julio n. magri, apuntes a la historia del trotskismo argentino (4 artículos)

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  • 8/10/2019 Julio N. Magri, Apuntes a La Historia Del Trotskismo Argentino (4 Artculos)

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    Diciembre de 1991 N22 en defensa del 79

    Apuntes a la historia deltrotskismo argentino(1930/1951)

    por Julio N Magri (*)

    Trotsky sostuvo repetidas veces que un pro-grama de partido no poda limitarse a sealarlas lneas generales del desarrollo revolucionariosino que deba refractar esas lneas generales,resultantes del carcter mundial del capitalis-mo, en las peculiaridades de cada nacin y antener en cuenta las condiciones especficas de laevolucin de la conciencia del proletariado. Este

    es el camino obligado para que el programa re-volucionario encame en la clase obrera de cadapas.

    A la luz de esto es que la elaboracin de unahistoria del trotskismo argentino no debe ago-tarse en la recopilacin de textos y hechos olvi-dados o no debidamente apreciados, sino quedebe servir para asimilar las experienciasfrustradas que tuvieron por objetivo estructurarel partido revolucionario. Una historia deltrotskismo debe sacar a luz cmo se abordaron

    en el pasado los problemas estratgicos y cualesfueron los aportes y las limitaciones en la estruc-turacin del programa. El propsito del historia-dor no es canonizar a los grupos polticos que ac-tuaron en nombre del trotskismo o ms precisa-mente de la IV2 Internacional, sino caracterizarsu actuacin poltica a la luz de las condicionesimperantes de la lucha de clases del movimientoobrero internacional y del marco histrico de lanacin en cuestin.

    La importancia a este respecto de laHistoria del trotskism o argentino (1929/60)

    de Osvaldo Coggiola (Ed. CE ALCentro Editor)est fuera de cuestin. La recopilacin y orde-

    namiento de la vasta literatura y de las discu-siones que enfrentaron a los grupos que se

    proclamaban trotskistas y sus relaciones con laIV9Internacional, constituye un mrito indiscutido del autor. Coggiola evala a lo largo de sutrabajo los problemas estratgicos que, concientemente o no, estuvieron en la base de las crisisde esos grupos y de su fracaso para actuar enconformidad con una estrategia cuartainternacionalista.

    ji S|c f | f *{? ff rj (n

    El movimiento trotskista nace en Argentina acomienzos de la dcada del 30, pero durante susprimeros quince aos tendr una vida larvada yerrtica. No obstante, es el receptculo de variasescisiones que se producen en el stalinismo.

    El gran debate que recorre las filas trots-kistas (y no slo trotskistas) es la caracteri-zacin del pas, el carcter de la revolucin y lastareas a cumplir. En lneas generales, los

    primeros grupos trotskis ta s so sten an queArgentina era un pas capitalista desarrollado,en el que no se planteaban las tareas de inde-

    pendencia nacional. Una minora, no obstante,parta del carcter atrasado del capitalismo ar-gentino y de su dependencia del imperialismomundial, para sealar la vigencia de la libe-racin nacional. Una expresin de la debilidadterica de la poca es que esta minora fue inca-

    paz de sacar a la liberacin nacional del plano dela abstraccin y extraer las conclusiones polti-cas concretas, por ejemplo, con relacin a las

    tentativas autnomas de la burguesa y a losmovimientos nacionalistas.

    (*) Ju lio N. Magri es dirigente del PartidoObrero (Argentina)

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    Resulta notable que los primeros trotskistasargentinos no percibiesen la cuestin nacionalen los aos *30 cuando sta se expres con par-

    ticular intensidad. La crisis mundial de 1929 puso al rojo vivo los vnculos semicoloniales de laArgentina con Inglaterra y abri una colosal cri-sis poltica y social. La colonizacin financiera deGran Bretaa produjo una temprana y extraor-dinaria integracin de Argentina al mercadomundial pero, dialcticamente, aisl al pas, almismo tiempo, de la circulacin general de la economa mundial por su carcter unilateral, porel bloqueo que ejerca contra la industriali-zacin. La cada del comercio exterior, a partirde 1930, produjo una brutal expulsin de las

    masas agrarias y urbanas del interior del pas yla ruina de la clase obrera. Otra consecuenciafue la quiebra del rgimen poltico y el inicio dela era de los golpes militares.

    En realidad, los trotskistas negaban la opre-sin imperialista por el hecho de que Argentinano estaba ocupada por una fuerza militar ex-tranjera y porque contaba con una industria y una clase obrera con cierto desarrollo, al menosen relacin a los dems pases latinoamericanos.Consideraban al imperialismo en trminos de

    fuerza militar o como explotacin de las nacionesexclusivamente agrarias. La semiindustrializacin de las naciones semicoloniales apareca,entonces, como sinnimo de autonoma nacional,que no poda ser compatible con la dominacindel capital financiero internacional.

    Esos grupos trostkistas no tenan en cuentaque el capital financiero es tina fuerza tanconsiderable, por as decirlo, tan decisivaen todas las relaciones econmicas e inter -nacionales, que es capaz de subordinar, yen efecto subordina, incluso a los Estados

    que gozan de una independencia polticacompleta... (El imperialismo, Lenin). Lenincolocaba a Argentina en la categora de estos l-timos.

    En verdad, estos primeros grupos trotskistasestablecan una continuidad, no con Lenin yTrotsky, sino con Juan B. Justo, uno de los fun-dadores del PS, quien, partiendo de que la colo-nizacin del agro y el establecimiento de losgrandes medios de transporte haban integradoal pas al sistema capitalista internacional, a

    preciaba al imperialismo, unilateralmente, comofactor de universalizacin del modo de produc-cin capitalista. Por eso Justo sostena que elcapital extranjero sareo era un progreso (latarea del poder poltico debera ser impedir quese manifestara su lado enfermo o negativo, tesis

    que luego hara suya el nacionalismo burgus APRA, UCR, etc.). Los trotskistas podan discu-tir sobre el grado del atraso o dependencia del

    capitalismo argentino, pero negaban que la opre-sin imperialista constituyera una valla insalva-ble al desarrollo burgus nacional independientede las naciones atrasadas. Es decir, que negabanque Argentina sufra, al mismo tiempo, las con-secuencias de un elevado desarrollo capitalista(ramas modernas controladas por el capital fi-nanciero) y de un insuficiente desarrollo del ca-pitalismo (atraso agrario, industria artesanal,ausencia de integracin autnoma al mercadomundial).

    A fines de la dcada del 30 Quebracho

    (Liborio Justo) sostendr, sin embargo, que "laArgentina es un pas semicolonial sometidoal imperialism o y que est planteada la lucha

    por la liberacin nacional (ver Coggiola, pgs. 32en adelante). Esto desatar una violenta polmi-ca en las filas trotskistas. Se pondrn de relieve,entonces, las lagunas, debilidades y la in-madurez terica de esos grupos.

    Para un sector del trotskismo de esa poca(Antonio Gallo, Jorge Lagos) el planteamiento dela liberacin nacional significaba el abandono de

    la estategia de la revolucin socialista, la ne-gacin del carcter capitalista del pas y con-duca al *frente po pu lar (colaboracin declases con la burguesa nacional)

    Para Gallo y Lagos, liberacin nacional con-clua con la independencia formal.

    "La burgu esa argentina, a diferencia delos dems Estados lat inoamericanos sostena Gallo se ba sa en un a economa decierto grado de desarrollo propio, tiene una gran experiencia, cuenta con un Estado

    bien organizado y un apara to de represi n

    formidable. Ya ha hecho su revolucin y es-t dispuesta a gozar de sus beneficios. Not iene el menor propsi to de lanzarse aninguna revolucin *a n t ii m p e r i a l is t a (Coggiola, pg 34).

    Como se puede apreciar, Gallo considerabaque el imperialismo no tena vigencia all dondela burguesa nacional contaba con un Estadopropio, es decir, que la consideraba una clasedirigente y opresora plena. Gallo exclua comopropio del imperialismo al conjunto de las rela-

    ciones, cadenas y trabas polticas y econmicasque sujetan a las naciones atrasadas y que porese motivo confieren al Estado nacional y a la

    burguesa nativa un carcter semidirigente ysemioprimido (Trotsky). Lenin haba advertidoque para el capital financiero la subordi-

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    nacin ms beneficiosa y ms cmoda esaqulla que trae aparejada consigo la pr-dida de la independencia poltica de los

    pases y de los pueblos sometidos. (Pero)...Los pases semicoloniales son tpicos, en

    este sentido, como (caso in ter m e d io Secomprende, pues que la lucha por esospases semidependientes haya tenido queexacerbarse part icularm ente en aquellapoca del capital f inanciero, cuando elresto del mundo se hallaba ya repartido(El Imperialismo...).

    Tanto Gallo como Lagos deducan la inactualidad de la cuestin nacional en Argentina de suapreciacin de que la burguesa argentina no es-taba interesada en la lucha antiimperialista, loque s ocurrira en el caso de las dems bur-

    guesas latinoamericanas.Pero la opresin nacional no se establece por

    la capacidad o disposicin subjetiva de la bur-guesa nacional para librar una lucha antiimpe-rialista. Gallo, por ejemplo, le extenda unacertificado de lucha**a las burguesas lati-noamericanas y se lo negaba a la burguesa ar-gentina, cuando en realidad la burguesa ar-gentina protagoniz mayores movimientos de re-sistencia al imperialismo que cualquier otra deAmrica Latina.

    El problema correctamente planteado siguesiendo otro. La vigencia de la lucha nacional es-t presente donde, an si existe un Estado na-cional, ste se encuentra bajo la dependencia (econmica, poltica o militar) de un Estado ex-tranjero, en virtud de un conjunto de relacioneshistricas, en el caso argentino su tempranasubordinacin al capital comercial y financiero

    britnico. La opresin nacional otorga un carc-ter progresivo a las tareas nacionales aunque noa la burguesa nacional. Esta tiende a la uninms completa con el imperialismo, por imperio

    de la fuerza de atraccin del capital financiero(bien que esa tendencia nunca pueda transfor-marse en unin total), y teme, por otro lado, al

    proletariado y a los levantamientos agrarios. Elyugo imperialista exacerba la diferenciacin in-terna de la nacin, por eso en lugar de armo-nizar los intereses de las clases nativas agudizala lucha en el seno de la nacin oprimida, es de-cir la lucha del proletariado contra la burguesanacional.

    Para Gallo la consigna de liberacin nacional

    subordina al proletariado a las clases domi-nantes nativas razn por la que Lagos la calificade variante de frente pop ula r Pero si la bur-guesa puede encubrirse con las banderas del

    antimperialismo para reclamar el apoyo del pro-letariado y del conjunto de las masas ello sedebe a que la opresin imperialista se manifies-ta inevitablemente por todos los poros de la so-ciedad. No es posible acabar con la influencia de

    la burguesa entre la clase obrera y las capas po-bres negando el yugo opresor. Si los trotskistasproclaman la abstencin en la lucha contra el

    #imperialismo, la burguesa nacional cuenta oonlas manos libres para manipular a las masas,presentndose como la abanderada de los intere-ses nacionales. La vanguardia obrera, en estecaso, lejos de preservar la independencia declase del proletariado, queda aislada como ungrupo antinacional, incapaz de distinguir elcampo imperialista.

