liturgia misterio y vida

15
TEMA 1: LITURGIA, MISTERIO Y VIDA. 1. ¿QUÉ ES CELEBRACIÓN LITÚRGICA? La liturgia de la Iglesia, es la “obra” por excelencia de Dios, sin dejar de ser la acción más profundamente humana. Es el ámbito significativo del encuentro y el diálogo entre Dios y el hombre, en y por la comunidad. Es el medio donde mejor se manifiesta la comunicación entre los divino y lo humano, entre el cielo y la tierra, entre Dios, la humanidad entera y la realidad creada. Es, en fin, ese lugar donde el creyente siente y experimenta que si Dios se alegra del hombre, también el hombre debe alegrarse de Dios, viviendo así el gozo de una fiesta única y original. Solemos decir que el hombre actual condicionado como está por el trabajo, el ritmo acelerado, el afán de tener y consumir…, ha perdido en parte su capacidad de celebrar y festejar, porque ha perdido la capacidad del contemplar y simbolizar, de gozar con gratuidad y de comunicar sin interés. Sin embargo, aunque cambien las formas y los ritmos, las actitudes y actividades, el hombre sigue festejando y celebrando. Nadie puede vivir sin celebrar de la misma manera que nadie puede celebrar sin vivir. La cuestión es si, entre sus formas de celebración, cuenta también la celebración litúrgica, si goza de esa celebración, porque participa en ella y vive su misterio desde la fe. 1.1 La liturgia como culto existencial. La palabra “culto”, del latín cultus: significa honrar, venerar. Expresa la relación del hombre con Dios, desde un reconocimiento de su grandeza y de su poder y su misterio, y con actitud de reverencia, adoración o humilde entrega por parte del hombre. Esta relación se manifiesta en actitud interna (reconocimiento interior), pero también en actos externos (ritos, sacrificios, ofrendas…) y sobre todo en el comportamiento existencial de la vida (justicia y derecho, solidaridad con los pobres, verdad y perdón). Desde la actitud de Jesús, podemos definir cuatro aspectos del culto: a) Espiritualización, en cuanto que se trata de un culto “en el Espíritu” (Jn 4, 20-24). b) Interiorización, en cuanto que su centro radica en la actitud interior (Mc 2, 13-18) c) Centralización en el amor. Donde se resume la ley y los profetas (Mc 12,28- 34; Mt 20, 24-28) d) Existencialización. En cuento que se manifiesta en el servicio diario y en el amor permanente. e) Y en una palabra, “cristologización” en cuanto que él es el modelo y mediador cultual, el verdadero y único sacerdote. (Rom 10, 9-13; Heb 5). El término “liturgia” (leitourgia), procede del griego (laos-pueblo, y ergon-obra) y significa, de forma general, obra del pueblo u obra para el pueblo.

Upload: francisco-jesus-ferrer-serrano

Post on 07-Nov-2015

7 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

El misterio y la Vida de la Liturgia

TRANSCRIPT

  • TEMA 1: LITURGIA, MISTERIO Y VIDA.

    1. QU ES CELEBRACIN LITRGICA?

    La liturgia de la Iglesia, es la obra por excelencia de Dios, sin dejar de ser laaccin ms profundamente humana. Es el mbito significativo del encuentro y eldilogo entre Dios y el hombre, en y por la comunidad. Es el medio donde mejor semanifiesta la comunicacin entre los divino y lo humano, entre el cielo y la tierra,entre Dios, la humanidad entera y la realidad creada. Es, en fin, ese lugar donde elcreyente siente y experimenta que si Dios se alegra del hombre, tambin el hombredebe alegrarse de Dios, viviendo as el gozo de una fiesta nica y original.

    Solemos decir que el hombre actual condicionado como est por el trabajo, elritmo acelerado, el afn de tener y consumir, ha perdido en parte su capacidad decelebrar y festejar, porque ha perdido la capacidad del contemplar y simbolizar, degozar con gratuidad y de comunicar sin inters. Sin embargo, aunque cambien lasformas y los ritmos, las actitudes y actividades, el hombre sigue festejando ycelebrando. Nadie puede vivir sin celebrar de la misma manera que nadie puedecelebrar sin vivir. La cuestin es si, entre sus formas de celebracin, cuenta tambinla celebracin litrgica, si goza de esa celebracin, porque participa en ella y vive sumisterio desde la fe.

    1.1 La liturgia como culto existencial.

    La palabra culto, del latn cultus: significa honrar, venerar. Expresa larelacin del hombre con Dios, desde un reconocimiento de su grandeza y de supoder y su misterio, y con actitud de reverencia, adoracin o humilde entregapor parte del hombre. Esta relacin se manifiesta en actitud interna(reconocimiento interior), pero tambin en actos externos (ritos, sacrificios,ofrendas) y sobre todo en el comportamiento existencial de la vida (justicia yderecho, solidaridad con los pobres, verdad y perdn).

    Desde la actitud de Jess, podemos definir cuatro aspectos del culto:

    a) Espiritualizacin, en cuanto que se trata de un culto en el Espritu (Jn 4,20-24).

    b) Interiorizacin, en cuanto que su centro radica en la actitud interior (Mc 2,13-18)

    c) Centralizacin en el amor. Donde se resume la ley y los profetas (Mc 12,28-34; Mt 20, 24-28)

    d) Existencializacin. En cuento que se manifiesta en el servicio diario y en elamor permanente.

    e) Y en una palabra, cristologizacin en cuanto que l es el modelo ymediador cultual, el verdadero y nico sacerdote. (Rom 10, 9-13; Heb 5).

    El trmino liturgia (leitourgia), procede del griego (laos-pueblo, y ergon-obra)y significa, de forma general, obra del pueblo u obra para el pueblo.

  • En el Nuevo Testamento, leitourgia se usa ms bien para indicar el cultosacerdotal y levtico (Lc 1,23; Hb 8, 2,56)

    San Pablo lo utiliza para indicar la actividad evangelizadora y caritativa(colectas) de la comunidad cristiana.

    En la actualidad, se tiende a explicar la liturga en su doble movimiento: comoobra de Dios para la santificacin o Iglesia, (servicio de Dios al hombre), ycomo obra del pueblo o Iglesia para alabanza a Dios (servicio del hombre aDios). Ms que toda distincin entre el clero y los laicos, el trmino liturgiaexpresa que la obra de Dios para los muchos afecta a todos (dimensindescendente), y, que el encuentro de los hombres con Dios en la alabanza, laaccin de gracias, la oracin y la splica (dimensin ascendente) es asunto detodos (M. Kunzler).

