Los Embajadores Del Reino Apóstol Sergio G. Enríquez O. Primer Servicio Guatemala, 16 de abril del Año De La Abundancia

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Dios nos mandó a cumplir a cada uno, funciones específicas a la tierra, la pregunta es: ¿cuáles son? Pues de no conocerlas podemos estar ocupados trabajando en algo a lo que no fuimos llamados. Para descubrir esto, lo primero que debemos averiguar es si somos optativos o predestinados, vemos el ejemplo de Sergio Pablo, a quien se le dejó la opción de seguir a Pablo o a Barjesús (Hechos 13), es decir que Sergio Pablo quedó en libertad de elegir entre la luz y las tinieblas, es decir que hay grupos de personas que pueden elegir si aceptan la salvación o no. Caso contrario vemos al apóstol Pablo, quien dice que fue apartado desde el vientre de su madre, y que aunque no le fue manifestado el Hijo de Dios desde el principio, sí fue apartado desde el principio. Debemos descubrir si fuimos marcados desde el principio y que por esa razón haya sido preservada nuestra vida hasta hoy día, con el fin de cumplir nuestro propósito. Ahora bien, una de las cosas a las que indiscutiblemente fuimos llamados a ser es embajadores del reino; debemos estar conscientes que nuestra vida no dio inicio en la tierra y que debemos establecer la cultura del reino, en el lugar donde estemos. Un ejemplo de cómo ser embajadores lo podemos ver en la manera que lo hacía el imperio romano; cuando conquistaban una ciudad enviaban a personas que tenían como función trasladar la cultura de Roma, podemos tomar esto como ejemplo para entender que como embajadores del reino, debemos trasladar la cultura del reino a la tierra, pero no podemos enseñar algo de que no tenemos, y si pretendemos hacerlo sin tenerlo, podríamos predicar humanismo, por eso el Señor Jesús decía que no podemos hacer las cosas que hacen los gentiles. 2 Corintios 5:20 (LBA) Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! Para ser embajadores del reino deben darnos cartas que nos acrediten como tal, el primer requisito que vemos en este versículo es rogar y necesariamente una rogativa trae consigo humillación, la cual nos dará el equilibro para no infatuarnos cuando venga el poder de Dios sobre nuestra vida, por eso es que el corazón del hombre es probado por la boca del que lo ensalza. Necesitamos tener un equilibrio pues si no podemos recibir un insulto, tampoco podemos recibir un alago. Vemos el caso de Sansón que tenía una gran fuerza, pero no creció integralmente, no formó su carácter y esto lo llevó a la muerte, por otra parte vemos el mayor ejemplo en nuestro Señor Jesucristo, porque Juan lo presenta como Dios pero Lucas lo presenta como hombre, aprendamos de Él que dijo; aprended de mí que soy manso y humilde de corazón (Mateo 11:29). Cuidémonos de la serpiente pues cuando muerde la gente se hincha. Debemos tener un cambio de actitud para poder rogar a las almas que se conviertan a Dios, debemos rogar a Dios pero también a los nuestros; debemos estar dispuestos a rogarle a alguien que no se pierda. Debemos suplicar que nadie se pierda, pues la voluntad de Dios es que todos procedan al arrepentimiento. 2 Timoteo 4:2 (NPE) Proclama la palabra y párate oportunamente o inoportunamente para comprobar, amonestar, y rogar mediante toda paciencia e instrucción.

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Debemos estar preparados en todo tiempo, para cuando nos toque y cuando no nos toque, porque no podemos callar lo que hemos visto y vivido, y estar dispuestos a predicar en todo tiempo, preparados para rogar, pero también para amonestar. 1 Tesalonicenses 5:12 (LBA) Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, Debemos reconocer el trabajo incansable de las personas que sirven en la obra de Dios y agradecerlo al Señor pero también a ellos porque los que son siervos de Dios, mueren a ellos mismos, a sus propias urgencias por atender las nuestras, bendigámoslos en el nombre de Jesús.