarrollar el plan de formación integral, los programas y los subsidios para la formación

de las Fraternidades Laicales Mercedarias y los agentes de pastoral liberadora y coordinar

su aplicación.

MISIÓN El INFOLAM tiene por misión ser la instancia que planee y coordine la formación de los

laicos mercedarios en México.

VISIÓN Ofrecer formación integral y de calidad, que abarque las dimensiones humana, cristiana,

mercedaria y pastoral.

ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN DEL INFOLAM

Coordinación general: Secretariado Provincial de Pastoral- Visitador de FLM.

Secretaría General: Laico designado por el Secretariado Provincial de Pastoral.

CEFOLAM (Centro de Formación para Laicos Mercedarios). Se establece uno en cada comunidad local

mercedaria y en él convergen todas las FLM de la misma comunidad, rectoría o parroquia.

Establece horarios y días comunes por cada nivel. Puede abrir varios horarios para un

mismo nivel, si el caso lo amerita.

Equipo de CEFOLAM: Encabezado por un Responsable de Centro, encargado de coordinar

todas las actividades de formación.

Facilitadores: Laicos mercedarios, adecuadamente capacitados, responsables de coordinar las

sesiones de aprendizaje y ayudar a sus hermanos para la comprensión del contenido.

Responsable de nivel: Facilitador a quien le corresponde desarrollar de manera directa las

actividades de cada sesión de aprendizaje del nivel, y con quien pueden colaborar otros

facilitadores.

Consejo de CEFOLAM: Cada CEFOLAM cuenta con un consejo, integrado por el equipo y por

los maestros de formación de cada FLM de la comunidad local.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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Es requisito indispensable que el responsable de centro y el responsable de nivel, hayan

cursado previamente el nivel y el curso de facilitadores del INFOLAM. Para los auxiliares

basta que hayan cursado el nivel.

ESTRATEGIAS DE COORDINACIÓN: Orientadas a dar formalidad a las actividades del

INFOLAM, como una herramienta más de formación.

- Cada responsable de CEFOLAM, dos semanas antes de iniciar el semestre, notifica a la

secretaría general del INFOLAM el nombre de sus responsables de centro y de nivel, así

como sus horarios y días de clase por nivel.

- Cada participante llena la ficha de inscripción semestral, misma que se entrega el

responsable de CEFOLAM. El responsable de CEFOLAM las archiva adecuadamente.

- Cada CEFOLAM envía a la secretaría general del INFOLAM una lista con los nombres de

cada alumno inscrito, señalando su edad y nivel, dentro de las dos primeras semanas del

curso).

- Control de asistencia: El responsable de nivel lleva un control de asistencia, en la que

registra la presencia de cada uno de sus alumnos. Para que un alumno reciba la constancia

de acreditación del nivel, deberá cubrir al menos el 80% de asistencia en cada semestre.

- Control de evaluaciones: El responsable de nivel lleva un control de evaluaciones por cada

alumno, a través del cual sondea el nivel de comprensión que el alumno tiene de los temas,

dándose la oportunidad de reforzar aquello que no se haya asimilado correctamente. Las

evaluaciones no se califican, solo se certifica que se realizó.

- Certificados por nivel. Cada CEFOLAM solicita, un mes antes de concluir el nivel, los

certificados de acreditación para cada alumno que esté por concluir el nivel, siempre que

haya cursado los dos semestres que lo componen, haya cumplido con el 80% de asistencia y

haya realizado las evaluaciones de cada bloque. Al terminar los tres niveles, se solicita el

certificado de conclusión de la formación básica del INFOLAM.

- Es deseable que cada semestre inicie y termine con una celebración eucarística.

TAREAS DEL FACILITADOR

Son tareas del facilitador, ayudador por los auxiliare:

- Preparar la sesión con suficiente anticipación.

- Iniciar y terminar la sesión en el tiempo acordado por el respectivo CEFOLAM.

- Asentar la asistencia de cada participante en la lista correspondiente.

- Marcar cada uno de los pasos de la sesión, dando suficiente espacio a cada uno de

ellos.

- Revisar la tarea de cada uno de los participantes.

- Diseñar, aplicar y evaluar los ejercicios de reforzamiento al final de cada bloque.

- Asentar la calificación de cada participante en la lista correspondiente.

- Notificar al responsable de CEFOLAM el avance y culminación del nivel.

- Animar a los participantes con caridad y humildad, procurando que los contenidos

sean bien comprendidos por todos,

- Promover un ambiente de fraternidad y respeto en el grupo.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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PLAN DE FORMACIÓN

El plan de formación básica se orienta a ofrecer formación integral y despertar el

compromiso de los laicos mercedarios, atendiendo a cuatro dimensiones:

Conversión

Formación (en cuatro áreas)

- Cristiana

- Humana

- Mercedaria

- Pastoral

Integración

Servicio

Las áreas del plan se formación se expresan e incluyen en planes semestrales. El plan de

formación básica comprende tres niveles organizados en seis semestres, en los que se

abordan las siguientes temáticas:

Primer Nivel

- 1º y 2º semestre : Formación mercedaria básica

Segundo Nivel

- 3º semestre: Formación Bíblica: conocimiento básico de la Sagrada Escritura

- 4º semestre: Formación doctrinal: teología fundamental, cristología, mariología.

Tercer Nivel

- 5º semestre: La vida de la Iglesia: eclesiología, el magisterio reciente, sacramentos,

liturgia y pastoral.

- 6º semestre: Formación mercedaria específica: profundización en la historia,

espiritualidad, carisma y pastoral mercedaria.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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DESARROLLO DE LAS SESIONES DE APRENDIZAJE

Corresponde la coordinación de las sesiones a facilitadores adecuadamente preparados. Los

subsidios están conformados por sesiones agrupadas en bloques temáticos.

Es conveniente que la primera sesión sea de encuadre, es decir, sirva para que el facilitador

se presente a sí mismo, dirija una dinámica de presentación en la que los participantes digan

sus datos generales, su motivación para asistir al curso y sus expectativas sobre él. En esta

sesión el facilitador exponga los objetivos, el plan y el calendario del curso, establezca las

reglas de puntualidad y respeto y organice la manera de distribuir el material a los

participantes.

Todos los participantes deben de tener físicamente el manual del nivel. Puede entregarse

íntegro al inicio del curso o el correspondiente a cada sesión. El facilitador ha de promover

la solidaridad con los participantes que no puedan costear el manual, de manera que nadie

que desee tomar el curso se quede fuera por razones económicas. Las FLM colaboren en lo

posible para este fin.

Las sesiones se desarrollaran de manera calendarizada y uniforme en todas las zonas de la

Provincia, cada dos semanas y siguen el esquema siguiente:

-Oración y lectura bíblica. El facilitador prepara la oración inicial, o solicita con tiempo de

anterioridad, al auxiliar o a uno de los participantes que la realice. Se sugiere una lectura

bíblica para cada sesión, pero el facilitador puede sustituirla por otra que crea más

conveniente.

- Resonancia del tema anterior. Cada miembro comparte la tarea de la sesión previa.

- Lectura temática. La sesión se introduce con una lectura alusiva al tema, tomada de algún

documento magisterial o de alguna obra mercedaria; cada participante debe leerla como

tarea de preparación a la sesión. El facilitador decide si se lee en grupo o se da por sentado

que cada participante ya la leyó con anterioridad.

- Desarrollo del tema. Expone de manera detallada la temática. Corresponde al facilitador

presentar mediante una exposición clara el contenido ofrecido en el manual, echando mano

de medios visuales como láminas, dibujos, proyecciones digitales, etc., cuidando siempre

de cubrir todo el contenido del tema y no desviar la atención de él. De vez en cuando puede

también invitar a los auxiliares y participantes a exponer este contenido.

- Preguntas de reforzamiento y/o diálogo. Los participantes, coordinados por el facilitador,

comparten y dialogan las ideas centrales de la lectura bíblica, de la lectura introductoria y

del tema, se responden dudas y se elabora a nivel grupal un lista de los puntos más

importantes de la sesión.

- Ejercicio de asimilación (tarea para casa: elaboración de síntesis, ideas principales,

resúmenes).

- Oración y canto final. El facilitador prepara la oración final o pide con suficiente

anticipación a alguno de los auxiliares o participantes que la dirija. El canto final viene

sugerido en cada tema. La música de todos los cantos mercedarios sugeridos se encuentra

en la página web de la Provincia Mercedaria Mexicana (www.mercedariosmexico.org) en

el apartado ―galería – música mercedaria‖; el resto de los cantos se encuentran con mucha

facilidad en Youtube. Pueden sustituirse los cantos, preferentemente mercedarios.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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PLAN DEL PRIMER NIVEL (PRIMER Y SEGUNDO SEMESTRE)*

Objetivo general: Formar la identidad del laico mercedario desde la espiritualidad,

historia y carisma de nuestra Orden.

Objetivos particulares:

- Ubicar la vida mercedaria como una manera de seguir a Jesús en el conjunto de la Iglesia.

- Afianzar la identidad del laico con los valores y tradiciones mercedarios.

- Generar en el laico mercedario un genuino compromiso con la fraternidad laical y con la

labor carismática.

BLOQUE I Somos discípulos del Señor en la Iglesia

1. Jesús nos muestra a su Padre y nos anuncia el Reino.

2. La Iglesia: comunidad de discípulos al servicio del Reino.

BLOQUE II LA Historia de la Merced

3. Historia de la Orden de la Merced I: La península Ibérica en la Alta Edad Media. La

cautividad medieval.

4. Pedro Nolasco: el piadoso mercader.

5. Historia de la Orden de la Merced II: La fundación de la Orden y sus primeros años.

6. Historia de la Orden de la Merced III: El desarrollo y expansión de la Orden.

BLOQUE III: La Merced, don de la Trinidad.

7. Espiritualidad y carisma de la Orden de la Merced

8. Los santos mercedarios

9. El escudo y el escapulario de la Merced

10. La Familia Mercedaria

BLOQUE IV: El laicado mercedario

11. Los laicos mercedarios

12. Estatutos de las FLM

BLOQUE V: La Pastoral liberadora

13. La libertad, don de Dios

14. Pastoral liberadora

*El Primer Nivel del plan de formación básica del INFOLAM pretende identificarse con el año de noviciado

para los novicios de la Orden Tercera o con el año de prueba en el caso de las otras FLM.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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CALENDARIO CURSO 2016-2017: PRIMER NIVEL TEMA FECHA

Misa de inauguración de curso Sábado 1 de octubre 2016

BLOQUE I Somos discípulos del Señor en la Iglesia

Sesión de encuadre Del 1 al 15 de octubre 2016

1. Jesús nos muestra a su Padre y nos anuncia el

Reino.

Del 16 al 29 de octubre 2016

2. La Iglesia: comunidad de discípulos al servicio

del Reino.

Del 30 de oct. al 5 de nov. 2016

Evaluación bloque I Del 6 al 19 de noviembre de

2016

BLOQUE II LA Historia de la Merced

3. Historia de la Orden de la Merced I: La

península Ibérica en la Alta Edad Media. La

cautividad medieval.

Del 20 de nov. al 3 de dic. 2016

4. Pedro Nolasco: el piadoso mercader. Del 4 al 17 de diciembre 2016

VACACIONES DE NAVIDAD (del 18 de diciembre al 2 de enero)

5. Historia de la Orden de la Merced II: La

fundación de la Orden y sus primeros años.

Del 3 al 14 de enero de 2017

Del 15 al 21 de enero de 2017

6. Historia de la Orden de la Merced III: El

desarrollo y expansión de la Orden.

Del 21 de enero al 4 de febrero

de 2017

Evaluación bloque II Del 5 al 18 de febrero de 2017

BLOQUE III: La Merced, don de la Trinidad.

7. Espiritualidad y carisma de la Orden de la

Merced

Del 19 de feb. al 4 de marzo

2017

8. Los santos mercedarios Del 5 al 18 de marzo de 2017

9. El escudo y el escapulario de la Merced Del 19 de marzo al 1 de abril

10. La Familia Mercedaria Del 2 al 8 de abril de 2017

VACACIONES DE SEMANA SANTA Y PASCUA (del 9 al 23 de abril)

Evaluación bloque III Del 24 de abril al 6 de mayo de

2017

BLOQUE IV: El laicado mercedario

11. Los laicos mercedarios Del 7 al 20 de mayo de 2017

12. Estatutos de las FLM Del 21 al 27 de mayo de 2017

Evaluación bloque IV Del 28 de mayo al 10 de junio

de 2017

BLOQUE V: La Pastoral liberadora

13. La libertad, don de Dios

14. Pastoral liberadora Del 11 al 24 de junio de 2017

Evaluación bloque V Del 25 de junio al 8 de julio

2017

Misa de fin de curso y entrega de certificados Del 9 al 15 de julio 2017

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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BLOQUE I: Somos discípulos del Señor en la Iglesia

1. Jesús nos muestra a su Padre y nos anuncia el Reino

a) Oración inicial y lectura bíblica (Mc 1, 14- 15)

b) Lectura introductoria

De la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, del Papa Paulo VI, 1975, nn.7, 8-10.

Cristo, en cuanto evangelizador, anuncia ante todo un reino, el reino de Dios, tan

importante que, en relación a él, todo se convierte en "lo demás", que es dado por

añadidura. Solamente el reino es pues absoluto y todo el resto es relativo. Como núcleo y

centro de su Buena Nueva, Jesús anuncia la salvación, ese gran don de Dios que es

liberación de todo lo que oprime al hombre, pero que es sobre todo liberación del pecado y

del maligno, dentro de la alegría de conocer a Dios y de ser conocido por El, de verlo, de

entregarse a Él. Todo esto tiene su arranque durante la vida de Cristo, y se logra de manea

definitiva por su muerte y resurrección; pero debe ser continuado pacientemente a través de

la historia hasta ser plenamente realizado el día de la venida final del mismo Cristo, cosa

que nadie sabe cuándo tendrá lugar, a excepción del Padre. Este reino y esta salvación —

palabras clave en la evangelización de Jesucristo— pueden ser recibidos por todo hombre,

como gracia y misericordia; pero a la vez cada uno debe conquistarlos con la fuerza, "el

reino de los cielos está en tensión y los esforzados lo arrebatan", dice el Señor, con la fatiga

y el sufrimiento, con una vida conforme al Evangelio, con la renuncia y la cruz, con el

espíritu de las bienaventuranzas. Pero, ante todo, cada uno los consigue mediante un total

cambio interior, que el Evangelio designa con el nombre de metanoia, una conversión

radical, una transformación profunda de la mente y del corazón.

c) Desarrollo del tema

- Dios, en su sabiduría infinita, ha trazado un

plan de salvación para los seres humanos, a

los que con amor ha creado a su imagen y

semejanza y para los que ideó un destino de

felicidad. Sin embargo, el ser humano,

creado por Dios con el don de la libertad, se

alejó de ese plan original y buscó la

felicidad por una ruta distinta de la marcada

por su Creador.

- Pero el Señor, rico en misericordia, no

abandonó a sus creaturas en medio del error,

y diseñó un ―Plan B‖ para reorientar la

historia humana hacia su cometido original.

- Dios mismo, haciéndose ser humano como

nosotros, Jesucristo, se introdujo en nuestra

historia para ofrecernos el don de la

reconciliación con él y también la

reconciliación entre nosotros mismos.

- Jesús, Dios con nosotros, se ha hecho

nuestro hermano para mostrarnos con su

propio testimonio de vida el camino para

llegar al Padre. Jesús es la presencia plena

de Dios en medio de la humanidad que

busca transformar la historia de mal y de

muerte que los hombres hemos tejido en

perjuicio propio y abrirnos al horizonte de la

vida plena.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

10

- En Jesús se nos muestra cómo es Dios,

cómo se comporta con nosotros y qué estilo

de vida nos propone. En los gestos

realizados por Jesús durante su vida pública

y narrados en los cuatro evangelios, se nos

deja ver que Dios es ante todo Padre,

es decir, cuida con cariño y ternura de cada

uno de nosotros sus hijos, nos conoce

individualmente y nos da a cada uno las

mejores cosas, como un pastor conoce a

cada una de sus ovejas y las conduce a

pastos buenos y fuentes de agua fresca. En

Jesús hemos descubierto que ese Dios-Padre

es siempre misericordioso y comprensivo,

que no rechaza a quien lo busca

sinceramente y tiene un cuidado muy

especial por sus hijos más necesitados. El

Dios de Jesús es cercano a nosotros y se

interesa por nuestros problemas y

necesidades, personales y comunitarios; es

un Padre que no está de acuerdo con los

abusos y atropellos de algunos de sus hijos

sobre otros más débiles, sino que quiere que

todos vivamos en plenitud y gocemos de

todo cuanto el ha creado para nosotros, sin

privilegios ni distinciones, pues a todos nos

ama por igual.

- ¿Qué pasaría si ese Dios-Padre reinara sobre

la humanidad entera? En su predicación

pública, Jesús nos va contando cómo sería la

historia de la humanidad si en lugar de que,

los seres humanos actuáramos llevados por

nuestro egoísmo, viviéramos bajo la

inspiración de Dios. A esta historia humana

renovada que nos propone como alternativa

ante la historia de muerte y dolor que nos

hemos hecho, Jesús le llama ―reino de

Dios‖. El reino será el centro de la

predicación de Jesús sus acciones y

milagros servirán para enseñarnos cómo se

construye y cómo es el reino.

- El reino no es una realidad que se alcance

después de la muerte ni tampoco es en

exclusiva una realidad política o social para

esta vida terrena. El reino acontece desde

esta vida, se va construyendo, se va

realizando paulatinamente pero tendrá su

consumación total cuando el Señor

transforme todas las cosas en Cristo.

- El reino es la propuesta de salvación que el

Dios de Jesús nos ofrece. El reino es

liberación del pecado, que arraigado en el

corazón humano provoca muerte,

aislamiento, indiferencia y egoísmo.

- El reino tiene lugar cuando los hombres

abren su corazón a Dios, y sintiéndose

amados por él, transforman su mente, sus

sentimientos, aspiraciones y actitudes y

pasan del egoísmo a la caridad y al

compartir, del poder al servicio, de la

opresión a la justicia, del rencor al perdón,

de la discriminación a la inclusión, del

rechazo a la acogida, de la condena y el

juicio a la misericordia, de la indiferencia a

la solidaridad, del aislamiento al encuentro,

de la soberbia a la humildad, de la

arrogancia a la sencillez, de las ventajas y la

búsqueda de ganancias a la generosidad y el

desprendimiento, de la venganza a la

reconciliación, del individualismo a la

comunidad. Esta conversión individual y

comunitaria profunda nos llevará también a

buscar a Dios, a descubrirlo en el pobre y

desamparado y a adorarlo y servirlo curando

sus llagas y saciando el hambre.

- Jesús nos invitó incansablemente a acoger el

reino que en él ha llegado (Cambien su

manera de pensar y crean porque el reino

ya está cerca), a buscarlo (Busca primero el

reino de Dios y su justicia), a pedirlo a su

Padre con insistencia (Que venga tu reino) y

a construirlo, abriendo el corazón a Dios,

dejándonos trasformar por él y obrando en

consecuencia. Jesús dedicó toda su vida al

anuncio del reino de Dios mediante sus

palabras y obras.

- El reino de Dios no es compatible con las

injusticias humanas y no tiene cabida en los

corazones soberbios y abusivos, por ello, la

predicación de Jesús no gustó a muchos de

los que la escuchaban, pues afectaba a sus

intereses individuales sustentados en los

abusos a los pobres, la indiferencia ante los

marginados y en una idea de Dios vengador

que castiga con la enfermedad y la pobreza a

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

11

los pecadores y bendice con la abundancia a

los que cumplen con exactitud los

mandamientos y preceptos de la ley.

- Aquellos que se sintieron amenazados por la

propuesta del reino, determinaron matar a

Jesús para acabar así con su predicación y

testimonio tan convincente. Jesús, sabiendo

que su tarea era predicar e instaurar el reino

de su Padre, no temió ofrecer su vida por

esta causa. Jesús murió por obediencia y

fidelidad a Dios que lo envió para anunciar

el reino. Jesús desgastó y ofreció su vida por

el reino.

- La confianza de Jesús en su Padre no quedó

defraudada. Dios lo resucitó de entre los

muertos para mostrar su gloria y otorgarle el

premio a su fidelidad por el reino. En la

resurrección de Jesús encontramos el destino

de la humanidad que habiendo recibido a

Dios, desgastando su vida por la

construcción del reino es trasformada, y

recibe del Padre la plenitud eterna de la vida

gloriosa junto a él.

d) Diálogo de asimilación y reforzamiento

e) Tarea 1. Explica cuál fue la misión de Jesús. Identifica cuáles son las características y

valores del Reino de Dios.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

f) Oración y canto final (Un cierto galileo)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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2. La Iglesia: comunidad de discípulos al servicio del Reino

a) Lectura bíblica (Mt 28, 16-20) y oración inicial

b) Resonancia del tema anterior (momento de compartir la tarea 1 del tema anterior).

c) Lectura introductoria

De la Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano II,

no. 9.

En todo tiempo y en todo pueblo es grato a Dios quien le teme y practica la justicia

(cf. Hch 10,35). Sin embargo, fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no

aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le

confesara en verdad y le sirviera santamente. Por ello eligió al pueblo de Israel como

pueblo suyo, pactó con él una alianza y le instruyó gradualmente, revelándose a Sí mismo y

los designios de su voluntad a través de la historia de este pueblo, y santificándolo para Sí.

Pero todo esto sucedió como preparación y figura de la alianza nueva y perfecta que había

de pactarse en Cristo y de la revelación completa que había de hacerse por el mismo Verbo

de Dios hecho carne. «He aquí que llegará el tiempo, dice el Señor, y haré un nuevo pacto

con la casa de Israel y con la casa de Judá... Pondré mi ley en sus entrañas y la escribiré en

sus corazones, y seré Dios para ellos y ellos serán mi pueblo... Todos, desde el pequeño al

mayor, me conocerán, dice el Señor» (Jr 31,31-34). Ese pacto nuevo, a saber, el Nuevo

Testamento en su sangre (cf. 1 Co 11,25), lo estableció Cristo convocando un pueblo de

judíos y gentiles, que se unificara no según la carne, sino en el Espíritu, y constituyera el

nuevo Pueblo de Dios. Pues quienes creen en Cristo, renacidos no de un germen

corruptible, sino de uno incorruptible, mediante la palabra de Dios vivo (cf. 1 P 1,23), no

de la carne, sino del agua y del Espíritu Santo (cf. Jn 3,5-6), pasan, finalmente, a constituir

«un linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo de adquisición..., que en un

tiempo no era pueblo y ahora es pueblo de Dios» (1 P 2, 9-10). Este pueblo mesiánico tiene

por cabeza a Cristo, «que fue entregado por nuestros pecados y resucitó para nuestra

salvación» (Rm4,25), y teniendo ahora un nombre que está sobre todo nombre, reina

gloriosamente en los cielos. La condición de este pueblo es la dignidad y la libertad de los

hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo. Tiene por

ley el nuevo mandato de amar como el mismo Cristo nos amó a nosotros (cf. Jn 13,34). Y

tiene en último lugar, como fin, el dilatar más y más el reino de Dios, incoado por el mismo

Dios en la tierra, hasta que al final de los tiempos Él mismo también lo consume, cuando se

manifieste Cristo, vida nuestra (cf. Col 3,4), y «la misma criatura sea libertada de la

servidumbre de la corrupción para participar en la libertad de los hijos de Dios» (Rm 8,21).