    1.2. La liturgia como dilogo y comunicacin.

    El dilogo de Dios con el hombre se inicia en la creacin, y tiene supunto culminante en Cristo y se contina en la liturgia y los sacramentos. Setrata de un dilogo que tiene su iniciativa en Dios mismo, que encuentra sureferente en Cristo desde la encarnacin hasta la ascensin, y que se prolonga demodo eclesial significativo en la liturgia. La Sacrosanctum Concilium dice querealmente, en esta obra tan grande, por la que Dios es perfectamente glorificadoy los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadsimaesposa la Iglesia, que invoca a su Seor y por l tributa culto al Padre eterno.Con razn, entonces, se considera la liturgia como el ejercicio del sacerdocio deJesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera,realizan la santificacin del hombre, y as el Cuerpo mstico de Cristo, es decir,la cabeza y sus miembros, ejercen el culto pblico ntegro (n ).

    Como todo dilogo es necesaria una estructura de dilogo:

    a) El emisor es ciertamente el hombre visible, pero en realidad es el Diosinvisible quien emite y del que parte la iniciativa de la comunicacin.

    b) El receptor es tambin el hombre(s) o el grupo, pero en este caso es lacomunidad creyente, y por ella misma la Iglesia y el mundo.

    c) La seal o el medium es tambin el hombre(s) a travs de los mediosauditivos (palabras, cantos, msica, oraciones) medios visuales (gestos,ritos, signos y smbolos, imgenes y arte, espacios, estructuras funcionales(ambn, sede, sagrario) e incluso con otros medios sensoriales (tacto,colores, sabores, olores. Se trata de medios cargados de sentido sagrado.

    d) El mensaje contenido es la clave de la originalidad de la comunicacinlitrgica, porque en ella se contiene el misterio de salvacin invisible einefable, porque en ella es Dios mismo el que se transmite.

    e) Y en cuanto al cdigo o sistema de seales, no se trata de cdigos tcnicos,sino de cdigos revelados, ni se trata de sistemas automticos, sino deactitud de fe, ni tiene por objetivo la simple informacin o formacin, sino laconversin, la acogida agradecida, la salvacin que se hace vida.

  • 1.3 La liturgia como celebracin festiva.

    Este dilogo de comunicacin original y nico se caracteriza tambinporque supone un encuentro festivo y gozoso, en el que Dios manifiesta laalegra de compartir y comunicar su vida, y el hombre se alegra gozosamente deser as amado por Dios, y de poder compartir este amor con los dems en la fe.

    En todas las religiones se ha dado mucha importancia a la fiesta, tanto enla religin juda como en la cristiana, aparecen muy marcadas dichas jornadasfestivas, tambin incluso como momento de descanso y esparcimiento.

    Con la llegada del fenmeno de la industrializacin y del urbanismo,(ss.XIX y XX), desde el punto de vista religioso se ha producido una ruptura.Por un lado, el domingo ha dejado de ser controlado por la Iglesia, y el tiempofestivo ha adquirido otros ritmos. Precisamente, por una sociedad centrada en lotcnico y racional, se reclama de la Iglesia la recuperacin del sentido festivo ygozoso de sus celebraciones. De ah que se insista en la necesidad de destacar enla liturgia aquellos elementos que constituyen la esencia de la fiesta:

    A) La referencia a un tiempo nuevo.B) La afirmacin de un sentido de vida, que superando las oscuridades del

    acontecer diario, hace memoria del acontecimiento salvador que se celebra(kairs: Cristo).

    C) El juego o la accin ritual, como medio por el que el hombre creyenteexpresa su fe y su libertad, sus sentimientos y aspiraciones ms hondas.

    D) La libertad y espontaneidad, que hace posible el que se supere la cerrazn dela norma, la esclavitud del ritmo, el formalismo impuesto

    E) La renovacin de los lazos comunitarios, que implica la convocatoria ypreparacin de la fiesta, la nueva relacin que se establece entre losparticipantes.

    F) La gratuidad y gratitud por la vida, por los dones que la vida nos aporta, porlos dems, por Dios mismo.

    G) La exuberancia y hasta el exceso que se manifiesta en el aspecto personalexterno y en la ornamentacin.

    2. LA LITURGIA, OBRA DE LA TRINIDAD

    2.1 No es el hombre sino Dios el verdadero protagonista

    Al hablar de la liturgia pensamos normalmente en la accin humana, en laejecucin del rito por parte de los ministros o agentes humanos. Pero con referencia nosolvidamos de que el verdadero agente, el autntico protagonista, el centro y el contenidoprincipal de la accin ritual le corresponde a Dios, en y como l mismo es: Dios Padre,Dios Hijo y Dios Espritu Santo. Si perdemos esta referencia, si olvidamos este sentido,reducimos nuestra liturgia a una simple accin humana o social, como podra ser laliturgia que tiene lugar en otras reuniones o celebraciones, en las que, de diversasmaneras tambin hay: un rito de saludo y acogida, un discurso o palabra, un rito decomensalidad, una despedida. Lo original de nuestra liturgia no son tanto las formas,cuanto el contenido y misterio. No son tanto los agentes humanos, cuanto el agentedivino. Todo lo que significamos, hacemos y decimos en la celebracin litrgica y

  • sacramental, no son formas humanas por las cuales expresamos la presencia actuante ysalvadora de Dios invisible, pero misteriosamente visible a travs de los signos.

    2.2 Lo propio del hombre es recordar y agradecer.

    Adems de que, participando en la liturgia, el hombre significa y expresa estapresencia de Dios, tambin hace algo que es muy humano y normal: recuerda yconmemora agradecido, con palabras y gestos, aquellos acontecimientos por los queDios ha realizado y manifestado la salvacin del hombre. Aquellos hechos no son paraolvidarlos. Necesitamos recordarlos y revivirlos, para encontrar el sentido de nuestravida, aquello que nos identifica y estimula nuestra esperanza. Se trata de verdaderascelebraciones conmemorativas, en las que el encuentro, la palabra y el rito tienen unpuesto primordial. Por el encuentro manifestamos una intencin y deseo comn que nosunifica. Por la palabra se refiere y relata lo que sucedi (narratividad) y lo que en esemomento se renueva (memorial). Y por el rito se representa simblicamente, sedramatiza ritualmente (representacin) el mismo acontecimiento en un intento derevivirlo, traspasando las fronteras del tiempo y del espacio.

