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  • Con Los crmenes de Cater Street, Anne Perry inicia la serie de novelas quetienen por protagonista al inspector Thomas Pitt, un discreto policalondinense destinado a desentraar, en plena poca victoriana, los horrendoscrmenes engendrados por una sociedad reprimida e hipcrita. En estaocasin un barrio de clase acomodada se ve sacudido por un sanguinarioasesino. Las vctimas son siempre mujeres jvenes y aparecen brutalmenteestranguladas. En su investigacin, Pitt encuentra el apoyo de CharlotteEllison, una encantadora muchacha disconforme con las rgidas actitudes desu clase social.

  • Anne PerryLos crmenes de Cater Street

    Thomas Pitt 1

  • 1

    Charlotte Ellison estaba de pie en el centro de la sala de estar con un peridicoen las manos. Su padre no haba sido demasiado precavido al dejarlo sobre unade las mesas. No le gustaba que su hija leyese semejantes cosas; preferacontarle l las noticias que consideraba aptas para una jovencita. Y por supuestoeso exclua escndalos personales o polticos, asuntos susceptibles decontroversia y, naturalmente, cualquier clase de crmenes; en suma, todo aquelloque pudiese resultar interesante.

    Para leerlo, Charlotte tena que ir a la habitacin de Maddock, el mayordomo,que guardaba el peridico para echarle una ojeada antes de tirarlo, y por ellosiempre llevaba por lo menos un da de retraso con respecto al resto de loslondinenses.

    Sin embargo, en aquella ocasin tena entre sus manos el peridico del da,con fecha 20 de abril de 1881, y en su noticia ms destacada anunciaba lamuerte del seor Disraeli, ocurrida el da anterior. Charlotte se pregunt enprimer lugar cmo le habra sentado aquello al seor Gladstone. Habra sentidola prdida? Acaso un acrrimo enemigo poda llegar a formar parte de la vidade alguien en igual medida que un gran amigo? Seguramente s. Cada hilo tienesu lugar en el vasto tej ido de los sentimientos.

    Sonaron unos pasos en el vestbulo, y Charlotte se apresur a dejar elperidico en su sitio. No haba olvidado la ira de su padre al descubrirla, tres aosatrs, leyendo la edicin vespertina de un diario. En aquella ocasin el artculoexplicaba un intercambio de calumnias entre el seor Whistler y el seor Ruskin,y el enfado de su padre haba sido incluso comprensible. Pero el ao anterior, sinir ms lejos, haba mostrado el mismo disgusto al ver que su hija se interesabapor las noticias de la guerra zul contadas por personas que haban estado enfrica. Se haba molestado tanto que le prohibi leer aun los pasajes msinocentes. Al final Dominic, el esposo de su hermana, le haba contado lo quesaba; pero siempre le llegaban las cosas por lo menos con un da de retraso.

    Al recordar a Dominic, olvid por completo al seor Disraeli y los titularesdel peridico. Dominic la haba fascinado desde su primera visita a la casa, seisaos antes, cuando Sarah tena slo veinte aos, Charlotte diecisiete y Emilytrece. Por supuesto, haba escogido a Sarah; Charlotte slo poda entrar en la salaen compaa de su madre, de modo que los encuentros estaban sujetos al msestricto decoro. Dominic, apenas la vea, pronunciaba palabras vagamenteamables mientras sus ojos observaban, por encima de su hombro izquierdo, larubia melena y el delicado rostro de Sarah. Charlotte, con su melena caoba tandifcil de peinar y sus facciones algo duras, era tan slo un compromiso del quehaba que librarse con buenos modales.

    Naturalmente, un ao despus contrajeron matrimonio, y Dominic perdi

  • parte de su misterio. Haba dejado de pertenecer al mgico mundo de los sueosromnticos. Sin embargo, cinco aos despus, a pesar de vivir bajo el mismotecho, en la misma casa, grande y perfectamente ordenada, Dominic seguaejerciendo sobre ella igual fascinacin que el da de su primer encuentro y nohaba perdido ni un pice de encanto.

    Los pasos que se haban odo en el vestbulo eran precisamente los suy os. Losaba sin necesidad de pensarlo. Formaba parte de su vida: estaba atenta al menorde sus movimientos, lo reconocera en medio de una muchedumbre, saba en quparte de la habitacin se encontraba y recordaba cada una de sus frases, inclusolas ms triviales.

    Se haba acostumbrado a la situacin. Dominic siempre haba estado fuera desu alcance. Nunca se haba interesado por Charlotte, ni ella haba concebidojams la posibilidad de que eso ocurriese. Tal vez algn da encontrara alguien aquien querer y respetar, el hombre adecuado, y su madre hablara con l,comprobara si era una persona aceptable desde todos los puntos de vista. Supadre llevara a cabo los preparativos necesarios, tal como haba ocurrido conDominic y Sarah, y como sin duda ocurrira tambin con Emily y algnpretendiente a su debido tiempo. No era algo en lo que desease pensar, peroformaba parte de su futuro. El presente lo formaban Dominic, la casa, suspadres, Emily, Sarah y la abuela. El presente era la ta Susannah, que pasara atomar el t en unas dos horas, y el hecho de que los pasos del vestbulo sealejaban, permitindole as echar otro vistazo al peridico.

    Unos minutos despus, su madre entr en la sala tan silenciosamente queCharlotte no se dio cuenta.

    Charlotte.Era demasiado tarde para ocultar lo que estaba haciendo. Baj un poco el

    peridico y mir directamente a los ojos castaos de su madre.S, mam dijo con tono de verdadera confesin.Ya sabes lo que opina tu padre de que leas esas cosas. Lanz una mirada

    al peridico. No entiendo qu te impulsa a hacerlo; tu padre nos pone, alcorriente de las noticias agradables que aparecen publicadas, y son muy pocas.Si te empeas en leerlas personalmente, por lo menos hazlo de manera discreta;ve a la habitacin de Maddock o pdele a Dominic que te cuente lo que sepa.

    Charlotte se sonroj. Mir hacia otro lado. No tena la menor idea de que sumadre conociese sus visitas al cuarto de Maddock y mucho menos que estuvieraal tanto de sus conversaciones con Dominic! Se lo habra contado el propioDominic? Por qu la sola posibilidad le dola como una traicin? Era una idearidcula. Confiaba plenamente en Dominic. Cmo haba podido siquieraimaginar algo parecido?

    Tienes razn, mam. Lo siento. Arroj el peridico sobre la mesa. Nopermitir que pap me vea.

  • Si quieres leer, por qu no lees libros? En la biblioteca encontrars unaobra de Dickens, y estoy segura de que an no has ledo Coningsby del seorDisraeli.

    Es curioso cmo la gente afirma estar segura de algo cuando en realidad nolo est.

    El seor Disraeli muri ayer repuso Charlotte. No podra disfrutar dela lectura. No en estas circunstancias.

    El seor Disraeli? Oh, querida, lo siento! Nunca me import el seorGladstone, pero no se lo cuentes a tu padre. Me recuerda al vicario.

    Charlotte sofoc una risilla.No te gusta el vicario, mam?Su madre se puso seria de inmediato.Claro que me gusta. Ahora, por favor, ve y arrglate para el t. Acaso has

    olvidado que la ta Susannah viene a visitarnos esta tarde?Pero no llegar hasta dentro de una hora y media, por lo menos replic

    Charlotte.Entonces borda un rato o contina el cuadro que estabas pintando.No me est quedando bueno.Charlotte, la gramtica! No me est quedando bien. Lo lamento. Tal vez

    sea mejor que acabes los guantes para que puedas llevrselos maana a la mujerdel vicario. Le promet que se los haramos llegar.

    Crees que realmente sirven de algo a los pobres?Era una pregunta sincera.No tengo la menor idea. El rostro de su madre se relaj al pensar,

    obviamente por primera vez, en ese tema. Creo que nunca he conocido a nadierealmente pobre. Pero el vicario asegura que s, y no tenemos por qudesconfiar.

    Aunque no nos guste demasiado.Charlotte, por favor, no seas impertinente!Su tono era verdaderamente duro. Saba que era verdad aunque no estuviese

    dispuesta a reconocerlo. No poda enfadarse con Charlotte, sino, en todo caso,consigo misma.

    Obediente, Charlotte sali de la habitacin y subi por la escalera. Lo mejorsera que acabase los guantes; tendra que hacerlo en un momento u otro.

    Dora, la ayudante de la cocinera, sirvi el t en la sala de estar. El t era unode los asuntos ms previsibles. Si estaba en casa, se serva siempre a las cuatro enpunto, en la misma habitacin de muebles verde plido y ventanales con vistas aljardn, en aquel momento cerrados a pesar de que el claro sol primaveraliluminaba la hierba y los ltimos narcisos. El jardn era pequeo, con unosmetros de csped, un lecho de flores y un nico y hermoso abedul junto al muro.Entre los ladrillos trepaban las rosas preferidas de Charlotte. El rosal era viejo

  • pero muy bonito; floreca desde junio hasta noviembre. Las rosas crecan endesordenados ramilletes que luego formaban frondosos mantos de ptalos cados.

    Lo imprevisible era la compaa. Algunas veces iban a visitar a alguien, sesentaban en sillas desconocidas de otra sala de estar y mantenan tmidasconversaciones, y otras veces eran ellos quienes reciban visitas. Sarah tenaamigas jvenes y casadas cuy a conversacin resultaba extremadamenteaburrida para Charlotte. Las amigas de Emily eran ms divertidas: charlabansobre moda y amor quin cortejaba a quin o quin estaba a punto de empezara hacerlo. Las amigas de la madre eran mujeres serias, de comportamientoseveramente correcto y riguroso, pero haba dos que contaban historias capacesde fascinar a Charlotte: recuerdos de viejos admiradores, muertos tiempo atrsen Crimea, Sebastopol y Balaclava, y recuerdos tambin de los pocos quevolvieron sanos y salvos. Solan comentar la vida de Florence Nightingale: Tanpoco femenina pero con un valor impresionante, querida. Puede que no sea unadama, pero s una patriota inglesa admirable! .

    Las amigas de la abuela eran todava ms interesantes. No es que le gustarandemasiado, pues eran unas viejas damas desagradables. Pero la seora Selbytena ms de ochenta aos y poda recordar la batalla de Trafalgar y la muertedel almirante Nelson: los lazos negros en la calle, la gente llorando, los peridicosimpresos con mrgenes negros; al menos eso deca ella. Hablaba con frecuenciade Waterloo y del Gran Duque, de los escndalos de la emperatriz Josefina, de lavuelta de Napolen de su exilio en Elba, y de los Cien Das. Mucho de lo queexplicaba lo haba odo en otras salas de estar como aqulla, tal vez algo msausteras, con muebles ms discretos y neoclsicos; sin embargo, aunque sushistorias no fuesen vividas, a Charlotte le fascinaban.

    Pero estaban en 1881, muy lejos de semejantes acontecimientos, con elseor Disraeli muerto, con farolas de gas en las calles y mujeres cursandoestudios en la Universidad de Londres! La reina era la emperatriz de la India y elimperio se extenda por todos los rincones de la tierra. Wolfe y su victoria en losllanos de Abraham en Canad, Clive y Hastings en la India, Livingstone enfrica y la guerra zul, todo ello formaba y a parte de la historia. El prncipeconsorte haba muerto de tifus veinte aos atrs; Gilbert y Sullivan escribanperas como H. M. S. Pinafore. Qu pensara el emperador Napolen de todoaquello?