    Para Gallo y Lagos la lucha por la liberacin

    nacional significaba que el antagonismo entre laburguesa nacional y el proletariado quedabaabolido, tesis sta propia del stalinismo. Estesostiene que el proletariado debe subordinarse ala burguesa en nombre del enemigo opresorcomn. Como Gallo y Lagos rechazaban estaconclusin, crean resolverla suprimiendo de suscabezas la opresin imperialista y las reivindica-ciones nacionales. La teora y la estrategiamarxista rechazan terminantem ente, en to-dos los casos, la estpida idea de que el

    pro le ta riado deba convertirse en abande-rado de ideas y de movimientos burguesesde *liberacin naciona lm (Documento de laLOS, ver Coggiola, pg. 36). Lo que no se com-

    prenda era que la realizacin revolucionaria de* las tareas de la emancipacin nacional superan

    el marco de la democracia burguesa, que lalucha antimperialista debe servir para desen-mascarar las vacilaciones y cobarda de la bur-guesa nacional ante las tareas histricas de lanacin y que todo esto sirve para potenciar alproletariado como abanderado de las masas o

    primidas.Aunque Quebracho sealara la vigencia de la

    cuestin nacional y rechazara la asimilacin deArgentina a las metrpois imperialistas, lejos es-tuvo de comprender el significado que esto tenaen la lucha de las naciones sometidas (sur-gimiento de movimientos nacionalistas demasas) y en el programa poltico del proletaria-do. En 1943, Quebracho rompe con el trots-kismo. Quebracho lanzar la inslita y prostalinista acusacin de que "el lider de la IV9

    Internacional se puso al servicio del impe-rialismo yanqui en Mxico, ofreciendo comoprueba, ni ms ni menos, que el anlisis y lasposiciones polticas de Trtosky frente a la

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    cuestin nacional. Es decir que no haba enten-dido nada de su propio planteo.

    Quebracho sostuvo que la nacionalizacin delpetrleo por el general Crdenas en Mxico, en1938, no era ms que una lucha interimperialista sin el menor atisbo de reivindicacinnacional. Quebracho pas a suscribir las posi-ciones de ciertos grupos trotskistas ultraizquierdistas mexicanos que atacaron a Trotsky

    por el apoyo que ste brind a la medida deCrdenas. Estos grupos sostenan que la na-cionalizacin del petrleo sirve al imperialis-mo norteamericano contra el imperialismoingls (L.C.I., julio 1938, citado por Quebrachoen: Le.n Trotsky y Wall Street, pg. 97).

    Esto no les impeda a esos grupos y a Quebrachodecir, al mismo tiempo, que la medida deCrdenas era progresiva y deba ser apoya-da por los militantes revolucionarios( idem, pg 92). Sin embargo, calificaban a la na-cionalizacin de Crdenas como una ins-

    piracin... del imperialismo norteamericano.Es evidente que al asimilar la nacionali-

    zacin del petrleo por Crdenas al imperialismoyanqui, los llamados trotskis tasmexicanos secerraban el camino hacia las masas. ParaTrotsky la ubicacin correcta de la lucha na-

    cional no era ms que el punto de partida paraque el proletariado no quedara entrampado en elcampo burgus. La burguesa mexicana, paraganarse una base de apoyo en la clase obrera ypara contar con un capital poltico para su regimentacin, lleg inclusive a proponer la partici-

    pacin obrera en la industria nacionalizada.Para Trotsky estaba fuera de cuestin (seraun error desastroso, una abierta impostu-ra) que las nacionalizaciones y la codireccinobrera cambiaran el carcter de clase burgus,

    del gobierno y que, por lo tanto, eliminaran lanecesidad de la revolucin proletaria. El proble-ma era otro. En la medida que disputaba unareivindicacin nacional y buscaba interesar a losobreros en ella, el peligro era que la clase obrerafuese ganada a la poltica burguesa nacionalista.El esfuerzo de Trotsky estuvo destinado a es-tablecer la correlacin poltica y programtica dela lucha nacional y proletaria, cmo y en qumedida la participacin obrera poda permitir eldesarrollo de la oposicin poltica al rgimen

    burgus, desnudar sus vacilaciones, cobarda e

    impotencia en la disputa antiimperialista.Quebracho, por lo tanto, aunque plante laliberacin nacional, no sali de la abstrac-cin, era incapaz de reconocerla en un en-frentamiento poltico concreto. Tena una carac-

    terizacin insuficiente del movimiento naciona-lista de contenido burgus, ni que decir de laconducta que deba adoptar el proletariado re-volucionario. Trotsky supo oponer el proletaria-do a la burguesa en la cuestin nacional, en elcaso de Mxico, Quebracho le dio simplemente laespalda. El sealamiento de la liberacin na-cional no agota la necesidad de determinar laspeculiaridades nacionales de un pas, es muyabstracta. Las posiciones de Quebracho sobre laliberacin nacional, en lugar de ser el punto departida para la elaboracin del programa y lapoltica del proletariado en la Argentina atrasa-da y semicolonial no pudieron hacer frente alsurgimiento en Argentina de un movimiento na-

    cionalista de masas, el peronismo, que logrardirigir y regimentar a la clase obrera. Los trots-kistas argentinos no estaban tericamentepreparados para lo que se vena.

    1945: el peronismo

    Estos problemas se manifestaron con totalcrudeza en 1945. Coggiola seala que, con excep-cin de algunos ncleos de grupos trotskistasque, ms bien empricamente, reconocieron el la-do progresivo del peronismo en relacin a la

    Unin Democrtica, la mayora lo calific demovimiento reaccionario, de tintes poli-ciales, asimilable al fascismo. Entre ellos se en-contraba Jorge Abelardo Ramos, entonces defen-sor de las posiciones antiliberacin na-cional (Coggiola, pg 96) pero que meses des-

    pus descubrir las virtudes peronistas pasn-dose abiertamente al campo burgus.

    En esa poca hace su debut en las filas trots-kistas Nahuel Moreno, quien llevar al extremolas caracterizaciones y posiciones errneas de

    sus predecesores y contemporneos.Moreno reconocer el carcter atrasado ysemicolonial de Argentina, entroncando en el

    pensamiento de Quebracho, pero negar la pecu-liaridad de los movimientos nacionalistas demasas de contenido burgus, pues asimilar a la

    burguesa nacional con el imperialismo.La crisis general del imperialismo en

    todos los terrenos, pol t ico, social , econmico, colonial, acelera la un idad gene-ral del mundo capitalista y no debilita esaunidad. La burguesa de los pases atrasa-

    dos que forman parte del mundo capita-lista estn cada vez ms unidos al imperia-lismo por motivos econmicos, sociales ypolticos, a pesar de que no dejan de tenerroces con los pases metropolitanos por el

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    reparto de la p lusvala, como consecuenciadel fortalecimiento del podero de sectoresde la burguesa de los pases atrasados, loimportante es que estos roces no debilitanel frente nico imperialismoburguesa na-cional sino que la crisis fortalece cada vezms ese frente nico (Moreno, GCI, agenteideolgico del peronismo en el movimientoobrero, noviembre 1951). Como dice SilvioFrondizi (La realidad argentina, tomo II):Es evidente que aqu se confunden doscosas: la tendencia de los gobiernos de los

    pases semicoloniales, con los lmites de esa po ltica

    La tendencia de la burguesa nacional haciael entrelazamiento con el capital financiero enmodo alguno puede darse de una manera ar-mnica. El imperialismo extiende el parasitismo,es decir que agudiza las contradicciones na-cionales.

    La transformacin del frente nico imperia-lismoburguesa nacional en bloque monolticosignifica que el capital financiero sera capaz deresolver las contradicciones que oponen a las na-ciones oprimidas con el yugo imperialista. Latendencia a la alianza no elimina sus lmites ycontradicciones. Trotsky seal magistralmenteque la llamada burguesa Nacional*toleratodo tipo de degradacin nacional mien-

    tras pueda mantener su existencia privile-giada. Pero cuando el capital forneo sepropone asu mir la plena dominacin de to-da la riqueza del pas, la burguesa colonialse ve obligada a recordar sus obligacionesnocionales**(La revolucin china).

    Hay que subrayar que las teorizaciones deMoreno se hicieron en relacin al peronismo movimiento de masas burgus que deba en-frentar al bloque reaccionario del imperialismoyanqui y la burocracia del Kremlin. Tenemosaqu un ejemplo terrible de la relacin entre la

    insuficiencia terica y la ms completa ceguerapoltica.Para Moreno, Pern era un agente ingls, y

    la dependencia de la burguesa nacional,su falta de *nacionalismo\ su rol antina-cional y reaccionario*.*, (hace que) todo go-

    bie rno burgus argen tino se r el agente deInglaterra.

    Moreno no niega la progresividad

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    propiedades, a precio de oro, como lo reclamabala Bolsa de Londres. Esto demuestra que la bur-guesa nacional acta dentro de los lmites qule impone su propio carcter de clase explotado-

    ra, como una fraccin de la burguesa mundial.Por esto mismo, la oposicin del imperialismoyanqui a Pern no lleg hasta la invasin militarcomo lo reclamaba el PC. Pero los intereses delimperialismo mundial estaban en la UninDemocrtica. Aunque esta realidad no entrabaen su esquema, Moreno lleg a explicarla delsiguiente modo: El imperialismo ingls, sindejar de tener muchos de sus servidores yagentes nacionales en la oposicin al go-

    bierno (de Pern) tantos que hacen mayora,apoya decididamente a este ltimo, como

    mejor forma de defenderse de la pene-tracin del imperialismo rival. Como bienconcluye Coggiola, Pern es, pues, un agenteingls combatido por los agentes inglesesen la Argentina, y ya es difcil saber en qumundo vivimos... (pg. 99).

    Los movimientos nacionalistas burguesesprocuran por definicin la regimentacin delmovimiento obrero, con la finalidad de usarlo co-mo factor de presin frente al imperialismo(para lo cual llega, incluso, a tomar iniciativas

    de organizacin de los trabajadores), y por sobretodo, para liquidarlo como clase independiente(esto con ms razn por cuanto el proletariadotiende constantemente a superar los lmites aque pretende confinarlo la burguesa). El pero-nismo se propuso y logr una amplia regi-mentacin y estatizacin del movimiento obrero,al mismo tiempo apel a formidables concesionesa los trabajadores. El peronismo se esforz porregimentar al movimiento obrero, pero nuncahubiera sido un fenmeno de masas si se hu-biera limitado al sometimiento policial de lossindicatos.

    Para Moreno, el peronismo, al revs, selimit a estructurar un Estado policial, de reac-cin poltica, agente ingls, el ms grande defen-sor de los estancieros y frigorficos. Moreno igno-ra la democratizacin que impuso el peronismoal obligar totalitariamente a los patrones(muchas veces obligado l mismo por las huel-gas) a aceptar una avanzada legislacin laboraly una incuestionable redistribucin de la rentanacional.