    2.3 Liturgia e historia de la salvacin.

    La liturgia cristiana no es un rito aislado sin historia, sino una celebracin encontinuidad con otras celebraciones que a lo largo de la historia celebr la comunidadcreyente, tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento, y en la amplia historia de laIglesia. Las etapas son las siguientes:

    a) Anuncio y preparacin: el plan de salvacin de Dios es, como dice san Pablo, elmisterio escondido desde la eternidad, que fue anunciado por los profetas ycomenz a cumplirse en el pueblo de Israel, pero que lleg a su verdaderarealizacin en Cristo, y ha sido dado a conocer por la predicacin de losapstoles. Se trata de una etapa pedaggica, de preparacin y anuncio, a la quelos padres de la Iglesia califican como sombra y figura, anticipo de unarealidad que todava est por venir. En este tiempo de preparacin tambin nosencontramos con ritos y signos que preludian y preparan nuestras celebracioneslitrgicas. Son, como dice el catecismo, signo de alianza, pues, el puebloelegido recibe de Dios signos y smbolos distintivos que marcan su vidalitrgica: no son ya solamente celebraciones de ciclos csmicos y deacontecimientos sociales, sino signos de Alianza, smbolos de las grandesacciones de Dios a favor de su pueblo. Entre estos signos litrgicos de alAntigua Alianza se puede nombrar la circuncicisn, la uncin y la consagracinde reyes y sacerdotes, la imposicin de manos, los sacrificios, y sobre todo laPascua. La Iglesia ve en estos signos una prefiguracin de los sacramentos de lanueva Alianza (Catecismo de la Iglesia Catlica, 1150).

    b) Verdad y realizacin: es la etapa en que se cumple en Cristo y por Cristo. Pues,si Dios habl de una manera fragmentaria y de muchos modos en el pasado pormedio de los profetas, en estos ltimos tiempos nos ha hablado por medio de suHijo, a quien instituy heredero de todo, por quien tambin hizo los mundos(Heb 1, 1-2). Es el tiempo en el cual la palabra no slo es el anuncio, se hacecarne (Jn 1, 12-14). Cristo es quien lleva a plenitud las promesas de salvacin de

  • Dios para con los hombres a lo largo de su vida, su misin y su misterio. Perosobre todo hay un momento culmen en el que se manifiesta y realiza estasalvacin: es el de su pasin, muerte y resurreccin, es el misterio pascual (Jn19, 30-34).

    c) Continuidad y actualizacin: Con el envo del Espritu en Pentecosts y laAscensin comienza el tiempo de la Iglesia, o la tercera gran etapa de la historiade la salvacin. Se trata de una etapa que tiene por misin la continuidad y laactualizacin permanente de la salvacin realizada de una vez por todas enCristo, pero que es ofrecida a todos los hombres de todas las pocas y lugares dela historia. Es ciertamente el Espritu Santo el agente principal, el impulsorinterno que con su gracia y su poder anima y mueve los corazones de los fieles yde los hombres para que se realice su misin.

    2.4 La liturgia obra de la Trinidad.

    Por todo lo explicado, debemos decir que la liturgia y los sacramentos son obrade la Trinidad. De la misma manera que la historia de la salvacin es la obra realizadapor el Dios nico (etapa del Antiguo Testamento), que manifiesta y realiza su plansalvador por Cristo (etapa del Nuevo Testamento), y la contina por el Espritu Santo(etapa de la Iglesia), as la liturgia es la continuacin actualizada de esa mismasalvacin de Dios Padre, por Cristo y el Espritu.

    Esta dimensin o estructura trinitaria de la liturgia y los sacramentos constituyela misma esencia de su misterio, el principio fundamental de su sentido. Por eso,adems de recordarlo en Nuevo testamento, lo repetimos constantemente en lacelebracin: La gracia de nuestro Seor Jesucristo, el amor de Dios Padre y lacomunin del Espritu Santo estn con todos vosotros (saludo inicial de la misa, cf. 2Cor 13, 13).

    En relacin con el Padre

    El Padre es el principio y el fin de toda alabanza y bendicin, de toda accin degracias litrgica. De l procede toda bendicin, es decir, todo bien, toda gracia, todasalvacin, todo amor. El es quien tiene la iniciativa de la salvacin, quien enva al Hijoy al Espritu, quien impulsa la historia de la salvacin a su plenitud. Desde el comienzoy hasta la consumacin de los tiempos, toda la obra de Dios es bendicin (Catecismode la Iglesia Catlica, 1079). Esta bendicin divina es plenamente revelada ycomunicada en la liturgia de la Iglesia: el Padre es reconocido y adorado como la fuentey fin de todas las bendiciones de la creacin y de la salvacin; en su Verbo encarnado,muerto y resucitado por nosotros, nos colma de sus bendiciones y por l derrama ennuestros corazones el don que contiene todos los dones: el Espritu Santo.

    En relacin con el Hijo

    Cristo es la revelacin definitiva, la realizacin plena, el cumplimiento perfectode la obra de salvacin querida por Dios. Por su encarnacin, asumiendo nuestranaturaleza humana, la divinidad se ha unido a la humanidad de un modo extraordinario,y el hombre puede encontrar y relacionarse con Dios de modo nico. En la cruz y en laresurreccin el acercamiento y el amor del Dios Trino al hombre llega a su cima

  • insuperable. Cristo es, desde su encarnacin, por su vida, muerte y resurreccin, elverdadero y nico sacerdote y mediador.

    Cristo esta presente en la liturgia como mediador y como salvador, que hacepresente su obra y nos hace partcipes de la misma, asocindonos a su dinmicasacerdotal y redentora.

    En relacin con el Espritu Santo.

    El Espritu Santo es el don prometido para los tiempos mesinicos (Is 32,15; Ez36, 26-27; Jl 3, 1-2), que acta en Cristo de una forma privilegiada (encarnacin, vidapblica, resurreccin), y que es prometido por Cristo mismo como el gran bien para loshombres (Jn 20, 21-23), en orden a continuar la obra de la salvacin, de modo especialpor la confesin de fe, por la oracin y por la alabanza (1 Cor 12,3; Flp 2,11; Ef 5, 18-20; Col 3, 16-17). El Espritu es como el alma de la Iglesia. El que anima e impulsa elcrecimiento personal en Cristo y la extensin misionera del reino de Cristo, el quepromueve y dinamiza los carismas para la edificacin de la Iglesia en la unidad ydiversidad, y el que da sentido y eficacia a la liturgia y los sacramentos de la iglesia.