    Aquel da, la seora Winchester fue a visitar a la madre de Charlotte unverdadero aburrimiento, pero afortunadamente la ta Susannah fue a verlos atodos. Era la hermana menor de pap. De hecho, slo tena treinta y seis aos,diecinueve menos que su hermano y slo diez ms que Sarah; pareca ms unaprima que una ta. Haca tres meses que no la vean, tres meses que parecan unaeternidad. Haba pasado una temporada en Yorkshire.

    Tienes que contarnos todos los detalles, querida. La seora Winchester se

  • inclin ligeramente, con el rostro ardiendo de curiosidad. Quines son, losWillis? Sin duda y a me has hablado de ellos tena la absurda conviccin de quetodo el mundo se lo contaba todo, pero ltimamente mi memoria no es todo lobuena que debera.

    Aguard la respuesta ansiosa, con las cejas arqueadas. Susannah era una desus temas preferidos: sus idas y venidas y, sobre todo, una posible aventura o,mejor an, un supuesto escndalo. Reuna todos los elementos necesarios. Sehaba casado a los veintin aos con un caballero de buena familia y, un aodespus, en 1866, el hombre haba muerto asesinado en Hyde Park Riots,dejndola bien asentada, con una gran fortuna, en plena juventud y con unabelleza envidiable. No haba vuelto a casarse, a pesar de que le sobrabanpretendientes. Ciertas personas opinaban que todava guardaba luto por su maridoy, como la reina, nunca podra recuperarse de su prdida; por el contrario, nofaltaba quien sostena que su matrimonio haba resultado tan doloroso para ellaque no se arriesgara a repetir.

    Charlotte pensaba que la verdadera razn estaba entre ambos extremos: unavez cumplido el deseo de su familia y de la sociedad de verla casada, su ta sehaba prometido no volver a comprometerse hasta encontrar un amor verdadero,lo que, al parecer, an no haba conseguido.

    El seor Willis es un primo materno contest Susannah con una sonrisade compromiso.

    Claro, por supuesto. La seora Winchester se ech hacia atrs. Y quhace el seor Willis, rezar? Estoy segura de que resulta una persona muyinteresante.

    Es el sacerdote de un pequeo pueblo repuso Susannah, aunque sumirada se cruz con la de Charlotte con un guio travieso.

    Oh! La seora Winchester intent disimular su decepcin. Esestupendo. Imagino que usted le sera de gran ay uda en su parroquia. A nuestroquerido vicario le encantara saber de su nueva experiencia; y a la pobre seoraAbernathy. Estoy segura de que or hablar del campo y de los pobres la ay udara sentirse mejor.

    Charlotte se pregunt en qu sentido or hablar sobre los pobres o sobre elcampo podra confortar a nadie y, en especial, a la seora Abernathy.

    Oh, s! apunt la madre. Sera una idea excelente.Deberas llevarle unas frutas en conserva aadi la abuela, asintiendo

    con la cabeza. Siempre es agradable recibir regalos, pues indica que los demsse preocupan por uno. Pero la gente de hoy en da ya no es tan atenta como enmis tiempos. Por supuesto, la culpa la tienen esos crmenes y esa violencia. Esohace cambiar a la gente. Y menuda falta de modestia: las mujeres se comportancomo si fueran hombres y pretenden todo tipo de cosas inconvenientes. Dentrode nada, en las granjas cantarn las gallinas en lugar de los gallos!

  • Pobre seora Abernathy ! insisti la seora Winchester, meneando lacabeza.

    La seora Abernathy ha estado enferma? pregunt Susannah.Por supuesto! contest la abuela. Qu esperabas, hija? Eso le digo y o

    a Charlotte todo el rato. Lanz una mirada penetrante a Charlotte. T yCharlotte sois iguales sabas? Se trataba de una acusacin dirigida a Susannah. Sola considerar a Caroline responsable de Charlotte se refiri a su nuerahaciendo un ligero gesto de desprecio con su carnosa mano, pero supongo queno puedo culparla a ella de cmo eres t. Eres hija de tu poca. Tu padre nuncafue lo suficientemente estricto contigo, pero por lo menos no lees esos horriblesperidicos que llegan a esta casa. Nada bueno se saca de ellos.

    Mam, no creo que Charlotte lea los peridicos tanto como supones apunt Susannah tratando de defender a su sobrina.

    Cuntas veces consideras que se debe leer algo para estar segura de que eldao est hecho? pregunt la abuela.

    Cada uno es diferente, mam.Cmo lo sabes? La abuela era ms avispada que un terrier. Susannah

    guard la compostura y a penas se sonroj: Los peridicos cuentan las noticias,mam; y las noticias cambian cada da.

    Menuda tontera! No describen ms que crmenes y escndalos. Elpecado no ha cambiado desde que Nuestro Seor permiti que invadiese el jardndel Edn.

    Eso zanj la conversacin. Siguieron unos minutos de silencio.Ta Susannah dijo Sarah al fin, cuntanos, el campo en Yorkshire es

    tan hermoso como dicen? Yo nunca he ido. Tal vez los Willis podran acogernos aDominic y a m sugiri.

    Susannah sonri.Estoy segura de que estaran encantados. Pero me cuesta creer que a

    Dominic pueda interesarle la vida rural. Siempre me ha parecido un hombre conmotivaciones ms ambiciosas que el visitar pobres y asistir a reuniones a la horadel t.

    Haces que parezca muy aburrido! exclam Charlotte impulsivamente.A cambio, recibi una mirada general de sorpresa y desaprobacin.Eso es lo que la seora Abernathy precisa, no me cabe duda apunt la

    seora Winchester haciendo un gesto de asentimiento. Le hara mucho bien,pobre mujer.

    Yorkshire puede resultar muy fro en abril explic Susannah conserenidad, mirando a cada uno de los presentes. Si la seora Abernathy haestado enferma, no cree que sera mejor esperar a junio o a julio?

    El fro no tiene nada que ver! sentenci la abuela. Resulta vigorizantey muy saludable.

  • Salvo si uno est saliendo de una enfermedad.Pretendes llevarme la contraria, Susannah?Mam, slo deseo dejar claro que a principios de la primavera Yorkshire

    no es el sitio ideal para alguien de salud delicada. En lugar de resultar vigorizantepuede provocarle una neumona.

    Pero, al menos la mantendra distrada se empecin la abuela.Pobre mujer! aadi la seora Winchester. Sin duda dejar este lugar,

    aunque fuese para ir a Yorkshire, le hara un gran bien, cambiara su estado denimo.

    Qu tiene de malo este lugar? inquiri Susannah mirando a la seoraWinchester y luego a Charlotte. Siempre cre que ste era un sitioespecialmente agradable. Tenemos todas las ventajas de la ciudad sin el agobiode la gente que vive en las partes ms pobladas y sin el gasto que implica residiren las zonas ms de moda. Nuestras calles estn limpias como las que ms yestamos a un paso de todo cuanto presenta inters o resulta divertido, eso por nomencionar a nuestros amigos.

    La seora Winchester se inclin hacia ella.Es evidente que has estado fuera dijo con tono acusador.Slo dos meses. Acaso este lugar ha cambiado tanto en tan poco tiempo?

    La pregunta era irnica, incluso un poco sarcstica.Cunto tiempo se necesita? La seora Winchester se estremeci con

    afectacin y cerr los ojos. Pobre seora Abernathy ! Cmo puedesoportarlo? No me extraa que la pobre tenga miedo de irse a dormir.

    Susannah se sinti confundida y mir a Charlotte en busca de ayuda. stadecidi concedrsela y afrontar las consecuencias.

    Recuerdas a Chloe, la hija de la seora Abernathy? No esper a recibirrespuesta. La asesinaron hace seis semanas; muri estrangulada. Le habandestrozado la ropa y sus pechos haban sido muy maltratados.

    Charlotte! Caroline lanz una mirada penetrante a su hija. Nohablaremos de ello!

    Llevamos toda la tarde haciendo comentarios sobre la cuestin, de unaforma u otra respondi Charlotte con tono de protesta. Con el rabillo del ojo vioa Emily sofocar una risilla. Simplemente lo hemos camuflado entre un mar depalabras.

    Mejor dejarlo camuflado.La seora Winchester se estremeci de nuevo.Ni siquiera puedo pensar en ello, slo con recordarlo me pongo enferma.

    La encontraron en la calle, tirada en la acera, como si fuese un montn de ropasucia. Su cara tena un aspecto terrible, azul como como oh, Dios! Con losojos abiertos y la lengua colgando. Llevaba horas bajo la lluvia; no me extraaraque hubiese estado all toda la noche.

  • No se moleste en dar detalles! dijo la abuela con cierta brusquedad alver el rostro alterado de la seora Winchester.

    sta recuper rpidamente su aire afligido.Oh, es terrible! se quej con un gesto de dolor. Por favor, seora

    Ellison, no permita que volvamos a mencionar este tema. Me resultainsoportable. Pobre seora Abernathy, no s cmo puede soportarlo!

    Qu remedio le queda? repuso Charlotte. Ocurri. Ahora nadie puedehacer nada.

    Supongo que tampoco antes. Susannah miraba fijamente su taza de t.Seguro que fue un loco o un ladrn; es la clase de cosas que no se pueden prever.Levant la vista y frunci el entrecejo. No estara paseando sola en laoscuridad, verdad?

    Mi querida Susannah objet Caroline, en invierno oscurece a partir delas cuatro de la tarde, especialmente en los das lluviosos. Cmo puede alguienquedarse siempre en casa despus de las cuatro de la tarde? Ni siquierapodramos visitar a los vecinos a la hora del t!

    Eso se dispona a hacer?Iba a llevarle ropa vieja al vicario para que la repartiese entre los pobres.

    De pronto, el rostro de Caroline reflej profunda tristeza. Pobre muchachaapenas si tena dieciocho aos.

    Y a continuacin, la historia les embarg el nimo, dej de ser un simpleescndalo que comentar, un relato morboso. Se trataba de una muerte real, la deuna mujer como ellas: el ruido de unos pasos, unas manos repentinas en el cuello,el pavor, el intento desesperado por respirar, los pulmones a punto de estallar y,finalmente, la nada.

    Nadie pronunci palabra.El silencio no se rompi hasta que Dora entr desde el vestbulo.Charlotte segua deprimida cuando su padre volvi a la casa, pasadas las seis.

    Haba oscurecido y empezaban a caer las primeras gotas de lluvia. El carruajeavanzaba por el camino. Edward Ellison trabajaba en un banco de la ciudad,cobraba un buen sueldo y perteneca a la clase media acomodada. A Charlotte lehacan comportarse como si perteneciese a una clase incluso superior.

    Edward entr y sacudi las gotas de lluvia de su abrigo durante los escasossegundos que tard Maddock en llegar para recoger la prenda y colocar elsombrero de copa en su sitio.

    Buenas noches, Charlotte dijo con tono afable.Buenas noches, pap.Espero que hayas tenido un buen da dijo mientras se frotaba las manos

    . Me temo que el tiempo no es el que corresponde a esta poca del ao. Esposible que se acerque una tormenta. El ambiente est muy cargado.

    La seora Winchester vino a tomar el t. Era una forma indirecta de

  • contestar a su pregunta, ya que su padre saba cun poco le gustaba la seoraWinchester.

    Cielos. Esboz una ligera sonrisa. Entre ellos exista un entendimientotcito, aunque no siempre se pudiese advertir. Cre que iba a venir Susannah.

    Oh! Ella tambin estuvo con nosotras, pero la seora Winchester se pastodo el rato preguntando sobre los Willis y hablando de Chloe Abernathy.

