los inadaptados escolares y la orientación escolar y profesional

4
II. LOS INADAPTADOS Y LA ORIENTACION ESCOLAR Y PROFESIONAL Los inadaptados escolares y la orientación escolar y profesional Se han definido de tantas maneras y se han ad- judicado epítetos tan diversos a los niños y mucha- chos que se acoplan con dificultad a la disciplina y ritmo didáctico que caracteriza a la escuela para niños normales, que hay ya todo un vocabulario tan abundante como impreciso para designarlos. Defi- cientes, irregulares psíquicos, difíciles, inadaptados, anormales, son palabras que recogen aspectos di- versos de un fenómeno uniforme en sus efectos y variadísimo en su etiología: el niño problema en sí mismo y en el desarrollo del proceso escolar. Esta constelación niño-ambiente es la clave de toda la gama posible de inadaptaciones porque en ella se engloban los elementos que facilitan o entorpecen la tarea escolar o de aprendizaje del niño. INADAPTACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA. El niño puede ser un inadaptado cuando su consti- tución somática y psíquica acusa deficiencias glo- bales o parciales, puestas de manifiesto en sus ac- tuaciones; pero también puede serlo cuando, presen- tando un buen estado corporal y anímico, es el medio social, escolar o familiar el que le desajusta, a pesar de su inteligencia normal. Cuando es el ambiente el responsable de la falta de adaptación. está más en nuestras manos el modi- ficarlo a voluntad, suprimiendo del medio social, es- colar o familiar aquellas actitudes perjudiciales 3 subsanando los errores educativos cometidos a sa- biendas o inconscientemente. Incluso podemos actuar sobre el niño para que colabore en la reforma de su medio ambiente circundante, acostumbrándole a reac- cionar positivamente ante los estímulos negativos o inadecuados que se le ofrecen. Es un niño normal y responde. Su readaptación no resulta difícil. Pero cuando la inadaptación parte del mismo niño, es más grave y delicada la actuación pedagógica. Aunque empleemos las técnicas metodológicas más avanzadas no podremos convertir la mentalidad de- ficitaria infantil en mentalidad normal. Es decir, si un muchacho presenta un cociente intelectual de 70, la obra educativa no le convertirá nunca en un mu- chacho de 120 de cociente. La educación no modi- fica las facultades humanas en el sentido de crea- ción, sino en el de perfectabilidad de lo que se posee. Ahora bien, esta afirmación no significa en modo al- guno una postura pesimista; son diez años los que nos venimos dedicando de lleno a deficientes de grado medio con cocientes intelectuales francamente bajos y de condición humilde, a pesar de lo cual los esfuer- zos educativos llevados a cabo con ellos les permiten defenderse en la vida desempeñando un oficio manual concorde a sus capacidades. El confesar la verdad no sólo es valentía, sino ne- cesidad, porque de otro modo se caería en un error pedagógico imperdonable. La inadaptación primaria, intrínseca del niño, requiere una educación especia- lizada que adapte al niño a la vida, teniendo en cuenta sus facultades deficitarias, pero adiestradas mediante el ejercicio. La secundaria, la externa a /a personalidad del niño, no necesita de educación es- pecializada y el esfuerzo pedagógico persigue la readaptación del muchacho, la vuelta a la normali- dad de la actuación del niño, una vez que cesan las fuerzas deformadoras del ambiente. Como fácilmen- te se comprende, la labor es muy distinta porque son completamente diferentes la metas que definen los dos tipos de inadaptación. Por otra parte, la inadaptación tiene una coorde- nada temporal que la matiza de pasajera o estable, según que las causas que la producen actúan de ma- nera esporádica o continuada. Las inadaptaciones pri- marias que obedecen a causa continuada, permanente, que dura mientras dura la vida del pequeño, impri- men en éste una huella especial que no desaparecerá aunque el ambiente circundante se modificara; las se- cundarias, por ser pasajeras, no influyen tan acusa- damente en la personalidad del niño y la modifica- ción del ambiente, imprescindible y necesaria, hace desaparecer ese desajuste temporal y episódico. El inadaptado secundario se readapta, recobra la nor- malidad de su actuación que poseía antes y perdió por causas externas a él; el inadaptado primario se adapta solamente, no puede readaptarse porque el desajuste no es producido por el exterior, sino que opera en su propia intimidad; no se le puede resti- tuir la normalidad que, desgraciadamente, no tuvo, pero se le puede perfeccionar lo que posee. Este es el doble cometido de la educación. Esta idea de profundidad y prolongación del es- tado anómalo que entorpece el desarrollo normal de la tarea educativa escolar pone de manifiesto la ver- dadera o falsa inadaptación de los niños. Es un falso inadaptado el niño que no cuadra en una clase por- que el educador actúa erróneamente respecto de el o porque se le ha dirigido a un grado que no es el que le corresponde, consecuencia de una clasificación imperfecta. No es el niño el que se encuentra fuera