    Por eso, toda liturgia los es en la unidad bajo el impulso y accin del Espritude modo que sea una adoracin a Dios en Espritu y en verdad (Jn 4, 23-24). Por eso,todo sacramento implica una invocacin especial al Espritu Santo o bendicin(epclesis), que expresa su accin transformante, su presencia vivificadora.

    3. LA LITURGIA, OBRA DE LA IGLESIA

    3.1 De dnde procede la liturgia?

    En la mentalidad de no pocas personas sencillas est la creencia de que laliturgia, tal como la celebramos en la Iglesia, tiene su origen en Dios mismo. Y esto escierto en cuanto que el contenido y misterio, el sentido y la verdad de nuestra liturgia esel mismo Dios, que ha realizado sus planes de salvacin en Cristo, y contina su accinsalvadora en el Espritu por la Iglesia. Pero no es cierto, en cuanto que, si exceptuamosaquellos aspectos claros que al respecto se encuentran en la Escritura, las formas yestructuras litrgicas, la concrecin ritual y los textos u oraciones son obra de laIglesia.

    Es decir, la liturgia no naci ya configurada y ordenada en los evangelios, talcomo hoy la tenemos. Ms an, a lo largo de la historia ha pasado por diversas etapas yevoluciones, segn pocas, lugares y culturas. Aun permaneciendo la misma en suestructura y contenido esencial, ha vivido diversos procesos de adaptacin einculturacin, como queda bien patente en la reforma litrgica del Vaticano II. Por esoen la Constitucin de liturgia se afirma: Porque la liturgia consta de una parte que esinmutable, por ser de institucin divina, y de otras partes sujetas a cambio, que en eldecurso del tiempo pueden y an deben variar, si es que en ellas se han introducidoelementos que o no responden a la naturaleza ntima de la misma liturgia o han llegadoa ser menos apropiados (SC 21). El saber distinguir lo que en la liturgia es esencial ylo que es secundario, es muy importante para mantener nuestra identidad litrgica, paravalorar los posibles cambios, para no sacralizar lo secundario, para mantener una actitudde adaptacin bajo la gua de la Iglesia.

  • 3.2 La Iglesia se compromete en la liturgia.

    Pero, quin tiene la facultad de cambiar algo en la liturgia? Evidentemente,la autoridad eclesistica competente, como afirma la misma Constitucin de liturgia:La reglamentacin de la sagrada liturgia es competencia exclusiva de la autoridadeclesistica; esta reside en la Sede apostlica y, en la medida que determine la ley, en elobispo... y dentro de los lmites establecidos, a las asambleas territoriales competentesde obispos de distintas clases, legtimamente constituidas (SG 22). Y esto es as, porvarias razones: porque es la autoridad, orientada por los expertos, la que determina ques lo esencial inmutable y qu lo ms accidental variable; porque la Iglesia expresa supropia identidad en lo que se dice y hace en la celebracin; porque en ello comprometela expresin de su fe (lex credendi) y la verdad de la oracin (lex orandi); porque deeste modo quiere garantizar la unidad y la comunin entre las diversas iglesias y con laIglesia universal. Ahora bien, esto no quiere decir que en la celebracin de la liturgia ylos sacramentos no haya posibilidad de eleccin y de adaptacin.

    a) Los orgenes del culto cristiano.

    Los orgenes del culto cristiano se encuentran en el culto judo. Este culto sedesarrolla en dos centros: el templo y la sinagoga. El templo, en torno al cual est laclase sacerdotal, es el lugar del sacrificio y las ofrendas, de la oracin tres veces al da,de la celebracin de las fiestas (v.gr. Pascua) y de las peregrinaciones. La sinagoga es ellugar de la Ley y la Palabra, de la reunin y la predicacin. La familia ser el lugar mscomn de la celebracin del Sabbat (sbado judo).

    Jess es un judo piadoso y orante. Respeta las costumbres y tradiciones delpueblo judo. Va a la sinagoga y al templo. Celebra las fiestas, cumple con lasperegrinaciones establecias y con el Sabbat. Pero tambin se distancia y en ocasionesadopta una actitud crtica ante estas prcticas y la esclavitud a la Ley que puedensuponer: as expulsa a los vendedores del templo (Jn 2, 13-22), cura el da del Sbado(Mt 12, 9-14), rechaza la apariencia en el ayuno, limosna y oracin (Mt 6, 1-21), seacerca a los leprosos (Me 1, 40-45), come con los pecadores (Le 7, 29-32)... Y sobretodo anuncia un culto nuevo, basado en la sinceridad y el amor (Mt 15, 1-20), y en elEspritu y la verdad (Jn 4, 19-24).

    Al principio, la comunidad apostlica frecuenta el templo y la sinagoga (Hch 3,Iss; 9, 20-22; 18, 7). Pero, ya desde el principio, comienza a tener sus propiascelebraciones, sobre todo la del bautismo (Hch 2, 38-40), y la de la eucarista o fraccindel pan por las casas (Hch 2, 41-42). Pronto se instaura la celebracin el primer dade la semana o da del Seor (Ap 1, 11), y comienza a extenderse la ecclesiadomstica como lugar de reunin y celebracin de los cristianos (cf. Hch 20, 7-12),donde se lee y comenta la Palabra y se celebra la eucarista junto con un gape (1 Cor11, 2-12.31 y 14, 1-40).

    Los siglos II y III son un momento de continuidad con la liturgia del NuevoTestamento, y de comienzo de cierta configuracin ritual, como aparece en elcatecumenado, la evolucin del rito eucarstico, la penitencia, la pascua anual con supreparacin (triduo), el culto a los mrtires, y una cierta ordenacin de la liturgia de las

  • horas (testimonios de la Didaj, Justino, Hiplito de Roma...). Se preocuparon pormarcar las diferencias, tanto con el legalismo judo como con el ritualismo pagano,desde una creatividad especficamente cristiana.

    b) Etapas de una configuracin eclesial.