    La expresin de Edward se endureci. Charlotte se dio cuenta de que, sinquerer, haba traicionado a su madre. Su padre esperaba que su mujer fuesecapaz de evitar ese tipo de charlas en su sala de estar. No le agradaba la idea deque no fuese as.

    En ese momento, Sarah cruz de la sala de estar al vestbulo; la luz que seencontraba detrs de ella cre una especie de halo en torno a su cabello rubio.Era una hermosa mujer, ms en la lnea de la abuela que de Caroline, con lamisma piel de porcelana, la boca pequea y la barbilla redondeada.

    Hola, Sarah, querida! Edward le dio una palmadita en el hombro.Ests esperando a Dominic?

    Pens que te lo habras encontrado contest ella con un ligero tono dedecepcin. Espero que llegue antes de que descargue la tormenta. Hace unosminutos me ha parecido or un trueno.

    Retrocedi unos pasos. Edward entr en la sala de estar, se dirigi hacia lachimenea y se coloc de espaldas al fuego, impidiendo que el calor llegase a losdems. Emily estaba sentada frente al piano y pasaba las pginas de la partituradistradamente. Mir a sus hijas con satisfaccin.

    Son otro trueno, a lo lejos, y luego un portazo. Todo el mundo mirinstintivamente hacia la puerta. Se oyeron unos pasos, la voz de Maddock y,finalmente, Dominic entr en la sala.

    Charlotte sinti un nudo en la garganta, aunque a esas alturas ya deberahaberlo superado. Era delgado y fuerte. Sonri discretamente y mir primero aEdward tal como lo exige el protocolo en una familia patriarcal y luego aSarah.

    Espero que hay as tenido un da agradable dijo Edward, que segua juntoal fuego. Has logrado llegar antes de que estalle la tormenta. Creo que se va aponer feo en una hora o incluso en menos. Siempre temo que los caballos seasusten y provoquen un accidente. Becket perdi la pierna de esa manera, losabas?

    La conversacin tuvo lugar muy cerca de Charlotte; se trataba de la tpica eintrascendente charla familiar, uno de los pequeos rituales diarios que marcan elritmo de la vida. Acaso iba a ser siempre igual? Das interminables cosiendo,pintando, dedicada a las tareas domsticas, a las reuniones a la hora del t,esperando la llegada de su padre y de Dominic. A qu se dedicaban las dems?Se casaban, criaban hijos y llevaban la casa. Por supuesto, las pobres trabajaban

  • y las de buena sociedad se ocupaban en acudir a fiestas, galopar por los parquesy viajar en carruajes, aunque era de suponer que tambin atendan a su familia.

    Ella no haba conocido a nadie, salvo a Dominic, que le inspirase lo suficientepara que su vida girase en torno a l. Tal vez debera imitar a Emily y conseguirunas cuantas amigas del estilo de Lucy Sandelson o las hermanas Hayward;pareca como si siempre estuviesen empezando o acabando una historia de amor.Pero todas ellas se vean increblemente estpidas. Pobre pap. Resultaba muyduro para l tener tres hijas y ningn varn.

    Podra, no es cierto, Charlotte?Dominic la miraba con las cejas arqueadas y una expresin divertida en su

    elegante rostro.Suea despierta coment Edward.Dominic sonri abiertamente.Podras vencer a la seora Winchester en su propio terreno, no es cierto,

    Charlotte? repiti.Charlotte no saba de qu se hablaba. Estaba claro que se haba perdido una

    parte importante de la conversacin.Puedes ser tan inquisitiva como ella explic Dominic. Contestar a

    todas sus preguntas con ms preguntas. Estoy seguro de que existen temas queprefiere no tocar!

    Charlotte le contest con franqueza, como haca siempre. Tal vez sa era unade las razones por las que se haba enamorado de Sarah.

    No conoces a la seora Winchester respondi sin prembulos. Si noquiere hablar de algo, simplemente te ignora. No concibe razn alguna por lacual su respuesta tenga que contestar a tu pregunta. Dice lo primero que se leocurre.

    Hoy le toc a la pobre Susannah?No; el tema de hoy fue la pobre seora Abernathy. Susannah era una

    cuestin tangencial que le permita llegar a la conclusin de lo bueno que serapara la pobre seora Abernathy pasar unos das en Yorkshire.

    En abril? Dominic se sorprendi. La pobre seora se congelara y semorira de aburrimiento.

    Edward se puso serio. Por desgracia, Caroline lleg en ese preciso instante.Caroline dijo framente, Charlotte me ha dicho que esta tarde habis

    hablado de Chloe Abernathy. Pensaba que me haba expresado con claridad,pero por si no es el caso lo repetir: no quiero que en esta casa se especule o sechismorree sobre la desafortunada muerte de esa muchacha. Si puedes ayudar ala seora Abernathy a sobrellevar su desgracia, adelante; de lo contrario, esperoque la cuestin quede zanjada. Queda alguna duda sobre mis deseos a esterespecto?

    No, Edward, por supuesto que no. Me temo que no logro controlar a la

  • seora Winchester. Es tan Se interrumpi porque saba que de nada serviransus explicaciones. Edward haba expresado claramente su desacuerdo y yaestaba pensando en otra cosa.

    Maddock entr y anunci que la cena estaba servida.

    Al da siguiente la tormenta haba amainado. La calle amaneci limpia bajo laclara luz de abril, el cielo era de un azul plido y, en el jardn, el roco hacabrillar cada brizna de hierba. Charlotte y Emily dedicaron la maana a las tareasde la casa, tal como solan hacer, y Sarah fue a la modista. Caroline se habaencerrado, junto a la seora Dunphy, la cocinera, para repasar las cuentas de lacomida.

    Por la tarde, Charlotte fue sola a llevarle los guantes a la mujer del vicario.No le agradaba tener que hacerlo, especialmente en un da como aqul, conmuchas posibilidades de que el vicario se encontrase en casa. Era un hombre quela deprima mortalmente. Sin embargo, esa vez no poda negarse. Le tocaba aella y ni Sarah ni Emily parecan dispuestas a liberarla de esa desagradabletarea.

    Lleg a la vicara un poco antes de las tres y media. El aire, despus de latormenta era clido y haba sido un agradable paseo; eran cerca de treskilmetros, pero estaba acostumbrada a hacer ejercicio.

    La sirvienta abri la puerta casi de inmediato. Se trataba de una mujer de airesevero, formas angulosas y edad indeterminada. Charlotte nunca lograbarecordar su nombre.

    Gracias dijo al entrar. Creo que la seora Prebble me espera.S, seorita. Sgame, por favor.La mujer del vicario estaba sentada en una de las salas ms pequeas, en la

    parte de atrs de la casa. Junto a ella se encontraba su marido, de espaldas a unfuego humeante y negro.

    Buenas tardes, seorita Ellison dijo, inclinando tan poco la espalda quepareca jorobado. Qu agradable verla emplear su tiempo en ayudar a losdems!

    No es gran cosa, seor vicario. Senta el impulso de llevarle la contraria. Son slo unos guantes que han hecho mi madre y mis hermanas. Espero quesean Se interrumpi porque se dio cuenta de que no senta nada de lo quedeca. Eran simples palabras vacas, ruidos para llenar el silencio.

    La seora Prebble se acerc y cogi la bolsa. Era una hermosa mujer, depecho grande, robusta, con manos fuertes y delgadas.

    Estoy segura de que cuando llegue el invierno, muchos se lo agradecern.Cuando uno tiene las manos fras, el resto del cuerpo se queda helado; se hafijado?

  • S, supongo que s.El vicario la observaba fijamente y ella intentaba rehuir su glida mirada.Parece que tiene fro, seorita Ellison sentenci l. A la seora Prebble

    le encantar que tome una taza de t caliente con nosotros. Era una orden queno dejaba lugar para rehusar cortsmente.

    Gracias dijo secamente.Martha Prebble hizo sonar la campanilla de plata que haba sobre la repisa de

    la chimenea y cuando, momentos despus, acudi la sirvienta, pidi que lessirviera el t.

    Cmo est tu madre, seorita Ellison? pregunt el vicario, que segua deespaldas al fuego, impidiendo que el calor llegase hasta los dems. Es unamujer muy buena!

    Est bien, gracias, seor vicario contest Charlotte. Le comentar quepregunt por ella.

    Martha Prebble dej de coser y levant la vista.He odo que su ta Susannah ya ha vuelto de Yorkshire. Espero que el

    cambio de aires le haya sentado bien.La seora Winchester no haba perdido el tiempo.Creo que s, pero no estaba enferma.De todos modos, las cosas han de resultarle bastante duras continu

    Martha. Al estar sola.No creo que a la ta Susannah le moleste lo ms mnimo solt Charlotte

    sin pensar. Me parece que se encuentra mejor as.El vicario frunci el entrecejo. El t lleg enseguida. Evidentemente ya

    estaba preparado, a la espera de la seal para servirlo.No es bueno que una mujer est sola apunt el vicario con tono severo.

    Tena un rostro grande y cuadrado, con una boca delgada y una nariz bastanteprominente. A Charlotte le avergonzaba reconocer lo mucho que le disgustabaaquel hombre. No debera pensar as de un alto cargo de la iglesia. Resultademasiado vulnerable aadi.

    Susannah no corre peligro alguno repuso Charlotte con firmeza. Tienecon qu mantenerse y, por supuesto, sale sola durante el da. Por la noche sequeda en su casa, que es un lugar muy seguro. Tiene un criado muy eficienteque entre otras cosas sabe manejar armas de fuego.

    No me refera a la violencia, seorita Ellison, sino a la tentacin. Unamujer sola est sometida a las tentaciones de la carne, a la ligereza decomportamiento y a una clase de diversiones que tienden a pervertir las buenascostumbres. Una buena mujer es aquella que se ocupa de las tareas de su casa.Recuerde lo que se dice en la Biblia, seorita Ellison, le recomiendo que lea ellibro de los Proverbios.

    Susannah es una buena ama de casa. Charlotte sinti la imperiosa

  • necesidad de defenderla. Y no se dedica a a comportarse con ligereza.Realmente es usted una jovencita muy obstinada coment el vicario con

    una sonrisa forzada. Eso no es bueno. Tendr que aprender a controlarse.Slo pretende defender a su prima, querido matiz Martha al ver cmo

    Charlotte empezaba a enrojecer de rabia.Martha, defender a otros deja de ser una virtud cuando se protegen valores

    equivocados, demonacos y peligrosos. Piensa en Chloe Abernathy, por ejemplo,pobre muchacha! Adems, Susannah es su ta, no su prima.

    Charlotte todava poda sentir el ardor en sus mejillas.Qu tiene que ver Chloe Abernathy con Susannah? exclam.Las malas compaas, seorita Ellison, las malas compaas. Todos somos

    seres frgiles y las mujeres, especialmente las jvenes, si van en mala compaasuelen caer en vicios deleznables e incluso, guiadas por un hombre demonaco,pueden acabar su vida en las calles, abandonadas y miserables.

    Chloe no tena nada que ver con todo eso!Es usted un alma cndida, seorita Ellison, tal como corresponde a una

    mujer. No tiene por qu saber de estas cosas, y su desconocimiento dice muchoen favor de su madre. Pero los grandes males empiezan con pequeos deslices.Es por ello que incluso la ms inocente de las mujeres necesita la proteccin deun hombre capaz de descubrir las semillas del pecado y de mantenerla alejadadel vicio. Las malas compaas son la fuente de todo mal, muchachita, no tengala menor duda. Poco antes de su muerte la pobre Chloe frecuentaba demasiado alas hermanas Madison. Tal vez no pueda usted apreciar la ligereza de suscostumbres, la frivolidad de sus maquillajes, la forma en que se visten parallamar la atencin de los hombres y su horrenda costumbre de citarse sincarabina, pero estoy seguro de que su padre est al corriente y no la dejararelacionarse con semejantes personajes. Debe agradecerle el no estar tirada enla calle, vctima de un asesinato.

