los Épicos nacieron cuando calamity iluminó los cielos
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LosÉpicos nacieron cuandoCalamity iluminó los cielos.Desde esa nochehistórica, el destino de David ha estado entrelazado con el de esosmalvados. Steelheart asesinó a su padre. Firefight le robó el corazón. YahoraRegaliahaconvertidoasumayoraliadoenunpeligrosoenemigo.
DavidconocíaelsecretodelProfesor.SecretoqueguardóinclusocuandoelProfesorseesforzabaporcontrolarlosefectosdesuspoderesépicos.PeronopudosuperarenfrentarseaObliterarionenBabilar.ElProfesor, que fuelíderdelosReckoners,sehaentregadototalmenteasudestinodeÉpico.Sehahundido es esas tenebrosas sombras de violencia propias de todos losÉpicos.Ytodosabenquedelassombrasnosevuelve…
Pero todo se equivocan. Es posible redimir a los Épicos. Megan ya lodemostró.Notodoestáperdido.Almenos,nodefinitivamente.YDavidestálosuficientemente lococomoparaenfrentarsealGranÉpicomáspoderosode la historia con tal de recuperar a su amigo. O al menos, moririntentándolo.
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BrandonSanderson
CalamityReckoners-3
ePubr1.0Titivillus20.04.2017
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Títulooriginal:CalamityBrandonSanderson,2016Traducción:PedroJorgeRomero
Editordigital:TitivillusePubbaser1.2
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ParaKaylynnZoBell,autora,lectora,críticayamiga,
quesehapasadodiezañosenungrupodeescrituracreativaconunmontóndecharlatanes
ytodavíalevantalamanoeducadamenteparahacercomentariosenlugardeasesinarnos.
(¡Graciasportuayudaalolargodelosaños,Kaylynn!)
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Prólogo
Hecontempladolastemiblesprofundidades.EstuveenBabilar,BabiloniaRestaurada,antesconocidacomoNuevaYork.Miré
fijamente la estrella al rojo vivo conocida como Calamity y supe, con absolutacerteza,quealgoenmíhabíacambiado.
Las profundidades me habían reclamado. Y a pesar de que creía haberlasrechazado,seguíallevandosucicatrizoculta.
Insistenenquevolveránaatraparme.
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PRIMERAPARTE
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Elsolasomabaporelhorizontecomolacabezadeungigantescomanatíradiactivo.Me agaché, escondido nadamás y nadamenos que en la copa de un árbol.Habíaolvidadoloraroquehuelenlascosas.
—¿Vamosbien?—susurréaltransmisor.Enlugardeusarmóviles,dependíamosdelasviejasradiosquehabíamosmodificadoparaquefuncionaranconauriculares.Lavozseentrecortaba.Eratecnologíaprimitiva,peroesencialparaesetrabajo.
—Esperaunsegundo—dijoMegan—.Cody,¿estásenposición?—Vaya si lo estoy—respondió, arrastrando las palabras almodo sureño—. Si
alguienintentaacercársete,chica,lemetounabalaporlanariz.—Puaj—dijoMizzyporlaradio.—Nosmoveremosaladecinco—dijedesdemiposiciónelevada.SegúnCody,el
trastoenelqueestabaerauna«plataformaarbórea»,perodehechonoeramásqueunasillaplegableconpretensionesatadaaltroncodeunolmo,aunosdiezmetrosdealtura.Enotrostiemposloscazadoreslasusabanparaocultarsedesuspresas.
MellevéalhombroelGottschalk,uneleganterifledeasaltomilitar,ymiréentrelosárboles.Normalmente,enunasituaciónasí,habríaestadobuscandoaunÉpico:uno de los individuos con superpoderes que aterrorizaban al mundo. Yo era unExplorador, como todos los demi equipo, yme dedicaba a acabar con los Épicospeligrosos.
Pordesgraciahacíadosmesesque lavidade losExploradoreshabíadejadodetener sentido. Nuestro líder, el Profesor, que era también un Épico, se había vistoimplicadoenelintrincadocomplotdeunrivalparaencontrarsucesor.Consumidoporsus poderes, había abandonado el imperio de Regalia en Babilar, pero se habíallevadosusdiscosduros,llenosdeanotacionesysecretos.Intentábamosdetenerlo,loquemehabíallevadohastaallí.
Hastauncastilloenorme.Enserio:uncastillo.Yocreíaquesololoshabíaenlaspelículasantiguasyenel
extranjero,perohabíaunoocultoallímismo,enlosbosquesdeVirginiaOccidental.A pesar de las puertas metálicas modernas y del sistema de seguridad de altatecnología, tenía todo el aspecto de llevar allí desdemucho antes de queCalamityapareciese en los cielos. Los líquenes cubrían las piedras y las enredaderasserpenteabanporsusmurosenvejecidos.
La gente, antes deCalamity, era rara.Asombrosa, cierto, prueba de ello era elcastillo,perotambiénrara.
ApartéelojodelamirayechéunvistazoaAbraham,ocultoenunárbolcercano.Diconélsoloporquesabíadóndeteníaquemirar.Laropaoscuraseconfundíabien
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conlasmotasdesombradelamañana;segúnnuestroinformadorelmejormomentoparaatacareselugarenconcreto:elcastillodeShewbrent,tambiénconocidocomolaFundiciónKnighthawk.LaprimerafuentemundialdetecnologíaÉpica.ParalucharprimerocontraSteelheartyluegocontraRegaliahabíamoshechousodesusarmasysutecnología.
Ahoraíbamosarobarles.—¿Todostenemoselmóvilapagado?—pregunté—.¿Sinbatería?—Yalohaspreguntadotresveces,David—respondióMegan.—Aunasí,comprobadlo.Todos respondieron afirmativamente. Respiré hondo. Por lo que sabíamos,
éramoslaúltimacéluladeExploradores.Trasdosmesesseguíamossintenernoticiasde Tia, por lo que probablemente estaba muerta. Por eso estaba yo al mando…aunqueelcargomehubieratocadoporeliminación.AbrahamyCodysehabíanreídocuando les pregunté si lo querían;Mizzy se había puesto rígida como una tabla yhabíaempezadoahiperventilar.
Yallíestábamos,llevandoacabomiplan.Mitemerario,alocadoeincreíbleplan.Sinceramente,estabaaterrado.
Mevibróelreloj.Enmarcha.—Megan—dijeporradio—,tetoca.—Voy.Otravezmellevéelriflealhombroymiréporentrelosárbolesalpuntodonde
Megan lanzaría suataque.Mesentíacomounciego.ConelmóvilpodríahabermeconectadoaloqueMeganveíamientrasatacaba,oalmenospodríahaberusadounmapadelazonaparaveralosmiembrosdelequiporepresentadoscomopuntos.Sinembargo,Knighthawkhabíafabricadoydistribuidonuestrosmóviles,ymanteníalaredseguraconlaquefuncionaban.UsaresosmóvilesparaatacarlasinstalacionesdeKnighthawkeratanconvenientecomousarpastadedientesparaaliñarlaensalada.
—Entablando combate —dijo Megan, y de inmediato un par de explosionesestremecieron el aire. Por lamira vi los penachos de humo en el cielo, pero no aMegan,queseencontrabaalotroladodelcastillo.Sumisiónconsistíaenrealizarunataquefrontal,yaquellasexplosioneshabíansidodelasgranadasquehabíalanzadocontralapuertaprincipal.
Evidentemente, atacar la Fundición Knighthawk era un suicidio en toda regla.Éramos muy conscientes de ello, pero estábamos desesperados, teníamos pocosrecursos y el mismísimo Jonathan Phaedrus nos daba caza. Knighthawk se habíanegadoatratarconnosotrosyrespondíaanuestraspeticionesconelsilencio.
Podíamos elegir entre enfrentarnos al Profesor sin equipamiento o ver quépodíamosrobarallí.Dedosopcionesmalas,estaparecíalamejor.
—¿Cody?—pregunté.—Meganloestáhaciendobien,chico.—Oísuvozsobreunfondodeestática—.
Es justo como en el vídeo. Han soltado los drones en cuanto han empezado las
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explosiones.—Derribalosquepuedas—dije.—Recibido.—¿Mizzy?—dije—.Tetoca.—Guay.Vacilé.—¿Guay?¿Esalgúncódigoo…?—¿Noconoces…?Chispas,David,miraqueerescarca.—Suspalabrasllegaron
puntuadas por otra serie de explosiones, en esta ocasión más intensas. Las ondasexpansivassacudieronmiárbol.
Paraverelhumoelevándoseamiderecha,a lo largodel flancodelcastillo,nomehizo falta lamira.Pocodespués,ungrupodedronesdel tamañodebalonesdebaloncesto,demetalbruñido,conhéliceenlapartesuperior,salieronporlasventanasvolandohaciaelhumo.Delosnichosocultosenlasparedessalieronmáquinasmásgrandes;delgadas, tanaltascomounhombre,cadaunaconunbrazoarmadoen lapartesuperiorymoviéndosesobreraílesenlugarderuedas.
LasseguíconlamiracuandosepusieronadispararhaciaelbosquedondeMizzyhabía metido bengalas en cubos para que emitieran huellas térmicas. Lasametralladoras activadas por control remoto completaban la ilusión de que allí seocultabaunbuengrupodesoldados.Disparábamosbienalto.NoqueríamospillaraAbrahamenelfuegocruzadocuandoletocasemoverse.
LasdefensasdeKnighthawk se comportaron exactamente comoen el vídeodenuestroinformador.Nadiehabíalogradonuncaentrarporlafuerzaeneselugar,peromuchos lo habían intentado. Un grupo en concreto, una fuerza paramilitar muytemeraria de Nashville, había grabado aquellos vídeos, de los que habíamosconseguido copias.Suponíamosquenormalmente losdronesvigilaban lospasillos.Ahora, sin embargo, habían salido a luchar. Eso, con suerte, nos daría unaoportunidad.
—Vale,Abraham—ledijeporradio—,tetoca.Tecubro.—Allávoy—dijoAbrahamenvozbaja.Concuidado,bajóporuncabledelgadodesuárbolyavanzóensilencioporel
suelodelbosque.Apesardetenerlosbrazosyelcuellogruesos,Abrahamllegóalmuro, que seguía a la sombra a primera hora de la mañana, con una agilidadsorprendente. El traje ajustado de infiltración enmascararía su calor corporal, almenosmientrasfuncionasenlossumiderosdecalorquellevabaenelcinturón.
Sumisión consistía en colarse en laFundición, robar las armasy la tecnologíaque encontrara y salir en menos de quince minutos. Disponíamos de planoselementalesdeloquesegúnnuestroinformadoreranloslaboratoriosylasfactoríasde la planta baja del castillo, rebosantes de golosinas esperando a que alguien lascogiese.
Nervioso,seguíaAbrahamporlamira,apuntandounpocohacialaderechapara
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nodarleconundisparoaccidentalyasegurarmedequeningúndronloviera.Nolovieron.Empleóunacuerdaretráctilparaencaramarsealmuroyotrapara
llegaraltejadodelcastillo.Seocultódetrásdeunaalmena,preparándoseparadarelsiguientepaso.
—A tu derecha hay una abertura, Abraham—le dije por radio—.Un dron hasalidodelagujeroquehaybajolaventanadeesatorre.
—Guay—dijoAbraham,aunqueviniendodeéllapalabrasonabaespecialmenteextraña,coneseleveacentofrancéssuyo.
—Porfavor,dimequeesunapalabrainventada—dije, levantandoelarmaparaseguirlomientrasseacercabaalaabertura.
—¿Porquéibaaserlo?—preguntóMizzy.—Esquesuenarara.—¿Ylascosasquedecimoshoyendíano?¿«Chispas»?¿«Tarugo»?—Esassonnormales—dije—.Nosonnadararas.—Undronpasóvolandoami
lado, pero por suerte mi traje ocultaba la huella térmica. Menos mal, porque laprenda,queparecíauntrajedeneopreno,eraincomodísima,yesoquelamíanoeratanespantosacomoladeAbraham,queteníainclusomáscaraparalacara.Paraundron yo tenía una huella térmica pequeña, como la de una ardilla o algo así. Unaardillasigilosaytremendamentepeligrosa.
Abrahamllegóalnichoquelehabíaindicado.Chispas,altiposeledababienelsigilo.Lohabíaperdidoalapartarlavistaytuveproblemasparavolveralocalizarlo.Teníaquehaberseentrenadoenlasfuerzasespeciales,seguro.
—Pordesgracia,hayunapuerta—dijoAbrahamdesdeelnicho—.Seguramentesecierracuandosalenlasmáquinas.Voyaintentarcortocircuitarla.
—Genial—dije—.Megan,¿estásbien?—Estoyviva—merespondió,resoplando—,porahora.—¿Cuántosdronesves?¿Yatehanlanzadolosmásgrandes?¿Puedes…?—Knees,estoyunpelínocupada—meespetó.Me recosté, escuchando ansioso los disparos y las explosiones. Quería estar
metidoenelfollón,disparandoypeleando,perohabríasidounatontería.Yonoeratan sigiloso como Abraham ni, ya puestos, inmortal como Megan. Era toda unaventajatenerenelequipoaunaÉpicadesucalibre.Ellospodíanocuparsedetodo.Milaborcomolídereraquedarmeatrásytomardecisiones.
Menudafaena.¿Así se había sentido el Profesor durante las misiones que supervisaba?
Habitualmentesequedabaatrás,dirigiendoentrebambalinas.Yonomedabacuentadeloduroqueera.Bien,sienBabilarhabíaaprendidoalgoeraquedebíacontrolarmiimpulsividad.Teníaqueser…impulsivoamedias.
AsíqueesperémientrasAbrahamtrabajaba.Sinolograbaentrarpronto,meveríaobligadoaabortarlamisión.CuantomástiempotardásemosmásposibilidadeshabríadequelospersonajesmisteriososquedirigíanlaFundicióndescubriesenquenuestro
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«ejército»secomponíadesolocincopersonas.—¿Cuáleslasituación,Abraham?—dije.—Creoquepuedoabrirla.Unsegundito…—Notengo…—dejédehablar—.Unmomento,¿quéhasidoeso?Oía un murmullo cercano. Miré hacia el suelo y me quedé sorprendido. El
mantillodelbosqueseestabadesplomando.Lahojarascayelmusgosehundieronyapareció una puerta de metal de la que salió volando otro grupo de drones quepasaronpitandojuntoamiárbol.
—Mizzy—susurréporelauricular—.Másdronesintentanflanqueartuposición.—¡Quélatazo!—Mizzyvacilóunmomento—.¿Conoces…?—Sí, conozco la expresión. Creo que te conviene pasar a la siguiente fase.—
Mirélaaberturadelsuelo,queseestabacerrando—.Estadpreparados;parecequeenla Fundición hay túneles que llegan al bosque. Podrán desplegar drones desdeposicionesinesperadas.
Lapuertade abajono se cerródel todo.Fruncí el ceño, inclinándomeparavermejor.Aparentemente,enelmecanismodecierrehabíaentradounpocodetierrayalgunaspiedras.Eseeraelproblemadeocultarunaentradaenunbosque,supongo.
—Abraham —dije emocionado por el auricular—, la abertura de aquí se haquedadoatascada.Podríasusarlaparaentrar.
—Meparecequevaaserdifícil—merespondió.Alcé la vista y vi un par de drones que habían retrocedido tras la andanada
lanzadaporMizzy.FlotabancercadelaposicióndeAbraham.—Chispas—susurré.Apuntéconelrifleyconunpardedisparosderribélasdos
máquinas. Íbamosprovistosdebalas cuyo impacto freía la electrónica.No teníaniidea de cómo funcionaban, pero nos habían costado básicamente todo lo quehabíamos podido reunir, incluyendo el helicóptero que Cody y Abraham habíanusado para escapar de Chicago Nova. De todas formas, ese cacharro llamabademasiadolaatención.
—Graciasporlaayuda—dijoAbrahamalvercaerlosrobots.Amispies,elmecanismoseesforzabaporcerrarlapuerta,quesemovióunpar
decentímetros.—Laentradasevaacerrarencualquiermomento—dije—.Venrápido.—Elsigiloesincompatibleconlavelocidad,David—repusoAbraham.Mirélaentrada.HabíamosperdidoChicagoNova;elProfesoryahabíaatacadoy
destrozadotodosnuestrosrefugiosenesaciudad.ApenashabíamoslogradollevaraEdmund,otroaliadoÉpico,aunesconditeseguro.
La población de Chicago Nova estaba aterrorizada. Babilar no estaba muchomejor: pocos recursos disponibles y antiguos secuaces deRegalia que vigilaban laciudad,ahoraalasórdenesdelProfesor.
Sielrobosalíamalestaríamosarruinados.Tendríamosquedesaparecerdelmapayreconstruirlo tododuranteunañoenqueelProfesor tendría libertadparaarrasar.
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NoestabasegurodequétramabanideporquéhabíaabandonadoBabilarcontantaprecipitación, pero todo parecía indicar que tenía algún plan. Jonathan Phaedrus,consumido por sus poderes, no se contentaría con quedarse con una ciudad ygobernarla.Eraambicioso.
Tal vez era el Épicomás peligroso que el mundo hubiese visto nunca. Semeencogióelestómagoalpensarlo.Nopodíaretrasarlomás.
—Cody—dije—.¿VesaAbraham?¿Puedescubrirlo?—Unsegundo—dijo—.Sí,lotengo.—Bien,porquevoyaentrar.Estásalmando.
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Medeslicécuerdaabajohastaelsuelodelbosque,aplastandolashojasresecas.Veíaque lapuertaalagujerosehabíapuestoenmarchaal fin.Dandoungritomelancéhacia la abertura del suelo y salté dentro.Recorrí cierta distancia bajando por unarampacortamientraslapuertasecerrabaamiespaldaconunúltimochirrido.
Habíaentrado.Probablementetambiénestuvieseatrapado.Portanto…¿bienpormí?Las tenues luces de emergencia de las paredes permitían vislumbrar un túnel
abovedado en pendiente, como la garganta de un gigante. La inclinación no eraexcesiva, así que me puse en pie y empecé a recorrerlo despacio con el arma alhombro.Cambié la frecuenciade la radioque llevabaa lacintura:eraelprotocoloparaquequienentraseenlaFundiciónpudieraconcentrarse.Losotrossabríancómodarconmigo.
Lapenumbramedabaganasde activar elmóvil, quehabríapodidousar comolinterna, pero me contuve. Quién sabe las puertas traseras que la FundiciónKnighthawk podía haber puesto en aquellos trastos. ¿Quién sabía de qué eranrealmente capaces esos dispositivos, de hecho? Tenían que ser algún tipo detecnología Épica. ¿Teléfonos que seguían funcionando en cualquier circunstanciacuya señal no se podía interceptar? Me había criado en un agujero bajo ChicagoNova,perohastayomedabacuentadelofantásticoqueeraeso.
Lleguéalfinaldelacuestayactivélavisiónnocturnayelrastreadordecalordela mira telescópica. ¡Chispas, era un arma asombrosa! El pasillo se extendíasilenciosoantemí:metallisodesueloatecho.Dadasulongitud,estabaclaroqueeltúnelpasabapordebajodelosmurosdelaFundiciónyseadentrabaenelcomplejo.Probablementefueseunpasillodeacceso.
Las fotos obtenidas de contrabando del interior de la Fundiciónmostraban queallíabajohabíatodotipodemotivadoresydetecnologíaesparcidosporlasmesasdetrabajo.Eraloquenoshabíaanimadoajugarnoselrestoconaquelplan,pillarloquepudiéramosysalirpitandoconfiandoenhabernosllevadoalgoútil.
SeríatecnologíafabricadaapartirdeloscuerposdelosÉpicos.InclusoantesdedescubrirqueelProfesorteníapoderes,yadeberíahabercomprendidolomuchoquedependíamos de los Épicos. Mi sueño siempre había sido que los Exploradoresfuéramos una especie de fuerza pura por la libertad humana: personas normalesluchandocontraenemigosextraordinarios.
Pero no había sido así, ¿verdad? Perseo tenía un caballo mágico, Aladino sulámpara, y David contaba con la bendición de Jehová. ¿Quieres luchar contra undios?Entoncesserámejorquetengasaotrodiosdetuparte.
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Nosotros cortábamos trozos de los dioses, los encerrábamos en cajas ycanalizábamossupoder.Granpartedeesatecnologíateníasuorigenenaquellugar,en la Fundición Knighthawk, hermética proveedora de cadáveres de Épicostransformadosenarmas.
Oíunchasquidoenelauricularydiunrespingo.—¿David?—La voz deMegan me llegaba por la frecuencia privada—. ¿Qué
haces?Hiceunamueca.—He encontrado un túnel de acceso para drones en el bosque yme he colado
dentro—susurré.Silencio.—Tarugo—medijoporfin.—¿Qué?¿Pormiimpetuosidad?—¡Chispas,no!Pornollevarmeamí.Oíunaexplosiónensusinmediaciones.—Porloqueoigo,tienesdiversióndesobra—dije.Seguíavanzando,apuntando
conelrifleymirandoalfrenteporsiaparecíandrones.—Sí,claro—dijoMegan—.Interceptarminimisilesconlacara.¡Quédivertido!Sonreí; simplementeoír suvozmeproducía esa reacción.Demonios, preferiría
unabroncadeMeganqueloselogiosdecualquierotrapersona.Además,elhechodequeme estuviese hablando indicaba que en realidad no estaba usando la cara parainterceptarminimisiles.Erainmortalenelsentidodeque,simoría,volvíaarenacer,pero por lo demás era tan frágil como cualquiera y, debido a problemas recientes,hacíaloposibleparanousarsuspoderes.
Estaba haciéndolo a la antigua, escabulléndose entre los árboles, lanzandogranadasydisparandomientrasCodyyMizzylacubrían.Melaimaginémaldiciendoporlobajo,sudandocuandoavistabaundron,supunteríaperfecta,sucara…
…Uf,mejorquemeconcentrara.—Losmantendréocupadosaquíarriba—dijoMegan—,perotencuidado,David.
Nollevasun trajecompletode infiltración.Siprestanatención, losdronesverán tuhuellatérmica.
—Guay—susurré,significaraloquesignificase.Eltúnelempezabaailuminarse,porloquedesactivélavisiónnocturnayaminoré
elpaso,avanzandoconprecaución.Meparé.Eltúneldeaccesodesembocabaenunlargopasilloblancoqueseextendíahaciaamboslados,muybieniluminado,conelsuelo embaldosado y las paredes metálicas, completamente desierto, como losdespachoseldíaqueenlatiendadelbarriorepartendonutsgratis.
Saqué del bolsillo los planos que teníamos para hacer una comprobación. Nodabanmuchainformación,aunqueunafotoeradeunpasillobastanteparecido.Bien,dealgunaformateníaquedarcontecnologíaútil,robarlaysalirdeallí.
ElProfesoryTiahabríanconcebidounplanmuchomejor,peronoestabancon
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nosotros,asíqueescogíalazarymepuseacaminarenunadirección.Lociertoesquefueunaliviocuandominutosdespuésunsonidoqueseaproximabaconrapidezrompióeltensosilencio.
Corríhaciaél,noporquetuvieseganasdeunenfrentamiento,sinoporquehabíavistounapuerta.Llegué justoa tiempodeabrirla,porsuertenoestabacerradaconllave, y entré enunahabitaciónoscura.Con la espalda apoyada en la puerta oí ungrupodedronespasarvelozmente.Mevolvíymiréporelventanucode lamisma.Losvialejarseatodaprisaporelpasilloblancoymeterseeneltúneldeacceso.
Nohabíandetectadomihuellatérmica.Cambiélaradioalafrecuenciaabierta.—Salenmásdronespormivíadeentrada.Cody,¿situación?—Nos quedan algunos trucos en la manga, aunque aquí las cosas se están
poniendofeas.Abrahamhalogradoentrarporeltejado.Deberíaispillartodoloquepodáisysalirloantesposible.
—Recibido—dijoAbraham.—De acuerdo —dije yo, mirando la habitación donde me encontraba. Estaba
totalmente a oscuras, pero a juzgar por el olor a desinfectante, era algún tipo delaboratorio.Activélavisiónnocturnadelamiraylediunrepasorápido.
Estabarodeadodecadáveres.
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Contuveungritodealarma.Apuntandoconelrifleyconelcorazóndesbocado,volvía examinar la sala. Estaba llena de largas mesas de metal y lavabos, con bañerasgrandes intercaladas.Cubrían lasparedesestanteríasdelsueloal techoatestadasdefrascos de todos los tamaños. Me incliné para mirar algunos botes de un estantecercano. Trozos de cuerpos: dedos, pulmones, cerebros; según las etiquetas, todohumano.Aquellugardebíadeserunasaladedisección.
Haciendo un esfuerzo por controlar las náuseas, me concentré. ¿Guardaríanmotivadoresenunlugarasí?TodolodetecnologíaÉpicaqueencontrasenecesitaríaunmotivadorparafuncionar…Lamisiónseríaunfracasoamenosquedieseconunmontóndemotivadores.
Mepuseabuscarlos:seríancajitasdemetaldeltamañodeunabateríademóvil.Chispas.Todoestabateñidodelverdedelvisornocturnoyconlavisióntúneldelamiralasalaseveíatodavíamásinquietante.
—Oye—dijoMizzy,ydiotrorespingo—.David,¿estásahí?—Sí—susurré.—LaluchasehatrasladadohacialazonadeMegan,asíquepuedotomarmeun
respiro.Codymehadichoquetepreguntesinecesitasayuda.Noteníamuyclaroquépodríahaceradistancia,peroresultabaagradableoír la
vozdealguien.—Me encuentro en una especie de laboratorio —respondí—. Está lleno de
estantes con frascos que contienen trozos de cadáver… —Me vinieron otra veznáuseas. Moví el arma usando la mira para ver bien las bañeras cercanas. Todasestaban llenas y cubiertas por una tapa de vidrio. Tuve arcadas yme alejé—.Hayunas cuantas cubas llenas de trozos de algo flotando. Es como si una banda decaníbalesfueraajugarapescarlamanzana…—Abríunarmariodondeencontrétodounestantellenodecorazonesenvinagre.Diunpasoychaféalgohúmedo.Retrocedídeunsalto,apuntandoalsueloconelarma,peronoeramásqueuntrapomojado—.Mizzy—susurré—, este lugar me pone los pelos de punta. ¿Crees que es seguroencenderlaluz?
—¡Claro,lumbrera!Unagentequetieneunbúnkeralaúltimaydronesvoladoresde ataque no iba a instalar cámaras de seguridad en sus laboratorios…No.No esseguroenabsoluto.
—Vale,tienesrazón.—Oalomejoryatehandetectadoytodounescuadrónvoladordelamuertesete
echaráencima.Peroenelcasodequenoestésatrapadoyapuntodeserejecutado,noestádemásqueseascauteloso.
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Lo dijo animadamente, casi con entusiasmo. Mizzy podía llegar a ser másentusiastaqueunacamadadecachorrilloshastalasorejasdecafeína.Normalmenteconseguíadarteánimos.Normalmenteyono tenía losnerviosdepuntaenunasalallenadecadáveresamediocortar.
Meagachéytoquéeltrapodelsuelo.Todavíaestabahúmedo,asíqueallíhabíahabidoalguientrabajandoynuestroataquelohabíainterrumpido.
—¿Algoquepuedaspillar?—preguntóMizzy.—No,amenosquequierassuturarunnovionuevo.—Quéasco.Mira,compruebasihayalgoquepuedasagarrarysaldeahí.Yanos
hemospasadodetiempo.—Vale—dije, abriendo otro armario. Conteníamaterial quirúrgico—.Me daré
prisa…Unsegundo.Mequedétotalmenteinmóvil,prestandoatención.¿Habíaoídoalgo?Sí, una especie de traqueteo. Hice lo posible por no imaginarme un cadáver
levantándoseenunabañera.Elsonidoprocedíadelapuertaporlaquehabíaentrado.Deprontoenesazonaseencendióunadiminutaluzcercadelsuelo.
Fruncí el ceño y avancé despacio. Era un pequeño robot, plano y circular, concepillosgiratoriosen laparte inferior.Habíaentradoporunapequeña tapabatientesituadajuntoalapuerta,parecidaaunagatera,ysededicabaaabrillantarelsuelo.
Merelajé.—Noesmásqueunrobotdelimpieza—dijeporradio.Elrobotsedetuvodeinmediato.Mizzymecontestó,peronoentendíloquedecía
porque el pequeño dron de limpieza volvió a activarse y salió disparado hacia lapuerta.Melancéalsueloyloatrapéporlospelosantesdequepudieseescaparpordondehabíaentrado.
—¿David?—preguntóMizzyconinquietud—.¿Quéhasidoeso?—Yo, comportándome como un idiota —dije con una mueca de dolor. Al
lanzarmemehabíagolpeadoelcodocontraelsuelo—.Elrobotsehadadocuentadequealgonoibabienyhatratadodehuir,peroloheatrapadoantesdequesaliera.Esposiblequehayaenviadounaseñaldeadvertencia.
—Esposible—dijoMizzy—.Puedequeestéconectadoalsistemadeseguridad.—Medaréprisa—dije,volviéndomeaponerenpie.Dejéel robotde limpieza
bocaabajoenunestantejuntoaunsoportedebolsasdesangrequecolgabanenelinteriordeunapequeñaneveraconlapuertadecristal.Habíavariostiradossobrelamesadetrabajo.Quéasco.
—Quizás algunos de esos trozos sean de Épico —dije—. Si me los llevaratendríamosmuestrasdeADN.¿Podríamosusarlas?
—¿Cómo?—Niidea.¿Paraconvertirlosdealgunamaneraenarmas?—Ya,claro—dijoMizzyconescepticismo—.Encajaréunpieenelcañóndemi
rifleyconsuertedispararárayosláseroalgoasí.
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Me sonrojé en la oscuridad, pero el sarcasmome pareció necesario. Si robabaADNvalioso,podríamoscanjearloporsuministros,¿no?Aunquedebíaadmitirqueloqueteníaallíposiblementenosirvieseparanada.LaspartesimportantesdelADNÉpico se degradaban con celeridad, así que tendría que dar con algún tejidocongeladosiqueríallevarmealgoquepudiésemosvender.
Congeladores.¿Dóndeencontraríacongeladores?Levantélatapadeunabañeraycomprobélatemperaturadelagua;estabafríaperonohelada.Volvíacolocarlatapamientrasmirabaamialrededor.Alfondohabíaunapuertaopuestaalaquedabaalpasillo.
—Sabes—ledijeaMizzymientrasmedirigíahaciaella—,estoesjustoloqueesperaba.
—¿Esperabasunasalallenadecuerposdesmembrados?¿Enserio?—Sí,másomenos—dije—.Esdecir,soncientíficoslocosqueconstruyenarmas
apartir deÉpicosmuertos…¿Porquéno iban a tener una sala llenade cadáveresdesmembrados?
—Noséloquepretendes,David,apartededarmemiedo.—Unsegundo.—Comprobélapuerta.Estabacerrada.Tuve que darle un par de patadas, pero se abrió. No me importaba mucho el
ruido:sihabíaalguienescuchandoyamehabríaoídopelearmeconeldron.Lapuertaseabriódel todoaunpasillomásestrechoqueelotroycompletamenteaoscuras.Prestéatención,nooínadaydecidíverdóndemellevaba.
—En cualquier caso —seguí diciendo—, no puedo evitar preguntarme cómofabricanarmasapartirdeÉpicos.
—Niidea—dijoMizzy—.Cuandonosllegaelmaterialséarreglarlo,peronosénadademotivadores.
—CuandounÉpicomuere,suscélulasempiezanadeteriorarsedeinmediato—dije—.Esalgoquesabetodoelmundo.
—Todoslossabelotodos.—Yonosoyun…—Vale, amigo—dijoMizzy—. ¡Acepta tu naturaleza!Sé túmismoy todo ese
rollo. En el fondo todos somos unos sabelotodos, solo que lo sabemos todo dedistintos temas. ExceptoCody, creo que él es un friki o un…no recuerdo bien lapalabra,algorelacionadoconunadeformidadfísica.
Suspiré.—Cuando un Épico muere, si te das prisa puedes tomar una muestra de sus
células.Supuestamentelasmitocondriassonimportantes.Congelasesascélulasylaspuedes vender en el mercado negro. Mediante algún proceso, se convierten entecnología.Elproblemaeselsiguiente:ObliterationdejóqueRegalialooperase.Vilascicatrices.Crearonunabombaconsuspoderes.
—¿Y…?—¿Paraquéoperarlo?—dije—.Podríahaberdadounamuestradesangre,¿no?
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¿PorquéllamóRegaliaauncirujanoexperto?Mizzyguardósilencio.—Vaya—dijoporfin.—Sí.LaverdadesquesiemprehabíacreídoqueunÉpico teníaquemorirparacrear
tecnología con sus poderes. Regalia y Obliterationme habían demostrado quemeequivocaba.PerosieraposiblecreartecnologíaapartirdeunÉpicovivo,¿porquérazón Steelheart no había creado una legión de soldados invencibles? Quizás erademasiadoparanoicoparahaceralgoasí,peroconseguridadhabríacreadocientosdeversionesdeEdmund,elÉpicoquedabaenergíaalaciudad.
Lleguéhastaunrecododelpasillooscuro.Haciendousodelaluzinfrarrojadelamira telescópica,echéunvistazomásalláenbuscadepeligros.Lavisiónnocturnamerevelóunahabitaciónpequeñallenadegrandescongeladores.Nodiconningunafuenteevidentedecalor,aunqueeltemporizadorsuperpuestoalamirameadvertíadequemefuera.Soloquesimeiba,ysiAbrahamtampocoencontrabanada,estaríamosarruinados.Teníaobligatoriamentequeencontraralgo.
Meagaché,preocupadoporquesemeacababael tiempo,pero también inquietopor lo que había visto. Aparte de la cuestión de fabricar motivadores a partir deÉpicos vivos, todo aquello planteaba otro problema. Cuando la gente hablaba dedispositivosÉpicos,dabaaentenderquetodoseranelresultadodelmismoproceso.¿Cómoeraposible?Lasarmaseranmuydiferentesdelosdispositivoszahoríesquenos permitían detectar a los Épicos y ni una cosa ni la otra se parecía en nada alespiril,latecnologíaÉpicaquemehabíapermitidovolarsobrechorrosdeagua.
No era un sabelotodo, pero sabía lo suficiente comopara darme cuenta de queaquellosdispositivospertenecíanadisciplinasdiferentes.No llamabasaunmédicodejerbosparaqueseocuparadeuncaballo.EnloqueatecnologíaÉpicaserefería,sinembargo,dabalaimpresióndequesepodíanfabricarartículosmuydiferentesapartirdelamismamateriaprima.
Tuve que reconocer que esas preguntas eran la verdadera razón por la quehabíamosidoaKnighthawk.Inclusoantesdesucumbirasuspoderes,elProfesoryateníasecretos.Tuvelasensacióndequenuncanadiemehabíadicholaverdadacercadenadadetodoaquello.
Buscaba respuestas. Probablemente estaban allí mismo, en algún lugar. Quizádiese con ellasmás allá del equipo de drones de guerra queme apuntaban con elbrazoarmadodesdedetrásdeloscongeladoresqueteníadelante.
¡Oh!
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Losdronesencendieronlosfocosalavez,cegándome,yabrieronfuego.Porsuerteloshabíavistoatiempoypudedoblarlaesquinaantesderecibiralgúndisparo.
Echéacorrer,batiéndomeenretiradaporelpasillo.Losdronesmepersiguieronimpidiéndome con sus disparos oír la vozdeMizzy.Labase de cada robot era uncuadrado con ruedas excéntricas encima del cual estaba el cuerpo larguiruchocoronadoporunrifledeasalto.Eranperfectosparaesquivarelmobiliarioyrecorrerlospasillos,pero,chispas,meresultabahumillantehuirdeellos.Teníanmáspintadepercheroquedemáquinabélica.
Lleguéalapuertadelasaladedisección,llenadetrozosdecuerpos,ylacrucécorriendo.Frenécomopudeypeguélaespaldaalapared.LediaunbotónyloqueenfocabalamiraaparecióenunapantallitalateraldelGottschalk,loquemepermitióapuntarelriflehacialoquehabíaalotroladodelrecodoydispararsinarriesgarmeaquemepegaranuntiro.
Losrobotscorríancomoungrupodeescobassobreruedas.Amímehabríadadomucha vergüenza haber diseñado robots con un aspecto tan estúpido, la verdad.Disparé una ráfaga sin intentar apuntar, pero el pasillo era tan estrecho que noimportaba. Conseguí derribar varios drones y frenar los demás, que tuvieron quedesplazarseesquivandolosrestos.Cuandohubederribadoalgunosmás,seretiraronysepusieronacubiertoenlahabitacióndeloscongeladores.
—¿David?—Mizzy,frenética,logróporfinllamarmiatención—.¿Quépasa?—Estoybien—dije—.Peromehanlocalizado.—Saldeahí.Vacilé.—¿David?—Ahídentro hay algo,Mizzy.Unahabitación cerrada con llave, protegida por
drones…Apuestoloqueseaaquehanentradoenellaencuantohemosiniciadoelataque.Obienesooesunasalaquevigilansiempre,loquesignificaque…
—¡Oh,porCalamity!Vasahacerlodesiempre,¿no?—Acabasdedecirme,ycitotextualmente,«aceptatunaturaleza».—Disparéotra
salvaencuantoapreciémovimientoalfinaldelpasillo.DiaAbrahamyalosdemásquemehabíandetectado—.Sacaatodosypreparaosparalaretirada.
—¿Ytú?—Voyadescubrirquéhayenesasala.—Vacilé—.Esposiblequeparaesotenga
quedejarquemedisparen.—¿Qué?—Estaréunratosincontestarporradio.Losiento.
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Dejé en el suelo la radio y el auricular. Le di a un botón lateral del rifle quedesplegóunpequeñotrípode.Losituéapuntandohaciaeltúneldesdeciertoángulo,con la esperanza de que las balas rebotasen en la paredmetálica y alcanzasen losdrones…En realidaderaunamaniobradedistracción.Podíadispararloporcontrolremotoconelmandoligeramentefundidoquesaquédeunpequeñohuecodelrifle.
Corríporlahabitación,disparandobrevesráfagasparaquedieralaimpresióndequetodavíameocupabadelosdrones.Teníanunosfocostanpotentesquelaluzsereflejabaenelvidrioyelmetaldelahabitación,ofreciéndomeiluminaciónsuficienteparamoverme.Cogídelestanteeldrondelimpieza,cuyasruedecitasseguíangirandofrenéticamente,ytambiénunabolsadesangredelamesa,asícomounrollodecintaquirúrgicaquehabíavistoantesenuncajón.
Cortéun trozodecinta, fijé labolsadesangrea lapartesuperiordeldrony laperforéconmicuchillo.Meacerquéa lapuertapor laquehabíaentrado, laabríydejélamáquinafuera.Sealejórápidamenteporelpasilloblanco,dejandounanchorastrodegotasdesangre,tanevidentecomounrepentinosolodetubaenunrap.
Genial.Ahoraconsuertepodríafingirquemehabíanherido.Cogíotrabolsadesangrey leclavéelcuchillo. Inspiréprofundamenteycorríhacia lapuertadelotrolado, donde los drones disparaban contra el Gottschalk. Habían hecho progresosapartando a los caídos y avanzando hacia mí. Me oculté en cuanto se pusieron adispararme.Acontinuacióngritéysalpiquédesangrelasparedes.Luegocorríhaciaunabañerausandolabolsaparadejarunrastrohastalasalida.
Noveíabienloquehabíadentrodelabañeraporqueyanoteníalamira,perolaabrí,apreté lamandíbulaymemetídentro, rozandoalgunascosasescurridizasqueestabacasi segurodequeeranhígados.Mientrasmesumergíaenel líquidoheladoeracompletamenteconscientedelohorripilantedelasituación.Porsuerte,yaestabaacostumbradoaquemisplanesresultaranhumillantesparamídeunaformauotra;enestaocasiónsimplementemehumillabaapropósito.¡Ibamejorando!
Hice lo posible por quedarme inmóvil, con la esperanza de que la unidad derefrigeración de la bañera y la baja temperaturame ocultasen de los detectores deinfrarrojosquelosrobotsestuvieranusando.Pordesgracia,parapasardesapercibidotuvequecerrar la tapade labañeraycontenerelaliento.Yallímequedé, tendidoentretrozosflotantesdecadáveres,observandolosdestellosdeluzdelosrobotsqueentraronenlasala.Elaguaylatapadevidrionomedejabanvermuybien,peronopodía evitar imaginarme a los drones reunidos alrededor de la bañera,mirándome,riéndosedemiridículointentoporocultarme.
Contuveelalientohastaqueestuveapuntodereventar.Eltrajedeinfiltraciónnomecubría lacaray semeestabacongelando.Afortunadamente, las lucesacabarondesapareciendo.Logréaguantarunpocomásantesdequitarlatapay,temblandodefrío,echarunvistazo.Estabaoscurocomobocadelobo.
Porlovistolosrobotssehabíandejadoengañar.Melimpiéellíquidodelosojosysalí.Chispas.Comosiaquelsitionofueralobastantehorripilantedeporsí,había
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decididometerme enuna cubadehígadospara ocultarmedeunos robots asesinos.Sacudí la cabeza y crucé la sala para recoger la radio y el arma. Me coloqué elauricular,perolohabíamanchadodesangreynofuncionaba.
Tuvequeusarlaradioalaantigua.—Hevuelto—dijecontranquilidad,manteniendopulsadoelbotón.—David,estáscomounacabra—merespondióunavoz.Sonreí.—Hola,Megan—dije,saliendoalangostopasillo.Corrídejandoatráslosrobots
caídos—.¿Hansalidotodos?—Todoslosquesonlistos.—Yo también te quiero —dije. Me detuve en el recodo donde me había
encontrado por primera vez con los robots guardianes y eché un vistazo. En lahabitacióndelotroladonohabíaluz,comoantes.Mepusealhombroelarmayusélamiraparabuscarposiblesrobotsrezagados—.Estoycasiapuntodeirme.Dameunminutomás.
—Recibido.Manipulélaradioparaquesolopudieseemitirynorecibir,paraquelacháchara
noalertaseaningúnenemigocercano.Pordesgracia,noteníatiempoparatomarmásprecauciones.Prontosedaríancuentadelengañodelfalsorastrodesangre.Y,comopararecordarmeelpeligroquecorría,unaexplosiónlejanahizotemblareledificio.
Palpé la pared y encendí la luz. Luego me acerqué a uno de los grandescongeladores.Vimicarareflejadaenlasuperficiedeaceroinoxidable.Llevababarbadedossemanas.Enmiopiniónmehacíamásmasculino.Megansolíamofarse.
Con el corazón desbocado, abrí el primer arcón. Salió de él una ráfaga de airehelado. Dentro había filas y filas de viales congelados con tapones de distintoscolores.Noeranlosmotivadoresqueesperabaencontrar,sinoseguramentemuestrasdeADNépico.
—Bien—susurré—,almenosnosonracionescongeladasparacenar.—No—merespondióunavoz—.Esologuardoenotrocongelador.
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Me quedé muy quieto. Un escalofrío me recorrió la columna. Me volví,asegurándomedenohacerningúngestobrusco.Pordesgraciahabíapasadoporaltoun robot solitario oculto en un recoveco oscuro de la habitación. El cuerpolarguiruchonodabamiedo,peroelrifledeasaltoFAMASG3trucadomontadoensupartesuperioreraharinadeotrocostal.
Penséendispararle,peroteníaelcuerpomalorientado.Mehabríavistoobligadoadesplazarelarmaconlaesperanzadedarleantesdequeélmedieseamí.Noteníamuchasprobabilidadesdeacertar.
—La verdad es que guardo comida en el otro—añadió la voz que surgía delrobot, una voz masculina, de tenor, aterciopelada. Debía de ser de uno de losenigmáticosindividuosquedirigíanlaFundición.Lamayorpartedeaquellosdroneseran autónomos, pero seguroque sus amos estabanobservando: cada arma llevabaunacámara—.Nosoncenascongeladas,esono.Filetes.Unoscuantosentrecotsquequedandelosbuenostiempos.Esloquemásechodemenos.
—¿Quiéneres?—pregunté.—Elhombrealquepretendesrobar.¿Cómohasengañadoalosrobots?Memordíellabiomientrasintentabaestimareltiempoderespuestadeeserifle
desplazándome imperceptiblemente hacia un lado y observando cómo me seguía.Chispas. El sistema de seguimiento era excelente; el arma no dejó de apuntarme.Incluso losaltavocesdel robotemitieronel ruidoquesuenacuandoseamartillaunarmaparaadvertirme.Mequedépetrificado.
¿Podíamoverselibrementeencualquierdirección?Quizáno…—Así que a esto se ha visto reducido el poderoso JonathanPhaedrus—dijo la
voz—,amandarunequipodeasaltopararobarme.«¿Phaedrus?».Porsupuesto.Elpersonalde laFundaciónKnighthawkcreíaque
seguíamosalasórdenesdelProfesor.Nohabíamosproclamadoaloscuatrovientosquealfinalhabíasucumbidoasuspoderes;lamayoríadelagentenisiquierasabíaqueeraunÉpico,paraempezar.
—Nos hemos visto obligados a venir porque os negasteis a hacer tratoscomercialesconnosotros.
—Sí, muy noble por vuestra parte. «Vendednos lo que queremos u os loquitaremos». Esperabamás de un equipo especial de Jonathan. Tú apenas…—Lavoz se fue apagando y luego prosiguió. Se oíamás débil—. ¿Cómoque hay otro?¿Quéharobado?Malditasea,¿cómosabíandóndeestaban?
Seoyóunarespuestaapagada.Intentéapartarme,peroelrobotvolvióaemitirelruidodeamartillar,estavezmásfuerte.
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—Tú—dijolavoz,dirigiéndosedenuevoamí—.Llamaatusamigos.Dilesquedevuelvanloqueharobadoelotrootemataré.Tienestressegundos.
—Eh…—Dossegundos.—¡Chicos!Lapared ami derecha se fundió en un estallido de calor, revelandouna figura
imprecisaalotrolado.Me tiré al suelo y, luchando contra mi instinto, rodé hacia el robot. Logró
dispararme,aunque, talycomohabíasupuesto,estaba tancercadeélquenopudobajarelarmalosuficienteparadarme.
Así que solome acertó una vez, en la pierna,mientras rodaba.No estabamuysegurodecómohabíasido,pero,chispas,dolía.
Elrobotintentóretroceder;sinembargomeaferréaélignorandoeldolorterriblede la pierna. La última vez que había recibido un disparo al principio no lo habíanotado, pero esta vezme costó horrores soportar el dolor agónico. Aun así, logréevitarqueelrobotmedisparaseotravezmientrassoltabaeldispositivoquesujetabaelarmaalamáquina.Cayóalsuelo.
Por desgracia, durante el forcejeo dos docenas de drones se habían soltado deltecho,dondehabíanestadocamuflados,ydescendieronusandohélices.Noestabatanseguroenaquellahabitacióncomohabíacreído,aunquedemomentosoloprestabanatenciónalasiluetaqueatravesólosrestosdelapared:ladeunhombreenteramentedellamas,delrojointensodelarocafundida.Firefighthabíallegado.¡Quépenaquenofuesereal!
MeagarréelmusloheridoybusquéaMegan.Estabaescondidacercadelrecododelpasillodel laboratorio.Firefightnoera real,nodel todo,pero tampocoeraunailusión.Eraunasombradeotrolugar,deotraversióndenuestromundo.Noeraquerealmentehubiesevenidoasalvarme;Meganselimitabaasuperponerunecodeesemundoalnuestro,dandoasílaimpresióndequeestabapresente.
Engañó a los drones. De hecho, yomismo notaba el calor que emanaba de laparedfundidayolíaelhumoenelaire.Encuantolosrobotssepusieronadispararfrenéticamente,metílamanoenelcongeladorabiertoyagarréunpuñadodeviales.Luego crucé la sala cojeando hasta Megan, que vino a buscarme en cuantocomprendióquemehabíanherido.
—Tarugo—gruñó, agarrándome del brazo para ponerme a cubierto. Luego seguardó en el bolsillo los viales que había cogido—. Te dejo solo cincominutos yconsiguesquetedisparen.
—Almenos te he traído un regalo—dije, apoyando la espalda contra la paredmientrasellamevendabarápidamentelaherida.
—¿Regalo?¿Losviales?—Teheconseguidounarmanueva—dije,apretandolosdientesdedolorcuando
tensóelvendaje.
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—¿TerefieresalrifleFAMASquehasdejadotiradoenelsuelo?—Sí.—¿Eresconscientedequehastaelúltimodeloscienrobotsconlosquemehe
peleadoahífueratieneunoigual?Aestasalturasnospodríamosconstruirunfuerteusandoesosrifles.
—Pues bien, cuando termines de construir el fuerte, te hará falta uno paradisparar.Asíquedenada.Inclusotrae…—Hiceunamuecadedolor—.Inclusovieneconsalapropiallenaderobotsmortíferos.Yquizáconalgunosfiletes.Nosésimehamentidoalrespecto.
DetrásdeMegan,Firefightparecíadespreocupado.Lasbalassefundíanantesdealcanzarlo.Nohacíatantocalorcomodebiera…Eracomosielfuegoestuvieralejosynotáramosunabrisaquesurgíadeél.
Apenas comprendíamos cómo actuaban los poderes deMegan.Los drones queFirefighthabíafundidonoestabanrealmentemuertosnihabíaabiertounverdaderoboquete en la pared. La capacidad del otro mundo para influir en el nuestro erapasajera.Duranteunminutohabíamosestadoatrapadosenladistorsióndelarealidadprovocadaporlafusióndelosdosmundos,peroenseguidatodosedesvaneceríaparavolveralanormalidad.
—Estoybien—dije—.Hayquemoverse.Megannodijonada.Selimitóasujetarmeotravezdelbrazo.Elhechodequeno
semolestaseenresponderysehubiesetomadolamolestiadepararenmediodeunapeleaparacurarmelaheridameindicabantodoloquenecesitabasaber.Mehabíandadobienysangrabamucho.
Arrastramoslospiespasilloabajohaciaellaboratorio.Decamino,volvílacabezaparaasegurarmedequenonosseguíaningúndron.Nonosseguíaninguno,perovialgo inquietante:Firefightvolvíaamirarme.Entre las llamas,distorsionados,habíadosojosnegrosfijosenlosmíos.Meganjurabaquenopodíavernuestromundo;sinembargo,levantóunamanohaciamí.
Prontoloperdimosdevista.Losestallidosdelosdisparosnossiguieronhastaqueentramos tambaleándonos en el laboratorio lleno de órganos. Nos apartamos a unlado,ansiosos,mientraspasabaotrogrupodedrones.Nisiquieranosmiraron.HabíaunÉpicocontraelqueluchar.
Cruzamos la habitación y salimos al luminoso pasillo del otro lado.Dejaba unrastrodesangreauténticoenelsuelo.
—¿Quédemonios era ese lugar?—mepreguntóMegan—. ¿Eran corazones enfrascos?
—Sí—dije—.Chispas,cómomeduelelapierna…—Cody—dijoMegan,alarmada—,¿Abrahamyahasalido?Vale,bien.Prepara
losjeepsytenlistoelbotiquíndeprimerosauxilios.LehandadoaDavid.Silencio.—Nosécómovamosahacerlo,Mizzy.Consuertepodremosusarladistracción
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talcomolaplaneamos.Estadpreparados.Meconcentréenseguirmoviéndomeapesardeldolor.Nosmetimoseneltúnel
quellevabahastalaentradaocultaquehabíausadoparacolarmedentro.Anuestrasespaldasdejarondeoírselosdisparos.
Malaseñal.Firefightsehabíadesvanecido.—¿Nopodíashacerquenossiguiese?—pregunté.—Necesitounrespiro—dijomirandoalfrente,conlamandíbulatensa—.Yaera
losuficientementeduroantes,cuandonomeimportabaelefectoquemecausa.—¿Quieresdecir…?—dije.—Noesmásqueundolordecabeza—respondió—.Comoeldeayer,peropeor.
Escomosi…,bien,comosialgomegolpeaseelcráneotratandodeentrar.Crearunadistorsiónde la realidad tanenormemeestá llevandoal límite.Asíqueesperemosque…
Se detuvo. Había un grupo de drones congregados en el túnel de acceso,bloqueándonos la salida al bosque. Aquella salida me tentaba; estaba a unos cienmetros y veía que una explosión la había abierto por completo. La luz del sol sefiltraba dentro. Probablemente por allí había entrado Megan, pero con los robotsinterponiéndose,bienpodríahaberestadoenAustralia.
Entonces, sin previo aviso, el techo se desplomó. Enormes trozos de metalcayeronanuestroalrededoryeltúneltemblócomosihubieserecibidounimpacto.Aesasalturassabíalosuficientecomoparadarmecuentadequelaexplosiónerarara.Quizá los trozos demetal no habían hecho el ruido adecuado al caer o tal vez elpasillo no se había estremecido como era debido o quizá los fragmentos demetalhabían caídodelantedenosotros, bloqueandoa los robots, quehabían empezadoadisparardeinmediato,perosinherirnosaMeganyamí.
Se trataba de otra ilusión dimensional, lo suficientemente agresiva como parahacerme perder el equilibrio.Golpeé el suelo con un gruñido, intentando rodar deladoparaprotegerme lapiernaherida.Todogiróamialrededoryporunmomentomesentícomounsaltamontespegadoaunfrisbee.
Cuandorecuperéalgoparecidoalavisiónnormal,meencontréacurrucadojuntoauntrozodemetal.Meparecióreal.EnlamezcladedosmundoscreadaporMegan,la«ilusión»erareal.
Misangre,quehabíaempapadoelimprovisadovendaje,manchabaelsuelocomosialguienlahubiesefrotadoconuntraposucio.Meganestabaderodillasamilado,conlacabezainclinadaylarespiraciónsibilante.
—¿Megan? —pregunté, a pesar del sonido de los disparos de los drones.Chispas…senosecharíanencimapronto,conosinbloqueo.
Megan tenía los ojos muy abiertos, los labios separados, los dientes muyapretados.Elsudorlecorríaporlassienes.
Eso contra lo que había estado luchando recientemente mientras usaba suspoderes,fueraloquefuese,veníaporella.
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Sesuponíaqueesonoibaapasar.Habíamosdadoconelsecreto,conlaformadeconseguirquelosÉpicosfuesen
inmunes al efecto corruptor de sus poderes: si te enfrentabas a tus miedos másprofundos,laoscuridadsemanteníalejos.
Sesuponíaqueyaestaba;Meganhabíaentradocorriendoenunedificioenllamasparasalvarme,enfrentándosecaraacaraconsusmiedos.Deberíahaberse liberado.Sinembargo,laexpresiónagitadadesurostroerainnegable:losdientesapretados,latensiónenlafrente…Memirabasinparpadear.
—Lonoto,David—susurró—.Intentaentrar.—¿Quién?Nome respondió,pero sabíaaquién se refería.ACalamity.Calamity, elpunto
rojodelcielo,lanuevaestrella,heraldodelosÉpicos…tambiéneraunÉpico.YoeraconscientedequeCalamityestabafuriosoporquealdescubrirqueelpuntodébildeunÉpicoestabarelacionadoconsusmiedostambiénhabíamosencontradolaformadevencersuinfluenciasobreMegan.
Losdronesdejarondedisparar.—Elcolapsodeltúnelesalgúntipodeilusión,¿noesasí?—dijolavozdeantes,
resonando por todo el pasillo—. ¿A qué Épico matasteis para lograr semejantetecnología?¿Quiénosenseñóaconstruirmotivadores?—Porlomenosnoshablabaenlugardedisparar.
—Megan—dije,agarrándoladelbrazo—.Megan,mírame.Memirófijamenteyparecióqueesolaayudaba,aunquesumiradaseguíasiendo
salvaje. Sentía la tentación de apartarmey dejar que se descargara.Quizás así nossalvaríamos.
Peroesohabríasidosucondena.CuandoelProfesorsucumbióalaoscuridaddesus poderes, no vaciló enmatar a sus amigos sin pestañear. El hombre que habíadedicadolavidaadefenderalosdemásestabaahoratotalmentecontroladoporsuspoderes.
Noqueríaque aMegan le sucediera lomismo.Metí lamanoen el bolsillodelmusloy,moviendoconunamuecadedolorlapiernaherida,saquéelencendedor.LosostuvefrenteaMeganyloencendí.
Seapartóunpocodelallama,luegobufóylaagarróconelpuño,quemándoselamano. Los trozos metálicos caídos que habíamos estado usando para protegernostitilaronysedesvanecieron.Eltechosereparósolo.ElfuegoseguíasiendoelpuntodébildeMegan…yapesardehaber superadosus temores,esepuntodébil seguíadesactivandosuspoderes.Yprobablementeasíseríasiempre.
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Porsuerte,parecíaquemientrasestuviesedispuestaaenfrentarseasudebilidadpodríaexpulsarlaoscuridad.Latensiónabandonósucuerpoyconunsuspirosedejócaeralsuelo.
—Genial—murmuró—.Ahorameduelelacabeza…ylamanotambién.Sonreí débilmente y empujé la pistola por el suelo, alejándola; luego hice lo
mismoconladeMegan.Alcélasmanosmientraslosdronesnosrodeaban.Lamayorparteerandeorugaconrifledeasalto,aunquetambiénhabíaalgunosvoladores.Tuvesuerte…nodispararon.
Unadelasmáquinassenosacercómás.Habíasubidounapantallitadelabaseenlaqueseveíaunasiluetaoscurailuminadadesdeatrás.
—Esa imagen era de Firefight, de Chicago Nova, ¿no es así? Engañó porcompletomissensores—dijolavoz—.Esimposiblequelohagaunailusiónnormal.¿Quétecnologíaempleáis?
—Telocontaré—dijoMegan—.Perononosdispares,porfavor.—Selevantó,empujandoalgoconuntalónhaciaatrás.
Suauricular.Mientrasseguíatendidodelado,lotapéconunamanoyrodéparacolocarme encima, agarrándome la pierna sangrante para ocultar la maniobra.Meparecióqueningúndronhabíavistoloquehabíamoshecho.
—¿Ybien?—dijolavoz—.Estoyesperando.—Son sombras dimensionales—dijoMegan—.No son ilusiones, sino ecos de
otroestadoderealidad.—Sehabíacolocadomirandoalejércitoderobots,entrelosdronesyyo.Lamayoríalaapuntaban…ysilamataban,Megansereencarnaría.
Me parecía bien el gesto de protección, pero, chispas, la reencarnación eraimpredecible en su caso, sobre todo teniendo en cuenta que acababa de usar suspoderes.NohabíamuertodesdeBabilarymiintencióneraquesiguiesesinmorir.
Teníaqueactuar.Meacurruquésindejardeagarrarmelapierna.Eldoloreramásque real.Mi única esperanza era que debido amis temblores y la hemorragia losdrones me ignoraran cuando apoyé la cabeza en el auricular y le susurraré condisimuloalmicrófono.
—¿Mizzy?¿Estásahí?¿Cody?¿Abraham?Noobtuverespuesta.—Imposible —le dijo el hombre a Megan—. En muchas ocasiones hemos
intentado capturar ese poder en un motivador, y dudo de que nadie tenga losconocimientos necesarios para lograr lo que yo no he podido hacer. La separacióndimensionalesdemasiadocompleja,demasiadofuertepara…
MiréaMegan,quesemanteníaerguidayorgullosafrentealejércitodesplegado,aunque yo sabía bien que el dolor de cabeza que tenía era brutal. Antes se habíaexpresadoconhumildad,comosilahubiesenderrotado…perosuposturatransmitíaunmensajemuydiferente.Senegabaarendirse,aarrodillarse,ainclinarseantenadieyantenada.
—Eres una Épica, ¿no es así?—dijo la voz, cada vezmás firme—.No existe
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tecnologíanimotivadoralguno.¿Jonathanestáreclutando?¿Ahora?Jadeédeasombro,sinpoderevitarlo.¿CómosabíalodelProfesor?Quiseexigir
repuestas,peronomeencontrabaensituacióndehacerlo.Súbitamenteadormilado,apoyélacabezaenelsuelo.Chispas.¿Cuántasangrehabíaperdido?
Elauricularseactivócuandomeapoyéenél,emitióestáticayluegomellególavozdeMizzy.
—¿Megan?¡Chispas,háblame!¿Estás…?—Soyyo,Mizzy—susurré.—¿David? ¡Al fin! Mira, he colocado explosivos para volar el túnel. ¿Podéis
salir?Lovolarécuandohayáispasado.Explosivos.Mirélosdronesquenosrodeaban.«LasilusionesdeMegan…».—Hazloahora,Mizzy—susurré.—¿Estásseguro?—Sí.Mepreparé.La explosión se produjo arriba, y de alguna forma, por estar esperándola, me
pareciómásfuerte.Lostrozosdemetalcayeronjustodondeantes,golpeandoelsueloapocoscentímetrosdemiposición…peroseguíileso,aligualqueMegan.
Sin embargo, los robots, como un montón de sueños de juventud, quedaroncompletamenteaplastados.
AlinstanteteníaaMeganamilado,disparandoconlapistolaquehabíasacadode la pistolera delmuslo a los drones que quedaban.Logré sacar el cuchillo de lafundadelapantorrillayloempuñé.Meganmelanzóunamiradaquedecía:«¿Estásdebroma?».
—Almenosno es una estúpida catana—murmuré, apoyando la espalda en losescombros. Cuando el polvo se asentó, Megan se ocupó del último robot,mandándoloalsuelodandotumbos.
Melevantéconesfuerzosobreunsolopieyfuiapatacojaentrelosescombrosdeltúnelhaciamipistola.
—¿Cómohasidoeso?—preguntóMegan,señalandohaciaeltechohundido.LosexplosivosdeMizzynohabíanlogradovolareltúnelporcompleto…Dehecho,losescombroseranidénticosalosrestosilusorioscreadosporMegan.
—Mizzydijoquepodíavolarlocuandohubiéramosescapado.—¿Y has permitido que lo derrumbara sobre nuestras cabezas?—dijoMegan.
Cogiómipistolaymelapasóantesdeagarrarsurifle.—Semeocurrióque tus ilusionessurgende realidadesalternativas,¿noesasí?
Cuantomáscercaestáesarealidaddelanuestramásfácilestraerla.Túestabasmuycansada…
—Sigoestándolo.—…asíqueestiméquehabíasempleadounarealidadmuysimilaralanuestra.
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Unaexplosióndesdearriba.Mizzyhabíacolocadolascargas.Supusequesucederíadelamismaforma.
Meganme volvió a agarrar del brazo yme ayudó a cojear entre los restos.Ledisparóaundronqueintentabasalirdedebajodeunapiedracaída.
—Podría haber salidomal—dijo con un hilo de voz—. Las cosas no siempresucedencomoenlasotrasrealidades.Podríashabermuertoaplastado,David.
—Vale,peronohasidoasí—dije—;porahoraestamosasalvo…Dejédehablaraloírruidosenelpasillo,resonabandetrásdenosotros,bastante
lejos.Eransonidosmetálicos.Unzumbidodehélices.Orugassobreelmetal.Megan me miró, luego miró la salida al bosque que teníamos todavía a unas
decenasdemetrosdedistancia.—Deprisa—dije,avanzandoalapatacoja.En lugardehacermecaso,Meganmesoltóelbrazoyme loapoyóen lapared
paraquemesostuviera.—Nosharáfaltatiempoparasalir—dijo.—Entoncestenemosquedarnosprisa.Megansepusoelriflealhombroymiróelpasillo.—¡Megan!—Esepuntodetrásdelosescombrosesdefendible—dijo—.Podréretenerlosun
buenrato.Vete.—Pero…—David,porfavor.Vete.Laagarréporelhombro,laatrajehaciamíylabesé,loquemeobligóaretorcer
lapierna.Meprovocóunramalazodedolor,peronomeimportó.UnbesodeMeganbienlovalía.
Lasoltéymefuicomomehabíadicho.Me sentía un cobarde, pero pertenecer a un equipo implica aceptar que otra
personapuederealizarciertalabormejorquetú.Yserunhombreimplicaaprenderadejarquetunoviainmortaltengasumomentodeheroísmo.
Volveríaabuscarla,vivaomuerta.Ypronto.Noabandonaríasucuerpoparaqueacabasecomolosdelasbañerasquehabíaencontrado,nihablar.Subícomopudelarampa,intentandonopensarenloquepodíasucederleaMegan.Tendríaquepegarseun tiro cuando los robots la superasen, porque no podía arriesgarse a que lacapturasen.
Ami espalda,Megan empezó a disparar; los disparos del rifle resonaban en elpasillodeacero.Losdronescorreteabanyhacían ruido.Siguieron lasdescargasdelasarmasautomáticas.
Casi había llegado a la salida, pero vi sombras en el exterior. Me estabaempezando a hartar de drones.Hice unamueca de dolor al empuñar el arma. Porsuerte, la sombra acabó definiéndose: era un hombre corpulento de raza negra,vestido con ropa oscura y ajustada, gafas de visión nocturna en la frente y, en las
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manos,unarmaenorme.Abrahammaldijoalvermeconsuligeroacentofrancés.—¿Cómoestás?—dijo,corriendocuestaabajo—.¿YMegan?—Estácubriendonuestrahuida—dije—.Quierequenosvayamossinella.Me miró a los ojos, asintió y se volvió para ayudarme a recorrer los últimos
metros.—Cuandooshandetectado,losdronesdelexteriorhanvueltoalcomplejo—dijo
—.Losdemásestánenlosjeeps.Enesecasoteníamosunaoportunidad.—EsunaÉpica.Mesobresaltéymiréamialrededor.Era lamismavozdeantes. ¿Undronnos
habíalocalizado?No. Un panel de la pared se había convertido en pantalla. Frente a nosotros
teníamoslamismasiluetaoscuradeantes.—¿David?—dijoAbraham,depiealsol,enlasalida—.Vamos.—EsunaÉpica—fueloquedijeenlugardehacerlecaso,mirandoalapantalla.
Lasiluetameresultabafamiliar…De pronto se encendió una luz que barrió la oscuridad ymostró a un hombre
mayor, bajo y fornido, de cabeza redonda, prácticamente calvo, con solo unosmechones de pelo blanco tiesos formando una especie de corona. Lo había vistoantes,enunaocasión.EnunafotografíadelProfesor,tomadamuchosañosantes.
—Hoyhevisto algo increíble—dijo—,y siento curiosidad.Túeres ese al quellamanSteelslayer,¿verdad?Sí…elchicodeChicagoNova.¿NomatasÉpicos?
—Soloalosqueselomerecen—respondí.—¿YJonathanPhaedrus?—Jonathan Phaedrus ya no existe —dijo Abraham con tranquilidad—. Solo
quedaelÉpicoLimelight.Haremosloqueseaprecisohacer.Nodijenada.NoesqueestuvieseendesacuerdoconAbraham,peromecostaba
deciraquello.Elhombrenosobservóconatención.Deprontocesaronlosdisparos.—Heretiradolasmáquinas.Tenemosquehablar.Mirespuestafuedesmayarme.
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—Nohabríamos tenidoesteproblemasihubiesesestadodispuestoacomerciarconnosotros.
LavozdeMegan.Agradable…Yoestabatendidoenlaoscuridaddisfrutandodeesesonido,ymedisgustóquelasiguientepersonaenhablarnofueseella.
—¿Qué se suponía que tenía que hacer?—era la voz del hombre, el tipo deKnighthawk—.PrimeromeenterodequePhaedrussehaconvertido,¿ydeinmediatoosponéis en contacto conmigoymeexigís armas?Noquería involucrarmeen eseasunto.
—Podrías haber supuesto que nos opondríamos a él —dijo Abraham—. LosExploradoresno ibana aliarse conun tirano simplementeporqueantes eranuestrolíder.
—No entiendes lo que quiero decir—dijo el hombre—.Noos rechacé porquecreyese que trabajabais para él; os rechacé porque no soy un idiota consumado.Phaedrus sabe demasiado acerca demí. No voy a enojarlo ni tampoco a venderlenada.Noqueríasabernadadevosotros.
—Entonces,¿porquénoshasinvitadoaentrar?—inquirióMegan.Gemí,esforzándomeporabrir losojos.Medolía lapierna,perono tantocomo
había esperado.Almoverme no sentímás que un dolor superficial. Pero, chispas,estabaagotado.
ParpadeéesforzándomeporenfocarlavistayunmomentodespuéslacabezadeMeganaparecióencimademíconunaaureoladepelodorado.
—¿David?—preguntó—.¿Cómoteencuentras?—Comounarebanadadepanenunconciertoderock.Serelajótotalmenteysevolvió.—Estáperfectamente.—Una rebanada de pan en un concierto de rock —repetí, sentándome con
dificultad—.Yasabes:nadiequierepanenunmalditoconciertoderock.Quierenverlosgrupos.Asíquetiranelpanalsueloyloaplastan.
—Eslomásestúpidoqueheoídoenmivida.—Losiento—refunfuñé—.Cuandomepeganuntirosuelosermáselocuente.Meencontrabaenunahabitaciónpoco iluminadaconunacantidadexcesivade
sofás, en uno de los cuales había estado tendido. Había otro, largo, negro ydemasiadomullido, cerca de la pared opuesta, con unamesa baja delante llena demonitores y equipo informático. También había encima un montoncito de platossucios.ElhombredeKnighthawkestabasentadoenun tercero,máscercadelmío,juntoaunapequeñamesitaconunamontañadecáscarasdecacahueteydosgrandes
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vasosdeplásticovacíos.Asuladohabíaunmaniquídetamañonatural.Enserio.Unmaniquídeesosquehabíaenlosgrandesalmacenesantiguospara
exponerropa.Elrostrodemaderacarecíaporcompletoderasgosylohabíanvestidocomo a la elite de Chicago Nova, con sombrero de ala ancha y traje de rayadiplomática.Lohabíansentadoenunaposturarelajada,conlaspiernascruzadasylasmanosjuntas.
Bueno…Abrahamestabadepiedelantedelsofá,conlosbrazoscruzadosytodavíavestido
coneltrajedeinfiltración.Sehabíaquitadolamáscara,quelecolgabadelcinturón,peroseguíallevandoalaespaldalaimponenteP328gravitónica.ApartedeMegan,eraelúnicomiembrodemiequipopresente.
—Bonitolugar—dije—.Supongoquegastastetodoelpresupuestodedecoraciónenellaboratoriodeloshorrores.
Elhombreresopló.—Ellaboratoriotienequeestarlimpiopararealizarmitrabajo.Osheinvitadoa
mihogar,jovencito.Unhonorpocohabitual.—Misdisculpaspornohabertraídoalgunosbordesdepizzacomoofrenda—dije
señalando los platos sucios quehabía sobre lamesa, al otro lado.Mepuse enpie,tambaleándome,aunqueconunamanoenelreposabrazosdelsofálogrémantenermeerguido.Mepalpitaba lapierna.Me lamiréyviquemehabíancortado laperneraparallegarhastalaherida.Estabacubiertaporunacostra.Teníaelaspectodellevarsanandosemanas,inclusomeses.
—Vaya —dijo el hombre—. Siento que no esté completamente curada. Midispositivonoestaneficazcomootros.
Le hice un gesto a Megan para que supiera que me encontraba bien. No meofrecióelbrazoparaapoyarme,nodelantedelenemigo,perosequedócerca.
—¿Dóndeestamos?—pregunté.—BajolaFundición—dijoelhombre.—¿Ytúeres?—DeanKnighthawk.Parpadeé.—¿Enserio?¿Tellamasasí?—No—dijoelhombre—,perominombreerainsulso.Asíqueusoeste.Bien,unpuntoporsuhonestidad,aunquemeestremecíalaideaderenunciarami
nombre.Ni siquierame gustaba elmote queme habían puesto: Steelslayer.DavidCharlestonme valía perfectamente. Fue el nombre queme pusomi padre. Era loúnicoquemequedabadeél.
Efectivamente,KnighthawkeraelhombrequehabíavistoenlafotodelProfesor,alláenBabilar.Ahoraeramayor,estabamáscalvoyteníamásbarriga.Lapapadalecolgabacomoelquesofundidodeunarebanadadepancalentadaenelmicroondas.
EraevidentequeélyelProfesorhabíansidoamigos,ysabíaqueelProfesorera
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unÉpico…,losabíadesdehacíatiempo.—FormabaspartedelequipodelProfesor—aventuré—.ElqueteníaconRegalia
yMurkwood,cuandotodosseconvirtieronenÉpicos.—No—dijoKnighthawk—.Yonoeramiembro.Peromiesposasí.«Cierto». Recordé al Profesor diciendo que eran cuatro. Unamujer llamada…
¿Amala?Eraimportanteporalgunarazónquenolograbarecordar.—Yo era un observador interesado—dijoKnighthawk—.Yo era un científico.
No del tipo «eh, chicos, mirad cómo congelo una uva usando nitrógeno líquido»,comoJonathan.Unverdaderocientífico.
—Ytodounhombredenegocios—dijoAbraham—.Hasconstruidounimperiosobrecadáveres.
JuntoaKnighthawk,elmaniquíabriólosbrazosyalzólasmanoscomosidijera:«Culpabledetodosloscargos».DiunrespingoymiréaMegan.
—Sí—mesusurró—,semueve.Noentiendocómo.—¿MizzyyCody?—susurré.—Sehanquedadofueraporsieraunatrampa.—Fuielpionerode la tecnologíademotivadores—le respondióKnighthawka
Abraham—.Ysí,mehebeneficiado.Ytambiénvosotros.Asíquenonospongamosaacusarconeldedo,señorDesjardins.
La expresión de Abraham siguió siendo de calma, pero no era posible que legustasequeKnighthawksupierasuapellido.Nisiquierayosabíacuálera;nohablabamuchodesupasado.
—Todoesoesgenial—dije.MeacerquéaAbrahamymedejécaerenelsofá,frente a Knighthawk y su inquietante maniquí—. Una vez más, ¿por qué nos hastraídoaquí?
—EsaÉpicaesFirefight—dijoKnighthawk,yelmaniquíseñalóaMegan—,¿noesasí?¿Siemprehasidodimensionalista?
Noeradel todocierto.CuandoMeganhablabadeFirefight,sereferíaaalguiendistinto a ella, a un ser de otra dimensión que podía traermomentáneamente a lanuestra.NoseconsiderabaFirefight,aunquehabíapocadiferencia.
—Sí—dijoMegan. Avanzó y, tras pensarlo unmomento, se sentó a mi lado.Apoyóelbrazoenelrespaldodelsofá,enseñandolasobaquera.Podíaaccedera lapistolaconfacilidad—.Haymásdetalles,perobásicamente…sí.Soyloquedices.
Lepuseunamanoenelhombro.Meganpodíaserfría,portemperamentoyparano acercarse a la gente, porque…bien, solía ser peligroso conocer a unÉpico.YoveíalatensiónconlaqueobservabaaKnighthawk,elmovimientodelpulgarcomosiamartillaseunrevólverimaginario.Teníaunaenormeampollaenlapalmaconlaquehabíaagarradolallama.
Sabíamosmantenerlaoscuridadaraya,peroMegantodavíanohabíaganadoesaguerra.Lepreocupabaloquelehabíasucedidoantesy,francamente,amítambién.
El maniquí de Knighthawk se inclinó hacia delante adoptando una postura
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pensativayseechóhaciaatráselsombreroparaqueseviesemejorsucarasinrasgos.—Lo que has hecho en el laboratorio, jovencita —dijo Knighthawk—, ha
engañado a todos los sensores, las cámaras, los programas. No eres unadimensionalistadelmontón,eresmuypoderosa.Misrobotshaninformadoacercademarcas en las paredes de la sala y algunos de mis drones están inutilizados.Completamentedestruidos.Nuncahabíavistonadaigual.
—NotevoyadarmiADN—dijoMegan.—¿Eh?—dijoKnighthawk—.¡Ah,yalotengo!Recogíunadocenademuestras
antes de que vosotros dos llegarais al pasillo de acceso. ¿Creéis que podéis entraraquí sin llevar un traje apto para la sala limpia y salir sin que yo me quede conalgunascélulasdevuestrapiel?Peronotepreocupes;estoymuylejosdepodercrearunmotivadorbasadoenti.Esmáscomplicadode…loquesecree.
ElmaniquígesticulabamientrasKnighthawkhablaba.«Pero Knighthawk no se mueve en absoluto—noté—. Y en ese sofá con los
cojinesdemasiadomullidospareceencajadoensusitio».DeanKnighthawkestabaalmenosparcialmenteparalizado.Podíahablar—todo
loquedecíasalíadesuboca—,perosolomovíalacabeza.¿Cómoeraposiblequeestuvierainválido?Sidisponíadetecnologíaparasanarme
amí,¿porquénosecurabaasímismo?—No—dijoKnighthawk, todavíahablándoleaMegan—.Ahoramismonome
interesaexplotar tuspoderes,perodeseocomprenderlos.Loquehashechoha sidotremendo.Increíble.Lamanipulacióndelarealidadnoesunasuntobaladí,joven.
—No me había dado cuenta —repuso Megan con indiferencia—. ¿Quépretendes?
—Ibas a sacrificarte —dijo Knighthawk—. Te quedaste para que los otrospudiesenescapar.
—¿Sí?—dijoMegan—.Noesparatanto.Puedosobreviviramuchascosas.—Ah…Portanto,¿eresunaGranÉpica?—lepreguntóKnighthawk.Elmaniquí
sesentómáserguido—.Tendríaquehaberlosupuesto.Meganapretóloslabios.—Algrano,Knighthawk—dijeyo.—El grano es esta conversación —respondió mientras el maniquí gesticulaba
hacianosotros—.Estaconversación.Unusotantremendodelospoderesporpartedeestamujerdeberíahaberlaabocadoalaislamiento,alafuria,haberlaconvertidoenunsupremo incordio para cualquiera que tuviese cerca. Jonathan es uno de los pocosÉpicosqueconozcocapazdecontrolarsustinieblas…ydespuésdeusarsuspoderessemanteníalejosdelagentedurantedíasantesderecuperarelcontrol.Sinembargo,esta joven ha hecho uso de los suyos sin que la oscuridad la consumiese… comodemuestra el hecho de que luego, de manera altruista, ha arriesgado la vida paraayudar a su equipo.—El maniquí se inclinó hacia delante—. Por tanto—añadióKnighthawk—,¿cuáleselsecreto?
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MiréaAbraham.Seencogiódehombroscasiimperceptiblemente.Élnosabíasidebíamos compartir información o no. Hasta entonces habíamos tenido muchocuidado con cuándo y con quién comentábamos la forma de hacer retroceder laoscuridaddelosÉpicos.Coneseconocimiento,podríamosalteraraccidentalmentelaestructura de poder de los Estados Fracturados, ya que el secreto para superar laoscuridadtambiéneraelsecretoparadescubrirelpuntodébildeunÉpico.
Estabamediodecididoadivulgaresainformacióntodoloposible.SilosÉpicosdescubríanelpuntodébildecadaunodelosotros,posiblementesematasenentresí.Por desgracia, la verdad probablemente fuese más brutal. El poder cambiaría demanos;algunosÉpicosascenderíanyotroscaerían.PodríamosacabarconelgrupodeÉpicos que controlaba todo el continente y vernos obligados a enfrentarnos a unrégimen poderoso y organizado en lugar de a una red de ciudades-estado que sepeleabanentresíy,portanto,erandébiles.
Tardeotempranoquerríamosdifundirelsecreto,comunicárseloaloseruditosdelmundo por si conseguían que los Épicos se apartasen de la oscuridad. Pero antesteníamos que probar nuestro descubrimiento y descubrir si surtía algún efecto enotrosÉpicos.
Yoteníagrandesplanes,planesparacambiarelmundo,queempezabanconunatrampa. Un golpe importante, quizás el más complicado que los Exploradoreshubiesenejecutadonunca.
—Te contaré el secreto para conseguir que los Épicos recuperen la cordura,Knighthawk—decidí—, pero quiero que me prometas mantenerlo en secreto porahora.Yquieroquenosequipescontodolonecesario.
—Vaisaacabarconél,¿noesasí?—dijoKnighthawk—,conJonathanPhaedrus.ConLimelight,comolollamanahora.VaisamataralProfesor.
—No—dijemirándoloalosojos—.Haremosalgomuchomásdifícil.Vamosarecuperarlo.
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Knighthawkhizoqueelmaniquícargaseconél.Caminandoa su ladoobservémejor el artefacto.Noeraunmaniquínormalde
tienda.Teníalosdedosdemadera,articulados,yelcuerpomássólidodeloquecreía.Eramásbienunamarionetamuygrande,perosinhilos.
Yerafuerte.CargófácilmenteconKnighthawk,metiendolosbrazospordebajode las correas del arnés que este llevaba.Daba la impresión de que elmaniquí loabrazabaporlaespalda,conlosbrazossobreelvientreyelpecho.Knighthawkibaderechoeinmóvil,conlospiescolgandoapocoscentímetrosdelsuelo.
Noparecíacómodoninormal.Apesarde todo,Knighthawknodejódecharlartranquilamentemientrasnosdesplazábamos,comosifueralomásnaturalqueunaltogolemdemaderacargaseconuntetrapléjico.
—Asíquebásicamentedeesosetrata—ledijemientrasrecorríamoselanónimopasilloendirecciónalaarmeríadeKnighthawk—.Lospuntosdébilesseasocianconmiedos. Si un Épico se enfrenta a su miedo y lo derrota, entonces puede hacerretrocederlaoscuridad.
—Casi—dijoMegan,quenosseguía.AbrahamhabíasalidoabuscaraMizzyyaCody,yaquehabíamosdecididoque
de un modo u otro teníamos que confiar en Knighthawk. No nos quedaba otroremedio.
Knighthawkrefunfuñó.—Miedo.Parecesencillo.—Síyno—dije—.MedalaimpresióndequeamuchosÉpicos,yaconsumidos
por sus poderes, no les apetece pensar en su punto débil. No se enfrentan a susdebilidades.Enelfondo,ahíradicaelproblema.
—Mesigopreguntandoporquénadiemássehadadocuenta—dijoKnighthawkconescepticismo.
—Nosotrosnoshemosdadocuenta—dijoMeganenvozbaja—.Esalgoen loquepiensan todos losÉpicos, eso te logarantizo.Simplemente, loenfocamosmal:relacionamos los miedos con las debilidades, pero establecemos esa relación a lainversa.
»Laspesadillasteenloquecen.Tesacandelacamasinaliento,sudandoyoliendola sangre. Son pesadillas sobre tus flaquezas: la pérdida de poder, el regreso a lamortalidad,volveraserestúpidamentenormaldetalformaquecualquieraccidentetontopodríaacabarcontigo.Eslógicotemeraquelloquepodríamatarte,porloquetenerpesadillasparecenormal.Deloquenuncanoshabíamosdadocuentaesdequelas flaquezas se derivan de los temores. Los temores van primero y luego las
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flaquezas,noalrevés.Knighthawkyyonosparamosenmediodelpasilloparamirarla.Megannosmiró
a losojos, retadora como siempre, aunqueyoveíabien lasgrietas. «Chispas».Lascosasporlasquehabíapasadoesamujer…Loquehabíamosdescubiertolaayudaba,perotambiénagrandabaesasgrietas,dejandoaldescubiertoaspectosinternosquesehabíaesforzadoporocultar.
En el pasado, al servicio de Steelheart, había cometido actos terribles. Nohablábamos de esa época. Había logrado escapar al verse obligada a no usar suspoderesparainfiltrarseenlosExploradores.
—Podemoslograrlo,Knighthawk—dije—.PodemosdarconeltalóndeAquilesdel Profesor y emplearlo en su contra. En lugar de matarlo, sin embargo, letenderemosunatrampaparaobligarloaenfrentarseasusmiedos.LorecuperaremosydemostraremosqueelproblemadelosÉpicostieneotrasolución.
—Nosaldrábien—dijoKnighthawk—.TeconoceyconoceelprotocolodelosExploradores.Calamityredactóeseprotocolo.Estarápreparado.
—Verás, de eso se trata —dije—. Sí, nos conoce, pero nosotros también loconocemos.NosserámásfácildarconsupuntodébilqueconeldecualquierotroÉpico.Y,además,sabemosalgoimportante.
