libro orar como respirar miguel diez

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ORAR COMO RESPIRAR

MIGUEL DEZ1

1 Edicin septiembre de 2010.

! Miguel Dez Ttulo: Orar como Respirar. Coleccin: Discpulos Depsito legal n GU- !!"#$% ISBN 978-84-95014-35-1 Impreso y encuadernado en: ! EDITORIAL REMAR Avda. Guadalajara, 7 Iriepal- Espaa

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS

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Miguel Dez

Orar como Respirar

Editorial Remar

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__________________________________________________________Orar como respirar

ndice

ndice ............................................................................................... 5 Dedicatoria ....................................................................................... 7 Prlogo ............................................................................................. 9 Captulo 1: Qu es orar? ........................................................... 15 Captulo 2: Por qu debemos orar? ........................................... 33 Captulo 3: Cmo oraremos? .................................................... 45 Captulo 4: Orando slo a Dios, con amor y gratitud ................. 63 Captulo 5: Dnde, cmo y por quin hemos de orar? ............. 77 Captulo 6: Oracin de contricin y confesin ........................... 95 Captulo 7: Oracin humilde, paciente y gozosa ...................... 111 Captulo 8: Intercesin con lgrimas y gemidos ...................... 125 Captulo 9: Oracin de lamentacin, queja y desahogo ........... 135 Captulo 10: La oracin de peticiones ........................................ 149 Captulo 11: Oracin de clamor e invocacin ............................ 183 Captulo 12: Orando en las alturas: Oracin de guerra .............. 205 Eplogo ......................................................................................... 225

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ndice_____________________________________________________________________

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__________________________________________________________Orar como respirar

DEDICATORIASabiendo que todos los actos de mi vida, por ser un hijo de Dios, debo hacerlos para l, lo cual deseo siempre, con verdadero gozo, dedico este libro, reverentemente y en sincera devocin, al Maestro Jess, Rab perfecto, por haberme dado un banquete continuo, alimentndome con su carne y sangre, hacindome crstico, verbal mensajero suyo, aportando, as, todas las fibras y clulas, santas y sabias, que han llenado estas humildes hojas, hacindolas parte de su rbol de la vida. Dedicar adems, estos frutos espirituales, repartidos generosamente, entre las frases y oraciones, de los estudios bblicos aqu retratados, al Espritu Santo, es indispensable, porque solamente, gracias a su inspiracin, he podido conectarme y discernir el Cuerpo de Cristo, correspondindole a l, todo protagonismo, de los buenos olores y sabores que se gusten al comerlos. Aunque siempre me gustara, dedicar tambin mis libros a todos los seres humanos, deseando sinceramente que les aprovechen santamente, quiero hacer una dedicatoria, de amor y servicio, a todos los consiervos de Remar y la Iglesia Cuerpo de Cristo, especialmente a los pastores, por7

Dedicatoria_________________________________________________________________

acompaarme, fielmente, en las muchsimas tribulaciones y alegras, que hemos vivido hasta hoy, para la gloria del Seor, deseando vernos juntos en las bodas del Cordero, formando parte de su novia, para lo cual seguir orando hasta el final de mis das terrenales, contando siempre con el insustituible Divino y la muy estimable ayuda de vuestras oraciones. Con mucha gratitud, hago mencin especial, dedicndoles estas pginas de incienso, a mi esposa, por esforzarse tanto en trascribirlas, al pastor Ramn Ubillos, mi fiel editor, por sacrificar su tiempo maquetndolas, as como a los impresores Pedro y Joao, que han sido forzados, por la escasez de tiempo, a realizar la impresin aceleradamente, pidiendo al Seor que les inunde de los aromas suyos, emanados de los sacrificios aqu mencionados. Cmo olvidarme, de las muchas personas que me han fortalecido, al orar por m, para lograr terminar este trabajo? Para todos ellos, mi sincera gratitud y bocanadas del humo de mis plegarias.

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PRLOGODebera ser fcil descubrir que Jesucristo no ense a sus discpulos a predicar, ni a fundar iglesias o muchas otras cosas, a pesar de ser santas e importantes, pero s les dio repetidas enseanzas sobre la oracin, adems de hacerlo dando testimonio personal, orando delante de ellos, en muchas circunstancias, y quedndose solo, apartado, pasando noches enteras en los montes, para tener intimidad con el Padre, en ferviente amor y devocin, en total obediencia, adems de librar las batallas espirituales contra Satans y los ejrcitos malignos que le sirven, vencindoles siempre, usando la autoridad de la uncin manifestada por sus divinas palabras y oraciones, al mismo tiempo que interceda por todos los discpulos, reconocidos como suyos, en favor de Israel y de toda la Humanidad. En esta prioridad, del magisterio de Cristo, vemos la relevancia tan grande que le concede a la oracin, lo cual se refleja en todas las escrituras bblicas, pues siempre antecede, a cualquier manifestacin de gracia y bendicin de Dios, el clamor de los reyes, jueces, profetas o del mismo pueblo, pidindole auxilio, despus de sufrir las consecuencias de su rebelin y haber abandonado el abrigo del Omnipotente, al ir en pos de sus necias concupiscen9

Prlogo___________________________________________________________________

cias, cosechando los tormentos del diablo y del mundo. Tambin, es indispensable la oracin para exaltar y aclamar a nuestro Padre Dios, por la grandeza de su santidad y poder, adems de agradecerle su infinita misericordia y bondad, obteniendo, en todos los casos, su pronta respuesta, derramando su Shekin, con abundante lluvia de aguas vivas que, brotando por su boca, riegan a sus hijos y a su nacin escogida. Si de verdad amramos al Seor y furamos ms inteligentes y humildes, tendramos levantado un altar permanente, para quemarnos en l diariamente, con oraciones ardientes, llegando, de continuo, nuestro humo, como olor grato, al corazn del Padre, hablndole y oyendo su dulce silbo, en santo coloquio, alabndole con alborozo y adorndole en xtasis glorioso, maravillados por su hermosura y henchidos del inmenso amor que nos tiene, respirando su aliento vivificante, volando en sus alas, comiendo junto a l, en la misma mesa y de su propia mano, reposando en sus brazos, sin ningn temor, en completa paz, adems de participar, constantemente, en algunas de las infinitas obras milagrosas que hace, codo a codo con l, como miembros de su Cuerpo glorioso e instrumentos santificados y obedientes a su voluntad, colaborando en liberaciones, sanidades, milagros y, muy especialmente, en muchos nuevos alumbramientos, al punto de experimentar, juntos, su gozosa maternidad, como si salieran de nuestras entraas, los preciosos bebs espirituales, las nuevas criaturas que Cristo engendra cada da, para aadirlas a la familia eterna de Dios.10

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Es un dolor terrible, comprobar que Satans tiene seducidos a multitud de proslitos, para que le recen frecuentemente, cumpliendo los ritos de sus mltiples religiones babilnicas, abundando entre ellos los fanticos y perseverantes, quienes, al invocarle y adorarle se sacrifican en holocausto horrendo, llegando, en muchos casos, hasta sangrarse o inmolarse, matando, indiscriminadamente, a todos los seres humanos que puedan, al considerarles infieles a su terrorfico dios. Mientras tanto, qu pocos son los verdaderos intercesores y adoradores, del nico y Verdadero Dios, cumplindose, en esta triste realidad, la afirmacin de Cristo, cuando predic la parbola de la fiesta de bodas, denunciando cmo los invitados rechazaron la invitacin, excusndose todos con sus asuntos mundanos, segn leemos en Mateo 22:14: Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. Que t, querido lector, te dejes escoger por el Seor, para ser apartado del mundo y pertenecerle por completo, permitiendo ser llenado de su amor y creciendo en amarle, hasta hacerlo con todo el corazn, toda el alma y todas las fuerzas, siendo su lugar santsimo, porque solo as experimentars la verdadera comunin con l y aprenders a orar, disfrutando grandemente hacindolo, en lugar de considerarlo como un pesado y aburrido sacrificio religioso. El ejemplo que nos dej Jess, al comparar las actitudes de Marta y Mara, escrito en Lucas 10:41-42, mostrndonos a11

Prlogo___________________________________________________________________

la primera muy afanada y turbada, por quedar bien delante del Seor, esperando satisfacer su ego, con mritos propios, como les sucede a los religiosos orgullosos, que pretenden, a travs de los cumplimientos legales, por otra parte nunca suficientes, engordar su dignidad, renombre y vanagloria, mientras que la segunda se rindi a sus pies, para embelesarse al tocarle y orle, en un idilio de romntica pureza, dejndonos, muy claro, que fue sta quien escogi la buena parte, hacindonos reflexionar profundamente, al comprobar nuestra tendencia constante, por lo menos a m me sucede insistentemente, a ser ms Marta que Mara, porque lo hecho por nosotros parece ms tangible, valioso y satisfactorio, pues nos da protagonismo, aunque banal y engaoso, que la obra directa del Seor, cuando la triste realidad es ver cmo, todas nuestras obras humanas, hechas as, son quemadas despus, al ser consideradas, por Dios, iguales a la hojarasca o basura, dejando slo prdidas, mientras que la edificacin construida por el Espritu Santo, siempre para ejecutar la voluntad de Cristo, es gloriosa e indestructible, dejndolo Jess bien sentenciado, cuando dijo, en Juan 15:5: Yo soy la vid, vosotros los pmpanos; el que permanece en m, y yo en l, ste lleva mucho fruto; porque separados de m nada podis hacer. Sin duda, no es aconsejable, salvo que el Seor lo produzca, radicalizarnos en una vida solamente mstica y dejar las obras del amor, pues mataramos la fe, por lo cual, hemos de vivir siempre en el equilibrio espiritual de ser Maras-Martas, dando clara prioridad a la comunin con el12