    Las citas de Moreno son ilustrativas del gra-do a que lleg su posicin antiobrera y proimpe-rialista.

    El 17 de octubre el movimiento obrerofue movilizado no sobre consignas antiim-

    perialistas o an ticap italistas sino para ase-gurar el orden burgus representando porla polica y el ejrcito y para l iberar aPern (poco importan los gritos, Viva

    Pern, Muera Braden)... No se trat por lotanto de una movilizacin de clase ni de una movilizacin antimperialista sino de una movilizacin fabricada y d irigida por la

    polica y los mil itares, y nada m s... Nohubo n i in ic ia t iva del p ro le tar iado n ioposicin al rgimen capitalis ta, ni lucha oconflicto con ste... No fue por lo tanto unamovilizacin obrera... El 17 de octubre re -present al mismo tiempo el punto culmi-nante de esta ofensiva y el debut de otra... ( Movilizacin antiimperialista o movi-

    lizacin de clase? Nahuel Moreno en "Re-volucin Perm anen te, Ns 1,21/7/1949).

    MLos militares... incitaban al proletaria-do a ir contra la burguesa. Se produjo alcalor de tal demagogia todo un movimientoobrero ar tificialque era alentado y apoya-do por funcionarios estatales y policiales.Al decir artificial queremos decir que nofue consecuencia de la situacin desespe-rada del proletariado o de su experiencia oconciencia (Frente Proletario, N2 7, agosto

    1947, pg 4.) Estas eran tambin las posicionesde la Sociedad Rural y la Unin Industrial paraquienes las demandas obreras eran excesivas yartificiales, antojadizas, y el proletariado tenalo que necesitaba.

    Ciertamente, la movilizacin del 17 de oc-tubre no fue una movilizacin de clase (aunquela inmensa mayora de sus protagonistas y delas organizaciones que la impulsaron fueran o

    breras), esto porque estaba bajo la direccin dela burguesa nacional y de una parte del aparatoestatal. No es la composicin social sino la direc-cin poltica lo que determina, en ltima instan-cia, el carcter de una lucha. Pero claro que fueuna movilizacin antimperialista, y hasta cierto

    punto antiburguesa, pues se reclamaba contra laanulacin inminente de conquistas obreras fun-damentales (aguinaldo, pago de feriados, vaca-ciones). Todo movimiento de masas dirigido porla burguesa desnaturaliza su contenido profun-do. Pero la burguesa no puede nunca crear arti-ficialmente un movimiento obrero, debe partirde las aspiraciones e iniciativas ya contenidas en

    l. Acta, no artificialmente, sino preventiva-mente. El planteo abusivo, extremo y unilateralde Moreno mide, por cierto, la ceguera polticade quien lleg a atribuirse la representacin deun trotskismo consecuente.

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    Es oportuno aprovechar la ocasin para sea-lar que, ms tarde, Moreno reivindicar para el

    partido laborista de Gay y Cipriano Reyes, queva a surgir como consecuencia del 17 de octubre,un carcter obrero independiente. Pero el Partido Laborista s que fue uartificial*sin raz nicontenido. Este ltimo fue un aparato tran-sitorio con base en la burocracia sindical, ciento

    por ciento sometido al nacionalismo burgus.Moreno consider al peronismo un movi-

    miento reaccionario de derecha y a lossindicatos surgidos en 1945 del siguiente modo:En cuanto a su esencia son sindicatos es-tatizados, es decir, los sindicatos oficialis-tas son s indicatos fascistas o semifascistas("Frente Proletario, N2 7, pg 2). Moreno ter-min coincidiendo con la caracterizacin tpica

    del PS y del PC: que el peronismo era nazifascista, es decir el nacionalismo burgus de unanacin opresora, no de una oprimida.

    Ahora bien, ni el caracterizar a Pern comoun agente ingls, ni el negar que la UninDemocrtica fuera un bloque proyanqui, ni elno advertir al ascenso mundial del imperialismoyanqui (todos estos, factores que tienen que vercon el anlisis concreto) explican que se identi-ficara a Pern con el fascismo. Moreno reconocaque los agentes ingleses eran mayora en laUnin Democrtica y que la rivalidad anglo yan-qui no era la cuestin decisiva. El embelle-cimiento de la Unin Democrtica por parte deMoreno tena que ver con que en el bloque pro-yanqui participaban los llamados partidos obreros (PC, PS) y los de la burguesa liberal o de-mocratizante.

    Para Moreno, el peronismo era un movimien-to que vena a anular las conquistas obreras, enespecial, la independencia y libertad sindicales.Pero en realidad el proletariado haba perdidoconquistas en la dcada del 30, en tanto, que la

    burocratizacin de los sindicatos haba llegado aun nivel desconocido, con la burocracia divididaentre el frente propular y la corruptela directadel Estado.

    Moreno presentaba a las direcciones obrerascomprometidas con los regmenes de la dcadainfame y, luego, integrados orgnicamente en laUnin Democrtica, como portadores de la inde-

    pendencia obrera.La regimentacin obrera por parte del na-

    cionalismo tiene un carcter reaccionario, no im-porta que sea el de un pas oprimido, y debe ser

    combatida intransigentemente por el proletaria-do. Pero esto slo es posible si la vanguardia delproletariado se coloca como abanderada de la

    lucha antimperialista y nunca sosteniendo albloque de fuerzas proimperialistas.

    Se lleg a plantear que los sindicatos, al serdirigidos por una burocracia nacionalista vincu-lada al Estado, aunque sean mayoritarios y demasas, pierden su carcter obrero y se transfor-man en burgueses. En cambio, los sindicatos di-rigidos por una burocracia stalinista o socialis-

    tas no slo seran obreros, sino, adems, inde-pendientes de la burguesa. Lgicamente esto esuna fabulosa apologa de los aparatos contrarre-volucionarios del stalinismo y de la socialdemocracia, en momentos, ni ms ni menos, en queestaban metidos hasta el pescuezo en la coali-cin poltica dirigida por el embajador yanquiBraden. Es as, que la corriente morenista elGOM afirmaba que el PC y el PS eran perme-ables a la presin obrera y reflejaban su evolu-cin y conciencia polticas, rasgo que los diferen-

    ciaba de las burocracias de origen nacionalistaburgus. "En cam bio , la b u ro c ra c ia r e -formista contrariamente a la an terior (a lanacionalista) depende fund ame ntalmentede los obreros. Refleja en cie rta med ida su

    presin y diferentes estados de nimo porlos que atraviesan aqullos... Su sumisinideolgica a la burguesa, que no la eximede roces con ella, sobre todo en las cues-t iones tcticas a adoptar frente al mo-vimiento obrero, no indica para nada su-misin a los gobiernos, sectores o partidos

    dominantes (I.Rios, El GCI y el problemasindical, pgs. 52/53, subrayado nuestro).

    El stalinismo y la social democracia, defen-

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    sores por excelencia del orden burgus, seranlos reflejos de la conciencia e independencia o

    breras. El trotskismoconclua, por la va dela negacin de las cuestiones nacionales, en el

    campo del imperialismo y en la ms abyectaapologa del stalinismo y la socialdemocracia.Para Moreno, la CGT y los sindicatos pero-

    nistas haban dejado de ser sindicatos en el sen-tido ms elemental de la palabra, o sea, un canalde lucha por el salario. A partir de aqu, la pers-

    pectiva que se va a trazar es la de la destruc-cin de la CGT y los sindicatos y no va a te-ner ningn planteo en favor de la democraciasindical, de la independencia de los sindicatosdel Estado y por una nueva direccin del movi-miento obrero. Las consignas del GOM eran:Frente Unico contra la CGT, Por la des-truccin de la CGT (Frente Proletario, N2 60,18/8/51).

    Durante todos esos aos se produjeron luchasmuy importantes contra la burocracia sindical yla estatizacin impulsada por Pern que ofrecanun terreno favorable para emancipar a lasmasas peronistas de su direccin. A espaldas delas enseanzas de la II2 y III5 Internacional que

    planteaban el trabajo en los sindicatos reformis-tas, reaccionarios e inclusive fascistas, Moreno

    consideraba inadmisible realizar esa tarea en lossindicatos peronistas.Querer que proceda de otra forma (la

    CGT) es utpico. Lo reprochable no es quela CGT acte de tal o cual forma, pues elloest consustanciado con su naturaleza mis-ma: lo realmente peligroso es que compa-eros que se dicen marxistas reprueben di-cha actividad, con la ilusoria esperanza deque se puede modificar y entrar por el

    bue n camino. La CGT como agente estatalpatronal est en todo su derecho de actuaras o peor si ello es posible; en cambio no-sotros no tenem os el mismo derecho al llo-riqueo blandengue o al reproche ofendido(I. Rios, dem).

    En esta frase se resume el entierro de la posi-cin morenista. La lucha en los sindicatos reac-cionarios o burocrticos, para conquistar a lasmasas, es interpretada como una poltica paramodificar la naturaleza de la burocracia o de lossindicatos burocrticos. El morenismo expresaba

    con esto un analfabetismo terico descomunal.En su cabeza, la experiencia de cuatro interna-cionales haba quedado reducida a un agujeronegro.

    Ramos

    Tambin el grupo nucleado en torno de la re-vista Octubrese haba ubicado en el campo

    del antiperonismo. Uno de sus animadores, eraJorge Abelardo Ramos, quien actuaba bajo elseudnimo de Victor Guerrero.

    En el primer nmero de esta autodenominada revista mensual del trotskismo, que apareci en noviembre de 1945, Ramos sostenacon relacin al desenlace poltico de la jomadadel 17 de octubre:

    El coronel Pern explota en su prove-cho esa poltica traid ora del stalinismo yconsigue arrastrar a algunos sectores obre ros polticamente atrasados detrs desu aventura demaggica. Cuando final-mente es expulsado del poder por Campode Mayo, cuya oficialidad comprende quela situacin del Ejrcito se h a vuelto difcil,Pern moviliza a esos sectores obreros, in-cluidos los trabajadores de la carne (quedan la espalda al stalinismo por sus reite-radas traiciones) y con la ayuda de la buro-cracia estatal y la polica los lanza a lacalle en una demostracin de fuerza. 1 e

    j rc ito , im presionado p o r el g ab in e te

    o l igrquico proyectado por e l doctorAlvarez y por las demostraciones pero-nistas, teme represalias y un regreso d irec-to al 3 de junio... Mientras las fraccionesmilitares se tiran el poder en tre ellas comouna pelota, el proletariado permanece quieto y callado y, como quera el coronel, vadel trabajo a casa.*(Octubre, N 1,pg. 17).

    Para Ramos el conflicto entre Pern y laUnin Democrtica est vaco de contenido, nove su carcter nacional, y por eso se limita a des-cribir la crisis en la cpula del Estado.

    Ramos negaba por ese entonces hasta la posi-bilidad del surgimiento de movimientos na-cionalistas de masas en los pases semicolonialese identificaba en forma absoluta a la burguesanacional con el imperialismo. Luego de afirmarque la burguesa desnuda crudamente suimpotencia para luchar consecuentementecon el imperialismo, lo que supone diferen-ciar a una del otro, Ramos pona un signo igualentre ambos.

