magri, julio n. revisionismo en el trotskismo

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 1 Revisionismo en el trotskismo I Hace pocas semanas, una organización que decía pertenecer a las flas del trotskismo resolvió disolverse, una vez más, en un agrup amiento cen tri st a sobrevivien te del vie jo oportunismo socialdemócrata !os re"erimos al #artido Revolucionario de los $rabajadores %#R$ &a 'erdad(, que luego de "racasar en sus intentos con el #artido )ocialista de )elser*1+ %integrante de la Hora del #ueblo*+( terminó disolvi-ndose en el de .oral*/+ )i 0asta a0ora polemizábamos con militantes con una organización que decía de"ender el programa del trotskismo de la I' Internacional, 0o debemos 0acerlo con tráns"ugas declarados del trotskismo que renuncian, 0asta de palabra, al bolc0evismo, al #rograma de $ransición a la revolución permanente 2l paso dado por el morenismo entronca con los planteos estrat-gicos de toda su 0istoria con su trae ctoria corr espo ndiente3 su opo sición sistemática a construir el part ido revoluci onar io la b4squeda desesperada de un sustituto de -ste, a sea en el centrismo, a sea en el nacionalismo burgu-s, a sea en la burocracia sindical 2n esta oportunidad, el morenismo lanzó su 5gran6 consigna3 5la "ormación de un partido centrista de izquierda legal %es( nuestro principal objetivo político7organizativo en el actual momento %( sabemos concientemente que esa organización %la centrista de izquierda legal( es lo opuesto de una proletaria bolc0evique6*8+ 2sta concesión es reveladora de qu e estamos en pr esencia de trá ns" ug as qu e 0an abandonado el mar9ismo revolucionario, el bolc0evismo, para reivindicar 5una tradición de casi oc0enta a:os del #artido )ocialista ;rgentino6*<+ 2l morenismo 0a qu erido ocul tar el 0ec0o incuestionable de su disolución en el centrismo sosteniendo que guarda dentro de -l su co0esión organizativa 2l morenismo pretende vender el "etic0e del 5aparato6 para justifcar su "eroz capitulación 2l mar9ismo revolucionario siempr e 0izo lo con tra rio3 la indep endencia pol ítica "ue el cen tr o de su combate contra todas las corrientes oportunistas 2l partido revolucionario es por sobre todo su programa, el #rograma de $ransición 2l morenismo 0a proclamado que 5su objetivo político7organizativo6 es el centrismo, lo opuesto al bolc0evismo proletario El morenismo se disuelve en el nacionalismo burgués &a b4squeda de sustitutos del partido revolucionario es una vieja aspiración del morenismo =no de sus primeros pasos "ue su disolución en el peronismo "ormando #alabra >brera .olocados 5bajo la disciplina del ?eneral #erón del .omando )uperior #eronista6, acompa:aron a -stos en todas las entregadas ;unque 0o digan que dentro del peronismo 0acían 5trotskismo6, los documentos de la -poca son categóricos #or ejemplo, en 1@AB llegaron a sostener que #erón era partidario de las milicias obreras del control obrero, esto dic0o despu-s de que #erón 5salvó a la #atria6 "acilitando el golpe gorila 52l programa de #erón contra el ej-rcito permanente, por las milicias obreras, por las guerrillas en sabotaje, por las e9propiaciones el control obrero de la producción son "uentes programáticas de un nacionalismo revolucionario6*A+ Cue la disciplina de #alabra >brera al ?eneral #erón no era una 5concesión "ormal6, como dicen 0o, se prueba por sus mismos documentos 5)ólo un loco puede discutir el "ormidable rol que #erón  juega dentro de nuestro movimiento .uando #alabra >brera asegura estar bajo las disciplina del ?eneral #erón del .onsejo )uperior #eronista no 0ace más que constatar ese 0ec0o 0istórico3 la dirección indiscutida, el líder ine"able del peronismo es el ?eneral #erón 2l mismo nombre del movimiento lo indica De toda la 0istoria argentina es el caso más acusado de EpersonalismoF3 un movimiento con el nombre de su líder un líder con una inGuencia total sobre el movimiento &as Esolteronas de ambos se9 osF pueden lloriquear todo lo que quieran, pero el proceso 0istórico es así6 *+ &u ego de los desas tr es del 5entrismo6 en el per onismo, desastres que duraron siete a:os %1@<1@A8(, el morenismo terminó "usionándose con el JRI#*K+, un grupo peque:o burgu-s del interior, dieron nacimiento al #R$ Del nacionalismo burgués al partido de “nuevo tipo” (de la burocracia) Incapaz de 0acer un balance crítico de su entrismo, el #R$ sostuvo que en realidad lo que cambiaba era el peronismoL no que su táctica era lo que debía ser cambiado &a crisis del peronismo consistía MdecíanM 5en 0aberse trans"ormado en la oposición burguesa al r-gimen no, como era antes, de

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Años 70's: PO versus morenismo.

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Revisionismo en el trotskismo

Revisionismo en el trotskismo

IHace pocas semanas, una organizacin que deca pertenecer a las filas del trotskismo resolvi disolverse, una vez ms, en un agrupamiento centrista sobreviviente del viejo oportunismo socialdemcrata. Nos referimos al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT La Verdad), que luego de fracasar en sus intentos con el Partido Socialista de Selser[1] (integrante de la Hora del Pueblo[2]) termin disolvindose en el de Coral[3]. Si hasta ahora polemizbamos con militantes y con una organizacin que deca defender el programa del trotskismo y de la IV Internacional, hoy debemos hacerlo con trnsfugas declarados del trotskismo que renuncian, hasta de palabra, al bolchevismo, al Programa de Transicin y a la revolucin permanente.El paso dado por el morenismo entronca con los planteos estratgicos de toda su historia y con su trayectoria correspondiente: su oposicin sistemtica a construir el partido revolucionario y la bsqueda desesperada de un sustituto de ste, ya sea en el centrismo, ya sea en el nacionalismo burgus, ya sea en la burocracia sindical. En esta oportunidad, el morenismo lanz su gran consigna: la formacin de un partido centrista de izquierda legal (es) nuestro principal objetivo poltico-organizativo en el actual momento (...) sabemos concientemente que esa organizacin (la centrista de izquierda legal) es lo opuesto de una proletaria bolchevique...[4]. Esta concesin es reveladora de que estamos en presencia de trnsfugas que han abandonado el marxismo revolucionario, el bolchevismo, para reivindicar una tradicin de casi ochenta aos... del Partido Socialista Argentino[5].El morenismo ha querido ocultar el hecho incuestionable de su disolucin en el centrismo sosteniendo que guarda dentro de l su cohesin organizativa. El morenismo pretende vender el fetiche del aparato para justificar su feroz capitulacin. El marxismo revolucionario siempre hizo lo contrario: la independencia poltica fue el centro de su combate contra todas las corrientes oportunistas. El partido revolucionario es por sobre todo su programa, el Programa de Transicin. El morenismo ha proclamado que su objetivo poltico-organizativo es el centrismo, lo opuesto al bolchevismo proletario.El morenismo se disuelve en el nacionalismo burgusLa bsqueda de sustitutos del partido revolucionario es una vieja aspiracin del morenismo. Uno de sus primeros pasos fue su disolucin en el peronismo formando Palabra Obrera. Colocados bajo la disciplina del General Pern y del Comando Superior Peronista, acompaaron a stos en todas las entregadas. Aunque hoy digan que dentro del peronismo hacan trotskismo, los documentos de la poca son categricos. Por ejemplo, en 1960 llegaron a sostener que Pern era partidario de las milicias obreras y del control obrero, esto dicho despus de que Pern salv a la Patria facilitando el golpe gorila. El programa de Pern contra el ejrcito permanente, por las milicias obreras, por las guerrillas en sabotaje, por las expropiaciones y el control obrero de la produccin son fuentes programticas de un nacionalismo revolucionario.[6]Que la disciplina de Palabra Obrera al General Pern no era una concesin formal, como dicen hoy, se prueba por sus mismos documentos. Slo un loco puede discutir el formidable rol que Pern juega dentro de nuestro movimiento. Cuando Palabra Obrera asegura estar bajo las disciplina del General Pern y del Consejo Superior Peronista no hace ms que constatar ese hecho histrico: la direccin indiscutida, el lder inefable del peronismo es el General Pern. El mismo nombre del movimiento lo indica. De toda la historia argentina es el caso ms acusado de personalismo: un movimiento con el nombre de su lder y un lder con una influencia total sobre el movimiento. Las solteronas de ambos sexos pueden lloriquear todo lo que quieran, pero el proceso histrico es as.[7]Luego de los desastres del entrismo en el peronismo, desastres que duraron siete aos (1957/1964), el morenismo termin fusionndose con el FRIP[8], un grupo pequeo burgus del interior, y dieron nacimiento al PRT.Del nacionalismo burgus al partido de nuevo tipo (de la burocracia)Incapaz de hacer un balance crtico de su entrismo, el PRT sostuvo que en realidad lo que cambiaba era el peronismo; no que su tctica era lo que deba ser cambiado. La crisis del peronismo consista decan en haberse transformado en la oposicin burguesa al rgimen y no, como era antes, de hecho, su oposicin de clase revolucionaria.[9] Frente a esto llam a que la CGT se transforme en un partido poltico de los trabajadores (...) Este nuevo partido no va a ser un partido burgus nacionalista como el peronismo no existe la menor posibilidad de que ello ocurra sino un partido de nuevo tipo. Pero bast que un sector de la burocracia sindical ligado al golpismo onganiano planteara una relativa autonoma respecto de Pern para que el morenismo le dirigiera una carta abierta al compaero Vandor, instndolo a que formara un Partido Obrero. De esta forma, el morenismo reactualiz su vieja aspiracin: conformar un partido con un sector de la burocracia sindical, disolver todo intento de partido revolucionario. Del partido de Vandor a los brazos armados de la OLASEl foquismo le cost al morenismo una escisin: un sector consecuente con los planteos ultraizquierdistas pas a formar el PRT (El Combatiente) y Moreno al rastrerismo pro-burocrtico. Culminan este proceso postulando el partido obrero de Rachini, Izetta y Rucci.[10] Una vez ms, sostuvieron que los planteos de un sector de la burocracia, esta vez los traidores del paro del 1 y 2 de octubre, constituan el esbozo de una poltica nacionalista e independiente[11].El relativo retroceso del movimiento obrero luego del fracaso del paro nacional del 1 de marzo de 1967 y el fortalecimiento transitorio del totalitarismo onganiano, llevaron a la desesperacin pequeo burguesa foquista. La aparicin de la Olas[12] fue el pretexto para que plantearan que los partidos de izquierda deban disolverse en los brazos armados de la Olas. Comenzaron a sostener que el trabajo en el movimiento obrero estaba superado, que la lucha por las reivindicaciones de transicin tambin, y que lo que estaba a la orden del da (en toda Latinoamrica) era la toma del poder por el foquismo. (El PRT La Verdad denunci como pedantes las crticas del PO al foquismo[13]). Nuevamente el morenismo esta vez por la ultraizquierda llamaba a diluirse en el centrismo pequeo burgus foquista. En las Tesis del Congreso del PRT, de marzo de 1968, se afirma explcitamente que la construccin del partido revolucionario est histricamente superada y los intentos de Poltica Obrera[14] condenados al fracaso. Del foquismo al partido obrero de RucciAs llegamos a la ltima adquisicin: el partido centrista, nuestro objetivo poltico-organizativo. El hilo conductor es claro: oposicin sistemtica a construir el partido revolucionario, abandonando el Programa de Transicin como instrumento de construccin del partido revolucionario de masas, bsqueda desesperada por conformar un engendro burocrtico, pequeo burgus, o una combinacin de ambos, en nombre, ahora, de lograr la legalidad electoral. Por la construccin del partido revolucionarioEl partido revolucionario se tipifica por su programa. Marx y Engels ya plantearon que la independencia del proletariado de las otras clases sociales se cristalizaba en la estructuracin del partido revolucionario. El marxismo nunca hizo del aparato, de la organizacin, un fetiche. Todo lo contrario, cuando plantearon acuerdos temporales con otros partidos o el entrismo en una organizacin no bolchevique (Lenin, Trotsky), lo hicieron sobre la base de la ms absoluta independencia poltica, conservando sus propia fisonoma poltica y programa, defendiendo y no diluyendo los principios del bolchevismo. Para nosotros, la cuestin cardinal es aqu, como en todas partes y siempre, la del partido Comunista, su independencia completa y su carcter intransigente de clase.