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Seor, mediante la oracin. Asumiendo este principio, como fundamental, para todas las diferentes reas del servicio que prestamos al Seor y a favor de los seres humanos, hemos recuperado, y colocado en primer orden, uno de los lemas ms usados por los primeros seguidores de Cristo, que dice: Ora et labora. Teniendo esta responsabilidad, proclamamos, en todos nuestros discipulados, que la oracin es la asignatura principal, para crecer espiritualmente y ser de mxima bendicin a los prjimos que Dios pone en nuestro camino, adems de producir el mximo agrado a nuestro Seor, estando completamente seguros que, si los obreros del evangelio aprenden a orar y perseverar en la oracin, el Seor dar todo lo dems, por muy imposible que parezca. De todas las obras de fe y amor, que hemos de hacer unos por otros, constantemente, la mejor es orar, para que el Omnipotente y Misericordioso Dios, nos auxilie, fortalezca ilumine, establezca y prospere, con proteccin y bendicin continuas, logrando vivir en perfecta libertad y gozo, siendo siempre benefactores de nuestro prjimo y agradables al Seor. Ruego a nuestro Padre celestial que me esfuerce en la oracin y tambin lo haga contigo, estimado lector, pidindole adems, que est siempre a tu lado, hacindote notar su dulce presencia y puedas sentir el olor de santidad que desprende, al guiarte en la verdadera comunin con l, mediante las oraciones convenientes, segn el mover de su Espritu Santo, quien te suma, en esta manera, al nmero13

Prlogo___________________________________________________________________

de los incensarios de oro que, nuestro nico y Sumo Sacerdote, Jesucristo, coloca, estratgicamente, en este mundo de dolor y perdicin, pudiendo, as, participar en llenar, de grato incienso, el trono de Dios y seguir aadiendo justo juicio a las copas de su ira, hasta que rebosen por completo, colaborando tambin, con ello, en las victorias espirituales, contra los reyes del mundo y principados del maligno, desbaratando sus maquinaciones y argumentos, libertando a multitud de los esclavos y oprimidos, que tiene atrapados en sus horrendas prisiones, rompiendo sus diferentes ataduras diablicas, para llevarles al redil del Buen Pastor, arruinando reinos de oscuridad y engao, estableciendo por toda la tierra, en maravillosa sustitucin, el reino de Dios y su justicia. Efesios 3:14-19: Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Seor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os d, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seis plenamente capaces de comprender con todos los santos cul sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seis llenos de toda la plenitud de Dios. Tomemos la oracin muy en serio, si deseamos que Dios haga lo mismo con ella. El autor.14

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Captulo 1

QU ES ORAR?El nico Dios verdadero es personal, al punto de identificarse con nosotros hacindose humano y asumiendo, sobre s mismo, toda nuestra desgracia y culpabilidad, como asunto suyo, para liberarnos de las terribles consecuencias que nos corresponda sufrir, ejecutados, con muerte eterna, en merecido castigo, por tantas maldades que hemos cometido y en pago a la justicia santa y divina. Los dioses imaginarios del Olimpo, pugnaron entre ellos, segn la mitologa griega, por mezclarse, para personalizarse, con los seres humanos, llegando incluso a engendrar hijos en algunas mujeres escogidas, que reciban la hbrida naturaleza de semidioses, pero nunca consiguieron establecer una benigna relacin con los mismos, originando, por el contrario, todo tipo de tragedias, que han pasado a formar parte de las fantasas y leyendas clsicas, untadas de rancios tintes de filosofas y teologas absurdas. Es, de esta manera y de muchas otras, cmo el maligno manifiesta lo inalcanzables, impersonales y caprichosos que son todos los dioses, para intentar robar a los hombres toda esperanza de identificacin o comunicacin libre con ellos, con el fin de no dejarles alcanzar los beneficios de sus omnmodos15

Qu es orar?______________________________________________________________

poderes, con los cuales puedan lograr salir de sus miserias terrenales y humanas, salvo que se rindan a sus encantamientos religiosos y falsas promesas. Nuestro Dios, es tan personal que desea manifestarse a nuestras vidas, como Padre, Madre, Hermano y Amigo perfectos, anhelando siempre establecer una comunin ntima con nosotros, en la unidad entraable de su puro amor, para lo cual nos ensea el medio ms completo, sincero y directo, que hemos de utilizar para poder cumplir nuestra parte, estrechando, fortaleciendo y madurando esta relacin familiar, forjando una intimidad inquebrantable, que culmine en hacernos uno con l, para toda la eternidad, que es la oracin activa, la Verbalidad en accin, pues nos unimos con Cristo en las oraciones, como resultado de tener los mismos latidos de su corazn en nuestros pechos, sus santos deseos, porque as mantenemos un romance puro y continuo, de enamorados apasionados, formando, todos sus seguidores amados, la novia que ha escogido, la iglesia edificada y santificada por l, para ser familia suya, inseparable y eterna, concedindola ser la reina que compartir el gobierno de su reino. Por tanto, Podramos agradar a nuestro amado sin orar? Leamos el dicho divino de Proverbios 15:8: El sacrificio de los impos es abominacin a Jehov; Mas la oracin de los rectos es su gozo. Es, pues, la oracin, una santa comunicacin con Dios, un dilogo constante, hablndole y escuchndole, abrindole nuestra alma y recibiendo los pensamientos puros y sabios16

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de su mente, confindonos plenamente a su cuidado, sin tener ningn secreto, considerndole nuestro perfecto confidente, siendo totalmente sinceros, transparentes, delante de l, no solamente por ser absurdo e imposible engaarle u ocultarle algo, sino porque hemos rendido, sin reserva alguna, nuestro corazn, toda nuestra voluntad, tal como somos, ante su amor perfecto y eterno. De la misma forma que desean, ardientemente, orse y hablarse todos los amantes, as debe suceder en nuestro noviazgo con el Seor, como tambin l quiere ornos y hablarnos, pues siempre tenemos muchas cosas que contarle y, sobre todo, muchsimas para orle, porque su sabidura es inagotable, pero debemos considerar, como propsito fundamental de la oracin, el cortejo de los enamorados, con declaraciones amorosas de admiracin, gratitud y entrega, buscando los abrazos, besos y caricias espirituales, segn el ejemplo que nos da Cantares 1:4: Atreme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cmaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores ms que del vino; Con razn te aman. As, la novia pregunta, en Cantares 1:7: Hazme saber, oh t a quien ama mi alma, dnde apacientas, dnde sesteas al medioda; Pues por qu haba de estar yo como errante junto a los rebaos de tus compaeros? En nuestra escuela de discipulado de Madrid, consideramos la oracin como la ms importante asignatura y, en todos17

Qu es orar?______________________________________________________________

los cursos, comparto que tenemos un telfono directo con Dios, gratuito y abierto las 24 horas al da, con infinidad de lneas, por lo cual nunca responde comunicando o fuera de cobertura, teniendo la revelacin de su nmero personal, dada directamente por Jess, pues lo forman los nmeros correspondientes a las letras de su nombre, que son, en hebreo se escribira al revs, Yshvah-Jeshua, y tienen los valores numricos siguientes: 10-300-6-70; si los sumamos al estilo cuntico rabnico, dan 386, y stos 17, los cuales, a su vez, forman el 8, marcando el octavo da, correspondiente al inicio del nuevo y eterno mundo, donde ya estaremos junto a l y las oraciones se convertirn en maravillosas conversaciones, paterno filiales y de amigos perfectos. Debemos marcar este nmero cada vez que oramos, porque solo unidos a Jess, podemos llegar al Padre, como afirma Juan 14:6: Jess le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por m. Tambin, as obedecemos a su declaracin, en Juan 14:13: Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo har, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Por supuesto, que no se trata de usar su nombre como si fuera una frmula mgica o ritual, pues entonces no habramos entendido el espritu del mensaje, consistente en unirnos al Seor en su intercesin y, por tanto, a su voluntad, que es la nica digna de ser honrada por el Padre, dndole siempre positivo cumplimiento, segn lo confirma Juan 15:7: Si permanecis en m, y mis palabras18

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permanecen en vosotros, pedid todo lo que queris, y os ser hecho. Orar, es lanzar, por nuestra boca, cataratas de agua viva, que nos vivifican a nosotros mismos, sacian la sed de nuestros semejantes y riegan el rostro de Dios, pues tenemos a Cristo como manantial de nuestra vida, quien produce, por medio del Espritu Santo, esos chorros inagotables de frutos y dones divinos, como l mismo promete, en Juan 7:38: El que cree en m, como dice la Escritura, de su interior corrern ros de agua viva. La oracin es el incienso puro de los santos, que sube imparable, hasta baar el trono de Dios y entrar en su corazn, conmovindole y motivndole a manifestar, constantemente, su misericordia y poder, su gracia multiforme e infinita, produciendo cambios sobrenaturales, resolviendo imposibles, revolucionando sabia y justamente los cielos y la tierra, individuos o naciones, gobiernos o economas, para seguir ejecutando el plan perfecto, que ya tiene totalmente diseado, de establecer, definitivamente, su reino justo y eterno. Para esto nos ha elegido, por el infinito amor y completa generosidad que ha demostrado tener por nosotros, como sus colaboradores activos, encargndonos, entre otras responsabilidades divinas delegadas, este trabajo sacerdotal, de quemarnos, continuamente, en el altar de nuestra vida, pues la intercesin es la actividad espiritual que ms agota y consume, lanzando abundante incienso, como perfume agradable al Seor y eficaz19

