libro 21
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Érase una vez un viejo rico que era muy tacaño. Los niños pobres le
pedían una limosna para comer y él los echaba a patadas. Un día se puso enfermo y nadie fue a
visitarlo. Se dio cuenta de que tenía
que ayudar a los demás. Desde aquel día ya no se encuentra solo.
Nora Iglesias
El viejo se llama Ramón, era muy rico. Se compró una casa para los
niños del pueblo con un jardín muy grande. Pero los niños encontraron una
cueva oscura.
Allí vivían unos castores que era muy malos porque se comían los
troncos. Decían los árboles ¡Ayuda! ¡Ayuda!
¡Los castores nos están comiendo! Rafael Díaz
Los niños pobres se fueron a vivir a la casa de Ramón, y descubrieron
que era enorme y muy cómoda. Ramón había comprado muchos juguetes, había para todos.
Cuando salieron al jardín, se
encontraron con un parque lleno de toboganes y más cosas y
encontraron a los castores
Pedro Marín Peláez
Entonces los niños eligieron a u niño que se llamaba Juan Manuel
para que hablara con los castores y le s explicara que no podían acabar con todos los árboles porque entonces
no habría bosques donde jugar.
Los castores lo comprendieron y prometieron utilizar sólo los
necesarios para vivir y para disculparse les regalaron un
columpio a los niños. Antonio Acosta
Érase una vez un hombre tan tacaño y tan avaro que por no
gastar su dinero n tenía ni familia, ni amigos y un día se dio cuenta de que estaba solo y enfermo y entonces
se gastó todo su dinero en hacer feliz
a los demás para tener muchos amigos.
Iván Acosta
Construyó hospitales para que los niños que estuvieran enfermos
pudieran curarse y así no le duela nada a ninguna y jugarán felices, también construyó escuelas para
que todos pudieran aprender a leer
y a escribir. Con un patio muy grande para que pudieran jugar
juntos a la pelota y todos fueran amigos..
Lucía Laino
Érase una vez un viejecito al cual llamaban Ramón. Era una persona
muy mala, echaba a los niños de su casa. Un día se puso enfermo y nadie fue a visitarle, entonces se dio
cuenta de que se había convertido
en un hombre solitario.
Juan José Martín
Ramón se dio cuenta de que estaba malo y los niños pobres se han ido a
la cueva y había castores, y Ramón los buscaba por todos los lados pero no los encontraba y luego los
encontró. Luego fueron al parque y
jugaban mucho, mucho. Ramón ha visto como jugaba y juegan bien.
Mimí
El viejo Ramón al haber cambiado quería que todos los niños fueran
muy felices. Ramón pensó que tenía que hacer un viaje con todos los niños para
que supieran que él no era tan
malo . Los llevó en autobús a la playa.
Diego
Ramón era tan rico que le compró a los niños flotadores, juguetes
acuáticos, ¡Y mucho más!. Al cabo de un rato fueron a casa y todos tomaron un grandísimo
helado de varios sabores.
Estaban tan cansados que se fueron a dormir muy temprano porque al
día siguiente tenían que ir al cole.
Tanya
Todos los niños estaban felices y contentos porque ramón se portaba
muy bien con ellos. Los niños pensaban que sería una buena idea hacerles una fiesta y decidieron
realizar una obra e teatro en el
colegio El salón de Actos estaba lleno de
gente, todos aplaudían y gritaban ¡Bien!, ¡Bravo!, ¡Bravo! Ramón
decía a los papás ¡Tenéis unos hijos maravillosos! Ellos me han dado una lección, dar para recibir.
Victoria Fernández
Ramón ya era muy bueno y feliz. Todos los padres y los niños,
pensaron la forma de ayudar a Ramón. Él era muy mayor y estaba solo en
casa sin compañía por las noches,
pero los niños pensaron una cosa: cada noche sería el abuelo de un
niño.