[15]De esta postura, el leninismo deduca una clara posicin respecto de la estructura organizativa partidaria. Por el contrario, la organizacin de los revolucionarios debe englobar ante todo y sobre todo a gentes cuya profesin sea la actividad revolucionaria.[16] Lenin comprenda mejor que nadie la necesidad de una organizacin centralizada; pero vea en ella, sobre todo, una palanca para realzar la actividad de los trabajadores avanzados. La idea de hacer un fetiche de la mquina poltica no slo le era ajena, sino que repugnaba a su naturaleza.[17] El leninismo-trotskismo se defini siempre por la independencia intransigente de clase y por una organizacin centralizada, de profesionales revolucionarios. Nada ms ajeno a la aspiracin morenista de formar un partido centrista de izquierda legal. El morenismo ha declarado su abandono del marxismo y del trotskismo. Esto es consecuente con su estrategia y trayectoria. Es en el contexto de esta estrategia, que le dio siempre su fisonoma peculiar al morenismo, como variante del revisionismo trotskista internacional, que debe entenderse su disolucin legal, electorera, en el Partido de Coral.IILa revolucin permanenteHemos mostrado en el captulo anterior que la disolucin del PRT (La Verdad) en el socialismo de Coral no es un recurso tctico (cmo si pudiera serlo!) del morenismo, sino que debe entenderse en el contexto de su orientacin programtica y su larga trayectoria prctica en favor de la creacin de un partido centrista legal. El punto de descomposicin a que han arribado los seudotrotskistas se puede apreciar en el hecho de que mientras su disolucin en el peronismo hace quince aos (hasta 1964) pudo encubrirse con el pretexto de que ste era un movimiento que abarcaba al 90% de la masa obrera (circunstancia que a un verdadero marxista lo hubiera llevado a redoblar su lucha contra el nacionalismo burgus), su actual disolucin en el PSA apenas un grupsculo revela que la transformacin antitrotskista del morenismo es un rasgo orgnico de su evolucin poltica. La tesis antimarxista del partido centrista forma parte de un contexto programtico mayor: los morenistas han rechazado, hace ya tiempo, la teora de la revolucin permanente, de la dictadura del proletariado, del Programa de Transicin, del frente nico antiimperialista. Afirman, en cambio, su defensa de la revolucin por etapas, de la dictadura democrtica de campesinos, pueblo y clase obrera, de la separacin entre el programa mnimo y el programa mximo y del frente democrtico nacional. La liquidacin del programa revolucionario de la IV Internacional ha marcado la evolucin poltica que culmina con la disolucin insensible en el centrismo de origen pequeo burgus. Campesinos: caudillos de la revolucin permanenteComo siempre, en las pocas de reaccin y decadencia por todas partes aparecen magos y charlatanes. Quieren revisar todo el desenvolvimiento del pensamiento revolucionario. En lugar de aprender del pasado, lo corrigen. Unos descubren la inconsistencia del marxismo, otros proclaman la quiebra del bolchevismo (...) As, bajo la apariencia de nuevos caminos, no se ofrece al proletariado ms que viejas recetas enterradas desde hace mucho tiempo en los archivos del socialismo anterior a Marx.[18]Es lo que ocurre con La Verdad. Viejo mago y charlatn, Nahuel Moreno tampoco poda faltar entre quienes consideran que se impone revisar someramente la historia del movimiento revolucionario y marxista mundial.[19] Qu es lo que nos ofrece? Viejas recetas enterradas desde hace mucho tiempo en los archivos del socialismo anterior a Marx. Es que, como ya dijimos, la disolucin del PRT (LV) es inseparable del abandono del Programa de Transicin y de la revolucin permanente, fenmeno que caracteriza al revisionismo pablista. Para decirlo con las palabras de Moreno: Desde luego, la vida ha puesto en evidencia las lagunas, omisiones y errores del programa de la revolucin permanente.[20] En qu consisten esos errores? El dogma de que la nica clase que puede cumplir las tareas democrticas es la obrera, es falso. Sectores de la clase media urbana y el campesinado son, en ocasiones, los caudillos revolucionarios (...) La historia ha dado un ments a la teora de que el proletariado, en los pases atrasados, es la direccin revolucionaria (...) Cualquier pas, cualquier clase brutalmente explotada, puede, por el programa y el mtodo de la revolucin permanente, plantearse la acumulacin primitiva socialista y adquirir el desarrollo econmico, cultural y tcnico moderno.[21] Y como corolario: ... as como hemos descubierto (sic) que no solamente la clase obrera puede acaudillar la revolucin permanente, lo mismo podemos decir de los movimientos polticos: no slo los obreros pueden organizar y dirigir las primeras etapas revolucionarias; pueden hacerlo los movimientos y organizaciones democrticas o agrarias.[22] Digamos que toda la esencia del morenismo est en la frase que sigue a esta cita: Es una obligacin estar all y dar una tnica conciente a esa posibilidad revolucionaria. Como se ve, no se trata de la lucha por la direccin proletaria del movimiento nacional sino de darle una tnica conciente al nacionalismo burgus: diluirse en esos movimientos, aconsejar y empujar. Para qu entonces, construir un partido revolucionario, bolchevique, proletario?El morenismo es coherente: abandono del programa de la revolucin permanente, ingreso al campo del nacionalismo burgus y del foquismo, exaltacin de la pequeoburguesa y del campesinado, oposicin consecuente a la tarea de construir el partido revolucionario. Nahuel Moreno cree que ha descubierto la plvora pero, como todos los autores stalinistas, acusa a Trotsky de asignarle al campesinado un papel mezquino y secundario.[23] Con esta afirmacin tenemos el cuadro completo: estamos en presencia de un trnsfuga que no hace ms que repetir frmulas anteriores a 1848. Trotskismo, no; maosmo, sCul es el propsito poltico de tanta estril tontera? Sentar la tesis de que hay que sintetizar la teora y el programa general correcto (trotskismo) con la teora y el programa particular correcto (maosta o castrista).[24] Dejando de lado la grosera que significa sostener que un programa puede ser genricamente correcto y particularmente falso, mientras que otro es genricamente falso y particularmente correcto, el pensamiento morenista se nos revela en toda su dimensin: su propsito no es demostrarnos que el castrismo y el maosmo no son fenmenos histricamente transitorios en el proceso de la revolucin mundial, resultado de la crisis de direccin del proletariado, sino una etapa necesaria, histricamente justificada, sustitutos del trotskismo y su programa. Por eso, su insistencia en demostrarnos la incapacidad del proletariado para desempear su misin revolucionaria y la exaltacin socialista del campesinado y la pequeo burguesa. Cuando Mao recibe a Nixon y exalta la coexistencia pacfica y Fidel Castro apoya los frentes populares y regmenes bonapartistas militares, Moreno se acuerda de las verdades generales del trotskismo para darle tono radical a su prensa oportunista. Todo esto se remata, lgicamente, en la nueva concepcin de poder que elabora el morenismo, que lo vuelca al campo de menchevismo y del stalinismo. El Estado ya no es el instrumento de dominacin de una clase, como nos enseaban los clsicos del marxismo, sino que conserva relativa autonoma y puede jugar entre distintas clases sociales. Es un producto directo de la sociedad en su conjunto y slo en circunstancias especiales acta como dictadura de clase.[25] La conclusin es que hay dictaduras revolucionarias democrticas (apoyadas en el campesinado, el pueblo y el proletariado).[26] La nueva democracia de Mao. La tesis de las dictaduras democrticas revolucionarias se desprende de toda su glorificacin del campesinado y de los partidos pequeoburgueses. Se asimila, entonces, a la posicin de los stalinistas, que le dieron a la frmula dictadura democrtica de obreros y campesinos un contenido democrtico, es decir burgus, oponindola a la dictadura del proletariado. Los bolcheviques afirmaban entonces y afirman ahora que cuando el partido del proletariado renuncia a salir del cuadro de la democracia burguesa, su alianza con la clase media no es otra cosa que apoyo al capital, como ocurri con los mencheviques y los socialistas revolucionarios en 1917, como ocurri con el partido comunista chino en 1925/27 y como pasa ahora con los frentes populares de Espaa, de Francia y de otros pases.[27] El primer paso prctico del morenismo contra toda salida del cuadro de la democracia burguesa es, precisamente, el entrismo en el peronismo, el partido centrista. Cuba y ChinaPara el morenismo, Cuba y China son ejemplos de dictaduras democrticas revolucionarias y en esos pases, el proletariado no dirigi ni llev a cabo la revolucin democrtica ni inici la socialista.[28] Aqu, la distorsin histrica es completa.Respecto a China debemos sealar que no se trat de una revuelta campesina o agraria sino de una revolucin nacional que coloc a su cabeza, no a un partido campesino sino al partido comunista, partido obrero. Su raz stalinista lo llev no slo a no impulsar la revolucin agraria sino a realizar peligrosas concesiones a sectores terratenientes y progresistas durante el 90% de la guerra civil. Moreno ve en la tercera revolucin china, que arranca de la revolucin proletaria de 1924/27, una direccin campesina y no hace el ms mnimo esfuerzo por explicar cmo los campesinos industrializan el pas y estructuran el Estado obrero, cmo una clase de origen precapitalista supera al capitalismo moderno. El rgimen de la dictadura del proletariado descubri muchas posibilidades de influir sobre el campesino y reeducarlo. La historia no ha sondeado an a fondo los lmites de esas posibilidades. Pero ya est probado que el papel creciente de la coaccin estatal en la URSS, lejos de refutarla, ha confirmado en su base la opinin sobre el campesinado que distingua a los marxistas rusos de los populistas.[29]Para Moreno, Marx est superado: Los campesinos (...) forman una masa inmensa, cuyos individuos viven en idntica situacin, pero sin que entre ellos existan muchas relaciones. Su modo de produccin los asla a unos de otros (...) En la medida en que existe entre los campesinos una articulacin puramente local y que en la identidad de sus intereses no engendra entre ellos ninguna comunidad, ninguna unin nacional, ninguna organizacin poltica, no forman una clase. Son incapaces de hacer valer sus intereses en su propio nombre (...) No pueden representarse sino que tienen que ser representados.[30]Trotsky tambin: Desde haca siglos avasallado, empobrecido y furioso, siendo siempre la encrucijada tanto de la vieja explotacin como de la nueva, el campesinado representaba, en un momento determinado, una fuente rica en catica fuerza revolucionaria. Pero desunido, disperso, rechazado de las ciudades, los centros nerviosos de la poltica y de la cultura, aptico, limitado en su horizonte a lo que lo rodeaba de inmediato e indiferente frente a todo pensamiento urbano, el campesinado no poda tomar importancia como fuerza dirigente.