    S que resultan algo frvolas. Charlotte trataba de pensar en las hermanasMadison para ver si detectaba en su comportamiento alguno de los indicios depecado a los que aluda el vicario. No consegua recordar nada nefasto,simplemente un cmulo de absurdos romnticos y nada peligrosos. Eran frvolaspero sin maldad, ni siquiera latente. Pero no recuerdo nada malvolo en ellas.

    Nada malvolo. El vicario lanz un bufido de suficiencia. El pecado notiene que ver con la malevolencia, muchachita. El pecado es el principio por elcual se llega a la condena eterna, a la perdicin de la carne, a la fornicacin y ala bsqueda del becerro de oro!

    El vicario elev la voz y Charlotte supo, instintivamente, que aquello era elinicio de un sermn. Empez a desesperarse.

    Seora Prebble se volvi hacia ella en un alarde de hipocresa, podradecirme qu ms le gustara que hicisemos para ay udar a los pobres? Tanto a

  • mi madre como a mis hermanas les encantara seguir colaborando.A Martha Prebble le sorprendi la vehemencia de la pregunta, pero tambin

    ella estaba contenta de dejar el tema del pecado.Oh! Creo que lo mejor seran unas mantas o tal vez ropa para los nios.

    Los pobres siempre tienen tantos nios, desde luego ms de los que tenemosquienes podemos abrigarnos.

    Por supuesto. El vicario no estaba dispuesto a abandonar la cuestin. Sucabeza pareca enorme, erguida sobre sus hombros como si fuese un monumento. Precisamente porque se dejan llevar por sus pasiones tienen ms hijos, y esogarantiza que sigan siendo pobres. Los dems tenemos la obligacin de cuidar deellos. Imagino que es una de las formas que tiene el Seor de ensearles a serpacientes en su desgracia y de desarrollar la virtud de la caridad cristiana en losdems.

    Charlotte no respondi. Bebi lo que le quedaba del t y se levant.Gracias por el t. Ahora que ya he descansado y he entrado en calor es

    hora de volver a casa; no quiero que me pille la noche. Le transmitir a mimadre su agradecimiento por los guantes y no dudo que seguir sus consejos. Apartir de maana haremos ropa para los nios. Espero que se nos d bien.

    Martha Prebble la acompa hasta la puerta. Una vez en el vestbulo, cogi aCharlotte del brazo.

    Mi querida Charlotte, no se moleste con el vicario. l slo busca elbienestar de la comunidad y no es su intencin sonar tan crudo. S que le apenano poder evitar desgracias como las que han ocurrido.

    Claro. Lo entiendo contest Charlotte para salir del paso. No lo entendaen absoluto. El vicario la pona enferma pero Martha le daba pena. Deba de serhorrible vivir con aquel hombre. Aunque tal vez la mayora de los hombresfuesen as. Todos solan mostrarse bastante estrictos con las jovencitas como lashermanas Madison, que en realidad resultaban bastante pesadas. Eran tontas,pero no pecaminosas.

    Martha sonri.Es muy gentil, querida. Saba que lo comprendera.Se qued en el umbral viendo cmo Charlotte se alejaba por el camino.

    Dos das despus, cuando Edward volvi a casa, todas las mujeres seencontraban en el saln, confeccionando ropa para nios, tal como la seoraPrebble haba sugerido.

    Oyeron cerrarse la puerta principal. Luego, un murmullo de voces mientrasMaddock recoga el abrigo y el sombrero del seor pero, un momento despus,en lugar de asomarse Edward, apareci el rostro de Maddock en la puerta.

    Seora dijo mirando a Caroline con el rostro alterado.

  • S, Maddock? Caroline se sorprendi pero an no sospechaba quehubiese ocurrido nada malo. Qu ocurre? No era el seor Ellison?

    S, seora. Podra salir un momento al vestbulo?Charlotte, Emily y Sarah lo miraron anonadadas. Caroline se levant.Por supuesto.En cuanto sali, las jvenes se miraron, sorprendidas.Qu estar pasando? exclam Emily muy emocionada. Creis que

    pap ha trado compaa? Me pregunto quin puede ser ser rico? Tal vez sea uncaballero de la ciudad.

    Si es as, por qu no le invita a pasar? apunt Charlotte.Sarah frunci el entrecejo y mir al techo con aire desesperado.Pero bueno, Charlotte! Lo normal es que lo consulte con mam antes de

    que lo presente. Tal vez es alguien que no debemos conocer. O alguien que tieneproblemas y necesita ayuda.

    Menuda tontera! protest Emily . Quieres decir que puede tratarsede un mendigo, alguien sin medios para mantenerse?

    No lo s. Pap le pedira a Maddock que se hiciese cargo, pero,naturalmente, se lo contara a mam.

    Emily se levant y se acerc a la puerta.Emily, no pretenders ir a escuchar!Emily sonri y se llev un dedo a la boca.No queris saber lo que ocurre? pregunt.Charlotte se acerc rpidamente y se puso casi encima de Emily.Por supuesto que quiero contest. Abre un poco ms la puerta.Emily lo hizo y se asomaron juntas. Poco tiempo despus, Charlotte sinti el

    calor de Sarah junto a su espalda. Su vestido de tafetn cruj a al moverse.Edward, tienes que destruir los peridicos deca Caroline. Puedes decir

    que los has perdido.No sabemos si saldr en los peridicos.Por supuesto que saldr! exclam Caroline furiosa y preocupada. Le

    temblaba la voz. Charlotte contuvo la respiracin. Su madre estaba a punto detraicionarla puede quedar uno suelto por ah y una de las nias podra verlo prosigui Caroline. Y tampoco quiero que el servicio lo lea. La pobre seoraDunphy a veces utiliza las hojas de peridico para envolver la basura y Lily lascoge para limpiar. Se llevaran un susto de muerte.

    Es cierto asinti Edward. Tienes toda la razn, querida. Ser mejorque lo lea y lo destruya antes de llegar a casa. Procura que mam no se enterede nada. Se llevara un gran disgusto.

    Caroline asinti sin demasiada conviccin.Charlotte sonri y se tap la cara con el vestido de seda de Emily. Pensaba

    que la abuela era ms dura que aquellos soldados turcos de la guerra de Crimea

  • acerca de los que no paraba de hablar. Pareca que Caroline comparta suopinin, a juzgar por su gesto. Pero qu haba ocurrido? Estaba temblando decuriosidad.

    A esta pobre Caroline trag saliva; se la poda or desde detrs de lapuerta tambin la estrangularon como a Chloe Abernathy?

    No exactamente como a Chloe Abernathy corrigi Edward, pero algo ensu voz indicaba que la situacin lo superaba. Chloe era una muchacharespetable. La sirvienta de los Hilton era bueno, parece deleznable criticar a losmuertos, especialmente si han muerto en semejantes circunstancias pero setrataba de una joven de dudosa reputacin. Tena ms admiradores de los quecorresponderan a una muchacha decente. Creo que eso le caus la muerte.

    Dijiste que la encontraron en la calle.S, en Cater Street, apenas a un kilmetro de la casa del vicario.Pero los Hilton no viven en Russmore Street? Eso est muy lejos de Cater.

    Supongo que tena una cita y entonces ocurri.Tranquila, querida. Ha sido algo horrible, obsceno. No volveremos a hablar

    de ello. Ser mejor que entremos en la sala de estar o empezarn a preguntarsequ nos retiene aqu. Espero que los vecinos no hagan comentarios y queDominic tenga suficiente sentido comn como para no mencionar nada, por lomenos confo en que obvie los detalles ms ms salvajes.

    Bueno, t te enteraste de casualidad, porque estabas en Cater Street en elmomento en que lleg la polica; de lo contrario no hubieses sabido nada.

    Le prevendr para que sea discreto. No quiero que las nias se preocupen.Ser mejor que hable con Maddock para que ni Dora ni Lily vayan solas aningn lado, hasta que detengan al asesino.

    Se dirigieron hacia la sala.Emily le clav el codo a Charlotte para avisar que haba que despejar la zona.

    Volvieron corriendo a sus respectivos lugares. Cuando la puerta se abri, estabansentadas de forma muy incmoda, con las faldas arrugadas.

    El rostro de Edward estaba plido pero aparentemente sereno.Buenas noches, queridas. Espero que hayis tenido un buen da.S. Gracias, pap contest Charlotte casi sin aliento. Muy buen da.

    Gracias.Pero su mente estaba muy lejos de all, perdida en una calle oscura, en

    medio de un horror inimaginable en el que se sucedan sombras, dolor, asfixia ymuerte.

  • 2

    Emily estaba emocionada. Era el tipo de da que ms le gustaba, incluso msque el da anterior. Era el momento de soar, de prepararse, de las prisas finales,de revisar hasta el ltimo detalle, de ropa interior recin lavada, de lavarse elpelo, cepillarlo y rizarlo y de, en el ltimo momento, darle un discreto toque decolor a sus mejillas.

    Esa noche iban a ir a un baile en la casa del coronel Decker, que tambin erala casa de su esposa y, ms importante an, de su hijo y su hija. Emily slo loshaba visto en un par de ocasiones pero haba odo a Lucy Sandelson contarhistorias increbles sobre las fiestas: el estilo, la elegancia, la hermosura de losvestidos de ltima moda y, an mejor, la cantidad de amigos ricos y aristcratasque tena la familia. El baile prometa abrir un sinfn de puertas que, con un pocode suerte y maa, podran darle entrada a mundos con los que hasta entoncesslo haba soado.

    Sarah iba a vestir de azul, un color que la favoreca mucho. Destacaba lodelicado de su piel y haca juego con sus ojos. Era un color que tambin lequedaba muy bien a Emily puesto que contrastaba con sus clidas mejillas, susojos oscuros y su pelo castao con reflejos dorados. De todos modos, ningunaestara favorecida si ambas llevaban el mismo color; al contrario, quedaranridculas. Y Sarah haba escogido primero.

    Charlotte haba optado por un burdeos intenso, otro de los colores que hubieseescogido Emily. Pero, honestamente, a Charlotte le iba como anillo al dedo consu pelo caoba y su piel de color miel. Sus ojos nunca eran azules, permanecangrises bajo cualquier tipo de luz.

    Emily slo poda optar por el amarillo o el verde. El amarillo la haca pareceresculida y a Sarah tambin le quedaba fatal. La nica que se lo poda poner eraCharlotte. De modo que, por eliminacin, Emily escogi el verde. Un verdesuave, ms discreto que el verde manzana. Coloc el vestido ante s y se dijo quela suerte estaba de su parte. Realmente era una buena opcin. Le daba un aspectodelicado y primaveral, como una flor en estado natural, carente de artificios. Dehecho, si con esa ropa no llamaba la atencin de uno de los amigos de la familiaDecker, no lo lograra con nada. Sarah no era competencia porque estaba casaday las hermanas Madison carecan de atractivo: la cintura de ambas era msgruesa de lo que caba desear tal vez coman demasiado. Lucy era muybella pero algo torpe. Y Charlotte no sera rival porque siempre abra la boca yborraba cualquier buena impresin que hubiese producido. Por qu Charlottesiempre tena que decir lo que pensaba en lugar de ser lo suficientemente listacomo para decir lo que la gente deseaba or?