Qu es orar?______________________________________________________________

colaboracin, para acompaarle en el ejercicio de su voluntad perfecta. xodo 30:34-38: Dijo adems Jehov a Moiss: Toma especias aromticas, estact y ua aromtica y glbano aromtico e incienso puro; de todo en igual peso, y hars de ello el incienso, un perfume segn el arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo. Y molers parte de l en polvo fino, y lo pondrs delante del testimonio en el tabernculo de reunin, donde yo me mostrar a ti. Os ser cosa santsima. Como este incienso que hars, no os haris otro segn su composicin; te ser cosa sagrada para Jehov. Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, ser cortado de entre su pueblo. Nuestras oraciones han de llevar estos componentes, que representan valores espirituales, del incienso sagrado, con el cual los sacerdotes ministraban a Dios en el templo natural: El Estact, Nataph, que se traduce por gota, pizca, simboliza a la fe, pues no hace falta mucha, para lograr las maravillas de Dios, pero s es absolutamente indispensable para orar. La Ua aromtica, Shhelet, que significa espoln, garra, dando claro testimonio de la valenta que hemos de tener para ponernos delante de Dios, pues podemos caer fulminados, al hacerlo, como los 3.000 que murieron a los pies del monte Sina, cuando se mostr el Eterno con su gloria, en el primer Pentecosts, y quisieron acercarse, imitando a Moiss. El Glbano aromtico, Helbnach, que se traduce por medicina balsmica para el alma, pues nadie encontrar mejor cura, que desahogarse20

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delante del Misericordioso, y es como una gomina resinosa, en forma de lgrimas, mostrndonos el dolor del amor, que siempre es sufrido y debe empapar el incienso, formando la santa pomada. A estos anteriores ingredientes, se le aada, en la misma proporcin, el incienso puro, Lebonah, sustancia blanca, extrada de rboles de Arabia y frica, que simboliza la santidad de Dios, manifestada en nuestras oraciones limpias, dichas despus de estar completamente purificados por el arrepentimiento verdadero, demostrado con el odio al pecado y la limpieza total de nuestro corazn, recibida por lavarnos en la sangre de Jesucristo, por lo cual, era preceptivo, para los sacerdotes que tenan el oficio de quemar incienso en el templo, hacerlo despus de haberse sacrificado el cordero, de la maana o la tarde, rociando el altar con su sangre, segn sus turnos sacerdotales. Toda la mezcla junta formaba el incienso, llamado Thumiama, que significa sacrificio de labios puros, para ser quemado en el altar o dentro del incensario de oro, llamado Tumaterion, siendo, ambos instrumentos, smbolos de todos los sacrificadores, que cumplimos con el santo sacerdocio, en obediencia a la palabra de 1 de Pedro 2:4-5: Acercndoos a l, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros tambin, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Qu hermosa comparacin! Somos altares, completamente cubiertos de oro puro, de la santidad de Dios, nuevos21

Qu es orar?______________________________________________________________

propiciatorios, donde se manifiesta, en respuesta amorosa, la Shekina divina, quien recibe, como grata comida, nuestros frutos de labios, segn dice xodo 30:1, 3 y 6: Hars asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo hars. (...) Y lo cubrirs de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le hars en derredor una cornisa de oro. (...) Y lo pondrs delante del velo que est junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que est sobre el testimonio, donde me encontrar contigo. Sin embargo, el incensario es de oro macizo, simbolizando la exclusividad divina de su naturaleza, representando a Cristo, como nico intercesor perfecto, que es recibido, en todas sus peticiones, por el Padre, pues solo en l tiene toda su complacencia, mostrndonos que, si estamos completamente unidos al Seor, siendo parte de su cuerpo y habiendo rendido totalmente nuestra voluntad a la suya, seremos tambin incensario santo con Jesucristo, participando de sus oraciones, en el lugar Santsimo del cielo, espiritualizando la figura de Hebreos 9:3-4: Tras el segundo velo estaba la parte del tabernculo llamada el Lugar Santsimo, el cual tena un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contena el man, la vara de Aarn que reverdeci, y las tablas del pacto. En todo lo que digamos o hagamos, si es para el Seor, hemos de poner incienso, porque es completamente indispensable, para que lleguen, nuestras acciones o dichos,22

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delante del Padre y las acepte como buenas, practicando, espiritualmente, la enseanza de la palabra logos, dada en Levtico 24:5-7: Y tomars flor de harina, y cocers de ella doce tortas; cada torta ser de dos dcimas de efa. Y las pondrs en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehov. Pondrs tambin sobre cada hilera incienso puro, y ser para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehov. Jess siempre suba a los montes, para enviar su santo incienso al Padre, pasando noches enteras orando, segn lo cuenta, en una manera muy candorosa, al hablarnos de cmo ora por su novia, es decir, en nuestro favor, en Cantares 4:6: Hasta que apunte el da y huyan las sombras, me ir al monte de la mirra, y al collado del incienso. De hecho, la iglesia de Cristo, cuando sea arrebatada, adems de estar vestida de blanco, sin mancha ni arruga, en santidad, por haberse dedicado, durante la larga espera, como virgen sensata, con exclusividad casi total, a la oracin, la alabanza y la adoracin al Seor, estar completamente empapada de perfume, producido por el incienso y la mirra, (lea mi libro de poemas que lleva este nombre, para abundar en el tema) pues as nos lo profetiza Cantares 3:6: Quin es sta que sube del desierto como columna de humo, sahumada de mirra y de incienso y de todo polvo aromtico? Zacaras, esposo de Elizabeth, que no lograba tener hijos,23

Qu es orar?______________________________________________________________

ministrando al Seor en el templo, ofreciendo incienso, segn leemos en Lucas 1:15-16, recibi la sorprendente visita de un ngel, que se puso de pie, a la derecha del altar, para darle la maravillosa noticia, en respuesta divina a sus oraciones, con las cuales peda descendencia, de su prxima paternidad, concedindole un hijo de transcendental ministerio, como precursor de Jess, que fue Juan Bautista. As, nosotros concebiremos muchas promesas y tendremos gloriosas experiencias, cuando incensemos, unidos a Cristo en sus oraciones. Sin embargo, hemos de tener siempre presente que esta frmula, del incienso, es nica y exclusiva del Espritu Santo, por lo cual no admite imitaciones o componendas humanas, intelectuales o sentimentales, ni diablicas, pues nos exponemos a una fulminante maldicin, como hemos ledo anteriormente, porque se trata de algo muy santo para Dios. No tuvieron ese respeto los hijos de Aarn y fueron calcinados, por el fuego divino, segn lo recuerda Levtico 10:1-2: Nadab y Abi, hijos de Aarn, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehov fuego extrao, que l nunca les mand. Y sali fuego de delante de Jehov y los quem, y murieron delante de Jehov. Cuidado con pronunciar el nombre del Seor en vano! Cuidado con mentir, usando el nombre de Dios, diciendo que l ha dicho, cuando no habl tal cosa! Cuidado con intentar acercarnos al lugar Santsimo, estando contaminados con maldades, pues podemos cosechar juicio, en lugar24

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de gracia! Esto mismo le sucedi al rey Uzas, por envanecerse hasta la ceguera, despus de haber recibido de Dios todas las bendiciones que podamos imaginar, mientras fue humilde y temeroso del Seor, lo cual se relata, trgicamente, en 2 Crnicas 26: 3-5 y 16-19: De diecisis aos era Uzas cuando comenz a reinar, y cincuenta y dos aos rein en Jerusaln. El nombre de su madre fue Jecolas, de Jerusaln. E hizo lo recto ante los ojos de Jehov, conforme a todas las cosas que haba hecho Amasas su padre. Y persisti en buscar a Dios en los das de Zacaras, entendido en visiones de Dios; y en estos das en que busc a Jehov, l le prosper. (...) Mas cuando ya era fuerte, su corazn se enalteci para su ruina; porque se rebel contra Jehov su Dios, entrando en el templo de Jehov para quemar incienso en el altar del incienso. Y entr tras l el sacerdote Azaras, y con l ochenta sacerdotes de Jehov, varones valientes. Y se pusieron contra el rey Uzas, y le dijeron: No te corresponde a ti, oh Uzas, el quemar incienso a Jehov, sino a los sacerdotes hijos de Aarn, que son consagrados para quemarlo. Sal del santuario, porque has prevaricado, y no te ser para gloria delante de Jehov Dios. Antes de ver al Cordero de Dios abriendo el libro, que solo l poda abrir, para desatar los sellos apocalpticos, descubriendo sus juicios y marcando la victoria final del Seor, los cuatro seres vivientes, probablemente querubines, y los 24 ancianos del consejo supremo, tomaron copas de oro, llenas de incienso, que corresponde a nuestras25

Qu es orar?______________________________________________________________

oraciones y a las suyas, para presentarlas a Dios, con el propsito de recibir, como respuesta, la apertura del testamento, con juicio, escrito en el libro sellado, iniciando la mayor hecatombe de la historia, que producir la total derrota del reino de Satans y de sus ejrcitos, claramente profetizado en Apocalipsis 5:8-10: Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenan arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cntico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque t fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nacin. El acto final, del incensario de oro, en el cielo, ser despus de ver al Seor abrir el sptimo sello, para completar el juicio de Dios sobre el mundo y los demonios, con los toques de las siete trompetas y el derramamiento de las siete copas de ira divina, como colofn a las oraciones de los santos y del mismo Cristo, pues as lo profetiza en Apocalipsis 8:1-5: Cuando abri el sptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ngeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. Otro ngel vino entonces y se par ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para aadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ngel subi a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ngel tom26

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el incensario, y lo llen del fuego del altar, y lo arroj a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relmpagos, y un terremoto. Si la fe sin obras est muerta, porque lo afirma, tajantemente, la palabra de Dios, en la epstola del apstol Santiago, hemos de aceptar y cumplir que orar es la accin ms importante, como obra de amor, a Dios y a nuestros semejantes, debiendo, por tanto, practicarla con santa responsabilidad, a lo largo de toda nuestra vida terrenal, en un constante ejercicio sacerdotal de humildad, paciencia y poder de Dios, de la misma forma que hizo David, persistentemente, segn nos dej escrito en el Salmo 141:1-2: Jehov, a ti he clamado; apresrate a m; escucha mi voz cuando te invocare. Suba mi oracin delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde. La oracin es el aliento de la fe, como respuesta a las palabras divinas que la han producido, pues bien dice Romanos 10:17: As que la fe es por el or, y el or, por la palabra de Dios. Por eso, la oracin es la vitalidad de la fe, su viva respiracin, porque solamente con ella podemos exhalar suspiros y alegras, lamentos y glorias, perdones y besos, e inhalar el aliento del Seor, para recibir la substancia santa, sabia y amorosa de su naturaleza divina, llenndonos por completo, pues, sin duda, nos da su bendita y pronta respuesta, como nos promete en el Salmo 81:10: Yo soy27