[31]El ejemplo cubano tambin est distorsionado. El proletariado cubano fue la fuerza social fundamental de la revolucin, a partir del momento en que sta adquiri un carcter de masas, como se comprob en la huelga de Oriente de 1957 y en abril de 1958, y en la huelga general revolucionaria de diciembre de 1958 y enero de 1959, que termin de derrocar a Batista, y en la constitucin de milicias obreras ante la invasin yanqui en 1962. El castrismo fue una direccin pequeo burguesa (no campesina) y su rol y sus perspectivas en determinadas condiciones fueron previstos por Trotsky en el Programa de Transicin: Bajo la influencia de una combinacin muy excepcional de circunstancias (guerra, crack financiero, ofensiva revolucionaria de las masas, etc.), los partidos pequeo burgueses, sin exceptuar a los stalinistas, pueden llegar ms lejos de lo que ellos quisieran en el camino de la ruptura con la burguesa (...) si un gobierno obrero y campesino en el sentido indicado ms arriba llegara a constituirse, no representara ms que un corto episodio en el camino de la verdadera dictadura del proletariado.[32]Como se puede apreciar, Trotsky sostiene que, en el cuadro de la crisis prerrevolucionaria del capitalismo mundial y de la crisis de direccin del proletariado internacional, un partido pequeo-burgus no partidario ni del programa ni del mtodo de la revolucin permanente puede ir hacia una ruptura con la burguesa. Es este planteo el que se ha confirmado en la realidad y no la falsedad morenista de que cualquier pas, clase o partido puede armarse de la teora de la revolucin permanente, lo que significa que puede dirigirla concientemente hasta el final. Por eso Trotsky habla de que tal cosa no representara ms que un corto episodio, mientras que Moreno dice que el maosmo o la teora de la guerra de guerrillas es la refraccin particular en el campo de la teora de la actual etapa de la revolucin mundial.[33] Donde el marxismo ve un fenmeno transicional, el morenismo ve un fenmeno histricamente inevitable puesto que corrige las lagunas del trotskismo y el marxismo clsico.[34]La revolucin permanentePero es cierto, por lo menos, que el castrismo y el maosmo han realizado la revolucin democrtica e iniciado la socialista? La victoria de las revoluciones china y cubana sobre el imperialismo las llevaron fuera del cuadro burgus, confirmando la teora de la revolucin permanente y el Programa de Transicin. Pero la realizacin plena de los objetivos democrticos que determinaron esas revoluciones no se ha cumplido, puesto que tal cosa significa el triunfo de la revolucin socialista en el terreno internacional (lo que tambin confirma a la teora y al programa trotskistas). Es que el objetivo histrico de la revolucin democrtica, la industrializacin, alcanzar el desarrollo de los pases adelantados, se confunde con el triunfo de la revolucin socialista, la que, a su vez, slo es posible en el terreno internacional. No slo China ni Cuba, sino que tampoco la URSS, han rematado los objetivos histricos de la revolucin democrtica. Las sucesivas crisis que han sufrido (zafra cubana[35], gran salto adelante en China[36], penetracin extranjera en Europa Oriental son algunos ejemplos) prueban que la realizacin plena de los objetivos histricos de la revolucin democrtica se confunden con la revolucin socialista mundial. Ahora bien, si este es el porvenir de la revolucin democrtica, l depende de su direccin. No slo a escala internacional, sino en China y Cuba tambin, la construccin del partido trotskista es una necesidad insoslayable. Decir esto es afirmar la supremaca del Programa de Transicin sobre los aportes castristas o maostas, es afirmar que slo una clase, slo un partido, el que sostiene la revolucin permanente, puede plantearse llevarla adelante, lo que equivale decir llevarla hasta el fin. Todos los dogmas del marxismo se han confirmado, en especial por las experiencias de las revoluciones china y cubana. Moreno, en cambio, separa la realizacin de la revolucin democrtica del inicio de la socialista y la concibe en el terreno nacional. Si agregamos que sostiene la tesis de la dictadura democrtica, arribamos a la conclusin de que es puro menchevismo: revolucin por etapas. As es que esta buena gente ha superado al trotskismo: con viejas recetas enterradas. Veremos en el prximo captulo cmo el morenismo se acopl a las derrotas del movimiento revolucionario de los ltimos diez aos con su foquismo, directamente enlazado a su maosmo y su castrismo. IIIEl Programa de TransicinEn estas notas sobre la disolucin del PRT (La Verdad) en uno de los residuos de la vieja socialdemocracia oligrquica, hemos hecho hincapi en el contexto programtico a la que esta disolucin est ligada. Algunos militantes de la ex LV utilizan el ilegtimo procedimiento de pretender analizar esta disolucin como una maniobra en s, al margen del cuadro general de la evolucin poltica y programtica del morenismo. Olvidan que antes de perder todo signo distintivo de organizacin trotskista, se pierden las caractersticas programticas que definen al trotskismo. Pero por otro lado debemos sealar que muchos de nuestros lectores y militantes ms jvenes nos expresaron su asombro por el grado de barbarismo terico que reflejaban las posiciones de la ex LV, que comenzaron a conocer por las citas efectuadas en estas notas (en las prximas tendrn caractersticas ms insospechadas an).[37] Adelantndonos a la conclusin debemos decirles: la fantasa terica febril del morenismo es un producto de su fracaso en convertirse en una tendencia de clase real en el movimiento obrero. Es un resultado inevitable que amenaza tambin a nuestro joven partido. Al margen de la evolucin poltica concreta de la clase obrera, el pensamiento que se reclama del trotskismo entra en el plano de la especulacin aberrante porque es arrastrado por las presiones de los partidos pequeo burgueses y pretende conservar su fisonoma defendiendo una independencia que no tiene, desvinculado de su clase social. Para hacer esta obra de seguidismo a la presin pequeo burguesa sin integrarse plenamente a ella, se ve obligado a armar formidables castillos tericos de arena que se desploman a la primera brisa. En estas condiciones, una corriente no puede existir ms que como expresin vergonzante de otras. El morenismo fue eso: peronismo vergonzante, maosmo vergonzante, castrismo vergonzante. No participa de las glorias de estos movimientos de masas; vive de sus resacas. El Programa de Transicin est superadoPara los propsitos del morenismo de desvirtuar la construccin del partido revolucionario, el Programa de Transicin se levanta como una colosal valla. Es as que a las lagunas, errores y omisiones de la teora de la revolucin permanente, que encontr Nahuel Moreno revisando el trotskismo (ver captulo anterior), debemos aadirle su nada despreciable confesin de que el Programa de Transicin tambin es anticuado, no responde a la actual etapa de la revolucin mundial y est superado, en especial por el aporte de la teora de la guerra de guerrillas. De aqu proviene la zoncera de que el maosmo y el castrismo constituyen la teora y el programa particular correcto. As, por ejemplo sostiene Nahuel Moreno el Programa de Transicin resume hasta el ltimo detalle la experiencia revolucionaria europea y es un modelo de las concreciones del marxismo clsico. Ese programa ha sido confirmado en su esencia: el carcter transicional de la lucha revolucionaria (...) pero slo con sealar que el Programa de Transicin, que tiene una precisin milimtrica para las consignas obreras, no menciona siquiera la guerra de guerrillas, y habla apenas de pasada de las consignas agrarias, nacionalistas y democrticas, est todo dicho....[38] Junto a esto sostiene que el maosmo o teora de la guerra de guerrillas es la refraccin particular en el campo de la teora de la actual etapa de la revolucin mundial.[39] De esta forma, tenemos el cuadro completo: a la oposicin sistemtica a construir el partido revolucionario, para oscilar entre la exaltacin (terica) del foquismo, del centrismo pequeo burgus y de la burocracia sindical; a la oposicin al programa de la revolucin permanente para glorificar la supuesta visin socialista del campesinado (todo esto lo vimos en el captulo anterior); viene ahora la oposicin al Programa de Transicin en contraposicin al guerrillerismo. Al contraponer el Programa de Transicin (europeo) a la guerrilla, Moreno eleva un mtodo de lucha a la categora de un programa, o rebaja ste a un mtodo de lucha. Cul es la relacin que guarda el Programa de Transicin con los mtodos de lucha? El Programa de Transicin sostiene que la movilizacin de las masas est determinada por las condiciones objetivas del capitalismo en descomposicin; que las reivindicaciones parciales de las masas entran en conflicto y chocan con las tendencias destructivas y degradantes del capitalismo decadente. De este modo, la movilizacin de las masas por sus reivindicaciones adquiere un carcter transitorio, esto es, se dirigen cada vez ms abiertamente contra el orden burgus y hacia la imposicin del poder obrero. El Programa de Transicin generaliza el fenmeno objetivo de la tendencia inconciente de las masas hacia su propio poder. El Programa de Transicin plantea el principio de que la accin directa de las masas se encuentra en la base de los mtodos de lucha propios de las masas trabajadoras y explotadas. Esto es, que la resolucin de las reivindicaciones de los explotados debe hacerse al margen del estado burgus y por medio de su propia organizacin y movilizacin, con los mtodos propios del poder obrero. Los mtodos de lucha se desarrollan de acuerdo a la evolucin de la conciencia de clase de los trabajadores y al desarrollo de la lucha de clases en cada pas y mundial. Los mtodos de lucha no pueden ser impuestos por decreto a las masas sino que deben nacer de sus mismas entraas, El partido revolucionario no inventa mtodos de lucha, sino que desarrolla los que nacen de las luchas de las propias masas y estn conformes con la situacin poltica del momento. La guerrilla es un mtodo de lucha. Su utilizacin, o no, no puede fijarse de antemano; depender de un cmulo de circunstancias, entre ellas que nazca de las masas y que no sea un producto extrao a ellas. Lo que s es claro es que la revolucin la harn las masas, utilizando los ms variados mtodos de lucha. Moreno afirma que el Programa de Transicin que tiene una precisin milimtrica para las consignas obreras, no menciona siquiera la guerra de guerrillas..., lo cual es cierto. La guerra de guerrillas no es una referencia programtica como, por ejemplo, el control obrero. Es un mtodo de lucha que Trotsky y el proletariado europeo no desconocan.[40] El Programa de Transicin plantea el principio del armamento del proletariado (no de la lucha armada en general) y de la necesidad de los destacamentos de combate y de las milicias obreras. No se define por un mtodo armado particular, sino por el principio de la organizacin armada de la clase y de las masas. Lo que resulta asombroso es que Moreno afirme que el Programa de Transicin no plantee (o casi no plantee) consignas agrarias y democrticas. El Programa de Transicin plantea (y no poda dejar de hacerlo) la mecnica poltica de la alianza obrero-campesina y le sale al paso a quienes, como el morenismo, levantan la frmula de dictaduras democrticas en oposicin a la dictadura del proletariado. El Programa de Transicin plantea la relacin de las reivindicaciones democrticas y de transicin, y su coronacin en el poder obrero. Las consignas de la revolucin agraria, la independencia nacional, la asamblea constituyente, estn en el Programa de Transicin y planteadas en el terreno de la lucha por el gobierno obrero-campesino. Moreno, tan ligero en encontrar los olvidos del trotskismo, no agrega, en todo su trabajo, una sola consigna agraria o democrtica a las desarrolladas por Len Trotsky. Por el contrario, retrocede varios siglos y plantea las reivindicaciones de los campesinos al margen de la clase que puede resolverlas: el proletariado. Sintomticamente, se olvida que Trotsky es el ms cabal expositor del problema nacional en los pases atrasados y quien elabora la tesis sobre el carcter de la Revolucin China y sobre los Estados Unidos Socialistas de Amrica Latina.IVLa lucha armada permanenteDe todo lo dicho, surge con claridad que el carcter europeo del trotskismo es un invento de mala fe del morenismo. Es que con el cuento del carcter europeo del Programa de Transicin (que generaliza la experiencia del proletariado mundial y en especial de China o acaso China est en Europa?), el morenismo nos quiere contrabandear sus aportes y sus originalidades. Los aportes (I): La geografa y la lucha armada permanenteEn qu consisten los aportes morenistas?Nahuel Moreno parte de la base de que el marxismo occidental, llevado por las circunstancias objetivas, se olvid de la lucha armada.