Upload: lelien

Post on 06-Jan-2017

235 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Los inadaptados escolares y la orientación escolar y profesional

II. LOS INADAPTADOS Y LA ORIENTACION ESCOLARY PROFESIONAL

Los inadaptados escolares y la orientación escolary profesional

Se han definido de tantas maneras y se han ad-judicado epítetos tan diversos a los niños y mucha-chos que se acoplan con dificultad a la disciplina yritmo didáctico que caracteriza a la escuela paraniños normales, que hay ya todo un vocabulario tanabundante como impreciso para designarlos. Defi-cientes, irregulares psíquicos, difíciles, inadaptados,anormales, son palabras que recogen aspectos di-versos de un fenómeno uniforme en sus efectos yvariadísimo en su etiología: el niño problema en símismo y en el desarrollo del proceso escolar.

Esta constelación niño-ambiente es la clave de todala gama posible de inadaptaciones porque en ella seengloban los elementos que facilitan o entorpecen latarea escolar o de aprendizaje del niño.

INADAPTACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA.

El niño puede ser un inadaptado cuando su consti-tución somática y psíquica acusa deficiencias glo-bales o parciales, puestas de manifiesto en sus ac-tuaciones; pero también puede serlo cuando, presen-tando un buen estado corporal y anímico, es el mediosocial, escolar o familiar el que le desajusta, a pesarde su inteligencia normal.

Cuando es el ambiente el responsable de la faltade adaptación. está más en nuestras manos el modi-ficarlo a voluntad, suprimiendo del medio social, es-colar o familiar aquellas actitudes perjudiciales 3

subsanando los errores educativos cometidos a sa-biendas o inconscientemente. Incluso podemos actuarsobre el niño para que colabore en la reforma de sumedio ambiente circundante, acostumbrándole a reac-cionar positivamente ante los estímulos negativos oinadecuados que se le ofrecen. Es un niño normal yresponde. Su readaptación no resulta difícil.

Pero cuando la inadaptación parte del mismo niño,es más grave y delicada la actuación pedagógica.Aunque empleemos las técnicas metodológicas másavanzadas no podremos convertir la mentalidad de-ficitaria infantil en mentalidad normal. Es decir, siun muchacho presenta un cociente intelectual de 70,la obra educativa no le convertirá nunca en un mu-chacho de 120 de cociente. La educación no modi-fica las facultades humanas en el sentido de crea-ción, sino en el de perfectabilidad de lo que se posee.Ahora bien, esta afirmación no significa en modo al-guno una postura pesimista; son diez años los quenos venimos dedicando de lleno a deficientes de grado

medio con cocientes intelectuales francamente bajosy de condición humilde, a pesar de lo cual los esfuer-zos educativos llevados a cabo con ellos les permitendefenderse en la vida desempeñando un oficio manualconcorde a sus capacidades.

El confesar la verdad no sólo es valentía, sino ne-cesidad, porque de otro modo se caería en un errorpedagógico imperdonable. La inadaptación primaria,intrínseca del niño, requiere una educación especia-lizada que adapte al niño a la vida, teniendo encuenta sus facultades deficitarias, pero adiestradasmediante el ejercicio. La secundaria, la externa a /apersonalidad del niño, no necesita de educación es-pecializada y el esfuerzo pedagógico persigue lareadaptación del muchacho, la vuelta a la normali-dad de la actuación del niño, una vez que cesan lasfuerzas deformadoras del ambiente. Como fácilmen-te se comprende, la labor es muy distinta porque soncompletamente diferentes la metas que definen losdos tipos de inadaptación.