    El verde resultaba perfecto. Tendra que conseguir un vestido de da, delmismo tono. Dnde estaba Lily? Ya tendra que haber llegado con las tenacillas

  • de rizar!Se acerc a la puerta.Lily?Ya voy, seorita Emily ! Es slo un momento.Qu ests haciendo?Dando los ltimos toques al vestido de la seorita Charlotte, seorita Emily.Las tenacillas se van a enfriar!A veces Lily era un tanto estpida. Acaso no poda pensar un poco?Todava estn demasiado calientes, seorita Emily. Ya voy !Esa vez cumpli su promesa y media hora despus, Emily estaba totalmente

    satisfecha. Se dio una vuelta lentamente delante del espejo. El resultado eraespectacular; no faltaba ni sobraba un solo detalle. Haba obtenido el mximopartido. Tena un aire joven pero sofisticado, un tanto etrea sin llegar a parecerinalcanzable.

    Caroline entr en la habitacin.Emily, llevas demasiado tiempo delante de ese espejo. Debes de conocer

    todos y cada uno de los pliegues de tu vestido. Sonrea y miraba a su hija a losojos. La vanidad no es uno de los atractivos de una mujer, querida. Por mshermosa que seas (y eres bonita, no hermosa), lo mejor es aparentar que teresulta indiferente.

    Emily sofoc una risilla. Estaba demasiado emocionada para discutir.Lo que pretendo es que a los dems no les resulte indiferente. Ests lista,

    mam?Crees que me falta algo? pregunt Caroline con una ligera mueca.Emily se gir e hizo volar su falda. Mir a su madre con aire divertido.

    Cualquier otra persona hubiese quedado desfavorecida con el vestido dorado quellevaba, pero no Caroline. Se vea muy bonita con su piel clara y su pelo colorcaoba. Emily era demasiado honesta para negarlo.

    Pues no, mam. No te falta nada.Gracias dijo Caroline. Ests lista para salir? Todo el mundo est

    esperando.Emily baj por la escalera con cuidado, vigilando su vestido, y fue la primera

    en subir al carruaje. Guard silencio durante todo el camino. Iba soandodespierta; imaginaba jvenes apuestos cuy os rostros apenas poda distinguir:todos se giraban para mirarla mientras bailaba al comps de una msica queinundaba sus odos, su cuerpo y sus pies, que casi no tocaban el suelo. Lasimgenes se fundan unas con otras. Incluso lleg a pensar en el da despus: lasvisitas de sus admiradores, las cartas. Todos ellos lucharan por ganar su atencin.Un caballero piadoso ya no se bata en duelo, todo sera de lo ms correcto. Talvez alguno de ellos tuviese un ttulo. Se casara con l? Se convertira en unadama? Primero habra un largo y apasionado noviazgo. De pronto pens que su

  • familia habra escogido a otra mujer para l, alguien de su misma clase, unaheredera! Sin embargo, l estara dispuesto a renunciar a todo. El sueo eraencantador y fue frustrante tener que interrumpirlo al llegar. Pero conoca ladiferencia entre los sueos y la realidad.

    Llegaba en el momento justo, tal como la madre haba previsto. El baile yahaba comenzado; se poda or la msica desde la escalera de la entrada. Emilycontuvo la respiracin y trag saliva, embargada por la emocin. Haba ms decincuenta personas movindose graciosamente, como flores en la brisa. Loscolores se mezclaban al azar, contrastando con las figuras oscuras y rectas de loshombres. La msica era como el verano, el vino y la risa.

    Fueron anunciados. La madre y el padre bajaron por las escaleras despacio,seguidos de Dominic y Sarah y, finalmente, Charlotte. Emily esper todo lo quepudo. Estaran todos aquellos ojos mirndola? S, por favor! Ojal fuese as.Recogi su falda unos centmetros y empez a descender con delicadeza. Era unmomento para saborear, como se hace con las primeras fresas del ao, queinundan la boca de un gusto a la vez dulce y amargo.

    Luego fueron presentados oficialmente, pero ella no se enter de casi nada.Slo anhelaba ver al hijo de los anfitriones. Cuando por fin lo vio, se sinti untanto decepcionada. La realidad golpeaba con fuerza el sueo: el joven tena unrostro coloradote, una nariz corta y estaba demasiado gordo para su edad.

    Emily hizo una reverencia, como dictan las normas, y cuando el muchachole pidi el honor de bailar con l, acept. No le quedaba otra alternativa si queracomportarse correctamente y conseguir su propsito. El joven no bailaba nadabien.

    Tras el baile, Emily se encontr rodeada de un grupo de mujeres a las queconoca, por lo menos de vista. Las conversaciones eran breves y totalmenteestpidas, y a que todas estaban con la atencin puesta en el grupo de hombresque se estaba formando en el otro extremo del saln o en aquellos que estabanbailando con otras mujeres.

    Emily vio a Dominic y Sarah juntos y a su madre bailando con el coronelDecker. Charlotte hablaba, con cierto inters, con un joven de aire serio yelegante.

    Una media hora despus, una vez transcurridos varios bailes, el joven Deckervolvi para desespero de Emily. Pero la joven cambi de opinin cuando observque vena acompaado de uno de los hombres ms guapos que haba visto. Erade mediana estatura pero tena un bonito cabello castao y rizado, rasgosarmoniosos y grandes ojos, pero su mayor atractivo era el aire de seguridad quedesprenda.

    Seorita Ellison dijo el joven Decker con una leve inclinacin, mepermito presentarle a lord George Ashworth.

    Emily le tendi la mano e hizo una reverencia que le sirvi para ocultar que

  • sus mejillas empezaban a sonrojarse; deba comportarse como si conociese alores todos los das y le importara un pimiento.

    El joven anfitrin le dijo algo pero ella apenas si pudo orlo. Contestamablemente y mantuvieron una conversacin formal, quiz con ciertasequedad, pero eso era lo de menos. Decker era un estpido, con prestarle sloparte de su atencin poda mantener una conversacin con l pero Ashworth eratotalmente diferente. Senta cmo la miraba y le pareca excitante y peligroso aun tiempo. Se vea que era el tipo de hombre que consegua lo que quera. Podaser fino, sin torpeza ni falta de confianza en s mismo. A Emily le dio ciertomiedo saber que, en esos momentos, se interesaba por ella.

    Bailaron juntos dos veces durante la siguiente hora. Dos veces eransuficientes; ms hubiese llamado la atencin, y tal vez su padre hubiese venido aestropearlo todo.

    Vio a su padre en el otro lado de la sala, bailando con Sarah, y a su madreintentando matizar la admiracin demasiado evidente que mostraba el coronelDecker sin tener que ofenderle o provocar los celos de los dems. En otromomento, Emily la hubiese observado para aprender, pero en aquella ocasinhaba otros asuntos que requeran su atencin.

    Estaba hablando con una de las seoritas Madison pero se daba cuenta de quelord Ashworth tena su mirada clavada en ella, a pesar de estar en la otra puntade la habitacin. Tena que mantenerse erguida; una espalda curvada era pocofavorecedora, afeaba el perfil del pecho y la lnea de la barbilla. Deba sonrerpero sin parecer demasiado superficial, y mover sus manos con gracia. Sabaperfectamente cmo unas manos feas podan estropear un conjunto hermoso; lohaba comprobado al ver cmo la otra chica Madison perda de esa manera unode sus admiradores ms interesantes. Eso era algo que Sarah nunca habadominado del todo mientras que Charlotte era una verdadera experta. Charlotteera un incordio cuando hablaba, pero tena unas manos preciosas. En aquelinstante estaba bailando con Dominic; llevaba el mentn en alto y le brillaban losojos. En ciertas ocasiones Emily se preguntaba por qu careca Charlotte delsentido comn con que ella contaba. No poda sacar nada de Dominic. No tenaamigos importantes y tampoco conocidos poderosos. Era cierto que habalogrado un buen puesto, pero eso no poda ay udar en nada a Charlotte. Slo loslocos toman caminos que no llevan a ninguna parte. Pero no haba forma de queciertas personas lo entendieran!

    Al llegar la medianoche, Emily haba bailado con George Ashworth en otrasdos ocasiones, pero no se haba hablado de una hipottica cita o visita posterior.Empezaba a temer que no estuviese tan interesado en ella como pareca. Supadre no tardara en decidir que y a era hora de marcharse. Deba hacer algoenseguida o perdera su oportunidad; no poda dejar escapar tan fcilmente alprimer lord con que haba entablado conversacin, adems de que era un

  • hombre guapsimo, inteligente y decidido.Se excus ante Lucy Sandelson con el pretexto de que tena calor y se dirigi

    hacia la terraza. Seguramente hara demasiado fro fuera pero mereca la penacon tal de conseguir su meta.

    Esper unos cinco minutos que le parecieron cincuenta, hasta que oy unospasos. No se volvi; fingi estar absorta contemplando las azaleas.

    Espero que no hay a cogido fro y vuelva al saln antes de que me retire.Emily se sonroj. Era Ashworth.Por supuesto dijo con toda la serenidad que pudo. No saba que me

    hubiese visto salir. No pretenda resultar demasiado evidente. Menudamentira! Si hubiese credo que no la observaba, habra regresado para intentarlode nuevo. Hace mucho calor, ah dentro, con tanta gente.

    No le gusta la gente? Me siento defraudado. Lo pareca. Esperabapoder invitarla a usted y tal vez a la seorita Decker, para que me acompaasejunto con unos amigos a las carreras de caballos que tendrn lugar dentro de unasemana. Ser una gran competicin y lo ms granado de Londres estar all.Usted habra animado el lugar con su presencia, especialmente si llevase elmismo tono que viste esta noche. Resulta muy joven y primaveral.

    Ella estaba demasiado emocionada para hablar. Las carreras! Con lordAshworth y lo ms granado de Londres! Empez a soar despierta con talintensidad que apenas poda distinguir la fantasa de la realidad. Tal vez acudirael prncipe de Gales, a quien le encantaban las carreras. Y quin sabe quin ms.Comprara otro vestido verde y se lo pondra especialmente para que todos sevolviesen a su paso.

    Est muy callada, seorita Ellison dijo l situndose a su espalda. Mesentir muy decepcionado si no me acompaa. Es usted la criatura msencantadora que hay en este baile. Le prometo que la multitud que habr en lascarreras no ser tan sofocante como la de esta fiesta. El encuentro ser al airelibre y, si estamos de suerte, incluso lucir el sol. Por favor, dgame que acepta lainvitacin.

    Gracias, lord Ashworth. Intent mantener la voz serena, como siacostumbrara a ir a las carreras con un lord y no tuviese motivos para saltar degozo. Me sentir honrada de acompaarle. No dudo que ser una reuninencantadora y la seorita Decker me parece una compaera excelente; supongoque ella habr aceptado.

    Naturalmente, de lo contrario no me hubiese atrevido a acercarme a ustedminti.

    Cuando su padre vino a decirle que era hora de volver a casa, Emily lo siguisonriente, con una mirada de felicidad extrema.

  • El da de la cita amaneci fro pero con el suave sol de finales de la primaveraque hace resplandecer el aire. Emily haba convencido a su padre de que lecomprase un nuevo vestido verde. Lo haba convencido alegando que, caso deresultar victoriosa, podra estar dando con un futuro marido, un argumento queimpresion a su padre. Tres hijas eran una dura prueba para las relaciones y labuena fortuna de un padre, si deseaba verlas bien casadas. Sarah ya estabacolocada, no de forma espectacular pero al menos correcta. Dominic tenamedios suficientes y era bastante presentable. Era muy atractivo y pareca tenerbuen carcter y mejores costumbres.