    - La primera etapa de la liturgia cristiana (siglos IV-VII): se caracteriz por un grandesarrollo y creatividad. Abarca desde el Edicto de Miln (313), promulgado por elEmperador Constantino, hasta san Gregorio Magno (590-604). El hecho de gozar deuna mayor libertad y reconocimiento, permiti a la Iglesia una manifestacin pblica yuna solemnizacin de su liturgia. El domingo fue declarado festivo. La eucarista seenriqueci con cantos, oraciones y ritos. Se organiz el ao litrgico en sus diversostiempos. La celebracin de los diversos sacramentos se fue configurando ritualmente(penitencia, matrimonio, ministerios, uncin). Se da una gran creatividad literaria en lasdiversas iglesias locales, en donde se combina la unidad y la variedad. As nacen losprimeros fascculos o libelos (libelli), que contienen colecciones de formulariospara la celebracin, y que luego darn lugar a los llamados sacramentarios, que erancomo los rituales de la poca. La liturgia romana comienza a gozar de gran prestigioentre las iglesias. Por otro lado, el arte cristiano tiene una gran expansin: se construyenbaslicas, la escultura y la pintura cristianas se promueven, los ornamentos y los objetosde celebracin se enriquecen bajo la influencia del arte romano.

    - La segunda etapa de encuentro con el mundo franco-germnico (siglos VIl-XI):abarca desde el final del pontificado del papa Gregorio Magno (604) hasta Gregorio VII(1073-1085). Los libros litrgicos romanos se extienden por todo el occidente, llevadospor los monjes y peregrinos que acudan a Roma. A esto se une la admiracin por laliturgia romana y el inters de la corte de Aquisgrn, que pretenda una unificacinlitrgica, tambin como apoyatura a la unificacin poltica de Europa. Debido a esteencuentro de lo romano con lo franco-germnico, y a la tarea desarrollada por losexpertos de Aquisgrn, se produce una fusin de ritos, una elaboracin de textos, quedan lugar a nuevos libros litrgicos (Gelasianos del siglo VIII, Ordines, Pontificalromano-germnico), donde se manifiesta ms la emocin, el dramatismo, lainterioridad. Por otro lado, se da una evolucin sacramental considerable: desaparece elcatecumenado y se generaliza el bautismo de nios; la penitencia pasa de hacerse msen la publicidad a hacerse ms en privado; la uncin de enfermos pasa a serextremauncin al final de la vida; en la eucarista se multiplican las apologas uoraciones privadas para el sacerdote. Entretanto se reduce la participacin del pueblo,que ya no entiende la lengua, ni los ritos reservados al clero.

    -La tercera etapa de decadencia en la baja Edad Media (siglos XI-XIV):

    Los libros litrgicos vuelven a Roma. Al proceso de unificacin promovido porCarlomagno, se une ahora la imposicin del papa Gregorio Vil (f 1085), que impone laliturgia romana, suprime la liturgia hispnica, y exige fidelidad a eclesisticos ypolticos. A esto se une una cierta revisin de los libros litrgicos al estilo de la Curiaromana, de la que nacen el Misal y el Breviario, que sern adoptados por losfranciscanos y los extendern por toda Europa. Varios fenmenos marcan esta poca: lainfluencia del monacato; la extensin de las ordenes mendicantes (franciscanos,dominicos); la reivindicacin laical del ministerio de la predicacin. Pero en el campolitrgico y sacramental se da muy poca creatividad y avance. Ser la teologa de los

  • escolsticos (v.gr. santo Toms de Aquino, san Buenaventura...) la que ms aporte a lareflexin teolgica, aunque desligada de la celebracin. En cuanto a la eucarista semultiplican las misas privadas, se impone la comunin bajo una sola especie, crece ladevocin al Santsimo (nace la fiesta del Corpus Christi). Y, mientras crece la devocinprivada y el intimismo centrado en la humanidad de Cristo, se extiende elasociacionismo y la fraternidad por las Cofradas y Hermandades. En cuanto al artealcanza un gran esplendor con el romnico y el gtico.

    -La cuarta etapa de conflicto con los Reformadores y de uniformidad litrgica(siglos XV-XIX): a partir del siglo XV se extiende la devotio moderna, que pone elacento en lo individual, lo afectivo e ntimo, la imitacin de Cristo, la contemplacin ymeditacin de sus misterios. Esto, junto con el ritualismo reinante y ciertos abusos enrelacin con el culto (sufragios, indulgencias...), provoc la reaccin de la Reformaprotestante, que slo reconoca dos sacramentos (bautismo y eucarista), rechazaba lamisa privada y su carcter sacrificial, los sufragios e indulgencias... De este modo, laliturgia quedaba reducida a la Palabra y los sacramentos a acontecimientos de laPalabra. Como reaccin, el concilio de Trento defiende lo que los protestantesnegaban, manda revisar los libros litrgicos, se propone evitar los abusos existentesdentro de la misma Iglesia, insiste en la necesidad de catequesis. Fruto de ello fue lapublicacin del Misal (Po V 1570), del Pontifical Romano (Clemente VIII, 1600), y delRitual romano (Paulo V 1614). Ciertamente, Trento logr la uniformidad y unidadlitrgicas, pero descuid la necesaria variedad, adaptacin, inculturacin. En cambio, enel arte se vivi un momento de exaltacin y creatividad con el barroco.

    - La quinta etapa es la que comprende el movimiento litrgico hasta el Vaticano II(siglos XIX-XX). Es un momento de gran renovacin litrgica, promovida por el mismocambio social participativo, por la renovacin en otros sectores de la Iglesia (bblico,patrstico, eclesiolgico, teolgico...), por las investigaciones e impulso dado endiversos monasterios de Europa (Solesmes, Mara Lach, Mont Cesar, Silos...), por laacogida de los documentos de los papas Po X, Po XII (Mediator De), y en fin por lamultiplicacin de estudios al respecto. Se insiste en la liturgia como culto pblico delCuerpo total de Cristo, cabeza y miembros; en la espiritualidad y pastoral litrgicas; enla necesaria participacin del pueblo. De este modo, el ambiente estaba preparado parala reforma litrgica del Vaticano II (1962-1965), cuyo documento principal es laConstitucin de liturgia (Sacrosanctum Concilium, promulgada el 4.12.1963). Este es elreferente principal de renovacin y accin litrgica para nosotros hoy. En lencontramos los centros de sentido de la liturgia y los sacramentos; los grandesprincipios para la renovacin y aplicacin; los exigitivos de formacin y participacinverdaderas... Despus del Concilio vino la tarea de ejecutar y llevar a cumplimiento suspropuestas. Es lo que realiz el llamado Consejo (Consilium) para la aplicacin de laliturgia, a travs de diversas comisiones, que dieron como resultado la publicacin delos diversos libros litrgicos actuales (Rituales, Liturgia de las Horas, Calendario,Pontifical...). Todo esto completado con otros documentos posteriores con importantesaportaciones en relacin con la liturgia y los sacramentos: sobre la eucarista, lapenitencia, el matrimonio, otras celebraciones...

    c) Aplicacin a la celebracin y la vida.

    a- Unidad y diversidad litrgicas

  • La liturgia y los sacramentos celebran no muchos misterios, sino un nicomisterio, una nica salvacin y amor de Dios, por Cristo y en el Espritu, desde lamisma fe y comunin eclesial. Es este nico misterio el que constituye y garantiza launidad de cualquier verdadera celebracin litrgica de la Iglesia.