    Para Octubre, los sucesos del 17 y 18

    de octubre../son) un forcejeo por el gobier-no dentro de las clases poseedoras de nues-tros pas, forcejeo dentro del cual actu di-vidido el proletariado (N9 1, pg. 6). De ah

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    Diciembrede 1991 N2 en defensa del 87

    la conclusin de Ramos de que el proletariadodeba ser prescindente, es decir que no deba te-ner una poltica propia en este conflicto, pues delo contraro "continuar siendo girado porlos distintos sectores de la burgues a nacio-nal y del imperialismo para servir los inte-

    reses de las clases enemigas (Idem, pg. 4).Al proclamar su neutralidad, Ramos estaba

    llamando al proletariado a no explotar en subeneficio la crisis poltica del Estado. No se en-tiende entonces cmo pretenda evitar que laclase obrera dejara de girar en tomo a la bur-guesa. Ramos se har luego peronista, cuandocomprueba que es la nica va de una carrera

    poltica personal.Ramos primero neg la lucha nacional y le

    contrapuso en abstracto la lucha de clases; in-

    mediatamente despus elimin a la lucha declases y proclam la vigencia exclusiva de lalucha nacional. Era la posicin clsica delmenchevismo y del stalinismo. La lucha na-cional no cancela la lucha de clases no lo hizo,sino que la destac, en las revoluciones inglesa yfrancesa de los siglos XVII y XVIII! La lucha declases en el interior de la nacin oprimida en-tre el proletariado y la burguesa se potenciacon la lucha nacional: arranca al proletariado desu estrecho crculo corporativo y le plantea losgrandes problemas polticos e incluso interna-

    cionales. La revista "Octubredenunci al antiyanquismo de Pern como demagogia, lo mismoque el PC y el PS, sin comprender que an si es-to era cierto, la cuestin de la lucha contra el im-perialismo yanqui, contra la intervencin deBraden y contra el nuevo orden inter na -cional de Roosevelt, Churchill y Stalin, estabade todos modos planteada. Al tomar como refe-rencia las posiciones de Pern, y no las con-tradicciones nacionales de Argentina, Ramos yaera sin saberlo un seguidista, quizs ciego, de la

    burguesa."La secretara de Trabajo y Previsin

    fue ideada como, un mecanismo gigantescode domest icacin y control sobre elmovimiento obrero independiente decaRamos en Octubre. Pern afirm constan-temente que encabezaba un movimiento derenovacin en los mtodos de la lucha econmica de la clase obrera. Hasta qupunto puede ser ello exacto lo demuestra elhecho de que su principal apoyo lo encon-tr en los sindicatos ms infectados de re

    formismo, es decir, de colaboracin con laburg uesa (la Federac in de Empleados deComercio, po r ejemplo) y en los lderes ms

    corrompidos, como Borlenghi, Domenech yAlmarza, o en viejos elementos desplaza-dos, como Cipriano Reyes. Se adapt a suservicio al ala derecha del movimientosindical, pact con algunos sindicatos mso menos neutros y persigui despiadada-

    mente al movimiento sindical que, por susvinculaciones polticas (el caso de los sind i-catos stalinistas) se pusieron abiertamenteen contra suya(Idem, pg.4). Al

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    abre en Caseros. Desde un punto de vistams general, la victoria de Urquiza sobreRosas, con todas sus consecuencias ,cumple f ines democr t icoburgueses

    (Vctor Guerrero, Octubre N2 1, pgs. 11 y 12).Burgueses, s, pero democrticos? El imperioesclavista de Brasil y el capital comercial

    britnico, eran los introductores de la democra-cia, y Mitre, en definitiva, su despachante de aduana. La formacin del Estado burgus ar-

    gentino9*anunciar la prxima destruccin deParaguay y la definitiva balcanizacin deAmrica del Sur. Esta va de universalizacindel capitalismo se adapta a los estrechos hori-zontes de la libre circulacin del capital ingls,es decir, se opone a una amplia circulacin libre

    de los capitales. El aislamiento de los estadosdel norte de Estados Unidos y la poderosa for-macin de un mercado interior en el espacionorteamericano, favorecieron infinitamente msla libre circulacin de capital que la tempranaintegracin en Amrica del Sur.

    El nmero 2 de "Octubre recien sali al aosiguiente, en noviembre de 1946, como vocero dela LCR (Liga Comunista Revolucionaria), ahoracon la colaboracin de Niceto Andrs, como re-sultado de un acuerdo poltico con el grupo nu

    cleado en torno del peridico Frente Obrero.Sin pestaar, Victor Guerrero dice aqu que"nuestra posicin antes de las eleccioneshaba consistido en apoyar crticamente a la

    burg uesa de l pa s semicolonial; (un) apoyocondicional (que) no significaba en modo al-guno sem brar ilusiones sobre el antimperialismo9de Pern , sino ay udar a las masascon el ritmo de su propia experiencia...(Octubre n22, pg. 3). Justificaba estas mentirasen que la inexistencia de un partido revo-lucionario y las medidas obreristas y *antimperialistds9de Pern haban movilizadoa la clase obrera en su apoyo, despertndo-la de u n letarg o poltico de aos; que en una lucha en la cual intervenan desnuda-mente el imperialismo yanqui y la bur-guesa nacional indu strial de un pas semi-colonial, con el apoyo de amplias masas,era deber de los revolucionar ios ese"apoyo crtico.

    Ramos descubra el an timperia lism o99dePern cuando el choque ms serio con el impe-

    rialismo yanqui haba pasado y no retomarahasta 1954/55. Con el triunfo electoral de Pernel 24 de febrero de 1946 se haba cerrado la cri-sis del rgimen poltico y termin el breve pero-do movilizador del peronismo. Pern, de inme-

    diato, se empe en recomponer sus relacionescon los explotadores nativos y forneos y en regi-mentar a fondo al movimiento obrero. El 24 defebrero de 1946 no se inaugur una fase antiim-

    perialista sino la recomposicin poltica en laburguesa y la decidida estatizacin y totalitarizacin de los sindicatos.

    Mientras existi una disputa con el imperia-lismo, Rmos se declar prescindente, y cuandoesta disputa amengu se embloc con el peronis-mo.

    Ramos se peroniz con el argumento delapoyo crtico o condicionala la burguesa na-cional cuando sta emprende una disputa antim-

    perialista y pretendi que esta posicin era ungran aporte de Trotsky en sus escrito sobre

    Amrica Latina. En verdad, Trotsky nuncaplante el apoyo crt ico99a la burguesa na-cional. Lo que plante fue que la clase obreradebe ocupar su lugar en el campo de lucha con-tra el imperialismo y esto de manera incondi-cional* es decir, con independencia de la direc-cin de esa lucha nacional no que debe apoyara la conduccin burguesa de la lucha nacional yque los revolucionarios deben criticar permanen-temente sus vacilaciones e inevitables capitula-ciones, en especial en el curso de la lucha antim-

    perialista y desenmascararla, con el fin de inde-pendizar al proletariado de la burguesa y con-quistar la direccin obrera de la revolucin na-cional, que se convierte as en permanente.

    A partir de aqu, Ramos pasar a defender arajatablas el liderazgo histrico de la burguesanacional.

    Pero la historia traza originales ca-minos dice Victor Guerrero (Ramos )(en el n-mero g de Octubre99).El crecimiento indust r i a l a r g e n t i n o , e l s u rg i m i e n to c o n s i-guiente de su proletariado, la estrechez de

    su mercado *nacionl9y la desnuda hostili-dad del imperialismo yanqui, la m adurez

    po lt ica de la burg uesa nativa, fueron losc in^t fac tores que t ransformaron a l aArf:ftina en la conductora del movimien-to naicional en Amrica Latina. Pern harealizado con mtodos \plebeyos9el reajustepoltico necesario a la burguesa nacional.Pero las fronteras argentinas resultan demasi$4o estrechas para el desarrollo act g|j las fuerzas p roductivas. La con

    ciSmia continentalde la burguesa nace,como y hemos afirmado, de la inexorablenecesidad de un mercado...

    El Plan Quinquenal y la Unin Aduanera con Chile limpiarn el camino de la

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    clase obrera de las escorias feudales (chauuniversalizacin del capital logrado en 1853,JM), harn retroceder al imperialismo desus puestos de control de la economa ar-gentina y continental restringiendo as susmercados y agravando su cr is is y

    proveern una escena histrica ms ampliapara la futura gra n lucha entre la pro piaburguesa la tinoamericana y el pro le ta ria-do del continente "(Octubre ne 3, enero/febrero1947, pg. 5).

    Octubre se dedica en los nmeros siguien-tes a la tarea de revalorizr a la burguesa na-cional y proclamar la vigencia del peronismo."El t r iunfo de Estados Unidos sobreInglaterra en su vieja lucha sostenaJacinto Almada (Ramos) en Octubre N9 5

    coincide con otro acontecimiento no menosnotable: el nacimiento de la burguesa in-dustrial argentina (sic). Cuando Wall Streetse dispona a tomar posesin de la herenciacolonial inglesa en el continente, la nueva

    burgues a arg entina se cruz en su caminolevantando a su paso un vasto movimien-to nacional en Amrica Latina (increble,JM). Aunque su poltica es una amalgamade atrevimiento, doblez y cobarda, propiosde la burguesa colonial contempornea,conmovi a millones de hombres, des-

    pertndolos a una nueva vida poltica . Tales el caso del proletar iado argent ino,

    bra si leo, boliviano, venezolano, chileno.Recprocamente, la clase obrera se trans-

    form, en el curso de la lucha, en la prota-gonista del movimiento nacional. Ramos nodejaba de ser pomposo para adornar la estatizacin de los sindicatos.

    La crisis del imperialismo proseguaRamos cre para la Argentina la posibili-

    dad de la industrializacin. Las oleadas re-volucionarias de la posguerra transforma-ron a nuestro proletariado, por la inexis-tencia de un poderoso partido obrero, en lafuerza combatiente del movimiento nacio-nal conducido por la burguesa. Esos doshechos ofrecieron a la burguesa a rgen tinael singular privilegio de iniciar los pri-meros pasos de la unificacin nacional, esdecir, de liquidar el yugo imperialista me-diante la fusin econmica y poltica de los

    20 Estados actuales en una gran nacin...Evidentemente se trataba de una pura fan-tasa; Pern por esa poca (1950) estaba buscan-do desesperado un prstamo del Eximbank.

    La revista Octubre, estuvo siempre autocolocada bajo la bandera de la IV Inter-nacional pero despus de su nmero 5, dej deaparecer. Ramos rompi con la IV9, se despoj dela calificacin de trotskista y se convirti en unfuncionario del gobierno.

    Coggiola sigue analizando las posiciones pos-teriores de Ramos en su historia del trotskismo

    pero ste ya no tiene nada que ver con el trots-kismo.