—¿Qué?—inquirióKnighthawk.—Enlomásprofundodesuser—dije—,elProfesorquierequeganemos.Estará
dispuestoamorir,porloquesesorprenderácuandorealmentelosalvemos.Knighthawkmemiróatentamente.—Eresextrañamentepersuasivo,jovencito.—Nosabeshastaquépunto—murmuróMegan.—Peroparaderrotarlonosharáfaltatecnología—dije—.Memueroporverqué
tienes.—Puestengounpardecosasquepodríaprestaros—dijoKnighthawk,echando
denuevoaandar—.Peroalcontrariodeloquecreelagente,estelugarnoesningúnenormedepósitodetecnologíasecreta.Laverdadesquecadavezquelogroquealgofuncione lo vendo de inmediato. Todos esos drones nome salen baratos, ¿sabéis?TengoquepedirlosaAlemaniayesunaverdaderalatadesempaquetarlos.Porcierto,ospasarélafacturaporlosquehabéisroto.
—Estamosmendigándote,Knighthawk—dije,poniéndomeasu lado—.¿Cómoesperasquetepaguemos?
—Datodalaimpresióndequeeresunchicoderecursos.Yaseteocurriráalgo.ConunamuestradesangrecongeladadeJonathanserásuficiente,suponiendoquetuplandemencialfracaseytengasqueacabarmatándolo.
—Nofracasará.—¿Te parece? Dada la trayectoria de los Exploradores, jamás se me ocurriría
apostarporunplancuyopropósitonoseadejaralgunoscadáveres.Peroyaveremos.—SumaniquílehizoungestodeasentimientoaMegan.
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Aquelmaniquímefascinaba.Penséunmomentoydeprontoalgochascóenmimentecomolamandíbuladeungigantescoescarabajojugadordepóquer.
—¡WoodenSoul!—dije—.¿ConseguisteunpocodesuADN?Sindetenerse,Knighthawkvolviólacabezaparamirarme.—¿Cómohas…?—Establecerlarelaciónhasidomuyfácilencuantolohepensadounpoco.No
haymuchasÉpicasmarionetistasrondandoporahí.—¡Vivíaenunaaldea remotadePunjabi!—dijoKnighthawk—.Además, lleva
muertacasidiezaños.—DavidseinteresaporlosÉpicos—dijoMegandesdeatrás—.Diríaquesonsu
obsesión,peroesapalabranolehacejusticia.—Noeseso—dije—.Soycomo…—No—dijoKnighthawk.—Estotienelógica.Soycomo…—No,enserio—meinterrumpióKnighthawk—,nadiequiereoírlo,chico.Medesanimé.Unpequeñorobotde limpiezacorrióporelsueloymedioenel
pie.Parecióungestoderencor.Luegosealejó.ElmaniquídeKnighthawkmeseñalóconeldedo,aunquetuvoquevolverseun
pocoparahacerlo,porqueteníalosbrazosocupadoscargandoaKnighthawk.—NoessanoobsesionarseconlosÉpicos.Tienesquecontrolarte.—¡YlodiceunhombrequesebeneficiadelospoderesdelosÉpicosyqueahora
mismosesirvedeellosparamoverse!Menudaironía.—¿Yquétehacepensarqueyonotengolamismaobsesión?Digamosquehablo
por experiencia. Los Épicos son a la vez extraños,maravillosos y terribles. No tedejesarrastrar.Puedesacabaren…unasituacióndifícil.
Lodijoenun tonoquemerecordóel laboratoriocon lospedazosdecadáveresflotandoenlasbañeras.Aquelhombrenoestabadeltodocuerdo.
—Lotendréencuenta—dije.Seguimosporelpasilloypasamospordelantedeunapuertaabiertaporlaqueno
pudeevitarmirar.Lapequeñahabitaciónestabaescrupulosamentelimpiayconteníaunaenormecajademetaljustoenelcentro.Eraunaespeciedeataúd,impresiónqueseveíareforzadaporlaluzsuaveyelfríooloraantiséptico.Detrásdelataúdhabíaun enorme casillero de madera. Cada casilla contenía un artículo pequeño, en sumayoríaprendasdevestir.Gorras,camisas,cajitas.
Lascasillasestabanrotuladasyapenaspudeleerunoscuantosrótulos:«Demo»,«TheAbstractMan»,«Blastweave»…
Nombres de Épicos. Knighthawk conservaba las muestras de ADN en loscongeladores, pero era allí donde guardaba los trofeos. Curiosamente, una de lascasillasmásgrandesnoteníaplaca.Conteníaunchalecoyunosguantes,colocadosparasuexhibiciónyespecialmenteiluminados.
—Ahí no encontrarás motivadores —comentó Knighthawk—. Solo hay…
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recuerdos.—¿Y cómo encontraré un motivador? —pregunté, mirándolo—. ¿Qué son en
realidad,Knighthawk?Sonrió.—Chico,notienesniideadelodifícilquehasidoevitarquelagentedieseconla
respuesta a esa pregunta. El problema es que necesito gente ahí fuera recogiendomaterial para mí, pero no quiero que cualquiera pueda fabricarse sus propiosmotivadores.Portanto,recurroaladesinformación.Alasverdadesamedias.
—No eres el único que los fabrica, Knighthawk —dijo Megan poniéndose anuestro lado—.Romerocorp los fabrica,y también ITC, enLondres.Noesningúnsecreto.
—¡Oh, sí que lo es! Verás, las otras empresas saben lo importante que esguardarlo. Creo que ni siquiera Jonathan sabe toda la verdad.—Sonrió, colgandofláccido de los brazos del maniquí. Aquella sonrisita empezaba a sacarme de miscasillas.
Elmaniquímediolaespaldaysiguióporelpasillohastalasiguientepuerta.—Espera—dije,corriendotrasél—.¿Novamosalasaladelosrecuerdos?—No—dijoKnighthawk—.Allínohaycomida.Elmaniquí abrió la puerta. Vi unos fogones y una nevera, aunque el suelo de
linóleoylamesadelcentroeranmásparecidosalosdelacafeteríadelaFactoríaqueapropiadosparaunacocina.
Miré aMegancuando semeuniómirandodesde lapuerta.Elmaniquí entróydejóaKnighthawkenunsillóndemasiadomullidoquehabíajuntoalamesa.Luegofuehastalaneveraysepusoabuscaralgoqueyonopodíaver.
—Mevendríabienunbocado—comentóMegan.—¿Todo esto no te parece un poco morboso? —le pregunté en voz baja—.
Hablamosdemáquinasfabricadasapartirdeloscadáveresdelostuyos,Megan.—Nopertenezcoaotraespecie.Sigosiendohumana.—PerotienesunADNdiferente.—Ysigosiendohumana.Nointentescomprenderlo.Tevolverásloco.Solíapasar:intentarexplicarlosÉpicoscientíficamenteconducía,enelmejorde
los casos, a la exasperación. Cuando Estados Unidos había aprobado la ley decapitulación,queeximíaalosÉpicosdeatenersealsistemalegal,unsenadorlahabíaexplicadoargumentandoquenosepodíaesperarque las leyeshumanas limitasenaseresquenisiquieraobedecíanlasleyesdelafísica.
Puedequeyo fueseun tonto,pero todavía ansiabacomprender.Necesitabaquetodotuviesesentido.
MiréaMegan.—Nomeimportaloqueseas,siemprequeseastú,Megan.Peronomegustaque
usemoscadáveressincomprenderloqueleshacemosocómofuncionatodoesto.—Entonces lesacaremoselsecreto—mesusurró,acercándose—.Tienesrazón,
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los motivadores podrían ser importantes. ¿Y si su funcionamiento tiene algunarelaciónconlospuntosdébilesolosmiedos?
Asentí.Oímos más ruido en la cocina. ¿Palomitas? Me asomé dentro, asombrado.
Knighthawk estaba relajado en el sillón mientras el maniquí permanecía junto almicroondaspreparandopalomitas.
—¿Palomitas?—exclamé,extrañado—.¿Paradesayunar?—¡ElApocalipsisllegóhaceunadécada,chico!—exclamóasuvez—.Vivimos
enlafrontera,enunerial.—¿Yesoquétienequever?—Las costumbres sociales están muertas y enterradas—dijo—. Les está bien
empleado.Yodesayunaréloquemevengaengana.Iba a entrar pero Megan me retuvo por el hombro, acercándose más. Olía a
humo…aexplosivos,apólvorade lasbalasdisparadasyamaderaquemadadeunbosque en llamas. Era un olor maravilloso, embriagador. Mejor que cualquierperfume.
—¿Qué ibas a decir antes? —me preguntó—. Cuando hablabas de ti yKnighthawktehacortadoynohaspodidoacabar.
—Nada.Eraunatontería.Meganmeretuvo,mirándomealosojos,esperando.Suspiré.—Tú comentabas lo obsesionado que estoy.Y no es eso. Soy como…, bueno,
comounrobotcortaúñasavapordeltamañodeunahabitación.Arqueóunaceja.—Básicamente,soloséhacerunacosa—leexpliqué—,pero,malditasea,loque
séhacerloharébiendeveras.Megansonrió.Unaimagenhermosa.Luego,poralgunarazón,mebesó.—Tequiero,DavidCharleston.Sonreí.—¿Estásseguradepoderamarauncortaúñasgigantesco?—Túeres tú, seas loque seas—dijo—.Esoes loque importa—unapausa—,
pero, por favor, no crezcas hasta tener el tamaño de una habitación. Sería muyincómodo.
Me soltó y entramos en la cocina para discutir el destinodelmundo comiendopalomitas.
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Nossentamosaunamesagrandedevidrioatravésdelcualseveíaunalosanegra.Dabaunasensacióndemajestuosidadquecontrastabatremendamenteconellinóleodespegadoylosdesconchonesdelapinturadelacocina.ElmaniquídeKnighthawkse sentó remilgadamente en una banqueta junto al enorme sillón y se puso a darlepalomitasunaauna.
Mis conocimientos sobre Wooden Soul, la Épica a la que había robado lospoderesparacrearaesasirvienta,eranmásbienvagos.Supuestamentehabíatenidolacapacidaddecontrolarmarionetascon lamente, loquesignificabaquedehechoaquelmaniquínoeraautónomo;eramásbienunconjuntoextrademiembrosparauso de Knighthawk, que seguramente llevaba encima algún dispositivo con unmotivadorquelepermitíacontrolarlo.
Desdeelpasillo, lasvocesanunciaronalosreciénllegados.LlegóunrobotqueKnighthawkhabíaenviadoparaguiaraAbrahamyquizáparaimpedirquehusmeasedondenodebía.Enseguidaentróelaltocanadienseynossaludó.Despuésentraronlosotrosdosmiembrosdemiequipo.PrimeroCody,untipolarguiruchodetreintaymuchos años. Vestía chaqueta y gorra de camuflaje, pero no por la misión:prácticamentesiempreibavestidodecamuflaje.Llevabadíassinafeitarse.Segúnélera «una auténtica tradición de las Tierras Altas con el fin de prepararse para labatalla».
—¿Eso sonpalomitas?—preguntó conunmarcado acento sureño.Se acercóyagarróunpuñadodirectamentedelcuencoquesujetabaelmaniquí—.¡Maravilloso!Abraham,chico,noexagerabasconlodelinquietanterobotdemadera.
Mizzyentrólaúltima.Depieloscuraycomplexiónligera,llevabaelcabellomuyrizado recogido de forma que explotaba en una nube hacia atrás, una especie dehongoatómicoafro.SesentóalamesatanlejosdeMegancomopudoymedirigióunasonrisadeánimo.
Intenténopensarenlosmiembrosdelequipoquefaltaban.ValyExel,aquienesel Profesor había matado. Tia, perdida en alguna parte, probablemente tambiénmuerta.Aunquenosolíamoshablardetalesasuntos,AbrahammehabíaconfiadoquesehabíaenteradodequehabíaotrasdoscélulasdeExploradores.Habíaintentadosinresultado ponerse en contacto con ellas durante la huida de Chicago Nova. TodoapuntabaaqueelProfesorlashabíaencontradoantes.
Codydevoróelpuñadodepalomitas.—¿Dóndehaymás?Nosésiosdaiscuentadequehasidoundíaagotador.—Sí—convinoKnighthawk—, unamañana agotadora atacandomi hogar para
robarme.
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—Venga,hombre—dijoCody—.Noestésresentido.Enalgunaszonasdelviejopaís se considera de buena educación presentarse dando un puñetazo a la cara.Vamos,quenadietetomaenseriosinollegasatizando.
—¿Puedopreguntar…aquéviejopaísterefieres?—dijoKnighthawk.—Seconsideraescocés—dijoAbraham.—Soyescocés,monolitodedudaymonotonía—dijoCody, levantándosede la
silla, aparentemente dispuesto a prepararse élmismo las palomitas en vista de quenadieseofrecíaahacerloporél.
—DimeunaciudaddeEscociaapartedeEdimburgo—dijoAbraham.—Ah, sí, el Burgo de Edin—dijo Cody—. Donde enterraron a Adán y Eva,
quienes,porsupuesto,eranescoceses.—Porsupuesto—dijoAbraham—.Porfavor,unnombredeciudad.—Esfácil.Puedodecirtemuchas.Londres.París.Dublín.—Esasciudadesson…—… escocesas —dijo Cody—. Verás, nosotros las fundamos y luego otros
pueblosnoslasrobaron.Hayqueaprenderalgodehistoria.¿Quierespalomitas?—No.Gracias—dijoAbraham,sonriéndomedivertido.MeinclinéhaciaKnighthawk.—Noshasprometidotecnología.—Prometidoesmuchodecir,chico.—Quieroesedispositivodecuración—dijoAbraham.—¿Elreparador?Nilosueñes.Notengootro.—¿Tútambiénlollamasasí?—lepreguntóMeganconelceñofruncido.—UnadelasocurrenciasdeJonathan—repusoKnighthawkmientraselmaniquí
seencogíadehombros—.Acabócalando.DetodosmodoselmíonoesnidelejostaneficazcomolospoderescurativosdeJonathan,peroestodoloquetengo,asíqueno os lo vais a llevar. Sin embargo, tengo otras dos cositas que podría prestaros.Una…
—Espera —dijo Mizzy—. Dispones de una máquina de curación, ¿y todavíaandas por ahí con la marioneta sonriente? ¿Por qué no…, ya sabes, te curas laspiernas?
Knighthawk la miró impasible y el maniquí negó con la cabeza, como sipreguntarporsudiscapacidadfuesetabú.
—¿QuésabesdelospoderesdecuracióndelosÉpicos,jovencita?—lepreguntó.—Bueeeno—dijoMizzy—,losÉpicosquematamostiendenaquedarsemuertos,
asíquenotengomuchasoportunidadesdevercuraciones.—Lacuraciónde losÉpicosnocambiaelADNni el sistema inmunológico—
explicóKnighthawk—, se limita a reparar el daño celular.Mi estado actual no sedebeaunaccidente;sihubieratenidosimplementelamédulaespinalseccionada,mehabría curado. El problema esmás grave y, si bien el dispositivo de curaciónmedevuelvealgodesensibilidada losmiembros,vuelvoaperderlaenseguida,asíque
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usoaManny.—¿Lehaspuestonombre?—preguntóAbraham.—Claro.¿Porquéno?Aver,empiezoapensarquedespuésdetodonoqueréisla
tecnología.—Laqueremos—dije—.Porfavor,sigue.Pusolosojosenblancoyaceptóotrapalomitadelamanodelmaniquí.—Bien,haceunosmesesmurióunaÉpicaenSiberia,enunenfrentamientoentre
dosdéspotasbastantedramático.Porlazonapasabauncomercianteconiniciativaylogrórecogeraunade…
—¿ARtich?—dije,poniéndomerecto—.¿LograstecopiaraRtich?—Chico,noteconvienesabertantodeestosasuntos.Pasé del comentario.Rtich, pronunciadomás omenos «r’tich», había sido una
Épica poderosa.Yo había estado buscando algo que nos permitiese enfrentarnos alProfesorenigualdaddecondiciones.Necesitábamosalgoquenopudieraprever…
Meganmediouncodazoenelestómago.—Bueno,¿noslovasacontar?—¡Oh!—dije al darme cuenta de que Knighthawk había dejado de hablar—.
Bien, Rtich era una Épica rusa con un conjunto de habilidades bastante ecléctico.TécnicamentenoeraunagranÉpica,perosímuypoderosa.¿Estamoshablandodetodoelconjunto,Knighthawk?
—Cadamotivadorsoloaportaunahabilidad.—Bien—dije,poniéndomeenpie—,enesecasodoyporsupuestoqueemulaste
el globo de mercurio. ¿Qué hacemos aquí sentados? ¡Vamos a buscarlo! Quieroprobarlo.
—Oye,escocés—dijoKnighthawk—,yaqueestásahí,¿metraesunacoladelanevera?
—Claro—respondióCody, echando en un cuenco las palomitas recién hechas.Cogióunacoladelanevera,delamismamarcaquelegustabaaTia.
—Ah—añadióKnighthawk—,yesafiambreradeensaladadepatatas.—¿Ensaladadepatatasypalomitas?—preguntóCody—.Eresuntíoraro,sinote
importa que te lo diga.—Dejó la fiambrera transparente en la mesa, con la colaencima.LuegosedejócaerjuntoaMizzyyapoyólospies,calzadosconlasbotasdetrabajo,sobrelamismamesa,serecostóenlasillayatacóelcuencocomounhombrealquelehubieseincendiadolacasaunamazorcademaízparticularmenteviolenta.
Yomequedédepie,conlaesperanzadequelosdemássemeuniesen.Noqueríaestarsentadohablandodepoderesépicos.Queríausarlos.Yesahabilidadenconcretoteníaquesertanemocionantecomoelespiril,perosinagua,cosaquemeconvenía.Aunquehubieseestadodispuestoaquelasprofundidadesmetragasenparasalvaramisamigos,noporelloelaguayyonosllevábamosbien.Lonuestroeramásbienunatregua.
—¿Bien?—leanimé.
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ElmaniquídeKnighthawkabriólafiambreradeensaladadepatatas.Dentro,enelcentro,habíaunacajitanegra.
—Aquíestá.—¡Guardasdispositivosdesuperpoderesconunvalorincalculableenlaensalada
depatatas!—sesorprendióMegan,apabullada.—¿Sabescuántagentehavenidoaquíarobarme?—lepreguntóKnighthawk.—Siempresinéxito—dije—.Todossabenqueestelugaresinexpugnable.Knighthawkbufó.—Chico,vivimosenunmundoenque lagentepuede literalmenteatravesar las
paredes.Ningúnlugaresinexpugnable;simplementesemedabienmentir.Esdecir,inclusovosotroshabéislogradobirlarmealgunascosas…aunquedescubriréisquelosdispositivosquesehallevadoAbrahamsirvenparapoco.Unoimitalosladridosdeun perro y otro hace crecer las uñas conmás rapidez… pero no las fortalece. NotodoslospoderesdelosÉpicossonasombrosos,aunquemegustaríarecuperaresosdos.Sonunabuenacarnada.
—¿Carnada?—preguntósorprendidoAbraham.—Por supuesto, por supuesto —dijo Knighthawk—. Siempre conviene dejar
algunosporahíparaquelagentecreaquesellevaalgovaliosoencompensaciónportantos esfuerzos. Hago incluso un numerito: furioso porque me han robado, jurovengarme. Bla, bla, bla. Habitualmente así me dejan en paz, felices de habersellevadoalgo.Encualquiercaso,despuésdeunadocenaderobos,¿calculasacuántaspersonasselesocurriómirarenlafiambreradeensaladadepatatas?
Elmaniquísacólacajitayladejósobrelamesa.Almenoslahabíametidoenunabolsahermética.Volvíasentarme,admirándola,imaginandosusposibilidades.
—¿Cómohaslogradometeralashadasenunacosatanpequeña?—lepreguntóCody,señalandoeldispositivo—.¿Noselesaplastanlasalitas?
Todospasamosdeél.—Hasmencionadootroproductotecnológico—dijoAbraham.—Sí—respondióKnighthawk—.Por alguna parte tengo un viejo cristalizador.
Lo fijas a una red cristalina pura y en segundos puedes hacer crecer nuevasformaciones.Podríaserútil.
—Eh…—dijoMizzy,levantandolamano—,¿alguienmásnoentiendeparaquéqueremosalgoasí?Suenagenialyeso,pero…¿cristales?
—Bien,verás—dijoKnighthawk—,lasalesuncristal.Todoslomiramos,desconcertados.—Vais a perseguir a Jonathan, ¿no es así? —dijo Knighthawk—. ¿Sois
conscientesdequeestáenAtlanta?Atlanta. Me recosté en mi asiento. Atlanta estaría bajo la jurisdicción del
Aquelarre, una asociación libre de Épicos que básicamente habían prometido nomolestarse.Enocasionesunoayudabaaotroaasesinaraunrivalquehabíaintentadorobarlelaciudad…EnelcasodelosÉpicos,esoequivalíaaserlosmejoresamigos
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delmundo.Pero,adiferenciadelomuchoquesabíadelosÉpicos,misconocimientossobre
elmundoteníanmuchaslagunas.LanaturalezadeBabilar,consusfrutosrelucientesysuspinturassurrealistas,habíasidoparamítodaunasorpresa.Enelfondo,seguíasiendo un chico recluido que hasta unosmeses antes no había salido de su barrionatal.
—Atlanta —dijo Abraham en voz baja—. O Ildithia, como se llama ahora.¿Dóndeseencuentraenestemomento?
—EnalgúnpuntodelestedeKansas—dijoKnighthawk.«¿Kansas? —pensé. El comentario había tenido un efecto discordante en mis
recuerdos—.Exacto.Ildithiasemueve».Pero¿hastatanlejos?Habíaleídosobresusdesplazamientos, pero había supuesto que permanecía más o menos en la mismaregión.
—Pero¿quéhaceélallí?—preguntóAbraham—.¿QuépodríabuscarJonathanPhaedrusenlaciudaddelasal?
—¿Cómovoyyoasaberlo?—dijoKnighthawk—.Hagotodoloposibleparanollamar su atención. Seguí susmovimientos simplemente para protegerme, pero deningúnmodovoyaponermeapincharloconunpalo.
ElmaniquídeKnighthawkdejóelcuenco.—Me he quedado sin palomitas, lo que indica que es hora de poner algunas
condicionesamiregalito.Podéisllevaroselrtichyelcristalizadorconlacondicióndequeosvayáisahoramismoynuncamáscontactéisconmigo.NoledigáisnadademíaJonathan;nisiquierahabléisdemíentrevosotros,porsilooye.Legustahacerlascosasbien.Sivienepormí,nodejarámásqueunagujerohumeanteenelsuelo.
MiréaMegan,quienasuvezmirabafijamenteaKnighthawk,sinparpadear,conlascomisurasdeloslabioshaciaabajo.
—Sabesque conocemos el secreto—ledijo envozbaja—.Sabesque estamoscercadelarespuesta,dedarconunaverdaderasolución.
—Razónporlaqueosestoyayudando.—Amedias—loacusóMegan—.Estásdispuestoalanzarunagranadadentrode
lahabitación,peronoquieresecharunvistazoparacomprobarsihahechosutrabajo.Sabesquealgodebecambiarenestemundo,peronoquierescambiarconél.Eresunvago.
—Soyrealista—dijoKnighthawkmientraselmaniquíseponíaenpie—.Aceptoel mundo como es y hago lo que puedo para sobrevivir. Incluso daros esos dosdispositivosesunpeligroparamí;Jonathanreconocerámitrabajo.Consuertecreeráqueloshabéisconseguidodeuntraficantedearmas.
Elmaniquí se acercó a la nevera, sacóunas cuantas cosas y las guardó enunamochila;todasmenosunaquedejóenlamesa;parecíaunfrascodemayonesa,perocuando lodestapó, vimosquedentrohabíaotropequeñodispositivohundido en lasalsa cremosa. El maniquí se echó la mochila al hombro y fue a levantar a
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Knighthawk.—Tengootrapregunta—dije,levantándome.—Lástima—dijoKnighthawk.—Tienesotrastecnologíasquedarnos—dijoAbraham,señalandolamochila—.
SolonoshasentregadoloquecreesquenotecausarádemasiadosproblemasconelProfesor.
—Unasuposiciónacertada.Tienesrazón—lerespondióKnighthawk—.Idos.Yaosmandaré la facturapor losdrones.Sisobrevivís,esperoquemepaguéishastaelúltimocéntimo.
—Intentamossalvarelmundo,¿sabes?—dijoMizzy—.Esoteincluyeati.Knighthawkbufó.—¿Eresconscientedeque lamitadde lagentequevieneamí intentasalvarel
mundo?Demonios,yahetrabajadoconlosExploradoresysiempreestáisintentandosalvar el mundo. Por ahora no parece salvado; es más, ahora que Jonathan hacambiadodebando,estábastantepeor.
»Sisiempreoshubieseregaladomimaterial,haceañosquehabríaquebradoynohabríaistenidoocasiónsiquieradevenirarobarme.Asíquemenoshumosydejaosdetópicos.
Elmaniquínosdiolaespaldaysalió.Mequedéenlasilla,frustrado,ymiréalosotros.
—¿Esasalidanooshaparecidounpocobrusca?—¿No has visto lo raro que es? —preguntó Cody, empujando con el pie la
ensaladadepatatas.—Almenostenemosalgo—dijoAbraham,dandolavueltaaunadelascajitas—.
Estamosenunasituaciónmuchomejorquealprincipio…y,además,sabemosdóndetieneJonathansubasedeoperaciones.
—Sí—dije,mirandoaMegan,queparecíainquieta.Así que ella también se daba cuenta. Sí, habíamos conseguido unas cuantas
armas,perohabíamosdejadoescaparlaocasióndeobtenerrespuestas.—Cogedtodoeso—dije—.Cody,registralaneveraporsiacasoysalgamosde
aquí.Elgruposiguiómisinstruccionesyyomequedémirandolapuertayelpasillo.
Todavíaquedabandemasiadaspreguntas.—Entonces…—dijoMegan ami lado—, ¿quieres que lleve fuera al resto del
grupo?—¿Eh?—lepregunté.—¿Recuerdas cuando nos perseguiste a nosotros y al Profesor por las calles
subterráneasdeChicagoNovaapesardequetehabíamosdichoquetedispararíamossinoteestabasquieto?
Sonreí.—Sí.EnaquelmomentomeparecíagenialquemedispararanlosExploradores,
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enseñar la cicatriz del balazo a mis amigos y contar que el mismísimo JonathanPhaedrusmehabíadisparado.
—¡Quéraritoeres!LoquequierodeciressivasairtrasKnighthawk.—Claro que voy a ir tras él.Asegúrate de que todos salgan sanos y salvos.Y,
luego,silascosassetuercen,intentarescatarmedemipropiaestupidez.Lediunbesorápido,atrapéalvueloelriflequeAbrahammelanzóymepusea
perseguiraKnighthawk.
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Notuvequeirmuylejos.Elpasilloestabadesierto,peromeacerquéalasalaquehabíamosvistoantes,la
delostrofeosenlapareddelfondo,yechéunvistazo.NomesorprendióencontraraKnighthawksentadoenunsillón,alotroladodelahabitación.Asuladoardíaunachimeneadegasyelmaniquíestabatendido,consushilosinvisiblescortados,enelsuelo.
Alprincipiomepreocupé.¿Knighthawkestababien?Luegovisusojos,quereflejabanlasllamas,mirandolacajaplateadadelcentro
de la sala, la que parecía un ataúd. Las lágrimas le corrían por las mejillas.Comprendíqueprobablementedeseabaestarsolo,sintenerquesoportarsiquieralamiradasilenciosadelmaniquí.
—ElProfesorlamató,¿noesasí?—susurré—.Atuesposa.SevolviómalvadayelProfesortuvoquematarla.
AlfinhabíarecordadolosdetallesdeunaconversaciónmantenidaconelProfesoren las afueras de Babilar, en un pequeño búnker donde realizaba experimentoscientíficos.Mehabíahabladodesugrupodeamigos,todosellosÉpicos.Él,Regalia,MurkwoodyAmala.Coneltiempo,tresdeellossehabíanvueltomalvados.
Chispas.Cuatro,incluidoelProfesor.«Nofunciona,David—mehabíadicho—.Meestádestruyendo…».—Nosetedamuybienprestaratenciónalasinstrucciones,¿verdad,chico?—me
dijoKnighthawk.Entré en la habitación y me acerqué al ataúd. La tapa tenía una sección
transparenteporlaqueseveíaunrostrohermosotendidopacíficamente,conelpelodoradoextendidoenabanico.
—Se esforzó todo lo posible por resistirse —dijo Knighthawk—. Luego, unamañana, me levanté y… había desaparecido. A juzgar por las seis tazas de cafévacías,habíaestadodespiertatodalanoche.Lehabíadadomiedodormir.
—Pesadillas—susurré,tocandoelcristaldelataúd.—Creo que la tensión de estar despierta toda la noche fue lo que la hizo
romperse.MiqueridaAmala.Jonathannoshizounfavoralosdosatrapándola.Deboentenderlodeesaforma.Delamismaformaquetúdeberíasrenunciaraesatonteríadesalvarlo.Acabaconél,chico.Porsubienyporeldetodosnosotros.
Aparté la vista del ataúd para mirar a Knighthawk. No se había limpiado laslágrimas.Nopodía.
—Tienesesperanzas—dijo—.Encasocontrariononoshabríasinvitadoaentrar.HasvistoloqueMeganhacíaytuprimeraideahasidoquehabíamosencontradola
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formadeacabarconlaoscuridad.—Quizásoshayainvitadoapasarporquemeheapiadado—dijoKnighthawk—.
MeheapiadadodealguienqueevidentementeamaaunaÉpica.Comoyoaméauna.ComoTiaamabaaunÉpico.Quizátehayainvitadoparaadvertirte.Prepárateparaloquevendrá,chico.Unamañanatelevantarásyellasehabráido.
Crucé lahabitaciónconelcañóndel rifleapoyadoenelhombroyacerquéunamanoaKnighthawk.Larapidezdelmaniquímepillódesprevenido.Selevantódeunsaltoymelaagarróantesdequepudieseponérselaenelhombro.
Knighthawklamiró,decidiendoaparentementequenopretendíahacerledaño,yelmaniquímesoltó.Chispas,agarrabafuerte.
Alsoltármelaletoquéelhombroymeagachéjuntoalsillón.—Voy a derrotarlo, Knighthawk, pero me hacen falta respuestas que solo tú
puedesdarmesobrelosmotivadoresysufuncionamiento.—Tonterías—dijo.—MantienesaAmalaenestadovegetativo.¿Porqué?—Porque yo también soy un tonto. Cuando la encontré tenía en el pecho un
agujerodeltamañodelpuñodeJonathan.Estabamuerta.Esunaestupidezpretenderlocontrario.
—Pero,aunasí,hasreparadosucuerpo—dije—.Ylahasconservado.—¿Los ves?—dijo, señalando hacia el otro lado de la sala donde estaban los
restos de los Épicos caídos—. Esos no la trajeron de vuelta. Cada uno de ellosprovienedeunÉpicoconpoderesdecuraciónqueconvertíenmotivadores.Ningunosirvió.Nohayrespuesta.Nohaysecreto.Vivimosenelmundotalycomoes.
—CalamityesunÉpico—susurré.Knighthawksesorprendióyapartólavistadelaparedparavolveramirarme.—¿Qué?—Calamity es un Épico—le repetí—. Es una…persona.Regalia descubrió la
verdad,inclusohablóconéloconella.Esoquenosdestrozólavidanoesunafuerzade la naturaleza. No es una estrella ni un cometa: es una persona. —Inspiréprofundamente—.YvoyamataraCalamity.
—Santocielo,chico—dijoKnighthawk.—SalvaralProfesoreselprimerpaso—dije—.Nosharánfaltasushabilidades.
Pero después subiré allí arriba y destruiré esa cosa. Conseguiremos que elmundovuelvaasercomoantesdelascensodeCalamity.
—Estáslocoderemate.—Bueno,despuésdemataraSteelheartestuveunatemporadaaladeriva—dije
—.Mehacíafaltaunanuevametaenlavida.Meparecióquebienpodíaapuntaralto.Knighthawkmemirófijamente,echóatráslacabezaysoltóunacarcajada.—Nunca pensé que llegaría a conocer a alguienmás ambicioso que Jonathan,
chico.¡MataraCalamity!¿Porquéno?¡Parecefácil!Miréalmaniquí.Sehabíaagarradoelvientreysemovíacomosiseriese.
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—Bien—dije—.¿Vasaayudarme?—¿QuésabesdeÉpicosquenaciesensiendogemelosidénticos?—mepreguntó
Knighthawk mientras el maniquí se acercaba y le enjugaba las lágrimas. A lasvertidasporsumujerseleshabíanunidolasdelarisa.
—Por lo que sé, solo hay un caso, el de los Creer, Hanjah y Mad Pen, delAquelarre.Hanactuadorecientementeen…Charleston,¿no?
—Bien, bien—respondió Knighthawk—. Conoces el tema. ¿Quieres sentarte?Parecesincómodo.
Elmaniquímetrajountabureteymesenté.—Esos dos son de alrededor de un año después de Calamity —me explicó
Knighthawk—,másomenoslaépocaenqueelProfesorylosdemásobtuvieronsuspoderes.Delaprimeraoleada,comolallamáisloseruditos.Yfueporesosdosqueempezamosapreguntarnoscómofuncionabanlospoderes.Losdos…
—… poseen los mismos poderes —dije—. Control de la presión del aire,manipulacióndeldolor,precognición.
—Sí—dijoKnighthawk—,¿ysabesqué?Noson losúnicosgemelos idénticosÉpicos.Perosoloensucasounodelosdosnomatóalotro.
—Noesposible—dije—.Habríaoídohablardeellos.—Sí,bueno.Missociosyyonosaseguramosdequenadieestuvieraalcorriente
delosotroscasosporqueencerrabanunsecreto.—Cadapar de gemelos tiene lasmismas habilidades—supuse—.Los gemelos
compartenelmismoconjuntodepoderes.Knighthawkasintió.—Asíquesongenéticos.—Sí y no —dijo Knighthawk—. No encontramos nada en la genética de los
Épicosqueaportarapistassobresuspoderes.¿Esatonteríadelasmitocondrias?Noslainventamos.Eraplausible,porqueelADNÉpicotiendeadegradarseconrapidez.Todolodemásquehayasoídosobrelosmotivadoresnoesmásquejergatecnológicaqueempleamosparaconfundiralosqueintentanhacernoslacompetencia.
—Entonces…—Comprende que al contártelo estaré violando el acuerdo que mantengo con
otrascompañías.—Cosaqueteagradezco.Arqueóunacejayelmaniquícruzólosbrazos.—Si existe una mínima posibilidad de que yo tenga razón y pueda acabar
definitivamenteconlosÉpicos—ledije—,¿novalelapenaarriesgarse?—Sí —dijo Knighthawk—. Pero, aun así, quiero que me prometas una cosa,
chico.Quenorevelaráselsecreto.—Te equivocas guardándolo —dije—. Quizá si los gobiernos del mundo lo
hubiesensabidohabríanpodidolucharcontralosÉpicos.—Demasiadotarde—dijo—.Dametupalabra.
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Neguéconlacabeza,reticente.—Vale.Selocontaréamiequipo,perolesharéjurarqueguardenelsecreto.No
selocontaránanadiemás.Selopensóunmomentoyluegosuspiró.—Cultivosdecélulas.—¿Qué?—Cultivos celulares—dijo—.Ya sabes: coges unamuestra de células y haces
que se reproduzcan en el laboratorio. Esa es la respuesta. Pillas las células de unÉpico,lasmetesenuntubodeensayoconnutrientesylesaplicascorrienteeléctrica.Listo.PuedesemularlospoderesdeeseÉpico.
—Nolodirásenserio…—dije.—Muyenserio.—Nopuedesertanfácil.—Noesfácilenabsoluto—dijoKnighthawk—.Elvoltajedeterminaquépoder
semanifiesta.Sinoestáspreparadoparacanalizarloadecuadamentepuedesvolarporlosaires…Demonios,puedesvolartodoelestadohastalaLuna.Lamayorpartedenuestrosexperimentos,todoesteequipo,sebasaenelcontroldelashabilidadesquesurgendelascélulas.
—Vaya—dije—.¿MeestásdiciendoqueCalamitynopuededistinguirentreunapersonadeverdadyunmontóndecélulas?—Eramuyraroquecometierasemejanteerrorunserinteligente.
—Oh—dijoKnighthawk—.Lomásprobableesquenole importe.Esdecir,siCalamity es verdaderamente un Épico. Además, puede que haya algún tipo deinteracción con los motivadores que no comprendemos. La verdad es que sondelicados, inclusoenelmejorde los casos.Devezencuandounpoder seniegaafuncionarparaalguien.Losdemáslousansinproblemas,peroesapersonanopuedeusareldispositivo.
»Les pasa más a los Épicos. Jonathan demostró que los Épicos podían usarmotivadores,perodevezencuandodábamosconunoquenoservía.Lomismopasacon dos motivadores diferentes usados por la misma persona. En ocasionesinterfierenentresíyunodejadefuncionar.
Meacomodéeneltaburete,pensativo.—Cultivosdecélulas.Vaya.Tienesentido,supongo,peroparecetan…sencillo.—Losmejores secretos suelen serlo—dijo—. Pero es sencillo una vez que lo
conoces. ¿Sabes el tiempo que tardaron los científicos de antes de Calamity endescubrircómocultivarcélulashumanasnormales?Fueunproceso tremendamentedifícil. Bien, lomismo pasó con losmotivadores. Trabajamos como esclavos paracrearlosprimeros.Loquellamasmotivadoresenrealidadunapequeñaincubadora.Elmotivador alimenta las células, regula la temperatura, elimina los productos dedesecho.Siseconstruyebien,unbuenmotivadorpuededurardécadas.
—Regaliaconocíatusecreto—dije—.CogióaObliterationyempleósuscélulas
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parafabricarunabomba.Knighthawkguardósilencio.Cuandolomiré,elmaniquísehabíaapoyadoenla
paredconlasmanosalaespaldaylacabezagacha,indeciso.—¿Qué?—lepregunté.—EspeligrosofabricarmotivadoresapartirdeÉpicosquesiguenconvida.—¿PeligrosoparaelÉpico?—Chispas, no, para ti. Notan que otros usan sus poderes. Es horriblemente
dolorosoysehacenunaideadedóndeestápasando.Naturalmente,buscanlafuentedeldoloryladestruyen…
—Deahílodelosgemelos—comenté—.Hasdichoque…—Casisiempreunomataalotro—respondió—.Cuandounousalospoderesel
otrosientedolor.PoresarazónnofabricomotivadoresapartirdeÉpicosvivos.Esunaideamuymala,nefasta.
—Sí,bien,porloquesédeObliteration,probablementedisfrutasedeldolor.Escomoungato.
—¿Un…gato?—Sí.Ungatomuyraro,hechopolvo,quecitalasescriturasydisfrutadeldolor
—incliné la cabeza—. ¿Qué? ¿Te parecemás como un hurón? Puede que sí. PeroRegaliaoperóaObliteration.¿Nolehabríabastadoconunamuestradesangre?
ElmaniquídeKnighthawkhizoungestoconlamanoparadescartarlaidea.—Es un viejo truco. Yo mismo lo usé antes de decidir dejar de fabricar
motivadoresapartirdeÉpicosvivos.Evitaquesedencuentadelasimplicidaddelproceso.Encualquiercaso,yaconoceselsecreto.Quizáteseadeayuda;notengoniidea.Ahora,¿puedesdejarmeconmipena?
Melevanté.Deprontomesentíaagotado.Quizáfueseunasecueladelprocesodecuración.
—¿ConoceselpuntodébildelProfesor?Knighthawknegóconlacabeza.—Notengoniidea.—¿Memientes?Knighthawkbufó.—No, no te miento. Nunca me lo reveló y todas mis suposiciones resultaron
erróneas.PregúntaseloaTia.Esposiblequeselocontara.—CreoqueTiahamuerto.—Maldita sea. —Knighthawk guardó silencio, con la mirada perdida. Mi
esperanzahabíasidoqueelsecretodelosmotivadoresarrojaseluzsobreelProfesoryloquehacíaparacedersuspoderesaotros.SeguíasinsaberporquéalgunosÉpicospodíanevitarlaoscuridadrecurriendoaesemétodo.
«Amenos que realmente no puedan», pensé. Tenía que hablar con Edmund, aquienllamabanConflux.
Meacerquéalapuerta,alejándomedelaÉpicamuertaensuataúd.Ensilencio
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deseéqueKnighthawknuncadieseconlaformadetraerladevuelta;dudabaqueelreencuentrosedesarrollasecomoéldeseaba.
—¡Steelslayer!—megritó.Mevolvíyelmaniquísemeacercóconunpequeñodispositivoenlapalma.Era
como una batería cilíndrica, de esas gordas que había visto en los anuncios dejuguetesde las grabacionesquenospasaban en laFactoría despuésde cenar.Esosanunciosnosencantaban.Enciertomodonosparecíanmásreales,másunaimagendelavidadelmundoanterioralosÉpicosquelosprogramasqueinterrumpían.
¡Oh,vivirenunmundodondelosniñosdesayunabancerealesdecoloresypedíanjuguetesasuspadres!
—¿Quées?—pregunté,cogiéndolo.—Unaincubadorademuestrasdetejido—dijo—.Conservarálascélulasvivasel
tiemposuficienteparaquemelaspuedasenviar.CuandofallesytengasquemataraJonathan,consíguemeunamuestradesuADN.
—¿Parafabricarundispositivoyesclavizarsuscélulasparaenriquecerte?—JonathanPhaedrus posee una capacidad de curaciónmás poderosa que la de
ningúnÉpicoqueyoconozca—dijoKnighthawkmientraselmaniquímehacíaungestogrosero—.Crearéconélunreparadormáseficazquetodoslosqueheprobado.Podría…podríafuncionarconAmala.Hacemásdeunañoquenopruebonada.Peroquizá…nosé.Encualquiercaso,deberíaspermitirqueJonathansigacurandogentetrassumuerte.Sabesqueesloqueélquerría.
Noleprometínada,peromellevélaincubadora.Nuncasabeunoloquepuedeserleútil.
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SEGUNDAPARTE
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Meencontrabaenunlugarfríoyoscuro.Mimundoestabacompuesto exclusivamentede sonidos.Cadaunodeellos era
horrible,unaagresión,ungrito.Enfrentadoaesadescarga,mecoloquéenposiciónfetal, pero empezó el ataque de las luces. Luces intensas, horribles, violentas. Lasodié,peronosirviódenada.Lloré,peroesotambiénmeaterrorizó;mipropiocuerpometraicionabaconunasaltointerior,aliándoseconlosdelexterior.
Lasituaciónalcanzóunclímaxdeestampidos,destellos,ardor,golpes,chillidosytremendasexplosioneshastaque…
Desperté.Mehabíaacurrucadodeunaformamuyincómodaenelasientotraserodeunode
losjeeps.Eradenocheyrecorríamosunaautopistaruinosa.MientrasavanzábamoshaciaAtlantaelvehículosesacudía.
Parpadeé adormilado intentando encontrarle sentido al sueño. ¿Una pesadilla?Desdeluegoelcorazónmelatíaaceleradamente.Recordabaelterrorabsolutoporelruido y la confusión, pero no había sido como cualquier otra pesadilla de las quehabíatenido.
Nohabíaaguaenella.RecordabavagamentealgunaspesadillasdemiépocaenBabilarysiempreincluíanelahogamiento.Mesentéareflexionar.Nopodíaignorarningúnmal sueño ahora que habíamos descubierto lo de los Épicos. ¿Pero en quésituaciónmedejabaeso?Lagenteseguiríateniendopesadillas.¿Cómodistinguirunsueñoimportantedeunopuramentecasual?
Bueno,comoyonoeraunÉpico,probablementedabaigual.Medesperecéybostecé.—¿Cómovamos?—Esta noche hemos avanzado bastante —dijo Abraham desde el asiento del
copiloto—.Aquíhaymenosescombrosenlascarreteras.Viajábamosdenochesieraposible,endosjeepsconlosfarosapagados,usando
lasgafasdevisiónnocturna.SiguiendolasugerenciadeAbraham,cadapocashorasnoscambiábamosdevehículo:segúnél,asílaconversacióncambiabayelconductorse mantenía despierto. Menos yo, todos se turnaban para conducir. Eracompletamenteinjusto.Soloporunavezque…Vale,yporaquellaotra.Yporlodelbuzón,pero,deverdad,¿quiénseacordabayadelodelbuzón?
MizzyyAbrahamestabanenmijeep;MeganyCodyibanenelotro.Recogíelriflequehabíadejadoamispies.Conuntoquepleguélaculataypudeusarlamiratelescópicadevisiónnocturnaytérmicaparaobservarelexterior.
Abraham tenía razón. Esa autopista, aunque destrozada en varios puntos, en
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generalestabaenmejorestadoque laquedeChicagoNovaaBabilar,yenmuchomejorestadoquelaquehabíamostomadoparallegarhastaKnighthawk.Enlacunetahabíacochesdestartaladosyningunodelospueblosdelazonaestabailuminado.Unade dos: o eran pueblos abandonados o sus habitantes no tenían ganas de llamar laatencióndelosÉpicos.Estiméquelaprimeraopcióneralamásprobable.Lagentesesentía atraída por las grandes ciudades, donde estaría sometida al gobierno de unÉpicoperotendríaaccesoalosproductosdeprimeranecesidad.
Porhorribleque fueseChicagoNova, seguíaofreciendounavida relativamenteestable.Salíacomidaempaquetadadeunade las fábricasen funcionamiento,habíaagualimpia,electricidad.Cerealesconfrutasdecolores,no,peroseguíasiendomejorquevivirenunerial.Además,porloqueaÉpicosrespectaba,vivirenunaciudaderacomoformarpartedeunbancodepeces:erasdemasiadoinsignificanteparaquesefijaranenti.Bastabaconquenotemataranenunactoaleatoriodefuria.
PorfinvielviejocartelverdedecarreteraqueproclamabaquenoestábamosmuylejosdeKansasCity.HabíamosrodeadolaciudadporquereinabanenellalosÉpicos,sobretodoHardcore.Porsuerte,laposiciónactualdeAtlantanoestabamuchomáslejos.Noeramuycómodoirenlapartetraseradeunodeestosvehículos.Chispas,antesdedesmoronarseelpaíshabíasidogrande.
Saqué el móvil. La verdad es que resultaba agradable poder usarlo otra vez,aunque tuvequereducirmuchoelbrillode lapantallaparano iluminarel jeep.LemandéunmensajeaMegan.
«Besos».Unsegundodespuéselmóvilparpadeóyvilarespuesta.«Quéasco».FruncíelceñohastaquecomprobéqueelmensajenoeradeMegan,sinodeun
númerodesconocido.«¿Knighthawk?»,tecleé,suponiendoqueeraél.«Bueno, técnicamenteManny,mimaniquí—fue la respuesta—.Pero sí…y sí,
vigilovuestrascomunicaciones.Teaguantas».«Sabrásquetodosafirmanquetusmóvilessontotalmenteseguros»,leescribí.«Entonces todossonidiotas—respondió—.Porsupuestoquepuedoleer loque
enviáis».«¿YsielProfesormemataycogeel teléfono?¿Notepreocupaqueveaquete
comunicabasconmigo?».Como respuesta susmensajes desaparecieron, junto conmis respuestas. ¿Podía
modificarlamemoriadelteléfono?«Recuerdanuestroacuerdo—dijoenunnuevomensaje—.Quierosuscélulas».Yonohabíallegadoasemejanteacuerdoconél,peroenestemomentonotenía
sentidomencionarlo.Apuntéelnúmeroenunpapelyvique,evidentemente,comosuúltimomensajedesaparecía.MomentosdespuésmellegóunodeMegan.
«Besitosdemiparte,Knees».
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«¿Todobienporahí?»,pregunté.«Sipor“todobien”terefieresaquemeestoyvolviendotarumbadeescuchara
Codyinventarseunahistoriatrasotra,puessí».Leenviéunasonrisa.«Que sepas que afirma haber participado en las Olimpiadas—me escribió—,
peroqueunduendemalvadolerobólamedalla».«Esperaaldesenlace—leenvié—.Sueleacabarconunchistebastantemalo».«ElpróximotramomevoyconAbraham.Enserio.Creíahabersuperadoeldeseo
deestrangularalosmiembrosdelequipo.ResultaquemideseodeasesinaraCodyde un modo violento e inhumano no tenía nada que ver con la oscuridad. Eracompletamentenatural».
«Vaya—le respondí—.A lomejordeberías comprobar si algode loqueCodyhace tiene relación con tu psique. Cabe la posibilidad, aunque remota, de que sienfrentarte a tus miedos disminuye la oscuridad, otros estímulos ambientales laactiven».
Pasaronunosmomentos.«Empollón»,mellegóporfinlarespuesta.«Intentotenerencuentatodaslasposibilidades».«La verdad—me respondió—, ¿por qué no salgo con un chico que tenga una
obsesión“útil”?».Sonreí.«¿Comocuál?».«¿Porlasnovelasrománticas?¿Porlosmodosdedarseellote?Cosasdenovios.
Quizásasímeelogiaríasporalgomásquepormisgustosencuestióndepistolas».«Losiento—leenvié—.Enesonotengodemasiadaexperiencia».«Nique lodigas—me respondió—.En serio,David,menosmalque tienesun
traseromuybonito».«¿Te das cuenta de que probablemente Knighthawk está leyendo esta
conversación?».«Bien, el suyo es bastante feo —respondió—, así que, ¿por qué iba a
importarme?».Llegamos a una zona de baches. Saltos y meneos.Mizzy redujo la velocidad,
esquivándola.«¿EchasdemenosChicagoNova?—lepreguntéderepenteaMegan—.Amíme
pasaaveces.Extraño,¿noteparece?».«En absoluto—respondió—.Creciste allí.De allí era tu familia. En ocasiones
echodemenosPortland,elúltimolugardondellevéunavidanormal.Inclusoteníaunamuñeca,Esmeralda.Tuvequeabandonarla».
Inclinélacabeza.EraunaépocadelaqueMegannohablabamucho.«Si me curo de verdad—me escribió—, podría ir a buscarlos. Cuando pueda
fiarmedemí».«¿Atufamilia?—tecleé—.¿Tienesalgunaideadeenquéciudadestá?».
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«Siescomorecuerdo,noestánenningunaciudad—escribióMegan—.Haymásgentede laquecreesviviendoahífuera,en las tinieblas.Sobreviviendo.Apuestoaquemásdelaqueviveenlasciudades;simplementenolosvemos».
Dudaba de que fuera así. Es decir, ¿tal cantidad de gente podía ser invisible?¿Qué sucedería cuando uno de ellos se convirtiese en Épico? Los Épicos nuevostendíanaperderelcontrolencuantoadquiríansuspoderes.Elresultadosolíaser…antiestético.
«¿Sabesloquemefastidiamásdetodoesto?—tecleóMegan—.Queeltontodemipadretuvierarazóncontodasesaslocurassobreunapocalipsisylodeenseñarasus hijas a disparar y prepararlas para lo peor… Tenía razón. Lo atribuía a unacatástrofenuclear,peroacertómásomenos».
No me llegaron más mensajes y la dejé a solas con sus pensamientos. Pocodespués,Mizzyfrenó.
—Necesitodescansar—dijo—.¿Locogestú,Abe?—Siquieres…—dijo.—Quiero.Loestoydeseando.«Parecequeparamosparacambiardeconductor—leenviéaMegan—.Estamos
enelkilómetro…51».«Vamosunoskilómetrospordelantedevosotros—meescribió—.LediréaCody
que reduzca la velocidad hasta que nos alcancéis. De todas formas ya casi hemosllegadoalaciudad».
Paramosdetrásdeunsemirremolquecuyacabinahabíadesaparecido.Loexaminéconlamirayvidentrolosrestosdeunfuegoextinguidohacíatiempo.
—Tengoqueestirarlaspiernas—dijoAbraham—.David,¿mecubres,porfavor?—Porsupuesto—dije,cargandoelrifle.Salió a dar un breve paseo y yo me asomé por el techo abierto del jeep para
vigilar,porsialgooalguienseocultabaentrelahierbaalta,juntoalcamino.Mizzypasóalasientodelcopiloto,loreclinóysuspiródesatisfacción.
—¿Estássegurodeesteplan,David?—mepreguntó.—No,peroeselmejorquetenemos.—ApartedemataralProfesor—dijoenvozbaja.—¿Tútambién?—dije—.Knighthawktambiéndicequedeberíamosmatarlo.—Sabesqueesloqueélquerría,David.Esdecir,sepondríamuyserioydiríaeso
de «ahora no intentes salvarme, haz lo que debes hacer»…—Guardó silencio—.MatóaVal,David.AsesinóaValyaExel.
—Nofueculpasuya—meapresuréadecir—.Yalohemoshablado.—Sí,losé,peroaSteelheartnoledisteunasegundaoportunidad,¿verdad?Era
demasiadopeligroso.Teníasque salvar la ciudad.Teníasquevengarte. ¿Cuál es ladiferenciaenestecaso?
Enfoqué con lamira telescópicaunashierbasque semovíanhastaqueungatoasilvestradosaliódeunsaltoysealejó.
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—EstaconversaciónrealmentenoessobreelProfesor,¿cierto?—lepreguntéaMizzy.
—Quizá no—admitió—.Sé que ahora las cosas son diferentes.Conocemos elsecretodelospuntosdébilesytodoeso.Peronodejodepensar…¿Porquétúpuedesvengarteyyono?¿Quéhaydemissentimientos,demi furia?—Golpeóunpardeveces lacabezacontrael reposacabezasdel asiento—.Palabrería.Soyunaquejica:«Mierda,David,querríamataratunovia.¿Porquénomedejas?».Losiento.
—Sécómotesientes,Mizzy—ledije—.Deverdad.YnocreasquenomesientoenbuenaparteculpabledehaberpasadotantotiempointentandomatarÉpicosparaacabar liado con Megan. ¿Quién iba a pensar que el amor y el odio fuesen tansimilares?
—¿Quién?—dijoMizzy—.Puesmásomenostodoslosfilósofosdelahistoria.—¿Enserio?—Puessí.Ytambiéneseltemadeunmontóndecancionesrock.—Caramba.—¿Sabes,David?, a veces quedamuy claro que te educaron en una fábrica de
armas.Abraham acabó con lo suyo y volvió al jeep. Me parecía que mi respuesta a
Mizzydebíasermáscompleta,pero¿quépodríadecirle?—No lo hacemos simplemente porque el Profesor nos caiga bien o por lo que
sientoporMegan—dijeenvozbaja,volviendoasentarme—.LodeiraIldithiapararescataralProfesorlohacemosporqueestamosperdiendo,Mizzy.LosExploradoreseranlosúnicosqueresistíanyyaprácticamentenoexisten.
»Si no encontramos una forma de cambiar las cosas de una vez por todas ydetener a losÉpicos, la humanidad está perdida.No es posible seguirmatándolos,Mizzy.Esunprocesodemasiadolento,ysomosdemasiadofrágiles.Tenemosquesercapacesdeempezaraconvertirlos.
»No rescatamos al Profesor simplemente por ser él. ¡Chispas! Cuando lologremos probablemente nos odiará porque tendrá que vivir con lo que hizo.Seguramente quisiera estar muerto. Pero lo haremos de todas formas, porque noshacefaltasuayuda.Ydebemosdemostrarquesepuedehacer.
MizzyasintiódespaciomientrasAbrahamsubíaalcoche.Dejéelarma.—Supongoquetendréquereprimirmiseddevenganza—dijoMizzy—.Tendré
queapagarlatotalmente.—No—dije.Sevolvióamirarme.—No dejes que ese fuego se apague,Mizzy—dije, y señalé al techo—. Pero
apuntaalblancoreal,alquerealmentematóatusamigos.Calamityestabaalláarriba,enel cielo,unpunto rojobrillante, comoeldeuna
miraláser,visibletodaslasnoches.Mizzyasintió.
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Abrahamarrancósinpedirnosquelopusiéramosaltantodelaconversación.Nosmovimos y el teléfono parpadeo.Me acomodé en el asiento, dispuesto amantenerotrocrucedemensajesconMegan.
Sumensajeerabreveperoaterrador.«Daos prisa. Hemos decidido explorar por los alrededores de la ciudad para
hacernosunaidea.Hapasadoalgo».«¿Qué?»,tecleérápidamente.«KansasCityhadesaparecido».
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Hiceloposiblepordarconelsímiladecuadoparadescribirlaformaenquelaescoriaseaplastababajomispies.Como…,comohielosobre…No.
Recorrí el extensopaisajede roca fundidaquehabía sidoKansasCity.Porunavezmehabíaquedadosinpalabras.Elúnicoadjetivoadecuadoquesemeocurríaera«desolado».
Eldíaanterior,aquellugareraunpuntodecivilizaciónenunmapaporlodemásoscuro.Sí,habíasidounlugardominadoporÉpicos,perotambiénunlugardevida,de cultura, con una sociedad, con gente. Con decenas, quizá cientos de miles depersonas.
Todashabíandesaparecido.Me agaché, rozando con los dedos la superficie lisa. Todavía estaba tibia y
probablementeasíseguiríadurantedías.Elestallidohabíadeformadolapiedrayenun instante había convertido los edificios enmontañas de acero fundido. El sueloestabacubiertodepequeñascrestasdevidrio,comoolascongeladas,ningunademásde trescentímetrosdealtura.Daba la impresióndequeunviento increíblesoplabadesdeelpuntocentraldeladestrucción.
Todaesagente…desaparecida.LerecéaDios,oaquienfuesequemeestuvieseescuchando, rogandoquealguienhubiesepodidohuirantesdelestallido.ElsonidodepisadasanunciólallegadadeMegan.Lailuminabaelsoldelamanecer.
—Nosmorimos,Megan—dije,conlavozentrecortada—.CapitulamosantelosÉpicosyaunasínossiguenexterminando.Susguerrasacabaráncontodalavidadeesteplaneta.
Seguíaagachado,palpandoelvidrioquehabíasidogente.Mepusounamanoenelhombro.
—¿HasidoObliteration?—mepreguntó.—Estoessimilaraloquehahechoenotrasciudades—dije—.Ynoconozcoa
ningúnotroconelpoderdehaceralgoasí.—Esemaníaco…—A ese hombre le falta un tornillo, Megan. Cuando destruye una ciudad lo
considera un acto demisericordia.Al parecer cree…Al parecer cree que la únicaforma de librar almundo definitivamente de losÉpicos es destruir hasta la últimapersonaquepuedaconvertirseenunodeellos.
La oscuridad había desatado en Obliteration una clase especial de locura, unaversióndeformadadelobjetivodelosExploradores:liberaralmundodelosÉpicos.
Costaraloquecostase.Mimóvilparpadeóymeloarranquédedondesolíallevarlo,sujetoalhombrode
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lachaqueta.«¿Loves?».EraunmensajedeKnighthawkconarchivoadjunto.Loabrí.Erala
imagendeuna enorme explosión surgiendode lo que supuseque eraKansasCity.Habíantomadolafotodesdemuchadistancia.
«La gente no deja de compartirla —escribió Knighthawk—. ¿No ibais haciaallí?».
«Sabesexactamentedóndeestamos—leescribí.Rastreasmimóvil».«Solo pretendía ser amable. Consígueme fotos del centro de la ciudad.
Obliterationvaaserunproblema».«¿Vaaser?».«Sí,bueno,miraesto».La siguiente imagen que recibí era de un hombre larguirucho con perilla,
gabardinaondeandoasuespaldayespadaalcinto,quepaseabaporunacallellenadegente.DeinmediatoreconocíaObliteration.
«¿KansasCityantesdelaexplosión?»,pregunté.«Sí»,respondióKnighthawk.Comprendíloqueesoimplicaba.MarquéelnúmerodeKnighthawkymellevéel
teléfonoalaoreja.Descolgóunsegundodespués.—Noresplandece—dije,ansioso—.Esosignifica…—¿Quéhaces?—mepreguntóKnighthawk—.¡Idiota!Colgó.Confundido,mequedémirandoelteléfonohastaqueaparecióotromensajeenla
pantalla.«¿Tehedichoquepodíasllamarme,chico?».«Pero¡sillevastodoeldíamandándomemensajes!».«Eso es completamente diferente —escribió—. Llamar a una persona sin su
permisoesunaflautainvasióndesuintimidad».—¿«Flauta»?—mepreguntóMeganasomadaporencimademihombro.—Elfiltrodepalabrotasdemimóvil—dije.—¿Usasunfiltrodepalabrotas?¿Estamosenunaguardería?—No —dije—. Tiene mucha gracia. Consigue que la gente parezca
completamenteestúpida.MellegóotrotextodeKnighthawk.«DijistequeRegaliahabíacreadounmotivadorapartirdeObliteration.¿Quéte
apuestasaquefabricómásdeuno?Miraestasimágenes».Mepasóotra secuenciadeObliterationenKansasCity,manipulandounobjeto
resplandeciente. Había mucho brillo, pero estaba claro que era el objeto lo querelucía,noObliteration.
«Lamarcatemporaldeesafotografíaindicaqueesdejustoantesdequelaciudadseevaporara—escribióKnighthawk—.UsóundispositivoparadestruirKansasCity.Pero¿porqué,enlugardehacerloporsímismo?».
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«Es unmodomás discreto de hacerlo—escribí—. Sentarse en el centro de laciudadcomohizoenTexas,reluciendohastavolarlotodoporlosaires,eslomismoquedecirlealagentequeecheacorrer».
«Eslomásrepugnantequeheoídoenmivida»,respondióKnighthawk.«¿Puedeslocalizarlomedianteotrosmóviles?».«Eso implicaría un montón de datos entre los que buscar, chico», respondió
Knighthawk.«¿Tienesalgomejorquehacer?».«Sí,esposible.NosoyunodetusExploradores».«Ya,pero*eres*unserhumano.Porfavor.Hazloquepuedas.Silolocalizasen
otra ciudad, esté resplandeciendo o no, avísame. Quizá podamos alertar a lapoblación».
«Yaveremos»,escribió.Megansequedómirandoelteléfono.—Elgradodecontrolquetienesobrelosmóvilesdeberíainquietarme,¿no?Ellayyohicimosalgunasfotosdelcentro.DespuésdeenviárselasaKnighthawk,
la conversación completa desapareció demimóvil. Se lomostré aMegan, aunqueestaba distraída mirando la aparentemente interminable extensión vidriosa demontículosderocayaceroquehabíasidounaciudad.
—Mehabríamatado—dijoenvozbaja—.Fuego.Unfinaldefinitivo.—HabríamatadoalamayoríadelosÉpicos—dije—.InclusoaalgunosGrandes
Épicos.Erauna formadevencersu invulnerabilidad:destruirlosconunarmanucleary
condenarlos al olvido.Una solución horrible, como habían descubierto en algunospaíses.Había un número limitado de ciudades propias que podías bombardear conarmasatómicasantesdequenoquedasenadaqueproteger.
Meganseapoyóenmícuando lepuse lamanoenelhombro.Parasalvarme lavida había entrado en un edificio en llamas, enfrentándose a lo que podría haberlamatado, pero eso no implicaba que hubiese perdido el miedo. Simplemente locontrolaba.Lomanejaba.
Juntosnosreunimoscon losdemás,quesehabíansituadoenelepicentrode laexplosión.Abrahamhabíacomprobado losnivelesde radiaciónparagarantizarquefueseseguro.
—VamosatenerqueocuparnosdeObliteration,David—nosdijo.—Estoyde acuerdo.Pero lo primero es salvar al Profesor. ¿En eso estamosde
acuerdo?Todosasintieron.AbrahamyCodyhabíanestadoconMeganyconmigodesdeel
principiodispuestosaintentarrecuperaralProfesorenlugardematarlo.ParecíaqueconlaconversacióndeljeephabíaconvencidoaMizzy,porqueasintiósindudarlo.
—¿A alguno de los presentes le preocupa como a mí la razón por la que elProfesorsefueaAtlanta?—preguntóCody—.Esdecir,podríahabersequedadoen
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Babilar,disfrutandodelaobedienciadetodaclasedeÉpicos,perosemarchóallí.—Debedetenerunplan—dije.—Posee toda la informacióndeRegalia—dijoAbraham—.Ellasabíacosasde
los Épicos, de sus poderes, y sobreCalamity…Sospecho quemás de lo que sabenadie.MepreguntoquéhabrádescubiertoelProfesorensusdatos.
Asentípensativo.—Regaliadecíaquererunsucesor.Sabemosqueestabaimplicadaenalgomucho
mayorqueunaúnicaciudad.HabíaestadocomunicándoseconCalamity,intentandodescubrirelfuncionamientodesuspoderes.QuizáselProfesorcontinúaconloqueseaqueestuviesetramandoellaantesdequeelcáncerseextendierademasiado.
—Esposible—dijoMizzy—.Pero¿quéplaneaba?O,dichodeotromodo,¿quéplaneaelProfesor?
—Nolosé—reconocí—.Peromepreocupa.ElProfesoresunadelaspersonasmás inteligentesyeficientesqueheconocido.EvidentementenosevaaconformarconserunÉpicoygobernarunasolaciudad.Tendráplanesmásambiciosos;sealoquesealoquetrama,vaasermonumental.
Cuando nosmarchamos deKansasCity éramos un grupomuchomás solemnequeal llegar.Enesaocasiónviajamosbastante juntos,un jeepdetrásdelotro.Nosllevóuna eternidad llegar a unpuntodondeno estuviéramos rodeadosde edificiosfundidosysueloarrasado.Seguimosavanzandoapesardequeyahabíasalidoelsol.Abrahamestimóqueestábamoscercadelobjetivo,aunaspocashorasdedistanciacomomucho.
DecidíquelamejorformadedistraermedelhorrordeKansasCityerahaceralgoproductivo,asíquecogíunadelascajitasquenoshabíadadoKnighthawk.Mizzysevolvióenelasiento,mirandoconcuriosidadporencimadelreposacabezas.Abrahamechóunvistazoporel retrovisorperonohizoningúncomentarioynosupe leersuexpresión. Había conocido cajas de munición más expresivas que Abraham. Enocasioneseltipoparecíaunaespeciedemonjezen,peroconpistola.
Abrí la tapa, inclinandolacajahaciaMizzyparaqueviese loquehabíadentro.Conteníaunpardeguantesyunfrascodeunlíquidoplateado.
—¿Mercurio?—mepreguntóella.—Sí—dije.Cogíunguanteyledilavuelta.—¿Esasustancianoesmalísimaparalaspersonas?—Noestoyseguro—admití.—Producelocura—dijoAbraham.Luego,trasunapausa,añadió—:Peronoserá
ungrancambioparalosquevamosenestejeep.—Quégracioso—seburlóMizzy.—Elmercurioesmuytóxico—dijoAbraham—.Lapielloabsorberápidamente
yemitevaporespeligrosos.Tencuidado,David.—Lo dejaré tapado hasta que sepa lo queme hago. Solo quiero comprobar si
puedohacerqueelmercuriosemuevadentrodelfrasco.
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Ansioso, me puse el guante. De inmediato, unas rayas de luz violeta merecorrieronlosdedoshastaelcentrodelapalma.Ladébilluzpúrpuraypalpitantemerecordólostensores,supongoqueconrazón.ElProfesorloshabíacreadoparaimitarla tecnología Épica. Probablemente hubiese empleado uno de los diseños deKnighthawk.
—Estonosvaadejarsinaliento—dije,recordandotodoloquehabíaleídosobrelos poderes deRtich.Mantuve lamano sobre el frasco demercurio, pero luego laaparté.¿Cómoseactivabanenconcretosushabilidades?Elespirilhabíasidodifícildecontrolarperofácildeactivar.Sinembargo,había tardadobastanteenconseguirquelostensoreshiciesenalgo.
Probé a dar órdenes mentales y usé los trucos que había empleado con lostensores,peronopasónada.
—¿Mevaadejarsinalientoahoraodentrodeunrato?—mepreguntóMizzy—.Megustaríaestarpreparada.
—No tengo ni idea de cómo hacerlo funcionar —dije, agitando la mano yprobandootravez.
—¿Notraeinstrucciones?—preguntóAbraham.—¿Qué tipo de dispositivo Épico superasombroso viene con manual de
instrucciones?—dije.Habríasidoalgodemasiadomundano.Aunasí,repasétodalacaja.Nada.
—Esmejorasí—dijoAbraham—.Deberíamosesperaraprobarloenunentornomás controlado, o al menos no hacerlo mientras estemos conduciendo por unacarreteramedioenruinas.
Mequitéelguanteconunsuspiro.Luegocogíelfrascodemercurioymequedémirándolo.Eraunmaterial raro.Mehabía imaginadocómoseríaunmetal líquido,pero aquello desafiaba mis expectativas. Fluía con rapidez, con ligereza, y eraincreíblementereflectante,comounespejofundido.
Guardé el frasco tras otra insinuación de Abraham y dejé la caja a mis pies,aunque le envié unmensaje a Knighthawk pidiéndole instrucciones. Sin embargo,pocodespués,eljeepdeMegan,queibadelante,redujolavelocidad.SonóelmóvildeAbraham.
—¿Sí? —dijo tras tocar la pantalla y colocarse mejor el auricular—. Vaya.Curioso.Paramos.—Aminoróymemiró—.Codyhavistoalgomásadelante.
—¿Laciudad?—pregunté.—Casi.Surastro.Miraalasdosenpunto.Cogíelrifleyabrílacremalleradeltechodeljeep.Melevanté.Desdemipunto
deobservaciónveíaalgomuyinteresanteaunladodelcamino:unaenormellanuradehierbaaplastadaysecaqueseperdíaenladistancia.
—Estáclaroquelaciudadpasóporaquí—dijoAbrahamdesdeabajo—.Desdeaquínoseaprecia,peroestoformapartedeunafranjamuyancha,tananchacomouna ciudad, de hierba seca. Ildithia deja este rastro a su paso, como una babosa
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gigantesca.—Genial—dije,bostezando—.Vamosaseguirla.—Estoy de acuerdo—convinoAbraham—, peromira conmás atención.Cody
dicequehavistogentesiguiendoelrastro.Volvíamirary,efectivamente,habíavariosgruposdepersonascaminandoporla
anchafranjadeterreno.—Vaya—dije—.Sealejande laciudad.Creemosquesemuevehaciaelnorte,
¿no?—Sí —dijo Abraham—. Esto también ha desconcertado a Cody y a Megan.
¿Quieresinvestigarlo?—Sí—dije,acomodándomeenelinteriordeljeep—.Mandaréaesosdos.Salimosdelacarreteraynosmovimoshacialafranjadehierbamuertamientras
leenviabaunmensajeaMegan.«Idlosdosaverquédescubríssobreesosrefugiados,peronocorráisriesgos».«Son refugiados —tecleó—. ¿Qué riesgo puedo correr? ¿El de pillar el
escorbuto?».CodyyMeganseadelantaronynosotrosnosquedamosatrás.Intentédormir,pero
elasientodeljeeperaexcesivamenteincómodoy,aunquerealmentenohabíarazónparaello,mepreocupabaporMegan.
Finalmente,mellegóunmensaje.«Efectivamentesonrefugiados.SabendelProfesor,aunquelollamanLimelight.
Llevaaquídosotressemanas,yalgunosotrosÉpicoslehanhechofrente,incluidoelque manda, un tal Larcener. La gente ha huido de la ciudad porque cree que elenfrentamiento entre el Profesor y Larcener es inminente y ha considerado mejoralejarse una o dos semanas, viviendode la tierra, antes de regresar y ver quién haacabadoalmando».
«¿Tehandichoaquédistanciaestálaciudad?»,pregunté.«Llevanhorascaminando.Portanto…¿aunaodoshorasenjeep?Dicenquenos
cruzaremosconotrosrefugiadosquesedirigenaIldithia.GentedeKansasCity».Asíquealgunoshabitanteshabíanlogradoescapardelaciudad.Mealivióoírlo.LesmostrélosmensajesaMizzyyAbraham.—Esa noticia sobre la política de Ildithia es buena —comentó Abraham—.
SignificaqueelProfesornohaafianzadosupoderenlaciudad.Nodispondrádelosrecursosnecesariosparavigilarnos.
—¿Podremosentrarsinlevantarsospechas?—preguntóMizzy.—PodríamosocultarnosentrelosrefugiadosdeKansasCity—dije.—Ni siquiera nos hará falta—dijoAbraham—.Larcener permite que la gente
entre y salga de Ildithia sin ninguna traba, por lo que siempre hay un regueroentrando y saliendo. Podríamos presentarnos como trabajadores dispuestos y nosaceptarándeinmediato.
Asentídespacio.Luegodilaordendeseguiracampotravés,peroaunadistancia
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prudente de la zona de tierramuerta. Había quemodificar los vehículos para quefuncionaranconcélulasdeenergíayeranunanovedadenbuenapartedelmundo.Nosabíamosconquéclasedevalienteestúpidopodíamostoparnossinosacercábamosdemasiadoagentelosuficientementedesesperada.
Megan y Cody volvieron con nosotros y juntos recorrimos durante horas elterrenodesigual.Usandolamira,diconlasprimerasseñalesdeIldithia:camposdecultivoenlaperiferiadelaciudad,noenelrastrodeterrenoyermoquedejabaasupaso,sinoaloslados.Yameloesperaba;Atlantaerafamosaporsuscultivos.
Pocodespuéspercibíalgomássurgiendodelhorizonte:lasiluetadeunaciudadquesealzabaincongruentementeenelcentrodeunextensopaisajeanodino.
HabíamosencontradoAtlanta,oIldithia,comolallamabanahora.Laciudaddesal.
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Mesentéenelcapódeljeepquehabíamosaparcadoenunapequeñaarboledaadosotres kilómetros de Ildithia y usé la mira para examinar la ciudad. Ildithia estabaformada por un buen trozo de la vieja Atlanta: el centro, los barrios contiguos yalgunosdeloscircundantes.Medíaunosoncekilómetrosdeancho,segúnAbraham.
LosrascacielosmerecordabanChicagoNova,aunquereconozcoqueviviendoenlasentrañasdelaciudadnomehabíahechounaideademasiadoexactadelperfildelos edificios de lamía. Los de Ildithia estabanmás separados entre sí y eranmáspuntiagudos.Además,estabanhechosdesal.
Cuandooíhablarporprimeravezdeunaciudaddesalimaginéunlugardecristaltraslúcido. Estaba equivocado demedio amedio. Lamayoría de los edificios eranopacos,solotraslúcidosenlasesquinaspordondepenetrabaelsol.Parecíanmásbiendepiedra,nogigantescasexcrecenciasdelmineralusadoparacondimentar.
Los rascacielos exhibían una maravillosa variedad de colores. Dominaban losrosasylosgrises,yelaumentodelamiramepermitióapreciarvetasblancas,negraseinclusoverdesenlasparedes.Erarealmentebonito.
Tambiéncambiaba.Noshabíamosacercadopordetrás,porque,nocabíaduda,laciudad tenía una parte delantera y otra trasera.Los barrios de la parte posterior seiban desmoronando como un talud de tierra bajo la lluvia, fundiéndose, mutando.Mientrasmirabaaquellovicaerel lateraldeun rascacielos;despuésvique todoeledificiosederrumbabaconunestrépitoaudibleapesardeladistancia.
Al caer, la sal formaba montículos, más pequeños cuanto más alejados. Teníasentido; la mayoría de los poderes épicos no creaban objetos permanentes. Losedificiosdesalcaídosacabaríandesapareciendo,desvaneciéndoseydejandoatráselterrenollanoyermoporelquenoshabíamosestadomoviendo.
Deduje que al otro lado de la ciudad crecerían nuevos edificios a modo deformacionescristalinas.AbrahammehabíaexplicadoqueIldithiasemovía,perosinusarpatasniruedas.Sedesplazabacomoelmohoinvadeunatostadaenlabasura.
—Caramba—dije,bajandoelrifle—.Esincreíble.—Sí—dijoAbrahamjuntoaljeep—.Esunincordiovivirahí.Laciudadentera
recorreelciclocompletocadasemana.Losedificiosquecaenpordetrásvuelvenacrecerpordelante.
—Esgenial.—Esunincordio—repitióAbraham—.Imagínatequecadasietedíastucasase
desmoronara y tuvieras que mudarte al otro lado de la ciudad. Sin embargo, losÉpicos localesnosonmáscruelesque losdecualquierotro lugary laciudad tienealgunasventajas.
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—¿Agua?—pregunté—.¿Electricidad?—El suministro de agua proviene de la lluvia, que es abundante gracias a una
Épicalocal.—Stormwind—dije,asintiendo—.Ylalluvia…—¿Nodeshacelasal?—terminópormílafraseAbraham—.Sí,peronoimporta
demasiado. Los edificios de la parte posterior están deteriorados cuando sederrumbanyquizátienengoteras,peroesllevadero.Elmayorproblemaesencontrarelmododerecogeraguanodemasiadosaladaparabeber.
—Entoncesnohaycañerías—dije.ElescondrijodelosExploradoresenBabilardisponíadefosaséptica,unverdaderolujo.
—Losricostienenelectricidad—dijoAbraham—.Laciudadcanjeacomidaporcélulasdeenergía.
Meganseacercó,protegiéndoselosojosdelsolconunamanomientrasmirabaalaciudad.
—¿Estássegurodequepodremosentrarsiguiendoeseplantuyo,Abraham?—Segurísimo—dijoAbraham—.EntrarenIldithianuncaesningúnproblema.Volvimosa subira los jeeps.Luegodimosunavueltacautelosaalrededorde la
ciudad,manteniéndonosaunadistanciaprudencial.Finalmentedejamoslosjeepsenunaviejagranja,másqueconscientesdequeanuestroregresobienpodríannoestarallí, por buenas que fuesen las cerraduras de losExploradores.Nos cambiamos deropaynospusimosvaquerosviejos,abrigossuciosymochilasconbotellasdeaguaen los bolsillos laterales. Nos pusimos en marcha con la esperanza de parecer ungrupodesolitariosquehacíanloposibleporsobrevivirporsucuenta.
Durante la caminata echédemenosel trayecto llenodebaches enel jeep.NosacercamosalfrentedeIldithiaatravesandolossembrados.Habíaleídosobrecultivosyoídohablardeellos,peronoloshabíavistohastaesedía.
Habíamás contacto entre las ciudades-estado de los Estados Fracturados de loque había creído hasta hacía poco. Los Épicos habrían podido sobrevivir sininfraestructura de ningún tipo, seguramente, pero querían tener súbditos. ¿De quéservíaserunafuerzadestructivaomnipotentesinteneralgunoscampesinosalosqueasesinar de vez en cuando? Por desgracia, los campesinos tenían que comer o semoríanantesdequelosasesinaran.
Eso implicaba levantar algún tipo de estructura y encontrar algo con lo quecomerciar.Lasciudadesqueproducíanexcesodecomidapodíancanjearlaporcélulasde energía, armas o artículos de lujo. Eso me satisfacía. Cuando aparecieron porprimera vez, los Épicos destruían alegremente todo lo que encontraban y habíandestrozadolasinfraestructurasdelpaís.Ahoraseveíanobligadosareconstruirlasyaconvertirseenadministradores.
Lavidaesmuy injusta.Nopuedesdestruircuanto te rodeayviviracuerpoderey.
Deahíloscamposdecultivo.Losquehabíavistoenlosbordesdelrastrodela
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ciudad estaban segados, pero en los que cruzábamos la cosecha estaba madura.Trabajabaenellosmuchagentey,apesardequelaprimaveraacababadeempezar,yaloscosechaban.
—¿Stormwind?—lesusurréaAbraham,quecaminabaamilado.—Sí—dijo—. Sus lluvias aceleran mucho el crecimiento de los cultivos que
rodean la ciudad; recogen una cosecha cada diez días. Periódicamente, la gente seadelanta varios días con Stormwind, por el camino de la ciudad para la siembra.Luegoellariega.Lospeonesseadelantanasuvez,seocupandelossembradosysereincorporanalaciudadcuandolosalcanza.¡Bajalacabeza!
Miréalsuelo,inexpresivo,adoptandolafamiliaractituddequienesvivíanbajoelcontrolÉpico.AbrahamlediouncodazoaMegan,quemiróretadoraalosojosaunaguardiana,unamujerarmadaconunrifleyconunabocadesdeñosa.
—Seguidhacia laciudad—nosordenó,señalandoconelarmahaciaIldithia—.Si tocáis una sola mazorca de maíz sin permiso os dispararé. Si queréis comida,habladconunsupervisor.
Yamás cerca de la ciudad vimos unos hombres con porra en el cinturón.Memiraronyme sentí incómodo, pero no alcé la vista, por lo que pude fijarme en latransiciónalosedificios.Lacostradelsuelo,quesequebrababajonuestrospies,fueengrosándoseamedidaquenosacercábamos,hastaquefinalmentepisamoshalita.
Máscercaaúnfuimosdejandoatrásmontículosqueindicabandóndeempezabana crecer los edificios. El blanco grisáceo de la sal se mezclaba con docenas deestratosybandasdecolores,comodehumocongelado.Veíalatexturadelarocaytuveganasdeacariciarlaconlosdedosypalparla.
El lugar olía de un modo raro. Tenía un olor salado, supongo, y seco. En loscamposdecultivohabíahumedad,porloqueresultabamásevidentelosecoqueeraelaireenlaciudad.Nospusimosalfinaldeunacolacortadegentequeesperabaparaentrarenlaciudadensí,dondelosedificiosteníaneltamañocorrecto.
Ellugarmeresultabafamiliar:latexturayeltonouniformesapesardelagamadecoloresmerecordabanlosdelacerodeChicagoNova.Probablementeparatodoslosdemásaquelsitiofuesedelomásextraño,porquetodoestabahechodesal,peroparamíeranormal.Teníalasensacióndehabervueltoacasa.Teníagracia:paramílacomodidadestabaintrínsecamenteligadaaalgoquelosÉpicoshubierancreado.
Nosdieronunabrevecharladeorientación;alapersonaconlaquehablamoslesorprendióqueno fuésemos refugiados deKansasCity, pero fue brevey clara.LacomidaeradeLarcener.Siqueríamoscomer,teníamosquetrabajarparaconseguirla.Nohabíapolicíaenlaciudad,porloqueeraposiblequequisiéramosunirnosaunade lascomunidadesyaestablecidas,esosiencontrábamosunaqueaceptasenuevosmiembros.LosÉpicospodíanhacerloquelesvinieseengana,asíqueeramejornointerponerseensucamino.
Daba la impresión de no haber allí una estructura social como la de ChicagoNova,dondeSteelhearthabíaestablecidounacapasuperiordeno-Épicosysehabía
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servidodeunapoderosa fuerzapolicialparamantenera todoelmundoa raya.Porotraparte,enChicagoNovateníamoselectricidad,móvileseinclusocine.
Esomeincomodaba.NomeapetecíadescubrirqueSteelhearthabíasidounlídermás capazqueotros, aunque en el fondo lo sabía desdehacía tiempo.Vamos, queMeganmelohabíadichoyrepetidocuandomehabíaunidoalequipo.
Terminadalacharladeorientación,dejamosquenosregistrasen.Abrahamyanoslohabíaadvertido,porloqueMeganestabapreparadaparausarsuspoderescreandounailusiónyocultandoalgunascosasquellevábamosenlamochila,comolascélulasde combustible y las armas avanzadas. Parecían artículos más normales. Comoseñuelohabíadejadounapistola,paraquelosguardiasla«confiscasen»parasuusopersonal, como pago por permitirnos la entrada en la ciudad. Dejaron que nosquedáramosconlasarmasmáscorrientes,talcomonoshabíadichoAbraham.Enlaciudadnoerailegalllevarlas.
Unavezacabadoelregistro,nospermitieronentrar.—Podéiscogercualquieredificioquenoestéocupado—nosdijoelmismotipo
de antes, el de la charla de orientación—, pero yo en vuestro caso mantendría lacabezagachadurantelaspróximassemanas.
—¿Porqué?—lepregunté,echándomelamochilaalhombro.Memiró.—Problemas entre Épicos. De lo único que debemos preocuparnos es de no
llamarlaatención.Esposiblequedurantelospróximasdíastengamosmenoscomida.—Negócon lacabezae indicóunmontóndecajonesquehabíamásalládedondeempezabalaciudadpropiamentedicha—.Aver—nosdijoanosotrosyaotrosreciénllegados—, esta mañana me he quedado sin cuadrilla de trabajadores. Los muyestúpidoshanhuido.Simeayudáisatraeresoscajonesosdarélaracióndecerealdeunajornadacompleta,comosihubieseistrabajadodesdeporlamañana.