Juan Manuel
Ramón tenía mucho dinero le compró muchos juguetes y
colchonetas. Iban al parque a jugar y le daba dinero a los niños pobres. Y los niños del parque lo querían
mucho y con el dinero compraba
cosas y chucherías. Y ropitas, zapatos, chalecos, mantas y todos los niños y
niñas del parque estaban contentos.
Cristina
Ramón le dio dinero a los niños para que comprara juguetes, los
niños se compraro un patinete. Cuando llegó la noche, uno de los niños se quedó acompañando a
Ramón ¡Qué contento estaba allí!,
ya nunca pasaría las noches solo. Ramón empezó a contar historias de
cuando él era pequeño y vivía en un pueblo al lado de un bosque y
escondía un gran secreto. Javier
El gran secreto de Ramón era que en el pueblo de al lado del bosque,
había una cueva que estaba encantada y no podía entrar nadie. Un día Ramón y sus amigos
encontraron u pergamino con un
mapa dibujado que explicaba que había que pasar una serie de
pruebas para poder entrar en la cueva encantada.
Entonces ramón tuvo una idea… Alejandro Sánchez
¡Niños vamos a entrar todos juntos en la cueva encantada! Y así todos
unidos pasaremos todas las pruebas que hay en la cueva. Entraremos todos en fila.
Uno de los niños dijo: ¿Qué miedo!
¡Qué frío hace aquí dentro! Y ramón dijo: No tengas miedo vamos todos e
la mano. A lo lejos se escuchó un fuerte ruido.
Paula Palma
En el interior de la cueva había un pobre viejo, no tenía casa, ni
dinero, pero Ramón le dijo,: te compraré una casa con una cama de madera de un haya del bosque
de los Homos.
Te daré manzanas del manzano de mi patio, melocotones del
melocotonero de Pedro y habas de mi huerto.
Todos los días iremos a la hora de almorzar a pescar lubinas.
José María de los Santos.
Cuando vio la casa se sorprendió y entraron y vieron un montón de
fotos y sillas y los niños se encontraron juguetes en un patio enorme y en la casa había muchas
camas cómodas y comida para
merendar y los niños se pusieron a jugar ene l patio y al anochecer se
acostaron y al amanecer desayunaron y fueron felices.
Carmen Trigueros.
El próximo día los niños y niñas por la mañana desayunaron con
ramón y cuando lo hicieron se fueron fuera a jugar al patio. Jugaron al escondite y un niño se
cayó al suelo y se puso a llorar y
llegó ramón y dice ¿Quién se ha caído? Quiso saber ramón y un
niño dijo: ¡Ella, ella! Y Ramón curó a la niña y ella le dio las gracias.
Óscar Duque.
Y así Ramón fue el mejor amigo de todos los niños: los niños lo querían
mucho y todos los días cuando salían del colegio, almorzaban, hacían sus tareas del cole y se iban a
merendar al parque de Ramón.
Ramón se ponía muy contento cuando se veía con tantos niños.
Todos jugaban y disfrutaban juntos con ramón.
Paula Cabrera
Cuando se hizo de noche todos los niños se fueron a sus casas.
Ramón se quedó solo y pensó darles una fiesta a los niños. A la mañana siguiente ramón fue
a comprar y compró palomitas,
gusanitos y demás chuches. Cuando los niños llegaron se llevaron una
zorreas, se pusieron muy contentos todos y pasaron todo el fin de
semana juntos en la casa de Ramón.
Rocío Cabrera.
A la mañana siguiente, hacía mucho calor y Ramón pensó en
comprar una piscina grande con flotadores y poderse bañar juntos. Y así la hicieron y se pusieron muy
morenitos.
Ramón era muy feliz rodeado de tantos niños pero por la noche se
sentía muy solo.
Alberto Gabriel
Ramón fue a la casa de los niños y no se sintieron solos. Ramón se
acostó en una cama que estaba sola y cuando se despertaron, el desayuno estaba preparado porque lo había
hecho ramón y los estaba esperando.
En una mesa que había hecho y por la tarde se bañaron en la piscina
que le había comprado ramón y después cenaron pollo.
Mariló