Este pueblo mesiánico, por consiguiente, aunque no incluya a todos los hombres

actualmente y con frecuencia parezca una grey pequeña, es, sin embargo, para todo el

género humano, un germen segurísimo de unidad, de esperanza y de salvación. Cristo, que

lo instituyó para ser comunión de vida, de caridad y de verdad, se sirve también de él como

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

13

de instrumento de la redención universal y lo envía a todo el universo como luz del mundo

y sal de la tierra (cf. Mt 5,13-16).

d) Desarrollo del tema

Discípulos, servidores y misioneros del

reino. A lo largo de su vida pública, Jesús

congregó en torno a sí a un grupo de

discípulos, hombre y mujeres, a los que

instruyó y con los que vivió en

comunidad, haciendo realidad con ellos lo

que predicaba acerca del reino de Dios.

Este grupo de discípulos recibió de Jesús

una doble tarea: la primera consistió en

vivir ellos mismos de acuerdo a los

valores característicos del reino, siendo

así levadura, ejemplo provocador que

despertara en cada ser humano el interés

por asumir ese estilo de vida; la segunda,

extender el reino de Dios mediante el

anuncio y la enseñanza en todos los

rincones del orbe. Así pues, Jesús

transmitió a sus discípulos la propia

misión de extender el reino del Padre.

Jesús dejó en claro que seguirlo a él es

servir al reino y hacer vida sus valores,

sin buscar intereses o ventajas personales,

dispuestos a las incomodidades y a los

riesgos, con determinación y estabilidad,

en una profunda relación de amistad con

Dios.

El primer grupo de discípulos de Jesús

llevó a cabalidad los mandatos recibidos

del Maestro, y a su vez los transmitió a

quienes se sentían seducidos por su

testimonio y se sumaban a la comunidad;

de generación en generación, los

discípulos del Señor Jesús se han

transmitido la enseñanza y el mandato,

haciendo más discípulos que extienden en

todas partes y en cada época el reino de

Dios.

Jesús Resucitado, con la fuerza de su

Espíritu, está presente a lo largo de los

siglos en medio de los suyos, los guía y

acompaña en la tarea del reino que les

entregó.

Así, todos los que llevados por el

encuentro con el Señor Jesús Resucitado,

vivo en medio de su comunidad,

deseamos seguirlo, nos convertimos en

sus discípulos, pues él nos instruye y nos

hacemos también servidores y misioneros

del reino, pues él nos manda a hacerlo

vida y extenderlo con el anuncio.

La Iglesia es comunidad. Jesús no quiso

que sus seguidores actuaran de forma

individual y aislada, sino que estableció

una comunidad, en la que viviendo como

familia, todos los discípulos son

hermanos entre sí, y tienen por único

Padre a Dios.

Precisamente, la palabra iglesia proviene

de un vocablo griego, ekklesía, que

significa ‗pueblo reunido‘. Los discípulos

de Jesús conformamos un pueblo, una

familia de hermanos reunidos en torno a

nuestro Padre común. Por el bautismo nos

hacemos hijos de Dios, miembros de la

Iglesia-pueblo y familia, comunidad de

los discípulos de Jesús, que tiene por

tarea extender el reino.

Iglesia es cuerpo. La Iglesia, comunidad

de los discípulos de Jesús se organiza

como si fuese un cuerpo: tiene distintos

órganos, distintos miembros, y cada uno

de ellos cumple una función específica

orientada a un fin común; así como en el

cuerpo humano cada órgano trabaja en

una tarea particular siempre con la

intención de mantener vivo y sano al

individuo, en la iglesia cada uno de

nosotros, sus miembros, desarrolla

también una labor propia, orientada a la

extensión del reino. Estas tareas se llaman

carismas y ministerios. Carisma es una

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

14

palabra griega que significa ―don o

regalo‖, ministerio viene del latín y

significa ―servicio‖; los carismas y

ministerios son para un don de Dios para

servir a la comunidad y a los necesitados

del mundo, no son para uso o beneficio

individual. Así como en el cuerpo ningún

miembro es más importante que otro, y en

cambio, todos son necesarios para el buen

funcionamiento del cuerpo, en la Iglesia

ninguno de sus miembros tiene una

dignidad o importancia mayor que los

demás; todos tenemos una única

dignidad, la der ser hijos de Dios por el

bautismo; lo único que nos distingue al

interior de la Iglesia es nuestro carisma o

ministerio, es decir no somos diferentes

en grado, importancia o dignidad, sino

que somos diferentes por nuestra función

en la comunidad. Todos los bautizados

estamos llamados a formar parte activa de

la Iglesia asumiendo un ministerio o

viviendo un carisma para el servicio de la

comunidad.

Así pues, el Espíritu Santo ha suscitado

en el seno de la Iglesia distintos estados

de vida que asumen la diversidad de los

ministerios y carismas:

Ministerio Ordenado: son los

hermanos, que elegidos de entre la

comunidad, por el sacramento del

Orden, tienen la función de

enseñar, guiar y santificar al

pueblo de Dios. Hay tres grados

del ministerio ordenado: diáconos,

presbíteros y obispos.

Vida Consagrada: hombres y

mujeres que viviendo en castidad,

pobreza y obediencia, realizan

algún apostolado para extender el

reino de Dios.

Vida laical: los hombres y mujeres

que bautizados, realizan su

apostolado desde su estado de

soltería o matrimonio, como

madres y padres de familia y en el

ejercicio de su oficio o profesión,

haciendo presente el reino de Dios

su vida cotidiana.

La Iglesia es católica. La Iglesia, que es el

cuerpo de Cristo, tiene muchos y

diferentes miembros, de ahí que se le

llame ―católica‖. En griego, católica

significa ‗universal‘. La Iglesia,

comunidad de discípulos de Jesús, es

católica, (universal) porque está abierta a

todos los seres humanos, sin importar su

procedencia o condición y porque todos

esos miembros, distintos entre sí,

conviven en la unidad de la familia de los

hijos de Dios y trabajan en comunión para

extender el reino.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Con tus palabras, explica qué es la Iglesia y cómo se organiza.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Sois la semilla)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

15

BLOQUE II: La Historia de la Merced

3. Historia de la Orden de la Merced I:

La cautividad medieval y la península Ibérica en la Edad Media

a) Lectura bíblica (Lv 25, 35-55) y oración inicial

b) Resonancia del tema anterior (momento de compartir la tarea 1 del tema anterior).

c) Lectura introductoria

Instituto Histórico de la Orden de la Merced, Síntesis histórica de la Orden de la Merced

1218-1992, Roma 1997, pág. 13-17.

La Europa medieval, abanderaba del cristianismo, se halla, entre los siglos VIII y XV en

situación de guerra permanente con el mundo musulmán en expansión. Los seguidores de

Jesucristo y su Cruz se ven forzados empuñar las armas para defender las personas y los

lugares cristianos ante el avance conquistador de los discípulos de Mahoma. Los árabes a

golpe de espada, en su autodenominada guerra santa, subyugan el norte de África, gran

parte de España, el sur de Francia y se apoderan de Sicilia. De suerte que en el

Mediterráneo tomo carácter de lago musulmán. En las contiendas cotidianas de esta secular

lucha, los sarracenos saqueaban, en tierras cristianas, entorno todo lo transportable:

animales, víveres, res y niños, que serían vendidos a buen precio. El curso y la piratería en

el mar Mediterráneo fueron medios agresivos y violentos usados por los musulmanes para

hostigar a sus enemigos cristianos, y, sobre todo, para procurarse considerables y fáciles

ganancias. Estos constantes enfrentamientos armados, a través de más de 600 años,

produjeron numerosísimos prisioneros de guerra que ambas partes. Dichos prisioneros,

todos creyentes, de Cristo o de Alá, recibían el nombre, reconocido en derecho, de cautivos,

como consta en la ley primera del título XXIX de las siete partidas, de Alfonso X el sabio.

La cautividad como problema social: es evidente que tanto la sociedad cristiana como la

sociedad musulmana en las tierras de la España gótica, con tolerancia e intolerancia

recíprocas y con escaramuzas continuas por reconquistar, los unos, y por mantenerlo

conquistados los otros. El fenómeno de la cautividad, con los trabajos usados, canjes,

compras y ventas de cautivos. En todos los territorios bajo su dominio, Lo sarracenos hacen

un gran contingente de cautivos para obligarlos a hacer los trabajos más penosos y usarlos

como moneda de cambio en sus transacciones comerciales. La cautividad con un problema

religioso: el verdadero problema de los cristianos en poder de los sarracenos en el siglo

XIII, la persecución y hostigamiento a causa de la fe, y normalmente ni se daba, como lo

demuestra el hecho históricamente probado de la convivencia, de ordinario pacífica, entre

las comunidades musulmanas, cristiana y judíos en España. No le resultaba

económicamente a los moros hacer mártires cristianos, pues perdías el cautivo y el posible

rescate. Para la sociedad cristiana medieval tampoco era el problema fundamental del

cautiverio la pérdida de la libertad ni los sufrimientos físicos o morales que los patrones

infringían a sus esclavos. El auténtico riesgo del cautivo para un cristiano cautivo en poder

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

16

de sarraceno era el peligro de renegar de la verdadera fe. Por eso el cautiverio fue un

problema fundamentalmente religioso. Las circunstancias mismas del cautiverio eran una

tentación real, constante y grave para la fe no siempre robusta del cristiano. Pues, la vida

del cristiano cautivo en poder de moros no era ciertamente confortable, porque, aparte de la

pérdida de la libertad, estaban todas las penalidades inherentes a la esclavitud: trabajos

forzados, en la construcción y el campo, el infernal suplicio del remo en las galeras, la

escasez de alimentos, las enfermedades.

d) Desarrollo del tema

El Espíritu Santo da a la Iglesia la asistencia adecuada para poder solucionar cada una de

sus necesidades, en cada época de la historia. La Orden de la Merced es un carisma, un don

de Dios para la Iglesia, destinada a remediar una problemática concreta padecida por

muchos de sus hijos, llamada ―cautividad‖.

La Orden de la Merced nace hace ocho siglos, en la época histórica llamada Edad Media,

en la Península Ibérica, el territorio que hoy conocemos como España y Portugal, pero que

en ese entonces estaba organizado en varios territorios: Castilla, León, Aragón y Portugal

(reinos cristianos) y el Imperio Almohade, que correspondía al sur de la península, invadido

desde el siglo VII por los musulmanes y que buscaba expandirse al norte, intentando

conquistar a los reinos cristianos.

México

Península Ibérica

La Península Ibérica en la actualidad

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

17

El Islam. El Islam (significa sumisión), fue fundado por Mahoma en el siglo VI después de

Cristo; es un sistema religioso, político y social, que llama a Dios ―Alá‖, y que considera

que Mahoma es el profeta enviado por Alá. Su libro sagrado es el Corán. A las personas

que pertenecen al Islam se les llama también musulmanes, árabes, sarracenos,

mahometanos o moros. Los musulmanes creen en un solo Dios, que se identifica con el

Dios de Abraham en el que también creemos los judíos y cristianos. El Islam surgió en

Arabia y empezó a expandirse por la Tierra Santa y pasó luego a conquistar grandes

territorios cristianos del norte de África y de la Península Ibérica, sometiéndolos a su

religión y cultura. A la cultura islámica le debemos muchos aportes científicos y artísticos,

como los números que utilizamos, conocimientos de matemáticas, medicina, astronomía y

filosofía. En la actualidad el Islam es junto con el cristianismo, la religión con más

miembros en el mundo. Distinción entre cautividad y esclavitud. Aún cuando ambas

condiciones implican la privación de la libertad, no son lo mismo. En las sociedades

antiguas, era algo normal que existieran esclavos, es decir, hombres

mujeres, niños o familias enteras que eran propiedad de otras personas a las que servían sin

más retribución que el alimento, la viviendo y el vestido en el mejor de los casos. Los

esclavos eran personas que se habían vendido por no tener con qué pagar sus deudas o bien,

sus padres eran esclavos y ellos heredaban esa condición. Los esclavos constituían un grupo

más en la organización social; generalmente eran de la misma cultura y religión de sus

amos.

España Portugal

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

18

Por su parte, los cautivos eran personas que habiendo nacido libres, fueron capturados en

una batalla o en el asalto a una ciudad por el ejército enemigo; llevado a ciudades lejanas

eran obligados a vivir en otra cultura y renunciar a sus creencias, siento sometidos a

torturas inimaginables, en condiciones deplorables, lejos de sus familias y de su tierra,

obligados a trabajos forzados, vendidos luego en los mercados, como cualquier mercancía,

para convertirse en esclavos.

Los esclavos y los cautivos recobraban su libertad mediante una ―redención‖, es decir, un

rescate. En el caso de los esclavos, algunas veces el mismo amo le devolvía la libertad en

agradecimiento por sus buenos servicios a lo largo de mucho tiempo o bien, el mismo

esclavo reunía con ahorros el precio que debía pagar a su amo para volver a ser libre; era

raro, pero no imposible, que una persona de buena voluntad pagara el precio de un esclavo

por mero altruismo. En cambio, los cautivos recobraban la libertad mediante el pago de una

redención (rescate), cuyo precio era fijado por los captores; también la obtenían fugándose

(aunque ello ponía en peligro su vida), o mediante el canje de rehenes, es decir, que los

bandos contrarios intercambiaran entre sí a los cautivos que había obtenido del enemigo.

En la Edad Media, en las frecuentes guerras entre los musulmanes que deseaban invadir

toda la Península Ibérica y los cristianos que defendían sus territorios, uno y otro bando

capturaba soldados y gente del grupo contrario, haciéndolos cautivos. Los cristianos que

eran capturados por los musulmanes eran llevados lejos de sus ciudades, trasladados a

tierras árabes del sur de la Península o del norte de África, alejados de sus familias y

obligados a asumir otra cultura y otra fe. Estos cautivos podrían recobrar su libertad,

además de los medios arriba dichos, renegando de su fe católica y convirtiéndose al Islam.

La cautividad de los cristianos en la Edad Media era un gran problema que debilitaba a las

sociedad, rompía familias, las dejaba en bancarrota por intentar juntar el dinero para la

redención de su familiar cautivo, enfrentaba aún más a los bandos contrarios y sobre todo,

denigraba la dignidad y ponía en peligro la fe de los cautivos, quienes en su desesperación

por volver a ser libres, no tenían más opción que renegar de Cristo.

Los cautivos, además del drama que suponían los maltratos que recibían, sufrían el olvido

de sus familias y de su sociedad, pues su redención era una situación muy cara y

complicada, por lo que quedaban marginados y olvidados por los suyos. Algunos reyes,

órdenes militares o personas piadosas promovían la solidaridad con los cautivos, ofreciendo

su dinero para redimir a algunos cuántos de ellos.

Existía en la Edad Media, un oficio dedicado a redimir cautivos, se llamaban ―exeas‖. Los

exeas recibían de la familia o de los reyes, la cantidad de rescate de un cautivo en

específico y el dinero de los viáticos para emprender el viaje a las ciudades árabes, y a

cambio de realizar esa expedición, cobraban un sueldo, lo que aumentaba el costo del

rescate de un cautivo y lo hacía casi imposible.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Explica la distinción entre un esclavo y un cautivo. Explica también las formas en

las que un cautivo podía recobrar su libertad.

3. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Seguimos a Nolasco)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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4. Pedro Nolasco, el piadoso mercader

a) Oración inicial y lectura bíblica (Ex 3, 7-10)

b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

Instituto Histórico de la Orden de la Merced, Síntesis histórica de la Orden de la Merced

1218-1992, Roma 1997, pág. 21-23.

La primer referencia escrita de lugar de nacimiento de San Pedro Nolasco lo encontramos

en el códice Speculum Fratum (1445) de Nadal Gaver, Maestro General de la Orden de la

Merced, hombre relevante cultura humana y eclesiástica. La frase, fielmente copiada del

códice es en su traducción castellana la siguiente «… ciertamente como el devotísimo

varón Pedro Nolasco de Mas de las Santas Puellas, diócesis de San Pablo, vecino de

Barcelona, a la que había trasladado su domicilio…». En esta frase del Speculum Fratum,

la tradición mercedaria ha entendido que Nadal Gaver se refiere a la población ubicada en

el condado de Tolosa, sur de Francia entre las ciudades de Carcasona y Tolosa en el bajo

Langüedoc. Lo mismo dice el padre Pedro Cijar en su Opusculum tantum quinque, del

1446. Esta noticia la ratifica el padre Francisco Zumel, Catedrático de Salamanca en su De

vitis Patrum. Y todos los escritores, mercedarios o no, que desde entonces se han ocupado

de este tema, han sido siempre unánimes en sostener que aquel lugar es la patria de Pedro

Nolasco. Últimamente, sin embargo, ha surgido una opinión, basada más en

interpretaciones de textos que en fuentes fidedignas, según la cual Pedro Nolasco habría

nacido en una masía situada en los alrededores de Barcelona. Respecto al año de su

nacimiento, no existe con certeza una fecha exacta. Se deduce que el fundador de los

mercedarios, para poder estar empeñado en semejante empresa en 1203, debía tener una

edad madura y un espíritu emprendedor nacido del impulso de su juventud. Por eso no es

arriesgado afirmar, con muchos historiadores fidedignos, que Pedro Nolasco nació entre los

años 1180-1182.

Avecindada la familia de Nolasco en Barcelona, aprendió este de su padre Bernardo, desde

muy joven, el arte de mercader. El padre Cijar lo llama mercader óptimo. Desde su mayoría

de edad se manifiesta ya en él su próxima misión carismática dentro del iglesia y de la

sociedad. Seguirá siendo mercader, pero no comprará mercaderías , sino dedicará su vida a

comprar seres humanos. Se asoció a algunos compañeros, partícipes de sus inquietudes en

pro de los cautivos, y, como relata Zumel «… Perseverando primero en la oración de Dios,

se dedicaron, después, cada día, recoger limosnas de los piadosos fieles, por la provincia de

Cataluña y por el reino de Aragón para llevar a cabo la santísima obra de la redención. Lo

cual se hizo así para que cada año se realizaran en adelante por el santísimo varón y sus

compañeros, no pequeñas liberaciones y redenciones… Todas estas cosas acaecieron el año

de 1203».

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

20

d) Desarrollo del tema

Pedro Nolasco nació hacia el año 1180,

en Mas de las Santas Puellas, una

localidad cercana a Barcelona, capital del

reino de Aragón. De sus padres sabemos

poco: su padre fue Pedro Bernardo

Nolasco, mercader de telas y de su madre

apenas conocemos que fue una piadosa

mujer, quienes le educaron en la fe

cristiana, inculcando en él la amorosa

devoción a la Virgen Madre de Dios y un

despierto sentido de la caridad al prójimo.

A muy temprana edad, Pedro Nolasco se

muda a vivir a Barcelona y queda

huérfano durante su juventud, heredando

los bienes y el oficio de su padre,

convirtiéndose así en un mercader.

En la Edad Media, los mercaderes eran

personas con amplias posibilidades

económicas, inteligentes y astutas para

negociar, conocían varios idiomas y

ejercía su oficio yendo de ciudad en

ciudad y de puerto en puerto, vendiendo

mercancías traídas de tierras lejanas.

Pedro Nolasco ejercía con alegría su

trabajo y a la par vivía intensamente su fe,

siendo un hombre de constante oración y

de corazón sensible a las necesidades de

su prójimo. En sus viajes por los puertos

del Mar Mediterráneo apreció de cerca el

drama de cientos de cristianos, de todo

género y edad, que eran vendidos en los

mercados como cualquier otra mercancía,

sometidos a duros tormentos e impedidos

de profesar libremente su fe en Jesucristo,

y aún más tentados por los musulmanes a

rechazar la fe católica a cambio de la

libertad.

Nolasco supo que no podía permanecer

quieto ante tal atrocidad; esta era la

oportunidad de poner en práctica la fe y

hacer realidad el evangelio que tantas

veces había oído: estuve en la cárcel y

viniste a verme…lo que hacen a estos mis

hermanos más pequeños, a mí me lo

hacen (Mt 25, 31- 47).

Como Abraham, que llamado por Yahvé

dejó su tierra y estuvo dispuesto a

sacrificar a su propio hijo, Nolasco se

sintió inquietado por Dios: el Señor le

pedía dejar de lado su proyecto personal y

emprender un camino nuevo, sacrificando

sus bienes y su tiempo. Como Moisés,

Pedro Nolasco escuchó la voz del Dios de

los patriarcas que le decía: He visto la

opresión de mi pueblo y sus lamentos han

llegado hasta mí, yo te envío para que lo

saques del cautiverio (Cf Ex 3, 7-10). El

amor de hijo que sentía hacia la Madre

del Cielo fue determinante, sentía que ella

le pedía con la insistencia que dirigió a

Jesús en Caná, ¡No tienen vino! (Jn 2,

11), hacerse cargo del oprobio de sus

hermanos.

Y Pedro Nolasco escuchó el llamado. En

1203 inició la redención de cautivos,

empleando en ello sus propios recursos,

convirtiéndose a partir de entonces en un

profeta de la misericordia, despertando en

la población de Barcelona la conciencia

solidaria con los pobres y olvidados

cautivos; varios conocidos suyos de

sumaron a la labora redentora, iniciando

así un grupo de laicos, coordinado por

Nolasco, haciendo lo alcanzable por

acabar con el horror del cautiverio.

Esta obra fue absorbiendo el tiempo, los

bienes materiales y la pasión de Nolasco;

pronto no tuvo más proyecto propio que

el de la liberación. Cuando la fortuna

paterna se gastó toda en las redenciones,

él y sus amigos inicia la recolección de

dinero, pidiendo la colaboración de

ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, de

iglesia en iglesia.

La misericordia de Nolasco alcanzó fama;

los reyes de Aragón y el clero barcelonés

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

21

quedaron admirados de tal obra y la

apoyaban constantemente.

Los cautivos eran muchos, el dinero y las

fuerzas de Nolasco y los suyos parecían

insignificantes ante el monstruo del dolor

ajeno. Algo falta para que la obra fuera

más eficaz. Pedro Nolasco oraba con

insistencia al Señor para que llevará

adelante sus empresas redentoras; y desde

luego, no se cansaba de recurrir a la

intercesión de la Madre de Dios, visitando

con frecuencia el santuario de la Virgen

de Montserrat, aledaño a Bercelona: hacia

el año 1215, Nolasco, determinado a

ofrecer su vida a ella para el servicio de

su prójimo, subió a dicho recinto mariano

y en oración intensa y larga consagró en

privado su vida a la Señora del Cielo.

Pedro Nolasco había madurado ya su

proyecto: toda su vida era de Dios y de

María para los cautivos, no había marcha

atrás.

Pero las crisis, que purifican las

intenciones, no se hicieron esperar. Para

1218 se había agudizado la escasez de

recursos para el rescate de los cautivos.

La noche del 1 al 2 de agosto de ese año

1218, Nolasco entró en una profunda

oración, implorando la ayuda de Dios y la

gracia del discernimiento para decidir si

continuar o no en la tarea liberadora.