[41] En cambio, Moreno descubre que la lucha armada es un mtodo permanente de las masas[42] y que tiene ciertas virtudes, por ejemplo, la de transformar condiciones objetivas desfavorables en favorables. Las revoluciones cubana y china comenzaron en circunstancias que los clsicos marxistas caracterizan como objetivas desfavorables: no hay grandes luchas sociales y un puado de hombres empieza la lucha armada, Sin embargo, ese grupo transforma las condiciones en favorables.[43] Todo esto se debera a que la guerrilla incorpora a la lucha de clases un factor nuevo, algo que le es especficamente original: la geografa.[44] La geografa se eleva por encima de la lucha de clases y el nuevo aporte sirve para barrer con las clasificaciones de regiones maduras e inmaduras. Cualquier pas, cualquier regin, es apto para la revolucin permanente.[45]Moreno quiere contrabandear con su peculiar distincin de las regiones, el planteo de que el campesinado (regin atrasada) y no el proletariado (regin adelantada) es el caudillo de la revolucin, y de que el campo y no la ciudad es la que define su contenido. Olvida que en China y en Cuba fueron partidos de origen ciudadano los que condujeron la revolucin. El marxismo clsico no slo no se olvid de la lucha armada sino que la plante en sus justos trminos. El Programa de Transicin generaliza toda la experiencia del marxismo sobre este punto y plantea inequvocamente el armamento del proletariado. O acaso el marxismo plantea el trnsito pacfico al socialismo?En realidad, si Moreno nos habla del olvido marxista se debe a que quiere desnaturalizar el pensamiento y la prctica marxistas. De qu forma? Movindose en el campo del idealismo y del subjetivismo. Para Moreno, la lucha armada es permanente y transforma las condiciones objetivas desfavorables. Esto ltimo es una completa barbaridad que niega, adems, la madurez de las condiciones objetivas de todo el planeta. Las condiciones objetivas (y por eso son objetivas) no estn determinadas por el grado de conciencia del proletariado sino por el desarrollo de las fuerzas productivas. El trotskismo ha sostenido que las condiciones objetivas de la revolucin proletaria no slo estn maduras sino que han empezado a descomponerse.[46] Son las condiciones subjetivas, esto es, la conciencia y organizacin del proletariado, las que estn en retraso, y por ese motivo el Programa de Transicin afirma, con perdn de Moreno, que la crisis histrica de la humanidad se reduce a la crisis histrica de la direccin revolucionaria. Al plantear la lucha armada permanente y transformadora de las condiciones objetivas desfavorables, el morenismo se mueve en el campo del subjetivismo, haciendo abstraccin de la evolucin poltica de las masas. Por eso no es ninguna casualidad que Moreno presente los ejemplos cubano y chino totalmente distorsionado. No fue al margen de las luchas sociales, sino por stas, que las guerrillas cubana y china pudieron desarrollarse. Tanto en China como en Cuba, el movimiento poltico que dirigi la guerrilla estaba profundamente enraizado en la historia nacional, en la historia de la lucha de las masas. No era un puado de hombres; estaba profundamente ligada a la evolucin poltica de sus trabajadores. Y slo cuando las condiciones inmediatas de la situacin poltica se tornaron favorables (despus de 1945 en China; despus de mayo de 1958 en Cuba) pudieron triunfar. El foquismo en su conjunto, mundial, el puado de hombres ha sufrido, en cambio, terribles derrotas. Moreno, en la poca de la Olas, desarroll estos planteos y sus consecuencias fueron criminales. As apoy la perspectiva foquista uniforme para toda Latinoamrica, plegndose (tericamente, porque Moreno nunca pas de eso) a sus desastres. Este proceso de guerra civil continental ha sido comparado, con gran correccin, con el incendio de una casa de muchas habitaciones. Hay una habitacin (Cuba) a la que el fuego ha incendiado totalmente. Hay otras en que el incendio ha comenzado. Hay algunas en las cuales ya se siente el calor. Y, por ltimo, hay otras en las que apenas si llega el olor a quemado, como es el caso lamentablemente, de nuestro pas en esta etapa. Pero lo importante es comprender que, independientemente de las diferencias de situacin entre las piezas y los avances y retrocesos que hacen las llamas, lo que se quema es toda una nica y misma casa.[47] De aqu, Moreno dedujo las consignas para la etapa: La dinmica organizativa de clase por el poder se concentra en: Todo el poder al ELN boliviano, las FALN venezolanas, y as por el estilo. Mientras no haya lucha armada concreta en un pas latinoamericano, la dinmica organizativa de poder debemos hacerla propagandsticamente en base a los mismos temas: guerra civil continental, preparemos la lucha armada, viva la Olas y su lucha armada, etc., combinndolas con otras consignas de poder.[48] No es en el morenismo donde se inspir el foquismo del ERP? Es que estos ltimos lo nico que hicieron fue llevar a la prctica lo que irresponsablemente Moreno formulaba para la teora. Todo el acuerdo entre el FRIP y Palabra Obrera para constituir el PRT est basado en el folleto La revolucin latinoamericana y los primeros documentos de El Combatiente hablan tambin del carcter europeo del trotskismo y del aporte maosta.Moreno nos quiere sorprender con su nuevo aporte: la geografa. Pero resulta que la geografa es algo antiguo. Todos los mtodos de lucha tienen en cuenta la geografa. Un viejo revolucionario calific a las calles como un desfiladero cuyos flancos lo constituan las casas que la bordeaban; sera absurdo, por ejemplo, desarrollar una huelga en una selva inhabitada.La utilizacin de la geografa es una cualidad propia de las masas, que se mueven en su propio medio. La apelacin a la geografa no es casual; Moreno desprecia la evolucin poltica de las masas, se aparta del mtodo del Programa de Transicin para llevarlas a su propio armamento y nos habla de una lucha armada permanente (lo que vendra a ser una guerra civil no precedida por lucha poltica alguna) desarrollada por un puado de hombres (Moreno es ahora un caza votos y nunca integr ningn puado). Finalmente, desintegra el marco estatal nico en el que se desenvuelve la experiencia de las masas, para postular una teora de regiones. En el captulo anterior hemos visto que Moreno sostena que la teora maosta de la guerra de guerrillas cubra las carencias del Programa de Transicin. Segn esto, la guerrilla incorpora nuevos elementos: la geografa y la lucha armada permanente. Pero sostener que la lucha armada es permanente significa, precisamente, hacer abstraccin de la evolucin poltica de las masas y suponer una guerra civil ininterrumpida. Decir que la guerrilla incorpora la geografa es una banalidad que tambin omite lo fundamental de todo mtodo de lucha: que sea creacin de las propias masas. Los aportes (II): Alienacin de los campesinosSegn Moreno, Trotsky le asignaba al campesinado un papel mezquino y secundario. Continu en esto agrega la tradicin del propio Marx y sus anlisis y conclusiones provienen de la sociedad europea.[49]Ahora parece que, en cambio, la incapacidad del campesinado para acaudillar la revolucin se ha transformado en su contrario por el impacto de la revolucin mundial, la alienacin a que lo somete el imperialismo y las oligarquas, los mtodos modernos de comunicacin y organizacin (inclusive militar) y el fracaso momentneo de la clase obrera por la traicin stalinista y burocrtica para cumplir su rol de caudillo de la revolucin mundial.[50]En el contexto de esta cita, el fracaso momentneo de la clase obrera debe entenderse como su entierro estratgico como caudillo, ya que la historia le habra encontrado un sustituto eficaz, al menos en los pases de mayora campesina. Para justificar su exabrupto, nuestro autor se refiere a la alienacin de los campesinos, a la que define como explotacin brutal e inhumana. Lo menos que podemos decir de este brillante descubrimiento es que es un poco tardo: todo el proceso de formacin del imperialismo, desde mediados del siglo XIX, se fund en la sangre y en la carne de la masa campesina. Lejos de elevar al campesinado a un rol independiente (no digamos ya transformarlo en caudillo socialista como pretende nuestro hechicero), el proceso de expropiacin a que lo someti el imperialismo agudiz sus diferencias internas (proletarizacin de una parte, aburguesamiento de la minora), lo hizo objeto de fuertes tendencias desintegradoras y aument el peso relativo del proletariado, por la penetracin en el interior agrario de los medios de comunicacin, en primer lugar de los ferrocarriles. La apreciacin sobre el campesinado de los clsicos del marxismo se reforz notablemente en la III Internacional en relacin por sobre todo al Oriente asitico. Las lecciones de la segunda revolucin china son enseanzas para toda la Internacional Comunista, pero por sobre todo para los pases de Oriente (...) Los mtodos aplicados (por el stalinismo) en China, y que han arruinado la revolucin, tendrn en la India consecuencias ms funestas.[51] Esto desmiente el supuesto europesmo de Len Trotsky.Al hablar de alienacin, sin embargo, el propsito de Moreno es elevar al campesinado a la altura socialista del proletariado; esto es, mostrarlo igualmente capacitado para dirigir la superacin revolucionaria del capitalismo y estructurar la propiedad estatizada, la planificacin social y la disolucin del Estado en el cuadro de la revolucin mundial victoriosa. La alienacin del proletariado tiene nombre y apellido: el capital. El proletariado crea constantemente al capital con su trabajo; el capital se le enfrenta sometindolo a sus dictados. El desarrollo de la alienacin de la clase obrera es, al mismo tiempo, el desarrollo del capitalismo. El desenvolvimiento del antagonismo encerrado en esta alienacin slo puede ser resuelto por el socialismo, por la expropiacin del capital a manos del proletariado. El campesinado est encadenado a la pequea propiedad, perspectiva a la que est atado en todos sus enfrentamientos con la gran propiedad. El campesinado opone una forma de propiedad a otra; no engendra una perspectiva socialista. Esto es vlido, incluso para pases como China e Indochina, que no conocieron el feudalismo europeo y, por tanto, una enorme parte de la masa campesina no se encontr nunca atada a la pequea propiedad de la tierra. La miseria del proletariado es un producto del desarrollo del capitalismo, mientras que la miseria de los campesinos es fruto de la falta de este desarrollo. La primera indica la madurez de la premisa del socialismo; la segunda la inmadurez relativa.Es cierto que la situacin del campesinado ha cambiado en relacin al perodo histrico del feudalismo: hoy se encuentra sometido a la explotacin del capital y del imperialismo que, en los pases atrasados, instrumentan para ello la supervivencia de las formas semifeudales de explotacin. Pero esto le permite menos jugar un rol independiente de la clase obrera, porque la penetracin del imperialismo va destruyendo las caractersticas comunes de la clase campesina. Esta no deja de reivindicar su derecho a la tierra, y en mayor medida que en el pasado, su satisfaccin depende de la toma del poder por el proletariado. Moreno ha reflotado la categora de la alienacin para adulterarla, independizndola de las condiciones histricas, refirindose en general y en abstracto a la explotacin inhumana y brutal, fenmeno que es propio de todo el desarrollo de la humanidad desde el surgimiento de la propiedad privada. Detrs de esta generalizacin, nuestro autor busca diluir al proletariado en el resto de las clases explotadas por el capital extranjero para desarrollar un enfoque populista, del pueblo contra el enemigo del pueblo. Todo el eje de esta tesis fue destinado a sostener la experiencia de Hugo Blanco[52] en el Per, en la que encontr su respuesta prctica. Moreno, que descubri los olvidos de Trotsky en materia de reivindicaciones agrarias, sostuvo que para el campesinado en ascenso no cabe otro programa que la toma inmediata de las tierras del terrateniente y el enfrentamiento con las fuerzas armadas que lo defienden.