    U.O.R. (Unin ObreraRevolucionaria)

    La UOR, dice Coggiola (pg. 92) parecehaber sido el grupo (trotskista) ms nu-meroso, al menos entre 1943 y 1946. LaUOR sostena que Por su desarrollo econmico, la existencia de un proletariado

    numeroso y concentrado (ms de un millnde obreros urbanos y de medio milln detrabajadores rurales) y las formas de rela-ciones de propiedad existentes en el cam-

    po, la Argentina debe ser considerada comoun pas netamente capitalista (La bur-guesa, el imperialismo y la clase obrera,Tesis de Oscar UOR en el Boletn internode discusin del movimiento cuartaintema-cionalista argentino Ns 1, marzo de 1947).

    Oscar negaba la existencia de una ex-plotacin econmica imperialista y de una opre-

    sin nacional. Afirmaba que las tareas de la re-volucin planteada eran directamente socialis-tas. Por el desarrollo del pas, deca, por el

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    peso del pro le tariado urban o y por la exis-tencia de un fuerte proletariado rural, laclase obrera argentina subir al poder enbase a un programa fundam entalmente so-

    cialista. Esto no significa que no busque elapoyo del campesinado o de la pequea

    burgues a urb ana. En este sentido la luchapor la revolucin agra ria y contra el impe-rialismo deben ocupar la atencin de todo

    part ido que se proclam e revolucionario (idem).

    El planteo de Oscar deja claro que no negabaal imperialismo, sino que otorgaba un peso es-

    pecfico reducido a la dominacin que poda ejercer. En cierto modo, reflejaba la coyuntura es-

    tatizante del peronismo, que haba disminuidoenormemente el peso del capital extranjero.Oscar no se preguntaba sobre el porvenir de estacoyuntura y por lo tanto no tuvo en cuenta la

    posibilidad de una ofensiva del capital financieropara recolonizar el pas. Debemos suponer quedejaba de lado el carcter de la economa mun-dial en la poca imperialista.

    Para el dirigente de la UOR, en 1945 sehaba producido en el pas un choque interbur-gus; exista una camarilla militar que, paraperpetuarse en el poder apelaba a la demagogia;

    y no existan diferencias sustanciales entre elperonismo y la Unin Democrtica. As sostenaque los marxistas debemos ins istir en laafirmacin de que tanto la UD como el pe-ronismo son los ejecutores pese a sus di-ferencias secundarias de una mismapoltica b urguesa , tanto en lo que se refiereal pro letariado como en lo que atae al im

    perialism o(idem), Por ello aseguraba que nohaba diferencia entre un triunfo del peronismoo la Unin Democrtica pues ambos hubieran

    sido gobiernos burgueses.Oscar centraba, no obstante, el fuego contrael peronismo. La movilizacin pero nis ta del

    p ro le ta riad o tu vo un sentido pro funda-mente reaccionario. La dictadura l levhas ta lo l t imo la cor rupcin de lmovimiento obrero al que dio como salidade sus problemas la supuesta accin bien-hechora del estado burgus. Los marxistasrechazamos de plano todo intento de pre-sentar al peronismo o a su ala izquierda, ellaborismo, como un movimiento de avanza-

    da. Slo un cambio profundo , en programa,mtodos de accin y objetivos, puede h ace rque ciertas ramas del peronismo y des-pre ndid as de ste o que puedan despren-derse en el futuro se constituyan en orga-

    nismos ms o menos revolucionarios (idem).

    Dice Coggiola, que la UOR se neg a militaren los sindicatos peronistas hasta 1948

    (Coggiola, pg 105). Tendr una existencia err-tica y en 1951 se disolver, con la resolucindel IIIS Con greso M und ial de la IV2Internaciona l sobre la seccin argentina(idem, pg 105), que reconoce a la organizacin di-rigida por Posadas.

    Frente Obrero

    Como seala Coggiola, el grupo nucleado entorno al peridico Frente Obrerofue el nico

    que a contramano de la casi totalid ad de laizquierda de la poca seal el papel delimper ia l i smo como orques tador de l aoposicin *democrtica9al gobierno juniano y el carcter progresivo de las moviliza-ciones contra el semigolpe de estado quederrib a Pern el 10 de octubre de eseao (Pg. 95).

    Los que se engaaron sostena FrenteObrero tomando la movilizacin de estu-diantes, burgueses y damas perfumadas

    por los pre ludios de la *revolucin9(se re-

    fiere a la manifestacin antiperonista del 19 desetiembre de 1945) juzgan a la huelg a gene-ral del 17 y 18 de octubre como una especiede aberracin, que echa al suelo todas susteoras. La aberracin estara en todo caso,en que individuos que se denominan a smismos marxistas, se pongan del lado delimperialismo en sus escaramuzas (!) consectores de nuestra burguesa semicolonial (N92, 29 de octubre de 1945, pg. 3).

    Como se puede apreciar, Frente Obrero

    caracteriz el carcter relativamente antimpe-rialista del 17 de octubre, pero luego pretendique el peronismo intervena en los sindicatospara liberarlos de los agentes yanquis.

    Al proletariado argentino decaFrente Obrero nQ2 la poltica p eronistaen los sindicatos le ofreci un inesperadoapoyo para librarse, en parte, del abrazoasfixiante de los partidos socialista y co-munista que queran u tilizar las fuerzas dela clase obrera para remachar las cadenasde la explotacin imperialista (pg. 1). El

    objetivo de la estatizacin de los sindicatos nofue ste, sino acabar con el proletariado comoclase. Los objetivos nacionales de la bur-guesa son, al mismo tiempo, disminuir la pre-sin del capitalismo extranjero y ampliar la ex-

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    plotacin de la clase obrera dos aspectos in-disolubles del reforzamiento de la burguesa na-cional como clase. Los trotskistas simplementeno conseguan caracterizar a la burguesa na-cional y a los movimientos policlasistas que se

    derivan de la correlacin de clases en un pas de-pendiente.Frente Obrero tuvo una vida efmera;

    salieron solamente dos nmeros (setiembre y oc-tubre de 1945). A fines de 1946 se unific conRamos en tomo de la revista Octubre, sobrela base del apoyo crtico a Pern.

    Grupo Cuarta Internacional

    El Grupo Cuarta Internacional (GCI)hizo su irrupcin poltica a fines de 1945 dirigido

    por Posadas. Despus de editar unos boletinesmimeografiados, public, a partir de junio de1947, el peridico Voz Prole ta ria.

    Este grupo reconoci el carcter semicolonialdel pas y la existencia de los movimientos na-cionales de orden burgus en las colonias y semicolonias.

    Estamos perfectamente de acuerdo conlos compaeros que afirman que una bur-guesa nacional es impotente histrica-mente para liberarse de la coyunda impe-rialista . Bien. Pero el hecho de su impoten-cia histrica que el proceso ulterior delos aconteciminetos ir a descubrir noautriza a afirmarde ninguna manera queuna burguesa nacional no intente o pro-mueva esa liberacin, porque ello sera ne-gar la existencia de los movimientos na-cionalistas en las colonias y semicolonias(Boletn N92, marzo 1946, GCI, pg. 3).

    El GCI atribua la condicin semicolonial deArgentina, bsicamente, al carcter agropecuario de la produccin. Argentina, a pe-

    sar del desarrollo de la economa y de la in-dus tria, es an una semicolonia, porque de-pende en su base econmica de la produc-cin agrcolaganadera y de la exportacinde materias prim as y porque est sometidaa la gran industria y finanzas del mercadomundial im pe rial ista (Voz Proletaria, N9 1,

    pg. 1, junio 1947).Para el GCI la industrializacin estaba en

    contradiccin con la dominacin del imperialis-mo, por lo cual la burguesa industrial tena uncarcter objetivamente antimperialista. Lo

    que menos inters tiene el imperialismoangloyanqui es que se desarrolle la indus-tria de estos pases. Al contrario: el impe-

    rialismo yanqui como el ingls necesitan,ms que nunca, que Amrica Latina Argentina entre ellas sean mercadoscompradores para sus artculos industria li-zados y para invertir capitales el ingls,

    en la medida que pueda invertirlos en in -dustrias accesorias a las suyas, mantenien-do a Amrica Latina como productora dematerias primas (Voz Proletaria, n2 4, agosto1948, pg. 6). En este punto el GCI coincida conOctubre, ninguno de los dos vea que lasnecesidades de la reproduccin ampliada delcapital obligaba al capital financiero a industria-lizar parcialmente a la periferia. Los trotskistas

    parecan desconocer las leyes de la evolucin yreproduccin del capital, o en todo caso eranluxemburguistas, que precisamente caracteriza-

    ba que el esquema de reproduccin de Marx nocerraba

    Para el GCI Argentina es an una semi-colonia, es decir que estaba dejando de serlo,debido al desarrollo industrial y a las nacionali-zaciones.

    Para el GCI, el golpe de junio de 1943 habaproducido una revolucin antimperialista, en laque la burguesa industrial nacionalista habadesalojado del poder a la oligarqua. El gobier-no se apoya, para su poltica de oposicinal imperialismo, sobre ese movimiento demasas y no sobre la polica y el Ejrcito(GCI, citado por Coggiola, pg. 102). La clasetrabajadora apoyaba ese Movimiento naciona-lista por su instinto de clase anticapita-lista y antimperialista.

    Para el GCI Pern se apoyaba exclusiva-mente en los obreros y para nada en el Estado!

    El GCI despliega una intensa labor en elmovimiento obrero. Silvio Frondizi sostiene queel GCI se encontraba bajo la influencia ideo-lgica de Octubre, pero que a diferencia de

    ste no permanece en su posicin de apoyoincondicional (La Realidad Argentina, TomoII, pg. 96).

    En 1951, el GCI ser reconocido como la sec-cin argentina por el III3 Congreso de la IVSInternacional. El III9Congreso plantea la unifi-cacin de las fuerzas trotskistas (el GCI y elPOR dirigido por Nahuel Moreno), para lo cualse aprueba una resolucin de compromiso queintenta amalgamar las posiciones. En lo queconc ie rne ms par t icu la rmente a Ar-gentina, nuestras fuerzas unificadas se em-

    pearn en desa rrollar desde ahora su enraizamiento en la clase obrera del pas, enplena evolucin, y en crear una corriente

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    de clase entre los obreros organizados in-fluenciados por el peronismo, a n de queese gobierno reaccionario de la burguesaindustrial que se opone a la dominacin

    del imperialismo sea aislado de su princi-pal apoyo en las m asas( Revista CuartaInternacional, Agosto/octubre 1951, pg 39).

    La resolucin revela dos cosas: la debilidadterica de la direccin de la IV2 (gobiernoantimperial ista reaccionario) y su incapaci-dad para actuar como partido, al sustituir lascaracterizaciones polticas por las maniobras.

    La unificacin no se produce por razones deaparato, ya que Moreno no quiere ingresar alGCI. Luego aprovechar en forma oportunista u

    na escisin internacional para embanderarse,sin principios, con el sector antagnico al apoya-do por Posadas.

    El P.O.R. (Nahuel Moreno)

    El GOM de Moreno se transform en POR, apartir de entender que haba crecido en formasustancial (nada cambia ... ). En las eleccionesde 1948 y 1951 llama a votar por el PC y el PS.