La respuesta llegó de inmediato por las

manos de aquella a quien Pedro Nolasco

amaba con ternura. Esa noche, Nolasco

vivió una experiencia mística en la que la

Madre de Dios en persona le habló para

transmitirle el deseo de la Santísima

Trinidad: fundar una orden religiosa

dedicada en exclusiva al rescate de los

cautivos, pues no basta ya con un grupo

de laicos, la obra tendría que tomar

formalidad y universalidad. De acuerdo a

la tradición, aquella noche, además de

ordenar la fundación, la Virgen Madre de

Dios pidió a Pedro Nolasco que la Orden

estuviera dedicada a ella, usando por

tanto el hábito blanco en honor a su

pureza inmaculada (de ahí que al hábito

mercedario se le llame ―hábito blanco de

Santa María‖).

Nolasco puso manos a la obra y comunicó

el deseo de la Madre Santísima al rey

Jaime I y al obispo de Barcelona, don

Berenguer de Palou, quienes quedaron de

acuerdo con hacer lo necesario para

cumplir el mandato del Cielo. Eligieron la

fecha del 10 de agosto, fiesta de san

Lorenzo, para realizar la ceremonia

fundacional.

Y el día esperado llegó: el 10 de agosto

de 1218, en la Catedral de la Santa Cruz

de Barcelona, Pedro Nolasco fundó la

Orden de la Merced, tomó el hábito

blanco e hizo profesión de los votos

religiosos de castidad, pobreza y

obediencia, junto con diez compañeros,

añadiendo un particular promesa de

quedar en rehenes a cambio la libertad de

de los cautivos que más peligraran en

renegar de la fe. Pedro Nolasco quedó

constituido en el primer mercedario y

primer Maestre de la Orden.

Nolasco continuó guiando la tarea de la

redención de cautivos, ahora como fraile,

y fue incrementando el número de

jóvenes de se sumaban a su Orden,

llegando pronto la expansión a otras

ciudades.

En 1235, Pedro Nolasco recibió la

confirmación de su Orden por parte del

papa Gregorio IX. En 1237 acompaña al

rey Jaime I a la conquista de la ciudad de

Valencia, que había sido arrebatada por

los árabes años atrás. El rey Jaime y su

ejército logran la victoria y reconquistan

Valencia gracias a la oración de Pedro

Nolasco. En reconocimiento a su

intercesión, el rey obsequia a Nolasco una

colina (en valenciano colina se dice puig),

en la que había una antigua ermita; cerca

de la ermita, Nolasco encontró una vieja

campana derrumbada y bajo ella, una

imagen de la Virgen María de los

Ángeles. El santo patriarca construyó en

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

22

la colina un convento para sus frailes, el

monasterio del Puig. A la imagen de la

Virgen se le conoce como Nuestra Señora

del Puig y aún es conservada y venerada

en ese monasterio mercedario como un

bello recuerdo de la devoción mariana de

Pedro Nolasco.

Nolasco, cansado por el peso de los años

murió el 6 de mayo de 1245, en la casa

madre de su Orden, el convento de

Barcelona, rodeado de sus hijos

mercedarios, abrazado a un crucifijo,

siendo sus últimas palabras “El Señor

envió la redención a su pueblo”, del

salmo 110.

Desde el momento de su muerte la gente

le reconoció como santo, pero fue

canonizado oficialmente en el año 1628.

Su fiesta ha sido trasladada de día en

varias ocasiones, siendo en la actualidad

el 6 de mayo, aniversario de su muerte.

En el siglo XIX, san Antonio María

Claret, fundador de los Misioneros del

Inmaculado Corazón de María, se

confesaba gran devoto de nuestro padre

Nolasco, y escribió su biografía, la que

ttituló ―El egoísmo vencido”.

La tradición mercedaria nos legó varias

leyendas sobre la vida de Nolasco, que

nos ayudan a entender su gran talante

espiritual. Una leyenda no es una mentira,

sino una forma de contar algo que sí

ocurrió, adornándolo con hechos

fantásticos.

Leyenda de las abejas. Reposaba el bebé Pedro Nolasco en su cuna y vino un

enjambre de abejas buscando lugar para hacer su panal, posándose en la mano

abierta del pequeño Pedro, quien miraba lleno de alegría a los insectos volar y

trabajar sobre su mano y luego derramarse la miel del panal. El panal de abejas en la

mano de Nolasco anuncia lo que será ese bebé: una vida de caridad derramada para

endulzar a tantos desventurados. La virtud de la caridad fue un pilar de la vida de

Nolasco.

Leyenda del olivo. Una de tantas noches, vencido por el cansancio del trabajo

redentor, Nolasco oró como acostumbraba hacerlo siempre y cayó luego en un

profundo sueño, en el cual tuvo una peculiar visión: en el atrio de una iglesia estaba

plantado un árbol de olivo; aparecieron luego unos hombres que con saña intentaban

derribarlo a hachazos, pero vio el santo patriarca con asombro que entre más golpes

de el hacha recibía el olivo, antes que debilitarse, se fortalecía y le brotaban retoños

que crecían y llegaban a ser fuertes ramas. Nolasco entendió que el olivo era la

Orden que había fundado en el seno de la Iglesia, y que ella se fortalecería y

rendiría por medio del sacrificio y la entrega y que al ser una obra de Dios, todo

quedaba en sus manos y bajo su amorosa guía. La virtud de la fe que nos hace

confiar en Dios en medio de las dificultades sostuvo la vida de Nolasco.

Leyenda del coro. El fraile campanero del convento de Barcelona no despertó a

tiempo y no sonó las campanas para despertar a los frailes para la oración matutina.

Pedro Nolasco despertó repentinamente y consciente de que era tarde, corrió hacia

el coro para llegar aún al final de la oración. Grande fue su sorpresa al entrar al coro

cuando en la silla del comendador (que le correspondía a él) se hallaba sentada la

Madre de Dios, vestida con el hábito mercedario y con el libro de la liturgia de las

horas en la mano, y en las sillas de los demás frailes se encontraban ángeles

igualmente vestidos de mercedarios que cantaban a Dios la alabanza matutina. Esta

leyenda del coro recuerda que María es el motor de la vida de Nolasco y de toda la

Orden Mercedaria: ella inspira, guía y sostiene la oración, la vida y la acción

redentora de Pedro Nolasco y de sus hijos. Por esta leyenda, se hizo tradición que en

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

23

los coros de los conventos mercedarios, la silla central, reservada para el padre

comendador (superior del convento), se colocará una imagen de la Madre de la

Merced sentada con el breviario en mano (estas imágenes de nuestra Madre se

conocen como Madre de la Merced comendadora), o bien se dejara la silla vacía,

considerando que ella está siempre presente animando la oración y la alabanza de

sus hijos mercedarios al Padre.

Leyenda del viacrucis. Como cada noche, Pedro Nolasco rezaba el viacrucis por los

claustros del convento de Barcelona, cargando en hombros una cruz. Una noche,

mientras que hacía el piadoso ejercicio, sintió que alguien la ayudaba a cargar la

cruz; al voltear, vio que era Jesús mismo quien le ayudaba a llevar el madero.

Nolasco, sorprendido y extasiado, preguntó: ―Señor, ¿Qué haces?‖. Y Jesús con

voz dulce le contestó: ―Ayudarte, Nolasco, pues si tu llevas la cruz de los cautivos,

es justo que te ayude yo con la tuya‖. Esta leyenda nos recuerda que Jesucristo

Redentor fue el centro y modelo de la vida y de la espiritualidad de Pedro Nolasco.

Leyenda de la visión de la Jerusalén celestial. Pedro Nolasco desgastó su vida en la

redención de cautivos. La preocupación por rescatar el mayor número de cautivos

posible y acabar de una vez por todas con el lastre del cautiverio le quitaban por

muchas noches el sueño. En una de tantas noches en vela, un ángel enviado por

Dios consoló a nuestro Padre mostrándole la Jerusalén Celestial, para animar al

patriarca a continuar con su obra de misericordia y develarle el premio a todos sus

esfuerzos: la ciudad santa de Dios, la gloria y la felicidad de los justos. Esta leyenda

nos deja ver que la esperanza fue una virtud propia de Pedro Nolasco: la esperanza

que pone manos a la obra para construir el Reino de Dios, confiando en que el

Señor hace su parte y recompensa a los que trabajan por la paz.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Elige cinco actitudes o rasgos de la vida de Pedro Nolasco que te hayan llamado

la atención.

¿Cómo propondrías a los cristianos de hoy el ejemplo de Pedro Nolasco?

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Hombre de Dios)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

24

5. Historia de la Orden de la Merced II:

La fundación de la Orden y sus primeros años

a) Lectura bíblica (Sal 110: Aleluya, dad gracias al Señor…) y oración inicial b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura Introductoria

Instituto Histórico de la Orden de la Merced, Síntesis histórica de la Orden de la Merced

1218-1992, Roma 1997, págs. 27 y 28.

Tres 15 años de admirable misericordia de redimir cristianos cautivos, Pedro Nolasco y sus

amigos, veían con preocupación que día a día los cautivos, no sólo no disminuyen, sino que

su número se acrecentaba desmesuradamente. El líder animoso, de fuerte personalidad, de

ideas claras, de soledad y equilibrada devoción a Cristo y a su bendita Madre, de corazón

misericordioso, de serena y decidida confianza en Dios, como era Pedro Nolasco, no se

sintió agobiado ante la magnitud de la misión iniciada y su pequeño personal. Buscó en su

fervorosa oración inspiración divina para poder continuar la obra de Dios iniciada por él.

La noche del 1 de agosto de 1218, ocurrió la intervención especial de María Santísima en la

vida de Pedro Nolasco: una experiencia personal mariana sorprendente, que iluminó su

inteligencia y movió su voluntad para que convirtiera su grupo de laicos redentores en una

Orden Religiosa Redentora que, con la aprobación de la Iglesia y la protección y amparo

del rey de Aragón, continuara la gran obra de misericordia comenzada. Pedro Nolasco, al

día siguiente se dirigió al palacio Real para exponer al joven monarca Jaime I y a sus

consejeros, el primero de los cuales era el obispo de Barcelona, don Berenguer de Palou, su

proyecto, inspirado por Dios a través de María, de fundar una Orden Religiosa Redentora,

bien estructurada y estable, bajo el patrocinio de María Santísima. La propuesta agradó al

rey y a sus consejeros, pues así se hacía realidad la noble aspiración de la casa Real de

Aragón de tener una Orden Redentora propia, después del intento fallido de Alfonso II, con

la Orden del Santo Redentor que no prosperó. El 10 de agosto de 1218 se constituyó

oficialmente la nueva Orden Religiosa Redentora de Cautivos, con toda solemnidad y

notoriedad, en el altar mayor, erigido sobre la tumba de San Eulalia, de la catedral de la

Santa Cruz de Barcelona. El obispo Berenguer de Palou dio a Pedro Nolasco y compañeros

la vestidura blanca que llevarían como propia de la Orden; les hizo entrega de la Regla de

San Agustín, como norma de vida en común, y dio lo autorización para que en el hábito de

la orden figurara el signo o señal de su catedral, la Santa Cruz. Luego Pedro Nolasco y los

primeros mercedarios emitieron allí mismo, delante del obispo, la profesión religiosa. Por

su parte, el rey Jaime I, el Conquistador, constituyó a la Orden como institución reconocida

por el derecho civil de su reino. El monarca, en el acto mismo de la fundación, como rito

importante del ceremonial, entregó a los frailes de la Merced el hábito, que en el lenguaje

de la las Órdenes militares, es el escudo, con las cuatro barras rojas en campo de oro, signo

del propio monarca. En aquel memorable día, Jaime I dotó a la orden, de la que se

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

25

consideraba fundador, con el Hospital de Santa Eulalia de Barcelona, que sirvió de primer

convento a los mercedarios y casa de acogida de los cautivos redimidos.

d) Desarrollo del tema

Sólo un hombre lleno de Dios pudo ser

capaz de emprender una empresa tan

demandante como la redención de

cautivos. Gracias al testimonio que data

del año 1203, sobre la disputa que Pedro

Nolasco encabezó por unos bienes que

habían sido legados para redimir cautivos,

sabemos que ya a principios del siglo

XIII, Nolasco se encontraba enrolado la

obra liberadora, la cual llevó adelante

como laico, junto con otros compañeros

laicos, durante 15 años, usando en primer

momento sus propios bienes y luego

colectando limosnas.

Nolasco cambió su oficio de mercader de

telas por el de mercader de libertad.

Pronto se vio totalmente dedicado a la

liberación de los cautivos, que había

iniciado como una obra de misericordia y

que luego se había convertido en la

pasión a la que dedicaba toda su vida. Y

se percató de que los ánimos y el

compromiso flaqueaban y que era

necesario dar un paso más adelante, más

formal y comprometido; y le daba vueltas

en el corazón, en la cabeza y en la

oración; y se preguntaba si sería mejor

dejarse ganar por el desanimo o seguir

picando piedra. Y en este proceso de

maduración, la noche del 1 al 2 de agosto

de 1218, se hizo presente la Madre de

Dios, su gran amor y su gran motor, y fue

ella la que lo llenó de valor y le hizo dar

el paso, pidiéndole dejar atrás el grupo de

laicos inestable y convertirlo en una

Orden de frailes, consagrados en totalidad

a la redención de cautivos. El gran literato

hispano Lope de Vega, basado en los

datos históricos dados por el padre

Remón, escribió en verso las palabras que

María dirigió a Nolasco aquella noche:

Yo soy la oliva del campo;

tú para defensa mía,

quien ha de tomar las ramas,

de una celestial milicia.

Con mi nombre y mi favor

una religión fabrica,

que por mi blanca pureza

hábito blanco vista.

El nombre de Redentor,

de Jesús, mi Hijo, imita

en rescatar los cristianos

que los bárbaros cautivan.

Hazme este santo servicio, Pedro,

pues tanto a mi amor te inclinas,

y funda este templo santo

de tantas columnas vivas.

Nolasco no opuso resistencia a la

voluntad de Dios que María le había

manifestado e inicio las gestiones

necesarias para trasformar su pequeño

grupo de laicos en una Orden Religiosa.

Comunicó el suceso y el mandato divino

al rey Jaime y al obispo don Berenguer, y

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

26

ello estuvieron de acuerdo en apoyarlo.

Acordaron que la ceremonia de fundación

se realizar en fiesta de san Lorenzo, ya

próxima. Y llegó el día, 10 de agosto de

1218, la ceremonia se realizó en la

catedral de Barcelona, ante el altar mayor

construido sobre la tumba de santa

Eulalia, con la presencia del rey Jaime y

del obispo y también con la asistencia de

toda la sociedad barcelonesa. Nolasco

hizo la profesión de votos y el obispo

Berenguer le impuso el hábito blanco;

luego hicieron lo mismo sus compañeros,

que con él formaron la primera

comunidad mercedaria: Fr. Pascual de

Perpiñan, Fr. Juan de Laers, Fr. Bernardo

de Corbaria, Fr. Guillermo de Bas, Fr.

Juan de Verdera, Fr. Bertrando, Fr.

Bernardo de Cassoles y Fr. Carbó de

Llagostera. Todos añaden a los tres votos

tradicionales una promesa especial de

quedarse en rehenes por los cautivos.

Nolasco fue investido Maestre de la

nueva Orden.

El rey obsequió a Nolasco con el Hospital

de Santa Eulalia, pequeño edificio anexo

a la catedral, en el que se daba atención y

albergue a los pobres de la ciudad, para

fuera el primer convento de la nueva

Orden Religiosa; también les concedió

usar su escudo de armar. El obispo de

Barcelona hizo la concesión de que los

fraile redentores usaran la cruz blanca,

escudo de su catedral.

Ahora, vinculados ya oficialmente por la

consagración religiosa, los nuevos frailes

llevaron con mayor empeño la redención

de cautivos.

En 1227 se funda el segundo convento de

la Orden, en Perpiñán. En 1232,

Raymundo de Plegamans obsequió a

Nolasco un terreno a las orillas de la

playa, fuera de la ciudad. Al santo

fundador le parece el lugar ideal para

trasladar su sede, pues ahora podría gozar

de un espacio propio y privado para el

recogimiento y la organización; allá se

mudan en 1234, convirtiéndose este lugar

en el Convento de Barcelona, Casa Madre

y Cabeza de toda la Orden y Basílica de

Nuestra Madre de la Merced.

1235 es el año de las confirmaciones:

Llega la confirmación pontifica: el

Papa Gregorio IX aprueba la

existencia de la Orden mediante la

bula Devotionis Vestrae, emitida

el 17 de enero de 1235. Mediante

este documento, el Papa concede a

Nolasco y a sus frailes, que vivan

la regla de san Agustín como

norma de vida religiosa.

En el lenguaje de la vida religiosa,

se le llama ―Regla‖ a un conjunto

de normas y disposiciones que

sirven de guía para la correcta

vivencia de la consagración; entre

otras, son famosas la Regla de san

Benito, la Regla de san Basilio, la

Regla de san Agustín y la Regla

de san Francisco.

Llega la confirmación vocacional

por la sangre: en este año la Orden

gana a su primer mártir: Fr.

Raymundo de Blanes, que fue

martirizado en Granada, donde

había quedado como rehén a

cambio de la libertad de un grupo

de cautivos.

Durante sus primeros años, la Orden

estuvo compuesta en su mayoría por

frailes laicos, es decir, hombres

consagrados por los votos de castidad,

pobreza y obediencia, viviendo en el

convento, vistiendo el hábito, pero que no

eran sacerdotes. La Orden de la Merced

no fue una orden de caballeros militares,

sino una orden de frailes redentores que

adoptó algunas prácticas de las órdenes

militares, como la organización y los

títulos que se les daba a los superiores,

pero no tuvo nunca la finalidad de

combatir en guerras; es más, sus primeras

constituciones prohíben que los frailes

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

27

mercedarios porten armas con punta y

filo.

A la cabeza de toda la Orden y como su

máxima autoridad, se encontraba el

Maestre, quien desempeñaba el oficio de

por vida. El Maestre debía ser un fraile

laico; para las cuestiones sacramentales y

espirituales, le asistía un fraile sacerdote

que recibía el título de Prior. El Maestre

contaba con un consejo de cuatro frailes,

dos de los cuales debían de ser laicos y

dos más, sacerdotes. Las casas

mercedarias eran llamadas conventos o

encomiendas. El superior de cada

encomienda recibía el nombre de

―Comendador‖.

¿Cómo se realizaban las redenciones?

Durante todo el año, los frailes y los

laicos que colaboraban con ellos

(llamados cuestores), recolectaban las

limosnas, yendo de pueblo en pueblo y de

ciudad en ciudad. Los fondos económicos

llegaban también mediante donaciones de

terrenos o herencias. A principios de

mayo, todos los comendadores se reunían

en Barcelona para celebrar el Capítulo

General; en él entregaban al Maestre el

dinero colectado en su convento a lo largo

de todo el año; el Maestre decidía en qué

ciudad musulmana se haría la redención

ese año y elegía a dos o tres frailes para

redentores, es decir, los encargados de

dirigirse al lugar designado para hacer la

compra de cautivos. Los frailes

redentores eran elegidos de entre los más

doctos (habían de hablar varios idiomas y

saber matemáticas), astutos (para hacer

buenas negociaciones), disciplinados

(para no gastar el dinero de la redención

en cosas innecesarias como comida de

más) y de probada fe y devoción (para

cumplir el cuarto voto den caso de que

fuera necesario).

Reunido el dinero y designados los frailes

redentores, se organizaba y se emprendía

la expedición. Llegados a la ciudad árabe,

los frailes identificaban a los vendedores

de cautivos y a los cautivos más

desesperados, a las mujeres, ancianos y

niños e iniciaban el regateo, para poder

comprar el mayor número de cautivos a

cambio de una menor cantidad de oro. Si

el numero de los cautivos desesperados y

a punto de renegar de la fe cristiana

superaba el dinero de los mercedarios,

uno de ellos se veía obligado a entregarse

a cambio de varios cautivos. Su

compañero regresaba a Barcelona con los

cautivos redimidos. Llegados a

Barcelona, se llevaba a los cautivos en

una gran procesión desde el puerto hasta

la iglesia del convento mercedario, en

donde se agradecía a la Madre Santísima

por su libertad; luego se les recibía en el

mismo convento, se les alimentaba y

curaba, se les aseaba y se les ofrecía ropa

nueva; los cautivos liberados permanecía

en el convento por tres meses, con la

finalidad de acompañar a los frailes a

colectar la limosna, para que sirvieran

como testimonio y la gente colaborara

con confianza. Luego de este tiempo se

les daba el dinero necesario para que

volvieran a sus pueblos y ciudades.

Si algún mercedario había quedado como

rehén, se realizaban colectas

extraordinarias para pagar su rescate. En

muchos casos, el dinero no se reunía en

los plazos establecidos por los mercaderes

árabes, quienes asesinaban al fraile

cautivo; más de una centena de nuestros

religiosos sufrieron el martirio en estas

condiciones, cumpliendo heroicamente el

cuarto voto.

Nuestro Orden no siempre tuvo el mismo

nombre. En sus primeros años era

conocida como Frailes de Santa Eulalia

(por el Hospital en el que vivían), Frailes

de los Cautivos o Casa de la Limosna de

los Cautivos. Pero pronto fueron

conocidos por dos aspectos que los

caracterizaban: el amor a María y la

misericordia con los cautivos y pobres,

que era su marca inigualable; por ello,

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

28

empezaron a ser llamados Frailes de

Santa María o Frailes de la Merced

(merced es sinónimo de misericordia).

Ellos mismos se autonombraban con esos

títulos, mismo que se fusionaron para

crear el que se convertiría en su nombre

oficial: Orden de Santa María de la

Merced de la Redención de los Cautivos,

como ya aparece en las Constituciones

más antiguas que datan de 1272. Por

siglos, su título oficial fue ―Celeste, Real

y Militar Orden de la Bienaventurada

Virgen María de la Merced de la

Redención de los Cautivos de Santa

Eulalia de Barcelona‖; se consideraba

celeste por haber sido fundada por la

Madre del Cielo, Real por el apoyo del

rey Jaime y Militar por la organización

que le dio Pedro Nolasco, parecida a la de

las órdenes militares.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Enlista los acontecimientos de los primeros años de la Orden que consideres

más importantes.

¿Qué te llamó la atención de este tema? ¿Por qué?