Qu es orar?______________________________________________________________

Jehov tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; Abre tu boca, y yo la llenar. Ciertamente, la verdadera oracin es el suspiro divino de la fe y el amor, que sale de nuestro interior, donde anida el Ruah Hakodesh, como viento imparable, arrasando los aires y sus gobernantes malficos, derribando sus tronos y murallas, abriendo calzada al Rey, por la cual avanza soberanamente su Cuerpo, pisando y tomando el territorio humano que le pertenece. Por eso, estoy convencido que la oracin es la victoria de la fe y el amor, incluso podemos comprobar cmo, al orar, luchamos a veces con Dios y le vencemos, segn nos dej de testimonio Jacob, en Peniel, logrando ser bendecido, al recibir un cambio de identidad y ser bautizado con el glorioso nombre de Israel, en lugar del mezquino que tena, despus de luchar, en violenta oracin, durante toda la noche, con el ngel de Javeh, quien es Jesucristo. Esto mismo haca Moiss e hicieron todos los profetas y jueces, adems de muchos reyes de Israel, encarando a Dios, para pedir su misericordia por el pueblo, a costa de presentarle sus vidas como expiacin sustitutoria, si as lo decidiera el Seor, con tal de recibir su gracia perdonadora y salvadora. Por tanto, orar es tambin ponerse en la brecha, entre Dios y su pueblo, dispuesto a recibir los palos justos de la vara divina, antes de permitir la cada de sus golpes sobre las almas que cobijamos, como una madre rodea a sus hijos, protegindoles de la severidad del padre,28

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pues el Altsimo se conmueve ante tales amorosos, nobles y valientes protectores, buscndoles con celo, en medio de las multitudes humanas, pues as lo dice en Ezequiel 22:3031: Y busqu entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de m, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hall. Por tanto, derram sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consum; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehov el Seor. Orar es baarse en la gloria de Dios, como manifest Jess en el monte, delante de sus discpulos preferidos, cuando estaba orando, segn lo leemos en Lucas 9:28-31: Aconteci como ocho das despus de estas palabras, que tom a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subi al monte a orar. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. Y he aqu dos varones que hablaban con l, los cuales eran Moiss y Elas; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jess a cumplir en Jerusaln. Esto mismo experiment Moiss, en el monte Sina, cuando recibi la Thor, la ley divina, transfigurndose su rostro y teniendo que cubrirse con un velo, ocultndose de los israelitas, pues si no lo hubiera hecho le adoraran al verle, como nos dej escrito en xodo 34:28-29 y 35: Y l estuvo all con Jehov cuarenta das y cuarenta noches; no comi pan, ni bebi agua; y escribi en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos. Y aconteci29

Qu es orar?______________________________________________________________

que descendiendo Moiss del monte Sina con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no saba Moiss que la piel de su rostro resplandeca, despus que hubo hablado con Dios. (...) Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moiss, vean que la piel de su rostro era resplandeciente; y volva Moiss a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios. En realidad, esto es el resultado de los deseos del Seor para con nosotros, pues or al Padre pidindole que as nos suceda, ya hace casi dos mil aos, como se ha comprobado en muchos ministros ungidos por Cristo, quienes han sido vistos por los ministrados, en algunas ocasiones, rodeados de una luz fulgurante, con el santo propsito de ser candeleros que unifican al pueblo, al atraerlo tan poderosamente, juntndolo todo a su alrededor, para alumbrarse santamente, lo cual leemos en Juan 17:22-24: La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, as como nosotros somos uno. Yo en ellos, y t en m, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que t me enviaste, y que los has amado a ellos como tambin a m me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, tambin ellos estn conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundacin del mundo. Puedes orar conmigo esta oracin? Bendito Padre, dirgeme con tu Espritu en mis oraciones y escchalas misericordiosamente, porque anhelo que todas30

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mis palabras te agraden y necesito tu auxilio, en cada instante de mi vida, pues, si me falta tu aliento, me asfixio y perezco. Fidelsimo Seor, te suplico que no dejes de hablarme, pues si T callas mi fe mengua. Hblame cada da y tendr fe! Habla, que tu siervo escucha, y vivir mi alma! Recibe mi amor y respeto, pues quiero hacer tu voluntad, porque s que tus mandatos son justos y sabios, con los cuales buscas siempre mi bien y puedo confiar completamente en tu bondad, porque es infinita. Oh, cmo anhelo amarte ms cada da, pues reconozco que an hay un abismo, entre la dimensin de tu amor por m y el mo por ti! Enamrame ardientemente, porque de verdad deseo pertenecerte por completo! Hazme incensario de oro con Cristo! Sea yo un altar tuyo, donde queme constantemente el incienso de mis oraciones, hechas en tu Espritu! same, Santo Dios, para desbaratar ejrcitos malignos y derramar tu gracia sobre mis semejantes! Hermoso Jess, bame en tu gloria y llname del Espritu Santo! Amn. Amadsimo Padre, hazme como el templo que te construy Salomn, despus de inaugurarlo con invocacin de tu nombre y pidindote la bendicin, segn nos maravillamos al leerlo en 2 Crnicas 7:1-2: Cuando Salomn acab de orar, descendi fuego de los cielos, y consumi el holocausto y las vctimas; y la gloria de Jehov llen la casa. Y no podan entrar los sacerdotes en la casa de Jehov, porque la gloria de Jehov haba llenado la casa de Jehov.31

Qu es orar?______________________________________________________________

Orar es despegarse del polvo del mundo

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Captulo 2

POR QU DEBEMOS ORAR?Uno de los ataques ms persistentes, que hace el diablo en nuestra mente, es decirnos: Si Dios es Omnipotente, para qu necesita tus oraciones? Si l es amor, Por qu no hace l mismo las buenas obras? Si solo su voluntad es perfecta, De qu sirve pedirle nada, pues cumplir solamente lo que quiere? Y, as, una letana de razonamientos malvolos, sofismas y mezclas de verdades con mentiras, que son sus brebajes ms eficaces y mortferos, con los cuales consigui seducir a Eva y, a travs de ella, a toda su descendencia, adems de trastornar y destronar a su marido Adn, quien perdi el seoro, que Dios le haba concedido, sobre toda la creacin. Especialmente, cuando oramos mal y no recibimos la respuesta que deseamos o perdemos la paciencia y desistimos, dejando de perseverar en la oracin, es cuando ms se agigantan estos dardos envenenados del maligno, hiriendo nuestra mente y emponzondonos el corazn, que se distancia de la comunin con el Seor y, en muchos casos, se refugia en la religin muerta, por ser ms manejable y no requerir la constante humillacin de vivir sujeto a una dependencia completa de Dios, de su divino auxilio, como nios impotentes que somos, sucedindonos lo denunciado por la carta del apstol, en Santiago 4:2-3: Codiciis, y no tenis;33

Por qu debemos orar?_____________________________________________________

matis y ardis de envidia, y no podis alcanzar; combats y luchis, pero no tenis lo que deseis, porque no peds. Peds, y no recibs, porque peds mal, para gastar en vuestros deleites. Necesitamos orar, principalmente, porque Dios no es un ente abstracto, una extraa energa o fuerza gigante, sino la conjuncin de tres personalidades, en perfecta unidad, al ser su naturaleza puro amor, por lo cual, desea y espera tener relaciones personales, con sus hijos, sus sbditos y verdaderos amigos, siendo la oracin el medio de comunicacin que l escogi, para aceptar nuestra comunin y poder mantener una relacin ntima, de verdadero afecto, paterno filial, con el Padre, de sincera fraternidad, autntica amistad y maravilloso noviazgo con el Hijo, adems de estar siempre llenos y rodeados, de la gloria del Espritu Santo, recibiendo, constantemente, su direccin, proteccin, consuelo y gozo, que suman la completa felicidad y plenitud de nuestras vidas, cumplindose, as, las palabras divinas de Efesios 3:17-19: Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seis plenamente capaces de comprender con todos los santos cul sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seis llenos de toda la plenitud de Dios. Oramos, porque sabemos, con abundantes experiencias previas, que Dios no est sordo, como bien dice la34

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escritura, en el Salmo 94:9: El que hizo el odo, no oir? El que form el ojo, no ver? Al haber experimentado su amor, de muchsimas maneras, cuando oramos tenemos el convencimiento, por la fe y las extraordinarias e ntimas vivencias de nuestra relacin con l, que nos oye muy atentamente, con inmenso inters por nosotros, porque es nuestro Padre perfecto y est siempre anhelando bendecirnos, revelarnos su infinita compasin, acudiendo, con santa y rpida solicitud, en auxilio de todos los que le buscan, segn afirma, de manera escueta, pero contundente, el Salmo 65:2: T oyes la oracin; A ti vendr toda carne. Me maravilla, cmo Dios manifiesta su Omnipotencia y absoluto control de todo, cuando nos asegura lo dicho en Isaas 65:24: Y antes que clamen, responder yo; mientras an hablan, yo habr odo. Hablemos con nuestro Dios, lo cual es orar, porque l desea ornos, muchsimo ms fervientemente que los deseos nuestros por or a los seres ms queridos, de la familia o amigos, sintindonos muy a disgusto si dejan de hablarnos, pues en esto consiste, fundamentalmente, la parte ms importante de vivir con ellos una hermosa y feliz relacin, como bien nos lo dice el Amado, en Cantares 2:14: Paloma ma, que ests en los agujeros de la pea, en lo escondido de escarpados parajes, mustrame tu rostro, hazme or tu voz.35

