los comuneros de guarne y nuestra independencia

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LOS COMUNEROS DE GUARNE y NUESTRA INDEPENDENCIA Iván Duque Escobar* Doctor en Derecho de la U. de A. Gobernador del Departamento de Antioquia. Presidente del Consejo Superior de la Universidad de Antioquia. "Oracíón pronunciada por el Gobernador Duque Escobar en ceremonia celebrada en el Municipio de Guame.

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Page 1: Los comuneros de Guarne y nuestra independencia

LOS COMUNEROS DE GUARNE yNUESTRA INDEPENDENCIA

Iván Duque Escobar*

Doctor en Derecho de la U. de A.Gobernador del Departamento de Antioquia.Presidente del Consejo Superior de la Universidad deAntioquia.

"Oracíón pronunciada por el Gobernador Duque Escobar en ceremonia celebrada enel Municipio de Guame.

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El actual gobierno de Antioquia se complace en conmemoraren este sitio y en este mismo lugar, los acontecimientos protagoni-zados aquí por vastos sectores -del pueblo antioqueño que manifes-taron varonilmente su inconformidad y su airada protesta contrahechos e instituciones arbitrarias de la época que les tocó vivir._.Los Comuneros de Güame

Estos acontecimientos iniciados aquí mismo hace ya dos siglos,fueron, en su hora, hechos revolucionarios que evocan, con cálidosabor familiar, ese inconformismo fecundante; aquella arrogan-cia histórica y ese firme anhelo de superación característicos delpueblo antioqueño.

Pero el movimiento comunero antioqueño que estamos conme-morando en este día, destaca además ese sentido práctico, realistay objetivo que es un don peculiar del montañés nativo. Porqueya para entonces, a esa temprana fecha, el hombre común de nues-tro pueblo entendía que un sistema tributario justo y distributivoa todas las clases y estamentos de la actividad productora, era elcamino indicado para lograr una equitativa redistribución delingreso.

Los líderes populares del movimiento comunero regional, cuyaíndole y matices no han sido adecuadamente investigados, pensa-ban que una evolución ponderada, mediante planes de reformassociales y fiscales, era, en ese momento, mucho más efectiva yreal que enfrentar violentamente la separación radical y prematu-ra del imperio español.

Por eso, su grito-consigna, "yiva el Rey, abajo el mal gobier-no", interpretaba con exactitud una posición revolucionaria y tra-dicionalista, a la vez.

Hasta donde estaban acertados; lo indica el hecho de que laguerra de emancipación iniciada treinta años después, se prolon-gara por catorce años -1810-1824- no obstante la decadencia di-~oluti~a y la anarquía en 'que languidecía por rentonces el viejormperío español.

Guarne es por eso; un sitio evocativo y aleccionador que reme-mora realidades objetivas y tangibles en materia política: libertadlaboral; libre iniciativa industrial; rechazo al arbitrismo rentísticoy a la voracidad ñscalr.gobíerno de. gentes nativas, lo cual, frente

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al monopolio del Estado. por los nacidos en España; implicaba cla-ramente una renovación de la clase dirigente".' auténtico postuladode toda .verdadera ..posición revolucionaria.

Por ser objetivo y realista, deñnidoyconcreto, y extraído ade-más del quehacer cotidiano del hombre común -el labriego y elminero- y no de las abstracciones doctrinarias, el, ideario co-munero antioqueño prendió rápidamente en el alma popular y laclarinada insurrecta lanzada a los vientos desde-el atrio de la igle-sia pueblerina, interrumpió el sueño colonial' de nuestros antepa-sados; se expandió con rapidez inusitada de cumbre encumbre ysu eco pasó veloz de vertiente en vertiente, llevando' el mensajerevolucionario que estremeció los rastrojos familiares y todaAn-tioquia hirvió en impetuosa efervescencia.

.Conmovidos así los valles de Rionegro y San Nicolás, seagi-taron los espíritus.vdeófiente a occidente, y a la bocina de AlonsoJaramillo y Bruno Vidal respondieron Juan de Lastra en SanJerónimo, Carlos Londoño en Sacaojal y Pablo Flórez en Sope-trán. Y aSÍ, en Nuarque, en el Tablazo, en El Rodeo y en la Miranda,los mineros irredentos, los labriegos agobiados y los esclavos hu-millados, vislumbraron en el horizonte un relámpago de fe yunrayo de esperanza. Y para el esclavo negro, parpadeó ,un lucero enla profundidad de sus tinieblas ..

La Revolución de .Indepeadencía . _...'; "."'" " . . , ..'. .~,

Los. acontecimientos ocurridos en julio dé 1781. aquí en' Guar-ne; en la provincia del Socorro el 16 de abril' y.' en TurrgasucayTinta en el Perú por febrero del mismo año, fueron sucesos nun-ciativos y premonitorios en .la historia=politico-social de, Sur amé-rica. Por sus hondas raíces telúricas y por S11 cálido ancestro té-rruñero, tales -sucesos fueron el preludio emocional del gran des-pertar emancipador que se produjo treinta años después, en 1810,con extraordinaria sincronía en todo nuestrucontínente.