Por otra parte, la inadaptación tiene una coorde-nada temporal que la matiza de pasajera o estable,según que las causas que la producen actúan de ma-nera esporádica o continuada. Las inadaptaciones pri-marias que obedecen a causa continuada, permanente,que dura mientras dura la vida del pequeño, impri-men en éste una huella especial que no desapareceráaunque el ambiente circundante se modificara; las se-cundarias, por ser pasajeras, no influyen tan acusa-damente en la personalidad del niño y la modifica-ción del ambiente, imprescindible y necesaria, hacedesaparecer ese desajuste temporal y episódico. Elinadaptado secundario se readapta, recobra la nor-malidad de su actuación que poseía antes y perdiópor causas externas a él; el inadaptado primario seadapta solamente, no puede readaptarse porque eldesajuste no es producido por el exterior, sino queopera en su propia intimidad; no se le puede resti-tuir la normalidad que, desgraciadamente, no tuvo,pero se le puede perfeccionar lo que posee. Este esel doble cometido de la educación.

Esta idea de profundidad y prolongación del es-tado anómalo que entorpece el desarrollo normal dela tarea educativa escolar pone de manifiesto la ver-dadera o falsa inadaptación de los niños. Es un falsoinadaptado el niño que no cuadra en una clase por-que el educador actúa erróneamente respecto de elo porque se le ha dirigido a un grado que no es elque le corresponde, consecuencia de una clasificaciónimperfecta. No es el niño el que se encuentra fuera

Page 2: Los inadaptados escolares y la orientación escolar y profesional

we-eLOS INADAPTADOS ESCOLARES 17—(341)—CURSO

az..4

7.;condiciones que los normales ni en las mismas.,ata-cuelas ni con el mismo personal. Cuando alcit44,los catorce arios es imposible separar para ello..s"ia"enseñanza general (recibida hasta entonces y quedebe proseguirse con el mismo personal especializado)del aprendizaje de un oficio que les llevará a situarsesocialmente y a su utilización profesional.

Para ellos se plantea el mismo problema que paralos deficientes mentales. Estos, como aquéllos, nece-sitan de una enseñanza especializada que se ocuparácon ellos desde la edad escolar o preescolar hasta losdiecinueve o veinte años, momento en el que se habráterminado su aprendizaje y podrán encuadrarse so-cialmente, para ganar su vida en las condiciones quelo permita el grado de deficiencia. No hay, pues,para todos los inadaptados reseñados cuestión de en-señanza de primer o segundo grado, como la orga-nizada para niños normales. Unicamente, entre losdeficientes sensoriales dotados de gran inteligenciapodrá darse el caso de cursar estudios secundariosy aun universitarios en último extremo. Para los de-más, sólo la enseñanza especial volcada hacia la uti-lización social y el encuadramiento profesional de losdeficientes, su desarrollo cultural, regulado en fun-ción de sus posibilidades, será la única que podrá ob-tener resultado.

Las restantes categorías de inadaptados educablessuscitan problemas de modalidad dentro de la orga-nización educativa y didáctica normales, sin que re-quieran didáctica especial. Permanecen los diversosgrados tradicionales pero varían las circunstanciasde local o tiempo en que se lleva a cabo la enseñanza.

Para los débiles corporales toda la gama de Es-cuelas bosque, aire libre, colonias, etc., contribuye ala mejora de la causa somática, sin que carezcan losniños de la atención educativa necesaria, cuyo pro-ceso no puede ni debe ser interrumpido.

Aún nos faltan centros educativos para niños quepadecen una afección crónica y, sin embargo, soncapaces de seguir la educación normal, compaginadacon los cuidados sanitarios a que su padecimientoles obliga.

Otro tanto puede decirse de los niños internadosen sanatorio o preventorio, cuya estancia prolongadales fuerza a ausentarse de la escuela, engrosando conello el número de los retrasados escolares. Retrasoque, muchas veces, no consiguen superar si la per-manencia en los establecimientos sanitarios ha sidodemasiado larga, porque han sobrepasado la edadóptima de los intereses por la adquisición de algúnmecanismo (lectura, escritura, etc.) o por una ma-teria determinada.