    Charlotte, por supuesto, era otro problema. Emily no poda imaginar aCharlotte tan bien casada. Resultaba excesivamente inconformista a loshombres les incomodan las mujeres demasiado discutidoras y pocopragmtica, con sus propias metas. Buscaba los atributos ms raros ycomplicados en un hombre. Emily haba intentado aleccionarla, explicarle quelos bienes y el estatus social junto con una apariencia agradable y unas manerascorrectas eran todo lo que una mujer poda pedir de hecho, ms de lo quemuchas muchachas podan conseguir. Pero Charlotte se negaba a dejarseconvencer o a dar prueba de que haba captado el mensaje.

    Sin embargo, aquel da nada de todo aquello importaba. Emily estaba en lascarreras con lord George Ashworth, la seorita Decker y un amigo al que apenasprestaba atencin. Tena bastante menos que ofrecer que Ashworth de modo queno mereca su consideracin, por el momento.

    Al acabar la primera carrera George haba ganado una buena suma. Dijoque conoca al dueo del caballo, lo que haca todo an ms emocionante. Emilyse instal en la hierba, con la sombrilla en la mano, disfrutando y dndose airesde superioridad. Iba del brazo de un miembro de la aristocracia, unoespecialmente guapo. Su aspecto era encantador y perfectamente a la moda yella lo saba. Y tena informacin confidencial con respecto al ganador de lacarrera anterior. Qu ms poda pedir? Formaba parte de la lite.

    La segunda carrera no tuvo demasiada emocin pero la tercera fue todo unespectculo. La gente se entusiasm y agit como un avispero en pie de guerra.El trasiego se volvi ms intenso a medida que se acercaban ms y ms personasa las taquillas intentando conseguir apuestas cada vez ms altas. Los hombresvestan ropa elegante y cara, rean abiertamente y hacan circular enormessumas de dinero entre sus manos.

    En una ocasin, mientras Ashworth hablaba de las patas de los caballos, loscorazones fuertes, las habilidades del j inete y dems cosas que Emily noentenda, la joven observ una escena que la dej absorta. Un caballerocorpulento, con el rostro rojo de emocin, estaba bendiciendo su buena suerte

  • con un billete en las manos. Avanz unos pasos y se dirigi a un hombre de pielmacilenta, vestido con ropas oscuras y de aspecto tan lgubre como el de unencargado de pompas fnebres.

    Ha perdido, viejo amigo? pregunt el hombre corpulento con simpata. No se preocupe Tendr mejor suerte esta vez! No puede perder siempre.Vulvalo a intentar, hgame caso! Y solt una risotada.

    El hombre delgado lo mir con recatada consternacin.Disculpe, me lo dice a m? Hablaba tan bajo que si Emily no hubiese

    estado tan cerca no le habra entendido.Parece que la mala fortuna le ha visitado insisti el hombre grueso con

    tono comprensivo. Les ocurre a las mejores personas. Siga intentndolo, se esmi consejo.

    De veras, seor, le aseguro que no he tenido mala suerte.Ah! exclam su interlocutor con una mueca. No lo quiere admitir,

    verdad?Le aseguro, seorEl hombre robusto se ech a rer y le dio unas palmadas en el brazo. En ese

    instante, una de las personas que pasaban por all tropez con el hombreregordete, quien, a su vez, cay encima del hombre con ropa fnebre, quelevant las manos para sostener el peso que se le vena encima o para apartarlo.Se disculparon mutuamente y se arreglaron los trajes. La persona que habatropezado murmur algo, pero en ese momento vio a un conocido y se march asaludarlo. Una atractiva joven se acerc al hombre de negro y le pidi que laacompaase a celebrar su buena suerte. Dos hombres que mantenan unaacalorada conversacin sobre los mritos y fallos de un caballo vinieron a ocuparsu lugar.

    El hombre robusto sigui quitndose el polvo y suspirando. Entonces, su manose detuvo un instante y luego rebusc en el bolsillo de su chaqueta con gesto deperplej idad.

    Mi reloj! exclam indignado. Mi dinero! Mis sellos! Llevaba tressellos de oro en la cadena de mi reloj! Me han robado!

    Emily se volvi y tir de la manga de Ashworth.George! dijo con apremio. George, acabo de ver cmo robaban a un

    hombre. Le han robado el reloj y sus sellos!Ashworth se dio la vuelta con una sonrisa de cierta indulgencia.Querida Emily, en las carreras ocurre todo el tiempo.Pero y o lo vi! Lo hicieron de forma muy astuta. Un hombre cay encima

    de otro y lo empuj sobre un tercero que puso las manos para protegerse yaprovech para vaciarle el bolsillo. No piensas hacer nada?

    Qu sugieres? Arque las cejas. A estas alturas el ladrn ya habrpasado el botn a otro que ni t ni la vctima conocis.

  • Pero acaba de ocurrir ahora mismo! protest.Y dnde est el ladrn?Emily mir alrededor. No reconoci a nadie salvo a la vctima y a los dos

    amigos que discutan sobre el caballo. Se volvi de nuevo hacia George con airede impotencia.

    No lo veo.l sonri burln.Por supuesto, e incluso si intentas perseguirle te encontrars con gente que

    te frenar. As operan. Es todo un arte, casi tan difcil como el arte de evitarlos.No pienses ms en ello, no hay nada que puedas hacer. Procura no llevar dineroen los bolsillos de tu falda. Tambin se les da muy bien robar a las mujeres.

    Ella lo mir fijamente.Te importara apostar algo al caballo de Charles? pregunt l. Puede

    garantizar que llegar entre los primeros.Acept. Apostar era emocionante. Formaba parte del encanto del lugar y

    dado que no era su dinero, no tena nada que perder y poda salir ganando. Perolo que sin duda era mejor que obtener un beneficio econmico era saber queformaba parte de ese mundo con el que haba soado desde su adolescencia.Damas de alcurnia agitaban sus faldas al correr de la mano de elegantescaballeros, caballeros con dinero y ttulos que apostaban a los caballos, a lascartas o a los dados, caballeros que tomaban el toro por los cuernos y ganaban operdan fortunas en un da. Emily oa sus conversaciones e imaginaba distintassituaciones, con poca precisin, claro est, porque ella nunca haba estado en unlocal de apuestas, en un combate de perros o de gallos. Nunca haba visto unsaln de juegos ni a nadie bebido ms de la cuenta.

    Pero todo aquello rezumaba peligro, y el riesgo era la esencia de la fortuna.Emily posea juventud, ambicin e inteligencia, y por encima de todo pensabaque tena estilo, esa indefinible cualidad que distingue a los ganadores de losperdedores. Si quera ganar algo duradero, tena que jugar sus cartas.

    Le fue tan bien como esperaba. Diez das despus, volvieron a invitarla, juntocon la seorita Decker, a un torneo de tenis sobre hierba en el que se divirtimuchsimo. Por supuesto, ella no jugaba, pero el objetivo era hacer vida social yen eso y a era una experta. Hasta logr una invitacin para cabalgar por elparque, al cabo de unos das. Por supuesto, tendran que prestarle tanto el caballocomo el traje, pero eso no supona problema. Ashworth se haca cargo delcaballo y pensaba pedirle el traje a la ta Susannah, que era slo unos centmetrosms alta que ella. Bastara con doblar la falda en la cintura. Slo ella lo sabra.

    Quedaron en verse el primero de junio. El da era fresco y luminoso, el cieloestaba claro y las calles, limpias tras la lluvia. Emily se reuni con la seoritaDecker a la que empezaba a detestar, aunque lo disimulaba maravillosamente, lord Ashworth y un tal seor Lambling, amigo de Ashworth, que mostraba

  • gran inters por la seorita Decker. Dios sabra por qu!Cabalgaron juntos bajo los rboles, por el camino de Rotten. Emily se sent

    con cierta dificultad en la silla de montar. No estaba acostumbrada a los caballos,pero s decidida a guardar el equilibrio y a aparentar cierto dominio mientrasconduca su montura por entre un grupo de nios solemnemente montados engruesos ponis. Estaba radiante, y lo saba por los murmullos de aprobacin conque la haba obsequiado un grupo de caballeros que haban cruzado. El traje lequedaba bastante ceido y, por lo tanto, la favoreca. El sombrero de montar decopa alta que llevaba sobre su cabello brillante recordaba a un sombrero decaballero pero le sentaba de maravilla. Su piel clara contrastabamaravillosamente con el tono oscuro del sombrero y con el lazo blanco de sublusa.

    Los otros se amoldaron a su paso y cabalgaron ms o menos a su lado.Hablaron poco hasta que se cruzaron con una de las mujeres ms elegantes queEmily haba visto en su vida. Tena el pelo plateado y un hermoso rostro. Vestaun traje verde salvia, de corte exquisito, con un cuello de terciopelo, y su caballoera evidentemente un animal de raza. Emily se qued maravillada y dese podercabalgar por Ladies Mile con semejante porte y un aire de superioridad asumidocon tanta naturalidad.

    La mujer les sonri al pasar junto a ellos y se ajust el sombrero con undedo, colocndolo en un ngulo todava ms apropiado. Miraba directamente aAshworth.

    Buenos das, milord salud con aire jocoso.Ashworth clav su mirada en ella durante un largo y tenso momento y luego

    se volvi hacia Emily.Seorita Ellison, me estaba usted hablando de la visita de su ta a Yorkshire.

    Por lo que me cuenta, deduzco que se trata de un hermoso lugar. Va all amenudo?

    Aquello era una imperdonable falta de educacin. Haca por lo menos uncuarto de hora que Emily haba comentado lo de Yorkshire y era evidente queaquella mujer le conoca perfectamente. Emily se sinti demasiado asombradapara contestar.

    Aunque me sorprende que se le ocurriese ir a principios de la primavera aun lugar tan al norte prosigui l sin dejar de dar la espalda al camino.

    Emily lo mir perpleja. El rostro de la mujer compuso una especie demueca, un gesto que indicaba diversin y amargura a la vez, y acto seguido,fustig su caballo y se march.

    Esa mujer te estaba hablando! exclam Emily, an asombrada.Mi querida Emily la boca de Ashworth esboz un ligero rictus, un

    caballero no puede prestar atencin a todas las rameras que le molestan explic con cierta condescendencia. Especialmente en un lugar pblico como

  • ste. Y en ningn caso si va acompaado de damas.Ramera? balbuce Emily . Pero si iba iba vestida quiero decir.Existen muchas clases de rameras, del mismo modo que existen muchas

    clases de casi todo! Cuanto ms caras son, ms elitista es su clientela y menos lasdelata su aspecto. Eso es todo. Tendrs que aprender a ser menos ingenua!

    Se pregunt cmo era que l conoca el oficio de esa mujer, pero se abstuvode hacer ms comentarios. Evidentemente, tena mucho que aprender sobre elmundo si quera salir airosa y lograr el codiciado trofeo.

    Sers tan amable de ensearme? dijo con una sonrisa que esperabacamuflase sus pensamientos y sus intenciones. Es un mbito para el que no herecibido formacin alguna.

    l la mir con dureza durante un momento pero luego esboz una ampliasonrisa. Tena unos dientes extraordinariamente finos. En ese momento Emilydecidi que hara el mximo esfuerzo por convertirse en lady Ashworth, a pesarde que supusiera ciertos inconvenientes. Ya se ocupara de eso en el momentoadecuado y no dudaba que sera capaz de vencer todos los obstculos.

    Emily, no estoy seguro de que seas tan inocente como pareces. Lasegua mirando fijamente.

    La joven puso cara de nia y sonri con ternura. Baraj la posibilidad depermitir que la conociese ms ntimamente, pero la desech. Era demasiadoprecipitado y, de todos modos, tarde o temprano ocurrira.