    El PC levanta un programa que excep-tuando su concepcin oportunista plantea

    una solucin a los problemas del momento.Desde este punto de vista, en sus princi-pales formulaciones coincide con el POR...La lucha antimperialista, la lucha por laslibertades y contra la caresta estn con-tenidas en su programa... El stalinismo es,de todos los partidos legales en la actuali-dad, el nico partido obrero que se oponeal imperialismo, que agita un programaque encara las soluciones del momento y elnico que reflejando las necesidades de la

    clase obrera significa una garanta aunquemomentnea (Frente Proletario, ns 6715/10/51, citado por Coggiola).

    Nuestro partido debe utilizar las elec-ciones para propugnar las soluciones cla-sistas contra la ofensiva gubernamental.La nica salida que da satisfaccin a todoslos problemas planteados es el apoyar alPS y al PC... (Resolucin del POR ante laselecciones de marzo de 1950 en la Provincia deBuenos Aires).

    Estas posiciones se fundamentan en la es-trategia del frente nico proletario

    El voto por el PC declara una coincidenciacon el programa del stalinismo, en lo referente a

    la oposicin al imperialismo, programaque encara las soluciones del momento,nico que refleja las necesidades de laclase obrera (35 aos despus el Mas volvi adescubrir que lo une al PC un objetivo histricoal proponerse un frente socialista).

    Se planteaba un frente nicoproletario di-rigido al PC, que deba dejar afuera al 99% de laclase obrera que segua al peronismo. Singularfrente nico. Pero el frente nico con el PC tenaun definido carcter contrarrevolucionario

    porque, de conjunto, el PC era una oposicin proimperialista al peronismo, ni que decir del PS.

    1 golpe de 1951 (quienes supieron luchar contra l)

    El desarrrollo de la crisis econmica comenza erosionar la estabilidad poltica del peronismo.Pern, como cualquier movimiento nacionalista

    burgus, comenz a girar a la rbita del imperia-lismo yanqui y a acentuar la presin sobre elmovimiento obrero (firma del tratado militar de

    Ro de Janeiro, Misin Eisenhower, acuerdo conel Banco Mundial, plan de austeridad, Congresode productividad, etc.)

    La expectativa de un descontento popular co-mo consecuencia de la crisis, hizo levantarcabeza al golpismo antiperonista.

    En 1951 se produjo la p rimera intentonagolpista, encabezada por el General Menndez.El morenismo no llam a luchar contra el golpe.Contra el peronismo, el putsch, la oposi-cin burguesa, titul el peridico morenista,

    Frente Proletario N966, 8/10/51). Moreno se le-vantaba contra todo el mundo, es decir contranadie. Ni la conducta de Lenin frente al golpe deKornilov, ni la de Trotsky frente al golpe deSanjurjo, en 1932, contra la Repblica espaola,le sirvieron de nada. Pero esta posicin reflejabaindudablemente la expectativa de que la victoriade un golpe l i bera l democratizara lasituacin poltica y a los sindicatos. El morenis-mo estaba empeado, en este plano, en ganar alPC y al PS para organizar un paralelismo sindi-cal.

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    48 en defensa del Sffigsdsa Abril de 1992 ao 1 *N23

    Apuntes a la historia deltrotskismo argentino - 2a Parte

    Los acontecimientos polticos en Bolivia en la dcada del 40 fueron objetode viva discusin en los nacientes grupos trotskistas argentinos. El intersfue provocado por los alcances revolucionarios que iba cobrando la agudalucha de clases en el Altiplano, luego de la derrota de Bolivia en la guerra delChaco; la aparicin de una fuerte tendencia nacionalista en el ejrcito y enla pequea burguesa; la ausencia de una importante tradicin socialdem-oraty anarquista de la clase obrera; y el profundo desequilibrio poltico del

    jas; todo lo cual permitapronosticar la inminencia de larevolucin boliviana con el consiguiente debate sobre su carcter y la clase social que lallevara a termino.

    El 21 de diciembre de 1943 se produjo en Bolivia un golpe de Estado decaractersticas similares al precedente en Argentina, del 4 de junio. Unafraccin del Ejrcito, nucleada en RADEPA, con el apoyo del MNR, desplazdel poder al gobierno Pearanda, un ttere del imperialismo yanqui, y colocen su lugar al General Villarroel, secundado por Paz Estenssoro. El nuevogobierno pretendi inaugurar una poltica de liberacin nacional, asi comode erradicacin de los odios de clase.

    El imperialismo yanqui, los barones del estao(la rosca) y el stalinismo(PIR) caracterizaron al golpe de nazi-fascistay \zdeclararon la guerra. El

    nuevo gobierno respondi con una poltica de apaciguamiento frente alimperialismo y la rosca al punto de declararse a favor de un entendimiento de equitativo beneficio entre Bolivia y los Estados Unidos. EEUU seneg, sin embargo, a reconocer al nuevo gobierno, lo cual acrecent grandemente la popularidad del nuevo rgimen; fue perceptible un movimientode masas en su apoyo. Hubieron manifestaciones en Oruro, Potos, Cocha-

    bamba, en algunas minas. Menudearon las protestas contra el imperialismo, pero el tono de los pronunciamientos aprobados se limitaba a exigir elreconocimiento del rgimen Villarroel, notndose en ellos la mano de los mo-vimientistas (MNR) (1). El imperialismo, por su lado, exiga un rpidollamado a elecciones, para pasar el poder la Unin Democrtica verncula.

    El reconocimiento se otorg, finalmente, cuando el gobierno de Villa

    rroel tuvo que capitular ante las exigencias del enviado norteamericanoAvra Warren. Todos los residentes alemanes y japoneses, muchos de ellos es-

    por Julio N. Magri

    El gobierno de Villarroel

    (1) Guillermo Lora, Contribucin a la Historia Poltica de Bolivia Tomo I, pg. 370.

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    Abril de 1992 ao 1 Ne3 en defensa del SEaspsslssa 49

    tablecidos haca largo tiempo, fueron capturadoscon sus esposas e hijos y entregados a EEUU, quelos traslad a campos de concentracin en su territorio mediante un puente areo. Sus bienes fueronintervenidos (2).

    El autor nacionalista, Luis Pealoza, en suHistoria del MNR, reconoce que el gobierno deBolivia tuvo que aceptar condiciones inadmisiblesen otras circunstancias(3) lo que le vali a Villa-rroel el reconocimiento diplomtico internacional.Pero lo ms significativo era que del reconocimiento dependa, parcialmente, el xito de las negociaciones para la venta de estao (4) por lo que lasconcesiones de Villarroel al imperialismo yanquiformaban parte de un acuerdo ms global con lagran minera.

    La experiencia nacionalista no era novedosa enBolivia, pas que haba sido gobernado por milita

    res nacionalistas en buena parte de la dcada del30 (Toro y Busch). Comparado a esos regmenesnacionalistas, el de Villarroel se caracteriz por unenorme conservadorismo. Por este motivo la sim

    pata que logr en los sectores obreros fue superficial el gobierno tena por apoyo a la polica y elEjrcito. Cuando este ltimo se desplaz hacia elcampo democrtico,Villarroel qued en el vaco.

    La fuerza de choque de la oposicin proyanquifue principalmente el stalinismo, el Partido Izquierda Revolucionaria, (PIR). El 24 de mayo de1944 se form la Unin Democrtica Boliviana(UDB), que agrupaba a los partidos de la rosca y alstalinismo, con un programa muy simple: extirpacin del nazifacismo y solidaridad con las NacionesUnidas y constitucionalizacin del pas. La UDB

    pas a denominarse luego FDA (Frente Democrtico Antifascista) y a lanzarse audazmente a laformacin de comits tripartitos (maestros, estudiantes, obreros).

    Segn Mariano B. Gumuncio, los radepistas dederecha, proclives a la influencia de la proclama dela oligarqua y del Departamento de Estado, fueronlos autores de los cambios de ministros del MNR

    para lograr el reconocimiento diplomtico interna

    cional y prosigue: A los tres meses de cogobierno,el MNR fue totalmente desplazado de las funcionesde poder... (5).

    La poltica de acercamiento de Villarroel aEstados Unidos abri una crisis en su gobierno ycondujo al desplazamiento del gabinete de loshombres vinculados al MNR, principal blanco delFDA. La rosca y el stalinismo aumentaron entonces sus apuestas, planteando directamente la cadade Villarroel. El reclamo cobr actualidad con el

    pasaje del ministro de Defensa y del comandante

    de las Fuerzas Armadas al campo de la constitu-cionalizacvn*.Villarroel tuvo que hacer frente atres intentonas golpistas,afines de 1944, mediados de 1945 y a comienzos de 1946, en las quedemostr que an contaba con el apoyo de la mayora del ejrcito. Pero cuando los altos mandoscambiaron de campo, luego del desplazamiento delMNRy en medio de una crisis econmica y social deproporciones gigantescas, el gobierno de Villarroelqued reducido a la nada.

    En estas condiciones se inici un movimientoreivindicativo salarial de sectores obreros y docentes en la ciudad de La Paz, que fue apoyado por laFederacin Universitaria. La Confederacin Sindical de Trabajadores bolivianos (CSTB), el gremiode los maestros y la Federacin Universitaria esta

    ban poltica y organizativamente dominados por elstalinismo. El rector de la Universidad, vinculado

    a la rosca, se puso a la cabeza de los universitariosy se convirti en el emblema democrtico*de LaPaz. La prensa democrticarosquera respaldlas movilizaciones, a las que presentaba en susalcances antifascistas*.

    Jos Fellmann Velarde, un historiador nacionalista, en su Historia de Bolivia (Tomo III) sealaque a fines del mismo mes de junio, estall unahuelga de ferroviarios, seguida, apoco, por otras demaestros, estudiantes y universitarios. Desdeentonces, el gobierno mpez a vivir artificialmente gracias a la inercia que, a veces, suele prolongarla agona de los gobiernos que ya han perdido su

    vitalidad (6).Fellmann Velarde admite que se haba produci

    do un giro en la situacin como resultado de laintervencin de la masas. Hasta entonces la situacin poltica boliviana estaba caracterizada por elenfrentamiento entre una variante burguesa nacionalista y otra democrtica(sta apoyada por elimperialismo yanqui y el stalinismo), con reiterados conatos golpistas alentados por la gran mineray la embajada norteamericana.

    El cambio que se haba producido consista en lairrupcin de las masas ante un gobierno impotente.

    Las manifestaciones se sucedieron, cada una msbeligerante que la anterior, hasta que el 10de julio,desembocaron en la muerte de un estudiante,Beugel Camberos... (7). Sin embargo, como lo reconoci Jorge Abelardo Ramos, en un texto de 1947,el gobierno Villarroel... aislado, cercado, en el filodel pnico pierde la cabeza y dispara sobre unamanifestacin de estudiantes (8).