.. .

Efecti;amente, :enel año de 1810 se suceden, ~~ino.ell unaespontánea y orquestal armonía, lbs" primeros' acordes icontínen-tales de la gran Gesta Emancipadora que terminaría por variarradicalmente el rumbo histórico de nuestra América Meridional,con la culminación victoriosa. del' 9de diciembre de 1824 en lasalturas de Ayacucho.Talesocu,rrerrcias tuvieron Iugar. el 19 deabril en Caracas; el 25 de .mayo en Buenos Aires; el 20 de julio

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en Bogotá; el 18 de septiembre en Santiago de Chile y el 16 deseptiembre en Méjico, con el célebre grito del cura Manuel Hi-dalgo en Guanajuato. .

."Por tan sugerente coincidencia el año de 1810 es, a' Suramé-rica, lo que fue para la antigua Roma el año 133 cuando TiberioGraco tomó posesión del Tribunado de la Plebe. Igualmente 10que significó para Norteamérica el año de 1775 y para Francia elglorioso año de 1789, con la convocatoria de los Estados Genera-les, y, finalmente, para la Rusia zarista el año de 1917. Dijéraseque hay años en la historia de la humanidad tan presagiosos yaugurales, que ellos concentran en sus fugaces 365 días una talconstelación de símbolos nunciativos; una tan honda inquietud enlos espíritus, que parecieran aquilatar y conjugar en su brevelapso los ensueños viejos y las aspiraciones ideales de la dolientehumanidad en su lidia sin fin.

Bolívar

El primigenio impulso de 1781 se renueva esclarecido, ilumi-nado y depurado a nivel continental en 1810. Fue Simón Bolívar,después de catorce años de perseverancia insuperable, tras un dra-mático vaivén alterno, de abrumadores reveses y de victorias des-lumbrantes; tras una larga cadena de ensayos, oscilaciones y tan-teos; de alternativas infortunadas y dichosas, quién plasmó en nor-mas imperecederas el esquema idiomático, filosófico, político ysocial de la revolución democrática latinoamericana. El mismo es-quema que fue vislumbre febril en José Antonio Galán; requeri-miento profético en Francisco de Miranda y presagio sibilino enlos comuneros de Guarne y Sopetrán.

Mas no se puede juzgar a Bolívar a través de las actitudes ymedidas de emergencia que debió asumir en- esas horas convulsas,de desconcertante incertidumbre, que una tarea tan ardua y com-p.lej~ suele presentar, en su dilatado proceso de imprevisibles va-rIaclOnes. La escena popular y la vida política ofrecen, a veces,variantes inesperadas capaces de anonadar al más sobresaliente delos genios y caudillos. Por eso hay horas de inevitable perplejidaden la vida dramática de un caudillo, llámese César, Napoleón oBolívar. Las sorprendentes variaciones que asume el espectro dela~ situ~ciones político-sociales predisponen,aún al genio, a fallase IncertIdumbres aparentes.

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Por eso mismo no es el proyecto de la Constitución de Bolivia;ni los decretos de emergencia promulgados en el lapso 1828-29por el león acorralado entre los barrotes de las veleidades políti-cas y de los magnicidios frustrados, lo que nos debe servir parajuzgar al caraqueño inconmensurable y prismático.

El veredicto global y justiciero sobre la personalidad de Bo-lívar debe fundamentarse primordialmente en los decretos agra-rios proferidos en Bolivia; en la convocatoria del Congreso An-fictiónico de Panamá; en sus vehementes imprecaciones contrala esclavitud; en los primeros cimientos del Derecho Internacionalamericano que solo él hizo; en el gran discurso de Angostura, esaprimera diagnosis sociológica de América Latina; en 19- Carta deJamaica; en el Manifiesto de Cartagena y en el Mensaje a la Con-vención de Ocaña, documentos éstos que pertenecen hoy al patri-monio democrático de la humanidad. Es en esos y otros documen-tos primordiales en los cuales debe basarse todo intento de trazary moldear la silueta multifacética del caudillo iluminado e inmortal.

La Revolución Suramericana

¿Pero qué fue de ese impulso inicial que las manos rudas deJ osé Antonio Galán y de los insurgentes de Guarne y Sopetrán,y el arrogante ademán que los cosecheros y mineros antioqueñosle imprimieron a la Revolución Suramericana y que Bolívar pro-siguió, esclareció y perfeccionó plasmándolo en cláusulas lapida-rias? ¿El pensamiento político-social de nuestro continente ha sidofi~l y consecuente a esas líneas primordiales?

El panorama socio-político de la mayor parte del territoriosuramericano presenta a este respecto signos de incertidumbre ydesconcierto, justo es reconocerlo. Ante todo, se observa la totalfrustración de los .ideólogos de izquierda. Es un hecho tan osten-.sible, que .seriamente incita. al análisis sereno de sus causas. Ennuestra América Meridional, la revolución iniciada por los líderescomuneros, y que después prosguieron los hazañosos caudillos de1810 a 1824, perdió la ruta ascensorial de sus años luminosos.