    George Ashworth fue a visitar a la familia Ellison durante la segunda semana dejunio. Por supuesto, todo estaba previsto y rigurosamente planeado. Carolinepareca muy emocionada y trataba en vano de ocultarlo.

    Un cuarto de hora antes de las cuatro, estaban todos sentados en la sala. El solatravesaba la estancia y, en el jardn, florecan las primeras rosas. LordAshworth y los hermanos Decker llegaran de un momento a otro. Sarah estabasentada ante el piano, con aire remilgado, improvisando. Emily tena suficientesconocimientos musicales como para apreciar lo mal que tocaba su hermana,pero se senta demasiado feliz ante la perspectiva de la visita. Caroline se sentmuy tiesa en una silla como si ya estuviese preparada para servir el t que anno haban llevado. Charlotte era la nica que pareca indiferente. Pero, porsupuesto, Charlotte era incapaz de distinguir lo que era importante de lo que no loera.

    Emily se mantena perfectamente sentada en su sitio. Ya haba realizadotodos los preparativos necesarios y slo le quedaba practicar cada una de lasfrases y las miradas, antes de que llegaran.

    Aparecieron a la hora prevista y fueron presentados en medio de ciertonerviosismo. Se sentaron y empezaron a hablar de frusleras, como manda el

  • ritual. El nico que pareca totalmente a sus anchas era George Ashworth.Dora llev el t entre risillas, sonrojada. Se sirvieron los canaps ms

    exquisitos que la seora Dunphy consigui preparar, galletas en forma demariposa y otras imposibles de catalogar; todo ello envuelto en un ceremonialque exceda con mucho el habitual.

    Emily nos cont su cita en las carreras apunt Caroline para darconversacin, al tiempo que tenda los canaps a Ashworth. Debi de ser unespectculo fascinante. Yo slo he ido a las carreras en dos ocasiones, hace yabastante tiempo, en Yorkshire. Las carreras de Londres tienen ms fama. Eso heodo. Hblenos de ellas. Va a menudo?

    Emily esperaba que su respuesta fuese discreta, en parte porque le habacontado muy poco a su madre sobre las carreras y lo poco que haba contadotena ms que ver con el lado elegante y mundano que con el mundillo de lasapuestas, los ladrones, los que beban ms de la cuenta y las damas cuyaocupacin ahora se daba cuenta era similar a la de la amazona que habancruzado en el camino de Rotten. Rogaba a Dios que George tuviese la prudenciasuficiente como para evitar, l tambin, semejantes cuestiones.

    George sonri.Me temo que no hay tantas carreras como para ir ms de dos o tres veces

    al mes, seora Ellison. Y, por supuesto, no todas merecen la pena ni para m nipara una dama.

    Acaso existen carreras a las que no acuden las damas? pregunt Sarah,curiosa. Carreras slo para hombres?

    No, no es eso, seora Corde. He escogido el trmino damas paradistinguirlas de otras mujeres que acuden a las carreras con otros propsitos.

    Sarah se qued boquiabierta, pero su rostro reflejaba inters. Sin embargo,record a tiempo que deba guardar la compostura y cerr la boca. Emily mir aCharlotte con el rabillo del ojo. Ambas conocan el celo desmedido de Sarah enmantener las normas de correccin social. Pero Charlotte hizo la pregunta que suhermana no se atrevi a formular.

    Se refiere a mujeres carentes de virtud? pregunt abiertamente.Mundanas, creo que las llaman.

    George sonri.As las llaman, en efecto, entre otras muchas cosas asinti. Existen los

    aficionados a las carreras y aquellas que siguen a los aficionados a las carreras yaquellos que siguen a las que siguen. Marchantes de caballos, jugadores e inclusoladrones.

    Caroline frunci el entrecejo.Vaya! No parece tan agradable como haba imaginado.Las carreras varan casi tanto como la gente, seora Ellison explic

    George al tiempo que coga otro canap. Slo pretenda aclarar por qu no

  • acudo a las carreras en ciertas ocasiones.Caroline relaj el semblante.Por supuesto. Haba empezado a temer por Emily, innecesariamente, por

    lo que parece. Supongo que lo entender.No esperaba menos de usted. Pero le aseguro que no me atrevera a llevar

    a Emily a ningn sitio que no pudiese visitar con mi propia hermana.No saba que tuviese una hermana. Caroline se mostr de nuevo muy

    interesada y, a juzgar por sus caras, los Decker tambin.Lady Carson contest George con soltura.Nos encantara conocerla. Debera traerla a casa propuso el seor

    Decker, sin perder un minuto.Me temo que vive en Cumberland. George poda prescindir de su

    hermana sin problema. Rara vez viene a Londres.Carson? Decker no estaba dispuesto a cambiar de tema. No me

    suena.Conoce Cumberland, seor Decker? pregunt Emily. No le gustaba

    Decker y le molestaba su curiosidad.Decker se qued un tanto abatido.No, seorita Ellison. Es bonito?Emily se volvi hacia George con las cejas enarcadas.Muy bonito, aunque un poco rstico contest. Carece de muchas

    comodidades de la vida civilizada.No tiene farolas? inquiri Charlotte. Estoy segura de que tienen agua

    caliente y chimeneas.Por supuesto, seorita Ellison. Me refera a clubes para caballeros, vinos

    importados, sastres de calidad, teatros y todas esas cosas que, en definitiva, hacenposible la vida en sociedad.

    Debe de ser muy aburrido para su hermana afirm la seorita Deckercon tono cortante. Yo no me casara con un hombre que tuviese la malafortuna o el deseo perverso de vivir en Cumberland.

    Entonces, si alguien as se lo propone, no tiene ms que negarse repusoCharlotte. Emily sonri para sus adentros. Aparentemente, a Charlotte tampocole gustaba la seorita Decker. Pero rogaba al cielo que no se comportasegroseramente. Esperemos que le hagan una oferta que sea ms de su agradoremat Charlotte.

    La seorita Decker hizo un gesto malhumorado.Por supuesto que me la harn, seorita Ellison protest.George se inclin. Su bello rostro estaba sombro y sus labios en tensin.No creo que reciba una oferta mejor que la de lord Carson, seorita

    Decker. Por lo menos no para casarse.Se hizo un silencio embarazoso. Era imperdonable que se hubiese permitido

  • ofender a una mujer de semejante manera, por muy clara que hubiese sido laprovocacin. Caroline no saba qu decir.

    Emily tena que hacer algo.Es perfecto que no todos tengamos los mismos gustos afirm con

    presteza. Pero estoy segura de que las propiedades de lord Carson resultanmuy habitables. No es lo mismo vivir en un sitio que estar de visita. Cuando unoest en su casa, siempre encuentra algo en qu ocuparse. Surgen un sinfn deresponsabilidades.

    Qu inteligencia la suya! opin George. Las propiedades de lordCarson son muy extensas. Cra caballos de raza y tiene ganado; adems puedededicarse a cazar y pescar. Tambin tiene molinos y Se interrumpi al darsecuenta de que estaba hablando de propiedades, es decir, de dinero, algo queresultaba sumamente vulgar. Eugenie tiene mucho en qu ocupar su tiempo,especialmente con sus tres hijos.

    Sin duda lleva una vida muy atareada asinti Caroline intentando zanjarla cuestin.

    La tarde sigui su curso y la conversacin se reanim. Emily se esforz enque las cosas fueran bien y Sarah, que se haba quedado muy impresionada, saca relucir sus mejores modales, que en verdad resultaron excelentes.

    Cuando las visitas se marcharon, Emily y Charlotte se encontraron en la sala.Charlotte abri las puertas para que entrase el sol de ltimas horas de la tarde.

    No fuiste de mucha ayuda se quej Emily. Tendras que haberte dadocuenta de qu clase de criatura es la seorita Decker.

    Tambin me he dado cuenta de qu clase de criatura es l contestCharlotte sin dejar de mirar las rosas.

    El seor Decker? pregunt Emily, sorprendida. No es nadie.No, no Decker. Tu lord Ashworth. Esta rosa amarilla habr florecido

    maana.Qu importa eso ahora? Charlotte, pretendo comprometerme con George

    Ashworth, de modo que vigila tu lengua cuando nos visite.Que pretendes qu? Charlotte se dio la vuelta, sorprendida.Ya lo has odo! Pienso casarme con l, de modo que intenta ser amable,

    por lo menos por ahora.Emily ! Apenas lo conoces!Lo conocer lo suficiente cuando llegue el momento.No puedes casarte con l! Sera una insensatez!Por supuesto que no lo sera! Puede que a ti te agrade pasarte la vida

    soando, pero a m no. Sin duda George es perfecto.Perfecto? repiti Charlotte incrdula. Es espantoso! Es superficial,

    jugador y probablemente un libertino. No forma parte de nuestro mundo, Emily.Si te casas con l te har desgraciada.

  • Eres una soadora, Charlotte. Cualquier hombre te har desgraciada en unmomento o en otro. Creo que George tiene ms que ofrecer que la mayora ypienso casarme con l. No intentes convencerme de lo contrario.

    Estaba convencida. All, sentada en la sala, mirando la cara de Charlotte y sudenso pelo resplandeciente de luz estival, comprendi hasta qu punto estabaconvencida. Lo que al empezar la tarde era slo una idea se haba convertido enuna decisin irrevocable.

  • 3

    Era a finales de julio. Caroline estaba colocando flores en la sala, pensandoque lo que debera estar haciendo era revisar las cuentas de la casa. Dora entrsin llamar.

    Caroline se detuvo, con una larga margarita blanca en la mano. Realmente nopoda tolerar semejante comportamiento. Se dio la vuelta para empezar a hablary fue entonces cuando vio el rostro de Dora.

    Dora! Qu ocurre? Dej caer la margarita.Oh, seora! Dora emiti un largo lamento. Oh, seora!Contrlate, Dora. Dime qu ha pasado. Ha sido el chico de la carnicera,

    de nuevo? Te dije que si segua con su actitud impertinente se lo contaras aMaddock. l convencer a ese jovencito de que refrene su lengua si no quiereperder su trabajo. Ahora, deja de sollozar y vuelve a tu trabajo. Y, no vuelvas aentrar en la sala sin llamar. Procura no olvidarlo.

    Recogi la margarita y volvi a mirar el jarrn. Se vea demasiado azul en ellado izquierdo.

    Oh, no, seora! Dora segua a su lado. No tiene nada que ver con elchico. Yo misma solucion esa cuestin lo amenac con echarle el perro,imagnese!

    No tenemos perro, Dora.Lo s, pero l no.No deberas mentir, Dora repuso sin nimo de criticar. Pensaba que era

    un trato justo. Sus palabras nacan de la costumbre, de lo que pensaba que debadecir, sobre todo de lo que esperaba que Edward quera que dijese. Bueno,entonces qu ocurre?

    El rostro de Dora se volvi a contraer al recordar lo ocurrido.Oh, seora, el asesino ha vuelto a atacar! Nos va a estrangular a todos si

    ponemos un pie fuera de la casa.Caroline lo neg, de entrada, para evitar que Dora se pusiese ms histrica.Menuda tontera! No corres peligro alguno siempre y cuando no te pasees

    sola por la noche, y ninguna muchacha decente lo hara. No tienes nada quetemer.

    Pero seora ha vuelto a actuar! Ha agredido a Daisy, una sirvienta de laseora Waterman, a plena luz del da!