Por qu debemos orar?_____________________________________________________

Es triste ver cmo muchos creyentes limitan su relacin personal con Dios, buscando que los pastores hagan de intermediarios, ignorando la victoria y liberacin obtenida por Jesucristo, al rasgar, completamente, el velo que cerraba el lugar Santsimo, dndonos acceso a todos, para llegar, incluso, a hablar cara a cara con l, como haca Moiss. Una vez que hemos comprendido y aceptado nuestra impotencia, ante el diablo, el mundo y la carne concupiscente, comn a todos los hombres, despus de habernos humillado delante del Seor, vamos adquiriendo de l ms humildad y sabidura, entendiendo que necesitamos constantemente de su ayuda y direccin, para caminar en medio de la oscuridad terrenal, sin tropezar, venciendo toda tentacin y prueba, evitando cada da sufrir las torturas del diablo, las consecuencias de nuestros errores y de los ajenos, que siempre se pagan caro, si no nos libra de ellas nuestro Rescatador, superando continuamente nuestra incapacidad y torpeza, porque, al vivir en comunin con Cristo, por medio de la santa conversacin de la oracin, l nos lleva siempre agarrados de su mano e incluso nos pone sobre sus hombros, como nuestro Buen Pastor que es, para confortarnos y llevarnos a su redil, su santa casa. Jess ya nos lo advirti bien claramente, cuando tuvo que enfrentar la noche ms dolorosa de su vida, como hombre, lo cual hizo, con profunda congoja, orando al Padre, a la vez que nos dejaba el trascendental aviso, para ser victoriosos en todas las pruebas, de vivir vigilantes y orando, segn afirma, rotundamente, a sus apstoles, y a todos los que36

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quieran ser vencedores del mal, en Mateo 26:41: Velad y orad, para que no entris en tentacin; el espritu a la verdad est dispuesto, pero la carne es dbil. All, en el Getseman, que significa prensa de aceite, los apstoles se durmieron y no acompaaron al Seor en su afliccin, a pesar de pedirles l que lo hicieran, (versculo 38) no extrayendo ellos la uncin divina, pues orar es prensar las olivas de Dios, para recibir el aceite omnipotente de su Espritu, sufriendo luego las consecuencias, al ser derrotados ante la prueba de confesar a Cristo, no estando dispuestos a participar en su martirio, abandonndole todos, en la cobarda carnal, comn a la totalidad de los seres humanos y diablicos, por su instinto eglatra de supervivencia, junto con todas las criaturas animales y vegetales, atrapadas en su maldicin, privadas de la libertad y del amor divino, del Creador, que echa fuera todo temor, como leemos en el versculo 56. Qu desparramo se produjo, despus de partir el Seor pues, de 500 personas que le vieron resucitado, todas a la vez, en una de sus apariciones, antes de su ascensin, segn nos lo cuenta 1 Corintios 15:6, pasados unos pocos das, solo quedaban 120, como leemos en Hechos 1:15, quienes permanecan perseverando, fielmente, en la oracin, sin salir del aposento alto, esperando el cumplimiento de la promesa del Padre, que les haba trasmitido Cristo, de recibir otro Consolador y experimentar su llenura, para ser revestidos de poder de lo alto, es decir, ser bautizados por el Espritu Santo, con37

Por qu debemos orar?_____________________________________________________

fuego, como as se cumpli en el da de Pentecosts. Qu hace falta para convencer, definitivamente, a los hombres, de la realidad de Dios, del respeto que merece y de la ineludible necesidad de su amor, perdn, proteccin y auxilio, que todos tenemos? Habr algo ms efectivo, para hacerles reaccionar, con gratitud, reverencia, admiracin y sabidura, que haberle visto morir y verle triunfante, resucitado? Sin embargo, las escrituras nos confirman de la insensatez y maldad de la mayora de aquellos que lo vieron, pues retrocedieron como el perro a su vmito y en la misma forma que la cerda lavada, a revolcarse de nuevo en el fango. Hoy, trgicamente, por no orar, ha aumentado el nmero de las vrgenes insensatas, que viven en la indolencia, tibias, sin la vehemencia del primer amor y no mantienen viva la relacin de noviazgo con el Amado, secas, sin aceite en sus lmparas, pecando constantemente por omisin, pues han dejado de hacer el bien, al Seor y al prjimo, como nos advierte Santiago 4:17: y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. Aristteles dijo: La esperanza es el sueo del hombre despierto. As, nos transmite la diferencia entre fantasas imaginarias y los ideales que se harn palpables, por tener fe inquebrantable en ellos, la cual nos da la fuerza para esperar a verlos cumplirse. Con esta firmeza, podemos orar usando las palabras del Salmo 62:5-8: Alma ma, en Dios solamente reposa, Porque de l es mi esperanza. El solamente es mi roca y mi salvacin. Es mi refugio, no38

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resbalar. En Dios est mi salvacin y mi gloria; En Dios est mi roca fuerte, y mi refugio. Esperad en l en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de l vuestro corazn. Oramos, porque hacerlo nos llena de esperanzas, las cuales no son vanas ilusiones, sabiendo, con certeza, que sern hechas realidad, pues as nos lo asegura nuestra confianza puesta en l, estando siempre seguros, al lanzar por nuestras bocas, cuando oramos, todo lo puesto por Dios en nuestro corazn, que lo veremos cumplido, porque no albergamos ninguna duda, sobre la perfecta fidelidad de nuestro Benefactor. Estando nosotros embarazados de fe, por sus promesas, en estado de buensima esperanza, sabemos que tendremos buen parto, como nos asegura su santa palabra, en el Salmo 40:1-3: Pacientemente esper a Jehov, Y se inclin a m, y oy mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperacin, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre pea, y enderez mis pasos. Puso luego en mi boca cntico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Vern esto muchos, y temern, Y confiarn en Jehov. Cuando vamos experimentando la realidad, de las respuestas del Seor a nuestras splicas, crecemos espiritualmente y aumentamos nuestro dilogo con el Amado, en gratitud y expectacin amorosa, de recibir nuevos regalos y mayores revelaciones, entrando en diferentes desafos con Dios, contra el reino del maligno y39

Por qu debemos orar?_____________________________________________________

a favor de nuestros semejantes, esforzndonos ms en interceder y luchar orando, cumpliendo la palabra que nos exhorta a ello, escrita en Salmos 31:24: Esforzaos todos vosotros los que esperis en Jehov, Y tome aliento vuestro corazn. Al ensear Jess, a sus discpulos, la parbola de la viuda y el juez injusto, el inspirado escritor del evangelio la encabez diciendo lo narrado en Lucas 18:1: Tambin les refiri Jess una parbola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar. Es pues, la oracin, una suprema y continua necesidad, comn a todos los mortales, para vivir amparados, alimentados y dirigidos por Aqul que vive para siempre, en bendita dependencia, pues en ello se encuentra nuestro bien y el buen uso de la vida que nos ha sido regalada por l, teniendo la tranquilidad diaria de saber que siempre se cumplen sus promesas y viviendo, por tanto, descansando en su regazo, como magnficamente nos asegura en el Salmo 91:1-6 y 9-16: El que habita al abrigo del Altsimo, Morar bajo la sombra del Omnipotente. Dir yo a Jehov: Esperanza ma, y castillo mo; Mi Dios, en quien confiar. l te librar del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrir, Y debajo de sus alas estars seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temers el terror nocturno, Ni saeta que vuele de da, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del da destruya. (...) Porque has puesto a Jehov, que es mi esperanza, Al Altsimo por tu habitacin, No te40

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sobrevendr mal, Ni plaga tocar tu morada. Pues a sus ngeles mandar acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarn, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el len y el spid pisars; Hollars al cachorro del len y al dragn. Por cuanto en m ha puesto su amor, yo tambin lo librar; Le pondr en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocar, y yo le responder; Con l estar yo en la angustia; Lo librar y le glorificar. Lo saciar de larga vida, Y le mostrar mi salvacin. Oremos cada vez ms, porque los tiempos empeoran y las presiones demonacas aumentan, comprendiendo que sta es la principal obra de nuestra vida terrenal, con la cual podemos edificar a los hermanos y salvar a los perdidos, pues orar es como labrar la tierra, dejndola preparada, para lanzarle la santa semilla del evangelio, teniendo siempre la esperanza de recibir una buena cosecha, con abundantes frutos divinos. Por tanto, no dejemos de exhortarnos a intensificar estos sacrificios de labios, cumpliendo as la santa orden de hacerlo, mandada en 1 Timoteo 2:1-4: Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que estn en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.41

Por qu debemos orar?_____________________________________________________

Si comprendemos la trascendencia de la oracin y aprendemos a orar en el espritu, con intensa devocin, veremos cada vez ms la gloria de Dios, experimentaremos su omnipotencia y viviremos baados constantemente en su amor, completamente enriquecidos por su sobreabundante gracia, con todos sus atributos adornndonos y operando a travs nuestro, asumiendo, al fin, con avidez, que nuestra respiracin espiritual y supervivencia es inseparable del aliento verbal, boca a boca, de la oracin. Con este dogma bien arraigado en nuestra alma, decidiremos, de manera irrevocable, cumplir con la responsabilidad de consagrarnos, como mxima prioridad de nuestra vida diaria, en ser continuos incensarios del Seor. Puedes orar conmigo de esta manera? Amado Padre, suplico tu perdn, por tanta negligencia que he tenido, al no orar abundantemente, como deseas y enseas. Te ruego que restaures mi vida, como altar de tu incienso y pongas, dentro de m, cada da, espritu de oracin, que me esfuerce a buscar tu rostro y unirme a Cristo, en su constante intercesin, para serte agradecido y til, en tus justos propsitos, sintindome inmensamente honrado, al concederme el santo privilegio de ser colaborador tuyo, a pesar de mis torpezas y debilidades, como siervo intil que soy. Tmame, Espritu Santo, con total seoro sobre mi vida, pues no quiero ser estorbo en tu camino y s deseo servirte. same en tus intercesiones, aunque sean con gemidos indecibles, o de la manera que42