Respecto de los inadaptados sociales, hay quienesnecesitan un tratamiento especial, como los caracte-riales o psicópatas, cuyos trastornos afectivo-voliti-vos los convierte en inadaptados primarios. Como eslógico, la intensidad de estos trastornos es variable.pudiendo someterse a los que los padecen a exámenespsicológicos, con objeto de precisar la actuación aseguir.

El sector de inadaptados escolares, por su ampli-tud y variedad merece se le dedique una atenciónmayor. Además, es fácil destacar unas normas sen-cillas para descubrirlos, basadas precisamente en losdatos que proporciona la misma vida escolar.

VOL. XXXIV—NUM. 96

de su lugar, es el educador, la clase misma la que lecrea esa atmósfera de inadaptación artificial. Loprueba el cambio operado al trasladarle al sitio queestá más de acuerdo con su edad y capacidades, alque se asimila sin dificultad.

En fin, cuando la inadaptación es primaria, esta-ble, verdadera, se requiere una enseñanza y educa-ción especiales: cuando es secundaria, pasajera, enmuchos casos falsa, cede a las exigencias de la edu-cación y enseñanza normales, con sólo modificar loselementos que la provocaron ocasionalmente.

CLASIFICACIÓN DE INADAPTADOS.

En función de su educabilidad y de la etiología re-cogemos la variedad de inadaptaciones en el siguien-te cuadro:

Inadaptados educables.

SUBSIDIARIOS DE EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA NORMALES. —Inadap-tados escolares (inteligencia normal): a) retrasados pe-dagógicos; b) irregulares de asistencia; e) difíciles en

Inadaptados sociales (inteligencia normal):a) niños en peligro moral; b) delincuentes menores,e) psicópatas o caracteriales; d) huérfanos, abando-nados. Inadaptados físicos (causa temporal): a) niñosdébiles; b) niños de Preventorio; c) niños de Sanatorio.

SUBSIDIAR TOS DE EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA ESVCC I ALES . —/n-adaptados físicos (causa definitiva): a) sordomudosy ciegos; b) niños con trastornos motores. Inadapta-dos mentales: a) deficientes intelectuales; h) con tras-tornos psiquicos.

No hay que hablar de la existencia de inadaptadosineducables, los cuales, como su nombre indica, noson susceptibles de educación en el sentido propia-mente dicho. Se ha discutido en repetidas ocasionesel valor exacto del término "ineducable". Entiéndasebien que bajo este epígrafe se encuadran a los niñosy muchachos que necesitan de un medio hospitalarioo asilar para mantenerse durante toda la vida, sinesperanza de recuperación social posible. Sin embar-go, esto no quiere decir que sea nula toda educaciónen ellos; habrá una adaptación a la vida en el medioparticular en que se encuentran de acuerdo con suestado y con la meta que no podrán sobrepasar, peroesto no es cuestión de enseñanza propiamente dichao de pedagogía especial.

A QUIÉNES CONVIENE LA EDUCACIÓN ESPECIAL.

No todas las categorías de inadaptación necesitande educación especial aunque para algunas de ellassea imprescindible.

Los tres grupos de inadaptados físicos comúnmen-te designados como deficientes sensoriales (ciegos,sordomudos, deficientes motrices) cuya anomalía tie-ne carácter definitivo, necesitan de una educaciónpermanente, en un medio adecuado y con materialapropiado. La preocupación máxima respecto de elloses la recuperación social, su utilización, cuando lle-guen a la edad adulta, en el mundo del trabajo, te-niendo en cuenta su deficiencia y, consecuentemente,SUS posibilidades que son distintas de las normales.

No pueden recibir la enseñanza ni en las mismas

Page 3: Los inadaptados escolares y la orientación escolar y profesional

18--(342)--CURSO 1958-59 ISABEL DIAZ ARNAL

VOL. XXXIV--NeM. 96

Descartando la falta de asistencia que por diver-sas causas (alejamiento del Centro escolar, incuriade los padres, emigración temporal o periódica delos mismos por razones de trabajo, pusilanimidad ovagabundaje del muchacho, etc.) ocasiona un retra-so en el pequeño, retraso que se supera en cuantose normaliza su asiduidad a la escuela, existen otrostipos de inadaptados escolares que es preciso deslin-dar, con objeto de igualarlos a los que siguen el ritmonormal.