    Pero la unidad en el mismo misterio no se opone a la diversidad. Ahora bien,junto a este principio de unidad hay que recordar el exigitivo de diversidad. Pues laliturgia es una realidad viva y dinmica, que se celebra por hombres concretos, enpocas, culturas y situaciones diferentes. Esta simple constatacin nos dice que, dada lavariedad y riqueza que existe entre los hombres en los distintos pueblos, culturas ypocas, tambin las formas de expresin y celebracin litrgica tendrn que serdiferentes. Y, en efecto, as ha sido desde el principio de la Iglesia. Ya en la pocaapostlica pueden distinguirse distintas tradiciones: la ms judeocristiana, la mshelenista. Despus, con el extenderse de la Iglesia a todos los pueblos, estas tradicionesse multiplicaran, dando lugar a una riqueza ritual. Las diversas tradiciones litrgicasnacieron por razn misma de la misin de la Iglesia. Las iglesias de una misma reageogrfica y cultural llegaron a celebrar el misterio de Cristo a travs de expresionesparticulares, culturalmente tipificadas: en la tradicin del 'depsito de la fe' (2 Tim 1,14), en el simbolismo litrgico, en la organizacin de la comunin fraterna (Catecismode la Iglesia catlica, 1202). As, hoy existe una variedad de tradiciones litrgicas derito latino, adems del rito romano, como son el rito ambrosiano, el rito hispnico; yotras orientales, como las de rito bizantino, copto, siraco, armenio, maronita, caldeo. LaIglesia, lejos de oponerse a esta variedad, desea que tales ritos en el futuro seconserven y fomenten por todos los medios (SC 4; Catecismo de la Iglesia catlica,1203).

    b- Liturgia y culturas

    La variedad de tradiciones litrgicas, unida al cumplimiento de la misin depredicar el evangelio a todas las gentes, al respeto debido a las distintas culturas, a lanecesidad de encarnacin en palabras y signos que sean elocuentes y accesibles aaquellos a quienes se dirigen... nos est hablando de que la liturgia tambin debeencarnarse en cada cultura, sin perder su propia identidad cristiana y eclesial, esdecir, manteniendo aquello que en ella hay de permanente e inmutable (SC 21). Elprincipio lo ha formulado de forma muy precisa el nuevo Catecismo: Por tanto, lacelebracin de la liturgia debe corresponder al genio y a la cultura de los diferentespueblos (cf. SC 37-40). Para que el misterio de Cristo sea 'dado a conocer a todos losgentiles por obediencia de la fe' (Rom 16, 26), debe ser anunciado, celebrado y vividoen todas las culturas, de modo que estas no son abolidas, sino rescatadas y realizadaspor l (cf. CT 53).

    El problema puede residir, no en formular el principio, sino en aplicarlo a losdiversos lugares, pueblos o culturas; en discernir con verdadero criterio aquello que sepuede o no adaptar o inculturar. La Iglesia nos recuerda los aspectos o elementos msadecuados para la inculturacin, como son el lenguaje, la msica y el canto, los gestosy actitudes del celebrante, de la asamblea, la expresin artstica de los diversos lugareslitrgicos (sede, ambn, baptisterio...), los ritos de la piedad popular y las prcticas dedevocin, algunos ritos complementarios en la celebracin de los sacramentos... En todo

  • caso, hay que evitar todo aquello que suponga un cierto sincretismo religioso, magia,supersticin, espiritismo, y que se oponga a la verdadera naturaleza de la liturgia.

    c- Creatividad y liturgia.

    Los documentos litrgicos del Vaticano II hablan con cierta frecuencia deadaptacin, y menos de creatividad. Bien entendido, no son realidades opuestassino complementarias. La verdadera adaptacin implica una cierta creatividad; y laautntica creatividad supone la capacidad de adaptacin. Por adaptacin se entiendela capacidad de tener en cuenta los diversos tipos de comunidad, aplicando las formaso ritos ms adaptados a la situacin, segn lo previsto por la ordenacin litrgicaoficial de la Iglesia (v.gr. diversos formas de hacer el rito penitencial de la misa;eleccin del rito del efet o no en el bautismo; eleccin de una u otra forma decelebracin penitencial etc.).

    Por creatividad se entiende la capacidad de proponer, donde lo exige lanecesidad pastoral y lo permite la Iglesia, nuevos textos y palabras, nuevos signos oritos, de manera que ayude y posibilite una mayor y mejor expresin del misterio, yparticipacin de la asamblea (v.gr. en las moniciones presidenciales; en las ofrendas dela misa; en los smbolos del adviento y la Navidad; en algunos ritos de Semana santaetc.).

    La creatividad no es invento, ni cambio arbitrario, ni marginacin de looficial o establecido. Es y supone conocimiento de las posibilidades y preparacin,capacidad de sintona con la asamblea celebrante, sensibilidad y preocupacin porque sede una comunicacin y dilogo de fe verdaderos, atencin esmerada a las situaciones deedad, tiempo y situacin de los participantes. Hay una creatividad externa, que semanifiesta en la eleccin de uno u otro elemento externo (palabra o signo). Pero msimportante es la creatividad interna, que se manifiesta en el talante litrgico delcelebrante, en el tono y el estilo de celebrar, en la armona y esttica, en la capacidad devivir y sentir, haciendo vivir y sentir a los dems la grandeza del misterio quecelebramos.