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Salve Mercedaria)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

29

6. Historia de la Orden de la Merced III:

El desarrollo y expansión de la Orden

a) Lectura bíblica (Sal 107 1-14: Dad gracias a Yahvé porque es bueno) y oración inicial b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura Introductoria

Proemio de las Constituciones Primitivas de la Orden de la Merced (1272)

Así como Dios, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo y dador de alivio en toda

tribulación, por su gran misericordia, envió a Jesucristo, su Hijo, a este mundo para visitar a

todo el humano linaje que se hallaba como en cárcel, cautivo, en poder del diablo y del

infierno, y para visitar y librar a todos los amigos que le estaban esperando en la cárcel del

Limbo, en poder del antedicho enemigo, y llevarlos a su gloria: a ellos y a otros que, por su

gracia, subirían a ocupar los puestos de los ángeles que, por orgullo, cayeron del cielo y se

convirtieron en diablos; por semejante manera, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, entre

cuyas obras no hay distinción, por su misericordia y por su gran piedad, determinaron

fundar y establecer esta Orden, llamada «Orden de la Virgen María de la Merced de la

Redención de los cautivos de Santa Eulalia de Barcelona», de la cual disposición

constituyeron servidor, mensajero y fundador y adelantador a fray Pedro Nolasco. El poder

y entender de Fray Pedro Nolasco y de todos los otros maestres que le han sucedido, el

esfuerzo y la obra de los frailes de toda la Orden

se ha encaminado siempre a esto: a que el maestre y los frailes que han hecho profesión en

esta Orden, con la fe de Jesucristo, con esperanza de su salvación y con verdadera caridad

de Aquel que, tomando carne de la gloriosa Virgen Santa María, verdadero Dios y hombre

verdadero en una sola persona, y sufriendo por nosotros muerte y pasión, visitó pues

siempre visita a sus amigos y libró a los que estaban en el infierno, trabajen de buen

corazón y de buena voluntad y con toda obra buena en visitar y librar a los cristianos que

están en cautividad y en poder de sarracenos o de otros enemigos de nuestra Ley, según la

determinación y buena voluntad del maestre de esta Orden. Por la cual obra de misericordia

o merced, es decir: para seguir y para anticiparse y para visitar y para librar a los cristianos

del poder de los enemigos de la Orden de Jesucristo, todos los frailes de esta Orden, como

hijos de verdadera obediencia, estén siempre alegremente dispuestos a dar sus vidas, si es

menester, como Jesucristo la dio por nosotros; a fi n de que en el día del juicio, sentados a

la derecha por su gran misericordia, sean dignos de oír aquella dulce palabra que con su

boca dirá Jesucristo: Venid, benditos de mi Padre, a recibir el reino que os está preparado

desde el comienzo del mundo: porque estaba en la cárcel y vinisteis a mí, estaba enfermo y

me visitasteis, tenía hambre y me disteis de comer, tenía sed y me disteis de beber, estaba

desnudo y me vestisteis, no tenía posada y me recibisteis. Todas estas cosas ha ordenado

Jesucristo que se cumplan en esta Orden, a fi n de mantener y hacer prosperar obra de tan

gran misericordia como es visitar y redimir cautivos cristianos del poder de los sarracenos y

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

30

de otros que militan contra nuestra Ley, para lo cual propiamente ha establecido Dios esta

Orden.

d) Desarrollo del tema

Para 1245, año en que murió Pedro

Nolasco, la Orden contaba con 16

conventos y cerca de 100 frailes.

A la muerte del fundador, se celebró

capítulo general para elegir a su sucesor,

siendo electo Fr. Guillén de Bas, que

gobernó a la Orden hasta 1260, año que

renunció, sucediéndole Fr. Bernardo de

San Román, que murió en 1267;

nuevamente fue electo Fr. Guillén de Bas,

que fue Maestre hasta su muerte en 1270.

En 1271 fue electo Fr. Pedro de Amer.

El servicio heroico de los mercedarios

atraía a muchas personas que deseaban

sumarse, entre ellas varias mujeres. María

de Cervellón, una joven barcelonesa, se

sintió plenamente identificada con la obra

de Nolasco, por lo que solicitó vestir el

hábito mercedario y ser aceptada como

hermana de la Orden, pero los frailes se

negaron a ello, pues consideraban que el

trabajo de la recolección de limosnas y

más aún la redención en sí, no era apto

para mujeres. Pero la joven Cervellón no

desistió, hasta que ella y cuatro

compañeras (Sor Eulalia Pinós, Sor Isabel

Berti, Sor María de Requesens y Sor

Colagia) fueron aceptadas como

hermanas en la Orden, vistiendo el hábito

y haciendo su profesión religiosa el 25 de

mayo de 1265. El acuerdo con los frailes

fue que ellas se encargarían del cuidado

de los cautivos liberados que llegaban a

Barcelona y colaborarían con su oración y

sus penitencias para el éxito de las

redenciones.

En 1272, el Maestre Fr. Pedro de Amer

promulgó las primeras Constituciones

mercedarias, es decir, el primer cuerpo de

normas que establecía la finalidad de la

Orden y regulaba la disciplina de los

frailes y la forma de llevar a cabo las

redenciones. A estas primeras

Constituciones se le llama ―Amerianas‖,

por el apellido del Maestre que las

promulgó.

A la muerte de Fr. Pedro de Amer en

1301, fue electo Maestre Fr. Arnaldo de

Amer; durante varios años los frailes

sacerdotes intentaron gobernar la Orden y

nombraron Maestres a algunos de ellos,

pero en 1308 el Papa Clemente V

sancionó esas acciones y nombró Maestre

al fraile laico Arnaldo de Rosiñol, que

falleció en 1317. El Capítulo General

eligió al fraile sacerdote Raymundo

Albert, terminando así con el régimen de

la Orden en manos de frailes no clérigos.

Fr. Raymundo Albert publicó unas

nuevas constituciones en 1327, en las que

se establecía que el gobierno de la Orden

solo podría ser ejercido por religiosos

sacerdotes, con lo que la Merced dejó de

ser una Orden Laical y se convirtió en

una Orden Clerical.

A pesar de estas desventuras, la Orden no

descuidó la tarea redentora y siguió

creciendo en número y extendiéndose por

Europa, llegando a toda la Península

Ibérica, Francia e Italia.

Con la llegada de los europeos a tierras

americanas, el Papa pidió a los reyes que

dominaron esos territorios, que enviaran

misioneros para evangelizar a las gentes

que los habitaban; varias órdenes

religiosas fueron requeridas para esa

tarea, entre ellas la Merced. Los

mercedarios fueron insignes misioneros

por las tierras americanas, siendo los

primeros religiosos en pisar suelo y

celebrar la misa en México, Chile, Perú,

Venezuela, Costa Rica, Ecuador y

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

31

extendieron el Evangelio en Colombia,

Argentina, República Dominicana, Brasil,

Bolivia y Paraguay.

Los mercedarios fundaron conventos por

todos los rincones de América,

difundiendo así el amor e nuestra Madre

de la Merced, y creando nuevas

Provincias, aumentado así el número de

miembros de la Orden, que para el siglo

XVII superó los 6000 frailes.

A lo largo de los siglos crecieron en el

seno de la Merced grandes teólogos

(como Francisco Zumel), obispos,

cardenales (como Antonio Caxal, quien

fue considerado candidato al papado),

literatos (como Tirso de Molina),

científicos (como Diego de Rodríguez,

astrónomo mexicano), y místicos (como

Juan Bautista del Santísimo Sacramento,

reformador de la Orden), que pusieron en

alto el nombre de la Orden por todo el

mundo.

Las revoluciones y leyes contrarias a la

Iglesia y las persecuciones de sus

miembros que tuvieron lugar en muchos

países de Europa y de América en el siglo

XIX, hicieron meya en el número de

miembros de nuestra Orden, llegando a

un estado crítico a principios del siglo

XX.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Haz una línea del tiempo en la que señales los hechos históricos más relevantes

de la vida de la Orden de la Merced a partir del 1301.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Camino con Nolasco)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

32

BLOQUE III: La Merced, don de la Trinidad

7. La espiritualidad y el carisma de la Merced a) Oración inicial y lectura bíblica (Lc 4, 16-21)

b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

Fr. Ignacio Vidondo O. de M. Espejo de la Caridad con los Cautivos, Ed. Pamplona 1658,

1, 3 cap. 5.

En prueba de su amor y misericordia, Dios Padre entregó a su Hijo unigénito por nuestra

libertad y rescate. Y como las entrañas de caridad y misericordia del Padre y del Hijo son

unas mismas, san Pablo nos las descubre para total consuelo nuestro en todos los trabajos

nacidos del cautiverio: Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las

misericordias y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas nuestras

tribulaciones, Y así también su Hijo unigénito, enviado por Redentor nuestro, como tal las

usó con nosotros; que en el Señor se halló misericordia y la copiosa redención de los

cautivos y de esto blasonó en la cruz.

El vulgo, viéndole clavado, le dijo: Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz. Y los príncipes de

los sacerdotes: Si es Rey de Israel, que baje ahora de la cruz, y creeremos en él. Y vemos

que no baja.

Seño, ¿no buscabas que creyesen que eres Hijo de Dios? Sí, pero porque era Hijo de Dios

misericordioso, no bajaba de la cruz, porque vino a redimirnos y a morir en ella, para, con

esa muerte, librarnos del cautiverio y esclavitud del demonio. Era Hijo de Dios y Redentor

nuestro, no buscaba su libertad, sino la nuestra. Quería redimir, y quiso que en la cruz lo

reconociesen por verdadero Redentor nuestro. Bien se conocieron en la muerte de Cristo

las entrañas de Madre nuestra en María Santísima. Escribe san Juan lo que los demás

evangelistas nos callan: Junto a la cruz de Jesús estaba su Madre. Habiéndose ausentado

los discípulos, la Madre estaba mirando con piísimos ojos las heridas crueles que tenía su

santísimo Hijo. Señora, ¿qué hacéis ahí, mirando el despojo de la muerte? Retiraos, volved

los ojos a otra parte, apartad la vista de tan doloroso espectáculo. ¿Qué miráis en aquellas

santísimas llagas? ¿La muerte de vuestra querida prenda? No, por cierto, sino la redención

del género humano, obtenida por medio de la muerte de su Hijo. Y eso la hacía estar firme

y piadosamente constante, como Madre de las misericordias de la redención que hizo su

Hijo. Por eso los santos Padres, con gran propiedad, le dieron varios títulos, llamándola:

Madre de la misericordia, Madre de piedad, fuente de caridad, redención de los cautivos,

consoladora de los afligidos, Madre de la divina clemencia. Como Madre de tal Redentor,

llena de caridad y misericordia, suscitó esta familia y religión de redentores, para consuelo

y libertad de los cautivos cristianos, inspirando la norma de redimir a imitación de Cristo,

es decir, aun dando la vida, si fuera necesario y la ocasión se presentara. También le viene a

esta Orden el ser misericordiosa con los pobres cautivos cristianos, por nacer del espíritu

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

33

del santo patriarca Pedro Nolasco, primer superior y maestro general de esta religión de

redentores, discípulos de Cristo e hijos de María, elegido por la Virgen Madre para padre

de misericordias.

d) Desarrollo del tema

Espíritu y espiritualidad y carisma.

Llamamos espíritu a lo que le da vida a

algo. La palabra hebrea ruah significa

aliento, y en el Antiguo Testamento se

utiliza para referirse al Espíritu Santo y

también al espíritu humano. En la

traducción griega del Antiguo Testamento

se utiliza la palabra pneuma, que significa

viento. Podemos decir que el espíritu es

lo que anima, da vida, guía y empuja. La

espiritualidad es una forma de vida

suscitada y animada por el Espíritu Santo,

que incluye todos los esfuerzos por vivir

de acuerdo a un modelo; la espiritualidad

básica es la cristiana, es decir, aquella que

nos ayuda a seguir a Jesús de Nazaret, a

relacionarnos con Dios como él, a abrazar

sus proyectos y sentir sus motivos, a vivir

todo esto con su misma intensidad y con

su misma intención. A lo largo de la vida

de la Iglesia, el Espíritu Santo ha

desarrollado muchas espiritualidades

particulares para seguir a Jesús, es decir,

formas más concretas vida cristiana que

responden a necesidades específicas. La

espiritualidad nos ayuda a vivir el

ministerio o el carisma que el Señor nos

ha dado, pues nos permite desempeñarlo

desde el proyecto de Jesús y en comunión

con la Iglesia. Espiritualidad y carisma

son aspectos íntimamente ligados: el

Espíritu Santo regala a la comunidad

carismas para resolver sus necesidades y

al mismo tiempo, capacita a aquellos que

vivirán ese carisma ofreciéndoles un

camino de vida espiritual. La vida

espiritual no se reduce a la oración o a las

prácticas de piedad, sino que abarca toda

la vida: el camino de la vida espiritual

implica los esfuerzos por asemejarse a

Jesús, venciendo todo aquello que en

nosotros lo impida, echando mano de las

herramientas que nos ayuden a lograrlo.

El Espíritu Santo regaló a la Iglesia y al

mundo el carisma mercedario: visitar y

liberar a los cristianos cautivos en peligro

de perder la fe; al mismo tiempo, suscitó

en la comunidad una espiritualidad

mercedaria que capacitara a muchos

hombres y mujeres para vivir el carisma

redentor.

La espiritualidad mercedaria se basa tres

ejes: Cristo Redentor, María de la Merced

y Pedro Nolasco.

Cristo Redentor. En las sociedades

antiguas, la esclavitud era una práctica

usual; la sociedad hebrea no fue la

excepción, sin embargo, el libro del

Levítico pone una serie de condiciones:

un hebreo no puede hacer esclavo a otro

hebreo; solo los extranjeros que viven

entre el pueblo de Dios pueden hacer

esclavos o ser hechos esclavos; si por

extrema necesidad un hebreo no podía

pagar una deuda, se ofrecía así mismo

como paga, quedando al prestamista la

obligación de tratarlo como hermano, no

como esclavo, preocupándose por él y

haciéndolo parte de la familia; los

esclavos tenían que ser liberados en el

año de jubileo. El libro del Levítico prevé

que cuando alguna persona tiene que

venderse para pagar su deuda, le queda la

esperanza de que su pariente más cercano

pague el monto debido; a este pariente se

le llama Go‟el, que traducido literalmente

significa rescatador o redentor. El Go‟el

tenía que ser un pariente de sangre varón

muy cercano (hermano o primo) y pagar

con sus propios bienes la deuda de su

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

34

familiar. El Go‟el tenía entonces tres

características: familiaridad (parentesco

de sangre), solidaridad (interés por

solucionar la necesidad de su pariente) y

radicalidad (echar mano de todo lo que

estuviera a su alcance, incluso sus bienes

más preciados, para pagar la deuda).

Cuando el pueblo de Israel experimentó

al Señor cercano y solidario en medio de

sus dificultades y cuando sintió su auxilio

en esas ocasiones, consideró que Dios se

comportaba como si fuera un Go‟el,

dispuesto a todo para defender y rescatar

al pueblo de los peligros o castigos que lo

acechaban por lo que a lo largo del

antiguo testamento a Dios se le llama con

el título de el Redentor (Go‟el) de Israel.

La comunidad cristiana otorgó a

Jesucristo el título de Redentor porque

vio en su obra de salvación los tres rasgos

de un Go‟el: El Verbo de Dios se

encarnó, haciéndose así hermano de toda

la humanidad (familiaridad); su vida, su

misión y sus gestos estuvieron orientados

a remediar el mal del mundo y evitar el

sufrimiento de sus hermanos los hombres

(solidaridad); entregó toda su vida, sin

temor y sin restricciones para llevar a

cabo la misión que el Padre le

encomendó, entregando su propia vida en

la cruz (radicalidad).

Pedro Nolasco vivió una profunda

identificación con Jesucristo Redentor,

que clavado en la cruz se ofreció como

rescate de la humanidad; contemplando la

imagen del Redentor crucificado entendió

que la vida sirve solo en la medida en que

se ofrece por los demás y decidió imitarlo

ofreciendo también sus bienes y su vida

para el rescate de los cautivos.

La espiritualidad redentora mercedaria

supone vivir la familiaridad, es decir,

hermanarse con los cautivos, haciéndose

uno más de ellos; en solidaridad,

interesándose por ellos, compartiendo con

ellos el dolor y buscando soluciones a su

situación; y siendo radicales en el uso de

los bienes y en el desgaste de la vida para

liberar a los cautivos: sin guardarse nada

para sí mismos, en la Merced todo es de

los cautivos y para los cautivos: bienes,

vida, tiempo y esfuerzos, así como Cristo

Redentor no escatimó en nada y se

ofreció totalmente por nosotros en la cruz.

Redimir al cautivo es una de las 14 obras

de misericordia recomendadas por la

Iglesia. La espiritualidad redentora es la

vivencia de la misericordia (misericordia

significa inclinar el corazón a la miseria

ajena; misericordia y merced son

sinónimos).

María de la Merced. Lo poco que por

los evangelios sabemos de María, nos

permite descubrirla como la mujer de la

misericordia y de la libertad: en el

cántico gozoso de Lc 1, 46ss, se confiesa

creyente en el Dios misericordioso que no

permanece inerte ante el sufrimiento de

los débiles, que rechaza la soberbia y los

abusos de los poderosos y que está pronto

a obrar con su pueblo la gran liberación;

así mismo, ella se ofrece como medio

para que el Señor actué y rescate a su

pueblo ―He aquí la esclava del Señor‖

(Lc 1, 46). En las bodas de Caná, María

se muestra interesada por la angustia de

los que están tristes y avergonzados y

ofrece al pueblo a su Hijo, que trae la

alegría del vino nuevo. Y al pie la cruz

María, Madre del Redentor, se convierte

en Madre de todos los crucificados de la

historia, hermanos de su hijo crucificado.

Al inspirar a Nolasco la fundación de la

Orden para el rescate de los cautivos,

María manifiesta nuevamente los rasgos

que los evangelios nos cuentan de ella: es

la Hermana solidaria que se preocupa por

la necesidad de su prójimo; es la Madre

solícita, leal y adolorida al pie de la cruz

de los crucificados en el cautiverio; es la

Mujer que se ofrece como vehículo para

que el Dios misericordioso libere a su

pueblo. María es la Madre de la

Misericordia.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

35

Así como María fue el medio del que

Dios se valió para que el Redentor naciera

y luego muriera por toda la humanidad,

ella es también el medio por el que Dios

hizo nacer la Orden Mercedaria en el

mundo, cuyos hijos ofrecen su vida por el

rescate de sus hermanos. María es la

Madre de la Redención.

Pedro Nolasco consideró que era ella, la

Madre de Dios, la auténtica fundadora de

su Orden, pues ha sido ella quien la

inspiró; de ahí el nombre que los

seguidores de Nolasco han dado a su

comunidad: ―Orden de Santa María…‖,

pues ella es la fundadora y protectora, es

la motivación y sustento, es su principio y

cabeza, rechazando algún título referente

al patriarca (petrinos, nolasquinos, etc.)

como lo han acostumbrado otros

institutos religiosos.

La advocación mariana de la Merced

surge a partir de la devoción que los

frailes de Nolasco le rendían a la Madre

de Dios y de la misericordia que por esa

devoción se sentían motivados a realizar.

La advocación de la Merced está

íntimamente ligada al carisma redentor

mercedario.

Para honrarla como se debe, los

mercedarios nos dirigimos a ella con el

hermoso título de ―Nuestra Madre‖, pues

consideramos que ella ha engendrado y

dado a luz esta Orden Redentora, así

como dio a luz a Jesucristo Redentor.

Evitamos referirnos a ella como ―la

Virgen‖, ―nuestra Señora‖, ―María‖ u

otros títulos que no reflejen la

profundidad de lo que significa ser una

Orden fundada por ella. María de la

Merced es Madre de los redentores, al ser

la fundadora de la Orden, y es madre de

los cautivos, a los que cuida y libera por

medio de su familia mercedaria.

El hábito mercedario es blanco en honor a

la pureza de nuestra Madre Santísima, por

ello se le conoce como ―hábito blanco de

Santa María‖.

Su fiesta se celebra solemnemente el 24

de septiembre, por mandato de la Santa

Sede, sin embargo, cada año, el 1 de

agosto por la noche, recordamos el

momento en que bajó a Barcelona para

pedir a Nolasco la fundación de nuestra

Orden.

En la Orden de la Merced todos los

sábados del año, excepto el sábado santo,

son días dedicados a nuestra Madre, por

ello, los miembros de la familia

mercedaria nos reunimos cada semana

para honrarla con el ejercicio sabatino de

la recitación de laudes y la misa en su

honor así como con el canto solemne de

la Salve.

Los miembros de la familia mercedaria

procuramos honrar a nuestra Madre de la

Merced colocando su imagen en un lugar

privilegiado de nuestro hogar y

difundiendo su devoción a toda persona y

en todo lugar, pero sobre todo, nos

proponemos venerarla con la fidelidad a

su hijo, el esfuerzo por cumplir nuestras

obligaciones cristianas y mercedarias y en

el servicio a sus hijos cautivos.

Nuestra Madre Santísima de la Merced es

patrona de los reclusos y de todos los

privados de libertad, así como de los

cristianos perseguidos. Es patrona

principal y princesa de Barcelona, titular

de la arquidiócesis de Barcelona y de su

provincia eclesiástica, patrona de la

República Dominicana, de la costa de

Ecuador, Gran Mariscala del ejército

peruano y Generala del ejército argentino,

es patrona de muchas ciudades y diócesis

a lo largo de todo el mundo.

“Honra a María, como a Madre y

Fundadora nuestra:

Graba su modelo como un sello

en tu corazón, para que nada

haya en tu boca,

en tu mente y en tu conducta que

no respire amor a ella. ”

San Pedro Nolasco. No puede entenderse

a la Orden de la Merced sin la figura de

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

36

padre y fundador, Pedro Nolasco; no

puede haber un mercedario que no tenga

por ejemplo primordial la vida de

Nolasco, que no sea su devoto y que no lo

invoque en la oración. Pedro Nolasco es

el instrumento del que Dios se ha valido

para ofrecer a la Iglesia un nuevo carisma

(visita y liberación), una nueva

espiritualidad (redentora), una nueva

orden religiosa y familia (La Merced),

una nueva advocación mariana (María de

la Merced), una nueva forma de servicio

(la entrega incondicional) y una nueva

manera de usar el dinero (sin tacañerías,

sin interese personales, todo para los

necesitados). Por medio de Pedro

Nolasco, de su Orden y de su

espiritualidad, el Señor nos ha querido y

nos ha llamado y por él nos ha llegado

este modo de seguimiento de Jesús; para

ser buenos mercedarios no hay más que

imitar a Nolasco en su intimidad con el

crucificado y en su tierno amor a María.

La figura de Pedro Nolasco es única, es

titánica y lamentablemente desconocida

por muchos en la Iglesia y en el mundo.

Pedro Nolasco no es el santo de la mística

sublime y perfecta que se eleva y se

extasía en revelaciones y en poemas

cargados de romance divino; por el

contrario, Nolasco es el santo de la

mística del evangelio de Jesús, aquella

que descubre a Dios en el que está herido

y moribundo en la orilla del camino,

aquella mística del buen samaritano que

cuida con amor del necesitado, que lo

toma como propio y está dispuesto a

pagar por él cuanto se requiera, sin medir

ni calcular, esa mística que despoja de sí

mismo. La mística de Nolasco es la clave

de la vida espiritual mercedaria: el amor

al Crucificado y a los crucificados y la

relación filial con María, aspectos que le

han permitido salir de sí mismo y

entregarse sin reservas al proyecto de

Dios y al servicio de sus hermanos más

débiles.

De Nolasco hemos de imitar su oración

redentora, esa auténtica oración que

podemos llamar de descentramiento, es

decir, aquella que nos arranca a nosotros

mismos del centro de atención y

necesidad para poner en el centro de

nuestro interés a los cautivos. Es la

oración de contemplación del Crucificado

presente en la eucaristía: Cristo

ofreciéndose todo, sin pretextos y sin

reservas por nosotros, nos mueve a

hacernos con él redentores que se

ofrezcan radicalmente.