[53]A esto se redujo el planteo morenista en relacin a la lucha agraria en el Per, lo que revela su olvido del proletariado y de la alianza obrero-campesina. Es que la historia demostr que las rebeliones campesinas concluyen en la dispersin y en la derrota si no encuentran en el proletariado su clase directriz. Hugo Blanco desarroll una sindicalizacin campesina parcial en el valle de la Convencin, haciendo del campesinado el caudillo de la revolucin social en el Per. Esta experiencia no se desarroll por los carriles clsicos del foquismo, pero s al margen del proletariado y de la construccin de su partido. La sindicalizacin demostr la fuerza enorme y revolucionaria del campesinado, pero fundamentalmente la necesidad de su alianza revolucionaria con el proletariado. Las ocupaciones de tierra impulsadas por Hugo Blanco tuvieron un gran desarrollo, pero basta decir que el gobierno militar de entonces pudo frenar el movimiento combinando la represin con la legalizacin de las ocupaciones. La burguesa pudo encuadrar el movimiento campesino dentro de su control y castrar la movilizacin campesina de su contenido revolucionario. La alienacin campesina no slo no la convirti en caudillo de la revolucin sino que reafirm que necesita de su alianza con el proletariado. Sin embargo, la revolucin agraria no constituye el fondo nico de la lucha histrica de los pases semicoloniales o coloniales. El capital imperialista juega un papel decisivo en estos pases. La ms radical revolucin agraria tropezar con el problema decisivo de liberar al pas del yugo imperialista y acometer las tareas de la liberacin nacional. Los Estados Unidos Socialistas de Amrica Latina, la industrializacin independiente y con los mtodos de la planificacin social no son incompatibles con el punto de vista de la pequea propiedad agraria.Slo el proletariado urbano e industrial, dirigido por el Partido Comunista, puede liberar a las masas trabajadoras rurales del yugo del capital y de la gran propiedad agraria de los terratenientes, de la ruina econmica y de las guerras imperialistas, inevitables una y otra vez mientras se mantenga el rgimen capitalista. Las masas trabajadoras del campo no tienen otra salvacin que sellar una alianza con el proletariado comunista y apoyar abnegadamente su lucha revolucionaria para derribar el yugo de los terratenientes (grandes propietarios agrarios) y de la burguesa.[54]VLos lugares de trabajo y las etapas de la revolucinLos aportes (III): Situacin revolucionaria y populismoHemos visto que para Moreno la geografa coloca en sptimo plano la evolucin poltica del proletariado; que la lucha armada flota al margen de la agudizacin de la lucha de clases y de la construccin del partido; que un puado de hombres puede hacer el milagro de modificar las condiciones objetivas con independencia de stas; que la alienacin de los campesinos los ha transformado en caudillos de la revolucin socialista. En base a esto sostiene: debemos ampliar el concepto bsico de situacin objetiva revolucionaria: es suficiente con que haya una serie de alienaciones sociales insufribles (textual) y grupos sociales dispuestos a combatirlas apoyndose en las masas que las sufren.[55] El concepto clsico es la definicin que formul Lenin. El dirigente bolchevique sostuvo que una situacin revolucionaria combina los tres rasgos siguientes: 1) los de arriba no pueden gobernar ya en las condiciones en que lo venan haciendo, crisis sta por la que irrumpe la movilizacin de los explotados; 2) agravacin, fuera de lo comn, de la miseria de las grandes masas; 3) marcada acentuacin de la actividad de los trabajadores, a quienes la crisis en su conjunto los proyecta hacia una actividad independiente. Sin estos cambios objetivos, independientes no slo de la voluntad de tales o cuales grupos y partidos, de tales o cuales clases, la revolucin es, en general, imposible. A diferencia de esto, Moreno cae en el subjetivismo infantil y, creyendo ampliar la formulacin, la restringe al voluntarismo de lo que llama grupos sociales. Se trata de justificar la accin del foquismo y el supuesto revolucionarismo socialista de las masas no proletarias hacia las que dirige su actividad ese guerrillerismo. Foquismo y populismo (indiferenciacin del proletariado de la masa del pueblo) van de la mano como lo fueron en Rusia el populismo y el terrorismo. Que Moreno no inventa nada con su aberracin socialista de los campesinos puede verse en la siguiente afirmacin de Lenin: Para el populista, en una palabra, el movimiento campesino es un verdadero movimiento socialista, autntica y directamente socialista.[56]Los aportes (IV): Los lugares de trabajoLa conclusin prctica del populismo-foquismo es: en determinados pases y circunstancias, el principal lugar de trabajo (no es la clase obrera) es el movimiento nacional o agrario.[57] Tenemos aqu la proyeccin organizativa de la liquidacin poltica y programtica de la corriente proletaria. Es evidente que el partido revolucionario tiene el deber de organizar no slo al proletariado sino al conjunto de los explotados. Lenin ya indic en el Qu hacer? que debemos dirigir nuestra propaganda y agitacin hacia todas las clases, so pena de caer en el sindicalismo. Pero es como partido del proletariado que Lenin formulaba el planteo marxista. Hay que ir a la masa campesina, a la pequeo burguesa pobre, pero a partir del proletariado. Moreno propone diluirse en las clases no proletarias; tal cosa ocurre con una organizacin que no ha enraizado en el proletariado como organizacin marxista. El liquidacionismo morenista se aprecia todos los das: en la actualidad[58] existe una verdadera tendencia hacia la desproletarizacin porque la tarea es juntar firmas. En el pasado, cambiaban del movimiento obrero al estudiantil varias veces al ao. La experiencia de Hugo Blanco fue concluyente: su aislamiento del proletariado fue el producto conciente de una estrategia nefasta. Una ancdota que relata Moreno en el folleto que estamos citando lo retrata de cuerpo y alma. Cuenta una conocida discusin entre un dirigente sindical y varios militantes revolucionarios que le preguntaron por su posicin cuando el 26 de Julio desembarc en Cuba. El dirigente sindical, sin pensarlo mucho, contest: segu luchando por la independencia poltica del movimiento obrero.... Los revolucionarios rieron a carcajadas y contestaron categricamente: Haba que haber volcado el mayor esfuerzo para ayudar al Movimiento 26 de Julio. Aquel dirigente, dice Moreno, nos ensea con su trgico error, a no hacer un fetiche del movimiento obrero.[59] Es indudable que si el dirigente sindical cometi algn trgico error no fue en relacin a los objetivos que dice que impuls. Los profundos obstculos de la revolucin cubana, an hoy a once aos de su triunfo, residen, justamente, en la insuficiente evolucin poltica independiente del proletariado del Caribe. La tarea del dirigente sindical era la ms revolucionaria en relacin a la situacin creada por el Movimiento 26 de Julio; lo nico que demuestra la ancdota es el orgullo que tiene Moreno respecto de su propia imbecilidad. Los aportes (V): La seudoteora de las etapas de la revolucinSegn Moreno, las revoluciones posteriores a la bolchevique empezaron por una de las ltimas (etapas) de la revolucin rusa, la militar. Parecera insiste que estuvisemos ante la proyeccin de la revolucin rusa al revs, ya que el ltimo captulo es la formulacin de la teora general y la formacin del partido, es decir, la etapa ideolgica.[60]Para formular esta observacin, nuestro agudo terico se basa en las experiencias de China y Cuba. Fcil es ver, sin embargo, que en China existi un partido, el PC, nacido de la III Internacional leninista, fogueado en la revolucin del 27, en choque constante con el liderazgo de la fraccin stalinista a la que perteneci a partir de 1930. En Cuba dirigi la revolucin una caracterizada corriente poltica, ala jacobina del antiimperialismo de contenido burgus, profundamente enraizada en la historia nacional, lder de la revolucin cubana de 1931/33.China y Cuba reflejaron la politizacin de las revoluciones contemporneas en relacin a la dispersin de objetivos y de organizacin de las sublevaciones antiguas. Las revoluciones futuras respetarn an ms esta caracterstica, siguiendo el modelo de la revolucin rusa.En su turbia cabeza, a Moreno se le mezclaron muchos cables. Confunde el proceso formativo de esas revoluciones, de carcter poltico, programtico, con otro hecho: que esas revoluciones, que rompieron el cuadro del Estado burgus y dieron paso a Estados obreros, no contaron a su cabeza con un partido trotskista, sino stalinista y jacobino, respectivamente. Segn Moreno, tal partido se construira despus de la revolucin ya triunfante. La etapa ideolgica viene despus de la militar.Pero al investigador se le escapa un detalle: para qu construir ese partido si la revolucin ya triunf. Los partidos no se construyen para redondear los esquemas previos de los intelectuales sino para desempear un papel prctico concreto. Lo que Moreno sostiene, en realidad, es que ese partido a construir no supone la crtica al programa de la direccin revolucionaria existente, desde el punto de vista de la teora de la revolucin permanente y del programa de transicin. Por eso apoya la constitucin en Cuba del Partido nico entre el castrismo y el stalinismo, y es a esto que llama la etapa de la teora general, ideolgica.Este partido, sin embargo, no desempea ningn rol y, por eso, no existe. El rol real de este partido es, justamente, ocultar la necesidad del partido revolucionario y de su tarea histrica: instaurar el poder directo y real del proletariado, modificar el contenido proburocrtico de la propiedad estatal y de la planificacin, internacionalizar la revolucin. As vemos que la construccin del partido no se limita a generalizar un fenmeno, la revolucin consumada, sino en el sentido de proyectarla, lo que significa otra revolucin, en la revolucin.En lugar de mixturas arbitrarias de las etapas de la revolucin, lo que hay que explicar es la perspectiva que abren las revoluciones triunfantes dirigidas por partidos que no representan el futuro del movimiento, el triunfo de la revolucin internacional y el comunismo.La historia no espera para avanzar que sus protagonistas tengan cabal conciencia del proceso. Las leyes objetivas se imponen sobre los esquemas y la voluntad de los individuos. La necesidad empuja a algunos partidos, enraizados en las masas, fuera de la rbita programtica en que se movan hasta el momento. El castrismo y el maosmo