Miré a los otros, que se encogieron de hombros. Si realmente hubiéramos sidosolitarios,comofingíamosser,nohubiésemosdejadoescaparsemejanteoportunidad.A los pocos minutos estábamos cargando cajas de madera con el logotipo UTCpirograbado.UTCeran las siglasdeungrupodevendedores ambulantes cuyo jefeeraTerms,unaÉpicaconpoderparamanipulareltiempo.Desafortunadamente,porlovistonomehabíacruzadoconellaporlospelos.Siemprehabíaqueridoverla.
El trabajo fue duro, pero me permitió ver parte de la ciudad. Ildithia estababastantepoblada;lascallesestabanatestadasapesardelaenormecantidaddegentequetrabajabaenelcampo.Nohabíaotroscochesquelosdelascunetas,hechosdesal, un resto de la transformación inicial de la ciudad. Aparentemente, cuando laciudadseregenerabacadasemanatambiénreproducíacosascomoesoscoches.Porsupuesto,nofuncionaban,asíqueelnúmerodeciclistaseraimpresionante.
Enlasventanashabíaropatendida.Enunacarreteralosniñosjugabanconcochesdeplástico,conlasrodillassuciasdesaldesprendidadelsuelo.Lagenteibacargadadeartículoscompradosenunmercadoque,trasunoscuantosviajes,logréubicaren
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unacalleparalela a laque recorríamosa lo largodenuestra rutadesde fuerade laciudadhastaunalmacénalquetardábamosenllegarunamediahora.
Mientrasibayveníacargandocajas,lleguéaentenderbastantebiencómocrecíanlos edificios. Justo en el límite de la ciudad, en las protuberancias, empezaban aformarse los cimientos erosionados, como piedras que llevasen siglos al viento.Después,losedificiosempezabanaadquirirforma.Lasparedescrecíanamedidaquelosladrillosibanapareciendo.Eracomoelprocesodeerosiónalainversa.
Ynoeraperfecto.Avecespasábamosjuntoabultosamorfosenelsuelooentreedificios, como tumores cancerígenos de sal. Le pregunté a uno de los que nosayudabanconlascajasquéeranyseencogiódehombros.Medijoquecadasemanahabía algunas irregularidades. Habrían desaparecido en el siguiente ciclo de laciudad,peroapareceríanotras.
Yoencontrabatodoaquellofascinante.Mequedéunbuenratodelantedeloqueparecíaqueacabaríaconvertidoenunbloquedeapartamentos.Seformabaapartirdesal de un color negro azulado con remolinos. Casi podía ver cómo se alzaba eledificio,conmuchalentitud,comounpoloquealguienestuviera«deslamiendo».
Tambiénhabíaárboles,peronocomolosdeChicagoNova,dondenadaorgánicohabía sufrido la transformación. Crecían del mismo modo que los edificios,formándosedelicadamenteapartirde lasal.Enesazonanoeranmásque tocones,peromásadelanteeranárbolescompletos.
—Notequedesahímirando,novato—medijounamujeraltaquepasóamiladosacudiéndoseelpolvode lasmanosenguantadas—.Estoes territoriode Inkom.—Eraunadelastrabajadorasdeloscamposdecultivoalaquehabíanreclutadoparacargarcajas.
—¿Inkom?—pregunté, echando a andar y saludando con un gesto aAbrahamquepasabacargadoconotracaja.
—Ese vecindario de ahí—me dijo lamujer—. Puertas cerradas…No aceptangentenueva.Lestocadegradaciónenelladodecolaysemudanaestosapartamentoshasta que se reconstituyen sus hogares. Cuando se va Inkom, Barchin llega, y noquerrás tratarconlosdeBarchin.Sonmalagente.Dejanquese lesunacualquiera,pero se llevan la mitad de tus raciones y durante el primer año solo te permitendormirenunaalcantarillaentredosedificios.
—Graciasporelconsejo—dije,volviendolacabezaparavereledificio—.Peroestoesenorme.Dalaimpresióndequehaymuchoespaciovacío.¿Porquéíbamosaquererunirnosaunafamilia?
—Para tener protección—dijo la mujer—. Sí, os podéis instalar en un hogarvacío, los hay a montones, pero sin la protección de una buena familia lo másprobableesqueosrobenoalgopeor.
—Esoesduro.—Meestremecí—.¿Algomásquedebasaber?¿NohayunÉpiconuevoquepreocupa?
—¿Limelight?—dijo—.Sí.YoevitaríacruzarmeconéloconcualquierÉpico.
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Tendría más cuidado del habitual. Ahora Limelight tiene casi todo el poder, peroquedanunoscuantosqueseoponenaél:Stormwind,Larcener.Seestáfraguandounaguerra.Encualquiercaso,alosÉpicoslesgustanlosrascacielos,asíquemanteneosalejadosdelcentrodelaciudad.Ahoraelcentrotieneunoscinco.
—¿Cinco?—Hacecincodíasqueseformó—dijo—.Faltandosmásparaquesedegraden
los rascacielos.Sueleserelmomentomásdurode lasemana.Cuando losedificiosaltosdelcentroempiezanaceder,losÉpicos,molestos,salenenbuscadediversión.Algunossedesplazanalosbarriosadyacentes.Otrosvaganporahí.Unoodosdíasdespuéssussuiteshanvueltoacrecerysuscriadoshantrasladadosuspertenencias.Pornormageneral,vuelveasersegurosalir.Sinembargo,notengoniideadesiesocambiarádebidoaestaluchadepoder.
Llegamosalmontóndecajasycogíuna.Seguíllevandolamochilaalaespalda.Noibaasepararmedeellaaunquerepresentaraunacargaadicional.¿Quémáspodíapreguntarleaesamujer?
—Tusamigosytúsoisbuenostrabajadores—mecomentó,levantandouncajón—.Talvezpodamosalojarosenmivecindario.Nopuedoasegurártelo,porquequiendecide es Doug. Pero somos justos. Solo nos quedamos con una cuarta parte devuestrasraciones.Esparadardecomeralosancianosylosenfermos.
—Esunaofertatentadora—dije,aunquenoloeraenabsoluto.Nosmontaríamosnuestropropiorefugioenalgúnpuntodelaciudad—.¿Cómopresentolasolicitud?
—Nolapresentas.Simplementepresentaosaquípor lamañanay trabajadduro.Osestaremosobservando.Novengáisabuscarnosolascosasosiránmal.
Sujetóbienlacajaysefue.Yocogímejorlamíaylamiré,fijándomeenelbultodeloqueprobablementeeraunapistolaquellevabaocultaalaespalda,debajodelachaqueta.
—Unaciudaddura—comentóMizzy,agarrandounacajaydejándomeatrás.—Sí—dije.Peroenrealidadnoloera.Mecarguélacajaalhombroyrecorrílacarretera.Cuandoempezótodoestoyo
teníasoloochoaños,eraunhuérfanosinhogar.Vivíunañosoloenlacalleantesdequemerecogiesen.Recordabalasconversacionesenvozbajadelosadultossobreeldeteriorodelasociedad.Pronosticabancosashorriblescomoelcanibalismoybandasque quemarían todo cuanto pudiesen encontrar, familias separadas, cada cualviviendoparasí.
Nohabíasucedidonadadeeso.Lagenteeragente.Sucedieseloquesucediese,las personas formaban comunidades, aspiraban a la normalidad. Incluso con losÉpicos, la mayoría de nosotros simplemente queríamos vivir nuestra vida. Laspalabras de lamujer habían sido duras, pero también había en ellas esperanza. Siestabasdispuestoatrabajar,podíasencontrartulugarenelmundoapesardetodaesalocura.Eraalentador.
Sonreí. Justo enesemomentomedi cuentadeque la calle estabadesierta.Me
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detuve frunciendo el ceño. Los niños habían desaparecido. No había bicicletas.Habían echado las cortinas.Me volví y vi a otros trabajadores corriendo hacia losedificioscercanosparaocultarse.Lamujerconlaquehabíahabladopasóamiladocorriendo;habíatiradolacajaenalgunaparte.
—UnÉpico—siseó.Corrióhacialapuertaabiertadeloqueantañoeraunatiendayentródetrásdeunparmásdepersonas.
Apresuradamentetirélacajaylaseguí.Apartélatelaquecubríalaentradaymereuníconellayunafamiliaacurrucadaenlapenumbra.Elhombrequehabíaentradoantesquenosotrossacóunapistolaynosmiróreceloso,perononosapuntó.Estabaclaroelmensaje:podíamosquedarnoshastaquehubiesepasadoelÉpico.
La tela de la puerta se hinchó ligeramente. Probablemente tenían el mismoproblemaconlaspuertasqueenChicagoNova.Seguroquecostabaabrirycerrarlaspuertasdesal,asíquelasderribabanyusabantelasparacubrirlaentrada.Noeralomásseguro,pero,claro,paraesoestabanlasarmas.
Elescaparatedelatiendaeradesal:unaplacadelgada,casitantocomouncristal,perodemasiadoturbiaparaverlosdetallesatravésdeella.Dejabaentrarunpocodeluzenel localyvipasaruna sombraalotro lado.Una figura solitaria seguidaporalgoquerelucíaenformadeesfera.
Luzverde.Deuntonoquereconocí.«Oh,no»,pensé.Teníaqueecharunvistazo.Nopodíaaguantarme.Losotrosmesisearoncuando
meacerquéalaentradaymeasoméalacalleapartandounpocolatela.EraelProfesor.
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Antes creía que podía identificar a un Épico nada más verlo. Después de pasarsemanasconlosExploradoresencompañíanodeunosinodedosÉpicosinfiltradosmehabíaconvencidodequemeequivocaba.
Dicho lo cual, unÉpico dominado por sus poderes tiene ciertas características.Por sumododemantenerse erguidos y la sonrisa de suficiencia destacan comouneructoduranteunaoración.
ElProfesorteníamásomenoselmismoaspectoquelaúltimavezquelohabíavisto,conlabatanegradelaboratorioyuntenueresplandorverdeenlasmanos.Elpelocanosodesentonabaconunaconstituciónfísica tan impresionante.Erarobustocomounmurodepiedraounbuldócer.Nopodíasconsiderarloelegante,perodesdeluegonosetehabríapasadoporlacabezacolartedelantedeélenunacola.
Recorría lacalleblancaygris seguidodeuncampode fuerzaesféricoconunapersonaatrapadaensuinterior.Elpelolargoyoscurolecubríalacara,perovestíauntraje tradicional chino. Era Stormwind, la Épica que hacía llover y provocaba elcrecimientoaceleradodelascosechas.LamujerconlaquehabíahabladomehabíadichoqueseoponíaalgobiernodelProfesor.
Dabalaimpresióndequelasituaciónhabíacambiado.ElProfesorseparódelantede la tienda.Luegosevolvióde ladoparamirar lasventanasde losedificiosde lacalle.Volvídentroconelcorazóndesbocado.Porlovistobuscabaalgo.
¡Chispas!¿Quéibaahacer?¿Salircorriendo?Llevabaelrifledesmontadoenlamochila,pero tambiénunapistolaalcinto,bajo lacamisa.Losguardiasmehabíanpermitidopasarla, talcomohabíadichoAbrahamqueharían.Aparentementenolesimportaba que la gente anduviese por ahí armada.Más bien esperaban que así lohiciera.
Bien, las armasnoharíanmuchodaño alProfesor.EraunGranÉpico condosinvencibilidades supremas. No solo lo protegería el campo de fuerza sino que securaríadeinmediatoencasodesufriralgúndaño.
De todas formas, empuñé la pistola.Los otros se apretujaron, sin hacer ningúnruido.Sihubierahabidootrasalidaprobablementeyasehabríanlargado,aunquenoestaba segurodel todo.Muchagente seocultabade losÉpicosen lugardehuirdeellos.Creíanquelaúnicaformadesobrevivireraesconderseyesperar.
Volvíaasomarmea lapuertaconelcorazónacelerado.ElProfesornosehabíamovido, pero había dado la espalda a nuestro edificio paramirar el de la acera deenfrente.Melimpiérápidamenteelsudordelafrenteantesdequemellegasealosojos,saquéelauriculardelbolsilloymelopuse.
—¿AlguienhavistoaDavid?—estabapreguntandoCody.
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—Enelúltimotrayectomehecruzadoconél—dijoAbraham—.Creoquedebedeestarcercadelalmacén.MuylejosdelProfesor.
—Sí,eso—susurré.—¡David!—Era la vozdeMegan—. ¿Dónde estás?Escóndete.ElProfesor va
porlacalle.—Yalohevisto—dije—.Parecebuscaralgo.¿Dóndeestáisvosotros?—Yo en un punto de observación estupendo —me contestó Cody—. A unos
cincuenta metros del blanco, en el segundo piso de un edificio con una ventanaabierta.Ahoramismoloestoysiguiendoporlamira.
—Meganmehaagarradoymehaocultadodetrásdeunaesquina—dijoAbraham—.Estamosenlacalleparalela,aleste,viendoenelmóvillaimagenquenosenvíaCody.
—Quedaosenvuestrasposiciones—susurré—.¿Mizzy?—Nosabemosnadadeella—respondióAbraham.—Aquíestoy—dijoella,sinaliento—.¡Tío!Casimetopoconél,chicos.—¿Dóndeestás?—pregunté.—He salido corriendo por una calle perpendicular a la nuestra. Estoy en un
mercadooalgoasí.Todosseesconden,peroestoestáarebosar.—QuédateahíyconéctateconlaimagendeCody—leordené—.Puedequeesto
notenganadaqueverconnosotros.EsevidentequeestáfardandodehabercapturadoaStormwindy…¡Chispas!
—¿Qué?—mepreguntóMizzy.ElProfesorresplandecía.Sucuerpoemitióunatenueluzverdecuandosevolvió.—¿Vaisasalir?—gritó—.¡Séqueestáisaquí!¡Salid!Odiaba oír la voz del Profesor sonando tan… tan Épica. Siempre había sido
huraño,peroaquelloeradiferente.Eraimperioso,exigente,estabacabreado.Sostuveelarmaconlamanosudorosa.Detrásdemí,unodelosniñossepusoalloriquear.
—Voyaalejarlodeaquí—susurré.—¿Qué?—dijoMegan.—Nohaytiempo.—Meincorporé—.Matarágentesidestrozaestazonaparadar
conmigo.Tengoquedistraersuatención.—David,no—merogóMegan—.Voyhaciaahí.Limítatea…ElProfesorextendiólosbrazoshaciaeledificioqueteníaenfrente…noelmío,
sino uno de apartamentos de la acera de enfrente. De unos ocho pisos de altura,estabaconstruidoenteramentedesalrosaygris.
SeevaporótraselgestodelProfesor.EnChicagoNova le había visto hacer cosas increíbles usando sus poderes. Se
había enfrentado a un escuadrón de Control, destruyendo sus armas, balas yproteccionesenmediodelapelea.Peroesonohabíasidonadaencomparaciónconloqueacababadehacer.Enunparpadeohabíadejadoreducidoapolvounedificioentero.
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Con sus poderes, el Profesor no se limitó a destruir la estructura de sal, sinotambién elmobiliario interior, demodoque la gente y sus pertenencias cayeron alvacío. Las personas se estrellaron contra el suelo con horribles golpes y gritos dedolor.Exceptounhombre, que sequedóvolandoen el aire aunos sietemetrosdealtura.ApuntóalProfesorconunpardesubfusilesUziydisparó.
Por supuesto, las balas no le hicieron nada. Al instante, una reluciente esferaverde rodeó al hombre flotante, que dejó caer las armas y tanteó con pánico lasparedesdesunuevaprisión.
ElProfesorcerróelpuño.Laesferasecontrajohastaeltamañodeunapelotadebaloncesto,convirtiendoenpulpaalÉpicoquehabíadentro.
Apartélavista,asqueado.Esoera…EsoeraloqueleshabíahechoaExelyVal.—Falsaalarma—dijoCody,aliviado—.Nonosbuscaanosotros.CazaÉpicos
todavíalealesaLarcener.ElProfesorsoltó laesferaydejócaeralsuelo los restosdelÉpicomuerto,que
produjeronunruidolíquidorepugnante.Alguiensalióalacalledelatiendacontiguaalamía.Eraunjoven,unadolescenteconlacorbataunpocosueltaysombrero.MiróunmomentoalProfesorantesdehincarsederodillasyagacharlacabezaanteél.
Asualrededoraparecióunaesferadeluz.Eljovenseasustó.ElProfesorpusolapalma hacia arriba, como si sopesara al nuevo. Luego apartó la mano y la esferadesapareció.
—Recuerda esta sensación, pequeñoÉpico—dijo el Profesor—.Creo que eresesealque llamanDynamo.Acepto tu lealtad,por tardeque llegue.¿Dóndeestá tuamo?
Elmuchachotragósaliva.—¿Miantiguoamo?—dijoconlavozentrecortada—.Esuncobarde,miseñor.
Huyedeti.—Haceunashorasestabacontigo—dijoelProfesor—.¿Adóndehaido?Eljovenindicócalleabajo.Letemblabalamano.—Tiene un refugio a una calle de aquí. Nos ha prohibido ir con él. Te puedo
llevar.ElProfesorhizoungestoyel jovenloadelantóconlaspiernastemblorosas.El
Profesor unió lasmanos a la espalda y lo siguió tranquilamente, como si diera unpaseo,perodeprontosedetuvo.
Contuveelaliento.¿Quépasaba?ElProfesordiounospasoshaciamí.Searrodillómirando la cajaqueyohabía
dejadocaer.Sehabíarotoporunlado.Lamovióconunpie,pensativo.—¿Miseñor?—preguntóeljoven.ElProfesordiolaespaldaalacajaysiguióalmuchacho.Labatadelaboratorio
aleteabaalritmodesuspasos.ElcampodefuerzaenelquellevabaaStormwindlosiguiócomouncachorrilloobediente.Ensuinterior,lamujernoalzólavista.
Merelajé,dejándomecaercontralapared,ybajéelarma.
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—Mizzy—susurré—,vahaciati.—Da la impresión de que busca a Larcener—dijo Megan—. Hemos logrado
meternos de lleno en su enfrentamiento final con el antiguo líder de la ciudad.¡Menudasuertelanuestra!
—Lo sigo con la mira telescópica—dijo Cody—. Pero no podré ver nada encuantolleguealaotracalle.¿Quieresquecontinúeconlavigilancia,chico,olodejo?
—Espeligrosoestartancercadeél—dijoAbraham—.Sinosve,aunqueseaderefilón…
—Sí—convinoCody—,perolaverdadesquemegustaríasaberdequéescapazantesdeintentaracabarconél.Encomparaciónconloquehahechoconeledificiolostensoressonjuguetesparacríos.
—Buenacomparación—dijedistraído—.TenemosqueconocerelresultadodesuenfrentamientoconLarcener, si esque llegaaproducirse.Cody, aver si tepuedessituar.Mizzy,quieroquesalgasdeahí.
—Esointento—refunfuñó—.Estoymetidaenunahabitaciónconunmontóndegentey…Bah,niideadecuándopodréreunirmeconvosotros,chicos.
Bien,noíbamosaretirarnosmientrasunodenosotrosestuvieseenpeligro.—Megan, estate lista para una distracción. Abraham, quédate con Megan. —
Respiréhondo—.VoyaseguiralProfesor.Ninguna objeción. Confiaban en mí. Cargué con la mochila, porque no tenía
tiempo paramontar elGottschalk yme acerqué a la puerta para echar un vistazo,apartandounpocolacortina.Antesdesalirmiréalosotros.
Todos,tantoelhombreconlosniñoscomolamujerconlaquehabíahablado,memirabanboquiabiertos.
—¿Has dicho que vas a seguir a ese Épico?—me dijo el hombre, atónito—.¿Estásloco?
—No—dijolamujerenvozbaja—.Eresunodeellos,¿noesasí?Unodelosqueluchan.OídecirqueoshabíanmatadoatodosenNuevaYork.
—Por favor, no contéis a nadie queme habéis visto—dije. Los saludé con lapistolaysalíalacalledesierta.
MedetuveparamoverlacajajuntoalaquesehabíaparadoelProfesor…,laqueyo había dejado caer. Estaba llena de comida, comida empaquetada que soloconseguías comerciando, que llegaba de ciudades donde todavía había fábricas:judías,polloenlatado,refrescos.AsentíysalícorriendotraselProfesor.
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—Muybien—dije,situándomejuntoalapareddeuncallejónysosteniendofrenteamí la pistola agarrada con ambasmanos—.Vamos a hacerlo conmucho, peroquemucho cuidado. Lo fundamental es garantizar que Mizzy salga sin problemas.Conseguirinformaciónessecundario.
Recibí una secuencia de «recibidos». Toqué la pantalla del móvil para ver elvídeodeCody.Ennuestrosauriculares,queteníanunvisorfrontal,veíamosloquehacíanlosotrosdesdesupuntodevista.
Codyavanzabaporunpasillooscuro.Unaluzdiáfanaatravesabalapareddeladerecha,comounalinternailuminandoelinteriordelabocadeunapersona.Llegóauna habitación que todavía tenía la puerta de sal. Me sorprendió que se movieracuandolaempujó.Entróyseacercóconsigiloaunaventana.Tuvoqueromperlasalconlaculatadelrifle,yresultómásdifícildeloqueyocreía,parasacarelcañóndelarma.Cuandopasó la imagendel auricular a lamiradel rifle tuvimosunpuntodeobservaciónsituadoavariospisosdealtura.
Erafácilreconocerelmercado:noeramásqueunviejoaparcamientorodeadodetelasdecoloresytoldosqueinvadíanlascallesdealrededor.
—Sí—dijoMizzycuandoCodysecentróenelmercado—,estoyahídentro.Lamultitudmehaempujadohastaelpisodeabajo.Ahoraestoyenunaescalera.Aquítodavíaquedamuchagenteescondida.
ElProfesor ibadirectohaciaelmercado.El resplandorverdedesuscamposdefuerza iluminaba la calle. Seguí una ruta paralela por una callemás estrecha ymeocultédetrásdeunosarbustosdesalrosada.
De hecho, el arbusto seguía creciendo. Me quedé observándolo,momentáneamentehipnotizadopor lashojitasde salquebrotabande lasdiminutasramas.Mehabíaparecidoquetodocrecíaenellímitedelanterodelaciudadydejabadehacerlo en cuantovolvía a tener elmismoaspectoquehabía tenido enAtlanta,peroporlovistoalgunascosasdelaciudadcontinuabandesarrollándose.
—¿David?—susurróunavoz.Mevolví.MeganyAbrahamsemeacercabanconsigilo.
Bueno, bueno. Mi amigo y mentor estaba en plena vorágine destructora. Másvalíaquemeconcentrara.
—Megan—dije—,mevendríabienunpocomásdeprotección.Asintióy seconcentróunmomento.Enunparpadeo losarbustosque teníamos
delantesevolvieronmástupidos.Eraunailusión,unasombratraídadeotromundodondeesamismavegetacióneramásdensa,peroresultabaperfecto.
—Gracias—ledije.Mequitélamochilaymepuseamontarelrifle.
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ElProfesoraparecióapocadistanciadenosotros.LoguiabaelÉpicoadolescentedeantes,haciendogestosmientrascaminaba.HabíadejadolaburbujadeStormwindenlaentradadeuncallejón,flotando.
El joven Épico que iba con el Profesor… ¿Dynamo? Yo no estaba seguro decuáles eran sus poderes. En una ciudad como aquella había docenas de Épicosmenoresynoloshabíamemorizadotodos.
Dynamo señalóhacia el sueloy luego almercado.ElProfesor asintió, peroyoestabademasiadolejosparaoírloquedecían.
—Una habitación subterránea —susurró Abraham—. Eso tiene que ser elrefugio…¿Quizásunaoficinaconectadaconelaparcamiento?
—¿Enestaciudadpuedehabersótanos?—pregunté.—Poco profundos, sí —dijo Abraham, golpeando el suelo con un pie—.
Dependiendodelazona,Ildithiacrecesobreunamasaderocasalinadevariospisosde altura en algunos puntos; reproduce el paisaje de la Atlanta original, tapandoagujeros y formando colinas. En otros puntos solo mide un par de metros, peroestamossobrelacapa.¿Nohasnotadolacuestacuandoibashaciaelalmacén?
Nolahabíanotado.—Mizzy—dije—,esposiblequeelProfesorentreahí.¿Situación?—Estoy atrapada —susurró—. La escalera está atestada; a todos se les ha
ocurridolamismaidea:esconderseaquí,yconelperroademás.Enserio,haycuatroperros.Nopuedosalir.
ElProfesornosiguióaljovenÉpicohastaelaparcamiento.Avanzóunpocomásyagitóambasmanos.
Lacallesedeshizo.Lasalsetransformóenpolvo,quesalióvolandoporelchorrode aire que el Profesor creó empujando dos campos de fuerza cóncavos. El restodesapareció en el agujero, que dejó al descubierto unas escaleras por las que elProfesorbajósininmutarse.
Resultaba asombroso. Había estudiado a los Épicos, me había inventado mipropiaclasificación.Meobsesionabanunpoco,loreconozco.Delamismaformaqueunmillón de niños de preescolar que no paran de hacer preguntas todos a la vezlleganaserodiosos.
ElpoderdelProfesoreraúnico:noselimitabaadestruirlamateria,laesculpía.Eraunahermosaformadedestrucciónydescubríqueloenvidiaba.Ensumomentoyohabíatenidoesepoder,queelProfesormecedía.TraslamuertedeSteelheartmelohabíacedidomenos.Mehabíaentretenidoconelespiril,peromedabacuentadequeyaentoncesseestabaapartandodenosotros.
«Fue cuando me salvó de Control —comprendí—. Ahí empezaron losproblemas».
Yolehabíahechodarelprimerpasoporesecamino.Notodalaculpaeramía,porqueseguramenteRegaliahabríallevadoacabosuplanparaconvertirloaunquenomehubieseunidoalosExploradores,perotampocopodíanegarmiresponsabilidad.
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—Mizzy—dije—,quédatedondeestás.Esposiblequeestésmásseguraahí.ElProfesorbajóalacámaraquehabíadestapado,perolaposicióndeCodynos
permitíaseguirloporelmóvil.Nobajómuchoantesdevolverasubirarrastrandoaunapersonadelcuellodelacamisa.Yaenlacallesedesembarazódeella.Lafiguraquedótiradaenelsuelo,fláccida,conelcuellodobladoenunángulopoconatural.
—¡Eraunseñuelo!—aullóelProfesor.Lavozresonóentodalaplaza—.YaveoqueLarceneresefectivamenteuncobarde.
—¿Unseñuelo?—dijoMegan,quitándomeelrifleyenfocandoelcuerpoconelzoomdelamira.
—Oh —susurré, emocionado—. Larcener había absorbido a Dead Drop. Mepreguntabasialfinalloharía.
—Hablacomounapersonanormal,Knees—medijoMegan—.¿DeadDrop?—UnÉpico que antes vivía aquí. Podía copiarse, un poco comoMitosis, pero
DeadDropsolopodíacrearunaspocasréplicasdesímismocadavez.Creoquetres.Sinembargo,lascopiasconservabansusdemáspoderes.Y,bien,yasabéisdeloqueLarceneres…
Losotrosmemirabanconcaradepóquer.—Esunasumidor…¿Sabéisdeloqueescapazunasumidor?—Claro—dijoCodyporelmóvil—.Tesumeenladesesperación.Losodio.Suspiré.—La verdad es que sabéis muy poco de los Épicos para ser un equipo
especializadoencazarlos.—Mantener actualizada la listadeÉpicosy suspoderes era cosadeTia—dijo
Abraham—.Ahoraescosatuya.Ynonoshasinformadoantesdelamisión.Miplanhabíasidopasarunosdíasenlaciudadinvestigandoquiénestabaallíy
quién no antes de sentarme con ellos y explicarles con qué Épicos debían tenercuidado. Quizá tendría que haberles hablado antes de Larcener. Nos habíamosconcentradodemasiadoenelProfesor.
—Unasumidor es lo opuesto a unÉpico capazde ceder sus poderes—dije—.Larcener les roba los poderes a otros Épicos…Es su habilidad natural, pero él esextremadamente poderoso. La mayoría de los asumidores digamos que se sirvenprovisionalmente del poder de otro. Larcener se queda permanentemente con lashabilidades de otrosÉpicos y es capaz de conservar tantas comodesee.Tiene unabuenacolección.SielProfesorhaencontradounclon,esoimplicaqueLarcenersequedó con el poder deDeadDrop, elÉpico capaz de crear un doble de símismo,imbuirlodesuconcienciaysuspoderes,yregresarasupropiocuerpoencasodequeelseñuelosevieraamenazado.
RecuperéelarmademanosdeMeganyexaminéelseñuelo.Unavezmuertosedescomponíaconrapidez,lapielselefundíasobreloshuesoscomounmalvaviscoenlapuntadeunespetónsobrelasllamas.SindudaporesoelProfesorsehabíadadocuentadequenoeraelverdaderoLarcener.
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—Larcener inquietamucho a los demásÉpicos—les expliqué—.No les gustanadalaideadequealguienpuedaquitarlessuspoderes.Porsuerteparaellos,noesmuy ambicioso y siempre se ha contentado con quedarse en Ildithia. ElAquelarredependedeélparaevitarqueotrosÉpicossemudenasuterritorio.
MeganyAbrahampusieronlosojosenblanco.—¿Qué?—lespregunté.—Parece que hubieras encontrado un viejo disco duro repleto de canciones
perdidasdetugrupofavoritoanterioraCalamity—dijoMegan.—Muygraciosa—refunfuñémirandoalProfesor.Parecíadescontentoporloque
había encontrado en el agujero. Contemplaba el mercado que, como había dichoMizzy,estabaatestado.
—Nomegustaesaexpresiónsuya—comentóAbraham.—Chicos—dijoMizzy—,creoqueestoyjuntoaunaparedquedaalexterior.Si
entornolosojosveolaluzdelsolatravesándola.Quizápodáissacarmeporaquí.AbrahammiróaMegan.—¿Puedesabrirunportalaotradimensióndondeesaparednoesté?Megannoparecíademasiadoconvencidadepoderhacerlo.—No lo sé. La mayoría de lo que hago es efímero, a menos que me haya
reencarnadorecientemente.Duranteun tiempopuedoatraparaunapersonaenotromundo,siemprequeseamuysimilaralnuestro…otraeresemundoalnuestro.Peronosonmásquesombras,yenocasioneslascosasvuelvenasuestadopreviocuandoesassombrassedesvanecen.
El Profesor había echado a andar hacia el mercado. Chasqueó los dedos yDynamocorrió trasél.Alcabodeunmomento lavozdelProfesorresonócomosiempleaseunaltavoz.
—Voy a destruir este edificio —dijo, indicando el mercado—. Y todos loscercanos.
«Ah,vale.Dynamomanipulaelsonido»,pensé,apesardelasituación.Porlodemásestabahorrorizado.—Todoslosquequieranvivirquesalganalaplaza—añadió—.Losquehuyan
morirán.Losquesequedendentromorirán.Tenéiscincominutos.—¡Malditasea!—dijoCody—.¿Quieresqueledispareparadistraerlo?—No—dije—.Iríaportiyenlugardeunproblematendríamosotro.—Miréa
Megan.Asintió. Si creaba una distracción y el Profesor la mataba, se reencarnaría.
Chispas.Odiabaconsiderarsucapacidaddemorircomounrecursodeusarytirar.Consuertenonosharíafalta.—Abraham, retíratey apoyaaCody—dije—.Si algo salemal, seguid losdos
conelplandecrearunrefugioenlaciudad.AseguraosdequeelProfesornoosvea.—Recibido—dijoAbraham—.¿Yvosotrosdos?—VamosabuscaraMizzy—dije—.Megan,¿puedescambiarnostemporalmente
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lacara?—Esoesfácil.—Seconcentróycambióenunafraccióndesegundo:ojosdeotro
color,unacarademasiadoredondayelpelomorenoenlugarderubio.Supusequeyohabíasufridounatransformaciónsimilar.RespiréhondoylepaséelrifleaAbraham.Aunque había visto gente armada en Ildithia, era demasiado moderno. Habríallamadolaatención.
—Vamos—dije,saliendodedetrásdelaprotecciónparaunirmealosgruposdepersonas que, tímidamente, salían de los edificios y delmercado para acercarse alProfesor.
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Mizzyestabaenelaparcamientodelotroladodelacalle,loqueparanosotroseraunproblema.
—¿Aquédistanciadebesestardeellaparadarleunrostroilusorio?—lesusurréaMegan.
—Cuantomáscercamejor—merespondióensusurrosmientrasnosmovíamosentreelgentío—.Encasocontrario,mearriesgoaquequedemásgenteatrapadaenelecoentremundos.
Por tanto, teníamos que cruzar la calle por delante del Profesor sin llamar laatención.Estabacompletamentedominadopor suspoderesy seríaegoístahastaunextremo inusitado porque había perdido toda su capacidad de empatía. No leimportaríanadaquiéneséramosninuestroaspecto;sialguienloincordiabalomataríatanalegrementecomoseaplastaunmosquito.
Hundí loshombrosy fijé lavistaenel suelo.Esaactitudseguíasiendocasimisegunda naturaleza; me la habían inculcado en la Factoría. En ese momento laaprovechéparapasardesapercibidocuandomeapartédelamasadegenteyrecorrílacalle,condecisiónperotratandodenoerguirmeydeparecerservil.
Eché un vistazo furtivo por encima del hombro para comprobar siMeganmeseguía,yasíera.Perodestacabacomounmartilloenuna tartadecumpleaños.Eraevidente que intentaba parecer inofensiva, con lasmanos en los bolsillos, pero ibademasiado rígida, no manifestaba el suficiente miedo. Chispas. Seguro que elProfesorsefijaríaenella.Lecogílamanoylesusurré:
—Tienes que parecer más derrotada, Megan. Haz como si cargases con unaestatuadeplomodeBudaalaespalda.
—¿Una…qué?—Conalgopesado—dije—.EseltrucoqueaprendíamosenlaFactoría.Inclinólacabezahaciamí,perohundióloshombros.Estabamejor,yaumentéel
efectocolgándomedeellacomosiestuvieseaterrado,empujándolelanucaparaqueseinclinasetodavíamásmientrascaminábamosagarrados.Amipaso,arrastrandolospies, fingiéndome a la vez extremadamente nervioso y apartándome de los demáscuandoseacercabandemasiado,fuimosmásomenoshastalamitaddelacalle.Enesepuntolacantidaddegentesevolvióexcesiva.
—¡Inclinaos!—nosaullóelProfesor—.Arrodillaosfrenteavuestronuevoamo.LagentesehincóderodillascomounaolaytuvequetirardeMeganparaqueme
siguiese. En ningún otro momento de nuestra relación había sido tan evidente lodiferentesqueéramos.Sí,ellateníapoderesépicosyyono…peroenesemomentoesoeralodemenosencomparaciónconelhechodeque,evidentemente,Meganno
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teníaniideadeloqueeraestaracobardada.Yo era fuerte. Luchaba y no aceptaba el gobierno de los Épicos, pero para
Calamityseguíasiendohumano.CuandounÉpicohablaba,yodabaunrespingodemiedo.Ypormuchoquemeenfureciese,simedecíaquemearrodillase,obedecía.
Lamultitudguardósilenciomientrasmásgentesalíadelaparcamiento,llenandolacalle,arrodillándose.Conlacabezagachanoveíacasinada.
—¿Mizzy?—siseé—.¿Hassalido?—Estoy al fondo—susurró—, cerca de un poste de la luz con cintas azules.
¿Echoacorrer?—No—dije—.Estáprestandoespecialatenciónporsialguiensalecorriendo.Miré alProfesor, que se erguía imperiosamente frente anosotros, con el nuevo
lacayoÉpicoasuladoyStormwindflotandoensuprisión.Estudiólamultitudyviorápidamentequeunamujersalíadeunedificiocercanoyechabaacorrer.
No la atrapó en un globo de fuerza sino que alzó las manos a los lados.Aparecierondos largas lanzasde luz,de formascasi cristalinas,que lanzóhacia lafugitiva.Laatravesaron,haciéndolacaerhechaunovilloenlacalle.
Traguésaliva.Teníalafrentehúmedadesudor.ElProfesoravanzóunpasoyalgorelucienteaparecióasuspies:uncampodefuerzaverdeclarocreabauncamino.Sucarreterapersonalelevadaalgomásdeunmetroporencimadenosotros,de formaquealcaminarnocorrieseelriesgodetocaralgunadelasfigurasapiñadas.
No agachamos todavía más y me quité el auricular de la oreja, no fuese arecordarle a los Exploradores, aunque nosotros no éramos los únicos que losusábamos.Meganhizolomismo.
—La batalla por Ildithia ha terminado —dijo el Profesor. La voz seguíaamplificada—.PodéiscomprobarquevuestraamaÉpicamáspoderosa,Stormwind,es mía. El que era vuestro líder se oculta demí como un cobarde. Ahora yo soyvuestrodios,yconmillegadaimpongounordennuevo.Lohagoporvuestrobien;lahistoriahademostradoqueloshombresnosabencuidardesímismos.
Se me acercó un poco más siguiendo su sendero radiante. Mantuve la cabezagacha, sudando profusamente. Chispas. Lo oía coger aire antes de cada frase. Sihubieraalargadolamanolehabríatocadolospies.
Unhombrealquequeríayadmiraba,unhombrealquehabíaestudiadodurantemedia vida y al que esperaba emular era un hombre que me habría matado sindudarlodesaberqueestabajuntoaél.
—Cuidarédevosotros—dijoelProfesor—,siemprequenomeincordiéis.Soismishijosyyosoyvuestropadre.
«Siguesiendoél—pensé—,¿no?».Porretorcidasquefuesen,esaspalabrasmerecordabanalProfesorqueconocía.
—Tereconozco—susurróunavozamilado.Sorprendido,mevolví.Firefightestabaarrodilladojuntoamí.Noardíacomoen
la Fundición; en aquel momento parecía un hombre normal, vestido con traje y
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corbatafina.Estabaarrodillado,peronoinclinabalacabeza.—EresDavidCharleston,¿noesasí?—mepreguntó.—Yo… —Me estremecí—. Sí. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Estás en tu
mundooenelmío?—Nolosé—respondióFirefight—.Aparentementeenel tuyo.Asíqueeneste
mundosiguesconvida.¿Losabeél?—¿Él?Firefight se desvaneció antes de responder y me quedé mirando a un joven
asustadodepelotieso.Parecíasorprendidodequelehubieseestadohablando.¿Quéhabíasidoeso?MiréaMegan,arrodilladaalotrolado,ylediuncodazo.Se
volvióhaciamí.«¿Qué?»,subvocalizó.«¿Quéhasidoeso?»,respondídelamismaforma.«¿Dequéhablas?».ElProfesorseguíacaminandoporencimadelamultitud,conelcamporeluciente
defuerzaformándoseasuspiesacadapasoquedaba.Elcaminodescribióunacurvaydescendió.
—Mehacenfaltasoldadosleales—declaró—.¿Quiéndevosotrosdeseaservirmeyserunsuperiorsobresusinferiores?
Unas dos docenas de oportunistas se pusieron en pie. Era peligroso servir tandirectamenteaunÉpico,elsimplehechodeestarensupresenciapodíasignificarlamuerte,perotambiéneralaformadeprogresarenelmundo.Medieronnáuseaslasprisas de algunos por levantarse, aunque la mayoría siguió de rodillas, demasiadoasustada,oquizácondemasiadosentidocomúnparaunirsusuertealadeunnuevoÉpicoquetodavíanohabíaestablecidosudominioabsoluto.
TendríaquepreguntarleaMeganporFirefightmástarde.Demomentoteníaunplan.Bueno,algoparecidoaunplan.
Respiréhondoymelevanté.Meganmemiróyluegomeimitó.«¿Quéhaces?»,subvocalizó.«Así podremosmovernos entre la multitud—articulé—. Es la única forma de
llegarhastaMizzy».ElProfesor,conlasmanosalaespalda,estabaerguidoensupasarelareluciente.
Examinaba lamultitud, valorándola. Se volvió y nosmiró directamente a nosotrosdos.Traguésaliva.Esapodíasersuestrategiaparaeliminaralosdemasiadovolublesensuslealtades.Susiguientepasotalvezfuesemataralosquenoshabíamospuestoenpie.
No.ConocíaalProfesor.Sedaríacuentadeque,simatabaalosquemásdeseososestabandeservirlo, tendríaproblemasenelfuturoparaencontrarsirvientes.Eraunlíder,unconstructor.InclusocomoÉpiconodesestimaríarecursosútilesamenosquelosconsideraseunaamenaza.
¿No?
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—Bien—dijo el Profesor—.Bien.Tengouna tarea para vosotros.—Estiró losbrazosymepareciónotarunavibración,unasensaciónfamiliardelosdíasenque,mesesantes,mehabíaenfundadolosguantesparausarlospoderesdelProfesor.
TirédeMeganhaciaun ladomientraselProfesor liberabaunaoleadadepoderporencimadelamultitud.Elairesearremolinóytodoelaparcamientoqueteníamosdetrásexplotó.Quedóconvertidoenpolvo.Lagentegritabaytropezababajolalluviadesal.
—Id—dijoelProfesor,señalandohaciaelaparcamientodestruido—.Ejecutadalosquesiganconvidapordesobedecermisórdenesyocultarsecomocobardes.
Losveintitantos que éramosnos pusimos enmarcha todos a la vez.Aunque elderrumbeyahabríaheridoomatadoalosqueestabanenlosdosprimerospisosdelestacionamiento,otrosnohabríansufridounacaídademasiadoimportanteoestaríanescondidosenlaszonassubterráneas.
El Profesor volvió a estudiar a la multitud. Megan y yo aprovechamos paraorientarnos usando como referencia el poste que Mizzy nos había indicado. Allíestaba,acurrucada,conunacapuchaquenoteníaniideadedóndehabríasacado.Nosmiródereojoylevantéelpulgar.
No vaciló. Se puso en pie de un salto y se unió a nosotros. InmediatamenteMeganlecambiólosrasgosporunossimilaresperoirreconocibles.
—¿Megan?—inquirí.—¿Vesesapareddeahí?—repuso—.Laqueestá juntoa la rampaque llevaa
donde estaba el aparcamiento. Cuando lleguemos a ella crearé duplicados denosotros.Encuantoaparezcanosagacháis.
—Entendido—dije,yMizzyasintió.Llegamosalpuntoindicado.Eraunarampadesalqueterminabaabruptamentea
nuestraizquierda.Unaversióndelostresseseparódenosotrosysubióporlarampa.Losduplicadosllevabannuestraropayteníanlamismacarafalsaquenosotros.Erantres personas de otra realidad que vivían en Ildithia. A veces pensar en cómofuncionaba ese poder me daba dolor de cabeza. Esos rostros que Megan habíasuperpuestoa losnuestros…¿Significabaesoqueaquellos tresestabanhaciendolomismoquenosotros?¿Eranversionesdenosotrosmismosopersonascompletamentediferentesquedealguna formahabíanacabadoviviendounavidamuysimilara lanuestra?
Lostres,nosotrostres,losauténticos,nosagachamosynosocultamosdetrásdelaparedmientras losdobles llegabanal finalde la rampay saltaban.Elparapetonosocultaba del Profesor y de la multitud, a pesar de lo cual me sentí horriblementeexpuestomientrasreptábamoscomosoldadoshaciauncallejón.
Una ráfaga de viento trajo polvo que me dio en la cara. Era tremendamentesalado. Todavía no me había acostumbrado a la sequedad de la ciudad; el simplehechoderespirarmeresecabalagarganta.
Llegamosalcallejónsin incidentesynuestrosdoblesdesaparecieronenelpozo
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del aparcamiento destruido.Me limpié la piel de polvo mientrasMizzy sacaba lalengua.
—¡Quéasco!—dijo.Meganseacomodóenelsuelo,juntoalapared.Parecíaagotada.Mearrodilléa
sulado.Meagarróelbrazoycerrólosojos.—Estoybien—susurró.Encualquiercasolehacíafaltatiempoparadescansaryselodi.Nosemepasó
poraltoquesefrotabalassienesparacontrolareldolordecabeza.Mearrodilléenlaboca del callejón para asegurarme de que estuviéramos a salvo. El Profesor, queseguía moviéndose entre la multitud, pasó por el lugar donde se había estadoescondiendoMizzy.Devezencuandoobligabaaalguienaalzarlacabezaymirarloalosojos.
«Debe tener una lista de descripciones de Épicos y de otros elementosdescontentosdelaciudad»,pensé.
Tenía alguna razón para estar allí. No creía que el Profesor hubiera elegidoIldithiaalazarcomociudadparagobernar.Yempezabaasospecharinsistentementequeelsecretodeporquéhacíaloquehacíateníaqueverconloquehabíaencontradoal tomar el poder demanos de Regalia. Volví a oírmentalmente lo queme habíadicho.
«NoatrajeaJonathanparamatarlo,chico.Lohiceporquenecesitounheredero».¿QuéocultabaIldithiaparaatraerelinterésdelProfesor?Amiespalda,MizzyinformóaAbrahamyCody.Yoseguíprestandoatenciónal
Profesor. Se parecía a Steelheart, quien, aunque más alto y más musculoso, confrecuenciahabíaadoptadolamismaposededominación.
Allíenlaplaza,unniñoseechóallorar.Contuve el aliento. Vi a la mujer sosteniendo al bebé, no lejos del Profesor.
Intentabatranquilizarlo,frenética.ElProfesoralzóunamanohaciaellaconunamiradadeenojo.Elllantolohabía
sacadobruscamentedesuscavilacionesymirócondespreciolaalteración.«No…».Eraalgoqueaprendíaspronto:nomolestesalosÉpicos.Nollameslaatención.
Nolosincordies.Matabanalagenteporlarazónmástonta.«Porfavor…».Nome atrevía ni a respirar.Momentáneamenteme vi en otro lugar.Otro niño
llorabaenunahabitaciónensilencio.MiréalProfesoralacaray,apesardeladistancia,meparecióveralgoenella.
Agonía.Se volvió de golpe y se alejó, dejando en paz a lamujer y a su hijo, ladrando
órdenes a su nuevo lacayo Épico. Lo siguió la esfera del campo de fuerza queconteníaaStormwind.Dejóalamultituddesconcertada.
—¿Listosparairnos?—preguntóMegan,poniéndoseenpie.
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Asentí,conunalargaexhalacióndealivio.AJonathanPhaedrustodavíalequedabaalgodehumanidad.
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—Lohevisto,Megan—dijeabriendolacremallerade lamochila—.Telodigoenserio,Firefightestabaentrelamultitud.
—Nolodudo.—Seapoyóenlapareddesalrosadenuestronuevoescondite.—Laverdad,creoqueesoesprecisamenteloqueestáshaciendo.—Loquedigoesquenohasidocosamía.—Entonces,¿dequién?Seencogiódehombros.—¿Estáscompletamenteseguradequenosetehaescurridohastaaquí?—dije,
sacandodelamochilavariasmudasderopa.Meagachéjuntoalarcónqueseríamiúnicomueble.Metílaropadentroylamiré.
—A veces, cuando hago venir una sombra de otro mundo, los bordes sedifuminan—admitióMegan—.Habitualmentesolosucededespuésdereencarnarme,cuandomispoderesestánalmáximo.
—¿Ycuandoestáscansadaoestresada?—Hastaahorano.Pero…,bueno,haymuchascosasquenoheprobado.Lamiré.—¿Porquéno?—Porquesí.—¿Porquesí?¡Poseesunasombrosopoderdedeformarlarealidad,Megan!¿Por
quénoexperimentasconél?—¿Sabes,David?Aveceseresmuyestúpido.Tienestuslistasdepoderes,peroni
ideadeloqueesserunÉpico.—¿Aquéterefieres?Suspiróantesdesentarseenelsueloamilado.Todavíanoteníamoscamanisofá.
NuestronuevoesconditenoseríatanlujosocomoelquehabíamostenidoenBabilar,pero era todo lo seguroquepodíamos conseguir que fuera.Lohabíamos fabricadonosotrosmismos durante varios días, ocultándolo como uno de los grandes bultos«cancerosos»desalquecrecíanportodaIldithia.
AlprincipiolehabíadadotiempoaMeganporquenoqueríainsistirleconlodeFirefight.Despuésdeusarintensamentesuspodereseranormalqueduranteunosdíassemostraseesquiva,comosielsimplehechodepensarensuspoderesleprovocasedolordecabeza.
—Lamayoríade losÉpicosnosoncomoSteelheartoRegalia—meexplicó—.Lamayoríasonmatonesdepocamonta,hombresymujeresconelpoderjustoparaserpeligrososyquehanprobadolosuficientelaoscuridadparaquenolesimporteaquiénhacendaño.
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»Yonolescaíabien.Vale,losÉpicosrechazanacasitodoelmundo,peroamíespecialmente.Mispodereslesdabanmiedo.¿Otrasrealidades?¿Otrasversionesdesí mismos? Detestaban no poder poner límites a mis capacidades, pero al mismotiempomi poder no era suficiente para protegerme, no activamente almenos. Portanto…
—¿Portanto?—pregunté,acercándomeypasándoleunbrazoporloshombros.—Así quememataban—dijo, encogiéndose de hombros—.Hice lo que pude,
aprendí a ser más sutil con mis poderes. Solo cuando Steelheart me aceptó pudedisfrutardealgoparecidoalaseguridad.Élsiempreaprecióelaspectoprometedordemipoderenlugardecentrarseenlaamenaza.
»Encualquiercaso,escomotehecontado.Hiceusodeloquemipadrenoshabíaenseñado sobre armas a mis hermanas y a mí para ocultar el hecho de que mispoderes no podían hacer daño a nadie. Oculté lo que podía hacer realmente, meconvertíen laespíadeSteelheart.Perono,noexperimenté.Noqueríaque lagentesupiesedeloqueeracapaz,nisiquieraqueríaqueélsupieralamagnituddemipoder.Lavidamehaenseñadoquesilagentedescubredemasiadosobremíacabomuerta.
—Yreencarnada—dije,intentandoanimarla.—Sí.Amenosquenoseayo laque regresa, sinounacopiadeotradimensión:
similar pero diferente.David, ¿y si la persona de la que te enamoraste en realidadmurióenChicagoNova?¿Ysiyofueseunaimpostora?
Laatrajehaciamísinsaberquédecir.—No dejo de preguntarme si la próxima vez será la definitiva —susurró—.
Cuando vuelva y la diferencia sea evidente, ¿renaceré con el pelo de otro color?¿Renaceré con un acento diferente u odiando esta o aquella comida? ¿Sabrásentoncesquetuamadahamuertodefinitivamente?
—Tú—dije,levantándolelabarbillaparamirarlaalosojos—,eresunamanecer.Inclinólacabeza.—¿Un…amanecer?—Sí.—¿Nosoyunapatata?—Ahoramismono.—¿Niunhipopótamo?—No,y…Unmomento,¿cuándotehellamadoyohipopótamo?—Lasemanapasada.Estabasadormilado.Chispas.Deesonomeacordaba.—No—dijeconconvicción—,eresunamanecer.Mepasédiezañossinver la
salidadelsol,peronosemehabíaolvidadocómoera.Antesdeperdernuestrohogar,cuandopapátodavíateníatrabajo,unamigonosdejabairporlamañanaalazonadeobservacióndeunrascacielos.Habíadesdeallíunavistaespectaculardelaciudadyellago.Contemplábamoslasalidadelsol.
Sonreí.Eraunbuenrecuerdo.Mipadreyyocomiendobollosydisfrutandodel
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fríomatutino.Algunosdías,elúnicomomentoquemepodíadedicareraelamanecer,peronuncamehabía fallado.Se levantabaunahoraantesde lonecesariopara ir atrabajar,yesodespuésdehabertrabajadohastamuyentradalanoche.Todopormí.
—Bien, ¿entonces voy a oír esa gloriosa comparación?—dijoMegan—.Estoyquetiemblodeemoción.
—Bien,verás—dije—.Veíasalirelsolydeseabacapturaresemomento.Nuncapude.Lasfotografíasnolehacíanjusticia,nuncaeranespectaculares.Coneltiempocomprendíquelasalidadelsolnoesunmomento:esunproceso.Nopuedescaptarunamanecerporquecambiaconstantemente.Elsolnodejademoverse,lasnubessetransforman.Continuamenteesalgonuevo.
»Nosomosmomentos,Megan,ni túniyo.Somosacontecimientos.¿Dicesquequizá no eres lamisma persona que hace un año?Bien, ¿quién lo es?Yo no, porsupuesto.Cambiamos,comolasnubesenelcieloyelsoldelamanecer.Lascélulasdemicuerpohanmuertoyhannacidocélulasnuevas.Mimentehacambiado,yyanosientolaemocióndeantañopormatarÉpicos.NosoyelmismoDavid,yalavezlosoy.
Lamiréalosojosymeencogídehombros.—MealegrodequenoseaslamismaMegan.Noquieroqueseaslamisma.Mi
Meganesunamanecer,siemprecambiante,perosiemprehermoso.Losojosselellenarondelágrimas.—Eso…—respiróhondo—.Caramba.¿Nosesuponequeestosetedamal?—Bien, ya sabes lo que dicen—le respondí sonriendo—: Incluso un reloj que
adelantadabienlahoradosvecesaldía.—Enrealidad…Vale,noimporta.Gracias.Mebesó.Maravilloso.Mástardesalídelcuarto,mepasélamanoporelpelorevueltoyfuiabuscaralgo
debeber.Codyestabaalotroladodelpasillo,terminandoeltechodelesconditeconelcristalizadorquenoshabíadadoKnighthawk.Parecíaunapaletadealbañilodeyesero.Alpasarlasobrelasal,laestructuracristalinacrecíaysecreabaunaláminanueva. El guante del dispositivo permitía moldear un rato la sal antes de que seendureciera.
Lo llamábamosHerman. Bueno, yo lo llamabaHerman, y a nadie se le habíaocurridonadamejor.Habíamostardadodosnochesparaconstruirtodoaqueledificiocon él en un callejón, expandiendo un enorme montículo de sal que ya habíaaparecido allí. Se encontraba en el extremo norte de la ciudad, el que seguíacreciendo,deformaquelaestructuraamedioacabarnoresultabaextraña.
Elrefugioyacasiterminadoeraaltoyestrecho,detrespisos.Enalgunospuntos,si abríamucho los brazos, tocaba ambas paredes a la vez.Habíamos hecho que elexteriorpareciesecubiertodebultosrocososparaquefuesecomootrasexcrecenciassimilares de la ciudad. Al final, habíamos decidido que un lugar más seguro,construidopornosotrosmismos,erapreferibleamudarnosaunacasa.
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Bajélosempinadosescalonesdecolorrosahastaelpisodeabajo,hastalacocinaoellugardondehabíamosinstaladounossimplesfogonesyundepósitodeagua,asícomo algunos pequeños electrodomésticos alimentados por una de las células deenergíadeljeep.
—¿Yahasterminadodedeshacerelequipaje?—mepreguntóMizzy,paseándoseconlacafetera.
Meparéenelúltimoescalón.—Eh…—Laverdaderaqueno.—Demasiado ocupados haciéndoos carantoñas, ¿eh?—dijoMizzy—. Supongo
quesabesquesinpuertaslooímosprácticamentetodo.—Eh…—Sí. Me gustaría que hubiera una norma que prohibiera enrollarse a los
miembrosdelequipo,peroteniendoencuentaqueelProfesoryTiaeranlapolla,éljamáshabríaimpuestosemejantenorma.
—¿Lapolla?—Es una palabra que probablemente no deberías volver a repetir —me dijo,
pasándomeuncafé—.Abrahamquiereverte.Dejélatazadecaféymetoméunvasodeagua.Noentendíacómolagentepodía
tomaraquellaporquería.Sabíaatierrahervidaconuntoquedeguijarros.Mizzyyasubíalaescalera.—¿Todavía tienes mi antiguo móvil? —le pregunté—. El que me rompió
Obliteration.—Sí,aunqueestábastantehechopolvo.Loguardéporlaspiezas.—¿Melodas,porfavor?Asintió.Bajéalaplantabaja,dondehabíamosalmacenadolamayorpartedelos
suministros.Abraham estaba arrodillado en una de las dos habitaciones, iluminadaúnicamente por la luz de su móvil. En los dos pisos superiores había ventanas ytragaluces camuflados, pero no se filtraba demasiada luz hasta allí abajo. Lehabíamos construido una mesa de trabajo de sal y en ella repasaba las armas delequipounaauna,limpiándolasycomprobándolas.
Casitodosestábamosmásquedispuestosahacerlopersonalmente,perolaverdaderaquenostranquilizabasaberqueAbrahamleshabíadadoelvistobueno.Además,miGottschalknoeraunsimplerifledecaza.Contambordeelectronescomprimidos,miratelescópicadeúltimageneraciónysistemaelectrónicodeconexiónalmóvil,yosolo habría podido ocuparme de lo básico de aquella maravilla. Equivalía a ladiferencia entre ponerle kétchup al perrito caliente y decorar un pastel. Eramejordejárseloaunexperto.
Abrahammesaludóymeindicósumochilaqueestabacercadeélenelsuelo.Nolahabíavaciadodeltodo.
—Tehetraídounacosadelosjeeps.Aquellomepicólacuriosidadyrebusquéenella.Saquéuncráneo.
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Eradeaceropuroysuscontornoslisosreflejabanlaluzdelmóvil.Lefaltabalamandíbula.Sehabíaseparadodelcráneoconlaexplosiónquehabíamatadoaaquelhombre,unhombrequesehabíabautizadoasímismocomoSteelheart.
Miré fijamente las cuencas vacías. Si entonces hubiese sabido que cabía laposibilidadderedimiralosÉpicos,¿habríainsistidotantoenmatarlo?Inclusoahora,elhechodesostenerlomehacíapensarenmipadre, tanesperanzado,queconfiabatantoenque losÉpicosserían lossalvadoresde lahumanidad,nosusdestructores.Steelheart,alasesinaramipadre,habíatraicionadodefinitivamenteesaesperanza.
—Me había olvidado de él—dijoAbraham—.Lometí en el últimomomentoporquemequedabaespacio.
Fruncíelceñoylodejéenunestantedesal.Rebusquémásydiconunapesadacajametálica.
—Chispas,Abraham.¿Hasidocargadoconesto?—He hecho trampa —dijo, encajando el guardamonte en mi rifle—. Hay
gravitónicaalfondodelamochila.Saquéconesfuerzolacaja.Creíasaberquéera.—Esuncreadordeimágenes.—Meparecióquepodríasquererlo—dijoAbraham—.Paramontarelplan,como
hacíamosantes.ElProfesorsolíareuniralequipoenunasalapararepasarlosplanesyempleaba
estedispositivoparaproyectarideaseimágenesenlasparedes.Yonoeranidelejostanorganizado.Detodasformasloactivéconectándoloala
céluladeenergíaqueusabaAbraham.Elcreadordeimágenesiluminólaestancia.Noestabacalibrado,porloquealgunasimágeneserandifusasyestabandeformadas.
Eran notas del Profesor. Líneas de texto garabateadas, como escritas con tizasobre una pizarra negra. Me acerqué a la pared y pasé la mano por ellas. Seemborronaroncomosifuesenrealesymimanonoproyectabasombraenlapared.Elcreadordeimágenesnoeraunproyectornormalycorriente.
Leíalgunasdelasnotas,peroallíhabíapocacosarelevante.Erandecuandonosenfrentábamos a Steelheart. Solome llamó la atención una frase: «¿Es correcto?».Dospalabrasaisladasenunaesquina.Elrestodeltextoeraapretado.Laspalabrassepeleaban por el espacio como peces en un diminuto acuario, pero aquellas dospalabrasestabanaparte.
Volví a mirar el cráneo de Steelheart. El creador de imágenes lo habíainterpretadocomopartedelahabitaciónyleproyectabapalabrasencima.
—¿Cómovaelplan?—mepreguntóAbraham—.Estástramandoalgo,supongo.—Unascuantascosas—dije—.Porahoracosassueltas.—Noesperabamenos—dijoAbrahamconunalevesonrisa,montandolaculata
delGottschalk—.¿Pidoalosotrosdosquevenganparahablar?—Claro.Reúnelos,peronoenunahabitación.Memiróinquisitivo.
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Meagachéyapaguéelcreadordeimágenes.—Quizásotrodíalousaremos.Porahora,prefierodarunpaseo.
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Al unirse al resto del grupo fuera del refugio, Mizzy me lanzó el móvil roto.Manteníamos el secreto del refugio saliendo por una puerta oculta del edificio deapartamentos contiguo, en gran parte vacío. No vivía ninguna familia en él,únicamente solitarios que no encontraban un grupo al que unirse, por lo queesperábamosqueprestasenmenosatenciónaextrañoscomonosotros.
—¿Estáactivadalaseguridad?—preguntóMizzy.—Sí.Sialguienintentaentrarnosenteraremos.—¿Abraham?—dije.Sacudió la mochila, que contenía nuestras tabletas de datos, las baterías
suplementarias y los dos artilugios de tecnologíaÉpica queKnighthawk nos habíadado.Sialguienentrabaarobarsolosellevaríaunascuantaspistolasquepodíamosreemplazar.
—Hemostardadomenosdecincominutos—dijoCody—.Noestámal.Abrahamseencogiódehombros,peroparecíasatisfecho.Elesconditeeramucho
menosseguroqueotrosanteriores,asíquehabíaquedejaradospersonasdeguardiaconstantementeocrearunprotocolodesalidaparalasoperaciones.Lasegundaideamegustabamuchomás.Nospermitiríatenerunequipomayoroperandoporlaciudadsinpreocupaciones.Encualquiercaso,habíamoshechoqueMizzymontasesensoresenlapuerta.Sialguienlaabría,recibiríamosunavisoenelmóvil.
Meechéelriflealhombro.Abrahamlohabíarayadoylehabíapintadoalgunaszonas para que pareciese más usado y más anticuado. Así no llamaría tanto laatención.Cadaunollevabaunacaranueva,cortesíadeMegan.Eraprimerahoradelatarde yme extrañó la cantidad de gente que había en la calle.Algunos tendían lacolada, otros iban al mercado o venían de él. Una gran cantidad cargaba conposesionesmetidasensacos:habíantenidoqueabandonarlosedificioserosionadosybuscar otro sitio para vivir. Era la constante de Ildithia; siempre había alguienmudándose.
Novianadiesolo.Losniñosquejugabanalapelotaenunaparcamientovacíolohacíanbajolavigilanciadealmenoscuatroancianosyancianas.Losquesedirigíanalmercadoibanporparejasoengrupo.Lagentesecongregabaenlosescalonesdeentrada a las casas y bastantes personas tenían un rifle a mano, a pesar de quesonreíaneinclusoreían.
Eraunapazbastanteextraña.Serespirabaenlaatmósferaquemientrascadaunoseocupasedesuspropiosasuntostodossellevaríanbien.Meinquietócomprobarlacantidaddegruposqueparecíanseparadosporrazas.Nuestrogrupo,devariasetnias,erapocohabitual.
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—Bien,chico—dijoCody,caminandoamiladoconlasmanosenlosbolsillosde los pantalones de camuflaje—. ¿Qué hacemos otra vez en la calle? Esta tardequeríaecharmeunasiesta.
—Nomegustalaideadequedarnosencerrados—dije—.Hemosvenidoasalvarlaciudad.Noquieroestarsentadohaciendoplanesenunahabitaciónestéril,lejosdelpueblo.
—Las habitaciones estériles son muy seguras —dijo Megan desde atrás.CaminabaalladodeAbrahamconMizzyaladerecha,canturreandoparasí.
Meencogídehombros.Podíamoshablarsinquenadienosescuchase.Lagentedelacalleseocupabadesuspropiosasuntosyseapartabasialguienseaproximaba.Dehecho,cuantomáspequeñoeraungrupo,más respeto inspiraba.Sipasabaunapersonasola, todosseapartabansutilmentehaciaelbordedelacalle.UnhombreounamujersincompañíabienpodíaserunÉpico.
—Estoesloqueseconsiderahoyendíaunasociedadfuncional—dijesindejardeandar—.Cadagrupoconsuterritorio,siendounaamenazaimplícitadeviolenciaparaelresto.Estonoesunaciudad.Sonmilcomunidades,cadaunaaunpasodelaguerracontralasdemás.Eslomejorqueelmundopuedeofreceryalgoquevamosacambiar de una vez por todas. Empezaremos con el Profesor. ¿Cómo vamos asalvarlo?
—Lo obligaremos a enfrentarse a su punto débil de alguna forma —propusoMizzy.
—Primerohayquedarconesepuntodébil—señalóMegan.—Esolotengoplaneado—dije.—¿Sí,enserio?—Megan,avanzórápidoparasituarsejuntoaCody—.¿Cómo?Leenseñéelteléfonoroto.—Amigos—dijoCody—,parecequeelchicosehavueltolococomounacabra.
Elméritoestodomío.SaquéelteléfonoquefuncionabayleenviéunmensajeaKnighthawk.«Oye. Aquí tengo un móvil con la pantalla rota, pero tiene batería. ¿Puedes
localizarlo?».Norespondiódeinmediato.—Supongamosquepuedodescubrir elpunto flacodelProfesor—dije—.¿Qué
hacemosluego?—Escomplicado—respondióAbraham.Seasegurabadeprestarmuchaatención
a todos los que pasaban por la callemientras nosmovíamos—. La naturaleza delpunto débil a menudo define la del plan. Podría llevarnos meses perfeccionar elenfoquecorrecto.
—Dudomuchoquedispongamosdemeses—dije.—Estoydeacuerdo—convinoAbraham—.ElProfesortieneplanespropiosyya
llevasemanaseneste lugar.Nosabemosquéhaceaquí,peroestáclaroquenonosconvieneesperaraver.Hayquedetenerloya.
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—Además—añadí—,cuantomásesperemos,másprobableseráquenoslocalice.—Creoqueestásempezando lacasaporel tejado, chico—dijoCody,negando
conlacabeza—.Nopodemoshacerplanessinconocerelpuntodébil.—Peroalomejor…—empezóAbraham.Lomiré.—Tenemosalgoparecidoauntriunfo—dije,indicandoaMegan—.Unmiembro
delequipopuedehacerrealidadloquesea.Podríamosirplaneandolatrampadandoporsupuestoque,seacualseasumiedo,Meganserácapazderecrearlo.
—Eso es mucho suponer—dijo Mizzy—. ¿Y si teme… no sé, una salchichaparlante?
—Seguramentepodríaconjurarla—dijoMegan.—Vale, bien. ¿Y si teme tenermiedoo que le demuestren que se equivoca?O
algunaotraabstracción.¿Nosonhabitualeslospuntosdébilesdeesetipo?Mizzy tenía razón. Los demás callamos. Pasamos por delante de un antiguo
restaurantedecomidarápidaconstruidodesalazuldeuntonomuybonito.Partedelazonafueadquiriendoelmismocolormientraspaseábamos.Todavíano íbamosaningún lugar en particular. Más tarde querríamos recabar información; era elprotocoloestándardelosExploradorestrashaberaseguradolabase.Demomentomeconformabaconestarfuera,conmoverme.Caminar,hablar,pensar.
Elmóvilvibró.«Lo siento.—Era Knighthawk—. Estaba echando un “koala”. ¿Qué es eso de
otromóvil?».«Dijistequepodíasrastrearlosmóviles—leescribí—.Bien,aquítengounoroto.
¿Puedeslocalizarlo?».«Déjaloenalgúnlugaryaléjate.Vuestrasseñalesestándemasiadojuntas».Hiceloquemepedía.Dejéelmóvilenunaviejapapelerayalejéalosotros.«Sí,funcionalosuficienteparaenviarseñal—escribió—.¿Porqué?».«Luego te lo cuento», le envié, y corrí a recuperar el móvil roto. Desde la
papeleraguiealequipohacialaizquierda,haciaunacallemásancha.Algunosdeloscartelesya estaban rotosy sehabían caído, a pesar deque estábamos enuna zonareciéncrecida.
—Vale—dije,respirandohondo—.NopodemosdecidirlosdetallesdelabatallacontraelProfesorhastanoconocersupuntodébil,peroaunasí tenemoscosasqueplanear.Porejemplo,tenemosqueencontrarlaformadequeseenfrenteasusmiedosenlugardesalircorriendo.
—Yotuvequeentrarenunedificioenllamasparaintentarrescatarte,David—dijo Megan con las manos en los bolsillos—. Eso implica que estaba losuficientementecuerda,quellevabaapartadademispodereseltiemposuficienteparaquerersalvarte.
—Noesmuchoparaempezar—dijoMizzy—.Nopretendosernegativa,pero,laverdad, ¿no os parece que dependemos demasiado de la experiencia de una única
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persona?Guardésilencio.Solose lohabíacontadoaMegan,peroalgosimilarmehabía
sucedidoamí.Regaliamehabía…aseguradoquetendríapoderesépicos.TeníaalgoqueverconCalamity;surelaciónconéllepermitíaafirmarqueyomeconvertiríaenÉpico.
Esos poderes ni siquiera habían llegado a manifestarse. Justo antes de esemomentomehabíaenfrentadoalasprofundidadesdelaguaintentandoescaparparasalvaraMeganyal equipo.Esaera la relación.Enfréntatea tusmiedos. ¿Y luegoqué?ParaMegan,elresultadohabíasidoelcontroldelaoscuridad.Enmicasolospoderesnisiquierasehabíanmanifestado.
—Tenemosqueconseguirmásdatos—admití—.Cody,todavíaquierohablarconEdmund.
—¿Creesqueaéllepasólomismo?—Valelapenapreguntárselo.—Lotenemosprotegidoenunacasasegura,enlasafuerasdeChicagoNova—
dijoCody—.LahabilitamosdespuésdequeelProfesorytúosfueseis.Tepondréencontactoconél.
Asentíyseguimoscaminandoensilencio.Porlomenosaquellareuniónmehabíaayudadoadefinirmismetaspara Ildithia.«Primerpaso,darconelpuntodébildelProfesor.Segundopaso,emplearloparaanularsuspodereseltiemposuficienteparaque recupere la cordura. Tercer paso, conseguir unmodo de que se enfrente a sumiedoylosupere».
Doblamosotraesquinaynosdetuvimos.Miintenciónhabíasidodirigirnoshacialas secciones periféricas de la ciudad, pero el camino estaba bloqueado. Debíarequerir mucho esfuerzo trasladar cada semana la barricada de cadenas y postesmetálicos,peroa juzgarpor loshombresquehabíaenlapartesuperiordeledificiosituadomásalládeella,armadosconriflesdeaspectotremendo,elgrupoteníamanodeobradisponibledesobra.
Todos a una, sin que nadie dijese nada, nos volvimos y caminamos en sentidocontrario.
—LafortalezadeunÉpico—supusoCody—.¿DealguienaquienelProfesoryahasometidoodeunneutral?
—ProbablementesealacasadeLoophole—dijoAbraham,pensativo—.SiemprehasidounadelasÉpicasmáspoderosasdelaciudad.
—Tieneelpoderdemanipulareltamañodelascosas,¿noesasí?—pregunté.Abrahamasintió.—NosécómosehametidoenelconflictoentreelProfesoryLarcener.—Entérate—ledije.Peroesoplanteabaotracuestión—.Quizádeberíamostener
unplanpara lidiarconLarcener.Noquieroquenoscentremos tantoenelProfesorquenosolvidemosdelasluchasintestinasenIldithia.
—Si al menos tuviéramos a alguien con conocimientos extraordinariamente
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ampliossobre losÉpicosyquenopueda remediarcompartirloscontinuamenteconnosotros…—dijoMizzy.
—Lapolla.Bien,esoescosamía.—¿Quétedijeconrespectoaesapalabra,David?Sonreí.—Larcener,porloquesé,eraunadolescentecuandoCalamityascendió.Incluso
puede que fuese un niño, uno de losGrandes Épicosmás jóvenes. Probablementeahora tenga veintitantos años. Es alto, de pelo oscuro y piel muy blanca; cuandovolvamos mandaré una foto a vuestros móviles. En las notas tengo un par deimágenesmuybuenas.
»Robapoderesy los conserva.Lebasta con tocar a unapersonaparaquedarsecon sus poderes. Una de las razones por las que resulta tan peligroso es que esimposible saber de qué habilidades dispone, ya que probablemente jamás las hayamanifestado todas. Sus principales invulnerabilidades son el sentido del peligro, lapielimpenetrable,lacapacidadderegeneraciónyahoraladeproyectarsuconcienciaysuspoderesenuncuerpofalso.
Codysilbóbajito.—Menudalista.—Tambiénpuedevolar, transformarobjetosensal,manipularelcaloryel frío,
haceraparecerobjetosavoluntadydormirteconsolotocarte—añadí—.Porloquedicen,tambiénesincreíblementevago.PodríaserelÉpicovivomáspeligroso,peroledaigual,porlovisto.Permaneceaquí,gobiernaIldithiaynomolestaalosdemásamenosquelemolesten.
—¿Supuntodébil?—mepreguntóMegan.—Notengoniidea—respondímientrasllegábamosalfinaldelaciudad—.Todo
lo que sé sobre él lo he sacado de unos cuantos informes muy de fiar peroexcesivamente generales. Es un vago, cosa de la que probablemente podamosaprovecharnos.Tambiéndicenquenoestáávidoderobarnuevospoderes;leresultamás sencillo permitir que los Épicos que le sirven conserven los que tienen; asípuedenhacerel trabajoduro.Cuentanquehaceañosquenosehaceconunnuevopoder,razónporlaquemesorprendióquehubieseabsorbidolascapacidadesdeDeadDrop.
Abrahamresopló.—Aunasípreferiríateneralgunaideasobresupuntodébil.—Estoydeacuerdo—dije—.Deberíamosrecabarinformación.Hoymismo,sies
posible. Preferiría no enfrentarme a Larcener si podemos evitarlo, pero de todosmodosmegustaríatenerunplan.
Seguimos avanzando, dejando atrás edificios que todavía eran tocones encrecimiento.Parecíandientes.Dientesgigantescos.A lo lejos la gente trabajaba enloscampos.LosconflictosentreÉpicosde laciudadnocambiaban la rutinade lospeones:cosecharelcereal,dárseloalqueestuviesealmando.Evitarlahambruna.
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Losotrosmemiraronconfusoscuandomesentéaesperarcomprobandoelmóvil.«¿Estássegurodequeeshoy?»,tecleé.«¿La entrega? —preguntó Knighthawk—. Eso dicen los móviles. No se me
ocurreningunarazónparaquemientan».Y,efectivamente,notardóenllegarunconvoydecamionescargadosdeartículos
pedidos a la red de comercio UTC. No estaba seguro de que Terms en personaaparecieray, aunque lo lamentabaporquedeseaba ser testigode suspoderes, sabíaqueprobablementelomejoreranointentarecharlesunvistazo.Esosí,vialmismosupervisorqueunosdíasantes,anuestrallegada.
—Vale —le dije al equipo—. Me parece que este lugar es tan bueno comocualquierotroparaconseguirinformación.NecesitamossabercosassobreLarcenersiqueremos tener alguna posibilidad de descubrir su punto débil. Id a hacer lo quesabéishacermejor.
—¿Mentir?—preguntóCody,frotándoselabarbilla.—¡Asíqueloadmites!—dijoMizzy,señalándolo.—Claro que lo admito, nena. Tengo siete doctorados. Si pasas tanto tiempo
estudiando acabas conociéndotemuy bien—presumió—. Claro está que son sietedoctorados en literatura y cultura escocesa obtenidos en universidades diferentes.Tienesquesermetódicosiquieresconvertirteenunexperto,¿sabes?
Negué con la cabezamientrasme acercaba al supervisor. Ahora teníamos otracara,peroaltiponoleimportó.Nosdiotrabajoconlamismafacilidadquelaprimeravez,cargandocajasdelenvíodeUTC.Elequiposedispersóparamezclarseconlosotrospeonesyescucharlosrumores.Logréquemeasignaranaladescargadecajasdeunodeloscamiones.
—Esteesunbuenlugarparaconseguirinformación—medijoAbrahamenvozbajaalacercarseparacogerunacaja—,peronopuedoevitarpensarquetienesalgúnotromotivo,David.¿Quétepropones?
Sonreí, saquédelbolsilloelmóvil rotoy loenvolvíenun trapooscuro.Escogíunacajaconcretayencajéeldelgadoaparatoentrelostablonesdemadera,cercadeunaesquina.Comoesperaba,prácticamentenoseveía.
LepasélacajaaAbrahamyleguiñéelojo.—Ponlaconlasotras.Pasamoselrestodelatardetrabajando,cargandocajasycharlandoconlosdemás
trabajadores.Yonodescubrídemasiadoporqueestabadistraídoconmisplanes,perovi a Abraham y a Cody manteniendo relajadas conversaciones con otros peones.Mizzyparecíalaqueteníamástalentoparaesalabor.
HabríaestadobiencontarconExel.Eltipohabíasidotananchocomounbarcoytanmacabrocomoun…eh…comounbarcohundido,perose ledabamuybienlagente.Ymuybienlainformación.
Me entristeció pensar en él.Había logrado convencerme de que el Profesor noteníalaculpa,pero,chispas…Exelmecaíarealmentebien.
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Hiceel esfuerzode charlar conun trabajador, unhombremayor conunacentoquemerecordabaeldemiabuela.Decaminoalalmacén,quenoeraelmismodelaúltimavez,demostróconocerbienlaciudad.NosabíamuchosobreLarcener,aunquesequejódequeelgobiernodelÉpiconoeralosuficientementefuerte.
—En el antiguo país ya se habrían ocupado de alguien como Larcener —meexplicó—.DejaquelosÉpicosdelaciudadcampenasusanchas.Escomounabueloquenosabeimponerdisciplinaasusnietos.Loquenoshacefaltaaquíesmanodura.Policías,reglas,toquesdequeda.Lagentesequejadeesaclasedecosas,peroasíescomoselogramantenerelorden.Asísemantienelasociedad.
Pasamos junto aCody, que compartía un cigarrillo con otro trabajador. Parecíaque estuviera holgazaneando, pero si te fijabas te dabas cuenta de que se cuidabamuchodeestaraltantodelaposicióndelosotrosExploradores.Sinecesitabassaberdóndeestabaalguien,Codyeratuhombre.
Acabétrabandoconversaciónconotrospeones.AlcabodeunratomedicuentadequemesentíamáscómodoallíqueenBabilar,dondelagenteeramásabiertaylasociedadmenosopresiva.NomegustabaloquepasabaenIldithia;nomegustabaloasustadaqueestabalagente,lodivididaybrutalqueestabaresultandoserlavida.Sinembargo,estabaacostumbradoaeso.
Cuando hubimos terminado el trabajo, aceptamos nuestras raciones de cereal yregresamosalrefugiocompartiendolodescubierto.NadieconocíaelpuntodébildeLarcener, aunqueno esperábamosque fuese algodedominiopúblico.El problemaeraqueaparentementetampoconadiehabíavistoaLarcener.Semanteníaapartadoycorríanpoquísimosrumoressobreél,ensumayoríaacercadeÉpicosalosquehabíarobadosuspoderes,convirtiéndolosdenuevoenpersonascomunesycorrientes.
Presté atención a lo que decían, cada vezmás decepcionado. Ya era de nochecuando llegamos a casa, y Mizzy usó su móvil para comprobar los sensores deseguridad de la puerta. Entramos en el estrecho estuche que era el refugio y nosseparamos.CodylepidióelrtichaAbraham,porquequeríapracticar.Yotodavíanohabíalogradoquehiciesemucho;quizáséltuviesemássuerte.Megansemetióensucuarto, Abraham se fue a jugar con algunas armas, y Mizzy, a prepararse unbocadillo.
Yomeacomodéenelsuelodelasalaprincipaldelaplantabaja,conlaespaldacontralapared.Laúnicaluzeralademimóvil,queconeltiemposeredujo.Siemprereprendía alProfesorporhacer las cosasdemasiadodespacio, por tener demasiadocuidado. Pero allí estaba yo, en Ildithia, y mi reunión de planificación podíaresumirseconestaspalabras:«Sí,estáclaroquehayquedeteneralProfesorydarconelpuntodébildeLarcener.¿Aalguienseleocurrealgo?¿No?Vale,buentrabajodetodasformas».
A toropasado, lidiar conSteelheart parecía fácil en comparación.Había tenidodiezañosparaprepararme.HabíatenidoalProfesoryaTiaparaperfilarlosdetallesdelplan.
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¿Quéestabahaciendoallí?CayóunasombrasobrelosescalonesyaparecióMegan,iluminadadesdearriba
porlaluzdelacocina.—Eh—dijo—.¿David?¿Porquéestássentadoaoscuras?—Pensaba—dije.Siguió bajando y se sentó a mi lado. Encendió el móvil y lo dejó delante de
nosotrosparatenerluz.—Hemostraídocuarentaarmasdiferentesalaciudad—murmuró—,peroanadie
selehaocurridotraerunsimplecojín.—¿Tesorprende?—Enabsoluto.Buentrabajoeldehoy.—¿Buentrabajo?—dije—.Nosenoshaocurridonada.—Nunca sedecidenadaen lasprimeras reuniones,David.Hasconseguidoque
todosapuntenenlabuenadirección,loshashechopensar.Esoesimportante.Meencogídehombros.—Lodelmóvilocultotambiénhasidounacierto—comentó.—¿Tehasdadocuenta?—Meteníasdespistadahastaqueherevisadolacaja.¿Creesquesaldrábien?—Valelapenaprobar—dije—.Esdecir,sí…—Dejédehablaralverparpadear
unaluzindicadoradelapared.Significaba que alguien había cruzado la entrada principal del edificio de
apartamentosqueteníamosallado.Nuestrapuertafalsadabaaesaentrada,yeraunade las amenazas a nuestra seguridad. Cody la había ocultado tapándola con tablasviejasdecajonesquehabía robado,conunadelgadacapadesalporun ladoy telanegraporelotro.Por fueraeracomocualquierotra secciónde lapared,pero si laempujabasylaabríasteníasunaentrada.Noshabíaadvertidodequesihabíaalguienenlaentradadeledificionosoiríasalirporlapuertafalsa.Deahílodelaausenciadeluzy las instruccionesparaque todos losqueestuviesenen laplantabaja evitaranhacerruidosihabíaalguienfuera.
Meganmepasóelbrazopor loshombros,bostezando,mientras esperábamosaquepasaselagente.Noshacíafaltaunaplacadepresiónahífueraparasabercuándoseibanoquizásunacámaraoalgosimilar.
Nuestrosteléfonosdestellaronylapuertafalsavibró.Parpadeéymelevanté imitandoaMegan,quesehabíamovidomásrápidoque
yo.Unsegundomástardelosdoshabíamossacadolasarmasyapuntábamoshacialapuerta, mientras Abrahammaldecía desde una sala contigua. Entró al cabo de unmomentoconelarmalista.
Lapuertasesacudióyseabrióunpoco.—Vaya —dijo una voz desde fuera. Me imaginé al Profesor entrando tras
habernos localizado. De pronto, nuestros preparativos resultaban simplistas y sinsentido.
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Habíaguiadoamiequipoaladestrucción.Lapuertaseabriódeltodoyvimosunafiguraacontraluz.NoeraelProfesorsino
unhombremuchomásjoven,altoydelgado,depielmuyblancaypelonegroycorto.Nos miró sin la más mínima preocupación, a pesar de que éramos tres personasarmadas.
—Esta puerta no va a serviros de nada —dijo—. Es demasiado fácil entrar.¡Pensabaqueeraismáscapaces!
—¿Quiéneres?—lepreguntóAbraham,mirándomedereojo,esperandoporsiledabalaordendedisparar.
No lohice, aunqueconocía a aquelhombre.Enmis archivos teníavarias fotossuyas.
Larcener,emperadordeAtlanta,noshabíavisitado.
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—¡Oh,bajad lasarmas!—dijoLarcener,entrandoenel refugio.Cerró lapuerta—.Lasbalasnomehacendaño.Solollamaríaislaatención.
Pordesgracia, teníarazón.Era invulnerableavariascosas.Nuestrasarmaseranparaéltanpeligrosascomofideos,peronadiebajólasuya.