Hemos de imitar también sus virtudes de

fe, esperanza y caridad y su forma tan

sutil de ver el mundo: con detenimiento,

dejándonos retar por el sufrimiento ajeno,

sintiéndonos obligados a la misericordia.

San Pedro Nolasco es patrón de los

cristianos perseguidos, de los agentes de

pastoral penitenciaria, intercesor para la

buena muerte, patrón de El Puig de

Valencia y de la ciudad de Palma de

Mallorca y de otras muchas localidades

por todo el orbe. En México, hay un

poblado en el estado de Oaxaca que lleva

su nombre, así como una isla en el océano

Pacífico, perteneciente al Estado de

Sonora, también nombrada en su honor.

Los mercedarios honramos a Nolasco con

el título de ―Nuestro Padre‖, y

procuramos difundir su vida y su

devoción, invocándolo siempre en nuestra

oración, estudiando e imitando su vida,

celebrando solemnemente su fiesta el 6 de

mayo y colocando su imagen en un lugar

principal de nuestra casa.

El carisma mercedario. El carisma

mercedario se articula en dos acciones:

visita y liberación. Ambas acciones se

alimentan y al mismo tiempo hacen

realidad la espiritualidad redentora

mercedaria: en solidaridad que mueve a la

misericordia, nos hacemos familiares

cercanos en la visita y con radicalidad

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

37

ofrecemos libertad a los oprimidos en

acciones concretas y contundentes.

El cuarto voto. La más grande expresión

de la espiritualidad mercedaria es el

cuarto voto. Todos los institutos de

religiosos y religiosas profesan tres votos,

que el mismo Jesús vivió, por lo que se

les llama ―consejos evangélicos‖:

pobreza, castidad y obediencia. Los

mercedarios añadimos a esos tres votos

un cuarto, que llamamos voto de

redención o también voto de sangre o

voto de suma caridad, por el que nos

comprometemos a estar alegremente

dispuestos a dar la vida, si fuera

necesario, por un cautivo que esté en

peligro de perder la fe. Este voto brota de

la espiritualidad redentora y se alimenta

de ella, pues exige imitar la disposición

de Cristo Redentor para ofrecer la vida

por los hermanos (radicalidad,

familiaridad y solidaridad). En el cuarto

voto se manifiestan tres actitudes

fundamentales para la vida de los

mercedarios: disposición, alegría y

generosidad sin reservas. El cuarto voto

distingue a nuestra familia en medio de la

Iglesia, presentándola como un instituto

de caridad heroica.

¿Cómo se vive el cuarto voto en la

actualidad? Aún cuando el cuarto voto

tiene su última expresión en el martirio

(dar la vida, si fuera necesario), no se

agota en ello, pues implica ante todo

disposición, es decir, el cuarto voto se

vive cotidianamente cuando los

mercedarios hacemos todos los esfuerzos

y nos desgastamos sin límites en el

trabajo redentor; más que el martirio, el

cuarto voto es el camino de la

espiritualidad mercedaria: la radicalidad,

ejercitar la misericordia sin pretextos y

sin reservas, lo cual dispone el corazón

para darlo todo, aún la propia vida, si

llegase a ser necesario.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Explica brevemente los tres pilares de la espiritualidad mercedaria.

Describe cómo vives o como podrías vivir la espiritualidad mercedaria en tu vida

cotidiana.

Si en tu casa aún no tienes las imágenes de Nuestra Madre de la Merced y de san

Pedro Nolasco, puedes entronizarlas en una sencilla ceremonia familia. En el

devocionario mercedario encontrarás cómo hacerlo.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Himno del octavo centenario de la Orden de la Merced)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

38

8. Los santos de la Familia Mercedaria

a) Oración inicial y lectura bíblica (Sal 92: Es bueno dar gracias a Yahvé) b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

Fr. Melchor Rodríguez de Torres O. de M., Ejercicios de Vida Espiritual, Editorial Juan B.

Varesio, Burgos 1603, Cap. 14.

Nunca género de pobreza llegó a estado que pudiese competir con el cautiverio. Porque si

es pobreza padecer necesidad y tener poco, y gran pobreza no tener cosa alguna, suma

pobreza será no tenerse ni aún a sí mismo. Y a este punto solo llega el cautivo, pues hasta

su persona y libertad goza otro dueño. Como necesitado, padece hambre, sed y frío; como

peregrino, anda fuera de su patria; como esclavo, vive maltratado; y como muerto, en nada

tiene dominio, ni para nada vale.

Por eso, redimir cautivos es el compendio de la misericordia; pues es indudable que, quien

esta ejercita, ejercita todas sus obras. El que rescata al prójimo, le enseña, corrige, viste, da

de comer, y hace cuanto en lo corporal y espiritual abarca la misericordia. Y

consiguientemente puede esperar en su favor la definitiva sentencia: Venid, benditos de mi

Padre. ¿Qué le falta, deseo yo saber, al que vendiendo lo que posee, emplea su caudal en la

mercancía que costó sangre de Cristo, para pedir por suyo el tesoro que nunca desfallece en

el cielo? Mas la grandeza de esta obra se acrecienta por el amor con que se hace. Sólo el

amor de Cristo alimenta esta carga. No interviene interés, ni anda de por medio sangre ni

parentesco, que mueva a padecer y aun a dar la vida por el cautivo; verdaderamente se

descubre que anda Dios aquí, pues cosa tan suya no pudiera hacerse sin él.

Una última razón encarece totalmente el hecho, y es el gran parecido que esta obra tiene

con la que Cristo vino a realizar en el mundo, pues no se halla cosa que así sea copia de

aquel habernos Dios librado del demonio como la libertad que se da a los tiranizados en

poder de enemigos. Y si comparásemos el modo de obrarse la una y la otra, aún luciría

más: No se contentó Cristo con rescatar el mundo así como quiera, sino que para ello

hipotecó su sangre y su vida, rendido a la obediencia de su Padre; y nuestro Patriarca, tras

la hacienda que en los cautivos gastó, ofreció su persona y vida para su libertad,

obligándose con particular voto a la redención: herencia que dejó en testamento de sus

hijos, y piedra sobre la que labró los cimientos de su Orden.

Tan mellizos son estos dos actos, que sólo de una madre pudieron nacer: rescatar el mundo

a cuenta de sangre de Dios, nadie lo puede hacer sino el cielo, ni realizarlo sino Cristo

nuestro Dios, verdadero Hijo de Dios y de la Virgen; y enseñar a liberar a los prójimos a

cuenta de sangre y vida de hombres, nadie sino ese mismo cielo lo pudiera hacer: hijo de

María había de ser quien llevara a término esta empresa. Y así en esta Orden tuvo por

sobrestante a la Virgen, para inspirar y hacer comprender el designio que en obra de tal

primor había Dios pensado. Y aun proveyó de oficiales que la comenzasen con diligencia, y

la continuasen hasta dejarla hecha.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

39

d) Desarrollo del tema

La espiritualidad mercedaria, a lo largo de

ocho siglos, ha rendido abundantes frutos

de virtud y santidad, la gran mayoría de

ellos han quedado en el anonimato, y solo

un número reducido ha sido reconocido

oficialmente por la Iglesia. Presentamos a

continuación una breve reseña de los

santos y beatos más representativos de

nuestra familia, con la intención que sus

vidas sean testimonio que mueva a la

santidad a los mercedarios de hoy.

SAN RAMÓN NONATO

El Fraile Ramón es conocido

universalmente por su nacimiento fuera

de lo común, por ello es el Nonato, es

decir, no nacido, pues vio la luz gracias a

la incisión que propició el vizconde de

Cardona al vientre de su madre muerta .

Nació en el pueblo de Portell, provincia

de Lérida, a principios del siglo XIII. En

su adolescencia y juventud se dedico al

pastoreo de ovejas. Amante de María y

gran devoto de la eucaristía. Fue enviado

a la redención de Argel, donde

probablemente quedo como rehén, ahí

padeció el tormento de haberle colocado

un candado en la boca, con tal de frenar

su predicación en la mazmorra.

Una vez rescatado por sus hermanos

mercedarios, el papa Gregorio IX lo

nombra cardenal de la Iglesia con el titulo

de San Eustaquio. En el viaje a Roma

para encontrarse con el papa, cae enfermo

en el fuerte de Cardona en 1240 y muere

a los pocos días. Su familia y los frailes

mercedarios disputaron su cuerpo, por lo

que se llegó al acuerdo de atarlo en el

lomo de una mula y al lugar que ella lo

encaminara sería el elegido para la

sepultura. La Mula llegó al pueblo de san

Nicolás, en donde dio tres vueltas y luego

se echó, entendiendo todos que ahí de

habría de enterrar a Ramón.

Su fiesta se celebra el 31 de agosto. Es

patrón de las mujeres embarazadas.

SAN SERAPIO

Nación en el año de 1179 en Irlanda.

Militar en el ejercito del rey Ricardo

Corazón de León, después acompaño en

batallas al duque de Austria, Leopoldo

VI, el glorioso, que se unió al ejercito de

Alfonso VIII para luchar contra los

musulmanes. Trascurrida la guerra

decidió quedarse al servicio del rey de

Catilla y durante este tiempo conoció a

Pedro Nolasco, hombre dedicado a

defender la fe.

Tomo el hábito mercedario en 1222;

realizó varias redenciones, mas en la

última encomienda de redención, quedó

como rehén en Argel junto a su

compañero Berenguer de Bañares. Pronto

urgen una colecta en las comunidades

para liberar a estos frailes pero el dinero

no llega y dan muerte a Serapio,

clavándolo en una cruz en forma de aspa

y desmembrándolo. Muere mártir el 14 de

noviembre de 1240.

Su fiesta se celebra el 14 de noviembre.

Es patrón de los enfermos; en su honor se

bendice el aceite para invocar la salud de

quienes padecen enfermedad.

SAN PEDRO PASCUAL

Nació en Valencia en el año de 1227.

Inició sus estudios en su ciudad natal,

después fue a perfeccionarlos en la

universidad de París. Regresando a su

ciudad lo nombran canónigo de la

catedral valenciana. Pronto abandona

dicha encomienda para tomar el hábito de

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

40

la Orden Mercedaria en el año de 1250.

En 1296 el papa Bonifacio VII lo nombra

obispo de Jaén. Realizando la visita a su

diócesis, es atrapado por una banda de

mahometanos y llevado cautivo a

Granada.

Sus hermanos redentores enviaban la

paga de su rescate pero él prefería que

otros cobraran su libertad, por ello,

trascurrido un tiempo fue decapitado en la

mazmorra el 6 de diciembre de 1300,

inmediatamente después de celebrar la

eucaristía. Fue un prolifero doctor en

sagrada Teología defendiendo

públicamente la Inmaculada Concepción

de María antes que ningún teólogo

occidental, en 1295. En el cautiverio

escribió varias obras de teología, como

Glosa al Padre Nuestro y Glosa de los

diez mandamientos.

Su fiesta se celebra el 6 de diciembre. Es

patrón de los estudiantes.

SAN PEDRO ARMENGOL

Nació en Guardia dels Prats, Tarragona, a

mediados del siglo XIII. Transcurrida su

niñez y adolescencia en el ceno de su

familia, se vio arrastrado por malas

compañías, viviendo de manera disoluta y

bandolera. El rey Jaime I con tal de tener

orden en sus territorios, envía a controlar

los robos y encarcelar a los maleantes. Tal

evento propicio que Pedro Armengol

encontrara frente a sí la propia espada de

su padre Arnaldo, quien fungía como

guardia. Este hecho caló tanto en la vida

de Pedro, que se rindió ante su padre y

enmendó su vida.

Ahora quería dedicarse a las obras de

misericordia, por lo que entra en la Orden

de la Merced, desempeñando dos

redenciones. En su segundo viaje a Bugía,

en 1266, queda como rehén a cambio de

algunos cautivos. Al no llegar el recate a

tiempo, es colgado en la horca, pero no

murió gracias a que fue sostenido por la

protección de María, y se mantuvo vivo

hasta que llegó su compañero con el

rescate. Como secuela de su martirio,

Pedro quedo con el cuello torcido por el

resto de su vida. Muere en el convento de

Santa María dels Prats en el año de 1304.

Su fiesta se celebra el 27 de abril. Se le

invoca por la conversión de los jóvenes

descarriados y que corren peligros.

SANTA MARÍA DE CERVELLÓN

Nació en Barcelona el 1 de diciembre de

1230. La joven barcelonesa atraída por la

importante labor de los redentores

mercedarios, se convirtió en consuelo de

pobres, enfermos y cautivos, en el

hospital de Santa Eulalia. Ante esto,

siendo testigo de la vida ejemplar de

Pedro Nolasco, pide el hábito de la Orden

y el 25 de mayo de 1265 emite su

profesión religiosa como hermana de la

Orden, convirtiéndose en la primera

religiosa mercedaria de la historia.

Sus plegarias se elevaban a Dios para que

sus hermanos redentores tuvieran éxito en

sus encomiendas de liberación en tierras

musulmanas. Su cuenta que en varias

ocasiones en las que el mar embravecí,

fue vista sobre las olas por los frailes

mercedarios que iban en el barco hacia

tierras musulmanas, orando para calmar la

tempestad. Por su gran caridad para los

pobres cautivos se le conoce también

como santa María del Socorro.

Muere el 19 de septiembre de 1290, su

cuerpo se encuentra incorrupto en la hoy

basílica de la Merced de Barcelona. Su

fiesta se celebra el 19 de septiembre. Es

patrona de los navegantes.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

41

BEATA MARIANA DE JESÚS NAVARRO

Nació en Madrid el 17 de enero de 1565,

Mariana se sintió atraída muy pronto por

la vida religiosa. A la edad de 22 años ya

tenía la firme determinación de ingresar

en un convento, a pesar de la rotunda

oposición de su padre, quien la quería

casar. Por su débil salud no fue admitida a

la vida religiosa. Deseosa de consagrar su

vida al Señor, en 1613 fue recibida en la

Orden de la Merced, tomando el hábito de

terciaria y al año siguiente, el 20 de mayo

de 1614, emitió la profesión, viviendo

una modesta casita al lado del convento

de los mercedarios en Madrid. Fue una

insigne devota de Jesús Eucaristía;

practicaba la caridad con los pobres y

ofrecía oraciones y penitencias por los

cautivos.

Muere a los 59 años el 17 de abril de

1624 en el convento de santa Bárbara,

Madrid, a consecuencia de una afección

pulmonar. Su cuerpo se conserva

incorrupto en el monasterio de madres

mercedarias de Don Juan de Alarcón en

Madrid. Su proceso de canonización está

muy avanzado, en la fase final esperando

la confirmación de un milagro para que

sea declarada santa. Mariana de Jesús es

co-patrona de Madrid y patrona de los

terciarios y laicos mercedarios. Su fiesta

se celebra el 17 de abril.

BEATOS MARIANO ALCALÁ Y

COMPAÑEROS MÁRTIRES

Durante la guerra civil española (1936-

1939), un numeroso grupo de católicos,

entre los que se contaban laicos,

sacerdotes, obispos, religiosos y

religiosas, fue martirizado por odio a la

fe. Entre los mártires de esta guerra, hay

un grupo de casi cuarenta frailes

mercedarios, de los que ya han sido

beatificado 19, pertenecientes a la

Provincia Mercedaria de Aragón, en tanto

que el resto espera a ser reconocidos

como tal por la Iglesia. En este grupo de

19 beatos mercedarios se encuentran un

ex – Maestro General, el padre provincial,

un maestro de novicios, frailes no clérigos

y frailes sacerdotes de todas las edades:

Beato Mariano Alcalá, Beato Mariano

Pina, Beato Tomás Carbonell, Beato

Serapio Sanz, Beato Francisco Mitjá,

Beato Manuel Sancho, Beato Amancio

Marín, Beato Eduardo Massanet, Beato

Francisco Gargallo, Beato Antonio

Lahoz, Beato José Trallero, Beato Tomás

Campo, Beato Francisco Llagostera,

Beato Lorenzo Moreno, Beato Enrique

Morante, Beato Pedro Esteban

Hernández, Beato Jaime Codina, Beato

José Reñé Penafreta, Beato Antonio

González.

Su fiesta se celebra el 16 de septiembre

MARGARITA MARÍA LÓPEZ DE

MATURANA

Nació en Bilbao (España) el 25 de julio

de 1884. A los 19 años, el 10 de agosto de

1903 ingresó al monasterio de

mercedarias de Bérriz. Trabajo por más

de 20 años en el colegio a cargo de su

comunidad. En dicho colegio inició, en el

año 1920, la asociación "Juventud

Mercedaria Misionera". Elegida

comendadora del convento, por su gran

deseo era llevar la buena nueva de la

Redención y liberación hasta el fin del

mundo, motivó al resto de monjas para

dejar la clausura y convertirse en una

congregación misionera, dando origen a

las Mercedarias Misioneras de Bérriz.

Margarita María murió el 23 de julio de

1934, dos días antes de cumplir 50 años.

Su fiesta es el 24 de julio.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

42

VENERABLE MARÍA DEL REFUGIO

AGUILAR Y TORRES

Nació en San Miguel Allende,

Guanajuato, el 21 de septiembre de 1866,

en el seno de una familia acomodada. El 4

de noviembre de 1886 se casó con Ángel

Cancino Arce, de quien tuvo dos hijos,

uno de los cuales murió a temprana edad.

Quedó viuda con solo 22 años volviendo

a la casa paterna. Ello urgió en el alma de

María dedicar su vida al servicio de Dios.

En 1910 fundó la congragación de

Hermanas Mercedarias del Santísimo

Sacramento, con la finalidad de extender

el reinado de Jesús Eucaristía mediante la

educación de la niñez y la juventud al

amparo de nuestra Madre de la Merced.

Murió el 24 de abril de 1937. Su proceso

de beatificación está en marcha.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. ¿Qué historia de los santos de la Orden te llamó más la atención?

¿Hubo algo que no sabías sobre algún santo mercedario? ¿Qué fue lo que

descubriste?

Si no conoces la imagen de alguno de los santos mercedarios, búscala y compártela

en la siguiente clase con tus compañeros.

Se sugiere que se asigne como patrón personal a un santo mercedario para cada

participante del grupo; puede hacerse mediante una rifa.

3. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Hace ocho siglos)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

43

9. El escudo y el escapulario mercedario

a) Oración inicial y lectura bíblica (Sal 28: A ti alzo mi voz, Señor)

b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

Fr. Samuel Montoya O. de M. El escapulario mercedario, México 1980, págs. 9-11.

El escapulario de la Orden de la Merced no de fruto de un vacío misticismo o de una

inspiración fingida; ni es fruto de sueños o de una concepción sentimental subjetiva; ni

mucho menos es efecto de una creación religiosa concebida en el clima medioeval.

El escapulario, a pesar de un árido criticismo dirigido a negar su fundamento histórico y sus

beneficios espirituales, ha sabido resistir las pruebas de la sutileza crítica, porque no está

basada sobre conjeturas sujetas siempre a mil incertidumbres, sino sobre hechos ciertos,

cuya veracidad no puede ser desconocida de quien lo busque de buena fe.

El escapulario está basado en principios sólidos porque la razón justifica su existencia, la

autoridad de la Iglesia lo ha consagrado, la tradición lo ha confirmado y, en fin, el conjunto

de fieles lo ha aceptado y venerado con grande piedad.

El escapulario primitivamente era como una especia de mandil usado entre los monjes y

que servía para no ensuciar la túnica o vestido que ellos usaban para distinguirse de los

demás hombres no consagrados a Dios.

El origen temporal de nuestro escapulario mercedario se remonta al 1 de agosto de 1218,

cuando la Santísima Virgen inspiró la Orden y le entregó el blanco escapulario a san Pedro

Nolasco para que fuera distintivo de su nueva milicia. El mandato de María fue ejecutado

solícitamente, porque el terreno ya estaba preparado. Así, el 10 de agosto de 1218, Pedro

Nolasco recibió el escapulario de manos del obispo e inmediatamente después él mismo lo

impuso a sus intrépidos y valientes redentores.

¿Qué símbolo más propio pudo escoger esta celestial Reina para hacernos ver que Ella es

nuestra Madre y que quería revestirnos con su misma vestidura: su hábito blanco?

Así como no se improvisa arbitrariamente el nombre de una obra, así también no puede

improvisarse la fuerza del símbolo. Si María hizo que la obra de redimir cautivos,

empezada por Nolasco, se convirtiera en la Orden de la Merced, así también ella misma

hizo que su blanca vestidura se transformara en el escapulario y que este fuera el símbolo

de su misma vestidura.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

44

d) Desarrollo del tema

Sin duda, además de las heroicas gestas

redentoras, lo que más distingue a nuestra

familia es su escudo. En épocas antiguas,

las ―armas‖, es decir una serie de

imágenes pintadas sobre un escudo, eran

la forma de representar a alguien. Las

grandes personalidades como los reyes,

los nobles, los papas, los cardenales, los

obispos y abades y los grandes militares,

así como las familias de renombre, las

ciudades y algunos otros sitios, tenían

derecho a poseer sus armas o escudo.

El escudo mercedario está compuesto a su

vez de dos escudos: el del rey de Aragón

y el de la catedral de Barcelona.

El escudo del rey de Aragón se compone

por cuatro barras rojas sobre un fondo de

color dorado, coronado con la corona real.

El escudo de la catedral de Barcelona,

dedicada a la Santa Cruz, es una cruz de

estilo gamado, de color blanco, en un

fondo rojo.

De acuerdo a la tradición mercedaria, el

día de la fundación de la Orden, el rey de

Aragón don Jaime I, permitió usar su

escudo de armas a Pedro Nolasco, como

una manera de manifestar su apoyo y

respaldo a la nueva familia religiosa. Lo

mismo hizo el obispo de Barcelona, Don

Berenguer de Palou, quien concedió que

Nolasco y sus frailes portaran el escudo

de su catedral, la cruz blanca.

Así pues, nuestro escudo representó en

sus orígenes el patrocinio del rey y la

protección de la Iglesia sobre la Orden.

A lo largo de ocho siglos se han diseñado

una infinidad de formas del escudo

mercedario, presentado en diversas

formas geométricas y con muchas

decoraciones y añadidos,

pero sus elementos básicos

son: en la parte inferior las

cuatros barras rojas sobre el

fondo dorado, en la parte

media la cruz blanca sobre el

fondo rojo y la corona real en

la parte superior.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

45

El hábito de los mercedarios, llamado

hábito de santa María, es todo blanco en

honor de la pureza de la Madre de Dios y

se compone de una túnica sencilla, sin

pliegues ni adornos que cae hasta los pies,

ceñida con un cinturón del que cuelga por

el lado izquierdo

hasta el tobillo una

correa de cuero que

representa la regla

de san Agustín, que

es la norma de vida

religiosa de los

mercedarios; sobre

la túnica se coloca el

escapulario, que cae

por delante y por

detrás desde los

hombros hasta arriba

de los tobillos y al

centro del cual, a la

altura del pecho, se coloca el escudo de la

Orden; sobre el escapulario se pone la

capucha, una pieza redonda al frente que

llega al pecho y puntal por la parte trasera

que alcanza el cinturón y que posee una

gorra amplia que cae al frente sobre los

hombros. En épocas pasadas los

mercedarios usaban una capa, del mismo

color del hábito, pero en la actualidad ya

no figura como parte del hábito en las

Constituciones de los frailes mercedarios.