    4. LA LITURGIA, OBRA DE LA ASAMBLEA CELEBRANTE

    4.1 La asamblea imagen de la Iglesia.

    Con frecuencia hemos pensado que la liturgia y los sacramentos son asunto delsacerdote, del sujeto que los recibe, o ms lejanamente de la asamblea que celebra. Nosha faltado asimilar y vivir la dimensin eclesial y comunitaria de la liturgia y lossacramentos. Sin embargo, tenemos que afirmar que los sacramentos son de la Iglesia,por la Iglesia y para la Iglesia. Esto significa que la Iglesia es al mismo tiempo sujetode la celebracin, mediacin de la celebracin, y objeto de la celebracin. La asambleaeucarstica representa, no a un grupo o colectividad de un lugar concreto, sino a laIglesia universal. Por eso, se debe evitar en lo posible la misa privada, as comosuperar el individualismo celebrativo o participativo. La comunitariedad derivadirectamente de la eclesialidad. Y, si esto es as, surge inevitable la cuestin sobre lasformas como se expresa o debe expresarse esta dimensin eclesial, la cuestin sobre laimportancia que damos a los diversos servicios y ministerios litrgicos. En ello estimplicado no slo un estilo de celebrar, sino la misma imagen de la Iglesia. Pues sepuede afirmar: dime cmo celebras, y te dir cmo crees y haces Iglesia.

  • 4.2 La liturgia obra de la asamblea celebrante

    La liturgia y los sacramentos existen sobre todo en cuanto son celebrados en ypor una asamblea. Qu queremos decir con esto? Es evidente que la fuente y el sentidode la liturgia y los sacramentos es Dios mismo: son obra de la Trinidad. Tambin esclaro que es la Iglesia la que ha configurado las formas concretas de celebracin a lolargo de la historia. Y no menos claro es que la misma celebracin, en cuanto actoexterno, es obra conjunta del ministro que preside o sacerdote, del sujeto o sujetos quereciben un sacramento, y en definitiva, de la asamblea entera, llamada a participar, a co-hacer o de alguna manera a concelebrar. Aunque debemos distinguir en esta accindiversos servicios o ministerios, cada uno de los cuales intervendr segn la funcin quele corresponde por vocacin, carisma, consagracin. Sin embargo, siempre es cierto quenadie es dueo ni de la celebracin ni de los sacramentos. Pues, siendo un donofrecido por Dios, y mediado por la Iglesia, son tambin una accin comn, o conotras palabras, el bien comn ms hermoso que tenemos los cristianos. Y de este biencomn nadie es excluido o marginado. Todos somos invitados, todos tomamos parte, detodos depende que la celebracin sea de verdad accin participada, fiesta gozosa.

    a) Los sacramentos, sobre todo la eucarista, manifiestan la naturaleza de la Iglesia.

    El Vaticano recoge algunos principios fundamentales en la relacin eucarista-Iglesia. La eucarista es la manifestacin privilegiada de la naturaleza de la Iglesia;(SC 2). Cmo se explica esta afirmacin? En primer lugar, porque aunque la liturgiano agota la accin de la Iglesia, s es su culmen y su fuente (SC 10). En segundolugar porque expresa la vida de los fieles y porque es accin de Cristo y de la Iglesia(Christus totus). Ms an, la liturgia, los sacramentos, y en especial la eucarista sonexpresin de un pueblo participante: la participacin y la accin comn del pueblo deDios en la liturgia son el concepto catalizador de una concepcin de Iglesia toda ellasujeto, mediacin y objeto de la accin litrgica, segn la diversidad de oficios yministerios, como pueblo jerrquicamente constituido. Por eso afirma la Constitucinde liturgia: Las acciones litrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de laIglesia, que es 'sacramento de unidad', pueblo santo y congregado y ordenado bajo ladireccin de los obispos. Por eso, pertenecen a todo el cuerpo de la Iglesia, lomanifiestan y lo implican; pero cada uno de los miembros de este cuerpo recibe uninflujo diverso segn la diversidad de rdenes, funciones y participacin actual (SC26). De ah que se exija el que en las celebraciones litrgicas, cada cual, ministro osimple fiel, al desempear su oficio, har todo y slo aquello que le corresponde por lanaturaleza de la accin y las normas litrgicas (SC 28).

    b) La asamblea eucarstica es Iglesia.

    La asamblea eucarstica es la Iglesia en un lugar concreto. A la eucarista se lellama asamblea eucarstica (synaxis), porque la eucarista es celebrada en la asambleade los fieles, expresin visible de la Iglesia. Por tanto, la asamblea eucarstica esmanifestacin espacio-temporal privilegiada de la Iglesia. Es epifana de la naturalezantima y de la estructura de la Iglesia (SC 2). Ni la Iglesia existe sin asamblea, ni laasamblea existe sin Iglesia.

  • c) Participacin y ministerios litrgicos.

    La asamblea debe ser manifestacin de la Iglesia a travs de la participacin ydel ejercicio de los ministerios que expresen la misma estructura ministerial de laIglesia, es decir, la estructura de un ministerio de la Palabra, de un ministerio cultual, deun ministerio de la caridad. No hay verdadera y plena celebracin sin la participacin,porque el sujeto es la Iglesia en la asamblea total; porque la celebracin implica a lacomunidad entera y reclama su respuesta; porque es en la participacin donde aparece lanaturaleza verdadera de la Iglesia.

    Y esta participacin, adems de cumplir las notas que la caracterizan en toda laasamblea: interna y externa, de cuerpo y alma, activa y consciente... tambin deberealizarse a travs del ejercicio de los diversos servicios y ministerios litrgicos, sobretodo en el orden de la Palabra, del culto y de la caridad.

    En la medida en que en la misma eucarista se ejercen estos tres ministerios, enesa medida la Iglesia se manifiesta en su naturaleza y en su misin (triple munus;proftico, sacerdotal, real) (IGMR 58). Al que preside le pertenece representar y animarestos ministerios. A los fieles les corresponde tambin desempearlos a su nivel: elministerio de la Palabra ser ejerciendo la funcin de lector, profeta o testigo,monitor o, en su caso, predicador; el ministerio del culto, ofreciendo y ofrecindose, yalabando a Dios con el canto (organista, cantor, salmista, director del canto); y elministerio de la caridad, sirviendo al altar de aclitos, responsabilizndose de la colectay comunicacin de bienes, ejerciendo el ministerio extraordinario de la comunin.

    d) La estructura ministerial de la asamblea celebrante.

    Teniendo esto en cuenta creemos pueden distinguirse:

    - Servicios y ministerios en el orden de la Palabra: que seran todos los que ejercen unafuncin relacionada con la introduccin, proclamacin, explicacin o aplicacin de laPalabra: as el lector, el monitor, el profeta rectamente entendido.