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desees, pues te confo mi vida por completo, pero nunca dejes de hacerme arder, en tu celo santo por las almas y, sobre todo, de amor a ti, a tus gloriosos nombres. Colosenses 1:9-14: Por lo cual tambin nosotros, desde el da que lo omos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabidura e inteligencia espiritual, para que andis como es digno del Seor, agradndole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados. Si la oracin no acaba con el pecado, ste s acabar con ella. Oremos, porque un alma sin oracin es como un huerto sin agua, igual que la fragua sin fuego y la nave sin timn. Teresa de Jess dijo: Dadme un cuarto de hora de oracin y os dar el cielo Orar es vencer

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Por qu debemos orar?_____________________________________________________

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Captulo 3

CMO ORAREMOS?Si nos referimos a la postura fsica que hemos de adoptar, para hacer nuestras oraciones, estoy seguro que tenemos plena libertad y podemos orar tumbados, boca abajo o boca arriba, sentados, de pie o de rodillas, con las manos levantadas, bajadas o cruzadas, en voz baja, alta, dando gritos o simplemente susurrando, e incluso en total silencio, orando mentalmente, aunque tambin he podido comprobar cmo el Espritu Santo nos gua, impulsndonos a utilizar una forma u otra, segn el tipo de oracin que produzca en nosotros. Es triste ver los rituales que practican muchos creyentes, fijando una manera de orar, la cual repiten siempre, como cumpliendo una ley religiosa humana, estableciendo una clase de gimnasia fsica en sus cultos, aunque casi siempre he buscado adaptarme a ellos, al visitarles, para no crear confrontaciones, pero buscando, despus, si he podido ministrar, compartirles sobre la vida de la libertad del Espritu y la muerte de la letra. Sin duda, que sera del todo improcedente ver cmo alguien pide perdn a Dios sentado y con las manos en los bolsillos, cuando el verdadero arrepentimiento nos quebranta y pone de rodillas. De igual manera, sera estrafalario y completamente discordante, ver que una persona se pone a dar saltos y gritos estridentes, de aclamacin al Seor, en45

Cmo oraremos?___________________________________________________________

medio de la adoracin de la grey. Todo tiene su tiempo y forma, en el buen orden del Espritu Santo, como dice 1 Corintios 14:40: Pero hgase todo decentemente y con orden. Jess ense a sus discpulos, en distintas ocasiones, cmo deban orar y su enseanza permanece vlida y actual siempre, para todos los hombres, usando, principalmente, el ejemplo del Padre Nuestro, pero no con el propsito de hacernos caer en la mecnica religiosa y tener la obligacin de repetirlo de memoria, como loros, pensando que es una frmula mgica, pues as se manifiestan las reminiscencias de los rezos y hechizos de la brujera y el animismo, que han penetrado en el genoma humano, a travs de Babilonia, la madre de todas las rameras religiosas, sino como un ejemplo modlico, de cul ha de ser nuestra disposicin, cuando nos dirigimos al Todopoderoso, segn est escrito en Mateo 6:7-8: Y orando, no usis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrera sern odos. No os hagis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qu cosas tenis necesidad, antes que vosotros le pidis. (Aconsejo leer el libro de mi esposa, titulado Padre Nuestro) El Maestro llama palabrera a las vanas repeticiones, refirindose a esas letanas, rosarios, penitencias, jaculatorias o rquiems, tradiciones religiosas o teatrales, solemnidades, que no son odas por Dios y ms bien le46

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repugnan, considerndolas carnales y diablicas, huecas, inspidas y fatuas, como lo sentencia en su palabra, para mostrar la verdadera actitud de oracin, que hemos de tener los creyentes y no el farisesmo religioso, eternizado en Isaas 1:14-17: Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendis vuestras manos, yo esconder de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquis la oracin, yo no oir; llenas estn de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al hurfano, amparad a la viuda. Muchas oraciones de los cristianos, a semejanza de las hechas por los seguidores de todas las religiones del mundo, son meramente intelectuales, o de puro trmite y compromiso social o familiar, pero la mayora de ellas nacen, exclusivamente, de sus necesidades carnales o terrenales, para buscar satisfacerlas, egostamente, con sentimentalismos, siendo nicamente emocionales y religiosas, pronunciadas en una manera pegajosa, aburrida y vulgar, que rememoran las splicas supersticiosas, hechas a dolos, santos o brujos, con velas o donativos, para pagar de antemano sus favores, que generalmente no reciben o, si los obtienen, son acompaados de prdidas mayores, como s fueran sanguijuelas que solo dicen: Dame, Dame!47

Cmo oraremos?___________________________________________________________

Cuando Jess se encuentra con la mujer samaritana, en el pozo que haba excavado Jacob, smbolo del agua religiosa, transmitida por el Logos y sus ministradores, ella le pregunta dnde se debe adorar, si en el monte, como mandaban en Samaria o en el templo, segn declaraban los judos, contestndola el Seor con las palabras de Juan 4: 21-24: Jess le dijo: Mujer, creme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusaln adoraris al Padre. Vosotros adoris lo que no sabis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvacin viene de los judos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad; porque tambin el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espritu; y los que le adoran, en espritu y en verdad es necesario que adoren. La adoracin es el nivel mximo de la oracin y la alabanza, pero los religiosos no saben orar, alabar y adorar, como Dios quiere, que es solamente por medio de su Ruah Hacodesh y con nuestra total entrega y absoluta sinceridad, en completa devocin a l, porque as lo merece y es la nica manera que podemos concordar con su naturaleza, de santidad y gloria, para lo cual es indispensable haber nacido de nuevo, experimentando la santa metamorfosis, de gusano humano a paloma divina, como milagro creacional de salvacin y regeneracin, que solo Cristo da, segn lo explica claramente, al responder a las preguntas de un buen creyente religioso, Nicodemo, en Juan 3:5-8: Respondi Jess: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espritu, no puede entrar en el48

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reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espritu, espritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento (La misma palabra griega, usada en el texto original, significa tanto viento como espritu.) sopla de dnde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dnde viene, ni a dnde va; as es todo aquel que es nacido del Espritu. Es entonces cuando vemos, en nosotros, el milagro de la transustanciacin del agua en vino, maravillndonos de vivir la palabra de Dios, en lugar de leerla y entenderla solamente, como letra intelectual y ley que condena, limita y mata, al punto de estar encarnada en nosotros, hacindonos crsticos, verbos vivientes, comprobando la gran diferencia que hay de ir al templo a ser lugar santsimo de Dios, una morada suya, de tener intermediarios sacerdotales a mantener una comunin ntima con el Seor y depender totalmente de l, pues ha llenado por completo nuestro corazn. En el antiguo pacto, de la ley, el templo de piedra se llen de la gloria de Javeh, pero en el nuevo pacto, del Espritu, que nos pone un corazn nuevo, somos nosotros, los llenos del Ruah Hacodesh, convirtindonos en templos suyos, para poder decir, constantemente, lo dicho por Jess en Lucas 4:18-19: El Espritu del Seor est sobre m, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazn; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los49

Cmo oraremos?___________________________________________________________

ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el ao agradable del Seor. Es as como experimentamos el cambio, de llevar un talit de lino, como smbolo, para orar y actuar, a tener la envoltura de las alas divinas, por manto de amor, poder y justicia, pues nos rodea con su fuego consumidor, hacindonos inexpugnables, adems de llenar todo nuestro interior, con su aliento, el palpitar de su corazn, sus pensamientos y deseos, para llevarnos, como gozosos y maravillados pasajeros, en sus vuelos, que siempre glorifican al Cordero de Dios, hacindonos participar de las muchsimas buenas obras que realiza constantemente, de sus amores y sufrimientos, llenndonos, permanentemente, con su aceite, colmando todas nuestras aspiraciones y necesidades, hasta hacernos completamente felices, como lo relata Juan 1:16-17: Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moiss fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Por esta causa, el inicio de nuestras oraciones, salvo que ya estn claramente inducidas en la voluntad de Cristo, ha de ser siempre pidiendo al Seor que nos dirija el Espritu Santo, para orar como conviene, segn sus prioridades, porque solamente as acertaremos en el blanco cuando oremos, que siempre consiste en llegar al corazn de Dios y nadie puede conocerle mejor que l mismo, actuando, as, como verdaderos hijos suyos, lo cual deja claro50

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Romanos 8:4: Porque todos los que son guiados por el Espritu de Dios, stos son hijos de Dios. Igualmente, una vez que sabemos cules son las oraciones espirituales correctas, y cmo las debemos hacer, es importante rogar al Seor, pidindole la medida de fe que necesitamos, para realizarlas sin ofender a Dios, con ninguna clase de duda, porque, sin esa confianza seran completamente vanas, tomando buena nota de Santiago 1:6-7: Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibir cosa alguna del Seor. As, de la misma manera que la fe es definida sin divagaciones ni difusa, las oraciones han de ser concretas, claras, especficas, sin paja o verborrea humanista, declarando los santos propsitos divinos, luchando, pues orar es la principal y diaria batalla de la fe, primeramente contra nuestro ego, presentando nuestro cuerpo en sacrificio vivo, quemndolo en el altar de las intercesiones, para recibir el constante auxilio divino y no caer en tentaciones, adems de hacerlo con el propsito de conquistar los reinos del maligno, desbaratando sus perversos planes, como describe Pablo, humildemente, en 1 Corintios 9:2627: As que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.51