Las religiosas mercedarias usan

igualmente el hábito pero sustituyen la

capucha por un velo de color negro.

La parte más importante del hábito es el

escapulario. Se llama escapulario porque

es una franja de tela que cae sobre los

huesos llamados ―escapulas‖, que se

encuentran en la parte superior de la

espalda. De acuerdo a la tradición

mercedaria, fue Nuestra Madre Santísima

en persona la que la noche del 1 al 2 de

agosto de 1218 entregó el blanco

escapulario de Pedro Nolasco, pidiéndole

que ese fuera el signo de la nueva Orden

que habría de fundar. El escapulario tiene

un triple significado: pertenencia,

protección y compromiso.

El escapulario

significa la

pertenencia de

nuestra vida a

Nuestra Madre de

la Merced, a ella

le entregamos

todo lo que somos

para que lo dirija

como ella lo

desee; y también simboliza la pertenencia

a la Orden mercedaria; de igual modo

significa que si le pertenecemos a ella, es

ella quien nos protege, acompaña y

custodia, como lo reza aquella bella

oración: ―Y ya que soy tuyo, ¡oh, Madre

de bondad!, guárdame y defiéndeme

como cosa y posesión tuya”. Y

finalmente, significa también el

compromiso que en un gesto de amor

recíproco hacemos con Nuestra Madre:

cuidar por sus hijos cautivos, cumplir

nuestras obligaciones cristianas y

nuestros deberes en la vida consagrada o

en la fraternidad laical mercedaria.

Los laicos que forman parte alguna

fraternidad laical mercedaria usan

también el hábito mercedario, pero de una

manera distinta al de los religiosos,

portando solamente el escapulario corto,

el cual guarda el mismo significado que el

escapulario largo de los religiosos:

pertenencia, protección y compromiso.

Ya en las constituciones de 1272 se

establecía que los laicos que ayudaban a

colectar la limosna para las redenciones

vistieran de blanco.

El escapulario de los laicos suele ir

adornado con ricos bordados; al frente

lleva el escudo de la Orden y en la parte

trasera puede llevar el monograma de

María o un signo alusivo a la redención

de cautivos, como los grilletes o cadenas

rotos. El escapulario se bendice y se

impone al hermano terciario el día de su

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

46

profesión en la Orden Tercera al término

de su año de noviciado; o al miembro de

las demás fraternidades, el día de su

promesa al terminar su tiempo de prueba.

Los novicios de la Orden Tercera o los

hermanos que hacen su tiempo de prueba

en las demás fraternidades laicales,

pueden portar un escapulario todo blanco,

sin el escudo y sin adornos, o bien, uno

más pequeño que el de los demás

miembros.

Aunque llevar el escapulario de la Merced

es ya en sí un privilegio porque nos hace

hijos predilectos de María Santísima, ha

sido dotado por los sumos pontífices, con

innumerables privilegios para aquellos

que lo porten, como indulgencias, siendo

la más grande de todas, la indulgencia

plenaria en el momento de la muerte,

concedida por el Papa Alejandro IV.

Nuestro escapulario ha sido portado por

un sinnúmero de importantes

personalidades, como el papa Benedicto

XV, reyes y reinas o grandes santos como

san Alfonso María de Ligorio y san

Antonio María Claret (un gran devoto de

Nuestra Madre de la Merced y de nuestro

Padre san Pedro Nolasco), quienes como

terciarios, cofrades o simples devotos,

honraron a Nuestra Madre portando el

blanco escapulario.

Los miembros de las fraternidades

laicales mercedarias han de tener en gran

estima el uso del hábito mercedario,

portándolo con orgullo y respeto en los

actos de la fraternidad y de una manera

muy singular en los acontecimientos de

trascendencia, tanto de orden eclesial

como de orden civil. Es una bella

costumbre, que no ha de perderse, que los

miembros de las fraternidades laicales, al

morir, sean revestidos con su escapulario,

o bien que sean amortajados con el hábito

completo, al estilo de los religiosos.

Los mercedarios debemos promover el

uso del escapulario mercedario entre los

fieles de la iglesia, bendiciéndolo y

distribuyéndolo en las fiestas más

especiales de la Orden, como la de

Nuestra Madre o en la conmemoración de

su descensión el 1 de agosto; regalándolo

a nuestros familiares y amigos o bien

recomendándolo como signo de ayuda y

protección a quienes están pasando por

alguna tribulación, enfermedad o se

encuentran en peligro de muerte.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. En diez renglones describe el significado del escapulario mercedario.

Dibuja e ilumina tu propio diseño de escudo mercedario, cuidando de incluir sus

elementos característicos.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Sobre nuestro pecho)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

47

10. La Familia Mercedaria

a) Oración inicial y lectura bíblica (Sal 133: Mirad que gozo y que alegría)

b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

Del mensaje del Capítulo General de la Orden de la Merced de 2016 a la Familia

Mercedaria, nn. 14-15, 17 y 22.

La Familia Mercedaria ha hecho un camino durante estos últimos años que los capitulares

valoramos muy positivamente, tanto nosotros como las Superioras y Superiores Generales

de los distintos institutos que comparten esta preciosa espiritualidad redentora. En este

sentido, el padre Pablo Bernardo Ordoñe, como Maestro General, pudo expresarlo en

nombre de una Familia Mercedaria que se sentía unida y representada en la audiencia

privada que el Papa Francisco nos ofreció. En efecto: Nos sentimos igualmente invitados a

una profunda conversión redentora y pastoral que nos permita “salir de nosotros

mismos” y, trabajando artesanalmente la unidad, continuar “siendo misioneros de la

redención” en los “márgenes”, donde la vida clama. Oración fiel, servicio entre los

últimos y fraternidad siempre renovada, harán de la Merced la escuela de santidad que

soñaron nuestros fundadores y fundadoras. Las Monjas y Religiosas Mercedarias. Nos hemos sentido muy enriquecidos por todos los

que, formando parte de esta gran familia de la Merced, han orado por nosotros durante este

Capítulo, desde todos los rincones del mundo. Agradecemos muy especialmente la oración

silenciosa, activa, solidaria, que procede de los corazones de todas las monjas mercedarias

que van haciendo camino con nosotros desde la alegre y serena quietud de sus monasterios

y conventos, y nos sentimos especialmente unidas a ellas y arropados como ellas por el

mismo manto de María como Madre de Misercordia y Merced. Del mismo modo, el

encuentro compartido con las Superioras Generales de los diversos institutos de religiosas

mercedaria nos ha abierto preciosos horizontes de redención, caridad, liberación, misión…

al servicio de los nuevos cautivos de hoy. Desde su mirada valiente, decidida y solidaria,

han representado maravillosamente a tantas hermanas que, como el grupo de mujeres que

siguieron a Jesús por los caminos de la tierra y hasta la cruz, testimonian con su vida

felizmente entregada la riqueza de un carisma liberador que se ofrece a los más débiles y

sufrientes, a los más necesitados de calor humano y consuelo. Las distintas experiencias

intercongregacionales que van surgiendo son, asimismo, expresión de esta riqueza que

mujeres y varones de la Merced vamos compartiendo… y disfrutando.

La Merced es fuente de vocaciones martiriales. ¿De dónde tiene que surgir y hacia dónde

nos tiene que llevar la alegría del Evangelio en este trienio Jubilar? Debe brotar del

encuentro con Dios en el rostro del prójimo y nos tiene que llevar a invertir no solo medios

materiales, sino también nuestra propia libertad en conseguir la de nuestros hermanos

cautivos, porque nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Así lo vivió

san Pedro Nolasco, nuestro Padre y Fundador, que por la ternura de la Virgen María de la

Merced se dispuso a ser redentor a imagen del mismo Cristo. No es sencillo ni fácil

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

48

compartir el camino de sufrimiento de Jesucristo. Pero intentemos, en la vida nuestra de

cada día, vivir con audacia esa vocación martirial que atraviesa los siglos para alcanzar

nuevas formas de redención en un esperanzador futuro que debe tener como centro a los

nuevos cautivos, regalando a la Iglesia y la humanidad un renovado testimonio de caridad

heroica. Seamos testigos de Jesús en esas fronteras donde los cristianos son mercantilizados

o perseguidos por su fe, y estemos dispuestos a cruzar nuevas fronteras, en diálogo lúcido,

respetuoso, competente, con las diversas culturas contemporáneas y con todas las

religiones, sobre todo con el islam y sus interlocutores válidos.

Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una verdadera nube de testigos, despojémonos

de todo lo que nos estorba, en especial del pecado, que siempre nos asedia, y corramos

resueltamente al combate que se nos presenta Inspirados por la ternura de María de la

Merced, Estrella de la nueva evangelización y Testigo audaz del Magníficat, participemos

en la carrera con los que nos precedieron y que son nuestros santos religiosos y religiosas

mercedarios, conocidos y anónimos. Las sanas tradiciones de nuestra Orden en referencia a

la devoción a Nuestra Madre nos invitan no solo a agradecer un pasado memorable,

marcado por el amor a María; también nos lanzan a un futuro prometedor si seguimos

confiando en su continua intercesión, protección y compañía. Con Ella nos

dejamos cautivar por el amor a los cautivos a ejemplo de su Hijo, que nos amó hasta dar su

vida rescatándonos en la Cruz. Familiarmente unidos, cantamos a María junto a tantos

religiosos que nos precedieron: Tended a estos, vuestros hijos, vuestro manto maternal.

Así, reconfortados por la presencia y la mirada de la Madre tanto redentores como

redimidos caminamos audaces y gozosos hacia la Jerusalén Celestial, que es libre.

d) Desarrollo del tema

El olivo de Pedro ha florecido en el transcurrir de ocho siglos, dando origen a institutos

religiosos masculinos y femeninos de distinta índole y a un gran número de agrupaciones

de fieles laicos que por todo el mundo esparcen las semillas de la libertad y el amor de

Nuestra Madre de la Merced.

Llamamos Familia Mercedaria al conjunto de institutos religiosos masculinos y femeninos

y de agrupaciones laicales que comparten la espiritualidad mercedaria y se sienten unidos

entre sí por el común amor a la Madre Santísima de la Merced.

La familia mercedaria se compone por:

Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced (frailes mercedarios,

fundados por Pedro Nolasco en 1218).

Orden de Descalzos de Nuestra Señora de la Merced (frailes mercedarios descalzos,

reforma hecha a la Orden Mercedaria por el venerable Fr. Juan Bautista del

Santísimo Sacramento en 1603, para vivir con mayor rigor y austeridad la vida

mercedaria; tiene por fundador a san Pedro Nolasco y viven la misma espiritualidad

y el mismo carisma de la Orden Mercedaria; actualmente tienen presencia en

España y República Dominicana).

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

49

La rama femenina de la Orden, que tiene por fundador a san Pedro Nolasco y es

descendiente directa de la iniciativa de Santa María de Cervellón, comparte por

entero el carisma y la espiritualidad de la Orden masculina, y pervivió a lo largo del

tiempo en beaterios y monasterios, que en el siglo XX se reorganizaron en tres

grupos:

- Federación de Monjas de la Orden de Nuestra Señora de la Merced. Son un grupo

de monasterios federados entre sí, en los que se combina la vida de oración,

austeridad y penitencia por los cautivos y el apostolado de la educación y el servicio

a los necesitados. Están presentes en España, Guatemala y Costa Rica.

- Monjas Contemplativas de la Orden de Nuestra Señora de la Merced. Monasterios

autónomos, que en estricta clausura se dedican enteramente a la oración, el silencio,

la penitencia, la mortificación y el trabajo manual, ofreciendo todo ello por los

cautivos y por los redentores. Son los monasterios de Lañomendi y Noja en España,

de Metepec y Villa Victoria en México y el de San Vicente en Colombia.

- Religiosas de la Orden de Nuestra Señora de la Merced. En 1980, algunos

monasterios de monjas mercedarias deciden dejar la vida monástica y asumir el

trabajo apostólico para colaborar en la redención de los cautivos actuales,

retomando el espíritu original de María de Cervellón, por lo que se convierten en un

instituto de vida religiosa activa. Tienen presencia en España, México (Puebla,

Huejotzingo y Veracruz) y República Dominicana, dedicándose a obras redentoras

como la educación de niños pobres, la defensa y rescate de los niños obligados a

trabajar, y el cuidado de niños sin familia, así como la pastoral penitenciaria.

Con la reforma de los descalzos mercedarios, surgieron también las monjas

mercedarias descalzas, que se caracterizan por una clausura total, sin ningún

contacto con el mundo exterior, en la vida de austeridad, oración y trabajo,

desde la espiritualidad y carisma de la Orden Mercedaria. Están presentes en

España y la India.

A partir del siglo XIX, proliferó un número de institutos religiosos femeninos

cuyos carismas se identificaron con la espiritualidad mercedaria y a petición de

sus fundadores fueron agregados a la Orden de la Merced:

- Mercedarias Misioneras de Barcelona. Fundadas en 1860 por Lutgarda Mas i Mateu

con la finalidad de restaurar la presencia de religiosas mercedarias en Barcelona,

que había sido iniciada por María de Cervellón y que llevaba tiempo de ausencia en

esa ciudad.

- Mercedarias de la Caridad. Fundadas por el Beato Juan Nepomuceno Zegrí en 1879,

en Málaga, España.

- Hermanas de Nuestra Señora de la Merced (mercedarias francesas). Fundadas en

1887 por Teresa de Jesús Bacq.

- Hermanas Mercedarias del Niño Jesús. Fundadas en 1887, en Córdoba, Argentina,

por el venerable José León Torres, religioso mercedario.

- Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento. Fundadas en México, en 1910

por la venerable María del Refugio Aguilar y Torres.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

50

- Mercedarias Misioneras de Bérriz. Fundadas en Bérriz, España, en 1934, por la

Beata Margarita María López de Maturana.

- Mercedarias Misioneras de Brasil. Fundadas en 1938, por el obispo mercedario

Don Inocencio Santa María y la Madre Lucia Etchepare.

- Recientemente se han fundado los Mercedarios de la Caridad, los Hermanos de la

Fratenirdad Mercedaria del Santísimo Sacramento y las Hermanitas de la Merced,

comunidades en procesos de crecimiento y consolidación.

Todos los institutos de la familia mercedaria colaboran entre sí en distintos proyectos

redentores. Todos los superiores y superioras generales de cada uno de ellos se reúnen

anualmente para planear los trabajos de la misión liberadora compartida.

En 2016 dio inicio significativo proyecto de familia mercedaria: se fundó en Cuba una

comunidad religiosa constituida por una mercedaria de la caridad, una mercedaria del Niño

Jesús y una mercedaria misionera de Brasil; mercedarias de distintos institutos congregadas

para compartir la vida y el servicio redentor.

Organización de la Orden de la Merced

La Orden de la Merced (frailes mercedarios), es encabezada por el Maestro General, quien

es el sucesor de san Pedro Nolasco en la tarea de la dirección y unidad de la Orden; al

Maestro General le asisten cuatro frailes llamados ―Consejeros Generales‖, a este equipo de

cinco religiosos se le llama ―Gobierno General‖. El Gobierno General es elegido cada seis

años por una reunión de representantes de toda la Orden llamada ―Capítulo General‖.

Los mercedarios tienen 161 casas en 24 países. Las casas se agrupan en ―Provincias‖, es

decir, grupos de comunidades mercedarias geográficamente cercanas. Cada Provincia es

presidida por el ―Superior Provincial‖, con el que colabora un grupo de cuatro frailes que

ejercen el oficio de ―Consejeros Provinciales‖; a este equipo se le denomina ―Gobierno

Provincial‖; el Gobierno Provincial se elige casa tres años, en una reunión llamada

―Capítulo Provincial‖, a la que asisten representantes de todas las casas de la Provincia. Las

casas más alejadas del centro de la Provincia y cercanas entre sí, se agrupan en Vicarías,

pequeñas regiones que siguen perteneciendo a la Provincia, pero que gozan de cierta

autonomía en su organización. Las Provincias y Vicarías de la Orden de la Merced son:

Provincia de Aragón (España y Mozambique)

- Vicaría de Venezuela

- Vicaría de Centroamérica (Guatemala, Panamá y El Salvador).

Provincia de Castilla (España y Camerún)

- Vicaría del Caribe (Puerto Rico y República Dominicana)

Provincia de Perú (Perú y Bolivia)

Provincia de Chile (Chile y Angola)

Provincia de Argentina

Provincia Romana (Italia e India)

- Vicaría de los Estados Unidos

Provincia de Quito (Ecuador y Colombia)

Provincia Mexicana (México y Cuba)

- Vicaría de Honduras

- Vicaría de México Norte (Norte de México y California)

Provincia de Brasil

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

51

Los laicos mercedarios forman una parte fundamental de la familia mercedaria. Su historia

y actualidad se desarrolla en el siguiente tema. Antiguamente, las familias religiosas se

dividían en tres grupos: la Primera Orden (los frailes), la Segunda Orden (las monjas) y la

Tercera Orden (los laicos). Esa nomenclatura ha caído en desuso, pues no corresponde a la

concepción actual de la Iglesia, de sus miembros y de su misión, que apunta no hacia la

división jerárquica sino a la diversidad de carismas y ministerios. Es recomendable usar el

título de Orden Laical Mercedaria o Fraternidad Laical Mercedaria, sin embargo, es

también permitido continuar usando el de Tercera Orden Mercedaria.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Dibuja un árbol de olivo y en sus ramas escribe los nombres de los institutos y

congregaciones que forman la familia mercedaria.

En un mapa mundial, ilumina los países en los que está presente la Orden de la

Merced.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Familia mercedaria)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

52

BLOQUE IV: El laicado mercedario

11. Los Laicos Mercedarios

a) Oración inicial y lectura bíblica (Mc 1, 16-20)

b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

Orden de la Merced, La Orden de la Merced Espíritu y Vida, Roma 1986, págs. 460-465.

La Merced, desde sus comienzos, ha tenido fieles laicos agregados. Indudables documentos

nos refieren que diversas personas entran a formar parte de la Orden, primero

individualmente y poco después como grupo. En efecto, apenas un año después de la

fundación, el 13 de septiembre de 1219, Guillén de Bas, lugarteniente de Pedro Nolasco,

concedió un testimonio de fraternidad en la Orden a Andrés Plá y a su esposa Juana. Con el

correr del tiempo, la admisión de laicos en la Orden se hacía cada vez más frecuente y estos

eran de todas las condiciones sociales. Por la bula de Inocencio IV, del 3 de abril de 1245,

sabemos que estos fieles asociados a la Orden entraban a formar parte de la fraternidad. La

admisión de estos fieles constituyó una gran ayuda en la realización de la redención de los

cautivos. Ellos no solamente contribuían con sus propios bienes, sino que daban una eficaz

colaboración en la recolección de las limosnas para la redención, supliendo perfectamente

también, en la escasez del personal de la Orden, en el cumplimiento del ministerio

principal; a los fieles que colaboraban en la recolección de las ofrendas para la redención se

les llamaba “cuestores”. Pues, de tiempo en tiempo, un religioso de la Orden pasaba por

las sedes de estas fraternidades de laicos mercedarios a recoger las ofrendas que había

recolectado.

Pero la actividad exterior de las fraternidades laicas mercedarias tenía su base ascética en el

deseo de perfección espiritual. En las motivaciones aducidas por estos fieles, al dar sus

bienes para la limosna de la redención, se encuentran siempre los mismos conceptos: las

ofrendas son dadas para honrar a Dios y a la Beata Virgen, y para el bien de la propia alma.

Por tanto, ser agregados a la Orden equivalía a integrarse en una escuela de perfección y en

una perspectiva de santidad, a lo que contribuían también las innumerables gracias y

beneficios espirituales concedidos por la Sede Apostólica.

En los primeros tiempos de la Orden estos grupos de fieles agregados eran llamados con el

nombre de “fraternidad”. A partir del siglo XVI alcanzaron un gran desarrollo: existían en

muchas ciudades europeas y cada convento de la Orden tenía la suya.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

53

d) Desarrollo del tema

Historia. Pedro Nolasco, basándose en su

en su experiencia personal y en la de sus

compañeros de grupo, más las luces del

Espíritu Santo, logró crear un mecanismo

de liberación de los cautivos, cuasi

perfecto. Su mayor logro fue haber sabido

inculcar a sus seguidores, agentes de

redención, disponerse personalmente para

acometer con éxito la empresa redentora.

De manera que los frailes mercedarios

estuvieran ―alegremente dispuestos a dar

sus vidas por los cautivos, si fuera

menester, como Jesucristo la dio por

nosotros‖. Todo fraile, en fuerza de su

profesión, quedaba convertido en un

auténtico limosnero de la redención. Se le

asignaba una parte del territorio cercano a

su encomienda, a fin de que sólo el

religioso designado pidiera limosna en

ella. Las limosnas no consistían sólo en

metálico, sino también en especies y otros

medios materiales que hicieran posible la

redención. La orden encontró muy pronto

un original medio de promover la ayuda

popular en favor de los cautivos. El fraile

redentor, con los cautivos redimidos,

recorría ciudades y pueblos predicando la

próxima redención y recogiendo limosnas

por las iglesias. Cumplido este cometido,

a los cautivos se les restauraba la barba,

se les cortaba el cabello, se les proveía de

vestidos, se les entregaba viático para el

camino y se les despedía para que

volvieran a sus tierras ―con gozo y

alegría‖. Pedro Nolasco también canalizó

la colaboración de los seglares en la

recolección de limosnas utilizando

personas sensibilizadas con el problema

del cautiverio que, voluntarios o

contratados, entraban al servicio de la

Orden. Se los llamaba cuestores y durante

el desempeño de sus funciones debían

llevar vestiduras blancas. Otros

colaboradores eficaces en el difícil

ministerio redentor fueron los cofrades

seglares mercedarios que, agrupados en la

Cofradía de la limosna de los cautivos,

instituida también por Pedro Nolasco,

cooperaban con los frailes en el Hospital

de Santa Eulalia y fueron medio auxiliar

eficiente en la colectación de limosnas

para la redención. Estas cofradías,

precursoras de la actual cofradía, se

establecieron en las más importantes

ciudades del reino.

Los Laicos Mercedarios. La misión del

Laico en la historia de la Iglesia y en

nuestra actualidad, ha ido evolucionando

y por lo tanto se va vislumbrando más su

misión en el proyecto de Dios. La Palabra

Laico viene del vocablo griego laos que

significa: ―pueblo‖. En la constitución

Lumen Gentium en su número 31 nos

dice que su vocación consiste en:

“iluminar y organizar todos los asuntos

temporales a los que están estrechamente

vinculados, de tal manera que se realicen

continuamente según el espíritu de

Jesucristo y se desarrollen y sean para la

gloria del Creador y del Redentor". El

laicado en la Iglesia ha ido tomando

mucha importancia, tal es el hecho de que

nuestro mismo fundador y Padre era

laico, un laico comprometido con su

Iglesia y por acrecentar el Reino de Dios.