han sido, relativamente, instrumentos inconcientes de las leyes objetivas de la revolucin permanente, como lo prueba el que sus pasos prcticos fundamentales expropiacin de la burguesa, desmantelamiento del ejrcito burgus estuvieran en contradiccin con sus programas: honestidad administrativa, antiimperialismo limitado (Castro); revolucin por etapas, bloque de las cuatro clases (Mao). Negar este fenmeno y exigir una racional disposicin de los protagonistas en el escenario es un pedante intelectualada.Pero del mismo modo, la historia se cobra muy caro la no asimilacin oportuna de sus enseanzas, en este caso la adopcin conciente de una poltica en consonancia con las leyes de la revolucin permanente. Las trgicas derrotas del movimiento obrero y revolucionario lo atestiguan. Por este motivo, la glorificacin de los partidos pequeo-burgueses que asumen actitudes revolucionarias es criminal: sus tentativas de asimilarse al proletariado (en el caso del castrismo) deben agudizar la polmica contra sus posiciones aventureras. El factor sorpresivo que result ser el castrismo para el imperialismo, por la inocencia de su programa inicial, facilit su toma del poder y consolidacin durante la primera etapa, destacando el aspecto ventajoso de aparecer como instrumento inconciente del proceso objetivo (hubo quienes, debido a esto, llamaron a ocultar sus programas ante las masas para repetir mecnicamente el xito). Pero esta ventaja hoy se vuelve en contra y el empirismo, el oportunismo frente al stalinismo, la marginacin del proletariado del poder, las oscilaciones, el aventurerismo foquista, conspiran contra las perspectivas revolucionarias. Ni hablar de las piruetas contrarrevolucionarias del maosmo. Es cierto que la historia obliga a los desplazamientos ms inesperados, pero tambin fija lmites infranqueables a los que no se basan en el punto de vista consecuente del proletariado.Tanto en su progreso como en sus limitaciones (limitaciones que consideramos, no subjetivamente, sino por referencia a la perspectiva histrica del proletariado abierta por la revolucin de octubre de 1917), las revoluciones chinas, cubana (yugoslava y vietnamita) confirman los postulados de la revolucin permanente como una ley objetiva del proceso histrico: la revolucin democrtica slo puede triunfar a partir de la destruccin del Estado burgus. Bajo la doble circunstancia de la descomposicin mundial del capitalismo y la presin revolucionaria del proletariado mundial, esta fase puede ser cumplimentada por partidos de masas de origen pequeo-burgus o stalinista. Su porvenir, en cambio, depende de la captura del poder por el proletariado como clase para s, guiado por su partido. Este es el punto de vista del leninismo-trotskismo y los acontecimientos contemporneos prueban la vigencia de su programa. Ninguna tendencia revolucionaria que pretende asimilarse al proletariado puede consumar su intencin si no es adoptando el programa de transicin. Pero las corrientes que se reclaman del trotskismo no lograrn sus fines limitndose a enarbolar tal programa como un fetiche. Se tendrn que ligar al proletariado y generalizar su experiencia real, reformulando una y otra vez las premisas del programa revolucionario, incorporndole como creacin propia, las emergencias de las peculiaridades nacionales.VIEl Partido UnicoLos aportes (VI): El partido nicoLo que da las condiciones para un Frente Unico Revolucionario es la situacin objetiva explosiva de cada pas. La realidad (sic) exige un solo organismo revolucionario en cada pas. En este sentido, el partido nico de Cuba seala el camino.[61]El partido nico cubano, ejemplo que nos aconseja seguir, fue una fusin del Movimiento 26 de Julio (fidelista) con el stalinismo. Es interesante destacar que el trotsko Moreno no plantea una democracia de partidos soviticos, sino el viejo planteo staliniano: como hay una sola clase, debe haber un solo partido. No slo esto, sino que considera resuelto de esta manera, como ya vimos, la formacin del partido revolucionario.Pero con esta concepcin, nuestro autor se acopl, adems, a los desastres foquistas, cuando, desde la Tricontinental[62], pretendieron romper su aislamiento urbano (apoyo logstico en las ciudades se llamaba) mediante una alianza con los partidos comunistas. El stalinismo vio parcialmente con buenos ojos este proceso (el codovillismo, por ejemplo, no), para prestigiarse como correa de transmisin de Cuba, y esto por presin de sus juventudes foquistizantes. La crisis de esta alianza fue sintetizada por los guerrilleros de Guatemala, cuando afirmaron que ellos ponan los muertos y el PC las ideas. Fue tambin lo que ocurri con el incumplimiento del PC boliviano con sus acuerdos con el Che.El partido nico marc en Cuba una etapa en el avance del stalinismo y someti a diversas crisis al gobierno revolucionario. En Amrica Latina se expres en determinados acuerdos foquistas-stalinistas, en el apoyo a Arismendi (PC del Uruguay) y a Allende. Moreno se postr ante el foquismo y ante el stalinismo.Algo ms, con la teora del partido nico, el seudotrotskista encarril su actividad de liquidacin del trotskismo en el centrismo antitrotskista. Todos los acuerdos y fusiones sin principio tuvieron en su cabecera esta impostura. En su reciente libro sobre el peronismo, Ernesto Gonzlez la revitaliza. En esta concepcin del partido se remata a fondo el revisionismo: disolucin del proletariado en el pueblo, teora de los indistintos lugares de trabajo, cualquier situacin es revolucionaria (veremos luego, sobre Argentina, que para Moreno la poca de tales situaciones ha desaparecido), cualquier grupo puede canalizarla (aprovechando la geografa, por supuesto).Los aportes (VII): El retorno al idealismo filosficoPara justificar la metamorfosis de los campesinos en socialistas, el papel todopoderoso de cualquier grupo ante alienaciones insufribles, y la proyeccin revolucionaria de un partido nico con el foquismo y el stalinismo, Moreno no trepida en retornar al idealismo. Pensar que todo comenz con el intento de enmendarle la plana al europesmo de Trotsky.Para Moreno es la praxis (...) el factor esencial para definir un grupo social y poltico y no la situacin objetiva (...) Siempre que por praxis entendamos lo que va de lo subjetivo a lo objetivo, y de los fines y los proyectos a su ejecucin.[63] Para qu dice esto? Si este anlisis es correcto, debemos considerar tendencia revolucionaria, a la que por sus objetivos y accin sea en un momento dado, revolucionaria, aunque, por su ubicacin no sea obrera. Es necesario tener presente, adems, que la accin revolucionaria, por su dinmica, puede elevarla a una comprensin terico-programtica de su propia accin: la revolucin permanente.[64]Primero: Moreno hace una confusin adrede. Una tendencia puede ser revolucionaria sin ser obrera, pero en tal caso no ser obrero-revolucionaria, sino pequeo-burguesa, esto es, jacobina y nacionalista revolucionaria. Como tal jugar un papel progresivo muy importante en ciertas circunstancias, pero si no se asimila al proletariado concluir postrndose ante el imperialismo. El partido del proletariado deber pugnar por la independencia respecto a esta variante y denunciar sus oscilaciones.Segundo: Moreno admite que el carcter revolucionario de una tendencia est dado por su programa (objetivos y accin). Pero si tal programa no est referido a la direccin proletaria de la revolucin no ser consecuentemente revolucionario. La oposicin entre objetivos y accin, por un lado, y ubicacin obrera, por el otro, es falsa, slo trata de encubrir la defensa del revolucionarismo pequeo-burgus.Tercero: la afirmacin de que la accin revolucionaria puede elevar a una tendencia a la comprensin de su propia accin es un planteo falso aunque tal posibilidad sea real. Es que el problema consiste en si tal comprensin por la tendencia de origen pequeo-burgus se alcanza a partir de su programa, o en contra de l, asimilando el punto de vista opuesto, es decir, el mtodo del programa del proletariado. Moreno da a entender que la prctica revolucionaria de contenido pequeo-burgus tiene en s los elementos de su propia correccin. El programa proletario puede ir, entonces, al tacho de basura.Cuarto: la praxis no es lo que va de lo subjetivo a lo objetivo sino la unidad completa de lo subjetivo y lo objetivo a travs de la actividad concreta del hombre, la lucha de clases. Para construir el partido importa no slo el papel activo del partido hacia la clase; importa tambin la evolucin poltica interior del proletariado como fruto de su experiencia objetiva. La construccin del partido no puede entenderse ni formularse sino como praxis, a partir de un programa que es l mismo, no lo subjetivo, abstractamente considerado, sino la generalizacin de una praxis histrica, el leninismo-trotskismo.[65]La interpretacin morenista de la praxis es la propia del idealismo que destaca, frente al materialismo vulgar, el papel activo del hombre, pero de un modo abstracto, especulativo. La praxis es la comprensin de la coincidencia real entre la objetividad determinante de la conducta humana y la accin subjetiva transformadora. El morenismo ha soltado sus amarras con el mundo real del proletariado para entrar hace mucho en el oportunismo, que entronca filosficamente con la especulacin idealista.VIILa Asamblea Popular BolivianaLos acontecimientos revolucionarios bolivianos pusieron a prueba los programas de todos los partidos en referencia al tema capital de la estructuracin del gobierno obrero-campesino. La constitucin y el funcionamiento de la Asamblea Popular tuvieron una dimensin revolucionaria internacional: en el pas ms atrasado de Amrica Latina se constituy una organizacin de caractersticas soviticas sobre la base de un programa de indudable filiacin trotskista. El triunfo de Banzer en agosto de 1971 no puede minimizar este hecho fundamental: en mayor medida que los soviets rusos de 1905, la Asamblea Popular tuvo una dimensin nacional, y a diferencia de los de 1917, desde su inicio se estructur sobre la base de un programa, programa ste que planteaba el poder obrero.La actitud respecto a la Asamblea Popular se transforma as en la piedra fundamental para juzgar a las corrientes de izquierda, en especial a las latinoamericanas. Qu podemos decir al respecto del morenismo? Primero, que en los acontecimientos revolucionarios bolivianos no figuraron, porque no existan; no hubo pues necesidad de confrontarse con ellos. Segundo, tericamente, desde Buenos Aires, se limitaron a acompaar la evolucin de las tendencias ultraizquierdistas bolivianas, esto es, se movieron al margen de la evolucin poltica de la clase y en contra del proceso que condujo a la estructuracin de la Asamblea Popular. Basta sealar que apoyaron primero los planteos foquistas del ELN y del POR (Gonzlez Moscoso) y luego concibieron la toma del poder como una simple declaracin verbal sobre la base de un programa sindical.Ahora intentan extraer las lecciones de Bolivia. En realidad, estas lecciones no son ms que intentos del morenismo por deslindarse de las responsabilidades que tuvieron con los desastres de la ultraizquierda boliviana. Porque lo cierto es que sectores de esta ultraizquierda (en especial, Gonzlez Moscoso) aplicaron en Bolivia las recomendaciones de Moreno en su folleto La Revolucin Latinoamericana (qu es una situacin revolucionaria, los lugares de trabajo, la lucha armada permanente, la disolucin del partido, etctera, etc.) y llevaron a la prctica su balance apologtico con la estrategia guerrillera del Che (acierto del Che en elegir Bolivia, disolucin en el ELN, etc.).La disolucin en el foquismoSi el morenismo tericamente, y Gonzlez Moscoso en la prctica, estuvieron a contramano del proceso revolucionario, se debi a que desde tiempo atrs estaban disueltos en el foquismo ultraizquierdista. Despus de la guerrilla del Che, la corriente pablista