Cmo oraremos?___________________________________________________________

Hay muchas maneras de orar, reveladas por la palabra del Seor, que debemos practicar todos sus hijos, pero una de las ms eficaces, en el servicio sacerdotal, que hemos de prestar todos los nacidos de nuevo, a favor de nuestros hermanos en la fe, e incluso de los pecadores, es orar con imposicin de manos, porque somos canales de la uncin divina, de su gracia y poder, de los frutos y dones del Espritu Santo, impartindolos directamente, en manera impactante muchas veces, para que puedan experimentar la realidad de la misericordia de Dios y ser grandemente bendecidos, especialmente con el propsito de ministrar sanidad a los enfermos, como lo dej claro Jess, a todos los discpulos, justo antes de ascender a los cielos, a continuacin de darles la gran comisin, de ir por todo el mundo a predicar el evangelio, segn est escrito en Marcos 16:17-18: Y estas seales seguirn a los que creen: En mi nombre echarn fuera demonios; hablarn nuevas lenguas; tomarn en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortfera, no les har dao; sobre los enfermos pondrn sus manos, y sanarn. Son tantos y tan gloriosos, los miles de testimonios, dados por enfermos sanados, que se aumentan diariamente, pues muchos siguen sanndose, en nuestro ministerio, que necesitaramos toneladas de papel para escribirlos, mencionando unos pocos en un captulo posterior y algunos en mi libro: La lluvia tarda. Con mayor transcendencia para los ministrados, que la producida por recibir sanidad, pues muchsimos de los52

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sanados se dejan, despus, arrastrar por sus pasiones carnales y abandonan al Seor, es la oracin de imposicin de manos para ministrar el bautismo del Espritu Santo, que transforma radicalmente las vidas, pasndolas de la cobarda a la heroicidad, del egosmo a la generosidad y renuncia, de la tibieza o frialdad al fuego del celo santo, de los fracasos con la concupiscencia, el diablo y el mundo, a las victorias constantes, de la impotencia a la Omnipotencia de Dios, para ser soldados de Cristo, hacedores de justicia y aniquiladores de serpientes y escorpiones. De estas imposiciones de manos, con oracin, tenemos referencias claras en Hechos 8:17: Entonces les imponan las manos, y reciban el Espritu Santo. Igualmente, lo leemos en Hechos 19:6: Y habindoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. Sabiendo la importancia que tiene recibir este sello profundo y sobrenatural, del bautismo del Espritu Santo, seguimos constantemente ministrando a los recin nacidos en la fe de Cristo, en los cultos de nuestras iglesias, que forman el ministerio nacional e internacional de la Iglesia Cuerpo Cristo, en las primeras, segundas y terceras fases de rehabilitacin de marginados, pertenecientes a la O. N. G. D. Remar, extendida ya por ms de 60 pases, y en las diferentes escuelas de discipulado, teniendo siempre la alegra de ver a miles de hombres y mujeres que testifican del Seor con los tres bautismos, en agua, en el Espritu y en fuego, necesarios para ser conquistadores de reinos53

Cmo oraremos?___________________________________________________________

malignos y de almas perdidas. Por ello, pedimos al Seor que nunca deje cesar su aceite, pues deseamos, con toda nuestra alma, seguir llenando con l a millones de vasijas humanas. Al igual que los patriarcas, jueces, profetas, reyes y apstoles, impusieron sus manos al orar por sus hijos o nietos, sucesores o discpulos, comunicando dones y profecas, trasvasndoles la uncin y la autoridad, as hemos de hacer hoy los sacerdotes de Cristo, por lo cual ministramos muy frecuentemente de esta manera, en los retiros de obreros y pastores, del Ministerio Esther, de mujeres sensatas, en los encuentros llamados Nehemas, hombres sabios, de Nuestra Familia, con parejas de novios o casados, de Josu, para forjar jvenes valientes en la fe, adems de hacerlo en otros diferentes eventos o reas ministeriales, sabiendo que somos vasos comunicantes, de lo bueno y lo malo, pero queriendo siempre derramar solamente las bondades, de la multiforme gracia de Dios y no dudamos que el Seor respalda esta santa donacin, haciendo fluir su bendicin, hacia nuestros seres amados. As lo dej reflejado Pablo, en 1 Timoteo 4:14: No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profeca con la imposicin de las manos del presbiterio. Queremos tener siempre este anhelo, de levantar a nuestros hermanos, aunque nos sobrepasen en estatura espiritual, por lo tanto rogamos al Seor que mantenga, ardiendo en nosotros, el celo santo por su casa, la cual son sus hijos, para que siempre podamos decir como Pablo, cuando habla54

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en Romanos 1:11-12: Porque deseo veros, para comunicaros algn don espiritual, a fin de que seis confirmados; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es comn a vosotros y a m. En todos nuestros congresos anuales, los pastores de la Iglesia Cuerpo de Cristo oramos con imposicin de manos, para confirmar cientos de diconos, docenas de co-pastores y algunos pastores, siempre con temor y temblor delante del Seor, pues hemos comprobado el dao que hace un mal obrero, al tener dominio sobre las almas y los recursos, causando tropiezos a muchos pequeos de Dios y, a veces, originando ruinas econmicas y de mal testimonio, con los de dentro y los de afuera del ministerio, sin olvidar nunca la grave advertencia que nos dej el apstol, en 1 Timoteo 5:22: No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consrvate puro. Una vez que hemos tenido la experiencia del bautismo del Espritu Santo, con la manifestacin ineludible de hablar en lenguas, como testimonio de ello, hemos de potenciarla diariamente, practicando, lo mximo posible, orar con ellas, para avivarlas y extenderlas, pues de lo contrario, como todo aquello que no se usa, se atrofian y quedan en el olvido, de forma similar al agua pasada, que no vuelve a dar vida o, peor an, si se corrompe con la incredulidad, renegando de s misma, al dejar de fluir y quedarse estancada. Pablo lo llama orar solamente en el Espritu, sin comprensin racional, lo cual solo beneficia al que lo hace y parcialmente, pues su entendimiento queda sin enrique55

Cmo oraremos?___________________________________________________________

cerse, exhortndonos, por tanto, a orar de ambas maneras, en el idioma natural y con lenguas, pero entendibles, a ser posible, al recibir de Dios la interpretacin de las mismas, como est escrito en 1 Corintios 14:2, 4-5 y 13-15: Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espritu habla misterios. (...) El que habla en lengua extraa, a s mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. As que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero ms que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificacin. (...) Por lo cual, el que habla en lengua extraa, pida en oracin poder interpretarla. Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. Qu, pues? Orar con el espritu, pero orar tambin con el entendimiento; cantar con el espritu, pero cantar tambin con el entendimiento. He tenido experiencias gloriosas inolvidables, orando en lenguas, como la de salir de mi cuerpo, mientras conduca mi auto, con cuatro hermanos que me acompaaban, apareciendo, repentinamente, en medio de una fiesta hermosa, en el mismsimo cielo, donde multitudes alababan al Seor, quedndome extasiado, hasta volver, de repente, a mi estado terrenal, comprobando que haba recorrido, con el auto, ms de 15 kilmetros y nadie se haba enterado de mi ausencia, pues, lgicamente, fue solo espiritual, porque mi cuerpo sigui conduciendo el vehculo, aunque nunca supe cmo lo hizo. En otra56

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ocasin, mi esposa y yo estbamos orando juntos, en lenguas, de madrugada y comenzamos, los dos a la vez, a rernos y abrazarnos, con un gozo completamente sobrenatural, rebosante, limpio y glorioso, que nos dur, como una potente y vibrante energa, durante toda la jornada, mantenindonos plenamente fortalecidos. Tambin, puedo destacar, por ser una experiencia muy particular, el susto tan grande que me produjo, mientras un da oraba en lenguas, pues cre levitar del suelo, cuando mi cerebro empez a dar vueltas dentro de mi crneo, a gran velocidad, como las aspas de un ventilador, al menos as lo sent, asustndome tanto que comenc a gritar: Seor, para, que me matas! Instantneamente, desapareci el fenmeno. Al ser un nefito en el Seor, le ped que otra vez se manifestara el Espritu Santo, de la misma manera, dicindole: Seor, dale fuerte, aunque me mates! Sin embargo, esa extraa vivencia no se repiti ms, comprendiendo, despus, que no debemos buscar fenmenos sobrenaturales, como investigacin o divertimento, pues demostramos una gran falta de madurez y respeto a Dios, de lo cual he sido completamente perdonado. En uno de estos xtasis, de orar en lenguas a solas, debi encontrarse el apstol Juan, cuando se le present el Seor y le dio el libro de la revelacin, pues as lo menciona en Apocalipsis 1:10: Yo estaba en el Espritu en el da del Seor, y o detrs de m una gran voz como de trompeta. Otra hermosa forma de orar es cantando, con msica o sin ella, siempre y cuando seamos inspirados por el Espritu57

Cmo oraremos?___________________________________________________________

Santo y, si es delante de otras personas, no desafinemos al hacerlo, como nos han dejado muchsimos ejemplos, David y sus sacerdotes cantores, pues la alabanza es una oracin de exaltacin a Dios, aunque con entonaciones musicales, acopladas a ella, tomando ejemplo de lo dicho por el salmista, en Salmo 92:1-2: Bueno es alabarte, oh Jehov, y cantar salmos a tu nombre, oh Altsimo; Anunciar por la maana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche. Hay muchas clases de oracin y estudiaremos algunas de ellas, ms adelante, pero es fundamental destacar que la oracin ha de ser un esfuerzo en la gracia divina, para evitar toda carnalidad, siendo producida, en nuestro interior, por el Espritu Santo, como aconseja Pablo a su discpulo preferido, al dejarle claro que todas sus acciones deben ser hechas en la multiforme gracia de Dios, segn leemos en 2 Timoteo 2:1: T, pues, hijo mo, esfurzate en la gracia que es en Cristo Jess. Si tenemos bien claro que en vano vela la guardia si Dios no vela y en vano edifica el hombre si el Seor no lo hace, pues as lo dice el Salmo 127:1, debemos estar seguros de hacerlo todo en las fuerzas del Espritu Santo, que son infinitas, especialmente con nuestras oraciones, para lograr los objetivos de las mismas, pues en l todo es posible y comprobaremos cmo se cumple lo escrito en Filipenses 2: 13: Porque Dios es el que en vosotros produce as el querer como el hacer, por su buena voluntad.