—¿Quéestápasando?—inquirí—.¿Quéhacesaquí?—¿Nohasprestadoatención?—LavozdeLarcener era inesperadamentenasal
—. Tu amigo quiere matarme. ¡Está destrozando la ciudad buscándome! MissirvientessonunosinútilesymisÉpicos,demasiadocobardes.Cambiandebandoenmenosquecantaungallo.
Avanzóylostresdimosunrespingo.Siguióhablando.—Supusequesialguiensabíaocultarsedeélseríaisvosotros.Estelugarparece
tremendamenteincómodo.Nohayniuncojínalavistayhueleacalcetinesmojados.—SeestremecióvisiblementeantesdeecharunvistazoaltallerdeAbraham.
Nos apelotonamos en la puerta mientras, dentro, él nos daba la espalda y sedejaba caer hacia atrás. Surgido de la nada se materializó un sillón mullido quedetuvosucaídayallísequedó,sentadocómodamente.
—Que alguienme traiga algo de beber.Y tratad de no hacer demasiado ruido.Estoyagotado.Notenéisniideadeloestresantequeresultaquetepersigancomoaunarata.
Lostresbajamoslasarmas,confundidosporeldelgadoÉpicoquesehabíapuestoamurmurarsentadoconlosojoscerradosensunuevosillón.
—Eh…—meaventuréadecirporfin—.¿Ysinoteobedecemos?AbrahamyMeganmemiraroncomosiestuvieseloco,peroamímeparecíauna
preguntapertinente.Larcenerentreabrióunojo.—¿Eh?—¿Quéharás—dije—sinoteobedecemos?—Tenéisqueobedecerme.SoyunÉpico.—¿EresconscientedequesomosExploradores?—ledijedespacio.—Sí.—¿Ydeque,portanto,continuamentedesobedecemosalosÉpicos?Esdecir,si
hiciéramoscasodeloquediceunÉpico,nuestrotrabajosenosdaríamuymal.—¡Ah!—dijoLarcener—.¿Ynooshabéispasadotodavuestracarrerahaciendo
precisamenteloqueosdecíaunÉpico?Chispas. ¿Lo sabía todo el mundo? Supuse que no era complicado deducirlo,
ahoraqueelProfesorsehabíamudadoalaciudad.Aunasí,abrílabocaparaplantear
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unaobjeción,peroMeganmesacódelahabitacióntirándomedelbrazo.Abrahamsemarchóconnosotros,sosteniendotorpementeelarma.CodyyMizzyestabanenlosescalonesconcaradepreocupación.
Acabamosenlacocinadelprimerpiso,alrededordeunaestrechamesadehalita,hablandoenvozbaja.
—¿De veras es él? —preguntó Mizzy—. Es decir, el gran tipo, el rey de laciudad,elmandamássupremo.
—Hamaterializadounsillón—dije—.Esunpodermuypocohabitual.Esél.—Chispaaas—dijoMizzy—.¿Quieresquenosescabullamosyvolemosestesitio
porlosaires?Tengolosexplosivospreparados.—No le harían daño —dijo Megan—. A menos que podamos usar su punto
débil…—Porotraparte,podríatratarsedeunseñuelo—dije—.Noséquéprobabilidades
hay, pero el verdadero Larcener podría estar en otro lugar, inconsciente, en unaespecie de trance.Respirando y con el corazón latiéndole pero sin estar realmentedespierto.
—Parece un truco peligroso —dijo Megan—, teniendo en cuenta que se estácomportando como si estuviese muy asustado. ¿Iba a dejar su verdadero cuerpodesprotegido?
—Quiénsabe—dije.—En cualquier caso—dijoAbraham—,mi pregunta es qué hace aquí. Eso de
buscarrefugioesunatrola,¿no?EsunÉpicomuypoderoso.Noleharíafalta…Pisadasenlaescalera.NosvolvimosyvimosapareceraLarcener.—¿Dónde está la bebida? —preguntó—. ¿De verdad no podéis recordar ni
siquiera una orden sencilla? Ya veo que me he quedado corto acerca de vuestraslimitadascapacidades.
Elequiposostuvo lasarmasconnerviosismo,girándosesutilmenteparaoponerunfrenteunidoalacriatura.UnGranÉpico.Campandoasusanchaspornuestrabasedeoperaciones.Nosotroséramosmanchasdelodoenlaventana;éleraungigantescoenvasevengativodelimpiacristales.
Conperfumealimón.Extrafuerte.Me levanté con cuidado.Los demás eranExploradores desdemucho antes que
yo. El Profesor los había entrenado para que tuvieran cuidado, para que fueransigilosos.Querríanescapar,distraeraLarcenerparahuiryestablecerotrabase.
Yo,sinembargo,veíaaquellocomounaoportunidad.—Quieres que colaboremos—le dije a Larcener—. Dado que compartimos el
mismoenemigo,estoydispuestoaescuchartuoferta.Larcenerresolló.—Simplementequieroevitarquemeasesinen.Laciudadenterasehavueltoen
mi contra. La ciudad entera. ¡Contramí, que los protegía, que les daba comida ycobijoenestemundohorrible!Loshumanossoncriaturasdesagradecidas.
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Megan se puso rígida. No le gustaba nada la filosofía que consideraba a losÉpicosyaloshumanosdosespeciesdiferentes.
—Larcener—dije—, los miembros de mi equipo no van a convertirse en tussiervos. Te dejaré quedarte con nosotros con ciertas condiciones… pero somosnosotroslosqueteestamoshaciendounfavorati.
Casipodíaoíralosdemásconteniendoelaliento.ExigirlealgoaunGranÉpicoera una forma segura de lograr que te hiciera estallar. De momento no nos habíahecho daño, sin embargo, y en ocasiones, no quedaba más remedio. O hacíasmalabarismosconelfuegoodejabasqueloquemasetodo.
—Veoqueteconvirtióenuninsolente—dijoLarcener—.Teconcediódemasiadalibertad,tepermitióparticipar.Siacabáisconél,seráexclusivamenteculpasuya.
Me mantuve en mis trece. Al final Larcener dobló las rodillas y se formó untabureteacolchadoparaquepudierasentarse.Sedejócaerenél.
—Podríamatarosatodos.—Podríasintentarlo,nene—murmuróMegan.AvancéyLarcenermelanzóunamiradapenetrante.Luegoseencogiódemiedo.
JamáshabíavistocomportarseasíaunÉpicodesu talla.Lamayoríasemostrabanretadoresinclusoenunatrampa,porqueconfiabanensucapacidadparaescapar.Loúnico que parecía incomodarlos era el momento en que sus puntos débiles losexponíanalpeligro.
Me incliné para mirar a Larcener a los ojos. Parecía más que nada un niñoasustado,apesardeserunosañosmayorqueyo.Seabrazóelcuerpoysevolviódelado.
—Supongo que no tengo elección —dijo—. En caso contrario, él acabaráconmigo.¿Cuálessonvuestrascondiciones?
Parpadeé. Sinceramente… no había llegado a tanto. Miré a los otros, que seencogierondehombros.
—Eh,¿nomataraningunodenosotros?—dijoMizzy.—¿Qué hay del que va vestido tan estúpidamente? —preguntó Larcener
señalando aCody, con el equipo de camuflaje y la camiseta de un antiguo equipodeportivo.
—Nisiquieraaél—dije.ProbablementeMizzyacertabaalquererquelodijeraexplícitamente.LosÉpicos
teníanunasideasmuyrarassobrelascostumbressociales.—Laprimerareglaesquenoleharásdañoanadiequeentreaquí—proseguí—.
Tequedarásenlabaseynoemplearástuspoderesparacomplicarnoslascosas.—Vale —respondió Larcener con brusquedad, abrazándose todavía con más
fuerza—.Pero,cuandoacabéis,recuperarémiciudad,¿no?—Ya hablaremos de eso—dije—. Por ahora, quiero saber cómo has dado con
nosotros.SielProfesorpuederepetirloquehashechotú,tendremosqueescapardeinmediato.
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—Noestáisenningúnapuro.YopuedooleralosÉpicos;élno.—¿Olerlos?—pregunté.—Claro. Como la comida mientras se cocina, ¿vale? Me permite dar con los
Épicos…Yasabes:pararobarlessuspoderes.Así que aparte de todo lo demás era zahorí.Meganyyonosmiramos.Parecía
inquieta. No habíamos pensado en la posibilidad de que alguien nos encontraserastreandosuspoderes.Porsuerte,ladezahoríeraunahabilidadmuypocohabitual,aunqueciertamenteteníasentidoqueformarapartedelconjuntoinicialdepoderesdeLarcener.
—Zahoríes—dije,volviendoamirarlo—.¿Hayalgunomásenlaciudad?—No, aunque el monstruo que os dirigía dispone de algunos dispositivos en
formadediscoquesirvendevaradezahorí.Entalcasoestábamosasalvo.Losdiscoserancomounoquehabíamosempleado
enChicagoNova; requeríanelcontactodirectoyMeganpodíaengañarlosconunailusión.ElProfesornonosolfatearía.
—¿Veis?—dijoLarcener—.Estoycooperando.¿Alguienmevaadarporfinalgodebeber?
—¿Nopuedescrearlotú?—preguntóAbraham.—No—respondióLarcenerconbrusquedad, sindarmásexplicaciones, aunque
yo las conocía. Solo podía crear una cantidad limitada de artículos que sedesvanecían sino se concentrabaenellos.Lacomidao labebidaquecreaseno losaciaríayacabaríadesapareciendo.
—Muybien—dije—.Puedesquedarte,pero sinhacernosdañocomo tehemosdicho,loqueincluyenorobarleelpoderanadie.
—Yaloheprometido,idiota.AsentíendirecciónaCodyyseñaléaLarcener.Codymanifestósuacuerdotocándoselaviseradelagorra.—Bien,¿quéteapetecebeber?—ledijoaLarcener—.Tenemosaguatempladay
aguatibia,consaborasalenamboscasos.Elaspectopositivoesquelaheprobadocon el amigoAbraham aquí presente y estoy razonablemente seguro de que no teprovocarádiarrea.
Le traería agua a Larcener, le haría compañía y vería qué descubría sobre él.ReuníalosotrostresenlaescaleramientrasCodydistraíaalÉpico.CuandollegamosalpisodeabajoMeganmeagarródelbrazo.
—Nomegustalasituación—siseó.—Soydelamismaopinión—dijoAbraham—.LosGrandesÉpicossonvolubles
ynadadefiar.Exceptuandolacompañeraaquípresente.—Emite una vibración extraña—dije, negando con la cabeza. Miré escaleras
arriba.Oíamos a Cody empezando a contarle a Larcener historias sobre su abuela de
Escocia.¿LamujerhabíaidoanadohastaDinamarca?
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—He percibido esa oscuridad, David —dijo Megan—. Tenerle aquí es comoacurrucarsejuntoaunabomba,pensandoquenovaaexplotarsimplementeporquetodavíaoyeseltictac.
—Buensímil—comenté,distraído.—Gracias.—Peroinapropiado—proseguí—.Élnoesasí,Megan.Tienemiedoylosuyono
es tanto rebeldía como arrogancia. No creo que sea peligroso. Al menos no paranosotros,demomento.
—¿Estásdispuestoaapostarnuestravidaporesacreencia,David?—mepreguntóMizzy.
—Ya he arriesgado vuestra vida al traeros aquí. —No me gustaba decirloclaramente,peroeracierto—.Yalohedichoantes:laúnicaformadeganarlaguerracontralosÉpicosesempleandoaotrosÉpicos.¿Vamosarechazaraunodelosmáspoderososcuandoparecedispuestoacolaborarconnosotros?
Guardaron silencio. En ese momento vibró el móvil. Le eché un vistazo,esperandoenpartequefueseCodyconalgúndetalledelahistoriaquedeseabaqueyosupiese.SinembargoeraKnighthawk.
«Elcajónsemueve»,mehabíaescrito.«¿Ya?»,tecleé.«Sí. Ha salido del almacén y va camino de algún lugar. ¿Qué está pasando?
¿Quiénhapedidoesecajón?».—Tengoqueseguirestapista—dije,mirandoalosotros—.Megan,quédateaquí.
Si pasa algo, lo que sea, conLarcener, tú tienesmás posibilidades de salvar a losdemás. Por si acaso, evita tocarlo. No te puede robar los poderes sin tocarte yretenertetreintasegundosporlomenos,oesotengoentendido.Tengamoscuidadoynolepermitamosestablecercontactofísico.
—Vale—dijo—.Perono llegaremosa esepunto.Alprimer síntomadeque seestáenfureciendo,cojoalosdemásyhuimos.
—Perfecto—dije—.Abraham,mevendríabienunpocodeayudaenestamisión.TendremosqueirsineldisfrazdeMegan,asíquepuedeserpeligroso.
—¿Máspeligrosoquequedarseaquí?—preguntó,alzandolavista.—Nolosé,laverdad.Dependedelgradodemalhumordenuestroobjetivo.
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Cuando salimos del escondite le enseñé el móvil a Abraham. En un mapa de laciudad,unpuntorojo,cortesíadeKnighthawk,indicabalaposicióndelobjetivo.
—Si siguemoviéndose así, tardaremoshoras endar con ese cajón—refunfuñóAbraham.
—Enesecaso,serámejorqueempecemos—dije,guardándomeelmóvil.—David,contodamipazytodomiamor—dijoAbraham—,hoytusplanesya
mehanagotadoyahoraquieresquevuelvaacruzarlaciudad.Ç’apasd’allure!¿Teparecequeestoyengordandodemasiado?Espera.—Mepusolaenormemochilaenlasmanos.Conteníasuarma,muchomáspesadadeloqueyoesperaba.Metambaleé.Élcruzólacallehaciaunvendedorquehabíamontadosupuestobajountoldo.
«¿Me vas a contar de qué va todo esto?», me escribió Knighthawk mientrasesperaba.
«Eresmuylisto—lerespondí—.Adivínalo».«Soy muy vago. Y detesto las adivinanzas». A pesar de eso, al cabo de un
momentorecibíotromensaje:«¿Dealgunaformaestárelacionadoconlascuevas?Esdecir,¿creesqueLarcenerseescondeenellaseintentaslocalizarlo?».
Unasuposicióningeniosa.«¿Cuevas?—escribí—.¿Quécuevas?».«Yasabes,lasdeSanJosé».«¿Elsanto?».«Laciudad, idiota—meenvióKnighthawk—.Laqueantesocupabaestazona.
¿Deverdadquenolosabes?».«¿Saberqué?».«Caramba.Empezabaacreerqueerasunaespeciedesuperempollónomnisciente
en lo referente a los Épicos. ¿Yo sé algo acerca de ellos que tú no sabes?». Lapantallarezumabaorgullo.
«HabíaunÉpicoenSanJosé—escribí—,aquien,segúntú,deberíaconocer».«JacobPham».«Nomesuenadenada».«Unsegundo,porfavor.Estoysaboreandoelmomento».Miré aAbraham,deseosode empezar lamisión, pero el canadiense todavía no
habíaterminadoderegatear.«LoconocescomoDigzone».Aquelnombremesobresaltó.«ElfundadordelosZapadoresenChicagoNova»,escribí.«Exacto—escribióKnighthawk—.Antesdededicarseaenloqueceralagenteal
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serviciodeSteelheart, vivía enuna ciudad tranquila depor aquí.Los túneles y lascavernasdemencialesquecreórecorrenlamitaddeeseladodelestado.Pero,porsinolosabías,tuplannotienenadaqueverconlocalizaraLarcenerahí».
Digzone.Erael responsablede losextraños laberintos subterráneosdeChicagoNova.Meresultabamuyextraña la ideadequehubiera túnelessimilaresahí fuera,excavadosenlatierra.
«No,loqueestamoshaciendonotienenadaqueverconencontraraLarcener—leescribíaKnighthawk—.Nonoshacefaltadarconél.Sepresentóencasa».
«¿QUÉ?».«Losiento.Abrahamhavueltoconlasbicicletas.Tehabloluego».Queroyeseesehuesounrato.MeguardéelmóvilmientrasAbrahamseacercaba
condosbicicletasoxidadas.Lasexaminéconbastanteescepticismo.—Parecenmásviejasquedossesentones.Abrahaminclinólacabeza.—¿Qué?—pregunté.—En ocasiones, todavía me sorprenden las cosas que dices. —Recuperó la
mochila—. Son viejas porque me ha parecido que podía pagarlas sin levantarsospechas. Tendrán que valernos para llegar a nuestro destino. Sabes montar enbicicleta,¿no?
—Claro que sí—dije, subiéndome a uno de aquellos objetos chirriantes—.Almenos, antes sabía.Hace añosquenomonto,pero«es comomontar enbicicleta»,¿no?
—Técnicamente,asíes.Me observó escéptico, lo que no era necesario.No había vacilado por falta de
capacidad,cosaquedemostrédandounasvueltasparaacostumbrarme.Lasbicicletasmerecordabanamipadre.Comprobé el mapa del móvil y aproveché para enviarle a Knighthawk una
explicaciónrápida,paraquesesubieraporlasparedesporlodeLarcener.Luegonosunimosaotrosciclistas.NoerafrecuenteverlosenChicagoNova.Enlascallesdearriba, los ricos se enorgullecían de ir en automóviles todavía operativos. En lascalles subterráneas, todo era demasiado sinuoso y desigual para que ir en bicicletafuesepráctico.
EnIldithiaeralógicoirenbici.Lascallesestabanflanqueadasporcochesdesal,pero el centro estaba despejado. Habían apartadomuchos vehículos, porque no sefusionabanconlacarretera,comopasabaenChicagoNova,asíquequedababastanteespacio.Resultaba cómodo incluso cuandohabía que esquivar un atascode tráficoquenadiesehabíamolestadoenretirarporquevolvíaacrecercadasemana.
Duranteun ratodisfrutédelpaseoenbici, aunque sinpoder evitar recordar losdíasdeantaño.Mipadremehabíaenseñadoamontaralossieteaños.Eramuytardeparaaprender;todosmisamigosyasabíanyempezabanareírsedemí.Enocasionesme habría gustado viajar al pasado y darme una buena bofetada. ¡Había sido tan
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tímido,tanincapazdeactuar!Alcumplir los siete,mipadrehabíadecididoqueyaestabapreparado.Aunque
mequejédurantetodoelprocesodeaprendizaje,nuncamanifestófrustración.Quizásenseñarmeamontarenbicihabíasidounadistracciónparaél,unaformadeolvidarlasórdenesdedesahucioyunapartamentodemasiadovacíoporquesololousábamosdospersonas.
Duranteunmomentomesentíconél,enlacalle,delantedenuestroedificio.Enaquella época la vida nos iba mal. Estábamos en plena crisis, pero lo tenía a él.Recordésumanoenlaespaldacaminandojuntoamí,luegocorriendo,paraalfinalsoltarmeypermitirmepedalearsoloporprimeravez.
Yrecordéhabersentidodeprontoqueeracapazdehacerlo.Mehabíaembargadounaemociónquecasinoteníanadaqueverconirenbicicleta.Habíamiradoatrás,visto lamueca de cansancio demi padre y empezado a creer, por primera vez enmeses,quetodosaldríabien.
Ese día había recuperado algo. Con lamuerte demamá había perdidomucho,pero seguía teniendo a mi padre. En ese momento me había dado cuenta de quepodríahacercualquiercosasiemprequelotuvieseaél.
Abrahamllegóaunaesquinaysedetuvo,cediendoelpasoaunpardecarrosdecaballos cargados de cereales de la cosecha, protegidos por hombres armados conrifles.Medetuveasuladoconlacabezagacha.
—¿David?—mepreguntó—.David,¿estás…llorando?—Estoybien—dijeconlavozronca,consultandoelmóvil—.Ahoragiramosala
izquierda.Elcajónhadejadodemoverse.Prontodaremosconél.Abrahamnoinsistióyarranqué.Nohabíasidoconscientedequeeldolorsiguiera
tan en la superficie, como un pez al que le gusta tomar el sol. Probablemente eramejornoregodearseenlosrecuerdos.Hicetodolocontrario:intentédisfrutardelabrisa y el placer del movimiento. Efectivamente, ir en bicicleta era mejor quecaminar.
Doblamosotraesquinaabuenavelocidadytuvimosquefrenarporqueungrupodeciclistasqueibadelanteparó.Tambiénparamos.Sentíquesemeerizabaelvello.No había nadie en las aceras.Nadie acarreaba sus pertenencias a un nuevo hogar,como en las otras calles. Nadie se asomaba a ventanas que hubieran abiertorompiéndolas.
Exceptoporelsonidodelospedalesdelasbicicletasyunavozquesonabamásadelante,lacalleestabaensilencio.
—Solo tardaremosunminuto.—Unacentobritánicoqueno reconocí.Sentíunescalofrío al entrever a un hombre de cabeza afeitada vestido de cuero negro contachuelas.Asuladoflotabaunapequeñaesferadeneónquecambiabadecolor:delrojo al verde. Una etiqueta, lo llamaban. Los Épicos que podían manifestarvisualmente sus poderes en ocasiones iban por ahí demostrándolos abiertamente,rodeados de un resplandor o de unas cuantas hojas giratorias; de algo que
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comunicase:«Sí,soyunodeellos,asíquenomefastidiéis».—David—medijoAbrahamenvozbaja.—EsNeon—lesusurré—.UnÉpicomenor.Poseeelpoderdemanipularlaluz,
noeldelainvisibilidad,peropuededarunbuenespectáculoymatarteconunláser.Puntodébil…¿MisnotasconteníanelpuntodébildeNeon?
Habló un poco más con el grupo de delante mientras se aproximaban unoshombresvestidosconlargosgabanesyundispositivoqueparecíaunplatoconunapantallaenunacara:unescánerdezahorícomoelquehabíamencionadoLarcener.Efectivamente,eraidénticoalquehabíavistousarenChicagoNova.
El personal de Neon examinó a todas las personas del grupo que teníamosdelante. A continuación, les indicó que siguiesen. «El Profesor está buscando aLarcener—pensé—. No lo usaría para dar con nosotros. Sabe que Megan puedeengañarlo».
ElequipodeNeonnosindicóquenosaproximásemos.—Losruidosfuertes—susurréalrecordar—.Siestosecomplica,ponteagritar.
Contrarrestarássuspoderes.Abraham asintió, mostrándosemuchomás confiado que yomientras hacíamos
avanzar las bicicletas. Cabía la posibilidad de que aquel grupo tuviese nuestradescripción.DependíadehastaquépuntolosExploradorespreocupabanalProfesor.Me tranquilicé al ver bostezar a Neon, quien permitió que su equipo escanease aAbrahamsinmostrarelmásmínimosignodereconocerlo.
El zahorí dio su aprobacióny el equipo lohizo avanzar.Luegomepusieron lacintadelescáneralrededordelbrazo.
Yaguardamossilenciosamenteenlacalle.Pasóunaeternidad,tantotiempoqueNeon se acercó con cara de enfado.Me puse a sudarmientrasme preparaba paragritar. ¿Decidiría hacerme arder, frustrado porque lo estaba retrasando?No era unÉpico tan importante; los menores tenían que tener mucho más cuidado con elasesinatoindiscriminado.Siacababanconlapoblacióntrabajadoradelaciudad,losGrandesÉpicosnotendríananadiequelossirviese.
Finalmente,apática,lamáquinaofreciósuveredicto.—Vaya —dijo Neon—. Nunca había tardado tanto. Registrad los edificios
cercanos.Esposiblequehayaalguienquealteraelfuncionamientodelamáquina.—Mequitóeldispositivoymehizoungestoparaqueavanzase—.Fueradeaquí.
Memoví.El resultadode lapruebadel zahoríhabía sidonegativa, comodebíaser,asíqueyonoeraunÉpico.
NoimportabaloquedijeseRegalia.Sentí náuseas durante el resto del camino al recordar esos momentos
enfrentándome a mi reflejo en el agua, escuchando la horrible premonición deRegalia.
«Estabas furiosoconelProfesorporqueocultabacosasal equipo—mesusurróunavozinterior—.¿Nohacestúexactamentelomismo?».
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Quétontería.Nohabíanadaqueocultar.Llegamos al punto donde se había parado el cajón: una calle de edificios de
apartamentos de tres y cuatro plantas. Tras dos días en la ciudad, era más queconscientedequelosclanesconmáspoderescogíanlugarescomoese,mientrasquelosantiguoshogaressuburbanosdegentepudienteyanointeresabananadie.EnunmundodeÉpicosybandasrivales,elespaciovitaleramuchomenosvaliosoquelaseguridad.
Nosdetuvimosalcomienzode lacalle.Unoschicosdemiedadholgazaneabanconunsurtidodearmasmuycompleto.Unadolescenteteníanadamásynadamenosque una ballesta. En el tejado de un edificio ondeaba una enorme bandera con elemblemadeunamantaraya.
—Noestamosreclutando—medijounodeloschicos—.Marchaos.—Convosotroshayunareciénllegada—lesdije,deseandohaberacertadoenmi
suposición—.Alguiendefuera.Dadlenuestradescripción.Los jóvenes se miraron y uno se marchó corriendo a hacer lo que les había
pedido.Alcabodeunmomentosupequeenalgohabíaacertado,porquebastanteshombres ymujeres demás edad, con armas realmente buenas, se acercaron por lacalle.
—Eh…¿David?—dijoAbraham—.¿Podríasdeciralgomás?Quenosotros…Secallóporquevioaunamujerconcapuchaenmediodelgrupo.Llevabaunrifle
apoyado en el brazo. La capucha le tapaba la cara, pero varios bucles pelirrojosasomabanjuntoasumentón.
EraTia.
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Abraham no dijo nada mientras personas armadas nos rodeaban y nos llevabanrápidamentehaciaunedificio.SelimitóasaludaraTiaamistosamente,tocándoselafrenteconundedo.Eraevidentequehacíaratoquehabíadeducidolanaturalezadelamisión.
LagentedeTianosllevóaunaestanciasinventanas,iluminadaexclusivamentepor una línea de velas que se fundían lentamente sobre la encimera de una viejacocina.¿Porquémolestarseenusarcandelabrossituhogaracabaríadisueltodetodasformas?Lahabitación,sinembargo,teníalapuertademadera,loqueeramuypocohabitualenlaciudad.Cadasemanahabríaquecargarconellahastaotro lugarparavolveracolocarla.
Unodelosildithianosarmadosnosquitólasarmasyotronosobligóasentarnos.Tiaseencontrabaalfondodelgrupo,conlosbrazoscruzadosylacaraocultaporlacapucha. Era esbelta y bajita, tenía los labios, que yo veía a pesar de la capucha,apretadoscondesaprobación.EralasegundaalmandodelosExploradoresyunadelaspersonasmásinteligentesqueconocía.
—David —dijo con tranquilidad—, en Babilar, tú y yo hablamos en nuestrorefugio,cuandovolvistedeentregarsuministros.Dimedequéhablamos.
—¿Quéimportaeso?¡Tia!Tenemosquehablarde…—Responde, David —me dijo Abraham—. Está comprobando si realmente
somosnosotros.Tragué saliva. Evidentemente. Había Épicos capaces de crear, por orden del
Profesor, dobles de losExploradores. Intenté recordar el episodio del que hablaba.¿Por qué no había escogido un momento más memorable, como el de miincorporaciónalosExploradores?
«NecesitaqueledigaalgoquenosepaelProfesor»,comprendí.Mepuseasudar.Habíaidoenelsubmarinoy…Chispas,costabapensarcuando
teestabanmirandohombresymujeresarmados,furiososcomountaxistaqueacabaradedescubrirquehasvomitadoenelasientotraserodesuvehículo.
—Ese díame encontré con el Profesor—dije—.Volví a la base a informar yhablamosdealgunosdelosotrosÉpicosdeBabilar.
—¿Yqué…pintorescacomparaciónusaste?—Chispas,¿esperasquemeacuerdedeeso?—Yohe escuchadoalgunasmuydifícilesdeolvidar—comentóAbraham—.A
pesardehaberlointentadoencarecidamente.—No me ayudas mucho, que digamos —murmuré—. Eh… a ver… ¡Ah, sí!
Hablé de usar pasta de dientes como gel para el pelo.No, unmomento.Kétchup.
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Kétchupparaelpelo,peroahoraque lopienso lapastadedienteshubiese sidounsímilmuchomejor.Seponemásdura.Y…
—Esél—dijoTia—.Bajadlasarmas.—¿Cómosupistequeestabaconnosotros,chico?—mepreguntóunaildithiana,
unamujermayor,bajayfornida,conpocopelo.—Porlosenvíos—dije.—Recibimosenvíosdosvecesporsemana—dijolamujer—,comolamayoríade
las familias de cierto tamaño de esta ciudad. ¿Cómo te han guiado hasta aquí losnuestros?
—Bien…—dije.Tiagimió,llevándoseunamanoalacara.—¿Pormimarcaderefrescodecola?Asentí.LahabíavistoenelcajóneldíaantesdeveralProfesorporprimeravez.
Noeraunacolacualquiera:esamarcaleencantaba.Eracara,muypocohabitual.—Telodije—comentóotroildithiano,untipocorpulentoconlacaracomouna
rejilla de barbacoa.Así de feo era—.Ya te dije que acoger a estamujer nos daríaproblemas.¡Dijistequenohabríapeligro!
—Nuncadijetalcosa—respondiólamujerdepeloralo—.Dijequeayudarlaeranuestraobligación.
—Espeordeloquecrees,Carla—dijoTia—.Davidesmáslistodeloquepareceal principio, pero cabe suponer que algo que él ha descubierto puede tambiéndescubrirloalguienmás.
—Eh…—dije.Todosmemiraron.—Ahora que lo comentas—dije—. El Profesor podría saber lo de la cola. Al
menoselotrodíalavioenuncajón.Se quedaron inmóviles. Luego empezaron a gritarse unos a otros, mandando
mensajeros, advirtiendo a los vigilantes. Tia se quitó la capucha, dejando aldescubiertoelpelocortopelirrojo.Sefrotólafrente.
—Soyunaidiota—dijo,envozapenasaudibleporlasórdenesagritosdeCarla—.Hicieronelpedidodesuministrosymepreguntaronsinecesitabaalgo.Apenaslopensé.Unascuantaslatasdecolameapetecían…
Cerca,elildithianofeoentróconlacajaenlaquehabíallegadoelrefrescoylaexaminó.Descubrióelmóvilroto.
—¿UnmóvildeKnighthawk?—dijo—.Pensabaquenosepodíanrastrear.—No esmás que una carcasa—dije con rapidez—.Es cómoda para poner un
rastreador,porqueyatieneantenayfuentedeenergía.—Noseloibaacontartodo.El hombre aceptó la explicación y le lanzó el móvil a Carla, que le quitó la
batería.A continuación se alejó con varias personasmás para conferenciar en vozbaja.Melevantéyeltipofeomemirófuribundoconlamanoenlapistola,asíquevolvíasentarme.
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—¿Tia? —pregunté. Resultaba extraño verla en esa situación, con un rifle alhombro.Siemprehabíadirigidolasoperacionesdesdeunlugarrelativamenteseguro.Creoquejamáslahabíavistodispararunarma—.¿Porquénotepusisteencontactoconnosotros?
—¿Cómo,David?—preguntócansada.Senosacercó—.Jonathanteníaaccesoanuestra red móvil y conocía todos nuestros refugios. Ni siquiera sabía si habíaissobrevivido.
—IntentamoscomunicarnoscontigoenBabilar—dije.—Meoculté.Él…—Suspiróysesentóenlamesaqueteníamosallado—.Me
estaba dando caza, David. Fue directamente donde me había situado para laoperacióncontraRegalia,sacóelsubmarinodelaguayloaplastó.Porsuerte,yoyahabía escapado, pero lo oí llamarme a gritos, rogándome, suplicándome que loayudaseconlaoscuridad.—Cerrólosojos—.Losdossabíamosque,si llegabaesedía,delosExploradoresyoseríalaquecorreríamáspeligro.
—Yo…—¿Quéserespondíaaalgoasí?Imaginéloquesesientecuandounseramadotesuplicaayudaperosabesqueesuna trampa.Meimaginé laagoníadenoceder,deignorarsussúplicas.
Yonohabríasidocapaz.Chispas.HabíaseguidoaMeganpormediopaíspeseasuamenazadematarme.
—Losiento,Tia—susurré.Negóconlacabeza.—Estaba preparada para aquello. Jon y yo lo habíamos hablado, como ya he
dicho. Puedo hacerle un último favor. —Abrió los ojos—. Veo que tú sigues elmismoinstinto.
—No…exactamente—dijoAbraham,mirándome.—Tia—dije—.Lohemosdescubierto.—¿Elqué?—Elsecreto—dije,emocionándome—.Lospuntosdébiles,laoscuridad…Está
todorelacionado.LosÉpicostienenpesadillassobresusflaquezas.—Claroquelastienen—dijoTia—.Supuntoflacoesloúnicoqueloshacesentir
indefensos.—Es más que eso, Tia—dije—. ¡Mucho más! A menudo las flaquezas están
relacionadasconalgoquelapersonatemíaantesdeobtenersuspoderes.Unafobia,unterror.Dalaimpresión…Bueno,nohehabladoconsuficientesÉpicos,perodalaimpresión de que transformarse enÉpico empeora elmiedo.En cualquier caso, esposibledetener,oalmenoscontrolar,laoscuridad.
—¿Aquéterefieres?—Alostemores—dijeenvozbaja,paraquesolomeoyeseella—.SielÉpicose
enfrentaasutemor,laoscuridadretrocede.—¿Porqué?—Bueno,¿quéimporta?
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—Eres túquien insiste enque tododebe tener sentido.Si realmente esode lospuntosdébilestieneunalógica,¿nodeberíahaberunaparalaoscuridad?
—Sí…sí,deberíahaberla.—Meacomodé—.Megandice…—Megan.¿Lahastraído?¡Esunadeellos,David!—Poresosabemosquefunciona.Podemossalvarlo,Tia.—Nomedesesaesperanza.—Pero…—No me des esa esperanza.—Me fulminó con la mirada—. No te atrevas a
hacerlo,DavidCharleston.¿Noteparecelosuficientementeduroqueplaneematarlo,quemepreguntesipodríahaceralgomás?Mehizoprometerlo.¡Voyacumpliresapromesa,malditasea!
—Tia…—dijoAbrahamtiernamente.Lomiró,sorprendidaporsutono.Yomehabíaquedadomudo.—Davidtienerazón,Tia—prosiguióAbrahamconsuvoztranquila—.Debemos
intentar recuperarlo. Si no podemos salvar a Jonathan Phaedrus, entonces bienpodemosrenunciaralalucha.Noseremoscapacesdematarlosatodos.
Tianegóconlacabeza.—¿Creéis,despuésdetantotiempo,haberdescubiertoelsecreto?—Creo que su teoría es buena —dijo Abraham—. Y Megan ha aprendido a
controlarlaoscuridad.SeríamosunostontossinocomprobáramoslateoríadeDavid.Éltienerazón.Nopodemosmatarlosatodos.Llevamosdemasiadotiempohaciendolomismo;hallegadoelmomentodeprobaralgodiferente.
De pronto me sentí muy listo por haber traído a Abraham. Tia le hacía caso.Demonios,unchihuahuaconlarabiasehabríaquedadoinmóvilparaprestaratenciónaloqueAbrahamtuviesequedecir.
Lapuertaseabriódegolpe.Entróunajovenmuynerviosa.—¡Señora! —le dijo a Carla—. Los Crookneck. Toda la familia, más de
trescientos.Todosarmadosyvienenhaciaaquí.Losacompaña.—¿Él?—preguntóCarla.—ElnuevoÉpico.Señora,estamosrodeados.Silencioabsoluto.EltipofeoquehabíamanifestadosudesacuerdoconCarlase
volvióhaciaella.Nohabló,peroquedóclaroelmensajeporsuexpresiónsombría.«Noshascondenado».
Abrahamselevantó,concentrandotodaslasmiradas.—Mevaahacerfaltaelarma.—Nilosueñes—dijoCarla—.Estoesculpavuestra.—No, la culpa es mía—dijo Tia, poniéndose en pie—, pero hemos tenido la
suertedequeDavidllegaseprimero.Carla refunfuñó algo, pero luego dio la orden de prepararse para la lucha. De
pocoserviría.ElProfesorpodíadestruirtodoelvecindarioélsolo.AlguienlelanzólamochilaaAbrahammientraslosotrossalíancorriendoporla
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puerta. Carla se disponía a ir tras ellos, quizá para echar un vistazo en persona alenemigo.
—Carla—ledijoTia—.Nopuedesenfrentarteaellos.—Dudoquenospermitanelegir.—Talvezsí,silesdasloquequieren.Carlamiróasuscompañeros,queasintieron.Habíanpensadolomismo.—¡No!—dije,levantándome.¡Nopodéisentregarla!—Tienescincominutosparaprepararte,Tia—dijoCarla—.Enviarécorredores
parahablarconelenemigoyversiexigetuentrega.Podemosfingirquenosabíamosquiéneras.
Nosdejóenlasalasinventanas,condosguardiasbienvisiblesenlapuerta.—Nopuedocreer…—empecéadecir.Tiamecortó.—No seas crío, David. El clan Stingray tuvo la cortesía de aceptarme, de
escucharmisplanes.Nopodemospedirlesquemueranparaprotegerme.—Pero…—Lamiré,apenado—.Tia,tematará.—Acabaráporhacerlo—dijo—.Quizátengaunpocodetiempo.—AsesinódeinmediatoaValyExel.—Sí,peroamíquerráinterrogarme.—Loconocesbien,¿verdad?—dijeconunhilodevoz—.Sabescuálessupunto
débil.Asintió.—Destrozaría toda esta ciudad solo para encontrarme. Tendremos suerte si no
asesinaatodosloshabitantesdeestedistritoparaasegurarsedequeelsecretonosedivulga.
Laideamedionáuseas.Steelhearthabíahechoalgosimilaraqueldíalejanoquemipadreyyolovimossangrar.
Tiamepusoalgoenlamano:unchipdedatos.—MisplanesparaacabarconJon.Llevoañoselaborandovariantes,porsiacaso.
Peroloheadaptadoespecíficamenteaestaciudadyaloquesetraeentremanoseneste lugar. Está preparando algo mucho más importante, David. He logrado quealgunas personas se le acerquen. Creo que Regalia le dio algo, cierta informaciónsobreCalamity.Creoqueellaloenvióaquí.
—Sospecholomismo,Tia—dije,buscandoconlamiradaelapoyodeAbraham—,peronopuedesirteconelProfesor.Tenecesitamos.
—Entonces,detenloantesdequememate.—Pero…Cruzódeprisalahabitaciónycogióelmóvilrotodelamesa.—¿Puedesrastrearlosivuelvoacolocarlelabatería?—Sí—dije.—Bien.Aprovechapara descubrir dóndeme lleva.No le he revelado a ningún
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ildithiano su punto débil y durante cierto tiempo podré ocultarme tras esa verdad.Puede que así estén a salvo. Si me pregunta por vosotros, puedo decir que nosseparamosenBabilar.Silemintieralosabría,asíquenomentiré.
—Con el tiempo logrará que confieses, Tia—dijoAbraham—. Por encima detodoespersistente.
Asintió.—Sí, pero al principio será amable. Estoy completamente segura; intentará
captarmeparasubando.Solosepondrábrutalcuandomeniegueaunirmeaél.—Hizounamueca—.Confiadenmí,notengoningunaintencióndeconvertirmeenunamártir.Confíoenvosotros.Detenedloyrescatadme.
Abrahamvolvió a saludar, en estaocasión conmás solemnidad.Chispas. Iba apermitirlo.
Nosllamabandesdefueradelasala.Carlaseasomóalapuerta.—Han dicho que nos dan cincominutos para entregar a la forastera.Creo que
realmentepiensanquenosabíamosquiéneras.Noparecequesepannadadelosotrosdos.
—LaparanoiadeJonnosbeneficia—dijoTia—.Siélsehubieseocultadoconestegrupo,jamáshabríacontadoquiénesenrealidad.Creeráqueyointentabapasardesapercibida.—Memiró—.¿Vasaponérmelodifícil?
—No—dijeconresignación—.Peroterescataremos.—Bien. —Un momento de vacilación—. Veré si puedo descubrir qué trama,
cuálessonsusplanesparalaciudad.—Losiento,Tia—dijoCarladesdelapuerta.Tiaasintió,dispuestaamarcharse.—Espera—ledije.Luegolesusurré—:Elpuntodébil,Tia.¿Cuáles?—Yalosabes.Fruncíelceño.—Nosésituteoríaescorrecta,perosí,hayalgoqueleprovocapesadillas—dijo
—.Piensa,David.Durantetodoeltiempoquepasasteisjuntos,¿quéeraloúnicoqueledabaverdaderomiedo?
ParpadeéycomprendíqueTiateníarazón.ConocíasutalóndeAquiles.Eramásqueevidente.
—Suspoderes—susurré.Tiaasintió,apenada.—Pero ¿cómoes posible?—inquirí—.Es evidente quepuedeusar sus propios
poderes.Nosecontrarrestanasímismos.—Amenosquelosestéusandootrapersona.Otrapersona…ElProfesorpodíacedersuspoderes.—Cuando éramos más jóvenes —me susurró apresuradamente—,
experimentamos con los poderes de Jon. Puede crear lanzas de luz, jabalinas decampodefuerza.Mecedióesahabilidad.Yyoaccidentalmentelancécontraéluna
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deesas lanzas.David, laheridaque le infligí esedíano se reparó.Suspoderesnopodíancurarla;larecuperacióndurómeses;sanócomounapersonanormal.Nuncaselocontamosanadie,nisiquieraaDean.
—Porloquealguienaquienhubiesecedidounodesuspoderes…—Puede anular los demás. Sí.—Miró aCarla, que le hacía gestos impaciente.
Luego se inclinó haciamí yme habló en vozmuy baja—. Los teme, David. Lospoderes lo obligan a cargar con su peso. Por eso su vida es una eterna dicotomía:aprovechacualquieroportunidadpara ceder suspoderes;permitequeel equipo losuseparano tenerquehacerloél.Sinembargo,alprestárselos, lesestácediendounarmaquepodríanusarcontraél.
Meapretóelbrazo.—Rescátame—dijo.MediolaespaldaycorrióhaciaCarla,queselallevó.
Nos dejaron mirar de lejos, usando las miras telescópicas desde el terrado de unedificio donde habían excavadounmuy conveniente refugio para un francotirador.Nos acompañabanun par de guardias.Nos habían prometido que dejarían que nosfuéramossielProfesoraceptabaaTiasinexigirnadamás.
Volvía sufrirviendoaunhombrealqueamabay respetabacomportarsecomootra persona. Una persona orgullosa y arrogante, bañada por el tenue resplandorverdequeemanabadeldiscosobreelquesesosteníaenalto.
Me sentí impotente cuando los ildithianos se llevaron a Tia y la obligaron aarrodillarse ante el Profesor. Le hicieron una reverencia y se apartaron.Yo esperé,sudando.
Tiateníarazón.Nolamatódeinmediato.Larodeóconuncampodefuerza,sevolvióysealejóconelgloboflotandoasuespalda.
«Nuncanosprestóesepoder,pensé.Noscedióunoscuantoscamposdefuerzadeprotecciónen formade“chaqueta”,peropocos.Lasesferasyesas lanzasque leviusarelotrodía…Nonosrevelótaleshabilidades».
Por temor a que algún día las usaran para matarlo. Chispas, ¿cómo íbamos alograr que nos prestase sus habilidades? Conocía su punto débil, pero alcanzarloseguíapareciéndomeimposible.
CuandoTiayelProfesorsefueron,cerrélosojos.Mesentíauncobarde,nopornohaberlogradosalvaraTia,sinoporlasganasenormesquehabíatenidodequeellavolvieraconnosotros.
Habría tomado el mando, nos habría dirigido. Habría sabido qué hacer. Pordesgracia,esepesovolvíaarecaersobremishombros.
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Volvíaaencontrarmeenunlugaroscuroycálido.Teníarecuerdos…,voces,comolamía,quehablabanenarmonía.Juntaséramos
uno.Poralgunarazónhabíaperdidoesasvoces,perolasquería, lasnecesitaba.Meproducíadolorelestarseparadodelasvoces.
Almenossentíacalor,seguridadycomodidad.Sabía lo que vendría, aunque en el sueño no me pude preparar. Por tanto, el
estruendo de los truenos me conmocionó igualmente. Sonidos horribles yatronadores, como cientos de lobos furiosos. Luz nauseabunda y fría. Quebrando,atacando,asaltando,asfixiando.Veníaconlaintencióndedestruirme.
Meincorporédegolpe,completamentedespierto.Volvíaaestarenelsuelodelahabitacióndearriba,enelrefugio.Megan,Codyy
Mizzy dormían cerca demí. Esa nocheAbrahammontaba guardia. Teniendo a unÉpicoimprevisibleconnosotros,nadiesesentíacómododurmiendosolooenpareja,ysiempredejábamosaalguiendeguardia.
Chispas.Quépesadilla.Unapesadillaespantosa.Teníaelpulsoaceleradoylapielsudada. Había empapado la manta de sudor; podría haber llenado un cuboretorciéndola.
«Voyatenerquecontárseloalosdemás»,pensésentadoenlaoscuridad,tratandoderecuperarelaliento.LaspesadillasguardabanunarelacióndirectaconlosÉpicosy sus puntos débiles. Estaba sufriendo una persistentemente. Bueno, tal vezsignificaraalgo.
ApartélamantaconlospiesymedicuentadequeMegannoestaba.Amenudoselevantabaporlasnoches.
Paséentrelosotrosparasaliralpasillo.Nomegustabaaquelmiedo.Yanoerauncobardecomodepequeño.Podíaenfrentarmeatodo.Acualquiercosa.
Llegué al pasillo y me asomé a la habitación de enfrente. Vacía. ¿Adónde sehabríaidoMegan?
AbrahamyyohabíamosvueltomuytardedelabasedelclanStingrayyhabíamosdecidido dejarlo por esa noche y dedicar el día siguiente a examinar la nuevainformaciónquenoshabíapasadoTia.LeshabíareveladoelpuntodébildelProfesor,loqueleshabíadadoquepensar.Erasuficientedemomento.
Llegué hasta los escalones, pisando descalzo la sal. Había que tener muchocuidadoconelagua;siderramabasunpoco,elsuelo temanchaba lospies. Inclusoestandosecamelevantabaporlasmañanasconunacapadesalenlaspiernas.Estabaclaro que construir una ciudad de un material que se podía disolver era peor queconstruirla de acero. Por suerte, ya no notaba el olor, e incluso empezaba a
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acostumbrarmealasequedad.DiconAbrahamenelpisointermedio,eldelacocina,iluminadoporlaluzdel
móvil, con el rtich en lasmanosyuna enormeburbujademercurio flotando en elaire.Laverdadesqueelmercurioproducíaunefectosobrenatural:loreflejabatodoyse deformaba cuando Abrahammovía las manos. Cuando las separó, el globo demercurio se alargó comounabarra depan francés.Debido a las distorsionesy losreflejos de la superficie espejada me parecía que reflejaba un mundo diferente ydeforme.
—Debemostenercuidado—medijoAbrahamenvozbaja—.Meparecequeheaprendidoacontener losvapores tóxicosqueemite,pero serámejorqueencuentreotrolugarparapracticar.
—Nomegustaquenosseparemos—dije,sirviéndomeunbuenvasodeaguadelaenormeneveraportátildeplásticoqueteníamosenlaencimera.
Abrahammeenseñólapalmadeunamanoyelmercurioadoptóformadedisco,comodeplatoancho…odeescudo.
—Es maravilloso —comentó—. Obedece perfectamente mis órdenes. Y miraesto.
Hizobajareldiscoplanoysesubióaél.Losostenía.—Chispas—dije—.Puedesvolar.—No exactamente —dijo Abraham—. No puedo desplazarlo mucho mientras
estoyencimaydebotenerlocercaparamanipularlo,peromiraesto.Eldiscodemercurioondeóyunaporciónsobresalió,formandoescalonesdelante
deAbraham.Escalonesreflectantesdemetal,muyestrechosymuyfinos.Subióporellos,agachándoseamedidaqueseacercabaaltecho.
—Nos vendrámuy bien contra el Profesor—dijo Abraham—. Esmuy fuerte.Quizápuedaemplearlocontrasuscamposdefuerza.
—Sí.Abrahammemiró.—¡Quépocoentusiasmo!—Estoydistraído.¿Larcenersiguedespierto?—Laúltimavez quemiré lo estaba—dijoAbraham—.Noparece que le haga
faltadormir.Habíamos hablado de qué hacer con él, pero no habíamos decidido nada. De
momentonohabíasidounaamenaza.—¿DóndeestáMegan?—pregunté.—Nolahevisto.Quéraro.Sihubierasalidotendríaquehaberpasadoporallí.Yonolahabíavisto
en el piso de arriba, que era muy pequeño. Quizás Abraham no se hubiese dadocuentadequesalía.
Siguió con el rtich, bajando los escalones y creando otras formas.Me costabamirarlo,porunmotivoinfantil,sobretodo.Habíamosacordadoporunanimidadque
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Abrahampracticaríaconeldispositivo.CodyyMizzyloapoyarían.AhoraAbrahameraellíder.
Pero, chispas, ese cacharro era genial. Con suerte el aparato sobreviviría a lamisión.EncuantohubiéramosrecuperadoalProfesoryaTia,yopodríavolveramitrabajodeverdad.
DejéaAbrahamyfuialpisodeabajoparaverquéhacíaLarcener.Meparéenelumbraldesuhabitación.
Caramba.Lasparedes,hastaentoncesdesnudas,estabanforradasdesuaveterciopelorojo.
Unoscandelabrosbrillabansobrelasmesasdecaoba.Larcenerestabatendidoenunsofá tan elegante como cualquiera de los que teníamos en el escondite deBabilar.Llevabaunosenormesauricularesyteníalosojoscerrados.Nooíloqueescuchaba,siescuchabaalgo.Lomásprobableeraqueestuviesenconectadosaunmóvil.
Entré.Chispas.Lahabitaciónparecíamásgrandequeantes.Larecorríydescubríqueefectivamenteloera.
«Distorsión espacial», pensé, añadiendo ese poder a su lista. Calamity, era unpoderrealmenteincreíble.YosolohabíaoídorumoressobreÉpicosconesepoderysucapacidadparahaceraparecerobjetosdelanada…
—Podríasganarle—dije.Larcenernodijonada.Sequedóenelsofáconlosojoscerrados.—Larcener—dijeenvozmásalta.Sesobresaltó,sequitólosauricularesymemirófuribundo.—¿Qué?—Podrías ganarle—repetí—.Al Profesor. Si te enfrentaras a él, a lomejor le
ganarías. Sé que posees múltiples invencibilidades supremas. Eso, sumado a tucapacidaddecrearloqueseaydedistorsionarelespacio…Podríasganarle.
—Porsupuestoqueno.¿Quécreesquehagoaquíconunosidiotasinútilescomovosotros?
—Esalgoquetodavíanoentiendo.—Yo no me peleo —dijo Larcener, haciendo un movimiento para volver a
colocarselosauriculares—.Nosemepermite.—¿Quiénnotelopermite?—Yomismo.Que otros se peleen.Mi papel es observar. Incluso gobernar esta
ciudadprobablementeseainapropiadoparamí.Lagente, incluidoyo,suponíaque todos losÉpicoseranesencialmente iguales:
egoístas, destructivos, narcisistas. Pero aunque compartían realmente esascaracterísticas,tambiéncadaunoteníasupropiogradoderareza.Obliterationcitabalasescriturasyaspiraba,aparentemente,adestruir toda lavidadelplaneta.Regaliacanalizaba su oscuridad en forma de maquinaciones cada vez más ambiciosas.Nightwielder,enChicagoNova,insistíaenactuaratravésdeintermediariosdenivelinferior.
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Larcener tenía su psicosis personal, por lo visto. Metí la mano en un cuencosostenido por un pedestal demármol colocado junto a la puerta. Palpé cuentas devidrio.No:diamantes.
—Supongo—dije—quenopodríasfabricarmeun…—Basta.Lomiré.—Deberíahaberlodejadoclarodesdeelprincipio—dijo—.Noobtendréisnada
de mí. No estoy aquí para haceros regalos, ni para facilitaros la vida. No meconvertiréenuncriado.
Suspiréysoltélosdiamantes.—Noduermes—dije,cambiandodetáctica.—¿Y?—AsumoqueobtuvisteesepoderdeotroÉpico.¿Lohicisteespecíficamentepara
evitarlaspesadillas?Memiróunmomento.Luego,dejódegolpe los auricularesy se levantódeun
salto.Diounúnicopaso,perosalvólanotabledistanciaquenosseparaba.—¿Cómosabeslodemispesadillas?—mepreguntó,cerniéndosesobremí,más
corpulento,másalto.Me quedé boquiabierto. Tenía el corazón acelerado. Hasta aquel momento
siempre sehabíamostradoclaramentegandul connosotros.Ahora, empequeñecidoporunLarcenerdedosmetrosconunamuecahorribleymiradadeloco,creíestaraunpasodelamuerte.
—Yo…—Traguésaliva—.TodoslosÉpicostienenpesadillas,Larcener.—Tonterías—dijo—.Soncosamía.Soyúnico.—HablaconMegan—dije—, tediráqueella las tiene.Opuedes ir abuscara
cualquierotroÉpicoy sacárseloagolpes.Todos tienenpesadillas relacionadasconsuspuntosdébiles.Loqueunapersonatemeseconvierte…
—¡Dejadementir!—gritóLarcener.Mediolaespaldaysedejócaerenelsofá—.LosÉpicossondébilesporquesonestúpidos.Destruiránestemundo.Dalepoderaunhombreyabusarádeél.Esoesloúnicoquehacefaltasaber.
—¿Y tú nunca has sentido la oscuridad súbita derivada de usar tus poderes, laausenciadeempatía,eldeseodedestruir?—lepregunté.
—¿Dequémehablas,hombrecitoestúpido?Vacilé, intentando entenderlo… sin éxito. Quizá la oscuridad lo consumía
constantemente.Desdeluegosecomportabaconbastantearrogancia.Sinembargo,nonoshabíahechoningúndaño.Legustabadarnosórdenes,pero
nocomolasdabanlosÉpicos.Seportabamásbiencomounniñomalcriado.—Te enfrentaste a tu miedo de joven—adiviné—. Creciste siendo un Épico,
capazdeconseguirtodoloquequerías,perojamássentistelaoscuridad.—No seas estúpido —dijo—. Te prohíbo que sigas diciendo idioteces.
¿Oscuridad? ¿Quieres echar la culpa de todas las cosas espantosas que hacen los
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Épicos a una especie de idea o de sentimiento confuso? Bah. Los hombres seautodestruyenporqueselomerecen,¡noporalgunaemociónofuerzamística!
«Le hace frente continuamente—pensé—. Sea cual sea su miedo, lo ve y loderrota todos los días». Eso era lo que habíamos aprendido conMegan; si no semanteníaenguardia,laoscuridadlainvadíalentamente.
Salídesuhabitaciónpalaciega.—¡Osodio,quelosepas!—megritó.Volvíaasomarmedentro.Estabaechadoenelsofá,yrealmenteparecíaunniño.
Unadolescenteconlosauricularespuestosintentandopasardelmundo.—Oslomerecéis—añadió—.Lagenteesfundamentalmentemalvada.Esoeslo
que demuestran los Épicos. Por eso estáis muriendo. —Cerró los ojos y echó lacabezaatrás,alejándosedemí.
Me estremecí y miré en la otra habitación, repleta de suministros, buscando aMegan.No estaba.Arriba,Abraham seguía practicando en la cocina.En el últimopisollaméalapuertadeldiminutobaño.Pordesgracia,habíamostenidoquerecurrirotravezalusodecubos.Volvíamirarenelotrodormitorio.
Vacío.¿Dónde…?Unmomento.Enlahabitaciónoscurahabíaalgodemasiado…¿oscuro?Fruncíel
ceñoyentré,atravesandounvelo.AlotroladoestabaMegan,sentadaenelsueloconlaspiernascruzadasyunavelitajuntoaella.Mirabafijamentealapared.
Unaparedqueyanoestaba.Lapareddelesconditesimplementehabíadesaparecido.Yalotroladotampoco
había ciudad.Megan contemplaba un paisaje nocturno de campos agitados por elvientobajomilesdemillonesdeestrellas.Sefrotabalamano.
Notómipresenciacuandoentré.Ibaacogerelarmaqueteníaalladoperoluegoserelajóalcomprobarquiénera.
—Ah—dijo—.Notehedespertado,¿verdad?—No.—Mesentéasulado—.Esunavistaespectacular.—Esfácilcrearla—dijo—.EnmuchasdelasramasdeposibilidadesIldithiano
ha pasado por aquí. Ha sido fácil encontrar una en la que no estuviese y hubiesecampoabierto.
—Entonces,¿quéesesto?—pregunté,estirandoelbrazo—.¿Esreal?Palpélapareddehalita,aunqueparecíaquetocabaunespaciovacío.—Porahoranoesmásqueunasombra—dijo.—Peropuedesirmásallá—dije—.ComocuandomesalvastedeKnighthawk.—Sí.—TrajisteaFirefight—añadí,palpandodenuevolaparedinvisible—.Nosolosu
sombra,nosolounaproyeccióndeotromundo.Élenpersonaestuvoaquí.—Veo cómo trabaja tu cerebro, David —me dijo con cautela—. ¿Qué estás
pensando?—¿HayunarealidadenlaqueelProfesornohayasucumbidoasuspoderes?
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—Esprobable—dijoMegan—.Esuncambiopequeñoymuyreciente.—Porloquepodríastraerloaquí.—No por mucho tiempo—dijoMegan—. ¿Qué? ¿Quieres reemplazarlo en el
equipo?Mis soluciones son temporales.Es…—Dejó de hablar y abriómucho losojos—.NoquieresunProfesordereemplazo.QuieresunProfesorqueluchecontraelnuestro.
—Temesuspoderes,Megan.Alprincipio intenté idearuna formadeengañarloparaqueleprestaseaalguiensushabilidades,peronohayrazónparaelloteniéndoteati.SipuedestraerunaversióndelProfesordeotromundo,losenfrentaremosylisto.ActivaremoselpuntodébildelProfesor.Loobligaremosaenfrentarseasuspropiospoderes de la formamás directa posible y, por tanto, lo ayudaremos a derrotar laoscuridad.
Sequedópensativa.—Podríamos intentarlo —dijo—. Pero, David, no me gusta depender de los
poderes.Demispoderes.Miré como se frotaba lamano. Una quemadura reciente. Eché un vistazo a la
vela.—Talvezsealaúnicaforma—ledije—.Seguroquenoseloespera.Sivamosa
salvaraTia…—Quieresquesigapracticando—dijo—.Quevayamásalláquenunca.—Sí.—Espeligroso.Norespondí.Sabíaqueerapeligrosoysabíaquenodebíapedírselo.Noerajusto.
Pero,chispas…ElProfesorhabíaatrapadoaTia.Algoteníamosquehacer.—Vale—dijoMegan—.Voya intentaralteraralgomás la realidad.Serámejor
quetealejesunpocodelapared.Esohice.Meganseconcentró.Yeledificioenterodesapareció.Mequedésolo,flotandoenelaire,enunmundo
desconocido.
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Mediounvuelcoelestómagomientrascaía.Trasdesplomarmeunosseismetrosmegolpeéconlosespesosarbustos.Lavegetacióndetuvolacaída,peroelimpactomedejó sin aliento. Me quedé tendido, intentando respirar sin conseguirlo. Por fin,agónicamente,hinchédeairelospulmones.
Uncielotachonadodeestrellasgirabayondeabasobremicabeza.Teníalosojosllenosdelágrimasynoloveíabien.Chispas…Habíamuchasestrellasyformacionesextrañas.Cúmulos, cintas, campos luminosos sobreel fondonegro.Todavíanomehabíaacostumbrado.EnChicagoNova, laoscuridadcreadaporNightwielderhabíaocultadoelcielo,asíquehabía tenidoqueimaginarmelasestrellas.Conelpasodelos años los recuerdos se habían difuminado y había empezado a imaginármelasespaciadasregularmente,comoenmisvagosrecuerdosdeloslibrosinfantiles.
Enrealidadestabanmuchomásdesordenadas,comocerealesdesperdigadosporel suelo. Gemí y logré sentarme. «Bueno —pensé mirando a mi alrededor—,seguramente me lo merezco». ¿Qué había pasado? ¿Había caído en la dimensiónalternativadeMegan?
Esomeparecióalprincipio,aunquemeenfrentabaaunelementoextraño:Ildithiaseguíaallí,alolejos.¿NohabíadichoMeganqueenelmundodesombralaciudadnohabíapasadoporeselugar?
Había otro detalle discordante. Tardé un rato vergonzosamente largo a darmecuenta.
¿DóndeestabaCalamity?Las estrellas seguían allí, salpicando el cielo, pero el omnipresente punto rojo
había desaparecido. Inquietante. Calamity siempre estaba en el cielo de noche.InclusoenChicagoNovalograbaatravesarlaoscuridadparamirarnosconfuria.
Me levanté mirando el firmamento, intentando localizar a Calamity. Y allevantarmetodoamialrededorcambió.
Volvíaaestarenelescondite,alladodeMegan,quemesacudía.—¿David?¡Oh,chispas!¡David!—Estoybien—dije,tratandodesituarme.Sí,habíavueltoalmismolugardonde
habíaestadoantesdecaer.Laparedyanoeratransparente—.¿Quéhapasado?—Tehemandadoalotroladoporaccidente—dijoMegan—.Hasdesaparecido
porcompletohastaquehasvuelto.¡Chispas!—Interesante.—Aterrador—dijoella—.¿Quiénsabeloquepodríashaberteencontradoalotro
lado,David?¿Ysitehubiesemandadoaunmundoconunaatmósferadiferenteytehubierasasfixiado?
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—Era como nuestro mundo —dije, frotándome el costado y mirando a mialrededor—.Ildithiaestaba,perolejos.
—¿Qué?¿Deverdad?¿Estás seguro?Deliberadamente escogíunmundodondeestaregiónestuviesedeshabitada,paratenerunabuenavista.
Mesenté.—Sí.¿Puedesalcanzaresemismomundootravez,apropósito?—Nolosé—dijo—.Loquehago,enciertaformasimplementesucede.Escomo
doblarelcodo.—Ocomerseunagalleta—dije,asintiendo.—En realidad no exactamente, pero da igual.—Vaciló antes de sentarse a mi
lado. Al cabo de un momento, Cody asomó la cabeza. Por lo vistoMegan habíagritadomuchollamándome.Elvelohabíadesaparecido,asíquepodíavernos.
—¿Todobien?—preguntóconelrifleenlamano.—Depende de tu definición de bien—dijoMegan, acostándose en el suelo—.
Davidmehaconvencidoparahacerunaestupidez.—Esoseledabien—dijoCody,apoyándoseenelmarcodelapuerta.—Estábamoscomprobandosuspoderes—ledijeaCody.—Ah.¿Ynomelohabéisadvertido?—¿Quéhabríashecho?—lepregunté.—Me habría levantado y me habría comido unas haggis —dijo Cody—. Es
agradable comerse unas buenas haggis antes de que alguien destruya tu refugioaccidentalmenteconuninesperadoestallidodepoderÉpico.
Fruncíelceño.—¿Quésonlashaggis?—Nopreguntes—meaconsejóMegan—.Estádiciendotonterías.—Te las puedo enseñar—dijo Cody, señalando con el pulgar por encima del
hombro.—Unmomento—dijoMegan—.¿Enserio?¿Tienes?—Sí.Elotrodíaencontréenelmercado.Supongoqueporaquícreenenesode
aprovechartodoelanimal,¿no?—Unapausa—.Claroquesonasquerosas.Meganfruncióelceño.—¿NoeselplatonacionaldeEscocia,unembutidodevíscerasdecorderooalgo
así?—Por supuesto—dijoCody, entrando tranquilamente en la habitación—.Es el
hecho de ser asqueroso lo que lo convierte en escocés. Solo los verdaderamentevalientes se atreven a comérselo.Así uno demuestra que es un guerrero. Es comollevarkiltenundíaventosoyfrío.—Sesentóconnosotros—.Bien,¿quépasaconlospoderes?
—Meganmehaenviadoaunadimensiónalternativa—dije.—Estupendo.—Codymetióunamanoenelbolsilloy sacóunachocolatina—.
Notehabrástraídoningúnconejomutanteninadaparecido,¿verdad?
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—Ningúnconejomutante—dije—.PeroCalamitynoestaba.—Bien, eso es todavíamás raro—dijoCody.Mordió la chocolatina.Hizo una
mueca.—¿Qué?—pregunté.—Sabeatierra,chico—dijo—.Echodemenoslosviejostiempos.—Megan—dije—,¿puedesvolveramostrarunaimagendeesemundo?Memiróconescepticismo.—¿Quieresseguiradelante?—Usando la vara de medir los poderes épicos —dije—, esto no parece
excesivamente peligroso.Quiero decir quemehasmandado a otromundopero hevueltoenseguida.
—¿Ysiha sidopor faltadepráctica?—mepreguntóMegan—.¿Ysi al seguirhaciéndolosevuelvemáspeligroso?
—Entoncesesosignificaráqueestásaprendiendoaconseguirquelosefectosseanmáspermanentes—dije—.Loqueparanosotros seríaunaventajaenorme.Vale lapenaarriesgarse.
Apretóloslabios,peroparecíaconvencida.Quizásemedabaunpelíndemasiadobienesodelograrquelagentehiciesetonterías.DeesomehabíaacusadoelProfesoraquellavez.
Meganhizoungestohacia laparedquehabíamodificadoantes.Desaparecióyvolvimosaverunaextensapradera.
—Ahoraelotrolado—dije,señalandolapuertaporlaquehabíaentradoCody.—Esoespeligroso—meadvirtió—.Sinosquedamosentredossombrasesmás
probableque laotradimensiónpenetre.Pero teda igual,¿verdad?Vale.Porcierto,porestomedebesunmasajedeespalda.
La pared opuesta desapareció. Era como si los tres nos encontráramos en unedificio solitario enmedio de la pradera al que le faltabandos paredes.Esa nuevaperspectivanospermitíaverlomismoqueyohabíavistoantes:Ildithiaalolejos.
—Eh—dijo Cody, poniéndose en pie. Usó la mira del rifle para examinar laciudad.
—Enestadimensiónlaciudadestáenunlugardiferente—dijoMegan—.Noesdeextrañar.Esmásfácilverdimensionessimilaresalanuestra,tendríaquehaberlosupuesto.
—No, no es eso—dijo Cody—. En esta dimensión, Ildithia está en el mismolugar.Perotuventananoseabredondedeberíaestarelescondite.
—¿Qué?—dijoMegan,levantándose.—¿Vesesoscampos?EstánalestedeIldithia.Esaarboledatambiénlosbordeaen
nuestra dimensión. La ciudad está en elmismo sitio; simplemente la vemos desdefuera.
Meganparecíainquieta.—¿Quépasa?—lepregunté.
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—Siemprehabíacreídoquemissombraseranunaconexióndirectaconelmismopunto—dijo—. Si traía algo, era porque estaba en la otra dimensión, justo en elmismolugar.
—Estamoshablandodealterarlarealidad—dijoCody,encogiéndosedehombros—.¿Porquéibaaimportarlaposición,chiquilla?
—Nolosé—dijo—.Simplemente,nuncasemehabíaocurrido.Mepreguntoenquémásestaréequivocada.
—No está Calamity —dije, acercándome tanto como me atreví a la paredinvisible—.Megan,¿ysilassombrasquecapturassonsiempredelmismomundo,deuno paralelo al nuestro? Siempre veo a Firefight cuando empleas tus poderes. Esopareceindicarquelassombrasquetraessonsiempredesumundo.
—Sí —dijo—, o eso o existen cientos y cientos de versiones diferentes deFirefightyencadamundohayuna.
Codybufó.—Menudodolordecabeza.—Notehacesunaidea—dijoMegan.Suspiró—.Hehechocosasquetuteoríano
puedeexplicar,David.Quizásíquehayunmundoparalelosimilaralnuestroalquerecurroamenudo…perosimispoderesnoencuentranenél loquebuscovanmáslejos.Yjustodespuésdereencarnarme,vanacualquierlugar,hacencualquiercosa.
Miréa ladistanteIldithia todoel tiempoqueMeganmantuvolasombraactiva.Un mundo paralelo al nuestro, un mundo sin Calamity. ¿Cómo sería? ¿SeguiríahabiendoÉpicossinCalamityparadarlespoderes?
Finalmente,Megandejóquelasimágenessedesvaneciesenylemasajeéelcuelloparaayudarlaalidiarconeldolordecabezaproducidoportantaactividad.Nodejabademirar lavela,perono lausó.Poco tiempodespués los tresvolvimosa lacama.Necesitábamosdormir.
Al día siguiente repasaríamos el plandeTia e intentaríamoshallar la formaderescatarla.
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TERCERAPARTE
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Pasélamanoporelestantedehalita.Medesconcertóquelosdedosdejaransurcos.Sacudílamano,lanzandosalrosaalsuelo.Mientrasmiraba,elestantedelaparedsepartióporlamitadysedeshizo.Lasalcayócomolaarenadeunreloj.
—Abraham—dijecuandopasóamilado.—Nosquedaundíaantesdetenerqueirnos,David—dijo.—Nuestroesconditeseestádesintegrando,literalmente.—Losaccesoriosylosadornossonloprimeroendeshacerse—dijo,metiéndose
en el dormitorio libre del tercer piso, donde la noche antesMegan y yo habíamosexperimentadoconsuspoderes—.Lossuelosylasparedesaguantaránunpocomás.
Nometranquilizódemasiado.—Aun así, pronto tendremos que irnos.Habrá que encontrar otro escondite—
dije.—Cody ya se está ocupando de eso. Dice que al final del día tendrá varias
opcionesparacomentarte.—¿Qué hay de las cuevas? —pregunté—. Bajo el terreno por el que pasa la
ciudadestánlasquecreóDigzone.Podríamosescondernosenellas.—Esposible—dijo.Entré en la habitación siguiendo aAbraham.Cody barríamientras silbaba. Iba
acumulando unmontón de sal en el suelo.Aparentemente, la halita que habíamoscreado se desintegraba al mismo ritmo que la otra. Pronto toda la zona sedesmoronaríaylasaldesaparecería.
Por el techo de halita, cada vezmás delgado, entraba la luz de lamañana.Meacomodé en un taburete que Cody había comprado en una de sus misiones deintendencia. Resultaba extraño residir en una ciudad donde no había basura querecoger;Ildithiasimplementesealejaba,dejandoatrástodoloquetirabalagente.
Megan entró pero no se sentó. Se apoyó en la pared, con los brazos cruzados,vestidaconchaquetayvaqueros.Abrahamseagachójuntoalapared,trasteandoconel creador de imágenes que había calibrado previamente. Cody levantó la viejaescobaynegóconlacabeza.
—¿Sabéis?,creoquearrancomássaldelaquelimpio.—Suspiró,seacercóysesentóamilado,enotrotaburete.
AlfinalllegóMizzy,cargadaconunodelosresistentesportátilesdelequipo.LelanzóunchipdedatosaAbraham,queloinsertóenelcreadordeimágenes.
—Novaaserbonito,chicos—comentóMizzy.—Codyformapartedelequipo—dijoAbraham—.Yaestamosacostumbradosa
cosasquenosonbonitas.
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Codylelanzólaescoba.Abraham activó el creador de imágenes. Suelo y paredes se pusieron negros.
AparecióunaproyeccióntridimensionaldeIldithia,dibujadaconlíneasdecolorrojo.Dabalaimpresióndequeflotábamosporencimadeella.
Antes esome habría desorientado pero yame había acostumbrado.Me inclinéhaciadelantemirandoatravésdelsuelolaenormeciudad.Enlaimagen,crecíaysedesintegrabaaunritmoacelerado,aunquelosdetallesnoeranmuyconcretos.
—Es un modelo informático acelerado creado a partir de los datos de Tia—explicóMizzy—.Mehaparecidochulo.Laciudadsedesplazaaunritmoconstante,por lo que resulta posible predecir su forma y aspecto en un día determinado.Aparentemente,quiencontrolalaciudadpuededirigirlaempleandounaenormeruedadeunodelosedificiosdelcentro.
—¿Quésucedesichocaconotraciudad?—pregunté,incómodo.Enelmodelo,laciudadparecíaviva,unacriaturaquereptabayenlaquecrecíanedificioscomopúas.
—Las colisiones son desagradables —dijo Abraham—. Cuando vine aquí aexplorar, hace unos años, planteé esta misma pregunta. Si Ildithia choca con otraciudad crece en sus huecos. Los edificios presionando contra otros edificios, lascallescubrenotrascalles.Enelpasado,lagentequedóatrapadamientrasdormíaenhabitacionesinterioresymurió.Unasemanadespués,lasalsedesmoronóeIldithiasiguiósumarchaprácticamenteintacta.
—Encualquiercaso—dijoMizzy—,estonoeslodesagradable,chicos.Esperadaenterarosdelplan.
—Cuandoleechéunvistazomeparecióunplanbientrazado—dije,frunciendoelceño.
—Oh, y está bien trazado—dijoMizzy—. Es un plan asombroso. Pero jamáslograremosllevarloacabo.—Girólamano,empleandoelmovimientoparaampliarlaimagendelaciudad.EnChicagoNovatalcosaselograbaconcámarasydabalaimpresióndequevoláramos.Allídabamáslaimpresióndequeestuviéramosdentrodeunasimulación;desorientabamuchomenos.
Nos detuvimos cerca del centro, que, en la simulación, crecía al borde de laciudad,nuevoyreluciente.Surgióunedificioespecialmentealto,cilíndrico,comountermogigantesco.
—La Torre Sharp —dijo Mizzy—. Así se llama ahora. Antes era un hotelelegantedeAtlanta.EselpalaciodeLarcenerdonderesideelProfesor.Ocupanlospisosde arriba los lacayos favoritosdelmomento.ElÉpico reinante reside enunaampliaestancia,enlapuntadeledificio.
—¿Suben todos esos escalones? —pregunté—. El Profesor sabe volar. ¿Losdemásusanlasescaleras?
—Subenenascensor—dijoMizzy.—¿Desal?—preguntéalzandolavista.—Instalan una cabina, cables de metal y motor. Los de sal no sirven. Pero el
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huecosirveperfectamente.Fruncíelceño.Seguíapareciéndomemuchotrabajo,sobretodoporquehabíaque
hacerlo cada semana. Aunque que sus secuaces trabajaran como esclavosseguramentelesdabaigual.
—El plan de Tia es muy bueno —dijo Mizzy—. Su fin último era matar alProfesor,perodecidióquelehacíafaltamásinformaciónantesdeintentarlo.AsíquelaprimerapartedelplanincluyeunasecuenciadetalladaparainfiltrarseenlaTorreSharp. Tia pretendía piratear los ordenadores del Profesor para descubrir a qué havenidoaestaciudad.
—Pero nosotros podemos usar el mismo plan para rescatar a Tia en lugar depiratearlosordenadores.
—Sí—dijoMizzy—.Ajuzgarporlaseñaldelmóvilroto,Tiaseencuentracercade lapartesuperiordeledificio,enelpisosetenta,enunaespeciedehabitacióndehotel.Esunasuitemuyelegante,ajuzgarporlosplanos.Yomeesperabaalgomásparecidoaunaprisión.
—YanosdijoqueprimeroelProfesor intentaríaconvencerladesuracionalidad—dije.Sentíunescalofrío—.Cuandoseniegueadarlelainformaciónquequiere,seimpacientará.Entonceslascosassepondránfeas.
—¿Cuál es el plan?—preguntóMegan, que seguía apoyada en la paredque lanegruradelcreadordeimágenesoscurecía.Flotamos,mirandolaslíneasrojasdelaTorreSharp.Unnombreestúpido,yaqueeraredondaconlapartesuperiorplana.
—Vale —dijo Mizzy—. La misión la ejecutarán dos equipos. El primero seinfiltraráenunafiesta,enelúltimopisodeledificio.Larcenerpermitíaqueunadelaspersonas más importantes de la ciudad, una Épica llamada Loophole, organizasefiestasenlaTorreSharp.ElProfesorhaseguidoconlatradición.
—¿Infiltrarse?—preguntóAbraham—.¿Cómo?—Seinvitaalosjefesdelascomunidadesmásimportantesdelaciudadacambio
de trabajadoresespecializadosqueayudenamontar lafiesta—leexplicóMizzy—.TiaplaneabairjuntoconlosmiembrosasistentesdelclanStingray.
—Esovaaserdifícil—dijoAbraham—.¿Podremoshacerlo?Nodisfrutamosdelaconfianzadeningúnclan.
—Lacosaseponeaúnmásfea—dijoMizzyafablemente—.Mirad.—¿Mirad?—preguntóCody.—Hay animaciones —dijo Mizzy. Un grupo de personas representadas como
figuras esquemáticas avanzaron a saltitos por la calle y se reunieron con un grupomayorapretujadocontra la torre.Losdos«equipos»estabanrepresentadosencolorazul.Ungrupofuesaltandohasta losascensoresde laparteposterior.Elotroentróporunapuertatraseraysemetióenelhuecodeotroascensor.Dealgunaformasubióporelhuecohastaeltejado.
—¿Cómolohanhecho?—pregunté.—Contrepacables—dijoMizzy—.Dispositivosqueseenganchanauncablepor
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el que luego subes. Como veis, hay un ascensor de servicio, porque la genteverdaderamente importantenecesitaqueotraspersonasseocupendeella.¿Yquiénquerríairenunascensorllenodeapestososcriados?Elsegundoequiposeinfiltraporesehuecohastaelúltimopiso.
—Yesostrepacables,¿cómoseconsiguen?—pregunté.—No tengoni idea—dijoMizzy—.En la ciudadestá claroqueno sevenden.
CreoquelacomunidadqueprotegíaaTiaplaneabacomprarlosdealgunaforma.Mesentémuytieso,comprendiendoaquésereferíaMizzyaldecirquelacosase
pondría aúnmás fea.Al abandonar el clanStingray,Carla y los demásnoshabíandejadobienclaritoquenonosayudaríanarescataraTia.ElencuentroconelProfesorloshabíadejadoaterradosyestabandecididosasacaratodasugentedelaciudad.AlolargodelasiguientesemanasaldríanaescondidasdeIldithiayhuirían.
—Esonoestodo—prosiguióMizzy—.ParaejecutarelplandeTianecesitamosuna tonelada de cosas.Dispositivos para piratear de últimageneración, paracaídas,batidoras…
—¿Enserio?—preguntóCody.—Sí.—Genial—dijo,acomodándose.A mí no me parecía tan genial. Observé cómo se iba desarrollando el plan,
ejecutadoporlasfiguritasanimadas.Dosequipos,operandoindependientementeparadistraer,infiltrarseyrobar…TodosinqueelProfesorseenterasedeloquepasaba.EraunbuenplanypodríamosusarlopararescataraTia.
Tambiéneraimposibledeejecutar.—Nos harían faltameses para reunir todo el equipo—dijo Abrahammientras
mirabacómolasfiguritassalíanenparacaídasdeledificio—.Dandoporsupuestoquepudiésemospagarlo.
—Sí —dijo Mizzy de brazos cruzados—. Os lo advertí. Tendremos queinventarnosotracosa.Disponemosdemenostiempoymenosrecursos.Vamos,unalata.
Lasimulacióndelasfiguritasacabóyconeltiempoeledificioqueflotabafrentea nosotros llegó al borde de Ildithia y se desintegró, fundiéndose como un heladoabandonadoquenadiesecome.
«Notenemostiempoparaidearunplanmejor—pensé,echandounvistazoalalistadematerialnecesarioyconvenientequeflotabaenelaire—,nisiquieraunplanpeor».
Melevantéysalí.Meganfuelaprimeraenseguirmeymealcanzóconrapidez.—¿David? —me preguntó. Frunció el ceño al darse cuenta de que tenía la
chaqueta llena de sal por haberse apoyado en la pared. Se la sacudió mientrasbajábamoslosescaloneshastaelsegundopiso.
Los demás nos siguieron.Nodije nada, guiando al grupo hasta el primer piso.
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Allí oímos voces en el edificio contiguo. Nuestros vecinos se anticipaban a ladestruccióndesushogares.
EntréenlahabitacióndeLarcener.ElÉpicoestabasentadoenvueltoenmantas,aunquenohacíafrío,enunsillón,juntoaunachimeneaquenohabíaencendido.
Esta parte tenía que ejecutarla con tranquilidad, con cuidado, comoun líder deverdad.
Meechéenunodelossofás.—Bien,seacabó.Estamosacabados.Losiento,excelencia.Tehemosfallado.—¿Quémeestáscontando?—inquirió.—ElProfesorcapturóaunadelequipo—dije—.Probablementeahoramismola
estétorturando.Prontosabrátodoloquequieradenosotros.Estanocheyaestaremosmuertos.
—¡Idiotas!—Larcenerselevantófurioso.Elrestodelequiposeapretujóalotroladodelapuerta.—Es posible que quierasmatarnos túmismo—le dije—, para disfrutar de esa
satisfacciónenlugardedejárselaalProfesor.Meganmemirócomosidijera:«¿Quéhaces,tarugo?».Yaestabaacostumbrado.—¿Cómohapodidopasar?—Larcenercaminabasinparar—.Sesuponequesois
muy capaces, muy eficientes. ¡Unas eminencias! ¡Ya veo que sois totalmenteincapaces,comosuponíadeentrada!
—Sí—dije.—Estarésoloenestaciudad—añadió—.Nadiemásseatreveráaenfrentarseaun
GranÉpico.Mehasdefraudadocompletamente,humano.ViniendodeunÉpico,erauninsultomuygrave.—Losiento,miseñor—dije—,peroyanopodemoshacernada.—¿Qué?¿Nisiquieravaisaintentarmataravuestraamiga?—Bien,hayunplanque…—Callédegolpe—.¿Matarla?—Sí,sí,asesinarla,paraquenopuedahablar.Esladecisiónlógica.—Ah,cierto.—Traguésaliva—.Bien,tenemosunplanbastantebueno,perono
podemos llevarlo a cabo porque nos hacen falta muchas cosas que no tenemos.Paracaídas.Maniquíes.Tecnología.—Se lo estabavendiendobien—.Claroque, sialguienpudiesecrearesascosasparanosotros…
Larcenersevolvióhaciamíyentornólosojos.Sonreíconcaradeinocente.—Peóninsolente—murmuró.—Todos los Épicos habláis de esa forma—dije—. ¿Os imparten un curso de
lingüísticaparadictadoresoalgoasí?Esdecir,quiénhabla…—Es todo una artimaña para que me convierta en vuestro sirviente —me
interrumpió Larcener, acercándose—. Te dije claramente que no emplearía mispoderesparaserviros.
Mepuseenpie,mirándoloalosojos.
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—Tia,unmiembrodenuestroequipo, estáenmanosdelProfesor.Tenemosunplanparasalvarla,peronopodremosejecutarlosinrecursos.Ocreaslosobjetosquenoshacenfaltaonosiremosdelaciudadabandonandoestacausa.
—Yonomeimplico—dijoLarcener.—Ya estás implicado, amigo.O te pones a trabajar comounmiembromás del
equipootelargas.Buenasuerteconesodesobrevivirenlaciudad.ElProfesortieneatodoslosmatonesyÉpicosbuscándote.Haycontrolesaleatoriosenlacalleconundispositivozahorí,recompensasenormes,tucarahasidodistribuidaporahí…
Larcenertensólamandíbula.—Sesuponequeelmalvadosoyyo.—No.Nosécómoleganastealaoscuridad.Noeresmalvado;noeresmásque
unniñomimadoyegoísta.—Hiceungestoalosotros—.Tedaremosunalista.Todoesposiblecontupoder.Puedescrearcualquiercosa,hastadeltamañodeunsofá.Elalcanceesdeunoscincokilómetros,sinorecuerdomal.Ellímitemáximodemasanodeberíaserningúnproblema.
—¿Cómo…?—Memirófijamente,comosimevieseporprimeravez—.¿Cómosabestodoeso?
—Tuspoderesde creación losobtuvistedeBrainstorm.Tengo todoun informededicadoaella.—Fuihacialapuerta.
—Hayalgoenloquetienesrazón—medijoLarcener—.Nosoymalvado.Soyelúnicoquenoloes.Todoslosdemásenestemundoasqueroso,horribleydemencialhansucumbido.Sonmalvados,pecadores,vomitivos…comoquierasllamarlos.Hansucumbido.