plante su disolucin en el foquismo dirigido por el Inti.El trotskismo boliviano, en su momento, apoy al movimiento guerrillero del Che (el POR seal que haba que defenderlo como a una huelga lanzada equivocadamente), pero seal que ste no iba a resolver el problema de la direccin y que no poda colocarse al margen de la evolucin poltica del pas. El pablismo, incluido el morenismo, sostuvo lo contrario y elev a la categora de programa los errores que condujeron a la derrota de la guerrilla. La primera cuestin fue su disolucin en el ELN: la dinmica organizativa de clase por el poder se concreta en: Todo el poder al ELN Boliviano. [66] Frente a tanta confusin la nica respuesta cierta y correcta es la del Inti y el POR Bolivia (se refiere a Gonzlez Moscoso), el partido trotskista hermano de Bolivia, que plantean utilizar las contradicciones y la crisis del rgimen para reiniciar la lucha armada, la lucha guerrillera como nica forma de enfrentar al rgimen en todas las variantes. [67]A partir de esta concepcin, el morenismo acompa al foquismo ultraizquierdista; an en agosto de 1970 (diez meses despus del golpe de Ovando), La Verdad sostena que el resurgimiento de la guerrilla, encabezada por el Chato Peredo (hermano de Coco y el Inti, que combatieron junto al Che) es una nueva manifestacin de la continuacin del ascenso revolucionario en Bolivia y un nuevo factor de crisis para el rgimen.No llama la atencin que con esta concepcin, el morenismo estuviera alejado de la problemtica de la vanguardia boliviana y de su evolucin poltica. Hoy, cuando intenta sacar las lecciones, vuelve a incurrir en sus errores. Su eje de referencia polmica no es la Asamblea Popular, la evolucin de las masas, sino los grupos ultraizquierdistas, que no gestaron y algunos ni siquiera tuvieron representacin en ese soviet viviente, y actuaron incluso a contramano de l.El trotskismo boliviano, en cambio, es atacado mediante acusaciones gratuitas y carentes de contenido.La Asamblea Popular y el poderPor todo lo dicho, est claro que el morenismo no previ la constitucin de la Asamblea Popular. Pero en sus lecciones acusa a la izquierda revolucionaria de no haber planteado los puntos centrales que en Bolivia eran decisivos para movilizar a los trabajadores: aumento de salarios y lucha contra la desocupacin. Al POR lo acusa concretamente de haber perdido el tiempo con las proposiciones de cogestin obrera y Universidad Unica. Fue sectario y oportunista y le hizo el juego a Lechn y al propio Torres. [68]Esta observacin revela no slo los miles de kilmetros que separan al morenismo de Bolivia, sino tambin la distancia que lo separa de una poltica revolucionaria. En Bolivia, las minas juegan un papel decisivo. Puede decirse que la economa boliviana depende de quin tenga en sus manos el control de esa industria. El control obrero de la Comibol [69] es la base para el reordenamiento de toda la economa boliviana. Un problema nacional capital encuentra su superacin por medio de una consigna claramente proletaria.La proposicin del control obrero no era un ejercicio de oratoria; era parte de una estrategia revolucionaria: acercar a las masas a que vieran la necesidad de tomar el poder. No basta simplemente con proclamarlo, las masas tienen que pasar por distintas etapas y evolucionar hacia la conviccin de tomar el poder. La proposicin del control obrero abra una lucha concreta entre los obreros y el poder estatal en torno a quin dominaba la economa, lo que hubiera obligado perentoriamente a los obreros a plantearse la cuestin del control del poder poltico. Solamente la ausencia de una estrategia revolucionaria puede llevar al morenismo a semejante acusacin.La cuestin salarial y la desocupacin son dos consignas sindicaleras, infinitamente por debajo del gran problema poltico del control de la Comibol. El morenismo cae en el economismo ms vulgar cuando de hostilizar al partido revolucionario se trata.El problema universitario interesaba al movimiento revolucionario por dos razones esenciales. Primero, por su enorme importancia en la lucha y agitacin en las ciudades (donde la poblacin obrera es reducida); segundo, porque en ella florecieron tendencias foquistas que pretendan sustraerse a la hegemona proletaria. El proyecto de Universidad Unica bajo al direccin hegemnica del proletariado (as se denominaba) apuntaba a reorganizar la enseanza universitaria (escasez de profesores, planes de estudio, etc.), pero en lo esencial a que el movimiento universitario siguiese la direccin poltica del proletariado. No nos extraa el desprecio morenista respecto a esta proposicin.Al igual que las tendencias ultraizquierdistas, se opone a la direccin obrera de las universidades y reivindica el poder estudiantil, al margen del poder obrero como alternativa antagnica con ste.La Asamblea Popular y la insurreccinLas posiciones morenistas nos introducen en un tema bsico: qu relacin guarda la Asamblea Popular con la insurreccin? Moreno sostuvo que en octubre de 1970 debi lanzarse la consigna todo el poder a la COB y luego, cuando se constituy la Asamblea Popular, la de todo el poder a la Asamblea Popular. Como los puntos centrales eran el aumento de salarios y la desocupacin, debemos concluir que esas reivindicaciones econmicas motorizaban la toma de poder. Esto equivale a sumar economismo y aventurerismo irresponsable.Trotsky sostuvo que la tarea de los soviets no consiste simplemente en exhortar a las masas a la insurreccin o en realizarla, sino ms bien en conducir las masas a la sublevacin a travs de las etapas necesarias. Al comienzo, el soviet no se extiende a las masas por una propaganda a favor de la insurreccin, sino merced a otras frmulas de orden parcial; slo despus, paso a paso, es cuando arrastra a las masas a esta idea sin dispersarlas en su camino, impidiendo que la vanguardia se separe del conjunto de la clase En la accin, la masa debe sentir y comprender que el soviet es su propia organizacin de masa, que agrupa sus fuerzas para la lucha, la resistencia, la autoproteccin y la ofensiva. No puede sentir y comprender esto mediante la accin de un da ni, en general, mediante la accin realizada de un golpe, sino a travs de la experiencia adquirida en una serie de semanas, meses e inclusive aos (seguidos o no). Esta ha sido siempre nuestra concepcin de los soviets.[70]El morenismo proclamaba indiscriminadamente la insurreccin, como si sta pudiese realizarse por medio de una declaracin verbal. Para abonar su posicin fue ms lejos y sostuvo que todo el poder a la COB y a la Asamblea Popular estuvo a la orden del da desde octubre de 1970 a agosto de 1971, como la de todo el poder a los soviets de febrero a octubre de 1917.No es cierto. Lenin levant esa consigna de febrero a julio, para recin volver a plantearla cuando los bolcheviques tuvieron la mayora de los soviets. Es que para Lenin no se trata de proclamar en abstracto la insurreccin. A partir del 4 de julio, la burguesa contrarrevolucionaria, del brazo de los monrquicos y las centurias negras, ha encadenado a su servicio a los socialistas-revolucionarios y mencheviques pequeo-burgueses En estas condiciones, la consigna del paso del poder a los soviets podra parecer hoy una quijotada o una burla. Mantener esa consigna equivaldra, objetivamente, a engaar al pueblo, a infundirle la ilusin de que todava hoy bastara que los soviets quisieran tomar el poder o que adoptasen una decisin en ese sentido para que el poder fuese a parar a sus manos, la ilusin de que en el soviet seguan actuando unos partidos no manchados todava por su complicidad con los verdugos, la ilusin de que lo ocurrido podra borrarse de un plumazo.[71]En octubre de 1970 la consigna todo el poder a la COB no estuvo a la orden del da. Los trabajadores bolivianos venan recin de recuperarse de las sangrientas masacres. Si bien respondieron con la huelga general ante el golpe de Miranda, lejos estaban de estructurar su propio poder; la COB no era, tampoco, como s lo fue en 1952, una representacin nacional. La creacin de la Asamblea Popular tena por objetivo precisamente prear y conducir a las masas a la estructuracin del gobierno obrero-campesino. La Asamblea Popular, a diferencia de la COB, s tena una representacin nacional; actuaban en ella no slo los trabajadores sino los campesinos y los partidos polticos antiimperialistas. Sus delegados eran elegidos por la base y no se limitaba a La Paz sino que se establecieron asambleas regionales. Era la materializacin del frente nico antiimperialista, bajo la direccin del proletariado y sobre la base de un programa revolucionario. La Asamblea Popular deca el artculo 1 de sus Estatutos es un frente revolucionario antiimperialista dirigido por el proletariado. Est constituido por la COB, las confederaciones y federaciones sindicales de carcter nacional, las organizaciones populares y por los partidos polticos de orientacin revolucionaria. Si la consigna de todo el poder a la COB hubiese sido justa en octubre habra que sostener que la Asamblea Popular fue una creacin artificial, tendiente a desviar a las masas de su objetivo fundamental, tomar el poder por medio de la COB.De todos modos, la posicin morenista se destaca por sus virajes irresponsables. Dos meses antes (ver citas anteriores), en agosto de 1970, exaltaban la guerrilla de Teoponte, colocndose al margen de la reorganizacin de los trabajadores (Congreso Minero, Congreso de la COB, etc.) y del proceso que condujo a la huelga general de octubre contra el golpismo.Ms an, el morenismo acusa ahora a la izquierda revolucionaria de no haber aprovechado la etapa democrtica de Ovando y Banzer (el morenismo exaltaba al foquismo bajo Ovando) para preparar la lucha armada.[72] Esta acusacin dirigida a la ultraizquierda foquista repite sus mismos errores: plantea la lucha armada en abstracto, al margen de la Asamblea Popular y su desarrollo. No es ms que una acusacin carente de contenido.Llama la atencin la identidad de la crtica morenista con la de los ultraizquierdistas al sostener que el POR le hizo el juego a Lechn y al propio Torres. Se trata de un tremendismo verbal carente de contenido. La Asamblea Popular se diriga a estructurar el poder obrero, pero no cometi la estupidez ultraizquierdista de identificar a Torres con Barrientos, como s lo sostenan los hermanos de Moreno, los foquistas y el grupo de Gonzlez Moscoso.Por ltimo, el morenismo sostiene que no se postul el ingreso de delegados de los soldados y suboficiales a la Asamblea Popular, y se descuid el trabajo sobre el Ejrcito.El morenismo no seala cules eran las consignas para atraer a estas capas a la Asamblea Popular; no basta con invitarlas, sino que estos sectores tienen que ser impulsados a ingresar a su seno. Solamente una profunda movilizacin nacional motorizada por el control obrero de la Comibol poda llevar a sectores atrasados a tomar parte del proceso revolucionario.El golpe de Banzer demostr la lenta evolucin de los soldados y suboficiales y su acatamiento a los altos mandos, principalmente por temor a que una insurreccin victoriosa los llevara al estado de degradacin a que lo condujo la revolucin de 1952 (nos referimos a suboficiales).El PartidoLa conclusin del morenismo consiste en que la tarea actual es unirse todos los revolucionarios para construir el partido nico.El partido se tipifica por su programa y por sus mtodos de construccin. Si el POR jug el rol revolucionario en Bolivia, se debi a su fidelidad al programa de transicin y de la revolucin permanente, y a haberse estructurado como partido proletario. El POR tuvo que combatir en su momento al pablismo, que pugn por su disolucin en el nacionalismo-burgus, y a las tendencias que posteriormente pugnaban por su disolucin en el foquismo.La insistencia del morenismo en el partido nico no es ms que la bsqueda de una alianza sin principios con los grupos