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Solo en esta forma, nos integramos a la intercesin perfecta de Cristo, quien est a la diestra del Padre y es el eterno Sumo Sacerdote, que ministra en el templo del cielo, donde habita Dios, segn nos afirma Hebreos 7:22-25: Por tanto, Jess es hecho fiador de un mejor pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podan continuar; mas ste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede tambin salvar perpetuamente a los que por l se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Jesucristo intercede constantemente por nosotros, para que nunca nos falte la fe, como hizo con Pedro y podemos leer en Lucas 22:31-32: Dijo tambin el Seor: Simn, Simn, he aqu Satans os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y t, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Cristo ora por ti y por m, cada da, con el fin de ser guiados y guardados, para no perdernos en nuestra peregrinacin por el mundo, de la misma forma que or por sus discpulos, lo cual leemos en Juan 17:15: No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. El Seor ora por todos sus redimidos, para unificarnos con l, tanto por los discpulos que form en su tiempo de ministerio terrenal, como por todos aquellos que habamos de creer, a travs de las predicaciones suyas o de otros predicadores, adems de hacerlo por los futuros creyentes,59

Cmo oraremos?___________________________________________________________

utilizando nuestro testimonio o el de cualquier mensajero de Cristo, como qued escrito en Juan 17:20-23: Mas no ruego solamente por stos, sino tambin por los que han de creer en m por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como t, oh Padre, en m, y yo en ti, que tambin ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que t me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, as como nosotros somos uno. Yo en ellos, y t en m, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que t me enviaste, y que los has amado a ellos como tambin a m me has amado. Te imaginas? Jess le pide al Padre que nos permita sentarnos con l, en su trono, para reinar juntos, sobre toda la creacin, segn leemos en Juan 17:24: Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, tambin ellos estn conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundacin del mundo. Tuve el descubrimiento de una gran perla, experimentndolo en una manera muy especial e ntima, cuando se revel en mi ser la intercesin personal del Seor, como si estuviera hablndome directamente y me confesara delante del Padre, comprendiendo por qu algunas veces, de forma extraordinaria, la paloma del Espritu Santo, salta en mi pecho y hace salir su perfume por mi boca, lo cual me sucedi al leer Cantares 1:12: Mientras el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor.60

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Por todo esto, nunca me permito dudar de la fidelidad del Seor para mi vida, pidindole que antes me saque del mundo, llevndome a su presencia celestial, de permitirme perder la confianza en l, porque esta fe me da el sustento diario y la fuerza, para seguir avanzando, cada da, hacia la meta, agarrado del manto de nuestro Sumo Sacerdote, pegado a sus pies y practicando, diariamente, la enseanza de Hebreos 4:14-16: Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspas los cielos, Jess el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesin. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo segn nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerqumonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Nunca nos hemos de olvidar que somos dbiles, porque as podremos vivir fortalecindonos siempre en el Seor y en el poder de su fuerza, mediante el Espritu Santo, quien es el nico que puede hacer morir, en nosotros, las obras de la carne y llevar nuestra mente cautiva a Cristo, para vencer toda prueba o ataque de los inicuos, pues solamente en nuestra debilidad se perfecciona el poder de Dios, como bien lo aprendi Pablo, siendo siempre conscientes de nuestra dependencia del Seor, pero confiando plenamente en su continua intercesin y en la llegada de su pronto auxilio, segn nos afirma Romanos 8:26-27: Y de igual manera el Espritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qu hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espritu mismo intercede por nosotros con gemidos61

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indecibles. Mas el que escudria los corazones sabe cul es la intencin del Espritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Podemos orar juntos esta oracin? Amado Padre, nos rendimos completamente a tus pies, en total sumisin y obediencia, pues deseamos hacer tu voluntad perfecta, pero reconocemos nuestra incapacidad para lograrlo y te suplicamos que nos dirija tu Espritu Santo, en esta oracin y en todas las de nuestra vida, as como en las acciones que emprendamos, en este da y en todos los dems, hasta terminar la carrera de la salvacin y llegar a tu meta, de vida eterna contigo. Oh, Dios, nenos a Cristo en sus oraciones! Glorioso Hacedor y Salvador nuestro, funde nuestra voluntad con los planes de Jess, para ser instrumentos suyos y as podamos participar de ellos! Pon tus pensamientos en nuestra mente y tus deseos en nuestro corazn! Di t las palabras que quieras, usando nuestra boca, como fuentes de tus oraciones, alabanzas y enseanzas! Venga a nosotros tu reino, aunque nos tengas humillados, pero nunca quites de nosotros tu Espritu, ni seamos jams echados de tu presencia! Judas 20-21: Pero vosotros, amados, edificndoos sobre vuestra santsima fe, orando en el Espritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Seor Jesucristo para vida eterna.62

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Captulo 4

ORANDO SLO A DIOS, CON AMOR Y GRATITUDAl comprobar, visitando muchas naciones, el triunfo de Satans sobre miles de millones de seres humanos, cegndoles por completo, con vendas religiosas, conducindoles como peleles, usando para ello una multitud de lazarillos eclesisticos, igual de ciegos que ellos, a postrarse delante de dolos, santos, vrgenes, cristos, budas, y un largo rosario de imgenes, tambin representando a falsos mesas, engaadores profetas, demonios, a los astros, incluso toda clase de animales, pues en la India adoran a todos los seres vivientes, teniendo decenas de millones de dioses, para rezarles con fanatismo absurdo, hacindoles todo tipo de splicas y rogativas, entregndoles toda clase de ofrendas y realizando variopintos sacrificios, muchos de ellos macabros y con derramamientos de sangre, animal o humana, al azotarse, rajarse o clavndose dolorossimos cilicios, totalmente engaados, al pensar que pueden expiar as sus culpas o lograr los beneficios divinos, siendo, por el contrario, maldecidos, por contaminarse con ellos, en lugar de ser bendecidos, pues solo al nico y verdadero Dios hay que buscar y solamente a l orar, alabar, adorar y servir.63

Orando slo a Dios, con amor y gratitud _________________________________________

El mismo Jesucristo, al ensear a sus discpulos a orar, les dijo de hacerlo as: Padre nuestro que ests en los cielos, como leemos en Mateo 6:9, no existiendo, en toda la Biblia, ni un solo ejemplo de oracin dirigida a nadie ms, porque, si podemos dirigirnos a Dios, Qu sentido tiene acudir a subordinados y, menos an, a los ya muertos? Para el Todopoderoso, infinito en misericordia, es un menosprecio y una deshonra buscarle un sustituto y l, que es celoso, con justicia, aborrece a idlatras, santeros, animistas, espiritistas y supersticiosos, pues todos ellos estn guiados por demonios, siendo enemigos de Dios, y solo tienen una posibilidad de redencin, que es arrepintindose, con circuncisin de corazn, y abandonando esos hbitos necios y abominables, para practicar la nica oracin verdadera, que solo debe dirigirse hacia Dios, Padre, Hijo y Espritu Santo. Cmo podramos acercarnos, confiadamente, delante de Dios, abrindole nuestro corazn, con nuestras oraciones, si no le amamos? Alguien puede confiar en aqul a quien no ama? Muchos hijos naturales pierden la comunicacin con sus padres, y viceversa, cuando han dejado de amarles y, por tanto, ya no les respetan ni valoran, estando dispuestos a pedir ayuda al diablo, antes que humillarse pidindosela a ellos, haciendo as, tambin, los hijos prdigos de Dios y, ms an, aquellos que, al no conocerle, de ninguna manera pueden amarle, pues Cmo amar a quien no sabemos si existe? Dios es amor, por lo cual, conforme a su naturaleza, desea establecer y perpetuar una estrechsima relacin amorosa con sus hijos, pero antes64

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hemos de ser engendrados espiritualmente por l, para tener su ascendencia, una vez fecundados mediante la fe en Jesucristo, siendo transformados en enamorados suyos, al recibir, primeramente, su puro amor, contrayendo con nosotros, un nuevo pacto, muy diferente del que dio a todos los hombres al crearlos, pues ste es de completo perdn, perfecta paz y santa libertad, por su pura gracia, firmndolo con la tinta de su propia sangre y un simple, pero sincero y total, amn por nuestra parte. Con este glorioso y fcil yugo, Jesucristo establece con nosotros un romance maravilloso, sellado con las arras del Espritu Santo, que son sus frutos y dones, como primicias y garantas de llegar hasta la consumacin del matrimonio, mientras que, la dote que ofrecemos es nuestra vida, tal como somos y con todos nuestros bienes, para servirle, siempre a sus pies, siendo un sacrificio continuo de adoracin y obediencia, que llega delante de sus ojos, emocionndole y haciendo vibrar su amorosa sensibilidad, respondindonos con las sabias y poderosas palabras, que nos llenan de regocijo y esperanza, escritas en el Salmo 91:14-16: Por cuanto en m ha puesto su amor, yo tambin lo librar; Le pondr en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocar, y yo le responder; Con l estar yo en la angustia; Lo librar y le glorificar. Lo saciar de larga vida, Y le mostrar mi salvacin. Por eso, rogamos constantemente, a nuestro santo Novio y Seor, que nos auxilie, pues l es Dios y nosotros su novia, frgil y dbil, esperando ser cercados con su santo vallado, el escudo de fuego del Espritu Santo y la vigilancia65

Orando slo a Dios, con amor y gratitud _________________________________________

continua de sus ngeles guardianes, pues siempre somos conscientes de los peligros que corremos, especialmente con nuestro propio corazn, porque no deja de intentar revelarse, para recuperar su eglatra seoro y conseguir saciar sus concupiscencias, sabiendo que nos es indispensable estar atados a Cristo, con las cuerdas amorosas de su evangelio, en constante vela y oracin, aunque siempre confiando plenamente en su cuidado y vigilancia por nosotros, sabiendo que no consentir en perdernos y nos llevar hasta la meta, incluso a pesar nuestro, superando todas nuestras oposiciones y cadas, levantndonos y renovndonos continuamente, lo cual nos produce una invencible seguridad y tranquilidad, pudindole decir, con total sinceridad y certeza, la misma oracin que dijo David, en el Salmo 18:1-2: Te amo, oh Jehov, fortaleza ma. Jehov, roca ma y cast