    Caroline sinti un escalofro.De qu ests hablando, Dora? No estars repitiendo una sarta de estpidos

    rumores? De dnde sacas semejante informacin, de algn chico sin hogar?No, seora. Jenks, que tambin trabaja para el seor Waterman, se lo dijo a

    Maddock.De veras? Dile a Maddock que se presente ante m.

  • Ahora mismo, seora? Dora estaba muy alterada.S, ahora mismo!Dora sali disparada y Caroline, para calmarse, volvi a ocuparse de las

    flores. El resultado no qued a su gusto. Maddock llam a la puerta.S dijo framente. Maddock, Dora me ha dicho que estuvo presente

    mientras usted y ese Jenks hablaban sobre las dos muchachas a las queasesinaron recientemente y sobre un nuevo crimen.

    Maddock se puso rgido, en su rostro habitualmente inexpresivo se reflejaba lasorpresa.

    No, seora! El seor Jenks vino para traer una botella de oporto que elseor Waterman quera regalar al seor Ellison. Mientras estbamos en micuarto, me dijo que tena que mantener a las chicas en casa porque unamuchacha de la casa de los Waterman, Daisy, creo que se llamaba, haba sidoatacada en la calle, unos das antes. Al parecer es una chica robusta, poco dada adesmayarse. Llevaba un bote de conservas en escabeche en la mano y lepropin un buen golpe al agresor. Sali ilesa y pareca bastante tranquila hastaque lleg a casa. Una vez all, se dio cuenta de la suerte que poda haber corridoy sufri una crisis nerviosa.

    Comprendo. Se alegraba de no haberle criticado abiertamente pues aspoda salir airosa de ese incidente. Y dnde estaba Dora?

    Imagino, seora, que en ese momento pasaba por delante de mi cuarto.Gracias, Maddock. Tal vez sea mejor que no enve a las chicas a hacer

    ningn encargo fuera, como sugera Jenks al menos por ahora. Ojal me hubiesecontado esto antes.

    Se lo cont al seor, seora, y me pidi que no la preocupara con esta clasede noticias.

    Ya. Se pregunt por qu motivo Edward le habra pedido tal cosa. Quhubiese pasado si ella o una de las nias hubiesen salido solas? Acaso pensabaque slo las sirvientas corran peligro? Por qu haban matado a ChloeAbernathy, entonces?. Gracias, Maddock. Vaya e intente calmar a Dora. Ycomntele que ser mejor que deje de escuchar tras las puertas.

    S, seora, por supuesto! Gir sobre sus talones y se march, cerrandola puerta tras de s.

    Tena previsto ir a ver a Martha Prebble por la tarde. No entenda por qu, apesar de no gustarle, aquella mujer le daba lstima. Tal vez porque ledesagradaba el vicario, lo que en s era una estupidez. Sin duda se trataba de unbuen hombre y probablemente se comportaba tan correctamente con Marthacomo cualquier otro marido lo hara con su esposa. Pensndolo bien, no se puedeesperar que un vicario sea un dechado de romanticismo; ser honesto, sobrio,educado y ganarse el respeto de la comunidad ya es suficientementecomplicado. No se le puede exigir nada ms. Evidentemente, Martha era una

  • mujer razonable, aunque no lo hubiese sido de joven.Eso le hizo pensar en Emily. Estaba muy bien que aceptase invitaciones

    espordicas de lord Ashworth pero, por algunos de sus comentarios, Carolinetema que su hija albergase planes ms serios con respecto a l. Emily debaabandonar semejantes proyectos por su propio bien. De lo contrario, podrallegar a sufrir mucho, no slo por tener que renunciar a sus expectativas sino porla nefasta influencia que eso podra tener a la hora de conseguir otrospretendientes. La gente es muy dada a pensar lo peor. La mala reputacin podadesanimar a otros jvenes o, lo que es lo mismo, a sus madres, menosaristocrticos pero ms al alcance de Emily.

    Despus de lo hablado con Maddock, decidi que era mejor no ir hasta lacasa del vicario sola. Le pedira a Emily que la acompaase, de ese modopodran charlar en privado. Haca una tarde deliciosa para dar un paseo. Erabastante mejor que ir con Charlotte, que era imprevisible. Charlotte detestaba alvicario y no pareca interesada ni dispuesta a disimularlo. sa era otra cuestinpendiente: tena que encontrar la forma de ensear a Charlotte el arte dedisimular u ocultar sus sentimientos. Entre otras cosas, sus sentimientos resultabandemasiado exacerbados para una dama. Quera mucho a Charlotte; de todas sushijas era la ms clida, la ms dispuesta a entablar relacin y la que tena unsentido del humor ms agudo, pero se mostraba excesivamente rebelde. Enciertas ocasiones Caroline llegaba a desesperarse. Si al menos adquiriese unpoco de tacto antes de arruinar su vida social con una de sus salidas de tono! Sipensara antes de hablar! Qu hombre iba a quererla con ese carcter? Lamayora de las veces en las reuniones pareca una especie de bomba a punto deestallar.

    Revis el jarrn con flores algo exasperada y decidi que con semejanteestado de nimo no mereca la pena hacer ms esfuerzos, slo conseguiraempeorarlo. Sera mejor ir a buscar a Emily y decirle que iban a ir hasta la casadel vicario juntas. Por lo menos no le arruinara la tarde a Charlotte!

    El paseo hasta Cater Street result muy placentero. Brillaba el sol y la brisamova las hojas. Salieron poco despus de las tres. Emily no parecaentusiasmada pero acept de buena gana.

    Caroline se dijo que era mejor tocar el tema de forma indirecta.Maddock me ha comentado que han atacado a otra joven en la calle

    empez con ardides dignos de un hombre de negocios. Era mejor incluir esacuestin en el lote.

    Oh! exclam Emily, que pareca interesada pero no asustada, tal comoCaroline hubiese esperado. Espero que no fuese nada serio.

    Aparentemente no, pero parece que se debe ms a la buena suerte que a lafalta de intencin del agresor contest Caroline secamente. Quera que Emilyse asustase lo suficiente para garantizar que no correra riesgos intilmente. El

  • riesgo era alto y los daos podan ser permanentes.Quin era? Alguien que conocemos?Una de las criadas de los Waterman. Pero eso no tiene importancia. No

    debes salir sola, ninguna de vosotras debe hacerlo hasta que la polica detenga aese luntico.

    Pero esto puede durar eternamente! protest Emily . Pensaba visitar ala seorita Decker el viernes por la tarde.

    Pero si la seorita Decker ni siquiera te cae bien!Que me caiga bien o mal no tiene nada que ver! Mam, ella conoce a

    gente que me gustara conocer, o por lo menos encontrar en alguna ocasin.Entonces tendrs que llevar a Sarah o a Charlotte contigo. No irs sola,

    Emily.Emily sinti arderle la cara.Sarah no querr ir. Va a Madame Tussaud con Dominic. Le ha costado un

    mes convencerle.Pues ve con Charlotte.Mam! protest Emily con evidente disgusto. Sabes tan bien como yo

    que Charlotte lo estropeara todo. Aunque no dijese nada su cara la delatara.Debo entender que tampoco a ella le cae bien la seorita Decker?

    replic Caroline con cierta irona.Charlotte no es nada pragmtica.Era el momento justo para cambiar de tercio y Caroline no desaprovech la

    ocasin.A m me parece que t tampoco eres demasiado ducha en la cuestin. Tu

    inters por lord Ashworth est destinado al fracaso y le ves demasiado a menudocomo para que pueda considerrsele un simple amigo. Si sigues as logrars quela gente empiece a murmurar sobre ti y acabarn conocindote como laamiguita de Ashworth Caroline intentaba encontrar la palabra adecuada.

    Pretendo convertirme en la esposa de Ashworth sentenci Emily con unaplomo que dej perpleja a Caroline. Lo que demuestra que soy bastantepragmtica.

    No seas ridcula! replic Caroline. Ashworth nunca se casara conuna joven sin relaciones y sin dinero. Aunque l lo desease, sus padres se loimpediran.

    Emily mir por encima de su madre y sigui caminando calle abajo.Su padre est muerto y l tiene el mismo poder que su madre. No pierdas

    el tiempo intentando convencerme. Estoy decidida.Y tienes la desfachatez de afirmar que Charlotte no es nada pragmtica

    se quej Caroline, desesperada, mientras llegaban a Cater Street. Por lo menospredica con el ejemplo y no menciones este tema delante del vicario.

    No se me ocurrira comentar nada en presencia del vicario contest

  • Emily . No entiende nada de estos temas.Estoy segura de que s entiende, pero como religioso no le interesan. Todos

    los hombres son iguales ante Dios.Emily le lanz una mirada penetrante que dej al descubierto su propio

    desdn por el vicario y la hizo quedar como una hipcrita. No era un sentimientoagradable, y mucho menos si vena provocado por la hija menor de una.

    Bueno, si aspiras a convertirte en una dama ser mejor que empieces aaprender a comportarte, incluso cuando ests a disgusto sentenci Caroline contono amenazador, consciente de que el consejo serva tanto para su hija comopara ella.

    Como con la seorita Decker repuso Emily con una sonrisa.Caroline no supo qu contestar. Afortunadamente y a estaban delante de la

    puerta de los Prebble.Cinco minutos despus estaban en la sala. Martha Prebble haba pedido el t y

    estaba sentada en un mullido sof, frente a ellas. Curiosamente, Sarah tambin seencontraba all, charlando animadamente. No pareci sorprenderse de verlas.Martha se excus por la ausencia del vicario con un tono que hizo sospechar aCaroline que probablemente Martha Prebble se senta tan aliviada por ello comoellas.

    Es muy gentil de su parte el ofrecerse a ay udar, seora Ellison empezMartha inclinndose ligeramente. Algunas veces me pregunto qu sera de estaparroquia sin usted y sus bondadosas hijas. Sarah estuvo aqu la semana pasada.Se volvi hacia Sarah y le dedic una sonrisa. Nos ech una mano con loshurfanos. Es una joven encantadora.

    Caroline sonri. Sarah nunca le haba causado problema alguno, salvo quiz,brevemente, cuando ella y Edward tuvieron que decidir si Dominic era unabuena eleccin. Pero las cosas haban salido bien y eso los haca felices a todosmenos a Charlotte. En alguna ocasin se haba llegado a plantear que PeroMartha Prebble segua hablando.

    Por supuesto que debemos ay udar a esas pobres mujeres. A pesar de loque el vicario opine, creo que son vctimas de sus circunstancias.

    Las clases pobres no tienen la suerte de gozar de una buena educacincomo la nuestra aadi Sarah, indicando que estaba de acuerdo.

    En ocasiones Sarah resultaba tan pomposa como Edward. Caroline no habaseguido el principio de la conversacin, pero poda imaginarlo. Estabanpreparando un acto benfico con merienda, t y refrescos para ayudar a lasmadres solteras. Era un proyecto que Caroline haba planteado en un momentode despiste.

    La seora se qued algo desconcertada, como si se hubiera estado refiriendoa algo muy distinto. Finalmente, prosigui:

    Naturalmente. Pero el vicario siempre dice que nuestro deber es

  • ay udarles, sea cual sea su situacin, por muy bajo que caigan.Por supuesto.Caroline se alegr al ver entrar a la sirvienta con el t.Tal vez sea mejor que hablemos del programa. Quin dijo usted que nos

    iba a dirigir? Si lo ha comentado, lo he olvidado.El vicario contest Martha con una expresin indescifrable. Despus

    de todo, es el mejor cualificado para hablarnos del pecado, el arrepentimiento, ladebilidad de la carne y su castigo.

    Caroline se horroriz ante aquella mencin y agradeci al cielo el habervenido con Emily en lugar de con Charlotte. Slo Dios saba qu