Todos por ser Pueblo de Dios estamos

llamados a buscar la forma de hacer

crecer lo que Él mismo nos ha

encomendado, es decir: hacer presente el

Reino de Dios, dando vida a los que no la

tiene, sanando, regresando la libertad y la

dignidad lo que yacen en alguna

cautividad, mostrando con nuestras

obras, el rostro de un Dios lleno de

misericordia. Esto lo entendió muy bien

Pedro Nolasco, él supo desde el inicio

que no podía permitir el comercio de

hijos de Dios, su cautividad y su dignidad

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

54

pisada y quitada por manos de personas

llenas de malicia. Como miembros del

Cuerpo de Jesús, todos tenemos la tarea

de cuidar a los demás que comparten este

cuerpo, no podemos dejar que algunos

enfermen y mueran, o vivan muertos, esta

es la gran labor por hacer. Por tanto, el

Laico Mercedario, es aquel que ha

comprendido que su misión primera es el

servicio al que yace privado de su libertad

y por ende de su dignidad de hijo de Dios.

No sólo es aquel que porta un escapulario

o alguna insignia, y hace alguna devoción

mariana-mercedaria, sino que, aparte de

la devoción, está la acción pastoral, una

misión permanente llena de la donación

total por el hermano que sufre, que clama.

El Laico Mercedario es por excelencia un

hermano lleno de Misericordia, de

servicio (donación), dispuesto a todo y a

todos, no puede darse el lujo de ―no tener

tiempo‖, ya que, los que ayudaban a

Pedro Nolasco, lograron una propagación

de ―ayudas‖ para los hermanos cautivos.

Nunca pusieron algún pretexto, ni alguna

condición, sino que, entendieron que el

ser alguien comprometido con la Merced,

implicaba, disposición total y generosa,

en favor de todos. Esta es la gran clave

para entender la misión actual, de una

Laico Mercedario.

Fraternidades Laicales Mercedarias.

Para la Orden de la Merced, los laicos

siguen teniendo un papel de mucha

importancia, ya que gracias a ellos, en

algunas ocasiones se han logrado nuevas

fundaciones a lo largo de varios países,

por su propagación de la devoción a

nuestra Madre de la Merced, pero sobre

todo, por su actividad pastoral, debido a

que han trabajado de la mano con los

frailes en su misión y servicio liberador.

El no. 85 de la Constituciones de la Orden

la Merced (COM) dice: ―Desde los

inicios de la Orden, los laicos participan

y colaboran en el ejercicio de la misión

redentora, constituyendo diversas

asociaciones laicales y cofradías”.

Las asociaciones que constituyen las

fraternidades laicales mercedarias son:

Orden Tercera Mercedaria, Cofradía

Mercedaria, Juventud Mercedaria,

Infancia Mercedaria, Caballeros

Mercedarios, Esclavitud Mercedaria.

Todas estas asociaciones, son diferentes

entre sí, con un objetivo particular, pero

deben tener muy presente que pertenecen

a una familia por la que deben trabajar en

conjunto y sin divisiones, ni priorizando

por ningún motivo alguna fraternidad,

―varios miembros, diferentes funciones,

pero en un sólo cuerpo‖.

Todas las fraternidades deben tener muy

presente que, una de sus más grandes

finalidades es, el servicio a los hermanos

cautivos, de ver en ellos el rostro de

―Cristo Sufriente‖, el mismo que dio la

vida por nosotros, movido por el amor.

Que la labor de todo miembro sea la

construcción constante del ―Reino de

Dios‖ a través de su quehacer mercedario

cotidiano. Teniendo en cuenta que, todo

es para los cautivos y para su cuidado. No

podemos quedarnos con sólo grupos

devocionales, en ocasiones ―huecos‖,

sino, que cada fraternidad sea en su

esencia un vehículo para hacer cada vez

más presente el carisma mercedario, en

―las periferias de la vida‖, en donde se

encuentran los excluidos y los que no

tienen voz. Son la extensión de las manos

de los frailes, para poder abarcar más sin

descuidar a nadie, sin que nadie se quede

afuera de la Misericordia, que por

excelencia nos debería distinguir como un

estandarte blanco, teñido por el rojo de la

sangre del martirio, prueba más sublime

del amor donado al extremo.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

55

Orden Tercera Mercedaria

En el no. 85 de las Constituciones

Mercedarias se lee: “La Orden Tercera es

una asociación de laicos integrada a la

Familia Mercedaria, que participa del

espíritu redentor; en ella, el cristiano

realiza su consagración bautismal,

inspirado en los valores espirituales de

San Pedro Nolasco, se centra en el amor

a María de la Merced, busca como fin su

santificación y desarrolla una eficaz

colaboración en la misión de la Orden”.

A través de la profesión de los consejos

evangélicos, se comprometen libre y

voluntariamente para toda la vida al

servicio y cuidado de los cautivos,

llevando a través de su pastoral, el cuarto

voto de nuestra orden.

Cofradía Mercedaria

La cofradía mercedaria en la que los

fieles laicos se asocian a nuestra Orden

viviendo la devoción a nuestra Madre y el

carisma mercedario, y se entregan

voluntariamente al servicio de los

cautivos, y a la pastoral de cada

comunidad y a la propagación de la

Merced en cada momento. Al igual que la

Orden Tercera, reciben el escapulario,

comprometiéndose a un buen desempeño

en su misión liberadora.

Juventud Mercedaria

Agrupación de Jóvenes que viven el

carisma mercedario, animando cada

proyecto pastoral mercedario con su

leguaje y esencia ―joven‖, que al igual

que Pedro Nolasco, trasmiten el mensaje

de amor y libertad, a través de su

testimonio y su alegría a los jóvenes de

nuestros días que viven en cautividades y

son excluidos de la sociedad. Ellos con su

vigorosa entrega, han de suscitar

esperanza en donde no la hay. Y escucha

a los que han sido silenciados.

Infancia Mercedaria

Movimiento de niños y niñas que reciben

formación mercedaria, valores cristianos,

liturgia. Desarrollando su labor en el

servicio del altar, animando la liturgia a

través del canto, y propagando la merced.

Al igual que los jóvenes, los niños con su

inocencia y alegría han de ser medios

para que más niños compartan la fe y

nuestra vida mercedaria.

Caballero Mercedarios

Agrupación de hombres que hacen

juramento a la guarda y propagación de la

orden y servicio a los cautivos, a imagen

de Pedro Nolasco. Viven el carisma

Mercedario, atendiendo a la difusión de

las obras de misericordia a través de la

pastoral de cada comunidad local.

Esclavitud Mercedaria

La esclavitud mercedaria, es una

agrupación meramente devocional,

compuesta por mujeres que se distinguen

por la oración, especialmente por los

cautivos. Su labor es a través de la

difusión de novenas, rosarios, ramilletes

espirituales, horas santas, misas, todo en

honor a las esclavitudes de hoy.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

56

f) Tarea

1. Contesta con una ―V‖ si es verdadero o una ―F‖ si es falso, algunas de las siguientes

afirmaciones:

I. ( ) El fraile redentor, con los cautivos redimidos, recorría ciudades y pueblos

predicando la próxima redención y recogiendo limosnas por las iglesias.

Cumplido este cometido, a los cautivos se les restauraba la barba, se les cortaba

el cabello, se les proveía de vestidos, se les entregaba viático para el camino y se

les despedía para que volvieran a sus tierras ―con gozo y alegría‖.

II. ( ) Otros colaboradores eficaces en el difícil ministerio redentor fueron los

cofrades seglares mercedarios que, agrupados en la Cofradía de la limosna de

los cautivos, instituida también por Pedro Nolasco, cooperaban con los frailes en

el Hospital de Santa Eulalia y fueron medio auxiliar eficiente en la colectación

de limosnas para la redención.

III. ( ) La vocación del Laico consiste en: “No iluminar, ni mucho menos

organizar todos los asuntos temporales a los que están estrechamente

vinculados, para que de tal manera nunca realicen nada y sólo estén al servicio

de los presbíteros y no según el espíritu de Jesucristo".

IV. ( ) El Laico Mercedario, es aquel que ha comprendido que su misión

primera es el servicio al que yace privado de su libertad y por ende de su

dignidad de hijo de Dios. No sólo es aquel que porta un escapulario o alguna

una insignia, y hace alguna devoción mariana-mercedaria, sino que, aparte de la

devoción, está la acción pastoral, una misión permanente llena de la donación

total por el hermano que sufre, que clama.

V. ( ) En el no. 85 de la Constituciones de la Orden la Merced (COM) dice:

―Desde los inicios de la Orden, los laicos participan y colaboran en el ejercicio

de la misión redentora, constituyendo diversas asociaciones laicales y

cofradías”.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (De Merced)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

57

12. Estatutos de las Fraternidades Laicales Mercedarias

a) Oración inicial y lectura bíblica (Rm 7, 12-20) b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

De la Constitución Dogmática Lumen Gentium del Concilio Vaticano II, nn. 39-42.

La Iglesia, cuyo misterio está exponiendo el sagrado Concilio, creemos que es

indefectiblemente santa. Pues Cristo, el Hijo de Dios, quien con el Padre y el Espíritu Santo

es proclamado «el único Santo» , amó a la Iglesia como a su esposa, entregándose a Sí

mismo por ella para santificarla (cf. Ef 5,25-26), la unió a Sí como su propio cuerpo y la

enriqueció con el don del Espíritu Santo para gloria de Dios. Por ello, en la Iglesia, todos,

lo mismo quienes pertenecen a la Jerarquía que los apacentados por ella, están llamados a la

santidad, según aquello del Apóstol: «Porgue ésta es la voluntad de Dios, vuestra

santificación» (1 Ts 4, 3; cf. Ef 1, 4). Esta santidad de la Iglesia se manifiesta y sin cesar

debe manifestarse en los frutos de gracia que el Espíritu produce en los fieles. Se expresa

multiformemente en cada uno de los que, con edificación de los demás, se acercan a la

perfección de la caridad en su propio género de vida; de manera singular aparece en la

práctica de los comúnmente llamados consejos evangélicos. Esta práctica de los consejos,

que, por impulso del Espíritu Santo, muchos cristianos han abrazado tanto en privado como

en una condición o estado aceptado por la Iglesia, proporciona al mundo y debe

proporcionarle un espléndido testimonio y ejemplo de esa santidad. El divino Maestro y

Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos,

cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que El es iniciador y

consumador: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto»

(Mt 5, 48). Envió a todos el Espíritu Santo para que los mueva interiormente a amar a Dios

con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (cf. Mt

12,30) y a amarse mutuamente como Cristo les amó (cf. Jn 13,34; 15,12). Los seguidores

de Cristo, llamados por Dios no en razón de sus obras, sino en virtud del designio y gracia

divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos por el bautismo, sacramento de la

fe, verdaderos hijos de Dios y partícipes de la divina naturaleza, y, por lo mismo, realmente

santos. En consecuencia, es necesario que con la ayuda de Dios conserven y perfeccionen

en su vida la santificación que recibieron. El Apóstol les amonesta a vivir «como conviene

a los santos» (Ef 5, 3) y que como «elegidos de Dios, santos y amados, se revistan de

entrañas de misericordia, benignidad, humildad, modestia, paciencia» (Col3, 12) y

produzcan los frutos del Espíritu para la santificación (cf. Ga 5, 22; Rm 6, 22). Pero como

todos caemos en muchas faltas (cf. St 3,2), continuamente necesitamos la misericordia de

Dios y todos los días debemos orar: «Perdónanos nuestras deudas» (Mt 6, 12). Es, pues,

completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a

la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un

nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena. En el logro de esta perfección

empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

58

que, siguiendo sus huellas y hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo a la

voluntad del Padre, se entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del

prójimo. Así, la santidad del Pueblo de Dios producirá abundantes frutos, como

brillantemente lo demuestra la historia de la Iglesia con la vida de tantos santos. «Dios es

caridad, y el que permanece en la caridad permanece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4, 16). Y

Dios difundió su caridad en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que se nos ha dado

(cf. Rm 5, 5). Por consiguiente, el primero y más imprescindible don es la caridad, con la

que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo por El. Pero, a fin de que la caridad

crezca en el alma como una buena semilla y fructifique, todo fiel debe escuchar de buena

gana la palabra de Dios y poner por obra su voluntad con la ayuda de la gracia. Participar

frecuentemente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, y en las funciones sagradas.

Aplicarse asiduamente a la oración, a la abnegación de sí mismo, al solícito servicio de los

hermanos y al ejercicio de todas las virtudes. Pues la caridad, como vínculo de perfección y

plenitud de la ley (cf. Col 3, 14; Rm 3, 10), rige todos los medios de santificación, los

informa y los conduce a su fin. De ahí que la caridad para con Dios y para con el prójimo

sea el signo distintivo del verdadero discípulo de Cristo. Dado que Jesús, el Hijo de Dios,

manifestó su amor entregando su vida por nosotros, nadie tiene mayor amor que el que

entrega su vida por El y por sus hermanos (cf. 1 Jn 3,16; Jn 15,13). Pues bien: algunos

cristianos, ya desde los primeros tiempos, fueron llamados, y seguirán siéndolo siempre, a

dar este supremo testimonio de amor ante todos, especialmente ante los perseguidores. Por

tanto, el martirio, en el que el discípulo se asemeja al Maestro, que aceptó libremente la

muerte por la salvación del mundo, y se conforma a El en la efusión de su sangre, es

estimado por la Iglesia como un don eximio y la suprema prueba de amor, Y, si es don

concedido a pocos, sin embargo, todos deben estar prestos a confesar a Cristo delante de los

hombres y a seguirle, por el camino de la cruz, en medio de las persecuciones que nunca

faltan a la Iglesia.

d) Desarrollo del tema

¿Qué es una Ley y para qué sirve?

La palabra Ley viene del vocablo latino

“Lex”, que se traduce como ‗norma‘ o

´regla‘. En muchos momentos históricos

de la vida del hombre, las leyes han

fungido un papel muy importante, ya que,

eran necesarios puntos de referencia para

regir la vida, siempre en miras para un

bien común. Una ley nace, para dar a

conocer derechos y obligaciones, así

como maneras de proceder o bien de

amonestar ante tal o cual caso.

La ley que nos ha de regir a nosotros en

primera instancia ha de ser la ley Divina,

el mandato de amor que Jesús nuestro

maestro nos dejó: “Ámense los unos a los

otros como yo los he amado” (Jn 13, 34),

ha de ser en primer lugar lo que regirá

nuestra vida en común. Ya que al amar al

otro, valoraré su ser, su trabajo, y por lo

tanto, desempeñaremos un servicio

fundamentado en el amor. Una ley no es

para ejercer un poder ruin o cruel para la

comodidad personal, sino, todo lo

contrario, es para conservar el orden y

sobre todo, cuidar el bien común.

Lay ha de unir nuestro ser con el otro,

puesto que, si el otro está bien, por lo

tanto yo estaré mucho mejor. La

búsqueda del bien común es lo que nos ha

de llevar actuar de una manera libre, es

decir, mi libertad es lo que ayudará a

crecentar las relaciones, el entorno y al

otro, mi libertad en ningún momento

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

59

puede perjudicar al otro, pues al hacerlo,

ya no sería libertad, sino libertinaje. La

ley por tanto, salvaguarda a una

comunidad, conserva el orden, y

construye bases firmes para cualquier

proyecto a realizar, siempre y cuando, no

se manipule para obtener algún beneficio

propio.

Dios al darnos sus mandamientos, no los

da para oprimirnos o someternos a su

voluntad, cuarteando nuestra libertad.

Sino que, nos da los mandamientos, las

leyes, para conservar nuestra dignidad tal

cual es, una esencia humana, que es

limpia de cualquier enfermedad

provocada por la desobediencia o la

ruptura de su alianza. Las ley Dios, nos

ayuda a mantenernos en comunión con

Él, conservar su amistad y su amor. Lo

único que Él quiere de nosotros que

tengamos vida, llena de libertad común y

de felicidad plena. De igual forma, lo que

nos rige, ha de aumentar nuestra unión,

fidelidad, lealtad, no al que nos

representa, sino, a lo que nosotros

representamos, a una familia de

hermanos, con carisma mercedario.

Estatutos de las FLM:

Los Estatutos de las Fraternidades

Laicales Mercedarias son las normas que

rigen y organizan vida y la acción de los

laicos mercedarios, con miras a un bien

común, donde cada uno los miembros,

gozará de derechos y obligaciones,

salvaguardando la integridad de los

demás y sobre todo, acrecentado en el

cumplimiento, la misión liberadora.

Aquel que utiliza la ley para hacer justicia

por su propia conveniencia debe recordar

que, la ley por su propia cuenta cae, por

lo que debe echar mano de estas normas,

para el bien común y el acrecentamiento

de cada agrupación.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

Se sugiere que en este espacio se lean los estatutos de las FLM y se realice un diálogo de

profundización sobre cada número.

f) Tarea 1. Conteste con una ―V‖ si es verdadero o una ―F‖ si es falso, algunas de las siguientes

afirmaciones:

I. ( ) La palabra Ley viene del vocablo latino “Lex”, que se traduce como

‗norma‘ o ´regla‘.

II. ( ) Una ley no nace, para dar a conocer derechos y obligaciones, así como

maneras de proceder o bien de amonestar ante tal o cual caso. Sino para,

gobernar autoritariamente.

III. ( ) La ley que nos ha de regir a nosotros en primera instancia ha de ser la ley

Divina, el mandato de amor que Jesús nuestro maestro nos dejó: “Ámense los

unos a los otros como yo los he amado” (Jn 13, 34), ha de ser en primer lugar lo

que regirá nuestra vida en común.

IV. ( ) Una ley es para ejercer un poder ruin o cruel para la comodidad personal,

sino, todo lo contrario, es para conservar el orden y sobre todo, cuidar el bien

común.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

60

V. ( ) La ley por tanto, salvaguarda a una comunidad, conserva el orden, y

construye bases firmes para cualquier proyecto a realizar, siempre y cuando, no

se manipule para obtener algún beneficio propio.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Eres tan blanca)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

61

BLOQUE V: La Pastoral Liberadora

13. La libertad, don de Dios

a) Oración inicial y lectura bíblica (Gn 1, 24-31)

b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

De la Constitución apostólica Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, nn. 12-13 y 17.

Creyentes y no creyentes están generalmente de acuerdo en este punto: todos los bienes de

la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y cima de todos ellos. Pero, ¿qué es

el hombre? Muchas son las opiniones que el hombre se ha dado y se da sobre sí mismo.

Diversas e incluso contradictorias. Exaltándose a sí mismo como regla absoluta o

hundiéndose hasta la desesperación. La duda y la ansiedad se siguen en consecuencia. La

Iglesia siente profundamente estas dificultades, y, aleccionada por la Revelación divina,

puede darles la respuesta que perfile la verdadera situación del hombre, dé explicación a

sus enfermedades y permita conocer simultáneamente y con acierto la dignidad y la

vocación propias del hombre. La Biblia nos enseña que el hombre ha sido creado "a imagen

de Dios", con capacidad para conocer y amar a su Creador, y que por Dios ha sido

constituido señor de la entera creación visible para gobernarla y usarla glorificando a Dios.

¿Qué es el hombre para que tú te acuerdes de él? ¿O el hijo del hombre para que te cuides

de él? Apenas lo has hecho inferior a los ángeles al coronarlo de gloria y esplendor. Tú lo

pusiste sobre la obra de tus manos. Todo fue puesto por ti debajo de sus pies (Sal 8, 5-

7).Pero Dios no creó al hombre en solitario. Desde el principio los hizo hombre y mujer

(Gen l,27). Esta sociedad de hombre y mujer es la expresión primera de la comunión de

personas humanas. El hombre es, en efecto, por su íntima naturaleza, un ser social, y no

puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás. Dios, pues, nos dice

también la Biblia, miró cuanto había hecho, y lo juzgó muy bueno (Gen 1,31).Creado por

Dios en la justicia, el hombre, sin embargo, por instigación del demonio, en el propio

exordio de la historia, abusó de su libertad, levantándose contra Dios y pretendiendo

alcanzar su propio fin al margen de Dios. Conocieron a Dios, pero no le glorificaron como

a Dios. Obscurecieron su estúpido corazón y prefirieron servir a la criatura, no al Creador.

Lo que la Revelación divina nos dice coincide con la experiencia. El hombre, en efecto,

cuando examina su corazón, comprueba su inclinación al mal y se siente anegado por

muchos males, que no pueden tener origen en su santo Creador. Al negarse con frecuencia

a reconocer a Dios como su principio, rompe el hombre la debida subordinación a su fin

último, y también toda su ordenación tanto por lo que toca a su propia persona como a las

relaciones con los demás y con el resto de la creación. Es esto lo que explica la división

íntima del hombre. Toda la vida humana, la individual y la colectiva, se presenta como

lucha, y por cierto dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas. Más todavía,

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

62

el hombre se nota incapaz de domeñar con eficacia por sí solo los ataques del mal, hasta el

punto de sentirse como aherrojado entre cadenas. Pero el Señor vino en persona para liberar

y vigorizar al hombre, renovándole interiormente y expulsando al príncipe de este mundo

(cf. Io 12,31), que le retenía en la esclavitud del pecado. El pecado rebaja al hombre,

impidiéndole lograr su propia plenitud. A la luz de esta Revelación, la sublime vocación y

la miseria profunda que el hombre experimenta hallan simultáneamente su última

explicación. La orientación del hombre hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad,

la cual posee un valor que nuestros contemporáneos ensalzan con entusiasmo. Y con toda

razón. Con frecuencia, sin embargo, la fomentan de forma depravada, como si fuera pura

licencia para hacer cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea mala. La verdadera

libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre. Dios ha querido dejar al

hombre en manos de su propia decisión para que así busque espontáneamente a su Creador

y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La

dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre

elección, es decir, movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la presión

de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa. El hombre logra esta dignidad

cuando, liberado totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre

elección del bien y se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzo

crecientes. La libertad humana, herida por el pecado, para dar la máxima eficacia a esta

ordenación a Dios, ha de apoyarse necesariamente en la gracia de Dios. Cada cual tendrá

que dar cuenta de su vida ante el tribunal de Dios según la conducta buena o mala que haya

observado.

d) Desarrollo del tema Dios, la crear al ser humano lo ha hecho a

su imagen y semejanza, es decir, lo ha

creado compartiéndole algo que a él le es

propio. El ser humano no es imagen de

Dios en cuanto una representación

corporal; ser imagen y semejanza implica

haber recibido en participación una

cualidad, una función y una misión, que

son propias de Dios y que él ha deseado

compartir con sus creaturas.

La cualidad con la que Dios crea al ser

humano es la libertad, y al crearlo libre le

otorga la función de ser su representante

en medio de la creación, para llevar

adelante la misión de conducirla y

administrarla.

Compartir con Dios algo de lo que es

suyo, da al ser humano una dignidad

propia, infinita e inigualable: la dignidad

de creatura, señor, hijo-dueño y hermano-

coheredero.

La libertad es la cualidad que nos hace

imagen y semejanza de Dios,

confiriéndonos una dignidad única. La

libertad no es únicamente el libre

albedrío, es decir, poder elegir entre una

cosa u otra, entre el bien y el mal. Por

libertad entendemos aquella capacidad de

auto-realizarse, de dirigir el propio

destino para alcanzar la felicidad, de

decidir qué hacer con la vida y decidir

hacia dónde dirigirla; libertad tampoco

significa hacer todo lo que se desea.