Lomiréporencimadelhombro,denuevodirectamentealosojos.Juroquelavienesosojos:laoscuridad,comounmarinfinito.Elodioturbulento,eldesprecio,eldeseoincontrolablededestruir.
Mehabíaequivocado.Nolahabíasuperado.Seguíasiendounodeellos.Eraotracosaloquelocontenía.
Inquieto,mevolvíysalídelahabitación.Medijequeteníaquepasarleunalistalo antesposible,pero lo cierto esquenopodía seguirmirándoloa losojos;queríaalejarmetodoloposibledeellos.
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—Puessí—medijoEdmundporelmóvil—,ahoraquelopienso,algoasímepasó.—Cuéntamelo—dije,ansioso.Con el móvil pegado al hombro de la chaqueta y el auricular a la oreja,
organizaba los elementosde lamisiónde aquella noche.Meencontraba a solas enunahabitacióndenuestronuevoesconditeprovisional.Yahabíanpasadocincodíasdesde la capturadeTiay todo avanzaba según loplaneado.Lehabía comentado aCodylaideadeusarlascuevasdelaciudad,perofinalmenteconcluimosquenadielashabíaexploradoadecuadamenteypodíanserinestables.
Asíquehabíamosseguidounadesussugerenciasyocupadounlugarocultobajoelpuentedeunparque.Pormuchoqueyodesease irarescataraTia,nohabíamospodido ponernos en marcha de inmediato. Nos había hecho falta tiempo paraestablecernos en otro lugar y practicar. Además, el plan de Tia requería que secelebrara una fiesta en la Torre Sharp y esa noche se celebraría la primera. SoloesperábamosqueTiahubieseaguantado.
—Debiódeser…,oh,haceunosdosotresaños—dijoEdmund—.MisanterioresamoslehabíancontadoaSteelheartquelosperroseranmipuntoflacoydevezencuandomeencerrabaconchuchos,peronoparacastigarmeporalgoconcreto.Nuncaloentendí.Erauncomportamientosinfundamento.
—Queríaqueletuviesesmiedo—ledije,repasandoelcontenidodeunamochilaycomparándoloconlalista—.¡Erestanequilibrado,Edmund!Avecesparecequenoletienesmiedoanada.Seguramenteesolepreocupaba.
—¡Oh,síquetengomiedo!¡Nosoymásqueunahormigaentregigantes,David!Estoymuylejosdeserunaamenaza.
Un detalle que a Steelheart le habría dado igual. Mantenía Chicago Novasometidaaunapesadumbreyoscuridadperpetuas, simplementeparaasegurarsedeque sus súbditos le tuvieranmiedo.Su segundonombreeraParanoia.Aunquesoloteníauno,Steelheart,asíqueParanoiahabríasidomásbiensuapellido.
—Bueno—continuóEdmundporelmóvil—,puesmeencerrabaconperros.Eranunos perros horribles, rabiosos. Me acurrucaba pegado a la pared y lloraba. Lasituación,enlugardemejorar,empeoraba.
—Lesteníasmiedo.—¿Por qué no iba a tenérselo? —dijo—. Contrarrestaban mis poderes. Me
destrozaban,meconvertíanenunhombrecorriente.Fruncíelceñoycerrélamochila.CogíelmóvilparaveraEdmundenlapantalla.
Eraunhombremayordepielmorenaconunligeroacentoindi.—Pero si cedías tus poderes, Edmund —dije—. Los prestabas. ¿Por qué te
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molestabanotenerpoderes?—Mehacenvaliosopara losdemás, loquemepermitevivir rodeadode lujoy
relativamente tranquilo, mientras que otros se mueren de hambre y luchan porsobrevivir.Mis poderesme convierten en alguien importante,David. Perderlosmeaterraba.
—Losperrosteaterraban,Edmund.—Esloquehedicho.—Sí,peroesposiblequeconfundaslacausa.¿Ysinotemesalosperrosporque
anulantuspoderes,sinoquelosperroslosanulanporquelostemesaellos?Miróhaciaotrolado.—¿Tienespesadillas?—lepregunté.Asintió.Noveíademasiadobienlahabitacióndondeseencontraba,enunlugar
seguro de las afueras de ChicagoNova que el Profesor no conocía. No habíamospodidohablarconEdmundhastaqueKnighthawklehabíahechollegar,pormediodeun dron, unmóvil nuevo. Le habíamos pedido que apagase el viejo y no se habíamolestado en volver a conectarlo, afirmaba que por precaución, por si fracasabanuestroataquealaFundición.Otradesuspequeñasrebeliones.
—Pesadillas —dijo, todavía sin mirar hacia la cámara—. Me persiguen. Losdientesmemuerden,semeclavan,medestrozan…
Le concedí un momento y volví al trabajo. Al agacharme, se me salió por elcuellode lacamisetaelcolgantequemehabíaregaladoAbraham,elque teníauna«S»estilizada: el símbolode losFieles, losque creían en la llegadade losbuenosÉpicos.
Lollevabaporque,alfinyalcabo,teníafeenlosÉpicos.Másomenos.Melovolvíameterdebajodelacamiseta.Habíarevisadoelcontenidodetresmochilas,mequedaban dos por revisar. Incluso Cody, que se encargaría de dirigir la operación,necesitaba un equipo de emergencia por si algo salía mal. El nuevo refugio, unconjuntodetreshabitacionesconstruidoatodaprisabajounpuenteenunparquequerara vez visitaba alguien, no era tan seguro como el anterior y no queríamos dejarnadaimportanteenél.
Teníaqueacabareltrabajo,peroqueríamiraraEdmund,nosolooírlo.Eraunaconversaciónimportante.Penséunmomentocómohacerlo.Entoncesviunagorradecamuflaje de Cody encima de un montón de suministros que habíamos traído delanteriorrefugio.
Sonreí,cogícintaadhesivaymecolguéelmóvildelavisera.Mehizofaltacomomediorollodecinta,pero…Cuandomelapuse,elmóvilquedócolgandodelantedemi cara como la interfaz de un casco. Vale, una interfaz bastante chapucera. Encualquiercaso,mepermitíaveraEdmundteniendolibreslasdosmanos.
—¿Quéhaces?—mepreguntó,frunciendoelceño.—Nada—dije, volviendo al trabajo con el móvil colgando frente a la cara—.
¿Quépasóconlosperros,Edmund?Eldíaquecambiaronlascosas,eldíaenquete
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enfrentasteaellos.—Esunatontería.—Detodosmodos,cuéntamelo.Diolaimpresióndequecalibrabalasituación.Noestabaobligadoaobedecer;no,
estandotanlejos.—Porfavor,Edmund—lerogué.Seencogiódehombros.—Uno de los perros saltó hacia una pequeña. Alguien abrió la puerta para
dejarmesaliry…,bien,yolaconocía.Eralahijadeunodemisguardianes.Asíquecuandoelperroseabalanzóhaciaella,loparé.—Sesonrojó—.Elperroerasuyo,nolaestabaatacando.Simplementesealegrabadeverasudueña.
—Superaste el miedo —dije, abriendo la siguiente mochila y cotejando elcontenidoconlalista—.Teenfrentastealoqueteaterrorizaba.
—Supongoquesí—dijo—.Apartirdeentonceslascosascambiaron.Hoyendía,cuando tengo perros cerca mis poderes se reducen pero no quedan anulados porcompleto.Supusequesiemprehabíaestadoequivocado,queenrealidadmitalóndeAquiles era la caspa de las mascotas o algo así. Pero no podía ponerme a hacerexperimentossinllamarlaatencióndetodos.
¿Le pasaría lomismo aMegan? ¿Con el tiempo el fuego dejaría de anular suspoderes? Su punto débil seguía afectándola, pero era capaz de hacer retroceder laoscuridad.QuizáloqueEdmundexperimentabaeralasiguientefase.
Cerrélacremalleraypuselamochilaconlasotras.—Dime—dijoEdmund—.¿Cómoesque, si losperrossonmipuntodébil, los
dispositivoscargadosconmishabilidadesnofallanenpresenciadeperros?—¿Eh?—dije,distraído—.Ah.PorlaRegladeGranDispersión.—¿Qué?—ElpuntodébildeunÉpicotienecadavezmenosinfluenciasobresuspoderes
cuantomássealejaunodelapresenciadelÉpico—dije,cerrandolacuartamochila—. Como en Chicago Nova. Si los poderes de Steelheart se hubiesen anulado entodos los lugares donde alguien no lo temía, no habría podido convertir la ciudadenteraenacero.Lamayoríadelagentenosabíaquiéneray,porlotanto,nolotemía.Portodasparteshabríazonasquenoseríandeacero.
—Ah…—dijoEdmund.Melevantéypuseotramochilaconlasdemás.Lagorranomeibatanbiencomo
quería,porquepesabademasiadopordelanteytendíaacaerhaciaeselado.Decidí que me hacía falta un contrapeso. Cogí lo que quedaba de cinta y lo
empleéparasujetarunacantimploraalaparteposteriordelagorra.«Muchomejor».—¿Estásbien?—mepreguntóEdmund.—Sí.Graciasporlainformación.—Puedesdevolvermeelfavoraceptandoentregarmeaotroamo.Mequedéinmóvil,sujetandoelrollodecartóndelacinta.
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—Creíaquetegustabaayudarnos.—Oshabéisdebilitado.—Seencogiódehombros—.Yanopuedesprotegerme,
David.Estoyhartodeocultarmeenestecuarto.PreferiríaserviraunGranÉpicoquecuidedemí.HeoídoqueNight’sSorrowsiguedominando.
Sentínáuseas.—Puedesserlibre,Edmund.Notedetendré.—¿Yarriesgarmeaquemeasesinen?—Mesonrióconloslabiosapretados—.El
mundodeahífueraespeligroso.—Hasescapadodelaoscuridad,Edmund—dije—.Disteconelsecretoantesque
nadie.Sinoquiereshuir,¿porquénoteunesanosotros?Conviérteteenunmiembrodenuestroequipo.
Cogióunlibroyseapartódelapantalla.—Noteofendas,David,peroesomepareceunlíomonumental.Voyapasar.Suspiré.—Teenviaremosotro cargamentode suministros—dije—.Pero es posible que
Knighthawkquieraquelecarguesalgunascélulasdeenergía.—Lo que se me ordene hacer —dijo Edmund—. Pero, David, creo que te
equivocasacercadeunaspectodelospoderes.Afirmasqueenmimiedoalosperrosestuvo el origen de mi punto débil, pero antes de Calamity yo no les tenía tantomiedo.Esdecir,nomegustaban,inclusopuedequelosdetestara,pero¿estemiedo?Mesobrevinojuntoconlospoderes.Escomosilospoderes…exigiesenalgoaloquetemer.
—Comoelagua—susurré.—¿Eh?—Nada.—Eraunatontería,porqueenaquelmomentoCalamitynopodíahaber
estadoobservándome—.Graciasotravez.Me saludó y apagó el móvil. Me agaché y revisé el contenido de la última
mochilaantesdecolocarlaconlasotras.EnaquelprecisomomentoMeganasomólacabeza.Dudóenelumbral,mirándomeconcaradeconfusión,conlabocaunpocoabierta,comosihubieseolvidadoloqueibaadecirme.
«Lagorra»,pensé.¿Debíaquitármelaonodarleimportancia?Medecidíporunasolución intermedia: solté el móvil de la cinta pero no me quité la gorra. Sininmutarme,mefijéelmóvilalbrazo.
—¿Sí?—pregunté,haciendocasoomisodelatoneladadebasuraplateadaquemecolgabaantelosojos.
Lagorraseme fuehaciaatrásdebidoalpesode lacantimplora.Laatrapéy lavolvíacolocarensusitio.
«Esoes,condelicadeza».—Nisiquieramevoyamolestarenpreguntar—dijo—.¿Yahasterminado?—Acabodedejarlaúltima.TambiénhetenidounabuenacharlaconEdmund.Su
experienciaesigualquelatuya.
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—Portanto,nohayformadedeshacerseparasiempredelpuntodébil.—Bien,suflaquezaparecehabersereducidoconeltiempo.—Almenosyaesalgo.Estamoslistos.—Genial.—Mepuseenpieycogílasmochilas.—Novasallevaresagorradurantelamisión,¿verdad?Melaquitéconindiferencia,aunquetuvequetirarconfuerzaporquelacintase
mehabíapegadoalpelo.Luegotoméuntragodelacantimplora,queseguíapegadaalagorra.
Volvíaponérmelaymelaajusté.—Soloestoyprobandoalgunasideas.Meganhizoungestodeexasperaciónysefue.Tanprontocomosemarchótiréla
gorraysalíconlasmochilas.Elequipoestabareunidoenlasalaprincipal,iluminadoporelresplandordelos
móviles.Laluzdeldíaibadisminuyendo.Labaseeraunaplantabaja.Acadaladodela sala grande y redonda había una habitación más pequeña. Mizzy y Abrahamllevabantrajedeinfiltración,lisoyajustado,consumiderosdecalorenlacinturaycapuchadevisiónnocturnaconlaquepodíancubrirselacara.
—Equipo molón, listo para la acción —dijo Mizzy mientras yo repartía lasmochilas,lasmáspesadasaellayaAbraham.
—¿Quéhasidodel«equipouno»?—pregunté.—No molaba lo suficiente—dijo—. Había pensado llamarlo «equipo negro»,
peromehaparecidounpocoracista.—Perosivosotrosmismososllamáisnegros—dijoMegan,apoyadaenlapared
conlosbrazoscruzados—.Puestoquelosdossoisafroamericanos…—Soyafrocanadiense—lacorrigióAbraham.—Sí—dijoMizzy—. Puede que esté bien si soy yo la que escoge el nombre.
Sinceramente,nomeacuerdo.AntesdeCalamityimportabamucholaraza.Vamos,quevalelapenatenerencuentaquenotodoesmuchopeorahoraqueentonces.Enesaépocatambiénpasabancosasmuymalas.Escomosi,sinlosÉpicos,hubiesequeencontrar otros motivos de discusión: raza, nacionalidad…, ah, y los deportes. Esserio.Siviajáisalpasado,quenoseosocurrahablardedeportes.
—Lo tendréencuenta—dije,dándoleunamochila aCody.Mehabríagustadoqueloquehabíadichoselimitaraalpasado,peroporlaformaenquelosildithianosse habían segregado estaba claro que incluso existiendo los Épicos los humanoséramosperfectamentecapacesdediscutirporlaraza.
Codycogiólamochila.Ibavestidodecamuflaje,conelrifledefrancotiradoralhombro, y Herman, el cristalizador, al cinto. Lo emplearía para crear con sal unesconditeenelterradodeunedificiocercanoalaTorreSharp.Desdeallídirigiríalaoperación.Conelriflepodríacubrirnosencasodeemergencia.
Yomehabíaofrecidoparadirigirla,peroMizzyyAbrahamnecesitabanaalguienalmandocapazdebuscarenarchivosyplanos,alguienquepudiesedarlesdetalles
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tecnológicos,asíquemehabíaincorporadoalequipodeMegan,cosadelaquenomequejaba.Nosotrosnoscolaríamosenlafiesta,aunquehabíamostenidoquemodificarelplandeTiayescogidocomométododeentradaunadesusopcionesdereserva.
LediaMeganlamochila.—¿Listos?—pregunté.—Tan listos como podemos con menos de una semana de preparación—dijo
Abraham.—¿Quéhaydemí?—preguntóalguien.Nos volvimos. Larcener estaba de pie en la puerta de la última habitación del
escondite.Lahabíadecoradocomolegustaba,aunqueconmenossofás.Partedelamasaquepodíaemplearparacrearobjetosestabadedicadaalmantenimientodelasherramientasquehabíafabricadoparaelequipo.
—¿Quieresvenir?—lepregunté,sorprendido.Mefulminóconlamirada.—¿Ysialguienapareceporaquímientrasnoestáis?—dijo—.Meabandonáis.—Chispas—dije—.ErespeorqueEdmund.Sialguienaparece,proyéctateenun
señueloyaléjalodeaquí.Esunodetuspoderes,¿no?—Esdoloroso—dijo,cruzándosedebrazos—.Nomegustahacerlo.—¡Oh, por todos los…!—Negué con la cabeza yme volví hacia el resto del
equipo—.Venga,vamos.
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La Torre Sharp se alzaba como una figura oscura en la noche, pero en los pisossuperioreshabíaluz.Enesazonalasaleradeungrisoscuro,porloqueesospisosparecían simultáneamente iluminados y tenebrosos, comoun agujero negro con unestúpidosombrerodecumpleaños.
Megan y yo nos acercamos cargados con las mochilas y con una cara nueva,cortesíadeotradimensión.Esaspequeñasilusionesleresultabanfácilesyeracapazdemantenerlasindefinidamentesiemprequeyonomealejasedemasiadodeella.Nopodíaevitar intentarentenderelmecanismo.¿Eran rostrosdepersonasal azar?¿Oeranpersonasque,ensudimensión,ibanalmismositioquenosotros?
Había un buen número de personas reunidas en la planta baja del edificio. Elbrillode lasviejasventanas, deuna salmás fina, era cálido.Habían abiertovariaspuertasparapermitirelaccesoa laelite.Medetuve,observando la llegadadeotrogrupoqueveníaenbicitaxi.
IbanvestidoscomoenChicagoNova:lasmujeresconespléndidosvestidoscortosestiloañosveinteylabocallamativamentepintadadecarmín;loshombrescontrajederayadiplomáticaysombrerodealaancha,comoenlaspelículasantiguas.Nomehubieraextrañadoque llevaranunaametralladoraenunafundadeviolín,peroeransusguardaespaldaslosqueibanarmadosconpistolasGlockyP30.
—¿Darren?—mepreguntóMegan,usandominombrefalso.—Losiento—dije,saliendodemiensimismamiento—.MerecuerdaaChicago
Nova.—Losrecuerdosdemijuventudmepesabanmucho.Enlaplantabajaentreteníanalosinvitadosqueesperabanelascensorparasubir
a la fiesta.Lamúsica, del estilo que le habría gustado aMizzy, conmucho ritmo,salía del vestíbulo.Contrastaba con la vestimenta elegante.Los camareros pasabanconvasosdeMartiniycaviar,unamuestramásdefavoritismoypoder.
Nunca había probado unMartini.Me había pasado años creyendo que era unamarcadecoches.
Juntos,Meganyyorodeamoseledificioporladerechahastaunapuertapequeñadelaparteposterior.Enlugardeintentarsubirenelascensorconlosricos,habíamosoptadoporseguiruncaminomásdiscreto.ElplandeTiaincluíalaopciónadicionaldeenviaralsegundoequipoconlossirvientes.
Usando las imágenes de las notas de Tia habíamos logrado falsificar unainvitación.Una comprobación rápida y confirmamos que el clanStingray no iba amandaranadiealafiesta.Selesesperaba,peroestabandemasiadoocupadosconlospreparativosparaabandonarlaciudad.
Esonosofrecíaunhuecoporelque,conunpocodesuerte,podríamoscolarnos.
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Alotroladodelatorrenosencontramosconunaclasemenosprivilegiadaqueestabareunidaesperandoparasubirenunascensordeserviciomáspequeño.
—¿Preparada?—pregunté.—Preparada—dijoMegan.SuvoztuvoecoenlasdeMizzyyAbraham,queme
hablaronporelauricularque llevabaescondidoenelpelofalsocortesíadeMegan.Knighthawkgarantizaba laseguridadde lascomunicaciones;enBabilarelProfesornos había pinchado los teléfonos, pero había tenido que hacerlo físicamente,insertandomicrófonosenlosdispositivos.Yaloshabíamoscambiado.
—Adelante—dije.Meganyyoechamosacorrer.Corrimoshastalosoperariosqueseocupabandela
puerta posterior y nos paramos, esforzándonos por recuperar el aliento, como siestuviésemosagotados.
—¿Quiénessois?—nospreguntóelguardia.—Losquedecoranlastartas—dijoMegan,enseñándolelainvitación,queenel
casode los trabajadores comonosotros eramásbienunaordendepresentación—.DelclanStingray.
—Yaerahora—refunfuñóelguardia—.Pasadporel registroyossubiréenelpróximo.
ALoophole le encantaban las tartas recargadas.LosStingray siempre enviabanun par de decoradores, incluso cuando no asistía Carla o algún otro miembroimportantedelclanalafiesta.
Tenía el corazón desbocado cuando entregamos las mochilas. Una mujer deexpresiónseriasepusoaabrircremalleras.
—Faseunosuperada—susurróMeganporelmóvil,mientraslaguardianasacabanuestras batidoras eléctricas y las dejaba sin ningún miramiento en la mesa. Acontinuación sacó varios artículos de repostería. En lamayoría de los casos, yo nisiquiera sabíacómose llamaban,ymenosaúncómousarlos.Preparando lamisiónhabíaaprendidounacosa:decorartartaseraunasuntomuyserio.
Trascachearnosrápidamente,volvimosaguardarlotodoynoshicieronpasarpordelante de otros trabajadores a unahabitaciónoscura con las paredes de sal dondeestabaelascensor.Elhueco,sinpuertas,parecíamuypocoseguro.
—Tambiénhemosentrado—dijoAbraham—.Hemossubidounpiso.Sehabíancoladousandoel rtich.Abrahamhabíacreadoescalonesdemercurio
hastaelprimerpiso,yluegohabíanentradoporunaventanaconunahidrolimpiadoradealtapresiónquelanzabaunfinochorrodeaguaconpotenciasuficienteparacortarlapiedra.Lahabíanusadoconunadelasventanasdesal.
Megan y yo entramos en el ascensor, una cabina diminuta y desvencijadailuminada por una solitaria bombilla. Se nos unieron otros tres trabajadores,camarerosdeuniforme.
—Adelante—susurré.MeparecióqueelascensorseestremecíacuandoAbrahamyMizzysefijarona
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loscables.SubieronporellosempleandoelaparatoqueLarcenerhabíacreadoparanosotros.
Pocodespués,unmotorlejanozumbóyempezamosasubir.Lasubidafuelentaytediosa, sin nada que ver.En lamayoría de los pisos el hueco del ascensor seguíateniendopuerta.Esoindicabaquenoseusaban.MizzyyAbrahamtendríanquesubirmás despacio a los pisos superiores para asomarse y asegurarse de que no hubieranadieenlospasillos.
El ascensor se estremecía, rozando de vez en cuando las paredes del hueco yarrancandotrozosdesal.¿YsieldispositivodeMizzyoeldeAbrahamfallabayunodelosdoscaía?¿Ysisetopabanconalguienenunodelospasillosdearriba,dondeelhueconoteníapuerta,yseveíanobligadosaesperarmientrasllegabaelascensor,con el consiguientepeligrode caer al vacío?Me limpié la frentey lamano semellenódepolvodesalysudor.
—Estamosseguros—nosdijoAbrahamporelauricular—.Sinproblemas.Noshemossoltadoenelpisosesentayocho.
Lancé un suspiro y me relajé. Tardamos unos minutos en pasar por la puertaabiertadondesehabíanbajadoMizzyyAbraham,peronovimosnirastrodeellos.Todavíateníanquesubirunpardepisosparallegaralobjetivodelpisosetenta,peroel plan de Tia indicaba que era poco probable que hubiera guardias en ese piso,detallequeLarcenerhabíaconfirmado.
Exhalé largamente cuando la luzdel piso setentayuno inundó el ascensor.Unrestaurante,nuestroobjetivoenelúltimopisodelatorre.
Salimos. Los camareros corrieron a unirse a los que ya paseaban bandejas decomidaentrelosinvitados.Meganyyollevamoslasmochilashastalacocina,dondetodounejércitodecocinerosusaba fogonesy sartenesparapreparar losplatos.Envarios puntos del techo habían colgado lámparas enormes que inundaban todo elespacio de luz blanca y estéril. Habían cubierto con plásticos el suelo y lamayorparte de las encimeras.Me pregunté lo que hacían cuando querían salar un plato:¿rascabanunpocodesaldelasparedes?
La electricidad llegabapor varios cables gruesosque confluían enuna serie deladronessobrecargados.Enserio,habíaunatonelada.Paraenchufaralgoteníasquedesenchufardoscables,loqueestoysegurodequeviolabaalgunaleydelafísica.
Megan intentó obtener información de un camarero que pasaba, pero lainterrumpióungrito.
—¡Aquíestáis!Nos volvimos. Un jefe de cocina que medía más de dos metros y caminaba
inclinadoparanodarseconlasantiguaslámparasdesaleraquiennoshabíahablado.Tenía la cara tan chupada que daba la impresión de haberse tomado un batido depepinilloyzumodelimón.
—¿LosStringray?—aulló.Asentimos.
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—Caras nuevas. ¿Qué ha sido de Suzy? Nada, no importa. —Me agarró delhombroymearrastrópor toda lacocinahastaunapequeñadespensadondehabíandispuesto varios ingredientes.Allí había unamujer con aspecto de desamparo quellevabaungorritodechef.Mirabaunabandejadepastelitossindecorar.Conlosojosmuy abiertos, sosteniendoun tubito deglaseado en susmanos sudadas,miraba lospastelitoscomosifueranpequeñasarmasnuclearesapuntodeexplotar.
—¡Losreposteroshanllegado!—dijoelchef—.Tehaslibrado,Rose.—¡Oh,graciasalcielo!—Lajovensoltóeltubodeglaseadoyescapó.Elchefaltomediounapalmadaenelhombroysemarchó,dejándonosalosdos
enladespensa.—¿Porquétengolasensacióndequehayalgoquenonoshancontado?—dijo
Megan—.Esachicamirabalospastelitoscomosifuesenescorpiones.—Sí—dije,asintiendo—.Efectivamente,escorpiones.Meganmemiró.—O diminutas ojivas nucleares —dije—. Eso también, ¿no? Claro está, que
podríasfijarunescorpiónaunarmanuclearyasíseríatodavíamuchomáspeligroso.Podríaintentardesactivarelarma,perounescorpión…
—Sí,pero¿porqué?—Megandejólamochilaenlamesaforradadeplástico.—Bueno, hasta ahoraLoopholeha ejecutado a tres pastelerospor crear postres
que no alcanzaban sus expectativas. Lo ponía en las notas de Tia. A esamujer lechiflanlospasteles.
—¿Yporquénosetehabíaocurridomencionarlo?—No tiene importancia —dije, dejando la mochila—. No nos quedaremos el
tiemposuficienteparaservirningúnpostre.—Sí,porquetusplanessiempresalenexactamentecomoestáprevisto.—¿Qué?¿Deberíahaberhechouncursointensivoderepostería?—Dehecho—dijoCodyporelmóvil—,paravuestrainformación,nosemeda
maldecorarpasteles.—Estoysegura—dijoMegan—.¿Nosvasacontarlahistoriadeaquellavezque
preparastepastelitosparaelgranreydeEscocia?—No seas tonta, chiquilla—dijoCody, arrastrando las palabras—.Fue para el
reydeMarruecos.Lareposteríafinaesdemasiadorefinadaparaunescocés.Ledasunpastelitoytepreguntaráporquénoledisparasalpadredeldiminutopastelyselosirves.
SonreímientrasMeganabríalabatidoraytranquilamentesacabalasdosBerettaocultasensuinterioryunpardesilenciadores.Subatidoradevarillasnofuncionaba.Lahabíamossacrificadoparaconseguirespacio.ATialeparecíaunriesgorazonable,yaque erapocoprobableque el equipoque se encargabadel registro en el primerpisotuvieseaccesoalaelectricidad.
Montamoscadaunounsilenciadorynosenfundamoslapistolaenlasobaquera.Enchufémibatidora,quesíquefuncionaba,paraquesupotenteruidonosayudaraa
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disimular. Por si acaso, metí varios ingredientes en el cuenco. Luego saqué losutensiliosderepostería.
Laventajade ladespensaeraque teníaunapuertaquedabaal salónprincipal.MientrasMegandesmontabaeltransformadordesubatidorayextraíaundispositivopequeñoenformadecaja,muysimilaraunmóvil,laentreabríparaecharunvistazoa la fiesta. La cocina estaba en el centro mismo del piso setenta y uno, lo queresultabaimportante,porquepartedelsuelodelazonaperiféricagiraba.
Era un restaurante giratorio, una de esas ideas extrañas de la época anterior aCalamityqueenocasionesmecostabacreerquefueranciertas.Hubountiempoenquelagentenormalsubíahastaallíparadisfrutardeunabuenacomidacontemplandolaciudad.Elrestaurantedelatorreeracomounarueda,conelcentrofijoyelsuelogirandoasualrededor.Losmurosexteriorestambiéneranfijos.Enciertospuntoseltechoseelevabadospisoshastaelterradodelatorre;elpisointermedioyasoloseusabaparacolocarlailuminación.
Latransformaciónensalhabíaestropeadoporcompletolamaquinariadelsuelo,sobre todo losmotores y los cables.Aparentemente, para que rotara hacía falta elesfuerzodeunacuadrilladetrabajadores,unequipodeingenierosyunÉpicomenorllamadoHeliumconpoderesdelevitación.Sinembargo,Loopholesemolestabaenponerloenmarchatodaslassemanas,simplementeparacrearalgoespecial,algoquedestacase.UngestomuydeÉpica.
Via lasusodichasentadaaunade lasmesasde laseccióngiratoria.Llevabaelpelocortoyeradelgada.Pegabaconeltrajeestiloañosveintequelucía.
Lafiestaeramástranquilaqueladelprimerpiso;nadademúsicaestridente,solouncuartetodecuerda.Lagenteestabasentadaamesasconmantelblancoesperandolacomida.Enotrazonahabíanapartadolasmesasysillasdesalparadespejarunapistadebaileenlaquenadiesemolestabaenbailar.Cadamesaeraunreinopropio,conunÉpicoysucortedeaduladores.
LocalicéaunaseriedeÉpicosmenores,losqueseguíanconvida,esdecir,quesehabíanunidoalProfesorenlugardehuirdelaciudad.Sorprendentemente,allíestabala asiática Stormwind, sentada en una tarima. Estaba claro que había terminado lacondenadelProfesoryestelahabíaliberado.PorlovistoelProfesorlahabíaestadoexhibiendodentrodelaburbujaparadejarclaroqueeraélquienmandabaenIldithia,peroenúltimainstancialanecesitaba.Sinsuspoderes,lascosechasseagostaríanylosproductosdelujo,einclusolosdeprimeranecesidad,desaparecerían.
No veía toda la sala desde aquel punto, debido a su forma de anillo, pero elProfesornoestabaen lazonaquealcanzabaaverydudabadequeestuvieseen laotra.Noeraprobablequeasistieraaesetipodefiestas.
—Estamos en posición —dijo Mizzy en voz baja—. Hemos llegado al pisosetenta.
Allí era donde retenían a Tia, y era también donde estarían las estancias delProfesor, pero en el extremo opuesto del edificio, por lo que con suerte
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recuperaríamos a Tia y huiríamos antes de que nadie notara nuestra presencia. Suplanoriginal incluíahacerlosalirdesushabitacionespormediodeunadistracción,paraconseguirinformaciónsinqueélsediesecuenta.Perodemomentonoteníamosquepreocuparnosdeeseaspecto.
—Recibido—dijoCody—.Buentrabajo,equipomolón.EsperadlaconfirmacióndeMeganyDavidantesdecontinuar.
—Síiii—dijoMizzy—.Nohaypeligrodequehagamoslocontrario.Estelugarestállenodecámarasdeseguridad.Lostrajesdeinfiltraciónnoseránsuficienteparaquepodamosavanzar.
—Nosprepararemosparalaterceraetapadelplan—dije—.Dejadque…Me quedé sin palabras, boquiabierto, porque había visto algo en el salón
principal.—¿David?—mepreguntóCody.Alguienhabíaentradoenmicampovisualdebidoalmovimientoderotacióndela
sala.Enuntronodesalyrodeadodemujeresconvestidosajustados,unhombreconun abrigo negro hasta los pies, de melena oscura hasta los hombros, estabamajestuosamentesentadoconunamanoenlaempuñaduradelaespadaquesosteníafrenteaél,conlapuntahaciaelsuelo,comouncetro.
EraObliteration.El hombrequehabía destruidoHoustonyKansasCity, y quehabíaintentadovolarBabilar.LaherramientautilizadaporRegaliaparahacercaeralProfesorenlaoscuridadestabaallí.
Memiróalosojosysonrió.
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Volvíametermeenladespensa.Teníaelcorazóndesbocadoymesudabanlasmanos.No había problema alguno, llevaba una cara falsa. Obliteration no me habíareconocido.Noeramásqueuntiporepulsivoqueusabaesamiradacon…
Obliteration apareció a mi lado. Se materializó tras un estallido de luz, comosucedía siempre que se teletransportaba. Megan soltó un taco y retrocedió atrompiconesmientrasObliterationmeapoyabaunamanoenelhombro.
—Bienvenido,matademonios—medijo.—Yo…—Me lamí los labios—.GranÉpico, creo quemehas confundido con
otrapersona.—Ah,Steelslayer—dijo—,puedequetusrasgoscambien,perotusojosreflejan
lamismaansia.HasvenidoadestruiraLimelight.Esnatural.«Hevenidoparaponeralhijoencontradesupadre,alahijaencontradesumadre…».
MeganamartillóelarmaylaacercóalasiendeObliteration.Nodisparó,porquehabría llamado la atención y dado al traste con el plan. Además, se habríateletransportadoaotrositioantesdequeloalcanzaralabala.
—¿Quéhacesaquí?—leexigí.—Soy un invitado —dijo Obliteration con una sonrisa—. Limelight mandó a
buscarmeymiúnicaopciónfueaceptar.Suinvitaciónera…imperiosa.—Invitación…—repetí—.Chispas.Tieneunmotivadorbasadoen tuspoderes.
—SegúnKnighthawk, si construías un dispositivo usando los poderes de unÉpicovivo,estefuncionaríaperolecausaríadoloralÉpicoencuestiónyloatraería.
—Sí, usó uno de esos dispositivos para llamarme. Limelight debe ansiar lamuerte,Steelslayer.Todosladeseamosenlomásprofundodenuestroser.
Chispas.Regaliateníaquehaberfabricadoalmenosunabombamásapartirdelos poderes de Obliteration, aparte de las usadas en Babilar y Kansas City. Unabomba que ahora estaba enmanos del Profesor.El Profesor debía haberla cargadoconluzsolar.SupusequeesoeraloquehabíaatraídoaObliteration.
Esoqueríadecirqueenalgúnpuntode laciudadhabíaundispositivocapazdedestruirla en un instante. Sería trágico que el Profesor hubiese renunciado a suhumanidadparasalvarBabilaryqueahoracausaralamismadestrucciónenIldithia.
Obliterationnosobservaba, relajado.Laúltimaveznoshabíamos separado trasunalargapersecuciónenlaquehizoloposiblepormatarme.Porsuerte,noparecíaquemeguardararencor.
Antesdesepararnos,sinembargo,mehabíavistoobligadoarevelarleunacosa.—Conoceselsecretodelasdebilidades—ledijeahora.—Efectivamente—merespondió—.Muchasgraciasporrevelármelo.Sussueños
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los traicionany puedo continuar conmi sagrada tarea.Mebasta condescubrir susmiedos.
—PretendesacabarcontodoslosÉpicos—dijoMegan.—No—dije yo, sin dejar demirar a los ojos aObliteration—.Su intención es
acabarcontodoelmundo.—Nuestroscaminosdiscurrenparalelos,Steelslayer—medijoObliteration—.Al
final tendremos que enfrentarnos, pero hoy puedes seguir con tu misión. Diosconvertirá este mundo en un espejo, pero solo después de que haya ardido porcompleto,ynosotrossomossushogueras.
—Malditasea,eresrepulsivo—dijoMegan.Obliterationlesonrió.—«Yanohabránoche;nonecesitaránluzdelámparanidesol,porqueelSeñor
Dioslosalumbrará».Dichoesto,desapareció.Comosiempre,alteletransportarsedejótrasdesíunaestatuadecerámicablanca
yrelucientequesefragmentóunsegundodespuésyseevaporóinmediatamente.Me dejé caer contra la puerta yMegan me agarró del brazo para sostenerme.
Chispas.¡Comosinotuviéramosyasuficientesproblemas!—¿Cómovanesospostres?—gritóunavozdesdefuera—.Rápido, tarugos.La
señorahapedidosuspastelitos.El chef alto entró en la despensa a toda prisa. Megan se volvió hacia él,
escondiendo el arma a la espalda. De repente, los pasteles de la bandeja estabancubiertosporuncomplejoglaseado.
Elchefsuspiróaliviado.—Graciasalcielo—dijo,levantandolabandeja—.Decidmesiosfaltaalgo.Sefue.Loobservéhorrorizado,temiendoquealalejarsedeMeganelglaseadose
esfumara.Ellaapoyóunamanoenlaencimeraysedesplomó.Estavezmetocóamísostenerla.
—¿Megan?—pregunté.—Creo…creoquehelogradoqueseanpermanentes—dijo—.Chispas.Nohabía
hechotantoenmuchotiempo.Yanotoeldolordecabeza.Lenotabalapielsudorosaysehabíapuestopálida.Apartedeeso,habíasidoasombroso.—¡Imagínateloquepodríashacersipracticarasmás!—Bien,yaveremos.—Trasunapausa,añadió—:David,creoquehedadocon
unadimensióndondenoeresunexpertoenarmassinoenrepostería.—Caramba.—Sí—dijo,irguiéndose—.Perocreoqueentodoelinfinitotodavíanohedado
conningunadimensiónenlaquesepasbesar.—Esoesinjusto—dije—.Anochenotequejaste.—Memetistelalenguaenlaoreja,David.
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—Fue romántico. Lo vi una vez en una película. Es como un… lametón depasión.
—Soisconscientesdequeescuchotodoloquedecís,¿no?—comentóCody.—Cállate,Cody.—Megan se enfundó la pistola en la sobaquera—.Advierte a
MizzyyaAbrahamdelencuentroconObliteration.Pasamosalafasetres.—Recibido—dijoCody—.YDavid…—¿Sí?—Si algunavez se te ocurremeterme la lengua en la oreja, te dispararé en las
gaitas.—Graciasporelaviso.Medesvestí.Llevabapantalonesdetrajedebajodelosvaquerosanchosyunacamisabajola
chaqueta. Megan me lanzó la suya; le quité el forro y quedó convertida en unesmoquin.
Megan sequitó el jersey.Llevabael vestidodenoche recogidoalrededorde lacintura.Luego sequitó lospantalones,debajode los cuales llevabaunos cortosdeciclista,ysebajólafaldadelvestido.
Traté de no mirarla embobado o más bien intenté mirarla embobadodisimuladamente.ElelegantevestidorojodeMeganeratodobrilloyhermosuray…,bien, la verdad es que le realzaba las curvas como una bonita culata realza laperfeccióndeunrifle.
Pordesgracia,no llevaba sucara.Esoestropeabael efecto.Apesarde todo, laformadelcuello…
La pillémirándome yme ruboricé. Solo entoncesme di cuenta de que nomehabíavistocomiéndomelaconlosojossinoquemásbienasentíaparasíconunalevesonrisaenloslabios.
—¿Meestásmirandoelpecho?—pregunté.—¿Qué?—dijo—.Concéntrate,Knees.«Impresionante»,penséponiéndomelachaqueta.—Coge esto. —Me pasó la cajita que había sacado del transformador de la
batidora—.Estosvestidosnotienennadadondemeterlascosas.—¿Normalmentenotelas…?—Hiceungestohaciasuescote.—Yameheguardadoahíelmóvil—dijo—.Yantesdequemelopreguntes,no,
nomequedasitioparaminigranadas.Lasllevosujetasalosmuslos.Unachicatienequeirpreparada.
«Chispas.Adoroaestamujer».Meguardélacajaenunbolsilloysalimospor lapuerta.Meganseconcentróy
noscambióotravez lacara.Noté lamodificación.Unparpadeodeotromundo,deotrarealidaddondelagentedelaquehabíamosidodisfrazadossealejó:unamujerconlacaraqueMeganhabíallevadoyunhombreseriodelabioscarnosos.
Los reposteros habían desaparecido. Entró en el salón principal una pareja de
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invitadosricosconotropardecarasfalsas.VislumbrébrevementeloqueMeganveíaal usar sus poderes: las ondulaciones del tiempo y el espacio que conforman larealidad.
Megan se colgó demi brazo y paseamos por la pasarela de la enorme sala enformadedisco,quenogiraba.ViqueObliterationhabíavueltoasutrono,connadamásynadamenosqueuncocoenlamano.Probablementesehabíateletransportadoaotrolugaryselohabíatraído.Porloqueyosabía,sucapacidaddeteletransportarsenoteníaningúnlímite;parallegaraotrolugarlebastabaconhaberlovistooalmenostenersudescripción.
Memiróyasintió.Chispas.¿Tambiénmereconocíaapesardeaqueldisfraz?Nometragabaesodelosojos;teníaalgúnpoderquemanteníaoculto.Quizáserazahoríy percibía a los Épicos. Aunque la sala estaba repleta de ellos. ¿Cómo podíadistinguirnosanosotrosdos?
Inquieto,intentéconcentrarmeenlamisión.—Buen trabajo—me dijo Cody al oído—. Seguid así. Os queda un cuarto de
rotaciónalrededordelasala.—¿Elequipomolónsiguebien?—pregunté.—Listoyalaespera—meconfirmó.Pasamos cerca de la mesa de Loophole. La mujer esbelta de pelo muy corto
reducíadetamañoaloscamarerosyloshacíabailarsobrelamesaparadiversióndequieneslarodeaban.Siempremehabíapreguntado…
Megantiródemíencuantomerezaguéunpoco.—Suspoderes sonasombrosos—lesusurré—.Poseeuncontrol increíblede lo
quepuedereducirydecómohacerlo.—Sí,bien,luegolepidesunautógrafo—dijoMegan.—Eh…¿estáscelosa?Porquetuspoderessonmuchomejoresque…—Concéntrate,David.Eso.Recorrimoslasalahastalapuertadelosservicios,perfectamenteseñalizada.
Seencontrabaenlazonacentral,comolacocina.Entramosy,talycomoindicabaelplanodeTia,alotroladohabíaunpequeñopasilloconunbañoacadalado.Nuestroobjetivoestabaenfrente:unapuertablancaanodina,sindudaimportante,porquelasdemáserandesal,pesadasydifícilesdemover,peroaquellaerademaderaconelpomoplateado.
Saquéunjuegodeganzúas.—Seríamás fácil si cambiaras la puerta por una que no estuviese cerrada—le
dijemientrasmeocupabadelacerradura.—Podríahacerlo—merespondió—,peronoestoyseguradequefueseuncambio
permanente. Por lo tanto, tú cruzarías esa puerta, entrarías en otra dimensión,cambiaríasallílascosas…ytodovolveríaasuestadoanteriorencuantosalieras.
—Hascambiadodefinitivamentelospastelitos—dije.—Sí—mesusurróechandounvistazoporencimadelhombro—.Paramíestoes
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territorio desconocido,David.Antes, siempre queme excedía erami perdición.Amenudo acababamuerta.No es una buena combinación saberte inmortal y ser unairresponsable.Esunacompletatemeridad.
Abrílacerradura.Habíasidofácil,muchísimomásqueloquetendríanquehacerMizzy y Abraham. La puerta no estaba cerrada para mantener a raya a alguiendecidido a entrar; su función era evitar que alguien que pasase por allí se hiciesedaño.Laabrí.
Al otro lado había un enorme generador y un motor que hacía girar el suelo.Meganyyolacruzamosantesdequeentrasenadiealbaño.Uséelmóvilparateneralgodeluz.Habíapocositioyelsueloestabacubiertodepolvodesal.
—¡Chispas!—dijoMegan—.¿Cómohanmetidotodoestoaquí?¿Lovuelvenahacercadasemana?
—No es tan complicado como parece—dije—. Loophole lo encoge todo y lotransportaenelbolsillo.Luegoencogeaalgunosobreros,quehacenenlasparedesyen el suelo los agujeros necesarios para los cables.Heliumhace levitar el suelo lojustoparaevitarquesetritureylohacengirarotravez.
Me arrodillé junto a lamaquinaria, examinando elmotor. Por la parte inferiorestabaconectadoaunoscablesyunosengranajesmetálicos.
—Ahí está la célula de energía —dijo Megan, señalando cierto punto de lamáquina—,conungeneradordiéseldeapoyo.
—No hemos planeado nada para un sistema de apoyo—dije—. ¿Va a ser unproblema?
—En absoluto —dijo. Extendió la mano y le entregué la cajita—. Vamos amanipularloscables,noelgeneradorensí.Nodeberíahaberproblema.
Tendíhaciaellaelmóvilconlasinstruccionesparaconectareldispositivo.Selosostuve mientras fijaba la cajita a los cables correctos. Cuando nos apartamos,costabadarsecuentadedóndeestabalacajita.
—Fasetrescompletada—anunciéconsatisfacción—.Vamosasalirdelasaladelgenerador.
—Recibido—dijoCody—.ConectoaAbrahamyaMizzya la líneaprincipal.Preparaos, vosotros dos. Dejad queMegan y David salgan y pasaremos a la fasecuatro.
—Recibido—dijoAbraham.—Guay—dijoMizzy.—Otravezesapalabra—dije,saliendoalpasillodelosbaños—.Intentébuscarla.
¿Tienealgunarelaciónconlosperros?Es…Mecallédegolpealtoparmedeprontoconunacamareraquesalíadeunodelos
baños.Memiróboquiabierta.LuegomiróaMegan.—¿Quéhacenaquí?—preguntó.«¡Calamity!».—Buscábamoslosbaños—dije.
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—Perosiestánjusto…—Estossonlosbañosdeloscampesinos—dijoMegandetrásdemí.Meaparté
cuandoseadelantó—.¿Esperasqueuselasinstalacionesdelossirvientes?Megan se vestía con el manto de un Épico como si lo hubiesen diseñado
específicamenteparaella.Ibamáserguida,conlosojosmuyabiertos,yenelpasilloempezaronabrillarlasllamas.
—Yono…—empezóadecirlacamarera.—¿Mecuestionas?—leespetóMegan—.¿Cómoteatreves?Lamujerseencogió,miróalsueloyguardósilencio.—Estoestámejor—dijoMegan—.¿Dóndehayunosbañosadecuados?—Estossonlosúnicosquefuncionan.¡Losiento!Puedo…—No.Yaestoyhartadeti.Veteyalégratedequenotengaganasdeincordiara
nuestrogranseñordejándoleuncadáverdelquetengaqueocuparse.Lamujerhuyóalasalaprincipal.Arqueéunacejamientraslasllamasdesaparecían.—Excelente.—Hasidodemasiado fácil—dijo—.Heabusadodemispoderes.Busquemosa
Tiaysalgamosdeaquí.Asentí,guiándolahaciaelrestaurante.—Hemossalido—dijecuandopasamosalpisogiratorio.Nosenotaba;semovía
tandespacio queno se percibía elmovimiento.Nos quedamos cerca de unamesa,intentandollamarlomenosposiblelaatención.
—Enposición—dijoAbraham—.Envuestrasmarcas.—¿Cody?—dije.—Todopareceestarbien.Adelante.—Contadhastatres—dijoAbraham.Respiréhondoyapretéelmóvildentrodelbolsillo,activandoeldispositivofijado
algenerador.Cualquieradenosotrospodíahacerlo,porqueestabaconectadoatodosnuestrosmóviles,perohabíamosdecididoquenosocupásemosdeaquelloMeganyyo.SeríamuchomásfácilparaMizzyyAbrahamexpresarseconpalabrasquesacarelmóvilyactivarellosmismoseldispositivo.
Tanprontocomopulséelbotón,laslucesseapagaronyelrestaurantesedetuvo.Seoyóunmurmullodevocesyelruidodelosplatoscayendomientrasyocontabahastatres.Dejédepulsar.
Laslucesvolvieronaencendersey lamaquinariaseactivó.Nosmovíamosotravez.Nervioso,busquéindiciosdealarma.
Noloshabía.Aparentemente,unadelasdificultadesdetrabajarconmaquinariamontadaeldíaanterioreraquelosfallosyapagoneserandelomáshabitual.ElplandeTiaaprovechabaesacircunstancia.
—¡Perfecto!—dijoAbraham—.Yahemossuperadoelprimergrupodecámaras.—Nohayalarmasenningunadelasfrecuenciasderadioquepuedodetectar—
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dijo Cody—. Solo algunos guardias de seguridad quejándose y deseando que elProfesornolosculpedelapagón.Tia,chica,eresungenio.
—Esperemos que pronto puedas elogiarla en persona —le dije—. Abraham,háznoslo saber cuando tu equipo llegue a la siguiente cámara. Ahora vamoscontrarreloj.Loschefsempezaránapreguntarsequéha sidode los reposterosyenalgúnmomentoalguieniráarevisarelgenerador.
—Recibido.Meganyyonosquedamosdondeestábamos.Apartirdeestepunto se suponía
que el plan duraría diez minutos. La espera sería difícil. Mizzy y Abraham searrastraban por pasillos llenos de guardias, mientras que nosotros dos debíamosquedarnosallíyparecertotalmenteinocentes.Habíamosbuscado,sinconseguirlo,unmododeirconellos,deformaqueMeganpudieseusarsuspoderesparaayudaralfinaldelainfiltración.
Quizáfuesemejorasí.Meganempezabaatenermalaspecto.Sefrotabalassienesyestabademalhumor.Conseguíunascopasdeunsirvientequeestabadepiejuntoalbar,peromedicuentadequeprobablementeconteníanalcohol.Esononosconvenía.Debíamosestaratentos.Asíquecogíunpastelitodeunabandejaquepasaban.BienpodíasaboreareltrabajodelDaviddeunadimensiónalternativa.
Medetuveamediocaminodenuestramesa.¿Habíaoído…?Mevolví,intentandodistinguiresavozdelasdemás.Sí.Laconocía.ElProfesorhabíallegado.Me sorprendió un poco; al Profesor no le gustaba socializar. Pero esa voz
profundaeralasuya.Tenía numerosas razones para mantenerme lejos de él, pero lucía otra cara y
sabíamosporexperienciaquelasilusionesdeMeganleengañaban.Quizávalieselapenacomprobarquéseproponíaexactamenteyquéestabadiciendo.
—ElProfesorestáaquí—dijeporelauricular.—Chispas—dijoCody—.¿Estásseguro?—Sí.—Medesplacéhastaunpuntodesdeelquepodíaverlodepiejuntoauno
de los ventanales—.Voy a acercarme prudentemente y lo vigilaré. Si los guardiasdescubrenaMizzyyaAbraham,loavisaránprimeroaél.¿Ideas?
—Estoydeacuerdo—dijoMegan—.Nosotrosdosnoestamoshaciendonadaútilaquí.Deestaformapodríamosobtenerinformaciónimportante.
—Sí—convinoCody.Trasunapausa,añadió—:Perotencuidado,chico.—Porsupuesto,porsupuesto.Tendrétantocuidadocomounababosadiabéticaen
unafábricadecaramelos.—OcomounababosaenIldithia—dijoMegan.—También.¿Mecubres?—Tesigo,Knees.RespiréhondoycrucélasalahaciaelProfesor.
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Meacerquéaunamesaalta.ElProfesorhablabacercadeella,rodeadoporungrupode Épicos de escaso nivel, a juzgar por los que reconocí. El Profesor llevaba unalibretadenotasysehabíasentado.
Losotrossemanteníanaunabuenadistanciadeaquelgrupo.Yomeapoyéenlamesaaltacon fingida indiferencia.Merasqué laorejaparaactivar laamplificacióndelaudiodireccionaldelauricular.
—EsprecisodarconLarcener—dijoelProfesor.Apenaslooía—.Nopodremoshacernadahastaquelologremos.
Losdemásmiembrosdelgrupoasintieron.—Quiero que Fabergé y Dragdown difundan rumores —dijo el Profesor,
escribiendo en el cuaderno—. Que digan que hay un movimiento de resistenciasecretocontramíquebuscaunlíder.Tutarea,Inkwell,eslavigilancia.Controlarásvariosvecindariospoderosos.Tienequeestarocultoenalgunodeellos,comoestabalacautivaeneldelosStingray.
»Atacaremosdedosformas:lapromesadeunarebeliónparahacerlosalirdesuesconditecombinadaconlaamenazadedescubrirlo.Fuego,quieroquesigasconeldispositivo zahorí, realizando controles por la ciudad. Dejaremos bien claro loslugaresdondebuscamosyconesolograremosqueLarcenersemueva…Loharemossalircomoperrosasustandofaisanes.
Me apoyé en la mesa, sintiendo de pronto como si me hubiese dado un buengolpeenelestómago.
ElProfesorhabíajuntadounequipo.Era razonable. Tenía años de práctica organizando y dirigiendo equipos de
ExploradoresyseledabamuybienlodecazarÉpicos.Perooírlohablarcomounavez nos había hablado a nosotros…me partía el corazón.Con qué facilidad habíareemplazadoasusamigosdefensoresdelalibertadporunequipodetiranosasesinos.
—Hemosllegadoalsiguienterecodo—mesusurróAbrahamporelauricular—.LosmapasdeTiaindicanqueaquíhaycámarasocultas.
—Sí, lasveo—dijoMizzy—.Haycuadrosmuy llamativosen lasparedesparaocultarhuecosenlahalita.Mantenedlaluzapagadahastanuevoaviso.
—Recibido—dijoMegan—.ApagaremoscuandonosloindiqueCody.—Adelante—dijoCody.Laslucesparpadearon,disminuyeronyseapagaron.—¿Otravez?—preguntóelProfesor.—Los ingenieros habrán hechomal la instalación—dijo uno de los Épicos—.
Podríaserporelrocecontralosviejosengranajesylamaquinariadesal.
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—Hemospasado—dijoAbraham.Megan soltó el botón y las luces se encendieron. El Profesor se puso en pie,
aparentementemolesto.—Mi señor Limelight—dijo una joven Épica—. Puedo encontrar a Larcener.
Demecartablanca.ElProfesorlamiróconatención.Luegovolvióasentarse.—Tardasteenponerteamiservicio.—Losqueseapresuranaentregarsulealtadseapresurantambiénacambiarde
bando.«¿Laconozco?».—Cody—susurré—,¿enmisnotasponealgodeunaÉpicarubiadeIldithia?Con
trenzas.Debedetenerunosveinteoveinticincoaños.—Aver—dijoCody.—¿Yquéharías—ledijoelProfesoralamujer—sidiesesconél?—Lomataríapormiseñor.ElProfesorbufó.—Ydestruiríastodomitrabajo,estúpida.Lamujersesonrojó.ElProfesormetiólamanoenelbolsilloysacóalgoquedejósobrelamesa:un
pequeñodispositivocilíndrico,comodeltamañodeunaantiguapila.Supe lo que era. Yo mismo llevaba uno en el bolsillo; me lo había dado
Knighthawk. Lo palpé para asegurarme de que seguía allí. Era una incubadora demuestrasdetejido.
—Tienesmipermisoparacazarlo—dijoelProfesor—,perosidasconél,nolomates.Usa esto para conseguirme un poco de su sangre o de su piel. Solomorirácuandomehayaaseguradodequelamuestraesválida.Sialguienlomataantes,lodestruiré.
Meestremecí.—Tú—dijo,alzandolavoz.Diunrespingo.Meseñalabaamí.Mehizoungestoparaquemeacercase.Miréamiespaldayluegootravezhacia
él.Sí,memirabaamí.«¡Calamity!».Repitióelgesto,impaciente,conexpresióntormentosa.—Chicos, tenemos problemas —susurré, rodeando la mesa para acercarme al
Profesor.—¿Qué haces? —me dijo Megan. Se había situado cerca, apoyada en una
barandilla,tomandosorbosdeunabebida.—Mehallamado.—EstamosenlapuertadeTia—dijoAbraham—.Dosguardias.Tendremosque
enfrentarnosaellos.
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—Preparaosparaotroapagón—dijoCody—.David,¿situación?—Meloestoyhaciendoenlospantalones—susurré.Habíallegadoalamesadel
Profesor.Apenasmemiróantesdeseñalarmimano.Fruncíelceñoybajé lavista.Solo
entoncescomprendíqueseguíaconelpastelitointacto.Parpadeéyseloofrecí.ElProfesorlocogióymedespidióconungesto.Estuveencantadodeobedecer.Volví ami sitio.Meapoyéen lamesae intenté
tranquilizarme.—La situación está controlada —dijo Megan con alivio—. Falsa alarma.
Abraham,¿estáspreparado?—Sí.Osaviso.—Adelante—susurróCody.Laslucesvolvieronaapagarse.ElProfesorsoltóunaimprecación.Cerrélosojos.
Eraelmomento.¿Tiaseencontraríatrasesaspuertas?—Hemosentrado—dijoAbraham—.Losdosguardiashancaído.Metemoque
hanmuerto.Exhalé lentamente y Megan encendió las luces. Dos guardias muertos. El
protocoloExplorador incluía evitar en lamedida de lo posible esas situaciones, yaqueelProfesorsiemprehabíadichoquenollegaríamoslejosmatandoalosnuestros.Losguardiasnoeraninocentes;demaneraimplícitahabíanconsentidolacapturadeTiaymuyprobablementesutortura,pero,enúltimainstancia,dospersonasnormalesque trataban simplemente de sobrevivir en un mundo diferente y horrible habíanmuertoporculpanuestra.
Ojaláqueelpremiocompensaraelcoste.—¿Tia?—susurré.—Aquíestá—dijoMizzy—.Abrahamlaestásoltando.Noparecehabersufrido
ningúndaño.Pocodespués,unavozfamiliardemujermehabló.—¡Eh!Losmuytarugoslohabéislogrado.—¿Cómoteencuentras?—pregunté.Meganyyonosmiramosaliviados.—Hadichoque algunosmiembros de su equipo se estaban«impacientando»y
mehaatadoparaquemeditasemisrespuestas.Peronomehahechodaño.—Trasunapausa,añadió—:EnéltodavíaquedamuchodeJon.Nosuponía…esdecir…
—Te comprendo —dije, volviéndome para mirar al Profesor con sus Épicos,aunquedesdemiposiciónnooíaloquedecía.
—Casi lohecreído,David.Casimehecreídoqueno sehabíaconvertido,quetodoformabapartedeunplannecesarioparalucharcontralosÉpicos…
—Sabeloquedebedecir—leaseguré—.Nohadesaparecidoporcompleto,Tia.Todavíapodemosrecuperarlo.
No respondió.Meganyyo fuimoshaciael ascensor.Si alguiennospreguntaba
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algo,yofingiríaestarenfermoybajaríamosenelsiguienteviaje.Enlaplantabajanocotejaríanlalistadeinvitados,alcontrariodeloquehabríapasadodehaberintentadosubirdesdeallí.
Fácil subir, fácil bajar. Casi me sentía como si hubiese estado holgazaneandomientrasAbrahamyMizzyseocupabandelorealmentecomplicado.
—Objetivologrado—dije—.Extraccióncompleta,chicos.—¿Yatenéislosdatos?—preguntóTia.—¿Datos?—dije.—DelordenadordeJon.—No—dije—.Hemosvenidoabuscarteati,noaeso.—Teloagradezco.Pero,David,hemosestadohablandoyhedescubiertoalgunas
cosas. Teníamos razón. Regalia tenía un plan para Jon. Está aquí cumpliendo losdeseosdeRegalia.HavenidoaIldithiaporqueesoformapartedeunaespeciedeplanmaestro.Tenemosquedescubrirenquéconsiste.
—Estoydeacuerdo,pero…Espera.En el salón, ami espalda, se había hecho el silencio.Meganme apretómás el
brazoynosvolvimos.ElProfesorsehabíapuestoenpie,imponiendosilencioatodoelmundo.Tiafueadeciralgopararesponderme,perolahicecallar.—¿Quépasa?¿Quéhabéishecho?—pregunté.—Nada—dijoMizzy—.Simplementehemossalidode lashabitacionesdeTia.
Vamosdecaminoalascensor.El Profesor señaló bruscamente los ascensores, diciendo algo que no pude
entender.Eraimposiblenonotarsuimpaciencia.—Abraham,Mizzy—dije—.Oshandescubierto.Repito,oshandescubierto.Id
ahoramismoaunasalida.
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Intentéacercarmealosascensoresdeinvitados,pero,sorprendentemente,Meganmeretuvo.LamiréehizoungestohaciaelgrupodelacayosdelProfesor.Ibanhaciaallí.Teníanprioridad;nosapartaríanaempujones.
«¿Porlasescaleras?»,subvocalizóMegan.Asentí.Seencontrabanenelejedelacámaracircular,asíquenosdirigimoshaciaellas
procurando no llamar la atención. Si habían localizado al equipo deAbraham, eratodavíamásimportantequeMeganyyonosocultásemos.
—Retrocedemos hacia la salida de emergencia —dijo Abraham, respirandopesadamente—.Lascámarasnosdetectarán.Aunquehayandadolaalarma,preferiríaquenosupiesenporquépasillovamos.
—Apagamoslasluces—dije—.Pasadavisiónnocturna.—Recibido.Uséelmóvilparaapagarlasyhuboprotestasenelrestaurante.—¿Quéloshaalertado?—preguntóMizzy.—Hadebido ponermeun dispositivo de rastreo—dijoTia—, programadopara
activarsesisalíadelahabitación.—¡Podríaestarsiguiéndote!—dije.—Losé,peropocopodemoshaceralrespecto.Mesentíainútil.Meganyyopasamosalanillointeriordelsalón,yendohacialas
escaleras.—David—medijoTia—.LashabitacionesdeJonathanestánenestepiso.Voya
irconAbrahamyMizzyacopiarlosdatos.Podemoshacerlodurantelaconfusióndelapagón;noselesocurriráquevayamoshaciaallí.
Mequedéparado.—Tia,no.Abortad.Saliddeahí.—Nopuedo.—¿Porquéno?Tia,¡túsiemprehassidolacautelosa!Estamisiónseestáyendo
alcuerno.Tenemosquelargarnos.—Nocomprendesloquecontienenesosdatos,David.—¿LosplanesdeRegalia?—Másqueeso.RegaliavioaCalamity,David.Interactuóconél,oconella,ocon
loquesea.Jonsejactódeloquehabíavisto.David,hayfotografías.Chispas.¿FotografíasdeCalamity?¿DelÉpico?—Enesosdatospodríanencontrarsetodoslossecretosquehemosestadotratando
dedescubrir—dijoTia—,todaslasrespuestasquehemosansiadoalolargodetoda
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lavida.Tú,másquenadie,debescomprenderlo.Miplantehatraídohastaestepunto;tenemosquedarelúltimopaso.Esosdatosbienvalenelriesgo.
Desde dondeme encontraba podíamirar por una ventana y ver el exterior deledificio.Porsupuesto,allíestabaCalamity.Siempreestabaallí:unagujerodebalaenel cielo. Calamity… un Épico. ¿Era el que más prestaba sus poderes? ¿Habríarespuestasenesepuntodeluzdesagradable?¿Descubriríamoslarazóndetodo,quésentidoteníanlosÉpicos,laverdad?
—No,Tia—dije—.Noshandescubiertoymiequipocorremuchopeligro.Ahoramismonopodemoscogerlosdatos.Loharemosmástarde.
—¡Estamostancerca!Nomevoy,David.Losiento.EsteequipoesmíoycomoExploradoraconmásantigüedad,yo…
—¿Conmásantigüedad?—intervinoMegan—.Nosabandonaste.—Dijolatraidora.Megansepusorígida.Estabaamilado,conmimanoenelhombro,peronola
veíabien.Elsalónestabacompletamenteaoscurasylosinvitadoschocabanconlascosasyhablabanenvozaltadebidoalaconfusión.Alotroladodelahabitación,unÉpico se puso a brillar con luz roja que aportó cierta claridad. Pronto un segundoÉpicosepusoabrillarconunaluzazulmásrelajante.
—Tia—dije,intentandoserrazonable—.Yoestoyalmandodeestamisiónytedigoquenosmarchemos.Esa informaciónnovale lavidademiequipo.Abraham,Mizzy,saliddeahí.
Unsilenciomortalalotrolado.Melosimaginabaunpisomásabajo,mirandoaTiaalosojos,pensando.
—Recibido,David—dijoAbraham—.Elequipomolónsale.—Estoyconél—dijoMizzy—.Noeselmomentoadecuadoparauna luchade
poder,Tia.Larguémonosdeaquí.Tiamurmuró algo inaudible pero no protestómás.Megan tiró demí hacia las
escaleras, que ya distinguíamos gracias a la luz de varios Épicos relucientes. Pordesgracia,debidoalapagón,elequipodelProfesortambiénsehabíaconcentradoallíynosbloqueabaelpaso.
—¿David?—preguntóMizzypocodespués—.¿Quéhaydevosotrosdos?—Seguidconelplandeemergencia—dijeenvozbaja—.Tenemosidentidades
falsas.Aquíarribaestamosasalvo.—Estamos listos —dijo Abraham—. No nos harán falta los hinchables. Por
desgraciatenemosalgodemásaltura.—Adelante—dijoCody—.Víalibre.Meparecióoírqueenelpisodeabajovolabanunaventana,oalmenosnotéla
vibración.—¡Paracaídas!—gritóalguiencercadenosotros—.¡Ahífuera!La gente corrió hacia las ventanas;Megan y yo retrocedimos. Los Épicos del
Profesorpasaroncorriendoanuestro ladoy la rubiaquemesonaba llamóavarios
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guardias.ConsultóconlamiradaalProfesor,quesemanteníaerguidoconlosbrazoscruzados,iluminadoporlosÉpicosrelucientes.Asintió.
—Derribadlos—dijolamujer.Los guardias se pusieron a disparar. La ventana reventó. La cacofonía de los
disparoseracomouncastillodefuegosartificialesmetidoenlasorejas.El cañón de las armas parpadeaba, iluminando la sala oscura como luces
estroboscópicas.Retrocedíconungestodedolormientras losguardias llenabandeagujeroslosparacaídasdeAbraham.Porsuerte,todosestabanatentosaloqueseveíaporlaventana.Meganyyopudimosretrocederhastalaescaleracentral.
—Losparacaídashancaído,miseñor—dijolaÉpicarubiamirandoalProfesor.Nonosquedabamuchotiempo.Notardaríanendescubrirquelosparacaídasiban
unidosaloscadáveresdelosguardias.Abraham,MizzyyTiahabríanaprovechadoladistracciónparallegaralaspuertasdelascensor,yusadoluegolostrepacablesparadescenderysalirdeledificio.
—Estamosenlosascensores—dijoAbraham.—¡Adelante!—dijoCody.—Recibido.Aguardéentensiónunmomento.—Hemos llegadoal segundopiso—dijoal finAbraham,ya sinaliento—.Nos
paramos.—Menudo viaje —comentó Mizzy—, como lanzarse en tirolina, solo que
directamentehaciaabajo.—Almenoselcablenoseharotoamediocamino—comenté.—¿Quédices?—preguntóMizzy.—Nada.—David —dijo Abraham. Había recuperado la compostura—. Tenemos un
problema.Tianohavenidoconnosotros.—¿Qué?—Sehaquedado arriba—dijoAbraham—.Cuandohemos saltado al huecoha
corridoensentidocontrario.Hacia la habitacióndelProfesor.Por la sombradeCalamity, qué testaruda era.
Despuésdetodosnuestrosesfuerzos,ibaaconseguirquelamatasen.—Seguidcon laextracción—dije—.Tiaahoravapor libre.Nopodemoshacer
nada.—Recibido.Despuésdetodosnuestrosesfuerzosparaliberarlanoshacíaeso.Enpartenola
culpaba; a mí tambiénme tentaba conseguir la información. Por otra parte estabafuriosoconellaporponermeenaquellasituaciónyobligarmeatomarladecisióndeabandonaraunmiembrodelequipo.
Laluzvolviódepronto.Elsuelovibróbajolasmesas…Meganyyo,cercadelcentro,nosencontrábamos
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en la zona que no giraba. A nuestra izquierda, un Épico bajito ymedio calvo delequipodelProfesorseaproximaballevandoenaltoconairetriunfaleldispositivodeapagadoquehabíamosfijadoalgenerador.
ElProfesorleechóunvistazo.—¡Están aquí! —gritó—. Asegurad los ascensores y las escaleras. ¡Wiper,
registratodoelsalón!«Wiper…».Mesonabaelnombre.—¡Oh!—dijo Cody—. Eso es,Wiper. Encontré a tu Épica, David. Lo siento,
chico.Loteníajustocuandotodosehaidoaltraste.ElpoderdeWiper…—… consiste en alterar las habilidades de otros Épicos —susurré—. Las
interrumpeunsegundo.Undestellodeluzrecorriólasala.EneseprecisoinstantemevolvíyviaMegan
mirándome.Noviel rostrofalsoquehabíacreado,sinoelsuyo,elauténtico,eldeMegan.Apesardelohermosaqueerasucara,noeraprecisamenteloquedeseabaverenesemomento.
Noshabíamosquedadosindisfraz.
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Para bien o para mal, durante el tiempo que había pasado con los Épicos habíaaprendido a sobreponerme a las sorpresas. Saqué la pistola casi tan rápido comoMegan.
A pesar de que habíamos actuado por instinto, ninguno de los dos disparó alProfesor.Meganacabóconlos tresguardiasarmadosquehabíanestadodisparandoporlaventana.Paraserarmascompactas,nuestraspistolasseportaronbastantebien.
YoledisparéaWiper.Murió con bastante más facilidad que muchos de los Épicos a los que había
matado…Dehecho,casimesorprendiómásverlacaersoltandounchorrodesangreque haber perdido los disfraces. Me había acostumbrado a que los Épicos fuesenexcepcionalmente resistentes; en ocasiones costaba recordar que la mayoría soloposeíanunoodospoderes,notodounarsenal.
El Profesor aulló de furia. Nome atreví amirarlo; yame había intimidado losuficientecuandonointentabamatarme.CorríhacialapuertaabiertadelaescalerayledisparéalÉpicoquehabíaalotrolado.
Meganmesiguió.—¡Agáchate!—megritócuandolosdelsalónempezaronadesenfundar.Algunos
dispararon.Melancéporlapuerta.Nadieconsiguiórealizarmásdedosotresdisparosantes
de que el comedor se estremeciera con una explosión que derribó las paredes dehalitaconunalluviadepolvoquenoscayóencima.
Tosí,parpadeandoparaquitarmelasaldelosojos,ymepuseenpie.HabíasidounagranadadeMegan.Logréagarrarlamanoquemeofrecíaybajamoscorriendo.
—Chispas—dijo—.Nomepuedocreerquesigamosconvida.—Wiper—dije—. Sus estallidos anulan los poderes épicos, concretamente los
externos,comoloscamposdefuerzadelProfesor.ElestallidodeWiperlohadejadotemporalmenteincapazdeatraparnos.
—¿Podríamoshaberlo…?—¿Matado?—pregunté—.No.AlgúnGranÉpicohabríamatadoaWiperhace
tiempo si hubiera tenido tanto poder.No puede…, bueno, no podía neutralizar lasproteccionesinnatasdeunÉpico,únicamentealterarlasmanifestacionesduranteunsegundoodos.Camposdefuerza,ilusiones,esascosas.
Meganasintió.Laescaleraestabaaoscuras,porqueanadieselehabíaocurridoinstalarlucesenella,perooímosalagentedearribaqueempezabaabajar.Meganpególaespaldaalapared,mirandohaciaarriba.Veíasuperfilalaluzquesefiltrabadesdelapartesuperior.
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Me miró inquisitivamente y asentí. Necesitábamos ganar tiempo para hacerplanes,teníamosquereducirlapresión.Cogiólaotraminigranadaquellevabasujetaalmuslo,lequitólaanillaylalanzó.
Conlasegundaexplosiónnoscayeronencimatrozosdehalita.Destrozóuntramoentero de escalones. Le hice un gesto a Megan y miramos escaleras abajo. Eraimposiblebajarsetentapisossinacabaratrapados.Teníamosquedarconotrasalida.
—¿David?—dijolavozdeCody—.Hevistounasexplosionesahíarriba.¿Estáisbien?
—No—dije—,noshandescubierto.Abrahammascullóunaimprecaciónenfrancés.—Dejamoselequipodereserva,David.¿Dóndeestáis?AbrahamyMizzyhabíantraídotrepacablesdesobraporsihabíamásprisioneros
apartedeTia…oporsiMeganyyonosuníamosaellos.Losparámetrosdelamisiónestipulabandejaratráselequipodeemergencia,porsiacaso.
—Estamosjuntoalapuertadelpisosetenta—dije—.¿Dóndeestáelequipo?—Mochilanegra—dijoAbraham—,ocultaenunabocadeventilación,cercadel
ascensordeservicio.Pero,David,cuandohemossalidodeesepisoestabaatestadodeguardias.
TambiéneraelpisodondeTialeshabíadadoesquinazoparairabuscarlosdatosdelProfesor.Peroyonoestabasegurodepodersalvarla.Chispas.Enaquelmomentonoestabaseguronidepodersalvarmeyo.
—La radio ha enmudecido justo después de que localizasen aAbraham—dijoCody—.Debentenerunaseñalseguraparacasosdeemergencia.YpuedesapostarteelkiltaquenoestaránusandolosmóvilesdeKnighthawk.
Genial.Bien,almenosconlamochilaMeganyyotendríamosunaoportunidad.Saquéelmóvilconlaespaldapegadaalaparedjuntoalapuertadelpisosetenta.Laluz del dispositivo nos iluminó mientras examinábamos el plano queconvenientemente nos había enviado Cody. Nosotros aparecíamos como un puntoverde;elascensoreraunpuntorojo.
El punto rojo estaba en medio del maldito edificio. Estupendo. Memoricé elcamino,fijándomeenlashabitacionesdelProfesor.Pasaríamoscerca,porunpasilloqueestabajustoalladodelasuite.
MiréaMegan.Asintió.Abríunpocolapuertaysaliódeunsalto,empuñandolapistola,mirandoa izquierday aderecha.La seguí sinquitar ojo al pasilloderechomientrasellaseocupabadelizquierdo.Deltechocolgabaunaristradebombillasqueiluminaban las formasonduladasabsurdamentehermosasdesal rojade lasparedesnegrasygrises.Eracomounapalomaenllamas.
Soltéelaire.Todavíanohabíaguardias.Losdosseguimosandandoporelpasillo,pasandopordelantedepuertascerradasquesabíamosquedabanaapartamentosdelujo. Cuando llegamos al final del pasillo empezaba a creer que teníamosposibilidades.Quizáshubiesenllamadoalosguardiasparaqueregistraranotrospisos
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oparaprotegeralProfesor.Entonceslaparedqueteníamosaunostresmetrossedesintegró.Retrocedimosatrompicones.Elvientonocturnoentróporelhuecoreciénabierto
enelmuroexteriordeledificio,haciendoqueentrasepolvodesalasetentapisosdealtura.Parpadeando,levantélamanoparaprotegermedelasal.
FueraflotabaelProfesorsobreunrelucientediscoverde.Diounpasoyabandonóel disco para entrar en el edificio, pisando el polvo de sal. Megan maldijo entredientes,retrocediendo,apuntándoloconelarma.YomequedédondeestabayestudiélacaradelProfesoresperandoencontrarenellaalgunaseñaldecalidez, inclusodepiedad.Solovidesprecio.
Alzó lasmanos para crear lanzas de luz verde, campos de fuerza con los queatravesarnos.Enesemomentosentíalgoquenoesperaba.Purafuria.FuriacontraelProfesorpornoser lo suficientemente fuertepara resistirsea laoscuridad.Eraunaemociónquehabíaestadoocultaenmiinterior,cubiertaporunaseriedeargumentosracionales: élhabía salvadoBabilar;Regalia lohabíamanipuladoparaprovocar sucaída;loquehacíanoeraculpasuya.
Nadadetodoaquellomeimpedíaenfadarme,enfurecermeconél.Sesuponíaqueeramejorquelosdemás,capazdesobreponerseenunasituaciónasí.¡Sesuponíaqueerainvencible!
Algo se sacudió dentro de mí, como un antiguo leviatán despertando en suguarida de agua y piedra.El vello de los brazos seme erizó y tensé losmúsculoscomoparalevantaralgomuypesado.
MiréalosojosdelProfesoryvielreflejodemipropiamuerte.Algoenlomásprofundodemídijo«no», pero esa confianzadesapareció al instante, reemplazadaporelterrormásabsoluto.Íbamosamorir.
Saltéaunladoesquivandounalanzadeluz.RodéporelsuelomientrasMegansaltabahacialapared,lograndoapartarsedeotralanzaafiladadecampodefuerza.
Intenté alejarme gateando por el pasillo, pero me di de bruces contra unarelucienteparedverde.Gemí.Mevolví yvi alProfesormirándomecondesprecio.Alzóunamanoparadestruirme.
Algodiminuto ledioenun ladode lacabeza.Sobresaltado,sevolvióyrecibióotroimpactoenlafrente.¿Balas?
—¡Oh, sí! —dijo Cody por la radio—. ¿Lo habéis visto? ¿Quién acaba deacertarleauntipodesdemilmetrosdedistancia?Yo.
Las balas no atravesaron los poderes defensivos del Profesor, pero eran unincordio.MeacerquécomopudeaMegan.
—¿Puedeshaceralgo?—lepregunté.—Yo…Aparecióuncampodefuerzaquenosrodeó,arrancandotambiénunbuentrozo
desuelodehalita.Chispas.Yaestaba.NosibaaaplastarcomohabíahechoconValyExel.
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Le tendí lamanoaMegan;queríamorir sujetando lasuya.Ellahabíaadoptadounaexpresióndeconcentración,conlamandíbulaapretadaylamiradaperdida.
Elaireseestremecióyalguienapareciójuntoanosotrosdentrodelaburbuja.Parpadeésorprendido.Lareciénllegadaeraunaadolescentepelirrojaconelpelo
muycorto.Vestíavaquerosyunaviejachaquetadelmismotejido.Jadeó,mirandoelcampodefuerzaquenosrodeaba.
ElProfesorcerróelpuñoparacontraerelglobo,perolajovenestirólosbrazosaloscostados.Notéun tamborileo,unavibración, comounavozmuda.Conocíaesesonido.¿Tensores?
El campo de fuerza del Profesor se desintegró y caímos al suelo. Perdí elequilibrio,perolajovenseposósinproblemasobreambospies.Estabaperplejo,perovivo.Meparecíabien.AgarréaMegan,apartándoladelajoven.
—¿Megan?—susurré—.¿Quéhashecho?Meganseguíaconlamiradaperdida.—¿Megan?—Calla—merespondiósecamente—.Estonoesfácil.—Pero…ElProfesorladeólacabeza.Lajovenavanzó.—¿Padre?—preguntó.—¿Padre?—repetíyo.—Noheencontradounaversióndeélsincorromperenlasrealidadescercanas—
murmuróMegan—.Asíquehetraídoloquehepodidoencontrar.Veamossituplanfunciona.
ElProfesormirópensativoasu«hija».Luegoagitólamano,creandootrocampode fuerza alrededor deMegan. La joven lo destruyó inmediatamente, liberando elpodertensor.
—Padre—dijolajoven—.¿Porquéestásaquí?¿Quéestápasando?—Notengoningunahija—dijoelProfesor.—¿Qué?Padre,soyyo,Tavi.Porfavor,¿porqué…?—¡No tengo ninguna hija!—aulló el Profesor—. ¡Con tus mentiras no vas a
engañarme,Megan!¡Traidora!En sus manos aparecieron lanzas de luz verde, como esquirlas de vidrio. Las
lanzóporelpasillohacianosotros,peroTaviagitólasmanos,lanzandounestallidodepoder.Esosíqueerapoder tensor…Aldestruir las lanzasde luz,Tavi tambiéndestrozóunaparedcercanaquecayóconvertidaenpolvo.
Alrededordeellaaparecieronlanzasdecolorazulverdoso,comolasdelProfesor.¡Rayos!Teníasusmismospoderes.
El Profesor abrió los ojos como platos. ¿Su expresión era de miedo o depreocupación? Megan no había traído a nuestro mundo una versión suya, peroaparentemente con lo que había traído bastaba. Sí, temía los poderes de la joven.
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Temíasuspropiospoderes.«Enfréntateatusmiedos,Profesor—pensédesesperado—.Nohuyas.¡Lucha!».El Profesor bramó de frustración y balanceó las manos delante del cuerpo,
destruyendounalargafranjadepasilloylanzandocontranosotrosoleadasdepolvodesal.LoscamposdefuerzasemanifestaroncomoesquirlasdeluzquegolpearonaTavi, muros desplazándose y amenazando con aplastarla en una cacofonía dedestrucción.
—¡Sí!—grité.ElProfesornohuía.Actoseguido,pordesgracia,elsuelodesaparecióbajomispies.
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La oleada de poder destructivo del Profesor concluyó más o menos cuando mealcanzó,yaunquecaíenelagujero,fuicapazdeagarrarmealborde.Meganestabaarrodilladaallado,sinserconscientedelagujeroquesehabíaabiertojuntoaella.
Había una caída de unos tres metros, pero no me apetecía nada arriesgarme.Empecéaencaramarme.
—David—dijodesúbitolavozdeTia—,¿quéhacéis?—Tratamosdenomorir—refunfuñé,todavíacolgado—.¿Siguesenalgúnlugar
delpisosetenta?—En las habitaciones de Jon, intentando llegar a su despacho. ¿Sería posible
cortarlacorriente?Lapuertadeseguridadtieneunacerraduraelectrónica.Sobremicabezazumbólaoleadadepodertensorydeltechomellegóungemido
quenoaugurabanadabueno.—El anulador ya no está en su sitio, Tia —dije, poniéndome en pie y
descubriendo que me encontraba en medio de una guerra—. Además, tenemosproblemasmásgravesqueeldeentrarenlashabitacionesdelProfesor.Estáaquí.
—¡Chispas!—dijoTia—.¿Quépasa?¿Estáisbien?—Síyno.Enlosmomentosquehabíapasadocolgado,elProfesoryTavihabíanderribado
variostabiquesycreadouncampodebatallamuchomayor.Intercambiabanráfagasdeluzypodertensor,dejandoelsuelomarcadoyconcráteres.
Eltechonoaguantaríamuchomás.BusquéaMegan,queestabaarrodilladajuntoa los restos de una pared. Siseaba entre dientes, observando el enfrentamiento sinparpadear. Avancé hacia ella, pero torció los labios al mirarme y apretó más losdientes.Unamuecadedesdén.
Vaya.Lasituaciónerapeligrosa.Había traídodemasiadascosasydemasiadorápidoa
nuestromundo.Pero, chispas, estaba funcionando. El Profesor retrocedía por el pasillo ante el
ataque deTavi…La joven le arrojaba lanzas de luz azul que él evaporaba con supoder tensor. A la izquierda del Profesor, el muro exterior estaba destrozado y elvientoentrabaululando.Lashabitacionesdesuderechaestaban llenasdeagujeros,conlasparedesyelsuelocasicompletamentedestruidos.
Me lancé hacia Megan cuando caía el techo. Parpadeando, porque, rayos, losrasguñosquemehabíahechoenelbrazomepicabandebidoalasal,vilanzasdeunverde brillante dirigirse hacia Tavi, iluminando el polvo. Apenas fue capaz dedesviarlas.
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El Profesor había perdido la confianza; sudaba ymaldecíamientras luchaba y,paramisorpresa,enelbrazoteníavariosrasguños.
Noselecerraban.Efectivamente, lospoderesde la jovencontrarrestabanlossuyos.Pero¿porqué
nosehabíavueltobueno?¿Nosehabíaenfrentadoasusmiedos?—David—medijoTia,ansiosa—.Dalaimpresióndequetodoeledificiosevaa
venirabajo.¿Estáisbien?—Por ahora. Megan ha traído de otro mundo una versión del Profesor, Tia.
Alguienconsusmismospoderes.Estánluchando.—¡Chispas!Estáislocos.—GuardósilenciomientrasyocontemplabaalProfesor,
boquiabierto,asombradoporsuusodelpoder—.Vale—dijo,aunqueparecíareacia—.Voyhaciavosotros.
—No—dije—.Ocúltate.Nocreoquepuedashacernada.Nocreoqueningunodenosotrospuedahacernada.
MiréaMegan.Teníalosdientesmuyapretados.Fuihaciaella.Memirófuriosa.—Quédateahí,David—meespetó—.Simplemente…quédateahí.Me detuve, suspiré y fui hacia el fondo del pasillo…hacia el Profesor yTavi.