    - Servicios y ministerios en el orden del culto (= canto): seran los que tienen relacincon el canto, bien sea en su preparacin, acompaamiento o ejecucin: as el organista,el director del coro o del canto de la asamblea, el salmista o cantor.

    - Servicios o ministerios en el orden de la caridad: seran todos aquellos que guardanrelacin con el servicio a los hermanos en el contexto de la celebracin y en torno a lasofrendas: as el aclito, el ministro extraordinario de la comunin, el responsable de lacolecta o de la comunicacin de bienes.

    d) El ministerio del animador litrgico.

    En la liturgia, como en la vida de la Iglesia, no todo el que desempea unservicio tiene por qu recibir un ministerio. Todo ministerio es un servicio, pero notodo servicio es un ministerio. El ministerio supone asumir un servicio importante parala comunidad, de forma permanente y estable en un ms o un menos, por un mandato dela Iglesia, que suele expresarse por un signo pblico, que lo compromete y lo hacereconocible ante la comunidad cristiana. Supuesto esto, pensamos que en una

  • comunidad los laicos que desempean servicios litrgicos pueden ser muchos, encambio los que desempean un verdadero ministerio litrgico tendrn que ser pocos.

    La Ministerio Quaedam habla del ministerio del lector y del aclito, lo cual debeconsiderarse y valorarse. Pero creemos que, sobre todo en nuestro contexto hispano,podra tener mayor acogida y sentido para el pueblo, el potenciar y perfilar la figura delanimador litrgico, en lugar de la del aclito, aunque en continuidad con ella.

    Cules seran en concreto estas funciones:

    la animacin y coordinacin de los diversos servidos-ministerios quedesempean los fieles en la celebracin litrgica, siendo el principal responsablelaico del equipo litrgico.

    la realizacin de aquellas funciones que la Iglesia atribuye al aclito: servir alaltar y asistir al sacerdote, distribuir la sagrada comunin, exponer el Santsimo,instruir a otras personas que pueden servir al altar.

    dirigir, sobre todo en caso de falta o ausencia del sacerdote, la reunin de laasamblea del domingo, la celebracin de la Palabra, una celebracin comn dela penitencia, las exequias... y otros tipos de celebracin, excepto la eucarista yla reconciliacin sacramental.

    elegir y ofrecer (juntamente con el sacerdote) materiales de formacin y deutilizacin para las celebraciones, revisar y corregir lo que se ha preparado,buscar la unidad y coordinacin entre todos los que ejercen un servicio-ministerio con el presbtero.

    e) El equipo litrgico, su estructura y sus funciones.

    El equipo litrgico es el grupo de personas que ejercen los diversos serviciosy ministerios en la celebracin litrgica y que peridicamente o cada semana se renen,no slo para preparar coordinadamente la celebracin y realizar dignamente sus diversasfunciones, sino tambin para compartir su fe, alimentar su vida desde la accin y elespritu litrgico y as ayudarse a dar un testimonio verdaderamente cristiano. El equipolitrgico se define por su unidad y su pluralidad. Teniendo como objetivo comn lacelebracin ideal y la participacin plena de toda la asamblea, cada uno de susmiembros sirve a este objetivo realizando diversas funciones, segn su capacidad y sucarisma: unos como lectores, otros como aclitos, monitores... o como presidente.

    El equipo litrgico tiene una estructura peculiar, dada la diversidad de serviciosy ministerios que desempean sus miembros. Podemos distinguir como tres estratos:

    - Existen, en primer lugar, diversos servicios que pueden desempear los fieles y debenser suficientes para el nmero de celebraciones de cada comunidad: monitor,responsable de la colecta, encargado de la acogida, organista, director de coro, cantor osalmista, profeta o intrprete de la Palabra.- Adems existen tres ministerios laicales instituidos por la Iglesia, que es precisorespetar y poner en servicio cuando la situacin lo requiere: el lector, el aclito y elministro extraordinario de la comunin.

  • - Finalmente, creemos que debera existir el ministerio litrgico laical instituido delanimador litrgico, como ministerio mayor y ms realizable en la mayora de los casos,que cumplira las funciones que en otro lugar le asignbamos. De cualquier forma, seraeste ministro el que estara encargado y animara a la diversidad de personas que ejercenlos distintos servicios sealados de monitor, responsable de la colecta, cantor...

    - Igualmente, habra que situar en este estrato al presbtero que, si debe presidir laasamblea, no puede estar ajeno a la formacin y preparacin del equipo litrgico. Entreel animador litrgico y el presbtero debe existir una relacin y conexin permanente,ya que es en definitiva el presbtero quien impulsa y anima, corrige y preside, coordinay conduce a la unidad los diversos servicios y ministerios que se dan en los distintosgrupos de la comunidad cristiana.

    En cuanto a las funciones que en conjunto se pueden atribuir al equipo litrgico, puedendistinguirse:

    Formacin litrgica: difcilmente se podrn ejercer con dignidad los servicios yministerios, si no existe esta formacin. Una formacin que debe llevar a saber ya vivir.

    Maduracin y crecimiento en la fe: el equipo litrgico slo llega a ser ypermanecer cuando deviene verdadero grupo de fe, es decir, cuando se creanunos vnculos no slo de funcin, sino tambin de amor y comunin, de acogiday pertenencia, de relacin interpersonal y de compromiso cristiano compartido.

    Preparacin de la celebracin: al equipo litrgico le corresponde estudiar ydialogar sobre la liturgia del da, a partir sobre todo de las lecturas y segn lascaractersticas de la fiesta, as como preparar y ordenar la misma puesta enescena de la celebracin.

    Ejecucin armnica de servicios y ministerios: es el momento de la actuacindel equipo litrgico por parte de algunos de sus miembros. Dos cosas debentenerse siempre en cuenta en estos momentos: la ejecucin armnica, atendiendoal conjunto, a las otras intervenciones, a los otros momentos de la celebracin; yel servicio humilde a la asamblea reunida, sabiendo que lo importante no es lafigura personal, sino el bien comn.

    Revisin permanente: el equipo litrgico tiene que hacer revisiones para mejorarpermanentemente. Cada celebracin tiene su limitacin, su peculiaridad. Enconcreto, hay que revisar cul ha sido el ambiente y participacin de laasamblea; cmo se han desempeado todos y cada uno de los servicios yministerios, desde el de la presidencia hasta el de la acogida; cul ha sido elefecto de los diversos medios (palabras o gestos) que se han puesto en escena...