    Segn Pealoza, La Federacin Bancaria dirigida por el POR: Edwin Moller, Vctor Villegas,Angel Guerrero y otros de la misma tendencia

    (2) Mariano B. Gumuncio, HistoriaContempornea de (6) Jos Fellman Velarde. Historia de Bolivia, pg. 317.Bolivia, pag 524. (7) Idem, pgina 317.(3) Luis Pealoza, Historia del MNR, pg.66. (8) Vctor Guerrero, Revolucin de Octubre n94, marzo-(4) Idem, pag. 66. abril, 1947 ;(5) Mariano Gumuncio, Idem, pg. 525. ^

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    50 en defensa del MmM Afcjrl de 19S2 ao 1 Ne3

    poltica, decret la huelga de empleados de banco.Con excepcin del Banco Minero, todos los bancosobedecieron la orden aunque era ilegal (9).

    Liborio Justo (Quebracho) sostuvo que el movi

    miento del 21 de julio de 1946 tuvo caractersticasmasivas y populares. Aunque iniciado por la pequea burguesa, que haba hecho un smbolo delmismo quitarse la corbata, logr abarcar masascada vez mayores, hasta alcanzar al proletariadourbano, influenciado por el stalinismo. Sobre esa

    base se organizaron los llamados comits tripartitos, de predominio pequeo burgus... (10).

    Esteban Rey, un periodista afn al trotskismo,circunstancialmente en Bolivia en julio de 1946, enun pormenorizado relato de los hechos seal quela clase trabajadora no particip desde el comienzo en la insurreccin. Simpatiz con los que seoponan y luchaban contra el gobierno, se mantuvocasi ajena a los sucesos... Luego la clase obrera,superando a sus propios lderes, baj al terreno dela accin y llev mucho ms lejos que nadie hubiera

    podido suponer que iran los acontecimientos.Esteban Rey transcribe volantes de la poca, entreellos del Comit Revolucionario de Obreros Fabriles, que plantean el derrocamiento de la burguesacriminal que detenta el poder. Tambin el ComitObrero Revolucionario, vinculado al POR, lanz unmanifiesto, ya colgado Villarroel, en el que sealque la cada de la camarilla nazi-fascista de Villa-

    rroel-Paz Estenssoro marca la epopeya ms grandiosa de la lucha de clases puesta de manifiesto enlas grandes jomadas del 18 al 21de julio...(11).

    La represin gubernamental contra los manifestantes y huelguistas coloc prcticamente atoda la ciudad de La Paz contra el gobierno. Obreros, estudiantes, maestros, ganaron las calles,lucharon contra la polica, tomaron por asalto laMunicipalidad y edificios policiales, ocuparon laCasa de gobierno y colgaron a Villarroel de losfaroles de la plaza Murillo.

    Con el acuerdo del stalinismo, el presidente dela Corte de Justicia (un hombre del establish-ment" rosquero) fue nombrado presidente de laJunta de Gobierno. El stalinismo recibi algunoscargos en el gabinete de unidad nacional,especialmente el ministerio de Trabajo. La tarea delstalinismo, cuya consigna era hay que trabajarahora por una Bolivia democrtica-burguesa, fuela de reprimir a los trabajadores.

    Los obreros mineros no participaron de la sublevacin; debido a las concesiones que les habaotorgado Villarroel y a la presencia dirigente delstalinismo en las manifestaciones paceas, losmineros fueron hostiles al movimiento desatado en

    las ciudades, lo cual se acentu con el asesinato deVillarroel y con el regreso de a rosca al poder.

    La sublevacin popular que culmin el 21 dejulio tuvo entonces un carcter parcial, encuadradopor el stalinismo como punta de lanza del imperialismo. Se corri el riesgo en esos das de un

    enfrentamiento armado entre los mineros, queestaban bajo la influencia villarroelista, ,y los trabajadores de las ciudades, que se encontraban en larbita staliniana.

    Como consecuencia de su cooperacin con losbarones del estao y del propio imperialismo norteamericano, el stalinismo se termin ganando elodio de los mineros y rpidamente el del conjuntodel proletariado.

    La posicin del POR de Bolivia

    El POR de Bolivia tambin caracteriz al gobierno de Villarroel de nazi-fascista y esto durantelos tres aos de su gobierno. Guillermo Lora reconoce que: el POR usaba el trmino nazifacista,como los dems sectores polticos, para atacar otipificar al gobierno Villarroel-MNR. Esto fue unequvoco; fue el precio que se pag por no haber

    podido (tal vez no hubo fuerzas para ello) sobreponerse a la montaa de papel impreso que se destina combatir el nazifascismo de Villarroer(12). Incluso algunos Comits Regionales, particularmente los de Cochabamba y Sucre, ponan demasiado nfasis, actitud extraa al partido como tal,

    acerca de la naturaleza fascista del gobierno Villarroel, esto como una concesin a la campaa stali-nista, sobre todo (13). Sin embargo, Lora no explica porqu el POR, trotskista, se pudo dejar influenciar por la campaa stalinista, ni tampoco las consecuencias que esto tuvo en su accin poltica.

    Ya directamente cuando comienzan las manifestaciones obreras y de maestros, en julio de 1946,los comits regionales del PORprosigue Lorano demostraron una total homogeneidad tanto ensu anlisis de la perspectiva poltica a mediados de1946 como en su actuacin en las jornadas de julio.Los comits que actuaban en las ciudades, soportando la tremenda presin de la propaganda delPDA y de los comits tripartitos quedaron impactados por las movilizaciones populares, concluyeroncreyendo que los comits tripartitos eran revolucionarios y que haba que apoyarse en ellos. Casimecnicamente llegaron al convencimiento de queel 21de julio se estaba produciendo una insurreccin popular mal dirigida y que una acertada yosada intervencin del POR (espectacular proclamacin del programa revolucionario, por ejemplo)

    podra permitir que la victoria se tradujese, en elmejor de los casos, en el gobierno obrero-campe si

    no. Dentro de esta lnea, actuaron los comits deSucre, Cochabamba y en gran medida el de La Paz

    (9) Luis Pealoza, Idem pg. 90. (H) Liborio Justo: idem, pginas 148 a 151.(10) Liborio Justo: Bolivia. La Revolucin derrotada, (12) Lora, Idem, Tomo II, pag. 14pg. 148. (13) Idem, pg 15.

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    Abril de 1992 ao 1* N93 en defensa del 51

    (14). Segn Lora, habran actuado con una lnearevolucionaria\oscomits de Oruro, Potosy partede La Paz, aunque no seala qu fue lo que hicieronni da a conocer el programa y las consignas con quehabran actuado dichos comits y se limita a sealar que libraron recia batalla contra el PIR, el

    PDA, la rosca y los comits tripartitos y la incapacidad del gobierno nacionalista. Lo cierto es quecomits regionales del POR integraron los comitstripartitos y se movieron prcticamente detrs dela poltica del stalinismo, en tanto que los restantesestuvieron totalmente al margen de los acontecimientos.

    Todo esto es una prueba concluyente de que elPOR no previ los acontecimientos ni la vastamovilizacin popular que tuvo lugar, ni la situacinrevolucionaria que se poda crear. De este modo, lasublevacin popular de julio de 1946 qued dominada por el stalinismo (que le di un desenlace con

    trarrevolucionario, pro-rosquero, antiobrero) comoalternativa nica e indisputada. Lora dice quealgunos comits del POR lograron ubicarse en unalnea revolucionaria desde el primer momento: el21de julio se haba producido un levantamientocontrarrevolucionario, que no poda menos queinaugurar un perodo de restauracin rosquera,esto fue el sexenio, y que lo correcto consista encombatir los comits tripartitos y sealar a losexplotados una lnea poltica independiente y contraria a los vendedores de las jornadas julianas(15).

    Es evidente que el POR no estuvo presente comopartido en las jomadas de julio y que su balancesigue siendo, a casi medio siglo, para decir lomenos, sumamente confuso. En La RevolucinBoliviana, escrito en 1964, Lora seala que por susobjetivos y realizaciones, el 21 de julio de 1946 seoper un levantamiento contrarrevolucionario, a

    pesar de que se apoy en la movilizacin masiva deciertos sectores populares. El control poltico delmovimiento, de manera absoluta, estuvo en manosde la Rosca, que actu por medio de sus propios

    partidos, de la masonera, amo virtual de la situacin y colocada por encima de todas las divergen

    cias polticas de su clase, y del stalinismo, que fueel eje de las operaciones callejeras y el que imprimi cierto carcter popular al movimiento

    Aqu Lora presenta las jornadas de julio comoun putsch rosquero-stalinista que manipul a lasmasas. Interpreta a las huelgas y manifestacionesobreras como una creacin de la masonera, que sevali para ello del stalinismo. Llama a reprimir alos comits de masas tripartitos, postulando unainslita guerra civil dentro del proletariado. Nodistingue la tendencia revolucionaria de las masas,del putchismo frente populista de su direccin

    staliniana. Considera simplemente irrelevanteque el POR fuera a remolque de los stalinianos.Aun en 1946 el POR segua caracterizando a Villa

    rroel de nazi-fascistay esto no era una concesinal stalinismo sino una consecuencia del simplehecho de que en tres aos el POR no haba logradoesbozar una poltica ante el gobierno de Villarroel.

    Lora dice que lo correcto era combatir a loscomits tripartitos..., de lo cual se inferira que los

    obreros ganados para una lnea poltica independiente debieron reprimir a los obreros sublevadoscontra Villarroel. Pero cmo hubiera podido elPOR desplegar la "lnea independiente*si los tra

    bajadores urbanos multitudinariamente se levantaban contra Villarroel?

    La caracterizacin de los acontecimientos de1946 por parte del POR son un justificativo de sutotal ausencia como partido en las jornadas de

    julio; de que sus comits y militantes actuaron aciegas con una caracterizacin del gobierno deVillarroel y de los objetivos revolucionarios, queeran del stalinismo.

    La revolucin rusa de febrero de 1917 slo abriun desenlace socialista por la intervencin del

    partido bolchevique; de lo contrario hubiera consolidado un rgimen de contrarrevolucin burguesacomo el que surgi de la revolucin de noviembre de1918 en Alemania. Toda rebelin obrera que nocorona en la toma del poder, da lugar a la contrarrevolucin burguesa sea en la forma democrtica ofascista. Decir que el desenlace del 21de julio de1946 no poda ser sino contrarrevolucionario es un

    juicio abstracto del historiador, que se vale de los*resultadosposteriores a los acontecimientos. Se

    trata de un enfoque historicista tpico, del tipo loque ocurri no poda haber ocurrido de otro modo.De todos modos, los documentos de la poca

    muestran que los militantes del POR apoyaron lasublevacin contra Villarroel. En lugar de extraerun balance de la ausencia del POR como partido,Lora lo escamotea con el argumento del carcterrevolucionario del movimiento de masas contraVillarroel: La experiencia ensea que los observadores marxistas e inclusive algunos militantes delPOR no supieron dar la respuesta adecuada ycreyeron que lo popular era revolucionario (15).Dnde estuvo lo revolucionario, entonces, en

    esos tres aos de convulsin poltica enorme? Enrealidad, el 21de julio fue un ensayo general sui

    generisde la revolucin del 9 de abril de 1952,donde las masas, yendo ms afondo en sus mtodosinsurreccionales, cambiarn ala direccin stalinis-ta por la nacionalista.