Para hacerse una idea cabal del niño conviene te-ner unos cuantos datos esenciales que aisladamentey en combinación nos ponen de manifiesto con bas-tante exactitud el motivo del retraso. Estos son, comoprincipales: la edad física, el nivel mental, el nivelescolar, el medio familiar y extrafamiliar, y el pasa-do escolar. La edad real o física no ofrece duda nin-guna; sin embargo, el nivel mental no debe confun-dirse con el nivel escolar, lo que algunas veces su-cede. Un retrasado intelectual es siempre un retra-sado escolar, pero no todo retrasado escolar es unretrasado mental.

El nivel escolar que se logra u obtiene mediantepruebas aplicadas al niño, es conveniente especifi-carlo respecto de las diversas materias esenciales:lectura, cálculo, ortografía. Fiarse de la clase quefrecuenta para obtener este nivel puede admitirse enciertos casos; raramente se le coloca al niño en unaclase inferior a su nivel escolar real, algunas se en-cuentra en una clase superior al mismo y, con fre-cuencia, está en la clase correspondiente a su nivel.

Pero el hecho de estar en una clase (sobre todo sise le sitúa entre los últimos) cuyo nivel corresponde ala edad real o física no implica que un niño no tengaretraso escolar, como sucede con los que pasan declase a causa de su edad para dejar lugar a los niñosde edades inferiores, los cuales muchas veces, des-pués de haber saltado dos clases, vuelven a su anti-guo lugar en una clase de perfeccionamiento, porqueno fueron capaces de seguir el ritmo del grado enque se encontraban.

Los tres casos dignos de tener en cuenta desde elpunto de vista escolar en orden a la posible inadap-tación de los niños son los siguientes: 1.-9 El nivelescolar y el mental son normales; 2. 2 El nivel esco-lar es malo y el mental, bueno; 3. 9 Ambos nivelesson malos.

El primer caso no suscita problema alguno. El se-gundo, en cambio, nos pone de manifiesto que habráalguna causa por la que el muchacho de inteligen-cia normal es un retrasado pedagógico. Y aquí yaentra de lleno el cotejo de los datos anteriormentereseñados; pueden ser las faltas de frecuentaciónescolar, las enfermedades, pequeñas deficiencias in-telectuales (atención dispersa, trastornos ligeros dememoria, inadecuación de los métodos pedagógicosempleados), o rasgos caracteriales (inhibición, pasivi-dad o conflicto en el medio familiar, etc.) que no esdifícil averiguar cuando el niño asiste puntualmentea la escuela.

En el tercero de los casos, nivel mental y escolarmalos, estamos ante un deficiente intelectual cuyoretraso escolar es debido total o casi totalmente alretraso intelectual. Las medidas a adoptar en estasituación son el precisar el grado de retraso mental

para conducir después al niño a los Centros en quepueda beneficiarse de una educación y enseñanza es-peciales, pero con la diligencia más extremada enbien del propio niño y de su propio futuro.

Los llamados difíciles en disciplina son, en el ordenafectivo, muy similares a los casos especificados res-pecto del orden intelectual. Los datos discriminativosde las causas de inadaptación en este sentido nosvienen dados en la conducta, aplicación y resultadosescolares, trilogía que permite con bastante aproxi-mación encuadrar al sujeto. La escolaridad normalse acusa en conducta, aplicación y resultados bue-nos. Cuando los resultados son malos, manteniéndosebien la conducta y la aplicación, es preciso pensaren insuficiencias físicas o intelectuales, de las quehemos hablado someramente. Si junto a una buenaconducta observamos aplicación y resultados infe-riores, estamos en presencia de pereza, de ciertas in-hibiciones, de apatía por parte del niño.