Quizá fuese una estupidez, pero tenía que ver aquello. Pasé por delante de lahabitacióncuyotechosehabíaderrumbadoymeacerquéalosdoscombatientes.Enese punto el pasillo cambiaba de dirección, pero ellos habían seguido a lo suyo,derribandoparedes,yhabíanentradoenunalujosasuite.
El Profesor lanzó una oleada de poder tensor contra Tavi, fundiendo mesas ysillasygolpeándolacontodasupotencia.Algunosbotonesdelacamisadelajovense convirtieron en polvo, aunque la prenda aguantó. Solo afectaba al materialinorgánicodenso.
Los campos de fuerza de Tavi desaparecieron. Dio un salto para ponerse acubierto, evitando por los pelos las lanzas de luz.Tardó tres segundos en volver acrearuncampodefuerzaparabloquearlosataques.Estabafuncionando.Porlovistotenía elmismo punto débil que el Profesor: sus propios poderes enmanos de otrapersona que los usaba. El impacto de los tensores anulaba sus habilidadesmomentáneamente,comolepasabaaMeganconelfuego.
¿Podía yo hacer algo? ¿Podía explicárselo? Di un paso al frente pero vacilécuandoelairesedeformóamialrededor.
Fuiarrastradoaunavisiónmomentáneadeotromundo,unavisióndeFirefightdepieenunaazotea,conlosbrazospegadosalcuerpoylospuñoscerradosdelosqueseelevabanllamas;uncielonocturno;airefríopuntuadoporlasemisionesdecalordelÉpico.
Lavisióndesapareció.Volvíaaestarenelcampodebatalladelrascacielos.Meapartédelaireretorcidoymeocultédetrásdelosrestosdeunapareddehalita,fueradelahabitacióndondeseenfrentabanelProfesoryTavi.Unpardelanzasdeluzme
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pasaronporencimayseclavaronenlaparedcomotenedoresenunpastel.Ahora que sabía lo que debía buscar, encontré varios puntos donde el aire se
retorcíaysecombaba.Loshabíaenelpasilloyenlashabitaciones; lospoderesdeMegandestrozabannuestrarealidad,entrelazándolaconladeFirefight.
Tuvelaimpresióndequeaquellonopodíaserbueno.No,nadabueno.La luzperdiópotenciayseapagó,perocaside inmediatovolvió.ElProfesory
Tavihabíanseguidopeleando,peroviquelajovenestabamáspálidaqueél.Sudaba,conlamandíbulatensa;laslágrimaslecorríanporlasmejillasdejandosurcosenelpolvodesal.
—Chispas —maldijo Tia—. Sigo sin poder entrar. Jon tiene un generador deemergencia en la habitación. Se ha activado cuando he cortado los cables; lo oigofuncionardentro.
—¿Todavíasiguesconeso?—lepregunté.—Novoyaquedarmeaquísentada—repuso—.Siestáentretenido,pues…CortólacomunicacióncuandoelProfesorlanzóotraoleadadepodertensorpara
deteneruncampodefuerzayreventólapareddelahabitacióndondeluchaba,quesederrumbó.EnlasuitecontiguaestabaTia,arrodilladaenelsuelo.
Soltóunaimprecaciónysepusoacubiertodetrásdelaparedderruida.—Nomehabíadadocuentadequeestabaistancerca—dijo—.Espera.Esachica
meresultafamiliar.¿Es…?»Oh,tío…—Chico—medijoCody—,noséquéestápasandoahí.¿Estáisluchandotodos
contraél?—Algo así —dije, desenfundando. El Profesor estaba consumido por el
enfrentamientoconTavi.Unapuntadelanzahirióalajovenenelbrazo.Lasangresalpicólapareddeunmodorepugnante.Cayóderodillasyalcabodeunmomentolaheridaempezóasanar.Desviólas lanzassiguientesconelpoder tensormientrasseagarraba el brazo.Tambaleándose sepuso enpie, con la piel cicatrizada, la sangrerestañada.
Todavíaocultocercadelagujerodelsuelo,mequedéboquiabierto.Habíasanado.Y había recuperado los poderes mucho más rápidamente queMegan tras tocar elfuego.
«IgualqueEdmund.Supuntodébilno laafecta tantocomoalProfesoroa losdemás. ¿Es posible que se enfrentase a sus miedos y los superase hace muchotiempo?».
ElProfesor seguía teniendo los cortes que ella le había infligido, a pesar de locualyonopodíaevitarpensarquesemeescapabaunaspectomuyimportantedelanaturaleza de los poderes y las flaquezas. El Profesor luchaba contra ella. ¿Noimplicaba eso que él mismo se enfrentaba a sus temores? ¿Por qué seguía tanclaramenteconsumidoporlaoscuridad?
En la habitación, por la pared derruida, Tia había logrado por fin entrar en el
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despachodelProfesor.Apenaslaveíaallídentro.Pasójuntoaungeneradorcomoelquehabíamosencontradoarriba,sesentóalamesaysepusoatrabajardeprisaconelordenador.
Pero Tavi… pobre Tavi. No la conocía, pero me dolía el corazón viéndolaretrocederfrentea losataquesdelProfesor.Seguía luchando,peroeraevidentequeteníamuchamenosexperienciaencombatequeél.
Me puse en pie, sosteniendo la pistola con ambasmanos. Eché un vistazo porencimadelhombroyviqueMeganseacercabaporelpasillo,llorando,conelrostroconvertidoenunamáscaradedoloryconcentración.
Teníaquepararaquello.NosurtíaefectoyestabadestruyendoaMegan.ApuntéalProfesormientrastodavíaestabaconcentradoenTavi;exhaléymequedéinmóvil.EsperéaqueunaoleadadepodertensordeTaviloalcanzase,destruyendouncampodefuerza.
Ydisparé.Nosabríadecirsierréeltiroapropósitoosifueporqueelsuelotembló.Eltecho
cedíacomoeldelaotrahabitación;habíancaídodemasiadasparedes.Encualquiercaso,eldisparohirióalProfesorenlacaraenlugardeatravesarlelanuca.Labalalearrancóuntrozodemejilla;manósangre.Suscamposdefuerzadeproteccióninnatoshabíancaído.Quizáshabríapodidomatarlo.
Elmomentopasó.ElProfesorlevantóasuespaldaunapareddecampodefuerzaparaevitarotrosdisparos,conungestoindiferente,comosiyofueraelúltimomono.Calamity… ¿Y si mataba a Tavi? La habíamos arrancado de su realidad y lahabíamosmetidoennuestraguerra.VolvíamiraraMegan.
«Fuego», pensé. Era la otra forma de acabar con aquello.Metí la mano en elbolsillo, buscando el encendedor. ¿Dónde estaba? No me había dado cuenta delestado lamentable de mi ropa. Llevaba la elegante chaqueta sucia de sal y lospantalones rotos. No encontré el encendedor; lo había perdido. Pero encontré otracosa en el bolsillo. Un cilindro pequeño. La incubadora de muestras de tejido deKnighthawk.
MiréellugardondelehabíadisparadoalProfesor.¿Meatrevía?¿Meganpodríaaguantarunpocomás?
Toméladecisiónycorríporlahabitación,agachándomeparaevitarelcampodefuerzaysaltandosobreloquequedabadeunsofáqueeltensorhabíafundidocasideltodo.Conesamaniobramesituéenelcentrodelapelea.ElProfesoryTaviluchabancercade labarradebarde la lujosahabitación.Porencimamepasaron ráfagasdepolvo.Sememetióenlosojos.Lasalmeentróenlaboca,provocándomearcadas.Elsueloseestremeció.Meechéalsueloyrodé,apartándome,enelprecisomomentoenqueunestallidodetensorinvisibleabríaunenormeboqueteamilado.Lloviópolvodeunagujerodeltecho.
Me puse en pie y pasémuy cerca del Profesor para llegar hasta lamancha desangredel suelo.Sevolvióhaciamí, conunamirada furibunda. ¡Chispas, chispas,
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chispas!Derrapéy,enelcharcosanguinolento,encontréunjiróndepieldesumejilla.La
herida del disparo ya se le había curado. Aparentemente, los cortes no sanabanúnicamentesisedebíanalimpactodeunalanzadeluz.Unaheridanormalempezabaasanarencuantorecuperabalospoderes.
MetíeltrozodecarneeneldispositivodeKnighthawk.Teníatantopánicoquenisiquiera pensé en lomorboso que era aquello. El Profesor creó lanzas de luz, unadocenaomás.Aulló,lanzándolascontramí.
Meechéaunlado.Justohaciaunodelospuntosdondeelairetemblaba.
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Estavezno sufrí una caídade casi seismetros cuandopasé alotromundo, loqueagradecí.En vez de eso rodé sobre una azotea situada en una zona tranquila de laciudad;noladeunrascacielos,sinoladeunsimpleedificiodeapartamentos,aunquebastantealto,esosí.
Nosedisolvíanada,nosonabandisparosyelzumbidodesconcertantedelpodertensor del Profesor brillaba por su ausencia. Solo vi un tranquilo cielo nocturno,hermoso,sinningúnpuntorojobrillante.
Allítendido,agarrandoconfuerzalamuestradetejido,miréalcielo,respirandoparatranquilizarme.Eraposiblequeacabasedehacerlamayorlocurademivida,yesoquehabíapuestoellistónbienalto.
—Tú—dijounavozamiespalda.Me puse de rodillas, agarrando las células del Profesor cerca del cuerpo en un
puñoy lapistolacon laotramano.Firefight flotaba juntoa laazotea,encendidoyardiente, con lapiely la ropaocultaspor las llamasque se retorcían.Lasbalasnoharían daño a unÉpico de fuego; simplemente se fundirían. ¿Había cambiado unasituaciónmortalporotra?
«Tengo que ganar tiempo hasta que vuelva amimundo», pensé. Pero ¿cuántotiempo iba a quedarme allí si Megan no intentaba recuperarme? No me habríatrasladadopermanentemente,¿verdad?
Firefighterainescrutable,consuauradecaloryllamasdeformandoelaireasualrededor. Finalmente dio un paso y llegó a la azotea. Sorprendentemente, laintensidaddelasllamasseredujo.Apareciólaropaquellevaba:unachaquetasobreuna camiseta ajustada, vaqueros.El fuego siguió ardiendo en sus brazos, peromástenue, como las últimas llamas de una hoguera de campamento antes de quedarreducidaabrasas.Lacaraeralamismaquehabíavistolaúltimavez.
—¿QuéhashechoconTavi?—exigiósaber—.Silehashechodaño…Mepasélalenguaporloslabios;losteníamuysecosysalados.—Yo…—Unavezmás,lacataduramoraldeloquehabíamoshechomegolpeó
como el puño de la encargada del almuerzo en la Factoría una vez que habíaintentadorobarunbollo—.Hasidoatraídahaciamimundo.
—AsíqueTia tiene razón.¿Intentáis llevarnosavuestradimensión?—Avanzó,conlasllamasaltasotravez—.¿Porquélohacéis?¿Quétramáis?
Retrocedíatrompicones.—¡No tramamos nada! O, bueno, no sabíamos que… Al principio Megan no
sabíaque…Esdecir,nosotros…Noteníaniideadeloqueibaadecirle.
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Porsuerte,Firefightsedetuvoyredujosusllamas.—¡Cáspita, estás aterrado! —Respiró hondo—. Mira, ¿puedes traer a Tavi de
vuelta?Estamosenmediodealgo.Lanecesitamos.—Tia… —dije, bajando el arma, empezando a entender—. Espera. ¿Eres un
Explorador?—¿Esporesoquenodejáisde llevarmeavuestromundo?—preguntó—.¿Allí
nohayunaversióndemí?—Yo…creoqueesposiblequeallíseasunamujer—dije.«Quesaleconmigo».
Yamehabíadadocuentadelparecido;Firefighterarubioysurostro,sidejabasdeladosumasculinidad,recordabaeldeMegan.
—Sí…—dijoasintiendo—.Lahevisto.Eslaquemehaceiravuestromundo.Esextrañopensarquepodríatenerunahermanaenotrolugar,enotromundo.
Undestello de luz iluminóun edificio cercano.Era un edificio alto y redondo.¿LaTorreSharp?Fuiconscienteporprimeravezdequemeencontrabaenelmismodistrito de Ildithia pero no en la torre sino en el edificio donde se había apostadoCody.
Firefightsevolvióhacialaexplosiónysoltóuntaco.—Quédateaquí—dijo—.Luegohablarécontigo.—Espera —lo llamé, poniéndome en pie con esfuerzo. Aquel destello me
resultaba familiar—.Obliteration.Obliteration es el responsable de esa luz, ¿no esasí?
—¿Loconoces?—Firefightvolvióamirarme.—Sí—dijemientras intentaba comprender lo que estaba viendo—. Podríamos
decirloasí.¿Porqué…?—Espera.—Firefightsellevólamanoalaoreja—.Sí,lohevisto.Havenidoala
Torre Sharp. Tenías razón. —Entrecerró los ojos mirando el enorme edificio—.Quieroenfrentarmeaél.Nomeimportasimeestáatrayendo,Tia.Enalgúnmomentotendremosqueenfrentarnosaél.
MeacerquédudosoaFirefight,queseencontrabaenelmismobordedeledificio.Habíamuchascosasdiferentesenaquel lugar,peromuchasiguales.Obliteration, lamismaIldithia.Tia,aparentemente.YTavi,lahijadelProfesor…
El destello de calor de Obliteration apareció una vez más, un intenso calorpalpitante.Lasalnoardía,peroObliterationnodejabadecalentarla.Alláarribasemovíansombras.Entornélosojosyvisiluetasrecortadascontralasllamas,eragentequesaltabaporlasventanas.
—¡Cáspita!—exclamóFirefight—.Tia,alláarribahaygente.Saltanparahuirdelcalor.Voyparaallá.
Firefight,convertidoenllamas,saltóalvacío,aunqueparamíeraevidentequenollegaría a tiempo de salvar a esas personas. Estaban demasiado lejos y caíandemasiado rápido. El corazón me dio un vuelco. Qué decisión más horrible: queObliteration te abrasara omorir en la caída.Quería apartar la vista, pero no pude.
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Pobregente.Alguien saltódesdeel últimopisodel edificio en llamas.Una figurademanos
relucientes,unafiguraespléndidaqueselanzóhaciaabajo,conunacapaargentina.Comounmeteoro,trazóunalíneabrillantevolandohacialagentequecaía.Contuveelalientocuandoatrapóalaprimerapersona,luegoalasegunda.
Retrocedí.No.Firefightdescribióungiroyvolvióaaterrizaramilado.—Notepreocupes—ledijoaTia,conlasllamasparcialmenteatenuadas—.Ha
llegadoatiempo.Deberíahaberlosupuesto.¿Algunavezhallegadotarde?Conocíaaaquelser:ropaoscura,constituciónfuerte.Inclusodetanlejos,incluso
en la oscuridad de la noche, conocía a ese hombre. Había dedicado la vida aestudiarlo,aobservarlo,acazarlo.
—Steelheart —susurré. Me estremecí y agarré a Firefight, olvidando porcompleto las llamas.Porsuerte,seapagaronencuanto lo toquéynomequemó—.¿Steelheartosayuda?
—Claroquenosayuda—dijoFirefight,frunciendoelceño.—Steelheart…—dije—.¿Steelheartnoesperverso?Arqueóunacejacomosimehubiesevueltoloco.—YCalamitynoestá—dije,mirandoelfirmamento.—¿Calamity?—¡Laestrellaroja!—dije—.ElorigendelosÉpicos.—¿Invocation?—dijo—.Desapareció un año después de su llegada; hace diez
añosquenoestá.—¿Sienteslaoscuridad?—lepregunté—.¿Latendenciaalegoísmoqueconsume
atodoslosÉpicos?—¿Dequéhablas,Charleston?NohabíaCalamity,nohabíaoscuridad,Steelhearterabueno.¡Chispas!—Estolocambiatodo—susurré.—Mira,tehedichoantesquetienesqueverlo—dijoFirefight—.Seniegaacreer
loquehevisto,peroesimprescindiblequehablecontigo.—¿Porquéyo?¿Quéleimportoyo?—Bien—dijoFirefight—,éltemató.«Enmimundo,yolomatéaél.Aquí,élmematóamí».—¿Cómofue?Tengoque…Sentíuntirón.Unestremecimiento.—Mevoy—dije,empezandoadesaparecer—.Nopuedoevitarlo.Enviaremosa
Tavidevuelta.Dile…dilequevolveré.Tengoque…»… entender qué ha sucedido aquí—terminé, pero Firefight ya no estaba. La
azotea había desaparecido. En su lugar había un espacio lleno de polvo y luzbrillante.DosÉpicosenfrentados.Habíanvueltoalpasillo,rozandolashabitaciones
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delProfesor, lo que los situaba ami derecha, dondehabíandesaparecido lamayorpartedelasparedes.
Durantemiausenciahabíanllegadolosguardiasysehabíanquedadoenelrecododelpasillo,cercademiescondite.EstabanatacandoaTavi,disparándole.
«Calamitynoestaba…».¡Tenía que contárselo a alguien! Encontré sin dificultad a Tia trabajando
furtivamenteenunordenador,enlahabitaciónsituadafrenteamí, ligeramentea laizquierda.Unchorrodesalmecayóenlacabezayeltechogimió.
Eché un vistazo por encima del hombro y vi que Megan se me acercaba azancadas.Alta,decidida,conlacabezaerguidaylasmanosaloslados,arrastrandoconcadadedounaondadelarealidad.UnagranÉpicaentodasugloria.
Memiróy…rugió.Cierto.Ahoramismoteníaunproblemamuchomayorquesolventar.
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Fuego.Mehacíafaltafuego.Cruelironía:unmomentoantesestabajuntoaunhombreliteralmentehechode
llamasy,sinembargo,ahoranoteníaniunasolachispa.MeguardéenelbolsillolascélulasdelProfesorantesdelevantarmeyatravesar
la suite, haciendo lo posible para pasar desapercibido. Los guardias retrocedían.Mientrasbuscabafrenéticamentelaformadecrearunallama,viaTavienelpasillo,de rodillas, rodeada de burbujas concéntricas de luz. Era de suponer que la másinterna lahabíacreadoellamisma.Allíestaba,acurrucada,con lacabezagacha, lapielcubiertadesalmarcadaporelsudor.Temblaba.
Mediopena,perocorríhaciaTiaconlaesperanzadequetuvieseunencendedor.Meganquisoatraparme,pero laesquivé.Elaire todavía se retorcíaamialrededor.Entreví imágenes de otros mundos, de paisajes alienígenas, lugares donde aquellapradera era una jungla.Otros donde era un yermo desolado de polvo y piedra.ViejércitosdeÉpicosrelucientesymontonesdecadáveres.
Detrás de mí, una buena porción del techo cedió, derrumbándose con unacacofonía de piedra contra piedra.Hundió una parte del suelo ymehizo perder elequilibrio.Primerogolpeéelsueloconelcodoparaluegodeslizarmeporlasal.
Cuandome detuve al fin, parpadeé para limpiarme el polvo de los ojos y tosí.Chispas.Medolíalapierna.Enlacaídamehabíatorcidoeltobillo.
Losrestosseasentaronyviquelasuitehabíaperdidobuenapartedelsuelo.YohabíaacabadoenlahabitacióndelProfesor,cercadeTia,quien,refugiadadetrásdeun escritorio, agarraba con fuerza el móvil conectado a la unidad de datos de unordenador alimentado, al mismo tiempo que unas bombillas oscilantes, por unpequeñogeneradorqueseesforzabaenunrincón.
Megannisehabía inmutado.Sevolvióhaciamí.Asuespalda,alotro ladodelagujerodel suelo, losguardiasdelProfesor se reunierony se retirarondeentre losescombros.Asuderecha,elProfesorsecerníasobreTavi,desplomadaenel suelo.Habíaperdidoelcampodefuerza.Semovió,peronoselevantó.
Meganmemiróalosojosconlasmanosalzadas.Torcióloslabiosenungestodedesprecio,sosteniéndomelamirada,yapretólamandíbula.Suexpresiónmeparecióde súplica. Todavía tendido en el suelo destrozado, saqué la pistola de su funda,apuntéydisparé.
Algenerador.Igual que el de arriba, tenía un tanque de combustible. No explotó, como yo
esperaba,perolehiceunagujeroyseprendiófuego,lanzandounchorrodellamas.Laluzseapagódeinmediato.
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—¡No!—gritóTia.Meganmirólasllamasyelfuegoardióensuspupilas.—Enfréntateaél,Megan—susurré—.Porfavor.Avanzóhaciaelfuego,comosilaatrajeraelcalor.Corrióhaciaél,gritando.Me
dejóatrásymetióelbrazoenlasllamas.Sedesmoronó.Tavidesapareció.Losdesgarronesdelairesecontrajeron.Exhalé
aliviadoylogréreptarhastaMegan,arrastrandoelpiedolorido.Temblaba,agarrándoseelbrazoquesehabíaquemadogravemente.Laapartédel
generador,porsivolvíaasoltarllamas,ylaabracé.En la habitación a oscuras solo había dos fuentes de luz: el fuego que iba
apagándose…YelProfesor.Megan apretó los párpados, temblando por el esfuerzo realizado. Nos había
salvado lavida, habíapuesto enmarchamiplan, ynohabíabastado.EramásqueevidenteporqueelProfesoravanzabaconpasosegurohacianosotros.Llegóhastaelbordedelagujerodelsueloylocruzóamedidaqueuncampodefuerzaseformabaasus pies. Iluminado desde abajo parecía un fantasma, con el rostro casicompletamentecubiertodesombras.
ElProfesorsiemprehabíadadolaimpresióndeestar…sinterminar.Susrasgoseran como un montón de ladrillos rotos, normalmente con una barba incipiente.Aqueldíanotétambiénenélsignosdeagotamiento.Lalentituddelpaso,lasmarcasdesudorenlacara,loshombroshundidos.HabíasidodurolucharcontraTavi.Eraunhombreprácticamenteindestructible,perosecansaba.
Nosmiróatentamente.—Matadlos—dijo.Sevolvióysealejóenlaoscuridad.Dosdocenasdeguardias
se dispusieron a dispararnos. Me acerqué más a Megan, lo suficiente para oírlamurmurar.
—Muerosiendoyomisma—dijo—.Almenosmuerosiendoyomisma.Fuego.Habíaanuladosuspoderes.Siemprelosperdíaduranteunoodosminutos
trasquemarsedeliberadamente.Simoríaahora,¿seríapermanente?«No.No…¿Quéhehecho?».Laprotegíconelcuerpocuandolosguardiasabrieronfuego.Unaráfagahorrible.
Lasparedesestallaronenunalluviadesal.Elmonitordelordenadorsehizoañicos.Lasbalaslollenarontodo,acompañadasporelsonidoensordecedordelosdisparos.
AgarréaMeganconfuerza,exponiendolaespaldaalataque.Algoseagitóenmiinterior.Losabismosquemorabanenmialma,laoscuridad
delfondo.Lassombrassemovíanamialrededor,gritos,emocionescomoagujasquemeatravesasen,lasensaciónsúbitaysofocantedemissueños.Echélacabezaatrásygrité.
Losdisparoscesaron.Sonaronunpardetirosmásantesdequeloscargadoresse
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vaciaran. Con un Épico enemigo a la vista, los guardias no habían vacilado ni sehabíancontenido.Variosactivaronlaslucesdelasarmasparaexaminarelresultadodesulabor.
Aguardéeldolor,oalmenoselentumecimientodehaberrecibidodisparos.Nosentía nada de eso. Vacilante, me volví para mirar. Me rodeaba la destrucción…suelo,paredes,mueblesconvertidosenastillas,agujereados,rotos…todoexceptoelespacio más inmediato. Allí el suelo estaba intacto. Bruñido como un espejo, dehecho.Deunprofundocolorplateado.Metálico.
Estabavivo.En mi memoria resonó la voz de Regalia. «Me ha garantizado que recibirás
poderes“apropiados”».—Impresionante—dijo el Profesor en la oscuridad—. ¿Qué ha hechoMegan?
¿Haabiertounapuertaaotromundoyhadejadopasarlasbalas?—Parecíacansado—.Tendréquehacerloyomismo.Nocreasquenomeduele.
—Jonathan…—susurróunavoz.Fruncíelceño.Habíasonadocerca.¿Quién…?MehabíaolvidadodeTia.Estaba tendida juntoa lamesadehalita, iluminadaporel fuegocaprichoso.Se
había ocultado allí, pero las balas la habían herido. Sangraba profusamente, con elmóvilagarradoentrelosdedos.Lohabíaatravesadoundisparo.
—Jon—dijo—. Bastardo. Temías que todo acabase… así. —Tosió—. Yo meequivocabaytúteníasrazón.Comosiempre.
ElProfesor pasó a la zona iluminada por las armas de sus soldados. Su rostro,cansadoydeshecho,cambió.Dejócaerlamandíbula.Dabalaimpresióndeverlaporprimeravezesanoche.Tiainspirócondificultadporúltimavezymurió.
Mequedéderodillas,conmocionado.ApenasoíelaullidodelProfesor…Sugritorepentinodeagoníayremordimiento.Usandouncampodeluz,seapresuróacruzarelagujerodelsuelopasandojuntoanosotros,sinhacernoscaso.AgarróaTia.
—¡Cúrate!—leordenó—.¡Sana!¡Teloconcedo!SostuveaMegan,agotado,incrédulo.Tiasiguiófláccidaentresusbrazos.Elsuelodesapareció.Lasparedes,eltecho,latorreentera.Todoseconvirtióen
polvo con el grito atormentado del Profesor. Los soldados cayeron como piedras,aunqueunaburbujaapareciódegolpealrededordelProfesoryTia.
ElestómagosemesubióalagargantacuandoMeganyyoiniciamoslacaídadesetentapisos,entrepolvodesal,haciaelsuelo.
—¡Megan!—legrité.Teníalosojoscerrados.Laagarrémientrascaíamos.No.No.NO.A nuestro alrededor se precipitaban los cuerpos en la oscuridad nocturna;
penachosdepolvoymuebles,trozosdetelapasaronjuntoanosotros.—¡Megan! —volví a gritar, a pesar del sonido del viento y los gritos de los
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soldadosaterrados—.¡Despierta!Abrió los ojos de golpe. Parecían arder en la noche. Me sacudí, apenas logré
agarrarla…Deprontoteníapuestoelarnésdeunparacaídas.Momentosdespuésaterrizamos,golpeandoelsueloconuncrujidoinquietante.A
continuaciónnoté el dolor, tan intenso quemequedé sin aliento. Fue como si unadescarga eléctricame subiese por el cuerpo desde las piernas. Era abrumador. Nopodíamoverme.Losoportémirandohaciaelcielonegro.
Calamitymedevolviólamirada.Pasóeltiempo.Nomucho,peroelsuficiente.Oípasos.—Aquíestá—dijoAbraham—.Tenías razón. ¡Chispas!Eraunparacaídas,uno
delosnuestros.Peroyonohedejadoninguno…Volvílacabeza,parpadeandoentreelpolvodesalparaverlo,unaformainmensa
enlanoche.—Yatetengo,David—dijoAbraham,agarrándomedelbrazo.—Megan—susurré—.Debajodelparacaídas.—Lahabíacubiertoalposarse.Abrahamapartóelparacaídas.—Aquíestá—dijoconalivio—.Yrespira.Cody,Mizzy,necesitoayuda.David,
tenemos que sacarte de aquí. No podemos esperar. El Profesor está ahí arriba,brillando.Podríabajarencualquiermomento.
Mepreparé.Abrahamcargóconmigo.LlegaronlosotrosdosparasacaraMegandeentrelosescombros.Nohabíatiempoparapreocuparseporsiestabanhaciéndonosmásdañoquebien.
Me arrastraron hacia la oscuridad, dejando atrás los restos de una misión quehabíasidounrotundofracaso.
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Nodormí,aunquecuandoCodynoshizopararenuncallejónparacomprobarsinosseguían dejé que Abraham me administrase algo para calmar el dolor. MientrasAbrahammeexaminaba,MizzypreparóunacamillaparallevarnosaMeganyamí.Resultóquealdarcontraelsuelomehabíarotoambaspiernas.
Paracuandosalimosdelcallejónelcielosehabíaencapotadoycomenzóacaeruna lluvia neblinosa. El camino se volvió resbaladizo por el agua salada, pero lahalitaaguantómejordeloquehabíaesperado.Laciudadnosedeshacía.
Alprincipiolalluviameresultóagradable.TendidoenlacamillajuntoaMegan,dejéquemelavasedepolvolapiel,peroestabaempapadocuandollegamosalpuentedel parque. Fue una visión hermosa la de nuestra base deforme creciendo bajo elpuentecomounhongoextraño.
Megan seguía inconsciente, pero en general parecía encontrarsemejor que yo.Abraham no le encontró ningún hueso roto, aunque iban a salirle unos buenoscardenalesyteníaelbrazoquemadollenodeampollas.
—Bien,estamosvivos—dijoCodycuandollegamosalapuertadelescondite—.AmenosquenonoshayamosdadocuentadequenossiguenyelProfesorestéahífuera,esperandoaquelollevemoshastaLarcener.
—Tuoptimismoesunafuentedeestímuloparatodos,Cody—dijoMizzy.Requirióalgodeesfuerzomaniobrarconlacamillaporlaentrada,quehabíamos
creadoenformadepequeñotúnelcubiertoderestosenunodesusextremos.Ayudéempujandoconlasmanos.Todavíamedolíanlaspiernas,peroeramásundolorenplan «eh, no te olvides de nosotras» que el dolor anterior de «MALDICIÓN,ESTAMOSROTAS».
ElrefugioolíaalasopapreferidadeLarcener,uncaldovegetalsinapenassabor.Abrahamiluminóelespacioconelmóvil.
—Apagaeso,idiota—bufóLarcenerdesdesuhabitación.«Debe de estar meditando otra vez». Me senté en la camilla mientras Mizzy
entrabaarrastrándose.Suspiróysoltóelequipo.—Me hace falta una ducha—le gritó a Larcener—. ¿Qué tiene que hacer una
chicaparaquehagasaparecerunaducha?—Muérete—legritóLarcener.—Mizzy—dijo Abraham con tranquilidad—, repasa el equipo y devuélvele a
Larcener lo que creó para nosotros. Transmítele nuestro agradecimiento.Probablemente no importe y el equipo simplemente se desvanezca, pero quizá leguste el gesto. Cody, vigila fuera por si nos persiguen. Ahora que tenemos mástiempo,quieroexaminarmejorlasheridas.
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Asentídébilmente.Sí.Órdenes.Habíaquedarórdenes.Pero…peronorecordababienelcaminohastaallí.
—Tengoqueinformar—dije—.Hehechodescubrimientos.—Mástarde,David—medijoamablementeAbraham.—Pero…—Estásconmocionado,David—dijo—.Primerodescansa.Suspiréymetendí.Noestabaconmocionado.Estabamojadoyteníafrío…pero
porque había estado bajo la lluvia. Sí, temblaba, y durante el camino de vuelta nohabía logrado concentrarme en nada. Pero eso se debía al tremendo esfuerzorealizado.
Dudaba de que escucharamis argumentos.Abraham aceptaba que yo estaba almando, pero podía ser tremendamente maternal. Lo convencí para que atendieseprimeroaMegany,conayudadeMizzy,se la llevóparaquitarleel trajedenochemojado y desgarrado y asegurarse de que no tenía ninguna herida que no hubiesevisto.Luegovolvióparaentablillarmelaspiernas.
Como una hora después, Abraham, Mizzy y yo nos acomodamos en la máspequeñadelashabitacionesdelabase,conlaesperanzadeestarlosuficientementelejosdeLarcenerparahablarenprivado.Megandormía,arropadaenunrincón.
Abrahamnodejabademirarme,esperandoquemequedasedormido.Testarudo,seguídespierto, sentadocontra lapared, con laspiernas entablilladas estiradas.Mehabían dado unos analgésicosmuy fuertes, así que podía devolverle lamirada conconfianza.
Abrahamsuspiró.—DéjameverquétallevaaCody—dijo—.Luegohablaremos.Nos quedamos solosMizzy y yo. Tomó un sorbo de cacao caliente que había
compradounosdíasantesenelmercado.Yonolosoportaba.Demasiadodulce.—Entoncesnohasidouncompletodesastre,¿verdad?—medijo.—Tiahamuerto.—Semequebrólavoz—.Hemosfracasado.Mizzyhizounamuecadedolorymirólataza.—Sí. Pero… es decir…Has demostrado una de tus teorías. Sabemosmás que
ayer.Neguécon la cabeza,preocupadoporMegan, frustradoporhabernosesforzado
tanto por salvar a Tia para luego perderla definitivamente. Me sentía a la deriva,derrotado y dolorido. Tia había sido mi inspiración; ella había sido una de lasprimeraspersonasdelequipoentratarmecomoaunserútilylehabíafallado.
¿Podría haber hecho algo más? No había dicho nada sobre cómo habíasobrevividoalosdisparos.Dehecho,niyomismoconocíalarespuesta.Esdecir…teníamissospechas.Peronoestabaseguro,asíque,¿dequéhabríaservidohablardelasunto?
«Nosmentimosanosotrosmismos,¿eh?»,medije.—Eseparacaídas…—MizzymiróaMegan—.Lohacreadoella,¿no?
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Asentí.—Te lo ha puesto a ti en lugar de ponérselo—dijoMizzy—. Siempre es así.
Supongoquesierescapazderesucitartienelógica.Abrahamvolvióaentrar.—Estámáscontentoqueunconejoensumadriguera—dijo—.Acuclilladoenel
puenteconelchubasquero,comiendocecinaybuscandoalgoaloquedisparar.Nadaporahora.Esinclusoposiblequehayamosescapado.
Sesentócon laspiernascruzadas.Luego,concuidado,sequitóelcolgantequellevaba,elsímbolodelosfieles,ylosostuvoantesí.Relucíaplateadoalaluzdelosmóviles.
—Abraham—dije—.Séque…,esdecir,Tiaeraunaamiga…—Más que una amiga —dijo en voz baja—, mi oficial superior, a la que
desobedecí.Creoquetomamosladecisióncorrectayqueellaseequivocaba,peronopuedotomarmesupérdidaalaligera.Porfavor,dameunmomento.
Esperamos.Abrahamcerrólosojosyrezóunaoraciónenfrancés.¿IbadirigidaaDiosoaesosmíticosÉpicosquecreíaquealgúndíanossalvarían?Apretabaenelpuño la cadena del colgante.Lo tenía cerca, pero, como solía pasarme,me resultóimposibledeterminarsuestadodeánimo.¿Dolor?¿Preocupación?
Finalmenterespiróhondoyvolvióaponerseelcolgante.—Tienes información, David. Crees que es importante compartirla. Cuando la
guerraterminelloraremosaTiacomosemerece.Habla.¿Quéhapasado?ÉlyMizzymemiraronexpectantes,asíquetraguésalivaymepuseahablar.Ya
leshabíacontadolodeTavi,peroahoralesexpliquélosucedidoalpasaralmundodeFirefight.Loquehabíavisto.LodeSteelheart.
Divaguémucho.Laverdadesqueestabacansado.Probablementeellostambiénloestuviesen,peronopodíairmeadormir,nosinantesdescargarelpesodeloquehabía visto, de lo que había descubierto. Les conté todo lo que pude, pero acabécallandoantesdecontarlesloquesospechabaenrelaciónamipropio…desarrollo.
—¿Temató?—dijoAbraham—.Ensumundo,¿Steelhearttemató?¿Esodijo?Asentí.—Es curioso. Ese mundo es similar al nuestro, pero diferente en detalles tan
importantes.—Nopreguntastepormí,¿verdad?—dijoMizzy.—No.¿Porqué?¿Deberíahaberlohecho?Bostezó.—Nosé.Quizásenesemundoyoseaunaninjaasombrosaoalgoparecido.—Yo diría que hoy ya has sido una ninja asombrosa—dijo Abraham—. Has
llevadoacabomuybienlamisión.Mizzysesonrojóytomóuntragodecacao.—Un mundo sin Calamity —dijo Abraham—. Pero ¿eso qué…? —Su móvil
sonó.Fruncióelceñomirandolapantalla—.Noconozcoelnúmero.—Melomostró.
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—EsKnighthawk—dije—.Contesta.Lo hizo, llevándose el móvil a la oreja, pero lo apartó de inmediato porque
Knighthawkhablóenvozmuyalta.—Estáemocionadoporalgo—dijo.—Esevidente—dijoMizzy—.Ponalmamónenelaltavoz.Abrahampulsó el botón correspondiente. El rostro deKnighthawk apareció en
pantallaysuvozresonóenlahabitación.—… nome puedo creer las agallas de esa mujer. ¿Qué ha sido del móvil de
David?¿Lohandestruido?Hacehorasquenololocalizo.SeloenseñéaAbraham.Apenashabíasobrevividoa lapelea.Tenía lapantalla
rotaylefaltabalatapaposterior.Labateríahabíadesaparecido.—Hatenidomejoresmomentos—ledijoAbraham.—Aversitienesmáscuidado—medijoKnighthawk—.Nosongratis.—Losabemos—dije—.Nosloshicistepagar.—Ja —dijo Knighthawk. Estaba de tan buen humor que resultaba chocante,
inclusomolesto—.Despuésdeesto,temandaréotroporcuentadelacasa,chico.—¿Despuésdequé?—pregunté.—DelosdatosdeRegalia—dijo—.Sonincreíbles.¿Noloshasleído?—¿Los datos?—dije—. Knighthawk, estaban en el móvil de… Tia. ¿Los has
copiado?—Claroqueloshecopiado—dijo—.¿Creesquemontétodaunarednacionalde
enlacesdedatossolopordiversión?Vale,síquemedivierto,perosoloporquepuedoleerloscorreosdelagente.
—Envíanostodoslosdatos—dijoAbraham.Knighthawkdejódehablar.—¿Knighthawk?—dije—.¿Noirása…?—Silencio—dijo—. No os dejo. Es que tengo otra llamada.—Soltó un taco
tremendo—.Unmomento.Silencio. Los tres nos miramos sin saber qué pensar. Si Knighthawk había
recuperadorealmentelosdatos,entonceslamisiónnohabíasidounfracasoabsoluto.Volvióahablarnosalospocosminutos.—Demonios—dijo—.EraJonathan.—¿ElProfesor?—lepregunté.—Sí.Mehaexigidoqueoslocalice.Nosécómohadeducidoquepuedohacerlo.
Siemprelehedichoquenoeraposible.—¿Y?—preguntóMizzy.—Lohemandadoalotro ladode laciudad—respondióKnighthawk—, lomás
lejos que he podido de vuestra base. Cuando acabe con vosotros seguro que measesina.Deberíahaberosechadoencuantoaparecisteisenmipuerta.
—Eh…¿gracias?—dijoMizzy.—OsmandounacopiadelosplanesdeRegalia—dijoKnighthawk—.Teneden
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cuentaquehacenreferenciaaunasfotosquefaltan.Nomelasestoyguardando;esqueelmóvilmurióantesdequepudiesedescargartodoslosarchivos.PerodecidleaTiaquelohahechogenial.
—Lehandisparado—dijeconlavozapagada—.Lahamatado.Unavezmássilencio,perooíaKnighthawkexhalar.—Calamity—susurró—.Nuncapenséquellegaríatanlejos.Esdecir,sabíaque
él…pero¿aTia?—Creo que no era su intención—dije—.Ha ordenado a susmatones que nos
atacasenyellahaacabadomuerta.—Latransferenciaestáenmarcha—dijoAbraham,levantandoelmóvil—.¿Los
datosexplicanquéhaceaquíelProfesor?—Claroquesí—dijoKnighthawk,emocionadonuevamente—.Él…—Está aquí porque quiere a Larcener —dije yo—. Está aquí para crear un
motivador con las habilidades de Larcener. Lo usará para absorber los poderes deCalamity,todosellos,convirtiéndoseasíenelÉpicodefinitivo.
Mizzyparpadeó,conmocionada,yAbrahammemiró.—Ah—dijoKnighthawk—.Entoncessíquehasleídolosplanes.—No—dije—. Simplemente es lo único que tiene sentido.—Las piezas iban
encajando—.PoresoRegaliallevóaObliterationaBabilar,¿noesasí?Podríahaberinventadocientosde formasdeamenazar laciudadyobligaralProfesoraemplearsus poderes. Pero invitó a Obliteration porque quería crear un motivador con suspoderesdedestrucciónparaocultarloqueenrealidadestabahaciendo.
—Crear un teletransportador—dijo Knighthawk—, para llegar hasta CalamitycuandotuvieselashabilidadesdeLarcener.Sinembargo,murióantesdepoderllevaracaboelplan,asíqueeselProfesorquienloejecuta.Muybuenadeducción,chico.Mehasestadoengañando;noeresnidelejostanestúpidocomopareces.Porcierto,estoyapuntodeabandonarmibase.Mannyyamellevaaljeep.NopiensoquedarmeaquísielÉpicomáspeligrosodelmundoseguramentepuedeteletransportarsedondequieraenunabrirycerrardeojos.
—Si lohiciese,alertaríaaObliteration—dije—.LabombadeBabilar fueparaevitarqueObliterationsupiesequelerobabansuspoderes.
—Aunasí,me largo, almenoshastaque Jonathan se tranquilicedespuésde suinfructuosabúsqueda.
—Knighthawk—dijoAbraham—.Necesitamostureparador.Tenemosheridos.—Malasuerte.Solotengouno.Osquieromucho,chicos,oalmenosnosientoun
especialdesprecioporvosotros,peromipielesmásimportantequelavuestra.—¿Ysipudiesedartealgoconloquefabricarotro?—lepregunté,metiéndomela
manoenelbolsillo.Saquéelcontenedorconlamuestradetejido.AbrahamtuvolaamabilidaddeenfocarloconelmóvilparaqueKnighthawkloviesebien.
—¿Esoes…?—dijolavozdeKnighthawk.—Sí.DelProfesor.
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—Quetodossalgandeesahabitación.Quierohablarconelchicoasolas.Abraham me miró arqueando una ceja, y asentí. Me pasó el móvil, un tanto
reacio, y semarchó conMizzy.Volví a apoyarme en la pared,mirando la cara deKnighthawk en la pantalla del móvil. Sostenía el suyo delante de la cara, sujetomediantealgúndispositivomientrasMannylollevabaporlostúneles.
—Lohashecho—medijoenvozbaja—.¿Cómo?Suscamposdefuerzadeberíanhaberloprotegidodecualquierdaño.
—MeganbuscóenunadimensiónalternativaparatraerunaversióndelProfesor.Unapersonaparecidaaél.
—¿Parecida?—Suhija—dije—.SuyaydeTia,creo.Poseíasusmismospoderes,Knighthawk.
Y…—Inspiréprofundamente—.Ysumismopuntodébil:suspropiospoderes.OalmenosesoafirmabaTia.
—Vaya…Tienelógica,conociendoaJonathan.Esextrañoquesuhijatengasusmismospoderes.AquíloshijosdeÉpicosnacensinpoderes.Encualquiercaso,¿ellahaconseguidoanularsuscapacidades?
—Sí—dije—.Helogradoarrancarleuntrozodepielyteloheguardado.—Tío—dijo Knighthawk—, con esto te las estás jugando de veras. Si se da
cuentadequelotienes…—Losabe.Knighthawknegóconlacabeza,apenado.—Bien,simevanaasesinar,quealmenosseaunviejoamigo.Enviaréundron
conelreparador,perotúmeenvíaslamuestra.¿Tratohecho?—Tratohecho,conunacondición.—¿Yes?—NoshacefaltaunmedioparalucharcontraelProfesor—dije—.Paraobligarlo
aenfrentarseasuspoderes.—QuetumascotaÉpicainvoqueotraversióndeél.—No. No salió bien; hemos evitado sus poderes, pero no ha cambiado. Debo
probarotracosa.Era cierto, pero solo amedias.Miré aMegan, todavía inconsciente. Respiraba
agitadamente. Lo que había hecho esa noche había estado a punto de destruirla;nuncalepediríaquevolvieseahaceralgoasí.Noerajustoparaellaydesdeluegonoerajustoparalapersonaquetraíadeotromundo.
—Portanto…—dijoKnighthawk.Levantéelcontenedordetejidos.—Hay otra forma de enfrentarlo con alguien que use sus mismos poderes,
Knighthawk.Serioacarcajadas.—¡Loestásdiciendoenserio!—Más que en serio —le aseguré—. ¿Cuánto tiempo haría falta para crear
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dispositivosconlostrespoderes:camposdefuerza,regeneraciónydesintegración?—Meses—dijoKnighthawk—.Inclusounañosiescomplicadodescubrircómo
activaralgunadelashabilidades.Eraalgoquemepreocupaba.—Sieslaúnicaforma,queasísea.NomeapetecíanadapasarmeunañohuyendoyevitandoqueLarcenercayeseen
manosdelProfesor,pero…Knighthawk me miró fijamente. El maniquí lo dejó en el jeep y le puso el
cinturóndeseguridad.—Tienes agallas—dijoKnighthawk—. ¿Recuerdas que te conté que habíamos
experimentadoconlosprimerosÉpicosydescubiertoqueunÉpicovivosientedolorcuandoseusaunmotivadorcreadoapartirdeél?
—¿Sí?—¿Tecontéconquiénhicimoslaspruebas?—Ya los tienes—dije—. Por eso ansías tanto las células del Profesor. Ya has
construidolosdispositivosparareproducirsuspoderes.—Losconstruimosjuntos—dijo—.Élyyo.—EnlasaladondeguardaslosrecuerdosdelosÉpicoscaídos—dije—habíauno
sinplaca.Unchalecoyunosguantes.—Sí. Cuando vimos el daño que le causaba destruimos todas las muestras de
tejido.Creoquesiemprelehapreocupadoqueyopudieseconseguirotra.Laverdades que se hamantenido bien lejos demí.—Elmaniquí deKnighthawk se frotó labarbilla, como si estuviese reflexionando—. Supongo que tenía motivos parapreocuparse.Meenvías lascélulasycasi al instante tendrédispositivosque imitensuspoderes,peroantesprobaréeldispositivodecuraciónconmimujer.
—Silohaces,losabrádeinmediato—dije—.Iráamatarte.Knighthawkapretólamandíbula.—Vas a tener que fiarte de nosotros, Knighthawk —dije—. Envíanos los
dispositivos.Loconvertiremosy luegointentaremossalvara tuesposa.Es tuúnicaoportunidad.
—Vale.—Gracias.—Estamos hablando de supervivencia, chico —dijo Knighthawk—. El dron
llegará dentro de seis horas. El viaje de regreso con lasmuestras durará otras seishastami refugioseguro.Si lascélulasestánbien,mepondréa trabajaren tu juegocompleto demotivadores. Proyección de campos de fuerza, poderes de curación yhabilidadestensoras.
—Valdráconeso.—YDavid—dijo Knighthawkmientras el maniquí arrancaba el jeep—, no te
pongassentimental.Estavez,sinoseconvierte,hazloquelosdossabemosquedebehacerse.DespuésdemataraTia…Chispas.¿Quéclasedevidaserálasuyadeahora
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enadelante?Quenosuframás.Teloagradecerá.Colgó y la cara de Knighthawk desapareció. Me quedé sentado, intentando
procesartodoslosacontecimientosdelanoche.Tia,Firefight,elrostrodelProfesorenlaoscuridad.Unazonademetalgrisoscuroenelsuelo.
Finalmente, dejé elmóvil. Ignorando las protestas demis piernas entablilladas,mearrastréporlahabitaciónhastaMegan.Leapoyélacabezaenelpechoylarodeéconelbrazo,escuchandoel latidodesucorazónhastaque, finalmente, trasmuchotiempo,mequedédormido.
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CUARTAPARTE
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Volvíadespertarcubiertodesudor.Lasmismas imágenesme atormentaban. Sonidos estridentes y horribles. Luces
violentas. Miedo, terror, abandono. No noté el alivio habitual al despertar de unapesadilla,elconsuelodesaberquenohabíasidomásqueunsueño.
Esaspesadillaserandiferentes.Medejabanenunestadodepánico,encarneviva,desollado, dolorido, como un pedazo de carne en una película de boxeo. Trasdespertar,antesdequeelpulsosemenormalizase,tuvequequedarmesentadoenelsuelo,soportandoeldolordelaspiernasfracturadas,duranteloquemeparecióunaeternidad.
Chispas.Estabafatal.Al menos no había despertado a los demás. Abraham y Cody dormían en los
catres,yenalgúnmomentodelanocheyohabíaencontradoelcaminodelcatredeMeganalmío,quelosotrosmehabíanpreparado.EldeMizzyestabavacío;estaríadeguardia.Alargué lamanoaun ladode laalmohada.Megustóencontrar allímimóvil,queMizzyhabíareparado.
Vienlapantallaqueeranlasseisdelamañana.Suluztambiénmerevelóunvasodeaguayunaspastillas juntoal catre.Me las tragué,deseosodemetermealgunosanalgésicos en el cuerpo. Luego me senté apoyado en la pared, consciente porprimeravezdeldolorenelcostadoylosbrazos.Durantelamisiónmehabíahechodañodeverdad.
Mepalpélaespaldaynotéunasheridasenformademonedadecuartodedólar.Eldolorcrecientedelaspiernasllegóatalpuntoquenosécuántotiempotuvequeestarsentadoesperandoaquelasmedicinassurtiesenefecto.Mepuseabuscarenelmóvilencuantopudepensarconclaridad.AbrahamleshabíapasadoalosmiembrosdelequipotodoelpaquetededatosrecuperadoporTia,asíqueallímemetí,haciendoloposiblepornopreocuparme: al final tendríaquedespertar aAbrahamoaCodyparaquemellevasenalbaño.
Regaliaescribíaconclaridad,conminuciosidad,conhonestidad.Leyendotuvelaimpresióndeoírla,tanseguradesímisma,tantranquila,tanexasperante.NoshabíarobadoalProfesorenunactodestructivoydeliberado…ytodoparasaciarsuansiadeunlegadoinmortal.
Aunasí,lalecturaresultabainteresante.ElplandeRegaliaeraincreíble,atrevido;nopudeevitarqueaumentaramirespetoporella.Comoyahabíasupuesto,RegaliahabíaconvocadoaObliterationnoporsuhabilidaddedestruirciudades,sinoporsupoderdeteletransporte.
Latramaseremontabaacincoañosantes;alfinal,sinembargo,sehabíatopado
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conun límite definitivo e inesperado: supropiamortalidad.Lospoderes épicosnocuraban las enfermedades. Viéndose en estado terminal, había decidido que elProfesor fuera su sucesor.Eraalguienquepodía ir a Ildithia, crearunmotivadorapartirdeLarcener,teletransportarsehastaCalamityyejecutarloimpensable.
Apesardelgeniodemencialdelplan,teníamuchaslagunas.Nuestrasuposiciónmás razonable era que Calamity constituía la fuente de todos los poderes épicos.Pero,paraempezar,¿quiénpodíaafirmarqueeraposiblerobarlesushabilidades?Y,de serlo, ¿eso no reemplazaría a Calamity por otro anfitrión que se comportaríaexactamenteigual?
Aunasí,elplaneraalgoqueintentar,algoquehacerenlugardeaceptarelmundotal y como era. Por eso respetaba a Regalia, aunque al final yomismo la hubieramatado.
AbrílasfotoscuandoterminédeleerlasnotasdeRegalia.ApartedelosplanosdeIldithia,encontrévariasimágenesdeCalamity.Lastresprimerassehabíantomadoconuntelescopio.Noerandetalladas;yahabíavistoimágenesasí.EnellasCalamityparecíaunaestrella.
La última foto era distinta. Me había preocupado lo que Knighthawk habíacomentadoacercadenohaberpodidorecuperartodaslasfotos.MepreocupabaquenohubieseningunaimagenrealdeCalamity.
Peroallíestaba,mirándomedirectamentedesdelapantallaqueteníaenlamano.Noeraunafotografíaespecialmentebuena.Dabalaimpresióndehabersidotomadaaescondidasconunmóvil,peroclaramenteeraelÉpico.Unafiguradeluzroja,nosupesidehombreodemujer,depieenelcentrodeunahabitación.Asualrededor,suluzsereflejabaenlasaristasylosplanos.
Repasé los archivos buscando algo similar, pero no había nada. Las otrasfotografías de Calamity, si las había habido, se habían perdido. Sin embargo,curiosamente,KnighthawkhabíacopiadotodalamemoriadelmóvildeTia,nosololos archivos de Regalia. De hecho, en la pantalla refulgía una carpeta tituladasimplemente«Jonathan».Sabíaquenodebíaentrar,queeramaterialprivado,peronopudeevitarlo.Lediconelpulgaryabríelprimerarchivomultimedia.
EraunvídeodelProfesorenclase.Bajéelsonido,apesardelocualnotésuentusiasmocuandocogióunencendedor
yrecorrióunahileradehuevosconunagujeroenlapartesuperior.Losencendía.Losestudiantesreíanysesorprendíancadavezquereventabauno,porqueelhidrógenoconelqueloshabíarellenadoexplotaba,explicabaelProfesor.
Acontinuaciónhizoestallarunaseriedeglobos.Cadaunodestellabayreventabade una forma diferente. No me interesaba demasiado el contenido científico. YoestabatotalmenteabsortoenelProfesor.UnProfesormásjoven,depelonegroconapenas algunas hebras grises. Un Profesor entusiasmado, que parecía disfrutar decadamomentodelademostraciónapesardehaberlahechoprobablementeotrascienveces.
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Dabalaimpresióndeserunapersonacompletamentediferente.Medicuentadequedurante todo el tiempoquehabíamos estado juntos no recordabahaberlovistofeliz. Contento, sí. Con ganas. ¿Pero feliz de verdad? No hasta ese momento,interactuandoconsusalumnos.
Eso era lo que habíamos perdido.Cuando terminó el vídeo hice lo posible porcontenerme. La llegada de Calamity había estropeado el mundo en más de unaspecto.ElProfesortendríaquehaberseguidoallí,enseñandoalosniños.
Oípasosfueraymeenjuguélaslágrimasconrapidez.UnmomentodespuésentróMizzyymeenseñóuntrastodeltamañodeunapelotadebaloncestoconhélicesenlapartesuperior:unodelosdronesdeKnighthawk.
—El tío es rápido—dijo, dejándolo en el suelo.AbrahamyCody se agitaron;probablementelehabíanpedidoquelosdespertaraencuantollegaseeldron.Meganse puso de lado y por un segundo creí que también se despertaría. Sin embargo,siguiódurmiendo,roncandolevemente.
MientrasMizzydejabaelrobotvolador,CodyyAbrahamencendieronelmóvilpara iluminar más la habitación. Observé a Mizzy girar y quitar la tapa deldispositivo.SacódelcompartimentounacajaqueparecíaelreparadorquehabíamosusadoenChicagoNova.Aparentemente,elProfesorhabíadiseñadoelsuyoparaquefuesecomoelverdadero.
—Genial—dijoAbraham,frotándoselosojos.—Mesorprendequelohayasconvencidoparaenviárnoslo,David—dijoMizzy,
dejándoloaunlado.Codybostezó.—En cualquier caso, vamos a conectarlo y a ponerlo enmarcha. Cuanto antes
puedausarlaspiernasDavid,antespodremosirnosdelaciudad.—¿Irnosdelaciudad?—dije.Losotrostresmemiraron.—¿Pretendes quedarte?—me preguntó Abraham con cautela—.David, Tia ha
muerto, y tu teoría, por ingeniosa que fuese, ha resultado errónea. Hacer que elProfesorseenfrentaraasupuntodébilnolohadesviadodesucaminoactual.
—Sí,chico—dijoCody—.Estuvobien,perosabemosloquepretendeytenemoslaformadeevitarlo.NoslargamosconLarcenerynuncapodrállevaracabosuplan.
—Esosinoqueremosquelolleveacabo—puntualizóMizzy.—¡Mizzy!—dije,asombrado—.¡IntentaconvertirseenelÉpicodefinitivo!—¿Y?—dijo—.Vamosaver,¿enquénoscambiarálavidasiocupaelpuestode
Calamity?Noseavecinaelfindelmundo…nadade«voyadestruirlotodo,chicos».Por lo visto, simplemente quiere matar a un par de Épicos. A mí me pareceestupendo.
—Tesugieroquenodigasestascosassihayalguiencercaquepuedaoírte—leaconsejóAbrahamenvozbaja.
Mizzyhizounamuecayechóunvistazoporencimadelhombro.
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—SimplementedigoquenohayrazónparaquesigamosaquíahoraquesabemosloquetramaelProfesor.
—¿Yadóndenosvamos,Mizzy?—pregunté.—Niidea.¿Quétallejosdeunaciudadocupadaporuntipodecididoamatarnos?Mequedóclaroquelosotrosdosestabandeacuerdo,almenosenparte.—Chicos, la razón por la que vinimos sigue siendo la misma —dije—. El
Profesortodavíanosnecesita.Elmundotodavíanosnecesita.¿Habéisolvidadoelfinúltimodelamisión?NecesitamosencontrarlaformadeconvertiralosÉpicos,nodematarlos.Encasocontrario,bienpodríamosrenunciarahoramismo.
—Pero, chico—dijo Cody—, Abraham tiene razón. Tu plan para convertir alProfesorhafracasado.
—Eseintentohafracasado—dije—.Perohayunarazónlógicaparaqueasíhayasido.EsposiblequeelProfesorcreyeraqueTavinoposeesusmismospoderes,sinopoderes similaresperodiferentes,por loqueenfrentarseaellanoeraenfrentarseasuspropiashabilidades.
—OTiaseequivocabasobresupuntodébil—dijoAbraham.—No—le aseguré—. La pelea con Tavi anuló sus poderes. Ella destruía sus
camposdefuerzayelProfesornosanabadelasheridasqueleinfligía.AligualqueaSteelheartsolopodíahacerledañoalguienquenolo temiese,alProfesorsolose lohacealguienqueusesusmismospoderes.
—Encualquiercaso,esirrelevante—dijoAbraham—.DicesqueMeganinvocóaesamujerporquenopudoencontrarunaversióndelProfesor.Portanto,lospoderesdeMegansonlimitadosyeseeranuestroúnicométodoparalograrqueelProfesorseenfrentaraasímismo.
—Nonecesariamente—dije, rebuscandoen el bolsilloy sacandoel dispositivoincubador.LohicerodarhaciaMizzy,quelorecogió.
—¿Estoes…?—dijo.—UnamuestradetejidodelProfesor—leconfirmé.Codysilbó.—Podemos lograr que se enfrente a sí mismo, Abraham —dije—. Podemos
hacerlocreandomotivadoresconsuspropiascélulas.Knighthawktienelosprototiposdesdehaceaños.
Losdemáscallaron.—Mirad—dije—.Tenemosqueintentarlootravez.—Nosvaaconvencer—dijoMizzy—.Esloquemejorseleda.—Sí—admitió Abraham haciendo un gesto para que le pasase la muestra de
tejido.Cogiólaincubadora—.Nomeopondrémás,David.Sicreesquevalelapenahacerotrointento,teapoyaremos.—Hizogirarlamuestraentrelosdedos—.PeronomegustaentregarleestamuestraaKnighthawk.Escomo…traicionaralProfesor.
—ElProfesor asesinó amiembros de nuestro equipo. ¿No fue eso una traiciónmayor?
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Fuecomosihubieragritadoenunbarmitzvah:«¿Quiénquieremásbeicon?».Elsilenciosepodíacortar.
MizzytomólamuestrademanosdeAbrahamylametióeneldron.—Losoltarémientrastodavíaestáoscuro—dijo.Se levantó y Cody la siguió. Le tocaba la siguiente guardia. Los dos salieron.
Abrahamsemeacercóconelreparador.—Primero,Megan—dije.—Megan está inconsciente, David —dijo—. Puede que su estado no se deba
únicamentealasquemadurasylacaída.Propongoquecuremosprimeroalapersonaquesabemosquepuedevolveraestarlistaparapelear.
Suspiré.—Vale.—Muysabioportuparte.—Deberíasdirigirelequipotú,Abraham—dijemientrasélmeponíalosdiodos
del reparador en la piel de los pies y tobillos—. Los dos lo sabemos. ¿Por qué tenegaste?
—EsonoselopreguntasaCody—dijoAbraham.—PorqueCodyestácomounacabra.Tútienesexperiencia,nopierdeslacalma
durantelabatalla,eresdecidido…¿Porquéponermeamíalmando?Abrahamsiguiótrabajando.Activóeldispositivo,quemeprovocóunasensación
difusaenlaspiernas,comosisemehubiesendormido.Sitomabacomoejemplolaherida que había sufrido en la Fundición, aquel dispositivo, creado a partir de unÉpico desconocido, no sería tan eficaz como usar directamente los poderes delProfesor.Tardaríaenrecuperarmeporcompleto.
—YoeraJTF2—dijoAbraham—.Cansofcom.—¿Quéeseso,concretamente?Quierodecir,apartedeunassiglasraras.—LasFuerzasEspecialesCanadienses.—¡Losabía!—Sí,eresmuylisto.—¿Esunsarcasmo?—Muylistootravez—dijoAbraham.Lomiréfijamente.—Si eras militar—dije—, entonces es todavía más extraño que no quieras el
mando.¿Erasunoficial?—Sí.—¿Dealtagraduación?—Lasuficiente.—Y…—¿ConocesaPowder?—UnÉpico—dije—.Con una simplemirada podía hacer que la pólvora y el
materialinestableexplotasen.Powder…—Traguésalivaalrecordarundetalledemis
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notas—.El segundo año trasCalamity intentó conquistarCanadá.Atacó sus basesmilitares.
—CuandoatacóTrenton,matóatodomiequipo—dijoAbrahamponiéndoseenpie—.Atodosmenosamí.
—¿Porquéatino?—Estabaenprisiónalaesperadeunconsejodeguerra.—Memirófijamente—.
Admiro tu entusiasmoy tu determinación, pero todavía eres demasiado joven paracomprender elmundo tanto como crees comprenderlo—me saludó levantando losdedosysefue.
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Frotécon losdedos lapareddelesconditey lasalsedesprendióconfacilidad.Erahora demudarse otra vez. Aunque siempre lo habíamos considerado un esconditeprovisional,medaba la impresióndequeacabáramosde llegar.Mesentíadepaso.¿Cómosepodíatenersensacióndehogarenesaciudad?
Crucélahabitaciónazancadas,conlaspiernasyacuradas.Todavíamedolíanunpoco,aunquenoselohabíacontadoalosdemás,peromesentíafuerte.Solohabíatardadounashorasencurarmeyalamaneceryamesentíacomonuevo.
Los cardenales de Megan y el brazo también habían sanado. Por suerte, elreparadorsurtíaefectoenella.HabíaestadopreocupadoporqueenChicagoNovanopodíacurarseniusareltensor.Sinembargo,esasdoshabilidadesteníansuorigenenel Profesor y, como había dicho Knighthawk, en ocasiones las habilidades de unÉpicointerferíanconlasdeotro.
Bien,aquel reparadorhabía funcionado,peroseguíasindespertar.Abrahammedijo que no me preocupase, que era normal que alguien que pasaba por algo tantraumáticoestuvieseunoodosdíasencama.Intentabaconsolarme.¿Cómoibanadieasaberloqueeranormalono?¿HablábamosdeunaÉpicaextralimitándoseconsuspoderes?
Mizzyasomólacabezadesdeelalmacén.—Eh,tarugo.Knighthawkestámolestocontigo.Miraelteléfono.Pesquéelmóvil,quenohabíaoídoporqueestabaalfondodelamochilayeltono
se había amortiguado. ¡Calamity! ¿Qué habría ido mal? Me apresuré a leer losmensajes. Quizá las células no hubiesen servido o un Épico que pasaba por ahíhubieraderribadoelrobotoKnighthawkhabíadecididocambiardebando.
Pero no.Tenía cuarenta y sietemensajes deKnighthawkdiciendo cosas como:«Eh»o«Eh,tú,idiota».
Leenviéunmensajerápido.«¿Pasaalgo?».«Tuflautacara»,fuelarespuesta.«Lascélulas—envié—.¿Estánrotas?».«¿CómoseROMPEunacélula,amigo?».«Niidea.¡Erestúelquemeenvíamensajesurgentes!».«¿Urgentes?—meescribióKnighthawk—.Meaburro».Parpadeé,alcébienelteléfonoyreleíelmensaje.«¿Aburrido?—lecontesté—.Literalmenteespíasalmundoentero,Knighthawk.
Puedesleerelcorreodecualquiera,escucharlasllamadastelefónicasdequientedélagana».
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«Primero, no del mundo entero —escribió—, solo de amplias zonas deNorteamérica y Centroamérica. Segundo, ¿te haces una idea de lo profundamenteABURRIDAqueeslamayoríadelagente?».
Fuiaresponder,perorecibíunaráfagademensajesquemeinterrumpió.«¡Oh!—meescribióKnighthawk—.¡Miraquéflormásbonita!»Eh, querría saber si te gusto, pero no puedo preguntártelo, así que vamos a
flirtearunpoco.»¿Dóndeestás?»Estoyaquí.»¿Dónde?»Aquí.»¿Ahí?»No,aquí.»Oh.»Miraamihijo.»Miramiperro.»Mírame.»Mírameconmihijoymiperro.»Eh,todos.Estamañanaheechadounkoalatremendo.»Qué asco. Criaturas divinas que pueden hacer cosas como fundir edificios
dejándolosconvertidosencharcosdeácidogobiernanelmundoyloúnicoquealagenteseleocurrehacerconelteléfonoesfotografiarmascotasytratardeacostarseconalguien».
«Bueno—escribí para comprobar si la diatriba ya había concluido—, los quepuedenpermitirse tener unode tusmóviles son los ricos privilegiados.Nodeberíasorprendertequeseansuperficiales».
«Quéva—merespondió—.HaymásdeunaciudadcomoChicagoNova,dondelosÉpicos que gobiernan son lo suficientemente listos como para comprender queuna población conmóvil es una población a la que pueden controlar y acribillar apropaganda.Lospobressoniguales,telodigoyo,soloquesusmascotasestánmásflacas».
«¿Todoesto,aquéviene?»,pregunté.«Esporentretenerme.Dialgunatontería.Inclusotengopalomitas».Suspiré.Guardéelmóvilyvolvíaltrabajo:repasarlalistadeÉpicosque,según
losrumores,habíanmuertodurantelapataletadelProfesorenlaTorreSharp.Enlafiestahabíadocenasymuypocoscapacesdevolaroconinvencibilidadessupremas.SehabíacargadoalamitaddelaclasealtadeIldithia.
Elmóvilvolvióasonar.Gemíperomiréquiénera.«Eh—dijoKnighthawk—.Misdroneshansobrevoladolaciudad.¿Quieresfotos
ono?».«¿Fotos?».
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«Sí.Paraelcreadordeimágenes.Tenéisuno,¿no?».«¿Quésabesdelcreadordeimágenes?».«Chico,yoloFABRIQUÉ».«¿Estecnologíaépica?».«Claro que lo es. ¿Crees que los proyectores que forman mágicamente una
imagencasitridimensionalsobresuperficiesirregularessinproyectarlassombrasdelaspersonasinterpuestassonNATURALES?».
Sinceramente,noteníaniidea.Perosimeofrecíaunavisióndelaciudad,ibaaaceptarla.
«Es uno de los pocos dispositivos que puede fabricarse en cadena, como losmóviles —añadió Knighthawk—. La mayoría de los dispositivos de ese tipo sedegradanconsiderablementesifabricasmásdeunoodosmotivadoresapartirdelascélulas. Pero el creador de imágenes, no. Chispas. Los móviles ni siquieraREQUIERENmotivadores,exceptolosquetengoenelcentrodelared.Encualquiercaso,¿quiereslosarchivosono?».
«Los quiero, gracias. ¿Cómo van los motivadores a partir de las células delProfesor?».
«Primero tengo que cultivarlas—dijo—. Pasará comomínimo un día antes desabersitodovabienysiheconvertidoaJonathanenmipapaítomotivadorono».
«Genial.Mantenmealtanto».«Claro.Siempreycuandomeprometasgrabartelapróximavezquedigasalguna
estupidez.Maldita sea, echo demenos Internet. En Internet siempre encontrabas aalguienhaciendounaestupidez».
Suspiréyguardéelmóvil.Porsupuesto,pocodespuésvolvióasonar.Losaqué,molesto y dispuesto a decirle a Knighthawk que me dejase en paz, pero era unanotificacióndequehabíarecibidounpaquetededatos:lasimágenesdelaciudad.
No eramuy ducho en tecnología, pero supe conectar el teléfono al creador deimágenes del almacén y transferir el archivo. Al encenderlome encontré flotandosobre Ildithia. Los montones de suministros que había en la sala y que tambiénflotabanenelcielomehacíanparecerunaespeciedevagabundomágicodelespacioenvueltoporsuspertenencias.Estropeabanlagrandiosidaddelaimagen.
Realicé un repaso rápido, empleando las manos para ajustar la perspectiva,familiarizándomecon loscontroles.Elcreadorde imágenesreproducía Ildithiaa laperfección.Mepermitífluirconesailusión.Volébrevementejuntoaunrascacielos,cuyasventanaseranunborrónamiderecha,yluegomeelevéparamirarcalleabajo,dejandoatráslosárbolesdehalita.Voléentreellosyluegocrucédeprisaelparquedenuestroescondite.
Mesentíavivo,emocionado,despierto.Miincapacidadporlaspiernasrotashabíadurado poco, pero, aun así, me había sentido confinado, controlado, indefenso.Chispas…me parecía que habían pasado años desdemi último paseo sin temor aponerenpeligroamiequipo.
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Medeleitéconlalibertaddevolarporlaciudad.Luegochoquéconunedificio.Loatraveséenmediodeunaconfusiónoscurahastaquesalíporelotrolado.
Esomerecordóque loqueveíaerauna invención,unamentira.Losobjetossedeformaban cuandome acercaba demasiado a ellos y, si prestabamucha atención,veíalosrinconesdelahabitaciónenlaqueestaba.
Peoraún,nonotabaelvientoalsaltar.Ningúnvuelcodelestómago indicaba ladesaprobacióndelagravedad.Eracomoverunapelícula.Nomedivertía,nosentíaelpoder.Tampocoeranidelejoslosuficientementehúmedo.
—Parecedivertido—dijoCodydesdelapuerta,abiertaenelairecomounportal.Nolohabíavistollegar.
Bajélaspalmasparaquedescendieraelpuntodevistadelacámaraymesituéenelterradodeunpequeñoedificiodeapartamentos.
—Echodemenoselespiril.Durantelascarreras,peleasyhuidasrecientes,nohabíapensadodemasiadoenel
dispositivoquemehabíapermitidovolarporlascallesinundadasdeBabilar.Medicuentadelvacíoquehabíaenmiinterior.Enaquellaciudadanegada,habíaconocidoporpocotiempolaverdaderalibertad,impulsadopordoschorrosgemelosdeagua.
Codyserio,entrando.—Recuerdolaprimeravezquevisteelcreadordeimágenesenfuncionamiento.
¡Pusisteunacara!Parecíasapuntodedevolverelalmuerzo.—Sí—dije—.Peromeacostumbrédeprisa.—Supongoque sí.—Se reunióconmigoen laazoteaycontempló laciudad—.
¿Yatienesunplan?—No—dije—.¿Algunaidea?—Mipuntofuertenohasidonuncainventarplanes.—¿Porquéno?Parecequesetedabienlodeinventar.Meseñalóconeldedo.—Le he pegado amás de uno por hacer una broma de ese estilo.—Tras una
pausa,añadió—:Ensumayoríaescoceses,claro.—¿Pegasalostuyos?—pregunté—.¿Porquétepeleasconotrosescoceses?—Chico,nonosconoces,¿verdad?—Soloséloquemehascontado.—Bien,enesecasosupongoquesabesmuchascosasdenosotrosperoninguna
útil. —Sonrió mirando pensativo la ciudad—. Cuando pertenecía al cuerpo, siteníamosquecapturar a alguienpeligroso loprimeroque intentábamoserahacerlocuandoestabasolo.
Asentílentamente.Codyhabíasidopolicía.Eraunadelashistoriasquecontabaqueyodabaporcierta.
—Solo—repetí—.¿Paraquenotengaayuda?—Más bien para no poner a otra gente en peligro—dijoCody—.Haymucha
genteenestaciudad.Buenagente.Supervivientes.LosucedidoenlaTorreSharpfue
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enparteculpanuestra.Cierto,elProfesorladestruyó,peronosotrosloempujamosahacerlo.Esunpesoconelquecargaré todamivida;un ladrillomásdeunmontónqueempiezaaserexcesivamentegrande.
—Entonces,¿intentamospelearcontraélfueradelaciudad?Codyasintió.—Sielidiotadelmaniquítienerazón,encuantousemoslospoderesdelProfesor
este sabrá dónde estamos. Podemos escoger el escenario de la pelea, podemosatraerlohacianosotros.
—Sí—dije—.Sí…—¿Pero?—preguntóCody.—Eso hicimos con Steelheart—dije en voz baja—. Le atrajimos a la trampa,
lejosdelapoblación.—Alcélasmanosparacontrolarelcreadordeimágenesynosdesplazamos por la ciudad hacia las ruinas de la Torre Sharp. El dron la habíasobrevoladojustoalamaneceryellugarseguíacubiertodecadáveres.
—Lifeline—dije, contando los Épicos muertos que veía—. Pequeños podereseléctricosy telepatía.Darkness Infinity…ese era su cuartonombre, por cierto.Nodejabadeinventarse«unomejor»quesiempreerapeor.Podíasaltarentresombras.InshallahyThaub,deBahréin.Losdosposeíanpodereslingüísticos…
—¿Podereslingüísticos?—preguntóCody.—¿Eh?Ah,sí.Unopodíaobligarteahablarenrima;elotrohablabaencualquier
idiomainventadoquealguienhubieseconcebido.—Esoes…muyextraño.—No comentamos demasiado los poderes raros —dije distraído—. Pero hay
muchosÉpicosmenoresconhabilidadesmuyconcretas.Es…—Callé—.Espera.HicequegiráramosenelairetanrápidoqueCodyperdiópieytuvoquetocarla
pared con una mano. Amplié la imagen de las ruinas para ver un rostrosanguinolento.Elcuerpoestabaatrapadoentrelosrestosdelgeneradorgrandedelatorre.ElataquedelProfesorsolohabíaevaporadolasal.Eralaprimeraconfirmaciónque tenía de que, con un control exquisito de sus poderes, podía evaporar en unmismoataqueciertasmateriasyotrasno.
Peroesoahoranoimportaba.Lacaraeraloimportante.—¡Oh,Calamity!—susurré.—¿Qué?—inquirióCody.—EsaesStormwind.—¿Laque…?—Hace crecer las cosechas de la ciudad —dije—. Sí. Ildithia suministra
alimentos a docenas de ciudades, Cody. La furia del Profesor podría tenerconsecuenciasmuygraves.
SaquéelmóvilyleenviéunmensajeaKnighthawk.«¿Cuánto tiempo puede pasar entre la muerte de un Épico y el proceso de
congelacióndesuscélulas?».
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«Debe hacerse pronto, respondió.Lamayoría de las célulasmueren enseguida.Envenenamiento por CO2 cuando el corazón deja de bombear sangre. Además, elADN épico se degrada con rapidez. Todavía no conocemos la razón. ¿Por qué lopreguntas?».
«Creo que el Profesor acaba de desencadenar una hambruna —le escribí—.AnochematóaunaÉpicamuyimportanteparalaeconomía».
«Intentarecogermuestras—merespondióKnighthawk—.Algunascélulasduranmásqueotras.Lasepiteliales,algunascélulasmadre…ElADNtieneunaespeciedevidamedia.Lamayorparte se degrada en segundos, pero el de algunas células enconcreto aguanta más. Pero chico, es VERDADERAMENTE difícil realizar uncultivoapartirdeviejascélulasépicas».
LeenseñéelmensajeaCody.—Es peligroso salir—comentó—.No tenemos aMegan para darnos una cara
nueva.—Ya,perosipodemosevitarelhambre,¿novalelapenaarriesgarse?—Claro, claro. A menos que nos expongamos, porque es muy posible que el
Profesor tenga gente vigilando esos cuerpos y que solo consigamos que nosmate.Quedarían tresExploradoresen lugardecincopara lucharcontraél.Eso sinonossacanuestrossecretospormediodelatorturayluegomataalrestodelequipo.Cosaque probablemente haría. Todo por la muy, pero que muy escasa probabilidad defabricarunmotivadorquequizá,soloquizá,alimentealagente.
Traguésaliva.—Cierto.Vale.Nohacíafaltaqueconcretarastanto.—Sí,bien—dijo—.Tienesunlargohistorialdeignorarloqueeslógico.—¿Comoesodequeelrockandrollmodernoderivadelagaita?—Esoescierto—dijoCody—.Compruébalo.Elviseraescocés.—Sí,loquetúdigas.—Meacerquéalcreadordeimágenesparaapagarloyque
desaparecieralacaradeStormwind.Medolía,peromeaguanté.UnmomentomástardeMizzyasomólacabeza.—Eh—dijo—.Tunoviahadespertado.¿Quieresirabesuquearlao…?Yaestabadecamino.
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Meganestabasentadaconlaespaldaapoyadacontralaparedyunabotelladeaguaenlasmanos.AlentrarmecrucéconAbraham,quemehizoungestodeasentimiento.Segúnsuslimitados,comoélmismoadmitía,conocimientosmédicos,Meganestababien.Hacíahorasquelahabíadesconectadodelreparador.
Meganmededicóunasonrisalánguidaytomóunsorbodelabotella.Losdemásnosdejaronasolas,AbrahamempujandodelhombroaCodyparallevárselo.Suspiréaliviado.ApesardelasgarantíasdeAbraham,seguíaaterrorizándomelaposibilidaddequenodespertase.Ciertoquepodíareencarnarsesimoría,pero¿ysinomoría?¿Ysisequedabaencoma?
Arqueóunacejaaldarsecuentademimásqueevidentealivio.—Mesiento—dijo—comountoneldepatosverdesenundesfiledelcuatrode
julio.Ladeéextrañadolacabezayluegoasentí.—Oh,sí.Buenacomparación.—David,esunchiste.—¿Deverdad?Porquetienemuchosentido.—Lediunbeso—.Verás,tesientes
curadaynodeberíasestarlo,comolospatosquecreenestarfueradelugar.Peronadieestáfueradelugarenundesfile,asíqueencajan.Comotúencajasaquí.
—Estáscomounregadera—dijocuandomesentéasuladoyleapoyéelbrazoenloshombros.
—¿Cómotesientes?—Fatal.—¿Noestáscurada?—Síqueloestoy—dijomirandolabotelladeagua.—Megan,nohayningúnproblema.Lamisiónsemalogró.PerdimosaTia.Nos
estamosrecuperando.Avanzamos.—Mevolvíoscura,David—dijoenvozbaja—.Másoscuradeloquehesidoen
muchotiempo.MásquecuandomatéaSam;másqueenningúnmomentodesdequeteconozco.
—Saliste.—Apenas—dijo,ysemiróelbrazo—.Sesuponíaqueyalohabríasuperado.Se
suponíaqueyalohabíamosentendidotodo.Laatrajehaciamíyapoyólacabezaenmihombro.Nosupequédecir,soloseme
ocurríantonterías.Megannoqueríagarantíasfalsas.Queríarespuestas.Yyotambién.—ElProfesormatóaTia—susurróMegan—.Yopodríaacabarmatándotea ti.
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¿Laoíste?¿Alfinal?—Esperabaquehubierasestadoinconsciente—admití.—Dijoqueéllahabíaadvertidoperoquenolehabíahechocaso,David…yote
lo advierto a ti.No puedo controlarlo, ni siquiera conociendo el secreto del puntoflaco.
—Bien —dije—, tendremos que limitarnos a hacer las cosas lo mejor quepodamos.
—Pero…—Megan—dije,alzándolelabarbillaparamirarlaalosojos—.Prefieromorira
vivirsinti.—¿Lodicesdeverdad?Asentí.—Egoísta.¿Sabesloquemeharíaamíelsaberquetehematado?—Entonces, hagamos lo posible para que no suceda, ¿vale?—dije—.No creo
quepase,peromearriesgaréporestarcontigo.Suspiróyvolvióaapoyarlacabezaenmihombro.—Tarugo.—Sí.GraciasporintentarponerenprácticamiideaparaconvertiralProfesor.—Lamentonohaberlogradoquefuncionase.—Nofueculpatuya.Creoquenovamosaprobarconotraversióndimensional
delProfesor.—¿Qué,entonces?—preguntó—.Nopodemosrendirnos.Sonreí.—Tengounaidea.—¿Esunalocura?—Unalocuradelasgrandes.—Bien—dijo—.Elmundosehavueltoloco;unirnosaéleslaúnicasolución.
—Guardósilencioduranteunmomento—.¿Yo…tengoalgúnpapelenella?—Sí,peronoharáfaltaqueteextralimitescontuspoderes.Serelajó,acurrucándoseamilado.Asínosquedamos,sentados,duranteunrato.—Sabes—dijealfin—.Megustaríaquemipadretehubieseconocido.—¿PorquehabríasentidocuriosidadporconoceraunaÉpicabuena?—Vale,poresotambién—dije—.Perocreoquelehubiesescaídobien.—David,soyáspera,altanerayruidosa.—E inteligente—dije—,yuna tiradora asombrosa. Imponente.Decisiva.Ami
padrelegustabalagentedirecta.Decíaquepreferíalamaldicióndealguiensinceroquelasonrisadeunfalso.
—Parecequeeraungranhombre.—Loera.—Eltipodehombredelquelosdemáspasabanoalquehablabancon
arroganciasimplementeporqueeradepocaspalabrasynorespondíaalinstanteconunaobservacióningeniosa…Tambiéneraunhombrequeibaraudoenayudadeotra
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personacuandolosdemásyahabíanhuido.Calamity,loechabademenos.—Hetenidopesadillas—susurré.Megansesentóerguida,mirándomemuyfijamente.—¿Dequétipo?—Recurrentes —dije—. Horribles. Con ruidos tremendos y sensaciones
inquietantes.Noloentiendo.Esascosasnomedanmiedo.—¿Algúnotroelementoextraño?—preguntó.Lamiréalosojos.—¿QuérecuerdasdelaTorreSharp?Entornólosojos.—LoquedijoTia.Yantes…disparos.Muchos.¿Cómosobrevivimos?Apretéloslabios.—¡Rayos!—dijo—.¿Quéprobabilidadcreesque…esdecir…?—Ni idea.Podríanosernada.Enesasala lospoderesvolabandeun ladopara
otro.Quizáquedaseuncampodefuerzao…unazonadeotrarealidad…Mepusounamanoenelhombro.—¿Estásseguradequererestarcercademí?—lepregunté.—Preferiríamoriraestarsinti.—Meapretóelhombro—.Peroestonomegusta
nada,David.Tengolaimpresióndequeestamosconteniendoelalientoesperandoaver quién estalla primero. ¿Crees que el Profesor y Tiamantenían conversacionescomoestaparadecidirsiloscompensabaelriesgodeseguirjuntos?
—Esposible.Peronoveoquetengamosotraopciónqueseguiradelante.Novoyadejarteytúnovasadejarme.Escomotehedicho.Tenemosqueaceptarelpeligro.
—Amenosquehayaotraforma—dijoMegan—.Unaformadegarantizarqueyojamásvuelvaaserunpeligroparatiniparanadie.
Fruncíelceñosincomprenderaquéserefería.Habíatomadounadecisión,porlovisto.Memiróymeacariciólacara.
—Nomedigasquenolohaspensado—dijoenvozbaja.—¿Elqué?—Desdequeestáaquí—dijoMegan—,mehepreguntadosiélnoserálasalida.—Megan,notecomprendo.Sepusoenpie.—Noessuficienteconprometer.Noessuficientetenerlaesperanzadequenote
haré daño. —Me dio la espalda y salió, al principio titubeando un poco, de lahabitación.
Laseguírápidamente,intentandodeducirquéplaneaba.Dejamoshuellasenlasalconlospiesyendohacialamesadondelosotrosesperabansentados;lehabíallegadolahoraaledificio;estabademasiadocercadelapartetraseradeIldithia.Nopasaríadeaquellanoche.