    La ausencia poltica del POR en los sucesos dejulio de 1946 (algo que volver a suceder en larevolucin obrera de 1952) la relata del siguientemodo Guillermo Lora: Escobar (seudnimo deLora) secretario general, perseguido por la policavillarrroelista y tremendamente agotado fsica

    mente se refugi en el campo por unos dos meses.Fallas tcnicas determinaron su total aislamientode las actividades partidarias y hasta de las nove

    (14) Idem, pg. 41. (15) Idem, pg 38.

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    dades polticas. Cuando retornaba a la ciudad seinform vagamente en el camino (sic) de lo sucedido en La Paz. En los datos que le proporcionaronviajeros y tenderos (sic) haban inexactitudes de

    bulto. Su decisin fue ganar rpidamente Oruropara informarse qu haba ocurrido con el POR.Pas de frente Llallagua y en Huanuni supo quealgunos dirigentes obreros lo buscaron infructuosamente, sin que ahora se hubiese podido establecer que intenciones llevaban (16).

    El levantamiento de julio de 1946 fue contrarrevolucionario por sus resultados polticos generales,una vez que la revolucin hubiera sido confiscadaa las masas. Las masas se insurrecionaron contrael gobierno moribundo de Villarroel. La falta deprevisin del POR, su actuacin totalmente dividida, errtica y a la rastra de los acontecimientos, sus

    caracterizaciones polticas, dejaron a la vastamovilizacin popular sin alternativa, no ya poltica, sino histrica, con relacin ala del stalinismo,enfeudado a la rosca y al imperialismo. El rgimenque surgi dpi derrocamiento de Villarroel fue contrarrevolucionario y no poda ser de otro modo, porque el stalinismo fue la verdadera direccin poltica de las masas. 5

    La cada de Villarroel no detuvo el ascenso revolucionario de las masas; por el contrario, lo estimul mucho y le di nuevas formas... escribi Loraen 1952 (17). Esto se explica porque las masaslograron desplazar por un momento la rivalidadentre el nacionalismo burgus y el imperialismo yocuparon el centro de la escena poltica, aunque nole hubieran dado su propio desenlace poltico.

    La calificacin del levantamiento popular dejulio de 1946 de contrarrevolucionario constituyeuna apologa sinuosa del nacionalismo en el gobierno y un justificativo de la ausencia de previsine intervencin centralizada del POR boliviano.

    Los grupos trotskistasargentinos: el G.O.M.

    El levantamiento de julio de 1946 provoc unaviva discusin en los grupos trotskistas argentinos\que dur varios aos.

    La discusin sobre Bolivia entaaba una discusin sobre Argentina, porque al igual que en elAltiplano, en Argentina haba surgido un gobiernonacionalista, enfrentado al imperialismo yanqui,que fue calificado de nazi-fascista y que contabacon apoyo popul ar.

    - Para Nahuel Moreno (entonces en el GrupoObrero Marxista, GOM), el rgimen de Villarroel,(al igual que el peronismo) desde su surgimiento,fue tremendamente reaccionario y con francascaractersticas totalitarias; supresin de las libertades democrticas ms primarias, persecusin alos opositores burgueses y proletarios... Como

    Bolivia nunca haba pasado por una poca econmica tan buena y de tanto trabajo como bajo el gobierno de Villarroel, el gobierno reaccionario ytotalitario para sostenerse en el poder inici una

    poltica de demagogia social: ocho horas de trafcflajoen las minas, pago de despido, aguinaldo, etc., etc.En un principio logr el apoyo de todo el proletariado boliviano. La caresta de la vida, el alza continuo, que tena como una de sus consecuencias msinmediatas el colosal aumento de la burocracia ylos gastos estatales, despert del letargo demaggico totalitario con prontitud a la pequea burguesa,artesanado y proletariado urbano de Bolivia, principalmente de La Paz, su principal ciudad. El

    proletariado minero, sin ninguna tradicin anterior poltica, segua en su mayora bajo la influencia de Villarroel...(18).

    La calificacin del gobierno de Villarroel comoreaccionariorevela la torpeza terica de Moreno,que era incapaz de distinguir entre el imperialismoy los movimientos nacionalistas de contenido burgus. No le dio importancia de principios al choquedel gobierno nacional de Villarroel con el imperialismo yanqui y sus agentes en el pas, los baronesdel estao. Estos, para Moreno, no eran reaccionariossino *democrticos, lo cual converta al fallecido lder del Mas en pobre vctima de la demagogialiberal. Los llamados sectores "democrticos re

    presentaban a la gran patronal (la gran minera)enlazada con el imperialismo mundial, y la burocracia rusa.

    El gobierno de Villarroel efectu concesionesimportantsimas al movimiento obrero, en especialal minero, como las seala el propio Moreno. Esasconcesiones exacerbaron an ms la colisin conlos barones del estao, para quienes las ocho horas,el pago del aguinaldo, las indemnizaciones por des- |

    pido, eran al igual que para Moreno "demagogia isocial, totalitarismo.En lugar de denunciar a la jgran patronal minera, Moreno atac la concesin de dichas reivindicaciones que formaban parte dela lucha histrica de los mineros y la clase obrera

    boliviana en su conjunto. Para Moreno esas reivin- jdicaciones no eran reales, es decir necesarias para ilas masas, en virtud de que tenan un carcter de jdemagogia social*para los militares nacionalis- itas. El marxismo exige ir ms all de lasproposicio- ines unilaterales.

    Los barones del estao llevaron adelante unapoltica concertada de boicot econmico contraBolivia, explotando de este modo la propia incapacidad poltica del gobierno nacionalista para llevaradelante su enfrentamiento con el imperialismo.De tal modo, el sabotaje econmico de la patronalgran minera, unido a la impotencia nacionalista,generaron un cuadro de descomposicin econmicaque se tradujo en una colosal inflacin.

    Moreno omite por completo la responsabilidad

    (16) Idem, pag. 44.(17) Liborio Justo. Idem, pg 155.

    (18) Nahuel Moreno, GCI, agente ideolgico del peronismo, noviembre de 1951.

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    del imperialismo y de la gran patronal minera, enla descomposicin econmica del ltimo perodo delgobierno Villarroel. La atribua al aumento de la

    burocracia y los gastos estatales, sin distinguir losque se deban... al pago del aguinaldo, las ochohoras, etc. Moreno le daba la razn a la rosca

    boliviana para quien el aguinaldo... era inflacionario y perjudicaba a los trabajadores (adelantndose varias dcadas a Cavallo).

    La oposicin de Moreno al gobierno Villarroelera pro-imperialista. Era tambin la posicin delstalinismo, Moreno apoy el levantamiento popular contra Villarroel con esa poltica y luego alrgimen poltico rosquero-stalinista conocido comoel "sexenio,

    Nosotros creemos que la actitud de nuestropartido hermano fue completamente acertada,dice Moreno evaluando al PORya que liquidar el

    rgimen totalitario de Villarroel a travs de unarevolucin popular como fue la del21de julio es unamedida altamente progresiva para el desarrollo dela lucha de clases en Bolivia y la primera tarea acumplir en el proceso de la revolucin en Bolivia, esdecir, abrir un perodo democrtico de verdaderaslibertades democrticas aseguradas por la presindel proletariado y la pequeo-burguesa que permitira un enfrentamiento franco y resuelto de las distintas clases bolivianas. ESO FUE JUSTAMENTELO QUE SE LOGRO GRACIAS A LA INSURRECCION POPULAR DEL VEINTIUNO DE JULIO,EL PERIODO MAS DEMOCRATICO DE LA

    HISTORIA BOLIVIANA, QUE PERMITIO LAINTERVENCION DE NUESTROS PROPIOSCOMPAEROS EN EL PARLAMENTO (maysculas, en el original) (19).

    Moreno salud el levantamiento del 21de julioporque ste logr la institucionalizacin,es decirporque estrangul la revolucin. Por eso no denunci al stalinismo ni destac la traicin e ste allevantamiento popular. Para Moreno la "constitu-cionalizacin de contenido rosquero era progresiva y en esto coincida punto por punto con elstalinismo.

    Moreno nunca se apart de este punto de vistay es as que en dcadas posteriores seguir apoyando y calificando de progresivos los procesos de"institucionalizacin* impulsados por el imperialismo y las burguesas nativas ante las crisis de losgobiernos militares. Para Moreno, esos procesos deinstitucionalizacin inauguraban una nueva categora que Trotsky no habra previsto, la de larevolucin democrtica contra los regmenes totalitarios es decir la revolucin"de una clase, lagran burguesa nacional, contra s misma (20). Laoposicin formal entre democracia y dictadura le

    permite a Moreno pasar por alto los contenidos decase de los procesos polticos.

    Grupo Octubre

    El grupo Octubre dirigido por Jorge AbelardoRamos, entonces con el seudnimo de Vctor Guerrero, a mediados de 1946 se haba convertido en unfervoroso partidario del gobierno peronista. Antesde 1946, Ramos haba negado la lucha nacional yhaba calificado a los gobiernos nacionalistas de Villarroel y de Pern como "demaggicos* y totalitarios,etc. (21).

    Para Ramos el levantamiento de las masas bolivianas contra Villarroel se asemejaba al 8-9 deoctubre de 1945, cuando el esfuerzo comn de laoligarqua agropecuaria, el imperialismo y la pe

    queo burguesa derrib a Pern e influy sobreimportantes cuadros del Ejrcito (22).Se trata evidentemente de una total distorsin,

    porque el 8-9 de octubre no tuvo lugar una sublevacin popular sino un semigolpe de estado ejecutado

    por una fraccin del Ejercito, que detuvo a Pern ylo confin en la isla Martn Garca. A diferencia dela experiencia argentina, en Bolivia las masasvenan de una experiencia reciente con los gobiernos nacionalistas (Toro y Busch) y un sector semoviliz contra el gobierno. Ramos reconoce que enBolivia las grandes masas se ajustaban el cinturn, debido a la fenomenal caresta, lo cual cre

    una efervescencia poltica natural (23). La grandiferencia con los sucesos de octubre de 1945 es queen Argentina, las ilusiones en el nacionalismomilitar recin empezaban y en Bolivia se habanagotado.

    Ramos identifica intencionalmente el levantamiento popular boliviano con el semigolpe de estado del 8de octubre en Argentina exclusivamente

    para sealar que la actitud revolucionaria eradefender a Villarroel como el 17-18 de octubre laclase obrera argentina barri de las calles por-teas, en un aluvin incontenible, a la conspiracin

    imperialista e impuso el retorno de Pern, personificacin episdica de las conquistas sociales delproletariado (24).

    Pero las masas en Bolivia estaban movilizadascontra Villarroel: no queran un retomo sino sucada. Ramos no dice que Villarroel reprimi lashuelgas obreras, detuvo a decenas de ferroviarios ylanz la polica contra los manifestantes populares. ,Villarroel se auto-colg", cuando la mano blandaque le tendi al imperialismo y a la rosca se convirti en mano dura contra los trabajadores. Es asque Ramos reconoce que el gobierno Villarroel,

    (19) Idem. (21) En Defensa del Marxismo, n92, pg. 87.(20) Jorge Altamira, LaEstrategia de laIzquierda en (22) Revista Octubre nfi 4, marzo-abril, 1947.Arge