Cuando la conducta es mala, forzosamente la apli-cación es irregular, pero los resultados pueden re-vestir dos formas; si a pesar de mala conducta y deaplicación irregular, los resultados son buenos, es-tamos frente a un muchacho bien dotado intelectual-mente pero afecto de trastornos de carácter; cuando,además de la conducta mala y de la aplicación irre-gular se dan malos resultados podemos encontrarnosbien con un niño de inteligencia normal pero inadap-tado caracterial o bien con un retrasado intelectualcon trastornos de carácter.

Las variaciones del comportamiento, según se tra-te de externado o internado, permiten en cierta me-dida saber si el fracaso, las alteraciones de discipli-na tienen origen familiar o escolar. La irregularidadde los resultados, teniendo en cuenta el grado y losmétodos de enseñanza, revelará ciertamente la in-adaptación a determinados procedimientos pedagó-gicos.

Un gran peligro respecto del encuadramiento deun niño entre los difíciles o indisciplinados es el delcontagio de la opinión de un educador hacia los de-más; no es raro encontrar a quien, no haciéndosecon el pequeño desde un principio, por falta de com-prensión hacia él, por comodidad o incompatibili-dad afectiva, le adjudica el adjetivo de difícil y creaen torno a él una atmósfera que no le corresponde yle acompaña, sin embargo, a los otros grados o clasespor los que pasa. Es mucho más fácil desentender-se del niño de esta manera que acometer la tarea deenderezarle. Si verdaderamente no hay una causa pri-maria en esta inadaptación afectiva, sino que resideen la manera torpe de proceder del educador, cuestamuy poco deshacer esta calificación artificial, aban-donando los procedimientos y modos de actuar quemotivaron la repulsa y rebeldía.

Con esto hemos dado fin al repaso somero de in-adaptaciones consignadas en el cuadro sinóptico. Rés-tanos decir algunas palabras sobre la utilización pro-fesional de los deficientes mentales.

LA INADAPTACIÓN INTELECTUAL RESPECTO DE LA

ORIENTACIÓN PROFESIONAL.

Una vez puesto en claro que los deficientes menta-les son subsidiarios de enseñanza especial, diremos

Page 4: Los inadaptados escolares y la orientación escolar y profesional

VOL. X X XIV—NUM. 96 LOS INADAPTADOS ESCOLARES

19--(343) --CURSO 1958-59

que el proceso educativo que persigue el encuadra-miento social de esta clase de inadaptados culminao, por mejor decir, se realiza totalmente cuando eldeficiente ha aprendido un oficio y lo desempeña.Es ésta su adaptación social, sin la cual la enseñan-za especial realizada no tendría sentido.

Dos principios fundamentales determinan el por-venir: el primero pone de relieve la necesidad deldescubrimiento precoz de estos deficientes; el retra-so en orientar al deficiente mental hará más sombríosu pronóstico individual y social. Es un error de gra-ves consecuencias al desperdiciar los primeros ariospensando que la llegada de la pubertad imprimiráen el deficiente un cambio tal que suplirá la inac-tividad del tiempo anterior. Y, como es natural, lainteligencia, que se creía ingenuamente despertaríaen esta coyuntura del desarrollo, no aparece, habién-dose desperdiciado la ocasión óptima en pro de surecuperación. El otro principio esencial evidenciadoen la experiencia diaria es el que el deficiente mentalno ganará su vida a costa de su inteligencia, sinocon sus manos, que son las que le pueden asegurarun puesto en la sociedad; por ello es preciso desarro-llar en ellos hasta el máximo la motricidad y muyespecialmente la habilidad manual. Por fortuna, unbuen número de débiles mentales que poseen una bue-na destreza motora ganan ampliamente su vida. Queun muchacho capaz de seguir una licenciatura o depreparar cursos de técnica comercial sea débil motores lamentable pero no entraña consecuencias graves;en cambio, que un débil intelectual sea al mismo tiem-po manualmente torpe, débil motor, es catastrófico.He aquí por qué es un absurdo esperar al final dela obligatoriedad escolar, a los catorce afros, paracomprobar definitivamente el fracaso de toda la es-colaridad, sin haberse cuidado bastante antes del por-venir del niño.