Meganentróen lahabitaciónmáspequeña, ladeLarcener. ¡Chispas!Corrí tras
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ella,a trompicones.Habíauna formadegarantizarqueMegannopudiesevolverahacerledañoanadieconsuspoderes.Yestabaallí,enlamismabase.
—Megan —dije agarrándola del brazo—. ¿Estás segura de querer tomar unadecisióntandrástica?
Miró fijamente aLarcener, tendido en el lujoso sofá con los auriculares.Ni sehabíaenteradodenuestrapresencia.
—Sí —susurró—. Desde que estoy contigo odio menos mis poderes. Heempezadoacreerquesoycapazdecontrolarlos.Perodespuésdelodeanoche…Yanolosquiero,David.
Memiróinquisitiva.Neguéconlacabeza.—Notelovoyaimpedir.Laelecciónestuya.Pero¿podríamospensarlounpoco
más?—¿Túmelodices?—Sonriósinganas—.No.Puedequepierdaelvalor.SeacercóaLarcenery,puestoquenolaveía,lediounapatadaenelpiequele
colgabaporunlateraldelsofá.Larcenersequitólosauricularesyselevantódeunsalto.—¡Esclavos—legritó—,campesinosinútiles!Osvoya…Meganleenseñólamuñeca.—Tomamispoderes.Larcener se quedó boquiabierto. Luego retrocedió un paso, mirando el brazo
comosifueraunacajaqueemitierauntictacypusiera«noesunabomba».—¿Dequéhablas?—Mispoderes—dijoMegan,avanzando—,tómalos.Sontuyos.—Estásloca.—No—dijo—,simplementeestoycansada.Adelante.Élnosemovió.SospechéquenuncahastaentoncesunÉpico lehabíaofrecido
suspoderes.Meacerquéaella.—PasémesesenBabilaralserviciodeRegalia—lecontóMeganaLarcener—,
simplementeporquemehabíadadoaentenderquepodíaconseguirqueCalamitymequitaselospoderes.Enaquelmomento,mehabríagustadosaberdetuexistencia;mehabríalimitadoaveniraquí.Tómalos.Teconvertiráneninmortal.
—Yasoyinmortal—lerespondiórápidamente.—Entonces serásdoblemente inmortal—dijoMegan—.Ocuatroveces, loque
sea.Tómalosobuscaréenotradimensióny…Larcenerleagarróelbrazo.Meganjadeóydoblóelcodo,peronoloapartó.La
agarréporloshombrosparadarleapoyo,preocupado.Chispas.Eraunadelascosasmásdifícilesquehabíahechoenmivida.¿Debíaconvencerlaparaqueesperara,paraqueselopensaramejor?
—Escomoaguaheladaenlasvenas—siseóMegan.—Sí—dijoLarcener—.Heoídoqueesdesagradable.
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—Ahora se ha convertido en fuego —dijo estremeciéndose—. ¡Recorre micuerpo!—Losojosselepusieronvidriosos.Teníalamiradadesenfocada.
—Eh…—dijoLarcener,comouncirujanoconcienzudo—.Sí…Megantembló,tensa,conlamiradaperdida.—Quizátelodeberíashaberpensadomejorantesdebrincarhastamihabitación
con tus exigencias—dijo Larcener—.Disfruta de ser todavíamás una campesina.Estoy seguro de que encajarás maravillosamente con este equipo, si puede pensarcomoesdebidounavezquetermine.Verás,lamayoríanopuede…
Lahabitaciónseincendió.Meagachécuandolasllamaslamieroneltechoybajaronporlasparedes.Elcalor
erasutil,perolonotaba.Meganseirguióydejódetemblar.Larcenerlasoltóysemirólasmanos.VolvióaagarraraMegan.Ellalomiróa
losojos.Estavezno temblabaniseestremecíadedolor,aunquese leendurecióelrostroporqueapretólamandíbula.
Las llamas no desaparecieron. Eran un fuego fantasmagórico.Había dicho quehabíaaprendidoacrearesassombrasdimensionalesparaocultarsupuntoflacoysumiedoalfuego.Surgíanporinstinto.
Empezabaahacercalor.Larcenerlesoltólamanoyretrocedió.—Parecequenopuedestomarlos—dijoMegan.—¿Cómoesposible?—inquirióLarcener—.¿Cómopuedesdesafiarme?—Nolosé.Perohasidounerrorveniraquí.Lediolaespaldaysalió.Laseguísinentenderloquehabíapasado.Abrahamy
MizzyestabanenlapuertayMeganpasóentreellossinmirarlos.Yolesdediquéunencogimientodehombrosmientraslaseguíaaldormitoriocomunitario.
—¿Todavíaconservaslospoderes?—lepregunté.Asintióconexpresióncansada.Sedejócaerensucatre.—Deberíahabersupuestoquenoseríafácil.Dubitativo,perotambiénaliviado,mearrodilléasulado.Todoaquellohabíasido
una montaña rusa de emociones: una montaña rusa vieja, desvencijada y sincinturonesdeseguridad.
—¿Estás…bien?—pregunté.—Sí. Yo tampoco lo comprendo. Ha sido muy raro, David. En ese momento,
mientrasabsorbíaLarcenermispoderesconesaoleadadehielo,hecomprendidoquemispoderesformanpartedemí,tantocomomipersonalidad.—Cerrólosojos—.Hecomprendidoquenopodíaentregárselos,quesilohacíaseríaunacobarde.
—Pero¿cómohasconseguidooponerteaél?—dije—.Nuncaheoídoquealgoasípudiesesuceder.
—Lospoderes sonmíos—susurró—.Los reclamo.Sonmi carga,mi tarea,miser.Noséenquéhanafectadoamidecisión,peroasíhasido.—Abriólosojos—.¿Y
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ahoraqué?—CuandoestábamosenlaTorreSharp—dije—,visitéelotromundo.Elmundo
dondeviveFirefight.Allínohayoscuridad,Megan.Steelheartesunhéroe.—Asíquenacimosaungradodedistanciadimensionaldelparaíso.—Tendremosquehacerqueelparaísollegueaquí—ledije—.ElplandeRegalia
consistía en que el Profesor viajase hasta Calamity y, una vez allí, le robase lospoderes. Si podemos recuperar al Profesor, nos entregará el dispositivo deteletransporte desarrollado por Regalia. Creo que con él tendremos bastantesprobabilidadesdemataraCalamityyliberarnos.
Sonrióymetomódelbrazo.—Hagámoslo. Rescatemos al Profesor, acabemos con Calamity, salvemos al
mundo.¿Cuálestuplan?—Bien—dije—,todavíanoloheperfilado.—Bien—dijo—.Tienesmuybuenas ideas,David, pero la prácticano se te da
nadabien.Traepapel.Vamosabuscarlaformadehacerlo.
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Dejélamochilaenelcentrodelenormeedificio.Habíaunintensoolorasal.Reciéncrecido.Elsueloreflejabalaluzdelmóvil;halitablancaypulida.Trasdejaratrásunescondite que literalmente se había descompuesto a nuestro alrededor, ese lugarresultabacasidemasiadolimpio.Comounbebéjustoantesdevomitarteencima.
—No me parece adecuado —dije, y el eco de mi voz resonó en el enormeespacio.
—¿En qué aspecto?—preguntóMizzymientras pasaba ami lado cargada conunabolsadesuministros.
—Esdemasiadogrande—dije—.Notengolasensacióndeestarocultándomesivivoenunalmacén.
—Yo creía que estarías encantado de escapar del reducido espacio de nuestraresidencia anterior —dijo Abraham, dejando los suministros con los que habíacargado.
Miré a mi alrededor. A la débil luz del móvil me resultaba imposible ver losconfines del espacio. Eso me inquietaba. ¿Cómo podía explicar esa sensación sinparecer estúpido? Todos los escondites de los Exploradores habían estado muyapartados, habían sido completamente seguros. Aquel almacén vacío era justo locontrario.
Codyafirmabaqueeraigualmenteseguro.EltiempoquellevábamosenIldithiahabíapermitidoaAbrahamyCodyinvestigarporlaciudad,yhabíandescubiertoquenadieusabaelalmacényqueademásofrecíaunaccesoconvenienteal lugardondequeríaatacaralProfesor.
Neguéconlacabeza,agarrandolamochilaycargándolahastalaparedopuesta,dondeAbrahamyMizzyyahabíandejadolassuyas.CercadeesepuntoCodyyasehabíapuestoahacercrecerunahabitaciónmáspequeñaenel interiordelalmacén.Trabajaba delicadamente con el guante, rozando la sal para hacerla salir como siestuviese modelando arcilla, empleando la paleta para crear superficies lisas. Elguante vibraba ligeramente, haciendo que la estructura cristalina se extendiese traslosmovimientosdelamano.Habíaempezadoatrabajarhacíaapenasunahora,peroyahabíahechomuchosadelantosconlahabitaciónadicional.
—Nadie nos va a incordiar aquí, chico —me dijo, sin dejar de trabajar, conseguridad.
—¿Por qué no? —pregunté—. Parece el lugar perfecto para meter un buenmontón de gente. —Me imaginaba el almacén atestado de familias, cada unaalrededordesupropiofuegodebarril.Esolotransformaría.Enlugardeestarvacíoysilenciosocomounatumba,estaríarepletodevidaysonidos.
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—Estádemasiadolejosdelcentrodelaciudad…Pertenecealbordenortedelasección de la viejaAtlanta que se convirtió en Ildithia. ¿Por qué venirse a un fríoalmacéncuandopuedesalojaratufamiliaencasasdelcentro?
—Supongoquetienelógica—dije.—Además, aquí asesinaron a mucha gente —añadió Cody—. Así que nadie
quiereestarcerca.—Eh…¿qué?—Sí—dijo—. Una tragedia. Un grupo de niños vino a jugar aquí, pero esto
estabademasiadocercadelterritoriodeotrafamilia,queseasustó,creyendoquelosrivales venían por ellos. Arrojaron dinamita al interior por la puerta. Dicen quedurantedíasseoyóalossupervivientesllorarbajolosescombros,peroparaentoncesyasehabíadesatadounaguerraen todareglaynadie tenía tiempodeayudara lospobrescríos.
Lo miré fijamente, asombrado. Cody se puso a silbar y siguió con lo suyo.Chispas. Se lo estaba inventando, ¿no? Examiné el vasto y vacío espacio, y meestremecí.
—Teodio—murmuré.—Venga,venga,nomeseasasí.Yasabes, lasemocionesnegativasatraena los
fantasmas.¿De quéme sorprendía?Hablar conCody era lomenos productivo que podías
hacer, así que me marché a buscar a Megan. Pasé junto a Larcener, quienevidentementesehabíanegadoacargarconnadahastalanuevabase.SemetióenlahabitaciónsinterminardeCodyysedejócaer.Unmullidopufsematerializódebajodesucuerpo.
—Estoycansadodeinterrupciones—dijo.Señalóhacialapared,dondeaparecióapoyada una puerta—. Encájala en tu construcción y yo le pondré la cerradura.Además,hazque lasparedes seanmuygruesasparano tenerqueoírosparlotearyfarfullartodoelrato.
Cody me dedicó una mirada de sufrimiento. Intuí que estaba considerando laposibilidaddeencerraralÉpico.
Encontré aMegan conMizzy cerca de donde Abraham sacaba las armas.Medetuvesorprendido.Ambasestabansentadasenelsuelorodeadasdenuestrasnotas,algunas escritas de mi puño y letra, otras con la…, bueno, la letra de Megan seconfundíafácilmenteconelresultadodeuntornadoenunatiendadelápices.
Mizzy asintió mientras Megan señalaba una página y gesticulaba luegoanimadamentehaciaelcielo.Meganreflexionóunmomentoantesdecogerpapelyponerseaescribir.
MeacerquéaAbraham.—Estánhablando—ledije.—¿Esperabasqueestuviesencacareando?—Bien,esperabaquesegritaranoqueseestrangularan.
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Abrahamvolvióalatareadesacarelmaterial.Quiseacercarmealasmujeres,pero,sinlevantarlavista,Abrahammeagarródel
brazo.—Quizáseamejorquelodejes,David.—Pero…—Sonadultas—dijoAbraham—.Nonecesitanquelesresuelvassusproblemas.Mecrucédebrazos,resoplando.¿Quéimportabaesodequefueranadultas?Más
deunadultomehabíanecesitadoamípara resolver susproblemas…Denohabersido así Steelheart habría seguido con vida. Además,Mizzy tenía diecisiete años.¿Contabacomoadulta?
Abrahamsacóalgoquedejóenelsueloconungolpesordo.—Enlugardemetertedondenotellaman—medijo—,¿quétalsiayudasdonde
hacesfalta?Mevendríabien.—¿Haciendoqué?Abraham le quitó la tapa a la caja.Contenía un par de guantes y un frasco de
mercurioreluciente.—Tu plan es atrevido, como era de esperar. También es sencillo. Losmejores
planessuelenserlo.Perorequierequehagacosasquenoestoysegurodepoderhacer.Teníarazón;elplanerasencillo.Tambiéneraexcepcionalmentepeligroso.Knighthawkhabíausadodronesparaexploraralgunasdelascuevassubterráneas
de Ildithia, las creadas por Digzone mucho tiempo atrás. Había muchas por esaregión,excavadasenlaroca.Ildithiapasabaporencimadeunbuenmontóndeellas,ysihabíamosescogidoaquelalmacénhabíasidoenparteporquepodíamoscavaruntúnelhaciaunadelascuevasypracticarenella.
El plan consistía en entrenarnos durante un mes. Para entonces Ildithia habríadejado atrás las cuevas…pero seguirían siendo el lugar perfecto para una trampa.Había muchos túneles donde colocar explosivos o para trazar rutas de huida.Estaríamosfamiliarizadosconesostúneles,loquenosdaríaventajadurantelapelea.
Cuandoestuviésemospreparados,nosescabulliríamosdelaciudadyvolveríamosalascuevas.DesdeallípodríamosatraeralProfesor.Paraellonosbastaríaconusarlosmotivadoresbasadosensuspoderes.Vendríadirectoanosotros.Ildithiaestaríaakilómetrosdedistanciayasalvodecualquierdestrozocausadodurantelapelea.
AbrahamyMeganatacaríanprimero.LaideaeracansarloantesdequeaparecieseCodyvestidoconel«trajetensor»,comollamábamosalconjuntodedispositivosqueimitaban los poderes del Profesor. Todavía no lo teníamos, pero Knighthawkafirmaba que estaba de camino. Así que cuando Abraham y Megan lo hubiesenagotadounpoco,apareceríaCodyusandotodoslospoderesdelProfesor.
NuestraesperanzaeraqueelProfesornohubiesereconocidolospoderesdeTavicomo«suyos».Despuésdetodo,loscamposdefuerzadelamujerteníanotrocolor.
Una vocecita me decía que podía haber un problema mayor. Los campos defuerzadeTavihabíanheridoalProfesor,perosinanularporcompletosuspoderes,
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comosucedíaenelcasodeMeganylamayoríadelosÉpicos.¿Era posible que Tia se hubiese equivocado? Yo había decidido que no, pero
ahoraquesolomequedabaunaoportunidadparadeteneralProfesor,vacilaba.AlgonocuadrabadeltodoenelcasodelProfesorysuspoderes.
¿QuéeraloqueelProfesortemía?—Paraqueestosalgabien—dijoAbrahamamilado,sacándomedegolpedemis
cavilaciones—, tendré que usar el rtich cuando me enfrente al Profesor. Yenfrentarmeaélsignificaimpedirqueloscamposdefuerzameaplasten.
—Conelrtichdeberíabastar—dije—.Laintegridadestructuraldelmercurio…—Creo lo que dicen tus notas —me interrumpió Abraham, poniéndose los
guantes—,peroprefierohacerunascuantaspruebasyluegopracticarmucho.Meencogídehombros.—¿Quéhaspensado?Aparentemente, lo que «había pensado» era hacerme trabajar. En el almacén
había un pequeño altillo. Me pasé una hora trabajando con Cody, que allí creógrandes losasdehalita.Luegoyo lasuníy lasdistribuíenvariosgrupos,de formaquepudieraarrojarlosdesdearriba.Finalmente,melimpiélafrenteconuntrapoqueyaestabacompletamenteempapadoymesentéconlaspiernascolgandoporelbordedelaltillo.
Abajo,Abrahampracticaba.Paraelrtichhabíadesarrolladosupropioprogramadeentrenamientousandode
modelo un arte marcial. Se colocó en el centro de un círculo de luces que habíadispuesto en el suelo y estiró ambos brazos hacia un lado para luego doblarlos yestirarloshaciaelotro.
Elmercuriobailóasualrededor.Alprincipiolecubrióelbrazocomounamangayunguanteplateado.Cuandoestiró losbrazosal frente,se transformóenundiscounido a las palmas de sus manos. Volvió a ejecutar sus movimientos de artesmarcialesyeldiscosedeshizoyunavezmáselmercuriolecubrióelbrazoantesdesalir disparado en forma de punta de lanza obedeciendo otro movimiento de lasmanos.
Observé con avidez. El metal semovía con una hermosa fluidez sobrenatural,reflejando la luz cuando culebreaba alrededor de los brazos deAbraham, subiendoprimeroporunoyrecorriéndoleloshombrosparabajarporelotro,comosiestuviesevivo.Abrahamgiróyechóacorrer;luegodiounsaltoyelmercuriolebajóporlaspiernasy formóunpedestaldeescasaalturaenelqueaterrizó.Parecía frágil,peroaguantósupeso.
—¿Listo?—gritédesdearriba.—Listo—repusoél.—Tencuidado—dije—.Noquieroaplastarte.No respondió, así que suspiré, me puse en pie y usé una palanca para arrojar
contra élunconjuntode losasdesdeel altillo.La ideaeraquecrearíaunadelgada
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líneademercuriosiguiendolatrayectoriadelaslosasparacomprobarenquémedidaelimpactoretorcíaelmetal.
Enlugardehacereso,Abrahamsemetiójustodebajodelaspiedrasyalzóunamano.
Yonopodíaverlo,peroporloquededuje,Abrahamhizoqueunalargabandademercuriolecubrieseuncostadoyelbrazodesdelapalmayhastaelpiecreandounaespeciedecoraza.
Contuveelalientocuandolahalitacayóhaciaél.Estiréelcuelloparamirar.ElmontónrebotóenAbrahamylaslosassesepararonycayeronaunlado.Abrahamsequedósonriendo,conlamanotodavíalevantadaylapalmacubiertademercurio.Lacorazahabíabastadoparadesviarlas.
—Esohasidounaestupidez—legrité—.¡Dejadeintentardejarmesintrabajo!—Esmejor que comprobemos ahora si va a funcionar que enterarnos en plena
peleaconelProfesor—megritódesdeabajo—.Además,estabacasiseguro.—¿Todavíaquieresprobarlosiguiente?—lepreguntóCody,situándoseamilado
conelrifledefrancotiradoralhombro.—Sí,porfavor—dijoAbraham.Estiróelbrazohacianosotrosycreóunescudo
que aumentó de tamaño hasta ser tan alto como él. Relucía y era extremadamentefino.
MiréaCody,meencogídehombrosyme tapé lasorejascon lasmanos.Hubodisparos;porsuerte,Codyusabasilenciador,porloquecubrirselasorejasnohacíademasiadafalta.
Elmercuriosehundió,atrapandolasbalas.Bueno,lasdetuvo,loquenoeratanimpresionante,alfinyalcabo,puestoqueelcuerpohumanolohacesinproblema.Elmíolohabíahechoalgunaqueotravez.
El mercurio no se rompió ni se disgregó; era un escudo efectivo, aunque pordesgracia su utilidad era más bien escasa, porque Abraham carecía de reflejossobrehumanos;nopodríapararlasbalasyadisparadas.
Sevolvióyelmercuriofluyódenuevohaciaél,dejandocaerlasbalasalsuelo.Le corrió por el brazo y la pierna antes de saltar del pie para formar una serie deescalonesdesubidahaciamí.Lossubiósonriendodeorejaaoreja.
Me tragué la envidia.Dudabadeque algunavezdejara dedesear ser capazdemanejaraqueldispositivo,perosíquepodíaevitarcomportarmecomounniño.Codyy yo le dimos a Abraham unas palmadas en la espalda y le hicimos gestos deaprobación para felicitarlo. El canadiense sonreía complacido, lo que resultabaagradable porque no era habitual. A veces sonreía, sí, pero su sonrisa siempre eraforzada.Raravezdabalaimpresióndedisfrutardelavida.Másbieneracomosiladejasepasarasualrededor,mirándolaconcuriosidad,comounarocacontemplaunrío.
—Quizá funcione—me dijo—. Quizá no acabemos todos muertos.—Alzó lamanoyelmercuriolecorrióbrazoarribayformóunaesferaenlapalmadelguante.
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Seagitócomounocéanoenminiaturaconsusolasymareas.—¡Ahora haz un cachorro! —le gritó Mizzy desde abajo—. ¡Ah y luego un
sombrero!Unsombrerodeplata.Unatiara.—Cierraelpico—leespetóAbraham.Mevibróelbolsillo.Saquéelmóvil.EraotromensajedeKnighthawk.Eltipome
considerabasufuentepersonaldeentretenimiento.Loabrí.«HoyJonathanhavueltoaponerseencontactoconmigo».«¿Descubrióqueloenviasteacazarratas?».«¿Ratas?».«Nunca he visto un ganso—le escribí—. ¿Para qué cazarlos? En cambio, en
ChicagoNovahabíamuchasratas».«¿Y en lugar de gansos cazabas ratas…? Da igual, chico. Jonathan me ha
mandadounmensajeparavosotros».Me quedé helado. Hice un gesto a Cody y Abraham para que se acercasen y
leyesenconmigo.«DicequetenéisdosdíasparaentregaraLarcenerodestruiráChicagoNova—
prosiguióKnighthawk—.Nodejaráunalmaviva.AldíasiguientedestruiráBabilar».Abrahamyyonosmiramos.«¿Creéisqueescapazdehacerlo?—escribióKnighthawk—.¿Queescapazde
destruirunaciudadentera?».—Sí—dijoAbrahamenvozbaja—.SimatóaTia,escapazdecualquiercosa.—CreoqueloquepreguntaessielProfesortieneelpodernecesarioparahacerlo
—dije.—¿NodijistequeenlafiestahablasteconObliteration?—mepreguntóAbraham.—Sí—repuse—.MedioaentenderqueelProfesorlohabíaconvocadousando
un dispositivo conectado a los poderes de Obliteration. A pesar de que Regaliaempleó las bombas para ocultar su verdadero objetivo, el dispositivo deteletransporte, creo que podemos dar por seguro que el Profesor tiene acceso a almenosunabomba.
—Puede hacerlo, entonces—dijoAbraham—.Y cabe suponer que lo hará. Loquesignifica…
—…quetenemosunanuevafechalímite—dije,guardándomeelmóvil.Nuestromesdeentrenamientosehabíaidoalgarete.
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Eldronaterrizódenocheenlaazoteadelalmacén.Loesperamosformandoungruposilenciosoycompactodecuatro,protegidosporlaoscuridad,mientrasCodyvigilabala ciudad desde un escondite de francotirador que había creado en otro punto deltejado.
Metílamanoenelbolsilloylediaunbotóndelmóvil;seleapagólapantalla.La pulsación envió un mensaje que había escrito de antemano: «El premio haaterrizado.Loestamosexaminando».
Nos agachamos sobre el dron, con las gafas de visión nocturna mirando unmundopintadodeverde.Mizzyabrióelaparato.
Ensuinterior,empaquetadoconpajamezcladaconperiódicosviejos,unavisióngloriosa: un chaleco, una cajita metálica y un par de guantes. Exhalé al fin. Losguantes tenían exactamente el mismo aspecto que los tensores: negros, con líneasmetálicas recorriéndolos como riachuelos por cada dedo hasta las puntas. Alactivarlosreluciríandecolorverde.
—Guuuay—susurró Mizzy tocando el chaleco—. Tres carcasas diferentes demotivadores. La primera de curación, a juzgar por los sensores que fijas a la piel;probablementeseactiveautomáticamentealsufrirunaherida.Esteestárelacionadoconlostensores;elúltimoconloscamposdefuerza.
Diolavueltaaunguante.Nopudeevitarpensarqueaqueltrajeeraalgonuevo,unpasomuydiferenteenlacreacióndetecnologíaderivadadelosÉpicos.Enlugardeunúnicopoder,reproducíatodoloqueelProfesoreracapazdehacer.Eraunaredcompleja de cables ymúltiplesmotivadores combinados para imitar a un humanomejorado.¿Debíasentirmeinquietooimpresionado?
«Loshéroesvendrán,hijo».Laspalabrasdemipadre.Las recordéal pasar losdedossobrelalisasuperficiemetálicadelosmotivadoresdeltraje.«Aveceshayqueayudaraloshéroes…».
—Tenemos un problema —dijo Abraham—. Cody no puede practicar con eldispositivosinalertaralProfesorydescubrirnos.
—Semehabíaocurridouna ideaparasolucionarlo—dije—.Aunquehará faltaqueMeganusesuspoderes.
Ellamemiróconcuriosidad.—DudomuchoqueelProfesorpuedasentiraCodyusandoeltrajesilohaceen
otradimensión—dije.—Quélisto—admitióMegan—.Perosolopodráquedarseallíunbreveperíodo.
Diezminutos,quizáquincesimeesfuerzo.—No te esfuerces —dije—. Puede que no tengamos mucho tiempo, pero al
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menossabremosconseguridadsilosmotivadoresfuncionan.Atodospareciógustarleselplanyjuntosextrajimoseltrajetensor.Debajohabía
otros suministros que habíamos logrado sacarle a Knighthawk a base de ruegos:algunosexplosivos,pequeñosrobotsautónomosqueeranpocomásqueunacámaracon patas y algunos cacharros tecnológicos que Mizzy había propuesto comoampliacióndelplanquehabíamosconcebidoMeganyyo.
Losdemásselollevarontodo.MizzymetióeneldronelviejoreparadorquenoshabíacuradoamíyaMeganparadevolvérseloaKnighthawk.Ahoradisponíamosdealgo mejor, aunque nos hiciera falta tener cuidado con su uso para no alertar alProfesor.
Alpasar losdemásllevándoselascosas,agarréaMegandelbrazo.Mehizoungestodeasentimiento.Noteníaproblemasenusarsuspoderes.Nolaseguíparabajaralalmacén,sinoquefuihastaelesconditedeCody.Metocabaguardia.
Elpuestoteníaformadecajaanchaypocoprofundayestabamásomenosenelcentro de la azotea. Cody se las había ingeniado para crear un techo usando elcristalizador.Seconfundíaperfectamenteconlaazotea;parecíaunelementomásdeledificio.Sin embargo, tenía aberturas longitudinales a los ladosyun agujero en laparteposteriorquetepermitíaarrastrartedentroyquedarteallítendido.
Eché un vistazo al interior. El larguirucho sureño estaba como una cría decanguroenelmarsupiodesumadre…aunquelaverdadesquenadiedeberíadejarque un cangurito jugara con una Barrett calibre 50 cargada con balas capaces deatravesarunblindaje.
—¿Hallegadomijuguetenuevo?—preguntóCody,dejandoelarmaaunladoyreptandohaciaatrásparasalir.
—Sí—dije, apartándomepara quepudiese ponerse en pie—.Tieneun aspectogenial.
—¿Estássegurodenoquererllevarlotú,chico?Neguéconlacabeza.—Tútienesmásexperienciaconeltensor,Cody.—Sí,perotúteníasmástalento.—Yo…—Traguésaliva—.No,yodebodirigirlamisióndesdelaretaguardia.—Entoncestodocorrecto.—Mediolaespaldaparabajar.—¿Cody?—dije.Sedetuvoysevolviódenuevohaciamí.—ElotrodíahablabaconAbrahamy…,bien,casimearranca lacabezadeun
mordisco.—Ah.Estabashusmeando,¿no?—¿Husmeando?—Enelpasado.—No,claroqueno.Melimitéapreguntarleporquénoqueríaestaralmando.—Seacercabastante—dijoCodydándomeunapalmadaenelbrazo—.Abraham
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esunpocoraro,muchacho.Losdemásseguimosunalógica:túluchasporvenganza;yoluchoporqueerapolicíaehiceunjuramento;Mizzy…,bueno,ellapeleaporsushéroes,SamyVal,porquequiereemularlos.
»Pero Abraham… ¿por qué pelea? No sabría decírtelo. ¿Por sus hermanos yhermanas caídos de las fuerzas especiales?Quizá, pero no parece resentido. ¿Paraprotegerelpaís?Entalcaso,¿quéhaceaquí,enlosEstadosFracturados?Loúnicoqueséconseguridadesqueesporalgodeloquenoquierehablar…ynocreasqueporqueAbraham sabe controlarse eso significa que tiene buen carácter.—Cody sefrotólamandíbula—.Esalgoqueaprendíporlasmalas.
—¿Tediounpuñetazo?—Merompiólamandíbula—repuso,riéndose—.Nohusmees,chico.¡Esoeslo
queaprendíyo!—Noledabamucha importancia,aunqueamíunamandíbularotameparecíaunaofensamuygrave.
Pero,claroestá,¿quiénnohabíatenidoalgunavezganasdedarleunpuñetazoaCody?
—Gracias—dije,sentándomeparaentrarenelnidodefrancotirador—.Pero teequivocasenmicaso,Cody.Yoyanopeleoporvenganza.Peleopormipadre.
—¿Noeslomismoquehacerloporvenganza?Me saqué de la camisa el pequeño colgante en forma de «S» de los fieles que
llevabaalcuello:elsímbolodelosqueesperabanlallegadadeloshéroes.—No.Nopeleoporsumuerte,Cody.Peleoporsussueños.Codyasintió.—Bienporti,chico—dijo,disponiéndoseabajarlosescalones—.Bienporti.Entréarrastrándomeenelnidodefrancotirador,conlacabezarozandoeltecho,y
conectéelrifledeCodyamimóvil.Mequitélasgafasdevisiónnocturnayusélamira telescópica para ver un mapa superpuesto de la zona y también la imagentérmica. Mejor todavía, el rifle disponía de un avanzado sistema de detección desonido.Meavisaríasicaptabaalgunoenalgúnpuntocercanoconundestelloenelmapa.
Porelmomento,nada.Nisiquierapalomas.Mequedéallí,situadosobrecojinesqueCodyhabíacolocado.Enocasionesme
retorcíadentrodelespacioparasacarelrifleporunodeloslados.Elsonidoveníadeabajo,delinteriordelalmacén.Habléconmiscompañerosy
Mizzy me contó que mi idea, la de enviar a Cody a practicar en una dimensiónparalela,ibabien.Dijoquehabíaasustadoaunoschicosqueenesadimensiónvivíanenelalmacén,peroqueporlodemásnohabíavistoanadie.
Después comprobé una anomalía, un ruido que había captado el rifle y queresultaron ser unos saqueadores que iban por el callejón. No se detuvieron en elalmacén.Siguieronendirecciónalfinaldelaciudad.Luegotuveunbuenratoparapensar.Mimente vagó en el silencio y fui consciente de algo queme incordiaba.Estaba insatisfecho, aunque, lo que eramás irritante, no entendía exactamente por
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quémotivo.Algomemolestaba,yafueseellugarelegidoparaejecutarelplanoelplanensí.¿Quésemeescapaba?
Ledivueltasdurantecasiunahora,unapequeñapartedemiturno,ylaverdadesquemealegrécuandooízumbarotravezlaalarmadelrifle.Ampliélafuentedelaalteración, pero no era más que un gato asilvestrado moviéndose por una azoteacercana.Loseguíconatención,porsieraunÉpicocapazdecambiardeforma.
Paraentoncesyaclareabaybostecé.Mepasélalenguaporloslabios,saboreandolasal.Nomeentristeceríaalejarmedeaquellugar.Pordesgracia,miguardiaeradeochohorascompletas,loqueincluíaseishorasmásdetediohastaelmediodía.
Volví a bostezar y pasé las uñas por el reborde de halita que tenía delante.Curiosamente, el almacén seguía creciendo. Los cambios eranminúsculos, pero siprestaba atención podía ver zarcillos tan delgados como líneas de lápiz creciendosobrelahalita,comotalladosporunamanoinvisible.
Losgrandescambiosdelaciudadseproducíanelprimeryúltimodíadelavidade un edificio, pero el período intermedio no era estático. A menudo aparecíanpequeñasornamentaciones,quedesaparecíanalcabodeundíaodos,gastadasporladegeneracióninevitabledelcicloinfinitodelaciudad.
Laalarmavolvióazumbarymiréelplanoatravésdelamira.Elsonidollegabadel terradodel almacényunmomentomás tardeoípasosen lahalita acercándosedesde la escalera que ibadel altillo a la azotea.Lomásprobable era que fueseunmiembrodelequipo.Apesardetodo,saquéconprecauciónelmóvilporelagujerolateralymeservídelacámara,cuyaimagenpaséalamira,paraverquiénvenía.
EraLarcener.Esonome lo esperaba.No recordabaqueenningunade las tresbaseshubiese
salidodesuhabitación,apartedecuandoeraprecisoabandonarunaparamudarsealasiguiente.Sequedódepieprotegiéndoselosojosconlamano,mirandoconelceñofruncidoellejanoamanecer.
—¿Larcener?—pregunté,saliendodelnidoconelrifle—.¿Vatodobien?—Lagentelosdisfruta—dijo.—¿Qué?—preguntésiguiendosumirada—.¿Losamaneceres?—Siemprehablandelasalidadelsol—dijo,comosiestuviesemolesto—.Delo
bonitaquees,bla,blabla.Comosicadaamanecerfueseunamaravillairrepetible.Yonoloentiendo.
—¿Estásloco?—Cadavezestoymássegurodequesoyelúnicohabitantedeesteplanetaqueno
loestá—dijosecamente.—Entonces estás ciego—dijemirando la salida del sol.En lo que se refería a
amaneceres,noeragrancosa.Nohabíanubesquereflejaranlaluz,yaqueldíateníauncoloruniformeenlugarderecorrertodoelespectro.
—Unaboladefuego—dijo—.Deunnaranjachillón.Luzmolesta.—Sí—dije sonriendo—.Asombroso.—Pensé en todos los años bajoChicago
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Nova,enlaoscuridad,cuandoestimábamoslahoradeldíaporlotenuedelasluces.Recordéelmomentodesaliracieloabiertoporprimeravezdesdemiinfanciayverelsolsalirybañarlotodoconsucalor.
Unamanecernoprecisabaserhermosoparaserhermoso.—Avecesvoyacontemplarlos—dijoLarcener—,paraversi logroentenderlo
quetodosparecenver.—Ah—dije—.¿Quésabesdelprocesodecrecimientodelaciudad?—¿Quéimportaeso?—Es interesante—dije, agachándome—. ¿Ves estas líneas? Siguen creciendo.
¿Sedebeaqueenelalmacénoriginalhabíaestacombinacióndeladrillosymadera?Esdecir,notienemuchosentidoquelatuviera,perolaalternativaesquelospoderesestáncreandoarte.¿Noessorprendente?
—Laverdadesquenosabríadecirte.Lomiré.—Nolosabes,¿verdad?Al tomarelcontrolde laciudadabsorbisteestepoder,
peronosabescómoactúa.—Séquehaceloqueyoquiero.¿Quéimportalodemás?—Labellezaimporta—dijesiguiendolaslíneasconeldedo—.Mipadresiempre
decía que los Épicos eran maravillosos. Asombrosos. Una visión de algoverdaderamente divino, ¿sabes? Es fácil centrarse en la destrucción, como laprovocadaporObliterationenKansasCity.Perotambiénhaybelleza.CasimesientomalpormatarÉpicos.
Resoplócondesdén.—Amínomeengañas,DavidCharleston.Dejadefingir.—¿Defingir?—Volvíalevantarmeylomiré.—Fingesodiara losÉpicos.Losodias,sí,perodelamismaformaqueelratón
odiaalgato.Eltuyoeselodiodelaenvidia.Elodiodelpequeñoalquelegustaríasergrandioso.
—Noseasestúpido.—¿Estúpido?—seburlóLarcener—.¿Creesquenoesevidente?Unhombreno
estudia,aprendeyseobsesionacomolohashechotúporodio.No,lostuyossonlossíntomasdeunansia.HasbuscadounpadreentrelosÉpicos,unaamanteentreellos.—Diounpasohaciamí—.Admítelo.Loquemásdeseasesserunodelosnuestros.
—AmabaaMeganantesdedescubrirloqueera—dijeentredientes,sorprendidoporlafuriaquesentíadepronto—.Nosabesnada.
—¿No? —dijo—. He observado muchas veces a gente como tú… La verdadsobre los hombres se manifiesta en los primeros momentos, David. Los nuevosÉpicos asesinan, destruyen, hacen lo que haría cualquier hombre carente deinhibiciones. Los hombres son una raza demonstruos sujetos por débiles cadenas.Esoesloquehayentuinterior.Tedesafíoaqueloniegues.¡Niégalo!¡Tú,elhombrequepresumedeconoceralosÉpicosmejordeloqueseconoceasímismo!
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Nomeatreví.Ledilaespaldayvolvíaentrarenelnidoparaterminarlaguardia.Finalmente,Larcenersefuerefunfuñando.
Pasaronlashoras.PormuchoquelointentabanopodíaolvidarloquemehabíadichoLarcener.Cercademediodía,alfinaldemiguardia,meconcentréenunaideaconcreta:«ElhombrequepresumedeconoceralosÉpicosmejordeloqueseconoceasímismo».
¿Losconocíarealmente?Conocíasuspoderes,sí,peronoalosÉpicosensí;nopensaban todos igual. Era un error fácil de cometer. Los Épicos eran de unaarrogancia arrolladora,por loque sepodíanpredecir algunasde sus acciones,peroseguíansiendopersonas.Individuos.No,nolosconocía.
PeroconocíaalProfesor.«Oh,Calamity»,pensé.Comprendíalfinloquemehabíaestadoinquietando.Salídelnidoycorríraudo
alalmacén.Bajéatrompiconeslosescaloneshastaelaltilloymeasoméalbordeparaverla
planta completa del almacén. Mizzy estaba sentada a una mesa, jugando con susllaves;Meganenelsuelo,conlaspiernascruzadas,concentrada.CercadeellaelaireseestremecióyaparecióCody.
—Bien—dijo—.Creoqueleestoypillandoeltranquillo.DalaimpresióndesermuchomáspotentequelostensoresdeChicagoNova.Tambiénfuncionanlosmurosdecampodefuerza.
—¡Chicos!—grité.—¿David,muchacho?—mesaludóCody,gritando—. ¡El trucodimensionalva
defábula!—¿PorquéibaadarnoselProfesordosdíasdeplazo?—chillé.Todosmemiraronensilencio.—¿Paraponernosnerviosos?—preguntóMizzy—.¿Paraobligarnosaceder?Los
plazosvencenparaeso,¿no?—No, pensad como Exploradores —dije. Me sentía frustrado—. Dad por
supuestoqueelProfesor estáplaneando, igualquenosotros.Dadpor supuestoquetienesupropioequipo,supropioplandeataque.Pensamosenélcomosifueseotrodéspotacualquiera,peronoloes.Esunodenosotros.Eseplazodedosdíasesmuysospechoso.
—Chispas. —Megan se levantó—. ¡Chispas! Solo daríamos un plazo de dosdías…
—…siplaneáramosatacarenundía—concluyóAbraham—,sinoantes.—Hayqueirsedeestelugar,delaciudad—dije—.¡Moveos!
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El tumulto que se produjo a continuación seguía cierto orden, ya que jamásmontábamoslabasesinprepararnosparaabandonarla.Elequiposabíaloquedebíahacer,apesardelasimprecacionesyunciertogradodecaos.
CorríescalonesabajoyestuveapuntodechocarconMizzy,quesubíaalaltillopara recoger la munición y los explosivos que almacenábamos lejos de dondedormíamos.Abrahamfueabuscarlascélulasdeenergíaylasarmasquehabíadejadojuntoalapared.
Codycorrióhacialapuerta.Lodetuveconunladrido.—¡Espera!Sequedóinmóvilysevolvióhaciamí.Todavíallevabaeltrajetensor.—Megan—dije—,túirásencabezaenlugardeCody.Cody,túhazsutrabajoy
preparalasracionesdecomida.Eltrajeesdemasiadovaliosoparaponerloenpeligro.Talvezhayaunatrampapreparadaesperandoaquellegueunexplorador.
Meganobedecióal instantey,cuandopasóami lado, le lancéel rifledeCody,queregresóatodaprisaalgohuraño,perosepusoajuntarmochilasyseaseguródequetodascontuvierancomida,aguayunsacodedormir.
MeapresuréenescribirleaKnighthawk.«Es posible que nuestra posición esté comprometida—le envié—.Nos vamos.
¿Teimportaríaprestarmeunpardedronesparavigilarlazona?».Norespondiódeinmediato,porloquecorríaayudaraMizzyconlamunicióny
losexplosivos.Hizoungestodeagradecimientocuandolecogíloquehabíaestadocargando.
—¿Dejounregalodedespedida?—mepreguntó.—Sí—repuse—.Perosolosipuedeshacerlorápido.Quieroquenosmarchemos
aladecinco.—Entendido—dijo.Subió rápido al altillo. Cuando terminamos de recoger tenía ya una carga
explosivapreparadaparadestruirtodoelalmacén.—Asegúrate de que la podemos desactivar por control remoto —le grité,
recordandolahistoriadeCodysobrelosniñosmuertos…quecasicontodaseguridaderaunainvención.
MetílamuniciónenlasmochilasqueCodyhabíadispuestoenfila,conlossacosde dormir en la parte superior, y cerré las cremalleras.Habíamochilas para todosexcepto paraAbraham. Él llevaría una enorme bolsa de lona con gravitónica paraayudarlealevantarlallenadecélulasdeenergíayarmas.
Mimóvilvibró.
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«¿Cómosabesquetodavíatengodronesporlazona?»,habíaescritoKnighthawk.«PorqueeresunparanoicoyquierestenercontroladoalProfesor»,lerespondí.Me eché lamochila al hombro y situé una segunda amis pies. Llevaría la de
Meganhastaqueellapudiesereunirseconnosotros.«Síqueeresmáslistodeloquepareces—meescribió—.Vale,daréunrepasoa
tuzonayteenviaréelvídeo».Esperé ansiosomientrasAbraham terminabade llenar su bolsa.Mizzy corrió a
cogerlasuyaymehizoungestodeasentimiento.Codyyateníalasuyaalhombro.Noshabíallevadomenosdecincominutosprepararnos.Cerca,LarcenersaliódelapequeñahabitaciónqueCodylehabíafabricado.
—¿Meheperdidoalgo?—preguntó.—Mierda—dijoMeganporelmóvil.Mellevélamanoalauricular.—¿Qué?—Tieneatodounejércitorecorriendolascalleshacianosotros,Knees.Nuestros
dos puntos principales de salida están bloqueados. Para cuando hubiésemos vistotodo esto desde el punto de observación del francotirador ya nos habrían tenidorodeados.Puedequeyaloestemos.
—Retrocede—dije—.Knighthawkvaamandarnosinformación.—Recibido.Miréalosotros.—¿Carasfalsas?—preguntóMizzy.—Noimportalacaraquetengamos,vamosaserdelomássospechososcargados
contodoesteequipo—dije.—Entonces lo abandonamos —dijo Abraham—. No estamos preparados para
pelear.—¿Y estaremos más preparados dentro de veinticuatro horas —pregunté—,
cuandodestruyaChicagoNova?El móvil sonó. Knighthawk me llamaba, lo que era muy poco habitual.
Descolgué,pasandolaconversacióna la líneacomúnparaquetodospudiesenoírlaporlosauriculares.
—Estáisacabados—dijo—.Osenvíoimágenesinfrarrojas.Abrahamseacercó,bajósumóvilynoscolocamosasualrededorparamirar.Un
plano de la zona mostraba a cientos, quizá miles de personas descendiendo hacianuestraposición,cadaunarepresentadaporunpunto.Formabanuncírculocompleto.
—EastLane—dijoKnighthawk—.¿Veisesoscadáveres?Sondetranseúntesquehanintentadohuir.Disparanatodoelquetratadesalirdelcírculo.Envíanunequipoacadaedificio,retienenalagenteapuntadepistolay,porloquepuedodeterminarporlasimágenesquerecibocaptadasatravésdelasventanas,lepalpanlacara.
—¿Lepalpanlacara?—preguntóMizzy.—Paracomprobar sihayalguna ilusoria—dije—.ElProfesor sabequeMegan
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puede engañar el dispositivo zahorí, pero las imágenes superpuestas que crea nodejandeserilusorias.Sipalpanunanarizquenosecorrespondeconlaimagendelacarasabránquehandadoconnosotros.
—Loqueyodecía—comentóKnighthawk—.Estáisacabados.Meganentrócorriendo,cerrólapuertaypególaespaldaalahalita.—¿Rodeados?—preguntóalvernuestrascaras.Asentí.—¿Quéhacemos?—preguntó,uniéndosealgrupo.Miréalosotros.Asintieronunoauno.—Luchar—dijoAbrahamenvozbaja.—Luchar—dijoMizzy—.Espera que intentaremos romper el cerco; es lo que
establece el protocolo Explorador en caso de ataque por sorpresa y cuando nossuperanennúmero.
Mediounataquesúbitodeorgulloysonreí.—SiestefueseunequipodelProfesor,huiríamos—dije.—No somos su equipo —dijo Cody—. Ya no. Hemos venido a cambiar el
mundo;nololograremossinpelear.—Esoesunaestupidez—comenté.—Enocasionesloestúpidoeslocorrecto—dijoMegan.Trasunapausa,añadió
—:Demonios.Esperoquenadiemecite.Bien,¿dóndeestáelcampodebatalla?—Enellugardondeibaaestar—dije.Yapuntéhaciaabajo.Eltúnelyelcomplejodecuevasestabadebajodenosotros.—Cody, ve delante. Entramos completamente equipados, como habíamos
planeado.Notendremostantaventajacomonosgustaríatener,peroapesardetodocontrolamos las cuevas y eso nos permitirá enfrentarnos a él con una mínimaposibilidaddehacerdañoalagenteinocentequepuedahaberenlasinmediaciones.
—Espera—dijoMegan—.SiCodyusael tensoratraeráalProfesor justohastaaquíysabráquetenemoseldispositivo.
—Sí—dijoKnighthawkpor teléfono—.Ahoramismoflota juntoasupequeñoejército,peronoserápormuchotiempo.Haceaños,cuandoprobélosmotivadores,seenfureció.Irádeinmediatoporvosotros.
Codysemirólasmanos.—Yo…Chico,acabodeempezarapracticarconestostensores.Sonmáspotentes
que los que usábamos antes, pero es posible que tarde horas en abrir una ruta dehuida.
—No deberías —dije—. Has visto lo que puede hacer el Profesor: derribaedificios,convierteenhumoenormeszonasdeterreno.Túcontrolaselmismopoder,Cody.
Codyapretólamandíbula.Lostensoresadquirieronunresplandorverde.NadiepreguntócómohabíadadoconnosotroselProfesor.Podíahaber sidode
muchas formas; nuestras bases en Ildithia no habían sidomuy seguras. Quizá nos
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hubiera visto un chivato, o quizás el Profesor dispusiese de un Épico capaz delocalizarnos,ohabíadetectadolosenvíosaéreos.
—Vale—dijoCody—.Preparaosy luegomeocuparéde lomío.Ha llegado lahoradepelear.
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Elequiposepreparó.Armasdesenfundadas,móvilesfijadosalosbrazos,auricularespuestos.Mizzynoslanzóunacajitaacadauno:unacuerdadeescaladacomprimida.Lamíamelasujetéalcinturón.
Dejamoslasmochilasycogimossolounpocodemunición.Lasmochilasestabandestinadas a la supervivencia a largo plazo. Después de esa pelea, pasara lo quepasara,nonosharíanfalta.
Latensiónsepalpabaenelaire,comoellejanoolorahumoindicalapresenciadefuego. No estábamos listos, pero el momento de luchar había llegado de todasformas. En aquel instante todo dependía de Cody, que estaba en el centro delalmacén,mirando el polvoriento suelo de halita. Amí siempreme había parecidodelgaducho hasta lo cómico, pero vestido con el traje tensor, con sus vetas verdesrelucientesyeldramáticoyfuturistachaleco,estabaimponente.
Meacerquéaél.—Está ahí abajo, Cody—dije—. Todo un complejo de cuevas. El campo de
batallaquenosotrosescogimos.Solonecesitamosuncaminohastaél.Respiróhondo.—¿Recuerdas lo que me dijiste la primera vez que me enseñaste a usar los
tensores?—lepregunté.—Sí,quehayqueusarloscomosiacariciasesaunamujerhermosa.—Pensabamásbienenlootroquemedijiste.Queparahacerlodebesposeerel
almadeunguerrero,comoWilliamWallace.—AWilliamWallaceloasesinaron,chico.—Oh.—Pero no cayó sin luchar —dijo Cody, con expresión férrea—. Vale. Todos,
agarraosavuestroshaggis.Estirólosbrazosalfrenteyunresplandorverderecorrióloscablesfijadosaellos
hastalasmanos.Percibíunzumbidocaracterístico,unzumbidoquevibrabahastamialmasinrealmenteemitirsonidoalguno.
Una zona del suelo, de un metro por un metro, se esfumó. Desapareció hastaquizás unos tresmetros de profundidad. Era impresionante en comparación con loquepodíanhacerlosviejostensores,peronidelejostaneficazcomonecesitábamosparallegaralascavernas.
—¡Jonathan se mueve! —gritó Knighthawk por el móvil—. Chispas. Tenéisproblemas.¡Noparececontento!
Cody maldijo entre dientes, contemplando el trozo de suelo convertido enarenilla.Elvientoqueentrabaporlapuertaabiertadelaltillolaagitó.
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AgarréaCodyporelbrazo.—Otravez.—¡David,nolopuedohacermásgrande!—sequejó.—Cody—dije—.Concéntrate.¡Almadeguerrero!—Si vuelvo a fallar, chico, estamos muertos. Estaremos atrapados. Nos
acribillarán.Demonios,esmuchapresiónparatrabajar.—Por supuesto—dije, frenético—.Pero…eh…nomás que cuando impediste
queaquellosterroristaslanzasenbombasnuclearescontraEscocia,¿noesasí?Memiródesoslayo.Teníalafrentehúmedadesudor.Sonrió.—¿Cómosabeseso?—Unasuposiciónafortunada.Cody.Túpuedeshacerlo.Volvióaconcentrarseenelsuelo.Unavezmás,eltrajerelució.Cintasesmeraldas
serpentearonporsusbrazos,comoellatidodeuncorazón.Estartancercameprodujounasensaciónfamiliar,comoescucharlavozdeunviejoamigo.MerecordólosdíasenlascuevasdeChicagoNova.Díasdeinocenciayconvicciones.
Codyalzólasmanossobrelacabezayeltamborileosevolviómásfuerte.—Como acariciar a una mujer —susurró—. Una mujer muy, pero que muy
grande.—Liberóelpoderconungritodedesafío.Golpeóelsuelocontalfuerzaquecaíderodillas.
Aunospocoscentímetrosdemíelsuelosedesintegródejandounenormecírculodegranosdesal.Observécómoseibanescurriendohastadejarunagujerodemetroymediodediámetro.Securvabaendescenso.Losbordeseranlisosyvítreos,primerodehalitayluegoderoca.Elhechodequelasalseestuvieseescurriendoindicabaquedebajohabíaunespaciotodavíamayor.
—Recuérdame—ledijeaCody—quenuncatedejeacariciarme.Sonrió.Lasmanoslerelucían,deunverdeintenso.—Llegaráencualquiermomento,tarugos—nosdijoKnighthawkporteléfono—.
Seloestátomandoconmáscalmadeloqueesperaba;esmásquecuidadoso,hayqueadmitirlo,peroaunasíyacasilotenéisencima.Yoenvuestrocasomeiría.
—Abajo—dije,atrapandoalvuelolaGottschalkqueAbrahammehabíalanzado—.¡Recordadlasposicionesiniciales!
Mizzyseacercóalbordedelagujeroyconunaenormepistolatubularclavóunaseriedemosquetones.Sujetólacuerdadeescaladaaunoysaltódentrodelagujero.Megan se enganchó a otro mosquetón y la siguió agujero abajo como en unaatraccióndeferia.
EchéunvistazoaLarcener,indicándolequesefuese.—Yomequedo—dijo.—¡Quierematarte!—dije.—Yavosotros—dijo,cruzándosedebrazos—.Estarémásseguroocultoenmi
habitación.—No con los explosivos que ha preparado Mizzy. Mira, nos vendría bien tu
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ayuda.Úneteanosotros.Cambiaelmundo.Bufóynosdiolaespalda.Sentícomosimehubiesendadounpuñetazoenelestómago.—David—dijoCodymirandoaltecho—.¡Vamos,chico!Apretandolosdientes,cogíelextremodelacuerdadeescaladadelacajitaque
tenía al cintoy lo encajé enunmosquetón.Me lancé al interiordel agujero.En laoscuridad,mientras intentaba dominar la frustración,me deslicé por la piedra lisa.Era una estupidez, pero en parte había esperado que Larcener se uniera a nuestralucha.
Miintenciónsiemprehabíasidovolverahablarconélenprofundidad.Perolosdemás preparativos lo habían impedido. ¿Debería haber hecho algo más? ¿Podríahaberhechoalgomás?Dehabersidomáslistoomáspersuasivo,¿podríahaberdadoconlaformadequeseunieseanosotros?
Automáticamente,mimóvilactivó lacajaa laprofundidadadecuada,aplicandoresistenciaalacuerdaparareducirelritmodeldescenso.Lleguéaunacámaramuchomayorymeparéensecoaunoscincuentacentímetrosdelsuelo.Cortélacuerdaycaísobreunenormemontóndesalypolvoderoca.Meapartécomopudeparaalejarmedelaentrada.
MizzyyMeganhabíanencendidolosmóvilesqueusabanparailuminarunaseriedecavernasnaturalescubiertasconunaenormecantidaddegrafitis.Engeneral lascavernasteníaneltechobajo,deunostresmetros,aunquenoerauniforme,yestabanunidas por túneles conmuchos recovecos. No parecían del todo naturales, pero símuchomásorgánicasque los túnelesdeChicagoNova.¿Digzonehabíaestado tanlococomolosZapadoresalosquehabíacedidosuspoderes?Ajuzgarporelnúmerodemencialdecavernasquehabíaallíabajo,eramásqueprobable.
ElsiguienteencaersobreelmontóndesalfueAbraham,conunbrazocubiertopor el rtich. Finalmente llegó Cody; sin molestarse en usar una cuerda, cayó delagujerosobreuncampodefuerzaqueaparecióasuspies.
—Cody, desconecta los poderes—dije, indicando un recodo de la caverna—.Busca un lugar en esa dirección y prepárate. No podremos sorprenderlo con tushabilidades, pero prefiero que al principio estés escondido.Mizzy, lista para volartodolodearribacuandoyotediga.
—¿YLarcener?—mepreguntó.—Sabelodelaexplosión—dije—.Seapartará.—Sinolohacía,puesbien,era
cosasuya.Conelmóvilenlamano,recorríelsuelodesigualdelacavernahastaunpasillo
lateral.Todoelconjuntoeramuyintrincado,peroenelplanodemimóvildestacabanun par de recovecos relativamente seguros desde los que podría dirigirlo todo.Aquellanoeraexactamentelazonadelcomplejodecavernasquehabíamosplaneadousarparatenderlatrampa,perotendríaquevaler.
Megansemeacercó.
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—Buentrabajoalláarribaconelescocés.—Solonecesitabaunempujoncitoparaconvertirseenelquesiemprehafingido
ser—comenté.—Noeselúnico—dijo.Nosdetuvimosenunainterseccióndetúnelesytiróde
mí para darme un beso rápido—. Siempre quisiste estar al mando, David. Teníasmucharazón.
Se volvió para alejarse en dirección contraria. La retuve primero por el brazo,luegoporlamanoyalfinalsesoltó.
—Notepasesmucho,Megan.Mesonrió.¡Chispas,quésonrisa!Merozóapenaslosdedos.—Locontrolo,David.Esmío.Yanoletengomiedo.Simedomina,encontraréel
caminodevuelta.Se fue cruzando la caverna mientras yo me metía en el recoveco que había
escogido. Era muy estrecho, por lo que me vi obligado a contornearme entre lasrocas,peroevitaríaquelaluzdemimóvilllegasehastaelProfesorymeprotegeríade las explosiones. Me había metido en una especie de burbuja sin ninguna otrasalida.
Busquéenelcinturónysoltéunauricularconunacúpulatransparenteenlapartedelantera.UnregaloaregañadientesqueKnighthawknoshabíaenviadoconeltrajetensor.Enlacúpulapodríaproyectarmúltiplespantallas.
—Mizzy—dije—,¿lascámarasestáncolocadas?—Estoyconlaúltima—dijo—.Knighthawk,estascosassonmuyinquietantes.—Dice la chica al hombre que las construyó usando un maniquí que controla
mentalmente—comentóAbrahamentredientes.—Callaos—lesordenóKnighthawk.Costabaoírloportodoelruidoquehabíaa
sulado.—Knighthawk—ledije—,hayestáticaoalgúntipodeinterferencia.—¿Eh?Ah,noesnada.Laspalomitasyacasiestán.—¿Estáspreparandopalomitas?—lepreguntóAbraham,asombrado.—Claro,¿porquéno?Probablementeseráunbuenespectáculo…Una a una, cuatro pantallas se encendieron en el visor de mis auriculares,
ofreciéndomeuna secuencia de vistas de la cueva principal y los túneles cercanos.Mizzy había repartido barras de luz química, aunque las cámaras tenían visióntérmicaynocturna.Eran,porcortesíadeKnighthawk,unaespeciedecangrejosrobotcon cámara en el cuerpo. Usé el móvil para activar la de uno y funcionó a laperfección.
—Estupendo —dijo Knighthawk. Él y Mizzy también verían las pantallas,aunque ella se ocuparía de los explosivos. Tanto Megan como yo, enfrentados anuestro punto débil, nos habíamos desesperado. Tenía la esperanza de que, silográbamosagotar alProfesor, si éramosparaélunpeligro real, le fuesemás fácilenfrentarsealsuyo.
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—Knighthawk.—CambiédecámaraparaverporlosojosdeCodyyluegoporlosdeMegan—.¿CuándollegaráelProfesor?
—Acabadeaterrizarenelalmacén—dijo.—¿LoacompañaalgúnotroÉpico?—Negativo —dijo Knighthawk—. Bien, acaba de evaporar el techo y está
entrando.—Mizzy—dije—,entregaelregalo.Notamos el temblor y cayeron algunos escombros por el agujero de entrada.
Esperé,tenso,intentandomiraralaveztodaslaspantallas.¿Pordóndellegaría?El techode lacavernaseestremecióycedió,vertiendounatoneladadesala la
cámaraprincipal.Llególaluzdesdedistintosángulos.ElProfesornosecontentabaconunagujeropequeñocomoelquehabíamoshechonosotros.Habíaarrancadotodalapartesuperiordeunacueva.
Descendió flotando en un reluciente disco de luz. El polvo se agitaba a sualrededor.Llevaba lasgafasprotectorasy labatade laboratorionegraquealeteabaconelviento.Contuveelaliento.
Noveíaunmonstruo.Recordabaaunhombrequehabíadescendidodeotrotechorodeadodeunalluviadepolvo,aunhombrequehabíacorridocontodassusfuerzas,quesehabíaenfrentadoconímpetuaunpelotóndeControl,quehabíaarriesgadosuvidaysucorduraparasalvarme.
Habíallegadoelmomentodedevolverleelfavor.—Adelante—susurréporelmóvil.
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Abraham fue el primero en enfrentarse a él, usando el arma secreta: su minifusilgravitónico.Siempreme emocionabaunpoco cuando lo veía disparar, porque, tío,lanzababalasmásrápidoqueunpardepaletosborrachosdevisitaenunafábricadealimañas.
—¡Todosacubierto!—lesadvertímientraselarmadeAbrahamemitíafogonazosdesdelaoscuridad,disparandounpardecientosdetiros.
El Profesor tenía activados los campos de fuerza y desvió las balas, pero suscamposdefuerzanoeraninvencibles.Usarlosrequeríaesfuerzo.Podríamoscansarlo.
Le dedicó aAbraham unamueca de desprecio y luego extendió lamano a unlado, formando alrededor del canadiense el clásico globo de campo de fuerza.Cuando apretó el puño para contraerlo, el campo de fuerza no obedeció porqueAbrahamusóelrtichparacontenerlo.
LacámarameofrecióunabuenaimagendelacaradesorpresadelProfesor.—Cody,adelante—dije.De la oscuridad surgió un destello de luz que reventó el campo de fuerza que
rodeabaaAbraham.Bien.Al igualqueantes,el tensorpodíaanular loscamposdefuerza.AunquedebíamostenercuidadoparanodestrozarelarmadeAbrahamenelproceso.
ElProfesorgritófuriosoyseñalóaCody,peronopasónada.Fruncíelceñoalverel gesto, pero no tuve tiempo de reflexionar acerca de lo sucedido porqueCody yAbrahamseenfrentaronaél.ACody le faltabaprácticacon loscamposde fuerza:posiblemente intentabarodearalProfesorconunglobopero levantóunmuroentreambosquepor chiripa lo protegió cuando elProfesor le lanzó jabalinas de luz.Seclavaronenelmuro.
—Abraham,vehacialaizquierda—ledije.Enelplanodelascavernasaparecióunpuntodeluz:ellugardondeMizzyhabíacolocadounacargaexplosiva—.Megan,aversipuedesatraerlohaciaeltúneldeladerecha,hacialasorpresadeMizzy.
—Recibido—dijoMegan.El pequeño espacio donde yo estaba tembló cuando el Profesor y Cody se
enfrentaron; losdisparosde tensordeunodestruían los camposde fuerzadelotro.Abrahamsedefendía conel rtich, creandoconélunescudoyatrapando lanzasdeluz. Por desgracia, Cody no era muy eficaz con los campos de fuerza. No teconviertesenunexpertoconunaspocashorasdepráctica.
Sin embargo, antiguamente había practicadomuchísimo con los tensores y losmanejaba con facilidad. Iba destruyendo uno tras otro los campos de fuerza delProfesor,protegiéndosey,loqueeramásimportante,protegiendoaAbraham.Eltraje
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deCodyteníaunreparadorincorporado,peroAbrahamnodisponíadetalbendición.Dirigíelequipolomejorquepude,yporunavezenmividanotuvetiempode
desear estar con los demás. Estaba demasiado ocupado orientándolos para queguiaran al Profesor hacia los explosivos. Varias veces provocamos explosiones ylogramos que se tambaleara para evitar que acabase con Cody y Abraham. YovigilabaalProfesorcuandosemetíacorriendoenalgunacueva,intentandotomarunatajoyganarventaja.
Amiseñal,MeganseunióalaluchacreandoversionesilusoriasdesímismaydeFirefight para atraer la atención del Profesor y sus ataques. Mientras no seextralimitase,esasversionesnoseríanmásquesombrasdeotrasdimensiones,comolos rostros falsos que nos había dado. No pondría en peligro a nadie de otradimensiónyeradeesperarqueellonoafectaseasucordura.Solosombrasyamagos:todoparamantenerdesconcertadoydistraídoalProfesor.
Seguíeldesarrollodelabatallacadavezmásdesesperado.Cuantomásluchaban,másevidenteresultabaquelospoderesdeCody,aunquesecorrespondíanmejorconlosdelProfesorquelosdeTavi,nolograríanquecambiasedeinmediato.
AmpliélaimagendelrostrodelProfesoryobservéatentamentesuexpresión.Eldesprecio y el desdén dieron pronto paso a una virulenta determinación. En eseaspectovialhombrequeconocía.
«¡Enfréntateatusmiedos,Profesor!—pensé,encogidoenmicapullodepiedra,dandoórdenesymoviendocámaras—.Vamos».¿Porquénobastaba?¿Porquésuspoderesnocaíanantesusmiedos?
—Megan, Cody —dije—. Quiero probar una cosa. Los tensores alteran suscamposdefuerza,inclusolosqueleprotegenlapiel.Cody,buscalaformadepillarloenunaráfagadepodertensor.Megan,túledisparas.
—Recibido—dijoMegan—.¿Teimportadóndeleacierte?—No.Supoderestangrandequedeberíapodercurarsedecualquierheridaque
lecauseunarmademano.—Trasunapausa,añadí—:Pero,porsiacaso,quelosdosprimerosimpactosnoseanletales.
—Recibido—merespondieronauna.Codyjadeaba.—Darleconlostensoresvaasercomplicado,chico.Intentahacernosesomismo
anosotros,parafundirmismotivadores.Noshemosmantenidoadistancia.EnfoquéunacámaraenCody.Dabala impresióndequeusarel traje tensorera
agotador. Megan y él se situaron en posición mientras Mizzy colocaba másexplosivoseneltúnel.
—Tendremosquearriesgarnos—dije—.Yo…—¡Aaaah!—meinterrumpióCody—.¿Qué…?—¿Cody?—pregunté.Noparecíaherido,perohabía retrocedidohacia lapared
delacuevaysehabíarodeadodeuncampodefuerzaverdereluciente.—¿Esohasidounaardilla?—preguntó—.Mecorríaporencima.¿Unamaldita
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ardilla?—¿Dequéhablas?—preguntóMizzy.Codyparecíaconfuso.—Puedequehayasidounarataoalgoparecido.Nolohevistobien.Fruncíelceño.HizodesaparecerelcampodefuerzaycorrióhaciaAbraham,que
se había acercado al Profesor después de transformar el rtich en un guanteletecubiertodepinchos.
—Knighthawk,Mizzy—dije—,¿algunodevosotroshavistoquéhasidoeso,loqueseaquehaatacadoaCody?
—He visto un borrón—dijo Knighthawk—. Ahora mismo estoy repasando lagrabación.Teavisosiencuentroalgo.
ElProfesorseadelantóaAbrahamylohizotropezarconunabarradecampodefuerzaquecreódelantedesuspiernas.Luegodiounapalmadacontraelsuelodelacueva y destruyó una enorme franja.Cody quedó sumergido en un río de polvo ytuvoquefrenar.Acontinuacióncreóunalanzadeluzconcadamanoylaslanzó.SeleclavaronenloshombrosaCody,quegritóycayóalpolvo.
Chispas.Eraevidentequiénmanejabamejorlospoderes.—¡Megan!—grité.—Estoyenello—repuso,yeltechodelacavernaseestremecióysederrumbó.Alarmado, el Profesor dio un salto atrás. No eramás que una sombra de otro
mundo,peroconunpocodesuerteaCodyledaríatiempodesanar.—ElProfesorsehapuestoahablarporelmóvil—dijosorprendidoKnighthawk
—.Seguroquesabequelotenemospinchado…Chispas.Creoquehablacontigo.—Pásamelo—dije—,peronoledejesoírloquedecimos.—…creespoderderrotarmeusandomipropiamaldición.—Lavozfamiliardel
Profesor,ásperayprofunda,mepillóporsorpresa,apesardequeesperabaoírla—.Hecargadoconestavíboraduranteaños,sintiendocómomeenvenenabadíaadía.Laconozcocomounhombreconoceellatidodesupropiocorazón.
—David,chico—dijoCodytosiendo—.No…nomeestoycurando…Sentí un escalofrío. Me concentré en Cody y comprobé que era cierto. Se
arrastrabaporelpolvodelazanjadelProfesor.Amboshombroslesangrabandebidoalosimpactosdeluzsolidificada.¿Porquénofuncionabaelreparador?
—Yalotengo—dijoKnighthawk—.Chico,tenéisunproblema.—Meenvióalapantalla una imagen tomada momentos antes de un borrón alejándose de Cody,pequeñocomounratón.Odeunapersonadiminuta.
—¡Loopholeestáaquí!—dije—.¡Nohavenidosolo!¡Peligro,hayotroÉpicoenlacueva!¡Chispas!¡HadesconectadounodelosmotivadoresdelchalecodeCodyyselohallevado!
—Lascámarasdisponendeinfrarrojos—dijoKnighthawktomandoelcontroldevarias.Parecíaemocionado, inclusoimplicado—.Lasuperpongo…¡Ahí!Lotengo.¡Ja!¿Creesque tepuedesocultardemisojosque todo loven,pequeñaÉpica?No
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sabesconquiénestástratando.Ampliólaimagendeunadelascámaras.Habíaunapequeñasiluetaocultaenla
oscuridad, cerca de una de las rocas sueltas de la caverna. Vestía vaqueros, gafasprotectorasyunacamisetaajustada.Novielmotivador,peroseguramente lohabíareducidoparallevarlocómodamente.
—¡Megan! —dije mientras el Profesor esquivaba el falso desprendimiento—.Abrahamy tú tendréis queocuparosdelProfesor un rato.Distraedlo; va a intentaracabarconCody.Mizzy,vendaaCody.¡Nodejesquesedesangre!
Oíunaseriede«recibidos»yempecéamovermeparasalirdemiceldadepiedra.—Deberíahaberlo imaginado—dijoKnighthawk—.PorsupuestoqueJonathan
tenía un plan, pero es posible que no se haya dado cuenta de que he usado variosmotivadoresenestaversióndeltraje,asíquelasórdenesquedioaLoopholefueronincompletas.
—Necesitoqueteencarguesdedirigirlasoperaciones,Knighthawk.Aceptóreacio.—Vaaale.¿TevasaenfrentartusolocontralaminiÉpica?SalídelescondrijoymepuseenpieconelGottschalkalhombro.—NoesunaGranÉpica.Unabalabastaráparamatarla.—Sí.Daleconunabaladesumismotamaño,asínodañaráselmotivador.Hiceunamueca.Yaestabaeneltúnel.Teníarazón.—Síguelaparadecirmedóndeestá.—Ya está hecho. Una de las cámaras está programada para seguirla
automáticamente.Jonathanvuelveahablar.—Pásamelo, pero que los demás no lo oigan. No quiero que se distraigan. Y
Knighthawk…mantenlosconvida,porfavor.—Lointentaré.Recuperaelmotivador,chico.Rápido.
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—Yonoqueríaestaraquí.Tuve que escuchar al Profesormientrasme arrastraba por el túnel, únicamente
iluminadoporlaenfermizaluzverdedelasbarrasquímicas.—Queríaserdiscreto—siguiódiciendoelProfesor,resoplandomientrasluchaba
—.Noqueríaextralimitarme,nitampocoexcedermeconmisequipos.Todoestoesculpatuya,David.Todoloquesucedeaquíesculpatuya.
Nopodíaverlapelea.Seguíallevandoelauricularconlaspantallas,peroteníaaLoopholeyelmotivadorcomoobjetivo.EnunapantallaveíaelmapadelascuevasconlaposicióndelaÉpica;enotraloqueenfocabalacámaraquelavigilaba.Ambasimágenesflotabanenlaperiferiademicampovisual;necesitabaverconclaridadloqueteníajustodelantedelosojos.
Caminéconprecauciónporeltúnel,comosifueseaunirmealapeleacontraelProfesor.NoqueríaalertaraLoophole.
—Tia… —susurró el Profesor—. Tú me empujaste a esto, David. Tú y tusestúpidossueños.Alteraselequilibrio.Deberíashaberadmitidoqueyoteníarazón.
Apreté la mandíbula, sintiendo que me ruborizaba. No podía dejar que meafectase lo que decía, pero sus palabras resultaban peligrosas por razones queprobablementeéldesconocía.Laúltimavezquemehabíametidoenunapelea,enlaTorreSharp,habíanpasado…cosas.
Algoacechabaenmiinterior.Portanto,aunquelavozdesdeñosadelProfesormeresultaba desagradable, eran las mofas de Larcener en la azotea lo que me habíaafectado de verdad: «La verdad sobre los hombres se manifiesta en los primerosmomentos, David. Los nuevos Épicos asesinan, destruyen, muestran lo que haríacualquier hombre carentede inhibiciones.Loshombres sonuna razademonstruossujetospordébilescadenas».
Loophole. Tenía que concentrarme en Loophole. ¡Ahora era ella el problema!¿Cuáleseransuspoderes?
Poseía…unavelocidadalgomejoradaypodíacambiareltamañodelosobjetosycambiar ellamismade tamaño.Peroparaesodebía tocarlos.El cambiode tamañodurabaunosminutos;noconseguíaquefuesepermanente,peroeracapazdereduciralgoy dejar que recuperara por sí solo su tamañonormal o, si volvía a tocarlo, elcambiodetamañosemanteníaunratomás.
Por suerte, a diferenciadeotrosÉpicos similares, loque reducíade tamañonoconservabalafuerzanilamasa.Erarápida,listaypeligrosa…peronoeraunaGranÉpica.Ysupuntodébil…Meesforcéporrecordarlo.Supuntodébileraestornudar.Sus poderes desaparecían cuando estornudaba. Tenía grabaciones que lo
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demostraban.Bueno, que no fuese una Gran Épica no quería decir que no fuese peligrosa.
LleguéalapartedeltúneldondeseocultabaLoopholeyseguícaminandohacialosotros, fingiendo ignorar que estaba allí escondida. Por el agujero que el Profesorhabíahechoeneltechoentrabaluz.Recogíunpuñadodepolvoderocadelsueloymeloguardéenelbolsillo.Másadelanteseoíangolpesygritos.Resistílasganasdecambiardecámaraparaenterarmedeloquepasaba.
—¿Dóndeestás,David?—mepreguntóelProfesoraloído—.Permitesque losotros mueran peleando contra mí y ¿tú te ocultas? Jamás te había tenido por uncobarde.
En la pantalla que flotaba a mi derecha veía a Loophole junto a su roca,aguardando, con la espalda apoyada en la piedra. No parecía preocupada; era unamercenaria, conocida por entregar su lealtad a cualquier Épico poderoso que lepagase. Era probable que el Profesor la hubiese contratado solo para robar elmotivador.Noqueríaimplicarsemásenaquellalucha.
Pueshabíatenidomalasuerte.«Adelante».Saltéhacialarocaqueleservíadeescondite,empujándolacontralapareddela
cuevaconlaesperanzadeatraparla.Amitaddemimaniobralarocaquedóreducidaaltamañodeunguijarro.Dicontraelsuelo,intentandoatraparladiminutafiguraquehuía.
Lapillé,perodeinmediatonotéunasacudida.Loopholevolvíaatenereltamañonormal,peroestabaamediotúneldedistanciademí.¿Porquédeprontoeltúneleratangrande?
«¡Ay,didgeridoo,mehareducido!».Mepuseenpie rápidamenteentreguijarrosgrandescomopeñascos.Unagrieta
del suelo se había convertido en un abismo… aunque solo era dos veces másprofundoquemialtura.Yomehabíareducido,yconmigotodoloquellevabahabíadisminuidodetamaño.
Loophole,tambiéndiminuta,mehabíaadelantadounosbuenosquincemetros,omeparecíanquincemetrosdadomitamañoactual.Suvelocidadmejoradalepermitíacorrerconrapidez,peronoeraunaverdaderasupervelocidad.Simplementecorríaunpocomásqueunapersonanormal.
Esdecir,nopodíacorrermásquelasbalas.ApuntéconelGottschalkydisparé,fallandodeliberadamente.Noqueríaatravesarelmotivador,loqueatodoslosefectoshabría equivalido a matar a Cody.Me arriesgaba a que no se detuviera, pero mepareciómejorhacerundisparodeadvertencia.
—¡Tetengo,Loophole!—legrité—.Entrégameelmotivadoryvete.Estapeleanoteimportaytúnomeimportasamí.
Separóeneltúnelymemiró.Acontinuaciónrecuperóeltamañonormal.
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«Oh,oh…».Vinocorriendohaciamí.Cadapasoeracomoun terremoto.Diungrititoyme
metíenunagrietacercana,deslizándomeporelbordemientrasLoopholesecerníasobremí.FueacogermeconunamanoyyodisparéelGottschalk.Aparentemente,incluso las balas diminutas causaban cierta incomodidad.Apartó lamano soltandounaimprecación…quesonócomountrueno.
Enmisimacayeron trocitosdepolvode rocacomogranizo.Saquédelbolsillopartedelpolvoquehabíarecogidoantes;sehabíareducidoconmigo.
Teníaquellegarlealacara.Genial.SubirseríacomoescalarelEverest.Además,desdeabajolasnaricestienenunaspectomuyraro.Viquellevabacolgadadelcuellounabolsita.¿Podíaserelmotivador?
Loopholefuepormí,estavezconuncuchilloquemetióenlagrieta.Meagarréaél,conelGottschalkalhombro.Cuandosacóelcuchillosalíconél,peromiplandetrepar por el brazo se frustró en cuanto lo sacudió. Caí unos seis metros hasta elsuelo.
Me preparé para el golpe… pero no me hice mucho daño. Vaya, eso de serpequeño tenía sus ventajas. Rodé y me puse en pie mientras ella venía hacia mí.Apenaspudeevitarquemeaplastasedeunpisotón.Maldición,durantelacaídahabíaperdidoelpuñadodepolvo.Dehecho…
Dehecho…yo…Estornudéymediuncoscorrón.Habíarecuperadomitamaño.Loopholeyyonos
miramosigualmenteconsternados.—Estornudarfuncionaconcualquieradenosotros,vaya—dije—.Mealegrode
saberlo.Gimióderabiaysedispusoadesenfundar.Encuantosacólapistolaselaquitéde
unapatadayapuntéconelGottschalk.—¿Estásseguradenoquererdarmeelmotivador?Vinopormí.Aunquereacio,ledisparé.Cadabala,alllegarasucuerpo,seredujoaltamañodeunmosquito.Ajuzgarpor
sus muecas, le dolieron, pero ciertamente no la «mataron bien muerta» como yopretendía.
Un segundo después había agarrado mi rifle, que desapareció de mis manos,reducidoauntamañominúsculo,ycayódelacorrea.MiréboquiabiertoaLoophole.Habíareducidolasbalasenelmomentodelimpactocontrasucuerpo.
—Esohasidoasombroso—dije.Mederribódeungolpe.Otravezmegolpeélacabezacontralapareddelacueva.
Elsistemadepantallasserompió.Maldiciendomisuerte,ledipatadasymelevanté.—Enserio—ledijeaLoophole—,puedequetengaquereplantearmetucaso.Al
finyalcabo,esposiblequeseasunaGranÉpica.—¿Peroatiquétepasa?—Mediounpuñetazo.Levanté las manos y logré bloquearlo. Por desgracia, fallé con el golpe de
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respuestaymeaporreó lacarapor segundavez.Chispas.Cuandovolvióa intentargolpearmelasujeté,comomehabíaenseñadoahacerAbraham.Yoerafísicamentemáscorpulentoporloqueretenerlamepareciólomásinteligente.
Redujoeltamañodemicamiseta.Estuvo a punto de asfixiarme, pero por suerte se rompió antes de lograrlo. Sin
embargo, la solté, intentando respirar. Loopholeme golpeó el pecho y crecí hastaalcanzarlosseismetrosdealtura,demodoquemegolpeélacabezacontraeltechodelacaverna.
—¡David!—gritóMizzy—.¡Dateprisa!Estámal.—Lo intento —dije con la voz entrecortada mientras Loophole me reducía a
tamaño normal y volvía a pegarme en la cara. La cueva se estremeció. Caíanfragmentos de roca del techo y se oían gritos donde estaban el Profesor,Megan yAbraham.
Mealejéa trompiconesdeLoophole.Luego levanté losbrazosparabloquearla,aunqueenesemomentomientrenamientoenluchacuerpoacuerpoymicerebroseencontraban bastante confusos.Me empujó a golpes contra la pared, donde siguiódándome en la cara y el estómago, por turnos, todo lo que quiso. Quise coger lapistolaquellevabasujetaalapierna,peromelaquitódeungolpe.
Daba la impresión de haber crecido varios centímetros y se cernía sobre mí.Mientrasmipistoladabatumbos,loúnicoquesemeocurriófuesaltarleencimacontodomipeso.Mesalióbastantebien…enelsentidodequelosdoscaímosalsuelo.
Ella se incorporó primero. Yo estaba bastante atontado, con la camiseta hechajirones.Gemí,rodéporelsueloylavicogermipistola.
Deltecho,algolecayósobrelaespalda.¿Uncangrejomecánico?Otrosaltóhaciaella desde un lado, un tercero cayó desde arriba. No daban la impresión de serespecialmentepeligrosos,perolapillaronporsorpresa,obligándolaacontorsionarsetratandodetocarselaespalda.
El respiro me salvó la vida. Cuando la cueva dejó de dar vueltas saqué otropuñadodepolvodelbolsillo.Conellanoservíandenada lasarmas.Teníaquesermáslisto.
—Gracias,Knighthawk—murmurémientrasLoopholesereducíaparaescapardeloscangrejos.
Tratédeagarrarlay,comoantes,meredujoencuantotoquésucuerpodiminuto.Peroestavezestabapreparadoyencuantofuiminúsculomeechéencimadeellayagarrélabolsitaquellevabaalcuello.Atravésdelcueropalpéelrectángulodemetal.¡Elmotivador!
—Eresun idiotapersistente, ¿eh?—gruñómientras losdos, todavíadiminutos,rodábamosporelsuelo.
Gemí,perologréqueambosrodásemoshastaelbordedelagrieta-simadelsuelo.Medioungolpeconlacabeza.Lacuevaseestremeció,lasoltéysoltéelmotivador.
Sepusodepiefrenteamí,dandolaespaldaalagrietadelsuelo.
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—Conozcosuplan—dijo—.SerelÉpicode todos losÉpicos.Amímesuenamuy bien.Dejaré que junte las piezas y luegome las llevaré. Subiré allá arriba yvisitaréalviejoCalamityyomisma.
Lamiré,confundido.Mesangrabalanariz.—Supongo…—dije,respirandoentrecortadamente.—¿Sí?Jadeé.—Supongo que… que este… que no es un buen momento para pedirte un
autógrafo.—¿Qué?Le lancéelpolvoa lacara.Luego,mientrasellamemaldecía, lagolpeéconel
hombro,agarrandolabolsitasimultáneamente,empujándolahaciaatrás.Elcordónserompióymequedéconlabolsitaenlamano.Loopholecayóenlagrieta-sima,yyometambaleéenelborde,apuntodecaertambién.
Llegóalfondo;apenassonóalchocar.—¡Idiota!—gritó—.Coneste tamaño…—Callóy resopló—.Coneste tamaño
unacaídanohacenadadedaño.Podríacaermedeunedificioy…y…«Oh,malditasea…».
Mealejédelagrietadeunsalto.Oíundébilestornudo.Seguidodeun sonidomuydesagradable.Hiceunamueca,mirandode reojo la
masadecarnemachacadayhuesosrotosenlaquesehabíaconvertidoLoopholealcrecer demasiado rápido dentro de un espacio demasiado pequeño. Parte de ellasobresalíadelagrietacomolamasadeunpasteldesurecipiente.
Tragué saliva, sintiendo náuseas, luegome levanté y saqué elmotivador de labolsita. Algo de polvo y un estornudomás tarde, los dos habíamos recuperado eltamañonormal…aunquenoencontréelGottschalkporningunaparte.
Recogílapistola.—Mizzy,tengoelmotivador—dije—.¿Dóndeestás?
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RecorríatrompiconeslascavernasdeIldithia,atravesandoparedesquelostensoreshabían destrozado dejando montones dispersos de arena. Las barras químicasiluminaban los túneles con un resplandor radiactivo. Me detuve, sosteniéndomeduranteotrotemblor,paraluegoseguiravanzandohaciaelrecovecodondeMizzysehabíallevadoaCody.¿Esosdedelanteeranellos?
No,medetuveatiempo.Laluzsalíadeundesgarrónenelaire,comouncorteenlapielquedejaverlacarne.Poreldesgarrónviotracaverna,estailuminadaporunaalegreluzanaranjada.EnellaFirefightseenfrentabacomopodíaaLoophole.
Miré embobadocómo lamujer a laque acababadematar se encogíaparahuirconsiguiendosimultáneamenteque los trocitosderocaquecaíanseconvirtiesenenpeñascos. Firefight se echó atrás y sus llamas calentaron las piedras hasta queadquirieronuntonorojizo.
Eché un vistazo al resto del túnel y vi otros desgarrones en el aire. Daba laimpresión de queMegan se había extralimitado. Tragué saliva y seguí avanzandohaciaMizzy.Undestellodeluzamiizquierdailuminófigurasqueseenfrentabanenlaoscuridad,enunazonadelareddecuevasdondeMizzynohabíacolocadobarrasdeluz.