La libertad de las personas no es absoluta,

nadie es totalmente libre, es decir, una

persona no puede hacer de todo porque no

tiene las capacidades o los medios para

hacerlo, aunque lo quiera (yo deseo volar,

pero no tengo alas), o porque algo externo

a ella se lo impide (yo quiero avanzar por

la calle en sentido contrario, pero eso está

prohibido por la ley), nuestra libertad

tiene límites. La libertad de las personas

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

63

debe de estar garantizada por la sociedad,

es decir, la sociedad ha de buscar respetar

y conducir la libertad individual y

promover el respeto mutuo a la libertad

ajena entre sus miembros.

Además de los límites, existen además

muchas amenazas a la libertad humana,

que nacen de la maldad de muchas

personas: hay quienes se sienten con el

poder de disponer de la libertad de otros,

arrebatándosela y disponiendo de ella;

también hay personas que entregan su

libertad a una serie de situaciones que la

dominan: es entonces cuando hablamos

de esclavitud y cautividad.

La esclavitud es una forma de trabajo, en

la que el amo es dueño de la persona

esclavizada, y esta no puede disponer de

sí misma ni del fruto de su trabajo, ella y

su producción pertenecen al amo.

La cautividad es por su parte, una práctica

de guerra y de odio, en la que las

personas son secuestradas por el único

motivo de pertenecer a un bando enemigo

o tener otra creencia religiosa o

ideológica.

También llamamos cautividad a cualquier

situación en la que una persona no pueda

disponer libremente de sí misma para

vivir en plenitud.

La esclavitud y la cautividad, al negar la

libertad de las personas, atentan contra la

imagen de Dios y contra la dignidad

humana que por ser tal imagen y

semejanza recibimos. También existen un

buen numero de cautividades generadas

por las situaciones de injusticia y

corrupción que se viven en nuestras

sociedades.

Quien promueva, genere o permita la

existencia de las cautividades está

incurriendo en pecado, pues atenta contra

la imagen de Dios en los seres humanos,

yendo en contra de la voluntad del

Creador, que ha querido hacernos libres.

Pedro Nolasco, desde la profundidad de

su mística samaritana, supo descubrir a

Dios sufriente, mutilado y disminuido en

los cautivos. La mística de Pedro Nolasco

es la pasión por Dios que sufre y que está

denigrado. Nolasco es adorador de Dios

en el cautivo, pues sabe que en cada

cautivo está la vida de Dios encadenada.

Su culto al Señor consiste en dar libertad

a los cautivos, es decir, en restaurar la

imagen de Dios en ellos.

Esta colaboración de Nolasco y sus hijos

e hijas para restaurar la creación dañada

por la maldad tiene una novedad: usar de

los propios bienes para el auxilio y

cuidado de los desamparados, poner el

dinero al servicio del prójimo, hacer del

dinero un medio para la libertad y no un

fin que esclavice, hacer realidad la acción

del buen samaritano que puso sus bienes

al servicio del herido del camino. Si los

árabes veían en el cautivo una

oportunidad para obtener recursos, a costa

de su libertad, Nolasco ve en el dinero

una oportunidad para rescatar al cautivo,

a costa de su propia vida. El dinero como

fin es pecaminoso, el dinero como medio

es ayuda y camino de humanidad.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Explica en diez renglones en qué consiste que el ser humano sea imagen de Dios.

2. Lee la lectura introductoria del tema siguiente.

g) Oración y canto final (Danos un corazón)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

64

14. Pastoral liberadora

a) Oración inicial y lectura bíblica (Mt 25, 31-46) b) Resonancia del tema anterior

c) Lectura introductoria

Damase Massabo, La Merced en la hora de la globalización y la interculturalidad, Orden

de la Merced, Roma 2013, págs. 100-101.

Desde la espiritualidad del ‗estar – con‘, somos llamados a llevar esperanza a todos

aquellos a quienes el camino del samaritano nos invita a mirar de frente y compasión.

«Ellos son los flagelados de la tierra, que yacen al margen de nuestra historia y piden

compasión creadora que convierta las instituciones tradicionales de caridad en respuesta a

las nuevas urgencias y en testimonio nuevo de proximidad. Ser prójimo quiere decir ver las

situaciones desde la perspectiva del pobre, que es el último de la sociedad y el criterio

determinante en el juicio final (Mt 25, 31-45), desde sus exigencias y desde su proceso de

curación y liberación. El principal desafío hoy consiste en cambiar las prioridades para

promover las dinámicas de la proximidad compasiva».

En los lugares de frontera y de alto riesgo, como el mundo de la cárcel, de la inmigración,

de la persecución por causa del nombre de Jesús, etcétera, nuestra presencia es, ante todo,

una presencia portadora de un mensaje de esperanza en el Dios de la vida, en este Dios de

Jesús que ha creado todo por amor y para la vida. En cada excluido y abandonado a su

propia suerte, independientemente de su condición social, debemos ver el rostro de Jesús,

quien al final de los tiempos, nos juzgará sobre la caridad. Él, que se ha identificado con los

más pequeños, con los marginados y necesitados (Mt 25, 31ss).

Nuestra presencia en la pastoral mercedaria liberadora es fundamental, porque nos sentimos

enviados y porque somos llamados por el Señor para anunciar con nuestras vidas, nuestras

palabras y toda nuestra existencia la presencia de este Jesús, quien al inicio de su misión

apostólica, asumió y encarnó las palabras del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está

sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a anunciar a los pobres la Buena Nueva, a

proclamar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para anunciar la libertad a los

oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor» (Lc 4, 18-19).

La característica fundamental de este ministerio es la de ser una presencia profética, que

anuncia la voluntad de Dios, quién no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y

que viva. En definitiva, «la liberación universal y escatológica de Jesús, efectuada por el

sistema de redención, ha de expresarse en la redención histórica y parcial de aquellos

cristianos que se empeñan en sacar de las nuevas formas de cautiverio y opresión a los

oprimidos de este tiempo, como han sabido hacerlo, desde antiguo, los cristianos,

especialmente los religiosos de las órdenes redentoras de la Santísima Trinidad y de Santa

María de la Merced. Los hombres y las mujeres de nuestro tiempo y los de este milenio

podrán considerarse de Cristo y llamarse, en verdad, cristianos, si acompañan y liberan a

los encarcelados de la historia».

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

65

d) Desarrollo del tema

Se llama Pastoral al conjunto de estrategias y actividades mediante las cuales se guía,

anima y coordina la vida de la Iglesia en sus distintas dimensiones y también la vida de sus

miembros en sus diferentes necesidades. La pastoral es el cuidado de la Iglesia para que

cumpla con la misión que Jesús le encomendó y es también el esfuerzo por hacer esa tarea.

Los responsables directos de la pastoral son los ministros ordenados, es especial el obispo,

ayudado por sus presbíteros y diáconos, pero es también obligación de los religiosos y

laicos colaborar, en la medida de lo posible desde su particular estilo de vida y bajo la

conducción de los pastores, en la tarea pastoral, asumiendo los carismas y ministerios

necesarios para edificar el cuerpo de Cristo.

La pastoral se organiza en cuatro áreas básicas: el anuncio (kerigma), el seguimiento de

Jesús, la fraternidad y la vida de comunión eclesial (koinonía), el servicio (diakonía) y la

celebración (liturgia). Estas grandes áreas de la vida de la Iglesia se dividen en dimensiones

(como la pastoral profética, litúrgica, sacramental o social) y estas a su vez en sub-áreas

que se encargan de atender aspectos muy específicos (pastoral catequética, pastoral de

enfermos, pastoral penitenciaria, pastoral vocacional, etc.).

Llamamos pastoral liberadora al conjunto de acciones por las que los miembros de la

familia mercedaria llevamos a cabo nuestro carisma, visitando y liberando a los cristianos

cautivos de nuestro tiempo y de nuestro entorno. La pastoral liberadora brota del carisma

mercedario y se alimenta de la espiritualidad mercedaria.

El objetivo de la pastoral liberadora es realizar acciones que conduzcan a la libertad y

restauración de la dignidad humana de quienes sufren en las nuevas formas de cautividad.

La pastoral liberadora se enmarca en la dimensión de la pastoral social pues se orienta a

solucionar problemas originados por las situaciones sociales y económicas generadoras de

cautividades.

Es obligación de los miembros de las fraternidades laicales mercedarias asumir colaborar

en las obras de la pastoral liberadora e incluso siendo creativos y desarrollando las propias,

siempre en comunión, trabajando en equipo, pues sólo de esa manera estarán cumpliendo la

vocación mercedaria a la que fueron llamados por Dios en su vida laical y estarán siendo

fieles al carisma de la Merced. El laico mercedario que no colabora en la pastoral liberadora

hace estéril el amor a nuestra Madre y la riqueza de nuestra espiritualidad.

¿Cómo desarrollar la pastoral liberadora? ¿Qué acciones desarrolla y bajo qué criterios?

Para llevar adelante la pastoral liberadora, el primer paso es identificar las cautividades que

hay en nuestro entorno. ¿Cómo saber si una problemática es una cautividad que como

mercedarios debemos atender? Lo podemos saber si esa situación cumple con los siguientes

puntos:

I. Es opresora y degradante de la condición humana. Daña la imagen de Dios al

impedir que las personas dirijan su vida de manera libre, viéndose obligadas a

vivir en contra de su fe, de sus valores y de sus aspiraciones legítimas,

humilladas y denigradas en su dignidad por el trato que reciben o por las

acciones que se ven obligadas a realizar.

II. Nace de principios o sistemas opuestos al Evangelio. Ha sido originada por la

maldad de quienes se entienden así mismos como dueños únicos de la creación y

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

66

se colocan en el sitio de Dios, tomando arbitrariamente el control de la vida y la

libertad de sus hermanos.

III. Pone en peligro la fe de los cristianos. La situación obliga a que los cristianos

renieguen de su fe o a que la vivan clandestinamente, o bien, la problemática

que sufren les hace pensar que Dios se olvidó de ellos o los está castigando, por

lo que su fe en el queda amenazada, disminuida o con peligro de desaparecer.

IV. Ofrece la verdadera posibilidad de ayudar. Se puede hacer algo concreto para

solucionar o aminorar la situación, más allá de buenos deseos o palabras de

aliento, como lo dice el apóstol Santiago: “¿De qué sirve si uno de ustedes, al

ver a un hermano o una hermana desnudos o sin el alimento necesario,

les dice: „Vayan en paz, caliéntense y coman‟, y no les da lo que necesitan para

su cuerpo?” (St 2, 15-16).

Sin embargo, la pastoral liberadora no se enfoca únicamente en atender las cautividades en

sí mismas, sino que también se esfuerza por prevenirlas y evitar que las personas caigan en

ellas, además de que trabaja en el acompañamiento de quienes han sido liberados de alguna

cautividad, haciendo una pastoral de conjunto en la prevención, la solución y el

acompañamiento posterior.

La pastoral liberadora se desarrolla mediante equipos, a los que se suman y colaboran las

fraternidades laicales mercedarias. Estos equipos trabajan bajo la conducción de los

religiosos mercedarios en cada una de nuestras comunidades.

¿Qué cautividades tenemos identificadas hasta el momento en nuestro entorno?

Trata de blancas y tráfico de personas

Drogadicción y alcoholismo

Explotación laboral

Ignorancia

El mundo de las cáceles plagado de injusticia y corrupción

¿Qué acciones concretas realiza la pastoral liberadora de la Provincia Mercedaria Mexicana

en la actualidad?

Trabajo pastoral en cárceles (evangelización, defensa de la dignidad de los

internos, programas de apoyo para cubrir sus necesidades básicas).

¿Qué acciones llevamos a cabo en el ámbito de la prevención?

Desarrollamos una evangelización orientada a la prevención de las

cautividades en nuestras parroquias y rectorías, ubicadas en zonas de alta

conflictividad social.

Ofrecemos el ambiente de una familia a niños desamparados o provenientes

de situaciones familiares conflictivas en nuestra Casa Hogar Villa Nolasco,

para brindarles educación y afecto, promoviendo su realización humana,

buscando evitar que caigan en los vicios y la delincuencia o que sean presa

para los tratantes de blancas.

Educamos en los valores cristianos de libertad, respeto y solidaridad a los

alumnos de nuestros colegios.

¿Cómo acompañamos a las personas que han salido de alguna situación de cautividad?

Mediante los albergues para ex -internos brindamos a los hermanos que han

salido de la cárcel, un ambiente familiar y posibilidades de empleo y

formación, de manera que afiancen sus herramientas para reintegrarse a la

sociedad.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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Además de esto, hay muchas otras cautividades, escondidas, por lo que nos queda el reto de

estar atentos a la realidad, con los ojos y el corazón de Pedro Nolasco, que nos ayuden a

mirar la necesidad de los cautivos de hoy y que nos haga sensibles y dispuestos para

ayudarles.

Ante el enorme y perverso mundo de la cautividad, nuestros esfuerzos y obras parecen

insignificantes. Los mercedarios hemos de intensificar nuestro compromiso redentor,

desarrollando una mayor sensibilidad ante el sufrimiento ajeno, motivando a la solidaridad

misericordiosa, mirando con mayor detenimiento las problemáticas sociales, conjuntando

esfuerzos mediante el trabajo en común, siendo creativos al proponer acciones de pastoral

liberadora y generar de recursos y movilizando nuestras fuerzas y bienes para llevarlas a

cabo.

e) Diálogo de asimilación y reforzamiento

f) Tarea 1. Busca en periódicos y revistas imágenes de nuevas cautividades y realiza con ellas

un collage del tamaño de una hoja.

Identifica una cautividad en tu entorno próximo, distinta de las que se mencionaron

en el tema.

g) Oración y canto final (Con nosotros está)

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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Cantoral

Un cierto Galileo Una mañana, cerca del mar

apareció un joven galileo,

nadie podía imaginar

que otro pudiese amar así

como él amaba.

Era sencillo, al conversar

llegaba al corazón

de quien lo escuchaba.

Y su nombre era

Jesús de Nazaret

y su fama se esparció,

todos querían ver

al profeta que tenía tanto amor

y amaba al pecador.

En esas playas, en ese mar,

en ese río, en casa de saqueo,

en los caminos, bajo aquel sol,

el pueblo iba a buscar

la luz de su doctrina.

Sus expresiones, su caridad,

ungían el corazón

de una fuerza divina.

En esos valles, en ese hogar,

en ese pozo, en casa de simón,

en ese monte, al atardecer

el mundo vio nacer las bienaventuranzas.

y su paciencia al perdonar,

del pueblo el corazón

llenaba de esperanza.

Un cierto día, al tribunal

alguien llevó al joven galileo,

nadie sabía cuál era el mal,

qué crimen cometió,

¿cuál era su pecado?

su claridad, al denunciar

minó la posición

de los privilegiados.

y mataron a Jesús de Nazaret

y en medio de ladrones

él murió en la cruz.

pero el mundo aun no conoce

a Jesús, que ama al pecador.

Sois la semilla Sois la semilla que ha de crecer,

sois estrella que ha de brillar,

sois levadura, sois grano de sal,

antorcha que ha de alumbrar.

Sois la mañana que vuelve a nacer,

sois espiga que ha de granar,

sois aguijón y caricia a la vez,

testigos que voy a enviar.

Id, amigos, por el mundo

anunciando el amor.

Mensajeros de la vida,

de la paz y el perdón.

Sed, amigos, los testigos

de mi Resurrección

Id llevando mi presencia,

con vosotros estoy.

Sois una llama que ha de encender,

resplandores de fe y caridad,

sois los pastores que han de guiar

al mundo por sendas de paz.

Sois los amigos que quise escoger,

sois palabras que intento gritar,

sois reino nuevo que empieza a engendrar

justicia, amor y verdad.

Sois fuego y savia que vine a traer,

sois la ola que agita la mar,

la levadura pequeña de ayer,

fermenta la masa de pan.

Una ciudad no se puede esconder,

ni los montes se han de ocultar,

en vuestras obras que buscan el bien,

los hombres al Padre verán.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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Seguimos a Nolasco Rompiendo olas de mar,

navegando sin descansar.

Pedro Nolasco valiente mercader

Diste tu tiempo, riquezas y tu ser

Al cristiano liberaste

Caridad enseñaste.

Orante caballero que busca redención

Luchando en contra de la claudicación

De la fe de los cristianos

Rescatando cautivos por amor.

Patrocinio real y corte militar

Cruz blanca de orden celestial

De María la inspiración

Y Nolasco su fundador. (2)

Seguimos a Nolasco después de ocho

siglos

Dando la vida en favor de los cautivos

Imitando a Cristo redentor

Trabajando con fe y con fervor.

*Coro (2)

Hombre de Dios Tú que fuiste fiel amigo de Jesús,

tu que amabas a María,

pido tu caridad padre Nolasco

y valor para entregarme como tú.

Pedro Nolasco hombre de Dios,

Testimonio de caridad y amor. (2)

Redimiste al cautivo en la mazmorra

no dejaste que perdiera la fe,

entregaste tu riqueza viviendo en la

pobreza,

y yo quisiera entregarme como tú.

*Coro

Salve Mercedaria ¡Salve, Virgen pura!,

de Mercedes Madre,

¡salve, Redentora

de cautivos!, ¡Salve!

¡Oh clemente!, ¡oh pía!,

vuestro amor alcance

quien de las Mercedes

Virgen Madre os llame.

Y por este nombre

que es tan agradable,

pedid al Señor

que de nos se apiade.

Mientras que nosotros

cantamos amantes,

Virgen de Mercedes

¡Salve, salve, salve!

Salve aquí os decimos,

cariñosa Madre,

salve entonaremos

por eternidades.

Camino con Nolasco Caminare Pedro Nolasco

Por caminos de Amor

*Que con Cristo y con María

Seré yo un redentor (2)

El carisma mercedario

Es la norma de mi vida

Quiero darlo ,darlo todo

Con Cristo y con María

No te canses pregonero

Da tu vida por amor

Que con Cristo y con María

Seré yo un redentor.

Que florezcan nuevos vástagos

Una nueva generación.

Que fecunde a la iglesia.

El carisma redentor.

Que rompamos las cadenas,

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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Que demos liberación,

Que con Cristo y con María,

Seré yo un redentor.

Que María, mercedaria,

Recoja mi canción

Que florezca aquel olivo

Signo de liberación.

Yo camino con Nolasco,

Doy mi vida por amor;

Que con Cristo y con María,

Seré yo un redentor.

Himno del Octavo Centenario Con María y Nolasco, seremos

Evangelio, camino y verdad, redentores

de nuevos cautivos, nuevos medios para

liberar.

Ochocientos años contemplan, una

inmensa aventura de amor, un carisma de

Dios en la Iglesia y una obra de

liberación.

Hubo un tiempo de luchas sin tregua, de

cautivos sin patria ni hogar, hubo un

tiempo de sombras y guerras y un carisma

por la libertad

Vamos juntos hermanos y hermanas,

todos juntos para celebrar esta obra de

amor mercedario, hay cautivos para

liberar.

Somos gentes de fe y esperanza, somos

gentes dispuestas a ser, , con María y

Nolasco en camino, mensajeros de amor y

de fe.

Hace ocho siglos Hace ocho siglos en medio del abandono

y la desesperación,

a punto de perder su fe

te diste a conocer como

la Madre de la Merced.

Eran muchos los cautivos

con ansia de libertad,

presos y esclavos buscaban la paz.

San Pedro Nolasco inspirado por ti

Funda una comunidad

Familia mercedaria para ti

Hombres libres para liberar. (2)

Obra arriesgada

y de grandes sacrificios soportaron

a causa de fe, y entrega propia

de la vida por la libertad.

*Coro

Dichoso eres, San Pedro Nolasco,

Santa María de Cervellón,

todos los santos que esta Orden dio

por la libertad.

*Coro

Sobre nuestro pecho Sobre nuestro pecho,

tu blanco hábito llevamos

y solo anhelamos

tu amor alcanzar.

Esos bellos ojos,

estén siempre fijos,

en estos tus hijos,

Madre de la Merced.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

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Familia Mercedaria Sube al cerro mensajero,

tu voz se alza como un grito,

la ciudad oiga el anuncio

del Evangelio de Cristo

Familia mercedaria servidora,

Fraternidad evangelizadora.(2)

El Espíritu nos guía

para dar luz a los ciegos,

liberar a los cautivos,

entregarnos sin sosiego.

La familia mercedaria,

una voz, un corazón,

a los hombres de anuncia

de Cristo la salvación.

De Merced De Merced a la Virgen María,

fervorosa le canta mi voz,

porque vuelve mi pena alegría,

solo al verla vestida del sol,

/clara imagen humana de Dios (2)

El Señor es contigo, María, gracia plena

es tu gracia sin par,

es por ello tu ser armonía,

/encarnado en mujer sin igual,

como dice el divino cantar (2)

Eres tan blanca Eres tan blanca, Virgen María,

que en tu blancura se mira el sol

¿Cómo he darte yo el alma mía?

¿Cómo entregarte mi corazón?

Pero si quieres, Madre querida,

si lo recibes, está a tus pies,

yo te consagro toda mi vida,

si tú haces blanco todo mi ser.

Danos un corazón Danos un corazón grande para amar

Danos un corazón fuerte para luchar.

Pueblos nuevos, creadores de la historia

Constructores de nueva humanidad.

Pueblos nuevos, que viven la existencia

como riesgo de un largo caminar.

Pueblos nuevos, luchando en esperanza,

caminantes, sedientos de verdad.

Pueblos nuevos, sin frenos ni cadenas,

pueblos libres que exigen libertad.

Pueblos nuevos, amando sin fronteras,

por encima de razas y lugar.

Pueblos nuevos, al lado de los pobres,

compartiendo con ellos techo y pan

Con nosotros está Con nosotros está y no lo conocemos,

con nosotros está, su nombre es el Señor

Su nombre es el Señor y pasa hambre

y clama por la boca del hambriento

y muchos que lo ven pasan de largo,

acaso por llegar temprano al templo.

Su nombre es el Señor y sed soporta

y está en quien de justicia va sediento

y muchos que lo ven pasan de largo,

a veces ocupados en sus rezos.

Su nombre es el Señor y está desnudo,

la ausencia del amor hiela sus huesos

y muchos que lo ven pasan de largo,

seguros y al calor de su dinero.

Su nombre es el Señor y enfermo vive,

su agonía es la del enfermo

y muchos que lo saben no hacen caso,

tal vez no frecuentaba mucho el templo.

Su nombre es el Señor y está en la cárcel,

está en la soledad de cada preso

y nadie lo visita y hasta dicen

tal vez, ése no era de los nuestros.

Su nombre es el Señor, el que sed tiene.

El pide por la boca del hambriento,

está preso, está enfermo, está desnudo,

pero Él nos va a juzgar por todo esto.

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

72

APÉNDICE I: FICHA DE

INSCRIPCIÓN

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

73

APÉNDICE II: CONTROL DE

ASISTENCIA

Manual de Formación Básica: Primer Nivel

74

APÉNDICE III: CONTROL

EVALUACIÓN