Pero, además de estas dos premisas fundamenta-les, la pedagogía especial de la que se benefician estaclase de inadaptados tiene ya un matiz determina-do, en vistas a la utilización profesional. Es concretaen sus actividades porque ellos no llegarán jamás ala abstracción. Es preciso conducirles al conocimien-to por medio de métodos sensoriales, utilizando losintereses del deficiente para captar su atención. Uti-litaria, pues se trata de obtener de cada uno el má-ximo de posibilidades, para que puedan más tardeganar su vida y desenvolverse lo mejor posible. NoInteresa tanto el punto de vista cultural como el deinstrucción, con el fin de facilitar la creación de auto-matismos, de reflejos condicionados utilitarios. Total,es decir, no se ciñe al aspecto intelectual, sino queabarca el entrenamiento motriz, por medio de la edu-cación física, ejercicios rítmicos y de destreza queluchan contra la debilidad motora, desarrollando lamusculatura, pero, sobre todo, dotándola de flexibi-lidad y destruyendo las sincinesias o movimientosdisarmónicos.

Desgraciadamente el retrasado intelectual no po-drá alcanzar, por mucha voluntad que ponga, el Cer-tificado de Estudios Primarios, porque no es capaz dellegar a este nivel. Y como, dada la competencia de

muchachos para ingreso en las escuelas de aprendi-zaje, se exige este requisito, el deficiente se ve pos-tergado en este sentido, ya que la parte teórica delaprendizaje está por encima de sus medios.

La fórmula que puede satisfacer esta exigencia es lacreación de Centros de formación profesional para dé-biles mentales, ya existentes fuera de nuestra patria,en los cuales se aplican los principios pedagógicosde la clase de perfeccionamiento y la gama de ofi-cios se adapta a las posibilidades manuales en laparte práctica y a las posibilidades intelectuales parala parte teórica y de enseñanza general.

La orientación profesional del deficiente intelec-tual es, en cierto modo, más fácil que la de los nor-males, porque la gama de oficios posibles es muchomás restringida y los gustos del mismo son más im-precisos. El nivel mental y el grado de debilidad mo-triz apreciado clínicamente o por medio de tests mo-tores simples (Ozeretski, Heuyer-Baille) son los quedecidirán la elección, habida cuenta de las contra-indicaciones médicas que habitualmente pesan enesta decisión.

Podríamos aducir una serie de ocupaciones a lasque fácilmente pueden dedicarse profesionalmente losinadaptados intelectuales, mas, como no es este as-pecto el motivo del artículo, las silenciamos. Impli-caría la enumeración de características que haríandemasiado largo este trabajo, y en esta misma Re-vista daremos próximamente a la luz el tema de laorientación ocupacional del oligofrénico con ampli-tud suficiente.

No quisiera terminar sin añadir una pincelada deoptimismo sobre la utilización profesional de los de-ficientes intelectuales, utilización y rendimiento efi-caces. Optimismo no de galería o de gabinete, sino derealidad viva. La iniciación profesional imperfectae incompleta por falta de muchos de los medios ne-cesarios que en nuestras Instituciones se lleva a cabo,compensada desde luego por el entrenamiento sen-sorial y adiestramiento motriz, largamente ejercita-do a lo largo de la escolaridad, ha facilitado, sin em-bargo, a muchos de los muchachos y muchachas quecumplieron su escolaridad a los dieciséis años, el ac-ceso al mundo del trabajo, del que viven y con el queayudan a su familia. Y en esta destreza manual lle-gan a superar a los normales, cuando se les ha ejer-citado con tesón y perseverancia. Henry Ford en su"Autobiografia" lo pone de manifiesto: "Los anor-males fisiopsíquicos aplicados a un trabajo que seadapte a sus especiales condiciones, responden mejor,en la generalidad de los casos, que los sujetos su-periores."

En definitiva, no es tan oscuro el panorama edu-cativo y profesional del inadaptado primario, siem-pre que las atenciones educativas se le dispensen atiempo, esto es, desde su más temprana edad, y esténorientadas en un sentido vital pensando en un futuroque no será tan amplio en posibilidades como el delos niños normales, sino que estará recortado por elgrado y número de las capacidades de que disponga.

ISABEL D1AZ ARNAL.