El Profesor apareció de pronto un poco más lejos, formándose como luzsolidificada. Estaba empleando los poderes de teletransporte de Obliteration.¡Chispas!Mientras aparecía, unapartedel techo sederrumbó.Estavezno eraunailusión, sino un desprendimiento real, que el Profesor no tuvo más remetido queretener con un campo de fuerza sobre su cabeza. Aulló de furia, sosteniendo laspiedras,yluegoarrojólejosunaslanzasdeluz.
Aparentemente,losdossehabíanvistoobligadosarecurrirarecursospeligrosos.El Profesor usaba el dispositivo secreto de teletransporte; Megan buscaba enrealidades cada vezmás lejanas. ¿En qué situación se encontraba ya? ¿Y si ya lahabíaperdidocomoalProfesor?
«Tranquilo», pensé. Megan estaba convencida de poder manejar la situación.Teníaqueconfiarenella.Agachélacabezaymemetíporuntúnellateralhastaquevi manchas de sangre en las paredes. Después del siguiente recodome detuve degolpe,apuntodechocarconMizzyyCody.
Élestabatendidoenelsueloconlosojoscerrados,muypálido.Mizzysehabíavisto obligada a quitarle casi del todo el traje tensor para llegar hasta las heridas;estaba amontonado a su lado, pero los cables del reparador seguían conectados albrazo deCody.Mizzy reprimió un grito al verme,me arrancó elmotivador de lasmanosyvolvióaponerloenelchaleco.
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—Knighthawk—dijeporelmóvil—,enel futurovasa tenerquesujetarmejoresosmotivadores.
—Esunprototipo—refunfuñó—.Lofabriquéparapoderaccederconfacilidadalosmotivadoresyhacermodificacionesencasonecesario.¿CómoibaasaberyoqueJonathanseloarrancaría?
Mizzymemirómientraselreparadorrelucíadelicadamente.—¡Chispas,David!Tienespintadehabertecaídoporunacantiladooalgoasí.Melimpiélanariz,quetodavíamesangraba.Semeempezabaahincharlacara
porlapaliza.Medejécaer,agotado,juntoaMizzy.—¿Cómovalapelea?—Tunoviaesasombrosa—merespondióaregañadientes—.Abrahamnodejade
caer atrapadoencamposde fuerza,pero ella lo saca. JuntosmantienenocupadoalProfesor.
—¿Ellaparece…?—¿Loca?—dijoMizzy—.Nosabríadecirte.—MiróaCody,cuyasheridas,por
fortuna,empezabanacerrarse—.Todavíaestaráuntiempofueradecombate.Esperoque los otros dos aguanten. Me temo que a mí también se me han acabado losregalitos.Quizá…
Junto a nosotros alguien apareció en medio de una explosión. Fue una ráfagasúbitadeluz,silenciosaperoimpresionantedadasuproximidad.Meechéhaciaatrás,gritando,y tratédedesenfundar lapistolaque llevaba sujeta a lapierna.Noera elProfesor.Pordesgracia,soloquedabaunaalternativa.
Obliterationgirósobresustalonesylagabardinarozólapareddelacueva.MiróaMizzy,aCodyyluegoamí,examinándonosconsusgafas.
—Mehanllamado—dijo.—Eh,sí—dije.Lasmanosmetemblabanmientrasloapuntabaconlapistola—.
ElProfesor.Disponedeunmotivadorconstruidoapartirdetucarne.—¿Para destruir la ciudad? —preguntó Obliteration ladeando la cabeza—.
¿Regaliafabricómásbombasapartedelasquemeentregó?—¿Lasqueteentregó?—pregunté—.Entonces…¿tienesmás?—Por supuesto. —Obliteration rezumaba confianza—. Estás acabado, David
Charleston.—Negó con la cabeza y desapareció, dejando tras de sí una figura decerámicaqueserompióydesaparecióasuvez.
Me relajé. Entonces Obliteration se materializó a mi lado con la mano en mipistola, que se calentó de repente. Grité y la solté, con los dedos chamuscados.Obliterationlaalejódenosotrosdeunapatadayseagachójuntoamí.
—«Y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no havenido»—susurró.SeestremecióporqueenladistanciaelProfesordebíadehaberseteletransportado. Luego sonrió y cerró los ojos. Chispas. Parecía disfrutar de esasensación—. Ha llegado la hora de tu muerte y de la destrucción de esta ciudad.Lamentonopoderconcedertemástiempo.—Mepusounamanoenlafrenteysentí
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elcalordesupiel.—VoyamataraCalamity—lesolté.Obliterationabriómucholosojos.Elcalorseredujo.—¿Quéhasdicho?—Calamity es unÉpicoy está detrás de todo esto—dije—.Puedomatarlo.Si
quieresprovocarelArmagedón,Lamaneraperfectadehacerlo¿noseríadestruiresehorrible…ángel?Esacriatura,eseespíritu.
Religioso,¿no?—Estámuy lejos, hombrecito—dijoObliterationmeditativo—.Nunca llegarás
hastaél.—Perotúpuedesteletransportarme,¿noesasí?—Imposible. Calamity está demasiado lejos como para que yo me forme una
imagenmentaladecuadadesuposición.Nopuedollegarhastaunlugarquenohayavistooquenopuedavisualizar.
«Entonces,¿cómohasllegadohastaaquí?».Chispas.¿Noshabíaestadovigilandopor algún medio? No importaba. Con la mano todavía temblorosa, busqué en elbolsilloysaquéelmóvil.Loorientéhaciaélparaqueviera la imagendeCalamityqueRegaliahabíaconseguido.
—¿Ysituviesesunafotografía?Obliterationmurmuróentredientesconlosojoscomoplatos.—«Labestiaqueera,ynoes,estambiéneloctavo;yesdeentrelossiete,yvaa
laperdición…».—Parpadeó—.Unavezmás, lograssorprenderme.Siderrotasa tuantiguoamoymeimpresionas,teconcederétudeseo.
Volvió a desaparecer en undestello de luz y esta vez no regresó de inmediato.Gemí,apoyándomecontralapared,sacudiendolamanoquemada.
—¡Calamity! ¿De qué va este tipo?—preguntóMizzy tratando de enfundar elarma.Loconsiguióaltercerintentodetantocomoletemblabalamano—.Hecreídoquepodíamosdarnospormuertos.
—Sí—convine—.Esperabaquemematasesimplementepor laosadíadedecirque quería matar a Calamity. He calculado que había un cincuenta por ciento deprobabilidades de que venerase aCalamity en lugar de odiarlo.—Me asomé a untúneliluminadopordesgarronesygrietasaotrasdimensiones.
—¡Abraham ha caído!—me dijo Knighthawk al oído—. Repito, Abraham hacaído.Jonathanlehaamputadoelbrazodelrtichconuncampodefuerza.
—¡Chispas!—dije—.¿YMegan?—No consigo verla —dijo Knighthawk—. Solo me quedan dos cámaras-
cangrejo.Creoqueestásperdiendolabatalla,chico.—Ya perdíamos de entrada —dije, reptando hasta el traje tensor—. Mizzy,
ayúdame.Miróeltrajeyluegoamí,conlosojoscomoplatos.Seacercórápidamenteyme
ayudóaponérmelo.
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—Codyyadeberíaestarestable;estereparadoresimpresionante.—Desconéctalo y vuelve a enchufarlo en el traje tensor—dije—.Knighthawk,
¿cuántopuedenlevantartusdrones?—Unos cincuenta kilos cada uno.Los hagovolar en grupopara levantar cosas
máspesadas.¿Porqué?—Traealgunos,agarraaCodyysácalodeaquí.¿Abrahamsigueconvida?—Niidea—repusoKnighthawk—.Perotieneelmóvil,asíquepuedomostraros
dóndeestá.MiréaMizzy,queasintióyenchufóloscablesdelreparadoralchalecodeltraje
tensorquemehabíapuestoyo.—Daréconél—medijo—yloestabilizaréhastaquepuedastraerelreparador.—PrimeroadósalelosdronesaCody.—Eso si consigo llevarlos hasta allí—puntualizóKnighthawk—.Los soldados
deJonathanlotienentodorodeado,aquíarriba.Noparecenmuydispuestosabajarapelear.
—¿Para interponerse entre dos Grandes Épicos? —dije—. Se quedarán en laretaguardiaamenosquerecibanunaordendirecta.ConocenlasuertequecorrieronlossoldadosdelaTorreSharp.Despuésdeeso,inclusomesorprendequelograsequeLoopholeestuviesedispuestaavenir.
—Sí—dijoMizzy.Parecíasuperadaporlosacontecimientosylamanotodavíaletemblaba.
Yo no me encontraba mucho mejor, pero me estremecí cuando se activó elreparadoryeldolordesapareció.
—Saldeaquí,Mizzy—dije—.Hashechotodoloposible.IntentasalvaraCodyya Abraham; tan pronto como pueda iré con el reparador para Abraham. Si nosobrevivo,veteconKnighthawk.
Asintió.—Buenasuerte,David.Yo…enBabilar…Mealegrodenohabertedisparado.Sonreí,enfundándomeprimeroelguantetensorderechoyluegoelizquierdo.—¿Lograrásmanejarlosinhaberpracticado?—mepreguntóMizzy.Las luces de los guantes se encendieron.La luz era de un color verde intenso.
Noté la vibración recorriéndome el cuerpo, como una melodía muy queridalargamenteolvidada.Laliberé,convirtiendounapareddepiedraenunaoladepolvo.
—Escomovolveracasa—dije.Dehecho,mesentíacasicapazdeenfrentarmeaunGranÉpico.
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Corrí por el túnel, dejando atrás a cada lado desgarrones que rielaban, ventanas aotrosmundos.VariasseasomabanaldeFirefight,peroporotras,másdifuminadas,neblinosas y menos claras, se veían lugares más lejanos: mundos donde figurasirreconociblesluchabanenaquellostúnelesodondetodoestabaaoscuras,einclusomundosdondenohabíatúneles,sinosimplementeroca.
En mi mano vibraban los tensores, ansiosos. Era como si… Era como si losmismospoderessupiesenqueintentabasalvaralProfesor.Mecantaronunhimnodebatalla.CuandolleguéalacámaradondehabíavistoalProfesorporúltimavez,dejéescaparunaráfagadeenergíavibrantequehizodesaparecerlarocadeunacornisayformóvariosescalonespolvorientosqueuséparadescender.
En el centro de la cámara, el Profesor tenía un brillo verdoso. Llevaba la bataremangadaylosantebrazoscubiertosdevellonegroaldescubierto.Sevolvióhaciamíysoltóunacarcajada.
—David Charleston —dijo. La voz resonó en la cueva—. ¡Steelslayer! ¿Hasvenidoparaasumiral fin tu responsabilidadpor loquedesencadenasteenChicagoNova?¿Hasvenidoapagar?
Elsueloestaba llenodeagujerosdel tensor,montonesdepiedrasypolvocaídodeltecho.Chispas.Ellugarestabaapuntodedesmoronarse.
Meplantédelantedeélconlaesperanzadelograractivar loscamposdefuerzadeltraje.¿DóndeestabaMegan?Dehabermuertohabríarenacido,porloqueesonomepreocupabatantocomolaexistenciadetodosaquellosdesgarronesdelarealidad,uno de los cuales flotaba cerca. La oscuridad era visible únicamente por lairidiscenciacircundante.
DeellasalióMegan.Diunrespingo.Chispas,eraella,pero…setratabadeunaversiónmuyextrañade
Megan,difuminada.«Porque no es solo una». Comprendí que nomiraba a una solaMegan sino a
cientos de ellas superpuestas, similares pero distintas. Una peca en otro lugar, elpeinado diferente. Unos ojos en un caso demasiado claros y en otro demasiadooscuros.
Mesonrió.Fueronmilsonrisas.—Tengo a Abraham —dijo Mizzy—. Está vivo, pero David, más vale que
protejasbienel reparador.Almenos siquieresqueAbrahamvuelvaaestardeunapieza.Salimosya.
—Recibido —dije, mirando al Profesor, que llevaba la ropa polvorienta ydesgarrada.Habíasangradopormúltiplescortesenlacara,todosyacuradosmenos
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unoqueteníadondeCodylohabíaalcanzadoconsuspoderes.Apesardesuaspecto,noparecíaasustado.Estabaallíplantado,confiado.Asu
alrededoraparecieroncuatrolanzasrelucientes.—Paga,David—dijoconsuavidad.Arrojó las lanzas contra mí. Fui capaz de evaporarlas con los tensores, que
convirtieronloscamposdefuerzaenpolvo.Lasmotasmerociaronysealejaron.Noquería que me zarandease, así que cargué contra el Profesor intentando crear mispropioscamposdefuerza.
Solologréalgunosdestellosverdes,ondulados,comolaluzquesereflejaenunestanque.¡Québirria!
El profesor me envió más lanzas, pero, al igual que Cody, yo dominaba lostensoreslosuficientementebienparapararlas.Saltéporencimadeunpozoygolpeéelsueloconlamano,abriendounhueco.Elestruendofuecomoeldeunavoladura.
ElProfesorcayóapenasunpardecentímetrosantesdeaterrizarsobreundiscodeluz verde.Negó con la cabeza y estiró los brazos haciamí, lanzando una gota deenergíatensoraquehundióelsuelobajomispies,comoyohabíahechoconelqueélpisaba.
Frenético,intentécrearuncampodefuerzasobreelqueposarme,peronologréproducirmásqueotrodestellodeluz.Alcabodeuninstante,sinembargo,elagujeroyanoeratanhondoytoquéfondoaunmetrodeprofundidad.
Meganestabaalladodelagujero.—Hay muchos mundos donde no logró que este agujero tuviese la suficiente
profundidad—dijo,suvozsuperpuestaaciensusurros.El Profesor aulló, atacándome y creando una lanza de luz tras otra. Salí del
agujero de un salto y aterricé junto aMegan al tiempo que destruía tantas lanzascomopodía.
Cadavezquedestruíauna,elProfesorhacíaunamueca.—¿Cómo luchamos contra él? —me preguntaron las voces superpuestas de
Megan—.Yosolohelogradodistraerlo.¿Elplansiguesiendolograrquedealgunaformaseenfrenteasusmiedos?
—Sinceramente,noestoyseguro—dijeconlosbrazosestirados,esforzándome.Alfinalcreéunapareddecampodefuerza.Eraalgoasícomousarlostensoresalainversa.Enlugardeemitirunzumbido,dejéqueaumentasedentrodemíhastaqueapareció.
—¿Cuántopuedesalterar?—lepreguntéaMegan.—Pequeñosdetalles—dijo—.Cosasrazonables.Mispoderesnohancambiado,
simplementelosconozco.David,puedovermundos…¡Tantosmundos!—Parpadeóy dejó un rastro interminable de párpados—.Sin embargo, son todos cercanos. Esasombroso y a la vez frustrante. Es como si pudiera contar hasta el número quequisieraperosolosiestuvieraentreceroyuno.Elinfinito,peroacotado.
ElProfesordestrozónuestrocampode fuerza.Luegoalzó lasmanosyel techo
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tembló.Anticipándomea loquepretendía, invoquéel poder tensor.Efectivamente,intentóqueeltechosederrumbarasobrenuestrascabezas.Evaporóunanilloderocaparaquecayeralarocaenormequerodeaba.
Laconvertíenpolvo,quelloviósobreMegan,loquemedemostróqueellaestabaallíyerareal,nounasimplesombracomohabíatemidoenparte.
ElProfesorvolvióahacerunamueca.«Queusesuspodereslehacedaño».—Vale,tengounplan—ledijeaMegan.—¿Cuál?—¡Corre!—ledije,saliendoatodaprisaporuntúnellateral.Meganmesiguióechandomaldiciones.Corrimos juntosyusé los tensorespara
hacer desaparecer la piedra a nuestro paso. No estaba seguro de qué hacer paracambiaralProfesorohacerlovolverconnosotros.Todosmisplaneshabíanfallado;demomentolomejorseríamantenereltrajeenfuncionamientoparaqueledoliera.
A nuestra espalda, el Profesor gritó. Se teletransportó delante de nosotros.MelimitéaagarrardelamanoaMegan,cambiardedirecciónydesintegrarelcampodefuerzaconelqueelProfesorhabíapretendidohacernostropezar.Nosmetimosenuntúnelsinluz,perounsegundodespuésaparecieronlasbarrasluminosasqueMegantrajodeunmundopordondeMizzyhabíapasado.
Cuando elProfesor volvió a teletransportarse delante denosotros, rojode ira ymascullando,cambiédenuevodedirección,usandoconstantementelospoderesdeltrajeenlaspiedrasquedejábamosatrás.Cadausodeltensorloponíamásfurioso.
«Porestoyahepasado»,pensé,percibiendoelecodeotrosuceso,deotrapelea.HabíaenfurecidoaunÉpico…
El Profesor volvió a aparecer y, esta vez,Megan fue la primera en reaccionar.Tiródemíparaapartarmecuandolaslanzasdeluz,tanrápidasquenopudeseguirsucurso,seclavaronanuestroalrededorcomocuchillos.¡Chispas!Lasesquivéporlospelos.Quizásaquelplannofuesetanbueno.
—¡Asíactúassiempre!—megritóelProfesor—.¡Sinpensar!¡Notepreocupanlas consecuencias! ¿No te importa lo que pueda pasar? ¿Ni siquiera piensas en elfracaso?
Seteletransportódelantedenosotroscuandointentábamoshuir,perounsegundodespuésMeganinterpusounapareddepiedraentreélynosotros.
—Estonofunciona—sequejó,desesperada.—Bien,técnicamente,sí.Esdecir,elplanconsistíaencorrer.—Vale,locorrijo:estovaafuncionarmuchotiempomás.Tardeotempranonos
atrapará.¿Quépretendes?—Ponerlofurioso—dije.—¿Y?—Espero… Bueno, espero que se asuste. Cuando nos enfrentamos a nuestros
puntosdébiles,nosotrosestábamosasustadosynerviosos.Quizásélestéigual.
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Mededicóunamiradadeescepticismoque, reflejadaen todassussombras, fuemásimpresionantedelohabitual.
La pared cercana se convirtió en polvo. Acumulé la energía de los tensores,preparándomepararecibirelataquedeunaseriedelanzasdecampodefuerza,peroelProfesoryanoestabatraselmuro.
¿Cómo?Sematerializódetrásdenosotrosymeagarródelbrazoconunamanomientras
intentaba con la otra destruir losmotivadores del chaleco. Liberé una erupción depodertensordirectamentehaciaelsuelo,gritando.Larocaseabrióamispiesymehundí poco menos de un metro. Con ese desplazamiento inesperado me zafé delProfesor,cuyaráfagamepasóporencimadelacabeza.
Vaporicé el sueloquepisaba. Instintivamente creóun campode fuerzapara nocaer,demodoquemeretorcíenelpolvodebajodeél.Tuvoquedar lavueltaparamirarmeysepusoatiro.Megan,porsupuesto,ledisparó.
No surtiómuchoefecto; estabaprotegido, como siempre, por el fino campodefuerza invisible que lo rodeaba. No obstante, los disparos lo distrajeron el tiemposuficiente para que yo pudiesemoverme debajo del disco y salir por el otro lado,desdedondeapuntéytambiénmepuseadisparar.
Se volvió hacia mí, molesto, y lo alcancé con un ataque de poder tensor quedisolvió sus campos de fuerza. Los disparos de Megan empezaron a herirlo ydesaparecióechandopestes.
Megan se me acercó con el rostro difuminado por un centenar de identidadesdiferentes.
—Nohemosacertadosupuntodébil,David.—Suspropiospoderes lehacendañoy los tensores lodejan indefensoante los
disparos.—Deinmediatoselecuranlasheridasdeesosdisparos—dijo—,yunimpactode
poder tensor no contrarresta sus habilidades comodebiera.Es como…Es como siconociésemos su punto débil en parte, no por completo. Por eso no cambia…Enfrentarseasuspoderesnoessuficiente.
No iba a discutírselo. Tenía razón. En el fondo lo sabía y se me encogía elcorazón.
—¿Yahoraqué?—pregunté—.¿Algunaidea?—Tenemosquematarlo.Apreté mucho los labios. No estaba seguro de poder hacerlo. Aunque hubiera
podido, tenía la impresión de que, haciéndolo, ganaríamos la batalla peroperderíamoslaguerra.
Meganmirómipistola.—Telaherecargado,porcierto—medijo.Deprontoelarmapesabamás.—Québien.
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—No puedo evitar pensar que debería estar haciendo algo más que recargarpistolasylevantarmuros.Estantoloquepuedoverquemesupera.
—Tenemosqueescogeralgoquepuedascambiar—dije,esperandolareaparicióndelProfesorsinsoltarlapistola—.Algomuyútil.
—Unarma—dijoMegan,asintiendo.—¿LadeAbraham?Mesonrió,casideunmodoinfantil.—No.Esdemasiadopequeña.—¿ElarmadeAbrahamteparecepequeña?Nena,tequiero.—En realidad—dijo, volviendo la cabezaparamirar a algoqueyonoveía—,
hayunmundomuycercanodondeAbrahamseencargadedirigiralequipo…—¿Quétieneesoqueverconlasarmas?Tú…Mecalléporquelacuevatembló.Caíhaciaatráscuandotodalapareddeltúnel,
devariosmetrosde longitud,seconvirtióenpolvobajo losefectosdeun increíbleestallido de poder. Al otro lado, el Profesor había estado muy ocupado. A sualrededorflotabancientosdelanzasdeluz.
Mientrasnosotroshablábamosélhacíaplanes.Grité tendiendo la mano hacia delante y liberando poder tensor en cuanto las
lanzasvinieronpornosotros.Pudeacabarconlaprimeraoleadaybuenapartedelasegunda,peromiataqueacabócuandolatercerallegaba.
Quedóatrapadaenunasuperficiemetálica,comodeplata,enformadeescudo,quesehabíamaterializadodelantedenosotros.Meganresopló,manteniendofirmeelmercurio,bloqueandolasdosoleadassiguientes.
—¿Ves?—dijo.Llevabaelguantequecontrolabaelrtich—.EnunmundodondeAbraham dirige el equipo, otra persona debe aprender a usar este dispositivo.—Sonrióyluegoresoplóhastaotroimpacto—.Ybien,¿acabamosconél?
Asentí,sintiéndomeenfermo.—Como mínimo, necesitamos que tenga miedo—dije—. Es lo que nos hizo
cambiaranosotros…Estábamosaterrorizados,nosenfrentábamosalamuerte.Lodeafrontarlostemoressolofueeficazcuandocorríamosunpeligrograve.
Noacababadecuadrar.Algofaltaba,meparecía.Sinembargo,dadolocaóticodelasituación,nosemeocurríanadamejor.
—¿Tenemosqueseraudaces?—dijoMegan,conelrtichenunamanoyelarmaenlaotra.
—Temerarios.—Sopeséelarma—.Intrépidos.Lehiceungestodeasentimiento.Toméalientoyatacamos.Meganbajóelescudo,permitiendoqueelrtichletreparaporelbrazo.Lancé otra oleada de poder tensor y corrimos disparando sin ton ni son. Las
pistolasresultabanmuypocacosaencomparaciónconlospoderesdivinosdesatadosanuestroalrededor,peroestábamosfamiliarizadosconellas.Erandefiar,sólidas.
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InterrumpimosalProfesorcuandopreparabaotraoleadadelanzasdeluz.Abriólosojoscomoplatos.Sehabíaquedadoconlabocaabierta,desconcertadodevernosirdirectamenteporél.Levantóconungestodelamanounenormecampodefuerzaparabloquearnos.LovoléusandopodertensoryMeganmesiguió.
—Bien—dijo, dando una palmada en el suelo. La roca se convirtió en polvoalrededordesumanoyasióunalargabarradepiedra.DiounpasoalfrenteylausóparaatacaraMegan,quelaatrapóconelrtich.
ElmercuriocorrióporelbrazodelProfesor,reteniéndolomientrasyolelanzabaun estallido de poder tensor, seguido de unos disparos a la cara. El Profesor, sinembargo,igualómiestallidoinvisibleconunosuyo.Secontrarrestaronmutuamente,chocandoentresíconunrestallidoensordecedor.
Derrapéhasta detenermey, a pesar de todo, le disparé a la cara.Eso tenía queentretenerloalafuerza,¿no?Aunquelerebotasenlasbalas.Alomejoralgunaseleatascaríaenlanarizoalgoasí.
Aulló,liberandoelpuñodelrtich,yempujóaMegan.Blandiólabarrahaciamí,pero logrédesintegrarla.Luegodejéqueuna toneladadepolvodel techo lecayeseencima.Perdióelequilibrio.
Cuandolorecuperó,Meganloatacóconelrtich,recubriéndolelamano,elbrazoy el costado para tener potencia y le dio un puñetazo en la cara. A pesar de loscampos de fuerza, el Profesor retrocedió a trompicones, echando pestes. Meganavanzóyélhizodesaparecerelsuelo.Quedóunenormeagujeroporelqueseveíaunacuevaquehabíadebajo,peroMeganconsiguióqueelrtichformaseunapasarelalargadeparteapartedelagujeroynosecayó.
Golpeé alProfesor con el hombro.Resbaló en el polvo.Me incliné, le tendí lamanoaMeganylaapartédelagujero.
Juntosvolvimosaatacarlo.Meganrecargabalasarmas,porlovisto,porquenosemeacababan lasbalasy,cuandoelProfesorevaporómipistola,ellame lanzóotraprácticamenteidénticasacadadeunadimensiónalternativa.
Manejaba el rtich asombrosamente bien, dándole órdenes como si fuese unasegundapiel,bloqueando,atacando,sosteniéndose.YonodejabaenpazalProfesory,siemprequepodía,evaporabasuscamposdefuerza,loquenospermitíaherirloconlasbalas.
Durante un rato la pelea resultó extrañamente perfecta.Megan y yo trabajandojuntos, sin hablarnos, anticipándonos cada uno a los movimientos del otro.Disponíamosdepoderesincreíbleseíbamosarmados.JuntosestábamosobligandoaunÉpicomuchomáspoderosoa retroceder.Porunmomentomepermitícreerqueíbamosaganar.
Por desgracia, el poder de curación del Profesor escupía todas las balas.No loestábamos anulando, no lo suficientementebien.Megan le disparó a la cabeza, sincontenerse,ynoseloimpedí,perosuintentofracasóigualquelosdemás.
Acabamos en una de las cuevas principales, con el polvo cayendo a nuestro
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alrededor.AguantéunaoleadadelanzasdelProfesor.Unamerozóelhombroygemíde dolor. Mis poderes de curación asistidos por el motivador me permitieronrecuperarme. Megan avanzó, protegiéndome, pero a juzgar por el sudor que lehumedecíalafrente,empezabaacansarse.Yotambién.Usarlospodereseraagotador.
Nos preparamos para otro ataque del Profesor. Mi pistola chasqueó cuandoMeganlarecargó.Lamiré.
—¿Otroataque?—mesusurró.Yo ya no estaba seguro. Intenté responder, pero en ese momento el techo se
hundió.Diuntraspiémirandohaciaarriba.Meganusóelrtichparadetenereltorrentede
piedrasypolvo.Elsolentróporelagujero,tananchocomolacueva,abiertoporelProfesor.Parpadeé,pocoacostumbradoaesaluz.ElProfesorsehabíaapartadodelalluviadeescombrosyestabajuntoaunmurodelacueva,alasombra.
—Fuego—dijo.Solo entonces me di cuenta de que, a diez metros por encima de nosotros,
rodeandoelperfectoagujero,habíaunescuadróndecincuentahombresymujeres.Llevabanlanzallamas.
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Llovieronllamas.Estabapreparado.NohabíamosobligadoalProfesoraretirarse.¡Élnoshabíaestadodirigiendohaciaestepunto!
Cuandolasllamasnosrodearon,elrtichdesapareció.LassombrasdeMeganseconcretaronyquedóunaversióndefinidadeella,iluminadaporelfuego.Seechóalsuelo.
—¡No! —grité, tendiéndole la mano con el guante refulgente. No podíapermitirmequeloscamposdefuerzasemediesenmal.¡Noenaquelmomento!Meesforcé,comosihicieseloposibleporcargarconalgodemasiadopesado.
Porfortuna,alrededordeMeganaparecióunaburbujaprotectoraquebloqueólasllamas.Empujócon lasmanoselescudoquehabíacreadoparaella.Tenía losojosmuyabiertosporqueestabacompletamenterodeadadefuego.
Mealejédelasllamas,protegiéndomelacaraconlasmanos.Elfuegoestabamuycerca,perolasquemadurassemecuraban.
Arriba, hombres y mujeres se pusieron a disparar armas automáticas. Grité,liberando poder tensor y evaporándolas, convirtiéndolas en polvo.Las armas y loslanzallamasdesaparecieron.Elhueco seensanchó.Primerocayó saly luegogente,cuandoelsueloquepisabanseesfumó.
Yanohabíafuego,peroeldañoestabahecho.Enelsuelodelacuevaardíanloscharcosdelosqueseelevabanretorcidaslenguasnegrasdehumo.Hacíatantocalorque tenía la frente perlada de sudor. Los poderes de Megan no servían de nada.Parpadeédebidoalpolvoyelhumo.ElProfesorseapartódelasombra,desaliñado,ensangrentado,perotodavíasinmiedo.
Chispas.Aúnnoestabaasustado.—¿Creíasquenoteníaningúnplan?—mepreguntó—.¿Pensabasquenotendría
encuentaaMeganconsuspoderes?—Pisandosalsueltapasójuntoaunsoldadoquegemía—.Olvidas,David,queunhombresabiosiempretieneunplan.
—A veces los planes fallan —le respondí—. ¡A veces no basta con lospreparativos,porcuidadososquesean!
—¿Y entras corriendo sin ninguna precaución? —me gritó, asombrosamentefurioso.
—¡Avecesnoquedamásremedioqueactuar,Profesor!¡Avecesnosabesloqueteharáfaltahastaqueestásmetidoenelfregado!
—¡Esonoesexcusaparatrastocar lavidadeotro!¡Noesexcusaparapasardetodos y perseguir tus propias y estúpidas pasiones! ¡No es excusa para tu absolutafaltadecontrol!
Gritédefuriaydesatéuncrescendodepodertensor.Noapuntéalsuelonialas
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paredes.Lolancéhaciaél:fueunadescargadepuropoder,unavíadeescapeparamifrustración,paramifuria.Nadasalíabien.Todoestabafallando.
Cuandoloalcanzóseechóatráscomosihubieserecibidoungolpefísico.Seledesintegraronlosbotonesdelacamisa.
Luegogritóymeenvióunaráfagadepodertensor.Le respondí con otra. Las dos chocaron produciendo sonidos discordantes y la
cuevaseestremeció.Larocatemblócomosifueseagua.Notélavibración.Lapistola que tenía en lamano se transformó enpolvo, al igual que el guante
tensordeesamano,peroelimpactonomellegóalrestodelcuerpo.Apesardetodo,mecaídebrucesalsuelo.
Gemíymedilavuelta.AllíestabaelProfesor,inclinadosobremí.Conunamanoagarró las tres cajas de la pechera del chaleco, las arrancó del tejido. Se habíaquedadoconlosmotivadoresdeltrajetensor.
—Estoesmío—dijo.«No…».Mediounrevéstanfuertequerodésobrelarocayelpolvo.AcabécercadeMegan,quesehabíaquedadosinesferaprotectoraporqueyoya
noteníapoderparamantenerla.Sepusoenpiealaluzdelfuego,levantólapistolaconambasmanosyledisparóalProfesor.
Ungestoabsurdo.AlProfesornisiquieraleimportó.Yomequedétendido,conunbrazoenterradoenelpolvodelsuelo.
—Soisestúpidos—nosdijoelProfesor.Tiróalsuelolosmotivadores—.Losois.—Mejorserunestúpidoqueuncobarde—lerespondíentredientes—.¡Almenos
yoheintentadohaceralgo!¡Heintentadocambiarlascosas!—¡Lohasintentadoyhasfracasado,David!—Avanzó.Megansehabíaquedadosinbalas.—Mírate—prosiguióelProfesor,angustiado—.Nohaspodidoderrotarme.Has
fallado.Mepusederodillasyluegomesenté.Deprontoestabaagotado.Megansedejó
caeramilado,llenadequemadurasyagotadatambién.Quizáfueseporquenoteníaningúnreparadorparaapoyarme.Quizáfueseporque
sabíaqueaquelloeradefinitivamenteelfinal.Noteníafuerzasparaponermeenpie,yapenaslasteníaparahablar.
—Noshasderrotado,sí—dijoMegan—.Peronohemosfracasado,Jonathan.Elfracasoesnegarseapelear.Elfracasoesquedarsesinhacernadaconlaesperanzadequeotrosolucioneelproblema.
Lomiréalosojos.Seencontrabacomoametroymedio,enunacuevaconvertidamásbienenuncráter.LoscristalesdesaldeIldithiahabíaniniciadosucaminoporelbordedelagujero,recubriéndolo.Sialláarribaquedabansoldados,sehabíanpuestoacubiertoprudentemente.
La cara del Profesor era un mapa de cortes: heridas causadas por los restos
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lanzados por las violentas explosiones de poder tensor, que temporalmente habíananulado sus campos de fuerza. Como para desafiar mis esperanzas, los cortescomenzaronasanar.
Megan…Meganteníarazón.Algosemanifestólejanamenteenmisrecuerdos.—Negarse a actuar—le dije al Profesor—, sí, eso es fracasar, Profesor.Como
quizá…¿negarseaparticiparenunconcursoapesardeansiarelpremio?Sedetuvojustodelantedenosotros.TiamehabíacontadoesahistoriaenBabilar.
ElProfesordeseabadesesperadamentevisitar laNASA,peronoestabadispuestoaparticiparenelconcursocuyopremioeraesavisita.
—Sí—dije—.Noparticipaste.¿Temíasperder,Profesor?¿Otemíasganar?—¿Cómolosabes?—bramó,invocandoasualrededorcienlíneasdeluz.—Tiame lo contó—dije, poniéndome de rodillas y apoyando unamano en el
hombrodeMegan.Todoempezabaaencajar—.Siemprehassidoasí,¿noescierto?Fundaste los Exploradores, pero te negaste a ir demasiado lejos. Te negaste aenfrentarte a los Épicos más poderosos. Querías ser de ayuda, Profesor, pero noestabasdispuestoadarelúltimopaso.—Parpadeé,asombrado—.Teníasmiedo.
Laslíneasquelorodeabansedesvanecieron.—Lospoderessonunaparteperonotodo—dije—.¿Porquélostemes?Parpadeó.—Porqueyo…—Porque si eres tan poderoso—susurró Megan—, si dispones de todos esos
recursos,entoncesnotequedanexcusasparafracasar.Seechóallorar.Apretólamandíbulaytendióunamanohaciamí.—Túhasfracasado,Profesor—dije.Loscamposdefuerzasedesvanecieronytropezó.—Tiahamuerto—añadióMegan—.Lefallaste.—¡Callaos!—Lasheridasdesucaradejarondesanar—.¡Callaosdeunavez!—MatastealequipodeBabilar—dije—.Aellostambiénlesfallaste.Seabalanzóhaciamíymeagarródeloshombros,apartandoaMegan.Temblaba,
conlasmejillasarrasadasdelágrimas.—Eras fuerte—le dije—. Tenías unos poderes inigualables y a pesar de todo
fracasaste.Hastatalpuntohasfallado,Profesor.—No,no—susurró.—Sí.Sabesquesí.—Mepreparéparalasiguientementiraqueibaasoltarle—.
Hemosmatado a Larcener, Profesor. No puedes completar el plan de Regalia. Daigualsimuero.Eresunfracasado.
Mesoltó.Mepuseenpieconesfuerzo.Élsehincóderodillas.—Unfracasado—susurró.Lesangrabalabarbilla—.Sesuponíaqueibaaserun
héroe.¡Teníatantopoder!Inclusoasí,fracasé.Megan se situó cojeando ami lado, con la cara sucia de ceniza, frotándose la
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mejilladondeelProfesorlehabíapegado.—Demonios—susurró—.Hafuncionado.Miré al Profesor. Seguía llorando, pero cuando me miró vi en sus ojos un
desprecioabsoluto.Meodiaba.Odiabaaquellasituación.Odiabaserundébilmortal,unhombrenormalycorriente.
—No—dije.Sentíaunpesoenelestómago—.Nosehaenfrentadotodavíaasumiedo.
Habíamos dado con su auténtico punto débil. Tia había estado equivocada. Sumiedo era algo más profundo que sus poderes, aunque tanto estos como su valíacomopersonaformabanevidentementepartedeél.Teníamiedodeaspiraramás,deconvertirse en todo lo que podía ser, no porque los poderes como tales le diesenmiedo,sinoporque,silointentaba,elfracasopodríallegarasermuchopeor.
Sino lodaba todoy fallaba, almenospodríaconsolarsecon la ideadequenohabíasidototalmenteculpasuyaodequeformabapartedelplan,quesiemprehabíaqueridoquepasaseasí.Solosiseentregabacompletamente,solosiempleabatodoslosrecursosdelosquedisponía,elfracasoseríaabsoluto.
Quécargamáshorribleeranesospoderes.Entendíaquesehubieranconvertidoparaélenunpuntofocal:representabantodasuvalíaytambiénsupotencialparaelfracasoabsoluto.
Meganmepusoalgoenlamano.Supistola.Lamiré.ElbrazomepesabacomosifueradeplomocuandoapuntéalacabezadelProfesor.
—¡Hazlo!—ladró—.¡Hazlo,bastardo!La mano no me temblaba, apuntaba sin vacilar, con el dedo en el gatillo… y
entoncesrecordé.Otrodía,enunasaladeacero,conunamujeralaquehabíaenfurecido.Yo,derodillasenuncampodebatalla.Mipadreconlaespaldacontralacolumnadelasucursalbancaria,alasombrade
unadeidad.—No—dije,yledilaespalda.Megannoseopuso.Semeacercó.JuntosnosalejamosdelProfesor.—¿Quién es el cobarde ahora?—me preguntó, de rodillas, iluminado por las
llamas, llorando—. ¡David Charleston! Asesino de Épicos. Se supone que debesdetenerme.
—Esopodemosarreglarlo—dijounavoznueva.Mevolví,asombrado,yviaLarcenersalirde la sombradeunsalientede roca
cercano.¿Llevabaallídesdeelprincipio?Aquellodesafiabalarazón.Pero…Con delicadeza tocó con los dedos el cuello del Profesor, que gritó y se puso
rígido.—Dicenqueescomoteneraguaheladaenlasvenas—dijoLarcener.Carguécontraellosdesdeelotroladodelacuevasintecho.—¿Quéhaces?—lepregunté.
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—Solucionar tu problema —me respondió Larcener, sin soltar al Profesor—.¿Quieresquepare?
—Yo…—Traguésaliva.—Encualquiercaso,yaestarde.—Apartólosdedos,selosmiróyluegomiróal
Profesor a los ojos—. Excelente. Esta vez ha funcionado. Tenía que asegurarme,despuésdenuestro…pequeñoproblemacontunovia.—Alzólavistahaciaelcieloyelsol.Furioso,sepusoalasombra.
Chispas.El sol estababajo;yaeranpor lomenos lascinco.Nomehabíadadocuentadequelapeleahubieraduradotanto.
Me agaché junto al Profesor. Estaba conmocionado. Lo toqué con precauciónperonosemovió,nisiquierapestañeó.
—Es una buena solución,David—dijoMegan, colocándose junto amí—.Eraestoomatarlo.
Asentí. Tenía razón, pero no podía evitar la sensación de haber fracasadomonumentalmente. Me había enfrentado al Profesor, lo había detenido, habíadescubiertosupuntoflacoyanuladosuspoderes.Peroélnohabíahechoretrocederlaoscuridad.
¿No podríamos haber usado otro método? ¿No podríamos haber mantenidoocupada su debilidad hasta que recuperase la cordura? Tenía ganas de llorar, peroestabademasiadocansadoinclusoparaeso.
—Vamosabuscaralosotros.—Melevantéymequitéelchaleco,todavíaconloscablesparalosmotivadores.NecesitabaactivardenuevoelreparadorparaayudaraAbraham.LodejéjuntoalascajasdemetaldelosmotivadoresymiréalcieloconlaesperanzadeveralgúndrondeKnighthawk.
Undestellodeluz.Obliterationmepusounamanoenelhombro.—Bien hecho —dijo—. La bestia ha sido derrotada. Debo hacer honor a mi
promesa.Desaparecimos.
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Aparecimosenunriscodesoladodeundesiertobaldío.Elairesofocanteolíaatierracocida. Del suelo sobresalían piedras rojas. Los estratos eran como montones detortitas.
Algorelucíaamiespalda.Mevolvíymeprotegílosojosconunamano.—Unabomba—dijoObliteration—,fabricadaapartirdemipropiacarne.Podría
decirsequeesmihija.—UsasteunacomoestaparadestruirKansas.—Sí—repusocontranquilidad—.Cuandoestácargadadeenergíanoviajabien.
Debe absorber el sol en el lugar que deseo destruir.Mi dilema es que cuantomáscreceminotoriedadmáshuyelagentedemipresencia,asíque…
—AsíqueaceptastelaofertadeRegalia.Tucarneacambiodeunarma.—EstaestabadestinadaaAtlanta—dijoantesdeapoyarlamanoenmihombro
enungestocasipaternal—.Telaentregoati,Steelslayer,paracompletartucacería.¿Puedesemplearlaparadestruiralrey,alláenloscielos,alÉpicodeÉpicos?
—Nolosé—dije.Mellorabanlosojosdebidoalaintensidaddelaluz.Chispas.¡Estabatancansado!Estabaagotado,sinfuerzas,comountrapodecocinagastadoyllenodeagujerosquesolosirveparacalzarlapatadeunamesa—.Perosialgopuedematarlo será esto.—Se sabía que incluso losmáspoderososGrandesÉpicos caíananteelincontenibletorrentedeenergíadelasarmasnuclearesolafuerzadestructivadelmismísimoObliteration.
—Tellevaréconlabombaalpalaciodeloscielos—dijo—.AlanuevaJerusalén.Usaestoparadetonarla.—Meentregóunabarrita,unaespeciedebolígrafoquemeresultabadesconcertantementefamiliar.Eraundetonadoruniversal.Enunaocasiónhabíatenidounoigual.
—¿Podría…hacerlodesdeaquíabajo?—pregunté.Obliterationsoltóunacarcajada.—¿Preguntassisetepermiteapartarelcáliz?Esnatural.Perono,debeshacerlo
enpersona.Tehealargadolavidaparaquepudierasrealizaresteacto,porqueséelresultado.Elalcancedeldetonadoreslimitado.
Agarré el dispositivo. Me sudaba la palma. En tal caso era una sentencia demuerte. Quizás habría podido incorporarle un temporizador, pero dudaba queObliterationaceptara.
«NisiquierahepodidodespedirmedeMegan»,pensé,mareado.Sinembargo,allíestabalaoportunidadqueafirmabadeseartanto.Unfinal.—¿Puedopensármelo?—Nomucho—dijomirandoalcielo—.Prontosaldráynopodemospermitirque
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vealoqueplaneamos.Mesenté,intentandoaclararme,intentandorecuperaralgodefuerzayaprovechar
la oportunidad que se me ofrecía. Traté de repasar los hechos. El Profesor estabaderrotado,sinpoderes.Cuandolohabíamiradomehabíaparecidovacío,comosilehubiesendadounbuengolpeenlacabeza.Serecuperaría,¿no?Algunosasumidoresdejaban aturdidas a sus presas, incluso les provocaban la muerte cerebral alarrebatarleslospoderes.Esaspersonassedespertabancuandolosrecuperaban,peroLarcenerjamásdevolvíaloquerobaba.¿Porquénuncamelohabíaplanteado?
Chispas. ¿Cómo era posible que se me hubiese pasado el punto débil delProfesor?Susplanestímidos,elmodoenquebuscabaexcusasparacedersuspoderesyminimizarlosfallos…Todoapuntabaasusmiedos.Siemprehabíasidoincapazdecomprometersedeltodo.
—¿Bien?—mepreguntóalfinObliteration—.Nonosquedamástiempo.Apesardeldescansonomesentíarecuperado.—Iré—susurréconlavozronca—.Loharé.—Buenaelección.—Me llevóhasta labomba,que, supuse,habíacolocadoallí
paraqueabsorbieralaenergíadelsol.Meacerquéaellayestudiésuforma:eraunacajametálicadel tamañodeuna taquilladegimnasio.Noestabacalienteaunque loparecía.
Obliterationseagachóypusounamanosobrelacajaylaotraenmibrazo.—«Cuandocomasdel trabajode tusmanos,dichososerásy te irábien».Hasta
nunca,Steelslayer.Contuveelalientoalvermerodeadodeundestellodeluz.Unsegundomástarde
meencontrabamirandohaciaabajo,hacialaTierra.ApenasoíelestallidoamiespaldacuandoObliterationsefue,abandonándome.
Me encontraba en el espacio.Me arrodillé en lo que parecía ser una superficie devidrio,contemplandounapanorámicagloriosa.Teníaelestómagoencogido.VeíalaTierraentodosuesplendor,rodeadaporunaatmósferadifusaynubes.
Qué pacífica. Desde allí arriba, mis preocupaciones resultaban insignificantes.Apartécomopudelosojosparaverloquehabíaamialrededor,aunqueparaesotuvequedarlaespaldaalabombayentornarlospárpadosparadistinguiralgoapesardelaluzqueemitía.Meencontrabaenunaespeciedeedificioodenaveconlasparedesdevidrio.
Mepuseenpiecomopude.Comprobéquelasesquinasdelasparedeserancurvasyquehabíauna lejana luz rojaenalgúnpuntode laestructura transparente.Luegomedicuentadeque,apesardeestarenelespacio, tenía lospiesplantadosenunasuperficie.Tendríaquehaberflotado.
Detrásdemí,labombabrillabacomounaestrella.Puseeldedoeneldetonador.¿Debía…hacerloya?
No. No, antes tenía que verlo. De cerca. Relucía. Era de color carmesí, tanbrillante como la bomba, pero estaba delante de mí y su luz se refractaba en las
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esquinasylassuperficiesdevidrio.Misojosse ibanacostumbrandogradualmenteymedicuentadequehabíauna
puerta.Caminéconesfuerzohaciaella,porqueelsueloerairregular.Estaballenodebarrasyestructurasqueparecíanescaleras.Lasparedestambiéneranirregulares,concompartimentosllenosdecablesypalancas…tododevidrio.
Recorrí un pasillo. En una pared había algo grabado. Lo palpé con los dedos.¿Letras?Lasleí.¿Elnombredeunaempresa?
Chispas.Eralaantiguaestaciónespacialinternacional,perodecristal.Sintiéndomeextrañamentedesconectadoseguíavanzandohacia la luz.Elvidrio
era muy transparente, prácticamente invisible. Pasé de un módulo a otro, con losbrazosestiradosparanochocarconningunapared.Laluzrojafueaumentando.
Por fin llegué al últimomódulo. Eramás grande que los otros y Calamitymeesperabaalfondo…deespaldasamí.Brillabatantoquecostabaapreciarlosdetalles.
Conelbrazodelantedelacaraparaprotegermedelaluz,sujetéeldetonadorconmás fuerza. Aquello era una estupidez. Tendría que haber detonado la bomba.Calamity podríamatarme en cuantomeviese. ¿Quiénpodía afirmar con seguridadqueconocíasuspoderes?
Peroteníaquesaber.Teníaqueverloconmispropiosojos.Teníaqueverloquehabíadestruidomimundo.
Salvéladistanciaquenosseparaba.LaluzdeCalamitydisminuyó.Contuvelarespiración.Notabaelsabordelabilis.
¿Qué pensaría la gente de abajo? ¿Que Calamity se había ido? La luz quedóconvertidaenunbrillotenueyviaunjovenvestidoconunasencillatúnicaylapielrojareluciente.Sevolvióamirarme…yloreconocí.
—Hola,David—dijoLarcener.
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—Tú—susurré—.¡Estabasabajo!¡Connosotros!¡Desdesiempre!—Sí—dijoLarcener,dándome laespaldaparacontemplarmimundo—.Puedo
proyectar un señuelo demímismo; ya lo sabes. Inclusomencionaste ese poder envariasocasiones.
Metambaleé,intentandoatarcabos.Habíaestadoconnosotros.Calamityhabíaconvividoconnosotros.—¿Porqué…?¿Qué…?Larcener suspiró de un modo sorprendentemente humano. Era un suspiro de
enojo:unaemociónquelehabíavistoexpresarenmuchasocasiones.—Nodejodemirarlo—dijo—,intentandodescubrirquévesenél.Vacilante,mepuseasulado.—¿Enelmundo?—Estádestrozado.Eshorrible,repugnante.—Sí—dijeconunhilodevoz—.Eshermoso.Memiróentornandolosojos.—Tú eres la causa de todo—dije, apoyando los dedos en el cristal que tenía
delante—.Tú…desdeelprincipio.¿YlospoderesquerobastealosotrosÉpicos?—Melimitéarecuperarloquelescedíensumomento—dijo—.Todosestaban
tandispuestosacreerenunÉpicocapazderobarhabilidadesquejamáscayeronenlacuentadequelohabíanentendidoalrevés.Mellamaron«Larcener»,ladrón…Quémezquinos.Nosoyunladrón.—Hizoungestodeincredulidad.
Traguésalivayparpadeé.—¿Por qué? —le pregunté a Calamity—. Por favor, dímelo. ¿Por qué lo has
hecho?Sequedópensativo,con lasmanosa laespalda.EraLarcener,desde luego.No
soloteníalamismacara,sinoquehacíalosmismosgestos.Teníalamismaformaderesollarantesdehablar,comosihacerloconmigofueseindignodeél.
—Osestáisdestruyendo—dijocontranquilidad—.Yonosoymásqueelheraldo:traigolospoderes.Vosotroslosempleáisyorquestáisvuestropropiofinal.Esloquehemoshechoenincontablesdimensiones.Esomehandicho.
—¿Tehandicho?¿Quiénes?—Es un lugarmaravilloso—prosiguió, como si nome hubiese oído—. Tú no
seríascapazdecomprenderlo.Haypaz,ternura.Nadadeluzhorrible,ningunaluzenabsoluto. No percibimos por medio de horribles apéndices como los ojos. Allívivimoscomounosolohastaquenosllegaelmomentodecumplirconnuestrodeber.—Ungestodedesdén—.Yesteesmideber.Asíqueabandonémihogaryvineaquí.
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Cambiémihogarpor…—Por luzviolenta—dije—,ysonidosestridentes;poreldolordelcalor,de las
sensaciones.—¡Sí!—dijo.—No sonmis pesadillas—dije, llevándome lasmanos a la cabeza—. Son las
tuyas.¡Chispas!Sontodastuyas,¿noesasí?—Noseasestúpido.Otravezdiciendotonterías.Diunpasotorpehaciaatrás,aferrándomeparanoperderelequilibrioaunasidero
de la pared. Era evidente, enmis pesadillas.Visiones de nacer en estemundo, unlugar que para Calamity no podía ser más extraño. Un lugar horrible para sussentidos.
Laslucesviolentasdemispesadillasnoeranmásquelailuminaciónnormaldeuntecho.
¿Elestrépitoylosgritos?Lagentehablandoolosgolpesalmovermuebles.Lanaturaleza terriblede todo eso surgíade la comparación con el lugar donde
había vivido antes. Otro lugar, uno que yo no podía comprender, donde no habíaestímulostanintensos.
—¿Sesuponíaquenosdejarías?—pregunté.Calamitynorespondió.—¡Calamity!Trasconcedernoslospoderes,¿sesuponíaqueteirías?—¿Por qué iba a permanecer en este lugar horrible más de lo estrictamente
necesario?—repusocondesdén.—EnelmundoparalelodeMegan—susurré—.Allítefuisteylaoscuridadjamás
afectóalosÉpicos.Aquítequedaste…ydealgunaformanosinfectastecontuodio,con tu desprecio.Convertiste a cada uno de losÉpicos en una copia de timismo,Calamity.
Meganmehabíadichoquesumiedoalfuegonoeranidelejostanfuerteantesdeadquirir suspoderes.Mimiedoa lasprofundidadeshabíaempezadocuandovolviósus ojos hacia mí. Hiciese lo que hiciese, fuese lo que fuese Calamity, cuandopenetraba en alguien aumentaba los temores de esa persona hasta un gradoantinatural.
Ycuandolagenteseexponíaaesostemores,alascosasqueCalamitydetestaba,Calamitysemarchaba.Conélsellevabalospoderesylaoscuridad.
Enfrentarsealosmiedostambiénfuncionaba.Teníaquefuncionar.¿Quésucedíacuandoteenfrentabasatusmiedos?
«Sonmíos—mehabíadichoMegan—.Losreclamo».Chispas.¿Eraposiblequehubiesetomadoelcontroldesuspoderesyexpulsadoa
Calamityporcompleto?¿Loshabíaseparadodelaoscuridad?—Todososinventáisexcusas—dijoCalamity—.Osnegáisaverloquesoisen
cuantoconseguísunpocodepoder.—Memiró—.Loqueerestú,DavidCharleston.Selohasocultadoalosdemás,peronopuedesengañaralafuente.Séloqueeres.
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¿Cuándololiberarás?¿Cuándotepondrásadestruirtalycomotedictaeldestino?—Nunca.—¡Tonterías!Estunaturaleza.Lohevistounayotravez.—Diounpasohaciamí
—.¿Cómolohiciste?¿Cómomeimpedisteelpasodurantetantotiempo?—¿Poresovinisteconnosotros?—pregunté—.¿EnIldithia?¿Pormí?Calamitymefulminóconlamirada.Inclusoahoraqueloveíaentodasugloria
teníalamismaimpresióndesiempre:noeramásqueunniñomimado.—Calamity—dije—,tienesqueirte.Tienesqueabandonarnos.Resopló.—Nome permiten irme hasta haber finalizadomi labor. Lo dejaron bien claro
despuésdequeyo…—¿Qué?—No veo que tú respondas a la pregunta que te he hecho—dijo, y se puso a
mirarporlaventana—.¿Porquéniegastuspoderes?Melamíloslabios.Teníaelcorazóndesbocado.—NopuedoserunÉpico—dije—.Mipadrelosesperaba…—¿Y?—Yo…—Callé.Nosabíaexpresarlo.—Once años y todavía sobrevivís—murmuró Calamity—. Enmenor número,
perosobrevivís.Convivíconvosotrosdiezaños,comounniño,hastaqueescapéaestelugar.
«EsofuecuandoCalamityseelevó—pensé—.Cuandoteníadiezañosydecidióconcederpoderes».
—Aestelugarqueseparecemásamihogarquecualquierotrodeestadimensiónde podredumbre —dijo Calamity—. Sin embargo, descubrí que debía volver adescenderparaestarentrevosotros.Teníaquesaberlo.¿Quéentendíaisdetodoesto?Onceañosmásytodavíanoheencontradolarespuesta…
Miré el delgado detonador que todavía tenía bien agarrado en la mano. Habíaencontradomis respuestas.Cierto,esas respuestasplanteabanmáspreguntas.¿Cuáleraeselugardelquehabíavenido?¿Porquélossuyosdeseabandestruirnos?Actuabacomosifuesealgopredeterminado,pero¿porquiényporqué?
Tal vez jamás encontraría la respuesta a esas preguntas. Solo lamentaba nohabermepodidodespedir deMegan.Mehabría encantadodarle un últimobeso dedespedida.
«MellamoDavidCharleston».Pulséelbotón.«YmatoÉpicos».Labombaestalló.
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Laexplosiónrecorriótodalaestaciónespacialdevidrioylahizoañicos.Elcalorylaondaexpansivamegolpearonal instante,para luegoviraramialrededor.FluyeronhacialapalmadelamanodeCalamity,absorbidoscomoelaguaporunacañita.
Terminóenunparpadeo.Amiespalda, laestaciónse recompuso.Lasesquirlasvolvieronaunirseyelvidrioseselló.
Mequedédepiecomounidiota,pulsandounayotravezelbotón.—¿Pensabasquemipropiopoderpodíadestruirme?—dijoCalamitysinmirarme
—.Supongoquedeserasíhabríasidomuypoético,peroyocontroloesospoderes,David.Losconozcobien,contododetalle.Sí,podríaexplicarteelfuncionamientodeIldithia.Sí, podría explicarte lo queMeganhace cuando salta a otras dimensiones,tanto a las posibilidades fundamentales como a las efímeras. Soy verdaderamenteinmortal.Ningunodemispoderespuedehacermedañopermanentemente.
Medejécaeralsuelo.Elesfuerzomehabíasuperado:lapeleacontraelProfesor,queObliterationmesecuestrase,apretarelbotóndispuestoamorir.
—Me he preguntado si no debería simplemente decíroslo —dijo Calamitymeditabundo, volviéndose hacia mí—. Debéis comprender que hace falta que osdestruyáismutuamente.Peroverás,sesuponequenodebointerferir.Mepreocupanincluso las pequeñas infracciones, como verme obligado a crear dispositivos paravuestroasaltoalaTorreSharp.Vaencontradenuestraformadeobrar,aunqueparamantenermitapaderatuviesequehacerlo.
—Calamity, estás interfiriendo. Y mucho. ¡Los haces enloquecer! ¡Les hacesdestruir!
Nomehizocaso.¡Chispas!¿Cómopodíahacérselocomprender?¿Cómopodríademostrarlequeel
causantedelaoscuridadyladestruccióneraél,quelossereshumanosnotendíanaesotannaturalmentecomoélafirmaba?
—Enconjuntosoisdespreciables—dijoenvozbaja—.Osdestruiréislosunosalos otros y yo tendré que presenciarlo. No eludirémi obligación como han hechootros.Observar,eseesnuestrodeber;peronodebointerferir,otravezno.Esposibleperdonarunachiquillada.Apesardenohabersidorealmentenuncaunniño,síqueera nuevo. Y vuestro mundo es una conmoción. Una conmoción aterradora. —Asintió,comositrataradeconvencerse.
Hiceelesfuerzodelevantarmeysaquéelarmadelapistoleradelapierna.—¿Turespuestaatodo,DavidCharleston?—Calamitysuspiró.—Valelapenaprobarlo—dije,apuntando.—Lospoderesdeluniversoestánenmí.¿Locomprendes?Sonmíos,todosellos.
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SoyloquellamasunGranÉpicomultiplicadopormil.—Seasloqueseas,eresunmonstruo.Lospoderesdivinosnoteconviertenenun
dios,meparece.Teconviertenenunmatónqueresultaquetieneelarmamásgrande.Apretéelgatillo.Elarmanisiquieradisparó.—Lehequitado lapólvora—meexplicóCalamity—.Nohaynadaquepuedas
usar, ya sea el resultado de los poderes épicos o del ingenio de los hombres, paradañarme.—Vacilóantesdeañadir—:Tú,sinembargo,noestásprotegido.
—Eh…—dije.Yechéacorrer.—¿Enserio?—mepreguntó—.¿Enesasestamos?Salí de allí como pude, desandando el camino, lo que era bastante complicado
porque el espacio había sido diseñado para moverse en la ingravidez, no paracaminar.
Lleguéalpuntodeentradainicial.Uncallejónsinsalida.AmiladoaparecióCalamity.Traguésaliva.Teníalabocacompletamenteseca.—Nodebesinterferir.¿Noeraeso?—Claroquesí,David—dijoCalamity—.Aunquelaverdadesquehasvoladola
estación.Notengoquesalvarte…delresultadonaturaldetusactos.Estesitioestanfrágil…—Sonrió.
Meagarréaunasiderodelsuelo.Yjustoatiempo,porqueunenormeagujeroseabrióenunlateraldelmódulo.Seoíaelsilbidodelaireescapando.
—Hastanunca,DavidCharleston—dijoCalamity,acercándoseparapisarmelosdedos.
Undestellodeluz.Alguien lediounpuñetazoaCalamityenplenacaray lomandóbien lejos.El
airedejódeescaparypuderespirarhondo,mirandoalreciénllegado.ElProfesor.Llevabalabatanegradelaboratorioyyanoteníalamiradaperdidacomoantes.
Ensusojoshabíadeterminaciónycoraje.—Tú—dijoCalamity,tendidodeespaldas—.¡Reclamétuspoderes!El Profesor se abrió la bata. Le cubría el pecho el chaleco fabricado por
Knighthawk,reparadoatodaprisa,conlosmotivadoresensusitio.—¡Inútil! —dijo Calamity—. Si reclamé los poderes, ese aparato no debería
funcionar.Debería…yo…—Miróconfundidoel relucientecampode fuerzaverdedelapared.
ElProfesormetendiólamano.Dejéescaparunlargosuspirodealivio.—¿Cómotesientes?—lepregunté,agarrándomeaella.—Atormentado—susurró—. Gracias por traerme de vuelta. Te odio por ello,
David.Perogracias.
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—Yonotehetraídodevuelta.Hasvueltotú,enfrentándoteatumiedo,Profesor.Yo acababa de entenderlo: al usar los motivadores para intentar recuperar sus
poderes tras todo lo sucedido, se había enfrentado a sus miedos. Había acudidodispuestoaarriesgarsealfracaso.Lohabíalogrado.
Habíareclamadosuspoderes.AligualqueMegan,habíaseparadoporcompletola oscuridad de sus habilidades, quedándose con estas últimas y librándose de laprimera.
AhoralospoderesdelProfesorlepertenecían.YanoerandeCalamity.Lascajasdelosmotivadoresnoservíandenada.
El Profesor tiró de mí, quizá con la intención de teletransportarnos, pero nosgolpeóunaoleadadealgoquenosarrojóhaciaatrás.Calamityvolvíaarelucirconunaluzrojayviolenta,yhabló…¡Chispas,quévoz!Inhumana,sobrenatural.
AlgoselecayódelamanoalProfesoryseevaporócuandoCalamityloseñaló.—¿Quéeraeso?—grité,tratandodequemeoyeraapesardelterriblechillidoen
que se había convertido la voz de Calamity, que hablaba en una lenguaincomprensible.
—Esoeralaformadesalir—dijoelProfesor—.Corre.El teletransportador.Demonios.Me incorporé a toda prisamientras el Profesor
interponía un campo de fuerza entre Calamity y nosotros, que desaparecióinmediatamente.Eraimposiblelucharcontraél…
Unafuerzainvisiblemetiródenuevoalsuelo.Calamityrelucíayalzólasmanos,formandounhazquearrojócontramí.
Otrodestellodeluzyelhazfalló.Meganseencontrabaallí,agarrandoaObliterationporlagarganta.Seasfixiaba.
Miréboquiabiertocómololanzabaaunlado…Desaparecióalinstante,peronodelaforma habitual; simplemente se fue.Megan apuntó y disparó contra Calamity. Depocosirvió,aunqueCalamityvolvióagritarenesalenguadesconocida.
Megansoltóunaimprecaciónyseagachójuntoamí.—¿Quéplantienes?—mepreguntó.—Yo…Megan,¿cómohaspodido…?—Fácil —dijo, disparando otra vez—. He pillado al Obliteration de la otra
dimensión,leheenseñadolafotografíadeestelugaryloheobligadoatraerme.Allísiguesiendountarugo,paraquelosepas.Bien,¿quéplantienes?
Unplan…Avecesnosabesloquehacefaltahastaquenoestásmetidoenelfregado.—Mándanos a los dos, a Calamity y amí, almundo de Firefight…—le dije,
poniéndome en pie con cuidado—. Pero al espacio no, por favor. Envíanos conFirefightestédondeesté.
—David,¡Calamitytematará!—Porfavor,Megan.Porfavor.Confíaenmí.Apretólos labios.MientrasyomeabalanzabahaciaCalamity,Meganliberósus
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poderes.Loagarréynostrasladamosambosaotrolugar.
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Caímos en una azotea de Ildithia, cerca de un agujero llameante del suelo. Era denoche.Laoscuridad reinabaen laciudadde sal,pero reconocíel lugar.EstabaporencimadelpuntodemienfrentamientofinalconelProfesor.
Alprincipiomeparecióquealgohabíasalidomal.¿Deverdadhabíamospasadoaotradimensión?Habíadiferencias,sinembargo.Dabalaimpresióndequeelagujeroera el resultado de una explosión, no obra de los tensores. También había menoscadáveres.
Mevolví.Calamityestabaallídepie,gruñéndome.Levantólamanoinvocandoluz.
—Puedo mostrarte cómo vemos nosotros la Tierra —le susurré—. Dices quesientescuriosidad.Puedomostrartealgoqueseguroquequerrásver.Loprometo.
Soltó un bufido, pero mientras lo miraba su furia pareció calmarse. Como…comocuandolospoderesdeunÉpicomenguaban.
—Sientes curiosidad —dije—. Lo sé. ¿No deseas entenderlo para que esacuriosidaddejedeacuciarte?
—Bah—dijo, pero bajó la mano y se transformó en Larcener. Bien, siemprehabíasidoLarcener,perohabíadejadode relucir, supielhabía recuperadoelcolorhumanoyla túnicasehabíaconvertidoenlacamisetay lospantalonesquellevabahabitualmente.
—¿Quépretendeshaceraquí?—inquirió,mirandoasualrededor—.EstaesotraPosibilidadFundamental, ¿no es así? ¿Una realidad adyacente a la vuestra?Sabrásquepuedohacernosvolver.
—¡Cáspita!—dijoFirefight.Mevolvíy lovien laazoteadeal lado,conTavi.EllasequedómirándomeconatenciónmientrasFirefightsaltaba,moviéndoseporelaireenvueltoenllamas—.¡Estáaquí!—dijo,hablandoevidentementeporunmóvil.¿Cómohabíaencontradounoquenoardiera?—.Sí,esél.
—¿Puedesllamaraquiendeseaverme?—lepedíaFirefight,mirandodereojoaCalamity.
—Oh,notepreocupes—dijoFirefight—.Estádecamino.—Aquíhayalgoraro—comentóCalamity,alzandolavistaalcielo—.Algonoes
como…—Es un mundo de donde te fuiste, Calamity —le expliqué—. Es un mundo
dondealgunosÉpicosnosededicanadestruir.Unmundodondealgunosprotegenalagenteyluchancontraquieneslamatan.
—Imposible.Esoesmentira.—Conocestuspoderes—dije—.SabesdequéescapazMegan.Túmismomelo
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dijiste,esospoderessontuyos.Antes,mehasdichoqueniegoloquesoy.Bien,noloharémás,yano.Soyunodelostuyos.¡Ahoratetocaati!Tedesafíoanegarloqueestásviendo.¡Dimequeestelugar,queestaposibilidadnoexiste!
—Yo…—Parecíacompletamentedesconcertado.Miróalcielonegro,allídondedeberíahaberestadoCalamity—.Yo…
Unos potentes cañones de luz iluminaron la zonamás cercana, donde la gentebuscaba supervivientes tras el conflicto en el quehabíanparticipadoFirefight y suequipo.Cuandolovieronamilado,aplaudieron.
Chispas,vitoreabanaunÉpico.—No…—CalamitymiróaFirefightyluegoalagente—.Estotieneque…,debe
deserunaanomalía,comoMegan.—¿Túcrees?—dijeobservandolazona.Viunasiluetaqueseelevabaporencima
delaciudad,elseralqueestabaesperando.Volóraudohacianosotros,conlacapaaleteando.Unatuendoqueyoconocíamuybien.
AgarréaCalamityporlapechera.—¡Míralo!—ledije—.MiraunlugardondelosÉpicossehanlibradodequelos
corrompas.Miraquiénllega,elÉpicomásterribledetodos.Esunasesinoennuestromundo, un destructor. Ya ves que aquí, Calamity, ¡el mismísimo Steelheart es unhéroe!
Loseñalécuandoaterrizóenlaazotea.—Este…—dijoCalamity—.EstenoesSteelheart.¿Qué?Miré al recién llegado. Vestía una espléndida capa plateada, pantalones negros
anchosyunacamisetaajustadaaltorsoimponente.EraeltrajedeSteelheart,soloqueen el pecho llevaba un símbolo. Esa era la única diferencia en lo que a la roparespectaba.
Perolacara…Surostroeraeldeunhombrebondadoso,noeldeun tirano:de rasgossuaves,
con el pelo que empezaba a clarear, una ancha sonrisa y unamirada infinitamentecomprensiva.
EraBlainCharleston.Mipadre.
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—David—susurrómipadre—.MipequeñoDavid…Yonopodíahablar.Nopodíamoverme.Eraél.Enesemundomipadreeraun
Épico.No,enesemundomipadreeraelÉpico.Dio un paso vacilante, muy tímido para alguien con la musculatura, la
importanciaylamajestuosidaddeunÉpicopoderoso.—Oh,hijo.Losiento.¡Losientotanto!Anonadado,soltéaCalamity.Mipadrediounpasomásyloabracéfuerte.Losoltétodo:lapreocupación,elhorror,lafrustraciónyelagotamiento.Losolté
todoalágrimaviva.Liberémásdeunadécadadedolorypesar,unadécadadepérdidas.Meretuvo
confuerzayolíaamipadre,fueseunÉpicoono.—Hijo —dijo, agarrado a mí, sollozando también—. Te maté. No era mi
intención.Intentéprotegerte,salvarte,peromoriste.Moristeapesardetodo.—Yotedejémorir—susurré—.Noteayudé,nomeresistí.Vicómoteasesinaba.
Fuiuncobarde.Hablábamosalavezylaspalabrasquedecíamossemezclabanlasunasconlas
otras, pero de alguna forma, durante unmomento, todo estuvo bien.Mi padremeabrazaba;imposibleperocierto.
—Pero…síqueesél—susurróCalamityamiespalda—.Veo lospoderes,sonlosmismospoderes.
Por fin solté a mi padre, aunque siguió sujetándome del brazo, con instintoprotector.Calamityvolvióamiraralcielo.
—¿Lohastraídoaquí?—dijomipadre.Calamityasintió,ausente.—Gracias, héroe—dijomi padre, hablando con una confianza inusitada en él
desde la muerte de mi madre—. Gracias por concederme este don. En tu mundodebesserunhombremuycompasivo.
Calamitynosmiróalternativamente,conelceñofruncido.—PorlasChispasEternas—susurró—.¡Locomprendo!Noté un desvanecimiento. El poder de Megan estaba agotándose y pronto
regresaríamos.Volvíaabrazaramipadre.—Mevoy—dije—.Noeselecciónmíairmeperoteperdono,padre.Recuérdalo:
teperdono.—Nohacíafaltaqueselodijera,peroteníaquedecírselo.—Teperdono—medijomipadrecon lágrimasen losojos—.MiDavid…Me
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bastaconsaberqueenalgúnlugarsiguesconvida.Elmundo sedesvanecióy conélmipadre.Estabapreparadopara sentir dolor,
inquietud,separación,perosolosentípaz.Élteníarazón.Bastaba.Calamity y yo reaparecimos en la estación espacial de cristal. Megan y el
Profesorestabanpreparados,ellaconsuarma,elProfesorconlanzasdeluz.Leshiceungestoparadetenerlos.
Calamityconservólaformahumana.Nocambió;selimitóaquedarsederodillasen el suelo de cristal, con la mirada perdida. Finalmente, recuperó un ligeroresplandorrojoynosmiró.
—Soismalvados—dijo,casicomosinosrogaraquelofuéramos.—Yonolosoy—dijoMegan.—Lodestruiréistodo…—añadióCalamity.—No—dijoelProfesorconseveridad—.No.Calamitysefijóenmí,queestabaallídepieconlosotrosdos.—Tucorrupciónnobasta—dije—.Tusmiedosnobastan.Tuodionobasta.No
loharemos,Calamity.Seabrazóyempezóamecerse.—¿Sabescuálfueelfactorimportante?—lepregunté—.¿Porquérazónnuestros
poderessesepararondelostuyos?Atodosnosotrosnospasólomismo.Meganentrócorriendoenunedificioenllamas.Yomesumergíenelocéano.Edmundseenfrentóalperro.ElProfesorhavenidoaquí.Nosolosetratabadeenfrentarsealmiedo…
—…sinodesuperarlopara salvaraalguien—susurróCalamity,mirandoa losotros.
—¿Esloquetedamiedo?—lepregunté—.¿Temesquenoseamoscomocreíasqueéramos?¿Teaterrorizaque,enelfondo,loshombresnoseamosmonstruos,queseamosinherentementebuenos?
Memiró fijamente y se dejó caer en el suelo de vidrio, encogido. Su luz rojainteriorcomenzóaapagarsey luego…,bueno,asídesimple, se fuedesvaneciendohastaquenoquedónada.
—¿Lohemosmatado?—preguntóMegan.—Esoparece—dije.Laestaciónseestremeció.—¡Sabía que estaba demasiado baja para esa velocidad orbital! —gritó el
Profesor—.Chispas.TenemosquellamaraTia…—Sepusopálido.La estación espacial dio un bandazo. Golpeamos el techo. Calamity era el
responsable demantenerla en su sitio.Empezaba a romperse, el vidrio se llenó degrietasfinísimasdebidoalapresióninterna.AlospocossegundoscaíamoshacialaTierramientraslaestaciónsehacíaañicosanuestroalrededor.
Peroyoestabatranquilo.Porqueenaquelotromundo,mipadrellevabaunsímboloeneltraje.Unsímbolo
queyoconocía,una«S»estilizada.Unsímboloconunimportantesignificado.
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Elsímbolodelosfieles.«Loshéroesvendrán.Simplementeespera».Meaferréalpoderquehabíaenmiinterior.
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Epílogo
Me encontraba en una ladera, descansando a la sombra de la estación espacialcaída…queyohabíatransformadoenaceromientrasdescendíamos.Habíarealizadolatransformaciónysalidoporunagujerolateral.Lahabíaagarrado,frenadoysacadodesuespiralmortalparadepositarlafinalmenteallí.
Bien…másbien,lahabíaestrellado.Resultaquevolaresmuchomásdifícildeloque cree la gente. En el aire, yo tenía tanta destreza como diecisiete morsas degeriátricointentandohacermalabarismosconpecesespada.
«Meparecequeestacomparaciónhayquepulirlabastante».Megansemeacercó,radiantecomosiempre,apesardeloscardenalesdel…Sí,
delaterrizajedeficitario.Sesentóamiladoymeapretóelbrazo.—Entonces—dijo—,¿tevasaponermuycachas?—Ni idea—dije, flexionando los bíceps—. Steelheart lo estaba ymi padre lo
está.Esposiblequeesoformepartedelpaquete.—Compensaráesatorpezatuyaparabesar.—Bueno,paraarreglaresobastacondejarmepracticar.—Lotendréencuenta.SegúnKnighthawk,nosencontrábamosenalgúnlugardeAustralia.Ibaamandar
unhelicópteroarecogernos.Tardaríahorasenllegar.YonoestabadispuestoaconfiarenmishabilidadesvoladorasparavolveraNorteamérica.
Hiceungestohacialaotraladera.—¿Cómoestá?—Mal—me contestóMegan,mirando al Profesor, que seguía sentado con los
ojos perdidos en el cielo—.Tendrá que sobrellevarlo, igual queyo.Loquehemoshechomientrasnosconsumíalaoscuridad…Erannuestraspropiasacciones,alfinyalcabo.Comounsueñoaveces,peroporpropiaelección.Tambiénmeacuerdodehaberdisfrutado…
Seestremecióylaacerquémás.ApartirdeahoraelProfesornoseríaelmismo.Pero,claro,¿loseríaalgunodenosotros?
—¿Sigueteniendopoderes?—dije—.¿Igualquetú?Asintió,mirandoelmóvil.—Abraham y Cody están bien, aunque el Profesor tendrá que volver a hacer
crecerelbrazodeAbraham.Y…vaya…deberíasleeresto.—MeenseñóelmensajequeacababademandarleKnighthawk.
—¿Mizzy?—pregunté.Meganasintió.—Chispas.MepreguntócómollevaráesodeserunaÉpica.
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—Bien,sinlaoscuridad…—Seencogiódehombros.Por lo que sabíamos, la oscuridad había desaparecido por completo. Megan
seguíapensandoqueCalamityvolvería.Yono.Vimos un destello de luz que se convirtió en un hombre con perilla, gafas y
gabardina.—¡Ah!—dijoObliteration—.Estáisaquí.—Seguardóelmóvilquellevabaenla
mano.Puedequenonecesitáramoselhelicóptero,alfinyalcabo.Respiréhondoyme
puseenpie,esperanzado.LedediquéunasonrisaaObliterationyletendílamano.Sacólaespadadelafunda.Sí,todavíateníalaespada.Meseñalóconella.—Hascumplidobien,ybienaventuradoseasporhaberexpulsadoaldragóndelos
cielos. Te concedo una semana para recuperarte.Mi próximo objetivo es Toronto.Allípodrásenfrentarteamíyveremoscuáleselresultadodenuestrabatalla,jinete.
—Obliteration—lerogué—,Calamityyanoestá.—Sí—dijo,enfundandolaespada.—Laoscuridadhadesaparecido—añadí—.Notienesporquésermalvado.—Nolosoy.Teagradezcoquemecontaraselsecreto,Steelslayer.Ahorasépor
qué laoscuridadmeabandonóhacecincoaños, cuandoafrontémismiedos.Desdeentonceshesidolibre.«Echó,pues,fueraalhombre,ypusoalorientedelhuertodeEdén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, paraguardarelcaminodelárboldelavida».
Undestello,cerámicablancayhabíadesaparecido.—Calamity…—Medejécaeralsuelo,frustrado—.¡Calamity!—¿Sabes?—dijoMegan—,vamosatenerqueinventarotrasmaldiciones.—Tenía la esperanza que cuandoCalamity desapareciese se pusiera de nuestra
parte,quefuerabueno.—Sonpersonas—dijoMegan—.Tienen libre albedrío,David.Comodebe ser.
Portanto,algunosseguiránsiendoegoístas,estaránconfundidosoloquesea.Semeacercó.—Mesientodescansadayestoypreparadaparahacerunpocodeejercicio.Sonreí.—¡Aentrenar!Hizoungestodeexasperación.—Noesquenomeapetezca,Knees,peromereferíaamispoderes.Ah,ya.Sí,losabía.—¿Siguesqueriendoprobar?—mepreguntó.—Porsupuesto.Meestaráesperando.—Vale.Quédatequieto.Unmomentodespuésmeencontrabaenelotromundo.Yahabíavueltootravez,
justodespuésdeaterrizarlaestaciónespacial,paradecirlesquemivisitaanteriornohabíasidolaúltima,perosolounmomento.Meganestabacansada.
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Antes de irme, sin embargo, había acordado un lugar de encuentro. Mi padreestaba en el terrado de un edificio.En laTorreSharp, que en aquelmundo seguíaintacta.Fuihaciaél,fijándomeencómolealeteabalacapa.«Miraloquehanhechocontigoloscómics».Consímboloytodo.¡Chispas!Menudofriki.
Detalpalo,talastilla,supongo.Mevioysonriódeorejaaoreja.Meacerquécontimidez.Onceaños…muchas
cosasquecontar.¿Pordóndeempezar?—Bien—dije—.AMeganleparecequeseledacadavezmejory,comoyano
hayoscuridad,aguantamás.Ahoraquehadescansadoynoestamosenmediodeunacatástrofe,sevecapazdeconcedernosmásdeuncuartodehora,puedequemedia.
—Estupendo —dijo mi padre. Se movió algo incómodo—. Firefight me hacontadoquecompartimospoderes.
—Sí—dije—. Ráfagas de energía, invulnerabilidad. Oh, y convertir cosas enacero.Noestoysegurodesiestoúltimoesmuyútil.
—Tesorprendería—dijo.—Aúntardaréenacostumbrarme.Y,porcierto,volarsemedafatal.—Alprincipiovolarescomplicado.Estábamoseluno frentealotro, sin saberquéhacer,hastaquemipadre indicó
conungestoelbordedelaazotea.—¿Quieres…?Bueno,¿quieresqueteenseñe?Sonreí,sintiendounarepentinacalidezinterior.—Padre,nadamegustaríamás.
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Agradecimientos
Habitualmente, lo último que escribo de un libro son los agradecimientos. Aquísentado, a altas horas de la noche, en noviembre, reflexiono sobre la serie en suconjunto.Steelhearttieneunodelosorígenesmásaleatoriosdetodamiproducciónde ficción.Laconcebí casi enteramenteduranteun largo recorrido encochepor laCostaEsteduranteunagirapromocionaldelasnovelasMistborn.
Eso fue en 2008.Ahora, en 2015, siete años después, el proceso de llevar estaseriehastati,lector,hasidotremendamentesatisfactorio.Laspersonasquemencionoa continuación tuvieron una enorme influencia en él, pero me gustaría tambiéndedicarunmomentoadaros lasgraciasa todosvosotrosporacompañarmeenestalocuradeviaje.Lectores,losdesiempreylosnuevos,queoshabéisarriesgadoconestaserie,tenéismimássinceroagradecimiento.Meofrecéislosmediosparaseguirsoñando.
AsíquepasemosalosagradecimientosparamiequipopersonaldeExploradores,quehacenquemividaseaasombrosa.KristaMarino, laeditoradeDelacortePressparaesteproyecto,aligualquelofuedelosotrosdoslibros.Aellaledebéiseléxitode estas novelas, puesto que fue una de las primeras personas que las defendió.TambiénmegustaríadarlasgraciasaBeverlyHorowitzporsusabiduríaysuguía;fuequienabogóporestoslibrosanteeleditor.
Otras personas de Random House merecen mi agradecimiento: Monica Jean,Mary McCue, Kim Lauber, Rachel Weinick, Judith Haut, Dominique Cimina yBarbaraMarcus.LacorrectoradellibrofueColleenFellingham.
Mi agente Joshua Bilmes fue la primera persona que tuvo que sufrir miemocionadapresentaciónde lo chulaque sería esta serie en cuantomedecidiese aescribirla.Hasidomuypaciente.Miotroagente,EddieSchneider,seencargódelasnegociaciones y defendió con valentía estos libros. También de la agencia ymerecedoresdemiagradecimientosonSamMorgan,KrystynaLopezyTaeKeller.
TambiénmegustaríamencionaramiagenteenelReinoUnido,JohnBerlyne,deZenoAgency.EleditordelReinoUnidofueSimonSpanton,unhombreexcelenteylaprimerapersonadelmundoeditorialbritánicoendarmeunaoportunidad.
Mi propio equipo lo forman elmuy diligente PeterAhlstrom, vicepresidente ydirector editorial, que se encargó de buena parte del proceso de seguimiento y lascorreccionesdeestelibro,asícomodemuchotrabajoeditorial.Comosiempre,Isaac$tewartseocupódelaparteartísticaymiayudanteejecutivofueAdamHorne.KaraStewartmerecemiagradecimientoporocuparsedelatiendaonline (en laque,porcierto,sevendenproductosestupendos).
Mi grupo de escritura para el proyecto lo formabanEmily Sanderson,Karen y
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PeterAhlstrom,DarciyEricJamesStone,AlanLayton,KathleenDorseySanderson,Kaylynn ZoBell, Ethan e Isaac Skarstedt, Kara e Isaac Stewart y Ben Olsen,destructordemundos.
Mi especial agradecimiento al equipo en localizaciones de Atlanta, Jennifer yJimmy Liang, que investigaron los escenarios como superespías y me hicieronrecomendacionesacercade todolorelacionadoconlaciudad.Los lectoresbetadelproyecto fueronNikkiRamsay,MarkLindberg,AlyxHoge,CorbyCampbell,SamSullivan, TedHerman, Steve Stay,Marnie Peterson,Michael Headley, Dan Swint,Aaron Ford,AaronBiggs,KyleMills, Cade Shiozaki,KyleBaugh, Justin Lemon,AmberChristenson,KarenAhlstrom,ZoeHatchySpencerWhite.
Los correctores de nuestra comunidad han sido muchas de las personas yamencionadas, además de Bob Kluttz, Jory Phillips, Alice Arneson, Brian T. Hill,GarySinger,IanMcNatt,MattHatchyBaoPham.
Y, por supuesto, el apoyo moral me lo han dado Emily, Dallin, Joel y OliverSanderson.Los treschicosmehanhechosobre todomuchoscomentariossobre lossuperhéroesylamejorformadepresentarlos.
Hasidounviajetremendo,increíble.Unavezmás,graciasporacompañarme.
BRANDONSANDERSON
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