Ciertamente Bolívar no olvidó que los primeros revoluciona-rios de nuestro continente antepusieron lo económico y social, alo político, sin dejar de preservar la democracia. El Libertadortuvo, durante el largo proceso de la formación de sus ideas. con-tradicciones e incertidumbres en cuanto a la estructura simple-mente política del Estado. Pero, en verdad, jamás retrocedió en

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lo social y económico, área en la cual siguió siendo firmementeprogresista hasta el último de sus días.

Es muy posible que los extremistas suramericanos hayan ol-vidado que ningún proceso revolucionario que aspire a modificarla estructura de una sociedad puede inspirarse en modelos exter-nos, sino en factores íntimos, anclados en el alma popular y ubi-cados en el mismo suelo donde ese pueblo actúa. Es en las profun-didades del subconsciente colectivo nacional donde se gestan, enproceso lento a veces y a veces acelerado, pero siempre íntimo,esos virajes profundos que, de siglo en siglo, escenifica un puebloenardecido, tras largas décadas de resignada sumisión y espera.

En principio, la revolución suramericana fue cosa peculiar congeográfico sabor y emanación del mismo proceso colonialista. Sugénesis y postulados, sus requerimientos y problemática, sus tesis,eran eminentemente autóctonos y hacían relación directa al es-clavo, al mazamorrero, al nativo, a la equidad tributaria entre lasclases, al régimen y a los monopolios estatales.

La imagen de la revolución indolatina fue surgiendo comocosa peculiar y latente dentro y contra el sistema colonial; desdela conquista, hasta 1810.

La violenta apropiación de la tierra por los conquistadores ysu también violenta explotación por medio de la esclavitud, lasencomiendas y las mitas, engendraron una problemática socialnetamente suramericana y ambiental que no solamente está en elorigen causal de las primeras insurrecciones, sino que repercutemucho más allá prolongando sus inquietudes hasta la época repu-blicana y, seguramente, hasta nuestros propios días.

Postura Democrática

Yo quiero ser enfático en declarar aquí, en este santuariode la Revolución Comunera Latinoamericana, que quienes estamosvinculados por una o muchas razones al sistema vigente actual-mente en Colombia, no pretendemos, ni hemos pretendido nunca,que nuestro sistema sea el mejor de los posibles. Ni estamos tam-poco embriagados en ese crédulo e ingenuo optimismo. Serena-mente confiamos en la evolución de nuestras instituciones socialesy. en un necesario proceso de cambio, pero razonablemente progre-SIVO y democrático. Tenemos fe deliberada y fundamentada en laevol~ción democrática que, desde los inicios de nuestra indepen-denCIa, enmarca la vida de nuestro pueblo. Estamos conscientes

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de la necesidad de reformas y las propugnamos dentro de lo rea-lizable, dentro de lo factible. No olvidamos la vieja y repetidafrase de que la política es la ciencia de lo posible. Nuestra demo-cracia ha sido un largo proceso, no un producto, una búsqueda yno un descubrimiento.

Lo que no nos seduce, bajo ninguna circunstancia, es la qui-mera y el promeserismo desorbitado que desvían la mente popu-lar de los caminos progresivos de la sensatez y el equilibrio hacialos sistemas totalitarios. Juzgamos el promeserismo quimeristacomo una droga enajenante y maligna; como un mórbido delirioque perturba el buen sentido popular obnubilante de la concienciapolítica del pueblo con consecuencias negativas y fatales.

Conciudadanos:

Aquí, en este sitio rodeado de colinas arrogantes, dio uno desus primeros pasos la democracia antioqueña en su altiva luchasecular por la libertad y la justicia, esos dos ingredientes esencia-les del progreso espiritual y moral de las sociedades humanas.

Venimos aquí, por tanto, en fervorosa búsqueda de inspiracióny a fortalecer nuestra fe inquebrantable en la grandeza de An-tioquia. Que ese patrimonio histórico de dignidad y orgullo re--gionales.que aquí empezó a acrecentarse y que constituye hoyUno de Iosrnejores distintivos del pueblo antioqueño sea fortale-cido al paso de los años -para que perdure de generación en gene-ración y para que se transmita, sin ningún menoscabo, a nuestrosnietos y biznietos.

La firme decisión de mantener ese propósito es el mejor ho-menaje que podemos rendir hoya nuestros antepasados comuneros.

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"EL PROBLEMA TERRITORIAL ENTREEL ECUADOR Y EL PERU"*

Gustavo Ruales Viel

Licenciado en Derecho de la Universidad Central, Quito.Diplomático de Carrera de la República del Ecuador.

·ConferenCia dictada el 21 de mayo de 1981 en la Universidad Colegio Mayor del Ro-l!:S&r1ode Bogotá, por el Excmo. Señor Licenciado Gustavo Ruales Viel, Embajador delCUador en Colombia.