ultraizquierdistas. De ah no saldr el partido revolucionario sino un engendro centrista antitrotskista.El morenismo que estuvo al margen del proceso de formacin de la Asamblea Popular, se ha mantenido tambin al margen del proceso de constitucin del FRA (Frente Revolucionario Antiimperialista), continuacin en las condiciones del triunfo de Banzer de la Asamblea Popular. El FRA agrupa a las tendencias obreras, populares y a los partidos que se reclaman antiimperialistas, pero no postula la disolucin de estos ltimos. El FRA, para constituirse, procedi a la previa y cuidadosa delimitacin de posiciones, de las diferencias polticas e ideolgicas de los partidos interesados en integrarse en l. Consciente o conscientemente se ha seguido el consejo de Lenin: para unirnos debemos previamente delimitarnos, saber lo que somos y cules son nuestras verdaderas divergencias.Bolivia ha confirmado el programa del trotskismo y los mtodos leninistas de construccin del partido revolucionario. Ha sido en Bolivia donde han naufragado los centristas que, desde 1952, acompaaron los virajes de la situacin poltica para postular la disolucin del partido revolucionario.La Asamblea Popular ha penetrado en la conciencia de las masas bolivianas. El golpe de Banzer no podr borrar esta experiencia histrica. Las masas bolivianas volvern nuevamente a ocupar el primer plano, pero no desde cero, sino desde su ltima conquista: la Asamblea Popular.VIIIEl Polo SocialistaEl punto esencial de la teora del polo socialista es que encubre la disolucin de un grupo que se reclamaba del trotskismo en otro grupo pequeo-burgus, sin relacin con el proletariado ni con el programa de transicin. Todo otro eje de discusin es falso: no hay aqu, por parte de la ex LV, en esencia, una determinada tctica electoral o de acercamiento a las masas; esto es slo la forma con que los renegados ocultan el carcter real del paso poltico que han dado. Lo que hay, por sobre todo, es la liquidacin de cualquier tctica posible desde un punto de vista marxista revolucionario, trotskista.Este polo socialista es un momento culminante de la liquidacin de la ex LV. Este momento culminante consiste exactamente en la adaptacin de este grupo a las condiciones polticas establecidas por la dictadura militar para participar del gran acuerdo nacional y su fase electoral. Si el juez electoral determina que el polo socialista no vulnera ninguna de las disposiciones proscriptivas del estatuto, ni en la teora ni en la prctica, dir la verdad. El peridico que oficia de vocero de este polo sin magnetismo es la parodia de un peridico marxista basado en la movilizacin directa de las masas.La adaptacin poltica a las condiciones de la dictadura (no hay que olvidar que las adaptaciones pueden ser muchas, sectarias u oportunistas, de derecha o de izquierda) no es un salto en el vaco; es, s, la continuidad de todo un proceso de liquidacin del trotskismo, de construccin de un partido de clase, que como vimos a travs de estas notas tom, sucesivamente, las teoras del entrismo en el peronismo, los brazos de las Olas, el partido centrista-legal, los campesinos como vanguardia de la revolucin, etc. De ninguna manera debe llamar la atencin que un partidario del foquismo a ultranza se pase ahora al oportunismo electoral: entre ambas variantes existe un cordn umbilical que consiste en la oposicin a los mtodos y a los objetivos de la hegemona del proletariado, reemplazados por un sustituto pequeo-burgus, extrao a la clase.El argumento preferido de los seudotrotskistas de la ex LV afirma que su maniobra de ingreso al PSA le permitir instrumentar el acceso a los medios masivos de comunicacin, como la radio y la televisin. No intentan siquiera insinuar que la utilizarn como tribuna para la agitacin revolucionaria de las masas, en las condiciones del ascenso replanteado, de nuevo, por el Mendozazo[73]: ya lo revela su peridico, estructurado alrededor de la lucha relativa a las candidaturas electorales. El ex grupo LV ha realizado, a su modo, una experiencia similar a la que est desarrollando el stalinismo criollo: para poder actuar en el terreno legal han debido disolverse en frentes de clase ajenos a la clase obrera. Es que no es exactamente lo mismo capitular ante la burguesa progresista (unos) o ante el centrismo (otros) pero conservando la fisonoma independiente que hacerlo disueltos en coaliciones burguesas o centristas. Tanto el PC como los seudotrotskistas se defienden diciendo que son ellos los que realmente constituyen la columna vertebral de esas coaliciones; no se dan cuenta que con esto lo que hacen es subrayar la verdadera amplitud de su entreguismo poltico. Pero el PC puede decir en su descargo que conserva su fisonoma propia en un radio importante de su movilizacin poltica, cosa que la ex LV no puede reivindicar. Ambos han ganado prerrogativas de accin legal a costa de desnaturalizar su naturaleza de clase ya limitada.La secuencia de la disolucin del seudotrotskismo en el centrismo pequeo burgus comenz con su caracterizacin de los golpes posteriores a Ongana como nacionales y populistas; de aqu sacaron la necesidad de formar un partido obrero independiente con los participacionistas de las 62 Organizaciones.[74] Para el morenismo, los ocho (...) en su desesperacin para evitar su desaparicin (pueden tomar) la variante correcta (...) Esto explica cmo un burcrata como Roqu junto a Castillo, del vidrio, o Izzeta, de Municipales (...) hoy da den un viraje asumiendo posiciones nacionalistas y de tipo independiente, criticando violentamente a la Hora del Pueblo y a Paladino.[75] [76] Segn se puede ver, la historia que culmin con Coral no es sino la culminacin de una serie de volteretas que comenzaron con el franeleo con la derecha antiobrera de la burocracia y siguieron luego con Selser.Qu relacin hay entre el nacionalismo gubernamental y el partido obrero de los burcratas? La relacin es que esta teora del seudopartido obrero se formul en las postrimeras del gobierno de Levingston[77], del gobierno que el morenismo defini como desarrollista de signo nacional, cuya correa de transmisin en el movimiento sindical era justamente el ala participacionista de los ocho.[78]El solo hecho de que la ex LV califique de nacionalista a Levingston y a Ferrer, a la Hora del Pueblo que ayud a voltearlos, a los ocho que se opusieron a esta coalicin; que tambin diga que la convocatoria electoral es una manifestacin de la resistencia burguesa al imperialismo y una exigencia electoral del propio imperialismo yanqui; que no haya vacilado en calificar como progresiva a la Hora del Pueblo[79], al mismo tiempo que afirma que el principal enemigo es el GAN; todas estas volteretas demuestran el carcter superficial e impresionista de su caracterizacin del llamado nacionalismo burgus, abstraccin que le ha servido para justificar sus capitulaciones polticas.Cualesquiera sean los giros que se vea obligado a realizar Lanusse[80], la esencia de los gobiernos postOngana es impedir la reversin del ciclo gorila iniciado en 1955. Es en relacin a esto que debe entenderse el pase del totalitarismo onganiano al semitotalitarismo en descomposicin del lanussismo, que abri una brecha limitada de legalidad, luego de deshauciados los intentos abiertamente represivos insinuados cuando el golpe contra Ongana. Los mtodos gubernamentales del onganiato haban quedado superados durante la propia presidencia de ste, perodo en el que el lanussismo se ubic a su derecha. Ya en 1966, La Verdad estim como progresiva la formacin de un bloque burgus pro-electoral (La lucha recin comienza), a lo que nuestro partido respondi que: La vialidad objetiva de ese bloque no se dar ms que cuando se concrete una profunda escisin en los grupos monopolistas y, por lo tanto, como vehculo poltico de esos grupos; y tambin como freno represivo a la movilizacin independiente de la clase. [81]El morenismo supone que estamos frente a un movimiento nacional encabezado por la gran burguesa (lo que significa que sta englobara en sus planteos, de una manera objetiva, los intereses del conjunto de las otras clases) porque parte de que la industrializacin de los ltimos diez aos la ha fortalecido al punto de poder estructurar una resistencia ante el avance directamente expropiador del imperialismo. La misma caracterizacin de la fortaleza de la burguesa nacional lo llev a decir en 1967 que el onganiato era el rgimen ms estable de los ltimos diez aos, cuando en realidad, como lo dijo nuestro partido, estaba minado por una crisis prerrevolucionaria que lo hundi en menos de lo que canta un gallo.Es que el morenismo est adscrito a la corriente trotskista-pablista que sostiene que estamos en una nueva fase del imperialismo, el neocapitalismo, definida por un colosal desarrollo de las fuerzas productivas. Estamos a escala mundial en plena revolucin industrial, con el surgimiento explosivo de nuevas ramas productivas (aunque) el salto industrial argentino (?) no haya logrado incorporar en forma acabada (?) las nuevas ramas industriales que caracterizan a la moderna economa.[82] Este planteo olvida que el capitalismo est obligado a revolucionar de un modo constante sus tcnicas de produccin, an en su poca de plena decadencia, como se puede ver en el desarrollo industrial y tcnico alemn bajo el hitlerismo, por lo que el contenido de este desarrollo est determinado por su carcter parasitario y en descomposicin. El surgimiento de nuevas ramas productivas se asienta sobre el fenmeno artificial y parasitario de los tremendos gastos blicos que no son, precisamente, un rasgo revolucionario, y que determinan hoy la quiebra de todos los sistemas financieros y de importantes grupos industriales como Rolls Royce y Lockheed, y el subsidio de toda la industria aeronutica de uso civil. La rpida decadencia en que entran las nuevas ramas productivas (por ejemplo, el automvil) obligan al imperialismo a forzar una industrializacin artificial y parasitaria en los pases atrasados, altamente gravosa para las masas y dilapidadora del capital nacional interno. Estas nuevas ramas entran en decadencia en los pases atrasados en un tiempo histrico infinitamente ms breve que las viejas ramas de la colonizacin imperialista, lo que refleja justamente la descomposicin del capitalismo mundial. Basta comparar el ciclo de desarrollo ascendente de 50 aos del capitalismo agropecuario argentino, con el virtual estancamiento en que entr la industria automotriz a los ocho primeros aos de su instalacin.La burguesa nacional que se forma con la nueva penetracin imperialista es mil veces ms dependiente del imperialismo que la vieja oligarqua, al tiempo que el desarrollo del proletariado achica an ms su peso social relativo. La burguesa nacional pierde cada vez ms posibilidades de estructurar un juego democrtico y de controlar en forma acabada un partido de masas. La experiencia chilena demuestra que la burguesa ha llegado a perder el control de las palancas ejecutivas del poder y que su rgimen poltico la sobrevive por la naturaleza colaboracionista de la direccin de los partidos obreros.Este anlisis explica la desesperacin por imponer el GAN y la crisis poltica brutal que rodea este intento. El imperialismo yanqui apoya y promueve esta estrategia, as como sus reflejos en las maniobras diplomticas del gobierno argentino, inspiradas en la tendencia al acuerdo contrarrevolucionario entre el imperialismo y las burocracias de los Estados obreros. Hablar de nacionalismo en relacin a una estrategia que se reconoce que cuenta con el aval del imperialismo, es una abstraccin capaz de conducir a cualquier oportunismo poltico.El planteo de la revolucin industrial y, por lo tanto, de ampliacin del horizonte histrico del capitalismo, es exactamente opuesto al formulado por los cuatro primeros congresos de la III Internacional y por el programa de fundacin de la IV Internac